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BIOLOGIA
¡Medusa attack!

TEXTO: Mª Victoria Bengoa Ruigómez (Getxo Aquarium; Nakusarbe)
Fotos: Ignacio Franco (IEO Murcia), Mikel Cortés y Javier Urkiaga.

El verano ya terminó, y como viene ocurriendo los pasados veranos también éste hemos tenido unos visitantes indeseables en nuestras costas y en nuestras playas, ya no solo en el Mediterráneo, sino en Canarias e incluso en el Cantábrico. Las medusas se han convertido en un problema de salud pública para la sociedad y la aparición de las banderas amarillas o rojas, debido a su presencia en las playas, no ha sido rara. Pero las medusas no son solo una molestia para nuestras vacaciones sino que son un inquietante signo del lamentable estado de los océanos, de la contaminación, de la pesca abusiva, de la desaparición de especies esenciales en los ecosistemas e incluso del calentamiento global, que no solo consiste en el calentamiento de las aguas de los mares, del deshielo cada vez más alarmante de los polos o del futuro mayor o menor aumento del nivel del mar, sino del cambio del clima que en nuestras tierras ya es observable en la disminución de las precipitaciones y en el incremento de la desertización. Las invasiones de medusas indican que el equilibrio de los ecosistemas marinos se está rompiendo. ¿Qué futuro espera a nuestros hijos?

Las medusas pertenecen al phylum Cnidaria, a los que también pertenecen los corales duros y blandos, las anémonas, las plumas de mar y los hidroozos. Los cnidarios forman un grupo de gran éxito evolutivo, cuyos restos más antiguos datan de hace más de 370 millones de años. Poseen más de 9000 especies, pudiéndose encontrar desde las costas a las grandes profundidades, tanto en el bentos como en los ecosistemas pelágicos, desde el ecuador hasta los polos. Una de las características más importantes de los cnidarios es la presencia de los cnidos o cápsulas urticantes muy complejas, que se forman en unas células muy especiales, los cnidoblastos o cnidocitos. Estos cnidos son unas armas muy potentes, los verdaderos responsables del éxito evolutivo de este grupo de animales. En el interior de la cápsula se encuentra un largo tubo filamentoso urticante muchas veces provisto de estiletes, de tal manera que cuando la presa roza el cilio de estas células, el tubo salta y se clava en el cuerpo de su presa liberando el veneno en su interior. Todo ocurre a una velocidad vertiginosa, en menos de 3 milisegundos. Los venenos de estos animales se encuentran entre los más potentes del reino animal y aunque la mayoría de las veces no afecta al ser humano, algunas veces tiene graves efectos cardiovasculares y neuromusculares pudiendo incluso ser mortal, aunque mayoritariamente solo produce reacciones locales, a veces muy dolorosas.

Gelatinas carnívoras
Las medusas pertenecen a la clase Scyphozoa, con unas 220 especies descritas. Generalmente están formadas por casi un 97% de agua. Principalmente marinas, también se las puede encontrar en aguas salobres. Son carnívoros, cazando “pasivamente” con sus tentáculos urticantes, es decir, captura a aquellas presas que chocan con ellas. Se alimentan principalmente de plancton, pequeños crustáceos, larvas de animales marinos como los peces, etc. Presenta un ciclo biológico muy característico, alternando una fase sésil (pólipo) y una libre, pelágica (medusa). La medusa es la fase sexual de estos animales, presentando sexos separados. Cuando las condiciones ambientales son favorables, las medusas se desarrollan rápidamente alcanzando la madurez sexual en tres meses. Con fecundación interna, el macho expulsa al agua paquetes de esperma que la hembra captura y los lleva al ovario, donde se produce la fecundación. Tras 24 o 48 horas, se forma una larva ciliada denominada plánula, que se acerca a los tentáculos orales de la hembra, pudiendo o bien se retenidas por la hembra o bien ser liberadas al medio, dependiendo de la especie. Entonces nadan hacia el fondo, se fijan al sustrato y tras la metamorfosis se convierten en pólipos. Aunque en un principio son pequeños con apenas 4 tentáculos, van creciendo hasta alcanzar su tamaño normal, dependiendo de la especie. Los pólipos se reproducen asexualmente originando nuevos pólipos. Estos pólipos, cuando están totalmente desarrollados reciben el nombre de escifistoma. Finalmente comienza el proceso denominado estrobilación, mediante el cual los escifistomas sufren una metamorfosis y mediante reproducción asexual se producen una serie de discos con forma de estrella, unas larvas denominadas éfiras, que se desprenden y se liberan al medio. Aunque en ese momento no miden más de 3 mm, al ir creciendo pueden alcanzar el centímetro de tamaño, teniendo ya en esos momentos la forma de medusas, que volverán a iniciar el ciclo. Suelen ser solitarias, aunque puede formar grandes grupos de varios kilómetros de longitud, produciendo las grandes invasiones a las playas cuando son arrastradas por las corrientes o el viento hacia las costas.

La carabela invasora
Las proliferaciones masivas o blooms de medusas son un problema a nivel planetario que indica que algo va mal en nuestros océanos. Los problemas se iniciaron hace décadas en mares más bien cerrados, como los fiordos. Aunque grandes densidades de la medusa Pelagia noctiluca, la especie más común en el Mediterráneo, han sido descritas ya en 1910 y 1914 en el Adriático, no es hasta finales de la década de los 70 y década de los 80 cuando los verdaderos problemas empezaron en el Egeo y el Adriático extendiéndose poco a poco por todo el Mediterráneo. Si bien el gran público conoce principalmente las grandes plagas en las playas del Mediterráneo, desde Cataluña hasta Andalucía, y principalmente en el mar Menor, en las islas Canarias igualmente sufren este problema. Pero este verano también han llegado a las costas del Cantábrico, que a pesar de ser un mar abierto, con grandes corrientes, oleajes fuertes y aguas mucho más frías que las del Mediterráneo, no se ha librado de esta plaga. Pero mientras que en el Mediterráneo las especies más comunes son Pelagia noctiluca, Aurelia aurita, Rhizostoma pluma y Cotylorhiza tuberculata entre otras, todas verdaderas medusas, a las costas de Asturias, Cantabria y Euskadi ha llegado la peligrosa carabela portuguesa, Physalia physalis, un hidrozoo que en ciertos casos puede llegar a producir la muerte. En realidad no es una verdadera medusa sino una colonia muy compleja con un neumatóforo (flotador lleno de gas) en forma de vela de hasta 20 cm, que le sirve para flotar y ser arrastrado por los vientos oceánicos. Esta colonia está formada por pólipos y medusas muy especializadas, conservando así el carácter de un individuo. Posee tentáculos que pueden llegar a medir entre 10 y 20 metros, y sus cnidos poseen un potente veneno neurotóxico que puede causar picaduras extremadamente dolorosas y, en casos excepcionales, la muerte. Y aunque se han dado muy pocos casos de picaduras en las playas del Cantábrico este verano, los Gobiernos Autónomos, principalmente el de Cantabria, se han movilizado para luchar contra esta plaga.

Causas de la plaga
Tras este problema que nos causa graves trastornos cada verano se oculta un problema mucho más grave, un desequilibrio de nuestros mares, cuya causa última es, como no, el ser humano. Según los especialistas no hay una causa única que explique este drástico aumento de la densidad de las poblaciones de las medusas, sino que se trata de la suma de varios factores, entre los que destacan el aumento de los nutrientes de origen terrestre en los mares, que produce un aumento de la producción primaria en las aguas (fitoplancton) lo que conlleva un aumento del zooplancton y de los animales que se alimentan de éstos, las medusas. Estos nutrientes proceden principalmente de los abonos agrícolas, los detergentes, aguas residuales y demás materia orgánica que el ser humano vierte diariamente en los ríos, los cuales desembocan en los mares. Pero si además los enemigos de las medusas, es decir, sus depredadores, desaparecen debido a la sobrepesca, el desastre es seguro. Las principales especies que se alimentan de medusas, como el pez espada, el pez luna o las tortugas, están en peligro de extinción debido a la sobrepesca y al uso de artes de pesca inapropiados. Así por ejemplo, anualmente se pescan accidentalmente más de 25 mil tortugas; este verano y solo en unos días, miles de peces luna han sido atrapados por las redes en el Cantábrico y debido a su escaso valor económico, tirados muertos de nuevo al mar. Pero además las medusas se alimentan de larvas de peces con lo que al aumentar las poblaciones de medusas disminuye la población de peces, lo que agrava el problema. Pero si esto no fuera suficiente, la aceleración de la desertización y la disminución de las precipitaciones en España, debido probablemente al cambio climático, favorece la presencia de estos animales en nuestras playas, ya que la llegada de las aguas de lluvia a la costa crea un frente de aguas de muy diferente salinidad, densidad y temperatura que funciona como una verdadera barrera impidiendo el paso de las medusas hacia las costas.


 
 
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