Ontología del Lenguaje y Distinciones
Cómo comprender y empatizar con las personas puede ayudarnos a tener mejores relaciones personales y laborales.

Ontología del Lenguaje y Distinciones

Uno de los elementos que distinguen a los seres humanos del resto de los seres vivos es la capacidad para comunicarse de manera sistematizada y comprensible, es decir, utilizando un lenguaje.

Rafael Echeverría escribió en 1994 “La ontología del lenguaje”, una tesis en la que trata de explicarnos cómo el ser humano es un ser intrínsecamente lingüístico. Somos y nos relacionamos a través de conversaciones.

El ser humano es capaz de rediseñarse mediante el lenguaje. Cada uno tenemos la capacidad de reinventar ideas y propósitos para sí mismos. En este contexto, el esfuerzo por entender la conducta del hombre le llevó a postular dos principios fundamentales:

1.- No sabemos cómo son las cosas. Sólo sabemos cómo las observamos o cómo las interpretamos en base a nuestras creencias. Vivimos en un mundo interpretativo. En muchas ocasiones vemos solo aquello que queremos ver. En un momento dado todos podemos aferrarnos a la idea que sea hasta el punto de desinteresarnos por la verdad en sí. Es decir, llegamos a creernos que tenemos razón por el simple hecho de repetir nuestros propios juicios.

2.- No sólo actuamos de acuerdo a cómo somos; sino que también somos de acuerdo a cómo actuamos. Es decir, la acción genera ser. Uno deviene de acuerdo a lo que hace. Cuando actuamos de cierta manera, enviamos señales a los demás de cómo somos realmente como personas. Podemos afirmar que somos lo que hacemos.

En este sentido siempre me ha llamado la atención cómo un mismo objeto, un mismo hecho, puede ser interpretado y tener significados muy diferentes dependiendo de la persona que lo observe. Cada uno lo verá desde su perspectiva, influenciado entre otras cosas por su experiencia, cultura y creencias. Albert Eisntein subrayó cómo “nuestro lenguaje forma nuestras vidas y hechiza nuestro pensamiento”.

Cuanta mayor consciencia tengamos de este hecho, mayor será nuestra capacidad de lograr una comunicación efectiva, comprender a las personas, empatizar con ellas y evitar numerosos conflictos interpersonales.

Y es aquí cuando conecto con el concepto de “distinciones”, que nos ayudan a ampliar nuestro campo de visión, a observar las cosas con una mirada diferente y a reflexionar sobre nuestra forma de actuar.

Quien distingue es siempre un observador, alguien que mira desde su propia concepción del mundo, desde su historia, su cultura y sus experiencias. No es posible separar el objeto a distinguir del observador que distingue. Por este motivo no existen interpretaciones buenas o malas. Si la percepción de la realidad es subjetiva y depende del observador y de su concepción del mundo, entonces tenemos que aceptarla posibilidad de que existan tantas interpretaciones como observadores y que todas ellas son igualmente legítimas.

Este concepto me parece extraordinariamente útil tanto para la vida personal como profesional. Aceptar y entender a la persona que tenemos delante nos ayudará definitivamente a comprenderle mejor y evitar numerosos conflictos potenciales.

Bibliografía:

Ontología del Lenguaje. Rafael Echeverría.

No es lo mismo. Silvia Guarnieri y Miriam Ortiz de Zárate


Inicia sesión para ver o añadir un comentario.