HISTORIA DEL DINERO

La aparición del dinero constituye uno de los grandes avances de la civilización humana en toda su historia. La palabra «dinero» proviene del latín denarius, que era una moneda de plata, muy común, que utilizaron los romanos para realizar sus transacciones comerciales.

EL DINERO  

Su desarrollo no requirió grandes descubrimientos tecnológicos: fue una revolución puramente mental. Implicó la creación de una nueva realidad que solo existe en la imaginación compartida de la gente.

El dinero no son las monedas y los billetes, sino cualquier cosa que la gente esté dispuesta a utilizar para representar de manera sistemática el valor de otras cosas con el propósito de intercambiar bienes y servicios. Pero el dinero existió mucho antes de que se inventara la acuñación, y ha habido culturas que han prosperado empleando otras cosas como dinero, conchas, ganado, pieles, sal, grano, cuentas, tela y notas de pago.

Las conchas blancas se utilizaron como moneda durante unos 4.000 años en toda África, el Sudeste Asiático, Asia oriental y Oceanía. A principios del siglo XX en la Uganda Británica todavía podían pagarse los impuestos mediante cauris.

En la actualidad más del 90% de todo el dinero existe solo en los servidores informáticos. De acuerdo con esto, la mayoría de las transacciones comerciales se ejecutan moviendo datos electrónicos de un archivo informático a otro, sin ningún intercambio de dinero en efectivo de manera física.

Los tipos de dinero ideales no solo permiten a la gente transformar una cosa en otra, sino también almacenar caudales. El dinero, ya sea en forma de papel, bits informáticos o conchas de porcelana, permite este almacenaje.

Con el fin de utilizar los caudales no basta simplemente con almacenarlos, a veces es necesario trasladarlos de un lugar a otro. Algunas formas de riqueza, como los bienes raíces, no pueden transportarse en absoluto. Imaginemos a un agricultor acomodado que vive en una tierra sin dinero y que emigra a una provincia lejana. Sus riquezas consisten principalmente en su casa y sus arrozales; sin embargo, el granjero no puede llevárselos consigo. Puede cambiarlos por toneladas de arroz, pero sería muy engorroso y caro transportar todo este arroz. El dinero resuelve estos problemas. El granjero puede vender su propiedad a cambio de un saco de conchas, que puedes transportar fácilmente a donde quiera que vaya.

Debido a que el dinero se puede convertir, almacenar y transportar de manera fácil y barata contribuyó a la aparición de redes comerciales complejas y a mercados dinámicos. Sin dinero, las redes comerciales y los mercados se habrían visto condenados a permanecer muy limitados en su tamaño, complejidad y dinamismo.

¿CÓMO FUNCIONA EL DINERO?

Los cauris, sal, cigarrillos o dólares sólo tienen valor en nuestra imaginación común. En otras palabras, el dinero no es una realidad material, es una construcción psicológica. Pero ¿por qué tiene éxito? ¿Por qué desearía nadie cambiar un fértil arrozal por un puñado de inútiles conchas?

La gente confía en las invenciones de su imaginación colectiva. La confianza es la materia bruta a partir de la cual se acuñan todas las formas de dinero. En consecuencia, el dinero es un sistema de confianza mutua, el más universal y más eficiente sistema de confianza mutua que jamás se haya inventado.

¿Por qué se cree en la concha de cauri, o la monera de oro, o el billete de dólares? Muy sencillo, porque mis vecinos creen en ellos. Y mis vecinos creen en ellos porque yo creo en ellos. Y todos creemos en ellos porque nuestros dirigentes creen en ellos y los exigen en los tributos, y porque nuestros sacerdotes creían en ellos y los reclamaban en los diezmos.

El papel crucial de la confianza explica por qué nuestros sistemas financieros están tan fuertemente entrelazados con nuestros sistemas políticos, sociales e ideológicos y por qué las crisis financieras suelen desencadenarse por acontecimientos políticos.

HISTORIA DEL DINERO

CAZADORES RECOLECTORES

Los Cazadores-recolectores no tenían dinero. Cada banda cazaba, recolectaba y manufacturaba casi todo lo que necesitaba. Los diferentes miembros de una banda quizá se especializaban en tareas diferentes, pero compartían sus bienes y servicios mediante una economía de favores y obligaciones.

Un pedazo de carne que se ofrecía gratuitamente llevaría consigo la asunción de reciprocidad. La banda era económicamente independiente; solo unos pocos artículos raros que no podían encontrarse localmente (conchas marinas, pigmentos, obsidiana…) tenían que obtenerse de extranjeros. Por lo general, esto podía conseguirse mediante simple trueque.

REVOLUCIÓN AGRÍCOLA.

Esta forma de actuar cambió muy poco con el inicio de la revolución agrícola. La mayoría de la gente continuaba viviendo en comunidades pequeñas e íntimas. De manera muy parecida a una cuadrilla de cazadores-recolectores, cada aldea era una unidad económica autosuficiente que se mantenía mediante favores y obligaciones mutuas y el trueque con los forasteros. Un aldeano bien podría haber sido particularmente hábil a la hora de hacer zapatos y otro como dispensador de cuidados médicos, de manera que los lugareños sabían a quién dirigirse cuando iban descalzos o estaban enfermos. Pero las aldeas eran pequeñas y sus economías limitadas, de modo que no podía haber zapateros ni médicos, a tiempo completo.

LA APARICIÓN DE LAS GRANDES CIUDADES

El auge de las ciudades y los reinos; así como la mejora en las infraestructuras de transporte produjeron nuevas oportunidades para la especialización. Las ciudades densamente pobladas proporcionaban empleo a tiempo completo no solo a zapateros y médicos, sino también a carpinteros, sacerdotes, soldados y abogados. Las aldeas que se labraron una reputación por producir vino, aceite de oliva o cerámicas, realmente buenos, descubrieron que valía la pena especializarse casi exclusivamente en dicho producto, y canjearlos con otros poblados por todos los demás bienes que necesitaban. Esto tenía mucho sentido. Los climas y los suelos difieren, de modo que ¿por qué beber vino mediocre procedente del propio huerto si se puede comprar una variedad más suave de un lugar cuyo suelo y clima está mucho mejor adaptados a la vid? Si la arcilla que podemos obtener cerca de casa produce cacharros más resistentes y bellos, entonces podemos conseguir un intercambio. Además, los especialistas vinateros y alfareros a tiempo completo, por no mencionar los médicos y los abogados, pueden perfeccionar su experiencia para beneficio de todos. Pero la especialización creó un problema: ¿cómo gestionar el intercambio de bienes entre especialistas?

Una economía de favores y obligaciones no funciona cuando hay un gran número de extraños que pretenden cooperar. Una cosa es proporcionar asistencia gratuita a una hermana o un vecino, y otra muy distinta es atender a extraños que quizá nunca devuelvan el favor. Se puede volver al trueque, pero el truque es efectivo solo cuando se intercambia una gama limitada de productos. No puede formar la base de una economía compleja. Así que para hacer sus compras, la gente se dirigía a los mercados llevando consigo algo de oro, plata y otro metal valioso. El valor de estos metales se calculaba por su peso y eran los propios mercaderes los que efectuaban las pesadas.

Y APARECE EL DINERO EN SUMER

Inicialmente, cuando se crearon las primeras versiones de dinero, la gente no tenía el tipo de confianza que tenemos en la actualidad, de modo que fue necesario definir como dinero cosas que tenían un valor intrínseco real. El primer dinero conocido de la historia, el dinero de cebada sumerio, es un buen ejemplo. Apareció en Sumer hacia 3000 a.C., en la misma época y el mismo lugar, y en las mismas circunstancias, en las que apareció la escritura.

El dinero de cebada era simplemente cebada: cantidades fijas de granos de cebada utilizadas como una medida universal para evaluar e intercambiar todos los demás bienes y servicios. La medida más común era la sila, equivalente aproximadamente a un litro. Incluso los salarios se establecían y se pagaban en silas de cebada. La gente confiaba en la cebada, porque esta tiene un valor biológico intrínseco. Por otra parte la cebada presentaba como problema que era difícil de almacenar y transportar.

EL DINERO EN MESOPOTÁMIA

El gran avance de la historia del dinero se produjo cuando la gente llegó a confiar en el dinero que carecía de valor intrínseco, pero que era más fácil de almacenar y transportar. Tal dinero apareció en la antigua Mesopotamia a mediados del tercer milenio a.C. Era el siclo de plata.

Los reyes decidieron emitir piezas de distinto peso, garantizando que este peso era auténtico por medio de su sello, que podía ser una marca, un escudo o su propia efigie, grabados en las piezas metálicas. Con esta garantía se evita la necesidad de hacer pesadas. Pronto se adoptó la costumbre de colocar en el reborde de las monedas, marcas semejantes a las que podemos ver en cualquier moneda actual. Su finalidad era impedir que algún comerciante avispado recortase el borde de las monedas para hacer otras nuevas. La forma de las monedas, por otra parte, ha sido generalmente redondeada.    

El siclo de plata no era una moneda, sino 8.33 gramos de plata. La mayor parte de los términos dinerarios en el Antiguo Testamento se dan en términos de plata y no de monedas. Los hermanos de José lo vendieron a los ismaelitas por veinte siclos de plata, o 166 gramos de plata.

El valor de los lingotes lo ponían en un principio los particulares, más tarde esta función pasó al estado y viene la llamada de los reyes. El Rey Griego del Penjab Meandro, alrededor del año 165 antes de Jesucristo, Demetrio Rey de Batria alrededor del año 190 antes de Cristo, el Rey Sophitas alrededor del año 327 antes de Cristo, todos ellos acuñaron sus respectivas monedas.

A diferencia de la sila de cebada, el siclo de plata no tenía un valor intrínseco. La plata no se puede comer, beber ni hacer vestidos con ella, y es demasiado blanda para producir herramientas útiles; es decir, su calor es puramente cultural.

LAS PRIMERA MONEDAS DE PLATA EN ANATOLIA OCCIDENTAL

Los pesos fijados de metales preciosos acabaron dando origen a las monedas. Las primeras monedas de la historia las hizo acuñar hacia el años 640 a.C. el rey Aliates de Lidia, en Anatolia occidental. Estas monedas tenían un peso normalizado de oro o plata, y se acuñaban con una marca de identificación. La marca testificaba dos cosas: la primera, indicaba cuánto metal precioso contenía la moneda; la segunda, identificaba la autoridad que emitida la moneda y que garantizaba su contenido.

Las monedas tenían dos ventajas importantes sobre los lingotes de metal sin marcas:

—Estas no tenían que pesarse para cada transacción.

—Pesar el lingote no es suficiente, para que se fiaran de él, pues era difícil saber que el lingote que se entrega está hecho realmente de plata, y no es de plomo cubierto en el exterior por un delgado revestimiento de plata.

Las monedas ayudan a resolver estos problemas. La marca impresa sobre ellas atestigua su valor exacto, porque la marca en la moneda es la rúbrica de alguna autoridad política que garantiza su valor. Mientras el pueblo confiara en el poder y la integridad del rey, confiaban en sus monedas.

EL DINERO EN ROMA

Dice el profesor Garnier, que moneda viene del latín moneta (de monere, advertir, aconsejar) moneta era el apelativo de Juno, diosa de los consejos. La moneda se fabricaba en Roma en el templo de Juno, y puede decirse que en todos los pueblos antiguos se fabricaba en lugares sagrados.

Lo llamativo del dinero es que personas totalmente extrañas podían aceptar fácilmente el valor de un denario romano, porque confiaban en el poder y la integridad del emperador romano, cuyo nombre e imagen adornaban la moneda.

A su vez, el poder del emperador se apoyaba en el denario. Habría sido muy difícil mantener el Imperio romano sin monedas si el emperador hubiera tenido que recaudas impuestos y pagar salarios en cebada y trigo. Habría sido imposible recaudar impuestos en cebada de Siria, transportarlos a la tesorería central en Roma y llevarlos de nuevo a Britania con el fin de pagar a las legiones que allí había.

La confianza en las monedas de Roma era tan fuerte que incluso fuera de los límites del imperio a la gente le gustaba recibir su paga en denarios. El término denario se convirtió en un término genérico para las monedas

EL DINERO EN TIEMPO DE LOS CALIFAS MUSULMANES

Los califas musulmanes arabizaron el nombre de denario y emitieron “dinares”. El dinar sigue siendo el nombre oficial del dinero en Jordania, Irak, Serbia, Macedonia, Túnez y otros países. https://esperanzavaroblog.wordpress.com/2019/10/21/la-economia-en-la-edad-media/

EL DINERO EN LA EDAD MODERNA

Los mercaderes y conquistadores musulmanes y europeos extendieron gradualmente el sistema monetario a los rincones más alejados de la Tierra. A finales de la edad moderna, todo el mundo era una única zona monetaria, que se basaba ante todo en el oro y la plata.

Las personas continuaban hablando en idiomas incompresibles, obedeciendo a gobernantes diferentes y adoraban a dioses distintos, pero todos creían en el oro y la plata y en las monedas de oro y plata sin dudarlo. Sin esta creencia compartida, las redes comerciales globales habrían sido prácticamente imposibles.

El oro y la plata que los conquistadores del siglo XVI encontraron en América permitieron a los mercaderes europeos adquirir seda, porcelana y especias en Asia oriental, con lo que movían las ruedas del crecimiento económico, tanto en Europa como en Asia oriental.

Después de 1493, había mucha gente en Europa que estaba poco enterada del descubrimiento y la conquista de tierras en ultramar, o que incluso los desconocía en absoluto. Pero puede afirmarse que eran muy pocos los que no experimentaban una de sus  principales consecuencias, pues el descubrimiento y la conquista de nuevas tierras provocaron una enorme afluencia de metal precioso de América a Europa. Casi nadie estaba en Europa tan a salvo de las influencias de mercado que no sintiese alguna influencia en su salario, en sus ventas e incluso en sus compras más insignificantes. El aumento de precios se produjo ante todo en España, que era adonde llegaron primero los metales. Después al pasar estos a Francia, a los Países Bajos y a Inglaterra, gracias al comercio (o tal vez, en menor medida, al contrabando o a la conquista), siguió la inflación en estos países. https://esperanzavaroblog.wordpress.com/2021/01/13/las-nuevas-rutas-en-la-europa-moderna/

EL DINERO EN LA ACTUALIDAD

En la actualidad, el valor de las monedas es bastante inferior al que marcan y los antiguos oro y plata han sido sustituidos por cobre (aleado con estaño o cinc), níquel (aleado a veces con cobre, formando el llamado cuproniquel), aluminio, etc. 

A partir de 1930 el “patrón oro” fue abandonado; ya que anteriormente los cambios se hacían de acuerdo con un valor fijado para cada moneda en oro o en plata. La moneda de cada país tenía un valor fijo en oro, y se podría cambiar por este metal para adquirir moneda de otro país.   

La última evolución del dinero son las criptomonedas, que son medios digitales de intercambio. Se trata de una moneda virtual que utiliza un cifrado digital en sus operaciones, como las transferencias de dinero o el pago de un determinado producto o servicio.

La primera criptomoneda, y la más popular por ahora, son los Bitcoin, en funcionamiento desde 2009. Desde entonces han aparecido muchas otras, con diferentes características y protocolos como son litecoin o Dogecoin.

Este tipo de monedas solo existen en la web y su valor está sostenido porque hay un comprador y un vendedor que la admiten para una transacción determinada, en cualquier parte del mundo. Su uso es minoritario todavía, pero está en continuo crecimiento.

 EL NACIMIENTO DEL BILLETE

El primer billete, se creó en China en el siglo VII, con la intencionalidad de reducir la circulación de metales (monedas) por la escasez de cobre. Pero lo que en principio se ideó como una medida temporal, resultó, al acumular mucho más dinero en menos espacio, ser la gran solución en el transporte de grandes cantidades a lo largo y ancho del Gran Imperio. Así mismo con esta medida el Estado Chino atesoraba todo el oro y plata de sus súbditos, quedando el manejo de los metales nobles reservado exclusivamente a la clase dirigente.

El uso del papel moneda se implantó en el año 812. Los ejemplares más antiguos conocidos son los “kuan” chinos realizados en corteza de morera en el siglo XIV.

En Europa, aunque Marco Polo ya trajo noticias del novedoso sistema monetario chino, no será hasta el siglo XVII cuando se creen los primeros billetes y es también en este caso por razones de necesidad durante la Guerra de los 30 años. Y será por comodidad que los ciudadanos prefirieran “comerciar” con el reguardo de papel del depósito bancario de las verdaderas –pero pesadas monedas. Fue entonces cuando Johan Palmstruch (fundador del Banco de Estocolmo) crea en 1661 los “Kreditivsedlar» (papel de crédito temporal). Palmtruch terminó con sus huesos en la cárcel al imprimir su banco más billetes de los que podía avalar.

Superar la barrera mental de la visión de un papel como dinero no fue nada fácil ¿Qué ciudadano del siglo XVIII en su sano juicio cambiaría sus reales de plata y sus escudos de oro, por unos trozos de papel? Diferentes avatares históricos como las guerras, épocas de escasez, cuestión de peso y logística y sobre todo la garantía y estabilidad de los gobiernos en los albores de la época contemporánea hicieron posible este cambio de mentalidad. El billete francés emitido en 1792 durante la Revolución Francesa, puede considerarse el primer billete oficial moderno de la historia económica de Europa, al tratarse de documentos al portador de curso legal obligatorio, respaldados por el gobierno de la República por el valor indicado. Pocos años más tarde siguiendo la idea de los suecos empezaron los demás países de la región a emitir los primeros papeles monedas europeos, no sin ciertas vicisitudes. En el siglo XIX que se extendió por todo el continente europeo y en consecuencia en prácticamente todo el mundo. En España no fue una excepción y nace el papel moneda oficialmente el 1 de Marzo de 1783 durante el reinado de Carlos III, creado en el Banco Nacional de San Carlos, que sería el primer banco oficial de emisión de papel moneda español, oscilando entre valores de 200 y 1.000 “Reales de Vellón”.

LOS BANCOS

Seguramente, el origen de los bancos está en el cambio de monedas por monedas de otros países que ya practicaban pueblos muy antiguos. También se sabe que en China y Babilonia se llevaban a cabo operaciones financieras desde muy antiguo. Por ejemplo, cuando un señor tenía una deuda en una ciudad lejana de la suya, ordenaba a su banquero que la pagase a través de un corresponsal en esa ciudad  y así se ahorraba el viaje.

Se conoce una tablilla babilónica en la que Ardu-Nama, de Ur, ordena a Marduk-Bal-alt-Irb, que pague 4 minas y 15 siclos de plata a Bel-Abal-Iddn, con fecha del 14 Arakhnama del año II del reinado de Nabonai    

La Banca tuvo una existencia sustancial en la época romana. En efecto, en el foro y sus alrededores había gran cantidad de establecimientos dedicados al cambio y recuento de monedas. También aceptaban depósitos y concedían créditos. Los encargados de estos establecimientos se llamaban “Argentarii”   

 Hacia el año 400 casi se extinguió este primitivo sistema financiero y los bancos no resurgirán hasta la época renacentista. El primer banco medieval fue el banco de Venecia, fundado en 1171. En España no existe nada similar hasta que se funda en Barcelona la “Taula de Cambi” en 1401

Con el Renacimiento, resucitó al resurgir el comercio y ceden los escrúpulos religiosos a las ventajas pecuniarias. Si puede darse a los negocios algún origen de la banca es el italiano.

Estos bancos aún no emitían billetes y se dedicaban tan sólo a operaciones de cambio y concesiones de crédito. https://esperanzavaroblog.wordpress.com/2021/04/25/el-cambio-en-la-moneda-la-banca-y-el-credito-en-el-siglo-xvi/

El primer banco de emisión fue el banco de Inglaterra, fundado en 1694 por William Patterson.

En el siglo XIX, la banca europea está en pleno auge y expansión. Cada banco emitía sus propios billetes sin ningún tipo de control. Norteamérica fue célebre en esta época por la gran cantidad y variedad de billetes que podían encontrarse en su territorio, emitidos por los distintos bancos.

En la actualidad, los bancos centrales de cada país emiten sus propios billetes

BIBLIOGRAFÍA:

El nacimiento del billete David Mendoza Martínez.

Dinero, moneda y otras monedas comerciales de pago Álvaro Garcés Bejarano

El dinero John Kenneth Galbraith

Sapiens Yuval Noah Harari

La historia del dinero La Caixa

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