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Los telómeros (del griego ‘telos’, final; y ‘meros’, parte) son estructuras situadas en el extremo
de los cromosomas cuya misión es proporcionarles protección y estabilidad. A medida que las
células se dividen, los telómeros se acortan y este acortamiento se contrarresta mediante la
acción de la telomerasa.
TELÓMEROS Y TELOMERASA
Los telómeros son complejos especializados de DNA proteína que se encuentran en los
extremos de los cromosomas lineales y los protege de la degradación y pérdida de genes
esenciales. Consisten en repeticiones de nucleótidos en número variable, unidas a un complejo
multiproteico denominado shelterina/telosoma. La replicación de los telómeros presenta un
dilema especial “el problema de la replicación terminal”, que se debe a que el mecanismo de
replicación del DNA en los cromosomas lineales es diferente para cada una de las cadenas de
DNA y es esto lo que ocasiona el acortamiento telomérico. Durante la división celular, los
telómeros de las células somáticas normales no pueden replicarse en su Totalidad por el
complejo convencional DNA polimerasa y esto se debe a la diferencia en la replicación de las
dos cadenas del DNA.
Para solucionar este problema la mayoría de las células eucariotas utilizan la telomerasa, una
ribonucleoproteína retrotranscriptasa que actúa alargando los extremos de los cromosomas
con una secuencia telomérica específica, utilizando como molde una porción de su propio
componente integral RNA.
Las repeticiones teloméricas perdidas se regeneran por una transcriptasa inversa denominada
telomerasa.
Los telómeros
van unidos al complejo multiproteico shelterina/ telosoma, que ejerce un papel fundamental
en la regulación de la longitud telomérica y en su protección. Los telómeros consisten en
secuencias repetitivas ricas en guanina (G) que se desarrollan en dirección 5’→3’, con la
cadena complementaria, rica en citidina (C). Las secuencias teloméricas pueden variar entre las
especies
Las repeticiones teloméricas están unidas al complejo shelterina (Figura 3) que contiene una
serie de factores. De éstos, unos se unen directamente a la cadena G sencilla que sobresale,
como el heterodímero de protección de los telómeros Pot1/TTP, y otros se unen a la región
telomérica de doble cadena, como los factores de unión a las repeticiones teloméricas TRF1 y
TRF2 que interaccionan con Rap1 (proteína represora activadora 1) y Tin2 (proteína 2 nuclear
que interacciona con TRF1). El TRF1 también reúne en los telómeros las poli(ADP)-ribosilasas
TANK1 y TANK2 o tanquirasas. Se ha propuesto que las TRF1 y las proteínas que interaccionan
con TRF1 regulan la longitud telomérica mediante el control del acceso de la telomerasa al
telómero. TRF2 y Pot1 intervienen en la regulación de la longitud del telómero y tienen
papeles adicionales de protección, porque previenen las fusiones entre los extremos
cromosómicos. El papel del TRF2 en la protección del telómero puede relacionarse con la
señalización del daño al DNA y factores de reparación.
TELÓMEROS Además del complejo shelterina, los telómeros y subtelómeros están también
unidos a nucleosomas enriquecidos en modificaciones en las histonas, características de
dominios constitutivos de la heterocromatina. Estas modificaciones son la trimetilación de la
histona H3 en la lisina 9 (H3K9) y la de la histona H4 en la lisina 20 (H4K20), y están catalizadas
por las histona-metiltransferasas. Las proteínas heterocromatínicas HP1α y HP1β se unen a los
dominios teloméricos y subteloméricos debido a su afinidad por residuos trimetilados de H3K9
Las células madre adultas o somáticas son la fuente regeneradora de los distintos tejidos del
organismo. Se ponen en acción cuando se produce un daño tisular y emigran desde sus nichos
hasta el lugar que tienen que reparar o restaurar. Sin embargo, si se multiplican en exceso, o
demasiado poco, pueden ser origen de cáncer o de enfermedades relacionadas con el
envejecimiento, respectivamente.
Los plásmidos son elementos genéticos extracromosómicos que se han encontrado
esencialmente en todos los tipos de bacterias estudiadas hasta la fecha. Dependiendo de su
tamaño pueden codificar desde unas cuantas proteínas hasta cientos de ellas. Sin embargo,
raramente codifican productos esenciales para el crecimiento celular, tales como ARN
polimerasas o enzimas del ciclo de los ácidos tricarboxílicos. Los plásmidos se replican de
manera autónoma con respecto al cromosoma, ya que codifican elementos propios que
controlan su replicación.
La replicación de estos plásmidos denominados RC, se realiza en dos etapas bien definidas, la
síntesis de la cadena temprana y la síntesis de la cadena tardía. Este mecanismo no está
restringido a plásmidos de bacterias Gram positivas y se han incrementando los reportes de
plásmidos RC caracterizados en bacterias Gram negativas y Arqueas Para que ocurra la
replicación de un plásmido RC se requieren tres módulos estructurales: (i) El gen rep que
codifica la proteína iniciadora de la replicación (Rep) de la cadena temprana y sus elementos
regulatorios; (ii) el origen de replicación de la doble cadena (dso), el cual es reconocido por la
proteína Rep; y (iii) el origen de la cadena sencilla (sso), reconocido por factores del hospedero
(ARN polimerasa). En los plásmidos RC pueden estar presentes otros módulos no esenciales
para la replicación, como el gen mob, el cual codifica una proteína involucrada en la
movilización de diversos plásmidos (de manera natural, algunos plásmidos poseen estos genes
mob cuyo producto participa en la transferencia de ADN), o bien los genes de resistencia a
antibióticos