¿Qué esconde Lesoto?

Lo primero, ¿sabrías situarlo en un mapa?

Maletsunyane River valley en Lesoto

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No sin razón: el país africano, algo menor en superficie que Suiza, pocas veces acapara portadas. Sin embargo, Lesoto es una sorpresa constante que bien merece una visita.

Situado en plena cordillera del Drakensberg, Lesoto es el país con el punto más bajo más elevado del mundo, a 1.400 metros sobre el nivel del mar. Sus escasos dos millones de habitantes se distribuyen entre las montañas, acorralados por acantilados, cascadas y cumbres nevadas. La capital, Maseru, es el bullicio hecho ciudad, con sus calles repartidas entre mercados de antigüedades y ruidosas terminales de autobuses.

Cordillera del Drakensberg

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Lo primero que llama la atención de Lesoto es, una vez localizado, su lugar en la geografía africana: el país vive y respira rodeado por Sudáfrica. El porqué de esta situación de “isla” en tierra seca se remonta a principios del siglo XX, cuando en 1910, Inglaterra, entonces dueño y señor de las colonias que hoy forman Sudáfrica, decidió unirlas en una sola. Las colonias de Basutolandia y Suazilandia se rebelaron, logrando mantener su relativa independencia. Suazilandia, entre Sudáfrica y Mozambique, conserva su nombre hasta hoy; Basutolandia pasó a llamarse Lesoto en 1966.

Poblados en plena cordillera del Drakensberg

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La mejor forma de llegar a Lesoto es, por tanto, por tierra, atravesando la parte del Drakensberg que pertenece a Sudáfrica hasta alcanzar Sani Pass, probablemente el cruce de frontera más espectacular del mundo : a 2.500 metros de altura, la aduana tiene una vista privilegiada a las cimas de la cordillera, y acoge a los viajeros en el pub más alto de África, el Sani Mountain Lodge , a escasos pasos del control de pasaportes.

Con un ambiente kitsch de estación de esquí setentera, Sani Mountain Lodge es un punto de encuentro entre turistas y comerciantes, y el punto perfecto para brindar por futuras aventuras con una Maluti, la cerveza nacional de Lesoto.

El lugar de encuentro de viajeros

Sani Mountain Lodge

Una vez cruzada la frontera, la primera parada suele ser Maseru, la capital del reino. Caótica, agotadora y fascinante, Maseru es el centro neurálgico del país y es imposible escapar a su tirón. La mayoría de los viajeros se quedan lo que tardan en cambiar de autobús en una de sus muchas terminales, pero si decides alargar tu estancia, ir de compras al mercado municipal, que ofrece de máquinas de escribir a bolsas de patatas fritas traídas de estraperlo de Sudáfrica, es una auténtica experiencia africana.

Gracias al tamaño reducido del país, desde Maseru se puede llegar a las joyas de la corona del turismo lesotense en apenas unas horas.

Maseru, el reino del caos

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Malealea, a dos horas al suroeste de la capital, es el destino por excelencia del país. El pueblo es un ejemplo de turismo inclusivo, en el que la comunidad al completo se dedica a los viajeros. Malealea Lodge es el corazón de la comunidad: un antiguo puesto de aduanas reconvertido en hotel, restaurante y centro turístico, donde viajeros y vecinos se reúnen a diario.

La atracción estrella de Malealea son las pinturas rupestres de la tribu San, repartidas por las montañas que rodean el pueblo. Malealea Lodge organiza excursiones en busca de muestras de arte prehistórico en el medio de transporte por excelencia de Lesoto : a lomos de los ponies basotho, esbeltos y fuertes, y con un sentido del equilibrio que ya quisiera para sí un coche todoterreno. Las excursiones duran entre dos horas y tres días, haciendo noche en cabañas tradicionales construidas cerca de las cuevas.

Vistas sobre Malealea

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Si la perspectiva de subir cuestas montañosas a caballo no resulta muy atractiva, el pueblo de Semonkong es una buena alternativa. Otro ejemplo de turismo comunitario, Semonkong, tres horas al sudeste de Maseru, es conocida por las espectaculares cascadas Maletsuyane , accesibles fácilmente a pie.

¿Ya te has convencido de aventurarte a Lesoto? Si es así, no te olvides de llevarte dos cosas: paciencia y ropa de abrigo.

A pesar de lo pequeño del país, las carreteras no están en el mejor de los estados, y las distancias se tardan mucho más en cubrir de lo que podría parecer a simple vista. Semonkong, por ejemplo, está a apenas 115 kilómetros de Maseru, pero no se hace en menos de tres horas.

Cascadas Maletsuyane

Semonkong Lodge

Lesoto es un país en las nubes, literalmente, lo que se traduce en que hace frío todo el año. La temperatura media anual e s de 7º, incluyendo una media de 12º en enero, punto álgido del verano austral. De hecho, verás muchos lesotenses caminando por la calle cubiertos con una especie de edredón. No, no es una batamanta, sino la célebre kobo, la prenda oficial de Lesoto: una cubierta tejida con lana y algodón, que lucen desde policías a universitarios.

Río Maletsunya en el invierno africano

Semonkong Lodge

Junto con el kobo, verás a muchos lesotenses con un curioso sombrero de paja. Es el mokorotlo , un sombrero cónico que se ha convertido en el escudo de armas del país, presente incluso en su bandera. Tanto el kobo como el mokorotlo son excelentes souvenirs, como te recordarán una y otra vez vendedores ambulantes en los muchos mercados del país… y desde luego mejor que otro imán para la nevera.

¿Necesitas más razones? Abre un atlas ya y localiza Lesoto, lo querrás incluir en tu próxima ruta por África.

Kobo y Mokorotlo: la vestimenta de los lesotenses

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