SAN RAFAEL ARNÁIZ BARÓN Memoria Antífona de entrada (Sal 91 ...

<strong>SAN</strong> <strong>RAFAEL</strong> <strong>ARNÁIZ</strong> <strong>BARÓN</strong><br />

<strong>Memoria</strong><br />

<strong>Antífona</strong> <strong>de</strong> <strong>entrada</strong> (<strong>Sal</strong> <strong>91</strong>, 13-14)<br />

El justo crecerá como palmera, se alzará como cedro <strong>de</strong>l Líbano;<br />

plantado en la casa <strong>de</strong>l Señor, en los atrios <strong>de</strong> nuestro Dios.<br />

Oración colecta<br />

Oh Dios, que hiciste <strong>de</strong> San Rafael Arnáiz un discípulo preclaro<br />

en la ciencia <strong>de</strong> la Cruz <strong>de</strong> Cristo, concé<strong>de</strong>nos que,<br />

por su ejemplo e intercesión, te amemos sobre todas las cosas,<br />

y siguiendo el camino <strong>de</strong> la Cruz con el corazón dilatado,<br />

consigamos participar <strong>de</strong>l gozo pascual.<br />

Por nuestro Señor Jesucristo.<br />

R/. Amén.<br />

Oración sobre las ofrendas<br />

Dios <strong>de</strong> bondad, que en San Rafael Arnáiz has querido <strong>de</strong>struir<br />

el hombre viejo y crear en él un hombre nuevo, a tu imagen,<br />

concé<strong>de</strong>nos, por sus méritos, ser renovados por ti, como él lo fue,<br />

para que podamos ofrecerte un sacrificio que te sea agradable.<br />

Por Jesucristo, nuestro Señor.<br />

R/. Amén.<br />

<strong>Antífona</strong> <strong>de</strong> comunión (Cf. Mt 19, 27-29)<br />

Creedme: Los que lo habéis <strong>de</strong>jado todo y me habéis seguido,<br />

recibiréis cien veces más y heredaréis la vida eterna.<br />

Oración <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la comunión<br />

Te rogamos, Señor, que nosotros tus siervos,<br />

fortalecidos por este sacramento, aprendamos a buscarte sobre todas<br />

las cosas a ejemplo <strong>de</strong> San Rafael Arnáiz,<br />

y a ser nosotros, mientras vivamos en este mundo,<br />

imagen <strong>de</strong>l hombre nuevo.<br />

Por Jesucristo, nuestro Señor.<br />

R/. Amén

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LITURGIA DE LA PALABRA<br />

Primera lectura<br />

Estas palabras quedarán en tu memoria.<br />

Lectura <strong>de</strong>l libro <strong>de</strong>l Deuteronomio 6, 3-9<br />

Habló Moisés al pueblo y le dijo:<br />

Escúchalo, Israel, y ponlo por obra para que te vaya bien y<br />

crezcas en número. Ya te dijo el Señor Dios <strong>de</strong> tus padres: «Es<br />

una tierra que mana leche y miel».<br />

Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es solamente uno.<br />

Amarás al Señor tu Dios con todo el corazón, con toda el alma,<br />

con todas las fuerzas.<br />

Las palabras que hoy te digo quedarán en tu memoria, se las<br />

repetirás a tus hijos y hablarás <strong>de</strong> ellas estando en casa y yendo<br />

<strong>de</strong> camino, acostado y levantado; las atarás a tu muñeca como un<br />

signo, y serán en tu frente una señal; las escribirás en las jambas<br />

<strong>de</strong> tu casa y en tus portales.<br />

<strong>Sal</strong>mo Responsorial <strong>de</strong>l <strong>Sal</strong>mo 15<br />

R/. Tú, Señor, eres el lote <strong>de</strong> mi heredad.<br />

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.<br />

Yo digo al Señor: “Tú eres mi bien”.<br />

El Señor es el lote <strong>de</strong> mi heredad y mi cáliz,<br />

mi suerte está en tu mano.<br />

R/. Tú, Señor, eres el lote <strong>de</strong> mi heredad.

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Ben<strong>de</strong>ciré al Señor que me aconseja,<br />

hasta <strong>de</strong> noche me instruye internamente.<br />

Tengo siempre presente al Señor,<br />

con él a mi <strong>de</strong>recha no vacilaré.<br />

R/ .Tú, Señor, eres el lote <strong>de</strong> mi heredad.<br />

Me enseñarás el sen<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> la vida,<br />

me saciarás <strong>de</strong> gozo en tu presencia,<br />

<strong>de</strong> alegría perpetua a tu <strong>de</strong>recha.<br />

R/. Tú, Señor, eres el lote <strong>de</strong> mi heredad.<br />

Segunda lectura<br />

Lo que para mí era ganancia, lo he estimado pérdida.<br />

Lectura <strong>de</strong> la carta <strong>de</strong>l apóstol san Pablo a los Filipenses 3, 7-14<br />

Hermanos: Todo lo que para mí era ganancia lo consi<strong>de</strong>ré<br />

pérdida comparado con Cristo; más aún: Todo lo estimo pérdida<br />

comparado con la excelencia <strong>de</strong>l conocimiento <strong>de</strong> Cristo, mi<br />

Señor.<br />

Por él lo perdí todo, y todo lo estimo basura con tal <strong>de</strong> ganar a<br />

Cristo y existir en él, no con una justicia mía, la <strong>de</strong> la Ley, sino<br />

con la que viene <strong>de</strong> la fe <strong>de</strong> Cristo, la justicia que viene <strong>de</strong> Dios y<br />

se apoya en la fe.<br />

Para conocerlo a él, y la fuerza <strong>de</strong> su resurrección, y la<br />

comunión con sus pa<strong>de</strong>cimientos, muriendo su misma muerte,<br />

para llegar un día a la resurrección <strong>de</strong> entre los muertos.<br />

No es que haya conseguido el premio, o que esté en la meta: yo<br />

sigo corriendo a ver si lo obtengo, pues Cristo Jesús lo obtuvo<br />

para mí.

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Hermanos, yo no pienso haber conseguido el premio. Sólo<br />

busco una cosa: olvidándome <strong>de</strong> lo que queda atrás y lanzándome<br />

hacia lo que está por <strong>de</strong>lante, corro hacia la meta, para ganar el<br />

premio, al que Dios <strong>de</strong>s<strong>de</strong> arriba llama en Cristo Jesús.<br />

Aclamación al Evangelio<br />

Aleluya, aleluya.<br />

Mt 11, 25<br />

Bendito seas, Padre, Señor <strong>de</strong> cielo y tierra, porque has revelado<br />

los secretos <strong>de</strong>l reino a la gente sencilla.<br />

Evangelio<br />

+ Lectura <strong>de</strong>l santo Evangelio según san Mateo. Mt 11, 25-30<br />

R/. Gloria a Ti, Señor.<br />

Has escondido estas cosas a los sabios<br />

y las has revelado a la gente sencilla.<br />

En aquel tiempo, exclamó Jesús:<br />

“Te doy gracias, Padre, Señor <strong>de</strong> cielo y tierra, porque has<br />

escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has<br />

revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor.<br />

Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más<br />

que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a<br />

quien el Hijo se lo quiera revelar.<br />

Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os<br />

aliviaré. Cargad con mi yugo y apren<strong>de</strong>d <strong>de</strong> mí, que soy manso y<br />

humil<strong>de</strong> <strong>de</strong> corazón, y encontraréis vuestro <strong>de</strong>scanso. Porque mi<br />

yugo es lleva<strong>de</strong>ro y mi carga ligera.