Grindelwald, el pueblo más bonito de Suiza: un viaje de cuento

Grindelwald es uno de los lugares más espectaculares de Suiza: sus casas alpinas, unas montañas que imponen y sus prados verdes nos recuerdan que algunos paisajes de cuento… son de verdad.
Grindelwald el pueblo ms bonito de Suiza.
Ulrich Doering / Alamy Stock Photo

Ahora sabemos que la autora de Heidi, Johanna Spyri, se inspiró en Maienfeld, un bonito pueblo de los Alpes suizos, para crear el entorno de la pequeña huérfana que vivía con su abuelo en las montañas. Pero si no conociéramos este dato, tampoco nos extrañaría que se hubiera inspirado en el pueblecito de Grindelwald. Es fácil imaginar que cualquiera de esas casas de madera, entre colinas y rodeadas de cabras, podría haber sido la de Heidi.

Grindelwald es un cuento hecho realidad, uno de esos pueblos que te llevas en el corazón y la retina para siempre.

Primero tendrás que llegar, no resulta difícil hacerlo en tren, más bien en su placer con todos los paisajes que pasan ante tus ojos. Si sales desde Ginebra tendrás que hacer, eso sí, algunos trasbordos. Los trenes suizos son accesibles y muy cómodos. Si viajas con niños es igual de recomendable. El trayecto con trasbordos durará alrededor de tres horas, si vais en coche o autocaravana unas dos. La ruta para en Berna y también en la popular Interlaken -aquí en verano siempre hay mucha más gente-.

Todo merecerá la pena, una vez pongas un pie en el lugar: las montañas y sus glaciares te recordarán la grandeza de los Alpes suizos. Todo un pueblo rendido ante ellos.

El pueblo de Grindelwald en Suiza.Ian Rutherford / Alamy Stock Photo

GRINDELWALD, LA PUERTA A LOS ALPES

Con unos 3.000 habitantes, Grindelwald es la puerta de entrada a la región de Jungfrau, repleta de pueblos con encanto, rutas senderistas, zonas de esquí, glaciares y cascadas de vértigo. La popularidad de Interlaken ha hecho que este pueblo permanezca algo más apartado del turismo de masas, sin embargo, todas las actividades que ofrece hace pensar que es, sin duda, un pueblo en mayúsculas del país.

Se hizo popular ya en el siglo XIX con el alpinismo, cuando los guías empezaron a subir a los montes a turistas, en su mayoría ingleses. La primera subida a la montaña más difícil desde el punto de vista alpinista, el Eiger, que tuvo lugar en 1858. La construcción de la carretera y la vía férrea hicieron que cada vez más curiosos llegaran hasta aquí. En 1908 se construyó el primero de sus teleféricos, y en 1912, el ferrocarril llegó al Jungfraujoch, la atracción por excelencia de Suiza y la estación de ferrocarril más alta de Europa a 3.454 metros de altura. Desde Grindelwald hay acceso diario a través de teleféricos y tren. Si te gusta el hielo y las alturas, es tu lugar. Si vas con niños no es del todo recomendable, sobre todo en hora punta, por la cantidad de gente que lo visita.

El pueblo de Grindelwald es visitable cualquier fecha del año, aunque la primavera y el verano son perfectos porque, aunque el tiempo es cambiante, te permitirá hasta darte un refrescante baño en alguno de sus lagos y glaciares, y hasta en su piscina municipal con toboganes. Sí, aquí también hace calor en verano.

En invierno, por supuesto, la nieve es la protagonista. Las dos zonas de esquiar First y Kleine Scheidegg –Männlichen– Wengen ofrecen 160 kilómetros de pistas con unas 30 instalaciones a una altura de hasta 2.500 metros. La pista más espectacular de la región es el descenso Lauberhornabfahrt cerca de Wengen, conocido por las carreras.

Si no esquías puedes escoger entre los 80 km para excursionistas con vistas a las siete montañas de 4.000 m y a sus glaciares, así como a los 60 km de trineos, uno de ellos con 15 km desde el Faulhorn hasta el valle.

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QUÉ HACER EN EL PUEBLO MÁS BONITO DE SUIZA

Si te gusta la aventura este es tu lugar en Suiza, pero si te gusta la tranquilidad has dado en el clavo. Bastará con un paseo a primera hora del día para comprobar por qué: cientos de senderos a través del pueblo te llevarán hasta sus montañas, entre prados donde pastan bonitas vacas, o simplemente, entre sus casas alpinas decoradas con todo los detalles típicos de la región. En el centro del pueblo encontrarás, además, todo lo que necesites: supermercados, tiendas de souvenirs, restaurantes y cafeterías para pasar unas felices vacaciones.

La apasionante Grindelwald tiene una estructura de teleféricos y góndolas a la última para que conozcas sus montañas de una forma divertida y en familia. Una de las mejores formas de hacerlo es a través de su aventura estrella: Grindelwald First. Desde el centro del pueblo parte un teleférico que te llevará hasta First, un parque de aventuras en las montañas que te dejará boquiabierto. Aquí podrás hacer prácticamente de todo. La caminata de Firts Cliff Walk by Tissot te llevará por una ruta circular con vistas al Eiger en una pasarela de infarto de unos 15 minutos. Dispone de restaurante con vistas para pasar el día.

Antes de llegar aquí tendrás tres paradas imprescindibles si te gusta la adrenalina: First Flyer, una tirolina que baja a 84 km/h y a unos 50 metros de alto; First Glider, un atracción en forma de ave rapaz que acoge a cuatro personas sin miedo a las alturas y las lleva volando (literalmente) en una ruta de 800 metros de longitud a una velocidad de hasta 83 km/h. First Mountain Cart es demasiado divertida para ser real: podrás descender unos tres km por la montaña en un carro -entre cart y trineo-. Esta opción es apta para niños.

Hay más: First Trottibike te lleva en una moto eléctrica a través de 4,5 km desde Bort hasta Grindelwald. Para acceder a todas ellas solo tienes que ir bajándote en las distintas paradas del teleférico. Es muy recomendable para este tipo de estancias con tantas actividades, coger la Swiss Pass Travel porque incluyen algunas de estas aventuras o hacen descuento, además de viajes ilimitados en tren, autobús y barco por todo Suiza. En este enlace encontrarás más información.

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Llegados hasta First no podemos obviar algunas de las rutas que tenemos a nuestro alcance, qué decir que todas nos llevarán hasta un increíble paisaje. La elección está clara: 50 minutos en dirección al lago Bachalpsee. Esta excursión parte desde la estación de First y puedes hacerla con toda la familia, es cierto que en algunos tramos es de roca y para niños muy pequeños puede ser difícil. No es recomendable ir en carro, ni tampoco con personas que no estén acostumbradas a caminar.

Una vez aquí, el glaciar os dará una grata bienvenida. El reflejo de las montañas en sus aguas no será un espejismo, pero por muchas veces que intentes fotografiarlo nunca será tan impactante como la realidad. A tu alrededor solo habrá naturaleza. Descansa después de este merecido esfuerzo.

Lauterbrunnen, el pueblo de las cascadas.Prisma by Dukas Presseagentur GmbH / Alamy Stock Photo

DESDE GRINDELWALD A LAUTERBRUNNEN

Desde la estación de Grindelewald Terminal, a la que debes ir porque tiene una increíble tienda de chocolates Lindt, salen diferentes góndolas en dirección a las montañas y pueblos que rodean Grindelwald. Una de las más populares es la que se dirige hasta Lauterbrunnen, el pueblo y valle de la cascada. Es cierto, que es una ruta muy turística, y que, una vez en el pueblo, encontrarás a mucha gente, pero es recomendable por las paradas y las vistas.

A lo largo de la ruta irás parando en diferentes estaciones, si vas con niños tienes que bajar en Männlichen. Aquí encontrarás senderos, un restaurante y un parque infantil alpino con una vaca gigante de madera de 8,5 metros de altura. También puedes tomar la caminata de Lieselotte hacia Holenstein, que conduce al nuevo y gran circuito de copas de árboles y al sendero Öpfelchüechli.

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Puedes seguir hasta el pueblecito de Wengen desde el Royal Ride, unas cabinas que descienden y ascienden desde Männlichen y que son toda una joya. Ya en Wegen un tren os llevará hasta Lauterbrunnen, que como su nombre indica está repleto de bellas cascadas, concretamente 72.

Las cataratas Trümmelbach, en la montaña ‘Black Monk’, están escondidas detrás de poderosas paredes rocosas y son capaces de generar hasta 20.000 litros de agua por segundo sobre los diez glaciares a una altura de 200 metros. A este espectáculo sólo se puede llegar en verano.

Si te conformas con menos, ve hacia las cascadas -sigue a la gente si no sabes el camino. Y, una vez vistas, continúa por el sendero entre el río y las montañas. Termina el día tomando un café y comiendo algo en alguno de los restaurantes de Lauterbrunnen.

Las vistas del jacuzzi del Hotel Glacier.Hotel Glacier

DÓNDE DORMIR

Hay muchos hoteles en Grindelwald, pero ninguno tan bonito como el Hotel Glacier. Con vistas a las imponentes montañas del pueblo y al Eiger, este hotel boutique de 28 habitaciones y suites tiene todo lo que puedas necesitar durante tu estancia. Las Signature rooms tiene una particularidad y es que disponen de jacuzzi al aire libre, una ventaja en invierno cuando quieres disfrutar de un relajante (y caliente) baño tras una jornada de esquí.

Sus camas king size y una espaciosa habitación con terraza la convierten en la ideal si viajas en pareja pero también en familia. Agradecerás mucho tener espacio suficiente para descansar. En total disponen de cuatro habitaciones de este tipo, el resto son igualmente perfectas.

En tu estancia en el hotel podrás relajarte después de un día de senderismo en su zona Wellness, en la que encontrarás una sauna alpina, un hammam, una piscina hidromasaje caliente a 37º abierta durante todo el año y con las mejores vistas, además de una sala para relajarte con refrigerios y agua. También disponen de servicio de masajes y gimnasio.

Ver fotos: los pueblos más bonitos de Suiza

La oferta gastronómica es uno de los puntos fuertes del hotel que, seas o no huésped, debes probar. Disponen de dos restaurantes, uno más relajado con un menú tipo brunch con hamburguesas, platos de pasta y deliciosos postres. Los platos alpinos cobran protagonismo en el restaurante más sofisticado Gault& Millau, donde Paul Cabayé (Estrella Michellin) ofrece un menú de 5, 7 o 9 platos.

Tampoco puedes perderte sus deliciosos desayunos con productos típicos de la región: mermeladas caseras, quesos y chocolate, cómo no. Déjate ayudar por su encantador equipo, harán que te sientas en Grindelwald como en casa.

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