Durante la Edad Media, el clero tenía una gran influencia política y económica debido a que intervenían en los asuntos de los reinos cristianos, poseían grandes extensiones de tierra y cobraban diezmos, y controlaban el comportamiento de la sociedad y la enseñanza. El clero estaba dividido entre el alto clero como obispos y el bajo clero como sacerdotes y monjes, y entre el clero secular en las ciudades y el clero regular en los monasterios.