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Arqueología de los estudios

sociales y culturales del deporte en


Cartagena de Indias y Bolívar
Bertha Lucía Arnedo Redondo1
Felipe Merlano de la Ossa2

A la memoria de mi abuelo Miguel Redondo Guerrero por llevarme al estadio y


hacerme parte de la afición beisbolera, por sus tardes de radio con voces potentes que
animaban al equipo y unían a la ciudad, por los muñequitos del portal, por enseñarme lo
cartagenero.

Introducción
El texto “Arqueología de los estudios sociales y culturales
del deporte en Cartagena de Indias y Bolívar” es un intento por
identificar los orígenes de los estudios sociales del deporte en
el Caribe colombiano. En los albores del tercer decenio del siglo
XXI, el deporte es considerado “una práctica de gran relevancia y
principal fenómeno social de nuestros tiempos” (Pérez Restrepo,
2018). El deporte es hoy en día una institución de impacto universal

1
Docente titular del Programa de Comunicación Social de la Universidad de Cartagena,
Directora del grupo de Investigación Comunicación, Educación y Cultura. Miembro del
Observatorio del Patrimonio Cultural. Profesional en Comunicación Social (Universidad
Jorge Tadeo Lozano), especialista en Gerencia Empresarial (U. Tecnológica de Bolívar),
Magíster en Comunicación (Universidad del Norte), Doctoranda en Comunicación (Uni-
versidad Nacional de la Plata).
2 Economista, Especialista en Finanzas Públicas. Estudios de maestría en Desarrollo y Cul-
tura. Docente – investigador universitario. Ex presidente dela Liga de Béisbol de Bolívar,
exvicepresidente de la Federación colombiana de Béisbol. Columnista, escritor.

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soportada en fundamentos históricos, sociales, culturales,
económicos, políticos y ambientales.
Este campo del conocimiento no había sido legitimado por los
científicos sociales, razón por la cual carecía de la atención de
antropólogos, sociólogos, economistas, filósofos y otros intelectuales
del mundo occidental. Solo hasta el siglo XX se encuentra una
producción abundante de trabajos, artículos, investigaciones y
libros, que empiezan a mostrar el interés particular de pensadores
de Europa y Norteamérica por abordar una reflexión histórica sobre
la importancia de las prácticas deportivas en la sociedad moderna.
En América Latina, los estudios sociales del deporte fueron
considerados como una categoría subalterna en el mundo de
las ciencias sociales. Pareció existir una “ilegitimidad de origen”,
producto –entre otras razones– del temor a las críticas por
el populismo cultural derivado del periodismo deportivo y la
banalización producto de la frase: “El fútbol es el nuevo opio del
pueblo”. Sin embargo, esto cambió a partir de finales del siglo XX,
cuando desde la academia se empezaron a producir investigaciones
y trabajos de contenido científico sobre el fútbol y sus dinámicas
sociales.
En Colombia se presentó una situación similar al darse una
institucionalización tardía de los estudios sociales del deporte.
Si bien existen algunos trabajos publicados en el siglo pasado,
solo desde principios del siglo XXI se empezó a desarrollar una
considerable producción científica en universidades, asociaciones,
centros de pensamiento e instituciones públicas y privadas,
hasta ocupar un lugar de relativa importancia en centros como la
Universidad Nacional, Universidad de Antioquia, Universidad de los
Andes, Pontificia Universidad Javeriana, Universidad Pedagógica
Nacional, Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Pontificia
Universidad Bolivariana, Politécnico Jaime Isaza Cadavid, Fundación
Luís Amigó, Universidad de San Buenaventura, Universidad Santo
Tomás, Universidad de Cartagena, y la Asociación Colombiana
sobre los Estudios Sociales del Deporte –ASCIENDE–, entre otros.
En Cartagena de Indias, en los primeros años del tercer milenio,
surgió el interés de profesionales de las facultades de Ciencias
Humanas (historia, lingüística y literatura, comunicación social,

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estudios culturales, economía), periodistas, investigadores del
Observatorio del Patrimonio Cultural y Observatorio de Ciencias
Aplicadas al Deporte, la Recreación y la Actividad Física del Instituto
Distrital de Deporte y Recreación IDER, por explorar la relación
entre deporte, cultura, identidad y desarrollo.
El trabajo “Arqueología de los estudios sociales y culturales del
deporte en Cartagena de Indias y Bolívar” presenta una estructura
que consta de la presente introducción y cuatro secciones en las
cuales se adelanta una aproximación al surgimiento de los estudios
sociales del deporte en el mundo, en América Latina, Colombia y
un estado del arte en estudios sociales del deporte en el Distrito
Turístico y Cultural.
En América Latina y Colombia, la mayoría de los aportes
encontrados están relacionados con investigaciones sobre el fútbol,
el deporte con más arraigo y afición, particularmente en el cono
sur, en países como Brasil, Argentina, Uruguay, Ecuador, Perú y
Chile. De igual forma, en Costa Rica y México. En los países de
Mesoamérica y las islas caribeñas, incluyendo a Venezuela y la
costa norte colombiana, la afición se centra en el juego de la “pelota
caliente”, el deporte nacional en la gran mayoría de estas naciones.
Este esfuerzo va en línea de ampliar y fortalecer la investigación
sobre los estudios sociales del deporte en Cartagena de Indias,
dada la trascendencia que tiene el deporte en la historia, cultura e
identidad de las comunidades del Caribe colombiano.
Algunas investigaciones en curso señalan que el béisbol, por
ejemplo, está estrechamente relacionado con las categorías de
raza, etnia, clases sociales, cuerpo, poder, lengua, lenguaje,
música, baile, ingresos familiares y desarrollo local en el “Corralito
de piedra”.

La génesis de los estudios sociales del deporte en Occidente.


Concepto, evolución e implicaciones
La secuencia histórica y social, la línea de tiempo, la cronología,
permite observar que el concepto en estudio trasmuta desde la
actividad física hacia el juego y luego al de deporte. La actividad
física y el deporte –afirma el expresidente del Comité Olímpico
Colombiano, Baltasar Medina– han estado presentes en las distintas

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sociedades y culturas cumpliendo una función social. Por lo tanto,
la actividad física, los juegos y el deporte han estado evolucionando
a lo largo de la historia de la humanidad. Diferentes autores lo
relacionan con: descanso, recreo, pasatiempo, regocijo, placer,
lúdica, mímica, simulación, motricidad, corporeidad, ejercicio físico,
esfuerzo físico, culto, rito, sacrificio, acción social, competencias,
reglas, institucionalización, entre muchas otras (Pérez Restrepo
2018).
Las interpretaciones antropológicas tienden a establecer un
vínculo primigenio entre la humanidad y las actividades físicas,
lúdicas y deportivas. Esas actividades que implican destreza físicas
y sicológicas están ligadas a la necesidad de la especie humana de
sobrevivir en un mundo hostil, peligroso y desafiante (caza, saltos,
carreras, lanzamientos de lanzas y flechas, trepadas, colgadas y
descolgadas). El deporte es “una actividad humana vinculada a los
orígenes de la humanidad y por tanto permeable por las variables
propias de la evolución, constituyéndose en una herencia histórica
del hombre…” (Pérez Restrepo 2028).
El pionero en los estudios antropológicos del deporte, Johan
Huizinga, sostiene que desde sus primeros días de vida y
durante toda su existencia, el hombre juega (Huizinga, 2012).
Los especialistas en los estudios sobre el juego en la civilización
humana, le han atribuido fundamentos fisiológicos, sociológicos,
biológicos, culturales e, incluso, espirituales (Arnedo et al. 2020). En
su obra fundacional “Homo ludens”, el profesor señala que “…en la
búsqueda de encontrar las funciones (biológicas) del juego, surgen
explicaciones con características divergentes: a) una descarga
de exceso de energía vital, b) impulso congénito de imitación, c)
satisfacción de una necesidad de relajamiento, d) preparación para
enfrentar actividades serias en su devenir, e) necesidad primigenia
de poder hacer o efectuar, e) dominio de sí mismo, f) deseo de
dominar a otros, g) competir con otros, h) satisfacción de deseos, i)
descarga inocente de impulsos dañinos o j) satisfacción de deseos
que al no poder ser concretados en la realidad, se logra asirlos en
la ficción” (P. 14–15).
Para algunos especialistas “… el deporte surge como
consecuencia de los juegos” (Betancor y Vilanou 1995). Esta
interpretación ha dado origen a que juego y deporte compartan

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una correspondencia univoca. Es evidente que no son palabras
homógrafas ni homófonas; sin embargo, en varios contextos
tienden a usarse como iguales o similares. No obstante, la riqueza
semántica de estos términos ofrece relevantes diferencias en sus
campos de significación. En el texto “Juegos, deportes y cultura:
Una visión antropológica” (1990), la investigadora Carmen Marino
Barreto Vargas, sostiene que “el concepto de juego abarca actividad
lúdica, con reglas propias y un componente competitivo, que
requiere algo de esfuerzo físico”; de allí que la noción del deporte
quedaría incluida dentro de la categoría de juego. A pesar de ello,
esta antropóloga española encuentra unas notorias distinciones
ante la irrupción de realidades como institucionalización (reglas,
normas, bases de campeonatos), profesionalización (capitalismo,
mercadeo, industria), altos logros, competencias, especialización
(marcas, récords, registros)
Lo cierto es que, a lo largo de la historia de las distintas sociedades
humanas, el concepto del juego evoluciona y de su interior emerge
el de deporte, como una categoría reglada, institucionalizada y
competitiva. A partir de allí, el deporte adquiere otras evocaciones,
lecturas y funciones (Arnedo et al. 2020).
El profesor Raymundo Mier Garza, en el prólogo del libro “Deporte
y ocio en el proceso de civilización”, resalta la incidencia y el grado
de impregnación del deporte en la vida cotidiana, que supera la de
cualquier otro espectáculo o propuesta de entretenimiento, llegando
incluso a saturar en algunos sectores sociales la disponibilidad
de las personas para el disfrute del tiempo libre (Elías y Dunning,
2014).
El sociólogo Norbert Elías considera que existe una ambivalencia
en la reflexión social sobre el deporte, ante la difusión y vigencia
de las actividades deportivas en las sociedades complejas, por el
silencio o desprecio con que se afronta el pensamiento sociológico,
las meditaciones sicológicas, el rigor historiográfico, el análisis
político y la comprensión antropológica alrededor del deporte.
Para Arnedo y Merlano (2019), el deporte facilita la integración
social de la población y la agrupación de los jóvenes en clubes
deportivos, ejerce influencia positiva en la prevención y tratamiento
de la salud de atletas y deportistas, estimula la construcción de

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redes sociales que fomentan el rendimiento individual, desarrolla
la capacidad de planificar  a largo plazo, permite sobrellevar el
fracaso y/o asumir el éxito, el cumplimiento flexible de normas
y reglamentaciones sociales estrictas, la disciplina en el uso del
tiempo y el control de las emociones. Junto con ello, las asociaciones
voluntarias en clubes, ligas y federaciones deportivas facilitan la
participación democrática y la articulación política de los jóvenes; así
como, ofrecen una variedad de oportunidades de autorrealización.
El deporte igualmente se ha convertido en una actividad
económica esencial que contribuye al Producto Interno Bruto (PIB),
la generación de empleos, ingresos, divisas, impuestos, convirtiendo
a la política del deporte en política económica (Heinemann, 2003).
En síntesis, “la creciente presencia del deporte en la vida de
las sociedades contemporáneas ha conducido en las últimas
décadas a que las ciencias sociales se interesen por el estudio
de este fenómeno social en sus múltiples facetas, bien sean de
carácter económico o político, pedagógico o psicológico, mediático
o histórico” (García, Puig, & Lagadera, 2009, P. 11).
Al observar la importancia del deporte en la sociedad posmoderna,
se podría pensar que es un campo de estudios bastante trajinado:

“… en donde proliferan estudios, escuelas, publicaciones


y toda una serie de aportes teóricos a la relación deporte–
sociedad. Sin embargo, al indagar sobre los orígenes de
los estudios sociales sobre el deporte a nivel mundial, la
primera revelación que emerge es la de ser un campo
relativamente nuevo en las ciencias sociales. Quizás por ello,
en el mundo académico existe una interesante variedad de
lecturas e interpretaciones sobre la génesis del interés de los
investigadores sociales por el deporte”. (Merlano y Arnedo,
2009, P.1)

Desde la Antigüedad hasta la Edad Media


Al revisar la historia de la educación física y el deporte en la
antigüedad, se encuentra que estas actividades son consideradas
como manifestaciones culturales de las diferentes civilizaciones,
enraizadas en el diario vivir de hombres y mujeres, niños, jóvenes y

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adultos. A pesar de ello, autores como Maxwell L. Howell consideran
que las indagaciones realizadas hasta finales del siglo XX, solo
aportan un conocimiento parcial sobre los juegos, actividades
físicas y deportes desarrolladas por distintas comunidades en la
antigüedad.
Miguel A. Betancor León y Conrado Vilanou Torrano, en el estudio
preliminar de su extensa obra “Historia de la educación física y el
deporte a través de los textos”, identifican distintas teorías sobre
la relación entre deporte y cultura, entre las cuales resaltan: a)
interpretación lúdico–festivas (Homo ludens, Homo festivus), b)
interpretación histórica de la transición del juego hacia el deporte,
c) los juegos agonales como base de la actividad físico–deportiva,
d) la religión generadora de las actividades físico deportivas, e) la
danza como expresión cultural, y e) los ritos de iniciación.
Más adelante, estos autores españoles encuentran referentes
sobre el juego, la actividad física, el deporte y la danza en una
inmensidad de obras. De manera sucinta, se referencian las
siguientes: las obras del historiador Homero: La Ilíada (Juegos en
honor de Patroclo) y La Odisea (Ulises participa en los juegos de
los feacios).
En el teatro clásico de Sófocles (Electra. La muerte de Orestes en
la carrera de carros), Jenofonte (La educación de los espartanos),
Píndaro (Olímpica I. A Hierón de Siracusa). Del mismo modo, en
las obras de los consagrados filósofos Platón (La república. Sobre
la educación gimnástica de los guardianes, Sobre las mujeres
guardianes y su educación gimnástica), Aristóteles (La política. La
educación de los jóvenes: la gimnasia).
En el libro sagrado de la Santa Biblia, en Macabeos, Libro I, en
donde los israelitas se unieron con los gentiles y construyeron un
gimnasio en Jerusalén, y “abolieron el uso o señal de la circuncisión,
y abandonaron el Testamento, o Alianza santa, y se coligaron con las
naciones, y se vendieron como esclavos a la maldad”. Se reseñan
también obras del poeta Virgilio (La Eneida. Juegos funerarios en
honor del padre de Eneas) y de Juvenal en unos fragmentos de
sus Sátiras. De Cayo Suetonio se seleccionaron Los doce Césares.
Julio César y Calígula ofrecen espectáculos de varios géneros. De
Plutarco, Sobre la educación de los hijos.

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A partir de allí, las obras relacionadas con el juego, la actividad
física y el deporte pasan por autores como: El español Diocles, As
de los circos romanos, Luciano de Samosata (Anacarsis o sobre
la gimnasia), Taciano (Discurso contra los griegos. La contrata
de gladiadores), San Isidoro de Sevilla (Acerca de la guerra y los
juegos), Poema del Mío Cid (El torneo o lid entre los caballeros del
Cid y los infantes de Carrión), libros de los juegos de ajedrez de
Alfonso X El Sabio, Código de las siete partidas, Ramón Llul con el
Libro del orden de la caballería. Sobre el oficio de caballero, León
Battista Alberti (De la familia. Educación física de los niños), Baltasar
de Castiglione (El cortesano ha de ser diestro en el ejercicio de las
armas), Juan Luís Vives Diálogos XXII. Comparación de los juegos
de Valencia con los practicados en Francia), F. Rabelais (Gargantúa
y Pantagruel. Cómo Gargantúa fue sometido por Ponócrates a una
disciplina que le hacía aprovechar todas las horas del día).
En esa larga lista aparecen publicaciones de: N. Wynmann
(Colymbites o el arte de nadar. Fragmentos de diálogos sobre San
Ignacio de Loyola (Constituciones de los colegios. Para conservar la
salud y fuerzas del cuerpo), Cristóbal Méndez (El libro del ejercicio y
sus provechos), Antonio Scaino (Tratado del juego de la pelota. De
las varias modalidades del juego de la pelota), Giovanni María Bardi
(Discurso sobre el juego de fútbol florentino), Jerónimo Mercurialis
(Arte gymnástica. Qué es gimnástica y cuántas son sus especies),
Montaigne (De la educación de los niños), Juan Arias Dávila
Puertocarrero (Del juego de cañas), Juan de Torquemada (Veintiún
libros. Rituales de monarquía indiana. Del juego de la pelota, del
palo, de los Matachines y Patolli), Juan de Mariana (Del Rey y de la
institución real. Del ejercicio del cuerpo), Reminiscencias olímpicas
en la literatura española del Siglo de Oro), Tomas de Campanella
(La ciudad del sol. Sobre la educación y la procreación), Luís
Pacheco (Algunas de las cien conclusiones o formas de saber de la
verdadera destreza), Sebastián de Covarrubias (Pelota, trinquete),
Diego Saavedra (Fragmentos de la empresa a tercera).
La extensa lista de referencias bibliográficas encontradas por
Miguel A. Betancor León y Conrado Vilanou Torrano continúa
con: Milton, J. Locke, J. J.Rousseau, Cayetano Filangiere, los
filantropistas Basedow, Salzmann, y Guts Muths, Kant, Josefa
Amar y Borbón, Condorcet, Cabarrús, Jovellanos, el Instituto Militar

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Pestalozziano de Madrid, Adolfo Corti, Jullien de París, Pablo
Montesinos, Juan Manuel Ballesteros, Spencer, D.G.M. Schreber,
Pedro Carlier, José Manlau, José de Letamendi, Ángel Mosso,
Francisco Giber de los Ríos, Fernando Lagrange, José Castillejo,
Pierre de Coubertín, Bartolomé Apolinario, Saturnino García y
Hurtado, Baden Powell, George Herbert, Federico González Deleito,
Isaías Bobo–Díez, Miguel de Unamuno, José María García Simó,
Cándida Cadenas y Campo, Gregorio Marañón, y J. Llongueras.
Por su parte, Pérez Restrepo (2018), en su libro “Historia del
deporte y la educación física”, aporta un interesante y completo
análisis sobre la influencia de varias civilizaciones (mesopotámica,
persas, egipcia, minoica, micénica y otras culturas del Oriente
próximo) al desarrollo de la actividad física, los juegos y el deporte.
En este mismo sentido, relaciona las influencias de las
civilizaciones china, india, japonesa y otras culturas asiáticas. En su
obra estudia los impactos de la cultura griega y los juegos olímpicos
de la Antigüedad, la civilización etrusca, y los devenires en los
imperios romano y bizantino, en la Edad Media, el Renacimiento
(Vittorino Da Feltre, Hieronymus Mercurialis, François Rabelais,
Paulo Vergerio, Thomas Elyot, Michelle de Montaigne, Juan Luis
Vives, Martín Lutero), la ilustración (Juan Amós Comenio, John
Locke, Jean Jacques Rousseau, John Milton) hasta finalizar con
la época contemporánea (Johann Bernhard Basedow, Johann
Cristoph, Friedrich Guts Muths, Johan Heinrich Pestalozzi,
Frederick Ludwig Jahn, Emile Jacques Dalcroze, Jean Georges
Noverre, Françoise Delsarte, Isadora Duncan, Rodolf Von Laban,
Mary Wigmman, Rudolf Bode, Heinrich Medau, Thomas Arnold,
Pierre Fredy Barón de Coubertin, Pier Henrik Ling, Hjalmar Fredrik
Ling, Francisco Amorós y Ondeano).

Los precursores del siglo XVIII, el alumbramiento en el siglo


XIX y el desarrollo en el XX
Al igual como sucedió con los mercantilistas y fisiócratas con la
economía clásica de Adam Smith, David Ricardo, Thomas Robert
Malthus, John Stuart Mill y otros, antes de la aparición de los
trabajos fundacionales de la antropología, sociología y estudios
culturales del deporte, Juliano de Souza y Wanderley Marchi Junior
– investigadores en deporte, ocio y sociedad de la Universidad

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Federal de Paraná y ALESDE– relacionan una serie de trabajos
que bien pueden considerarse como predecesores de los pioneros
de los estudios sociales del deporte: Peter Beckford con su libro
de 1796 sobre la cacería del zorro en París, el de Pierce Egan de
1812 sobre el pugilato, la historia y el desarrollo del fútbol, rugbi y
atletismo de Montagu Shearman publicados en 1887 y 1889, y en la
Teoría de la clase ociosa del economista institucionalista Thorstein
Veblen de 1899.
En este grupo, De Souza y Marchi Junior parecen incluir los
trabajos de Marcel Mauss sobre Técnicas del cuerpo en 1902, el
de Max Webber de 1904 sobre La ética protestante. Así mismo, los
escritos de Heinz Hisse en 1921 sobre el deporte competitivo.
El docente de la Universidad de Valladolid, doctor José Ignacio
Barbero González, en su artículo “Sociología del deporte–
Configuración de un campo”, encuentra unos trabajos que, si bien
strictu sensu podrían no considerarse precursores de los estudios
sociológicos sobre el deporte, deben valorarse por su contribución
a ese campo de estudio: “De Civilitate Morum Puerilium” (1526),
de Erasmo de Rotterdam, sobre urbanidad y la transformación
del cuerpo, el “Emilio, De la educación” (1762) de Jean–Jacques
Rousseau, sobre la educación de los niños; “Ensayos sobre
pedagogía. Educación intelectual, moral y física” (1861) de H.
Spencer, sobre la educación física y el deporte, y la falta de ejercicio
físico en los colegios de mujeres en la Inglaterra victoriana.
En su indagación, Barbero González (1991) presenta algunas
consideraciones sobre eventuales aportes de los “padres fundadores
de la sociología”, desde sus teorías sociales, a los análisis de la
actividad física, el deporte y la recreación, – advirtiendo que ninguno
de ellos dedicó gran atención a esos temas: Karl Marx en El Capital
y La ideología alemana (… nadie estará sujeto a un tipo de actividad
específica, de forma que, en un mismo día, se podrá ser cazador
por la mañana, pescador por la tarde, pastor al ocaso y crítico en
la sobremesa”; Max Weber en “La ética protestante y el Espíritu del
capitalismo” (la disciplina racional del trabajo capitalista imprime su
carácter en los propios cuerpos de los trabajadores: en su ritmo
de vida, en la especialización funcional de sus músculos, en la
eficiencia física general), Émile Durkheim en “La división del trabajo
social” (… plantea que ambas esferas [trabajo y ocio–recreación])

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se necesitan mutuamente. Homo duplex). El economista Thorstein
Veblen en su reconocida “Teoría de la clase ociosa” de 1889 (“La
irrupción de la afición por el deporte entre las clases ociosas se debe
a la carencia de ocupaciones diarias que acaparen sus intereses,
motivaciones y sentimientos)”
Barbero González (1991), citando a Thomas (1988), sostiene
que los primeros trabajos de sociología del deporte se deben
a los científicos sociales alemanes. En 1910 se publica “Munich
deporte y cultura” de H. Steinitzer, y “Sociología del deporte” de
Heinz Rissey en 1921. En España destaca los trabajos de Miguel
de Unamuno, en particular “Juego limpio” de 1917 y “Del deporte
activo y del contemplativo” de 1922.
En este orden de pensamientos, el trabajo de Merlano y Arnedo
(2009) sirve igualmente como referencia para conocer otros
antecedentes de los estudios sociales del deporte en el siglo XIX y
su desarrollo en el XX, a nivel global y regional. En su revisión de
literatura, acuden al artículo de Lisboa, Medina, & Sánchez (2006),
quienes:
“encuentran sus orígenes en la Europa del siglo XIX, en
medio de las discusiones sobre la difusión de los rasgos
culturales y la publicación de algunos trabajos de recopilación
de juegos y estudios etnográficos sobre las características
culturales en las diferentes comunidades, con respecto a
las prácticas físico–deportivas (2006). Y es apenas normal
que así sea, puesto que el deporte es considerado como un
invento británico en la segunda mitad del siglo XIX.” (P. 2).
Del mismo modo, informan que en el siglo XX aparecen nuevas
miradas de carácter teórico que buscan “poner en relación el
deporte primitivo y otros aspectos de la vida social. Es decir, no
se busca tanto la metodología comparativa como la estructural, al
intentar recrear sistemas de relaciones en una sociedad” (Lisboa et
al., 2006, P. 1).
En particular, resaltan el artículo “Games in the cultures”, de
Robert, Art y Busch, publicado a mediados del siglo XX, en el cual
se pretende “sistematizar el punto de vista de la antropología sobre
el deporte y el juego” (Lisboa et al., 2006, P. 2).

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El historiador y filósofo holandés Johan Huizinga, a quien
hemos referenciado en este trabajo como uno de los pioneros de
los estudios sociales sobre el juego como fenómeno cultural, en
su citado texto Homo ludens, publicado por primera vez en 1938,
considerado como un clásico de recomendada lectura, que muestra
al juego como función humana esencial, resalta el carácter lúdico
del juego y propone la investigación del juego como fenómeno
cultural. Ello se torna evidente en sus afirmaciones: “La cultura
humana brota del juego–como juego– y en él se desarrolla” … “El
juego es más viejo que la cultura, pues por mucho que estrechemos
el concepto de ésta, presupone siempre una sociedad humana, y
los animales no han esperado a que el hombre los enseñe a jugar”
… “En esta obra el juego es concebido como fenómeno cultural y
no, o por lo menos no en primer lugar, como función biológica” …
“Aparece, entonces, el homo ludens frente al homo sapiens y el
homo faber”. (Huizinga, 2012, Pp. 9–13).
Al aproximarse la mitad de la centuria se observa un boom en
los estudios sobre la antropología y la sociología del deporte en
Europa y Estados Unidos. En ese período se publican estudios e
investigaciones desde distintos marcos teóricos por investigadores
sociales de gran reconocimiento.
En los años 1940, dentro de la Escuela de Frankfurt (Instituto de
Investigación Social de Frankfurt) surgen los trabajos de Theodor
Adorno y Max Horkheimer, relacionados con las actividades y el ocio
desde lo que más tarde llamarían la industria cultural. Para estos
autores, junto con Marcuse, “… los deportes son parte de la industria
de la cultura que, estructurada con la lógica del sistema capitalista,
actúa contra la formación de conciencias críticas y contribuye a
fabricar individuos obedientes, a la vez que los entretiene mediante
la calculada administración de placeres y distracciones” (Barbero
González 1991, P. 354).
Posteriormente, en los años 1950, se empiezan a conocer los
aportes de nombres con grande reconocimiento en la sociología,
como: Anthony Gidden en 1961, con su disertación en la tesis de
maestría en la London School of Economics, sobre el deporte en la
sociedad inglesa contemporánea, Eric Dunning con la sustentación
de su tesis de maestría en la Universidad de Leicester sobre el

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desarrollo del fútbol, y el sociólogo alemán Norbert Elías con sus
teorías sobre el proceso de la civilización.
En el trabajo de Merlano y Arnedo (2009), apoyado en las
indagaciones de Lisboa, Medina y Sánchez (2006) sobre los
orígenes de la antropología del deporte, se encuentra un breviario
de investigadores que – en la segunda mitad del siglo XX– hicieron
grandes aportes a los estudios sociales del deporte y complementan
los anteriormente identificados. En primera instancia, se resalta el
nombre del sociólogo francés Pierre Bourdieu con “Deporte y clases
sociales” y “Sociología política del deporte”; Clifford Geertz con “La
interpretación de las culturas” y “Pelea de gallos en Bali” (1988).
Junto con ellos, aparece una pléyade de expertos de Francia,
España, Inglaterra, Italia y los Estados Unidos de América.
En particular, se trata de John Roberts, Malcolm Arth y Robert
Busch con su artículo de mediados del siglo XX “Games in Cultures”,
J. R. Fox con “El béisbol pueblo: vieja magia con ropaje nuevo”
(1979), Kendall Blanchard y Alyce Chesca con “Antropología del
deporte” (1986), Günter Lüschen y Kurt Weis con “Sociología del
deporte” (1979),
Janeth C. Harris y Roberta J. Park con ”Play, Games and Sports
in Cultural Contexts” (1983), Jeremy MacClancy con “Sport, Identity
and Ethnicity” (1996), Vincenzo Padiglioni con “Antropología de
l’esport” (1994), “Diversidad y pluralidad en el escenario deportivo”
(1995) y “Antropología del deporte y del ocio” (1996); Nicola Porro
con “El asociacionismo deportivo como modelo organizativo.
Movimientos, sistema y cambio” (1996), Christian Pociello con “Les
cultures sportives. Pratiques, représentations et mythes sportifs”
(1995), y “Sport et société” (1991), P. Parlebas con “Elementos de
sociología del deporte” (1988) y “Juegos, deportes y sociedades”
(2001), M. Martín con “El deporte en las sociedades posmodernas”
(2003), Ricardo Sánchez, Martin; Miguel Lisbona y F. Xavier Medina
con “Métodos etnográficos del deporte en la sociedad posmoderna:
del análisis culturalista al desarrollo comunitario” (2003), y Manuel
García Ferrando, Francisco Lagardera Otero y Nuria Puig Barata
con su “Sociología del deporte” (2003), entre otros (Lisbona et al.,
2006).

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Quitián (2014) sostiene que en su génesis “los estudios
socioculturales del deporte parecieron un brote espontáneo, casi
caprichoso, producto de un rapto de locura de sociólogos como
Anthony Giddens y antropólogos como Roberto Damatta…”(P.
2). Y al abordar el tema del mito de la creación [de los estudios
socioculturales del deporte] señala los aportes de Jean–Marie Brohm
con su revista Partisan “Deporte, cultura y represión” de 1972, “El
fútbol como ideología” de Gerhard Vinai en 1974, “Sociología del
deporte” de Günter Lüschen y Kurt Weis de 1976, y la obra de José
María Cajigal “Deporte, espectáculo y acción”.
A partir de estas contribuciones, se produce lo que se ha descrito
como un boom de publicaciones sobre los estudios sociales del
deporte, la sociología del deporte y la antropología del deporte,
disciplinas hoy consolidadas en las ciencias sociales.

Los estudios sociales del deporte en América Latina


Los estudios sociales sobre el deporte en América Latina
también son de reciente cuño. Hasta hace poco tiempo, en Centro y
Sudamérica – incluyendo a Colombia, por supuesto, – los estudios
sociales sobre el deporte habían sido considerados como un género
menor y un tema marginal que solo se abordaba en aislamiento por
un ghetto intelectual.
Alarbaces (2000) reconoce que el “deporte permaneció obturado
hasta fechas muy recientes como una posibilidad de discurso
académico latinoamericano” (P.12), presentándose un tipo de
bloqueo en la investigación académica. Esta especie de “ilegitimidad
de origen”, la ilustra en su artículo “Entre la banalidad y la crítica:
Perspectivas de las ciencias sociales sobre el papel del deporte en
América Latina”, en donde argumenta que:
“A pesar del peso descomunal que el deporte ocupa, a simple
vista, en múltiples espacios de la vida cotidiana, económica,
política y cultural de las sociedades latinoamericanas, solo en
los últimos diez años puede hablarse de la fundación de un
campo de estudios relativamente autónomo, con producción
específica, en las ciencias sociales de América Latina”.
(Alarbaces, 2004, P.2 ).

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Esa negación tiene su origen en una pluralidad de prejuicios:
el escepticismo inicial de los sociólogos, la consideración de
las actividades física, el juego y el deporte como banales,
frívolas o triviales, la estimación que la historia de los juegos
es una historia de prohibiciones y condenas (Chilón y los
lacedemonios del Peloponeso), la percepción del deporte
como práctica social inocua, neutral, carente de impases
raciales, religiosos, sociales, clasistas, políticos, culturales y
de nacionalidad o etnias, y el peso de la frase “el deporte es
el nuevo opio del pueblo”, entre otras explicaciones.
Los dos grandes pioneros de los estudios sociales del deporte en
América Latina son el antropólogo brasilero Roberto Damatta, con
sus libros “Carnavasis, malandros e heróis. Para uma sociología
do dilema brasileiro” de 1979 y “O universo do futebol: esporte e
sociedade brasileira” de 1982, y el antropólogo argentino Eduardo
Archetti “Futbol y ethos” de 1985, “Masculinity and football: the
formation of national identity in Argentina” de 1994, “Masculinities,
Football, Polo and Tango in Argentina” de 1999.
A ellos, le siguen la carioca Simoni Lahud Guedes, con sus tesis
de grado de maestría y doctorado “O futebol brasileiro: institucao
zero” de 1977 y “O Brasil no campo do futebol” de 1998, y su
escrito sobre “Os estudos antropológicos dos esportes no Brasil:
perspectivas comparativas com a América Latina” de 2001; y el
sociólogo argentino, antes referenciado, Pablo Alabarces con
“Fútbol y academia: recorrido de un desencuentro” y “Deporte y
Sociedad” de 1998, “Fútbol y patria. El futbol y las narrativas de la
nación en la Argentina” de 2002, “La cultura como campo de batalla.
Fútbol y violencia en la Argentina (2012), y “Football for everyone.
Soccer, televisión and politics in Argentina” de 2013 (Quitían, 2014).
Es pertinente y necesario precisar que, De Souza y Marchi
Junior, alcanzan a relacionar algunos trabajos aislados que se
anticiparon al nacimiento de los estudios sociales del deporte en
el subcontinente, como los de Gilberto Freyre de 1920 sobre el
““Fútbol como un objeto posible de problematización sociológica”
y el libro “O negro no futebol brasileiro” del periodista Mario Filho
publicado en 1947.

37
A partir de los trabajos pioneros de finales del siglo XX, se
produce una explosión de estudios sobre el deporte en Brasil,
Argentina, México, Ecuador, Uruguay, Chile, Bolivia, Costa Rica,
Guatemala, específicamente sobre el fútbol en la construcción de
la nacionalidad, la identidad cultural y las violencias de las barras
bravas.
Dentro de esos trabajos referenciados en el párrafo anterior, se
resaltan la siguiente lista de publicaciones de investigadores de
Brasil, aportada por De Souza y Marchi Junior: “Sociología crítica do
sporte: uma introducao” de Valter Brach (1997), “Passe e impasse:
futebol e cultura de massa no Brasil” de Rolando George Helal
(1997), “Sacando o voleibol: do á espetacularicazao da modalidade
no Brasil 1997–2000” y “Diagnóstico da sociología do esporte no
Brasil: para consolidacao de um campo do conhecimiento” de
Wanderley Marchi Junior, R. J. S. Nunes y B. S. Almeida (2001 y
2008, respectivamente), “Violencia e o futebol” de Mauricio Murad
(2007), “A invencao do país do futebol” de Ronaldo George Helal,
Antonio Jorge Soares y Hugo Rodolfo Lovisolo (2001), “A formacao
do jogador de futebol no sport Clube Internacional” 1997–2000 y “O
fin do passe e a modernicao conservadora no futebol brasileiro” de
Francisco Xavier Freire Rodrigues (2003 y 2007, respectivamente),
“Lógicas no futebol” de Luiz Henrique de Toledo (2002), “Conversas
sobre Norbert Elías” de Ademir Gebara (2006).
Alabarces (2004, 2010, 2013, 2017) – por su parte– construye
un mapa latinoamericano sobre la producción bibliográfica, con el
cual se enriquecen los aportes arriba referenciados. En Argentina
sobresalen los trabajos de Julio Frydenberg “Historia social del
fútbol” (2011), José Garriga Zucal con “Haciendo amigos a las
piñas. Violencia y redes sociales de una hinchada de fútbol” (2007)
y “Nosotros nos peleamos. Violencia e identidad de una hinchada de
fútbol” (2010), Verónica Moreira con sus trabajos sobre “La política
futbolizada: los dirigentes deportivos y las redes político–territoriales
en Avellaneda” (2010) y “Juego electoral y relaciones políticas
en Argentina” (2012). Es relevante destacar el trabajo de Gisela
Kaczan sobre “La práctica gimnástica y el deporte, la cultura física y
el cuerpo bello en la historia de las mujeres. Argentina1900–1930”.
En Chile se destaca la actividad de Rodrigo Soto Lagos de la
Universidad de Valparaíso – en unión con Carlos Vergara Constela–

38
con “Para una sociología del fútbol chileno: Antecedentes, propuestas
y desafíos” y “Chile un país de deportistas: construcción discursiva
del deporte durante el gobierno de Sebastián Piñera”. Junto con
ellos, está la producción de Miguel Cornejo en la Universidad de
Concepción y Bernardo Guerrero de la Universidad de Iquique.
De igual forma, el libro del sociólogo chileno Eduardo Santa Cruz
“Origen y futuro de una pasión. Fútbol, cultura y modernidad” (1995).
En Perú se resaltan las obras de Aldo Panfichi “Ese gol existe.
Una mirada a Perú a través del fútbol” (2001) y “Fútbol. Identidad,
violencia y racionalidad (1997); así como, la revista “Contratexto”,
que en 1999 dedica su edición al tema del fútbol desde una
perspectiva comunicacional.
Por los lados de Ecuador, existe un esfuerzo serio, denodado
e interesante de Fernando Carrión con su “Biblioteca del fútbol”
(2006), organizada en cinco volúmenes, y “La dimensión política
del fútbol: su fascinación y encanto”.
En Uruguay se encuentran los trabajos de Eduardo Galeano
“El fútbol a sol y sombra” (1995), un exitoso proyecto editorial que
fue traducido a varios idiomas y acude a una narrativa de casos,
“Literatura y fútbol en el Uruguay”, de Pablo Rocca (1991), “Culturas,
identidades subjetividades y estereotipos: Preguntas generales y
apuntes específicos en el caso del fútbol uruguayo” (2003) de Rafael
Bayce, y “De uruguayos campeones a matemáticamente tenemos
chance: futbol y nacionalismo en el Uruguay contemporáneo”, de
Cristian Maneiro.
En Venezuela, Alessandro D’Amico de la Universidad Central
desarrolló la ponencia “La vinotinto: una mirada desde las
representaciones sociales y la identidad nacional en la psicología
del deporte” (2014).
En Centroamérica hay unas valiosas experiencias con
investigadores de Costa Rica y México, en donde sobresalen
los trabajos de Sergio Villena Fiengo quien logra una breve y
apasionante compilación de artículos de investigadores de varias
nacionalidades con “Fútbol e identidad nacional”, auspiciada por
FLACSO, y con su artículo “Futopías. Los usos nacionalistas del
fútbol en Costa Rica”.

39
En México ocupa un lugar principal Andrés Fábregas Puig, con una
producción importante, entre ellas: “Lo sagrado del rebaño. El fútbol
como integrador de identidades” (2010) y “La selección mexicana
de fútbol: Una mirada antropológica” (2014), Roger Magazine con
“Golden and blue like my heart: masculinity, youth and power among
soccer fans in Mexico City” (2007), Samuel Martínez López con
“Fútbol–espectáculo, cultura y sociedad” (2010), Andrés Santamaría
Gómez con “Fútbol, emigrantes y neonacionalismos” (2010). En el
país azteca se consigue el trabajo “Cancha libre: Metodología de
la investigación social del deporte y la comunicación”, compilado
por Enrique Rivera Guerrero en 2010, en el cual se teoriza sobre la
investigación deportiva y su importancia como materia de estudio, la
generación de conocimientos desde la universidad, el deporte como
valor cultural en los estudiantes universitarios, como referente de
identidad regional en los aficionados, la comunicación en el deporte
y se hace una cartografía sobre el béisbol mexicano.
Un capítulo especial merece en este trabajo, la extensa
producción de estudios históricos, sociales y culturales sobre el
deporte en Cuba. A diferencia del resto de países referenciados
hasta el momento, en la mayor de las Antillas las investigaciones,
estudios, artículos y libros giran alrededor del deporte nacional de
los cubanos: el béisbol.
Una mirada en la inmensidad de publicaciones permite encontrar
textos de carácter político como “Fidel y el deporte. Selección de
pensamientos 1959–2006”, editado por Mario L. Garrido y Mariana
Venero Domínguez, con investigación y selección de Kalman
Aguilar Fait, en 2006.
En los de corte histórico se destacan: “La gloria de Cuba: historia
del béisbol en la isla” de Roberto González Echavarría (2004),
considerado como un clásico en este país; “Viva y en juego” de
Edel Casas, Jorge Alfonso y Alberto Pestana de 1986, “Béisbol en
Cuba hispánica” de Severo Nieto de 2007, “Enciclopedia biográfica
del béisbol cubano”, Tomo I, siglo XIX, de Juan Martínez de Osaba
y Goenaga, Félix Julio Alfonso López y Yasel Porto Gómez en 2015.
Se encuentran los biográficos: “Pedro Luis Lazo, El rascacielos
de Cuba” (2010), “Inmortales del béisbol cubano” (2016) y “El niño

40
Linares” (2018), del prolífico autor Juan Antonio Martínez de Osaba
y Goenaga
En el campo de los estudios socioeconómicos del béisbol en la
isla de Martí, se resalta la gran producción intelectual de historiador,
antropólogo, ensayista, administrador público, y profesor Félix Julio
Alfonso López, de quien relacionamos los siguientes trabajos:
“Béisbol y estilo. Las narrativas del béisbol en la cultura cubana”
(2004) “Siete ensayos sobre historia y cultura en Cuba (2005), “La
letra en el diamante” (2005), “La esfera y el tiempo” (2007), “Con
las bases llenas. Béisbol, historia y revolución" (2008), “Sociedad,
cultura y deportes” (2010), “Los placeres de la historia” (2010),
“Apología del béisbol” (2013), “El juego galante: béisbol y sociedad
en Cuba” (2014), “Béisbol y nación en Cuba” (2015), “Con las bases
llenas” (2017), “El béisbol en el alma de Cuba” (2022).
Es necesario mencionar los aportes que se han hecho desde la
literatura a la cultura del béisbol, por parte del consagrado escritos
Leonardo Padura, ganador del premio Princesa de Asturias en
2015. En sus obras “Como polvo en el viento” y “Herejes”, este
escritor que quiso ser pelotero –jugó en los Tigres de Jesús del
Monte, como primera base– incluye escenas y pinturas sobre el
béisbol. El libro “El alma en el terreno”, escrito por Leonardo Padura
con Raúl Arce, es un tratado de cómo hacer unas entrevistas a
deportistas, es un clásico para los nuevos escritores.
El deporte de la pelota tiene tanta fuerza en la nacionalidad,
identidad y cultura cubana que, gracias al esfuerzo de un grupo
de connotados intelectuales, políticos y aficionados, la cultura
del béisbol fuera declarada como Patrimonio Cultural Inmaterial
de Cuba a finales de 2021. La ceremonia oficial se realizó en la
histórica población de Palmar del Junco, sitio en donde se jugó el
primer partido de béisbol en esta nación latinoamericana.
Otros autores dignos de mencionar por sus aportes a los estudios
sociales y culturales del béisbol en Cuba son: Norberto Codina con
las obras: “Cajón de bateo, algunas claves entre béisbol y cultura”
(2012) y “Cuando el béisbol se parece al cine” (2021), Francy
Romero “El sueño y la realidad: historias de la emigración del
béisbol cubano” (2020). Además, los libros de poemas y cuentos

41
sobre béisbol “Aedas en el estadio” y “Escribas en el estadio”,
respectivamente.
En países como Puerto Rico, República Dominicana, Venezuela,
Panamá, Aruba y algunas de las islas de las Antillas mayores y
menores, el béisbol es deporte nacional. En el libro “Las estrellas
Orientales”, Mark Kurlansky (2011) presenta la historia de cómo el
pequeño pueblo de San Pedro de Macorís, en la tierra quisqueyana,
cambió gracias al béisbol. En Venezuela hay un texto de obligatoria
lectura: “Cinco mil años de béisbol” de Juan Vené.

Los estudios sociales del deporte en Colombia


En Colombia, los estudios sobre el deporte y la actividad física,
como se ha afirmado a lo largo de este texto, no recibieron la atención
de los investigadores sociales hasta finales del siglo XX. De hecho,
los trabajos en esa centuria fueron escasos y se concentraron en
esfuerzos individuales en las áreas de la educación física y algunas
publicaciones aisladas de unos pocos periodistas e investigadores
sociales.
Una primera aproximación al tema se puede abordar desde los
estudios sobre la educación física en Colombia. En este sentido, el
investigador de la Universidad Pedagógica, Víctor Jairo Chinchilla
Gutiérrez, en un artículo sobre la historiografía de la educación
física en nuestro país, identifica una veintena de artículos, tesis,
textos y libros sobre los primeros estudios en esta área, a la que
considera como un campo no consolidado de investigación, y
que podrían considerarse como antecedentes inmediatos de los
estudios sociales del deporte en nuestra nación.
La lista de las investigaciones y publicaciones referenciadas
abarca el siguiente espectro: Raúl Blanco con su libro “Educación
física, un panorama a su historia” (1947), Ernesto Vidales con su
obra “Nos dejó el tren” (1961), Alberto Gómez Moreno y Alberto
Parra Parra con su texto de 1986 ”Cincuenta años de la historia de
la educación física como profesión”, Ángel Humberto Vaca con su
compilación de 1987 “Historia de la educación física colombiana a
través de sus normas” e “Historia del Alma Mater de la educación
física colombiana” (1994), Alberto Galvis Ramírez con una serie de
artículos relacionados con la educación física y el deporte en 1987,
su libro “Laureles” (1988) y “Oro, plata y bronce: una aproximación

42
a la historia del deporte colombiano” (1996), Patricia Quesada y
Néstor Alonso Sánchez con su trabajo de grado en la Universidad
del Valle “La educación física. Una historia para construir” (1991),
Astrid Bibiana Rodríguez con su tesis de grado “Educación física
y mujer 1930–1950. Aproximación a una historia de la sexualidad”
(1997), la tesina de Luis Ignacio Martínez en 1997 “Surgimiento
del tiempo libre y el deporte en Bogotá”, Luis Alonso Garzón con
sus “Apuntes para la historia de una confusión: educación física
y deporte” (1997), el trabajo de especialización de 1996 del grupo
conformado por Víctor Jairo Chinchilla, Iván Torres, Clara Lourdes
Peña, Julia Peña, Farid Salgado y Simón Cruz titulado “Horizonte
del sentido de la educación física colombiana”, Martha Cecilia
Herrera y Carlos Low con “Los intelectuales y el despertar cultural
del siglo. El caso de la escuela Normal Superior una historia
olvidada” (1994), Martha Cecilia Herrera con su escrito sobre
“Modernización y Escuela Nueva en Colombia 1914–1951” (1999),
Javier Sáenz Obregón, Oscar Saldarriaga y Armando Ospina con
la investigación “Mirar la infancia: pedagogía, moral y modernidad
en Colombia 1903–1946” (1997), Claudia Ximena Herrera con
su trabajo de grado de Maestría en la Universidad Pedagógica
Nacional de 1999 “Las prácticas corporales y la educación física en
la escuela primaria en Colombia entre 1870 y 1913” y el libro de la
antropóloga Zandra Pedraza Gómez “En cuerpo y alma: visiones
del progreso y la felicidad” (1999) y su artículo “La cultura somática
de la modernidad: historia y antropología del cuerpo en Colombia”
(1999).
Ahora bien, entrando en materia, Ruiz Avendaño (2017) realizó
una indagación sobre la historia del deporte en nuestro país, en
la cual relaciona un grupo de trabajos pioneros de los estudios
sociales del deporte en Colombia, En su análisis crítico sobre el
estado del arte, considera que estos estudios se inician en 1989
con el libro “El deporte en Colombia” de Mike Forero Nougués.
A partir de allí, registra los trabajos de Federico Benninghoff
(2004) “¿Cuánta tierra civilizada hay en Colombia? Guerras, futbol
y élites en Bogotá 1850–1920", la tesis de grado de Daniel Polanía
(2012) “Futbol y ocio. Del circo de toros a la época del dorado,
Bogotá 1850–1953”, el texto de Luciano López de 2004 “Detrás
del balón. Historia del futbol en Medellín 1910–1952”, la obra de

43
Guillermo Zuluaga de 2005 “Empatamos 6 a 0: Futbol de Colombia
1900–1948”, las publicaciones de Rafael Jaramillo en 2009 “El
surgimiento del futbol en Colombia. Aspectos fundacionales” y
“El fútbol del Dorado. El punto de inflexión que marcó la rápida
evolución del amateurismo al profesionalismo” de 2011.
Así mismo, se identifican los trabajos de grado de Manuel
Morales de 2011 en la Universidad de los Andes: "El surgimiento
del campo deportivo en Bogotá" y el de Diana Alfonso de 2012 en
la Pontificia Universidad Javeriana titulada “Deporte y educación
física en Colombia: Inicio de la popularización del deporte 1916–
1942”, la obra de Gabriel Abello de 2013 “El juego del tejo ¿Un
símbolo nacional o un proyecto inconcluso?”; el texto “Turmequé
y élite en Bogotá: representaciones en tormo a al deporte chibcha
en los años 30 del siglo XX”, de José Díaz en 2013, y el de Andrés
Hernández de 2013 “Elementos sociohistóricos intervinientes en la
construcción de los estadios Alfonso López y El Campin para los
primeros Juegos Bolivarianos: Bogotá 1938”.
Por otro lado, destacan las siguientes investigaciones y
publicaciones sobre el deporte en Colombia: “La nación bajo un
uniforme: la selección Colombia 1985–2001", de Andrés Dávila
Ladrón De Guevara y Catalina Londoño; “Fútbol e identidad
nacional en Colombia: 1985–1994” (2007), de Fernando Rojas
Parra; “La política del sport. Élites y deportes en la construcción de
la nación colombiana, 1903–1925”, de Jorge Humberto Ruiz Patiño;
“Estudios sociales del deporte. Desarrollos, tránsitos y miradas”,
de David Leonardo Quitián Roldán; “Ganar sin ganar. Nación e
identidad en la selección de futbol de Colombia”, de Andrés Dávila
Ladrón De Guevara (Merlano y Arnedo, 2009)
En Quitián Roldán (2014) se afirma que las dos obras pioneras
de los estudios sociales en Colombia son “En cuerpo y alma:
visiones del progreso y la felicidad” de Zandra Pedraza en 1989 y
“Ética, trabajo y productividad en Antioquia” de Alberto Mayor Mora
en 1985.
Por otra parte, Alejandro Villanueva, Juan Rivera y Omar
Rivera, en el capítulo 7 “Entre el aguante, la convivencia y la
academia futbolizada”, del libro “Mundial de fútbol Brasil 2014.
Transversalidades y conocimiento múltiple sobre el mega–evento

44
global” Segunda parte, compilado en 1995 por Miguel Ángel Lara
Hidalgo y Ciria Margarita Salazar C., encuentran que –a esa fecha–
existían 77 tesinas de pregrado, diez de maestrías y doctorados,
seis producciones institucionales y siete textos académicos,
incluyendo diplomados, para un total de 101 obras y 143 autores,
sobre estudios sociales del deporte en Colombia, en general, y
sobre fútbol, barrismo y otras realidades sociales, en particular.
En el trabajo se hace una revisión del estado del arte de la
producción académica durante el periodo 2003–2013, sobre
las barras y el fútbol como hechos sociales, su importancia en
la construcción de las políticas públicas y la identificación de
debilidades y fortalezas en el sistema de investigación para
orientar líneas de producción científica en las universidades y la
que realizan los investigadores especializados. Villanueva, Rivera
y Rivera (2015).
A continuación, se relacionan algunos de esos trabajos y
bibliografía aportada en su investigación documental, que nos
aproxima a la producción científica alrededor de los estudios
sociales del deporte, el fútbol y las “barras bravas”:
• Benninghoff, F. (2001). ¿Cuánta tierra civilizada hay en Colombia?
Guerras, fútbol y élites en Bogotá, 1850–1910. (Trabajo de grado).
Universidad Nacional de Colombia, Departamento de Historia.
• Gómez, G. (2001). La violencia del fútbol vista a través de las barras
bravas. (Tesis pregrado de Sociología). Universidad Nacional de
Colombia, Bogotá.
• Pardey et al. (2001). La ciudad de los fanáticos: aproximación al
fenómeno de las barras bravas de fútbol locales Barón Rojo Sur
y Frente Radical Verdiblanco entre los años 1991–2001– Cali. La
Palabra.
• Rivera, O. (2001). Opio en las redes (Tesis de Licenciatura en
Ciencias Sociales). Universidad Pedagógica Nacional, Bogotá.
• Ávila, S. (2003). El centro de la mirada. (Tesis de Maestría inédita).
Bogotá, Universidad Nacional de Colombia.
• Dávila, A.; Londoño, C. (2003). La nación bajo un uniforme, en P.
Alabarces, Futbologías: fútbol, identidad y violencia en América
Latina. 123–143. Buenos Aires: CLACSO.

45
• Rivera, J. (2003). Gol eterno. El partido de fútbol: más que noventa
minutos, toda una vida de pasión y etnografía. (Tesis de Maestría
en Antropología). Universidad de Antioquia, Medellín.
• Clavijo, J. (2004). Estudio de barras bravas de fútbol de Bogotá:
Los comandos azules. Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana.
• López, L. (2004). Detrás del balón. Historia del fútbol en Medellín
1910–1952. Medellín: La Carreta Editores.
• Mendoza, C. (2004). Sin amarillo, azul y rojo. Construcción
de identidad de las barras CADC y LGARS. (Tesis de grado de
Sociología). Universidad Nacional de Colombia, Bogotá.
• Quitián, David. (2005). Deporte moderno: del ideal aristocrático
al espectáculo de masas (Tesis de grado), Bogotá: Universidad
Nacional de Colombia.
• Medina, F. (2005). Comunicación, deporte y ciudad. Medellín:
Universidad Pontificia Bolivariana.
• Salcedo, A. (2005). El Oro y la oscuridad: la vida gloriosa y trágica
de Kid Pambelé. Bogotá: Debate.
• Villegas, A. (2005). Raza y nación en el pensamiento de Luís López
de Mesa: Colombia 1920–1940. Estudios Políticos, 29. Pp. 209–
232.
• Quitián, David. (2006). Fútbol sin barreras: reseñas, y semblanzas
de protagonistas emblemáticos del balompié mundial. Armenia.
Editorial Kinesis.
• Quitián, David. (2007). Fals Borda, los intelectuales y el fútbol. En
Revista Aquelarre, No.11, Pp.65–74.
• Salcedo, M. y Rivera, O. (2007). Emoción, control e identidad: las
barras de fútbol en Bogotá. Bogotá: ICANH.
• Londoño, J. (2008). Barras bravas y violencia en el fútbol colombiano.
Bogotá: Ibáñez/Universidad Nacional de Colombia.
• Porto, Raúl. (2008). El deporte en Cartagena de Indias. Cartagena,
Editorial Universitaria.
• Galvis, A. (2008). 100 años de fútbol en Colombia. Bogotá: Planeta.
• Amaya, A., Villanueva, A. & Rodríguez, N. (2009). Goles en paz.
Crónica de una década. Bogotá: Alcaldía Mayor.
• Jaramillo, R. (2009). El fútbol de El Dorado: El giro de tuerca que
marcó la rápida evolución de la inocencia a la edad adulta. Mimeo.

46
• Montoya, G. (2009). Come fútbol, vive fútbol, sueña fútbol ¡pero no
hagas más!: la formación futbolística como proceso de subjetivación
deshumanizante. (Tesis de grado de Maestría en Antropología).
Universidad de los Andes, Bogotá.
• Quitián, David. (2009). Gaitán, el fútbol y la Universidad Nacional
en Documentos sobre Cátedra Gaitán. Bogotá: archivo particular
ASCIENDE, 2–15.
• Ortiz, I. (2009). El sur, el juego y los íconos de la identidad local.
En Periódico Ciudad Viva, edición de enero de 2009, Pp. 10–12.
Bogotá: Alcaldía Mayor.
• Quitián, David. (2009). La sobrecogedora experiencia de ser
boxeador en Bogotá: un ejercicio etnográfico en el mundo de las
narices chatas. (Maestría en Antropología). Bogotá, Universidad
Nacional de Colombia.
• Villanueva, A., Amaya, A. y Rodríguez, N. (2009). Clásico total.
Bogotá. Alcaldía Mayor.
• Clavijo, J. (2010). Cantar bajo la anaconda. Un análisis sociocultural
del barrismo en el fútbol. Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana.
• Espinosa, J. (2010). Deporte, ideología y hegemonía de la sociedad
de control a la biosociedad. (Trabajo de Maestría). Pontificia
Universidad Javeriana.
• Hernández, A. (2010). Deporte y política: Berlín 1936, la primera
participación de Colombia en una olimpiada. (Trabajo de grado).
Universidad nacional de Colombia, Departamento de Historia.
• Jaramillo, R. (2010). El surgimiento del fútbol en Colombia. Aspectos
fundacionales. Bogotá (En imprenta).
• Pérez, W. (2010). Inglaterra: cuna de la revolución industrial, del
deporte y otras violencias. (Tesis de grado). Bogotá: Universidad de
Nacional de Colombia.
• Restrepo, G. (2010). Una historia vista con nueva luz en el revelado
del deporte. Prólogo de la política del sport. Élites y deporte en
la construcción de la nación colombiana. 1903–1925. Bogotá: La
Carreta Editores.
• Ruiz Patiño, J. (2010). La política del sport: élites y deportes en
la construcción de la nación colombiana, 1903–1925. Bogotá: La
Carreta Editores/Editorial Pontificia Universidad Javeriana.

47
• Villanueva, A., Amaya, A. (2010). Los hinchas de la hinchada.
Un acercamiento social, histórico y educativo a la barra de fútbol
Comandos azules. (Tesis de Maestría). Universidad Pedagógica
Nacional.
• Díaz, L., et al. (2011). El fútbol se lee. Bogotá– Alcaldía Mayor.
• Vélez, B. (2011). Fútbol desde la tribuna: pasiones y fantasías.
Medellín: Sílaba Editores.
• Villanueva, A., Amaya, A. & Rodríguez, N. (2011). Hasta que el
cuerpo aguante: un análisis de las barras de fútbol capitalinas.
Bogotá: Uniediciones.
• Quitián, David. (2012). Estudios socioculturales de deporte:
desarrollos, tránsitos y miradas. Armenia. Editorial Kinesis
• Quitián, David. (2013). Deporte y modernidad: caso Colombia. Del
deporte en sociedad a la deportivización de la sociedad. Universidad
Federal Fluminense, Brasil.
Otra fuente de este tipo de libros, trabajos, investigaciones y
estudios se encuentra en la Red de Estudios en Deporte y Recreación
–REDRE–, la Asociación Colombiana de Investigaciones y Estudios
Sociales del Deporte –ASCIENDE– y el gran esfuerzo que realiza
la Editorial Kinesis (Armenia, Quindío). De esta última editorial, se
relacionan las siguientes publicaciones:

• Estudios socioculturales del deporte. Desarrollos, tránsitos y


miradas. Leonardo Quitián Roldán. Editor y Compilador (2010).
• Fútbol: tradiciones y pasiones en fanáticos. Diego Fernando
Bolaños. (2011).
• Naciones en campo: fútbol, identidades y nacionalismos en América
Latina. David Quitián Roldán, Efraín Serna Caldas, Guillermo
Montoya Villamizar y Jorge Humberto Villanueva Bustos. Editores–
Compiladores. (2014).
• Juventud sin oportunidades. Las barras ultras: un paradigma de
indolencia social. John Jairo Londoño Aguirre (2015).
• Deporte, globalización y política. Eloy Altuve Mejía (2016)
• Historia del deporte y la educación física. Eduardo Pérez Restrepo
(2018)–

48
• Análisis de la política pública en deporte. Un estudio para Bogotá.
Un análisis para el país. Francisco Antonio Cañón Pérez de la
Fuente. Autor–Editor (2019).
• Deporte y construcción de paz– El deporte como herramienta
para la reconciliación en el escenario del posacuerdo en Colombia
2016–2020. Steven Ruíz Pérez (2020).
A propósito de este último libro arriba referenciado, el gobierno
nacional encuentra en el deporte una vía expedita para la construcción
de una cultura de paz. Esto no es nuevo en la superación de conflictos
internos y luchas fratricidas. Mesias y Portocarrero (2017) citando
a Rodríguez (2008), documentan que “desde los pueblos primitivos
el deporte ha evolucionado como parte del orden social reflejando
principios propios de las sociedades y resaltando características
como la identidad social, la integración y la construcción de valores,
pero además ha constituido un importante factor en las relaciones
humanas” (P. 2).
Como experiencias exitosas del deporte en la instrumentalización
de acuerdos de paz, superar confrontaciones internas y consolidar
armisticios, se mencionan: la del presidente Nelson Mandela, quien
logró superar el apartheid y negociar la paz en un país dividido
y segregado, utilizando el deporte del rugbi en Sudáfrica. La
estrategia de Mandela para unir a negros y blancos (afrikáners),
fue la selección nacional de rugbi (los Springboks). Este “milagro”
lo ilustra con lujo de detalles el periodista y escritor británico John
Carlin, en su libro “El factor humano”, que luego fue llevado al cine
por el director Clint Eastwood.
Una segunda experiencia exitosa de la capacidad del deporte
para unir a antagonistas que por años se han enfrentado en
conflictos desarrollados en diferentes estadios (guerras, bloqueos
comerciales, disputas y demandas en organismos internacionales),
son los partidos de béisbol jugados entre la selección de Cuba
con los Orioles de Baltimore, en marzo de 1998, impulsado por
el expresidente Bill Clinton. Fue el primer partido entre un equipo
de las “grandes ligas” y un trabuco de Cuba en casi 40 años, en
territorio isleño. En esa ocasión el equipo del país del norte ganó
3 a 2 en extra–innings en la decimotercera entrada. El anfitrión fue
el presidente Fidel Castro, quien desde la tribuna aclamaba a su

49
equipo. Este hecho histórico es conocido como “La diplomacia del
béisbol”. (Merlano y Arnedo 2019 y Arnedo et al. 2020).
Posteriormente, en el Estadio Latinoamericano se enfrentaron
nuevamente un equipo de las ligas mayores con una novena
cubana, esta vez con la presencia del presidente de Cuba, Raúl
Castro, y la presencia del presidente de los Estados Unidos de
América, Barack Obama. Los equipos fueron la selección cubana
y los Tampa Rays Bay. Cuentan los medios periodísticos que,
durante el partido, el secretario de Estado norteamericano, John
Kerry y el canciller cubano, Bruno Rodríguez, se sentaron juntos
y conversaron animada y prolíficamente (Silvia Ayuso de El País).
Como dato curioso, para Colombia, se cuenta que al encuentro
beisbolístico asistieron los líderes de las FARC que negociaron en
La Habana un acuerdo de paz con el gobierno de Colombia, incluido
su líder, alias Timochenko, y el jefe negociador de la guerrilla, Iván
Márquez.
Otras experiencias, igualmente satisfactorias, de la potencialidad
y efectividad del deporte para solucionar conflictos nacionales,
tribales o internacionales, según Merlano y Arnedo (2019) se
pueden consultar en Ruanda (futbol), Zambia (juegos tradicionales–
inclusión de niñas y mujeres) y Tanzania (deporte como integración
de niños refugiados).
En plena fase del posconflicto en Colombia, las actividades
deportivas, físicas, recreativas y de aprovechamiento del tiempo
libre, están siendo utilizadas como estrategia de convivencia pacífica,
unión comunitaria, desarrollo local, protección de poblaciones en
riesgo, preservación de la identidad y valores culturales.
Para documentar esta experiencia, a continuación, se transcribe
una disertación de Arnedo que se incluyó en el trabajo de Arnedo
et al. (2020) sobre trabajo social comunitario: “Mesías citando a
Mumford (2011) expresan que el Deporte Social Comunitario se
constituye en una:
“nueva idea sobre las relaciones sociales y organización
social, caracterizándose por la creación de nuevos tipos
de instituciones sociales, la formación de nuevas ideas de
gobierno, o el desarrollo de nuevos movimientos sociales y

50
formulación de nuevos procedimientos y procedimientos para
estructurar el trabajo colaborativo, la introducción de nuevas
prácticas sociales en el grupo”. (P. 1)
En Colombia existen varias experiencias sobre la efectividad del
Deporte Social Comunitario en la construcción de una cultura de paz.
El programa “Fútbol por la paz”, el proyecto “Deporte, recreación y
actividad física como medio para el aprovechamiento del tiempo
libre en las zonas veredales transitorias de normalización en los
municipios de Caldono y Buenos Aires”, en el norte de departamento
de Cauca y el documental “A un gol de la paz”, dan cuenta de ello.
Esta última experiencia, documentada por Mesias & Portocarrero
(2017) responde a la pregunta de investigación ¿De qué manera
puede el Deporte Social Comunitario convertirse en un modelo
sostenible y replicable de transformación social para la intervención
y la innovación en el posconflicto? En su indagación, utilizaron
el método científico de la etnografía para responder la pregunta
problema.
Los principales resultados de la investigación se resumen a
continuación:
• El trabajo se concentró en las Zonas Veredales Transitorias de
Normalización (ZVTN) de La Elvira (Buenos Aires) y Los Monos
(Caldono).
• La metodología para la implementación de la estrategia deporte–
postconflicto–cultura de paz es un producto colectivo en el que
participaron Coldeportes, comunidades y miembros de las FARC.
• Cada actividad con las comunidades y excombatientes se enfocó
al fortalecimiento de unos valores específicos (respeto, unión,
participación, equidad, autoestima, integridad y capacidad de
diálogo,) y la comprensión de ciertos comportamientos.
• El reconocimiento de los excombatientes como seres humanos con
miedos, expectativas y emociones.
• La práctica deportiva es vista por los reinsertados como una forma
de retornar a la vida civil.
• El deporte es una vía hacia la reconciliación
• Los monitores para las prácticas de los deportes escogidos (futbol
y futbol sala) fueron seleccionados por las comunidades veredales.

51
• La comunidad, los excombatientes y la fuerza pública lograron
juntarse en un mismo escenario, alrededor de prácticas deportivas,
abriendo el camino hacia la reconciliación.
• El trabajo de los monitores de la comunidad se encontró en
momentos con la resistencia de comandantes y excombatientes.
• Este tipo de desafíos pudo ser resuelto gracias a la voluntad de los
actores y la innovación social.
• El Deporte Social Comunitario permitió la integración de la mujer en
los juegos (futbol), hasta el caso que los goles solo eran válidos si
los marcaba una mujer.
• Para aplicar el Deporte Social Comunitario se acudió a otros deportes
que permitieron innovaciones afortunadas para los participantes.
• El Deporte Social Comunitario se constituye en “un aporte positivo
y como estrategia de intervención para la construcción de paz de
los territorios caucanos, tanto para comunidades como para los
excombatientes, debido a la construcción de valores que fomentan
la igualdad de los actores relacionados en el conflicto armado
durante décadas”.
• Los investigadores concluyen que el Deporte Social Comunitario es
una innovación social que permite la implementación de acuerdos
y la reintegración de los excombatientes (Hasta aquí la cita textual
del trabajo de Arnedo).
Existen otros trabajos en este campo como los de: Jefferson
Alexander Castillo Rocuts “Deporte comunitario como herramienta
de construcción de paz”, en la Universidad Nacional de Colombia”;
“Caracterización del estado actual del Deporte Social Comunitario
en la zona urbana del municipio de Santa Rosa de Cabal año 2011”
de Carlos Andrés Henao Amaya en la Universidad Tecnológica
de Pereira; “El Deporte Social Comunitario como herramienta de
desarrollo humano en nuevas tendencias urbanas y deportivas”, de
Freddy Andrés Rico Rodríguez en la Universidad Distrital Francisco
José de Caldas.
Existe evidencia robusta sobre la importancia del deporte para
las sociedades posmodernas, su capacidad para superar conflictos,
guerras y confrontaciones internas y externas, la importancia del
Deporte Social Comunitario en Colombia, su aplicación en Bogotá,
Valle del Cauca, Santander – entre otras urbes nacionales–, la

52
validez de su desarrollo en la consolidación del proceso de paz
firmado por nuestro gobierno con las fuerzas insurgentes de las
FARC–EP, y como herramienta de desarrollo humano.

Los estudios sociales del deporte en Cartagena de Indias y


Bolívar
Ahora bien, en el distrito Turístico y Cultural de Cartagena de Indias
y el departamento de Bolívar existe una ausencia desafortunada de
estudios sociales sobre el deporte. Los esfuerzos encontrados se
refieren a breves historias sobre el béisbol aficionado y profesional,
y el boxeo, una antología sobre cuentos, ensayos y fragmentos
de novelas cortas, y una breve historia sobre los deportes en la
Universidad de Cartagena.
El escritor que más ha investigado y publicado sobre el deporte
en esta región del Caribe colombiano, desde la historia del deporte,
es Raúl Porto Cabrales. Sus obras más conocidas son: “Historia
del béisbol aficionado de Colombia”. Este libro fue editado por el
Instituto Distrital de Recreación y Deportes de Cartagena IDER en
2000. Tiene una extensión de 252 páginas, a través de las cuales
hace un recorrido de los orígenes y desarrollo del béisbol aficionado
–amateur– en Colombia. En su relato, Raúl Porto nos ofrece
historias, anécdotas, descripciones, estadísticas, conformación de
equipos, resultados, clasificaciones del béisbol en Cartagena de
Indias, la ciudad del béisbol en nuestro país.
“Historia del béisbol profesional de Colombia”. Es este texto de
188 páginas, impreso por Gráficas El Cheque, el 25 de enero de
2002, consta de un prólogo de Rafael Fernández Cárdenas, una
presentación del autor, un preámbulo y siete capítulos en los cuales
se ilustra sobre cómo llegó el béisbol a Colombia, el proceso hacia
el profesionalismo, los inicios de la pelota rentada, se describen
la primera, segunda y tercera época del béisbol, se hace una
cronología general y se identifican a los colombianos en el béisbol
organizado y los que –hasta ese momento– habían llegado a las
grandes ligas. En la obra se abunda en temporadas, nombre y
nóminas de equipos, posiciones, árbitros, dueños de franquicias y
numeritos sobre los mejores peloteros en cada año.

53
Es igualmente valiosa la cronología que construye con hechos
relevantes desde 1873 hasta el año 2002. Así mismo, la colección
de fotografías de jugadores que aporta en su trabajo.
“El Deporte en Cartagena de Indias”. Este es un texto publicado
por la Editorial de la Universidad de Cartagena en 2008. Tiene
una extensión de 137 páginas, una presentación de Germán
Sierra Anaya, Rector de la Universidad de Cartagena para
esa fecha, un prólogo del periodista deportivo Antonio Andraus
Burgos, una introducción y capítulos sobre: los orígenes del
deporte en Cartagena de Indias, el béisbol, el boxeo, los otros
deportes, evolución y crecimiento del béisbol, el multideportismo,
los acontecimientos deportivos, el deporte y sus escenarios, los
juegos nacionales, deportistas más destacados, dirigentes y
entrenadores, los deportistas del año, el periodismo deportivo, las
entidades deportivas, una adenda y la bibliografía, que referencia
al Archivo Histórico de Cartagena, periódicos como El Porvenir, La
Época, El Diario de la Costa, La Patria, El Espectador, El Fígaro,
El Heraldo, La Prensa, El Universal, y entrevistas con deportistas,
entrenadores, dirigentes, periodistas y aficionados.
“Memoria histórica del béisbol de Bolívar y Cartagena 1874–
1948”. Este es quizás el más extenso y profundo trabajo de Porto
Cabrales. Es una exhaustiva investigación como no se había
realizado antes en Colombia, sobre el origen y desarrollo del
béisbol en nuestro país. Fue diseñado, diagramado y publicado por
la Editorial Universitaria de la Universidad de Cartagena en 2013.
En sus 340 páginas, el historiador y periodista Porto Cabrales se
pasea desde 1874, en los tiempos del Ingenio María (antes Ingenio
Balmaseda), hasta el primer decenio del siglo XX, para compartir
varias teorías sobre el origen –la llegada– del béisbol a Colombia,
Cartagena de Indias y el departamento de Bolívar. A partir de allí, se
traslada a la aparición de los primeros equipos, torneos y estadios,
la creación de la Liga de Béisbol de Bolívar en 1913. Así mismo,
relata el primer “play off”, el primer “forfait”, el primer “extra–innings”,
el primer “grand slam” y la hazaña histórica de un partido sin hit y
sin carreras.
Más adelante analiza la internacionalización de la pelota, la llegada
en 1931 de peloteros dominicanos, panameños y venezolanos.
Acto seguido, empieza a preparar al lector para la más grande

54
hazaña de un equipo de conjunto en Colombia. En efecto, primero
narra la Serie Mundial de Béisbol Aficionado de 1944 en Venezuela
y la llegada del técnico cubano Pelayo Chacón Cortina en 1945.
En ese mismo año, la selección de béisbol de Colombia alcanza el
subcampeonato en la serie mundial en Caracas. Un año más tarde,
Colombia se corona con la victoria en los Juegos Centroamericanos
y del Caribe realizados en Barranquilla en 1946.
Porto Cabrales se detiene en la construcción del estadio de
béisbol de Cartagena de Indias “11 de noviembre” y la conformación
de la selección Colombia que asistiría a la Novena Serie Mundial
de 1947 en la Ciudad Heroica. Allí nace la leyenda: Colombia, con
un equipo conformado por jugadores de Cartagena de Indias y
Bolívar se consagra como Campeón Mundial amateur de béisbol
por primera vez en la historia.
Los capítulos finales de esta gran obra, los dedica Porto Cabrales
a contar sobre la serie profesional y los inicios de la pelota rentada
en el país en el año de 1948. El historiador deja las puertas abiertas
para un segundo tomo que debería iniciar en 1949 y abarque el
mayor lapso posible.
“Historia del boxeo en Colombia”. Este libro de Raúl Porto
Cabrales se ha convertido en referente y gran aporte a la historia
del deporte en Colombia. Es uno de los primeros trabajos en los
cuales se indaga por los inicios del boxeo en la nación colombiana.
Y al igual que en con el béisbol, en la indagación aparecen los
nombres de Marialabaja, Francisco Balmaseda y la Universidad
de Cartagena. En el desarrollo del pugilismo en el siglo XX, se
mencionan tres hechos fundamentales: la realización de la primera
velada de boxeo profesional en el país, la apertura de un gimnasio
en Cartagena de Indias y la creación de la Federación Colombiana
de Boxeo.
Porto Cabrales relata las primeras veladas de boxeo, los pioneros
del deportes, los combates internacionales, Es merecido destacar
de esta publicación, la interesante lista de fechas relevantes en
el boxeo colombiano, que arrancan en 1935 cuando se incluye
el boxeo en los III Juegos Nacionales realizados en Barranquilla,
pasando por la reglamentación en 1938, la primera temporada de
boxeo aficionado de 1939, el debut de un boxeador colombiano

55
en Nueva York, la muerte en Panamá del púgil colombiano Jaime
“Baby” Uribe en 1946, la primera medalla de oro en boxeo en los
IV Juegos Bolivarianos de 1961, la disputa del primer título mundial
de un colombiano, el inolvidable Bernardo Caraballo ante Eder
Jofre, en Bogotá en 1964, las medallas en la Olimpiada de Múnich
1972, el primer campeonato mundial con el más grande boxeador
colombiano de todos los tiempos Antonio Cervantes “Kid Pambelé"
en 1972, el primer campeón mundial de boxeo aficionado con
Miguel “El máscara” Maturana en 1981 y así sucesivamente hasta
2009.
Desde el arte y la literatura ha habido un interesante aporte a los
estudios sociales y culturales del deporte en Cartagena de Indias
y el departamento de Bolívar. En efecto, el dramaturgo y profesor
universitario, Iván González García, exalumno del Colegio Salesiano
San Pedro Claver de Cartagena de Indias, publicó en 2007 la
obra “Miradas sobre el diamante. El béisbol y las palabras”. Esta
antología sobre el béisbol es una aproximación al deporte desde la
literatura, tema poco tratado hasta entonces en nuestro territorio.
En su presentación, González García afirma que: “En este sentido,
el juego del béisbol ha sido parte integral de la historia del Caribe
en general y de la ciudad de Cartagena de Indias en particular.
Su jerga ha marcado el habla de los cartageneros y la gestualidad
propia del juego, se ha mezclado con el lenguaje corporal de la
gente común y corriente hasta convertirse en una sola”.
La antología del béisbol de Iván González contiene los cuentos
“El centerfielder” de Sergio Ramírez, “Pelota caliente” de Nelson
Castillo Pérez, “La última jugada” de Dalmiro Lora, “Con pinta de
bigligue” de Eligio García Márquez y “Por el aire” de Víctor Menco
Haeckermann. Así mismo, se incluyen la crónica “Un rey del béisbol”
de Gustavo Tatis Guerra; Poesías de Álvaro Miranda, Nicolás Guillén,
Roberto Fernández Retamar, José Antonio Taboada, Emilio García
Montiel, Orlando Echeverri Benedetti y José Ramón Mercado. El
libro termina con fragmentos de un ensayo de José Lezama Lima
“Sucesiva o las coordenadas habaneras”, de la novela de José
Rocha “Pelota Caliente”, y el libro de cuentos “El cuarto bate” de
Roberto Montes Mathieu.
En ese mismo año de 2007, Iván González García publicó el
cuento para niños “La pelota caliente”, que en sus palabras es “…

56
la historia de Ventura Miranda, el rey del jonrón. Un héroe local
que vivió entre el mito y la realidad. Un verdadero coloso del
que se decía que cada vez que se volteaba la gorra para atrás,
bateaba jonrón…”. Este trabajo lo presenta en trece capítulos y lo
complementa con adaptaciones para teatro y televisión. La pelota
caliente es un referente de la literatura del béisbol en Cartagena de
Indias y Colombia.
Unos años más tarde, en 2012, Editorial Pluma de Mompox le
publica a González García un nuevo libro: “Napo, dale camino,
Napo”.  En este libro de 160 páginas, el dramaturgo, gestor e
investigador cultural Iván González García, nos ofrece una hermosa
reminiscencia sobre la vida del inolvidable Napoleón Perea Castro,
narrada con amor, picardía y nostalgia por tiempos pasados y
mejores. Con su obra, nos recuerda una vez más la importancia y
necesidad de abordar los estudios sociales sobre la incidencia del
deporte en la identidad y cultura en Cartagena de Indias y el Caribe
colombiano. 
Con su libro Napo, dale camino, Napo, Iván González García
nos involucra en un fascinante viaje que arranca a mediados del
siglo pasado; nos transmite la nostalgia por los patios de su barrio
de Crespo, por las amistades viejas y por una época impregnada
de béisbol y boxeo, sazonada con la inteligencia natural y la
malicia criolla de Napoleón Perea Castro y un grupo maravilloso de
cronistas orales de Cartagena de Indias.
Cuando una obra literaria de carácter biográfico se puede leer
de un tirón, sin detenerse en su extensión en caracteres, ni en
la exhaustiva relación de nombres de calles, tiendas y vecinos
desconocidos o en la descripción de aspectos terrenales que hoy
podrían ser cuestionados por las costumbres y códigos de conducta
imperantes, es posible y bastante probable que se esté al frente
de una creación afortunada, que invita a su lectura y de la cual
no deberíamos escaparnos, al menos aquellos que valoramos la
relación deporte–cultura– identidad.
El novelista y cuentista del Caribe colombiano, Pedro Badrán
Padauí, exalumno del Colegio Salesiano San Pedro Claver de
Cartagena de Indias, escribió en 2013 la novela corta “Todos los
futbolistas van al cielo”. Es un texto recomendado para estudiantes

57
de colegio en donde se cuenta el vínculo de un adolescente con el
fútbol: su nacimiento, origen, padre, relación con la familia y sus
amigos. Es un texto en donde se resaltan los valores de la amistad,
la honestidad, la constancia y la determinación, junto con el valor
del amor por la familia. Como formato original, Badrán Padauí
organiza su novela en tres secciones: Primer tiempo, Camerino y
Segundo tiempo. Sócrates y el misterio dela copa robada (2018).
Sangre de goleador (2014).
Uno de los trabajos pioneros en la costa Caribe colombiana, en
la modalidad de crónica sobre héroes deportivos, es el “El Oro y
la oscuridad. La vida gloriosa y trágica de Kid Pambelé” (2005).
El Premio Internacional de Periodismo Rey de España, Alberto
Salcedo Ramos, en unas 200 páginas, ordenadas en un prólogo
de Daniel Samper Ospina, diez capítulos y un número extenso
de anexos, cuenta la vida de glorias y penas del primer campeón
mundial de boxeo de Colombia y miembro del Hall de la Fama:
Antonio Cervantes Reyes, “Kid Pambelé”.
Una descripción afortunada de esta crónica se encuentra en la
reseña presentada en la Revista Eldigoras.com, número 39: “En
sus años como campeón mundial de la división walter junior, el
boxeador Antonio Cervantes, más conocido como Kid Pambelé,
era un personaje de moda que cenaba con el cantante José Luis
Rodríguez (El Puma), se retrataba con el presidente de Colombia
(Misael Pastrana Borrero) y asistía a corridas taurinas invitado por
matadores como Palomo Linares. Era un hombre arraigado en la
memoria popular, no solo por el poder de sus puños sino también
por sus relaciones con el jet set. En cierta ocasión, el premio Nobel
de Literatura Gabriel García Márquez fue recibido en una reunión
de intelectuales en Madrid, con la siguiente exclamación: “¡acaba
de llegar el hombre más importante de Colombia!” Entonces García
Márquez, moviendo la cabeza en forma teatral, como buscando
a alguien en el recinto, respondió: “¿dónde está Pambelé?” Todo
eso ocurrió en sus años de gloria. El reverso de la moneda es
“la oscuridad”. Resulta que Pambelé ha sido tan famoso lejos
del boxeo como lo fue durante la época en que se calzaba los
guantes. Y todo, por culpa de sus escándalos públicos, de sus
excesos con la droga y de sus frecuentes accesos de violencia.
Semejante comportamiento lo ha convertido en una especie de

58
“poeta maldito” del ring. Esta vida que va del cielo al infierno, del
esplendor al desastre, es la que recrea el cronista Alberto Salcedo
Ramos en el libro El oro y la oscuridad. La vida gloriosa y trágica de
Kid Pambelé, que salió al mercado el pasado 17 de diciembre, bajo
el sello editorial de Random House Mondadori. Desde su salida a
la luz, el libro ha sido profusamente reseñado por los principales
medios de comunicación de Colombia.
Ignacio Ramírez, director de la Agencia Cultural Cronopios,
escribió que “Salcedo Ramos maneja la arquitectura de la crónica
con magistral dominio de los golpes del silencio, que hace al lector
que se retire a su esquina a respirar por un minuto para volver al
combate con el texto, donde las dosis de adjetivos, la sintaxis,
el equilibrio del lenguaje, el espacio, la atmósfera y el tiempo
configuran un todo narrativo que no se da silvestre”. Por su parte,
el periodista Daniel Samper Ospina expresó en la edición especial
de la revista Cambio que "El oro y la oscuridad es una lección de
periodismo narrativo brillante. Es un libro escrito con una arquitectura
inolvidable, obligado para todos los que se dejan apasionar por
esa fusión maravillosa que a veces consiguen los grandes cuando
saben darle matrimonio feliz al periodismo y la literatura”.
El empresario cartagenero Humberto Bozzi Anderson publicó
en 2015 un pequeño libro de unas 46 páginas, bajo el auspicio de
Seguros Bolívar, titulado “Disfrutemos el béisbol”. En la introducción
explica que busca “restablecer el gusto por el béisbol mediante
algunas instrucciones para mejorar nuestro juego, algunas
anécdotas interesantes y algunas curiosidades que hagan más
placentero nuestro deporte”. En su contenido abarca temas técnicos,
históricos, anecdóticos, motivacionales, superación personal y
profesional, reglas y curiosidades en un lenguaje bastante sencillo
y fácil de asimilar.
En los últimos años, se encuentra en la Universidad de Cartagena
una interesante producción académica sobre estudios sociales
del deporte. El Observatorio del Patrimonio Cultural, desde su eje
estratégico de Identidad y Memoria, ha iniciado una exploración
sobre la producción académica en torno a los estudios sociales del
deporte en la Universidad.

59
En la Revista Palobra, la profesora Margarita Sorock publicó el
ensayo “Béisbol e integración en el Caribe”. Es un artículo que,
de acuerdo con lo expuesto por la autora en el prólogo, “… fue
planeado como una apertura a las culturas populares del Caribe,
esa interconexión entre sus múltiples mundos beisbolistas y las
oportunidades de integración regional que este deporte proporciona.
Sin embargo, otros factores sociales importantes e inesperados
impactaban el desarrollo del béisbol en el Caribe a tal punto que
es imposible ignorarlos. Esos factores tienen que ver con el acceso
que tenían y tienen los jugadores del Caribe al béisbol de grandes
ligas aún antes de que estos se volvieran grandes”. Es decir, de lo
que se trata es de explorar las relaciones del béisbol del Caribe con
el mundo de las grandes ligas.
En la Facultad de Ciencias Humanas, en el programa de
Lingüística y Literatura, Roycer Orozco, adelantó en 2004 el trabajo
de grado sobre la “Fraseología del habla cartagenera en relación
con el béisbol”. En 2021, Roycer Orozco Camacho y Nidia Esther
Orozco Camacho, elaboran el documento “El registro del béisbol en
el habla cartagenera. Un jonrón con bases llenas”.
El argumento del ensayo se desarrolla alrededor de la teoría que
“… no hay una lengua estándar sino una variación de ella teniendo
en cuenta la historicidad de los hablantes, ideologías, entre otros.
Interacción social que no precisa una estratificación por nivel
económico, sino que se trasciende a quiénes somos dentro de una
red…”
En su trabajo, Orozco y Orozco resaltan que la corporeidad del
lenguaje que sostiene la lingüística cognitiva se ejemplifica vía
la “función social del lenguaje desde la comprensión de lo real
para construir realidades donde se trabaja integralmente en otros
procesos cognitivos, aunque el hablante común no se percate del
todo de ese entramado”. De igual modo, en el estudio se aborda
el “… principio simbólico del lenguaje que permite significar y
resignificar sin limitaciones. Y contribuye a soportar aún más como
principio generador el componente semántico y no el sintáctico”.
Los lingüistas aclaran en su trabajo que “… cuando se hacen
los préstamos del dominio del béisbol a un dominio destino (la
particularidad del tema o el objeto que nombres) no se proyecta

60
todo, es decir no se puede entender desde lo literal sino desde las
inferencias que hacen analogías.”.
En el programa de Historia, Kalen Margarita Riola García, elaboró
en 2015 el proyecto “Béisbol cultura y sociabilidad en Cartagena
1944–1950”, como trabajo de grado. El documento consta de 71
páginas distribuidas en introducción y dos capítulos centrales. En
el primer capítulo titulado “Preludios del béisbol en la ciudad y su
impacto en la sociedad”, desarrolla tópicos como la historia del
béisbol en Cartagena de Indias y la construcción del estadio 11 de
noviembre, los jugadores locales de la época, ubicación de campos
de béisbol en los años 1944–1950, la vida social y económica de
los jugadores, el impacto del béisbol en la sociedad cartagenera en
esos años la élite cartagenera, la población de Cartagena de Indias
en el siglo XX, en los mismos jugadores y en la liga de béisbol local
y nacional.
En el segundo capítulo “Episodios del béisbol en la parte cultural,
identidad y sociabilidad en Cartagena”, se enfatiza en los temas de
béisbol–identidad, y períodos de manifestación en base al béisbol.
El trabajo termina con unas conclusiones, la bibliografía y sus
anexos.
El trabajo permite conocer que: 1) el béisbol llegó a Colombia
y Cartagena de Indias a finales del siglo XIX y principios del XX,
2) la gran trascendencia del béisbol en la sociedad cartagenera,
3) el béisbol es más que deporte y diversión, es una oportunidad
de movilidad social e incremento de los ingresos familiares, 4)
el béisbol fue traído por la élites cartageneras, pero pasó a ser
patrimonio de las clases populares de la ciudad y el departamento
de Bolívar, 5) la construcción del Estadio 11 de noviembre permitió
el progreso urbano, el desarrollo social y el crecimiento económico
en la localidad, y 6) que los estudios anteriores sobre béisbol no
habían considerado la parte humana y social de los jugadores y
ciudadanos de la época de 1944–1950.
En el mismo programa de Historia, Daniela Atencio Pérez,
presentó como trabajo de grado, la investigación “Béisbol, economía
y movilidad social en Cartagena 1976–1996”, con la orientación del
profesor Roycer Flórez Bolívar. En 53 páginas, organizadas en una
introducción y tres capítulos, donde se tratan 1) una caracterización

61
de la situación social y económica de Cartagena de Indias (visión
del momento histórico), 2) la importancia del béisbol en la cultura
deportiva y social cartagenera (dinámica económica del béisbol en la
ciudad) y 3) algunas perspectivas sobre los beneficios económicos
de los deportistas (testimonios y percepciones).
En síntesis, Daniela Atencia adelanta un estudio social y
económico con el fin de conocer la incidencia del béisbol en la
economía y movilidad social en las comunidades de Cartagena de
Indias en el lapso de 30 años entre 1966 y 1996.
El arquitecto Ricardo Zabaleta Puello, especialista en
Preservación, Conservación y Restauración del Patrimonio
Arquitectónico, magíster en Desarrollo Sustentable y doctor en
Gestión y Conservación del Patrimonio de la Universidad de
Granada, realizó una investigación publicada en 2021, que denominó
“Estadio de béisbol 11 de noviembre–Abel Leal Díaz. Constructo
sociocultural de los cartageneros. Un patrimonio arquitectónico
moderno inigualable”.
El trabajo del arquitecto Zabaleta Puello permite, en palabras
suyas. “… comprender el fenómeno urbano y socio cultural que
representa el estadio de béisbol 11 de noviembre–Abel Leal Díaz”
para los cartageneros. En esa valoración están incorporados factores
históricos, anecdóticos, arquitectónicos, urbanos, ambientales,
paisajísticos y patrimoniales.
Las principales conclusiones de este maravilloso proceso de
investigación son: 1) El Estadio 11 de noviembre Abel Leal Díaz (El
Estadio) – “El templo del béisbol de Colombia”– es un símbolo de la
creatividad y el esfuerzo conjunto de una serie de voluntades que
le apostaron al desarrollo de la infraestructura física del país, 2) El
Estadio facilitó el surgimiento de las figuras del béisbol aficionado y
profesional de Colombia, 3) El Estadio tiene una calidad intemporal
por su atrevida y grácil cachucha, 4) El Estadio como constructo
social es una entidad institucionalizada, un artefacto cultural en
una sociedad en donde hombre, naturaleza y medio ambiente se
fusionan para crear una memoria histórica e imagen urbana, en
donde el tiempo y el espacio lo definen todo, 5) El Estadio es una
obra de ingeniería y arquitectura de vanguardia para el Distrito de
Cartagena de Indias y la República de Colombia,.

62
En 2020, se encuentra la investigación “Yo quería ser Grandes
Ligas: trayectoria de vida y relatos de ex–beisbolistas cartageneros”,
presentada por Sebastián Duque Sánchez, en la Maestría de
Estudios Culturales de la Universidad de los Andes.
Lo que Sebastián Duque hace en este trabajo, es analizar las
trayectorias y experiencias de tres beisbolistas de Cartagena
de Indias: Johny Pantoja (pitcher), Juan Carlos Llamas (tercera
base y cuarto bate) y Arturo Peña (pitcher), quienes gracias a sus
grandes cualidades fueron firmados por scouts de equipos de las
grandes ligas pero que no pudieron llegar a la Gran Carpa. Cuentan
sus sueños infantiles y la sociabilidad que les generó la práctica
deportiva, la conexión desde su condición de cartageneros con
un espacio trasnacional cambiante. Como elemento de discusión
abre el debate sobre la noción que el imaginario colectivo local
tiene del beisbolista como símbolo de identidad regional del Caribe
colombiano, la cual considera menos clara que la que pregonan
periodistas deportivos y autoridades civiles gubernamentales.
El Observatorio del Patrimonio Cultural, adscrito a la Vicerrectoría
de Extensión y Proyección Social de la Universidad de Cartagena,
adelanta un estudio sobre la “Recuperación de la memoria histórica
del béisbol como manifestación de la identidad cultural de los
cartageneros, para la apropiación social en sus comunidades”.
Adicionalmente, en el año 2020, en convenio con el Instituto de
Distrital de Recreación y Deporte de Cartagena de Indias IDER, se
realizó el “Seminario Internacional “Deporte y comunidades en el
siglo XXI. Ciencia y cultura para la transformación social”, y se publicó
una cartilla en la cual se incluyó como artículo central: “Deporte
y recreación para la transformación social de las comunidades de
Cartagena de Indias”, dirigido por Bertha Lucía Arnedo Redondo
y la coautoría de Javier García Hernández, José Guillermo Ortiz
y Dais Hernández Guzmán. En este trabajo de corte académico
se hace un recorrido rápido por la producción de contribuciones a
los estudios sociales y culturales del deporte, enfatizando en los
contextos de América Latina, Colombia y Cartagena de Indias, y se
concentra el trabajo en la categoría del Deporte Social Comunitario:
fundamentos legales, objetivos, poblaciones, estrategias y políticas
públicas en el orden nacional, regional y local; aterrizando en los
corregimientos insulares y continentales de Cartagena de Indias.

63
Del mismo modo, se publican en la cartilla cuatro artículos
cortos sobre “La memoria histórica del deporte en Cartagena de
Indias”, “Carlos Petaca Rodríguez–Un grande de la pelota caliente,
“Bernardo Caraballo ¡Ídolo por siempre!, y “El inmortal Tigre del
béisbol Abel Leal Díaz”, preparados desde el Observatorio de
Ciencias Aplicadas al Deporte, la Recreación y la Actividad Física
del IDER, firmados por José Guillermo Torres Ortiz.
Adicionalmente, el Observatorio del Patrimonio Cultural –
Universidad de Cartagena, está adelantando el proceso para la
inclusión de la cultura del béisbol en la Lista Representativa del
Patrimonio Inmaterial del departamento de Bolívar. Junto con ello,
avanza en el diseño y puesta en marcha del “Museo del Béisbol de
Bolívar”, como una propuesta de pedagogía, didáctica y apropiación
social de nuestro patrimonio cultural.

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