Probablemente alguien piense que es muy arriesgado situar en la misma frase niñ@s y filosofía, especialmente si se considera a ésta última como ese saber sesudo, propio de mentes abstractas y privilegiadas, ceñido a un lenguaje abstruso e incomprensible. Esa concepción queda muy lejos de la visión de quién esto escribe.

Mi experiencia docente con el proyecto de Filosofía para Niños, inspirado en la obra de  Matthew Lipman, me lleva a concebir la Filosofía como un saber indagador que duda de forma sistemática, y permite trabajar con los niños y niñas:

  • su pensamiento crítico para evitar prejuicios y estereotipos y manipulación.
  • su pensamiento creativo para resolver problemas nuevos.
  • su pensamiento cuidadoso para tener en cuenta a los demás. 

Quizás la pregunta más pertinente sea: ¿de qué les sirve a los niños y niñas aprender a filosofar? El proyecto de Filosofía para Niños les invita a pensar y sentir, para  disfrutar de una auténtica libertad de pensamiento y de acción. Por ello quiero desarrollar esta idea, desgranando las utilidades que, a mi juicio, tiene este aprendizaje. Las iré desarrollando, de forma necesariamente breve, a continuación. 

Utilidades de la Filosofía para niños y niñas

1.- Construir Ciudadanía: me parece muy importante que los niños y adolescentes tengan un concepto de ciudadanía integrador y amplio. Desde tiempos de los griegos, que excluían a los esclavos y las mujeres, las diferentes definiciones de ciudadanía han servido, a lo largo de la Historia, para delimitar líneas que dejaban fuera a algunas personas.

Grupo diverso en círculo para filosofía para niños

La Filosofía para Niños, al reunir alrededor de una mesa a «todas» las personas en una situación de igualdad sin jerarquías, permite interiorizar la idea de que la ciudadanía deben incluir a todos sin distinciones de ningún tipo. Y ésta es una idea que hay que hacer vivir en sociedad. Cada uno tiene algún talento que aportar, algún servicio que prestar, alguna vivencia, todo el valor.

  • La democracia debe incluir a todos para ser auténtica.

2.- Estimular la participación: el proyecto de Filosofía para Niños apuesta por una participación de calidad, por lo que cede la iniciativa al alumnado sobre los temas a tratar y tiene la vocación de expandirse por el centro y contagiar hasta las mismas premisas didácticas de todas las materias que se imparten en la escuela y los órganos de ejecución del centro en una visión que sitúa al alumnado en el centro de los aspectos de gestión que le afectan.

No se trata de sustituir a los adultos en la dirección de la escuela, sino de vehicular las propuestas de transformación de la escuela con la participación del alumnado como agente activo de la comunidad educativa.

  • La democracia debe evolucionar hacia una participación cualitativa de la ciudadanía y eso debemos ganarlo ya en la escuela. 

3.- Intentar el consenso: El consenso, el acuerdo, no significa la uniformidad. Decíamos antes que las personas tenemos unos mínimos en cuanto a deseos, sueños y expectativas. Si se quiere vivir en democracia, por ejemplo, uno tiene que aceptar que sus deseos no pueden abarcar una dimensión tan grande como para que impidan completamente los deseos de los demás o, incluso, sus necesidades.

  • Llegar a consensos no es fácil y requiere haberlo practicado antes en la escuela. El escenario de la clase de Filosofía para Niños puede ser un marco incomparable para llevar esto  a cabo, en muchas ocasiones. 

niños felices chocando manos para filosofía para niños

4.- Cultivar la razonabilidad: al potenciar el hecho de que los buenos argumentos, lógicos, éticos y creativos, permiten establecer criterios de solidez de las opiniones y las propuestas, se consigue que el alumnado pueda desarrollar criterios para diferenciar los hechos de las opiniones y ordenar las opiniones según su debilidad o fortaleza, evitando que el proceso de toma de decisiones quede en manos del número o la manipulación.

  • Una democracia de calidad debe ser razonable.

5.- Practicar la negociación: las personas tenemos unos máximos y mínimos respecto a lo que queremos. El diálogo implica buscar unos puntos en común y también gestionar de forma positiva los desacuerdos para que permitan avanzar. En las aulas de Filosofía para Niños hay desacuerdos, pero se intenta confluir en que estos enriquecen la negociación, una negociación que debe partir de los mínimos para tener éxito, una negociación que haga posible la convivencia.

  • Una democracia de calidad debería permitir la negociación fluida de los agentes que la conforman.

6.- Darse tiempo para la deliberación: todos sabemos que hay decisiones que nos afectan y otras que no. La deliberación es el paso intermedio entre la intención y la decisión. La razón analiza los pros y contras en lo que desea, antes de llegar a la acción. Cuando nos sentamos los alumnos y yo en círculo, y hablan, los pros y contras de las decisiones se convierten en una habilidad de pensamiento que se trabaja.

  • Una democracia de calidad debería escuchar a los afectados y sopesar sus decisiones.

Tres manos de diferentes colores para Filosofía para niños7.- Celebrar la diversidad: existe una gran diferencia valorativa entre la diversidad y la diferencia. En una comunidad de aprendizaje, se hace patente que la diversidad enriquece y permite obtener una visión poliédrica de la realidad al cruzarse en el diálogo los diferentes puntos de vista.

Desgraciadamente, en las democracias occidentales se están produciendo propuestas demagógicas que acentúan las diferencias para apoyar propuestas que estigmatizan o marginan colectivos de personas.

  • Sólo la apreciación positiva de la diversidad puede conducir a una democracia mejor, de la que nadie se sienta excluido.

8.- Aprovechar el conflicto como posibilidad de aprendizaje: los conflictos tienen muy mala prensa. Suelen equipararse a los problemas, y hay propuestas utópicas que tienen como objetivos erradicarlos. No es posible. El conflicto es inevitable en diversidad, y ya se entiende que será difícil gestionarlo porque en ellos las emociones y el estrés son elevados. Pero no olvidemos que pueden ser fuente de aprendizaje.

La Filosofía para Niños aborda el conflicto en el momento que aparece, lo descompone, en busca de la historia y las ideas previas, destaca los malentendidos y propicia la reconciliación sobre los mínimos de los que hablábamos antes. No lo evita. Lo gestiona.

  • La democracia de calidad, también debe hacerlo.

9.- Promover la empatía: Convivir en la diversidad, integrándola, significa hacer el esfuerzo de ponerse en el lugar del otro, entender las razones que lo mueven y comprender los sentimientos que se producen a cada paso. La Filosofía para Niños, tanto en la ficción novelada como en el diálogo que la enmarca, practica, de forma activa, esta habilidad social.

  • Sólo quien es capaz de mirar con otros ojos podrá construir una democracia plena y justa.

Niños cogidos en la pizarra filosofía para niños

10.- Reconocer las creencias: Decíamos antes que conviene distinguir los hechos de las opiniones. Del mismo modo, hay que saber captar cuando estamos ante una creencia. La creencia es una posición mental que acepta como verdad algo que no se puede razonar, sea porque no permite argumentaciones, sea porque no estamos dispuestos a cuestionarlo.

Todos tenemos creencias, ya sean ligadas a la religión o elementos que nos proporcionan consuelo o esperanza (por ejemplo, que mañana saldrá el sol). Compartirlas en el marco de un diálogo filosófico permite captar que hay todo un mundo dentro de cada persona y que cada persona tiene el derecho a tener su propio mundo.

  • Una democracia de calidad debe respetar todas las creencias, con el único límite de que  éstas permitan la existencia de las otras.

11.- Construir el respeto: El respeto es un valor superior, en mi opinión a la tolerancia. La tolerancia invita a dejar pasar, a permitir que el otro ejerza sus derechos desde un punto de una cierta superioridad. Parece que le decimos: «te lo permito» más que «es tu derecho». En cambio, el respeto implica tomar en consideración, otorgar importancia a lo que el otro es piensa o dice, en un plano de igualdad.

  • Trabajar con el alumnado en comunidad filosófica, implica precisamente el logro de esta escrupulosa igualdad que debería presidir todas las acciones en una auténtica democracia.

cerebro del que sale 4 bombillas para filosofía para niños12.- Impulsar la creatividad: Tanto las situaciones que se presentan en las novelas filosóficas como las que impregnan las vivencias de los niños y niñas o los chicos y chicas suelen plantear problemas y enigmas. Proponer soluciones no consiste en seguir normas y modelos, sino un planteamiento de variantes, de alternativas, de proyectos de futuro que escogerán caminos diversos y conducirán a diferentes finales.

  • La Filosofía para Niños invita a plantearse los problemas y los enigmas en clave de variadas posibilidades y esto es más necesario que nunca en esta democracia que proclama que sólo hay un camino, una posibilidad.

 

Así pues, como conclusión, quiero decir que sólo si trabajamos en que los niños y niñas tengan autonomía de criterio, pensamiento propio y sensibilidad para arriesgarse a propuestas nuevas que no dejen a nadie atrás tendremos, cuando crezcan, ciudadanos libres y responsables, capaces de guiar la transformación social hacia ese horizonte de paz y justicia que tan urgente parece.

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