Proyecto USS acompaña proceso de cirugías reparatorias

Equipos de las carreras de Medicina, Psicología, Nutrición y Dietética, Kinesiología y Pedagogía en Educación Física de la Universidad San Sebastián, trabajan con usuarias del Movimiento Guatita Delantal para que logren alcanzar el estándar solicitado para las cirugías reparatorias.

El Movimiento Guatita Delantal nació en 2016 con el objetivo de lograr que la obesidad mórbida –como enfermedad crónica– sea abordada tanto física como psicológicamente y que la abdominoplastia secundaria a esta condición sea integrada al GES para acceder al beneficio de las cirugías reconstructivas, que contempla el cumplimiento de algunos criterios preoperatorios.

Precisamente para asesorar a 16 agrupaciones Guatita Delantal del Biobío en el proceso de cumplimiento de estos requisitos, con énfasis en el fortalecimiento de los cambios de estilos de vida saludables para mantenerlos a través del tiempo, se implementó en la sede Concepción de la Universidad San Sebastián, el Proyecto Colaborativo de Vinculación con el Medio, Acompañamiento integral Agrupación Guatita Delantal y Obesidad Chile.

“Nuestro rol es acompañar a las usuarias, a través de las carreras de Medicina, Psicología, Nutrición y Dietética, Kinesiología y Pedagogía en Educación Física, para que alcancen el estándar solicitado y evitar la pérdida de cupos otorgados para las cirugías reparatorias”, apunta Jonathan Vásquez Barros, académico de Vinculación con el Medio de la carrera de Medicina y líder de la iniciativa que se enmarca en el Programa Territorial Hito Más Nutrición Más Vida.

En efecto, Flor Mellado, presidenta Regional de Guatita Delantal Biobío, señala que “este proyecto nos ha aportado conocimiento para la mejora de nuestra salud, ya que nos ha entregado herramientas para regularnos en lo emocional, incluyendo técnicas de relajación y estrategias para sobrellevar las cargas emocionales. Ha sido un gran aporte a todas las mujeres, para el logro en el cumplimiento de protocolos que exige el Ministerio de Salud y así, optar a las cirugías tan anheladas”.

Conexión con la realidad

En concreto, la carrera de Medicina desarrolla sesiones educativas con orientación pre y postoperatoria, el registro y acompañamiento individual de los usuarios durante el proceso diagnóstico y terapéutico, que incluye una valoración en el ámbito de salud mental para proponer una estrategia adecuada, mientras que los equipos de Nutrición y Dietética abordan los aspectos vinculados a estrategias alimentarias, trabajo que es complementado por la carrera de Psicología, cuya intervención se focaliza en las competencias socioemocionales relacionadas con las conductas en la alimentación.

Por su parte, Pedagogía en Educación Física impartirá talleres relacionados al alcance y logro del índice de masa corporal adecuado, previo a la cirugía y Kinesiología desarrolla sus actividades en el proceso de recuperación post-cirugía, orientadas a los usuarios de forma individual según las características biomédicas.

Nicol Altamirano, académica de Psicología y participante del proyecto, acota que “decidimos entregar herramientas a las usuarias, centrándonos en cómo una mala salud mental puede promover conductas y hábitos de vida nocivos, como el sedentarismo, la mala alimentación y el uso de alcohol y cigarrillos. Trabajar en estas problemáticas permite a los estudiantes conocer el sistema de atención de salud que recibe y atiende a estas usuarias, en donde el enfoque de trabajo no siempre es ideal, ni se trabaja de forma integral, como es el caso de esta iniciativa”.

Desde su experiencia, la estudiante de 5° año de Psicología, Danila Burgos, cuenta que “trabajamos con las 16 coordinadoras del movimiento en Biobío y en terreno detectamos dos necesidades importantes: la falta de herramientas de contención para ayudar a las socias y falta de técnicas de autocuidado. A partir de aquello, se fueron generando instancias de psicoeducación donde se les brindaron las herramientas pertinentes para desarrollar de manera integral y saludable su rol de líderes. Me encantó trabajar de manera grupal, creando y llevando a cabo talleres, que no fueron sólo instancias de aprendizaje para las beneficiarias, sino que también para nosotros como estudiantes”.

Es un acierto que los jóvenes se acerquen al mundo real y vean las problemáticas que existen fuera de la academia. En este tipo de proyectos solo hay beneficiados, tanto los profesionales, alumnos y nosotras las personas de la sociedad civil”, finaliza Flor Mellado.

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