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D. JUAN LUÍS GÓMEZ PINCHETTI SECRETARIO DEL<br />

DEPARTAMENTO DE BIOLOGÍA DE LA UNIVERSIDAD DE LAS<br />

PALMAS DE GRAN CANARIA,<br />

CERTIFICA,<br />

Anexo I<br />

Que el Consejo <strong>de</strong> Doctores <strong>de</strong>l Departamento en su sesión <strong>de</strong> fecha<br />

hoy tomó el acuerdo <strong>de</strong> dar el consentimiento para su tramitación, a la<br />

tesis doctoral titulada “ECOSISTEMAS ERRANTES: Epibiontes como<br />

indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias”<br />

presentada por la doctoranda Dª Ana Liria Loza y dirigida por el Doctor<br />

Luís Felipe López Jurado.<br />

Y para que así conste, y a efectos <strong>de</strong> lo previsto en el Artº 73.2<br />

<strong>de</strong>l Reglamento <strong>de</strong> Estudios <strong>de</strong> Doctorado <strong>de</strong> esta <strong>Universidad</strong>, firmo la<br />

presente en <strong>Las</strong> Palmas <strong>de</strong> Gran Canaria, a <strong>de</strong> <strong>de</strong><br />

dos mil once.


UNIVERSIDAD DE LAS PALMAS DE GRAN CANARIA<br />

Departamento: BIOLOGÍA<br />

Programa <strong>de</strong> Doctorado: ECOLOGÍA Y GESTIÓN DE RECURSOS VIVOS<br />

MARINOS<br />

Título <strong>de</strong> la Tesis<br />

Anexo II<br />

ECOSISTEMAS ERRANTES: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> las<br />

tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias.<br />

Tesis Doctoral presentada por Dª__ ANA LIRIA LOZA______________<br />

Dirigida por el Dr. D. ____LUÍS FELIPE LÓPEZ JURADO__________<br />

Codirigida por el Dr/a. D/Dª. ________________________________________<br />

El/la Director/a, El/la Codirector/a El/la Doctorando/a,<br />

(firma) (firma) (firma)<br />

<strong>Las</strong> Palmas <strong>de</strong> Gran Canaria, a _____<strong>de</strong>_________________<strong>de</strong> 20__


El presente trabajo ha sido financiado con una Beca Tomás <strong>de</strong> Zárate, concedida<br />

por el Cabildo <strong>de</strong> Gran Canaria durante los años 2003-2006 para la realización<br />

<strong>de</strong> tesis doctoral.


LUÍS FELIPE LÓPEZ JURADO, PROFESOR TITULAR EN EL<br />

DEPARTAMENTO DE BIOLOGÍA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS DEL<br />

MAR DE LA UNIVERSIDAD DE LAS PALMAS DE GRAN CANARIA<br />

INFORMA<br />

Que Dña. Ana Liria Loza, Licenciada en Biología, ha realizado bajo mi<br />

dirección y asesoramiento el presente trabajo titulado<br />

“ECOSISTEMAS ERRANTES: EPIBIONTES COMO INDICADORES<br />

BIOGEOGRÁFICOS DE TORTUGAS MARINAS DE CANARIAS”,<br />

el cuál consi<strong>de</strong>ro reúne las condiciones y la calidad científica para optar al grado<br />

<strong>de</strong> Doctor.<br />

En <strong>Las</strong> Palmas <strong>de</strong> Gran Canaria, a <strong>de</strong> <strong>de</strong> 2011.<br />

Fdo: Luís Felipe López Jurado


Facultad <strong>de</strong> Ciencias <strong>de</strong>l Mar<br />

Departamento <strong>de</strong> Biología<br />

TESIS DOCTORAL<br />

ECOSISTEMAS ERRANTES:<br />

EPIBIONTES COMO INDICADORES BIOGEOGRÁFICOS<br />

DE TORTUGAS MARINAS DE CANARIAS<br />

ANA LIRIA LOZA<br />

<strong>Las</strong> Palmas <strong>de</strong> Gran Canaria<br />

2011


A mi a b u e l o El a d i o ,<br />

po r s u s 1 0 0 a ñ o s d e u n a v i d a e j e m pl a r .


AGRADECIMIENTOS<br />

En primer lugar quiero <strong>agrad</strong>ecer este trabajo a mi familia, principalmente a<br />

una persona extraordinaria, mi madre, que se ha quitado el pan <strong>de</strong> la boca para<br />

enseñarme a disfrutar <strong>de</strong> la vida y a realizarme a mi misma, que me ha hecho soñar<br />

con nuevos mundos y culturas por conocer, que me ha ayudado a compren<strong>de</strong>r el<br />

complejo mundo <strong>de</strong> las personas, y que reparte continuamente una maravillosa<br />

energía a todo el que tiene la suerte <strong>de</strong> estar a su lado.<br />

A mi padre, por enseñarme que el trabajo bien hecho es importante, aunque<br />

hay que saber ponerle sus límites, y a mis 3 hermanos, por ser tan únicos, cada uno a<br />

su manera.<br />

En segundo lugar, al director <strong>de</strong> esta tesis y gran maestro <strong>de</strong> innumerables<br />

trabajos, el Dr. Luís Felipe López Jurado, por mostrarme un poquito <strong>de</strong> ese<br />

intrincado laberinto <strong>de</strong> sabiduría que guarda en su logger-head1.<br />

A Pascual Calabuig por permitirme entrar en el mundo <strong>de</strong> la recuperación <strong>de</strong><br />

tortugas marinas y llevar a cabo este trabajo, así como a todo el personal <strong>de</strong>l Centro<br />

<strong>de</strong> Recuperación <strong>de</strong> Fauna Silvestre (CRFS) <strong>de</strong> Gran Canaria, que me apoyaron y<br />

ayudaron en todo momento.<br />

No puedo seguir a<strong>de</strong>lante sin dar un especial <strong>agrad</strong>ecimiento a mis Tortugirls,<br />

ya que si no fuera por ellas no habría podido terminar esta tesis: a María, por su<br />

increíble <strong>de</strong>sparpajo innato, y a Saray, por su maravilloso carácter. Chicas, mil<br />

gracias, es un placer trabajar con uste<strong>de</strong>s, su pasión, su alegría, su responsabilidad y<br />

su buena disposición.<br />

A Nuria Varo y Catalina Monzón, por animarme, ayudarme, apoyarme,<br />

aguantarme y acompañarme en el duro camino <strong>de</strong> la tesis doctoral, y sobretodo, por<br />

vuestra gran nobleza y rigor científico, basado siempre en el respeto por la<br />

naturaleza y las personas. Gracias por vuestra amistad.<br />

A Sonia Suárez, por las innumerables y eternas charlas sobre tortugas y algas<br />

acompañadas <strong>de</strong> un buen “vinico” que nunca olvidaré.<br />

1 Juego <strong>de</strong> palabras con el nombre en inglés <strong>de</strong> la especie estudiada en este trabajo Loggerhead<br />

(Caretta caretta), y la traducción literal, “gran cabeza”.


A la familia For<strong>de</strong>, por acogerme en su familia como a una mas, en especial a<br />

Françoise, por su cariño constante y por sus sabios consejos, y a Tony, por intentar y<br />

seguir intentando ponerme los pies en la tierra.<br />

Por último, a la base <strong>de</strong> todo este trabajo; al pilar <strong>de</strong> todo cuanto soy y tengo<br />

ahora mismo; al que ha tenido que aguantar tortugas no solo hasta en la sopa, sino<br />

incluso en la bañera; al que me dado los consejos, los reproches, las llamadas <strong>de</strong><br />

atención, el cariño y el amor a<strong>de</strong>cuado durante todo este tiempo, merci beaucoup<br />

Cedric.<br />

No quiero terminar estos <strong>agrad</strong>ecimientos sin mencionar a una serie <strong>de</strong><br />

personas que han estado presentes durante este largo recorrido, en el mundo <strong>de</strong> las<br />

tortugas y fuera <strong>de</strong> él, y que me han apoyado, acompañado y alegrado tantos buenos<br />

momentos: Loreto Laguna & Family, Oscar López, Daniel Cejudo, Pedro López,<br />

Juliao Lima, Fotunato Da Cruz, Elena Abella, Mireia Aguilera, Paco González,<br />

Antonio Lorenzo, Ana Belén Casal, Carlota Isasi, Heidi… y un largo etcétera.<br />

A todos MIL GRACIAS, MERCI BEAUCOUP


ESTRUCTURA<br />

Historia evolutiva <strong>de</strong> esta tesis doctoral<br />

El origen <strong>de</strong> esta tesis doctoral proviene <strong>de</strong> la curiosidad que <strong>de</strong>spertaron los diferentes tipos <strong>de</strong><br />

colonización <strong>de</strong> epibiontes observados en las tortugas marinas que ingresaban en el Centro <strong>de</strong><br />

Recuperación <strong>de</strong> Fauna Silvestre (CRFS) <strong>de</strong>l Cabildo <strong>de</strong> Gran Canaria, a lo largo <strong>de</strong>l año 2001. Por<br />

aquel entonces pensaba que las tortugas con lesiones mas graves presentarían colonizaciones mas<br />

<strong>de</strong>nsas y abundantes que aquellas con lesiones leves o sanas, <strong>de</strong>bido a que la <strong>de</strong>bilidad extrema les<br />

lleva a <strong>de</strong>jarse llevar por las corrientes, a la <strong>de</strong>riva, como si <strong>de</strong> un objeto flotante se tratara. Al<br />

observar que esto dista completamente <strong>de</strong> la realidad, las preguntas comenzaron a asaltarnos como si<br />

hubiéramos abierto la caja <strong>de</strong> Pandora: ¿<strong>de</strong> dón<strong>de</strong> viene esta tortuga? ¿dón<strong>de</strong> se lesionó? ¿hace<br />

cuánto tiempo que lleva herida?, etc., y, ¿pue<strong>de</strong>n los epibiontes ayudarnos a encontrar respuestas?.<br />

Posteriormente, y al ir profundizando en mi amistad con el peculiar director <strong>de</strong> esta tesis, D. Luís<br />

Felipe López Jurado, las preguntas se fueron multiplicando exponencialmente: ¿cuál es el origen <strong>de</strong><br />

esta tortuga? ¿dón<strong>de</strong> nació? ¿dón<strong>de</strong> ha estado estos años? ¿por qué ha llegado a Canarias? ¿qué está<br />

haciendo aquí? ¿es un lugar <strong>de</strong> paso o una zona alimentación estable? ¿dón<strong>de</strong> ha estado<br />

alimentándose antes? ¿<strong>de</strong> qué se alimenta? ¿a dón<strong>de</strong> va?... y miles <strong>de</strong> preguntas mas que no voy a<br />

pasar a <strong>de</strong>tallar porque podría completar una tesis entera solo con las preguntas que salieron <strong>de</strong><br />

nuestras cabezas en aquel momento. Mientras, mis compañeras Catalina Monzón y Nuria Varo<br />

estudiaban, el origen (gracias a estudios genéticos), y los movimientos (mediante el seguimiento vía<br />

satélite) <strong>de</strong> los juveniles <strong>de</strong> tortuga boba (Caretta caretta) localizados en Canarias, yo me introducía<br />

en el mundo <strong>de</strong> los epibiontes…<br />

Nunca podré llegar a <strong>de</strong>scribirles todas mis sensaciones al poner bajo la lupa binocular mi primera<br />

muestra <strong>de</strong> epibiontes, pero les diré que fue una enigmática mezcla <strong>de</strong> terror y emoción. Terror,<br />

porque la gran mayoría <strong>de</strong> las “cosas” que allí encontré no sabia ni lo que eran; y emoción, porque<br />

quería saber qué eran y, sobretodo, qué hacían allí y qué nos podían <strong>de</strong>cir sobre esa tortuga marina.<br />

Fue entonces cuando miles <strong>de</strong> pequeños mundos se abrieron para mi: las algas y sus ciclos <strong>de</strong> vida;<br />

los hidroi<strong>de</strong>os y sus colonias <strong>de</strong> ínfimas medusas; los nudibranquios y sus increíbles adaptaciones<br />

metabólicas; el infinito universo <strong>de</strong> los crustáceos, con los anfípodos y su cuidado parental, los<br />

cirrípedos y su adaptación a una vida en movimiento, y hasta pequeños cangrejos que viven en mar<br />

abierto…<br />

No se con qué palabras o calificativos <strong>de</strong>scribir esta tesis doctoral, pero estoy segura <strong>de</strong> que la<br />

palabra DIVERSIDAD le encaja a la perfección. Mi formación como bióloga me ayudó enormemente<br />

a introducirme en cada uno <strong>de</strong> los grupos taxonómicos encontrados, y les aseguro que se pue<strong>de</strong><br />

seguir profundizando muchísimo mas en cada uno <strong>de</strong> ellos, pero he tenido que ponerles un límite para<br />

no per<strong>de</strong>r <strong>de</strong> vista mi objetivo principal: las tortugas Caretta caretta <strong>de</strong> Canarias.<br />

Es importante recalcar que mi estudio se ha basado en una muestra muy sesgada <strong>de</strong> las tortugas<br />

marinas <strong>de</strong> Canarias, ya que he trabajado con animales que han llegado heridos o lesionados por<br />

diversas razones. Este sesgo me obliga a tratar con mucha cautela la extrapolación <strong>de</strong> los resultados a<br />

las poblaciones naturales <strong>de</strong> tortugas marinas, pero creo que pue<strong>de</strong> dar unos indicios importantes que<br />

contribuyan al conocimiento <strong>de</strong> una especie todavía tan <strong>de</strong>sconocida como la tortuga boba.<br />

Por último, me gustaría subrayar que la enorme complejidad <strong>de</strong>l sistema tortuga-epibiontes <strong>de</strong> este<br />

estudio, <strong>de</strong>bido a la gran cantidad <strong>de</strong> variables que pue<strong>de</strong>n afectar tanto a la tortuga como a cada<br />

uno <strong>de</strong> los epibiontes, así como al ecosistema que se crea entre todos ellos, me ha llevado a realizar<br />

una tesis puramente <strong>de</strong>scriptiva, ya que el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> estudios estadísticos robustos ha resultado<br />

realmente complicado y muy frustrante.


Estructura <strong>de</strong> la Tesis doctoral<br />

La diversidad <strong>de</strong> grupos taxonómicos encontrados y las grandísimas diferencias que existen entre<br />

unos y otros, ha llevado a <strong>estruc</strong>turar esta tesis doctoral en diversos capítulos, agrupando en cada<br />

uno <strong>de</strong> ellos las especies por sus similitu<strong>de</strong>s taxonómicas.<br />

A) Antes <strong>de</strong> la disposición <strong>de</strong> los distintos capítulos se ha llevado a cabo una INTRODUCCIÓN para<br />

situar y a<strong>de</strong>ntrar al lector en los puntos principales <strong>de</strong> esta tesis:<br />

• La epibiosis marina: Conceptos y características principales<br />

• La zona <strong>de</strong> estudio: El Archipiélago Canario y la región Macaronesica<br />

• <strong>Las</strong> tortugas marinas: Generalida<strong>de</strong>s y especificaciones importantes.<br />

B) Seguido por una <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> la METODOLOGÍA general <strong>de</strong>l estudio.<br />

C) A continuación se ha <strong>de</strong>sarrollado el estudio <strong>de</strong> cada una <strong>de</strong> las especies epibiontes encontradas,<br />

agrupadas taxonómicamente en diversos capítulos:<br />

CAPÍTULO 1: FLORA EPIBIONTE DE JUVENILES DE TORTUGA BOBA DE CANARIAS.<br />

CAPÍTULO 2: CNIDARIOS EPIBIONTES DE JUVENILES DE TORTUGA BOBA DE CANARIAS.<br />

CAPÍTULO 3: MOLUSCOS EPIBIONTES DE JUVENILES DE TORTUGA BOBA DE CANARIAS.<br />

CAPÍTULO 4: CRUSTÁCEOS EPIBIONTES DE TORTUGA BOBA DE CANARIAS: CIRRIPEDOS.<br />

CAPÍTULO 5: CRUSTÁCEOS EPIBIONTES DE TORTUGA BOBA DE CANARIAS: MALACOSTRÁCEOS.<br />

CAPÍTULO 6: CRUSTÁCEOS EPIBIONTES DE TORTUGA BOBA DE CANARIAS: “El Cangrejo <strong>de</strong><br />

Colón”.<br />

Para cada capítulo se ha <strong>de</strong>sarrollado una Introducción reflejando las características mas importantes<br />

sobre cada grupo taxonómico recogidas en la bibliografía, seguido <strong>de</strong> una <strong>de</strong>scripción taxonómica<br />

<strong>de</strong>tallada <strong>de</strong> los grupos estudiados para <strong>de</strong>finir sus características específicas.<br />

Posteriormente se realiza una <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong>tallada <strong>de</strong> las especies localizadas en este estudio,<br />

mediante fotos, dibujos, localización taxonómica, rasgos <strong>de</strong>stacables <strong>de</strong> la especie y los resultados<br />

obtenidos para cada especie en función <strong>de</strong> las variables <strong>de</strong> estudio (tablas <strong>de</strong> frecuencias). Por ultimo<br />

se realiza un análisis conjunto <strong>de</strong> las especies <strong>de</strong> cada capítulo y la discusión y conclusiones <strong>de</strong> los<br />

resultados para cada grupo taxonómico.<br />

D) Por último, se ha llevado a cabo el ANÁLISIS CONJUNTO <strong>de</strong> todas las especies observadas,<br />

<strong>de</strong>sarrollando un capítulo <strong>de</strong> Análisis <strong>de</strong> resultados y Discusión global conjunta, en el que se analiza y<br />

recopila los datos mas importantes observados <strong>de</strong> cada especie y <strong>de</strong>l conjunto <strong>de</strong> estas.<br />

E) Finalizando con <strong>de</strong> las CONCLUSIONES GENERALES.<br />

F) REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS<br />

G) ANEXO.


RESUMEN<br />

<strong>Las</strong> tortugas marinas navegan por nuestros mares y océanos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace mas <strong>de</strong> 100<br />

millones <strong>de</strong> años. En la actualidad, las poblaciones <strong>de</strong> las siete especies <strong>de</strong> tortugas<br />

marinas que existen en el mundo se encuentran amenazadas o en peligro <strong>de</strong><br />

extinción, <strong>de</strong>bido a causas principalmente antropogénicas, por lo que es importante<br />

unificar todos los esfuerzos necesarios para su conservación. A<strong>de</strong>más, estos curiosos<br />

animales <strong>de</strong>spiertan todavía una gran cantidad <strong>de</strong> incógnitas, que estudios <strong>de</strong><br />

diferentes disciplinas están intentando <strong>de</strong>scifrar.<br />

La <strong>estruc</strong>tura externa <strong>de</strong> las tortugas marinas, caracterizada por la coraza ósea que<br />

constituye el caparazón, así como su forma <strong>de</strong> vida casi completamente acuática,<br />

permiten que <strong>de</strong>terminadas especies <strong>de</strong> la fauna y flora marina puedan asentarse<br />

sobre ellas colonizando sus caparazones y su piel, adaptándose a vivir sobre otro ser<br />

vivo, <strong>de</strong>sarrollando un proceso <strong>de</strong>nominado epibiosis.<br />

Los epibiontes, u organismos que viven sobre otros ser vivo, se adaptan a su nuevo<br />

medio <strong>de</strong> vida, la tortuga, estableciendo relaciones e interacciones con esta, así<br />

como con el resto <strong>de</strong> especies que colonizan el mismo organismo, generando<br />

auténticos ecosistemas móviles que se <strong>de</strong>splazan por el océano.<br />

El presente trabajo analiza datos <strong>de</strong> presencia/ausencia <strong>de</strong> las distintas especies<br />

epibiontes para conocer sus interacciones como ecosistema, así como obtener la<br />

mayor información posible sobre su hospedador a través <strong>de</strong> las características<br />

específicas <strong>de</strong> las especies que lo colonizan.<br />

Este trabajo constituye el primer estudio <strong>de</strong>tallado <strong>de</strong> las especies epibiontes <strong>de</strong> la<br />

tortuga boba (Caretta caretta) que circunda las aguas <strong>de</strong>l Archipiélago Canario, e<br />

intenta conocer en profundidad los movimientos y comportamientos <strong>de</strong> esta especie<br />

en las aguas <strong>de</strong> Canarias, como su significado en el ciclo <strong>de</strong> vida <strong>de</strong> esta tortuga en<br />

el Atlántico norte.<br />

Se han localizado un total <strong>de</strong> 29 taxones epibiontes, <strong>de</strong> los cuales se han estudiado<br />

en profundidad las 14 especies mas frecuentes y <strong>de</strong> mayor importancia en esta<br />

epibiosis, para conocer su relación y sus adaptaciones a las tortugas Caretta caretta<br />

que navegan por aguas <strong>de</strong> Canarias y para intentar obtener nuevos datos sobre la<br />

especie.


Í N D I C E


PÁGINAS INTRODUCTORIAS<br />

DEDICATORIA<br />

AGRADECIMIENTOS<br />

ESTRUCTURA DE LA TESIS<br />

RESUMEN<br />

ÍNDICE<br />

ÍNDICE I<br />

INTRODUCCIÓN 1<br />

1. – EPIBIOSIS MARINA 3<br />

Concepto y Definición 3<br />

Descripción <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong> Epibiosis 4<br />

Consecuencias ecológicas <strong>de</strong> la Epibiosis 6<br />

Especificidad <strong>de</strong> la Epibiosis 8<br />

2. – SITUACIÓN GEOGRÁFICA Y OCEANOGRÁFICA DE CANARIAS 11<br />

La Macaronesia 11<br />

Zoogeografía marina <strong>de</strong> las islas Macaronésicas 13<br />

El archipiélago Canario 15<br />

Condiciones oceanográficas <strong>de</strong> Canarias: La corriente <strong>de</strong> Canarias 16<br />

3. – LAS TORTUGAS MARINAS 21<br />

3.1. – GENERALIDADES DE LAS TORTUGAS MARINAS 21<br />

Historia evolutiva 21<br />

Taxonomía 22<br />

Morfología característica 23<br />

La alimentación 26<br />

La reproducción 26<br />

Amenazas y Conservación 27<br />

3.2. – CICLO DE VIDA DE LA TORTUGA BOBA (Caretta caretta) 30<br />

3.3. – LA TORTUGA BOBA EN EL ATLÁNTICO NORTE 32<br />

Teorías <strong>de</strong>l Atlántico Norte 32<br />

El Mar <strong>de</strong> los Sargazos 33<br />

La tortuga boba en la Macaronesia y Canarias 35<br />

3.4. – LA EPIBIOSIS EN TORTUGAS MARINAS 37<br />

Características <strong>de</strong> las tortugas marinas interesantes para la epibiosis 39<br />

OBJETIVOS 45<br />

OBJETIVOS 47<br />

III


MATERIAL Y MÉTODOS 51<br />

IV<br />

1. – LOCALIZACIÓN Y LUGAR DE MUESTREO 53<br />

EL ARCHIPIÉLAGO CANARIO 53<br />

EL CENTRO DE RECUPERACIÓN DE FAUNA SILVESTRE (CRFS) DE GRAN CANARIA 54<br />

2. – POBLACIÓN DE ESTUDIO 55<br />

3. – TOMA DE DATOS 57<br />

3.1. – BIOMETRÍA TORTUGAS 57<br />

3.2. – PROTOCOLO DE MUESTREO DE EPIBIONTES 59<br />

4. – ESPECIFICACIONES SOBRE LAS VARIABLES Y ANÁLISIS 60<br />

TALLAS Y ESTADIOS DEL CICLO DE VIDA DE LAS TORTUGAS 60<br />

CAUSA DE INGRESO 60<br />

LOCALIZACIÓN GEOGRÁFICA EN CADA ISLA (ZONA) 61<br />

GRAVEDAD DE LAS LESIONES 62<br />

ESPECIFICACIONES DE LAS VARIABLES DE ESTUDIO: EPIBIONTES 62<br />

ANÁLISIS DE LOS DATOS 62<br />

CAPÍTULO 1: FLORA EPIBIONTE 65<br />

1. – INTRODUCCIÓN 67<br />

2. – CARACTERÍSTICAS TAXONÓMICAS 69<br />

2.1. – DIVISIÓN CHLOROPHYTA 69<br />

2.2. – DIVISIÓN PHAEOPHICEA 70<br />

2.3. – DIVISIÓN RHODOPHYTA 71<br />

3. – RESULTADOS 74<br />

3.1. – DESCRIPCIÓN DE LAS ESPECIES 74<br />

Polysiphonia carettia Hollemberg, 1971 75<br />

Hincksia mitchelliae P. Silva, 1987 80<br />

Ceramium flaccidum Ardissone, 1871 85<br />

Cladophoropsis membranacea Borgesen, 1905 89<br />

3.2. – ANÁLISIS CONJUNTOS 93<br />

Abundancia 93<br />

Variación anual 95<br />

Variación geográfica 95<br />

Variación en función <strong>de</strong> la gravedad <strong>de</strong> las lesiones 95<br />

Estacionalidad 96<br />

Talla y estadios <strong>de</strong> las tortugas 97<br />

4. – DISCUSIÓN 99<br />

5. – CONCLUSIONES 102<br />

CAPÍTULO 2: CNIDARIOS EPIBIONTES 105<br />

1. – INTRODUCCIÓN 107<br />

2. – CARACTERÍSTICAS TAXONÓMICAS 111<br />

Filo Cnidaria 111


Clase Hydrozoa 111<br />

Or<strong>de</strong>n Hydroi<strong>de</strong>a 113<br />

Familia Campalariidae 113<br />

3. – RESULTADOS 115<br />

3.1. – DESCRIPCIÓN DE LA ESPECIE 115<br />

Obelia geniculata Linnaeus, 1758 115<br />

3.2. – ANÁLISIS DE RESULTADOS 119<br />

Variación anual 119<br />

Variación Geográfica 119<br />

Variación en función <strong>de</strong> la gravedad <strong>de</strong> las lesiones 119<br />

Estacionalidad 120<br />

Variación según la talla y estadios <strong>de</strong> las tortugas 120<br />

4. – DISCUSIÓN 121<br />

5. – CONCLUSIONES 124<br />

CAPÍTULO 3: MOLUSCOS EPIBIONTES 127<br />

1. – INTRODUCCIÓN 129<br />

2. – CARACTERÍSTICAS TAXONÓMICAS 133<br />

Filo Mollusca 133<br />

Clase Gasterópoda 134<br />

Or<strong>de</strong>n Opistobranchia 134<br />

Subor<strong>de</strong>n Nudibranchia 135<br />

Clado Aeolidida 135<br />

3. – RESULTADOS 136<br />

3.1. – DESCRIPCIÓN DE LA ESPECIE 136<br />

Fiona pinnata Eschscholtz, 1831 137<br />

3.2. – ANÁLISIS DE RESULTADOS 142<br />

Agrupaciones 142<br />

Variación anual 144<br />

Variación Geográfica 144<br />

Variación en función <strong>de</strong> la gravedad <strong>de</strong> las lesiones 144<br />

Estacionalidad 145<br />

Variación según la talla y estadios <strong>de</strong> las tortugas 146<br />

4. – DISCUSIÓN 147<br />

5. – CONCLUSIONES 150<br />

CAPÍTULO 4: CRUSTÁCEOS EPIBIONTES: CIRRÍPEDOS 153<br />

1. – INTRODUCCIÓN 155<br />

2. – CARACTERÍSTICAS TAXONÓMICAS 159<br />

Infraclase Cirripedia 159<br />

Superor<strong>de</strong>n Thoracica 160<br />

a) Or<strong>de</strong>n Pedunculata 161<br />

Subor<strong>de</strong>n Lepadomorpha 161<br />

b) Or<strong>de</strong>n Sessilia 161<br />

Subor<strong>de</strong>n Balanomorpha 161<br />

V


VI<br />

3. – RESULTADOS 163<br />

3.1. – DESCRIPCIÓN DE LAS ESPECIES 163<br />

Lepas anatifera Linnaeus, 1767 164<br />

Concho<strong>de</strong>rma virgatum Spengler, 1790 170<br />

Platylepas hexastylos Fabricius, 1798 176<br />

3.2. – ANÁLISIS CONJUNTO 181<br />

Variación anual 183<br />

Variación Geográfica 183<br />

Variación en función <strong>de</strong> la gravedad <strong>de</strong> las lesiones 183<br />

Estacionalidad 184<br />

Variación según la talla y estadios <strong>de</strong> las tortugas 186<br />

4. – DISCUSIÓN 187<br />

5. – CONCLUSIONES 190<br />

CAPÍTULO 5: CRUSTÁCEOS EPIBIONTES: MALACOSTRÁCEOS 195<br />

1. – INTRODUCCIÓN 197<br />

2. – CARACTERÍSTICAS TAXONÓMICAS 200<br />

Clase Malacostraca 200<br />

Superor<strong>de</strong>n Peracárida 200<br />

a) Or<strong>de</strong>n Anphipida 200<br />

a.1. - Subor<strong>de</strong>n Gammari<strong>de</strong>a 201<br />

a.2. – Subor<strong>de</strong>n Caprelli<strong>de</strong>a 202<br />

b) Or<strong>de</strong>n Tanaidacea 202<br />

3. – RESULTADOS 204<br />

3.1. – DESCRIPCIÓN DE LAS ESPECIES 204<br />

Hyale grimaldii Chevreux, 1891 205<br />

Podocerus chelonophylus Chevreux & De Guerne, 1888 210<br />

Caprella andreae Mayer, 1890 215<br />

Hexapleomera robusta Moore, 1894 220<br />

3.2. – ANÁLISIS CONJUNTO 225<br />

Variación anual 227<br />

Variación Geográfica 227<br />

Variación en función <strong>de</strong> la gravedad <strong>de</strong> las lesiones 227<br />

Estacionalidad 228<br />

Variación según la talla y estadios <strong>de</strong> las tortugas 230<br />

Cuidado parental prolongado 231<br />

4. – DISCUSIÓN 233<br />

5. – CONCLUSIONES 236<br />

CAPÍTULO 6: CRUSTÁCEOS EPIBIONTES: “El cangrejo <strong>de</strong> Colón” 241<br />

1. – INTRODUCCIÓN 243<br />

2. – MATERIAL Y MÉTODOS 246<br />

3.1. – CARACTERÍSTICAS TAXONÓMICAS 246<br />

Superor<strong>de</strong>n Eucarida 246<br />

Or<strong>de</strong>n Decápoda 246


Infraor<strong>de</strong>n Brachyura 247<br />

3.2. – METODOLOGÍA 249<br />

3. – RESULTADOS 250<br />

3.1. – DESCRIPCIÓN DE LA ESPECIE 250<br />

Planes minutus Linnaeus, 1758 251<br />

3.2. – ANÁLISIS DE RESULTADOS 256<br />

3.2.1. – Análisis <strong>de</strong> frecuencias 256<br />

Variación anual 257<br />

Variación Geográfica 257<br />

Variación en función <strong>de</strong> la gravedad <strong>de</strong> las lesiones 257<br />

Estacionalidad 258<br />

Variación según la talla y estadios <strong>de</strong> las tortugas 259<br />

3.2.2. – Análisis morfométricos 260<br />

3.2.3. – Análisis en función <strong>de</strong>l color y aspecto 263<br />

4. – DISCUSIÓN 266<br />

5. – CONCLUSIONES 270<br />

RESULTADOS Y DISCUSIÓN CONJUNTA 275<br />

ECOSISTEMAS ERRANTES 277<br />

COMPLEJIDAD DEL ESTUDIO 278<br />

ESPECIES OBSERVADAS 281<br />

DISTRIBUCIÓN DE LOS EPIBIONTES SOBRE EL CAPRAZÓN 286<br />

NUMERO DE ESPECIES POR TORTUGA 289<br />

INTERACCIONES ENTRE LAS ESPECIES EPIBIONTES 294<br />

CARACTERÍSTICAS Y ADAPTACIONES DE LOS EPIBIONTES 296<br />

APORTES DE ESTA TESIS DOCTORAL 298<br />

COMPORTAMIENTO DE LOS EPIBIONTES EN FUNCIÓN DE LA TALLA DE LAS TORTUGAS 299<br />

CONCLUSIONES GENERALES 307<br />

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 315<br />

ANEXO 341<br />

VII


I N T R O D U C C I Ó N


CONCEPTO Y DEFINICIÓN<br />

INTRODUCCIÓN<br />

1. - EPIBIOSIS MARINA<br />

En los ambientes marinos, cualquier superficie sumergida en el agua esta expuesta a la colonización<br />

por una gran variedad <strong>de</strong> organismos presentes en la columna <strong>de</strong> agua (Schärer, 2005). Este<br />

conjunto <strong>de</strong> organismos, que forman una compleja asociación, se <strong>de</strong>nomina Biofouling, cuando se<br />

disponen sobre una superficie artificial, generalmente creada por el hombre, o Epibiosis cuando su<br />

asentamiento se produce sobre un organismo vivo, con el que a su vez se relaciona. En la Epibiosis<br />

marina, aquella que se produce en ambientes marinos, se <strong>de</strong>nomina epibionte a cualquiera <strong>de</strong> los<br />

organismos que crece y vive adherido a otro ser vivo, y basibionte al ser vivo que hace <strong>de</strong> sustrato en<br />

esta asociación. <strong>Las</strong> relaciones que se establecen entre los distintos epibiontes, así como la interacción<br />

entre estos y el basibionte pue<strong>de</strong>n llegar a ser muy complejas y entablan una gran lista <strong>de</strong> beneficios<br />

y perjuicios para ambos grupos (Wahl, 1989).<br />

A lo largo <strong>de</strong> la historia se han <strong>de</strong>sarrollado numerosos estudios sobre el biofouling, <strong>de</strong>bido a los<br />

gran<strong>de</strong>s perjuicios que ha causado al hombre: graves daños en cascos <strong>de</strong> embarcaciones<br />

disminuyendo su velocidad y flotabilidad, <strong>de</strong>terioro <strong>de</strong> instalaciones marinas, obstrucción <strong>de</strong> <strong>de</strong>sagües<br />

<strong>de</strong> explotaciones costeras y emisarios, aceleración <strong>de</strong> la corrosión <strong>de</strong> metales, etc. Por ejemplo, se<br />

tienen datos <strong>de</strong> que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la era <strong>de</strong> los romanos hasta el S. XVIII, los barcos se revestían con plomo<br />

para combatir la carcoma (Limnoria y Teredo spp.), aunque no era muy efectivo; la Royal Navy<br />

comenzó a usar revestimientos <strong>de</strong> cobre mas efectivos, pero que tuvieron que ser eliminados en<br />

cuanto se comenzaron a construir embarcaciones <strong>de</strong> hierro (por las reacciones electroquímicas que se<br />

producían entre ambos metales), por lo que comenzaron a usarse compuestos a base <strong>de</strong> Arsénico y<br />

Sulfato <strong>de</strong> Cobre. En el siglo XX las pinturas antifouling a base <strong>de</strong> compuestos orgánicos, mejoraron<br />

enormemente los problemas causados por el fouling marino (Davis & Willianson, 1995).<br />

El proceso <strong>de</strong> colonización se ha estudiado principalmente en superficies inertes, y su extrapolación a<br />

sustratos vivos pue<strong>de</strong> llevarse a cabo, aunque con precaución, ya que los estudios que se han<br />

realizado sobre sustratos vivos han seguido el mismo patrón que sobre sustratos inertes (Novak,<br />

1984). A<strong>de</strong>más, este complejo proceso viene <strong>de</strong>terminado por una gran cantidad <strong>de</strong> variables como<br />

son: biología y ciclo <strong>de</strong> vida <strong>de</strong> los epibiontes, biología y ciclo <strong>de</strong> vida <strong>de</strong>l basibionte, condiciones<br />

ambientales, composición química y física <strong>de</strong> la superficie <strong>de</strong> adhesión, disponibilidad <strong>de</strong> epibiontes en<br />

la columna <strong>de</strong> agua, estado físico <strong>de</strong> ambos organismos, apariencia <strong>de</strong>l sustrato, etc. Incluso, algunos<br />

organismos son capaces <strong>de</strong> vivir como epibiontes, como basibiontes, o ambos simultáneamente.<br />

Algunos autores, como Abelló & Macpherson (1992) afirman que la composición y <strong>estruc</strong>tura <strong>de</strong> la<br />

epibiosis es una potente herramienta y fuente <strong>de</strong> información para conocer la biología y ecología <strong>de</strong>l<br />

basibionte. Por ejemplo, la presencia <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminadas especies sobre un organismo pue<strong>de</strong> indicarnos<br />

el tipo <strong>de</strong> ambiente en el que se ha movido, en qué momento comenzó su migración, cuándo se<br />

produjo su última muda, la profundidad a la que vive, etc. (Fernán<strong>de</strong>z et al., 1998). A<strong>de</strong>más, hay que<br />

tener en cuenta que cada epibionte tiene su patrón <strong>de</strong> comportamiento y sus preferencias, por<br />

ejemplo, las superficies naturales se colonizan con mayor facilidad (An<strong>de</strong>rson & Un<strong>de</strong>rwood, 1994); la<br />

mayoría <strong>de</strong> las larvas prefieren asentarse en materiales fibrosos o porosos (Pomerat & Weiss, 1946);<br />

las larvas <strong>de</strong> balanos colonizan las superficies sombreadas en mayor número que las superficies<br />

luminosas (Pomerat & Reiner, 1942); las algas prefieren asentarse en superficies rugosas que en lisas<br />

(Harlin & Lindbergh, 1977); solo las algas incrustantes y especies <strong>de</strong> transito colonizan superficies<br />

lisas; etc. Pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse que el tipo <strong>de</strong> superficie <strong>de</strong>termina el conjunto <strong>de</strong> organismos que la<br />

colonizan, sobretodo en el reclutamiento inicial, aunque la comunidad <strong>de</strong> epibiontes varia<br />

enormemente con el tiempo, llegando, en pocos meses, a una situación climática con un número muy<br />

elevado <strong>de</strong> especies, que va disminuyendo conforme va pasando el tiempo (An<strong>de</strong>rson & Un<strong>de</strong>rwood,<br />

1994).<br />

3


Ecosistemas errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> Tortugas Marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

DESCRIPCIÓN DEL PROCESO DE EPIBIOSIS<br />

La epibiosis marina es un proceso extremadamente complejo que parece seguir un patrón básico<br />

compuesto por 4 fases, que pue<strong>de</strong>n solaparse en el tiempo o incluso transcurrir en paralelo. En el<br />

transcurso <strong>de</strong> esta secuencia, la <strong>estruc</strong>tura va pasando progresivamente <strong>de</strong> ser un proceso puramente<br />

físico a una predominancia <strong>de</strong> un proceso biológico (Wahl, 1989).<br />

<strong>Las</strong> fases son las siguientes:<br />

Fase I: Acondicionamiento bioquímico: consiste en la adsorción <strong>de</strong> compuestos químicos disueltos en<br />

el agua (principalmente macromoléculas) por una superficie en el mismo momento en que entra en<br />

contacto con el agua (<strong>de</strong>nominado momento <strong>de</strong> “inmersión”). Este proceso <strong>de</strong> acumulación <strong>de</strong><br />

partículas orgánicas en una interfaz (sólido/líquido) es puramente físico y espontáneo (Baier, 1984).<br />

Esta fase comienza segundos <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la inmersión <strong>de</strong>l “objeto” y alcanza un equilibrio dinámico en<br />

unas cuantas horas. <strong>Las</strong> moléculas adsorbidas son macromoléculas, principalmente glicoproteínas,<br />

polisacáridos y proteoglicanos, muy abundantes en el agua <strong>de</strong> mar. Por lo general la composición<br />

química <strong>de</strong> este primera capa es in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong>l tipo <strong>de</strong> sustrato sobre el que se asienta y es<br />

compacta, con aspecto floculante y vagamente <strong>de</strong>limitado (Baier, 1981). Este acondicionamiento<br />

bioquímico es idéntico al que se produce en otros ambientes como: la cavidad oral humana, sistema<br />

circulatorio <strong>de</strong> vertebrados, fluidos corporales <strong>de</strong>l útero y <strong>de</strong>l intestino, etc. (Baier, 1981, 1984, 1999).<br />

Fase II: Colonización bacteriana: esta fase se <strong>de</strong>sarrolla en dos partes, la adsorción, o fase <strong>de</strong><br />

aproximación, que es reversible, y la adhesión, o fase <strong>de</strong> anclaje, que no es reversible.<br />

La primera parte está completamente gobernada por fuerzas físicas: movimientos Brownianos,<br />

interacciones electrostáticas, gravedad, fuerzas <strong>de</strong> Van-<strong>de</strong>r-Waal (Dexter, 1976; Walt et al., 1985). El<br />

comportamiento <strong>de</strong> las pequeñas células bacterianas se ha comparado repetidamente con el <strong>de</strong> las<br />

partículas coloidales (Characklis, 1981), en el que el transporte a gran escala (km, m y cm) se <strong>de</strong>be a<br />

las corrientes y a la turbulencia alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> la superficie en cuestión, mientras que el movimiento a<br />

pequeña escala (mm, µm) es <strong>de</strong>bido esencialmente a movimientos Brownianos (Lavenda, 1985) y a la<br />

propulsión flagelar. Cuando una partícula, o en este caso, una bacteria, se aproxima a una superficie,<br />

se encuentra con una “capa viscosa” compuesta por moléculas <strong>de</strong> H2O físicamente bien <strong>estruc</strong>turada,<br />

y penetra en ella gracias a microturbulencias, movilidad bacteriana o por difusión. Generalmente<br />

ambas, la bacteria y la capa <strong>de</strong> macromoléculas, están cargadas negativamente (Marshall, 1972;<br />

Wicken, 1985), por lo que las fuerzas antagónicas <strong>de</strong> repulsión eléctrica y la atracción <strong>de</strong> Van-<strong>de</strong>r-<br />

Waal inmovilizan a la célula a una distancia <strong>de</strong> unos 3 a 20nm <strong>de</strong> la superficie (Fletcher &<br />

McEldowney, 1984). Entonces, la barrera electrostática hace <strong>de</strong> puente para la formación <strong>de</strong> fibrillas<br />

<strong>de</strong> polisacáridos (principalmente <strong>de</strong> glucosa y fructosa), que se anclan a los compuestos químicos<br />

complementarios que se encuentran en la capa macromolecular, mediante lecitinas o cationes<br />

divalentes (Ca ++ , Mg ++ ) (Costerton et al., 1978).<br />

En este momento comienza la fase <strong>de</strong> adhesión, gracias a un acortamiento enzimático <strong>de</strong> las fibrillas<br />

que empuja la bacteria hacia la superficie (Fletcher & McEldowney, 1984), disminuyendo la distancia<br />

(Wicken, 1985), y estableciéndose enlaces covalentes entre la capa macromolecular y el glicocalix <strong>de</strong><br />

la bacteria. Se han <strong>de</strong>scrito mecanismos similares <strong>de</strong> anclaje para esporas (Fletcher & Baier, 1984),<br />

levaduras (Douglas, 1985), algas unicelulares (Tosteson et al. 1983) y larvas <strong>de</strong> poliquetos (Kirchman<br />

et al., 1982).<br />

<strong>Las</strong> características biológicas y los requerimientos fisiológicos <strong>de</strong> las diferentes formas <strong>de</strong> las bacterias<br />

<strong>de</strong>terminan la sucesión <strong>de</strong> la colonización, ya que por ejemplo, las bacterias con forma <strong>de</strong> bastón se<br />

adsorben con mayor facilidad, por lo que serán las primeras en asentarse, seguidas <strong>de</strong> aquellas con<br />

forma esférica y finalmente las <strong>de</strong> forma pedunculada o filamentosa (Marshal et al., 1971; Corpe,<br />

1982a).<br />

Esta capa creciente <strong>de</strong> bacterias, compuesta por células muertas y células vivas con sus secreciones,<br />

forma, junto con la capa macromolecular, la Capa Primaria también llamada “biofilm” o “slime”.<br />

La colonización bacteriana comienza mas o menos una hora <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la inmersión <strong>de</strong>l “objeto” en<br />

el agua.<br />

4


INTRODUCCIÓN<br />

Fase III: Colonización por organismos eucariotas unicelulares: Compren<strong>de</strong> la llegada <strong>de</strong> diversos<br />

organismos unicelulares, con una clara predominancia <strong>de</strong> las diatomeas (Marshall et al., 1971; Corpe,<br />

1982b; Cuba & Blake, 1983). Los principales organismos son (por or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> sucesión):<br />

• Diatomeas bentónicas: que se adhieren mediante secreción <strong>de</strong> mucus (Cooksey et al., 1984;<br />

Ferreira & Seeliger, 1985) y que pue<strong>de</strong>n colonizar <strong>de</strong>nsamente vastas extensiones <strong>de</strong> sustrato.<br />

Estas contribuyen significativamente a la evolución <strong>de</strong>l proceso químico al biológico.<br />

• Protozoos: pertenecientes a grupos <strong>de</strong> organismos filtradores sésiles o predadores <strong>de</strong><br />

microorganismos con capacidad <strong>de</strong> movimiento.<br />

• Levaduras: que juegan un papel muy importante en la transformación y concentración <strong>de</strong><br />

nutrientes gracias a la <strong>de</strong>scomposición <strong>de</strong> tallos y hojas viejas (Cuomo et al., 1985).<br />

Esta fase tiene su inicio generalmente varios días <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la inmersión en el agua.<br />

Fase IV: Colonización por organismos eucariotas pluricelulares: consiste en el asentamiento <strong>de</strong> larvas<br />

mero planctónicas y esporas <strong>de</strong> algas. Comienza una o varias semanas <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la inmersión <strong>de</strong>l<br />

“objeto” y <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> la actividad biológica <strong>de</strong> la columna <strong>de</strong> agua alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> la superficie a<br />

colonizar. Los organismos pluricelulares se asientan sobre una comunidad microbiótica tridimensional<br />

altamente <strong>de</strong>sarrollada y <strong>estruc</strong>turada. Es mas, esta última fase se solapa con el continuo<br />

reclutamiento y evolución <strong>de</strong> la comunidad microbiótica. Esta etapa es la más estudiada y han sido<br />

muchos los autores que le <strong>de</strong>dicaron su atención, como por ejemplo Meadows & Williams, 1963;<br />

Osman, 1977; Kirchman & Mitchell, 1981; Fletcher y McEldowney, 1984; y Butman, 1987, entre otros.<br />

<strong>Las</strong> especies <strong>de</strong> esta fase suelen ser organismos <strong>de</strong> crecimiento rápido, amplia distribución y un<br />

elevadísimo rango <strong>de</strong> tolerancia a diferentes condiciones ambientales (Barcia et al., 1995). Es mas, el<br />

asentamiento selectivo <strong>de</strong> larvas viene <strong>de</strong>terminado no solo por factores físicos como: luminosidad,<br />

color, gravedad, presión o turbulencia, sino que pue<strong>de</strong> verse influenciado por características <strong>de</strong> la<br />

superficie que pue<strong>de</strong>n consi<strong>de</strong>rarse más bioquímicas, como son: microtextura, capacidad <strong>de</strong> absorción<br />

<strong>de</strong> agua, propieda<strong>de</strong>s electrostáticas, pH, inductores químicos, exudados bacterianos y <strong>de</strong> diatomeas<br />

(Crisp, 1984) o sencillamente por la morfología <strong>de</strong> dicha superficie (An<strong>de</strong>rson & Un<strong>de</strong>rwood, 1994).<br />

(Fase I)<br />

(Fase II)<br />

(Fase III)<br />

(Fase IV)<br />

Fig. 1. Esquema <strong>de</strong> las distintas fases <strong>de</strong> la<br />

epibiosis marina. Imagen tomada <strong>de</strong> Davis<br />

& Williamson (1995).<br />

5


Ecosistemas errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> Tortugas Marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

La secuencia <strong>de</strong> este proceso ha sido altamente cuestionada, aunque su cronología pue<strong>de</strong> explicarse<br />

por la disponibilidad o abundancia, la actividad y la flexibilidad <strong>de</strong> los distintos elementos que la<br />

componen. <strong>Las</strong> macromoléculas disueltas se encuentran omnipresentes en la columna <strong>de</strong> agua y<br />

muestran una elevada actividad física. <strong>Las</strong> bacterias son menos omnipresentes aunque también se<br />

encuentran en gran<strong>de</strong>s cantida<strong>de</strong>s en el agua <strong>de</strong> mar. A<strong>de</strong>más, estas últimas poseen una gran<br />

facilidad para adaptarse a la colonización <strong>de</strong> cualquier sustrato, <strong>de</strong>bido a su alta variabilidad genética,<br />

gran capacidad <strong>de</strong> mutación y su rápida regeneración. Los organismos eucariotas unicelulares,<br />

aunque son mas lentos y menos numerosos que las bacterias, muestran mas flexibilidad y un<br />

comportamiento mas oportunista que las larvas y las esporas, biológicamente menos activas y menos<br />

comunes en la columna <strong>de</strong> agua. Incluso, la presencia <strong>de</strong> estas últimas en el plancton esta muchas<br />

veces restringida a periodos reproductivos <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminadas especies (Wahl, 1989).<br />

Varios autores han <strong>de</strong>scrito como las primeras fases <strong>de</strong>terminan la selectividad <strong>de</strong> las siguientes,<br />

principalmente <strong>de</strong> la última fase. Por ejemplo, Crisp (1984) habla <strong>de</strong> la predilección <strong>de</strong> las larvas por<br />

las superficies con “slime”, mientras que otros autores como Maki et al. (1988) <strong>de</strong>scriben como<br />

algunas capas formadas por <strong>de</strong>terminadas bacterias inhiben el asentamiento <strong>de</strong> larvas <strong>de</strong> balanos;<br />

Mihm et al. (1981) encontraron que una capa <strong>de</strong> bacterias pue<strong>de</strong> promover o inhibir el asentamiento<br />

<strong>de</strong> larvas <strong>de</strong> briozoos <strong>de</strong>pendiendo <strong>de</strong> la tensión superficial inicial <strong>de</strong>l sustrato; y Huang & Money<br />

(1985), <strong>de</strong>mostraron que la formación <strong>de</strong> una capa <strong>de</strong> diatomeas favorece el asentamiento <strong>de</strong> ciertas<br />

esporas, mientras que impi<strong>de</strong>n el anclaje <strong>de</strong> otras especies <strong>de</strong> algas.<br />

CONSECUENCIAS ECOLÓGICAS DE LA EPIBIOSIS<br />

Se han <strong>de</strong>scrito cientos <strong>de</strong> asociaciones epibióticas y la lista <strong>de</strong> organismos epibiontes es muy larga.<br />

A<strong>de</strong>más, <strong>de</strong>safortunadamente en la mayoría <strong>de</strong> los casos es imposible seguir los pasos a un<br />

<strong>de</strong>terminado epibionte y saber si este fue encontrado exclusiva, regular o excepcionalmente, en un<br />

<strong>de</strong>terminado basibionte (Wahl, 1989). Por otro lado, se han encontrado un gran número <strong>de</strong><br />

organismos marinos capaces <strong>de</strong> llevar sus superficies corporales completamente limpias <strong>de</strong> epibiontes,<br />

mientras que también existen basibiontes potenciales, la mayoría sésiles y <strong>de</strong> vida relativamente<br />

larga, y organismos capaces <strong>de</strong> <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rse <strong>de</strong> la epibiosis o <strong>de</strong> tolerarla cuando quieren.<br />

En todo caso, la epibiosis entabla una serie <strong>de</strong> beneficios y <strong>de</strong>sventajas para ambos organismos, tanto<br />

para los epibiontes como para el basibionte, como se <strong>de</strong>talla a continuación.<br />

a) Beneficios para los epibiontes:<br />

6<br />

• Existe una menor competencia por el espacio sobre los basibiontes ya que suelen tener menor<br />

cantidad <strong>de</strong> ocupantes que otras superficies (Novak, 1984).<br />

• Es un ambiente muy favorable para especies con capacidad <strong>de</strong> colonizar superficies<br />

<strong>de</strong>socupadas, como fauna y flora <strong>de</strong> crecimiento colonial, o <strong>de</strong> reproducción asexual mediante<br />

estolones o fragmentación (Oswald & Seed, 1986).<br />

• El movimiento <strong>de</strong>l basibionte produce hidrodinamismo y turbulencia que aumenta el<br />

movimiento <strong>de</strong> nutrientes a su alre<strong>de</strong>dor (Oswald & Seed, 1986), produciendo un ambiente<br />

favorable para organismos filtradores (Laihonen & Furman, 1986).<br />

• La producción y renovación <strong>de</strong> microorganismos <strong>de</strong> la capa base <strong>de</strong> la colonización, así como<br />

los propios exudados <strong>de</strong>l basibionte, elevan la concentración <strong>de</strong> nutrientes (Harrison & Durance,<br />

1985; Oswald & Seed, 1986).<br />

• Se trata <strong>de</strong> un hábitat muy expuesto, favorable para especies que requieren altos grados <strong>de</strong><br />

irradiación (Brouns & Heijs, 1986).<br />

• Protección: En algunos casos los epibiontes pue<strong>de</strong>n protegerse aprovechando las propias<br />

<strong>de</strong>fensas <strong>de</strong> los basibiontes (Hay, 1986; Young, 1986).<br />

• Transporte: el basibionte sirve <strong>de</strong> medio <strong>de</strong> transporte a los epibiontes facilitándoles su<br />

dispersión y flujo genético.


) Perjuicios para los Epibiontes:<br />

INTRODUCCIÓN<br />

• Inestabilidad: la mortalidad, <strong>de</strong>predación, cambios morfológicos, cambios fisiológicos, muda,<br />

fricción con otras superficies, exudación <strong>de</strong> metabolitos, etc., es totalmente impre<strong>de</strong>cible para<br />

el epibionte (Novak, 1984). Estos cambios <strong>de</strong>l basibionte pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>berse a un gran número <strong>de</strong><br />

causas, como fases <strong>de</strong>l ciclo <strong>de</strong> vida, la estación <strong>de</strong>l año, la presión <strong>de</strong> predadores sobre el<br />

basibionte, respuestas ante cambios ambientales, etc.<br />

• Competición alimenticia: entre el epibionte y el basibionte, aunque generalmente es favorable<br />

al epibionte ya que suele estar en una posición mas estratégica (Novak, 1984).<br />

• Depredación: los epibiontes pue<strong>de</strong>n ser víctimas <strong>de</strong> los predadores <strong>de</strong> su basibionte (Oswald et<br />

al., 1984).<br />

• Estrés fisiológico: <strong>de</strong>bido a los bruscos cambios ambientales que pue<strong>de</strong>n sufrir aquellos<br />

epibiontes que viven sobre un basibionte que realiza gran<strong>de</strong>s movimientos. Uno <strong>de</strong> los ejemplos<br />

mas drásticos es el caso <strong>de</strong> los epibiontes que viven sobre el caparazón <strong>de</strong> la tortuga boba<br />

(Caretta caretta), ya que este basibionte pasa por ambientes costeros, oceánicos y terrestres<br />

(Caine, 1986).<br />

c) Beneficios para el basibionte:<br />

• Aporte <strong>de</strong> metabolitos: los epibiontes pue<strong>de</strong>n aportar al basibionte vitaminas (Lynch et al.,<br />

1979), y/o compuestos nitrogenados (Goering & Parker, 1972), microambientes físicos que<br />

facilite la absorción <strong>de</strong> nitrógeno (Lupton & Marshall, 1984), o incluso pue<strong>de</strong>n beneficiarse <strong>de</strong><br />

los exudados <strong>de</strong> las diatomeas y macroalgas epifitas.<br />

• Protección ante <strong>de</strong>secación: la capa <strong>de</strong> epibiontes protege al basibionte <strong>de</strong> la <strong>de</strong>secación en<br />

zonas intermareales ya que retienen una gran cantidad <strong>de</strong> agua (Penhale & Smith, 1977).<br />

• Protección mecánica: el basibionte se ve beneficiado <strong>de</strong> las <strong>de</strong>fensas externas o químicas<br />

propias <strong>de</strong> sus epibiontes, como por ejemplo, <strong>de</strong> los cnidarios, esponjas o cianobacterias (Bakus<br />

et al., 1986; Barkai & McQuaid, 1988).<br />

• Camuflaje: junto con el propiamente visual, hay que tener en cuenta que generalmente los<br />

predadores <strong>de</strong>tectan a sus presas químicamente, por lo que los exudados <strong>de</strong> la capa <strong>de</strong><br />

epibiontes proporciona al basibionte un camuflaje químico excepcional (Bakus et al., 1986;<br />

Barkai & McQuaid, 1988).<br />

d) Perjuicios para el basibionte:<br />

• Incremento <strong>de</strong> peso: principalmente <strong>de</strong>bido a epibiontes calcáreos (coralarios, bivalvos,<br />

poliquetos y briozoos) (Oswald & Seed, 1986), reduciendo su flotabilidad y movilidad.<br />

• Reducción <strong>de</strong> la elasticidad: <strong>de</strong>bido a la presencia <strong>de</strong> epibiontes rígidos como briozoos (Dixon et<br />

al., 1981). Esto pue<strong>de</strong> a su vez aumentar la fragilidad <strong>de</strong>l basibionte sobretodo si se ve<br />

sometido a variaciones bruscas en la turbulencia.<br />

• Aumenta la fricción: sobretodo si se trata <strong>de</strong> epibiontes erectos o rugosos (Caine, 1986).<br />

• Anclaje mecánico: cuando se trata <strong>de</strong> epibiontes <strong>de</strong> formas alargadas (Witman & Suchanek,<br />

1984).<br />

• Cambios <strong>de</strong> pH y condiciones redox: algunos epibiontes pue<strong>de</strong>n producir exudados y<br />

compuestos que ataquen químicamente algunas partes mas sensibles <strong>de</strong>l cuerpo <strong>de</strong>l basibionte<br />

(Terry & Edyvean, 1981).<br />

• Reducción <strong>de</strong> la luz: <strong>de</strong>bido al sombreado que produce la capa <strong>de</strong> epibiontes. Pue<strong>de</strong> llegar a<br />

disminuir en mas <strong>de</strong>l 80% la entrada <strong>de</strong> luz (Sand-Jensen & Revsbech, 1987).<br />

• Ingestión <strong>de</strong> compuestos dañinos a través <strong>de</strong> la piel: algunos epibiontes segregan compuestos<br />

como sales minerales, materia orgánica disuelta, iones o gases, que pue<strong>de</strong>n pasar al<br />

basibiontes a través <strong>de</strong> su piel.<br />

7


Ecosistemas errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> Tortugas Marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

8<br />

• Competición por nutrientes: entre el epibionte y el basibionte (Novak, 1984).<br />

• Daños producidos por <strong>de</strong>predadores <strong>de</strong> los epibiontes (Oswald et al., 1984; D’Antonio, 1985).<br />

• Pérdida <strong>de</strong> energía al intentar <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rse <strong>de</strong> la epibiosis: la energía utilizada en la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong>l<br />

basibionte contra la epibiosis disminuye la energía necesaria para la reproducción o el<br />

crecimiento (Bazzaz et al., 1987).<br />

Hasta la fecha, la epibiosis no ha podido clasificarse globalmente como favorable o perjudicial ni para<br />

el epibionte ni para el basibionte, aunque tras esta revisión, parece ser que la epibiosis es<br />

generalmente más favorable para los epibiontes.<br />

Hay que tener en cuenta que los epibiontes potenciales <strong>de</strong>ben tener un alto rango <strong>de</strong> tolerancia. Por<br />

otro lado, se ha observado que algunos basibiontes son capaces <strong>de</strong> adaptarse a la epibiosis, o<br />

simplemente tolerarla, pero que una gran mayoría se protegen <strong>de</strong> ella <strong>de</strong> muy diversas formas: (1)<br />

Defensas mecánicas como, acelerando su crecimiento para crear tejidos nuevos rápidamente, con<br />

<strong>estruc</strong>turas especiales como espinas o espículas (Dyrynda, 1986), mediante mudas periódicas <strong>de</strong><br />

cutícula o epi<strong>de</strong>rmis (Caine, 1986; Wahl, 1987), rascándose con el sedimento o con el propio agua<br />

acelerando su movimiento y modificando el las condiciones hidrodinámicas alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> su cuerpo, o<br />

incluso retirándolos directamente con apéndices especializados (Dyrynda, 1986); (2) Defensas físicas,<br />

que consisten en la producción <strong>de</strong> iones libres en las capas mas externas <strong>de</strong> la piel para impedir o<br />

reducir la adhesión (Fletcher & Baier, 1984); (3) Defensas químicas como la variación <strong>de</strong>l pH (Baker &<br />

Orr, 1986), exudando metabolitos secundarios (toxinas) (Wahl, 1987), o produciendo mucus que<br />

impi<strong>de</strong> la adhesión (Dyrynda, 1986); y finalmente, (4) <strong>de</strong>fensas extrínsecas como las asociación con<br />

organismos que segregan sustancias antifouling, o la asociación con predadores <strong>de</strong> epibiontes que<br />

ramonean la superficie <strong>de</strong>l basibionte (D’Antonio, 1985; Wahl, 1987).<br />

El gasto energético para <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rse <strong>de</strong> la epibiosis pue<strong>de</strong> ser <strong>de</strong>masiado costoso, solo hay que ver<br />

como en condiciones extremas, cuando el basibionte no está en buenas condiciones, o simplemente<br />

cuando hay un déficit <strong>de</strong> nutrientes, dichos basibiontes reducen drásticamente sus <strong>de</strong>fensas contra<br />

este proceso (Larsson et al., 1986), aumentando fuertemente los procesos <strong>de</strong> epibiosis.<br />

ESPECIFICIFICIDAD DE LA EPIBIOSIS<br />

En los ambientes terrestres se han observado miles <strong>de</strong> especies epibiontes (algas, líquenes, musgos y<br />

algunas fanerógamas), pero la mayoría <strong>de</strong> estas asociaciones se encuentran en ambientes muy<br />

húmedos y en el reino vegetal (tanto epibiontes como basibiontes) (Bruteig, 1994). En el medio<br />

acuático <strong>de</strong>cenas <strong>de</strong> miles <strong>de</strong> especies han adquirido esta forma <strong>de</strong> vida, aunque la mayoría son<br />

especies marinas, y principalmente formas bentónicas.<br />

En los ambientes bentónicos, las especies compiten fuertemente por colonizar nuevas superficies, por<br />

lo que el sustrato es un factor limitante. Este hecho, junto con la característica biológica <strong>de</strong> la mayoría<br />

<strong>de</strong> especies bentónicas, <strong>de</strong> poseer estadios (generalmente larvarios) mero planctónicos, ha dado<br />

facilida<strong>de</strong>s y una gran ventaja a aquellos organismos capaces <strong>de</strong> colonizar sustratos vivos (Davis et<br />

al., 1989). Estos dos factores indican que probablemente los organismos epibiontes fueron<br />

organismos bentónicos que se adaptaron evolutivamente a vivir sobre otro ser vivo. Unos <strong>de</strong> ellos han<br />

<strong>de</strong>sarrollado un pie o disco <strong>de</strong> adhesión capaz <strong>de</strong> resistir las corrientes y el hidrodinamismo creado<br />

por el animal sobre el que viven (Budreau et al., 1990; Kjelleberg & Holmstrom, 1994), e incluso<br />

adaptado sus métodos <strong>de</strong> adhesión al nuevo sustrato (tejidos vegetales y animales, o <strong>estruc</strong>turas<br />

calcáreas animales) (epibiontes sésiles). Otros organismos han <strong>de</strong>sarrollado estrategias para vivir<br />

sobre otro ser vivo sin adherirse a él, buscando las zonas <strong>de</strong> menor hidrodinamismo y realizando<br />

<strong>de</strong>splazamientos lentos y cortos, sin alejarse mucho <strong>de</strong> él (epibiontes se<strong>de</strong>ntarios).<br />

Wahl & Mark (1999) analizaron 2000 asociaciones epibióticas <strong>de</strong>scritas y encontraron 15 filos<br />

(animales y vegetales) que engloban la gran mayoría <strong>de</strong> especies que participan en alguna etapa <strong>de</strong><br />

su vida o durante toda ella en esta asociación. Los filos son los siguientes: protozoos, diatomeas,<br />

algas (rodófitas, feofitas y clorofilas), poríferos, cnidarios, moluscos, briozoos, poliquetos,<br />

equino<strong>de</strong>rmos, crustáceos, tunicados, espermafitas y vertebrados. Algunos <strong>de</strong> estos filos se han<br />

observado principalmente como epibiontes: algas, briozoos, cnidarios, poríferos, poliquetos,


INTRODUCCIÓN<br />

tunicados, diatomeas y protozoos (los dos últimos exclusivamente epibiontes), otros principalmente<br />

como basibiontes: crustáceos, moluscos, equino<strong>de</strong>rmos, espermatofitas y vertebrados (los tres<br />

últimos exclusivamente como basibiontes). Estos datos sugieren que los epibiontes son principalmente<br />

organismos <strong>de</strong> pequeño tamaño, <strong>de</strong> vida corta, incrustantes o filamentosos, flexibles, y con<br />

reproducción asexual facultativa u obligatoria; mientras que los basibiontes son especies <strong>de</strong> vida<br />

larga, <strong>de</strong> talla relativamente gran<strong>de</strong> (casi siempre mayores que los epibiontes), pertenecientes a<br />

comunida<strong>de</strong>s epibentónicas, que presentan caparazón o concha, y sésiles o <strong>de</strong> movimientos lentos.<br />

Como se dijo en el capítulo anterior, en la mayoría <strong>de</strong> los casos la epibiosis no pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>finirse como<br />

ventajosa o perjudicial para el epibionte o para el basibionte, aunque, en el caso <strong>de</strong> que los efectos<br />

sean neutrales o positivos para el basibionte y beneficiosos para el epibionte/s la selección natural<br />

pue<strong>de</strong> favorecer la coevolución <strong>de</strong> ambas especies llegando a <strong>de</strong>sarrollarse una asociación específica<br />

entre ambos (Wahl & Mark, 1999).<br />

Viendo la abundancia <strong>de</strong> epibiosis en el medio acuático y el gran número <strong>de</strong> casos y adaptaciones<br />

<strong>de</strong>scritas, podría esperarse una elevada proporción <strong>de</strong> asociaciones epibióticas específicas. Por el<br />

contrario, los estudios realizados sugieren que la mayoría <strong>de</strong> epibiontes muestran una especificidad<br />

realmente baja por un <strong>de</strong>terminado basibionte o sustrato, por lo que un mismo epibionte pue<strong>de</strong><br />

encontrarse colonizando una grandísima variedad <strong>de</strong> sustratos o basibiontes (Wahl, 1989). También<br />

se ha <strong>de</strong>mostrado que la mayoría <strong>de</strong> epibiontes tienen mayor afinidad por los sustratos artificiales en<br />

lugar <strong>de</strong> los sustratos vivos (Wahl & Mark, 1999), e incluso tienen preferencias por unos basibiontes<br />

mas que por otros.<br />

En todo caso, se han encontrado algunos epibiontes específicos: bacterias (Jonson et al., 1991),<br />

protozoos (Chiavelli et al., 1993), rodófitas (Lining & Garbary, 1992), briozoos (Duarte & Chia, 1991),<br />

y cirrípedos (Rajaguru & Shanta, 1992). Sin embargo, la mayoría <strong>de</strong> especies epibiontes pue<strong>de</strong><br />

encontrarse también viviendo en comunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l fouling local, o en objetos a la <strong>de</strong>riva (D’Antonio,<br />

1985; Gaiser & Bachmann, 1993).<br />

A pesar <strong>de</strong> estos ejemplos, la escasez <strong>de</strong> especificidad en la epibiosis sigue siendo muy sorpren<strong>de</strong>nte.<br />

Wahl & Mark (1999) <strong>de</strong>scriben dos respuestas principales para este fenómeno: la primera, la<br />

capacidad <strong>de</strong> las superficies vivas <strong>de</strong> <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rse <strong>de</strong> la epibiosis. Como ya citamos en el apartado<br />

anterior las formas <strong>de</strong> <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rse pue<strong>de</strong>n ser mecánicas, físicas, químicas o extrínsecas (Wahl et al.,<br />

1998), por lo que, para llegar a ser un epibiontes específico, el epibionte <strong>de</strong>bería llegar a tolerar todas<br />

las formas <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensa que utilice el basibionte <strong>de</strong>terminado; y la segunda, la rápida transición<br />

evolutiva <strong>de</strong> la epibiosis específica al endoparasitismo o endosimbiosis. Este fenómeno ya ha sido<br />

<strong>de</strong>scrito por algunos autores: Kelley & Williams (1992) <strong>de</strong>scriben como <strong>de</strong>terminadas bacterias<br />

penetran en un hospedador y se vuelven endoparásitos o patógenos; ciliados <strong>de</strong>l grupo trichodine<br />

<strong>de</strong>scritos como parásitos y como endoparásitos (Dogiel, 1963); Sturch, (1926) sospecha que algunas<br />

algas rojas endoparásitos <strong>de</strong> otras rodófitas procedían <strong>de</strong> pre<strong>de</strong>cesores epifitos; las algas pardas<br />

microscópicas que viven en el espacio intercelular <strong>de</strong> algunas macroalgas estaban <strong>de</strong>scritas como<br />

algas epifitas, y su capacidad <strong>de</strong> fotosíntesis sugiere que se trata <strong>de</strong> una etapa intermedia entre la<br />

epibiosis y el endoparasitismo (Wahl & Mark, 1999); el crustáceo endoparásito <strong>de</strong>l género Sacculina<br />

está estrechamente relacionado con otros organismos <strong>de</strong>l fouling y/o cirrípedos epibiontes (Dogiel,<br />

1963); los organismos endosimbiontes zooxantelas y zoochlorela <strong>de</strong>rivan presumiblemente <strong>de</strong> formas<br />

epibióticas (Dogiel, 1963); procariotas <strong>de</strong>l género Prochloron viven en epi- y/o endo-simbiosis con<br />

poríferos y tunicados; etc.<br />

Hay que tener en cuenta que muchos organismos epibiontes no han llegado nunca a producir formas<br />

endoparásitas, pero si que esta evolución pue<strong>de</strong> ser muy beneficiosa para el epibionte ya que una vez<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l basibionte, se protege totalmente <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>predadores y aumenta enormemente su<br />

relación con éste, e incluso pudiendo llegar a ser beneficiosa también para el basibionte<br />

(endosimbiosis), o perjudicial (endoparasitismo).<br />

9


Ecosistemas errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> Tortugas Marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

Fig. 2. Invasión <strong>de</strong> macro-fouling <strong>de</strong> un bidón a la <strong>de</strong>riva<br />

varado en la costa. Foto <strong>de</strong> Amanda Bertuchi, localizada<br />

en http://www.glaucus.org.uk/Barnacles.htm<br />

Fig. 4. Epibiosis marina en varios ejemplares <strong>de</strong><br />

tortuga boba (Caretta caretta). Fotos: Pedro López<br />

(arriba izquierda); Oscar López (arriba <strong>de</strong>recha); Jochen<br />

Messmer (abajo).<br />

10<br />

Fig. 3. Invasión <strong>de</strong> macro-fouling <strong>de</strong> una hélice<br />

<strong>de</strong> barco. En http://www.YachtPats.com.<br />

Fig. 5. Epibiosis marina en una tortuga Carey<br />

(Eretmochelys imbricata). Foto cedida por los hermanos<br />

Liria-Loza.


INTRODUCCIÓN<br />

2. - SITUACIÓN GEOGRÁFICA Y OCEANOGRÁFICA DE CANARIAS<br />

LA MACARONESIA<br />

El sonoro término Macaronesia, <strong>de</strong> etimología griega (makáron = felicidad, nesoi= islas) es utilizado<br />

por los estudiosos <strong>de</strong> la naturaleza para expresar un concepto fundamentalmente biogeográfico y<br />

botánico, ya que fueron los botánicos los que han venido consi<strong>de</strong>rándola hasta el presente como una<br />

unidad fitogeográfica basándose en la vegetación relíctica <strong>de</strong> laurisilva como “<strong>de</strong>nominador común”<br />

(Machado, 1998).<br />

AZORES<br />

CABO VERDE<br />

MADEIRA<br />

Selvagens<br />

CANARIAS<br />

Fig. 6. Localización geográfica <strong>de</strong> la Región <strong>de</strong> la<br />

Macaronesia en el Océano Atlántico y archipiélagos que<br />

la conforman.<br />

La Macaronesia compren<strong>de</strong> los archipiélagos<br />

noratlánticos <strong>de</strong> Azores, Ma<strong>de</strong>ira, Salvajes,<br />

Canarias y Cabo Ver<strong>de</strong>, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> una<br />

amplia franja costera africana situada frente a<br />

dichas islas y que va <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Marruecos hasta<br />

Senegal. Esta extensa unidad biogeográfica,<br />

se localiza entre las coor<strong>de</strong>nadas 39º 45’ N,<br />

31º 17’ W <strong>de</strong> la isla más septentrional, Corvo<br />

(Azores), y 14º 49’ N, 13º 20’ W <strong>de</strong> Brava<br />

(Cabo Ver<strong>de</strong>), la más meridional. La isla <strong>de</strong><br />

Flores (Azores) es la más alejada <strong>de</strong>l<br />

continente europeo, a 1.900km y Fuerteventura<br />

(Canarias) la más próxima, a 96km <strong>de</strong><br />

África (Báez y Sánchez-Pinto, 1983). Como es<br />

lógico, estas situaciones geográficas tan<br />

dispares propician una gran variabilidad<br />

climática, lo que a su vez, condiciona el<br />

poblamiento biológico <strong>de</strong> cada una <strong>de</strong> ellas. Si<br />

a esto le añadimos las notorias diferencias en<br />

cuanto a distancias al continente entre unos<br />

archipiélagos y otros, se hace evi<strong>de</strong>nte la<br />

necesidad <strong>de</strong> tener en cuenta todos esos<br />

factores a la hora <strong>de</strong> hacer estudios y<br />

valoraciones biogeográficas y ecológicas.<br />

A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> este factor fitogeográfico, los archipiélagos macaronésicos tienen en común su origen<br />

volcánico. Se trata <strong>de</strong> islas oceánicas, es <strong>de</strong>cir, que emergieron como consecuencia <strong>de</strong> la geodinámica<br />

<strong>de</strong>l Océano Atlántico, tras sucesivas erupciones submarinas a través <strong>de</strong> fracturas y zonas <strong>de</strong> <strong>de</strong>bilidad<br />

<strong>de</strong> la corteza oceánica. <strong>Las</strong> investigaciones oceanográficas <strong>de</strong> los fondos atlánticos en las últimas<br />

décadas han revelado que su edad aumenta en ambas direcciones a medida que se alejan <strong>de</strong> la<br />

dorsal (1 ó 2cm al año). Debido a este hecho en el archipiélago <strong>de</strong> Azores hay dos islas (Flores y<br />

Corvo), las más jóvenes, que se están alejando <strong>de</strong>l resto en dirección a América, ya que se<br />

encuentran separadas <strong>de</strong> las <strong>de</strong>más por la dorsal atlántica (García-Talavera, 1999). Incluso, las<br />

alineaciones insulares, con un predominio NE-SW y NNW-SSE, vienen <strong>de</strong>terminadas por la<br />

geodinámica atlántica (dato que corroboran las alineaciones <strong>de</strong> los bancos submarinos <strong>de</strong> la región).<br />

Los archipiélagos macaronésicos comenzaron a poblarse <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el momento en que se enfriaron los<br />

materiales magmáticos que emergieron <strong>de</strong>l fondo <strong>de</strong>l océano, mediante tres agentes fundamentales:<br />

los vientos (anemocoria), las corrientes marinas (hidrocoria) y las aves (ornitocoria). Por otro lado,<br />

<strong>de</strong>bemos consi<strong>de</strong>rar al hombre como un agente <strong>de</strong> dispersión biológica importante (antropocoria),<br />

muchas veces nefasta (García-Talavera, 1999). Factores como la distancia al continente, el clima, la<br />

edad, la situación geográfica, la superficie y la altura <strong>de</strong> las islas juegan un papel muy importante en<br />

el poblamiento, así como los actuales bancos submarinos que ro<strong>de</strong>an a los archipiélagos, los cuales<br />

han actuado como "puentes" <strong>de</strong> dispersión y colonización en las épocas en que esos bancos, como el<br />

<strong>de</strong> Ormon<strong>de</strong>, Gettysburg, Ampere, Seine, Dacia, Concepción y otros, fueron islas, algunas <strong>de</strong><br />

superficie consi<strong>de</strong>rable (200-300km 2 ) (García-Talavera, 1999).<br />

11


Ecosistemas errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> Tortugas Marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

Con respecto al poblamiento marino, hay que tener en cuenta que las especies marinas tienen una<br />

mayor capacidad y posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> dispersión <strong>de</strong>bido a las corrientes, sobre todo en su etapa larvaria,<br />

ya que el mar es un medio extenso y homogéneo que ro<strong>de</strong>a todas las islas. En cualquier caso, cabe<br />

<strong>de</strong>cir que el sistema <strong>de</strong> circulación <strong>de</strong> las corrientes y las condiciones oceanográficas han variado con<br />

el tiempo, permitiendo el avance o retroceso <strong>de</strong> fauna y flora <strong>de</strong>s<strong>de</strong> zonas frías hacia los trópicos, o<br />

viceversa, como es el caso <strong>de</strong> la presencia <strong>de</strong> fauna tropical en Azores durante el Cuaternario.<br />

También es importante resaltar la gran capacidad <strong>de</strong> dispersión genética que tienen algunas especies<br />

marinas para <strong>de</strong>splazarse a largas distancias en sus estadios larvarios a través <strong>de</strong> las corrientes, por<br />

ejemplo, se han <strong>de</strong>tectado más <strong>de</strong> 120 especies <strong>de</strong> moluscos gasterópodos anfiatlánticos (que viven<br />

en las dos orillas <strong>de</strong>l océano), al igual que suce<strong>de</strong> con muchos peces, crustáceos, equino<strong>de</strong>rmos,<br />

algas, y otros grupos <strong>de</strong> fauna y flora marinas.<br />

En los ecosistemas insulares, sobre todo en islas oceánicas, los fenómenos evolutivos <strong>de</strong> especiación o<br />

radiación adaptativa actúan con mayor rapi<strong>de</strong>z que en los ecosistemas continentales, aunque al<br />

mismo tiempo, esos en<strong>de</strong>mismos se vuelven más vulnerables ya que han perdido sus mecanismos <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>fensa contra los competidores <strong>de</strong>l continente. Parece ser que una <strong>de</strong> las salidas mas frecuente que<br />

encuentran esas especies en el medio insular es el cambio <strong>de</strong> tamaño, observándose en muchos casos<br />

la ten<strong>de</strong>ncia tanto al gigantismo como al enanismo, <strong>de</strong> tal manera que los pequeños herbívoros<br />

(roedores, lagomorfos, tortugas terrestres) tien<strong>de</strong>n a aumentar su tamaño corporal, mientras que los<br />

predadores carnívoros (mamíferos y reptiles) lo hacen a la inversa. Como es <strong>de</strong> suponer, estos<br />

cambios están relacionados con la disponibilidad <strong>de</strong> recursos energéticos (alimento). En todo caso, la<br />

vulnerabilidad es mayor en las especies <strong>de</strong> gran tamaño y en el registro fósil <strong>de</strong> Canarias hay buenos<br />

ejemplos <strong>de</strong> ello, como son las tortugas gigantes fósiles (Geochelone spp.) <strong>de</strong> Tenerife, Gran Canaria,<br />

Fuerteventura y Lanzarote; el lagarto gigante (Gallotia goliath) <strong>de</strong> Tenerife y La Gomera; y la rata<br />

gigante (Canariomys spp.) <strong>de</strong> Tenerife y Gran Canaria. En suma, parece que ésta es una norma que<br />

se repite en las islas a lo largo <strong>de</strong>l tiempo, basta comparar los dos archipiélagos volcánicos <strong>de</strong><br />

Galápagos y Canarias para darnos cuenta <strong>de</strong> que, en el primero -mucho más joven- está sucediendo<br />

ahora lo que ocurrió en Canarias hace millones <strong>de</strong> años (gran<strong>de</strong>s tortugas terrestres, iguanaslagartos)<br />

(García-Talavera, 1999).<br />

En los pequeños archipiélagos macaronésicos, verda<strong>de</strong>ros laboratorios <strong>de</strong> la evolución, la presencia<br />

<strong>de</strong>l hombre ha supuesto un duro golpe a sus ecosistemas y biodiversidad. La limitada superficie<br />

insular acentúa la fragilidad <strong>de</strong> los mismos y su in<strong>de</strong>fensión ante la arribada <strong>de</strong>l gran "súper<strong>de</strong>predador",<br />

como sucedió con los marsupiales <strong>de</strong> Tasmania, las moas <strong>de</strong> Nueva Zelanda, las aves<br />

elefante <strong>de</strong> Madagascar, el dodó <strong>de</strong> Mauricio y las tortugas gigantes <strong>de</strong> las islas Mascareñas, entre<br />

otros. En la Macaronesia la intervención humana ya se ha hecho notar con la <strong>de</strong>saparición <strong>de</strong> la foca<br />

monje (Monachus monachus) y <strong>de</strong>l milano (Milvus milvus) en Canarias, los gran<strong>de</strong>s escíncidos <strong>de</strong><br />

Cabo Ver<strong>de</strong> (Macroscincus coctei) o los dragos (Dracaena draco) <strong>de</strong> Porto Santo (Ma<strong>de</strong>ira). En el caso<br />

<strong>de</strong> las tortugas marinas se han encontrado testimonios escritos en los que se <strong>de</strong>scribe como<br />

antiguamente nidificaban en el archipiélago canario y que se citan más a<strong>de</strong>lante.<br />

Es importante tener en cuenta que son múltiples los testimonios que indican en la Macaronesia un<br />

pasado climático diferente: <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los movimientos eustáticos <strong>de</strong>l nivel <strong>de</strong>l mar durante las<br />

glaciaciones, reflejado en los bancos submarinos; cambios <strong>de</strong> superficie <strong>de</strong> las islas en tan sólo unos<br />

miles <strong>de</strong> años (Porto Santo actual, 69km 2 y hace 18.000 años, 300km 2 ); las playas levantadas,<br />

algunas a más <strong>de</strong> 70m sobre el nivel actual; cambios altimétricos en los ecosistemas zonales (pisos) y<br />

en la cota <strong>de</strong> nieves perpetuas (formaciones periglaciares en <strong>Las</strong> Cañadas <strong>de</strong>l Tei<strong>de</strong>, Tenerife).<br />

También es importante señalar otros hechos y factores inherentes a las oscilaciones climáticas, como<br />

las migraciones, barreras biogeográficas, extinciones, cambios en la circulación <strong>de</strong> los vientos y <strong>de</strong> las<br />

corrientes marinas, etc., a los que habría que añadir los eventos ocasionales a nivel global, como El<br />

Niño, la caída <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s meteoritos (1 cada 10<strong>0.</strong>000 años) y erupciones catastróficas (Krakatoa),<br />

entre otros, que, con toda probabilidad, afectaron en más <strong>de</strong> una ocasión a estas islas (García-<br />

Talavera, 1999). Es muy posible que muchas formaciones litorales <strong>de</strong> las islas macaronésicas, a las<br />

que no se ha conseguido dar explicación, así como las extinciones <strong>de</strong> algunas especies, tengan su<br />

origen en acontecimientos naturales <strong>de</strong> consecuencias catastróficas como estos.<br />

12


Distancia a<br />

continente /<br />

archipiélagos<br />

Extensión 2.350km 2<br />

Islas<br />

Archipiélago <strong>de</strong><br />

AZORES<br />

Archipiélago <strong>de</strong><br />

MADEIRA<br />

ISLAS<br />

SALVAJES<br />

Archipiélago <strong>de</strong><br />

CANARIAS<br />

ZOOGEOGRAFÍA MARINA DE LAS ISLAS MACARONÉSICAS<br />

INTRODUCCIÓN<br />

El mar presenta barreras hidrográficas (basadas principalmente en la temperatura y la salinidad) que<br />

lo divi<strong>de</strong>n, tanto horizontal como verticalmente. <strong>Las</strong> distribuciones geográficas actuales <strong>de</strong> las<br />

especies son el producto <strong>de</strong> la historia geológica <strong>de</strong> los mares, <strong>de</strong> la dirección <strong>de</strong> las corrientes, <strong>de</strong> la<br />

posibilidad <strong>de</strong> dispersión <strong>de</strong> cada una y <strong>de</strong> la tolerancia que presentan a las variaciones <strong>de</strong> los<br />

factores físico-químicos (Bacallado 1984).<br />

<strong>Las</strong> corrientes constituyen un factor primordial a tener en cuenta en el estudio <strong>de</strong> las poblaciones<br />

marinas, principalmente cuando se trata <strong>de</strong> islas. Es sabido que las fases larvarias <strong>de</strong> multitud <strong>de</strong><br />

organismos bentónicos, integrantes <strong>de</strong>l plancton, son transportadas por las corrientes, pudiendo<br />

recorrer muchas millas antes <strong>de</strong> fijarse <strong>de</strong>finitivamente en los fondos <strong>de</strong> una región <strong>de</strong>terminada. En<br />

el caso concreto <strong>de</strong>l Océano Atlántico, gracias al sistema <strong>de</strong> la Corriente <strong>de</strong>l Golfo hay muchos autores<br />

que aseguran que hay un gran intercambio larvario entre ambos lados (Bacallado 1984).<br />

Un factor que ha influido fundamentalmente en la constitución y composición <strong>de</strong> la fauna marina <strong>de</strong> la<br />

Macaronesia es su situación geográfica, próxima a las costas atlánticas europeas y africanas y en el<br />

paso <strong>de</strong> la rama <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l sistema <strong>de</strong> la Corriente <strong>de</strong>l Golfo, que pone en contacto las costas<br />

tropicales y subtropicales americanas con las costas templadas europeas. A<strong>de</strong>más, la influencia <strong>de</strong> las<br />

aguas aportadas por este sistema <strong>de</strong> corrientes, junto con las corrientes frías que emergen <strong>de</strong>l<br />

afloramiento (upwelling) <strong>de</strong>l vecino continente africano, ha propiciado que las temperaturas<br />

superficiales <strong>de</strong>l mar sean inferiores a las que teóricamente le correspon<strong>de</strong>rían por latitud, generando<br />

un ambiente más templado <strong>de</strong> lo esperado.<br />

Como consecuencia <strong>de</strong> las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> contacto y el amplio espectro <strong>de</strong> condiciones ambientales,<br />

en la Macaronesia se pue<strong>de</strong> observar una fauna marina en la que coexisten elementos característicos<br />

<strong>de</strong> distintas áreas y <strong>de</strong> muy diversas exigencias ecológicas:<br />

• Atlántico-mediterráneos: característicos <strong>de</strong> la región que va <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el canal <strong>de</strong> la Mancha hasta<br />

Cabo Blanco, incluyendo el Mediterráneo y los Archipiélagos macaronésicos.<br />

• Anfiatlánticos tropicales y subtropicales: Propios <strong>de</strong> costas tropicales y subtropicales <strong>de</strong>l Atlántico<br />

• Pantropicales: Presentes en todas las regiones tropicales y subtropicales <strong>de</strong>l mundo.<br />

Archipiélago <strong>de</strong><br />

CABO VERDE<br />

1.600km <strong>de</strong> Portugal 950km <strong>de</strong> Europa 250km <strong>de</strong> Ma<strong>de</strong>ira 96km <strong>de</strong> Africa 500km <strong>de</strong> África<br />

2.700km <strong>de</strong> America 700km Africa<br />

<strong>de</strong>l Norte<br />

160km <strong>de</strong> Tenerife 1.300km <strong>de</strong> Canarias<br />

800km 2<br />

5km 2<br />

7.540km 2<br />

4.000km 2<br />

San Miguel Porto Santo Salvaje Gran<strong>de</strong> El Hierro Santo Antao<br />

Santa María Ma<strong>de</strong>ira Gran Pitón La Palma Sao Vicente<br />

Terceira <strong>Las</strong> Desertas Ilheu <strong>de</strong> Fora La Gomera Santa Lucía<br />

San Jorge Tenerife San Nicolao<br />

Graciosa Gran Canaria Sal<br />

Pico Fuerteventura Boavista<br />

Faial Lanzarote Maio<br />

Flores Santiago<br />

Corvo Fogo<br />

Brava<br />

Edad geológica 15-1 m.a. 18-2 m.a 27-24 m.a 21-1 m.a > 100 m.a.<br />

Temperaturas<br />

medias <strong>de</strong>l arie<br />

Clima Oceánico Templado<br />

Húmedo<br />

Características<br />

14- 22ºC 18-20ºC 19-21ºC 20 - 22ºC 23 - 29ºC<br />

Oceánico Subtropical -<br />

Templado<br />

Oceánico Subtropical<br />

árido<br />

Oceánico Subtropical<br />

Árido y Húmedo<br />

Tropical Templado Seco<br />

Sahariano<br />

Los en<strong>de</strong>mismos son La fauna ma<strong>de</strong>irense se Son restos <strong>de</strong> unas islas Poseen una mayor Posee fondos coralinos, que<br />

escasos <strong>de</strong>bido a la juventud encuentra en una situación mucho mayores (100km2 biodiversidad qu elas <strong>de</strong>mas no constituyen verda<strong>de</strong>ros<br />

<strong>de</strong>l archipiélago. Fauna y intermedia entre Canarias y hace 18.000 años) y están <strong>de</strong>bido a su extensión, arrecifes, pero conforman<br />

flora marina muestran Azores. En el pasado la foca con<strong>de</strong>nadas a <strong>de</strong>saparecer mayor altitud, cercanía al ecosistemas particulares.<br />

mayor afinidad con Europa monje (Monachus<br />

bajo el mar en el futuro. continente, y situación Incorporación <strong>de</strong> elementos<br />

que con otros archipiélagos monachus) era abundante Abundancia <strong>de</strong> aves marinas oceanográfica.<br />

tropicales que no están<br />

macaronésicos, aunque se en el archipiélago. y moluscos gasterópodos<br />

presentes en el resto <strong>de</strong> la<br />

ve bastante influenciado por<br />

como la lapa <strong>de</strong> gran<br />

Macaronesia. Único<br />

la corriente <strong>de</strong>l Golfo.<br />

tamaño (Patella can<strong>de</strong>i) y el<br />

archipiélago en el que nidifica<br />

"burgado" endémico<br />

la tortuga Caretta caretta,<br />

(Osilinus selvagensis).<br />

siendo una <strong>de</strong> las mas<br />

gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l mundo.<br />

Fig. 7. Características principales <strong>de</strong> los archipiélagos macaronésicos.<br />

• Subtropicales y Tropicales <strong>de</strong>l Atlántico Oriental: Característicos <strong>de</strong>l sector que se extien<strong>de</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

las costas portuguesas y marroquíes hasta la región tropical <strong>de</strong>l Atlántico Oriental.<br />

13


Ecosistemas errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> Tortugas Marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

14<br />

• Atlántico-mediterráneos-boreales: Característicos <strong>de</strong> las aguas boreales y cálido-templadas <strong>de</strong>l<br />

Atlántico Oriental.<br />

• Cosmopolitas: Presentes en la mayoría <strong>de</strong> las regiones marinas.<br />

• Macaronésicos: Característicos <strong>de</strong> la Macaronesia.<br />

• Endémicos: Propios <strong>de</strong> cada una <strong>de</strong> las Islas.<br />

(<strong>Las</strong> proporciones varían según los grupos zoológicos y sus posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> dispersión).<br />

La Macaronesia ha sido tradicionalmente consi<strong>de</strong>rada parte integrante <strong>de</strong> la región zoogeográfica<br />

marina Atlántico-Mediterránea. Pero si se tienen en cuenta las afinida<strong>de</strong>s faunísticas, esta región<br />

pue<strong>de</strong> dividirse en diferentes provincias zoogeográficas, aunque en este punto hay disparidad <strong>de</strong><br />

opiniones. Tradicionalmente se subdivi<strong>de</strong> en: Lusitánia: Des<strong>de</strong> el Canal <strong>de</strong> la Mancha hasta Gibraltar;<br />

Mediterránea: compren<strong>de</strong> el Mediterráneo; y Mauritana: Des<strong>de</strong> Gibraltar hasta Cabo Blanco.<br />

Los estudios <strong>de</strong> Maurin (1968) y Casanova & Judkins (1977), con peces y <strong>de</strong>cápodos <strong>de</strong> fondo y <strong>de</strong><br />

fauna pelágica profunda <strong>de</strong> zooplancton y micronecton respectivamente, sugieren las siguientes<br />

provincias: Provincia Vizcaína: Sector <strong>de</strong>l Golfo <strong>de</strong> Vizcaya que se caracteriza por un poblamiento<br />

dominante boreal; Provincia Ibero-Marroquí: Des<strong>de</strong> la provincia anterior hasta las latitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

Canarias y se caracteriza por una fauna subtropical dominante; Provincia Sahariana: Des<strong>de</strong> Cabo <strong>de</strong><br />

Juby hasta Cabo Blanco y se caracteriza por una fauna muy parecida a la provincia anterior con<br />

numerosos aportes tropicales (africanas y americanas) y algunos reductos <strong>de</strong> elementos boreales (que<br />

prosperan en la región <strong>de</strong> cabo Blanco, en las aguas frías <strong>de</strong>l afloramiento mauritano); Provincia<br />

Mediterránea: Compren<strong>de</strong> el Mediterráneo y se caracteriza por una fauna <strong>de</strong> origen atlántico que ha<br />

experimentado en cierta medida modificaciones, incluso dando lugar a razas geográficas (o<br />

subespecies) y en<strong>de</strong>mismos.<br />

Parece claro que las Islas Canarias están bien encuadradas en la región Atlántico-Mediterránea,<br />

guardando mayor afinidad con el sector que abarca <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las costas <strong>de</strong>l sur <strong>de</strong> Portugal hasta el<br />

extremo sur <strong>de</strong> las islas, incluyendo el Mediterráneo Occi<strong>de</strong>ntal. Pero al igual que Azores y Ma<strong>de</strong>ira,<br />

presentan una fauna con características peculiares <strong>de</strong>bido a una mayor presencia <strong>de</strong> especies<br />

pantropicales, anfiatlánticas tropicales y subtropicales, y a la ligera influencia <strong>de</strong> la fauna propia <strong>de</strong>l<br />

Atlántico Oriental tropical y a un cierto grado <strong>de</strong> en<strong>de</strong>mismo (Brito et al., 1984)<br />

Con respecto a las especies <strong>de</strong> distribución anfiatlántica, se observa un aumento hacia el sur sobre la<br />

línea Azores-Ma<strong>de</strong>ira-Canarias, produciéndose un incremento notable entre el primer archipiélago y el<br />

conjunto Ma<strong>de</strong>ira-Canarias; estas especies normalmente no se encuentran en la costa continental<br />

africana. Tal distribución está sin duda relacionada con la circulación <strong>de</strong>l sistema <strong>de</strong> la Corriente <strong>de</strong>l<br />

Golfo y con la existencia <strong>de</strong> aguas frías en las costas africanas por encima <strong>de</strong> Senegal. Llaman la<br />

atención los bajos porcentajes <strong>de</strong> especies propias <strong>de</strong>l Atlántico Oriental tropical, para la mayoría <strong>de</strong><br />

las cuales Canarias-Ma<strong>de</strong>ira representan el límite norte <strong>de</strong> sus áreas <strong>de</strong> distribución. Estos bajos<br />

porcentajes están relacionados con la falta <strong>de</strong> una corriente neta en sentido ascen<strong>de</strong>nte. En cuanto a<br />

las especies consi<strong>de</strong>radas exclusivamente <strong>de</strong> las islas macaronésicas, es <strong>de</strong> notar, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la unidad<br />

Azores–Ma<strong>de</strong>ira-Canarias, una mayor ligazón entre los dos últimos archipiélagos.<br />

<strong>Las</strong> islas <strong>de</strong> Cabo Ver<strong>de</strong>, aunque comparten algunas <strong>de</strong> estas especies, son ya típicamente tropicales<br />

y están encuadradas en la región zoogeográfica tropical este-atlántica o Guineana. El bajo porcentaje<br />

<strong>de</strong> en<strong>de</strong>mismos, en comparación con otras islas <strong>de</strong>l Atlántico Oriental tropical, se atribuye a la falta <strong>de</strong><br />

estabilidad térmica como consecuencia <strong>de</strong> la caída <strong>de</strong> temperatura en el Pleistoceno, que no permitió<br />

forjarse un proceso evolutivo fuerte.<br />

Por otro lado, hay que tener en cuenta que las aguas por encima <strong>de</strong> los 100m son las más<br />

influenciadas por la climatología general <strong>de</strong>l sector y adoptan características propias. En Canarias son<br />

<strong>de</strong> condiciones térmicas bastante estables a lo largo <strong>de</strong>l año, sin gran<strong>de</strong>s oscilaciones estaciónales <strong>de</strong><br />

temperatura, aunque en las zonas costeras las características físico-químicas generales se alteran<br />

notablemente <strong>de</strong>bido a la influencia <strong>de</strong> la climatología y topografía locales, en especial en las zonas<br />

mas llanas y <strong>de</strong> fuerte insolación, adoptando condiciones más tropicales; Este tipo <strong>de</strong> situaciones se<br />

da con mas frecuencia en los sectores <strong>de</strong>l sur <strong>de</strong> las islas, originando la presencia en ellas <strong>de</strong> especies<br />

más tropicales (Brito et al., 1984).


EL ARCHIPIÉLAGO CANARIO<br />

INTRODUCCIÓN<br />

El Archipiélago Canario, integrado por 7 islas gran<strong>de</strong>s, 4 isletas y varios islotes y roques, ocupa una<br />

superficie oceánica <strong>de</strong> 7.540km 2 , y por lo tanto es, con mucho, el más extenso <strong>de</strong> la Macaronesia.<br />

También es el que posee la máxima altura (3.718m en el Tei<strong>de</strong>, Tenerife), factor que le otorga<br />

mayores posibilida<strong>de</strong>s a la hora <strong>de</strong> tasar la biodiversidad. Asimismo, es el más próximo al continente<br />

africano (96km), lo que aumenta la facilidad <strong>de</strong> poblamiento y afinida<strong>de</strong>s con este continente.<br />

<strong>Las</strong> islas canarias emergieron hace unos 21 millones <strong>de</strong><br />

años empezando por Fuerteventura y Lanzarote y<br />

terminando por El Hierro hace 1 millón <strong>de</strong> años. Un<br />

hecho importante a resaltar es la gran repercusión<br />

paleobiogeográfica que han tenido las últimas crisis<br />

climáticas por las que ha atravesado nuestro planeta en<br />

el poblamiento y evolución <strong>de</strong> la fauna y flora <strong>de</strong> las islas.<br />

En la época <strong>de</strong>l máximo <strong>de</strong> la última glaciación<br />

cuaternaria (hace 18.000 años), en la que el nivel <strong>de</strong>l<br />

mar estaba unos 120m por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l actual,<br />

Fuerteventura, Lanzarote y las isletas e islotes formaban<br />

una única isla, <strong>de</strong>nominada Mahan, <strong>de</strong> unos 5.000km 2 <strong>de</strong><br />

superficie, 200km <strong>de</strong> largo y a tan sólo 60km <strong>de</strong> distancia<br />

<strong>de</strong>l continente. A<strong>de</strong>más, entre la península <strong>de</strong> Jandía<br />

(Fuerteventura) y Gran Canaria, existía la isla Amanay,<br />

<strong>de</strong> unos 100km 2 <strong>de</strong> extensión, que en la actualidad es un<br />

banco submarino con abundante pesca, a tan sólo 25m<br />

<strong>de</strong> la superficie <strong>de</strong>l mar (Fig. 8).<br />

Si a todo esto añadimos el sensible incremento en la<br />

extensión y altura, la variación <strong>de</strong>l contorno <strong>de</strong> las islas y<br />

la consiguiente reducción <strong>de</strong> las distancias entre las<br />

mismas -al quedar emergidas las plataformas insulares-<br />

nos encontramos con un marco geográfico bien diferente<br />

al actual que hay que tener en cuenta a la hora <strong>de</strong><br />

estudiar su biogeografía, poblamiento, paleoecología o<br />

evolución insular.<br />

El clima <strong>de</strong> Canarias viene <strong>de</strong>terminado por los vientos<br />

dominantes -los alisios-, las corrientes oceánicas, -<br />

Corriente <strong>de</strong> Canarias-, y su latitud geográfica. La<br />

combinación <strong>de</strong> estos factores hacen que el clima <strong>de</strong> este<br />

archipiélago se consi<strong>de</strong>re entre los más privilegiados <strong>de</strong>l<br />

mundo, con temperaturas medias suaves (20-22ºC), con<br />

poca variación anual y precipitaciones anuales escasas,<br />

principalmente en Fuerteventura y Lanzarote (100-<br />

150mm). Un inci<strong>de</strong>nte climático que no hay que olvidar<br />

es la presencia en estas islas, con cierta frecuencia, <strong>de</strong><br />

vientos proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong>l Sáhara (Harmattan) con polvo<br />

en suspensión, fenómeno conocido en Canarias como<br />

“tiempo sur”, que reducen sensiblemente la visibilidad<br />

(calima) (Fig. 9).<br />

Fig. 8: Paleoecología <strong>de</strong> las Islas Canarias.<br />

a) Presente. b) Hace 18000 años. En García-<br />

Talavera (1999).<br />

Fig. 9: Foto <strong>de</strong> satélite (MODIS) <strong>de</strong>l 17/2/04,<br />

que muestra el fenómeno <strong>de</strong> “Calima” en<br />

Canarias. En http://www.calimacanarias.org.<br />

El archipiélago canario es el que presenta mayor biodiversidad <strong>de</strong> toda la Macaronesia, consecuencia<br />

lógica <strong>de</strong> sus mayores dimensiones <strong>de</strong> superficie y altura y <strong>de</strong> su proximidad al continente. Por estos<br />

motivos la fauna y la flora <strong>de</strong> Canarias son, en líneas generales, las más ricas, contando con un gran<br />

número <strong>de</strong> en<strong>de</strong>mismos: el pinzón azul (Fringilla tey<strong>de</strong>a), la paloma rabiche (Columba junoniae), la<br />

paloma turqué (Columba bolli), la tarabilla canaria (Saxicola dacotiae), los gran<strong>de</strong>s lagartos como<br />

Gallotia simonyi <strong>de</strong> la isla <strong>de</strong> El Hierro, Gallotia stehlini <strong>de</strong> Gran Canaria, Gallotia sp. en Tenerife, etc.<br />

No menos interesante resulta la fauna fósil <strong>de</strong> vertebrados, fiel testimonio <strong>de</strong> un pasado insular<br />

sorpren<strong>de</strong>nte, como lo <strong>de</strong>muestra la presencia <strong>de</strong> aves gigantes en el Mioceno superior (6 m.a.) en<br />

Lanzarote y <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s tortugas terrestres cuyos restos han aparecido en el Plioceno <strong>de</strong><br />

15


Ecosistemas errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> Tortugas Marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

Fuerteventura (Geochelone sp.) y en el Pleistoceno <strong>de</strong> Gran Canaria (G. vulcanica) y <strong>de</strong> Tenerife (G.<br />

burchardi). Los lagartos también han tenido representantes gigantescos en el pasado <strong>de</strong> estas islas,<br />

Gallotia goliath, que vivió en Tenerife y La Gomera hasta hace unos pocos miles <strong>de</strong> años, alcanzaba<br />

1.5m <strong>de</strong> longitud total.<br />

Los organismos marinos fósiles aparecen en Canarias, por lo general, formando parte <strong>de</strong> los <strong>de</strong>pósitos<br />

litorales conocidos como "playas levantadas". Claros ejemplos los tenemos en la llamada "terraza <strong>de</strong><br />

<strong>Las</strong> Palmas" (+75m), en Gran Canaria, en don<strong>de</strong> encontramos, entre otros, dientes <strong>de</strong>l tiburón<br />

gigante (Carcharodon megalodon) o <strong>de</strong>l gran erizo marino Clypeaster altus. Pero siempre son los<br />

moluscos los más abundantes en este tipo <strong>de</strong> formaciones fósiles, muchas <strong>de</strong> cuyas especies,<br />

típicamente tropicales, ya no viven en aguas <strong>de</strong> Canarias, como es el caso <strong>de</strong>l Strombus latus,<br />

gasterópodo abundante en el Cuaternario <strong>de</strong> Fuerteventura, Lanzarote y Gran Canaria, y en menor<br />

medida en Tenerife. Con respecto a los reptiles marinos, se tienen citas <strong>de</strong> la existencia <strong>de</strong> una<br />

población nidificante <strong>de</strong> tortugas marinas en las islas <strong>de</strong> Fuerteventura y Lanzarote, como se cita mas<br />

a<strong>de</strong>lante en el apartado <strong>de</strong> tortugas marinas en Canarias.<br />

CONDICIONES OCEANOGRÁFICAS DE CANARIAS: La Corriente <strong>de</strong> Canarias<br />

El sistema <strong>de</strong> la Corriente <strong>de</strong> Canarias es uno <strong>de</strong> los cuarenta y nueve gran<strong>de</strong>s ecosistemas marinos<br />

<strong>de</strong>l planeta (Sherman, 1993), <strong>de</strong>finiéndose estas áreas como regiones geográficas generalmente<br />

mayores <strong>de</strong> 20<strong>0.</strong>000km 2 caracterizadas por su batimetría, hidrografía y productividad, y a que<br />

albergan poblaciones marinas que han adaptado sus estrategias reproductivas, <strong>de</strong> crecimiento y <strong>de</strong><br />

alimentación (Sherman & Alexan<strong>de</strong>r, 1989). La Corriente <strong>de</strong> Canarias alberga una <strong>de</strong> las cuatro áreas<br />

<strong>de</strong> afloramiento mas importantes <strong>de</strong>l mundo (siendo las otras tres, California, Perú y Benguela),<br />

aunque autores como Longhurst (1998) no la clasifica como Sistema <strong>de</strong> Corriente <strong>de</strong> Canarias, sino<br />

que distingue dos provincias, las <strong>de</strong>l giro tropical-subtropical noratlántico y la provincia oriental <strong>de</strong>l<br />

bioma costero Atlántico, consi<strong>de</strong>rando geografías ecológicas significativamente distintas. La mayor<br />

parte <strong>de</strong> estudios <strong>de</strong> la zona consi<strong>de</strong>ran la Corriente <strong>de</strong> Canarias como un solo sistema compuesto por<br />

dos vertientes muy claras, las aguas oceánicas y la región costera ligada al fenómeno <strong>de</strong> afloramiento<br />

africano.<br />

La circulación general <strong>de</strong>l Atlántico Central es probablemente uno <strong>de</strong> los procesos circulatorios mas<br />

conocido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la antigüedad, <strong>de</strong> hecho, en los viajes a América <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Europa, los marinos ibéricos<br />

<strong>de</strong>l siglo XVI utilizaban la vía sur para la ida y la norte para volver, en ambos casos aprovechando<br />

16<br />

Fig. 1<strong>0.</strong> Gran<strong>de</strong>s sistemas <strong>de</strong> corrientes <strong>de</strong>l norte y centro <strong>de</strong>l Océano Atlántico. Flechas oscuras<br />

corrientes cálidas; Flechas grises corrientes frías. Imagen tomada <strong>de</strong>: http://www.aq.upm.es<br />

/Departamentos/Matematicas/pgalan/Investigación/oceanos/currents_north_atlantic.jpg.


INTRODUCCIÓN<br />

para la navegación el conocimiento que se tenía <strong>de</strong> la circulación oceánica y el régimen <strong>de</strong> vientos<br />

(Llinás et al. 2007). Sin duda, el Atlántico Norte ha recogido los primeros ejemplos <strong>de</strong> aplicación <strong>de</strong>l<br />

conocimiento y <strong>de</strong> las observaciones oceánicas, resultado <strong>de</strong> encontrarse en su ribera las instituciones<br />

y consecuentemente los investigadores pioneros en el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la oceanografía, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Helland-<br />

Hansen Nansen, Defant, Wüst, Iselin, etc., hasta llegar al compendio clásico publicado por Sverdrup,<br />

Johnson y Fleming en 1942. Des<strong>de</strong> esa fecha, hasta la actualidad el “Giro Subtropical <strong>de</strong>l Atlántico<br />

Norte”, ha acumulado una extensísima bibliografía, tanto <strong>de</strong> trabajos <strong>de</strong> observación, como <strong>de</strong> análisis<br />

y mo<strong>de</strong>lización. The Warmwatersphera of the North Atlantic Ocean, (Krauss 1996), es una buena<br />

recopilación <strong>de</strong> conjunto <strong>de</strong> información y bibliografía <strong>de</strong> este sistema circulatorio.<br />

La Corriente <strong>de</strong> Canarias es la rama <strong>de</strong>scendiente <strong>de</strong> la Corriente <strong>de</strong>l Golfo, o, el bor<strong>de</strong> oriental <strong>de</strong>l<br />

giro subtropical <strong>de</strong>l Atlántico Norte. Dentro <strong>de</strong> la Cuenca <strong>de</strong> Canarias, el Giro hacia el sur se organiza<br />

en tres brazos, uno prácticamente junto al lado occi<strong>de</strong>ntal <strong>de</strong> la dorsal atlántica, otro que ocupa el<br />

centro <strong>de</strong> la cuenca; y el tercero y mas oriental lindando con la zona costera africana que gira entorno<br />

a Ma<strong>de</strong>ira y es el propiamente <strong>de</strong>terminado como Corriente <strong>de</strong> Canarias (Zenk et al. 1986). Los dos<br />

primeros se juntan al norte <strong>de</strong>l paralelo 22ºN mientras que el <strong>de</strong> la Corriente <strong>de</strong> Canarias continua<br />

hacia el suroeste hasta alcanzar el frente <strong>de</strong> Cabo Ver<strong>de</strong> don<strong>de</strong> se incorpora a la Corriente<br />

Norecuatorial (o Corriente <strong>de</strong> Cabo Ver<strong>de</strong>) (Siedler & Onken 1966). El sistema frontal <strong>de</strong> Cabo Ver<strong>de</strong><br />

(cuya <strong>de</strong>nominación Cape Ver<strong>de</strong> Frontal Zone es introducida por Zenk et al. 1991) es el área don<strong>de</strong><br />

está situado el límite <strong>de</strong> la zona ventilada <strong>de</strong>l Giro Subtropical <strong>de</strong>l Atlántico Norte, respecto <strong>de</strong> la zona<br />

no afectada por este proceso, (Shadow Zone), como se <strong>de</strong>riva <strong>de</strong> los trabajos <strong>de</strong> Luyten et al. (1983)<br />

y Thiele et al. (1986). La forma y situación <strong>de</strong> este frente es muy variable (Manriquez & Fraga 1982,<br />

Barton 1985, Zenk et al. 1991) aunque se pue<strong>de</strong> situar entorno a una línea imaginaria que uniera<br />

Cabo Blanco y el norte <strong>de</strong>l Archipiélago <strong>de</strong> Cabo Ver<strong>de</strong>.<br />

En general, la Corriente <strong>de</strong> Canarias se trata <strong>de</strong> una corriente relativamente templada para la latitud<br />

don<strong>de</strong> se encuentra, <strong>de</strong>bido al enfriamiento <strong>de</strong> las aguas <strong>de</strong>l giro subtropical en su paso por la región<br />

<strong>de</strong> los vientos <strong>de</strong> oeste, en el área <strong>de</strong> la Azores. La temperatura superficial varía entre 18 y 23ºC (Fig.<br />

11), aunque en la costa africana pue<strong>de</strong> alcanzar valores <strong>de</strong> 14ºC, y la salinidad varía entre 36 y 37psu<br />

(Hernán<strong>de</strong>z-León et al., 2002). Bajo la capa <strong>de</strong> mezcla (100m) y hasta los 800m <strong>de</strong> profundidad se<br />

encuentra el Agua Central Noratlántica (ACNA), caracterizada por el gradiente térmico constitutivo <strong>de</strong><br />

la termoclina oceánica permanente, que se extien<strong>de</strong> en todo el área hasta encontrarse en el límite sur<br />

con el ACSA (Agua Central Suratlántica), que ocupa su mismo papel en el hemisferio sur (aunque se<br />

extien<strong>de</strong> en el hemisferio norte hasta el frente <strong>de</strong> Cabo Ver<strong>de</strong>) y que se caracteriza por ser menos<br />

salada, mas caliente (Llinás et al., 2007) y por poseer una concentración <strong>de</strong> nutrientes mas elevada,<br />

originando importantes pulsos productivos al aflorar, tanto en Cabo Blanco como mas al sur<br />

(Mauritania) durante el <strong>de</strong>splazamiento meridional <strong>de</strong> los vientos Alisios en invierno (Hernán<strong>de</strong>z-León<br />

et al., 2002). Por <strong>de</strong>bajo se extien<strong>de</strong>n y mezclan <strong>de</strong> forma irregular en todo el área el Agua<br />

Intermedia Mediterránea (AIM) (11.9ºC y 36.5psu) y el Agua Intermedia Atlántica Antártica (AIAA).<br />

Siendo predominante el AIM en la zona norocci<strong>de</strong>ntal y el AIAA en el zona suroriental.<br />

La <strong>estruc</strong>tura térmica <strong>de</strong> la capa superficial <strong>de</strong> las aguas canarias se caracteriza por la presencia <strong>de</strong><br />

una termoclina estacional, que se <strong>de</strong>sarrolla a finales <strong>de</strong> primavera y comienzos <strong>de</strong> verano, a<br />

profundida<strong>de</strong>s entre 50 y 120 metros. Esta termoclina <strong>de</strong>saparece en invierno y comienzos <strong>de</strong><br />

primavera, alcanzando la capa <strong>de</strong> mezcla unos 100 metros <strong>de</strong> espesor como máximo.<br />

El transporte neto <strong>de</strong> la corriente es hacia el sur, aunque la variabilidad estacional es significativa<br />

(Fedoseev, 1970), ya que aproximadamente la mitad <strong>de</strong>l transporte en la columna <strong>de</strong> agua se lleva a<br />

cabo en los primeros 200m (Stramma, 1984), por lo que se ve bastante afectado por factores<br />

externos a la corriente como la climatología. En general presenta dos situaciones bastante <strong>de</strong>finidas,<br />

el verano, época en la que soplan con mayor intensidad los vientos Alisios, y el invierno, caracterizado<br />

por la ausencia y disminución <strong>de</strong> su intensidad al norte <strong>de</strong>l paralelo 21 (Fig. 12). Por lo tanto, <strong>de</strong> abril<br />

a septiembre, el transporte hacia el sur es mayor cerca <strong>de</strong> la costa africana, que <strong>de</strong> octubre a marzo<br />

(Stramma & Stiedler, 1988).<br />

Sin duda, una <strong>de</strong> las características más importantes <strong>de</strong> la zona es la presencia <strong>de</strong>l Afloramiento <strong>de</strong>l<br />

Noroeste Africano, producido por la acción <strong>de</strong> los vientos Alisios al soplar paralelos a la costa,<br />

provocando un transporte <strong>de</strong> la masa <strong>de</strong> agua costera hacia el océano (transporte <strong>de</strong> Ekman), dando<br />

lugar a que las aguas frías y ricas en nutrientes ascienda para ocupar ese lugar. La enorme inyección<br />

<strong>de</strong> nutrientes en la capa fótica produce un espectacular incremento <strong>de</strong> la producción primaria y <strong>de</strong><br />

17


Ecosistemas errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> Tortugas Marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

toda la trama trófica <strong>de</strong> la zona y sus inmediaciones (Hernán<strong>de</strong>z-León, 1998). Este afloramiento se<br />

extien<strong>de</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los 15 a 33ºN cubriendo una impresionante área <strong>de</strong> la costa africana, aunque no<br />

ofrece una continuidad, sino que existen núcleos don<strong>de</strong> la surgencia es más patente, como son el<br />

Cabo Ghir, Cabo Juby, Cabo Bojador y Cabo Blanco, siendo este último el único que permanece<br />

durante todo el año (Fig. 14).<br />

Por consiguiente, en la zona, existe un gradiente <strong>de</strong> temperatura norte-sur <strong>de</strong>bido a la disminución <strong>de</strong><br />

la latitud, y un gradiente este-oeste, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la franja costera hacia el océano, provocado por el<br />

afloramiento. Con respecto a la salinidad se observa el mismo gradiente este-oeste, aunque<br />

integrándose con mayor intensidad hacia el océano (Mascareño, 1972). La variedad <strong>de</strong> situaciones<br />

físicas que se producen <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la Corriente <strong>de</strong> Canarias, produce una importante variabilidad <strong>de</strong> los<br />

organismos planctónicos que la habitan, produciéndose gran<strong>de</strong>s diferencias en la composición<br />

taxonómica <strong>de</strong> los organismos que habitan en cada una <strong>de</strong> estas dos regiones. Incluso pue<strong>de</strong>n<br />

encontrarse diferencias morfológicas importantes en especies que habitan ambas zonas, por ejemplo,<br />

el Copépodo Temora styllifera tiene un tamaño mucho mayor en las zonas <strong>de</strong> afloramiento que en las<br />

regiones oceánicas, respuesta seguramente ligada a la diferente riqueza alimenticia entre ambas<br />

(Carnero, 1975).<br />

El ciclo oceánico <strong>de</strong> producción primaria <strong>de</strong> la zona es similar al <strong>de</strong>scrito por Menzel & Ryther (1961)<br />

para el mar <strong>de</strong> los Sargazos; con valores <strong>de</strong> 800 - 1.000mgC m -2 d -1 durante el máximo <strong>de</strong> invierno y<br />

valores mínimos <strong>de</strong> unos 100mgC m -2 d -1 durante el verano; y dominando las células pequeñas <strong>de</strong><br />

fitoplancton las zonas <strong>de</strong> alta irradiancia y baja concentración <strong>de</strong> nutrientes, mientras que en las<br />

zonas <strong>de</strong> surgencia o abundancia <strong>de</strong> nutrientes, proliferan las células <strong>de</strong> mayor tamaño.<br />

Como consecuencia <strong>de</strong> este complejo sistema, la fauna planctónica presenta distintas composiciones<br />

según la época <strong>de</strong>l año o la distancia al afloramiento. Por ejemplo, existen especies que se han<br />

consi<strong>de</strong>rado como indicadoras <strong>de</strong> las zonas <strong>de</strong> afloramiento, como el copépodo Calanoi<strong>de</strong>s carinatus,<br />

que permanece en hibernación en las zonas profundas durante el invierno, mientras que durante los<br />

períodos <strong>de</strong> afloramiento ascien<strong>de</strong> a la superficie. También existen especies típicas <strong>de</strong> aguas afloradas<br />

(Temora stylifera, Paracalanus parvus y Acartia danae entre otros) y especies típicas <strong>de</strong> aguas<br />

oligotróficas (Nannocalanus minor, Neocalanus gracilis y Eucalanus subtenuis entre otras) (Vives,<br />

1974, 1975). En otros grupos <strong>de</strong> mayor talla como los eufausiáceos también se producen<br />

comportamientos similares.<br />

Otro punto importante a tener en cuenta a la hora <strong>de</strong> estudiar la diversidad marina <strong>de</strong> la zona, es la<br />

existencia <strong>de</strong> filamentos <strong>de</strong>l afloramiento, que son intrusiones relativamente superficiales (profundida<strong>de</strong>s<br />

máximas <strong>de</strong> 80-100m) <strong>de</strong> agua aflorada en el océano causada por, la convergencia <strong>de</strong> dos<br />

masas <strong>de</strong> agua cerca <strong>de</strong> la costa, el efecto <strong>de</strong> un remolino que se mueve lentamente cerca y paralelo<br />

a la costa, o el efecto <strong>de</strong> la corriente <strong>de</strong> chorro costera que oscila <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la costa al océano generando<br />

meandros <strong>de</strong> agua aflorada hacia el océano (Fig. 14). La consecuencia biológica <strong>de</strong> estos filamentos<br />

es el transporte <strong>de</strong> materia orgánica (nutrientes, fitoplancton y zooplancton) <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el área <strong>de</strong><br />

afloramiento hacia el océano oligotrófico. El efecto <strong>de</strong> estos filamentos es mayor sobre el zooplancton<br />

que sobre el fitoplancton, <strong>de</strong>bido a que los primeros tienen tiempos <strong>de</strong> generación mucho mayores, y<br />

por lo tanto pue<strong>de</strong>n sobrevivir durante mas tiempo aún en ausencia <strong>de</strong> alimento (Hernán<strong>de</strong>z-Guerra<br />

et al., 1993).<br />

Según Hernan<strong>de</strong>z-León et al. (2002), en estas zonas también existen diferencias en la composición<br />

faunística que las habitan, observándose diferencias taxonómicas y morfológicas (principalmente en<br />

talla) en los grupos <strong>de</strong> copépodos distribuidos a lo largo <strong>de</strong>l filamento, disminución en la abundancia<br />

<strong>de</strong> cladóceros y plancton gelatinoso conforme aumenta la distancia al afloramiento, o, por el<br />

contrario, aumento <strong>de</strong> la abundancia <strong>de</strong> adultos y larvas <strong>de</strong> otros grupos <strong>de</strong> crustáceos al alejarse <strong>de</strong>l<br />

afloramiento. Estas <strong>estruc</strong>turas son capaces <strong>de</strong> transportar especies neríticas hacia el interior <strong>de</strong>l<br />

océano, <strong>de</strong>splazando o excluyendo las especies oceánicas propias <strong>de</strong> la zona (Rodríguez et al., 1999).<br />

El Archipiélago Canario cubre un frente <strong>de</strong> unos 600km perpendicular al flujo principal <strong>de</strong> la Corriente<br />

<strong>de</strong> Canarias. Este hecho provocando otro fenómeno importante en el complejo sistema oceanográfico<br />

que circunda el archipiélago, los remolinos ciclónicos y anticiclónicos, que ayudados por la corriente<br />

<strong>de</strong> canarias generan trenes <strong>de</strong> remolinos al sur <strong>de</strong> las islas (Arístegui et al., 1994, 1997) (Fig. 13).<br />

Este fenómeno provoca un transferencia <strong>de</strong> biomasa que emerge en el centro <strong>de</strong>l remolino ciclónico y<br />

que se sumerge en el centro <strong>de</strong>l remolino anticiclónico contiguo. La pequeña capacidad natatoria <strong>de</strong>l<br />

18


INTRODUCCIÓN<br />

zooplancton les permite mantenerse en superficie sin ser absorbidos por el remolino anticiclónico,<br />

acumulándose en estos gran<strong>de</strong>s concentraciones <strong>de</strong> zooplancton.<br />

En las estrechas zonas <strong>de</strong> plataforma <strong>de</strong> las islas Canarias, con características mas estables, se<br />

produce una estacionalidad muy clara en los organismos presentes en ellas. Así, por ejemplo, según<br />

un estudio llevado a cabo por Arístegui et al. (2001), las poblaciones <strong>de</strong> copépodos estaban formadas<br />

por individuos <strong>de</strong> gran tamaño y portando una puesta en el mes <strong>de</strong> marzo, mientras que en junio se<br />

observaron especies <strong>de</strong> talla pequeña y diversos estadios juveniles; Los Apendiculariáceos, tuvieron<br />

comportamientos similares a las poblaciones <strong>de</strong> copépodos, mostrando sus valores máximos a finales<br />

<strong>de</strong> marzo, principios <strong>de</strong> abril; Los Cladóceros presentaron incrementos significativos puntuales a final<br />

<strong>de</strong> primavera; los suspensívoros en invierno y primavera; y los carnívoros a finales <strong>de</strong> verano y<br />

durante el otoño.<br />

A) B)<br />

C) D)<br />

Fig. 11. Imágenes térmicas promedio estacionales obtenidas<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el sensor AVHRR <strong>de</strong> satélites NOAA en el Atlántico Central<br />

norte. A) Diciembre, enero y febrero (DEF); B) Marzo, abril y Mayo (MAM); C) Junio, julio y<br />

agosto (JJA); D) septiembre, octubre y noviembre (SON). Imagen tomada <strong>de</strong> Llinás et al. (2007).<br />

A) B) C) D)<br />

Fig. 12: Imágenes estacionales <strong>de</strong> velocidad y dirección medios <strong>de</strong>l viento en la superficie marina en el año<br />

2002, obtenidas <strong>de</strong> datos ofrecidos por sensores SEA WINDS instalados en el satélite QUIKSCAT. A) DJF; B)<br />

MAM; C) JJA; D) SON. Figura tomada <strong>de</strong> Llinás et al. 2007.<br />

19


Ecosistemas errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> Tortugas Marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

20<br />

A) B)<br />

C) D)<br />

Fig. 13: Comparación <strong>de</strong> las velocida<strong>de</strong>s geostróficas calculadas a partir <strong>de</strong> altímetros con otros recursos: A) y<br />

B) secuencia <strong>de</strong> 2 imágenes (3 meses <strong>de</strong> diferencia) que compara velocida<strong>de</strong>s geostróficas con la trayectoria<br />

(3 días antes, 3 días <strong>de</strong>spués) <strong>de</strong> boyas <strong>de</strong> <strong>de</strong>riva, mostrando el centro <strong>de</strong> un intenso giro anticiclónico al sur<br />

<strong>de</strong> Gran Canaria (giro J98). C) Velocida<strong>de</strong>s medias <strong>de</strong> la superficie marina (0-100m) (flechas negras) obtenida<br />

<strong>de</strong> datos ADCP (Acoustic Doppler Current Profiler), superpuestos a datos <strong>de</strong> altura <strong>de</strong> la superficie marina<br />

obtenidos <strong>de</strong> altímetros, mostrando un intenso giro anticiclónico al sur <strong>de</strong> la isla <strong>de</strong>l Hierro. D) Velocida<strong>de</strong>s<br />

geostróficas superpuesta a la trayectoria <strong>de</strong> una boya <strong>de</strong> <strong>de</strong>riva (15 días antes, 15 días <strong>de</strong>spués), mostrando<br />

la periferia <strong>de</strong>l giro anticiclónico observado en la figura C), pero un mes mas tar<strong>de</strong>. Figuras obtenidas <strong>de</strong><br />

Sangrá et al. 2009. ULPGC.<br />

Filament<br />

Filamento<br />

Filament<br />

Fig. 14: Imágenes <strong>de</strong> satélite que muestran filamentos<br />

<strong>de</strong>l afloramiento africano en la zona <strong>de</strong> las Islas<br />

Canarias. Imágenes tomadas <strong>de</strong> Aristegui et al. 1997.


3.1 - GENERALIDADES DE TORTUGAS MARINAS<br />

Historia evolutiva<br />

INTRODUCCIÓN<br />

3. – LAS TORTUGAS MARINAS<br />

Los primeros reptiles se remontan a finales <strong>de</strong>l período Paleozoico (era Pensilvánica o Carbonífera)<br />

hace unos 300 millones <strong>de</strong> años. Estos animales, que se asemejaban a robustos lagartos, dieron lugar<br />

a diversos grupos animales, incluidos los mamíferos, cocodrilos, dinosaurios, reptiles marinos, lagartos<br />

y tortugas (Spotila, 2004). <strong>Las</strong> tortugas evolucionaron <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los ór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong> estos reptiles<br />

ancestrales que vivieron en la tierra hace unos 250 millones <strong>de</strong> años <strong>de</strong>nominados Cotilosaurios, que<br />

emprendieron un largo proceso evolutivo, acumulando material óseo en su piel, llegando a fusionar<br />

las costillas, vértebras y placas óseas dérmicas, obteniendo una armadura protectora que cubre la<br />

superficie <strong>de</strong>l animal.<br />

Fig. 15: Izquierda: Archelon, tortuga primitiva gigante. A) Vista dorsal. B) Vista ventral. Dibujo<br />

adaptado <strong>de</strong> Wieland (1902), Romer (1956) y Pritchard (1979), en Márquez (1996).<br />

Derecha: Eras geológicas y principales acontecimientos. Fuente: Museo Paleontoógico Egidio<br />

Feruglio (Trelew - Chubut).<br />

Los restos fósiles mas antiguos <strong>de</strong> tortugas “verda<strong>de</strong>ras” (o como las conocemos actualmente) datan<br />

<strong>de</strong> 220 millones <strong>de</strong> años, y se localizaron en sedimentos <strong>de</strong>l periodo Triásico en Alemania,<br />

Groenlandia y Tailandia. La distribución <strong>de</strong> estos fósiles sugieren una amplia dispersión durante esta<br />

era gracias a una exitosa evolución que ha variado casi insignificantemente hasta la actualidad<br />

(Márquez, 1996). Eran tortugas terrestres <strong>de</strong> unos 90cm <strong>de</strong> longitud total, con un caparazón <strong>de</strong> 60cm,<br />

que poseían los componentes básicos <strong>de</strong> una tortuga mo<strong>de</strong>rna: caparazón, plastrón y un cráneo con<br />

un pico córneo. Habitaban zonas pantanosas junto con fitosaurios (ancestro <strong>de</strong> los cocodrilos),<br />

laberintodontos (primer grupo <strong>de</strong> anfibios <strong>de</strong> casi 2m <strong>de</strong> longitud), y peces predadores (Spotila,<br />

2004).<br />

Si bien las primeras tortugas aparecieron en el período Triásico, hace tan solo 100 millones <strong>de</strong> años<br />

que estas formas terrestres dieron lugar a las tortugas marinas, evolucionando a partir <strong>de</strong> las especies<br />

que habitaban zonas <strong>de</strong> marismas y que fueron <strong>de</strong>splazándose gradualmente hacia ambientes<br />

marinos. El fósil mas antiguo encontrado <strong>de</strong> una tortuga marina mo<strong>de</strong>rna se encontró al este <strong>de</strong> Brasil<br />

y data <strong>de</strong>l período Cretácico temprano (unos 110 millones <strong>de</strong> años), se llama Santanachelys gaffneyi,<br />

21


Ecosistemas errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> Tortugas Marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

y se trata <strong>de</strong> una tortuga pequeña con una morfología intermedia entre tortuga marina y tortuga <strong>de</strong><br />

agua dulce, (aletas <strong>de</strong>lanteras todavía redon<strong>de</strong>adas y movilidad en los <strong>de</strong>dos <strong>de</strong> las patas<br />

posteriores). Este reptil dio lugar a cuatro tipos <strong>de</strong> tortugas marinas tan diferentes entre si que los<br />

taxónomos las han consi<strong>de</strong>rado como las cuatro familias prehistóricas <strong>de</strong> tortugas marinas:<br />

Toxochelyidae; Cheloniidae; Protostegidae y Dermochelyidae. <strong>Las</strong> cuatro convivían hace 65 millones<br />

<strong>de</strong> años, momento en el que impactó en Yucatán, México, el gran asteroi<strong>de</strong> que <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nó una<br />

serie <strong>de</strong> acontecimientos que cambiaron el clima terrestre e hizo <strong>de</strong>saparecer a un gran número <strong>de</strong><br />

especies, comenzando la nueva era dominada por mamíferos y aves. Estos hechos permitieron que las<br />

tortugas marinas evolucionaran aumentando su tamaño para disminuir el número <strong>de</strong> predadores<br />

capaces <strong>de</strong> atacarlas. Dos <strong>de</strong> las cuatro familias que ocupaban los océanos en la era Cretácica se<br />

extinguieron, la familia Toxochelyidae, pequeñas-medianas tortugas que colonizaron el mar interior <strong>de</strong><br />

América <strong>de</strong> Norte, el litoral oriental <strong>de</strong> Asia y el Océano Atlántico temprano; y Protostegidae, tortugas<br />

gigantes <strong>de</strong>l Cretácico a la que pertenecía la famosa Archelon (Fig. 15) (Spotila, 2004).<br />

<strong>Las</strong> otras dos familias que han sobrevivido hasta nuestros días son la familia Cheloniidae, en la que se<br />

encuentran 6 <strong>de</strong> las 7 especies <strong>de</strong> tortugas marinas que conocemos actualmente, comprendidas en<br />

cuatro géneros: Chelonia, Eretmochelys, Lepidochelys y Caretta; y la familia Dermochelyidae, con una<br />

solo especie, la tortuga laúd (Dermochelys coriacea), que <strong>de</strong>sarrolló una gran diversidad en el Eoceno<br />

ocupando los nichos ecológicos <strong>de</strong>jados por la <strong>de</strong>saparición <strong>de</strong> la familia Protostegidae. Parece ser<br />

que el éxito <strong>de</strong> la tortuga laúd se basó en su especialización alimenticia en medusas ya que se trata<br />

<strong>de</strong> un recurso bastante abundante y muy poco aprovechado por otros animales (Spotila, 2004).<br />

Taxonomía<br />

Los investigadores han conseguido <strong>de</strong>sarrollar los árboles filogenéticos <strong>de</strong> las tortugas marinas gracias<br />

<strong>de</strong> diversas técnicas: estudios <strong>de</strong> la proteína albúmina (Chen et al., 1980); distancias inmunológicas<br />

(Frair, 1979); electroforesis <strong>de</strong>l suero (Frair, 1979); secuencias <strong>de</strong> ADN mitocondrial (Bowen et al.,<br />

1991, 1993; Dutton et al., 1996) y secuencias <strong>de</strong> ADN nuclear (Bowen & Kart, 1996).<br />

La Filogenia molecular muestra 2 líneas evolutivas, la familia Cheloniidae y la familia Dermochelyidae.<br />

Dentro <strong>de</strong> la primera se muestran 3 líneas: Natatorini, Chelonini y Carettini (Gaffney & Meylan, 1988;<br />

Zangerl et al., 1988). Mientras que las dos primeras familias poseen una sola especie cada una, la<br />

familia Carettini incluye a la tortuga boba (Caretta caretta), las 2 especies <strong>de</strong>l género Lepidochelys<br />

(Lepidocheys olivacea y Lepidochelys kempii) y la tortuga carey (Eretmochelys imbricata), aunque<br />

diversos estudios han <strong>de</strong>mostrado que esta última, la tortuga carey, fue la primera rama en separarse<br />

<strong>de</strong> la familia Carettini. Posteriormente, el género Lepidochelys <strong>de</strong>rivó <strong>de</strong>l género Caretta en mitad <strong>de</strong>l<br />

Mioceno (hace 10 millones <strong>de</strong> años) (Bowen, 2003).<br />

22<br />

Fig. 16: Relación evolutiva <strong>de</strong> las siete especies <strong>de</strong> tortugas marinas basada en genes <strong>de</strong><br />

ADN mitocondrial y ADN nuclear (basado en resultados <strong>de</strong> Naro-Maciel et al. 2008).<br />

Obtenido <strong>de</strong> Monzón-Argüello (2010).


INTRODUCCIÓN<br />

El género Caretta en la actualidad solo posee una especie, pero en el pasado tenía una mayor<br />

diversidad. Deriyagala (1943, 1945) <strong>de</strong>scribe dos especies diferentes <strong>de</strong> tortuga boba basándose en<br />

diferencias morfológicas, la <strong>de</strong>l Atlántico (Caretta caretta caretta) y la <strong>de</strong>l Indico-Pacífico (Caretta<br />

caretta gigas), pero estudios posteriores han cuestionado esta afirmación (como Pritchard & Trebbau,<br />

1984; Dodd, 1988, Kamezaki & Matsui, 1997), e incluso los estudios genéticos no la han podido<br />

confirmar (Bowen et al., 1994).<br />

Dentro <strong>de</strong> la familia Dermochelyidae, como ya se explicó en el apartado anterior, solo existe una<br />

especie, la tortuga laúd (Dermochelys coriacea).<br />

CLASE REPTILIA:<br />

Or<strong>de</strong>n Cheloni<strong>de</strong>ae<br />

Familia DERMOCHELYIDAE<br />

Morfología característica<br />

Especie Nombre común (Inglés)<br />

Género Dermochelys Dermochelys coriacea Laúd/ Baula Leatherback<br />

Familia CHELONIIDAE<br />

Género Lepidochelys Lepidochelys olivacea Olivácea/Bastarda Olive Ridley<br />

Lepidochelys kempii Golfina/ Lora Kemp’s Ridley<br />

Género Eretmochelys Eretmochelys imbricada Carey Hawksbill<br />

Género Caretta Caretta caretta Boba/ Común/ Caguama Loggerhead<br />

Género Chelonia Chelonia mydas Ver<strong>de</strong>/ Blanca Green<br />

Género Natator Natator <strong>de</strong>pressus Plana/ Prieta/ Kikila Flatback<br />

Fig. 17. Sistemática <strong>de</strong> las tortugas marinas. Nombre científico, nombre común y nombre en inglés.<br />

<strong>Las</strong> tortugas, junto con las lagartijas, las víboras y los cocodrilos, forman el grupo <strong>de</strong> los reptiles, que<br />

se caracterizan por ser vertebrados <strong>de</strong> respiración pulmonar, poiquilotermos (<strong>de</strong> sangre fría) y que a<br />

diferencia <strong>de</strong> los anfibios, tienen una piel seca, <strong>de</strong>sprovista casi totalmente <strong>de</strong> glándulas y protegida<br />

por escamas córneas, lo que les permite abandonar el medio acuático sin peligro al <strong>de</strong>secamiento.<br />

El rasgo único en las tortugas, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la evolución <strong>de</strong> los reptiles y en general <strong>de</strong> los vertebrados,<br />

es la configuración <strong>de</strong>l cuerpo, encerrado en una caja o armadura (Márquez, 1996). Esta <strong>estruc</strong>tura<br />

morfológica es el CAPARAZÓN, compuesto por una parte dorsal <strong>de</strong>nominada caparazón o espaldar y<br />

una ventral que recibe el nombre plastrón o peto y que en conjunto protegen eficientemente los<br />

vulnerables órganos internos <strong>de</strong>l animal. En el caso <strong>de</strong> las tortugas marinas pertenecientes a la familia<br />

Cheloniidae, esta “armadura” se forma durante el <strong>de</strong>sarrollo embrionario, con el crecimiento <strong>de</strong> placas<br />

óseas <strong>de</strong> origen dérmico que se fusionan dorsalmente a las costillas y a las vértebras, las cuales<br />

<strong>de</strong>sarrollan extensiones que unen unas con otras. Éste se continua lateralmente y en la parte ventral<br />

con el plastrón, que en las tortugas terrestres está totalmente soldado al caparazón y en las marinas<br />

se encuentra solamente articulado en los puentes, por medio <strong>de</strong> tejido conectivo cartilaginoso, que le<br />

permite cierta distensión en dirección vertical facilitando los movimientos <strong>de</strong> la respiración (Márquez,<br />

1996). Los huesos <strong>de</strong>l plastrón son exclusivos <strong>de</strong> las tortugas (Spotila, 2004).<br />

La <strong>estruc</strong>tura ósea <strong>de</strong> las tortugas marinas esta formada por huesos bastante <strong>de</strong>nsos. El caparazón<br />

está compuesto por 1 hueso nucal, <strong>de</strong> 7 a 15 huesos neurales, 8 pares <strong>de</strong> huesos pleurales, 11 – 13<br />

pares <strong>de</strong> huesos periféricos, 2 suprapygales y 1 hueso pygal. Por otro lado, el plastrón está<br />

compuesto por nueve huesos: 1 entoplastron y un par <strong>de</strong> epiplastron, hyoplastron, hypoplastron y<br />

xiphiplastron (Wyneken, 2001) (Fig. 18).<br />

23


Ecosistemas errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> Tortugas Marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

Esta <strong>estruc</strong>tura ósea está cubierta <strong>de</strong> tejido dérmico calcificado formando escudos queratinosos<br />

(escamas) <strong>de</strong> diversas formas y tamaños, encajando unos con otros y cuyo número y disposición es<br />

utilizado por los biólogos con carácter taxonómico para diferenciar unas especies <strong>de</strong> otras (Ripple,<br />

1996). Estos escudos aseguran una mayor protección al animal. El número <strong>de</strong> escudos o escamas no<br />

coinci<strong>de</strong> con el número <strong>de</strong> huesos que forman el caparazón y reciben distintos nombres según el lugar<br />

que ocupan sobre el cuerpo <strong>de</strong>l animal (Fig. 20).<br />

El género Lepidochelys se caracteriza e i<strong>de</strong>ntifica por tener cinco o más escamas costales, la primera<br />

en contacto con la escama nucal, y cuatro escamas submarginales con poros. <strong>Las</strong> dos especies<br />

pertenecientes a este género, L. kempii y L. Olivaceae, se diferencian por la presencia <strong>de</strong> cinco<br />

escamas costales en la primera y <strong>de</strong> más <strong>de</strong> cinco en la segunda.<br />

Los géneros Chelonia y Eretmochelys tienen como característica común la presencia <strong>de</strong> cuatro<br />

escamas costales y la primera escama costal no conectada con la nucal. El género Chelonia consta <strong>de</strong><br />

dos escamas prefrontales y una única uña en cada aleta, mientras que Eretmochelys presenta dos<br />

pares <strong>de</strong> escamas prefrontales y dos uñas en cada aleta.<br />

Un caso excepcional es el <strong>de</strong> la familia Dermochelyidae, la tortuga laúd, ya que en lugar <strong>de</strong> la dura<br />

coraza ósea tiene un mosaico <strong>de</strong> pequeños huesos poligonales, que no están soldados al esqueleto<br />

axial, pero si embebidos en una gruesa piel. Esta piel actúa como un eficiente aislante térmico, por su<br />

gran contenido <strong>de</strong> grasa, hecho que les ha otorgado la posibilidad <strong>de</strong> colonizar latitu<strong>de</strong>s mas frías,<br />

imposibles <strong>de</strong> soportar por las especies <strong>de</strong> la familia Cheloniidae. Los huesos <strong>de</strong>l plastrón también se<br />

modifican hacia la simplificación, por lo que son muy reducidos o quedan simplemente como vestigios<br />

(Márquez, 1996).<br />

24<br />

Fig. 18: Imagen CT (tomografía computada) <strong>de</strong> una tortuga marina mostrando su <strong>estruc</strong>tura ósea. a) Vista<br />

dorsal; b) Vista ventral; c) Vista lateral. Imagen tomada <strong>de</strong> Anatomy of Sea Turtles (Wineken 2001). P.43.<br />

Fig. 19: Características taxonómicas para<br />

la i<strong>de</strong>ntificación <strong>de</strong> las distintas especies<br />

<strong>de</strong> tortugas marinas. Imagen tomada <strong>de</strong><br />

Anatomy of Sea Turtles (Wyneken, 2001 -<br />

Pág.4).


INTRODUCCIÓN<br />

La especie Caretta caretta, objeto <strong>de</strong> este estudio, se caracteriza por la disposición, en la parte dorsal<br />

<strong>de</strong>l caparazón, <strong>de</strong> 1 escudo nucal consi<strong>de</strong>rablemente amplio, 5 escudos dorsales, 5 pares <strong>de</strong> escudos<br />

costales (el primero en contacto con el escudo nucal), y generalmente 12 pares <strong>de</strong> escudos<br />

marginales. En lo referente a los escudos <strong>de</strong>l plastrón, consta <strong>de</strong> 3 pares <strong>de</strong> inframarginales, que no<br />

presentan poros y pue<strong>de</strong>n presentar 1 escudo intergular y 1 anal <strong>de</strong> pequeño tamaño o carecer <strong>de</strong> los<br />

mismos.<br />

Consecuentemente y en respuesta a la selección natural <strong>de</strong>l medio acuático, <strong>de</strong>sarrollaron<br />

adaptaciones fisiológicas, anatómicas y <strong>de</strong> comportamiento, <strong>de</strong> manera que en relación a la utilización<br />

<strong>de</strong>l hábitat y <strong>de</strong> sus migraciones, poseen muchos elementos en común con gran<strong>de</strong>s peces y cetáceos<br />

(Musick y Limpus, 1997). Algunas <strong>de</strong> estas adaptaciones fueron, por ejemplo, la reducción y<br />

aplanamiento <strong>de</strong>l caparazón para <strong>de</strong>sarrollar una forma mas hidrodinámica, facilitando la natación y la<br />

velocidad <strong>de</strong> movimientos en el agua; la perdida <strong>de</strong> la capacidad <strong>de</strong> retraer la cabeza y extremida<strong>de</strong>s<br />

en el interior <strong>de</strong>l caparazón, por lo que han evolucionado protegiendo la cabeza con escamas córneas<br />

sobre el cráneo <strong>de</strong>l animal (Márquez, 1996). Estas escamas también varían en número <strong>de</strong>pendiendo<br />

<strong>de</strong> la especie y sirven <strong>de</strong> ayuda a la hora <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntificación taxonómica <strong>de</strong> las distintas especies,<br />

(principalmente las escamas prefrontales: 1 par la tortuga ver<strong>de</strong>, 2 pares la tortuga carey, mas <strong>de</strong> 1<br />

par la olivacea y golfina, y ninguna la tortuga laúd). La tortuga común o boba se caracteriza, a<strong>de</strong>más,<br />

por presentar una cabeza consi<strong>de</strong>rablemente ancha, en la cual se observan 2 pares <strong>de</strong> escamas<br />

prefrontales, 3 escamas supraoculares y <strong>de</strong> 3 a 4 escamas postorbitales.<br />

Otro adaptación al medio marino es que sus patas se han transformado en aletas o remos, con los<br />

<strong>de</strong>dos muy largos y unidos, y solamente con una o dos uñas reducidas. <strong>Las</strong> <strong>de</strong>lanteras adquieren una<br />

forma alargada especializada en la propulsión y las traseras una forma redon<strong>de</strong>ada para dirigir sus<br />

movimiento a modo <strong>de</strong> timón. <strong>Las</strong> aletas también están cubiertas por escamas pero mucho menos<br />

calcificadas y por lo tanto, mas finas.<br />

El hecho <strong>de</strong> poseer una protección efectiva <strong>de</strong> los órganos vitales y al mismo tiempo llevar a cuestas<br />

un peso excesivo ha conferido a las tortugas una actitud <strong>de</strong>fensiva, no <strong>de</strong> ataque, que les ha<br />

proporcionado más ventajas que problemas ya que ha sido un "pasaje seguro" a través <strong>de</strong> las eras<br />

geológicas y les ha permitido sobrevivir a sus compañeros en el tiempo y llegar a nuestros días, por lo<br />

que no hay duda <strong>de</strong> su éxito evolutivo (Márquez, 1996).<br />

El tamaño <strong>de</strong> las tortugas marinas varia <strong>de</strong> unas especies a otras, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los 55cm <strong>de</strong> longitud <strong>de</strong><br />

caparazón y 36kg <strong>de</strong> peso <strong>de</strong> la tortuga olivácea, a los casi 200cm y 600kg <strong>de</strong> la tortuga laúd. El peso<br />

medio <strong>de</strong> las tortugas adultas <strong>de</strong>l resto <strong>de</strong> las especies varia entre los 50 y 200Kg (la tortuga marina<br />

más pesada conocida fue una laúd <strong>de</strong> 907kg) y su longitud <strong>de</strong> caparazón ( ∗ SCLmin) entre 75 y 125cm<br />

(Spotila, 2004).<br />

Según Kamezaki (2003), en la recopilación realizada por Bolten y Witherington (2003) sobre la tortuga<br />

Caretta caretta, el tamaño medio <strong>de</strong> la tortuga boba <strong>de</strong>l Atlántico (unificando datos <strong>de</strong> las distintas<br />

poblaciones), es <strong>de</strong> 82.9cm (SD = 5.5cm) en * SCLmin con un rango <strong>de</strong> 71.9 - 96cm.<br />

∗ Una <strong>de</strong> las medidas estandarizadas a nivel mundial para tortugas marinas y que se <strong>de</strong>scribe en el apartado <strong>de</strong><br />

metodología.<br />

A) B)<br />

Fig. 20 : Folidosis <strong>de</strong> la<br />

tortuga boba (Caretta<br />

caretta). A) Caparazón<br />

y cabeza; B) Plastrón.<br />

25


Ecosistemas errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> Tortugas Marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

La Alimentación:<br />

El estudio alimenticio <strong>de</strong> las tortugas marinas es muy complejo, principalmente durante su etapa<br />

oceánica ya que es muy difícil encontrarlas en el océano y observar directamente sus hábitos. Para<br />

po<strong>de</strong>r obtener datos sobre su alimentación se han realizado estudios <strong>de</strong>l contenido estomacal,<br />

estudios <strong>de</strong> heces, o la observación directa <strong>de</strong> individuos que se alimentan cerca <strong>de</strong> la costa. Gracias a<br />

todos estos trabajos se sabe que todas las tortugas marinas son carnívoras/omnívoras durante su<br />

etapa <strong>de</strong> cría y juvenil, para conseguir un crecimiento más efectivo y alcanzar la tallas mayores en el<br />

menor tiempo posible (Márquez, 1996). La mayoría sigue siendo carnívora durante toda su vida a<br />

excepción <strong>de</strong> la tortuga ver<strong>de</strong>, la cual a partir <strong>de</strong> cierta edad modifica sus hábitos hacia una dieta<br />

vegetariana a base <strong>de</strong> algas y fanerógamas marinas (Bjorndal, 1997).<br />

La tortuga boba posee mandíbulas muy fuertes y pico grueso para triturar alimentos muy duros como<br />

los exosqueletos calcáreos <strong>de</strong> organismos bentónicos: moluscos gasterópodos (Strombus, Cassis,<br />

Busycon, Cypraea), crustáceos (Calappa, Callinectes, Portunus), bivalvos (Anadara, Pinna, Solen),<br />

equino<strong>de</strong>rmos, insectos alados; así como alimentos blandos como peces (sciénidos, clupeidos),<br />

medusas y otros invertebrados, e incluso en algunas ocasiones algas (Dodd, 1988).<br />

Esta dieta es principalmente carnívora, aunque esta especie en su fase juvenil oceánica, pasa sus<br />

primeros años asociada a bosques <strong>de</strong> sargazo don<strong>de</strong> se alimentan principalmente <strong>de</strong> tunicados<br />

(Pyrosoma), medusas (Physalia, Pelagia, Velella), ctenóforos, hydrozoos, crustáceos (Planes, Limulus),<br />

moluscos (Lepas, Janthina, Pterotrachea), peces (Entelurus) y este alga oceánica (Sargassum), todos<br />

ellos integrantes comunes o esporádicos <strong>de</strong> la comunidad <strong>de</strong>l sargazo (Carr, 1986, 1987b;<br />

Witherington, 2002). La tortuga boba, al alcanzar una talla consi<strong>de</strong>rablemente gran<strong>de</strong>, modifica sus<br />

hábitos alimenticios, <strong>de</strong>jando <strong>de</strong> alimentarse <strong>de</strong> especies pelágicas para comenzar una etapa nerítica<br />

alimentándose <strong>de</strong> animales bentónicos, mas efectivos para su crecimiento y <strong>de</strong>sarrollo en su etapa<br />

adulta (Bolten, 2003a,b).<br />

Dodd (1988) <strong>de</strong>talla una lista realmente completa <strong>de</strong> las especies citadas como alimento <strong>de</strong> tortuga<br />

boba en sus diferentes fases vitales y en los distintos mares y océanos. A<strong>de</strong>más, en todas las fases<br />

vitales <strong>de</strong> esta especie, se han citado una gran variedad <strong>de</strong> compuestos no alimenticios que<br />

seguramente confun<strong>de</strong>n con comida, tanto naturales: trozos <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra, corcho, paja, caña <strong>de</strong> azúcar,<br />

astillas, frutas y verduras terrestres, plumas, restos <strong>de</strong> comida humana, etc.; como artificiales: trozos<br />

<strong>de</strong> plástico, bolsas y botellas <strong>de</strong> plástico, piezas <strong>de</strong> vidrio, cuerdas, nylon, rafia, alquitrán, petróleo,<br />

papel, fibra, polietileno y espuma <strong>de</strong> polietileno, corchos <strong>de</strong> botellas, etc. (Brongersma, 1972; Hughes,<br />

1974; Balazs, 1985; Carr, 1987b; entre otros). Todos ellos presentes en los mares y océanos <strong>de</strong>l<br />

planeta, flotando a la <strong>de</strong>riva en los mismos sistemas <strong>de</strong> corrientes que utilizan los ejemplares <strong>de</strong><br />

tortuga boba en su etapa juvenil oceánica, y que constituyen una gran amenaza para la especie.<br />

La Reproducción:<br />

<strong>Las</strong> tortugas marinas son organismos heterosexuales con fecundación interna. Los machos poseen un<br />

hemipene y el apareamiento se produce principalmente en el mar, don<strong>de</strong> una hembra es cortejada y<br />

fecundada por uno o varios machos.<br />

Su ciclo <strong>de</strong> reproducción es circadiano, es <strong>de</strong>cir, se repiten en períodos anuales, bianuales, trianuales,<br />

o en casos especiales se vuelven irregulares. Esta frecuencia varia según la especie, siendo <strong>de</strong> un año<br />

para las especies mas pequeñas (géneros Lepidochelys), bianual para la tortuga boba y la carey, y<br />

bianual o trianual para la ver<strong>de</strong>, la laúd y la prieta. Esta secuencia cíclica no siempre es constante ya<br />

que pue<strong>de</strong> retrasarse un año, o incluso períodos mas largos, <strong>de</strong>bido a escasez o cambios en la<br />

alimentación, cambios ambientales extraordinarios, enfermeda<strong>de</strong>s, edad, etc.<br />

El proceso <strong>de</strong> nidificación o <strong>de</strong>sove es uno <strong>de</strong> los aspectos más sorpren<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> la biología <strong>de</strong> estos<br />

reptiles y una <strong>de</strong> las pocas secuelas <strong>de</strong> su pasado terrestre, ya que se produce en tierra y es el único<br />

momento (con pequeñas excepciones) en que estos animales marinos salen <strong>de</strong> su medio. El <strong>de</strong>sove<br />

no se produce en una sola puesta, sino que en cada temporada <strong>de</strong>sovan <strong>de</strong> 2 a 5 o mas ocasiones (la<br />

frecuencia y el número <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> la especie). Por lo que el ciclo reproductor <strong>de</strong> las tortugas marinas<br />

presenta, a<strong>de</strong>más, una componente mensual, quincenal o <strong>de</strong>cenal, en el que el momento <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sove<br />

pue<strong>de</strong> estar influido por las fases lunares, mareas, temperaturas o incluso fuerza y dirección <strong>de</strong>l<br />

viento. Por ejemplo, las tortugas <strong>de</strong>l género Lepidochelys <strong>de</strong>sovan en arribadas (fenómeno <strong>de</strong> <strong>de</strong>sove<br />

26


INTRODUCCIÓN<br />

conjunto <strong>de</strong> un gran número <strong>de</strong> hembras en una misma noche) que se producen generalmente cada<br />

28 días, mientras que las <strong>de</strong>más especies, que no son anuales ni realizan arribadas, el ciclo es<br />

principalmente <strong>de</strong> 10 a 14 días.<br />

El <strong>de</strong>sove se produce generalmente <strong>de</strong> noche. <strong>Las</strong> hembras salen a la playa, buscan un sitio seguro<br />

por encima <strong>de</strong> la línea <strong>de</strong> marea, y excavan un hoyo <strong>de</strong> entre 40-70cm <strong>de</strong> profundidad (según la<br />

especie) con las aletas traseras, y <strong>de</strong>positan entre 60 y 180 huevos (según la especie), que cubren <strong>de</strong><br />

nuevo con arena para volver <strong>de</strong>spués al mar. Tras un período <strong>de</strong> incubación, <strong>de</strong> entre 50 y 70 días<br />

(según la especie), nacen las crías cuyo sexo viene <strong>de</strong>terminado por la temperatura <strong>de</strong> la arena<br />

durante la incubación. Pasado este período, las crías rompen el huevo en el fondo <strong>de</strong>l nido (eclosión)<br />

y ascien<strong>de</strong>n por la columna <strong>de</strong> arena hasta llegar a la superficie (emergencia), generalmente <strong>de</strong> noche<br />

para ocultarse <strong>de</strong> los <strong>de</strong>predadores. Una vez han emergido se dirigen lo más rápido posible a la orilla<br />

guiándose por el brillo <strong>de</strong>l horizonte, y <strong>de</strong>saparecen en el mar (Fig. 23 – Pág. 29).<br />

Amenazas y Conservación:<br />

Todas las especies <strong>de</strong> tortugas marinas se encuentran amenazadas <strong>de</strong> extinción a nivel mundial. Los<br />

riesgos para su conservación se encuentran tanto durante su vida libre en el mar como durante su<br />

<strong>de</strong>sarrollo embrionario en las playas <strong>de</strong> nidificación. En las últimas décadas, el número <strong>de</strong> playas <strong>de</strong><br />

nidificación, el número <strong>de</strong> hembras que se reproducen en ellas y la tasa <strong>de</strong> supervivencia <strong>de</strong> los<br />

huevos se han reducido drásticamente en todo el mundo.<br />

<strong>Las</strong> principales amenazas en el mar son, la pesca para consumo, el ahogamiento acci<strong>de</strong>ntal en<br />

artilugios <strong>de</strong> pesca (re<strong>de</strong>s y anzuelos), la intoxicación por contaminantes, la ingestión <strong>de</strong> plásticos,<br />

etc. (Fig. 21, izquierda). Los métodos para proteger a las tortugas marinas <strong>de</strong> todas estas amenazas<br />

son complicados, aunque en los últimos años se han hecho algunos avances. Por ejemplo, en 1978 se<br />

crearon los TED (“Turtle exclu<strong>de</strong>r <strong>de</strong>vices”), trampillas situadas en las re<strong>de</strong>s <strong>de</strong> arrastre para que las<br />

tortugas puedan escapar; otra solución ha sido el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> nuevos anzuelos <strong>de</strong> pesca que no<br />

pue<strong>de</strong>n ser ingeridos por las tortugas (Fig. 22, izquierda), aunque su implantación en el sector<br />

pesquero esta siendo complicada. Incluso, algunos países han dispuesto observadores pesqueros para<br />

obtener mas información sobre la caza inci<strong>de</strong>ntal o ver la eficacia <strong>de</strong> las nuevas técnicas (anzuelos o<br />

TEDs).<br />

En las zonas <strong>de</strong> nidificación, la <strong>de</strong>tección <strong>de</strong> nidos por el hombre, sus mascotas o <strong>de</strong>predadores<br />

autóctonos o exóticos es bastante sencilla y el valor nutritivo <strong>de</strong> los huevos es muy alto, razones que<br />

explican la expoliación histórica y actual <strong>de</strong> nidos por el hombre y por multitud <strong>de</strong> <strong>de</strong>predadores<br />

oportunistas. La <strong>de</strong>predación <strong>de</strong> nidos suele ser muy elevada y en zonas humanizadas pue<strong>de</strong>n llegar a<br />

ser total. A<strong>de</strong>más, la nidificación natural en lugares subóptimos pue<strong>de</strong> provocar gran<strong>de</strong>s mortalida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> huevos por diversos factores como la inundación <strong>de</strong>l nido por el flujo <strong>de</strong> mareas, <strong>de</strong>secación <strong>de</strong> los<br />

huevos o erosión <strong>de</strong> las playas <strong>de</strong> puesta, contribuyendo fuertemente a su alta mortalidad. La<br />

protección <strong>de</strong> las tortugas en esta fase <strong>de</strong> su vida pasa necesariamente por una protección <strong>de</strong> las<br />

zonas <strong>de</strong> nidificación que garantice el éxito reproductor a medio y largo plazo, para lo que es<br />

necesario la vigilancia y seguimiento <strong>de</strong> nidos y, en muchos casos, amplios programas <strong>de</strong> traslocación<br />

<strong>de</strong> huevos, como única vía eficaz <strong>de</strong> reducir el impacto <strong>de</strong> los riesgos mencionados en algunas áreas.<br />

Aunque tanto la protección <strong>de</strong> nidos in situ, como la traslocación <strong>de</strong> huevos a cercados controlados<br />

(hatchery) (Fig. 22, <strong>de</strong>recha), tienen riesgos para los embriones (biomecánicos y ecofisiológicos), en<br />

los últimos años se han llevado a cabo numerosos estudios experimentales <strong>de</strong> los factores<br />

ambientales que influyen en el <strong>de</strong>sarrollo embrionario, la supervivencia y las características <strong>de</strong> los<br />

recién nacidos, mejorado enormemente el éxito <strong>de</strong> los programas <strong>de</strong> conservación, gracias a la<br />

implantación <strong>de</strong> nuevas metodologías, mejora en la selección <strong>de</strong> áreas <strong>de</strong> incubación controlada,<br />

mejora en la eficacia <strong>de</strong> las técnicas <strong>de</strong> protección y traslocación <strong>de</strong> los huevos y el diseño <strong>de</strong> nidos<br />

más apropiados para estos huevos traslocados.<br />

La d<strong>estruc</strong>ción <strong>de</strong> hábitats, principalmente por el hombre, es otra <strong>de</strong> las gran<strong>de</strong>s amenazas que está<br />

disminuyendo drásticamente las áreas <strong>de</strong> puesta <strong>de</strong> las tortugas marinas. El <strong>de</strong>sarrollo urbanístico <strong>de</strong><br />

la zona costera, la modificación <strong>de</strong>l litoral para la creación <strong>de</strong> playas, puertos y otras construcciones,<br />

la iluminación <strong>de</strong> las playas, etc., son algunos ejemplos <strong>de</strong> este grave problema (Fig. 21, <strong>de</strong>recha).<br />

Por último, la caza <strong>de</strong> tortugas para consumo, principalmente <strong>de</strong> individuos adultos, esta reduciendo<br />

fuertemente el número <strong>de</strong> hembras reproductoras (Fig. 21, centro). <strong>Las</strong> tortugas son una fuente<br />

27


Ecosistemas errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> Tortugas Marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

importante <strong>de</strong> proteínas muy apreciada por los habitantes que moran cerca <strong>de</strong> zonas <strong>de</strong> nidificación,<br />

siendo consi<strong>de</strong>radas como un alimento tradicional e incluso como elemento afrodisíaco para algunas<br />

culturas. Su caza en las playas <strong>de</strong> puesta es muy sencilla. La especie más apreciada para su consumo<br />

es la tortuga ver<strong>de</strong> (Chelonia mydas), aunque la tortuga boba (Caretta caretta) y la carey<br />

(Eretmochelys imbricata) también se consumen habitualmente, siendo esta última la mas apreciada<br />

para la artesanía por lo bonito <strong>de</strong> su caparazón. En la actualidad, muchos son los países que han<br />

<strong>de</strong>sarrollado patrullas <strong>de</strong> vigilancia en las playas <strong>de</strong> puesta durante las temporadas <strong>de</strong> nidificación.<br />

A nivel internacional se han <strong>de</strong>sarrollado convenios para proteger a las tortugas marinas, a los que se<br />

han acogido un gran número <strong>de</strong> países, modificando sus legislaciones creando Directivas, Decretos y<br />

Reglamentos como: El Convenio <strong>de</strong> Berna que incluye a las tortugas marinas como especies<br />

“estrictamente protegidas”; El Convenio <strong>de</strong> Bonn que las incluye como especie migratoria en peligro;<br />

El Reglamente CITES que contempla a diversas especies <strong>de</strong> tortugas marinas (Laúd, Ver<strong>de</strong>, Carey,<br />

Boba y Kempii), como especies en peligro <strong>de</strong> extinción afectadas por el comercio, prohibiendo su<br />

comercio internacional entre países firmantes; El Reglamento (CE) 338/1997 para el control <strong>de</strong> su<br />

comercio; La “Directiva Comunitaria <strong>de</strong> Hábitats” 92/43/CEE <strong>de</strong> la Comunidad Europea, en la que se<br />

recoge a Caretta caretta como especie <strong>de</strong> “Interés Comunitario” para cuya conservación es necesario<br />

la <strong>de</strong>signación <strong>de</strong> “Zonas especiales <strong>de</strong> Conservación”, consi<strong>de</strong>rándose a<strong>de</strong>más a nivel nacional como<br />

<strong>de</strong> “Interés Prioritario”.<br />

A nivel nacional: el Real Decreto 439/90 que establece el “Catálogo Nacional <strong>de</strong> Especies<br />

Amenazadas” don<strong>de</strong> las tortugas Boba, Ver<strong>de</strong>, Carey y Laúd son consi<strong>de</strong>radas como “De Interés<br />

Especial”; o el Libro Rojo <strong>de</strong> los Vertebrados Españoles que ha consi<strong>de</strong>rado las mismas especies en<br />

peligro crítico (CR).<br />

En las Islas Canarias, la tortuga boba (Caretta caretta) está incluida en el Catálogo <strong>de</strong> Especies<br />

Amenazadas <strong>de</strong> Canarias y figura con la categoría “en peligro <strong>de</strong> extinción”. A<strong>de</strong>más, se han creado<br />

una serie <strong>de</strong> Espacios Naturales Protegidos con hábitat costero, (como los Parques Naturales <strong>de</strong> Dunas<br />

<strong>de</strong> Corralejo e isla <strong>de</strong> Lobos y Península <strong>de</strong> Jandía en Fuerteventura, e Islotes <strong>de</strong>l norte y Riscos <strong>de</strong><br />

Famara en Lanzarote), y Lugares <strong>de</strong> Interés Comunitario (LIC’s) creados en todas las islas que presentan<br />

características singulares <strong>de</strong> variabilidad para su uso por las poblaciones pelágicas <strong>de</strong> tortugas bobas<br />

juveniles en su periplo transatlántico. Actualmente hay 27 LIC’s creados en Canarias para la protección<br />

<strong>de</strong> la tortuga boba, entre otras especies, como por ejemplo: Mar <strong>de</strong> las Calmas, Franja marina <strong>de</strong><br />

Fuencaliente, Franja marina <strong>de</strong> Santiago-Valle <strong>de</strong>l Gran Rey, Sebadales <strong>de</strong>l sur <strong>de</strong> Tenerife, Cueva <strong>de</strong><br />

Lobos, Sebadales <strong>de</strong> Corralero, Playa <strong>de</strong> Sotavento <strong>de</strong> Jandía, Bahía <strong>de</strong> Gando, Área marina <strong>de</strong> la<br />

Isleta, Franja marina <strong>de</strong> Mogán y Sebadales <strong>de</strong> playa <strong>de</strong>l Inglés, entre otros.<br />

En la actualidad, muchos países están <strong>de</strong>sarrollando otra serie <strong>de</strong> medidas para paliar este grave<br />

problema. Una <strong>de</strong> las mas importantes es el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> activida<strong>de</strong>s ecoturísticas como nueva<br />

alternativa <strong>de</strong> uso <strong>de</strong> este recurso. Esta alternativa promueve puestos <strong>de</strong> trabajo para la población<br />

local, como guías turísticos, con una fuente <strong>de</strong> ingresos mucho mas cuantiosa y dura<strong>de</strong>ra que el<br />

consumo directo <strong>de</strong>l recurso. Uno <strong>de</strong> los países que mejor ha llevado a cabo esta alternativa es Costa<br />

Rica, que es consi<strong>de</strong>rado como un ejemplo a seguir para todos los <strong>de</strong>más. Otra medida realmente<br />

interesante es el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Divulgación y Sensibilización dirigidas a al población<br />

local (Fig. 22, centro). Esta alternativa preten<strong>de</strong> dar a enten<strong>de</strong>r la importancia <strong>de</strong> las tortugas marinas<br />

en los ecosistemas <strong>de</strong> cada región, intentando concienciar a la población local <strong>de</strong>l buen uso <strong>de</strong> los<br />

recursos. Generalmente van enfocadas a niños y jóvenes para garantizar el futuro <strong>de</strong> las poblaciones.<br />

En Canarias se han <strong>de</strong>sarrollado multitud <strong>de</strong> actos <strong>de</strong> sensibilización y divulgativos sobre la tortuga boba<br />

(fig. 22, centro) en colaboración con diversas instituciones, Cabildos insulares, Gobierno <strong>de</strong> Canarias,<br />

Centros <strong>de</strong> investigación, etc. El Centro <strong>de</strong> Recuperación <strong>de</strong> Fauna Silvestre (CRFS) <strong>de</strong>l Cabildo <strong>de</strong> Gran<br />

Canaria, ha llevado a cabo numerosas sueltas <strong>de</strong> tortugas recuperadas con colegios y centros <strong>de</strong><br />

enseñanza. A<strong>de</strong>más, el Instituto Canario <strong>de</strong> Ciencias Marina (ICCM) <strong>de</strong>l Gobierno <strong>de</strong> Canarias ha<br />

<strong>de</strong>sarrollado un “Aula <strong>de</strong> las Tortugas” por la que ya han pasado un gran número <strong>de</strong> colegios para<br />

apren<strong>de</strong>r sobre las tortugas marinas y como protegerlas.<br />

28


INTRODUCCIÓN<br />

Fig. 21. Ejemplos <strong>de</strong> principales amenazas que afectan actualmente a las tortugas marinas. A) Imagen <strong>de</strong> rayos X<br />

<strong>de</strong> una tortuga con un anzuelo en el esófago en el CRFS Gran Canaria. B) Consumo tradicional <strong>de</strong> tortuga boba<br />

en Cabo Ver<strong>de</strong> (Foto: Nuria Varo). C) Tortuga recién cazada por los trabajadores <strong>de</strong> un hotel en construcción en<br />

la isla <strong>de</strong> Boa Vista, Cabo Ver<strong>de</strong>.<br />

Fig. 22. Ejemplos <strong>de</strong> herramientas <strong>de</strong> conservación que se <strong>de</strong>sarrollan actualmente para ayudar a las tortugas<br />

marinas. A) Anzuelos circulares para evitar la captura inci<strong>de</strong>ntal <strong>de</strong> tortugas. B) Activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> sensibilización con<br />

niños. C) Hatchery o vivero para la conservación <strong>de</strong> poblaciones <strong>de</strong> tortugas marinas.<br />

Fig. 23. Esquema <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong> nidificación <strong>de</strong> la tortuga boba. Fotografías tomadas en Cabo<br />

Ver<strong>de</strong>. Poster realizado para el Aula <strong>de</strong> Tortugas <strong>de</strong>l Instituto Canario <strong>de</strong> Ciencias Marinas (ICCM).<br />

29


Ecosistemas errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> Tortugas Marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

3.2 – CICLO DE VIDA DE LA TORTUGA COMÚN O BOBA (Caretta caretta)<br />

El ciclo <strong>de</strong> vida <strong>de</strong> las tortugas marinas es una historia natural compleja, que las lleva por diferentes<br />

hábitat frecuentemente separados en el espacio y el en tiempo, como la mayoría <strong>de</strong> las especies que<br />

llevan a cabo migraciones <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo (Lopes-Ferreira, 2005).<br />

Los neonatos (hatchling) <strong>de</strong> tortuga marina, tras emerger <strong>de</strong> sus nidos, se dirigen rápidamente al mar<br />

y nadan activamente (“frenesí natatorio”) (Wyneken et al., 1990) hacia el interior <strong>de</strong>l océano. Esta<br />

etapa es la más vulnerable, puesto que el tamaño y escasa calcificación <strong>de</strong> su armadura hace que<br />

tengan una gran cantidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>predadores (aves, peces, cangrejos, morenas, mantas, etc).<br />

Una vez se alejan <strong>de</strong> la costa, las crías (post-hatchling) empiezan a alimentarse y permanecen<br />

asociadas pelágicamente a los sistemas <strong>de</strong> corrientes superficiales <strong>de</strong> la zona, hasta que consiguen<br />

llegar a la zona oceánica (>200m <strong>de</strong> profundidad). Esta etapa se caracteriza porque las crías pasan <strong>de</strong><br />

la zona nerítica a la oceánica, aunque no conlleva modificaciones ecológicas o <strong>de</strong> comportamiento,<br />

sino simplemente un cambio en su localización. En la zona oeste <strong>de</strong>l Atlántico este cambio se produce<br />

cuando la Corriente <strong>de</strong>l Golfo abandona la plataforma continental (Hughes, 1974).<br />

En esta fase, sus movimientos son pasivos, <strong>de</strong>jándose arrastrar por las corrientes superficiales y los<br />

vientos (Witherington, 2002), que son los que condicionan la duración <strong>de</strong> este período <strong>de</strong>s<strong>de</strong> varios<br />

días hasta varios meses y que están generalmente asociados a objetos y grupos <strong>de</strong> sargazo a la<br />

<strong>de</strong>riva. Incluso, en el caso <strong>de</strong> las costas americanas, algunos autores han especulado que un número<br />

reducido <strong>de</strong> tortugas nunca llegan a abandonar la zona nerítica, como por ejemplo, los grupos <strong>de</strong><br />

juveniles que se alimentan a lo largo <strong>de</strong> las costa este <strong>de</strong> EE.UU (Musick & Limpus, 1997), al noroeste<br />

<strong>de</strong>l Golfo <strong>de</strong> México (Plotkin, 1996) o en los Gran<strong>de</strong>s Bancos <strong>de</strong> Newfounland, Canadá (Bolten,<br />

2003b).<br />

En cuanto entran en la zona oceánica comienza la fase juvenil oceánica o fase oceánica, en la que sus<br />

movimientos son tanto activos como pasivos en función <strong>de</strong> las corrientes superficiales y<br />

subsuperficiales, los vientos y las características morfológicas <strong>de</strong> la zona (Bolten, 2003b). Se trata <strong>de</strong><br />

juveniles epipelágicos que pasan el 75% <strong>de</strong>l tiempo en los cinco primeros metros <strong>de</strong> la columna <strong>de</strong><br />

agua bajando <strong>de</strong> vez en cuando hasta los 200m <strong>de</strong> profundidad. Pue<strong>de</strong>n ser ocasionalmente<br />

epibentónicos o <strong>de</strong>mersales al aproximarse a montes submarinos, bancos oceánicos, fracturas que<br />

ascien<strong>de</strong>n hasta casi la superficie o en los alre<strong>de</strong>dores <strong>de</strong> las islas oceánicas, alimentándose en el<br />

fondo <strong>de</strong> estos acci<strong>de</strong>ntes geográficos (Carr, 1986; Polovina et al., 2000, 2004).<br />

Un factor fundamental en el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> las tortugas durante la fase oceánica, es la concentración<br />

<strong>de</strong> recursos en las zonas <strong>de</strong> convergencia (Carr, 1986), en los giros ciclónicos y anticiclónicos<br />

(Polovina et al., 2004), en la zona <strong>de</strong> transición <strong>de</strong>l frente <strong>de</strong> clorofila (Polovina et al., 2000), etc.,<br />

hacia don<strong>de</strong> son transportadas por las corrientes. Bjorndal et al. (2000) estiman la duración <strong>de</strong> esta<br />

etapa para la tortuga boba en el Atlántico norte, entre 6.5 y 11.5 años, que junto con la tortuga laúd<br />

es la fase oceánica <strong>de</strong> mayor duración, ya que otras especies como Chelonia mydas y Eretmochelys<br />

imbricata poseen una fase oceánica realmente corta, dirigiéndose a los 1-3 años hacia zonas neríticas,<br />

o la Natator <strong>de</strong>pressus que no posee etapa oceánica (Spotila, 2004). Todavía se <strong>de</strong>sconocen las<br />

causas por las que las tortugas abandonan la fase oceánica con tan amplio rango <strong>de</strong> eda<strong>de</strong>s, y por<br />

consiguiente, <strong>de</strong> tallas (<strong>de</strong> 46 a 64cm <strong>de</strong> CCLmin), aunque pue<strong>de</strong> estar influenciado por la zona en la<br />

que se encuentre la tortuga, la disponibilidad <strong>de</strong> corrientes, la abundancia o escasez <strong>de</strong> recursos, u<br />

otros indicadores aún <strong>de</strong>sconocidos.<br />

Estas dos etapas recién <strong>de</strong>scritas fueron un gran misterio durante muchos años, y es por ello que<br />

Archie Carr en los años 80 la <strong>de</strong>nominó “el año perdido” (“the lost year”), y que posteriormente, al<br />

conocerse que esta etapa <strong>de</strong>sconocida duraba varios años, se la <strong>de</strong>nominó comúnmente como “los<br />

años perdidos”.<br />

Algunos investigadores consi<strong>de</strong>ran que el paso <strong>de</strong>l hábitat oceánico al nerítico (próxima fase) no se<br />

realiza directamente, sino que hay una fase juvenil transitoria (Bjorndal et al. 2000; Bolten, 2003b).<br />

La talla media <strong>de</strong> las tortugas <strong>de</strong> esta fase es <strong>de</strong> 53cm, coincidiendo con el tamaño medio <strong>de</strong> las<br />

tortugas encontradas por Tiwari et al. (2002) en la costa atlántica <strong>de</strong> Marruecos, y parecida a las<br />

tallas sugeridas para esta fase por Laurent et al. (1998) en el Mediterráneo. Su duración no esta<br />

30


INTRODUCCIÓN<br />

<strong>de</strong>terminada y sugiere que las tortugas pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>splazarse entre ambos hábitats, entrando y saliendo<br />

<strong>de</strong> uno a otro.<br />

Subsecuentemente, y tras un período in<strong>de</strong>terminado, estos juveniles ya <strong>de</strong>sarrollados se dirigen hacia<br />

hábitats neríticos o <strong>de</strong>mersales <strong>de</strong> zonas tropicales o templadas, don<strong>de</strong> inician su fase juvenil nerítica,<br />

alimentándose <strong>de</strong> organismos bentónicos y dón<strong>de</strong> alcanzarán la madurez sexual. Según Bolten<br />

(2003a,b), este cambio brusco <strong>de</strong> hábitat, se produce probablemente para maximizar las tasas <strong>de</strong><br />

crecimiento. En las zonas templadas pue<strong>de</strong>n producirse movimientos estacionales (verano/invierno),<br />

inexistentes en las zonas tropicales. El crecimiento es bastante lento y la duración <strong>de</strong> esta fase es muy<br />

variable.<br />

Cuando alcanzan la madurez sexual, las tortugas marinas se <strong>de</strong>splazan a las áreas <strong>de</strong> alimentación <strong>de</strong><br />

adultos dón<strong>de</strong> inician la fase adulta y su vida reproductiva (Musick e Limpus, 1997). Al aproximarse la<br />

temporada <strong>de</strong> reproducción, las tortugas marinas efectúan migraciones periódicas por rutas bien<br />

<strong>de</strong>finidas (corredores migratorios) <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las áreas <strong>de</strong> alimentación a las <strong>de</strong> reproducción, que pue<strong>de</strong>n<br />

estar a miles <strong>de</strong> kilómetros <strong>de</strong> distancia (Miller, 1997), y que las hace especies transfronterizas. <strong>Las</strong><br />

zonas <strong>de</strong> alimentación pue<strong>de</strong>n ser fijas o transitorias (por ejemplo, zonas <strong>de</strong> afloramientos<br />

estacionales), y las zonas <strong>de</strong> nidificación son las mismas zonas que las vieron nacer años atrás<br />

(filopatría).<br />

Fig. 24. Esquema <strong>de</strong>l Ciclo <strong>de</strong> Vida <strong>de</strong> la tortuga boba. Poster realizado para el Aula <strong>de</strong> Tortugas <strong>de</strong>l Instituto<br />

Canario <strong>de</strong> Ciencias Marinas (ICCM), (Realizado por Varo-Cruz N.).<br />

31


Ecosistemas errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> Tortugas Marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

3.3 – LA TORTUGA COMÚN O BOBA EN EL ATLÁNTICO NORTE<br />

Teorías <strong>de</strong>l Atlántico Norte<br />

A finales <strong>de</strong>l siglo XIX, el Príncipe Alberto Primero <strong>de</strong> Mónaco (1898) fue el primero en teorizar sobre<br />

el origen <strong>de</strong> las tortugas Caretta caretta que circundaban el archipiélago <strong>de</strong> Azores, situándolo en las<br />

colonias nidificantes <strong>de</strong> las Antillas y Florida. En 1972, L.D Brongersma recopiló todos los registros <strong>de</strong><br />

tortugas marinas en las aguas Atlánticas Europeas 1 (EAW) y Aguas Macaronésicas 2 (MW). Hasta esta<br />

fecha, en las aguas europeas se conocía la presencia <strong>de</strong> cinco especies <strong>de</strong> tortugas marinas (laúd,<br />

boba, kempii, ver<strong>de</strong> y carey, por or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> frecuencia), basándose en los ejemplares varados muertos<br />

o moribundos que aparecían en estas costas en invierno. Según los investigadores <strong>de</strong> la época, se<br />

trataba <strong>de</strong> tortugas errantes que habían perdido el rumbo y eran arrastradas por las corrientes<br />

dominantes hasta varar en las costas europeas, y que bebido a las bajas temperaturas <strong>de</strong> estas<br />

aguas, en invierno sufrían fuertes hipotermias y morían, mientras que en verano podían <strong>de</strong>splazarse<br />

hasta latitu<strong>de</strong>s mas altas, como el juvenil <strong>de</strong> tortuga boba capturado vivo en la ciudad rusa <strong>de</strong><br />

Murmansk (68º55’N) (Konstantinov, 1965; Brongersma, 1972) o la tortuga laúd capturada viva en<br />

1958 en las costas <strong>de</strong> Noruega a 69º18’N (Holgersen, 1960; Brongersma, 1972).<br />

En el caso <strong>de</strong> la tortuga laúd, el número <strong>de</strong> observaciones ha ido aumentando consi<strong>de</strong>rablemente en<br />

las últimas décadas, pasando <strong>de</strong> 68 registros entre 1729-1951 y 116 <strong>de</strong> 1951 a 1971 (Brongersma,<br />

1972), a mas <strong>de</strong> 100 registros al año en la última década. Actualmente se consi<strong>de</strong>ra un elemento<br />

estable en la fauna <strong>de</strong> las EAW ya que se han i<strong>de</strong>ntificado áreas <strong>de</strong> alimentación <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las islas<br />

Canarias y el Mediterráneo, hasta latitu<strong>de</strong>s mas altas como Gran Bretaña, Irlanda, Bélgica, Holanda,<br />

Dinamarca, Alemania, Noruega, Suecia y Nova Scotia (James et al., 2006; Witt et al., 2007), e incluso<br />

nidificaciones esporádicas en Cabo Ver<strong>de</strong> y Canarias (López-Jurado, 1992; Groombridge, 1994). La<br />

tortuga ver<strong>de</strong> se ha encontrado muy raramente en estas aguas, con registros muy complicados ya<br />

que durante la Segunda Guerra Mundial las tortugas ver<strong>de</strong>s se traían vivas en embarcaciones hasta<br />

Europa para manufacturar jabones. <strong>Las</strong> tortugas que morían durante el viaje se tiraban por la borda y<br />

seguramente <strong>de</strong>bido a esto se registraron 3 tortugas ver<strong>de</strong>s muertas en las costas Alemanas en 1934<br />

y 1 en 1937 (Brongersma, 1972).<br />

Según Bronsgerma (1972), los ejemplares <strong>de</strong> tortuga boba encontrados en EAW eran individuos<br />

juveniles que parecían proce<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l oeste <strong>de</strong>l Atlántico, aunque no <strong>de</strong>scartó que algunos ejemplares<br />

adultos pudieran proce<strong>de</strong>r <strong>de</strong> poblaciones <strong>de</strong> regiones mas al sur, o incluso <strong>de</strong> las poblaciones <strong>de</strong>l<br />

Mediterráneo. A<strong>de</strong>más, el hecho <strong>de</strong> encontrar gran<strong>de</strong>s concentraciones <strong>de</strong> tortugas <strong>de</strong> características<br />

similares alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> Azores, Ma<strong>de</strong>ira, y entre estas islas y el estrecho <strong>de</strong> Gibraltar, daba mas fuerza<br />

a su hipótesis, teorizando un flujo constante <strong>de</strong> tortugas proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong>l oeste <strong>de</strong>l Atlántico<br />

(poblaciones nidifantes americanas), que pasan una parte <strong>de</strong> su ciclo vital en la zona este, y que<br />

cuando llegan a la madurez vuelven <strong>de</strong> nuevo a atravesar el océano hacia sus playas <strong>de</strong> origen. Esta<br />

i<strong>de</strong>a se vio fortalecido con la recaptura <strong>de</strong> dos tortugas (una boba y otra ver<strong>de</strong>) liberadas por Ross<br />

Witham en la Isla Hutchinson (Florida, USA), recapturadas en Ma<strong>de</strong>ira, y Azores respectivamente<br />

(Whitam, 1976).<br />

Archie Carr en 1986 reconfirmó la hipótesis <strong>de</strong> Brongersma, basándose en que los rangos <strong>de</strong> talla <strong>de</strong><br />

los ejemplares <strong>de</strong> C. caretta <strong>de</strong> Azores y Ma<strong>de</strong>ira coincidían con los rangos no observados en lo<br />

hábitats neríticos <strong>de</strong>l Atlántico oeste, y en que no se conocía ninguna colonia <strong>de</strong> tortuga común<br />

nidificante al este <strong>de</strong>l Atlántico tan gran<strong>de</strong> como para aportar el alto número <strong>de</strong> juveniles observados<br />

en aguas Macaronésicas. Así pues, afirmó que, las crías <strong>de</strong> Caretta caretta tras salir <strong>de</strong> sus playas <strong>de</strong><br />

anidación en el sureste <strong>de</strong> EEUU, se incorporan al Giro <strong>de</strong>l Atlántico Norte, siendo transportadas hasta<br />

el lado este <strong>de</strong>l Atlántico, y que posteriormente, tras un período todavía <strong>de</strong>sconocido, vuelven a los<br />

hábitat neríticos <strong>de</strong>l Atlántico oeste.<br />

Durante los años 90 el Archie Carr Center for Sea Turtle Research (<strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> Florida) incentivó<br />

fuertemente los esfuerzos <strong>de</strong> marcaje en ambas zonas <strong>de</strong>l Atlántico aumentando el número <strong>de</strong><br />

recapturas: C. caretta <strong>de</strong> gran tamaño (73.1cm <strong>de</strong> LRC) marcada en Florida en Agosto <strong>de</strong> 1986, se<br />

1<br />

<strong>Las</strong> Aguas Atlánticas Europeas (EAW) son las aguas que bor<strong>de</strong>an las costas europeas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Islandia, al noroeste, y el norte<br />

<strong>de</strong> Rusia al noreste, hasta Punta Marroquí en el sur <strong>de</strong> España.<br />

2<br />

<strong>Las</strong> Aguas Macaronésicas son las aguas que bor<strong>de</strong>an los archipiélagos <strong>de</strong> Azores, Ma<strong>de</strong>ira, Salvajes y Canarias (el archipiélago<br />

<strong>de</strong> Cabo Ver<strong>de</strong> se consi<strong>de</strong>ra ya en las Aguas Occi<strong>de</strong>ntales <strong>de</strong> África - WAW).<br />

32


INTRODUCCIÓN<br />

encontró en Azores en 1988 (Eckert & Martins 1989); otra C. caretta marcada en Azores en Julio <strong>de</strong><br />

1986, se recapturó en Sicilia en Agosto <strong>de</strong> 1991 (Bolten et al. 1992); una C. caretta marcada en<br />

Ma<strong>de</strong>ira en Junio <strong>de</strong> 1990, fue encontrada en Canarias en Febrero <strong>de</strong> 1993 (Bjorndal et al., 1994); un<br />

C. caretta marcada en Canarias en Junio <strong>de</strong> 1987 se encontró en Cuba en noviembre <strong>de</strong> 1987 (Bolten<br />

et al. 1992); etc.<br />

Gracias a todos estos datos y al hecho <strong>de</strong> que las tortugas <strong>de</strong> Ma<strong>de</strong>ira tengan una talla media superior<br />

a la <strong>de</strong> Azores, permitió a Bolten, en 1993, afinar mas el movimiento <strong>de</strong> las tortugas en el lado este<br />

<strong>de</strong>l Atlántico, proponiendo un flujo <strong>de</strong> Azores hacia Ma<strong>de</strong>ira conforme aumentan <strong>de</strong> talla. Incluso,<br />

gracias a las recapturas, pudo calcular sus tasas <strong>de</strong> crecimiento, estimando que su etapa oceánica en<br />

la zona este <strong>de</strong>l Atlántico pue<strong>de</strong> durar <strong>de</strong> 10 a 12 años (Bolten et al. 1994, 1995).<br />

<strong>Las</strong> técnicas moleculares o estudios genéticos confirmaron <strong>de</strong>finitivamente estas teorías gracias a<br />

estudios comparados <strong>de</strong>l ADN mitocondrial (ADNmt) <strong>de</strong> las tortugas pelágicas <strong>de</strong>l este <strong>de</strong>l Atlántico con<br />

las poblaciones nidificantes <strong>de</strong>l Atlántico y Mediterráneo (Bolten et al. 1998). Estos marcadores han<br />

permitido i<strong>de</strong>ntificar <strong>de</strong>terminados sitios <strong>de</strong> puesta con frecuencias <strong>de</strong> haplotipos <strong>de</strong> ADNmt concretos,<br />

caracterizando dicha población, y permitiendo localizar ejemplares <strong>de</strong> esta aunque se encuentren muy<br />

alejados <strong>de</strong> su lugar <strong>de</strong> nacimiento. Esta herramienta es un arma verda<strong>de</strong>ramente eficaz para el<br />

estudio <strong>de</strong>l comportamiento migratorio <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s migradores como las tortugas marinas (Bowen et<br />

al. 1994).<br />

Los estudios genéticos <strong>de</strong>mostraron la existencia <strong>de</strong> varias poblaciones nidificantes diferentes en la<br />

costa este <strong>de</strong> EEUU, e incluso han revelado que los juveniles <strong>de</strong> diferentes colonias <strong>de</strong> nidificación se<br />

reúnen en <strong>de</strong>terminadas zonas <strong>de</strong> alimentación (Laurent et al., 1998; Bowen & Kart, 1996), como se<br />

ha comprobado que ocurre en las aguas macaronésicas, dón<strong>de</strong> se agrupan ejemplares originarios <strong>de</strong><br />

las distintas poblaciones nidificantes en la costa oeste <strong>de</strong>l Atlántico, en proporciones relacionadas con<br />

el número <strong>de</strong> nidos producidos por cada una <strong>de</strong> ellas (Bolten et al. 1998)<br />

Otro hito importante <strong>de</strong> las técnicas moleculares, fue la confirmación <strong>de</strong> que un número elevado <strong>de</strong><br />

las tortugas Caretta caretta juveniles, proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> la costa oeste <strong>de</strong>l Atlántico, atraviesan el<br />

estrecho <strong>de</strong> Gibraltar entrando en el Mediterráneo (Laurent et al., 1998). Estudios recientes han<br />

observado que estos especimenes <strong>de</strong> origen atlántico poseen niveles <strong>de</strong> testosterona muy elevados,<br />

<strong>de</strong> lo que se <strong>de</strong>duce que la mayor parte <strong>de</strong> estas tortugas son machos (Casale et al. 2002). Este<br />

hecho, junto con el gran porcentaje <strong>de</strong> hembras encontradas en la costa este <strong>de</strong>l Atlántico (Ma<strong>de</strong>ira y<br />

Canarias) sugiere una posible diferenciación sexual en las rutas migratorias <strong>de</strong> las tortugas Caretta<br />

caretta <strong>de</strong>l Atlántico Norte (Casale et al. 2002), aunque todavía no se ha podido confirmar.<br />

Por último, uno <strong>de</strong> los hallazgos mas relevantes en el estudio <strong>de</strong> la poblaciones <strong>de</strong> tortuga boba <strong>de</strong>l<br />

Atlántico Norte, fue el <strong>de</strong>scubrimiento en 1997 <strong>de</strong> la única población nidificante <strong>de</strong> C. caretta en el<br />

lado este <strong>de</strong>l Atlántico, la población <strong>de</strong> tortuga boba nidificante en el archipiélago <strong>de</strong> Cabo Ver<strong>de</strong><br />

(López-Jurado et al., 2000a,b; Cabrera et al., 2000). Esta población es la segunda mas importante <strong>de</strong>l<br />

Atlántico, justo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la <strong>de</strong>l sur <strong>de</strong> Florida (EEUU), por lo que podría aportar un gran número <strong>de</strong><br />

juveniles a la región noratlántica. Los estudios genéticos llevados a cabo por Monzón-Argüello en 2010<br />

en las aguas macaronésicas <strong>de</strong> Canarias y Cabo Ve<strong>de</strong> han <strong>de</strong>mostrado que los juveniles <strong>de</strong> tortuga<br />

boba nacidos en Cabo Ver<strong>de</strong> se dispersan en aguas <strong>de</strong>l Atlántico y Mediterráneo en su fase pelágica,<br />

aunque una parte importante (43%) lo hace hacia áreas <strong>de</strong>sconocidas hasta el momento.<br />

Por consiguiente, y gracias a estas técnicas tan precisas, se confirma que en el océano Atlántico<br />

existen siete unida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> tortuga Caretta caretta significativamente diferentes: (1) Sur <strong>de</strong> Florida,<br />

EEUU (SFL); (2) Cabo Ver<strong>de</strong> (CV), la única en la zona este <strong>de</strong>l Atlántico; (3) <strong>de</strong>l noreste <strong>de</strong> Florida al<br />

Norte <strong>de</strong> Carolina, EEUU (NEFL-NC); (4) Quintana Roo, México (MX); (5) Bahía, Brasil (BR); (6)<br />

noroeste <strong>de</strong> Florida, EEUU (NOFL); y (7) Dry Tortugas, EEUU (DT); or<strong>de</strong>nadas por tamaño poblacional<br />

(Monzón-Argüelllo, 2010). A excepción <strong>de</strong> la población <strong>de</strong> Brasil (BR) en su totalidad y quizás parte <strong>de</strong><br />

la población caboverdiana (CV), el resto <strong>de</strong> poblaciones producen crías que se a<strong>de</strong>ntran y circulan en<br />

su fase oceánica por el Atlántico Norte.<br />

El Mar <strong>de</strong> los Sargazos<br />

Los primeros hábitat <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo que encuentran las crías <strong>de</strong> tortuga en cuanto <strong>de</strong>jan las playas <strong>de</strong><br />

puesta, son los objetos que navegan a la <strong>de</strong>riva transportados por las corrientes marinas. Carr (1986,<br />

33


Ecosistemas errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> Tortugas Marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

1987a,b) y Witherington (2002) observaron ejemplares <strong>de</strong> tortuga boba, ver<strong>de</strong>, carey y kempii,<br />

asociados a objetos y grupos <strong>de</strong> sargazo a la <strong>de</strong>riva en la corriente <strong>de</strong> Florida; los estudios <strong>de</strong><br />

contenido estomacal y la observación directa <strong>de</strong> las crías confirmaron que se sirven <strong>de</strong> ellos, por un<br />

lado como refugio y por otro como recurso alimenticio (Witherington, 2002).<br />

El comúnmente <strong>de</strong>nominado Sargazo, es un alga parda <strong>de</strong>l género Sargassum (Fucaceae, Or<strong>de</strong>n<br />

Fucales) que habita las zonas tropicales y templadas <strong>de</strong> los océanos <strong>de</strong> todo el mundo. Sargassum<br />

natans y Sargassum fluitans son las especies típicas <strong>de</strong>l Atlántico norte, y ambas están totalmente<br />

adaptadas a la vida pelágica (Parr, 1939), flotando sobre la superficie <strong>de</strong>l océano gracias a unas<br />

vesículas rellenas <strong>de</strong> gas (O2, N2 y CO2) (Coston-Clements et al., 1991). Este alga forma agrupaciones<br />

<strong>de</strong> gran tamaño que circulan por el océano Atlántico en un área cuyos límites los constituyen los<br />

gran<strong>de</strong>s sistemas <strong>de</strong> corrientes oceánicos: al oeste la corriente <strong>de</strong>l Golfo, al norte la <strong>de</strong>l Atlántico<br />

norte, al este la corriente <strong>de</strong> Azores – corriente <strong>de</strong> Canarias y al sur la Corriente Norecuatorial. Posee<br />

un foco <strong>de</strong> distribución localizado en el centro <strong>de</strong>l Giro <strong>de</strong>l Atlántico Norte (entre los paralelos 28ºN y<br />

34ºN y los meridianos 70º y 40ºW), <strong>de</strong>nominado comúnmente como el Mar <strong>de</strong> los Sargazos y ocupa<br />

una superficie total aproximada <strong>de</strong> 3.50<strong>0.</strong>000km 2 caracterizada por la ausencia <strong>de</strong> vientos y corrientes<br />

marinas. Ciertas agrupaciones <strong>de</strong> esta alga también circulan, arrastradas por las corrientes y los<br />

vientos, sobre la plataforma continental americana y en el brazo norte <strong>de</strong> la Corriente <strong>de</strong>l Golfo.<br />

Estos bosques flotantes <strong>de</strong> sargazo transportan una rica comunidad <strong>de</strong> organismos marinos:<br />

microepífitos y macroepífitos (Mogelberg et al., 1983), hongos (Kohlmeyer, 1971), mas <strong>de</strong> 100<br />

especies <strong>de</strong> invertebrados, mas <strong>de</strong> 100 especies <strong>de</strong> peces (Coston-Clements et al., 1991) y cuatro<br />

especies <strong>de</strong> tortugas marinas (Carr, 1987ª). Estos organismos se han adaptado a la vida pelágica y se<br />

asocian al Sargazo en busca <strong>de</strong> alimento, para protegerse <strong>de</strong> los <strong>de</strong>predadores, o para <strong>de</strong>sarrollar una<br />

o varias fases <strong>de</strong> su ciclo <strong>de</strong> vida. La fauna invertebrada esta compuesta por organismos tanto sésiles<br />

(hidroi<strong>de</strong>os, briozoos, poliquetos, balanos, picnogónidos y tunicados), como móviles (crustáceos<br />

<strong>de</strong>capados, copépodos, moluscos, poliquetos, platelmintos y nudibranquios). Coston-Clements (1991)<br />

<strong>de</strong>talla un lista muy completa <strong>de</strong> las principales especies <strong>de</strong> peces e invertebrados. La <strong>estruc</strong>tura <strong>de</strong><br />

esta comunidad es muy variable y se ve influenciada principalmente por la estacionalidad, la<br />

localización geográfica y la edad <strong>de</strong>l alga (Stoner & Greening, 1984). Muchos <strong>de</strong> los organismos que<br />

forman parte <strong>de</strong> la comunidad <strong>de</strong> los sargazos están también adaptados a la vida sobre objetos<br />

flotantes u otros animales (epibiosis), como los cirrípedos Concho<strong>de</strong>rma virgatum, Lepas anatifera o<br />

Lepas hilli; el cangrejo Planes minutus; o el nudibranquio Fiona pinnata, entre otros.<br />

Varios autores han estudiado la relación <strong>de</strong> las tortugas marinas con este alga, localizando gran<strong>de</strong>s<br />

cantida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> crías <strong>de</strong> varias especies asociadas a grupos <strong>de</strong> sargazo a la <strong>de</strong>riva en las corrientes <strong>de</strong><br />

Florida y <strong>de</strong>l Golfo (Witherington, 2002), así como en el propio mar <strong>de</strong> los sargazos, don<strong>de</strong> afirman,<br />

pasan los primeros años <strong>de</strong> vida (Carr, 1986, 1987ª, b). El estudio <strong>de</strong>l contenido estomacal <strong>de</strong> estas<br />

pequeñas tortugas indica que se alimentan <strong>de</strong>l propio sargazo y <strong>de</strong> los organismos que forman esta<br />

comunidad, constituyendo casi el 70% <strong>de</strong> su dieta (Butler et al., 1983). Por consiguiente, las<br />

pequeñas tortugas permanecen los primeros años <strong>de</strong> vida en medio <strong>de</strong> este archipiélago <strong>de</strong> algas<br />

flotantes en el centro <strong>de</strong>l gran remolino oceánico <strong>de</strong>l Atlántico norte, como predijo años atrás Archie<br />

Carr (Spotila, 2004). En él encuentran comida en abundancia: huevos y larvas <strong>de</strong> invertebrados y<br />

peces, organismos <strong>de</strong> la comunidad <strong>de</strong>l sargazo y un gran número <strong>de</strong> insectos alados que caen en él;<br />

y seguridad, <strong>de</strong>bido al camuflaje entre las algas y a la baja carga nutritiva <strong>de</strong> este mar, que disminuye<br />

enormemente el número <strong>de</strong> predadores potenciales (Coston-Clements et al., 1991).<br />

Se estima que el tiempo que pasan en esta área es <strong>de</strong> 1 a 3 años, aunque no está confirmado si<br />

vuelven a él mas a<strong>de</strong>lante, o si entran y salen <strong>de</strong> él a lo largo <strong>de</strong> su etapa juvenil oceánica. Muchas <strong>de</strong><br />

ellas, vuelven a <strong>de</strong>jarse guiar por los gran<strong>de</strong>s sistemas <strong>de</strong> corrientes (Corriente <strong>de</strong>l Golfo, Corriente <strong>de</strong><br />

Azores, Corriente <strong>de</strong> Canarias) para llegar a las aguas macaronésicas, don<strong>de</strong> encuentran zonas <strong>de</strong><br />

convergencia, montes submarinos e islas oceánicas, mucho más ricas en alimento. Algunas toman la<br />

corriente hacia el norte apareciendo en las costas europeas generalmente enfermas, muertas o<br />

moribundas a causa <strong>de</strong> las bajas temperaturas. La mayoría aprovecha la Corriente <strong>de</strong> Canarias para<br />

dirigirse hacia el sur, y tras los 7-12 años <strong>de</strong> etapa oceánica (Bjorndal et al., 2000), toman la<br />

Corriente Norecuatorial para volver al lado este <strong>de</strong>l Atlántico y empezar una nueva fase, nerítica.<br />

Tiwari et al., (2000, 2002) y Bolten (2003b) sugieren la existencia <strong>de</strong> una fase nerítica intermedia en<br />

la costa oeste <strong>de</strong> África, como se <strong>de</strong>scribió anteriormente, aunque todavía no ha sido confirmada.<br />

34


La tortuga boba en la Macaronesia y Canarias<br />

INTRODUCCIÓN<br />

<strong>Las</strong> tortugas marinas han frecuentado las aguas macaronésicas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> tiempos inmemoriales. De las<br />

siete especies <strong>de</strong> tortugas marinas existentes en la actualidad, cinco visitan esta región, aunque en<br />

muy diferentes proporciones. De éstas, la tortuga boba (Caretta caretta) es la más abundante en el<br />

océano Atlántico y en la Macaronesia. La encontramos en fase juvenil oceánica en los archipiélagos <strong>de</strong><br />

Azores, Ma<strong>de</strong>ira y Canarias y en fase adulta reproductora solo en el archipiélago <strong>de</strong> Cabo Ver<strong>de</strong>.<br />

La población nidificante en el archipiélago <strong>de</strong> Cabo Ver<strong>de</strong> es la tercera población <strong>de</strong> tortuga común<br />

(Caretta caretta) mas gran<strong>de</strong> <strong>de</strong>l mundo, la segunda mas gran<strong>de</strong> <strong>de</strong>l Atlántico y la única que nidifica<br />

en la zona este <strong>de</strong>l Atlántico. Está formada por ejemplares adultos que se reproducen entre mayojunio<br />

y octubre-noviembre en las costas <strong>de</strong> Cabo Ver<strong>de</strong>, principalmente en la isla <strong>de</strong> Boa Vista.<br />

Estudios <strong>de</strong> telemetría por satélite han i<strong>de</strong>ntificado su zona <strong>de</strong> alimentación en las costas africanas,<br />

aunque diferenciando dos grupos: (1) las que se alimentan en zona oceánica (>200m profundidad)<br />

frente a las costas <strong>de</strong> Mauritania y Senegal principalmente (también Gambia, Guinea y Guinea Bissau),<br />

y (2) las que se alimentan en la zona nerítica (


Ecosistemas errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> Tortugas Marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

seguramente al gran tamaño <strong>de</strong> esta población; el resto proviene <strong>de</strong> las poblaciones <strong>de</strong> México (2-<br />

9%), Cabo Ver<strong>de</strong> (6-17%) y Noreste <strong>de</strong> Florida - Norte <strong>de</strong> Carolina (7-26%).<br />

Por otro lado, en el Archipiélago Canario hay evi<strong>de</strong>ncias <strong>de</strong> que antiguamente nidificaba en sus costas<br />

una especie <strong>de</strong> tortuga marina, principalmente en las islas mas orientales, Fuerteventura y Lanzarote,<br />

aunque no está confirmada la especie ni <strong>de</strong> las causas <strong>de</strong> su <strong>de</strong>saparición. Por ejemplo, George Glass<br />

<strong>de</strong>scribe la captura <strong>de</strong> una tortuga común o boba <strong>de</strong> 500 libras (unos 225kg), es <strong>de</strong>cir, una tortuga<br />

adulta <strong>de</strong> gran tamaño, en la costa este <strong>de</strong> la isla <strong>de</strong> Fuerteventura (bahía <strong>de</strong> <strong>Las</strong> Playas) a finales <strong>de</strong><br />

Mayo <strong>de</strong> 1764 (Glass, 1974) (Fig 26, <strong>de</strong>recha); y José <strong>de</strong> Viera y Clavijo, en 1799, (publicado en<br />

1868) <strong>de</strong>scribe en su “Diccionario <strong>de</strong> historia natural <strong>de</strong> las islas Canarias” la existencia <strong>de</strong> huevos <strong>de</strong><br />

tortugas marinas en las playas <strong>de</strong> la isla <strong>de</strong> Lobos (norte <strong>de</strong> Fuerteventura) (Fig.26, centro), que eran<br />

comúnmente consumidos por los pobladores <strong>de</strong> la zona.<br />

A<strong>de</strong>más, se tienen testimonios gráficos (vi<strong>de</strong>os y fotos) <strong>de</strong> que en los años 90 nidificaron por lo<br />

menos cuatro tortugas laúd en las playas <strong>de</strong> la isla <strong>de</strong> Fuerteventura, aunque seguramente sean mas,<br />

y existen innumerables testimonios orales <strong>de</strong> la población local que <strong>de</strong>scriben la nidificación<br />

esporádica <strong>de</strong> tortugas en los últimos 60 años, y la observación <strong>de</strong> crías <strong>de</strong> tortuga boba recién<br />

nacidas en <strong>de</strong>terminadas playas <strong>de</strong> la isla.<br />

En los últimos años se han llevado a cabo trabajos y proyectos importantes para proteger y conocer<br />

las tortugas que frecuentan las aguas <strong>de</strong>l Archipiélago Canario, entre los que <strong>de</strong>stacan: la<br />

recuperación <strong>de</strong> ejemplares heridos en el Centro <strong>de</strong> Recuperación <strong>de</strong> Fauna Silvestre (CRFS) <strong>de</strong> los<br />

Cabildos insulares; los estudios <strong>de</strong> las principales patologías presentes en las tortugas marinas<br />

localizadas en las islas, <strong>de</strong>sarrollado por la Facultad <strong>de</strong> Veterinaria <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>Las</strong> Palmas <strong>de</strong><br />

Gran Canaria; proyectos <strong>de</strong> seguimiento por satélite <strong>de</strong> ejemplares juveniles (Hydrocarpo y Aegina,<br />

entre otros) y el Proyecto <strong>de</strong> Ampliación <strong>de</strong>l hábitat reproductor <strong>de</strong> la tortuga boba en la Macaronesia.<br />

Por otro lado, en los últimos años se han <strong>de</strong>sarrollado y se están <strong>de</strong>sarrollando varias tesis doctorales<br />

sobre tortugas marinas <strong>de</strong> Cabo Ver<strong>de</strong>, Canarias y Gabón, llevadas a cabo en la Facultad <strong>de</strong> Ciencias<br />

<strong>de</strong>l Mar <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>Las</strong> Palmas <strong>de</strong> Gran Canaria, posicionándola como una <strong>de</strong> las<br />

<strong>Universidad</strong>es mas importantes <strong>de</strong> Europa en el conocimiento <strong>de</strong> las tortugas marinas.<br />

36<br />

Fig. 26. Testimonios <strong>de</strong> la nidificación <strong>de</strong> tortugas marinas en las<br />

Islas Canarias. Izquierda: Ídolo zoo-antropomorfo proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la<br />

localidad <strong>de</strong> La Al<strong>de</strong>a, Gran Canaria y conservado en el Museo<br />

Canario <strong>de</strong> <strong>Las</strong> Palmas <strong>de</strong> Gran Canaria, con forma <strong>de</strong> tortuga<br />

marina. Abajo izquierda: Texto <strong>de</strong> Viera y Clavijo, 1799 (1868).<br />

Abajo <strong>de</strong>recha: Fragmento <strong>de</strong>l libro <strong>de</strong> Geroge Glass sobre las Islas<br />

Canarias (Glass, 1764).


3.4 – LA EPIBIOSIS EN TORTUGAS MARINAS<br />

INTRODUCCIÓN<br />

<strong>Las</strong> primeras citas <strong>de</strong> epibiontes en tortugas marinas consisten en observaciones esporádicas <strong>de</strong> unos<br />

organismos consi<strong>de</strong>rados generalmente parásitos, en el que se daba mas importancia a la <strong>de</strong>scripción<br />

morfológica <strong>de</strong>l epibionte que a la relación <strong>de</strong> este con su hospedador. Tukey en 1818 fue el primero<br />

en citar balanos pedunculados como Lepas anatifera y Concho<strong>de</strong>rma virgatum en ejemplares juveniles<br />

<strong>de</strong> tortuga boba (Caretta caretta) en el Atlántico norte (Azores). Posteriormente Darwin, en su trabajo<br />

monográfico <strong>de</strong> cirrípedos <strong>de</strong> 1854, señalo que el género Chelonibia se diferencia <strong>de</strong> otros balanos,<br />

a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> porque posee 8 placas calcáreas, por su asentamiento sobre tortugas marinas, siendo el<br />

primero en i<strong>de</strong>ntificar la especificidad <strong>de</strong> este género para las tortugas marinas.<br />

Chevreux & De Guerne (1893) fueron los precursores en no consi<strong>de</strong>rar los epibiontes como parásitos,<br />

en su relación <strong>de</strong> crustáceos comensales <strong>de</strong> dos tortugas Caretta caretta encontradas en el<br />

Mediterráneo. Durante los años siguientes algunos investigadores mantuvieron esta teoría, como<br />

Barnard en 1966, que consi<strong>de</strong>ró al gammarido Podocerus chelonophilus como un comensal <strong>de</strong> la<br />

tortuga, en vez <strong>de</strong> como un ectoparásito. Les siguieron Monroe & Limpus en 1979, <strong>de</strong>scribiendo 15<br />

especies <strong>de</strong> cirrípedos en las tortugas nidificantes en las costas <strong>de</strong> Queensland; Laurent (1988), con<br />

observaciones esporádicas en tortugas marinas <strong>de</strong> las costas <strong>de</strong> Francia; y Frazier et al. (1985) con<br />

una lista comparada bastante completa <strong>de</strong> epibiontes <strong>de</strong> las poblaciones <strong>de</strong> tortuga boba <strong>de</strong> Georgia,<br />

Florida y Grecia, y Olivacea <strong>de</strong> las islas Galápagos.<br />

Pero, fue Caine en 1986 el encargado <strong>de</strong> dar un giro al estudio <strong>de</strong> los epibiontes, siendo el primero en<br />

realizar una lista <strong>de</strong>tallada <strong>de</strong> los epibiontes <strong>de</strong> una población (N=138) nidificante <strong>de</strong> Caretta caretta,<br />

la <strong>de</strong> las costas <strong>de</strong> Florida, Georgia y Carolina <strong>de</strong>l Sur (EEUU), encontrando 48 especies <strong>de</strong> 6 phylum<br />

diferentes.<br />

A partir <strong>de</strong> esta investigación, se realizaron verda<strong>de</strong>ros estudios <strong>de</strong>scriptivos <strong>de</strong> los epibiontes<br />

encontrados en un número estadísticamente correcto <strong>de</strong> tortugas <strong>de</strong> una misma población: Gramentz<br />

(1988) encontró 13 especies epibiontes en la población <strong>de</strong> Caretta caretta <strong>de</strong> Malta (Mediterráneo);<br />

Frazier et al. (1991, 1992) siguió con su lista <strong>de</strong>tallada <strong>de</strong> los epibiontes <strong>de</strong> la población nidificante <strong>de</strong><br />

tortuga boba en Georgia (EEUU); Senties et al. (1999) citaron 36 especies <strong>de</strong> algas en la población <strong>de</strong><br />

tortuga ver<strong>de</strong> (Chelonia mydas) <strong>de</strong>l caribe Mexicano; los exhaustivos estudios <strong>de</strong> Frick et al. (1998,<br />

1999, 2000, 2001, 2002a,b, 2003, 2004) que han recogido mas <strong>de</strong> 100 especies <strong>de</strong> 13 phylum<br />

diferentes en la población nidificante <strong>de</strong> Georgia (EEUU), o el intenso estudio <strong>de</strong> Kitsos et al. (2005)<br />

con 80 especies encontradas en tortugas Caretta caretta varadas en las costas <strong>de</strong>l Mar Egeo.<br />

Los trabajos <strong>de</strong> las dos últimas décadas han utilizado estas listas <strong>de</strong>scriptivas como indicadores<br />

biológicos y geográficos. Uno <strong>de</strong> los ejemplos mas <strong>de</strong>stacables es el <strong>de</strong> la costa este <strong>de</strong> EEUU, en el<br />

que las gran<strong>de</strong>s diferencias en las agrupaciones <strong>de</strong> epibiontes observadas entre las tortugas<br />

nidificantes en Georgia y Carolina y las nidificantes en Florida, hizo intuir a los investigadores que se<br />

trataba <strong>de</strong> poblaciones diferentes (Caine, 1986). Este hecho se confirmó mas a<strong>de</strong>lante gracias a los<br />

análisis genéticos (Bolten et al., 1998).<br />

Con estos y otros muchos estudios se ha podido corroborar la colonización por epibiontes en todas las<br />

especies <strong>de</strong> tortugas marinas, en todos los océanos y mares, en todas las poblaciones y en todos sus<br />

fases vitales. La composición, mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> distribución y la abundancia <strong>de</strong> las distintas especies, son<br />

los primeros pasos para po<strong>de</strong>r compren<strong>de</strong>r la naturaleza <strong>de</strong> esta relación epibiótica (Frazier et al.,<br />

1991). A<strong>de</strong>más, el estudio <strong>de</strong>tallado <strong>de</strong> los epibiontes permite obtener información sobre las rutas<br />

migratorias (Eckert & Eckert, 1988), así como la distribución y movimientos <strong>de</strong> las poblaciones <strong>de</strong><br />

tortugas marinas (Casale et al. 2004), ya que la presencia <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminados organismos pue<strong>de</strong> indicar<br />

rangos geográficos o condiciones ecológicas especificas en el momento <strong>de</strong> la colonización (Caine,<br />

1986).<br />

Estudios importantes se han llevado a cabo en poblaciones <strong>de</strong> tortuga carey (Eretmochelys imbricata)<br />

como los <strong>de</strong> Monroe & Limpus (1979), Frazier (1985) o uno <strong>de</strong> los mas recientes y completos llevado<br />

a cabo por Schärer (2005) en Puerto Rico; Eckert & Eckert (1988) realizaron estudios <strong>de</strong> epibiontes en<br />

tortuga laúd (Dermochelys coriacea); Alonso (2007) y Green (1996) con tortuga ver<strong>de</strong> (Chelonia<br />

mydas), en Uruguay y en las islas Galápagos respectivamente; Miranda & Moreno (2002), Díaz et al.<br />

(1992) y Gámez et al. (2006) los hicieron en tortuga olivacea (Lepidochelys olivacea) en Chile (el<br />

primero) y en Michoacán, México (los dos últimos), entre otros. Pero, las colonizaciones epibiontes<br />

37


Ecosistemas errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> Tortugas Marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

mas estudiadas hasta la actualidad han sido las poblaciones <strong>de</strong> tortuga boba (Caretta caretta), adultas<br />

(principalmente nidificantes) y juveniles (capturadas en sus áreas <strong>de</strong> alimentación), aunque también<br />

hay estudios con animales varados.<br />

El asentamiento <strong>de</strong> las distintas especies epibiontes sobre tortugas marinas está <strong>de</strong>terminado por<br />

factores como la velocidad <strong>de</strong> reclutamiento <strong>de</strong>l epibionte, e hidrodinamismo, las perturbaciones, las<br />

especies presentes, la competición, el estrés físico o la predación, entre otros (Frick et al. 2000). Su<br />

composición y <strong>estruc</strong>tura <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> factores externos como la temperatura, salinidad, corrientes,<br />

estacionalidad, etc. y <strong>de</strong> factores intrínsecos a los propios resi<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> dicha comunidad (Caine,<br />

1998).<br />

Según Wahl (1989), la relación entre el basibionte y el epibionte es generalmente una asociación<br />

facultativa no simbiótica. En el caso <strong>de</strong> la epibiosis <strong>de</strong> tortugas marinas esta relación no esta muy bien<br />

<strong>de</strong>finida, algunos autores se refieren a ella como una asociación comensal, otros como una asociación<br />

simbionte, y otros como asociaciones parasitarias, aunque esto <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> mas <strong>de</strong> la especie en<br />

concreto que <strong>de</strong> la colonización en general. Los casos mas claros son los <strong>de</strong> epibiontes específicos<br />

como la Rhodophyta Polysiphonia carettia (Hollemberg & Norris, 1977) y el balano Coronuloi<strong>de</strong>o<br />

Chelonibia testudinaria (Monroe & Limpus, 1979) que son claramente comensales. Algunas especies<br />

<strong>de</strong> balanos se han consi<strong>de</strong>rado como parásitos <strong>de</strong>bido a que causan erosiones severas en el<br />

caparazón y pue<strong>de</strong>n llegar a interferir en el movimiento, la nidificación o la cópula (Seigel, 1983).<br />

Aunque, este mismo autor, realizó un estudio sobre los efectos <strong>de</strong> la colonización <strong>de</strong> balanos en la<br />

tortuga dulceacuícola Malaclemys terrapin, que muestra que solo 2 tortugas <strong>de</strong> 125 (1.6%), murieron<br />

a causa <strong>de</strong> la erosión producida por los balanos en el caparazón al crecer (Seigel, 1983).<br />

Una <strong>de</strong> las patologías mas alarmantes causadas por epibiontes fue la observada por veterinarios <strong>de</strong>l<br />

CREMA (Centro <strong>de</strong> Recuperación <strong>de</strong> Especies Marinas Amenazadas <strong>de</strong> Málaga, España) en el año<br />

2001, en el que mas <strong>de</strong> 70 ejemplares vararon en las costas andaluzas (sur <strong>de</strong> España) tapizados casi<br />

en su totalidad por el balano Coronuloi<strong>de</strong>o Platylepas sp., todos ellos con signos <strong>de</strong> extrema <strong>de</strong>lga<strong>de</strong>z,<br />

<strong>de</strong>bilidad y grave <strong>de</strong>rmatología (Castillo, 2002). Se <strong>de</strong>sconocen las causas <strong>de</strong> esta patología, pero en<br />

este caso los balanos provocaron lesiones realmente graves en sus hospedadores. Lazo-Warsem et al.<br />

(2007) <strong>de</strong>scriben que la presencia y actividad <strong>de</strong>l copépodo Balaenophilus umigameculus pue<strong>de</strong><br />

causar daños en la piel <strong>de</strong> las tortugas marinas pudiendo tener consecuencias en la salud <strong>de</strong> estos<br />

reptiles.<br />

A pesar <strong>de</strong> estas excepciones que pue<strong>de</strong>n causar lesiones al hospedador, la mayoría <strong>de</strong> epibiontes <strong>de</strong><br />

tortugas marinas son simples comensales, y por lo general no son exclusivos <strong>de</strong> las tortugas marinas.<br />

Un gran número <strong>de</strong> ellos han sido citados en innumerables ocasiones en otros seres vivos, como por<br />

ejemplo Platylepas hexastylos, Chelonibia patula o Chelonibia manati, citados en manatíes, ballenas,<br />

etc.; e incluso en objetos flotantes, como por ejemplo: Lepas anatifiera, Lepas testudinata,<br />

Concho<strong>de</strong>rma virgatum, Concho<strong>de</strong>rma auritum, Balanus poecilus, Balanus trigonus, Chthamalus<br />

fragilis o Planes minutus entre otros. Como ya se mencionó en este apartado, existen especies que<br />

solo se han observado viviendo sobre tortugas marinas, es <strong>de</strong>cir, son “comensales específicos” <strong>de</strong><br />

tortugas marinas, como por ejemplo: Chelonibia testudinaria, Chelonibia caretta, Platylepas coriacea,<br />

Platylepas sp. y Stomatolepas <strong>de</strong>rmochelys, entre otras.<br />

La asociación facultativa <strong>de</strong> algunas especies como epibiontes <strong>de</strong> tortugas marinas juega un papel<br />

muy importante en su ecología y capacidad <strong>de</strong> dispersión, y como consecuencia, en la <strong>estruc</strong>tura <strong>de</strong><br />

los hábitats marinos ocupados por las tortugas y por sus epibiontes (Frick et al., 2004). Este hecho<br />

juega un papel muy importante en la dispersión <strong>de</strong> comensales especialistas como Chelonibia<br />

testudinaria, en el que la migración <strong>de</strong> la tortuga boba le ayuda a mantener la homogeneidad<br />

genética <strong>de</strong> sus poblaciones en el Atlántico y ha sido responsable <strong>de</strong> su expansión <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l<br />

Mediterráneo (Rawson et al., 2003).<br />

El grupo <strong>de</strong> epibiontes mas <strong>de</strong>stacado en tortugas marinas es el <strong>de</strong> los cirrípedos, y en concreto esta<br />

especie, Chelonibia testudinaria, es el balano mas citado para tortugas marinas, especialmente en<br />

hembras nidificantes que por lo general presentan en sus caparazones <strong>de</strong> unos pocos a unas docenas<br />

(Frick, 2001). Frick et al. (2002) sugieren que este balano es uno <strong>de</strong> los colonizadores primarios que<br />

favorecen el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la comunidad epibionte en tortuga boba. Aunque se han citado mas <strong>de</strong> 100<br />

especies epibiontes en tortugas marinas, y existen diferencias entre las colonizaciones <strong>de</strong> las distintas<br />

especies.<br />

38


INTRODUCCIÓN<br />

La tortuga boba es, sin duda, la que posee una mayor diversidad y riqueza <strong>de</strong> especies en su<br />

colonización. Hasta la fecha se han <strong>de</strong>scrito mas <strong>de</strong> 100 especies animales, <strong>de</strong> 13 filos diferentes, y 37<br />

especies <strong>de</strong> algas. En el Anexo se <strong>de</strong>talla una lista con todas las especies citadas en los principales<br />

trabajos realizados hasta la fecha, con su localización y su referencia bibliográfica.<br />

Es posible que haya mas epibiontes móviles, como los cangrejos, asociados a tortugas marinas que<br />

los citados y <strong>de</strong>tectados hasta ahora (Frick et al., 2004b), ya que su movilidad les permite escapar<br />

rápidamente antes <strong>de</strong> la realización <strong>de</strong>l muestreo. A<strong>de</strong>más, es importante tener en cuenta que las<br />

tortugas varadas pue<strong>de</strong>n per<strong>de</strong>r o adquirir organismos que no representan la colonización natural <strong>de</strong><br />

epibiontes, y que las gran<strong>de</strong>s migraciones hacia las áreas <strong>de</strong> reproducción o alimentación pue<strong>de</strong><br />

producir cambios en la composición <strong>de</strong> la comunidad epibionte (Schärer, 2005).<br />

CARACTERÍSTICAS DE LAS TORTUGAS MARINAS INTERESANTES PARA LA EPIBIOSIS:<br />

El caparazón: esta <strong>estruc</strong>tura protectora rígida o semi-rígida tan efectiva para las tortugas,<br />

proporciona un sustrato muy apreciado por organismos marinos que viven en la columna <strong>de</strong> agua y<br />

que encuentran en este una nueva superficie a la que adherirse, un medio <strong>de</strong> transporte, un aporte<br />

gratuito <strong>de</strong> nutrientes, etc., generando un auténtico ecosistema en movimiento en torno a la tortuga,<br />

a modo <strong>de</strong> islas móviles en mitad <strong>de</strong>l océano.<br />

Descamación: La mayoría <strong>de</strong> los reptiles pier<strong>de</strong>n periódicamente la piel, las culebras y las lagartijas la<br />

pier<strong>de</strong>n entera o a jirones, a diferencia <strong>de</strong> las tortugas que no se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>n voluntariamente <strong>de</strong> sus<br />

escudos, ni tampoco mudan la piel <strong>de</strong> manera regular, sino que presentan una <strong>de</strong>scamación continua<br />

<strong>de</strong>bido al <strong>de</strong>sgaste normal <strong>de</strong> la epi<strong>de</strong>rmis y a la fricción <strong>de</strong>l agua al nadar. Este hecho es muy<br />

importante <strong>de</strong> cara a la colonización por epibiontes ya que indica una regeneración <strong>de</strong> las colonias<br />

epibiontes que viven adheridas al cuerpo <strong>de</strong> la tortuga.<br />

El buceo: <strong>Las</strong> tortugas marinas poseen una respiración pulmonar, por lo que necesitan la emersión a<br />

la superficie para tomar aire. Estos reptiles marinos han <strong>de</strong>sarrollado un metabolismo anaeróbico muy<br />

eficaz que les permite pasar largos períodos <strong>de</strong> tiempo bajo el agua, adquiriendo una serie <strong>de</strong><br />

adaptaciones fisiológicas para mejorar sus inmersiones como son: mecanismo <strong>de</strong> bradicardia<br />

(habilidad <strong>de</strong>l cerebro para seguir funcionando con concentraciones muy reducidas <strong>de</strong> oxígeno)<br />

<strong>de</strong>sacelerando el ritmo cardíaco; adaptación <strong>de</strong> células sanguíneas (hematíes) para liberar oxigeno<br />

hacia los tejidos en vez <strong>de</strong> absorberlo (Frair, 1979); mayor flexibilidad <strong>de</strong>l plastrón, que tiene la<br />

capacidad <strong>de</strong> hundirse y ce<strong>de</strong>r <strong>de</strong>bido a la presión <strong>de</strong>l agua, absorbiéndola; capacidad <strong>de</strong> los<br />

pulmones para vaciarse y llenarse rápidamente, gracias a conductos respiratorios reforzados con<br />

cartílago, por lo que a profundida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> 80-100 metros sus pulmones se colapsan y el aire pasa a los<br />

conductos respiratorios; o la capacidad <strong>de</strong> absorber parcialmente el oxigeno <strong>de</strong>l agua que introducen<br />

en su boca gracias a la existencia <strong>de</strong> una red bien <strong>de</strong>sarrollada <strong>de</strong> capilares en las pare<strong>de</strong>s <strong>de</strong> esta. La<br />

capacidad <strong>de</strong> buceo, así como la profundidad a la que pue<strong>de</strong>n llegan las tortugas marinas varia según<br />

la especie (Fig. 27).<br />

Especies<br />

Profundidad<br />

(m)<br />

Presión<br />

(atm)<br />

Duración normal<br />

(min.)<br />

Duración máxima<br />

(min.)<br />

Tortuga Común 233 23,27 15-30 60<br />

Tortuga Ver<strong>de</strong> 110 11,02 9-23 66<br />

Tortuga Olivácea 290 28,98 28-40 45<br />

Tortuga Lora 50 4,35 12-18 45<br />

Tortuga Carey 100 10,00 56 74<br />

Tortuga Laúd 1200 120,00 5-20 45<br />

Tortuga Plana 150 14,97 ¿? ¿?<br />

Humano 61 6,12 1 2,5<br />

León Marino 250 25,03 25 -<br />

Ballena Azul 100 10,00 43 -<br />

Cachalote 1134 113,40 75 -<br />

Fig. 27.- Profundidad y tiempos <strong>de</strong> buceo <strong>de</strong><br />

las especies <strong>de</strong> tortugas marinas y otras<br />

especies. Tomado y modificado <strong>de</strong>l libro<br />

Biology of sea Turtles (Lutz & Musick, 1996).<br />

39


Ecosistemas errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> Tortugas Marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

Estudios llevados a cabo por Lutz & Bentley (1985) con tortuga boba (Caretta caretta) muestran que<br />

estas tortugas pasan el 98% <strong>de</strong> su tiempo en inmersión, <strong>de</strong> los cuales el 80% en los primeros 5m<br />

(Minamakawa et al., 2000), y el 18% restante <strong>de</strong> 5 a 100m <strong>de</strong> profundidad, llegando ocasionalmente<br />

hasta los 200m. Dellinger & Freitas (2000) no encontraron relación entre el tamaño y profundidad<br />

máxima <strong>de</strong> buceo, mientras que Schwarts (1978) halló una relación entre la temperatura y el<br />

comportamiento en el buceo, observando que por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> los 15ºC la actividad <strong>de</strong> los individuos<br />

adultos disminuye rápidamente, <strong>de</strong> manera que las tortugas se quedan flotando en la superficie y<br />

<strong>de</strong>jándose llevar por las corrientes.<br />

La termorregulación: <strong>Las</strong> tortugas marinas son animales poiquilotermos (incapaces <strong>de</strong> regular su<br />

temperatura interna <strong>de</strong> forma eficiente), <strong>de</strong>bido a que tienen una superficie <strong>de</strong> aislamiento muy<br />

pobre. Por consiguiente, su grado <strong>de</strong> actividad y distribución están ligados al aporte calórico <strong>de</strong>l<br />

ambiente, es <strong>de</strong>cir, a aguas que superan los 20ºC, los mares tropicales y templados <strong>de</strong>l planeta.<br />

En ocasiones necesitan una regulación térmica a través <strong>de</strong> factores exógenos como la permanencia<br />

por períodos más o menos prolongados en lugares soleados (heliotermia). Este fenómeno,<br />

<strong>de</strong>nominado comúnmente con el término anglosajón “basking”, pue<strong>de</strong>n realizarlo <strong>de</strong> dos maneras:<br />

saliendo a playas solitarias a asolearse, como hacen las tortugas ver<strong>de</strong>s en Australia, Hawai (Balazs,<br />

1974), Islas Galápagos (Fritts, 1981), e Islas Reunión entre otros; o flotando en la superficie <strong>de</strong>l agua<br />

exponiendo su caparazón a la irradiación solar, como hacen las tortugas común y olivacea. En ambos<br />

casos, el sol calienta el caparazón <strong>de</strong> la tortuga, elevando la temperatura <strong>de</strong>l aire <strong>de</strong> los pulmones,<br />

que se encuentran justo <strong>de</strong>bajo, y que al estar fuertemente irrigados calientan la sangre que se<br />

distribuye por todo el cuerpo <strong>de</strong>l animal calentándolo (Spotila, 2004). Por lo general, las tortugas<br />

marinas (a excepción <strong>de</strong> la tortuga laúd) mantienen su temperatura corporal entre 1 y 2º C por<br />

encima <strong>de</strong> la temperatura <strong>de</strong>l agua en la que se encuentran. El fenómeno <strong>de</strong>l basking (en el mar) les<br />

permite elevar la temperatura corporal <strong>de</strong> 2º a 5ºC , acelerando su metabolismo y favoreciendo la<br />

digestión (Márquez, 1996).<br />

Varios estudios han <strong>de</strong>mostrado que el cambio brusco y repentino hacia bajas temperaturas, (por<br />

ejemplo, una bajada <strong>de</strong> 15-20ºC hasta 5-6ºC), afecta gravemente a las tortugas y resulta fatal<br />

cuando permanecen a bajas temperaturas períodos prolongados. Estos <strong>de</strong>scensos bruscos se<br />

producen en <strong>de</strong>terminados lugares con la llegada <strong>de</strong>l invierno, o con el <strong>de</strong>svanecimiento <strong>de</strong> giros<br />

oceanográficos <strong>de</strong> aguas calidas que <strong>de</strong>jan al animal en aguas mucho mas frías (Márquez, 1996). Si<br />

se produce en mar abierto, las tortugas tien<strong>de</strong>n a flotar in<strong>de</strong>fensas a la <strong>de</strong>riva, aletargadas (“cold<br />

stunning”) y pue<strong>de</strong>n verse arrojadas entumecidas o moribundas a las playas o ser atacadas con<br />

mayor facilidad por <strong>de</strong>predadores oceánicos. En cambio, si se produce en aguas someras, las tortugas<br />

resuelven el problema enterrándose parcialmente en el lodo, buscando temperaturas mas estables,<br />

pasando el período <strong>de</strong> mal tiempo aletargada, en “adormecimiento temporal”, disminuyendo sus<br />

activida<strong>de</strong>s al mínimo. Este mecanismo ha sido <strong>de</strong>nominado por algunos autores como “brumación” y<br />

se <strong>de</strong>fine como el estado <strong>de</strong> aletargamiento o dormancia <strong>de</strong> los organismos ecto<strong>de</strong>rmos que ocurre en<br />

los meses <strong>de</strong> invierno como respuesta al <strong>de</strong>scenso gradual <strong>de</strong> la temperatura con el fin <strong>de</strong> reducir el<br />

gasto energético durante estos períodos <strong>de</strong> prolongada inactividad (Gregory, 1982). Los registros <strong>de</strong><br />

este comportamiento son muy escasos, aunque las primeras evi<strong>de</strong>ncias que <strong>de</strong>mostraron este<br />

comportamiento se registraron mediante observación directa, marcas producidas por su permanencia<br />

prolongada en el sedimento y por la presencia <strong>de</strong> macroalgas sobre el caparazón, y ha sido reportado<br />

40<br />

Fig. 28: Comportamiento <strong>de</strong>l buceo <strong>de</strong> una tortuga boba en la columna <strong>de</strong> agua, en<br />

función <strong>de</strong> la profundidad y el tiempo. Tomado <strong>de</strong> Minamikawa, 2000 -Fig. 2.


INTRODUCCIÓN<br />

para Chelonia mydas en zonas templadas <strong>de</strong> Norteamérica (Baja California), en México (Felger et al.,<br />

1976) y en Uruguay (Castro et al. 2004), y para Caretta caretta en Florida (Carr et al., 1980).<br />

Los fenomentos <strong>de</strong> basking y brumación <strong>de</strong> las tortugas marinas son comportamientos muy<br />

interesantes a la hora <strong>de</strong> la colonización por epibiontes, ya que mientras los individuos se encuentran<br />

aletargados o inactivos, en la superficie o en el fondo, nuevas especies pue<strong>de</strong>n colonizarlas, incluso<br />

aquellas propias <strong>de</strong> zonas mas calmas. Cuando las tortugas realizan el basking, parte <strong>de</strong>l caparazón, o<br />

la tortuga entera si sale a una playa, queda expuesta a la irradiación solar ya que se sitúa fuera <strong>de</strong>l<br />

agua, lo que pue<strong>de</strong> afectar fuertemente a la colonización epibionte, llegando incluso a matar algunas<br />

especies.<br />

Castro et al. (2004) <strong>de</strong>tectaron indicios <strong>de</strong> brumación en tortugas juveniles localizadas en las costas<br />

<strong>de</strong> Uruguay, gracias a que ciertos individuos presentaban especies inusuales como Balanus sp y el<br />

alga Ulva lactura, <strong>de</strong>stacando que los individuos observados en los meses <strong>de</strong> invierno presentaban<br />

una sucesión muy avanzada <strong>de</strong> epibiontes caracterizada por Mytilus edulis, Ulva lactura y una diversa<br />

comunidad <strong>de</strong> macroinvertebrados muy diferente a la observada en otros ejemplares, localizados<br />

principalmente en verano. Se trataba, a<strong>de</strong>más, <strong>de</strong> una comunidad relativamente asentada y que se<br />

asemejaba enormemente con la fauna <strong>de</strong> los fondos rocosos submareales <strong>de</strong> la zona en la que se<br />

localizaron dichas tortugas (López-Mendilaharsu et al., 2006). Estos resultados apoyaron la hipótesis<br />

<strong>de</strong> la presencia <strong>de</strong> tortugas en aguas uruguayas a lo largo <strong>de</strong> todo el año, permaneciendo en la zona<br />

incluso en los meses fríos <strong>de</strong>l inverno, mostrándonos, a su vez, un claro ejemplo <strong>de</strong> cómo los<br />

epibiontes pue<strong>de</strong>n indicar claramente distintos comportamientos <strong>de</strong> los individuos sobre los que se<br />

asientan.<br />

Fig. 29: Comportamientos <strong>de</strong> termorregulación. Izquierda: Tortuga en posición <strong>de</strong> <strong>de</strong>riva y termorregulando<br />

en superficie (basking). Centro y <strong>de</strong>recha: Tortugas con epibiosis masiva provocadas por comportamientos<br />

<strong>de</strong> brumación. (Foto Centro: Jochen Messmer; Foto <strong>de</strong>recha: Nigel Collingwood).<br />

La fase juvenil oceánica <strong>de</strong> la tortuga boba: En su fase oceánica, las tortugas navegan por el océano<br />

<strong>de</strong>jándose llevar por las corrientes, al igual que un gran número <strong>de</strong> objetos flotantes (re<strong>de</strong>s, plásticos,<br />

sargazos, boyas, etc.) cargados <strong>de</strong> organismos. <strong>Las</strong> tortugas se acercan a estos objetos en busca <strong>de</strong><br />

protección o alimento, momento muy importante para el intercambio <strong>de</strong> epibiontes y sobretodo <strong>de</strong><br />

larvas.<br />

En esta fase, las tortugas se dirigen mas o menos pasiva o activamente en busca <strong>de</strong> recursos<br />

alimenticios, mas abundantes en las zonas <strong>de</strong> convergencia, giros oceánicos, afloramientos, etc., que<br />

se producen generalmente en los alre<strong>de</strong>dores <strong>de</strong> montes submarinos, bancos oceánicos, fracturas,<br />

islas oceánicas o cerca <strong>de</strong>l continente (Carr, 1986; Polovina et al., 2000, 2004). Estos ambientes<br />

poseen características <strong>de</strong> flora y fauna especiales y una riqueza <strong>de</strong> especies mucho mayor que el<br />

océano abierto, aumentando enormemente las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> colonización por epibiontes <strong>de</strong> las<br />

tortugas juveniles que se alimentan en dichas áreas.<br />

Estos movimientos pasivos/activos <strong>de</strong> las tortugas en el océano fueron estudiados por Revelles et al.<br />

(2007), en busca <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntificar el momento a partir <strong>de</strong>l cual las tortugas son capaces <strong>de</strong> nadar en<br />

contra <strong>de</strong> las corrientes locales y dirigirse activamente a una zona o área concreta. Para ello<br />

<strong>de</strong>sarrollaron una serie <strong>de</strong> experimentos con juveniles <strong>de</strong> tortuga boba, con los que llegaron a<br />

establecer la relación entre la talla <strong>de</strong> la tortuga y un parámetro (Ucrit) que <strong>de</strong>termina la velocidad<br />

máxima <strong>de</strong> crucero que un animal acuático pue<strong>de</strong> sostener sin acabar en fatiga muscular (Reidy et al.,<br />

41


Ecosistemas errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> Tortugas Marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

2000), estableciendo la talla mínima con la que una tortuga es capaz <strong>de</strong> nadar contra una corriente<br />

<strong>de</strong>terminada (Ucrit = 1.763 LRCmin – <strong>0.</strong>262, Revelles et al., 2007). Monzón (2010) utilizó este criterio<br />

para i<strong>de</strong>ntificar la talla mínima con la que las tortugas son capaces <strong>de</strong> moverse activamente en contra<br />

<strong>de</strong> las corrientes locales en el archipiélago canario, estableciendo la talla mínima <strong>de</strong> 32cm <strong>de</strong> LRCmin.<br />

La capacidad <strong>de</strong> nadar contra la corriente dominante permite a la tortuga seleccionar activamente una<br />

zona <strong>de</strong> alimentación o un área concreta, lo que pue<strong>de</strong> afectar en gran manera a la comunidad<br />

epibionte que transporta o a su colonización por nuevas especies. A<strong>de</strong>más, parece ser que la<br />

selección activa <strong>de</strong>l área <strong>de</strong> alimentación es mas pronunciada en los animales <strong>de</strong> mayor tamaño<br />

(Monzón, 2010), por lo que estos pue<strong>de</strong>n presentar gran<strong>de</strong>s diferencias en su comunidad epibionte,<br />

en comparación con las tortugas que se mueven prácticamente en una <strong>de</strong>riva por la corrientes<br />

dominantes.<br />

42


Con diez cañones por banda,<br />

viento en popa, a toda vela,<br />

no corta el mar, sino vuela<br />

un velero bergantín.<br />

Bajel pirata que llaman,<br />

por su bravura, El Temido,<br />

en todo mar conocido<br />

<strong>de</strong>l uno al otro confín.<br />

J. Espronceda (fragmento)


O B J E T I V O S


OBJETIVO PRINCIPAL:<br />

OBJETIVOS<br />

OBJETIVOS<br />

Se preten<strong>de</strong> estudiar en profundidad el ecosistema constituido por la tortuga Caretta<br />

caretta y los epibiontes que la colonizan, para buscar características propias <strong>de</strong> los<br />

epibiontes que puedan darnos una mayor información sobre una especie tan<br />

<strong>de</strong>sconocida todavía como la tortuga boba, en busca <strong>de</strong> patrones <strong>de</strong> comportamiento<br />

o selección <strong>de</strong> hábitats concretos.<br />

OBJETIVOS ESPECIFICOS:<br />

1. Definir la lista <strong>de</strong> especies epibiontes que colonizan el caparazón las tortugas<br />

Caretta caretta localizadas en aguas <strong>de</strong>l archipiélago Canario.<br />

2. Estudiar la relación <strong>de</strong> cada una <strong>de</strong> las especies epibiontes con las tortugas<br />

Caretta caretta localizadas en aguas <strong>de</strong>l archipiélago canario, i<strong>de</strong>ntificando su<br />

estacionalidad, variaciones geográficas y posibles preferencia por unas u otras<br />

tortugas.<br />

3. Estudiar la relación existente entre las distintas especies que colonizan el<br />

caparazón <strong>de</strong> la tortuga <strong>de</strong>finiendo su <strong>estruc</strong>tura como ecosistema.<br />

4. Estudiar el proceso <strong>de</strong> colonización y la sucesión en el tiempo <strong>de</strong> las distintas<br />

especies epibiontes al vivir sobre las tortugas Caretta caretta <strong>de</strong> Canarias.<br />

5. Extrapolar las frecuencias (presencia/ausencia) <strong>de</strong> las distintas especies<br />

epibiontes para i<strong>de</strong>ntificar características específicas en el ciclo <strong>de</strong> vida <strong>de</strong> la<br />

tortuga boba en su paso por las Islas Canarias.<br />

6. I<strong>de</strong>ntificar diferentes comportamientos o diferentes grupos <strong>de</strong> tortugas en<br />

función <strong>de</strong> la colonización por epibiontes <strong>de</strong> sus caparazones.<br />

7. I<strong>de</strong>ntificar el transporte <strong>de</strong> especies por el océano Atlántico, gracias a los<br />

movimientos migratorios <strong>de</strong> la tortuga boba.<br />

8. Localizar nuevas especies epibiontes que no hayan sido citadas con<br />

anterioridad.<br />

9. Buscar las posibles adaptaciones <strong>de</strong> los epibiontes al medio <strong>de</strong> vida que les<br />

proporcionan las tortugas marinas.<br />

47


La luna en el mar riela<br />

en la lona gime el viento,<br />

y alza en blando movimiento<br />

olas <strong>de</strong> plata y azul;<br />

y va el capitán pirata,<br />

cantando alegre en la popa,<br />

Asia a un lado, al otro Europa,<br />

y allá a su frente Istambul:<br />

J. Espronceda (fragmento)


M A T E R I A L Y<br />

M É T O D O S


EL ARCHIPIÉLAGO CANARIO<br />

MATERIAL Y MÉTODOS<br />

1.- LOCALIZACIÓN Y LUGAR DE MUESTREO:<br />

Fig. 3<strong>0.</strong> Imagen <strong>de</strong> satélite <strong>de</strong>l Archipiélago Canario. Tomada <strong>de</strong> Google Earth.<br />

Canarias es un archipiélago <strong>de</strong>l Atlántico que conforma una <strong>de</strong> las diecisiete comunida<strong>de</strong>s autónomas<br />

<strong>de</strong> España y una <strong>de</strong> las regiones ultraperiféricas <strong>de</strong> la Unión Europea. Está formado por siete islas<br />

principales: El Hierro, La Gomera, La Palma y Tenerife, que forman la provincia <strong>de</strong> Santa Cruz <strong>de</strong><br />

Tenerife; y Fuerteventura, Gran Canaria y Lanzarote, que componen la provincia <strong>de</strong> <strong>Las</strong> Palmas.<br />

También forman parte <strong>de</strong> Canarias los territorios insulares <strong>de</strong>l Archipiélago Chinijo (La Graciosa,<br />

Alegranza, Montaña Clara, Roque <strong>de</strong>l Este y Roque <strong>de</strong>l Oeste) y la Isla <strong>de</strong> Lobos, todos ellos<br />

pertenecientes a la provincia <strong>de</strong> <strong>Las</strong> Palmas, siendo La Graciosa la única que está habitada.<br />

El archipiélago está situado frente a la costa noroeste <strong>de</strong> África, entre las coor<strong>de</strong>nadas 27º37' y<br />

29º25'N <strong>de</strong> latitud y 13º20' y 18º10'W <strong>de</strong> longitud (Hernán<strong>de</strong>z-Hernán<strong>de</strong>z, 2003). Debido a esta<br />

situación, Canarias utiliza durante el invierno boreal la Hora <strong>de</strong> Europa Occi<strong>de</strong>ntal (WET o UTC) y<br />

durante el verano boreal la Hora <strong>de</strong> Verano <strong>de</strong> Europa Occi<strong>de</strong>ntal (WEST o UTC+1), con una hora <strong>de</strong><br />

diferencia respecto al resto <strong>de</strong> España que usa respectivamente CET/UTC+1 y CEST/UTC+2. La isla<br />

<strong>de</strong> Fuerteventura dista unos 96km <strong>de</strong> la costa africana. Sin embargo, son aproximadamente 1.400km<br />

los que separan a Canarias <strong>de</strong>l continente europeo (Morales-Mato, 2001).<br />

<strong>Las</strong> islas, <strong>de</strong> origen volcánico, son parte <strong>de</strong> la región natural <strong>de</strong> la Macaronesia junto con los<br />

archipiélagos <strong>de</strong> Cabo Ver<strong>de</strong>, Azores, Ma<strong>de</strong>ira y Salvajes. Su clima es subtropical, aunque varía<br />

localmente según la altitud y la vertiente norte o sur. Esta variabilidad climática da lugar a una gran<br />

diversidad biológica que, junto a la riqueza paisajística y geológica, justifica la existencia en Canarias<br />

<strong>de</strong> cuatro parques nacionales y que varias islas sean reservas <strong>de</strong> la biosfera <strong>de</strong> la Unesco, y otras<br />

tengan zonas <strong>de</strong>claradas Patrimonio <strong>de</strong> la Humanidad. Estos atractivos naturales, el buen clima y las<br />

playas, hacen <strong>de</strong> las islas un importante <strong>de</strong>stino turístico, siendo visitadas cada año por cerca <strong>de</strong> 12<br />

millones <strong>de</strong> personas (11.986.059 en 2007, <strong>de</strong>stacando un 29% <strong>de</strong> británicos, un 22% <strong>de</strong> españoles<br />

peninsulares y un 21% <strong>de</strong> alemanes).<br />

Canarias actualmente posee una población <strong>de</strong> 2.118.519 habitantes y una <strong>de</strong>nsidad <strong>de</strong> casi<br />

300hab/km², siendo la octava Comunidad Autónoma <strong>de</strong> España en población. La población <strong>de</strong>l<br />

archipiélago está concentrada mayoritariamente en las dos islas capitalinas, alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l 43% en la<br />

isla <strong>de</strong> Tenerife y el 40% en la isla <strong>de</strong> Gran Canaria. La extensión total <strong>de</strong>l archipiélago es 7.447km².<br />

53


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

EL CENTRO DE RECUPERACIÓN DE FAUNA SILVESTRE (CRFS) DE GRAN CANARIA<br />

En las aguas <strong>de</strong>l archipiélago canario abundan los ejemplares <strong>de</strong> tortuga boba (Caretta caretta) en su<br />

etapa juvenil oceánica. En los años 80 el Gobierno <strong>de</strong> Canarias empezó a prestar interés por esta<br />

especie que visita sus aguas y <strong>de</strong> la que se encontraban cada vez con mas frecuencia ejemplares<br />

heridos o moribundos en sus costas. Los <strong>de</strong>partamentos <strong>de</strong> medioambiente <strong>de</strong> los distintos Cabildos<br />

Insulares. empezaron a recoger a estas tortugas, junto con otras especies animales <strong>de</strong> cada isla, para<br />

intentar recuperarlos y po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>volverlos a su medio natural, creando Centros <strong>de</strong> Recuperación <strong>de</strong><br />

Fauna Silvestre (CRFS). En los últimos 20 años el CRFS <strong>de</strong> la isla <strong>de</strong> Gran Canaria se ha <strong>de</strong>sarrollado<br />

enormemente y es consi<strong>de</strong>rado el mas importante <strong>de</strong> todo el archipiélago, por lo que recibe animales<br />

<strong>de</strong> todas las islas. Uno <strong>de</strong> los principales factores que ha ayudado a este <strong>de</strong>sarrollo ha sido la<br />

colaboración con distintos organismos e instituciones, como el Instituto Canario <strong>de</strong> Ciencias Marinas<br />

(ICCM) <strong>de</strong>l Gobierno <strong>de</strong> Canarias, gracias al cual el CRFS tiene unas fantásticas instalaciones para la<br />

recuperación <strong>de</strong> fauna marina, junto al mar, con tanques y piscinas <strong>de</strong> gran tamaño y circuito <strong>de</strong> agua<br />

marina (Fig. 31); la facultad <strong>de</strong> Veterinaria <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>Las</strong> Palmas <strong>de</strong> Gran Canaria (ULPGC)<br />

en don<strong>de</strong> se realizan las necropsias <strong>de</strong> los animales fallecidos en el centro o ingresados muertos,<br />

incluyendo aquellos <strong>de</strong> gran tamaño; Guardia Civil, Cuerpos <strong>de</strong> Policía Local y Nacional o Cruz Roja,<br />

que colaboran en la recogida y traslado <strong>de</strong> animales; etc.<br />

54<br />

Con todo ello, el CRFS <strong>de</strong> Gran Canaria presenta una<br />

excelente red <strong>de</strong> recogida <strong>de</strong> animales y esta equipado<br />

con todas las infra<strong>estruc</strong>turas necesarias para aten<strong>de</strong>r<br />

con gran eficacia a todo tipo <strong>de</strong> animales (quirófano,<br />

aparatos <strong>de</strong> Rayos X, endoscopio, sistema <strong>de</strong> anestesia,<br />

etc.) (Fig. 31), así como tanques <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s dimensiones<br />

(5.000 y 1<strong>0.</strong>000 litros), con circuito abierto <strong>de</strong> agua<br />

marina para la recuperación y cuidados postoperatorios<br />

<strong>de</strong> los animales marinos, como jaulones <strong>de</strong> diversos<br />

tamaños para recuperar aves pequeñas o <strong>de</strong> gran<br />

envergadura. A<strong>de</strong>más, posee un personal altamente<br />

cualificado <strong>de</strong> veterinarios y operarios, con una amplia<br />

experiencia en el trabajo con fauna silvestre (Fig. 31).<br />

Fig. 31. Arriba: Tanques para la recuperación <strong>de</strong> fauna marina en las instalaciones <strong>de</strong>l ICCM. Abajo: Endoscopia<br />

<strong>de</strong> una tortuga marina con ingestión <strong>de</strong> anzuelo <strong>de</strong> palangre y personal <strong>de</strong>l CRFS <strong>de</strong> Gran Canaria: Ana, Paco,<br />

Tony, Ibaia y Maria entre otros.<br />

Alumnos universitarios y voluntarios pasan por el CRFS <strong>de</strong> Gran Canaria para apren<strong>de</strong>r y ayudar en la<br />

recuperación y cuidados <strong>de</strong> los animales rescatados, así como para la realización <strong>de</strong> trabajos,<br />

prácticas o tesis doctorales como la que se expone en este trabajo.<br />

Cualquier animal que ingresa en el CRFS <strong>de</strong> Gran Canaria queda registrado con una ficha individual en<br />

la que se anotan todos los datos referentes a dicho ejemplar: Especie; fecha <strong>de</strong> hallazgo; fecha <strong>de</strong><br />

ingreso en el CRFS <strong>de</strong> Gran Canaria; isla <strong>de</strong> proce<strong>de</strong>ncia; zona don<strong>de</strong> se encontró; datos personales<br />

<strong>de</strong> quién lo encontró; y estado <strong>de</strong>l animal. Posteriormente se revisa exhaustivamente al animal<br />

incluyendo en la ficha datos como su biometría, peso, causa <strong>de</strong> ingreso, tratamientos, operaciones<br />

quirúrgicas, rayos X, análisis <strong>de</strong> sangre y otros, registrando toda la evolución <strong>de</strong>l animal hasta el<br />

momento <strong>de</strong> su liberación o <strong>de</strong> su fallecimiento.<br />

Para la ejecución <strong>de</strong> los muestreos <strong>de</strong> este trabajo, el personal <strong>de</strong>l CRFS contactaba con la doctoranda<br />

en cuanto: ingresaba una tortuga; se recibía el aviso <strong>de</strong>l hallazgo <strong>de</strong> una tortuga en cualquier parte<br />

<strong>de</strong> la isla; o en cuanto cualquier CRFS <strong>de</strong> las otras islas avisaba <strong>de</strong>l envío <strong>de</strong> una tortuga al CRFS <strong>de</strong><br />

Gran Canaria.


2.- POBLACIÓN DE ESTUDIO<br />

MATERIAL Y MÉTODOS<br />

Este estudio se llevó a cabo con tortugas <strong>de</strong> la especie Caretta caretta ingresadas en el CRFS <strong>de</strong>l<br />

Cabildo <strong>de</strong> Gran Canaria durante los años 2002, 2003 y 2004.<br />

A lo largo <strong>de</strong> estos años ingresaron en el CRFS un total <strong>de</strong> 484 tortugas (154, 186 y 144<br />

respectivamente), <strong>de</strong> las que se muestrearon un total <strong>de</strong> 207 tortugas (42,8% <strong>de</strong>l total <strong>de</strong> tortugas<br />

ingresadas en CRFS), <strong>de</strong>scartándose inicialmente todas aquellas que:<br />

• llevaban mas <strong>de</strong> 24 horas fuera <strong>de</strong>l agua.<br />

• llevaban varios días en tanques o piscinas <strong>de</strong> otros CRFS u otras instituciones.<br />

• ingresaban impregnadas <strong>de</strong> aceites o petróleo.<br />

• aquellas que habían sido lavadas previamente (principalmente proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> otras islas)<br />

• aquellas que ingresaban muertas al CRFS, <strong>de</strong>bido a que <strong>de</strong>sconocemos la variación que supone<br />

en el proceso <strong>de</strong> colonización, la <strong>de</strong>riva <strong>de</strong>l animal muerto durante un tiempo in<strong>de</strong>terminado.<br />

• las que tuvieron que ser operadas <strong>de</strong> urgencia <strong>de</strong>bido a la gravedad <strong>de</strong> su estado por lo que no<br />

dio tiempo a la realización <strong>de</strong>l muestreo.<br />

A<strong>de</strong>más, en la revisión posterior <strong>de</strong> las muestras algunas tuvieron que ser eliminadas <strong>de</strong>l estudio por<br />

errores en la i<strong>de</strong>ntificación, conservación y otros. Por consiguiente, para este trabajo se han estudiado<br />

un total <strong>de</strong> 167 tortugas muestreadas y conservadas correctamente (34,5% <strong>de</strong>l total ingresado CRFS).<br />

<strong>Las</strong> tortugas muestreadas no fueron seleccionadas en función <strong>de</strong> una variable <strong>de</strong>terminada, sino<br />

simplemente por los factores logísticos personales en el momento <strong>de</strong>l ingreso <strong>de</strong> cada ejemplar, por lo<br />

que pue<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rarse como un muestreo totalmente aleatorio.<br />

Se analizaron tortugas ingresadas a lo largo <strong>de</strong> los tres años <strong>de</strong> estudio, <strong>de</strong> todas las tallas,<br />

proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> todas las islas <strong>de</strong>l archipiélago y heridas o lesionadas por las principales causas <strong>de</strong><br />

ingreso que se han observado en el CRFS. Por todo ello, consi<strong>de</strong>ramos que el grupo <strong>de</strong> tortugas<br />

muestreado es representativo <strong>de</strong> todas las tortugas ingresadas en el CRFS <strong>de</strong> la isla <strong>de</strong> Gran Canaria.<br />

A continuación se muestran gráficos y tablas que expresan claramente esta representatividad.<br />

En la figura 32 se muestran los porcentajes <strong>de</strong> tortugas que ingresaron en el CRFS <strong>de</strong> Gran Canaria<br />

(barras negras), junto con el porcentaje <strong>de</strong> tortugas que se muestrearon (barras grises) a lo largo <strong>de</strong><br />

los 3 años que duró el estudio.<br />

Para el estudio, se muestrearon tortugas a lo largo <strong>de</strong> todo el año, durante los 3 años <strong>de</strong> estudio, en<br />

proporciones similares al número <strong>de</strong> ingresos mensuales en el CRFS <strong>de</strong> Gran Canaria (Fig. 32.A). En<br />

los meses <strong>de</strong> mayo, junio y julio <strong>de</strong>l año 2003, el muestreo <strong>de</strong> epibiontes fue menor <strong>de</strong>bido a la<br />

llegada <strong>de</strong> un número elevado <strong>de</strong> tortugas proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> la isla <strong>de</strong> Tenerife, lavadas previamente.<br />

La distribución <strong>de</strong> tallas (en LCCmin) <strong>de</strong> las tortugas muestreadas es muy similar a la <strong>de</strong>l total <strong>de</strong><br />

tortugas ingresadas en el CRFS durante los años <strong>de</strong> estudio (Fig. 32.B), con la excepción <strong>de</strong> las<br />

tortugas <strong>de</strong> rango 15-20cm <strong>de</strong> LCCmin (15 tortugas), que no fueron muestreadas porque la mayoría<br />

ingresaron durante los meses <strong>de</strong> mayo, junio y julio <strong>de</strong>l año 2003 y procedían <strong>de</strong> la isla <strong>de</strong> Tenerife,<br />

lavadas previamente.<br />

<strong>Las</strong> tortugas analizadas procedían <strong>de</strong> todas las islas <strong>de</strong>l archipiélago aunque con una predominancia<br />

<strong>de</strong> las tortugas <strong>de</strong> la isla <strong>de</strong> Gran Canaria, al igual que el total <strong>de</strong> tortugas ingresadas en el CRFS (Fig.<br />

32.C). Aunque, hay que tener en cuenta que el muestreo <strong>de</strong> tortugas <strong>de</strong> otras islas fue mas reducido,<br />

<strong>de</strong>bido a la dificultad <strong>de</strong> realizar un muestreo fresco (menos <strong>de</strong> 24 horas) y a que en algunas<br />

ocasiones se lavaban antes <strong>de</strong> ser enviadas a Gran Canaria.<br />

<strong>Las</strong> tortugas muestreadas ingresaron por causas diversas, en proporciones similares a los ingresos <strong>de</strong><br />

tortugas en el CRFS (Fig. 32.D). El muestreo <strong>de</strong> tortugas que ingresaron por causa in<strong>de</strong>terminada fue<br />

muy reducido <strong>de</strong>bido a que la mayoría <strong>de</strong> estas tortugas ingresaron muertas. Los ejemplares que<br />

llegaron impregnados <strong>de</strong> hidrocarburos, como se dijo anteriormente, no fueron muestreados, a<br />

excepción <strong>de</strong> un ejemplar que presentaba hidrocarburos solo en aletas y cabeza.<br />

55


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

56<br />

Fig. 32. Porcentaje <strong>de</strong> tortugas<br />

ingresadas en el CRFS <strong>de</strong> Gran<br />

Canaria y <strong>de</strong> tortugas<br />

muestreadas a lo largo <strong>de</strong> años<br />

2002, 2003 y 2004.<br />

A) Por meses.<br />

B) Por islas.<br />

C) Distribución <strong>de</strong> tallas (LCCmin<br />

en cm).<br />

D) En función <strong>de</strong> la causa <strong>de</strong><br />

su ingreso.


MATERIAL Y MÉTODOS<br />

Los gráficos <strong>de</strong> la figura 32 muestran claramente que las tortugas seleccionadas para este estudio son<br />

una muestra representativa <strong>de</strong>l total <strong>de</strong> tortugas que ingresaron en el CRFS durante los años 2002,<br />

2003 y 2004.<br />

<strong>Las</strong> tortugas ingresadas en los CRFS canarios son ejemplares enfermos o heridos por alguna causa o<br />

razón, a excepción <strong>de</strong> un número reducido <strong>de</strong> tortugas que por error o por <strong>de</strong>sconocimiento son<br />

capturadas en perfectas condiciones (6.2%). Es importante tener en cuenta que no se pue<strong>de</strong> afirmar<br />

que estas tortugas representen con exactitud la agrupación <strong>de</strong> individuos <strong>de</strong> distintas poblaciones <strong>de</strong><br />

tortuga boba que circundan el archipiélago canario, ya que <strong>de</strong>sconocemos si alguna característica o<br />

rasgo <strong>de</strong> comportamiento pue<strong>de</strong> causar que un <strong>de</strong>terminado grupo <strong>de</strong> tortugas enferme o se lesiones<br />

con mayor frecuencia que otros. Otro punto a consi<strong>de</strong>rar <strong>de</strong> cara a esta representatividad, es que no<br />

se tienen datos <strong>de</strong> la <strong>de</strong>nsidad total <strong>de</strong> tortugas que navegan en aguas canarias, y que por lo tanto se<br />

<strong>de</strong>sconoce el porcentaje que representan aquellas que ingresan en los CRFS <strong>de</strong>l archipiélago.<br />

La diversidad <strong>de</strong> causas <strong>de</strong> ingreso, así como la variedad en tallas <strong>de</strong> las tortugas ingresadas, nos<br />

hace suponer que las afecciones se producen mas bien por azar que por causas o características<br />

concretas. Por consiguiente, para este estudio, asumiremos que la población muestreada representa<br />

al total <strong>de</strong> tortugas que circundan las aguas <strong>de</strong>l archipiélago canario, no sin antes presentar esta duda<br />

razonable ante cualquier persona que lea este trabajo.<br />

3.- TOMA DE DATOS<br />

3.1. – BIOMETRÍA TORTUGAS:<br />

Para cada tortuga se tomaron las siguientes medidas biométricas, todas estandarizadas a nivel<br />

internacional:<br />

• LCCmin (CCLmin * ): Longitud Curva mínima <strong>de</strong>l caparazón. Distancia comprendida entre la parte<br />

central <strong>de</strong>l bor<strong>de</strong> <strong>de</strong> la escama nucal y la hendidura entre las placas supracaudales medida con<br />

una cinta métrica flexible ajustada a la curvatura <strong>de</strong>l caparazón.<br />

• LRCmin (SCLmin * ): Longitud Recta mínima <strong>de</strong>l caparazón. Distancia comprendida entre la parte<br />

central <strong>de</strong>l bor<strong>de</strong> <strong>de</strong> la escama nucal y la hendidura entre las placas supracaudales medida con<br />

un calibre o pie <strong>de</strong> rey.<br />

• ACC (CCW * ): Ancho Curvo <strong>de</strong>l Caparazón. Distancia entre las escamas marginales <strong>de</strong> la parte<br />

más ancha <strong>de</strong>l caparazón medida con un cinta métrica flexible, ajustada a la curvatura <strong>de</strong>l<br />

caparazón.<br />

• ARC (SCW * ): Ancho Recto <strong>de</strong>l Caparazón. Distancia entre las escamas marginales <strong>de</strong> la parte más<br />

ancha <strong>de</strong>l caparazón medida con un calibre o pie <strong>de</strong> rey.<br />

• PESO (W*): Peso en kilogramos <strong>de</strong>l animal.<br />

En este estudio se ha tomado como referencia <strong>de</strong>l tamaño <strong>de</strong> las tortugas muestreadas el largo curvo<br />

mínimo <strong>de</strong>l caparazón (LCCmin), ya que, como se trata <strong>de</strong> animales heridos o enfermos, el peso es<br />

extremadamente variable para tomarlo como referencia. En cambio, la talla <strong>de</strong>l caparazón presenta<br />

valores que representan mejor a cada individuo.<br />

* Siglas en inglés<br />

57


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

58<br />

a)<br />

a)<br />

b) c)<br />

d)<br />

Fig. 33: Medidas biométricas estándar tomadas a las tortugas <strong>de</strong>l estudio. a) esquema <strong>de</strong> las medidas principales;<br />

b) Toma <strong>de</strong>l LRCmin; c) Toma <strong>de</strong>l LCCmin; d) Toma <strong>de</strong>l ARC; e) Toma <strong>de</strong>l ACC.<br />

1) 2)<br />

3)<br />

4)<br />

7)<br />

5) 6)<br />

8)<br />

Fig 34. Protocolo <strong>de</strong> muestreo <strong>de</strong> epibiontes. 1.-2. Exploración visual externa; 3. Raspado <strong>de</strong>l caparazón<br />

(línea amarilla discontinua marca la dirección <strong>de</strong>l raspado). 4. Recogida <strong>de</strong> muestra. 5.-6. Conservación <strong>de</strong> la<br />

muestra. 7. Etiquetado o i<strong>de</strong>ntificación. 8. Muestra dispuesta para revisión, clasificación e i<strong>de</strong>ntificación <strong>de</strong><br />

especies bajo lupa binocular.<br />

e)


3.2.- PROTOCOLO DE MUESTREO DE EPIBIONTES<br />

MATERIAL Y MÉTODOS<br />

Para el muestreo <strong>de</strong> epibiontes se llevo a cabo un protocolo que se repitió en la medida <strong>de</strong> lo posible<br />

<strong>de</strong> forma idéntica en cada uno <strong>de</strong> los ejemplares muestreados.<br />

El protocolo fue el siguiente:<br />

Paso 1: Exploración visual externa: Observación minuciosa <strong>de</strong> las principales características <strong>de</strong> la<br />

colonización anotando el tipo <strong>de</strong> distribución, la <strong>de</strong>nsidad, disposición <strong>de</strong> organismos en áreas<br />

blandas <strong>de</strong>l animal o externas al caparazón, y curiosida<strong>de</strong>s o datos especiales observados.<br />

Paso 2: Toma <strong>de</strong> Fotografías: Con una cámara digital Fujifilm FinePix A203. Se tomó una fotografía<br />

aérea <strong>de</strong> la parte dorsal <strong>de</strong> cada individuo, fotografías <strong>de</strong> <strong>de</strong>talles concretos <strong>de</strong> la colonización, y<br />

<strong>de</strong> zonas externas al caparazón como plastrón y aletas (dorsal y ventral).<br />

Paso 3: Raspado <strong>de</strong>l Caparazón: con una cuchilla <strong>de</strong> bisturí usada (para no dañar al animal),<br />

dispuesta perpendicularmente al caparazón. Se llevan a cabo <strong>de</strong> 15-20 raspados <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la escama<br />

nucal hasta las escamas supracaudales realizando líneas paralelas a la dorsal <strong>de</strong>l animal a lo largo<br />

<strong>de</strong> todo el caparazón, pasando sobre las escamas dorsales, costales y marginales para muestrear<br />

toda la extensión <strong>de</strong>l caparazón. El bote <strong>de</strong> muestras se coloca bajo las escamas supracaudales y<br />

recoge la masa <strong>de</strong> epibiontes que se arrastra en cada raspado.<br />

Paso 4: Recogida manual en zonas blandas: con unas pinzas se van recogiendo grupos <strong>de</strong><br />

epibiontes dispuestos en las zonas blandas <strong>de</strong>l animal, como aletas, cuello y cola.<br />

Nota: Es muy importante revisar la región entre la cola y las aletas traseras ya que el Crustáceo<br />

Planes minutus se escon<strong>de</strong> habitualmente en esa zona; incluso, revisar el recipiente en el que se<br />

trajo a la tortuga, ya que los epibiontes móviles pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>rse <strong>de</strong> la tortuga y quedar en el.<br />

Paso 5: Conservación <strong>de</strong> las muestras: <strong>de</strong>bido a la presencia <strong>de</strong> flora marina, las muestras se<br />

conservaron en Agua <strong>de</strong> mar con Formol al 4%. (Una vez llevada a cabo la revisión <strong>de</strong> cada<br />

muestra, la fauna se separa conservándola en alcohol 96%). Los ejemplares <strong>de</strong> fauna <strong>de</strong> mayor<br />

tamaño se introdujeron en botes individuales en el momento <strong>de</strong>l muestreo y se conservaron<br />

directamente en alcohol 96%.<br />

Paso 6: Marcaje y etiquetado <strong>de</strong> las muestras: Cada muestra fue etiquetada con el número<br />

i<strong>de</strong>ntificativo <strong>de</strong>l individuo (dispuesto a su ingreso en el CRFS) y el año <strong>de</strong> ingreso <strong>de</strong> la tortuga en<br />

el CRFS y por lo tanto, <strong>de</strong>l muestreo.<br />

Nº i<strong>de</strong>ntificativo <strong>de</strong> la tortuga<br />

24 / 03 Año <strong>de</strong> ingreso / muestreo<br />

Paso 7: Clasificación <strong>de</strong> las especies encontradas: Bajo Lupa Binocular Olympus SZ-PT se llevó a<br />

cabo la i<strong>de</strong>ntificación y clasificación <strong>de</strong> los principales grupos taxonómicos encontrados <strong>de</strong> tallas<br />

superiores a 1mm, así como su conteo, toma <strong>de</strong> datos biométricos e i<strong>de</strong>ntificación <strong>de</strong>l estadio<br />

reproductor.<br />

Nota: Se estableció 1mm como talla mínima <strong>de</strong>bido a la dificultad que supone localizar y separar<br />

aquellos ejemplares <strong>de</strong> tallas inferiores, sobretodo cuando existe una elevada <strong>de</strong>nsidad <strong>de</strong> algas,<br />

por lo que muchos <strong>de</strong> ellos pue<strong>de</strong>n pasar <strong>de</strong>sapercibidos alterando fuertemente su estudio.<br />

A<strong>de</strong>más, la i<strong>de</strong>ntificación taxonómica <strong>de</strong> estos grupos suele ser bastante compleja.<br />

Paso 8: Determinación taxonómica: Con claves taxonómicas <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> los principales grupos<br />

encontrados se llevo a cabo la i<strong>de</strong>ntificación taxonómica <strong>de</strong> los ejemplares, hasta el nivel mas<br />

preciso posible. Gracias a la cámara digital NIKON DS-5M dispuesta en la lupa binocular se<br />

realizaron fotografías <strong>de</strong> las principales especies es sus distintas fases <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo. Algunos<br />

taxones no pudieron ser i<strong>de</strong>ntificados <strong>de</strong>bido a que se localizaron solo fragmentos o estadios no<br />

reproductivos que impi<strong>de</strong>n su i<strong>de</strong>ntificación.<br />

59


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

4.- ESPECIFICACIONES SOBRE VARIABLES Y ANÁLISIS<br />

TALLAS Y ESTADIOS DEL CICLO DE VIDA DE LAS TORTUGAS:<br />

Para po<strong>de</strong>r analizar las posibles diferencias en la epibiosis <strong>de</strong> las tortugas en función <strong>de</strong> su talla, se<br />

estudió la distribución <strong>de</strong> tallas <strong>de</strong> las tortugas muestreadas (N=140), con una LCCmin media =<br />

42.11cm; <strong>de</strong>sviación típica = 12.25cm; talla mínima = 22.0cm; y talla máxima = 81.0cm; rango = 59.<br />

Teniendo en cuenta que las tortugas <strong>de</strong> mayor talla (LCCmin >65cm), se presentaron en frecuencias<br />

bastantes mas bajas que el resto, se estableció un único intervalo para aquellas <strong>de</strong> tallas superiores a<br />

65cm, y 9 intervalos mas <strong>de</strong> 5cm <strong>de</strong> amplitud, estableciéndose un total <strong>de</strong> 10 intervalos (Fig. 37).<br />

Posteriormente y siguiendo los criterios establecidos para el ciclo <strong>de</strong> vida <strong>de</strong> la tortuga boba<br />

(Introducción pag. 30-31) se agruparon los intervalos <strong>de</strong> talla <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los diferentes estadios para la<br />

especie. El rango <strong>de</strong> datos <strong>de</strong> las tortugas muestreadas para este estudio compren<strong>de</strong>n las siguientes<br />

fases: Fase Juvenil Oceánica, Fase Juvenil Transitoria y Fase Subadulta Nerítica.<br />

A<strong>de</strong>más, teniendo en cuenta que la capacidad <strong>de</strong> las tortugas para nadar en contra <strong>de</strong> las corrientes<br />

locales dominantes <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> su talla (Revelles et al., 2007; Monzón, 2010), se diferenciaron dos<br />

grupos <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la Fase Juvenil oceánica, separados por la talla <strong>de</strong> 32cm <strong>de</strong> LRCmin establecido por<br />

Monzón (2010) para las tortugas <strong>de</strong> Canarias. Según la recta <strong>de</strong> regresión <strong>de</strong> las medidas <strong>de</strong> LRCmin /<br />

LCCmin <strong>de</strong> todas las tortugas ingresadas en el CRFS <strong>de</strong> Gran Canaria <strong>de</strong> 1998 a 2004 (LRCmin= <strong>0.</strong>9168<br />

LCCmin – <strong>0.</strong>9259) el valor dado por Monzón (2010), 32cm LRCmin, se correspon<strong>de</strong> con 35.91cm <strong>de</strong><br />

LCCmin para las tortugas <strong>de</strong> Canarias, por lo que las Fase Juvenil oceánica se dividió en dos grupos:<br />

Juvenil oceánica pasiva, aquellas tortugas que no son capaces <strong>de</strong> nadar en contra <strong>de</strong> las corrientes<br />

dominantes y que presentan tallas <strong>de</strong> LCCmin menor <strong>de</strong> 35cm; y la Fase Juvenil oceánica activa, con<br />

tortugas capaces <strong>de</strong> dirigir activamente sus movimientos y que superan los 35cm <strong>de</strong> LCCmin.<br />

CAUSAS DE INGRESO:<br />

La gran mayoría <strong>de</strong> las causas <strong>de</strong> ingreso son <strong>de</strong>bidas a factores antropológicos, a excepción <strong>de</strong> las<br />

tortugas que sufrieron ataques <strong>de</strong> tiburón o enfermeda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> distintos tipos.<br />

Esta variable no se incluyó en el análisis <strong>de</strong> los datos, <strong>de</strong>bido a que su efecto sobre la epibiosis es<br />

extremadamente heterogéneo, pues presenta una gran <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia con el tiempo transcurrido <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

el momento en el que se produjo la lesión hasta que la tortuga fue rescatada. No obstante, el tipo <strong>de</strong><br />

lesión sirvió para <strong>de</strong>finir la gravedad <strong>de</strong> las lesiones, que se <strong>de</strong>scribe a continuación.<br />

<strong>Las</strong> principales causas <strong>de</strong> ingreso <strong>de</strong> las tortugas al CRFS se clasificaron en 9 casos principales:<br />

1. Anzuelo: todas aquellas tortugas que han ingerido un anzuelo y permanece todavía en el interior<br />

<strong>de</strong>l animal; 2. Ataque <strong>de</strong> tiburón: tortugas que han sufrido el ataque <strong>de</strong> un tiburón dañando su<br />

caparazón. La mayoría presentan fracturas en uno o varios escudos <strong>de</strong>l caparazón con heridas<br />

profundas causadas por los dientes <strong>de</strong>l <strong>de</strong>predador. Es una <strong>de</strong> las pocas causas no <strong>de</strong>bidas al<br />

hombre; 3. Enfermedad: tortugas con síntomas <strong>de</strong> infecciones bacterianas o víricas internas,<br />

problemas <strong>de</strong> flotabilidad y casos <strong>de</strong> <strong>de</strong>snutrición. Se consi<strong>de</strong>rada como una <strong>de</strong> las pocas causas<br />

60<br />

Intervalo<br />

Marca <strong>de</strong><br />

clase<br />

N<br />

< 25cm 22,5 15<br />

25-30cm 27,5 14<br />

30-35cm 32,5 18<br />

35-40cm 37,5 16<br />

40-45cm 42,5 22<br />

45-50cm 47,5 17<br />

50-55cm 52,5 24<br />

55-60cm 57,5 8<br />

60-65cm 62,5 5<br />

>65cm 67,5 4<br />

Fase <strong>de</strong>l ciclo <strong>de</strong><br />

vida<br />

Fase Juvenil Oceánica<br />

(pasiva)<br />

(N= 47)<br />

Fase Juvenil Oceánica<br />

(activa)<br />

(N= 55)<br />

Fase Juvenil Transitoria<br />

(N= 32)<br />

Fase subadulta Nerítica<br />

(N= 9)<br />

Fig. 37. Distribución <strong>de</strong> tallas <strong>de</strong><br />

las tortugas muestreadas y su<br />

correspon<strong>de</strong>ncia con las distintas<br />

fases <strong>de</strong>l ciclo <strong>de</strong> vida.


MATERIAL Y MÉTODOS<br />

naturales; 4. Enmallamiento: tortugas que presentan amputación <strong>de</strong> aletas o fuertes cortes en aletas<br />

y cuello causadas por re<strong>de</strong>s, cuerdas y plásticos que han quedado enredados en sus extremida<strong>de</strong>s.<br />

Estos objetos causan lesiones graves con cortes profundos que pue<strong>de</strong>n llegar a romper el hueso, y en<br />

ocasiones el peso <strong>de</strong> la red y lo que transporta provocan erosiones fuertes <strong>de</strong> caparazón y cabeza; 5.<br />

Hidrocarburos: tortugas manchadas <strong>de</strong> aceites, petróleo y cualquier <strong>de</strong>rivado hidrocarburo que<br />

provoca inactividad, hipotermia e intoxicación <strong>de</strong>bida a la ingestión <strong>de</strong> estos contaminantes. La<br />

mayoría también lo ingieren y es necesario realizar lavados con carbono activo. Hay solo una tortuga<br />

muestreada con esta causa <strong>de</strong> ingreso <strong>de</strong>bido a que las <strong>de</strong>más estaban totalmente impregnadas en<br />

petróleo, lo que altera completamente la colonización <strong>de</strong> epibiontes; 6. Traumatismo: Tortugas que<br />

han recibido fuertes golpes <strong>de</strong> embarcaciones fracturando su caparazón, machetazos en aletas,<br />

cabeza y caparazón, o que ingresan con fracturas <strong>de</strong> huesos <strong>de</strong> la cabeza y caparazón por causas<br />

in<strong>de</strong>terminadas; 7. Sana: aquellas tortugas que fueron remitidas al CRFS pero que se encontraban en<br />

perfectas condiciones <strong>de</strong> salud. El <strong>de</strong>sconocimiento <strong>de</strong>l comportamiento <strong>de</strong> esta especie provoca que<br />

en muchas ocasiones el basking <strong>de</strong> la tortuga boba sea malinterpretado por los ciudadanos, que<br />

piensan que la tortuga esta moribunda en lugar <strong>de</strong> captando calor tranquilamente; 8. Otros: tortugas<br />

que presentaron heridas punzantes (generalmente producidos por cuchillos o arpones)<br />

<strong>de</strong>formaciones, perdida <strong>de</strong> ojos o ceguera por causas in<strong>de</strong>terminadas, y la ingestión <strong>de</strong> plásticos,<br />

cuerdas, rafia, nylon y otros; 9. In<strong>de</strong>terminada: tortugas cuya causa <strong>de</strong> ingreso es <strong>de</strong>sconocida.<br />

LOCALIZACIÓN GEOGRÁFICA EN CADA ISLA (ZONA):<br />

Fig. 35. Distribución cardinal <strong>de</strong> los distintos<br />

municipios <strong>de</strong>l archipiélago Canario. Azul = norte;<br />

Amarillo = este; Rojo = sur; Ver<strong>de</strong> = oeste.<br />

Fig 36. Fotos <strong>de</strong> tortugas ingresadas en el<br />

CRFS por distintas causas. Arriba: Radiografía<br />

<strong>de</strong> Rayos X <strong>de</strong> una tortuga con anzuelo en el<br />

esófago y tortuga enmallada en cuerdas y<br />

rafia. Abajo: Tortuga petroleada (izquierda);<br />

con ingestión <strong>de</strong> un cordón <strong>de</strong> zapato<br />

(centro), y <strong>de</strong>formación congénita (<strong>de</strong>recha).<br />

(Fotos Pascual Calabuig).<br />

Para po<strong>de</strong>r estudiar como afecta a la epibiosis la<br />

posición geográfica <strong>de</strong> cada tortuga en el<br />

momento <strong>de</strong> su localización en las distintas<br />

regiones <strong>de</strong> las islas <strong>de</strong>l archipiélago, se<br />

agruparon los municipios <strong>de</strong> cada isla en función<br />

<strong>de</strong> su localización geográfica con respecto a los<br />

puntos cardinales.<br />

En el mapa <strong>de</strong> la Figura 35 se muestran los<br />

distintos municipios <strong>de</strong> cada una <strong>de</strong> las islas y su<br />

localización geográfica con respecto a los puntos<br />

cardinales como se consi<strong>de</strong>raron para este<br />

estudio.<br />

61


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

GRAVEDAD DE LA LESIÓN<br />

Al tratarse <strong>de</strong> animales principalmente heridos o enfermos, la actividad <strong>de</strong>l animal se ve alterada en<br />

función <strong>de</strong> las lesiones que presenta. Por ello, y teniendo en cuenta que el grado <strong>de</strong> inactividad <strong>de</strong> la<br />

tortuga pue<strong>de</strong> alterar el proceso y <strong>estruc</strong>tura <strong>de</strong> la colonización por epibiontes, se han establecido<br />

unos niveles <strong>de</strong> gravedad para cada tortuga (directamente relacionados al grado <strong>de</strong> inactividad y en<br />

tiempo que lleva herida, lesionada o enferma), en función <strong>de</strong>l tipo <strong>de</strong> lesión, <strong>de</strong>l estado físico <strong>de</strong>l<br />

animal al llegar al centro y <strong>de</strong> la duración <strong>de</strong> su recuperación.<br />

Estos niveles <strong>de</strong> gravedad son:<br />

62<br />

SANA: a) Tortugas que ingresaron en perfectas condiciones física y fisiológicas; b) Animales que<br />

se recuperaron en menos <strong>de</strong> 6 días.<br />

LEVE: Tortugas que se recuperaron en un tiempo relativamente corto, <strong>de</strong> 7 a 29 días.<br />

MODERADA: Animales que tardaron entre 30 y 59 días en recuperarse <strong>de</strong> su lesión.<br />

GRAVE: a) Tortugas que murieron en el CRFS en un tiempo superior a 7 días <strong>de</strong> su ingreso en el<br />

centro. b) Animales que necesitaron entre 60 y 120 días para su recuperación.<br />

MUY GRAVE: a) Animales que tuvieron que ser sacrificados a su llegada al CRFS por la gravedad<br />

<strong>de</strong> sus lesiones. b) Tortugas que murieron en el CRFS en un tiempo inferior a 7 días <strong>de</strong> su<br />

ingreso en el centro. c) Ejemplares que tardaron mas <strong>de</strong> 120 días en recuperarse.<br />

ESPECIFICACIONES DE LOS EPIBIONTES<br />

CANTIDAD/ABUNDANCIA DE EPIBIONTES: Para obtener el dato <strong>de</strong> cantidad/abundancia <strong>de</strong> cada<br />

especie para cada tortuga se llevo a cabo <strong>de</strong>l conteo <strong>de</strong> los individuos bajo lupa binocular, una vez<br />

separados <strong>de</strong> la muestra global, y se clasificaron en 6 intervalos: <strong>de</strong> 0 a 10 indiv./tortuga; <strong>de</strong> 11 a 20<br />

indiv./tortuga; <strong>de</strong> 21 a 30 indiv./tortuga; <strong>de</strong> 31 a 50 indiv./tortuga; <strong>de</strong> 51 a 100 indiv./tortuga; y mas<br />

<strong>de</strong> 100 indiv./tortuga. Para las especies <strong>de</strong> mayor tamaño, y por lo tanto menos abundantes, se<br />

dispuso el número total <strong>de</strong> ejemplares por tortuga; y para las especies no cuantificables, como algas y<br />

cnidarios, se dispuso el siguiente criterio: Muy poco; Poco; Cantidad media; Abundante; Muy<br />

abundante; o Cantidad excesiva.<br />

TAMAÑO DE LOS EPIBIONTES: Para el análisis <strong>de</strong> los datos <strong>de</strong> talla <strong>de</strong> los individuos observados se<br />

establecieron rangos <strong>de</strong> talla en función <strong>de</strong> la tallas citadas en la bibliografía para cada especie.<br />

Cuando en una misma tortuga se encontraron tallas diversas <strong>de</strong> una misma especie se utilizó como<br />

referencia la talla media observada.<br />

ESTADIOS DE LOS EPIBIONTES: Los distintos estadios <strong>de</strong> cada especies se establecieron en función<br />

<strong>de</strong> las tallas <strong>de</strong>scritas en la bibliografía y <strong>de</strong>l tamaño mínimo observado <strong>de</strong> ejemplares reproductores.<br />

ANALISIS DE LOS DATOS<br />

Para el análisis <strong>de</strong> los principales grupos taxonómicos localizados y cada una <strong>de</strong> las especies<br />

observadas, se llevaron a cabo estudios <strong>de</strong> presencia/ausencia <strong>de</strong> cada una <strong>de</strong> las especies para cada<br />

tortuga muestreada, estableciendo la frecuencia <strong>de</strong> cada especie para las distintas variables <strong>de</strong><br />

estudio (diagramas <strong>de</strong> frecuencias). <strong>Las</strong> variables <strong>de</strong> estudio fueron: Año, Mes (y estacionalidad), Isla,<br />

Zona (punto cardinal en don<strong>de</strong> se localizó la tortuga), Talla (LCCmin en cm) (y estadio <strong>de</strong>l ciclo <strong>de</strong> vida<br />

<strong>de</strong> las tortugas muestreadas), y Gravedad <strong>de</strong> las lesiones.<br />

La elevada complejidad <strong>de</strong> este estudio <strong>de</strong>bido al gran número <strong>de</strong> variables que afectan a la<br />

colonización <strong>de</strong> epibiontes, a que <strong>de</strong>sconocemos completamente las condiciones a las que estaban<br />

sometidas dichas especies antes <strong>de</strong>l muestreo, y a que las principales diferencias se localizaron en<br />

grupos <strong>de</strong> tortugas <strong>de</strong> números significativamente bajos, ha impedido la realización <strong>de</strong> estudios<br />

estadísticos robustos.


Navega, velero mío<br />

sin temor,<br />

que ni enemigo navío<br />

ni tormenta, ni bonanza<br />

tu rumbo a torcer alcanza,<br />

ni a sujetar tu valor.<br />

J. Espronceda (fragmento)


C a p í t u l o 1 :<br />

F L O R A E P I B I O N T E<br />

D E T O R T U G A B O B A D E C A N A R I A S


1. – INTRODUCCIÓN<br />

CAPÍTULO 1: FLORA.<br />

<strong>Las</strong> distintas especies y grupos <strong>de</strong> algas se distribuyen por los mares y océanos en función <strong>de</strong> las<br />

variables ambientales, según sus características específicas.<br />

El fitoplancton marino se localiza en mayores <strong>de</strong>nsida<strong>de</strong>s en la capa iluminada <strong>de</strong> la columna <strong>de</strong> agua,<br />

disminuyendo fuertemente por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> los 100m. A<strong>de</strong>más, las mayores <strong>de</strong>nsida<strong>de</strong>s se dan en los<br />

mares fríos y en las zonas <strong>de</strong> corrientes marinas frías, <strong>de</strong>bido a una mayor riqueza en compuestos <strong>de</strong><br />

nitrógeno y fósforo, y a una mejor mezcla <strong>de</strong> las capas <strong>de</strong> agua en estos mares que en los tropicales.<br />

El bentos vegetal marino consta <strong>de</strong> fanerógamas y <strong>de</strong> algas, principalmente feofitas y rodófitas. La<br />

mayoría están fijadas a sustratos sólidos mediante discos o filamentos especializados en la adhesión,<br />

mientras que el sustrato móvil, fango o arena, solo es colonizado por unos pocos géneros como<br />

Caulerpa. <strong>Las</strong> distintas especies se localizan <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las zonas <strong>de</strong> salpicaduras <strong>de</strong> las costas hasta las<br />

profundida<strong>de</strong>s en las que se pue<strong>de</strong> realizar la fotosíntesis (180m).<br />

En los mares tropicales la vegetación algal no alcanza tanta exuberancia como en las zonas templadas<br />

o frías, siendo las rodofíceas las mejor representadas, junto con algunas familias <strong>de</strong> clorofíceas <strong>de</strong>l<br />

or<strong>de</strong>n sifonales que requieren aguas <strong>de</strong> temperaturas elevadas (Caulerpaceas, Dasicladaceas,<br />

Codiaceas, Valoniaceas, etc). La vegetación <strong>de</strong> los arrecifes coralinos es la mas rica y variada <strong>de</strong> las<br />

aguas tropicales y participan en mayor proporción que los propios corales en la formación <strong>de</strong> caliza. El<br />

bentos <strong>de</strong> los mares templado-cálidos, como el Mediterráneo, está formado principalmente <strong>de</strong><br />

rodofíceas, <strong>de</strong> pequeñas feofíceas y <strong>de</strong> un pequeño grupo <strong>de</strong> clorofíceas, generalmente <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n<br />

sifonales, comunes <strong>de</strong> aguas tropicales. En estas aguas, las diferencias en la intensidad <strong>de</strong> la luz<br />

según la época <strong>de</strong>l año <strong>de</strong>terminan un período principal <strong>de</strong> vegetación en la superficie <strong>de</strong>l agua en<br />

primavera y en zonas mas profundas en verano y otoño.<br />

Los mares templado-fríos, como el Mar <strong>de</strong>l Norte, están dominados por las feofíceas tanto en masa<br />

como en talla. Un gran número <strong>de</strong> especies reflejan una estacionalidad muy clara, como por ejemplo<br />

Desmarestia perdiendo sus pelos asimiladores en otoño; Delesseria que pier<strong>de</strong> las <strong>de</strong>licadas láminas<br />

talinas quedando solo las costillas durante el invierno; o las gran<strong>de</strong>s laminarias que renuevan cada<br />

año sus filoi<strong>de</strong>s. En estos mares se produce una acusada zonación vertical <strong>de</strong> la vegetación en<br />

relación con la gran variabilidad <strong>de</strong> las mareas. Un fenómeno único <strong>de</strong> las aguas templadas es el Mar<br />

<strong>de</strong> los Sargazos don<strong>de</strong> las feofíceas <strong>de</strong>l género Sargassum forman una vegetación <strong>de</strong>nsa que flota a la<br />

<strong>de</strong>riva.<br />

Los mares fríos son mucho mas pobres en especies, pero en ellos las feofíceas alcanzan los mayores<br />

tamaños, siendo un buen ejemplo <strong>de</strong> ello los inmensos bosques <strong>de</strong> Macrocystis, Lessonia y<br />

Nereocystis.<br />

La flora marina <strong>de</strong>l archipiélago Canario está constituida por más <strong>de</strong> seiscientas especies <strong>de</strong><br />

macroalgas, una veintena <strong>de</strong> hongos y tres fanerógamas marinas. Des<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista<br />

biogeográfico, las especies <strong>de</strong> algas canarias muestran rangos <strong>de</strong> distribución muy variados, aunque<br />

es característico el elevado porcentaje <strong>de</strong> algas rojas, propio <strong>de</strong> la flora marina subtropical (Afonso -<br />

Carrillo & Sansón, 1999). Estas islas presentan una gran similitud florística con los archipiélagos <strong>de</strong><br />

Ma<strong>de</strong>ira y Salvajes (Prud’homme van Reine & Hoek, 1990); afinida<strong>de</strong>s con el Mediterráneo occi<strong>de</strong>ntal,<br />

el Caribe y las costas atlánticas europeas (Gil-Rodríguez y Haroum, 1992); y diferencias significativas<br />

con la costa africana (Afonso-Carrillo & Gil-Rodríguez, 1982). Por lo cual se caracteriza por la<br />

coexistencia <strong>de</strong>: especies subtropicales con distribución anfiatlántica, especies mediterráneas y<br />

especies noratlánticas cuyos límites meridionales <strong>de</strong> distribución son las islas Canarias (Afonso-Carrillo<br />

& Sansón, 1999). El componente endémico <strong>de</strong> esta región es bastante reducido, consi<strong>de</strong>rándose tan<br />

sólo 17 especies (el 2,6% <strong>de</strong>l total <strong>de</strong> la flora marina canaria) (Afonso-Carrillo & Sansón, 1999).<br />

La proporción entre algas rojas y algas pardas (índice R/P, Feldmann, 1937a,b) para las islas <strong>de</strong>l<br />

archipiélago muestra un gradiente ascen<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las islas orientales hacia las mas oceánicas, con<br />

valores mas elevados en La Palma y el Hierro, mostrando floras marinas <strong>de</strong> afinida<strong>de</strong>s mas cálidas<br />

que el resto <strong>de</strong> las islas. Estos valores coinci<strong>de</strong>n con el gradiente térmico <strong>de</strong>scrito para las aguas<br />

67


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

superficiales <strong>de</strong> Canarias (Braun & Molina, 1988), no obstante, aunque las islas orientales están<br />

bañadas por aguas mas frías, presentan <strong>de</strong>nsas poblaciones <strong>de</strong> elementos tropicales y subtropicales<br />

en sus fondos someros, bien iluminados y poco expuestos al oleaje, mientras que el carácter abrupto<br />

y más expuesto <strong>de</strong> las costas <strong>de</strong> las islas occi<strong>de</strong>ntales justifica la menor abundancia <strong>de</strong> estos<br />

elementos (Sangil et al., 2003).<br />

Los estudios <strong>de</strong> flora epibionte en tortugas marinas realizados hasta la fecha presentan bastantes<br />

carencias. Dodd (1988) fue el primero en citar cinco especies <strong>de</strong> algas epibiontes en el caparazón <strong>de</strong><br />

Caretta caretta , aunque solo las <strong>de</strong>finió como algas ver<strong>de</strong>s o rojas, sin llegar a i<strong>de</strong>ntificarlas hasta<br />

género o especie. Frazier et al. (1985) mencionaron la presencia <strong>de</strong> cuatro especies <strong>de</strong> algas al<br />

estudiar los moluscos epibiontes <strong>de</strong> la población <strong>de</strong> Caretta caretta al este <strong>de</strong>l Mediterráneo. Caine<br />

(1986) y Frick et al. (1998) i<strong>de</strong>ntificaron siete especies <strong>de</strong> algas viviendo sobre los caparazones <strong>de</strong><br />

Caretta caretta nidificantes en la costa este <strong>de</strong> EE.UU., a lo que en el año 2000, Frick et al. añadieron<br />

siete nuevas especies mas.<br />

Uno <strong>de</strong> los estudios mas <strong>de</strong>tallados sobre la flora epibionte en tortuga boba fue el llevado a cabo por<br />

Senties et al. (1999) en la población nidificante <strong>de</strong> tortuga boba <strong>de</strong>l Caribe Mexicano y en el que<br />

citaron 37 especies <strong>de</strong> algas epibiontes. Este trabajo <strong>de</strong>talla que las algas dominantes son aquellas <strong>de</strong><br />

forma pequeña y filamentosa, consi<strong>de</strong>rándolas como colonizadores primarios; que las algas rodófitas<br />

<strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n Ceramiales fueron las mas abundantes con 17 especies, <strong>de</strong> las que cinco eran <strong>de</strong>l género<br />

Polysiphonia; y que el 94% <strong>de</strong> las algas epibiontes encontradas eran especies ya observadas en la<br />

región <strong>de</strong>l Caribe, a excepción <strong>de</strong> Polysiphonia carettia, que es un alga específica <strong>de</strong> Caretta caretta,<br />

ya que solo se ha observado habitando los caparazones <strong>de</strong> esta especie.<br />

En resumen, hasta la fecha se han citado 50 especies <strong>de</strong> algas epibiontes en la poblaciones <strong>de</strong> tortuga<br />

boba <strong>de</strong>l Atlántico, Mediterráneo y Caribe. El número <strong>de</strong> especies observado es mayor en tortugas<br />

adultas nidificantes que en juveniles y existe, para ambas fases, una clara dominancia <strong>de</strong> las algas<br />

rojas con 29 especies distintas (58%), <strong>de</strong> las cuales siete son <strong>de</strong>l género Polysiphonia. <strong>Las</strong> algas<br />

pardas son las menos representadas, con solo 8 especies (16%), tres <strong>de</strong> ellas <strong>de</strong>l género Ectocarpus.<br />

<strong>Las</strong> algas ver<strong>de</strong>s se sitúan entre las dos anteriores con 13 especies (26%), <strong>de</strong> las que tres son <strong>de</strong>l<br />

género Enteromorpha y otras tres <strong>de</strong>l género Cladophora.<br />

Polysiphonia carettia es el alga mas citada como epibionte <strong>de</strong> Caretta caretta <strong>de</strong>bido a su<br />

especificidad (Hollenberg, 1971; Caine, 1986; Rojas-González et al., 1994; Frick et al, 2000, 2003;<br />

Senties et al, 1999, entre otros). Incluso, algunos autores como Báez et al. (2001), sugirieron que<br />

esta especie pue<strong>de</strong> ser un indicador biogeográfico <strong>de</strong> las poblaciones <strong>de</strong>l Atlántico, ya que la<br />

encontraron en tortugas juveniles que circundan las islas Baleares cuando no había sido citada en las<br />

poblaciones nidificantes <strong>de</strong>l Mediterráneo, reafirmando la teoría <strong>de</strong> entrada <strong>de</strong> individuos Atlánticos en<br />

el Mediterráneo a través <strong>de</strong>l Estrecho <strong>de</strong> Gibraltar (Bolten et al., 1998).<br />

68


2. – CARACTERÍSTICAS TAXONÓMICAS<br />

2.1. - DIVISIÓN CHLOROPHYTA<br />

CAPÍTULO 1: FLORA.<br />

Se conocen mas <strong>de</strong> 7000 especies comprendidas en 450 géneros. La mayor parte (90%) viven en el<br />

plancton o en el bentos <strong>de</strong> agua dulce, teniendo escasa importancia en el plancton marino. Algunas<br />

especies pue<strong>de</strong>n vivir fuera <strong>de</strong>l agua, en la superficie o en el interior <strong>de</strong> un suelo húmedo (epífitas<br />

sobre árboles, etc.); Otras resisten incluso una fuete <strong>de</strong>secación y son claramente plantas terrestres;<br />

o incluso, llegan a vivir simbióticamente en líquenes o como endosimbiontes intracelulares <strong>de</strong><br />

animales inferiores. Algunos representantes han llegado hasta a per<strong>de</strong>r los pigmentos asimiladores y<br />

viven como heterótrofos.<br />

Tienen representantes en casi todos los niveles <strong>de</strong> organización, y han alcanzado todos los tipos<br />

morfológicos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> pequeños unicelulares microscópicos, algas filamentosas simples o ramificadas<br />

que a menudo forman <strong>de</strong>nsos fascículos, hasta vegetales <strong>de</strong> constitución mas compleja como talos<br />

parenquimáticos o plectenquimáticos (Ulva o Codium), que externamente tienen cierto parecido con<br />

las plantes superiores por sus talos foliáceos.<br />

Los cloroplastos poseen como pigmentos asimiladores la clorofila a y b, que le dan el color ver<strong>de</strong><br />

puro, y carotina, luteína y otras xantofilas como pigmentos accesorios. Están cubiertos únicamente<br />

por una doble membrana. En el interior <strong>de</strong> los cloroplastos hay tilacoi<strong>de</strong>s que se agrupan en<br />

montones y algunas especies también presentan pirenoi<strong>de</strong>s.<br />

El principal polisacárido <strong>de</strong> reserva es el almidón que se produce en forma <strong>de</strong> gránulos, junto a los<br />

pirenoi<strong>de</strong>s en el interior <strong>de</strong> los cloroplastos.<br />

La pared celular consta <strong>de</strong> fibrillas <strong>de</strong> polisacáridos, principalmente celulosa (también manano y<br />

xilano) que quedan incluidas en una fracción amorfa, a menudo mucilaginosa y <strong>de</strong>nominada pectina.<br />

Poseen reproducción sexual, en el que los gametos son biflagelados, muy semejantes a zoosporas<br />

vegetativas y se forman en gametángios unicelulares. Generalmente el gameto masculino es flagelado<br />

y el femenino pue<strong>de</strong> ser flagelado o ser una ovocélula inmóvil.<br />

El ciclo vital es principalmente sencillo, haplonte, aunque en algunos casos se amplía a una<br />

alternancia <strong>de</strong> generaciones haplodiplonte. Unos pocos representantes han pasado a ser diplontes por<br />

reducción <strong>de</strong>l gametofito.<br />

<strong>Las</strong> algas Chlorophytas se subdivi<strong>de</strong>n en tres clases: Clorofíceas, Zignematofíceas y Carofíceas.<br />

CLASE CLOROPHYCEAE o CLOROFÍCEAS:<br />

<strong>Las</strong> Clorofíceas son algas ver<strong>de</strong>s que se caracterizan por presentar células sexuales flageladas y un<br />

talo no articulado en nudos y entrenudos.<br />

Dentro <strong>de</strong> este grupo se i<strong>de</strong>ntifican 7 ór<strong>de</strong>nes que se diferencian y clasifican en función <strong>de</strong>l nivel <strong>de</strong><br />

organización predominante <strong>de</strong> sus células: Volvocales (unicelulares); Clorococales o Cocales<br />

(unicelulares inmóviles); Quetoforales (filamentos ramificados <strong>de</strong> células uninucleadas); Edogoniales<br />

(con una especialización única en el reino vegetal por su forma <strong>de</strong> división celular); Sifonales<br />

(frecuentes en mares cálidos); Cladoforales y Ulotricales.<br />

Por su interés para este estudio <strong>de</strong>scribiremos con mayor <strong>de</strong>talle los dos últimos ór<strong>de</strong>nes.<br />

ORDEN ULOTRICHALES:<br />

Presenta formas unicelulares que todavía pertenecen al nivel cocal y forman paquetes regulares <strong>de</strong><br />

células, hasta ca<strong>de</strong>nas cohesionadas por vainas <strong>de</strong> gelatina. En general, los talos están compuestos<br />

por filamentos no ramificados que se alargan por división transversal (“difusa”) <strong>de</strong> muchas o <strong>de</strong> todas<br />

las células (nivel <strong>de</strong> organización trical).<br />

69


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

Habitan en el agua dulce, el mar y algunas especies en el suelo terrestre. Los talos <strong>de</strong> los<br />

representantes acuáticos muchas veces están fijos al sustrato.<br />

La reproducción pue<strong>de</strong> ser vegetativa, que se lleva a cabo por zoosporas, o sexual, por unión <strong>de</strong><br />

gametos flagelados o por fecundación <strong>de</strong> ovocélulas femeninas inmóviles. El ciclo vital es a veces<br />

puramente haplonte con alternancia <strong>de</strong> fases nucleares zigóticas y en parte diplohaplonte con<br />

alternancia <strong>de</strong> generaciones heterofásica.<br />

Ejemplos <strong>de</strong> este grupo son: Ulva lactuca que viven en las costas marinas y forma un gran talo<br />

parenquimático, foliáceo, ver<strong>de</strong> y <strong>de</strong> dos capas <strong>de</strong> células; y Enteromorpha, que también es marina y<br />

litoral, aunque <strong>de</strong> vez en cuando aparece en aguas salobres <strong>de</strong>l interior, y posee un talo tubuloso o<br />

con forma <strong>de</strong> cinta aplanada. Ambas especies presentan un esporofito diploi<strong>de</strong> <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una<br />

alternancia <strong>de</strong> generaciones heterofásica isomorfa. Para Ulva, el gametofito y esporofito son iguales<br />

entre sí, con sus talos parenquimáticos foliáceos. Mientras que Enteromorpha presenta anisogamia, y<br />

la diferenciación <strong>de</strong> los sexos en los gametofitos es genotípica. Los talos masculinos producen<br />

pequeños gametos con cloroplastos ver<strong>de</strong>-amarillentos y los femeninos gametos mayores con<br />

cloroplasto ver<strong>de</strong>.<br />

70<br />

ORDEN CLADOPHORALES O CLADOFORALES:<br />

Los representantes <strong>de</strong> este or<strong>de</strong>n presentan un nivel <strong>de</strong> organización sifonocladal. Los talos por lo<br />

común son ramificados en fascículo, multicelulares y cada célula es multinucleada.<br />

Son abundantes tanto en agua dulce como en el mar, generalmente fijados sobre sustratos sólidos<br />

por medio <strong>de</strong> una célula rizoidal y muestran crecimiento apical. <strong>Las</strong> ramificaciones se forman por<br />

evaginación en la célula inicial siempre por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l tabique transversal <strong>de</strong> formación centrípeta.<br />

El cloroplasto parietal está perforado en retículo y contiene pirenoi<strong>de</strong>s con gránulos <strong>de</strong> almidón. La<br />

pared celular consta <strong>de</strong> microfibrillas <strong>de</strong> celulosa y otros polisacáridos que se disponen estratificados<br />

formando ángulos, lo que confiere una gran resistencia a la pared.<br />

<strong>Las</strong> células sexuales (zoosporas e isogametos) se originan en células apenas distinguibles, situadas<br />

comúnmente junto a los extremos <strong>de</strong> las ramas laterales.<br />

Ejemplos <strong>de</strong> este or<strong>de</strong>n son los géneros Cladophora, Cladophoropsis y Rhizoclonium.<br />

2.2. - DIVISIÓN PHAEOPHICEAE<br />

Existen entre 1.500 y 2.000 especies agrupadas <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> 250 géneros, y la mayoría son marinas y<br />

presentan un mayor <strong>de</strong>sarrollo en las zonas templadas y frías <strong>de</strong>l océano. Junto con las Rhodophytas<br />

son las algas mas <strong>de</strong>sarrolladas.<br />

<strong>Las</strong> feofíceas o algas pardas son un grupo muy rico en formas, variando <strong>de</strong>s<strong>de</strong> diminutos filamentos<br />

celulares ramificados, talos pseudoparenquimatosos, hasta plantas <strong>de</strong> varios metros <strong>de</strong> talla con tal<br />

diferenciación <strong>de</strong> órganos y tejidos que en ocasiones nos recuerdan a hojas, tallos y raíces <strong>de</strong> los<br />

cormófitos. No poseen formas unicelulares.<br />

Forman parte <strong>de</strong>l bentos y viven fijas sobre rocas, piedras, ma<strong>de</strong>ras, etc., algunas emergiendo en la<br />

bajamar y otras capaces <strong>de</strong> vivir como epifitas <strong>de</strong> otras algas. Forman una exuberante vegetación en<br />

la zona intermareal <strong>de</strong> las costas rocosas manifestando una zonación <strong>de</strong> especies muy característica.<br />

Una <strong>de</strong> sus formas mas espectaculares son los impresionantes bosques submarinos <strong>de</strong> la costa<br />

Pacífica Americana, formados por Lessonia, Macrocystis y Nereocystis, <strong>de</strong> muchos metros <strong>de</strong> longitud.<br />

<strong>Las</strong> formas diminutas filamentosas o disciformes son menos vistosas, pero están muy difundidas sobre<br />

rocas, caracolas, conchas y epífitas sobre otras algas. Incluso algunas especies han llegado a vivir<br />

endofíticamente en gran<strong>de</strong>s algas.<br />

Los cromatóforos son pardos porque contienen fucoxantina como pigmento accesorio, que enmascara<br />

el color ver<strong>de</strong> <strong>de</strong>l pigmento principal (clorofila).<br />

El polisacárido <strong>de</strong> reserva mas importante es la crisolaminarina, junto con alcohol manita y aceite.


CAPÍTULO 1: FLORA.<br />

La pared celular consta <strong>de</strong> una fracción sólida, compuesta por fibrillas <strong>de</strong> celulosa y alginato, y otra<br />

mucilaginosa compuesta por alginato y fucoidano.<br />

<strong>Las</strong> zoosporas y gametos tienen una forma piriforme o fusiforme, y poseen dos flagelos <strong>de</strong> distinta<br />

longitud, junto a los que se localiza una mancha ocular pardo rojiza situada en el cromatóforo que es<br />

pardo. El flagelo tractor esta dirigido hacia atrás y está hinchado en la base (posiblemente actuando<br />

como fotorreceptor) y el flagelo posterior termina siempre en un fino pelo.<br />

El ciclo vital se realiza con alternancia <strong>de</strong> generaciones heterofásica que pue<strong>de</strong> ser isomorfa,<br />

heteromorfa o extremadamente heteromorfa con atrofia casi completa <strong>de</strong>l gametofito haploi<strong>de</strong>. Por lo<br />

que existe una predominancia <strong>de</strong>l esporofito diploi<strong>de</strong>. <strong>Las</strong> meyosporas se forman siempre en<br />

esporangios uniloculares y los gametos en gametangios pluriloculares.<br />

Esta clase <strong>de</strong> divi<strong>de</strong> en 11 ór<strong>de</strong>nes: O. Chordariales (Chordaria, Leptonema, Elachista epífita sobre<br />

Fucus) con diploidización vegetativa en el gametofito; O. Desmarestiales con unión posterior <strong>de</strong><br />

filamentos en una corteza pseudoparenquimática y alternancia <strong>de</strong> generaciones heteromorfa; O.<br />

Dictyosiphonales con talo parenquimático; O. Scytosiphonales con microtalos <strong>de</strong> pseudoparénquima<br />

alternando con megatalos parenquimáticos; O. Sporochnales: con célula apical; O. Sphacelariales<br />

(Halopteris) con célula apical; O. Cutleriales con alternancia heteromórfica con predominancia <strong>de</strong>l<br />

gametofito; O. Dictyotales con talos planos ramificados por dicotomía repetida; O. Laminariales<br />

(Macrocystis pyrifera) con alternancia <strong>de</strong> generaciones heteromorfa con dominancia <strong>de</strong>l esporofito<br />

diploi<strong>de</strong>; O. Fucales con reducción extrema <strong>de</strong>l gametofito consi<strong>de</strong>rándose como diplontes puros; O.<br />

Ectocarpales que se <strong>de</strong>scriben a continuación.<br />

ORDEN ECTOCARPALES:<br />

A este or<strong>de</strong>n pertenecen la mayoría <strong>de</strong> las algas pardas y Ectocarpus es la especie mas representativa<br />

y difundida.<br />

Talos filamentosos, ramificados en fascículos con un aspecto muy parecido al alga ver<strong>de</strong> Cladophora,<br />

pero <strong>de</strong> color pardo. Son habituales en la zona superficial <strong>de</strong> los mares europeos, don<strong>de</strong> viven fijadas<br />

al sustrato (rocas y otras algas) mediante filamentos fijadores reptantes. Estos filamentos tienen<br />

crecimiento intercalar, sin célula apical y solo una parte <strong>de</strong> sus células pue<strong>de</strong> transformase en órganos<br />

reproductores.<br />

Ciclo vital con alternancia <strong>de</strong> generaciones prácticamente isomorfa. El gametofito haploi<strong>de</strong> es<br />

filamentoso y los gametangios son pluriloculares y se localizan en los laterales <strong>de</strong> los extremos <strong>de</strong> los<br />

filamentos. A pesar <strong>de</strong> la isogamia morfológica, en algunas especies hay anisogamia fisiologica ya que<br />

los gametos femeninos entran en reposo y pier<strong>de</strong>n los flagelos al poco tiempo <strong>de</strong> su liberación,<br />

mientras que los masculinos son atraídos químicamente por la sustancia ectocarpina <strong>de</strong> los gametos<br />

femeninos, dirigiéndose hacia ellos y envolviéndolos fundiéndose con ellos. El esporofito es diploi<strong>de</strong> y<br />

generalmente algo mas robusto y menos ramificado que el gametofito. En él se originan esporangios<br />

uniloculares ovoi<strong>de</strong>s, en los que, tras la meiosis se forman numerosas meiozoosporas que darán lugar<br />

a la nueva generación gametofítica. La <strong>de</strong>terminación <strong>de</strong>l sexo es haplogenotípica.<br />

A menudo esta alternancia <strong>de</strong> generaciones isomorfa heterofásica pue<strong>de</strong> complicarse <strong>de</strong> modo<br />

extraordinario. Por ejemplo, el esporofito diploi<strong>de</strong> pue<strong>de</strong> formar mitozoosporas, sin meiosis, en<br />

esporangios pluriloculares, especialmente en las zonas <strong>de</strong> climas fríos; <strong>de</strong> los gametos pu<strong>de</strong>n<br />

originarse, por partenogénesis, esporofitos haploi<strong>de</strong>s; en los esporangios uniloculares haploi<strong>de</strong>s<br />

pue<strong>de</strong>n formase zoosporas haploi<strong>de</strong>s por mitosis; etc.<br />

A este or<strong>de</strong>n pertenecen géneros como Ectocarpus y Hincksia.<br />

2.3. - DIVISIÓN RODOPHYTA<br />

<strong>Las</strong> Rodófitas o algas rojas la constituyen mas <strong>de</strong> 4.000 especies distribuidas en 500 géneros. Habitan<br />

principalmente las zonas litorales, sobre todo en aguas cálidas, ya que muchas especies son muy<br />

sensibles a la temperatura. A menudo colonizan zonas profundas (hasta 180m) gracias a la presencia<br />

<strong>de</strong> unos pigmentos especiales (ficobiliproteínas) que son capaces <strong>de</strong> captar la radiación <strong>de</strong> onda corta,<br />

permitiéndoles vivir en zonas muy sombreadas.<br />

71


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

Son principalmente bentónicas y siempre fijadas a rocas u otros sustratos (incluidos otras algas) por<br />

medio <strong>de</strong> filamentos o discos fijadores. Algunas especies son realmente específicas, viviendo<br />

únicamente sobre un alga o sustrato <strong>de</strong>terminado, como por ejemplo una especie <strong>de</strong>l género<br />

Polysiphonia que solo vive sobre el alga parda Ascophyllum. Son autótrofas, aunque algunas especies<br />

han evolucionado como parásitos incoloros.<br />

Son <strong>de</strong> color rojo brillante, violeta, púrpura oscuro, rojo parduzco hasta casi negro, o incluso ver<strong>de</strong><br />

azulado u oliváceo. Solo un pequeño grupo son unicelulares, prepon<strong>de</strong>rando las formas <strong>de</strong> talo trical o<br />

pseudoparenquimático <strong>de</strong>l tipo filamento central uniaxial o <strong>de</strong> surtidor multiaxial. No presentan<br />

auténticos tejidos y no poseen estados flagelados en su ciclo <strong>de</strong> vida.<br />

Presentan células, casi sin excepción, uninucleadas. Poseen numerosos cromatóforos, <strong>de</strong> forma<br />

sencilla, disciformes, ovales o lobulados. Presentan clorofila a (no poseen clorofila b ni c) y sus<br />

carotenoi<strong>de</strong>s acompañantes quedan enmascarados por colorantes rojos, muy fluorescentes, situados<br />

en los ficobilisomas. Los ficobilisomas son corpúsculos disciformes o esféricos <strong>de</strong> 30-40nm localizados<br />

sobre los tilacoi<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los cromatóforos y contienen ficobiliproteínas hidrosolubles con ficoeritrina y<br />

ficocianina que <strong>de</strong>terminan el color <strong>de</strong>l alga. Los tilacoi<strong>de</strong>s no están dispuestos en montones, sino que<br />

se sitúan a la misma distancia unos <strong>de</strong> otros.<br />

Como sustancia <strong>de</strong> reserva se almacena sobre todo el almidón <strong>de</strong> florí<strong>de</strong>as, en forma <strong>de</strong> gránulos<br />

redon<strong>de</strong>ados, insolubles y estratificados. Este almidón es un polisacárido <strong>de</strong> propieda<strong>de</strong>s intermedias<br />

entre el glucógeno y el almidón normal, cuyos gránulos no se con<strong>de</strong>nsan <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los cromatóforos<br />

como en las clorofitas, sino en las superficie <strong>de</strong> los mismos y en el citoplasma. También presentan<br />

gotas <strong>de</strong> aceite y sustancias únicas a las rodófitas, los floridósidos.<br />

La pared celular consta generalmente <strong>de</strong> celulosa, cuyas microfibrillas no se or<strong>de</strong>nan paralelamente<br />

sino que constituyen ca<strong>de</strong>nas enmarañadas. La parte amorfa contiene muchas veces galactano que se<br />

mucilaginiza, formando compuestos como el agar, muy requerido para su uso industrial.<br />

Su ciclo <strong>de</strong> vida es una alternancia <strong>de</strong> generaciones trifásica, que consiste en una fase gametofítica<br />

haploi<strong>de</strong> <strong>de</strong> vida libre, seguido <strong>de</strong> un carposporofito diploi<strong>de</strong> fijado al gametofito, y por último una<br />

fase esporofítica también <strong>de</strong> vida libre (generalmente tetraesporofito). Los gametangios femeninos,<br />

llamados carpogonios, y los gametangios masculinos o espermatángios, pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>sarrollarse en<br />

distintas parte <strong>de</strong>l mismo gametofito haploi<strong>de</strong> o en individuos in<strong>de</strong>pendientes (gametofitos femeninos<br />

y masculinos).<br />

<strong>Las</strong> células sexuales, tanto femeninas (carpogonias) como masculinas (espermatias) no son flageladas<br />

y son uninucleadas. <strong>Las</strong> espermatias son liberadas y arrastradas pasivamente por el agua hasta fijarse<br />

en el carpogonio femenino y fecundar las carpogonias dando lugar a una ovocélula <strong>de</strong> la que se<br />

origina el carposporofito, que forma filamentos celulares diploi<strong>de</strong>s que lo mantienen unido al<br />

gametofito. El carposporofito produce carposporas diploi<strong>de</strong>s por divisiones celulares exclusivamente<br />

mitóticas, que se liberan y dan lugar al tetraesporofito.<br />

El tetraesporofito es muy similar al gametofito pero diploi<strong>de</strong> (en algunas especies pue<strong>de</strong> ser<br />

diferente), en la que, mediante división reductiva (meiosis), se forman, <strong>de</strong> una célula madre cuatro<br />

tetrameiosporas haploi<strong>de</strong>s.<br />

El <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> las tres generaciones se completa en sólo dos cuerpos vegetativos, con una fase<br />

carposporofítica consi<strong>de</strong>rada casi como un auténtico parásito. A veces, el carposporofito pue<strong>de</strong><br />

aparecer recubierto por ramas envolventes especiales <strong>de</strong>l gametofito con lo que se origina una<br />

<strong>estruc</strong>tura característica <strong>de</strong>nominada cistocarpo.<br />

La única clase <strong>de</strong> los rodofitos o algas rojas es la Rhodophyceae, que se subdivi<strong>de</strong> en dos subclases,<br />

las Bangiophycidae y las Flori<strong>de</strong>ophycidae.<br />

<strong>Las</strong> especies <strong>de</strong> la subclase Flori<strong>de</strong>ophyciadae poseen un talo formado <strong>de</strong> filamentos celulares<br />

ramificados con crecimiento apical, que a menudo se unen unos con otros formando talos<br />

pseudoparenquimáticos con forma foliácea, redon<strong>de</strong>ada o aplanada. No tienen representantes<br />

unicelulares y sus representantes <strong>de</strong> organización mas elevada no llegan jamás a ser parenquimáticos<br />

como las algas pardas. Sus células a menudo están unidas entre si por unos orificios o conductos con<br />

<strong>estruc</strong>turas a modo <strong>de</strong> tapón, <strong>de</strong>nominadas punteaduras.<br />

72


CAPÍTULO 1: FLORA.<br />

Dentro <strong>de</strong> la subclase Flori<strong>de</strong>ophycidae existen cinco ór<strong>de</strong>nes: O. Nemalionales (Batrachospermun)<br />

que forma cantransiosporofitos en vez <strong>de</strong> tetraesporofitos; O. Cryptonemiales (Corallina) con especies<br />

con cristales <strong>de</strong> calcita en sus pare<strong>de</strong>s celulares; O. Gigartinales (Plocamium, Furcellaria y Chondrus);<br />

O. Rhodymeniales (Rhodymenia) que presentan cistocarpos; O. Ceramiales (Ceramium, Polysiphonia,<br />

Plumaria y Grinnellia), se <strong>de</strong>scribe a continuación.<br />

ORDEN CERAMIALES:<br />

Este or<strong>de</strong>n se caracteriza por la presencia <strong>de</strong> filamentos monosifonales, con células <strong>de</strong>snudas o<br />

cubiertas total o parcialmente por una corteza <strong>de</strong> filamentos rizoidales, o polisifonales, con segmentos<br />

consecutivos formados cada uno por una célula axial y varias células periaxiales, que son en realidad<br />

las células basales <strong>de</strong> las ramificaciones. Presentan ejes rastreros y erectos, estos últimos<br />

diferenciados en ejes <strong>de</strong> crecimiento in<strong>de</strong>finido y filamentos laterales asimiladores <strong>de</strong> crecimiento<br />

<strong>de</strong>finido, generalmente verticilados, opuestos o solitarios por reducción.<br />

La corticación que presentan algunas especies <strong>de</strong> este or<strong>de</strong>n pue<strong>de</strong> ser total, solo en los entrenudos o<br />

solo en los ejes principales.<br />

Todas las especies presentan el ciclo biológico trigénico propio <strong>de</strong> las Rhodophytas.<br />

Es un grupo <strong>de</strong> amplia distribución vertical con representantes en casi todos los ambientes y<br />

frecuentemente se observan como epífitos <strong>de</strong> una gran diversidad <strong>de</strong> sustratos. En Canarias, este<br />

or<strong>de</strong>n constituye el 31,7% <strong>de</strong> la flora marina <strong>de</strong> la zona (Sangil et al., 2003).<br />

73


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

3. – RESULTADOS<br />

3.1. – DESCRIPCIÓN DE LAS ESPECIES ENCONTRADAS<br />

En este estudio se i<strong>de</strong>ntificaron un total <strong>de</strong> 7 especies <strong>de</strong> algas epibiontes pertenecientes a las tres<br />

divisiones principales, Rhodophyta (3 especies), Phaeophyta (1 especie) y Chlorophyta (3 especies).<br />

De las 7 especies i<strong>de</strong>ntificadas, 4 se han consi<strong>de</strong>rado como especies principales para este estudio,<br />

<strong>de</strong>bido a que se observó en mas <strong>de</strong>l 3% <strong>de</strong> las tortugas muestreadas. Estas especies son Polysiphonia<br />

carettia, Hincksia mitchelliae, Ceramium flaccidum y Cladophoropsis membranaceae (por or<strong>de</strong>n <strong>de</strong><br />

importancia).<br />

Aquellas especies que se localizaron en menos <strong>de</strong> 5 tortugas (generalmente en pequeñas cantida<strong>de</strong>s),<br />

se han consi<strong>de</strong>rado <strong>de</strong>spreciables para el estudio ya que su escasez pue<strong>de</strong> alterar enormemente los<br />

datos. Estas especies, no consi<strong>de</strong>radas en el estudio, son Enteromorpha sp., que se observó solo en 5<br />

tortugas y en cantida<strong>de</strong>s realmente insignificantes; y Ulva sp. y Centroceras sp. <strong>de</strong> la que se<br />

localizaron fragmentos en una sola <strong>de</strong> las tortugas muestreadas.<br />

Asimismo, se encontraron restos <strong>de</strong> otras 5 especies que no llegaron a ser i<strong>de</strong>ntificadas <strong>de</strong>bido a que<br />

se trataba solo <strong>de</strong> pequeños fragmentos, difícilmente i<strong>de</strong>ntificables, localizados en una sola tortuga.<br />

A continuación se disponen las fichas <strong>de</strong> caracterización <strong>de</strong> cada una <strong>de</strong> las especies observadas<br />

pertenecientes a este grupo, en la que se <strong>de</strong>tallan las características específicas <strong>de</strong> cada una <strong>de</strong> ellas,<br />

imágenes y fotos <strong>de</strong> las mismas obtenidas en este estudio, así como los gráficos <strong>de</strong> frecuencia <strong>de</strong> la<br />

presencia/ausencia, cantidad, talla y estadio reproductor <strong>de</strong> cada especie en función <strong>de</strong> las distintas<br />

variables <strong>de</strong> estudio (Año, mes, isla, zona, talla <strong>de</strong> la tortuga y gravedad <strong>de</strong> las lesiones).<br />

74<br />

N Frecuencia<br />

CHLOROPHYTA<br />

Cladophoropsis membranacea 6 3,6%<br />

Enteromorpha sp. 5 3,0%<br />

Ulva sp. 1 0,6%<br />

PHAEOPHYTA<br />

Hincksia mitchelliae 82 48,5%<br />

RHODOPHYTA<br />

Polysiphonia carettia 136 80,5%<br />

Ceramium flaccidum 11 6,5%<br />

Centroceras clavatum 1 0,6%<br />

Otras algas NO I<strong>de</strong>ntificadas<br />

5 3,0%<br />

Fig. 40: Frecuencias <strong>de</strong> las especies <strong>de</strong> flora epibiontes observadas. N= número<br />

<strong>de</strong> tortugas que portaban cada alga (N=167).


Polysiphonia carettia Hollenberg, 1971<br />

División: Rhodophyta Wettstein, 1922<br />

Clase: Flori<strong>de</strong>ophycidae Cronquist, 1960<br />

Or<strong>de</strong>n: Ceramiales Abbott & Hollenberg, 1976<br />

Fam.: Rhodomelaceae Aresch, 1847<br />

Género: Polysiphonia Greville, 1823<br />

CAPÍTULO 1: FLORA.<br />

75


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

Clasificación<br />

taxonómica<br />

2<br />

3 4<br />

5 6 7<br />

8<br />

76<br />

DESCRIPCIÓN Y GENERALIDADES (según Hollemberg, 1971 y Rojas-González, 1994):<br />

Descrita por primera vez por Hollenberg en 1971 encontrada sobre el caparazón <strong>de</strong> una<br />

tortuga boba (Caretta caretta) localizada en Sta. Catalina Island, California; y por primera<br />

vez en el archipiélago canario por Rojas-González et al. (1994), recolectada <strong>de</strong>l tercio<br />

posterior <strong>de</strong>l caparazón <strong>de</strong> individuos <strong>de</strong> tortuga boba encontrados en Poris <strong>de</strong> Abona y<br />

Güimar (Tenerife).<br />

Morfología: Externa: Ramas erectas y escasamente ramificadas en las partes mas bajas,<br />

pero muy ramificadas en las altas. Formando matas <strong>de</strong>nsas. Interna: Ramas formadas por 4<br />

células pericentrales no corticadas.<br />

Color: marrón claro.<br />

Talla: Tallos <strong>de</strong> longitud superior a 15mm y diámetro <strong>de</strong> 35-75µm.<br />

Hábitat: Solo se ha citado viviendo sobre Caretta caretta por lo que sugiere como epibionte<br />

obligado o específico <strong>de</strong> esta especie.<br />

Estructuras reproductoras: Fuertes tricoblastos dispuestos en intervalos irregulares cada 1-2<br />

segmentos en una ligera secuencia espiral y separados <strong>de</strong> las células pericentrales por un<br />

tabique. Cistocarpos ovalados <strong>de</strong> mas <strong>de</strong> 275µm largo x 250µm <strong>de</strong> ancho, apoyado en<br />

células basales gran<strong>de</strong>s y con un estrecho ostiolo como abertura. Espermatangios <strong>de</strong> ramas<br />

alargadas, ovoi<strong>de</strong>s o cilíndricas <strong>de</strong> mas <strong>de</strong> 130µm <strong>de</strong> largo x 40µm <strong>de</strong> ancho, asentados en<br />

2-3 células basales y con una célula apical estéril sobresaliente. Tetraesporangios esféricos y<br />

dispuestos en series espirales en la parte distal <strong>de</strong> las ramas. En Canarias, presencia <strong>de</strong><br />

tetraesporangios en junio y cistocarpos/espermatangios en Octubre<br />

Distribución: California, Canarias, Caribe y Mediterráneo; En Canarias citada solo en las isla<br />

<strong>de</strong> Tenerife por Rojas-Gonzalez et al., 1994.<br />

Como epibionte <strong>de</strong> tortuga boba ha sido citada en hembras nidificantes <strong>de</strong> Florida, EE.UU<br />

(Pfaller et al., 2008) y <strong>de</strong>l Caribe Mexicano (Senties et al., 1999), y en tortugas juveniles <strong>de</strong>l<br />

Mediterráneo, Baleares (Báez et al., 2001) y <strong>de</strong>l Atlántico, en Azores (Frick et al., 2003) y en<br />

Canarias (Rojas-González et al., 1994).<br />

1<br />

9<br />

10<br />

Fig. 41 (al dorso): Imágenes <strong>de</strong> ejemplares <strong>de</strong> Polysiphonia carettia localizadas sobre las<br />

tortugas Caretta caretta muestreadas. 1– Esquema <strong>de</strong> los ejemplares <strong>de</strong> P. carettia<br />

muestreados. 2– Detalle <strong>de</strong> una mata <strong>de</strong> P. carettia. 3– Rama cargada <strong>de</strong> carposporangios. 4-<br />

Tetraesporangios cargadas <strong>de</strong> tetraesporas. 5 y 6– Detalle <strong>de</strong> carposporangios. 7– Detalle <strong>de</strong><br />

tetraesporangio. 8 y 10– Ejemplares <strong>de</strong> P. carettia dispuestos sobre el caparazón. 9 – Tortuga<br />

boba colonizada por P. carettia.


GRAFICOS DE FRECUENCIAS<br />

Fig. 42: Gráfico <strong>de</strong> frecuencias <strong>de</strong> presencia/ausencia <strong>de</strong><br />

P. carettia en las tortugas Caretta caretta muestreadas,<br />

en función <strong>de</strong> las diferentes variables <strong>de</strong> estudio. La<br />

presencia se subdivi<strong>de</strong> en función <strong>de</strong> las cantida<strong>de</strong>s<br />

observadas por tortuga.<br />

CAPÍTULO 1: FLORA.<br />

A lo largo <strong>de</strong> los 3 años <strong>de</strong> estudio la<br />

frecuencia <strong>de</strong> tortugas que presentaron P.<br />

carettia sobre sus caparazones fue bastante<br />

similar, siendo en el 2004 un poco mayor<br />

(86.21%) y en el 2003 ligeramente inferior<br />

(73.08%).<br />

A lo largo <strong>de</strong>l año no se aprecia una<br />

estacionalidad clara en las frecuencias <strong>de</strong> esta<br />

especie, aunque los meses fríos <strong>de</strong> febrero<br />

(50%) y diciembre (60%) presentan menores<br />

frecuencias, siendo las tortugas <strong>de</strong>l mes <strong>de</strong><br />

diciembre las que presentan menores<br />

cantida<strong>de</strong>s (el 40% en escasa cantidad y el<br />

20% con poca).<br />

Hasta la fecha solo se había citado en la isla<br />

<strong>de</strong> Tenerife, pero en este estudio se ha<br />

observado en tortugas localizadas en todas<br />

las islas <strong>de</strong>l archipiélago, en frecuencias<br />

bastante similares para todas ellas, ampliando<br />

su distribución a todo el archipiélago (entre<br />

75.86% <strong>de</strong> Tenerife hasta un 100% en<br />

Lanzarote, La Gomera y el Hierro).<br />

No se aprecian diferencias significativas entre<br />

las frecuencias observadas según la zona <strong>de</strong><br />

la isla en la que se localizó la tortuga<br />

(8<strong>0.</strong>95%, 86.96%, 71.93% y 87.5% para<br />

norte, este, sur y oeste respectivamente) .<br />

Esta especie es realmente abundante en<br />

tortugas <strong>de</strong> entre 30 y 65cm <strong>de</strong> talla <strong>de</strong><br />

caparazón (LCC) (con frecuencias superiores<br />

al 80%), mientras que es menos frecuente en<br />

tortugas inferiores a 30cm (60%) y menos<br />

aún en tortugas <strong>de</strong> gran talla, o mayores <strong>de</strong><br />

65cm (50%).<br />

Con respecto al estado <strong>de</strong> salud <strong>de</strong> las<br />

tortugas, se aprecia una ten<strong>de</strong>ncia a ser mas<br />

frecuente y abundante en aquellas con<br />

lesiones mas graves y por lo tanto, con menor<br />

movilidad (<strong>de</strong> 78.57% a 90%). Solo el<br />

42.86% <strong>de</strong> las tortugas sanas presentaron P.<br />

carettia en sus caparazones, y por lo general<br />

en pequeñas cantida<strong>de</strong>s (escasa o poca).<br />

77


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

Fig. 43. Gráfico <strong>de</strong> frecuencias <strong>de</strong> las tallas máximas <strong>de</strong> P.<br />

carettia observadas por tortuga, en los ejemplares <strong>de</strong> C.<br />

caretta muestreados, en función <strong>de</strong> las distintas variables<br />

<strong>de</strong> estudio.<br />

78<br />

La talla <strong>de</strong> los ejemplares <strong>de</strong> P. carettia<br />

observadas sobre las tortugas muestreadas<br />

no presentan diferencias importantes entre<br />

los 3 años <strong>de</strong> estudio, siendo mayoritariamente<br />

<strong>de</strong> talla pequeña, <strong>de</strong> 2 a 5mm (43.48%,<br />

42.11% y 44% respectivamente) o mediana,<br />

<strong>de</strong> 5 a 10mm (19.57%, 28.95% y 26% para<br />

cada año).<br />

Según la época <strong>de</strong>l año, las tallas mas<br />

gran<strong>de</strong>s se encontraron en los meses <strong>de</strong><br />

mayo y agosto (tallas superiores a 30mm),<br />

mientras que en los meses fríos <strong>de</strong> diciembre<br />

y enero, las tortugas portaban los ejemplares<br />

<strong>de</strong> menor tamaño (máximo 10mm).<br />

Todas las tortugas localizadas en la isla <strong>de</strong><br />

Lanzarote presentaban ejemplares <strong>de</strong> tallas<br />

muy pequeñas (


Fig. 44. Gráfico <strong>de</strong> frecuencias <strong>de</strong> presencia/ausencia <strong>de</strong><br />

<strong>estruc</strong>turas reproductoras en los ejemplares <strong>de</strong> P. carettia<br />

(carpoesporángios y tetraesporángios) localizados sobre<br />

las tortugas C. caretta muestreadas, en función <strong>de</strong><br />

diferentes variables <strong>de</strong> estudio.<br />

CAPÍTULO 1: FLORA.<br />

El 73.13% <strong>de</strong> las tortugas portaban<br />

ejemplares <strong>de</strong> esta especie que presentaban<br />

<strong>estruc</strong>turas reproductoras entre sus fron<strong>de</strong>s,<br />

mientras que el resto (26.87%) presentaron<br />

solo fron<strong>de</strong>s vegetativos. Dentro <strong>de</strong> las<br />

<strong>estruc</strong>turas reproductoras, el número <strong>de</strong><br />

tortugas que presentaron tetraesporángios en<br />

sus ramas (6<strong>0.</strong>45%), fue ligeramente mayor<br />

que el número <strong>de</strong> tortugas que portaban<br />

carpoesporángios (58.96%), aunque la<br />

mayoría <strong>de</strong> las tortugas presentaban ambos<br />

estadios a la vez.<br />

<strong>Las</strong> presencia o ausencia <strong>de</strong> <strong>estruc</strong>turas<br />

reproductoras, se mantuvo constante a lo<br />

largo <strong>de</strong> los 3 años <strong>de</strong> estudio.<br />

Con respecto al periodo <strong>de</strong>l año, los meses<br />

cálidos <strong>de</strong> abril, mayo y agosto presentaron<br />

mayor cantidad <strong>de</strong> <strong>estruc</strong>turas reproductoras,<br />

con mas carposporángios en abril (82.61%) y<br />

mas tetraesporangios en agosto (86.67%).<br />

<strong>Las</strong> tortugas muestreadas en los meses <strong>de</strong><br />

septiembre y noviembre transportaban un<br />

mayor número <strong>de</strong> ejemplares en estadios<br />

vegetativos (55.56% y 80% respectivamente).<br />

Todas las tortugas proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> la isla <strong>de</strong><br />

Lanzarote presentaban ramas vegetativas <strong>de</strong><br />

P. carettia, mientras que las proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong>l<br />

Hierro presentaron la mayor frecuencia<br />

(83.33%) <strong>de</strong> tetraesporangios.<br />

Según la zona <strong>de</strong> la isla en la que se<br />

encontraron las tortugas, la frecuencia <strong>de</strong><br />

tetraesporangios fue similar para todas ellas<br />

(<strong>de</strong> 54.14% a 64.71%), no obstante, la<br />

mayor frecuencia <strong>de</strong> carposporangios se dio<br />

en la costa este (75%).<br />

Con respecto a la talla <strong>de</strong> las tortugas<br />

muestreadas, las tortugas superiores a 60cm<br />

presentaron frecuencias similares <strong>de</strong> carposporangios,<br />

tetraesporangios y ejemplares<br />

vegetativos (50% para cada uno), mientras<br />

que ninguna tortuga <strong>de</strong> 55-60cm <strong>de</strong> talla<br />

presentó individuos vegetativos, es <strong>de</strong>cir,<br />

todos tenían <strong>estruc</strong>turas reproductoras.<br />

<strong>Las</strong> tortugas sanas presentaron un<br />

verda<strong>de</strong>ramente elevado porcentaje <strong>de</strong><br />

tetraesporangios (88.89%).<br />

79


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

Hincksia mitchelliae (Harvey) P. Silva, 1987<br />

80<br />

División: Phaeophyta<br />

Clase: Phaeophyceae Kjellman, 1891<br />

Or<strong>de</strong>n: Ectocarpales Setchell & Gardner, 1922<br />

Fam.: Ectocarpaceae C. Agardh, 1828<br />

Género: Hincksia J.F. Gray, 1864


Clasificación<br />

taxonómica<br />

2<br />

3<br />

4<br />

5<br />

DESCRIPCIÓN Y GENERALIDADES (según Afonso-Carrillo & Sansón, 1999):<br />

CAPÍTULO 1: FLORA.<br />

Sinónimos: Ectocarpus mitchelliae Harvey 1852; Giffordia mitchelliae (Harvey) G. Hamel<br />

1939; Ectocarpus mitchelliae f. brevicarpum Borgesen 1939.<br />

Morfología externa: Talo erecto filamentoso, formando matas <strong>de</strong> 15-25mm <strong>de</strong> alto.<br />

Filamentos uniseriados, ramificados en forma radial, alterna o irregular. Células mas largas<br />

que anchas, <strong>de</strong> 30-70µm <strong>de</strong> largo, mononucleadas y sin corticación. El crecimiento es difuso<br />

con zonas meristemáticas <strong>de</strong> células cortas distribuidas a lo largo <strong>de</strong> los filamentos. Plastos<br />

numerosos y discoidales.<br />

Fijación al sustrato mediante filamentos rizoidales compactos presentes en los filamentos<br />

postrados.<br />

Talla: Normalmente matas <strong>de</strong> 15 a 25mm <strong>de</strong> alto.<br />

Estructuras reproductoras: Espermatangios pluriloculares, sésiles y solitarios <strong>de</strong> 20-24µm <strong>de</strong><br />

diámetro y 65-80µm <strong>de</strong> longitud dispuestos en las caras internas <strong>de</strong> las ramas laterales.<br />

Hábitat: sobre rocas <strong>de</strong> escollera en el intermareal expuesto.<br />

Distribución: Cosmopolita <strong>de</strong> mares templados y subtropicales (Huisman & Borowitzka,<br />

2003). En Canarias por primera vez por Price et al. (1978) y en la actualidad presente en<br />

todas las islas (Haroun et al., 2002).<br />

Como epibionte <strong>de</strong> tortuga boba se ha observado en hembras nidificantes <strong>de</strong>l Caribe<br />

Mexicano (Senties et al., 1999) y en tortugas juveniles <strong>de</strong>l Mediterráneo, Baleares (Báez et<br />

al., 2004).<br />

6<br />

1<br />

7<br />

8<br />

Fig. 45 (página adjunta): Imágenes <strong>de</strong> ejemplares <strong>de</strong> Hincksia mitchelliae localizadas<br />

sobre las tortugas Caretta caretta muestreadas. 1– Esquema <strong>de</strong> los ejemplares <strong>de</strong> H.<br />

mitchelliae muestreados. 2– Detalle <strong>de</strong> una mata <strong>de</strong> H. mitchelliae. 3– Detalle <strong>de</strong> las<br />

células <strong>de</strong> una rama. 4 y 5- Detalles <strong>de</strong> espermatangios. 6 y 7- Ejemplares <strong>de</strong> H.<br />

mitchelliae dispuestos sobre el caparazón. 9 – Tortuga boba colonizada por H. mitchelliae.<br />

81


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

GRÁFICOS DE FRECUENCIAS<br />

Fig. 46: Gráfico <strong>de</strong> frecuencias <strong>de</strong> presencia/ausencia <strong>de</strong><br />

H. mitchelliae en las tortugas Caretta caretta muestreadas,<br />

en función <strong>de</strong> las diferentes variables <strong>de</strong> estudio.<br />

La presencia se subdivi<strong>de</strong> en función <strong>de</strong> las cantida<strong>de</strong>s<br />

observadas por tortuga.<br />

82<br />

La presencia <strong>de</strong> H. mitchelliae en las tortugas<br />

muestreadas fue muy similar a lo largo <strong>de</strong> los<br />

3 años <strong>de</strong> estudio (49.1, 48.1 y 50% para<br />

cada año).<br />

A lo largo <strong>de</strong>l año, las frecuencias y<br />

cantida<strong>de</strong>s mas altas se observaron en los<br />

meses fríos, principalmente <strong>de</strong> enero a marzo<br />

(75% para cada uno <strong>de</strong> ellos), mientras que<br />

las mas bajas se produjeron en los meses<br />

cálidos <strong>de</strong> mayo a septiembre (en mayo y<br />

junio solo se encontró en el 25% y el 30% <strong>de</strong><br />

las tortugas respectivamente).<br />

Una baja cantidad <strong>de</strong> las tortugas<br />

proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> Tenerife, La Gomera y el<br />

Hierro presentaron esta especie (34.5%,<br />

25.0% y 33.3%), siendo Gran Canaria la<br />

única en sobrepasar el 50% (54.37%). El<br />

50% <strong>de</strong> las tortugas localizadas en Lanzarote<br />

presentaban esta alga, aunque en cantida<strong>de</strong>s<br />

ínfimas.<br />

No hay diferencias apreciables entre las<br />

distintas zonas <strong>de</strong> las islas en las que se<br />

localizaron las tortugas.<br />

Según la talla <strong>de</strong> la tortuga, las frecuencias y<br />

cantida<strong>de</strong>s mas altas se observaron en<br />

tortugas <strong>de</strong> entre 30 y 55cm <strong>de</strong> caparazón.<br />

Solo se encontró en el 33.33% <strong>de</strong> las tortugas<br />

<strong>de</strong> menos <strong>de</strong> 25cm (y en pequeñas<br />

cantida<strong>de</strong>s) y en el 25% <strong>de</strong> las <strong>de</strong> mas <strong>de</strong><br />

65cm (en cantida<strong>de</strong>s ínfimas).<br />

No se observaron diferencias importantes<br />

según la gravedad <strong>de</strong> las lesiones, aunque se<br />

aprecia un aumento <strong>de</strong> cantidad <strong>de</strong> este alga<br />

conforme aumenta la gravedad <strong>de</strong> las lesione<br />

<strong>de</strong> las tortugas.


Fig. 47. Gráfico <strong>de</strong> frecuencias <strong>de</strong> las tallas máximas <strong>de</strong><br />

H. mitchelliae observadas por tortuga, en los ejemplares<br />

<strong>de</strong> C. caretta muestreados, en función <strong>de</strong> las distintas<br />

variables <strong>de</strong> estudio.<br />

CAPÍTULO 1: FLORA.<br />

Por lo general, los ejemplares <strong>de</strong> Hincksia<br />

mitchelliae observados sobre los caparazones<br />

<strong>de</strong> las tortugas Caretta caretta en el<br />

archipiélago canario son bastante pequeños.<br />

Los ejemplares <strong>de</strong> mayor talla (>20mm) se<br />

localizaron en unas pocas tortugas ingresadas<br />

en los meses <strong>de</strong> mayo y abril, proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong><br />

la isla <strong>de</strong> Gran Canaria, y solo en tortugas <strong>de</strong><br />

35 a 40cm <strong>de</strong> LCC caparazón, con lesiones<br />

leves.<br />

<strong>Las</strong> tallas mas pequeñas (


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

Fig. 48. Gráfico <strong>de</strong> frecuencias <strong>de</strong> presencia/ausencia <strong>de</strong><br />

<strong>estruc</strong>turas reproductoras en los ejemplares <strong>de</strong> H.<br />

mitchelliae localizados sobre las tortugas C. caretta<br />

muestreadas, en función <strong>de</strong> diferentes variables <strong>de</strong><br />

estudio.<br />

84<br />

En los años 2003 y 2004, la mitad <strong>de</strong> las<br />

tortugas que presentaban H. mitchelliae en su<br />

caparazón, eran ejemplares en estadío<br />

reproductivo, mientras que en el 2002 solo<br />

presentaban <strong>estruc</strong>turas reproductoras el<br />

35.71%.<br />

A lo largo <strong>de</strong>l año, todas las tortugas que<br />

ingresaron en el mes <strong>de</strong> febrero presentaba<br />

ejemplares en estadio vegetativo, mientras<br />

que todas las que ingresaron en el mes <strong>de</strong><br />

noviembre portaban individuos con<br />

<strong>estruc</strong>turas reproductoras.<br />

<strong>Las</strong> matas <strong>de</strong> este alga localizadas en<br />

tortugas <strong>de</strong> Lanzarote y la Gomera no<br />

presentaban <strong>estruc</strong>turas reproductoras,<br />

mientras que el 53.57% <strong>de</strong> las <strong>de</strong> Gran<br />

Canaria y el 50% <strong>de</strong> El Hierro tenían<br />

<strong>estruc</strong>turas reproductoras.<br />

<strong>Las</strong> <strong>estruc</strong>turas reproductoras fueron mas<br />

abundantes en las tortugas ingresadas en el<br />

norte <strong>de</strong> las islas (68.42%) que en el resto <strong>de</strong><br />

las zonas.<br />

Con respecto a la talla <strong>de</strong> las tortugas,<br />

aquellas <strong>de</strong> menos <strong>de</strong> menos <strong>de</strong> 25cm y <strong>de</strong><br />

mas <strong>de</strong> 60cm <strong>de</strong> caparazón solo presentaron<br />

ejemplares sin <strong>estruc</strong>turas reproductoras. <strong>Las</strong><br />

tortugas <strong>de</strong> 25-30cm y <strong>de</strong> 45-50cm<br />

presentaron la mayor frecuencia <strong>de</strong><br />

<strong>estruc</strong>turas reproductoras (83.23% y 75.0%<br />

respectivamente).<br />

En función <strong>de</strong>l estado <strong>de</strong> salud <strong>de</strong> las<br />

tortugas, la frecuencia <strong>de</strong> ejemplares con<br />

<strong>estruc</strong>turas reproductoras aumenta con la<br />

gravedad <strong>de</strong> la lesión <strong>de</strong> las tortugas.


Ceramium flaccidum (Kützing) Ardissone 1871<br />

División: Rhodophyta Wicttstein, 1922<br />

Clase: Flori<strong>de</strong>ophycidae Cronquist, 1960<br />

Or<strong>de</strong>n: Ceramiales Abbott y Hollenbert, 1976<br />

Fam.: Ceramiaceae Dumortier, 1822<br />

Género: Ceramium Ardissone, 1871<br />

CAPÍTULO 1: FLORA.<br />

Nudos corticados con células<br />

corticales basales mas gran<strong>de</strong>s<br />

y alargadas horizontalmente<br />

85


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

Clasificación<br />

taxonómica<br />

2<br />

3<br />

86<br />

DESCRIPCIÓN Y GENERALIDADES: (varios autores)<br />

Morfología externa: Talos fijos al sustrato por un grupo <strong>de</strong> rizoi<strong>de</strong>s que nacen <strong>de</strong> filamentos<br />

semipostrados y entremezclados. Internudos basales <strong>de</strong> 70-80µm <strong>de</strong> diámetro. Ápices<br />

forciformes o rectos <strong>de</strong> 40-50µm <strong>de</strong> diámetro. Corticazión solo en los nudos. Ramificación<br />

dicótoma. Nudos con 4-5 capas <strong>de</strong> células.<br />

Talla: Talos <strong>de</strong> 2 a 5mm <strong>de</strong> alto.<br />

Color: rosa brillante.<br />

Estructuras reproductoras: tetraesporangios verticilados y cubiertos por células nodales <strong>de</strong><br />

26-29µm <strong>de</strong> diámetro; los espermacios se <strong>de</strong>sarrollan en las ramas superiores.<br />

Se reproduce en otoño.<br />

Hábitat: Sobre rocas <strong>de</strong> escolleras en el intermareal expuesto. Muy común como epifita <strong>de</strong><br />

una gran variedad <strong>de</strong> algas <strong>de</strong> gran talla y fanerógamas marinas.<br />

Distribución: Cosmopolita tanto <strong>de</strong> aguas frías como templadas y tropicales. En Canarias<br />

citada por primera vez por Sansón en 1991, y actualmente presente en todas las islas<br />

menos en la Gomera (Haroun et al., 2002).<br />

Como epibionte <strong>de</strong> tortuga boba, solo ha sido citada por Senties et al. (1999), en hembras<br />

nidificantes <strong>de</strong>l Caribe Mexicano.<br />

4 5<br />

1<br />

Fig. 49 (dorso): Imágenes <strong>de</strong> ejemplares <strong>de</strong> Ceramium flaccidum localizados sobre las<br />

tortugas Caretta caretta muestreadas. 1– Esquema <strong>de</strong> los ejemplares <strong>de</strong> C. flaccidum<br />

muestreados. 2– Detalle <strong>de</strong> una mata <strong>de</strong> C. flaccidum. 3– Detalle <strong>de</strong> la zona apical<br />

característica <strong>de</strong> C. flaccidum. 4 y 5- Tortuga boba colonizada por C. flaccidum.


GRÁFICOS DE FRECUENCIAS<br />

Fig. 50: Gráfico <strong>de</strong> frecuencias <strong>de</strong> presencia/ausencia <strong>de</strong><br />

C. flaccidum en las tortugas Caretta caretta muestreadas,<br />

en función <strong>de</strong> las diferentes variables <strong>de</strong> estudio.<br />

La presencia se subdivi<strong>de</strong> en función <strong>de</strong> las cantida<strong>de</strong>s<br />

observadas por tortuga.<br />

CAPÍTULO 1: FLORA.<br />

A pesar <strong>de</strong> ser un alga mucho menos<br />

abundante que las dos anteriores, presenta<br />

una serie <strong>de</strong> peculiarida<strong>de</strong>s muy interesantes<br />

para este estudio.<br />

Este alga se observó con menor frecuencia<br />

(3.85%) pero en mayor cantidad (abundante<br />

y muy abundante) en el año 2003 que en el<br />

2002 (7.02%) y 2004 (8.62%).<br />

Según la época <strong>de</strong>l año, este alga se localizó<br />

principalmente en tortugas que ingresaron en<br />

los fríos meses <strong>de</strong> enero (12.5%), febrero<br />

(25%) y noviembre (16.67%). Por el<br />

contrario, ninguna tortuga ingresada en<br />

marzo, abril, octubre o diciembre presentó<br />

este alga.<br />

Con respecto a la isla, sorpren<strong>de</strong> la elevada<br />

frecuencia y cantidad (muy abundante)<br />

observada en las tortugas proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> la<br />

isla <strong>de</strong> Lanzarote (50%) y el Hierro (16.67%).<br />

Sin embargo, no fue observada en ninguna<br />

tortuga localizada en las islas <strong>de</strong> Tenerife, La<br />

Gomera y La Palma.<br />

Uno <strong>de</strong> las peculiarida<strong>de</strong>s mas importantes <strong>de</strong><br />

esta especie es que está presente solo en<br />

tortugas <strong>de</strong> gran talla, principalmente<br />

mayores <strong>de</strong> 60cm <strong>de</strong> caparazón, y sobretodo,<br />

en todas las tortugas <strong>de</strong> mas <strong>de</strong> 65cm, en las<br />

que el 50% la presentaban en cantida<strong>de</strong>s<br />

muy abundantes).<br />

No hay diferencias apreciables según la<br />

gravedad <strong>de</strong> las lesiones <strong>de</strong> la tortuga,<br />

aunque es ligeramente mas frecuente en<br />

tortugas con lesiones leves (en el 9.52% <strong>de</strong><br />

las sanas, el 6.82% <strong>de</strong> las leves y el 10% <strong>de</strong><br />

las mo<strong>de</strong>radas) que en los casos <strong>de</strong> lesiones<br />

graves (en el 2.94% <strong>de</strong> las graves y el 3.57%<br />

<strong>de</strong> las muy graves).<br />

87


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

Fig. 51: Gráfico <strong>de</strong> frecuencias <strong>de</strong> las tallas máximas <strong>de</strong><br />

P. carettia observadas por tortuga, en los ejemplares <strong>de</strong><br />

C. caretta muestreados, en función <strong>de</strong> las distintas<br />

variables <strong>de</strong> estudio.<br />

88<br />

<strong>Las</strong> ramas <strong>de</strong> los ejemplares <strong>de</strong> C. flaccidum<br />

observados sobre los caparazónes <strong>de</strong> las<br />

tortugas <strong>de</strong> Canarias son <strong>de</strong> talla pequeña. El<br />

45.45% <strong>de</strong> las tortugas presentaba<br />

ejempalres <strong>de</strong> menos <strong>de</strong> 2mm, aunque un<br />

pequeño porcentaje (27.27%) presentaron<br />

ejemplares <strong>de</strong> 5 a 10mm, y una sola tortuga<br />

portaba ejemplares <strong>de</strong> mas <strong>de</strong> 10mm.<br />

<strong>Las</strong> tallas mas gran<strong>de</strong>s (<strong>de</strong> 10 a 20mm) se<br />

localizaron principalmente en tortugas<br />

ingresadas en el 2003 (50%), en el mes <strong>de</strong><br />

agosto, proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> la isla <strong>de</strong>l hierro y en<br />

tortugas con el caparazón superior a 65cm <strong>de</strong><br />

LCC (25%).<br />

Tallas superiores a la media (<strong>de</strong> 5 a 10mm)<br />

también se observaron en tortugas ingresadas<br />

en el año 2004 (40%), en el mes <strong>de</strong> julio<br />

(50%), proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> la isla <strong>de</strong> Lanzarote y<br />

Gran Canaria (100% y 28.57%) y en tortugas<br />

<strong>de</strong> tallas superiores a 60cm <strong>de</strong> caparazón.<br />

Con respecto a la zona <strong>de</strong> la isla en la que se<br />

localizaron las tortugas, aquellas localizada en<br />

la costa sur <strong>de</strong> las islas presentaban las<br />

mayores tallas <strong>de</strong> C. flaccidum.<br />

Para esta alga no se dispone un gráfico <strong>de</strong><br />

<strong>estruc</strong>turas reproductoras ya que solo se<br />

observaron en 1 sola tortuga, <strong>de</strong> 63cm <strong>de</strong><br />

caparazón y que ingreso en mayo <strong>de</strong> 2002 en<br />

el sur <strong>de</strong> la isla <strong>de</strong> Gran Canaria.


Cladophoropsis membranacea (C. Agardh) Borgesen, 1905<br />

División: Chlorophyta Reichenbach, 1834<br />

Clase: Chlorophyceae Wille, 1884<br />

Or<strong>de</strong>n: Cladophorales Haeckel, 1894<br />

Fam.: Siphonocladaceae Schmitz, 1879<br />

Género: Cladophoropsis Borgesen, 1905<br />

CAPÍTULO 1: FLORA.<br />

89


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

90<br />

Clasificación<br />

taxonómica<br />

2<br />

3<br />

4 5<br />

6<br />

DESCRIPCIÓN Y GENERALIDADES:<br />

Morfología: Planta frondosa <strong>de</strong> filamentos muy enmarañados y erectos <strong>de</strong> unos 170-270µm<br />

<strong>de</strong> diámetro. Ramificación alterna en la base y unilateral en los ápices, con ramificaciones <strong>de</strong><br />

100-145µm <strong>de</strong> diámetro. Células largas <strong>de</strong> longitud irregular y no constreñidas en los nudos.<br />

Color: Ver<strong>de</strong> brillante y blancuzca al secarse.<br />

Talla: normalmente 20-30mm, aunque pue<strong>de</strong> llegar a medir hasta 10cm.<br />

Hábitat: sobre rocas, conchas, arena, piedras, otras algas (generalmente fanerógamas) y<br />

pastos marinos <strong>de</strong> lagunas costeras y ambientes marinos. Muy tolerante a los impactos<br />

ambientales y bioindicador <strong>de</strong> metales pesados. Forma colonias <strong>de</strong> aspecto almohadillado.<br />

Reproducción: En canarias presenta una clara estacionalidad, con máximos <strong>de</strong> biomasa en<br />

los meses mas fríos (<strong>de</strong> noviembre a abril).<br />

Distribución: Aunque es un alga <strong>de</strong> carácter tropical, es una gran cosmopolita observada en<br />

todos los mares y océanos templados y cálidos. En la Macaronesia está presente en todos<br />

los archipiélagos, así como en la costa oeste <strong>de</strong> África. En Canarias citada para todas la islas<br />

<strong>de</strong>l archipiélago (Sangil et al., 2003), aunque estudios genéticos recientes han diferenciado<br />

varias poblaciones <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l archipiélago, unas con afinida<strong>de</strong>s con el Caribe, otras con<br />

Cabo Ver<strong>de</strong> y otras con el Mediterráneo (Espino et al., 2006).<br />

Nunca ha sido citada como epibionte <strong>de</strong> tortuga boba.<br />

1<br />

7<br />

Fig. 52 (dorso): Imágenes <strong>de</strong> ejemplares <strong>de</strong> Cladophoropsis membranacea localizadas<br />

sobre las tortugas Caretta caretta muestreadas. 1– Esquema <strong>de</strong> los ejemplares <strong>de</strong> C.<br />

membranacea muestreados. 2– Detalle <strong>de</strong> una mata <strong>de</strong> C. membranacea. 3– Detalle <strong>de</strong><br />

ramas <strong>de</strong> C. membranacea. 4 y 5- Detalles <strong>de</strong> las células <strong>de</strong> ramas <strong>de</strong> C. membranacea.<br />

6- Ejemplares <strong>de</strong> C. membranacea dispuestos sobre el caparazón. 9 – Tortuga boba<br />

colonizada por C. membranacea.


GRÁFICOS DE FRECUENCIAS<br />

Fig. 53: Gráfico <strong>de</strong> frecuencias <strong>de</strong> presencia/ausencia <strong>de</strong><br />

C. membranacea en las tortugas Caretta caretta muestreadas,<br />

en función <strong>de</strong> las diferentes variables <strong>de</strong> estudio.<br />

La presencia se subdivi<strong>de</strong> en función <strong>de</strong> las cantida<strong>de</strong>s<br />

observadas por tortuga.<br />

CAPÍTULO 1: FLORA.<br />

Cladophoropsis mebranacea solo estuvo<br />

presente en el 3.59% <strong>de</strong> las tortugas<br />

muestreadas, pero no por ello <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser<br />

importante.<br />

En el año 2002, ninguna <strong>de</strong> las tortugas<br />

muestreadas presentaba esta especie. En el<br />

año 2003 el 3.85% y en el 2004 el 6.9% <strong>de</strong><br />

las tortugas transportaban esta alga sobre sus<br />

caparazones.<br />

A lo largo <strong>de</strong>l año, la presentaron en<br />

frecuencias consi<strong>de</strong>rables las tortugas<br />

ingresadas en los meses <strong>de</strong> invierno,<br />

principalmente en octubre (16.67%) y en<br />

enero y febrero (12.5%). También se observó<br />

en tortugas ingresadas en julio, agosto y<br />

septiembre, aunque en bajas frecuencias<br />

(5%).<br />

Al igual que la especie anterior, se encontró<br />

en mayor frecuencia y cantidad en las<br />

tortugas ingresadas en Lanzarote (50%) y el<br />

Hierro (16.67%). Unos pocos ejemplares se<br />

observaron en tortugas <strong>de</strong> Fuerteventura<br />

(6.5%) y Gran Canaria (2.91%). En las<br />

tortugas ingresadas en el resto <strong>de</strong> las islas no<br />

fue observada.<br />

Casi todas las tortugas que presentaron esta<br />

especie fueron localizadas en la costa sur <strong>de</strong><br />

las islas.<br />

Ninguna tortuga <strong>de</strong> menos <strong>de</strong> 50cm <strong>de</strong><br />

caparazón presentó esta especie, y se<br />

observó en frecuencia (75%) y en cantida<strong>de</strong>s<br />

realmente importantes solo en tortugas <strong>de</strong><br />

talla superior a 65cm <strong>de</strong> caparazón.<br />

En función <strong>de</strong> la gravedad <strong>de</strong> las lesiones <strong>de</strong><br />

las tortugas, no se observaron diferencias<br />

apreciables.<br />

91


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

Fig. 54: Gráfico <strong>de</strong> frecuencias <strong>de</strong> las tallas máximas <strong>de</strong><br />

P. carettia observadas por tortuga, en los ejemplares <strong>de</strong><br />

C. caretta muestreados, en función <strong>de</strong> las distintas<br />

variables <strong>de</strong> estudio.<br />

92<br />

Los ejemplares <strong>de</strong> C. membranacea<br />

epibiontes <strong>de</strong> tortuga boba en aguas <strong>de</strong><br />

Canarias, presentaron tallas diversas.<br />

La mayoría presentaron tallas pequeñas, pero<br />

el 33.34% <strong>de</strong> las tortugas portaban<br />

ejemplares <strong>de</strong> talla superior a la <strong>de</strong>scrita por<br />

la bibliografía (20-30mm). Todas estas<br />

tortugas presentaban tallas <strong>de</strong> caparazón<br />

superiores a 65cm, y se localizaron en las<br />

islas <strong>de</strong> Lanzarote y el Hierro.<br />

El resto <strong>de</strong> tortugas, todas <strong>de</strong> entre 50 y<br />

65cm <strong>de</strong> caparazón, que ingresaron en<br />

febrero, julio, septiembre y noviembre, al sur<br />

<strong>de</strong> las islas Fuerteventura y Gran Canaria,<br />

presentaron ejemplares <strong>de</strong> menor talla<br />

(


3.2. – ANALISIS CONJUNTOS<br />

ABUNDANCIA<br />

CAPÍTULO 1: FLORA.<br />

<strong>Las</strong> frecuencias observadas para cada una <strong>de</strong> las algas fué muy variable, siendo la Rhodophyta<br />

Polysiphonia carettia la mas abundante (8<strong>0.</strong>5%) y Hincksia mitchelliae la segunda mas frecuente<br />

(48.5%). <strong>Las</strong> <strong>de</strong>más algas se han observado en muy bajas frecuencias, aunque Ceramium flacidum<br />

(6.5%) y Cladophoropsis membranacea (3.6%) son las únicas <strong>de</strong> estas algas poco frecuentes que se<br />

han consi<strong>de</strong>rado en los análisis <strong>de</strong> este estudio.<br />

Fig. 55. Porcentaje <strong>de</strong> tortugas (N=167) que presentaron cada una <strong>de</strong> las especies <strong>de</strong> algas<br />

epibiontes. = algas Chlorophytas; = algas Phaeophytas; = algas Rhodophytas.<br />

En los juveniles <strong>de</strong> tortuga boba (Caretta caretta) que circundan el archipiélago canario, las algas<br />

rojas y pardas son realmente mas abundantes como epibiontes (8<strong>0.</strong>5% y 48.5% respectivamente)<br />

que las algas ver<strong>de</strong>s (3.6% la mas abundante), encontrándose estas últimas <strong>de</strong> forma ocasional y en<br />

cantida<strong>de</strong>s muy pequeñas, con la excepción <strong>de</strong> unos casos específicos como se verá mas a<strong>de</strong>lante.<br />

El alga roja Polysiphonia carettia es la segunda especie mas abundante <strong>de</strong> todos los epibiontes<br />

observados en este estudio (<strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l cirrípedo Lepas anatifera), y la primera, con diferencia, <strong>de</strong><br />

las especies <strong>de</strong> algas (8<strong>0.</strong>5%).<br />

Hincksia mitchelliae es la segunda especie <strong>de</strong> flora mas abundante (la tercera especie <strong>de</strong> todos los<br />

epibiontes observados), ya que casi la mitad (48.5%) <strong>de</strong> las tortugas la presentaban en su caparazón.<br />

El resto <strong>de</strong> especies <strong>de</strong> algas epibiontes presentan frecuencias bastante bajas (< <strong>de</strong>l 10%), por lo que<br />

su presencia como epibiontes <strong>de</strong> juveniles <strong>de</strong> tortuga boba en el archipiélago canario podría<br />

consi<strong>de</strong>rarse como ocasional.<br />

Este trabajo proporciona la primera cita <strong>de</strong> la especie Cladophoropsis membranaceae como epibionte<br />

<strong>de</strong> tortuga boba, ya que hasta la fecha nunca ha sido citada sobre el caparazón <strong>de</strong> esta especie.<br />

93


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

94<br />

A)<br />

B)<br />

C)<br />

D)<br />

Fig. 56. Variación <strong>de</strong> frecuencias<br />

<strong>de</strong> las 4 especies principales <strong>de</strong><br />

algas epibiontes en función <strong>de</strong><br />

las distintas variables estudiadas.<br />

a) Según los años.<br />

b) Según la isla.<br />

c) Según el punto cardinal en el<br />

que se localizó a la tortuga.<br />

d) Según la gravedad <strong>de</strong> las<br />

lesiones.


VARIACIÓN ANUAL (Fig. 56.A)<br />

CAPÍTULO 1: FLORA.<br />

En la figura 56.A se aprecia claramente como ninguna <strong>de</strong> las 4 especies presenta diferencias anuales<br />

importantes. Una abundancia constante a lo largo <strong>de</strong> los 3 años <strong>de</strong> estudio, indica que no hay<br />

fluctuaciones anuales en la presencia/ausencia <strong>de</strong> estas especies como epibiontes <strong>de</strong> las tortugas<br />

juveniles <strong>de</strong> canarias, y por lo tanto, que esta colonización es bastante homogénea a lo largo <strong>de</strong>l<br />

tiempo.<br />

El único dato <strong>de</strong>stacable es que en el año 2002 ninguna tortuga presentó el alga C. membranaceae,<br />

aunque en el 2003 y 2004 se observó un ligero aumento, duplicando la frecuencia al pasar <strong>de</strong> un<br />

3.85% <strong>de</strong>l 2003 a un 6.9% para el último año.<br />

VARIACIÓN GEOGRÁFICA (Fig. 56.B y C)<br />

En función <strong>de</strong> la localización geográfica en la que localizó cada una <strong>de</strong> las tortugas muestreadas se<br />

pue<strong>de</strong>n observar algunas diferencias interesantes. En las islas en las que se muestreó un mayor<br />

número <strong>de</strong> tortugas (Fuerteventura, Gran Canaria y Tenerife), las frecuencias fueron mas<br />

homogéneas, mientras que en las <strong>de</strong>más se aprecian variaciones mas fuertes <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> cada especie,<br />

<strong>de</strong>bido al bajo número <strong>de</strong> tortugas.<br />

<strong>Las</strong> 2 especies mas abundantes (P. carettia y H. mitchelliae) se observaron en tortugas proce<strong>de</strong>ntes<br />

<strong>de</strong> todas las islas <strong>de</strong>l archipiélago, aunque H. mitchelliae fue mas abundante en las islas orientales<br />

que en las occi<strong>de</strong>ntales. Por el contrario, C. flaccidum y C. membranaceae se comportan <strong>de</strong> forma<br />

bastante similar, llamando la atención la ausencia total <strong>de</strong> estas en las tortugas localizadas en<br />

Tenerife, la Gomera y la Palma. Ambas presentan su mayor abundancia en las tortugas <strong>de</strong> Lanzarote<br />

y el Hierro (los extremos <strong>de</strong>l archipiélago).<br />

En el archipiélago canario se muestra un gradiente ascen<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l índice R/P <strong>de</strong> Feldmann (1937a,b),<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> las islas orientales hacia las mas oceánicas<br />

(Sangil et al., 2003). En este trabajo, el bajo<br />

número <strong>de</strong> grupos taxonómicos florales nos impi<strong>de</strong><br />

establecer el índice R/P <strong>de</strong> Feldmann, pero si<br />

establecemos la relación entre la frecuencia <strong>de</strong><br />

tortugas que portaban algas rojas y las que<br />

portaban algas pardas se observa un gradiente<br />

ascen<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las islas orientales hacia las islas<br />

occi<strong>de</strong>ntales similar al <strong>de</strong>scrito (Fig. 60), corroborando<br />

que las algas rojas son mas abundantes en<br />

Fig. 57. Relación entre la frecuencia <strong>de</strong> algas<br />

rojas y la frecuencia <strong>de</strong> algas pardas para las<br />

distintas islas <strong>de</strong>l archipiélago Canario.<br />

las islas occi<strong>de</strong>ntales que en las orientales. Este<br />

hecho sugiere una clara influencia <strong>de</strong> región <strong>de</strong>l<br />

archipiélago en la que se localiza la tortuga sobre el<br />

proceso <strong>de</strong> colonización <strong>de</strong> su caparazón.<br />

Por otro lado, la figura 56.C indica que el punto cardinal en el que se localizó a cada tortuga no<br />

influye en la colonización algal <strong>de</strong> las tortugas muestreadas.<br />

VARIACIÓN EN FUNCIÓN DE LA GRAVEDAD DE LAS LESIONES (Fig. 56.D)<br />

<strong>Las</strong> dos especies menos abundantes se comportan, <strong>de</strong> nuevo, <strong>de</strong> forma muy similar. A pesar <strong>de</strong> su<br />

baja frecuencia, se aprecia que se localizaron con mas frecuencia en tortugas sanas o con lesiones<br />

leves que en tortugas con lesiones graves.<br />

Por el contrario, H. mitchellieae fue ligeramente mas frecuente en tortugas con lesiones graves que<br />

en tortugas sanas o sin lesiones, aunque la diferencia no es muy importante.<br />

Llama mucho la atención el caso <strong>de</strong> P. carettia, que se localizó con mucha mas frecuencia en tortugas<br />

que presentaban alguna lesión (ya fuera leve o grave) (entre el 78.57% y el 90%), que en tortugas<br />

sanas (42.86%).<br />

95


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

ESTACIONALIDAD (Fig. 58)<br />

En la figura 58.A se aprecian gran<strong>de</strong>s diferencias en la estacionalidad <strong>de</strong> cada una <strong>de</strong> las algas<br />

obsevadas. La rodofita P. carettia presenta una gran irregularidad en invierno (con la frecuencia mas<br />

baja en febrero), y una mayor homogeneidad el resto <strong>de</strong>l año, con dos pequeños picos <strong>de</strong> abundancia<br />

en mayo-junio y en septiembre, justo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> los puntos <strong>de</strong> mayor frecuencia <strong>de</strong> <strong>estruc</strong>turas<br />

reproductoras (abril y agosto). Este hecho sugiere que los meses <strong>de</strong> abril y agosto son los mas<br />

idóneos para la reproducción sexual <strong>de</strong> esta especie, observándose un aumento <strong>de</strong> abundancia en los<br />

meses justo posteriores. A lo largo <strong>de</strong>l año son ligeramente mas abundantes los tetraesporangios que<br />

los carposporangios, a excepción <strong>de</strong> los meses <strong>de</strong> abril y septiembre. <strong>Las</strong> tortugas localizadas en los<br />

meses <strong>de</strong> otoño presentaron la menor frecuencia <strong>de</strong> <strong>estruc</strong>turas reproductoras <strong>de</strong> P. carettia.<br />

Por el contrario, para el alga parda H. mitchellieae los meses mas fríos <strong>de</strong>l año (enero, febrero y<br />

marzo) son los que presentan mejores condiciones, ya que su abundancia es mucho mayor y mas<br />

homogénea (75%) en estos meses que en el resto <strong>de</strong>l año (entre 25% y 60%). Con respecto a la<br />

96<br />

A)<br />

B)<br />

Fig. 58. Porcentaje <strong>de</strong> tortugas que presentaron cada una <strong>de</strong> las 4 algas principales a lo largo <strong>de</strong>l año, en<br />

función <strong>de</strong>l mes y <strong>de</strong> la estación. A) Frecuencias absolutas <strong>de</strong> presencia <strong>de</strong> cada alga. B) Porcentaje <strong>de</strong><br />

tortugas que presentaron <strong>estruc</strong>turas reproductoras en los ejemplares <strong>de</strong> cada especie que transportaban<br />

en su caparazón. (C. flaccidum solo presentó <strong>estruc</strong>turas reproductoras en una sola tortuga y C.<br />

membranaceae nunca las presentó, por ello no se han dispuesto en el grafico B).


CAPÍTULO 1: FLORA.<br />

presencia <strong>de</strong> <strong>estruc</strong>turas reproductoras presenta una gran irregularidad, localizándose el mayor<br />

número a finales <strong>de</strong> otoño, aunque tras los períodos <strong>de</strong> abundancia <strong>de</strong> <strong>estruc</strong>turas reproductoras le<br />

sigue uno o dos meses <strong>de</strong> frecuencias muy bajas. En febrero, ninguna <strong>de</strong> las tortugas portaba<br />

ejemplares <strong>de</strong> esta especie con <strong>estruc</strong>turas reproductoras. En resumen, los meses <strong>de</strong> invierno (enero,<br />

febrero y marzo) son idóneos para el fuerte <strong>de</strong>sarrollo vegetativo <strong>de</strong> H. mitchelliae.<br />

De nuevo C. flaccidum y C. membranacea tuvieron un comportamiento bastante similar, siendo ambas<br />

mas abundantes en otoño e invierno. Incluso, ninguna tortuga <strong>de</strong> las que ingreso en primavera<br />

presentaba C. membranacea en su caparazón y muy pocas presentaba C. flaccidum (2 tortugas en el<br />

mes <strong>de</strong> mayo). A<strong>de</strong>más, C. membranacea nunca presentó <strong>estruc</strong>turas reproductoras y C. flaccidum<br />

únicamente en los ejemplares <strong>de</strong> una sola tortuga.<br />

TALLA Y ESTADÍOS DE LAS TORTUGAS (Fig. 59)<br />

Fig. 59. Frecuencias <strong>de</strong> las distintas especies <strong>de</strong> algas epibiontes en función <strong>de</strong> la talla <strong>de</strong> las<br />

tortugas sobre las que se presentaron. (Los estadios se establecieron en función <strong>de</strong> la<br />

información recopilada en la bibliografía y <strong>de</strong>scrita en la introducción <strong>de</strong> esta tesis).<br />

P. carettia H. mitchelliae C. flaccidum C. membranae<br />

Oceánica (pasiva) 68,90% 44,68% 0,00% 0,00%<br />

Oceánica (activa) 87,27% 41,82% 1,82% 0,00%<br />

Transición 90,63% 50,00% 12,50% 9,38%<br />

Subadulta 66,67% 33,33% 77,78% 44,44%<br />

Fig. 6<strong>0.</strong> Frecuencias <strong>de</strong> las distintas especies <strong>de</strong> algas epibiontes para cada uno <strong>de</strong> los estadios<br />

<strong>de</strong>l ciclo <strong>de</strong> vida <strong>de</strong> la tortuga boba.<br />

Uno <strong>de</strong> los datos mas interesantes que nos muestran las algas epibiontes es la preferencia <strong>de</strong> cada<br />

alga por un tamaño <strong>de</strong> tortuga <strong>de</strong>terminando, diferenciándose mas claramente los dos grupos que<br />

establecimos antes. P.carettia y H. mitchelliae se encontraron mayoritariamente en tortugas <strong>de</strong> 25 a<br />

55cm <strong>de</strong> LCC, disminuyendo fuertemente su presencia a partir <strong>de</strong> esta talla e incluso no estando<br />

presentes casi en absoluto a partir <strong>de</strong> los 65cm. Mientras tanto, C. flaccidum y C. membranacea solo<br />

se han observado en tortugas superiores a 40-45cm <strong>de</strong> LCCmin <strong>de</strong> caparazón, presentando su mayor<br />

abundancia en aquellas tortugas <strong>de</strong> mas <strong>de</strong> 60cm.<br />

Según la presencia/ausencia <strong>de</strong> las cuatro algas epibiontes principales <strong>de</strong> este estudio, se pue<strong>de</strong>n<br />

establecer tres grupos: 1) tortugas <strong>de</strong> talla inferior a 50cm (correspondiendo exactamente con el<br />

estadio oceánico), que se caracterizan por la presencia exclusiva <strong>de</strong> P. carettia (68.9% - 87,27%<br />

97


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

oceánico pasivo y activo respectivamente) y H. mitchelliae (44.68% – 41.82% para cada estadio<br />

oceánico); 2) tortugas con LCCmin <strong>de</strong> entre 50 y 60cm (que se correspon<strong>de</strong> con el estadio <strong>de</strong><br />

transición), caracterizado por la presencia <strong>de</strong> las 4 especies y en la que se observa un aumento<br />

progresivo <strong>de</strong> las frecuencias <strong>de</strong> C. flaccidum y C. membranaceae al ir aumentando la talla <strong>de</strong> las<br />

tortugas (pasando <strong>de</strong> 1.82% a 12.5% la primera y <strong>de</strong> 0% a 9.38% la segunda); 3) tortugas <strong>de</strong> mas<br />

<strong>de</strong> 60cm <strong>de</strong> caparazón (estadio subadulto), que se caracteriza por la dominancia <strong>de</strong> C. flaccidum<br />

(77.78%) y C. membranaceae (44.44%) y con una impresionante caída en la frecuencia <strong>de</strong> P. carettia<br />

(<strong>de</strong> 9<strong>0.</strong>63% a 66.67%) y H. mitchelliae (<strong>de</strong> 50% a 33.33%).<br />

Un dato importante que no hay que pasar por alto, es que en el paso <strong>de</strong> estadio Oceánico pasivo a<br />

Oceánico activo, alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> los 35cm <strong>de</strong> LCCmin, se observa una pequeña fluctuación en las<br />

frecuencias <strong>de</strong> las dos especies que caracterizan este estadio, presentándose una disminución en sus<br />

frecuencias, que luego remontan lentamente.<br />

98


4.- DISCUSIÓN<br />

CAPÍTULO 1: FLORA.<br />

<strong>Las</strong> algas se distribuyen por los mares y océanos en función <strong>de</strong> las variables ambientales y <strong>de</strong> sus<br />

características específicas, y uno <strong>de</strong> los factores limitantes mas importantes es el sustrato, por lo que<br />

muchas especies <strong>de</strong> algas han sido capaces <strong>de</strong> colonizar otros seres vivos (algas, caracoles,<br />

cangrejos, etc.) en busca <strong>de</strong> sustratos libres. <strong>Las</strong> especies principales encontradas como epibiontes <strong>de</strong><br />

las tortugas juveniles <strong>de</strong>l archipiélago canario, son algas que se habían adaptado a vivir sobre otros<br />

organismos, principalmente algas o fanerógamas marinas, por lo que su adaptación a un hábitat como<br />

el caparazón <strong>de</strong> una tortuga marina no tuvo que ser tan drástico como para otras algas.<br />

Uno <strong>de</strong> los principales puntos que llama la atención <strong>de</strong> este estudio, es el escaso número <strong>de</strong> especies<br />

encontradas (7 especies en total, <strong>de</strong> las cuales 4 se pue<strong>de</strong>n consi<strong>de</strong>rar como frecuentes). Este dato se<br />

acerca mucho a los primeros estudios llevados a cabo por Dodd (1988) (5 especies) y Frazier et al.<br />

(1985) (4 especies) en el Mediterráneo, pero dista bastante <strong>de</strong> las 37 especies <strong>de</strong>scritas por Senties et<br />

al. (1999), en hembras adultas <strong>de</strong>l Caribe Mexicano; las 19 especies <strong>de</strong>scritas por Kitsos et al. (2005)<br />

en Grecia, y <strong>de</strong> las 14 especies presentes en hembras nidificantes <strong>de</strong> la costa este <strong>de</strong> EE.UU (Caine,<br />

1986; Frick et al.,1998, 2000).<br />

A pesar <strong>de</strong> las diferencias, este estudio coinci<strong>de</strong> con los trabajos <strong>de</strong> Senties et al. (1999) en que las<br />

algas epibiontes <strong>de</strong> Caretta caretta son principalmente <strong>de</strong> forma pequeña y filamentosa, puesto que<br />

las 4 especies principales <strong>de</strong> este estudio presentan estas características; y en que las lagas rodófitas<br />

<strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n Ceramiales (sobretodo el género Polysiphonia) son las mas abundantes, al igual que en este<br />

estudio, el alga roja, Polysiphonia carettia, se localizó en el 8<strong>0.</strong>5% <strong>de</strong> las tortugas muestreadas y<br />

Ceramium flaccidum en el 6.5%. En resumen, es este estudio se observaron dos rodofitas <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n<br />

Ceramiales, frente a una sola feofita y una sola clorofita.<br />

Los trabajos citados anteriormente y que presentaban una elevada cantidad <strong>de</strong> especies, se realizaron<br />

con tortugas adultas nidificantes a excepción <strong>de</strong>l trabajo <strong>de</strong> Kitsos et al. (2005). Varios autores han<br />

confirmado que las tortugas adultas presentan un mayor número <strong>de</strong> especies epibiontes,<br />

principalmente porque frecuentan hábitats neríticos, en los que la diversidad <strong>de</strong> especies es mucho<br />

mayor (Caine, 1986, Frick et al., 1998). <strong>Las</strong> tortuga juveniles presentan un modo <strong>de</strong> vida pelágico,<br />

frecuentando aguas oceánicas muy pobres en especies, por lo que es lógico que estas tortugas<br />

presenten un menor número <strong>de</strong> especies. En el gráfico <strong>de</strong> la figura 58, se muestra claramente como<br />

las tortugas <strong>de</strong> este estudio <strong>de</strong> tallas mas pequeñas, y por lo tanto, en estadios pelágicos, presentan<br />

solo 2 especies, P. carettia y H. mitchelliae, mientras que al ir aumentando la talla se va ampliando el<br />

número <strong>de</strong> especies a 4, ya que en las tortugas <strong>de</strong> mas <strong>de</strong> 50cm presentan C. flaccidum y C.<br />

membranacea. Este dato sugiere que las tortugas <strong>de</strong> mayor talla pue<strong>de</strong>n frecuentar áreas neríticas,<br />

aumentando así el número <strong>de</strong> especies que colonizan su caparazón. El trabajo <strong>de</strong> Kitsos et al. (2005)<br />

no especifica la talla <strong>de</strong> las tortugas, pero se trata <strong>de</strong> tortugas varadas en la costas <strong>de</strong> Grecia, por lo<br />

que seguramente sean subadultas y adultas.<br />

Por otro lado, las aguas templado-cálidas <strong>de</strong> Canarias se caracterizan por la presencia <strong>de</strong> flora marina<br />

subtropical, formada principalmente por rodófitas, pequeñas feofitas y alguna clorofila (Afonso-Carrillo<br />

& Sansón, 1999), lo que se ajusta al patrón floral observado en las tortugas localizadas en la zona.<br />

El caso <strong>de</strong> P. carettia es un caso excepcional, ya que se trata <strong>de</strong> un alga específica <strong>de</strong> Caretta caretta,<br />

es <strong>de</strong>cir, que solo vive sobre esta tortuga, y por consiguiente, esta adaptada totalmente al hábitat que<br />

se crea entorno a ella. Este hecho ratifica que la abundancia <strong>de</strong> esta especie era <strong>de</strong> esperar, pero un<br />

punto importante sobre ella es que hasta la fecha, solo se había citado para una <strong>de</strong> las islas <strong>de</strong>l<br />

archipiélago Canario, la isla <strong>de</strong> Tenerife (Rojas-González et al., 1994), pero este estudio amplia su<br />

distribución a tortugas localizadas en todas las islas <strong>de</strong>l archipiélago.<br />

<strong>Las</strong> <strong>de</strong>más especies encontradas, H. mitchelliae, C. flaccidum y C. membranacea, son, por lo general,<br />

algas adaptadas a vivir en el intermareal expuesto, adheridas a rocas, conchas u otras algas<br />

(sobretodo fanerógamas), por lo que pue<strong>de</strong>n soportar fácilmente la elevada irradiación que se<br />

produce cuando la tortuga realiza el basking, están adaptadas al hidrodinamismo <strong>de</strong> la costa y por lo<br />

tanto a las turbulencias que produce la tortuga cuando realiza movimientos rápidos, y adaptadas a las<br />

variaciones termo-halinas propias <strong>de</strong> la zona intermareal, y que en este caso sufren cuando la tortuga<br />

migra <strong>de</strong> una zona a otra o realiza inmersiones profundas.<br />

99


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

H. mitchelliae es una alga comúnmente observada en mares templados y subtropicales, y se ha citado<br />

para todas las islas <strong>de</strong>l archipiélago Canario (Afonso-Carrillo & Sansón, 1999). En este estudio se<br />

observó en tortugas proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> todas las islas <strong>de</strong>l archipiélago, aunque en tallas mas pequeñas<br />

<strong>de</strong> lo <strong>de</strong>scrito en la bibliografía (el 89.59% <strong>de</strong> las tortugas portaban ejemplares <strong>de</strong> menos <strong>de</strong> 10mm).<br />

C. faccidum y C. membranacea tiene un carácter mas tropical, aunque son capaces <strong>de</strong> tolerar<br />

temperaturas mas bajas. La primera es una gran cosmopolita que esta citada en todas las islas <strong>de</strong>l<br />

archipiélago Canario menos en la Gomera y que solo se ha observado como epibionte <strong>de</strong> tortugas<br />

nidificantes <strong>de</strong>l caribe mexicano. La segunda esta <strong>de</strong>scrita para todos los archipiélagos macaronésicos<br />

y la costa africana. En este estudio estas dos últimas algas se observaron en todas las islas <strong>de</strong><br />

Canarias, menos en Tenerife, La Gomera y La Palma, y al igual que H. mitchellae, también<br />

presentaban tallas mas pequeñas <strong>de</strong> las <strong>de</strong>scritas en la bibliografía, con la excepción <strong>de</strong> los<br />

ejemplares localizados en tortugas <strong>de</strong> tallas superiores a 60-65cm <strong>de</strong> LCCmin.<br />

Uno <strong>de</strong> los puntos mas importantes <strong>de</strong> este estudio es que la clorofícea Cladophoropsis membranacea<br />

nunca había sido citada como epibionte <strong>de</strong> la tortuga Caretta caretta, por lo que este trabajo da la<br />

primera cita <strong>de</strong> este hábitat para esta especie. Para la especie Ceramium flaccidum, también se da la<br />

primera cita <strong>de</strong> esta especie como epibionte <strong>de</strong> tortugas juveniles Caretta caretta y <strong>de</strong> la costa este<br />

<strong>de</strong>l océano Atlántico, ya que hasta la fecha solo se había <strong>de</strong>scrito en tortugas adultas nidificantes <strong>de</strong>l<br />

Caribe mexicano. Por el contrario, P. carettia y H. mitchelliae se han citado tanto en tortugas adultas<br />

como en juveniles <strong>de</strong> esta especie.<br />

Por otro lado, comprobamos como para las cuatro especies principales, las tallas son ligeramente<br />

inferiores a las <strong>de</strong>scritas en la bibliografía. Este hecho <strong>de</strong>muestra una clara adaptación <strong>de</strong> las cuatro<br />

especies al tipo <strong>de</strong> hábitat que les ofrece el caparazón <strong>de</strong> la tortuga Caretta caretta.<br />

Con respecto a la estacionalidad <strong>de</strong> las especies observadas, hay variaciones importantes. En el caso<br />

<strong>de</strong> P. carettia, Rojas González et al. (1994) <strong>de</strong>scribió que esta especie presenta tetraesporángios en<br />

junio y cistocarpos/espermatángios principalmente en octubre, mientras que los ejemplares<br />

observados en este trabajo no presentan este patrón. En las tortugas Caretta caretta <strong>de</strong> canarias, la<br />

mayor frecuencia <strong>de</strong> tetraesporángios se localizó en el mes <strong>de</strong> agosto y la <strong>de</strong> cistocarpos en abril. Este<br />

dato indica claramente que las tortugas C. caretta localizadas en aguas <strong>de</strong>l archipiélago canario no<br />

pasan largas temporadas en estas aguas, sino que proce<strong>de</strong>n o se mueven entre las islas Canarias y<br />

otras áreas que estimulan el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> <strong>estruc</strong>turas reproductoras en otras épocas <strong>de</strong>l año, <strong>de</strong>bido<br />

seguramente a diferencias en los factores ambientales (temperatura, nutrientes, salinidad, etc).<br />

Por el contrario, según Sangil et al. (2003), C. membranacea presenta sus máximos <strong>de</strong> biomasa en los<br />

meses fríos <strong>de</strong> invierno, exactamente igual que lo observado en este trabajo, en el que las mayores<br />

frecuencias para esta especie se observaron en los meses <strong>de</strong> noviembre, enero y febrero. Incluso se<br />

observó con mayor frecuencia fue Lanzarote, que es la isla mas fría <strong>de</strong>l archipiélago.<br />

En el archipiélago canario se muestra un gradiente ascen<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l índice R/P <strong>de</strong> Feldmann (1937a,b),<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> las islas orientales hacia las mas oceánicas (Sangil et al., 2003). En este trabajo, el bajo<br />

número <strong>de</strong> grupos taxonómicos florales nos impi<strong>de</strong> establecer el índice R/P <strong>de</strong> Feldmann, pero si<br />

establecemos la relación entre la frecuencia <strong>de</strong> tortugas que portaban algas rojas y las que portaban<br />

algas pardas se observa un gradiente ascen<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las islas orientales hacia las islas occi<strong>de</strong>ntales<br />

similar al <strong>de</strong>scrito, corroborando que las algas rojas son mas abundantes en las islas occi<strong>de</strong>ntales que<br />

en las orientales. Este hecho sugiere una clara influencia <strong>de</strong> región <strong>de</strong>l archipiélago en la que se<br />

localiza la tortuga sobre el proceso <strong>de</strong> colonización <strong>de</strong> su caparazón.<br />

De este dato se pue<strong>de</strong>n establecer dos posibilida<strong>de</strong>s, por un lado, que las tortugas que se localizan en<br />

cada isla pasan un período mas o menos prolongado en la zona hasta adaptar la colonización <strong>de</strong> su<br />

caparazón a las características <strong>de</strong>l área o región; o por el contrario, que el proceso <strong>de</strong> colonización es<br />

tan rápido que se adapta a gran velocidad a la zona en la que se encuentra la tortuga.<br />

Otro punto muy importante a tener en cuenta es que este trabajo se ha realizado con tortugas que<br />

han sufrido lesiones <strong>de</strong> diversa gravedad, hecho que pue<strong>de</strong> afectar enormemente al proceso <strong>de</strong><br />

colonización. Si se observa el gráfico D <strong>de</strong> la figura 56, queda patente que las especies P. carettia y H.<br />

mitchelliae son mas abundantes y <strong>de</strong>sarrollan tallas mas gran<strong>de</strong>s en aquellas tortugas con lesiones<br />

100


CAPÍTULO 1: FLORA.<br />

mas graves, siendo mas marcada esta diferencia en P. carettia que en H. mitchelliae. Por el contrario,<br />

las otras dos especies, C. flaccidum y C. membranacea, se comportan <strong>de</strong> forma opuesta, siendo mas<br />

abundantes y <strong>de</strong> talla mas gran<strong>de</strong> en tortugas sanas que en tortugas heridas. Este hecho pue<strong>de</strong><br />

indicar una diferencia en el comportamiento <strong>de</strong> las tortugas que presentaron solo P. carettia y H.<br />

mitchelliae, con respecto a aquellas que presentaron las otras dos especies, permitiendo ser<br />

colonizadas por unas especies o por otras, aunque parece ser que la gravedad <strong>de</strong> las lesiones afecta<br />

mas a la talla y abundancia por tortuga <strong>de</strong> los ejemplares observados que a la presencia/ausencia <strong>de</strong><br />

estos, como <strong>de</strong>scribió Badillo (2007).<br />

Por último, uno <strong>de</strong> los puntos mas interesantes <strong>de</strong>l estudio <strong>de</strong> la flora epibionte <strong>de</strong> las tortugas<br />

Caretta caretta en aguas <strong>de</strong>l archipiélago Canario, lo muestra el gráfico <strong>de</strong> la Fig. 58, en el que se<br />

aprecia claramente que existen colonizaciones diferentes según las tallas <strong>de</strong> las tortugas localizadas<br />

en las islas Canarias, pudiendo establecerse tres grupos: 1) tortugas menores <strong>de</strong> 50cm <strong>de</strong> caparazón,<br />

con presencia exclusiva <strong>de</strong> P. carettia y H. mitchelliae; 2) un grupo intermedio <strong>de</strong> tortugas <strong>de</strong> 50 a<br />

60cm <strong>de</strong> caparazón, con frecuencias variables <strong>de</strong> las 4 especies; 3) un último grupo <strong>de</strong> tortugas con<br />

mas <strong>de</strong> 60cm <strong>de</strong> caparazón, con presencia mayoritaria <strong>de</strong> C. fraccidum y C. membranaceae. Estos<br />

datos concuerdan con las referencias <strong>de</strong> las diferentes fases <strong>de</strong>l ciclo <strong>de</strong> vida <strong>de</strong> la tortuga boba en el<br />

Atlántico norte dados por Car (1986, 1987a, b), Bolten (1992, 1993, 1994, 1995), Bjornal et al. (2000,<br />

2003), Tiwari et al. (2002), entre otros, coincidiendo el primer grupo con tortugas en etapa juvenil<br />

oceánica, en el que solo se observan especies adaptadas a una vida pelágica (P. carettia y H.<br />

mitchelliae); el segundo grupo con el período <strong>de</strong> transición, en el que según Tiwari et al. (2002) las<br />

tortugas se mueven entre la zona pelágica y nerítica entrando y saliendo constantemente, y que en<br />

este trabajo se caracteriza por la presencia <strong>de</strong> las 4 especies; y el último grupo con la etapa <strong>de</strong><br />

tortugas subadultas, que se caracteriza por el cambio <strong>de</strong> hábitat <strong>de</strong> las tortugas pasando a las zonas<br />

neríticas, y que en este trabajo son tortugas en la que su colonización está dominada por las dos<br />

especies propiamente neríticas (C. flaccidum y C. membranacea).<br />

Estas fases se <strong>de</strong>scribieron para la población <strong>de</strong> tortuga boba americanas, y según la <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong><br />

su ciclo <strong>de</strong> vida, las tortugas <strong>de</strong> mas <strong>de</strong> 65cm <strong>de</strong>berían haber regresado al lado oeste <strong>de</strong>l Atlántico,<br />

localizándose en la costa este <strong>de</strong> EE.UU. o en regiones <strong>de</strong>l Caribe. Por lo tanto, ¿quiénes son estas<br />

tortugas <strong>de</strong> mas <strong>de</strong> 65cm localizadas en aguas <strong>de</strong> Canarias?. Una <strong>de</strong> las posibilida<strong>de</strong>s es que las<br />

tortugas <strong>de</strong> origen americano, pue<strong>de</strong>n atravesar el Atlántico varias veces en su ciclo <strong>de</strong> vida, incluso<br />

una vez llegadas al estadio <strong>de</strong> subadulta, como ya dijo Bolten (1992, 1993). Y la otra es que se trate<br />

<strong>de</strong> tortugas subadultas <strong>de</strong> una población nidificante en el lado este <strong>de</strong>l Atlántico, es <strong>de</strong>cir, la población<br />

<strong>de</strong> Cabo Ver<strong>de</strong>. Este dato concuerda con los análisis genéticos llevados a cabo por Monzón-Argüello<br />

(2010) en el archipiélago canario, en el que se localizan tortugas <strong>de</strong> las poblaciones americanas (44-<br />

78% <strong>de</strong>l sur <strong>de</strong> Florida y 7-26% <strong>de</strong>l Noreste <strong>de</strong> Florida y Carolina <strong>de</strong>l norte), mexicanas (2-9%) y <strong>de</strong><br />

Cabo Ver<strong>de</strong> (6-17%) y con la teoría propuesta por Hawkes et al. (2006), en la que tortugas adultas<br />

nidificantes en Cabo Ver<strong>de</strong> pue<strong>de</strong>n alcanzar latitu<strong>de</strong>s mas frías en función <strong>de</strong> variables ambientales o<br />

<strong>de</strong> búsqueda <strong>de</strong> alimento.<br />

En Canarias se han llevado a cabo estudios genéticos <strong>de</strong> Cladophoropsis membranacea localizando<br />

ejemplares <strong>de</strong> poblaciones originarias <strong>de</strong>l Caribe, <strong>de</strong> Cabo Ver<strong>de</strong> y <strong>de</strong>l Mediterráneo (Espino et al.,<br />

2006). El estudio genético <strong>de</strong> los ejemplares muestreados en este estudio podría ayudar<br />

enormemente a i<strong>de</strong>ntificar el origen <strong>de</strong> las tortugas juveniles que frecuentan el archipiélago Canario.<br />

101


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

5. – CONCLUSIONES<br />

• <strong>Las</strong> tortugas juveniles Caretta caretta localizadas en aguas <strong>de</strong>l archipiélago<br />

Canario están colonizadas principalmente por 7 especies <strong>de</strong> algas, <strong>de</strong> las cuales 4<br />

pue<strong>de</strong>n consi<strong>de</strong>rarse como frecuentes, y son: las Rodofitas, Polysiphonia carettia<br />

(8<strong>0.</strong>5%) y Ceramium flaccidum (6.5%), la Feofita, Hincksia mitchelliae (48.6%) y<br />

la Clorofita Cladophoropsis membranacea (3.6%).<br />

• <strong>Las</strong> algas que colonizan el caparazón <strong>de</strong> las tortugas C. caretta en aguas Canarias<br />

se caracterizan por ser algas filamentosas y presentar tallas reducidas (incluso<br />

mas pequeñas que cuando se <strong>de</strong>sarrollan en otro tipo <strong>de</strong> hábitat).<br />

• <strong>Las</strong> algas que colonizan el caparazón <strong>de</strong> las tortugas C. caretta en aguas Canarias<br />

son propias <strong>de</strong> las características ambientales <strong>de</strong> la zona, con especies <strong>de</strong> aguas<br />

templadas y subtropicales, con algún aporte mas propio <strong>de</strong> zonas tropicales.<br />

• Polysiphonia carettia es el alga mas abundante en la colonización <strong>de</strong> la tortuga<br />

boba presente en aguas Canarias, <strong>de</strong>bido a que se trata <strong>de</strong> un alga específica <strong>de</strong><br />

esta especie.<br />

• Se amplia la distribución <strong>de</strong> la rodofita Polysiphonia carettia a todas las islas <strong>de</strong>l<br />

archipiélago canario.<br />

• Primera cita <strong>de</strong> Cladophoropsis membranacea como epibionte <strong>de</strong> tortuga boba<br />

(Caretta caretta).<br />

• Primera cita <strong>de</strong> Ceramium flaccidum como epibionte <strong>de</strong> tortugas juveniles <strong>de</strong> C.<br />

caretta y como epibionte <strong>de</strong> C. caretta en el lado este <strong>de</strong>l océano Atlántico.<br />

• Según la flora epibionte observada, en el archipiélago canario se localizan<br />

ejemplares <strong>de</strong> tortuga Caretta caretta en 3 fases diferentes <strong>de</strong> su ciclo <strong>de</strong> vida:<br />

juvenil oceánico, estadio <strong>de</strong> transición y subadulto.<br />

• La asincronía en la estacionalidad <strong>de</strong> las <strong>estruc</strong>turas reproductoras <strong>de</strong> la flora<br />

epibionte observada con respecto a lo <strong>de</strong>scrito en la bibliografía para estas<br />

mismas especies, sugiere que los ejemplares <strong>de</strong> tortuga boba localizados en aguas<br />

canarias, no pasan largas temporadas (mas <strong>de</strong> un año) en las islas, sino que se<br />

mueven entrando y saliendo <strong>de</strong> estas aguas.<br />

• <strong>Las</strong> mayor o menor gravedad <strong>de</strong> las lesiones presentadas por las tortugas<br />

estudiadas afectan mas a la talla y abundancia por tortuga <strong>de</strong> los ejemplares <strong>de</strong><br />

cada especie observados que a su frecuencia (presencia/ausencia), por lo que<br />

parece ser que las alteraciones no son realmente importantes.<br />

• Los diferentes tipos <strong>de</strong> colonización algal observado en las tortugas presentes en<br />

aguas <strong>de</strong> Canarias, sugieren que estas proce<strong>de</strong>n <strong>de</strong> poblaciones originarias <strong>de</strong><br />

ambos lados <strong>de</strong>l Atlántico, las poblaciones americanas o mexicanas <strong>de</strong>l oeste,<br />

como la población caboverdiana <strong>de</strong>l lado este <strong>de</strong>l Atlántico.<br />

102


Veinte presas<br />

hemos hecho<br />

a <strong>de</strong>specho<br />

<strong>de</strong>l inglés<br />

y han rendido<br />

sus pendones<br />

cien naciones<br />

a mis pies.<br />

Que es mi barco mi tesoro,<br />

que es mi dios la libertad,<br />

mi ley, la fuerza y el viento,<br />

mi única patria, la mar.<br />

J. Espronceda (fragmento)


C a p í t u l o 2 :<br />

C N I D A R I O S E P I B I O N T E S<br />

D E T O R T U G A B O B A D E C A N A R I A S


1. – INTRODUCCIÓN<br />

CAPÍTULO 2: CNIDARIOS<br />

El filo Cnidaria esta compuesto por aproximadamente 9000 especies, entre las que se incluyen las<br />

conocidas medusas, anémonas, corales e hidras. Sus brillantes colores combinados con su simetría<br />

radial producen frecuentemente formas <strong>de</strong> increíble belleza. Son principalmente marinos, a excepción<br />

<strong>de</strong> la Hidras y unos pocos hidrozoos dulceacuícolas, y la mayoría habitan en aguas someras, en<br />

litorales rocosos o en formaciones coralinas <strong>de</strong> mares tropicales (Ruppert & Barnes, 1996).<br />

Los cnidarios pue<strong>de</strong>n presentar 2 morfologías en su ciclo <strong>de</strong> vida: la <strong>de</strong> pólipo, que es sésil y que<br />

juega un importante papel en los ecosistemas costeros ya que suelen presentar organización colonial,<br />

sus colonias son efímeras, crecen rápidamente y sus hidroi<strong>de</strong>s son capaces <strong>de</strong> cazar y consumir una<br />

gran variedad <strong>de</strong> presas (Boero, 1984; Gili & Hughes, 1995), como dinoflagelados, diatomeas,<br />

tintinados y bacterias (Cornelius & Östman, 1987; Hunter, 1989) entre otros; y la morfología <strong>de</strong><br />

medusa, que es generalmente <strong>de</strong> vida libre, lleva a cabo la reproducción sexual y se alimenta <strong>de</strong><br />

plancton carnívoro gelatinoso como pequeños crustáceos, huevos y larvas <strong>de</strong> peces, larvas<br />

meroplanctónicas y microzooplancton (Purcell & Arai, 2001; Costello & Colin, 2002; Parsons & Lalli,<br />

2003). Pue<strong>de</strong>n presentar solo una <strong>de</strong> estas morfologías o las dos (Bouillon & Boero, 2000a).<br />

La marcada heterogeneidad morfológica <strong>de</strong> las especies <strong>de</strong> este filo ha llevado a los investigadores a<br />

especializarse en grupos taxonómicos concretos, llegando al extremo <strong>de</strong> que las sucesivas fases <strong>de</strong>l<br />

ciclo vital <strong>de</strong> una misma especie (pólipo y medusa) han sido estudiadas tradicionalmente por<br />

investigadores diferentes y recibido, incluso, nombre distintos. Conseguir una clasificación unitaria<br />

para ambas morfologías ha sido motivo <strong>de</strong> intensas discusiones y ha cristalizado en dos trabajos<br />

recientes muy relevantes llevados a cabo por Bouillon & Boero (2000a, 2000b) (Altuna, 2003).<br />

En la Península Ibérica y Baleares el filo Cnidaria ha estado casi totalmente abandonado por los<br />

investigadores españoles y portugueses hasta tiempos muy recientes, correspondiéndose la mayor<br />

parte <strong>de</strong> los trabajos a autores extranjeros que estudiaron el material obtenido por expediciones<br />

extranjeras que recorrieron los alre<strong>de</strong>dores <strong>de</strong> la Península (Caudan, Hiron<strong>de</strong>lle I, Hiron<strong>de</strong>lle II,<br />

Michael Sars, Norna, Princesse-Alice, Porcupine, Talisman, etc.). A partir <strong>de</strong> los años 70, los estudios<br />

llevados a cabo por investigadores <strong>de</strong> la península ibérica han aumentado <strong>de</strong> forma consi<strong>de</strong>rable,<br />

llegando a <strong>de</strong>scribirse un inventario <strong>de</strong> fauna íbero-balear con cerca <strong>de</strong> 600 especies, confirmando<br />

una diversidad específica bastante notable (Altuna, 2003).<br />

En las comunida<strong>de</strong>s bentónicas marinas la naturaleza <strong>de</strong>l sustrato es un factor limitante en la<br />

distribución <strong>de</strong> las especies (Llobet et al. 1986). La variedad <strong>de</strong> sustratos disponibles es elevada y la<br />

competencia por ocuparlos es aún mayor, lo cual lleva al <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> un amplio espectro <strong>de</strong><br />

estrategias <strong>de</strong> colonización, siendo la epibiosis una <strong>de</strong> las más utilizadas en las comunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l<br />

sustrato rocoso (Zabala, 1982). Concretamente, la colonización <strong>de</strong>l sustrato algal, ha representado<br />

una solución evolutiva muy notable para especies <strong>de</strong> ciclos <strong>de</strong> vida corto, como son la mayoría <strong>de</strong> los<br />

hidrozoos (Boero, 1984), sobretodo especies pertenecientes a las familias Campanulariidae y<br />

Haleciidae, capaces <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollar colonias con hidrocaules muy cortos, colonizando substratos a gran<br />

velocidad (Hale, 1973). La colonización <strong>de</strong> los hidrozoos ha sido ampliamente estudiada en algunas<br />

especies atlánticas e índicas (Kato et al., 1961; Nishihira, 1973; Stebbing, 1973), comprobándose que<br />

estos se comportan como pioneros en la sucesión (Standing, 1976), para ser sustituidos<br />

posteriormente por otras especies, generalmente <strong>de</strong> grupos incrustantes como las ascidias y los<br />

briozoos, aunque mas tar<strong>de</strong>, pue<strong>de</strong>n volver a colonizar dicho sustrato secundariamente actuando<br />

como oportunistas.<br />

Los hidroi<strong>de</strong>os epífitos <strong>de</strong> algas marinas suelen ser <strong>de</strong> talla muy pequeña, <strong>de</strong>bido seguramente a una<br />

adaptación al sustrato, en el que hay una continua fricción entre los fron<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l alga (Watson, 1992).<br />

Otros autores han citado también esta adaptación <strong>de</strong> talla y otras adaptaciones morfológicas <strong>de</strong><br />

ciertas especies al tipo <strong>de</strong> sustrato, sobretodo cuando se trata <strong>de</strong> sustratos flexibles o móviles. Por<br />

ejemplo, Plumaria filicaulis, Plumaria warreni, Sertularia distans y Abietinaria laevimarginata han<br />

<strong>de</strong>sarrollado engrosamientos en las hidrorrizas para aumentar su flexibilidad, y Obelia oxy<strong>de</strong>ntata<br />

produce unos estolones terminados en garfios al final <strong>de</strong> los hidrocaules especializados en la sujeción<br />

(Gravier, 1970). Incluso, en los hidroi<strong>de</strong>os epífitos se han observado adaptaciones en la reproducción,<br />

107


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

primando la reproducción asexual mediante estolones, y en el crecimiento, acerándolo para po<strong>de</strong>r<br />

colonizar sustratos libres a gran velocidad (Boero, 1984; Gili & Hughes, 1995).<br />

Si el sustrato disponible es un factor limitante para las comunida<strong>de</strong>s bentónicas, aún lo es mas para<br />

las comunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l fouling, don<strong>de</strong> una zona <strong>de</strong> anclaje resistente y permanente es necesaria para la<br />

supervivencia <strong>de</strong> cada especie. La competición por una zona <strong>de</strong> anclaje es tan importante que ha<br />

llevado a algunos organismos a <strong>de</strong>sarrollar mecanismos que les <strong>de</strong>n ciertas ventajas, como por<br />

ejemplo el crecimiento mediante estolones, erecto, arborescente o asexual, <strong>de</strong>sarrollados por los<br />

grupos Porifera, Hydroi<strong>de</strong>a, Bryozoa, Entoprocta y Ascidia. Esta adaptación permite un máximo<br />

crecimiento a partir <strong>de</strong>l exitoso anclaje <strong>de</strong> una sola forma larval, separándolos <strong>de</strong>l resto <strong>de</strong> la colonia y<br />

disminuyendo la competencia por el oxigeno y el alimento. Otra gran ventaja es el crecimiento<br />

colonial, que no <strong>de</strong>crece con la edad (Stebbing, 1971).<br />

Los organismos involucrados en las comunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l fouling varían enormemente entre distintas<br />

localida<strong>de</strong>s y microhábitats, pero varios autores han confirmado un patrón general (McDougall, 1943;<br />

Turner et al., 1969; etc). Como se <strong>de</strong>scribió en la introducción <strong>de</strong> esta tesis, una superficie limpia<br />

adquiere rápidamente una capa orgánica inicial seguida, en menos <strong>de</strong> 24 horas, <strong>de</strong> un crecimiento<br />

bacteriano; una semana mas tar<strong>de</strong> se produce un bloom <strong>de</strong> diatomeas y en 2 o 3 semanas aparecen<br />

las algas macroscópicas e hidroi<strong>de</strong>os. Estos últimos rara vez dominan la comunidad mas <strong>de</strong> unas<br />

pocas semanas, siendo reemplazados por briozoos, poríferos, ascidias y otros organismos, que son<br />

mucho mas estables y pue<strong>de</strong>n colonizar superficies durante varios años, hasta que un cambio brusco<br />

(temperaturas extremas, turbulencias, etc) <strong>de</strong>vuelvan al sistema a una superficie limpia.<br />

Otros factores <strong>de</strong>terminantes en la competencia entre especies por el sustrato son la tasa <strong>de</strong><br />

crecimiento y la esperanza <strong>de</strong> vida. Especies <strong>de</strong> crecimiento lento y longevas no pue<strong>de</strong>n competir con<br />

especies <strong>de</strong> crecimiento rápido y vida corta. Desafortunadamente se tienen muy pocos datos sobre el<br />

crecimiento y la duración <strong>de</strong> las especies epibiontes, aunque algunos autores han confirmado la<br />

longevidad <strong>de</strong> hidroi<strong>de</strong>os como Tubularia entre 5 semanas y varios meses, Pennaria en 4 meses, y<br />

Eu<strong>de</strong>ndrium en 6 meses (McDougall, 1943); los Briozoos suelen presentar períodos <strong>de</strong> vida mas<br />

largos, como los 12 años <strong>de</strong> Flustra foliacea (Stebbing, 1971), y varios años <strong>de</strong> Bugula (Grave, 1930);<br />

mientras que las Ascidias coloniales viven mas <strong>de</strong> 5 años, y las solitarias <strong>de</strong> aguas templadas entre 5<br />

meses y 3 años (Millar, 1971).<br />

También juegan un papel importante los antibióticos o inhibidores que algunas especies han<br />

<strong>de</strong>sarrollado para eliminar larvas competidoras o para <strong>de</strong>tener el crecimiento <strong>de</strong> otras especies, como<br />

es el caso <strong>de</strong> algunos Briozoos que inhiben el crecimiento <strong>de</strong> otros zooi<strong>de</strong>s gracias a sustancias<br />

inhibidoras (Stebbing, 1971). Otro mecanismo es el crecimiento sobre otras especies, asfixiándolas, o<br />

el crecimiento excesivo cubriendo completamente la superficie, impidiendo el anclaje <strong>de</strong> larvas <strong>de</strong><br />

otras especies (Clark, 1975).<br />

En resumen, los hidroi<strong>de</strong>os han centrado sus estrategias <strong>de</strong> supervivencia en un crecimiento rápido<br />

que permite la colonización <strong>de</strong> nuevos sustratos, disminuyendo sus capacida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> competición,<br />

características propias <strong>de</strong> especies colonizadoras o iniciadoras <strong>de</strong> la sucesión (Emlen, 1973). Los<br />

Poríferos, Briozoos y Ascidias coloniales crecen mas <strong>de</strong>spacio, pero presentan crecimiento anual o<br />

perenne, dominando la comunida<strong>de</strong>s maduras <strong>de</strong> fouling.<br />

Así pues, la distribución <strong>de</strong> las especies <strong>de</strong> hidroi<strong>de</strong>os que habitan, por ejemplo, en pra<strong>de</strong>ras <strong>de</strong><br />

fanerógamas, varia en función <strong>de</strong> su grado tolerancia a los factores abióticos, <strong>de</strong> su especificidad con<br />

respecto al sustrato y <strong>de</strong> la distribución <strong>de</strong> las fanerógamas sobre las que viven. Por ejemplo, la<br />

distribución <strong>de</strong> Clytia sp. en las costas <strong>de</strong> Madagascar, coinci<strong>de</strong> con la distribución <strong>de</strong> la fanerógama<br />

Halodule wrighti, en el litoral superior; especies como Clytia gracilis y Clytia gravieri tienen una mayor<br />

distribución <strong>de</strong>bido a su habilidad para crecer en distintas especies <strong>de</strong> fanerógamas y a su gran<br />

tolerancia a los factores físicos; mientras, Obelia oxy<strong>de</strong>ndata presenta una distribución muy amplia,<br />

aunque no esta presente en zonas <strong>de</strong> elevado hidrodinamismo (Gravier-Bonnet, 1999).<br />

Los estudios llevados a cabo por Me<strong>de</strong>l y López-González (1998) sobre la distribución <strong>de</strong> Antho y<br />

Leptomedusas en el océano Atlántico y el Mediterráneo, establecen una gran influencia <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s<br />

sistemas <strong>de</strong> corrientes en los patrones <strong>de</strong> distribución <strong>de</strong> las distintas especies. Estos autores<br />

diferenciaron cinco regiones interesantes en función <strong>de</strong> la distribución <strong>de</strong> las especies <strong>de</strong> hidroi<strong>de</strong>os.<br />

108


Por una lado las regiones polares Ártica y Antártica aisladas <strong>de</strong>l resto<br />

y entre si, <strong>de</strong>bido principalmente al alto número <strong>de</strong> en<strong>de</strong>mismos que<br />

presenta cada una <strong>de</strong> ellas (35.5% y 33% respectivamente) y a su<br />

aislamiento térmico y oceanográfico. Por otro lado, la región <strong>de</strong>l<br />

Sureste Atlántico, aislada claramente <strong>de</strong>l resto <strong>de</strong>bido esencialmente a<br />

que el mayor estudio <strong>de</strong> esta la zona se llevo a cabo en Sudáfrica,<br />

(por Millard en 1975), y a tres factores característicos <strong>de</strong> esta<br />

subregión: el transito constante <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s embarcaciones, la<br />

influencia <strong>de</strong> 2 gran<strong>de</strong>s sistemas <strong>de</strong> corrientes (Corriente <strong>de</strong> Agulhas y<br />

Corriente <strong>de</strong> Benguela), y a la confluencia <strong>de</strong> aguas <strong>de</strong>l Índico y <strong>de</strong>l<br />

Atlántico, contribuyendo con especies <strong>de</strong>l Índico que solo están<br />

presentes en esta zona. La siguiente región es el Oeste Atlántico, en<br />

la que se observan importantes similitu<strong>de</strong>s entre las costas atlánticas<br />

americanas (Provincia Nor-Americana) y el Caribe (Provincia Caribeña)<br />

con la Subregión Brasileña, <strong>de</strong>bido a la influencia <strong>de</strong> las corrientes<br />

cálidas que bañan todas estas costas. Es por ello que la Subregión<br />

brasileña se distancia <strong>de</strong> la Subregión Argentina, ya que esta última<br />

está principalmente influenciada por las corrientes frías, que la<br />

aproximan mas a la región antártica que al resto <strong>de</strong> regiones <strong>de</strong>l<br />

oeste atlántico (sobretodo la Provincia Magallánica). La Región <strong>de</strong>l<br />

Noreste Atlántico muestra una gran uniformidad entre sus provincias<br />

marinas (Boreal, Lusitana, Mediterránea y Mauritana), <strong>de</strong>bida<br />

principalmente al alto porcentaje observado <strong>de</strong> especies <strong>de</strong> amplia<br />

distribución (cosmopolitas, anfiantlánticas y circuntropicales),<br />

transportadas por el sistema <strong>de</strong> la Corriente <strong>de</strong>l Golfo que baña todas<br />

estas regiones. A<strong>de</strong>más, la Corriente fría <strong>de</strong> Canarias circula por la<br />

costa oeste <strong>de</strong> la península ibérica hasta la provincia mauritana,<br />

contribuyendo a la similitud <strong>de</strong> fauna entre las provincias Boreal,<br />

Lusitana y Mauritana.<br />

CAPÍTULO 2: CNIDARIOS<br />

Fig.61. Áreas zoogeográficas <strong>de</strong>l<br />

Océano Atlántico (Según Me<strong>de</strong>l<br />

& López-González, 1998. Fig.1)<br />

AR= Región Ártica;<br />

AT= Región Antártica;<br />

SA= Región <strong>de</strong>l Sureste;<br />

BO= Subregión Boreal;<br />

BZ= Subregión Brasileña;<br />

SE= Subregión Senegalesa;<br />

BN= Provincia Bonaerense;<br />

CA= Provincia Caribeña;<br />

LU= Provincia Lusitana;<br />

MA= Provincia Mauritana;<br />

ME= Provincia Mediterránea;<br />

MG= Provincia Magallánica;<br />

NA= Provincia Nor-Americana.<br />

Cabe <strong>de</strong>stacar las gran<strong>de</strong>s similitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la región atlántica con la región Mediterránea, a pesar <strong>de</strong><br />

que en esta última disminuye el porcentaje <strong>de</strong> especies <strong>de</strong> amplia distribución y aumentan los<br />

en<strong>de</strong>mismos, como consecuencia <strong>de</strong> la particular situación geográfica por ser un mar casi cerrado.<br />

Otros estudios llevados a cabo con otras especies, esponjas (Carballo et al., 1997), briozoos (López <strong>de</strong><br />

la Cuadra & García-Gómez, 1992), anthozoos (López-González, 1993) y ascidias (Naranjo et al.,<br />

1998), sugieren también gran<strong>de</strong>s similitu<strong>de</strong>s entre la provincia Lusitana y Mediterránea confirmando<br />

que el estrecho <strong>de</strong> Gibraltar no constituye una importante barrera biogeográfica, aunque si se aprecia<br />

que el área <strong>de</strong>l estrecho es una zona <strong>de</strong> transición entre ambas provincias (Me<strong>de</strong>l y López-<br />

González,1998)<br />

Los hidroi<strong>de</strong>os <strong>de</strong> la familia Campanulariidae (Hydrozoa, Leptomedusae), y sobretodo el género<br />

Obelia, suelen ser los hidroi<strong>de</strong>os mas citados en aguas someras, principalmente en sustratos algales o<br />

pra<strong>de</strong>ras <strong>de</strong> fanerógamas. Por ejemplo, en los mares <strong>de</strong>l norte <strong>de</strong> Europa las colonias <strong>de</strong> Obelia<br />

longissima, Obelia geniculata, y <strong>de</strong> especies <strong>de</strong> Laome<strong>de</strong>a y Gonothyraea, son los principales<br />

componentes sobre substrato algal (Letunov & Stepanjants, 1986). Cornelius (1992) citó las especies<br />

Obelia dichotoma y Obelia bi<strong>de</strong>ndata como habitantes <strong>de</strong> pastos marinos, y en las mismas latitu<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong>l Océano Pacífico, Nishihira (1964), citó O. geniculata, O. dichotoma y O. plana habitando sobre<br />

algas. En las aguas templadas <strong>de</strong>l Mediterráneo se han citado O. geniculata y O. dichotoma viviendo<br />

sobre Posidonia oceanica (Boero, 1981; Boero et al., 1985; Roca & Moreno, 1985). Gravier-Bonnet<br />

(1999) citó colonias <strong>de</strong> Obelia epífita sobre fanerógamas en las costas <strong>de</strong> Madagascar, <strong>de</strong>stacando el<br />

pequeño tamaño <strong>de</strong> estas, y sugiriendo que este género muestra una clara preferencia por las aguas<br />

mas frías <strong>de</strong> latitu<strong>de</strong>s mas altas. La medusa Obelia también es una gran cosmopolita y es tan<br />

conocida que se ha utilizada como ejemplo en un gran número <strong>de</strong> libros <strong>de</strong> texto (ej. Ruppers &<br />

Barnes, 1996).<br />

Dentro <strong>de</strong> este género, la especie Obelia geniculata es una gran cosmopolita citada en todos los<br />

mares y océanos, penetrando incluso en latitu<strong>de</strong>s altas <strong>de</strong>l hemisferio norte (Stepanjants, 1994) y en<br />

aguas subantárticas <strong>de</strong>l hemisferio sur (Genzano & Zamponi, 1992). Esta ampliamente distribuida por<br />

109


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

el Atlántico (<strong>de</strong>s<strong>de</strong> Groenlandia y Rusia hasta el sur <strong>de</strong> Argentina), Mediterráneo (tanto al este como<br />

al oeste, las costas <strong>de</strong>l norte como las <strong>de</strong>l sur), Índico y Pacífico.<br />

En la región macaronésica ha sido citada en Marruecos (Patriti, 1970), Azores (Cornelius, 1979, 1995)<br />

y en Ma<strong>de</strong>ira, don<strong>de</strong> se observaron numerosas colonias <strong>de</strong> mas <strong>de</strong> 10mm <strong>de</strong> altura, a unos 80m <strong>de</strong><br />

profundidad, creciendo sobre Zoostera sp. (Me<strong>de</strong>l & Vervoort, 2000).<br />

Esta especie habita principalmente las zonas litorales y se ha observado comúnmente como epibionte<br />

<strong>de</strong> algas y fanerógamas marinas (Roca & Moreno, 1985; Lambert, 1991b), aunque también se ha<br />

citado pelágica (Fraser, 1913, 1918) y como epibionte <strong>de</strong> isópodos (Stechow, 1923), cangrejos (Hiro,<br />

1939; Cuadras & Pereira, 1977), caballitos <strong>de</strong> mar (Zirpolo, 1939a), peces (Zirpolo, 1939b) y gran<strong>de</strong>s<br />

nadadores marinos como tortugas, tiburones, arenques o incluso algas flotantes. Esta característica<br />

sugiere que pue<strong>de</strong> ser transportada naturalmente largas distancias, colonizando áreas muy diversas<br />

(Cornelius, 1982).<br />

Como epibiontes <strong>de</strong> tortugas marinas, varios autores han citado especies <strong>de</strong> cnidarios <strong>de</strong>l grupo<br />

Hydrozoa y Anthozoa, aunque no suelen ser muy abundantes. <strong>Las</strong> especies <strong>de</strong>l grupo Anthozoa se<br />

han observado solo en tortugas adultas nidificantes en la costa este <strong>de</strong> EE.UU (Georgia y Florida)<br />

(Frick et al., 1998, 2000, 2004; Pfaller et al., 2008). Por otro lado, los Hydrozoos son ligeramente mas<br />

abundantes, principalmente algunas especies como Obelia dichotoma, Tubularia crocea o Hydractina<br />

echinata. Al igual que el grupo anterior, siempre sobre tortugas adultas nidificantes <strong>de</strong> la costa este<br />

<strong>de</strong> EE.UU, a excepción <strong>de</strong> dos casos, un 8,1% <strong>de</strong> las tortugas varadas en las costas <strong>de</strong> Grecia (Kitsos<br />

et al., 2005) (<strong>de</strong>sconocemos si adultas o juveniles); y un 10,2% <strong>de</strong> las tortugas juveniles observadas<br />

en las aguas mediterráneas españolas (Valencia) (Badillo, 2007). En ambos casos se trataba <strong>de</strong><br />

especies <strong>de</strong>l género Obelia, y mas concretamente, Obelia geniculata en el caso <strong>de</strong> Grecia y Obelia sp.<br />

en las estudiadas por Badillo en 2007.<br />

110


2. – CARACTERÍSTICAS TAXONÓMICAS<br />

Filo Cnidaria<br />

CAPÍTULO 2: CNIDARIOS<br />

El Filo Cnidaria pertenece al Reino animal <strong>de</strong>nominado Radiata por su simetría radial claramente<br />

primaria o primitiva. Al contrario que las esponjas, los cnidarios presentan una cavidad digestiva<br />

tapizada por endo<strong>de</strong>rmo, <strong>de</strong>nominada celénteron o cavidad gastrovascular <strong>de</strong>bido a que a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la<br />

función digestiva tiene también función circulatoria. Esta cavidad se localiza a lo largo <strong>de</strong>l eje polar <strong>de</strong>l<br />

animal y se abre al exterior por uno <strong>de</strong> sus extremos formando la boca, que presenta un circulo <strong>de</strong><br />

tentáculos ro<strong>de</strong>ándola, formados por evaginaciones <strong>de</strong> la pared <strong>de</strong>l cuerpo y que ayudan a la captura<br />

<strong>de</strong>l alimento.<br />

Su pared corporal consta <strong>de</strong> tres capas básicas: un epitelio externo (epi<strong>de</strong>rmis); un epitelio interno<br />

(gastro<strong>de</strong>rmis), que recubre la cavidad gastrovascular; y la mesoglea, localizada entre las dos<br />

anteriores y que pue<strong>de</strong> ser <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una <strong>de</strong>lgada lámina basal acelular (como en hidras y algunos<br />

hidrozoos), hasta una gruesa capa <strong>de</strong> tejido conjuntivo fibroso con aspecto <strong>de</strong> gelatina. La epi<strong>de</strong>rmis<br />

y la gastro<strong>de</strong>rmis presentan un gran número <strong>de</strong> tipos celulares, pero el grado <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> los<br />

órganos es muy limitado.<br />

Dentro <strong>de</strong>l filo existen dos formas básicas claramente diferenciadas:<br />

• Pólipo: con un cuerpo típicamente tubular o cilíndrico, con un extremo oral dirigido hacia arriba y<br />

don<strong>de</strong> se localizan la boca y los tentáculos, y otro extremo fijo al sustrato, por lo que son sésiles y<br />

están adaptados a la vida bentónica. La mesoglea es generalmente fina y suelen presentar<br />

organización colonial.<br />

• Medusa: <strong>de</strong> natación libre por lo que están adaptadas a una vida pelágica. Presenta un cuerpo con<br />

aspecto <strong>de</strong> campana con la cara convexa dirigida hacia arriba y la boca en el centro <strong>de</strong> la cara<br />

cóncava, con tentáculos que cuelgan <strong>de</strong>l bor<strong>de</strong> umbrelar. La mesoglea suele ser gruesa y<br />

constituye la mayor parte <strong>de</strong>l volumen <strong>de</strong>l animal, dándole ese aspecto gelatinoso <strong>de</strong>l que <strong>de</strong>riva<br />

su nombre común en ingles jellyfish (pescado gelatinoso).<br />

Algunos cnidarios <strong>de</strong>sarrollan solo formas <strong>de</strong> pólipo, otros solo <strong>de</strong> medusa y otros pasan por los dos<br />

estados en su ciclo vital.<br />

Presentan reproducción sexual y asexual. La asexual se lleva a cabo por gemación, en la que la yema<br />

se produce como una simple evaginación <strong>de</strong> la pared <strong>de</strong>l cuerpo, que contiene una extensión <strong>de</strong> la<br />

cavidad gastrovascular. La reproducción sexual se produce mediante la fusión <strong>de</strong> células<br />

reproductoras masculinas y femeninas, tras la cual se <strong>de</strong>sarrolla una estereoglástula ciliada y <strong>de</strong><br />

natación libre <strong>de</strong>nominada larva plánula.<br />

Este filo esta formado por 4 clases: Clase Hydrozoa: <strong>de</strong>scrita en <strong>de</strong>talle a continuación por su interés<br />

en este estudio; Clase Scyphozoa: formada por pequeños pólipos y medusas sin velo; Clase Cubozoa:<br />

constituida exclusivamente por medusas <strong>de</strong> forma cúbica; Clase Anthozoa: presenta únicamente<br />

pólipos que constituyen los comúnmente conocidos corales y anémonas.<br />

Clase Hydrozoa Owen, 1843<br />

Contiene alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> 2700 especies pero son poco conocidos <strong>de</strong>bido a su pequeño tamaño y a su<br />

apariencia <strong>de</strong> plantas. Los miembros <strong>de</strong> esta clase se caracterizan morfológicamente por: la mesoglea<br />

carece <strong>de</strong> células; la gastro<strong>de</strong>rmis carece <strong>de</strong> cnidocitos; y las gónadas son epidérmicas o si son<br />

gastrodérmicas, las células reproductoras se vierten directamente al exterior y no <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la cavidad<br />

gastrovascular.<br />

Aunque algunos hidrozoos presentan únicamente forma <strong>de</strong> medusa, la mayoría <strong>de</strong> las especies pasan<br />

por un estado <strong>de</strong> pólipo en su ciclo vital. La mayoría <strong>de</strong> los pólipos son coloniales a excepción <strong>de</strong> las<br />

hidras, que son solitarias.<br />

En el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> las colonias, las yemas permanecen unidas al progenitor y forman nuevas yemas,<br />

<strong>de</strong> forma que cada pólipo está conectado con los otros, formando lo que se conoce como Colonia<br />

hidroi<strong>de</strong>, en la que las tres capas <strong>de</strong>l cuerpo y la cavidad gastrovascular son continuas a lo largo <strong>de</strong><br />

111


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

toda la colonia. En dichas colonias se <strong>de</strong>nominan hidrantes a los extremos orales con boca y<br />

tentáculos, e hidrocaule al pedúnculo <strong>de</strong>l pólipo. Generalmente la colonia está anclada por un estolón<br />

horizontal a modo <strong>de</strong> raíz, que crece sobre el sustrato y se <strong>de</strong>nomina hidrorriza. Des<strong>de</strong> el estolón<br />

salen pólipos aislados o ramas <strong>de</strong> pólipos que presentan diferentes patrones <strong>de</strong> crecimiento dando<br />

formas muy variadas (arborescentes, pinnadas, etc).<br />

La mayoría <strong>de</strong> los hidroi<strong>de</strong>s están ro<strong>de</strong>ados <strong>de</strong> una envuelta quitinosa <strong>de</strong> soporte secretada por la<br />

epi<strong>de</strong>rmis <strong>de</strong>nominada perisarco y que pue<strong>de</strong> estar limitada solo al hidrocaule, aunque<br />

frecuentemente encierra al hidrante en una capsula <strong>de</strong>nominada hidroteca, como en Obelia y<br />

Campanularia. Al tejido vivo que queda ro<strong>de</strong>ado por el perisarco se le <strong>de</strong>nomina cenosarco. Los<br />

hidroi<strong>de</strong>s que poseen hidroteca se <strong>de</strong>nominan tecados y los que no la presentan atecados.<br />

Otra característica asociada a la organización colonial <strong>de</strong> los hidrozoos es el polimorfismo, es <strong>de</strong>cir,<br />

cuando la colonia presenta al menos dos tipos <strong>estruc</strong>turales <strong>de</strong> miembros. El miembro mas numeroso<br />

y visible <strong>de</strong> zooi<strong>de</strong> es el gastrozoi<strong>de</strong> o trofozooi<strong>de</strong>, que es el encargado <strong>de</strong> capturar e ingerir las<br />

presas, y por lo tanto, <strong>de</strong> alimentar a la colonia. En casi todos las especies los gastrozoi<strong>de</strong>s se<br />

encargan también <strong>de</strong> la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> la colonia gracias a la presencia <strong>de</strong> células urticantes en sus<br />

tentáculos, pero algunos hidrozoos presentan pólipos <strong>de</strong>fensivos especializados llamados<br />

dactilozoi<strong>de</strong>s. Estos pólipos presentan una gran variedad <strong>de</strong> formas aunque son normalmente<br />

claviformes y con gran cantidad <strong>de</strong> cnidocitos y células adhesivas.<br />

<strong>Las</strong> colonias <strong>de</strong> hidrantes suelen tener una altura <strong>de</strong> entre 5 y 15cm, y los pólipos individuales suelen<br />

ser muy pequeños e inconspicuos, aunque se han <strong>de</strong>scubierto excepciones como el género<br />

Branchiocerianthus, que pue<strong>de</strong> alcanzar hasta 2m <strong>de</strong> longitud.<br />

La mayoría <strong>de</strong> los hidrozoos se alimentan <strong>de</strong> zooplancton, que es suficientemente pequeño como para<br />

ser ingerido por los gastrozoi<strong>de</strong>s. La digestión extracelular tiene lugar en el gastrozoi<strong>de</strong> y cuando el<br />

alimento ha sido parcialmente digerido pasa a la cavidad gastrovascular común <strong>de</strong> la colonia, don<strong>de</strong><br />

se produce la digestión intracelular. Estudios llevados a cabo en Hydractiania echinata señalan que<br />

cada gastrozoi<strong>de</strong> <strong>de</strong> la colonia captura 4.3 presas cada 24 horas y que quedan en la cavidad<br />

gastrovascular alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> 5 horas.<br />

La reproducción asexual es por medio <strong>de</strong> yemas como en el resto <strong>de</strong> cnidarios. Sin embargo, la<br />

reproducción sexual es mas compleja, ya que la fecundación pue<strong>de</strong> ser externa en el agua, en la<br />

superficie <strong>de</strong>l manubrio, o interna cuando los óvulos comienzan a <strong>de</strong>sarrollarse en la gónada. El<br />

<strong>de</strong>sarrollo es completo, produciéndose una blástula que da lugar a una estereogástrula que se alarga<br />

rápidamente y se transforma en una larva plánula ciliada y <strong>de</strong> natación libre, que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> un<br />

tiempo (entre unas horas a unos pocos días), se fija al sustrato por su extremo anterior y se<br />

<strong>de</strong>sarrolla como una colonia <strong>de</strong> hidroi<strong>de</strong>s.<br />

Todas las medusas, a excepción <strong>de</strong> unas pocas como Aequorea, se reproducen sexualmente. Los<br />

hidrozoos pue<strong>de</strong>n ser hermafroditas o dioicos, y presentan diversos tipos <strong>de</strong> ciclo <strong>de</strong> vida: algunos<br />

géneros presentan una generación medusoi<strong>de</strong> y un estado pólipo, como por ejemplo Obelia, Pennaria<br />

y Syncoryne, entre otros; Otros géneros no producen medusas libres, sino formas medusoi<strong>de</strong>as que<br />

permanecen unidas al cuerpo <strong>de</strong>l progenitor, como Tubularia, Serturlaria y Plumaria; Por último, las<br />

hidras, que no presentan ningún vestigio <strong>de</strong> la generación medusoi<strong>de</strong>.<br />

En las colonias <strong>de</strong> hidroi<strong>de</strong>s parte <strong>de</strong> los individuos <strong>de</strong> la colonia son los miembros reproductores, que<br />

se producen asexualmente como yemas y que pue<strong>de</strong>n transformarse en medusas <strong>de</strong> natación libre<br />

(por ejemplo: Obelia) o permanecer en la colonia (por ejemplo: Hydractinia). En cualquier caso, estas<br />

formas, <strong>de</strong>nominadas gonóforos, producen gametos para completar la fase sexual <strong>de</strong>l ciclo <strong>de</strong> vida.<br />

Los gonóforos presentan una gran variedad <strong>de</strong> formas y localizaciones, y en algunas especies se<br />

producen solamente sobre ciertos pólipos especiales llamados gonozoi<strong>de</strong>s, que frecuentemente se<br />

encuentran reducidos y carecen <strong>de</strong> boca y tentáculos. En los hidrozoos tecados como Obelia y<br />

Campanularia, los medusoi<strong>de</strong>s se restringen a un tipo <strong>de</strong> gonozoi<strong>de</strong>s <strong>de</strong>nominado gonangio, con un<br />

blastostilo central ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> una extensión <strong>de</strong>l perisarco llamada gonoteca.<br />

Esta clase esta compuesta por 5 ór<strong>de</strong>nes: Or<strong>de</strong>n Hydroi<strong>de</strong>a, <strong>de</strong>scrito en <strong>de</strong>talle a continuación por su<br />

interés en este estudio; Or<strong>de</strong>n Trachylina, con un ciclo <strong>de</strong> vida con una fase pluricelular y una fase<br />

unicelular en forma <strong>de</strong> espora; Or<strong>de</strong>n Siphonophora, que forma colonias polimórficas flotantes con un<br />

individuo en forma <strong>de</strong> campana o vejiga <strong>de</strong> gas (neumatóforo), como la Physalia o carabela<br />

portuguesa; Or<strong>de</strong>n Chondrophora, que también forma colonias polimórficas flotantes, pero no tan<br />

112


CAPÍTULO 2: CNIDARIOS<br />

peligrosas como las anteriores (por ejemplo Vellella vellella); Or<strong>de</strong>n Actinulida, formado por pólipos<br />

solitarios realmente pequeños <strong>de</strong> vida intersticial.<br />

Or<strong>de</strong>n Hydroi<strong>de</strong>a<br />

Cuenta con mas <strong>de</strong> 2000 especies, todas marinas a excepción <strong>de</strong>l género Hydra. Ambas generaciones,<br />

pólipo y medusa, se siguen aún <strong>de</strong>scribiendo separadamente y como en muchos casos no se sabía<br />

con certeza la conexión entre ambas formas generacionales.<br />

Presenta hidropólipos fijos, dotados <strong>de</strong> cápsulas urticantes, con estomago sencillo en forma <strong>de</strong> saco.<br />

Generalmente forma colonias en las que los troncos son inmóviles y los pólipos se mueven muy<br />

lentamente a excepción <strong>de</strong>l retroceso, por lo que pue<strong>de</strong>n confundirse con briozoos.<br />

Esqueleto externo quitinoso típico <strong>de</strong> los hidrozoos. El tallo y las ramas son lisos o segmentados y casi<br />

todo el sistema es radical. Hidrotecas con simetría radial o bilateral y que pue<strong>de</strong>n presentar diafragma<br />

en la base. Existen diferencias específicas en el cono bucal, la forma y or<strong>de</strong>nación <strong>de</strong> los tentáculos y<br />

la subdivisión y tipo <strong>de</strong> cápsulas urticantes.<br />

Algunas especies pertenecientes a este or<strong>de</strong>n presentan polimorfismo, con zooi<strong>de</strong>s diferenciados en<br />

gastrozoi<strong>de</strong>s y dactilozoi<strong>de</strong>s. El número <strong>de</strong> individuos que forman cada colonia suele ser muy elevado,<br />

sobretodo en especies que producen medusas.<br />

Los pólipos mi<strong>de</strong>n normalmente <strong>de</strong> <strong>0.</strong>3 a 1mm (talla máxima <strong>de</strong> 10mm), y las colonias suelen alcanzar<br />

una altura <strong>de</strong> 1 a 5cm, aunque en ocasiones pue<strong>de</strong>n llegar a medir hasta 20cm.<br />

Por lo general son incoloros, aunque los hidrocaules o pedúnculos pue<strong>de</strong>n presentar color pardo<br />

amarillento y algunos hidroi<strong>de</strong>s presentan coloración rojiza.<br />

Se alimentan <strong>de</strong> formas planctónicas y pequeños organismos <strong>de</strong>l fondo.<br />

Los hidroi<strong>de</strong>os se aposentan sobre todo tipo <strong>de</strong> sustratos duros, aunque también sobre objetos<br />

flotantes y animales (caparazones <strong>de</strong> caracoles,…). Normalmente evitan los sustratos movedizos<br />

(arena, barro, arcilla) aunque pue<strong>de</strong>n crecer entre la arena dando lugar a formas enanas. Forman<br />

colonias consi<strong>de</strong>rables en cavernas y en las pare<strong>de</strong>s norte <strong>de</strong> las costas escarpadas así como en los<br />

sotobosques formados por plantas marinas. Solo una especie ha <strong>de</strong>sarrollado especificidad por un<br />

sustrato concreto, Laome<strong>de</strong>a angulata, que crece en pastos <strong>de</strong> anguilas.<br />

<strong>Las</strong> especies que viven sobre sustratos <strong>de</strong> vida corta abandonan sus hidrocaules <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> pocas<br />

semanas, justo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la liberación <strong>de</strong> las medusas. Por el contrario, las especies <strong>de</strong> mayor<br />

tamaño que viven sobre bases mas estables, pue<strong>de</strong>n llegar a vivir varios años. Algunas especies<br />

vuelven a poblar las colonias en estaciones favorables a partir <strong>de</strong> las raíces.<br />

Sus <strong>de</strong>predadores principales son los Opisthobranchia y Pantopoda. También suponen un peligro las<br />

algas <strong>de</strong> pequeño tamaño y crecimiento rápido, ya que compiten por el espacio.<br />

Pressentan ciclos <strong>de</strong> vida en el que alternan una fase pólipo con las solitarias medusas, o <strong>de</strong>sarrollan<br />

yemas medusoi<strong>de</strong>as en todos los grados <strong>de</strong> reducción.<br />

Este or<strong>de</strong>n esta compuesto por 3 subór<strong>de</strong>nes: Subor<strong>de</strong>n Anthomedusae o Athecata: formado por<br />

hidrantes <strong>de</strong>snudos, sin hidroteca. A este subor<strong>de</strong>n pertencen las solitarias Hydras; Subor<strong>de</strong>n<br />

Leptomedusae o Thecata: constituido por hidrantes cubiertos por una hidroteca. A este subor<strong>de</strong>n<br />

pertenece la familia Campanulariidae que se <strong>de</strong>scribe a continuación por su interés en este estudio;<br />

Subor<strong>de</strong>n Limnomedusae: con medusas y pólipos solitarios o coloniales, mayoritariamente<br />

dulceacuícolas.<br />

Familia Campalariidae Johnston, 1836<br />

Hidroi<strong>de</strong>os cubiertos por una hidroteca, generalmente pequeños y coloniales.<br />

La hidroteca presenta simetría radial, sin cubrir, pedunculada y dotada <strong>de</strong> un espacio basal. Algunas<br />

especies presentan estolones que pue<strong>de</strong>n estar ramificados o no. <strong>Las</strong> especies que presentan<br />

diafragma tienen un engrosamiento anular asociado, o presentan anillos y no diafragma. Hipostoma<br />

generalmente gran<strong>de</strong> y un anillo <strong>de</strong> tentáculos alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> la boca y nematoforos ausentes.<br />

113


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

<strong>Las</strong> gonotecas masculina y femenina son externamente idénticas y la liberación <strong>de</strong> medusas es<br />

variable.<br />

Dentro <strong>de</strong> esta familia se clasifican 3 subfamilias: Campanulariinae, Clytiinae y Obeliinae.<br />

La última se caracterizada por presentar hidrocaules erectos, un verda<strong>de</strong>ro diafragma en la base <strong>de</strong> la<br />

hidroteca, estolones no anastomosados y ausencia <strong>de</strong> esférula subhidrotecal. Pertenecen a esta<br />

subfamilia cuatro géneros: Gonothyraea Allman, 1864; Hartlaubella Poche, 1914; Laome<strong>de</strong>a<br />

Lamouroux 1812 y Obelia Perón & Lesueur, 181<strong>0.</strong> De los cuales solo Obelia libera medusas.<br />

114<br />

Género Obelia Perón & Lesueur, 1810<br />

Pólipos que forman colonias erectas; ramificadas o no; con estolones no anastomosados; entrenudos<br />

anillados en la zona proximal; hidrotecas bien formadas y dispuestas en la zona distal lateral;<br />

Hipostoma semiesférico; gonoteca con forma <strong>de</strong> cono y generalmente con apertura en parte apical.<br />

Medusas con campana plana; reversible; mesoglea fina; velum reducido o ausente; manubrio largo;<br />

unos 16 tentáculos marginales y cortos en las medusas recién liberadas y mas abundantes en las<br />

adultas.<br />

A este género pertenecen 4 especies: Obelia geniculata; Obelia dichotoma; Obelia longissima; Obelia<br />

bi<strong>de</strong>ndata.<br />

Fig. 62. Ciclo biológico <strong>de</strong> Obelia, que muestra la <strong>estruc</strong>tura <strong>de</strong> la colonia. Imagen tomada <strong>de</strong><br />

Ruppert & Barnes (1996) (Fig. 4-15, Pag. 119).


3. – RESULTADOS<br />

3.1. – DESCRIPCIÓN DE LA ESPECIE<br />

Obelia geniculata Linnaeus, 1758<br />

Phylum: Cnidaria Hatschek, 1888<br />

Clase: Hydrozoa Owen, 1843<br />

Or<strong>de</strong>n: Leptomedusae Haeckel, 1879<br />

Subor<strong>de</strong>n: Conica Broch, 1910<br />

Fam.: Campanulariidae Johnston, 1836<br />

Subfam.: Obeliinae Haeckel, 1879<br />

Género: Obelia PCron & Lesueur, 1810<br />

CAPÍTULO 2: CNIDARIOS<br />

115


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

Clasificación<br />

taxonómica<br />

2 3<br />

5 6<br />

7<br />

116<br />

DESCRIPCIÓN Y DATOS DE INTERÉS DE LA ESPECIE:<br />

(Basado en <strong>de</strong>scripciones <strong>de</strong> Menén<strong>de</strong>z-Val<strong>de</strong>rrey, 2010 y Cornelius, 1982)<br />

Morfología: Hidroi<strong>de</strong>o colonial formado por un estolón recto <strong>de</strong>l que salen ejes espaciados y<br />

ramificados en forma <strong>de</strong> zig-zag. El rasgo morfológico característico <strong>de</strong> la especie es el<br />

engrosamiento unilateral <strong>de</strong> los segmentos <strong>de</strong>l tallo. Los pólipos se disponen <strong>de</strong> forma<br />

alterna en el eje y están envueltos por una teca, con forma <strong>de</strong> copa <strong>de</strong>lgada, a veces<br />

asimétrica y con pedicelos o pedúnculos anulares. Presenta un diafragma <strong>de</strong>lgado en el<br />

espacio basal <strong>de</strong> los hidroi<strong>de</strong>s. Desarrolla medusas <strong>de</strong> vida libre con el mismo nombre.<br />

Talla: 40-50mm <strong>de</strong> altura.<br />

Color: Cenosarco rojo.<br />

Reproducción: <strong>Las</strong> gonotecas o <strong>estruc</strong>turas reproductoras crecen en las axilas <strong>de</strong> las tecas y<br />

tienen forma alargada, subcónica, con un pedicelo corto y abertura terminal.<br />

Su aparición y maduración son casi simultáneos a lo largo <strong>de</strong> todo el año, aunque es mas<br />

frecuente en los meses <strong>de</strong> invierno (<strong>de</strong> diciembre a marzo). Según Lo Bianco (1909) en el<br />

mediterráneo la liberación <strong>de</strong> medusas se produce entre marzo y junio y entre octubre y<br />

enero; aunque Orton (1920) cita que se liberan <strong>de</strong> marzo a noviembre y Russell (1953) ha<br />

encontrado medusas <strong>de</strong> esta especie a lo largo <strong>de</strong> todo el año, sobretodo <strong>de</strong> primavera a<br />

finales <strong>de</strong> otoño.<br />

Hábitat: comúnmente sobre algas y fanerógamas marinas como Laminaria o Fucus<br />

(preferentemente pardas), e incluso algas flotantes como sargazo y una gran diversidad <strong>de</strong><br />

objetos flotantes. También se ha citado como epibionte en peces, cangrejos, caballitos <strong>de</strong><br />

mar y gran<strong>de</strong>s nadadores marinos como tortugas, tiburones y arenques. Esta característica<br />

sugiere que pue<strong>de</strong> ser transportada naturalmente largas distancias, colonizando áreas muy<br />

diversas, incluso que es posible que este transporte continuo entre las distintas cuencas<br />

oceánicas haya promovido el intercambio genético <strong>de</strong> las colonias <strong>de</strong> ambos lados <strong>de</strong>l<br />

océano, llegándose a sugerir que las fases pólipo <strong>de</strong> algunas especies pue<strong>de</strong>n dispersarse<br />

mas rápido que sus medusas, que solo viven unas semanas (Cornelius, 1982).<br />

Distribución: especie realmente cosmopolita, muy común en aguas someras <strong>de</strong>l noreste <strong>de</strong>l<br />

Atlántico. Según Ralph (1956) y Ralph & Thomson (1968), Obelia geniculata crece y se<br />

<strong>de</strong>sarrolla mas rápido en aguas frías que en condiciones cálidas.<br />

Como epibionte <strong>de</strong> tortuga boba esta especie ha sido citada solo en tortugas varadas en las<br />

costas <strong>de</strong> Grecia, Mediterráneo (Kitsos et al., 2005), aunque se ha citado Obelia sp.<br />

(probablemente O. geniculata según el autor) en juveniles varados en las costas valencianas<br />

(Badillo, 2007), y otra especie, Obelia dichotoma en hembras nidificantes <strong>de</strong> Georgia (Frick<br />

et al., 1998) y Florida (Pfaller et al., 2008).<br />

4<br />

1<br />

8<br />

Fig. 63 (Dorso): Imágenes <strong>de</strong> ejemplares <strong>de</strong> Obelia geniculata localizadas sobre las<br />

tortugas Caretta caretta muestreadas. 1– Esquema <strong>de</strong> los ejemplares <strong>de</strong> O. geniculata<br />

muestreados. 2– Detalle <strong>de</strong> una mata <strong>de</strong> O. geniculata. 3– Detalle <strong>de</strong> una colonia <strong>de</strong> O.<br />

geniculata. 4- Gastrozooi<strong>de</strong>s <strong>de</strong> O. geniculata. 5. Hidrocaule <strong>de</strong> una colonia. 6.<br />

Gastrozooi<strong>de</strong>s <strong>de</strong> O. geniculata. 7. Biometría <strong>de</strong> la hidroteca e hidrocaule <strong>de</strong> un<br />

gastrozooi<strong>de</strong>. 8. Colonia <strong>de</strong> O. geniculata como se localiza sobre el caparazón <strong>de</strong> la<br />

tortuga junto con cirrípedos Lepas anatifera y algas Polysiphonia carettia e Hincksia<br />

mitchelliae.


Fig. 64. Gráfico <strong>de</strong> frecuencias <strong>de</strong> presencia/ausencia <strong>de</strong><br />

O. geniculata en las tortugas Caretta caretta muestreadas,<br />

en función <strong>de</strong> las diferentes variables <strong>de</strong> estudio. La<br />

presencia se subdivi<strong>de</strong> en función <strong>de</strong> las cantida<strong>de</strong>s<br />

observadas por tortuga<br />

CAPÍTULO 2: CNIDARIOS<br />

El cnidario Obelia geniculata se localizó en el<br />

26.35% <strong>de</strong> las tortugas muestreadas, aunque<br />

en la mayor parte <strong>de</strong> los casos (43.18%) en<br />

cantida<strong>de</strong>s realmente escasas, e incluso<br />

simples fragmentos.<br />

<strong>Las</strong> frecuencias <strong>de</strong> esta especie para los 3<br />

años <strong>de</strong> estudio fueron muy similares, si bien<br />

se aprecia un ligero aumento en frecuencia y<br />

cantidad (22.81% para el 2002, 26.92% para<br />

el 2003 y 29.31% para el 2004).<br />

A lo largo <strong>de</strong>l año la presencia <strong>de</strong> esta<br />

especie fue bastante irregular, localizándose<br />

las mayores frecuencias en los meses <strong>de</strong><br />

febrero (50%) y octubre (40%), aunque en<br />

cantida<strong>de</strong>s pequeñas. <strong>Las</strong> mayores cantida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> biomasa se observaron en las tortugas<br />

ingresadas en los meses <strong>de</strong> abril, mayo y<br />

junio. Ninguna <strong>de</strong> las tortugas ingresadas en<br />

el mes <strong>de</strong> diciembre presentaba esta especie.<br />

Se localizó en tortugas proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> todas<br />

las islas <strong>de</strong>l archipiélago, aunque en mayores<br />

frecuencias en Lanzarote (50%), la Gomera<br />

(50%) y Fuerteventura (43.75%), pero las<br />

mayores cantida<strong>de</strong>s por tortuga en las que se<br />

localizaron en Gran Canaria, Tenerife y el<br />

Hierro.<br />

También se observó una fuerte irregularidad<br />

con respecto a la zona <strong>de</strong> las islas en las que<br />

se localizaron las tortugas, siendo mas<br />

frecuente y en mayor cantidad en aquellas<br />

tortugas proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> las costas norte y sur<br />

<strong>de</strong> las islas.<br />

Con respecto a la talla <strong>de</strong> las tortugas, se<br />

observó en todos los tamaños, aunque<br />

<strong>de</strong>staca su presencia en todas las tortugas <strong>de</strong><br />

LCCmin superior a 65cm (100%).<br />

Según la gravedad <strong>de</strong> las lesiones <strong>de</strong> las<br />

tortugas se aprecia un aumento en la<br />

frecuencia y cantidad al aumentar la gravedad<br />

<strong>de</strong> las lesiones, y por lo tanto al disminuir la<br />

movilidad <strong>de</strong> las tortugas.<br />

117


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

Fig. 65. Gráfico <strong>de</strong> frecuencias <strong>de</strong> las tallas máximas <strong>de</strong><br />

O. geniculata observadas por tortuga, en los ejemplares<br />

<strong>de</strong> C. caretta muestreados, en función <strong>de</strong> las distintas<br />

variables <strong>de</strong> estudio.<br />

118<br />

La talla <strong>de</strong> los ejemplares <strong>de</strong> O. geniculata<br />

localizados sobre las tortugas muestreadas en<br />

aguas canarias, es inferior a la media <strong>de</strong>scrita<br />

en la bibliografía para la especie. Casi la mitad<br />

<strong>de</strong> las tortugas (45,46%) presentaba tallas<br />

inferiores a 5mm, siendo en muchos casos<br />

solo fragmentos, y el 36.36% ejemplares <strong>de</strong> 5<br />

a 10mm. El 15.91% presentaban ejemplares<br />

<strong>de</strong> 10 a 20mm, y tan solo el 2.27% <strong>de</strong> las<br />

tortugas presentaban hidrocaules <strong>de</strong> mas <strong>de</strong><br />

20mm. La talla máxima observada fue <strong>de</strong><br />

38mm.<br />

<strong>Las</strong> tallas máximas para esta especie se<br />

observaron solo en tortugas que ingresaron<br />

en el mes <strong>de</strong> mayo en el norte <strong>de</strong> la isla <strong>de</strong><br />

Gran Canaria, con lesiones muy graves.<br />

A lo largo <strong>de</strong>l año, solo se observaron tallas<br />

superiores a 10mm en los meses <strong>de</strong> cálidos<br />

<strong>de</strong> mayo a septiembre.<br />

Al igual que con la cantidad, la talla <strong>de</strong> los<br />

hidrocaules aumentó progresivamente al<br />

aumentar la gravedad <strong>de</strong> las lesiones<br />

presentadas por las tortugas.<br />

Para esta especie no se muestra un gráfico <strong>de</strong><br />

estadios reproductores, puesto que ninguna<br />

tortuga <strong>de</strong>l estudio presentaba <strong>estruc</strong>turas<br />

reproductoras (gonozooi<strong>de</strong>s, ya que en esta<br />

especie las medusas son <strong>de</strong> vida libre).


3.2. – ANÁLISIS DE RESULTADOS<br />

A)<br />

B)<br />

C)<br />

D)<br />

Fig. 66. Variación <strong>de</strong> las frecuencias <strong>de</strong> O. geniculata<br />

epibionte sobre tortugas C. caretta muestreadas, en función<br />

<strong>de</strong> las distintas variables estudiadas: A) Según los años. B)<br />

Según la isla. C) Según el punto cardinal en el que se<br />

localizó a la tortuga. D) Según la gravedad <strong>de</strong> las lesiones.<br />

VARIACIÓN ANUAL (Fig. 66.A)<br />

CAPÍTULO 2: CNIDARIOS<br />

La presencia <strong>de</strong> Obelia geniculata como<br />

epibionte <strong>de</strong> las tortugas Caretta caretta <strong>de</strong><br />

Canarias, fue bastante homogénea a lo largo<br />

<strong>de</strong> los 3 años <strong>de</strong> estudio, aunque con una<br />

ligera ten<strong>de</strong>ncia a aumentar su abundancia a<br />

lo largo <strong>de</strong>l estudio (Fig. 66.A).<br />

VARIACIÓN GEOGRÁFICA (Fig. 66.B-C)<br />

En la Fig. 66.B, se aprecia claramente que<br />

esta especie presenta mayor abundancia en<br />

las islas orientales que en las occi<strong>de</strong>ntales,<br />

pasando <strong>de</strong>l 50% <strong>de</strong> Lanzarote hasta un poco<br />

mas <strong>de</strong>l 10% en las islas occi<strong>de</strong>ntales <strong>de</strong> La<br />

Palma y El Hierro. La única irregularidad<br />

fuerte la constituyen las tortugas localizadas<br />

en La Gomera, pero el bajo número <strong>de</strong><br />

tortugas proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> esta isla pue<strong>de</strong> ser el<br />

causante <strong>de</strong> esta irregularidad.<br />

Según la zona <strong>de</strong> la isla en la que se<br />

localizaron las tortugas (Fig. 66.C) parece<br />

existir una ten<strong>de</strong>ncia a ser mas abundante en<br />

las costas norte y este que en el sur y oeste,<br />

pero el alto porcentaje observado en el sur <strong>de</strong><br />

las islas rompe claramente esta ten<strong>de</strong>ncia,<br />

<strong>de</strong>sajustando enormemente los puntos <strong>de</strong> la<br />

recta <strong>de</strong> ten<strong>de</strong>ncia (R 2 = <strong>0.</strong>34).<br />

VARIACIÓN SEGÚN GRAVEDAD (Fig.66.D)<br />

Existe una clara diferencia entre las tortugas<br />

sanas y las heridas (Fig. 66.D). Para aquellas<br />

tortugas que presentaron lesiones se aprecia<br />

un claro patrón a aumentar la presencia <strong>de</strong> O.<br />

geniculata al agravarse las lesiones sufridas, y<br />

por lo tanto, al disminuir la movilidad <strong>de</strong>l<br />

animal.<br />

119


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

ESTACIONALIDAD (Fig. 67)<br />

El hidroi<strong>de</strong>o O. geniculata muestra una fuerte irregularidad en su estacionalidad. A pesar <strong>de</strong> presentar<br />

un fuerte pico en el mes <strong>de</strong> febrero (50%), y una ausencia total en diciembre (0%), el resto <strong>de</strong> los<br />

meses se observan fluctuaciones constantes sin ningún patrón claro. Incluso, la línea <strong>de</strong> ten<strong>de</strong>ncia se<br />

mantiene casi horizontal <strong>de</strong>bido a las continuas fluctuaciones, produciéndose un ajuste realmente bajo<br />

entre los puntos y la línea <strong>de</strong> ten<strong>de</strong>ncia (R 2 = 0,0035).<br />

Su elevada frecuencia en el mes <strong>de</strong> febrero pue<strong>de</strong> indicar su preferencia por las épocas mas frías <strong>de</strong>l<br />

año, pero en cuanto las temperaturas son cálidas, su abundancia fluctúa enormemente. <strong>Las</strong> tortugas<br />

que ingresaron en otoño presentaron las frecuencias mas bajas (18.75%) y las <strong>de</strong> invierno las mas<br />

altas (28.57%).<br />

VARIACIÓN SEGÚN ESTADIOS DE LAS TORTUGAS (Fig. 68)<br />

Con respecto a la talla <strong>de</strong> las tortugas sobre las que se localizó O. geniculata, queda patente la<br />

preferencia <strong>de</strong> esta especie por las tortugas <strong>de</strong> mayor talla (>65cm), ya que se observó en el 100%<br />

<strong>de</strong> las tortugas <strong>de</strong> esta talla. Para el resto <strong>de</strong> tamaños se observa una ten<strong>de</strong>ncia a aumentar su<br />

frecuencia al ir aumentando la talla <strong>de</strong> las tortugas.<br />

Dentro <strong>de</strong>l grupo <strong>de</strong> las tortugas en fase oceánica se pue<strong>de</strong> observar que su frecuencia es bastante<br />

baja (


4. – DISCUSIÓN<br />

CAPÍTULO 2: CNIDARIOS<br />

La competición por el sustrato es una <strong>de</strong> las batallas mas importantes entre las especies <strong>de</strong> las<br />

comunida<strong>de</strong>s bentónicas y, mas aún, en las comunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l fouling, en las que el sustrato es<br />

generalmente mas escaso. Obelia geniculata, como otras muchas especies con ciclos <strong>de</strong> vida cortos,<br />

principalmente hidrozoos <strong>de</strong> la familia Campanulariidae (Boero, 1984), ha utilizado la epibiosis como<br />

estrategia <strong>de</strong> colonización para respon<strong>de</strong>r a esta dura competición por el sustrato (Zabala, 1982),<br />

siendo citada en numerosas ocasiones como epífita <strong>de</strong> algas y fanerógamas marinas <strong>de</strong> aguas<br />

someras (Roca & Moreno, 1985; Lambert, 1991b, etc). Para esta especie, ya adaptada a la vida en<br />

sustratos móviles, no fue muy difícil adaptarse a la vida sobre otros animales (isópodos, cangrejos,<br />

caballitos <strong>de</strong> mar, peces, tortugas, tiburones, arenques) e incluso a objetos o algas flotantes como los<br />

sargazos, en los que ha sido citada por varios autores (Stechow, 1923; Hiro, 1939; y Zirpolo, 1939a,b<br />

entre otros). Con todo esto, queda claro que O. geniculata está adaptada a vivir sobre el caparazón<br />

<strong>de</strong> las tortugas marinas que nos ocupan en este estudio, ya que es capaz <strong>de</strong> soportar la elevada<br />

irradiación que se produce sobre la tortuga cuando esta realiza el basking, pue<strong>de</strong> soportar el fuerte<br />

hidrodinamismo y las variaciones <strong>de</strong> temperatura y salinidad que se producen cuando gran<strong>de</strong>s<br />

migradores como las tortugas cambian <strong>de</strong> hábitat o cuando realizan inmersiones profundas, etc.<br />

La especies <strong>de</strong>l género Obelia son gran<strong>de</strong>s cosmopolitas, citada en todos los mares y océanos e<br />

incluso en latitu<strong>de</strong>s muy extremas (Stepajants, 1994; Genzano & Zamponi, 1992), aunque tiene<br />

ciertas preferencias. Por ejemplo, Obelia oxy<strong>de</strong>ndata presenta una amplia distribución, pero no esta<br />

presente en zonas <strong>de</strong> elevado hidrodinamismo (Gravier-Bonnet, 1999), lo que también podría ocurrir<br />

en O. geniculata, ya que en este estudio se haya observado con mayor frecuencia en tortugas con<br />

lesiones <strong>de</strong> gravedad (35.71%), que en tortugas sanas (23.81%), cuya movilidad y actividad es<br />

mucho menor. A<strong>de</strong>más, el hecho <strong>de</strong> que solo se haya citado con anterioridad en tortugas Caretta<br />

caretta varadas muertas en las costas <strong>de</strong> Grecia (Kitsos et al., 2005), corrobora la hipótesis <strong>de</strong> que<br />

esta especie tiene una preferencia por tortugas con menor movilidad.<br />

La mayoría <strong>de</strong> los ejemplares <strong>de</strong> Obelia geniculata encontrados sobre los juveniles <strong>de</strong> tortuga boba en<br />

aguas canarias, presentan tallas muy inferiores a las <strong>de</strong>scritas en la bibliografía (por ejemplo, 40-<br />

50mm según Menén<strong>de</strong>z-Val<strong>de</strong>rrey, 2010). El 45.46% <strong>de</strong> las tortugas muestreadas portaban<br />

ejemplares <strong>de</strong> tallas menores <strong>de</strong> 5mm, en muchos casos simples fragmentos y la talla máxima<br />

observada fue <strong>de</strong> 38mm. Este hecho pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>berse, por un lado, a una adaptación morfológica <strong>de</strong> la<br />

especie al tipo <strong>de</strong> sustrato, como <strong>de</strong>scribió Gravier (1970) para la misma especie cuando se adhiere a<br />

sustratos flexibles o móviles, o Watson (1992), para O. geniculata epífita sobre algas. Por otro lado, la<br />

elevada presencia <strong>de</strong> simples fragmentos pue<strong>de</strong> ser <strong>de</strong>bida a que los hidrozoos son especies pioneras<br />

en la colonización (Standing, 1976), pero rara vez dominan la comunidad mas <strong>de</strong> unas pocas<br />

semanas, ya que han centrado su estrategia <strong>de</strong> supervivencia en un crecimiento muy rápido,<br />

reduciendo fuertemente sus capacida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> competición con otras especies (Emlen, 1973). Así pues,<br />

los hidrozoos suelen ser reemplazados rápidamente por otras especies como ascidias, briozoos,<br />

poríferos o macroalgas, que son mucho mas estables y pue<strong>de</strong>n dominar la comunidad durante varios<br />

años MacDougall (1943). En nuestro caso, el hidroi<strong>de</strong>o O. geniculata siempre se observó<br />

entremezclado con ramas <strong>de</strong> P. carettia, un alga rodofita mucho mas fuerte y especializada en vivir<br />

sobre la tortuga Caretta caretta, por lo que seguramente reemplaza a O. geniculata en esta<br />

comunidad. Otro causa podría ser el abandono <strong>de</strong> los hidrocaules <strong>de</strong> la colonia tras la liberación <strong>de</strong> las<br />

medusas, como ocurre con diversas especies <strong>de</strong> hidrozoos que habitan sustratos <strong>de</strong> vida corta<br />

(Ruppert & Barnnes, 1996).<br />

Boero (1984) y Gili & Hughes (1995) <strong>de</strong>scriben otras adaptaciones al tipo <strong>de</strong> sustrato, principalmente<br />

a sustratos inestables, como la priorización <strong>de</strong> la reproducción asexual, generalmente por estolones,<br />

frente a la reproducción sexual. Esta adaptación podría ser la causa <strong>de</strong> la ausencia total <strong>de</strong><br />

<strong>estruc</strong>turas reproductoras en los ejemplares <strong>de</strong> O. geniculata muestreados en este estudio, así como<br />

la elevada abundancia <strong>de</strong> estolones.<br />

O. geniculata se ha observado con mayor frecuencia en tortugas localizadas en las islas orientales <strong>de</strong>l<br />

archipiélago que en las occi<strong>de</strong>ntales, y principalmente en los meses <strong>de</strong> invierno, sobretodo en febrero<br />

(uno <strong>de</strong> los meses mas fríos para Canarias). Este dato concuerda con la preferencia <strong>de</strong> esta especie<br />

por las aguas mas frías (como <strong>de</strong>scribieron Ralph, 1956; Ralph & Thomson, 1968 y Gravier-Bonnet,<br />

121


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

1999), y con el gradiente térmico <strong>de</strong>scrito por Mascareño (1972) y Hernán<strong>de</strong>z-León (1998) para el<br />

archipiélago canario, en el que la temperatura aumenta conforme nos alejamos <strong>de</strong>l continente, y por<br />

lo tanto, las islas orientales, don<strong>de</strong> es mas frecuente esta especie, son mas frías que las occi<strong>de</strong>ntales.<br />

A<strong>de</strong>más, el hecho <strong>de</strong> que una tortuga localizada en aguas canarias presente esta especie en los<br />

meses mas cálidos, pue<strong>de</strong> indicarnos que proce<strong>de</strong> <strong>de</strong> zonas <strong>de</strong> temperaturas mas bajas, como por<br />

ejemplo, upwellings cercanos como el afloramiento sahariano, zonas <strong>de</strong> remolinos ciclónicos al sur <strong>de</strong><br />

las islas, los filamentos <strong>de</strong>l afloramiento sahariano, etc. (Arístegui et al., 2001). Este hecho también<br />

confirma los trabajos <strong>de</strong> Me<strong>de</strong>l & López-González (1998) que establecen la gran influencia <strong>de</strong> los<br />

gran<strong>de</strong>s sistemas <strong>de</strong> corrientes en los patrones <strong>de</strong> distribución <strong>de</strong> distintas especies <strong>de</strong> Antho y<br />

Leptomedusas.<br />

La estacionalidad <strong>de</strong> esta especie todavía no es muy clara, ya que son varios los autores que han<br />

dado datos diferentes para la misma especie. Por ejemplo, Lo Bianco (1909) <strong>de</strong>scribe que la liberación<br />

<strong>de</strong> medusas en el mediterráneo es <strong>de</strong> marzo a junio y <strong>de</strong> octubre a enero; mientras que Orton (1920)<br />

cita que se liberan <strong>de</strong> marzo a octubre; y Russell (1953) que lo hace a lo largo <strong>de</strong> todo el año aunque<br />

principalmente <strong>de</strong> primavera a finales <strong>de</strong> otoño. Cornelius (1982) <strong>de</strong>scribe que la aparición y<br />

maduración <strong>de</strong> esta especie son casi simultáneas a lo largo <strong>de</strong> todo el año, lo que explicaría la fuerte<br />

irregularidad mostrada en su presencia/ausencia sobre los ejemplares <strong>de</strong> tortuga boba <strong>de</strong> canarias a<br />

lo largo <strong>de</strong>l año (Fig. 67, Pág. 120). En resumen, la gran velocidad <strong>de</strong> colonización, crecimiento y<br />

maduración que presenta O. geniculata, permite que pueda aparecer y <strong>de</strong>saparecer rápidamente <strong>de</strong> la<br />

comunidad epibionte <strong>de</strong> Caretta caretta a lo largo <strong>de</strong> todo el año, con una preferencia por los meses<br />

fríos <strong>de</strong> invierno.<br />

Los Hidroi<strong>de</strong>os son especies pioneras en la colonización <strong>de</strong>l fouling, que según MacDougall (1943)<br />

aparecen hacia las 2-3 semanas <strong>de</strong> que se inicie la colonización <strong>de</strong> una superficie limpia, y que no<br />

duran mas que varias semanas, por lo que su presencia indica que se trata <strong>de</strong> una colonización<br />

bastante reciente en el tiempo.<br />

Uno <strong>de</strong> los datos mas importantes para O. geniculata en este estudio es el hecho <strong>de</strong> que estuvo<br />

presente en todas las tortugas <strong>de</strong> mas <strong>de</strong> 65cm <strong>de</strong> caparazón, mientras que para el resto <strong>de</strong> tallas<br />

fluctuó siempre por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l 40%. En la Figura 68 (Pág. 120) se aprecia claramente como va<br />

aumentando su frecuencia conforme aumenta la talla <strong>de</strong> las tortugas. Un dato relevante a tener en<br />

cuenta es que todas las <strong>de</strong>más especies <strong>de</strong> cnidarios (tanto hidrozoos como anthozoos) citados hasta<br />

la fecha como epibiontes <strong>de</strong> tortuga boba, se han observado sobre hembras adultas nidificantes, a<br />

excepción <strong>de</strong> los observados por Kitsos et al. (2005) en tortugas muertas y Obelia sp. citada en<br />

juveniles <strong>de</strong>l Mediterráneo español por Badillo (2007). Este hecho confirma que los cnidarios<br />

epibiontes <strong>de</strong> tortuga boba tienen una clara preferencia por las tortugas adultas, y por lo tanto, por<br />

las tortugas que presentan hábitos neríticos y no pelágicos. A pesar <strong>de</strong> ser una especie que se ha<br />

citado en áreas pelágicas, principalmente como epibionte o epífita <strong>de</strong> organismos y objetos que<br />

habitan estas zonas (Fraser, 1913, 1918), queda patente su clara preferencia por los ambientes<br />

neríticos o por las especies que los habitan. Por todo ello, O. geniculata podría ser un claro indicador<br />

<strong>de</strong>l paso <strong>de</strong> las tortugas <strong>de</strong> hábitos pelágicos a hábitos neríticos, lo que en el caso <strong>de</strong> la tortuga boba<br />

indicaría el paso <strong>de</strong> juvenil a subadulta o adulta. Observando la gráfica <strong>de</strong> la Figura 68 (Pág. 120),<br />

queda patente que esta especie indica que las tortugas <strong>de</strong> menos <strong>de</strong> 35cm son claramente pelágicas;<br />

que las tortugas <strong>de</strong> 35 a 65cm presentan incursiones o movimientos entre ambos tipos <strong>de</strong> hábitat; y<br />

que a partir <strong>de</strong> 65cm el comportamiento es principalmente nerítico. Estos datos concuerdan con las<br />

teorías <strong>de</strong> Carr (1986), Laurent et al. (1998), Bjorndal et al. (2000), Polovina et al. (2000, 2004),<br />

Tiwari et al. (2002) y Bolten (2003b) entre otros (Pág. 30-31), en el que las tortugas juveniles que no<br />

son capaces <strong>de</strong> nadar contracorriente (pelágica pasiva) frecuentan hábitat puramente pelágicos<br />

(8.51% presentaron O. geniculata); que las capaces <strong>de</strong> contrarrestar las corrientes (pelágica activa),<br />

seleccionan activamente zonas <strong>de</strong> alimentación como bancos submarinos o islas oceánicas con mayor<br />

abundancia <strong>de</strong> especies litorales (23.64% presentaron O. geniculata); que las tortugas abandonan el<br />

estadio pelágico con tallas <strong>de</strong> entre los 46 y los 64cm <strong>de</strong> LCCmin presentando un estadio <strong>de</strong> transición<br />

en el que entran y salen <strong>de</strong> ambos hábitats (31.25% presentaron O. geniculata); y por último, que las<br />

tortugas pasan a vivir en hábitats neríticos a partir <strong>de</strong> los 64cm (100% presentaron O. geniculata).<br />

Otro punto importante a consi<strong>de</strong>rar es que las tortugas <strong>de</strong> gran tamaño presentes en el archipiélago<br />

canario tienen a presentar colonizaciones muy abundantes, con una capa <strong>de</strong> epibiontes bastante mas<br />

122


CAPÍTULO 2: CNIDARIOS<br />

<strong>de</strong>nsa que las <strong>de</strong> menor tamaño. Según algunos autores esto es <strong>de</strong>bido a un comportamiento<br />

característico <strong>de</strong> adultas y subadultas, <strong>de</strong>nominado brumación (Car et al., 1980; Gregory, 1982), que<br />

consiste en el aletargamiento <strong>de</strong> animales ecto<strong>de</strong>rmos en respuesta al <strong>de</strong>scenso gradual <strong>de</strong> la<br />

temperatura, con el fin <strong>de</strong> reducir al máximo el gasto energético. La inactividad <strong>de</strong>l animal cuando<br />

realiza la brumación, así como la presencia <strong>de</strong> aguas mas frías, son un ambiente idóneo para el<br />

<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l hidroi<strong>de</strong>o O. geniculata, ya que como se dijo anteriormente, tiene una clara preferencia<br />

por las tortugas con menor movilidad, por las aguas mas frías y por las aguas someras.<br />

La homogeneidad <strong>de</strong>scrita por Me<strong>de</strong>l & López-González (1998) sobre la distribución <strong>de</strong> Antho y<br />

Leptomedusas en la región noreste <strong>de</strong>l océano Atlántico, <strong>de</strong>bida a la influencia <strong>de</strong> la corriente <strong>de</strong>l<br />

Golfo y Corriente <strong>de</strong> Canarias que bañan las regiones Boreal Lusitana y Mauritana, impi<strong>de</strong> que esta<br />

especie, O. geniculata, pueda ser un buen indicador <strong>de</strong> los movimientos <strong>de</strong> las tortugas localizadas en<br />

Canarias, teniendo en cuenta, a<strong>de</strong>más, que las teorías sobre la migración <strong>de</strong> la tortuga boba en el<br />

Atlántico Norte <strong>de</strong>fien<strong>de</strong>n que está fuertemente ligada a los mismos gran<strong>de</strong>s sistemas <strong>de</strong> corrientes.<br />

Por otro lado, las gran<strong>de</strong>s similitu<strong>de</strong>s entre estas tres regiones Atlánticas y la región Mediterránea, no<br />

solo para hidroi<strong>de</strong>os, sino para otras especies como ascidias (Naranjo et al., 1998), briozoos (López<br />

<strong>de</strong> la Cuadra & García-Gómez, 1992) y esponjas (Carballo et al., 1997) entre otros, confirman que el<br />

estrecho <strong>de</strong> Gibraltar no constituye una importante barrera biogeográfica. Este pesquisa pue<strong>de</strong><br />

explicar que las únicas citas <strong>de</strong> esta especie como epibionte <strong>de</strong> tortuga boba se hayan dado en el<br />

Mediterráneo (Kitsos et al., 2005 y Badillo, 2007) y en Canarias (este trabajo), regiones que según las<br />

teorías recién <strong>de</strong>scritas <strong>de</strong> Me<strong>de</strong>n & López-González (1998) presentan gran<strong>de</strong>s similitu<strong>de</strong>s.<br />

El hecho <strong>de</strong> que las tortugas estudiadas por Badillo (2007), localizadas en las costas valencianas,<br />

presenten Obelia sp. (posiblemente O. geniculata, según el autor), en características muy similares a<br />

las <strong>de</strong>scritas en este estudio (generalmente fragmentos o hidrocaules vacíos, por lo que no pudo<br />

i<strong>de</strong>ntificar la especie con certeza), corroboran la teoría <strong>de</strong> que existe una entrada <strong>de</strong> tortugas<br />

juveniles <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Atlántico al Mediterráneo a través <strong>de</strong>l estrecho <strong>de</strong> Gibraltar (Laurent et al., 1998;<br />

Casale et al., 2002, 2004). Incluso, podría ser una especie indicadora <strong>de</strong> tortugas atlánticas <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l<br />

Mediterráneo, como sugirieron Casale et al. (2004) para el cangrejo Planes minutus (<strong>de</strong>scrito en el<br />

capitulo 6 <strong>de</strong> esta tesis), aunque la principal diferencia es que O. geniculata esta presente en las<br />

tortugas <strong>de</strong>scritas por Kitsos et al. (2005) (tortugas mayoritariamente mediterráneas), mientras que el<br />

pequeño cangrejo P. minutus no fue citado por este último trabajo.<br />

Por último, hay que tener en cuenta que el rápido crecimiento, junto con la facilidad con la que esta<br />

especie es sustituida por otras, seguramente nos impi<strong>de</strong> ver la frecuencia real con la que O.<br />

geniculata coloniza las tortugas juveniles <strong>de</strong> Canarias, aunque los datos <strong>de</strong> este estudio nos han<br />

permitido ver algunas preferencias <strong>de</strong> la especie O. geniculata, así como indicios sobre el<br />

comportamiento <strong>de</strong> los ejemplares <strong>de</strong> tortuga boba que frecuentan las aguas <strong>de</strong>l archipiélago canario.<br />

123


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

5. – CONCLUSIONES<br />

• La presencia <strong>de</strong> Obelia geniculata es un indicador <strong>de</strong>l paso <strong>de</strong> las tortugas <strong>de</strong>l<br />

hábitat pelágico al hábitat nerítico.<br />

• La presencia <strong>de</strong> Obelia geniculata es un indicador <strong>de</strong> la movilidad y actividad <strong>de</strong><br />

los ejemplares <strong>de</strong> tortuga boba sobre los que se vive.<br />

• Los ejemplares <strong>de</strong> O. geniculata localizados en caparazones <strong>de</strong> tortugas Caretta<br />

caretta en aguas <strong>de</strong> Canarias, han adaptado su morfología, reduciendo su<br />

tamaño, y su fisiología, priorizando la reproducción asexual, exactamente igual<br />

que ocurre cuando esta especie vive sobre sustratos móviles, inestables o <strong>de</strong><br />

vida corta.<br />

• O. geniculata tiene preferencia por las aguas <strong>de</strong> temperaturas mas bajas,<br />

pudiendo ser un indicador <strong>de</strong>l paso <strong>de</strong> las tortugas que la presentan por zonas<br />

<strong>de</strong> temperaturas mas bajas como upwellings, giros ciclónicos, etc.<br />

• La preferencia <strong>de</strong> O. geniculata por temperaturas mas frías y por tortugas con<br />

menor movilidad, podría indicar comportamientos <strong>de</strong> brumación en las tortugas<br />

que la presentan.<br />

• La gran velocidad <strong>de</strong> colonización, crecimiento y maduración <strong>de</strong> O. geniculata,<br />

permite que pueda aparecer y <strong>de</strong>saparecer rápidamente <strong>de</strong> la comunidad<br />

epibionte <strong>de</strong> Caretta caretta a lo largo <strong>de</strong> todo el año, provocando frecuencias<br />

estacionales irregulares.<br />

• La presencia <strong>de</strong> O. geniculata en una comunidad epibionte indica que esa<br />

colonización es bastante reciente, y que por lo general no tiene mas <strong>de</strong> unas<br />

semanas.<br />

• La presencia exclusiva <strong>de</strong> O. geniculata en las tortugas Caretta caretta <strong>de</strong>l<br />

Mediterráneo y <strong>de</strong> Canarias indica una gran relación entre ambas provincias<br />

marinas.<br />

• <strong>Las</strong> similitu<strong>de</strong>s entre los ejemplares <strong>de</strong> O. geniculata <strong>de</strong>scritos por Badillo (2007)<br />

en tortugas <strong>de</strong> las costas mediterráneas valencianas y por este estudio en<br />

tortugas <strong>de</strong>l Archipiélago Canario, sugieren que pue<strong>de</strong> tratarse <strong>de</strong>l mismo stock<br />

<strong>de</strong> tortugas, pudiendo ser una especie indicadora <strong>de</strong> tortugas Atlánticas en el<br />

interior <strong>de</strong>l Mediterráneo.<br />

124


Allá; muevan feroz guerra<br />

ciegos reyes<br />

por un palmo más <strong>de</strong> tierra;<br />

que yo aquí; tengo por mío<br />

cuanto abarca el mar bravío,<br />

a quien nadie impuso leyes.<br />

J. Espronceda (fragmento)


C a p í t u l o 3 :<br />

M O L U S C O S E P I I B I O N T E S<br />

D E T O R T U G A B O B A D E C A N A R I A S


1. – INTRODUCCIÓN<br />

CAPÍTULO 3: NUDIBRANQUIOS<br />

Los nudibranquios constituyen uno <strong>de</strong> los nueve subór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n Opistobranchia (Mollusca,<br />

Gasteropoda), y se diferencian <strong>de</strong>l resto <strong>de</strong> los Moluscos principalmente por la total ausencia <strong>de</strong><br />

caparazón y opérculo (Picton & Morrow, 1994). Su nombre significa “branquia <strong>de</strong>snuda”, haciendo<br />

referencia a sus particulares órganos respiratorios externos.<br />

Una <strong>de</strong> las características mas llamativas <strong>de</strong> las especies pertenecientes a este subor<strong>de</strong>n es que son<br />

marcadamente estenófagas (especificidad alimenticia extrema), alimentándose casi siempre <strong>de</strong> un<br />

solo tipo <strong>de</strong> presa (Thompson, 1964). La mayoría son tan específicos que muchos autores han podido<br />

comprobar estas asociaciones por observaciones directas en el medio, e incluso se ha llegado a hablar<br />

<strong>de</strong> ectoparasitismo (Swennen, 1959). Mas <strong>de</strong> la mitad <strong>de</strong> las especies <strong>de</strong> nudibranquios se alimentan<br />

exclusivamente <strong>de</strong> una o dos especies, y la mayoría, sobretodo <strong>de</strong>l clado Aeolidida, se nutren <strong>de</strong><br />

cnidarios coloniales como corales e hidroi<strong>de</strong>os (Harris, 1973, 1987; Todd, 1981, 1983).<br />

Sus presas son comúnmente organismos <strong>de</strong>l fouling, por lo que pue<strong>de</strong>n verse muy afectadas por la<br />

ecología <strong>de</strong> estas comunida<strong>de</strong>s, sin embargo, estos pequeños gasterópodos contribuyen a<br />

inestabilizarlas al explotar una parte <strong>de</strong> sus componentes (Clark, 1975). Generalmente la <strong>estruc</strong>tura<br />

<strong>de</strong> las comunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l fouling sigue un patrón <strong>de</strong> sucesión, con una serie <strong>de</strong> cambios progresivos y<br />

or<strong>de</strong>nados que les aportan relativa estabilidad (Clark, 1975), pero la predación pue<strong>de</strong> alterar este<br />

patrón, ya que al eliminar una especie otras llegan a ocupar su lugar. La estabilidad <strong>de</strong>l sistema<br />

predador-presa es compleja. Unos autores establecen que aumenta con el número <strong>de</strong> presas<br />

disponibles (MacArthur, 1955), y otros sugieren que aumenta en función <strong>de</strong> la presencia <strong>de</strong> “especies<br />

reguladoras” (como predadores <strong>de</strong> gran tolerancia alimenticia que se alimentan <strong>de</strong> la presa mas fácil)<br />

(Darnell, 1970). Clark (1975) observó como distintas especies <strong>de</strong> nudibranquios causaban graves<br />

daños en sus respectivas presas al sobreexplotarlas, perjudicándose a si mismos <strong>de</strong>bido a que la<br />

especie-alimento (hidroi<strong>de</strong>os principalmente) le sirve también <strong>de</strong> hábitat. Por otro lado, los<br />

nudibranquios que se alimentan <strong>de</strong> poblaciones no-transitorias o estables, como balanos, tunicados,<br />

esponjas o briozoos (generalmente nudibranquios <strong>de</strong> gran tamaño), no las sobreexplotan y suelen<br />

causar daños mínimos en su presa, ya que su tamaño les permite la suficiente movilidad como para<br />

dispersar su actividad alimenticia fuera <strong>de</strong>l área <strong>de</strong> cría (Thompson, 1964).<br />

Ecológicamente y basándonos en el tiempo <strong>de</strong> aparición en la sucesión, los nudibranquios pue<strong>de</strong>n<br />

dividirse en dos grupos: a) <strong>Las</strong> especies Oportunistas, que presentan el crecimiento y los ciclos <strong>de</strong><br />

vida mas rápidos <strong>de</strong> todo el filo Mollusca, con especies capaces <strong>de</strong> madurar y producir puestas en<br />

menos <strong>de</strong> 6 semanas (Eubranchus exiguus, E. Pallidus y Galvina picta) (Orton, 1914); o madurar en 3<br />

semanas como Tenellia pallida (Rasmussen, 1944); o Fiona pinnata que crece <strong>de</strong> 8 a 20mm en solo 4<br />

días (Bayer, 1963); o Stiliger galopalai que madura en 16 días (Rao, 1937). Esta velocidad <strong>de</strong><br />

crecimiento está directamente relacionada con la presencia <strong>de</strong> ceratas, que parece ser una adaptación<br />

morfológica para ampliar la superficie gástrica y respiratoria, permitiendo aumentar enormemente la<br />

tasa metabólica y <strong>de</strong> asimilación <strong>de</strong>l alimento (Clark, 1975). Son especies con ciclos <strong>de</strong> vida cortos y<br />

maduración temprana, características que representan una adaptación a fuentes <strong>de</strong> alimento<br />

transitorias que suelen aparecer en las fases tempranas <strong>de</strong> la sucesión <strong>de</strong> las comunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l<br />

fouling, principalmente hidroi<strong>de</strong>os (Clark, 1975). Los principales taxa pertenecientes a este grupo son<br />

muchos Aeolidacea, algunos Arminacea, Dendronotacea y Sacoglossa. b) El segundo grupo son las<br />

especies Estrategas, presentes en los estadios tardíos <strong>de</strong> la sucesión, <strong>de</strong> crecimiento lento (al igual<br />

que su tasa metabólica), ciclos <strong>de</strong> vida largos (anuales o bianuales), maduración tardía y períodos <strong>de</strong><br />

puesta restringidos. Estas especies se alimentan <strong>de</strong> fuentes mas estables y longevas características <strong>de</strong><br />

las etapas tardías <strong>de</strong> la sucesión <strong>de</strong>l fouling. Lo representan la mayoría <strong>de</strong> Doridacea, y algunos<br />

Arminacea y Dendronotacea (Clark, 1975).<br />

El ciclo <strong>de</strong> vida <strong>de</strong> los invertebrados marinos pue<strong>de</strong> clasificarse en tres tipos principales en función <strong>de</strong>l<br />

tipo <strong>de</strong> larva o <strong>de</strong> traspaso <strong>de</strong> generaciones. El primero es el <strong>de</strong>sarrollo directo, en el que se produce<br />

un nuevo individuo sin pasar por ninguna fase larvaria. Este es el caso <strong>de</strong> la reproducción asexual y<br />

<strong>de</strong> la reproducción sexual <strong>de</strong> algunos poríferos, cnidarios, anélidos, etc. Thorson (1950) estableció<br />

129


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

que la proporción <strong>de</strong> especies <strong>de</strong> invertebrados con <strong>de</strong>sarrollo directo aumenta latitudinalmente en<br />

ambos hemisferios, <strong>de</strong>bido a que las larvas son mas sensibles a la temperatura, limitando la<br />

distribución <strong>de</strong> las poblaciones con <strong>de</strong>sarrollo larvario a gradientes térmicos específicos.<br />

El segundo tipo es el que presenta una larva lecitotrófica, que es una larva que se alimenta <strong>de</strong> las<br />

reservas <strong>de</strong>l huevo y no se alimenta en el plancton, por lo que la duración <strong>de</strong> su fase pelágica es<br />

bastante corta. Por lo general, estas especies producen huevos gran<strong>de</strong>s, presentan baja fecundidad,<br />

alta tasa <strong>de</strong> supervivencia y su potencial <strong>de</strong> dispersión/colonización es mínimo (Thorson, 1946).<br />

Especies <strong>de</strong> los filos Porifera, Briozoa (a excepción <strong>de</strong> 5 géneros) y Urochordata se reproducen por<br />

medio <strong>de</strong> este tipo <strong>de</strong> larvas (Todd et al., 1998), al igual que muchas <strong>de</strong> las poblaciones que moran<br />

en áreas con alimento abundante y estable (Clark & Goetzfried, 1978).<br />

El último grupo lo constituyen especies que presenta una larva planctotrófica, que es aquella capaz <strong>de</strong><br />

alimentarse planctónicamente, por lo que tiene una fase pelágica <strong>de</strong> duración mas bien larga. Estas<br />

especies suelen presentar huevos <strong>de</strong> talla pequeña, elevada fecundidad, baja tasa <strong>de</strong> supervivencia y<br />

alto potencial <strong>de</strong> dispersión/colonización. La larva planctotrófica es muy importante para algunos<br />

invertebrados bentónicos sésiles, los cuales no tienen otra alternativa para colonizar nuevos hábitats o<br />

huir <strong>de</strong> unas condiciones <strong>de</strong>terioradas (Todd et al., 1998), a excepción <strong>de</strong>l transporte sobre sustratos<br />

flotantes (Highsmith, 1985; Jokiel, 1990; Worcester, 1994), poco habitual. La presentan algunos<br />

grupos <strong>de</strong> cnidarios, moluscos, equino<strong>de</strong>rmos, crustáceos, etc.<br />

Queda claro, entonces, que el tipo <strong>de</strong> larva <strong>de</strong> las distintas especies <strong>de</strong> invertebrados es una <strong>de</strong> las<br />

característica mas importantes <strong>de</strong> su ciclo <strong>de</strong> vida, ya que <strong>de</strong>termina su capacidad <strong>de</strong> dispersión y su<br />

potencial para explotar nuevos hábitats o alimentos (Clark, 1975). <strong>Las</strong> larvas planctotróficas aumentan<br />

las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> dispersión gracias a su fase pelágica mas o menos extensa y a que en muchas<br />

ocasiones es capaz <strong>de</strong> retrasar la metamorfosis, extendiendo la fase pelágica y aumentando aún mas<br />

la capacidad <strong>de</strong> dispersión (Todd et al., 1998). Muchos estudios <strong>de</strong> invertebrados marinos han<br />

<strong>de</strong>mostrado altos niveles <strong>de</strong> homogeneidad genética a larga distancia, reflejando la gran capacidad <strong>de</strong><br />

dispersión <strong>de</strong> la larva planctotrófica, logrando un gran flujo genético (Hunt & Ayre, 1989; Ayre, 1990;<br />

Hunt, 1993; Benzie, 1994; Borsa et al., 1994). Por ejemplo, Mileikovsky (1960) <strong>de</strong>scribió el transporte<br />

<strong>de</strong> una larva <strong>de</strong> nudibranquio a mas <strong>de</strong> 500 millas <strong>de</strong> su lugar <strong>de</strong> nacimiento, y Todd et al. (1998)<br />

citaron que el periodo planctotrófico <strong>de</strong> 3 meses <strong>de</strong> la larva <strong>de</strong> Goniodoris nodosa permite un<br />

transporte lo suficientemente amplio para <strong>de</strong>sarrollar flujos genéticos a distancias <strong>de</strong> mas <strong>de</strong> 10 3 km.<br />

Por el contrario, especies con larvas lecitotróficas, como el caracol bentónico Nucella lapillus,<br />

presentan unas capacida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> dispersión y migración mínimas, por lo que sus poblaciones muestran<br />

fuertes diferenciaciones locales (Grant & Utter, 1988; Gou<strong>de</strong>t et al., 1994), e incluso algunas especies<br />

<strong>de</strong> nudibranquios como Adalaria proxima, presentan niveles <strong>de</strong> diferenciación genética similares a los<br />

<strong>de</strong>scritos para invertebrados marinos con <strong>de</strong>sarrollo directo, como el equino<strong>de</strong>rmo Parvulastra exigua<br />

(Hunt, 1993) o el gasterópodo Bembicium vittatum (Parsons, 1996).<br />

Por otra parte, Miller (1962) <strong>de</strong>finió dos nuevos términos para diferenciar a las especies <strong>de</strong><br />

nudibranquios: “especie anual”, <strong>de</strong>scribiendo aquellas que presentan una generación al año, con la<br />

producción <strong>de</strong> larvas restringida a un intervalo <strong>de</strong> unas pocas semanas; y “especie sub-anual”<br />

refiriéndose a aquellas especies que presentan dos o mas generaciones superpuestas al año.<br />

En resumen y agrupando todas estas clasificaciones, las especies <strong>de</strong> nudibranquios Oportunistas<br />

presentan larvas planctotróficas con gran capacidad <strong>de</strong> dispersión, son generalmente sub-anuales y se<br />

<strong>de</strong>sarrollan, crecen y maduran a gran velocidad. Mientras que, las especies Estrategas <strong>de</strong>sarrollan<br />

larvas lecitotróficas, con poca capacidad <strong>de</strong> dispersión, son generalmente anuales, y crecen y se<br />

<strong>de</strong>sarrollan lentamente en regiones <strong>de</strong> mayor estabilidad alimenticia. Existen evi<strong>de</strong>ncias que indican<br />

que las especies oportunistas son mas abundantes en la costa oeste <strong>de</strong>l Atlántico, mientras que en la<br />

costa este abundan las especies estrategas, <strong>de</strong>bido a la mayor estabilidad alimenticia <strong>de</strong> la costa este,<br />

causada por una estacionalidad mas suave (Clark, 1975).<br />

La selección <strong>de</strong> una estrategia reproductora es realmente importante para la supervivencia <strong>de</strong> cada<br />

especie, ya que va a <strong>de</strong>terminar sus posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> dispersión y colonización. En algunos casos<br />

pue<strong>de</strong>n producirse transportes ocasionales (“rafting”) <strong>de</strong> ejemplares adultos o incluso <strong>de</strong> puestas <strong>de</strong><br />

huevos <strong>de</strong>positadas en organismos u objetos flotantes, a gran<strong>de</strong>s distancias, lo que pue<strong>de</strong> ser<br />

consi<strong>de</strong>rado como un medio <strong>de</strong> dispersión (Todd et al., 1998), aunque la dispersión larval es mucho<br />

mas efectiva y constante. Esta selección vienen condicionada por factores ambientales a los que se<br />

encuentra sometida una <strong>de</strong>terminada población, llegando, incluso, a producirse los dos tipos <strong>de</strong><br />

130


CAPÍTULO 3: NUDIBRANQUIOS<br />

estrategias, con fases larvarias diferentes, en poblaciones <strong>de</strong> una misma especie, como observó<br />

Sisson (2005) en dos poblaciones <strong>de</strong> Dendronotus frondosus en el Golfo <strong>de</strong> Maine, EE.UU, en la que<br />

una población presentaba larva lecitotrófica <strong>de</strong> 1 semana <strong>de</strong> vida pelágica, y la otra una larva<br />

planctotrófica que se mantenía pelágicamente hasta 11 semanas. Este autor concluyó que el tipo <strong>de</strong><br />

ciclo <strong>de</strong> vida <strong>de</strong> cada población <strong>de</strong> nudibranquio se <strong>de</strong>sarrolla en función <strong>de</strong> tres factores: las<br />

corrientes oceanográficas, la temperatura <strong>de</strong>l agua y abundancia <strong>de</strong> recursos alimenticios.<br />

Otra característica curiosa <strong>de</strong> algunas especies <strong>de</strong> nudibranquios es que en la mayoría <strong>de</strong> los casos se<br />

produce una altísima (a veces total) mortalidad <strong>de</strong> los ejemplares adultos tras las puestas <strong>de</strong> huevos.<br />

Esto se <strong>de</strong>be, en las especies oportunistas, a una sobreexplotación <strong>de</strong> sus recursos alimenticios, en la<br />

que <strong>de</strong>struyen a su vez su hábitat; y en las especies estrategas, al <strong>de</strong>bilitamiento extremo <strong>de</strong> los<br />

adultos tras la producción <strong>de</strong> <strong>estruc</strong>turas reproductoras y huevos <strong>de</strong> gran tamaño (Clark, 1975). Esta<br />

particularidad provoca que la siguiente generación se establezca por un reclutamiento totalmente<br />

nuevo, mediante la colonización por larvas <strong>de</strong> natación libre, sin mezclarse en ningún momento con la<br />

anterior generación. Este es el caso <strong>de</strong> algunas especies como Goniodoris nodosa y Adalaria proxima<br />

(Todd et al., 1998).<br />

La distribución zoogeográfica <strong>de</strong> las distintas especies <strong>de</strong> invertebrados marinos se ve influenciada por<br />

la estabilidad <strong>de</strong> sus poblaciones. Para los nudibranquios, uno <strong>de</strong> los factores <strong>de</strong>terminantes es la<br />

temperatura, que pue<strong>de</strong> afectar a su crecimiento e incluso limitar su reproducción a rangos térmicos<br />

específicos, como las especies árticas y subárticas confinadas a las bajas temperaturas (Lemche,<br />

1941), o por el contrario, las especies boreales y boreo-subárticas, cuya reproducción y supervivencia<br />

esta limitada por las altas temperaturas (Franz, 1970). A<strong>de</strong>más, como se dijo anteriormente, su<br />

distribución geográfica se ve fuertemente ligada a la distribución <strong>de</strong> sus presas específicas y a la<br />

ecología y a los factores que afectan a las comunida<strong>de</strong>s en las que habitan dichas presas.<br />

Una <strong>de</strong> las presas mas comunes <strong>de</strong> los nudibranquios son ciertas especies <strong>de</strong> hidroi<strong>de</strong>os, como Obelia<br />

geniculata, Tubularia spp., Hydractinia echinata, etc., por lo que su distribución está ligada a ellos.<br />

Como se explicó en el capitulo anterior, los hidroi<strong>de</strong>os suelen ser colonizadores primarios <strong>de</strong>l fouling,<br />

con una permanencia relativamente corta, ya que son sustituidos posteriormente por otras especies<br />

mas fuertes como algas, briozoos, poríferos y ascidias (Standing, 1976). Esto provoca que la mayoría<br />

<strong>de</strong> nudibranquios que se alimentan y habitan en hidroi<strong>de</strong>os sean especies oportunistas <strong>de</strong> vida corta,<br />

mientras que aquellos que se alimentan <strong>de</strong> briozoos, poríferos, etc., sean especies estrategas mas<br />

longevas.<br />

Los nudibranquios han tenido que adaptarse a las variaciones estacionales <strong>de</strong> sus presas, adaptando<br />

en algunos casos su morfología, como el pequeño tamaño <strong>de</strong> las especies que se alimentan en O.<br />

geniculata (Lambert, 1991ª), o la adaptación a la variación estacional <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminadas especies <strong>de</strong><br />

hidroi<strong>de</strong>os, como Doto frondosus, cuyos individuos juveniles se alimentan <strong>de</strong> O. geniculata<br />

(abundante durante una <strong>de</strong>terminada época <strong>de</strong>l año) y los adultos <strong>de</strong> hidroi<strong>de</strong>os <strong>de</strong>l género Tubularia<br />

spp. (abundante el resto <strong>de</strong>l año) (Lambert, 1991ª). La mayoría <strong>de</strong> especies suspensívoras como los<br />

hidroi<strong>de</strong>os, presentan fluctuaciones estacionales en función <strong>de</strong> la disponibilidad <strong>de</strong> alimento, la cual se<br />

ve afectada por la temperatura, la presión predadora y la productividad planctónica (Coma et al.,<br />

2000), aunque factores ambientales como la temperatura, hidrodinamismo, salinidad, etc., pue<strong>de</strong>n<br />

afectar a la abundancia y crecimiento <strong>de</strong> ciertas especies como O. geniculata (Sisson, 2005).<br />

Una adaptación mucho mas extrema ha sido la <strong>de</strong> los nudibranquios que habitan en objetos flotantes<br />

y por lo tanto forman parte <strong>de</strong>l neuston 1 . Este medio <strong>de</strong> vida les lleva a habitar principalmente en mar<br />

abierto, por lo que su estudio es mucho mas complicado (Inatsuchi et al., 2010). Se cree que los<br />

animales <strong>de</strong>l neuston crecen y llegan a la madurez sexual rápidamente, <strong>de</strong>bido a que la mayor parte<br />

<strong>de</strong> ellos son pasajeros obligados <strong>de</strong> objetos flotantes <strong>de</strong> vida corta (Thiel & Gutow, 2004, 2005), y su<br />

supervivencia <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> directamente <strong>de</strong> la esperanza <strong>de</strong> vida <strong>de</strong>l objeto o animal sobre el que viven, y<br />

<strong>de</strong> los factores ambientales que les afecten (Thiel & Gutow, 2004).<br />

1 Organismos que habitan justo bajo la superficie <strong>de</strong>l agua.<br />

131


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

Los únicos nudibranquios pelágicos pertenecen al clado Aeolidida y se divi<strong>de</strong>n en 2 grupos: los <strong>de</strong> la<br />

familia Fionidae Gray, 1857, que presenta una sola especie, Fiona pinnata Eschscholtz, 1831, que es<br />

incapaz <strong>de</strong> nadar libremente y vive sobre objetos flotantes; y los pertenecientes a la familia Glaucidae<br />

Menke, 1828, que son los auténticos nudibranquios pelágicos ya que tienen la capacidad <strong>de</strong> nadar<br />

libremente (Valdés & Angulo, 2004).<br />

Fiona pinnata vive sobre objetos y algas flotantes, alimentándose <strong>de</strong> distintas especies <strong>de</strong>l cirrípedo<br />

lepadomorfo Lepas spp. (Bayer, 1963; Picton & Morrow, 1994; Scarabino, 2004), realmente<br />

abundantes en objetos flotantes; <strong>de</strong> los hidrozoos Velella velella y Porpita porpita; e incluso ha sido<br />

citada en el gasterópodo Janthina spp. (Willan, 1979). Los estudios <strong>de</strong> Bayer (1963) confirmaron una<br />

mayor preferencia por el lepadomorfo Lepas anatifera y por el cnidario Velella velella, <strong>de</strong>l que no se<br />

alimenta <strong>de</strong> los tentáculos, sino <strong>de</strong> los tejidos dorsales y <strong>de</strong> la vela, así como su espectacular tasa <strong>de</strong><br />

crecimiento, pasando <strong>de</strong> 8mm a la madurez sexual en tan solo 4 días y llegando a producir huevos en<br />

menos <strong>de</strong> una semana. Los huevos se <strong>de</strong>sarrollan en 30 horas aproximadamente, <strong>de</strong> los que<br />

eclosionan las larvas velíger en 46 horas (Bayer, 1963).<br />

Un dato curioso <strong>de</strong> esta especie es que su coloración varia en función <strong>de</strong> su alimento. Así, cuando se<br />

alimenta <strong>de</strong>l cnidario Velella velella adquiere una coloración azul brillante, que va pali<strong>de</strong>ciendo en<br />

cuanto <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> alimentarse <strong>de</strong> este; presentan una coloración amarilla cuando se alimentan <strong>de</strong> peces<br />

(Kropp, 1931); una coloración marrón cuando se alimentan <strong>de</strong> Cirrípedos (Pruvot-Fol, 1954); y mas<br />

concretamente una coloración rosada cuando se alimentan directamente <strong>de</strong>l cirrípedo Lepas anatifera<br />

(Bayer, 1963).<br />

Esta especie tiene una capacidad <strong>de</strong> dispersión realmente espectacular, ya que presenta dos medios<br />

<strong>de</strong> dispersión, el transporte <strong>de</strong> adultos y puestas <strong>de</strong> huevos sobre el objeto o animal sobre el que<br />

vive, y la dispersión <strong>de</strong> su larva planctotrófica. Es por esto que F. pinnata es una gran cosmopolita<br />

que ha sido citada en todos los mares y océanos y sobre una todo tipo <strong>de</strong> objetos flotantes.<br />

El archipiélago Canario presenta el mayor número <strong>de</strong> especies <strong>de</strong> opistobranquios <strong>de</strong> toda la región<br />

macaronésica e ibérica (tanto atlántica como mediterránea), con un total <strong>de</strong> 252 especies. De estas,<br />

110 son especies <strong>de</strong> nudibranquios, <strong>de</strong> los cuales 37 pertenecen al subor<strong>de</strong>n Aeolidina (Cervera et al.,<br />

2004) (actual Clado Aeolidida). Fiona pinnata ha sido citada por varios autores en aguas canarias,<br />

observándose siempre sobre objetos flotantes (Odhner, 1931; Pérez-Sánchez et al. 1990, 1991; Moro<br />

et al., 1995, 2003; Ortea et al., 2001).<br />

Como epibiontes <strong>de</strong> tortuga boba (Caretta caretta), solo han sido citadas tres especies <strong>de</strong><br />

nudibranquios: Cratena pilata, Doris verrucosa y Doripsilla pharpa, aunque por lo general, en<br />

proporciones bastante escasas (9.2%, 4.6% y 1<strong>0.</strong>8% respectivamente) (Frick et al., 1998). Todas<br />

ellas se han observado en tortugas adultas nidificantes en las costas americanas, que habitan<br />

comúnmente en áreas neríticas <strong>de</strong> EE.UU. Sorpren<strong>de</strong> la escasez <strong>de</strong> nudibranquios en tortugas<br />

marinas, sobretodo cuando se han encontrado ciertos hidroi<strong>de</strong>os <strong>de</strong>scritos como presas comunes <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>terminadas especies, como Obelia geniculata (Kitsos et al., 2005), Tubularia crocea (Pfaller et al.,<br />

2006,2008; Frick et al., 1998, 2004) e Hydractina echinata (Frick et al., 1998, 2004), entre otros, en<br />

proporciones bastante abundantes (<strong>de</strong>s<strong>de</strong> 8,2% en la primera, hasta un 100% en la última).<br />

Todavía es mas sorpren<strong>de</strong>nte el hecho <strong>de</strong> que Fiona pinnata nunca haya sido citada como epibionte<br />

<strong>de</strong> la tortuga boba, a pesar <strong>de</strong> que en el caparazón <strong>de</strong> esta tortuga se ha observado una abundancia<br />

muy significativa <strong>de</strong> Lepas anatifera y otras especies <strong>de</strong>l género Lepas (L. anserifera, L. hilli, L.<br />

pectinata) (citas Anexo 4), uno <strong>de</strong> los alimentos preferidos <strong>de</strong> esta especie, y a que esta tortuga<br />

presenta una colonización <strong>de</strong> características muy similares a la <strong>de</strong> objetos flotantes, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> una<br />

gran relación con estos.<br />

132


2. – CARACTERÍSTICAS TAXONÓMICAS<br />

Filo Mollusca<br />

CAPÍTULO 3: NUDIBRANQUIOS<br />

Los moluscos constituyen el mayor filo <strong>de</strong> invertebrados <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> los artrópodos. Se han <strong>de</strong>scrito<br />

mas <strong>de</strong> 5<strong>0.</strong>000 especies actuales, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> las 35.000 especies fósiles. A pesar <strong>de</strong> la acusadas<br />

diferencias que existen entre sus grupos (caracoles, almejas y calamares), todos los moluscos<br />

respon<strong>de</strong>n a un mismo patrón <strong>estruc</strong>tural, caracterizado por presentar un pie musculoso, una concha<br />

calcárea secretada por la epi<strong>de</strong>rmis subyacente <strong>de</strong> la pared <strong>de</strong>l cuerpo (el manto) y por presentar un<br />

órgano exclusivo con función alimenticia, la rádula. Pue<strong>de</strong>n ser marinos, dulceacuícolas o terrestres.<br />

Un molusco generalizado posee un pie aplanado adaptado para reptar, una concha dorsal en forma <strong>de</strong><br />

escudo y una cabeza poco diferenciada. Respiran a través <strong>de</strong> varios pares <strong>de</strong> branquias (ctenidios),<br />

localizadas en la cavidad paleal (tapizada por el manto y la concha), y que están formadas por<br />

numerosos filamentos aplanados situados a ambos lados <strong>de</strong> un eje central <strong>de</strong> soporte. Cada filamento<br />

presenta cilios que generan una corriente hacia el interior <strong>de</strong> la cavidad paleal.<br />

La rádula es el órgano característico y exclusivo <strong>de</strong> los moluscos y consiste en una cinta <strong>de</strong> dientes<br />

quitinosos curvos situada sobre un cojín cartilaginoso. Es un órgano raspador que libera partículas<br />

finas (principalmente algas) a partir <strong>de</strong> un sustrato duro. En el esófago se produce una gran cantidad<br />

<strong>de</strong> moco que se carga <strong>de</strong> partículas alimenticias que son arrastradas hasta un estómago primitivo, en<br />

don<strong>de</strong> son seleccionadas y dirigidas a las glándulas digestivas que realizan la digestión intracelular.<br />

El sistema nervioso consiste en un anillo periesofágico <strong>de</strong>l que salen un par <strong>de</strong> cordones nerviosos<br />

que inervan el pie (nervios pedios), y otro par <strong>de</strong> cordones que inervan el manto y la masa visceral<br />

(nervios viscerales). Los órganos sensoriales típicos son los tentáculos, un par <strong>de</strong> ojos, un par <strong>de</strong><br />

estatocistos situados en el pie y uno o dos osfradios (quimiorreceptores) situados en la cavidad paleal.<br />

Por lo general son dioicos y poseen un par <strong>de</strong> gónadas laterodorsales situadas en el interior <strong>de</strong> la<br />

masa visceral, junto al pericardio. Los gametos maduran en el interior <strong>de</strong> la cavidad celomática y los<br />

nefridios actúan como gonoductos liberando los gametos al agua. La fecundación es externa y el<br />

<strong>de</strong>sarrollo es planctónico, en el que la gástrula, tras una segmentación tipo espiral, se <strong>de</strong>sarrolla hasta<br />

formar una larva trocófora nadadora, que en la mayoría <strong>de</strong> moluscos se transforma posteriormente en<br />

una larva velíger mas <strong>de</strong>sarrollada, en la que ya están presentes el pie, la concha y otras <strong>estruc</strong>turas.<br />

Tras la fase larvaria, la larva cae al fondo, sufre una metamorfosis y adopta los hábitos bentónicos <strong>de</strong>l<br />

adulto.<br />

Dentro <strong>de</strong> este filo existen 7 clases: Clase Aplacophora: Moluscos vermiformes sin concha y sin pie o<br />

reducido a un surco ventral (Ejemplos: Chaeto<strong>de</strong>rma, Scutopus); Clase Monoplacophora: Moluscos<br />

cubiertos por una sola concha en forma <strong>de</strong> escudo (Ejemplos: Neoplilina, Vema, Monoplacophoru)s;<br />

Clase Polyplacophora: Moluscos cubiertos por una concha formada por 8 placas imbricadas.<br />

Comúnmente conocidos como quitones (Ejemplos: Chiton, Lepidopleurus, Cryptochiton); Clase<br />

Gastropoda: Moluscos con cefalización marcada y masas visceral enrollada. Se <strong>de</strong>scribe en <strong>de</strong>talle a<br />

continuación por su interés para este estudio; Clase Bivalva: Moluscos recubiertos por una concha<br />

formada por dos piezas laterales (valvas) unidas dorsalmente por una charnela. Conocidos<br />

comúnmente como almejas, ostras y mejillones (Ejemplos: Mytilus, Ostrea, Nucula); Clase<br />

Scaphopoda: Moluscos cubiertos por una concha tubular en forma <strong>de</strong> colmillo <strong>de</strong> elefante.<br />

Comúnmente conocidos como colmillos o dientes <strong>de</strong> mar (Ejemplos: Dentalium, Cadulus); Clase<br />

Cephalopoda: Moluscos pelágicos predadores con el pie dividido en brazos musculazos (tentáculos)<br />

que ro<strong>de</strong>an la boca. Son los conocidos nautilus, jibias, calamares y pulpos (Ejemplos: Nautilus, Sepia,<br />

Octopus).<br />

La taxonomía <strong>de</strong> este filo ha sido siempre bastante complicada. En este estudio se trabajó <strong>de</strong> acuerdo<br />

con la taxonomía <strong>de</strong> Bouchet & Rocroi (2005), que es el sistema clasificatorio <strong>de</strong> los moluscos más<br />

actualizado.<br />

133


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

Clase Gastropoda Cuvier, 1797<br />

Presenta unas 3<strong>0.</strong>000 especies actuales, junto con las 15.000 especies fósiles conocidas, siendo la <strong>de</strong><br />

mayor número <strong>de</strong> especies <strong>de</strong>l filo Mollusca, así como la <strong>de</strong> mayor éxito evolutivo, dada la diversidad<br />

<strong>de</strong> hábitat que han colonizado. Han invadido las aguas dulces, los pulmonados y otros grupos han<br />

conquistado el medio terrestre tras evolucionar <strong>de</strong>sarrollando pulmones, y las especies marinas se han<br />

adaptado a vivir sobre cualquier tipo <strong>de</strong> sustrato, e incluso a la vida pelágica (Ruppert & Barnes,<br />

1996).<br />

Se caracterizan por 4 adaptaciones evolutivas importantes que son, el aumento <strong>de</strong> la cefalización; el<br />

alargamiento <strong>de</strong>l cuerpo en sentido dorsoventral; el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> una concha espiral asimétrica; y la<br />

torsión. La mayoría se <strong>de</strong>splazan por medio <strong>de</strong> ondas <strong>de</strong> contracción muscular que recorren la<br />

superficie ventral <strong>de</strong>l pie. Los cilios son importantes en la locomoción <strong>de</strong> los individuos jóvenes y para<br />

las especies que viven sobre fondos blandos.<br />

En este grupo pue<strong>de</strong>n encontrarse todos los tipos <strong>de</strong> alimentación posibles, es <strong>de</strong>cir, hay formas<br />

herbívoras, carnívoras, carroñeras, <strong>de</strong>tritívoras, suspensívoras y parásitas. Por lo general utilizan la<br />

rádula para alimentarse, siendo un órgano sumamente <strong>de</strong>sarrollado ya que pue<strong>de</strong> actuar como<br />

raspador, lima, cepillo, cortador, agarrador o como cinta trasnportadora; la digestión es, al menos en<br />

parte, extracelular y se produce en el estómago; la absorción y digestión intracelular (cuando se<br />

produce) tiene lugar en los divertículos digestivos; en la mayoría el estómago está girado 180º como<br />

resultado <strong>de</strong> la torsión.<br />

La enorme diversidad <strong>de</strong> los gasterópodos es el reflejo <strong>de</strong> radiaciones adaptativas en diversos<br />

momentos <strong>de</strong> su historia evolutiva. <strong>Las</strong> principales líneas <strong>de</strong> esta evolución están representadas en las<br />

modificaciones relacionadas con la circulación <strong>de</strong>l agua y el intercambio gaseoso, diferenciándose 3<br />

Ór<strong>de</strong>nes: Ór<strong>de</strong>n Prosobranquia: cuyas conchas presentan una serie <strong>de</strong> hendiduras u orificios, que<br />

representan la solución primitiva a los problemas higiénicos <strong>de</strong>rivados <strong>de</strong> la torsión. Mantienen una<br />

respiración branquial. Forman parte <strong>de</strong> este grupo las Orejas <strong>de</strong> mar y lapas perforadas; Ór<strong>de</strong>n<br />

Opistobranquia: se <strong>de</strong>scribe a continuación por su interés en este estudio; Ór<strong>de</strong>n Pulmonados:<br />

gasterópodos que han transformado su cavidad paleal en un pulmón. Son los comúnmente conocidos<br />

caracoles (terrestres, marinos y <strong>de</strong> agua dulce).<br />

134<br />

Or<strong>de</strong>n Opistobranchia Milne-Edwards, 1848<br />

Existen aproximadamente 2.000 especies, fundamentalmente marinas. Se caracterizan por tener la<br />

cavidad paleal y la mayor parte <strong>de</strong> las vísceras en el lado <strong>de</strong>recho <strong>de</strong>l cuerpo, <strong>de</strong>bido posiblemente a<br />

un proceso <strong>de</strong> <strong>de</strong>torsión. En todos sus representantes, quizás relacionado con el proceso <strong>de</strong> <strong>de</strong>torsión,<br />

así como por la adopción <strong>de</strong> métodos químicos <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensa, se ha observado una ten<strong>de</strong>ncia hacia la<br />

reducción (e incluso pérdida) <strong>de</strong> la concha, <strong>de</strong> la cavidad paleal y <strong>de</strong> la branquia asociada, y hacia la<br />

adquisición <strong>de</strong> una simetría bilateral secundaria.<br />

La mayoría presentan un segundo par <strong>de</strong> tentáculos, llamados rinóforos, situados por <strong>de</strong>trás <strong>de</strong>l<br />

primer par y con la base ro<strong>de</strong>ada por un pliegue en forma <strong>de</strong> collar. <strong>Las</strong> branquias son <strong>de</strong> tipo<br />

plegado y no filamentosas.<br />

Son principalmente carnívoros y por lo general forman parte <strong>de</strong> la epifauna.<br />

Con respecto a la reproducción, son hermafroditas simultáneos, aunque su gónada, el ovotestis,<br />

pue<strong>de</strong> no producir espermatozoi<strong>de</strong>s y óvulos al mismo tiempo. Normalmente hay una cópula con<br />

transferencia mutua <strong>de</strong> esperma. Los órganos reproductores están localizados en el lado <strong>de</strong>recho <strong>de</strong>l<br />

cuerpo. La fecundación es interna y realizan puestas <strong>de</strong> huevos. <strong>Las</strong> puestas normalmente consisten<br />

en un gran número <strong>de</strong> huevos envueltos en una sustancia gelatinosa que se <strong>de</strong>positan en cápsulas o<br />

cintas <strong>de</strong> talla, forma y colores diversos. De los huevos, tras un periodo embrionario <strong>de</strong> entre 5 a 50<br />

días, eclosiona directamente una larva velíger <strong>de</strong> natación libre y planctónica.<br />

A esta subclase pertenecen 9 subór<strong>de</strong>nes: SubO. Cephalaspi<strong>de</strong>a; SubO. Pyrami<strong>de</strong>llacea; SubO.<br />

Acochlidioi<strong>de</strong>a; SubO. Anaspi<strong>de</strong>a; SubO. Notaspi<strong>de</strong>a; SubO. Sacoglossa; SubO. Thecosomata; SubO.<br />

Gymnosomata; y el SubO. Nudibranchia, que se <strong>de</strong>scribe a continuación por su interés para este<br />

estudio.


Subor<strong>de</strong>n Nudibranchia Blainville, 1814<br />

CAPÍTULO 3: NUDIBRANQUIOS<br />

Conocidos comúnmente como Babosas <strong>de</strong> mar, el subor<strong>de</strong>n Nudibranchia presenta los ejemplares<br />

mas bonitos y espectaculares <strong>de</strong>l filo Mollusca.<br />

No presentan concha, ni cavidad paleal, ni la branquia original, y el cuerpo ha adquirido una simetría<br />

bilateral secundaria con el ano situado en la región posterior <strong>de</strong>l cuerpo. En muchos nudibranquios la<br />

superficie dorsal <strong>de</strong>l cuerpo es muy extensa <strong>de</strong>bido a la presencia <strong>de</strong> una gran cantidad <strong>de</strong><br />

prolongaciones <strong>de</strong>nominadas ceratas, que pue<strong>de</strong>n ser filamentosas, mazudas, ramificadas, con forma<br />

<strong>de</strong> racimo o con formas diversas. Estas ceratas suelen presentar colores muy vivos (rojos, amarillos,<br />

anaranjados, azules, ver<strong>de</strong>s), o combinaciones <strong>de</strong> estos. Algunos nudibranquios no presentan ceratas,<br />

pero poseen unas branquias secundarias dispuestas en círculo alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l ano.<br />

Al carecer <strong>de</strong> concha, han <strong>de</strong>sarrollado diversos mecanismos <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensa como: escapar nadando ante<br />

el peligro; la presencia <strong>de</strong> glándulas cutáneas que producen ácido sulfúrico u otras sustancias nocivas<br />

que repelen a los posibles predadores, en especial peces; uso <strong>de</strong> los nematocistos tomados <strong>de</strong> las<br />

presas <strong>de</strong> las que se alimentan; presencia <strong>de</strong> espículas embebidas en el manto; o el propio color<br />

llamativo <strong>de</strong> algunas especies que representa una señal <strong>de</strong> peligro, aunque en algunos caso se trata<br />

<strong>de</strong> una coloración críptica (Todd, 1981).<br />

Son carnívoros <strong>de</strong> tipo raspador y se alimentan <strong>de</strong> animales sésiles como los hidroi<strong>de</strong>os, anémonas,<br />

corales blandos, briozoos, esponjas, ascidias, balanos y huevos <strong>de</strong> peces. Generalmente cada familia<br />

esta especializada en un tipo <strong>de</strong> presa.<br />

Por lo general son especies que viven uno o dos años como máximo, habiendo especies <strong>de</strong> vida corta<br />

(sub-anuales) y otras <strong>de</strong> vida larga (anuales o bianuales). Se encuentran comúnmente en costas<br />

rocosas, aunque también se han observado en objetos flotantes o pelágicos.<br />

Son hermafroditas simultáneos con cópulas <strong>de</strong> transferencia mutua <strong>de</strong> esperma. Normalmente<br />

<strong>de</strong>positan sus masas <strong>de</strong> huevos en el organismo <strong>de</strong>l que se alimentan o en un objeto cercano<br />

voluminoso. La forma, talla y color <strong>de</strong> las puestas varia <strong>de</strong> unas especies a otras y se usa en la<br />

i<strong>de</strong>ntificación y clasificación taxonómica. La mayoría <strong>de</strong>sarrolla larvas velíger <strong>de</strong> vida planctónica mas<br />

o menos larga (<strong>de</strong>pendiendo <strong>de</strong> la especie y <strong>de</strong> los factores ambientales), aunque algunas especies<br />

presentan <strong>de</strong>sarrollo directo.<br />

Clado Aeolidida Cuvier, 1798<br />

<strong>Las</strong> especies <strong>de</strong> este clado son moluscos ágiles y alargados, que presentan numerosas prolongaciones<br />

dactiliformes <strong>de</strong>l manto en la parte dorsal <strong>de</strong>nominadas ceratas. Estas ceratas contienen ramas <strong>de</strong> la<br />

glándula digestiva y pue<strong>de</strong>n llevar a cabo intercambio gaseoso, dos características que le aumentan<br />

enormemente su tasa metabólica y <strong>de</strong> asimilación <strong>de</strong>l alimento, y les confiere tasas <strong>de</strong> crecimiento<br />

espectaculares. A<strong>de</strong>más, estas ceratas presentan cnidosacos, que son órganos que acumulan los<br />

nematocistos <strong>de</strong> sus presas para utilizarlos a modo <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensa.<br />

Presentan un par <strong>de</strong> mandíbulas en forma <strong>de</strong> cuchilla para cortar pequeños fragmentos <strong>de</strong> su presas y<br />

la rádula tiene un diente en forma <strong>de</strong> herradura con un <strong>de</strong>ntículo central robusto.<br />

La mayoría se alimentan <strong>de</strong> hidroi<strong>de</strong>os, a excepción <strong>de</strong> un pequeño número <strong>de</strong> especies <strong>de</strong> la familia<br />

Aeolidiidae que se alimentan <strong>de</strong> anémonas y dos géneros especializados en comidas menos usuales<br />

como Calma spp. y Favorinus spp. que se alimenta <strong>de</strong> huevos <strong>de</strong> peces.<br />

SuperFamilia Fionoi<strong>de</strong>a, Gray 1857<br />

Familia Fionidae Gray, 1857<br />

Presenta un solo género, el género Fiona Al<strong>de</strong>r & Hancock, 1851, al que pertenece una sola especie,<br />

Fiona pinnata Eschscholtz, 1831 que se <strong>de</strong>scribe a continuación, en el apartado <strong>de</strong> resultados.<br />

135


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

3. – RESULTADOS<br />

3.1. – DESCRIPCIÓN DE LA ESPECIE<br />

El pequeño nudibranquio Fiona pinnata Eschscholtz, 1831, se localizó en el 13.6% <strong>de</strong> las tortugas<br />

muestreadas en este estudio. Su porcentaje es uno <strong>de</strong> los mas bajos <strong>de</strong> los distintos grupos presentes<br />

como epibiontes <strong>de</strong> las tortugas C. caretta <strong>de</strong> Canarias, junto con el único representante <strong>de</strong>l grupo<br />

Eucarida, el cangrejo Planes minutus (11.98%). Ambas especies presentan características similares en<br />

varios aspectos <strong>de</strong> su biología y ecología, pero uno <strong>de</strong> los puntos mas importantes es que estas dos<br />

especies son las que presentan una mayor movilidad o capacidad locomotora para <strong>de</strong>splazarse sobre<br />

la tortuga, o huir <strong>de</strong> ella en caso <strong>de</strong> emergencia. Los Crustáceos Peracáridos también presentan una<br />

gran movilidad, pero estos viven asociados principalmente a algas e hidroi<strong>de</strong>os, por lo que se refugian<br />

en ellas en caso <strong>de</strong> <strong>de</strong>secación o varamiento <strong>de</strong> la tortuga sobre la que viven.<br />

El hecho <strong>de</strong> que en este estudio se trabaje con animales heridos o enfermos que varan en las playas<br />

<strong>de</strong>l archipiélago Canario, o son rescatados por pescadores o navegantes, aumenta fuertemente las<br />

posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> pérdida <strong>de</strong> ejemplares durante el proceso <strong>de</strong> captura y traslado <strong>de</strong> la tortuga hasta el<br />

centro don<strong>de</strong> se llevan a cabo los muestreos. Este hecho aumenta fuertemente en aquellos animales<br />

<strong>de</strong> gran movilidad como Fiona pinnata y Planes minutus.<br />

Por consiguiente, <strong>de</strong>bemos tener en cuenta que este valor pue<strong>de</strong> estar fuertemente infravalorado.<br />

A continuación se dispone la ficha <strong>de</strong> caracterización <strong>de</strong> la única especie observada perteneciente a<br />

este grupo, en la que se <strong>de</strong>tallan las características específicas <strong>de</strong> la especie con imágenes y fotos<br />

obtenidas en este estudio, así como los gráficos <strong>de</strong> frecuencia <strong>de</strong> la presencia/ausencia, cantidad, talla<br />

y estadio reproductor <strong>de</strong> la especie en función <strong>de</strong> las distintas variables <strong>de</strong> estudio (Año, mes, isla,<br />

zona, talla <strong>de</strong> la tortuga y gravedad <strong>de</strong> las lesiones).<br />

136<br />

Fig. 69. Frecuencias observadas <strong>de</strong> los principales grupos taxonómicos localizados como<br />

epibiontes <strong>de</strong> las tortugas Caretta caretta <strong>de</strong> Canarias. <strong>Las</strong> flechas indican el grupo que se<br />

<strong>de</strong>talla en este capítulo (flecha negra) y el otro grupo que presenta gran movilidad (flecha<br />

gris discontinua).


Fiona pinnata Eschscholtz, 1831<br />

Phylum: Mollusca Linnaeus, 1758<br />

Clase: Gastropoda Cuvier, 1797<br />

Or<strong>de</strong>n: Opistobranchia Milne-Edwards,1848<br />

Subor<strong>de</strong>n: Nudibranchia Blainville, 1814<br />

Clado: Aeolidida Cuvier, 1789<br />

Superfam.: Fionidae Gray 1857<br />

Fam.: Fionidae Gray, 1857<br />

Género: Fiona Al<strong>de</strong>r & Hancock, 1851<br />

CAPÍTULO 3: NUDIBRANQUIOS<br />

137


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

138<br />

DESCRIPCIÓN Y DATOS DE INTERÉS DE LA ESPECIE:<br />

Morfología: Carece completamente <strong>de</strong> caparazón. Cuerpo alargado y oblongo, con un pie<br />

alargado y lanceolado, redon<strong>de</strong>ado en la parte <strong>de</strong>lantera y apuntado en la parte trasera.<br />

Presenta numerosas ceratas alargadas, con una membrana ondulada en la cara interna y sin<br />

cnidosacos. <strong>Las</strong> ceratas se distribuyen en dos grupos, uno a cada lado (pinnata).<br />

No tiene ojos. Los tentáculos orales son cortos, engrosados en la base y finos en la punta, se<br />

proyectan lateralmente curvándose un poco hacia atrás. Los rinóforos son muy parecidos a los<br />

tentáculos orales, pero se proyectan hacia a<strong>de</strong>lante. El ano esta situado dorsalmente entre las<br />

ceratas <strong>de</strong>l lado <strong>de</strong>recho <strong>de</strong>l cuerpo. La boca es pequeña, situada en la parte inferior <strong>de</strong> la<br />

cabeza, y el labio exterior está dividido. Tiene dos mandíbulas córneas con bor<strong>de</strong>s cortantes. La<br />

rádula tiene un diente en forma <strong>de</strong> herradura con un <strong>de</strong>ntículo central robusto.<br />

Color: <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> la alimentación. Son azul brillante cuando se alimentan <strong>de</strong> Velella velella;<br />

Amarillos cuando se alimentan <strong>de</strong> peces y huevos <strong>de</strong> peces; marrones cuando se alimentan <strong>de</strong><br />

cirrípedos; y concretamente adquieren un tono rosado cuando se alimentan <strong>de</strong>l cirrípedo Lepas<br />

anatifera.<br />

Talla: La longitud <strong>de</strong>l cuerpo <strong>de</strong> un adulto es <strong>de</strong> 20mm aproximadamente, aunque se han<br />

citado individuos <strong>de</strong> hasta 50mm (Suter, 1913).<br />

Hábitat: Es una especie pelágica, aunque no es capaz <strong>de</strong> nadar o flotar por si mismo. Vive<br />

exclusivamente en objetos flotantes y se ha citado en todo tipo <strong>de</strong> objetos flotantes y como<br />

epibionte <strong>de</strong> Velella velella, Porpita porpita y algas flotantes como los sargazos.<br />

Alimentación: Se alimenta especialmente <strong>de</strong> cirrípedos <strong>de</strong>l género Lepas spp. que crecen<br />

común y abundantemente sobre objetos flotantes, aunque también pue<strong>de</strong> atacar otras especies<br />

<strong>de</strong> balanos como Alepas spp. (Beeman & Williams, 1980), Balanus glandula y Pollicipes<br />

polymerus (Willan, 1979), entre otros. También se alimenta <strong>de</strong> cnidarios como Velella velella,<br />

Velella spirans (McDonald & Nybakken, 2009) y Porpita porpita (Willan, 1979).<br />

Distribución: Ampliamente cosmopolita, citada en todos los mares <strong>de</strong>l mundo. En la región<br />

Macaronésica se ha citado sobre objetos flotantes tanto en Azores (Wirtz, 1998), como en<br />

Ma<strong>de</strong>ira (Wirtz, 1999), como en Canarias (Odhner, 1931; Pérez-Sánchez et al., 1990, 1991;<br />

Moro et al., 1995, 2003; Ortea et al., 2001).<br />

Reproducción: Hermafrodita. Presenta 2 orificios genitales in<strong>de</strong>pendientes, situados <strong>de</strong>trás <strong>de</strong><br />

los tentáculos orales en el lado <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> la cabeza. Presenta un pene largo, recto, esbelto y<br />

retráctil, y el ovotestis o glándula hermafrodita, es amarillo con puntos blancos. La glándula <strong>de</strong>l<br />

moco <strong>de</strong>semboca en el conducto femenino.<br />

Realiza puestas <strong>de</strong> numerosos huevos envueltos en un moco blanquecino dispuesto en espiral.<br />

De los huevos eclosionan larvas velíger planctotróficas que viven aproximadamente 5 días,<br />

aunque son capaces <strong>de</strong> retardar su metamorfosis hasta que no encuentran un hábitat<br />

a<strong>de</strong>cuado (Willan, 1979). Su crecimiento y maduración son <strong>de</strong> los mas rápidos <strong>de</strong> todos los<br />

moluscos, pasando <strong>de</strong> 8 a 20mm en solo 4 días, y realizando puestas <strong>de</strong> huevos en solo 1<br />

semana tras la metamorfosis (Bayer, 1963).<br />

Nunca se ha citado como epibionte <strong>de</strong> tortugas marinas.<br />

Clasificación<br />

taxonómica<br />

2<br />

4 5<br />

6<br />

7<br />

1<br />

3<br />

10<br />

8 9 11<br />

Fig. 70 (Dorso): Imágenes <strong>de</strong> ejemplares <strong>de</strong> Fiona pinnata localizadas sobre las tortugas<br />

Caretta caretta muestreadas en Canarias. 1– Esquema <strong>de</strong> los ejemplares <strong>de</strong> F. pinnata. 2–<br />

Detalle <strong>de</strong> la cabeza <strong>de</strong> F. pinnata. 3– Ejemplar <strong>de</strong> F. pinnata. 4- Biometría <strong>de</strong> un ejemplar 5.<br />

Ejemplar <strong>de</strong> F. pinnata. 6. Larvas <strong>de</strong> F. pinnata. 7. Puestas <strong>de</strong> huevos <strong>de</strong> F. pinnata sobre el<br />

caparazón <strong>de</strong> una tortuga. 8. Detalle <strong>de</strong> una puesta <strong>de</strong> huevos con la morfología típica en<br />

espiral. 9. Ejemplare <strong>de</strong> F. pinnata sobre el caparazón <strong>de</strong> una tortuga, junto a ejemplares <strong>de</strong><br />

Lepas anatifera. 1<strong>0.</strong> Tortuga C. caretta con puestas <strong>de</strong> huevos <strong>de</strong> F. pinnata sobre el<br />

caparazón. 11. Puestas <strong>de</strong> huevos <strong>de</strong> F. pinnata sobre el caprazñon <strong>de</strong> una tortuga.


Fig. 71: Gráfico <strong>de</strong> frecuencias <strong>de</strong> presencia/ausencia <strong>de</strong> F.<br />

pinnata en las tortugas C. caretta muestreadas, en función<br />

<strong>de</strong> las diferentes variables <strong>de</strong> estudio. La presencia se<br />

subdivi<strong>de</strong> en función <strong>de</strong> las cantida<strong>de</strong>s observadas por<br />

tortuga.<br />

CAPÍTULO 3: NUDIBRANQUIOS<br />

El 13.6% <strong>de</strong> las tortugas muestreadas para<br />

este estudio, transportaban el pequeño<br />

nudibranquio Fiona pinnata. En la mayoría<br />

<strong>de</strong> ellas (8.38%) se localizó un solo ejemplar<br />

adulto acompañado <strong>de</strong> puestas <strong>de</strong> huevos o<br />

<strong>de</strong> larvas. En algunas tortugas (1.8%) se<br />

localizaron 2 o 3 individuos, en una sola<br />

tortuga (<strong>0.</strong>60%) 4 ejemplares, y en 2<br />

tortugas (1.20%) se encontraron mas <strong>de</strong> 5<br />

ejemplares.<br />

Se aprecia una gran homogeneidad a lo<br />

largo <strong>de</strong> los 3 años <strong>de</strong> estudio, mientras que<br />

según la época <strong>de</strong>l año, queda patente que<br />

esta especie presenta una clara preferencia<br />

por los meses fríos <strong>de</strong> invierno, presentando<br />

las mayores frecuencias en los meses <strong>de</strong><br />

diciembre (60%), enero y febrero (37.5%<br />

cada uno). A<strong>de</strong>más, las tortugas que<br />

presentaron mas <strong>de</strong> 5 individuos en su<br />

caparazón ingresaron en los meses <strong>de</strong><br />

noviembre y diciembre. También se observó<br />

en tortugas ingresadas en primavera y en<br />

verano, aunque en frecuencias menores:<br />

16.67% en marzo, 2<strong>0.</strong>69% en abril, y<br />

menos <strong>de</strong>l 10% en julio, agosto y<br />

septiembre.<br />

Llama la atención la elevada frecuencia <strong>de</strong><br />

esta especie observada en las tortugas<br />

localizadas en las islas mas occi<strong>de</strong>ntales, el<br />

37.5% <strong>de</strong> las tortugas <strong>de</strong> La palma y el<br />

16.67% <strong>de</strong> las tortugas <strong>de</strong> El Hierro, siendo<br />

las <strong>de</strong> esta última isla las que portaban mas<br />

<strong>de</strong> 5 ejemplares.<br />

Otro dato interesante es que se aprecia una<br />

clara preferencia por las costas este<br />

(21.74%) y sur (17.54%) <strong>de</strong> las islas.<br />

Ninguna tortuga <strong>de</strong> mas <strong>de</strong> 60cm <strong>de</strong> LCCmin<br />

presentó esta especie en su caparazón, y las<br />

mayores frecuencias y cantida<strong>de</strong>s se<br />

localizaron en las tortugas <strong>de</strong> entre 30 y<br />

40cm <strong>de</strong> caparazón (22.22% <strong>de</strong> las tortugas<br />

<strong>de</strong> 30 a 35cm, <strong>de</strong> las cuales 2 tortugas<br />

presentaban mas <strong>de</strong> 5 individuos; y 31.25%<br />

<strong>de</strong> las tortugas <strong>de</strong> 35 a 40cm).<br />

La frecuencia en la presencia <strong>de</strong> F. pinnata<br />

fue aumentando al aumentar la gravedad <strong>de</strong><br />

las lesiones <strong>de</strong> las tortugas muestreadas,<br />

observándose las mayores frecuencias y<br />

cantida<strong>de</strong>s en las tortugas <strong>de</strong> lesiones<br />

graves (29.41%) o muy graves (14.29%).<br />

139


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

Fig. 72: Gráfico <strong>de</strong> frecuencias <strong>de</strong> las tallas máximas <strong>de</strong><br />

F. pinnata observadas por tortuga, en los ejemplares <strong>de</strong><br />

C. caretta muestreados, en función <strong>de</strong> las distintas<br />

variables <strong>de</strong> estudio.<br />

140<br />

Los individuos <strong>de</strong> F. pinnata localizados sobre<br />

las tortugas juveniles <strong>de</strong> canarias estudiadas<br />

presentaron una gran variabilidad <strong>de</strong> tallas.<br />

Incluso, los ejemplares presentes sobre una<br />

misma tortuga mostraron gran diversidad.<br />

La talla media <strong>de</strong> los ejemplares <strong>de</strong> F. pinnata<br />

fue <strong>de</strong> 8.83mm (± 2.8mm), con un mínimo <strong>de</strong><br />

2.38mm y una talla máxima <strong>de</strong> 12.3mm. Por<br />

consiguiente, se trata <strong>de</strong> individuos bastante<br />

pequeños en comparación con los 20mm<br />

<strong>de</strong>scritos en la bibliografía.<br />

La gran velocidad <strong>de</strong> crecimiento <strong>de</strong> esta<br />

especie, así como la corta duración <strong>de</strong> su ciclo<br />

<strong>de</strong> vida, nos impi<strong>de</strong> ver con claridad la<br />

influencia <strong>de</strong> las distintas variables estudiadas<br />

(mes, isla, zona, talla <strong>de</strong> la tortuga y<br />

gravedad <strong>de</strong> las lesiones) en la talla <strong>de</strong> los<br />

ejemplares <strong>de</strong> F. pinnata.<br />

Uno <strong>de</strong> los datos mas interesantes es que solo<br />

una tortuga (5.56%) presentó ejemplares <strong>de</strong><br />

esta especie con tallas intermedias (2 - 5mm),<br />

ya que la mayoría presentaba individuos<br />

mayores <strong>de</strong> 5mm (el 55.56% <strong>de</strong> 5-10mm; y el<br />

22.22% mayores <strong>de</strong> 10mm). Este dato<br />

corrobora la gran velocidad <strong>de</strong> crecimiento.<br />

Aparentemente, los ejemplares <strong>de</strong> mayor talla<br />

se localizaron en tortugas ingresadas en los<br />

meses <strong>de</strong> julio, agosto, noviembre y enero;<br />

en las tortugas proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> la isla <strong>de</strong> Gran<br />

Canaria y que presentaban una talla <strong>de</strong> entre<br />

30 y 50cm <strong>de</strong> caparazón.


Fig. 73: Gráfico <strong>de</strong> frecuencias <strong>de</strong> los distintos estadios <strong>de</strong><br />

F. pinnata localizados sobre las tortugas C. caretta<br />

muestreadas, en función <strong>de</strong> diferentes variables <strong>de</strong><br />

estudio.<br />

CAPÍTULO 3: NUDIBRANQUIOS<br />

Según se observa en el gráfico <strong>de</strong> la Fig. 73,<br />

<strong>de</strong>l total <strong>de</strong> tortugas que portaban Fiona<br />

pinnata sobre su caparazón, el 82.61%,<br />

presentaban puestas <strong>de</strong> huevos y el 52.17%<br />

adultos gran<strong>de</strong>s (>8mm). La presencia <strong>de</strong><br />

crías y adultos pequeños (aparentes juveniles)<br />

fue muy inferior (26.09% y 3<strong>0.</strong>43% respectivamente),<br />

<strong>de</strong>bido a que su crecimiento es tan<br />

rápido que las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> encontrar<br />

ejemplares en estas fases son realmente<br />

bajas.<br />

El mayor porcentaje <strong>de</strong> tortugas con puestas<br />

<strong>de</strong> huevos se observó en abril (83.33%), en la<br />

isla <strong>de</strong> Gran Canaria (73.68%), y en tortugas<br />

<strong>de</strong> entre 45 y 55cm <strong>de</strong> caparazón (100%).<br />

<strong>Las</strong> tortugas <strong>de</strong> menos <strong>de</strong> 30cm y <strong>de</strong> mas <strong>de</strong><br />

55cm <strong>de</strong> caparazón, solo portaban huevos o<br />

crías, ninguna presentó adultos (ni pequeños<br />

ni gran<strong>de</strong>s).<br />

<strong>Las</strong> tortugas sanas solo presentaron adultos<br />

pequeños, mientras que las <strong>de</strong> lesiones mas<br />

graves presentaban todos los estadios en<br />

diversas proporciones.<br />

141


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

3.2. – ANALISIS DE RESULTADOS<br />

El pequeño nudibranquio Fiona pinnata estuvo presente en el 13.6% <strong>de</strong> las tortugas muestreadas en<br />

este estudio. A pesar <strong>de</strong> no ser una frecuencia muy elevada, se trata <strong>de</strong> una especie bastante<br />

interesante <strong>de</strong>bido a que hasta la fecha nunca se ha citado como epibionte <strong>de</strong> tortuga boba ni <strong>de</strong><br />

ninguna otra <strong>de</strong> las especies <strong>de</strong> tortugas marinas.<br />

Un dato importante a tener en cuenta antes <strong>de</strong> pasar al análisis <strong>de</strong> los resultados, es que los<br />

ejemplares <strong>de</strong> F. pinnata observados en este estudio, presentaban una talla media <strong>de</strong> 8.83mm y una<br />

máxima <strong>de</strong> 12.3mm, situándose muy por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> los 20mm <strong>de</strong>scritos por Suter (1913) como talla<br />

media aproximada para la especie. Este hecho, junto la impresionante tasa <strong>de</strong> crecimiento <strong>de</strong>scrita<br />

para la especie (una <strong>de</strong> las mas rápidas <strong>de</strong> todo el Filo Mollusca), y con la peculiaridad que presentan<br />

muchas especies <strong>de</strong> nudibranquios, consistente en una gran mortalidad <strong>de</strong> adultos tras la puesta <strong>de</strong><br />

los huevos, han causado graves problemas para <strong>de</strong>terminar la talla mínima <strong>de</strong> madurez sexual <strong>de</strong> la<br />

especie para este estudio. En la bibliografía, ejemplares <strong>de</strong> 8mm se consi<strong>de</strong>ran juveniles, pero en este<br />

trabajo se han observado puestas <strong>de</strong> huevos junto con ejemplares <strong>de</strong> 5.6mm <strong>de</strong> talla máxima. En este<br />

caso no se pue<strong>de</strong> saber si los adultos que realizaron las puestas murieron, se <strong>de</strong>sprendieron <strong>de</strong> la<br />

tortuga, o fueron estos ejemplares <strong>de</strong> 5.6mm los que realizaron las puestas. Por consiguiente, y<br />

<strong>de</strong>bido a que no se comprobó si cada ejemplar estaba maduro sexualmente o no, no se ha podido<br />

establecer un estadio juvenil claro, por lo que se ha establecido el siguiente criterio: Adultos gran<strong>de</strong>s,<br />

aquellos que mi<strong>de</strong>n mas <strong>de</strong> 8mm, y Adultos pequeños, aquellos <strong>de</strong> 2 a 8mm <strong>de</strong> talla, que serían los<br />

supuestos juveniles.<br />

AGRUPACIONES OBSERVADOS<br />

Uno <strong>de</strong> los primeros puntos a <strong>de</strong>stacar para esta especie es que sobre una misma tortuga se<br />

observaron tanto individuos en solitario, en todas o casi todas sus fases <strong>de</strong>l ciclo <strong>de</strong> vida, como<br />

individuos en grupo, estando todos ellos en el mismo o en distintos estadios <strong>de</strong>l ciclo <strong>de</strong> vida. Los<br />

estadios que se observaron y <strong>de</strong>tallaron en este estudio fueron los siguiente: a) Puestas <strong>de</strong> huevos; b)<br />

Crías, <strong>de</strong> talla inferior a 2mm y todavía sin ceratas ni rinóforos; c) Adultos pequeños, <strong>de</strong> 2 a 8mm <strong>de</strong><br />

longitud; d) Adultos gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong> talla superior a 8mm. <strong>Las</strong> proporciones obtenidas se muestran en la<br />

siguiente figura.<br />

A) B)<br />

Fig. 74. Porcentaje <strong>de</strong> tortugas que presentaron los distintos tipos <strong>de</strong> asociaciones <strong>de</strong> individuos en las<br />

diferentes fases <strong>de</strong>l ciclo <strong>de</strong> vida. A) Agrupaciones <strong>de</strong> individuos en un mismo estadio o ejemplares en<br />

solitario. B) Agrupaciones <strong>de</strong> individuos en distintos estadios. (Ag = Adultos gran<strong>de</strong>s, <strong>de</strong> mas <strong>de</strong> 8mm <strong>de</strong><br />

largo; Ap= Adultos pequeños, <strong>de</strong> 2 a 8mm <strong>de</strong> longitud; C = Crías, <strong>de</strong> menos <strong>de</strong> 2mm <strong>de</strong> longitud; H =<br />

puestas <strong>de</strong> huevos).<br />

El 6<strong>0.</strong>87% <strong>de</strong> las tortugas que presentaban esta especie portaban agrupaciones <strong>de</strong> individuos en<br />

distintos estadios, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los cuales el grupo mas numeroso lo constituyeron los Adultos gran<strong>de</strong>s<br />

con puestas <strong>de</strong> huevos (Ag + H) (26.1%), seguido por una o varias puestas <strong>de</strong> huevos sin otros<br />

estadios (21.7%) y por ejemplares Adultos pequeños, solos o en grupo (13%). Un dato curioso es<br />

que nunca se vieron ejemplares adultos gran<strong>de</strong>s solos (0%).<br />

142


A)<br />

B)<br />

C)<br />

D)<br />

CAPÍTULO 3: NUDIBRANQUIOS<br />

Fig. 75. Porcentaje <strong>de</strong> tortugas<br />

que portaban Fiona pinnata sobre<br />

su caparazón (en cualquiera <strong>de</strong><br />

sus estadios), en función <strong>de</strong> las<br />

diferentes variables <strong>de</strong>l estudio:<br />

A) Según el año <strong>de</strong> muestreo.<br />

B) Según la isla en la que se<br />

localizó a la tortuga.<br />

C) Según el punto cardinal <strong>de</strong> la<br />

isla en la que se localizó a la<br />

tortuga.<br />

D) Según la gravedad <strong>de</strong> las<br />

lesiones que presentaban las<br />

tortugas.<br />

Porcentaje <strong>de</strong> tortugas<br />

que presentaron la especie.<br />

Línea <strong>de</strong> ten<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong><br />

los datos y ecuación <strong>de</strong> la recta<br />

<strong>de</strong> regresión.<br />

143


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

VARIACIÓN ANUAL (Fig. 75.A)<br />

Como se aprecia en la figura 75.A, el número <strong>de</strong> tortugas que presentaron esta especie a lo largo <strong>de</strong><br />

los 3 años <strong>de</strong> estudio fue casi constante, lo que <strong>de</strong>muestra que no se trata <strong>de</strong> una especie ocasional<br />

que se observó en un momento puntual, sino que a pesar <strong>de</strong> que su frecuencia no es excesivamente<br />

elevada (13.77%), su presencia es común sobre las tortugas Caretta caretta que circundan el<br />

archipiélago Canario.<br />

VARIACIÓN GEOGRÁFICA (Fig. 75.B y C)<br />

Esta especie solo se observó en tortugas proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> tres <strong>de</strong> las siete islas <strong>de</strong>l archipiélago<br />

Canario: Gran Canaria, La Palma y el Hierro. La primera es la isla en la que se localizaron el mayor<br />

número <strong>de</strong> tortugas (60,95%) por lo que en esta se ha observado la mayor diversidad <strong>de</strong> especies y<br />

<strong>de</strong> casos diferentes. En las dos últimas solo ingresaron el 4,73% y el 3,55% <strong>de</strong> las tortugas analizadas<br />

en este estudio, pero 37,5% <strong>de</strong> las tortugas <strong>de</strong> La Palma y el 16,65% <strong>de</strong> las <strong>de</strong> la Gomera, portaban<br />

esta especie en sus caparazones, un porcentaje muy elevado para el escaso número <strong>de</strong> tortugas<br />

muestreadas proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> estas dos islas.<br />

Estos datos muestran claramente que Fiona pinnata tiene una clara preferencia por las tortugas que<br />

frecuentan las islas occi<strong>de</strong>ntales <strong>de</strong>l archipiélago, sobretodo las dos mas expuestas al dominio<br />

oceánico.<br />

Con respecto a la zona <strong>de</strong> la isla en la que se localizó a cada tortuga, se aprecia como las costas <strong>de</strong><br />

las islas mas expuestas y con mayor hidrodinamismo, la costa norte y la costa oeste, son menos<br />

frecuentadas por esta especie, mientras que las zonas mas protegidas y <strong>de</strong> calma, como las costas<br />

este y sur <strong>de</strong> cada isla, son preferidas por F. pinnata, aunque las diferencias no son realmente<br />

gran<strong>de</strong>s.<br />

VARIACIÓN EN FUNCIÓN DE LA GRAVEDAD DE LAS LESIONES (Fig. 75.D)<br />

<strong>Las</strong> tortugas sanas, apenas presentaron esta especie (4.76%) mientras que un número elevado <strong>de</strong> las<br />

tortugas que ingresaron con heridas graves (29.41%) o prácticamente moribundas (14.29%),<br />

portaban esta especie sobre sus caparazones.<br />

Por lo tanto, se pue<strong>de</strong> afirmar que el pequeño nudibranquio Fiona pinnata tiene una clara preferencia<br />

por aquellas tortugas que presentan lesiones mas graves y que por lo tanto su movilidad y actividad<br />

está claramente reducida.<br />

144


ESTACIONALIDAD (Fig. 76 y Fig. 77)<br />

CAPÍTULO 3: NUDIBRANQUIOS<br />

Fig. 76. Porcentaje <strong>de</strong> tortugas que presentaron Fiona pinnata (en cualquiera <strong>de</strong> sus estadios) como<br />

epibionte, en función <strong>de</strong> los meses y las estaciones <strong>de</strong>l año. En rojo, línea <strong>de</strong> ten<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> las<br />

frecuencias observadas.<br />

Fig. 77. Porcentaje <strong>de</strong> tortugas que presentaron Fiona pinnata en cada uno <strong>de</strong> los estadios observados,<br />

por meses y estaciones <strong>de</strong>l año. A) Puestas <strong>de</strong> huevos; B) Crías <strong>de</strong> F. pinnata; C) Adultos pequeños o<br />

<strong>de</strong> tallas <strong>de</strong> 2 a 8mm (supuestos juveniles); D) Adultos gran<strong>de</strong>s o <strong>de</strong> talla superior a 8mm.<br />

En la figura 76 se aprecia claramente la ten<strong>de</strong>ncia general <strong>de</strong> esta especie a ser mas abundante en las<br />

tortugas localizadas en los meses fríos <strong>de</strong> invierno que en las que frecuentan el archipiélago el resto<br />

<strong>de</strong>l año.<br />

145


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

En los meses <strong>de</strong> invierno el número <strong>de</strong> tortugas muestreadas es mucho menor que en primavera y<br />

verano, pero un porcentaje realmente elevado (60% en diciembre) <strong>de</strong> estas tortugas presentaban<br />

Fiona pinnata sobre su caparazón. <strong>Las</strong> tortugas que ingresaron en los meses cálidos para canarias<br />

(mayo-octubre) presentaron F. pinnata como epibionte en frecuencias inferiores al 10%.<br />

Al observar la figura 77, se aprecia claramente la gran irregularidad estacional en el ciclo reproductor<br />

que presenta esta especie como epibionte <strong>de</strong> tortuga boba. Uno <strong>de</strong> los puntos mas interesantes es<br />

que el 82.61% <strong>de</strong> las tortugas que portaban esta especie en su caparazón presentaron puestas <strong>de</strong><br />

huevos, siendo este estadio el mas abundante con clara diferencia, incluso, en bastantes ocasiones se<br />

localizaron puestas <strong>de</strong> huevos en ausencia total <strong>de</strong> otros estadios (21.7%, Fig. 74 - Pág. 142). Con<br />

respecto a la estacionalidad, queda patente que los meses fríos <strong>de</strong> diciembre y enero son los mas<br />

idóneos para la puesta <strong>de</strong> huevos (60% y 37.5% respectivamente) en el caparazón <strong>de</strong> tortugas<br />

Caretta caretta, mientras que el resto <strong>de</strong>l año la frecuencia <strong>de</strong> huevos fue muy inferior (17.24% en<br />

abril, la mas alta). El siguiente estadio mas abundante fue el <strong>de</strong> los Adultos gran<strong>de</strong>s (mas <strong>de</strong> 8mm <strong>de</strong><br />

longitud), observándose en el 52,17% <strong>de</strong> las tortugas que presentaron F. pinnata en sus caparazones.<br />

También los meses <strong>de</strong> invierno fueron los mas frecuentados por los ejemplares adultos <strong>de</strong> esta<br />

especie, siendo en noviembre (16.67%), diciembre (20%) y enero (25%) las frecuencias mas altas.<br />

Los estadios <strong>de</strong> crías y adultos pequeños (supuestos juveniles), se observaron en frecuencias mucho<br />

mas bajas que los dos anteriores (26.09% y 3<strong>0.</strong>43% respectivamente), siendo el mes <strong>de</strong> enero el mas<br />

frecuentado por las crías (12.5%) y el <strong>de</strong> febrero por los adultos pequeños o supuestos juveniles<br />

(25%).<br />

Por consiguiente, el nudibranquio F. pinnata presenta una clara preferencia por los meses fríos para el<br />

archipiélago Canario, o las tortugas localizadas en los meses <strong>de</strong> invierno en Canarias presentan una<br />

mayor relación con zonas o habitats mas propicios para el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> este pequeño nudibranquio.<br />

A<strong>de</strong>más, la ten<strong>de</strong>ncia general está <strong>de</strong>terminada principalmente por la presencia <strong>de</strong> puestas <strong>de</strong> huevos<br />

y ejemplares adultos principalmente.<br />

VARIACIÓN SEGÚN LA TALLA Y FASE DEL CICLO DE VIDA DE LAS TORTUGAS<br />

El gráfico <strong>de</strong> la figura 78 muestra claramente la preferencia <strong>de</strong> esta especie por las tortugas <strong>de</strong><br />

longitud <strong>de</strong> caparazón inferior a 60cm, primando su frecuencia en aquellas tortugas <strong>de</strong> entre 30 y<br />

40cm.<br />

La ten<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> esta especie es disminuir su frecuencia conforme aumenta la talla <strong>de</strong> las tortugas,<br />

presentando la frecuencia mas alta aquellas tortugas en fase oceánica, tanto pasiva (14.89%) como<br />

activa (14.55%), seguida <strong>de</strong> las tortugas en fase <strong>de</strong> transición (12.5%). Por ultimo, ninguna tortuga<br />

en fase subadulta (>60cm <strong>de</strong> LCCmin) presentó F. pinnata como epibionte.<br />

146<br />

Fig. 78. Porcentaje <strong>de</strong> tortugas que presentaron Fiona pinnata como epibionte (en cualquiera <strong>de</strong> sus<br />

estadios), en función <strong>de</strong> la longitud <strong>de</strong>l caparazón (LCCmin en cm) y <strong>de</strong> los distantes fases <strong>de</strong>l ciclo <strong>de</strong>l vida<br />

<strong>de</strong> las tortugas muestreadas.


4. – DISCUSIÓN<br />

CAPÍTULO 3: NUDIBRANQUIOS<br />

Hasta la fecha, Fiona pinnata nunca se ha citado como epibionte <strong>de</strong> ninguna tortuga marina, por lo<br />

que este estudio es la primera cita <strong>de</strong> esta especie como epibionte <strong>de</strong> una tortuga marina,<br />

concretamente <strong>de</strong> tortuga común o boba (Caretta caretta).<br />

Uno <strong>de</strong> los alimentos preferidos <strong>de</strong> F. pinnata son los cirrípedos pedunculados <strong>de</strong>l género Lepas spp.,<br />

principalmente Lepas anatifera (Clark, 1975; Willan, 1979; McDonald & Nybakken, 2009, entre otros),<br />

por lo que su distribución esta ligada a la distribución <strong>de</strong> su presa. Este cirrípedo es el epibionte mas<br />

abundante en las tortugas muestreadas en este estudio, localizándose en el 94.1% <strong>de</strong> las tortugas, y<br />

estando presente en todas las tortugas en las que se localizó F. pinnata. A<strong>de</strong>más, presenta la<br />

coloración marrón, típica <strong>de</strong> la especie cuando se alimenta <strong>de</strong> cirrípedos (Pruvot-Fol, 1954), con cierta<br />

tonalidad rosada, como <strong>de</strong>scribió Bayer (1963) cuando se alimenta <strong>de</strong> Lepas anatifera.<br />

El hecho <strong>de</strong> que no se haya citado esta especie como epibionte <strong>de</strong> tortuga boba hasta la fecha pue<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>berse a que la frecuencia <strong>de</strong> Lepas spp. <strong>de</strong>scrita por otros autores en tortugas Caretta caretta ha<br />

sido muy inferior a la <strong>de</strong>scrita en este estudio. Por ejemplo, Lepas anatifera se ha citado siempre en<br />

frecuencias inferiores al 15% en juveniles (Kitsos et al., 2005; Badillo, 2007) y al 25% en adultas<br />

(Frick et al., 1998; Fuller et al., 2010); Lepas anserifera en un 6.8% <strong>de</strong> las tortugas muestreadas por<br />

Badillo (2007); Lepas hilli en el 57.3% <strong>de</strong> las tortugas estudiadas por Badillo (2007); y Lepas<br />

pectinata se localizó en el 7.8% <strong>de</strong> los ejemplares juveniles <strong>de</strong>scritos por Badillo (2007), y en<br />

proporciones diversas (entre el 55.8% y un 1.5%) <strong>de</strong> las adultas nidificantes en EE.UU (Pfaller et al.,<br />

2006, 2008; Frick et al., 1998) (ver citas Anexo 4).<br />

Todas las especies <strong>de</strong> gasterópodos que se han citado como epibiontes <strong>de</strong> tortuga boba hasta la<br />

fecha, (a excepción <strong>de</strong> Bittium sp. <strong>de</strong>scrita por Badillo, 2007) y <strong>de</strong> las cuales tres especies son<br />

nudibranquios (Cratena pilata, Doris Verrucosa y Doripsilla pharpa) (Frick et al., 1998), se han<br />

observado solo en hembras adultas, <strong>de</strong>bido principalmente a que todas estas especies son propias <strong>de</strong><br />

hábitats neríticos, que frecuentan mayoritariamente las tortugas adultas. Por el contrario, F. pinnata<br />

es una especie <strong>de</strong> hábitos pelágicos, por lo que es normal que nunca se haya observado en adultas.<br />

Otro punto interesante es que, según los datos obtenidos, tiene una clara preferencia por aquellas<br />

tortugas que presentan una movilidad y actividad reducidas, ya que se observó en el 29.41% <strong>de</strong> las<br />

tortugas con lesiones graves, mientras que solo se localizó en el 4.76% <strong>de</strong> las tortugas sanas <strong>de</strong>l<br />

estudio (Gráfico D, Fig. 75). La mayoría <strong>de</strong> los trabajos y estudios que se han realizado sobre<br />

epibiontes <strong>de</strong> tortuga boba se basan en tortugas sanas capturadas en el mar o en la playa (durante la<br />

nidificación), por lo que las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> encontrar este epibionte son menores. <strong>Las</strong> únicas<br />

excepciones son el trabajo <strong>de</strong> Kitsos et al. (2005), que trabajó con tortugas muertas varadas en las<br />

costas <strong>de</strong> Grecia, y Badillo (2007) con tortugas varadas en las costas Valencianas, pero el hecho <strong>de</strong><br />

que estas tortugas estuvieran muertas y fuera <strong>de</strong>l agua en el momento <strong>de</strong>l muestreo, altera<br />

enormemente la colonización, sobretodo en especies con capacidad <strong>de</strong> moverse libremente, ya que<br />

pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>rse <strong>de</strong> su hospedador en cualquier momento.<br />

Sin embargo, la homogeneidad anual observada en el gráfico <strong>de</strong> la figura 75.A, <strong>de</strong>muestra que, en el<br />

caso <strong>de</strong> las tortugas juveniles localizadas en aguas <strong>de</strong> Canarias, no se trata <strong>de</strong> un epibionte ocasional<br />

o puntual, sino que la relación entre F. pinnata y las tortugas C. caretta <strong>de</strong> Canarias es habitual y<br />

bastante uniforme en el tiempo.<br />

Por otro lado, los ejemplares <strong>de</strong> Fiona pinnata encontrados en las tortugas muestreadas en Canarias,<br />

presentan una talla mucho menor que la <strong>de</strong>scrita por otros autores cuando habita otros objetos o<br />

animales (20mm aproximadamente <strong>de</strong> talla media). <strong>Las</strong> tallas observadas fueron <strong>de</strong> 2.4mm a<br />

12.3mm, lo que pue<strong>de</strong> ser interpretado <strong>de</strong> tres maneras: a) Los individuos <strong>de</strong> F. pinnata han<br />

adaptado su morfología al sustrato móvil e inestable sobre el que viven, la tortuga boba, reduciendo<br />

su talla y llegando a la madurez sexual con tallas inferiores a las <strong>de</strong>scritas por otros autores. Casos<br />

similares se han observado en nudibranquios que se alimentan <strong>de</strong> hidroi<strong>de</strong>os como Obelia genicualta<br />

(Lambert, 1991a), y en este mismo estudio se han observado adaptaciones morfológicas similares en<br />

otras especies como Obelia geniculata, Lepas anatifera o Concho<strong>de</strong>rma virgatum, lo que corroboraría<br />

esta hipótesis. b) Todos los ejemplares muestreados en este estudio son individuos inmaduros<br />

sexualmente o juveniles, ya que todos los adultos mueren tras la puesta <strong>de</strong> los huevos como <strong>de</strong>scribe<br />

147


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

Clark (1975) para otras especies <strong>de</strong> nudibranquios. El 21.7% <strong>de</strong> las tortugas muestreadas presentaba<br />

puestas <strong>de</strong> huevos sin ningún ejemplar (gran<strong>de</strong> o pequeño) acompañándolas, lo que confirma la<br />

muerte masiva <strong>de</strong> los adultos tras la puesta <strong>de</strong> huevos. c) Los ejemplares <strong>de</strong> entre 8 y 12.3mm<br />

(adultos gran<strong>de</strong>s) observados en este estudio son adultos que han reducido fuertemente su tamaño<br />

tras la puesta <strong>de</strong> los huevos, como <strong>de</strong>scribió Clark (1975) para otras especies <strong>de</strong> nudibranquios. Esta<br />

teoría cobra mas fuerza si tenemos en cuenta que nunca se localizaron sobre una misma tortuga<br />

ejemplares <strong>de</strong> mas <strong>de</strong> 8mm (Adultos gran<strong>de</strong>s) sin otros estadios acompañándolos; y que en el 26.1%<br />

<strong>de</strong> las tortugas que presentaban esta especie se localizaron ejemplares <strong>de</strong> 8 a 12.4mm acompañados<br />

<strong>de</strong> puestas <strong>de</strong> huevos, lo que indicaría adultos que tras la puesta <strong>de</strong> los huevos han reducido<br />

enormemente su tamaño.<br />

<strong>Las</strong> tres teorías podrían ser ciertas para los ejemplares <strong>de</strong> F. pinnata analizados en este trabajo, pero<br />

consi<strong>de</strong>ramos que se trata <strong>de</strong> una combinación <strong>de</strong> todas ellas, <strong>de</strong> lo que extraemos que, los<br />

ejemplares <strong>de</strong> F. pinnata epibiontes <strong>de</strong> tortuga boba, adaptan su morfología reduciendo su talla;<br />

a<strong>de</strong>más, los ejemplares adultos reducen fuertemente su tamaño corporal tras la puesta <strong>de</strong> los huevos,<br />

seguido <strong>de</strong> una mortalidad masiva <strong>de</strong> todos ellos.<br />

Estos datos corroboran, a su vez, la impresionante tasa <strong>de</strong> crecimiento <strong>de</strong>scrita por Bayer (1963) para<br />

esta especie, en la que en tan solo una semana pue<strong>de</strong>n pasar <strong>de</strong> larva a adulto maduro sexualmente,<br />

realizar las puestas y morir, como se ha observado cuando vive sobre objetos flotantes u otros<br />

animales (como Velella velella) <strong>de</strong> vida corta e inestables (Thiel & Gutow, 2004, 2005). A<strong>de</strong>más, si<br />

tenemos en cuenta que los huevos liberan larvas velíger <strong>de</strong> vida libre en unas 46 horas (Bayer, 1963),<br />

la permanencia <strong>de</strong> esta especie sobre el caparazón <strong>de</strong> la tortuga es realmente efímera, es <strong>de</strong>cir, que<br />

los individuos <strong>de</strong> esta especie pasan un tiempo máximo <strong>de</strong> 10 días sobre el caparazón <strong>de</strong> la tortuga.<br />

De todo ello se <strong>de</strong>duce que la probabilidad <strong>de</strong> encontrar uno <strong>de</strong> estos pequeños moluscos sobre el<br />

caparazón <strong>de</strong> una tortuga es bastante escasa, concluyendo que el haber localizado a esta especie en<br />

el 13.77% <strong>de</strong> las tortugas muestreadas, no indica que sea una especie poco frecuente, sino mas bien<br />

lo contrario, que existe una fuerte relación entre F. pinnata y las tortugas C. caretta <strong>de</strong> Canarias.<br />

Por otro lado, el hecho <strong>de</strong> que sobre algunas tortugas se hayan localizado ejemplares <strong>de</strong> mas <strong>de</strong> 8mm<br />

acompañados <strong>de</strong> crías (menos <strong>de</strong> 2mm), indica una ligera asincronía en la colonización <strong>de</strong> la tortuga<br />

por parte <strong>de</strong> F. pinnata, ya que aquellos que ya mi<strong>de</strong>n mas <strong>de</strong> 8mm llegaron a la tortuga unos días<br />

antes que las crías que acaban <strong>de</strong> realizar su metamorfosis. Este dato revela una elevada abundancia<br />

<strong>de</strong> F. pinnata en las aguas que circundan el archipiélago canario, o una gran relación <strong>de</strong> los<br />

ejemplares <strong>de</strong> tortuga boba localizados en Canarias con el medio pelágico y con los hábitats sobre los<br />

que acostumbra a vivir F. pinnata, tales como: las medusas Velella velella o Porpita porpita, algas<br />

flotantes como los sargazos y objetos flotantes con abundantes cirrípedos (Lepas spp.) (Bayer, 1963;<br />

Willan, 1979; etc).<br />

Asimismo, F. pinnata se localizó con mayor frecuencia en las tortugas proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> las islas mas<br />

oceánicas <strong>de</strong>l archipiélago, La Palma (37.5%) y el Hierro (16.67%), lo que indica que las tortugas que<br />

se localizan en estas islas posiblemente tengan mayor relación con los hábitats frecuentados por F.<br />

pinnata, o que provienen directamente <strong>de</strong> regiones oceánicas.<br />

Del mismo modo, su ausencia total en tortugas <strong>de</strong> mas <strong>de</strong> 60cm <strong>de</strong> longitud <strong>de</strong> caparazón, indica<br />

claramente que estas tortugas (LCCmin > 60cm) no frecuentan hábitats oceánicos como lo hacen las<br />

<strong>de</strong> talla inferiores. De nuevo, los epibiontes nos señalan claramente una diferencia importante en el<br />

comportamiento <strong>de</strong> las tortugas en función <strong>de</strong> su talla, siendo los 60cm <strong>de</strong> LCCmin un límite muy claro.<br />

Por último, F. pinnata, presentó una clara preferencia por los meses fríos <strong>de</strong> invierno, siendo mucho<br />

mas abundante y mucho mas frecuente en invierno (42.86%) que en verano (5.08%). Este hecho<br />

pue<strong>de</strong> ser interpretado <strong>de</strong> dos maneras, por un lado, que las temperaturas mas bajas <strong>de</strong> Canarias<br />

(por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> los 20ºC) son mas idóneas para el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> F. pinnata; o, por otro lado, que las<br />

tortugas que frecuentan las aguas <strong>de</strong> Canarias en los meses <strong>de</strong> invierno presentan una mayor relación<br />

con los hábitats frecuentados por F. pinnata, que las que llegan a Canarias en los meses mas cálidos,<br />

es <strong>de</strong>cir, que existe una diferencia en el comportamiento entre las tortugas presentes en invierno y las<br />

que frecuentan el archipiélago en verano. Ambas hipótesis podrían ser posibles.<br />

Sin embargo, al observar la estacionalidad <strong>de</strong> los distintos estadios <strong>de</strong> F. pinnata se aprecia una<br />

tremenda irregularidad, con una preferencia por los meses <strong>de</strong> invierno, pero con varios picos a lo<br />

largo <strong>de</strong>l resto <strong>de</strong>l año, que muestran puestas <strong>de</strong> huevos y <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> las distintas fases. Este dato<br />

148


CAPÍTULO 3: NUDIBRANQUIOS<br />

confirma que F. pinnata presenta mas <strong>de</strong> una puesta al año, por lo que, según Miller (1962), se trata<br />

<strong>de</strong> una especie sub-anual.<br />

Este hecho, junto con las características observadas para esta especie <strong>de</strong>scritas anteriormente, tales<br />

como: presentar ciclos <strong>de</strong> vida extremadamente rápidos (<strong>de</strong> 7 a 10 días) como citó Bayer (1963),<br />

alcanzar la madurez sexual mucho mas rápido que otras especies, presentar huevos <strong>de</strong> pequeño<br />

tamaño, o presentar una elevada fecundidad, establecen que se trata claramente <strong>de</strong> una especie<br />

Oportunista, adaptada a vivir en un medio inestable y a fuentes <strong>de</strong> alimentación transitorias como los<br />

epibiontes <strong>de</strong> la tortuga C. caretta, al igual que ocurre cuando se alimenta <strong>de</strong> organismos <strong>de</strong>l fouling<br />

al vivir sobre objetos flotantes o seres <strong>de</strong> vida corta, como <strong>de</strong>scribieron Thiel & Gutow (2004, 2005).<br />

F. pinnata es una <strong>de</strong> las pocas especies oportunistas realmente abundante al este <strong>de</strong>l océano<br />

Atlántico, en don<strong>de</strong> son mas abundantes las especies estrategas <strong>de</strong>bido a que las fuentes <strong>de</strong> alimento<br />

son mas estables a causa <strong>de</strong> una estacionalidad menos marcada (Clark, 1975). Esta especie se ha<br />

adaptado eficazmente a medios <strong>de</strong> vida y recursos alimenticios muy inestables, acelerando todos sus<br />

procesos vitales para po<strong>de</strong>r sobrevivir. No obstante, su adaptación a vivir sobre objetos flotantes o<br />

animales pelágicos no ha sido tan negativa para la especie, ya que gracias a esta adaptación presenta<br />

un doble potencial <strong>de</strong> dispersión, el suyo propio mediante su larva planctotrófica, y el que le ofrece el<br />

medio en el que vive gracias al transporte <strong>de</strong> los propios individuos o <strong>de</strong> sus puestas <strong>de</strong> huevos a<br />

través <strong>de</strong>l océano, llegando a ser una auténtica cosmopolita <strong>de</strong> todos los mares y océanos. Por<br />

consiguiente, F. pinnata obtiene un estupendo medio <strong>de</strong> transporte y dispersión a través <strong>de</strong>l océano<br />

Atlántico e incluso <strong>de</strong>l Mediterráneo, gracias a la colonización <strong>de</strong>l caparazón <strong>de</strong> la tortuga C. caretta.<br />

149


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

5. – CONCLUSIONES<br />

• Este estudio es la primera cita <strong>de</strong>l nudibranquio Fiona pinnata Eschscholtz, 1831,<br />

como epibionte <strong>de</strong> tortugas marinas, y mas concretamente <strong>de</strong> la tortuga boba<br />

(Caretta caretta).<br />

• Los nudibranquios no son especies frecuentes como epibiontes <strong>de</strong> tortugas<br />

marinas, y hasta la fecha solo se han <strong>de</strong>scrito 3 especies epibiontes <strong>de</strong> tortuga<br />

boba, y todas en adultas nidificantes. F. pinnata es el primer nudibranquio<br />

epibionte <strong>de</strong> estadios juveniles <strong>de</strong> tortuga boba, <strong>de</strong>bido seguramente a que es<br />

una <strong>de</strong> las dos únicas especies <strong>de</strong> nudibranquios <strong>de</strong> carácter pelágico.<br />

• Los ejemplares <strong>de</strong> F. pinnata epibiontes <strong>de</strong> las tortugas Caretta caretta <strong>de</strong><br />

Canarias se alimentan <strong>de</strong>l cirrípedo lepadomorfo Lepas anatifera, realmente<br />

abundante en estas tortugas (94.1%).<br />

• <strong>Las</strong> bajas frecuencias <strong>de</strong> cirrípedos <strong>de</strong>l género Lepas spp. en otras agrupaciones<br />

<strong>de</strong> tortugas Caretta caretta estudiadas por otros autores, pue<strong>de</strong> ser la causa <strong>de</strong><br />

que nunca se haya observado a F. pinnata como epibionte <strong>de</strong> otras tortugas.<br />

• La gran velocidad <strong>de</strong> crecimiento <strong>de</strong> F. pinnata hace que su permanencia sobre<br />

el caparazón <strong>de</strong> la tortuga sea realmente efímera, lo que disminuye enormemente<br />

las probabilidad <strong>de</strong> localizarlo sobre la tortuga, pudiendo ser otra <strong>de</strong> las<br />

causas por las que no se ha citado como epibionte <strong>de</strong> tortugas marinas hasta la<br />

fecha.<br />

• La homogeneidad anual en las frecuencias observadas para esta especie en las<br />

tortugas Caretta caretta localizadas en Canarias, ratifica que no se trata <strong>de</strong> una<br />

especie ocasional o puntual, sino que es un epibionte común para este grupo <strong>de</strong><br />

tortugas.<br />

• Los ejemplares <strong>de</strong> F. pinnata epibiontes <strong>de</strong> las tortugas muestreadas para este<br />

estudio presentan tallas muy inferiores a las <strong>de</strong>scritas por otros autores en la<br />

bibliografía, <strong>de</strong>bido a una adaptación morfológica a un hábitat inestable, así<br />

como por la perdida <strong>de</strong> tamaño y la mortalidad masiva <strong>de</strong> los individuos adultos<br />

tras la puesta <strong>de</strong> los huevos.<br />

• F. pinnata como epibionte <strong>de</strong> tortuga boba, es una especie oportunista y subanual,<br />

con una espectacular tasa <strong>de</strong> crecimiento y una clara adaptación a un<br />

medio <strong>de</strong> vida inestable.<br />

• El marcado carácter pelágico <strong>de</strong> la especie F. pinnata indica que las tortugas<br />

sobre las que se localiza esta especie frecuentan hábitats oceánicos.<br />

• La ausencia total <strong>de</strong> F. pinnata en tortugas <strong>de</strong> mas <strong>de</strong> 60cm <strong>de</strong> LCCmin indica que<br />

estas tortugas no frecuentan regiones oceánicas, marcando una clara diferencia<br />

en el comportamiento <strong>de</strong> las tortugas en función <strong>de</strong> su talla.<br />

• La tortuga boba proporciona al nudibranquio F. pinnata un estupendo medio <strong>de</strong><br />

dispersión a través <strong>de</strong>l océano.<br />

• Los ejemplares <strong>de</strong> F. pinnata presentan una clara preferencia por las tortugas<br />

con menor movilidad o actividad causada por lesiones <strong>de</strong> mayor gravedad.<br />

150


Y no hay playa,<br />

sea cualquiera,<br />

ni ban<strong>de</strong>ra<br />

<strong>de</strong> esplendor,<br />

que no sienta<br />

mi <strong>de</strong>recho<br />

y dé pechos mi valor.<br />

Que es mi barco mi tesoro,<br />

que es mi dios la libertad,<br />

mi ley, la fuerza y el viento,<br />

mi única patria, la mar.<br />

J. Espronceda (fragmento)


C a p í t u l o 4 :<br />

C R U S T Á C E O S E P I B I O N T E S<br />

D E T O R T U G A B O B A D E C A N A R I A S :<br />

C I R R Í P E D O S


1. – INTRODUCCIÓN<br />

CAPÍTULO 4: CIRRIPEDOS<br />

Los Artrópodos son el grupo más diverso y numeroso <strong>de</strong> todas las especies animales (el 90%<br />

aproximadamente). Dentro <strong>de</strong> este grupo, el subfilo Crustacea Brünnich, 1772, es el mas abundante y<br />

lo configuran organismos <strong>de</strong> tallas mas bien pequeñas (aunque hay grupos que alcanzan tamaños<br />

consi<strong>de</strong>rables) y principalmente marinos, por lo que se les <strong>de</strong>nomina comúnmente como “artrópodos<br />

marinos”. El amplio número <strong>de</strong> especies, su gran diversidad morfológica y su vertiginosa capacidad <strong>de</strong><br />

adaptación, han provocado que su clasificación haya sido intrincada y laberíntica, y son varios los<br />

autores que en la actualidad han <strong>de</strong>sarrollado mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> clasificación <strong>de</strong> este grupo. En este trabajo<br />

se ha tomado como referencia la clasificación llevada a cabo por Martin & Davis (2001), cuya lista<br />

sistemática <strong>de</strong> crustáceos se incluye en el Anexo 1.<br />

Los distintos grupos <strong>de</strong> artrópodos tienen una gran capacidad <strong>de</strong> respuesta a los cambios<br />

ambientales, y las comunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> crustáceos se han consi<strong>de</strong>rado como las mas sensibles (Moore,<br />

1986; Grahame & Hanna, 1989), puesto que son capaces <strong>de</strong> reaccionar rápidamente <strong>de</strong>splazándose a<br />

otras zonas en un breve espacio <strong>de</strong> tiempo o incluso adaptando su morfología con gran eficacia. Es<br />

por ello que los artrópodos, y principalmente los crustáceos, se han utilizado como mo<strong>de</strong>los para<br />

<strong>de</strong>scribir las interacciones entre especies (<strong>de</strong>predación, competencia, simbiosis, comensalismo, etc.)<br />

(Nelson, 1979; Poore, 1994) y para establecer los factores ambientales que <strong>de</strong>terminan la formación y<br />

la alteración <strong>de</strong> las comunida<strong>de</strong>s, como los estudios <strong>de</strong> comunida<strong>de</strong>s bentónicas <strong>de</strong> Bellan-Santini<br />

(1964) o Conradi (1995), o los innumerables estudios <strong>de</strong> macrofitobentos (Costello & Myers, 1987).<br />

La gran capacidad <strong>de</strong> adaptación <strong>de</strong> los crustáceos, les ha llevado a ser gran<strong>de</strong>s colonizadores <strong>de</strong><br />

nuevos hábitats y nuevas superficies, siendo la colonización <strong>de</strong>l sustrato algal una <strong>de</strong> las mas<br />

importantes y en la que han llegado a constituir verda<strong>de</strong>ras comunida<strong>de</strong>s epífitas. La composición <strong>de</strong><br />

estas comunida<strong>de</strong>s viene <strong>de</strong>terminada por una serie <strong>de</strong> factores, tales como, el hidrodinamismo, la<br />

tasa <strong>de</strong> sedimentación, abundancia <strong>de</strong> sólidos en suspensión, nivel <strong>de</strong> nutrientes y la morfología <strong>de</strong>l<br />

alga sobre la que viven (Bella-Santini, 1969; Moore, 1972; Russo, 1989, entre otros), como por<br />

ejemplo, las mas <strong>de</strong> 100 especies que constituyen la comunidad epífita <strong>de</strong> crustáceos <strong>de</strong> la Bahía <strong>de</strong><br />

Algeciras, <strong>de</strong>terminada por el hidrodinamismo y la morfología <strong>de</strong>l alga (Sánchez-Moyano & García-<br />

Gómez, 1998).<br />

Otro <strong>de</strong> los ambientes colonizados por los crustáceos es el neuston, que está formado por organismos<br />

que habitan justo bajo la superficie <strong>de</strong>l agua, por lo que en los ambientes marinos la mayoría viven en<br />

mar abierto y son difíciles <strong>de</strong> estudiar (Inatsuchi et al., 2010). Por lo general, los animales <strong>de</strong>l neuston<br />

crecen y llegan a la madurez sexual rápidamente, <strong>de</strong>bido a que la mayor parte <strong>de</strong> ellos son pasajeros<br />

obligados <strong>de</strong> objetos flotantes <strong>de</strong> vida corta, y su supervivencia <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> la esperanza <strong>de</strong> vida <strong>de</strong>l<br />

objeto o animal sobre el que viven, y <strong>de</strong> los factores ambientales que afecten a estos últimos (Thiel &<br />

Gutow, 2004, 2005).<br />

Los cirrípedos pedunculados <strong>de</strong> la familia Lepadidae, y en especial los géneros Lepas y Concho<strong>de</strong>rma,<br />

son miembros comunes <strong>de</strong>l neuston, ya que viven adheridos a objetos flotantes u organismos<br />

pelágicos, aunque existen diferencias entre ellos a la hora <strong>de</strong> asentarse sobre un objeto u animal. Por<br />

ejemplo, en cables <strong>de</strong> boyas <strong>de</strong> arrastre, Concho<strong>de</strong>rma virgatum tiene preferencia por asentarse en<br />

zonas <strong>de</strong> mayor profundidad (<strong>de</strong> 25 a 50m <strong>de</strong> profundidad), mientras que Lepas spp. se asienta<br />

comúnmente en zonas superficiales (


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

C. virgatum no se queda atrás, y también presenta tasas <strong>de</strong> crecimiento elevadas, aunque se han<br />

observado gran<strong>de</strong>s diferencias entre poblaciones <strong>de</strong> distintas regiones. Il’in et al. (1978), entre otros,<br />

dieron una tasa <strong>de</strong> crecimiento para esta especie <strong>de</strong> entre <strong>0.</strong>1 – 1.9mm 1 /día (madurez sexual a los 50<br />

días), mientras que Eckert & Eckert (1987) observaron tasas <strong>de</strong> crecimiento <strong>de</strong> <strong>0.</strong>34mm/día en<br />

ejemplares epibiontes <strong>de</strong> tortuga laúd (Dermochelys coriacea) (madurez sexual a los 28 días).<br />

<strong>Las</strong> diferencias observadas entre distintas poblaciones <strong>de</strong> cirrípedos se <strong>de</strong>be fundamentalmente a<br />

factores ambientales que afectan al buen <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> estas especies, así como a su distribución.<br />

Asimismo, L. anserifera habita comúnmente en temperaturas <strong>de</strong> entre 19 y 29ºC, (aunque pue<strong>de</strong><br />

aguantar bajas temperaturas momentáneas <strong>de</strong> hasta 11ºC), coincidiendo con las temperaturas <strong>de</strong> la<br />

superficie <strong>de</strong>l agua <strong>de</strong> las zonas don<strong>de</strong> se distribuye (entre 40ºN y 40ºS), y don<strong>de</strong> rara vez bajan a<br />

mas <strong>de</strong> 10ºC o superan los 30ºC; los individuos <strong>de</strong> L. anatifera mueren a temperaturas <strong>de</strong> 34-36ºC y<br />

son incapaces <strong>de</strong> reproducirse por encima <strong>de</strong> los 30ºC (Patel, 1959), por lo que su distribución está<br />

ligada a estas temperaturas; C. virgatum es un gran cosmopolita que ha sido citado en aguas<br />

tropicales, subtropicales, templadas y polares (Newman & Ross, 1971), siendo una especie totalmente<br />

pelágica ya que nunca se ha citado en zonas litorales, aunque se ha observado adherida a una gran<br />

variedad <strong>de</strong> objetos flotantes y <strong>de</strong> animales, incluidos vertebrados nectónicos (Hastings, 1972), por<br />

los que no ha mostrado preferencia por una especie en particular y ha sido citado en peces, ballenas,<br />

tortugas, serpientes e invertebrados (Hastings, 1972; Monroe & Limpus, 1979 y Eckert & Eckert,<br />

1987).<br />

Los factores ambientales afectan fuertemente a las distintas especies <strong>de</strong> cirrípedos, principalmente<br />

porque condicionan en gran manera su ciclo reproductor. Por ejemplo, la producción <strong>de</strong> larvas es<br />

mucho mayor en zonas <strong>de</strong> alta productividad que en zonas <strong>de</strong> baja concentración <strong>de</strong> nutrientes (Leslie<br />

et al., 2005); la duración <strong>de</strong>l período larvario varía en función <strong>de</strong> la temperatura, siendo mas corta en<br />

las zonas cálidas que en las regiones templadas (Bassindale, 1936; Anil et al., 2001). Sin embargo, los<br />

balanos que viven adheridos a objetos flotantes en el océano abierto, presentan períodos larvarios <strong>de</strong><br />

hasta 2 meses o más (Moyse, 1987), llegando en algunos casos a reducir el número <strong>de</strong> fases larvarias<br />

o incluso a criar las larvas en el interior <strong>de</strong>l adulto (Newman and Ross, 1977). Incluso, algunos<br />

cirrípedos han <strong>de</strong>sarrollado formas masculinas diminutas que se adhieren a una hembra (machos<br />

enanos) o a un individuo hermafrodita (machos complementarios) para contrarrestar las dificulta<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> encontrar pareja en el océano. Estos machos muestran distintos grados <strong>de</strong> modificación, llegando<br />

a producirse alguna especie dioica. Un ejemplo <strong>de</strong> estas adaptaciones es el <strong>de</strong>scrito por Zardus &<br />

Hadfield (2004), que <strong>de</strong>sarrollaron el primer estudio documentado <strong>de</strong> las siete fases larvarias <strong>de</strong>l<br />

balano pelágico y específico <strong>de</strong> tortugas marinas, Chelonibia testudinaria, clasificando su reproducción<br />

como androdioeica, <strong>de</strong>bido al fuerte <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> machos complementarios, y <strong>de</strong>scribiendo sus 6<br />

fases larvarias naupliares, don<strong>de</strong> la primera y frecuentemente la segunda se <strong>de</strong>sarrollan en el interior<br />

<strong>de</strong> la cavidad <strong>de</strong>l manto <strong>de</strong>l progenitor, mientras que las <strong>de</strong>más se <strong>de</strong>sarrollan libres en el plancton. El<br />

tiempo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la eclosión <strong>de</strong>l huevo hasta la séptima fase larvaria (cipris) es <strong>de</strong> nueve días.<br />

En relación a la epibiosis <strong>de</strong> tortugas marinas, los crustáceos son los organismos, por lo general, mas<br />

comunes y abundantes, siendo los pertenecientes al or<strong>de</strong>n Cirrípeda los mas citados en la bibliografía<br />

para esta asociación. No obstante, algunas especies <strong>de</strong> cirrípedos observados en tortugas marinas no<br />

son comensales exclusivos <strong>de</strong> tortugas o seres vivos, sino mas bien casuales, ya que se han citado en<br />

innumerables ocasiones en otros organismos y constantemente en objetos flotantes. Algunos<br />

ejemplos <strong>de</strong> este caso son: Lepas anatifiera, Lepas testudinata, Concho<strong>de</strong>rma virgatum y<br />

Concho<strong>de</strong>rma auritum, entre los pedúnculados; Balanus poecilus, Balanus trigonus, Megabalanus<br />

galapaganus o Chthamalus fragilis, entre los cirrípedos sésiles.<br />

Asimismo, otras especies <strong>de</strong> balanos como Chelonibia testudinaria, Chelonibia caretta, Platylepas<br />

coriacea, Platylepas sp. y Stomatolepas <strong>de</strong>rmochelys, entre otras, solo se han observado viviendo<br />

sobre tortugas marinas, es <strong>de</strong>cir, son “comensales específicos” <strong>de</strong> tortugas marinas, mientras que<br />

otras especies como Platylepas hexastylos, Chelonibia patula o Chelonibia manati, citadas en tortugas<br />

marinas, también se han observado en otros seres vivos como manatíes, ballenas, etc., pero no en<br />

objetos flotantes.<br />

El balano Chelonibia testudinaria (Coronulidae) es, con diferencia, el mas citado en tortugas marinas,<br />

especialmente en tortugas adultas nidificantes. Por lo general, una misma tortuga pue<strong>de</strong> portar <strong>de</strong><br />

1 Longitud capitular<br />

156


CAPÍTULO 4: CIRRIPEDOS<br />

unos pocos a unas docenas <strong>de</strong> individuos (Frick, 2001), e incluso, algunos autores han llegado a<br />

sugerir que Chelonibia testudinaria es uno <strong>de</strong> los colonizadores primarios que favorecen el <strong>de</strong>sarrollo<br />

<strong>de</strong> la comunidad epibionte en tortuga boba (Frick et al., 2002a).<br />

Algunas especies <strong>de</strong> balanos se han llegado a consi<strong>de</strong>rar parásitos <strong>de</strong> tortugas marinas en lugar <strong>de</strong><br />

comensales, <strong>de</strong>bido a que causan erosiones severas en el caparazón y pue<strong>de</strong>n interferir en el<br />

movimiento, la nidificación o la cópula. Un estudio realizado por Seigel (1983) sobre los efectos <strong>de</strong> la<br />

colonización <strong>de</strong> balanos en la tortuga dulceacuícola Malaclemys terrapin, muestra que 2 ejemplares <strong>de</strong><br />

125 (1,6%) murieron por causa <strong>de</strong> la erosión producida por los balanos en el caparazón al crecer.<br />

Otra posible patología observada como consecuencia <strong>de</strong> la colonización excesiva <strong>de</strong> cirrípedos, fue la<br />

<strong>de</strong>scrita por los veterinarios <strong>de</strong>l CREMA (Centro <strong>de</strong> Recuperación <strong>de</strong> Especies Marinas Amenazadas,<br />

Málaga, España), en tortuga boba en el año 2001, en el que llegaron a dicho centro mas <strong>de</strong> 70<br />

ejemplares <strong>de</strong> tortuga boba tapizadas casi en su totalidad por balanos <strong>de</strong>l género Platylepas sp. (zona<br />

dorsal, cabeza, cuello, piel <strong>de</strong> extremida<strong>de</strong>s, plastrón y caparazón) y con signos patológicos <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>lga<strong>de</strong>z extrema, <strong>de</strong>bilidad y grave <strong>de</strong>rmatitis (Castillo, 2002). No se tiene certeza <strong>de</strong> si fue este<br />

balano el causante <strong>de</strong> la patología o si dicha patología facilitó la colonización masiva <strong>de</strong> larvas <strong>de</strong> este<br />

balano.<br />

No obstante, hay que tener en cuenta que hospedadores como la tortuga boba constituyen un<br />

importante vector <strong>de</strong> dispersión para los pequeños crustáceos y otros epibiontes, principalmente para<br />

comensales especialistas. Por ejemplo, en el caso <strong>de</strong> Chelonibia testudinaria, balano específico <strong>de</strong><br />

tortugas marinas, su reproducción <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> completamente <strong>de</strong> su hospedador, ya que dada su<br />

condición hermafrodita sin capacidad <strong>de</strong> autofecundación, para que pueda reproducirse es<br />

imprescindible que se localicen 2 individuos sobre la misma tortuga, a una distancia máxima <strong>de</strong>l<br />

tamaño <strong>de</strong> sus penes. A<strong>de</strong>más, para que una tortuga pueda ser colonizada por esta especie tiene que<br />

estar en una zona en la que abun<strong>de</strong>n las larvas cipris <strong>de</strong> la especie, para lo que hace falta que<br />

abun<strong>de</strong>n las tortugas con parejas reproductoras sobre su caparazón, y por consiguiente, zonas <strong>de</strong><br />

congregación <strong>de</strong> tortugas (Zardus y Hadfield, 2004; Casale, 2004). Según Rawson et al. en 2003, la<br />

migración <strong>de</strong> la tortuga boba ayuda a mantener una homogeneidad genética en las poblaciones <strong>de</strong><br />

Chelonibia testudinaria <strong>de</strong>l Atlántico occi<strong>de</strong>ntal y ha sido responsable <strong>de</strong> su expansión <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l<br />

Mediterráneo.<br />

Otro factor importante es que la composición <strong>de</strong> la comunidad <strong>de</strong> crustáceos que habita sobre una<br />

tortuga pue<strong>de</strong> darnos información relevante sobre los movimientos y el comportamiento <strong>de</strong> su<br />

hospedador, indicándonos preferencias en las corrientes, temperatura, salinidad, profundidad, etc. Por<br />

ejemplo, como dijeron Zardus y Hadfield (2004), el asentamiento <strong>de</strong> balanos comensales <strong>de</strong> tortugas<br />

marinas sobre su hospedador <strong>de</strong>be producirse en zonas don<strong>de</strong> se congregan un mayor número <strong>de</strong><br />

tortugas, sugiriendo las zonas costeras, o mas concretamente, los puntos don<strong>de</strong> se agrupan para<br />

alimentarse o se reproducirse. Por consiguiente, la presencia <strong>de</strong> balanos es un buen indicador <strong>de</strong><br />

estancias en zonas costeras o en zonas <strong>de</strong> abundancia <strong>de</strong> tortugas (Zardus y Hadfield, 2004). Este<br />

hecho se confirma por la escasez <strong>de</strong> balanos en tortugas que han pasados largos períodos en mar<br />

abierto (Casale, 2004), como las tortugas juveniles en su etapa oceánica.<br />

Los ejemplares <strong>de</strong> C. virgatum observados como epibiontes <strong>de</strong> tortugas marinas presentan tallas<br />

generalmente bastante mas pequeñas que los observados adheridos a otros objetos inanimados.<br />

Algunos autores sugieren que la piel <strong>de</strong> la tortuga pue<strong>de</strong> tener alguna sustancia que inhiba el<br />

crecimiento <strong>de</strong> esta especie, o que el tiempo que pasa la tortuga fuera <strong>de</strong>l agua para realizar las<br />

puestas, pueda afectar fuertemente a este cirrípedo mucho mas sensible a la <strong>de</strong>secación que otros<br />

<strong>de</strong>bido a la reducción <strong>de</strong> sus placas calcáreas (Eckert & Eckert, 1987).<br />

Centrándonos en los cirrípedos epibiontes <strong>de</strong> la tortuga común o boba (Caretta caretta), la especie<br />

mas citada y abundante es el balano específico <strong>de</strong> tortugas marinas Chelonibia testudinaria,<br />

observándose en frecuencias realmente elevadas en hembras nidificantes <strong>de</strong> EEUU (Caine, 1986; Frick<br />

et al., 1998, 2004; Pfaller et al., 2006, 2008) y en el Mediterráneo (Casale et al., 2004; Kitsos et al.,<br />

2005; Fuller et al., 2010), como en contadas ocasiones y en frecuencias muy bajas en ejemplares<br />

juveniles <strong>de</strong>l noreste <strong>de</strong>l Atlántico (Davenport, 1994) y <strong>de</strong>l Mediterráneo (Badillo, 2007). También se<br />

han citado otros congéneres <strong>de</strong> esta especie, como Chelonibia caretta, que presenta las frecuencias<br />

157


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

mas altas en hembras nidificantes <strong>de</strong> EE.UU (Frick et al., 1998 y Pfaller et al., 2008), o Chelonibia<br />

patula, presente solo en tortugas <strong>de</strong>l Mediterráneo (Kitsos et al., 2005 y Badillo, 2007).<br />

Otras especies <strong>de</strong> la Familia Coronuloi<strong>de</strong>a (Or<strong>de</strong>n Sessilia) citadas como epibiontes <strong>de</strong> tortuga boba<br />

son: dos especies <strong>de</strong>l género Chthamalus (Ch. fragilis y Ch. stellatus), muy abundantes en hembras<br />

nidificantes <strong>de</strong> EE.UU (Frick et al., 1998); Conopea galeata, observado solo en hembras nidificantes<br />

<strong>de</strong> Florida, EE.UU (Pfaller et al., 2008); y dos especies <strong>de</strong>l género Stomatolepas (S. elegans y S.<br />

muricata) citadas solo en juveniles <strong>de</strong>l Mediterráneo (Kitsos et al., 2005; Badillo, 2007), aunque en<br />

bajas frecuencias. Por último, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la Familia Balanidae (Or<strong>de</strong>n Sessilia), se han citado cuatro<br />

especies <strong>de</strong>l género Balanus, don<strong>de</strong> Balanus anphitrite es el mas citado, siendo realmente abundante<br />

en hembras nidificantes <strong>de</strong> EE.UU (Caine, 1986; Fick et al., 1998, 2004; Pfaller et al., 2006, 2008) y<br />

menos abundante pero presente en el mediterráneo (Kitsos et al., 2005 y Badillo, 2007).<br />

Por otro lado, los cirrípedos <strong>de</strong>l Or<strong>de</strong>n Pedunculata, presentan en general frecuencias mas bajas, pero<br />

han sido citados en numerosas ocasiones, siendo el percebe Lepas anatifera el mas comúnmente<br />

observado, tanto en hembras nidificantes <strong>de</strong> EE.UU (Caine, 1986; Fick et al., 1998) y <strong>de</strong>l Mediterráneo<br />

(Fuller et al., 2010), como en juveniles <strong>de</strong>l noreste <strong>de</strong>l Atlántico (Tukey, 1818; Gruvel, 1920; Frick et<br />

al., 2003) y <strong>de</strong>l mediterráneo (Kitsos et al., 2005; Badillo, 2007 y Fuller et al. 2010). Otras dos<br />

especies <strong>de</strong> este mismo género se han localizado en ejemplares juveniles <strong>de</strong> tortuga boba (L. hilli y L.<br />

anserifera) tanto en el Atlántico (Frick et al., 2003) como en el mediterráneo (Badillo, 2007), y una<br />

tercera, L. pectinata, mas frecuente en hembras adultas <strong>de</strong> EE.UU (Frick et al., 1998).<br />

Por último, el pedúnculado Concho<strong>de</strong>rma virgatum ha sido citado única y exclusivamente en<br />

ejemplares juveniles, tanto <strong>de</strong>l Atlántico (Tukey, 1818; Darwin, 1852; Gruvel, 1920; Frick et al., 2003)<br />

como <strong>de</strong>l Mediterráneo (Chevreux & De Guerne, 1893; Kitsos et al., 2005; Badillo, 2007).<br />

158


2. – CARACTERÍSTICAS TAXONÓMICAS<br />

INFRACLASE CIRRIPEDIA Burmeister, 1834<br />

CAPÍTULO 4: CIRRIPEDOS<br />

Es el único grupo sésil <strong>de</strong> los crustáceos y pertenece a la Subclase Thecostraca Gruvel, 1905 (Clase<br />

Maxilopoda Dahl, 1956). Se consi<strong>de</strong>ró <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l filo Mollusca hasta que en 1830 se reconoció su<br />

pertenencia al grupo <strong>de</strong> los crustáceos tras <strong>de</strong>scubrirse sus primeros estadios larvarios. Son<br />

exclusivamente marinos y mayoritariamente <strong>de</strong> vida libre y viven adheridos a rocas, conchas, corales<br />

y objetos flotantes. Algunos <strong>de</strong> ellos son comensales <strong>de</strong> ballenas, tortugas, peces, cangrejos y otros<br />

animales, y algunos se han especializado como parásitos (Superor<strong>de</strong>n Rhizocephala).<br />

Existen dos grupos morfológicamente diferenciados: a) Los cirrípedos pedunculados, que poseen un<br />

tallo muscular y flexible (pedúnculo) que se adhiere al sustrato por uno <strong>de</strong> sus extremos y en el otro<br />

porta la mayor parte <strong>de</strong>l cuerpo (capítulo). El pedúnculo representa el extremos preoral <strong>de</strong>l animal y<br />

contiene vestigios <strong>de</strong> las primeras antenas larvarias y las glándulas cementales. El capítulo contiene<br />

todo el cuerpo y un caparazón envolvente (manto) que esta cubierta por dos tipos <strong>de</strong> placas calcáreas<br />

(escudos y tergos). b) Por otro lado, los cirrípedos balanomorfos, que carecen <strong>de</strong> pedúnculo y la<br />

superficie <strong>de</strong> adherencia inferior, <strong>de</strong>nominada base, pue<strong>de</strong> ser membranosa o calcárea y representa la<br />

región preoral <strong>de</strong>l animal. El cuerpo <strong>de</strong>l animal está ro<strong>de</strong>ado en la parte mas exterior por una pared<br />

vertical <strong>de</strong> placas que pue<strong>de</strong>n fusionarse o estar unidas por tejidos vivos, y <strong>de</strong>ntro esta cubierto por<br />

un opérculo formado por pares <strong>de</strong> tergos y escudos móviles.<br />

Dentro <strong>de</strong>l manto, ambos tienen el cuerpo flexionado hacia atrás con los apéndices dirigidos hacia la<br />

abertura <strong>de</strong>l manto en la parte superior. La mayor parte <strong>de</strong>l cuerpo esta formada por la región<br />

cefálica y torácica y no existe una segmentación externa diferenciada. <strong>Las</strong> primeras antenas son<br />

vestigiales a excepción <strong>de</strong> las glándulas cementales, y el segundo par <strong>de</strong> antenas están solo presentes<br />

en larvas. Los apéndices orales están modificados <strong>de</strong> forma muy variada aunque típicamente se<br />

utilizan seis apéndices torácicos birrámeos llamados cirros (<strong>de</strong> don<strong>de</strong> <strong>de</strong>riva el nombre Cirripedia),<br />

don<strong>de</strong> cada rama esta dotada <strong>de</strong> setas largas y están especializados en la alimentación suspensívora.<br />

Son generalmente <strong>de</strong> color blanco, rosa o morado.<br />

Se alimentan mediante filtración activa o pasiva <strong>de</strong> organismos y partículas suspendidas en el agua<br />

gracias al cepillo <strong>de</strong> sedas <strong>de</strong> los cirros en agitación. La mayoría filtran organismos planctónicos <strong>de</strong><br />

talla pequeña, aunque algunos pue<strong>de</strong>n atrapar presas <strong>de</strong> mayor talla como copépodos, isópodos,<br />

anfípodos, etc.<br />

Los pedunculados pue<strong>de</strong>n medir <strong>de</strong>s<strong>de</strong> unos pocos milímetros hasta 75cm <strong>de</strong> longitud incluyendo el<br />

pedúnculo. Los balanomorfos mi<strong>de</strong>n <strong>de</strong>s<strong>de</strong> unos milímetros a varios centímetros <strong>de</strong> diámetro, aunque<br />

algunos pue<strong>de</strong>n alcanzar tamaños consi<strong>de</strong>rables (Balanus psittacus <strong>de</strong> la costa oeste <strong>de</strong> Sudamérica<br />

alcanzan 23cm <strong>de</strong> altura y 8cm <strong>de</strong> diámetro). La mayoría alcanzan <strong>de</strong> 2 a 5 años <strong>de</strong> edad y su<br />

crecimiento se produce mediante la adición y alargamiento <strong>de</strong> las lamelas y mediante mudas <strong>de</strong>l<br />

cuerpo quitinizado. <strong>Las</strong> tasas <strong>de</strong> crecimiento son muy diversas en función <strong>de</strong> la especie e incluso<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la misma. Una <strong>de</strong> las mas estudiadas es la <strong>de</strong>l pedúnculado Concho<strong>de</strong>rma virgatum en la<br />

que Il’in et al. (1978) y otros investigadores estimaron rangos <strong>de</strong> <strong>0.</strong>1 – 1.9mm 1 /día y que alcanzan la<br />

madurez sexual a partir <strong>de</strong> los 50 días, mientras que Eckert & Eckert (1987) observaron una tasa <strong>de</strong><br />

crecimiento media <strong>de</strong> <strong>0.</strong>34mm 1 /día en ejemplares epibiontes <strong>de</strong> tortuga laúd, alcanzando la madurez<br />

sexual con una talla capitular <strong>de</strong> 12.4mm y una edad aproximada <strong>de</strong> 28 días. Estas diferencias<br />

sugieren precaución a la hora <strong>de</strong> extrapolar parámetros <strong>de</strong> crecimiento y en las comparaciones entre<br />

distintas poblaciones <strong>de</strong> una misma especie. Por lo general, un cirrípedo joven, <strong>de</strong> un mes <strong>de</strong> vida,<br />

mi<strong>de</strong> alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> 3mm <strong>de</strong> diámetro.<br />

Los cirrípedos pedunculados viven generalmente sobre objetos flotantes o como comensales <strong>de</strong> otros<br />

animales, mientras que los balanomorfos están muy adaptados a la vida en rocas intermareales<br />

sometidas al batido <strong>de</strong> la corriente y <strong>de</strong> las olas, aunque algunas especies también se han<br />

especializado en vivir como comensales <strong>de</strong> otro animales.<br />

1 Longitud capitular<br />

159


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

Sus rivales por el espacio son las algas y las esponjas y sus <strong>de</strong>predadores directos los caracoles y<br />

cangrejos entre otros.<br />

Son predominantemente hermafroditas, aunque es bastante raro encontrar casos <strong>de</strong> autofecundación.<br />

La transferencia seminal se lleva a cabo mediante copulación por medio <strong>de</strong> un pene largo. Algunas<br />

especies han <strong>de</strong>sarrollado formas masculinas diminutas que se adhieren a una hembra (machos<br />

enanos) o a un individuo hermafrodita (machos complementarios) para contrarrestar las dificulta<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> encontrar pareja en el océano, y muestran distintos grados <strong>de</strong> modificación, llegando a producirse<br />

alguna especie dioica. Los ovarios se sitúan en el pedúnculo, o sobre la base, en las pare<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l<br />

manto. Los testículos se localizan en la región cefálica y dos conductos espermáticos se unen <strong>de</strong>ntro<br />

<strong>de</strong> un largo pene justo <strong>de</strong>lante <strong>de</strong>l ano. Los huevos se incuban <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l ovisaco, situado en la<br />

cavidad <strong>de</strong>l manto.<br />

Presentan 7 estadios larvarios: seis fases nauplio <strong>de</strong> vida libre y fácilmente reconocible por su<br />

caparazón en forma <strong>de</strong> escudo triangular, y una larva cipris que no se alimenta, cuyo cuerpo está<br />

encerrado en un caparazón bivalvo y que posee un par <strong>de</strong> ojos compuestos sésiles y seis pares <strong>de</strong><br />

apéndices torácicos. Esta fase se encarga <strong>de</strong> la selección y fijación en un sustrato a<strong>de</strong>cuado, gracias a<br />

las glándulas cementales situadas en el primer par <strong>de</strong> antenas, y su presencia indica una alta calidad<br />

<strong>de</strong> las aguas. Según Jonsson et al. (2004), la fase <strong>de</strong> asentamiento inicial <strong>de</strong> la larva cipris sobre una<br />

superficie se ve fuertemente influenciada por la hidrodinámica <strong>de</strong> la zona, <strong>de</strong> tal forma que fuerte<br />

hidrodinamismo disminuye el asentamiento y reclutamiento <strong>de</strong> larvas <strong>de</strong>bido a las fuerzas <strong>de</strong> vaivén<br />

ejercidas por la corriente. Tras la fijación, tiene lugar la metamorfosis, en la que los cirros se alargan,<br />

el cuerpo se flexiona y las placas primarias aparecen en el siguiente exoesqueleto, por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> las<br />

valvas <strong>de</strong> la larva cipris.<br />

La reproducción <strong>de</strong> los cirrípedos se ve fuertemente influenciada por las condiciones ambientales. Por<br />

ejemplo, la producción <strong>de</strong> larvas es mucho mayor en zonas <strong>de</strong> alta productividad (Leslie et al., 2005);<br />

la duración <strong>de</strong>l período larvario varía en función <strong>de</strong> la temperatura, por ejemplo, <strong>de</strong> 14 a 21 días en<br />

balanos <strong>de</strong> regiones costeras templadas (Bassindale, 1936) y <strong>de</strong> 5 a 11 días en los <strong>de</strong> aguas cálidas<br />

(Anil et al., 2001); Incluso, los balanos que viven adheridos a objetos flotantes en el océano abierto,<br />

presentan períodos larvarios <strong>de</strong> hasta 2 meses (Moyse, 1987), llegando en algunos casos a reducir el<br />

número <strong>de</strong> fases larvarias o incluso a criar las larvas en el interior <strong>de</strong>l adulto (Newman and Ross,<br />

1977), o aquellos comensales específicos <strong>de</strong> tortugas marinas como Chelonibia testudinaria, cuyas dos<br />

primeras fases larvarias se crían en el interior <strong>de</strong>l adulto, y que a<strong>de</strong>más presenta una reproducción<br />

androdioeica <strong>de</strong>bido al fuerte <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> machos complementarios (Zardus & Hadfield, 2004).<br />

La infraclase Cirripedia está formada por 3 superór<strong>de</strong>nes: Superor<strong>de</strong>n ACROTHORACIDA, formado por<br />

especies <strong>de</strong> pequeño tamaño y principalmente parásitos, con disco <strong>de</strong> sujeción en la parte anterior <strong>de</strong>l<br />

cuerpo y sin placas calcáreas en las valvas. Presentan machos enanos, y son capaces <strong>de</strong> perforar<br />

conchas <strong>de</strong> gasterópodos, quitones y esqueletos calcáreos <strong>de</strong> corales; Superor<strong>de</strong>n RHIZOCEPHALA,<br />

constituido por cirrípedos <strong>de</strong> cuerpo <strong>de</strong>snudo y sin extremida<strong>de</strong>s, hermafroditas, y la mayoría<br />

parásitos <strong>de</strong> <strong>de</strong>cápodos; Superor<strong>de</strong>n THORACICA, que se <strong>de</strong>scribe a continuación por su interes en<br />

este estudio.<br />

Superor<strong>de</strong>n Thoracica Darwin, 1854<br />

Cirrípedos <strong>de</strong> vida libre o comensales.<br />

El manto está normalmente cubierto <strong>de</strong> placas calcáreas. Presentan seis pares <strong>de</strong> cirros bien<br />

<strong>de</strong>sarrollados con los que filtran el alimento.<br />

Son principalmente filtradores sésiles <strong>de</strong> plancton.<br />

En las islas atlánticas <strong>de</strong> la Macaronesia (Azores, Ma<strong>de</strong>ira, Canarias y Cabo Ver<strong>de</strong>), algunas <strong>de</strong> las<br />

especies <strong>de</strong> este superor<strong>de</strong>n son consi<strong>de</strong>radas un manjar.<br />

Lo constituyen 2 ór<strong>de</strong>nes: O. Pedunculata y el O. Sessilia. Ambos se <strong>de</strong>scriben a continuación por su<br />

interes para este estudio.<br />

160


a) Or<strong>de</strong>n Pedunculata Lamarck, 1818<br />

CAPÍTULO 4: CIRRIPEDOS<br />

Denominados comúnmente Pedunculados, <strong>de</strong>bido a que presentan una <strong>de</strong> las morfologías típicas <strong>de</strong><br />

los cirrípedos <strong>de</strong>scritas anteriormente, es <strong>de</strong>cir, el cuerpo divido en dos partes, pedúnculo y capítulo.<br />

Algunas <strong>de</strong> las especies <strong>de</strong> este or<strong>de</strong>n viven adheridas a rocas en el intermareal, pero una gran parte<br />

son pelágicas y viven adheridas a objetos flotantes o animales y plantas pelágicas, y se observan en<br />

gran número en las arribazones <strong>de</strong> las costas oceánicas. (Ver ejemplos en Pág. 10).<br />

Son organismos filtradores, por lo que necesitan cierto hidrodinamismo para po<strong>de</strong>r alimentarse,<br />

situándose generalmente en zonas expuestas o semi-expuestas.<br />

Lo constituyen 4 subór<strong>de</strong>nes: Subor<strong>de</strong>n Heteraledomorpha; Subor<strong>de</strong>n Iblomorpha; Subor<strong>de</strong>n<br />

Lepadomorpha, que se <strong>de</strong>scribe a continuación; y Subor<strong>de</strong>n Scalpellomorpha, con especies que<br />

presentan un capítulo con mas <strong>de</strong> 5 placas calcáreas básicas y un pedúnculo cubierto <strong>de</strong> placas<br />

calcáreas. Generalmente habitantes <strong>de</strong> aguas profundas y algunos <strong>de</strong> rocas intermareales (Ejemplos:<br />

Scalpellum, Heterolepas, Pollicipes).<br />

Subor<strong>de</strong>n Lepadomorpha Pilsbry, 1916<br />

Cirrípedos pedunculados con el capítulo formado por 5 placas calcáreas y con el pedúnculo <strong>de</strong>snudo.<br />

Este grupo lo constituyen 3 familias: Fam. Oxynaspididae; Fam. Poecilasmatidae: capítulo con 5<br />

placas calcáreas reducidas, hermafroditas y la mayoría comensales <strong>de</strong> crustáceos; y Fam. Lepadidae,<br />

que se <strong>de</strong>scribe a continuación.<br />

Familia Lepadidae Darwin, 1852<br />

Cirrípedos pedunculados con un capítulo formado por no mas <strong>de</strong> 5 placas básicas: 1 carena; 2 tergos<br />

y 2 escudos.<br />

Viven adheridos a objetos flotantes y otros animales.<br />

Por lo general y como adaptación a este medio <strong>de</strong> vida inestable, presentan un crecimiento bastante<br />

rápido, alcanzando la madurez sexual muy pronto, las especies <strong>de</strong>l género Lepas en 1-2 meses (Thiel<br />

& Gutow, 2004).<br />

Son hermafroditas y la maduración <strong>de</strong> ambos sexos, ovarios y testículos, es simultánea (Patel, 1959;<br />

Inatsuchi et al., 2010). Pue<strong>de</strong>n copular como machos siempre que quieran, menos tras la muda, y<br />

como hembras durante aproximadamente las 24 horas que siguen a la muda. Tras la cópula como<br />

hembras <strong>de</strong>positan los huevos en la cavidad <strong>de</strong>l manto, en don<strong>de</strong> los incuban durante 4-5 días (a<br />

25ºC), momento en el que se liberan las larvas en estadio nauplio I simultáneamente con la muda <strong>de</strong>l<br />

adulto. En ese momento los ovarios vuelven a estar preparados <strong>de</strong> nuevo (Inatsuchi et al., 2010).<br />

Lo configuran especies <strong>de</strong> los géneros Lepas, Concho<strong>de</strong>rma (comensales <strong>de</strong> ballenas y tortugas) y<br />

Alepas (comensales <strong>de</strong> medusas).<br />

b) Or<strong>de</strong>n Sessilia Lamarck, 1818<br />

Cirrípedos sin pedúnculo o sentados, cuya abertura se cierra mediante un escudo y un tergo móviles.<br />

A este or<strong>de</strong>n pertenecen 3 subór<strong>de</strong>nes: Subor<strong>de</strong>n Verrucomorpha, con especies hermafroditas <strong>de</strong><br />

caparazón asimétrico como por ejemplo el género Verruga; Subor<strong>de</strong>n Brachylepadomorpha; y el<br />

Subor<strong>de</strong>n Balanomorpha, que se <strong>de</strong>scribe a continuación.<br />

Subor<strong>de</strong>n Balanomorpha Pilsbry, 1916<br />

Constituido por 6 superfamilias: Superfamilia Chionelasmatoi<strong>de</strong>a; Superfamilia Pachylasmatoi<strong>de</strong>a;<br />

Superfamilia Tetraclitoi<strong>de</strong>a; Superfamilia Balanoi<strong>de</strong>a, con el Género Balanus; Superfamilia<br />

Chthamaloi<strong>de</strong>a, caracterizados por presentar un rostro con alas y labio superior no recortado, viven<br />

161


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

generalmente adheridos a rocas en el litoral. Género Chthamalus; y Superfamilia Coronuloi<strong>de</strong>a: que se<br />

<strong>de</strong>scribe a continuación.<br />

162<br />

Familia Coronulidae Leach, 1817<br />

Balanos sésiles especializados en vivir como comensales obligados <strong>de</strong> tortugas marinas, ballenas,<br />

serpientes marinas, sirénidos y crustáceos. Su evolución hacia esta forma <strong>de</strong> vida está marcada por el<br />

<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> una serie <strong>de</strong> estrategias reproductivas y <strong>de</strong> crecimiento únicas (pare<strong>de</strong>s y <strong>estruc</strong>turas<br />

especiales), que les ha permitido adherirse a los tejidos duros o blandos <strong>de</strong> su hospedador. Evi<strong>de</strong>ncias<br />

fósiles sugieren que la relación entre los balanos Coronuloi<strong>de</strong>os y los Chelonios (pue<strong>de</strong> que también<br />

otros gran<strong>de</strong>s organismos nectónicos), se viene <strong>de</strong>sarrollando <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Eoceno (Ross & Newman,<br />

1967).<br />

Se caracterizan por presentar un rostro con radios y siempre fundido con los laterales y labio superior<br />

muy recortado. Son los únicos balanomorfos en los que las placas <strong>de</strong>l opérculo, cuando están<br />

presentes, no ocluyen completamente el orificio. Todas las especies son simbiontes que inva<strong>de</strong>n con<br />

menor o mayor profundidad en el tejido <strong>de</strong> su hospedador (ERC, 2007).<br />

Los principales géneros son: Chelonibia, Platylepas y Stomatolepas.<br />

El género Chelonibia se diferencia <strong>de</strong>l género Platylepas porque este último es mucho mas pequeño y<br />

posee 6 placas calcáreas y generalmente coloniza en gran<strong>de</strong>s números la piel <strong>de</strong> su hospedador,<br />

pudiendo incrustarse bastante en ella (Frick, 2001).<br />

Dentro <strong>de</strong>l género Chelonibia, existen especies que se han adaptado a vivir sobre un solo tipo <strong>de</strong><br />

hospedador, es <strong>de</strong>cir, son comensales específicos, como por ejemplo, Chelonibia testudinaria, que es<br />

un balano específico <strong>de</strong> tortugas marinas. Como se dijo en la introducción, estas especies <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n<br />

totalmente <strong>de</strong> su hospedador para su buen <strong>de</strong>sarrollo.


3. – RESULTADOS<br />

3.1. – DESCRIPCIÓN DE LAS ESPECIES<br />

CAPÍTULO 4: CIRRIPEDOS<br />

Se i<strong>de</strong>ntificaron un total <strong>de</strong> 3 especies <strong>de</strong> cirrípedos (Maxilopoda, Crustacea), epibiontes <strong>de</strong> tortugas<br />

Caretta caretta localizadas en aguas <strong>de</strong> Canarias. Todas ellas pertenecen al superor<strong>de</strong>n Thoracica<br />

Darwin, 1854, pero 2 <strong>de</strong> ellas son <strong>de</strong>l Or<strong>de</strong>n Pedunculata (Subor<strong>de</strong>n Lepadomorpha): Lepas anatifera<br />

Linnaeus, 1767, y Concho<strong>de</strong>rma virgatum Spengler, 1790; y la tercera pertenece al Or<strong>de</strong>n Sessilia<br />

(Subor<strong>de</strong>n Balanomorpha): Platylepas hexastylos Fabricius, 1798.<br />

Fig. 79. Porcentaje <strong>de</strong> tortugas que<br />

presentaron cada una <strong>de</strong> las especies <strong>de</strong><br />

cirrípedos epibiontes localizadas en las<br />

tortugas Caretta caretta <strong>de</strong> Canarias.<br />

El cirrípedo lepadomorfo Lepas anatifera fue el epibionte mas abundante y frecuente <strong>de</strong> todas las<br />

especies epibiontes <strong>de</strong>scritas en este estudio, localizándose en el 94.1% <strong>de</strong> las tortugas muestreadas.<br />

Esta especie se localizó principalmente sobre y entre los escudos <strong>de</strong>l caparazón, aunque en algunas<br />

ocasiones también se observó adherido a la piel <strong>de</strong>l cuello y aletas y a los escudos <strong>de</strong>l plastrón.<br />

Generalmente formando agrupaciones bastante numerosas <strong>de</strong> adultos y/o juveniles acompañados <strong>de</strong><br />

larvas cipris, generalmente entremezclados con las algas Polysiphonia carettia o Hincksia mitchelliae y<br />

el hidroi<strong>de</strong>o Obelia geniculata.<br />

El cirrípedo lepadomorfo Concho<strong>de</strong>rma virgatum fue mucho menos numeroso y frecuente que el<br />

anterior, localizándose en el 17.2% <strong>de</strong> las tortugas muestreadas. Esta especie se observó<br />

generalmente en la zona ventral <strong>de</strong> la tortuga, adherida a la piel <strong>de</strong> aletas y cuello, así como en el<br />

plastrón, con mucha mas frecuencia que en el caparazón <strong>de</strong> la tortuga. Como la especie anterior, C.<br />

virgatum también forma agrupaciones <strong>de</strong> ejemplares adultos y/o juveniles, pero en cantida<strong>de</strong>s mucho<br />

mas pequeñas, y con una presencia <strong>de</strong> larvas mas reducida.<br />

Por último, el balano Platylepas hexastylos fue la especie menos frecuente <strong>de</strong> los cirrípedos <strong>de</strong> este<br />

estudio, localizándose en el 1<strong>0.</strong>1% <strong>de</strong> las tortugas muestreadas. La mayor parte <strong>de</strong> los ejemplares<br />

estaban adheridos al plastrón <strong>de</strong> la tortuga, aunque en contadas ocasiones se localizaron ejemplares<br />

muy pequeños situados en las aletas y en el caparazón. Principalmente se observaron individuos<br />

solitarios o en parejas sobre una misma tortuga, aunque en un caso se localizaron mas <strong>de</strong> 20<br />

ejemplares sobre la misma tortuga. He <strong>de</strong> recalcar que en otras ocasiones (tortugas que por razones<br />

logísticas no pudieron ser muestreadas o que se vieron fuera <strong>de</strong>l período <strong>de</strong> estudio) se observaron<br />

tortugas con mas <strong>de</strong> 30 y 40 individuos (casi siempre todos en el plastrón <strong>de</strong>l animal).<br />

A continuación se disponen las fichas <strong>de</strong> caracterización <strong>de</strong> cada una <strong>de</strong> las especies observadas<br />

pertenecientes a este grupo, en la que se <strong>de</strong>tallan las características específicas <strong>de</strong> cada una <strong>de</strong> ellas,<br />

imágenes y fotos <strong>de</strong> las mismas obtenidas en este estudio, así como los gráficos <strong>de</strong> frecuencia <strong>de</strong> la<br />

presencia/ausencia, cantidad, talla y estadio reproductor <strong>de</strong> cada especie en función <strong>de</strong> las distintas<br />

variables <strong>de</strong> estudio (Año, mes, isla, zona, talla <strong>de</strong> la tortuga y gravedad <strong>de</strong> las lesiones).<br />

163


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

Lepas anatifera Linnaeus, 1767<br />

164<br />

Phylum: Arthropoda<br />

Superclase: Crustacea Brünnich, 1772<br />

Clase: Maxilopoda Dahl, 1956<br />

Infraclase: Cirripedia Burmeister, 1834<br />

Superor<strong>de</strong>n: Thoracica Darwin, 1854<br />

Or<strong>de</strong>n: Pedunculata Lamark, 1818<br />

Subor<strong>de</strong>n: Lepadomorpha Pilsbry, 1916<br />

Fam.: Lepadidae Darwin, 1852<br />

Género: Lepas Linnaeus, 1758


DESCRIPCIÓN Y DATOS DE INTERÉS DE LA ESPECIE:<br />

CAPÍTULO 4: CIRRIPEDOS<br />

Morfología: Cuerpo divido en pedúnculo y capítulo. Pedúnculo contráctil, flexible y sin placas<br />

calcáreas (<strong>de</strong>snudo). Capítulo formado por 5 placas calcáreas básicas: 1 carena, 2 tergos y 2<br />

escudos. Presentan 6 pares <strong>de</strong> cirros birrámeos.<br />

Talla: El pedúnculo pue<strong>de</strong> alcanzar hasta 150mm <strong>de</strong> longitud y el capítulo hasta 50mm. La<br />

madurez sexual se alcanza cuando el capítulo supera los 25mm.<br />

Color: Placas <strong>de</strong> color blanquecino o algo grisáceo con tegumento negro entre ellas.<br />

Pedúnculo pardo grisáceo mas oscuro en la parte superior.<br />

Alimentación: Son filtradores <strong>de</strong> plancton.<br />

Hábitat: Pasajeros habituales <strong>de</strong> objetos flotantes y otros animales. Se observan en gran<strong>de</strong>s<br />

cantida<strong>de</strong>s en las arribazones <strong>de</strong> las costas oceánicas. Tienen preferencia por asentarse en<br />

las zonas mas superficiales <strong>de</strong>l objeto o animal sobre el que viven, (generalmente a menos<br />

<strong>de</strong> 2m <strong>de</strong> profundidad) (Roskel, 1969; Ill’in et al., 1978).<br />

Reproducción: Son hermafroditas y la maduración <strong>de</strong> ambos sexos, ovarios y testículos, es<br />

simultánea (Patel, 1959; Inatsuchi et al., 2010) y se produce en tan solo 1 o 2 meses (Thiel<br />

& Gutow, 2004). La fertilización es cruzada e interna por medio <strong>de</strong> un pene largo, y pue<strong>de</strong>n<br />

copular como machos siempre que quieran menos tras la muda, y como hembras durante<br />

las aproximadamente 24 horas que siguen a la muda. <strong>Las</strong> puestas son incubadas en masa<br />

adheridas a las pared <strong>de</strong>l manto, y tras una semana aproximadamente se liberan larvas tipo<br />

nauplio I, en el momento <strong>de</strong> la muda <strong>de</strong>l adulto. En ese momento los ovarios vuelven a<br />

estar preparados <strong>de</strong> nuevo (Inatsuchi et al., 2010). Presentan varios estadios larvarios, <strong>de</strong><br />

los cuales la última fase es una larva cipris, que es la encargada <strong>de</strong> seleccionar y adherirse a<br />

un sustrato.<br />

Distribución: Son gran<strong>de</strong>s cosmopolitas, por lo que tienen una amplia distribución por todo<br />

el planeta. En la región europea, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el sur <strong>de</strong> Noruega y oeste <strong>de</strong> las islas británicas<br />

hasta el Mediterráneo.<br />

Se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que es una <strong>de</strong> las primeras especies citadas como epibiontes <strong>de</strong> tortugas<br />

marinas, por Tukey (1818) y Gruvel (1920). Es bastante común como epibionte <strong>de</strong> tortuga<br />

boba, aunque en frecuencias no muy altas y principalmente en individuos juveniles. Ha sido<br />

citada en juveniles localizados al este <strong>de</strong>l Atlántico Norte por los dos autores mencionados<br />

anteriormente y por Frick et al., (2003); en hembras nidificantes <strong>de</strong> Georgia, EE.UU (Caine,<br />

1986; Frick et al., 1998) y en juveniles <strong>de</strong> las costas mediterráneas <strong>de</strong> España (Badillo,<br />

2007), Chipre (Fuller et al., 2010) y Grecia (Kitsos et al., 2005).<br />

Clasificación<br />

taxonómica<br />

3<br />

4<br />

6<br />

6<br />

7<br />

2<br />

8<br />

9<br />

10<br />

11<br />

1<br />

12<br />

13<br />

Fig. 80 (al dorso): Imágenes <strong>de</strong> ejemplares <strong>de</strong> Lepas anatifera localizados sobre las tortugas<br />

Caretta caretta muestreadas. 1. Esquema <strong>de</strong> los ejemplares <strong>de</strong> L. anatifera muestreados. 2.<br />

Esquema <strong>de</strong> una larva cipris <strong>de</strong> L. anatifera. 3. Detalle <strong>de</strong> larvas cipris <strong>de</strong> L. anatifera. 4.<br />

Grupo <strong>de</strong> larvas cipris. 5. Ejemplar adulto y 3 juveniles <strong>de</strong> L. anatifera. 6. Detalle <strong>de</strong>l capítulo<br />

<strong>de</strong> 3 ejemplares juveniles <strong>de</strong> L. anatifera. 7. Ejemplare <strong>de</strong> L. anatifera entremezclados con el<br />

alga roja P. carettia. 8. Agrupación <strong>de</strong> ejemplares <strong>de</strong> L. anatifera y P. carettia como se<br />

localizan sobre el caparazón <strong>de</strong> la tortuga. 9. Ejemplares gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong> L. anatifera adheridos a<br />

la piel y uña <strong>de</strong> la tortuga. 10 y 11. Grupos <strong>de</strong> L. anarifera sobre el caparazón <strong>de</strong> la tortuga.<br />

12 y 13. Tortugas colonizadas por L. anatifera <strong>de</strong> diversos modos.<br />

165


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

166<br />

ADULTOS LARVAS<br />

Fig. 81: Gráfico <strong>de</strong> frecuencias <strong>de</strong> presencia/ausencia <strong>de</strong> adultos y larvas Lepas anatifera en las tortugas<br />

Caretta caretta muestreadas, en función <strong>de</strong> las diferentes variables <strong>de</strong> estudio. La presencia se subdivi<strong>de</strong><br />

en función <strong>de</strong> las cantida<strong>de</strong>s observadas por tortuga.


CAPÍTULO 4: CIRRIPEDOS<br />

El cirrípedo lepadomorfo Lepas anatifera estuvo presente en el 94.1% <strong>de</strong> las tortugas muestreadas<br />

para este estudio, siendo la mas frecuente <strong>de</strong> todas las especies epibiontes observadas. Como se<br />

aprecia en el gráfico anterior (Fig. 81) la frecuencia <strong>de</strong> ejemplares adultos y <strong>de</strong> larvas cipris <strong>de</strong> esta<br />

especie no presentó gran<strong>de</strong>s diferencias, <strong>de</strong>bido a que en la mayor parte <strong>de</strong> los casos, sobre una<br />

misma tortuga se localizaban ambos estadios.<br />

<strong>Las</strong> diferencias mas importantes se encontraron en el mes <strong>de</strong> febrero, ya que solo el 25% <strong>de</strong> las<br />

tortugas ingresadas en este mes portaban larvas cipris, mientras en el resto <strong>de</strong> los meses mas <strong>de</strong>l<br />

80% <strong>de</strong> las tortugas las presentaban. A<strong>de</strong>más, en este mes se observó la menor frecuencia <strong>de</strong> adultos<br />

(75%), junto con el mes <strong>de</strong> noviembre (66,7%), aunque esta diferencia fue mucho menor que en el<br />

caso <strong>de</strong> las larvas. <strong>Las</strong> menores abundancias <strong>de</strong> biomasa <strong>de</strong> este epibionte, tanto en adultos como en<br />

larvas, se observaron en los meses <strong>de</strong> octubre, noviembre y diciembre, siendo las tortugas que<br />

ingresaron en enero las que portaban mayores cantida<strong>de</strong>s para ambos estadios.<br />

Todas las tortugas muestreadas proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> La Gomera, La Palma y El Hierro presentaron tanto<br />

larvas como adultos <strong>de</strong> L. anatifera. Por el contrario, las tortugas proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> Lanzarote<br />

presentaron la mas baja frecuencia <strong>de</strong> adultos (50%), pero todas presentaron larvas (100%), aunque<br />

en cantida<strong>de</strong>s realmente pequeñas. <strong>Las</strong> tortugas localizadas en Fuerteventura, Gran Canaria y<br />

Tenerife presentaron frecuencias muy similares para esta especie (tanto <strong>de</strong> larvas como <strong>de</strong> adultos).<br />

<strong>Las</strong> tortugas que presentaron mayores cantida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> esta especie en su caparazón, se localizaron en<br />

el sur <strong>de</strong> las islas, sobretodo <strong>de</strong> larvas, a pesar <strong>de</strong> que las frecuencias no fueron muy dispares.<br />

La tortugas <strong>de</strong> entre 35 y 60cm <strong>de</strong> longitud <strong>de</strong> caparazón presentaron mayor cantidad y frecuencia <strong>de</strong><br />

L. anatifera como epibionte, mientras que las frecuencias y cantida<strong>de</strong>s mas bajas se observaron en las<br />

tortugas <strong>de</strong> mas <strong>de</strong> 60cm <strong>de</strong> LCCmin, tanto en larvas como en adultos.<br />

En función <strong>de</strong> la gravedad <strong>de</strong> las lesiones <strong>de</strong> las tortugas, no hay diferencias importantes, aunque se<br />

aprecia una pequeña ten<strong>de</strong>ncia a aumentar la frecuencia y cantidad <strong>de</strong> L. anatifera al aumentar la<br />

gravedad <strong>de</strong> las lesiones. Solo las tortugas que ingresaron con lesiones muy graves presentaron una<br />

biomasa realmente importante en sus caparazones, tanto <strong>de</strong> adultos como <strong>de</strong> larvas, lo que sugiere<br />

que los individuos con menos movilidad o actividad son mas idóneos para un mayor asentamiento <strong>de</strong><br />

esta especie.<br />

167


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

Fig. 82. Gráfico <strong>de</strong> frecuencias <strong>de</strong> las tallas máximas <strong>de</strong> L.<br />

anatifera observadas por tortuga, en los ejemplares <strong>de</strong> C.<br />

caretta muestreados, en función <strong>de</strong> las distintas variables<br />

<strong>de</strong> estudio.<br />

168<br />

Los ejemplares <strong>de</strong> L. anatifera epibiontes <strong>de</strong><br />

tortugas Caretta caretta <strong>de</strong> Canarias, son muy<br />

pequeños en comparación con los que viven<br />

sobre otros animales u objetos flotantes<br />

<strong>de</strong>scritos en la bibliografía. La talla capitular<br />

mas gran<strong>de</strong> observada en este estudio fue <strong>de</strong><br />

50mm, similar a la <strong>de</strong>scrita, aunque los<br />

ejemplares <strong>de</strong> esta talla se encontraron en<br />

muy pocas ocasiones. A<strong>de</strong>más, todos los<br />

ejemplares presentaban pedúnculos muy<br />

cortos (<strong>de</strong> 2-5mm normalmente), por lo que<br />

en este estudio se ha tenido en consi<strong>de</strong>ración<br />

únicamente la talla capitular.<br />

La mayor parte <strong>de</strong> las tortugas muestreadas<br />

(85.3%) transportaban individuos <strong>de</strong> entre 2<br />

y 20mm <strong>de</strong> talla capitular, <strong>de</strong> los cuales el<br />

39.6% eran individuos <strong>de</strong> 2 a 5mm y el<br />

28.9% ejemplares <strong>de</strong> 5 a 10mm. Un pequeño<br />

grupo <strong>de</strong> tortugas (4.03%) portaban<br />

ejemplares <strong>de</strong> todas las tallas al mismo<br />

tiempo (<strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1mm hasta mas <strong>de</strong> 20mm).<br />

A lo largo <strong>de</strong>l año, las tallas mas gran<strong>de</strong>s (<strong>de</strong><br />

20 a 40mm) se observaron con mas<br />

frecuencia en las tortugas ingresadas en el<br />

mes <strong>de</strong> febrero (en el 16.67% <strong>de</strong> las<br />

tortugas), aunque en los meses <strong>de</strong> mayo,<br />

julio, agosto y octubre ingresaron tortugas<br />

con ejemplares <strong>de</strong> todas las tallas (incluidas<br />

las superiores a 20mm) (12.5%, 11.7%, 5.6%<br />

y 20% respectivamente). El resto <strong>de</strong> los<br />

meses <strong>de</strong>l año ingresaron tortugas con<br />

ejemplares <strong>de</strong> talla inferior a 20mm, incluso<br />

en noviembre todos fueron menores <strong>de</strong> 5mm.<br />

<strong>Las</strong> tortugas ingresadas en la isla <strong>de</strong> Gran<br />

Canaria presentaron ejemplares <strong>de</strong> mayor<br />

talla, mientras que todos los observados en<br />

tortugas <strong>de</strong> las otras islas eran ejemplares <strong>de</strong><br />

talla inferior a 20mm. Todos las tortugas<br />

localizadas <strong>de</strong> Lanzarote portaban ejemplares<br />

<strong>de</strong> talla inferior a 2mm.<br />

<strong>Las</strong> tortugas <strong>de</strong> menos <strong>de</strong> 60cm <strong>de</strong> LCCmin<br />

presentaron mayores tallas y mas diversidad<br />

<strong>de</strong> tamaños <strong>de</strong> L. anatifera, mientras que<br />

todas las tortugas gran<strong>de</strong>s (LCCmin >60cm)<br />

solo portaban ejemplares <strong>de</strong> talla pequeña<br />

(menos <strong>de</strong> 5mm <strong>de</strong> longitud capitular).<br />

No se observan diferencias apreciables en la<br />

talla <strong>de</strong> los ejemplares <strong>de</strong> L. anatifera en<br />

función <strong>de</strong> la gravedad <strong>de</strong> las lesiones <strong>de</strong> las<br />

tortugas muestreadas.


Fig. 83: Gráfico <strong>de</strong> frecuencias <strong>de</strong> los distintos estadios <strong>de</strong><br />

L. anatifera localizados sobre las tortugas C. caretta<br />

muestreadas, en función <strong>de</strong> diferentes variables <strong>de</strong><br />

estudio.<br />

CAPÍTULO 4: CIRRIPEDOS<br />

Según la bibliografía, los individuos <strong>de</strong> esta<br />

especie maduran al alcanzar los 25mm <strong>de</strong><br />

talla capitular, aunque en este trabajo se<br />

observó un ejemplar <strong>de</strong> 17.6mm portando<br />

huevos, por lo que se han consi<strong>de</strong>rado como<br />

adultos a todos aquellos ejemplares <strong>de</strong> talla<br />

superior a 15mm. Por otro lado, es<br />

importante tener en cuenta que la mayoría <strong>de</strong><br />

las tortugas cargaban simultáneamente<br />

grupos <strong>de</strong> ejemplares en distintas fases o<br />

estadios. El gráfico contiguo muestra el<br />

porcentaje <strong>de</strong> tortugas que portan cada uno<br />

<strong>de</strong> los estadios in<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong> si<br />

portaban otros o no.<br />

De todas las tortugas que presentaron L.<br />

anatifera como epibionte en su caparazón, la<br />

mayoría portaban ejemplares juveniles y<br />

larvas cipris (93.63% para ambos estadios).<br />

Sorpren<strong>de</strong> la baja frecuencia <strong>de</strong> ejemplares<br />

adultos, (tan solo en el 26.11% <strong>de</strong> las<br />

tortugas que portaban esta especie), y<br />

sobretodo la falta <strong>de</strong> puestas <strong>de</strong> huevos (solo<br />

1 tortuga presentaba individuos con puestas<br />

<strong>de</strong> huevos).<br />

La frecuencia <strong>de</strong> larvas y ejemplares juveniles<br />

fue realmente mucho mayor que <strong>de</strong> adultos<br />

en todos los casos (tanto a lo largo <strong>de</strong>l año,<br />

como <strong>de</strong> la isla, la zona, la talla <strong>de</strong> la tortuga<br />

o la gravedad <strong>de</strong> la lesión). A<strong>de</strong>más, los<br />

únicos individuos adultos que portaban<br />

huevos se localizaron en tortugas ingresadas<br />

en el mes <strong>de</strong> julio <strong>de</strong>l año 2004, <strong>de</strong> longitud<br />

inferior a 25cm (LCCmin).<br />

<strong>Las</strong> larvas cipris <strong>de</strong> L. anatifera presentaron<br />

frecuencias <strong>de</strong>l 80 al 100% <strong>de</strong> las tortugas<br />

ingresadas, a excepción <strong>de</strong> las tortugas <strong>de</strong><br />

60-65cm <strong>de</strong> caparazón en las que solo se<br />

presentó en el 50%. A<strong>de</strong>más, todas las<br />

tortugas ingresadas en Lanzarote, la Gomera,<br />

la Palma y el Hierro portaban larvas cipris en<br />

sus caparazones.<br />

La frecuencia <strong>de</strong> juveniles fue en casi todo los<br />

casos superior al 85%, a excepción <strong>de</strong> los<br />

meses <strong>de</strong> febrero y noviembre (66.67% para<br />

ambos); <strong>de</strong> la isla <strong>de</strong> Lanzarote (50%); y las<br />

tortugas <strong>de</strong> talla superior a 65cm <strong>de</strong><br />

caparazón (66.67%).<br />

La escasez <strong>de</strong> ejemplares adultos llamo<br />

enormemente la atención, con frecuencias <strong>de</strong><br />

entre 10 y 30%, a excepción <strong>de</strong>, las tortugas<br />

ingresadas en los meses <strong>de</strong> febrero (33.3%)<br />

y diciembre (50%); las tortugas <strong>de</strong> mas <strong>de</strong><br />

60cm que no presentaron ejemplares adultos;<br />

y en las tortugas sanas, en las que estuvo<br />

presente en el 50%.<br />

169


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

Concho<strong>de</strong>rma virgatum Spengler, 1790<br />

Phylum: Arthropoda<br />

Superclase: Crustacea Brünnich, 1772<br />

Clase: Maxilopoda Dahl, 1956<br />

Infraclase: Cirripedia Burmeister, 1834<br />

Superor<strong>de</strong>n: Thoracica Darwin, 1854<br />

Or<strong>de</strong>n: Pedunculata Lamark, 1818<br />

Subor<strong>de</strong>n: Lepadomorpha Pilsbry, 1916<br />

Fam.: Lepadidae Darwin, 1852<br />

Género: Concho<strong>de</strong>rma Olfers, 1818<br />

170


DESCRIPCIÓN Y DATOS DE INTERÉS DE LA ESPECIE:<br />

CAPÍTULO 4: CIRRIPEDOS<br />

Morfología: Cuerpo divido en pedúnculo y capítulo. El capítulo esta formado por 5 placas<br />

calcáreas casi totalmente reducidas y envueltas en una membrana. Se han observado<br />

comúnmente en grupos <strong>de</strong> unos 10 individuos.<br />

Talla: Se han citado una gran diversidad <strong>de</strong> tallas. Alonso et al. (2010) citaron ejemplares <strong>de</strong><br />

3.5 a 25.8mm <strong>de</strong> talla total en tortugas ver<strong>de</strong>s (Chelonia mydas) <strong>de</strong> Uruguay; Eckert & Eckert<br />

(1987) citaron ejemplares <strong>de</strong> 2.5 a 15.9mm <strong>de</strong> talla capitular en tortuga laúd (Dermochelys<br />

coriacea) en zonas tropicales <strong>de</strong>l Caribe. Por otro lado, se han observado tallas mucho mayores<br />

en ejemplares adheridos a objetos inanimados como los observados en plataformas petrolíferas<br />

<strong>de</strong> aguas <strong>de</strong> Nueva Zelanda, <strong>de</strong> hasta 80mm <strong>de</strong> talla capitular (Foster & Willan, 1979); o los <strong>de</strong><br />

60mm (unos 35mm <strong>de</strong> talla capitular) observados por Beckett (1968) en el Noroeste <strong>de</strong>l<br />

Atlántico (Canadá).<br />

Llegan a la madurez sexual cuando la talla capitular supera los 11mm (MacIntyre, 1966).<br />

Hábitat: Claramente pelágico (Eckert & Eckert, 1987) y generalista ya que se ha observado<br />

viviendo sobre peces, ballenas, tortugas y serpientes marinas, cangrejos, boyas, cables y todo<br />

tipo <strong>de</strong> objetos flotantes (Hastings, 1972). Comensal común <strong>de</strong> ballenas y tortugas.<br />

Reproducción: Son hermafroditas y la maduración <strong>de</strong> ambos sexos, ovarios y testículos, es<br />

simultánea (Patel, 1959; Inatsuchi et al., 2010) y se produce en tan solo 1 o 2 meses (Thiel &<br />

Gutow, 2004). La fertilización es cruzada e interna por medio <strong>de</strong> un pene largo, pudiendo<br />

copular como machos siempre que quieran menos tras la muda, y como hembras durante las<br />

24 horas que siguen a la muda. <strong>Las</strong> puestas son incubadas en masa adheridas a las pared <strong>de</strong>l<br />

manto, y tras una semana aproximadamente se liberan larvas tipo nauplio I, en el momento <strong>de</strong><br />

la muda <strong>de</strong>l adulto. En ese momento los ovarios vuelven a estar preparados <strong>de</strong> nuevo<br />

(Inatsuchi et al., 2010). Presentan varios estadios larvarios, <strong>de</strong> los cuales la última fase es una<br />

larva cipris, que es la encargada <strong>de</strong> seleccionar y adherirse a un sustrato.<br />

Distribución: Distribución cosmopolita, tanto en aguas tropicales como templadas (Stubbings,<br />

1967). En la región oriental <strong>de</strong>l Atlántico Norte, se han observado mayores concentraciones <strong>de</strong><br />

larvas entre 20º-34ºS y entre Canarias y Cabo Ver<strong>de</strong> (15º-30ºN), ambas zonas caracterizadas<br />

por la presencia <strong>de</strong> upwellings (Harper, 1995).<br />

Al igual que Lepas anatifera, es un epibionte muy común citado en todas las especies <strong>de</strong><br />

tortugas marinas. Para la tortuga boba ha sido citado solo en ejemplares juveniles, y solo en la<br />

costa este <strong>de</strong>l Atlántico (Azores, Ma<strong>de</strong>ira, Francia) (Tukey, 1818; Darwin, 1852; Gruvel, 1920;<br />

Frick et al., 2003) y el Mediterráneo (costas <strong>de</strong> España, Francia, Italia y Grecia) (Chevreux & De<br />

Guerne, 1893; Kitsos et al., 2005; Badillo, 2007). Se han observado frecuencias muy diversas<br />

en tortugas <strong>de</strong> una misma zona y tanto en tortugas varadas como capturadas en el mar,<br />

sugiriendo una fuerte estacionalidad <strong>de</strong> esta especie.<br />

Clasificación<br />

taxonómica<br />

2 3<br />

4<br />

5<br />

1<br />

6<br />

7 8 9<br />

Fig. 84 (al dorso): Imágenes <strong>de</strong> ejemplares <strong>de</strong> Concho<strong>de</strong>rma virgatum localizadas sobre las<br />

tortugas Caretta caretta muestreadas. 1. Esquema <strong>de</strong> los ejemplares <strong>de</strong> C. virgatum<br />

muestreados. 2. Larvas cipris <strong>de</strong> C. virgatum. 3. Detalle <strong>de</strong>l capítulo <strong>de</strong>snudo <strong>de</strong> C. virgatum.<br />

4. Ejemplares <strong>de</strong> C. virgatum mezclados con L. anatifera como se recogen <strong>de</strong>l muestreo. 5.<br />

Biometría <strong>de</strong> un ejemplar <strong>de</strong> C. virgatum asentado sobre el balano Platylepas hexastylos. 6.<br />

Grupo <strong>de</strong> ejemplares <strong>de</strong> C. virgatum adheridos al plastrón <strong>de</strong> la tortuga. 7. Tortuga con la<br />

cabeza, cara y aletas colonizadas por C. virgatum. 8. Detalle <strong>de</strong>l agrupamiento <strong>de</strong> C. virgatum<br />

colonizando el plastrón <strong>de</strong> la tortuga (mostrada en 9). 9. Tortuga colonizada por un gran<br />

racimo <strong>de</strong> ejemplares <strong>de</strong> C. virgatum.<br />

171


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

172<br />

ADULTOS LARVAS<br />

Fig. 85: Gráfico <strong>de</strong> frecuencias <strong>de</strong> presencia/ausencia <strong>de</strong> adultos y larvas Concho<strong>de</strong>rma virgatum en las<br />

tortugas Caretta caretta muestreadas, en función <strong>de</strong> las diferentes variables <strong>de</strong> estudio. La presencia se<br />

subdivi<strong>de</strong> en función <strong>de</strong> las cantida<strong>de</strong>s observadas por tortuga.


CAPÍTULO 4: CIRRIPEDOS<br />

A pesar <strong>de</strong> ser un cirrípedo frecuente como epibionte <strong>de</strong> otros animales y sobretodo <strong>de</strong> objetos<br />

flotantes, solo se observó en el 17.2% <strong>de</strong> los ejemplares <strong>de</strong> tortuga boba muestreados para este<br />

estudio en las islas Canarias.<br />

La mayor parte <strong>de</strong> las especies epibiontes estudiadas en este trabajo no han mostrado variaciones<br />

anuales, pero C. virgatum tiene una marcada diferencia, ya que en el año 2003 (adultos 23.08%;<br />

larvas 15.38%) su frecuencia prácticamente duplicó la <strong>de</strong> los años 2002 (adultos, 14.04%; larvas,<br />

8.77%) y 2004 (adultos 13.79%; larvas: 8.62%).<br />

Según la época <strong>de</strong>l año, las frecuencias fueron bastante irregulares, tanto para adulos como para<br />

larvas, aunque <strong>de</strong>stacan las mayores frecuencias en el mes <strong>de</strong> julio y la ausencia total <strong>de</strong> este<br />

epibionte en los meses <strong>de</strong> noviembre y diciembre.<br />

Ninguna <strong>de</strong> las tortugas muestreadas proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> Lanzarote presentó esta especie; las proce<strong>de</strong>ntes<br />

<strong>de</strong> Tenerife, La Palma y el Hierro nunca presentaron larvas; y el 50% <strong>de</strong> las tortugas localizadas en la<br />

Gomera presentaban adultos y larvas, siendo la frecuencia mas alta para todo el archipiélago.<br />

Por otro lado, se observa un aumento en las frecuencias <strong>de</strong> C. virgatum en función <strong>de</strong> la zona <strong>de</strong> la<br />

isla en la que se localizó a las tortugas, aumentando progresivamente <strong>de</strong> norte a este, a sur y a oeste,<br />

pasando <strong>de</strong> un 7.14% y 2.38% en adultos y larvas localizados en la costa norte, hasta un 25% y<br />

18.75% <strong>de</strong> adultos y larvas <strong>de</strong> las tortugas ingresadas en la costa oeste <strong>de</strong> las islas.<br />

Resulta muy interesante que esta especie se localizó con mayor frecuencia en los ejemplares mas<br />

pequeños, <strong>de</strong> menos <strong>de</strong> 30cm <strong>de</strong> longitud <strong>de</strong> caparazón (LCCmin), mientras que ninguna tortuga<br />

mayor <strong>de</strong> 60cm presentaba esta especie como epibionte (aun mas, ninguna mayor <strong>de</strong> 55cm<br />

presentaba larvas).<br />

Por último, <strong>de</strong>stacar que se observó principalmente en tortugas sanas (adultos en el 42.11% y <strong>de</strong><br />

larvas en el 36.84% <strong>de</strong> las tortugas sanas), disminuyendo enormemente al aumentar la gravedad <strong>de</strong><br />

las lesiones.<br />

Por lo general, las cantida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> biomasa localizadas sobre una misma tortuga no fueron muy<br />

abundantes, observándose principalmente en escasa o poca cantidad, sobretodo en el caso <strong>de</strong> las<br />

larvas, en el que en ninguna tortuga se observó una biomasa realmente abundante. Por lo general se<br />

presento en agrupaciones <strong>de</strong> unos 10-20 individuos adheridas al plastrón o a la piel <strong>de</strong>l cuello y<br />

aletas, adherido a balanos epibiontes como Platylepas hexastilos, o, por último, entremezclado con<br />

ejemplares <strong>de</strong> Lepas anatifera (ver ejemplos en Fig. 84).<br />

173


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

Fig. 86. Gráfico <strong>de</strong> frecuencias <strong>de</strong> las tallas máximas <strong>de</strong><br />

C. virgatum observadas por tortuga, en los ejemplares <strong>de</strong><br />

C. caretta muestreados, en función <strong>de</strong> las distintas<br />

variables <strong>de</strong> estudio.<br />

174<br />

Al igual que el cirrípedo Lepas anatifera, la<br />

mayoría <strong>de</strong> ejemplares presentaban un<br />

pedúnculo realmente reducido (<strong>de</strong> 2 a 5mm<br />

aprox.), por lo que en este trabajo siempre<br />

nos referiremos a la talla capitular.<br />

Al igual que en otros trabajos sobre C.<br />

virgatum epibionte <strong>de</strong> tortugas marinas, las<br />

tallas <strong>de</strong> los ejemplares localizados en<br />

juveniles <strong>de</strong> tortuga boba <strong>de</strong> las islas<br />

Canarias fueron bastante reducidas en<br />

comparación con los ejemplares localizados<br />

en objetos flotantes. La talla media <strong>de</strong> los<br />

ejemplares observados fue <strong>de</strong> 7.26mm ±<br />

4.54mm, aunque se presentaron ejemplares<br />

<strong>de</strong> entre 1mm y 34.6mm.<br />

La mayoría <strong>de</strong> las tortugas que presentaron<br />

esta especie (75%) portaban ejemplares <strong>de</strong><br />

entre 1 y 10mm <strong>de</strong> talla capitular.<br />

<strong>Las</strong> tortugas que ingresaron en el mes <strong>de</strong><br />

enero portaban ejemplares muy pequeños<br />

(


Fig. 87: Gráfico <strong>de</strong> frecuencias <strong>de</strong> los distintos estadios <strong>de</strong><br />

C. virgatum localizados sobre las tortugas C. caretta<br />

muestreadas, en función <strong>de</strong> diferentes variables <strong>de</strong><br />

estudio.<br />

CAPÍTULO 4: CIRRIPEDOS<br />

La mayoría <strong>de</strong> las tortugas muestreadas<br />

presentaba simultáneamente ejemplares <strong>de</strong> C.<br />

virgatum en diferentes estadios, por ejemplo,<br />

en muchas ocasiones en la zona <strong>de</strong> fijación <strong>de</strong><br />

ejemplares juveniles o adultos se localizaban<br />

larvas cipris recién fijadas.<br />

El gráfico adjunto muestra el porcentaje <strong>de</strong><br />

tortugas que presentaban cada estadio (<strong>de</strong>l<br />

total <strong>de</strong> tortugas que presentaron la especie)<br />

in<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong> si existían ejemplares<br />

en otros estadios en la misma tortuga o no.<br />

Según la bibliografía, la madurez sexual <strong>de</strong> C.<br />

virgatum se alcanza al sobrepasar los 11mm<br />

<strong>de</strong> talla capitular, pero para este estudio, y<br />

por las diferencias <strong>de</strong> talla observadas para la<br />

especie, se consi<strong>de</strong>raron adultos, ejemplares<br />

<strong>de</strong> mas <strong>de</strong> 10mm <strong>de</strong> talla capitular.<br />

Los datos mas relevantes para cada uno <strong>de</strong><br />

los estadios se <strong>de</strong>tallan a continuación:<br />

Solo se encontraron ejemplares con puestas<br />

<strong>de</strong> huevos en tortugas ingresadas en los<br />

meses <strong>de</strong> julio y agosto, sanas, <strong>de</strong> pequeño<br />

tamaño (


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

Platylepas hexastylos Fabricius, 1798<br />

Phylum: Arthropoda<br />

Superclase: Crustacea Brünnich, 1772<br />

Clase: Maxilopoda Dahl, 1956<br />

Infraclase: Cirripedia Burmeister, 1834<br />

Superor<strong>de</strong>n: Thoracica Darwin, 1854<br />

Or<strong>de</strong>n: Sessilia Lamark, 1818<br />

Subor<strong>de</strong>n: Balanomorpha Pilsbry, 1916<br />

Superfam.: Coronuloi<strong>de</strong>a Leach, 1817<br />

Fam.: Platylepadidae Newman & Ross,1976<br />

Género: Platylepas Gray, 1825<br />

176


DESCRIPCIÓN Y DATOS DE INTERÉS DE LA ESPECIE:<br />

CAPÍTULO 4: CIRRIPEDOS<br />

Morfología: Cirrípedo sésil con 6 placas calcáreas que envuelven el cuerpo <strong>de</strong>l animal. Forma<br />

ovalada o circular. <strong>Las</strong> placas <strong>de</strong>l opérculo no ocluyen completamente el orificio. Rostro con<br />

radios y siempre fundido con los laterales.<br />

Color: Blanco amarillento con tonalida<strong>de</strong>s marrones.<br />

Talla: Presenta diferencias <strong>de</strong> talla en función <strong>de</strong>l hospedador sobre el que se aloja. En<br />

manatíes <strong>de</strong> Florida tiene un diámetro <strong>de</strong> 9.7mm; en manatíes <strong>de</strong> Puerto Rico, 3.89mm; en<br />

tortuga Carey (Eretmochelys imbricata) <strong>de</strong> Puerto Rico, 4.13mm; y en tortuga ver<strong>de</strong> (Chelonia<br />

mydas) <strong>de</strong> Puerto Rico, 3.93mm (Cintron-<strong>de</strong> Jesús, 2001).<br />

Hábitat: Los balanos <strong>de</strong>l género Platylepas viven asociados a manatíes, dugongos y a<br />

serpientes y tortugas marinas (Pilsbry, 1916). La esperanza <strong>de</strong> vida <strong>de</strong> estos balanos está<br />

directamente relacionada con la frecuencia <strong>de</strong> muda <strong>de</strong>l hospedador sobre el que viven, siendo<br />

mucho mas frecuente en las serpientes marinas que en las tortugas y dugongos (Barnes,<br />

2001). Aparentemente prefieren las costas poco expuestas (Cintrón-<strong>de</strong> Jesús, 2001).<br />

Se incrustan parcialmente en su hospedador (ERC, 2007), aunque lo hacen mas profundamente<br />

que otros balanos, pudiendo llegar a causar lesiones profundas en las zonas mas blandas <strong>de</strong>l<br />

basibionte (Bugoni, et al. 2001). Se adhiere principalmente a la piel (cuello, axilas y zona<br />

inguinal) <strong>de</strong> la tortuga, aunque se ha observado con bastante frecuencia en caparazón y aletas,<br />

y en menos ocasiones en cabeza y plastrón (ERC, 2007).<br />

Reproducción: Platylepas hexastylos madura con una talla aproximada <strong>de</strong> 6mm <strong>de</strong> diámetro. La<br />

época <strong>de</strong> puestas es <strong>de</strong> Mayo a Julio, y la producción <strong>de</strong> huevos es probablemente continua<br />

durante esos meses, generando 1 o varias puestas <strong>de</strong> entre 1.470 y 3.100 huevos (con<br />

extremos <strong>de</strong> 6.500 huevos o <strong>de</strong> 20-100 huevos solamente), <strong>de</strong> 120micras <strong>de</strong> tamaño (Zann &<br />

Harker, 1978).<br />

Distribución: Ampliamente distribuida en mares tropicales y templado-cálidos <strong>de</strong>l planeta<br />

(Cintrón-<strong>de</strong> Jesús, 2001).<br />

Platylepas hexastylos ha sido citada como epibionte <strong>de</strong> todas las especies <strong>de</strong> tortugas marinas,<br />

tanto en el Atlántico como en el Pacífico y el Índico (ver tabla específica para este género en<br />

Anexo XX Fig. XX). Como epibionte <strong>de</strong> tortuga boba se ha observado principalmente en<br />

individuos juveniles <strong>de</strong>l Atlántico (Castillo, 2002) y Mediterráneo (Chevreux & De Guerne, 1893;<br />

Kitsos et al., 2005 y Badillo, 2007).<br />

Un dato interesante es que en el año 2001 se observó una invasión masiva <strong>de</strong> P. hexastylos en<br />

ejemplares juveniles <strong>de</strong> Caretta caretta en las costas andaluzas (Castillo, 2002).<br />

Clasificación<br />

taxonómica<br />

2<br />

3 8<br />

4<br />

5<br />

6 7<br />

1<br />

9<br />

10<br />

11<br />

12<br />

13<br />

Fig. 88 (al dorso): Imágenes <strong>de</strong> ejemplares <strong>de</strong> Platylepas hexastylos localizadas sobre las<br />

tortugas Caretta caretta muestreadas. 1. Esquema <strong>de</strong> los ejemplares <strong>de</strong> P. hexastylos<br />

muestreados. 2. Detalle <strong>de</strong> la base <strong>de</strong> un ejemplar <strong>de</strong> P. hexastylos. 3. Biometría <strong>de</strong> un<br />

ejemplar <strong>de</strong> P. hexastylos. 4- 5- 6- 7. Diversos ejemplares <strong>de</strong> P. hexastylos. 8. Ejemplares <strong>de</strong><br />

P. hexastylos asentados sobre el plastrón <strong>de</strong> una tortuga. 9. Marcas <strong>de</strong> anclaje <strong>de</strong> un ejemplar<br />

<strong>de</strong> P. hexastylos sobre la piel <strong>de</strong> la aleta trasera <strong>de</strong> una tortuga. 1<strong>0.</strong> Grupo <strong>de</strong> ejemplares <strong>de</strong><br />

P. hexastylos localizados sobre una misma tortuga. 11. Marcas <strong>de</strong> anclaje <strong>de</strong> un ejemplar <strong>de</strong><br />

P. hexastylos perforando parte <strong>de</strong>l plastrón <strong>de</strong> una tortuga. 12. Tortuga colonizada por<br />

abundantes ejemplares <strong>de</strong> P. hexastylos. 13. Ejemplares <strong>de</strong> P. hexastylos adheridos a la piel<br />

<strong>de</strong> la región caudal <strong>de</strong> una tortuga.<br />

177


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

Fig. 89: Gráfico <strong>de</strong> frecuencias <strong>de</strong> presencia/ausencia <strong>de</strong><br />

P. hexastylos en tortugas Caretta caretta muestreadas, en<br />

función <strong>de</strong> las diferentes variables <strong>de</strong> estudio. La<br />

presencia se subdivi<strong>de</strong> en función <strong>de</strong> las cantida<strong>de</strong>s<br />

observadas por tortuga.<br />

178<br />

El balano Platylepas hexastylos se localizó en<br />

el 1<strong>0.</strong>1% <strong>de</strong> las tortugas muestreadas. La<br />

mayor parte <strong>de</strong> estas tortugas (7.19%)<br />

presentaban un solo ejemplar sobre su<br />

caparazón, un pequeño grupo portaba 2<br />

individuos (2.40%), y tan solo una tortuga<br />

tenía mas <strong>de</strong> 5 ejemplares simultáneamente<br />

sobre su caparazón.<br />

P. hexastylos, al igual que C. virgatum, fue<br />

una <strong>de</strong> las pocas especies que mostró una<br />

variación anual importante, ya que en los<br />

años 2002 y 2004 presentó frecuencias<br />

bastante similares (14.04% y 12.07%), pero<br />

en el 2003 su frecuencia fue realmente baja<br />

(3.85%).<br />

A lo largo <strong>de</strong>l año, el mes <strong>de</strong> julio presentó la<br />

mayor frecuencia (20%) y abundancia,<br />

observándose un aumento progresivo <strong>de</strong> las<br />

frecuencias <strong>de</strong>s<strong>de</strong> marzo hasta julio. El resto<br />

<strong>de</strong> los meses fluctuó irregularmente, pasando<br />

<strong>de</strong> la ausencia total en los meses <strong>de</strong> enero,<br />

agosto, octubre y noviembre, a un 20% <strong>de</strong><br />

frecuencia en diciembre.<br />

P. hexastylos se observó en mayor frecuencia<br />

en las tortugas localizadas en las islas <strong>de</strong><br />

Tenerife (33.33%) y La Palma (25%), aunque<br />

las mayores cantida<strong>de</strong>s se dieron en las<br />

tortugas localizadas en Fuerteventura y Gran<br />

Canaria.<br />

<strong>Las</strong> tortugas que se localizaron en el sur <strong>de</strong><br />

las islas presentaron con mas frecuencia P.<br />

hexastylos que las localizadas en otras zonas.<br />

Un dato realmente curioso es que las tortugas<br />

mas pequeñas (25-30cm <strong>de</strong> LCCmin) y las mas<br />

gran<strong>de</strong>s (60-65cm <strong>de</strong> LCCmin), presentaron las<br />

mayores frecuencias <strong>de</strong> esta especie (42.86%<br />

para las pequeñas y 40% para las gran<strong>de</strong>s).<br />

<strong>Las</strong> mayores cantida<strong>de</strong>s se observaron en las<br />

tortugas pequeñas (>30cm <strong>de</strong> LCCmin) y en<br />

las <strong>de</strong> 50-55cm <strong>de</strong> LCCmin.<br />

P. hexastylos presenta una clara preferencia<br />

por las tortugas sanas (18.18%), con mas<br />

movilidad y actividad, que por las tortugas<br />

con lesiones <strong>de</strong> gravedad, con un marcado<br />

<strong>de</strong>scenso <strong>de</strong> la frecuencia conforme aumenta<br />

la gravedad <strong>de</strong> las lesiones.


Fig. 9<strong>0.</strong> Gráfico <strong>de</strong> frecuencias <strong>de</strong> las tallas máximas <strong>de</strong> P.<br />

hexastylos observadas por tortuga, en los ejemplares <strong>de</strong><br />

C. caretta muestreados, en función <strong>de</strong> las distintas<br />

variables <strong>de</strong> estudio.<br />

CAPÍTULO 4: CIRRIPEDOS<br />

Los ejemplares <strong>de</strong> P. hexastylos observados<br />

sobre las tortugas Caretta caretta <strong>de</strong> Canarias<br />

presentan tallas superiores a las <strong>de</strong>scritas<br />

como epibiontes <strong>de</strong> otras especies <strong>de</strong> tortugas<br />

marinas como la tortuga Carey (Eretmochelys<br />

imbricata), o la ver<strong>de</strong> (Chelonia mydas).<br />

La talla media observada para esta especie<br />

fue <strong>de</strong> 8.59mm (SD = 5.16) <strong>de</strong> diámetro, con<br />

un amplio rango <strong>de</strong> tallas que varió <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

una talla mínima <strong>de</strong> 1.3mm a una máxima <strong>de</strong><br />

26.8mm. El 41.18% <strong>de</strong> las tortugas que<br />

presentaban esta especie tenían individuos <strong>de</strong><br />

entre 2 y 6mm <strong>de</strong> diámetro (juveniles); otro<br />

41.18% portaban individuos <strong>de</strong> 6 a 10mm; el<br />

11.76% ejemplares <strong>de</strong> 10 a 15mm; y solo 1<br />

tortuga presentaba P. hexastylos <strong>de</strong> mas <strong>de</strong><br />

20mm <strong>de</strong> diámetro.<br />

<strong>Las</strong> tallas mas gran<strong>de</strong>s se localizaron en una<br />

tortuga <strong>de</strong> 56cm <strong>de</strong> LCCmin, que ingresó en el<br />

mes <strong>de</strong> julio, en la costa este <strong>de</strong> la isla <strong>de</strong><br />

Gran Canaria, aunque este dato es muy poco<br />

relevante porque se trata <strong>de</strong> una sola tortuga.<br />

<strong>Las</strong> tortugas que ingresaron en los meses <strong>de</strong><br />

mayo y diciembre, presentaban ejemplares <strong>de</strong><br />

talla inferior a 6mm, al igual que las tortugas<br />

localizadas en la isla <strong>de</strong> La Palma.<br />

179


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

Fig. 91: Gráfico <strong>de</strong> frecuencias <strong>de</strong> los distintos estadios <strong>de</strong><br />

P. hexastylos localizados sobre las tortugas C. caretta<br />

muestreadas, en función <strong>de</strong> diferentes variables <strong>de</strong><br />

estudio.<br />

180<br />

Ninguna <strong>de</strong> las tortugas muestreadas presentaba<br />

larvas cipris <strong>de</strong> P. hexastylos, por los que<br />

los únicos estadios observados fueron el <strong>de</strong><br />

juvenil y el <strong>de</strong> adulto.<br />

La mayor parte <strong>de</strong> las tortugas que tenían P.<br />

hexastylos como epibionte presentaban solo 1<br />

individuo <strong>de</strong> sobre su caparazón, aunque el<br />

29.41% portaba 2 o mas individuos. De estas,<br />

solo 2 tortugas portaban simultáneamente<br />

ejemplares en distintos estadios.<br />

Según los datos obtenidos, fueron mas<br />

frecuentes las tortugas que presentaban<br />

ejemplares adultos (64.71%) que las que<br />

portaban individuos juveniles (41.18%).<br />

<strong>Las</strong> tortugas que se localizaron en los meses<br />

<strong>de</strong> febrero, marzo y julio solo portaban<br />

individuos adultos, mientras que las que<br />

ingresaron en mayo y diciembre solo portaban<br />

juveniles.<br />

Todas las tortugas que se localizaron en<br />

Fuerteventura presentaban adultos <strong>de</strong> P.<br />

hexastylos, mientras que en las tortugas<br />

proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> las <strong>de</strong>más islas, las<br />

proporciones <strong>de</strong> adultos y juveniles fueron<br />

bastante similares.<br />

Según la talla <strong>de</strong> las tortugas, aquellas <strong>de</strong><br />

menos <strong>de</strong> 25cm, <strong>de</strong> 45-50cm o las <strong>de</strong> 50-<br />

55cm <strong>de</strong> LCCmin, solo presentaron ejemplares<br />

adultos, mientras que las <strong>de</strong> 30-35cm <strong>de</strong><br />

LCCmin, solo portaban juveniles. <strong>Las</strong> tortugas<br />

<strong>de</strong> las <strong>de</strong>más tallas presentaron proporciones<br />

bastante similares <strong>de</strong> ambos estadios.<br />

Estos datos sugieren una fuerte irregularidad<br />

en la estacionalidad <strong>de</strong>l ciclo reproductivo <strong>de</strong><br />

P. hexastylos al vivir como epibionte <strong>de</strong> las<br />

tortugas Caretta caretta <strong>de</strong> Canarias.


3.2. – ANALISIS CONJUNTO<br />

CAPÍTULO 4: CIRRIPEDOS<br />

De las 3 especies <strong>de</strong> cirrípedos epibiontes <strong>de</strong> las tortugas Caretta caretta <strong>de</strong> Canarias, las dos especies<br />

<strong>de</strong> pedunculados (L. anatifera y C. virgatum) se presentaron siempre en agrupaciones, mientras que<br />

el único balano, P. hexastylus, se observó en la mayor parte <strong>de</strong> los casos solitario o por pares sobre<br />

una misma tortuga, ya que en una sola tortuga <strong>de</strong>l estudio se observó en grupo.<br />

Según los datos <strong>de</strong>l gráfico <strong>de</strong> la figura 92, las dos especies <strong>de</strong> pedúnculados, L. anatifera y C.<br />

virgatum, se presentaron con mayor frecuencia en grupos <strong>de</strong> entre 10 y 20 individuos por tortuga,<br />

tanto para adultos (42.5% y 8.38%), como para larvas (32.9% y 4.19%). Sin embargo, L. anatifera<br />

pudo observarse en grupos mas numerosos a lo largo <strong>de</strong>l estudio, (aproximadamente el 25% <strong>de</strong> las<br />

tortugas muestreadas presentaban <strong>de</strong> 20 a 50 individuos <strong>de</strong> esta especie por tortuga), mientras que<br />

las tortugas que presentaron mas <strong>de</strong> 20 individuos <strong>de</strong> C. virgatum fueron realmente escasas (1.8%).<br />

Fig. 92. Porcentaje <strong>de</strong><br />

tortugas que portaban<br />

un numero <strong>de</strong>terminado<br />

<strong>de</strong> ejemplares <strong>de</strong> cada<br />

una <strong>de</strong> las 3 especies <strong>de</strong><br />

cirrípedos epibiontes <strong>de</strong><br />

tortugas Caretta caretta<br />

localizadas en Canarias.<br />

Por consiguiente, L. anatifera forma agrupaciones mas numerosas sobre los caparazones <strong>de</strong> tortuga<br />

boba que C. virgatum, que forma grupos generalmente <strong>de</strong> máximo 20 individuos.<br />

En el caso <strong>de</strong> las larvas cipris <strong>de</strong> ambas especies, se observa como las agrupaciones <strong>de</strong> menos <strong>de</strong> 10<br />

individuos son mas numerosas que las <strong>de</strong> adultos, siendo mayor el número <strong>de</strong> tortugas que portaban<br />

menos <strong>de</strong> 10 larvas cipris que las que portaban <strong>de</strong> 10 a 20 larvas en el caso <strong>de</strong> C. virgatum, mientras<br />

que para L. anatifera, las tortugas que portaban menos <strong>de</strong> 10 larvas cipris fue mayor que las que<br />

portaban <strong>de</strong> 1 a 10 individuos adultos.<br />

Otro punto importante a tener en cuenta es que los ejemplares <strong>de</strong> L. anatifera se observaron en la<br />

mayor parte <strong>de</strong> los casos adheridos a los escudos <strong>de</strong>l caparazón <strong>de</strong> las tortugas, mientras que C.<br />

virgatum y P. hexastylos tienen una clara preferencia por la parte ventral <strong>de</strong>l animal, localizándose<br />

con mayor frecuencia en el plastrón, para ambas especies, y en la piel <strong>de</strong>l cuello y aletas para el caso<br />

<strong>de</strong> C. virgatum.<br />

181


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

A)<br />

B)<br />

C)<br />

D)<br />

182<br />

Fig. 93. Frecuencias <strong>de</strong> las 3<br />

especies <strong>de</strong> cirrípedos epibiontes<br />

<strong>de</strong> tortugas C. caretta <strong>de</strong> canarias<br />

en función <strong>de</strong> las variables <strong>de</strong><br />

estudio:<br />

A) Año <strong>de</strong> muestreo.<br />

B) Isla en la que se localizó la<br />

tortuga.<br />

C) Punto cardinal <strong>de</strong> la isla en el<br />

que se localizó la tortuga.<br />

D) Gravedad <strong>de</strong> las lesiones que<br />

presentaban las tortugas.


VARIACIÓN ANUAL (Fig. 93.A)<br />

CAPÍTULO 4: CIRRIPEDOS<br />

Se aprecia una clara homogeneidad en las frecuencias anuales <strong>de</strong> las tres especies <strong>de</strong> cirrípedos<br />

epibiontes a lo largo <strong>de</strong> los 3 años <strong>de</strong>l estudio, lo que <strong>de</strong>muestra que no se trata <strong>de</strong> especies<br />

ocasionales o puntuales, sino mas bien, especies comunes o frecuentes en el tiempo, o mejor dicho,<br />

que la relación entre la tortuga boba que circunda las aguas <strong>de</strong>l archipiélago Canario y estas 3<br />

especies, es regular y constante a lo largo <strong>de</strong>l tiempo.<br />

Concho<strong>de</strong>rma virgatum presentó una frecuencia mas elevada en el año 2003, mientras que justo en<br />

este mismo año, Platylepas hexastylos mostró un <strong>de</strong>scenso <strong>de</strong> su frecuencia. El hecho <strong>de</strong> que estas<br />

dos especies tuvieran una variación fuerte en el mismo año, sugiere que en el año 2003 pudo<br />

producirse una variación en un factor ambiental que afectó a ambas especies, aunque <strong>de</strong> formas<br />

contrarias.<br />

VARIACIÓN GEOGRÁFICA (Fig. 93.B y C)<br />

Lepas anatifera presenta una distribución homogénea en las tortugas que frecuentan todas las islas<br />

<strong>de</strong>l archipiélago. En las islas <strong>de</strong> Gran Canaria y Tenerife, se aprecia una pequeña disminución <strong>de</strong> la<br />

frecuencia, <strong>de</strong>bida seguramente a que <strong>de</strong> estas islas ingresaron el mayor número <strong>de</strong> tortugas, y por<br />

consiguiente, presentaron la mayor diversidad <strong>de</strong> casos distintos.<br />

Por el contrario, Concho<strong>de</strong>rma virgatum presenta una ten<strong>de</strong>ncia a ser mas abundante en las tortugas<br />

que frecuentan las islas mas occi<strong>de</strong>ntales, ya que está presente en las cuatro, con una<br />

sorpren<strong>de</strong>ntemente elevada frecuencia en las tortugas localizadas en la isla <strong>de</strong> La Gomera.<br />

Platylepas hexastylos solo se localizó en tortugas <strong>de</strong> 3 <strong>de</strong> las islas <strong>de</strong>l archipiélago, Fuerteventura,<br />

Gran Canaria y La Palma, siendo esta última la que presenta una mayor frecuencia.<br />

Con respecto al punto geográfico en el que se localizó a las tortugas muestreadas, la figura 93.C<br />

muestra claramente como L. anatifera presenta una preferencia por las costas mas expuestas e<br />

hidrodinámicas <strong>de</strong> las islas, las costas norte y este, mientras que las otras dos especies, C. virgatum y<br />

P. hexastylos, son mas propensas a frecuentar las tortugas que circundan las áreas mas protegidas o<br />

calmadas, como las costas sur y oeste <strong>de</strong> las islas.<br />

VARIACIÓN EN FUNCIÓN DE LA GRAVEDAD DE LAS LESIONES (Fig. 93.D)<br />

Según la figura 93.D, L. anatifera, a pesar <strong>de</strong> estar presente en casi todas las tortugas<br />

in<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong> la gravedad <strong>de</strong> sus lesiones, parece tener una ten<strong>de</strong>ncia a aumentar su<br />

frecuencia al aumentar la gravedad <strong>de</strong> las lesiones que presenta la tortuga. Por el contrario, C.<br />

virgatum tiene una clara preferencia por las tortugas sanas (40% aprox.), que por aquellas que<br />

presentan lesiones <strong>de</strong> mayor o menor gravedad (menos <strong>de</strong>l 20%).<br />

P. hexastylos varió muy poco sus frecuencias en función <strong>de</strong> la gravedad <strong>de</strong> las lesiones <strong>de</strong> las<br />

tortugas, pero parece que hay una ligera ten<strong>de</strong>ncia a preferir las tortugas sanas que aquellas que<br />

presentan heridas o lesiones.<br />

183


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

ESTACIONALIDAD (Fig. 94)<br />

Según la frecuencia general <strong>de</strong> las tres especies <strong>de</strong> cirrípedos, C. virgatum es la única que muestra<br />

una estacionalidad mas marcada, estando totalmente ausente en las tortugas localizadas en canarias<br />

en los meses <strong>de</strong> noviembre y diciembre, mientras que su frecuencia mas alta se producen en los<br />

meses cálidos para el archipiélago (<strong>de</strong> julio a octubre). A<strong>de</strong>más, esta especie presentó un aumento<br />

escalonado a lo largo <strong>de</strong>l año, presentando picos <strong>de</strong> abundancia cada 3 meses (enero, abril, julio y<br />

octubre) (flechas grises <strong>de</strong> la Fig. 94), seguidos <strong>de</strong> un pequeño <strong>de</strong>scenso, que fueron aumentando en<br />

ese mismo or<strong>de</strong>n hasta llegar a presentarse en el 40% <strong>de</strong> las tortugas ingresadas en el mes <strong>de</strong><br />

octubre, tras el cual <strong>de</strong>saparece por completo.<br />

Por el contrario, L. anatifera no presentó ninguna estacionalidad clara, solo que en los meses fríos <strong>de</strong><br />

invierno (diciembre a febrero) presento menor estabilidad, con fluctuaciones mas marcadas y la<br />

frecuencia mas baja en el mes <strong>de</strong> febrero (75%). Mientras, P. hexastylos fue el mas irregular, con<br />

ausencia total en meses dispares (enero, agosto, octubre y noviembre) y picos irregulares en<br />

diciembre, julio y septiembre (cerca <strong>de</strong>l 20%).<br />

No obstante, si observamos las variaciones <strong>de</strong> los distintos estadios <strong>de</strong> cada una <strong>de</strong> las especies <strong>de</strong><br />

cirrípedos (Fig. 95), se aprecia una mayor estacionalidad para las tres especies, sobretodo en la época<br />

<strong>de</strong> puesta <strong>de</strong> huevos <strong>de</strong> los cirrípedos pedunculados, L. anatifera y C. virgatum, que como se observa<br />

en el gráfico A <strong>de</strong> la figura 95, está totalmente restringida a los meses <strong>de</strong> verano, centrada en el mes<br />

<strong>de</strong> julio para ambas especies e incluyendo el mes <strong>de</strong> agosto para C. virgatum.<br />

La colonización por larvas cipris <strong>de</strong> L. anatifera es bastante irregular <strong>de</strong> noviembre a marzo, con un<br />

fuerte <strong>de</strong>scenso en febrero (62.5%), pero bastante constante <strong>de</strong> abril a octubre (80 - 87.5%) con un<br />

pequeño pico en el mes <strong>de</strong> julio (95%); por otro lado las larvas cipris <strong>de</strong> C. virgatum son inexistentes<br />

en los meses fríos <strong>de</strong> noviembre a enero, mientras que en los meses <strong>de</strong> primavera y verano va<br />

aumentando progresivamente hasta presentar las frecuencias mas altas en julio y octubre (20% cada<br />

uno).<br />

Los estadios juveniles <strong>de</strong> las dos especies <strong>de</strong> pedunculados presentaron frecuencias muy similares a<br />

las <strong>de</strong> sus respectivas larvas, con la diferencia <strong>de</strong> que L. anatifera fue menos estable, con<br />

fluctuaciones mas fuertes y un <strong>de</strong>scenso mas marcado <strong>de</strong> la frecuencia en febrero (50%) y valores<br />

mas bajos en invierno (noviembre 66.67%); y C. virgatum, que se observó en el mes <strong>de</strong> enero<br />

(12.5%) pero no en el <strong>de</strong> febrero (0%) y con una frecuencia en el mes <strong>de</strong> octubre mucho mas alta<br />

(40%).<br />

184<br />

Fig. 94. Porcentaje <strong>de</strong> tortugas que presentaron las distintas especies <strong>de</strong> cirrípedos epibiontes (en<br />

cualquiera <strong>de</strong> sus estadios), en función <strong>de</strong> los meses y las estaciones <strong>de</strong>l año. (Línea azul = Lepas<br />

anatifera. Línea roja = Concho<strong>de</strong>rma virgatum. Línea amarilla = Platylepas hexastylos). <strong>Las</strong> flechas<br />

grises marcan los picos <strong>de</strong> abundancia <strong>de</strong> C. virgatum.


Fig. 95. Porcentaje <strong>de</strong> tortugas que presentaron cada uno<br />

<strong>de</strong> los estadios <strong>de</strong> las especies <strong>de</strong> cirrípedos epibiontes<br />

observadas, por meses y estaciones <strong>de</strong>l año. A) Puestas <strong>de</strong><br />

huevos; B) Crías; C) Juveniles; D) Adultos. (Talla mínima <strong>de</strong><br />

Adultos: 15mm en L. anatifera, 10mm en C. virgatum, y 6mm en P.<br />

hexastylos).<br />

CAPÍTULO 4: CIRRIPEDOS<br />

Los ejemplares juveniles <strong>de</strong> P. hexastylos<br />

presentaron la misma irregularidad que la<br />

frecuencia general (Fig. XX), con meses <strong>de</strong><br />

ausencia total alternados con pequeñas<br />

frecuencias, en el que las mas altas se<br />

produjeron en las tortugas ingresadas en los<br />

meses <strong>de</strong> diciembre (20%), mayo (12.5%),<br />

junio (1<strong>0.</strong>53%) y septiembre (9.52%).<br />

Los ejemplares adultos fueron realmente<br />

mucho mas escasos que los estadios <strong>de</strong><br />

larva cipris y <strong>de</strong> juveniles. A<strong>de</strong>más, las<br />

frecuencias <strong>de</strong> ejemplares adultos <strong>de</strong> L.<br />

anatifera presentaron una fuerte estabilidad<br />

<strong>de</strong> febrero a octubre (entre 20% y 27.59%)<br />

con un pequeño pico en el mes <strong>de</strong> julio<br />

(30%), mientras que las frecuencias <strong>de</strong> los<br />

meses <strong>de</strong> finales <strong>de</strong> otoño e invierno<br />

fluctuaron fuertemente pasando <strong>de</strong> 0% en<br />

noviembre a 40% en diciembre.<br />

Por el contrario, los ejemplares adultos <strong>de</strong><br />

C. virgatum mostraron una curva similar a la<br />

ten<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> las frecuencias generales <strong>de</strong> la<br />

especie, con la ausencia total en las tortugas<br />

ingresadas <strong>de</strong> noviembre a febrero, seguido<br />

<strong>de</strong> un aumento progresivo, con picos cada 3<br />

meses y en don<strong>de</strong> las frecuencias mas altas<br />

se observaron en las tortugas ingresadas en<br />

julio (25%) y en octubre (20%).<br />

En el caso <strong>de</strong> P. hexastylos, sus estadios<br />

adultos también mostraron una fuerte<br />

irregularidad, aunque en este caso queda<br />

mas patente su preferencia por los meses<br />

<strong>de</strong> primavera y verano, ya que no se<br />

observó ningún ejemplar <strong>de</strong> esta especie <strong>de</strong><br />

octubre a febrero y su mayor abundancia se<br />

localizó en las tortugas que ingresaron en el<br />

mes <strong>de</strong> julio (20%).<br />

En resumen, queda patente que las tres<br />

especies <strong>de</strong> cirrípedos presentan una mayor<br />

frecuencia en las tortugas ingresadas en los<br />

meses calidos <strong>de</strong> primavera y verano, con<br />

especial hincapié en el mes <strong>de</strong> julio, siendo<br />

este, a<strong>de</strong>más, el único mes en el que se<br />

observaron puestas <strong>de</strong> huevos.<br />

185


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

VARIACIÓN EN FUNCIÓN DE LA TALLA Y ESTADIOS DE LAS TORTUGAS (Fig. 96)<br />

<strong>Las</strong> tres especies <strong>de</strong> cirrípedos presentaron un comportamiento diferente en función <strong>de</strong> la talla <strong>de</strong> las<br />

tortugas sobre las que se localizaron.<br />

Por un lado, L. anatifera presentó una distribución <strong>de</strong> frecuencias bastante homogénea para todas las<br />

tallas y estadios <strong>de</strong> las tortugas muestreadas, aunque sus frecuencias mas altas se dieron en tortugas<br />

<strong>de</strong> menos <strong>de</strong> 60cm <strong>de</strong> caparazón, con un 98.18% para el estadio oceánico activo, un 91.49% para el<br />

estadio oceánico pasivo (menores 35cm <strong>de</strong> LCCmin), y una frecuencia ligeramente mas baja en las<br />

tortugas en fase <strong>de</strong> transición (9<strong>0.</strong>63%). En cambio, se aprecia un marcado <strong>de</strong>scenso en aquellas<br />

tortugas <strong>de</strong> mas <strong>de</strong> 60cm <strong>de</strong> caparazón, o subadultas, en las que la frecuencia fue <strong>de</strong>l 77.78%<br />

(a<strong>de</strong>más, solo <strong>de</strong> larvas y juveniles, ya que ninguna portaba ejemplares adultos).<br />

Por el contrario, C. virgatum presentó fluctuaciones mucho mas importantes y una ausencia total en<br />

las tortugas subadultas (mas <strong>de</strong> 60cm <strong>de</strong> LCCmin). Para las tallas inferiores a 60cm, las frecuencias<br />

mas altas se dieron en las tortugas mas pequeñas, las <strong>de</strong> talla inferior a 30cm (34.52%), seguida <strong>de</strong><br />

un <strong>de</strong>scenso consi<strong>de</strong>rable en las tortugas mas gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la fase oceánica pasiva (5.56%) y las <strong>de</strong><br />

fase oceánica activa (1<strong>0.</strong>91%). Aquellas tortugas en estadio <strong>de</strong> transición mostraron una frecuencia<br />

intermedia (25.0%).<br />

Por último P. hexastylos presentó una distribución bastante peculiar, con fluctuaciones mas marcadas<br />

y dos picos importantes <strong>de</strong> abundancia en las tortugas <strong>de</strong> 25 a 30cm <strong>de</strong> LCCmin (42.86%) por un lado,<br />

y las <strong>de</strong> 60 a 65cm (4<strong>0.</strong>0%) por otro. En función <strong>de</strong> las fases <strong>de</strong> su ciclo <strong>de</strong> vida, esta especie fue mas<br />

frecuente en las tortugas subadultas (22.22%) a pesar <strong>de</strong> no estar presente en ninguna tortuga <strong>de</strong><br />

mas <strong>de</strong> 65cm <strong>de</strong> LCCmin. Al igual que la especie anterior, presentó una frecuencia elevada en una<br />

parte <strong>de</strong> las tortugas en fase oceánica pasiva (que en su conjunto presentó un 19.15%), seguida <strong>de</strong><br />

un fuerte <strong>de</strong>scenso en aquellas en fase oceánica activa (3.64%), ascendiendo un poco su frecuencia<br />

en la fase <strong>de</strong> transición (9.38%).<br />

186<br />

Fig. 96. Porcentaje <strong>de</strong> tortugas presentaron cada una <strong>de</strong> las tres especies <strong>de</strong> cirrípedos epibiontes<br />

observadas en función <strong>de</strong> las tallas <strong>de</strong>l caparazón <strong>de</strong> las tortugas sobre las que se localizaron.


4. – DISCUSIÓN:<br />

CAPÍTULO 4: CIRRIPEDOS<br />

<strong>Las</strong> tres especies <strong>de</strong> cirrípedos observadas en las tortugas Caretta caretta localizadas en aguas <strong>de</strong>l<br />

archipiélago canario, han sido citadas como epibiontes <strong>de</strong> tortuga boba por otros autores con<br />

anterioridad.<br />

<strong>Las</strong> dos especies <strong>de</strong> pedunculados, L. anatifera y C. virgatum son miembros comunes <strong>de</strong>l neuston, ya<br />

que viven adheridos a objetos flotantes, así como a animales y plantas pelágicas (Ill’in et al., 1978),<br />

por lo que sus adaptaciones morfológicas a esta forma <strong>de</strong> vida les han permitido colonizar el cuerpo<br />

<strong>de</strong> las tortugas marinas sin ninguna dificultad. Por otro lado, el balano Platylepas hexastylos es un<br />

comensal obligado <strong>de</strong> animales pelágicos, por lo que está totalmente adaptado a la vida como<br />

epibionte.<br />

<strong>Las</strong> frecuencias observadas por otros autores para Lepas anatifera como epibionte <strong>de</strong> tortuga boba<br />

han sido generalmente bajas, como por ejemplo, Caine (1986) que la localizó en el 25% <strong>de</strong> las<br />

hembras nidificantes en las costas <strong>de</strong> Florida; Fuller et al. (2010) la citaron en el 15% <strong>de</strong> las tortugas<br />

nidificantes en Chipre; o Badillo (2007) que la encontró en el 11.7% <strong>de</strong> las tortugas juveniles que<br />

circundan el archipiélago balear. Estos valores han sido los mas altos hasta la fecha, lo que contrasta<br />

enormemente con la frecuencia <strong>de</strong> 94.1% observada en este estudio. Otros autores que han citado<br />

esta especie en las región noreste <strong>de</strong>l Atlántico (Tukey, 1818; Gruvel, 1920; Frick et al., 2003), no<br />

han dado datos sobre la frecuencia observada, pero consi<strong>de</strong>ramos que seguramente sean mas<br />

próximos a los resultados <strong>de</strong> este estudio, que a los datos <strong>de</strong> Caine (1986) y Fuller et al. (2010), ya<br />

que ambos trataron con hembras nidificantes, en las cuales esta especie es menos frecuente por ser<br />

una especie oceánica y porque las tortugas adultas frecuentan principalmente hábitats neríticos, y <strong>de</strong><br />

los resultados <strong>de</strong> Badillo (2007), que trabajo con animales localizados en el mar mediterráneo, el cual<br />

presenta características especiales por ser un mar casi cerrado. El hecho <strong>de</strong> que casi la totalidad<br />

(94.1%) <strong>de</strong> las tortugas localizadas en Canarias presentaran L. anatifera como epibionte, indica la<br />

fuerte relación <strong>de</strong> estas tortugas con el dominio pelágico y con los objetos flotantes que navegan a la<br />

<strong>de</strong>riva en los gran<strong>de</strong>s sistemas <strong>de</strong> corrientes <strong>de</strong>l Atlántico norte, en don<strong>de</strong> L. anatifera es realmente<br />

abundante.<br />

La frecuencia observada para C. virgatum en este estudio, 17.2%, es muy alta si la comparamos con<br />

el 2.7% que dieron Kitsos et al. (2005) para las tortugas varadas en las costas mediterráneas <strong>de</strong><br />

Grecia. La clara preferencia mostrada por C. virgatum en este estudio por las tortugas sanas, con una<br />

frecuencia <strong>de</strong>l 42,1%, frente al 3.6% que presentaron las tortugas con lesiones mas graves (Fig. 93,<br />

Pág. 182), explica por qué las tortugas muertas muestreadas por Kitsos et al. (2005) presenten tan<br />

bajas frecuencias, pero se contradice con el 38.8% encontrado por Badillo (2007) que también trabajo<br />

con tortugas varadas. La principal diferencia entre las tortugas <strong>de</strong> Kitsos et al. y las <strong>de</strong> Badillo pue<strong>de</strong><br />

radicar en la talla <strong>de</strong> las tortugas, ya que <strong>de</strong> las primeras <strong>de</strong>sconocemos la talla, y las segundas son<br />

ejemplares juveniles, al igual que la gran mayoría <strong>de</strong> las tortugas muestreadas en Canarias, por lo que<br />

seguramente tenga mas relación con el estadio o talla <strong>de</strong> las tortugas que con su <strong>de</strong>terioro físico.<br />

Los <strong>de</strong>más datos sobre C. virgatum como epibionte <strong>de</strong> tortuga boba, se han citado en tortugas<br />

localizadas en la región noreste <strong>de</strong>l Atlántico, principalmente en los archipiélagos macaronésicos, las<br />

cuales presentan una gran afinidad con las tortugas <strong>de</strong> Canarias, ya que según las teorías sobre sus<br />

movimientos migratorios en esta zona, se trata <strong>de</strong>l mismo agrupamiento <strong>de</strong> tortugas (Bolten et al.,<br />

1998; Tiwari et al., 2002), aunque con posibles diferencias (Monzón-Argüello, 2010). Sin embargo,<br />

estos trabajos no dieron datos sobre la frecuencia <strong>de</strong> esta especie en las tortugas muestreadas<br />

(Tukey, 1818; Darwin, 1852; Gruvel, 1920 y Frick et al., 2003), pero lo que si queda patente es que<br />

esta especie solo se ha observado en ejemplares juveniles en su fase oceánica. Este dato explica por<br />

qué C. virgatum no se localizó en ninguna tortuga <strong>de</strong> mas <strong>de</strong> 60cm muestreadas en este estudio (Fig.<br />

85, Pág. 172 y Fig. 96, Pág. 186), y corrobora la teoría <strong>de</strong> que las tortugas <strong>de</strong> mas <strong>de</strong> 60cm <strong>de</strong> LCCmin<br />

localizadas en Canarias tienen un marcado carácter nerítico y por lo tanto, que existe una diferencia<br />

en el comportamiento <strong>de</strong> las tortugas que frecuentan las islas Canarias en función <strong>de</strong> la talla.<br />

Con respecto al balanomorfo Platylepas hexastylos, localizado en el 1<strong>0.</strong>1% <strong>de</strong> las tortugas<br />

muestreadas para este estudio en Canarias, presentó frecuencias muy similares a las observadas por<br />

Kitsos et al. (2005) en las tortugas varadas en las costas <strong>de</strong> Grecia (1<strong>0.</strong>8%), pero ambos estudios<br />

difieren completamente <strong>de</strong> los datos obtenidos por Badillo (2007) en los juveniles varados en las<br />

costas valencianas (localizada en el 77.7% <strong>de</strong> las tortugas) y <strong>de</strong> la colonización masiva <strong>de</strong> esta<br />

187


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

especie <strong>de</strong>scrita por Castillo (2002) en las tortugas varadas en las costas andaluzas en el año 2001. La<br />

elevada frecuencia <strong>de</strong> P. hexastylos <strong>de</strong>scrita por estos dos últimos autores, confirma la relación<br />

existente entre ambos grupos <strong>de</strong> tortugas, que ya citaron varios autores con anterioridad y que se<br />

<strong>de</strong>be a la entrada <strong>de</strong> ejemplares <strong>de</strong> Caretta caretta atlánticos en el Mediterráneo a través <strong>de</strong>l Estrecho<br />

<strong>de</strong> Gibraltar, en dón<strong>de</strong> se dirigen al mar <strong>de</strong> Alborán y la región <strong>de</strong>l Levante español (Laurent et al.,<br />

1993; Laurent & Lescure, 1994; Bolten et al., 1998; Casale et al., 2002).<br />

Por otro lado, estos datos también confirman la idoneidad <strong>de</strong> la zona <strong>de</strong>l Estrecho <strong>de</strong> Gibraltar para el<br />

<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> P. hexastylos, <strong>de</strong>bida seguramente a las condiciones particulares <strong>de</strong>l Estrecho, en don<strong>de</strong><br />

convergen dos masas <strong>de</strong> agua (atlántica y mediterránea) <strong>de</strong> características muy diferentes <strong>de</strong><br />

salinidad, temperatura, concentración <strong>de</strong> nutrientes, etc (Cano & Gil, 1984; Parrilla & Zin<strong>de</strong>r, 1987;<br />

Cano et al., 1997); condiciones muy parecidas a las <strong>de</strong> los hábitats que frecuentan los manatíes,<br />

dugongos y serpientes marinas, en los que se ha observado a P. hexastylos como epibionte, y que<br />

suelen ser aguas someras <strong>de</strong> costas protegidas o poco expuestas, como golfos, ensenadas, marismas<br />

o estuarios (Citron-<strong>de</strong> Jesús, 2001).<br />

La fuerte irregularidad observada en la estacionalidad <strong>de</strong> P. hexastylos en las tortugas Caretta caretta<br />

<strong>de</strong> Canarias (Fig. 94), pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>berse, por un lado, a que las tortugas que presentan esta especie<br />

como epibionte procedan directamente <strong>de</strong> la zona <strong>de</strong>l Estrecho <strong>de</strong> Gibraltar y que ayudadas por las<br />

corrientes (Corriente <strong>de</strong> Canarias) hayan llegado hasta Canarias; o por otro lado, que dichas tortugas<br />

provengan <strong>de</strong> una zona, en las cercanías <strong>de</strong> las islas, en la que se produzcan ocasionalmente<br />

condiciones particulares <strong>de</strong> mezcla <strong>de</strong> masas <strong>de</strong> agua que creen el ambiente propicio para el<br />

<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> esta especie. Estudios <strong>de</strong> seguimiento vía satélite <strong>de</strong> tortugas juveniles capturadas en<br />

Canarias han <strong>de</strong>mostrado que algunas tortugas ascien<strong>de</strong>n hasta las costas andaluzas, otras se dirigen<br />

a las zonas <strong>de</strong>l afloramiento africano, y otras circundan los alre<strong>de</strong>dores <strong>de</strong>l archipiélago (Varo-Cruz N.,<br />

com. per.) (ver mapas <strong>de</strong> Anexo 5), por lo que cualquiera <strong>de</strong> las dos opciones podría ser coherente.<br />

Un dato que apoya que estas tortugas frecuentan las zonas <strong>de</strong> afloramiento cercanas a las islas, es la<br />

gran cantidad <strong>de</strong> larvas cipris <strong>de</strong> las dos especies <strong>de</strong> pedunculados (L. anatifera y C. virgatum)<br />

observada en las tortugas muestreadas (Fig. 95), ya que la producción <strong>de</strong> larvas <strong>de</strong> cirrípedos es<br />

mucho mayor en las zonas <strong>de</strong> alta productividad (Lestlie et al., 2005), como los afloramientos, montes<br />

submarinos, islas oceánicas (como las islas macaronésicas) o giros oceánicos, que son precisamente<br />

las zonas que, según algunos autores, seleccionan las tortugas en su fase oceánica para alimentarse<br />

(Carr, 1986; Polovina et al., 2002, 2004).<br />

Por otro lado, este elevado porcentaje <strong>de</strong> larvas cipris <strong>de</strong> L. anatifera y C. virgatum indica una gran<br />

relación entre las tortugas Caretta caretta <strong>de</strong> canarias y el medio pelágico, aunque principalmente con<br />

los objetos flotantes, ya que son los hábitats mas comunes para ambas especies. Los objetos flotantes<br />

son arrastrados por la corrientes superficiales miles <strong>de</strong> kilómetros. La tortuga boba, y sobretodo los<br />

ejemplares juveniles, se ayudan <strong>de</strong> las corrientes superficiales para <strong>de</strong>splazarse por el océano,<br />

<strong>de</strong>jándose llevar por estas en muchas ocasiones para ahorrar energía. Esta condición <strong>de</strong> semi-<strong>de</strong>riva<br />

que presentan los ejemplares juveniles <strong>de</strong> tortuga boba, les hace navegar junto a todo lo que<br />

arrastren las corrientes al unísono, poniendo en contacto a las tortugas con todo tipo <strong>de</strong> objetos<br />

flotantes cargados <strong>de</strong> extensas comunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> fouling, que en muchas ocasiones hasta les sirve <strong>de</strong><br />

alimento y <strong>de</strong> refugio. Este contacto tan directo, permite el intercambiando especies entre la tortuga y<br />

las comunidad <strong>de</strong>l fouling <strong>de</strong> los objetos flotantes.<br />

Uno <strong>de</strong> los datos que mas sorpren<strong>de</strong> en este estudio es la baja frecuencia <strong>de</strong> ejemplares adultos <strong>de</strong> L.<br />

anatifera y C. virgatum. Este hecho postula tres hipótesis posibles: a) La durabilidad <strong>de</strong> una colonia<br />

sobre el caparazón <strong>de</strong> los ejemplares juveniles <strong>de</strong> tortuga boba es tan corta, que solo en un pequeño<br />

grupo <strong>de</strong> tortugas (el 20-30% <strong>de</strong> las tortugas presentaban adultos <strong>de</strong> L. anatifera), permanece el<br />

tiempo suficiente para que estas especies puedan llegar a madurar sexualmente. Esto implicaría una<br />

continua renovación <strong>de</strong> las comunida<strong>de</strong>s que se forman sobre las tortugas, y un constante sustrato<br />

disponible para especies adaptadas a la vida pelágica como los cirrípedos. El hecho <strong>de</strong> que C.<br />

virgatum presente una proporción mas alta <strong>de</strong> adultos (en comparación con el porcentaje <strong>de</strong> larvas y<br />

juveniles) que L. anatifera, se <strong>de</strong>be a que el primero alcanza la madurez sexual mas rápido (28 días,<br />

según Eckert & Eckert, 1987, en tortuga laúd) que el segundo, que tarda <strong>de</strong> 1 a 2 meses en los<br />

mejores casos. b) <strong>Las</strong> especies L. anatifera y C. virgatum son rápidamente sustituidas o <strong>de</strong>predadas<br />

por otras especies <strong>de</strong> la comunidad epibionte constituida sobre los ejemplares <strong>de</strong> tortuga boba. Los<br />

principales rivales <strong>de</strong> los cirrípedos por el espacio son las algas y las esponjas, por lo que, algas como<br />

188


CAPÍTULO 4: CIRRIPEDOS<br />

Polysiphonia carettia, epibionte específico <strong>de</strong> Caretta caretta, completamente adaptada a ella y<br />

presente en el 80% <strong>de</strong> las tortugas muestreadas, es un alga muy potente que podría llegar a<br />

<strong>de</strong>splazar a ambos cirrípedos tan rápidamente que no tengan tiempo suficiente para llegar a madurar<br />

sexualmente. No <strong>de</strong>bemos olvidar la presencia <strong>de</strong> epibiontes como el nudibranquio Fionna pinnata,<br />

especializado en alimentarse Lepas anatifera, o el cangrejo Planes minutus, que se alimenta <strong>de</strong><br />

cirrípedos entre otras presas, que podrían, a su vez, ejercer una fuerte presión sobre ambas especies<br />

<strong>de</strong> cirrípedos. c) Los ejemplares <strong>de</strong> L. anatifera y C. virgatum viviendo como epibiontes <strong>de</strong> tortuga<br />

boba, alcanzan la madurez sexual con tallas mucho mas pequeñas <strong>de</strong> las <strong>de</strong>scritas en la bibliografía,<br />

adaptando su morfología al igual que se ha observado en varias <strong>de</strong> las especies epibiontes <strong>de</strong>scritas<br />

en este trabajo (Obelia geniculata, Fiona pinnata o Polysiphonia carettia). Este dato se ve corroborado<br />

porque ambas especies, localizadas sobre las tortugas Caretta caretta <strong>de</strong> Canarias han presentado<br />

tallas inferiores a las mostradas cuando habitan sobre objetos flotantes (según la bibliografía), aunque<br />

podría verse refutada por la bajísima frecuencia <strong>de</strong> puestas <strong>de</strong> huevos, pero parece ser que este<br />

hecho tiene que ver principalmente con factores ambientales como la temperatura, ya que se ha<br />

observado una estacionalidad restringida a los meses cálidos <strong>de</strong> julio y agosto para las puestas <strong>de</strong><br />

huevos (Fig. 95.A).<br />

No tenemos certeza <strong>de</strong> cual <strong>de</strong> estas tres hipótesis pueda ser la correcta para el caso <strong>de</strong> estas dos<br />

especies <strong>de</strong> cirrípedos, pero un estudio mas profundo sobre ambas especies localizadas tanto en<br />

objetos flotantes como en tortugas, en las aguas <strong>de</strong> Canarias, podría ayudarnos a compren<strong>de</strong>r la<br />

evolución <strong>de</strong> esta comunidad tan peculiar como es la epibiosis <strong>de</strong> estas tortugas en aguas <strong>de</strong> canarias.<br />

El cirrípedo pedunculado C. virgatum se observó casi siempre en la parte ventral <strong>de</strong> la tortuga,<br />

generalmente adherido a la piel <strong>de</strong> cuello y aletas o al plastrón <strong>de</strong> la tortuga, mientras que L.<br />

anatifera se localizó en la mayor parte <strong>de</strong> los casos entre y sobre los escudos <strong>de</strong>l caparazón, en las<br />

zonas mas expuestas <strong>de</strong> las tortugas muestreadas. Este dato coinci<strong>de</strong> con las observaciones <strong>de</strong><br />

Roskell (1969) e Ill’in et al. (1978) en cables <strong>de</strong> boyas <strong>de</strong> arrastre, en don<strong>de</strong> L. anatifera se asienta en<br />

las zonas mas expuestas o superficiales (


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

5. – CONCLUSIONES:<br />

• <strong>Las</strong> tres especies <strong>de</strong> cirrípedos observadas como epibiontes <strong>de</strong> tortugas Caretta<br />

caretta localizadas en aguas <strong>de</strong> Canarias están perfectamente adaptadas a vivir<br />

como epibiontes <strong>de</strong> tortugas marinas, ya que son habitantes comunes <strong>de</strong>l<br />

neuston que acostumbran a vivir sobre todo tipo <strong>de</strong> objetos flotantes o sobre<br />

plantas y animales pelágicos (P. hexastylos solo sobre este último).<br />

• Lepas anatifera como epibionte <strong>de</strong> las tortugas Caretta caretta <strong>de</strong> Canarias<br />

presenta la frecuencia mas alta <strong>de</strong> todos los estudios que se han llevado a cabo<br />

sobre la interacción <strong>de</strong> ambas especies hasta la fecha (94.1%).<br />

• La elevadísima frecuencia <strong>de</strong> Lepas anatifera, así como dominancia <strong>de</strong> larvas <strong>de</strong><br />

esta especie y <strong>de</strong> Concho<strong>de</strong>rma virgatum, indica la fuerte relación <strong>de</strong> las<br />

tortugas Caretta caretta presentes en aguas <strong>de</strong> Canarias con el dominio<br />

pelágico y con los objetos flotantes que <strong>de</strong>rivan en los gran<strong>de</strong>s sistemas <strong>de</strong><br />

corrientes <strong>de</strong>l océano Atlántico, don<strong>de</strong> moran en gran<strong>de</strong>s cantida<strong>de</strong>s ambas<br />

especies <strong>de</strong> pedunculados.<br />

• C. virgatum es un claro indicador <strong>de</strong>l dominio oceánico.<br />

• La ausencia <strong>de</strong> C. virgatum y la menor frecuencia <strong>de</strong> L. anatifera en las<br />

tortugas <strong>de</strong> talla superior a 60cm <strong>de</strong> LCCmin corrobora que estas tortugas<br />

presentan un marcado carácter nerítico, y confirma la existencia <strong>de</strong> una<br />

diferencia <strong>de</strong> comportamiento en las tortugas localizadas en Canarias en<br />

función <strong>de</strong> la talla, con un limite claro en 60cm <strong>de</strong> LCCmin.<br />

• C. virgatum presenta una clara preferencia por las tortugas sanas, mientras que<br />

L. anatifera muestra mayor abundancia en las que presentan lesiones <strong>de</strong><br />

diversa índole, aunque esta presente tanto en unas como en otras.<br />

• P. hexastylos no tiene preferencia aparente por las tortugas heridas o<br />

lesionadas, aunque si podría ser un indicador <strong>de</strong> anemias o caquexias en las<br />

tortugas sobre las que se asienta, así como <strong>de</strong> fenómenos <strong>de</strong> brumación.<br />

• Los datos mostrados por Badillo (2007) y Castillo (2002) sugieren la idoneidad<br />

<strong>de</strong> las zonas <strong>de</strong> convergencia <strong>de</strong> masas <strong>de</strong> agua, como el Estrecho <strong>de</strong> Gibraltar,<br />

para el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> P. hexastylos, y confirman la relación entre las tortugas<br />

presentes en aguas <strong>de</strong>l Estrecho y las <strong>de</strong>l Levante español.<br />

• La presencia <strong>de</strong> P. hexastylos en las tortugas Caretta caretta <strong>de</strong> Canarias pue<strong>de</strong><br />

sugerir la proce<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> estas tortugas directamente <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la zona <strong>de</strong>l<br />

Estrecho <strong>de</strong> Gibraltar, o que estas tortugas frecuentan zonas <strong>de</strong> mezcla <strong>de</strong><br />

masas <strong>de</strong> agua ocasionales como afloramientos, filamentos o giros oceánicos.<br />

• La elevada frecuencia <strong>de</strong> larvas <strong>de</strong> L. anatifera y C. virgatum indica que las<br />

tortugas localizadas en Canarias frecuentan áreas <strong>de</strong> elevada productividad<br />

como el afloramiento africano.<br />

• La baja frecuencia <strong>de</strong> ejemplares adultos <strong>de</strong> las dos especies <strong>de</strong> pedunculados<br />

sugiere, por un lado, que la colonia epibionte <strong>de</strong> las tortugas <strong>de</strong> Canarias tiene<br />

una corta durabilidad; por otro lado, que ambas especies son rápidamente<br />

sustituidas o <strong>de</strong>predadas por otras especies epibiontes; o por ultimo, que<br />

190


CAPÍTULO 4: CIRRIPEDOS<br />

ambas especies alcanzan la madurez sexual con tallas muy inferiores a las<br />

<strong>de</strong>scritas para estas especies cuando habitan sobre objetos flotantes.<br />

• Los dos cirrípedos pedunculados, L. anatifera y C. virgatum epibiontes en<br />

tortugas C. caretta <strong>de</strong> Canarias presentan una fuerte estacionalidad en su<br />

reproducción, con un periodo <strong>de</strong> puesta <strong>de</strong> huevos restringido a los meses<br />

cálidos <strong>de</strong> julio y agosto.<br />

• La falta <strong>de</strong> placas calcáreas <strong>de</strong> C. virgatum la hace mas sensible a la exposición<br />

aérea por lo que se asienta generalmente en la parte ventral <strong>de</strong> la tortuga,<br />

sobre la piel <strong>de</strong>l cuello y aletas o directamente en el plastrón.<br />

• Contrariamente a lo <strong>de</strong>scrito por otros autores, P. hexastylos en las tortugas<br />

Caretta caretta <strong>de</strong> Canarias se adhiere principalmente al plastrón <strong>de</strong> la tortuga,<br />

sugiriéndose en este estudio que aproveche el ablandamiento <strong>de</strong>l plastrón que<br />

se produce cuando las tortugas presentan <strong>de</strong>snutrición severa, generalmente<br />

producida por estancias largas en zonas <strong>de</strong> bajas temperaturas o por la<br />

realización <strong>de</strong> procesos <strong>de</strong> brumación.<br />

191


A la voz <strong>de</strong> "¡barco viene!"<br />

es <strong>de</strong> ver<br />

cómo vira y se previene<br />

a todo trapo a escapar;<br />

que yo soy el rey <strong>de</strong>l mar,<br />

y mi furia es <strong>de</strong> temer.<br />

J. Espronceda (fragmento)


C a p í t u l o 5 :<br />

C R U S T Á C E O S E P I B I O N T E S<br />

D E T O R T U G A B O B A D E C A N A R I A S :<br />

M A L A C O S T R Á C E O S


1. – INTRODUCCIÓN<br />

CAPÍTULO 4: MALACOSTRÁCEOS.<br />

Los Artrópodos son el grupo más diverso y numeroso <strong>de</strong> todas las especies animales (el 90%<br />

aproximadamente). Dentro <strong>de</strong> este grupo, el subfilo Crustacea Brünnich, 1772, es el mas abundante y<br />

lo configuran organismos principalmente marinos, por lo que comúnmente se les <strong>de</strong>nomina<br />

“artrópodos marinos” y <strong>de</strong> tallas mas bien pequeñas (aunque hay grupos que alcanzan tamaños<br />

consi<strong>de</strong>rables). El amplio número <strong>de</strong> especies, su gran diversidad morfológica y su vertiginosa<br />

capacidad <strong>de</strong> adaptación, han provocado que su clasificación haya sido intrincada y laberíntica, y son<br />

varios los autores que en la actualidad han <strong>de</strong>sarrollado mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> clasificación <strong>de</strong> este grupo. En<br />

este trabajo se ha tomado como referencia la clasificación llevada a cabo por Martin & Davis (2001),<br />

cuya lista sistemática <strong>de</strong> crustáceos se incluye en el Anexo 1.<br />

Dentro <strong>de</strong> los Crustáceos, la Clase Malacostraca Latreille, 1802, es el subgrupo mas numeroso, con<br />

mas <strong>de</strong> 42000 especies, caracterizada por la presencia <strong>de</strong> un caparazón mas o menos blando, <strong>de</strong><br />

don<strong>de</strong> <strong>de</strong>riva su nombre 1 , y que incluye a casi todos los crustáceos mas conocidos, principalmente por<br />

su valor comercial, como los <strong>de</strong>cápodos (langosta, cigala), estomatópodos (la galera), el krill, los<br />

anfípodos y los isópodos (chinches <strong>de</strong> mar) (Brusca & Brusca, 2005).<br />

Al igual que el resto <strong>de</strong> los crustáceos, las comunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> malacostáceos tienen una gran capacidad<br />

<strong>de</strong> respuesta a los cambios ambientales y se consi<strong>de</strong>ran unas <strong>de</strong> las mas sensibles puesto que son<br />

capaces <strong>de</strong> reaccionar rápidamente <strong>de</strong>splazándose a otras zonas en un breve espacio <strong>de</strong> tiempo, o<br />

incluso, adaptando su morfología con gran eficacia (Moore, 1986; Grahame & Hanna, 1989). Es por<br />

ello que se han utilizado en numerosas ocasiones como mo<strong>de</strong>los para <strong>de</strong>scribir las interacciones entre<br />

especies (predación, competencia, simbiosis, comensalismo, etc.) (Nelson, 1979; Poore, 1994) o para<br />

establecer los factores ambientales que controlan las comunida<strong>de</strong>s, como los estudios <strong>de</strong><br />

comunida<strong>de</strong>s bentónicas <strong>de</strong> Bellan-Santini (1964) o Conradi (1995), o los innumerables estudios <strong>de</strong><br />

macrofitobentos (por ejemplo, Costello & Myers, 1987).<br />

Gracias a esta gran capacidad <strong>de</strong> adaptación, los malacostráceos son gran<strong>de</strong>s cosmopolitas,<br />

localizándose en todos los mares y océanos <strong>de</strong>l planeta. Los gammáridos (Anfipoda, Peracarida), por<br />

ejemplo, tienen una amplia distribución, aunque presentan ciertas restricciones en función <strong>de</strong> la<br />

especie, como comprobaron Dauvin & Bellan-Santini (2002) en la revisión <strong>de</strong> los gammáridos <strong>de</strong> las<br />

costas francesas. En este estudio distinguieron un reagrupamiento <strong>de</strong> especies en función <strong>de</strong> la latitud<br />

y <strong>de</strong> la batimetría, llegando incluso a situar en las costas francesas un límite biogeográfico entre las<br />

especies <strong>de</strong> afinida<strong>de</strong>s ártico-boreales o templadas-frías, que habitan preferiblemente las zonas <strong>de</strong>l<br />

norte (a partir <strong>de</strong> la región <strong>de</strong> Roscoff hacia el norte), y las especies <strong>de</strong> preferencia templada o<br />

templada-cálida que frecuentan las costas mediterráneas, o que remontan en mayor o menor grado la<br />

costa atlántica en función <strong>de</strong> sus exigencias térmicas. Por otro lado, los caprélidos (Anfipoda,<br />

Peracarida) presentan una distribución bastante amplia, aunque también se ven afectados por rangos<br />

térmicos u otras condiciones ambientales. En general, los anfípodos <strong>de</strong> regiones tropicales y<br />

subtropicales se caracterizan por tener reproducción continua, talla corporal pequeña, maduración<br />

rápida y varias puestas al año (especies multivoltinas), <strong>de</strong> embriones escasos y relativamente<br />

pequeños; las especies <strong>de</strong> altas latitu<strong>de</strong>s presentan características inversas (Saint-Marie, 1991).<br />

A su vez, su gran capacidad <strong>de</strong> adaptación les ha permitido ocupar todos los hábitats posibles, tanto<br />

bentónicos como pelágicos, tanto neríticos como oceánicos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> fondos fangosos hasta zonas <strong>de</strong><br />

playa escasamente bañadas, etc.; así como a presentar asociaciones <strong>de</strong> diferentes grados <strong>de</strong><br />

complejidad con gran diversidad <strong>de</strong> hospedadores (esponjas, ascidias, gran<strong>de</strong>s animales planctónicos<br />

o gran<strong>de</strong>s pra<strong>de</strong>ras <strong>de</strong> algas costeras), ya sea como refugio, como alimento o para su reproducción<br />

(Cantor et al., 2009). Una <strong>de</strong> las asociaciones mas frecuente la presentan los anfípodos con las algas,<br />

principalmente aquellas algas bien ramificadas y con poco espacio entre sus fron<strong>de</strong>s, que producen<br />

innumerables microhábitats a<strong>de</strong>cuados para crecer en gran<strong>de</strong>s cantida<strong>de</strong>s y que constituyen una<br />

buena fuente <strong>de</strong> sedimentos y <strong>de</strong> alimento (sobretodo <strong>de</strong> diatomeas epífitas al alga), llegando a tal<br />

punto que la morfología <strong>de</strong>l propio alga pue<strong>de</strong> condicionar la talla <strong>de</strong> los organismos que habitan en<br />

ella (Hacker & Steneck, 1990). Dentro <strong>de</strong> los anfípodos, el grupo <strong>de</strong> los gammáridos es principalmente<br />

bentónico y se localiza generalmente asociado a pra<strong>de</strong>ras <strong>de</strong> algas, aunque también frecuenta las<br />

1 Del griego: Malakos = blando, Ostrakos = concha.<br />

197


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

zonas <strong>de</strong> arrecife o el litoral rocoso (Dick et al., 2002). Por otro lado, el grupo <strong>de</strong> los caprélidos esta<br />

totalmente adaptado a la escalada, gracias a que presentan garras prensiles que les permiten<br />

agarrarse a las algas, así como a hidroi<strong>de</strong>os o briozoos sobre los que acostumbran a vivir (Caine,<br />

1979). Un gran número <strong>de</strong> anfípodos presentan asociaciones con otras especies como ascidias y<br />

esponjas en el caso <strong>de</strong> los gammáridos, microhábitat que les brinda la oportunidad <strong>de</strong> llevar a cabo<br />

un cuidado parental prolongado (Dick et al., 2002; Thiel, 1997 a,b, 1999), o como los hidroi<strong>de</strong>os para<br />

los caprélidos, como por ejemplo el caprélido Paracaprella tenuis que <strong>de</strong>sarrolla una relación <strong>de</strong><br />

mutualismo con el hidroi<strong>de</strong>o Bougainvilia rugosa, por la cual el caprélido recibe un sustrato con el<br />

diámetro a<strong>de</strong>cuado para su agarre (Caine, 1979) y el acceso a comida diversa (<strong>de</strong>tritus, diatomeas,<br />

nematodos y copépodos), mientras que el hidroi<strong>de</strong>o recibe la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong>l caprélido frente a<br />

predadores como el nudibranquio Tenellia pallida, hasta tal punto que la <strong>de</strong>nsidad <strong>de</strong> la población <strong>de</strong>l<br />

caprélido influye en el volumen <strong>de</strong> la colonia <strong>de</strong>l hidroi<strong>de</strong>o (Caine, 1998).<br />

Otras especies, sin embargo, son capaces <strong>de</strong> habitar en galerías o tubos fabricadas por ellos mismos,<br />

como es el caso <strong>de</strong> las especies <strong>de</strong>l Or<strong>de</strong>n Tanaidacea (Peracarida, Malacostraca), que son habitantes<br />

<strong>de</strong>l fondo en las zonas litorales, don<strong>de</strong> viven enterrados en el barro o escondidos en pequeñas<br />

cavida<strong>de</strong>s o grietas en las rocas. Este or<strong>de</strong>n también presenta diferencias entre sus especies, por<br />

ejemplo, según Gutu & Sieg (1999) los tanaidáceos <strong>de</strong> la superfamilia Tanaoi<strong>de</strong>a están generalmente<br />

asociados con pra<strong>de</strong>ras <strong>de</strong> algas; la superfamilia Paratanoi<strong>de</strong>a con los sedimentos; y el subor<strong>de</strong>n<br />

Apseudomorpha viven asociados a ecosistemas <strong>de</strong> arrecifes coralinos (especialmente las familias<br />

Apseudidae y Metapseudidae). En el caribe mexicano, García-Madrigal et al. (2005), registraron la<br />

mayor diversidad <strong>de</strong> tanaidáceos en las zonas <strong>de</strong> arrecife coralino, pero su mayor cantidad o<br />

abundancia se localizó en las pra<strong>de</strong>ras <strong>de</strong> algas y en los sistemas <strong>de</strong> raíces <strong>de</strong> manglares. Sin<br />

embargo, estos autores, también encontraron algunas especies <strong>de</strong> este or<strong>de</strong>n suspendidas en la<br />

columna <strong>de</strong> agua en áreas oceánicas <strong>de</strong>l Caribe mexicano, seguramente porque fueron transportadas<br />

por las corrientes mar a<strong>de</strong>ntro, aunque otros autores sugieren que este comportamiento pue<strong>de</strong><br />

consi<strong>de</strong>rarse como un mecanismo <strong>de</strong> dispersión, sobretodo en aquellas especies que presentan<br />

machos nadadores (Sieg, 1983). Este hecho, ya sea por dispersión o por transporte pasivo, pue<strong>de</strong><br />

verse agravado en aquellas zonas con una plataforma continental reducida, ya que el intercambio<br />

entre los frentes costeros y oceánicos es mayor (Suárez-Morales & Gasca, 1996).<br />

Los tanaidaceos se han consi<strong>de</strong>rado generalmente como formas <strong>de</strong> vida libre, pero son varias las<br />

especies que se han asociado, <strong>de</strong> forma poco precisa, con diferentes especies <strong>de</strong> vertebrados e<br />

invertebrados, tales como corales, briozoos, moluscos, balanos, e incluso el inusual caso <strong>de</strong><br />

Hexapleomera robusta que forma diminutos tubos en las grietas entre los escudos <strong>de</strong> las tortugas,<br />

tanto marinas como dulceacuícolas (Larsen, 2005). Un caso parecido es el <strong>de</strong> ciertas especies <strong>de</strong><br />

anfípodos que se asocian con algas filamentosas que habitan comúnmente sobre el caparazón <strong>de</strong><br />

tortugas marinas, como es el caso <strong>de</strong>l caprélido Caprella andreae y los gammáridos Hyale spp., que<br />

viven asociados a algas <strong>de</strong>l género Polysiphonia, el cual posee una especie específica <strong>de</strong> la tortuga<br />

Caretta caretta, Polysiphonia carettia, por lo que ambas especies se han observado comúnmente<br />

sobre el caparazón <strong>de</strong> esta tortuga marina (Caine, 1986). Algunos autores han llegado a sugerir que<br />

ambos anfípodos viven asociados al alga P. carettia, llegando incluso a <strong>de</strong>nominarlos “La Comunidad<br />

<strong>de</strong> la Polysiphonia” (Gramentz, 1988), mientras que obtienen su alimento raspando el material<br />

incrustado o adherido a esta alga o al caparazón <strong>de</strong> la tortuga (Caine, 1986).<br />

En relación a la epibiosis <strong>de</strong> tortugas marinas, los crustáceos son los organismos mas comunes y<br />

abundantes para esta asociación, siendo los pertenecientes al Or<strong>de</strong>n Cirrípeda los mas citados en la<br />

bibliografía y los anfípodos el segundo grupo mas abundante. Hasta la fecha el número <strong>de</strong> especies<br />

<strong>de</strong> malacostráceos observadas como epibiontes <strong>de</strong> tortugas marinas es numerosa (19 solo para<br />

Caretta caretta), aunque tres <strong>de</strong> ellas presentan una asociación específica: Podocerus chelonophilus<br />

observado en la cola y en la base <strong>de</strong> las extremida<strong>de</strong>s en tortuga boba (Caretta caretta) y tortuga<br />

carey (Eretmochelys imbricata) en el Atlántico y Mediterráneo (Chevreux & Fage, 1925; Thomas &<br />

Barnard, 1992, Badillo, 2007); Podocerus umigame citado por Yamato (1992), sobre el caparazón <strong>de</strong><br />

tortuga boba en Japón; e Hyachelia tortugae, registrado por Barnard (1966) en la cavidad bucal <strong>de</strong><br />

tortuga ver<strong>de</strong> (Chelonia mydas) en las islas Galápagos.<br />

Para la tortuga Caretta caretta, hasta la fecha se han <strong>de</strong>scrito un total <strong>de</strong> 19 especies <strong>de</strong> anfípodos<br />

epibiontes, <strong>de</strong> las cuales 8 son especies <strong>de</strong> caprélidos y entre las que <strong>de</strong>stacan Caprella andreae,<br />

principalmente en juveniles <strong>de</strong>l noreste <strong>de</strong>l Atlántico (Azores) (Moore, 1995; Frick et al., 2003), y <strong>de</strong>l<br />

Mediterráneo (Francia, Grecia y España) (Chevreux & De Guerne, 1893; Kitsos et al., 2005; Badillo,<br />

198


CAPÍTULO 4: MALACOSTRÁCEOS.<br />

2007), y en hembras adultas nidificantes en las costas Atlánticas americanas (Georgia, y Florida)<br />

(Caine, 1986; Frick et al., 1998; Pfaller et al., 2008); Caprella equilibra y Caprella penantis, solo<br />

citadas en adultas nidificantes en las costas americanas <strong>de</strong>l Atlántico (Georgia y Florida) (Caine, 1986;<br />

Frick et al., 1998, 2003; Pfaller et al. 2008), y en las tortugas varadas en las costas <strong>de</strong> Grecia (Kitsos<br />

et al., 2005), solo la última especie. Por otro lado se han citado 11 especies <strong>de</strong> gammáridos, entre las<br />

que <strong>de</strong>staca Podocerus chelonophilus observado principalmente en ejemplares juveniles <strong>de</strong>l Atlántico<br />

norte (Azores y Ma<strong>de</strong>ira) (Chevreux & De Guerne, 1888; Chevreux, 1900; Davenport, 1994; Moore,<br />

1995; Frick et al., 2003) y <strong>de</strong>l Mediterráneo (Francia, Argelia, Grecia y España) (Chevreux & De<br />

Guerne, 1888, 1893; Kitsos et al., 2005; Badillo, 2007), aunque también, en menor frecuencia, en<br />

hembras nidificantes <strong>de</strong> Georgia y Florida (Caine, 1986; Thomas & Barnard, 1992; Firck et al., 1998;<br />

Pfaller et al., 2006); así como varias especies <strong>de</strong>l género Hyale spp. localizadas en hembras<br />

nidificantes <strong>de</strong> EE.UU (Caine, 1986) y <strong>de</strong>l mediterráneo (Fuller et al., 2010), como en juveniles <strong>de</strong>l<br />

Atlántico norte (Moore, 1995) y mediterráneo (Chevreux & De Guerne, 1893; Kitsos et al., 2005;<br />

Badillo, 2007).<br />

En un principio el gammárido Podocerus chelonophilus se consi<strong>de</strong>ró como un constructor <strong>de</strong> tubos<br />

comensal <strong>de</strong> la tortuga (Barnard, 1966), pero mas tar<strong>de</strong> se <strong>de</strong>scubrió que no presentaba las glándulas<br />

características para construir tubos y que estaba adaptado a las escalada. Nuevos ejemplares <strong>de</strong> esta<br />

especie recogidos en juveniles <strong>de</strong> Caretta caretta en Ma<strong>de</strong>ira, se encontraron inmersos en un exudado<br />

mucoso asociados a las heridas en el plastrón y aletas, sugiriendo que pudiera alimentarse a expensas<br />

<strong>de</strong> su propio hospedador (Caine, 1986). Recientemente se ha llegado a consi<strong>de</strong>rar la posibilidad <strong>de</strong><br />

que sea realmente un ectosimbionte, que juega un papel muy beneficioso limpiando las heridas <strong>de</strong> su<br />

hospedador, comparándolo con las larvas <strong>de</strong> mosca que se usan para limpiar heridas gangrenadas en<br />

humanos (Sherman & Pechter, 1988). El análisis <strong>de</strong>l contenido estomacal <strong>de</strong> P. chelonophilus revela<br />

una masa <strong>de</strong> fibras sólidas y <strong>de</strong> tejidos amorfos mezclados con fragmentos <strong>de</strong> algas filamentosas y<br />

ausencia <strong>de</strong> material <strong>de</strong> origen planctónico, confirmando esta teoría (Caine, 1985). Una asociación<br />

similar a esta ha sido citada por Sedlak-Weinstein (1992) para Isocyamus spp. (Amphipoda:<br />

Cyamidae) en ballenas piloto en Japón y Tasmania.<br />

Como se citó anteriormente, otro ectosimbionte <strong>de</strong> las tortugas marinas es el tanaidáceo<br />

Hexapleomera robusta Moore, 1894, que habita entre los escudos <strong>de</strong>l caparazón (Frick et al., 1998), o<br />

asociado a las agrupaciones <strong>de</strong> balanos epibiontes <strong>de</strong> tortugas marinas (Ross & Newman, 1967), o <strong>de</strong><br />

manatíes (Pilsbry, 1916). Bentivegna et al. (1993) lo observaron como epibionte <strong>de</strong> una tortuga boba<br />

muy <strong>de</strong>bilitada encontrada en aguas <strong>de</strong>l Golfo <strong>de</strong> Nápoles (Italia), sugiriendo una posible relación<br />

entre el epibionte y el mal estado <strong>de</strong> salud <strong>de</strong> la tortuga, aunque no hay evi<strong>de</strong>ncias <strong>de</strong> que cause<br />

daño alguno o se alimente <strong>de</strong> la piel <strong>de</strong> esta (Frick et al., 1998). Hasta la fecha se han registrado 5<br />

especies <strong>de</strong> tanaidáceos epibiontes <strong>de</strong> tortuga boba, <strong>de</strong> los cuales esta especie es la mas citada,<br />

siendo observada en adultas nidificantes americanas <strong>de</strong> Georgia y Florida (Pfaller et al., 2006, 2008;<br />

Zardus & Haldfield, 2004), y en ejemplares juveniles mediterráneos <strong>de</strong> Italia (Bentivegna et al., 1993),<br />

Grecia (Kitsos et al., 2005) y España (Badillo, 2007).<br />

En muchas especies <strong>de</strong> crustáceos y otros gran<strong>de</strong>s grupos, el cuidado parental termina en cuanto los<br />

juveniles o larvas emergen <strong>de</strong>l marsupio, pero en otras, sobretodo malacostráceos, continúan este<br />

cuidado tras la emergencia, <strong>de</strong>sarrollando cuidados parentales prolongados. En estos casos, uno o los<br />

dos progenitores conviven durante un tiempo con su <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia, alimentándola y protegiéndola<br />

activamente, o simplemente tolerándola en su cuerpo o en las ramas <strong>de</strong>l organismo en el que vive (en<br />

especies epi-bentónicas), o manteniéndolas en sus escondrijos, tubos o madrigueras (en especies<br />

endo-bentónicas) (Thiel, 1997a,b, 1999a; Thiel et al., 1997). El cuidado parental prolongado mejora<br />

enormemente el éxito reproductivo ya que aumenta la tasa <strong>de</strong> supervivencia <strong>de</strong> los juveniles y la talla<br />

con la estos abandonan el nido, <strong>de</strong> tal forma que se ha observado como la evolución <strong>de</strong> esta<br />

estrategia reproductiva se incentiva en los ambientes con condiciones <strong>de</strong>sfavorables o <strong>de</strong> estrés<br />

(Thiel, 1999a). Sin embargo, esta ventaja reproductiva provoca que su capacidad <strong>de</strong> dispersión sea<br />

muy inferior a la <strong>de</strong> otras especies como los moluscos, crustáceos <strong>de</strong>cápodos o peces, ya que los<br />

juveniles presentan una reducida capacidad <strong>de</strong> natación y alcanzan la madurez sexual en pocas<br />

semanas tras abandonar a sus progenitores. Esta reducida capacidad <strong>de</strong> dispersión <strong>de</strong>termina una<br />

ten<strong>de</strong>ncia al en<strong>de</strong>mismo y una escasa probabilidad <strong>de</strong> mezcla con otras áreas, como observaron<br />

Lopes et al. (1992), que encontraron gran<strong>de</strong>s diferencias entre las especies <strong>de</strong> anfípodos <strong>de</strong>l<br />

archipiélago macaronésico <strong>de</strong> Azores y las comunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> las Islas Británicas, <strong>de</strong> las costas <strong>de</strong><br />

Francia y Portugal y <strong>de</strong>l Mediterráneo.<br />

199


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

2. – CARACTERÍSTICAS TAXONÓMICAS<br />

Clase MALACOSTRACA Latreille, 1802<br />

La clase Malacostraca incluye mas <strong>de</strong> 42.000 especies <strong>de</strong> crustáceos, entre los que se encuentran los<br />

mas conocidos comúnmente por su valor comercial.<br />

Sus características morfológicas principales son: un tórax formado por ocho segmentos con un par <strong>de</strong><br />

apéndices cada uno (pereiópodos), que pue<strong>de</strong> estar cubierto por un caparazón; abdomen con seis<br />

segmentos, también con pares <strong>de</strong> apéndices (pleópodos). Todos los apéndices fueron primitivamente<br />

birrámeos, (algunas especies todavía los conservan), aunque por lo general tienen mas <strong>de</strong>sarrollada la<br />

rama interna (endopodio). <strong>Las</strong> antenas son birrámeas, pero en las segundas, la rama externa<br />

(exopodio) tiene forma <strong>de</strong> escama plana. Es frecuente que el primer par <strong>de</strong> apéndices torácicos se<br />

haya adaptado al servicio <strong>de</strong> la alimentación, a<strong>de</strong>lantándose y funcionando como maxilípedo. El<br />

segundo par también pue<strong>de</strong> estar modificado, generalmente quelado, a modo <strong>de</strong> gnatópodo. El resto<br />

<strong>de</strong> apéndices torácicos están adaptados para caminar o trepar y los pleópodos suelen ser birrámeos e<br />

iguales y se emplean en la natación, la ventilación, llevar la puesta o modificados como órgano<br />

copulador en los machos. Los últimos pleópodos pue<strong>de</strong>n estar aplanados y dirigidos hacia atrás<br />

formando los urópodos que junto con el telson configuran el abanico caudal. El gonoporo femenino se<br />

encuentra en el sexto segmento torácico y el masculino en el octavo. El estadio <strong>de</strong> larva nauplio <strong>de</strong><br />

los artrópodos ocurre <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l huevo.<br />

Los malacostráceos se divi<strong>de</strong>n en tres subclases: Phyllocarida; Hoplocarida (consi<strong>de</strong>radas las formas<br />

mas primitivas); y Eumalacostraca, el cual presnta dos superor<strong>de</strong>nes (Peracárida y Eucarida).<br />

SUPERORDEN PERACÁRIDA Calman, 1904<br />

200<br />

a) - ORDEN AMPHIPODA Latreille, 1816<br />

Los anfípodos son pequeños crustáceos principalmente marinos, aunque hay varias especies<br />

dulceacuícolas y una familia <strong>de</strong> formas terrestres.<br />

Se caracterizan por presentar el cuerpo comprimido lateralmente, ojos compuestos y sésiles, y por<br />

carecer <strong>de</strong> caparazón, aunque el primer segmento torácico y a veces el segundo está fusionado a la<br />

cabeza. El abdomen no suele estar claramente diferenciado <strong>de</strong>l tórax ni en tamaño ni en forma. <strong>Las</strong><br />

coxas <strong>de</strong> los apéndices torácicos son largas y aplanadas incrementando el aspecto <strong>de</strong> compresión<br />

lateral <strong>de</strong>l cuerpo. Primeras y segundas antenas estan bien <strong>de</strong>sarrolladas, el primer par con un<br />

pedúnculo casi siempre trisegmentado y el segundo con cinco segmentos y un flagelo. Tiene 4 piezas<br />

bucales: mandíbula, 1ª maxila, 2ª maxila y maxilípedo, que es el primer par <strong>de</strong> apéndices torácicos<br />

modificado. El segundo y tercer par <strong>de</strong> apéndices torácicos son alargados y subquelados y se<br />

<strong>de</strong>nominan gnatopodios. Los tres primeros pares <strong>de</strong> apéndices abdominales son pleópodos y se<br />

emplean en la natación y la ventilación. Los 3 últimos pares <strong>de</strong> apéndices abdominales, los urópodos,<br />

están dirigidos hacia atrás y se utilizan para saltar o nadar, según las especies.<br />

La mayoría mi<strong>de</strong> entre 2 y 20mm <strong>de</strong> largo, aunque existen algunas excepciones.<br />

Presentan generalmente coloraciones traslúcidas, marrones o grises, pero hay especies <strong>de</strong> color rojo,<br />

ver<strong>de</strong> o azul-verdoso.<br />

Suelen llegar a vivir 1 año y el crecimiento se lleva a cabo mediante numerosas mudas. Pue<strong>de</strong>n<br />

realizar tres tipos <strong>de</strong> movimientos: natatorio (incluso circular), con los 3 pares <strong>de</strong> pleópodos; corredor<br />

y trepador con las patas torácicas; y saltador mediante el <strong>de</strong>spliegue repentino <strong>de</strong>l extremo posterior<br />

y <strong>de</strong> los 3 últimos pares <strong>de</strong> apéndices abdominales (urópodos). Para movimientos rápidos corren con<br />

las patas torácicas pero también utilizan los pleópodos y suelen inclinarse <strong>de</strong> forma acusada hacia uno<br />

<strong>de</strong> los lados.<br />

Juegan un papel importante en la alimentación <strong>de</strong> peces e invertebrados <strong>de</strong>bido a su crecimiento<br />

masivo.


CAPÍTULO 4: MALACOSTRÁCEOS.<br />

Ocupan todos los hábitats posibles, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los fondos fangosos hasta las zonas <strong>de</strong> playa escasamente<br />

bañadas. Los anfípodos presentan asociaciones con una gran diversidad <strong>de</strong> hospedadores, usándolos<br />

como refugio, como alimento o para su reproducción (Cantor et al., 2009), tales como esponjas,<br />

ascidias, gran<strong>de</strong>s animales planctónicos o en las pra<strong>de</strong>ras <strong>de</strong> algas costeras ricas en sedimentos y en<br />

<strong>de</strong>pósitos vegetales. Algunas especies son capaces <strong>de</strong> habitar en galerías o tubos fabricados por ellos<br />

mismos.<br />

Se alimenta principalmente <strong>de</strong> <strong>de</strong>tritos o materia orgánica en <strong>de</strong>scomposición. Un pequeño número<br />

son herbívoros y otros son filtradores. Algunos gammáridos y caprélidos, principalmente las formas<br />

planctónicas, son <strong>de</strong>predadoras.<br />

Para su reproducción, la hembra presenta una bolsa ventral para incubar los huevos llamada<br />

marsupio, que está formado por gran<strong>de</strong>s prolongaciones <strong>de</strong> la coxas torácicas (segmentos 3-5) a<br />

modo <strong>de</strong> placa (oosteguitos), que se proyectan horizontalmente hacia el interior superponiéndose<br />

unas con otras. En las formas marinas pue<strong>de</strong> haber <strong>de</strong> 2 a 750 huevos por puesta, y suele ser<br />

frecuente mas <strong>de</strong> una puesta al año. El ciclo <strong>de</strong> vida es <strong>de</strong> aproximadamente un año. En los<br />

anfípodos, al igual que la gran mayoría <strong>de</strong> los crustáceos peracáridos, los embriones y larvas se<br />

<strong>de</strong>sarrollan en el interior <strong>de</strong>l marsupio <strong>de</strong> la madre, <strong>de</strong>l que emergen juveniles totalmente formados o<br />

larvas en estadios muy avanzados. Los jóvenes alcanzan la madurez sexual en pocas semanas, tras<br />

un <strong>de</strong>sarrollo muy rápido e intenso.<br />

Algunas especies <strong>de</strong>sarrollan un cuidado parental prolongado, en el que uno <strong>de</strong> los progenitores<br />

convive durante un tiempo con su <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia, alimentándola y protegiéndola activamente o<br />

simplemente tolerándola en su cuerpo o en sus escondrijos (Thiel, 1999a).<br />

En general, los anfípodos <strong>de</strong> regiones tropicales y subtropicales se caracterizan por tener reproducción<br />

continua, talla corporal pequeña, maduración rápida y varias puestas al año (especies multivoltinas)<br />

<strong>de</strong> embriones escasos y relativamente pequeños; las especies <strong>de</strong> altas latitu<strong>de</strong>s tienen características<br />

inversas a estas (Saint-Marie, 1991).<br />

a.1. Subor<strong>de</strong>n Gammari<strong>de</strong>a Latreille, 1802:<br />

Hay mas <strong>de</strong> 4.700 especies <strong>de</strong>scritas que viven casi exclusivamente en ambientes marinos y<br />

principalmente en los fondos y playas.<br />

Son anfípodos con la cabeza bien <strong>de</strong>finida y no fusionada con el segundo segmento torácico. La<br />

mayoría poseen palpo en el maxilípedo y las placas coxales <strong>de</strong> los apéndices torácicos están bien<br />

constituidas; ojos normalmente presentes, pigmentados y laterales. Abdomen fuerte con pleópodos y<br />

urópodos bien <strong>de</strong>sarrollados.<br />

Existe una gran diversidad <strong>de</strong> tallas según la especie, aunque pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse que la mayoría se<br />

concentran en un rango <strong>de</strong> entre 2.5 – 3mm como tallas mínimas para adultos, hasta 20mm <strong>de</strong> tallas<br />

máximas observadas. Algunos ejemplos son: Hyale media: <strong>de</strong> 5 a 10mm; Hyale hawaiensis: <strong>de</strong> 5 a<br />

12mm; Gammarus sp.: <strong>de</strong> 4 a 18mm; Pontoporeia sp.: <strong>de</strong> 5 a 8mm; Anelasmopus kraui: <strong>de</strong> 9.5 a<br />

12mm; Cymadusa sp.: <strong>de</strong> 15 a 20mm; etc.<br />

Son principalmente bentónicos y viven asociados a pra<strong>de</strong>ras <strong>de</strong> algas, zonas <strong>de</strong> arrecife o zonas<br />

rocosas, en dón<strong>de</strong> presentan una gran diversidad <strong>de</strong> modos <strong>de</strong> vida: escavadores, trepadores,<br />

reptantes, libre-nadadores o incluso, constructores <strong>de</strong> tubos. Un gran número <strong>de</strong> especies viven como<br />

habitantes <strong>de</strong> ascidias y esponjas, microhábitat que les brinda la oportunidad <strong>de</strong> llevar a cabo un<br />

cuidado parental prolongado (Dick et al., 2002; Thiel, 1997 a,b, 1999a). También presentan una gran<br />

diversidad en su alimentación, pudiendo ser carroñeros, filtradores, predadores o parásitos.<br />

Presentan dimorfismo sexual y los embriones se <strong>de</strong>sarrollan <strong>de</strong> forma prolongada en el marsupio. En<br />

el momento <strong>de</strong> la cópula, el macho se adhieren a la hembra utilizando los gnatopodios. Pue<strong>de</strong>n llevar<br />

a cabo un cuidado parental prolongado.<br />

Se han citado especies <strong>de</strong> Gammáridos en todos los mares <strong>de</strong>l planeta con ciertas especificida<strong>de</strong>s en<br />

función <strong>de</strong> la especie.<br />

201


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

202<br />

a.2. Subor<strong>de</strong>n Caprelli<strong>de</strong>a Leach, 1814:<br />

Se conocen 350 especies, todas ellas marinas. Su cuerpo largo y estilizado <strong>de</strong> abdomen muy reducido,<br />

les ha agraciado con el nombre común <strong>de</strong> “gambas esqueleto”.<br />

Presenta la cabeza fusionada con el primer segmento torácico y en parte con el segundo. Maxilípedo<br />

dotado <strong>de</strong> palpo. Coxas torácicas vestigiales o ausentes. Segmentos abdominales muy reducidos y con<br />

apéndices vestigiales. Ojos pequeños. Cuerpo alargado, cilíndrico o corto y aplastado.<br />

Los caprélidos están adaptados a la escalada gracias a que las puntas <strong>de</strong> sus patas están dotadas <strong>de</strong><br />

garras prensiles para engancharse a algas, hidroi<strong>de</strong>os o briozoos sobre los que viven.<br />

Muchas especies son filtradoras, trepando a las zonas mas altas <strong>de</strong> las algas o hidroi<strong>de</strong>os en los que<br />

viven, para capturar pequeñas partículas en suspensión presentes en la columna <strong>de</strong> agua que quedan<br />

retenidas en las sedas <strong>de</strong> sus antenas. Otras se alimentan por raspado <strong>de</strong> las superficies en don<strong>de</strong><br />

viven, ingiriendo principalmente <strong>de</strong>tritus presentes sobre hidrozoos, esponjas, o algas. Algunos<br />

caprélidos pue<strong>de</strong>n capturar activamente otros pequeños crustáceos y existen especies caníbales que<br />

<strong>de</strong>voran completamente individuos <strong>de</strong> su misma especie (Guerra-García, 2001).<br />

También presentan dimorfismo sexual, en el que las hembras son mas pequeñas que los machos en<br />

longitud y sus segundos gnatopodios se mantienen como en la fase juvenil. En el momento <strong>de</strong> la<br />

cópula, los caprélidos se adhieren a la hembra utilizando también los pereiópodos posteriores en lugar<br />

<strong>de</strong> solo los gnatopodios como los gammáridos. A<strong>de</strong>más los machos protegen agresivamente a la<br />

hembra seleccionada inflingiendo heridas mortales a otros machos (Caine, 1991).<br />

Presentan estacionalidad en su reproducción y algunas especies, como Caprella laeviuscula, el tamaño<br />

<strong>de</strong> la puesta varía en función <strong>de</strong>l tamaño <strong>de</strong> la hembra, mientras que el tamaño <strong>de</strong>l huevo se<br />

mantiene constante (Caine, 1979, 1991). El número <strong>de</strong> juveniles eclosionados es mas o menos el 50%<br />

<strong>de</strong>l total <strong>de</strong> la puesta que carga la hembra, <strong>de</strong> lo que algunos autores han sugerido que los primeros<br />

juveniles en eclosionar podrían comerse algunos <strong>de</strong> los huevos todavía no eclosionados (Caine, 1991).<br />

En contra <strong>de</strong> lo propuesto por otros investigadores (Bynum, 1978; Lim & Alexan<strong>de</strong>r, 1986), Caine<br />

(1991), afirmó la existencia <strong>de</strong> un cuidado parental prolongado.<br />

Presentan una amplia distribución por los mares y océanos <strong>de</strong> todo el planeta.<br />

En las Islas Canarias, el estudio <strong>de</strong> los caprélidos lo iniciaron Cejas & Brito (1984), citando las<br />

siguientes especies: Caprella equilibra, Phtisica marina, Pseudoprotella phasma y Pariambus typicus. A<br />

continuación Krapp-Schickel & Rufo (1990), recolectaron en muestras <strong>de</strong> algas y esponjas <strong>de</strong> playa<br />

<strong>de</strong>l Inglés (sur <strong>de</strong> Gran Canaria) las especies: Caprella acanthifera, Caprella danilevskii, Caprella<br />

grandimana y Caprella loparotnesis. Por último, Riera et al. (2003) i<strong>de</strong>ntificaron 2 especies no citadas<br />

anteriormente: Caprella cavediniae y Caprella penantis, junto con otras 6 ya i<strong>de</strong>ntificadas en canarias.<br />

Hasta este último estudio se han i<strong>de</strong>ntificado un total <strong>de</strong> 10 especies <strong>de</strong> caprélidos para el<br />

archipiélago canario, número bastante similar a otros archipiélagos macaronésicos como Azores, en el<br />

que se han i<strong>de</strong>ntificado 7 especies (Lopes et al., 1992), pero muy diferente a las 22 especies<br />

observadas en otras áreas cercanas continentales, como Ceuta (Guerra-García, 2001).<br />

b) - ORDEN TANAIDACEA Dana, 1849<br />

Son los únicos peracáridos provistos <strong>de</strong> un pequeño caparazón que cubre la parte anterior <strong>de</strong>l cuerpo<br />

dón<strong>de</strong> la cabeza está fusionada al primer y segundo segmentos torácicos. La superficie interior <strong>de</strong>l<br />

caparazón funciona como una cámara branquial. <strong>Las</strong> anténulas (antenas 1) son mas largas que las<br />

antenas (antenas 2). Muchas especies carecen <strong>de</strong> ojos, pero cuando están presentes se localizan en<br />

prolongaciones inmóviles a ambos lados <strong>de</strong> la cabeza. El primer par <strong>de</strong> apéndices torácicos son<br />

maxilípedos y el segundo par es un gnatopodio gran<strong>de</strong> y quelado, característica distintiva <strong>de</strong> este<br />

or<strong>de</strong>n. El tercer par <strong>de</strong> apéndices torácicos está adaptado para excavar. El tórax está formado por los<br />

6 segmentos restantes y el abdomen se compone <strong>de</strong> 5 segmentos ya que el último está fusionado con<br />

el telson.<br />

Por lo general pequeños, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un rango <strong>de</strong> entre 1 y 25mm <strong>de</strong> largo, aunque la talla media <strong>de</strong> la<br />

mayoría <strong>de</strong> especies <strong>de</strong> este or<strong>de</strong>n es <strong>de</strong> 2 a 5mm. Normalmente son <strong>de</strong> color crema o crudo, aunque<br />

algunos son moteados <strong>de</strong>bido a la presencia <strong>de</strong> cromatóforos.


CAPÍTULO 4: MALACOSTRÁCEOS.<br />

La mayoría se alimenta <strong>de</strong> <strong>de</strong>tritos y los microorganismos asociados a estos. Algunos son<br />

suspensívoros, utilizando para este fin las segundas maxilas o los maxilípedos. Otros son omnívoros,<br />

recogiendo diatomeas, algas y otras materias <strong>de</strong> alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> la boca <strong>de</strong> sus guaridas con sus<br />

quelípedos y también existen especies <strong>de</strong>predadoras.<br />

Son casi exclusivamente marinos y en su mayor parte son habitantes <strong>de</strong>l fondo en zonas litorales,<br />

don<strong>de</strong> viven enterrados en el barro construyendo tubos, o escondidos en pequeñas cavida<strong>de</strong>s y<br />

grietas en las rocas (bentónicos). Por lo general, los tanaidáceos pertenecientes a la superfamilia<br />

Tanaoi<strong>de</strong>a viven asociados a pra<strong>de</strong>ras <strong>de</strong> algas; la superfamilia Paratanoi<strong>de</strong>a a los sedimentos; y el<br />

subor<strong>de</strong>n Apseudomorpha, a ecosistemas <strong>de</strong> arrecifes coralinos, especialmente las familias<br />

Apseudidae y Metapseudidae (Gutu & Sieg, 1999).<br />

La relativa abundancia <strong>de</strong> tanaidaceos en los ecosistemas bentónicos marinos los sitúan como una<br />

importante fuente <strong>de</strong> alimento para vertebrados e invertebrados marinos bentónicos (Gardiner, 1975;<br />

Escobar-Briones & Spears, 1995; Morales-Vela, 2008).<br />

Al igual que el resto <strong>de</strong> peracáridos, los huevos se <strong>de</strong>positan, fecundan e incuban <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l<br />

marsupio, y el <strong>de</strong>sarrollo inicial <strong>de</strong> las larvas se lleva a cabo en su interior. <strong>Las</strong> larvas no se liberan<br />

hasta que no se han <strong>de</strong>sarrollado casi por completo todos sus apéndices y salen <strong>de</strong>l marsupio en fase<br />

Manca II, tras la que alcanzan una fase juvenil, <strong>de</strong>nominada Neutrum I por algunos investigadores.<br />

Son generalmente dioicos. Los machos tienen los quelíceros mas gran<strong>de</strong>s, pleópodos mas<br />

<strong>de</strong>sarrollados, los ojos <strong>de</strong> mayor tamaño y mas cantidad <strong>de</strong> saetas en las antenas y anténulas que las<br />

hembras. Cabe <strong>de</strong>stacar que existen 2 formas <strong>de</strong> machos, los “iniciadores” y los “secundarios” y se<br />

diferencian por el tamaño y por la forma <strong>de</strong>l quelícero. Algunas especies son a su vez hermafroditas y<br />

pue<strong>de</strong> incluso producirse un paso <strong>de</strong> hembra a macho <strong>de</strong>pendiendo <strong>de</strong> las condiciones ambientales, la<br />

presencia o no <strong>de</strong> hembras o <strong>de</strong> machos, etc., es <strong>de</strong>cir, son hermafroditas protoginos.<br />

La época <strong>de</strong> cría varía estacionalmente y latitudinalmente. Por ejemplo, en el sur-oeste <strong>de</strong> Francia las<br />

hembras crían <strong>de</strong> Marzo a Diciembre y los juveniles abundan en noviembre y diciembre, mientras que<br />

en el norte <strong>de</strong> Alemania los juveniles abundan en julio, y las larvas que se <strong>de</strong>sarrollan mas tar<strong>de</strong><br />

mueren.<br />

Existen cuatro subór<strong>de</strong>nes: Anthracocaridomorpha, son todo formas fósiles; Neotanaidomorpha, con<br />

organismos <strong>de</strong> vida libre; Tanaidomorpha, que habitan en tubos; y los Apseudomorpha que son<br />

escavadores.<br />

203


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

3. – RESULTADOS<br />

3.1. – DESCRIPCIÓN DE LAS ESPECIES ENCONTRADAS<br />

En el estudio <strong>de</strong> los organismos epibiontes <strong>de</strong> las tortugas Caretta caretta localizadas en el<br />

archipiélago Canario en los años 2002, 2003 y 2004, se encontraron 4 especies <strong>de</strong>l Superor<strong>de</strong>n<br />

Peracarida Calman, 1904, perteneciente a la Clase Malacostraca Latreille, 1802.<br />

Tres <strong>de</strong> estas especies pertenecen al Or<strong>de</strong>n Anphipoda Latreille, 1816: Hyale grimaldii Chevreux, 1891<br />

y Podocerus chelonophilus Chevreux & <strong>de</strong> Gerne, 1888 (ambas <strong>de</strong>l Subor<strong>de</strong>n Gammari<strong>de</strong>a Latreille,<br />

1802), y Caprella Andreae Mayer, 1890 (<strong>de</strong>l subor<strong>de</strong>n Caprelli<strong>de</strong>a Leach, 1814). La cuarta especie<br />

pertenece al Or<strong>de</strong>n Tanaidacea Dana, 1849: Hexapleomera robusta Moore, 1894.<br />

Como se muestra en el gráfico <strong>de</strong> la figura 97 las dos especies mas abundantes sobre las tortugas<br />

muestreadas fueron el gammárido H. grimaldii, presente en el 46.2%, y el caprélido C. andreae,<br />

localizado en el 45.6% <strong>de</strong> las tortugas muestreadas. El tanaidáceo H. robusta lo presentaban el<br />

29.0% <strong>de</strong> las tortugas, y por último, P. chelonophilus, que a pesar <strong>de</strong> ser específico <strong>de</strong> tortugas<br />

marinas presentó la menor frecuencia localizándose en el 2<strong>0.</strong>1% <strong>de</strong> las tortugas muestreadas.<br />

A continuación se disponen las fichas <strong>de</strong> caracterización <strong>de</strong> las especies observadas pertenecientes a<br />

este grupo, en la que se <strong>de</strong>tallan las características específicas <strong>de</strong> cada una <strong>de</strong> ellas, imágenes y fotos<br />

<strong>de</strong> las mismas obtenidas en este estudio, así como los gráficos <strong>de</strong> frecuencia <strong>de</strong> la presencia/<br />

ausencia, cantidad, talla y estadio reproductor <strong>de</strong> cada especie en función <strong>de</strong> las distintas variables <strong>de</strong><br />

estudio (Año, mes, isla, zona, talla <strong>de</strong> la tortuga y gravedad <strong>de</strong> las lesiones).<br />

204<br />

Fig. 97: Frecuencia observada para cada una <strong>de</strong> las especies <strong>de</strong> Malacostráceos<br />

presentes como epibiontes <strong>de</strong> las tortugas Caretta caretta localizadas en el archipiélago<br />

canario.


Hyale grimaldii Chevreux 1891<br />

Phylum: Arthropoda<br />

Superclase: Crustacea Brünich, 1772<br />

Clase: Malacostraca Latreille, 1802<br />

Infraclase: Eumalacostraca<br />

Superor<strong>de</strong>n: Peracarida Calman, 1904<br />

Or<strong>de</strong>n: Amphipoda Latreille, 1816<br />

Subor<strong>de</strong>n: Gammari<strong>de</strong>a Latreille, 1802<br />

Fam.: Hyalidae Bulycheva, 1957<br />

Género: Hyale Rathke, 1837<br />

CAPÍTULO 4: MALACOSTRÁCEOS.<br />

205


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

Clasificación<br />

taxonómica<br />

2<br />

3<br />

4<br />

5 6<br />

206<br />

DESCRIPCIÓN Y DATOS DE INTERÉS DE LA ESPECIE:<br />

Morfología: Cabeza bien <strong>de</strong>finida, no fusionada con el segundo segmento torácico; posee<br />

palpo en el maxilípedo; placas coxales <strong>de</strong> los apéndices torácicos bien constituidas; ojos<br />

presentes, pigmentados y laterales; abdomen fuerte con pleópodos y urópodos bien<br />

<strong>de</strong>sarrollados.<br />

Talla: Especies <strong>de</strong>l mismo género como Hyale media e Hyale hawaiensis presentan tallas <strong>de</strong><br />

entre 5 y 10mm o <strong>de</strong> 5 a 12mm respectivamente.<br />

Color: los adultos presentan tonos anaranjados o beiges. Los juveniles suelen ser blancos.<br />

Hábitat: Principalmente bentónicos y asociados a pra<strong>de</strong>ras <strong>de</strong> algas o zonas rocosas, aunque<br />

esta especie se ha observado comúnmente en objetos flotantes y tortugas marinas<br />

(Chevreux & De Guerne, 1893; Caine, 1896; Badillo, 2007).<br />

Reproducción: Presentan un marcado dimorfismo sexual. En el momento <strong>de</strong> la cópula, los<br />

machos se adhieren a las hembras utilizando los gnatopodios. La hembra porta la puesta en<br />

la parte ventral y los embriones se <strong>de</strong>sarrollan <strong>de</strong> forma prolongada en el marsupio. Pue<strong>de</strong>n<br />

llevar a cabo un cuidado parental prolongado.<br />

Dentro <strong>de</strong>l mismo género existen gran<strong>de</strong>s diferencias en la talla a la que alcanzan la<br />

madurez sexual, por ejemplo Hyale schmidti la alcanza con 2.4mm; Hyale nilssoni con 4mm;<br />

Hyale barbicornis con 6-7mm; y otras especies <strong>de</strong> gammaridos lo hacen con tallas bastante<br />

superiores (Fernán<strong>de</strong>z et al., 1989).<br />

Distribución: Cosmopolita. Muy común en el Atlántico y el Mediterráneo. En Canarias ha sido<br />

citada por Krapp-Schickel & Rufo (1990).<br />

Como epibionte <strong>de</strong> tortuga boba es uno <strong>de</strong> los gammáridos mas comúnmente citados<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> Podocerus chelonophilus, y se encuentran numerosas citas <strong>de</strong>l género Hyale en<br />

tortugas Caretta caretta <strong>de</strong>l Atlántico aunque no fueron i<strong>de</strong>ntificadas a nivel <strong>de</strong> especie<br />

(Caine, 1896; Frick et al., 2003). En el Mediterráneo ha sido citada en tortugas localizadas<br />

en Francia (Chevreux & De Guerne, 1893) Grecia (Kitsos et al., 2005) y España (Badillo,<br />

2007).<br />

1<br />

7<br />

8<br />

Fig. 98 (al dorso): Imágenes <strong>de</strong> ejemplares <strong>de</strong> Hyale grimaldii localizadas sobre las tortugas<br />

Caretta caretta muestreadas. 1– Esquema <strong>de</strong> los ejemplares <strong>de</strong> H. grimaldii muestreados. 2–<br />

Ejemplar <strong>de</strong> H. grimaldii entre ramas <strong>de</strong> P. carettia. 3– Ejemplar adulto <strong>de</strong> H. grimaldii. 4-<br />

Ejemplar adulto <strong>de</strong> H. grimaldii. 5- Ejemplar juvenil <strong>de</strong> H. grimaldii. 6– Detalle <strong>de</strong> la cabeza. 7.<br />

Tortuga colonizada por H. grimaldii. 8- Ejemplares <strong>de</strong> H. grimaldii sobre el caparazón <strong>de</strong> una<br />

tortuga junto con las algas H. mitchelliae y P. carettia.


Fig. 99: Gráfico <strong>de</strong> frecuencias <strong>de</strong> presencia/ausencia <strong>de</strong><br />

H. grimaldii en las tortugas Caretta caretta muestreadas,<br />

en función <strong>de</strong> las diferentes variables <strong>de</strong> estudio. La<br />

presencia se subdivi<strong>de</strong> en función <strong>de</strong> las cantida<strong>de</strong>s<br />

observadas por tortuga.<br />

CAPÍTULO 4: MALACOSTRÁCEOS.<br />

El pequeño crustáceo Hyale grimaldii estuvo<br />

presente en casi la mitad <strong>de</strong> las tortugas<br />

muestreadas (46.2%), siendo una <strong>de</strong> las<br />

especies mas frecuentes <strong>de</strong> este estudio. No<br />

obstante, las cantida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> este pequeño<br />

gammárido localizadas sobre cada tortuga fue<br />

bastante baja; en el 2<strong>0.</strong>71% <strong>de</strong> los casos se<br />

encontraron menos <strong>de</strong> 10 individuos y en el<br />

11.83% <strong>de</strong> 10 a 20 ejemplares sobre una<br />

misma tortuga. Por lo general, las frecuencias<br />

mas altas observadas coincidieron con las<br />

mayores cantida<strong>de</strong>s.<br />

<strong>Las</strong> tortugas muestreadas en 2004 presentaron<br />

esta especie con mayor frecuencia (56.9%), <strong>de</strong><br />

las cuales, el 8.62% presentaron mas <strong>de</strong> 50<br />

individuos sobre la misma tortuga. <strong>Las</strong><br />

frecuencias <strong>de</strong>l año 2002 (4<strong>0.</strong>35%) y <strong>de</strong>l 2003<br />

(38.46%) fueron ligeramente mas bajas.<br />

Con respecto a la época <strong>de</strong>l año, las tortugas<br />

que ingresaron en marzo y abril presentaron<br />

mayores frecuencias (75% y 55.17%), <strong>de</strong> las<br />

que el 8.33% y el 1<strong>0.</strong>34% respectivamente<br />

presentaban mas <strong>de</strong> 50 individuos por tortuga.<br />

El 60% <strong>de</strong> las tortugas que ingresaron en el<br />

mes <strong>de</strong> octubre presentaban esta especie pero<br />

en cantida<strong>de</strong>s muy bajas. El resto <strong>de</strong> los meses<br />

se observaron frecuencias que rondaban el<br />

40% pero por lo general en cantida<strong>de</strong>s muy<br />

pequeñas. Ninguna tortuga ingresada en el mes<br />

<strong>de</strong> noviembre presentó esta especie.<br />

<strong>Las</strong> tortugas proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> Gran Canaria y<br />

Tenerife presentaron las frecuencias mas altas<br />

(57.28%, 37.93%) y las mayores cantida<strong>de</strong>s<br />

(en Tenerife el 6.9% portaba mas <strong>de</strong> 50<br />

individuos por tortuga). En fuerteventura la<br />

frecuencia fue alta (31.25%) pero en<br />

cantida<strong>de</strong>s inferiores a 30 individuos/tortuga y<br />

el resto <strong>de</strong> islas presentaron frecuencias y<br />

cantida<strong>de</strong>s muy bajas. Por último, ninguna<br />

tortuga proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> Lanzarote presentó esta<br />

especie.<br />

Según la talla <strong>de</strong> las tortugas, las mayores<br />

frecuencias y cantida<strong>de</strong>s se concentraron en las<br />

tortugas <strong>de</strong> entre 30 y 60cm <strong>de</strong> caparazón<br />

(<strong>de</strong>s<strong>de</strong> 36.36% hasta un 75% según las tallas),<br />

siendo realmente baja en tortugas superiores a<br />

60cm y nula en las superiores <strong>de</strong> 65cm.<br />

<strong>Las</strong> tortugas sanas presentaron menores<br />

frecuencias (33.33%) y siempre en cantida<strong>de</strong>s<br />

inferiores a 30 individuos/tortuga.<br />

207


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

Fig. 10<strong>0.</strong> Gráfico <strong>de</strong> frecuencias <strong>de</strong> las tallas máximas <strong>de</strong><br />

H. grimaldii observadas por tortuga, en los ejemplares <strong>de</strong><br />

C. caretta muestreados, en función <strong>de</strong> las distintas<br />

variables <strong>de</strong> estudio.<br />

208<br />

Los ejemplares <strong>de</strong> H. grimaldii localizados sobre<br />

las tortugas juveniles <strong>de</strong> Canarias presentaron<br />

un rango <strong>de</strong> tallas <strong>de</strong> 1 a 12mm, aunque las<br />

tallas mas frecuentes fueron <strong>de</strong> entre 1 y 3mm<br />

(en el 44.87%), y <strong>de</strong> 3 a 5mm (en el 39.74%<br />

<strong>de</strong> las tortugas que presentaron esta especie).<br />

El resto <strong>de</strong> tallas se observaron en frecuencias<br />

muy bajas: el 8.97% presentaba tallas <strong>de</strong> entre<br />

5 y 10mm; y solo el 1.28% <strong>de</strong> las tortugas<br />

presentaron individuos <strong>de</strong> mas 10mm (aunque<br />

no superaron los 12mm).<br />

<strong>Las</strong> mayores tallas <strong>de</strong> esta especie se<br />

localizaron en tortugas que ingresaron el mes<br />

<strong>de</strong> abril (el 6.25% <strong>de</strong> las tortugas portaban<br />

individuos <strong>de</strong> talla superior a 10mm), aunque<br />

también se observaron tallas <strong>de</strong> entre 5 y<br />

10mm en algunas tortugas ingresadas en<br />

marzo (11.11%), abril (12.5%), julio (22.22%),<br />

agosto (12.5%) y septiembre (11.11%).<br />

Con respecto a la isla, y al igual que con las<br />

cantida<strong>de</strong>s, los ejemplares <strong>de</strong> mayor talla se<br />

presentaron en tortugas localizadas en Gran<br />

Canaria y Tenerife.<br />

Ocurre lo mismo según el tamaño <strong>de</strong> la tortuga,<br />

en el que los individuos <strong>de</strong> H. grimaldii <strong>de</strong><br />

mayor talla se localizaron en tortugas <strong>de</strong> entre<br />

35 y 60cm <strong>de</strong> LCCmin, concentrándose los<br />

ejemplares <strong>de</strong> tallas superiores a 10mm en las<br />

tortugas <strong>de</strong> 45-50cm <strong>de</strong> caparazón.<br />

Por último, los ejemplares <strong>de</strong> tallas superiores a<br />

5mm se localizaron en tortugas lesionadas (en<br />

diferentes grados), aunque los superiores a<br />

10mm estaban solo en tortugas con lesiones<br />

graves.


Fig. 101: Gráfico <strong>de</strong> frecuencias <strong>de</strong> los distintos estadios<br />

<strong>de</strong> H. grimaldii localizados sobre las tortugas C. caretta<br />

muestreadas, en función <strong>de</strong> diferentes variables <strong>de</strong><br />

estudio.<br />

CAPÍTULO 4: MALACOSTRÁCEOS.<br />

En este trabajo se han consi<strong>de</strong>rado individuos<br />

adultos a todos los ejemplares que superaron<br />

los 3mm <strong>de</strong> talla, ya que es un valor muy<br />

cercano a los observados para otras especies, y<br />

porque el ejemplar <strong>de</strong> Hyale grimaldii mas<br />

pequeño portando una puesta, observado en<br />

este estudio, presentaba 3.2mm <strong>de</strong> talla.<br />

Para H. grimaldii, el estadio mas frecuente<br />

observado sobre las tortugas Caretta caretta <strong>de</strong><br />

Canarias fue claramente el estadio juvenil,<br />

observándose en el 68.83% <strong>de</strong> las tortugas que<br />

presentaron esta especie, seguido <strong>de</strong> los<br />

ejemplares adultos, localizados en el 48.05%<br />

<strong>de</strong> las tortugas. La frecuencia mas baja la<br />

presentaron las crías (33.77%), aunque es un<br />

valor bastante alto, que indica que las tortugas<br />

<strong>de</strong> Canarias son idóneas para la reproducción<br />

<strong>de</strong> esta especie. Contrariamente a este dato,<br />

sorpren<strong>de</strong> la baja frecuencia <strong>de</strong> hembras<br />

ovígeras, que se observaron en el 14.29% <strong>de</strong><br />

los casos, aunque pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>berse a una fuerte<br />

estacionalidad para la especie, ya que solo se<br />

localizaron hembras ovígeras en los meses <strong>de</strong><br />

marzo a julio, con los valores mas altos para<br />

esos dos meses (33.33% en marzo y 44.44%<br />

en julio) como pue<strong>de</strong> observarse en el gráfico.<br />

A lo largo <strong>de</strong> los tres años <strong>de</strong> estudio, los<br />

valores son bastante similares para los tres, a<br />

excepción <strong>de</strong> la ausencia total <strong>de</strong> hembras<br />

ovígeras en el año 2003, lo que pue<strong>de</strong> ser<br />

<strong>de</strong>bido a condiciones ambientales.<br />

Todas las tortugas localizadas en la isla <strong>de</strong> la<br />

Gomera que presentaban H. grimaldii, portaban<br />

ejemplares adultos sin puestas <strong>de</strong> huevos,<br />

mientras que las hembras ovígeras solo se localizaron<br />

en tortugas proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> Gran<br />

Canaria y La Palma.<br />

Según la talla <strong>de</strong> la tortuga, aquellas <strong>de</strong> LCCmin<br />

superior a 55cm no presentaron ni crías ni<br />

hembras ovígeras, mientras que todos las<br />

tortugas <strong>de</strong> menos <strong>de</strong> 25cm que presentaron<br />

ejemplares adultos, portaban huevos.<br />

Según los datos obtenidos, la frecuencia <strong>de</strong><br />

crías es mayor conforme aumenta la gravedad<br />

<strong>de</strong> las lesiones (20% para las sanas y 50%<br />

para las tortugas graves), mientras que la<br />

frecuencia <strong>de</strong> juveniles disminuye, siendo las<br />

mas alta para las tortugas sanas (80%). <strong>Las</strong><br />

tortugas con las lesiones <strong>de</strong> mayor gravedad no<br />

presentaron hembras ovígeras, pero<br />

presentaron la frecuencia mas alta <strong>de</strong> adultos<br />

sin puestas (44.44%).<br />

209


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

Podocerus chelonophilus (Chevreux & <strong>de</strong> Guerne, 1888)<br />

Phylum: Arthropoda<br />

Superclase: Crustacea Brünich, 1772<br />

Clase: Malacostraca Latreille, 1802<br />

Infraclase: Eumalacostraca<br />

Superor<strong>de</strong>n: Peracarida Calman, 1904<br />

Or<strong>de</strong>n: Amphipoda Latreille, 1816<br />

Subor<strong>de</strong>n: Gammari<strong>de</strong>a Latreille, 1802<br />

Fam.: Podoceridae Leach, 1814<br />

Género: Podocerus Leach, 1814<br />

210


Clasificación<br />

taxonómica<br />

2<br />

DESCRIPCIÓN Y DATOS DE INTERÉS DE LA ESPECIE:<br />

CAPÍTULO 4: MALACOSTRÁCEOS.<br />

Podocerus chelonophilus, fue <strong>de</strong>scubierto y citado por primera vez por Chevreux & De<br />

Guerne (1888) sobre una tortuga marina en aguas <strong>de</strong>l noreste <strong>de</strong>l Atlántico (Azores).<br />

Morfología: La familia Podoceridae se distingue por su cabeza rectangular y un urosoma<br />

aplanado dorsoventralmente, cuyo urostomito 1 es el doble <strong>de</strong> largo que el urostomite 2<br />

(Kilgallen, 2009).<br />

Color: Dentro <strong>de</strong> género los colores citados son muy variables <strong>de</strong>bido a la presencia <strong>de</strong><br />

cromatóforos que permiten adaptar su coloración a la <strong>de</strong>l medio. Por lo general son amarillo<br />

pálido con tonalida<strong>de</strong>s marrones, rojizas, anaranjadas o violáceas.<br />

Talla: Según Kilgallen (2009), la longitud media <strong>de</strong> los machos ronda los 7.5mm y la <strong>de</strong> las<br />

hembras los 6mm.<br />

Hábitat: <strong>Las</strong> especies <strong>de</strong> la familia Podoceridae habitan en masas <strong>de</strong>nsas <strong>de</strong> hidroi<strong>de</strong>os o<br />

entre las incrustaciones creadas por otros anfípodos (Barnard et al., 1988),. Son gran<strong>de</strong>s<br />

trepadores <strong>de</strong> algas y animales se<strong>de</strong>ntarios (Myers & Lowry, 2003), permitiéndoles colocarse<br />

en las zonas mas elevadas para filtrar las partículas alimenticias disueltas en la columna <strong>de</strong><br />

agua. No poseen glándulas <strong>de</strong> seda en sus pereiópodos, por lo que no tienen la capacidad<br />

<strong>de</strong> construir tubos, aunque suelen ocupar los tubos abandonados <strong>de</strong> otras especies tubícolas<br />

(Barnard et al., 1988). En concreto, esta especie es especialista en tortugas marinas.<br />

Reproducción: Presentan dimorfismo sexual y los embriones se <strong>de</strong>sarrollan <strong>de</strong> forma<br />

prolongada en el marsupio. En el momento <strong>de</strong> la cópula, el macho se adhieren a la hembra<br />

utilizando los gnatopodios. Pue<strong>de</strong>n llevar a cabo un cuidado parental prolongado.<br />

Distribución: Se ha citado en varias zonas <strong>de</strong>l Océano Atlántico: Azores, Ma<strong>de</strong>ira, Florida y<br />

Carolina <strong>de</strong>l Sur; <strong>de</strong>l Mediterráneo: Argelia; como <strong>de</strong>l Pacífico: Australia (Queensland),<br />

Japón, Mar <strong>de</strong> China y Ecuador.<br />

El gammárido Podocerus chelonophilus se ha citado como epibionte común <strong>de</strong> tortuga boba<br />

(Caretta caretta) y carey (Eretmochelys imbricata) (Kilgallen, 2009). Para la tortuga boba es<br />

el gammárido mas citado, tanto en juveniles <strong>de</strong>l noreste <strong>de</strong>l Atlántico, Azores (Chevreux &<br />

De Guerne, 1888; Chevreux, 1900; Davenport, 1994; Frick et al., 2003) y Ma<strong>de</strong>ira (Moore,<br />

1995), así como en el Mediterráneo en las costas <strong>de</strong> Francia, Argelia (Chevreux & De<br />

Guerne, 1888), Grecia (Kitsos et al., 2005) y España (Badillo, 2007); como en hembras<br />

nidificantes <strong>de</strong> las costas americanas <strong>de</strong> Georgia, Florida y Carolina (Caine, 1986; Thomas &<br />

Barnard, 1992; Frick et al., 1998; Pfaller et al., 2006).<br />

1<br />

3 9<br />

4<br />

5<br />

6<br />

7 8<br />

10<br />

Fig. 102 (al dorso): Imágenes <strong>de</strong> ejemplares <strong>de</strong> Podocerus chelonophilus localizadas sobre las<br />

tortugas Caretta caretta muestreadas. 1– Esquema <strong>de</strong> los ejemplares <strong>de</strong> P. chelonophilus<br />

muestreados. 2– Ejemplares adultos <strong>de</strong> P. chelonophilus. 3– Ejemplar adultos <strong>de</strong> P.<br />

chelonophilus. 4- Detalle <strong>de</strong> los apéndices bucales. 5- Detalle <strong>de</strong> la cabeza. 6- Vista ventral <strong>de</strong><br />

un ejemplar adulto. 7– Ejemplar <strong>de</strong> P. chelonophilus entre ramas <strong>de</strong> P. carettia en una<br />

muestra. 8- Ejemplar adulto <strong>de</strong> P. chelonophilus. 9- Invasión masiva <strong>de</strong> P. chelonophilus sobre<br />

los escudos marginales <strong>de</strong>l caparazón <strong>de</strong> una tortuga. 10- Invasión <strong>de</strong> P. chelonophilus<br />

directamente sobre la piel <strong>de</strong> las aletas.<br />

211


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

Fig. 103: Gráfico <strong>de</strong> frecuencias <strong>de</strong> presencia/ausencia <strong>de</strong><br />

P. chelonophilus en las tortugas Caretta caretta<br />

muestreadas, en función <strong>de</strong> las diferentes variables <strong>de</strong><br />

estudio. La presencia se subdivi<strong>de</strong> en función <strong>de</strong> las<br />

cantida<strong>de</strong>s observadas por tortuga.<br />

212<br />

La frecuencia observada <strong>de</strong>l gammárido<br />

Podocerus chelonophilus en este estudio fue<br />

bastante inferior a la <strong>de</strong>l gammárido <strong>de</strong>scrito<br />

anteriormente, H. grimaldii, estando presente<br />

en el 2<strong>0.</strong>1% <strong>de</strong> las tortugas muestreadas.<br />

A<strong>de</strong>más, la cantidad <strong>de</strong> individuos presentes<br />

sobre una mismas tortuga fue mas baja que en<br />

la especie anterior: el 11.83% <strong>de</strong> las tortugas<br />

portaban menos <strong>de</strong> 10 individuos, y tan solo el<br />

2.37% y el 2.96% cargaban <strong>de</strong> 11 a 20<br />

individuos y <strong>de</strong> 21 a 30 ejemplares respectivamente.<br />

El 2.96% restante presentaba mas <strong>de</strong><br />

30 individuos.<br />

Esta especie presentó un aumento progresivo<br />

en su frecuencia a lo largo <strong>de</strong> los 3 años <strong>de</strong><br />

estudio: 8.77%, 21.15% y 27.59% para 2002,<br />

2003 y 2004 respectivamente.<br />

Con respecto a la época <strong>de</strong>l año, se aprecia un<br />

comportamiento bastante irregular, aunque<br />

<strong>de</strong>staca la ausencia total <strong>de</strong> esta especie en los<br />

meses <strong>de</strong> octubre y noviembre, así como la<br />

baja frecuencia y cantidad observada en las<br />

tortugas ingresadas en septiembre y diciembre.<br />

<strong>Las</strong> mayores frecuencias se observaron en los<br />

meses <strong>de</strong> marzo (33.33%) y abril (27.59%),<br />

siendo este último el único en el que ingresaron<br />

tortugas con mas <strong>de</strong> 100 individuos en el<br />

caparazón. Algunas tortugas ingresadas en los<br />

meses <strong>de</strong> enero (12.5%), abril (3.45%) y junio<br />

(5%), cargaban entre 51 y 100 individuos.<br />

Según la isla, las mayores frecuencias y<br />

cantida<strong>de</strong>s se localizaron en las tortugas<br />

proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> Lanzarote (el 50% <strong>de</strong> las<br />

tortugas portaban <strong>de</strong> 51 a 100 individuos) y el<br />

Hierro (en el 33.33% <strong>de</strong> las tortugas, <strong>de</strong> las<br />

que la mitad portaban <strong>de</strong> 51 a 100 individuos).<br />

En la Palma no ingresó ninguna tortuga con<br />

esta especie y en Tenerife y la Gomera en<br />

bajas frecuencias y cantida<strong>de</strong>s.<br />

Ninguna tortuga proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la costa oeste<br />

<strong>de</strong> las islas presentaba esta especie.<br />

Con respecto a la talla <strong>de</strong>l caparazón, la mayor<br />

frecuencia y cantidad se localizó en las tortugas<br />

<strong>de</strong> mas <strong>de</strong> 65cm <strong>de</strong> LCCmin (el 50% portaban<br />

entre 51 y 100 individuos/tortuga). <strong>Las</strong><br />

frecuencias mas bajas se localizaron en las<br />

tortugas <strong>de</strong> menor talla (


Fig. 104. Gráfico <strong>de</strong> frecuencias <strong>de</strong> las tallas máximas <strong>de</strong><br />

P. chelonophilus observadas por tortuga, en los<br />

ejemplares <strong>de</strong> C. caretta muestreados, en función <strong>de</strong> las<br />

distintas variables <strong>de</strong> estudio.<br />

CAPÍTULO 4: MALACOSTRÁCEOS.<br />

La mayor parte <strong>de</strong> los ejemplares <strong>de</strong> P.<br />

chelonophilus localizados en las tortugas<br />

juveniles <strong>de</strong> Canarias presentaron tallas <strong>de</strong><br />

entre 2 y 5mm (32.35% <strong>de</strong> las tortugas) y <strong>de</strong><br />

5 a 10mm (el 41.18%). Solo el 11.76% <strong>de</strong> las<br />

tortugas portaban ejemplares <strong>de</strong> 10 a 15mm<br />

y el 5.88% individuos <strong>de</strong> mas <strong>de</strong> 15mm.<br />

A lo largo <strong>de</strong> los 3 años <strong>de</strong> estudio no se<br />

apreciaron diferencias importantes en las<br />

tallas observadas para este gammarido.<br />

Según la época <strong>de</strong>l año, las tallas mas<br />

gran<strong>de</strong>s (>15mm) se localizaron en tortugas<br />

que ingresaron en los meses <strong>de</strong> abril y<br />

agosto, aunque en enero y septiembre<br />

también se localizaron bastantes ejemplares<br />

<strong>de</strong> 10 a 15mm.<br />

Los individuos <strong>de</strong> P. chelonophilus <strong>de</strong> mayor<br />

talla se localizaron en tortugas ingresadas en<br />

Lanzarote y el Hierro, coincidiendo con las<br />

mayores cantida<strong>de</strong>s y frecuencias.<br />

De la misma forma, las tortugas <strong>de</strong> LCCmin<br />

superior a 65cm presentaron los ejemplares<br />

<strong>de</strong> P. chelonophilus <strong>de</strong> mayores tallas; y las<br />

<strong>de</strong> caparazón <strong>de</strong> menos <strong>de</strong> 40cm presentaron<br />

las tallas mas pequeñas.<br />

<strong>Las</strong> mayores tallas <strong>de</strong> P. chelonophilus se<br />

localizaron en las tortugas que ingresaron con<br />

lesiones mo<strong>de</strong>radas o graves.<br />

213


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

Fig. 105: Gráfico <strong>de</strong> frecuencias <strong>de</strong> los distintos estadios<br />

<strong>de</strong> P. chelonophilus localizados sobre las tortugas C.<br />

caretta muestreadas, en función <strong>de</strong> diferentes variables<br />

<strong>de</strong> estudio.<br />

214<br />

En este trabajo se han consi<strong>de</strong>rado adultos<br />

todos los ejemplares que superaron los 5mm<br />

<strong>de</strong> talla, por referencia a otros trabajos sobre<br />

esta especie y porque el ejemplar mas<br />

pequeño <strong>de</strong> Podocerus chelonophilus que se<br />

observó portando huevos media 5.6mm.<br />

Para esta especie, se observaron frecuencias<br />

similares <strong>de</strong> los estadios juvenil y adulto<br />

(58.82% para cada uno), mientras que la<br />

frecuencia <strong>de</strong> crías fue ligeramente mayor que<br />

la <strong>de</strong> la especie anterior, 38.24%, indicando<br />

también que las tortugas Caretta caretta <strong>de</strong><br />

Canarias brindan el ambiente a<strong>de</strong>cuado para<br />

la reproducción <strong>de</strong> esta especie. Dentro <strong>de</strong> las<br />

tortugas que presentaron ejemplares adultos,<br />

el 23.53% portaba hembras ovígeras, y el<br />

35.29% no.<br />

Los dos primeros años <strong>de</strong>l estudio mostraron<br />

valores similares, mientras que en el año<br />

2004 se observaró una frecuencia mucho<br />

menor <strong>de</strong> crías, juveniles y adultos con<br />

hembras ovígeras, mientras que aumentó<br />

fuertemente el número <strong>de</strong> adultos sin huevos.<br />

P. chelonophilus muestra una estacionalidad<br />

mas amplia, ya que se observaron hembras<br />

ovígeras y crías <strong>de</strong> enero a agosto, pero mas<br />

restrictiva, ya que no se observó en ninguna<br />

<strong>de</strong> las tortugas localizadas en octubre y<br />

noviembre, en diciembre solo juveniles y en<br />

septiembre juveniles y adultos sin puestas. De<br />

cualquier modo, las mayores frecuencias <strong>de</strong><br />

hembras ovígeras y <strong>de</strong> crías se localizaron en<br />

enero y febrero, así como en las tortugas<br />

localizadas en Lanzarote y El Hierro.<br />

<strong>Las</strong> tortugas localizadas en la Gomera solo<br />

presentaron crías, mientras que las <strong>de</strong> Fuerteventura<br />

solo presentaron adultos sin puestas.<br />

<strong>Las</strong> tortugas <strong>de</strong> Gran Canaria y Tenerife<br />

presentraon datos muy similares, con la única<br />

diferencia <strong>de</strong> que las <strong>de</strong> Tenerife no tenían<br />

hembras ovígeras.<br />

Según la talla <strong>de</strong> las tortugas, aquellas <strong>de</strong><br />

LCCmin inferior a 25cm y las <strong>de</strong> mas <strong>de</strong> 65cm,<br />

presentaron las frecuencias mas altas <strong>de</strong><br />

hembras ovígeras y crías, mientras que solo<br />

las <strong>de</strong> 30 a 60cm presentaron adultos sin<br />

puestas, lo que indica que las tortugas mas<br />

pequeñas y las mas gran<strong>de</strong>s son la que<br />

brindan un ambiente mas propicio.<br />

<strong>Las</strong> tortugas sanas presentan mayores<br />

frecuencias <strong>de</strong> crías y juveniles que las<br />

tortugas con lesiones.


Caprella andreae Mayer, 1890<br />

Phylum: Arthropoda<br />

Superclase: Crustacea Brüniche, 1772<br />

Clase: Malacostraca Latreille, 1802<br />

Infraclase: Eumalacostraca<br />

Superor<strong>de</strong>n: Peracarida Calman, 1904<br />

Or<strong>de</strong>n: Amphipoda Latreille, 1816<br />

Subor<strong>de</strong>n: Caprelli<strong>de</strong>a Leach, 1814<br />

Fam.: Caprellidae Leach, 1814<br />

Género: Caprella Lamarck, 1801<br />

CAPÍTULO 4: MALACOSTRÁCEOS.<br />

215


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

216<br />

DESCRIPCIÓN Y DATOS DE INTERÉS DE LA ESPECIE:<br />

Morfología: Cuerpo alargado y estilizado <strong>de</strong> abdomen muy reducido. Primer apéndice torácico<br />

modificado en maxilípedo; el segundo quelado, modificado en gnatopodio; tercer y cuarto<br />

ausentes; <strong>de</strong>l cuarto al séptimo adaptados a la escalada con garras prensiles. Posee rostrum.<br />

Esta especie muestra un alto grado <strong>de</strong> variaciones morfológicas, lo que ha causado continuas<br />

dudas en su i<strong>de</strong>ntificación. Guerra-García et al. (2006b), han sido los primeros en usar técnicas<br />

moleculares para estudiar las variaciones intraspecíficas <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> las poblaciones <strong>de</strong>l estrecho<br />

<strong>de</strong> Gibraltar, <strong>de</strong>mostrando que se trata <strong>de</strong> diferentes ecotipos y no <strong>de</strong> especies distintas.<br />

Talla: 12mm para machos y 11.7mm para hembras según Sezgin et al. (2009) en ejemplares<br />

localizados sobre tortugas Caretta caretta <strong>de</strong> las costas <strong>de</strong> Turquía.<br />

Hábitat: Este caprélido ha sido citado viviendo sobre pra<strong>de</strong>ras <strong>de</strong> algas (como Posidonia<br />

oceanica y Cymodocea nodosa), hidroi<strong>de</strong>os, briozoos, esponjas, equino<strong>de</strong>rmos, corales,<br />

<strong>de</strong>cápodos, ascidias, gorgóneas y mejillones, entre otros. Según Guerra-García & García-Gómez<br />

(2001), tienen preferencia por zonas muy expuestas. También es una especie típica <strong>de</strong> hábitat<br />

aislados ecológicamente como objetos flotantes (Thiel, 2003).<br />

Reproducción: Son dioicos y presentan dimorfismo sexual: las hembras son mas pequeñas que<br />

los machos en longitud y sus segundos gnatopodios se mantienen como en la fase juvenil. Los<br />

huevos se incuban en el marsupio <strong>de</strong> la hembra, <strong>de</strong> don<strong>de</strong> nacen juveniles totalmente<br />

formados. Pue<strong>de</strong>n presentar cuidado parental prolongado.<br />

Distribución: Se le consi<strong>de</strong>rada cosmopolita ya que ha sido citado en el Océano Atlántico,<br />

Índico, Pacífico y el mar Mediterráneo. Tanto en aguas templadas como cálidas. Esta especie<br />

no ha sido citada en el archipiélago canario, hasta la fecha.<br />

Como epibionte <strong>de</strong> tortugas marinas se ha citado como epibionte <strong>de</strong> tortuga boba (Caretta<br />

caretta) y <strong>de</strong> tortuga ver<strong>de</strong> (Chelonia mydas). Para tortuga boba, se ha observado tanto en<br />

tortugas juveniles <strong>de</strong>l este <strong>de</strong>l Atlántico: Azores (Frick et al., 2003) y Ma<strong>de</strong>ira (Moore, 1995), y<br />

<strong>de</strong>l Mediterráneo: Francia (Chevreux & De Guerne, 1893), Grecia (Kitsos et al., 2005) y España<br />

(Badillo, 2007); como en hembras nidificantes <strong>de</strong> las costas americanas, Georgia y Florida<br />

(Caine, 1986; Frick et al., 1998; Pfaller et al., 2008), y <strong>de</strong>l Mediterráneo: Turquía (Sezgin et al.,<br />

2009). Suele ir asociado a hidroi<strong>de</strong>os y algas filamentosas epibiontes <strong>de</strong> la tortuga boba como<br />

Obelia sp. y Polysiphonia carettia, ambos presentes en las tortugas <strong>de</strong> este estudio.<br />

Clasificación<br />

taxonómica<br />

2<br />

3<br />

4<br />

5<br />

6<br />

1<br />

Fig. 106 (al dorso): Imágenes <strong>de</strong> ejemplares <strong>de</strong> Caprella andreae localizados sobre las<br />

tortugas Caretta caretta muestreadas. 1– Esquema <strong>de</strong> los ejemplares <strong>de</strong> C. andreae<br />

muestreados. 2– Hembra <strong>de</strong> C. andreae portando la puesta. 3– Macho adulto <strong>de</strong> C. andreae.<br />

4- Detalle <strong>de</strong> la cabeza <strong>de</strong> un ejemplar <strong>de</strong> C. andreae. 5– Detalle <strong>de</strong> la cabeza <strong>de</strong> un ejemplar<br />

<strong>de</strong> C. andreae. 6–. Grupo “familiar” <strong>de</strong> C. andreae muestra <strong>de</strong>l cuidado parental prolongado<br />

(macho adulto, hembra portando la puesta y cría).


Fig. 107: Gráfico <strong>de</strong> frecuencias <strong>de</strong> presencia/ausencia <strong>de</strong><br />

C. andreae en las tortugas Caretta caretta muestreadas,<br />

en función <strong>de</strong> las diferentes variables <strong>de</strong> estudio. La<br />

presencia se subdivi<strong>de</strong> en función <strong>de</strong> las cantida<strong>de</strong>s<br />

observadas por tortuga.<br />

CAPÍTULO 4: MALACOSTRÁCEOS.<br />

El caprélido Caprella andreae se localizó en el<br />

42.51% <strong>de</strong> las tortugas muestreadas en este<br />

estudio, porcentaje muy similar al gammárido<br />

Hyale grimaldii. En la mayoría <strong>de</strong> los casos se<br />

observó un número reducido <strong>de</strong> individuos en<br />

una misma tortuga, el 17.96% <strong>de</strong> las tortugas<br />

portaban menos <strong>de</strong> 10 individuos, el 12.57%<br />

<strong>de</strong> 11 a 20, el 8.98% cargaba <strong>de</strong> 21 a 30<br />

individuos, y el 6% restante portaban mas <strong>de</strong><br />

30 ejemplares a la vez.<br />

Apenas hubo diferencias entre las tortugas<br />

ingresadas cada uno <strong>de</strong> los años <strong>de</strong>l estudio.<br />

Los meses <strong>de</strong> primavera y verano presentaron<br />

mayores cantida<strong>de</strong>s y frecuencias (siempre<br />

superiores al 40%) que los meses <strong>de</strong> otoño e<br />

invierno, siendo marzo el mes mas importante<br />

con diferencia, ya que el 83.33% <strong>de</strong> las<br />

tortugas ingresadas este mes presentaban C.<br />

andreae en su caparazón. A<strong>de</strong>más, el 33.33%<br />

<strong>de</strong> estas tortugas transportaban mas <strong>de</strong> 30<br />

individuos al mismo tiempo.<br />

<strong>Las</strong> tortugas proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> Lanzarote y el<br />

Hierro no presentaron esta especies como<br />

epibionte. La frecuencia mas alta se observó<br />

en las tortugas proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> la Gomera,<br />

pero las mayores cantida<strong>de</strong>s se presentaron<br />

en aquellas localizadas en Gran Canaria y<br />

Fuerteventura.<br />

No se aprecian diferencias importantes según<br />

la zona en la que se localizó a las tortugas,<br />

aunque las mayores cantida<strong>de</strong>s se dieron en<br />

las tortugas proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong>l sur <strong>de</strong> las islas.<br />

Con respecto a la talla <strong>de</strong> la tortuga, ninguna<br />

<strong>de</strong> mas <strong>de</strong> 65cm <strong>de</strong> LCCmin presentaba esta<br />

especie, y solo se localizaron en el 20% <strong>de</strong> las<br />

tortugas <strong>de</strong> 60-65cm y en cantida<strong>de</strong>s casi<br />

insignificantes. En las tortugas <strong>de</strong> talla inferior<br />

a 60cm, se dieron frecuencias bastante altas<br />

(>40%), y el mayor número <strong>de</strong> individuos por<br />

tortuga se localizó en aquellas <strong>de</strong> 35-55cm <strong>de</strong><br />

LCCmin principalmente.<br />

Según la gravedad <strong>de</strong> las lesiones <strong>de</strong> las<br />

tortugas no se aprecian gran<strong>de</strong>s diferencias,<br />

solo que las mayores cantida<strong>de</strong>s se<br />

observaron en tortugas lesionadas.<br />

217


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

Fig. 108. Gráfico <strong>de</strong> frecuencias <strong>de</strong> las tallas máximas <strong>de</strong><br />

C. andreae observadas por tortuga, en los ejemplares <strong>de</strong><br />

C. caretta muestreados, en función <strong>de</strong> las distintas<br />

variables <strong>de</strong> estudio.<br />

218<br />

El 50% <strong>de</strong> las tortugas que presentaron esta<br />

especie como epibionte portaban ejemplares<br />

<strong>de</strong> entre 5 y 10mm <strong>de</strong> longitud. El 17.11%<br />

presentaban individuos <strong>de</strong> 2 a 5mm y el 25%<br />

ejemplres <strong>de</strong> 10 a 15mm. Un pequeño grupo<br />

<strong>de</strong> tortugas (3.95%) transportaban individuos<br />

<strong>de</strong> mas <strong>de</strong> 15mm.<br />

No se pareciaron diferencias imporatntes en<br />

la talla <strong>de</strong> los individuos observados en los<br />

distintos años <strong>de</strong>l estudio.<br />

<strong>Las</strong> tortugas que presentaron los individuos<br />

<strong>de</strong> mayores tallas ingresaron principalmetne<br />

en los meses <strong>de</strong> abril, agosto y septiembre.<br />

Todos los ejemplares localizados en las<br />

tortugas que ingresaron en invierno (<strong>de</strong><br />

octubre a febrero) fueron <strong>de</strong> tallas inferiores a<br />

5mm.<br />

<strong>Las</strong> tortugas localizadas en la costa este y sur<br />

<strong>de</strong> las islas <strong>de</strong> Fuerteventura y Gran Canaria<br />

presentaron los ejemplares <strong>de</strong> C. andreae <strong>de</strong><br />

mayores tallas.<br />

Por último, solo las tortugas <strong>de</strong> 40 a 50cm <strong>de</strong><br />

caparazón presentaron caprélidos <strong>de</strong> mas<br />

15mm <strong>de</strong> longitud.<br />

<strong>Las</strong> mayores tallas <strong>de</strong> C. andreae se localizaron<br />

en tortugas con lesiones graves.


Fig. 109: Gráfico <strong>de</strong> frecuencias <strong>de</strong> los distintos estadios<br />

<strong>de</strong> C. andreae localizados sobre las tortugas C. caretta<br />

muestreadas, en función <strong>de</strong> diferentes variables <strong>de</strong><br />

estudio.<br />

CAPÍTULO 4: MALACOSTRÁCEOS.<br />

Se consi<strong>de</strong>raron adultos todos los ejemplares<br />

<strong>de</strong> Caprella andreae <strong>de</strong> talla superior a 5mm,<br />

en base a datos bibliográficos <strong>de</strong> la especie y<br />

a que en este estudio la talla mínima <strong>de</strong> las<br />

hembras ovígeras fue <strong>de</strong> 5.4mm.<br />

El estadio <strong>de</strong> C. andreae mas frecuente en las<br />

tortugas Caretta caretta <strong>de</strong> Canarias fueron<br />

los adultos (78.95%), seguido <strong>de</strong> los juveniles<br />

(52.63%), y por último las crías (32.89%).<br />

Dentro <strong>de</strong>l grupo <strong>de</strong> tortugas que presentaron<br />

ejemplares adultos, el 25% eran adultos sin<br />

puestas <strong>de</strong> huevos, mientras que el 53.95%<br />

transportaba hembras ovígeras, presentando<br />

la mayor frecuencia <strong>de</strong> hembras ovígeras <strong>de</strong><br />

las 4 especies <strong>de</strong> malacostráceos encontradas<br />

en este estudio. Es importante resaltar que en<br />

una gran parte <strong>de</strong> las tortugas se localizaron<br />

varios estadios sobre la misma tortuga, como<br />

se <strong>de</strong>tallará mas a<strong>de</strong>lante.<br />

En el año 2002 la frecuencia <strong>de</strong> tortugas con<br />

crías <strong>de</strong> C. andreae (66.67%) fue mayor que<br />

para los años 2003 y 2004 (16%).<br />

Se localizaron hembras ovígeras a lo largo <strong>de</strong><br />

todo el año a excepción <strong>de</strong>l mes <strong>de</strong> diciembre,<br />

en don<strong>de</strong> solo se presentaron adultos sin<br />

puestas <strong>de</strong> huevos. Todas las tortugas que<br />

presentaron esta especie en los meses <strong>de</strong><br />

octubre y noviembre, portaban hembras<br />

ovígeras, larvas y juveniles simultáneamente.<br />

La frecuencia <strong>de</strong> tortugas con crías <strong>de</strong> C.<br />

andreae en su caparazón fue aumentando<br />

progresivamente a lo largo <strong>de</strong> la primavera<br />

(28.33%), el verano (51.85%) y el otoño<br />

(66.66%), estando completamente ausente<br />

en las tortugas que ingresaron en los mese <strong>de</strong><br />

invierno.<br />

<strong>Las</strong> tortugas localizadas en la Gomera solo<br />

portaban ejemplares adultos sin puestas y las<br />

<strong>de</strong> Lanzarote y el Hierro no presentaban esta<br />

especie. La frecuencia <strong>de</strong> hembras ovígeras y<br />

<strong>de</strong> crías disminuye conforme las tortugas se<br />

localizan mas alejadas <strong>de</strong>l continente (60% y<br />

40% en las <strong>de</strong> fuerteventura y 25% en las <strong>de</strong><br />

la Palma).<br />

<strong>Las</strong> tortugas <strong>de</strong> 60-65cm <strong>de</strong> LCCmin portaban<br />

solo hembras ovígeras, mientras que las <strong>de</strong><br />

talla superior a 65cm no presentaron ningún<br />

ejemplar <strong>de</strong> C. andreae. La frecuencia <strong>de</strong><br />

hembras ovígeras fue siempre mayor que el<br />

<strong>de</strong> adultos sin puestas a excepción <strong>de</strong> las<br />

tortugas <strong>de</strong> 55-60cm <strong>de</strong> caparazón.<br />

En función <strong>de</strong> las lesiones <strong>de</strong> las tortugas no<br />

se observaron diferencias importantes.<br />

219


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

Hexapleomera robusta Moore, 1894<br />

220<br />

Subphylum: Crustacea<br />

Clase: Malacostraca<br />

Subclase: Eumalacostraca<br />

Superor<strong>de</strong>n: Peracarida<br />

Or<strong>de</strong>n: Tanaidacea<br />

Subor<strong>de</strong>n: Tanaidomorpha<br />

Superfamilia: Tanaoi<strong>de</strong>a<br />

Familia: Tanaidae Dana, 1849<br />

Género Hexapleomera Dudich, 1931


DESCRIPCIÓN Y DATOS DE INTERÉS DE LA ESPECIE:<br />

CAPÍTULO 4: MALACOSTRÁCEOS.<br />

Morfología: Cuerpo cilíndrico con cabeza y ojos bien diferenciados. Provistos <strong>de</strong> un caparazón que<br />

cubre la parte anterior <strong>de</strong>l cuerpo dón<strong>de</strong> la cabeza está fusionada al primer y segundo segmentos<br />

torácicos. <strong>Las</strong> anténulas (antenas 1) son mas largas que las antenas (antenas 2). El primer par <strong>de</strong><br />

apéndices torácicos son maxilípedos y el segundo par es un gnatopodio gran<strong>de</strong> y quelado. El tercer<br />

par <strong>de</strong> apéndices torácicos está adaptado para excavar. El tórax está formado por los 6 segmentos<br />

restantes y el abdomen se compone <strong>de</strong> 5 segmentos ya que el último está fusionado con el telson.<br />

Talla: la mayoría <strong>de</strong> especies <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n Tanaidacea, presentan una talla media <strong>de</strong> 2 a 5mm. Esta<br />

especie alcanza comúnmente los 3.5mm <strong>de</strong> largo.<br />

Alimentación: La morfología y la reducción <strong>de</strong> los apéndices bucales en H. Robusta sugieren que es<br />

una especie <strong>de</strong>tritívora, que captura partículas suspendidas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el bor<strong>de</strong> <strong>de</strong> sus tubos (Morales-<br />

Vera et al., 2008).<br />

Hábitat: Principalmente habita en diminutos tubos construidos por el mismo entre las grietas <strong>de</strong><br />

rocas, fron<strong>de</strong>s <strong>de</strong> algas, diversos objetos sólidos e incluso entre los escudos <strong>de</strong> tortugas (marinas y<br />

dulceacuícolas). Como todos los miembros <strong>de</strong> la familia Tanaidae Dana, 1849 habitan en aguas<br />

poco profundas, frecuentemente asociados a pra<strong>de</strong>ras <strong>de</strong> algas costeras, como ocurre en la costa<br />

<strong>de</strong> Ulía, Guipúzcoa (España), asociado a Caulerpa elongata (0-5m <strong>de</strong> profundidad) en <strong>de</strong>nsida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> hasta 5.000 individuos/m 2 (Martinez & Adarraga). Estos dos autores sugieren que la presencia <strong>de</strong><br />

esta especie en el Golfo <strong>de</strong> Vizcaya, al igual que otras especies como el peracárido Ampelisca<br />

hetrodactyla y el poliqueto Boccardi probosci<strong>de</strong>a, pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>berse al transporte naval como vector <strong>de</strong><br />

introducción, proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> las costas africanas.<br />

Distribución: su distribución mundial se ha consi<strong>de</strong>rado como posible, ya que ese ha citado en el<br />

Mediterráneo: Izmir, Alejandría, Canal <strong>de</strong> Suez, Golfo <strong>de</strong> Nápoles y Baleares; en el Océano<br />

Atlántico: Gorée (Senegal), New Jersey, Argentina, Brasil, San Sebastián (España); Mar Caribe:<br />

México; y en el Océano Pacífico: Islas Galápagos.<br />

Un comportamiento especial <strong>de</strong>sarrollado por esta especie es su capacidad <strong>de</strong> vivir asociado a<br />

gran<strong>de</strong>s vertebrados como tortugas marinas y manatíes. Moore en 1894 y Frick et al. en 1998<br />

citaron a H. robusta como ectosimbionte <strong>de</strong> tortuga boba, que habita entre los escudos <strong>de</strong>l<br />

caparazón, aunque no encontraron evi<strong>de</strong>ncias <strong>de</strong> que causara daño alguno o se alimentara <strong>de</strong> la<br />

piel <strong>de</strong> la tortuga. En 2008, Morales-Vela et al., citaron este tanaidáceo como epibionte <strong>de</strong> la<br />

población <strong>de</strong> manatíes <strong>de</strong>l Caribe formando agrupaciones que en algunos casos están asociadas a<br />

grupos <strong>de</strong> balanos y algas epibiontes (esta asociación también fue observada por Zardus &<br />

Haldfield, 2004, en tortugas marinas). En el caso <strong>de</strong> los manatíes se observó que las agrupaciones<br />

se localizaban siempre en piel sana, por lo que tampoco hay evi<strong>de</strong>ncias <strong>de</strong> que este tanaidáceo<br />

pueda causarles algún daño, sino que se trata <strong>de</strong> un epibiontes comensal que obtiene sustrato para<br />

asentar sus colonias y acceso a partículas <strong>de</strong> comida cuando su hospedador se alimenta (Morales-<br />

Vela, 2008). Los manatíes viven en zonas estuarinas con gradientes <strong>de</strong> salinidad consi<strong>de</strong>rables.<br />

Hartman, 1979, observó una disminución en el número <strong>de</strong> balanos epibiontes en manatíes <strong>de</strong><br />

Florida, conforme éstos migraban hacia ambientes <strong>de</strong> menor salinidad. Hexapleomera robusta se ve<br />

afectado <strong>de</strong> la misma manera en manatíes <strong>de</strong>l caribe (Morales-Vela et al., 2008).<br />

Como epibionte <strong>de</strong> la tortuga boba se ha encontrado principalmente en hembras nidificantes <strong>de</strong> la<br />

costa oeste <strong>de</strong>l Atlántico (Georgia y Florida) (Pfaller et al., 2006, 2008; Zardus & Heildfield, 2004),<br />

aunque también se ha citado en tortugas juveniles <strong>de</strong>l Mediterráneo español (Badillo, 2007) y en<br />

tortugas varadas en las costas mediterráneas <strong>de</strong> Italia (Bentivegna et al., 1993) y Grecia (Kitsos et<br />

al., 2005).<br />

Clasificación<br />

taxonómica<br />

2<br />

3<br />

4 5<br />

6<br />

1<br />

7<br />

8<br />

Fig. 110 (izquierda): Imágenes <strong>de</strong> ejemplares <strong>de</strong> Hexapleomera robusta localizadas sobre las<br />

tortugas Caretta caretta muestreadas. 1– Esquema <strong>de</strong> los ejemplares <strong>de</strong> H. robusta<br />

muestreados. 2– Ejemplar <strong>de</strong> H. robusta. 3– Varios ejemplares <strong>de</strong> H. robusta localizados sobre<br />

la misma tortuga. 4- Detalle <strong>de</strong> la cabeza. 5– Detalle <strong>de</strong> la cabeza. 6– Hembra portando<br />

huevos en el marsupio. 7– Tortuga boba colonizada por H. robusta. 8– Cavida<strong>de</strong>s que cava H.<br />

robusta entre las escamas <strong>de</strong>l caparazón <strong>de</strong> la tortuga (flechas negras. El círculo señala 2<br />

ejemplares).<br />

221


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

Fig. 111: Gráfico <strong>de</strong> frecuencias <strong>de</strong> presencia/ausencia <strong>de</strong><br />

H. robusta en las tortugas Caretta caretta muestreadas,<br />

en función <strong>de</strong> las diferentes variables <strong>de</strong> estudio. La<br />

presencia se subdivi<strong>de</strong> en función <strong>de</strong> las cantida<strong>de</strong>s<br />

observadas por tortuga.<br />

222<br />

Este pequeño tanaidáceo estuvo presente en<br />

el 28.99% <strong>de</strong> las tortugas muestreadas para<br />

este estudio, aunque el número <strong>de</strong> individuos<br />

localizados por tortugas fue bastante bajo: el<br />

18.34% <strong>de</strong> las tortugas no presentaban mas<br />

<strong>de</strong> 10 individuos, y el 7.10% transportaban <strong>de</strong><br />

11 a 20 ejemplares. Solo 6 tortugas<br />

presentaron mas <strong>de</strong> 20 individuos sobre su<br />

caparazón, <strong>de</strong> las cuales solo una (<strong>0.</strong>59%)<br />

tenía mas <strong>de</strong> 50 ejemplares a la vez.<br />

En los distintos años <strong>de</strong> estudio no hay<br />

diferencias importantes con la excepción <strong>de</strong><br />

que, solo las tortugas ingresadas en el 2004<br />

portaban mas <strong>de</strong> 20 ejemplares sobre una<br />

misma tortuga y que presentó frecuencias<br />

mayores.<br />

<strong>Las</strong> frecuencias y cantida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> este epibionte<br />

a lo largo <strong>de</strong>l año son muy irregulares,<br />

<strong>de</strong>stacando que ninguna tortuga ingresada en<br />

el mes <strong>de</strong> noviembre lo presentaba y que la<br />

mayor cantidad <strong>de</strong> individuos por tortuga<br />

(mas <strong>de</strong> 50) se presentó solo en el mes <strong>de</strong><br />

agosto.<br />

Con respecto a la isla en la que se localizó a<br />

la tortuga, <strong>de</strong>stacan las altas frecuencias <strong>de</strong><br />

las tortugas localizadas en Lanzarote y La<br />

Gomera (50% en cada una), siendo las<br />

tortugas <strong>de</strong> Tenerife las que presentaron las<br />

mayores cantida<strong>de</strong>s.<br />

Sin embargo, según la talla <strong>de</strong> la tortuga se<br />

observa un dato muy interesante, ya que la<br />

presencia <strong>de</strong> este epibionte fue casi<br />

insignificante (en frecuencia y cantidad) en<br />

las tortugas <strong>de</strong> menos <strong>de</strong> 35cm <strong>de</strong> LCCmin,<br />

pasando <strong>de</strong> frecuencias menores al 8% a<br />

frecuencias superiores al 36% en las tortugas<br />

<strong>de</strong> mas <strong>de</strong> 35cm, llegando a un 50% en las<br />

tortugas que superan los 65cm <strong>de</strong> caparazón.<br />

Con respecto a la gravedad <strong>de</strong> las lesiones, se<br />

aprecia una clara preferencia <strong>de</strong> este<br />

epibionte por las tortugas con lesiones mas<br />

graves, con un aumento en frecuencia y<br />

cantidad casi proporcional al aumento en la<br />

gravedad <strong>de</strong> las lesiones.


Fig. 112. Gráfico <strong>de</strong> frecuencias <strong>de</strong> las tallas máximas <strong>de</strong><br />

H. robusta observadas por tortuga, en los ejemplares <strong>de</strong><br />

C. caretta muestreados, en función <strong>de</strong> las distintas<br />

variables <strong>de</strong> estudio.<br />

CAPÍTULO 4: MALACOSTRÁCEOS.<br />

Hexapleomera robusta fue el epibionte con<br />

una mayor homogeneidad en tallas <strong>de</strong> este<br />

estudio, ya que casi la mitad <strong>de</strong> las tortugas<br />

(46.94%) presentaban ejemplares <strong>de</strong> entre 3<br />

y 5mm, y el 30,61% individuos <strong>de</strong> 1 a 3mm.<br />

Tallas superiores a 5mm se localizaron en el<br />

16.33% <strong>de</strong> las tortugas muestreadas.<br />

Por consiguiente, el rango <strong>de</strong> tallas <strong>de</strong> H.<br />

robusta para este estudio fue <strong>de</strong> <strong>0.</strong>5 a 10mm,<br />

centrando el rango <strong>de</strong> ejemplares adultos<br />

entre 3 y 10mm.<br />

A lo largo <strong>de</strong> los 3 años <strong>de</strong> estudio se aprecia<br />

un aumento progresivo <strong>de</strong> las tallas <strong>de</strong> los<br />

individuos <strong>de</strong> esta especie, aumentando, por<br />

ejemplo, el porcentaje <strong>de</strong> los individuos <strong>de</strong><br />

mas <strong>de</strong> 5mm <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 6.25% en 2002, al<br />

16.67% en 2003 y al 23.81% en 2004.<br />

Con respecto a la época <strong>de</strong>l año, se observa<br />

una alta irregularidad, siendo algunas<br />

tortugas ingresadas en febrero, abril, mayo,<br />

julio, agosto, septiembre y octubre las que<br />

presentaron los individuos <strong>de</strong> mayor talla,<br />

aunque en diversas proporciones (50%, 25%,<br />

16.67%, 25%, 20%, 12.5% y 50% para cada<br />

mes citado).<br />

En función <strong>de</strong> la isla en la que se localizó a la<br />

tortuga, tallas mayores a 5mm se encontraron<br />

en tortugas proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> Fuerteventura,<br />

Gran Canaria, Tenerife y La Gomera, en<br />

distintas frecuencias (25%, 14.29%, 20% y<br />

50% respectivamente).<br />

Según la talla <strong>de</strong> la tortuga, se observa como<br />

los ejemplares <strong>de</strong> mayores tallas (<strong>de</strong> 5 a<br />

10mm) ingresaron en tortugas <strong>de</strong> entre 35 y<br />

55cm <strong>de</strong> LCCmin, mientras que en las tortugas<br />

<strong>de</strong> mas <strong>de</strong> 65cm, todos los ejemplares<br />

median entre 3 y 5mm.<br />

Con respecto a la gravedad <strong>de</strong> las lesiones, se<br />

observa claramente la preferencia <strong>de</strong> esta<br />

especie por las tortugas con heridas graves,<br />

ya que los individuos <strong>de</strong> mayor talla (<strong>de</strong> 5 a<br />

10m) se localizaron principalmente en las<br />

tortugas con lesiones graves (57.14%), pero<br />

también en algunas con lesiones mo<strong>de</strong>radas<br />

(25%).<br />

223


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

Fig. 113: Gráfico <strong>de</strong> frecuencias <strong>de</strong> los distintos estadios<br />

<strong>de</strong> H. robusta localizados sobre las tortugas C. caretta<br />

muestreadas, en función <strong>de</strong> diferentes variables <strong>de</strong><br />

estudio.<br />

224<br />

En base a la bibliografía y a las tallas<br />

obtenidas en este estudio, se consi<strong>de</strong>raron<br />

adultos aquellos ejemplares <strong>de</strong> Hexapleomera<br />

robusta <strong>de</strong> talla superior a 3mm.<br />

El 63.27% <strong>de</strong> las tortugas que presentaron H.<br />

robusta portaban ejemplares adultos, seguido<br />

muy <strong>de</strong> cerca por los juveniles, localizados en<br />

el 59.18% <strong>de</strong> las tortugas, mientras que las<br />

crías presentaron la frecuencia mas baja<br />

(3<strong>0.</strong>61%). De las tortugas que portaban<br />

ejemplares adultos, casi la mitad eran<br />

hembras ovígeras (32.65%) y la otra mitad,<br />

adultos sin puestas (3<strong>0.</strong>61%).<br />

<strong>Las</strong> frecuencias <strong>de</strong> los diferentes estadios a lo<br />

largo <strong>de</strong>l año fueron muy irregulares. Llama la<br />

atención el mes <strong>de</strong> marzo, en el que no se<br />

localizó ninguna hembra ovígera, pero se<br />

presentaron prácticamente las frecuencias<br />

mas altas <strong>de</strong> adultos sin puestas <strong>de</strong> huevos<br />

(75%) juveniles (75%) y crías (50%).<br />

<strong>Las</strong> tortugas proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> Lanzarote y el<br />

Hierro presentaron la mayor frecuencia <strong>de</strong><br />

hembras ovígeras y <strong>de</strong> juveniles, mientras<br />

que no presentaron ningún adulto sin puesta.<br />

Contrariamente, todas las tortugas localizadas<br />

en La Palma y la Gomera presentaron adultos<br />

sin huevos.<br />

Según la talla <strong>de</strong> las tortugas, aquellas <strong>de</strong><br />

menos <strong>de</strong> 35cm <strong>de</strong> LCCmin solo presentaron<br />

adultos sin huevos o juveniles, mientras que<br />

la mayor cantidad <strong>de</strong> hembras ovígeras se<br />

presentó en las tortugas <strong>de</strong> talla superior a<br />

65cm. A<strong>de</strong>más, solo se observaron hembras<br />

ovígeras en las tortugas <strong>de</strong> mas <strong>de</strong> 40cm.<br />

<strong>Las</strong> tortugas sanas solo portaban ejemplares<br />

en estadios no reproductivos (juveniles y<br />

adultos sin huevos), mientras que las mayores<br />

frecuencias <strong>de</strong> hembras ovígeras y crías se<br />

localizaron en tortugas con lesiones graves.


3.2. – ANALISIS CONJUNTO<br />

CAPÍTULO 4: MALACOSTRÁCEOS.<br />

<strong>Las</strong> cuatro especies <strong>de</strong> malacostráceos localizadas sobre las tortugas Caretta caretta <strong>de</strong> Canarias son<br />

pequeños crustáceos <strong>de</strong> vida libre, que pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>splazarse por el cuerpo <strong>de</strong> la tortuga en busca <strong>de</strong><br />

alimento, <strong>de</strong> protección o <strong>de</strong> zonas a<strong>de</strong>cuadas para criar o reproducirse. Por ello, uno <strong>de</strong> los primeros<br />

puntos en el que nos <strong>de</strong>tenemos es ver si el tamaño <strong>de</strong>l sustrato, talla <strong>de</strong> la tortuga en este caso,<br />

influye o afecta <strong>de</strong> alguna manera a la cantidad, tamaño o capacidad reproductiva <strong>de</strong> cada una <strong>de</strong> las<br />

especies <strong>de</strong> malacostráceos observadas en este estudio.<br />

Según los datos obtenidos y dispuestos en<br />

los gráficos adjuntos, C andreae y H. grimaldii<br />

presentan una influencia leve por la talla <strong>de</strong><br />

las tortugas en las que habitan, aumentando<br />

ligeramente el número <strong>de</strong> individuos que<br />

colonizan la tortuga y en el tamaño <strong>de</strong> sus<br />

ejemplares, al aumentar la talla <strong>de</strong> la tortuga.<br />

Sin embargo, C. andreae si presenta un<br />

mayor porcentaje <strong>de</strong> hembras ovígeras al<br />

aumentar la talla <strong>de</strong> las tortugas en las que<br />

mora, mientras que H. grimaldii no.<br />

Contrariamente a estas dos especies, P.<br />

chelonophilus presenta una clara influencia <strong>de</strong><br />

la talla <strong>de</strong> la tortuga en la que habita con el<br />

número <strong>de</strong> ejemplares que la colonizan y con<br />

la talla <strong>de</strong> estos, aunque muy poca influencia<br />

en el porcentaje <strong>de</strong> hembras ovígeras.<br />

Por último, H. robusta no se ve influenciada<br />

en ninguno <strong>de</strong> los casos por la talla <strong>de</strong> la<br />

tortuga sobre la que vive<br />

Estos datos indican que el tamaño <strong>de</strong> la<br />

tortuga no afecta <strong>de</strong> forma relevante al<br />

número <strong>de</strong> individuos, la talla <strong>de</strong> estos y su<br />

capacidad reproductiva <strong>de</strong> las cuatro especies<br />

<strong>de</strong> peracáridos estudiadas, sino que seguramente<br />

se ven mas fuertemente afectadas por<br />

otros factores. No obstante, parece ser que P.<br />

chelonophilus pue<strong>de</strong> encontrar a las tortugas<br />

<strong>de</strong> mayor talla mas idóneas para su<br />

<strong>de</strong>sarrollo, aunque no para su reproducción,<br />

mientras C. andreae se comporta <strong>de</strong> manera<br />

opuesta.<br />

Fig. 114: Relación entre el tamaño <strong>de</strong> la tortuga<br />

(LCCmin) y la cantidad, el tamaño y el número <strong>de</strong><br />

hembras ovígeras <strong>de</strong> las cuatro especies <strong>de</strong><br />

malacostráceos observadas como epibiontes <strong>de</strong><br />

tortugas C. caretta <strong>de</strong> Canarias.<br />

225


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

A)<br />

B)<br />

C)<br />

D)<br />

226<br />

Fig. 115. Frecuencias <strong>de</strong> los<br />

malacostráceos epibiontes <strong>de</strong><br />

tortugas C. caretta <strong>de</strong> canarias en<br />

función <strong>de</strong> las variables <strong>de</strong><br />

estudio:<br />

A) Año <strong>de</strong> muestreo.<br />

B) Isla en la que se localizó la<br />

tortuga.<br />

C) Punto cardinal <strong>de</strong> la isla en el<br />

que se localizó la tortuga.<br />

D) Gravedad <strong>de</strong> las lesiones que<br />

presentaban las tortugas.


VARIACIÓN ANUAL (Fig. 115.A)<br />

CAPÍTULO 4: MALACOSTRÁCEOS.<br />

<strong>Las</strong> cuatro especies <strong>de</strong> malacostráceos localizadas en las tortugas Caretta caretta <strong>de</strong> Canarias<br />

presentaron valores bastante homogéneos a lo largo <strong>de</strong> los 3 años <strong>de</strong> estudio, mostrando que no se<br />

trata <strong>de</strong> especies que han colonizado estas tortugas ocasional o puntualmente, sino que la relación<br />

entre las tortugas que frecuentan el archipiélago Canario y las cuatro especies <strong>de</strong>scritas es regular y<br />

constante a lo largo <strong>de</strong>l tiempo.<br />

Los años 2002 y 2003 son casi similares para todas las especies, menos para P. chelonophilus, la cual<br />

aumentó su frecuencia en el 2003 con respecto al año 2002, mientras que en el año 2004 se observa<br />

una variación mas fuerte en las frecuencias <strong>de</strong> todas las especies, aumentando las frecuencias <strong>de</strong> H.<br />

grimaldii, H. robusta y P. chelonophilus, pero disminuyendo en el caso <strong>de</strong> C. andreae. Esta variación<br />

<strong>de</strong>l año 2004, sugiere diferencias en los factores ambientales (temperatura, salinidad, concentración<br />

<strong>de</strong> nutrientes, etc) con respecto a los dos años anteriores.<br />

VARIACIÓN GEOGRÁFICA (Fig. 115.B y C)<br />

Se aprecia un comportamiento muy diferente <strong>de</strong> las cuatro especies en las tortugas localizadas en las<br />

islas orientales que en las occi<strong>de</strong>ntales.<br />

En las islas orientales (Lanzarote, Fuerteventura y Gran Canaria), se comportan <strong>de</strong> forma casi idéntica<br />

las especies H. grimaldii y C. andreae por un lado, estando totalmente ausentes Lanzarote y con una<br />

frecuencia realmente alta en las tortugas <strong>de</strong> Gran Canaria; y por otro lado, P. chelonophilus y H.<br />

robusta que presentan una elevada frecuencia en las tortugas <strong>de</strong> Lanzarote y frecuencias mas o<br />

menos bajas para Fuerteventura y Gran canaria.<br />

En cambio, en las islas occi<strong>de</strong>ntales (Tenerife, La Gomera, La Palma y El Hierro), las dos especies <strong>de</strong><br />

gammáridos (H. grimaldii y P. chelonophilus) presentan frecuencias bastante bajas para todas las<br />

islas, a excepción <strong>de</strong> las tortugas <strong>de</strong>l Hierro, en don<strong>de</strong> solo P. chelonophilus se observó en mayor<br />

cantidad; mientras que el único caprélido (C. andreae) y el único tanaidáceo (H. robusta) presentaron<br />

frecuencias muy elevadas en La Gomera y La Palma, aunque también difieren en las tortugas <strong>de</strong> la<br />

isla <strong>de</strong>l Hierro, don<strong>de</strong> H. robusta fue realmente frecuente (igual que P. chelonophilus) mientras que C.<br />

andreae no se observó en ninguna tortuga localizada en esta isla.<br />

En resumen, H. grimaldii y C. andreae tienen comportamientos bastante similares, mientras que P.<br />

chelonophilus y H. robusta presentan similitu<strong>de</strong>s mayores entre ellos que con las otras dos especies.<br />

Por otro lado, los gammáridos (H. grimaldii y P. chelonophilus) presentan frecuencias mas bajas en las<br />

tortugas localizadas en las islas <strong>de</strong> La Gomera y La Palma.<br />

Con respecto a la zona <strong>de</strong> las isla en la que se localizaron las tortugas, C. andreae y H. robusta no<br />

presentaron diferencias importantes entre las 4 puntos cardinales en los que se localizaron las<br />

tortugas aunque el tanaidáceo tiene cierta preferencia por las costas norte y oeste, mientras que<br />

ambos gammáridos presentaron frecuencias mucho mas bajas en las tortugas localizadas en las<br />

costas occi<strong>de</strong>ntales <strong>de</strong> las islas.<br />

VARIACIÓN EN FUNCIÓN DE LA GRAVEDAD DE LAS LESIONES (Fig. 115.D)<br />

La variación <strong>de</strong> las frecuencias en función <strong>de</strong> la gravedad <strong>de</strong> las lesiones presentadas por las tortugas<br />

es diferente para las cuatro especies. El caprélido C. andreae no varia su frecuencia en función <strong>de</strong><br />

esta variable, manteniendo frecuencias bastante homogéneas (entre 42.5% y 50%). Por el contrario,<br />

H. grimaldii y H. robusta presentaron mayores frecuencias en las tortugas heridas o lesionadas (±50%<br />

y 32.68% respectivamente) que en las sanas (33.33% y 9.52% para cada especie), siendo mas<br />

marcada para H. robusta que para H. grimaldii y con cierta ten<strong>de</strong>ncia a aumentar al aumentar la<br />

gravedad <strong>de</strong> las lesiones. Por último, P. chelonophilus presentó mayores frecuencias en las tortugas<br />

sanas (33.33%) que en aquellas con lesiones <strong>de</strong> diferente gravedad (18.83% promedio para los<br />

diferentes grados <strong>de</strong> gravedad)<br />

227


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

ESTACIONALIDAD (Fig. 116 y 117)<br />

Según los datos obtenidos (Fig. 116) el caprélido C. andreae presenta la estacionalidad general (sin<br />

tener en cuenta los distintos estadios) mas marcada <strong>de</strong> las cuatro especies <strong>de</strong> malacostráceos, con un<br />

fuerte pico <strong>de</strong> abundancia en las tortugas ingresadas en el mes <strong>de</strong> marzo (83.33%), asignando las<br />

frecuencias mas elevadas a los meses <strong>de</strong> primavera (56.14%), seguido <strong>de</strong>l período estival (45.31%),<br />

y disminuyendo fuertemente en las tortugas localizadas en otoño (18.28%) e invierno (28.57%). El<br />

gammárido H. grimaldii presenta un comportamiento bastante similar al anterior, con el pico <strong>de</strong><br />

frecuencia en las tortugas <strong>de</strong>l mes <strong>de</strong> marzo (75%), pero con un segundo pico <strong>de</strong> abundancia en el<br />

mes <strong>de</strong> octubre (60%), tras el cual <strong>de</strong>saparece completamente (noviembre). A<strong>de</strong>más, su frecuencia<br />

en los meses <strong>de</strong> invierno (42.86%) fue mayor que la <strong>de</strong> C. andreae.<br />

El otro gammárido, P. chelonophilus, y el tanaidáceo H. robusta, no muestran una estacionalidad<br />

clara, presentando frecuencias mas o menos constantes a lo largo <strong>de</strong>l año, con la excepción <strong>de</strong> una<br />

ausencia total en las tortugas ingresadas en los meses <strong>de</strong> otoño <strong>de</strong> P. chelonophilus y un pico <strong>de</strong><br />

abundancia <strong>de</strong> H. robusta exactamente en los meses otoñales <strong>de</strong> septiembre ((38.1%) y octubre<br />

(40%). A pesar <strong>de</strong> ello, ambos presentaron las frecuencias mas altas en primavera (26.32% y 31.58%<br />

respectivamente), seguido muy <strong>de</strong> cerca <strong>de</strong> los meses <strong>de</strong> invierno (23.81% y 28.57% para cada uno),<br />

y las mas bajas en otoño (3.64% y 18.18%).<br />

Solo un pequeño número <strong>de</strong> tortugas ingresadas en el mes <strong>de</strong> noviembre presentaron malacostráceos<br />

(16.67%) y única y exclusivamente el caprélido C. andreae.<br />

No obstante, teniendo en cuenta cada estadio por separado (Fig. 117), se aprecia claramente como C.<br />

andreae presenta en todos sus estadios un pico <strong>de</strong> frecuencias en el mes <strong>de</strong> marzo, lo que indica que<br />

es el mes mas favorable para esta especie. La frecuencia mas alta <strong>de</strong>l mes <strong>de</strong> marzo se observa en el<br />

caso <strong>de</strong> las hembras ovígeras, con un 50%, tras el cual se producen varios picos <strong>de</strong> frecuencia<br />

(37.5% en mayo y 3<strong>0.</strong>0% en julio), lo que sugiere que esta especie no realiza una sola puesta al año<br />

sino varias, <strong>de</strong>stacando claramente los meses <strong>de</strong> primavera y verano como periodo reproductivo. La<br />

mayor frecuencia <strong>de</strong> crías se produjo en los meses <strong>de</strong> verano (mas <strong>de</strong>l 25% para cada mes estival).<br />

En el caso <strong>de</strong> H. grimaldii, las hembras ovígeras muestran dos picos <strong>de</strong> frecuencia, una en el mes <strong>de</strong><br />

marzo (25%) y otra en julio (20%), siendo este último mes el que también presenta el mayor número<br />

<strong>de</strong> tortugas portando crías (30%). Al igual que la especie anterior este dato sugiere que se producen<br />

varias puestas al año (2 por lo menos). Un dato curioso <strong>de</strong> esta especie es que el pico <strong>de</strong> frecuencias<br />

generales que se observaba en el mes <strong>de</strong> octubre lo constituyen exclusivamente ejemplares juveniles,<br />

con una frecuencia <strong>de</strong>l 60%. Todos los <strong>de</strong>más estadios no están presentes en este mes.<br />

228<br />

Fig. 116. Porcentaje <strong>de</strong> tortugas que presentaron cada una <strong>de</strong> las especies <strong>de</strong> malacostráceos (en<br />

cualquiera <strong>de</strong> sus estadios) como epibionte, en función <strong>de</strong> los meses y las estaciones <strong>de</strong>l año.


<strong>Las</strong> frecuencias generales <strong>de</strong>l gammárido P.<br />

chelonophilus muestran un comportamiento<br />

muy homogéneo a lo largo <strong>de</strong>l año, aunque<br />

según los diferentes estadios se aprecia como<br />

las hembras ovígeras frecuentan con mayor<br />

abundancia los meses invernales <strong>de</strong> enero y<br />

febrero (12.5% cada uno), meses en los que<br />

también es mayor la presencia <strong>de</strong> crías<br />

(enero, 25.0%), mientras que los juveniles<br />

son mas frecuentes en el mes <strong>de</strong> marzo<br />

(33.33%). Estos datos sugieren que el<br />

periodo <strong>de</strong> cría para esta especie se produce<br />

en los meses <strong>de</strong> invierno.<br />

Por último, el tanaidáceo H. robusta, sugiere<br />

un periodo reproductivo en otoño, <strong>de</strong>bido a<br />

que en el mes <strong>de</strong> octubre se observó la mayor<br />

frecuencia <strong>de</strong> hembras ovígeras (4<strong>0.</strong>0%) y <strong>de</strong><br />

crías (2<strong>0.</strong>0%), seguido <strong>de</strong> un fuerte pico <strong>de</strong><br />

ejemplares juveniles en invierno, centrado en<br />

el mes <strong>de</strong> enero (37.5%).<br />

En resumen, las dos especies C. andreae y H.<br />

grimaldii encuentran las condiciones idóneas<br />

para su reproducción sobre las tortugas<br />

Caretta caretta <strong>de</strong> Canarias en los meses<br />

cálidos <strong>de</strong> primavera y verano, sugiriéndose<br />

a<strong>de</strong>más, que pue<strong>de</strong>n llevar a cabo varias<br />

puestas al año, mientas que P. chelonophilus<br />

y H. robusta prefieren las condiciones que les<br />

otorgan las tortugas localizadas en Canarias<br />

invierno y otoño respectivamente. Para las<br />

dos últimas especies no se aprecia con<br />

claridad que pue<strong>de</strong>n llevar a cabo varias<br />

puestas al año, pero no se <strong>de</strong>scarta.<br />

CAPÍTULO 4: MALACOSTRÁCEOS.<br />

Fig. 117. Porcentaje <strong>de</strong> tortugas que presentaron cada uno<br />

<strong>de</strong> los estadios <strong>de</strong> las cuatro especies <strong>de</strong> malacostráceos<br />

observados, por meses y estaciones <strong>de</strong>l año. A) Crías. B)<br />

Juveniles. C) Adultos sin hembras ovígeras D) Adultos con<br />

hembras ovígeras.<br />

229


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

VARIACIÓN EN FUNCIÓN DE LA TALLA DE LAS TORTUGAS: (Fig. 118 y 119)<br />

Como ha venido ocurriendo con todas las especies anteriormente <strong>de</strong>scritas para este estudio, la<br />

colonización por malacostráceos epibiontes <strong>de</strong> tortugas Caretta caretta que circundan el archipiélago<br />

Canario presenta diferencias en función <strong>de</strong> las tallas <strong>de</strong> las tortugas muestreadas, estableciéndose los<br />

60cm <strong>de</strong> LCCmin como punto <strong>de</strong> diferenciación. <strong>Las</strong> tortugas con tallas inferiores a estos 60cm están<br />

principalmente colonizadas por el gammárido H. grimaldii y por el caprélido C. andreae, con<br />

frecuencias bastante mas bajas <strong>de</strong>l gammárido P. chelonophilus y <strong>de</strong>l tanaidáceo H. robusta, mientras<br />

que las tortugas <strong>de</strong> mas <strong>de</strong> 60cm <strong>de</strong> caparazón son colonizadas principalmente por H. robusta<br />

(44.44%) y P. chelonophilus (33.33%) (flecha discontinua), con frecuencias mucho mas bajas <strong>de</strong> las<br />

otras dos especies (11.11%), e incluso su ausencia total en aquellas tortugas <strong>de</strong> mas <strong>de</strong> 65cm (flecha<br />

continua).<br />

Si observamos mas <strong>de</strong>tenidamente cada una <strong>de</strong> las especies, H. grimaldii y C. andreae presentan las<br />

frecuencias mas altas en el estadio Oceánico (activo) (58.18% y 52.73% para cada una), seguido <strong>de</strong><br />

la fase Transitoria (53.13% y 43.75%), pero se diferencian en que C. andreae (4<strong>0.</strong>43%) es<br />

ligeramente mas abundante en la fase Oceánica (pasiva) que H. grimaldii (31.91%), presentando este<br />

último valores similares al anterior en las tallas mas gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l estadio Oceánico (pasivo) (44.44%<br />

en tortugas <strong>de</strong> 30 a 35cm <strong>de</strong> LCCmin).<br />

<strong>Las</strong> otras dos especies, P. chelonophilus y H. robusta presentaron valores muy bajos en las tortugas<br />

en fase Oceánica (pasiva), siendo realmente baja para esta última (6.38%). Ambas especies<br />

presentaron frecuencias similares y mas altas que la anterior en las dos fases siguientes, aunque P.<br />

chelonophilus ligeramente inferior (23.64% y 21.88% para cada fase), que H. robusta (4<strong>0.</strong>0% y<br />

4<strong>0.</strong>63% para cada fase), mientras que las dos presentaron sus valores máximos en la última fase o<br />

fase <strong>de</strong> Subadulta, 33.33% para la primera y 44.44% para H. robusta, siendo las únicas especies<br />

presentes en las tortugas <strong>de</strong> talla superior a 65cm (presentándose en el 50% <strong>de</strong> las tortugas para<br />

ambas especies).<br />

230<br />

Fig. 118. Porcentaje <strong>de</strong> tortugas que presentaron las distintas especies <strong>de</strong> malacostráceos como<br />

epibionte, en función <strong>de</strong> la talla (LCCmin) <strong>de</strong> la tortuga y <strong>de</strong>l estadio <strong>de</strong>l ciclo <strong>de</strong> vida. <strong>Las</strong> flechas grises<br />

señalan las fluctuaciones mas fuertes (continua C. andreae. Discontinua P. chelonophilus y H. robusta).<br />

FASE TORTUGA N H. grimaldii P. chelonophilus C. andreae H. robusta<br />

Oceánica (pasiva) 47 31,91% 14,89% 40,43% 6,38%<br />

Oceánica (activa) 55 58,18% 23,64% 52,73% 40,00%<br />

Transitoria 31 53,13% 21,88% 43,75% 40,63%<br />

Subadulta 9 11,11% 33,33% 11,11% 44,44%<br />

Fig. 119. Porcentajes <strong>de</strong> las distintas especies <strong>de</strong> malacostráceos para cada estadio <strong>de</strong>l ciclo <strong>de</strong> vida.


CUIDADO PARENTAL PROLONGADO: (Fig. 120)<br />

CAPÍTULO 4: MALACOSTRÁCEOS.<br />

Un dato muy interesante y curioso <strong>de</strong> las especies <strong>de</strong> malacostráceos peracáridos es que suelen<br />

presentar cuidado parental prolongado, en el que uno <strong>de</strong> los progenitores, o ambos, conviven con su<br />

<strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia durante un tiempo, alimentándola y protegiéndola activamente, o simplemente<br />

tolerándola en su cuerpo o en sus escondrijos (Thiel, 1999a).<br />

Para estudiar este comportamiento se ha estudiado la frecuencia <strong>de</strong> tortugas que transportaban sobre<br />

su caparazón las diferentes combinaciones posibles <strong>de</strong>l mismo o <strong>de</strong> distintos estadios, para cada<br />

especie. Estos datos se presentan en la tabla adjunta.<br />

H. grimaldii<br />

P.<br />

chelonophilus<br />

C. andreae H. robusta<br />

(N =72) (N =37) (N =93) (N =48)<br />

Presencia <strong>de</strong> un solo estadio o agrupaciones <strong>de</strong> varios estadios<br />

Crias (C ) 5,56% 8,11% 3,23% 6,25%<br />

Juveniles (J) 38,89% 18,92% 12,90% 29,17%<br />

Adultos sin hembras<br />

ovígeras (An)<br />

19,44% 27,03% 15,05% 22,92%<br />

Adultos con hembras<br />

ovígeras (Ar)<br />

5,56% 2,70% 18,28% 10,42%<br />

Agrupaciones 37,50% 35,14% 33,33% 33,33%<br />

Agrupaciones (N =27) (N =13) (N =31) (N =16)<br />

Agrupaciones sin hembras ovígeras<br />

C + J 29,63% 30,77% 3,23% 6,25%<br />

C + An 0,00% 0,00% 3,23% 6,25%<br />

J + An 29,63% 0,00% 9,68% 18,75%<br />

C + J + An 14,81% 15,38% 6,45% 0,00%<br />

Agrupaciones con hembras ovígeras<br />

C + J 0,00% 0,00% 0,00% 0,00%<br />

C + Ar 7,41% 0,00% 6,45% 0,00%<br />

J + Ar 3,70% 7,69% 19,35% 25,00%<br />

C + J + Ar 14,81% 46,15% 51,61% 43,75%<br />

Fig. 12<strong>0.</strong> Porcentaje <strong>de</strong> tortugas que presentaron cada una <strong>de</strong> los distintos tipos <strong>de</strong> agrupaciones (<strong>de</strong> un<br />

mismo o <strong>de</strong> diversos estadios) para cada una <strong>de</strong> las especies <strong>de</strong> malacostráceos. C= Crías. J= Juveniles. An=<br />

Adultos no ovígeras. Ar= Adultos reproductores o cargando puestas <strong>de</strong> huevos.<br />

En el gráfico se aprecia claramente como las agrupaciones formadas por crías solas son realmente<br />

escasas para todas las especies, presentando los valores mas bajos en las 4 especies a excepción <strong>de</strong><br />

P. chelonophilos que presentó una frecuencia menor en los Adultos con hembras ovígeras (2.70%).<br />

En cualquier caso, queda claro que las agrupaciones <strong>de</strong> varios estadios presentan realmente las<br />

frecuencias mas altas (<strong>de</strong> 33.33% a 37.5%) en las 4 especies, con la única excepción <strong>de</strong> H. grimaldii,<br />

en don<strong>de</strong> las agrupaciones <strong>de</strong> solo ejemplares juveniles son realmente elevadas (38.89%).<br />

Para las agrupaciones <strong>de</strong> diferentes estadios, queda patente que todas las especies menos H.<br />

grimaldii presentan las mayores frecuencias en la combinación <strong>de</strong> crías, juveniles y hembras ovígeras<br />

(46.15% para P. chelonophilus, 51.61% para C. andreae y 43.75% para H. robusta), lo que indica<br />

una prueba irrefutable <strong>de</strong>l cuidado parental prolongado que llevan a cabo estas 3 especies, llegando a<br />

cuidar <strong>de</strong> 2 generaciones (juveniles y crías), y estando a la espera <strong>de</strong> la tercera (huevos).<br />

En el caso <strong>de</strong> C. andreae y H. robusta, la siguiente agrupación mas abundante es la <strong>de</strong> Juveniles y<br />

hembras ovígeras (19.35% y 25% para cada especie), que muestra también este cuidado parental<br />

prolongado.<br />

231


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

H grimaldii, también presenta agrupaciones <strong>de</strong> hembras ovígeras con crías y juveniles, pero en<br />

frecuencias mucho mas bajas (14.81%), siendo mucho mas frecuentes las asociaciones <strong>de</strong> ejemplares<br />

solo en estadio juvenil (38.89% <strong>de</strong> las 72 tortugas muestreadas), las <strong>de</strong> crías y juveniles (29.63% * ), o<br />

las <strong>de</strong> juveniles y adultos sin puestas (29.63% ∗ ).<br />

∗ Porcentaje <strong>de</strong> las 27 tortugas que presentaron agrupaciones <strong>de</strong> distintos estadios para esta especie.<br />

232<br />

Fig. 121. Ejemplos <strong>de</strong> agrupaciones <strong>de</strong> dos especies <strong>de</strong> los malacostráceos<br />

observados. Arriba: C. andreae, adultos reproductores con puesta <strong>de</strong> huevos junto<br />

con una cría. Abajo: agrupación <strong>de</strong> adultos <strong>de</strong> H. robusta .


4. – DISCUSIÓN:<br />

CAPÍTULO 4: MALACOSTRÁCEOS.<br />

En primer lugar hay que resaltar que el caprélido Caprella andreae Mayer, 1890, no había sido citado<br />

en el archipiélago Canario hasta la fecha, dándose en este trabajo la primera cita <strong>de</strong> esta especie en<br />

las Islas Canarias, ampliando las listas anteriores <strong>de</strong> 10 especies <strong>de</strong> caprélidos a 11 especies para todo<br />

el archipiélago.<br />

En cambio, como epibiontes <strong>de</strong> tortugas marinas, las cuatro especies han sido citadas en numerosas<br />

ocasiones por diversos autores (Chevreux & De Guerne, 1888, 1893; Caine, 1986; Davenport, 1994;<br />

Moore, 1995; Frick et al., 1998; Kitsos et al., 2005; Badillo, 2007; Pfaller et al., 2008, entre otros),<br />

siendo realmente los cuatro peracáridos mas comúnmente citados como epibiontes <strong>de</strong> tortuga boba.<br />

De las cuatro especies, la mas abundante en este estudio ha sido el gammárido Hyale grimaldii<br />

Chevreux, 1891, localizada en el 46.2% <strong>de</strong> las tortugas muestreadas. Este dato difiere bastante <strong>de</strong> las<br />

frecuencias observadas por otros autores: 100% <strong>de</strong> las tortugas estudiadas por Cheverux & De<br />

Guerne (1893) en las costas mediterráneas francesas; 59.0% <strong>de</strong> Hyale sp. obtenido en las hembras<br />

nidificantes <strong>de</strong> Florida por Caine (1986); 16.9% observado por Badillo (2007) en las tortugas juveniles<br />

<strong>de</strong>l mediterráneo español; y <strong>de</strong>l 2.7% encontrado por Kitsos et al. (2005) en las tortugas varadas en<br />

las costas <strong>de</strong> Grecia. La diferencia con los dos últimos estudios resulta curiosa, ya que ambos han<br />

trabajado con tortugas muertas varadas y en el presente estudio se han observado mayores<br />

frecuencias <strong>de</strong> H. grimaldii en las tortugas heridas o lesionadas (±50%) que en las sanas (33.33%).<br />

Queda patente la gran irregularidad observada en las frecuencias <strong>de</strong> esta especie en los distintos<br />

grupos <strong>de</strong> estudio, in<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong> si se trata <strong>de</strong> individuos juveniles o adultos, Mediterráneos<br />

o Atlántico, sanos o heridos, etc., lo que indica que otros factores entran en juego para que esta<br />

especie sea mas o menos abundante en unas u otras tortugas.<br />

La segunda especie mas abundante fue el caprélido Caprella andreae Mayer, 1890, localizado en el<br />

45.6% <strong>de</strong> las tortugas muestreadas, frecuencia muy parecida al 47.5% observado en las tortugas<br />

juveniles <strong>de</strong> las costas valencianas por Badillo (2007), aunque dista bastante <strong>de</strong>l 13.5% observado en<br />

las tortugas varadas en Grecia (Kitsos et al., 2005). Por el contrario, esta especie es realmente<br />

abundante en las hembras nidificantes <strong>de</strong> EE.UU, observándose frecuencias <strong>de</strong>l 90% al 100% por<br />

varios autores (Caine, 1986; Frick et al., 1998; Pfaller et al,. 2008). Estos datos muestran claramente<br />

que esta especie es muy común como epibionte <strong>de</strong> tortugas adultas, aunque su frecuencia no es nada<br />

<strong>de</strong>spreciable en juveniles, mientras que, por otro lado, se sugiere que las tortugas localizadas en<br />

Canarias tienen mayor relación con los juveniles localizados en el levante español que con las tortugas<br />

<strong>de</strong>l mediterráneo oriental, corroborando la teoría <strong>de</strong> entrada <strong>de</strong> individuos Atlánticos en el<br />

Mediterráneo a través <strong>de</strong>l Estrecho <strong>de</strong> Gibraltar, en don<strong>de</strong> pasan un tiempo in<strong>de</strong>terminado en la<br />

región <strong>de</strong>l mar <strong>de</strong> Alborán y <strong>de</strong>l Levante español (Laurent et al., 1993, 1994; Bolten et al., 1998;<br />

Casale et al., 2002).<br />

El tanaidáceo Hexapleomera robusta Moore, 1894, se presentó en el 29.0% <strong>de</strong> las tortugas<br />

muestreadas en Canarias, dato que difiere totalmente <strong>de</strong>l resto <strong>de</strong> estudios en los que se localizo esta<br />

especie: 13.5% en las tortugas varadas en Grecia (Kitsos et al., 2005); 53.4% en las juveniles <strong>de</strong>l<br />

Mediterráneo español (Badillo, 2007); 9.2% y 5.6% en las hembras nidificantes en Georgia (Frick et<br />

al., 1998; Pfaller et al., 2006); el 100% <strong>de</strong> las hembras nidificantes en Florida (Pfaller et al., 2008); o<br />

el 46% / 72% localizado por Caine (1986) en las tortugas <strong>de</strong>l norte (Georgia y Carolina) / sur (Florida)<br />

<strong>de</strong> la costa este <strong>de</strong> EE.UU. Pfaller et al. (2006, 2008) no dieron respuesta a las gran<strong>de</strong>s diferencias<br />

observadas en la presencia <strong>de</strong> esta especie entre las tortugas <strong>de</strong> Georgia y las <strong>de</strong> Florida, aunque<br />

Caine (1986), ya había sugerido anteriormente que se trataba <strong>de</strong> dos poblaciones diferentes que se<br />

alimentaban en regiones distintas, dato que se corroboró posteriormente con análisis genéticos<br />

(Bolten et al., 1998), y que confirmó que las poblaciones <strong>de</strong>l norte (Georgia y Carolina) se alimentan<br />

pelágicamente en hábitats oceánicos, mientras que las <strong>de</strong>l sur (Florida) lo hacen bentónicamente en<br />

dominios neríticos. Este dato indica claramente que H. robusta tiene una clara preferencia por las<br />

tortugas que frecuentan habitats bentónicos y por lo tanto las regiones neríticas, mientras que es<br />

menos abundante (aunque presente) en aquellas que frecuentan el océano abierto, lo que explica la<br />

baja frecuencia <strong>de</strong> esta especie observada en las tortugas en fase oceánica pasiva (6.38%) mientras<br />

que se localizó en el 44.44% <strong>de</strong> las tortugas mayores <strong>de</strong> 60cm <strong>de</strong> LCCmin (subadultas). Este dato se<br />

233


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

ve confirmado por la continua asociación <strong>de</strong> esta especie con el balano Chelonibia testudinaria que<br />

frecuenta los hábitats neríticos <strong>de</strong>scrita por varios autores (Zardus & Haldfield, 2004, entre otros).<br />

Por último, el gammárido Podocerus chelonophilus Chevreux & De Guerne, 1888, fue la especie<br />

menos frecuente (2<strong>0.</strong>1%) <strong>de</strong> los peracáridos <strong>de</strong> este estudio, a pesar <strong>de</strong> ser la única especie<br />

específica <strong>de</strong> tortugas marinas y la mas citada por otros autores. A pesar <strong>de</strong> ello, las frecuencias<br />

<strong>de</strong>scritas por otros autores han sido bastante irregulares: 26.2% y 16.7% <strong>de</strong> las hembras nidificantes<br />

en Georgia (Frick et al., 1998; Pfaller et al., 2006); 5.4% <strong>de</strong> las tortugas varadas en Grecia (Kitsos et<br />

al., 2005); 8.7% <strong>de</strong> las juveniles <strong>de</strong>l mediterráneo español (Badillo, 2007); o el 37.0% / 82.0% <strong>de</strong> las<br />

tortugas localizadas en norte/sur <strong>de</strong> la costa este <strong>de</strong> EE.UU por Caine (1986). Estos datos, indican la<br />

preferencia <strong>de</strong> esta especie por las tortugas que frecuentan los hábitats neríticos, exactamente igual<br />

que la especie anterior (H. robusta), lo que explica su mayor frecuencia en las tortugas en fase<br />

subadulta, 33.3% (50% <strong>de</strong> la tortugas <strong>de</strong> talla superior a 65cm <strong>de</strong> LCCmin) <strong>de</strong> este estudio.<br />

En resumen, queda patente que H. grimaldii y C. andreae tienen una clara preferencia por las<br />

tortugas en fase oceánica (con frecuencias <strong>de</strong> 58.2% y 52.7% respectivamente en la fase oceánica<br />

activa), mientras que P. chelonophilus y H. robusta encuentran mejores condiciones en las tortugas<br />

en fase suadulta (33.3% y 44.44% respectivamente), que frecuentan habitats neríticos. Este mismo<br />

comportamiento se observó en la distribución geográfica <strong>de</strong> las especies a lo largo <strong>de</strong>l archipiélago,<br />

localizándose H. grimaldii y C. andreae principalmente en Gran Canaria y Tenerife, mientras que P.<br />

chelonophilus y H. robusta fueron mas abundantes en Lanzarote, La Gomera y el Hierro.<br />

Por otro lado, los anfípodos presentan asociaciones <strong>de</strong> distintos grados <strong>de</strong> complejidad con una gran<br />

diversidad <strong>de</strong> hospedadores (Cantor et al., 2009), siendo común la asociación <strong>de</strong> gammáridos con<br />

algas y ascidias y <strong>de</strong> caprélidos con algas, hidroi<strong>de</strong>os y briozoos (Caine, 1979), presentando una<br />

especial preferencia por algas bien ramificadas y con poco espacio entre sus fron<strong>de</strong>s (Hacker &<br />

Steneck, 1990). Estas características las presentan las 4 especies localizadas sobre las tortugas<br />

Caretta caretta <strong>de</strong> este estudio: P. carettia, H. mitchelliae, C. flaccidum y C. membranacea (Capitulo<br />

1). A<strong>de</strong>más, varios autores han citado la asociación <strong>de</strong> los anfípodos Caprella andreae y Hyale spp.<br />

con algas filamentosas que habitan comúnmente sobre el caparazón <strong>de</strong> las tortugas marinas, como P.<br />

carettia (Caine, 1986), llegando a <strong>de</strong>nominarlas “La comunidad <strong>de</strong> la Polysiphonia” (Gramentz, 1988),<br />

que es un alga específica <strong>de</strong> la tortuga boba, que en este trabajo se observó en el 80% <strong>de</strong> las<br />

tortugas muestreadas y entre cuyos fron<strong>de</strong>s se localizaron las 3 especies <strong>de</strong> anfípodos, así como <strong>de</strong><br />

las otras 3 especies <strong>de</strong> algas epibiontes observadas, datos que confirman claramente la asociación <strong>de</strong><br />

estos anfípodos con las algas epibiontes observadas.<br />

Para el caprélido C. andreae también se ha citado su asociación con hidroi<strong>de</strong>os <strong>de</strong>l género Obelia, <strong>de</strong><br />

los cuales O. geniculata se ha observado como epibionte <strong>de</strong> las tortugas Caretta caretta <strong>de</strong> Canarias<br />

(Capitulo 2), aunque su frecuencia (26%) fue bastante mas baja que la <strong>de</strong> P. carettia. A<strong>de</strong>más, como<br />

se <strong>de</strong>scribe en el Capitulo 2, en una gran parte <strong>de</strong> las tortugas solo se localizaron fragmentos <strong>de</strong> O.<br />

genicualta, ya que se trata <strong>de</strong> un colonizador primario que es rápidamente sustituido por otras<br />

especies, lo que sugiere que O. genicualta no pue<strong>de</strong> ser el hospedador principal <strong>de</strong> C. andreae,<br />

aunque no supone que no se asocie con el cuando esta presente en gran<strong>de</strong>s cantida<strong>de</strong>s.<br />

<strong>Las</strong> otras dos especies <strong>de</strong> peracáridos presentaron un comportamiento diferente, ya que, P.<br />

chelonophilus se localizó principalmente en región caudal <strong>de</strong>l caparazón y en la base <strong>de</strong> las aletas<br />

traseras, como citaron autores como Chevreux & Fage (1925) y Thomas & Barnard (1992) entre<br />

otros, generalmente entremezclados con las algas o cirrípedos epibiontes, o directamente sobre el<br />

caparazón y aletas. Por otro lado H. robusta se observó comúnmente en pequeños agujeros ovalados<br />

localizados en las líneas entre los escudos <strong>de</strong>l caparazón o plastrón (ver foto en la Fig. 11<strong>0.</strong>8 – Pág<br />

220), y principalmente en tortugas lesionadas o heridas. Como se <strong>de</strong>scribió en el capítulo anterior,<br />

uno <strong>de</strong> los primeros síntomas que presentan las tortugas cuando sufren <strong>de</strong>snutrición o hipotermia es<br />

el ablandamiento <strong>de</strong> los escudos <strong>de</strong>l caparazón y <strong>de</strong>l plastrón, lo que supone que a algunos epibiontes<br />

como el balano P. hexastylos (Capítulo 4) y el tanaidáceo H. robusta, les resulte mas fácil adherirse o<br />

cavar sus huecos en la coraza <strong>de</strong> las tortugas.<br />

Varios autores han sugerido que P. chelonophilus y H. robusta puedan causar daños a las tortugas<br />

sobre las que viven, aunque en este estudio, H. robusta nunca se localizó asociado a las heridas<br />

presentadas por las tortugas, sino que como se dijo anteriormente, presentó mayores frecuencias en<br />

234


CAPÍTULO 4: MALACOSTRÁCEOS.<br />

aquellas tortugas con caparazón o plastrón mas blando <strong>de</strong>bido a <strong>de</strong>snutrición o hipotermia, como la<br />

observaron Bentivegna et al. (1993) en una tortuga muy <strong>de</strong>bilitada en el Golfo <strong>de</strong> Nápoles. Por otro<br />

lado, P. chelonophilus si se localizó en gran<strong>de</strong>s cantida<strong>de</strong>s asociada a lesiones o heridas <strong>de</strong> las<br />

tortugas producidas por diversas causas como re<strong>de</strong>s, cuerdas, nylon, o mordidas <strong>de</strong> tiburón,<br />

corroborando la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que pueda ser un eficiente limpiador <strong>de</strong>l tejido necrótico <strong>de</strong> las heridas <strong>de</strong> las<br />

tortugas, ayudando la limpieza <strong>de</strong> estas, como citó Caine en 1995, e igual que ocurre con el anfípodo<br />

Isocyamus spp. en las ballenas piloto <strong>de</strong> Japón y Tasmania (Sedlak-Weinstein, 1992).<br />

Cada una <strong>de</strong> las cuatro especies <strong>de</strong> peracáridos presentó una estacionalidad propia, lo que sugiere<br />

una gran relación entre estas cuatro especies y las tortugas Caretta caretta <strong>de</strong> Canarias a lo largo <strong>de</strong><br />

todo el año. Todas ellas presentaron varios picos <strong>de</strong> frecuencia <strong>de</strong> hembras ovígeras a lo largo <strong>de</strong>l<br />

año, aunque centrados principalmente en estaciones concretas (C. andreae y H. grimaldii en<br />

primavera y verano; y P. chelonophilus y H. robusta en otoño e invierno), lo que sugiere que todas<br />

ellas realizan varias puestas al año (reproducción continua), característica propia <strong>de</strong> las especies <strong>de</strong><br />

peracáridos <strong>de</strong> aguas tropicales y subtropicales, al igual que su pequeños tamaño y su rápida<br />

maduración (Saint-Marie, 1991).<br />

<strong>Las</strong> cuatro especies <strong>de</strong> peracáridos han presentado tallas <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los rangos <strong>de</strong>scritos para cada<br />

una en la bibliografía, <strong>de</strong> lo que se <strong>de</strong>duce que su adaptación a la vida como epibionte <strong>de</strong> tortuga<br />

boba no ha supuesto un gran esfuerzo adaptativo para ninguna <strong>de</strong> ellas. Por ejemplo, el gammárido<br />

P. chelonophilus es específico <strong>de</strong> tortugas marinas, por lo que está totalmente adaptado a ellas; o el<br />

gammárido H. grimaldii y el caprélido C. andreae, que presentan una fuerte preferencia por las zonas<br />

muy expuestas y que están adaptados a hábitats aislados como los objetos flotantes (Thiel, 2003),<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> los cuales pue<strong>de</strong>n colonizar ejemplares <strong>de</strong> Caretta caretta que frecuentan y acompañan a los<br />

objetos flotantes en su <strong>de</strong>riva por el océano Atlántico.<br />

El hecho <strong>de</strong> que tres <strong>de</strong> las cuatro especies observadas lleven a cabo cuidados parentales prolongados<br />

sobre la propia tortuga corrobora la idoneidad <strong>de</strong>l hábitat para estas especies.<br />

El cuidado parental prolongado unido a los movimientos migratorios <strong>de</strong> las tortugas, aumenta<br />

fuertemente la capacidad <strong>de</strong> dispersión <strong>de</strong> las especies <strong>de</strong> peracáridos, pudiendo ser transportadas a<br />

gran<strong>de</strong>s distancias, como sugieren Martinez & Adarraga sobre el transporte <strong>de</strong> H. robusta <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las<br />

costas africanas hasta el Golfo <strong>de</strong> Vizcaya (norte <strong>de</strong> España), garcias al transporte naval como vector<br />

<strong>de</strong> introducción. Este transporte pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>berse a gran<strong>de</strong>s migradores vertebrados como las tortugas<br />

marinas, al igual que sobre barcos u otros objetos. Aun mas, el transporte pue<strong>de</strong> ser escalonado,<br />

siendo las islas Canarias un punto estratégico para el <strong>de</strong>splazamiento <strong>de</strong> especies <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las costas<br />

africanas, <strong>de</strong>bido a su proximidad a estas, y a que en especies como H. robusta, las regiones con muy<br />

poca plataforma continental como Canarias presentan un mayor intercambio entre los frentes costeros<br />

y oceánicos (Suárez-Morales & Gasca, 1996), permitiendo el transporte <strong>de</strong> ejemplares adultos hacia el<br />

océano abierto como medio pasivo <strong>de</strong> dispersión (Sieg, 1983b), como los observados por García-<br />

Madrigal et al. (2005) en el Caribe Mexicano. Estos ejemplares <strong>de</strong>splazados a la región oceánica<br />

encuentran en las tortugas el nuevo sustrato en el que asentarse y continuar su dispersión.<br />

La tortuga boba ofrece a estas cuatro especies <strong>de</strong> peracáridos, un sustrato idóneo sobre el que vivir,<br />

con microhábitats <strong>de</strong> algas, hidroi<strong>de</strong>os y cirrípedos, a<strong>de</strong>cuados en los que pue<strong>de</strong>n llevar a cabo un<br />

cuidado parental prolongado, como se ha observado en C. andreae, P. chelonophilus y H. robusta;<br />

alimento continuo, <strong>de</strong>bido a la presencia <strong>de</strong> diatomeas y microepibiontes localizados en las capas<br />

primarias <strong>de</strong> la colonización (<strong>de</strong>nominada “slime”), o adheridas a otros epibiontes, al hidrodinamismo<br />

<strong>de</strong> la tortuga que crea corrientes a su alre<strong>de</strong>dor cargadas <strong>de</strong> plancton, o incluso a los propios restos<br />

<strong>de</strong> la alimentación <strong>de</strong> la tortuga, residuos <strong>de</strong> esta o exudados o tejidos muertos que pue<strong>de</strong>n servir <strong>de</strong><br />

alimento; y un medio <strong>de</strong> dispersión envidiable, ya que los gran<strong>de</strong>s movimientos migratorios <strong>de</strong> las<br />

tortugas los distribuyen por el océano con gran eficacia. En cambio, la tortuga recibe unos organismos<br />

móviles que limpian su caparazón <strong>de</strong> otros epibiontes (como larvas <strong>de</strong> cirrípedos, huevos <strong>de</strong><br />

nudibranquios, diatomeas, etc), <strong>de</strong> restos orgánicos adheridos a su caparazón, o incluso que pue<strong>de</strong>n<br />

ayudarle a limpiar sus heridas, como es el caso <strong>de</strong> P. chelonophilus.<br />

235


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

5. – CONCLUSIONES:<br />

• <strong>Las</strong> tortugas juveniles Caretta caretta localizadas en aguas <strong>de</strong>l archipiélago<br />

Canario están colonizadas principalmente por 4 especies <strong>de</strong> peracáridos, <strong>de</strong> las<br />

cuales 3 son <strong>de</strong>l Or<strong>de</strong>n Anphipoda: 2 pertenecen al Subor<strong>de</strong>n Gammari<strong>de</strong>a: Hyale<br />

grimaldii Chevreux, 1891 (46.2%) y Podocerus chelonophilus Chevreux & De<br />

Guerne, 1888 (20,1%), y 1 al Subor<strong>de</strong>n Caprelli<strong>de</strong>a: Caprella andreae Mayer,<br />

1890 (45.6%); la última especies pertenece al Or<strong>de</strong>n Tanaidacea: Hexapleomera<br />

robusta Moore, 1894 (29.0%).<br />

• Este estudio presenta la primera cita <strong>de</strong> Caprella andreae Mayer, 1890, para el<br />

Archipiélago Canario, aumentando la lista <strong>de</strong> caprélidos <strong>de</strong> Canarias a 11 especies.<br />

• <strong>Las</strong> cuatro especies <strong>de</strong> peracáridos presentes en las tortugas Caretta caretta <strong>de</strong><br />

Canarias son las mas comúnmente citadas como epibiontes <strong>de</strong> tortuga boba.<br />

• H. grimaldii y C. andreae son especies comunes en tortugas adultas y en juveniles<br />

<strong>de</strong>bido a su estrecha asociación con algas, presentes en ambos estadios. Estas<br />

dos especies son las mas frecuentes en las ejemplares juveniles Caretta caretta <strong>de</strong><br />

Canarias, <strong>de</strong>bido a que estas tortugas presentan una elevada frecuencia <strong>de</strong> algas<br />

epibiontes (el 83.5% <strong>de</strong> las tortugas presentaba algas rojas).<br />

• La similitud en las frecuencias <strong>de</strong> C. andreae entre las tortugas <strong>de</strong> Canarias<br />

(45.6%) y <strong>de</strong>l Levante español (47.5%) (Badillo, 2007), corrobora la hipótesis <strong>de</strong><br />

entrada <strong>de</strong> individuos atlánticos en el mediterráneo a través <strong>de</strong>l estrecho <strong>de</strong><br />

Gibraltar, en don<strong>de</strong> se sitúan en el mar <strong>de</strong> Alborán y el Levante español.<br />

• Según los datos bibliográficos, P. chelonophilus y H. robusta presentan una clara<br />

preferencia por las tortugas que frecuentan hábitats neríticos, sugieriendo que las<br />

tortugas que las presentan pue<strong>de</strong>n frecuentar este tipo <strong>de</strong> habitats.<br />

• Según los datos obtenidos, H. grimaldii y C. andreae presentan mayores<br />

frecuencias en las tortugas en fase Oceánica (principalmente activa), mientras que<br />

H. robusta y P. chelonophilus tienen preferencia por las tortugas en fase subadulta<br />

(o mayores <strong>de</strong> 60cm <strong>de</strong> LCCmin) lo que verifica un cambio ontogénico <strong>de</strong> hábitat<br />

<strong>de</strong> las tortugas localizadas en Canarias en función <strong>de</strong> la talla y el estadio.<br />

• El estadio <strong>de</strong> transición (tortugas <strong>de</strong> 50 a 60cm <strong>de</strong> LCCmin) presenta datos<br />

intermedios entre la fase Oceánica y la fase Subadulta, corroborando que estas<br />

tortugas frecuentan tanto los hábitats oceánicos como los neríticos.<br />

• Los peracáridos tienen preferencia por las algas muy ramificadas y con poco<br />

espacio entre los fron<strong>de</strong>s, características que presentan las 4 especies <strong>de</strong> algas<br />

epibiontes observadas en las tortugas Caretta caretta <strong>de</strong> Canarias.<br />

• H. grimaldii y C. andreae se localizaron siempre asociadas a las algas epibiontes<br />

observadas sobre las tortugas muestreadas (la última siempre en las ramas mas<br />

altas).<br />

• P. chelonophilus se localizó principalmente en la región caudal <strong>de</strong> la tortuga y en<br />

la base <strong>de</strong> las aletas traseras, asociado a algas o directamente sobre la tortuga.<br />

236


CAPÍTULO 4: MALACOSTRÁCEOS.<br />

• P. chelonophilus se observó asociado en gran<strong>de</strong>s cantida<strong>de</strong>s a las heridas o<br />

lesiones <strong>de</strong> las tortugas apoyando la teoría <strong>de</strong> se alimente <strong>de</strong>l tejido necrótico<br />

limpiando las heridas.<br />

• H. robusta se localizó en pequeños agujeros ovalados realizados entre los escudos<br />

<strong>de</strong>l caparazón y <strong>de</strong>l plastrón <strong>de</strong> la tortuga.<br />

• H. robusta aumentó su frecuencia en función <strong>de</strong> la gravedad <strong>de</strong> las lesiones <strong>de</strong> las<br />

tortugas, sugiriéndose que el ablandamiento <strong>de</strong>l caparazón causado por la<br />

<strong>de</strong>snutrición o hipotermia ayuda al asentamiento <strong>de</strong> esta especie ya que le<br />

permite cavar sus agujeros con mayor facilidad.<br />

• Cada una <strong>de</strong> las 4 especies <strong>de</strong> peracáridos presentó una estacionalidad propia,<br />

sugiriendo un fuerte relación entre estas 4 especies y las tortugas C. caretta <strong>de</strong><br />

Canarias a lo largo <strong>de</strong> todo el año.<br />

• La estacionalidad <strong>de</strong> hembras ovígeras <strong>de</strong> las 4 especies sugiere que presentan<br />

una reproducción continua con varias puestas al año, característica propia <strong>de</strong> las<br />

especies <strong>de</strong> peracáridos tropicales o subtropicales.<br />

• <strong>Las</strong> 4 especies presentaron tallas <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los rangos <strong>de</strong>scritos en la bibliografía<br />

para cada una <strong>de</strong> ellas.<br />

• C. andreae, P. chelonophilus y H. robusta presentaron un cuidado parental<br />

prolongado sobre la tortugas C. caretta <strong>de</strong> Canarias, lo que indica que la tortuga<br />

es un hábitat a<strong>de</strong>cuado para el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> estos pequeños crustáceos.<br />

• El cuidado parental prolongado unido a los gran<strong>de</strong>s movimientos migratorios <strong>de</strong><br />

las tortugas marinas aumenta enormemente la capacidad <strong>de</strong> dispersión <strong>de</strong> las<br />

especies observadas.<br />

• <strong>Las</strong> tortugas C. caretta localizadas en Canarias ofrecen un sustrato con<br />

microhábitats idóneos, alimento y un fuerte medio <strong>de</strong> dispersión, para el buen<br />

<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> las 4 especies <strong>de</strong> peracáridos.<br />

• Los ejemplares <strong>de</strong> C. caretta reciben unos limpiadores móviles que liberan a la<br />

tortuga <strong>de</strong> otros epibiontes y restos orgánicos, e incluso limpian sus heridas.<br />

237


En las presas<br />

yo divido<br />

lo cogido<br />

por igual;<br />

sólo quiero<br />

por riqueza<br />

la belleza<br />

sin rival.<br />

Que es mi barco mi tesoro,<br />

que es mi dios la libertad,<br />

mi ley, la fuerza y el viento,<br />

mi única patria, la mar.<br />

J. Espronceda (fragmento)


C a p í t u l o 6 :<br />

C R U S T Á C E O S E P I B I O N T E S<br />

D E T O R T U G A B O B A D E C A N A R I A S :<br />

“ E l C a n g r e j o d e C o l ó n ”


1. – INTRODUCCIÓN<br />

CAPÍTULO 6: “El cangrejo <strong>de</strong> Colón”.<br />

El pequeño Brachyura (Decapada: Crustácea) Planes minutus Linnaeus, 1758, pertenece a la familia<br />

Grapsidae, que está compuesta por 35 especies pertenecientes a 15 géneros, conformando un grupo<br />

tropical que se extien<strong>de</strong> en menor abundancia y riqueza hacia áreas templadas, y que presenta<br />

principalmente hábitos bentónicos.<br />

El género Planes (Bowdich, 1825) se diferencia <strong>de</strong>l resto <strong>de</strong> especies por: sus hábitos exclusivamente<br />

pelágicos <strong>de</strong> don<strong>de</strong> obtienen su nombre 1 ; su pequeño tamaño, ya que rara vez supera los 20mm <strong>de</strong><br />

ancho <strong>de</strong> caparazón; y por los pelos que presenta en la cara anterior <strong>de</strong> sus apéndices locomotores<br />

<strong>de</strong>nominados plumosa (Hartnoll, 1971). Son conocidos comúnmente como “Columbus crab” (Cangrejo<br />

<strong>de</strong> Colón) <strong>de</strong>bido a que la primera referencia <strong>de</strong> estos cangrejos oceánicos la dio Cristóbal Colón en su<br />

primer viaje hacia el nuevo mundo en 1492 (Chace, 1951); “Sea-weed crab” (Cangrejo <strong>de</strong> los<br />

sargazos) por su frecuente asociación con este alga pelágica; o “Cangrejos anales” por su localización<br />

en la región anal <strong>de</strong> tortugas marinas.<br />

Este género esta representado por tres especies: Planes minutus Linnaeus, 1758, que es un gran<br />

cosmopolita ampliamente distribuido por áreas tropicales, subtropicales, cálidas y templadas <strong>de</strong>l<br />

Atlántico, Índico y Mediterráneo, llegando incluso a zonas frías como las Islas Británicas (Davenport,<br />

1992); Planes cyaneus Dana, 1851, que ocupa el mismo nicho ecológico que el anterior pero en el<br />

Pacífico (Chace, 1951; Manning & Holthuis, 1981), aunque recientemente ha sido citado en el Índico,<br />

el Atlántico norte, el Golfo <strong>de</strong> México y el Atlántico sur (África, Brasil, Uruguay y Argentina); y por<br />

último, Planes marinus Rhatbun, 1914, que se ha citado en el Océano Índico y Atlántico sur (Spivak &<br />

Bas, 1999). Chace (1951) <strong>de</strong>finió caracteres taxonómicos específicos para cada una <strong>de</strong> estas 3<br />

especies basándose principalmente en relaciones métricas entre varios parámetros morfológicos.<br />

De hábitos claramente pelágicos, viven asociadas a una gran variedad <strong>de</strong> substratos, tanto bióticos:<br />

tortugas marinas, algas flotantes (Sargassum) y otros invertebrados como Velella sp. o Janthina sp;<br />

como abióticos: boyas, cuerdas, plásticos y trozos <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra, entre otros (Davenport, 1992, 1994;<br />

Dellinger et al., 1997), en los que se han observado diferencias en función <strong>de</strong> tipo <strong>de</strong> sustrato sobre el<br />

que viven. Por ejemplo, se ha confirmado que el número <strong>de</strong> individuos juveniles es mucho mayor en<br />

objetos flotantes que en tortugas, en una proporción <strong>de</strong> 58 a 8 en objetos flotantes según Dellinger et<br />

al. (1997) y <strong>de</strong> 1 a 9 en tortugas según Frick et al. (2004b); el número <strong>de</strong> hembras ovígeras y <strong>de</strong><br />

parejas heterosexuales es mayor en tortugas que en objetos flotantes, indicando que la tortuga es un<br />

hábitat mas favorable para este cangrejo puesto que le brinda una excepcional zona <strong>de</strong> reproducción<br />

(Davenport, 1992, 1994; Dellinger et al., 1997; Frick et al., 2004b), incluso, llegádose a sugerir la<br />

posibilidad <strong>de</strong> que estos <strong>de</strong>cápodos tuvieran la capacidad <strong>de</strong> cambiar <strong>de</strong> sexo, a pesar <strong>de</strong> que esta<br />

característica es muy inusual en el Infraor<strong>de</strong>n Brachyura (Subramoniam, 1981). Por otro lado, no se<br />

han encontraron diferencias en la talla <strong>de</strong> los ejemplares adultos entre ambos tipos <strong>de</strong> hábitat (tanto<br />

en machos como en hembras) (Dellinger et al., 1997), ni que el tamaño <strong>de</strong> P. minutus varíe en<br />

función <strong>de</strong> la talla <strong>de</strong> su hospedador (Davenport, 1994; Dellinger et al., 1997; Frick et al., 2004b).<br />

Davenport (1992), llevó a cabo un potente estudio sobre la ecología, el comportamiento y los<br />

mecanismos <strong>de</strong> natación <strong>de</strong> Planes minutus, realizando un <strong>de</strong>scripción minuciosa <strong>de</strong> los pereiópodos,<br />

y <strong>de</strong> las filas <strong>de</strong> pelos “plumosos” existentes en los bor<strong>de</strong>s anteriores (sobretodo en el 4º par), una <strong>de</strong><br />

sus principales características morfológicas. También investigó su capacidad <strong>de</strong> natación, concluyendo<br />

que es capaz <strong>de</strong> nadar muy rápida y constantemente durante periodos relativamente largos (mas <strong>de</strong><br />

30min.), y dirigir sus movimientos eficazmente con inclinaciones <strong>de</strong>l caparazón, por lo que pue<strong>de</strong><br />

alejarse <strong>de</strong>l substrato en el que vive en busca <strong>de</strong> comida sin problemas. Por otro lado, también<br />

confirmó que este pequeño <strong>de</strong>cápodo es un predador muy voraz, que ataca cualquier objeto o animal<br />

que se mueva cerca su habitáculo, y que sus principales presas son: post-larvas <strong>de</strong> peces que viven<br />

en el neuston, eufásidos, isópodos, pequeños cefalópodos, halobates, y sálpidos (alimentándose<br />

selectivamente <strong>de</strong> su estómago), entre otros. También es capaz <strong>de</strong> comer algas (sargassum y otras) o<br />

cualquier cosa cuando el alimento es escaso, aunque no suele alimentarse <strong>de</strong> ctenóforos, pequeñas<br />

medusas, ni suele cazar copépodos.<br />

1 Del Griego: Planes = vagar<br />

243


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

Este mismo autor, en 1994, citó la peculiar asociación <strong>de</strong> este pequeño <strong>de</strong>cápodo con los juveniles <strong>de</strong><br />

tortuga boba presentes en aguas <strong>de</strong> Ma<strong>de</strong>ira, sugiriendo el papel beneficioso <strong>de</strong> P. minutus como<br />

limpiador <strong>de</strong> otros epibiontes <strong>de</strong> la tortuga, gracias a los estudios <strong>de</strong> contenido estomacal en los que<br />

encontró, larvas cipris <strong>de</strong> Lepas spp. y el anfípodo Podocerus chelonophilus, ambos citados como<br />

epibiontes comunes <strong>de</strong> tortuga boba. Posteriormente Dellinger et al., (1997) y Frick et al. (2004b)<br />

añadieron otras dos especies comunes como epibiontes <strong>de</strong> tortuga boba, Caprella andreae y<br />

Concho<strong>de</strong>rma virgatum, como alimento <strong>de</strong> P. minutus cuando habita sobre esta tortuga, mientras que<br />

en los ejemplares que habitan objetos flotantes solo encontraron algas y larvas cipris <strong>de</strong> cirrípedos.<br />

Estos datos corroboran la idoneidad <strong>de</strong>l hábitat que proporciona la tortuga a este cangrejo pelágico y<br />

que la asociación <strong>de</strong> estos dos organismos es beneficiosa para ambos (simbiosis) .<br />

La afinidad <strong>de</strong> las tortugas juveniles en su fase oceánica por las agrupaciones <strong>de</strong> sargazo y su relación<br />

con los gran<strong>de</strong>s sistemas <strong>de</strong> corrientes y los objetos flotantes que estas transportan (Brongersma,<br />

1972; Withan, 1976; Carr, 1986), señala el momento idóneo para el intercambio <strong>de</strong> ejemplares <strong>de</strong> P.<br />

minutus <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el sargazo o <strong>de</strong>l objeto hacia la tortuga y viceversa (Frick et al., 2000). La relación <strong>de</strong><br />

este <strong>de</strong>cápodo con las tortugas marinas, no se restringe solo a la tortuga boba (Caine, 1986;<br />

Davenport, 1994; Dellinger et al., 1997; Frick et al., 1998, 2004b, 2006), sino que hasta la fecha<br />

también se ha citado en tortuga ver<strong>de</strong>, Chelonia mydas (Crane, 1937), tortuga carey, Ertmochelys<br />

imbricata (Murray, 1895; Chace, 1951) y tortuga olivacea, Lepidochelys olivacea (Diaz et al., 1992),<br />

aunque la mayoría <strong>de</strong> los estudios se han centrado en ejemplares juveniles <strong>de</strong> tortuga boba <strong>de</strong>l<br />

Atlántico norte.<br />

Una característica común a todos los estudios sobre esta asociación, es que P. minutus se localiza<br />

generalmente alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> la cloaca <strong>de</strong> la tortuga, dando lugar a conjeturas sobre una alimentación<br />

coprófaga en las heces <strong>de</strong> la tortuga (Chace, 1951; Crane, 1937). Los estudios <strong>de</strong> contenido<br />

estomacal han revelado que no se alimentan <strong>de</strong> heces sino <strong>de</strong> otros organismos epibiontes como se<br />

dijo anteriormente, y que su localización en la región cloacal es una estrategia para evitar las fuertes<br />

turbulencias que se crean alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l caparazón <strong>de</strong> la tortuga cuando esta está en movimiento<br />

(Davenport, 1994). En unas pocos excepciones se han localizado ejemplares <strong>de</strong> P. minutus en el<br />

cuello <strong>de</strong> la tortuga, o entre los cirrípedos (Lepas spp.) epibiontes <strong>de</strong> esta, pero en la mayoría <strong>de</strong> los<br />

casos, sobre una misma tortuga se han localizado un máximo <strong>de</strong> 3 individuos (Davenport, 1994;<br />

Dellinger et al., 1997; Frick et al., 2004b).<br />

P. minutus se ha observado en frecuencias bastante elevadas (82%) sobre ejemplares juveniles <strong>de</strong><br />

tortuga boba (Dellinger et al., 1997), aunque también se ha observado esta asociación en adultos y<br />

subadultos neríticos, pero en mucha menor frecuencia (3.1% y 1%) (Frick et al., 1998 y Caine, 1986,<br />

respectivamente), observándose a<strong>de</strong>más, que las hembras ovígeras presentaban una talla bastante<br />

menor (12.9mm), que las observadas en tortugas juveniles (17.32mm en el estudio <strong>de</strong> Frick et al.,<br />

2004b; y 17.0mm en el <strong>de</strong> Dellinger et al., 1997). Igualmente se observó que en las tortugas adultas<br />

y subadultas, la presencia <strong>de</strong> este <strong>de</strong>cápodo era estacional, encontrándose solo en invierno y<br />

primavera (<strong>de</strong> diciembre a abril), lo que sugiere que las tortugas adultas y subadultas no son<br />

exclusivamente neríticas, sino que en invierno y primavera se <strong>de</strong>splazan entre el dominio oceánico y el<br />

nerítico.<br />

Casale et al. (2004) también encontraron indicios sobre la ecología <strong>de</strong> las poblaciones <strong>de</strong> Caretta<br />

caretta en el mediterráneo gracias a la interacción con este curioso epibionte, ya que lo encontraron<br />

con mayor frecuencia en la costa oeste <strong>de</strong> Italia (27.4%) que en la costa este (3.3%). Este dato<br />

sugiere que, o bien, los cangrejos mueren cuando la tortuga atraviesa el estrecho <strong>de</strong> Messina para<br />

pasar <strong>de</strong>l lado oeste al este; que los movimientos <strong>de</strong> tortugas entre ambos lados es limitado; o<br />

incluso, que la presencia o no <strong>de</strong> este crustáceo indique el origen Atlántico o Mediterráneo <strong>de</strong> dichas<br />

tortugas, puesto que en el Atlántico es realmente frecuente (82% Dellinger et al., 1997) y en el<br />

mediterráneo no. Esta última hipótesis se corrobora con el estudio <strong>de</strong> Kitsos et al. (2005) en el que no<br />

se encontró ningún ejemplar <strong>de</strong> P. minutus en las tortugas varadas en las costas <strong>de</strong> Grecia.<br />

Una característica poco estudiada en las especies <strong>de</strong>l género Planes es su coloración, en la existen<br />

diferentes patrones, lo que ha llevado a diversas especulaciones. Generalmente en crustáceos los<br />

patrones cromáticos <strong>de</strong> base están <strong>de</strong>terminados genéticamente, pudiendo existir pequeñas<br />

variaciones mediante un oscurecimiento o <strong>de</strong>coloración <strong>de</strong>l cuerpo causado por la concentración o<br />

dispersión <strong>de</strong> gránulos <strong>de</strong> pigmentos en los cromatóforos (Pons, 2006). P. minutus es<br />

predominantemente marrón, aunque se han citado colores verdosos, amarillos y rojizos, con múltiples<br />

244


CAPÍTULO 6: “El cangrejo <strong>de</strong> Colón”.<br />

tonalida<strong>de</strong>s, generalmente mimetizándose con el substrato sobre el que vive. Ciertos ejemplares se<br />

cubren <strong>de</strong> motas blancas <strong>de</strong> diferentes formas y tamaños, algunas lo suficientemente gran<strong>de</strong>s como<br />

para ocupar todo el caparazón (Hitchcock, 1941.), que, según <strong>de</strong>terminados autores, es una forma <strong>de</strong><br />

mimetismo con los briozoos y los tubos <strong>de</strong> poliquetos que infestan los sargazos (Verrill, 1908). Uno <strong>de</strong><br />

los acontecimientos que llamaron la atención <strong>de</strong> los investigadores fue el hallazgo <strong>de</strong> ejemplares <strong>de</strong> P.<br />

minutus <strong>de</strong> color caoba adheridos a un tronco a la <strong>de</strong>riva <strong>de</strong> este color en las costas <strong>de</strong> Bermudas, y<br />

que a<strong>de</strong>más, todos los ejemplares presentaban una mancha blanca en la parte dorsal <strong>de</strong>l caparazón,<br />

mimetizándose completamente con las distintas tonalida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l tronco (Crozier, 1918). Por otro lado,<br />

la coloración <strong>de</strong> los ejemplares <strong>de</strong> P. minutus que habitan en los sargazos es muy variable, lo que<br />

sugiere la capacidad <strong>de</strong> este crustáceo <strong>de</strong> adaptar su coloración a la <strong>de</strong>l medio en el que vive.<br />

Estudios realizados por Hitchcock (1941) <strong>de</strong>terminaron que la coloración <strong>de</strong> Planes minutus pue<strong>de</strong><br />

cambiar únicamente cuando muda, que lo hace respondiendo a un cambio en el color <strong>de</strong>l substrato en<br />

el que se encuentra, y que son incapaces <strong>de</strong> hacerlo con bastante rapi<strong>de</strong>z.<br />

En resumen, P. minutus como epibionte <strong>de</strong> tortuga boba se ha citado principalmente en ejemplares<br />

juveniles <strong>de</strong>l Atlántico norte: Ma<strong>de</strong>ira (Davenport, 1992, 1994) y Azores (Dellinger et al., 1997 y Frick<br />

et al., 1998, 2003, 2004b), y <strong>de</strong>l Mediterráneo: Francia (Chevreux & De Guerne, 1893), Italia (Casale<br />

et al., 2004), y España (Badillo, 2007); y en adultas <strong>de</strong> la costa este <strong>de</strong> EE.UU: Georgia (Frick et al.,<br />

1998) y Florida (Caine, 1986), aunque como ya se ha mencionado, en frecuencias mucho mas bajas.<br />

Fig. 122. Ejemplar <strong>de</strong> P. minutus localizado sobre una tortuga C. caretta <strong>de</strong> Canarias<br />

245


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

2. – MATERIAL Y MÉTODOS<br />

2.1. – CARACTERÍSTICAS TAXONÓMICAS<br />

246<br />

SUPERORDEN EUCARIDA Calman, 1904<br />

ORDEN DECAPODA Latreille, 1802<br />

Es el grupo mas conocido <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los crustáceos <strong>de</strong>bido a su importancia comercial. A él pertenecen<br />

el 25% <strong>de</strong>l total <strong>de</strong> especies <strong>de</strong>l Subfilo Crustácea. Se caracterizan por la presencia <strong>de</strong> un caparazón<br />

que cubre cabeza y tórax formando un cefalotórax, y por la presencia <strong>de</strong> cámaras branquiales<br />

laterales. De los ocho apéndices torácicos, los tres <strong>de</strong>lanteros se han transformado en maxilípedos,<br />

pasando a cobrar funciones alimenticias, y los cinco pares restantes se emplean en la locomoción, lo<br />

que le ha dado el nombre al grupo <strong>de</strong>ca-poda (que significa, “diez – patas”).<br />

Este or<strong>de</strong>n se caracteriza por un cefalotórax formado por los 6 segmentos <strong>de</strong> la cabeza y los 8 <strong>de</strong>l<br />

tórax, todos cubiertos por un caparazón, que en la zona anterior suele acabar en un rostro mas o<br />

menos conspicuo. Acostumbra a tener espinas y líneas mas o menos pronunciadas que <strong>de</strong>limitan<br />

lóbulos o regiones abombadas, que en ocasiones son útiles para diferenciar especies.<br />

Los apéndices cefálicos son 6, siendo el primero los ojos, que están sujetos por un pedúnculo móvil<br />

compuesto por 2 ó 3 artejos que le dan gran movilidad. Junto a ellos se localiza la glándula que<br />

produce hormonas encargadas <strong>de</strong>l control <strong>de</strong> la muda. El segundo par son las anténulas o primeras<br />

antenas, que están bien <strong>de</strong>sarrolladas (a excepción <strong>de</strong>l grupo <strong>de</strong> los Brachyura), son birrámeas y<br />

tienen un pedúnculo formado por 3 artejos. El tercer par son las antenas o segundas antenas, cuyo<br />

pedúnculo consta <strong>de</strong> 5 artejos y su endopodio por 3 artejos terminados en un flagelo multi-articulado.<br />

El cuarto par <strong>de</strong> apéndices cefálicos (primer par <strong>de</strong> apéndices bucales) son las mandíbulas, cuya coxa<br />

presenta una parte trituradora y una parte molar. La base se estrecha y el endopodio, <strong>de</strong> 1 ó 2<br />

artejos, forma el palpo mandibular junto con la base. El quinto y el sexo par <strong>de</strong> apéndices son las<br />

maxilas (primeras y segundas maxilas), y son planas, ensanchadas y con forma lobulada.<br />

El tórax posee 8 apéndices, <strong>de</strong> los cuales los 3 anteriores han pasado al servicio <strong>de</strong> la alimentación y<br />

se conocen como los maxilípedos. El primero <strong>de</strong> ellos es muy parecido a las maxilas y los otros dos<br />

tienen una morfología similar a los pereiópodos. Los 5 apéndices <strong>de</strong>l tórax restantes son los<br />

pereiópodos y tienen una función locomotora. Estos están formados por 7 artejos, que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />

cuerpo hasta la parte distal se <strong>de</strong>nominan: coxa, base, isquiopodio, meropodio, carpopodio, propodio<br />

y dactilopodio. Es conocido <strong>de</strong>l primer par <strong>de</strong> pereiópodos sus pinzas o quelas, originadas por una<br />

expansión <strong>de</strong>l propodio que se opone al dactilopodio y se les <strong>de</strong>nomina quelípedos. El resto <strong>de</strong><br />

pereiópodos son <strong>de</strong> forma muy variable, pue<strong>de</strong>n haber <strong>de</strong>saparecido, o incluso el último par pue<strong>de</strong><br />

verse modificado adaptándolo a la natación o a la sujeción <strong>de</strong> objetos al dorso, a modo <strong>de</strong> camuflaje.<br />

El abdomen es la parte mas variable <strong>de</strong> este grupo. En los Nantia esta bien <strong>de</strong>sarrollado y sus<br />

apéndices (pleópodos) son largos y flagelados para facilitar la natación; En los Reptantia el abdomen<br />

se aplana dorsoventralmente; en los Macruros los pleópodos se reducen; y en los Brachyura el<br />

abdomen se repliega bajo el caparazón. En las hembras los pleópodos sirven para retener los huevos<br />

durante su incubación, mientras que en los machos el primer par, y a veces el segundo, se emplean<br />

como órgano copulador. El abdomen finaliza en un apéndice impar, el telson, el cual, junto con los<br />

últimos pleópodos, <strong>de</strong>nominados urópodos, forman el telson, que generalmente esta adaptado a la<br />

natación. En los Anomura (cuyo abdomen está bastante reducido) está reducido a un gancho para<br />

agarrarse a la concha en la que viven y en los Brachyura el télson no está unido a los urópodos.<br />

Este or<strong>de</strong>n presenta un amplio rango <strong>de</strong> diseños corporales <strong>de</strong>bido principalmente a su gran<br />

capacidad <strong>de</strong> adaptación, sobretodo a la locomoción y al hábitat en el que se encuentren. En general<br />

se diferencian 3 grupos principales <strong>de</strong> <strong>de</strong>cápodos: <strong>Las</strong> gambas o camarones, caracterizado por su<br />

cuerpo cilíndrico o comprimido lateralmente, abdomen bien <strong>de</strong>sarrollado (mas largo que ancho) y<br />

patas largas y esbeltas; los Brachyura o verda<strong>de</strong>ros cangrejos, caracterizados por un abdomen<br />

reducido, flexionado y encajado bajo el cefalotórax y un caparazón aplanado y ancho (igual o mas<br />

ancho que largo); y los Anomura o cangrejos ermitaños, con un abdomen no tan reducido como el<br />

grupo anterior, pero generalmente adaptado para introducirse en grietas o conchas vacías <strong>de</strong><br />

gasterópodos. Dentro <strong>de</strong> cada grupo existen, a su vez, un elevado número <strong>de</strong> formas y hábitos


CAPÍTULO 6: “El cangrejo <strong>de</strong> Colón”.<br />

particulares. Algunas adaptaciones asombrosas <strong>de</strong> este grupo <strong>de</strong> crustáceos son la presencia <strong>de</strong><br />

órganos luminiscentes o fotóforos <strong>de</strong> los géneros Segestes y Sergia; la especialización <strong>de</strong> las “gambas<br />

limpiadoras” eliminando parásitos y otra materia <strong>de</strong> la superficie <strong>de</strong>l cuerpo <strong>de</strong> peces <strong>de</strong> arrecife; el<br />

hábito <strong>de</strong>corativo <strong>de</strong> algunas especies, usando anémonas y otros organismos que disponen sobre su<br />

caparazón a modo <strong>de</strong> camuflaje, incluso llegando a adaptar un apéndice para la sujeción <strong>de</strong> objetos<br />

(familias Dromiidae y Dorippidae); etc.<br />

<strong>Las</strong> distintas especies <strong>de</strong> este or<strong>de</strong>n ocupan una grandísima diversidad <strong>de</strong> hábitats. Los hay pelágicos,<br />

como algunas gambas y cangrejos, aunque la mayoría son bentónicos o habitantes <strong>de</strong>l fondo,<br />

viviendo entre algas, en anémonas, bajo piedras y conchas, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> cavida<strong>de</strong>s y grietas en el coral<br />

y rocas, en fondos fangosos o <strong>de</strong> arena, o como comensales <strong>de</strong> otros organismos. Algunos han<br />

colonizado zonas <strong>de</strong> gran profundidad, y otros áreas <strong>de</strong> superficie, prácticamente fuera <strong>de</strong>l agua,<br />

llegando a <strong>de</strong>sarrollarse formas terrestres y dulceacuícolas.<br />

También existe una enorme diversidad <strong>de</strong> formas y tallas, aunque la mayoría son <strong>de</strong> pequeño<br />

tamaño, si bien ciertas especies pue<strong>de</strong>n alcanzar tallas <strong>de</strong> hasta 60cm y 22kg <strong>de</strong> peso como la<br />

langosta americana (Homarus americanus); y una amplia gama <strong>de</strong> hábitos y dietas alimenticios,<br />

aunque la mayoría <strong>de</strong> especies combina la alimentación <strong>de</strong>predadora con la ingesta <strong>de</strong> carroña y<br />

<strong>de</strong>tritos, variando en función <strong>de</strong> la disponibilidad <strong>de</strong> las distintas fuentes. <strong>Las</strong> presas mas comunes<br />

son: invertebrados gran<strong>de</strong>s como equino<strong>de</strong>rmos, bivalvos, poliquetos u otros crustáceos. Algunas<br />

especies son herbívoras y otras filtradoras. Los quelípedos suelen ser un reflejo <strong>de</strong> los hábitos<br />

alimenticios.<br />

Son dioicos y el apareamiento se produce tras la muda <strong>de</strong> la hembra. Por lo general se da algún tipo<br />

<strong>de</strong> cortejo, algunos <strong>de</strong> ellos bastante espectaculares a través <strong>de</strong> señales visuales y acústicas. En la<br />

cópula, la hembra queda estirada bajo el macho que introduce el primer par <strong>de</strong> pleópodos en los<br />

orificios genitales <strong>de</strong> la hembra. En algunos grupos los huevos se liberan directamente al mar,<br />

mientras que el la mayor parte, la hembra porta la puesta que queda sujeta por los pleópodos. El<br />

estadio larvario que eclosiona es muy variable. En aquellas especies que ponen los huevos<br />

directamente en el agua eclosiona una larva nauplio o metanauplio. En las especies que portan los<br />

huevos, en la eclosión se producen larvas en estadio protozoea o zoea, que se reconocen fácilmente<br />

por su larga espina rostral, cuyo estadio postlarvario, llamado megalopa, tiene un abdomen gran<strong>de</strong> y<br />

el complemento apendicular completo. Como ocurre con otros muchos invertebrados, existe una clara<br />

ten<strong>de</strong>ncia al acortamiento <strong>de</strong>l periodo larvario en aquellas especies que viven en mares fríos o a<br />

profundida<strong>de</strong>s abisales.<br />

Dentro <strong>de</strong> los <strong>de</strong>cápodos existen 2 subór<strong>de</strong>nes y 9 infraór<strong>de</strong>nes, <strong>de</strong> los <strong>de</strong>stacamos el infraor<strong>de</strong>n<br />

Brachyura porque la única especie <strong>de</strong> <strong>de</strong>cápodo encontrada en este estudio como epibionte pertenece<br />

a este grupo.<br />

Infraor<strong>de</strong>n Brachyura Latreille, 1802<br />

Lo componen unas 4500 especies a las que se les <strong>de</strong>nomina comúnmente como los “Cangrejos<br />

verda<strong>de</strong>ros”. Se caracterizan por su caparazón aplanado, cuadrangular, ovalado o redon<strong>de</strong>ado (nunca<br />

triangular) y su abdomen reducido y encajado bajo el cefalotórax. La mayoría <strong>de</strong> las especies no<br />

presenta urópodos y los pleópodos se conservan, en la hembra para sujetar la puesta y en el macho<br />

solo los 2 primeros como órgano copulador. A<strong>de</strong>más, la distancia interocular es amplia, y los terceros<br />

maxilípedos son placas rectangulares que ocupan por completo el marco bucal cubriendo los<br />

apéndices internos <strong>de</strong> la boca como si fueran puertas dobles.<br />

El caparazón es casi siempre mas ancho que largo, aumentando el aspecto aplanado <strong>de</strong>l cuerpo.<br />

Pue<strong>de</strong>n reptar hacia <strong>de</strong>lante, sin embargo generalmente lo hacen <strong>de</strong> lado, y la gran mayoría no pue<strong>de</strong><br />

nadar, aunque algunas especies han adaptado los últimos pereiópodos a la natación, aplanándolos, si<br />

bien por lo general son organismos bentónicos que solo nadan a ratos.<br />

Hay algunas especies comensales, generalmente caracterizadas por su pequeño tamaño, que viven en<br />

las cavida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l manto <strong>de</strong> algunos bivalvos y gasterópodos, dólares <strong>de</strong> arena, tunicados y en otros<br />

animales.<br />

<strong>Las</strong> 4500 especies <strong>de</strong>l infraor<strong>de</strong>n Brachyura, al igual que otros grupos <strong>de</strong> crustáceos, se organizan en<br />

complejas clasificaciones, continuamente revisadas y modificadas por diversos autores, por lo que<br />

247


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

para este trabajo se ha seleccionado la <strong>de</strong> Martin & Davis (2001), dispuesta en el Anexo 1. Según esta<br />

clasificación, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l Infraor<strong>de</strong>n Brachyura se localizan dos secciones, una <strong>de</strong> las cuales es la<br />

Sección Eubrachyura Saint Laurent, 1980, a la que pertenece la Superfamilia Grapsoi<strong>de</strong>a MacLeay,<br />

1828. La familia Grapsidae MacLeay, 1838, pertenece a una <strong>de</strong> las seis familias incluidas <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong><br />

dicha superfamilia y se <strong>de</strong>scribe levemente a continuación por su interés para este trabajo.<br />

248<br />

Familia Grapsidae MacLeay, 1838<br />

Compuesta por 35 especies pertenecientes a 15 géneros, que conforman un grupo tropical que se<br />

extien<strong>de</strong> en menor abundancia y riqueza hacia áreas templadas.<br />

Son cangrejos <strong>de</strong> caparazón cuadrangular con el rostro ancho y el bor<strong>de</strong> lateral recto.<br />

Generalmente presentan hábitos bentónicos, colonizando el litoral rocoso, a excepción <strong>de</strong>l Género<br />

Planes Bowdich, 1925, que incluye tres especies <strong>de</strong> hábitos exclusivamente pelágicos, morando en<br />

todo tipo <strong>de</strong> objetos y algas flotantes (Sargassum spp.), así como en animales pelágicos, como<br />

tortugas marinas (Caretta caretta, Chelonia mydas, Eretmochelys imbricata, Lepidochelys olivacea) e<br />

invertebrados marinos (Velella sp. y Janthina sp.).


2.2. – METODOLOGÍA<br />

CAPÍTULO 6: “El cangrejo <strong>de</strong> Colón”.<br />

Cada individuo localizado <strong>de</strong> Planes minutus fue retirado manualmente <strong>de</strong> la tortuga y dispuesto<br />

inmediatamente en un bote con alcohol 96%.<br />

Posteriormente se llevo a cabo la i<strong>de</strong>ntificación <strong>de</strong> los ejemplares y la toma <strong>de</strong> datos.<br />

Se anotó el sexo <strong>de</strong> cada individuo y su estadio reproductivo diferenciando lo siguientes grupos,<br />

basados en los datos <strong>de</strong> talla <strong>de</strong> madurez sexual dados por Davenport (1992):<br />

• Hembras adultas: Hembras superiores a 11mm.<br />

• Machos adultos: Machos superiores a 9mm.<br />

• Hembras juveniles: hembras inferiores a 11mm.<br />

• Machos juveniles: machos inferiores a 9mm.<br />

• Hembras ovígeras: hembras portando una puesta <strong>de</strong> huevos<br />

• Hembras no ovígeras: hembras adultas (>11mm) no portadores <strong>de</strong> puesta.<br />

• In<strong>de</strong>terminado: sexo <strong>de</strong>sconocido.<br />

Se tomaron las siguientes medidas biométricas <strong>de</strong> cada individuo con un calibre o pie <strong>de</strong> rey:<br />

• Ancho recto <strong>de</strong>l caparazón – (WRC 2 ) : distancia máxima <strong>de</strong>l ancho <strong>de</strong>l cefalotórax.<br />

• Largo recto <strong>de</strong>l caparazón – (LRC): distancia máxima <strong>de</strong>l largo <strong>de</strong>l cefalotórax.<br />

• Ancho recto abdomen – (WRAb): distancia <strong>de</strong>l ancho <strong>de</strong>l primer segmento abdominal.<br />

(todas las medidas se dan en milímetros).<br />

Se realizaron fotografías <strong>de</strong> cada individuo y se establecieron los siguientes grupos colorimétricos:<br />

• Coloración única (Lisos)<br />

• Presencia o ausencia <strong>de</strong> manchas pequeñas (Moteados)<br />

• Presencia o ausencia <strong>de</strong> manchas blancas gran<strong>de</strong>s en el cefalotórax (Mancha)<br />

2 La W es por las siglas en inglés (width), para que su i<strong>de</strong>ntificación con otros estudios sea mas fácil.<br />

LRC<br />

Fig. 123. Revisión <strong>de</strong> ejemplares <strong>de</strong> P. minutus muestreados (izquierda). Biometría <strong>de</strong> P. minutus<br />

(centro). Aspectos colorimétricos <strong>de</strong>l cefalotórax <strong>de</strong> los ejemplares <strong>de</strong> P. minutus muestreados<br />

(<strong>de</strong>recha).<br />

WRC<br />

WRAb<br />

LISO<br />

MOTEADO<br />

MANCHA<br />

249


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

3. - RESULTADOS<br />

3. 1 – DESCRIPCIÓN DE LOS EJEMPLARES OBSERVADOS<br />

Un total <strong>de</strong> 27 ejemplares <strong>de</strong> Planes minutus fueron recolectados en el 11.83% <strong>de</strong> las tortugas<br />

Caretta caretta muestreadas en el archipiélago canario para este estudio.<br />

Un punto muy importante a tener en cuenta en el estudio <strong>de</strong> este <strong>de</strong>cápodo, es que la frecuencia <strong>de</strong><br />

P. minutus pue<strong>de</strong> no ser real, ya que la movilidad <strong>de</strong> este pequeño cangrejo es muy superior a la <strong>de</strong><br />

las otras especies <strong>de</strong> epibiontes localizadas sobre las tortugas <strong>de</strong> canarias, por lo que pue<strong>de</strong><br />

escaparse fácilmente durante la captura y traslado <strong>de</strong>l animal hasta el CRFS <strong>de</strong> Gran Canaria, don<strong>de</strong><br />

se llevaban a cabo los muestreos. En varias ocasiones se recogieron ejemplares <strong>de</strong> P. minutus en las<br />

cajas en las que se transportaron las tortugas, revisión que siempre se realizaba, principalmente en<br />

busca <strong>de</strong> esta especie.<br />

A<strong>de</strong>más, otro dato importante que esta subestimando la frecuencia <strong>de</strong> P. minutus sobre las tortugas<br />

<strong>de</strong> Canarias, es que <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l gremio <strong>de</strong> los pescadores <strong>de</strong> las islas Canarias existe la creencia <strong>de</strong><br />

que este cangrejo tiene una interacción perjudicial para la tortuga, por lo que la mayoría <strong>de</strong> los<br />

pescadores extirpan el cangrejo <strong>de</strong> la tortuga nada mas capturarla y lo <strong>de</strong>vuelven al mar.<br />

Estas dos razones nos indican claramente que una gran cantidad <strong>de</strong> tortugas llegaron al CRFS sin este<br />

epibionte, por causas externas no naturales.<br />

A)<br />

B)<br />

Fig. 124. A) Porcentaje <strong>de</strong> tortugas que presentaron<br />

ejemplares <strong>de</strong> los principales grupos taxonómicos <strong>de</strong><br />

Crustáceos. B) Porcentaje <strong>de</strong> tortugas que presentaron<br />

ejemplares <strong>de</strong> cada una <strong>de</strong> las especies <strong>de</strong> crustáceos.<br />

250<br />

La frecuencia <strong>de</strong> este pequeño <strong>de</strong>cápodo,<br />

perteneciente al Superor<strong>de</strong>n Eucarida, fue muy<br />

baja en comparación con las especies <strong>de</strong>l<br />

Superor<strong>de</strong>n Peracarida (ambos pertenecientes<br />

a la Clase Malacostraca) y al otro gran grupo <strong>de</strong><br />

crustáceos observados en este estudio que son<br />

los Cirrípedos (Clase Maxilopoda).<br />

Se <strong>de</strong>be tener en cuenta, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la posible<br />

subestimación que pue<strong>de</strong> presentar esta<br />

especie, que este pequeño <strong>de</strong>cápodo es la<br />

única especie representante <strong>de</strong>l Superor<strong>de</strong>n<br />

Eucarida, mientras que en este estudio se<br />

observaron 4 especies <strong>de</strong> Peracáridos y 3<br />

especies <strong>de</strong> Cirrípedos, por lo que la mayor<br />

frecuencia <strong>de</strong> estos dos grupos es normal. Por<br />

consiguiente, si observamos las frecuencias por<br />

especie individualmente, P. minutus sigue<br />

siendo una <strong>de</strong> las frecuencias mas bajas, solo<br />

sobrepasando al balanomorfo P. hexastylos<br />

(1<strong>0.</strong>1%).<br />

A continuación se dispone la ficha <strong>de</strong> caracterización <strong>de</strong> la única especie <strong>de</strong> este grupo, en la que se<br />

<strong>de</strong>tallan sus características específicas, imágenes y fotos obtenidas en este estudio, así como los<br />

gráficos <strong>de</strong> frecuencia <strong>de</strong> la presencia/ausencia, cantidad, talla y estadio reproductor en función <strong>de</strong> las<br />

distintas variables <strong>de</strong> estudio (Año, mes, isla, zona, talla <strong>de</strong> la tortuga y gravedad <strong>de</strong> las lesiones).


Planes minutus Linnaeus 1758<br />

Phylum: Arthropoda<br />

Superclase: Crustacea Brünich, 1772<br />

Clase: Malacostraca Latreille, 1802<br />

Subclase: Eumalacostraca<br />

Superor<strong>de</strong>n: Eucarida Calman, 1904<br />

Or<strong>de</strong>n: Decápoda Latreille, 1802<br />

Subor<strong>de</strong>n: Brachyura Laterille, 1802<br />

Superfamilia: Grapsoi<strong>de</strong>a MacLeay, 1838<br />

Familia: Grapsidae MacLeay, 1838<br />

Género Planes Bowdich, 1825<br />

CAPÍTULO 6: “El cangrejo <strong>de</strong> Colón”.<br />

251


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

Clasificación<br />

taxonómica<br />

2<br />

3<br />

4<br />

5<br />

252<br />

DESCRIPCIÓN Y DATOS DE INTERÉS DE LA ESPECIE:<br />

Morfología: Pequeño cangrejo con caparazón cuadrangular, liso, sin muchas marcas y con un<br />

solo diente en el bor<strong>de</strong>, tras los ojos. El rostro es liso y dirigido ligeramente hacia abajo.<br />

Pinzas <strong>de</strong>l primer par <strong>de</strong> apéndices gruesas y con el meropodio <strong>de</strong>ntado transversalmente.<br />

Los apéndices torácicos o pereiópodos están comprimidos dorsoventralmente, adaptados a la<br />

natación y presentan filas <strong>de</strong> pelos (<strong>de</strong>nominados plumosa) en el bor<strong>de</strong> anterior. Abdomen<br />

reducido y plegado bajo el cefalotórax.<br />

Talla: Caparazón mas ancho que largo. Generalmente no supera los 20mm <strong>de</strong> ancho.<br />

Color: Varía en función <strong>de</strong>l sustrato en el que se encuentra. Pue<strong>de</strong> presentar tonalida<strong>de</strong>s<br />

marrones <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el caoba o ver<strong>de</strong> oscuro hasta tonalida<strong>de</strong>s rojizas, y colores claros <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

tonos anaranjado a amarillos y beiges. Algunos ejemplares presentan manchas <strong>de</strong> distintas<br />

tonalida<strong>de</strong>s, tamaños y formas en el cefalotórax.<br />

Hábitat: Decápodo <strong>de</strong> costumbre pelágicas, normalmente asociados a fanerógamas marinas<br />

flotantes (Sargassum sp.), tortugas marinas y una gran variedad <strong>de</strong> objetos flotantes. Se<br />

localizan generalmente en la región <strong>de</strong> la cola <strong>de</strong> la tortuga, por lo que se han <strong>de</strong>nominado<br />

comúnmente “cangrejos anales” sugiriéndose que se alimentan <strong>de</strong> las heces <strong>de</strong> la tortuga<br />

(Chace, 1951; Crane, 1937), aunque estudios <strong>de</strong>l contenido estomacal han revelado que se<br />

alimentan <strong>de</strong> otros organismos epibiontes (Davenport, 1994; Firck et al., 2000) por lo que<br />

realmente tiene un papel beneficioso para la tortuga, limpiando su caparazón. Su localización<br />

en la región cloacal <strong>de</strong> la tortuga es una estrategia para evitar las fuertes turbulencias que se<br />

crean alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l caparazón <strong>de</strong> la tortuga (Davenport, 1994).<br />

Reproducción: Son dioicos y el apareamiento se produce tras la muda <strong>de</strong> la hembra. La<br />

hembra porta las puestas en el abdomen sujetándolas con los pleópodos. Hembras ovígeras<br />

entre enero y octubre. De los huevos eclosionan larvas protozoea o zoea que posteriormente<br />

se transforma en megalopa. Se ha sugerido la posibilidad <strong>de</strong> que la hembra segregue<br />

sustancias que inhiben el crecimiento <strong>de</strong> los machos, e incluso que provocan el cambio <strong>de</strong><br />

sexo para que el resto <strong>de</strong> individuos que habitan una misma tortuga sean mas pequeños y<br />

exclusivamente machos (Davenport, 1994).<br />

Distribución: Gran cosmopolita. Se ha citado en el Océano Indico; en toda la cuenca<br />

Mediterránea (Chace, 1951; Zariquiey Alvarez, 1968), y en todo el océano Atlántico, tanto<br />

occi<strong>de</strong>ntal (Chace, 1951), como oriental: <strong>de</strong>s<strong>de</strong> mar <strong>de</strong>l Norte (A<strong>de</strong>ma, 1991) pasando por el<br />

Golfo <strong>de</strong> Gascogne (d’U<strong>de</strong>kem d’Acoz, 1986), hasta la costa africana, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Marruecos<br />

(Monod, 1956; Manning & Holthuis, 1981) hasta Sudáfrica (Barnard, 1950). Se ha citado en<br />

los archipiélagos macaronésicos <strong>de</strong> Açores, Ma<strong>de</strong>ira, Islas Salvajes y Canarias (Chace, 1951).<br />

Como epibionte <strong>de</strong> la tortugas marinas se ha citado en tortuga ver<strong>de</strong> (Crane, 1937), carey<br />

(Murray, 1895; Chace, 1951), olivacea (Diaz et al., 1992) y boba, para la que es el <strong>de</strong>cápodo<br />

mas veces observado, principalmente en individuos en fase juvenil oceánica, aunque también<br />

se ha encontrado en hembras adultas nidificantes, en Georgia y Florida, EE.UU (Caine, 1986;<br />

Firck et al., 2006). En el Atlántico se ha citado en frecuencias muy bajas en su costa oeste,<br />

mientras que en Azores y Ma<strong>de</strong>ira es realmente abundante (Davenport, 1992, 1994; Dellinger<br />

et al., 1997; Frick et al., 2003). En el Mediterráneo esta presente en tortugas <strong>de</strong><br />

localizaciones diversas (España, Francia, Italia) (Badillo, 2007; Cheverux & De Guerne, 1893;<br />

Casale et al., 2004).<br />

1<br />

6<br />

7<br />

8 9<br />

Fig. 125 (al dorso): Imágenes <strong>de</strong> ejemplares <strong>de</strong> Planes minutus localizados sobre las tortugas<br />

Caretta caretta muestreadas. 1– Esquema <strong>de</strong> los ejemplares <strong>de</strong> P. minutus muestreados. 2–<br />

Ejemplares dispuestos para su revisión. 3– Ejemplar <strong>de</strong> P. minutus recién insertado en el bote<br />

<strong>de</strong> muestras. 4- Hembra ovígera <strong>de</strong> P. minutus. 5- Revisión <strong>de</strong>l estadio sexual <strong>de</strong> una hembra<br />

<strong>de</strong> P. minutus. 6– Vista <strong>de</strong> frente <strong>de</strong> un ejemplar <strong>de</strong> P. minutus. 7- Localización <strong>de</strong> un<br />

ejemplar <strong>de</strong> P. minutus en la región <strong>de</strong> la cola <strong>de</strong> la tortuga. 8- Vista dorsal <strong>de</strong> un grupo <strong>de</strong><br />

ejemplares <strong>de</strong> P. minutus localizados sobre una misma tortuga. 9- Vista ventral <strong>de</strong> un grupo<br />

<strong>de</strong> ejemplares <strong>de</strong> P. minutus localizados sobre una misma tortuga.


Fig. 126: Gráfico <strong>de</strong> frecuencias <strong>de</strong> presencia/ausencia <strong>de</strong><br />

P. minutus en las tortugas Caretta caretta muestreadas,<br />

en función <strong>de</strong> las diferentes variables <strong>de</strong> estudio. La<br />

presencia se subdivi<strong>de</strong> en función <strong>de</strong> las cantida<strong>de</strong>s<br />

observadas por tortuga.<br />

CAPÍTULO 6: “El cangrejo <strong>de</strong> Colón”.<br />

El pequeño cangrejo Planes minutus estuvo<br />

presente en el 11.98% (20 tortugas) <strong>de</strong> las<br />

tortugas muestreadas en este estudio, y en la<br />

mayor parte <strong>de</strong> los casos (9.58%) se observó<br />

un solo ejemplar por tortuga. El 1.20% <strong>de</strong> las<br />

tortugas portaba 2 individuos a la vez, y solo<br />

una presentó 3 ejemplares y otra 4 cangrejos<br />

simultáneamente.<br />

A lo largo <strong>de</strong> los 3 años <strong>de</strong> estudio no se<br />

aprecian diferencias importantes, mientras<br />

que según la época <strong>de</strong>l año se observa una<br />

clara irregularidad, con la ausencia total <strong>de</strong><br />

esta especie en los meses <strong>de</strong> marzo y<br />

octubre, y una mayor frecuencia en los meses<br />

<strong>de</strong> enero (25%), abril (2<strong>0.</strong>69%) y diciembre<br />

(20%). La tortuga que portaba mayor número<br />

<strong>de</strong> individuos ingresó en el mes <strong>de</strong> abril.<br />

Ninguna tortuga proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> Lanzarote, La<br />

Palma o el Hierro portaba este epibionte,<br />

mientras que las mayores cantida<strong>de</strong>s se<br />

localizaron en las tortugas <strong>de</strong> Gran Canaria,<br />

<strong>de</strong>bido a las altas posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> pérdida <strong>de</strong><br />

ejemplares <strong>de</strong> P. minutus en el envío <strong>de</strong> las<br />

tortugas proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> otras islas.<br />

De nuevo los datos referentes a la talla <strong>de</strong> la<br />

tortuga llaman la atención, puesto que<br />

ninguna tortuga <strong>de</strong> menos <strong>de</strong> 25cm, ni <strong>de</strong><br />

mas <strong>de</strong> 60 presentó este cangrejo. <strong>Las</strong><br />

mayores frecuencias y cantida<strong>de</strong>s se dieron<br />

en las tortugas <strong>de</strong> entre 30 y 40cm <strong>de</strong> LCCmin.<br />

Con respecto a la gravedad <strong>de</strong> las lesiones se<br />

aprecia la clara preferencia <strong>de</strong> este epibionte<br />

por las tortugas sanas, ya que estuvo<br />

presente en el 23.81% <strong>de</strong> las tortugas sanas<br />

ingresadas, mientras que las tortugas con<br />

lesiones no superaron el 12%. A pesar <strong>de</strong><br />

esto, la mayor cantidad <strong>de</strong> individuos por<br />

tortuga se dio en una con lesiones graves.<br />

253


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

Fig. 127. Gráfico <strong>de</strong> frecuencias <strong>de</strong> las tallas máximas <strong>de</strong><br />

P. minutus observadas por tortuga, en los ejemplares <strong>de</strong><br />

C. caretta muestreados, en función <strong>de</strong> las distintas<br />

variables <strong>de</strong> estudio.<br />

254<br />

Al igual que <strong>de</strong>scribe la bibliografía, Planes<br />

minutus como epibionte <strong>de</strong> tortuga boba <strong>de</strong><br />

Canarias no superó los 20mm <strong>de</strong> ancho. La<br />

talla media <strong>de</strong> los 27 ejemplares estudiados<br />

fue <strong>de</strong> 14.96 ± 3.06mm <strong>de</strong> ancho (WCR), con<br />

un mínimo <strong>de</strong> 8.9mm y un ancho máximo <strong>de</strong><br />

18.8mm.<br />

La mayor parte <strong>de</strong> las tortugas (62.5%)<br />

transportaba ejemplares <strong>de</strong> tallas gran<strong>de</strong>s, <strong>de</strong><br />

15-20mm, mientras que el 29.2% portaba<br />

individuos <strong>de</strong> 10 a 15mm, y solo una minoría<br />

(8.3%) presentaba ejemplares <strong>de</strong> talla mas<br />

pequeña (15mm). <strong>Las</strong> tortugas <strong>de</strong> 30-35cm<br />

y <strong>de</strong> 45-50cm <strong>de</strong> caparazón solo presentaron<br />

las tallas mas gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong> P. minutus.<br />

Un mayor porcentaje <strong>de</strong> tortugas sanas<br />

(71.4%) o que presentaron lesiones leves<br />

(8<strong>0.</strong>0%) portaban ejemplares <strong>de</strong> tallas<br />

gran<strong>de</strong>s.


Fig. 128: Gráfico <strong>de</strong> frecuencias <strong>de</strong> los distintos estadios<br />

<strong>de</strong> P. minutus localizados sobre las tortugas C. caretta<br />

muestreadas, en función <strong>de</strong> diferentes variables <strong>de</strong><br />

estudio.<br />

CAPÍTULO 6: “El cangrejo <strong>de</strong> Colón”.<br />

El estadio <strong>de</strong> P. minutus observado con mayor<br />

frecuencia en las tortugas Caretta caretta <strong>de</strong><br />

Canarias fueron las hembras ovígeras, que se<br />

localizaron en el 50% <strong>de</strong> las tortugas que<br />

portaban esta especie. Un elevado porcentaje<br />

<strong>de</strong> tortugas portaba machos (40%) y<br />

hembras no ovígeras (30%). Solo una tortuga<br />

portaba ejemplares juveniles.<br />

A lo largo <strong>de</strong>l año las proporciones <strong>de</strong> todos<br />

los estadios fueron muy similares, a excepción<br />

<strong>de</strong> que en el 2004 se localizaron individuos<br />

juveniles y que en el 2003 el porcentaje <strong>de</strong><br />

hembras ovígeras fue mas alto que para los<br />

otros años (8<strong>0.</strong>0%).<br />

A lo largo <strong>de</strong>l año se observa que las tortugas<br />

ingresadas en febrero y noviembre solo<br />

portaban hembras ovígeras, mientras que las<br />

que ingresaron en diciembre solo presentaron<br />

machos. Los únicos juveniles se localizaron en<br />

tortugas ingresadas en el mes <strong>de</strong> agosto.<br />

Todas las tortugas localizadas en la Gomera<br />

portaban hembras ovígeras, y todas las<br />

proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> Fuerteventura presentaban<br />

hembras sin puestas <strong>de</strong> huevos y el 50%<br />

machos.<br />

Según la zona <strong>de</strong> la isla, llama la atención que<br />

todas las tortugas localizadas en la zona oeste<br />

<strong>de</strong> las islas solo presentaban hembras no<br />

ovígeras y que en las costas este no se<br />

localizó ningún macho.<br />

<strong>Las</strong> tortugas <strong>de</strong> tallas mas gran<strong>de</strong>s (55-60cm<br />

<strong>de</strong> LCCmin) solo portaban hembras sin huevos.<br />

<strong>Las</strong> hembras ovígeras se localizaron<br />

principalmente en las tortugas <strong>de</strong> 30 a 40cm<br />

<strong>de</strong> caparazón y en las <strong>de</strong> 50 a 55cm. <strong>Las</strong><br />

tortugas <strong>de</strong> 40 a 50cm presentaron un mayor<br />

porcentaje <strong>de</strong> machos (100 y 50%) que <strong>de</strong><br />

hembras no ovígeras (50% por intervalo). Los<br />

únicos ejemplares juveniles se observaron en<br />

tortugas <strong>de</strong> 25 a 30cm <strong>de</strong> LCCmin.<br />

En función <strong>de</strong> la gravedad <strong>de</strong> las lesiones no<br />

se aprecian diferencias importantes, solo que<br />

el mayor porcentaje <strong>de</strong> machos se localizó en<br />

las tortugas muy graves, mientras que las<br />

mayores frecuencias <strong>de</strong> hembras ovígeras se<br />

encontraron en las tortugas sanas y en las<br />

graves.<br />

255


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

3. 2 – ANÁLISIS DE DATOS<br />

3.2.1. – ANÁLISIS DE FRECUENCIAS:<br />

Solo 20 tortugas Caretta caretta <strong>de</strong> las 167 muestreadas en el archipiélago canario para este estudio<br />

presentaban Planes minutus (11.83%), <strong>de</strong> las que se recolectaron un total <strong>de</strong> 27 ejemplares.<br />

Fig. 129. a) Número <strong>de</strong> tortugas que presentan un número <strong>de</strong>terminado<br />

<strong>de</strong> P. minutus. b) Relación <strong>de</strong>l número <strong>de</strong> P. minutus por tortuga y la talla<br />

<strong>de</strong> esta. c) Relación entre la talla <strong>de</strong> los ejemplares <strong>de</strong> P. minutus y la <strong>de</strong><br />

la tortuga sobre la que se localizaron.<br />

256<br />

En la mayor parte <strong>de</strong> los casos (80%, n=16), se<br />

encontraron ejemplares solitarios, es <strong>de</strong>cir, un solo<br />

cangrejo por tortuga. En 2 tortugas (10%) se encontraron<br />

parejas heterosexuales maduras, (un macho y una hembra<br />

adultos) sobre una misma tortuga. En 1 sola tortuga (5%)<br />

se localizaron 3 ejemplares, un macho adulto, una hembra<br />

juvenil y un in<strong>de</strong>terminado; y por último, 1 sola tortuga<br />

(5%) portaba 4 ejemplares <strong>de</strong> P. minutus, 2 hembras y 2<br />

machos adultos, o, 2 parejas heterosexuales.<br />

Los pequeños cangrejos se localizaron en tortugas <strong>de</strong> casi<br />

todo el rango <strong>de</strong> tallas muestreado (22-81cm), siendo la<br />

tortuga mas pequeña que presentaba P. minutus una <strong>de</strong><br />

27cm (LCC) y la mas gran<strong>de</strong> una <strong>de</strong> 59.9cm. Ninguna<br />

tortuga superior a 60cm <strong>de</strong> LCCmin presentó P. minutus,<br />

aunque no po<strong>de</strong>mos concluir que las tortugas <strong>de</strong> estas<br />

tallas no presenten P. minutus <strong>de</strong>bido al pequeño tamaño<br />

muestral <strong>de</strong> tortugas <strong>de</strong> esas tallas (N = 9) presentes en<br />

este estudio.<br />

Según los datos obtenidos, el número <strong>de</strong> cangrejos que<br />

pue<strong>de</strong> portar una tortuga no tiene relación con la talla <strong>de</strong><br />

esta, y el tamaño <strong>de</strong> los individuos <strong>de</strong> P. minutus que<br />

habitan sobre una tortuga no varia en función <strong>de</strong>l tamaño<br />

<strong>de</strong> esta. En el grafico C <strong>de</strong> la figura 129 se aprecia una<br />

ligera ten<strong>de</strong>ncia a que el tamaño <strong>de</strong> los cangrejos aumente<br />

al aumentar la talla <strong>de</strong> las tortugas sobre las que vive<br />

(R 2 =0,0523), pero se <strong>de</strong>be principalmente a los 4<br />

ejemplares <strong>de</strong> talla muy pequeña que se localizaron en<br />

tortugas <strong>de</strong> tallas inferiores a 40cm, ya que sin estos 4<br />

datos, la nube <strong>de</strong> puntos es muy homogénea.<br />

El pequeño tamaño muestral (27 individuos), y la elevada probabilidad <strong>de</strong> pérdida <strong>de</strong> ejemplares<br />

antes <strong>de</strong>l muestreo, no nos permite realizar test estadísticos robustos, aunque analizaremos los datos<br />

<strong>de</strong> modo <strong>de</strong>scriptivo, para intentar comparar los datos obtenidos en este estudio con otros trabajos<br />

realizados para esta especie y extraer conclusiones en la medida <strong>de</strong> lo posible.


Fig. 13<strong>0.</strong> Porcentaje <strong>de</strong> tortugas que presentaron el<br />

Brachyura P. minutus como epibionte en función <strong>de</strong><br />

distantes variables <strong>de</strong> estudio. A) Año; B) Isla en la que se<br />

localizó a la tortuga. C) Punto geográfico en el que se<br />

localizó a la tortuga. D) Nivel <strong>de</strong> gravedad <strong>de</strong> las lesiones <strong>de</strong><br />

la tortuga.<br />

CAPÍTULO 6: “El cangrejo <strong>de</strong> Colón”.<br />

VARIACIÓN ANUAL (Fig. 13<strong>0.</strong>A)<br />

La presencia <strong>de</strong> P. minutus como epibionte <strong>de</strong><br />

las tortugas Caretta caretta <strong>de</strong> Canarias fue<br />

homogénea a lo largo <strong>de</strong> los 3 años <strong>de</strong><br />

estudio (11.98% <strong>de</strong> media), lo que indica que<br />

no se trata <strong>de</strong> una especie ocasional o<br />

puntual, sino que la relación entre ambas<br />

especies es común a lo largo <strong>de</strong>l tiempo. La<br />

frecuencia <strong>de</strong>l año 2003 fue ligeramente<br />

menor (9.6%) y la <strong>de</strong>l 2004 un poco mas<br />

elevada (13.7%) que el año 2002 (12.3%).<br />

VARIACIÓN GEOGRÁFICA (Fig. 13<strong>0.</strong>B y C)<br />

Ninguna tortuga localizada en las islas <strong>de</strong><br />

Lanzarote, La Palma y el Hierro presentó P.<br />

minutus como epibionte, aunque es muy<br />

importante tener en cuenta que en el envió<br />

<strong>de</strong> las tortugas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> estas islas tan alejadas<br />

las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> perdida <strong>de</strong> los ejemplares<br />

es realmente elevada. Llama la atención el<br />

elevado porcentaje <strong>de</strong> tortugas proce<strong>de</strong>ntes<br />

<strong>de</strong> la Gomera que presentaban este epibionte,<br />

en primer lugar porque en las islas que la<br />

circundan las tortugas no lo presentaron (La<br />

Palma o el Hierro), o lo presentaron en<br />

frecuencias muy bajas (Tenerife, 6.9%); y en<br />

segundo lugar, porque también corre el riesgo<br />

<strong>de</strong> pérdida <strong>de</strong> ejemplares en el envío.<br />

A parte <strong>de</strong>l caso <strong>de</strong> La Gomera, las islas <strong>de</strong><br />

Gran Canaria (14.6%) y Fuerteventra (12.5%)<br />

presentaron frecuencias mas cercanas a la<br />

media.<br />

No se aprecian diferencias importantes según<br />

la zona <strong>de</strong> la isla en la que se localizó a la<br />

tortuga, aunque parece ser mas frecuente en<br />

las costas norte (14.3%) y sur (14.0%).<br />

VARIACIÓN SEGÚN LA GRAVEDAD (Fig.<br />

13<strong>0.</strong>D)<br />

Los datos obtenidos indican claramente que el<br />

pequeño Brachyura P. minutus se presenta<br />

con mayor frecuencia en las tortugas sanas<br />

(23.81%) que en las lesionadas (entre 7.5% y<br />

12.0%), a pesar <strong>de</strong> que estas últimas pue<strong>de</strong>n<br />

comportarse <strong>de</strong> forma similar a un objeto<br />

flotante a la <strong>de</strong>riva.<br />

257


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

ESTACIONALIDAD (Fig. 131 y Fig. 132)<br />

258<br />

Fig. 131. Porcentaje <strong>de</strong> tortugas que portaban P. minutus en función <strong>de</strong> los meses y<br />

estaciones <strong>de</strong>l año. (La línea roja es la línea <strong>de</strong> ten<strong>de</strong>ncia).<br />

Fig. 132. Porcentaje <strong>de</strong> tortugas que portaban<br />

P. minutus en sus distintos estadios a lo largo<br />

<strong>de</strong>l año.<br />

<strong>Las</strong> frecuencias generales <strong>de</strong> P. minutus sobre las<br />

tortugas C. caretta <strong>de</strong> Canarias indican que los meses<br />

fríos <strong>de</strong> noviembre (16.67%), diciembre (2<strong>0.</strong>0%) y enero<br />

(25.0%), junto con el mes <strong>de</strong> abril (2<strong>0.</strong>7%), presentan<br />

las mayores frecuencias o mayor interacción entre ambas<br />

especies, mientras que ninguna tortuga localizada en<br />

marzo y octubre portaba este epibionte.<br />

Teniendo en cuenta las frecuencias <strong>de</strong> los diferentes<br />

estadios, se aprecia claramente como el pico <strong>de</strong><br />

frecuencias <strong>de</strong> diciembre esta formado únicamente por<br />

machos, mientras que enero y noviembre están<br />

dominados por hembras ovígeras. En el mes <strong>de</strong> enero<br />

también hay un porcentaje elevado <strong>de</strong> machos (12.5%),<br />

lo que sugiere la presencia <strong>de</strong> parejas reproductoras<br />

sobre las tortugas localizadas en este mes, al igual que<br />

ocurre con el mes <strong>de</strong> abril, en el que se localizaron un<br />

1<strong>0.</strong>3% <strong>de</strong> hembras y 6.9% <strong>de</strong> machos. El mes <strong>de</strong><br />

noviembre solo se localizaron hembras ovígeras.<br />

Los diversos picos <strong>de</strong> frecuencias observados en las<br />

hembras ovígeras indican una reproducción continua <strong>de</strong><br />

estas especie, al vivir como epibionte <strong>de</strong> tortuga boba,<br />

aunque queda patente que la época mas favorable es<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> finales <strong>de</strong> otoño a inicios <strong>de</strong> la primavera, es <strong>de</strong>cir,<br />

los meses mas fríos para Canarias.<br />

La presencia <strong>de</strong> machos y ejemplares juveniles en el mes<br />

<strong>de</strong> agosto pue<strong>de</strong> indicar un momento importante en la<br />

colonización <strong>de</strong> la tortuga por parte <strong>de</strong> este epibionte, y<br />

la ausencia <strong>de</strong> juveniles en el resto <strong>de</strong>l año indica la gran<br />

velocidad <strong>de</strong> crecimiento <strong>de</strong> esta especie.


VARIACIÓN EN FUNCIÓN DE TALLA/ESTADIO DE LA TORTUGA (Fig. 133)<br />

Fig. 133. Porcentaje <strong>de</strong> tortugas que portaban P. minutus en función <strong>de</strong> la talla<br />

(LCCmin) y estadio <strong>de</strong> las tortugas que los portaban.<br />

CAPÍTULO 6: “El cangrejo <strong>de</strong> Colón”.<br />

Los datos obtenidos muestran la clara preferencia <strong>de</strong> este pequeño cangrejo por las tortugas en fase<br />

oceánica, tanto pasiva (12.8%) como activa (14.5%), siendo realmente importante en las tortugas <strong>de</strong><br />

entre 25 y 40cm <strong>de</strong> LCCmin.<br />

De nuevo esta especie marca la clara diferencia entre las tortugas <strong>de</strong> tallas superiores a 60cm<br />

(ausencia total <strong>de</strong> P. minutus) y las <strong>de</strong> tallas inferiores, con una fase intermedia en las tortugas en<br />

fase <strong>de</strong> transición (<strong>de</strong> 50 a 60cm <strong>de</strong> LCCmin) con una frecuencia <strong>de</strong> 9.7%, (aunque en este caso se<br />

podría establecer la fase intermedia <strong>de</strong> 40 a 60cm <strong>de</strong> caparazón).<br />

259


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

3.2.2. – ANÁLISIS MORFOMÉTRICO:<br />

Se recolectaron un total <strong>de</strong> 16 hembras adultas (59,3%), 9 machos adultos (33,3%), 1 hembra juvenil<br />

(3,7%) y 1 in<strong>de</strong>terminado (3,7%). De las hembras adultas 10 <strong>de</strong> ellas eran hembras ovígeras (62.5%)<br />

y 6 no presentaban puesta (37.5%). Todos los machos recolectados presentaban gonópodos visibles y<br />

superaron los 9mm, por lo que todos son adultos.<br />

La biometría media <strong>de</strong> todos los cangrejos muestreados fue <strong>de</strong> 14.96 ± 3.1mm (8.9 – 18.8mm) <strong>de</strong><br />

WRC, 14.55 ± 3.1mm (8.2 – 18.5mm) <strong>de</strong> LRC y 9.25 ± 3.8mm (3.2 – 14.6mm) <strong>de</strong> WRAb.<br />

El ancho <strong>de</strong>l caparazón <strong>de</strong> las hembras adultas es significativamente mas gran<strong>de</strong> que el <strong>de</strong> los<br />

machos (16.07 ± 1.97 y 14.13 ± 3.59mm respectivamente), mientras que en el largo la diferencia <strong>de</strong><br />

medias es menor (15.59 ± 2.09 y 13.90 ± 3.59mm respectivamente). En ambos casos, tanto para el<br />

largo como para el ancho, el rango <strong>de</strong> tallas <strong>de</strong> los machos es mucho mayor que el <strong>de</strong> las hembras.<br />

La única hembra joven y el único ejemplar in<strong>de</strong>terminado tiene una talla realmente pequeña<br />

comparado con los <strong>de</strong>más ejemplares.<br />

Con respecto al abdomen, la diferencia entre machos y hembras es, como era <strong>de</strong> esperar,<br />

marcadamente diferente, observándose a<strong>de</strong>más, que la única hembra juvenil y el ejemplar<br />

in<strong>de</strong>terminado presentan un abdomen <strong>de</strong> talla similar a la <strong>de</strong> los machos, <strong>de</strong>bido principalmente a su<br />

pequeño tamaño.<br />

La relación largo/ancho (LCR:WRC= 0,97) <strong>de</strong> los ejemplares recolectados se ajusta a las medidas<br />

morfométricas establecidas por Chace (1951) para la i<strong>de</strong>ntificación <strong>de</strong> la especie (LCR:WRC = 1: <strong>0.</strong>91-<br />

1.12), sin apreciarse diferencias importantes entre sexos o madurez sexual. Asimismo se aprecia la<br />

260<br />

Frecuencias<br />

WCR (mm)<br />

LRC (mm)<br />

WRAb (mm)<br />

Hembras<br />

adultas<br />

Machos<br />

adultos<br />

Hembras<br />

juveniles<br />

Machos<br />

juveniles<br />

In<strong>de</strong>ter. Hembras<br />

ovigeras<br />

Hembras<br />

no ovig.<br />

Total<br />

N 16 9 1 0 1 10 6 27<br />

% 59,3% 33,3% 3,7% 0,0% 3,7% 62,5% 37,5%<br />

Mean 16,07 14,13 8,90 - 10,50 16,88 14,73 14,96<br />

SD 1,97 3,59 - 1,24 2,33 3,06<br />

Min 11,60 9,60 - 15,20 11,60 8,90<br />

Max 18,80 18,20 18,80 18,50 18,80<br />

Mean 15,59 13,90 8,20 - 10,10 16,51 14,05 14,55<br />

SD 2,09 3,58 - 1,44 2,19 3,10<br />

Min 11,30 9,20 14,60 11,30 8,20<br />

Max 18,50 17,90 18,50 17,80 18,50<br />

Mean 11,99 5,31 4,90 - 5,20 12,91 10,45 9,25<br />

SD 2,14 1,47 - 0,95 2,77 3,84<br />

Min 7,10 3,20 - 11,50 7,10 3,20<br />

Max 14,60 7,70 - 14,60 14,60 14,60<br />

Fig. 134. Frecuencia y estadísticos <strong>de</strong>scriptivos <strong>de</strong> la biometría <strong>de</strong> los ejemplares <strong>de</strong> P. minutus<br />

recolectados en el estudio.<br />

a) WCR (mm) b) LCR (mm) c) WRAb (mm)<br />

Fig. 135. Diagramas <strong>de</strong> caja <strong>de</strong> las medidas morfométricas <strong>de</strong> los ejemplares <strong>de</strong> P. minutus muestreados, en<br />

función <strong>de</strong>l estadio reproductor y el sexo: a) ancho <strong>de</strong>l caparazón (WCR), b) largo <strong>de</strong>l caparazón (LCR), c)<br />

ancho <strong>de</strong>l abdomen (WRAb).


CAPÍTULO 6: “El cangrejo <strong>de</strong> Colón”.<br />

diferencia típica entre machos y hembras en la relación entre el ancho <strong>de</strong>l caparazón y el ancho <strong>de</strong>l<br />

abdomen (2.69 y 1.39 respectivamente).<br />

Fig. 136. Relaciones morfométricas <strong>de</strong> los ejemplares <strong>de</strong> Planes minutus muestreados. (LCR=<br />

largo <strong>de</strong>l caparazón, WCR= ancho <strong>de</strong>l caparazón, WRAb= ancho <strong>de</strong>l primer segmento abdominal).<br />

a) LCR / WCR b) WCR / WRAb<br />

Fig. 137. Rectas <strong>de</strong> regresión <strong>de</strong>: a) LRC con respecto a WRC; b) WRC con respecto al Ancho <strong>de</strong>l<br />

abdomen (WRAb), ambos <strong>de</strong> machos y hembras <strong>de</strong> P. minutus recolectados en tortuga boba <strong>de</strong><br />

Canarias. (= Hembras; = macho; = In<strong>de</strong>terminado; ⎯⎯= recta <strong>de</strong> regresión para hembras;<br />

⎯⎯= recta <strong>de</strong> regresión para machos.<br />

La figura 137 muestra las relaciones morfómetricas <strong>de</strong> los distintos ejemplares <strong>de</strong> P. minutus con<br />

respecto al sexo y su estadio reproductor, en don<strong>de</strong> se aprecia claramente la similitud entre hembras<br />

y machos adultos para la relación largo/ancho <strong>de</strong>l caparazón (LRC/WRC), reduciéndose la distancia<br />

entre las rectas conforme aumenta la talla <strong>de</strong> los individuos. Por otro lado, se corrobora <strong>de</strong> nuevo la<br />

significativa diferencia morfológica entre machos y hembras con respecto al ancho <strong>de</strong> su abdomen,<br />

siendo mucho mayor en hembras, y quedando el único ejemplar in<strong>de</strong>terminado situado entre las dos<br />

rectas <strong>de</strong> ten<strong>de</strong>ncia, sin pertenecer ni a una ni a la otra.<br />

Para las hembras adultas se establecen dos grupos, aquellas que portan huevos o hembras ovígeras<br />

(n=10) y aquellas adultas que no portan huevos (n= 6), y las diferencias entre ellas se pue<strong>de</strong>n<br />

observar en los siguientes gráficos:<br />

WCR (mm)<br />

a) WCR (mm) b) LCR (mm) c) WRAb (mm)<br />

MACHOS<br />

Fig. 138. Diagramas <strong>de</strong> caja <strong>de</strong> las medidas morfométricas <strong>de</strong> las hembras <strong>de</strong> P. minutus muestreadas<br />

en función <strong>de</strong> su estadio. a) Ancho <strong>de</strong>l caparazón (WCR); b) Largo <strong>de</strong>l caparazón (LCR); c) Ancho <strong>de</strong>l<br />

primer segmento abdominal (WRAb). Nota: en el último gráfico se muestra el diagrama <strong>de</strong> caja <strong>de</strong> los machos<br />

para ver la relación entre los 3 estadios.<br />

261


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

<strong>Las</strong> hembras ovígeras son mayoritariamente mas gran<strong>de</strong>s que las hembras que no portan huevos,<br />

tanto en el ancho (16.88±1.24 y 14.73±2.33mm respectivamente), como en el largo (16.51±1.44 y<br />

14.05±2.19mm respectivamente) <strong>de</strong> sus caparazones. Con respecto al ancho <strong>de</strong> su abdomen queda<br />

patente que las hembras ovígeras tienen un abdomen mas ancho que las no ovígeras (12.91±<strong>0.</strong>95 y<br />

1<strong>0.</strong>45±2.77mm respectivamente), lo que sugiere que estas últimas puedan ser ejemplares recién<br />

llegados a la madurez.<br />

Analizando la relación largo/ancho <strong>de</strong>l caparazón y la relación <strong>de</strong>l ancho <strong>de</strong>l caparazón con el ancho<br />

<strong>de</strong>l abdomen (Fig. 139), <strong>de</strong> los distintos estadios <strong>de</strong> las hembras (juvenil, adultas ovígeras y no<br />

ovígeras) queda patente la diferencia <strong>de</strong> talla entre la única hembra juvenil y las adultas (flecha gris<br />

discontinua). Por otro lado, se aprecia con mayor claridad como las hembras no ovígeras son<br />

mayoritariamente mas pequeñas que las ovígeras, quedando en el camino que uniría la juvenil con las<br />

adultas ovígeras, lo que reafirma la teoría <strong>de</strong> que se trata <strong>de</strong> hembras que acaban <strong>de</strong> alcanzar la<br />

madurez sexual. Solo una hembra no ovígera tiene una talla similar a las ovígeras (flecha negra), dato<br />

que podría explicarse si se tratase <strong>de</strong> una adulta bien <strong>de</strong>sarrollada que en el momento preciso <strong>de</strong>l<br />

muestreo no portaba huevos.<br />

262<br />

LRC (mm)<br />

Fig. 139. Rectas <strong>de</strong> regresión <strong>de</strong> LRC con respecto WCR y WRC con respecto al Ancho <strong>de</strong>l abdomen<br />

(WRAb), en hembras juveniles, ovígeras y no ovígeras, <strong>de</strong> los ejemplares <strong>de</strong> P. minutus recolectados en<br />

tortuga boba <strong>de</strong> Canarias. ( = hembras no ovígeras; = hembras ovígeras; = hembra juvenil;<br />

⎯⎯= recta <strong>de</strong> regresión para hembras ovígeras; ⎯⎯= recta <strong>de</strong> regresión para hembras no ovígeras).<br />

WRC (mm)


3.2.3. – ANÁLISIS EN FUNCIÓN DEL COLOR Y ASPECTO:<br />

CAPÍTULO 6: “El cangrejo <strong>de</strong> Colón”.<br />

Los distintos ejemplares <strong>de</strong> P. minutus se i<strong>de</strong>ntificaron en 4 grupos según la coloración (arena,<br />

naranja, morado y marrón), y 3 grupos en función <strong>de</strong> la presencia o no <strong>de</strong> motas o manchas blancas<br />

pequeñas (moteado), o la presencia <strong>de</strong> una o dos manchas blancas <strong>de</strong> mayor tamaño en el<br />

cefalotórax, o la ausencia total <strong>de</strong> las dos anteriores (liso).<br />

Según los gráficos <strong>de</strong> dispersión (Fig. 140) no hay diferencias biométricas entre los individuos que<br />

presentan diferente coloración, aunque las rectas <strong>de</strong> ten<strong>de</strong>ncia (LRC/WRC) <strong>de</strong> los colores mas claros<br />

(arena y naranja) se solapan completamente, mientras que la recta <strong>de</strong>l color marrón se separa a<br />

medida que aumenta la talla <strong>de</strong> los individuos. Tampoco hay diferencias entre los distintos aspectos<br />

observados, aunque los ejemplares lisos y con mancha blanca son casi idénticos, mientras los<br />

moteados se separan ligeramente al aumentar las tallas, aunque las diferencias son casi<br />

insignificantes, tanto en el color como en el aspecto.<br />

A) B)<br />

Fig. 14<strong>0.</strong> Relaciones morfométricas LRC/WRC <strong>de</strong> los ejemplares <strong>de</strong> P. minutus recolectados en tortugas<br />

<strong>de</strong> Canarias con respecto a sus características <strong>de</strong>: A) Coloración ( = arena; = morado; = naranja;<br />

= marrón; ⎯⎯ = línea <strong>de</strong> ten<strong>de</strong>ncia arena; ⎯⎯ = línea <strong>de</strong> ten<strong>de</strong>ncia marrón; ----- = línea <strong>de</strong><br />

ten<strong>de</strong>ncia color naranja); y B) Aspecto <strong>de</strong>l cefalotórax ( = Moteado; = Mancha blanca; = Liso;<br />

⎯⎯ = Línea <strong>de</strong> ten<strong>de</strong>ncia liso; ⎯⎯ = línea <strong>de</strong> ten<strong>de</strong>ncia Mancha; ----- = línea <strong>de</strong> ten<strong>de</strong>ncia Moteado).<br />

Con respecto al tamaño <strong>de</strong>l caparazón y el abdomen tampoco existen diferencias importantes ni entre<br />

los individuos <strong>de</strong> distintas coloraciones ni entre los <strong>de</strong> diferentes aspectos. Esto pue<strong>de</strong> explicarse<br />

porque <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> cada coloración y <strong>de</strong> cada aspecto existen tanto hembras como machos, sin<br />

observarse ningún patrón <strong>de</strong>terminado ni concreto. En general, los individuos <strong>de</strong> color naranja y que<br />

no presentaron ni manchas ni motas (lisos), fueron los mas gran<strong>de</strong>s tanto en ancho como en largo.<br />

<strong>Las</strong> menores tallas abdominales se observaron en los individuos <strong>de</strong> color arena y en los ejemplares<br />

moteados, lo que sugiere que un mayor número <strong>de</strong> machos presentan este aspecto.<br />

Color <strong>de</strong>l caparazón<br />

WCR LRC WRAb<br />

(mm) (mm) (mm) Hembras Machos<br />

ARENA 15,02 14,46 8,28 15,35 **<br />

16,95 **<br />

MARRÓN 14,38 14,10 8,98 15,00 13,00<br />

NARANJA 15,36 14,84 9,63 16,32 13,77<br />

MORADO 18,8 *<br />

Aspecto <strong>de</strong>l caparazón<br />

18,5 *<br />

14,6 *<br />

WCR (mm)<br />

18,8 * -<br />

LISO 15,38 14,88 9,22 15,47 16,43<br />

MANCHA 14,30 13,83 9,73 15,39 9,95 **<br />

MOTEADO 14,73 14,50 8,90 15,24 13,87<br />

Fig. 141. Datos biométricos <strong>de</strong> los ejemplares <strong>de</strong> P. minutus epibiontes<br />

<strong>de</strong> tortugas C. caretta <strong>de</strong> Canarias en función <strong>de</strong> su coloración y aspecto.<br />

(*= un solo ejemplar; **= solo 2 ejemplares).<br />

263


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

En la figura 143 se muestra claramente como la proporción hembras/machos <strong>de</strong> las distintas<br />

coloraciones y aspectos es menor en los <strong>de</strong> color arena (en el que el número <strong>de</strong> machos es igual al <strong>de</strong><br />

hembras) y en los ejemplares moteados (relación <strong>de</strong> 5:3), mientas que en todos los <strong>de</strong>más grupos el<br />

número <strong>de</strong> hembras es bastante mayor que el <strong>de</strong> machos.<br />

264<br />

a) WCR (mm) b) LCR (mm) c) WRAb (mm)<br />

Fig. 142: Diagramas <strong>de</strong> cajas <strong>de</strong> las medidas morfométricas <strong>de</strong> los ejemplares <strong>de</strong> P. minutus muestreados<br />

según su aspecto: a) Ancho <strong>de</strong>l caparazón (WCR); b) Largo <strong>de</strong>l caparazón (LCR); c) Ancho <strong>de</strong>l primer<br />

segmento abdominal (WRAb).<br />

Fig. 144: Número <strong>de</strong> ejemplares <strong>de</strong> cada<br />

coloración que presentaron los distintos<br />

aspectos <strong>de</strong>l cefalotórax.<br />

Fig. 143: Número <strong>de</strong> machos<br />

y hembras que presentaron<br />

cada coloración (izquierda) y<br />

aspecto (<strong>de</strong>recha) <strong>de</strong> los P.<br />

minutus muestreados.<br />

Por último, en la última figura (fig.144) muestra como<br />

la mayor parte <strong>de</strong> los individuos <strong>de</strong> aspecto liso son<br />

<strong>de</strong> color arena o naranja (coloraciones claras),<br />

mientras que el mayor número <strong>de</strong> ejemplares<br />

moteados son <strong>de</strong> color marrón. A<strong>de</strong>más, los<br />

individuos con mancha blanca en el cefalotórax<br />

también son mas abundantes en los colores oscuros<br />

(marrón y morado) que en los claros. Es <strong>de</strong>cir, parece<br />

ser que hay una ten<strong>de</strong>ncia a que los individuos <strong>de</strong><br />

colores claros no presentan manchas, ni pequeñas<br />

(moteado) ni gran<strong>de</strong>s (mancha blanca), mientas que<br />

los <strong>de</strong> tonalida<strong>de</strong>s oscuras presentan con mas<br />

frecuencias motas o manchas blancas gran<strong>de</strong>s en el<br />

cefalotórax.<br />

Un aspecto muy difícil <strong>de</strong> estudiar es el mimetismo o copia <strong>de</strong> la coloración <strong>de</strong> estos pequeños<br />

crustáceos con sus huéspe<strong>de</strong>s o basibiontes. Si observamos la figura 145 que sigue a estas líneas, se<br />

aprecia claramente como todas las coloraciones y aspectos presentados por estos pequeños cangrejos<br />

se asemejan enormemente con las distintas coloraciones que pue<strong>de</strong> presentar el caparazón <strong>de</strong> las<br />

tortugas C. caretta. A continuación se disponen varios ejemplos <strong>de</strong> los individuos <strong>de</strong> P. minutus<br />

muestreados, junto a la tortuga sobre la que se localizaron, para exponer este aspecto.


CAPÍTULO 6: “El cangrejo <strong>de</strong> Colón”.<br />

Fig. 145. Ejemplares <strong>de</strong> P. minutus y sus respectivo basibionte. Nota: Ni las tortugas ni los cangrejos<br />

están representados a escala, y las tortugas no estan fotografiadas bajo las mismas condiciones <strong>de</strong> luz ni <strong>de</strong><br />

humedad, por lo que la coloración pue<strong>de</strong> variar enormemente cuando, tanto unos como otros, se localizan en el<br />

mar.<br />

265


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

4. – DISCUSIÓN<br />

El pequeño número <strong>de</strong> ejemplares <strong>de</strong> Planes minutus encontrados en este estudio corrobora la<br />

dificultad <strong>de</strong> encontrar <strong>de</strong>terminados epibiontes <strong>de</strong> amplia capacidad locomotora en tortugas varadas<br />

<strong>de</strong>scritas por Dellinger et al. (1997) y Badillo (2007), ya que pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>rse con facilidad <strong>de</strong> su<br />

hospedador quedando en la playa en la que vara, en el barco que la recoge, o en la caja que la<br />

transporta. Frick et al. (2006) reconocen este mismo problema en tortugas adultas o subadultas <strong>de</strong> las<br />

costa <strong>de</strong> Florida, especificando que las tortugas pier<strong>de</strong>n este epibionte al salir a la playa a <strong>de</strong>sovar o al<br />

ser capturadas con re<strong>de</strong>s.<br />

Un dato importante a tener en cuenta es que en las islas Canarias, <strong>de</strong>sconocemos si en otras regiones<br />

también, existe una creencia popular muy extendida entre el gremio <strong>de</strong> los pescadores y gente <strong>de</strong>l<br />

mar, que consiste en que las tortugas que termorregulan (basking) en la superficie son tortugas que<br />

no pue<strong>de</strong>n sumergirse por culpa <strong>de</strong>l pequeño <strong>de</strong>cápodo Planes minutus. Según esta creencia popular,<br />

este pequeño grápsido se introduce en la cloaca y pinza el interior <strong>de</strong>l animal en cuanto este intenta<br />

sumergirse, impidiéndole la inmersión. En las 20 tortugas que presentaron este epibionte se llevó a<br />

cabo una revisión exhaustiva la zona <strong>de</strong> la cloaca en busca <strong>de</strong> heridas o lesiones producidas por P.<br />

minutus, aunque no se encontró ninguna señal o indicio <strong>de</strong> dicha agresión, por lo que confirmamos la<br />

hipótesis <strong>de</strong> Davenport (1994) y Dellinger et al. (1997), que explica que este pequeño cangrejo se<br />

sitúa en la zona <strong>de</strong> la cloaca para evitar el hidrodinamismo producido por la tortuga al moverse, y que<br />

a<strong>de</strong>más, la dificultad <strong>de</strong> la tortuga para sumergirse se <strong>de</strong>be a un aumento <strong>de</strong>l volumen <strong>de</strong>l aire <strong>de</strong> los<br />

pulmones provocado por aumento <strong>de</strong> temperatura que se produce al termorregular en superficie<br />

(basking).<br />

Lo mas importante <strong>de</strong> esta creencia es que la mayor parte <strong>de</strong> los pescadores, cuando encuentran una<br />

tortuga en alta mar, extraen el cangrejo <strong>de</strong> la región <strong>de</strong> la cloaca y lo <strong>de</strong>vuelven al mar. Gran parte <strong>de</strong><br />

las tortugas que ingresan en el CRFS <strong>de</strong> Gran Canaria son recogidas por pescadores, que en casi<br />

todos los casos retiran este epibionte. Esto explica, en parte, la baja frecuencia observada en las<br />

tortugas <strong>de</strong> canarias (11.83%) en la presencia <strong>de</strong> este cangrejo, en comparación con la región vecina<br />

<strong>de</strong> Ma<strong>de</strong>ira, en la que se ha encontrado en el 82% <strong>de</strong> las tortugas.<br />

Información proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> otros investigadores que trabajan con tortugas marinas en Canarias nos<br />

indican que el número <strong>de</strong> tortugas que presentan este curioso epibiontes es mucho mayor que el<br />

observado en este estudio. Varo-Cruz (datos no publicados) encontró ejemplares <strong>de</strong> P. minutus en 12<br />

tortugas <strong>de</strong> las 15 capturadas (80%) para su estudio <strong>de</strong> seguimiento vía satélite <strong>de</strong> tortugas juveniles<br />

localizadas en aguas <strong>de</strong> Canarias, dato curiosamente similar al encontrado por Dellinger et al. (1997)<br />

en Ma<strong>de</strong>ira (82%). Es importante tener en cuenta que, al igual que los estudios <strong>de</strong> Ma<strong>de</strong>ira y Azores,<br />

el muestreo <strong>de</strong> Varo-Cruz (com. pers.) se llevó a cabo recogiendo individuos <strong>de</strong> tortuga boba<br />

directamente en el mar, lo que <strong>de</strong>muestra que el muestreo <strong>de</strong> este epibionte en tortugas varadas esta<br />

realmente subestimado.<br />

266<br />

Florida Açores<br />

Adultas Juveniles<br />

(Frick et al.<br />

2006)<br />

(Frick et al.<br />

2004)<br />

(Davenpot<br />

1994)<br />

Ma<strong>de</strong>ira Canarias<br />

Juveniles Juveniles<br />

(Dellinger et<br />

al. 1997)<br />

Varo-Cruz<br />

(no public.)<br />

(Liria-Loza,<br />

2010)<br />

N (tortugas) 594 ¿? 8 128 15 169<br />

Ausencia P. minutus 96,3% ¿? 75,0% 18,0% 20,0% 88,2%<br />

Presencia P minutus 3,7% (n=38) 25,0% 82,0% 80,0% 11,8%<br />

1 ejemplares /tortuga 2,7% (n=23) 25,0% 32,0% 13,3% 9,5%<br />

2 ejemplares /tortuga 1,0% (n=12) 0,0% 47,7% 53,3% 1,2%<br />

3 ejemplares /tortuga 0,0% (n=3) 0,0% 2,3% 6,7% 0,6%<br />

4 ejemplares /tortuga 0,0% ¿? 0,0% 0,0% 0,0% 0,6%<br />

¿? ejemplares /tortuga 0,0% ¿? 0,0% 0,0% 6,7% 0,0%<br />

Fig. 146. Frecuencias <strong>de</strong> P. minutus obtenidas en este estudio (sombreado) y resultados <strong>de</strong> los<br />

muestreos realizados por otros investigadores para esta especie en tortuga boba.


CAPÍTULO 6: “El cangrejo <strong>de</strong> Colón”.<br />

Por otro lado, los datos obtenidos corroboran la afirmación <strong>de</strong> Davenport (1994), según el cual en la<br />

mayoría <strong>de</strong> las tortugas se localiza un máximo <strong>de</strong> 3 individuos <strong>de</strong> P. minutus, dato que confirman los<br />

<strong>de</strong>más estudios realizados sobre esta especie (y queda patente en la figura 146), en el que en la<br />

mayoría <strong>de</strong> los casos una misma tortuga porta 1 o 2 individuos, una pequeña minoría presentan 3<br />

ejemplares, y ciertas excepciones, como una <strong>de</strong> las tortugas <strong>de</strong> este estudio pue<strong>de</strong>n llegar a portar 4<br />

ejemplares.<br />

En el caso <strong>de</strong> las tortugas <strong>de</strong> Canarias, el trabajo realizado por Varo-Cruz (datos no publicados)<br />

muestra que la mayor parte <strong>de</strong> las tortugas presentaron parejas <strong>de</strong> P. minutus (53.3%), como en el<br />

estudio llevado a cabo en Ma<strong>de</strong>ira por Dellinger et al. (1997) (47.7%), mientras que en este estudio<br />

solo se localizaron parejas en el 1.2% <strong>de</strong> las tortugas, mientras que el 9.5% portaba ejemplares<br />

solitarios. Este dato corrobora <strong>de</strong> nuevo la subestimación que provoca el tipo <strong>de</strong> muestreo para el<br />

estudio <strong>de</strong> esta especie.<br />

A pesar <strong>de</strong> lo anteriormente <strong>de</strong>scrito, el “Cangrejo <strong>de</strong> Colón” Planes minutus (Crustacea: Brachyura:<br />

Grapsidae) se localizó en el 11.83% <strong>de</strong> las tortugas Caretta caretta localizadas en Canarias en los<br />

años 2002, 2003 y 2004. Esta frecuencia fue bastante baja en comparación con otros crustáceos<br />

epibiontes <strong>de</strong> estas mismas tortugas, pero no por ello <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser interesante la interacción con esta<br />

especie. A<strong>de</strong>más, la homogeneidad <strong>de</strong> los valores obtenidos para los tres años <strong>de</strong>l estudio indican que<br />

no se trata <strong>de</strong> un epibionte puntual u ocasional, sino que la relación entre las tortugas C. caretta que<br />

frecuentan este Archipiélago y el cangrejo P. minutus es frecuente y constante a lo largo <strong>de</strong>l tiempo.<br />

P. minutus es uno <strong>de</strong> los pocos cangrejos con hábitos pelágicos, que vive asociado a gran cantidad <strong>de</strong><br />

sustratos, tanto bióticos: tortugas marinas, algas flotantes (Sargassum), medusas (Velella sp.) o el<br />

gasterópodo pelágico Janthina sp.; como abióticos: re<strong>de</strong>s, boyas, cuerdas, plásticos, etc. (Davenport<br />

1992, 1994; Dellinger et al. 1997). La presencia <strong>de</strong> este brachyura en las tortugas marinas <strong>de</strong><br />

Canarias establece la fuerte relación <strong>de</strong> estas con el medio pelágico y los seres y objetos que lo<br />

frecuentan, dato que corroboran las altas frecuencias obtenidas en las tortugas en su fase oceánica,<br />

tanto activa (12.8%) como pasiva (14.5%), así como la frecuencia intermedia (9.7%) <strong>de</strong> aquellas en<br />

fase transitoria, que según Laurent et al. (1998) y Tiwari et al. (2002), se <strong>de</strong>splazan entre ambos<br />

hábitats, nerítico y oceánico, entrando y saliendo <strong>de</strong> uno a otro. La ausencia total <strong>de</strong> este epibionte en<br />

las tortugas <strong>de</strong> talla superior a 60cm <strong>de</strong> LCCmin <strong>de</strong> caparazón es un claro indicador <strong>de</strong>l<br />

comportamiento nerítico <strong>de</strong> estas tortugas subadultas, ya que se asemeja mucho mas a las<br />

frecuencias <strong>de</strong> este epibionte en tortugas adultas (Fig. 146. datos <strong>de</strong> Florida) en las que es realmente<br />

bajo (3.7% Frick et al. 2006) <strong>de</strong>bido a sus hábitos comúnmente neríticos.<br />

De nuevo, otra especie epibionte <strong>de</strong> las tortugas C. caretta <strong>de</strong> Canarias, establece la fuerte conexión<br />

entre estas tortugas juveniles y los objetos y animales flotantes que se mueven arrastrados por los<br />

gran<strong>de</strong>s sistemas <strong>de</strong> corrientes <strong>de</strong>l norte <strong>de</strong>l Océano Atlántico.<br />

La talla <strong>de</strong> todos los ejemplares <strong>de</strong> P. minutus localizados en las tortugas C. caretta <strong>de</strong> Canarias se<br />

ajustan a las medidas morfométricas <strong>de</strong>scritas por Chace (1951) para la especie. Sin embargo<br />

presentan tallas ligeramente inferiores a las <strong>de</strong>scritas por Dellinger et al. (1997) <strong>de</strong> los ejemplares<br />

localizados en las tortugas C. caretta <strong>de</strong> Ma<strong>de</strong>ira y las <strong>de</strong>scritas por Frick et al. (2004b) para los<br />

ejemplares localizados en las tortugas <strong>de</strong> Açores, tanto en el caso <strong>de</strong> juveniles como <strong>de</strong> machos y<br />

hembras (ovígeras o no). Por otro lado, son mas gran<strong>de</strong>s que los ejemplares localizados en objetos<br />

flotantes <strong>de</strong> Ma<strong>de</strong>ira (Dellinger et al. 1997) y ligeramente inferiores a los localizados en objetos<br />

flotantes <strong>de</strong> Açores (Frick et al. 2004b). El único ejemplar in<strong>de</strong>terminado presentó mayor tamaño que<br />

los <strong>de</strong>scritos por Dellinger et al. (1997) en las tortugas y objetos flotantes <strong>de</strong> Ma<strong>de</strong>ira. Estas<br />

diferencias <strong>de</strong> tamaño pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>berse a un gran número <strong>de</strong> variables, como la temperatura <strong>de</strong>l agua<br />

en la que se mueve la tortuga, la cantidad <strong>de</strong> alimento que pue<strong>de</strong> encontrar este epibionte sobre y<br />

alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> la propia tortuga, etc., pero muestra que no existen diferencias importantes en la talla<br />

<strong>de</strong> los ejemplares que habitan sobre las tortugas C. caretta y los que moran en objetos flotantes,<br />

como afirmaron con anterioridad investigadores como Dellinger et al. (1997) y Davenport (1992).<br />

Como en todos los estudios realizados con esta especie, las hembras fueron mas gran<strong>de</strong>s que los<br />

machos, tanto en ancho como en largo <strong>de</strong>l caparazón. Un dato curioso es que las hembras ovígeras<br />

presentaron tallas significativamente mas gran<strong>de</strong>s que las que no portaban huevos, a excepción <strong>de</strong><br />

267


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

una sola hembra, que seguramente no presentaba huevos en el momento <strong>de</strong>l muestreo. Este hecho<br />

sugiere que las hembras no ovígeras puedan ser hembras recién llegadas a la madurez sexual, ya que<br />

incluso la relación LCR/WCR y WCR/WRAb, todas las hembras no ovígeras (menos una) presentaron<br />

datos intermedios entre las ovígeras y la única hembra juvenil (Fig. 147), confirmando que la tortuga<br />

es una excepcional zona <strong>de</strong> reproducción (Davenport 1994, Dellinger et al. 1997, Frick et al. 2004b),<br />

ya que las hembras ya maduras casi siempre portan huevos.<br />

Este estudio corrobora a su vez los datos <strong>de</strong>scritos por otros investigadores, como: a) que el número<br />

<strong>de</strong> individuos juveniles es mucho mayor en objetos flotantes que en tortugas, ya que en el las<br />

tortugas C. caretta <strong>de</strong> Canarias solo se encontró 1 individuo juvenil (3.7%), en una sola tortuga<br />

(5.0%); b) que el número <strong>de</strong> hembras ovígeras es mayor en tortugas que en objetos flotantes,<br />

observándose una proporción <strong>de</strong> 10:6 3 (ovígeras : no ovígeras) en las tortugas muestreadas para este<br />

estudio; c) que el número <strong>de</strong> parejas heterosexuales es elevado en tortugas, ya que solo se<br />

localizaron 8 tortugas (40%) que portaban ejemplares solitarios (4 machos y 4 hembras sin huevos),<br />

mientras que el 60% portaban parejas heterosexuales reproductoras (2 parejas heterosexuales con<br />

huevos, 2 sin huevos y 8 hembras ovígeras solitarias 4 ); d) que el número y talla <strong>de</strong> los ejemplares <strong>de</strong><br />

P. minutus no varía en función <strong>de</strong>l tamaño <strong>de</strong> la tortuga, como se observa en la Figura 129.b y c (pág.<br />

256).<br />

En este trabajo no se llevaron a cabo estudios <strong>de</strong> contenido estomacal <strong>de</strong> los ejemplares <strong>de</strong> P.<br />

minutus, pero po<strong>de</strong>mos afirmar que en varias ocasiones se encontraron ejemplares <strong>de</strong> esta especie<br />

con larvas cipris <strong>de</strong> Lepas anatifera, ramas <strong>de</strong> Polysiphonia carettia, y el caprélido C. andreae, en las<br />

pinzas y en la boca, corroborando los datos dados por Davenport (1994), Dellinger et al. (1997) y<br />

Frick et al. (2004b).<br />

Los ejemplares <strong>de</strong> P. minutus epibiontes <strong>de</strong> tortugas C. caretta <strong>de</strong> Canarias presentaron<br />

estacionalidad en su reproducción, localizándose la mayor frecuencia <strong>de</strong> hembras ovígeras en los<br />

meses fríos <strong>de</strong> invierno (14.3% <strong>de</strong> las tortugas muestreadas), y muy baja en verano (1.7%). A lo<br />

largo <strong>de</strong> todo el año también se localizaron hembras ovígeras, lo que <strong>de</strong>muestra que su periodo<br />

reproductivo no está restringido a los meses <strong>de</strong> invierno, sino que presenta una reproducción<br />

continua, aunque con preferencia por unas condiciones <strong>de</strong>terminadas que se presentan en estos<br />

meses. El hecho <strong>de</strong> vivir sobre uno <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s migradores <strong>de</strong>l océano, pue<strong>de</strong> brindarle la<br />

3<br />

(proporción 11:5 si tenemos en cuenta la hembra que no portaba huevos en el momento <strong>de</strong>l muestreo, pero<br />

que presentaba proporciones similares a las ovígeras).<br />

4<br />

Si estas hembras portaban huevos quiere <strong>de</strong>cir que sobre esa misma tortuga hubo un macho, que seguramente<br />

se perdió antes <strong>de</strong> que se muestreara la tortuga.<br />

268<br />

LCC min C. caretta<br />

P. minutus en tortugas<br />

N Mean SD Min Max N Mean SD Min Max N Mean SD Min Max<br />

105 36,9 9,9 20,1 63,2 38 34,5 13,6 59,6 19 40,1 9,2 27 58<br />

Hembras adultas 77 17,0 2,3 - - 35 16,5 - 11,0 22,0 16 16,1 2,0 11,6 18,8<br />

Machos adultos 82 15,4 2,4 - - 30 15,0 - 10,0 19,0 9 14,1 3,6 9,6 18,2<br />

Hembras juveniles 7 10,7 2,7 - - 2 11,3 - 9,3 13,5 1 8,9 - - -<br />

Machos juveniles 1 7,5 - - - 4 6,6 - 6,0 8,5 - - - - -<br />

In<strong>de</strong>terminados 5 6,2 2,4 - - - - - - - 1 10,5 - - -<br />

Hembras ovigeras - - - - - 20 17,3 - 11,0 22,0 10 16,9 1,2 15,2 18,8<br />

Hembras no ovig. - - - - - 15 15,4 - 13,5 18,5 6 14,7 2,3 11,6 18,5<br />

Total 172 15,6 3,2 - - 71 15,2 - 6,0 18,5 27 15,0 3,1 8,9 18,8<br />

P. minutus en objetos flotantes<br />

MADEIRA AÇORES<br />

CANARIAS<br />

(Dellinger et al., 1997) (Frick et al. 2004) (Liria-Loza, 2010 -este estudio)<br />

Hembras adultas 29 15,3 2,5 - - 10 16,2 - 13,8 17,5<br />

Machos adultos 35 13,2 2,7 - - 4 15,8 - 15,0 17,0<br />

Hembras juveniles 34 8,9 2,2 - - - - - - -<br />

Machos juveniles 24 7,1 1,1 - - - - - - -<br />

In<strong>de</strong>terminados 18 4,7 0,9 - - - - - - -<br />

Hembras ovigeras - - - - - 8 16,7 - 15,8 17,8<br />

Hembras no ovig. - - - - - 2 13,9 - 13,8 14,0<br />

Total 140 10,5 6,6 - - 14 16,1 13,8 17,5<br />

Fig. 147. Datos biométricos <strong>de</strong> los ejemplares <strong>de</strong> P. minutus localizados en tortugas marinas<br />

y objetos flotantes <strong>de</strong> los archipiélagos macaronésicos <strong>de</strong> Açores (datos <strong>de</strong> Frick et al.<br />

2004b), Ma<strong>de</strong>ira (datos <strong>de</strong> Dellinger et al. 1997) y Canarias (este estudio).


CAPÍTULO 6: “El cangrejo <strong>de</strong> Colón”.<br />

posibilidad <strong>de</strong> encontrar las condiciones a<strong>de</strong>cuadas para su reproducción en cualquier otro momento<br />

<strong>de</strong>l año, siempre que la tortuga se <strong>de</strong>splace activamente a zonas que reúnan dichas condiciones.<br />

El caparazón <strong>de</strong> la tortuga boba presenta una coloración marrón-rojiza con tonos oliváceos, el plastrón<br />

es <strong>de</strong> color crema a amarillo, y su piel es marrón-rojiza y amarilla con reflejos naranjas (Spotila,<br />

2004). Estos colores se correspon<strong>de</strong>n exactamente con los observados en los ejemplares <strong>de</strong> P.<br />

minutus localizados en las tortugas C. caretta <strong>de</strong> canarias: Crema o arena, naranja, marrón y moradogranate,<br />

lo que confirma la capacidad <strong>de</strong> estos pequeños crustáceos <strong>de</strong> adaptar su coloración al<br />

sustrato en el que vive como dijo Hitchcock (1941). A<strong>de</strong>más, un 3<strong>0.</strong>8% <strong>de</strong> los ejemplares mostraba<br />

pequeñas manchas en el cefalotórax, dándole un aspecto moteado que lo camufla aún mas con el<br />

aspecto <strong>de</strong>l caparazón, que <strong>de</strong>bido a la presencia <strong>de</strong> otros epibiontes y a la propia <strong>de</strong>scamación <strong>de</strong><br />

este, adquiere un aspecto rugoso e irregular.<br />

Algunos ejemplares (26,9%) presentaron una mancha blanca gran<strong>de</strong> en el cefalotórax, igual a la<br />

observada por Crozier (1918) en los ejemplares <strong>de</strong> P. minutus localizados sobre un tronco color caoba<br />

en las costas <strong>de</strong> Bermudas, indicando que aumentaba aún mas el camuflaje <strong>de</strong> este curioso epibionte.<br />

En el caso <strong>de</strong> los ejemplares <strong>de</strong> P. minutus localizados en las tortugas C. caretta <strong>de</strong> Canarias, esta<br />

mancha le ayuda a mimetizarse con la presencia <strong>de</strong>l cirrípedo Lepas anatifera (localizado en el 94.1%<br />

<strong>de</strong> las tortugas <strong>de</strong> este estudio) el cual presenta placas calcáreas blancas envolviendo el capítulo, y<br />

con las manchas blanquecinas que se producen en la <strong>de</strong>scamación <strong>de</strong>l caparazón <strong>de</strong> la tortuga.<br />

Según los datos obtenidos parece ser que hay una ten<strong>de</strong>ncia a que los individuos <strong>de</strong> coloraciones mas<br />

claras no presenten manchas, ni pequeñas (moteado) ni gran<strong>de</strong>s (mancha blanca), mientas que los<br />

<strong>de</strong> tonalida<strong>de</strong>s mas oscuras presentan aspecto moteado o manchas con mayor frecuencia, aunque los<br />

pocos ejemplares observados no nos permiten confirmar esta hipótesis.<br />

Los estudios <strong>de</strong> Hitchcock (1941) <strong>de</strong>terminaron que la coloración <strong>de</strong> P. minutus pue<strong>de</strong> cambiar<br />

únicamente cuando muda y que son incapaces <strong>de</strong> hacerlo con rapi<strong>de</strong>z, lo que sugiere que los<br />

ejemplares moteados y con mancha blanca, mejor camuflados, llevan mas tiempo que los lisos<br />

viviendo sobre la tortuga, y que por lo tanto, los ejemplares lisos (42.3%) posiblemente se hayan<br />

adherido a la tortuga recientemente, situando a la tortuga en el entorno oceánico justo antes <strong>de</strong> que<br />

fuera capturada.<br />

Para po<strong>de</strong>r confirmar o <strong>de</strong>smentir estas hipótesis resultaría muy interesante realizar estudios <strong>de</strong> la<br />

coloración <strong>de</strong> P. minutus como habitante <strong>de</strong> objetos flotantes localizados en las aguas <strong>de</strong>l archipiélago<br />

Canario, así como realizar un muestreo a<strong>de</strong>cuado en tortugas C. caretta <strong>de</strong> la zona, capturándolas<br />

directamente en el mar.<br />

269


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

5. - CONCLUSIONES:<br />

• Para po<strong>de</strong>r llevar a cabo estudios robustos sobre la interacción <strong>de</strong> P. minutus con<br />

la tortuga C. caretta, es imprescindible realizar un muestreo a<strong>de</strong>cuado; que<br />

consiste en capturar los ejemplares <strong>de</strong> tortuga boba directamente en el mar, para<br />

impedir la perdida o fuga <strong>de</strong> estos pequeños cangrejos antes <strong>de</strong>l muestreo.<br />

• El muestreo <strong>de</strong> P. minutus en tortugas varadas o capturadas por personas sin<br />

experiencia en el manejo científico <strong>de</strong> tortugas marinas, proporciona datos<br />

subestimados, <strong>de</strong>bido a la pérdida <strong>de</strong> un gran número <strong>de</strong> ejemplares.<br />

• El brachyura (Crustacea: Decapada) Planes minutus Linnaeus 1758, se localizó en<br />

el 11.8% <strong>de</strong> las tortugas Caretta caretta ingresadas en el CRFS 5 <strong>de</strong> Gran Canaria,<br />

en los años 2002, 2003 y 2004. (Dato que consi<strong>de</strong>ramos esta subestimado).<br />

• La relación entre el cangrejo P. minutus y los ejemplares <strong>de</strong> tortuga boba que<br />

frecuentan el archipiélago canario es constante y frecuente a lo largo <strong>de</strong>l tiempo.<br />

• La presencia <strong>de</strong> P. minutus como epibionte <strong>de</strong> las tortugas C. caretta <strong>de</strong> Canarias<br />

indica la fuerte relación <strong>de</strong> estas tortugas con los habitats oceánicos, así como con<br />

los objetos y animales que se mueven arrastrados por los gran<strong>de</strong>s sistemas <strong>de</strong><br />

corrientes <strong>de</strong>l norte <strong>de</strong>l Océano Atlántico.<br />

• La ausencia total <strong>de</strong> este epibionte en las tortugas <strong>de</strong> talla superior a 60cm <strong>de</strong><br />

caparazón (LCCmin) es un claro indicador <strong>de</strong>l comportamiento nerítico <strong>de</strong> éstas.<br />

• Los ejemplares <strong>de</strong> P. minutus epibiontes <strong>de</strong> tortuga boba <strong>de</strong> Canarias presentan<br />

una reproducción continua, aunque con una clara preferencia por los meses <strong>de</strong><br />

invierno y primavera (semi-estacionalidad).<br />

• Los ejemplares <strong>de</strong> P. minutus localizados en las tortugas C. caretta <strong>de</strong> Canarias<br />

presentan coloraciones similares a las propias <strong>de</strong>l caparazón <strong>de</strong> la tortuga boba, e<br />

incluso exhiben aspectos moteados y manchas blancas gran<strong>de</strong>s en el cefalotórax<br />

para aumentar su mimetismo y camuflaje son el sustrato el que vive, o mejor<br />

dicho, el caparazón <strong>de</strong> la tortuga que los hospeda.<br />

• Se intuye una ten<strong>de</strong>ncia a que en este cangrejo, las manchas o el aspecto<br />

moteado se produzca principalmente en los ejemplares con tonalida<strong>de</strong>s oscuras,<br />

aunque la escasez <strong>de</strong> datos no nos permite confirmar esta hipótesis.<br />

A pesar <strong>de</strong> que la escasa cantidad <strong>de</strong> ejemplares localizados en este estudio no nos<br />

ha permitido llevar a cabo test estadísticos robustos, los datos mostrados coinci<strong>de</strong>n<br />

plenamente con los llevados a cabo por otros autores como Davenport (1994),<br />

Dellinger et al. (1997), Frick et al. (2000, 2004b y 2006) y Pons (2006) entre otros,<br />

concluyendo que:<br />

270<br />

La mayoría <strong>de</strong> las tortugas C. caretta portan un máximo <strong>de</strong> 3 individuos a la<br />

vez, siendo 1 ó 2 ejemplares el número mas comúnmente observado.<br />

5 Centro <strong>de</strong> Recuperación <strong>de</strong> Fauna Silvestre <strong>de</strong>l Cabildo <strong>de</strong> Gran Canaria.


CAPÍTULO 6: “El cangrejo <strong>de</strong> Colón”.<br />

<strong>Las</strong> tallas <strong>de</strong> los ejemplares <strong>de</strong> P. minutus localizados en las tortugas C.<br />

caretta <strong>de</strong> Canarias se ajustan a las medidas morfométricas <strong>de</strong>scritas por<br />

Chace (1951) para la especie.<br />

No existen diferencias importantes en la talla <strong>de</strong> los ejemplares <strong>de</strong> P. minutus<br />

localizados en las tortugas C. caretta <strong>de</strong> Canarias y los <strong>de</strong>scritos por otros<br />

autores habitando objetos flotantes.<br />

<strong>Las</strong> hembras <strong>de</strong> P. minutus epibiontes <strong>de</strong> tortuga boba en aguas <strong>de</strong>l<br />

archipiélago canario son mas gran<strong>de</strong>s que los machos que utilizan el mismo<br />

hábitat.<br />

La tortuga boba es un ambiente muy favorable para la reproducción <strong>de</strong>l<br />

pequeño crustáceo P. minutus, manifestándose claramente por el elevado<br />

porcentaje <strong>de</strong> hembras ovígeras y porque parece ser que aquellas que no<br />

portan huevos son hembras recién llegadas a la madurez.<br />

El número <strong>de</strong> individuos juveniles es mucho mayor en objetos flotantes que<br />

en tortugas, ya que en las tortugas C. caretta localizadas en aguas Canarias<br />

solo se observó 1 ejemplar juvenil, <strong>de</strong> los 27 muestreados.<br />

El número <strong>de</strong> hembras ovígeras es mayor que el <strong>de</strong> no ovígeras,<br />

observándose en este estudio en una proporción <strong>de</strong> 11 a 5.<br />

El número <strong>de</strong> parejas heterosexuales es mayor en tortugas que en objetos<br />

flotantes, observándose en el 60% <strong>de</strong> las tortugas muestreadas en Canarias.<br />

El número y talla <strong>de</strong> los ejemplares <strong>de</strong> P. minutus no varía en función <strong>de</strong>l<br />

tamaño <strong>de</strong> la tortuga.<br />

271


¡Sentenciado estoy a muerte!<br />

Yo me río<br />

no me abandone la suerte,<br />

y al mismo que me con<strong>de</strong>na,<br />

colgaré <strong>de</strong> alguna antena,<br />

quizá; en su propio navío<br />

Y si caigo,<br />

¿qué es la vida?<br />

Por perdida<br />

ya la di,<br />

cuando el yugo<br />

<strong>de</strong>l esclavo,<br />

como un bravo,<br />

sacudí.<br />

J. Espronceda (fragmento)


R E S U L T A D O S Y<br />

D I S C U S I Ó N CONJUNTA


ECOSISTEMAS ERRANTES<br />

RESULTADOS Y DISCUSIÓN GENERAL<br />

El título <strong>de</strong> esta tesis doctoral preten<strong>de</strong> dar una imagen clara y precisa <strong>de</strong> la importancia que tiene un<br />

solo individuo <strong>de</strong> tortuga marina para el entorno que la ro<strong>de</strong>a (consi<strong>de</strong>rándose como un ecosistema<br />

en sí), así como <strong>de</strong> las gran<strong>de</strong>s incógnitas que todavía suscitan los movimientos y comportamientos<br />

<strong>de</strong> estos gran<strong>de</strong>s migradores oceánicos (errantes). Al <strong>de</strong>cir ecosistema, rápidamente nos viene a la<br />

cabeza un “ente” lleno <strong>de</strong> vida, con especies que interaccionan entre si y con el medio, que dan y<br />

reciben energía; y al <strong>de</strong>cir errante, nos imaginamos un “ente” que no tiene un rumbo <strong>de</strong>terminado, o<br />

mejor dicho, <strong>de</strong>l que <strong>de</strong>sconocemos si tiene o no un rumbo. Este título aspira, a su vez, dar a<br />

enten<strong>de</strong>r la gran importancia que tienen las poblaciones <strong>de</strong> tortugas marinas para el medio marino y<br />

lo grave <strong>de</strong> la situación crítica en la que se encuentran, siendo realmente importante <strong>de</strong>stapar todas<br />

las incógnitas para po<strong>de</strong>r protegerlas y conservarlas lo mejor posible.<br />

Para po<strong>de</strong>r compren<strong>de</strong>r mejor el por qué <strong>de</strong> este título, es importante profundizar en la <strong>de</strong>finición<br />

estricta <strong>de</strong> los dos términos que lo componen:<br />

– Un ecosistema es un sistema natural que está formado por un conjunto <strong>de</strong> organismos vivos<br />

(biocenosis) y el medio físico don<strong>de</strong> se relacionan (biotopo), o, una unidad compuesta <strong>de</strong><br />

organismos inter<strong>de</strong>pendientes que comparten el mismo hábitat. Los ecosistemas suelen formar<br />

una serie <strong>de</strong> ca<strong>de</strong>nas que muestran la inter<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> los organismos <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l sistema<br />

(Christopherson, 1996).<br />

Este concepto se ajusta perfectamente a las tortugas marinas y su comunidad <strong>de</strong> epibiontes, con<br />

una única diferencia, que el biotopo, o el hábitat, no es un medio físico cualquiera, sino un ser<br />

vivo, la tortuga, sobre la que se asientan un conjunto <strong>de</strong> organismos (epibiontes) que<br />

interaccionan entre sí y con el medio sobre el que viven, la tortuga.<br />

– Errante es un adjetivo que significa, que anda <strong>de</strong> una parte a otra sin tener asiento fijo (Real<br />

Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> la Lengua Española).<br />

El ciclo <strong>de</strong> vida <strong>de</strong> las tortugas marinas, y principalmente el <strong>de</strong> la tortuga boba, se caracteriza por<br />

sus gran<strong>de</strong>s migraciones, tanto los movimientos <strong>de</strong> su etapa juvenil oceánica, en la que durante un<br />

periodo realmente extenso (entre 15 y 25 años), los juveniles se <strong>de</strong>splazan por el océano huyendo<br />

<strong>de</strong> posibles <strong>de</strong>predadores, en busca <strong>de</strong> alimento, etc.; como durante su etapa adulta, en la que<br />

cada 1, 2 o 3 años migran <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus zonas <strong>de</strong> alimentación a sus zonas <strong>de</strong> reproducción. Uno <strong>de</strong><br />

los datos mas curiosos <strong>de</strong> estas gran<strong>de</strong>s migraciones, sobretodo la etapa juvenil, es que todavía no<br />

conocemos con exactitud sus rutas migratorias, los patrones <strong>de</strong> migración, e incluso su forma <strong>de</strong><br />

orientarse en el gran océano, por lo que este adjetivo las <strong>de</strong>scribe a la perfección.<br />

En la literatura <strong>de</strong> divulgación esta bastante extendido presentar a las tortugas marinas como<br />

ecosistemas flotantes (por ejemplo, Báez et al. 2005, Spotila 2004), aunque son muy pocos los<br />

estudios que han ido mas allá <strong>de</strong> los aspectos <strong>de</strong> índole taxonómico, geográfico o faunístico, en los<br />

que se hayan realizado <strong>de</strong>scripciones cuantificadas <strong>de</strong> la comunidad epibionte y, menos aún, una<br />

interpretación <strong>de</strong> los procesos que podrían <strong>de</strong>terminar esta <strong>estruc</strong>tura (Badillo, 2007).<br />

Los intentos mas <strong>de</strong>stacables se localizan en los trabajos llevados a cabo por Caine (1986) y por Frick<br />

et al. (1998, 2000a, 2002, 2004), en los que se mencionan aspectos que pue<strong>de</strong>n influir en la<br />

<strong>estruc</strong>tura <strong>de</strong> las comunida<strong>de</strong>s epibiontes (Frick et al., 2000a), y que aportan algunas i<strong>de</strong>as mas<br />

concretas sobre procesos que operan a nivel <strong>de</strong> comunidad, (por ejemplo, la sucesión <strong>de</strong> faunas dada<br />

por Frick et al., 2000b). Sin embargo, en los últimos años se han empezado a <strong>de</strong>sarrollar trabajos que<br />

intentan dar una explicación a los procesos <strong>de</strong> epibiosis <strong>de</strong> las tortugas marinas, centrados<br />

principalmente en conocer la biología, ecología y comportamiento <strong>de</strong> estos gran<strong>de</strong>s vertebrados<br />

marinos, que presentan todavía tantas incógnitas. Uno <strong>de</strong> los mas interesantes es el trabajo realizado<br />

por Badillo (2007), que aborda, por primera vez, un estudio cuantitativo <strong>de</strong> algunos <strong>de</strong> los<br />

<strong>de</strong>terminantes <strong>de</strong> la diversidad <strong>de</strong> epibiontes en C. caretta, basándose en datos <strong>de</strong> presencia/ausencia<br />

<strong>de</strong> especies (<strong>de</strong>bido a las dificulta<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l muestreo y al sesgo que supone utilizar abundancias <strong>de</strong><br />

epibiontes obtenidas <strong>de</strong> tortugas varadas), y que constituyen un punto <strong>de</strong> partida esencial para<br />

avanzar en la comprensión <strong>de</strong> la <strong>estruc</strong>tura <strong>de</strong> estas comunida<strong>de</strong>s.<br />

El presente trabajo analiza datos <strong>de</strong> presencia/ausencia <strong>de</strong> las distintas especies epibiontes para<br />

conocer sus interacciones como ecosistema, así como obtener la mayor información posible sobre el<br />

hospedador a través <strong>de</strong> las características específicas <strong>de</strong> las especies que lo colonizan.<br />

277


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

COMPLEJIDAD DEL ESTUDIO<br />

El estudio <strong>de</strong> los organismos epibiontes es muy complejo, ya que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> no solo <strong>de</strong> las<br />

características específicas <strong>de</strong> cada epibionte y <strong>de</strong> los factores ambientales <strong>de</strong>l área en la que se<br />

encuentran, sino que se ven afectadas por las características <strong>de</strong>l organismo sobre el que vive: sus<br />

movimientos, sus activida<strong>de</strong>s, su comportamiento, etc. A<strong>de</strong>más, en los fenómenos <strong>de</strong> epibiosis suelen<br />

estar implicadas diversas especies, que luchan e interactúan por un mismo espacio, lo que aumenta<br />

aun mas las dificulta<strong>de</strong>s <strong>de</strong> su estudio.<br />

Hasta la fecha, el mayor número <strong>de</strong> estudios sobre epibiontes marinos se ha realizado principalmente<br />

con los organismos epifitos, o epibiontes <strong>de</strong> algas, ya que estas suelen localizarse adheridas al<br />

sustrato y por lo tanto, fijas en una zona concreta, por lo que el acceso a ellas es menos complicado.<br />

En estos casos, pue<strong>de</strong>n conocerse las características ambientales <strong>de</strong> la zona, con sus variaciones<br />

específicas, como estacionalidad, entrada <strong>de</strong> corrientes, cambios <strong>de</strong> salinidad, etc., ya que estos<br />

factores pue<strong>de</strong>n medirse mediante registradores dispuestos en la zona. A<strong>de</strong>más, un punto muy<br />

importante es que pue<strong>de</strong>n hacerse muestreos periódicos, acudiendo a la zona cada cierto tiempo, e ir<br />

observando las variaciones y evolución que sufre el proceso <strong>de</strong> epibiosis. También se han realizado<br />

estudios importantes en otros organismos, principalmente bentónicos, ya que por lo general tienen un<br />

hábitat bien <strong>de</strong>finido, por lo que, al igual que con las algas, su localización es fácil y pue<strong>de</strong>n conocerse<br />

las características ambientales <strong>de</strong>l área y llevarse a cabo observaciones periódicas.<br />

Cuando nos introducimos en el mundo <strong>de</strong> la epibiosis <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s vertebrados como las tortugas<br />

marinas, las complicaciones aumentan, ya que se trata <strong>de</strong> un organismo que realiza gran<strong>de</strong>s<br />

migraciones oceánicas y <strong>de</strong>l que se <strong>de</strong>sconoce gran parte <strong>de</strong> su comportamiento y <strong>de</strong> sus<br />

movimientos. Por consiguiente, cuando realizamos un muestreo <strong>de</strong> epibiontes <strong>de</strong> tortugas marinas,<br />

<strong>de</strong>sconocemos dón<strong>de</strong> ha estado la tortuga y por lo tanto, las condiciones ambientales a las que ha<br />

estado sometida, tanto ella como los organismos que la colonizan. Incluso, se tienen datos que<br />

indican que las tortugas pue<strong>de</strong>n cambiar hábitat, pasando <strong>de</strong> unas condiciones a otras, en un corto<br />

espacio <strong>de</strong> tiempo, afectando en mayor o menor medida a las especies que viven sobre ella,<br />

eliminando a unas, fortaleciendo a otras, o atrayendo nuevas especies que colonicen el espacio<br />

<strong>de</strong>jado por las que han <strong>de</strong>saparecido. Por otro lado, la enorme dificultad <strong>de</strong> localizar a estos gran<strong>de</strong>s<br />

migradores en el océano, hacen prácticamente imposible recapturar a un mismo animal y por lo tanto,<br />

realizar muestreos periódicos, resultando realmente complicado conocer la evolución <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong><br />

epibiosis que se produce sobre estos animales.<br />

En resumen, cuando realizamos un muestreo <strong>de</strong> epibiontes <strong>de</strong> una tortuga marina, no conocemos:<br />

Dón<strong>de</strong> ha estado la tortuga, y por lo tanto qué condiciones ambientales han estado sometidas las<br />

especies que viven sobre esta; Cuándo se inició esa colonización o proceso <strong>de</strong> epibiosis que<br />

encontramos en el momento <strong>de</strong>l muestreo; Qué especies hubo antes y cuáles están en <strong>de</strong>clive o en<br />

expansión; Qué especies son nuevas en la colonización o cuáles llevan largos periodos en ella; etc.<br />

Por lo que este trabajo se transforma en un intento <strong>de</strong> encontrar rangos <strong>de</strong> distribución o <strong>de</strong><br />

comportamiento <strong>de</strong>l basibionte, a través <strong>de</strong> las características propias <strong>de</strong> las especies epibiontes que<br />

lo colonizan en ese <strong>de</strong>terminado momento. Figurativamente se pue<strong>de</strong> comparar este estudio con el<br />

intento <strong>de</strong> reconstruir un película, mediante un conjunto <strong>de</strong> fotogramas, <strong>de</strong> los cuales no sabemos si<br />

fueron tomados al principio, en medio o al final <strong>de</strong> la película, o incluso, <strong>de</strong>sconociendo si pertenecen<br />

todos a la misma o a varias películas distintas. Cada muestreo seria uno <strong>de</strong> los fotogramas, y la<br />

película sería un documental sobre la biología, ecología y etología <strong>de</strong> las tortugas localizadas en aguas<br />

<strong>de</strong>l archipiélago canario.<br />

Un punto substancial a tener en cuenta en este estudio es que los muestreos se han realizado en<br />

tortugas varadas en las costas <strong>de</strong> las islas Canarias o recogidas por pescadores o navegantes en el<br />

mar, generalmente heridas o lesionadas. A pesar <strong>de</strong> que durante todo el estudio se ha hablado <strong>de</strong><br />

las tortugas <strong>de</strong> Canarias, es muy importante tener en cuenta que la extrapolación <strong>de</strong> estos datos a la<br />

población sana <strong>de</strong> tortugas Caretta caretta que circundan el archipiélago canario es compleja e<br />

imprecisa.<br />

La fuerte transformación que pue<strong>de</strong> sufrir el proceso <strong>de</strong> epibiosis en una tortuga herida o lesionada, y<br />

que por lo tanto, no actúa <strong>de</strong> forma totalmente libre y natural, con respecto a la población sana<br />

278


RESULTADOS Y DISCUSIÓN GENERAL<br />

pue<strong>de</strong> ser muy elevada. A<strong>de</strong>más, la principal causa <strong>de</strong> ingreso en el Centro <strong>de</strong> Recuperación <strong>de</strong> Fauna<br />

Silvestre (CRFS) <strong>de</strong>l Cabildo <strong>de</strong> Gran Canaria (45.6%) y por lo tanto, un elevado porcentaje <strong>de</strong> la<br />

tortugas muestreadas para este estudio (49.1%), es el enmallamiento, es <strong>de</strong>cir, tortugas que quedan<br />

enredadas en cuerdas, re<strong>de</strong>s, nylon, plásticos, etc. que se mueven a la <strong>de</strong>riva en la superficie <strong>de</strong>l<br />

océano, quedando ellas mismas a merced <strong>de</strong> la corriente como si <strong>de</strong> un objeto flotante se tratara.<br />

Este hecho pue<strong>de</strong> alterar enormemente el proceso <strong>de</strong> epibiosis, acercándolo mas al proceso que sufre<br />

una superficie inerte que al <strong>de</strong> un animal vivo y activo como una tortuga sana.<br />

Como se dijo en el apartado <strong>de</strong> metodología, en este estudio se ha tenido en cuenta que la alteración<br />

<strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong> epibiosis tiene mas relación con el tiempo que lleva la tortuga con una <strong>de</strong>terminada<br />

lesión, y por lo tanto, el estado físico <strong>de</strong>l animal, que con la causa <strong>de</strong> la lesión en sí, por lo que no se<br />

realizó el análisis en función <strong>de</strong> las causas <strong>de</strong> ingreso, sino en función <strong>de</strong>l estado físico <strong>de</strong> la tortuga al<br />

ingresar (variable <strong>de</strong>nominada Gravedad). Por ejemplo, la colonización <strong>de</strong> epibiontes <strong>de</strong> dos tortugas<br />

que ingresan por la ingestión <strong>de</strong> un anzuelo, es muy diferente si una <strong>de</strong> ellas ingirió dicho anzuelo<br />

hace tan solo 3 días, que todavía se encuentra en buenas condiciones físicas, que en otra tortuga que<br />

lo ingirió hace 3 meses, no ha podido comer durante todo ese tiempo, la infección se ha extendido<br />

por todo el esófago, etc. y por lo tanto, física y fisiológicamente está muy afectada y su actividad se<br />

ha visto reducida en mayor grado que en el caso <strong>de</strong> la tortuga anterior.<br />

A pesar <strong>de</strong> ello, los datos obtenidos en este estudio no han mostrado gran<strong>de</strong>s diferencias en las<br />

especies que colonizan tortugas capturadas sanas y las que mostraban lesiones <strong>de</strong> gravedad, <strong>de</strong>bido<br />

seguramente a que este estudio se ha basado en datos <strong>de</strong> frecuencia <strong>de</strong> aparición (presencia/<br />

ausencia), y no en estimaciones <strong>de</strong> abundancia, que probablemente se ven mas afectados por estos<br />

procesos, como citó Badillo (2007). En el siguiente apartado se estudia mas en profundidad la<br />

comparación <strong>de</strong> este estudio con otros estudios llevados a cabo con tortugas varadas y con otros<br />

realizados con tortugas sanas, para po<strong>de</strong>r conocer mejor la alteración que esto pue<strong>de</strong> suponer para<br />

este estudio.<br />

Otro <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s problemas asociado a este tipo <strong>de</strong> estudios, y <strong>de</strong>bido al casi exclusivo interés<br />

faunístico <strong>de</strong> la mayoría <strong>de</strong> estos, es la metodología <strong>de</strong> muestreo y, sobretodo, que los datos que<br />

se consi<strong>de</strong>ran relevantes varía mucho <strong>de</strong> unos estudios a otros. Incluso, algunos autores ni siquiera<br />

mencionan la metodología <strong>de</strong> muestreo utilizada, o le dan muy poca importancia (Frazier et al., 1985;<br />

Gramentz, 1988), u omiten datos tan importantes como la talla <strong>de</strong> las tortugas muestreadas (Kitsos et<br />

al., 2005). Esta variedad metodológica pue<strong>de</strong> incidir negativamente en las comparaciones entre los<br />

distintos estudios, ya que pue<strong>de</strong> ser imposible discernir qué diferencias se <strong>de</strong>ben a sesgos<br />

metodológicos o cuales se <strong>de</strong>ben a factores puramente geográficos (Badillo, 2007).<br />

Badillo (2007) realizó un estudio comparativo <strong>de</strong>l efecto <strong>de</strong> diferentes metodologías <strong>de</strong> muestreo<br />

sobre los resultados obtenidos, concluyendo que el método <strong>de</strong> análisis influye <strong>de</strong> forma <strong>de</strong>terminante<br />

en las estimaciones <strong>de</strong> diversidad y composición <strong>de</strong> las comunida<strong>de</strong>s epibiontes <strong>de</strong> tortugas. Este<br />

autor realizó muestreos mediante la inspección minuciosa <strong>de</strong> la superficie externa <strong>de</strong> las tortugas,<br />

método utilizado por la gran mayoría <strong>de</strong> autores, y muestreos mediante lavados <strong>de</strong> la tortuga,<br />

comprobando que el primero no pudo <strong>de</strong>tectar un 36% <strong>de</strong> la muestra global <strong>de</strong> especies, afectando<br />

principalmente a las especies <strong>de</strong> pequeños tamaño, algunas <strong>de</strong> carácter submicroscópico, como por<br />

ejemplo, el copépodo especialista <strong>de</strong> tortugas marinas, Balaenophilus sp. Esta especie fue hallada en<br />

5 <strong>de</strong> las 43 tortugas inspeccionadas externamente (11.6%) y en 44 <strong>de</strong> las 57 tortugas lavadas<br />

(77.2%) por Badillo (2007), <strong>de</strong>mostrando que seguramente ha pasado <strong>de</strong>sapercibida en muchos <strong>de</strong><br />

los estudios realizados hasta la fecha (Frazier et al., 1985; Caine, 1986; Frick et al., 1998; Kitsos et<br />

al., 2005; Fuller et al., 2010; entre otros).<br />

Por otra parte, incluso para un mismo tipo <strong>de</strong> muestreo, la metodología también difiere: Caine (1986),<br />

practicó rascados en cuadrados <strong>de</strong> 10x10cm en los caparazones <strong>de</strong> las tortugas; Gramentz (1988)<br />

llevó a cabo aparentemente una inspección visual <strong>de</strong> las tortugas; Kitsos et al. (2005) combinó<br />

inspección visual con rascados selectivos. En resumen, es difícil <strong>de</strong>terminar hasta qué punto las<br />

diferencias entre estudios son reales o <strong>de</strong>bidas a sesgos metodológicos (Badillo, 2007).<br />

En este estudio, los muestreos y la revisión <strong>de</strong> las muestras se realizaron antes <strong>de</strong> que Badillo (2007)<br />

publicara sus resultados, y se llevaron a cabo mediante la inspección minuciosa <strong>de</strong> la superficie<br />

externa <strong>de</strong> las tortugas, junto con un rascado aleatorio <strong>de</strong> todo el caparazón. Es <strong>de</strong>cir, un rascado no<br />

279


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

dirigido a la zona con mayor <strong>de</strong>nsidad <strong>de</strong> epibiontes, sino dibujando líneas paralelas a la dorsal <strong>de</strong>l<br />

animal <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la escama nucal hasta las escamas supracaudales, pasando varias veces sobre las<br />

escamas dorsales, costales y marginales <strong>de</strong>l caparazón. El muestreo <strong>de</strong>l plastrón y <strong>de</strong> la piel, fue<br />

dirigido, en busca <strong>de</strong> a aquellas especies que se localizaron principalmente en zonas externas al<br />

caparazón, como el cirrípedo Concho<strong>de</strong>rma virgatum, el balano Platylepas hexastylos y el cangrejo<br />

Planes minutus. Solo se realizaron rascados en el caparazón, <strong>de</strong>bido principalmente a que se trabajó<br />

con tortugas vivas que en la mayoría <strong>de</strong> los casos estaban heridas, por lo que se evito en mayor<br />

grado causar daños al animal.<br />

Durante el proceso <strong>de</strong> revisión <strong>de</strong> las muestras bajo lupa binocular, se observó que se localizaron<br />

algunas especies <strong>de</strong> pequeño tamaño (menores <strong>de</strong> 1mm), como Copépodos, Nematodos y<br />

Foraminíferos principalmente, cuando ya se habían revisado un número elevado <strong>de</strong> muestras y que,<br />

seguramente, habían pasado <strong>de</strong>sapercibidas. Este hecho, junto con la dificultad observada en localizar<br />

estas pequeñas especies (microscópicas), cuando la muestra presenta una <strong>de</strong>nsidad consi<strong>de</strong>rable <strong>de</strong><br />

algas, nos llevó a establecer el límite <strong>de</strong> talla para este estudio, analizando las especies <strong>de</strong> tallas<br />

superiores a 1mm. No obstante, se realizó una nueva revisión <strong>de</strong> todas las muestras, prestando<br />

atención a estos pequeños organismos, los cuales fueron separados (i<strong>de</strong>ntificando la tortuga a la que<br />

pertenecían) y conservados, por si en un futuro pudiera ser interesante prestarles atención. La<br />

elevada complejidad taxonómica <strong>de</strong> los tres grupos, así como que en muchos casos se localizaron solo<br />

simples fragmentos, lo que complica todavía mas la i<strong>de</strong>ntificación taxonómica, nos hicieron tomar la<br />

<strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> no incluirlos en estas tesis doctoral, aunque no se <strong>de</strong>scarta la posibilidad <strong>de</strong> realizar<br />

estudios in<strong>de</strong>pendientes <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> los grupos, datos que seguramente complementarán<br />

positivamente los resultados obtenidos en el presente trabajo.<br />

En resumen, corroboramos completamente las conclusiones <strong>de</strong> Badillo (2007), según las cuales es<br />

muy importante tener cuidado en las comparaciones con otros estudios ya que pue<strong>de</strong>n existir sesgos<br />

metodológicos importantes, así como insistir en la importancia <strong>de</strong> encontrar y establecer una<br />

metodología <strong>de</strong> muestreo <strong>de</strong> epibiontes sencilla, para que todos los grupos puedan <strong>de</strong>sarrollarla, y<br />

unificada, para que puedan evitarse los sesgos provocados por las diferencias metodológicas.<br />

Un último punto a mencionar y que tiene relación tanto con los errores que pue<strong>de</strong>n producirse en<br />

función <strong>de</strong> la metodología <strong>de</strong> muestreo, así como al hecho <strong>de</strong> trabajar con animales varados o<br />

capturados heridos en el mar, es el caso <strong>de</strong> los epibiontes <strong>de</strong> gran tamaño, como el cangrejo Planes<br />

minutus, que ya <strong>de</strong>scribimos en el Capítulo 6 y que hace referencia a que ciertas creencias populares<br />

pue<strong>de</strong>n modificar el estudio <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminadas especies, provocando sesgos importantes. En este caso<br />

concreto, el hecho <strong>de</strong> que gran parte <strong>de</strong> las tortugas que ingresan en el Centro <strong>de</strong> Recuperación <strong>de</strong><br />

Fauna Silvestre (CRFS) <strong>de</strong> Gran Canaria, sean capturadas por personal no especializado en el manejo<br />

y estudio <strong>de</strong> tortugas marinas, como pescadores y navegantes, ha provocado que la frecuencia <strong>de</strong>l<br />

cangrejo <strong>de</strong> Colón, P. minutus, presente datos mucho mas bajos a los reales, simplemente por la<br />

creencia popular <strong>de</strong> que este cangrejo provoca graves daños a la tortuga, impidiéndole sumergirse,<br />

por lo que este epibionte es retirado rápidamente por las personas que capturan dichas tortugas.<br />

Datos como este son importantes a tener en cuenta, <strong>de</strong> cara a comparar las frecuencias <strong>de</strong> este<br />

cangrejo con otros trabajos realizados en otras áreas.<br />

280


ESPECIES OBSERVADAS<br />

RESULTADOS Y DISCUSIÓN GENERAL<br />

En los seis capítulos <strong>de</strong> esta tesis se han estudiado en profundidad las 14 especies localizadas en mas<br />

<strong>de</strong>l 3% <strong>de</strong> las tortugas muestreadas y que se han <strong>de</strong>nominado como Especies Frecuentes. Pero, en<br />

este estudio se localizaron un total <strong>de</strong> 29 especies, pertenecientes a las 3 gran<strong>de</strong>s divisiones <strong>de</strong><br />

vegetales marinos: Chlorophyta (5 especies: 3 i<strong>de</strong>ntificadas y 2 no i<strong>de</strong>ntificadas); Phaeophyta (1<br />

especie i<strong>de</strong>ntificada) y Rodophyta (6 especies: 3 i<strong>de</strong>ntificadas y 3 no i<strong>de</strong>ntificadas); y a 6 gran<strong>de</strong>s<br />

Filos <strong>de</strong> fauna marina: Foraminifera (2 especies: 1 i<strong>de</strong>ntificada y otra no), Cnidaria (2 especies <strong>de</strong><br />

hidroi<strong>de</strong>os: 1 i<strong>de</strong>ntificada y otra no), Nematoda (especie/s no i<strong>de</strong>ntificada/s), Annelida (1 especie no<br />

i<strong>de</strong>ntificada), Mollusca (2 especies: 1 nudibranquio i<strong>de</strong>ntificado y un gasterópodo no i<strong>de</strong>ntificado), y<br />

Arthropoda (9 especies <strong>de</strong> Crustáceos: 8 i<strong>de</strong>ntificadas y 1 no i<strong>de</strong>ntificada).<br />

Los grupos mas importantes fueron las algas Rodophytas y los Crustáceos Cirrípedos <strong>de</strong>bido a que las<br />

2 especies mas frecuentes <strong>de</strong>l estudio pertenecen a estos grupos: Polysiphonia carettia y Lepas<br />

anatifera, presentes en el 8<strong>0.</strong>5% y en el 94.1% <strong>de</strong> las tortugas muestreadas respectivamente. En<br />

resumen, y como muestra el gráfico <strong>de</strong> la figura 148, casi la totalidad (95.8%) <strong>de</strong> las tortugas<br />

presentaron Crustáceos Cirrípedos, el 83.2% presentaban algas rojas, y el 66.5% presentaba<br />

Crustáceos Peracáridos, siendo estos 3 grupos los que marcan la colonización típica <strong>de</strong> las tortugas<br />

Caretta caretta que frecuentan las aguas <strong>de</strong>l archipiélago Canario. Los otros Filos localizados<br />

presentaron frecuencias mas bajas, pero las especies pertenecientes a estos han aportado una<br />

información muy interesantes como indicadoras <strong>de</strong> comportamiento y distribución <strong>de</strong> las tortugas <strong>de</strong><br />

esta zona.<br />

La tabla <strong>de</strong> la figura 149 muestra la lista <strong>de</strong>l total <strong>de</strong> especies observadas en las tortugas<br />

muestreadas, algunas <strong>de</strong> las cuales no fueron i<strong>de</strong>ntificadas por presentarse en muy bajas frecuencias<br />

o porque en muchas ocasiones solo se localizaron fragmentos dispersos, por lo que la i<strong>de</strong>ntificación<br />

taxonómica es realmente compleja, incluso, imposible en algunos casos.<br />

<strong>Las</strong> especies pertenecientes a los grupos Foraminifera, Nematoda y Copepoda, a pesar <strong>de</strong> presentar<br />

frecuencias por las que podrían consi<strong>de</strong>rarse especies frecuentes (13%, 11.2% y 12.4% para cada<br />

grupo), no se incluyeron en el estudio ya que presentan tallas inferiores a 1mm, por lo que, como se<br />

dijo en el apartado <strong>de</strong> metodología, pudieron pasar <strong>de</strong>sapercibidos en la observación bajo la lupa<br />

binocular y alterar fuertemente su estudio. A<strong>de</strong>más, en la mayoría <strong>de</strong> los casos la abundancia<br />

observada por tortuga fue muy baja (posiblemente <strong>de</strong>bido a que por su pequeño tamaño pasaron<br />

<strong>de</strong>sapercibidos entre las algas), localizándose en muchas ocasiones simples fragmentos, dificultando<br />

enormemente su i<strong>de</strong>ntificación taxonómica, ya <strong>de</strong> por sí compleja.<br />

Fig. 148. Frecuencias observadas <strong>de</strong> los principales grupos taxonómicos en las tortugas Caretta<br />

caretta localizadas en el aguas <strong>de</strong>l Archipiélago Canario en los años 2002, 2003 y 2004.<br />

281


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

Fig. 149. Lista <strong>de</strong> especies epibiontes <strong>de</strong> las tortugas Caretta caretta localizadas en las aguas <strong>de</strong>l Archipiélago<br />

Canario en los años 2002, 2003 y 2004 (N=167). Se muestra el número <strong>de</strong> tortugas que presentaban cada<br />

especie (N) y su frecuencia (%). (Ge= especie generalista; Es= especie especialista <strong>de</strong> tortugas marinas; In=<br />

especies intermedias; Ac= especies acci<strong>de</strong>ntales; Co = especie cosmopolita; Temp.= aguas templadas;<br />

Tropic.= aguas tropicales).<br />

282<br />

FRECUENCIA<br />

FLORA<br />

Chlorophyta<br />

Cladophoropsis membranacea 6 3,6% Ac Co - aguas tropic. y temp.<br />

(%)<br />

Enteromorpha sp. 5 3,0% Ge -<br />

Ulva sp. 1 0,6% Ge -<br />

Chlorophyta no ID 1 1 0,6% - -<br />

Chlorophyta no ID 2 1 0,6% - -<br />

Phaeophyta<br />

Hincksia mitchelliae 82 48,5% Ge Co - aguas temp. y subtropic.<br />

Rodophyta<br />

Polysiphonia carettia 136 80,5% Es En tortugas marinas<br />

Ceramium flaccidum 11 6,5% Ge Co - aguas frias, temp. y tropic.<br />

Centroceras clavatum 1 0,6% Ac -<br />

Rhodophyta no ID 1 1 0,6% - -<br />

Rhodophyta no ID 2 1 0,6% - -<br />

Rhodophyta no ID 3 1 0,6% - -<br />

FORAMINIFERA<br />

Globigerina sp. 22 13,0% Ac -<br />

Foraminifero no ID 3 1,8% - -<br />

CNIDARIA<br />

Hidroi<strong>de</strong>a<br />

Obelia geniculata 44 26,0% Ge Co - aguas someras temp.-frías<br />

Hidroi<strong>de</strong>o no ID 3 1,8% - -<br />

NEMATODA<br />

Nematoda no ID 19 11,2% - -<br />

ANNELIDA<br />

Annelida no ID 3 1,8% - -<br />

MOLLUSCA<br />

Nudibranchia<br />

Fiona pinnata 23 13,6% Ac Co - pelágica<br />

Gasteropoda<br />

Caracola no ID 5 3,0% -<br />

ARTHROPODA - CRUSTACEA<br />

Maxilopoda<br />

Cirripedia<br />

Lepas anatifera 159 94,1% Ge Co - aguas frias, temp. y tropic.<br />

Concho<strong>de</strong>rma virgatum 29 17,2% Ge Co - aguas temp. y tropic.<br />

Platylepas hexastylus 17 10,1% Es Co - aguas tropic. y temp.-cálidas<br />

Copepoda<br />

Copepoda no ID 21 12,4% Es ¿?<br />

Malacostraca<br />

Peracárida<br />

Caprella andreae 77 45,6% In Co - aguas temp. y cálidas<br />

Hyale grimaldii 78 46,2% In Co - asociado a algas<br />

Podocerus chelonophilus 34 20,1% Es En tortugas marinas<br />

Hexapleomera robusta 49 29,0% In Co - aguas temp. y tropic.<br />

Eucárida<br />

N<br />

Tipo<br />

epibionte<br />

Planes minutus 20 11,8% In Co - pelágica<br />

Distribución


RESULTADOS Y DISCUSIÓN GENERAL<br />

A nivel mundial la mayor parte <strong>de</strong> los estudios <strong>de</strong> epibiontes <strong>de</strong> tortugas marinas se han llevado a<br />

cabo en tortuga boba, localizándose, hasta la fecha, mas <strong>de</strong> 250 especies <strong>de</strong> epibiontes (véase Anexo<br />

4). Otra especie relativamente bien estudiada es la tortuga Carey, Eretmochelys imbricata, en la que<br />

los últimos estudios barajan cifras <strong>de</strong> mas <strong>de</strong> 100 especies distintas (Schärer, 2005), aunque, sin<br />

duda, el número aumentará con futuras investigaciones, así como en los trabajos con tortuga ver<strong>de</strong>,<br />

Chelonia mydas (Alonso, 2007; Oliveira & Vigliar, 2008) y tortuga Olivacea, Lepidochelys olivacea<br />

(Miranda & Moreno, 2002; Gámez et al., 2006, entre otros). No obstante, como se dijo en el apartado<br />

anterior, muy pocos estudios tienen un cariz ecológico, casi ninguno ha adoptado una perspectiva <strong>de</strong><br />

comunidad (Caine, 1986; Frick et al., 2003), y solo uno ha utilizado herramientas estadísticas para<br />

analizar patrones (Badillo, 2007).<br />

El aporte ecológico <strong>de</strong> la mayoría <strong>de</strong> estos estudios consiste en clasificar las distintas especies<br />

observadas en dos grupos en función <strong>de</strong>l tipo/s <strong>de</strong> sustrato/s sobre el que son capaces <strong>de</strong> asentarse<br />

(Caine, 1986; Frick et al., 1998; Zardus & Haldfield, 2004): 1. Especies especialistas, aquellas que se<br />

han especializado en vivir exclusivamente sobre tortugas marinas, como el balano Chelonibia<br />

testudinaria o los pertenecientes al genero Platylepas spp., el alga roja Polysiphonia carettia, el<br />

gammárido Podocerus chelonophilus, el copépodo Balaenophilus sp., o el hirudineo Ozobranchius<br />

margoi; 2. Especies generalistas, aquellas especies pelágicas y/o bentónicas capaces <strong>de</strong> colonizar<br />

sustratos vivos o inanimados, y que se observan con relativa frecuencia sobre tortugas marinas, como<br />

los cirrípedos Lepas anatifera y Concho<strong>de</strong>rma virgatum, algunas especies <strong>de</strong> algas, o hidroi<strong>de</strong>os como<br />

Obelia sp.. Badillo (2007) introduce dos nuevos grupos para esta clasificación: 3. Especies<br />

Intermedias, que son aquellas especies que presentan un alto grado <strong>de</strong> asociación con tortugas<br />

marinas, pero que se han observado también en otros sustratos, como los malacostráceos Caprella<br />

andreae, Hyale grimaldii, Hexapleomera robusta y Planes minutus, en el que los tres primeros están<br />

generalmente asociados a grupos <strong>de</strong> algas y que incluso fueron <strong>de</strong>nominadas por Gramentz (1988)<br />

como la “Comunidad <strong>de</strong> la Polysiphonia”. Y por último, 4. Especies Acci<strong>de</strong>ntales, que son aquellas con<br />

escaso peso en la comunidad epibionte <strong>de</strong> tortugas marinas, cuya aparición pue<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rarse como<br />

“rara”, y que son típicas <strong>de</strong> otros hábitats, generalmente bentónicos, como por ejemplo Chelonibia<br />

patula, Elasmopus rapax o Bittium sp.<br />

Como pue<strong>de</strong> observarse en la figura 149, <strong>de</strong> las 14 especies frecuentes <strong>de</strong> epibiontes <strong>de</strong> tortuga boba<br />

<strong>de</strong> Canarias, se han localizado 3 especies especialistas (P. carettia, P. hexastylus y P. chelonophilus)<br />

pudiendo existir una cuarta especie, si el copépodo localizado en este estudio fuera Balaenophilus sp.,<br />

dato que no po<strong>de</strong>mos confirmar ya que no se ha realizado su i<strong>de</strong>ntificación taxonómica; 5 especies<br />

generalistas (H. mitchelliae; C. flaccidum; O. geniculata; L. anatifera y C. virgatum); 4 especies<br />

intermedias (H. grimaldii; C. andreae; H. robusta y P. minutus); y, por último, solo 2 especies<br />

acci<strong>de</strong>ntales (C. membranacea y F. pinnata). De todas estas especies, solo las 2 acci<strong>de</strong>ntales difieren<br />

<strong>de</strong>l resto <strong>de</strong> estudios con tortugas marinas, <strong>de</strong>bido a que este trabajo aporta la primera cita <strong>de</strong> estas<br />

especies como epibiontes <strong>de</strong> tortugas marinas. Por otro lado, tres <strong>de</strong> las especies generalistas no son<br />

tan comunes al resto <strong>de</strong> los estudios, sino que han sido citadas tan solo por uno o dos autores (H.<br />

mitchelliae, C. fraccidum, O. geniculata), mientras que todas las <strong>de</strong>más son realmente comunes a casi<br />

todos los estudios realizados, y por consiguiente, constituyen la colonización típica <strong>de</strong> la tortuga boba,<br />

Caretta caretta.<br />

Comparando las especies localizadas en el presente estudio, con las observadas en otros estudios<br />

realizados con epibiontes <strong>de</strong> tortuga boba en el Atlántico Norte y Mediterráneo, obtenemos la figura<br />

150, en la que el primer dato que salta a la vista es que el porcentaje <strong>de</strong> especies comunes entre los<br />

diferentes estudios y el presente no son verda<strong>de</strong>ramente elevadas (siempre por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l 25%), lo<br />

que indica claramente que la colonización <strong>de</strong> epibiontes está muy influenciada por la zona en la que<br />

se localiza a la tortuga.<br />

Por otro lado, los trabajos que se han llevado a cabo con tortugas juveniles presenta un mayor<br />

porcentaje <strong>de</strong> especies comunes con el presente estudio (mayoritariamente ejemplares juveniles y<br />

algunos subadultos), que con aquellos realizados con tortugas adultas (porcentajes inferiores al 10%).<br />

Este dato corrobora la teoría <strong>de</strong> que las tortugas juveniles y adultas presentan comportamientos<br />

diferentes, frecuentando hábitat distintos, las juveniles el oceánico y las adultas el nerítico (Carr,<br />

1987a; Bjorndal et al., 2000, 2003; Bolten, 2003a,b; entre otros), y sobretodo, que los epibiontes son<br />

claros indicadores <strong>de</strong>l hábitat en el que se mueven las tortugas (Caine, 1986).<br />

283


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

Fig. 15<strong>0.</strong> Relación <strong>de</strong> los principales estudios realizados con epibiontes <strong>de</strong> tortuga Caretta caretta en el norte<br />

<strong>de</strong>l océano Atlántico y en el Mediterráneo. El porcentaje <strong>de</strong> especies comunes es el porcenteje <strong>de</strong> especies<br />

comunes a ambos estudios con respecto al total <strong>de</strong> especies observadas entre ambos. (estad.= Estadio; A =<br />

Adultas; J = juveniles; ¿? = el estudio no <strong>de</strong>fine el estadio; Atlánt.= Atlántico; Mediter. = Mediterráneo).<br />

Sorpren<strong>de</strong> el hecho <strong>de</strong> que las tortugas que presentan un mayor número <strong>de</strong> especies comunes con<br />

este estudio sean aquellas localizadas en aguas <strong>de</strong>l Mediterráneo, entre las costas <strong>de</strong> Argelia y las<br />

islas Baleares (Chevreux & De Guerne, 1893), con el que coinci<strong>de</strong>n 7 <strong>de</strong> las 9 especies observadas en<br />

dicho estudio (22,58% <strong>de</strong> especies comunes). Es importante tener en cuenta que en aquella época<br />

los estudios eran mayoritariamente exploraciones visuales no muy exhaustivas y que, a<strong>de</strong>más, solo se<br />

revisaron dos tortugas, por lo que seguramente algunas especies pasaron <strong>de</strong>sapercibidas. No<br />

obstante, las especies observadas por Chevreux & De Guerne (1893) coinci<strong>de</strong>n exactamente con las<br />

especies mas frecuentes observadas en las tortugas <strong>de</strong> Canarias, lo que relaciona enormemente a las<br />

tortugas <strong>de</strong> ambas zonas, confirmando la teoría <strong>de</strong> que existe un entrada <strong>de</strong> individuos juveniles<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el océano Atlántico al mar Mediterráneo a través <strong>de</strong>l estrecho <strong>de</strong> Gibraltar, en dón<strong>de</strong> las<br />

tortugas permanecen en las regiones <strong>de</strong> Alborán y el Levante español, para <strong>de</strong>spués salir <strong>de</strong> nuevo al<br />

océano Atlántico (Laurent et al., 1998; Bowen, 2003; Bolten, 2003b; Casale et al., 2002, 2004).<br />

Este dato concuerda con el porcentaje <strong>de</strong> especies comunes existente con el estudio llevado a cabo<br />

por Badillo (2007), con tortugas localizadas en aguas <strong>de</strong> las costas <strong>de</strong> la región Valenciana (17.24%) y<br />

con el <strong>de</strong> Frick et al. (2003) con tortugas <strong>de</strong> Azores (15.38%), relacionando las tortugas localizadas<br />

en Canarias con aquellas muestreadas por estos tres estudios y por consiguiente, las localizadas en<br />

aguas macaronésicas con las <strong>de</strong>l Mediterráneo español.<br />

Por otro lado, pue<strong>de</strong>n apreciarse dos curiosida<strong>de</strong>s importantes con respecto a la metodología <strong>de</strong><br />

muestreo. En primer lugar, sabemos que ciertos estudios se llevaron a cabo mediante rascados <strong>de</strong><br />

caparazón (Caine, 1986; Kitsos et al., 2005), uno mediante lavados (Badillo, 2007), y los <strong>de</strong>más se<br />

realizaron por exploración visual externa. Según los datos dispuestos en la tabla, la metodología <strong>de</strong>l<br />

muestreo no parece estar influenciando los datos <strong>de</strong> presencia/ausencia <strong>de</strong> especies, aunque<br />

seguramente hay especies <strong>de</strong> pequeño tamaño que han pasado <strong>de</strong>sapercibidas en la mayoría <strong>de</strong><br />

estudios, como el copépodo específico <strong>de</strong> tortugas marinas Balaenophilus sp. solo citado por Badillo<br />

(2007). A<strong>de</strong>más, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los estudios que se han llevado a cabo con tortugas juveniles, el <strong>de</strong> Badillo<br />

(2007) es el que presenta un mayor número <strong>de</strong> especies (39), por lo que seguramente la metodología<br />

utilizada por este, mediante lavados, sea la mas fiable.<br />

284<br />

Tortugas<br />

estudiadas<br />

Especies<br />

Epibiontes<br />

Especies<br />

frec.<br />

Especies<br />

no frec.<br />

(estad.) Mar/Océano Zona N tort N epib (>3%) (


RESULTADOS Y DISCUSIÓN GENERAL<br />

En segundo lugar, el muestreo <strong>de</strong>l mediterráneo Valenciano (Badillo, 2007) se realizó a tortugas<br />

varadas muertas, mientras que el estudio <strong>de</strong> Frick et al. (2003) en Azores, se llevó a cabo con<br />

tortugas sanas capturadas en el mar. Ambos estudios no difieren mucho en su porcentaje <strong>de</strong> especies<br />

comunes con los muestreos llevados a cabo en Canarias (17.24% y 15.38%), realizados a tortugas<br />

varadas vivas o capturadas heridas vivas en el mar, lo que confirma las conclusiones <strong>de</strong> Badillo (2007)<br />

que establece que el muestreo <strong>de</strong> animales varados no afecta realmente a la frecuencia <strong>de</strong> las<br />

especies observadas, sino a su abundancia y talla.<br />

Sin embargo, se aprecia un mayor número <strong>de</strong> especies poco frecuentes (3%), en aquellos animales varados, heridos o lesionados, <strong>de</strong> lo que<br />

se <strong>de</strong>duce que los animales que sufren alguna patología presentan aportes <strong>de</strong> nuevas especies, que<br />

por lo general no son habituales como epibiontes <strong>de</strong> tortuga boba y con escaso peso en esta<br />

comunidad (especies acci<strong>de</strong>ntales). El ejemplo mas claro <strong>de</strong> este hecho lo presenta el trabajo<br />

realizado por Kitsos et al. (2005) con 51 especies poco frecuentes (la mayoría nuevas como epibiontes<br />

<strong>de</strong> tortuga boba) con respecto a las 29 especies frecuentes, en comparación con las 16 especies poco<br />

frecuentes y las 82 frecuentes <strong>de</strong> Frick et al. (1998) que trabajó con animales sanos capturados en el<br />

mar. No obstante, no existen referencias <strong>de</strong>l número <strong>de</strong> especies frecuentes y no frecuentes<br />

observadas en otros estudios <strong>de</strong> juveniles <strong>de</strong> tortuga boba, por lo que <strong>de</strong>bemos ser escépticos al<br />

afirmar que esto solo se produce en tortugas que presentan patologías ya que cabe la posibilidad <strong>de</strong><br />

que sea algo habitual en ejemplares juveniles.<br />

En general, casi la totalidad <strong>de</strong> especies comunes a los diversos estudios son especies frecuentes para<br />

todos los grupos <strong>de</strong> tortugas estudiados, y se trata principalmente <strong>de</strong> las especies especialistas, casi<br />

todas las <strong>de</strong>l grupo intermedio, y algunas especies generalistas (p.e. Lepas anatifera). La principal<br />

excepción la marcan el cangrejo P. minutus y el cirrípedo C. virgatum, que son especies inexistentes o<br />

poco frecuentes en tortugas adultas (Caine, 1986; Frick et al., 1998; Pfaller et al., 2006, 2008).<br />

Ambas especies presentan hábitos claramente pelágicos, por lo que su localización en tortugas<br />

adultas, <strong>de</strong> hábitos principalmente neríticos, es lógica. Solo dos estudios llevados a cabo con adultas<br />

han citado a P. minutus (Caine, 1986 y Frick et al. 1998), observándose en las tortugas nidificantes en<br />

las costas <strong>de</strong> Georgia, grupo que según los estudios <strong>de</strong> Caine (1986), son tortugas adultas que<br />

presentan hábitos pelágicos, lo que explicaría perfectamente la presencia <strong>de</strong> este epibionte. La otra<br />

excepción la marca el gammárido H. grimaldii, que se localizó en menos <strong>de</strong>l 3% <strong>de</strong> las tortugas<br />

muestreadas en Grecia (Kitsos et al., 2005) mientras que presenta frecuencias elevadas en el resto <strong>de</strong><br />

estudios. Para esta especie, pue<strong>de</strong> ser que las condiciones <strong>de</strong>l Mediterráneo oriental no sean tan<br />

favorables como las <strong>de</strong>l Océano Atlántico y el Mediterráneo occi<strong>de</strong>ntal, por lo que su presencia en las<br />

tortugas <strong>de</strong> dicha zona es menor.<br />

285


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

DISTRIBUCIÓN DE LOS EPIBIONTES SOBRE EL CAPARAZÓN<br />

El cuerpo <strong>de</strong> una tortuga marina ofrece superficies sólidas como el caparazón, cabeza, aletas y uñas,<br />

idóneas para la fijación <strong>de</strong> la mayoría <strong>de</strong> organismos sésiles, y la configuración <strong>de</strong>l caparazón y la piel,<br />

cubiertos por un elevado número <strong>de</strong> escamas dérmicas endurecidas, crea grietas y suturas don<strong>de</strong><br />

pue<strong>de</strong>n escon<strong>de</strong>rse y aferrarse organismos móviles <strong>de</strong> menor tamaño (Badillo, 2007). A<strong>de</strong>más, las<br />

tortugas marinas permanecen casi la totalidad <strong>de</strong> su vida en el medio acuático, con la única excepción<br />

<strong>de</strong> las hembras cuando salen a las playas a realizar las puestas (por lo general 1 hora), y aquellas<br />

tortugas, principalmente ver<strong>de</strong>s (Chelonia mydas), que acostumbran a termorregular (basking)<br />

tomando el sol en la playa.<br />

Por otro lado, la tasa <strong>de</strong> renovación <strong>de</strong> las escamas <strong>de</strong>l caparazón y piel <strong>de</strong> las tortugas es bastante<br />

mas lento que en otros organismos, y a<strong>de</strong>más, no se produce la muda <strong>de</strong> toda la escama a la vez,<br />

sino mas bien una <strong>de</strong>scamación por <strong>de</strong>sgaste o erosión. Este hecho permite que las colonias puedan ir<br />

renovándose a partir <strong>de</strong> un solo colonizador original.<br />

Con todo esto, pue<strong>de</strong> afirmarse que el cuerpo en sí <strong>de</strong> una tortuga marina es un sustrato lo<br />

suficientemente estable como para que pueda <strong>de</strong>sarrollarse sin problemas el ciclo <strong>de</strong> vida completo <strong>de</strong><br />

los epibiontes que viven sobre ella. No obstante, la propia actividad <strong>de</strong> la tortuga afecta fuertemente a<br />

la colonización <strong>de</strong> cada especie epibionte y por consiguiente a la distribución <strong>de</strong> estos sobre el<br />

caparazón. Varios autores han citado como el tercio trasero <strong>de</strong>l caparazón es la parte que se coloniza<br />

con mayor frecuencia, <strong>de</strong>bido a que es la parte <strong>de</strong>l caparazón menos expuesta al hidrodinamismo<br />

provocado por los movimientos <strong>de</strong> la propia tortuga, o como los cirrípedos tiene una clara preferencia<br />

por la línea dorsal <strong>de</strong>l caparazón <strong>de</strong> la tortuga (Caine, 1986; Frick et al., 1998; Fuller et al., 2010).<br />

En el caso <strong>de</strong> las tortugas Caretta caretta <strong>de</strong> Canarias se han i<strong>de</strong>ntificado 4 tipos <strong>de</strong> colonización que<br />

se <strong>de</strong>scriben a continuación y se muestran en la figura 151: a) Colonización Caudal: cuando el grueso<br />

<strong>de</strong> la colonización se centra en el tercio trasero <strong>de</strong>l caparazón <strong>de</strong> la tortuga; b) Colonización Dispersa:<br />

cuando los epibiontes se localizan en grupos dispersos por todo el caparazón; c) Colonización <strong>de</strong><br />

Corona: cuando los epibiontes se distribuyen sobre las escamas marginales y bor<strong>de</strong>s exteriores <strong>de</strong> las<br />

escamas costales dibujando un círculo alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l caparazón; d) Colonización Total: cuando la capa<br />

<strong>de</strong> epibiontes se distribuye uniformemente sobre todo el caparazón.<br />

A) B) C) D)<br />

Fig. 151. Tipos <strong>de</strong> colonización por epibiontes <strong>de</strong>l caparazón <strong>de</strong> las tortugas localizadas en Canarias.<br />

A) Distribución caudal. B) Distribución dispersa. C) Distribución <strong>de</strong> Corona. D) Distribución Total.<br />

En los capítulos anteriores se ha mencionado como algunas especies tienen preferencias específicas<br />

por <strong>de</strong>terminadas zonas <strong>de</strong>l cuerpo <strong>de</strong> la tortuga, como el cirrípedo C. virgatum que se adhiere en la<br />

zona ventral <strong>de</strong> la tortuga (plastón, cuello y aletas) <strong>de</strong>bido a una mayor sensibilidad a la exposición<br />

aérea y a la elevada irradiación (Eckert & Eckert, 1987); el balano P. hexastylos que también presenta<br />

una clara preferencia por el plastrón <strong>de</strong> la tortuga; o el cangrejo P. minutus que se sitúa en los<br />

alre<strong>de</strong>dores <strong>de</strong> la cola <strong>de</strong> la tortuga para evitar el hidrodinamismo; etc. Pero, ¿tienen alguna<br />

preferencia el resto <strong>de</strong> especies, principalmente las sésiles, por regiones concretas <strong>de</strong>l caparazón <strong>de</strong> la<br />

tortuga? y, ¿qué causas provocan los distintos tipo <strong>de</strong> colonización observados?.<br />

Para po<strong>de</strong>r conocer si existen preferencias <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminadas especies por un tipo <strong>de</strong> colonización<br />

particular, y con ello po<strong>de</strong>r interpretar los tipos <strong>de</strong> colonización observados, se calcularon las<br />

frecuencias <strong>de</strong> cada especie para cada uno <strong>de</strong> los 4 tipos <strong>de</strong> colonización <strong>de</strong>scritos en la figura 151,<br />

obteniendose los resultados expuestos en las siguientes figuras (Fig. 152 y Fig. 153)<br />

286


DISPERSA CAUDAL CORONA TOTAL<br />

N (n=31) (n=39) (n=24) (n=19)<br />

P. carettia 98 24,49% 35,71% 22,45% 17,35%<br />

H. mitchelliae 58 27,59% 32,76% 27,59% 12,07%<br />

C. flaccidum 9 11,11% 0,00% 0,00% 88,89%<br />

C. membranacea 6 0,00% 0,00% 0,00% 100,00%<br />

O. geniculata 33 24,24% 30,30% 21,21% 24,24%<br />

F. pinnata 18 16,67% 55,56% 22,22% 5,56%<br />

L. anatifera 100 30,00% 28,00% 24,00% 18,00%<br />

C. virgatum 20 20,00% 65,00% 5,00% 10,00%<br />

P. hexastylos 12 8,33% 66,67% 0,00% 25,00%<br />

C. andreae 60 20,00% 35,00% 30,00% 15,00%<br />

H. grimaldii 57 12,28% 36,84% 29,82% 21,05%<br />

P. chelonophylus 28 14,29% 46,43% 14,29% 25,00%<br />

H. robusta 41 9,76% 36,59% 24,39% 29,27%<br />

P. minutus 12 16,67% 58,33% 16,67% 8,33%<br />

Total 113 27,43% 34,51% 21,24% 16,81%<br />

RESULTADOS Y DISCUSIÓN GENERAL<br />

Fig. 152. Frecuencias <strong>de</strong> los distintos tipos <strong>de</strong> colonización presentadas por cada<br />

especie en las tortugas C. caretta muestreadas en el archipiélago Canario.<br />

Fig. 153. Frecuencias <strong>de</strong> los distintos tipos <strong>de</strong> colonización presentadas por cada especie en las tortugas C.<br />

caretta muestreadas en el archipiélago Canario. A) Flora. B) Crustáceos Cirrípedos. C) Crustáceos<br />

Malacostráceos Peracáridos. D) Resto <strong>de</strong> especies: Cnidarios, Molluscos y Crustaceo Brachyura.<br />

Los datos obtenidos corroboran, en primer lugar, que la colonización <strong>de</strong>l tercio trasero <strong>de</strong>l caparazón<br />

(<strong>de</strong>nominada Caudal en este estudio) es la mas frecuente para las tortugas C. caretta estudiadas<br />

(34.51%), como citaron otros autores (Caine, 1986; Frick et al., 1998; Fuller et al., 2010; etc.).<br />

A<strong>de</strong>más, las especies <strong>de</strong>scritas como puramente oceánicas presentan frecuencias realmente elevadas<br />

para esta distribución: C. virgatum (65%), F. pinnata (55.56%) y P. minutus (58.33%), por lo que<br />

pue<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rarse como una colonización típica <strong>de</strong> tortugas en estadios oceánicos.<br />

En el caso <strong>de</strong> P. chelonophilus, su preferencia por este tipo <strong>de</strong> distribución (46.43%) fue citada por<br />

otros autores con anterioridad (Chevreux & Fage, 1925; Thomas & Barnard, 1992; entre otros), y este<br />

dato no hace mas que corroborar las observaciones realizadas por estos autores.<br />

El siguiente tipo <strong>de</strong> distribución mas frecuente es la colonización Dispersa, con un 27.43%, y que la<br />

caracterizan las algas P. carettia (24.49%) y H. mitchelliae (27.59%), el hidroi<strong>de</strong>o O. geniculata<br />

(24.24%) y el cirrípedo L. anatifera (30%). Estas cuatro especies muestran una fuerte homogeneidad<br />

287


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

para todos los tipos <strong>de</strong> colonización, por lo que pue<strong>de</strong>n asentarse en cualquier parte <strong>de</strong>l caparazón<br />

in<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong> las condiciones, y, a<strong>de</strong>más, las cuatro han sido <strong>de</strong>scritas como posibles<br />

colonizadores primarios, por lo que este tipo <strong>de</strong> distribución podría consi<strong>de</strong>rarse como el inicio o el<br />

origen <strong>de</strong> la colonización <strong>de</strong>l caparazón <strong>de</strong> la tortuga boba.<br />

La distribución <strong>de</strong> Corona no presenta especies que tengan una clara preferencia por esta, sino mas<br />

bien valores intermedios sin ningún valor realmente <strong>de</strong>stacable, pero la forma en la que se distribuyen<br />

los organismos sugiere dos posibles causas: 1. Una expansión <strong>de</strong> la colonización Caudal por los<br />

bor<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l caparazón cubriendo las escamas marginales hasta llegar al cuello, aletas y cabeza <strong>de</strong> la<br />

tortuga; 2. Mortalidad masiva <strong>de</strong> los epibiontes localizados en la parte central <strong>de</strong>l caparazón <strong>de</strong>bida a<br />

la exposición aérea que sufre esta parte cuando la tortuga realiza el basking en el mar. La primera<br />

hipótesis supondría que la tortuga disminuyera su actividad para que los epibiontes pudieran colonizar<br />

estas zonas al disminuir el hidrodinamismo <strong>de</strong> estas, por lo que podría ser una colonización propia <strong>de</strong><br />

tortugas con lesiones graves. Por otro lado, la segunda hipótesis supondría una evolución a partir <strong>de</strong><br />

una colonización Total (característica <strong>de</strong> comportamientos neríticos como se explica mas a<strong>de</strong>lante),<br />

hacia una distribución propia <strong>de</strong> comportamientos oceánicos (basking), por lo que podría i<strong>de</strong>ntificar a<br />

las tortugas que se mueven entre dos tipos <strong>de</strong> hábitats, el nerítico y el oceánico, lo que se<br />

correspon<strong>de</strong> con el estadio Transitorio <strong>de</strong>l ciclo <strong>de</strong> vida <strong>de</strong> la tortuga boba.<br />

<strong>Las</strong> especies que presentan mayores frecuencias en esta distribución son los malacostráceos H.<br />

grimaldii (29.82%) y C. andreae (30%), las cuales se han citado tanto en zonas litorales como en<br />

ambientes aislados como objetos flotantes, y por lo tanto oceánicos, por lo que parece ser que la<br />

segunda hipótesis podría tener mas sentido.<br />

Por último, la colonización Total esta claramente dominada por 2 especies: C. flaccidum (88.89%) y C.<br />

membranacea (100%), que solo se observaron en este tipo <strong>de</strong> colonización (con la excepción <strong>de</strong> un<br />

11.11% <strong>de</strong> C. flaccidum en la colonización dispersa). A<strong>de</strong>más es la menos frecuente para el resto <strong>de</strong><br />

especies, aunque algunas presentaron frecuencias relativamente altas (24.24% <strong>de</strong> O. geniculata, 25%<br />

<strong>de</strong> P. chelonophilus y P. hexastylos, y 29.27% <strong>de</strong> H. robusta). Todas estas especies, principalmente<br />

las 2 primeras, son mas frecuentes en el hábitat nerítico y se las ha <strong>de</strong>scrito como indicadoras <strong>de</strong>l<br />

comportamiento nerítico <strong>de</strong> un <strong>de</strong>terminado grupo <strong>de</strong> las tortugas que frecuentan el archipiélago<br />

Canario, por lo que este tipo <strong>de</strong> distribución pue<strong>de</strong> ser un indicador directo <strong>de</strong>l comportamiento<br />

nerítico <strong>de</strong> la tortuga que la presenta.<br />

Este último tipo <strong>de</strong> colonización es, también, un indicador <strong>de</strong> fenómenos <strong>de</strong> brumación, ya que<br />

durante este comportamiento la tortuga se queda totalmente inmóvil en zonas someras, por lo que los<br />

epibiontes no se ven afectados por el hidrodinamismo y la actividad <strong>de</strong> la tortuga y aprovechan para<br />

colonizar abundantemente toda la superficie <strong>de</strong>l caparazón.<br />

Resumiendo, los datos obtenidos indican que, la colonización Dispersa pue<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rarse como el<br />

inicio <strong>de</strong> la colonización <strong>de</strong>l caparazón <strong>de</strong> las tortugas marinas, por lo que está dominada por<br />

colonizadores primarios; la distribución Caudal es la colonización típica <strong>de</strong> las tortugas en estadio<br />

juvenil oceánico; la distribución <strong>de</strong> Corona es característica <strong>de</strong> las tortugas en estadio juvenil<br />

transitorio, en el que las tortugas entran y salen <strong>de</strong>l medio oceánico al nerítico y viceversa; la<br />

distribución Total pue<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rarse como la colonización propia <strong>de</strong> tortugas que habitan el domino<br />

nerítico, o propia <strong>de</strong>l estadio juvenil nerítico o subadulto, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> indicar fenómenos <strong>de</strong> brumación.<br />

288


NÚMERO DE ESPECIES POR TORTUGA<br />

RESULTADOS Y DISCUSIÓN GENERAL<br />

Hasta ahora se ha tratado el número total <strong>de</strong> especies que presentan los grupos <strong>de</strong> tortugas<br />

estudiados, pero otro punto importante es conocer la cantidad <strong>de</strong> especies que transporta y pue<strong>de</strong><br />

llegar a transportar un solo individuo.<br />

En la siguiente figura se muestra el dato medio, la <strong>de</strong>sviación típica, y el número mínimo y máximo <strong>de</strong><br />

especies que transportaban las tortugas localizadas en aguas <strong>de</strong>l Archipiélago Canario, tanto para el<br />

total <strong>de</strong> taxones observadas (n=29), como para las especies frecuentes y mas importantes <strong>de</strong> la<br />

colonización (n=14), y las no frecuentes (N=15), así como los principales grupos taxonómicos que<br />

presentaban varias especies (algas, cirrípedos y peracáridos).<br />

TOTAL<br />

ESPECIES<br />

(N=29)<br />

ESPECIES<br />

FRECUENTES*<br />

(N=14)<br />

ESPECIES NO<br />

FRECUENTES<br />

(N=15)<br />

ALGAS<br />

(N=4)<br />

CIRRIPEDOS<br />

(N=3)<br />

PERACARIDOS<br />

(N=4)<br />

N (tortugas)<br />

167 167 76 151 160 108<br />

Media<br />

5,30 4,53 0,77 1,40 1,21 1,40<br />

SD<br />

2,60 2,00 1,07 0,74 0,56 1,27<br />

Min<br />

1 1 0 0 0 0<br />

Max.<br />

14 9 5 4 3 4<br />

0 0 (0%) 0 (0%) 91 (54,49%) 16 (9,58%) 7 ( 4,19%) 58 (34,73%)<br />

1 8 (4,79%) 10 (5,99%) 42 (25,15%) 76 (45,51%) 123 (73,65%) 30 (17,96%)<br />

2 16 (9,52%) 17 (10,18%) 22 (13,17%) 70 (41,92%) 32 (19,16%) 42 (25,15%)<br />

3 27 (16,17%) 32 (19,16%) 6 (3,59%) 3 (1,80%) 5 (2,99%) 28 (16,77%)<br />

4 12 (7,19%) 23 (13,77%) 5 (2,99%) 2 (1,20%) - 9 (5,39%)<br />

5 33 (19,76%) 32 (19,16%) 1 (0,60%)<br />

6 19 (11,38%) 24 (14,37%)<br />

7 18 (10,78%) 18 (10,78%)<br />

8 15 (8,98%) 5 (2,99%)<br />

9 8 (4,79%) 6 (3,59%)<br />

10 6 (3,59%) -<br />

11 3 (1,80%) -<br />

12 1 (0,60%) -<br />

13 0 (0,00%) -<br />

14 1 (0,60%) -<br />

nº especies<br />

Fig. 154. Estadísticos <strong>de</strong>scriptivos <strong>de</strong>l número <strong>de</strong> especies por tortuga observados en los caparazones <strong>de</strong> las<br />

tortugas muestreadas, para el total <strong>de</strong> especies observadas, las especies frecuentes (>3%), las no frecuentes<br />

y los principales grupos taxonómicos que presentaron varias especies (algas, cirrípedos y peracáridos);<br />

También se muestran los porcentaje <strong>de</strong> tortugas que presentaron un número <strong>de</strong>terminado <strong>de</strong> especies para<br />

cada uno <strong>de</strong> los casos.<br />

El primer punto a resaltar es que todas las tortugas muestreadas presentaban por lo menos 1 especie<br />

colonizando su caparazón. Durante la realización <strong>de</strong> los muestreos se encontraron 2 ejemplares que<br />

no presentaban ninguna especie, pero fueron <strong>de</strong>scartadas <strong>de</strong>l estudio <strong>de</strong>bido a que no fueron<br />

capturada en Gran Canaria, sino que procedían <strong>de</strong> otra <strong>de</strong> las islas <strong>de</strong>l archipiélago y existía una duda<br />

razonable <strong>de</strong> que hubieran sido lavadas.<br />

En segundo lugar, se observa que ninguna tortuga transportaba todas las especies observadas, ni<br />

siquiera las 14 especies frecuentes, es <strong>de</strong>cir, algunas especies colonizan un grupo <strong>de</strong>terminado <strong>de</strong><br />

tortugas y no otras, lo que podría darnos un indicio <strong>de</strong> que existan en Canarias tortugas que<br />

frecuentan diferentes zonas o que presentan comportamientos diferentes.<br />

En general, las tortugas localizadas en aguas <strong>de</strong> Canarias están colonizadas por una media <strong>de</strong> 5.3<br />

especies epibiontes (rango <strong>de</strong> 1 a 14) en don<strong>de</strong> 5 especies (19.76%) y 3 especies (16.17%) son los<br />

casos mas frecuentes teniendo en cuenta los 29 taxones observados. De este 5.3 <strong>de</strong> especies<br />

epibiontes observadas por tortuga, 4.53 son especies frecuentes (rango <strong>de</strong> 1 a 9), en don<strong>de</strong> los<br />

porcentajes mas altos se localizan también en 3 ó 5 especies frecuentes por tortuga (19.16% para<br />

ambas), mientras que un <strong>0.</strong>77 son especies no frecuentes (rango entre 0 y 5), para las que lo mas<br />

frecuente es que no presenten ninguna (54.49%), o presenten solo 1 (25.15%) ó 2 (13.17%)<br />

especies no frecuentes.<br />

289


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

Fig. 155. Gráfico <strong>de</strong>l porcentaje <strong>de</strong> tortugas que presentaron un número <strong>de</strong>terminado <strong>de</strong> especies epibiontes:<br />

A) Consi<strong>de</strong>rando el total <strong>de</strong> especies observadas (línea negra), las especies frecuentes (línea gris) y las no<br />

frecuentes (línea discontinua). B) Consi<strong>de</strong>rando los grupos taxonómicos mas importantes y que presentaron<br />

mas <strong>de</strong> 1 especie: algas (línea gris), cirrípedos (línea negra), y peracáridos (línea discontinua).<br />

Centrándonos en los grupos taxonómicos mas importantes, las tortugas transportan sobre sus<br />

caparazones 1.40 ± <strong>0.</strong>74 especies <strong>de</strong> algas (rango <strong>de</strong> 0 a 4), <strong>de</strong> las que abundan principal-mente 1<br />

(45.51%) ó 2 (41.92%) especies; 1.21 ± <strong>0.</strong>56 especies <strong>de</strong> cirrípedos (rango <strong>de</strong> 0 a 3) <strong>de</strong> las que<br />

abunda realmente la presencia <strong>de</strong> 1 sola especie (73.65%); y 1.40 ± 1.27 especies <strong>de</strong> crustáceos<br />

peracáridos (rango <strong>de</strong> 0 a 4), don<strong>de</strong> lo mas frecuente es que no presenten ninguna (34.73%), ó que<br />

presenten 2 especies (25.15%).<br />

Por lo tanto, los datos obtenidos nos indican que la colonización típica <strong>de</strong> las tortugas Caretta caretta<br />

localizadas en aguas <strong>de</strong>l Archipiélago Canario, se basa en:<br />

1 ó 2 ALGAS * + 1 CIRRÍPEDO ** + 0 ó 2 PERACÁRIDOS *** + 1 ESP FREC. **** + 0 ó 1 ESP. NO FREC.<br />

* Representada por P. carettia combinada con H. mitchelliae, y en algunos casos con C. flaccidum. Un pequeño<br />

grupo <strong>de</strong> tortugas, generalmente <strong>de</strong> gran tamaño, presentaban C. flaccidum y C. membranacea en ausencia <strong>de</strong><br />

las otras dos.<br />

** Representado en la gran mayoría <strong>de</strong> los casos por L. anatifera.<br />

*** Cuando se trata <strong>de</strong> 2 especies suelen aparecer juntas C. andreae con H. grimaldii, o, por otro lado P.<br />

chelonophilus con H. robusta.<br />

**** Cnidaria, Mollusca o Crustáceo Brachyura.<br />

(ESP. = especie; FREC. = frecuente).<br />

En resumen, el número <strong>de</strong> especies que presenta cada individuo es bastante bajo (5.3 esp./indiv.), en<br />

comparación con las 18.2 esp./indiv. presentado por Frick et al. (2000) en tortugas adultas <strong>de</strong> las<br />

costas <strong>de</strong> Georgia, EE.UU, pero muy cercano al 4.7 esp./indiv. observado por Badillo (2007) en<br />

juveniles varadas en las costas <strong>de</strong> Valencia. Estos datos confirman que las tortugas adultas son<br />

colonizadas por mayor número <strong>de</strong> especies epibiontes (mas <strong>de</strong>l triple) que los individuos juveniles,<br />

<strong>de</strong>bido a que los juveniles frecuentan hábitats oceánicos, mucho mas pobre, mientras que las adultas<br />

generalmente habitan zonas neríticas mucho mas ricas en especies. De nuevo los epibiontes nos<br />

indican claramente la diferencia <strong>de</strong> comportamiento entre unas tortugas y otras, o mejor dicho, entre<br />

tortugas en distintos estadios.<br />

Otro punto importante es que podríamos pensar que un animal muerto, al <strong>de</strong>jarse llevar por las<br />

corrientes, a la <strong>de</strong>riva como si <strong>de</strong> un objeto flotante se tratara, <strong>de</strong>bería presentar un mayor número<br />

<strong>de</strong> especies epibiontes, ya que en este caso no existen las perturbaciones producidas por la propia<br />

tortuga al moverse, aumento <strong>de</strong>l rozamiento con el agua, cambios <strong>de</strong> hábitats, etc., pero parece ser<br />

que las diferencias no son tan gran<strong>de</strong>s, ya que las tortugas muestreadas por Badillo (2007), tortugas<br />

muertas varadas, y las <strong>de</strong> este estudio, tortugas vivas varadas o lesionadas, no presentan gran<strong>de</strong>s<br />

diferencias (4.7 y 5.3 esp./indiv. respectivamente), confirmando a su vez la teoría <strong>de</strong> Badillo (2007)<br />

en la que expone que el hecho <strong>de</strong> trabajar con tortugas muertas varadas no afecta a la presencia<br />

/ausencia <strong>de</strong> especies, sino a su abundancia.<br />

290


RESULTADOS Y DISCUSIÓN GENERAL<br />

En todo caso, como en este estudio se muestrearon tortugas <strong>de</strong> tallas diversas (<strong>de</strong> 22 a 81cm <strong>de</strong><br />

LCCmin), con distintos niveles e gravedad en las lesiones, (<strong>de</strong>s<strong>de</strong> sanas a tortugas tan graves que<br />

murieron al ingresar al centro), a lo largo <strong>de</strong>l año y en las distintas islas <strong>de</strong>l archipiélago, po<strong>de</strong>mos<br />

indagar un poco mas en si estas variables afectan mas o menos al número <strong>de</strong> especies que colonizan<br />

las tortugas estudiadas.<br />

ESTACIÓN<br />

ISLA<br />

GRAVEDAD<br />

ESTADIO<br />

N<br />

ESP. FREC. (>3%)<br />

(N=14)<br />

ESP. NO FREC (50cm <strong>de</strong> LCCmin), lo que seguramente está influenciando los valores obtenidos en<br />

función <strong>de</strong> la isla <strong>de</strong> proce<strong>de</strong>ncia, como se <strong>de</strong>scribe a continuación.<br />

Como ya se ha mencionado en otros análisis <strong>de</strong> esta tesis, así como observado y <strong>de</strong>scrito en cada<br />

capítulo, las variaciones en función <strong>de</strong> las tallas y estadios <strong>de</strong> las tortugas son realmente interesantes.<br />

291


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

Fig. 157. Número <strong>de</strong> especies por tortuga, <strong>de</strong> especies totales, frecuentes y no frecuentes, en función <strong>de</strong> las<br />

variables <strong>de</strong> estudio.<br />

Algunos autores han sugerido y otros confirmado que las tortugas <strong>de</strong> mayor tamaño y/o edad tien<strong>de</strong>n<br />

a presentar una colonización epibionte mas <strong>de</strong>nsa y rica en especies (Scaravelli et al. 2001; Badillo,<br />

2007).<br />

Fig. 158. Relación entre el número <strong>de</strong> especies por<br />

individuo y la talla <strong>de</strong> las tortugas muestreadas en<br />

aguas <strong>de</strong> Canarias (LCCmin en cm).<br />

292<br />

En el apartado anterior se vió claramente que<br />

las tortugas adultas, por lo general, presentan<br />

un mayor número <strong>de</strong> especies que las<br />

juveniles, e incluso un mayor número <strong>de</strong><br />

especies por individuo, 18.2 esp./indiv. (Fick et<br />

al., 2000) en adultas, frente a 4.7 esp./indiv.<br />

(Badillo, 2007) o 5.3 esp./indiv. <strong>de</strong>l presente<br />

estudio, en juveniles, y se comentó que podía<br />

<strong>de</strong>berse a una diferencia en el riqueza <strong>de</strong>l<br />

hábitat que frecuentan.<br />

En el gráfico adjunto se aprecia claramente<br />

como, en las tortugas muestreadas para este<br />

estudio, aumenta el número <strong>de</strong> especies por<br />

individuo en función <strong>de</strong> la talla <strong>de</strong> la tortuga<br />

(nºesp./indiv. = <strong>0.</strong>08LCCmin+1.88; R 2 =<strong>0.</strong>1387).<br />

Este hecho pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>berse a causas físicas, <strong>de</strong>bido a que las tortugas <strong>de</strong> mayor tamaño ofrecen<br />

mayor superficie para ser colonizada y por lo tanto mas espacio para el asentamiento <strong>de</strong> especies<br />

(Peake & Quinn, 1993 hipótesis <strong>de</strong>l “Muestreo Pasivo”; Frick et al., 2000b; Badillo, 2007); o, a causas<br />

temporales, ya que las tortugas <strong>de</strong> mayor talla tienen mas edad y por lo tanto presentan mas<br />

posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> sufrir o <strong>de</strong> haber sufrido un mayor número <strong>de</strong> colonizaciones primarias y secundarias<br />

(Frick et al., 2000b); o, por último, a cambios ontogénicos <strong>de</strong> hábitat que pue<strong>de</strong>n conllevar cambios<br />

en las faunas potenciales <strong>de</strong> epibiontes a las que se exponen las tortugas (Badillo, 2007).


RESULTADOS Y DISCUSIÓN GENERAL<br />

Según este último autor, las especies que constituyen el núcleo <strong>de</strong> la diversidad <strong>de</strong> la colonización<br />

epibionte <strong>de</strong> tortugas marinas esta formada por especies específicas y por especies cosmopolitas<br />

ecológicamente ubicuas, por lo que los cambios ontogénicos <strong>de</strong> hábitat no influyen en las especies<br />

epibiontes potenciales disponibles y por lo tanto, en la colonización. Por el contrario, el gráfico D <strong>de</strong> la<br />

figura 157 muestra claramente que las diferencias en el número <strong>de</strong> especies por individuo entre los<br />

estadios oceánicos (60cm <strong>de</strong> LCCmin), se centra principalmente en un fuerte aumento <strong>de</strong> las especies no<br />

frecuentes, pasando <strong>de</strong> <strong>0.</strong>45 ± 0,72 / <strong>0.</strong>62 ± <strong>0.</strong>83 <strong>de</strong>l estadio oceánico pasivo/activo a 2.67 ± 1.66<br />

especies no frecuentes por tortuga en el estadio subadulto. Sin embargo, el número <strong>de</strong> especies<br />

frecuentes, constituida principalmente por las especies <strong>de</strong>scritas por Badillo (2007), es <strong>de</strong>cir,<br />

específicas y cosmopolitas, sufre un leve <strong>de</strong>scenso en las tortugas <strong>de</strong> este último estadio. No obstante<br />

en conjunto, existe una fuerte diferencia en el número <strong>de</strong> especies totales entre las tortugas<br />

oceánicas (4.21 ± 2.25) y las subadultas (7.44 ± 2.74), llegando a ser <strong>de</strong> mas <strong>de</strong> 3 especies.<br />

Por consiguiente, en el caso <strong>de</strong> las tortugas C. caretta localizadas en aguas <strong>de</strong>l Archipiélago Canario,<br />

si existe una clara diferencia en la colonización <strong>de</strong> epibiontes en función <strong>de</strong> la talla, cuya divisoria se<br />

sitúa en los 60cm <strong>de</strong> LCCmin, y causada por un aporte <strong>de</strong> especies nuevas, no frecuentes como<br />

epibiontes <strong>de</strong> tortugas marinas y generalmente <strong>de</strong> hábitos neríticos, en aquellas tortugas <strong>de</strong> mayor<br />

talla, lo que indica una diferencia <strong>de</strong> comportamiento entre ambos grupos <strong>de</strong> tortugas y un posible<br />

cambio ontogénico <strong>de</strong> hábitats <strong>de</strong>l oceánico en las primeras, al nerítico en las subadultas.<br />

El estadio transitorio se sitúa, como siempre, en un punto intermedio entre los estadios oceánicos y el<br />

subadulto, confirmando la teoría <strong>de</strong>scrita por Laurent et al. (1998), Tiwari et al. (2002) y Bolten<br />

(2003b) entre otros, <strong>de</strong> que estas tortugas se mueven por ambos hábitats, tanto oceánico como<br />

nerítico, entrando y saliendo <strong>de</strong> uno a otro.<br />

293


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

INTERACCIONES ENTRE LAS DISTINTAS ESPECIES EPIBIONTES<br />

Para po<strong>de</strong>r analizar si unas especies <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n <strong>de</strong> otras (interacciones positivas), o por el contrario,<br />

son in<strong>de</strong>pendientes, o incluso, nunca se localizan juntas sobre una misma tortuga (interacciones<br />

negativas), en la colonización epibionte <strong>de</strong> las tortugas Caretta caretta <strong>de</strong> Canarias, se estudian las<br />

frecuencias en la que se observaron pares <strong>de</strong> especies sobre una misma tortuga, analizando las 14<br />

especies principales, <strong>de</strong> dos en dos.<br />

La figura 159 muestra el porcentaje <strong>de</strong> tortugas que transportaban simultáneamente las 2 especies <strong>de</strong><br />

las que se estudia su interacción, con respecto a las posibilida<strong>de</strong>s existentes <strong>de</strong> observarlas juntas.<br />

Fig. 159. Tabla <strong>de</strong> Interacciones entre pares <strong>de</strong> especies. Calculado mediante el número <strong>de</strong> tortugas que<br />

presentaban ambas especies a la vez, con respecto a las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> observarlas juntas.<br />

En primer lugar <strong>de</strong>stacar la importancia <strong>de</strong> las dos especies mas frecuentes en la colonización<br />

epibionte <strong>de</strong> tortuga boba <strong>de</strong> Canarias: el cirrípedo pedunculado L. anatifera y el alga roja específica<br />

<strong>de</strong> la tortuga boba, P. carettia.<br />

El cirrípedo L. anatifera, presenta relaciones muy elevadas (>75%) con todas las <strong>de</strong>más especies<br />

epibiontes, <strong>de</strong>bido principalmente a que estuvo presente en el 94.1% <strong>de</strong> las tortugas muestreadas, lo<br />

que <strong>de</strong>muestra la elevada preferencia <strong>de</strong> este cirrípedo por las tortugas C. caretta <strong>de</strong> Canarias, y su<br />

in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia total con el resto <strong>de</strong> especies para asentarse sobre el caparazón <strong>de</strong> estas tortugas, lo<br />

que lo sitúa como uno <strong>de</strong> los colonizadores primarios <strong>de</strong> esta epibiosis.<br />

El alga roja P. carettia, es específica <strong>de</strong> la tortuga boba, por lo que su abundancia (8<strong>0.</strong>5%) era <strong>de</strong><br />

esperar. Para esta alga, existe una fuerte relación con la mayor parte <strong>de</strong> las especies observadas, a<br />

excepción <strong>de</strong> 3 especies, con las que presenta relaciones ligeramente inferiores (entre 60 y 69%): 1.<br />

C. membrancea, con la que compartió el 67% <strong>de</strong> las tortugas que presentaron esta alga, <strong>de</strong>bido a<br />

que, como ya se dijo en el capítulo 1, esta especie coloniza tortugas <strong>de</strong> mayor tamaño (>50cm <strong>de</strong><br />

LCCmin), mientras que P. carettia es realmente abundante en las <strong>de</strong> tallas inferiores, <strong>de</strong> lo que se<br />

<strong>de</strong>duce que P. carettia es capaz <strong>de</strong> colonizar tortugas que frecuentan diferentes hábitats, aunque con<br />

preferencia por las que frecuentan el dominio oceánico, mientras que C. membranacea solo coloniza<br />

ejemplares que frecuentan hábitats neríticos; 2. El cirrípedo C. virgatum, con el que comparte el 69%<br />

<strong>de</strong> las tortugas que presentaron este cirrípedo, <strong>de</strong>bido seguramente a que éste coloniza<br />

principalmente la zona ventral <strong>de</strong> la tortuga, a causa <strong>de</strong> su preferencia por las zonas <strong>de</strong> menor<br />

irradiación, por lo que su asentamiento sobre la tortuga es in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> la presencia o no <strong>de</strong> P.<br />

carettia; 3. Por último, esta alga se observó en el 60% <strong>de</strong> las tortugas que presentaban el brachyura<br />

P. minutus, que es un crustáceo <strong>de</strong> gran tamaño en comparación con los <strong>de</strong>más epibiontes, y que<br />

294<br />

P. carettia<br />

H. mitchelliae<br />

C. flaccidum<br />

C. membranacea<br />

O. geniculata<br />

F. pinnata<br />

L. anatifera<br />

N 136 82 11 6 44 23 157 29 17 78 34 77 49 20<br />

P. carettia 136 81,7% 72,7% 66,7% 79,5% 91,3% 97,1% 69,0% 82,4% 89,7% 73,5% 88,3% 95,9% 60,0%<br />

H. mitchelliae 82 36,4% 33,3% 47,7% 78,3% 98,8% 48,3% 41,2% 55,1% 47,1% 59,7% 51,0% 45,0%<br />

C. flaccidum 11 100% 63,6% 0% 81,8% 0% 18,2% 36,4% 36,4% 27,3% 45,5% 0%<br />

C. membranacea 6 83,3% 0% 83,3% 0% 16,7% 33,3% 66,7% 16,7% 66,7% 0%<br />

O. geniculata 44 21,7% 95,5% 17,2% 11,8% 47,7% 38,2% 45,5% 45,5% 20,0%<br />

F. pinnata 23 100% 17,4% 17,6% 78,3% 34,8% 56,5% 39,1% 40,0%<br />

L. anatifera 157 89,7% 94,1% 97,4% 91,2% 100% 98,0% 75,0%<br />

C. virgatum 29 29,4% 48,3% 27,6% 48,3% 24,1% 20,0%<br />

P. hexastylus 17 35,3% 17,6% 64,7% 35,3% 0%<br />

H. grimaldii 78 64,7% 76,6% 69,4% 45,0%<br />

P. chelonophylus 34 58,8% 47,1% 40,0%<br />

C. andreae 77 61,2% 35,0%<br />

H. robusta 49 30,0%<br />

P. minutus 20<br />

C. virgatum<br />

P. hexastylus<br />

H. grimaldii<br />

P. chelonophylus<br />

C. andreae<br />

H. robusta<br />

P. minutus


RESULTADOS Y DISCUSIÓN GENERAL<br />

también coloniza una zona concreta <strong>de</strong> la tortuga, alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> la cola, por lo que su colonización<br />

también es in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> la presencia o no <strong>de</strong> P. carettia. A<strong>de</strong>más, este curioso cangrejo se<br />

alimenta principalmente <strong>de</strong> larvas <strong>de</strong> cirrípedos como L. anatifera, con el que si presenta una mayor<br />

relación (75%).<br />

Por otro lado, los crustáceos peracáridos están fuertemente relacionados con el alga roja específica <strong>de</strong><br />

la tortuga boba, P. carettia, con observaciones sobre la misma tortuga mayores <strong>de</strong>l 85%. Este dato<br />

concuerda con las hipótesis <strong>de</strong> autores como Gramentz (1988) que <strong>de</strong>nominó a estos crustáceos<br />

como “La comunidad <strong>de</strong> la Polysiphonia”, o Badillo (2007) que encontró una relación significativa<br />

entre estos crustáceos y el alga roja P. carettia. El crustáceo P. chelonophilus es el único que presenta<br />

una frecuencia mas baja en su interacción con esta alga (74%), <strong>de</strong>bido a la capacidad <strong>de</strong> este<br />

crustáceo <strong>de</strong> asentarse directamente sobre el caparazón <strong>de</strong> la tortuga.<br />

El segundo punto importante son las interacciones positivas, que son aquellas especies que se<br />

localizaron siempre que en la colonia se encontraba otra especie concreta y que por lo tanto existe<br />

una relación <strong>de</strong> <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia entre ambas. Este caso se observó en 3 ocasiones: 1. Todas la tortugas<br />

que portaban C. membranacea, presentaban a su vez C. flaccidum, por lo que suponemos que para el<br />

asentamiento <strong>de</strong> C. membranacea es necesaria la presencia <strong>de</strong> C. flaccidum y/o que ambas especies<br />

habitan comúnmente zonas concretas frecuentadas por <strong>de</strong>terminadas tortugas, y que, como se<br />

comento en el capítulo 1, son principalmente las tortugas <strong>de</strong> talla superior a 65cm <strong>de</strong> LCCmin, que<br />

frecuentan hábitats neríticos. 2. El nudibranquio F. pinnata solo estuvo presente en tortugas que<br />

presentaban el cirrípedo L. anatifera, hecho totalmente lógico ya que este cirrípedo es la base <strong>de</strong> su<br />

alimentación. El hidroi<strong>de</strong>o O. geniculata se ha citado comúnmente como alimento <strong>de</strong> un gran número<br />

<strong>de</strong> nudibranquios (Clark, 1975; Lambert, 1991a), por lo que podríamos pensar que F. pinnata pue<strong>de</strong><br />

alimentarse a su vez <strong>de</strong> este hidroi<strong>de</strong>o, aunque la relación existente entre ambas especies, solo se<br />

observaron juntas en el 22% <strong>de</strong> las tortugas que portaban F. pinnata, en comparación con el 100%<br />

<strong>de</strong> coinci<strong>de</strong>ncias con L. anatifera, <strong>de</strong>ja claro que este nudibranquio se alimenta principal, y podríamos<br />

llegar a <strong>de</strong>cir exclusivamente, <strong>de</strong>l cirrípedo pedúnculado L. anatifera, como <strong>de</strong>scriben otros autores<br />

(Bayer, 1963; Picton & Morrow, 1994; Scarabino, 2004). 3. La relación entre el caprélido C. andreae y<br />

el cirrípedo L. anatifera se <strong>de</strong>be a que este crustáceo usa habitualmente a cirrípedos <strong>de</strong>l género Lepas<br />

como sustrato (Williams, 1984; Foster et al., 2004), por lo estos datos indican que este caprélido<br />

coloniza mayoritariamente los ejemplares <strong>de</strong> L. anatifera mas que a la propia tortuga.<br />

El tercer punto interesante son las interacciones negativas, o aquellas especies que nunca se<br />

observaron juntas sobre una misma tortuga (0%). Resulta que este hecho se observó entre aquellas<br />

especies que <strong>de</strong>nominamos como puramente oceánicas: el nudibranquio F. pinnata; el cirrípedo C.<br />

virgatum y el brachyura P. minutus, con respecto a las 2 algas que se han establecido como<br />

indicadoras <strong>de</strong> hábitats neríticos: C. flaccidum y C. membranacea, corroborando la teoría <strong>de</strong> que las 3<br />

primeras especies indican el comportamiento puramente oceánico <strong>de</strong> las tortugas que las presentan,<br />

mientras que las 2 algas son indicadoras <strong>de</strong> que la tortugas que las transportan han pasado una<br />

temporada en el medio nerítico. Estos datos corroboran, <strong>de</strong> nuevo, que en las tortugas que<br />

frecuentan el archipiélago canario se observan dos comportamientos distintos.<br />

El brachyura P. minutus también mostró una relación negativa con el balanomorfo P. hexastylos, lo<br />

que indica que las tortugas que presentan este último epibionte no frecuentan los hábitats oceánicos<br />

propio <strong>de</strong> el cangrejo <strong>de</strong> colón, corroborando la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que esta especie pue<strong>de</strong> indicar que la tortuga<br />

ha visitado zonas concretas <strong>de</strong> mezcla <strong>de</strong> masas <strong>de</strong> agua como el estrecho <strong>de</strong> Gibraltar o zonas <strong>de</strong><br />

afloramientos cercanas a la costa. A<strong>de</strong>más, este balano es la especie que presenta interacciones mas<br />

bajas con todo el resto <strong>de</strong> especies, <strong>de</strong>bido seguramente a que su asentamiento en el plastrón no se<br />

ve influenciado por la presencia/ausencia <strong>de</strong> otras especies en el caparazón <strong>de</strong> la tortuga.<br />

Otros datos <strong>de</strong>stacables <strong>de</strong> las interacciones entre especies son, la elevada interacción observada<br />

entre los anfípodos C. andreae y H. grimaldii (77%), <strong>de</strong>bida seguramente a que ambas especies<br />

habitan comúnmente objetos flotantes, con los cuales las tortugas oceánicas tienen una fuerte<br />

relación y que constituyen auténticos vectores <strong>de</strong> nuevos colonizadores, entre éstos y las tortugas<br />

marinas. Otra interacción importante es la <strong>de</strong>l hidroi<strong>de</strong>o O. geniculata, presente en el 83% <strong>de</strong> las<br />

tortugas que presentaban C. membranacea. Ambas especies presentan preferencia por las aguas<br />

someras y se han localizado principalmente en tortugas <strong>de</strong> tallas superiores a 65cm <strong>de</strong> LCCmin, por lo<br />

que se consi<strong>de</strong>ran indicadoras <strong>de</strong> tortuga que frecuentan hábitos neríticos.<br />

295


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

CARACTERÍSTICAS DE LAS ESPECIES EPIBIONTES DE TORTUGA BOBA DE CANARIAS<br />

1. Todas las especies localizadas como epibiontes <strong>de</strong> las tortugas Caretta caretta muestreadas en<br />

Canarias son gran<strong>de</strong>s COSMOPOLITAS, con rangos <strong>de</strong> tolerancia realmente elevados, por lo que son<br />

capaces <strong>de</strong> soportar condiciones muy diversas. Este hecho indica que este basibionte no se mantiene<br />

en condiciones estables o constantes a lo largo <strong>de</strong>l tiempo, sino que se mueve activamente entre<br />

zonas o áreas <strong>de</strong> condiciones dispares.<br />

2. La mayor parte <strong>de</strong> las especies epibiontes <strong>de</strong> las tortugas Caretta caretta <strong>de</strong> Canarias son<br />

habitantes habituales <strong>de</strong> OBJETOS FLOTANTES, como por ejemplo: Lepas anatifera, Concho<strong>de</strong>rma<br />

virgatum, Caprella andreae, Hyale Grimaldii, Planes minutus, Obelia geniculata, Fiona pinnata. Este<br />

hecho indica una fuerte relación entre las tortugas que frecuentan el archipiélago canario y los objetos<br />

flotantes que se mueven a la <strong>de</strong>riva en los gran<strong>de</strong>s sistemas <strong>de</strong> corrientes, y por lo tanto, con dichos<br />

sistemas <strong>de</strong> corrientes. Por otro lado, sugieren que la vida sobre una tortuga marina no es sencilla,<br />

sino que solo aquellas especies que ya estaban adaptadas a vivir sobre un objeto en movimiento por<br />

el océano, han sido capaces <strong>de</strong> dar un paso mas y colonizar gran<strong>de</strong>s vertebrados como las tortugas.<br />

3. Cada una <strong>de</strong> las especies epibiontes <strong>de</strong> las tortugas C. caretta <strong>de</strong> Canarias presenta sus propios<br />

medios <strong>de</strong> DISPERSIÓN característicos <strong>de</strong> la especie, como esporas o medusas libres en la columna<br />

<strong>de</strong> agua <strong>de</strong> algas e hidrozoos, o lavas planctotróficas o lecitotróficas <strong>de</strong> nudibranquios y crustáceos.<br />

Pero, todas estas especies presentan, a<strong>de</strong>más, un segundo medio <strong>de</strong> dispersión, constituido por los<br />

movimientos <strong>de</strong>l basibiontes sobre el que viven, y que gracias a las gran<strong>de</strong>s migraciones que realizan<br />

las tortugas pue<strong>de</strong> llegar a ser mucho mas efectivo que los sistemas <strong>de</strong> dispersión propios <strong>de</strong> cada<br />

una <strong>de</strong> ellas. La dispersión “pasiva” <strong>de</strong> estas especies sobre el caparazón <strong>de</strong> las tortugas pue<strong>de</strong> ser la<br />

causa <strong>de</strong> su propagación a ambos lados <strong>de</strong>l Océano Atlántico e incluso <strong>de</strong> su entrada en el mar<br />

Mediterráneo, como citaron algunos autores para el balano Chelonibia testudinaria (Zardus & Hadfield,<br />

2004).<br />

<strong>Las</strong> tortugas pue<strong>de</strong>n jugar un papel fundamental en el mantenimiento <strong>de</strong> ciertas especies epibiontes<br />

(Badillo, 2007), como las especies específicas <strong>de</strong> tortugas marinas, para las cuales la <strong>de</strong>nsidad<br />

poblacional <strong>de</strong>l basibionte es realmente importante, ya que cada individuo representa un hábitat<br />

a<strong>de</strong>cuado para su <strong>de</strong>sarrollo, ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> una vasta extensión <strong>de</strong> hábitat inhóspito, por lo que el<br />

aumento o el <strong>de</strong>clive <strong>de</strong> las poblaciones <strong>de</strong>l basibionte afecta <strong>de</strong> tal forma al epibionte que pue<strong>de</strong><br />

llevarlo tanto a la expansión <strong>de</strong> sus poblaciones como a su extinción (Zardus & Hadfield, 2004).<br />

4. En los primeros estudios sobre epibiontes <strong>de</strong> tortugas marinas se tachaba a estas especies como<br />

PARASITOS, suponiéndose que les causaban algún daño o perjuicio. No obstante, todos los autores<br />

que han profundizado un poco mas en el tema, establecen una relación <strong>de</strong> comensalismo o simbiosis,<br />

pero muy pocas especies se han llegado a consi<strong>de</strong>rar como parásitos. En un principio se pensaba que<br />

los balanos profundizaban fuertemente en el caparazón <strong>de</strong> la tortuga causándole lesiones graves,<br />

pero actualmente se conoce que el balano que mas profundiza en el tejido <strong>de</strong> su hospedador es<br />

Platylepas hexastylos, el cual no llega nunca a causar lesiones tan graves.<br />

Los estudios <strong>de</strong> contenido estomacal <strong>de</strong> las principales especies epibiontes <strong>de</strong> tortugas marinas (Frick<br />

et al. 2004; Badillo, 2007; entre otros) han <strong>de</strong>mostrado que la mayoría <strong>de</strong> ellos se alimenta <strong>de</strong> otras<br />

especies epibiontes o <strong>de</strong> organismos <strong>de</strong>l plancton, por lo que su relación con la tortuga se consi<strong>de</strong>ra<br />

realmente como Simbiosis o Comensalismo.<br />

En la actualidad solo se <strong>de</strong>scriben como posibles parásitos <strong>de</strong> tortugas marinas a ciertas especies <strong>de</strong><br />

copépodos como Balaenophilus umigameculus (Ogawa et al., 1997; Badillo et al., 2007) y<br />

Balaenophilus manatorum (Lazo-Warsem et al., 2007), <strong>de</strong> los que se consi<strong>de</strong>ra que pue<strong>de</strong> causar<br />

daños en la piel <strong>de</strong> las tortugas llegando a tener consecuencias en la salud <strong>de</strong> estos reptiles, ya que<br />

se alimenta en los tejidos <strong>de</strong>l hospedador (Badillo et al., 2007). El copépodo encontrado en este<br />

trabajo, pero que no ha sido i<strong>de</strong>ntificado, podría ser el único parásito localizado en este estudio.<br />

5. ADAPTACIONES DE LOS EPIBIONTES: A lo largo <strong>de</strong>l estudio se han observado una serie <strong>de</strong><br />

diferencias entre los organismos observados y los datos <strong>de</strong>scritos en la bibliografía sobre las mismas<br />

especies localizadas en otros hábitats, <strong>de</strong> lo que se <strong>de</strong>duce que las especies localizadas en las<br />

296


RESULTADOS Y DISCUSIÓN GENERAL<br />

tortugas Caretta caretta <strong>de</strong> Canarias han sufrido una serie <strong>de</strong> adaptaciones importantes a este medio<br />

<strong>de</strong> vida tan peculiar:<br />

a) Reducción <strong>de</strong> talla: Varias <strong>de</strong> las especies han presentado tallas inferiores a las <strong>de</strong>scritas en la<br />

bibliografía: Lepas anatifera, Concho<strong>de</strong>rma virgatum, Obelia geniculata y Fiona pinnata. Badillo (2007)<br />

sugiere que el pequeño tamaño observado en las especies <strong>de</strong> cirrípedos epibiontes <strong>de</strong> tortuga boba<br />

pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>berse a una colonización postmortem <strong>de</strong> la tortuga. Sin embargo, en este estudio se han<br />

localizado tallas similares o inferiores a las observadas por Badillo, en tortugas vivas e incluso en<br />

tortugas sanas, por lo que seguramente la reducción <strong>de</strong> talla sea una adaptación morfológica al<br />

sustrato móvil e inestable sobre el que viven, la tortuga, al igual que han <strong>de</strong>scrito otros autores para<br />

otras especies (Lambert, 1991a).<br />

b) Predominancia <strong>de</strong> la reproducción asexual: La mayoría <strong>de</strong> especies observadas que pue<strong>de</strong>n llevar a<br />

cabo reproducción asexual, ha presentado una clara preferencia por este tipo <strong>de</strong> reproducción.<br />

Incluso, hay varias especies que nunca se observaron portando <strong>estruc</strong>turas reproductoras propias <strong>de</strong><br />

la reproducción sexual, como en el hidroi<strong>de</strong>o O. geniculata que nunca presentó gonozooi<strong>de</strong>s, o las<br />

algas C. fraccidum y C. membranacea que nunca presentaron <strong>estruc</strong>turas reproductoras, pero se<br />

observaron fuertes <strong>de</strong>sarrollos llevados a cabo mediante reproducción asexual. <strong>Las</strong> únicas algas que<br />

presentaron reproducción sexual fueron el alga específica <strong>de</strong> tortuga boba, P. carettia, que esta<br />

completamente adaptada a este medio <strong>de</strong> vida, y el alga parda H. mitchelliae, en la que se<br />

observaron <strong>estruc</strong>turas reproductoras en la mitad <strong>de</strong> las tortugas muestreadas. Este dato corrobora<br />

que la tortuga supone un medio <strong>de</strong> vida inestables para algunas <strong>de</strong> las especies epibiontes.<br />

c) A<strong>de</strong>lantar la talla <strong>de</strong> madurez sexual: En varias ocasiones se han observado signos <strong>de</strong> madurez<br />

sexual en ejemplares <strong>de</strong> tallas inferiores a las <strong>de</strong>scritas en la bibliografía para dichas especies, como<br />

por ejemplo L. anatifera, Concho<strong>de</strong>rma virgatum y Fiona pinnata, lo que, también i<strong>de</strong>ntifica a la<br />

tortuga como un medio muy inestable para los organismos epibiontes.<br />

d) Adaptaciones en la fijación: El cirrípedo C. virgatum no presenta placas calcáreas como otros<br />

cirrípedos (L. anatifera, L. hilli, L. anserifera, etc.), por lo que su protección ante la exposición aérea y<br />

la elevada irradiación es mas baja (Eckert & Eckert, 1987), por ello, este cirrípedo suele ten<strong>de</strong>r a<br />

adherirse a partes mas profundas <strong>de</strong>l objeto en el que vive, como observaron Ill’in et al. (1978) en<br />

cables <strong>de</strong> boyas <strong>de</strong> arrastre. Este cirrípedo se ha citado como epibionte común <strong>de</strong> otras especies<br />

marinas, como ballenas, <strong>de</strong>lfines o tortuga laúd, todos ellos gran<strong>de</strong>s buceadores que realizan<br />

inmersiones profundas, y la mayoría <strong>de</strong> ellos habitan a mayor profundidad que la tortuga boba. En el<br />

caso <strong>de</strong> las tortugas Caretta caretta, que pasa la mayor parte <strong>de</strong>l tiempo en los primeros 5 metros <strong>de</strong><br />

la superficie, este cirrípedo se ha adaptado adhiriéndose a las partes ventrales <strong>de</strong> la tortuga.<br />

Por otro lado, el cangrejo P. minutus ha encontrado la zona <strong>de</strong> menor hidrodinamismo <strong>de</strong> la tortuga,<br />

el hueco que queda entre el caparazón <strong>de</strong> la tortuga y la cola, en don<strong>de</strong> se localiza habitualmente, así<br />

como los cirrípedos pedunculados han adaptado su forma <strong>de</strong> fijación al hidrodinamismo que genera la<br />

tortuga al moverse acortando su pedúnculo en busca <strong>de</strong> una mayor estabilidad.<br />

297


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

APORTACIONES DE ESTA TESIS DOCTORAL<br />

Los datos obtenidos en el presente trabajo han supuesto una serie <strong>de</strong> aportaciones a la fauna flora<br />

epibionte <strong>de</strong> tortugas marinas y a la fauna y flora <strong>de</strong>l Archipiélago Canario, que se <strong>de</strong>tallan a<br />

continuación:<br />

ESPECIE APORTACIÓN<br />

Cladophoropsis membranacea 1ª cita como epibionte <strong>de</strong> tortugas marinas.<br />

Fiona pinnata 1ª cita como epibionte e tortugas marinas.<br />

Ceramium flacidum 1ª cita como epibionte <strong>de</strong> C. caretta juvenil.<br />

Obelia geniculata 1ª cita como epibionte <strong>de</strong> C. caretta juvenil <strong>de</strong>l Atlántico.<br />

Hexapleomera robusta 1ª cita como epibionte <strong>de</strong> C. caretta juvenil <strong>de</strong>l Atlántico.<br />

Caprella andreae 1ª cita para el Archipiélago Canario, ampliando el número <strong>de</strong><br />

especies <strong>de</strong> Caprélidos <strong>de</strong>l Archipiélago <strong>de</strong> 10 a 11 especies.<br />

Polysiphonia carettia Ampliación <strong>de</strong> su distribución a todas las islas <strong>de</strong>l<br />

Archipiélago Canario.<br />

298


RESULTADOS Y DISCUSIÓN GENERAL<br />

COMPORTAMIENTO DE LOS EPIBIONTES EN FUNCIÓN DE LA TALLA DE LAS TORTUGAS<br />

Casi todas las especies epibiontes estudiadas, así como los distintos análisis realizados hasta ahora<br />

(número <strong>de</strong> especies por individuo, relaciones entre especies, etc), han resaltado diferencias<br />

importantes entre las tortugas según su talla, y sobretodo, en función <strong>de</strong>l estadio <strong>de</strong>l ciclo <strong>de</strong> vida <strong>de</strong><br />

la tortuga (en relación a su talla), por lo que parece interesante profundizar un poco mas.<br />

La tabla <strong>de</strong> la figura 160 muestra las frecuencias observadas <strong>de</strong> cada especie epibionte (especies<br />

frecuentes) en función <strong>de</strong> los distintos estadios <strong>de</strong>l ciclo <strong>de</strong> vida <strong>de</strong> la tortuga boba en el Atlántico<br />

Norte <strong>de</strong>scrito en la introducción <strong>de</strong> esta tesis (Pág. 30-31).<br />

FLORA<br />

Frecuencia<br />

Total<br />

Oceánica<br />

(pasiva)<br />

Oceánica<br />

(activa)<br />

Transición Subadulta<br />

n = 167 n = 47 n = 55 n = 32 n = 9<br />

- (60cm)<br />

P. carettia 80,50% 68,90% 87,27% 90,63% 66,67%<br />

H. mitchelliae 48,50% 44,68% 41,82% 50,00% 33,33%<br />

C. flaccidum 6,50% 0,00% 1,82% 12,50% 77,78%<br />

C. membranacea 3,60% 0,00% 0,00% 9,38% 44,44%<br />

CNIDARIA O. geniculata 26,00% 8,51% 23,64% 31,25% 55,56%<br />

MOLLUSCA F. pinnata 13,60% 14,89% 14,55% 12,50% 0,00%<br />

CRUSTACEA:<br />

Cirripedia<br />

CRUSTACEA:<br />

Malacostraca<br />

L. anatifera 94,10% 91,49% 98,18% 90,63% 77,78%<br />

C. virgatum 17,20% 23,40% 10,91% 25,00% 0,00%<br />

P. hexastylos 10,10% 19,15% 3,64% 9,38% 22,22%<br />

C. andreae 45,60% 40,43% 52,73% 43,75% 11,11%<br />

H. grimaldii 46,20% 31,91% 58,18% 53,13% 11,11%<br />

P. chelonophylus 20,10% 14,89% 23,64% 21,88% 33,33%<br />

H. robusta 29,00% 6,38% 40,00% 40,63% 44,44%<br />

P. minutus 11,80% 12,77% 14,55% 9,38% 0,00%<br />

Fig. 16<strong>0.</strong> Tabla <strong>de</strong> frecuencias <strong>de</strong> las principales especies observadas en función <strong>de</strong> los respectivos<br />

estadios <strong>de</strong>l ciclo <strong>de</strong> vida <strong>de</strong> las tortugas muestreadas.<br />

Según los datos dispuestos en la tabla se pue<strong>de</strong>n establecer cuatro grupos <strong>de</strong> especies epibiontes:<br />

1. Especies presentes en todos los estadios: (Fig. 161.A), compuesto por tres <strong>de</strong> las cuatro especies<br />

mas frecuentes <strong>de</strong> todo el estudio, el cirrípedo lepadomorfo L. anatifera, que se localizó en casi todas<br />

las tortugas (94.1%), el alga roja específica <strong>de</strong> tortuga boba, P. carettia (8<strong>0.</strong>5%), y la única alga<br />

parda observada en este estudio y que se localizó en casi la mitad <strong>de</strong> las tortugas muestreadas, H.<br />

mitchelliae (48.5%). Es importante <strong>de</strong>stacar que aunque estas 3 especies colonizaron tortugas <strong>de</strong><br />

todos los estadios, presentan una mayor preferencia por los estadios oceánicos y <strong>de</strong> transición, que<br />

por el estadio subadulto.<br />

2. Especies colonizadoras <strong>de</strong> tortugas oceánicas: (Fig. 161.B), ya que se localizaron en frecuencias<br />

mucho mas altas en los estadios oceánicos o <strong>de</strong> transición que en el estadio subadulto, como C.<br />

andreae y H. grimaldii, o incluso aquellas que no se observaron nunca en tortugas subadultas, como<br />

el nudibranquio F. pinnata, el cirrípedo C. virgatum, y el brachyura P. minutus. <strong>Las</strong> tres últimas son<br />

especies que solo están presentes en hábitats oceánicos.<br />

3. Especies que colonizan mayoritariamente tortugas subadultas: (Fig. 161.C), ya que se localizaron<br />

en frecuencias mucho mayores en tortugas subadultas que en juveniles oceánicas, como el<br />

gammárido específico <strong>de</strong> tortugas marinas P. chelonophilus y el hidroi<strong>de</strong>o O. geniculata, así como<br />

aquellas que no colonizaron nunca o casi nunca tortugas en estadios oceánicos, como las algas C.<br />

flaccidum y C. membranacea. <strong>Las</strong> 3 últimas son especies que frecuentan comúnmente hábitats<br />

neríticos.<br />

299


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

Fig. 161. Gráficos <strong>de</strong> frecuencias <strong>de</strong> las principales especies observadas en función <strong>de</strong> los respectivos estadios<br />

<strong>de</strong>l ciclo <strong>de</strong> vida <strong>de</strong> las tortugas muestreadas. A) Especies que colonizan todos los estadios; B) Especies<br />

puramente pelágicas; C) Especies que colonizan mayoritariamente tortugas subadultas. D) especies que<br />

presentaron un patrón diferente. (Flora = líneas ver<strong>de</strong>s; Cirrípedos = líneas azules; Malacostráceos =líneas rojas;<br />

Cnidario = línea amarilla; Nudibranquio = línea morada).<br />

300


RESULTADOS Y DISCUSIÓN GENERAL<br />

4. Especies que presentaron un patrón diferente: (Fig. 161.D) como el balano P. hexastylos, que<br />

presentó frecuencias mayores en tortugas oceánicas pasivas y en tortugas subadultas, y el tanaidáceo<br />

H. robusta que presentó frecuencias similares en todos los estadios a excepción <strong>de</strong>l oceánico pasivo.<br />

La clara preferencia <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminadas especies por colonizar tortugas en un estadio concreto, y <strong>de</strong><br />

otras especies por colonizar otros estadios, indica que existe una diferencia, ya sea <strong>de</strong> comportamiento<br />

o en el hábitat que frecuentan, entre las tortugas en función <strong>de</strong>l estadio <strong>de</strong> su ciclo <strong>de</strong> vida en<br />

el que se encuentran. El hecho <strong>de</strong> que las especies que colonizan mayoritariamente los estadios<br />

oceánicos <strong>de</strong> la tortuga boba sean especies que habitan general o únicamente el hábitat oceánico, así<br />

como que las especies que colonizan las tortugas en estadio subadulto, sean especies con preferencia<br />

por los hábitats neríticos, confirma, sin <strong>de</strong>jar lugar a dudas, que existe un cambio ontogénico <strong>de</strong><br />

hábitat en las tortugas que frecuentan el archipiélago Canario, al pasar <strong>de</strong>l estadio juvenil oceánico al<br />

estadio subadulto, y con un límite muy claro alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> los 60cm <strong>de</strong> LCCmin. Estos datos corroboran<br />

las teorías expuestas por Bolten (2003a,b) y Bjorndal et al. (2000, 2003), entre otros, sobre el ciclo <strong>de</strong><br />

vida <strong>de</strong> la tortuga boba, y señalan que en Canarias existen, no solo tortugas juveniles, sino que hay<br />

un pequeño porcentaje <strong>de</strong> tortuga subadultas.<br />

A<strong>de</strong>más, el hecho <strong>de</strong> que las tortugas localizadas en Canarias <strong>de</strong> entre 50 y 60cm <strong>de</strong> LCCmin,<br />

presenten en sus caparazones frecuencias importantes <strong>de</strong> especies pertenecientes a los cuatro grupos<br />

<strong>de</strong>scritos anteriormente, confirman las teorías <strong>de</strong>scritas por Laurent et al. (1998) y Bolten (2003a,b),<br />

entre otros, sobre la existencia <strong>de</strong> un estadio <strong>de</strong> transición en el que dichas tortugas se mueven entre<br />

ambos hábitats, oceánico y nerítico, entrando y saliendo <strong>de</strong> uno a otro. Mas concretamente, corrobora<br />

la hipótesis <strong>de</strong> Tiwari et al. (2002), que sugiere la existencia <strong>de</strong> este estadio <strong>de</strong> transición en las<br />

costas norocci<strong>de</strong>ntales <strong>de</strong>l continente Africano.<br />

Es importante tener en cuenta que el ciclo <strong>de</strong> vida <strong>de</strong> la tortuga boba establecido actualmente, y<br />

<strong>de</strong>scrito en la introducción <strong>de</strong> esta tesis (Pág.30-31), se basa en los datos obtenidos <strong>de</strong> las<br />

poblaciones mas intensamente estudiadas hasta la fecha en el océano Atlántico, que son las<br />

poblaciones americanas, y concretamente las que nidificante en la costa este <strong>de</strong> EE.UU. Hasta hace<br />

bien poco se <strong>de</strong>sconocía por completo la existencia <strong>de</strong> poblaciones nidificantes <strong>de</strong> esta especie en la<br />

parte oriental <strong>de</strong>l Océano Atlántico, pero en 1997, López-Jurado et al. (2000), <strong>de</strong>scubrieron, en el<br />

archipiélago <strong>de</strong> Cabo Ver<strong>de</strong>, la segunda población mas importante <strong>de</strong> tortuga boba <strong>de</strong>l Atlántico.<br />

Monzón-Argüello (2010) comprobó mediante estudios genéticos, que los ejemplares juveniles <strong>de</strong> las<br />

poblaciones americanas, mexicana y una parte <strong>de</strong> la caboverdiana, se agrupaban en <strong>de</strong>terminadas<br />

zonas <strong>de</strong> alimentación <strong>de</strong>l Atlántico norte, en proporciones similares a las estimas <strong>de</strong> nidos y hembras<br />

dadas para cada una <strong>de</strong> estas poblaciones.<br />

Para las poblaciones americanas, las tortugas <strong>de</strong>saparecen <strong>de</strong> sus costas nada mas nacer, para<br />

a<strong>de</strong>ntrarse en los gran<strong>de</strong>s sistemas <strong>de</strong> corrientes <strong>de</strong>l Atlántico norte, en don<strong>de</strong> pasan su etapa juvenil<br />

oceánica, hasta alcanzar una talla a<strong>de</strong>cuada (Snover et al., 2005, la establecieron en 54cm <strong>de</strong> LCCmin),<br />

a partir <strong>de</strong> la cual comienzan a reclutarse en las costas <strong>de</strong> EE.UU ejemplares juveniles que se<br />

a<strong>de</strong>ntran en hábitats neríticos, mas ricos y variados en alimento, hasta conseguir la energía suficiente<br />

para alcanzar la madurez sexual y comenzar su etapa reproductiva.<br />

En EE.UU la talla media aproximada <strong>de</strong> las tortugas que nidifican en sus costas es <strong>de</strong> 92.5cm, con una<br />

talla mínima <strong>de</strong> unos 80cm y un máximo <strong>de</strong> 110cm <strong>de</strong> LCCmin (Kamezaki, 2003). Por el contrario, la<br />

población <strong>de</strong> tortuga boba nidificante en Cabo Ver<strong>de</strong> es bastante mas pequeña, con una talla media<br />

<strong>de</strong> 81.8cm, una mínima <strong>de</strong> 67cm y una máxima <strong>de</strong> 106cm <strong>de</strong> LCCmin (Varo-Cruz, 2007). Existen mas<br />

<strong>de</strong> 10cm <strong>de</strong> diferencia entre una población y otra, tanto en la talla media como en el tamaño mínimo<br />

a partir <strong>de</strong>l cual comienzan su vida reproductiva. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la diferencia <strong>de</strong> talla, la población <strong>de</strong><br />

tortuga boba nidificante en Cabo ver<strong>de</strong> presenta otras dos características que la diferencian <strong>de</strong> las<br />

poblaciones americanas: la primera, es que se trata <strong>de</strong> una población que nidifica en un archipiélago<br />

oceánico y no en una región continental; y la segunda es que los adultos <strong>de</strong> esta población presentan<br />

dos comportamientos alimenticios diferentes, la mayoría <strong>de</strong> ellos se alimenta pelágicamente en zonas<br />

oceánicas frente a las costas <strong>de</strong> Senegal y Gambia, principalmente, y otros se alimentan bentónicamente<br />

en regiones neríticas <strong>de</strong> las costas <strong>de</strong> Guinea y Sierra Leona (Hawkes et al., 2006).<br />

Estas gran<strong>de</strong>s diferencias podrían marcar el ciclo <strong>de</strong> vida <strong>de</strong> las tortugas pertenecientes a la población<br />

<strong>de</strong> Cabo Ver<strong>de</strong>, modificando el patrón establecido por los investigadores americanos. En primer lugar,<br />

si las tortugas adultas caboverdianas son mas pequeñas, las fases <strong>de</strong>l ciclo <strong>de</strong> vida, las tallas<br />

establecidas para estas, y el tiempo estimado para cada fase podría también ser menor. En segundo<br />

301


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

lugar, si las tortugas adultas <strong>de</strong> Cabo Ver<strong>de</strong> se alimentan pelágicamente en zonas oceánicas,<br />

¿presentan estas tortugas un estadio juvenil nerítico?. Y por último, si estas tortugas presentan un<br />

estadio juvenil nerítico, ¿dón<strong>de</strong> lo llevan a cabo?, y ¿a partir <strong>de</strong> qué talla pasan <strong>de</strong>l medio oceánico al<br />

nerítico?.<br />

Contestar a estas preguntas es realmente complicado, ya que el comportamiento oceánico <strong>de</strong> las<br />

tortugas adultas caboverdianas parece indicar que las tortugas <strong>de</strong> esta población podrían no presentar<br />

estadio juvenil nerítico como las <strong>de</strong> las poblaciones americanas, sino que todos sus estadios podrían<br />

producirse en áreas oceánicas. Sin embargo, los estudios genéticos realizados por Tiwari et al. (2002)<br />

con las tortugas localizadas en las costas <strong>de</strong> Marruecos, y por Monzón-Argüello con las tortugas <strong>de</strong> las<br />

costas Atlánticas <strong>de</strong> Francia (datos no publicados) y por Carreras et al. (2006) en España (Andalucía),<br />

indican un alto porcentaje <strong>de</strong> tortugas caboverdianas, lo que podría indicar la existencia <strong>de</strong> un estadio<br />

juvenil nerítico <strong>de</strong> las tortugas caboverdianas en las costas europeas y africanas.<br />

En todo caso, los datos obtenidos a través <strong>de</strong> los epibiontes estudiados en esta tesis, indican<br />

claramente que en Canarias (situada entre Cabo Ver<strong>de</strong> y Europa, y frente a las costas <strong>de</strong> Marruecos)<br />

se localizan tortugas juveniles en su estadio oceánico (LCCmin< 50cm) (que son las mas abundantes);<br />

tortugas con un comportamiento claramente nerítico (LCCmin> 60cm); y un grupo <strong>de</strong> tortugas con un<br />

comportamiento oceánico y nerítico al mismo tiempo (LCCmin entre 50cm y 60cm). Si las tortugas <strong>de</strong><br />

poblaciones americanas (mas gran<strong>de</strong>s) comienzan su estadio juvenil nerítico a partir <strong>de</strong> los 54cm <strong>de</strong><br />

LCCmin, las tortugas pertenecientes a la población <strong>de</strong> Cabo Ver<strong>de</strong> podrían comenzarlo con tallas<br />

inferiores, ajustándose completamente al estadio <strong>de</strong> transición <strong>de</strong>scritos para las poblaciones<br />

americanas (Fig. 162). Por consiguiente, ¿podría ser que el estadio <strong>de</strong> transición <strong>de</strong>scrito por Tiwari et<br />

al. (2002) en la costa occi<strong>de</strong>ntal africana, fuese en realidad el estadio juvenil nerítico <strong>de</strong> las tortugas<br />

<strong>de</strong> la población caboverdiana?<br />

POBLACIONES AMERICANAS<br />

LCC min<br />

(cm)<br />

Fig. 162. Hipótesis <strong>de</strong>l ciclo <strong>de</strong> vida <strong>de</strong> las tortugas Caretta caretta <strong>de</strong> las poblaciones americanas (EE.UU),<br />

según Bolten (2003b) y la población nidificante en Cabo Ver<strong>de</strong>. El recuadro rojo (línea discontinua) marca el<br />

rango <strong>de</strong> tallas <strong>de</strong> las tortugas que pue<strong>de</strong>n observarse en las aguas <strong>de</strong>l archipiélago canario.<br />

Es importante tener en cuenta que la población caboverdiana nidifica en un archipiélago oceánico y la<br />

mayor parte <strong>de</strong> ella se alimenta en hábitats oceánicos, por lo que suponer que la fase juvenil nerítica<br />

<strong>de</strong> estas tortugas pueda ser realmente una fase oceánica-nerítica, no suena tan <strong>de</strong>scabellado.<br />

Si esto fuera así, en el archipiélago Canario se agruparían, por un lado, tortugas proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong><br />

distintas poblaciones <strong>de</strong> las costas americanas (EE.UU y México) y <strong>de</strong>l archipiélago <strong>de</strong> Cabo Ver<strong>de</strong><br />

(como confirmó Monzón-Argüello, 2010, mediante estudios genéticos), y por otro lado, tortugas en<br />

diferentes fases <strong>de</strong> dos ciclos <strong>de</strong> vida, similares, pero <strong>de</strong>scompensados temporalmente (Fig. 162).<br />

Los estudios <strong>de</strong> seguimiento por satélite llevados a cabo con ejemplares <strong>de</strong> tortuga boba <strong>de</strong>l<br />

archipiélago canario por Varo-Cruz (datos no publicados), revelan una amplia diversidad <strong>de</strong><br />

movimientos: tanto tortugas que permanecen en las islas <strong>de</strong>l archipiélago canario largas temporadas<br />

(Mapas 4 y 5, Anexo 5); como tortugas que se <strong>de</strong>splazan hasta las costas europeas <strong>de</strong> Portugal y<br />

España (Mapas 2 y 7, Anexo 5); o tortugas que se dirigen a las zonas <strong>de</strong> afloramiento <strong>de</strong>l continente<br />

africano, e incluso que van bajando por la costa, parece ser que en dirección a Cabo Ver<strong>de</strong> (Mapa 6,<br />

Anexo 5); hasta tortugas que atraviesan el océano atlántico alcanzando las costas americanas (Mapas<br />

302<br />

JUVENIL OCEÁNICA<br />

JUVENIL NERÍTICA<br />

10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 110<br />

JUVENIL OCEÁNICA<br />

POBLACIÓN DE CABO VERDE<br />

TRANSICIÓN<br />

JUVENIL NERÍTICA ?*<br />

TRANSICIÓN ?<br />

Inicio <strong>de</strong>l reclutamiento en las costas americanas<br />

ADULTA<br />

ADULTA


RESULTADOS Y DISCUSIÓN GENERAL<br />

3, Anexo 5) o dirigiéndose hacia ellas (Mapa 1, Anexo 5). Esta disparidad <strong>de</strong> movimientos podría ser<br />

el resultado <strong>de</strong>l agrupamiento <strong>de</strong> varias poblaciones (dato ya confirmado), junto con el solapamiento<br />

<strong>de</strong> dos ciclos <strong>de</strong> vida diferentes en función <strong>de</strong> la talla y <strong>de</strong>l origen <strong>de</strong> las tortugas.<br />

Es importante tener en cuenta que la tortuga boba en su etapa juvenil presenta crecimiento<br />

compensatorio (Bjorndal et al., 2003), por lo que tortugas <strong>de</strong> la misma talla pue<strong>de</strong>n tener eda<strong>de</strong>s muy<br />

diferentes, e incluso encontrarse en fases distintas <strong>de</strong>l ciclo <strong>de</strong> vida, lo que complica aún mas la<br />

interpretación <strong>de</strong> su comportamiento en función <strong>de</strong> la talla. Sin embargo, el estudio <strong>de</strong> epibiontes <strong>de</strong><br />

las tortugas localizadas en Canarias no <strong>de</strong>ja lugar a dudas en que las tortugas con tallas superiores a<br />

60cm (LCCmin) presentan un comportamiento preferentemente nerítico, que pue<strong>de</strong>n realizar en las<br />

costas <strong>de</strong> las islas <strong>de</strong>l archipiélago, o en las costas africanas o <strong>de</strong>l sur <strong>de</strong> Europa, y que existe un<br />

grupo <strong>de</strong> tortugas intermedio, con un comportamiento oceánico-nerítico (el <strong>de</strong>nominado por Bolten,<br />

Tiwari y otros autores como estadio <strong>de</strong> transición).<br />

Otro dato interesante es el hecho <strong>de</strong> que en Canarias también se encuentren tortugas originarias <strong>de</strong><br />

poblaciones mexicanas (Monzón-Argüello, 2010), y a<strong>de</strong>más, en mayores proporciones que en los<br />

archipiélagos macaronésicos <strong>de</strong> Azores y Ma<strong>de</strong>ira (Monzón-Argüello, 2010), posiblemente causado por<br />

una distribución selectiva <strong>de</strong> las tortugas en función <strong>de</strong> la latitud magnética como teorizó Monzón-<br />

Argüello (2010) gracias a estudios genéticos. Este hecho aña<strong>de</strong> una nueva posibilidad, que consiste<br />

en que las tortugas <strong>de</strong> mayor tamaño, con comportamiento claramente nerítico, localizadas en<br />

Canarias, puedan ser tortugas <strong>de</strong> las poblaciones mexicanas que realizan en Canarias y sus<br />

alre<strong>de</strong>dores su etapa juvenil nerítica, pero, los estudios genéticos antes mencionado <strong>de</strong> las costas<br />

europeas y africanas no corroboran esta hipótesis.<br />

Por ahora, este estudio <strong>de</strong> epibiontes no nos permite confirmar ninguna <strong>de</strong> las teorías expuestas en<br />

este apartado, pero, nos abren nuevas posibilida<strong>de</strong>s para la interpretación <strong>de</strong>l comportamiento <strong>de</strong> las<br />

tortugas Caretta caretta localizadas en la parte oriental <strong>de</strong>l Atlántico norte.<br />

La combinación <strong>de</strong> estudios <strong>de</strong> disciplinas diferentes pue<strong>de</strong> ser realmente útil, como por ejemplo, la<br />

combinación <strong>de</strong>: 1. Estudios genéticos, para conocer con exactitud el origen <strong>de</strong> las tortugas; 2.<br />

Estudios <strong>de</strong> epibiontes, para conocer el comportamiento <strong>de</strong> la tortuga justo antes <strong>de</strong> su captura; y 3.<br />

Estudios <strong>de</strong> seguimiento por satélite, para conocer sus movimientos durante un período <strong>de</strong> tiempo<br />

<strong>de</strong>terminado tras su captura, podrían ser la herramienta fundamental para po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>scifrar el<br />

intrincado mundo <strong>de</strong> las tortugas <strong>de</strong>l Atlántico norte.<br />

303


Que es mi barco mi tesoro,<br />

que es mi dios la libertad,<br />

mi ley, la fuerza y el viento,<br />

mi única patria, la mar.<br />

Son mi música mejor<br />

aquilones,<br />

el estrépito y temblor<br />

<strong>de</strong> los cables sacudidos,<br />

<strong>de</strong>l negro mar los bramidos<br />

y el rugir <strong>de</strong> mis cañones.<br />

J. Espronceda (fragmento)


C O N C L U S I O N E S<br />

G E N E R A L E S


CONCLUSIONES GENERALES<br />

1. <strong>Las</strong> tortugas marinas constituyen auténticos ecosistemas marinos en<br />

movimiento, ya que proporcionan el medio físico para el asentamiento <strong>de</strong> un<br />

conjunto <strong>de</strong> especies que se interrelacionan entre si y con la propia tortuga.<br />

2. <strong>Las</strong> especies epibiontes observadas interaccionan unas con otras <strong>de</strong> diversas<br />

maneras y en diversos grados, localizándose, tanto interacciones <strong>de</strong><br />

comensalismo, como la que se produce entre las algas epibiontes y las cuatro<br />

especies <strong>de</strong> crustáceos malacostráceos observadas, en el que las primeras<br />

proporcionan el ambiente idóneo para el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> las segundas, hasta tal<br />

punto que tres <strong>de</strong> ellas llegan a realizar cuidados parentales prolongados;<br />

interacciones <strong>de</strong> predador-presa, como el nudibranquio F. pinnata que se<br />

alimentan activamente <strong>de</strong>l cirrípedo L. anatifera, o el cangrejo P. minutus que<br />

también se alimenta <strong>de</strong> este cirrípedo y <strong>de</strong> su congénere C. virgatum o <strong>de</strong>l<br />

crustáceo C. andreae; o interacciones negativas, mostradas por especies que<br />

nunca se localizaron juntas sobre una misma tortuga, como las tres especies<br />

puramente oceánicas (F. pinnata, C. virgatum y P.minutus) con las dos algas<br />

preferentemente neríticas (C. flaccidum y C. membranacea).<br />

3. <strong>Las</strong> especies epibiontes observadas interaccionan con el medio en el que viven,<br />

la tortuga, estableciendo una serie <strong>de</strong> beneficios y perjuicios correspondientes a<br />

la propia interacción. Los epibiontes se benefician al encontrar una menor<br />

competencia por el espacio, ya que pocas especies son capaces <strong>de</strong> soportar<br />

estas condiciones; <strong>de</strong>l elevado aporte <strong>de</strong> nutrientes provocado por las<br />

turbulencias que genera la tortuga al moverse; <strong>de</strong> la elevada irradiación <strong>de</strong>bida<br />

a que la tortuga habita principalmente los 5 primeros metros <strong>de</strong> la superficie<br />

marina; y <strong>de</strong> un medio <strong>de</strong> dispersión “pasivo” formidable; aunque también son<br />

víctimas <strong>de</strong>l estrés fisiológico provocado por los bruscos cambios <strong>de</strong> hábitat que<br />

realiza la tortuga y <strong>de</strong> la inestabilidad que supone vivir sobre un organismo vivo<br />

que realiza gran<strong>de</strong>s movimientos oceánicos. Por otro lado, la tortuga se<br />

beneficia <strong>de</strong> la protección ante la <strong>de</strong>secación que le proporcionan los epibiontes<br />

cuando salen a realizar las puestas; se aprovechan las <strong>de</strong>fensas mecánicas <strong>de</strong><br />

los propios epibiontes, (por ejemplo, los células urticantes <strong>de</strong> los hidroi<strong>de</strong>os);<br />

se sirven <strong>de</strong> ellos a modo <strong>de</strong> camuflaje (tanto visual como químico); y<br />

aprovechan el “servicio <strong>de</strong> limpieza” <strong>de</strong> los propios epibiontes entre ellos, e<br />

incluso la limpieza <strong>de</strong> sus heridas, como en es el caso <strong>de</strong>l gammárido específico<br />

<strong>de</strong> tortugas marinas P. chelonophilus.<br />

4. El estudio <strong>de</strong> los epibiontes <strong>de</strong> un organismo nos permite conocer<br />

características <strong>de</strong>l basibionte a través <strong>de</strong> las características propias <strong>de</strong> las<br />

especies que lo colonizan. Por ejemplo: la presencia <strong>de</strong> especies exclusivas <strong>de</strong><br />

hábitats oceánicos como F. pinnata, C. virgatum y P. minutus indican que la<br />

tortuga proviene directamente <strong>de</strong> estos hábitats, o por el contrario, la presencia<br />

<strong>de</strong> especies con preferencias neríticas como las algas C. fraccidum y C.<br />

membranacea, o el hidroi<strong>de</strong>o O. geniculata indican que dicha tortuga ha<br />

frecuentado el dominio nerítico; la presencia <strong>de</strong> cantida<strong>de</strong>s importantes <strong>de</strong><br />

larvas cipris <strong>de</strong> cirrípedos pedunculados como L. anatifera y C. virgatum,<br />

indican que la tortuga ha frecuentados zonas <strong>de</strong> afloramientos importantes<br />

como el afloramiento sahariano; o la presencia <strong>de</strong>l balano P. hexastylos indica<br />

309


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

310<br />

que la tortuga proce<strong>de</strong> <strong>de</strong> una zona <strong>de</strong> intercambio <strong>de</strong> masas <strong>de</strong> agua tales<br />

como el afloramiento sahariano, o la región <strong>de</strong>l Estrecho <strong>de</strong> Gibraltar.<br />

5. El estudio <strong>de</strong> epibiontes <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s vertebrados marinos como las tortugas<br />

marinas presenta una enorme complejidad causada, en primer lugar, porque<br />

<strong>de</strong>sconocemos completamente las condiciones ambientales a las que estaba<br />

sometido el ecosistema completo, es <strong>de</strong>cir, tanto el basibionte como sus<br />

epibiontes; en segundo lugar, por la imposibilidad <strong>de</strong> realizar muestreos<br />

periódicos que puedan mostrar la evolución <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong> epibiosis; y por<br />

último, por la gran disparidad <strong>de</strong> metodologías <strong>de</strong> muestreo utilizadas por los<br />

distintos grupos, que hacen muy difícil discernir si las diferencias/similitu<strong>de</strong>s se<br />

<strong>de</strong>ben a sesgos metodológicos o a factores geográficos o característicos <strong>de</strong><br />

cada grupo <strong>de</strong> tortugas.<br />

6. Esta tesis doctoral es el primer estudio <strong>de</strong>tallado <strong>de</strong> los organismos epibiontes<br />

<strong>de</strong> la tortuga boba, Caretta caretta, <strong>de</strong>l archipiélago canario, localizándose un<br />

total <strong>de</strong> 29 taxones pertenecientes a las tres gran<strong>de</strong>s divisiones <strong>de</strong> vegetales<br />

marinos (7 especies), y a 6 gran<strong>de</strong>s filos <strong>de</strong> fauna marina (22 taxones), siendo<br />

los componentes principales el cirrípedo pedunculado Lepas anatifera y el alga<br />

roja específica <strong>de</strong> la tortuga boba, Polysiphonia carettia (localizados en el<br />

94.1% y el 8<strong>0.</strong>5% <strong>de</strong> las tortugas muestreadas respectivamente), y citándose<br />

por primera dos nuevas especies, Fiona pinnata y Cladophoropsis<br />

membranacea, como epibiontes <strong>de</strong> tortugas marinas.<br />

7. De los 29 taxones localizados sobre los caparazones <strong>de</strong> las tortugas Caretta<br />

caretta <strong>de</strong> Canarias, las especies mas relevantes, <strong>de</strong>nominadas especies<br />

frecuentes ya que se observaron en mas <strong>de</strong>l 3% <strong>de</strong> las tortugas muestreadas,<br />

son: 4 especies <strong>de</strong> algas, Polysiphonia carettia (específica <strong>de</strong> tortugas marinas y<br />

con elevado peso en esta colonización), Hincksia mitchelliae; Ceramium<br />

flaccidum, y Cladophoropsis membranacea (primera cita como epibionte <strong>de</strong><br />

tortugas marinas); 1 cnidario hidroi<strong>de</strong>o, Obelia geniclata; 1 molusco<br />

nudibranquio, Fiona pinnata (que constituye la primera cita <strong>de</strong> esta especie<br />

como epibionte <strong>de</strong> tortugas marinas y <strong>de</strong> un nudibranquio en estadios juveniles<br />

<strong>de</strong> tortugas marinas); 3 especies <strong>de</strong> crustáceos cirrípedos, L. anatifera (que es<br />

la especie dominante <strong>de</strong> la colonización <strong>de</strong> estas tortugas), Concho<strong>de</strong>rma<br />

virgatum y Platylepas hexastylos; y 4 especies <strong>de</strong> crustáceos peracáridos, Hyale<br />

grimaldii; Caprella andreae, Hexapleomera robusta y Podocerus chelonophilus<br />

(especies específica <strong>de</strong> tortugas marinas); y 1 crustáceo <strong>de</strong>cápodo, Planes<br />

minutus.<br />

8. Cada individuo <strong>de</strong> C. caretta localizado en Canarias transportaba una media <strong>de</strong><br />

5.3 especies por tortuga (con rangos <strong>de</strong> entre 1 y 14 especies), un número<br />

relativamente bajo, cuya <strong>estruc</strong>tura básica está constituida por: 1 ó 2 algas; 1<br />

crustáceo cirrípedo (generalmente L. anatifera); 0 ó 2 crustáceos<br />

malacostráceos; 1 <strong>de</strong> las especies frecuentes restantes; y 0 ó 1 especies poco<br />

frecuentes o acci<strong>de</strong>ntales.<br />

9. El número <strong>de</strong> especies por individuo aumenta proporcionalmente a la talla <strong>de</strong> la<br />

tortuga, reflejándose en un aumento en el número <strong>de</strong> especies poco frecuentes<br />

que colonizan el caparazón, <strong>de</strong>bido principalmente a que las tortugas conforme


CONCLUSIONES GENERALES<br />

van creciendo se van <strong>de</strong>splazando cada vez con mas frecuencia hacia<br />

ambientes neríticos.<br />

1<strong>0.</strong> Todas las especies epibiontes localizadas sobre los caparazones <strong>de</strong> las tortugas<br />

muestreadas han mostrado una fuerte homogeneidad en sus frecuencias para<br />

los 3 años <strong>de</strong> estudio, lo que <strong>de</strong>muestra que la relación entre estas especies y<br />

las tortugas Caretta caretta <strong>de</strong> Canarias no es algo puntual u ocasional, sino<br />

que es estable y constante en el tiempo.<br />

11. La distribución <strong>de</strong> los epibiontes sobre el caparazón <strong>de</strong> la tortuga boba <strong>de</strong><br />

Canarias no es aleatoria, sino que constituye la respuesta al comportamiento <strong>de</strong><br />

la propia tortuga, lo que nos permite interpretar diferentes comportamientos <strong>de</strong><br />

un solo golpe <strong>de</strong> vista. Así pues, en las tortugas localizadas en aguas <strong>de</strong><br />

Canarias, una distribución Dispersa <strong>de</strong> los epibiontes indica colonizaciones<br />

primarias, <strong>de</strong> lo que se <strong>de</strong>duce que dicha tortuga acaba <strong>de</strong> realizar un cambio<br />

brusco <strong>de</strong> hábitat don<strong>de</strong> las anteriores colonias han sido eliminadas; la<br />

colonización <strong>de</strong>l tercio posterior <strong>de</strong>l caparazón (Caudal) indica comportamientos<br />

claramente oceánicos; la colonización circular que cubre los bor<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l<br />

caparazón (Corona) es característica <strong>de</strong> tortugas en estadio <strong>de</strong> transición, o que<br />

salen <strong>de</strong> hábitats neríticos hacia hábitats oceánicos; por ultimo, una<br />

colonización que cubre <strong>de</strong>nsamente la totalidad <strong>de</strong>l caparazón (Total) indica un<br />

claro comportamiento nerítico, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> indicar fenómenos <strong>de</strong> brumación.<br />

12. Una gran parte <strong>de</strong> las especies epibiontes observadas han sufrido adaptaciones<br />

morfológicas y fisiológicas <strong>de</strong> mayor o menor grado, tales como: reducción <strong>de</strong><br />

la talla, predominancia <strong>de</strong> la reproducción asexual, a<strong>de</strong>lanto <strong>de</strong> la edad/talla <strong>de</strong><br />

madurez sexual, aumento <strong>de</strong> la tasa <strong>de</strong> crecimiento, reproducción continua,<br />

etc., todas ellas características propias <strong>de</strong> una adaptación a un medio <strong>de</strong> vida<br />

inestable.<br />

13. <strong>Las</strong> similitu<strong>de</strong>s observadas entre la colonización <strong>de</strong> epibiontes <strong>de</strong> las tortugas<br />

localizadas en Canarias y las tortugas muestreadas en los archipiélagos<br />

macaronésicos <strong>de</strong> Azores y Ma<strong>de</strong>ira, indica una fuerte relación entre las<br />

tortugas que circundan estos 3 archipiélagos macaronésicos como ya indicaron<br />

otros autores.<br />

14. <strong>Las</strong> gran<strong>de</strong>s similitu<strong>de</strong>s observadas entre la colonización <strong>de</strong> epibiontes <strong>de</strong> las<br />

tortugas localizadas en Canarias con las tortugas que frecuentan las aguas <strong>de</strong>l<br />

Mediterráneo occi<strong>de</strong>ntal indican una fuerte relación entre ambos grupos <strong>de</strong><br />

tortugas, corroborando las teorías <strong>de</strong> entrada y salida <strong>de</strong> individuos atlánticos al<br />

Mediterráneo occi<strong>de</strong>ntal a través <strong>de</strong>l Estrecho e Gibraltar.<br />

15. Todas las especies epibiontes observadas son gran<strong>de</strong>s cosmopolitas, lo que<br />

indica que las tortugas C. caretta se <strong>de</strong>splazan activamente entre diferentes<br />

hábitats. A<strong>de</strong>más, la asincronía observada en la estacionalidad reproductiva <strong>de</strong><br />

algunas especies epibiontes indica que las tortuga localizadas en Canarias no<br />

pasan largas temporadas en estas aguas sino que se <strong>de</strong>splazan entrando y<br />

saliendo <strong>de</strong> estas, como se ha observado gracias a estudios <strong>de</strong> seguimiento por<br />

satélite.<br />

16. Todas las especies epibiontes localizadas en las tortugas C. caretta <strong>de</strong> Canarias<br />

han presentado fuertes diferencias en la frecuencia <strong>de</strong> colonización <strong>de</strong> las<br />

311


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

312<br />

tortugas en función <strong>de</strong> su talla y <strong>de</strong>l estadio <strong>de</strong>l ciclo <strong>de</strong> vida, indicando<br />

claramente que en Canarias existen tortugas con comportamientos diferentes<br />

en función <strong>de</strong> la talla, y estableciendo un límite claro alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> los 60cm <strong>de</strong><br />

LCCmin.<br />

17. La presencia <strong>de</strong> tortugas <strong>de</strong> hábitos claramente neríticos en el archipiélago<br />

canario indica que en Canarias se agrupan tortugas no solo <strong>de</strong> diferentes<br />

poblaciones, sino que se encuentran en diferentes fases <strong>de</strong> su ciclo <strong>de</strong> vida.<br />

18. El estadio nerítico observado en tortugas localizadas en Canarias plantea la<br />

posibilidad <strong>de</strong> que el estadio Transitorio <strong>de</strong>scrito para el ciclo <strong>de</strong> vida <strong>de</strong> la<br />

tortuga boba por varios autores, pueda ser realmente el estadio juvenil nerítico<br />

<strong>de</strong> las tortugas <strong>de</strong> la población nidificante en Cabo Ver<strong>de</strong>, con características<br />

especiales <strong>de</strong>bidas a que se trata <strong>de</strong> una población que nidifica en un<br />

archipiélago y a que la alimentación <strong>de</strong> sus ejemplares adultos es<br />

mayoritariamente pelágica en lugar <strong>de</strong> bentónica.<br />

19. La conjunción <strong>de</strong> diversas disciplinas, como: estudios Genéticos, que nos<br />

permiten conocer el origen la tortuga; <strong>de</strong> Epibiontes, para conocer el<br />

comportamiento <strong>de</strong> la tortuga justo antes <strong>de</strong> ser capturada, y <strong>de</strong> Seguimiento<br />

por Satélite, para conocer sus movimientos y comportamientos post-captura,<br />

podrían constituir la herramienta a<strong>de</strong>cuada para <strong>de</strong>scifrar <strong>de</strong> una vez por todas<br />

el misterioso ciclo <strong>de</strong> vida <strong>de</strong> la tortuga boba en el Atlántico Norte y sus “años<br />

perdidos”.


Y <strong>de</strong>l trueno<br />

al son violento,<br />

y <strong>de</strong>l viento<br />

al rebramar,<br />

yo me duermo<br />

sosegado,<br />

arrullado<br />

por el mar.<br />

Que es mi barco mi tesoro,<br />

que es mi dios la libertad,<br />

mi ley, la fuerza y el viento,<br />

mi única patria, la mar.<br />

J. Espronceda (fragmento)


R E F E R E N C I A S<br />

B I B L I O G R Á F I C A S


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336


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS<br />

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337


Con diez cañones por banda,<br />

viento en popa, a toda vela,<br />

no corta el mar, sino vuela<br />

un velero bergantín.<br />

Bajel pirata que llaman,<br />

por su bravura, El Temido,<br />

en todo mar conocido<br />

<strong>de</strong>l uno al otro confín.<br />

J. Espronceda (fragmento)


A N E X O


ANEXO<br />

ANEXO 1: Lita Sistemática reducida (hasta superfamilia) <strong>de</strong>l Subfilo CRUSTACEA Brünnich,<br />

1772, realiza por Martin & Davis (2001), en la que se ha basado la organización taxonómica<br />

<strong>de</strong> la especies pertenecientes a este grupo en este trabajo. (Para clasificación mas <strong>de</strong>tallada<br />

mirar referencia).<br />

Referencia: Martin J. W. & Davis G. E. 2001. An Updated Classification of the Recent Crustacea.<br />

Natural History Museum of Los Angeles County, 132 pp.<br />

343


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

344


ANEXO<br />

345


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

346


ANEXO<br />

347


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

348


ANEXO 2: Esquemas <strong>de</strong> la clasificación <strong>de</strong> los Ambientes Marinos. Realizado por Nasif Nahle Sabag<br />

(2008), para Biology Cabinet. Obtenido en http://www.biocab.org/Ambientes_Marinos.html<br />

ANEXO<br />

349


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

ANEXO 3: Citas <strong>de</strong> balanos <strong>de</strong>l género Platylepas en tortugas marinas en el Atlántico, Caribe y<br />

Mediterráneo. ( 1 Platylepas hexastylos; 2 Platylepas hexastylos ichthyophila; 3 Platylepas hexastylos var.<br />

; 4 Platylepas sp.). Basado en: Epibiont Research Coperative (ERC). 2007. A Synopsis of the Literature<br />

on the Turtle Barnacles (Cirripedia: Balanomorpha: Coronuloi<strong>de</strong>a) 1758-2007.<br />

350<br />

Wester Atlantic<br />

& Caribbean<br />

Eastern Atlantic<br />

EEUU<br />

Caribbean<br />

Brazil<br />

Atlantic<br />

Mediterranean<br />

Florida Pilsbry, 1916 1<br />

New Jersey Richards, 1930 1<br />

Texas Henry, 1954 1<br />

Virginia Wass, 1963 1<br />

Florida Wells, 1966 1,3<br />

Massachusetts Zullo & Bleakney, 1966 1<br />

South Carolina Zullo & Lang, 1978 1<br />

Virginia Lutcavage & Musick, 1985 1<br />

Mexico (Yucatán) Car<strong>de</strong>nas-Palomo & Maldonado-Gasca, 2005 4<br />

Trinidad Bacon, 1976 1<br />

Tramandai, Iguape Young, 1991 1,2,4<br />

Rio Gran<strong>de</strong> do Sul Bugoni et al., 2001 1,4<br />

Ireland O'Riordan, 1979 1<br />

Netherlands Holothuis, 1952 1<br />

Marruecos Broch, 1927 1<br />

Senegal (Goree) Stubbings, 1965 1<br />

Gambia Broch, 1924 1<br />

Mediterráneo Darwin, 1854 1<br />

Francia (Banyuls-sur-Mer) Utinomi, 1959 1<br />

Francia Lucas, 1968 1<br />

Italia Relini, 1980 1<br />

Italia (Sicilia) Kolosvary, 1943 1<br />

Aegean sea Koukouras & Matsa, 1998 1<br />

Malta Gramentz, 1988 1<br />

Baleares Chevreaux & Deguerne, 1893 1<br />

Baleares Badillo, 2007 1


ANEXO<br />

ANEXO 4: Lista <strong>de</strong>tallada <strong>de</strong> las frecuencias <strong>de</strong> especies epibiontes <strong>de</strong> tortuga boba (Caretta caretta)<br />

citadas en los principales trabajos realizados en el Atlántico Norte, Caribe y Mediterráneo.<br />

Frecuencias, estadio <strong>de</strong> las tortugas, Localización <strong>de</strong> las tortugas muestreadas y Referencia<br />

bibliográfica.<br />

FLORA<br />

CHLOROPHYTA<br />

Especie Frecuencia FASE<br />

Acetabularia crenulata<br />

OCEANO<br />

/MAR<br />

PAÍS /<br />

REGIÓN<br />

CITA<br />

- hembra nidif. CAR México Senties et al., 1999<br />

25,0% hembra nidif. ATL EE.UU (Florida) Pfaller et al., 2008<br />

Anadyomene stellata - hembra nidif. CAR México Senties et al., 1999<br />

Bryopsis plumosa<br />

2,5% hembra nidif. ATL Grecia Frick et al., 2000<br />

2,7% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Chaetomorpha aerea 2,7% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Chaetomorpha linum<br />

- hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 2004<br />

- hembra nidif. CAR México Senties et al., 1999<br />

- juvenil ATL Azores Frick et al., 2003<br />

- juvenil MED España (Baleares) Frazier et al., 1985<br />

51,9% hembra nidif. ATL EE.UU (Florida) Pfaller et al., 2008<br />

Cladophora conferta - hembra nidif. CAR México Senties et al., 1999<br />

Cladophora laetevirens 2,7% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Cladophora prolifera<br />

Cladophora sp.<br />

- hembra nidif. CAR México Senties et al., 1999<br />

2,7% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

2,7% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

47,7% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

- hembra nidif. CAR México Senties et al., 1999<br />

- juvenil MED España (Baleares) Frazier et al., 1985<br />

Enteromorpha clathrata 2,7% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Enteromorpha compressa - juvenil MED España (Baleares) Báez et al., 2004<br />

Enteromorpha intestinalis 5,4% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Enteromorpha sp. 64,6% hembra nidif. ATL EE.UU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

Rhizoclonium riparium - hembra nidif. CAR México Senties et al., 1999<br />

Ulva rigida 5,4% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Ulva sp. - juvenil MED España (Baleares) Báez et al., 2004<br />

PHAEOPHYTA<br />

Acinetospora crinica - juvenil MED España (Baleares) Báez et al., 2004<br />

Ectocarpus fasciculatus - juvenil MED España (Baleares) Báez et al., 2002<br />

Ectocarpus sp. 47,7% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

Ectocarpus siliculosus<br />

8,1% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

- juvenil MED España (Baleares) Báez et al., 2004<br />

Feldmannia globifera - juvenil MED España (Baleares) Báez et al., 2004<br />

Hincksia mitchelliae<br />

- hembra nidif. CAR México Senties et al., 1999<br />

- juvenil MED España (Baleares) Báez et al., 2004<br />

Padina pavonica 2,7% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Sphacelaria tribuloi<strong>de</strong>s<br />

- hembra nidif. CAR México Senties et al., 1999<br />

- juvenil MED España (Baleares) Frazier et al., 1985<br />

2,7% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Sphacelaria rigidula - juvenil MED España (Baleares) Báez et al., 2004<br />

RHODOPHYTA<br />

Audoniella robusta - hembra nidif. CAR México Senties et al., 1999<br />

Bangia atropurpurea - hembra nidif. CAR México Senties et al., 1999<br />

Callithamnion herveyi - hembra nidif. CAR México Senties et al., 1999<br />

Centroceras clavulatum - hembra nidif. CAR México Senties et al., 1999<br />

Ceramium ciliatum 2,7% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Ceramium circinatum 2,7% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Ceramium codii 2,7% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Ceramium diaphanum 2,7% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Ceramium flaccidum - hembra nidif. CAR México Senties et al., 1999<br />

Ceramium leutzelburgii - hembra nidif. CAR México Senties et al., 1999<br />

Ceramium sp.<br />

2,7% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

3,1% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

- hembra nidif. CAR México Senties et al., 1999<br />

Champia parvula - hembra nidif. CAR México Senties et al., 1999<br />

Chondria cnicophylla - hembra nidif. CAR México Senties et al., 1999<br />

351


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

352<br />

Chondria polythiza - hembra nidif. CAR México Senties et al., 1999<br />

Erythrotrichia carnea - hembra nidif. CAR México Senties et al., 1999<br />

Erythrotrichia vexiliaris - hembra nidif. CAR México Senties et al., 1999<br />

Gelidiella trinitatensis - hembra nidif. CAR México Senties et al., 1999<br />

Herposiphonia secunda<br />

- hembra nidif. CAR México Senties et al., 1999<br />

2,7% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Hypnea musciformis - hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 2004<br />

Jania pumila - hembra nidif. CAR México Senties et al., 1999<br />

Laurencia sp. - hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Senties et al., 1999<br />

Lophosiphonia cristata - hembra nidif. CAR México Senties et al., 1999<br />

Lophosiphonia sp. 2,7% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Polysiphonia atlantica<br />

Polysiphonia carettia<br />

- hembra nidif. CAR México Senties et al., 1999<br />

59,6% hembra nidif. ATL EE.UU (Florida) Pfaller et al., 2008<br />

100,0% hembra nidif. ATL EE.UU (Florida) Pfaller et al., 2008<br />

- hembra nidif. CAR México Senties et al., 1999<br />

- juvenil ATL España (Canarias) Rojas-González et al., 1994<br />

- juvenil ATL Azores Frick et al., 2003<br />

- juvenil MED España (Baleares) Báez et al., 2001<br />

Polysiphonia <strong>de</strong>nudata - hembra nidif. CAR México Senties et al., 1999<br />

Polysiphonia ferulacea - hembra nidif. CAR México Senties et al., 1999<br />

Polysiphonia sphaerocarpa - hembra nidif. CAR México Senties et al., 1999<br />

Polysiphonia sp.<br />

Polysiphonia sertularioi<strong>de</strong>s<br />

- juvenil ATL Azores Moore, 1995<br />

20,0% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

- juvenil MED España (Baleares) Frazier et al., 1985<br />

- juvenil MED Francia Chevreux & <strong>de</strong> Guerne, 1893<br />

- juvenil MED España (Baleares) Gramentz, 1988<br />

Polysiphonia tenerrima 2,7% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Seirospora sphaerospora - juvenil MED España (Baleares) Báez et al., 2002<br />

Spyridia filamentosa - hembra nidif. CAR México Senties et al., 1999<br />

Stylonema elegans - hembra nidif. CAR México Senties et al., 1999<br />

Wrangelia penicillata - hembra nidif. CAR México Senties et al., 1999<br />

FILO PORIFERA<br />

Cliona celata 47,7% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

Haliclona loosanoffi 6,2% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

Microciona prolifera 10,8% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

Mycale americana 12,3% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

FILO CNIDARIA<br />

Clase HYDROZOA<br />

Obelia geniculata 8,1% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Obelia dichotoma<br />

10%/14% hembra nidif. ATL EEUU (norte/sur) Caine, 1986<br />

29,2% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

19,2% hembra nidif. ATL EEUU (Florida) Pfaller et al., 2008<br />

Obelia sp. 10,2% juvenil MED España Badillo, 2007<br />

Tubularia crocea<br />

Halacordyle disticha<br />

Hydractina echinata<br />

10%/3% hembra nidif. ATL EEUU (norte/sur) Caine, 1986<br />

20,0% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

- hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 2004<br />

33,0% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Pfaller et al., 2006<br />

71,2% hembra nidif. ATL EEUU (Florida) Pfaller et al., 2008<br />

11,1% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Pfaller et al., 2006<br />

13,8% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

- hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 2004<br />

100,0% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

Laome<strong>de</strong>a flexuosa 3,0% hembra nidif. MED Chipre Fuller et al., 2010<br />

Stylactis hooper 2,5% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 2000<br />

Ricordia florida 5,7% hembra nidif. ATL EEUU (Florida) Pfaller et al., 2008<br />

Clase ANTHOZOA<br />

Aiptasiogeton pellucidus 5,4% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Aiptasia pallida 3,1% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

Anemone sp. 6% hembra nidif. ATL EEUU (sur) Caine, 1986<br />

Anemonia sargassiensis<br />

4,0% hembra nidif. ATL EEUU (sur) Caine, 1986<br />

7,7% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

Astrangia danae 10,0% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 2000<br />

Bunodosoma cavernata 1,5% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

Calliactus tricolor 26,1% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

Diadumene leucolena<br />

- hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 2004<br />

2,5% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 2000


ANEXO<br />

Halliplanella luciae 3,1% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

Leptogorgia virgulata<br />

1%/3% hembra nidif. ATL EEUU (norte/sur) Caine, 1986<br />

13,5% hembra nidif. ATL EEUU (Florida) Pfaller et al., 2008<br />

4,6% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

Porites porites 4% hembra nidif. ATL EEUU (norte) Caine, 1986<br />

FILO MOLLUSCA<br />

Clase Bivalvia<br />

Anadara corbuloi<strong>de</strong>s 2,7% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Anadara ovalis 18,5% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

Anadara transversa 3,8% hembra nidif. ATL EEUU (Florida) Pfaller et al, 2008<br />

Anomia simplex<br />

Anomia ephippium<br />

4,0% hembra nidif. ATL EEUU Caine, 1986<br />

22,0% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

13,5% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

5,8% juvenil MED España Badillo, 2007<br />

Argopecten gibbus 7,0% hembra nidif. ATL EEUU Caine, 1986<br />

Atrina sp. 21,0% hembra nidif. ATL EEUU Caine, 1986<br />

Brachidontes exustus 7,7% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

Crasostrea virginica 4,0% hembra nidif. ATL EEUU Caine, 1986<br />

Chione grus 7,7% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

Chlamys varia 2,7% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Gouldia cerina 6%/11% hembra nidif. ATL EEUU Caine, 1986<br />

Hiatella arctica 1,9% juvenil MED España Badillo, 2007<br />

Hiatella rugosa 2,7% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Modiolus adriaticus 2,7% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Modiolus barbatus 2,7% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Musculus lateralis 15,4% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

Musculus sp. 1,9% juvenil MED España Badillo, 2007<br />

Mytilaster lineatus 2,7% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Mytilus galloprovincialis<br />

5,4% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

2,9% juvenil MED España Badillo, 2007<br />

Pteria colymbus 5,6% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Pfaller et al, 2006<br />

Ostrea equestris<br />

Ostrea edulis<br />

31,0% hembra nidif. ATL EEUU Caine, 1986<br />

20,0% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

11,1% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Pfaller et al, 2006<br />

2,7% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

1,9% juvenil MED España Badillo, 2007<br />

Rupellaria typica 3,1% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

Sphenia antillensis<br />

61%/21% hembra nidif. ATL EEUU (norte/sur) Caine, 1986<br />

3,1% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

Clase Gasteropoda<br />

Bittium sp. 1,0% juvenil MED España Badillo, 2007<br />

Chaetopleura apiculata 1,5% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

Chicoreus pomun 1,9% hembra nidif. ATL EEUU (Florida) Pfaller et al, 2008<br />

Cratena pilata 9,2% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

Crepidula fornicata<br />

Crepidula plana<br />

Costoanachis avara<br />

3,0% hembra nidif. ATL EEUU (norte/sur) Caine, 1986<br />

41,5% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

22,2% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Pfaller et al, 2006<br />

15%/4% hembra nidif. ATL EEUU (norte/sur) Caine, 1986<br />

29,2% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

5,6% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Pfaller et al, 2006<br />

5,0% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 2000<br />

Diodora cayenensis 3,1% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

Doriopsilla pharpa 10,8% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

Doris verrucosa 4,6% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

Ischnochiton striolatus 1,5% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

Miesea evelina 3,1% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

Mitrella lunata<br />

6,0% hembra nidif. ATL EEUU (norte/sur) Caine, 1986<br />

2,5% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 2000<br />

65,4% hembra nidif. ATL EEUU (Florida) Pfaller et al, 2008<br />

Strombus alatus 3,8% hembra nidif. ATL EEUU (Florida) Pfaller et al, 2008<br />

Strombus gigas 1,9% hembra nidif. ATL EEUU (Florida) Pfaller et al, 2008<br />

FILO ECHINODERMATA<br />

Axiognathus squamatus - hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 2004<br />

Arbacia punctulata 7,7% hembra nidif. ATL EEUU (Florida) Pfaller et al, 2008<br />

Lytechinus variegatus 1,9% hembra nidif. ATL EEUU (Florida) Pfaller et al, 2008<br />

Ophioconis forbesi 2,7% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

353


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

FILO ANNELIDA<br />

Clase Polychaeta<br />

Aciculata spp. 2,9% juvenil MED España Badillo, 2007<br />

354<br />

Ceratonereis costae 2,7% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Cirriformia tentaculata 2,7% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Demonax langerhansi 2,7% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Dorvillea sociabilis 18,5% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

Filograna vulgaris<br />

13%/7% hembra nidif. ATL EEUU Caine, 1986<br />

1,5% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

Hesiospina similis 2,7% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Hydroi<strong>de</strong>s dianthus 2,7% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Hydroi<strong>de</strong>s elegans 13,5% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Hydroi<strong>de</strong>s nigra 5,4% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Hydroi<strong>de</strong>s norvegica 13,5% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Hydroi<strong>de</strong>s stoichadon 5,4% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Hydroi<strong>de</strong>s sp. 5,8% juvenil MED España Badillo, 2007<br />

Neanthes caudata 2,7% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Neanthes succinea 2,7% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Nereis falsa<br />

11,1% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Pfaller et al, 2006<br />

4,6% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

69,2% hembra nidif. ATL EEUU (Florida) Pfaller et al, 2008<br />

Nereis zonata 2,7% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Platynereis dumerilii 2,7% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Podarke obscura<br />

Pomatocerus triqueter<br />

7,7% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

40,4% hembra nidif. ATL EEUU (Florida) Pfaller et al, 2008<br />

5,4% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

5,8% juvenil MED España Badillo, 2007<br />

Prionospio multibranchiata 2,7% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Prionospio sp. 2,7% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Proce<strong>de</strong>ra fasciata 1,5% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

Phyllodoce fragilis - hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 2004<br />

Phyllodoce mucosa 2,7% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Sabellaria flori<strong>de</strong>nsis<br />

Sabellaria vulgaris<br />

16,7% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Pfaller et al, 2006<br />

3,1% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

24%/1% hembra nidif. ATL EEUU (norte/sur) Caine, 1986<br />

4,6% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

Schistomeringos rudolphi 2,7% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Serpula concharum 10,8% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Serpula vermicularis<br />

10%/4% hembra nidif. ATL EEUU Caine, 1986<br />

10,8% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

16,2% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

1,0% juvenil MED España Badillo, 2007<br />

Spio <strong>de</strong>coratus 2,7% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Spionidae 2,7% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Syllis prolifera 2,7% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Syllis variegata 2,7% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Terebella lapidaria 2,7% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Thelepus setosus 2,7% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Oligochaeta<br />

Enchytraeidae sp. 2,7% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Naididae sp. 2,7% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Tubificidae sp.<br />

Hirudinea<br />

5,4% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Ozobranchus margoi<br />

5,4% (Varadas) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

1,9% juvenil MED España Badillo, 2007<br />

89,2% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

FILO PLATELMINTOS<br />

Clase Trematoda<br />

Oligaclado floridanus<br />

Clase Turbelaria<br />

1,5% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

B<strong>de</strong>lloura candida 6,2% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998


ANEXO<br />

FILO BRYOZOA<br />

Amathia distans 47,7% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

Anguinella palmata 44,7% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

Bugula neritina<br />

1,0% hembra nidif. ATL EEUU Caine, 1986<br />

92,3% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

27,8% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Pfaller et al, 2006<br />

Bugula fulva 7,7% hembra nidif. ATL EEUU (Florida) Pfaller et al, 2008<br />

Ectopracta spp 3,9% juvenil MED España Badillo, 2007<br />

Membranipora arborescens 32,7% hembra nidif. ATL EEUU (Florida) Pfaller et al, 2008<br />

Membranipora tenuis<br />

11,1% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Pfaller et al, 2006<br />

11,5% hembra nidif. ATL EEUU (Florida) Pfaller et al, 2008<br />

100,0% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

Membranipora tuberculata 3,8% hembra nidif. ATL EEUU (Florida) Pfaller et al, 2008<br />

Schizoporela unicornis 21,1% hembra nidif. ATL EEUU (Florida) Pfaller et al, 2008<br />

Thalamoporella floridana<br />

FILO ARTHOROPODA<br />

SUBFILO CRUSTACEA<br />

Clase MAXILOPODA<br />

InfraClase CIRRPEDIA<br />

Fam. Coronulidae<br />

3,8% hembra nidif. ATL EEUU (Florida) Pfaller et al, 2008<br />

Chelonibia testudinaria 94%/87% hembra nidif. ATL EEUU (norte/sur) Caine, 1986<br />

Chelonibia caretta<br />

Chelonibia patula<br />

- juvenil ATL Ma<strong>de</strong>ira Davenport, 1994<br />

100,0% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

- hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 2004<br />

- juven. y adult. MED Italia Casale et al. 2004<br />

97,3% (Varada) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

94,4% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Pfaller et al, 2006<br />

6,8% juvenil MED España Badillo, 2007<br />

100,0% hembra nidif. ATL EEUU (Florida) Pfaller et al, 2008<br />

65,0% hembra nidif. MED Chipre Fuller et al., 2010<br />

1%/1% hembra nidif. ATL EEUU (norte y sur) Caine, 1986<br />

- juvenil ATL NE Southward, 1998<br />

100,0% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

1,0% juvenil MED España Badillo, 2007<br />

90,0% hembra nidif. ATL EEUU (Florida) Pfaller et al, 2008<br />

27,0% hembra nidif. MED Chipre Fuller et al., 2010<br />

10,8% (Varada) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

1,0% juvenil MED España Badillo, 2007<br />

Chthamalus fragilis 64,6% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

Chthamalus stellatus 32,3% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

Conopea galeata 3,8% hembra nidif. ATL EEUU (Florida) Pfaller et al, 2008<br />

Platylepas hexastylos*<br />

Stomatolepas elegans<br />

- juvenil MED Francia Chevreux & <strong>de</strong> Guerne, 1893<br />

- juvenil ATL España Castillo, 2001<br />

10,8% (Varada) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

77,7% juvenil MED España Badillo, 2007<br />

10,8% (Varada) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

1,9% juvenil MED España Badillo, 2007<br />

Stomatolepas muricata 1,0% juvenil MED España Badillo, 2007<br />

Fam. Balanidae<br />

Balanus amphitrite<br />

Balanus perforatus<br />

Balanus trigonus<br />

Balanus eburneus<br />

55%/72% hembra nidif. ATL EEUU (norte/sur) Caine, 1986<br />

10,8% (Varada) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

22,2% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Pfaller et al, 2006<br />

- hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 2004<br />

100,0% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

75,0% hembra nidif. ATL EEUU (Florida) Pfaller et al, 2008<br />

1,0% juvenil MED España Badillo, 2007<br />

1,0% juvenil MED España Badillo, 2007<br />

2,7% (Varada) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

8,1% (Varada) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

5,0% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 2000<br />

1,0% juvenil MED España Badillo, 2007<br />

2,7% (Varada) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

20,0% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

355


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

356<br />

Fam. Lepadidae<br />

Concho<strong>de</strong>rma virgatum<br />

Lepas anatifera<br />

Lepas anserifera<br />

Lepas hilli<br />

Lepas pectinata<br />

2,7% (Varada) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

- juvenil ATL Azore/Ma<strong>de</strong>ira Tukey, 1818<br />

- juvenil ATL Azore/Ma<strong>de</strong>ira Darwin, 1852<br />

- juvenil ATL Azore/Ma<strong>de</strong>ira Gruvel, 1920<br />

- juvenil ATL Azores Frick et al., 2003<br />

- juvenil MED Francia Chevreux & <strong>de</strong> Guerne, 1893<br />

38,8% juvenil MED España Badillo, 2007<br />

- juvenil ATL Azore/Ma<strong>de</strong>ira Tukey, 1818<br />

- juvenil ATL Azore/Ma<strong>de</strong>ira Gruvel, 1920<br />

7%/25% hembra nidif. ATL EEUU (norte/sur) Caine, 1986<br />

3,1% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

- juvenil ATL Azores Frick et al., 2003<br />

5,4% (Varada) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

11,7% juvenil MED España Badillo, 2007<br />

15,0% hembra nidif. MED Chipre Fuller et al., 2010<br />

- juvenil ATL Azores Frick et al., 2003<br />

6,8% juvenil MED España Badillo, 2007<br />

- juvenil ATL Azore/Ma<strong>de</strong>ira Darwin, 1852<br />

- juvenil ATL Azore/Ma<strong>de</strong>ira Gruvel, 1920<br />

- juvenil ATL Azores Frick et al., 2003<br />

- juvenil MED Francia Chevreux & <strong>de</strong> Guerne, 1893<br />

57,3% juvenil MED España Badillo, 2007<br />

11,1% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Pfaller et al, 2006<br />

1,5% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

55,8% hembra nidif. ATL EEUU (Florida) Pfaller et al, 2008<br />

7,8% juvenil MED España Badillo, 2007<br />

Subclase COPEPODA<br />

Balaenophilus sp. 78,0% juvenil MED España Badillo, 2007<br />

Balaenophilus umigameculus - juvenil (Japón) (cautividad) Ogawa et al., 1997<br />

Clase MALACOSTRACA<br />

SuperOr<strong>de</strong>n PERACARIDA<br />

O. ANPHIPODA<br />

SubO. Caprella<br />

Caprella andreae<br />

Caprella equilibra<br />

Caprella penantis<br />

100,0% juvenil MED Francia Chevreux & <strong>de</strong> Guerne, 1893<br />

97%/96% hembra nidif. ATL EEUU (norte/sur) Caine, 1986<br />

- juvenil ATL Atlantico NE Moore, 1995<br />

100,0% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

- juvenil ATL Azores Frick et al., 2003<br />

13,5% (Varada) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

47,5% juvenil MED España Badillo, 2007<br />

90,0% hembra nidif. ATL EEUU (Florida) Pfaller et al., 2008<br />

hembra nidif. MED Turkia Sezgin et al., 2009<br />

1,0% hembra nidif. ATL EEUU (norte) Caine, 1986<br />

67,7% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

9,6% hembra nidif. ATL EEUU (Florida) Pfaller et al, 2008<br />

8,1% (Varada) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

- hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 2004<br />

29,2% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

32,7% hembra nidif. ATL EEUU (Florida) Pfaller et al, 2008<br />

Caprella scaura 11,5% hembra nidif. ATL EEUU (Florida) Pfaller et al, 2008<br />

Caprella fretensis 12,0% hembra nidif. MED Chipre Fuller et al., 2010<br />

Caprella spp. 88,9% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Pfaller et al, 2006<br />

Corophium acherusicum 8,1% (Varada) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Corophium acutum 8,1% (Varada) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Paracaprella tenuis<br />

SubO. Gammaridae<br />

Ampithoe ramondi<br />

1%/3% hembra nidif. ATL EEUU (norte/sur) Caine, 1986<br />

9,2% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

13%/30% hembra nidif. ATL EEUU (norte/sur) Caine, 1986<br />

3,1% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

Cerapus sp. - hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 2004<br />

Colomastix halichondriae 1,0% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 2002<br />

Dulichiella appendiculata 36,9% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

Elasmopus rapax<br />

7%/23% hembra nidif. ATL EEUU (norte/sur) Caine, 1986<br />

4,6% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

2,7% (Varada) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

1,0% juvenil MED España Badillo, 2007


Erichthonius braziliensis<br />

Hyale sp.<br />

Hyale grimaldii<br />

ANEXO<br />

32,0% hembra nidif. ATL EEUU (sur) Caine, 1986<br />

1,5% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

59,0% hembra nidif. ATL EEUU (sur) Caine, 1986<br />

- juvenil ATL Azores/Ma<strong>de</strong>ira Moore, 1995<br />

16,9% juvenil MED España Badillo, 2007<br />

100,0% juvenil MED Francia Chevreux & <strong>de</strong> Guerne, 1893<br />

16,9% juvenil MED España Badillo, 2007<br />

2,7% (Varada) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Hyale nilssoni 2,0% hembra nidif. MED Chipre Fuller et al., 2010<br />

Hyale schmidti 3,0% hembra nidif. MED Chipre Fuller et al., 2010<br />

Jasa sp. 3,4% juvenil MED España Badillo, 2007<br />

Podocerus brasiliensis 1%/6% hembra nidif. ATL EEUU (norte/sur) Caine, 1986<br />

Podocerus chelonophilus<br />

- juvenil ATL Azores Chevreux & <strong>de</strong> Guerne, 1888<br />

- juvenil MED Argelia Chevreux & <strong>de</strong> Guerne, 1888<br />

100,0% juvenil MED Francia Chevreux & <strong>de</strong> Guerne, 1893<br />

- juvenil ATL Azores Chevreux, 1900<br />

37%/82% hembra nidif. ATL EEUU (norte/sur) Caine, 1986<br />

- hembra nidif. ATL EEUU (Florida) Thomas & Barnard, 1992<br />

- juvenil ATL Azores Davenport, 1994<br />

- juvenil ATL Ma<strong>de</strong>ira Moore, 1995<br />

26,2% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

- juvenil ATL Azores Frick et al., 2003<br />

5,4% (Varada) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

16,7% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Pfaller et al, 2006<br />

8,7% juvenil MED España Badillo, 2007<br />

hembra nidif. MED Turkia Sezgin et al., 2009<br />

Podoceridae sp. 1,0% hembra nidif. MED Chipre Fuller et al., 2010<br />

Stenothoe minuta<br />

7%/21% hembra nidif. ATL EEUU (norte/sur) Caine, 1986<br />

4,6% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

O. ISOPODA<br />

Cancrion carolinus 6,2% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

Idotea sp. 1,9 juvenil MED España Badillo, 2007<br />

Sphaeroma quadri<strong>de</strong>ntatum<br />

O. TANAIDACEA<br />

Hexapleomera robusta<br />

3% hembra nidif. ATL EEUU (norte) Caine, 1986<br />

47,7% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

13,5% (Varada) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

5,6% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Pfaller et al, 2006<br />

100,0% hembra nidif. ATL EEUU (Florida) Pfaller et al, 2008<br />

53,4% juvenil MED España Badillo, 2007<br />

- juvenil MED Italia Bentivegna et al., 1993<br />

- hembra nidif. - - Zardus & Haldfield, 2004<br />

46%/72% hembra nidif. ATL EEUU (norte/sur) Caine, 1986<br />

9,2% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

Leptochelia savignyi 2,7% (Varada) MED Grecia Kitsos et al., 2005<br />

Parasinelobus chevreuxi 1,0% hembra nidif. MED Chipre Fuller et al., 2010<br />

Tanais cavolinii 100,0% juvenil MED Francia Chevreux & <strong>de</strong> Guerne, 1893<br />

SuperOr<strong>de</strong>n EUCARIDA<br />

O. DECAPODA<br />

Dendrobranchiata sp 1,0% juvenil MED España Badillo, 2007<br />

En<strong>de</strong>is spinosa - juvenil ATL Azores Frick et al., 2003<br />

Eurypanopeus abbreviatus - hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 2004<br />

Iridopagurus reticulatus - hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 2004<br />

Libinia dubia - hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 2004<br />

Lysmata wur<strong>de</strong>mani 13,8% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

Menippe mercenaria 8,0% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 2002<br />

Micropanope urinator - hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 2004<br />

Neopanope sayi 10,8% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

Neopanope texana 7% hembra nidif. ATL EEUU (norte) Caine, 1986<br />

Pachygrapsus sp. 3% hembra nidif. ATL EEUU (sur) Caine, 1986<br />

Panopeus herbstii<br />

(Zeuxo robustus)<br />

3% hembra nidif. ATL EEUU (norte) Caine, 1986<br />

12,3% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

Pinnotheres ostreum 1,0% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 2002<br />

357


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

NOTAS:<br />

* Para Platylepas hexastylos ver Anexo 3.<br />

- El estudio <strong>de</strong> Caine (1986) diferencio 2 grupos <strong>de</strong> tortugas en función <strong>de</strong> los epibiontes, las<br />

poblaciones <strong>de</strong>l norte <strong>de</strong> EE.UU, que son las que nidifican en Georgia y Carolina <strong>de</strong>l Norte; y las<br />

poblaciones <strong>de</strong>l Sur <strong>de</strong> EE.UU, que son las que nidifican en Florida y Carolina <strong>de</strong>l Sur. En los datos <strong>de</strong><br />

frecuencia se dispusieron las frecuencias <strong>de</strong> ambos grupos disponiendo primero la frecuencia <strong>de</strong> las<br />

poblaciones <strong>de</strong>l norte y <strong>de</strong>spués las <strong>de</strong>l sur separados por una barra (en la localización <strong>de</strong> la población<br />

<strong>de</strong> estudio se anota como EE.UU (norte/sur)).<br />

- En el estudio <strong>de</strong> Kitsos et al. (2005) no se indica los datos biométricos <strong>de</strong> las tortugas muestreadas<br />

por lo que <strong>de</strong>sconocemos su estadio. En la casillas <strong>de</strong> Estadio se anota “varadas” porque este grupo<br />

trabajo con tortugas varadas muertas.<br />

- El estudio <strong>de</strong> Badillo (2007) también trabajo con tortugas varadas muertas <strong>de</strong> las costas<br />

Valencianas.<br />

358<br />

Planes minutus<br />

100,0% juvenil MED Francia Chevreux & <strong>de</strong> Guerne, 1893<br />

- juvenil ATL Azores Milne-Edwards & Bouvier, 1899<br />

1%/1% hembra nidif. ATL EEUU (norte/sur) Caine, 1986<br />

20,0% juvenil ATL Ma<strong>de</strong>ira Davenport, 1994<br />

82,0% juvenil ATL Ma<strong>de</strong>ira Dellinger et al., 1997<br />

3,1% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

- juvenil ATL Azores Frick et al., 2004<br />

- juven. y adult. MED Italia Casale et al. 2004<br />

3,7% hembra nidif. ATL EEUU (Florida) Frick et al. 2006<br />

4,9% juvenil MED España Badillo, 2007<br />

Porcellana sigsbeiana - hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 2004<br />

Porcellana sayana 10,0% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 2002<br />

Portunus sayi - juvenil ATL Azores Frick et al., 2003<br />

Pylumnus sayi - hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 2004<br />

Clase PYCNOGONIDA<br />

Callipallene brevirostris 2,0% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 2002<br />

Subfilo UROCHORDATA<br />

Clase Ascidiacea<br />

Aplidium constellatum 3,1% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

Di<strong>de</strong>mnum duplicatum 10,8% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

Diplosoma gelatinosum - juvenil ATL Azores Frick et al., 2003<br />

Eudistoma caroliense 64,6% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

Molgula manhattensis<br />

34,0% hembra nidif. ATL EEUU (norte) Caine, 1986<br />

7,7% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998<br />

- hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 2004<br />

22,2% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Pfaller et al, 2006<br />

Molgula occi<strong>de</strong>ntalis 40,4% hembra nidif. ATL EEUU (Florida) Pfaller et al, 2008<br />

Perophora viridis 1,5% hembra nidif. ATL EEUU (Georgia) Frick et al., 1998


ANEXO 5: Mapas <strong>de</strong> seguimiento por satélite <strong>de</strong> tortugas localizadas y liberadas en aguas <strong>de</strong>l<br />

archipiélago Canario. Mapas cedidos por Varo-Cruz, bióloga responsable <strong>de</strong>l proyecto <strong>de</strong> seguimiento<br />

por satélite <strong>de</strong> tortugas Caretta caretta en Canarias, llevado a cabo por el Observatorio Ambiental <strong>de</strong><br />

Granadilla (OAG (Mapas 1, 2, 3, 4, 5) y por el proyecto AEGINA <strong>de</strong>l Gobierno <strong>de</strong> Canarias (Mapas 6 y<br />

7) y obtenidos <strong>de</strong> www.seaturtle.org/tracking<br />

Mapa 1: Airam: tortuga C. caretta <strong>de</strong> 52.5cm <strong>de</strong> LCCmin. Marcada el día<br />

14/08/09. Sigue transmitiendo actualmente (última posición 27/01/11).<br />

ANEXO<br />

359


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

360<br />

Mapa 3: Aurora: tortuga C. caretta <strong>de</strong> 53.4cm <strong>de</strong> LCCmin. Marcada el día<br />

8/07/09. Sigue transmitiendo actualmente (última posición 31/01/11).<br />

Mapa 2: Luisa: tortuga C. caretta <strong>de</strong> 52.2cm <strong>de</strong> LCCmin. Marcada el día<br />

24/10/09. Sigue transmitiendo actualmente (última posición 31/01/11).


Mapa 5: Chusy: tortuga C. caretta <strong>de</strong> 70cm <strong>de</strong> LCCmin. Marcada el<br />

día 13/03/09. Sigue transmitiendo actualmente (última posición<br />

31/01/11).<br />

Mapa 4: Tortugirl: tortuga C. caretta <strong>de</strong> 51.5cm <strong>de</strong> LCCmin. Marcada<br />

el día 19/12/08. No sigue emitiendo actualmente. Ultima posición<br />

13/01/10).<br />

ANEXO<br />

361


Ecosistemas Errantes: Epibiontes como indicadores biogeográficos <strong>de</strong> tortugas marinas <strong>de</strong> Canarias<br />

Mapa 7: Irenia: tortuga C. caretta <strong>de</strong> 54cm <strong>de</strong> LCCmin. Marcada el día<br />

9/06/06. No sigue transmitiendo actualmente (transmitió durante mas <strong>de</strong><br />

600 días).<br />

Mapa 6: Catalina: tortuga C. caretta <strong>de</strong> 56cm <strong>de</strong> LCCmin. Marcada el día<br />

1/07/06. No sigue transmitiendo actualmente (transmitió mas <strong>de</strong> 600<br />

días).<br />

362

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