12. Mis mejores amigos

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Al notar mi presencia se empezaron a reír a carcajadas. Su plan había salido bien.

— ¿Qué tal con la profesora de historia, eh? - Dije con rabia en mi voz.

— Pues muy bien. Ya sé quién gana la guerra. - Sonrió con prepotencia. Yo solté una carcajada por dentro; daba vergüenza escucharla.

— Esto no es una guerra, dame mi uniforme.

Asomó la cabeza detrás mío y vio a los chicos. — Así que no es sólo Hyunjin, son ocho más. Muy bien. La española es una zorra. - Dijo escupiendo con asco la última palabra.

Mordí mi labio y cerré los puños dentro de los bolsillos de la sudadera para no arrancarle mechón a mechón su pelo naranja y pestañas postizas. Nada de lo que debía tenía sentido alguno.

— No me hablas así. No eres más que nadie.

En mi mente desearía decirle muchísimas cosas, pero cuando pasa en el momento, no hay instrucciones que te guíen a que decir y que no.

— Yo creo que sí. - Rió - Una pista, tu uniforme está mojado.

— Eres muy original. - Dije con sarcasmo. - Y por cierto, bonito post-it, pero úsalos para algo útil y así al menos apruebas por voluntad propia y no por quien es tu padre.

No sé si me arriesgue a decir eso, pero no importaba. Tenía testigos de lo ocurrido y no creía que se iba a arriesgar a contar nada de lo que había dicho (que, además, era verdad).

Me acerqué a los chicos riéndome en mis interiores por su rostro enfadado.

— Han sacado la bolsa fuera. Esta debajo de la tormenta.

— Qué rabia. - Dijo Jeongin.

Sonó la campana. Algunas clases más y volvíamos a casa, lo cual equivalía a coger la bolsa.

— ¿Qué les dirás a los profesores?

— Quedaré como una estúpida, pero les diré que me dejé la bolsa afuera a la hora de gimnasia y al volver al vestuario y darme cuenta, empezó a llover y se mojó.

Los chicos asintieron y entramos a clase. Ambos profesores me preguntaron y les dije mi excusa. Al ser nueva y de intercambio me lo dejaron pasar, pero dijeron que sería la última vez. Espero que Areum no tenga más ideas que conlleven mi uniforme.

***

— Espera, ¿Qué?

— Lo que oyes, Chan. - Dijo Hyunjin.

— Desde que te vio te ha puesto el ojo encima. - Me miró - No puede seguir así.

— Lo sé, pero no hay nada que podamos hacer por el momento. - Suspiré.

— Sigue lloviendo a montones y hay que salir para ir a casa y encontrar la bolsa. ¿Alguien lleva paraguas al menos? - Preguntó Seungmin.

— Yo. Mi madre me lo mete en la mochila siempre por si acaso. - Dijo Jeongin.

Too cute - Dije y los que hablaban inglés me entendieron.

— Yo también llevo. - Avisó Woojin.

La gente iba saliendo del edificio con paraguas, otros tapándose con chaquetas mientras corrían y otros simplemente pasando de todo. Aunque ya no habían rayos y truenos, seguía haciendo viento.

— Siento que se vaya a mojar, Han. - Dije antes de abrir la puerta y que las gotas de lluvia empezasen a marcar territorio en la sudadera verde.

Busqué con la mirada donde podría estar. A lo lejos vi como estaba al principio de la cancha de fútbol del recreo. Al menos me lo dejaron fácil puesto que la mochila no estaba muy lejos. Estaba mojada, sí, pero estaba.

Corrí hacia ella y la cogí. El agua se había filtrado y había mojado todas mis cosas. Vi como algunos chicos me seguían y se mojaban también.

— ¿Qué hacéis? ¡Esperad bajo el porche, os vais a enfermar! - Dije.

— Que le jodan a todo. - Rió Minho, que había salido del porche.

Jeongin dejó el paraguas en su mochila y salió corriendo a la lluvia. Woojin le imitó. Ahora estábamos los diez mojándonos bajo la intensa lluvia en el campo del instituto, el cual estaba prácticamente vacío.

Félix abrió sus brazos y daba vueltas. Los demás reímos e imitamos sus movimientos. Seungmin hacía alguna que otra foto bajo el techo antes de salir y mojarse también. 

Notaba como mis rizos iban desapareciendo por el agua, como los uniformes de los chicos se iban oscureciendo y como sus flequillos se hacían más largos.

Hyunjin saltó encima de Changbin tirándolo al suelo y seguramente manchándolo de barro.

— ¡Eh, tú! - Dijo el aplastado mientras Hyunjin se reía.

Los chicos empezaron a tirarse encima de este último formando una torre

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Los chicos empezaron a tirarse encima de este último formando una torre. Han me miró y vino corriendo hacia a mí. Me indicó que me subiese encima suyo a "caballito" (temía hacerle daño al saltar) y dio vueltas conmigo encima.

— ¡Buah! ¡Me voy a marear Han! - Exclamé riéndome y este frenó.

— A nuestras madres no les va a hacer nada de gracia ver el uniforme así, encima siendo lunes.

— No lo había pensado. Mala idea. - Murmuré.

— No ha sido mala idea, mírales. - Se dio la vuelta para que pudiese ver a los demás.

Estaban riendo a carcajadas, con gotas de lluvia cayendo por sus caras. Inconscientemente sonreí. Habían estado a mi lado todo el día de hoy para ayudarme. De todo esto he sacado algo que Areum no se esperaba, buenos recuerdos.

Si decía que debía tener cuidado de quien me rodeaba, que me cayesen todos sus ataques encima. No me iba a alejar de ellos, mis mejores amigos.

Esa misma noche, dormí con la sudadera de Han. Su olor me transmitía mucha calma, y olía muy bien. Además era una sudadera muy blandita y cómoda.

Esa noche me di cuenta de cosas, como de que lo genial que sería dormir abrazada a Han, y de lo reales que se sienten las mariposas al imaginármelo.

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:'))))))))) En tu cara, pelirroja teñida,

Aitana

Good To Love | Han JisungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora