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cM rimar1a
1 : 86 -1930
Una aventura de niñas y maestras
María LoretC) Egztña / lván Núñez Prieto/ Cecilia Salinas Álvarez
1 p,,.
••
LOM PALABRA DE LA LENGUA YÁMANA QUE SIGNIFICA SOL
R.P.I: 128.607
ISBN : 956-282-505-1
El presente estudio se realizó mediante el aporte de Fondecyt entre los años 1998 y 2000.
CAPÍTULO 1
1 . Por qué educar al pueblo:
la formación de un sistema educativo nacional.
·
las naciones, · d a l las masas, sistemando
instruyendo .: en el testino
los trabajos, ,n,
de
o ,mora izando
al pueblo. La educación popular. no solo es fuente de prosperidad mora,, .
a 1 sino
también de prosperidad material, porque trae consigo el perfeccionamiento
de las artes y de las industrias y la contracción al trabajo; un pueblo educado
e instruido convenientemente, es un pueblo fuerte, próspero y feliz".B
En la instrucción del pueblo se veía también una forma de enfrentar la
inseguridad que provocan las masas populares en relación a actos delictuales
como elementos utilizables por caudillos para las revueltas políticas. En El Fe-
[rrocarrl de Noviembre de 1859 se expresaba: "El bienestar y la ilustración de las
V últimas clases de una sociedad es cuestión más trascendental de lo que se cree.
A ellos están vinculados vitales intereses como son los de la moralidad, el or-
den y el buen gobierno. Donde las últimas clases de la sociedad arrastran una
existencia difícil, el vicio y el crimen tienen profundas raíces y la perturbación
pública motivos siempre permanentes para obrarse. Es cosa sabida que no hai
peores consejeros que la miseria y la ignorancia. No hai crimen que ellos no
conciban, aberración que no sustenten, daño que no alienten. Clases faltas de
•
bienestar y de ilustración son el peligro mas real, efectivo, permanente y difícil
de conjurar que puede tener en constante asedio a una nación"9.
La relación entre la educación del pueblo y el progreso del país, el au-
mento de la civilización y el bienestar general, aparecía en forma reiterada en
estos dos voceros de opinión. Reflexionando sobre el desarrollo de los países
de América Latina se expresaba en El Mercurio: "Por qué nuestros Estados de
~ j Sud América con constituciones tan libres como aquella... por qué decimos no
$ han obtenido ni la paz ni el progreso ni la libertad de aquel? Nada más que
r:l porque se ha descuidado la educación del pueblo y se ha descuidado esa edu-
§ cación porque no se ha sabido apreciar los inmensos bienes que resultaban de
~ ella y tal vez, tal vez, porque hemos sido tan ignorantes que hemos creído
~ encontrar la felicidad de nuestros países en la estupidez de sus hijos" 10•
Í Se visualizaba a la educación del pueblo no solo como un proceso de
i / instrucción, de entrega de habilidades a nivel cognitivo, sino preferentemen-
º v te como una intervención sobre la vida cotidiana. El progreso y la civilización,
_¡_ constantemente aludidos, implicaban un cambio de "ideas y costumbres" no
solo de la elite sino especialmente del sector popular: "La instrucción popular
como toda reforma moral necesita iniciarse de antemano en las costumbres ...
13
La Revista Católica, Santiago, 9 de Octubre de 1854.
14
D. Faustino Sarmiento, "De la Educación Popular", Obras de D. Faustino Sarmiento, Tomo
XI, Buenos Aires, 1896, p. 38.
del pensamiento francés respecto a la educación del pueblo. Es así como per-
ciben la instrucción primaria como un instrumento del desarrollo económico
y del progreso, como asimismo, de estabilidad política y de orden. La repú-
blica, contrapuesta a la monarquía "...es el gobierno de todos para todos, todos
deben ser instruidos para que todos puedan gobernar... es preciso que la ins-
trucción no sea un privilegio de las clases acomodadas, sino que se derrame
sin restricción alguna por todo el ámbito del territorio"1s
La formación de hábitos, el cambio en las costumbres, el adaptarse a
horarios y disciplinas, constituyen elementos que, unidos a los conocimien-
tos que entrega la escuela, contribuyen al progreso del país y a la formación
de trabajadores inteligentes; expresaban al respecto: "...la industria no florece
sino en los países civilizados... un pueblo estúpido i grosero puede producir
cargadores... bestias humanas capaces de transportar los fardos más pesados,
o peones... máquinas animadas capaces de determinados movimientos... pero
no esos obreros inteligentes a quienes la instrucción primaria comunica la
fuerza a la par que la destreza ... La fundación de escuelas es la manera más
eficaz de que surjan las fábricas y talleres"16•
Los niños al desarrollar en la escuela hábitos de orden, de sumisión, de
trabajo continuado, serán capaces de aplicarlos más tarde en sus trabajos, con-
virtiéndose en hombres honrados que desempeñarán con exactitud su trabajo.
Por lo demás, mientras más instruidas son las personas, más claramente per- 1e
ciben los castigos cuando se infringen las leyes.
17
El Mercurio, 27 de Agosto de 1843.
18
Sesiones del Congreso Nacional, 19 Sesión, 26 de Julio de 1848; 3° sesión extraordinaria,
19 de Octubre de 1849, Boletín de Sesiones de los Cuerpos Legislativos, pág. 13.
El largo tiempo que duró el debate de esta Ley es indicador que el tema
de la educación del pueblo fue un tema polémico más que consensual. En el
fondo, esa controversia intentaba responder, desde distintas visiones de muT--
do, a la pregunta ¿Por que educar el pueblo? Finalmente, en el año 1860, se
aprobó la Ley de Instrucción Primaria.
2. La educación de la mujer, un elemento fundamental de
la educación del pueblo.
•
tores de las de varones, puesto que aquellas han sido hasta ahora
imperfectamente educadas. Es mui diferente la educación de la mujer de la del
varón, en su esencia y en sus medios y pareció conveniente que se hiciese para
aquella una nueva leí, leí que no se hará esperar diez años, como ha dicho el sr.
Diputado por Santiago (M. Montt) sino que puede darse pronto; pero cuya
aplicación sea precisa al objeto para que se la destina, sin amalgamar lo que no
debe unirse. Se creyó pues conveniente preparar la instrucción de las mujeres
antes de ponerla en planta. Este ciertamente no es un inconveniente que pueda
echarse en cara al proyecto sometido por primera vez a discusión"?1.
En este breve párrafo se explicitan los argumentos más recurrentes que
se esgrimen en contra de la educación de las mujeres. Se acepta el principio
que deben educarse, pero se consagra que su educación debe ser diferente;
deben aprender menos y con un menor nivel: "los maestros" enseñan a las
niñas, "los Directores" a los niños. La ley especial para las niñas permitirá
consagrar la diferencia y legitimarla, es decir, no juntar lo que no debe estar
junto, la discriminación más explícita amparada por el principio que nadie
mega: que los hombres y mujeres se deben instruir.
20
Sesiones del Congreso Nacional, 30 Sesión Extraordinaria, 19 de Octubre de 1849, Bole-
tín de Sesiones de los Cuerpos Legislativos, p. 13.
21
Sesiones del Congreso Nacional, 30 Sesión Extraordinaria, 19 de Octubre de 1849, Bole-
tín de Sesiones de los Cuerpos Legislativos, p. 19.
El ministro García Reyes representa al sector conservador tradicional
que no se mostró entusiasta ni con la educación del pueblo ni con la de las
mujeres. En su proyecto de ley no se propusieron medidas para financiar la
instrucción primaria, sino más bien se normaron aspectos técnico-pedagógi-
cos y administrativos. Indudablemente que sin un soporte financiero explícito,
la educación de los niños del pueblo no avanzaría a un ritmo mayor y la de
las niñas, no podría ni siquiera empezar a promoverse.
Los sectores conservadores modemizantes y mercantiles, a través de
sus voceros El Mercurio y El Ferrocarril, y de sus políticos como M. Montt,
junto a liberales e intelectuales, sacarán adelante la legislación para la educa-
ciódel pueblo y al interior de ésta, la educación de la mujer.
Es evidente que la discusión sobre el tema estaba presente en las pre-
ocupaciones de la época. Las fuentes que se detallan a continuación así lo
reflejan.
•
reconocimiento de las oportunidades de desarrollo de los hombres frente a las
restricciones que tiene la mujer, y no por su falta de capacidad, nuevamente
sitúa la relación entre hombres y mujeres en una construcción cultural, en una
relación de género. Llama la atención que se exprese una postura de ese tipo en
un momento que aun se debate la legislación sobre la educación del pueblo.
El artículo continúa: "Llamamos pues la atención del país sobre este
asunto, porque creemos que un plan de estudios para la mujer sería una me-
dida altamente social y civilizadora. ¿Por acaso no hai artes, no hai oficios, no
hai ciencias que sean a propósito para ella y que puedan asegurarle un porve-
nir? Los establecimientos fiscales y municipales de educación para la mujer
que hasta ahora tenemos son sumamente incompletos; lectura, escritura y
algunas nociones de gramática y aritmética, como los ejercicios de labor, son
las únicas cosas que se les enseña; y esto no basta para constituir una educa-
c10n que pueda salvarla de la cruel alternativa en que se encuentra: entre la
miseria y el vicio"24•
23
El Mercurio, ídem
24
El Mercurio, ídem.
tipo, nos remite a la preocupación de diferentes actores por la educación del
pueblo y la de la mujer; se trata de "civilizar" al pueblo.
Tres años más tarde, en 1860, aparece en El Mercurio un artículo sobre la
importancia de la educación de la mujer, a raíz de los exámenes de las escue-
las de niñas rendidos en Valparaíso. Junto con celebrar lo exitosos que éstos
han sido, se expresan opiniones sobre lo importante que es para el adelanto
de la sociedad que las mujeres se eduquen: "Sin la educación de la mujer no
vemos más que vicio y desolación, en vez de virtud y consuelo. Y entonces,
¿por qué no nos hemos de empeñar en ella? Porqué no le hemos de dar toda la
importancia que merece? ¿Y por qué no han de arrancamos un rasgo de entu-
siasno los examenes de niñas que han tenido lugar en Valparaíso? Esas jóvenes
del pueblo, instruidas hoi, serán mañana esposas y madres: educadas, apre-
ciarán la educación; virtuosas, amarán la virtud... Así pues, ellas llevan ahora
el jérmen de la rejeneración de nuestras masas, la semilla de la virtud del
pueblo, porque como esposas y como madres inculcarán en sus maridos y
en sus hijos las lecciones que han recibido, e irán a fecundar la virtud y la
ilustración que ahora en ellas nace y se desenvuelve. En la educación de la
mujer está comprendido el progreso de la humanidad: trabajemos por con-
seguirla"3.
En este texto ya se identifica un presupuesto que estará en la base de la
valoración de la educación de la mujer y especialmente de las niñas del pue- 23
blo: la mujer como un agente educativo primordial en la regeneración de las
costumbres, desde su rol maternal, en la crianza y formación de los niños en
la familia. La moralización a través de la educación será un elemento central
tanto de la educación del pueblo como, específicamente, de la educación de la
mujer.
Otro aspecto abordado anteriormente y que aparece en el periódico de
la Sociedad de Artesanos de Talca, en 1871, es la necesidad de que la mujer
deje la dependencia absoluta del hombre y tenga las capacidades para auto-
sustentarse. Se expresaba al respecto: "La mujer que no trabaja no puede ser
nunca 'más que mujer'. Por muí educada e instruida que sea; siempre su único
amparo y el único sostén será el hombre, siempre será el objeto que el hombre
respeta, quiere, proteje y cuida porque es mujer; por que es ese ser débil mirado
hasta ahora casi con lástima, casi como esclavo. La mujer instruida, virtuosa y
trabajadora se basta a sí misma para vivir en la abundancia y es el sostén de
su familia. No ha menester que el hombre le arroje un vestido o un pan. Ella
se lo procura por sí sola y hasta puede darlo al hombre" 3.
j
mujer solo recibe una instrucción que cultiva su espíritu, que morijera sus
facultades intelectuales, pero no una instrucción que la impele a dedicarse a
alguna profesión o industria que la haga no necesitar el ausiJio del hombre
para su subsistencia"27•
En términos prácticos y aludiendo a la instrucción en las escuelas se
expresa: "Para la enseñanza de la mujer, la economía doméstica debe esten-
derse a la economía jeneral; debe estenderse a la enseñanza práctica de alguna
profesión o industria. Con un conocimiento así, la pudiente sabrá mandar (si
no quiere o no tiene necesidad de ocuparse) y la pobre sabrá ganar su vida
con libertad y desahogo".
Y termina el artículo con las siguientes ideas: "No basta enseñar a una
mujer el modo de gobernar una casa; es necesario enseñarle el modo de ad-
quirir esa casa. No basta darle reglas para economizar el dinero; es preciso
enseñarle a adquirir ese dinero"28.
La instrucción de la mujer, así como lo expresaba El Artesano, no es lo
comun en el período; sin embargo, considerar a la instrucción de la mujer
como un medio para la subsistencia de ella y su familia fue una preocupación
que progresivamente se fue consensuando y que permeó, aunque precaria-
mente, a los currículos escolares.
11
El Artesano, ídem.
El Artesano, ídem
Sin embargo, el mismo periódico se plantea una posición diferente
respecto al sentido que tendrá la educación de la mujer: debe instruirse,
para ejercer con mayor perfección el rol que la sociedad le asigna, el gobier-
no del mundo privado: "Es verdad que las mujeres no están destinadas a
gobernar los Estados, ni a darles leyes ni a ensanchar el dominio de las cien-
cias; ¿pero quién les disputará el derecho innegable que ellas tienen al goce
de su entendimiento, al aprecio de sus amigos y a la estricta obligación que
también tienen de dirigir las primeras ideas e impresiones de sus hijos o
domésticos?"29
Un artículo de El Mercurio de 1881 reforzaba esta idea de la educación
de la mujer en relación con un mejor cumplimiento de su rol. Se hace la distin-
ción entre educación e instrucción, asignándole a la educación la tarea de
formar en valores y buenas costumbres. Se distinguen claramente los espa-
cios que le competen a hombres y mujeres en la sociedad y, en función de
ellos, la educación que les corresponde: "El campo de operaciones para el
hombre es el mundo, el tráfago de los negocios es su elemento... El centro de
evolución de la mujer es la casa; allí está su trono, desde el cual ejerce una
influencia bienhechora o perniciosa, pero siempre poderosísima sobre la so-
ciedad. De esto se desprende que si para el hombre es la educación necesaria
y preferente como base de la instrucción y prenda de sus buenos frutos, para
la mujer la educación es todo: no ya solo lo preferente sino lo esencial"". 25
Después de afirmar que no hay oposición a que la mujer se instruya, se
caracteriza la educación gue debe tener: "La mujer puede cultivar el arte, en
cuyo campo despliega sus alas el sentimiento... Puede y debe conocer las cien-
cias, pero como conoce las flores, para adornarse con sus galas y para aspirar
su aroma, no para profundizar sus arcanos. No debe ser ajena a ninguno de
los asuntos de la vida, a ninguno de los progresos de la industria porque para
educar y ser educada no debe nunca oír a los hombres sin entenderles"31•
El círculo de la dependencia se cierra. La mujer debe instruirse y acce-
der al conocimiento en función del hombre, para entenderlo; debe educarse
también en función de favorecer la presencia de virtudes morales de la fami-
lia. No se vuelven a mencionar las capacidades de autosustento, o la necesidad
de enriquecer su instrucción. Se considera a la familia y al hogar como "las
verdaderas oficinas de la mujer. Allí su campo de operaciones, su natural y
bienhechora esfera de acción; allí su trono"?
36
Sarmiento, D. Faustino, De la Educación Popular, op. cit. p. 123.
37
Interesante resulta esta propuesta, a la luz de iniciativas que a nivel de la educación
básica desarrolla hoy día el Ministerio de Educación y que contemplan la participación
de ayudantes-madres en el primer subciclo.
En la década de los 70, desde una postura liberal, el destacado educa-
dor portorriqueño Eugenio María Hostos, abogaba por la educación científica
de la mujer. Su discurso tiene el tinte de la modernidad, puesto que se atreve
a tocar temas vedados por la Iglesia Católica y sus seguidores conservadores.
Hostos, perfectamente consciente de la dificultad que implica su proposición,
ante la resistencia de los sectores tradicionales, insiste en que el aislamiento
intelectual al que se somete a la mujer es un peligro para la sociedad, en la
medida que su rol de madre la convierte en educadora de las nuevas genera-
ciones: "Conocedora i creadora de las leyes inmutables del universo, del
planeta, del espíritu, de las sociedades, libre ya de las supersticiones, de los
errores, de los terrores en que continuamente zozobran sus sentimientos, su
razó t i su voluntad, ¿no sabría ser la primer i la última educadora de sus
hijos, la primera para dirijir sus facultades, la última para moderar sus activi-
dades, presentándoles siempre lo bello, lo bueno, lo verdadero como meta?"38
Hostos es tributario, también, de la ideología imperante en los siglos
J
XIX y XX que resume la ecuación (Mujer= Madre= Educadora) y cuya fuerza 2o
es la de la verdad absoluta. Por otra parte, la mujer, sin instrucción es un ser +oye
incompleto, no como el hombre, que sí lo es: "La mujer es siempre madre; deJ _,,,
sus hijos, porque les ha revelado la existencia; de su amado, porque le ha
revelado la armonía. Madre, amante, esposa, toda mujer es una influencia.
Armad de conocimientos científicos esa influencia, i soñar la existencia, la feli-
cidad i la armonía inefable de que gozaría el hombre en el planeta, si la dadora, 29
si la embellecedora, si la compañera de la vida fuera, como madre, nuestro
guía científico; corno amada, la amante reflexiva de nuestra ideas i de nues-
tros designios virtuosos; corno esposa, la compañera de nuestro cuerpo, de
nuestra razón, de nuestros sentimientos, de nuestra voluntad i de nuestra
conciencia. Sería hombre completo. Hoi no lo es"39.
Hay una innegable influencia del positivismo en los escritos de Eugenio
María Hostos. Su convicción es que la educación científica de la mujer es la
apertura hacia el camino del progreso, en el contexto de su época que vive un
momento de reconstrucción moral e intelectual; los materiales que la harán
posible están en el aprendizaje y la práctica de la ciencia. Avizora la posibilidad
de "resolver el problema de nuestro tiempo, basado en una nueva educación,
una nueva humanidas". Entrega un programa completo de contenidos para
educar a la mujer para la ciencia que incluye conocimientos de física, astrono-
mía, biología, química, paleontología, geografía, antropología y sociología.
j dar la educación que habían recibido los niños indígenas, posibles sus futuros
esposos de esa población.
Desde otro punto de vista, y considerando la descripción del proceso
de "civilización" que se ha desarrollado con los niños indígenas en las misio-
nes, es posible pensar que la demora del proceso de escolarización de las niñas
indígenas redundó en bien de la cultura indígena: ellas podrían conservar lo
que con tanto esmero intentaban "eliminar" los padres misioneros.
45
Fondo Arzobispado de Santiago, Vol. 12, Misiones de Propaganda, 1865.
Memoria Ministerio de Justicia e Instrucción Pública, 1857, p. 19.
En una editorial de El Monitor de las Escuelas Primarias se comentaba la
Memoria Ministerial en la parte referida a la educación de las mujeres: "Pasó
ya el tiempo en que se ponía en duda y aun se juzgaba perjudicial la ilustra-
ción y la educación de la mujer; no es ya menester probar que ella como el
hombre tiene corazón e inteligencia, y que como hija y madre le competen
importantes tareas en el hogar, en la sociedad y en el país. A la mujer está
encargada la vida física, intelectual y moral del hombre en sus primeros años
de existencia; los jérmenes recibidos entonces por el niño son las tendencias,
los hábitos y creencias que por lo jeneral predominarán en el hombre. La his-
toria de los grandes crímenes y virtudes, como la de los grandes crímenes y la
conciencia misma de cada individuo, son las razones que han devuelto a la
mujer el puesto que le corresponde en la escala social":16
La preocupación expresada desde el Ministerio se conjugaba con in-
quietudes presentes en El Monitor: la educación de la mujer, en el contexto de
la educación del pueblo, tenía un rol particular. La responsabilidad de la for-
mación moral que comienza en el hogar, pero que se proyecta al conjunto de
la sociedad.
Durante la Presidencia de Domingo Santa María fue inaugurado un
amplio y hermoso edificio para la Escuela Normal Femenina Nºl, habiéndose
iniciado además, en esa misma época, la reforma de las Escuelas Normales,
contratándose profesorado alemán y austriaco. En el discurso inaugural del 33
nuevo edificio, expresaba el Presidente de la República el consenso existente
sobre la instrucción de la mujer y los grados de esa instrucción: "Hoy ya no se
disputa entre los hombres la necesidad y la conveniencia de instruir a la mujer,
ni sobre los grados que ha de tener esta instrucción. Es un hecho reconocido
que la mujer tiene en el desarrollo de la sociedad moderna la misma benéfica
y poderosa influencia que tienen las aguas que, derramadas por el campo, le
fertilizan y embellecen"."7
Reconocía además que si bien se habían empeñado en la instrucción de
los niños, estaban en deuda con la de las niñas, por no haber organizado una
Escuela Normal respectiva. Resalta igualmente la importancia de contar con
maestras que tuvieran una formación adecuada a las responsabilidades que
debían asumir y se refería al sentido de la escuela: "La escuela es la fragua en
que se templa el corazón del niño y se le infunde el amor al trabajo y a lo
honesto, y en el corazón de la niña el amor a la virtud, que es la más preciada
joya que puede adornarla más tarde como madre"."
El Monitor de las Escuelas Primarias, T. VII, Agosto 1859, N" 11, p. 224.
a7 Inauguración de la Escuela Normal de Preceptoras, Revista de Instrucción Primaria, Año
1, p. 14.
s ídem, p. 15.
Los distintos textos aquí considerados dan cuenta d. .
presente el desarrollo de la virtu td y e l rol materno cuandoeque . sien Pre está
• a la educación
cias • , de la mu¡er. :i t· • .
• E n detnativa, l los textos tienen se• 11acen
. re fere _
. . candad 11
de la mu¡er como garante de los valores y virtudes en la farn1·¡· respecto
dad y del hombre como el procurador del sustento y generadorª dY en J ~ 80Cte-
1
.
e 1 la rique4
j
CAPÍTUL02
1 . Antecedentes.
49 Actas del Cabildo de Santiago durante el período llamado de la Patria Vieja. 1810-1814.
Fondo Histórico y Bibliográfico José Toribio Medina, Santiago de Chile, 1960, p. 243.
50 Amanda Labarca, Historia de la enseñanza en Chile. Imprenta Universitaria. Santiago, 1931,
pp. 88, 89.
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hll
ailó principiado en e
l antiguo sistema; i convencido {
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elección de maestros para la ensenanza de las primeras let. acierto en
. instrucción
mejor . • f
• , a 1 la mtanc1a, ras pende el I da,y1 a
. f tormar b uenas inclinaciono:
I
hacer ciudadanos útiles i virtuosos".51 es costumbres~
j 13. "Las maestras de niñas deben ser personas de una vida la más califi-
cada y virtuosa, i se declara su destino por uno de los más honrosos i distinguidos
del Estado. Para permitirles la enseñanza, deberá preceder informe de la vida i
costumbres, examen de doctrina por persona que dipute el párroco respectivo i
aprobación de la justicia con audiencia del procurador del cabildo",
15. "Todo hombre o mujer, que a mas de los maestros nombrados i cos-
teados por el Estado, quiera enseñar las primeras letras puede hacerlo pasando
por lasformalidades dispuestas: i percibiendo la pensión que acordare con los
educandos: el Gobierno reconoce que en esto practican un servicio a la patria,
mui recomendable".52
En la metrópoli hispana, la educación de las mujeres y particularmente
la de las niñas pobres, encontró enormes resistencias a lo largo del siglo XIX Y
cuando se le admitió, fue entendida como un asunto privado y no público Y
definida, de manera reducida, como formación moral y preparación para la
maternidad y para el rol subordinado de género. Es solo en 1857, que la Ley
Moyana estableció la obligación de crear tanto escuelas de niños como de
niñas. En Chile, se estableció tempranamente esta obligación, aunque todo
indica que las guerras de la Independencia y las dificultades de la construc-
ción de la nueva república retrasaron el cumplimiento del precepto.
51
Junta Suprema de Chile, "Reglamento para los Maestros de Primeras Letras", Santiago,
18 de junio de 1813; en Ponce, Manuel Antonio, Prontuario de Legislación Escolar, Impren-
52
ta Ercilla, Santiago, 1890, pág. 409.
ldem; p. 412.
Por otra parte, el Reglamento para los Maestros de Primeras Letras ubicaba
en primer lugar del programa para la educación de niñas, enseñar a leer y
escribir, indicando que las maestras lo serán antes que nada de primeras le-
tras y no solo enseñantes de las habilidades para desempeñarse en el hogar.
No obstante lo anterior, también se exigía a las maestras que fueran virtuosas,
a fin que pudieran hacer también formación moral, así como también estipu-
laba que: 16. "En ninguna escuela se enseñarán niños de ambos sexos. Las
maestras solo admitirán mujeres i los maestros varones".53
El gobierno republicano naciente tiene clara la necesidad de incorporar a
las mujeres al desarrollo económico. En efecto, al año siguiente del nombra-
miento de Bernardo OHiggins -ungido Director Supremo en 1817, luego de la
victoria de Chacabuco- se constituyó la Sociedad de Amigos de Chile, cuyo
objetivo era promover el adelanto del país "en todos los ramos de la industria".
El artículo N 3 de sus Estatutos, establecía: "Procurará también establecer es-
cuelas para mujeres, en que se les enseñe a hilar al huso, y al tomo, a tejer,
bordar y demás cosas propias de su industria..."51. Los establecimientos para
niñas fueron orientados, en sus comienzos y como lo señala Labarca, a escuelas
para niñas de familias pudientes.55
Entre los precursores de la instrucción femenina está también Juan Ega-
ña. El patriota conservador expresaba en su proyecto de creación del Instituto
Nacional: "...debe comprenderse sobre todo un colegio de mujeres, donde a 39
más de la instrucción y educación nacional proporcionada, aprendan los ofi-
cios y artes compatibles a su sexo. En estos colegios se educarán y auxiliarán
gratuitamente mujeres que después se destinen en sus casas particulares a
enseñar a las jóvenes en sus respectivos barrios aquella educación, costum-
bres y ejercicios que aprendieron en el Instituto, visitándolas y velando sobre
su conducta los jefes y ministros del Instituto y la a fin de que su vida sea la
más calificada y virtuosa, declarándose su destino por de los más honrosos y
distinguidos de la República"." La escuela de mujeres en el Instituto Nacio-
nal no prosperó, pero sí la proposición de Egaña de preparar maestras.
Cabe destacar que sus ideas, loables y oportunas, están teñidas del este-
reotipo, común en la época, de la inhabilidad de las mujeres, de su infantilismo,
por lo que sus actividades deben estar sujetas a censura y supervisión. Con todo,
las niñas van a la escuela y el número de estudiantas crece sostenidamente.57
53
Ídem; p. 412.
54
Amanda Labarca, op. cit., p. 89.
55
Amanda Labarca, op. cit., p. 88.
56 Ricardo Donoso, Las ideas Políticas en Chile. Tierra Firme/Fondo de Cultura Económica.
México 1946.
57
En junio de 1843, ya había en Santiago, una matrícula total de 2.269 varones y 1.050
niñas en esas escuelas. Amanda Labarca, op. cit., p. 88.
En el Reglamento para las escuelas públicas del Est
"5 En estas escuelas se enseñará a leer, escribir icon1,,"9en 1819,,
·. ·idad ·teniendo], ' 'eía:
especial cui a o en que aprendan los jóvenes la gramát' os rnaest •
ica castel! ros
yéndoles d de I los f fundamentos
d de nuestra sagrada relijión, 1'I 4, "na, inste
. . . , a octn .
por el catecismo de Astete, Fleuri i compendio de Pouget, "acristian,
. ct· , procuranct .
I en I os primeros
traros rudimentos sobre el orijen y objeto d ? tlus-
derechos del hombre i sus obligaciones hacia ella i al Gobie e la sociedad,
. 'rno que la rij@".ss
Podna entenderse que el uso del término genérico "jóvenes" .
sión de referencias a "niños y niñas", significa exclusión de t Y la 0rn1-
. . es as últi
respecto a los contenidos curriculares esbozados. Pero una declare 'mas
.
ma I d e 1 gobierno
b d te O'H' .
lggins, en 1822, afirmaba que: " .es ac1on for'
. d 1 . . . . bl • • • • necesano
recuperar e 1 t 1empo e OCIO i tiniet .as, empezando por franquear a todo .
excepción de calidad, fortuna, sexo o edad, la entrada a las luces ... "59 s, sin
La legislación posterior, hasta la ley sobre instrucción primaria de 1860
es rica en normas diversas, continúa usando un lenguaje de indiferenciación
de género y abre la interrogante ¿se estaba ignorando o excluyendo a las ni-
ñas de la instrucción primaria? El Decreto de 1852, que fundó el Monitor de las
Escuelas Primarias, órgano oficial de la administración de la instrucción pri-
maria, da una pista cuando ordena que los intendentes y gobernadores deben
• remitir al Gobierno, a la mayor brevedad posible: "... los datos más aproxima-
tivos que puedan obtener sobre el número de escuelas de hombres i mujeres,
tanto fiscales i municipales como particulares Y con espresión de la ubicación
i capacidad medida de las escuelas, especificando las que poseen edificio pro-
pio i el número de alumnos que concurren a ellas, su sexo i edad, sus faltas de
asistencia, los libros adoptados para la enseñanza i ramos que ella abraza".60
Este instructivo suponía que había niños y niñas en las escuelas y esti-
maba significativo que la estadística oficial llevara cuenta del sexo de los
alumnos.
Otro hito que apunta a que quienes fundaron el sistema educativo te-
nían presente la educación de niños y niñas, es la política de formación de
maestras. En 1854, bajo la presidencia de Manuel Montt, se había fundado la
primera Escuela Normal de Preceptoras, aunque once años más tarde que la
Escuela Normal para hombres. La dirección de aquella fue encargada a las
monjas del Sagrado Corazón, encabezada por la religiosa Ana de Rousier.
58
República de Chile, "Reglamento para las escuelas públicas del Estado", 1819; en Ponce,
Manuel Antonio, 1890, op. cit., p. 415.
59
República de Chile, "Reglamento para las escuelas públicas del Estado", Decreto del 17
de enero de 1822; en Ponce, Manuel Antonio, 1890, 0p. cit., p. 420. _ _
60
República de Chile, Decreto de creación del periódico Monitor de las Escuelas Primarias, 6
de agosto de 1852; en Ponce, Manuel Antonio, 1890, op. cit., p. 440.
La Normal de Preceptoras se organizó con un currículum de cuatro
años de duración, con contenidos como lectura, escritura, dogma y moral
religiosa, gramática, geografía, dibujo, historia, métodos de "enseñanza mu-
tua y simultánea", además de bordado, costura y otras labores". La inclusión
de materias como gramática, geografía e historia, parecían aludir a una ima-
gen de formación no solo moral y práctica, sino también intelectual.
Sin embargo, en vez de proveer rápidamente el personal docente califi-
cado para la educación de niñas que ya alcanzaba cierto desarrollo en el país,
la Escuela Normal de Preceptoras tendió a desarrollarse como un estableci-
mien o asistencial para niñas de familias pobres y de madres viudas, dada la
beca cde 100 pesos anuales que recibían sus alumnas. De las cuarenta alumnas
de la primera promoción de la nueva Normal, solo egresaron nueve en 1857.
En sus primeros diez años de vida, logró que egresaran alrededor de seis per-
sonas al año.
Todos estos indicios permiten afirmar que en la primera mitad del si-
glo XDX, la educación primaria de niñas existía en Chile, aunque limitada si se
compara a la también precaria y escasa educación de niños.
2. Implementación de una política estatal de educación
primaria para niñas.
He acordado y decreto:
1. Se asigna la cantidad de trescientos pesos anuales a la casa de educa-
ción de niñas establecida en San Felipe por doiia Francisca Reyes de Lebrun.
2. La Directora es obligada a dar educación gratuita en moral cristiana,
costura, lectura, escritura y bordado a 40 niñas.
3. La espresada directora podrá recibir en su establecimiento alumnas
pensionistas y exijir aun a las agraciadas alguna contribución por los otros
ramos que se enseñaren en el colejio y que no estuvieren comprendidos entre
los que enumera el artículo anterior.
Refréndese, tómese razón y comuníquese
61
Boletín de las Leyes, Libro XIV, N" 4, p. 373.
"capacidad instalada" para educar gratuitamente a quienes no
. ·¡· , d contaba
d que se uh izo, apoya o y propuesto po
recursos fue un me1o n con
impugnado por otros y que finalmente fue eliminado. r algunos e
El apoyo financiero del Estado para esta misma fórmula
.1 +corres
de a los sueldos que oscilaban entre 240 y 300 pesos anuales ·on-
a I, d ,con cien
excepciones- que recibían as preceptoras e escuelas primarias fis _ as
ese penoid o, sien
. d o, eso s1, e »l programa a ensenar
·i =
mas reducido E3cales en
<.
palabras, los 3OOpesos que recibirá la Sra. Reyes de lebran por la ea,,","?
gratuita de 40 niñas son complementados con el ingreso de las alumnas "
, l es permitta
sionistas que, a d emas, • , acce d era o t·ras asignaturas.
• pen-
"Exmo. Señor
62
Fondo Ministerio de Hacienda, Volumen 104, 1854, F. 26.
Es posible pensar que iniciativas similares a la de la preceptora Anto-
nia González fueron impulsadas por algunos Visitadores, quienes, en conjunto
con las autoridades locales, procuraban aumentar la oferta educativa gratuita
para niños y niñas del pueblo, mientras se publicase un marco legal regulato-
rio para la misma.
Por otra parte, llegar a ser Preceptora Fiscal constituía una aspiración.
Así se lee en la solicitud de Teodora Velasco al Presidente:
"Teodora Velasco, viuda, ante V.E. con el mas devido respeto me presento y
igo: Que hacen treinta y ocho años a que estoi consagrada a la educación primaria
de ambos sexos de esta población. Mi nombre Exmo. Sr. es bien conocido y sifuere
preciso comprobar mis sacrificios personales y el de una hija exclusivamente dedi-
cada a la instrucción sustentando en sus hombros varias clases relativas a este
objeto, ofrezco informes satisfactorios de personas respetables que acrediten lo que
llebo espuesto... Oprimida con el peso de tantos trabajos sin haber obtenido un
J
compensatibo lisonjero y siendo amas mi situación en el día triste y melancólica
por estar sujeta a mil privaciones. En unión de mi hija Carmen elevamos a las
benevolas y liberales manos del Supremo Jefe de la Nación justo apreciador del
mérito, afin de que V.E. tomando en justa consideración la época de mis servicios
personales, se digne tenerme presente en alguna de las escuelasfiscales que hubie-
ren vacantes ó en caso contrario en la primera que se haya de proveer.
45
A V.E. suplico se sirva dar benigna acojida a mi presente solicitud. Es gra-
cia. Exmo. Sr".°
Otra iniciativa de esta índole, es el caso de la preceptora de Diaguitas,
provincia de Coquimbo, quien en 1858 hace llegar una petición al Ministro:
"Exmo. Sr.
63
Fondo Ministerio de Hacienda, Volumen 104, 1861, E. 84.
mdamentales de la ar.itmética. Por tanto Pido y suplico se sirva
ftsolicito. - 64
Es gracia V Exmo. S enor
acceder
como
Luisa Diaz
66
Memoria presentada al Consejo de la Universidad por el Rector don Andrés Bello, Mar-
zo, 1854.
respecto a la educación primaria de la mujer se produce en LUl co t
.- ·- ntext
educación para los niños y niñas del pueblo es aun muy precaria. en que la
En la década del 50, comienza a aumentarse la oferta edu .
. , 1 e b rm
tir del decidido apoyo que a esta e d ucac1on . d a el Presidente
cativa
M,' a par-
en relación a la proporción entre número de habitantes y niños que ontt.67 Y
ban, se entregaban los siguientes datos en la Memoria de 1859: el ~e educa-
• ascendíadi a 312.083 e d u can
51d ose en las esenumero de
Personas entre 7 y,:15años
1d
.
b ... 1
.
tentes 1 de cada 8jóvenes consideran o am os sexos; al distinguir pVuelas eis-
.- 'Or sexo se
concluía que se educaba uno de cada 6 niños y una de cada 14 niñas_68
En esa misma fecha había 329 escuelas fiscales de niños con 16.317alumn-
nos y 125 de niñas con 6.032 alumnas; 55 escuelas municipales atendían a
2.974 niños y 29 escuelas municipales atendían a 1.600 niñas; la educación
privada tenía 155 escuelas con 4.907 niños y71 escuelas con 1.900 ninas.%
Las escuelas privadas a que se refiere la Memoria estaban compuestas,
en parte, por escuelas conventuales o parroquiales o colegios para niñas aco-
modadas y en parte también, como también por preceptoras formadas en la
práctica, quienes por unos cuantos centavos mensuales (entre 25 ctvos. y dos
j
pesos 50)7 y más bien como un medio de subsistencia ed ueaban a niñas de
escasos recursos.
Hacia 1860, la desproporción entre la oferta educativa para niños y ni-
ñas seguía presente, aunque con variaciones según las provincias. Algunos
datos consignados por los Visitadores en sus Informes permiten tener una
idea al respecto: en el Departamento de San Carlos en 1861 existían 16 escue-
las primarias, de las cuales 5 eran fiscales de hombres, una municipal de
mujeres, 4 particulares de hombres, 3 de mujeres y 3 para ambos sexos, tam-
bién particulares. Se educaban 368 hombres en las fiscales y 100 mujeres en la
municipal; en las particulares asistían 148 hombres y 93 mujeres."
En 1860, se educaban en Valdivia 460 hombres y 109 mujeres; en el mis-
mo año, funcionaban en el Departamento de Ancud 3 escuelas de mujeres Y 9
de hombres Y en el Departamento de Castro 7 escuelas de niños y 3 de niñas. En
el Departamento de Concepción, en 1860, había 7 escuelas fiscales de hombres
67
Se aceleró el ritmo de fundación de escuelas. Así es como en la Memoria Ministerial de
1856
, se consignaba que en el lapso de un aro, Junio del 55 a Junio del 56, se habían
68 fundado 47 escuelas, 25 para hombres y 22 para mujeres.
69 Memoria del Ministerio de Instrucción Pública 1859
ldem ' •
70
72
Informe del Visitador de la provincia de Concepción, ídem, p. 281, 285.
73
Informe del Visitador de la provincia de Atacama, El Monitor de las Escuelas Primarias,
Tomo X, Noviembre 1863, N" 14, p. 251.
Informe del Visitador de la provincia del Maule, El Monitor de las Escuelas Primarias, Tomo
IX, Julio 1861, N" 10, p. 301.
75 Informe del Visitador de Escuelas de la provincia de Chiloé, El Monitor de las Escuelas
Primarias, Tomo VIII, Enero 1860, N" 3, p. 120.
Chiloé se distinguió por un importante d
A pesar d e que . esarrol]
.- muchas de ellas muy precarias y costeadas p o de
escuelas para nmos, . f . d "orlo4
por una baja oferta educativa para niñas. y, Pa
ti +.
.
< +b i 6:
76
Informe del Visitador de la provincia de Concepción, ídem, p. 174.
77
Informe del Visitador de Escuelas de la provincia de Atacama, El Monitor de las Escuelas
Primarias, Tomo VII, Mayo 15 de 1859, N" 8, p. 242.
Sin duda que la escasa disponibilidad de preceptorado para las escue-
las de mujeres fue un problema que se plantearon los Visitadores y las
autoridades; a fines de la década del 50 y desde la Escuela Normal de Mujeres
habían egresado seis normalistas. Por lo demás y considerando la costumbre
que babia de no educar a las mujeres, era comprensible que las que ejercían la
docencia contaran con pocos conocimientos en comparación con sus colegas
hombres, los que además contaban con una Escuela Normal de buen nivel y
recursos desde 1842. Hacia 1859 ya existían al menos 10 promociones de nor-
malistas hombres al lado de una de mujeres.
En una editorial de El Monitor de las Escuelas Primarias comentando la
información entregada por la Memoria Ministerial de 1859, se refería al pro-
blema ce la falta de preceptoras capacitadas para ejercer la docencia en las
escuelas de niñas. Se constataba que las preceptoras en ejercicio eran respon-
sables y de buena conducta pero: "...es proverbial la moralidad de las
intitutrices del campo y de las ciudades, los elojios que a este respecto se les
tributa son muí merecidos; pero en cuanto a conocimientos se hallan muí atrás
de los preceptores y de las necesidades de la época. Se requiere pues y con
mayor ahínco el fomento de la escuela normal de institutrices, ya sea para
iniciar al bello sexo en la carrera de las letras para dotar a la mujer de los
conocimientos que debe inocular en el niño, para hacer que la madre de fami-
lia pueda educar a sus hijos, ya sea para proveerla del saber suficiente para
j
51
que se baste a sí misma por medio del trabajo honrado, como se ve en los
países mas civilizados".78
El Visitador de Chiloé planteaba el mismo problema de falta de precep-
toras idóneas en su informe, responsabilizando a esta situación del mal estado
en que se encontraba la instrucción de las niñas: "Necesariamente hai que
confiar la dirección de las escuelas a personas que por lo regular solo poseen
los primeros rudimentos de la enseñanza, y que han hecho su aprendizaje en
diversos establecimientos y de diversos modos. Por esto es que la educación
femenil es tan imperfecta, elemental y poco jeneralizada....Tenemos en este
departamento escuelas, que hace cerca de dos años a que se han creado y
todavía no funcionan por falta de preceptoras: hai poblaciones considerables
que necesitan ya de establecimientos de mujeres y no me atrevo a solicitarlos,
porque considero mui difícil entrar personas de regular instrucción para que
las dirijan" .79
ns Memoria de Instrucción Pública, El Monitor de las Escuelas Primarias, Torno VII, Agosto
15 de 1859, N" 14, p. 225..
" Informe del Visitador de la provincia de Chiloé, El Monitor de las Escuelas Primarias, Tomo
VI, Mayo 1858, N" 8, p. 249.
El problema planteado era, sin duda, un problema de todo q ,
tad por expandir la mstrucc1on p11mana para las n 11i.as s Pa1s; la
vo 1 un , e estancab
t P
t anto or la falta de escuelas o de recursos para estas, sino qu . _ a no
Iepriorit, .:
mente por la falta de preceptoras. aria-
.e visi
tador o de la aut on·d a d d e ¡ ¡ ugar. En esos casos, que 'será progresivame
. nte la
f orma de operar má· fr
, . . as ecuente, e Estado asumía todos los gastos, pero ocu
3]
rran prioritariamente ], :, .,. +eda
n e, en re ac10n con las escuelas urbanas. También q
en e 1 aro que hub dif . .= s de
o I erenc1as en los programas de estudio: las nina
Boletín d L
e eyes Y Decretos, 1853, p. 609.
Diaguitas no aprenderían gramática ni bordado, ramos que estuvieron pre-
sentes en todas las escuelas fundadas directamente por el Estado.
"Señor Ministro
Hace algún tiempo a que varias mujeres ocurren a pedir enseñanza a la
escuela de niñas que dirije doña Carmen Palacios en la calle de San Pablo 20
Subdelegación del departamento de Santiago, habiendo ya 40 matriculadas,
deseosas y prontas a incorporarse en la casa del saber, tan pronto como se les dé
entrada. Convencido pués de que un establecimiento para adultas, en el local
indicado, produciría grandes bienes y demandaría cortos gastos, lo hago pre-
sente a V.S. por conducto del sr. Intendente de la provincia a fin de que si lo
tiene a bien proponga al Spro. Gobierno la creación de la referida escuela y
para que la desempefze a doña Carolina Palacios, de cuyas aptitudes y campar-
tación estoi satifecho y quien conviene en rejentarla con el sueldo de ciento
veinte pesos anuales y setenta y dos para subvenir a los gastos de escritorio,
~J
53
tiza, etc.
La escuela podría funcionar los dias lunes, martes, miércoles y viernes
de cada semana desde las cuatro hasta las seis de la tarde en verano, y desde las
tres y media hasta las cinco y media en invierno, enseñándose por ahora solo a
leer y escribir y precediendo a dichos trabajos algunas aplicaciones de relijión,
moral i urbanidad
Dios guarde a V.S.
Pacifico Jiménez"81
Se acompañaba a esta solicitud los nombres de las 40 mujeres inscritas.
La preocupación del Visitador no era ajena al interés de las mujeres, habiendo
promovido quizás él mismo esta inquietud. La educación que se proponía era
solo alfabetización, pero además estaban presentes los temas de moral y ur-
banidad, los objetivos de civilizar que tenían tan compenetrados los
Visitadores. Pacífico Jiménez fue el primer Visitador de Escuelas de Santiago,
habiendo iniciado su trabajo a fines de la década del 40 y constituye un buen
ejemplo del compromiso de los primeros Visitadores con la educación del
pueblo que se intentaba organizar.
81
Fondo Ministerio de Educación, Vol. 84, 1857.
encia de las familias en relación a la educación d
L a pres d f d,·<. l 'esus];
:. presente en este período undacional de la instru. ')as tam-
bién estuvo..... Icción .± .:
• "Tengo asimismo una lista de ochenta niñas de San Ignacio que carecen
de una escuela en que educarse; los vecinos de dicho punto prometen dar los
muebles y uno de ellos, don Faustino Sandoval ofrece la casa para la escuela
si es que ésta se les conceda. Las mismas promesas han hecho los habitantes
de Pemuco con la esperanza de que se les haga igual concesión: este último
punto, contiene mas de ochocientas almas, hai en el una escuelita particular
de mujeres; pero solo se educan allí las hijas de los que tienen como pagar a la
preceptora, mientras que las pobres, que son las que mas abundan, se quedan
en la ignorancia".ª3
En este párrafo del informe se puede observar las diferencias que, aun
al interio r d e 1 oca 1·d d bl • 'n· en
I a es pequeñas y pobres, existían entre la po ac!O '
muchas de ellas había familias de algún nivel económico, propietarios may
res O co~erciantes quizás, que les interesaba la educación de sus hijas y podían
procurarsela
d d • No d.rspoman , d e recursos o no optaban por man d ar I as a la c1u-
a«,
con . pero se formab an es t as pequenas
- escuelas dirigidas por a 1 guna señora
1
,"]"""$conocimientos. Ei caso del vecino de san Ignacio, que of,7
ara a es ¡ • , 11 e
cuela, podría corresponder a un benefactor de la educac1O
2
Informe del Visit d . ¡ fsc11e-
las Prim • .,..ª or de Escuelas de la provincia de Valparaíso El Momtor de as
3 arias, ,orno VIII Abril 15 d 1860. 1
Informe del Visitado 1e ,N 7, p. 205. Escuelas
Primarias Torn Vllo lrDde_Escuelas de la provincia de Ñuble, El Monitor de las
, 1o , )iciembre de 1859, N"3, p. .
78
pueblo, pero también podría ser un vecino que tenía interés en que las niñas
de su familia -incluyendo a sus propias hijas- se educaran. La posibilidad de
contar con el aporte fiscal le facilitaba la solución de su problema.
B84
Informe del Visitador de Escuelas de la provincia de Atacama, El Monitor de las Escuelas
Primarias, Junio 15 de 1857, N" 9, p. 274.
85
La alusión que se hace a que los niños salían a trabajar más temprano, alejándose de la
escuela, será un hecho que progresivamente se irá imponiendo, lo que determinará que
en las primeras décadas del s. XX, la matrícula primaria femenina sea levemente mayor
que la masculina.
. •adas por los padres. La propuesta educar
ticulares ftinanct [ di. va d
par d ación del pueblo, en la mea e u1 tervenir en 1 as elites
ecto a 1 a e uc . 'd l . as costu
res P taba por Jo general incluida en a mstrucción rnbres
ulares, no es ª e 1 erne
po r b I escuelas particulares, regentadas por maestros , "tal que
entregaban 1as. maestras sin
una formación especial.
L a d'ferenciación
1
por nivel económico y social que ocurr'
.s. d l, : ·d, :
.
l@, especial-
t r especto a la educac1on e as nmas, que a e¡emplificad
mene,
. ., que se reporta desde Val Id'livia:
. "L a educación
d. • d le las mujera con una
situacon ., «. ] d 54.1, "Snoguar-
da la debida proporcron, pues, segun e censo e ' as que hai en estado de
educarse en este departamento son 873, y se educan solamente 64; 55 , las
dos escuelas que sostiene el fisco en Valdivia y en Corral y 9 en una escuela
particular: y esto proviene de que la jente que carece de tradiciones de cili-
zación considera superflua la instrucción de la mu¡er, pues dicen que no tienen
que meterse en negociaciones; y con tanto descaro se han emitido a veces
estas ideas, que en mi presencia dijo una mujer que a qué se enseñaba cuentas
a su hija, que nunca sería dependiente de tienda. Bien es verdad que estos
pensamientos son ajenos de las señoras acomodadas, quienes pagan en un
establecimiento particular de educación superior 2,25 ctvos. por el aprendi-
zaje de cada niña". 86
(1
menina
1 . la ley Orgánica de Instrucción Primaria de 1860:
Implicaciones para niñas y niños.
91
Ídem, pág. 4.
92
Ídem, pág. 3.
Ídem, pág. 3 y 4.
Ídem, pág. 4.
la aritmética y sistema legal de pesos y medidas, en la gramática castellana Y
en el compendio de la Historia de Chile en las escuelas elementales y superio-
res, pero en estas últimas, no tendrían acceso a los conocimientos de dibujo
lineal ni a la enseñanza de la Constitución Política, recibiendo, en cambio,
enseñanza de la economía doméstica y de las labores de aguja.
En otras palabras, la Ley establecía una educación primaria semejante
para niños y niñas, pero con atención a la diferencia de género: sobre una base
común de saberes, contemplaba una preparación de los hombres especial-
mente para la vida pública y de las mujeres para la vida doméstica. Es
interesante señalar que las regulaciones posteriores no afectaron en el fondo
este principio.
2. Los resultados cuantitativos: cobertura para niños y niñas.
d
tica, cuestión esencial para el avance y consolidación de la política estatal
referida a la educación de niños y, especialmente, de las niñas. Los padres y
madres hicieron esfuerzos económicos y se comprometieron a enviar a sus
hijas a las escuelas que se iban fundando. Las familias más pobres, como es
posible suponer, tuvieron dificultades para sumarse al desarrollo de la edu-
cación. Las condiciones de extrema necesidad que vivían hicieron que 65
quedaran al margen, por muchos años, de estas iniciativas.
La calidad del preceptorado fue también una dificultad: junto a pre-
ceptores y preceptoras bien formados y dedicados a sus tareas, existió una
cantidad apreciable de docentes, especialmente en los campos, que no cum-
plían sus obligaciones por distintas razones, situación que desmotivaba a las
familias para enviar a sus hijos e hijas a las escuelas. Sin embargo, a pesar de
estos problemas la educación primaria inició un lento proceso de ampliación
de cobertura, al interior del cual las niñas lograron el acceso igualitario.
En 1885, en el primer número de la Revista de Instrucción Primaria, que
reemplazaba a El Monitor de las Escuelas Primarias," se hacía ver el lento
progreso que presentaba la instrucción primaria desde la Ley de 1860 en compa-
ración con el desarrollo que el país había tenido desde entonces: "Mientras tanto,
a la par que la instrucción primaria ha seguido su marcha lenta, el comercio y la
industria han cuadruplicado la renta pública en veinte i cinco años, la producción
ha tomado un vuelo desconocido lo mismo que el consumo, i una serie de cir-
cunstancias, que no hai para que reproducir aquí, han empeorado las condiciones
de subsistencia del pobre, tan fáciles y reducidas en tiempos pasados"."%6
95
El Monitor de las Escuelas Primarias se publicó hasta el año 1864.
96
Revista de Instrucción Primaria, Año I, Agosto, 11 de 1885, N" 1, p.2.
Desde la visión del órgano oficial de la instrucción primaria .
1
inicial no había avanzado al ritmo del resto de las actividades d~t ~pulso
tanto que el país crecía y se desarrollaba, los sectores pobres se h b_Pais y, en
., talian em
brecido aun más. La urgencia de la educación para un pueblo má . po-
• - d s miserable
or lo tanto, más inmoral, desde i a percepc1on e las clases dirig
Y P drvi6. ] {entes, co-
braba aun mayor relevancia: "Y a v~ertase ~~e en_ e dp~,s se vienen present;ndo
desde mucho tiempo há, con extrana persistencia, versos síntoma s que au-
1
•
torizan
-'
por lo ménos para sospechar que en materia de educación pon 'pu.ar, ¡1, .:
s1
ni hemos retrocedido, tampoco hemos avanzado en la proporción que corres-
ponde al movimiento de nuestra población... Ya hemos recordado la lei del 3
de Agosto de 1876 que restableció la pena de azotes como medida de urjencia
para poner alguna valla al desarrollo estraordinario de la criminalidad. El
doloroso argumento que sirvió de fundamento a esa lei revela a todas luces
que una gran parte de nuestro pueblo no recibe instrucción ... "97
La instrucción primaria para el pueblo no estaba cumpliendo su rol y
eso tenía que ver con cobertura y con calidad: ¿cuántas escuelas existían, en
qué condiciones y qué ocurría dentro de ellas?, ¿cuántos niños y niñas iban a
la escuela? A juzgar por las citas anteriores, o no se había implementado sufi-
ciente y adecuadamente la educación del pueblo y especialmente de las niñas
•
pobres, o los problemas sociales, la miseria y la marginación, con las consi-
guientes conductas delictuales, no eran solo superables con educación.
Según censos realizados entre 1854 a 1920, los porcentajes de hombres
y mujeres alfabetizados eran:
Cuadro Nº 1:
Mujeres y Hombres Alfabetos en Porcentaje
Mujeres
1854 17,3 9,7
1865 20,2 13,8
1875 26,2 19,8
1885 31,7 26,2
1895 34,3 29,2 ¡¡
1907 42,0 37,9
li
j]
I 98
#zcc z z- zz zzll
~J
Al respecto se cuenta con una opinión expresada en la Memoria Ministe-
rial de 1896 cuando se refería a la disminución de matrícula, de
aproximadamente 2.924 alumnos/ as, experimentada en las escuelas primarias,
observada preferentemente en la matrícula de niños: "La aproximación numé-
rica de alumnos en las escuelas de uno y otro sexo se hace visible desde el año
1894 y coincide con el auje de los cursos preparatorios del Instituto Nacional y
de los liceos para hombres. El incremento, antes anotado que dichos cursos 67
tuvieron en 1895 puede, en gran parte, esplicar la disminución correlativa de
matrícula observada ese mismo año en las escuelas primarias de niños".1º1
Estas observaciones de la Memoria nos confirman que es conveniente
cotejar las cifras existentes al interior de un sistema de instrucción primaria,
con lo que ocurre fuera de éste, para tener explicaciones más certeras al res-
pecto. También es importante anotar que, en términos de educación del pueblo,
las cifras de niños que dejaban las escuelas primarias para acceder a prepara-
torias era marginal en el total de matrículas de uno y otro sexo y, por otra
parte, que el acceso de las niñas aumenta progresivamente.
En todo caso, se comprueba que los avances referidos a la educación del
pueblo fueron lentos, si se atiende a la importancia que se le asignó en ciertos
momentos del siglo pasado; más eficiente fue la política educativa en relación
específica a las niñas.
A continuación se presentarán gráficos sobre matrículas de niños y ni-
ñas que permiten visualizar el acceso a la educación primaria de unas y otros
durante el período en estudio.
99 Dirección de Estadística, "Anuario Estadístico de la República de Chile", T. II1, 1911.
100
Preparatorias son cursos de nivel primario anexos a los liceos.
101
Memoria del Ministerio de Justicia e Instrucción Publica, 1896, p. Clll.
En el gráfico N1-Matrícula total, pública1 y privada , p or quin . •
según sexo, 1860-1930--se presenta la cobertura d de la matrícula tot4¡, 'Ten1os
niñas entre 1860 y 1930 sin distinción de la oferta (fiscal O partic lde nmos Y
, d ·- d 1 · ular). Desde
1860 año en que la matrícula te niñas es menos e a mitad que I d . _
' · d a e nmnos,
se advierte un sostenido proceso de aumento e aquella que permit 11oque en
1
1880 7 la diferencia fuera solo de 7 puntos.:. porcentuales y que en 1900 'rla
1 matri-
,
l d s
• las niñas en las escuelas fiscales era mayor que la de los niños. En el año
1880 aumenta la matrícula de niñas y disminuye algo la de niños, coinci-
diendo esta situación con la Guerra del Pacífico. Desde 1896 y hasta 1928,
las escuelas fiscales educaron a más niñas que niños, aunque las diferen-
cias eran pequeñas.
En algunos lugares, especialmente rurales, la matrícula de niñas era
bastante superior a los niños; el Visitador de un sector rural cerca de Santiago
explicaba esta situación en 1897: "En el departamento de Melipilla funciona-
ron 6 escuelas de hombres, 3 de niñas i 8 mistas con una matrícula total de 573
niños i 620 niñas i asistencia media de 316 niños i 356 niñas".
"En el departamento de La Victoria funcionaron 4 escuelas de hombres, 3
de niñas i 10 mistas, con una matrícula de 708 niños i 926 niñas i asistencia media
de 397 niños i 505 niñas".
102
Los datos de los gráficos fueron extraídos de los siguientes documentos:
Anuario Estadístico de los años: 1862, 1879, 1925, 1930.
Informe del Inspector Jeneral de Instrucción Primaria de 1881.
Memoria del Ministro de Justicia e Instrucción Pública de los años 1894 y 1896.
Sinopsis Estadística, Jeográfica de la República de Ch'!
H d . e en 1920.
amuy, Eduardo, El Problema Educacional del Pueblo d CHl p SantiagO
1961, p.8. e I e, Ed. Del Pac1 !CD,
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"Nótase una sensible diferencia en la matrícula i asistencia media a
favor del sexo femenino i la razón es obvia, pues los niños pasan continua-
mente ocupados en ayudar a sus padres en sus faenas agrícolas" .10•1
En los sectores rurales, los niños de una cierta edad ayudaban a sus padres
en las labores del campo; si no habían alcanzado a asistir a la escuela cuando eran
lo bastante pequeños para no ir al trabajo, ya no tenían oportunidad de hacerlo.
Otra consideración es la existencia de una mayor cantidad de escuelas
mixtas en el sistema educativo. Las escuelas mixtas permitían la asistencia de
niños solo hasta los 12 años, edad que también debe haber coincidido con la
salida al trabajo; las niñas, por lo tanto, tenían una oferta mayor y seguramen-
te los trabajos que realizaban, más ligados al ámbito doméstico, les permitían
conjugarlos con la asistencia a la escuela.
En el gráfico N 3 -Matrícula en Escuelas Particulares por quinquenios se-
gún sexo, 1860-1930- se observa que durante todo el período que abarca esta
publicación, la oferta privada para niñas fue inferior a la de niños; en un co-
mienzo (década del 50) existió la oferta privada pagada, de iniciativas de
personas particulares ante la carencia de escuelas fiscales. En la medida que
aumenta la oferta fiscal, ese tipo de escuelas se fue acabando y permanecieron
las ofertas ligadas a iniciativas de la Iglesia Católica y de asociaciones filantrópi-
cas; esos sostenedores orientaron su oferta, mayoritariamente, a los niños.
En 1902, en un informe presentado al Arzobispado sobre las escuelas
parroquiales se constataba: "En este año el número de escuelas parroquiales,
estrictamente tales, alcanzó a 96 establecidas en 79 parroquias del arzobispa-
do... El número de alumnos matriculados en estas escuelas alcanzó a 8.000
niños, de los cuales 7.500 son hombres y 500 niñas"."
Lo que indudablemente limitaba a esta oferta educativa era la separación
en escuelas de niños y niñas; al no optar por escuelas mixtas, se optaba por edu-
car a los niños; no obstante lo anterior, la diferencia es tan marcada que también
podría pensarse en falta de interés por la educación de las niñas. Se observa en la
década del 20 que la oferta privada para niñas descendió y aun cuando la fiscal se
mantuvo, en términos generales la matrícula de las niñas estuvo levemente por
debajo de la de los niños.
En el gráfico N4 -Matrícula en Escuelas Fiscales y Particulares por quin-
quenios según sexo, 1860-1930-- se presenta en forma conjunta, la información
de los gráficos 2 y 3. Queda en evidencia que el aumento de las niñas en
comparación con los niños se produjo a través de una mayor presencia de las
niñas en escuelas fiscales.
10
Memoria correspondiente al año escolar de 1897, Melipilla i La Victoria, p.l.
105
Informe al Iltmo. y Rvmo. Señor Arzobispo, Revista de las Escuelas Católicas de Santo To-
más de Aquino, Año II, Stgo. 1 de Abril de 1903, N 7,p. 20.
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1gráfico N 5-Matrícula Femenina en Escuelas Fiscales p
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En el gráfico N6 -Matrícula Masculina en Escuelas Fiscales y p t.
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una leve tendencia al aumento. a partir de 1900 y. la oferta .-fiscal aurnent,os1gnitca-
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tivamente a partir de 1905, al igual que la matncula de runas.
A continuación, se incluyen datos de matrículas de niños y niñas por pro-
vincias en años especificas, a fin de tener antecedentes para apreciar si existieron
diferencias respecto a la educación de las niñas según sectores geográficos. Se tuvo
acceso solo a datos de escuelas fiscales; al respecto cabe señalar que al ser el Estado
el mayor sostenedor de escuelas para niñas, los datos pueden ser representativos
de lo que ocurría en el conjunto del sistema educativo.
En el gráfico N 7 -Matrícula en Escuelas Fiscales por sexo y por provincias, año
1860- se observa una diferencia de matrícula en la cobertura de niños y niñas bas-
tante marcada, siendo Santiago y Atacama las provincias con menos diferencias.
1
·- muestra la situación del año en referencia período en que la matrícula de as
nunas está equipz 1d ], , v • • e man
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1
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ción del • te ente la atencron, puesto que desde los comienzos e a orgar
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. sistema era la pr ·.:. , ¡rtir 1e
iniciativa de 1 f T rovmcia que mas escuelas particulares tenía a Pª elaS
fueron sn,,""dmilias. A medida que creció la acción del Estado, estas"
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preterentemente a los niños.
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3. La enseñanza de alumnos y alumnas.
108
Op. cit, pp. 37, 38.
109
Op. cit., p. 164.
110
Op. cit., p. 208.
de los alumnos verdaderamente pobres qu
¡ uso •d • e concurren a las escuelas
e . ·ias establecidas 1 que se establezcan en aquell . . .
prima'' ;preceptoras" la provincia... 6 libros de
is Madres1 T •
111 El Monitor de las Escuelas Primarias. Tomo I, N6.15de enero de 1853, p. 220.
112 Eduvijis Casanova de Polanco, Educación de la Mujer. Obra aprobada por la Universidad
y mandada adoptar por el Supremo Gobierno como texto de lectura en las escuelas pri-
marias de niñas. Valparaíso, 1870. Imprenta de la Patria, Calle del Almendro Nº 16. 1871.
llJ Op. cit., p. III.
11 Op. cit., p. 37.
115 Op. cit., p. 49.
Entre los cuidados sugeridos por el texto, estaban el .
1
P o y del alma "el alma que ... es lo único que hai en nosotro cdu ?ªdo de¡
. : : S leim Cue
debe ser cuidada con particular esmero, evitando no solo la . Pereced
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indecorosas que. la manc h aran
: con un borrón: indeleble, sin O.amb;< "Smal 'So
labras i pensamientos que hendan a mancillar su pureza. Elpud, · ten las p-
son los hermosos ropajes. que visten
. e l a h ma pura, adornand 0 orilan Odesti"a
. .
Una regla de oro, indispensable de recordar siempre es
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ª 1 lhujer" 11,ª
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mujer debía hacer valer sus propios méritos, "no debemos toma que ninguna
delo, creyéndonos perfectas".117 Así como tampoco es posiblernos por rno-
comportamiento espon aneo.
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hacer amable la virtud, siendo el ánjel tutelar de la familia i el ornato de la
sociedad; en particular, a iluminar al que se estravía para volverlo al recto
sendero del bien, a formar de sus hijos ciudadanos virtuosos e ilustrados i a
hacer triunfar la causa de la Relijion i de la Moral".119
El texto Educación de la Mujer fue objeto de un Decreto Presidencial,
designándolo texto de lectura para las escuelas primarias en todo el país.
J
das; nociones de áljebra; principios dejeometría con aplicaciones al dibujo lineal;
jeografa, dando mayor estensión a la de Chile i de América; nociones jenerales
sobre la constitución política del Estado, nociones de cosmografía i de jeografa
Jzszca; hzstona de Chile z de Amerzca; hzstona sagrada i elementos de lzistoria
universal; nociones, en cuanto sea posible prácticas, defísica, química, histo-
ria natural i agricultura; principios jenerales de hijiene; teneduría de libros; 85
dibujo lineal, música vocal i jimnástica".
"En las escuelas de niñas se sustitutirá la enseiianza de las nociones de
áljebra, jeometría, dibujo lineal i constitución por la de economía doméstica,
costura, bordado i labores de aguja i al crochet"
En general, se puede decir que los programas de las escuelas elementa-
les eran bastante similares en su base, con distinciones para habilidades
específicas atribuidas a uno u otro sexo como dibujo lineal y costura y labores
de mano. Los programas de las escuelas superiores según este reglamento,
empobrecían, claramente, los estudios de las niñas. Un problema constante
fue encontrar preceptoras capacitadas que impartieran las asignaturas exigi-
das, especialmente en las escuelas superiores. En los inicios de la organización
del sistema, se convirtieron en escuelas superiores algunos colegios pagados
para niñas, especialmente en ciudades de provincia; en general, estos cole-
gios contaron con educadoras que tenían niveles de conocimientos mayores
120 República de Chile, "Reglamento para la Enseñanza y Régimen de las Escuelas Elemen-
tales",del 26 de mayo de 1883; en Prontuario de Legislación Escolar, Ponce, Manuel Antonio,
1890, op. cit. págs. 141 y 142.
121 República de Chile, "Reglamento para la Enseñanza y Régimen de las Escuelas Elemen-
tales",del 26 de mayo de 1883; en Prontuario de Legislación Escolar, Ponce, Manuel Antonio,
1890, op. cit. págs. 158 y 159.
que las contadas normalistas que en ese momento existíai
Colegio de Niras de Chillán pasa a ser Escuela Superin ,,' " así ,,
eN;= 'no el
siendo Presidente Don Manuel Montt: 'has en 1g
1,
j En la tercera sección:
Sistema legal de pesos y medidas, gramática castellana, jeografa, histo-
ria sagrada, historia de Chile, economía doméstica, labores de aguja y música
vocal... "122
El mismo decreto nombraba Directora a Mercedes Cervelló, quien diri-
gía el Colegio de Niñas de la ciudad. Esta solución, que también se había
observado anteriormente con las escuelas elementales, convenía sin duda al
gobierno: podía implementar una educación más completa para las niñas uti-
lizando una capacidad instalada; le convenía también a la Directora del colegio
de niñas, pues se aseguraba un ingreso permanente independiente de lama-
trícula e ingresaba a un sistema que la convertía en funcionaria pública, lo
que le aseguraba, a lo menos, su jubilación. Casi 20 años más tarde, Mercedes
Cervelló fue la Primera Directora de la Escuela Normal de Preceptoras de
Chillán. Este mecanismo no se observó con igual frecuencia en las escuelas de
hombres, debiéndose, sin duda, a la existencia de una mayor cantidad de pre-
ceptores capacitados.
Esta medida acababa con el sistema de alumnas pensionistas (quepa-
gaban su educación) y agraciadas (financiadas con el aporte estatal) y facilitaba
el acceso de todas a la educación gratuita que se impartía en una escuela fis-
cal. Seguramente podían acceder con propiedad a esta escuela niñas de escasos
122
El Monitor de las Escuelas Primarias, Febrero 22 de 1861, Tomo IX, N" 6, p. 223.
ero también es posible pensar que las n· -
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san;e restringida ta matricula para tus na,,7"""le. quedado
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ma d".,, especialmente al tratarse de la educació d cativo gratuito en
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ta e uc d mayor calidad. c1u a es pequeñas, corno
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El programa de estudios se ceñía a lo que estipulab 1 1 . .,
ls • dh br lata la ley, diferencián-
lose de las escuelas superores nombres en la falta de enseñanza de Dibujo
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nales de los Visitadores, quienes llevaban el control y la dirección en terreno
de la política educativa estatal, sobre todo en el período inicial de ésta. En un
informe del Visitador Liborio Brieba, en 1869, sobre los Departamentos de
Curicó, San Fernando y Rengo, informaba de las disposiciones que él intro-
dujo, contraviniendo la normativa existente. Constataba que había dificultad
en la enseñanza de Dibujo Lineal, que prácticamente no estaba presente en 87
las escuelas de niños; entregaba indicaciones concretas para implementarlo y
lograr el objetivo de que el niño aprendiera la construcción de las figuras que
constituían la base del dibujo y que se emplean en las artes comunes. Este
ramo presentó problemas para ser enseñado, aunque recurrentemente apare-
cía en los programas de las escuelas de niños, porque era considerado una
base para futuros desempeños laborales, relacionados seguramente con el tra-
bajo de los artesanos. Don Liborio Brieba lo consideró necesario en el
aprendizaje de las niñas: "He hecho estensiva a las escuelas de mujeres la
enseñanza de este ramo, porque aparte de ser necesario que las niñas apren-
dan los nombres de las principales figuras jeométricas, tiene el dibujo una
aplicación directa a las labores de aguja. Los bordados y demás adornos del
mismo estilo presentan siempre figuras que pueden imitarse con toda preci-
sión por medio de los trazos y construcciones que el dibujo enseña".
"Muchas preceptoras han recibido con estrañesa la prescripción de ha-
cer dicha enseñanza, pues es una novedad en las escuelas de Chile. Yo lamento
el que no sea posible establecerla sino en mui pocas, porque la mayor parte de
las preceptoras no tienen los conocimientos necesarios".123 Esta no era una
123 "Informe presentado al señor Ministro de Instrucción Pública por Liborio E. Brieba",
Imprenta Nacional, Santiago, 1868, pp. 55-56.
sugerencia a la autoridad, sino una decisión respecto de las
escue]
de esos Departamentos. 'as den¡nas
En relación a las escuelas superiores, Brieba emitía un .
renciada sobre las de niños y de niñas. En relación a las pna,,,""Pinion a
. , . eras con
que no podían prosperar d on d e ex1shan 1 1ceos o colegios su '. stataba
entraban en la esfera de la enseñanza de éstos. Dada esta situacrenores, Pues
fundar escuelas .
1 super1ores • en l lugares d (onde no ex¡st
para nunos 1onacong: €jaba
1 . d .- . is ieran li
Respecto a las escue as superiores e nmas tiene una opinión dif ceas.
erente;"
cretándome ahora a las escuelas superiores de mujeres, debo manif' -on-
que mi opinión es enteramente distinta de la que abrigo respectoe~tar ª US
hombres. No obstante la importancia que doi a la educación de ., "las de
investigaciones prácticas me han hecho asegurarme cada vezn. ,")", mis
esuin,ti
lidad. Ni las alumnas que las frecuentan, perteneciendo como jeneran, "
. . , d d d
suce d e a I as fam 11as menos acomo a as, pue en permanecer en las escue] mente
. . d . e as
1 1
todo e tiempo que se necesita para que a qme:a_n os conocimientos que en
ellas deben darse, ni tenemos preceptoras suficientemente instruidas para
dirijirlas. Así, pues, sobre ser crecidísimo el gasto que imponen, sus resulta-
dos no son superiores a los de una buena escuela elemental".121
126 Abdón Cifuentes (1836-1928), Memorias, T. II, Ed. Nascimento, 1936, p. 35.
Agregaba que de esta forma se duplicaban las escue)
• y d a b an ocupación
• ' "Ihonrosa y lucrati,,, as de 1 'OS can,
que eran cuatrocientas
d • t , 'b T d a a un Pos
considerable te mueres rygc"Po@Pg""dadas de tratoa ',"e
escuelas se disminuía también a la mita el número de hor, 'En este
l vd, as de el
sexo y, por lo tanto, 1 as nmnas y nmnos rurales recucian a la mita4
·«-
ase por
:<..:
127
El Estandarte Católico, Mayo 1881.
,,.baios manuales como parte de la en =
Los tla Y' I5enanza
A medida que avanzaba el siglo XIX y se d
cada hacia el comercio internacional se esarrollaba la economía del
is vol ¡ , acumulaban fortu1 ]
Pª tac·iones, principalmente mineras a la vez nas con as
or' v se acrecentab ¡ • • d
eP ,as populares privadas de las actividades p d . a a a m1sena e
las ma! roductivas campesin
el pasado realizaban y con posibilidades laborales mu . as que
',,Aes. El deterioro de las condiciones de vida p ,,Y precarias en las
ciuda h »lh d u, 3. .Populares hicieron mirar a
uela no so o como e ugar e la civilización" . .,
la esC . . f , Smno que también como
osibilidad para en rentar la pobreza desarrolland h 6.1.
una P . ., b , o a ilidades para fu-
turos traba¡os, preocupac10n que a arco tanto a la enseñanza de niños como a
la de niñas.
Esta conciencia
. fue ganando adhesión paulatinamente. . Cl au+di10
- M
atte,
que había recorrido y observado la enseñanza en las escuelas primarias de
distintos países europeos con especial interés en la asignatura de trabajos
J
manuales, postulaba el aprendizaje de las habilidades manuales en niños y
niñas con fines solo educativos. En el Congreso Nacional Pedagógico de 1889,
se debatió el tema de los trabajos manuales, imperando el criterio de Matte y
reafirmándose la virtud altamente formativa que tenían los trabajos manua-
les; hubo propos1c1ones para las escuelas de niños y para las escuelas de niñas.
La proposición de las niñas decía lo siguiente: "La enseñanza de labores de
mano debe organizarse de una manera sistemática. Estas deben ofrecer una 9l
dificultad progresiva y comprender todo aquello que puede ser de utilidad,
más o menos inmediata, para las niñas. Debe escluirse todo objeto de lujo"_ 12s
Esta postura más centrada en lo educativo se complementaba con posi-
ciones que aludían a la utilidad de las labores en el futuro laboral. Teresa
Adametz, Directora de la Escuela Normal de Niñas de Santiago, en el discur-
so de inauguración del nuevo local expresaba al respecto: "Se va a establecer
para las normalistas un curso de cestería y otro de tejidos a máquina, para
que las futuras maestras puedan introducir estas industrias en provincias que
ofrezcan el material para la primera o la posibilidad de establecer la segunda.
De esta manera se abrirá para muchas familias pobres un manantial de recur-
sos pecuniarios con trabajos cuyo producto no saldría ya del país para el
extranjero, como la cestería fina o de fantasía i los objetos i tejidos de lana" 12
Se percibía la importancia de dotar a las niñas de habilidades que posterior-
mente pudieran ayudarlas en el sustento familiar.
En la Memoria Ministerial de 1899 se reiteraba esa orientación: "Desde
hace algún tiempo i para felicidad de nuestras instituciones escolares se presta
1 a» Congreso Nacional Pedagójico, Santiago, Imprenta Nacional, 1890, p.11.
129 Discurso de la Directora srta. Teresa Adametz en la inauguración de la Escuela Normal
de Preceptoras, Revista de Instrucción Primaria, Tomo 1, Año 11, N" 1, p. 29.
atención preferente a la enseñanza práctica de algún of· .
. Ic1o o 111
•
Permita a . los alumnos. asistentes
. . f d
a las escuelas públicas .
. ·Junto c
dustri
a que
inteligencia en los principios fundamentales de la instrus "Onnu,
··· ICcIón 1.: Irsu
quirir el conoc1m1ento y prepararse matcnalmente para el . _ P: ?1aria, ad-
f
honrado de un or1c1O• • , t d t ºb · ,
que mas ar e con TI 111ra poderosame CJerc1c1 o noble
y adelanto de las industrias nacionales" .130 nte al desarrou~
Queda clara la importancia asignada a los trabajos man
1
mente para el desarrollo económico del país. Las di vergenc~: es, especial-
escuela debía intervenir en la preparación de habilidades man si sobre si la
. ua es p
bajos futuros, estuvo presente hasta en las primeras décadas del si ara tra-
I
consagrarse, a partir de 1920, un tipo de educación especial 4,,"para
también esos conocimientos; el carácter de ilustración, de "nutrir la :rartina
· " como expresa b a 1 a M emora,
c1a . sera o que primara para el futur teligen-
6l .:. ,
0
conjunto de la instrucción primaria. en el
En 1897 se incorporó el nuevo programa de Trabajo Manual a los pro-
gramas de las escuelas. Se concentraba en plegado de papel y cartonaie
. . , . , L J y,
posteriormente, se incorporó carpintería. os preceptores y preceptoras
recibieron capacitación especial y se anexaron talleres a las escuelas superio-
d
Jimeno Alarcón Presidente
Zenón Torrealba Vice-presidente"132
Es significativo que este tema se haya tratado en la Convención obrera
y que haya originado una petición al Presidente de la República. La enseñan-
za práctica aparecía como una aspiración de los dirigentes obreros, toda vez 93
que constituía un aprendizaje "lucrativo" junto a los conocimientos genera-
les. Es posible pensar que para las familias más pobres, el que sus hijas contaran
con habilidades específicas para acceder a recursos y aportar a las familias era
tan importante como los conocimientos letrados que les entregaba la escuela,
que no cambiaban significativamente su situación económica.
ema<ti1cos d e un pan
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de economía deexjen
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1 .co noc1-.·
educación de los niños, del modo como gobernar i tratar a la' ser .ªd enanza y
caso que se tenga u · vlumbre ,en
133
Congreso Jeneral de Enseñanza, ídem, p. 191.
H1
"La Enseñanza de la economía doméstica en las escuelas de niñas", El Educador, Tomo
XIII, N" 324, Agosto-Septiembre, 1903, p. 62-63.
135
ldem,p. 63.
íficos se avanzaba en la fundación de tal]
. espe C • eres anex
ofiCl05 rvían a varias escuelas de un sector y se aumentab os a 1 as escuelas
0 que s:
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especialmente para rn:ños. En 1907 se fund
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ª la oferta de diver-
aron talle d , •
sos O 1 nos del último ano de las escuelas superi·o ,,., res e mecamca
lum» res. fambi- f d
paraª. año cuatro Centros Escolares de Traba¡·o M ien se un aron
ese mismon madera y metal, a artes domésticas como)s lanuales . dees stima
n 1d os a
pajos e' .. cocina, costu l 1d
tra f. ·os diversos como sastrena, tapicería talabart «-ura y ava o
0 1c1 ., ' ena y za t ,
y a._ cartonaje, encuadernación y sombrerería. patera, artes
gráficas, . . . .
En la Memoria Ministerial de 1907 se indicaba qu . ,
• d · • e exishan talleres en
. t O das ]as capitales e provmcia y se proyectaba fund 1
casi S . ar os en todas las
cap1tales de departamentos.
, e. consignaban
. . 7.278 alumnos, sin . entregar dife- .
renclia por sexo, as1 como la existencia de ciento veinte tallerres con 1 la siguiente
. .
matrícula:
c==te z
ccczcccc--
..., ·- - Número de Talleres
Número de alumnos
l 40 talleres de cartonaje 270 alumnos
~ 29 talleres de carpintería 908 alumnos
l_ ª:::;;_===
51 ~ll~=e c:st~;;;_
1 36
5::::lO=O=al~u:;m,.;n:;;a;:;s:.~;:¡¡;;==:.;;!I
•
rina doña Isabel Alcaide con su ayudante doña Rosario Paredes. Ambas señoras
me recibieron con un descomedimiento tal, que rayó en reconvenciones de mal
procedimiento en mis informes pasados a su escuela. Llámelas al orden, ofrecién-
doles pruebas de mi deferencia hacia ellas si me daban satisfacción de que mis
memorias anteriores pasadas al gobierno eran fabulosas como lo aseguraban".
"La preceptora respondió; que tenía necesidad de eso que solo estaba
en la escuela para el respeto, que para todo tenía a su ayudante; la cual to-
mando la palabra me preguntó maliciosamente, que con qué facultad les iba a
hacer prevenciones".
"Pude contestarle ... que una de mis atribuciones era examinar las apti-
tudes de las preceptoras i por lo tanto deseaba sujetarlas a un examen de algo
de prosodia, de algo de ortografía, ramos que convienen a un preceptor para
saber enseñar a leer i escribir a sus alumnas; pero esta indicación en vez de
hacerlas sumisas sirvió solo para alarmarlas más, desconocer mi autoridad,
pedirme los títulos de mi resguardo i despedirme con un 'lo mismo le sale'
acompañada con un 'alla se verá' "12
O también el de la Escuela Municipal de Niñas Nº 1 de la Provincia de
Atacama.
10
M.E.P, Tomo VIL, N" 4, 15 de enero de 1859.
141
M.E.P., tomo VII, NE 3, 15 de diciembre de 1858.
142
M.E.P., Tomo VI, NE 12, 15 de septiembre de 1858.
"La preceptora es doña Juan Castro de A
<cter poco humilde i bondadoso buena """do, de regulares apito-
des, caradesempeno d e sus d e b eres. No es alumna
.a -'onducta.
d • No tieene aplicación
1. :z
d
• Ti b • . P es I as
tante instruccon. 1ene ·uen caracter 1 conducta. No es alumna de la Escuela
Normal i sirve año tres meses".
" ... Esta preceptora se distingue por su capacidad individual, su buen
método de enseñanza, su carácter suave i bondadoso i sin carecer de aplica-
ción bastante para llenar cumplidamente sus deberes, es capaz de enseñar
por si sola todos lo ramos que comprenden el plan de estudios. Lleva en me- 99
jor orden i arreglo que las demás preceptoras los libros de rejistro, de manera
que no hai ninguna falta en las instrucciones que a este respecto le he dado".1·~1
Y también el de la Escuela Municipal de la calle Lautaro en la subdele-
gación 3º, distrito 5º de la provincia de Concepción.
"Preceptora: Doña Hersilia Versin. Tiene excelentes aptitudes i moral
conducta".
...La Srta. Versin merece una especial recomendación, tanto por su ido-
neidad en el cargo que desempeña, como también por el celo i entusiasmo
con que lo atiende. Debido a estos antecedentes son los resultados tan favora-
bles que obtiene en la enseñanza, pues se nota en la mayoría de sus alumnas
progresos mui satisfactorios en todos los ramos que cursan".115
Hay informes que denotaban escasas aptitudes y conocimientos en los
preceptores varones, como es el caso de la Escuela de Quení, subdelegación 5º.
de Chelín, departamento de Castro.
13
M.E.P., Tomo VII, NE 8,15 de mayo de 1959.
14
M.E.P., Tomo VII, NE 7,15 de abril de 1859.
145
M.E.P., Tomo VII, NE 1, 15 de octubre de 1858.
"Está a cargo del preceptor don Daniel Bórque- T
lista con la asistencia media dé 20". "· 'iene 62 a14,,
os en
El preceptor no es mui empefioso, de conocimient
, . . , os escas .
mui atrasados. Q Quería renunciar, pero manifestándole el d, ?Osil; ,,
. Ieseo a Piños
se le hice conocer que se asociara con un preceptor de la E lecont,
1 scuela N, lua-
hacerse de mayores conocimientos". '16 orrna1 p ara
O bien el de la Escuela Fiscal Nº2 de Linares.
"El preceptor, de regulares aptitudes i poca contracció h
do mucho 1 asi, es que no h ai. progreso sino
h su escuela, . n a desat
un complot
.
endi-
. ., 1 e o aband
Le hicimos f uertes cargos 1 prometió vo ver sobre sus pasos".111 °no.
Y el de la Escuela Municipal de San Fernando del Departa
. ,
e op1apo. mento de
•
"Su preceptor tiene regulares aptitudes; pero su conducta se hace muy
sospechosa, desde que ha abandonado el cumplimiento de sus deberes. Tiene
tres años de enseñanza. No es alumno de la Escuela Normal".
•..De todas las clases mencionadas no he encontrado una en que se
note el más pequeño aprovechamiento; por el contrario, todas ellas revelan el
abandono que el preceptor ha hecho de sus obligaciones i no es de creer que
en todo el año les haya hecho a los alumnos, un mes de clase con esmero".149
Pero también los informes evaluaban satisfactoriamente a otros precep-
tores, lo que frecuentemente se asociaba con la condición de normalista, cualidad
escasa en algunas de las provincias. Así como se expresa lo siguiente: "No ter-
minaré este informe sin recomendar a US., algunos beneméritos preceptores
que se distinguen por su capacidad, conducta, aplicación i constancia en el lar-
go período de tiempo que desempeñan sus importantes funciones".
"En primer lugar don Mariano Antonio López, preceptor de la Escuela
Modelo de Vallenar; hace siete años que sin interrupción desempeña el cargo de
tal, distinguiéndose por su buena conducta, su aplicación i constancia. Posee bas-
tante instrucción, buenas aptitudes y excelente carácter. Es alumno de la Escuela
Normal".
146
M.E.P, Tomo VI, NE 8, 15 de mayo de 1858.
147
M.E.P, Tomo VII, NE 2, 15 de noviembre de 1858.
18
M.E.P., Tomo VII, NE 2, 15 de noviembre de 1858.
149
M.E.P., Tomo VII, NE 3, 15 de diciembre de 1858.
u Don Pedro A. Aníbar, preceptor de la E .
1 Fiscal
.·' . ..... scuela d H
.3gsirve sin interrupción, tiene buena conde 1e uasco; hace
dos ª~~uen cumplimiento de sus deberes. Posee b ucta, mucha aplicación y
cel"\,u Buen carácter. Es alumno de la E.,"instrucción, buenas
aptitud€ la {ormal".1o
150
M.E.P, Tomo VIL NE 3, 15 de diciembre de 1858.
151
M.E.P.,T. VII, NE 3, 15 Diciembre 1858.
152
M.E.P., T. VIII, NE 3, 15 Diciembre 1858.
153
M.E.P., Vol. VI, NE 12, 15 diciembre 1858.
M.E.P.,T. VII, NE 2, 15 Diciembre 1859.
5) Chillán155 600 Escuela Modelo 400
300 300
250 240
240 240
240 200
240
240
240
6) Nacimiento" 240 120
240
240
7) Chiloé 400 27 pesos mensuales
Departamento Ancud157 400 4 pensionistas c/ u$2,00
300 20 pesos mensuales
300 20 pesos mensuales
240
250
() Cada cifra corresponde al salario anual de un preceptor o preceptora, a menos que se
indique otro valor.
•
Fuente: El Monitor de las Escuelas Primarias. (M.E.P.), números y fechas indicados
en cada columna horizontal.
Los salarios de los preceptores eran consistentemente más altos que los
/ de sus colegas mujeres. Un caso que podría considerarse simbólico o repre-
sentativo es el que devela la siguiente petición del Visitador de Escuelas de la
/ Provincia de Atacama, referida a la maestra que ejercía en la escuela de Cal-
dera, cuyo salario se incluye en el cuadro anterior y dirigida al Inspector
General de Instrucción Primaria: "Considero como un deber de estricta justi-
cia que el Supremo Gobierno o la Ilustre Municipalidad aumenten hasta 800
pesos anuales el mezquino sueldo de 350 pesos que goza la preceptora men-
•
Clona d a,. por ser C a Idera uno de los pueblos de la República
, . en d tonde cuesta
..
mas • v1v1r,
.... a causa d e tener un subido precio todos los artículos d eco sumo; ,1
Po Tque es preciso • h1asta comprar el agua que toman las alumnas '·Por4que
1
motivos ha de percibir 820 pesos cada año el preceptor López, i menos " ª
mitad de cesa suma la preceptora, cuando es más dificil encontrar una",'
idónea que ejerza el preceptorado? ¿Por qué tan mínimo sueldo i tanta un
igualdad en empleados de una misma categoría, cuando un jornalero O
155
15
M.E.P., T. VI, NE 9, 15 Junio 1858.
157
M.E.P., T. VIII, NE 2, 15 noviembre 1858.
M.E.P., Vol.VI, NE 7, 15 Abril 1858.
. minas de Chañarcillo i de Tre P
apir en las h d . s untas, ganan más de 300 pesos
7 • por que se a e mirar todavía c t . •
anuales: • . ., Pon tanto desprecio la humilde i
.
triste ¡di:ión de las institutoras chilenas?·' Ae<
conduc Sígnele 800 pesos de renta como
. ct·
InICO, 1.
• siempre tendremos a cargo de las escuel; .
telas señoras :. 5J¡.
intelijentes .
i vir-
tuosas, que sabrán desempeñar con celo Y rectitud el delicado empleo que se
les confíe. A causa de una economía mal entendida pocos son los frutos ópti-
mos que han producido los centenares de escuelas que se han fundado en la
República. Ahora debe aumentarse el honorario de las preceptoras porque
éstas no solo ensenan a leer, escribir i rezar, como antes sucedía, sino los de-
más ramos que forzosamente debe aprender una joven que tendrá que ser
más tarde buena madre de familia, amante esposa, i en una palabra, útil por
sus aptitudes i moralidad, en la escala social ... "1ss
Hay un par de antecedentes más que agregar: los salarios no eran sola-
mente bajos, sino que además irregulares y heterogéneos, dependiendo de la
capacidad o del interés de los organismos que sostenían las escuelas: conven-
tos, municipios, particulares y el propio Fisco, así como de los contextos locales
que solían ser muy diversos. Las remuneraciones eran afectadas también por
prácticas que contribuían aun más a su dramática precariedad: el pago en espe-
cies y la obligación que se imponía a parte de los preceptores y preceptoras de 1Q~
proveer el locar escolar y su equipamiento, con cargo a sus propios ingresos.
Como contrapartida, el servicio prestado por personas no profesionali- 103
zadas, no solo en el sentido de su carencia de estudios especializados, sino
combinado con otras actividades, siendo frecuente la existencia de los o las
ayudantes que, en muchos casos, eran familiares del preceptor o la preceptora.
d
· ·
toria sagrada, de Amenca I en especial de Chile, dogma i moral reli¡·iosa m, ·
· l dib; : , tus1ca
vocal, horticultura, 1 u¡o natural 1 pedagogía teórica i práctica"_1s9
Así, las futuras preceptoras aprenderían, al igual que sus futuros cole-
gas varones, elementos de cosmografía y de física, historia sagrada, de América
y de Chile, dogma y moral religiosa, música vocal y pedagogía teórica y prác- ,/ 105
tica. Es importante destacar la presencia de esta última disciplina, que
implicaba que ambos sexos eran formados en el mismo conocimiento consti-
tutivo de una común ocupación o profesión.
Pero también aparecerían distinciones: las maestras no aprenderían quí-
mica, ni elementos de agricultura y vacunación, pero sí horticultura y dibujo j
natural. Subyacía aquí una diferencia cultural. Si bien las preceptoras emer-
gerían a la vida pública y desempeñarían una ocupación más allá de su entorno"
doméstico, su misión sería la de educar niñas que, en su gran mayoría, esta-o
rían destinadas al estereotipo de la época: ser buenas madres y esposas. A
este efecto, no se necesitaban nociones de química ni de agricultura; tampoco} -. ,
requerían conocer la Constitución: las futuras alumnas carecían de derechos},«' e
políticos y de posibilidades para involucrarse en la vida pública. ;;0_;:~"'~,
Lo anterior no significaba que las normalistas recibieran una forma-
ción de segunda clase y que se les negase una elemental educación intelectual, ·>
a fin de atender solo aspectos morales o prácticos. Dentro de lo limitada que v
era la formación de los y las normalistas de la época, era similar nivel en com-re.L";,e,,h<:..,
paración con la formación en la enseñanza secundaria. \
pre So0@
o> ¿' nsc\e
159 Manuel A. Ponce, op. cit.; pp. 4.
" Lo que constituyó desigualdad en la naciente profes·,
la antigüedad de la Escuela Normal de Varones y, por ta,,,""}is,,
0, el l'fl
. . ' a f
de profesionales egresados y titulados. Lo anterior significa+, "orna,3"
• 1 . - d. d .
d 1o, as nmas eran aten I as por maestras improvisad, a que en Pro ero
conocimientos. Significaba también que al interior del preceas Y de esca~e-
.
jeres ºb'
rectian .
remuneraciones . f .
muer1ores y no tuvieron acc 'ptorado,j 'lasn os
eso a ], 8 'u-
directivos. Los cargos de Visitadores que consagró la Ley de
18
_Puestos°
proveyéndose solo con varones hasta después de 192060 "), siguier,,
j "Si se estableciere una escuela sin este requisito, será cerrada inme;;a'.
tamente, i su preceptor castigado con una multa de veinte pesos o quince días
de prisión, i esta pena se duplicará en caso de reincidencia". 761
La moralidad sería la primera y principal exigencia a quien quisiera
profesar en la instrucción primaria. El diploma de normalista sería la otra
condición en las escuelas costeadas por los departamentos o el fisco, pero en
su ausencia, además de la exigencia de moralidad, la acreditación de las "ap-
titudes necesarias", como lo señala el artículo siguiente de esa Ley:
stru- z en el 1 cargo de
la 11 p r otra parte, el articulo 19 de la mis L . preceptor o precep-
a o1 • ., . sma ey estipulaba ,
to ~ptores de instrucción primaria quier ha}; ?a que no podnan
re
ser P d se hallaran procesados o hubieran ·¡4 nes a 1endo t'f· d
certncado su mo-
¡¡da , . . . n si o condenad d.
ra reciera pena aflictiva o infamante O lo h . os por un elito
q", eme de las funciones de preceptor por prsque by, ubier "Tan sutrido
1f • d 1 •
la desti-
pucion rot lemas de moralidad o de
stumbres.
d
Otras disposiciones de la Ley fijaban el sistema de financiamiento d
las escuelas. Parte de él provendría de asignaciones anuales del fisco a lo: _
departamentos, otra porción provendría de rentas destinadas al efecto por las
municipalidades y otra, de donaciones, legados y mandas forzosas. Este con- -
junto de recursos debían destinarse al pago de sueldos, a la adquisición o
arriendo de locales y la adquisición y reparación de mobiliario, compra de
libros y útiles de enseñanza "que haya de proveerse gratuitamente a los niños 107
que por su pobreza no pudieren costearlos".163
En las restantes normas que se referían, entre otras materias, a las es-
cuelas normales, a los Visitadores, a la Inspección General de Instrucción
Primaria, no se explicitaban diferencias entre escuelas de niños o niñas, ni de
preceptores y preceptoras. La reglamentación que siguió a la Ley de 1860,
continuó con esta tendencia a ignorar las diferencias de género, situación que
al mismo tiempo involucraba la promoción del acceso de las niñas a la ins-
trucción primaria y la participación de mujeres en el preceptorado evitando,
de este modo, la discriminación formal en contra del sexo femenino.
j Escuelas Superiores
Directores, seiscientos pesos anuales.
Sub-directores, cuatrocientos.
Ayudantes, trescientos
Escuelas Elementales
Preceptores, trescientos pesos anuales.
Ayudantes, doscientos pesos"167
Por otra parte, se reconocía a los ayudantes la condición de empleados
ú~li_cos. ~s~ les permitió acceder, paulatinamente, a algunos derechos O be-
neficios similares a los de preceptores y preceptoras, como por ejemplo,
~remios por antigüedad a partir de seis años de servicios y jubilación.
Entre los beneficios no reconocidos a los ayudantes estaban el derecho
a traslados o permutas y, especialmente, la estabilidad o propiedad de su car-
go. Su permanencia en el cargo dependía, del número de alumnos y alumnas
de cada escuela: si la asistencia decrecía bajo los límites de cincuenta en el
caso de las escuelas elementales y de cuarenta en las superiores, se suprimía
el cargo de ayudante.
De este modo, se configuraba una jerarquización funcionaria del traba-
jo docente, en cuya cúspide estaban los Visitadores, luego los directores y los
J
_-f • ·ti
de 1870. C <.2ocas
Art. 1 º "En todos los lugares i aldeas que tengan una población de tres-
cientos a seiscientos habitantes, en un radio de dos kilómetros, se establecerá
una escuela elemental, a la cual deben concurrir los niños de uno i otro sexo
que hubiere en la localidad".
"Estas escuelas se denominarán mistas, i Ju.ncionarán en los mismos
días i horas que determinen los reglamentos para las escuelas rurales''.
"art. 3° Las escuelas mistas serán siempre dirigida
, a ] ·ldo as por m,
cuales de abonara ademas de sue o que corresponde al emp/e u¡eres, a 1
'8
'O,una
de ¡1,"ns
ción le cinco pesos mensuales.
6·
87atif'as
Una mejor comprensión del texto en que se adoptab
, -conversión de las escuelas "alternativas" en escuelas mixtaª eSta 111.edicta
• mujeres-
. .
la proporcionan los argumen t os d el I I inspector Genera]
s, servid as Por
ción Primaria: "Se quiso, en primer lugar, favorecer la ocupación :e lnstruc-
en el campo de la instrucción primaria, tal como se hace en los e _la 111ujer
adelantados de Europa i América, porque está averiguado que,],$$"mas
condiciones más ventajosas que el hombre, bajo el punto mora;""reúne
dirijir la educación e instrucción elemental de los ninos. Ente,,""E para
observa hoy que 1 as escue 1 as d.lirj1tas
•··d por mujeres
• osotros . s e
están en jeneral,
pie que las que dirijen los hombres". , "n mejor
."Se tuvo también presente que la instrucción de las niñas estaba
país un tanto descuidada, pues las escuelas de niños figuraban en dob! en ~I
, . . d e nu-
mero en nuestros d atos esta d 1strcos, 1 que esta esproporción no podía me
que influir de un modo directo en el atraso moral e intelectual del pueblo'~~:
l Desgraciadamente, un Decreto de 1887, 170 sustentado en una glosa re-
168
Manuel A. Ponce, op. cit; pp. 110-111. .
169
Informe del Inspector General de Instrucción Primaria de 1880, Santiago, 1881; p. 150.
170
Decreto de 26 de mayo de 1887, firmado por el Presidente Balmaceda y su Ministro A.
Valderrama, en Manuel A. Ponce, op. cit; pp. 237-240.
ta discriminaciónpositivaen favor de la escuel
"~áiéarav ase»íik.2,","%,mus soso
1 tierll P ' bº spon 1an a los g rupos d e
efl e., Sin embargo, ello era o ¡eto de crítica por el daño u
, ¡pres1on- de la población que era, precisamente la rural. o· t_q e provocaba en
·/_él gruesf~ rnaban esta discriminación fueron criticados ic amenes postenores
qu e rea,,1 ir curio de Va ¡ parmso: , " .•. l a l e1• d e 25 de noviernbcorno d se puede leer en .,
1 El 1v1er • • , , re e 1 893 establec10
e» clasificación en cuatro categonas de escuelas I h ,
una nuevaísimos males para nuestra educación . , pública , s0 queh a traído d con-
• ograv . d ld l .. • .. e a a 1 ega o como
S" ,
zón 4esta
e desigualdad
:::, . . actual le sueldos, . las exijencias del a v1j, a socia
,_,
en
ra dades pues s1 es cierto que 1 a vida del campo bajo ciertos t
1as cu- '' ·i·dad 1bi. aspectos es
ás ftac , •1 que en""las cm a es,, en cam . f .10 en . otros más importantes el maes t ro
rura, 1 es tá colocado. en cornp eta. m enondad . con relación al maestro d e as
1
• d des. La vida es cara en la ¡enerahdad+blde los campos, en ellos los maes-
ciuda 4in+di
. (''01 l.y
%~,;,,_._
. ' " ,i
malina.ion el
doce .te
1.La presencia de niñas en las
escuelas y 1
aumento de las preceptoras. e
j a preceptores y preceptoras.
Se adjunta a continuación un gráfico sobre personal docente por sexo
en el período entre 1865 y 1925. Se puede apreciar la progresión en que au-
menta la presencia femenina en el preceptorado a partir de la década de los
80, coincidiendo con el inicio de las escuelas mixtas (1881).
., red
nombramientt 0 q Id • " El Mere
Valpan . . Y e sue. O de los empleados de Instrucción Primana '
raso, junio 26 de 1884.
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2.La formación normalista y el proceso de
profesionalización docente.
1 Santiago, Imprenta
, ¡ 4el Enseñanza en Chile, a'
Cifras citadas por Amanda Labarca, Historu
Universitaria, 1939, p. 217.
El proceso de profesionalización inicial fue com
1
legislación que no hacía distinción de gnero, al insta,{',""""""tado por una
zar el ejercicio docente, al no d1scnmmar formalmente en alizar y regulari-
. . . . . contra de las mujeres
receptoras y a, 1 dliscriminar positivamente, como fue el
P • · 1 caso del sobresueldo
asignado transitoriamente a as preceptoras a cargo de 1
, · · ·, l · . as nuevas escuelas
mixtas. Así, la feminización y la primera profesionalizac·.
' . . . tcIon de las mujeres
docentes pnmanas, ocurrieron en el marco de una carre f . .
· 'dº · d · ., ra uncionana que
facilitó este inédito espacio te incorporación de mujeres da a l v.a ·id, pu,+¡1l51ca.
•
de los años 50 y comienzos de los años 60. Sin embargo, por razones de econo-
mía fiscal, ambas Escuelas Normales, en manos laicas, debieron suprimirse en
1878. La Normal de Preceptoras de La Serena se reabriría recién en 1890.
En la década del 80, se inició la reforma de las Escuelas Normales, bajo la
"Anales de la Univ .
ersidad de Chile", enero-febrero 1884, p. 100.
o
□,
1
se¡no1euu ap o1auN
Profesoras:. alemanas y»l austríacas. La formación de las fut uras preceptoras se
rr z
enseñar".
En 1886, Teresa Adametz explicita su base teórica para la formación
normalista: La preparación teórica consiste en la comprensión de los elementos
de Ja psicolojía i de los principios fundamentales de la educación ... de los de
la enseñanza en particular, que es la metodología general, i de la teoría de la
enseñanza especial de cada ramo primario... "175
A ojos de la educadora alemana, las alumnas llegaban a la Escuela Nor-
mal de Preceptoras con muy escasa preparación, contrastante con los ocho años
de escuela elemental que tenían sus homólogas de Alemania. En 1886, al despe-
dir a un grupo de egresadas, Teresa Adametz expresaba: "No olviden jamás
hijas mías, las modestas habitaciones en las cuales han nacido, ni los hogares
humildes en los cuales la mayor parte de ustedes irán después a pasar su vida.
No olviden que todo lo que se les proporciona aquí: casa, alimento, educación,
es un préstamo que ustedes reciben de sus conciudadanos, i que solo pueden
J
"historia natural e higiene", "física y química","nociones de historia univer-
sal, de Chile y de América", "geografía y cosmografía", "trabajos manuales"
(en vez del tradicional ramo de costura y bordado), e incluso "derecho públi-
co"• La tendencia a la equiparación se manifestaba también et~!ª mantet~ción
de un plan de igual duración (cinco años) y de una formación profesional
178
común, a través de "pedagogía teórica" y "pedagogía práctica"· 125
Tras el esfuerzo de reforma de la enseñanza normal femenina Y la crea-
ción de nuevas instituciones acordes con este proceso, estaba presente en los
poderes públicos la aceptación de la necesidad de la educación de las niñas
. . , de que las mujeres
P ºb res y la convicción . d' desempeñarse adecuada-
podan . .
mente en el preceptorado, a condición• dle que se 1 es preparase en los terminas
que proponían las pedagogas alemanas.
. h;' sente en el marco de una
Sin embargo, esta preocupación se acia pres . A niños y niñas
politiica estatal que no podía llevar el ·lite6
interes por la educacron
+al capacidad econó-
dela
. s capas populares más allá de l os limite t es .que imponía
d la•pamiento
c didáctico
mica del E d del infra structura, 1 equl
el ·sta o. La precariedad e a aes . de receptores y precepto-
1e l
os cuantitativos
Aspe Ct
El 23 de abril de 1889, el gobierno de Bal . ,
. . organizadora del Congreso N . maceda designo una Junta
Directiva aconal Pea, .: f d :
rones". Ninguna mujer int «p, lagogico, formada por seis
"doctos va egro a Junta O- • . 1 d
del Congreso cuya desigr is. hrectiva ni e grupo e
miembros "ó' ;nación se reservó el Presidente de la Re-
pu'blica. Ninguna
. ocupaba
_ 1C el cargo de Visitad ..
or, 1 os que participaban por
derecho prop10 en . e ongreso.
. d Esta
.. , Junta convo coa un certamen de traba¡os .
escritos por el
. preceptorado
. , y fijó temas
. de discusió-on en e lC ongreso mismo,
Para lo cual invito
_
a preparar ponencias escritas a las personas que par t·1cipa-
179 + • ·.»
.
rían en el evento. Había veintiún jurados, tres por cada uno de los siete
temas del certamen. Solo tres de los 21 miembros del jurado fueron pedago-
gas: Teresa Adametz, Isabel Bongard y Guillermina Froemmel, todas ellas
directoras o profesoras alemanas de las Escuelas Normales invitadas por el
gobierno chileno para hacer realidad la reforma de la formación inicial de
profesoras.
El 1 de septiembre se cerró el plazo de recepción de trabajos. Se presen-
taron 82, de los cuales 65 eran memorias de preceptores y ayudantes de escuelas
relativas a los temas de certamen; las fuentes no permiten discernir la condi-
ción de género de los autores. Sin embargo, José A. Núñez, en su Informe
sobre el Congreso afirmaba que: "Entre los trabajos presentados, tanto al cer-
tamen corno a los temas de discusión, hubo un buen número suscrito por
diversas preceptoras, cuya concurrencia no puede menos que ser estimada de
feliz augurio. El noble empeño manifestado por estas maestras revela un es-
... id 1so
piritu de adelanto del que, por cierto mucho se pue e esperar•••
Si bien, el número de trabajos revelaba interés de preceptores y precep-
toras por e xpresarse y aprovec har 1 a oportunidad. de comumcar reflexiones . o
experienci1as, laa ca.i
lidad
a d .e 1 os musmo,
• s según los informes de los. ¡urados que
se desigrnaron para ca 1d a tema, de¡a . b; a mrucho que desear y en fvanos temas,
di · no
se asign . hubo premios, todos ueron a 1udica-
aron premios. En los casos que 4, , .,
d os a preceptores· solo una preceptora mereció a go como una menc1on
e. z
honrosa" D ' d . . . referido por Núñez tenia que ver mas con el
entus· • e este mo o, e 1 JUICIO eptoras que con un buen nivel de
lasmo
Profe:. o "la contraccI n" de las prece que en 1889, mujeres que no eran
tu ·ió
s
e ionalismo. Con todo, era sintomático q
; e.
1 º " estimulas
, . . .
y disposiciones administrativas que conven
dría adoptar
ima-
para obtener una asistencia más constante de alumnos en las escuelas pri
rias" ( opinaron
• 6 profesoras o preceptoras); gra
2°", d; . ' ·eptores
d medios de mejorar la preparación profesional de los pre€ .¡aron +
uados antes de 1885" (antes del inicio de la "reforma alemana") (opt11
profesoras o preceptoras);
3° "medios prácticos de implantar en las escuelas de ambos sexos los
trabajos manuales con la extensión que deban tener" (participaron 3 mujeres); y
4° "la enseñanza de la higiene y posibilidades de difundirla práctica-
mente por medio de la escuela" (intervinieron 3 mujeres).181
Aspectos cualitativos
En general, en las discusiones del Congreso predominaron los enfo-
ques que no diferenciaban la variable género. Sin embargo, hubo distinciones
en el terna de los trabajos manuales "en las escuelas de ambos sexos", ocasión
en que la discusión se centró más bien en los trabajos manuales para niños.
Pero también se hizo una alusión explícita para las escuelas de niñas, acor-
dándose que: "La enseñanza de las labores de mano debe organizarse de una
manera sistemática. Estas deben ofrecer una dificultad progresiva i compren-
der todo aquello que pueda ser de utilidad más o menos inmediata para las
niñas. Debe escluirse todo objeto de lujo"."
También aparecen distinciones de género en el tema "Desarrollo que
debe darse a la gimnasia y a los ejercicios militares". El Congreso acordó que
la gimnasia debía enseñarse obligatoriamente en las escuelas públicas de
ambos sexos, como complemento indispensable de la educación intelectual y
moral, y que debían enseñarse también los ejercicios militares. Estos ulhmos
J
129
se reservaban a los niños varones mayores de diez años.
En el tema "enseñanza de la higiene", la discusión se centró en sus
aspectos técnico-pedagógicos, en los que varones Y mujeres participantes tu-
•
vieron d'liversas opiniones.
· · · embargo, 1 la preceptora Enriqueta Courbis,
Sin .,
d e d.1có, toda su intervención al rol de la preceptora,
t de las niñas y la relac1on
. . d
d b . "M • ndeimmeftcazpue eser
e_am as con sus familias, en este ámbito: ui gra . s malos hábitos hijié-
la influencia de la preceptora de escuela para corregir los
. . 1 1 b ta no dejar pasar un so 1 o
nicos de nuestra clase pobre, i para e¡ercer ª e as · · aquellos
a tO d . charlo para correJlf
c e sus alumnas que se relacione sin aproe _, Empéñese la maes-
malos hábitos que naturalmente ellas llevan a la es"",,as al aseo, que si
tra en afear a las alumnas esas costumbres, en ac~Stum esas niñas correjirán
esto 1 0 consigue . esté segura que al cab o d e poco. tiempo • puede asegurar que
todos esos defectos en sus casas. Por espe! »riencia propiaras hijas han adquirido
dc ·id
d esap, ll hogares cuy •
arecen las enfermedades en aque os ... doméstica, porque van 1
en
1 la es la
'Scuela hábitos arraigados de aseo 1 ·de hijiene
Os imp _o
onen a sus padres i hermanos •
,,,
» José A. Niñez, op. cit.
José A. Niñez, op. cit., pp. 9-21.
"Puede también la preceptora dar directamente sus .
·- · :· consejos a 1 asma-
dres de las niñas, aprovechando
· · la· inasistencia
· de estas por en fermea d d i
averiguando la habitación en que viven 1 la manera como viven para demos-
trarles donde está la verdadera causa de la enfermedad de la niña i la manera
de evitarla. Conocida es la costumbre anti-hijiénica de nuestro pueblo de te-
nerlo todo i hacerlo todo en su pieza de dormir, prender carbón, lavar,
aplanchar i cuanto quehacer doméstico ocurre, aunque tengan otras piezas 0
un patio. Esta costumbre no nace sino de los hábitos de desaseo, salvo pocas
escepciones de estremada miseria".
"Del celo i caridad de las preceptoras dependerá pues, en gran parte la
difusión de los conocimientos hijiénicos en el pueblo, i el país tiene derecho a
esperar que desplegarán toda actividad en esta agradable empresa tan propia
de su magisterio".183
En algunos momentos del debate, pedagogas y preceptoras superaron
la visión uniformante y presentaron puntos de vista que recogían o valoriza-
ban la experiencia de las mujeres en educación. Así, en lo referente a medios
para atraer la asistencia de alumnos, Teresa Adametz reivindicaba el efecto
de la escuela misma y del preceptor y daba como ejemplo lo ocurrido en la
escuela anexa a la Normal, en que "asisten las niñas aun en los días de fuerte
•
lluvia, en que jeneralmente se oponen sus padres". Luego, refiriéndose a es-
trategias para conseguir que los padres matricularan oportunamente a los
alumnos, volvía a poner el ejemplo de la referida escuela anexa, en que "se ha
fijado una sola hora para la matrícula en un solo día, i en ese día i en esa hora
acuden todas, la calle se ve llena de jente que se agolpa a las puertas del esta-
blecimiento a matricular sus niñas, cuyo número no baja de 150"7.18
En síntesis: el Congreso Nacional Pedagógico de 1889 fue un hito en el
desarrollo de la educación primaria chilena. Por una parte, mostró cuan ex-
tendida y arraigada era la mirada dominante sobre educación de niños y ninas
., h.b,
y sob re I a f ormac10n preceptores y preceptoras, que no pro 1 ·1a n
¡ formal-
.
mente desatendía la educación de las niñas, pero al ignorar las diferenc1as,
discriminaba en contra de niñas y preceptoras.
N 0 0bst,s ante l o anterior,
: . señales respecto de que algo•
el Congreso dio
b. d s·iin considerar
estaba camanto. . la presencia y opinión d e 1 as "expertas
Preceptoras alemanas, es posible afirmar que las preceptoras chilenas co"" ,
@Ion a irrumpir en un espacio público e hicieron oír una voz propa-__,_
olvidar
·.
que lata presencia• d e 22 preceptoras se debía a la volunta dd e discrim n
nación positi s del
1tuva (el
Insspector General José Abelardo Núñez, se per -eibe co
183
18 José A. Niñez, op.cit.; p. 73.
José A. Niñez, op. cit.; p. 47.
claridad que ese espacio ofrecido fue bien ocupado por mujeres como Enri-
queta Courbis o Carmen Silva.
Aunque el Congreso se realizó cuando aun estaba en sus inicios la pri-
mera profesionalización de las preceptoras, su participación fue expresiva de
una voluntad estatal de promoverla y de la existencia de grupos de precepto-
ras que ya estaban irrumpiendo en la vida pública, en una condición que
podríamos denominar como "proto-profesional".
Inevitablemente, ya no fue posible mantener por más tiempo la invisi-
bilidad de las niñas y de sus profesoras.
4. Las preceptoras en el Congreso General de
Enseñanza Pública de 1902.
"La mujer necesita ser tan instruida como el hombre para asociarse
con independencia de criterio al compañero de su vida i llenar debidamente los
deberes que le impone el hogar". . .
"Necesita de la educación práctica para hacerse un ser independieni
para afrontar con serenidad las difíciles situaciones de la vida i ser un facto1
principal de la riqueza pública i privada".188
Est
5 as 1ideas pioneras
.: de Mana Espíndola no pueden interpre ·tarse como
.z :.
un prronunciamiento
:. . del Congreso por la emancipación de l.·jer,
a muJ ' ya. que
junto a t :....:. ¡clusiones
es ª ponencia y conclusiones, había también ponencias Y con .
sobre. la enser. enanza d e la
a econom1a ,, ,,,,
domestica que . , ,
atnbu1an a la mujer un
89
d estino puramc t h • Por lo demas . al igual que el Congres·sode 18ue ''
t d en e ogareno.
es e e 1902 ti ' d ación q
sol . ene, en general, una visión indiferenciada de la eluc ntre
O excepcionalm t d; . ,, iiias y e
pre en e, ustinguía entre educación de niños y ni
ceptores y preceptoras.
Congreso J
• enera ¡ ···, op. cit.· pp. 246-248
e ongreso ji L. • "
eneral..., op. cit.; pp. 209-210.
5. A comienzos del siglo XX: feminización y profesiona-
lización subordinada en las primeras décadas.189
t-
A lo anterior debe agregarse la creación de Escuelas N
' · d · · • ormales Particu-
res
1a , ligadas a la Iglesia. La Orden e Religiosas Salesianas fo 4,
, . . d. un o en 190 ,1 a
a6
S . .
Normal "María Auxiliadora', en antiago, que funcionó hasta 1911 (aunque
se reabrió en 1932). En 1907, se fundó también en Santiago la Normal Santa
Teresa. Caso aparte, constituye la iniciativa de la Universidad de Concepción
que en 1926 abrió, en su Escuela de Educación, un Curso Normal mixto que
funcionó con egresados de humarndades en un plan de dos años de duración.
Además de la expansión de las oportunidades de formación, en térmi-
nos de número y distribución territorial, en las primeras tres décadas del siglo
XX se produjeron tendencias de diversificación y cambio cualitativo. A fines
del siglo XIX, el modelo alemán se había implantado de modo indiscutido y
las pedagogas de ese origen conducían férrearnente las Normales. La crea-
ción de nuevas Normales femeninas abrió paso, por una parte, a liderazgos
nacionales en la formación de preceptoras y, por otra, a la paulatina influen-
preceptor~ en esa
- eca a e mas. rruto . de un~ ¡
n colectivo , .
afán e perfeccwna-
• d I s docentes en serv1c10 que _
miento e o:,,. ' le su formación inicial en las
normales."\Cuando
• . , ,, el movimiento magisterial
. pn,
puso una o,--te
re orma m ·-
gral de la educación' en 1927, y el gobierno de la época le encargó la ejecución '
de dicha propuesta, uno de los cambios que intentó el gremio de preceptores
fue la reestructuración de las Escuelas Normales, en tres sentidos: i) elevar el
nivel académico de las mismas, al decretar que se ingresaría a ellas ya no
desde el término de la primaria, sino despues de haber cumplido el primer
ciclo de la educación secundaria Y, en una perspectiva más larga, después del
egreso del Liceo; ii) la fusión de varias de las Normales a fin de potenciar sus
capacidades formativas: y iii) ponerlas bajo la dependencia de la Universi-
dad, como un modo de avanzar a la unificación de la formación de docentes y
de superar la segmentación social y profesional de quienes se desempeñaban
en la enseñanza pública.
La reestructuración de las Normales y una apuesta a la capacidad de
auto-perfeccionamiento colectivo de maestros y maestras, fueron intentos d_e]
respuesta a la insatisfacción respecto de la formación inicial heredada del si-
glo anterior. De haberse estabilizado una alternativa de este carácter, se habría
iniciado en los años 20 una profesionalización de "segunda generación".
.
A pesar del incremento de escue l as norma ¡ es, en las primeras tres dé- .
d , ,
ca as todavía había porcentajes . importantes
. d e ma estras y maestros smn
formación profesional ("los interinos"). No obstante, en los años 2 Yª pebsar
d, ..
º
d • !mente se detecta an
e la sostenida expansión de las matnculas, parado)a' 4 i··inatoria-
f . afectaban liscr1mu
enomenos de desocupación de normahstas que . . , e asociaba a.
rn :, +te sta situacron s
ente a las ¡ovenes egresadas. Probablemen e e d h cho en los serví-¡
ot • • . . . eaban, e e '
. ra. la arbitrariedad y el chentehsmo que camp . f rmación en cargos d;J e
cios escolares. La designación de personas sin ° frecuente práctica en
ayudantes o empleos interinos de preceptores, era un ¡· ªconocedor de la coti-
el • , s I s, amplo
. Juego de la política de partidos. Dano a a , stro y la pobre maestra
dianida4 1
a escolar denunciaba en 1917: "«yel e pobre maesd'fcultad cua 1 quiera...
. f
or-
Tue necesitan recurrir a 1a ocna centralP%","$$" rendan a buscarse
Zosamente ha d • d' do también, a me I ~. algo rnás valioso que
Prot n e ir per ien . s de ¡ust1oa, el res eto de
,, 0 ectores y a pedir por gracia lo que e d dispensarles, p
dos 1 · e se pue ª
sí . os ascensos y todas las gracias qu
mismos",192
. ,, p!IE. Serie Resulta-
191 tas históricas •
V . aos propu"
er. lván Nfüíez P. "El trabajo docente.
dos de Investigación Nº2 Santiago, 1987•
Citado por Dato E. Salas , op. cii; p. 150
En este marco, la situación particular de las preceptora .· .
. Por una parte, se reafirmaba f• b y ampliaba1· b la profes;<
s P1unanas era com-
1
pleja. :<. dc ton docente como
·dad de integrac1on e un sector extenso de las m . .
opa rturu ., a r:, ], 1,:. u]eres a la vida del
. al espacio público; se manternan as pohbcas y nor,.,..
tra b a¡o Y . . . . . d ·z las estatales formal-
te no discriminatorias al interior le la función pública ed, .: .
ment .., fe: 'ucacional:1 iguales
1
rem un eraciones ' acceso a la formaoon
._ pro es1onal normalista y acceso a 1 os car-
go s directivos en las escuelas de runas y de. las normales ' aunqu e, a d'f . d
1 erencia e
los varones, ]as normalistas no eran seleccionadas para los cargos de Visitadores.
Desde el punto de vista profesional, el cuerpo docente era heterogé-
neo. Parte mayoritaria se había formado en las Escuelas Normales a través
de cinco años de estudios post-primarios. Pero una fracción minoritaria no
había recibido esa formación. Personas con la licencia secundaria o, a veces,
con unos pocos años de estudios secundarios, trabajaban como maestros inte-
rinos. Sin embargo, en la enseñanza primaria había exámenes y cursos exigibles
para los maestros interinos con cierta antigüedad.
y
ta
d
[ahabía
leyes
e scalafón,
eran
J Dada la alta proporción de escuelas matriculados en el sector públi-
fo,granmayoría de lás preceptorasy
Preceptores
funcionarios estatales-
con un sentido impersonal y protector. Sin em-
. "Investigaciones practica-
. . Adrninistrauva •. ,, En: Boletín Nº 5, 1906,
M ini;+:. , Sección 1
4Chile·
is eno de Instrucción Pub ,ca, ptorado e
das a ... del prece
. cerca de la situación economica 93-99-
~ltado por Mario Monsálvez B., op. cit.; PP·
{eruro, 13 de agosto de 1922-
ano Salas, op. cit.; p. 151
importancia en materia de educación intentan hacerla las autoridades centra-
les. Al profesor se le obliga solo a repetir, más o menos inteligentemente. Esta
esclavitud moral que deprime todos los días y que a la larga mata las iniciati-
vas es lo que hace del pedagogo una crea tura artificial y adocenada" .197
Esta subordinación de ambos géneros, sin duda, se veía agravada por
la subordinación particular de las mujeres que era parte de la cultura domi-
nante, a pesar de los limitados avances que se han señalado en el sentido de la
igualdad.
197
Amanda Labarca. Nuevas orientaciones de la E; = . • : Santiago,
1927. ·nsenanza. Imprenta Universitara,
6 • Las preceptoras en el espacio
• pul'bl'lIco.
L. •, Primaria
a Sociedad de Profesores de /nstrucct0n b ., imas remunera
_
l . 1 impacto de las a11s uda inscritas
cio, a carencia de seguridad social y e . aciones de auto-ay , desarro-
nes 11 b r organ1z y obreros ·~
en la , e_v~ a al preceptorado a crea os artesana Ies de Instrucción V
hu,,'adición del "mutualismo" delos8"Y',,ae Profeso"e' tao co-
as a . As' la Sacie a tener un o
t>rirn, . partir del siglo anterior. si, ocupó de rna_n mausoleo, el
,,", fundada en santiago en 190%,4e fnanciaba "
forrrna 4 o por las cuotas de 1 os as 5ociado
a de una cuota a los deudos de los socios o socias fallecidas y ayudas financie-
O
~asgen caso de enfermedad. Ensu calidad de entidad mutualista, se orientó también
hacia la sociabilidad y recreación de sus miembros, manteniendo un "hogar so-
cial" y desarrollando actividades culturales, deportivas y recrea ti vas. Esta función
protectora de la institución, el cobijo en un "hogar social" y la práctica de la socia-
blidad, hacen suponer que entre sus miembros rasos, habría preceptoras. Sin
embargo, los dirigentes de la Sociedad de Profesores de Instrucción Primaria eran
varones. No hay huellas de la presencia de preceptoras en tales responsabilida-
des. Solo es posible aventurar que gran parte de sus afiliados eran mujeres, dada
la alta proporción femenina en el ejercicio de la docencia.
Reflejando la cultura sexista, el rol de estas asociadas debió ser depen-
diente, aunque no necesariamente pasivo. Es probable que las tareas propias
de esta institución hayan sido consonantes con el rol asignado al género fe-
menino: recaudar fondos, visitar enfermos, participar en ceremonias fúnebres,
preparar fiestas y participar en ellas, mantener un hogar social, entre otras.
Cabe la hipótesis de que la participación en este tipo de institución represen-
taba, junto con el trabajo docente mismo y con irrupciones ocasionales como
las de los Congresos que se han descrito, una de las primeras, tímidas y su-
bordinadas vías de presencia pública del género femenino.198
198
lván Núñez. Gremios del Magisterio. Setenta años de historia. 1900-1970. PIIE, Santiago,
1986; pp. 27-29.
109
"La Educación Primaria". N" 1 a 5, Santiago, agosto a diciembre de 1917.
Ere,•¡·,a, «osa Ester y Leopoldina
En el directorio de la Federación .
Ercilia Mateluna y como . en 1918, figuraba como tesorera la
preceptor ques y Leopoldina Riffo:1e;bros de la Directiva Nacional, Ester
Barra de fac . t testin, le lest (madre del líder sindical Clota-
Bl t). El siguiente testimonio se refi ...
no es •. . .. ,, _ . . ere a estas dmgentes sindicales, tal
vez las pnme1as. Dona Erc1lta, corno cariño t 1 l, <b
d.
mujer extraordinaria.
. 0 ..
1
e una movilidad
sarnen e a arna amos, era una
sorprendente, estaba en todas partes
ir y para infundirnos ánimo cor ,
para serv . . nsu corazon generoso. Casada con el
Comandante Lw~ A. Paez, que era un auxiliar magnífico en la Tesorería, con-
virtió su hogar en la verdadera sede de la Federación. Por las tardes, terminadas
nuestras labores escolares, 0 por las noches, llegábamos, corno a nuestra casa,
al hogar Páez Mateluna. De estas reuniones, formales las unas, informales las
otras, salían las directivas para la campaña que luego eran llevadas a los dis-
tintos círculos. Junto a Ercilia Páez descollaron otras dos mujeres: Ester Barra
de J acques y Leopoldina Riffo de Blest. Doña Rosa Ester, de clara inteligencia,
de un espíritu combativo poco común y de una elocuencia maravillosa, desde
muy joven fue la líder indiscutida, que más tarde había de distinguirse corno
regidora y alcaldesa de Providencia, por su dedicación al servicio de los niños
de su comuna. Doña Leopoldina ... de una dulzura maternal, calmaba con sus
consejos nuestros arrebatos de mozalbetes inmaduros. Estas tres mujeres y
d
otras que sería largo enumerar, trabajaron activamente desde la Federación. 143
Fueron en realidad las 'activistas' que enfervorizaban las asambleas Y reunio-
nes en aquellas horas de lucha y sacrificio".20 º
. puede leerse como expresiva
La cita • de una siituación compleja y tran-
• •
sic1onal. Por una parte, la descripcion • de Eilircilia M ta te luna parece
. , corresponder
.
. . d I spacw publico al que se
ª un rol subordinado de las mujeres al mtenor .
e e . .
en tradicional femenina e
. d
asomaban. Era la mujer que proyectaba 1 a 1mag . . d la Tesorería de
"du - d h ue en el e¡erc1c10 e
ena e casa", que acogía en e1 ogar Y q _ L oldina, por su par-
la Federación requería del auxilio de su esposo. DonEa e:bio doña Ester, era
te,' extendía
+d; a la Federación., la condición.
+di'6 maternal. , n ca¡bativo" ' por su ,, e¡ o-
reconocida• por su "inteligencia',
. .., por su "espíritu com·+aba a la posibilida
' .. ·¿ d d le 1
cuerncia'
• y su capacidad de "liderazgo " , lo que presaga , n ;nexistentes en , as
d 5 parecia u,
;s~rrol!o de capacidades que hasta entoncehasta reconocerse en el nuevo
e UJeres y que podían despertar, expresar,se y "muchas otras que sena largo
Ontexto. Es indispensable releer la alusion a nina activa considerable.
enurn ,, ncia feme
erar como indicio de una prese
201
Santiago Tejías. En Oscar Bustos y Santiago Te-
202
La Nación. Santiago, 13 agosto de 1918;¿ "Jas, op. cit; pp. 15-17.
La Asociación General de Profesores de Chile
La Asociación General de Profesores de Chile será el primer caso de
sindicalismo docente propiamente tal: "Desde su constitución hasta septiem-
bre de 1928, la Asociación General de Profesores irá progresivamente
proyectándose a la escena socio-política, perfilándose como movimiento ideo-
lógico y cultural y convirtiéndose en decisiva fuerza de cambio educacional
... Aunque la Asociación se gestó en el profesorado primario y llegó a organi-
zarlo en su gran mayoría, fue capaz también de nuclear a sectores del
profesorado secundario y a docentes universitarios, profesionales e intelec-
tuales que simpatizaron con su causa ... Rescató la Asociación al magisterio
primario de su achatamiento y subordinación y lo constituyó en fuerza social
autónoma y consciente... Fue uno de los grandes actores colectivos de la his-
toria reciente de Chile" 203
201
Santiago Tejías. En Óscar Bustos y Santiago Tejías, op. cit; pp. 15-17.
202
La Nación. Santiago, 13 agosto de 1918; p. 8.
La Asociación Genera/ de Profesores de Chile
La Asociación General de Profesores de Chile será el primer caso de
sindicalismo docente propiamente tal: "Desde su constitución hasta septiem-
bre de 1928, la Asociación General de Profesores irá progresivamente
proyectándose a la escena socio-política, perfilándose como movimiento ideo-
lógico y cultural y convirtiéndose en decisiva fuerza de cambio educacional
... Aunque la Asociación se gestó en el profesorado primario y llegó a organi-
zarlo en su gran mayoría, fue capaz también de nuclear a sectores del
profesorado secundario y a docentes universitarios, profesionales e intelec-
tuales que simpatizaron con su causa... Rescató la Asociación al magisterio
primario de su achatamiento y subordinación y lo constituyó en fuerza social
autónoma y consciente... Fue uno de los grandes actores colectivos de la his-
toria reciente de Chile".209
d
en Concepción, en cuyo primer directorio participaban Zoila Muñoz, Fancisca
Bastidas y Celerina Aguilera." Algo similar ocurrió en Cautín con la Sociedad
de Maestros Primarios, en cuya directiva también hubo una mujer, Madovia de
Gutiérrez.En el periódico de la Asociación se da cuenta de la constitución de
agrupaciones en Quinchao y Curanilahue,"también con dirigentes maestras.
Al informar sobre el estado de la Asociación de Profesores en Antofagasta, se 14
decía: "dominan en número las compañeras. Esto es una nota simpática, pues
creemos que es uno de los pocos (lugares) en que las colegas se inte""san "
tal forma y con tanta unanimidad en las campanas de la Asociación'. En el
periódico de la Asociación se recogía también la resistencia a participar. Se-
gún un articulista, en un caso la Directora y las profesoras de una escuela TO
se asociaban porque lo consideraban denigrante. '¿Yo asociarme:, ¡jamas',
¡sería denigrante! ¿Y qué iría a decir la sociedad al saber que yo estaba as"a
da? ¡No, por Dios, no me asocio y no permito que mi personal lo haga ....
El 6 de marzo de 1925, por Decreto N 729, el Gobierno convocó a una
.. , Educacional Para tal efecto, la Asociación General de
Comisión de Reforma • t uales estaba Emilia Bus-
. ,
p rofesores designo t r sentantes 1 en re 1 os c
cua ro rep e
tamante.?
•
0 1 de julio de 1923.
Nuevos Rumbos N 2, Santiago,
0
204 A1924
205 Nº 15 Santiago, mayo e •
b
Nuevos Rumbos , junio de 1923, p. 8.
15
2u b N" 1 'v Santiago,
Nuevos Rumbos ,,,
15junio de 1923, p..
207
Nuevos Rumbos N" 1, Santa° < de septiembre de 1923.
208
b N" 7 Santiago,
Nuevos Rumboss . de mayo de 1925, p. •
15
o, Nº 33 Santiago, 1 7
Nuevos Rum b os ' . 1 septiembre de 1924, p. •
210 Nuevos Rumbos N" 24. Santa..,ideológico en Chile. Imprenta W.Gna-
211 Eleodoro Domínguez. Un movmuer
dt. Santiago, 1935.
alizó el significativo Congreso Constituyent
En 1925, cuan d o se re ., d l • d e de
' ·. ·tante participación te! gremuo te preceptores ;
los Asalariados, la imporv En la Comisión Informante o reda, Pi-
. ·.·h 'ta bién mujeres. Ora d
manos incluyo tam" .g4 personas estaban presentes tres represent e
sus acuerdos, formada por o de los cuales era la dirigente E an_tes
d e l a Asociación
s
de Profesores, un
,:. Hbfa mujeres, entre ellas las profesoras Ama d
rnestina
Pérez. En esa Comisión hat 5 da·1) l, mnda
• ( , ·ita-ia), Graciela Mandujano (secundaria) y a ya referida pr
Labarca universitara), e-
ceptora primaria Ernestina Pérez.
. ¿·icios
Los in . sena - Jan que a al interior de la Asociación General de Profe-
sores l as mu¡eres. t em,311 presencia activa y acceso . . a . los
, cargos dirigentes,
aunque en ermmos n
¡6, • o proporcionales a su participación
. en. la fuerza
. de tra_
. d t
b ajo tocente, s1 •tuación que fue . permanente en el
. . . d. I, mov1m1ento
· . magisterial
., . y
que hasta el presente no se corrige. Lo distintivo de la participación femenina
en la Asociación no fue tanto el número de lirigentas, sino el hecho que esta
institución social tenía un sello contestatario, en cuyo marco cabían la deman-
da y la identidad femenina.
Entre los acuerdos de la 1Convención Nacional de la Asociación, se leen
los siguientes: "Pedir una remuneración económica de acuerdo a las necesida-
j des del personal y al esfuerzo que desarrolla; que la Junta Ejecutiva estudie
algunos proyectos sobre seguro de vida, reemplazo de los exámenes por cursos
de perfeccionamiento; representación en el Consejo de Educación Primaria y
en las juntas comunales; gratificación extraordinaria de 40% para los profesores
de Valparaíso y Atacama; recomendar la educación sexual; creación de puestos
de Visitadoras de Escuelas y empleos para mujeres en la Dirección General de
la Instrucción Primaria; reformas a la enseñanza; protestar por la no confección
del escalafón; fundar un periódico quincenal; propender al intercambio profe-
sional con los demás países americanos; fundar hogares sociales; reemplazo de
los actuales textos de estudio; recomendar la fundación de centros culturales,
literarios, musicales, deportivos, etc., creación de casas de salud en campos,
cordillera y costa; solicitar facilidades para la adquisición de viviendas".212
Entre la abigarrada colección de demandas y propuestas, había algu-
nas que correspondían a la matriz mutualista y de convivencia social,
heredadas de las primeras organizaciones, aunque se avanzaba desde la au-
toayuda, al estudio de un sistema de seguro de vida; otras eran de orden
profesional y educativo, que preludiaban lo que sería su posterior postura de
reforma integral de la enseñanza; otras eran demandas de representación de-
mocrática. Dos eran de particular interés: la que recomendaba la educación
sexual y la que reclamaba el acceso de mujeres a los cargos de Visitadores de
Escuelas y de funcionarios de la Dirección General del Servicio. No podemos
212
La Nación, Santiago 1 de enero de 1923; p. 28.
saber quién levantó estos requerimientos. Puede suponerse que, dada la cre-
ciente feminización del preceptorado, la participación de maestras en la
actividad gremial y la existencia de mujeres dirigentes en la naciente Asocia-
ción, la demanda de acceso a los cargos haya sido formulada por maestras,
quedando la incógnita respecto al origen de la demanda por educación sexual.
En todo caso, esta última es indicativa de la mentalidad abierta y desprejui-
ciada de los maestros de la Asociación.
En la segunda Convención anual de la Asociación, como un "tema li-
bre",que no formaba parte de la tabla original de la reunión, se aprobó una
resolución sobre la maestra rural, para quien se pedía más sueldo y mejores
condiciones de trabajo y seguridad en el campo. La Asociación, en su lucha
cotidiana, se convirtió en instrumento de defensa de preceptores y precepto-
ras. Así, en 1924 la Junta Ejecutiva hizo una presentación al Gobierno frente a
"los atropellos del Consejo de Educación Primaria". Se refería a un conjunto
de casos de profesoras trasladadas sin consentimiento, exoneradas sin suma-
rio y otras.211 Pero, al mismo tiempo, habrá maestras que se organizarán por
sí mismas y/ o harán oír directamente su propia voz.
J
claman... la causa se comprende fácilmente: muy 'empaquetaditas' en los
prejuicios, confundiendo siempre la cordura con el egoísmo".232
Elvira Espinoza, la dirigente de las normalistas desocupadas, escribió
dos artículos: el primero sobre su experiencia como alumna de la Escuela
Normal de Concepción, recordando a sus tres distintas directoras, una alema-
na, una estadounidense y una chilena; y el segundo relativo a su experiencia
corno preceptora y en particular sus relaciones con otras profesoras, su Direc-
tora y las alumnas. Aludía a "muchos y tristes antecedentes de difícil cuenta
del ambiente por lo demás odioso y poco apropiado para encontrar, no diré
felicidad, sino tranquilidad en el trabajo".233
En los indicadores de conservadurismo y autoritarismo, los trazos más
fuertes los ponían las Directoras de escuela. En el periódico se publicó un
artículo titulado "¡Por la dignidad de la enseñanza, denunciamos!". En él se
criticaba a una Directora de Coelemu, por su llamado al "cumplimiento del
deber y al respeto de la autoridad jerárquica, para mantener el prestigio del
magisterio", en apoyo al Ministro de Instrucción Pública de la época. 231
220
Nuevos Rumbos N" 4. Santiago, 1 de agosto de 1923; p. 7.
230
231
Nuevos Rumbos N" 6. Santiago, 1 de septiembre de 1923; p. 7.
Nuevos Rumbos N" 42. Santiago, 5 de octubre de 1925; p. 2.
232
Nuevos Rumbos N" 34. Santiago, 15 de mayo de 1925; p. 12.
233
234
Nuevos Rumbos N" 27 y 28. Santiago, 18 de noviembre y 6 de diciembre de 1924.
Nuevos Rumbos N" 62. Santiago, 15 de septiembre de 1926; p. 8.
Más allá de su valor informativo, los textos que se han presentado, acerca
de la condición docente femenina en los años 20, son también reveladores de
la presencia de las preceptoras en la organización sindical y en el espacio pú-
blico. En comparación con el siglo XIX, en el nuevo siglo las preceptoras
empezaban a tener voz propia, autónoma. Ya no solo hablaban las mujeres en
los documentos oficiales del servicio escolar o en los congresos pedagógicos
convocados por la autoridad. Ahora hablaban desde un espacio propio; un
espacio compartido pero no monopolizado por los varones. La Asociación
era construcción social y dominio de maestros y maestras que demostrarán a
lo largo de su historia que tuvieron su propia personalidad. Era el momento
para que las maestras de aula entraran a la historia escrita.
15
9. Las preceptoras y el temprano feminismo.
-
sociedades obreras, las instituciones en que recientemente se han agrupado
en número considerable los empleados del Estado, ciertas asociaciones de
maestros del Estado, los estudiantes, profesionales, o sea los intelectuales ...
Las fuerzas que aparecieron bien organizadas y aplastadoras por su número
fueron las de la clase obrera... A ellos se unieron casi unánimemente para
apoyar las doctrinas socialistas los maestros o profesores como ahora los lla-
mamos, y gran parte de los empleados... "
"En resumen, podría decirse que los obreros, profesores y empleados,
fuerzas sociales que en un tiempo fueron empujadas por los intelectuales,
hoy tienen sus propios conductores, su ideología propia y una orientación
que ha dejado muy atrás la de sus iniciadores" 2
. a se incluyeron algunos antecedentes sobre la representación de la Aso-
c1ación. General de Profeesores en 1 a Asamblea preceptoras incluidas,• pero en la
Constituyente t b• , st ' '
n e ª°: ien e aban presentes otras mujeres. "También asistía un
grupo representativo del f • • d , d L
. Mandu· emirnsmo e la epoca: pedagogas como Aman ª , a-
b arca y G rac1ela
·r2ng . Jano, o profesionales como la doctora Emestina Pérez
·egun otra fuente d d
la asamblea era Be t Re, una e las integrantes de la Comisión Informante_ e
Fernenino de Chile"r ªEnecabarren
l la . de Ab a1e,
d., " 'en representación
· , d el.-
1 Partido1
'· plenaria de la Constituyente, María TeresaUrbina
\-
"'
20
Gonzalo Vial Correa. 0 . .
Et Mercurio. san@aa, ,,".533.
21
Gonzalo Vial Correa 'o e marzo de 1925.
• 'P. cit.
hizo un discurso en pro de la igualdad de la mujer?¿Quién era esta oradora?
¿Era de las filas de la Asociación General de Profesores o era feminista? Inde-
pendientemente de su pertenencia, no cabe duda que la cuestión del género fue
abierta en la Constituyente. En efecto, al informar sobre la Asamblea Constitu-
yente, la prensa revelaba que: "...el presidente abrió debate sobre el punto tercero
del infonne número tres de la comisión, que considera a la mujer con igual
capacidad para gozar de los derechos civiles y políticos ... Entraron a terciar en
un interesante debate la señora Eduvigis de Villar, quien se adhirió a la indica-
ción por la comisión. A continuación habló el señor Víctor Arauco, quien se
manifestó partidario de la indicación en principio, pero estimó que como un
hecho fatal, la mujer estaba condenada a no poder usar de los derechos políti-
cos, porque estima que aun no se ha liberado espiritualmente. Habló a
continuación la señora María Hidalgo, defendiendo los derechos políticos de la
mujer... Finalizó el debate la señora Amanda Labarca H., quien en un extenso
discurso adujo razones a favor de la tesis feminista".213
d
En el diario comunista Justicia, de Santiago, en los días de la Asamblea
Constituyente, Manuel A. Silva R., escribió un artículo en el que denuncia
que fueron los comunistas los únicos que postularon "el derecho integral de
la mujer",en tanto que otras tendencias se opusieron y defendieron un reco-
nacimiento estrecho de la igualdad". En otro artículo, el mismo vocero
advertía que el triunfo de la corriente comunista en la Asamblea no quedaría 159
completo si en el próximo futuro no se cumplieran ciertas condiciones: ...l
las mujeres asalariadas en general, hoy doblemente esclavas, quieren dignifi-
car su personalidad anulada y mancillada por la sangrienta injusticia de que
ahora es víctima".
"Si quiere acabar para siempre con todas las tiranías que hoy soporta y
convertirse verdaderamente en mujer, dignificarse a s1 misma y con ella a la
215
propia especie humana ... "
. tura tuvieron en este tema los delegados de la
No queda claro que pos f • 1 tendía a verlos alineados
Asociación General de Profesores. 1a Pena""""". cuno tendencia ri-
unista pero a prensa e
con el bloque o b rero-com ' ,,... fue posible dilucidar si las
l rofesores ,ampoc 0
b
ca a acremente a os P • t . , de la Asociación en estas mate-
Preceptoras que integraban la represe""%h"i ae modo diferente.
. votaban junto
.
nas con s us colegas o se a 1 , ..
htb profesoras primarias participando
Con todo, es deStacable q~e u ;ebía construirse sobre las ruinas del
en un debate público sobre el país que
. marzo de 1925.
Justicia. Santiago, de marzo de 1925; p. 1.
Justicia. Santiago, 11 d
:. marzo te 1925 '
Justicia. Santa° , marzo de 1925; p-1-
245 Justicia. Santiago, 1 e
arismo, debate que incluyó también la condición oprimida de la
Parlamenlast alternativas
m,:
. sobre el1 reconocimiento
. . .
de su igua Id la..
d
'ujer }y
----JLº más probable es que feministas, profesoras secundarias y universi-
ta Tas
. y maestras primarias hayan coincidido en dicha reunión. En efecto, en
l . .
los mismos días de la Asamblea Constituyente de Asalariados e Intelectuales,
se celebraba en Santiago una asamblea fundacional de una organización del .
profesorado de la enseñanza secundaria y técnica. En ellas, el profesor Gui-
llerno Labarca, hablando a nombre de los convocantes a la reunión, entre
otr05 temas, manifestaba que "las profesoras piden con absoluta justicia el
cumplimiento del decreto-ley reciente que establece iguales salarios para igua-
les funciones ..".Más adelante, se agregaba que "...por aclamación se aprobó
un voto propuesto por la profesora señorita Lola Mardones que 'declara aspi-
ración del profesorado nacional la absoluta y total equiparación del personal
femenino con el persona] masculino' ".216
Un agente de articulación pudo ser Amanda Labarca, cuyo esposo,
Guillermo Labarca, había recogido la reivindicación de las profesoras. Esta
;
intelectual, educadora y líder feminista, si bien no pertenecía a la Asociación
General de Profesores, participó de sus actividades. Nuevos Rumbos informa-
ba frecuentemente de sus conferencias y reuniones con las preceptoras en los
locales de la Asociación, no solo en Santiago sino también en provincias. Así,
en 1923, una conferencia de Amanda Labarca servía de motivo para que un
articulista llamara a las mujeres a unirse, afirmando que "las llamadas a pro-
piciar este movimiento feminista... son las maestras, por su preparación
intelectual".217 En 1925, Arnanda Labarca ofrecía un curso de perfeccionamien-
to a los profesores y profesoras asociados de Concepción248 y más tarde, dictaba
una charla en el Hogar de la Asociación para dar cuenta de su viaje a Europa
Y de su participación en Congresos en Edimburgo, París y otros.249
Con el título de "Una charla femenina", el periódico de la Asociación
daba cuenta ~,e una reunión entre profesoras, obreras y esposas de obreros,
sobre el tema Los problemas de la hora presente en relación con el papel que
ª la mujer le corresponde". Salvo el acuerdo de reunirse de nuevo, no se
dieron
. más
. . detalles de es a reunión.
• • p'ero la sola realización
. . , de ese evento es
d
otro in icio de la iniciativa autónoma de las maestras al interior de la Asocia-
crn~ Y ~e su combinación de posturas de género y de solidaridad social. A su
mo o, as preceptoras también construían feminismo.
246
La Nación. Santiago, 12 d
247
Nuevos Rubos N s.s,,""arzo de 1925;p. 5.
248
Nuevos Rentos Ne ás ¿,,],$"8de octubre de 1923,.5.
249
Nuevos Rumbos Nen{""a&o,1 de mayo de 1926; p. 4.
250 antiago, 20 d ·
Nuevos Rumbos N" 23. S, s. ' 1e noviembre de 1925; p. 1.
• nhago, 1 de mayo de 1925; p. 16.
1 O. Tres casos representativos.
Gabiela Mistral
Es conocida la significación de Gabriela Mistral como mujer y como
poetisa. Se ha estudiado también su trayectoria como educadora y pedagoga.
Se conocen sus cargos de responsabilidad docente en Chile, su participación
en la reforma educativa mexicana junto a José Vasconcelos. Su pensamiento
pedagógico se manifiesta en las recomendaciones que escribió para las profe-
soras del Liceo N 6 de Niñas de Santiago, en el que había trabajado.
J gentino Julio R. Barcos, la poetisa afirmaba: "Yo conozco maestras que jamás,
pero jamás, han gastado un peso en un libro o en una revista para no digamos
mejorar, completar sus conocimientos. Yo he visto centenares que no acuden
a una reunión de profesores sino cuando van a tratarse cuestiones de sueldos.
Yo conozco en ellas especialmente el renegamiento de su clase, la vergüenza
de venir del pueblo, el olvido de toda solidaridad con su carne, el ningún
sentido de clase, la indiferencia absoluta para los problemas obreros que tie-
nen tanta relación con la escuela... "253.
Es interesante mirar a Gabriela Mistral en todas sus facetas como pre-
ce~tora, en, el marco de lo que era la condición docente femenina en las
pnmeras decadas del siglo XX · El! a f'ue ,,.'interina"
• que no estu d.10, en nmngu
• na
Escuela Normal Por el cont • ftue rechazada en
nraro, ' su solicitud de ingresar
. ª1
l a d e La Serena. Más tarde ¡ e • . . , ·
titulode Pr fe ·el Consejo Universitario le concedería de grac1a e
1 ¡·º e dro e~~ra de ~stado, legitimando así su desempeño como Directora
d e uceos te niñas. Años te L ,u
escuelas rurales de1antes, ucila Godoy Alcayaga fue "ayudante en
a región del Elqui. Ella recordaba así: "Habla una antigua
251
Ministerio de Educación Pública. "T _ _ ,,, ¡ En:
Gabriela Mistral. Home +.
ena1e e la Ed
"Tensamiento pedagógicos de Gabriela Mistral·
•• • . 25-26.
252
J uan Sandoval Carrasco. "p ucación Primaria y Normal. Santiago, 1954; PP·
obra poética". En Minia,"samiento educativo de Gabriela Mistral a través de su
253 · J
G a b ne · eno e Educ ·, p,
a Mistral. "Pro'! ,, acion ublica. Chile Op cit.; p. 66.
A" ogo . En- ] ¡- • • ., • .. B os
ires, 1928. Citado por é Julio R. Barcos. Cómo educa el Estado a tu hijo. Mue
ti d -esar Godo U; • +,1Min1s-
erio le Educación PiB) ,, "Y /rrutia. Analfabetismo en América. Editona
1ca. Ciudad d ;
e Guatemala, 1952; p. 141.
maestra primaria, que hizo su carrera desde la ayudantía de la escuela rural y
que ha visto el 'pez pedagógico' de las diversas zonas del mar, hasta llegar al
vanidoso pez secundario".25»
Aludía, sin duda, a las diferencias entre preceptoras primarias y profe-
soras secundarias. Aunque ella logró superar por sus méritos la barrera entre
ambas categorías, sin renegar nunca de su origen, fue crítica dura de las "des-
clasadas": "Maestras que se avergüenzan de venir de la clase modesta, no son
las que, llegadas a la altura de un Liceo, vayan a enseñar democracia, a expli-
car con vehemente interés el trabajo de los hombres, el derecho de los obreros
de vivir una vida hermosa, después de crear los objetos hermosos que crean,
y sobre todo no son ellas, mujeres a veces de corazón seco y pobre, las que
digan a la jovencita que educan que el oficio de ternura que es la maternidad
supera a cualquiera otra excelencia humana"255
Su paso por el preceptorado rural fue una experiencia vital fundante
de la poesía de Gabriela Mistral, como su amor por los niños y su sentido de
la maternidad. La obra de Gabriela Mistral es expresión sublimada de la sim-
biosis maternidad-docencia, que es constitutiva de la profesión magisterial.256
Es interesante observar la trayectoria de Gabriela Mistral desde el si-
guiente ángulo: la "ayudante" Lucila Godoy fue a la vanguardia de las
preceptoras que ingresaban al espacio público con voz propia, ya que tem- 16
pranamente colaboró en periódicos de Coquimbo. Se trataba de periódicos
avanzados, de crítica social y no publicaciones del "establishment", en que
era más fácil que publicara una maestra.
Es más, cuando se constituyó la Asociación General de Profesores y aun-
que Gabriela Mistral estuvo buena parte del tiempo de la Asociación en el
extranjero, ella se sentía militante moral de este gremio y dio testimonios de su
simpatía. Es que no olvidaba sus comienzos como 'interina' y ayudante •
Desde Francia, la poetisa escribía a un pedagogo argentino: "Yo desde-
- esas ses1onesa
no · cade'mi·cas de maestros en que se leen actas, se vota sin interés,
. ra y se pelean los cargos del directorio. Otra cosa muy diversa
se 1 ee con ttesur d ¡ A · ·, d p f
habían logrado crear en Chile los pobres maestros e a sociac10n e ro e-
sores Primarios...""
En 1928, G ab ne · ¡ a participó en representación del. gobierno de Chile en ,
' · na! de Protección a la Infancia, celebrado en Pans.
un Congreso Internac1o! ., · dEd ·a
. ., . b e su participación y lo envio a la Revista e' tucacon
Escribió un informe sor
Abdolomira Urrutia
Abdolomira Urrutia fue miembro de la Asociación General de Profeso-
res, con algún rol directivo. En mayo de 1925, un periódico obrero informaba
que, en la celebración del 1 º de Mayo en Chillán, en un acto unitario de obre-
ros y maestros, la preceptora Abdolomira Urrutia hizo un discurso.""° Más
tarde, hay huellas de las persecuciones de que fue objeto. En Octubre de 1928,
junto con otros profesores, fue exonerada del servicio al iniciarse la Contra-
rreforma educacional autoritaria.260 En 1935, aparece como uno de los agentes
en Santiago, de la revista gremial y educacional Nervio que se publicaba en
Curicó y que era el órgano oficioso de los continuadores de la ya desapareci-
da Asociación General de Profesores.261 Pero el principal motivo de su ingreso
a la historia no oficial fue su discurso en la Convención de la Asociación, cele-
brada en Talca, en enero de 1927.
258
Gabriela Mistral. "En el Congreso de Protección a la Infancia". En: Revista de Educación
Primaria, tomo 35, N"6. Santiago, agosto de 1928, p. 316.
2359
justicia. Santiago, 11 de mayo de 1925.
260
El Mercurio. Santiago, 24 de octubre de 1928.
261
Nervio N"9. Curicó, marzo de 1935; p. 54.
En la reunión magisterial de Talca, Abdolomira Urrutia, como delega-
da de la agrupación del Departamento de Bulnes, "formuló diversos cargos
hacia la poca actividad gastada por la Junta Ejecutiva (de la Asociación) en
beneficio del profesorado femenino, que había sido objeto de numerosos atro-
pellos de parte de las autoridades educacionales".262 Pero lo más significativo
fue que la joven preceptora también se refirió, dramáticamente, a un tema
tabú: las madres solteras y el derecho a la maternidad y a la vida.
Las fuentes históricas recogen distintas miradas sobre el mismo even-
to. El órgano conservador El Diario Ilustrado atribuyó carácter textual a la
siguiente versión: "Mientras París ha levantado un monumento a la madre
soltera, Chile huye de ella como leprosa, cerrándole todas las puertas; mien-
tras se descubren las gentes al paso del féretro, es decir ante el fin de la materia,
todos miran con desprecio a la madre soltera, que ostenta las exterioridades
de la maternidad que lleva vida, ensañándose con ella y hasta negándole las
facilidades de vida y los medios para ganársela. Si se quiere hablar de la libe-
ración de la mujer, es necesario arrojar las cadenas de esclavitud que lleva en
su alma toda mujer chilena. Lo demás es continuar viviendo en la misma
opresión odiosa que la ha mantenido relegada".263
A su vez, el enfoque del Obispo de Talca en una carta pastoral era: " ... vi-
nieron de otras provincias maestros y maestras que, de palabra y de obra,
quisieron convertir en cosas santas la impureza y el comunismo, o sea el des-
J
165
pojo de los que tienen alguna propiedad".
"La limitada ciencia de los profesores de escuelas primarias no les auto-
riza para reclamar tanta libertad. Deben ellos enseñar las nociones elementales
de las pocas ciencias o artes cuyo conocimiento es muy necesario o muy útil
para todos los hombres... Salirse de este marco, los expone a convertirse en
ciegos, guías de ciegos, como los oradores y oradoras del ultimo congreso •
"Sabemos que la mayoría de los maestros de instrucción primaria re-
chazan con horror las absurdas e inmorales doctrinas que dejamos
ara la propaganda; y, como se
mencionadas· pero sus autores son t enaces P
' pasiones humanas, como son 1 a
trata de enseñanza que ha 1 agan 1 as peores . f' t
• les pone ata¡o e 1cazmen e,
sensualidad y la pereza, es de temer que snos ,¡,ae ellos se corrompa
seduzcan a un crecido número de maestros y, por mea"9', ¡a,2
. d d tes d e los primeros anos e Su VI .a.
gran parte de nuestra juventu,
262 La Nación. Santiago, 5 de enero de 1927;p.8• 3" En: El Diario Ilustrado. San-
265
Defensa Obrera. Tocopilla, 3 de febrero de 1927.
266
Verba Roja. Santiago, febrero de 1927; p. 3.
267
Samuel Santibáñez. "La Convención de Talca y la Maledicencia Reaccionaria". En: De-
fensa Obrera. Año V,N 521. Tocopilla, 15 de febrero de 1927.
torno a la liberación de la mujer, lo que indica que la intervención de Abdolo-
mira Urrutia no fue un acto aislado ni personalista.268
Por su parte, La Acción de Punta Arenas, destacaba la "valiente actitud
de la educacionista Srta. Abdolomira Urrutia", al mismo tiempo que repro-
ducía algunos acuerdos tomados en la Convención celebrada en Talca.269
No se dispone de una versión textual completa del discurso de Abdo-
lomira Urrutia. Nuevos Rumbos había dejado de publicarse a fines de 1926.
Gonzalo Vial se refiere a la Convención de Talca como sigue, desgraciada-
mente sin más detalle ni indicar fuentes: "... Arrojó conclusiones más bien
moderadas, pero ciertos discursos allí escuchados hicieron erizar el cabello
de la gente timorata ... Una profesora aseguró que en Chile la madre soltera
era mirada cual leprosa, mientras París le erigía estatuas. Un tercer docente
condenó los matrimonios hechos por los padres y recomendó limitar las fa-
milias. Si añadimos que la Asociación auspiciaba la escuela mixta, no nos
asombrará tanto que sus críticos afirmasen ser partidaria aquella del 'amor
libre', idea anarquista".27º
z71 Carlos Sepúlveda Leyton. Camarada. Editorial Nascimento. Santiago, 1938; pp. 158-168.
zn Aida Parada Hernández. "Exposición en el Panel 'La llave en la Puerta'.Centro Cultural
Mapocho, 28 de abril de 1982". En: "Homenaje a la educadora Aida Parada Herández'
Santiago, abril de 1984.
jóvenes profesores al exterior. Así fue como seleccionó veinte maestros para ir
a estudiar en el extranjero el grandioso panorama que ofrecía ] vimiento
273 e mo
educacional de la post guerra... "
Darío E. Salas, Inspector General de Instrucción Primaria hasta 1927,
había estudiado en Estados Unidos a comienzos del siglo y promovió el envío
de maestros a estudiar a ese país, justamente a una universidad estrechamen-
te asociada al movimiento de la nueva educación. El caso de Aída Parada
interesa también como ejemplo de oportunidades disponibles gracias a la vi-
sión y conexiones de Darío Salas, al apoyo del gobierno modernizante de
Carlos Ibáñez y a que existían mujeres capaces de superar los obstáculos so-
ciales y culturales que pudieron limitarlas.
Aída Parada, de regreso a Chile, ocupó importantes responsabilidades
en la educación primaria y en la formación de educadores, tanto para la ense-
ñanza primaria como para la secundaria. Sus estudios de postgrado y su
talento, justifican su reconocimiento como una de las mujeres líderes intelec-
tuales en el campo pedagógico en los años 1930 a 1970.
Cabe señalar que no solo por su vivencia en un contexto de mayor libe-
ralismo, como el de la Universidad de Columbia en Estados Unidos, sino
también por su experiencia inicial de preceptora de la Asociación General de
Profesores. Aída Parada se destacó más tarde como gremialista activa, en la
Sociedad de Escuelas Normales y en la Unión de Profesores de Chile. Al mis-
mo tiempo, fue feminista. Estuvo en el núcleo constitutivo del MEMCh,
Movimiento por la Emancipación de las Mujeres de Chile, entre 1935 y 1952,
además de representar a Chile en reuniones de organismos internacionales
de mujeres.
273
Aída Parada Hernández. Op. cit.
11. ¿Qué fue del movimiento de maestras y maestros de los años 20?
271 lván Núñez. "El trabajo docente: dos propuestas históricas". PIIE. Serie Resultados de
investigaciones N" 2. Santiago, 1987; cap. 1.
s Gonzalo Vial Correa. Op. cit. p. 409.
6 Eleodoro Dominguez. Un movimiento ideológico en Chile. Imprenta W. Gnadt. Santiago,
1935.
Gonzalo Vial Correa. Op. cit. pp. 402-430.
Iván Núñez. Op. cit. cap. 2.
En este proceso, ¿cómo participaron las preceptoras?, ¿de qué modo se
recogió el discurso feminista en los cambios educacionales que se esbozaron?
Es paradoja! que, mientras la Asociación General de Profesores vencía
-transitoriamente la exclusión y lograba participar con voz propia en el es-
cenario social y educacional, en los años de 1926 a 1928, la participación
autónoma de las preceptoras parecía decaer paulatinamente.
En los referidos años, en que la Asociación llegó a tener 7.000 miembros,
en un magisterio primario que alcanzaba en cifras gruesas a 9.000 profesoras y
profesores y en el que aquellas eran mayoritarias, no hay indicios de liderazgo
femenino en dicha organización. Siempre sus Presidentes fueron preceptores.
Los orientadores intelectuales y líderes visibles de la Reforma Educacional de
1928 fueron varones. En esos años no hubo nada parecido al Comité de ex-
normalistas desocupadas. Lo ocurrido en la Convención de Ta lea, en lo referente
al tema género, no fue lo principal de la reunión.
En las Convenciones de 1926 y 1927, el tema principal de discusión fue
el programa de reforma educacional o "plan de reconstrucción integral de la
educación", como se decía en la terminología de la Asociación. Un segundo
j
tema fue el de la participación de los maestros en los partidos políticos, reco-
mendándose la incompatibilidad entre la militancia gremial y la partidaria.
Tras esta decisión había una mezcla de la matriz anarco-libertaria de su diri-
gencia, el clima social de rechazo al parlamentarismo y el particular cansancio
de maestros y maestras respecto al clientelismo y la manipulación partidista
en la gestión del sistema escolar primario.
En el avanzado discurso de la reforma educativa magisterial, no se ha-
cía visible la cuestión de género. La Asociación fue claramente igualitarista.
Pero en el principal texto difundido por su principal líder, el maestro Víctor
Troncoso, no se incluía el problema de la igualdad entre los sexos.""7
El discurso educacional y pedagógico de la reforma de la Asociación
hizo suyo el "giro copernicano" de la nueva pedagogía, activa, funcional y de
base científica: fue fuertemente "paidocéntrico" y valorizaba el aprendizaje
por sobre la trasmisión enciclopédica de conocimientos. Sin embargo, el alum-
no de la reforma no tenía sexo. En otras palabras, se conceptualizaba "al
alumno" y se invisibilizaba a las alumnas. Ya en 1924, en las primeras formu-
laciones de la propuesta magisterial, acordadas en la Convención de
Concepción, se leía que "la educación es un problema social, nacional y ra-
cial".77 Cuando se aludía a "problema racial", se pensaba en una cuestión
Víctor Troncoso M. "La igualdad social y económica del Magisterio". Empresa Periodís-
tica La Nación. Santiago, 1925.
278
Nuevos Rumbos N" 14. Santiago, 1 de abril de 1924; p. 16.
cultural, referida a la identidad latinoamericana y no en el problema étnico de
las culturas originarias. Por otra parte, era prematuro que la alusión al "pro-
blema social" supusiera o englobara también la cuestión de género.
En el Plan de Reconstrucción Educacional tal como estaba formulado en
1926, se leía como finalidad de la enseñanza: "Mantener y acrecentar las ener-
gias potenciales de cada ser en las diversas etapas de su crecimiento y propender
al aprovechamiento inteligente de las vocaciones de los individuos".279
Para fundamentar la "unidad de la función educativa", demanda cen-
tral de la Asociación que, en terminología actual sería una demanda contra la
segmentación social, se sostenía que: "... del reconocimiento que el fin de la
educación es el de favorecer el desarrollo integral del ser humano en las dis-
tintas etapas de su crecimiento, se desprende, como principio básico, el que la
función es una sola y que los diferentes grados que la constituyen no tiene
otro objeto que el atender mejor a cada una de las distintas etapas".280
De lo dicho se deducía un rechazo a la supremacía de unos grados de la
enseñanza sobre otros, y a categorías y diferencias económicas y sociales.No se
aludía a las diferencias, a las supremacías ni a las discriminaciones de género.
La excepción a la invisibilidad del género, la constituyó la propuesta
de la ca-educación, que fue demandada en el Plan de Reconstrucción Integral
de la Educación, cuando éste fue utilizado como base para la redacción de la
d
173
matriz legislativa de la reforma de 1928. En una primera versión o borrador
del decreto de la Reforma, preparada cuando aun era Ministro de Educación
el doctor José Santos Salas, se decía respecto a la co-educación: "Art. 91. La
organización de la escuela debe ser familiar y coeducativa, siempre que el
ambiente lo permita, para que niñas y varones crezcan conociéndose y respe-
tándose, porque ambos, al constituir las dos mitades de un todo futuro de
vida social y orgánica, necesitan acercarse para formar armónica y diferencia-
damente sus espíritus en resguardo de la ética ideal que significa la nobilísima
2 1
función generadora de la vida". ª
Esta formulación está escrita en el lenguaje propio de la Asociación y
. . . "4 ·. liste" y "organicista"; no era compatible con el
de la inspiración funcionan1sta »lad d
. . ,dicas A la vez, este artículo era reve a or e
seco lenguaje de las normas jur1 • f a- 1dc q
. . d d énero. El Decreto mismo sena irma o por e
una excepcional mirada te g de defi:
. . d . , Eduardo Barrios, en el marco e emncrones
nuevo Ministro de Educac1on,
282
Decreto con Fuerza de Ley N" 7.500, de 10 de diciembre de 1927.
12. El reforzamiento del autoritarismo, la exclusión y
la invisibilidad de las mujeres.
'"' lván Núñez. "El trabajo docente: dos propuestas históricas". Serie Resultados de lves-
tigación N" 2. PIIE. Santiago, 1987,cap.3. ., .
w Decreto N" 3.060, de 6 de agosto de 1929. En: Ricardo Donoso. "Recopilación de Leyes,
Decretos y reglamentos relativos a los servicios de la enseñanza pública' • Imprenta Di-
rección General de Prisiones. Santiago 1937; pp. 542-556.
la población excediera de 100 niños en un radio de 3 kilómetros d. <
285
Articulo 51 del Reglamento General. En Ricardo Donoso. Op. cit.
26
Artículo 156 del Decreto N" 3.060. En: Ricardo Donoso. Op. cit.
287
Incisos 1 y 9 del artículo 17 e inciso l del artículo 21 del Decreto Nº 4.669, de 2 de agosto
de 1930. En: Ricardo Donoso. Op. cit.; pp. 581-588.
] unto con los directores de escuelas, la inspección escolar debía preocupar-
se especialmente por la "moralidad" del personal docente. En el referido
reglamento que organiza el servicio de inspección de la educación primaria, se
definen sus responsabilidades: "...velarán por la moralidad del personal de Di-
rectores Y profesores de escuelas en el desempeño de sus funciones y porque sus
vidas sean honestas y libres de todo comentario que menoscabe su prestigio ante
los alumnos, ante los padres de éstos y ante la sociedad y las autoridades" 2s8
En el Reglamento General de Escuelas Primarias se instituyó la obligación
de un juramento de maestras y maestros, que debía prestarse al momento de
hacerse cargo de su puesto. En su texto, entre otros compromisos se juraba "ser
elemento de orden, de unión y de progreso en la sociedad... dar siempre ejemplo
de corrección y de pureza de costumbres". El juramento exigía también poner
empeño en la obra de "formar hombres sanos, de carácter firme, amantes de la
justicia y conscientes de su responsabilidad, virtuosos y eficientes".2
Tras este discurso de exigencia de "honestidad","prestigio","correc-
ción" y "pureza de costumbres", es probable que se agazapara una sospecha
respecto a las mujeres profesoras. Más grave que la disonancia de los maes-
tros que se habían organizado autónomamente y declarado libertarios,
latinoamericanistas y partidarios de la reivindicación social y de la pedago-
gía avanzada, era la rebeldía de los puñados de mujeres profesoras que los
habían acompañado y que, a la vez, hablaron con voz propia. 1
En el contexto de disciplinamiento, homogeneización y reforzamiento
de la moral tradicional, propios de la Contrarreforma, quedaron ahogados
los intentos anteriores a 1928. Abortaron las posibilidades, quizás prematu-
ras, para que las profesoras salieran masivamente a un espacio público más
amplio y más autónomo que el del empleo docente, para que reconociesen su
propia identidad y les fuere reconocida por la sociedad y por el servicio pá-
blico en el que laboraban. Por el contrario, se restituyeron o reforzaron los
mecanismos de vigilancia y sanción que impidieran rupturas del rol subordi-
nado y de la invisibilidad que les imponía la sociedad patriarcal.
d
n ese proceso de inculcar valores y moralizar, la niña, futura madre, pasa a
7
nuales. Es un hecho también, que hasta que no existieron suficientes escuelas
normales femeninas, el nivel de conocimientos de las preceptoras era pobre.
Este hecho también ocurría en escuelas de niños, pero, con menos frecuencia.
Al avanzar el siglo XIX esta diferencia fue decreciendo, siendo posible pensar
que en las escuelas elementales, especialmente las rurales, el bajo nivel de los
docentes era bastante similar, fueran hombres o mujeres. Esta situación se
homologó aun más al fundarse las escuelas mixtas; la misma preceptora ense-
ñaba el mismo programa de estudio a niños y niñas.
Es un hecho también, que los programas escolares distinguían por sexo,
identificando materias preferentemente masculinas como dibujo lineal, y otras
preferentemente femeninas como labores de mano. Al desarrollarse en mayor
medida los trabajos manuales, en las primeras décadas del siglo XX, las espe-
cialidades también estarán definidas por sexo, en la perspectiva de adquisición
de habilidades que les permitieran trabajar en el futuro y ligadas, de esa for-
ma, a lo definido como actividades para hombres y mujeres.
Se podría afirmar que los programas de estudio para niños y niñas fue-
ron muy similares en los conocimientos entregados, existiendo diferencias
ligadas a los estereotipos de roles socialmente existentes.
La importancia de la educación de las niñas, cuando ya ésta estaba legi-
timada, en las primeras décadas del siglo XX, tuvo que ver más explícitamente
con enfrentar la pobreza. Las condiciones de miseria insalubre en que vivían
los sectores pobres hizo mirar a la escuela; quizás las niñas y futuras madres,
podrían aprender ahí mejores formas de alimentación, de cuidado de enferme-
dades, de higiene; ahí también podrían desarrollar habilidades que les
permitieran apoyar el sustento familiar. Ya no es tan frecuente la mención való-
rica Y moralizante, los aspectos prácticos de la miseria apelaban a la escuela y a
la educación que recibían las niñas. Estas preocupaciones tenían como centro el
ámbito familiar, donde las mujeres debían estar y actuar.
La escuela primaria no tenía como finalidad capacitar para ejercer algún
oficio, tanto a niñas como a niños. Sin embargo, no deja de llamar la atención
que se vayan, progresivamente, enseñando los rudimentos de variados oficios
que les sirven como capacitaciones para futuras actividades laborales. Siempre
se piensa que las niñas están en sus casas y cuidan de su familia, pero también
se expresa la conveniencia de que puedan procurarse el sustento. Las necesida-
des de la pobreza demandan a la escuela y también al rol que la sociedad tenia
reservado a las niñas. Indudablemente éstas tendrían que trabajar y era mejor
que contaran con algunas habilidades para hacerlo.
Durante el siglo XIX se produjo un proceso bastante claro de feminiza-
ción del preceptorado primario, hecho que en las primeras décadas del siglo
XX alcanzará niveles muy significativos. Es un hecho que la feminización del
preceptorado marchó de la mano con el ingreso de las niñas a las escuelas
primarias. Según las costumbres de la época las niñas debían ser educadas
por mujeres y a medida que aumentaban las niñas educándose, aumentaban 181
las preceptoras en las escuelas. Este hecho queda de manifiesto en las décadas
de los 50 y 60 y aun más adelante, al explicitarse la dificultad de abrir escuelas
para niñas, dada la carencia de mujeres en condiciones de dirigirlas. La poste-
rior asignación a preceptoras de las escuelas mixtas, dado que ahí también
asistían niñas, amplió significativamente la presencia femenina en la ense-
ñanza primaria.
Es necesario reconocer también, que existió una disposición a conside-
rar que la mujer tenía aptitudes especiales para ejercer la docencia,
especialmente de niños pequeños. Y también es preciso destacar que se consi-
deró, en algunos círculos, que la mujer podía hacer el mismo trabajo por menos
dinero, dadas las pocas posibilidades de acceder a otros trabajos. Afortuna-
damente esta última consideración no imperó como criterio oficial, y hacia
finales de siglo los salarios de preceptores y preceptoras eran similares. Lo
que sí puede afirmarse es que la mayoritaria presencia femenina en la ense-
ñanza primaria es acompañada por una situación permanente de bajos sala nos,
que afectará por igual a sus colegas hombres.
El proceso de feminización recientemente aludido significó el ingreso
al mundo laboral de un número significativo de mujeres, en un contexto his-
tórico en que esta situación no era frecuente y que, indudablemente, no
correspondía a los estereotipos de roles asignados a las muieres. El acceso al
trabajo docente significó, además, ingresar a un ámbito laboral legitimado y
reconocido como era el de funcionarias públicas. La docencia primaria, a pe-
sar de las condiciones salariales carenciales, significó para las mujeres docentes
un status similar que sus colegas hombres, abriendo puertas esta situación a
otros espacios, como las asociaciones gremiales y los encuentros profesiona-
les. Aunque la presencia relevante de mujeres en éstos fue mínima, ciertamente
constituyeron otros espacios públicos donde a las mujeres se les reconocía
una presencia legitimada.
Una dimensión importante de esta inserción laboral docente, fue la
posibilidad del autosustento de las mujeres preceptoras, hecho reconocido y
aceptado, que enfrentaba el consenso soCial segun el cual las mujeres depen-
dían del matrimonio para su sustento.
La precariedad de los salarios recibidos tuvo que ver con la progresiva
feminización de esta labor pero también tuvo que ver, y en un grado no me-
nor, con el ámbito de su trabajo, esto es un servicio del Estado para las mayorías
más pobres de la sociedad.
Un aspecto significativo de la docencia femenina primaria se relacionó
con los niveles de profesionalización que progresivamente fue teniendo. Al
j igual que para sus colegas varones, existió una preocupación desde la política
educativa estatal de formar a los y las docentes que enseñarían en las escuelas
primarias. A pesar de un comienzo precario, progresivamente las Escuelas
Normales Femeninas fueron teniendo similar nivel profesional que las de
hombres y desde luego, fueron superiores en número. Este hecho tiene un
significado especial desde la perspectiva de género; el acceso al conocimiento
y a la formación profesional ha constituido un tema de discriminación para la
mujer y por lo tanto, de obstáculo para una inserción laboral legitimada y en
condiciones similares a la del hombre. En la formación del preceptorado pri-
mario este hecho no ocurrió, constituyendo la formación profesional recibida
una posibilidad de nuevos y mayores desarrollos. Si bien la formación en las
Normales era muy básica y quizás precaria tanto para hombres como para
mujeres, los conocimientos allí adquiridos permitían avanzar hacia nuevos
aprendizajes.
En particular para las mujeres, la necesidad de formación para ejercer
el trabajo las sitúa en un ámbito laboral calificado y socialmente reconocido.
ANEXO
Entrevistas a profesoras normalistas jubiladas.
Primera entrevista
El testimonio de la maestra normalista Raquel Álvarez adquiere una
especial significación en este texto. Los recuerdos de la madre son un home-
naje para la hija en tanto le otorgan sentido a la profesión que ambas adoptaron.
Doña Raquel Álvarez nació el 30 de marzo de 1913. Hizo sus estudios
en la Escuela Normal de Angol, a la que ingresó el año 1929 desde cuarto año 18~
de humanidades del Liceo de Lautaro.
Raquel Álvarez provenía de un hogar modesto de Lautaro (IX Región).
Su familia había emigrado de los alrededores de Concepción, donde tenían
propiedades agrícolas, huyendo de los asaltos de bandidos que, desde me-
diados del siglo XIX, asolaban esa región.
Ella quería estudiar y ser profesora porque podría "adquirir independencia.
Mis padres eran personas que admiraban la cultura, les gustaba que yo siguiera estudian-
do. La decisión de seguir estudiando no era fácil. En Temuco, la ciudad más cercana, no
había escuela. Por otra parte, financieramente, no podía venirme a Santiago".
En esa época, en los sectores acomodados, la carrera de profesora no
era bien mirada; sin embargo, para otros era una manera muy digna de ganarse
la vida. "En el medio en que yo vivía se creía que esta era una carrera para gente
con medios económicos. Para el resto, una persona que estudiaba para ser profesora
era alguien que no podía estudiar otra cosa". Pero el incentivo real para ir a
estudiar a la Escuela Normal, lo tuvo en su propio hogar: "Mi hermano Fer-
nando, que estudiaba en la Escuela Normal de Victoria, hablaba mucho de sus clases
de violín ... Estaba como en tercer año en Victoria y en una clase de gimnasia tuvo
un accidente que le dañó la columna. Se enfermó de tal modo que llegó un momento
en que no pudo caminar. Y nunca lo pudieron operar. Debe haber tenido unos 16 ó
17 a1-os c•1ando
u
murió ' Estuvo. un año.o enfermo en la casa .... y me ense1•ab
u a, me
repetíafrases, poesías del colegio, también cantaba. Tengo la imagen de él tocando el
violín, en cama. Me acuerdo que el me decía que tenía que estudiar, porque decía
que yo era inteligente... "
Raquel Alvarez, recuerda: "La casualidad determinó mi ingreso a la Escue-
la Normal de Angol, en 1929. Yo cursaba el 4 año de Humanidades en el Liceo d
Lautaro y no podía seguir estudiando allí, puesto que no había más cursos. A me4;
dos deaiio, me enteré de que se iba a producir un primer curso de profesoras normalist
pana el campo... gracias a la Reforma... Se eligió la Escuela Normal de Angol pn»
tenía local y buen profesorado. Llamaron a concurso para prmer año que comenzaría
en el segundo semestre. Me admitieron en segundo año que equivalía como al cuarto
a,io de la Escuela Normal, de modo que estuve tres alias... El profesorado era femeni-
no. Había solo un hombre, el profesor de agricultura. Cuando yo estuve, había más de
mil alumnas en la Escuela Normal"
Raquel recuerda a quien le enseñó a leer: "mi profesora que me enseñó a
leer se llamaba Blanca Godoy Peña... que era de una familia de profesoras; eran tres
hermanas, Blanca y Amelia eran profesoras normalistas, Laura no, era profesora ru-
ral. Se había quedado en el campo y en su misma casa tenía una escuela. Habían
estudiado en un colegio de monjas, eran muy católicas. Blanca, era muy buena profe-
sora, muy viva, muy espontánea. Tenía una cara muy alegre. Siempre llegaba contenta...
Era bien simpática. Me acuerdo de ella, yo debo haber tenido tres o cuatro mfos ".
La directora de la Escuela Normal era "doña Betzabé Hormazábal de Alar-
cón... una persona sumamente culta, como una madre, una buena madre que llegaba
a todos los cursos. Trataba muy bien a todas las niñas. A todas las distinguía, tenía
una facilidad enorme para retener los nombres y las caras... no hacía clases, pero iba
de vez en cuando a los cursos y se sentaba al fondo de la sala, escuchaba toda la clase.
Siempre hacía eso, era como una inspección que a nadie molestaba, ni a la profesora
que estaba haciendo la clase ni a las alumnas".
"Había una Profesora de Castellano que me llamaba mucho la atención. Había
venido de Argentina, era soltera. En el último año, conversaba con nosotras después
de la hora de clases. Era como una repetición de Gabriela Mistral en su aspectofísico.
Maciza, alta, se peinaba con un moiio. Simpática de cara, siempre conversaba y..le
gustaba escuchar. La clase de ella era siempre interesante. Cuando se daba cuenta que
estábamos cansadas decía, 'Hagamos un acto literario. Quién puede decir algo, contar
algo, un cuento que no sea conocido o que crea que no lo conocen. O alguien que
quiera contar algo ocurrido en su familia, algo gracioso'. Siempre terminaba la clase
asi. Ella recitaba, era muy seria para recitar, pronunciaba muy bien ... La verdad es
que levantaba el ánimo al curso completo... "
"Me acuerdo que había una alumna que se llamaba Rina Clau que era de Trai-
guen, totalmente tartamuda. Cuando conversaba con sus compañeras no se notaba,
pero salía adelante a dar una lección y tartamudeaba. La profesora tuvo siempre cinco
o diez minutos para Rina... Los ejercicios con Rina duraron como un año y al final
Rina hablaba bien, le curó el tartamudeo".
Raquel tiene muy buenos recuerdos de todas las profesoras, incluso
guarda la lista de las profesoras y de muchas de sus compañeras de la Escuela
Normal: "había una Inspectora General, era una persona encantadora, siempre esta-
ba lista para solucionar los problemas de las alumnas, siempre defendiéndolas. Las
clases de música las hacía el Sr. Cárcamo, que enseñaba violín -también lo recuerda la
siguiente entrevistada- no aprendimos mucho, solo tres ejercicios, pero había un coro;
siempre en las tardes, después del término de las clases hacía una hora extraordinaria
de coro... la verdad es que la cosa musical la manejaba una alumna quefue la mamá de
Patricio Manns. Yo era alumna de 21 cuando ella estaba en 61... tenía estudios supe-
riores de música, tocaba piano, vivíamos pidiéndole que tocara... "
Según Raquel, la vida cotidiana en el internado de la Escuela Normal
de Angol era agradable: "si pienso en un día cualquiera, creo que todo era muy
ordenado. Era un colegio muy organizado, se enseñaba muy bien, tenía muy buenos
elementos de dirección, de organización. La infraestructura no era enorme, no había
mucho cemento, más madera, habían ido agrandando la escuela a medida de las
necesidades, pero todo era confortable... Los dormitorios eran amplios, grandes, con
muchas camas. Había poca calefacción, se usaba muy poco. En las noches de mucho
frío, en invierno, se encendía entre las 6 y 9 de la noche. A esa hora una se acostaba y
después no había más. Las camas eran bien confortables, eso nos protegía y uno estaba 1
muy bien. A veces había autorización para quedarse en pie haciendo trabajos. Recuer-
do haberme quedado muchas veces hasta las 3 de la mañana haciendo dibujos, material
para hacer clases. Cuando estábamos en la práctica -período de más trabajo, para
nosotras- había luz, calefacción, todo, incluso termos con café".
Para Raquel, la rutina comenzaba temprano, "Tomábamos desayuno a las
ocho. A las ocho y media salían todas, teníamos media hora para hacer las camas. Y se
empezaban las clases a las nueve, hasta las doce y media. Había un recreo largo en la
mitad de la jornada. Las clases, en un comienzo, terminaban a las dos y media. Había
una sola jornada. En la tarde se hacían trabajos dejardinería... En la clase de agricul-
tura, limpiábamos espacios, sacábamos piedras, hacíamos todo lo que se hace para una
siembra. Hacíamos almácigos, íbamos en grupo a cursos de podar, por ejemplo. El
profesor era bueno. Nos explicaba tan bien, que yo aprendí para siemp_re, nos enseña-
ba a controlar la chépica... que hay que matarla, porque se va por debajo, se come todo
y es traidora ".
"La profesora de gimnasia se llamaba Elcira Puga. Era una deportista que
andaba toda /a vida en traje deportivo... jugábamos básquetbol, además de las excur-
siones. Salíamos con diferentes profesores al campo cerca. Ibamos tres o cuatro veces
al afio donde Mister Bullock, a la 'packing house', la casa de embalaje que tenían los
norteamericanos en 'El Vergel', eso era una maravilla cuando yo llegué. Había tam-
bién profesora de pintura ".
Sobre la reforma de 1928, Raquel recuerda que en la Escuela "se hablaba
mucho,I recu'bi'aiitos del Ministerio de Educación unos folletos y cosas ·que nos mandaba
gente conoºel.da y los divulaábamos.
t '' " Temamos un Profesor
o .fis de Educaczon que se llamaba
i ,,,
Alberto Carrasco, hablaba muy suavemente y tenía un istco muy agradable, él siempre
1wcza, las clases con literatura..., en sus clases y en las de filosofía y psicología, nos
hablaban de la reforma. Sabíamos de lla Asociación
. ., G ieneral I dle p 'rofesores,
,r.
claro que
cuando hubo una rebelión de los profesores nosotras estábamos en vacaciones. Yo iba
con un grupo de compañeras a Concepción, nos juntábamos allá con los profesores re-
beldes, de esos que andaban haciendo propaganda. Nos vinculamos al movimiento y a la
vuelta de vacaciones, hicimos una organización en la escuela: un Centro de Alumnas.
Antes no había Centro de Alumnas... nos dieron un castigo y pasamos unos buenos
malos ratos. Pero empezó la cosa seria después y nos organizamos bien... estuvimos con
esa jornada única el ano '29 y el '30,el '31 se acabó. El colegio empezó de nuevo a tener
jornada completa mañana y tarde y nos titulamos con jornada completa".
Raquel recuerda que "había una organización de la Cruz Roja, buena, bue-
na. Se enfermaba una alumna y la Cruz Roja estaba ahí. Todas las alumnas participaban
moviéndose para todo, para que los remedios se tomaran a tiempo. De repente, en
clases, se paraba una alumna, 'tengo que ir a darle la comida a fulana que está enfer-
ma'. Había mucho movimiento y todo era muy bien atendido ... las que eran de la Cruz
Roja, aprendían primeros auxilios con la doctora, porque había una doctora y un
doctor que iban del hospital a hacer inspección. Era una organización perfecta ".
En la Escuela Normal de Angol, dice Raquel, "el alumnado era escogido,
porque eran muy estrictos los exámenes. Hacían muchas preguntas, con mucha preci-
sión... todas las preguntas estaban tan bien hechas que daban a conocer de inmediato la
calidad humana de las personas que postulaban... no sé cómo hacían las profesoras...".
Raquel tuvo dos nombramientos que no aceptó: "Uno en Llico, aquí en el
norte, era un puerto pesquero. Para llegar allí no había movilización, había que viajar
en camiones, tampoco había tren para llegar... no acepté y dije que no podía irme
puesto que no había ninguna facilidad para trasladarse y era muy lejos de mi casa. El
otro, no recuerdo si era Quemchi o Chonchi que para mí era el fin del mundo. Y
entonces me nombraron en un lugar que se llamaba el Litrán, entre Cocule y el Lago
Ranco. Cocule es una estación que queda entre Río Bueno y La Unión. Y en esa
escuela rural comencé. Recuerdo que en el borde del decreto, con letra de una persona
que trabajaba en el ministerio ... decía 'es el último nombramiento que se le hace' ".
Comenzó a trabajar en julio de 1932, con 19 años. "La escuela era de ma-
dera. En un fundo de un sellar Becker. Era una escuela modelo. Tenía toda clase de
comodidades, grandes ventanales, buen mobiliario, canchas para jugar, hasta una ofi-
cma para la directora y una sala especial que podía ser un dormitorio"
"Mi mamá fue a dejarme a La Unión... estuvo tres días conmigo. Yo era la
única profesora, pero en esa escuela había habido un gran desacierto... A la profesora
antigua la trasladaron a Talcahuano, como medida disciplinaria, así que yo llegué allí
con esa historia bien sabida ... Durante tres días estuve en la casa de la familia Shir-
man -vecinos latifundistas del sector- ... a la que se llegaba por unos caminos preciosos
entre un bosque. Una casa linda ... con un auto que me llevaba a la escuela en la
mañana y me llevaba de vuelta todos los días... "
"Fui a recibir la escuela. Vino el dueño de la escuela a darme todos los detalles.
Más tarde, vino la esposa del alcalde a ofrecerme una pieza con todo lo que necesitaba,
en su casa ... finalmente, acepté y me quedé en la casa del alcalde, del dueño de la
escuela".
"Esa familia tenía cuatro hijos, tres hombres, más o menos de mi edad, y una
hija, que estaba en un internado, así que las únicas mujeres eran la esposa del caballe-
ro y yo... Durante todo el tiempo que trabajé en esa escuela viví ahí... En esa escuela
estuve dos años. Tenía 70 alumnos y había que tenerlos siempre ocupados, pero la sala
era grande, muy buena. Los alumnos eran todos de ese lugar. Había muchos extranje-
ros, dueiios de fundo, también mandaban a los hijos de los inquilinos y de los
empleados... Los dos años que trabajé fueron buenos, porque la gente no era paupérri-
ma, los niños eran bien alimentados. Sí es que llegaban los chiquillos mojados llevaban
un par de zapatos de repuesto para cambiárselos. Mientras tanto, yo les metía papeles
a los zapatos y los ponía a secar, pero no se quedaban con los pies mojados. Eran más
hombres que mujeres. Las niñas llegaban con sus hermanos, algunos venían de lejos,
caminando, a otros los pasaban a dejar en un camión que venía a trabajar al fundo y
los dejaban en la puerta ... la verdad es que no fue tan terrible".
"Fueron entretenidos esos dos años, los chiquillos eran simpáticos, además yo
nunca hice clase con las mesas en hileras. Siempre tenía, por ejemplo, 12 al1mmos que
eran de silabario que no sabían leer nada. Otros 10 que sabían leer en otro grupo.
Siempre hice clases con grupos distintos. A mí me calificaba el inspector departamen-
tal, que hacía las visitas. Hablaba con los alumnos, les revisaba los cuadernos, los
hacía hablar... Antes de su visita yo les avisaba a los alumnos 'va a venir un seor que
va a hacer una clase, y ustedes tienen que contestar'. Cuando venía la comisión u
tomar los exámenes todo estuvo siempre bien. Tuve dos jefes de la provincial de Río
Bueno. Los dos me calificaron muy bien ... Era una escuela modelo, donde se podía
trabajar muy bien ... "
"Las alumnas eran poquitas, eran muy chicas; tuve niñitas solo en primer
. había niñas grandes y eran casi todas del mismo fundo... y todas terminaron,
ano, no d ¡ ·-
al menos, los dos años que estuve... les hacía cumpleaños a todos los mios. Con eso de
leaíios iban las mamás. Al comienzo no iban los hombres. Yo les empecé a
1 os cump , • , , b ·
decir que cuando no podía venir ella podía venir su papa, que sera y "oito que
vinieran, que podían jugar, hacer partidos y venir los papas Ver a sus jos. Y, de
a llegar con poco interesal prmc1pw, pero egaron y comenzaron
repente, empe Zaro/
,, 1 '
a interesarse...
"Río Bueno era un pueblo grandecito, había colegas, mujeres y hombres, ellos
hacían fiestas y celebraciones en La Unión. Pero yo no salía mucho. Estaba lejos del
pueblo, muy lejos y, además, no me atrevía a pedir que mefueran a dejar o a buscar...
Cuando Raquel hubo cumplido dos años y medio en Río Bueno, quiso
trasladarse a una escuela más cerca de su pueblo, Lautaro. "Y para venirme a
Lautaro tenía que producirse una vacante cerca. Se produjo una vacante en el depar-
tamento, pero en el campo. Me consultaron si me quería ir. Yo quería, y me dijeron,
mientras se produce la vacante en el pueblo te quedas en el campo. La otra escuela fue
para mí mucho más difícil, porque estaba a una distancia de 9 leguas de Vilcún, cerca
de Cherquenco. Antes de venirse al pueblo las profesoras rurales tenían que trabajar 5
míos en el campo. Pero yo había egresado coma profesara urbana ... entonces podía
aceptar cualquier nombramiento. Me fui a esa escuela, pera para llegar tenía que
viajar a caballo indiferentemente desde Cherquenco o de Vilcún. De Lautaro me iba en
tren hasta Cajón; ahí tomaba otro tren que iba a Cherquenco. Me bajaba en Vilcún o
Cherquenco, donde estuviera el hambre que venía del campo a buscar la correspon-
dencia todos los días al puebla. Hacía el viaje todas las semanas. Estaba toda la semana
en el campo".
"Esa escuela, en cambio, no tenía ninguna comodidad... En la casa del fundo
eran solo hombres. Había tres tipos jóvenes y un caballera de edad que era el adminis-
trador, tío de ellas. La escuela estaba cama en el patio de la casa. Era una casona
grande, inmensa. La pieza de la profesara estaba equipada en la escuela con todas las
cosas. Pero ahí ya dormía con vestido, hasta can batas, me daba miedo. En esa escuela
nunca había habido una profesora titulada. Siempre hubo una persona que era o ami-
ga de los duei'ios del fundo, o hija del campera, a alguien que estaba en el colegio en el
pueblo y que sabía leer y escribir. De manera que la escuela realmente era manejada
por ellos que hacían el papelea y se pagaban. Cuando yo llegué, uno de los jóvenes
tomó la asistencia... y le dije 'ya soy la profesora aquí, está tomada la asistencia, per-
dóneme pero tengo que seguir haciendo las clases'... Era la única mujer ahí. Era una
intranquilidad para mí, pero fueran muy correctos, me trataron siempre muy bien...
Estuve en esa escuela cerca de cinca meses".
"... En ese tiempo, se cerraron las salitreras y los salitreros salieran a buscar
trabajo a los caminos y en todos los viajes que hacía, todas las semanas, encontrába-
mos grupos de hambres jóvenes y viejas, algunas trabajando, pero la mayaría no,
transitando, en busca de trabaja, tal vez. Esa me daba alga de susto ... "
Raquel, comenta, "A mí me sirvió mucha el aprendizaje en la Escuela Normal,
tuve muy buenos profesores, aprendí mucho y me gustó mucho la profesión. Porque la
verdad es que se recibía mucha gratificación de parte de los niños, de las mamás. Alguna
vez tuve que ir a unfuneral y era conmovedor cómo la gente se aferraba a una y la creía
con mucha capacidad para resolver problemas. Todos llegaban a que les escribiera una
carta, a pedir un consejo, todas esas cosas que en el campo faltaban. La gente se veía
muy desamparada. Todas esas cosas una las hacía con mucha gusta. Ya creo que el que
no tiene vocación no sirve para eso, no puede cumplir las expectativas de la gente,
porque ahí hay que vivir los problemas, creérselos. Yo sentía queformaba parte de sus
vidas. Me invitaban a los cumpleaños, a sus fiestas y tenía que escuchar con mucha
paciencia, todo. La profesora era muy importante en el campo. Algunos padres reac-
cionaban fácilmente, pero otros no. Son ariscos, pero al final todos se dan... Al final,
muchos veman a decirme: 'vengo a agradecerle lo que hizo por mi hijo porque ahora se
porta mucho mejor'. Cosas así, son gratificantes ".
"En las familias del campo donde había niñitas, cuando ellas empezaban a leer,
uno se daba cuenta de inmediato el cambio que se producía. Se comenzaban a intere-
sar por llevarlas a la escuela e irlas a buscar... En el campo, el analfabetismo es una
cosa fatal. Y el tipo que no sabía leer, el padre que no sabía leer, se acurrucaba al lado
de la mocos ita que leía. '¿Y aquí cómo dice, cómo?'. Hubo un tiempo en que fueron
muchos padres a aprender a leer a la escuela. Yo les decía, cuando se acercaban. '¿Y
usted no sabe leer? Pero si puede aprender'. 'Pero es que es muy difícil, no tengo
tiempo'. 'Venga el día sábado, ¿a qué hora puede?'.'Nos desocupamos tarde después
de almuerzo'. 'Bueno, vengan a las dos y media'. Así llegaron como cinco una vez,
estuvieron como un par de semanas y aprendieron, porque es muy fácil enseñarles a
los adultos. El adulto que quiere aprender a leer, aprende en dos, tres, cuatro días de
clases ... Luego venían las letras... Así es la gente del campo. Después se soltaban y
decían 'Claro, yo puedo'. Yo usaba un sistema ideo-visual y tenía una inmensidad de
letras... En el campo, tenía mucho tiempo libre para recortar todo lo que quisiera. 191
Tenía montones de revistas que compraba, separaba las letras y así empezaban todos a
leer con gran facilidad. En esa escuela aprendieron a leer en mi presencia como 5. Sí,
había muchas maneras de trabajar bien en el campo. Yfue muy gratificante... "
Entrevista a doña lsmenia Pérez
necesitaba para 180 niñas... Y estuvo un año reparantota, armandola... La Srta. Dorila
Aguila
° Pacheco - era del sur,•.pero parece que estuvo trabajando
- en Santiago. ·. E ra como
Gabriela (Mistral), sayas pardas, no enjoyaba su mano, se daba ella el lujo de decir que la
ropa que usaba era tejida en Castro. Con eso se hacia la ropa, con lo que su gente tejía. Era
una mujer magnífica, inteligente; a pesar de su aspecto severo era, sin embargo, mu]
dulce. Yo conoci a esta maestrafundadora el ano 1927.. Ella jubiló en 1928, junto con la
reforma. Fue señorita siempre. Recibía una gran cantidad de recomendaciones de politicos
y de qué sé yo para que recibieran a tal o cual niña en la Escuela. Ella guardaba las cartas ...
y tomaba los exámenes. Después que tomaba los exámenes abría las cartas y comentaba:
'mire que equivocado estaba el señor diputado. La niñita que me recomendó estas notas
sacó'. Es decir, no se dejaba influenciar por nadie.
"Me recuerdo de una anécdota con ella. Frente a su departamento, que lo tenía
dentro de la misma escuela, había muchas hojas secas. Llegó a la sala de primer aiio y
dijo, ' ¿qué niña puede barrer?' 'Yo, señorita' le dije. Salí a barrer las hojitas que había.
Cuando iba entrando a su pieza, me dice, 'cuando termine de barrer avíseme para ver
cómo quedó', ... saqué las hojas con todo cuidado, después golpeé la puerta y le dije:
'Señorita, está barrido'.'¿cuántos bolsillos time su delantal?' me preguntó. 'Dos, seño-
rita' le respondí. Tenían que ser dos bolsillos, porque uno era para el pafütelo y el otro
para echar cachureos. Entonces en el bolsillo del cachureo, me echó un puñado de cara-
melos envueltos. 'Torna. Repártele a tus compañeras'. Me hizo trabajar, pero me premió".
"Me acuerdo de otra ocasión en que sentí sonar un pito lechero como a las tres
de la tarde. Y dije' ¿es posible que repartan la leche a esta hora en este pueblo?' Y era
la directora que nos estaba llamando para que nos formáramos. Cuando sonaba ese
pito todas teníamos que salir de la sala corriendo, como una emergencia y formarnos
donde nos correspondía. Era para decirnos que podíamos ir a la quinta a recoger toda
la fruta que quisiéramos, a comer toda la fruta que quisiéramos, pero que no llevára-
mos nada para la sala ni mucho menos para los dormitorios. Pero nosotros usábamos
capa, una capa grande con que nos cubríamos. Entonces eso nos tapaba los bolsillos.
Fuimos y nos echamos fruta por todos lados, por las mangas, por los bolsillos ... como
una semana estuvimos comiendo manzanas. En esas seis hectáreas había frutas, para
nuestro consumo"
Cuando se recuerda de sus inicios como maestra, Ismenia tiene críticas
que hacer a la Escuela Normal. "Nos obligaban a andar con sombrero, cartera y
guantes. Y no nos enseñaban a preparar una cazuela. Ni tampoco a aprovechar la carne
de un cordero. Y las profesoras rurales teníamos que salir a trabajar y prepararnos
nuestro alimento. Tan pronto estábamos preparando una gallina... y había que saber
desplumarla y después trozarla ... Entonces, cuando fui profesora, mandé una carta al
Consejo de Profesores (de la Normal): 'considero que la clase de economía doméstica que
nos están dando no cumple con los fines que una profesora rural necesita, porque todo
ese programa de carnes así y asá no van con la vida real que se tiene que pasar en una
escuela, donde la profesora está revolviendo la olla con la mano izquierda y anotando las
palabras en el pizarrón con la derecha'. Y lo tomaron en cuenta. En un consejo que hubo
se comentó: 'miren lo que manda a decir la Ismenia. Dice que está mal esto. Que tene-
mos que corregirnos. Entonces empezaron a hacer más práctica la clase de economía
doméstica. No era apropiada la clase de economía doméstica y tampoco era apropiado el
llegar y salir con sombrero, cartera y guantes cuando la profesora tenía que hacer la
matrícula a caballo... casa por casa en el villorrio o en el fundo... Porque los niños no
iban a matricularse a la escuela. Había que salir a buscarlos. Recuerdo que una de mis
compañeras sufrió un traumatismo porque la cincha de la montura estaba mal puesta.
Se rompió la cincha, cayó ella y estuvo hospitalizada. Entonces yo también reclamé
sobre eso. Había en la Escuela Normal caballos que araban ... entonces ¿por qué no
enseñar a una alumna normalista, que va a ser profesora rural, a saber cuándo un
caballo está bien ensillado, cómo deben estar todas las partes de la montura para que no
tengan un accidente? Lo consideraron también".
El primer nombramiento de Ismenia fue en "Perehue, Nueva Imperial,
cuarenta leguas hacie el río Toltén (IX Región). Pero llegué allá y la directora no quiso
entregarme el cargo, porque ella había pedido su traslado a Tenuco y había sido tras-
ladada a Traiguén. Como rechazó su nombramiento, decidió quedarse en Peiehue.
Entonces, fuimos juntas a Nueva Imperial, firmamos una permuta y fui a dar a mi
pueblo, Traiguén, donde empecé a trabajar. Yo trabajé siempre en el pueblo, nunca me
tocó campo. Y tenía notas para trabajar en el campo; en agricultura yo tuve siempre 7.
Yo quería ir al campo y no me tocó. Tenía 21 años cuando comencé".
Así recuerda al alumnado de su primera escuela: "A mi escuela, la N 2
de Traiguén, las niñas llegaban descalzas en invierno, cubiertas con sacos para la
lluvia, su vestidito, su delantal y un saco puesto de esos trigueros y sin zapatos. Con
los pies rotos por los sabañones. Para esas escuelas, el día más grande, el más bonito,
era el de julio, día de Francia, porque las familias de la colonia francesa residente,
tejían para llevar a la escuela delantales, chambas, cuadros, zapatos, calcetines para
las niñas indigentes. La cuestión de los piojos era en serio. Uno tenía que llegar,
sacarse el abrigo y colgarlo con todo cuidado, ojalá en el patio y escobillarlo, por si
acaso iba algún piojo. El problema de la sama era tremendo, menos mal que mi profe-
sora de Castellano de la Escuela Normal, no la de Ciencias, me enseñó que el azufre
era lo mejor para quitar la sarna. Y me dijo, 'cada vez que tú tengas que tener los
lápices' -repartían lápices para todos los niños y se infectaban porque los pasaban de
mano en mano-, cómprate un papelillo de azufre que te va a costar 20 centavos y lo
echas en la cajita donde guardas los lápices y vas a librar a tus niños de la sarna. Y si
tienes a alguien infectado, prepara una pomada de cualquier aceite o grasa con azufre
y colócales en las heridas que tienen'. Y así yo les curaba... Así empecé mi trabajo. No
existían Centros de Padres; los veía solo una vez al año cuando se hacía una kermesse
para reunir plata".
"Siempre tuve más alumnos que alumnas, las mamás no les daban la oportu-
nidad a sus hijas para que siguieran, por lo menos en Traiguén. Eran pocas las chiquillas
que podían salir de sus casas; las mamás siempre preferían que los hombres siempre
siguieran estudiando. ...En Traiguén alcancé a estar 4 años no más. Y después me
vine a Rancagua, después volví y estuve 2 anos mas en Traiguén .
Ismenia recuerda: "Nunca tuve problemas por el hecho de ser mujer, parece
que siempre se consideró la profesión como especial para mujeres. Creo que los hom-
bres lo sentían así también. Tuve un colega que cuando le preguntaban, ¿cuál es tu
profesión? 'Vendo corbatas', contestaba. Y le pregunté: 'Oye y por qué no dices que
eres profesor'. 'Estas más tonta que voy a decir que soy profesor. Yo soy hombre, vendo
corbatas', me dijo".
Ambas entrevistas evocan momentos importantes de la formación de
Raquel e Ismenia, así como de sus primeros desempeños como maestras en
pequeñas localidades del país. Es la historia que no se cuenta habitualmente
y que, de alguna forma, hace parte de todas quienes profesan la misma profe-
sión: la de maestras.
j
Índice
Presentación 5
Capítulo 1
La educación del pueblo y la educación de la mujer,
una preocupación de las elites 7
l. Por qué educar al pueblo: la formación de un sistema
educativo nacional. 9
2. La educación de la mujer, un elemento fundamental de
la educación del pueblo. 19
Capitulo 2
Período fundacional en la instrucción primaria para las niñas 35
l. Antecedentes. 37
2. Implementación de una política estatal de educación
primaria para niñas. 43
Capítulo 3
Consolidación de la instrucción primaria femenina 59
l. La Ley Orgánica de Instrucción Primaria de 1860:
Implicaciones para niñas y niños. 6l
2. Los resultados cuantitativos: Cobertura para niños y niñas. 65
3. La enseñanza de alumnos y alumnas. 81
4. Quiénes enseñaban en las escuelas primarias. 97
5. La Ley Orgánica de Instrucción Primaria de 1860:
Implicancias para preceptores y preceptoras. 105
6. La estructuración funcionaria de la docencia: Preceptores,
preceptoras y ayudantes. 109
Capítulo 4
Feminización y profesionalización del trabajo docente 115
l. La presencia de niñas en las escuelas y el aumento
de las preceptoras. 117
2. La formación normalista y el proceso de
profesionalización docente. 121
3. Las preceptoras en el Congreso Nacional
Pedagógico de 1889. 127
4. Las preceptoras en el Congreso General de Enseñanza
133
Pública de 1902.
5. A comienzos del siglo XX: Feminización y
profesionalización subordinada en las primeras décadas. 135
6. Las preceptoras en el espacio público.
7. Las preceptoras en la Asociación General de Profesores. 141
8. Las preceptoras en el periódico Nuevos Rumbos
147
151
9. Las preceptoras y el temprano feminismo.
157
10. Tres casos representativos.
161
11. ¿Qué fue del movimiento de maestras y maestros de
los años 20? 171
12. El reforzamiento del autoritarismo, la exclusión y
la invisibilidad de las mujeres. 175
Conclusiones 179
Anexo 183
Entrevistas a profesoras normalistas jubiladas. 185
Entrevista a doña Ismenia Pérez. 193
El hilo conductor d la aventura
d niña y maestras 60 y 1930-,
ntendida orno los caminos, impulsos y
obstáculo que emprendieron cuando el país
manifi ta la voluntad política de prop rcionar
edu ación primaria a la niña de los sectore
populares, d ampliar us oportunidades d
e colarización. st hilo conduct r está
constituido tanto por la tradi ional hi toria
d sde 1 E tado y de de las elil , como por la
nece aria nu va h.i toria d lo grupos ciale
y de la prácticas cotidianas; en otras palabras,
el te to incorpora tanto la implican ia de esa
e colarización, u obj ti o , cont nidos,
medio educativos, como la hi toria de las
mujeres que desde niña han participado en
la aventura de er tambin ma stras.