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El lenguaje de las

alusiones simbólicas
en el sufismo según
Ibn ‘Arabi
Extraído de: 'El lenguaje de las alusiones: Amor,
Compasión y Belleza en el Sufismo de Ibn 'Arabi'
Sufismo - 23/06/2008 13:06 - Autor: Pablo Beneito Arias - Fuente: Viaje
Espiritual
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Etiquetas: ibn, arabi, sufismo, lenguaje, simbolico, extraido,


alusiones, amor, compasion

"El lenguaje de las alusiones implica una relación de ambigüedad debida a la


ambivalencia misma de su fundamento"
1. 1. Introducción

En diversos contextos traduciré el término išára


como ‘alusión esotérica’, ‘fórmula indicativa’,
‘expresión simbólica’, ‘sentencia alusiva’ u otras
variantes.

La noción de išara (pl. išárat) corresponde, en la


terminología técnica del sufismo -tradición
mística y aspecto esotérico del Islam-, a la
aprehensión o la expresión inspirada de una
experiencia relacionada con alguna de las
realidades espirituales.

Ibn ‘Arabi da una concisa definición del término


tasawwuf, “sufismo’ o “misticismo islámico”, en
un breve tratado de termonología sufí: «El
sufismo –dice el shayj al-Akbar- es la adhesión a
las buenas maneras (ádáb) prescritas en la Ley
sagrada, tanto externa (záhir) como internamente
(¿‘aún). Estas buenas maneras son los divinos
rasgos de carácter (ajláq iláhiyya). Aplícase
también el término al cultivo de los nobles rasgos
de carácter y al abandono de los triviales»’.

En este mismo tratado, la “Terminología técnica


del sufismo”, escrito en lenguaje alusivo, Ibn
‘Arabí se refiere también al significado de išara y
latifa.

«La išara -dice el Shayj- tiene lugar en el estado


de cercanía a Dios, con la presencia de la otredad
(ma´a hudur al-gayr) y tiene lugar asimismo en
el estado de alejamiento»2.

El lenguaje de las alusiones implica, en efecto, una


relación de ambigüedad debida a la ambivalencia
misma de su fundamento. El lenguaje, en tanto
que comunicación, establece un vínculo de
transmisión entre emisor y receptor -así, entre
Dios y el hombre-, de modo que, en este sentido,
significa un ‘acercamiento’, denota proximidad;
sin embargo, al mismo tiempo, pone de manifiesto
la necesidad o carencia que esta comunicación
entraña, ya que el puente que vincula es también
la distancia que separa, pues supone una dualidad
entre emisor y receptor, y significa, por tanto, un
‘alejamiento’.

En otra definición, explica el autor que la latifa es


una alusión caracterizada cualitativamente por la
‘finura’ de su significado. Dice literalmente: «La
‘sutileza’
o ‘toque de gracia’ es toda alusión esotérica (išara)
de significado sutil (daqiqat al-ma’na) que
permite la comprensión de aquello que no está
contenido en la expresión literal (ibára)»3.

Como señal, en sentido propio, la išara muestra o


indica algo -un objeto, una situación, un estado o
un propósito particular- que determina su
significado y sin cuyo conocimiento la ¡dra no
cobra sentido, ni tiene realidad. Así pues, el objeto
necesario de la alusión es la realidad a la cual se
alude. Pero la fuerza que la impulsa, el espíritu
que anima la alusión es la intención o la
comprensión del sujeto, el propósito de quien
alude, por el cual se confiere un significado
específico al objeto de la indicación, en virtud de
una experiencia particular.

Por su carácter gnómico y sapiencial, cuando


recomienda una dirección o sugiere un modo de
aproximación a su objeto, la alusión supone un
intento de transmisión de conocimiento y
representa una enseñanza no convencional. Uno
de sus rasgos es, por tanto, la función didáctica.
No obstante, esta orientación pedagógica de la
isára se caracteriza por la tendencia al
procedimiento mayéutico.

Toda isara es, en cieno modo, una advertencia o


llamada de atención (tanbih). Este aspecto
admonitivo propio de la alusión supone un intento
de producir un despertar en la conciencia. Aunque
aparezca formulado como afirmación, el tanbih,
de hecho, conlleva un interrogante. Al poner en
cuestión un significado previo se induce la
comprensión de un nuevo sentido.

1. 2. Acepciones de la raíz šwr en forma IV

En algunos apanados de este trabajo se hará


referencia a la relación establecida entre algunos
términos en virtud de su triliteralismo
etimológico.

Considero oportuno hacer aquí algunas


consideraciones al respecto, dirigidas, sobre todo,
a quienes no conocen la lengua árabe. Partamos
de una definición gramatical:

«Los lexicógrafos árabes han descrito todas las


palabras de su lengua como el resultado de la
intersección de un morfema radical o raíz,
portador del lexema o idea básica, integrado por
generalmente sólo tres consonantes radicales, y de
un moderna derivacional ligado y discontinuo [...],
en ciertas secuencias fijas y limitadas, llamadas
formas (…)»4~

La extraordinaria capacidad alusiva de la lengua


Árabe -o de cualquier otra lengua semítica- reside
en las posibilidades asociativas que brinda su
sistema de raíces léxicas trilíteras, cuyos
significados básicos originados han evolucionado
a lo largo del tiempo, diversificándose y
configurando una “estructura semántica” múltiple
que pone en relación, implícitamente, términos de
significados dispares e incluso opuestos,
posiblemente asociados, en algún momento de su
evolución, a un mismo significado primigenio, del
cual pudieran derivar, por analogía o
comparación, nuevas palabras o acepciones
especializadas.

Este sistema permite establecer, a partir de


relaciones morfológicas y etimológicas, una sutil
“red de referencias” semánticas. Tal
intercomunicación léxica es una de las más
fecundas fuentes de inspiración de la poesía árabe
y uno de los pilares genuinos del pensamiento y la
reflexión en esta lengua y, muy en particular, del
lenguaje alusivo.

La interrelación entre ellos, confiere a los


términos de una misma raíz un fuerte poder
evocativo y una ‘carga denotativa’ adicional5.
Entiéndase, pues, hasta qué punto la forma de la
palabra está ligada al significado que comporta.

Teniendo en cuenta las consideraciones


precedentes, me parece oportuno dar a conocer al
lector no especializado, al menos, las acepciones
del término isara recogidas en algunas destacadas
obras lexicográficas.
Entre las acepciones de la forma IV de la raíz
árabe šwr -a la cual corresponde el nombre verbal
išara, Pedro de Alcalá, en su vocabulario,
menciona las siguientes:

Hacer señas, señalar. Aconsejar, pedir consejo,


consejo demandar. Señal del dedo, señas para se
entender. Blanco la señal.

En el Supplément aux dictionnaires arabes, R.


Dozy recoge, de diversas fuentes que aquí no cito,
las acepciones de ¡¡dra que seguidamente numero:
(1) Enseigne, marque, indice, signe; pl. a.M’ir,
signes, phénoménes dans le ciel. (2) Signe, geste,
signe qu ‘on fail avec le doig:, geste convenu entre
deux personnes pour s ‘entendre. (3) Signal. (4)
Renvoi, signe que renvol ~une citation, á une note.
(5) Criterium. (6) Présage, pronostic. (7) Symbole,
embl¿me, figure symbolique; u est souvant
question des Kara: des Soufis. (8) Allégorie, figure
allégorique. (9) Blanc, but où l’on tire. (10)
Cocarde. (11) Averrissernent de Dieu. (12)
Drapeau, bannière. (13) Procession de derviches,
paree qu’ils portent une bannière7.
He aquí también algunas de las acepciones, cuyas
fuentes tampoco menciono, recogidas por Lane:

-He gaihered honey; extracted it from he mmli


hollow; gathered it from frs luyes or from other
places. -He exhibited, or displayed, he beast, for
sale (rare). -1-le stirred up the fire, or made it to ni
up. -He mnade a sig to hm with the hand, tibe
head, the eye or the eyebrow, or with a thing
serving to convey intelligence of what he would
say. -He or it, pointed to it or at it, pointed it out,
or indicared it. -He made it known. -He made
known, or notifled, to him he manner of
accomplishing the affair that was conducive to
good, and guided hm to that which was right. -He
counsdlled him, or advised him, to do such a
thing; showed him thar he heid it righ: for him to
do such a thing; or he commanded, ordered or
enjoin cd, hm to do such a :hingt.

Por su parte, F. Corriente recoge las siguientes


acepciones:
1. Apuntar, mostrar, indicar (con el dedo); señalar.
2. Avivar (el fuego), sacar llama. 3. Aconsejar,
recomendar, indicar; aludir. 4. Recoger la miel (de
la colmena)9.

En Lisán al-arab, figuran entre otras las


siguientes entradas, cuyos comentarios incluyo
aquí por considerarlos de interés para este
estudio:

-Hacer señales con la mano (kaff), el ojo o la ceja


(ašara Ilâ). Dice Ta´lab en un verso:
«Ocultaríamos la pasión en secreto, si no fuera por
un gesto (išara) de la ceja (hayib) que nos delato y
porque los dedos (asabi) hacen señales».

-Hacer señas o señalar con la mano (yad). En una


tradición profética se dice que el Profeta: «...hacía
señas en la oración (ašára fi-l- sala), es decir,
daba indicaciones con la mano y la cabeza, o sea,
ordenaba o prohibía por medio de la indicación
gestual. Otra tradición refiere que el Profeta dijo a
alguien que señalaba con el dedo durante la
súplica (du´a’): «Proclama la Unidad, proclama la
Unidad (ahhid, ahhid)11; y en otro se dice que
«cuando hacía señales con la mano, las hacía con
toda la mano», con lo cual se quiere resaltar que
sus señas con toda la mano eran diferentes de su
señal con el índice, de modo que, cuando queda
rememorar la proclamación de la Unidad (tawhíd)
y la profesión de fe (tašahhud) lo indicaba con una
señal del dedo índice (mušabbiha), y cuando
queda indicar otra cosa señalaba con toda la
mano, para establecer así una neta distinción
entre ambas señales.

Dícese también que cuando hablaba, se


comunicaba con la ayuda de gestos que integraba
en su discurso para reafirmarlo.

Otras acepciones: -Señalar, aludir (lawwaha 114


alwaha). -Ordenar algo a alguien (a¡ára calay~hi
bi-amr). -Aconsejar, dar el parecer.

Extracto del primer capítulo del libro ‘El


lenguaje de las alusiones: Amor,
Compasión y Belleza en el Sufismo de Ibn
Arabí’, editora regional de Murcia 2005.

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