2. La médula espinal es la parte del sistema nervioso central contenida en el conducto raquídeo de la columna vertebral, estuche protector constituido por el ensamblaje de varias piezas óseas denominadas vértebras. El eje vertebral comprende cuatro regiones: cervical o superior, dorsal o media y dos inferiores: lumbar y sacro-coccígea. Su longitud varía de 43 a 45 cm y su diámetro medio es de 1 cm.
3. Con respecto a su estructura interna, se distinguen dos componentes: la sustancia blanca, periférica, formada por fibras nerviosas, y la sustancia gris, central, con forma de mariposa y constituida principalmente por los cuerpos de las neuronas. Las lesiones de la médula espinal determinan trastornos neurológicos graves, debido a la alta densidad de fibras y centros nerviosos que contiene.
4. Causas más frecuentes de las lesiones medulares Accidentes de tráfico. Caídas (sobre todo durante la intoxicación alcohólica). Actividades deportivas. Accidentes industriales. Heridas por proyectil de arma de fuego o arma blanca.
5. Mecanismos del daño medular Compresión por elementos óseos, ligamentos, discos intervertebrales, cuerpos extraños y hematomas. Las lesiones más severas se producen por compresión por estructuras óseas dependientes de las vértebras. Estiramiento de los tejidos. Edema o acumulación anormal de líquido en el tejido medular lesionado. Trastornos circulatorios: son consecuencia de la afectación de los vasos sanguíneos que irrigan la médula espinal.
7. La conmoción medular es una pérdida transitoria de la función de la médula espinal. Se caracteriza por una parálisis fláccida que aparece inmediatamente tras el traumatismo medular. La recuperación es completa en minutos u horas. No requiere tratamiento específico.
8. En la contusión y sección medular, a diferencia de la conmoción, se produce una lesión estructural del tejido medular hemorragia, necrosis, inflamación), el déficit neurológico aparece precozmente o de forma diferida y el grado de recuperación funcional es variable y en ocasiones, inexistente.
9. Sección medular completa Inmediatamente después de un traumatismo medular grave se pierden por completo las funciones de la médula espinal, instaurándose un cuadro neurológico conocido como choque medular o espinal. Se caracteriza por:
10. Parálisis de las cuatro extremidades (tetrapejia) o de los miembros inferiores (paraplejia), dependiendo de la localización de la lesión en la columna cervical o dorsal, respectivamente. Pérdida de sensibilidad (anestesia) en el área corporal situada por debajo del nivel de la lesión medular.
11. Abolición de todas la actividades reflejas y vegetativas dependientes de los segmentos medulares afectados por la lesión (choque medular propiamente dicho): ausencia de reflejos musculares, flacidez muscular, parálisis intestinal, retención de orina, pérdida de reflejos genitales (erección del pene), disminución de la presión arterial, trastornos respiratorios (en lesiones cervicales altas) y alteraciones en la regulación de la temperatura corporal.
12. El estado de choque espinal es transitorio y su duración varía de 3 a 6 semanas, aunque en ocasiones persiste durante meses. A medida que remite, se establece progresivamente el denominado estado de automatismo medular reflejo.
13. automatismo medular reflejo Se caracteriza por la aparición de movimientos involuntarios o reflejos de las extremidades, sobre todo inferiores, de carácter flexor inicialmente y extensor después, en respuesta a estímulos táctiles o dolorosos aplicados en diversas zonas corporales (planta del pie, superficie interna de la pierna y rodilla). Estas respuestas se intensifican con el tiempo y se extienden a los músculos de la vejiga urinaria y recto, determinando su vaciamiento automático.
14. Diagnóstico Debe realizarse un examen cuidadoso de la columna vertebral en busca de deformidades óseas, signos de inflamación, puntos dolorosos o restricciones de su movilidad, sobre todo a nivel del cuello, que sugieran fracturas o luxaciones de las vértebras. Entre las exploraciones radiológicas, la resonancia magnética es por la calidad y resolución de sus imágenes, la mejor prueba para el estudio y diagnóstico de las lesiones medulares.
15. Manejo del paciente con TM En el manejo inicial del paciente con traumatismo medular, es prioritario asegurar la estabilidad de funciones vitales como la respiración y la circulación sanguínea. Las lesiones cervicales pueden ocasionar alteraciones respiratorias que obliguen a realizar una intubación endotraqueal inmediata y ventilación asistida.
16. Debe garantizarse asimismo una presión arterial adecuada y a veces es necesario administrar medicamentos específicos para evitar su descenso. Es esencial inmovilizar el cuello con collaretes o férulas con el objetivo de evitar cualquier desplazamiento de estructuras óseas que pueda intensificar la lesión de la médula espinal.
17. La administración de corticoides a dosis altas en las primeras 8 horas después del traumatismo medular, mejora su pronóstico y el grado de recuperación neurológica. Los traumatismos de la médula espinal se asocian muy frecuentemente a luxaciones y fracturas de la columna vertebral, por lo que es fundamental hacer un correcto diagnóstico de las mismas y una valoración neuroquirúrgica u ortopédica inmediata.