Donde se practica el turismo de trasplante

Países afectados por el «turismo de trasplantes de órganos» toman medidas
AFP

El «turismo de trasplantes» que lleva a pacientes de países ricos a la espera de un órgano a pagar fortunas para trasplantarse un riñón o un hígado en un país pobre, enfrenta una creciente movilización internacional con la OMS y la Unión Europea (UE) al frente.

El fenómeno, por el que países como China o Pakistán son regularmente acusados, fue uno de los temas cruciales de la conferencia internacional sobre la donación de órganos y trasplantes organizada por el gobierno español en Madrid esta semana.

«Desde años trabajamos con un único objetivo, evitar el tráfico ilícito de órganos y acabar con el turismo de trasplantes. Es un objetivo compartido por todos los países», destacó la ministra española de Sanidad, Trinidad Jiménez.

«La UE tiene un modelo más armonizado (…) basado sobre el principio de solidaridad donde no se admite que puede haber precio para una donación» y «hay un gran esfuerzo de la OMS para consolidar este modelo», añadió.

En 2005 «empezó una acción muy decidida de la OMS y de la Sociedad Internacional de Trasplantes para primero modificar o establecer leyes en países donde no existían», explicó por su parte Rafael Matesanz, director de la Organización Nacional de Transplantes (ONT) española.

«La experiencia en Latinoamérica es un ejemplo a seguir: Argentina ha doblado el número de donantes; Colombia, Uruguay igual, con en total un aumento del 20%», precisó.

Un «frente común» internacional logró «marcar las líneas», confirmó el doctor Luc Noël, coordinador en la OMS del tema.

Leyes represivas contra los tráficos de órganos fueron adoptadas en los cinco países considerados los peores en la materia: China, Filipinas, Pakistán Egipto y Colombia.

En China sigue existiendo «un turismo de trasplantes», pero una ley para reprimir el fenómeno fue votada en 2007 y se abrirá en breve un primer proceso contra una banda de traficantes de órganos, destacó Noël.

Huang Jiefu, viceministro de Salud chino, se desplazó personalmente a Madrid para intentar convencer de los esfuerzos sinceros de Pekín en la materia.

«Desde inicios de la década del 2000, el transplante de órganos se convirtió en una industria floreciente», en un país en el que «más del 90% de los órganos donados provienen siempre de presos ejecutados», reconoció.

«En un ambiente sin regulación, un comercio de órganos humanos nació en China hasta formar una red increíblemente lucrativa que va contra los principios de igualdad», deploró.

El diario español El País informó recientemente del caso del español Oscar Garay, que desembolsó 135.000 euros para trasplantarse un hígado, de provinencia no especificada, en el hospital de Tianjin, al sur de Pekín, a finales de 2008.

Desde la ley china de 2007, «tenemos siempre algunos hospitales que trabajan con agencias ilegales y que venden órganos a extranjeros por dinero», reconoció el viceministro chino.

Pero se les retiró la licencia a siete hospitales por practicar trasplantes, destacó Huang Jiefu, y está próxima la creación de un organismo nacional de trasplantes bajo la supervisión de la Cruz Roja china, dando lugar a un sistema más «seguro, justo y transparente».

El presidente de la Sociedad Internacional de Trasplantes, Jeremy Chapman, dijo que «China trabaja muy duro para contener el comercio de trasplantes».

Para Chapman, semejante trabajo debe ir parejo a los esfuerzos en los países de origen de estos «turistas» del trasplante (entre los cuales figuran muchos países ricos del Golfo) para desarrollar sistemas nacionales de donación de órganos.

«Hay ejemplos afortunados, como el de Arabia Saudí, donde antes los pacientes tenían por costumbre viajar al extranjero por un trasplante y donde no es el caso actualmente», destacó Chapman.

Consultado por la AFP sobre la necesidad de órganos gratuitos, Noël respondió que «hace falta un consenso internacional sobre el hecho que el cuerpo humano y sus componentes no deben ser objeto de beneficios financieros», y dijo que es necesaria «una alternativa».

«Una gran parte del turismo de trasplantes se basa en la compra de riñones a personas vivas. Estas personas corren un riesgo. Es necesario desarrollar la donación de personas fallecidas», concluyó.

Escasez de órganos para trasplantes
Turismo de órganos

Deja un comentario