Palmas Ecuatorianas

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Palmas Ecuatorianas: biologĂ­a y uso sostenible



Palmas Ecuatorianas: biologĂ­a y uso sostenible Editado por Renato Valencia, Rommel MontĂşfar Hugo Navarrete & Henrik Balslev


Publicaciones del Herbario QCA de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador Quito, Ecuador. Escuela de Ciencias Biológicas Facultad de Ciencias Exactas y Naturales Pontificia Universidad Católica del Ecuador Este libro es en colaboración con Department of Biosciences Aarhus University Denmark Publicado en 2013 Primera edición Todos los derechos reservados Impreso en Imprenta Mariscal Editores: Renato Valencia, Rommel Montúfar, Hugo Navarrete & Henrik Balslev Asistencia de edición y corrección de lenguaje: María Dolores Villamar Ilustraciones: Noemí Cevallos Ilustración de la portada: Soledad Zurita Diseño y diagramación: JLB, AZUCA ISBN: 978-9942-13-263-5


CONTENIDO Prólogo .................................................................................................................................................. vii Prefacio................................................................................................................................................... ix Agradecimientos ................................................................................................................................. xi CAPÍTULOS INTRODUCTORIOS I. Diversidad y endemismo ............................................................................................................. 3 II. Usos................................................................................................................................................... 17 III. Manejo ........................................................................................................................................... 25 IV. Comercio ....................................................................................................................................... 35 V. Legislación: de la teoría a la práctica ....................................................................................... 45 ESPECIES ESTUDIADAS 1. Bísola (Wettinia quinaria)............................................................................................................ 57 2. Chambira (Astrocaryum chambira)............................................................................................ 63 3. Chontaduro/chontilla (Bactris gasipaes) ................................................................................. 77 4. Coco cumbi (Parajubaea cocoides)............................................................................................. 91 5. Mocora (Astrocaryum standleyanum)........................................................................................ 99 6. Palma de fibra (Aphandra natalia)............................................................................................. 111 7. Palma de ramos (Ceroxylon echinulatum)................................................................................ 123 8. Palma de wayuri (Pholidostachys sinanthera).......................................................................... 135 9. Palma real (Attalea colenda) ........................................................................................................ 145 10. Palmiche (Euterpe oleracea)....................................................................................................... 153 11. Palmito de Castilla (Prestoea acuminata).............................................................................. 165 12. Pambil (Iriartea deltoidea)......................................................................................................... 175 13. Tagua (Phytelephas aequatorialis)............................................................................................. 187 14. Uksha (Geonoma macrostachys)................................................................................................ 203 15. Ungurahua (Oenocarpus bataua)............................................................................................. 209 


Estructura de las palmas (ilustraciones)........................................................................................ 225 Anexos Especies de Geonoma reconocidas en el libro ............................................................................ 233 Materias primas y productos de palmas nativas en Ecuador y sus precios de venta....... 234 Nombres comunes de las palmas tratadas en el libro .............................................................. 240 Nombres científicos y sinónimos frecuentes de las palmas tratadas en el libro................ 241 Índices • Nombres científicos de palmas y otros organismos............................................................... 245 • Nombres comunes de palmas ..................................................................................................... 249 Autores .................................................................................................................................................. 251 Editores ................................................................................................................................................. 253

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Prólogo

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a flora de palmeras de Ecuador se destaca por su extraordinaria diversidad en relación con el tamaño del país. Para apreciarlo, se pueden por ejemplo comparar las 200 especies de palmeras presentes en toda la región amazónica, desde el pie de los Andes hasta el Atlántico, con las 136 especies que Ecuador concentra en un espacio mucho más restringido, pero geográficamente más complejo y objeto de influencias biológicas más diversas.

Además, la diversidad de las palmeras de Ecuador no solo es cuestión de número de especies sino también de una amplia gama de variaciones morfológicas, desde las especies diminutas del sotobosque, en particular en los géneros Bactris y Geonoma, hasta aquellas masivas y de gran tamaño que dominan los bosques, como la imponente palma real (Attalea colenda). Esta profusión de formas ha propiciado también una multiplicidad de usos de las palmeras, que participan de la riqueza 


cultural del país. ¿Quién no tiene en su hogar una escoba de palma de fibra (a menudo sin saber que proviene de una palmera muy particular, lo que se puede descubrir leyendo este libro), una lata de corazones de palmito, una prenda con botones de tagua o incluso artículos artesanales muy elaborados como una silla de pambil o un bolso de chambira? Las palmeras hacen parte de la cotidianidad, mediante sus productos y sus siluetas familiares en el paisaje. Sin embargo, no son un elemento estético inmutable del entorno ni tampoco un recurso inagotable. La supervivencia y el futuro de estas valiosas plantas depende mucho de su uso sostenible tanto como del cuidado de los ecosistemas en los que se desarrollan. El presente libro se destaca, dentro de la abundante literatura dedicada a las palmeras, por su concepto sumamente original enfocado en la sostenibilidad de los usos, proporcionando una información práctica y detallada para afrontar este reto,

considerando que, en la actualidad, varias palmeras de gran importancia no están en una situación de uso sostenible. Por otra parte, las palmeras nativas de Ecuador tienen todavía un gran potencial de desarrollo económico, como fuentes de productos naturales de alta calidad, cuya demanda se incrementa a nivel tanto nacional como internacional. Alcanzar estos mercados y preservar los recursos es la dualidad que este libro contribuye a resolver, con el ejemplo de 15 especies emblemáticas, entre las 105 usadas en el país. No cabe duda de que este trabajo innovador y diseñado para llegar a un amplio publico, será de gran utilidad para todos los actores del uso de las palmeras ecuatorianas, así como para los amantes de las plantas en búsqueda de claves para su conservación. Jean-Christophe Pintaud Científico del Instituto Francés de Investigación para el Desarrollo (IRD)


PREFACIO

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as palmas son el grupo de plantas nativas ecuatorianas con la mayor diversidad de usos por especie. Por ejemplo, la palma de fibra (­ Aphandra natalia), con cuyas fibras resistentes y flexibles se producen las típicas escobas que se comercializan en todo el país, sirve también para otros 27 usos menos conocidos, que van desde el consumo de sus frutos y del palmito hasta la elaboración de sillas ceremoniales, dardos y techados para viviendas. La gran mayoría de especies de palmas ecuatorianas (105 de 136) son utilizadas de alguna manera. Hay productos de uso doméstico, no comercial, mientras otros han alcanzado los mercados locales, nacionales e incluso se exportan a otros países. El caso de exportación más sobresaliente es el de las semillas de tagua (Phytelephas aequatorialis), también conocidas como marfil vegetal. Los botones de tagua han sido vendidos a

los mercados europeo y americano desde mediados del siglo XIX. La producción y exportación de botones ha pasado por períodos de gran adversidad y de apogeo. Los usos de las palmas ecuatorianas y las prácticas de cosecha de sus productos han sido profusamente documentados por los botánicos, especialmente durante el siglo pasado, pero los efectos de esta cosecha en la dinámica natural y su sostenibilidad son facetas menos conocidas. El aprovechamiento sostenible de las palmas varía según el producto cosechado, así como con la intensidad y frecuencia de la cosecha. En las palmas arborescentes de tallo solitario, la extracción del tallo o del palmito (tejido tierno que forma las hojas y el tallo en el ápice de la palma) puede ser devastadora porque conlleva la muerte de la planta y su práctica se vuelve rápidamente insostenible. En contraste, la extracción de frutos, hojas u otro tipo 


de fibras puede ser tolerada en intensidades y frecuencias que permitan mantener una dinámica poblacional y una variabilidad genética saludables. Igualmente, la cosecha del palmito puede ser sostenible cuando este se obtiene de palmeras en las que cada individuo está formado por múltiples tallos si es que se dejan los suficientes para que el individuo perdure y permita la regeneración de la especie en el futuro. El proyecto Impactos de la Cosecha de Palmas en Bosques Tropicales (PALMS), ejecutado simultáneamente en cuatro países andinos (Ecuador, Colombia, Perú y Bolivia), se ha enfocado en investigar holísticamente los impactos de la cosecha de productos de palmas de los bosques naturales y la sostenibilidad de su aprovechamiento. Además de científicos de estos países andinos, PALMS (www.fp7-palms. org) ha contado con la colaboración de académicos de Dinamarca, Alemania, Inglaterra, Francia y España. Desde inicios de 2009 hasta finales de 2013, este proyecto, a través de sus nueve componentes de trabajo, ha investigado aspectos de la diversidad de recursos de las palmas en el noroccidente de América del Sur, las bases genéticas de su variación, los tipos de manejo a lo largo de esta región, el comercio de productos y, finalmente, la incidencia de las políticas de los países en los patrones de cosecha y comercio a escala local, nacional y regional. El presente libro es una guía con los fundamentos biológicos de las 15 especies de palmas que han sido más utilizadas y comercializadas en Ecuador. Se trata de un compendio del conocimiento obtenido a través de los años y durante la 

­ejecución del proyecto PALMS. En sus páginas se sintetiza el conocimiento biológico, el manejo práctico, el comercio, la problemática legal y de conservación de cada especie. Los capítulos introductorios ofrecen información general sobre la diversidad y endemismo de las especies, los usos, las prácticas de manejo, el mercado y las normativas que afectan la cosecha de las palmas ecuatorianas. En la segunda parte se presentan 15 especies seleccionadas y en cada caso se ofrece información sobre la biología, los usos, las prácticas de manejo y los problemas de conservación. Se ha consultado exhaustivamente la literatura científica pero también se han examinado tesis, trabajos técnicos no publicados o revistas y libros de distribución restringida. En algunos casos se presentan datos y resultados inéditos de los estudios realizados por los investigadores y estudiantes que participaron en el proyecto PALMS y cuyos trabajos estuvieron orientados a conocer el impacto de la cosecha en la sostenibilidad del recurso. En un lenguaje accesible la guía se dirige a un público interesado en el uso y el aprovechamiento sostenible de las palmas. La producción de este libro nos ha permitido profundizar la información y descubrir que cada especie tiene su problemática propia de manejo y conservación, que aún existe un camino por recorrer y que es necesario integrar la investigación científica a la toma de decisiones para lograr el uso sostenible de las palmas en Ecuador. Renato Valencia Rommel Montúfar Hugo Navarrete Henrik Balslev


Agradecimientos

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a producción de este libro no habría sido posible sin la generosa colaboración de numerosas personas e instituciones. Los editores agradecen a la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), a su Rector, Dr. Manuel Corrales Pascual, y a las autoridades académicas, administrativas y financieras por su apoyo para la elaboración del libro y durante toda la ejecución del proyecto Palm Harvest Impacts in Tropical Forests (PALMS). PALMS fue financiado por la Comunidad Europea (Seventh Framework Program, grant agreement Nº 212631). La Fundación ­ECOFONDO financió los estudios de Ceroxylon (grant Nº 19-ECO7-Inv1).

El Ministerio del Ambiente y el Programa de Biocomercio en E ­ cuador fueron parte de su Comité de Seguimiento. La Corporación de Promoción de Exportaciones e Inversiones (CORPEI) cofinanció esta publicación. Especialistas en palmas, ecólogos y biólogos de la Universidad de Aarhus (AU), Dinamarca, y de la PUCE, contribuyeron activamente en esta edición. En la PUCE, Lucía de la Torre coordinó con los autores, buscó información sobre distintos aspectos de la biología y el manejo de las especies; Daniela Cevallos y Álvaro Pérez recopilaron datos sobre ­ecología y manejo de algunas especies. En 


la AU, Finn Borchsenius hizo importantes aportes al capítulo introductorio sobre diversidad y endemismo; Brody Sandel y Peder Klit Boecher colaboraron con la elaboración de gráficos de abundancia de las especies en transectos y mapas; Birgitte Berman extrajo la información de las palmas ecuatorianas de la base de datos del Herbario AAU; Dennis Pedersen facilitó acceso a fotos y datos de transectos de palmas. Colegas de otros países, la mayoría especialistas en palmas, estuvieron siempre dispuestos a facilitar información, fotos y asesoramiento. En particular los editores agradecen a Rodrigo Bernal y Gloria Galeano de la Universidad Nacional de Colombia por su entusiasmo y sus contribuciones; a Carmen Ulloa del Jardín Botánico de Missouri por facilitar acceso a los datos de colecciones de palmas de la base de datos TROPICOS; a Jean-Christophe Pintaud del Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD) por la revisión técnica del capítulo sobre el chontaduro y otros comentarios. Igualmente va nuestro reconocimiento a

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todos los autores nacionales e internacionales que aceptaron desinteresadamente colaborar en esta publicación. María Dolores Villamar hizo oportunas correcciones lingüísticas a los textos y su asistencia editorial para la producción del libro fue fundamental. Juan Lorenzo Barragán de AZUCA nos orientó profesionalmente y con paciencia en el diseño. Patricio Vélez formuló críticas especializadas y constructivas. La revista Bulletin de l’Institut Français d’Études Andines (IFEA) permitió la reproducción y modificación de la ilustración de la palma de fibra, Aphandra natalia. Renato Valencia expresa su gratitud a la PUCE por concederle un año sabático (08.2012–08.2013) que le permitió dedicarse de lleno a la producción del libro; a los profesores Jens-Christian Svenning, Henrik Balslev y Anders Barfod, por acogerlo durante este período en el Grupo de Ecoinformática y Biodiversidad de la AU, Dinamarca; a Catalina Quintana, Julián, Martín y Sebastián Valencia por su apoyo incondicional de siempre.


CAPÍTULOS INTRODUCTORIOS

Por todas partes se elevan las elegantes palmeras, verdaderos habitantes de los trópicos, de los que ellas son el rasgo más llamativo y característico. En los distritos que visité eran abundantes por doquier y pronto me interesé en ellas, en su gran variedad y belleza de formas y los muchos usos a los que se aplican. Alfred Russel Wallace. 1853. Palms of the Amazon and Their Uses. Van Voorst. London.



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I Diversidad y endemismo Renato Valencia & Rommel Montúfar

cuador es el país con la mayor concentración de especies de palmas de Sudamérica. En su territorio continental (275.551 km2)1, apenas ~1.6 % de América del Sur, se encuentran 136 especies y 32 géneros de palmas nativas2,3, es decir el 29 % de las especies y el 64 % de los géneros suramericanos (Tabla I-1, pg. 10-11, y Figura I-1). Los géneros Geonoma (33 especies), B ­ actris (17), Wettinia (13) y ­Aiphanes (12) son los más diversos y en conjunto incluyen a más de la mitad de las especies. Debido a la gran variabilidad morfológica de Geonoma4 su número de especies es aún cotrovertido5 (Recuadro I, pg. 6). Esta megadiversidad se atribuye a la variedad de ambientes orográficos y climáticos de Ecuador y a que en su territorio confluyen cuatro de las regiones biogeográficas más importantes de América del Sur6,7: (1) la región muy lluviosa del Chocó que se extiende en la costa pacífica desde el este de Panamá hasta el norte de Ecuador, con una prolongación hacia el sur en las estribaciones andinas de la Costa; (2) la región tumbesina del norte de Perú que llega hasta la costa central de Ecuador; (3) la región amazónica ubicada hacia el oriente de los Andes, dominada por bosques colinados del piedemonte andino, y finalmente, (4) la cordillera de los Andes, con sus dos ramales principales que recorren en sentido nortesur la parte central de Ecuador y representan uno de los elementos más importantes en los procesos 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

de especiación y diferenciación genética de las especies6,8,9. Estas cuatro regiones contrastantes favorecen la diversidad de palmas ecuatorianas6.

¿Dónde crecen las palmas ecuatorianas? Las palmas crecen en todas las regiones naturales del Ecuador continental (Costa, Sierra y Amazonía), entre 0 y 3 300 m de altitud, en bosques con temperaturas promedio de 11–21 ºC12. A una escala local, la diversidad y abundancia de palmas es mayor en bosques tropicales húmedos de tierras bajas (<1 000 m) y mucho menor en bosques secos y semidecíduos de la ­Costa6,12,13. La a­ mplitud ecológica de las

palmas es un aspecto destacable: ~42 % de las especies crecen tanto en tierras bajas como en los bosques andinos de la Sierra (>1 000 m) y más de la tercera parte de ellas (17 especies) crecen en las tres regiones naturales. Debido a esta amplitud ecológica, los bosques andinos tienen 15 y 3 especies más que la Costa y la Amazonía, respectivamente (Figura I-1C y Tabla I-1). Entre las especies andinas existen 23 registradas sobre los 2 000 m de altitud, 16 de las cuales son relativamente comunes y han sido frecuentemente colectadas por los botánicos14. Muchas especies comunes crecen en amplios rangos de altitud y pueden con frecuencia ser comunes tanto en ­bosques de tierras ­bajas

Sierra 22 18

19 17

Costa 23

3

Amazonía 34

Figura I-1. (A) Patrón de precipitación anual en Ecuador y las áreas con más meses secos al año. (B) Distribución de las colecciones botánicas de las 15 especies de palmas tratadas en este libro (la Sierra está marcada con líneas diagonales). (C) Riqueza de especies por regiones: los números entre círculos representan especies compartidas entre regiones y dentro de círculos corresponden a especies exclusivas de cada región. La Costa y la Amazonía se consideran bajo los 1 000 m de altitud.


I. Diversidad y endemismo

como en bosques andinos de elevaciones intermedias, con registros ocasionales sobre los 2 000 m (ejemplos en la Figura I-2). Si bien la mayoría de especies están presentes en dos o tres regiones naturales, 16–25 % crecen solamente en una región, siendo la Amazonía la que tiene más especies exclusivas (Figura I-1C). De las 136 especies de palmeras reportadas en Ecuador, 15 son endémicas (es decir, se encuentran únicamente en el país, Figura I-3, pg. 7). La mayoría de especies endémicas de Ecuador están en la Sierra, excepto A ­ iphanes bicornis, Geonoma irena y G. tenuissima que son exclusivas de la Costa norte. Dos especies tienen amplia distribución altitudinal, desde las tierras bajas de la Costa hasta las estribaciones intermedias de los Andes: ­ Phytelephas aequatorialis (la­ ­ tagua) y ­ Aiphanes ­chiribogensis (Figura I-3). Las regiones y los bosques donde crecen las 15 especies de palmas tratadas en este libro aparecen en la Tabla I-2 (pg. 12).

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La Costa: un mosaico de hábitats húmedos y secos La Costa ecuatoriana se extiende entre el océano Pacífico y las estribaciones andinas bajo los 1 000 m y es una región de grandes contrastes climáticos. Hacia el norte (provincias de Esmeraldas, Carchi e Imbabura) y a lo largo de las estribaciones bajas y el piedemonte andino de toda la Costa, se encuentran los ambientes más húmedos y lluviosos, sin estación seca o con pocos meses de sequía (dos o tres meses con <100 mm de lluvia). En esta zona se encuentran los bosques siempreverdes del Chocó, con la mayor concentración de especies y abundancia de palmas de la Costa15. En contraste, la Costa central y sur, dominada por la planicie costera, exhibe un gradiente de precipitación que va de lluvioso y húmedo en el norte a estacional (hasta seis meses secos, con <100 mm de lluvia) y seco (más de seis meses secos) h ­ acia el sur y el occidente (Figura I-1A). Los ambientes con clima

En miles (m de altitud) 1–2 2–3

>3

Ceroxylon parvifrons (17) Ceroxylon vogelianum (12) Geonoma densa (16) Geonoma lindeniana (16) Geonoma weberbaueri (15) Geonoma undata (61) Geonoma orbignyana (48) Prestoea acuminata (77) Aiphanes erinacea (25) Chamaedorea poeppigiana (30) Chamaedorea linearis (90) Chamaedorea pinnatifrons (152) Geonoma macrostachys (240) Hyospathe elegans (130) Wettinia maynensis (76)

BOSQUE

ALTO ANDINO

ANDINO MEDIO

TIERRAS BAJAS

Figura I-2. Especies comunes en diferentes pisos altitudinales de los Andes ecuatorianos; entre paréntesis el número de colecciones botánicas consideradas14. La predominancia de una especie en un tipo de bosque corresponde al mayor número de colecciones en ese rango altitudinal.

Colecciones botánicas (%)

0

10

30

80

100


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

Recuadro I.

Geonoma: un género diverso y de clasificación enigmática

G

eonoma es un género representado ­Geonoma incluye dos especies nuevas para por 32 especies en Ecuador y cons- Ecuador. Una de ellas (G. ­fosteri) ha sido intituye el más diverso de todos los de corporada a nuestra lista. La otra especie (G. palmas ecuatorianas. Su mayor diversidad se venosa) se considera como una posible variaencuentra en los bosques tropicales lluviosos ción de G. tenuissima. A pesar de la incertide tierras bajas, con un pico de 14 especies dumbre taxonómica, Geonoma es el género por cada ~12 200 km2 en la parte norte de de palmas más diverso y de clasificación más la Amazonía ecuatoriana4. Sin embargo, el enigmática en Ecuador. número de especies de Geonoma en Ecuador es controvertido. Por ejemplo, en una revisión reciente se rehace la clasificación de sus especies4 y se propone que en Ecuador existen 29 especies: ocho representadas por una o más subespecies y una por cinco morfotipos (Anexo 1, pg. 235). Las subespecies y morfotipos propuestos corresponden a especies que tienen gran variabilidad morfológica como G. cuneata, G. ­macrostachys, G. stricta y G. ­undata (Figura RI-1), pero otros taxónomos ponen en tela de duda estas subespecies ya que desde el punto de vista evolutivo cada una debería corresponder a un linaje muy bien diferenciado, lo que todavía no está comprobado5. En este libro se mantiene la clasificación de Geonoma a nivel de especie pero es probable que a futuro esta clasificación cambie especialmente cuando se hagan estudios moleculares que permitan conocer mejor Figura RI-1. Especies comunes de Geonoma en Ecuador. la variación e identificar si (A) G. macrostachys y (B) G. atrovirens en la Reserva Jatun en efecto existen subespecies, Sacha, Napo. (C) G. deversa en el Parque Nacional Yasuní. variedades o especies diferen- (D) G. undata en Baeza, Napo. Fotos: (A–C) R. Montúfar; tes. La revisión reciente de (D) J.-C. Pintaud.


I. Diversidad y endemismo

1 000 m 500 m

Costa

Geonoma hollinensis

Geonoma pulcherrima

Bactris setiflora

Geonoma ecuadoriensis

Aiphanes verrucosa

Ceroxylon amazonicum

Sierra

Geonoma skovii

Cordillera Cordillera Occidental Oriental

Wettinia aequatorialis

en sus partes más altas, donde crecen ­algunas especies de palmas, especialmente la tagua (­Phytelephas ­aequatorialis) y algunas especies andinas como el pambil (Iriartea ­deltoidea). Los registros históricos confirman que los bosques del occidente de las provincias de Esmeraldas, Santo Domingo de los Tsáchilas, Los Ríos, y del este de Manabí albergaron numerosas especies de palmas16–21, pero actualmente esta zona está convertida en tierras de cultivo y solamente existen pequeños remanentes forestales, como en los valles del nororiente de Manabí. Toda la Costa es la región más deforestada de Ecuador; en 1996 se estimó que la inmensa mayoría de sus bosques (>90 %) ya habían desaparecido19–23. No existen reportes recientes de la deforestación en la región. Sin embargo, los bosques del Chocó siguen siendo intensamente ­deforestados para a­bastecer a la ­industria maderera y establecer plantaciones de palma ­africana (Elaeis ­guineensis).

Geonoma fosteri

Aiphanes chiribogensis

Aiphanes grandis

2 500 m 2 000 m 1 500 m

Geonoma irena

3 000 m

Aiphanes bicornis

3 500 m

Phytelephas aequatorialis

4 000 m

Geonoma tenuissima

estacional (­provincias de ­Manabí, Guayas, Los Ríos y El Oro), albergan pocos remanentes de bosque seco (decíduo o semidecíduo) y tienen usualmente menos especies e individuos de palmas15. Los sitios de sequía más extrema se encuentran hacia el occidente en la provincia de Manabí (costa central) y hacia el sur en las provincias de Santa Elena (cuya puntilla es el punto más occidental y seco del país), Guayas, El Oro y Loja, donde confluye la región biogeográfica tumbesina (seca) que también se extiende a lo largo de la costa noroccidental peruana16. La sequía de los bosques tumbesinos está influida por la corriente fría de Humboldt, que nace en la Costa central de Chile y fluye hasta la costa sur de Ecuador, donde gira hacia las islas Galápagos. La planicie costera está interrumpida por la cordillera de la Costa que corre paralela a la línea costera y alcanza altitudes menores a 800 m. Esta c­ adena montañosa genera ambientes húmedos (bosques de garúa)

Amazonía

Figura I-3. Distribución de las palmas endémicas de Ecuador. La línea entrecortada marca los 1 000 m altitudinales, límite entre bosques de tierras bajas y andinos. La mayoría de las especies endémicas están en las estribaciones andinas, particularmente al suroriente, en las provincias de Morona Santiago y Zamora Chinchipe. G. skovii es considerada como subespecie de G. undata en una monografía reciente de Henderson4 (Anexo 1).


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

La diversidad de palmas de la Costa En toda la Costa ecuatoriana se encuentran 61 especies de palmas, de las que 23 solamente crecen en esta región, incluyendo cinco que son endémicas (Tabla I-1, Figura I-1C). Algunas se encuentran úni­ca­mente en los bosques pluviales del Chocó, como el c­abecinegro ­(Manicaria s­accifera), pata de gallo ­(Asterogyne ­martiana) y el palmiche (Euterpe ­oleracea), mientras la mayoría crecen en bosques tanto pluviosos como semidecíduos. Sin embargo, estas especies compartidas usualmente tienen marcadas diferencias en densidad entre uno y otro ambiente15. Por ejemplo, la palma de conga (Welfia regia), el ­pambil ­(Iriartea ­deltoidea), la bísola o walte (­ Wettinia ­quinaria) tienden a ser más comunes en ambientes más húmedos, mientras la palma real (Attalea colenda), la mocora (Astrocaryum standleyanum) y la tagua son más comunes en ambientes más secos de la Costa. En los remanentes de bosque semidecíduo también existen poblaciones importantes de ungurahua (Oenocarpus bataua) y mocora y aparecen con frecuencia especies como la ­chonta ­blanca (Bactris setulosa), la chontilla (­ Bactris ­gasipaes var. chichagui, el pariente silvestre del chontaduro) y algunas especies de b ­ ísolas (Wettinia). En las estribaciones andinas, entre 600 y 1 000 m de altitud, la bísola, el pambil y la zancona ­(Socratea exhorriza) están usualmente presentes y con frecuencia son dominantes. Palmas como la ungurahua, la patona (Socratea rostrata) y la bísola pueden crecer y ser dominantes en partes más altas (>1 000 m) de la cordillera. En general, la diversidad disminuye con la sequía: en parcelas de 0.1 ha se han encontrado 12–19 especies en bosques lluviosos y 3–6 

especies en bosques secos15. En las estribaciones costeras la densidad de palmas tiende a incrementarse. Por ejemplo, en las montañas de Ila, a 600 m de altitud, se encuentran 15 especies y 1 800 adultos/ha, mientras en tierras bajas, se registraron 12 especies y un máximo de 860 adultos/ha a 280 m15. En cuanto a las especies endémicas, los bosques lluviosos de tierras bajas y los de las estribaciones costeras, que son los ambientes más deforestados de la Costa20, albergan cinco especies únicas y endémicas de Ecuador (Figura I-3). Los bosques decíduos, con más de seis meses secos, como los que rodean a la ciudad de Guayaquil, son ambientes poco propicios para las palmas. Contadas especies crecen en estos ambientes. Ejemplos sobresalientes son la tagua, la palma real y la chontilla tratadas en este libro por su importancia comercial y de extractivismo. Aunque la tagua fue una palma dominante en los alrededores de Guayaquil24, actualmente se la encuentra solo en pocos remanentes de bosque seco alrededor de la ciudad, como en la Reserva ManglaresChurute. Aiphanes eggersii es la única especie de palma que crece en los bosques decíduos cuyos períodos de sequía superan los seis meses al año, como los bosques secos de San Vicente y Canoa en la provincia de Manabí o el bosque seco tumbesino de Puyango, en la provincia de El Oro (~600 mm de precipitación anual y ocho meses de sequía)6,13.

La Sierra y sus contrastes altitudinales Al norte de Ecuador los Andes forman dos cadenas de volcanes y nevados de gran altura (frecuentemente >5 000 m), separadas entre sí por valles interandinos. En contraste, desde los 3° sur hacia el sur, no existen volcanes activos y las montañas


I. Diversidad y endemismo

raramente sobrepasan los 3 000 m. La cordillera Oriental es en general más continua en su recorrido norte-sur, mientras que la cordillera Occidental en su extremo sur (al sur de los ~3° S), está formada por una serie de cadenas montañosas relativamente bajas (<3 000 m) y separadas por valles con un clima seco debido a la influencia de la corriente de Humboldt. La diversidad de palmas es mayor hacia las estribaciones externas de la cordillera donde hay más húmedad que en las estribaciones internas y los valles interandinos. En las estribaciones internas las palmas son menos comunes y en los valles interandinos solamente se encuentran palmas ornamentales cultivadas, como el coco cumbi (Parajubaea cocoides) y varias especies de la palma de cera o palma de ramos (del género Ceroxylon) y la palma de fénix (Phoenix canariensis), que es una palma introducida muy cultivada como ornamental en toda la Sierra. En tierras amazónicas también se encuentran pequeñas cordilleras subandinas, discontinuas y de baja altura, como las de Napo-Galeras (<3 900 m), Cutucú y el Cóndor (<2 900 m), todas consideradas de origen geológico antiguo por sus sedimentos terciarios y mesozoicos de rocas areniscas y calizas, formadas hace 150 millones de años, cuando esta zona era un brazo del océano Pacífico2,7,25,26. En algunas partes de estas cordilleras existen especies únicas que no se han encontrado en los ramales principales de la cordillera andina y por esto algunos botánicos sugieren que tales cadenas montañosas podrían conformar una región biogeográfica distinta. Sin embargo, las palmas no muestran un patrón marcado: la mayoría de especies crecen por igual en los ramales de la cordillera andina amazónica y en las cordilleras subandinas amazónicas. El

patrón de distribución más r­estringido de las especies endémicas (Figura I-3) tampoco revela diferencias sustanciales en la composición florística de estas cordilleras subandinas: tres de las nueve especies endémicas de las estribaciones amazónicas están restringidas a estas cordilleras ­(Geonoma hollinensis a la cordillera norteña de Napo-Galeras, G. skovii y G. ­pulcherrima a las cordilleras de Cutucú y del Condor al sur), una ­(Geonoma ­fosteri) se encuentra solamente en las estribaciones andinas de la cordillera principal, mientras las restantes ­ (Aiphanes ­verrucosa, Bactris ­setiflora, ­ Ceroxylon ­amazonicum, ­Geonoma ­ecuadoriensis y ­Wettinia ­aequatorialis) crecen por igual en estos dos sistemas montañosos.

La gran diversidad de palmas de la Sierra A una escala regional, los bosques andinos (>1 000 m) tienen la mayor diversidad de palmas en Ecuador (56 % de las 136 especies), pero solo 22 especies (16 %) crecen exclusivamente en la Sierra, mientras 54 provienen de las tierras bajas (Figura I-1, Tabla I-2). Las palmas andinas se encuentran mayormente en las estribaciones externas de las cordilleras ­Occidental y Oriental, entre 1 000–2 500 m, en ambientes nublados y lluviosos y crecen hasta a 3 000 m de altitud, aunque existe un registro excepcional de una palma a 3 500 m (Ceroxylon ­parvifrons), en el volcán Pasochoa6,14. La gran mayoría de especies ­(60–70 %) se encuentran entre 1 000 y 2 000 m de altitud2. Sobre los 2 500 m la diversidad de palmas disminuye drásticamente: apenas 12 especies se encuentran en todo el país (Tabla I-1). Entre 1 500 y 2 000 m la d ­ iversidad l­ocal de palmas por ­hectárea no es tan alta (2–4 especies27,28), pero el número de individuos por especie puede ser muy elevado5, como en el 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

Tabla I-1. Especies de palmas nativas registradas en Ecuador hasta el año 2013. La lista está basada en la revisión más reciente2,3 y se han añadido tres nuevos registros3 y una nueva especie de ­Geonoma (G. fosteri)4. Las regiones naturales de la Costa (COS) y Amazonía (AMZ) incluyen parte

COS

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 

Aiphanes bicornis Aiphanes eggersi Aiphanes tricuspidata Astrocaryum standleyanum Attalea colenda Bactris coloradonis Bactris hondurensis Bactris pilosa Desmoncus cirrhiferus Euterpe oleracea Geonoma awensis Geonoma calyptrogynoidea Geonoma irena Geonoma linearis Geonoma triandra Manicaria saccifera Phytelephas tumacana Prestoea pubens Socratea hecatonandra Synechanthus warscewiczianus Welfia regia Wettinia aequalis Wettinia radiata

Especies exclusivas SIE

Aiphanes grandis Aiphanes verrucosa Ceroxylon echinulatum Ceroxylon parvifrons Ceroxylon parvum Ceroxylon ventricosum Ceroxylon vogelanium Dictyocaryum lamarckianum Geonoma fosteri Geonoma hollinensis Geonoma orbygnyana Geonoma skovii Hyospathe macrorhachis Parajubaea cocoides Prestoea acuminata Prestoea carderi Socratea rostrata Wettinia aequatorialis Wettinia anomala Wettinia fascicularis Wettinia minima Wettinia verruculosa

AMZ

Ammandra decasperma Aphandra natalia Astrocaryum chambira Astrocaryum jauari Astrocaryum urostachys Attalea butyracea Attalea insignis Attalea maripa Attalea phalerata Bactris acanthocarpa Bactris concinna Bactris fissifrons Bactris hirta Bactris martiana Bactris riparia Bactris simplicifrons Chelyocarpus ulei Desmoncus giganteus Desmoncus mitis Desmoncus polyacanthos Elaeis oleifera Geonoma atrovirens Geonoma camana Geonoma laxiflora Geonoma longepedunculata Geonoma maxima Geonoma multisecta Geonoma supracostata Iriartella setigera Mauritia flexuosa Mauritiella armata Phytelephas tenuicaulis Syagrus smithii Wendlandiella gracilis


I. Diversidad y endemismo

de las estribaciones bajas de los Andes (<1 000 m de altitud); la Sierra (SIE) incluye los ambientes andinos sobre los 1 000 m. Los límites altitudinales pueden variar y muy probablemente hay especies que crecen sobre los límites actuales pero que no han sido colectadas.

COS-SIE

Aiphanes chiribogensis Aiphanes erinacea Aiphanes gelatinosa Aiphanes hirsuta Aiphanes macroloba Asterogyne martiana Bactris setulosa Chamaedorea linearis Chamaedorea warscewiczii Geonoma cuneata Geonoma lanata Geonoma tenuissima Prestoea decurrens Pholidostachys dactyloides Phytelephas aequatorialis Wettinia kalbreyeri Wettinia oxycarpa Wettinia quinaria

Especies compartidas COS-SIE-AMZ

Bactris gasipaes Bactris maraja Chamaedorea pinnatifrons Desmoncus orthacanthos Euterpe precatoria Geonoma deversa Geonoma interrupta Geonoma leptospadix Geonoma paradoxa Geonoma stricta Geonoma undata Hyospathe elegans Iriartea deltoidea Oeanocarpus bataua Pholidostachys synanthera Prestoea ensiformis Socratea exorrhiza

SIE-AMZ

COS-AMZ

Aiphanes ulei Aiphanes weberbaueri Bactris corossilla Bactris schultesii Bactris setiflora Ceroxylon amazonicum Chamaedorea pauciflora Euterpe catinga Geonoma brongniartii Geonoma ecuadorensis Geonoma euspatha Geonoma macrostachys Geonoma poeppigiana Geonoma pulcherrima Geonoma triglochin Prestoea schultzeana Wettinia drudei Wettinia longipetala Wettinia maynensis

Bactris coloniata Oeanocarpus minor Syagrus sancona

Especie endémica Geonoma skovii podría estar presente en el suroccidente de Colombia, en Nariño, según un registro reportado por R. Bernal en Henderson et al.38. En la revisión de Geonoma4 esta especie está reducida al nivel de subespecies como Geonoma undata subsp. skovii (Henderson, Borchsenius & Balslev) Henderson y además se menciona que posiblemente existe en Perú, según observaciones de Pintaud. Especies registradas (con colecciones botánicas) sobre los 2 500 m de altitud. No se conocen colecciones botánicas ni referencias bibliográficas de esta especie en Ecuador, aparte de Pintaud y colaboradores quienes reconocen su presencia en el país.




Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

caso de ­Geonoma ­undata (~800 individuos cuen­ por hectárea27). Otras especies fre­ temente agrupadas en las estribaciones son la ­palma de ramos (Ceroxylon ­echinulatum, especialmente al occidente, entre los 1 200 y 1 800 m), D ­ ictyocarym ­lamarckianum (entre 1 500 y 1 700 m), C ­ hamaedorea ­pinnatifrons muy común entre los 1 500 y 2 000 m y el palmito de Castilla ­(Prestoea acuminata) frecuente entre 1 200 y 2 200 m. Posiblemente las especies aparecen agrupadas ya que las semillas tienen una dispersión limitada29. Inventarios realizados en áreas protegidas muestran que la riqueza de palmas

puede ser mayor en las estribaciones andinas del sur. En los bosques sureños de la Estación Científica San Francisco, ubicada entre Loja y Zamora Chinchipe, se encuentran 11 especies de palmeras entre los 1 900 y 2 150 m de altitud30, siendo las más abundantes ­Chamaedorea ­pinnatifrons y el palmito de Castilla. En la reserva Maquipucuna, ubicada en la Sierra norte, se encuentran también 11 especies pero en un rango altitudinal mucho más amplio (1 000–2 800 m)31. Los géneros con más especies en la Sierra son ­Aiphanes, ­Ceroxylon, Geonoma y ­Wettinia (Tabla I-1).

Tabla I-2. Palmas tratadas en este libro y su distribución en las tres regiones naturales del Ecuador continental y en los tipos de bosque donde se encuentran. La Costa y la Amazonía se consideran bajo los 1 000 m de altitud. Los bosques de garúa ubicados en la cordillera de la Costa se encuentran dentro de la categoría de semidecíduos.

Bísola o walte (Wettinia quinaria) Chambira (Astrocaryum chambira) Chontaduro (Bactris gasipaes) Coco cumbi o palma de Quito (Parajubaea cocoides) Mocora (Astrocaryum standleyanum) Palma de fibra (Aphandra natalia) Palma de ramos (Ceroxylon echinulatum) Palma de wayuri (Pholidostachys synanthera) Palma real (Attalea colenda) Palmiche o naidí (Euterpe oleracea) Palmito de Castilla (Prestoea acuminata) Pambil (Iriartea deltoidea) Tagua o cade (Phytelephas aequatorialis) Uksha o cufaje (Geonoma macrostachys) Ungurahua (Oenocarpus bataua)



Pantano

Plano inundable

AMAZONÍA Tierra firme

Alto andino >2 000 m

Nublado 1000–2 000 m

SIERRA Decíduo (seco)

Semidecíduo

Nombre común (nombre científico)

Pluvial (Chocó)

COSTA


I. Diversidad y endemismo

La Amazonía: bosques de colinas y planicies inundables La Amazonía ecuatoriana está marcada por las estribaciones andinas hacia el occidente e incluye extensas áreas de topografía accidentada. Orográficamente, la Amazonía se puede diferenciar en dos unidades: las tierras altas de las estribaciones andinas (400–1 000 m) y las tierras bajas (<400 m). Las tierras altas incluyen las cordilleras subandinas de Napo-­Galeras, Cutucú y el Condor. Toda la región tiene un clima relativamente homogéneo, sin estacionalidad y con lluvias que por lo general superan los 2 500 mm al año, con el punto más extremo en la ciudad de Puyo, ubicada hacia el centro del país, donde alcanzan los 4 500 mm anuales32. Las estribaciones amazónicas son sistemas montañosos que tienden a ser más h ­ úmedos y bien drenados, mientras las tierras bajas presentan unidades de paisaje con distinta historia de inundación: la tierra firme, la planice aluvial y los pantanos. Los bosques de tierra firme, ambiente dominante en las tierras bajas, crecen sobre colinas de poca altura separadas por valles con buen drenaje. Por ejemplo, ~80 % del Parque Nacional Yasuní son bosques de tierra firme. En la tierra firme es característica la presencia de pambil (Iriartea deltoidea) y ungurahua (Oenocarpus ­bataua). Las planicies aluviales corren paralelas a los grandes ríos amazónicos y son áreas estacionalmente inundables. La mayor parte son inundadas por ríos de aguas blancas que nacen en los Andes, pero hay unos pocos ríos amazónicos de aguas negras que forman sistemas de lagunas periódicamente inundables, como ocurre en la Reserva Faunística Cuyabeno. En los bosques periódicamente inundables por aguas blancas (várzeas) son frecuentes algunas especies de palmas, como ­Phytelephas ­tenuicaulis, Astrocaryum

u­ rostachys, ­Attalea butyracea, mientras en los bosques inundables por aguas negras (igapó) se encuentran frecuentemente Astrocaryum jauari y Bactris riparia. Los pantanos son áreas permanentemente inundadas. En la Amazonía ecuatoriana no cubren grandes áreas como en Perú o Brasil, pero se pueden encontrar parches de pantano (típicamente de <1 km2) alrededor de algunos ríos o intercalados dentro de bosques de tierra firme. El morete (Mauritia flexuosa) es la palma que domina los pantanos especialmente por su tamaño, pero también se pueden encontrar especies de planicies indundables como Mauritiella armata y Attalea butyracea33,34.

Diversidad de especies de la Amazonía La Amazonía tiene 73 especies de palmas, de las cuales 34 crecen exclusivamente en esta región (Figura I-1, Tabla I-1), incluyendo cuatro especies endémicas (Ceroxylon amazonicum, Geonoma ecuadoriensis, G. p­ulcherrima y Wettinia aequatorialis), que crecen mayormente en la Sierra y eventualmente en las partes altas de la Amazonía (Figura I-3). Debido a la homogenidad del clima, el endemismo es relativamente bajo y las especies tienden a ser de amplia distribución. La mayoría pueden encontrarse en varios tipos de bosque, aunque usualmente son más abundantes en alguno de ellos, ya sea el de tierra firme, el bosque inundable o el pantano33,35. Los bosques de tierra firme son los que presentan mayor diversidad. Por ejemplo, en una muestra de 25 ha ubicadas al noroccidente del Parque Nacional Yasuní, coexisten 22 especies de palmas de dosel y subdosel, con un promedio de ~190 palmas y 15 especies por hectárea, siendo el pambil la más común36. Otra palma arborescente muy frecuente en los 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

bosques de tierra firme es la ungurahua35. Bajo el dosel del bosque, los géneros ­Geonoma y Bactris son muy diversos y palmas como Prestoea shultzeana y G ­ eonoma macrostachys son muy abundantes35,37.

A manera de conclusión Las palmas son un elemento sobresaliente de la naturaleza ecuatoriana, tanto por su diversidad (136 especies) como por su abundancia en todos los ambientes, especialmente en los bosques húmedos y lluviosos. Pese a que el número de especies en las tres regiones naturales no es tan distinto (61, 76 y 73, en Costa, Sierra y Amazonía, respectivamente), la Costa tiene una mayor diversidad de especies por área de bosque, ya que es la región con menos remanentes boscosos del país (<10 %)9. El segundo lugar es ocupado por la Sierra que tiene mucho menos bosque que la Amazonía pero alberga más especies, principalmente en las estribaciones externas de las cordillera Oriental9 y entre los 1 000 y 1 500 m de altitud, donde todavía quedan importantes remanentes de bosque andino. La Amazonía incluye la cobertura boscosa más extensa del Ecuador continental (si bien la tasa de deforestación de las últimas décadas es la más alta del país9) y por eso la diversidad de especies de palmas resulta menor que en las otras regiones. En la Amazonía hay más especies exclusivas que en las otras regiones (34) pero las endémicas solamente están presentes en la parte alta y todas son compartidas con la Sierra. Cada una de las regiones naturales tiene un conjunto de al menos 28 % de especies únicas (Figura I-1C); en las estribaciones andinas y en la Costa se encuentran todas las especies endémicas que representan el 11 % de las especies ecuatorianas. Algunas crecen cerca de la frontera con Perú o Colombia y a futuro podrían encontrarse registros de su presencia en esos países. 

El estado de conservación y la variedad e intensidad de usos difieren drásticamente entre regiones, siendo la Costa la más amenazada por la deforestación y el manejo inadecuado de las palmas, y la más poblada. Las especies tratadas en este libro (Tabla I-1), si bien son una muestra pequeña de la diversidad de palmas en Ecuador (11 %), constituyen muy buenos ejemplos de estas plantas y de su diversidad, endemismo y conservación en el país.


I. Diversidad y endemismo

Referencias y notas

1. El territorio del Ecuador excluyendo Galápagos es de 275 551 km2; Galápagos tiene una extensión de 8 010 km2 sin palmas nativas. http:// es.wikipedia.org/wiki/Ecuador. Consultado en febrero de 2013. 2. Pintaud J.-C., Galeano G., Balslev H., Bernal R., Borchsenius F., Ferreira E., de Granville J.-J., Mejía K., Millán B., Moraes M., Noblick L., Stauffer F. W. & Kahn F. 2008. Las palmeras de América del Sur: diversidad, distribución e historia evolutiva. Revista Peruana de Biología 15 (1): 7–29. 3. Balslev H. encontró tres registros nuevos en Kapawi, al suroriente de Ecuador, en el año 2012 y Andrew Henderson4 describió una nueva especie, Geonoma fosteri, incluida en esta lista. La lista está basada en Pintaud y colaboradores2 con actualizaciones según la literatura taxonómica posterior al año 2008. 4. Henderson A. 2011. A revision of Geonoma (Arecaceae). Phytotaxia 17: 1–271. 5. Galeano G. & Bernal R. 2010. Palmas de Colombia - Guía de Campo. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. 6. Borchsenius F., Borgtoft-Pedersen H. & Balslev H. 1998. Manual to the palms of Ecuador. AAU Reports 37, Department of Systematic Botany, University of Aarhus, Denmark, in collaboration with Pontificia Universidad Católica del Ecuador. 7. Neill D. 1999. Vegetation/Vegetación. Pg. 13–25 en: Jorgensen P. M. & León-Yánez S. (eds.), Catalogue of the Vascular Plants of Ecuador. Missouri Botanical Garden, Saint Louis, USA. 8. Balslev H. 1988. Distribution patterns of Ecuadorean plant species. Taxon 37: 567–577. 9. Jørgensen P. M., Ulloa-Ulloa C., Madsen J. E. & Valencia R. 1995. A floristic analysis of the high Andes of Ecuador. Pg. 221–237 en: Churchill S. P., Balslev H., Forero E. & Luteyn J. (eds.), Biodiversity and Conservation of Neotropical Montane Forests. Proceedings of a symposium. New York Botanical Garden. New York. 10. Trénel P., Hansen M. M., Normand S. & Borchsenius F. 2008. Landscape genetics, historical isolation and cross-Andean gene flow in the wax palm, Ceroxylon echinulatum (Arecaceae). Molecular Ecology 17, 3528–3540. 11. Barreiro J. M. En preparación. Estructura genética de Euterpe precatoria. Tesis previa a la obtención del título de Magíster en Biología de la Conservación, Pontificia Universidad Católica del Ecuador. NOTA: El estudio de 10 marcadores moleculares evidenció una divergencia genética entre las poblaciones occidentales (var. longevaginata) y orientales (var. precatoria) de Euterpe precatoria, siendo el principal regulador de esta separación la cordillera andina.

12. Borchsenius F. & Skov F. 1997. Ecological amplitudes of Ecuadorian palms. Principes 41: 179–183. 13. Skov F. & Borchsenius B. 1997. Predicting plant species distribution patterns using simple climatic parameters: a case study of Ecuadorian palms. Ecography 20: 347–355. 14. Bases de datos de colecciones de palmas de los herbarios QCA (Quito, PUCE), AAU (Universidad de Aarhus, Dinamarca) y MO (Tropicos®, Missouri Botanical Garden). 15. Borchesenius F. 1997. Palm communities in western Ecuador. Principes 41: 93–99. 16. Best B. & Kessler M. 1995. Biodiversity and conservation in Tumbesian Ecuador and Peru. BirdLife International, Cambridge. 17. Dodson C. H. & Gentry A. 1978. Flora of Río Palenque. Selbyana 4: 1–628. 18. Dodson C. H., Gentry A. & Valverde F. M. 1985. Flora of Jauneche. Selbyana 8: 1–512. 19. Myers N. 1988. Threatened biotas: Hot spots in tropical forests. Environmentalist 8: 1–20. 20. Dodson C. H. & Gentry A. 1991. Biological extinction in western Ecuador. Annals of the Missouri Botanic Garden 78: 273–295. 21. Sierra R. & Stallings J. 1998. The dynamics and social organization of tropical deforestation in northwest Ecuador, 1983–1995. Human Ecology 26: 135–161. 22. Sierra R. 1999. Propuesta Preliminar de un Sistema de Clasificación de Vegetación para el Ecuador Continental. Ecociencia, Quito, Ecuador. 23. MAE. Estimación la Tasa de Deforestación del Ecuador continental (1990–2008) http://web. ambiente.gob.ec/sites/default/files/users/mponce/ TasasDeforestacionEcuador.Ver_.03.05.11.pdf. Consultado en abril de 2013. 24. Spruce R. 1869. Equatorial American Palms. Palmae Amazonicae, sive Enumeratio Palmarum in intenere suo per regiones Amaericae Aequatorialis lectarum. The Journal of The Linnean Society 11: 65–184. 25. Schulenberg T. S. & Awbrey K. (eds.). 1997. The Cordillera del Cóndor region of Ecuador and Peru: A biological assessment. RAP Working Papers 7: 1–231. 26. Neill D.A. 2005. Cordillera del Cóndor: Botanical treasures between the Andes and the Amazon. Plant Talk 41: 17–21. 27. Valencia R. 1995. Composition and structure of an Andean forest fragment in eastern Ecuador. Pg. 239–249 en: Churchill S., Balslev H., Forero E. & Luteyn J. L. (eds.), Biodiversity and Conservation of Neotropical Montane Forests. New York.




Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible 28. Cerón C. E. 2001. Diversidad y composición florística en los bosques nubosos del occidente de Pichincha. Cinchonia 2: 5–29. 29. Svenning J.-C., 2001, Environmental heterogeneity, recruitment limitation and the mesoscale distribution of palms in a tropical montane rain forest (Maquipucuna, Ecuador). Journal of Tropical Ecology 17: 97–113. 30. Svenning J.-C., Harlev D., Sorensen M. M. & Balslev H. 2009. Topographic and spatial controls of palm species distributions in a montane rain forest, southern Ecuador. Biodiversity Conservation 18: 219–228. 31. Svenning J.-C. & Balslev H. 1998. The palm flora of the Maquipucuna Montane Forest Reserve Ecuador. Principes 42 (4): 218–226. 32. Precipitación Puyo (http://www.oas.org/dsd/ publications/Unit/oea32s/ch13.htm, Consultado en febrero de 2013. 33. Romero-Saltos H., Valencia R. & Macía M. 2001. Patrones de diversidad, distribución y rareza de plantas leñosas en el Parque Nacional Yasuní y la Reserva Étnica Huorani, Amazonía Ecuatoriana. Pg. 131–162 en: Duivenvoorden J., Balslev H., Cavalier J., Grandez C., Tuomisto H. & Valencia R. (eds.), Evaluación de Recursos no Maderables en la Amazonía Noroccidental. INBED, Universitet van Amsterdam, Amsterdam. 34. Cerón C. E. 2006. Los bosques inundados por aguas negras de la Amazonía ecuatoriana. Cinchonia 7: 62–29. 35. Vormisto J., Svenning J.-C., Hall P. & Balslev H. 2004. Diversity and dominance in palm (Arecaceae) communities in terra firme forests in western Amazon basin. Journal of Ecology 92: 577–588. 36. Valencia R., Foster R., Villa G., Condit R., Svenning J.-C., Hernández C., Romoleroux K., Losos E., Magård E. & Balslev H. 2004. Tree species distributions and local habitat variation in the Amazon: a large forest plot in eastern Ecuador. Journal of Ecology 92: 214–229. 37. Montúfar R. & Pintaud J.-C. 2006. Variation in species composition, abundance and microhabitat preferences among western Amazonian terra firme palm communities. Botanical Journal of the Linnean Society 151: 127–140. 38. Henderson A., Borchsenius F. & Balslev H. 2008. New species of Geonoma (Palmae) from Ecuador. Brittonia 60: 190–201.




E

II Usos Lucía de la Torre, Rodrigo Cámara-Leret & Hugo Navarrete

n Ecuador se han registrado hasta el momento 136 especies de palmas nativas1 de las cuales al menos 105 brindan algún tipo de beneficio para los habitantes2,3. Las palmas son un elemento clave para la subsistencia de poblaciones rurales en la Amazonía, la Costa y los Andes al proveerles alimento y medicinas así como materia prima para construir sus viviendas y todo tipo de herramientas2,4. Aproximadamente la tercera parte de las especies útiles (30) proporciona ingresos monetarios ya que sus productos se comercializan a escala local, nacional y, en menor medida, internacional5. Los múltiples servicios que brindan las palmas las han convertido en referentes culturales de los pueblos de Ecuador; se ha propuesto incluso catalogar ciertas especies y sus usos como Patrimonio Cultural para abogar por su conservación y por su valor identitario e histórico6. Ejemplos de estas son: el chontaduro (Bactris gasipaes), cuya época de fructificación es motivo de celebraciones en comunidades amazónicas; el pambil (Iriartea ­deltoidea), elemento básico de las casas tradicionales de la Amazonía. En un antiguo cuento Secoya se narra que el dios Ñañë construyó con un hacha los pilares de la casa tradicional (maloca) de pambil y que las astillas que salieron dieron lugar a las golondrinas que volaron al cielo7. La tagua (Phytelephas aequatorialis), productora del marfil vegetal, y la palma de ramos (especies del género Ceroxylon) son parte de la historia comercial de la Costa y la región andina8,9,10–12. Existe evidencia del uso de la palma de ramos desde la Colonia cuando ya existían centros de extracción, acopio y venta, como el m ­ ercado San 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

­Roque en Quito, que funciona desde el siglo XVI7. En este capítulo se describen a grandes rasgos los patrones de uso de las 105 especies de palmas útiles en Ecuador. La información proviene de recopilaciones realizadas a partir de varios estudios etnobotánicos individuales2,3 además de datos sin publicar11. Dentro de los usos tradicionales de las palmas, sus aplicaciones más importantes son como fuente de materia prima y alimento humano y de otros vertebrados. Las partes más frecuentemente cosechadas son tallos, hojas y frutos. Finalmente, se destacan el potencial de comercializar nuevas especies y sus productos a partir del conocimiento de los usos tradicionales de las palmas, así como la necesidad de erradicar aplicaciones insostenibles.

Principales usos de las palmas Las palmas en Ecuador se usan sobre todo para satisfacer necesidades de subsistencia o de consumo doméstico (71 % de 105 especies útiles). La mayoría son especies con múltiples usos y sobresalen algunas como la ungurahua ­(Oenocarpus ­bataua), el chontaduro, el morete (­Mauritia ­flexuosa) y el pambil, con más de 30 usos distintos. Prácticamente todas sus partes (raíces, tallos, hojas, frutos, semillas) tienen alguna utilidad2,3. Se las aprovecha mayormente como materiales2,3,12 (90 % de las especies útiles) para elaborar utensilios domésticos, herramientas agrícolas, de caza y pesca, artesanías, o bien para la construcción de casas o puentes (Tabla II-1). También se incluyen en la categoría de materiales los aceites de uso cosmético como el de 

ungurahua. Las palmas son una fuente muy importante de alimento (67 %), tanto para el ser humano como para otros vertebrados. Algunos productos se usan como aditivos en la preparación de comidas y bebidas, como los frutos de la ungurahua que dan sabor a la chicha de yuca. Troncos caídos son alimento de invertebrados, como las larvas del escarabajo ­Rhynchophorus ­palmarum (chontacuro) que a su vez son un bocado muy apetecido y comercializado por las comunidades locales en la Amazonía y en la Costa. El aceite de estas larvas tiene también uso medicinal. Las palmas son importantes en manifestaciones sociales y culturales como implementos de ceremonias y rituales. Sirven como medicinas, iniciadoras de combustión o leña e igualmente tienen usos medioambientales al formar parte de sistemas agroforestales y emplearse como plantas ornamentales. Menos importantes son sus aplicaciones como productos tóxicos (Tabla II-1).

Tabla II-1. Usos de las 105 especies de palmas útiles en Ecuador12.


II. Usos

Categoría de uso

Materiales

Nº de especies

94

Parte usada

Usos comunes

Tallos, raíces, hojas, Juguetes, bisutería, bastones, pipas, botones, cestas, batidoras, fibras, semillas y flores ralladores, filtros, tambores, marimbas, muebles, anzuelos, arpones, redes y trampas. Techado y como servilletas, paraguas y envoltorios de Hojas alimentos. Fibras Sogas, esteras, textiles, hamacas, bolsas y escobas. Pilares, paredes, pisos, puertas y ventanas; cerbatanas, flechas, cuchillos, arcos y dardos. Crudo o en preparaciones de sal, dulces, conservas, chicha, ahumados, como harina; endospermo gelatinoso; aceite del Hojas, frutos y semillas mesocarpio y endospermo; plántulas y semillas germinadas; palmito. Alimento de animales silvestres (mamíferos, aves, peces) que son objeto de cacería o pesca, o de animales domésticos como Hojas, flores, frutos y gallinas. Las inflorescencias, los desperdicios de la extracción semillas de aceite y el residuo resultante de la producción de botones de tagua son alimento para ganado. Adornos personales o implementos para ceremonias, amuletos utilizados para la cacería o el amor, en rituales de Tallos, hojas, fibras, purificación o curación, o para matar. El tiempo de cosecha de frutos y semillas frutos es motivo de celebración. Cogollos tejidos son parte de procesiones y ceremonias en la Hojas nuevas Semana Santa. Aliviar dolores de cuerpo y estómago, proteger los dientes de las caries, evitar la calvicie, los hongos, la sequedad de la piel, Raíces, hojas, palmito, las picaduras de insectos; como purgantes, para curar flores, frutos y semillas afecciones respiratorias y cardíacas, diarrea, almorranas; eliminar parásitos; prevenir la hernia y aumentar la producción de leche materna. Hojas Iniciadores de combustión Tallos

Alimento humano

70

Alimento de vertebrados

70

Social

46

Medicinal

37

Combustibles

30

Medioambiental

27

Exudados

Cera para velas

Tallos

Leña

Planta entera

En sistemas agroforestales, como cercas vivas u ornamentales.

Tallos Alimento de invertebrados

27 Pecíolos y frutos

Los troncos caídos son alimento de larvas comestibles del escarabajo Rhyncophorus palmarum Alimento de larvas de insectos que se usan como carnada para peces.

Aditivos para alimentos

5

Frutos

Tóxico para otros organismos

2

Palmito, inflorescencia Para matar cucarachas y eliminar piojos.

Saborizantes de chicha y helados.




Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

Partes más usadas La parte más frecuentemente utilizada en las 105 especies útiles es el tallo, principalmente como materia prima para la construcción de viviendas y la elaboración de herramientas y utensilios (70 especies). El tallo de 21 especies se emplea como combustible y el de 27 especies sirve de alimento para el chontacuro. Su cosecha en palmas de tallo solitario implica la muerte de los individuos, por lo que es devastadora, especialmente cuando se hace sin ningún tipo de manejo. Otra parte de uso frecuente son las hojas que se usan principalmente para techar casas y como fuente de fibra (68 especies). En 44 especies se cosechan las hojas tiernas o palmito como alimento y en 16 el palmito es empleado como medicina. En 23 especies las hojas tienen un uso social y en una menor proporción se consumen como alimento (14). Más de la mitad de especies útiles producen frutos comestibles para el hombre (64) y para animales silvestres y domésticos (50). Los frutos de 29 especies son fuente de materiales sobre todo para elaborar bisutería (collares, aretes, pulseras) y de 16 especies se usan en la medicina tradicional. Las semillas de 35 especies de palmas son comestibles y de 27 se usan como materia prima para bisutería. En contraste con el uso del tallo, el aprovechamiento de hojas, frutos y semillas puede ser sostenible ya que su cosecha no es letal para las palmas.

Patrones regionales de uso El mayor número de especies (67) se usa en la región amazónica frente a 51 en los Andes y 36 en la Costa. Una posible explicación de este patrón es el menor 

a­ cceso a mercados, infraestructura y servicios en la Amazonía en comparación con las otras regiones. Se conoce que los grupos humanos dependen más de los recursos de las palmas para satisfacer sus necesidades diarias cuanto más aislados están13,14. Por otro lado, la Amazonía tiene la mayor diversidad étnica representada por nueve nacionalidades y la mayoría han sido bien estudiadas etnobotánicamente2,3. Además las comunidades indígenas tienen usualmente mayor conocimiento sobre los usos de las plantas que otros grupos humanos como los mestizos2,15. Las categorías de uso más importantes varían en cada región. Así, en la Amazonía el empleo de las palmas es generalizado en la construcción de viviendas. Tallos de especies abundantes como el pambil cumplen la función de pilares, paredes y pisos en las casas de prácticamente todos los pueblos amazónicos del país. Las hojas de chaapi (Attalea ­butyracea), ­uksha o cufaje (Geonoma ­macrostachys), ­kampanak o p ­ alma de wayuri ­(Pholidostachys s­ynanthera) y ­ shishije o yarina ­(Phytelephas ­tenuicaulis) figuran entre las más estimadas a la hora de cubrir los techos, por su resistencia a los embates de la lluvia y porque permiten la aireación de las casas en los días más soleados, a diferencia de las láminas metálicas industriales. Además, en la región amazónica las palmeras predominan en la fabricación de utensilios domésticos. La diversidad de productos elaborados con palmas es abrumadora: escobas de varias especies como la palma de fibra ­(Aphandra ­natalia), el morete, la ­ ungurahua y el sapap ­(Hyospathe elegans), canastos de ­makayai ­(Desmoncus spp.), camas y a­taúdes de


II. Usos

pambil, ­mecedoras para bebés de ­inayova (Attalea ­maripa), entre muchos otros. Prácticamente todas las nacionalidades amazónicas dominan el arte de tejer la fibra de chambira (Astrocaryum chambira), dando lugar a hermosos productos tradicionales como hamacas, bolsos, collares para bailes y peinillas, que se comercializan ampliamente. En contraste con las demás regiones, en la Amazonía cobran mayor importancia los usos alimenticios con al menos 25 especies de palmas diferentes presentes en las dietas locales. El consumo de los frutos de chontaduro es muy importante para los pueblos amazónicos3. Tanto en la Amazonía como en la Costa el conocimiento de palmas medicinales es considerable. Por ejemplo, los curanderos tsáchila (Colorados) conocen al menos nueve especies de palmas para tratar más de 20 afecciones, como el asma, los dolores musculares y de huesos, las almorranas y problemas de corazón11. Numerosos ­souvenirs a base de palmas se comercializan en las comunas tsáchila debido a un creciente etnoturismo para visitar a los renombrados Colorados. Los tradicionales arcos y lanzas de chontilla silvestre (Bactris gasipaes var. chichagui), usados antiguamente para cazar, hoy se comercializan en versiones reducidas. Igualmente, las marimbas y palos de lluvia de pambil y chontaduro (Bactris ­gasipaes var. gasipaes), los llaveros del endocarpio de la palma real (Attalea colenda) y los collares de semillas de bísola (Wettinia quinaria) se venden en casi todas las tiendas locales. Al igual que en el caso de los tsáchilas, el conocimiento sobre palmas de otras nacionalidades de la Costa, como los chachi y los awa, es sofisticado, abarcando al menos 30 ­especies útiles2,16. En esta región se c­ onocen

16 palmas utilizadas como alimento de invertebrados de las que se cosechan larvas de chontacuro. Especies importantes para comunidades tanto indígenas como mestizas y afroecuatorianas son la tagua, especie endémica del occidente de Ecuador, fuente de marfil vegetal para la elaboración de botones, bisutería y figurines, y la mocora (Astrocaryum ­standleyanum) como fuente de fibra2,17. En los Andes las palmas se usan menos en la alimentación, construcción y medicina. Sin embargo, la cercanía de los pueblos andinos a las grandes ciudades y el avance de las carreteras andinas hacia la Costa han facilitado la introducción en el mercado de muchos de los productos de palmas, como los cogollos de la palma de ramos, los tallos de especies de gran porte como el pambil, la zancona (Socratea rostrata) y la bísola que se emplean como postes de luz y soporte de plantas productoras de flores o de banano de exportación. Otros productos andinos como el palmito de Castilla (Prestoea acuminata) se preparan en ceviches y se venden desde hace varias décadas en los restaurantes del noroccidente de Pichincha. A diferencia de las otras regiones, la Sierra se destaca por un mayor uso de palmas ornamentales (7 especies), entre las que figuran el coco cumbi (Parajubaea cocoides) y la palma de ramos, características de ciudades andinas18. Los usos de las palmas en la Amazonía reflejan una mayor dependencia de sus habitantes de los recursos del bosque, mientras que en la Costa y la Sierra existe una mayor tradición comercial. Hace poco más de una década se predijo un desplazamiento del potencial comercial 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

de la Costa hacia la Amazonía debido a la elevada tasa de deforestación de la primera, la ausencia de regeneración de individuos de palmas comerciales que quedan en potreros, el vacío en el mercado supuesto por la falta de los productos de palmas de esta región y las crecientes accesibilidad e integración de los mercados de la Amazonía19. Especies de la Costa con alta importancia comercial como la tagua y la mocora deberían cultivarse para satisfacer la mayor demanda19.

El futuro de las palmas y sus productos En todas las categorías de uso existen productos de las palmas cuyo aprovechamiento se podría potenciar, como en el caso del uso alimentario que registra 70 especies consumidas tradicionalmente: de 64 especies se comen sus frutos; al menos ocho producen aceite comestible y 10 tienen potencial oleaginoso20. El consumo de nuevos alimentos provenientes de las palmas puede aportar beneficios a la salud: aceites de los frutos de la ungurahua, el morete y la tagua son ricos en ácidos grasos mono y polinsaturados20; los frutos de palmiche (Euterpe oleracea) tienen propiedades antioxidantes21. La base para el desarrollo de nuevos productos puede incrementarse ya que el número de especies silvestres y útiles sigue creciendo. Por ejemplo, trabajos recientes sin publicar11,22 han revelado la presencia de tres especies anteriormente desconocidas en Ecuador y registrado decenas de especies útiles no documentadas anteriormente con las etnias achuar, cofán y tsáchila. Tanto para especies cuyos productos ya se usan comercialmente, como para 

aquellas de las que se podrían obtener nuevos productos e incluirlos en el mercado, es importante evaluar si el número y el tamaño de las poblaciones silvestres que quedan en Ecuador pueden abastecer demandas crecientes. Si no existe esta capacidad, es necesario realizar investigación agronómica que permita incorporar las especies aprovechadas a sistemas agroforestales. Existen usos tradicionales destructivos de las palmas que deberían erradicarse por no ser sostenibles23. Es alarmante que la parte más frecuentemente utilizada de las palmas sea el tronco para la construcción o como soporte de cultivos, como combustible o para alimentar a la apetecida larva del chontacuro. Es preciso buscar alternativas. Por ejemplo, dichas larvas podrían criarse en plantas de crecimiento rápido igualmente consumidas por la larva, como el papayo de monte ­(Jacaratia spinosa24), o bien se podría desarrollar un sustrato idóneo para su crianza que no implique la muerte de palmas arborescentes centenarias. También es posible buscar materiales alternativos al tronco de ­pambil para la construcción o como soporte de cultivos intensivos de banano o flores25. La introducción de productos sustitutos debería ir acompañada de la capacitación a los usuarios que usualmente desconocen la procedencia de los productos de palmas o la edad de los troncos utilizados. Es un reto para el futuro que tanto los usos domésticos como los comerciales que se den a las palmas consigan fomentar la conservación y salud de sus poblaciones. Así las palmas seguirán brindando todos los vitales servicios que dan al hombre y a los ecosistemas donde viven.


II. Usos

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



L

a gran diversidad de usos de las palmas ecuatorianas ha dado lugar a una amplia gama de estrategias de manejo, que van desde acciones tendientes a incrementar el tamaño de las poblaciones silvestres, hasta la inclusión de algunas especies en complejos sistemas agroforestales. El número de especies sobre las que se tiene información de prácticas de manejo es mucho menor que el de las especies utilizadas, lo que sugiere que en muchos casos se aprovechan las palmas sin ninguna consideración sobre la suerte que puedan correr sus poblaciones a futuro1. El factor de manejo que más afecta la suerte de las poblaciones silvestres utilizadas es la técnica de cosecha empleada. Dependiendo del producto que se busque, tales técnicas pueden ser necesariamente destructivas o no.

Uso necesariamente destructivo

III Manejo Rodrigo Bernal & Renato Valencia

Las técnicas necesariamente destructivas están asociadas a usos que requieren derribar la palma para obtener el producto deseado. El caso más obvio es el de las palmas que se cortan para utilizar su madera, como ocurre con el pambil ­(Iriartea deltoidea), empleado a gran escala en la industria agrícola como soporte de cultivos o para fabricar muebles, la zancona (Socratea exorrhiza) que se destina a la construcción de techos, o la bísola (varias especies de Wettinia, especialmente W. quinaria) cuya madera extraída en forma de varas cilíndricas se utiliza como postes para iluminación en las florícolas y, a una escala más local, en construcción como vigas y tiras para sostener techados de casas2–4. 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

Otro tipo de uso necesariamente destructivo es la obtención de palmito para consumo como alimento a partir de diversas especies, principalmente el ­palmiche (Euterpe oleracea) y el palmito de Castilla (Prestoea acuminata). Dado que el palmito corresponde a las hojas en su estado más tierno de desarrollo, su obtención implica derribar la palma; para las palmas que tienen un solo punto de crecimiento, el corte del tallo significa la muerte de la planta; para especies que tienen varios tallos, como el palmiche y el palmito de Castilla, es posible cosechar algunos de ellos, y nuevos rebrotes pueden reemplazarlos, si se siguen unas adecuadas prácticas de manejo que respeten los rebrotes pequeños. Otros casos de uso necesariamente destructivo tienen un impacto más bajo, pues se practican a menor escala y, en general, solo para consumo doméstico. El derribar las palmas para posteriormente recolectar las larvas de escarabajos que se crían en los troncos es una práctica ampliamente utilizada por los indígenas de la Amazonía ecuatoriana5,6 y posiblemente entre las comunidades de colonos, pues las larvas de escarabajo son consideradas una exquisitez en la región. Las principales especies de las que se cosechan estas larvas son la ungurahua (Oenocarpus bataua) y el morete (Mauritia flexuosa). El impacto de este tipo de uso es probablemente muy bajo y casi siempre se cosechan las larvas en palmas que fueron derribadas para cosechar sus frutos. La extracción de almidón a partir del tallo constituye un último caso de cosecha necesariamente destructiva. Aunque en la actualidad este uso ya no se practica en 

Ecuador, desempeñó un papel importante entre pueblos cazadores y recolectores hace varios milenios. Entre los pueblos tukano oriental del río Vaupés, en la actual frontera entre Colombia y Brasil, se extraía almidón de los tallos del morete7 y aparentemente también del pambil8. Prácticas similares probablemente existieron hace varios milenios entre los aborígenes amazónicos de Ecuador, pero es difícil conocer el impacto que pudieron tener en las poblaciones de estas especies.

Cosecha no destructiva En la mayoría de los casos las hojas, las fibras y los frutos de las palmas se pueden cosechar de manera no destructiva, accediendo a ellos con la ayuda de herramientas muy básicas. En palmas que miden hasta unos 8 m de alto es posible alcanzar la corona usando una escalera o un palo inclinado con peldaños labrados, que hace las veces de escalera. Lo más simple y liviano es un tallo de guadúa (Guadua angustifolia), como se usa en los alrededores de Sucúa, Morona Santiago, para cosechar las hojas de la palma de fibra (Aphandra natalia). Otra opción es cortar el producto deseado desde el suelo mediante un podón: una cuchilla encabada en una vara larga o un bambú angosto. A menudo tienen forma de S, con filo en los dos lados cóncavos (Figura III-1), lo que permite cortar de abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo. Algunos podones tienen forma de una espátula afilada. Con esta herramienta resulta fácil cortar un racimo o una hoja. Así se cosechan los racimos de ­chontaduro ­(Bactris gasipaes) en algunas partes de la Amazonía, y en la Costa, especialmente en la p ­ rovincia


III. Manejo

de Manabí, donde la herramienta recibe el nombre de “podadera” o “puadera”, se cosechan los cogollos o los frutos de la mocora (Astrocaryum s­tandleyanum)9,10. Los indígenas huaorani y secoya emplean un machete para cortar las hojas de las palmas juveniles de c­ hambira y si la palma es alta suben a un árbol contiguo para cortarlas. Al noroccidente de la provincia de Pichincha, las hojas de la palma de r­amos se cosechan con machete únicamente de las palmas juveniles. En Colombia, la introducción del podón en áreas donde se cosechaba la mocora tumbando la palma puso fin a la severa reducción de esta especie cerca de los poblados indígenas11. En Ecuador podría implementarse esta misma medida en zonas donde aún se cortan innecesariamente las palmas para cosechar sus hojas o sus frutos.

Figura III-1. Podón utilizado para cosechar hojas y racimos de palmas. Foto: R. Bernal.

Cuando las palmas sobrepasan los 8 m de altura, la mejor opción es escalarlas. Hay diversos métodos para subir palmas, que varían en su grado de elaboración y en el nivel de comodidad y seguridad que ofrecen. El más simple consiste en trepar directamente por el tallo sin ayuda, valiéndose únicamente de los brazos y las piernas. Este método es útil para palmas de menos de 15 cm de diámetro y se utiliza a menudo para cosechar los frutos del palmiche (Figura III-2A). Un método ligeramente más elaborado se utiliza para cosechar los frutos del cocotero (Cocos nucifera) en las zonas costeras del Pacífico; este consiste en hacer pequeños cortes en el tallo, a manera de peldaños. Sin embargo, no es una técnica recomendable, pues las heridas del tallo facilitan la entrada al chontacuro ­(Rhynchophorus palmarum), que puede ocasionar la muerte de la planta. Una técnica de escalada un tanto más sofisticada consiste en hacer, con un bejuco o una cuerda, una anillo alrededor de la palma, dejándolo suficientemente amplio para que quepa un pie entre el anillo y la palma a cada lado del tallo. Se introducen los pies en el anillo hasta un poco por debajo de los tobillos y se apoyan las plantas contra el tallo al tiempo que se abren las piernas. De esta manera, el peso del cuerpo se convierte parcialmente en presión contra el tallo y contra los tobillos, manteniendo los pies en posición mientras se estira el cuerpo. Se recogen entonces los pies y el anillo mientras se sostiene el cuerpo contra el tallo con los brazos, y se apoyan de nuevo los pies para repetir el movimiento anterior (Figura III-2B). Esta técnica se ha observado en 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

A

B

Figura III-2. (A) Escalada de Euterpe oleracea sin accesorios. (B) Escalada con cuerdas en los pies. Fotos: R. Bernal.

la ­Amazonía ecuatoriana para cosechar frutos de ungurahua y árboles de troncos limpios y desprovistos de epífitas. Los huaoranis, que tienen una variedad de chontaduro sin espinas, trepan sus troncos mediante esta técnica y cortan el racimo con un pequeño machete. Aunque es una técnica muy fácil de implementar o incluso de improvisar con algún bejuco del lugar, es exigente en esfuerzo físico y maltrata los pies. Las dos siguientes técnicas son más elaboradas y han dado excelentes resultados. Utilizan herramientas fáciles de fabricar y de transportar, seguras para usar y con ambas se puede escalar de manera rápida una gran variedad de palmas de diverso porte, incluso plantas de tallo grueso. Se trata de los estrobos y la marota. Los estrobos (Figura III-3A y B) son el sistema que se usa para escalar los postes de teléfonos. Consisten en dos anillos 

de cuerda, cada uno de los cuales tiene aproximadamente cuatro veces la circunferencia del tallo que se va a subir. Para escalar la palma, se rodea el tallo con el anillo extendido como si fuera una cuerda doble, y se pasa un extremo por el ojal que forma el otro extremo (Figura III‑3A y B), apretándolo alrededor del tallo. Se ponen de igual manera los dos anillos, uno de ellos 80 cm por encima del otro. Cada uno de los anillos tiene en la parte inferior del extremo que cuelga, una superficie adecuada para el pie. En la versión más elaborada, el que va abajo lleva una tabla de 25 × 25 cm y el superior o “muslero” un segmento grueso forrado de tela o una banda de cuero. El trepador se para con el pie derecho sobre la tabla del anillo inferior e introduce el pie izquierdo por la argolla que cuelga del anillo superior, hasta el muslo. Apoyando el peso del cuerpo sobre el muslo, sube con las


III. Manejo

manos el anillo inferior hasta ponerlo al nivel del superior; se para entonces sobre la tabla del anillo inferior y sube el superior tan arriba como pueda y repite nuevamente la operación. Avanzando de este modo, un trepador con experiencia puede subir a una palma de 20 m en unos 2 minutos. En Ecuador se los usa en algunas comunidades shuar de Morona Santiago, donde se cosechan frutos de ungurahua para extraer su aceite. En Perú han tenido un gran éxito en la comunidad Veinte de Enero, en la Amazonía, donde su utilización durante las últimas dos décadas tuvo una gran acogida entre los cosechadores de frutos de morete y eliminó por completo el corte de palmas hembra. La marota, técnica practicada en algunas localidades de Colombia y Perú pero desconocida en Ecuador, se basa en el mismo principio de apretar la palma con el peso del cuerpo. Consiste en dos estructuras de madera con forma de X (Figura III-3C). Sosteniendo la X en forma horizontal, se presiona el ángulo distal contra la palma y se amarran con cuerda los dos extremos de cada lado, f­ormando

A

B

dos triángulos, dentro de uno de los cuales se encuentra el tallo. El triángulo que está hacia el lado del cosechador se cierra con otra vara de madera. Para subir la palma, el cosechador se sienta sobre el triángulo de la marota superior y sube la inferior con los pies tan arriba como le es posible. Se para luego sobre ella, sube la superior tan alto como pueda y se sienta de nuevo en ella para repetir la operación. De esta manera puede subir a una palma de 20 m en 2–3 minutos. A diferencia de las otras técnicas de escalada, esta tiene la ventaja de que el cosechador está a una buena distancia del tallo (Figura III-3C), lo que hace posible utilizarla en el caso de palmas espinosas como el chontaduro y la mocora.

Cosecha innecesariamente destructiva Frecuentemente se derriban las palmas para cosechar sus frutos, sus hojas o su savia, aunque estos productos se podrían obtener sin necesidad de derribarlas. Sin embargo, los cosechadores prefieren a menudo la opción ­destructiva

C

Figura III-3. Equipos utilizados para subir a las palmas. (A, B) Estrobos. (C) Marota. Fotos: R. Bernal.




Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

porque es más fácil y más rápida1. Los la palma aledañas a los caseríos indígenas casos más alarmantes en Ecuador son la tienen problemas para regenerarse y evencosecha de frutos de ungurahua y la de tualmente desaparecen de los sitios con fibras de chambira y de mocora. Lo que mayor presión de cosecha14. ocurre con la primera es particularmente preocupante, pues los frutos son altamen- Ritmos de cosecha te apreciados por los indígenas de toda la Otro factor que determina la sosteniAmazonía y la mala práctica de derribar bilidad del aprovechamiento, además de las palmas para cosechar los racimos está la técnica utilizada, es la intensidad de la extendida en toda la región. cosecha. Las palmas producen sus hojas En el caso de la chambira, a menudo una a una y cada especie tiene un ritmo se derriban las palmas para cortar los co- de producción específico. Este es menor gollos, de los que se extrae una fibra muy en las plántulas y se torna progresivamenapreciada para tejer diversos artículos. En te más rápido a medida que las palmas se algunas localidades amazónicas esta prác- hacen adultas. En las especies tratadas en tica ha hecho que las palmas de esta es- este libro la tasa de producción de hojas pecie escaseen, especialmente cerca de los en los adultos oscila entre 1.5 y 10 por poblados indígenas12,13, y que disminuya año (Tabla III-1). Conocer la tasa de prola oferta de materia prima. A menor es- ducción de hojas de cada especie en sus cala, una situación similar sucede con la diferentes fases de desarrollo es un paso mocora en Esmeraldas y Manabí10, pero fundamental para planear su aprovechalos campesinos dedicados a la extracción miento sostenible. de fibra evitan esta práctica por Tabla III-1. Producción promedio de hojas al año en insostenible. individuos de diferentes edades en palmas útiles Otra práctica destructiva ecuatorianas. corresponde a la sobrecoseEspecie Plántulas Juveniles Adultos Referencia cha de hojas para techado en Astrocaryum chambira 1.5 1.7 2.9 15 especies relativamente peque1.7 2.0 3.1 15 ñas, como la palma de wayuri Astrocaryum standleyanum (Pholidostachys synanthera), de Attalea butyracea 0.8 1.8 4.9 16 generalmente <6 m de altura. Ceroxylon echinulatum 1.8 17 Esta se cosecha desde que su Euterpe oleracea 1 1–2 7–10 18 tallo tiene 40 cm hasta cuan1 1 3.8 19 do alcanza alrededor de cuatro Euterpe precatoria 1.9 2.1–2.2 20 metros. La demanda de hojas Iriartea deltoidea Mauritia flexuosa suele ser excesiva (se estima que 1.4 2.2 6.8 19 con ~50 000 se techa una vi- Oeanocarpus bataua 0.5–0.7 1.5–1.9 2.4–4.0 21 vienda de 70 m2) por lo que la Prestoea acuminata 1.54 2.1–3.2 3.6–5.3 22, 23 cosecha generalmente se vuelve Socratea exorrhiza 1.6 2.7–4 4.5–5.4 24 intensa y descontrolada a un Wettinia quinaria 1.9 2.5 2.4–3.6 25 punto que las poblaciones de 


III. Manejo

Las flores y los frutos de las palmas crecen en inflorescencias que nacen sobre el tallo, en la base de cada hoja. Generalmente hay una sola inflorescencia en cada hoja, pero varias especies de Wettinia y Chamaedorea linearis tienen inflorescencias múltiples en cada nudo. En algunas especies como el pambil, la zancona y la mocora, el desarrollo de las inflorescencias sigue el ritmo de producción de hojas, y generalmente se pueden encontrar flores y frutos a lo largo del año. En otros grupos, como Ceroxylon, Mauritia, Phytelephas y Euterpe, las inflorescencias de varias hojas sucesivas se desarrollan simultáneamente en una época del año, de tal manera que hay uno o dos picos de floración y de fructificación cada año y a veces un pico de fructificación mayor cada varios años. La comprensión de estos ciclos fenológicos es otro paso fundamental para regular los ritmos de cosecha de los frutos o la potencial obtención de savia a través de las inflorescencias. Finalmente, en las especies que tienen múltiples tallos es necesario conocer el ritmo de producción de nuevos rebrotes y su crecimiento a fin de regular el corte de los tallos, ya sea para su utilización como madera o para la obtención del palmito. Los métodos para la medición de los parámetros citados fueron descritos por Galeano et al.26.

Factores que afectan el manejo Con frecuencia el manejo se ve afectado por factores ajenos a las palmas mismas, como la tenencia de la tierra o las presiones del mercado. Cuando se cosechan productos de palmas en terrenos ajenos o de propiedad colectiva, la suerte de las especies

involucradas parece revestir, a menudo, un interés menor para los cosechadores que el que tiene cuando se cosecha en terrenos propios; este menor interés se ve reflejado a menudo en malas prácticas de cosecha, por lo general destructivas. Tratándose de productos que se cosechan en terrenos ajenos, como las hojas de chambira extraídas de áreas protegidas en la Amazonía o el palmito de Castilla en la Sierra, el cosechador está aprovechando un recurso cuyo acceso en el largo plazo es incierto y por esa razón el futuro de la planta no reviste para él mucha importancia. Cuando los productos se extraen de terrenos comunitarios, como los frutos de ungurahua o de morete, o las hojas de cade (Phytelephas aequatorialis), generalmente el mal manejo del recurso se debe al razonamiento simple “si no lo hago yo, lo va a hacer otro”. Es lo que Hardin27 llamó “la tragedia de la propiedad colectiva”. Las presiones del mercado desempeñan igualmente un papel importante en las prácticas de manejo. La cosecha de un recurso puede hacerse de manera sostenible cuando el producto se obtiene para uso doméstico, pero el cosechador puede recurrir a prácticas destructivas para incrementar la producción cuando existe una considerable demanda de los productos derivados. Es lo que sucede con la ungurahua en Morona Santiago y Pastaza, donde la demanda de aceite por parte de la industria cosmética y de los turistas se ha incrementado notablemente en los últimos años, o con las hojas de palma de wayuri, cuya demanda aumenta con la necesidad de construir casas con techos tradicionales14, lo cual ha llevado a una sobreexplotación del recurso y a una 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

rápida reducción de las poblaciones de la palma.

Conservación a través del uso Aunque existe un riesgo potencial de que el aprovechamiento comercial de una palma pueda afectar en algún nivel sus poblaciones silvestres, para algunas especies tal aprovechamiento representa al menos una opción de conservación. Las palmas cuya explotación se prohíbe por completo son consideradas inútiles o improductivas por los propietarios de los terrenos donde crecen, y corren el riesgo de ser eliminadas. Por ejemplo, los dueños de terrenos donde crece la palma de ramos (Ceroxylon echinulatum) en el noroccidente de Pichincha deciden mantenerlas en sus tierras porque pueden usufructuar de ellas, pero pierden interés en conservarlas en cuanto el comercio queda prohibido. Otro ejemplo es el de la tagua (Phythelephas ­aequatorialis)



cuyas semillas se venden y representan un ingreso complementario a la precaria economía de muchos campesinos en Manabí. Muchas poblaciones de tagua se mantienen debido al incentivo económico que representa la venta de sus semillas. La palma de wayuri es también una especie que ha empezado a ser protegida por los indígenas de la comunidad de Sarayacu, en la Amazonía, donde es tan apreciada que incluso se siembra para restablecer las poblaciones y se recurre al raleo para favorecer a las palmas silvestres14. A pesar de que muchas de las prácticas de cosecha resultan sostenibles, como la cosecha de las semillas de tagua o los frutos de la ungurahua, la legislación ecuatoriana todavía no distingue entre el uso sostenible de estas palmas de aquel necesaria o innecesariamente destructivo y muchas veces no se conceden permisos de cosecha simplemente por desconocimiento de esta realidad.


III. Manejo

Referencias y notas

Nota: este capítulo es una adaptación del correspondiente de un libro similar para Colombia, considerando las condiciones de Ecuador. 1. Bernal R., Torres C., García N., Isaza C., Navarro J., Vallejo M. I., Galeano G & Balslev H. 2011. Palm management in South America. The Botanical Review 77 (4): 607–646. 2. Altamirano C. 2012. Commercial exploitation threatens two arborescent palm species (Iriartea deltoidea and Wettinia quinaria) in northwestern Ecuador. Tesis previa a la obtención del título de Magíster en Biología de la Conservación. Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Quito. 3. Altamirano C. & Valencia R. Este libro. 12. Pambil. 4. Altamirano C. Este libro. 1. Bísola. 5. de la Torre L., Navarrete H., Muriel P., Macía M. J. & Balslev H. (eds.). 2008. Enciclopedia de las Plantas Útiles del Ecuador. Herbario QCA de la Escuela de Ciencias Biológicas de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador & Herbario AAU del Departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad de Aarhus, Dinamarca. 6. Macía M. J., Armesilla P. J., Cámara-Leret R., Paniagua-Zambrana N., Villalba S., Balslev H. & Pardo-de-Santayana M. 2011. Palm uses in northwestern South America: A quantitative review. The Botanical Review 77 (4): 462–570. 7. Reichel-Dolmatoff G. 1997. Chamanes de la Selva Pluvial. Ensayos sobre los Indios Tukano del Noroeste Amazónico. Themis Books, London. 8. Bernal, R., Marmolejo D. & Montes M. E. 2007. Eastern tukanoan names of the palm Iriartea deltoidea: evidence of its possible preagricultural use as a starch source. Journal of Ethnobiology 27: 174–181. 9. Borgtoft-Pedersen H. 1994. Mocora palmfibers: Use and management of Astrocaryum standleyanum (Arecaceae) in Ecuador. Economic Botany 48 (3): 310–325. 10. Jácome J. & Montúfar R. Este libro. 5. Mocora. 11. Bernal R., Galeano G., García N. & Palacios A. 2013. Botswanan palm basketry among the Wounaan of western Colombia: lessons from an intercontinental cultural exchange. Tropical Conservation Science 6 (21): 221–229. 12. Cruz D. 2006. Caracterización ecológica de la palma Astrocaryum chambira Burret y evaluación socioeconómica de la extracción de su fibra para la venta de artesanías en dos comunidades Waorani dentro del Parque Nacional Yasuní. Tesis de Licenciatura, Pontificia Universidad Católica del Ecuador, Quito.

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



L

IV Comercio Grischa Brokamp, Lucía de la Torre & Maximilian Weigend

as palmas son uno de los grupos de plantas económicamente más importantes del mundo. No es coincidencia que en Ecuador se cultiven cerca de 270 000 ha con tan solo dos especies: (1) la palma africana (Elaeis guineensis, 248 199 ha1), especie introducida para la producción de aceite que se consume en mercados nacionales e internacionales y (2) un híbrido de chontaduro (Bactris gasipaes, 16 106 ha2) traído de Costa Rica, para la producción de palmito de exportación. Existen, no obstante, 136 especies de palmas nativas3 que, además de prestar servicios ecosistémicos esenciales (como control de la erosión, captura de agua, almacenamiento de carbono), ofrecen numerosos productos para el consumo humano. Se han registrado 105 especies de palmas con algún tipo de uso para el hombre4, 30 de las cuales proporcionan 62 productos comerciales5. Si categorizamos estos productos comerciales de acuerdo a su aplicación, la categoría más comúnmente comercializada es la de materiales, sobre todo aquellos para elaborar artesanías, incluidas las semillas para bisutería como las que son fuente de marfil vegetal (Tabla IV-1). Destacan también en esta categoría los troncos que se usan como madera en la construcción y fabricación de muebles y enseres, y las hojas para el techado. Se comercializan además fibras y aceite cosmético, y cogollos de palma de ramos (Ceroxylon spp.) para la elaboración de ramos en Semana Santa. Otra categoría importante es la alimenticia, en la cual, aparte del palmito de chontaduro, están los frutos comestibles de siete ­especies. 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

Los troncos caídos de cinco especies de palmas son preferidos por los consumidores como alimento de las larvas comestibles de chontacuro o muyón (escarabajo: ­Rhynchophorus palmarum), los que se venden como delicatessen en ciudades amazónicas. La categoría alimenticia (mesocarpio de frutos comestibles, endospermo, palmito, bebidas, aceite vegetal), seguida de las categorías materiales de construcción (madera, hojas para techado), materia prima para artesanías (fibras, madera y semillas) y medicina y cosmética (frutos, aceite y raíces), son las más importantes en la comercialización de productos de palmas en el noroccidente de América del Sur6. Sin embargo, la importancia económica y los niveles de comercialización de las especies y sus productos varían grandemente a nivel tanto nacional como de toda la región6. En Ecuador los productos de palmas se comercializan a escala local (34), regional (10), nacional (31) e internacional (12), pero la mayoría de los productos son consumidos directamente por los cosechadores o intercambiados informalmente. En el pasado se exportaban dos especies adicionales de palmito (Euterpe oleracea y Prestoea acuminata) que se cosechaban desorganizadamente de poblaciones silvestres, afectándolas severamente7; su extracción para exportación cesó al ser reemplazadas estas especies por el palmito cultivado de chontaduro8. Otros productos cuya comercialización cesó son el aceite de la palma real (Attalea colenda)9, el que en su momento incluso llegó a exportarse10 y la cera de palmas de ramos que se usaba para hacer velas. Las fuentes principales de información estadística de los productos comerciales de 

palmas son los permisos de transporte y las licencias de exportación otorgados por el Ministerio del Ambiente del Ecuador (MAE), por lo que una gran proporción del comercio (particularmente local y regional) está inadecuadamente registrado o no se encuentra en las estadísticas oficiales de comercialización11,12. Es necesario investigar más sobre los productos que no se registran en estas estadísticas para conocer su importancia real (absoluta y relativa) para la economía familiar y comunitaria. El conocimiento es mayor en el caso de productos como el palmito, las artesanías y la bisutería, el aceite de palma y algunos productos maderables comercializados a mayor escala (nacional e internacional). Así, solo 15 especies no domesticadas (en 12 géneros), de las 105 especies nativas útiles de Ecuador están reconocidas como económicamente importantes13 por ser muy comercializadas a escala local, nacional o internacional.

Palmito: el producto de mayor importancia económica El palmito y la tagua son largamente los productos de palmas de mayor exportación desde Ecuador, en términos de volúmenes comercializados y de divisas generadas. El palmito es cosechado de poblaciones naturales de palmito de Castilla (Prestoea acuminata) para consumo local y de la palma cultivada de chontaduro para la exportación. Desde 2001 Ecuador ha sido el exportador más importante de palmito de chontaduro en todo el mundo, seguido de Costa Rica. En 1990 se exportaron ~600 t de palmito enlatado con un valor de aproximadamente un millón de USD (precio a bordo


IV. Comercio

Categoría/Producto

Nº productos

Materiales Aceite cosmético

36 2

Artesanías, utensilios

6

Bisutería

10

Fibras

3

Madera: construcción, herramientas, muebles.

5

Marfil vegetal

3

Techos

7

Alimentos Aceite

11 2

Frutos

7

Palmito

2

Social Ramos Alimento de invertebrados Larvas de escarabajo comestible

6 6 5 3

Alimento de vertebrados Alimento para ganado Combustible Anillos de animelas Medicinal Aceite Medioambiental Ornamental Total

1 1 1 1 1 1 1 1 62

Especies representativas Nombre común

Nombre científico

ungurahua cocotero tagua inayu chontaduro tagua pambil asaí ungurahua fibra chambira mocora pambil bísola zancona tagua yarina fibra wayuri uksha cade

Oenocarpus bataua Cocos nucifera Phytelephas aequatorialis Attalea maripa Bactris gasipaes Phytelephas aequatorialis Iriartea deltoidea Euterpe spp. Oenocarpus bataua Aphandra natalia Astrocaryum chambira Astrocaryum stanleyanum Iriartea deltoidea Wettina spp. Socratea exhorriza Phytelephas aequatorialis Phytelephas tenuicaulis Aphandra natalia Pholidostachys synanthera Geonoma macrostachys Phytelephas aequatorialis

palma real cocotero ungurahua morete fibra chontaduro asaí palmito chontaduro

Attalea colenda Cocos nucifera Oenocarpus bataua Mauritia flexuosa Aphandra natalia Bactris gasipaes Euterpe spp. Prestoea acuminata Bactris gasipaes

palma de ramos

Ceroxylon spp.

fibra pambil ungurahua

Aphandra natalia Iriartea deltoidea Oenocarpus bataua

tagua

Phytelephas aequetorialis

tagua

Phytelephas aequetorialis

ungurahua

Oenocarpus bataua

coco cumbi

Parajubaea cocoides

Tabla IV-1. Productos comercializados de palmas en Ecuador por categoría de uso y especies comerciales representativas.




Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

de los buques, FOB)14. En las dos últimas décadas las cantidades exportadas se han incrementado más de 50 veces alcanzando 32 000 t anuales con un valor de ~75 millones de USD (FOB) en 2011, siendo Francia, Argentina y Chile los principales países de destino.

La tagua

palmito, a pesar de su enorme importancia, representa apenas a tres de las 105 especies de palmas útiles de Ecuador.

El aceite de palmas nativas Hay otras especies y otros usos que todavía tienen considerable potencial de desarrollo, como se puede ver en un resumen de la literatura disponible sobre 10 especies de palmas aceiteras presentes en Ecuador (Tabla IV-2). Estas tienen potencial como nuevos recursos oleaginosos para producir aceites comestibles del mesocarpio y/o endospermo. Existen especies prometedoras en los géneros Phytelephas y Wettinia, las cuales a escala local y regional, ya sirven como fuente de aceite vegetal en Ecuador20,8. Se ha señalado, por último, el potencial del endospermo del coco cumbi (Parajubaea cocoides) como fuente de aceite comestible21. Muchos aceites de palmas nativas son ricos en vitaminas y antioxidantes y pueden ser clasificados en dos grupos según su composición de ácidos grasos. Tal

Phytelephas aequatorialis es otra palma nativa de extraordinaria importancia económica. Es endémica del occidente de Ecuador y la especie más importante para la cosecha del marfil vegetal, también conocido como tagua —el endospermo duro de su semilla madura—. A escala nacional, hay un auge en el mercado de productos de tagua, mayormente figurines y bisutería vendidos a los turistas como souvenirs. Los discos de tagua, precursores de la producción de botones, conocidos como animelas o fichas, son comercializados internacionalmente en cantidades notables. Adicionalmente, botones terminados, rosarios, bisutería y otras artesanías son exportadas Tabla IV-2. Palmeras aceiteras nativas de Ecuador8,15, en mayor proporción a Italia, contenido del aceite (% de peso seco) y principal ácido Estados Unidos de América y graso. en la actualidad en forma creÁcido graso Contenido Ácido graso Contenido ciente a Asia. Según el BCE14, Especies principal (mesocarpio) principal (endospermo) la cantidad de productos de Aiphanes horrida láurico 37.0 [16] tagua exportados alcanzó Astrocaryum chambira láurico 40.8–41.4 [15] ~1 500 t en 2011 con un valor Astrocaryum murumuru láurico 34.9–35.5 [15] total comercial de ~14 millo- Attalea butyracea láurico 43.0–68.5 [15] nes de USD (FOB). Esto, sin Attalea colenda láurico 56.9 [17] Attalea maripa oleico 13.3–31.9 [15] láurico 37.0 [16] embargo, representa solo una Bactris gasipaes oleico 8.3–29.4 [18] láurico 37.0 [16] pequeña fracción de la proElaeis oleifera oleico 26.0–43.0 [19] láurico 37.0 [16] ducción nacional anual de ese Euterpe oleracea oleico 7.2–53.0 [15] año, la cual fue de ~25 000 t oleico 49.1 [15] oleico 37.0 [16] (MAE, Guías de circulación). Mauritia flexuosa Oeanocarpus bataua oleico 33.6–62.4 [15] El comercio de la tagua y el 


IV. Comercio

composición depende de la especie y de la parte del fruto de la que se extrae el aceite: así, es posible diferenciar entre aceites del mesocarpio con altas concentraciones de ácidos grasos monoinsaturados y aceites del endospermo con altas concentraciones de ácidos grasos saturados15. Por ahora, las deficiencias en la práctica de la cosecha, los métodos de extracción y purificación del aceite y la baja cantidad producida, hacen que los costos de producción sean altos y la calidad de los productos impredecible. La combinación de estos factores obstaculiza el desarrollo del mercado de aceite de palmas nativas, especialmente para el sector alimenticio. Actualmente, de forma comercial, solamente se conoce el aceite extraído del mesocarpio de la ungurahua (Oenocarpus bataua), el cual mayormente es comercializado como aceite puro para el cuidado del cabello o como ingrediente de champús y lociones. La producción de aceite de palmas nativas tiene un potencial que se podría aprovechar en el futuro cercano. Sin embargo, para que esto suceda hay una urgente necesidad de desarrollo en esta área, desde el descubrimiento y siembra de los mejores cultivares, el mejoramiento de las prácticas de cosecha y los métodos de producción, hasta el diseño y promoción de productos y el establecimiento de una red estable de clientes nacionales e internacionales. Un aspecto crucial para desarrollar este comercio sería la instalación general de un sistema estricto de codificación nacional (lotes con información de la fuente, i.e. fecha, nombre del cosechador/productor, localidad de la cosecha/producción), que se aplicaría para todas las materias primas utilizadas en la producción y para todos los

productos comercializados, particularmente en el sector alimenticio. Este método, ya aplicado internacionalmente, transparentaría el origen y la calidad de la materia prima y de los productos, y permitiría identificar a productores y comerciantes. La posibilidad de averiguar estos aspectos es crucial para resolver ágilmente los problemas que podrían presentarse desde la cosecha hasta el consumo. Todo esto optimizaría el comercio y abriría nuevos mercados.

Las fibras Las fibras incluyen aquellas de las vainas y los pecíolos foliares de la palma de fibra (Aphandra natalia) utilizadas en la producción de escobas. Estas son vendidas en todo el país y en una pequeña proporción también son exportadas, mayormente a Perú (~20 t valoradas en ~50 000 USD FOB en 201114). Otras fibras comercializadas son las extraídas de las hojas de ­mocora (Astrocaryum standleyanum) usadas para fabricar sombreros, bolsos, hamacas y muebles, que se venden en los mercados callejeros y en tiendas de artesanías o directamente por los productores en las comunidades. Finalmente, pero no menos importantes, están las fibras extraídas de los cogollos (hoja joven) de chambira ­(Astrocaryum chambira) que se emplean para la producción de bolsos en forma de red (shigras), hamacas y bisutería (pulseras y collares) que son vendidos a los turistas por los indígenas de la Amazonía13. Muchos de los productos son manufacturados por pequeños productores que utilizan métodos tradicionales. El dinero que obtienen de la comercialización de souvenirs o utensilios domésticos representa una importante proporción de sus ingresos. 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

Frutos La comercialización de los frutos comestibles de palma de fibra, ­chontaduro (Bactris gasipaes), morete (Mauritia flexuosa) y ungurahua, así como las artesanías hechas del endospermo de Syagrus sancona ocurre a escala local e incluso regional. En el pasado el endospermo maduro comestible del coco cumbi fue también comercializado como bocadillo, y se vendían igualmente artesanías hechas con su endocarpo8. Estos artículos ya no se comercializan, pero ahora la palma (juvenil o adulto) es vendida como planta ornamental en las ciudades andinas. Actualmente, aparte de la tagua, hay también una notable comercialización de semillas de diferentes especies, como las de mocora, varias especies de palmito (Euterpe spp.), ­pambil (Iriartea ­deltoidea), bísola (Wettinia spp.), entre otras, para elaborar bisutería. La venta de los productos se realiza desde la escala local (souvenirs) hasta la internacional vía portales de Internet22,23.

Hojas Localmente las hojas de u ­ ksha (­ Geonoma macrostachys)24, cade ­(Phytelephas ­aequatorialis y en la Amazonía P. Tenuicaulis)13 son comercializadas para techado y las de las especies de Attalea usadas comúnmente para manufacturar cumbreras6. Las hojas jóvenes de palma de ramos (Ceroxylon alpinum, C. ­echinulatum y C. ventricosum), y probablemente las de otras especies del género, se usan y comercializan tradicionalmente durante el Domingo de Ramos, en una de las ceremonias litúrgicas más importantes de la Semana Santa13. Una hoja de C ­ eroxylon se 

vende en ~0,5 USD en el campo y llega a costar 24 USD una vez que ha sido procesada para elaborar ornamentos rituales25.

Productos maderables Las palmas también proveen productos maderables, aunque en sentido estricto las palmas no producen madera, por lo que legalmente se los trata como Productos Forestales No Maderables (PFNM)12. Estos incluyen postes para soporte de plantas de banano y cultivos de flores para exportación26, así como pilares de viviendas y materia prima para cercas, pisos, muebles y múltiples artesanías (souvenirs y bisutería). El pambil y la bísola son las más explotadas por su “madera”, aunque también hay otras palmas arborescentes como el chontaduro y la z­ancona ­(Socratea exorrhiza)6. En el comercio al por menor, las artesanías elaboradas con madera de palmas se comercializan como pambil, chonta o como chonta-pambil. Los vendedores conocen poco sobre la materia prima de la que están hechos los productos que comercializan por lo que, frecuentemente, no es posible conocer de qué especie se trata. El precio de venta reportado para un solo tallo de pambil (de 10 m de largo) es de 10 USD27, mientras que los cultivadores de flores pagan 62 USD por un tallo cortado en pedazos (“latillas”)28 (Anexo 2, pg. 236).

Palmas cultivadas La materia prima proveniente de especies nativas es comúnmente extraída de la naturaleza, usando por lo general métodos destructivos de cosecha. Solo las palmas semidomesticadas, es decir, c­hontaduro y coco cumbi, son ­ frecuentemente


IV. Comercio

c­ ultivadas. Las especies más comunes crecen a menudo espontáneamente en sistemas agroforestales y silvo-pastoriles. Entre las especies introducidas y cultivadas, la palma africana es con mucho la más importante. Otras especies introducidas son común u ocasionalmente comercializadas como plantas ornamentales, entre ellas Bentinckia nicobarica, ­Chamaerops humilis, Dypsis lutescens, Jubaea chilensis, Livistona chinensis, Phoenix canariensis, P. reclinata, Pritchardia pacifica, ­ Roystonea regia, Sabal palmetto, Trachycarpus ­fortunei y ­Washingtonia robusta13.

Cadenas de valor Las cadenas de valor de los productos comercializados son heterogéneas y dependen del tipo de producto, del acceso al mercado y del número de intermediarios involucrados. Una cadena de valor entera está típicamente en las manos de una sola familia (a veces incluyendo trabajadores pagados) si los productos son comercializados directamente y hay un bajo grado de procesamiento (por ejemplo, venta de frutos, manufactura de artesanías, procesamiento de aceite). El precio pagado por los consumidores en los países adonde se exporta el producto es infinitamente superior al costo de la materia prima o de los productos (como palmito, tagua y muebles) en su lugar de origen. Por ejemplo, un quintal de tagua (~600–1 000 semillas) de la mejor calidad, secada y pelada, cuesta 3­ 0–60 USD en Manta (ciudad portuaria de la provincia de Manabí), mientras en Alemania puede alcanzar fácilmente ~3 500 (en ocasiones ~4 200 USD)6 (Anexo 2).

Las palmas nativas ofrecen múltiples materias primas, algunas de las cuales ya tienen gran importancia económica mientras otras representan un considerable potencial de comercialización en el futuro (como el aceite de frutos, aditivos para alimentos, material para artesanía). Las palmas necesitan mucho tiempo para desarrollarse antes de que se inicie su etapa productiva. Por ejemplo, se estima que los tallos listos para cosecha de pambil tienen 80–100 años de edad29,30 y que el morete empieza a fructificar a los ~8–20 años6,31. Por otra parte, la productividad de las palmas por unidad de área es relativamente alta y el impacto ecológico negativo en sistemas de agroforestería y permacultura puede ser muy bajo. Igualmente, muchas especies de importancia económica están adaptadas a ambientes periódicamente inundables y a suelos anegados pobres, donde los cultivos convencionales no crecen y, por tanto, cuando estos ambientes ya han sido deforestados, podrían servir para el cultivo sostenible de palmas nativas. El establecimiento de prácticas de manejo sostenible (basadas en planes de manejo) para la cosecha de palmas silvestres, el apoyo a los productores primarios (inversión, diseño y desarrollo de productos, mejoramiento de la eficiencia en la producción y comercialización) y la aplicación de controles administrativos estrictos (para asegurar la sostenibilidad del uso de los recursos) son esenciales para la conservación de especies de palmas económicamente importantes en Ecuador.

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Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

Referencias y notas

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IV. Comercio

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



E

ste capítulo analiza la reglamentación vigente que regula la cosecha comercial de productos de palmas de poblaciones silvestres en Ecuador; su aplicación y su contribución al uso sostenible de los productos. Se consideran el punto de vista del usuario, ya sea pequeño o gran empresario, y el de los funcionarios gubernamentales y tomadores de decisiones. Para terminar se enumeran las acciones que actualmente se están efectuando para mejorar el sistema legal, incluyendo algunas en las que participa el componente de Políticas de Uso y Manejo Sostenible del proyecto PALMS, así como otras que se podrían emprender para incentivar la legalidad.

V Legislación: DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA Lucía de la Torre & Renato Valencia

Regulación de la cosecha La cosecha comercial de productos de palmas de los bosques, ya sean estatales o particulares, está regulada por la Ley Forestal1 y su reglamento —el Texto Unificado de Legislación Ambiental Secundaria (TULAS)2—, a través del Ministerio del Ambiente (MAE). El objetivo de la Ley es impulsar las actividades forestales para reducir la pobreza, mejorar las condiciones ambientales y fomentar el crecimiento económico del país3. El instrumento guía que se requiere es un plan de manejo que debe asegurar que el recurso será aprovechado ­ sosteniblemente. Si 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

este es aprobado, el MAE emite una Patente de manejo para flora silvestre4 o bien una Licencia de aprovechamiento para productos diferentes de la madera5. En predios privados es necesario un plan de explotación para obtener una Licencia Especial3. Se exigen otros documentos habilitantes para legalizar el transporte, el procesamiento, la comercialización interna y la exportación de Productos Forestales No Maderables (PFNM, que en este capítulo se refieren tanto a los productos diferentes de la madera como a la flora silvestre, Tabla V-1). Si se pretende crear una empresa, los documentos a presentar son numerosos, más de 20 para alimentos, medicinas o cosméticos que precisan registros sanitarios y permisos adicionales del Ministerio de Salud. Es posible cosechar PFNM en zonas del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP) o del Sistema Nacional de ­Bosques Protectores (SNBP), de acuerdo a su categoría de manejo12. Sin embargo, no existen normas técnicas específicas que regulen el aprovechamiento sostenible de PFNM por categoría (palmito, tallo, fruto, semilla, hoja) y por especie; tampoco existen lineamientos para establecer los volúmenes máximos de extracción considerando la vulnerabilidad y resiliencia de las especies. Se cuenta solamente con una propuesta de norma que ha estado en discusión los últimos cuatro años13.

Casos de aplicación práctica Cuatro especies de palmas de ramos (Ceroxylon amazonicum, C. echinulatum, C. parvum y C. ventricosum) no se pueden aprovechar, pues constan en el Libro Rojo de Plantas Endémicas del Ecuador14 

y aunque en esta fuente se anota que las dos últimas no son endémicas, se considera que su cosecha es destructiva y afecta la sobrevivencia del loro Ognorhynchus ­icterotis, especie en peligro crítico (apéndice I de la Convención sobre el ­Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres, CITES), y del perico Leptosittaca branickii, especie en peligro (apéndice II de la CITES)15,16. Sí es posible aprovechar y comercializar los cogollos de otras especies de palmas de ramos (Ceroxylon alpinum, C. parvifrons y C. ­vogelianum), cumpliendo los requisitos establecidos para el resto de PFNM16. La prohibición mencionada puede haber contribuido a la conservación de poblaciones de palmas de ramos en los casos en que los individuos eran talados para cosechar los cogollos, pero muchos de los extractores no talaban las palmas y cosechaban los cogollos de individuos que crecían en bosques secundarios donde pueden ser relativamente abundantes17. Actualmente, esos campesinos perciben a esta palma como un recurso que no se puede aprovechar y van perdiendo su interés en conservarla. La mayor amenaza para estas palmas es la destrucción de su hábitat18. Desde que se aprobaron las reglamentaciones hasta fines de 2012, se han aprobado siete planes de manejo para la obtención de patentes de manejo de vida silvestre19–25, pero solo dos corresponden a una especie de palma y establecen directrices generales para la cosecha de frutos. Es el caso de la ungurahua (Oenocarpus bataua) en comunidades achuar y shuar del suroriente ecuatoriano20,24. No se han aprobado planes de manejo para la obtención de licencias de


8. Permiso investigación y recolección (MAE) [20 USD]

Investigación

15. Guía de circulación (MAE) [1 USD]

Comercialización

14. Inscripción en el Registro Forestal (MAE) [50 USD]

16. Registro Sanitario para alimentos y medicinas o Notificación Sanitaria Obligatoria para cosméticos (INHMT) [1 200 USD medicinas, 800 USD 10. Certificación BPM [laboratorios farmacéuticos: 12.5 SBU; cosméticos: sin cosméticos y alimentos] costo; alimentos: industria 3–5 SBU, 17. Informe para la autoridad sanitaria microempresa 2 SBU, artesanía 1 SBU] nacional que demuestre la seguridad 11. Certificado de intersección con Áreas para el consumidor y el ambiente del nutracéutico para alimentos (MSP) Protegidas (MAE) [50 USD] [sin costo] 12. Ficha o licencia ambiental (MAE o 18. Certificado de Libre Venta (INHMT) c Municipio) [1 000 USD ] [40 USD] 13. Licencia de aprovechamiento (DNF) [ND] o una patente comercial (DNB, MAE) [200 USD]

9. Permiso de funcionamiento para elaboración de productos naturales cosméticos o alimenticios (MSP) [14–210 USDb]

Aprovechamiento y procesamiento

24. Informe de CAPNUM evaluando la factibilidad o no de exportación para medicinas (MSP). [ND]

23. Certificado CITES (si son especies de los apéndices CITES, MAE) [0.2 USD por espécimen del apéndice II, 0.25 USD por espécimen del apéndice I]

22. Permiso de exportación de vida silvestre (MAE) [sin costo]

21. Certificado fitosanitario (Agrocalidad) [50 USD inspección fitosanitaria]

20. Registro Exportador o Productor (Agrocalidad) [30 USD]

19. Certificado de Origen (MIPRO o entidad asignada) [10 USD]

Exportación

RUC: Registro Único de Contribuyentes, SRI: Sistema de Rentas Internas, MAE, Ministerio del Ambiente del Ecuador, MSP: Ministerio de Salud Pública, BPM: Buenas Prácticas de Manufactura, SBU: Salario Básico Unificado (USD 318 en 2013), ND: No hay datos, DNF: Dirección Nacional Forestal, DNB: Dirección Nacional de Biodiversidad, INHMT: Instituto Nacional de Higiene y Medicina Tropical Leopoldo Izquieta Pérez, CITES: Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres, CAPNUM: Comisión Asesora de Productos Naturales de Uso Medicinal.

a El costo de montar una empresa se estima en 1 500 USD, incluyendo la apertura de una cuenta corriente en un banco con 400 USD como capital inicial y los honorarios de un abogado11. b Depende de las categorías establecidas por el MIPRO. c Esta cifra puede variar dependiendo del número de días que se precisen para realizar la inspección.

7. Obtención de la patente o permisos municipales (Municipio) [ND]

6. Permiso de los bomberos (Cuerpo de Bomberos)

5. Obtención del RUC (SRI)

4. Inscripción de la Escritura (Registro Mercantil)

3. Aprobación de la Escritura Pública de la empresa (Superintendencia de Compañías)

2. Escritura Pública de la empresa (Notaría Pública)

1. Aprobación nombre compañía (Superintendencia de Compañías)

Establecimiento de una empresa comercializadoraa

Tabla V-1. Requerimientos para legalizar la comercialización de productos de palmas silvestres7–10. Entre paréntesis la institución encargada y entre corchetes el costo.

V. Legislación: de la teoría a la práctica




Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

aprovechamiento por la falta de claridad en los procedimientos para una explotación sostenible26. Esto no significa que no exista cosecha y c­omercialización de PFNM. En la práctica, la extracción y el transporte de alrededor de 30 especies de PFNM se ha ­legalizado en la última década solamente a través de las guías de circulación emitidas por la Dirección Nacional Forestal (DNF) para el control del transporte interno de productos forestales27. En estas se incluyen los productos de cuatro especies de palmas: tagua (Phytelephas ­aequatorialis, semillas como marfil vegetal y hojas para techado), pambil (Iriartea deltoidea, postes, latillas, listones, tiras, trozas, jampas), bísola (Wettinia spp., postes) y palma de fibra (Aphandra natalia, fibra)26. A pesar del avance que significa contar con los planes de manejo y las estadísticas de movilización de las especies mencionadas, se conoce que la gran mayoría de PFNM en Ecuador se cosechan y transportan al margen de la ley y generalmente de manera insostenible7,28. Una causa atribuible a este hecho es el alto costo de legalizar la cosecha comercial de los PFNM7 en contraste con los bajos precios a los que los venden los productores locales29,30. Se debe costear el plan de manejo y pagar las tarifas administrativas para obtener registros forestales y sanitarios, patentes, permisos, autorizaciones, guías de circulación y derechos de aprovechamiento (Tabla V-1). Estos gastos se deben sufragar antes de que la materia prima pueda ser cosechada, procesada y vendida, lo que es prácticamente imposible para productores locales o pequeñas empresas. Otro aspecto que desorienta a los usuarios, además de dificultar la labor de las au

toridades, son las inconsistencias entre la Ley Forestal y el TULAS7. Por ejemplo, la definición de Productos F ­ orestales No Maderables no coincide y esto da lugar a que sean dos los documentos habilitantes para autorizar la cosecha comercial de PFNM y dos las direcciones dentro del MAE encargadas de emitir las autorizaciones. En la práctica la vigilancia del uso comercial de productos de palmas está dividida de manera ambigua entre la DNF y la Dirección Nacional de Biodiversidad (DNB). Por ejemplo, los frutos de ungurahua y los cogollos de palmas de ramos son controlados por la DNB; las latillas de pambil y semillas de tagua por la DNF.

El MAE en el campo: conflictos, iniciativas y posibles soluciones La escasez de recursos humanos y económicos no permite un control eficiente de la cosecha y del comercio de PFNM7. Los puestos de control son insuficientes y la necesidad de recursos humanos para esa actividad supera el presupuesto31. Esto ocurre en las Oficinas Técnicas del MAE en todo el país, donde los pocos funcionarios que operan tienen a su cargo múltiples funciones, lo que ocasiona que las guías de circulación se emitan sin inspeccionar el producto ni las cantidades transportadas y, menos aún, con verificaciones de campo32. Esto da lugar a que las estadísticas de comercialización de PFNM, basadas en las guías de circulación, sean imprecisas32. A la escasez de recursos se debe sumar la dificultad de controlar el comercio de productos que siendo cosechados a pequeña escala eventualmente ingresan a mercados de acopio y empresas procesadoras7.


V. Legislación: de la teoría a la práctica

En los últimos cuatro años se han multiplicado las iniciativas para mejorar las regulaciones para la cosecha y el comercio de los PFNM. En la última Constitución de la República33 se declara de interés público la conservación de los ecosistemas y la biodiversidad y que el Estado debe garantizar un modelo sostenible de desarrollo33. Esto ha abierto las puertas para que proyectos como PALMS34 y Biocomercio GEF-CAF35 contribuyan con tales iniciativas colaborando directamente con la DNB del MAE. Estos proyectos tienen componentes que ayudan a mejorar la legislación vigente, brindando herramientas e información científica a los tomadores de decisiones, y facilitando la legalización de los negocios basados en la biodiversidad. Algunos avances se describen a continuación. • Entrará en vigencia una reforma a la normativa que regula la obtención de registros sanitarios para productos naturales medicinales, alimenticios y cosméticos de origen silvestre, que incluirá como requerimiento contar con la autorización del MAE que certifique el origen de la materia prima36. Por ejemplo, productos a base del aceite de ungurahua, como champú y jabón, no podrían comercializarse si la materia prima no proviene de programas de cosecha autorizados. • Existen propuestas de reformas legales que aclararían y facilitarían los procedimientos para legalizar la cosecha comercial de productos de palmas, como (1) evitar la ambigüedad en la definición de los productos diferentes de la madera, (2) unificar el documento habilitante para autorizar la cosecha comercial de

productos diferentes de la madera y (3) precisar las funciones de la DNF y la DNB con respecto a los PFNM37. Se podría adoptar el término Productos Forestales No Maderables (PFNM) con la definición de la FAO38 pero excluyendo los cultivados y limitándose a los silvestres, unificar el documento habilitante en una Licencia según los artículos 201–208 del TULAS Libro III y formar un Comité con representantes de la DNF y la DNB-Biocomercio que supervisen las actividades relacionadas con el uso comercial de todos los PFNM. Estas y otras reformas, como la exoneración del pago de derechos de aprovechamiento para PFNM de uso no consuntivo, se implementarían en el TULAS en el trascurso del año 201339. • Se identificaron 30 especies de palmas silvestres comercializadas con 62 productos comerciales40. Se categorizaron estas especies de acuerdo a su vulnerabilidad a la cosecha, proponiéndose seis categorías de manejo con el fin de facilitar el uso legal, respetando los límites de cosecha, y de ser más rigurosos cuando se trata de especies vulnerables, cuya cosecha amenaza su conservación. En cada caso se recomienda considerar las áreas de aprovechamiento y la salud de sus poblaciones, así como el volumen y la escala de comercialización de los productos a aprovecharse40. En categorías de mayor vulnerabilidad se ubican palmas como el pambil y la bísola si se usan como fuente de madera. Se ha propuesto que el uso de troncos de palmas se rija por la legislación de madera para un control más eficiente de su cosecha41, lo 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

Recuadro V.

Acciones administrativas que incentivarían la cosecha legal y sostenible de PFNM



1. Exonerar de pagos administrativos, derechos de aprovechamiento e impuestos a insumos para el procesamiento. 2. Simplificar los trámites y requisitos, especialmente cuando se trata de especies no vulnerables. 3. Facilitar los trámites a través de sistemas informáticos, como el Sistema de Administración Forestal (SAF) y ventanillas únicas donde operen varios ministerios en un solo lugar accesible a los interesados,

como ya ha ocurrido para otros propósitos (iniciativas de Comercio Exterior49 y el Por­tal de trámites ciudadanos50). 4. Ofrecer asesoría técnica para elaboración de los planes de manejo y la implementación de técnicas de cosecha sostenible. 5. Ofrecer información sobre el uso de herramientas adecuadas para la cosecha sostenible y facilidades para su adquisición. 7. Fomentar la asociatividad, crear y promover redes de comercialización más ventajosas.

que debería acompañarse de planes de manejo para cada especie, en lugar de un solo plan de manejo para la cosecha de todas, como ocurre con otras especies maderables42. • La categorización realizada contribuye a la identificación de especies y poblaciones de palmas que pueden someterse a cosecha con manejo. Un aspecto importante a considerar en las regulaciones es la estructura genética de poblaciones de una especie que se encuentran en distintas áreas del país (por ejemplo, Costa y Amazonía o dentro de una región)43,44. Estos estudios permiten evaluar cuánto de la diversidad genética de las palmas, expresada en sus poblaciones, está ya protegida dentro del SNAP, del SNBP, de SocioBosque, qué falta proteger y qué poblaciones están más amenazadas45. • La DNB del MAE tiene previsto elaborar normas técnicas para el aprovechamiento de palmas de importancia económica como las palmas de ramos y la tagua36. Se recomienda que el es-

tablecimiento de tales normas cuente con la participación de todos los actores y que en ellas se considere el universo de prácticas de cosecha y de productos cosechados. En el caso de la tagua, se regularía la cosecha tanto de las semillas, fuente de marfil vegetal, como de las hojas (cade) que tiene un efecto negativo en la supervivencia de la especie cuando es excesiva46. • Colateralmente se está buscando regular las actividades de grandes empresas exportadoras de marfil vegetal mediante la Ley de Competencia, Regulación y Control de Poder del Mercado47 a través del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (MAGAP)48. La normativa puede mejorar pero de nada sirve si no se aplica. Es necesario que las reformas señaladas y las normas ­vigentes sean conocidas por los usuarios y que cumplirlas no represente un obstáculo. Se debe incentivar la formalidad y la convicción de practicar una cosecha sostenible. La legalidad debería ser rentable y no poner en desventaja a los


V. Legislación: de la teoría a la práctica

cosechadores de PFNM legales frente a los ilegales. Existen acciones administrativas que podrían ir en ese sentido (Recuadro V). Las recomendaciones para el manejo de palmas que se incluyen en esta guía deben llegar a los productores locales, acopiadores y empresarios a través de los funcionarios gubernamentales. Los investigadores que estudian los impactos de la cosecha de palmas juegan un papel fundamental en la difusión de la información y de los aspectos técnicos necesarios para la cosecha sostenible de productos de palmas. En cuanto al control, las medidas sugeridas pueden acompañarse de una supervisión más eficiente basada en los sistemas informáticos del MAE, como el Sistema de Administración Forestal (SAF) y el Sistema Nacional de Información de Biodiversidad (SIB). Estos pueden estar a disposición de los funcionarios en Oficinas Técnicas y puestos de control en todo el país. El SAF, por ejemplo, puede servir para emitir guías de circulación solo para programas de aprovechamiento autorizados e identificar áreas de mayor explotación para organizar el control de productos transportados. De igual manera, se podrían concentrar esfuerzos en especies vulnerables y en las más

comercializadas. Se ha pensado incluir en el SIB información y fotos que permitan la fácil identificación de especies y productos transportados51. El control debe ampliarse a los sitios de aprovechamiento, así como a centros de acopio, procesamiento y venta. Con ello se podrían corregir técnicas no ­sostenibles de cosecha y métodos de almacenamiento o procesamiento ­ perjudiciales para la ­calidad y el uso eficiente de la materia prima, identificar productos de venta ­adulterados y comprobar que la materia prima llega a los sitios y en los v­ olúmenes autorizados. Las medidas de control podrían ser más efectivas si se las toma con la participación de los funcionarios de las Oficinas Técnicas que tienen conocimiento de las dinámicas locales de sus sitios de trabajo. Para que las normas se cumplan es además imprescindible el ­ empoderamiento local, es decir que los usuarios se apropien de las regulaciones para el uso sostenible de los PFNM y las aprueben. Esto se puede lograr mediante su participación en los sistemas de regulación y de manejo, como en la elaboración de planes de manejo, siempre y cuando estos se basen en el estudio y la capacitación sobre la biología de las especies cosechadas y el impacto de su aprovechamiento en los ecosistemas.

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Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

Referencias

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V. Legislación: de la teoría a la práctica

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GEF‑CAF Facilitación de financiamiento para negocios basados en la biodiversidad y apoyo a actividades de desarrollo de mercados en la Región Andina. Comunicación personal. 37. Suárez S. & Castro M. 2012. Propuestas de reformas legales y regulatorias que faciliten las actividades de biocomercio. Documento Técnico. Centro Ecuatoriano de Derecho Ambiental (CEDA), Proyecto Biocomercio GEF-CAF Facilitación de financiamiento para negocios basados en la biodiversidad y apoyo a actividades de desarrollo de mercados en la Región Andina, Quito. 38. Food and Agriculture Organization. FAO. 2004. Actualización de la Evaluación de los Recursos Forestales Mundiales a 2005. Términos y Definiciones (Versión definitiva). Programa de evaluación de los recursos forestales. Work document 83/S, Roma. 39. Jiménez E. Abogada ambiental encargada de la consultoría Identificación de vacíos legales y adecuación de la normativa secundaria que regula las actividades relacionadas con Áreas Protegidas, Vida Silvestre, Bioseguridad y acceso a recursos genéticos en el ámbito de las competencias de la Dirección Nacional de Biodiversidad del Ministerio del Ambiente. Programa de Sostenibilidad Financiera para el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP). Comunicación personal. 40. de la Torre L. 2012. Propuesta de requerimientos de información para autorizar la extracción de las especies de flora silvestre sujetas a comercialización en el Ecuador. Documento Técnico. Proyecto Biocomercio GEF-CAF Facilitación de financiamiento para negocios basados en la biodiversidad y apoyo a actividades de desarrollo de mercados en la Región Andina, Quito. 41. Altamirano C. & Valencia R. Este libro. 12. Pambil. 42. Artículo 4. Acuerdo Ministerial 139. Procedimientos administrativos para autorizar el aprovechamiento y corta de la madera. Registro Oficial Suplemento Nº 164, 05/04/2010. 43. Montúfar R. 2007. Structure morphologique, génétique et écologique de Oenocarpus bataua (Arecaceae): perspectives pour la valorisation durable d’une ressource forestière néotropicale. Tesis en la École Nationale Supérieure Agronomique de Montpellier, Francia. 44. Trénel P., Hansen M. M., Normand S. & Borchsenius F. 2008. Landscape genetics, historical isolation, and cross-Andean gene flow in the wax palm, Ceroxylon echinulatum (Arecaceae). Molecular Ecology 17: 3528–3540. 45. Suárez L. Biólogo, Director de Conservación Internacional sede Ecuador y miembro del Comité Local de Asesoramiento del proyecto PALMS en Ecuador. Comunicación personal.




Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible 46. Montúfar R., Brokamp G. & Jácome J. Este libro. 13. Tagua. 47. Ley de Competencia, Regulación y Control de Poder del Mercado. Registro Oficial Suplemento Nº 555: 13/10/2011. 48. Montúfar R. Investigador experto en palmas, ha investigado la palma de ramos (Ceroxylon echinulatum). Comunicación personal. 49. Ventanilla Única de Comercio Exterior: http:// comercioexterior.com.ec. Consultado en enero de 2013.



50. Portal de trámites ciudadanos. http://www. tramitesciudadanos.gob.ec. Consultado en enero de 2013. 51. Argüello M. Coordinadora Nacional de Ecuador – BioCAN SGCAN-Ministerio del Ambiente. Comunicación personal.


ESPECIES ESTUDIADAS

Las palmas nos presentan las formas más elegantes y pintorescas, así como algunas de las más majestuosas del reino vegetal. Alfred Russel Wallace. 1853. Palms of the Amazon and Their Uses. Van Voorst. London.



P

alma de tallo grisáceo, solitario, de 7–20 m de alto y 4.5–20 cm de diámetro, con raíces zancudas que crecen hasta 1 m sobre el suelo. Corona de 4–9 hojas, con un raquis de hasta 3.2 m de largo; cada hoja con 18–58 pares de folíolos. Cada raquilla de la inflorescencia aparece como una mazorca cilíndrica de hasta 40 cm × 8.5 cm. Frutos apiñados pero siempre más anchos en la punta, de 2–3.5 cm de largo, con pelos largos blanquecinos y densos, persistentes por lo menos a los lados del fruto1. Caracteres diagnósticos: Los folíolos no se dividen, están insertos en un mismo plano y son colgantes1. Especies similares: Wettinia ­maynensis Spruce, que tiene las ramas de los frutos más cortas y más gruesas, tiene pelos irritantes en las brácteas y sus hojas secas cuelgan de la palma por algún tiempo1.

1 Bísola Wettinia quinaria Carolina Altamirano

Biología y ecología Los pocos estudios sobre la biología y ecología de la especie se han realizado en la costa pacífica colombiana. En uno de ellos se investigó la demografía en una población y se encontró que la mayoría de los adultos alcanzaron una edad de 91.5 años y una longevidad máxima de 137.5 años. Además se reveló una tasa de crecimiento poblacional positiva (e = 1.37, rango: 1.2–1.51)2. En cuanto a la biología floral, se observó que sus principales polinizadores son pequeños escarabajos del género Mystrops, mientras los curculiónidos ­(Anchylorhynchus t­ricarinatus) son 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

c­ onsiderados menos importantes3. La especie florece a lo largo de todo el año, con un pico en el período de menos lluvia, entre diciembre y marzo, y otro en los primeros meses de más lluvia (abril y mayo); la fructificación se produce ­durante todo el año3.

Los frutos de la b ­ ísola son alimento de ardillas, ratones espinisos (Proechimys spp.), cusumbos (Potos flavus), guantas (Agouti paca) y guatusas (Dasyprocta punctata)4, que eventualmente contribuyen a la dispersión de semillas.

A

B

D

C

Figura 1-1. (A) Individuo de bísola en los alrededores de Pedro Vicente Maldonado, Pichincha. (B) Sección apical de una hoja. (C) Infrutescencia. (D) Raíz zancuda. Fotos: R. Jarrín




1. Bísola

Distribución y abundancia Esta especie se distribuye en bosques húmedos a pluviales de tierras bajas, desde el occidente de Panamá hasta el centro de Ecuador (Figura 1-2). En el Chocó colombiano la bísola figura entre las especies dominantes del bosque5 y además es la más importante en la comunidad de palmas en Tutunendo y Angostura6, lo que muestra su importancia ecológica en esas regiones. Es igualmente una palma dominante en los bosques del Chocó ecuatoriano (Lita y Cotacachi-­ Cayapas, Tabla 1-1). 3.0

log(abundancia)

2.5 2.0 1.5 1.0 0.5 0.0

Ana

Ach

Ast

Aco

Bga

Gma

Ide

Oba

Psy

Pae

Wqu

Figura 1-2. (A) Distribución de bísola (Wettinia quinaria) en Ecuador. (B) Abundancia de la especie en transectos de 0.25 ha (11–30 por sitio), establecidos en la Costa (Santo Domingo de los Tsáchilas) y en la Amazonía (Kapawi, Nangaritza y Yasuní). Ana = Aphandra natalia, Ach = Astrocaryum chambira, Ast = Astrocaryum standleyanum, Aco = Attalea colenda, Bga = Bactris gasipaes, Gma = Geonoma macrostachys, Ide = Iriartea deltoidea, Oba = Oenocarpus bataua, Psy = Pholidostachys synanthera, Pae = Phytelephas aequatorialis, Wqu = Wettinia quinaria. Coordenadas geográficas tomadas de la base de datos de los herbarios QCA (Quito, PUCE), AAU (Universidad de Aarhus, Dinamarca) y MO (Tropicos®, Missouri Botanical Garden) y observaciones de los autores. Datos de transectos: Base de Datos de Palmas mantenida por H. Balslev, Universidad de Aarhus. Cartografía: Peder K. Bøcher.




Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

Tabla 1-1. Densidad poblacional (solo individuos con diámetros ≥10 cm) de bísola (Wettinia quinaria) en distintas localidades de la Costa de Ecuador. Precipitación anual (mm)

Meses secos al año

Altitud (m)

Tipo de bosque

Área (ha)

Tamaño de la muestra (m)

Tallos/ha (rango)

Cotacachi-Cayapas7

3 893

0

130

Maduro

1

100 × 100

152 (113–192)

Santo Domingo de los Tsáchilas8

2 629

5

554

Muy disturbado

0.25

5 × 500

4

Lita9

3 350

0

602

Maduro

0.27

5 × 180

82 (56–109)

Localidad

Usos y mercados La bísola es utilizada principalmente por grupos étnicos y mestizos del noroccidente de Ecuador en la construcción de viviendas4. Los troncos enteros sirven como pilares o puntales de viviendas o galpones y como vigas para el techado, en el que se utilizan las hojas. Industrialmente su tronco es utilizado para la construcción de galpones, como soporte de cortinas de viento y como poste para tendidos eléctricos, especialmente en la industria florícola (Tabla 1-2).

Manejo e impactos de la cosecha

Durante de la transformación de bosques nativos en pastizales, muchos colonos dejan las palmas arborescentes adultas en pie, entre ellas la bísola, porque son difíciles de cortar y pueden ser aprovechadas en el futuro, según se presente la necesidad o la oportunidad de venderlas. En estos potreros se encuentran plántulas alrededor de las palmas adultas, pero generalmente las primeras mueren pisoteadas por el ganado que allí pasta y prácticamente no existen juveniles en esos terrenos. El pisoteo del ganado y la directa exposición al sol impiden la regeneración Tabla 1-2. Productos de bísola comercializados en Ecuador. Información tomada de los natural de la especie. En áreas interveniarchivos de guías de circulación en la oficina das por el hombre este es el ambiente más regional del Ministerio del Ambiente en San frecuente en el que se encuentra la espeMiguel de los Bancos, Pichincha. Los precios cie. Hasta la fecha no se conoce de alguna de los productos se obtuvieron durante práctica de manejo que permita la regeneentrevistas directas a los comercializadores en ración de la especie en los pastizales. La el noroccidente de Pichincha9. cosecha se realiza simPrecios al Escala de plemente cuando los Producto Procesamiento consumidor en Uso del producto venta USD (unidad) tallos están maduros, En el sitio de cosecha Postes 1. Construcción ya sea en potreros o en Nacional 10 (poste) de 9 m × ~14 cm se cortan las raíces de galpones los bosques remanentes zancudas y las hojas. 2. Tendidos que se encuentran a lo eléctricos largo de su rango de Muebles y Secciones de los troncos Local Decoración 5 (florero) artesanías son utilizadas para hacer distribución en la Cosartesanías como floreros ta ecuatoriana. o pedestales.




1. Bísola

Marco regulatorio, políticas y prácticas de control Los troncos de bísola son considerados Productos Forestales No Maderables (PFNM) en la normativa ecuatoriana, según la cual su cosecha requiere un plan de explotación y una licencia especial de aprovechamiento. Sin embargo. en la práctica, estos dos requisitos fundamentales no se cumplen y los comerciantes solamente están obligados a obtener una guía de movilización que les permite transportar el producto a su destino. Esta guía es emitida por las autoridades ambientales de acuerdo a los datos proporcionados por el comerciante o transportista sin que se realicen inspecciones de la carga ni una verificación de la cantidad autorizada8.

Estado de conservación y acciones para preservar la especie La bísola no se encuentra en la lista de especies amenazadas de la UICN. Sin embargo las poblaciones naturales de esta especie, cuya distribución en Ecuador está restringida a la Costa, muestran un evidente deterioro debido a que han sido cosechadas indiscriminadamente8. Sin duda presenta un grado de amenaza y bien podría ubicarse como una especie al menos vulnerable según las categorías de la UICN. El uso más común de la bísola es para postes de electricidad en industrias rurales como la florícola, lo que necesariamente es destructivo y de alto impacto ya que implica el sacrificio de grandes cantidades de palmas adultas. No es por tanto sostenible. Una alternativa para bajar la presión sobre esta especie sería usar el tronco para elaborar ­ productos que

demanden menores cantidades y que tengan a la vez un alto valor agregado. Esto podría lograrse destinándolo a la elaboración de cierto tipo de artesanías. Al igual que ocurre con otras palmas arborescentes cuyo tronco es explotado como Producto Forestal No Maderable (PFNM), como el pambil ­­(Iriartea ­deltoidea), las regulaciones para su cosecha no funcionan. Consecuentemente, es indispensable implementar mecanismos de control para que las palmas se cosechen con un plan de manejo, se obtenga una licencia de aprovechamiento y las guías de movilización solo se emitan si se cumplen estos dos requisitos previos. Otra alternativa que mejoraría el control y la conservación de bísola y otras palmas cuyos troncos son aprovechados, es que las autoridades administren estos productos con los mecanismos que se aplican a los productos maderables. En efecto, en este caso operan estándares más estrictos: se aprueban planes de cosecha sostenible, se controla su cumplimiento, se otorgan licencias de aprovechamiento y permisos para cosecha de árboles relictos, los comerciantes constan en el Registro Forestal y las guías de movilización se otorgan electrónicamente y con rigurosos elementos de seguridad8.




Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

Referencias y notas

1. Galeano G. & Bernal R. 2010. Palmas de Colombia - Guía de Campo. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. 2. Waldrón T. & Bernal R. 2001. Dinámica poblacional de las palmas Attalea allenii y Wettinia quinaria, como herramienta para su uso sostenible en la Costa Pacífica del Chocó, Colombia. Instituto de Ciencias Naturales, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá. 3. Núñez L. A., Bernal R. & Knudsen J. T. 2005. Diurnal palm pollination by mystropine beetles: Is it weather-related? Plant Systematics and Evolution 254: 149–171. 4. de la Torre L., Navarrete H., Muriel P., Macía M. J. & Balslev H. (eds.). 2008. Enciclopedia de las Plantas Útiles del Ecuador. Herbario QCA de la Escuela de Ciencias Biológicas de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador & Herbario AAU del Departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad de Aarhus, Dinamarca. 5. Galeano G. 2001. Estructura, composición y riqueza del componente arbóreo de los bosques del golfo de Tribugá, Chocó, Colombia. Caldasia 23: 213–236. 6. Ramírez-Moreno G. & Galeano G. 2011. Comunidades de palmas en dos bosques de Chocó, Colombia. Caldasia 33: 315–329. 7. Palacios W. A. 1997. Composición, estructura y dinamismo de una hectárea de bosque en la reserva florística El Chuncho, Napo, Ecuador. Pg. 299–305 en: Mena P., Soldi A., Alarcón R., Chiriboga C., Suárez L. (eds.), Estudios Biológicos para la Conservación. Ecociencia, Quito. 8. Altamirano C. 2012. Commercial exploitation threatens two arborescent palm species (Iriartea deltoidea and Wettinia quinaria) in northwestern Ecuador. Tesis previa a la obtención del título de Magíster en Biología de la Conservación. Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Quito. 9. La información proviene de entrevistas que realizó la autora a los distribuidores y procesadores en Pedro Vicente Madonado y alrededores en el año 2011.




P

2 CHAMBIRA Astrocaryum chambira Daniela Cruz, Néstor García & Renato Valencia

alma arborescente grande, con tallo solitario de hasta 30 m ­(25–40 cm de diámetro), cubierto con espinas planas, amarillentas (Figura 2-1), aunque algunas poblaciones en el Parque Nacional Yasuní tienen pocas espinas en el tallo. Corona formada por 9–16 hojas pinnadas, erguidas, de hasta 12 m de largo. Pecíolo y raquis cubierto con espinas amarillentas; en promedio 350 folíolos (1.7 m × 6 cm) por hoja. Las inflorescencias se producen y maduran entre las hojas, y pueden encontrarse hasta seis a la vez. Las ramas de la inflorescencia (raquillas) producen gran número de flores masculinas pequeñas hacia la punta y unas pocas femeninas hacia la base. La infrutescencia tiene hasta 500 frutos ovoides (6–7 × 4–5 cm), semejantes a un coco pequeño, de color verde claro o amarillo cuando están muy maduros. El fruto tiene una sola semilla cubierta por un endocarpio pétreo y un mesocarpio de tejido amarillo y mayormente fibroso, de 3 mm de espesor1,2,3,4. En la semilla el embrión está acompañado por un endospermo blanco y oleaginoso, de 7–8 mm de espesor (Figura 2-1). Caracteres ­diagnósticos: Es uno de los cuatro géneros de palmas espinosas en Ecuador (junto con Bactris, ­Desmoncus y Aiphanes). Sus espinas, de hasta 20 cm de largo, están dispuestas en anillos alrededor de los entrenudos. Los folíolos de las hojas son puntiagudos (al igual que en Bactris y D ­ esmoncus) y sus flores masculinas están en las puntas de las raquillas, separadas de las femeninas en la base de la raquilla. Representa una de las pocas especies de palmas, y la única espinosa, que tienen su corona entre el follaje de los árboles más altos de los bosques amazónicos. E ­ species similares: ­Astrocaryum standleyanum es también una palma espinosa y solitaria, pero generalmente de menor tamaño (alcanza 22 m × 16–22 cm 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

A

B

C

Figura 2-1. (A) Individuo de chambira sobre pastizales, Parque Nacional Yasuní. (B) Espinas de la base del pecíolo. (C) Infrutescencia y frutos. Fotos: (A, C) R. Jarrín; (B) R. Cámara-Leret.




2. Chambira

de d ­ iámetro), ­provista de ­abundantes espinas negras y largas. Tiene hojas mucho más pequeñas, de hasta 4 m de largo. Crece comúnmente en suelos pobremente drenados desde Costa Rica hasta la costa pacífica de Ecuador y no se encuentra en la Amazonía5.

Biología y ecología La floración y fructificación se conocen solamente por estudios puntuales realizados en diferentes años a lo largo del área de distribución de la ­chambira en la Amazonía6–9. En Ecuador se la encontró floreciendo en octubre–­diciembre, en Perú en diciembre–mayo y en Colombia en enero–marzo, donde fructificó entre febrero y junio8. Las semillas tienen bajos niveles de dispersión y por eso son abundantes alrededor de la palma madre. Los principales dispersores de semillas son algunos roedores como las guatusas (­Dasyprocta ­fuliginosa), los guatines ­(Myoprocta sp.) y las guantas (Agouti paca)10. La gran concentración de semillas alrededor de la palma madre es un gran atractivo para sus depredadores y patógenos que logran destruir 75–99 % de sus semillas10. En bosques amazónicos colombianos, con diferente grado de intervención humana, cada palma produce en promedio 435 frutos10 durante su fructificación y se estima que apenas 5–125 de sus semillas podrían germinar. Los mayores depredadores de las semillas de chambira son algunas especies de coleópteros (Bruchidae), cuyas hembras atacan los frutos que han caído al suelo, perforando el endocarpio pétreo y depositando sus huevos en el endospermo. Cuando los huevos eclosionan las

larvas se alimentan del endospermo, reduciendo el potencial reproductivo de la palma9,10. Entre los coleópteros que han sido reportados como depredadores de las semillas de chambira están C ­ aryoborus serripes12,13 y otras dos especies, una de la familia Bruchidae y otra de la familia Scolytidae10. También es conocido que algunos de los frugívoros tropicales dispersores de semillas, como los pecaríes (Tayassu ­pecari), zaínos ­ (Pecari tajacu), tapires (Tapirus ­terrestris) y monos capuchinos (Cebus ­apella y C. ­albifrons), consumen el fruto de la chambira11 pero no se sabe si al hacerlo también destruyen sus semillas. En cuanto a la germinación, se conoce que es hipogea (su cotiledón emerge bajo el suelo) y que pocas semillas germinan con éxito. Por ejemplo, en el noreste peruano, la chambira germinó menos y demoró más que otras 11 especies de palmas (apenas el 3 % de las semillas germinan al cabo de 250 días)14. En la Estación Científica Yasuní, Amazonía ecuatoriana, germinaron el 12 % de las semillas después de 300 días y se observó que las plántulas se desarrollan muy lentamente en condiciones de invernadero15: la radícula y el ápice del tallo nacieron a los 180 días; la radícula creció ~2.8 mm por día durante los tres meses subsiguientes y el ápice del tallo 0.3 mm por día durante los seis meses subsiguientes; a los 10 meses la lámina foliar alcanzó los 25 cm15. La germinación demorada parece ser característica de las especies de ­Astrocaryum. En ­Astrocaryum ­standleyanum se encontró una tasa de germinación inicial baja (19 %) y demorada (390 días), pero al cabo de 27 meses más del 40 % de las semillas germinaron16. 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

Estructura poblacional En el Parque Nacional Yasuní (PNY) se observó que Astrocaryum chambira ­presenta una estructura poblacional bimodal en forma de J invertida en el bosque de tierra firme, es decir que las plántulas más jóvenes, de hoja bífida, son muy comunes pero los individuos de fases más avanzadas de desarrollo se tornan cada vez más escasos, con un ligero aumento en la densidad de adultos que al parecer se debe a que estas palmas permanecen poco tiempo como subadultas (Figura 2-3). En bosques secundarios y chacras indígenas de la Amazonía colombiana esta especie presentó el mismo patrón bimodal, pero la proporción de subadultos es mayor que la de adultos27. 140

Plántula hojas bífidas Plántula hojas pinnadas Juvenil acaulescente Subadulto Adulto

Número de individuos/ha

120 100 80 60 40 20 0

Tierra firme

Pantano

Plano inundable

Figura 2-3. Las palmas de Astrocaryum ­chambira en el Parque Nacional Yasuní, Amazonía ecuatoriana, son más frecuentes en bosques de tierra firme, mientras en pantano hay muy pocos adultos y en plano inundable no los hay. La información proviene de una muestra de 4 × 0.5 ha en cada tipo de bosque15.

Pocas plántulas de hoja bífida o pinnada logran llegar a fases avanzadas debido a su alta mortalidad (Figura 2-3). En Colombia se ha registrado una mortalidad anual de plántulas de hasta 34 %27. Las causas son variadas. Una de ellas es la 

delicadeza de su tallo superficial (de ~5 cm de diámetro), que las hace más propensas a ser dañadas por ramas que caen sobre ellas, como las hojas gigantes y pesadas de las palmas. Otro factor es que las plántulas tienen mayor probabilidad de sufrir mortalidad denso-dependiente debido a que crecen agregadas alrededor de la palma madre y esto atrae a hongos patógenos, insectos y mamíferos, de modo que aumenta la predación28. Al mismo tiempo, el pisoteo de los mamíferos que acuden a consumir los frutos daña las plántulas que crecen alrededor de las palmas11. La baja proporción de subadultos observada en el PNY (Figura 2-3) muestra la dinámica natural que tienen varias especies de palmas, cuyos tallos, una vez formados, pueden crecer rápidamente en altura29. Crecimiento Una plántula de chambira puede producir hasta dos hojas por año y en ambientes secundarios pueden tardar hasta tres años en desarrollar hojas ­pinnadas. El crecimiento de los juveniles es muy lento, pues producen dos hojas al año y se estima que pueden demorar hasta 28 años para desarrollar un tallo aéreo. En la etapa de subadulto y adulto joven, los individuos producen 2–3 hojas por año y su tallo crece alrededor de 53 cm. Las palmas de chambira comienzan a reproducirse cuando sus tallos han alcanzado algo más de un metro, momento en que se estima que pueden tener ~30–32 años de edad27.

Distribución y abundancia Astrocaryum ­chambira tiene una amplia distribución en la Amazonía oc­ ci­ dental


2. Chambira

(Colombia, Ecuador, Perú y al oeste de Venezuela y Brasil) bajo los 500 m y esporádicamente se la encuentra a mayor altitud. En Ecuador es común en las provincias de Napo, Orellana, Pastaza, Sucumbíos y Morona Santiago. Crece en bosques de tierra firme con suelos arcillosos bien drenados, donde presenta un patrón de distribución agregado, aunque también se encuentra en suelos aluviales temporalmente inundados, en áreas abiertas y en bosques secundarios1,4,17 (Figura 2-2A y Tabla 2-1). Es probable que 3.0

log(abundancia)

2.5 2.0 1.5 1.0 0.5 0.0

Ana

Ach

Ast

Aco

Bga

Gma

Ide

Oba

Psy

Pae

Wqu

Figura 2-2. (A) Distribución de chambira (Astrocaryum chambira) en Ecuador. (B) Abundancia de la especie en transectos de 0.25 ha (11–30 por sitio) establecidos en la Costa (Santo Domingo de los Tsáchilas) y en la Amazonía (Kapawi, Nangaritza y Yasuní). Ana = Aphandra natalia, Ach = Astrocaryum chambira, Ast = Astrocaryum standleyanum, Aco = Attalea colenda, Bga = Bactris gasipaes, Gma = Geonoma macrostachys, Ide = Iriartea deltoidea, Oba = Oenocarpus bataua, Psy = Pholidostachys synanthera, Pae = Phytelephas aequatorialis, Wqu = Wettinia quinaria. Coordenadas geográficas tomadas de la base de datos de los herbarios QCA (Quito, PUCE), AAU (Universidad de Aarhus, Dinamarca) y MO (Tropicos®, Missouri Botanical Garden) y observaciones de los autores. Datos de transectos: Base de Datos de Palmas mantenida por H. Balslev, Universidad de Aarhus. Cartografía: Peder K. Bøcher.




Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

la distribución de esta especie esté fuertemente influida por el ser humano, pues se encuentra con frecuencia plantada o conservada en las chacras indígenas18. Estudios realizados en Ecuador, Perú y Colombia revelan que esta especie es considerablemente más abundante en bosques de tierra firme (Tabla 2-1), particularmente en bosques secundarios, donde la disponibilidad de luz parece favorecerle. Sin embargo, la chambira no es una especie común en relación con otras palmas que crecen en su mismo hábitat. Tal es el caso de las palmas que crecen en los bosques maduros del Parque Nacional Yasuní ­(Oenocarpus bataua: 1 255/ha, P ­restoea shultzeana: 1 014/ha, Iriartea ­deltoidea: 800/ha y Geonoma macrostachys var. ­macrostachys: 766/ha19; estos valores incluyen plántulas, juveniles y adultos). Tabla 2-1. Densidad de Astrocaryum chambira en diferentes bosques tropicales de Ecuador (Parque Nacional Yasuní), Perú (Ferrocaño, Copal, Iquitos) y Colombia (Macedonia). Los valores corresponden al promedio de individuos por hectárea, incluyendo plántulas, y su rango se indica entre paréntesis. Ecuador 15,19–21

Tierra firme Plano inundable Pantano Bosque secundario

Perú 19,22–26

77 (23.3–111.6) 29.1 (1.4–74) 37.1 (15.5–58.7) 30.5

Colombia8,10,27

32.3

91.3 (24–180) 549.2 (158–1 032)

Usos y mercados La chambira es una de las especies esenciales para los indígenas de la Amazonía noroccidental4. El corazón de la palma y sus frutos son comestibles; el endospermo líquido o parcialmente sólido se bebe o se come de la misma manera que el coco, y en Brasil es usado para 

combatir la erisipela y como antihelmíntico4. Sin embargo, el uso más conocido es el aprovechamiento de su fibra que se obtiene de las hojas jóvenes y es usada para elaborar gran variedad de productos, como hamacas, bolsos (shigras), collares, pulseras, redes de pesca, entre otros1,4,7,30 (Recuadro 2). Las actividades alrededor de la cosecha y del procesamiento de la chambira, así como los propios productos elaborados con esta fibra, son parte del acervo cultural de los grupos indígenas de la Amazonía occidental27. La utilidad de esta palma se conoce desde hace mucho tiempo. Max Burret, el botánico que describió la especie en 193431, descubrió que la palma era aprovechada por los indígenas de muchas maneras y a partir de entonces se han acumulado evidencias de su uso en todas las etnias asentadas a lo largo de la Amazonía noroccidental, como los siona, tikuna, tukano, uitoto y yagua en Colombia27,32–34, los bora y mestizos en Perú25,26,35 y los achuar, cofán, kichua, secoya, siona, shuar y huaorani en Ecuador1,4,7,30,36,37 (Tabla 2-2, pg. 70). Un aspecto particular del aprovechamiento de la chambira en Ecuador es que se extrae la fibra no solo de las hojas más jóvenes (cogollos) sino de hojas maduras37. Aunque este tipo de fibras se ha empleado solo para producir redes de pesca, también se podría aprovechar para elaborar otros productos. La ventaja de usar hojas maduras es que su cosecha resulta más fácil y de menor impacto ya que son más accesibles que el cogollo y están más cerca de cumplir su ciclo de vida. Los indígenas venden con frecuencia directamente sus artesanías de chambira a los turistas que visitan las comunidades.


2. Chambira

Sin embargo, en regiones apartadas, donde el turismo es limitado, el comercio de los productos es incipiente: se los vende a intermediarios o se los intercambia por utensilios u otros objetos, como machetes, ropa o implementos de cacería37. Para todos los grupos indígenas que trabajan con la ­chambira, la ganancia es mayor cuando venden directamente sus productos25–27,37. Se ha estimado que una familia huaorani del

A

D

PNY podría ganar ~1 000 USD al año con la venta de artesanías de chambira15. Notas sobre productividad de fibra y precios de productos en comunidades huaorani En promedio se ha calculado una producción de 130 g (± 62 g) de fibra seca por hoja de palma. Mientras más grande es la hoja, mayor es el número de láminas y, por tanto, mayor el peso en seco de su fibra. Tomando como base

B

C

E

Figura 2-4. Usos de chambira. (A) Fibra de chambira procesada, comunidad huaorani de Guiyero, Parque Nacional Yasuní. (B) Peine con empuñadura de chambira, comunidad cofán. (C) Shigras de chambira, Tena. (D) Hamacas elaboradas con fibra de chambira. (E) Escobas elaboradas con las venas de los folíolos, Pedrera, Colombia. Fotos: (A) S. Espinosa; (B, E) R. Cámara-Leret; (C) R. Jarrín; (D) D. Cruz.




Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

Tabla 2-2. Usos de Astrocaryum chambira por los huaorani de la Amazonía ecuatoriana38. Tipo de uso

Descripción

Construcción

Las hojas se usan ocasionalmente.

Cultural

El raquis de hojas inmaduras es usado en la elaboración de bandas ceremoniales para la frente y para adornar brazos y piernas durante festividades. La fibra extraída de la epidermis de los folíolos de hojas jóvenes es usada para decorar pechos y espalda en actividades ceremoniales y como una banda pélvica.

Doméstico

La fibra es usada para elaborar shigras, bolsos, hamacas, cordeles y piolas, hilo para collares, cepillos, pulseras y para atar varios objetos domésticos. El folíolo de la hoja se emplea para hacer pequeñas canastas utilizadas dentro del hogar o para elaborar esteras. Algunas artesanías como shigras y hamacas son eventualmente vendidas.

Alimentario

El endospermo líquido de frutos jóvenes y el de semillas en germinación es comestible. El palmito crudo es comestible, aunque a veces se lo cocina para ablandarlo.

Combustible

Los residuos de los folíolos de la hoja extraída son usados para encender fuego.

Implementos de caza y pesca

La fibra es usada para hacer redes y líneas de pescar. El pecíolo de las hojas para tallar dardos de cerbatana en ausencia de otros materiales.

Otros usos

Las espinas del tallo son usadas como agujas para remover astillas de la piel. Las larvas del escarabajo Rhyncophorus palmarum, que viven en los troncos podridos, son un alimento muy apetecido por los indígenas.

Para los indígenas huaorani de estas dos comunidades es más atractivo producir artesanías caras, como las hamacas, debido a que el ingreso inmediato que perciben es mayor. Sin embargo, tomando en cuenta la cantidad de trabajo que implica tal producción, resulta más rentable la elaboración de collares y pulseras.

esta productividad por hoja se estimó la cantidad de materia prima necesaria para la elaboración de los productos artesanales más frecuentes en el mercado. Los precios se obtuvieron en las comunidades huaorani de Guiyero y Timpoka (Tabla 2-3). Tabla 2-3. Cantidad de fibra (g) necesaria para la elaboración de artesanías y sus precios de venta15. Collares/ pulseras

Peso (g)



Shigras

Hamacas

Pequeña Mediana Grande Pequeña Mediana Grande

5

60

120

230

540

1 000

1 500

Número de hojas

0.04

0.5

1

2

4

8

12

Precio promedio (USD)

2.8

7.2

11.8

18.6

49.2

70.0

116.7

Desviación estándar (USD)

1.7

3.5

4.7

8.2

16.1

20.6

53.1

Manejo e impactos de la cosecha El aprovechamiento de las hojas de Astrocaryum chambira para obtener las fibras se ha realizado tradicionalmente en E ­ cuador de


2. Chambira

dos formas: cortando solo las hojas o derribando los individuos enteros15,37. Cuando las palmas que se aprovechan no tienen tallo o este es corto, las hojas se cosechan desde el suelo o desde un árbol cercano con la ayuda de un machete (Recuadro 2). Sin embargo, cuando las palmas son altas o presentan alguna dificultad para acceder a su cogollo, normalmente se derriban. La eliminación sistemática de palmas de chambira debido a la cosecha es una práctica insostenible que deriva en la reducción del número de individuos reproductivos y en el agotamiento de las poblaciones. Otra práctica negativa es la cosecha excesiva de hojas. Los indígenas huaorani y secoya cosechan las palmas de chambira dejando una hoja de por medio37, lo que permite la recuperación de la palma cosechada. En Colombia se encontró que esta palma produce 2–3 hojas/año, lo cual significa que se pueden cosechar una o máximo dos hojas anualmente. La cosecha excesiva, especialmente cuando los individuos son acaules, puede causar su muerte, hecho ya evidenciado en poblaciones de chambira de Colombia y Perú27,39. Una forma de reducir el efecto de la cosecha destructiva es el uso de herramientas adecuadas para cortar las hojas. Los indígenas huaorani y secoya emplean un machete amarrado a un palo de bambú. En el Pacífico colombiano se ha introducido una cuchilla metálica llamada “medialuna” para la cosecha de la palma hermana de la chambira, la mocora ­(Astrocaryum standleyanum, tratada en este libro40), con gran éxito gracias a una serie de campañas de educación y a la repartición efectiva de la herramienta entre las comunidades. Hoy en día se ha ­observado una

notable ­reducción del número de palmas ­ erribadas y las poblaciones están en frand ca recuperación41. En Ecuador, se podrían aplicar estos mecanismos para el manejo de la palma de chambira. Otra práctica que puede contribuir al manejo sostenible de la chambira es su propagación y cultivo en las áreas manejadas por las comunidades indígenas. Existen prácticas de cultivo con la mocora en la Costa ecuatoriana. La mocora se maneja en sistemas agroforestales y en Colombia se realiza resiembra de plántulas27. El manejo de la chambira en agroforestería se ha mencionado con frecuencia7,30,36, pero no se conocen experiencias en este sentido. En Perú tampoco se cultiva la chambira ya que no es económicamente importante y su manejo agroforestal es problemático23. No obstante, la combinación de las prácticas de cosecha no destructivas y un manejo agroforestal son básicos para el aprovechamiento sostenible de la esta palma en Ecuador.




Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

Recuadro 2.

Cosecha de fibra y elaboración de productos de chambira en la Amazonía ecuatoriana

L

a chambira se extrae de la selva para fabricar productos de uso doméstico y artesanías que tienen una gran demanda local y entre los turistas. El proceso de cosecha y producción de artesanías es tradicional en las comunidades indígenas amazónicas (Figuras R2-1 y R2-2).



Elaboración de artículos

Cosecha del cogollo

Desprendimiento de la epidermis

Tejido

Separación de folíolos

Cocción y/o lavado para blanquear

Artículos de uso doméstico y artesanal: • shigras • collares y pulseras • hamacas

Secado al sol

Bosques primarios y secundarios

Comercialización Intermediarios

Ferias locales

Centros turísticos

Consumo local

Consumo nacional

Tintura Acopio y transporte

Trenzado Casas de los recolectores

Casas de los recolectores

Mercado local y nacional

Figura R2-1. Esquema del proceso de cosecha, producción y comercialización de productos de chambira.

A

C

Procesamiento de fibra

Cosecha

B

D

E


2. Chambira

F

G

H

I

J

K

Figura R2-2. Procesamiento de fibra y fabricación de productos. (A) Las hojas cerradas de chambira se cosechan con machete en el caso de palmas de hasta 4 m de altura, o con la ayuda de un palo con gancho en la punta, para palmas de 4–15 m. Cuando las palmas son muy altas (>18 m) también se recurre a tumbarlas para obtener el cogollo. (B, C) Una vez cosechado el cogollo (las hojas más jóvenes), se separan sus folíolos y se acopian para el transporte hasta las casas de los cosechadores. (D, E) La extracción de la fibra se hace en las casas y comienza con en el desprendimiento de la epidermis de los folíolos. Hay quienes cocinan estas tiras durante 30 minutos o las lavan con jabón para luego secarlas al sol. En ocasiones se utilizan tintes vegetales para darles color. (F, G) Con la fibra seca se realiza el trenzado que consiste en colocar la fibra sobre el muslo y torcerla con la palma de la mano que mueve las fibras de un lado al otro hasta formar una piola continua. (H, I, J, K) Con la piola se tejen shigras, hamacas, pulseras y collares. En promedio una shigra mediana requiere 1 hoja de chambira (120 g de fibra), mientras que una hamaca mediana, que se teje con una piola más gruesa entre dos palos verticales de 1 m de longitud, requiere hasta 8 hojas (1 000 g). Fotos: (A–C, E–I ) D. Cruz; (D) S. Espinosa; (J, K) N. García.




Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

Estado de conservación y acciones para preservar la especie El estado de conservación de esta especie no ha sido evaluado en Ecuador. Observaciones de los autores y otros botánicos que trabajan con palmas30,42 sugieren que la especie es cada vez menos frecuente en las cercanías de las comunidades indígenas debido a la práctica insostenible de cortar la palma para extraer su cogollo. Es probable que la especie presente algún grado de amenaza debido esta práctica. Si bien los bosques amazónicos de Ecuador están relativamente bien conservados, existe una presión cada vez ­mayor de ­colonización, proyectos de carreteras y desarrollo de más infraestructura, que favorece la deforestación y la conversión del bosque en pastizales. En Colombia esta especie está considerada como de preocupación menor43. Para preservarla se presenta una lista de acciones tendientes a mejorar su manejo. Recomendaciones para el manejo sostenible de la chambira Cosecha no destructiva: introducir el uso de la “medialuna” para la cosecha de las hojas de la palma de chambira en la Amazonía ecuatoriana. Tiempo intercalado de cosecha: cosechar los cogollos dejando uno de por medio, con una tasa anual de 1–2 hojas cosechadas.



propagar la chambira en viveros comunales y sembrar las plántulas en las áreas de manejo de las comunidades indígenas. Se recomienda seleccionar individuos adultos sanos y cosechar los racimos de frutos maduros antes de que caigan al suelo. Las semillas deben estar libres de patógenos y en la siembra se debe incorporar materia orgánica que permita el buen desarrollo radicular de la plántula. Además es preciso proteger y monitorear el buen estado del semillero para evitar el ataque de roedores.

Reproducción en vivero:

Aprovechamiento de la reproducción natural: debido a la baja tasa de germinación

de las semillas y a la alta mortalidad de plántulas que crecen bajo la palma madre, se pueden recolectar plántulas de regeneración natural y trasplantarlas a sitios cercanos a las casas. Incrementar la rentabilidad: elaborar artesanías que producen una mayor ganancia neta y menor trabajo. Es recomendable diversificar los productos y elevar la calidad para dar un mayor valor agregado al producto. En la Amazonía ecuatoriana se está trabajando con mujeres huaorani para conseguir un certificado verde para las artesanías elaboradas con fibra obtenida de cultivos agroforestales manejados por las mismas mujeres.


2. Chambira

Referencias y notas

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

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P

3 Chontaduro/ chontilla Bactris gasipaes Rommel Montúfar & Josep Rosas

almera de sotobosque con tronco solitario o cespitoso, de 2–18 m de alto, 8–25 cm de diámetro y densamente cubierto de espinas negras de 5–15 cm de largo en los entrenudos o raramente sin espinas (Figura 3-1A–C). Corona formada por 7–20 hojas arqueadas de 2–5 m largo; 90–145 pares de folíolos de 5­ 0–100 cm de largo y ~4 cm de ancho, lanceolados o lineares insertados en el raquis en grupos (3–5) y desplegados en varios planos de orientación; espinas pequeñas de color café amarillento en las venas y márgenes de los folíolos. Base de los pecíolos cubierta de espinas negras. Inflorescencia interfoliar al inicio y posteriormente infrafoliar, ramificada y con pocas espinas; bráctea peduncular persistente y cubierta de espinas (Figura 3-1D y E). Los frutos son drupas de tamaño y forma variable, de esféricos a ovoides (1–12 × 1–7 cm) y de color amarillo a rojo en la madurez1,2,3,4 (Figura 3-1F). Actualmente se reconocen dos variedades de Bactris gasipaes4: gasipaes, localmente conocida como palma de chonta o chontaduro, constituye la forma domesticada por sus frutos y distribuida en las regiones tropicales y subtropicales del neotrópico; y chichagui, localmente conocida como chontilla, es la pariente silvestre, no cultivada, de la variedad gasipaes. La variedad chichagui fue anteriormente identificada como 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

A

B

C

D

E

F

Figura 3-1. (A) Palma de chontaduro cultivada en Puerto Quito, Pichincha. (B) Múltiples infrutescencias en el tallo de chontaduro. (C) Tronco con detalles de las espinas en los entrenudos. (D) Inflorescencia. (E) Infrutescencia. (F) Corte transversal de frutos de chontaduro. Fotos: R. Jarrín




3. Chontaduro/Chontilla

Bactris macana o Bactris dahlgreniana. Ambas variedades son morfológicamente muy similares, pero difieren en el tamaño del fruto, cuyo volumen promedio es de 70 cm3 en la variedad gasipaes y de apenas 2–5 cm3 en la variedad chichagui (datos del occidente de Ecuador5). Caracteres diagnósticos: Palmera cespitosa con tallos de tamaño mediano, espinas en el tronco (aunque existen variedades de la Amazonía sin espinas), espinas pequeñas en los folíolos y asociada a asentamientos humanos. Especies similares: La especie puede confundirse con Bactris setulosa, palmera silvestre y cespitosa con tallos de 4–15 m cubiertos de espinas, que se diferencia del chontaduro por los folíolos centrales de 5–9 cm de ancho y las espinas que forman grupos en la base del pecíolo.

Biología y ecología El chontaduro (variedad gasipaes) es la única palmera domesticada por sus frutos en el neotrópico. Registros arqueológicos sugieren que la domesticación de esta especie data de la época precolombina a manos de los pueblos amerindios6. Culturalmente la domesticación ha estado dirigida a mejorar las características agronómicas del fruto en particular: tamaño, forma, color, sabor y composición química. Por este motivo se ha reportado una amplia variación morfológica, bioquímica y genética1,7,8. El origen de la domesticación del ­chontaduro es todavía discutido: se ha propuesto que en el neotrópico hubo un único centro de domesticación y también se ha planteado la existencia de múltiples e independientes centros7. El chontaduro tiene un rápido crecimiento (1.5–2 m por año) y la producción

de frutos se inicia 3–5 años después de la plantación. Un racimo de frutos puede pesar hasta 19 kg según su origen y las condiciones ambientales, y contiene 75–420 frutos con un peso individual que varía entre 6.7 y 244 gramos. Los frutos (1–9 cm de diámetro) contienen 3.8–225 gramos de mesocarpio y maduran a los 3–4 meses; generalmente se cosechan dos veces al año. En la cosecha principal un tallo del ­chontaduro produce hasta siete racimos y tres en la cosecha secundaria. La palma puede vivir 50–75 años7,9. El chontaduro presenta una polinización cruzada (alógama). Los curculiónidos (Coleóptera) Andrathobius palmarum y Phyllotrox spp. son los principales polinizadores de las poblaciones de c­hontaduro en América Central-Chocó y en la cuenca amazónica respectivamente1. Otros potenciales polinizadores son moscas y abejas. El viento y la gravedad aportan también al movimiento del polen. Los frutos y semillas son dispersados a cortas distancias por aves, roedores y en particular por el hombre1.

Distribución y abundancia El chontaduro está presente desde el noroccidente de Honduras hasta el centro de Bolivia y desde el estuario del Amazonas hasta la costa pacífica de Ecuador y Colombia. Esta especie está adaptada a un amplio rango ecológico en las regiones tropicales y subtropicales, de 0–1 300 m de altitud. Su rango óptimo es debajo de los 800 m de altitud, con precipitaciones de 2 000–5 000 mm/año, sin estacionalidad y temperaturas promedio sobre los 24 °C. En Ecuador, está ampliamente distribuido en las regiones tropicales húmedas 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

3.0

log(abundancia)

2.5 2.0 1.5 1.0 0.5 0.0

Ana

Ach

Ast

Aco

Bga

Figura 3-2. (A) Abundancia de chontaduro (Bactris gasipaes) en transectos de 0.25 ha (11–30 por sitio) establecidos en la Costa (Santo Domingo de los Tsáchilas) y en la Amazonía (Kapawi, Nangaritza y Yasuní). Ana = Aphandra natalia, Ach = Astrocaryum chambira, Ast = Astrocaryum standleyanum, Aco = Attalea colenda, Bga = Bactris gasipaes, Gma = Geonoma macrostachys, Ide = Iriartea deltoidea, Oba = Oenocarpus bataua, Psy = Pholidostachys synanthera, Pae = Phytelephas aequatorialis, Wqu = Wettinia quinaria. (B) Distribución de la especie en Ecuador. Coordenadas geográficas tomadas de la base de datos de los herbarios QCA (Quito, PUCE), AAU (Universidad de Aarhus, Dinamarca) y MO (Tropicos®, Missouri Botanical Garden) y observaciones de los autores. Datos de transectos: Base de Datos de Palmas mantenida por H. Balslev, Universidad de Aarhus. Cartografía: Peder K. Bøcher.



Gma

Ide

Oba

Psy

Pae

Wqu

de la Costa, en las estribaciones andinas bajo los 1 300 m y en toda la región amazónica. Crece en suelos bien drenados (tierra firme). La chontilla está presente en el occidente de Venezuela, la costa caribeña de Colombia, la costa pacífica y las estribaciones andinas occidentales de Colombia y Ecuador, así como en las estribaciones andinas orientales y la Amazonía de Perú, Bolivia y los estados brasileros de Acre,


3. Chontaduro/Chontilla

Rondonia, Amazonas, Mato Grosso y Pará10. En Ecuador se encuentra en bosques húmedos tropicales y subtropicales de la Costa, a 50–1 300 m de altitud y en bosques semisecos de las provincias de Manabí, El Oro, Loja y Los Ríos4. En el año 2004 fue reportada la primera población de chontilla en la Amazonía ecuatoriana, en la cuenca del alto Nangaritza (900–1 200 m de altitud, Zamora-­ Chinchipe)11. La chontilla crece en bajas densidades dentro de pequeños remanentes de vegetación y bosques secundarios.

Usos y mercados El chontaduro se cultiva para la producción de palmitos y frutos. En el caso de los palmitos el cultivo se realiza a escala industrial en la Costa y la Amazonía, y ha adquirido una mayor importancia comercial en las exportaciones no tradicionales de Ecuador en los últimos 10 años (Recuadro 3-1). A pesar de que el consumo de palmito es todavía incipiente a nivel nacional, en el exterior constituye un producto muy apreciado como componente de ensaladas. El cultivo de chontaduro para cosecha del fruto se realiza a escala local, en pequeñas chacras, cultivos de subsistencia, haciendas y sistemas agroforestales. Los frutos, una vez hervidos, tienen una textura harinosa y sabor agradable. Tanto frescos como hervidos son comercializados en mercados locales (Tena, Puyo, El Coca, Macas, Santo Domingo de los Tsáchilas, Quevedo). También se produce y se comercializa a nivel local harina derivada del fruto. En varias regiones de la Amazonía, los aceites derivados del mesocarpio del fruto del chontaduro

son aislados artesanalmente para consumo humano. Sin embargo, uno de los principales productos elaborados con el fruto del c­ hontaduro es la chicha de chonta ampliamente consumida en la región amazónica. El chontaduro es un alimento básico en la dieta local durante el período de cosecha en las comunidades indígenas de la Costa y la Amazonía (Recuadro 3-2). En la población amazónica de Archidona y en las comunidades kichwas de la región se desarrolla la “fiesta de la chonta” entre el 22 y el 25 de abril, época que coincide con los períodos de fructificación del c­ hontaduro. Similares festividades se realizan en localidades shuar de Morona Santiago y Zamora Chinchipe. El fruto también se usa como alimento para animales. La madera del chontaduro es dura, de color café oscuro con un patrón de vetas café claro. Este material es empleado para la elaboración de artesanías, pisos (duelas), muebles de calidad, vigas, encofrados, paneles, instrumentos domésticos, barandas, etc. (Figura 3-3A y C). Los pueblos amerindios han utilizado esta madera para la fabricación de arcos, flechas, cerbatanas y lanzas. En las regiones rurales de la Costa y la Amazonía se usan los troncos del chontaduro como columnas y pilares de casas. Adicionalmente los campesinos derriban los troncos y los abren longitudinalmente como medios de cultivo de las larvas del chontacuro (gusano de la chonta en kichwa), un escarabajo ampliamente consumido por indígenas y colonos en la Amazonía (Figura 3-3B). Una vez que las larvas se han desarrollado dentro del tronco muerto, son recogidas y vendidas para el consumo humano en la región. No existen 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

A

BB

C

D

Figura 3-3. Usos del chontaduro y la chontilla. (A) Ebanistería con madera de chontaduro, Puyo. (B) Venta de chontacuros (larvas) cultivados en los troncos derribados de chontaduro, El Coca. (C) Artesanías elaboradas con madera de chontaduro, Puyo. (D) Elaboración de borroque con frutos de la chontilla, Chone. Fotos. (A, C) J.-C. Pintaud; (B) R. Montúfar; (D) J. Jácome.




3. Chontaduro/Chontilla

reportes de plantaciones de chontaduro con fines de extracción de madera. A diferencia del pariente cultivado, la chontilla (variedad chichagui) tiene una menor importancia por sus usos. Sus frutos se comercializan eventualmente en los mercados locales de Chone, Calceta, Quinindé y Quevedo. Son de menor tamaño que los del chontaduro y con ellos se prepara un alimento típico de esta región denominado “borroque”, para lo cual se procede a la cocción del fruto y la separación de la pulpa de la semilla (Figura 3-3D). También se reporta el uso de esta variedad para la fabricación de chicha de chontilla en el noroeste de Ecuador.

Manejo e impactos de la cosecha La domesticación del fruto fue orientada a la obtención de una fuente primaria de carbohidratos para la dieta. Los pueblos amerindios desarrollaron, a lo largo de cientos o miles de años, un proceso para la selección de frutos con específicas características morfológicas1,8. La domesticación ha favorecido el volumen del mesocarpio y sus características nutritivas (porcentaje de aceites y carbohidratos), pero también ha actuado sobre caracteres secundarios como el tamaño y diámetro del tronco y la presencia o ausencia de espinas, la resistencia a enfermedades, la adaptabilidad ecológica, la productividad de frutos y el área foliar, entre otros caracteres agronómicos1,8. Actualmente el manejo de la variedad gasipaes presenta dos modalidades: (1) un manejo tradicional para cosechar el fruto y (2) un manejo agroindustrial para cosechar el palmito. El primero se opera a pequeña

escala, en cultivos de subsistencia y rústicos sistemas agroforestales donde se cultiva la palmera en muy bajas densidades (<100 plantas/ha) y sin mayores cuidados. Este sistema ha favorecido la generación de una variación morfológica y bioquímica local de los frutos y de otros caracteres agronómicos. Adicionalmente los cultivares (variedades surgidas del cultivo de plantas) pueden intercambiar material genético (a través del polen) con la variedad silvestre o chontilla5. El manejo tradicional ha favorecido la creación y el mantenimiento de cultivares locales y la protección de los cultivos contra pestes y plagas. El manejo agroindustrial del palmito es una actividad económica reciente que se inició hace 26 años y se desarrolla en monocultivos de 5–50 hectáreas en las zonas tropicales de la Costa y la Amazonía. En estas plantaciones se siembra el chontaduro en altas densidades ­(4 ­000–20 000 plantas/ha)1. En el caso particular del noroccidente de Ecuador, el material genético de estas plantaciones proviene principalmente de múltiples individuos domesticados de la Amazonía. Por ello las poblaciones comerciales de palmito son heterogéneas y producen frutos morfológicamente diversos. En estas plantaciones se encuentran dos variantes de manejo: (1) la mayoría de las palmas de chontaduro se mantienen en estado juvenil debido al corte continuo del palmito cada 12–18 meses; consecuentemente estos individuos no intercambian polen con cultivares locales ni con la variedad silvestre (var. ­chichagui); (2) ocasionalmente se permite en las plantaciones el crecimiento de tallos hasta la madurez reproductiva, por lo que estos individuos pueden 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

Recuadro 3-1.

El palmito

E

l palmito extraído de la palma Bactris gasipaes es el principal producto de exportación derivado de palmas nativas en Ecuador. Este producto proviene de la sección apical del tronco y de la sección basal de las hojas nuevas (cogollos). Es de color blanco, textura suave y tiene un sabor delicado. Es objeto de una alta demanda en Europa. A nivel nutritivo, es un alimento rico en carbohidratos, con bajo contenido en grasas y proteínas y una significativa cantidad de vitamina C12.

A

B

C

Figura R3-1.1. (A) Plantación de chontaduro para cosecha de palmitos en Machala, El Oro. (B) Palmitos cosechados y transportados a plantas procesadoras. (C) Venta de palmitos en el mercado de Tena, Napo. (D) Palmitos en conserva. Fotos: (A, B) J.-C. Pintaud; (C, D) R. Jarrín.



En Ecuador el cultivo del palmito se inició en 1987 y el desarrollo de su agroindustria en 1991. Para el año 2009 había 16 000 hectáreas cultivadas en Pichincha, Esmeraldas Santo Domingo de los Tsáchilas, Orellana, Morona Santiago, Zamora Chinchipe, Sucumbíos, Napo, y el sector generó 3 750 empleos directos13. En el año 2011 Ecuador fue el primer exportador de palmito procesado (57 % del mercado mundial), seguido de Costa Rica (15 %) y Bolivia (11 %). En ese mismo año las exportaciones de palmito en

D


3. Chontaduro/Chontilla

conserva representaron el 2.2 % del total de exportaciones no tradicionales del país y una cantidad 73 millones de dólares. Las exportaciones han tenido una tendencia al alza desde 2004, con un incremento tanto en valores como en volúmenes. Sin embargo en 2009 se observó una contracción en el mercado como consecuencia de la crisis económica mundial. De 2008 a 2009 las exportaciones decrecieron en un 26 %, volumen que fue recuperado en los años posteriores12,13. Tabla R3-1.1. Exportaciones de palmito procedente de Ecuador (2000, 2007–2012)14,15. Año

2000

Valor exportado

(en miles de USD)

2007

2008

2009

2010

2011

2012

24 168 67 492 73 646 54 188 61 505 73 442 73 717

Toneladas 14 760 27 600 27 817 23 058 27 658 31 716 30 914 Valor por tonelada 1 637 2 445 2 647 2 350 2 223 2 315 2 384 (en USD)

Los principales destinos de las exportaciones de palmito ecuatoriano son Francia (30 % de la producción nacional, datos de 2012), Chile (18 %) y Argentina (12 %)12 (Figura R3-1.2). 25 000 20 000 15 000 10 000 5 000 0

Francia

Chile Argentina EE. UU. Venezuela Otros

Figura R3-1.2. Principales mercados del palmito ecuatoriano para el año 2012. Barras en negro: valor exportado FOB (en miles de USD); barras en gris: toneladas exportadas. Datos del Banco Central del Ecuador15.

i­ntercambiar polen con cultivares locales o hibridar con la variedad silvestre5. La diversidad generada por el manejo agroindustrial podría contaminar la diversidad genética de los cultivares locales y provocar pérdida o aumento de su diversidad genética con consecuencias impredecibles. Por ejemplo, podría tener un impacto negativo en la producción y calidad del palmito cultivado o mejorar su calidad y adaptación a condiciones locales5.

Estado de conservación y acciones para preservar la especie La conservación de la diversidad genética del chontaduro debe ser prioritaria debido a su importancia en la seguridad alimentaria en América. Lamentablemente varios cultivares han desaparecido o están amenazados por (1) la ampliación de la frontera agrícola para cultivos de ciclo corto como la yuca, el banano o el arroz, (2) la agresiva expansión de la ganadería y (3) la introducción de cultivares desconocidos que contaminan la base genética de los cultivares locales. Las colecciones de germoplasma ex situ son una herramienta importante para la conservación de los cultivares. El Iniap (Instituto Nacional Autónomo de Investigaciones Agropecuarias) cuenta con 121 colecciones agronómicas de chontaduro, pero no se dispone de información sobre la variación genética que alberga esta muestra ni sobre su representatividad en la diversidad nacional7. La conservación de la diversidad genética del chontaduro en fincas y paisajes agrícolas podría ser también una alternativa apropiada de protección in situ. 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

Recuadro 3-2.

E

El fruto del chontaduro

l fruto del chontaduro es una importante fuente de carbohidratos que compite localmente en la Amazonía con productos tradicionales como la papa, el arroz o la yuca. El chontaduro presenta ventajas para su explotación debido a las siguientes características: (a) es fácil de cultivar en sistemas agroforestales, (b) se adapta fácilmente a suelos pobres, (c) es una palma multiusos y (d) sus frutos tienen un importante valor nutritivo1. A pesar de esta última característica y de su valor estratégico en la seguridad alimentaria, la comercialización en Ecuador es estrictamente local y no es objeto de procesamiento industrial. El fruto del chontaduro es rico en carbohidratos y grasas. Los carbohidratos (almidón) representan la mayor proporción de la materia seca del fruto y su cantidad está inversamente correlacionada con el contenido de lípidos. De la pulpa o mesocarpio se obtiene un aceite rico en ácidos grasos insaturados en particular el oleico (50 %) y otros componentes menores de naturaleza poliinsaturada como omega-3, omega-6 y omega-97,16. De la nuez (endospermo) se extrae aceite rico en ácidos grasos saturados en particular el láurico (60 %)16. El fruto tiene bajas concentraciones de proteínas y minerales, pero se ha reportado la presencia de todos los aminoácidos esenciales, y de potasio, selenio y cromo como los minerales más abundantes7. Adicionalmente el fruto es rico en a-tocoferoles (vitamina E) y en carotenoides que desempeñan un papel importante como antioxidantes y en la prevención de enfermedades7. La alta concentración de oleico así como la presencia de ácidos poli-insaturados y de antioxidantes convierten al aceite de la pulpa del chontaduro en un valioso recurso nutritivo, aunque subutilizado en el país.



El fruto del chontaduro debe ser hervido antes de su consumo con la finalidad de eliminar sustancias químicas antinutricionales y de hacerlo más digerible12. Durante el proceso de hervir la fruta también se extrae un aceite rojizo de excelentes cualidades nutritivas; luego se pela el fruto y se separa la pulpa de la semilla. De esta última se obtiene una nuez rica en aceites que se consume directamente o en coladas, una vez secada y molida. La pulpa aislada es fermentada para almacenamiento y posteriormente diluida para elaboración de bebidas (chichas). También se preparan artesanalmente mermeladas, patés y harinas con este producto. La fermentación de la pulpa para la elaboración de la chicha de chonta es muy extendida en las regiones de la Costa y la Amazonía. La chicha constituye un alimento indispensable en la dieta de las comunidades amerindias. Este producto fermentado se consume mezclado con agua como bebida refrescante. Otra forma importante de preservación es el secado del fruto, mediante su exposición al calor y al humo luego de ser colocado en esteras suspendidas por encima del fuego. El fruto también se convierte en harina y con esta se elaboran tortillas parecidas a las de maíz o la farinha. La comercialización del fruto de chonta en Ecuador es local. No se dispone de datos para evaluar el porcentaje de frutos que no son comercializados. En las principales urbes (Guayaquil, Quito o Cuenca) no se conoce el producto ni sus derivados. La falta de innovación agroindustrial en la explotación de este fruto y el escaso conocimiento de su valor nutritivo no han favorecido el desarrollo de mercados importantes. Sin embargo este panorama difiere del de otros países en la región. Por ejemplo en Colombia para 2004


3. Chontaduro/Chontilla

se reportan 7 000 hectáreas de chontaduro cultivadas por el fruto, además del área correspondiente a sistemas de subsistencia, y se calcula un mercado de aproximadamente 20 000 toneladas de frutos cocinados por año12. En Costa Rica se estiman, en el mismo año, 1 500 hectáreas de chontaduro cultivado por el fruto que es ampliamente consumido, cocinado, a lo largo del país y durante todo el año12. El fruto del chontaduro se ve ahora revalorizado por los nuevos procesamientos para

la obtención de alimentos y por su importancia en la seguridad alimentaria en la región. En particular tres nichos de mercado podrían desarrollarse a partir del ­chontaduro con la innovación tecnológica necesaria: (1) harinas para alimentación humana, (2) bebidas nutricionales basadas en el fruto o fermentadas y (3) balanceados para animales. Para ello es importante evaluar el potencial de estos productos, pues la disponibilidad de los frutos, con el sistema actual de cultivo, podría proveer la materia prima suficiente.

A

D

B E

C Figura R3-2.1. (A) Frutos de chontaduro, Tena, Napo. (B) Racimos de frutos de chontaduro para la venta, Tena. (C) Frutos frescos y cocinados para la venta, Tena. (D) Paquetes de pulpa de chontaduro fermentada y cubierta con hojas de plátano. (E) Pulpa de chontaduro fermentada. Fotos: R. Jarrín.




Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

Un importante aspecto en la conservación de la variación intraespecífica constituye el control de la contaminación genética generada por la introducción de cultivares desconocidos15. Por ejemplo en la región Napo-Payamino-Lago Agrio es muy común el cultivar Putumayo de chontaduro que se caracteriza por la producción de frutos grandes y la ausencia de espinas en el tronco. Sin embargo la introducción de un cultivar con espinas y de origen desconocido ha reemplazado al cultivar local1. La integridad genética del cultivar Putumayo está pues amenazada por la hibridación y posibles eventos de introgresión (movimiento de alelos de un cultivar a otro) de este material desconocido. En contraste con el chontaduro, las poblaciones silvestres (var. chichagui) están amenazadas por la deforestación y la



degradación de los bosques en la Costa. La protección de la diversidad genética de la variedad silvestre debe ser prioritaria ya que esta constituye una valiosa fuente de información para futuros programas de mejoramiento genético del chontaduro.

Datos agronómicos El chontaduro es una excelente alternativa en sistemas agroforestales. En condiciones de baja densidad, su cultivo no requiere mayores inversiones en manejo y está libre de pestes. En monocultivos debe enfrentar a la plaga de barrenador del fruto del chontaduro (Palmelampius ­heinrichi, Coleóptera) que puede ocasionar la caída prematura de frutos y la pérdida del 100 % en la producción6. Otras plagas reportadas son el coleóptero ­Rhinostomus barbirostris, los gusanos cogolleros ­(Alurnus spp.) y los hongos ­Monilia spp.


3. Chontaduro/Chontilla

Referencias

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12. Clement C. R., Weber J. C., van Leeuwen J., Astorga-Domian C., Cole D. M., Arévalo L. A. & Argüello H. 2004. Why extensive research and development did not promote use of peach palm fruit in Latin America. Agroforestry Systems 61: 195–206. 13. CICO. Centro de Información e Inteligencia Comercial. 2009. Perfiles de Producto. Perfil del Palmito. CORPEI, Quito. 14. TradeMap. www.trademap.org. Consultado en enero de 2013. 15. Banco Central del Ecuador. http://www.portal. bce.fin.ec/vto_bueno/ComercioExterior.jsp. Subpartida Nandina 2008910000. Consultado en enero de 2013. 16. Montúfar R. & Brokamp G. 2011. Palmeras aceiteras del Ecuador: estado del arte en la investigación de nuevos recursos oleaginosos provenientes del bosque tropical. Revista Ecuatoriana de Medicina y Ciencias Biológicas 32 (1–2): 93–118.





T

4 Coco cumbi Parajubaea cocoides Lucía de la Torre

allo solitario de 6–16 m (27–35 cm de diámetro, Figura 4-1A), con flores de los dos sexos en la misma planta (monoico), de color pardo oscuro, liso, ensanchado en la base. Hojas (20–30) arqueadas, con folíolos dispuestos casi verticalmente. Folíolos plegados regularmente y dispuestos en un mismo plano. Produce simultáneamente varias inflorescencias e infrutescencias entre las hojas (Figuras 4-1B y 4-1C). Flores unisexuales dispuestas en triadas, una central femenina y dos laterales masculinas, en la parte proximal de la inflorescencia, mientras que en la parte distal todas son masculinas1. Flores de color amarillo dorado, las masculinas moradas hacia la punta. Frutos elipsoides (4.5–5 × 2.8–4 cm), verde negruzcos al madurar, con la punta verde, 30–100 en cada infrutescencia2,3. Caracteres diagnósticos: Es una palma con una red de fibras densas, de color canela oscuro que cubre totalmente el tronco. Hojas secas persistentes. Folíolos de color blanquecino plateado en el envés. Infrutescencias interfoliares, en todos los estados de desarrollo simultáneamente. Frutos apiñados cerca del raquis, se ven como racimos alargados de uvas e individualmente parecen cocos en miniatura (Figuras 4-1D y E). Especies similares: Es inconfundible y de fácil identificación4; solamente se encuentra como ornamental. Algunos la encuentran parecida a un cocotero (Cocos ­nucifera), por ello su nombre en inglés: Mountain ­coconut. Sin embargo, el cocotero crece en las tierras bajas de la Costa y se cultiva ocasionalmente en la Amazonía. 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

A

B

D

C

E

Figura 4-1. (A) Individuos de coco cumbi en una quinta en Tumbaco. (B) Inflorescencias, Puéllaro. (C) Detalle de la inflorescencia visitada por abejas (Apis mellifera scutellata), Puéllaro. (D) Infrutescencia. Se observa la característica red fibrosa densa alrededor del tronco, Puéllaro. (E) Partes del fruto de coco cumbi (epicarpio, mesocarpio, endocarpio). Fotos: (A) M. Pallares; (B–D) L. de la Torre; (E) R. Jarrín. Tumbaco y Púellaro son valles secos ubicados en las afueras de Quito.




4. Coco cumbi

Biología y ecología En Ecuador se observa esta palma con flores y frutos durante todo el año y en Colombia se ha registrado su floración y fructificación en octubre4. No existen publicaciones sobre sus polinizadores, pero las flores son visitadas por gran cantidad de abejas europeas africanizadas, Apis ­mellifera scutellata. No se conocen los dispersores naturales de sus frutos debido a que la especie no ha sido registrada en la naturaleza y su distribución se debe enteramente a que la gente la cultiva en distintas ciudades y jardines del callejón interandino.

Distribución y abundancia Hasta hace poco solo se conocían registros de cultivo de esta especie en los Andes ecuatorianos y el sur de Colombia entre 1 500–3 000 m y no se conocían p ­ oblaciones silvestres ni su origen en la ­naturaleza4,5. Se

han planteado dos hipótesis sobre sus orígenes. La primera sugiere que las poblaciones silvestres del coco cumbi se extinguieron; la segunda que nunca existieron y que se trata de una forma cultivada de P. torrallyi, que crece naturalmente en los valles interandinos secos de Bolivia5. Habrían sido clérigos jesuitas quienes la trajeron a Ecuador y Colombia6. Sin embargo, en el año 2010 se reportó una población silvestre en las estribaciones occidentales de la cordillera de los Andes, a 1 900 m, en el departamento de Cajamarca, en el poblado de Tabaconas, al norte de Perú7. El encuentro consiste en una docena de palmas, todas de una edad estimada entre 100 y 150 años, que crecen entre las casas del pueblo. Los jardineros en Quito la consideran una palma muy ornamental y por eso comúnmente está adornando plazas, avenidas, conventos, haciendas antiguas y casas de campo. Actualmente se cultiva esporádicamente en California (centro y norte), Nueva Zelanda y Australia2,8.

Figura 4-2. Distribución de coco cumbi (Parajubaea cocoides) en Ecuador. Coordenadas geográficas tomadas de la base de datos de los herbarios QCA (Quito, PUCE), AAU (Universidad de Aarhus, Dinamarca) y MO (Tropicos®, Missouri Botanical Garden). Cartografía: Peder K. Bøcher.




Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

Usos y mercados

Tabla 4-1. Comercialización nacional de

Ornamental: Esta palma es utilizada

principalmente como planta ornamental y se trata de su único uso comercial. Se propaga y comercializa en viveros privados y municipales en Quito y sus alrededores (Nayón, Tumbaco) y también en Ibarra. Es una de las plantas ornamentales más apreciadas en las ciudades de la región andina9 (Figuras 4-3A–C). Se considera una planta cara en comparación con otras especies ornamentales. Los comerciantes establecen su precio de acuerdo al tiempo que demora en germinar y crecer (Tabla 4-1).

A

C

P. ­cocoides para uso ornamental. Fuente: datos originales obtenidos en viveros de Nayón y Cununyacu (Quito). Producto

Palmas de 60 cm de altura total (~8 hojas) Palmas con tronco de 1 m de altura Palmas con tronco de 6 m de altura Palmas con tronco de 8 m de altura

Procesamiento

Germinación y cuidados en bolsas plásticas con sustrato Germinación y cuidados en bolsas plásticas con sustrato Banqueo (se trasplanta con pan de tierra, grúa y camión) Banqueo (se trasplanta con pan de tierra, grúa y camión)

Precio al consumidor (USD)

25 150–180 1 800 2 500

B

D

E

Figura 4-3. (A) Plántulas para la venta en un vivero en Nayón, en las afueras de Quito. (B) Coco cumbi adornando una moderna avenida en Quito. (C) Coco cumbi en un parque en Otavalo, Imbabura. (D) Endospermo comestible. (E) Endocarpio usado en varios juegos tradicionales y para hacer artesanías. Fotos: (A–C) L. de la Torre; (D, E) R. Jarrín.




4. Coco cumbi

Alimenticio: Es muy apreciada por su

semilla comestible que tiene un sabor dulzón parecido al coco9,4 (Figura 4-3D) con la que se elaboraban dulces tradicionales como las melcochas. Los frutos se pueden cosechar directamente del árbol con una horqueta o esperar a que caigan cuando ya están totalmente maduros. Pueden tardar hasta ocho meses en caer y hay quien opina que el sabor de la semilla es mejor si se espera hasta tanto. Se rompen los frutos con una piedra o mazo para llegar al endospermo carnoso comestible. El coquito puede almacenarse por años y seguir listo para el consumo. Un posible uso adicional es como alimento de cuyes y se ha sugerido que se puede obtener aceite de su endospermo2. Social: El endocarpio se usaba para juegos tradicionales como el pepo o la bomba para el que se pueden utilizar también canicas (Figura 4-3E). Este juego consiste en lograr sacar cocos apostados dentro de un círculo dibujado en el suelo, golpeándolos con esferas de metal más pesadas. Las canicas de cristal y metal los desplazaron hace aproximadamente 50 años. Algunos practicantes del juego aseguran que no se utilizaba esta especie sino cocos de Jubaea ­chilensis que se importaban de Chile y se vendían en el centro de Quito. Artesanal: El endocarpio es tallado para fabricar adornos9 como anillos y pipas.

Marco regulatorio y prácticas de control Es una palma cultivada por lo que en su caso no rige la normativa que regula el uso comercial de las palmas silvestres. En

cuanto a su manejo y comercialización en viveros forestales para forestación y reforestación, la Ley Forestal estipula que el establecimiento, explotación y administración de viveros deben estar bajo la supervisión y control técnico del Ministerio de Ambiente del Ecuador (MAE)10.

Estado de conservación y acciones para preservar la especie No se conoce con certeza si la especie está extinta en la naturaleza ecuatoriana pero hasta el momento no ha sido registrada por los botánicos en estado silvestre en el país. Su conservación se practica a través de su cultivo. El Municipio de Quito, a través de la iniciativa “Quito, hábitat silvestre”, ha identificado 24 especies emblemáticas de la ciudad. Curiosamente, el coco cumbi o palma de Quito no está incluido en este grupo de especies. Esta palma, parte del paisaje andino, un ícono de las ciudades de esta región y con un gran valor cultural y alimenticio, debería ser parte de dicha lista, lo que contribuiría a su preservación.

Manejo agronómico En condiciones normales la semilla tiene una latencia de seis meses a un año. Si se almacena a 4 C° se conserva hasta por 10 años11. Es posible someterla a tratamientos pregerminativos (Recuadro 4), en función de los cuales, así como de la humedad del sustrato y de la temperatura, su germinación puede tardar comúnmente de 2–6 meses a 1–2 años8. La humedad en la semilla es el detonante de la germinación8. Técnicos del Laboratorio de ­embriología del Vivero de Cununyacu del Municipio de Quito han conseguido 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

Recuadro 4.

Procedimientos para la germinación de Parajubaea cocoides

Los tratamientos pregerminativos que pueden aplicarse son: 1. Secar los frutos en un lugar seco y cálido durante al menos dos meses8. 2. Colocar los frutos secos ocho días en tierra negra, arena muy húmeda o en un costal en un reservorio con agua. 3. Retirar el epi y mesocarpio (Figura ­R4-1A) y limar o esmerilar el endocarpio por el lado contrario de los “ojos” o micrópilos antes de humedecerlo para la siembra. 4. Aislar el embrión y colocarlo en un medio de cultivo in vitro. El endocarpio húmedo puede sembrarse directamente en una bolsa plástica con sustrato a una profundidad dos veces superior a su tamaño (Figura R4-1B), o bien enterrándolo sólo hasta la mitad. Puede también colocarse en una cama de germinación, hasta que aparece el primer brote, trasladándolo entonces a una bolsa plástica con sustrato. Las semillas

A

pueden germinar dejándolas directamente sobre la superficie del sustrato cubiertas por una capa húmeda de turba de musgo. Algunos cultivadores esperan a que la germinación ocurra naturalmente debajo de la palma madre y cuando aparece el primer brote se traslada la plántula a bolsas plásticas con sustrato. El sustrato donde se siembra puede estar compuesto por tierra negra cascajo y abono orgánico, solamente por tierra negra, por arena lavada de río y turba canadiense o por perlita. Se recomienda regar los sitios de germinación una vez cada ocho días.

B

Figura R4-1. (A) Uno de los tratamientos pregerminativos consiste en remojar los frutos para retirar el epi y mesocarpio con facilidad. (B) El endocarpio húmedo puede sembrarse directamente en una bolsa plástica con sustrato. Fotos: L. de la Torre.




4. Coco cumbi

­ isminuir el tiempo de la germinación a d 45 días, al colocar directamente el embrión en un medio de cultivo in vitro11. Se consideran palmas delicadas y sensibles. Pueden morir durante el trasplante o el deshierbe debido al maltrato las raíces. Se recomienda no trasplantarlas ya que producen raíces rectas muy profundas8. Ocasionalmente los viveristas compran palmas adultas de predios privados y las trasladan a sus viveros o a los sitios definitivos de siembra. Para hacerlo se procede al banqueo que consiste en hacer una zanja alrededor de la palma con el fin de formar una bola de pan de tierra o cepellón donde quedan confinadas las raíces. La palma, con el pan de tierra envuelto en

una lona o costal, se retira con una grúa para su transporte en camión. En los viveros en Quito se fertilizan las palmas principalmente con abono orgánico y en ocasiones con abonos químicos foliares. Necesitan agua al menos una vez por semana y lugares soleados. Son capaces de crecer a pleno sol8,12. Es una palma de lento crecimiento cuando joven. En producir su primera inflorescencia puede demorar de 10–20 años13, pero cuando alcanza la madurez puede llegar a crecer aproximadamente un metro cada tres años13. Está adaptada a climas templados, no resiste temperaturas superiores a los 30 °C pero sí heladas, vientos y cortas sequías8,12.




Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

Referencias y notas

1. Sánchez de Lorenzo-Cáceres J. M. 2001. Guía de las plantas ornamentales. Ediciones Mundi-Prensa. Madrid. 2. National Research Council. 1989. Lost Crops of the Incas: Little-known Plants of the Andes with Promise for Worldwide Cultivation. The National Academies Press. USA. 3. Observación personal. Conteo de tres racimos realizado con frutos de P. cocoides cosechados en Puéllaro, en las afueras de Quito. 4. Galeano G. & Bernal R. 2010. Palmas de Colombia - Guía de Campo. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. 5. Moraes R. M. & Henderson A. 1990. The genus Parajubaea (Palmae). Brittonia 42: 92–99. 6. Orozco Efraín cultiva palmas en Cuzco Perú y se ha interesado en recopilar información sobre el origen de P. cocoides. Comunicación personal. 7. Roca-Alcázar F. 2010. Parajubaea cocoides, a new record for Peru. Palms 54: 133–136. 8. Fullington J. G. 1987. Parajubaea – an unsurpassed palm for cool, mild areas. Principes 31: 172–176. 9. Borgtoft-Pedersen H. & Balslev H. 1993. Palmas útiles: especies ecuatorianas para agroforestería y extractivismo. Abya-Yala. Quito. 10. Gobierno del Ecuador. 2004. Ley Forestal y de Conservación de Áreas Naturales y Vida Silvestre. Registro Oficial Nº 64: 24/08/1981 [Codificación: Registro Oficial Suplemento Nº 418: 10/09/2004]. Quito. 11. Aguilar Segundo, técnico experto en germinación del Vivero de Cununyacu del Municipio de Quito. Comunicación personal. 12. PACSOA (Palm and Cycad Societies of Australia). 2012. Palms. http://www.pacsoa.org. au/palms/Parajubaea/cocoides.html. Consultado en diciembre de 2012. 13. Golden Gate Palms and Exotics. 2009. Parajubaea cocoides. http://www.goldengatepalms. com/public_html/coconut.htm. Consultado en diciembre de 2012.




P

5 Mocora Astrocaryum standleyanum Janice Jácome & Rommel Montúfar

almera solitaria de 8–15 m de alto y 25–30 cm de diámetro, monoica (una misma planta tiene flores masculinas y femeninas). Tallo densamente cubierto de espinas negras y aplanadas de hasta 20 cm de largo. Corona semicircular con 8–20 hojas pinnadas de hasta 7 m de largo, erectas en la base y arqueadas hacia la punta. Cada hoja con ~120 pares de folíolos ordenados en grupos, con vellosidades blanquecinas y espinas en los bordes; vaina de 1–1.5 m de largo, pecíolo de ~1.5 m y raquis de 2–4 m. Inflorescencia interfoliar de hasta 3.2 m de largo, erecta o arqueada; pedúnculo de 1–2 m de largo y raquis de 0.5–1.2 m con ~200 raquillas. Infrutescencias con ~400 frutos obovoides (5–6 × 2.7–3.5 cm, con la parte más ancha hacia el ápice), de textura áspera y anaranjados en la madurez1,2. Las hojas y las estructuras reproductivas están densamente cubiertas por espinas aplanadas (Figura 5-1).­ ­Caracteres ­diagnósticos: Palmera arborescente con tronco densamente cubierto de espinas. Folíolos ordenados en grupos de 2–5, orientados en diferentes planos y recubiertos en su cara inferior por tomento blanquecino. Infrutescencia péndula. Distribución restringida al occidente de Ecuador. ­Especies ­similares: Varias especies del género ­Bactris comparten la distribución geográfica de la mocora, pero presentan espinas cilíndricas y la cara inferior de los folíolos carece de tomento blanquecino1. Aparte de la mocora, en Ecuador habitan tres especies del género Astrocaryum pero todas son amazónicas. 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

A

B

C

D

E

Figura 5-1. (A) Palma de mocora en la vía Tonchigüe-Muisne, Esmeraldas. (B) Espinas en los entrenudos del tronco. (C) Envés de una hoja con tomento blanquecino en los folíolos y espinas en el raquis. (D) Infrutescencia. (E) Fruto entero y cortado; endocarpio marrón, endospermo blanco y mesocarpio anaranjado. Fotos: R. Jarrín.




5. Mocora

Biología y ecología La mocora crece en ambientes con distinto régimen de precipitación y estacionalidad en la Costa ecuatoriana3,4 (Figura 5-2). Al igual que otras especies del género Astrocaryum, la mocora es polinizada por escarabajos de las familias curculiónidos y nitidúlidos, pero no se conoce de qué especies se trata5–8. La mocora puede florecer y fructificar durante todo el año, aunque existe un pico de floración al inicio de la estación lluviosa (diciembre y enero) y sus frutos generalmente maduran y caen de la palma entre agosto y noviembre. En noviembre pueden observarse simultáneamente bro­ tes florales e infrutescencias maduras en la misma planta. Este patrón fenológico de floración y fructificación también se ha encontrado en Panamá y Colombia9,10. Los frutos y semillas de la mocora son alimento de monos, ardillas (Sciurus aestuans), raposas (Marmosa spp.), coatíes (Nasua spp.), murciélagos y aves11,12,13. Una vez maduros, los frutos caen y son consumidos por pecaríes (Pecari spp.) y varias especies de roedores que dispersan sus semillas, como las guantas (Cuniculus paca), guatusas (Dasyprocta spp.) y coatíes (Nasua spp.), que las entierran en épocas de abundancia y olvidan posteriormente sus escondites, lo que asegura la germinación de algunas semillas10,11,14. La germinación puede ocurrir hasta tres años después de la dispersión15.

Distribución y abundancia La palma se encuentra a lo largo de la costa del Pacífico, en Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Colombia y Ecuador. En Ecuador está presente en las tierras bajas del litoral,

usualmente entre 200 y 500 m de altitud. Su rango ecológico incluye los bosques húmedos de Esmeraldas, así como los bosques deciduos y semideciduos de Manabí, Santo Domingo de los Tsáchilas, Los Ríos, Santa Elena, Guayas y El Oro. Según varios estudios, tanto los adultos como los juveniles de la palma tienen bajas densidades en el litoral ecuatoriano. La mocora se encontró en seis de 14 localidades estudiadas en la Costa: La Mayronga y Cerro La Tunda en Esmeraldas, Bosque Protector La Perla y hacienda Irena en Santo Domingo de los Tsáchilas, Río Palenque y Jauneche en Los Ríos. La densidad de adultos y juveniles en 0.1 ha fue de 2–6 individuos en Río Palenque y La Mayronga, respectivamente3, mientras en el Bosque Protector La Perla, se encontró que la mocora tiene una densidad muy baja en comparación con otras palmeras arborescentes, como Iriartea ­deltoidea, S­ocratea exhorriza y Synechanthus warscewiczianus4. Históricamente, la provincia de Manabí ha albergado grandes poblaciones silvestres de mocora, pero en la actualidad, la mayoría se restringen a remanentes de bosque ubicados en zonas de difícil acceso, ya sea en planicies o en montañas de la Costa. Individuos aislados, especialmente de adultos, se encuentran formando parte de sistemas agroforestales y silvo-pastoriles16 (Figura 5-1A).

Usos y mercados El principal uso de Astrocaryum s­ tandleyanum constituye la fibra seca o paja mocora, aislada a partir de las hojas jóvenes (cogollos). Entre los principales productos elaborados con esta fibra se encuentran: • El sombrero masculino de ala ancha, conocido como “pava”, es el principal 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

3.0

log(abundancia)

2.5 2.0 1.5 1.0 0.5 0.0

Ana

Ach

Ast

Aco

Bga

Figura 5-2. (A) Abundancia de mocora (Astrocaryum standleyanum) en transectos de 0.25 ha (11–30 por sitio) establecidos en la Costa (Santo Domingo de los Tsáchilas) y en la Amazonía (Kapawi, Nangaritza y Yasuní). Ana = Aphandra natalia, Ach = Astrocaryum chambira, Ast = Astrocaryum standleyanum, Aco = Attalea colenda, Bga = Bactris gasipaes, Gma = Geonoma macrostachys, Ide = Iriartea deltoidea, Oba = Oenocarpus bataua, Psy = Pholidostachys synanthera, Pae = Phytelephas aequatorialis, Wqu = Wettinia quinaria. (B) Distribución de la especie en Ecuador. Coordenadas geográficas tomadas de la base de datos de los herbarios QCA (Quito, PUCE), AAU (Universidad de Aarhus, Dinamarca) y MO (Tropicos®, Missouri Botanical Garden) y observaciones de los autores. Datos de transectos: Base de Datos de Palmas mantenida por H. Balslev, Universidad de Aarhus. Cartografía: Peder K. Bøcher.

producto derivado de la fibra de mocora en Manabí. También se elaboran sombreros de ala corta para hombre y mujer. Los sombreros pueden llevar bordes de “mocora pintona” o de “mocora negra” 

Gma

Ide

Oba

Psy

Pae

Wqu

(tonalidades más oscuras de la fibra). Las pavas para mujer llevan generalmente bordados de “fibra sacada” (cara superior y lustrosa del folíolo), tinturada con anilina. Las trenzas de fibra se unen en máquinas de coser donde se da forma a los sobreros desde la copa hasta el ala. El precio de un sombrero varía según su calidad. Por ejemplo, en el año 2011 era


5. Mocora

de 1.50–6 USD. El sombrero se comercializa principalmente en la Costa, donde es usado a diario por los montubios y durante los bailes folclóricos. • Los “petates” son esteras o tapetes tejidos, generalmente del tamaño de una cama. Por su frescura son muy utilizados en las regiones rurales y cálidas de Ecuador, a manera de colchón o sobre este. También se los emplea para recubrir las paredes internas de caña guadua ya que protegen del viento y la humedad. El precio de un petate era de 3–15 USD en el año 2011. El petate se comercializa a nivel nacional. • Las hamacas de mocora se fabrican con fibra sacada y torcida, generalmente sin Producto

tinturar. Durante el siglo XIX fueron un emblema de la sociedad guayaquileña; hoy es un objeto de uso relegado al sector rural. Actualmente la fabricación de hamacas se realiza en Isidro Ayora, una localidad ubicada 56 km al noroeste de Guayaquil. El precio de una hamaca de mocora era de 20–30 USD en el año 2003. Se la comercializa a nivel nacional. Otros productos derivados de la mocora son descritos en la Tabla 5-1, donde se explica el proceso de elaboración y comercialización de productos. Tabla 5-1. Productos derivados de la fibra de mocora en Ecuador

Procesamiento

Muebles Mesas, sillas, biombos, armarios, cunas y baúles

La fibra trenzada es tejida y envuelta sobre armazones de hierro para dar forma a variadas piezas

Artículos domésticos Escobas y canastos.

Las venas de los folíolos son agrupadas y atadas a una estaca de madera para formar una escoba rudimentaria. La fibra se teje para elaborar bolsos, cinturones, calzado y adornos.

Artesanías varias Vestimenta, calzado, accesorios personales y para el hogar

Escala de comercialización

Nacional

Precio unitario al consumidor en USD (año)

15–100 (2011)

No se comercializan

Nacional

Bisutería Anillos

La semilla se corta en secciones transversales que sirven para formar anillos. Se retira el interior compacto y se pule el aro resultante.

No se comercializan

Alimentos

Se consumen la pulpa madura y el coco inmaduro y ocasionalmente el palmito y la "manzana" (cotiledón).

No se comercializan

"Madera" Se derriba la palma y se extrae el tronco Pilares para construcción de casas en secciones adecuadas retirándose las espinas. En ocasiones se lo lija y se le aplica laca.

No se comercializan

1–10 (2011)




Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

La cosecha de mocora se realiza durante todo el año, pero en invierno (diciembre–abril) decrece la disponibilidad del recurso en los mercados debido a que las vías están en mal estado y el transporte de la materia prima desde los sitios de cosecha es limitado. En el año 2011 el precio del quintal de folíolos frescos fluctuó entre 6 y 9 USD (0.6–0.7 USD por cogollo). Sin embargo, en períodos de sobreoferta del producto, el precio del quintal de fibras baja a 3–4 USD y en períodos de escasez sube hasta 12 USD. Cosechadores de los alrededores de ­Calceta a­ firman haber vendido 10 quintales de fibra fresca durante el verano y 4–5 quintales durante el invierno de 2011. Las ganancias generadas por la venta de fibra fresca siguen siendo marginales para la economía de los cosechadores (Figura 5-3). En Manabí los artesanos se aprovisionan de la materia prima principalmente en los mercados de los cantones Junín y Pichincha y en los centros de acopio de

Calceta. La compra de fibra en Junín se realiza los domingos y en Calceta los sábados. En estos mercados se venden principalmente folíolos frescos en bultos de un quintal y eventualmente también rollos de fibra trenzada. Los productos ya elaborados se comercializan en varias ciudades como Calceta, Montecristi, Chone, Portoviejo, Esmeraldas, Isidro Ayora, Cuenca, Quito, Guayaquil, Huaquillas y Machala, aunque al parecer su demanda va disminuyendo en las urbes. Los tejedores de fibra de mocora procuran proteger sus magras ganancias comprando directamente la fibra fresca al cosechador en lugar de hacerlo en un centro de acopio; así se obtiene una materia prima más fresca y más barata. En ocasiones existe un intermediario en la cadena de valor de los sombreros, quien se encarga de acopiar los productos de la mayoría de artesanos locales y por su negocio obtiene mayores ganancias que las de los artesanos. Pero es el vendedor final

Figura 5-3. Cadena de valor de la producción de sombreros de fibra de mocora para hombre en Manabí y Esmeraldas. a) BIENES COMERCIALIZADOS

c) TRANSFORMACIÓN, COMERCIALIZACIÓN O PROCESOS ADMINISTRATIVOS Y LOCALIDADES

b) ACTORES (ganancia por palma)



Fibra mocora

Hojas (folíolos) Cosechador (0.67 USD)

Artesano (1.35 USD)

Intermediario (3.75 USD)

Sombreros de fibra mocora para hombre Comerciante (16.25–21.25 USD)

Consumidor final

Cosechador

Artesano

Intermediario

Comerciante

Consumidor final

Cosecha los cogollos y separa los folíolos del raquis. Arma los atados y bultos para la venta.

Prepara las fibras y fabrica los sombreros. La preparación de fibras comprende: remoción de espinas y venas, cocción, secado y blanqueado de la fibra y, por último, trenzado. Los artesanos compran la fibra fresca directamente al cosechador. A partir de cada palma cosechada se producen 5 sombreros.

Compra los sombreros al artesano y los revende al comerciante.

Compra los sombreros al intermediario y los revende al consumidor final.

Compra los sombreros en los centros urbanos de Manabí, como Chone, Portoviejo y Calceta, entre otros.

El cosechador es generalmente el dueñode la propiedad y transporta el recurso hasta los mercados y centros de acopio.

Algunos artesanos solo trenzan la fibra y otros solo fabrican los sombreros. Sin embargo, la mayoría de artesanos se encargan de ambas actividades.

No aporta valor agregado.

No aporta valor agregado.

Manabí y Esmeraldas

Aporta valor agregado.

Calceta (cantón Bolívar)


5. Mocora

quien recibe los mayores beneficios. Los artesanos entrevistados afirman que les gustaría obtener ganancias mejores pero reconocen que la venta de los productos no es su fuerte y dependen del intermediario para acceder a los mercados finales. Pocos artesanos logran vender directamente el producto al consumidor final y por lo general son personas que llevan décadas en el negocio y gozan de cierto reconocimiento local. A finales del siglo XIX, los artículos elaborados con mocora fueron importantes rubros de exportación. En 1907 la exportación de tales productos alcanzó su clímax y representó el 0.8 % del total de exportaciones en ese año. Posteriormente los registros señalan que entre 1981 y 1991 la fibra de mocora y sus productos derivados fueron exportados principalmente hacia Perú y Japón. En 1987, el año de mayor exportación de la década, la mocora representó apenas el 0.05 % del valor total de ingresos por exportaciones y se generaron ingresos por 80 500 USD, siendo Perú el mayor comprador de la fibra, seguido de Japón (trenzas y artículos elaborados, 16 %) y otros países (4 %)16. En la actualidad no es posible realizar un seguimiento de las exportaciones de productos de m ­ ocora pues el Banco Central del Ecuador ubica dentro de una misma partida arancelaria de exportación las artesanías de paja toquilla (Carludovica palmata) y paja mocora.

Manejo e impactos de la cosecha La fibra de mocora se cosecha de palmas que crecieron espontáneamente

en los bosques o que fueron dejadas en pie cuando el bosque fue removido para convertirlo en campo de cultivo. Una de las provincias donde más se ha utilizado históricamente la mocora es Manabí. Encuestas realizadas en 2011 en Calceta indican que en la década pasada la mayoría de familias se dedicaban al trabajo con la mocora; actualmente son pocas las que lo hacen18. Tradicionalmente en esta provincia se han cosechado los cogollos o los racimos de frutos de la mocora empleando una cuchilla fijada al extremo de un tallo de bambú, localmente llamada podadera o “puadera”, pero, cuando la palma es demasiado alta se la derriba16. El manejo de la mocora difiere entre grupos humanos de distinta ascendencia cultural. Los cosechadores mestizos de Calceta aseguran que cada palma produce seis cogollos al año y que ellos cosechan de manera intercalada solo tres de ellos. Así permiten que los restantes se expandan en hojas y que la producción de cogollos sea sostenible. Los mestizos de la provincia de Esmeraldas dejan en pie la mocora cuando los bosques naturales son removidos, con la intención de utilizar las palmas a futuro19. Aun así algunos campesinos deciden talar las palmas del pastizal, pues consideran que sus espinas son un peligro para el ganado. Los indígenas chachi utilizan normalmente un método menos amigable de cosecha, que consiste en derribar las palmeras para evitar el tronco densamente cubierto de espinas y acceder más fácilmente a las hojas que también están cubiertas de espinas. Para ellos es habitual colectar la fibra en el bosque, pues no suelen dejar la palma en sus potreros19. 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

A

B

C

D

E Figura 5-4. Materia prima y productos fabricados con fibra de mocora. (A) Atados de folíolos, Calceta, Manabí. (B) Venta de carteras para mujer, Canoa, Manabí. (C) Estera o petate. (D) Sombrero para mujer con fibra “sacada” teñida y bordada. (E) Venta de muebles de hierro forrados con fibra trenzada, mercado Santa Clara, Quito. Fotos: (A, C, D) J. Jácome; (B y E) R. Montúfar.

Marco regulatorio y prácticas de control La extracción, manufactura y comercialización de productos derivados de A. standleyanum se realiza de manera informal, sobre todo en zonas rurales. No se emiten facturas por parte de cosechadores, vendedores intermediarios o tejedores en ciudades como Calceta o Junín. 

Encuestas informales realizadas por los autores revelan que tanto cosechadores como tejedores y funcionarios de las municipalidades de Chone, Calceta y Junín, desconocen la existencia de alguna normativa legal que regule el aprovechamiento de este recurso forestal no maderable y concuerdan en que no se necesitan permisos municipales o gubernamentales para


5. Mocora

esta actividad. Se aduce que el recurso se extrae de propiedades privadas y que por ende no hay necesidad de regulación. En cierta medida esta actitud ha facilitado la cosecha y ha permitido que las palmas no sean tumbadas por completo ya que los campesinos las conservan por su utilidad. Si tuvieran que someterse a trámites burocráticos para cosecharlas, probablemente las ganancias obtenidas no compensarían tales molestias y las palmas correrían el riesgo de ser taladas por innecesarias. Dada la informalidad de la cosecha, no existen registros de la cantidad de fibra extraída y comercializada, ni de los volúmenes de artículos producidos.

Estado de conservación y acciones para preservar la especie La transformación del bosque en tierras de cultivo y pastoreo, así como la cosecha excesiva y destructiva, han reducido sistemáticamente las poblaciones de mocora. Por ejemplo en Manabí la palma se restringe a pequeños remanentes de vegetación, a pastizales sin regeneración natural y a sistemas agroforestales. Históricamente extensas y densas poblaciones de mocora se encontraban en las regiones con colinas del centro de la provincia. Estas han sido reemplazadas paulatinamente por cultivos de banano20. En Esmeraldas la deforestación constituye la principal amenaza para la supervivencia de poblaciones de bosques tropicales lluviosos y en El Oro los registros de esta especie son escasos. Otro aspecto que disminuye la población a largo plazo es la falta de regeneración natural en los potreros y otros ambientes intervenidos por el hombre.

Por ejemplo en 2012, en un recorrido de 90 km en la vía El Carmen-Pedernales, en Manabí, se observaron ~30 individuos adultos pero ni un solo juvenil creciendo en los potreros que se encuentran al margen de esta carretera. En los sitios donde todavía existe la mocora, la cosecha excesiva puede también provocar la reducción poblacional a largo plazo21. A pesar de que las poblaciones de ­mocora están disminuyendo en Ecuador, la especie no es considerada como amenazada por la UICN22 debido a que es común dentro de su amplio rango de distribución geográfica. Sin embargo en Ecuador la mocora puede considerarse una especie amenazada por la degradación del hábitat y la cosecha descontrolada de sus hojas. Actualmente las poblaciones silvestres solo se encuentran en áreas protegidas, como Mache-Chindul y Cotacachi-Cayapas, en Esmeraldas. Las acciones para preservar la especie incluyen estudios de su domesticación y cultivo (germinación, crecimiento, con­ diciones para el desarrollo). Es impor­ tante determinar la edad a la que las palmas pueden ser cosechadas y el nivel de cosecha permitido21. La especie podría ser considerada dentro de los planes de reforestación y restauración y ser incluida en sistemas agroforestales. Se sugiere incorporarla a los programas nacionales de protección de germoplasma ex situ para desarrollar su domesticación.

Datos agronómicos Varias especies de coleópteros (escarabajos) son considerados plagas para esta especie. El brúchido Pachymerus ­bactris ataca a los frutos antes de que sean 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

Recuadro 5.

P

Obtención de la fibra de mocora

ara extraer la fibra se cosechan los cogollos (uno por palma) y se separan los folíolos del raquis. Con los folíolos de 10–15 cogollos se forman bultos de un quintal. Este material es vendido o procesado en un máximo de tres días, para que no se seque o descomponga. El trabajo del artesano inicia con la remoción de los folíolos y de la vena principal de cada uno, dejando sus dos fragmentos longitudinales fusionados en la base. De manera opcional se hierve el material entre 15–20 minutos para que se seque más rápido y no se arquee. La fibra es secada durante 2–7 días. Existen diferencias entre grupos humanos en cuanto al secado. Los afroecuatorianos secan la fibra a la sombra, pues emplean

folíolos de cogollos y de hojas expandidas para elaborar los tejidos y el sol alteraría el color original de la fibra. Por otro lado los mestizos la secan al sol, precisamente para blanquear la fibra19. Actualmente algunos artesanos todavía sahúman la fibra con la finalidad de blanquearla. Este proceso consiste en colocarla dentro de un horno rústico de madera en cuya parte inferior se coloca carbón y azufre. Durante 4–6 horas las fibras reciben el humo. Ya blanqueadas, están listas para ser dobladas, recortadas y planchadas. Pueden ser trenzadas o no, dependiendo del producto a fabricarse.

B

A

C

D

Figura R5-1. Manufactura de sombreros de mocora en Calceta, Manabí, en secuencia de producción. (A) Se retiran la vena principal y las espinas de cada folíolo. (B) Se hierven los folíolos. (C) Los folíolos se secan al sol. (D) La fibra se blanquea con azufre en un horno de madera o “sahumadora”. (E) Cada folíolo seco se dobla por la mitad y se aplana sobre metal. (F) Se recorta la fibra. (G) Se elaboran las trenzas de tres hebras. (H) Se planchan las trenzas. (I) Se da forma al sombrero en una máquina de coser. Fotos: J. Jácome.




5. Mocora

E

F

G

H

­ ispersados. Otro ataque más devastador d es el de los escarabajos escolítidos del género Coccotrypes, que se aprovechan del fruto una vez caído y pueden destruir hasta el 78 % de las semillas15. En sistemas agroforestales que incluyen a la mocora se observa regeneración espontánea bajo las palmas adultas que brindan sombra a las plántulas. Estudios realizados en la isla de Barro Colorado, Panamá, sugieren que la regeneración es más común en bosques jóvenes9,12. En la costa pacífica colombiana se ha observado regeneración en terrenos planos y periódicamente inundados16. En Darién, Panamá, un experimento de domesticación demostró que son necesarios 13 meses para romper el período de latencia de las semillas; en este experimento se alcanzó un 40 % de éxito de germinación23. Sin embargo, la ausencia de dispersores naturales y otros factores que favorecen el establecimiento de semillas o plántulas, alargan y complican su propagación en el bosque. No obstante, los grupos humanos involucrados en el estudio de Panamá consideran que el cultivo de la mocora podría ser una alternativa para su conservación23. Los campesinos de Loma Seca, Manabí, han intentado con poco éxito sembrar semillas o trasplantar plántulas a sus terrenos16.

I




Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

Referencias

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L

6 Palma de fibra Aphandra natalia Renato Valencia, Grischa Brokamp & Henrik Balslev

a palma de fibra es una palma solitaria cuyos individuos pueden ser macho o hembra (dioicos), de seis metros de altura (10 m incluyendo sus hojas), ~25–30 cm de diámetro y con un cono de raíces de hasta 35 cm sobre el suelo1–3,6,7. Sus 15–25 hojas divididas (90–120 folíolos por lado, folíolos centrales de 100–120 × 4–6 cm) crecen erguidas y usualmente alcanzan ocho metros de largo4; el eje de las hojas es a veces torcido y la parte terminal de la hoja algo plegada7. Las inflorescencias crecen entre las bases de sus hojas: las masculinas son péndulas, densas y carnosas (de hasta 2.4 m)5; las femeninas son compactas, erectas (~25 cm) y gruesas (Figura 6­ -1A–D). Las infrutescencias son racimos globulares de 30–50 frutos6,7 (Figura 6-3D y E). Caracteres diagnósticos: Las vainas de las hojas y pecíolos se desintegran en una masa conspicua de fibras de color café oscuro que cuelgan del tronco y lo cubren completa o parcialmente. Alrededor de los ejes de la hoja (raquis y folíolo) aparecen numerosas escamas negras, especialmente en la cara inferior (Figura 6-1B). Especies ­similares: La especie pertenece a un grupo de palmas (subfamilia Ceroxyloideae, tribu Phytelepheae) donde está la tagua (nombre que se da a varias especies del género Phytelephas, especialmente a P. ­aequatorialis), pero Phytelephas se diferencia en que las flores masculinas (estaminadas) están agrupadas y las pediceladas tienen los estambres muy pequeños. 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

A

Hoja bandera Hoja

Fundas protectoras para dardos de cerbatanas Techo (ocasionalmente)

Raquis

Dardos para cerbatanas

Palmito

Comestible

Larvas

Larvas comestibles de Rhynchophorus palmarum extraídas de la parte distal de troncos en descomposición Escobas Para encender fuego Limpiadores del agujero de cerbatanas Comestible, comercio local Juego

Fibras

Mesocarpio Endospermo

Inflorescencia masculina

Comestible en estado inmaduro, entre líquido y gelatinoso Fuente potencial, de “marfil vegetal” cuando está maduro y duro Forraje para ganado

B

D

Figura 6-1. (A) Ilustración de la palma de fibra y las partes de donde se extraen sus productos (modificado de Borgtoft-Pedersen 199211). (B) Detalle de raquis y folíolos en su cara inferior. (C) Inflorescencia masculina. (D) Inflorescencia femenina. Fotos: (B, C) R. Jarrín; (D) H. Balslev.



C


6. Palma de fibra

Biología y ecología Se estima que los individuos más altos de esta especie pueden tener ~50 años de edad4,8, pero también se ha observado que los tallos caídos pueden generar raíces y continuar su crecimiento mientras se pierde la parte del tronco que permanece postrada, con lo cual las palmas podrían ser más viejas de lo que parecen8. Se desconoce el tiempo que transcurre desde que la semilla germina hasta que se convierte en juvenil, proceso que puede tardar más de una década en algunas especies de palmas arborescentes como el pambil9. La floración de la palma ocurre durante todo el año y puede ser un poco más intensa durante febrero y marzo3 o entre julio y octubre5. La temperatura de las inflorescencias masculinas y femeninas se incrementa gradualmente desde una semana antes de la floración (puede subir 10 °C en el día y 19 °C en la noche5) y ellas despiden un aroma producido por ciertas sustancias volátiles, lo cual, a su vez, sugiere que estas palmas son polinizadas por escarabajos6,10. Se presume que los siguientes grupos de escarabajos son sus polinizadores: Aleocharinae (Staphylinidae), Baridinae (Curculionidae) y Xanthopygus (Staphylinidae). Los escarabajos Baridinae tienen una relación mutualista ya que polinizan a la palma y al mismo tiempo utilizan sus inflorescencias femeninas para reproducirse5. Además de los polinizadores otros insectos visitan frecuentemente sus flores6. Roedores como las ardillas (Sciurus sp.), guatusas (Dasyprocta fuliginosa) y guantas (Agouti paca) son importantes dispersores a distancias cortas y medias, respectivamente11. Se considera que los

humanos y los ríos también han desempeñado un papel importante en la dispersión de la especie.

Distribución y abundancia La palma de fibra crece bajo el dosel del bosque y en áreas abiertas por el hombre. De forma silvestre se encuentra hasta los 800 m de altitud en bosques no inundables de la Amazonía occidental (Ecuador, noreste de Perú y occidente de Brasil). En Ecuador se encuentra en bosques naturales, especialmente al sureste del país, donde también es cultivada hasta los 1 000 m de altitud6,11 (Figura 6-2A). La especie puede crecer aislada (en el Parque Nacional Yasuní es una especie poco frecuente12) o en densos agrupamientos en bosques maduros (Figura 6-2B). Por ejemplo, en una cresta de montaña en la provincia de Morona Santiago, donde es usualmente más abundante, se encontraron 19 adultos en 0.1 hectárea6,11. Actualmente, luego de más de 40 años de manejo de la especie en la Amazonía sur de Ecuador, esta palma es más común en áreas despejadas que al interior del bosque y su reproducción es muy buena en ambientes donde el bosque ha sido desmontado6,13.




Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

Figura 6-2. (A) Abundancia de la palma de fibra (Aphandra natalia) en transectos de 0.25 ha (11–30 por sitio), establecidos en la Costa (Santo Domingo de los Tsáchilas) y en la Amazonía (de norte a sur: Yasuní, Kapawi y Nangaritza). Ana = Aphandra natalia, Ach = Astrocaryum chambira, Ast = Astrocaryum standleyanum, Aco = Attalea colenda, Bga = Bactris gasipaes, Gma = Geonoma macrostachys, Ide = Iriartea deltoidea, Oba = Oenocarpus bataua, Psy = Pholidostachys synanthera, Pae = Phytelephas aequatorialis, Wqu = Wettinia quinaria. (B) Distribución de la especie en Ecuador. Coordenadas geográficas tomadas de la base de datos de los herbarios QCA (Quito, PUCE), AAU (Universidad de Aarhus, Dinamarca) y MO (Tropicos®, Missouri Botanical Garden). Datos de transectos: Base de Datos de Palmas mantenida por H. Balslev, Universidad de Aarhus. Cartografía: Peder K. Bøcher.

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Usos y mercados En Ecuador esta palma tiene 20 usos diferentes10,14 y es explotada con fines comerciales y de subsistencia por mestizos y comunidades de las nacionalidades achuar, huaorani, kichwa y shuar. Los usos reportados van desde alimento humano (el pericarpio del fruto, el endospermo inmaduro, el palmito y el aceite del fruto) y


6. Palma de fibra

forraje (inflorescencias masculinas), hasta en construcción de casas (hojas para techos, tallos), artesanías (vaina de la hoja, pecíolo y fibra, endospermo maduro) y elaboración de utensilios domésticos y herramientas u objetos rituales7,11,15–27 (Figura 6-3). Sin embargo, la fibra del pecíolo y de las vainas de las hojas es el producto económicamente más importante y el más frecuentemente usado. La fibra es muy parecida en estructura a la de Leopoldinia piassaba (palma de la Amazonía colombiana, venezolana y brasileña) y aunque ambas se consideran de baja calidad para los mercados más exigentes de Europa y Estados Unidos28, han sido exportadas a mercados internacionales, especialmente suramericanos, donde ha habido una gran demanda histórica de estos productos29. Los paquetes de fibra cosechada (~1.5 m de largo) son limpiados, ordenados, alineados y cortados en secciones de ~35 cm para posteriormente ser usados exclusivamente en la producción de escobas8,11 (Figura 6-3), las cuales son vendidas en todo Ecuador26,30. Los productores cosechan la fibra de su propio terreno, contratan trabajadores (que pueden cosechar y limpiar hasta 20 kg/día por un pago de 3–6 USD) u obtienen el producto de acopiadores por ~1.8 USD/kg en promedio (los precios varían de 1­ .2–2.7 USD/kg) en 2011. Dependiendo del tamaño se fabrican entre dos y cinco escobas con un kg de fibra (200–510 g/escoba)31. Los fabricantes de escobas se proveen de fibra directamente de los colectores individuales o de comerciantes itinerantes. Los bloques de madera donde se inserta la fibra para construir la escoba y los palos de escoba (hechos de maderas cosechadas en bosques naturales)

son ­producidos en los talleres o provistos por socios del negocio (usualmente carpinteros) a razón de ~0.45 USD/escoba. Otros materiales como clavos, grapas, pega, pintura y laca tienen un valor de ~0.05 USD/escoba. Las escobas son de diferente calidad y tamaño (25–40 cm) y se producen en negocios familiares, aunque también en fábricas más grandes ubicadas en Quito, Cuenca y Guayaquil. Los precios de venta en las tiendas varían entre 1.4 y 3.0 USD /escoba, según su tamaño y calidad (Tabla 6-1). Tabla 6-1. Costos, precios y beneficio en la comercialización de escobas (USD/unidad). Nótese que no se ha considerado el costo de mano de obra. Tamaño de la Costos (materia escoba (cm) prima)

Precios

Beneficios

25 30 40 25 30 40

0.9 1.1 1.4

Venta al por mayor

Venta al por menor

1.0–1.6 1.3–1.9 1.9–2.3 0.1–0.8 0.2–0.9 0.5–1.0

1.4–2.0 2.0–2.5 3.0 0.4–1.1 0.6–1.5 0.7–1.6

En algunos casos las escobas terminadas son vendidas directamente por los productores al consumidor final (negocios familiares). Sin embargo, la comercialización se hace por lo general a través de intermediarios (distribuidores) y tiendas de expendio (e.g. ferreterías, supermercados). Debido a la dura competencia y al incremento en el costo en los precios de la fibra (la demanda generalmente excede la cantidad de fibra extraída) las ganancias de los pequeños productores por la venta de escobas es limitada, especialmente cuando se compra la materia prima y se venden las escobas a través de ­intermediarios. 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

A

B

D

C

E

Figura 6-3. (A, B) Elaboración de escobas con fibra de la palma de fibra. (C y D) Frutos de venta en el mercado de Sucúa, Morona Santiago. (E) Semillas maduras con endocarpio duro y blanco, similar al de la tagua. Fotos: (A) H. Balslev; (B, C y E) R. Jarrín; (D) R. Valencia.




6. Palma de fibra

Si la venta es al por mayor (por docenas) la ganancia es marginal, mientras la venta por unidades llega a ser entre dos a tres veces más rentable (Tabla 6-1). La especie puede ser económicamente rentable para dueños de fincas cercanas a carreteras y con alta densidad de palmas6. En una localidad con 16 familias cosechadoras de fibra en sus fincas de ~40 ha, se ha registrado que una familia puede cosechar en promedio 14 quintales de fibra (700 palmas en 1.5 ha) por mes y conseguir un ingreso mensual de 482 USD por su venta. La extracción de fibra es pues una fuente de ingresos que cubre necesidades básicas. Los dueños de fincas obtienen esta producción empleando a un trabajador del mismo pueblo que recibe un sueldo diario de 6.0 USD más alimentación durante un mes13. La demanda de fibras en el mercado es sostenida. Las fibras de la palma de fibra se consideran especialmente aptas para barrer ambientes exteriores por su duración y firmeza y porque su costo resulta competitivo en relación con el de escobas hechas con fibras sintéticas. Sin embargo, es posible incrementar la venta de escobas a través de algunas acciones: (1) mejorar su diseño (por ejemplo, hacerlas menos pesadas y más atractivas); (2) desarrollar prácticas de comercio justo para que los cosechadores y productores reciban ganancias adecuadas a su esfuerzo; (3) mejorar los procesos de la industria local de escobas para que los cosechadores y dueños de predios obtengan más ganancias que las que reciben al vender únicamente la fibra; (4) desarrollar la exportación de productos de fibra a mercados suramericanos; (5) establecer acuerdos con intermediarios y fabricantes de escobas.

Otros productos de la palma de ­fibra de importancia económica limitada son sus frutos, que son comestibles y se los encuentra en los mercados locales de la Amazonía suroriental, especialmente en Sucúa, Macas y Puyo (Figura 6-3C y D). Las infrutescencias (mocochas) son comercializadas por su pericarpio comestible (cada fruto se vende a 0.3–0.5 USD). En el oriente de Ecuador a veces se comercializa la semilla (particularmente su endospermo blanco y pétreo en la madurez) para fabricar bisutería (brazaletes, collares, anillos, llaveros) y pequeñas esculturas similares a las fabricadas con tagua o marfil vegetal (especies del género Phytelephas)8,31.

Manejo e impactos de la cosecha Los grupos indígenas han cosechado productos de la palma de fibra en Ecuador probablemente durante milenios. Sin embargo, se estima que la cosecha con niveles de manejo en fincas o bosques secundarios tiene alrededor de medio siglo. En este tiempo, equivalente a más de dos generaciones humanas, se han registrado prácticas de cosecha no destructivas11 y sostenibles1,8,11,31 y casos esporádicos de explotación destructiva (corte de palmas o sobrecosecha de hojas por palma). La ­palma de fibra es explotada tanto en ambientes naturales como en palmares manejados (Recuadro 6). En sistemas agroforestales, en la Amazonía sur de Ecuador, palmas hembras o machos producen por igual 5.5 hojas por año, pero la productividad puede aumentar en palmas más expuestas a la luz y especialmente en los machos puesto que producen pecíolos más largos y consecuentemente fibras más 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

l­ argas8. Dentro de bosques de la Amazonía peruana se ha registrado una producción de cuatro hojas al año4. En un sistema agroforestal del suroriente ecuatoriano, de cada palma se cosechan en promedio 8.5 hojas y se dejan 6.9 hojas cada ~1.55 año8. Este tipo de cosecha ha sido practicada por los “fibreros” durante varias décadas, sin que se observe un deterioro en la producción de fibra8. Actualmente esta especie se siembra en los jardines de las casas32 o se cultiva en sistemas agroforestales hasta los 1 000 m de altitud33. En las provincias de Morona Santiago y Pastaza se practican los siguientes tipos de sistema de manejo de la palma de fibra11: Bosques manejados: se promueve el creci-

miento, la regeneración y la producción de palmas cortando las plantas competidoras que crecen en la cercanía dentro del bosque (también registrado en otra localidad de la Amazonía ecuatoriana34). Regeneración manejada: la mayoría de la vegetación que no sea de palmas de ­fibra es limpiada y se evita el pastoreo. La remoción de malezas y la limpieza de nidos de termitas de las palmas se hace rutinariamente durante la cosecha, pero no se plantan nuevas palmas y se deja que la palma se regenere por sí sola. Esta práctica resulta en extensos palmares de todas las edades que necesitan raleo (se ha reportado una densidad de 950 palmas/ha) y se sugiere reducir la densidad a 600 palmas/ha para asegurar que todos los individuos reciban suficiente luz. Manejo en pastizales: comúnmente ocurre que se cortan los bosques para transformarlos en pastizales y se dejan las 

­ almas como única herencia del bosque p original, lo que resulta en un sistema silvo-pastoril (Recuadro 6). En estos pastizales se ha encontrado una densidad de 190 palmas/ha, pero en los sitios donde hay pastoreo usualmente no existen juveniles ni plántulas, probablemente debido al pisoteo del ganado y a la desecación de las plántulas provocada por su exposición directa al sol10. La cosecha de la fibra solamente se efectúa en campos recientemente pastados para no dañar el pasto con las hojas tan grandes y pesadas (se estima >15 kg) cuando este está crecido. Las hojas cortadas son acomodadas bajo las palmas para que no interrumpan el crecimiento de pasto. Las hojas se descomponen y en seis meses solo quedan pocos restos.

Marco regulatorio y prácticas de control En Ecuador no se aplica ningún tratamiento especial a las fibras provenientes de individuos de poblaciones silvestres y, en la práctica, tampoco se aplica la normativa para extracción de Productos Forestales No Maderables (PFNM). Por ejemplo, no existe un plan de manejo aprobado por la autoridad ambiental para el uso sostenible de fibra de Aphandra natalia, a pesar de ser un producto con una historia de extracción industrial de ~50 años. Los productores locales entrevistados en Morona Santiago (Sucúa, Logroño y Palora) desconocen este requisito (n = 6). Entre artesanos y comerciantes entrevistados solamente un 33 % (n = 9) conocen sobre la necesidad de obtener una guía de movilización para el transporte de este recurso desde los sitios de producción hasta su


6. Palma de fibra

destino. Este es, al parecer, el único requisito que cumplen algunos de los comerciantes de fibra para asegurar el transporte del producto, pero no es el más importante para asegurar su uso sostenible. Las estadísticas del Ministerio del Ambiente del Ecuador (MAE), basadas en las guías de movilización, muestran que más de 1 300 m3 de fibra fueron transportados de las provincias de Pastaza, Morona Santiago y Napo en 2010, habiéndose transportado mayor cantidad de fibra en los meses menos lluviosos (junio–septiembre) y en diciembre. La comercialización de frutos es mínima, totalmente informal y se limita a los mercados locales por lo que se considera que su impacto en la reproducción de la especie no es significativo.

especie. Sin embargo, la práctica agroforestal debe incentivarse siempre que no involucre la remoción del bosque original1. Finalmente, para asegurar la sostenibilidad de la especie, se debe monitorear la demanda y la extracción de fibra así como respetar los límites de cosecha que la especie puede tolerar.

Estado de conservación y acciones para preservar la especie El estado de conservación de la especie no ha sido evaluado con detenimiento. A pesar de que algunos investigadores consideran que la especie no está en estado crítico1, existen algunas amenazas potenciales a la conservación de esta especie y de las que crecen a su alrededor en forma natural. Por ejemplo, para cosechar la fibra se remueven infrutescencias jóvenes de la palma que se encuentran en la base de sus grandes hojas, lo que resta alimento a los roedores (algunos de los cuales son dispersores de las semillas8) y disminuye la producción total de semillas en las palmas cosechadas. Otra práctica de manejo de la palma, que en este caso afecta a otras especies, es la remoción de flora circundante. La agroforestería integra la palma de fibra y favorece la sostenibilidad de la 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

Recuadro 6.

E

La palma de fibra en sistemas agroforestales

l uso de esta especie puede considerarse sostenible en las intensidades de cosecha reportadas en sistemas agroforestales8. Esta es una especie apreciada por los campesinos porque representa un ingreso económico complementario para la economía familiar. Algunos campesinos han formado empresas familiares y se dedican a la cosecha de fibras, la producción y la venta de escobas en talleres artesanales que abastecen una demanda relativamente constante. Este mismo factor ha permitido que la cosecha de fibra y de frutos no rebase los límites de supervivencia de la especie. Características de Aphandra natalia para el manejo agroforestal: (1) Crece eficientemente en ambientes con distinta intensidad de luz8. Se puede ma-

nejar la oferta de luz a los cultivos mediante la cosecha constante de las hojas y manteniendo una densidad adecuada de palmas. (2) La germinación natural de semillas es relativamente alta lo que facilita su selección y manejo en viveros. (3) Aparentemente se remueven cantidades mínimas de nutrientes con la cosecha de sus fibras y por ello no se agotan los nutrientes del suelo. (4) La cosecha se hace con herramientas simples y de bajo costo. (5) Las fibras pueden cosecharse en cualquier momento del año lo que facilita el manejo y la planificación de otras actividades agrícolas. (6) Las fibras pueden almacenarse por períodos prolongados.

Figura R6-1. Palma de fibra entre pastos. Este es el sistema de manejo más frecuente en Sucúa (Morona Santiago), donde algunos campesinos combinan la extracción de la fibra con la cría de ganado vacuno. Foto: H. Balslev.

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6. Palma de fibra

Recomendaciones para mejorar la sostenibilidad de su manejo Aunque la cosecha de fibra cada año y medio es aparentemente sostenible1,8, los resultados de un estudio realizado en la selva peruana, donde se simuló lo que ocurriría si se realizaba la cosecha de fibras luego de intervalos de tiempo cada vez mayores, dejando pasar de 1 a 10 años, sugieren que la cosecha debería hacerse cada 5 años para obtener mayor ganancia y producción total de fibra por palma4. Este estudio es parte de una tesis de doctorado que no ha sido publicada y el resultado debería validarse mediante otros ensayos que demuestren el funcionamiento del modelo teórico y sus bondades. Una cosecha a intervalos de más de dos años es también necesaria para precautelar la producción de infrutescencias y la dispersión de frutos antes de que sean cortados junto con las bases de las hojas para cosechar la fibra8. Para mejorar la productividad y sostenibilidad de los sistemas agroforestales, se ha sugerido desarrollar dos líneas de investigación1,11: estudiar el efecto de combinar esta palma con varios tipos de cultivo que sean complementarios y domesticarla mediante la selección de individuos más productivos. El cultivo de esta palma en ambientes disturbados podría disminuir la presión sobre el recurso en los bosques naturales y probablemente las tasas de deforestación.

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

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P

7 Palma de ramos Ceroxylon echinulatum Rommel Montúfar, Fabien Anthelme & Nina Duarte

almera dioica y solitaria con tronco erecto de 5–30 metros de alto y 20–35 cm de diámetro, con cicatrices foliares visibles y cubierto de un exudado blanquecino a grisáceo (Figura 7-1A y B). Corona semicircular de 7–15 hojas pinnadas con pecíolo de 70–85 cm de largo; raquis de 270–340 cm de largo; 80–118 folíolos en cada lado, distribuidos uniformemente a lo largo del raquis y orientados en un solo plano. Cara inferior de los folíolos recubierta por una cera blanquecina. Múltiples inflorescencias aparecen simultáneamente en un mismo individuo: 1–3 inflorescencias masculinas y 2–5 inflorescencias femeninas; pedúnculo floral de 110–170 cm; raquis floral de 1–1.5 m; brácteas pedunculares persistentes de 1.5 m. Flores estaminadas y pistiladas de apenas 3–5 mm de largo. Frutos esféricos de 0.8–1.5 cm, de color anaranjado a rojo en la madurez1 (Figura 7-1C y F). C ­ aracteres diagnósticos: El tallo grueso ­(20–35 cm) recubierto de una cera blanquecina y con cicatrices foliares visibles. La forma de la corona semiesférica en la madurez, la distribución regular de los folíolos y su orientación en un solo plano permiten diferenciar C. ­echinulatum de otras especies dentro del género. Especies similares: Ceroxylon ventricosum se diferencia de C. echinulatum por los folíolos insertados en grupo y proyectados en diferentes planos de orientación1. El nombre de palma de ramos o ­palma de cera es asignado a varias especies del género Ceroxylon. En el norte de Ecuador, el nombre de palma de ramos es atribuido principalmente a Ceroxylon echinulatum que está ampliamente distribuida en los Andes. En el sur del país se incluyen bajo este nombre común varias especies como C. ventricosum, C. ­parvum, C. vogelianum y C. parvifrons. 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

A

B

E

C

D

F

Figura 7-1. (A) La palma de ramos en pastizales de Nanegalito, Pichincha. (B) Tronco con cicatrices foliares. (C) Cara superior (haz) de la hoja. (D) Cara inferior (envés) de la hoja con cera blanquecina. (E) Inflorescencia masculina interfoliar. (E) Fruto y semilla. Fotos: (A, B y F) R. Montúfar; (C–E) R. Jarrín.




7. Palma de ramos

Biología y ecología Las palmas del género Ceroxylon se caracterizan por su lento crecimiento. Estudios realizados con una especie de ecología similar en Colombia (C. alpinum) revelan que esta especie requiere más de 80 años para iniciar su ciclo reproductivo y sus individuos adultos pueden superar los 200 años de edad2. En la actualidad las poblaciones de palma de ramos en Ecuador están presentes en bosques maduros y secundarios, y en potreros. En los remanentes de bosque maduro, tienen bajas densidades de plántulas, juveniles, subadultos y adultos3,4 (Tabla 7-1) pero todos los estadios de la regeneración natural están presentes. En los bosques secundarios se observa un patrón diferente: una elevada densidad de plántulas, juveniles y adultos, lo que indica desbalances en las poblaciones provocados por la degradación de las condiciones ecológicas del hábitat, con consecuencias negativas en la estructura genética de las poblaciones3,4 (Tabla 7-1). En los pastizales se reporta una alta densidad de plántulas junto a la palma madre, la ausencia total de juveniles y subadultos y un moderado número de adultos3,4 (Tabla 7-1), datos que sugieren la falta de regeneración natural en este medio. Considerando que un alto porcentaje de las poblaciones actuales de palma de ramos se encuentran en pastizales, estas poblaciones relictuales están virtualmente extintas3. La ausencia de regeneración natural en estos ambientes es un cuello de botella para la conservación y el manejo de la especie (Tabla 7-1).

Tabla 7-1. Estructura poblacional de Ceroxylon echinulatum en el noroccidente de Pichincha. Estadios: plántulas, individuos con hoja entera; juvenil 1, individuos con hojas divididas <2 m; juvenil 2, individuos sin tronco >2 m; subadulto, individuos con tronco identificable; adulto, individuos con tronco y estructuras reproductivas. Estadios

Plántulas

Bosque maduro

Bosque secundario

14 a

2 159 a

b

b

259 Juvenil 1 Juvenil 2 Subadulto

48 a

22 b

883 b

0.96 a

7.89 a

0b

173 b

0.32 a

0.50 a

b

b

0 Adulto

10 250

3a

13

1a

1.61 a

0b

8b

Pastizal

1 326 a 2.3 a 0a 0a 1.65 a

a densidades promedio en parcelas de 400 m2 (referencia 3) b número promedio de individuos por hectárea (referencia 4)

La mayor densidad de la palma de ramos en el bosque secundario está lejos de ser considerada beneficiosa: estudios genéticos demuestran que cohortes de individuos recién germinados en bosques secundarios presentan tasas de endogamia (polinización entre individuos espacialmente próximos) superiores a sus pares de bosque primario5. Este incremento de la endogamia en plántulas es una señal de pérdida en la variabilidad genética y de cambios en la dinámica de polinizadores y dispersores. Factores como mayor apertura y menor altura del dosel incrementan el ingreso de luz al interior del bosque y favorecen el establecimiento definitivo de juveniles y subadultos4. Por ello los b­osques ­ secundarios con cobertura 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

f­orestal ­discontinua pueden propiciar el incremento de la densidad de individuos en sus fases de juvenil y subadulto. En el noroccidente de Ecuador la ­palma de ramos florece alrededor de mayo y fructifica desde octubre hasta enero6. Los meses de floración y fructificación difieren entre localidades de las estribaciones occidentales y orientales de los Andes7. La floración y fructificación de individuos masculinos y femeninos es sincrónica y la producción de inflorescencias es ligeramente mayor en pastizales que en los bosques6,7. Los frutos son consumidos por aves (tucanes, pavas de monte, loros) y mamíferos (armadillos, venados, pecaríes, roedores y primates) (Figura 7-2). Al llegar al límite de su edad, los troncos de palmas muertas naturalmente se d ­escomponen pero permanecen en pie y son utilizados

como lugares de anidación por el perico cachetidorado (Leptosittaca branickii)8.

Distribución y abundancia La palma de ramos está presente en las estribaciones andinas de Ecuador y en los Andes orientales de Perú, en áreas húmedas premontanas y montanas, a 1 200–2 200 m de altitud. En Ecuador existen poblaciones en el occidente de las provincias de Pichincha, Cotopaxi, Imbabura, Bolívar, Cañar, Azuay y El Oro. La mayoría de ellas han sido reportadas en áreas intervenidas como pastizales, zonas agrícolas y remanentes de bosque. En las estribaciones orientales se conoce de poblaciones en las provincias de Napo, Tungurahua, Morona Santiago, Loja y Zamora Chinchipe. Se han reportado poblaciones de esta especie en el Parque

A

B

C

D

Figura 7-2. Fotos tomadas por cámaras trampa establecidas bajo palmas femeninas de la palma de ramos. (A) Pava de monte (Penelope montagnii). (B) Armadillo narizón (Dasypus novemcinctus). (C) Guatusa (Dasyprocta punctata). (D) Zarigueya (Didelphis pernigra).




7. Palma de ramos

Nacional Podocarpus, el Parque Nacional Sangay, la Reserva Ecológica CotacachiCayapas así como en zonas de amortiguamiento de la Reserva Ecológica Los Illinizas. Son protegidas en reservas privadas como Tapichalaca en Zamora Chinchipe, Buenaventura en El Oro y numerosas reservas en el noroccidente de Pichincha (Figura 7-3).

Usos y mercados En Ecuador las hojas jóvenes (cogollos) de la palma de ramos son cosechadas y utilizadas para la elaboración de artesanías durante la Semana Santa. Esta actividad es ampliamente extendida en todo el país. Los campesinos del noroccidente del Distrito Metropolitano de Quito inician la cosecha de hojas con 19–20 días de anticipación al Domingo de Ramos. En promedio un cosechador colecta 160

cogollos al día y al final del período acumula ~3 000 para la venta. El conjunto de 25 cogollos forma un “guango” y cada uno se vende en el lugar de la cosecha en ~12 USD, lo que representa ~1 500 USD por cosecha. El cosechador debe pagar las mulas que transportan el producto y en ocasiones un tributo al dueño de la tierra. Un estudio sobre la comercialización de la palma de ramos en el Distrito Metropolitano de Quito, basado en encuestas sobre comercio de artesanías en los mercados e iglesias durante la Semana Santa del año 2009, reporta un monto aproximado de 500 000 USD en ventas durante los cuatro días de actividad comercial (Jueves Santo a Domingo de Pascua)9. Adicionalmente se estimó que, durante ese mismo año, más de 23 000 cogollos ingresaron al Distrito Metropolitano, provenientes de los bosques del noroccidente de Pichincha, Imbabura y Cotopaxi. Los principales mercados donde llegan los cargamentos de palma de ramos en Quito son los de San Roque y Cotocollao. Los intermediarios y artesanos son los ­principales ­beneficiarios de esta actividad ya que logran

Figura 7-3. Distribución de la palma de ramos (Ceroxylon echinulatum) en Ecuador. Coordenadas geográficas tomadas de la base de datos de los herbarios QCA (Quito, PUCE), AAU (Universidad de Aarhus, Dinamarca) y MO (Tropicos®, Missouri Botanical Garden). Cartografía: Peder K. Bøcher.




Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

Recuadro 7-1.

L

La comercialización de la palma de ramos en el noroccidente de Pichincha

a cosecha de las hojas de palma de ramos se realiza en bosques privados, comunitarios o en áreas protegidas del noroccidente de Pichincha y particularmente en bosques secundarios donde la densidad de juveniles es mayor. En el marco de un estudio9 se realizaron encuestas en Mindo, Nanegalito y Gualea, al noroccidente de Pichincha, para conocer algunos aspectos de la comercialización de esta especie. Los resultados mostraron que los cosechadores son mayormente campesinos con bajos ingresos, cuya economía familiar está basada en la ganadería (76 %, n = 17) y en menor proporción en la agricultura (6 %, n = 17). Los campesinos junto a sus familiares dedican aproximadamente 20 días a la cosecha, antes del Viernes Santo. Para ello dejan de lado sus actividades habituales y ocupan toda la jornada en la cosecha (nueve horas diarias en promedio). Esta requiere el alquiler de mulas para transportar las hojas desde el monte hasta la carretera. A pesar de que el tamaño de la hoja no abierta varía de 1–6 m, los cosechadores prefieren las hojas de 2–4 m, pues las de mayor tamaño son delicadas de transportar. Las guardan y protegen de la intemperie en sus predios y las entregan a los compradores en el borde de la carretera. Las hojas cosechadas son vendidas a intermediarios seis días antes de la venta de artesanías. La disponibilidad del recurso determina la intensidad de la cosecha; por ejemplo, se observó que en Mindo un campesino cosecha en promedio 183 hojas por día, mientras en Nanegalito una persona cosecha 123 hojas en un día. Para el transporte del producto la mayoría de cosechadores (53 %, n = 17) alquilan camiones que llevan las hojas a los



mercados de Quito, mientras que el 24 % las vende en el borde de la carretera a camiones que recogen el material y el 18 % moviliza el material con vehículo propio. Los campesinos que no disponen de vehículo venden las hojas a intemediarios que las recogen a la entrada de las propiedades. Por lo general estos intermediarios son familiares de los dueños de centros de acopio en San Roque y Cotocollao. El destino de las hojas en esta región es mayormente Quito (88 %) y Latacunga (29 %), y en menor proporción Ibarra y El Quinche. El precio por atado es variable y depende de la facilidad de sacar el material a la carretera. Por ejemplo, para el año 2010 el valor del “guango” (25 cogollos) fue de 10–11 USD en el noroccidente de Pichincha (aproximadamente 0.40–0.45 USD por hoja joven). Una vez que las hojas son transportadas a los mercados de Quito, en particular San Roque y Cotocollao, el precio por hoja de palma de ramos sube a 1 USD. Los artesanos compran el material a distribuidores (35 %, n = 111), y en menor proporción en los mercados (28 %). Con base en encuestas a vendedores de artesanías (n = 111) se determinó que el 63 % de los vendedores compran el material y elaboran las artesanías, y un 37 % adquieren artesanías manufacturadas o semielaboradas (hojas trenzadas) para la venta. El 44 % de las personas encuestadas dedican dos días a la venta de artesanías de palma de ramos (44 %, n = 111), y el 43 % apenas un solo día. Los artículos más económicos tienen un precio de 0.50 USD y están constituidos de 3–4 folíolos; si la hoja tiene 200 folíolos largos (eliminando los apicales y terminales) esto representa 50 artículos y un valor potencial por hoja de 25 USD.


Desde 2008 se prohíbe la cosecha de las hojas de palmas de ramos. Se realizan programas de decomiso en mercados y centros de acopio y hay control en las carreteras. En 2012 y 2013 se observa una importante reducción de la venta de cogollos y artesanías en los mercados de Quito.

Revende los “guangos” en los mercados de San Roque y Cotocollao. Desde allí se los revende a otros mercados y compradores.

Intermediario

Intermediario (1 USD)

En algunas localidades el cosechador vende directamente al artesano. En El Quinche las familias se organizan para comprar la materia prima y elaborar y vender artesanías.

Recolecta los “guangos” al borde de la carretera y los transporta a los mercados de Quito, Ibarra, Otavalo y otras ciudades andinas.

Corta los cogollos de los individuos juveniles y los guarda en su casa o al borde de las carreteras. La unidad de comercialización es el “guango”, constituido por 25 cogollos.

Autoridad ambiental

Transportista

Cosechador

Transportista (1 USD)

Ocasionalmente alquila el bosque a los cosechadores. Estos adquieren las hojas invadiendo propiedades privadas, comunitarias o del Estado.

Cosechador (0.4–0.5 USD)

Dueño de la tierra

Dueño de la tierra

Hojas jóvenes (cogollos)

Artesano Elabora las artesanías y las vende. Transportistas, intermediarios y artesanos constituyen, en algunos casos, el mismo grupo familiar o son asociados. Vende artículos semielaborados (hojas trenzadas) o terminadas. Elabora diferentes tipos de objetos: grandes a un precio de 10–15 USD, y simples (canastos o cruces) a 0.5 USD. En promedio, un cogollo tiene 200 folíolos útiles para la elaboración de artesanías (folíolos apicales y basales son descartados), de los que se obtienen aproximadamente 50 artesanías pequeñas (de 3–5 folíolos) que son vendidas a 0.5 USD. Potencialmente, un cogollo puede generar un ingreso de 25 USD.

Artesano (25 USD)

Población que participa en las festividades religiosas

Consumidor final

Artesanías con hojas de palma de ramos

Figura R7-1.1. Cadena de valor para artesanías con hojas de palma de ramos en el noroccidente de Pichincha.

c) TRANSFORMACIÓN, COMERCIALIZACIÓN O PROCESOS ADMINISTRATIVOS Y LOCALIDADES

b) ACTORES (ganancia por palma)

a) BIENES COMERCIALIZADOS

Palma de ramos




Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

A

B

C

D

E

recuperar ~25 USD por cogollo al hacer sus artesanías, mientras los cosechadores reciben tan solo ~0.5 USD por cogollo en el campo9 (Recuadro 7-1). 

Figura R7-1.2. (A) Cosecha de cogollo de un individuo juvenil de palma de ramos, Sarapullo, Cotopaxi. (B) Artesanías en forma de cruces con hojas de palmas de ramos. Valor comercial 0.50 USD, año 2009, Quito. (C) Vendedora de artesanías en la Plaza San Francisco, Quito, año 2009. (D) Feligreses en misa de Domingo de Ramos, Plaza de San Francisco, Quito, año 2009. (E) Decomiso de hojas de palma de ramos en la provincia del Cotopaxi. Fotos: (A–D) R. Montúfar; (E) M. Jácome.

Otro uso de la palma de ramos es el tronco para cercas ya que se trata de un material resistente a la intemperie y pudrición. Los campesinos eliminan el


7. Palma de ramos

i­nterior esponjoso para aprovechar la parte externa que es dura y gruesa y luego lo emplean como postes para cercas o para casas, empalizadas o productos artesanales. También se lo utiliza como sustrato para el cultivo de larvas comestibles. Las actividades comerciales relacionadas con el uso del tronco son marginales y no se ha reportado su venta en los mercados. Este escenario diferiere del de los Andes peruanos (departamento de Cajamarca), donde un tronco puede ser vendido a 10–50 USD10. Los frutos de la palma de ramos son utilizados eventualmente para la alimentación del ganado vacuno y de cerdos. Un aprovechamiento histórico en de­ suso es el de la cera que cubre el tronco de la palma de ramos. Existen registros de su venta durante los siglos XIX e inicios del XX en los mercados andinos. Este producto se empleó como combustible y para la fabricación de velas, antes del desarrollo de los programas de electrificación en las regiones rurales del país. En Colombia la cera derivada de las palmeras del género Ceroxylon fue un producto de exportación hasta la II Guerra Mundial1. En cambio, en Perú, esta práctica se reportó en la localidad de Ocol (departamento de Amazonas) hace dos años10,11. En esta localidad se tumbaban las palmas de ramos para raspar la cera del tronco que, luego de ser recogida sobre lienzos negros, se fundía con cera de abejas para elaborar velas y antorchas. Las velas con cera de la palma eran utilizadas durante las festividades patronales. Esta práctica desapareció hace poco en Ocol, así como en otros lugares de la región, con la llegada reciente del alumbrado eléctrico11.

Manejo e impactos de la cosecha En el noroccidente del Distrito Metropolitano de Quito la cosecha de cogollos se realiza de los individuos juveniles del bosque. El criterio principal de los campesinos para seleccionar a los juveniles a ser cosechados es el tamaño del cogollo que debe ser de >1 m para ser comercializado. Dependiendo del vigor del juvenil, se cosechan 1–3 hojas jóvenes (cogollos) que son cortadas a 40–60 cm de la base. La cosecha de hojas de individuos adultos no ha sido reportada en la zona ya que para cosecharlas se debe tumbar la palma lo que destruye el cogollo y requiere de más esfuerzo. No obstante, se han reportado casos aislados de tala de individuos adultos en la provincia de Zamora Chinchipe con fines desconocidos. Para la cosecha de juveniles, los campesinos han desarrollado rústicos sistemas de manejo que incluyen la alternancia de las áreas de cosecha y el control del número de cogollos cosechados por individuo. En Ecuador no se cultiva la palma de ramos pero cuando se corta el bosque primario se dejan en pie los individuos que permanecen en potreros como los únicos testigos del bosque original. En Perú la especie sí ha sido integrada a sistemas agroforestales10. Recomendaciones de manejo La cosecha de hojas de palma de ­ramos es considerada por las autoridades ambientales ecuatorianas como una amenaza a la supervivencia de la especie. Esto se fundamenta en que la cosecha de cogollos implica la tala de individuos adultos y en que la recuperación del individuo 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

cosechado es lenta. Pero investigaciones recientes señalan que la tala de adultos es inusual y que la recuperación del individuo después de la cosecha podría ser sostenible y económicamente viable3,4,12. Se proponen los siguientes lineamientos para desarrollar un manejo sostenible de la palma de ramos: Selección de individuos: se recomienda la extracción de hojas jóvenes de individuos juveniles con aspecto de roseta (en el que las hojas salen de un mismo punto cerca del suelo) y con más de ocho hojas en la base de la corona. Se ha observado que los individuos juveniles que presentan más hojas en la base de la corona, se recuperan con mayor facilidad un año después de realizada la cosecha12. Método de cosecha: los cogollos se ubican en el interior de la corona, envueltos por hojas maduras (abiertas) que, en muchos casos, dificultan el acceso a ellos y su cosecha. En algunos individuos, especialmente los que tienen muchas hojas (>20) en la corona, es necesario el corte de una o dos hojas maduras para extraer el cogollo desde su base. El corte de hojas maduras ocurre frecuentemente por falta de conocimiento de los cosechadores, quienes lo hacen para acelerar el proceso de cosecha. Este método de extracción causa un daño innecesario pues por cada cogollo se talan dos o más hojas adyacentes, lo que reduce la capacidad fotosintética de la palma y retira nutrientes contenidos en las hojas adultas. Este procedimiento realizado anualmente puede llevar al agotamiento de las reservas del individuo y reducir la capacidad de recuperación de la palma, haciendo insostenible la cosecha 

de hojas a mediano plazo. Para facilitar el corte de las hojas jóvenes evitando el de hojas adyacentes, se recomienda utilizar un machete pequeño que ingrese con facilidad en la corona y abrir esta última con las manos12. Número de cogollos cosechados: los juveniles tienen de una a tres hojas jóvenes (no abiertas) comerciables de más de 1 m de longitud. Se ha observado que las palmas de las que se extrae solamente un cogollo al año se recuperan con mayor facilidad, puesto que sufren una menor reducción de las reservas nutricionales. Se recomienda pues la cosecha de un cogollo por individuo12. Los cogollos que han sido cosechados presentan una tasa promedio de crecimiento foliar de 43 cm/mes después del corte, es decir, 10 % superior a su crecimiento natural en palmas no cosechadas (39 cm/mes). El rápido crecimiento foliar de individuos cosechados puede estar relacionado con la necesidad de la planta de recuperar la normalidad en la tasa fotosintética13,14. No obstante, es indispensable monitorear el potencial de recuperación a largo plazo y evaluar la sostenibilidad de la cosecha. Zonificación: Una estrategia de manejo sostenible será zonificar las densidades de juveniles y realizar cosechas rotativas y de bajo impacto que permitan la recuperación de los individuos cosechados.

Estado de conservación y acciones para preservar la especie Las palmas de ramos (especies del género Ceroxylon) han sido catalogadas como vulnerables según el sistema de la


7. Palma de ramos

Recuadro 7-2.

Restauración ecológica de las poblaciones de palma de ramos en pastizales

C

onsiderando la continua transformación de bosques en pastizales en las estribaciones andinas, es importante el estudio de los factores que controlan la regeneración natural de las poblaciones en hábitats degradados. Los efectos directos e indirectos del ganado y el estrés ambiental en pastizales, en particular por la intensidad de luz directa, son importantes áreas de investigación con aplicación a la restauración ecológica de las poblaciones de Ceroxylon. En particular las plántulas representan el estadio demográfico más frágil para la palma. La aplicación de técnicas como (a) la protección o el control del efecto del ganado (predación de plántulas, pisoteo) en áreas de regeneración ecológica, (b) la aplicación

A

de sombra artificial durante el desarrollo de la plántula, y/o (c) la siembra en conjunto —y controlada— de plántulas con plantas nodrizas abundantes en el sector, como el pastomiel (Setaria sphacelata) o el aliso ­(Alnus acuminata) favorecerán la recuperación de las poblaciones de la palma de ­ramos en pastizales3. Se recomienda evaluar si las especies nativas (como el aliso) o exóticas (como el pastomiel) pueden suplir las funciones como nodrizas para las plántulas de la palma de ramos y consecuentemente reducir el efecto negativo de la intensidad de luz así como proteger las plántulas de los efectos negativos del ganado. Paralelamente a estos métodos de restauración, se recomienda proteger los adultos que todavía se encuentren en los pastizales y su base genética. En caso de pastizales cercanos a bosques, la recolonización natural podría ocurrir por la presencia de palmas adultas en el bosque que garanticen la producción de semillas y plántulas y aceleren los procesos de recuperación de la palma3.

B

Figura R7-2.1. (A) Impacto del ganado en la regeneración de la palma de ramos, Sarapullo, Cotopaxi. (B) Ensayos de crecimiento de plántulas bajo sombra y con protección contra el ganado. Fotos: (A) R. Montúfar; (B) F. Anthelme.




Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

UICN15. En el año 2008 la autoridad ambiental de Ecuador emitió la Resolución Nº 050 que prohíbe el aprovechamiento y la movilización de cuatro especies del género Ceroxylon, entre ellas C. ­echinulatum. Desde entonces se realizan programas de decomiso en centros de acopio y de control en las carreteras durante la Semana Santa. A pesar de los esfuerzos, miles de

cogollos u hojas jóvenes de palmas de ramos ingresan a las ciudades para su comercialización durante ese período. Es necesario evaluar si la resolución mencionada ha sido eficaz para la conservación de la palma de ramos. Probablemente un manejo riguroso como el sugerido en este capítulo sea una mejor estrategia de conservación de la especie.

Referencias

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P

8 Palma de wayuri Pholidostachys synanthera Anders H. Sirén, Rommel Montúfar & José Gualinga

almera solitaria de hasta 6 m de alto y 6–10 cm de diámetro, con hojas y brácteas muertas persistentes en la parte distal del tallo. Corona formada por 10–20 hojas pinnadas con una vaina de ~40 cm, pecíolo de ~70 cm y un raquis de 0.6–1.5 m. Las hojas tienen 8–25 folíolos irregulares, lanceolados, sigmoides y curvados hacia la punta. La inflorescencia es infrafoliar, cubierta por un tomento de color ferrugíneo, y ramificada en 1 o 2 órdenes; pedúnculo floral de 35–100 cm; el raquis floral es de 6–10 cm y sostiene 6–11 raquillas. Frutos ovoides ligeramente elongados (10–15 × 8–10 mm) y negros en la madurez (Figura 8-1). ­Caracteres diagnósticos: Palmera con pecíolos y pedúnculos florales alargados. Inflorescencia cubierta densamente de un tomento ferrugíneo rojizo. Especies similares: Es la única especie de P ­ holidostachys en la Amazonía y sus hojas y tallos en general pueden confundirse con los de varias especies arbustivas del género Geonoma, pero se distingue de ellas porque sus inflorescencias presentan pocas y espaciadas raquillas sobre el raquis. 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

A

B

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Figura 8-1. (A) Palma de wayuri, Kapawi, Morona Santiago. (B) Hoja pinnada de wayuri. (C) Inflorescencia. (D) Infrutescencia. Fotos: (A) R. Cámara-Leret; (B) E. Gualinga; (C) H. Balslev; (D) A. H. Sirén.


8. Palma de wayuri

Biología y ecología Al parecer la palma de wayuri tiene requerimientos muy específicos en cuanto a las condiciones edáficas. En la región del río Bobonaza (Pastaza) la palmera está presente en un número limitado de parches y dentro de ellos crece únicamente en las cimas y laderas de las colinas, en sitios donde el suelo está cubierto por una densa red de raíces de los árboles adyacentes, y una gruesa capa de hojarasca. En estos ambientes forma densas poblaciones de 1 000–2 000 individuos adultos caulescentes/hectárea. Está ausente en los valles intercolinados, los pantanos y las planicies aluviales. La palma de wayuri es una especie de sotobosque y sus plántulas y juveniles sobreviven en condiciones de poca iluminación. En áreas expuestas directamente al sol muere por desecación de los tejidos. Intentos de siembra en chacras o áreas agrícolas en la cuenca del río Bobonaza no han tenido éxito debido a la intolerancia de sus plántulas a la luz solar. Según los indígenas kichwas de la zona, en la naturaleza los frutos de esta palma son consumidos por varias especies de aves que actúan como dispersoras de su semilla. Dentro del bosque, en esa misma zona, se observa una alta densidad de plántulas junto a la palma madre, de las cuales pocas llegan a ser juveniles. Los individuos no cosechados y con una altura de 0–0.5 m, 0.5–2 m y >2 m, tienen en promedio de 7, 11 y 13 hojas, respectivamente. Un individuo juvenil con tronco de 1–2 m de alto (desde el suelo hasta el meristemo apical) tiene usualmente 15–20 hojas si la planta está bien desarrollada. Los f­rutos maduran y adquieren un color negro

durante abril y mayo. Los individuos no cosechados y con troncos >2 m de altura tienen en promedio 2.6 inflorescencias en la zona. Los individuos <2 m generalmente no tienen inflorescencias.

Distribución y abundancia La palma de wayuri está presente en Colombia, Ecuador, Perú y Brasil. Crece en la región amazónica, la costa pacífica y el piedemonte occidental y oriental de los Andes1. Ha sido reportada en los bosques húmedos tropicales y subtropicales de la Costa ecuatoriana a 250–900 m de altitud (Esmeraldas, Los Ríos, El Oro, Carchi, Cañar, Pichincha) y en los bosques tropicales y subtropicales orientales a 600–1 800 m de altitud (Morona Santiago, Pastaza, Napo y Zamora Chinchipe)2. Está presente en zonas con precipitaciones medias anuales de 2 000–6 000 mm y con temperaturas de 18–24 °C3. Localidades donde se han registrado poblaciones de esta especie son el Centro Científico Río Palenque, la zona media de la cuenca del río Bobonaza y las estribaciones de la cordillera del Cutucú (Figura 8-2). La palma de wayuri tiene generalmente densidades bajas a lo largo de su rango de distribución, pero en ciertos lugares puede ser localmente densa llegando a formar parches. A nivel regional, es más abundante y representativa en la selva baja peruana (Loreto)4.

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Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

3.0

log(abundancia)

2.5 2.0 1.5 1.0 0.5 0.0

Ana

Ach

Ast

Aco

Bga

Figura 8-2. (A) Abundancia de la palma de wayuri (Pholidostachys synanthera) en transectos de 0.25 ha (11–30 por sitio) establecidos en la Costa (Santo Domingo de los Tsáchilas) y en la Amazonía (Kapawi, Nangaritza y Yasuní). Ana = Aphandra natalia, Ach = Astrocaryum chambira, Ast = Astrocaryum standleyanum, Aco = Attalea colenda, Bga = Bactris gasipaes, Gma = Geonoma macrostachys, Ide = Iriartea deltoidea, Oba = Oenocarpus bataua, Psy = Pholidostachys synanthera, Pae = Phytelephas aequatorialis, Wqu = Wettinia quinaria. (B) Distribución de la especie en Ecuador. Coordenadas geográficas tomadas de la base de datos de los herbarios QCA (Quito, PUCE), AAU (Universidad de Aarhus, Dinamarca) y MO (Tropicos®, Missouri Botanical Garden) y observaciones de los autores. Datos de transectos: Base de Datos de Palmas mantenida por H. Balslev, Universidad de Aarhus. Cartografía: Peder K. Bøcher.

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Gma

Ide

Oba

Psy

Pae

Wqu

Usos y mercados El principal uso de las hojas de la ­ alma de wayuri en la cuenca del río Bop bonaza es para la elaboración de techos. También se conocen otros usos menores de la hoja y otras partes de la palma: (a) los frutos maduros y el palmito son ocasionalmente consumidos como alimento2,5, (b) la base del raquis es utilizada


8. Palma de wayuri

para curar las quemaduras6,7 y (c) en el territorio aguaruna-huambisa (Perú) las ­ hojas se emplean para dar sabor y cocinar los alimentos envolviéndolos en ellas7. La cosecha de hojas para techado es una actividad extractivista que puede ser devastadora para la especie. En la cuenca del río Bobonaza, los pobladores de la comunidad de Sarayaku adquieren las hojas de otras comunidades río abajo para satisfacer sus demandas. No existen mercados formales para las hojas y su precio fluctúa de acuerdo con la oferta y la demanda. La compra-venta de hojas se realiza directamente entre el proveedor (normalmente el dueño del recurso) y el comprador. A veces el costo corresponde al pago que se da a los pobladores locales por el trabajo de cosechar y movilizar las hojas hasta el río. El precio del bulto (la cantidad que un adulto logra cargar en la espalda) varía desde 5 USD, si el comprador se encarga del transporte, hasta 10 USD, si el vendedor entrega las hojas cosechadas en la orilla del río. Algunas comunidades de la región exigen por la cosecha de hojas un impuesto de 80 USD por casa, destinado a un fondo comunitario. Adicionalmente, durante el proceso de cosecha se recolectan las semillas para venderlas, principalmente a la comunidad de Sarayaku donde se desarrollan planes de siembra.

Manejo e impactos de la cosecha La información sobre el manejo de la palma de wayuri es limitada. En las comunidades kichwas de la cuenca del río Bobonaza existe una norma interna que prohíbe cortar la palma o cosechar todas las hojas de un individuo8. Si bien no ­existe

i­nformación técnica sobre un número mínimo de hojas necesario para mantener viables a las poblaciones de la palma, cosechadores de la localidad dejan en el individuo 2–5 hojas. Durante la cosecha de hojas algunos colectores eliminan bejucos y hojarasca de los árboles para fomentar su crecimiento. Adicionalmente los colectores y pobladores esparcen las semillas en el bosque (práctica conocida como “raleo”) para fomentar la regeneración9. Esta actividad se reporta desde 1980. En la actualidad la palma de ­wayuri es un recurso escaso en los alrededores de las comunidades de la cuenca del río Bobonaza. La reducción del recurso impulsa el interés de la comunidad en manejar, conservar y cultivarla. En 2006 las familias de la comunidad de Teresa Mama sembraron, con financiamiento de la Junta Parroquial de Sarayaku, plántulas de esta palmera en sitios donde las poblaciones locales se extinguieron por sobreexplotación9, y en la comunidad de Sarayaku se siembra la especie en áreas donde no existieron poblaciones naturales de la palma. La cosecha se realiza generalmente desde las hojas inferiores (maduras) hacia las hojas superiores (nuevas). Una palma de wayuri puede ser cosechada a partir de un tallo de 40 cm de alto. Se cosechan 3–4 hojas maduras dejando el resto. En Perú se cosechan inicialmente 8–12 hojas y de 4–6 hojas en lo posterior10. Generalmente no se cosechan hojas de palmas altas, con troncos >4 m, pues sus hojas son secas y gruesas, lo que dificulta la elaboración de techos. Las hojas cosechadas se agrupan en guangos o bultos, cada uno de 360–400 hojas. Una casa kichwa de 70 m2 requiere 120–150 guangos, es ­decir 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

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Figura 8-3. (A) Cosecha de hojas de wayuri, comunidad kichwa de Boberas, Pastaza. (B) Transporte de bultos de hojas de wayuri desde el bosque de la comunidad Playas, río Bobonaza, Pastaza. (C) Arribo por vía fluvial de bultos de wayuri a Sarayaku, Pastaza. (D) Elaboración del techo con hojas de wayuri, Sarayaku. (E) Casa privada con techo de hojas de wayuri, Boberas. Fotos: (A, B, E) A. H. Sirén; (C, D) E. Gualinga.




8. Palma de wayuri

a­lrededor de 50 000 hojas. En 2011 el MIDUVI (Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda del Ecuador) compró aproximadamente un millón de hojas de esta palma para la construcción de 25 casas subsidiadas destinadas a la comunidad de Sarayaku, donde los habitantes se habían negado a recibir casas con techos de hojas de zinc (Figura 8-3). La cosecha anual e intensiva de hojas afecta aparentemente a la vitalidad de la palma. En zonas de alta presión de cosecha, cerca de asentamientos humanos, las densidades de adultos y plántulas son claramente menores que en un bosque sin cosecha. Además, en estas zonas el número de inflorescencias por hectárea es muy bajo, menos del 10 % del valor registrado en poblaciones que no han sido sometidas a la cosecha de hojas9. Por tanto, la cosecha incide negativamente en la producción de semillas en ambientes cosechados y se prevé que las poblaciones cosechadas irán extinguiéndose paulatinamente si se mantienen las prácticas actuales de manejo. Ventajosamente, pocas veces se realiza la cosecha de hojas a distancias superiores a 2 km desde los asentamientos humanos, por lo que sus impactos ecológicos son localizados alrededor de los poblados y aún existen grandes áreas de bosque que albergan poblaciones saludables de la especie.

Recomendaciones de manejo Las observaciones de campo sugieren que la cosecha de hojas de palma de wayuri afecta su estructura poblacional: la proporción de adultos y plántulas disminuye en las poblaciones cosechadas con cierta frecuencia e intensidad.

­Además, la cosecha de hojas durante períodos de floración y fructificación podría provocar el aborto de las semillas o su desarrollo anormal. En la comunidad de Sarayaku se discute actualmente la implementación de normas que regulen tanto el número de hojas a cosechar como la frecuencia anual de cosecha. El objetivo de estas iniciativas es favorecer la sostenibilidad y conservación de las poblaciones naturales de la palma de wayuri. Las normas sugeridas por la comunidad son las siguientes: (1) dejar cuatro hojas en la palma, (2) no cosechar palmas altas (>4 m), (3) no cosechar hojas cuando la palma está fructificando, (4) aplicar un sistema de veda de mínimo 3 años por población, (5) realizar un mantenimiento y una limpieza de las poblaciones silvestres y (6) reforestar con la especie zonas que han sido afectadas negativamente por la cosecha.

Estado de conservación y acciones para preservar la especie Según las categorías de conservación de la IUCN, la especie, a nivel regional, es de preocupación menor (LC = lower concern) debido a su amplia distribución geográfica en el neotrópico. En Colombia P. synanthera fue también asignada a esa categoría11. En Ecuador las poblaciones locales están amenazadas por la extensión de la frontera agrícola y los sistemas de cosecha insostenibles. Sin embargo, la información sobre su distribución y el estado actual de sus poblaciones en el país es escasa. Para preservar la especie la comunidad de Sarayaku practica la siembra de semillas (Recuadro 8). 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

Recuadro 8.

Experiencias de siembra de palma de wayuri en la comunidad kichwa de Sarayaku

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esde 1996 se practica la siembra de moderados dentro del bosque, como la caíla palma de wayuri en las colinas da de árboles, dispara el crecimiento vertical que existen alrededor de Sarayaku de la palma y del número de hojas, mientras (Figura R8-1), provincia de Pastaza, don- que disturbios mayores, como la conversión de no existen poblaciones naturales de esta de bosque en pastizal, incrementan la mortaespecie. El cultivo tiene dos modalidades: lidad de estas palmas. (1) sembrar semillas en fundas para posteriormente replantar las plántulas enfundadas, práctica que fue poco exitosa, pues la mayoría de las plántulas resembradas murieron y una minoría se adaptaron pero con un crecimiento lento y falta de vigor; (2) sembrar semillas dentro del bosque, lo que tuvo el mayor éxito para el desarrollo y la supervivencia de plántulas. Las semillas requieren 12–15 meses para germinar. En la actualidad las palmas de wayuri que sobrevivieron al trasplante miden 1–1.5 m de altura, desde la base del tallo hasta el meristemo apical. El crecimiento de la p ­ alma de wayuri en medio natural es lento. Desde 1996 se realizan experimentos locales para medir la supervivencia de la palma en Sarayaku. Después de 15 años de siembra, los individuos tienen una altura promedio de 1 m (un individuo excepcional alcanzó 2.50 m de altura). Se Figura R8-1. Sembrío de palma de wayuri dentro del bosque ha ­ observado que disturbios de Sarayaku, Pastaza. Foto: E. Gualinga.

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8. Palma de wayuri

Referencias

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



L

9 Palma REAL Attalea colenda Hugo Navarrete, Rommel Montúfar, Renato Valencia & María Belén Rivadeneira

a palma real fue descrita como especie en 1942 con el nombre de Ynesa colenda, con base en colecciones realizadas en Vinces, provincia de los Ríos1. Posteriormente fue transferida al género Attalea2. Se trata de una palma arborescente y solitaria de hasta 35 m de altura y 30–60 cm de diámetro, con una corona de 15–25 hojas arqueadas, de 10 m de largo y 130–170 folíolos de 8­ 0–160 × 1–10 cm. Inflorescencias interfoliares erectas de 1–3 m de largo, enteramente femeninas, enteramente masculinas o con flores de ambos sexos. Infrutescencias péndulas con >5 000 frutos oblongos (~6 × 4 cm), anaranjados en la madurez y con semillas de tamaño medio (3 × 1.5 cm)2,3 (Figura 9-1). ­Caracteres ­diagnósticos: Palmera alta, gruesa y solitaria; con corona semicircular, hojas arqueadas y enormes infrutescencias. El ápice de los folíolos es asimétrico y está recubierto de tomento. Especies s­ imilares: La palma real es de fácil identificación en su área de distribución. Puede confundirse con otras palmeras altas de un solo tallo como Welfia regia o Oenocarpus bataua, pero estas dos tienen una corona en forma de V; o con ­Astrocaryum s­tandleyanum pero esta tiene un tallo recubierto de espinas. 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

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Figura 9-1. (A) Poblaciones de palma real en pastizales, Manabí. (B) Individuo de palma real, Manabí. (C) Corona de la palma real, Manabí. (D) Inflorescencia, Manabí. (E) Infrutescencia, Manabí. (F) Detalle de la hoja. Fotos: (A, C, F) R. Cámara-Leret (B, E) R. Jarrín; (D) H. Balslev.

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F


9. Palma real

Biología y ecología

La palma real tiene gran amplitud ecológica: se encuentra tanto en bosques muy húmedos tropicales (La Mayronga, Río Palenque, Bosque Protector La Perla, Mache Chindul) como en bosques secos y muy secos de la Costa de Ecuador (Juaneche, Arenillas)1,4. Crece bajo los 900 m de altitud pero es más común bajo los 400 m. Prefiere temperaturas de 23–27°C y precipitaciones anuales de 930–3 500 mm1,5. Esta amplitud ecológica sugiere que la especie tiene un alto potencial de adaptación a diferentes condiciones ambientales, en particular tolerancia a ambientes secos. La palma real crece preferentemente en las colinas o en áreas con suelos bien drenados. Estudios realizados en el Bosque Protector La Perla (Santo Domingo de los Tsáchilas) muestran que es más abundante en terrenos colinados6. En la actualidad las poblaciones de palma real tienen bajas densidades. En La May­ronga, un bosque tropical lluvioso en la provincia de Esmeraldas, por ejemplo, se encontraron apenas 11 individuos entre juveniles y adultos en 0.1 ha7, y en el Bosque Protector La Perla se registraron densidades de hasta 32 juveniles y un adulto en 800 m2 de bosque6. A lo largo de la provincia de Manabí y El Oro se observa un patrón similar aunque este varía al parecer en función del estado de conservación del hábitat. Por ejemplo, alrededor de Borbón, provincia de Esmeraldas, se encontraron 395 plántulas, 23 juveniles y tres adultos en una hectárea de bosque tropical, mientras que en pastizales de esta misma localidad hubo solamente 42 adultos y ningún juvenil8. La ausencia de regeneración natural en la palma real está

ampliamente extendida en muchas regiones de la Costa. Esto también es evidente en la provincia de Manabí, donde se observan individuos aislados en pastizales y ausencia de juveniles. Estos datos sugieren que esta especie presenta regeneración natural bajo la sombra del bosque y que las poblaciones de adultos en pastizales no se están regenerando y desaparecerán conforme mueran los adultos. En el bosque de La Perla se encontró que la regeneración de la reserva de la palma real es menor en los bordes que hacia el interior donde su densidad aumenta significativamente6. Los campesinos suelen dejar la palma en los pastizales después de desbrozar el bosque. Muchas veces este o sus restos son quemados y solamente la palma real sobrevive a este tipo de tratamiento. Al igual que la mayoría de palmeras arborescentes, la palma real tiene un lento crecimiento. En la región de Santo Domingo de los Tsáchilas se reporta que después de siete años de la siembra de plántulas la palma apenas tenía hojas de 2 m de alto y aún estaba sin tronco9. Sin embargo, los individuos que logran desarrollarse y llegar a juveniles crecen eventualmente en forma vertical a razón de 18–26 cm por año y producen 7–13 hojas en ese mismo período9. Se estima que un individuo, bajo condiciones ambientales adecuadas, requiere 10–20 años para iniciar el crecimiento vertical del tronco, 30–40 años para alcanzar una altura de 15 m y otros 30–40 años para alcanzar 25 m de altura9. Esta información es consistente con los reportes de pobladores locales del área de Santo Domingo de los Tsáchilas, quienes mencionan que la palma requiere 5–15 años para iniciar su crecimiento en altura. 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

ha registrado que la floración se produce de julio a diciembre9, aunque en otras localidades como en la Bocana del Búa, límite entre Santo Domingo de los Tsáchilas y Manabí, los campesinos aseguran que estas palmas producen inflorescencias durante todo el año10. En bosques secos, donde también se encuentran poblaciones de esta especie, los patrones de floración difieren de los de las poblaciones ubicadas más al norte9. Cada palma puede producir 8 inflorescencias/infrutescencias y un promedio de ~9.1 hojas por año, lo que sugiere que cada hoja se desarrolla junto a una inflorescencia9. Las flores son polinizadas por el viento y las abejas9. También los coleópteros (Mystrops sp. - Nitidulidae y Cactophagus sp. - Curculionidae) visitan sus flores y se cree que son potenciales polinizadores2,11. Al parecer no hay mecanismos especializados de polinización en esta palma12. En cuanto a la fructificación, en Manabí y San Miguel del Búa los campesinos afirman que una infrutescencia puede pesar hasta dos quintales y que algunas palmas producen hasta seis racimos al año, pero que lo común es una producción de dos o tres. Estos valores concuerdan con los obtenidos en investigaciones de campo9. En promedio una palma real puede producir 4 000–14 000 frutos anualmente (cada fruto seco de ~15 g, de los cuales el 25 % se utiliza para semilla)8. Esta variación en la productividad de frutos está asociada con variaciones temporales y espaciales. Por ejemplo, la productividad promedio de frutos en Calceta (Manabí) varió de 9 000 a 14 000 en 1992–19939. La precipitación no parece influir en la producción de frutos9. Esta última puede 

variar en función de la edad de la palma, del estado de conservación de la población y del tipo de suelo. Según los campesinos, las semillas son dispersadas por guatusas (Dasyprocta punctata). En las comunidades tsáchilas se dice que “el único ser que siembra la palma es la guatusa” que suele enterrar las semillas en épocas de abundancia para recogerlas en tiempos de escasez, pero en ocasiones olvida sus escondites y las semillas logran germinar y crecer saludablemente.

Distribución y abundancia La palma real es una especie subendémica de la Costa de Ecuador, donde se encuentra el 80 % de su área de distribución4. Otras poblaciones están en las tierras contiguas de la costa pacífica colombiana (departamento de Nariño)13. La especie ha sido registrada en la Costa de Ecuador hasta cerca de la frontera con Perú (cantón Arenillas) y se sugiere que pudo haber existido en la costa norte de ese país14. Crece en bosques tropicales tanto lluviosos como secos. En estos últimos puede ser encontrada junto a la palma Aiphanes eggersii; las dos especies son las únicas palmas que crecen en bosques que reciben <1 000 mm de lluvia por año y soportan 6–7 meses de sequía anual. A mediados del siglo pasado la palma real era muy común en las provincias de Esmeraldas y Manabí15.

Usos y mercados La palma real es un valioso recurso oleaginoso de Ecuador. El aceite derivado del endospermo (semilla) es rico en ácidos grasos saturados (82 %), en particular el laúrico (47 %) y el mirístico (16 %)8,16.


9. Palma real

3.0

log(abundancia)

2.5 2.0 1.5 1.0 0.5 0.0

Ana

Ach

Ast

Aco

Figura 9-2. (A) Abundancia de la palma real (Attalea colenda) en transectos de 0.25 ha (11–30 por sitio) establecidos en la Costa (Santo Domingo de los Tsáchilas) y en la Amazonía (Kapawi, Nangaritza y Yasuní). Ana = Aphandra natalia, Ach = Astrocaryum chambira, Ast = Astrocaryum standleyanum, Aco = Attalea colenda, Bga = Bactris gasipaes, Gma = Geonoma macrostachys, Ide = Iriartea deltoidea, Oba = Oenocarpus bataua, Psy = Pholidostachys synanthera, Pae = Phytelephas aequatorialis, Wqu = Wettinia quinaria. (B) Distribución de la especie en Ecuador. Coordenadas geográficas tomadas de la base de datos de los herbarios QCA (Quito, PUCE), AAU (Universidad de Aarhus, Dinamarca) y MO (Tropicos®, Missouri Botanical Garden) y observaciones de los autores. Datos de transectos: Base de Datos de Palmas mantenida por H. Balslev, Universidad de Aarhus. Cartografía: Peder K. Bøcher.

Bga

Gma

Ide

Oba

Psy

Pae

Wqu

En cuanto a la floración de la especie, se conoce que la inflorescencia se desarrolla en seis meses, desde su brote hasta la apertura de sus flores (antesis) que, una vez polinizadas, dan un fruto que demora en formarse otros seis meses. La antesis dura al menos una semana. Los períodos de floración son variables y podrían estar asociados a las condiciones climáticas. Se 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

Entre los años 1950 y 1970 el aceite extraído de esta palma sirvió para una incipiente industria aceitera ecuatoriana. Posteriormente fue reemplazado por el de palma africana (Elaeis ­guineensis). Durante la época de extracción de aceite de palma real, los frutos eran recolectados del suelo o cosechados de las palmas directamente por los campesinos y vendidos a acopiadores que posteriormente los revendían a empresas extractoras que se ubicaban en Manta, como la empresa Ales, o eran exportados a Colombia. El aceite se usaba para el consumo humano y para la elaboración de jabón16. A principios de la década de 1990, la recolección y venta de semillas pasó a ser una actividad marginal debido al apogeo de plantaciones de palma africana. Los campesinos de La Bocana del Búa cuentan que en la década de 1970 un quintal de semillas de palma real era cambiado por dos quintales de arroz o servía para pagar dos semanas de un jornalero. Si bien los costos de mano de obra eran bajos, estas referencias sugieren el alto valor relativo que tenían las semillas. A inicios de 1990 un quintal de semilla se vendía en 800 sucres (5.00 USD)8. Otro uso menos importante de las semillas es el alimenticio. El mesocarpio es también oleaginoso y se consumía fresco o después de secarlo al sol; era igualmente usado para preparar chicha19. En varias localidades de la provincia de Manabí se cuenta que se recogían los frutos, se los secaba al sol y luego se los machacaba para extraer el “coco” (endospermo) y comerlo. Las semillas se utilizan eventualmente para hacer artesanías (collares y llaveros) que se venden principalmente a los 

v­ isitantes en las mismas comunidades. El precio de un llavero es de 1 USD y el de los collares depende de su complejidad. En varias comunidades indígenas el tronco caído es utilizado para la crianza del muyón o chontacuro (Rhinchophorus palmarun) que se come asado. También se suele hacer una infusión con la grasa del gusano y agua de hierba luisa, para obtener un remedio bueno para el asma. Según se comenta, también se han derribado muchos individuos adultos de ­palma real para criar el muyón.

Manejo e impactos de la cosecha En la actualidad la cosecha y el procesamiento de los frutos de la palma real prácticamente han desaparecido. En un estudio sobre el potencial extractivo de 14 palmas ecuatorianas realizado en el año 2001 se ubicó a esta especie en noveno lugar y en ese mismo estudio, su valor potencial a futuro fue el más bajo de las 14 especies analizadas17. Varios factores explican su pérdida de valor: (1) falta de competitividad de su aceite en relación con el de la palma africana (Elaeis ­guineensis), cuyo cultivo está ampliamente extendido en la Costa. La productividad de la ­palma africana es superior: una hectárea de palma africana en Ecuador produce 14 toneladas de frutos por hectárea/año de las que se extraen 3 t de aceite, mientras que una hectárea con 50 palmas reales en pastizales puede producir 0.9 tonelada de aceite por año8,9; (2) la técnica de cosecha es compleja en la palma real e implica el corte de largas (2–3 m) y ­pesadas (2 quintales) infrutescencias por encima de los 15 m de altura, mientras en el


9. Palma real

­híbrido Elaeis guineensis x E. oleifera, cuyo crecimiento es lento, la colecta del fruto se puede realizar a partir de una altura de 2–3 m18; (3) a diferencia de la palma africana en cuyo caso se han desarrollado paquetes tecnológicos para adaptarla a diferentes ambientes y procesar su aceite, tratándose de la palma real la cosecha y el procesamiento fueron siempre rústicos; (4) la productividad para procesos comerciales a gran escala, como el mercado de oleaginosas, requiere una producción continua y controlada, independiente de las poblaciones silvestres. Actualmente, no existen poblaciones abundantes de palma real para sustentar una producción de aceite a bajo costo. Además, no existe información agronómica sobre la domesticación que permita establecer poblaciones comercialmente viables. En comunidades rurales de la Costa, las personas que se entrevistaron para la preparación de este capítulo coinciden en que la palma era muy abundante hace 30–50 años y mencionan que actualmente no se la cosecha ni se la protege porque no hay mercado. También se menciona que las palmas dejadas en los pastizales atraen los rayos y que si les cae uno mueren rápidamente. Muchas palmas están siendo taladas al ser peligrosas para las vacas, pues durante las tormentas caen y matan a los animales.

Estado de conservación y acciones para preservar la especie

c­ atalogada como vulnerable. En Manabí se observa la mayor degradación de su hábitat. En esta provincia un alto porcentaje de las palmas reales reportadas son individuos aislados, abandonados en pastizales y sin regeneración natural. Existen poblaciones pequeñas y aisladas en algunos valles y quebradas en el centro de la provincia. En la provincia de El Oro se observan un patrón similar: existen pequeñas poblaciones en remanentes de vegetación o pastizales cerca a la frontera con Perú. Ventajosamente hacia el norte, en la provincia de Esmeraldas (especialmente en San Lorenzo, Eloy Alfaro y Muisne), se encuentran poblaciones en mejor estado de conservación. Algunas poblaciones están en áreas protegidas como la Reserva Ecológica ­Mache-Chindul, probablemente en la Reserva Ecológica ­Cotacachi-Cayapas y el Refugio de Vida Silvestre Pambilar. Por su importancia como fuente de aceite natural se recomienda conservar la variabilidad genética de la especie dentro de un programa de protección del germoplasma ex situ. Es imprescindible desarrollar investigación, conservación y manejo de la palma real, ya que esta, a diferencia de la palma ­africana, se puede adaptar bien a zonas con poca precipitación. Si bien la palma real no puede reemplazar a la palma africana, podría ser una fuente alternativa de ingresos en zonas donde esta última no puede desarrollarse.

Para el año 1999 se estimó que el hábitat para la palma real fue reducido al 24 % de su extensión original20. En el estudio correspondiente la especie fue 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

Referencias y notas

1. Cook O. F. 1942. A new commercial oil palm in Ecuador. National Horticultural Magazine 21: 70–85. 2. Balslev H. & Henderson A. 1987. The identity of Ynesa colenda (Palmae). Brittonia 39: 1–6. 3. Pintaud J.-C. 2008. An overview of the taxonomy of Attalea (Arecaceae). Revista Peruana de Biología 15 (1): 55–63. 4. Borchsenius F., Borgtoft-Pedersen H. & Balslev H. 1998. Manual to the palms of Ecuador. AAU Reports 37, Department of Systematic Botany, University of Aarhus, Denmark, in collaboration with Pontificia Universidad Católica del Ecuador. 5. Borchsenius F. & Skov F. 1997. Ecological amplitudes of Ecuadorian Palms. Principes 41: 179–183. 6. Báez S. & Balslev H. 2007. Edge effects on palm diversity in rain forest fragments in western Ecuador. Biodiversity and Conservation 16 (7): 2201–2211. 7. Borchsenius F. 1997. Palm communities in western Ecuador. Principes 41 (2): 93–99. 8. Blicher-Mathiesen U. & Balslev H. 1990. Attalea colenda (Arecaceae), a potential lauric oil resource. Economic Botany 44 (3): 360–368. 9. Feil J. P. 1996. Fruit production of Attalea colenda (Arecaceae) in coastal Ecuador: an alternative oil resource? Economic Botany 50 (3): 300–309. 10. Montero Kléver. Comunicación personal. 11. Ervik F. & Barfod A. S. 1999. Thermogenesis in palm inflorescences and its ecological significance. Acta Botanica Venezuelica 22 (1): 195–212. 12. Barfod A. S., Hagen M. & Borchsenius F. 2011. Twenty-five years of progress in understanding pollination mechanisms in Palms (Arecaceae). Annals of Botany 108: 1503–1516. 13. Galeano G. & Bernal R. 2010. Palmas de Colombia - Guía de Campo. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. 14. Montúfar R. Es probable que exista o haya existido palma real en la costa norte de Perú, en las cercanías de la frontera ecuatoriana, pero hasta ahora los botánicos no han registrado esta especie en territorio peruano. 15. Acosta-Solís M. 1952. Fibras y lianas vegetales en el Ecuador. Instituto Ecuatoriano de Ciencias Naturales. Contribución Nº 21. Casa de la Cultura Ecuatoriana. Quito. 16. Montúfar R. & Brokamp G. 2011. Palmeras aceiteras del Ecuador: estado del arte en la investigación de nuevos recursos oleaginosos provenientes del bosque tropical. Revista Ecuatoriana de Medicina y Ciencias Biológicas 32: 93–118.



17. Borgtoft-Pedersen H. & Skov F. 2001. Mapping palm extractivism in Ecuador using pair-wise comparisons and bioclimatic modeling. Economic Botany 55 (1): 63–71. 18. Montúfar R. En Ecuador se cultivan ampliamente los híbridos Elaeis guineensis x Elaeis oleífera. Estos se caracterizan por un lento crecimiento del tallo que favorece la cosecha de las infrutescencias ­(22 cm/año); además tiene una productividad de 30–32 toneladas de racimos/ha/año y presenta tolerancia a enfermedades. 19. de la Torre L., Navarrete H., Muriel P., Macía M. & Balslev H (eds.). 2008. Enciclopedia de las Plantas Útiles del Ecuador. Herbario QCA de la Escuela de Ciencias Biológicas de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador & Herbario AAU del Departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad de Aarhus, Dinamarca. 20. Borchsenius F. & Skov F. 1999. Conservation status of Palms (Arecaceae) in Ecuador. Acta Botanica Venezuelica 22 (1): 221–236.


E

10 PALMICHE Euterpe oleracea Martha Isabel Vallejo, Mónica Vivanco Freile, Henrik Balslev & Renato Valencia

l palmiche es una palma de dosel que puede alcanzar 20 m de altura y 18 cm de diámetro. Es una palma cespitosa usualmente con 4–8 tallos, aunque puede llegar a tener más de 45 por mata1. Las raíces adventicias son rojas y forman un bulto en la base del tallo; además tiene abundantes raíces respiratorias (neumatóforos) que se alejan hasta seis metros del tallo y crecen perpendiculares hasta 20 cm sobre el suelo para facilitar su respiración en los sitios anegados donde habita. La copa tiene entre 8–14 hojas pinnadas de hasta 3.7 m de largo, cada una con 40–80 folíolos colgantes a cada lado; estos pueden medir hasta 1.1 m × 4.5 cm. La palma tiene un capitel verde o castaño que puede alcanzar 1.5 m de largo. El ­palmiche es monoico y porta varias inflorescencias que nacen por debajo del capitel; tiene un eje principal (raquis) erecto y rígido, del que nacen entre 80–162 raquillas cada una de hasta 75 cm de largo; hacia la base de las raquillas las flores unisexuales están dispuestas en grupos de tres: una femenina central y dos masculinas a los lados (tríadas); hacia la punta de las raquillas las flores son masculinas y se encuentran pareadas (díadas) o solitarias. Los frutos son esféricos, miden entre 1–2 cm de diámetro y son de color púrpura o negro cuando están maduros. Las semillas tienen un endosperma “ruminado”, es decir con invaginaciones. Caracteres diagnósticos: Palma de tallos múltiples con capitel verde o castaño. Folíolos abundantes, colgantes y lineares. Las inflorescencias nacen bajo el capitel y están 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

A

B

C

D

Figura 10-1. (A) Individuos de palmiche sobre pastizal, Borbón, Esmeraldas. (B) Parte superior de la hoja pinnada. (C) Infrutescencia. (D) Detalle del fruto y de la semilla. Fotos: R. Jarrín.




10. Palmiche

cubiertas de pelillos castaño blanquecinos. Frutos globosos de color negro purpúreo al madurar. Plántulas con eófilos bífidos: la primera hoja que nace de la semilla tiene dos folíolos2,3. Especies similares: ­Euterpe ­precatoria, pero es solitaria y crece en la Amazonía; sus frutos son más pequeños (<1.3 cm de diámetro) y la semilla tiene el endosperma homogéneo, sin invaginaciones. Tiene eófilos con varios folíolos arreglados en forma palmeada.

Biología y ecología El palmiche crece silvestre y cultivado en varios países de Sudamérica. En Ecuador se encuentra silvestre en el bosque tropical lluvioso del Chocó, en áreas inundadas y salobres y en las vegas de los ríos. Usualmente se trata de suelos con una fertilidad moderada o baja, poca capacidad de intercambio efectiva, bajas concentraciones de iones intercambiables y altos niveles de aluminio. Por lo general la palma forma extensas poblaciones monodominantes; a veces se presenta como un estado sucesional del desarrollo del manglar dominado por el nato (Mora ­megistosperma) y en otros casos forma manchas puras cuando se vuelve invasora en las vegas inundables, después del aprovechamiento forestal de especies de árboles maderables importantes como el sangre de gallina o coco (especies del género Virola), el sajo ­(Campnosperma ­panamense) y el ­cuángare (Otoba g­ordoniifolia y O. gracilipes); la remoción de estos árboles aumenta la luminosidad en el sotobosque y esto a su vez favorece el desarrollo del palmiche4. El proceso de germinación empieza cuando las semillas caen al suelo. Durante la germinación el epicarpio del fruto es

eliminado por descomposición natural con la ayuda de microorganismos o insectos, o al pasar por el tracto digestivo de algunas aves. En condiciones experimentales las semillas germinan en períodos inferiores a seis meses; más allá de este tiempo la germinación es baja o nula. En condiciones naturales, en los palmichales de Colombia, la proporción de semillas que germinan varía entre 37 y 42 %8. A pesar de que el porcentaje de germinación en condiciones de laboratorio puede llegar al 90 %, en estado natural alcanza un 50–60 % a causa de microorganismos patógenos y depredadores que incrementan la mortalidad de las semillas. La cantidad inicial de agua en las semillas es del 51 % y estas pierden su viabilidad rápidamente ante condiciones desfavorables1. Una vez formadas las plántulas, su supervivencia es baja, especialmente cuando apenas tienen una hoja y antes de alcanzar 50 cm de altura. La palma puede permanecer como plántula por varios años hasta que desarrolla el tallo y el mayor factor limitante para su supervivencia y crecimiento es la competencia por la luz4. En palmas de estadios más avanzados la tasa de crecimiento es baja en los primeros tres años. El tallo puede alcanzar un metro de altura a los 2–3 años4. Luego la planta crece rápidamente y en 4–6 años el tallo principal llega al tamaño mínimo necesario para la cosecha del corazón derivado del capitel de la palma4. Una vez que la palma alcanza el dosel, el crecimiento del tallo nuevamente se vuelve lento y constante, y las hojas experimentan cambios en su morfología (su tamaño se reduce y aparecen más folíolos a intervalos más cortos) a ­medida que se adaptan a nuevas condiciones ecológicas4. 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

En cuanto a la biología reproductiva, el palmiche es una especie protándrica —las flores masculinas maduran antes que las femeninas— y de antesis diurna. Su fecundación es principalmente alógama, es decir que ocurre entre individuos distintos. Las flores pistiladas producen néctar, son visitadas por insectos coleópteros (cucarrones), dípteros (moscas), himenópteros (abejas) y homópteros5, y polinizadas probablemente por abejas y moscas6. Según los pobladores locales, la época de mayor fructificación del palmiche es entre marzo y abril, correspondiendo a los períodos más lluviosos del año7. En Colombia, E. oleracea florece durante todo el año, pero presenta dos picos de fructificación que varían dependiendo del tipo de asociación en que se encuentre8,9. Los períodos de mayor fructificación coinciden con las estaciones más secas. La dispersión de semillas es realizada por ratas, otros roedores y aves como los tu­­canes (Ramphastidae), las jacus (Cracinae), las ara­pongas (Cotingidae) y las sabias (Turdus). Las inundaciones por efecto de las mareas desempeñan igualmente un papel muy importante en la dispersión de estas palmas asociadas a los estuarios1,10. Los dispersores naturales que se han observado en otras especies de Euterpe también podrían ser dispersores de las semillas del palmiche pues los frutos entre las especies de este género son muy parecidos. Entre los dispersores del género E ­ uterpe se encuentran primates como el mono capuchino pardo (Cebus apella) y el mono araña (Ateles belzebuth); aves como el pájaro capuchino ­(Perissocephalus ­tricolor), el guácharo ­(Steatornis caripensis), la cochinga pechimorada ­(Cotinga cotinga), la cotinga roja guayanesa (Phoenicircus carnifex), 

el gallito de la peña guayanés (Rupicola r­upicola), el tucán de pico rojo (Ramphastos tucanus), y varias especies de peces como la cachama (Colossoma ­bidens) y la anguila eléctrica (Electrophoorus ­electricus)11.

Distribución y abundancia Las poblaciones ecuatorianas de E. oleracea son abundantes en los estuarios de los ríos Santiago y Cayapas en la provincia de Esmeraldas7,12–14. En la Ama­ zonía ecuatoriana no hay poblaciones sil­ vestres de esta especie aunque es posible que existan individuos ornamentales en las ciudades y pueblos de la región. Fuera de Ecuador existen poblaciones de palmiche en la costa atlántica de Panamá, a lo largo de la costa Pacífica hasta ese país y a lo largo de la costa Atlántica desde Venezuela hasta Brasil3,15. Además de sus poblaciones silvestres, esta palma ha sido sembrada en las orillas de los ríos amazónicos y es muy abundante en el estuario del Amazonas16.

Usos y mercados Euterpe oleracea es una palma apreciada por su palmito y su fruto. El palmito, que es la parte más joven del tallo donde se forman las hojas nuevas (cogollo), es similar al extraído del chontaduro (Bactris gasipaes), aunque un poco más rosado y blando, y más apreciado por los consumidores. Los pobladores de los pamichales en Colombia usan el tallo para la construcción de puentes, como listones para paredes, para corrales y otro tipo de obras domésticas menores. Se reporta también el uso de los tallos para leña y construcción de carriles para la extracción de madera de monte17. Las hojas se usan para techado, aunque no


Palmiche

Colombia, que es un macerado del bagazo de los frutos con agua y azúcar, son apreciados como fuentes de energía8. En Ecuador los frutos sirven para producir jugos y helados que se consumen a nivel local7 y para la elaboración del chocolate de palmiche. Los residuos de la producción de palmitos se utilizan para la alimentación de bovinos y porcinos4. Los frutos también tienen un importante potencial oleaginoso14 y con­ tienen una gran cantidad de antioxidantes por lo que se les atribuye la capacidad de inhibir los procesos de oxidación generados por Figura 10-2. Distribución del palmiche (Euterpe oleracea) en los radicales libres en el orEcuador. Coordenadas geográficas tomadas de la base de datos de los herbarios QCA (Quito, PUCE), AAU (Universidad ganismo y de prevenir cierde Aarhus, Dinamarca) y MO (Tropicos®, Missouri Botanical tas enfermedades como el Garden). Cartografía: Peder K. Bøcher. cáncer, las cataratas y las pason muy resistentes8. En cuanto al fruto, tologías cerebrales. Entre los compuestos es consumido por los habitantes locales, antioxidantes están los flavonoides fenóliquienes le atribuyen beneficios para la cos, taninos y antocianinas. La extracción ­salud, como la purificación de la sangre y de antocianinas proporciona tintes rojos de los sistemas cardiovascular, digestivo, naturales para la industria alimentaria4. endocrino y reproductivo, e igualmente En cuanto al comercio de productos, la cura de infecciones, y consideran que los registros disponibles corresponden mejora la potencia sexual8,18. Otros usos únicamente a la exportación de palmito menores incluyen la elaboración de arte- y su importancia es más histórica que acsanías, leña, extracción de aditivos alimen- tual. Durante la década de 1980 se estatarios, manufactura de sogas, herramien- bleció una industria en Borbón, provincia de Esmeraldas, para explotar el palmitas de trabajo y utensilios domésticos18. Las bebidas preparadas con el fruto to de palmiche, enlatarlo y exportarlo. son uno de los usos más extendidos en El producto fue sobreexplotado hasta el toda la región donde existe la especie. El punto en que las poblaciones ecuatoria“vino de asaí” en Brasil o el “pepiao” en nas mermaron y la industria desapareció. 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

­Actualmente las poblaciones de la palma se han recuperado en algunas de estas áreas pero la industria no ha vuelto a florecer. Algo parecido ocurrió en la costa pacífica de Colombia. Sin embargo, actualmente, la producción colombiana se ha recuperado y se exporta principalmente a Francia. Brasil es el mayor productor de palmito y de frutos de palmiche o asaí y sus derivados, estos últimos con una producción muy controlada y tecnificada19. Las exportaciones de palmito durante los años 1990 provenían de poblaciones naturales de Ecuador pertenecientes a dos especies: Euterpe oleracea y Prestoea ­acuminata. Solamente en 1991 estas alcanzaron cerca de 900 toneladas métricas, lo que significó un ingreso de divisas de ~1.5 millón de USD, pero también una severa disminución de las poblaciones de estas especies en los bosques naturales donde crecían20.

Manejo e impactos de la cosecha En Ecuador se han registrado dos tipos principales de manejo de las poblaciones naturales de E. oleracea, ­principalmente asociadas al aprovechamiento del palmito: (1) mediante el corte de todos los tallos con palmito del grosor suficiente en su parte comestible para ser utilizado y (2) mediante la selección de individuos y el clareo selectivo de un número de tallos, dejando otros para la producción de frutos. De acuerdo con un estudio realizado en Colombia, el corte total no es una práctica sostenible si no se dejan descansar las poblaciones el tiempo suficiente para la regeneración y el desarrollo de los tallos más pequeños. Poblaciones que son cosechadas intensivamente (lo que haya disponible) y varias veces al año tienden a agotar el recurso en poco tiempo (menos de 10 años). Si además se cortan grandes extensiones, la reproducción por vía sexual y los procesos ecológicos ligados a ella, como la

Tabla 10-1. Uso local y comercio de palmiche (Euterpe oleracea) en Brasil y Colombia8,18. Parte utilizada

Procesamiento

Palmito y tallo

Se corta uno o varios tallos y se retiran las vainas que envuelven al palmito. Este es llevado a una empresa procesadora donde se lava, se cocina, se trocea, se empaca con salmuera y se etiqueta. Desde allí se distribuye o exporta.

Frutos

Recolección de bayas, lavado y maceración con agua y azúcar En Brasil hay una gran industria que produce el vino de asaí, jugos, helados, pastillas, cremas, champú.

Hojas

Corte y transporte

*: precio en 2009–2010; N.e.: no especificado.



Escala de Precios al consumidor comercialización en USD (unidad)

1.16* (cogollo enlatado, lata de 500 g) Colombia e internacional

Uso del producto

Palmito: alimentación Tallo: • construcción de puentes, paredes y corrales • leña • construcción de carriles para extracción de madera • trenzado para cestería Alimentación

Colombia y Brasil

N.e.

Colombia

N.e.

Productos energéticos Cosméticos Productos medicinales Techado


10. Palmiche

­olinización y dispersión de semillas, se p ven gravemente afectados26. Entretanto, la poda selectiva, donde generalmente se mantienen los tallos más viejos, permite la cosecha simultánea de palmito y de ­frutos, y tiene un efecto importante cuando se trata de incrementar la producción de frutos, de acuerdo con testimonios de lugareños del estuario amazónico7,13. Lo anterior coincide con otro estudio realizado a través del Proyecto Biopacífico en Colombia, en el que se encontró que después de los eventos de cosecha había mucha regeneración de los tallos, pero que el aprovechamiento constante en una misma área, sin dejar períodos de recuperación, mantiene el número de individuos por hectárea, pero cambia la estructura de tamaño de los tallos. Frecuentemente las palmas pasan a estar conformadas por tallos de menos de 8 cm, que florecen y fructifican con dificultad8. Es muy posible que un proceso similar se haya producido en Ecuador, donde se presentó una importante reducción de la especie por sobreexplotación o por falta de manejo adecuado. Otras prácticas eventuales realizadas en Brasil para el aprovechamiento del palmito son la limpieza de malezas, bejucos y arbustos del sotobosque que puedan obstruir el corte de los tallos y quitar espacio y nutrientes al palmiche; la eliminación de algunos tallos de la misma mata para favorecer el crecimiento de los nuevos rebrotes; y la dispersión de semillas para promover la regeneración1,23,24. En cuanto a la selección del tamaño óptimo del tallo para obtener un palmito de buena calidad, está relacionado con el diámetro del tallo a la altura de corte (8–8.5 cm) y con el grado de madurez de la palma21,22.

En Guyana, donde también existe un mercado creciente de exportación de palmito de E. oleracea (conocida como ­manicol), se acostumbra tumbar los tallos que tienen 9–14 cm de diámetro ­porque son más fáciles de cortar; pero si no hay, se cortan los más grandes (diámetro >14 cm). En cada palma los cosechadores cortan 1–4 tallos, dejando los tallos maduros remanentes. Una vez removidos los más grandes, siguen con los más jóvenes, pese al riesgo de que el producto sea rechazado porque el palmito es más pequeño. Si el recurso es abundante, dejan algunas palmas maduras intactas. De lo contrario cortan todo cuanto encuentran. Otras veces remueven o limpian alrededor de la palma que van a cortar, quitan lianas y talan árboles que obstruyen la caída de la palma o el corte de la corona25. En cuanto a los ciclos de cosecha, en el bajo Amazonas brasilero se manejan ciclos de 3–4 años. En Colombia, en cambio, no existen ciclos exactos de corte y todo depende del tipo de palmar y de la decisión de las comunidades (organizadas en consejos comunitarios) de declarar un período de veda para que las palmas se puedan recuperar. También depende de la empresa enlatadora que puede decidir no seguir comprando en un sitio determinado porque el grosor del palmito no es satisfactorio8. Recientemente se evaluó el impacto de la extracción de palmito en las poblaciones de palmiche (o naidí) en dos zonas al sur del Pacífico colombiano (Cauca y Nariño), que tienen una trayectoria de más de 30 años de aprovechamiento del recurso26. Este trabajo, basado en estudios de dinámica poblacional, reveló que 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

­ oblaciones que llevan más de 10 años p sin ser cosechadas están en crecimiento, mientras que las sometidas a diferentes regímenes de cosecha mantienen una dinámica aparentemente estable. Este ­comportamiento se atribuye a la estrategia de reproducción por rebrotes característica de la especie y a su condición heliófita que favorece un desarrollo más rápido de los rametes remanentes tras los eventos de cosecha. Sin embargo, aunque los palmares intervenidos mantienen una oferta mínima del recurso (~30 % ha-1 considerando solo los individuos con tallo), esta se limita a tallos no reproductivos (subadultos de 4–8 m de altura) que logran engrosar lo suficiente para producir un cogollo apto para palmito en tres o cuatro meses, que es el tiempo mínimo de descanso de un palmar en caso de una cosecha intensiva. Esto significa que los palmares se mantienen y siguen siendo productivos para palmito, pero a costa de un cambio definitivo en la estructura de las poblaciones, que en adelante ya no tendrán adultos reproductivos ni plántulas porque ya no hay oferta de semillas. Además, los corteros reconocen que cada vez deben ir más lejos para conseguir el recurso y cumplir con una cuota mínima de cogollos (150) que les permita satisfacer sus necesidades diarias, lo que ha ocasionado inconvenientes entre ellos y los empresarios, pues reciben tan solo 180 COP (en el año 2013, 0.1 USD) por cada cogollo que cortan, valor que no compensa todo el esfuerzo y los riesgos que deben afrontar al realizar esta labor. Con base en la experiencia en la Costa Pacífica de Colombia, se propone un esquema de cosecha con varios objetivos: (1) 

mantener una oferta permanente de palmito de las categorías cosechables, incluidas las clases adultas, (2) garantizar la oferta de fruto a las comunidades, ya que hace parte de sus tradiciones y es un recurso importante para su seguridad alimentaria y (3) permitir que las poblaciones de naidí se recuperen, mantengan el flujo génico y continúen prestando los servicios ambientales y ecológicos para su conservación26. El esquema de cosecha se centra en las siguientes prácticas de manejo de los palmares: (1) Realizar cortas anuales en cada sitio de máximo el 50 % de los tallos aprovechables que incluyen, durante la primera cosecha, únicamente las clases adultas (reproductivas) porque son las que cumplen con los requerimientos de altura y diámetro necesarios para proporcionar un palmito de buena calidad. A partir de la segunda cosecha, se suman los tallos no reproductivos de 4–8 m de altura, gracias al desarrollo más rápido que experimentan los tallos pequeños al recibir mayor cantidad de luz tras el corte de los tallos altos. (2) No deshijar ni maltratar los rebrotes y juveniles pequeños, ya que estos constituyen el futuro reemplazo de los tallos que fueron cortados. (3) Aprovechar los residuos de la cosecha (troncos y ramas de la misma palma) como abono orgánico, trozándolos y depositándolos alrededor de las matas. (4) Limpiar las matas de residuos del bosque y de las mismas palmas, como hojas y ramas caídas. (5) Dejar descansar los palmares cosechados intensivamente entre 7 y 8 años,


10. Palmiche

tiempo que se estima tarda un tallo de menos de 1 m de altura en alcanzar un tamaño de 6 m, que es cuando tiene probabilidad de empezar a ser reproductivo en estos sitios abiertos.

Estado de conservación y acciones para preservar la especie Pese a que no se ha realizado una evaluación específica del estado de conservación del palmiche en Ecuador, es probable que sus poblaciones se hayan recuperado de la intensa e indiscriminada cosecha de palmito durante la década de 1980 alrededor de Borbón y el estuario del río Santiago, provincia de Esmeraldas7. Actualmente el consumo de palmito de palmiche en el país es solo de subsistencia y se practica en las comunidades que habitan en los estuarios de los ríos Cayapas y Santiago. Esto probablemente se debe a que desde finales de de la década de 1980 la gran mayoría de palmito que se produce en Ecuador, ya sea para consumo local o para exportación, proviene de palmas de ­chontaduro (Bactris ­gasipaes), una especie ampliamente cultivada en la Costa hasta la actualidad. Hoy en día las zonas donde crece el ­palmiche son áreas apetecidas para el cultivo de camarón y arroz, lo que constituye la mayor amenaza para la conservación de la especie cuyo rango de distribución natural es muy restringido en Ecuador. Una estrategia para favorecer su conservación podría ser revalorizar el uso y la agroindustria del fruto de palmiche que actualmente es subutilizado y cuya cosecha c­ ontrolada

es de bajo impacto. En Colombia, ­Euterpe oleracea fue registrada como insuficientemente conocida en 198927 y como de preocupación menor en 200528. Actualmente no hay iniciativas de cultivo de palmiche en Ecuador. Algunos experimentos realizados en Colombia por los empresarios del palmito mostraron que la siembra no es una práctica viable debido a que el crecimiento es muy lento y la aplicación de fertilizantes resulta inoperante debido a la lixiviación diaria del suelo con la creciente de las mareas8. La conclusión es que resulta mucho mejor manejar las poblaciones existentes de palmiche que sembrar la palma en nuevos terrenos. No obstante, valdría la pena explorar los diferentes procesos de cultivo que se emplean en Brasil desde hace más de diez años, donde el palmiche (asaí) crece no solamente en suelos constantemente inundados o igapós, sino también en zonas de várzea y en tierra firme29–34. El palmiche es una palma con gran potencial de uso sostenible. Otras recomendaciones de manejo realizadas en el pasado por algunas empresas de palmito en Colombia que promueven la conservación y el aprovechamiento sostenible del recurso son: cortar la palma después de la primera floración, a partir del cuarto año; usar motosierras en vez de machetes para evitar eliminar los tallos jóvenes; dejar un mínimo de palmas maduras para mantener los procesos de polinización y reproducción por semillas; despejar el dosel para facilitar la caída del tallo; hacer un raleo de tallos con diámetros de ≥8 cm a la altura del pecho; y realizar un corte periódico y escalonado en la misma mata8. 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

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



P

11 Palmito de castilla Prestoea acuminata Sebastián Escobar & Rommel Montúfar

alma de sotobosque con troncos múltiples (2–15) de hasta 15 m de alto en la etapa adulta (4–20 cm de diámetro). Hojas pinnadas con raquis de 1–2.5 m y 30–80 folíolos rectos o lanceolados que terminan en un estrechamiento abrupto de 3–5 cm en la parte distal; pecíolo alargado seguido de una vaina de hasta 1.2 m de largo, parcialmente cerrada, formando un filóscapo llamativo de color morado en estado adulto. Inflorescencias infrafoliares con pedúnculo alargado de 3–20 cm, raquis de 40–80 cm y 20–120 raquillas de 20–70 cm; flores unisexuales. Frutos esféricos de color negro de 1–1.8 cm1,2. Se han descrito tres variedades de esta especie: acuminata, ­montana y ­dasystachys1,2. Estas variedades se diferencian entre sí por la forma de sus raquillas, la forma y el tamaño de sus frutos y su distribución geográfica. En Ecuador se encuentra solamente la variedad ­acuminata que posee raquillas angulares y frutos pequeños1 (Figura 11-1). Caracteres diagnósticos: P. acuminata es fácilmente reconocible entre las especies de su género por la fusión incompleta de sus vainas foliares que forman un filóscapo morado a morado verduzco, y por el estrechamiento abrupto de sus folíolos en la parte distal1,2. Especies similares: Chamaedorea linearis difiere del palmito de Castilla por su filóscapo verde, sus inflorescencias de menor tamaño, un menor número de raquillas (5–55), folíolos sigmoideos y tallo solitario1. P. decurrens también tiene sus vainas foliares parcialmente cerradas, pero son verdes, y se encuentra únicamente bajo los 1 000 m de altitud1. 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

A

B

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D

F

G

Figura 11-1. (A) Individuo cespitoso de palmito de Castilla en pastizal, Nanegalito. (B) Detalle de la inflorescencia. (C) Inflorescencia. (D) Inflorescencia en tres diferentes estadíos de desarrollo. (E) Frutos maduros. (F) Haz y envés de la hoja pinnada. (G) Segmento del filóscapo separado de la palma. Fotos: (A) R. Montúfar; (B–G) R. Jarrín.




11. Palmito de castilla

Biología y ecología Las poblaciones del palmito de ­Castilla están presentes en bosques maduros y secundarios y en pastizales3,4. Dentro del bosque la producción de hojas en juveniles y adultos es mucho mayor que en pastizal (16 vs. 6.6/año) y también la supervivencia de las palmas (55 vs. 37 %)5. Es probable que esto se deba a que la temperatura y humedad son relativamente constantes en el bosque. La regeneración natural es evidente en bosques maduros y secundarios, pero no en pastizales, donde las plántulas mueren antes de convertirse en juveniles y subadultos4. También se ha observado que la regeneración natural es buena en los claros de bosque, donde hay mayor disponibilidad de luz5,6. Esta característica ecológica indica que la especie podría cultivarse o reproducirse bien en ambientes con algo de sombra o bosques donde se abren claros medianos con cierta frecuencia (disturbios intermedios)4,5. En Chiriboga, al noroccidente de Pichincha, la germinación de semillas dentro de bosque maduro (64 %) es ligeramente mayor que en pastizales (58 %), lo que sugiere que la intensidad de luz no es importante para ese proceso4,5. Sin embargo, la temperatura, humedad y cantidad de materia orgánica en el suelo sí parecen influir en la germinación4. Estudios sobre biología reproductiva señalan que la palma produce flores y frutos a partir de los 15–24 años y una altura de ~7.5 metros7,8. En Baeza, en las estribaciones orientales de los Andes, se ha observado que las flores del palmito de Castilla son visitadas por 13 especies de coleópteros, seis de dípteros y una de himenóptero7, que serían sus potenciales polinizadores. Una vez

que maduran las semillas, caen por gravedad y luego algunas pueden ser dispersadas por mamíferos y aves. Entre los mamíferos se reconocen como posibles dispersores al ratón de campo (Oryzomys albigularis), al oso de anteojos (Tremarctos ornatus) y a varios murciélagos; entre las aves a las cotingas (­ Rupicola peruvianis y ­Snowornis ­criptolophus), al tucán de montaña (­ Andigena laminirostris) y a una especie de pava (Chamaepetes ­goudotti)7,9,10. Los moradores de zonas aledañas a la localidad de Cosanga, ubicada en las estribaciones amazónicas, mencionan que la paloma collareja (Columba fasciata) y los mirlos (probablemente Turdus fulviventris) comen los frutos de esta especie y podrían también dispersar sus semillas. Demografía Las poblaciones naturales del palmito de Castilla (Mindo, Nanegalito y Baeza) están compuestas mayoritariamente de plántulas (~90 %) y pocos juveniles y adultos4,7. Esta estructura poblacional forma una J invertida característica de las poblaciones silvestres de palmeras4,7 (Figura 11-2). En Baeza se registró la mayor densidad de palmas en todos estos estadios de desarrollo, lo que sugiere que las condiciones ambientales de esta localidad son excelentes para la regeneración de la especie. En otro estudio se plantea que los disturbios intermedios que ocurren dentro del bosque, como la caída de árboles y la consecuente formación de claros, podrían favorecer la regeneración natural del palmito de Castilla, pues la mayor disponibilidad de luz favorece tanto el crecimiento de nuevos tallos como el desarrollo de tallos juveniles hacia fases adultas y eventualmente reproductivas4. 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

un solo tallo hasta otros con más de 507. Esta variación podría explicarse Nanegalito (bosque secundario) 10 000 por el efecto de cosechas pasadas en Mindo (bosque maduro) las poblaciones estudiadas, así como 8 000 Baeza (bosque maduro) por la incidencia de la disponibili6 000 dad de agua, luz y nutrientes7. En 4 000 individuos juveniles, subadultos y adultos, se produce en promedio un 2 000 tallo clonal cada año7. En Chiribo0 ga, provincia de Pichincha, se han Plántulas Juveniles Juveniles Subadultos Adultos observado más tallos por individuo no clonales clonales clonales clonales dentro del bosque maduro (18) que Figura 11-2. Estructura poblacional del en pastizales (8.5)5. palmito de Castilla en dos localidades de las estribaciones occidentales (Mindo y Pese a ser una especie abundante en el Nanegalito)4 y en una de las orientales (Baeza)7. bosque y con múltiples tallos (característiEn la Reserva Biológica San Francis- cas deseables para la cosecha de palmito), co, en Zamora Chinchipe, el palmito de la palma solo se puede aprovechar cuando Castilla es la palmera más abundante con tiene entre 23 y 40 años8. Esto represen2 602 individuos en ~1/4 de hectárea11. ta una desventaja en relación con otras Crece en altas densidades especialmente especies de tallos múltiples productoras en las quebradas, en un amplio gradiente de palmito como el palmiche ­(Euterpe altitudinal (~800–1 600 m), pero es mu- ­oleracea), en cuyo caso la edad para la cho más común entre 1 950 y 2 000 m primera cosecha del palmito es de apenas 3–6 años, o el chontaduro (Bactris de altitud11. Los frutos caen al suelo mayormen- ­gasipaes) que requiere 2–5 años para su te por gravedad y por eso las semillas y cosecha en plantaciones8,12,13. plántulas quedan alrededor de los adultos La productividad de palmitos cosecha4,5,7,11 reproductivos . La alta tasa de mortali- bles de palmito de Castilla es baja comdad en plántulas se debe, justamente, a que parada con otras palmeras. Por ejemplo, estas crecen alrededor de los adultos y pue- en Baeza, la palma produce 241 palmitos den ser fácilmente aplastadas por las ramas cosechables por hectárea7, mientras que que caen (se ha estimado que pueden mo- en La Planada (estribaciones occidentales rir 10–40 plántulas por rama), así como de Colombia) esa cifra es de 1278. Estas por la herbivoría4,7. Los terrenos inclinados cantidades son decenas de veces inferiores no favorecen el crecimiento de juveniles y a la que se puede cosechar en plantaciones se ha reportado que allí los tallos pueden de chontaduro, que varía entre 4 000 y 7 200 palmitos por hectárea8. Sin embarquebrarse con mayor facilidad4,7. El palmito de Castilla es una espe- go P. acuminata es una opción válida para cie con gran variación en cuanto al nú- extracción de palmito a pequeña escala8, mero de tallos clonales por individuo. Se especialmente porque el producto es de ­pueden encontrar desde individuos con excelente calidad. Número de individuos/ha

12 000




11. Palmito de castilla

Distribución y abundancia El palmito de Castilla posee una amplia distribución neotropical y se lo encuentra en las Antillas, en Centroamérica y en las estribaciones andinas desde Colombia hasta Bolivia, entre 800 y 2 600 m de altitud1,14,15. La variedad de palmito de ­Castilla que crece naturalmente en Ecuador (acuminata)1 se encuentra igualmente en Centroamérica y en los boques andinos de las estribaciones orientales y occidentales de los Andes14,15,16. En Ecuador crece en la Costa y la Amazonía sobre los 800 m, pero es una especie predominante en la Sierra, alrededor de los 2 000 m de altitud. Existen registros botánicos de la especie en las provincias de Esmeraldas, Los Ríos, El Oro, Carchi, Imbabura, Pichincha, Cotopaxi, Azuay, Loja, Sucumbíos, Orellana, Napo, Pastaza, Morona Santiago y Zamora Chinchipe1,2,17,18 (Figura 11-3).

varía entre regiones. En el noroccidente de Pichincha es poco intensa pero se realiza constantemente durante todo el año, mientras que en otras regiones, como en las estribaciones orientales de los Andes, es limitada a ciertos períodos del año. Históricamente, a finales en la década de los años 1980 y durante la década siguiente, Ecuador exportó grandes cantidades de palmito proveniente de las poblaciones silvestres del ­ palmito de ­Castilla y de palmiche (Euterpe ­oleracea)15. En 1991, la exportación total de esos productos alcanzó las 900 toneladas métricas y ~1.5 millón de USD.

Usos y mercados El uso más importante de esta especie es el alimenticio (Recuadro 11). El palmito, que corresponde a una hoja nueva o cogollo de la palma, es cosechado y consumido en las regiones andinas sobre los 1 000 m14. Su cosecha es ampliamente practicada a lo largo de su rango de distribución geográfica, pero su intensidad

Figura 11-3. Distribución del palmito de Castilla (Prestoea acuminata) en Ecuador. Coordenadas geográficas tomadas de la base de datos de los herbarios QCA (Quito, PUCE), AAU (Universidad de Aarhus, Dinamarca) y MO (Tropicos®, Missouri Botanical Garden). Cartografía: Peder K. Bøcher.




Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

Sin embargo, se desconoce el aporte del palmito de Castilla a estos valores19. Se sabe, no obstante, que la productividad de la especie es relativamente baja. Por ejemplo, en un bosque en Baeza se determinó que en una hectárea había ~241 tallos que podrían cosecharse por tener de 4–12 m de altura y que su venta equivalía a un ingreso de 42 USD (0.175 por palmito era el precio al que recibían las plantas que enlataban el ­ producto en 6 1995) (Tabla 11-1). Esta cosecha podía

realizase cada 5–7 años7 y resultaba consecuentemente una actividad comercial poco rentable. El palmito de Castilla es utilizado igualmente en la construcción de viviendas y producción de artesanías, pero estos son usos menos importantes y menos frecuentes3. El tallo se puede emplear en la construcción y las hojas y semillas para la elaboración de artesanías20. Un uso particular del fruto es como aromatizante de la chicha de yuca21 (Tabla 11-1).

Tabla 11-1. Usos y comercio de productos del palmito de Castilla3,6,20,21. Productos P. acuminata

Palmito

Tallos Hojas Semillas Frutos



Procesamiento (sistematizado)

Escala de comercialización

Local (venta directa) Extracción de palmito de poblaciones silvestres y envasado Local (venta a plantas con ácido cítrico y sal6. procesadoras) Nacional (producto envasado) Local (venta a Extracción de palmito de restaurantes) poblaciones silvestres con valor agregado (2012) Local (preparado en ceviche) Tala de palmas y extracción Local de los tallos. Obtención de hojas jóvenes y Local elaboración de artesanías Obtención de semillas y Local elaboración de artesanías Cosecha de frutos y uso para dar Local aroma a chicha de yuca

Precios/cantidad

0.25–0.50 USD /palmito 0.15–0.20 USD /palmito 2 USD/palmito 1 USD/palmito 2.5 USD/ceviche Uso de subsistencia Uso doméstico Uso doméstico Uso doméstico


11. Palmito de castilla

Recuadro 11.

E

Historia y consumo del palmito de Castilla

l palmito de Castilla es actualmente poco conocido en las grandes ciudades. Sin embargo, es un alimento que tradicionalmente se ha consumido en varias formas: en ceviche, en forma de tiras como tallarines para acompañar carne u otros vegetales y en una versión de fanesca durante la Semana Santa7. La forma más común es la primera. Los ceviches de palmito de ­Castilla más populares son los preparados en Nanegalito, localidad ubicada al noroccidente de Quito. Los palmitos son vendidos principalmente a los restaurantes locales a razón de 1 USD cada uno. El ceviche tiene un costo de 2.50 USD. Según los que los preparan, cada palmito alcanza para un ceviche (Figura R11-1).

A

El palmito son las hojas tiernas que apenas están desarrollándose en los tejidos apicales del tallo, donde también se forma el propio tallo de las palmas. Para extraer el palmito es necesario sacrificar la palma y extraer su sección apical. El proceso de enlatar o enfrascar el producto es muy sencillo: se lo coloca en la lata o el frasco que contienen una solución de agua, ácido cítrico (4 %) y sal (1 %). El ácido reduce el pH a 4.6 para prevenir el crecimiento de bacterias. Los palmitos frescos recién cosechados se conservan de dos a siete días, mientras que los procesados pueden durar varios meses7. Los palmitos de esta especie se consumen frescos en los sitios de cosecha o se venden a compradores ocasionales.

B

C

Figura R11-1. (A) Cogollos apilados al exterior de un restaurante de Nanegalito. (B) Ingredientes para la elaboración del ceviche de palmito y separación de los folíolos. (C) Ceviche de palmito de Castilla. Fotos: (A) R. Montúfar; (B y C) R. Jarrín.




Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

Manejo e impactos de la cosecha Una práctica de manejo tradicional del palmito de Castilla es la cosecha de varios tallos de 4–12 m de altura, dejando al menos dos tallos en pie por palma. Al noroccidente de la provincia de Pichincha la cosecha para abastecer la industria era una actividad grupal en la que par­ ti­ cipaban 7–10 personas que lograban extraer diariamente ~200 palmitos (o 100 si el bosque era muy denso y de difícil acceso), lo que se realizaba cuatro días a la semana de forma regular7.

Recomendaciones de manejo El palmito de Castilla ha sido co­ sechado sin un plan de manejo durante décadas, pero sus poblaciones aún man­ tienen su diversidad genética así como su vigor, vitalidad y fecundidad17. Las poblaciones silvestres que han sido cosechadas intensamente en el pasado actualmente pueden soportar una cosecha de palmito a baja escala y baja intensidad7. Se recomienda solamente cosechar tallos de individuos con múltiples tallos dejando siempre dos o tres para no matar a la planta y con una intensidad de cosecha de máximo 10 % del palmito disponible al año8. También se sugiere rotar las áreas de esta actividad para que los individuos cosechados tengan la oportunidad de regenerar nuevos tallos8. Para favorecer la regeneración natural en zonas como pastizales, se recomienda investigar y desarrollar prácticas que favorezcan la supervivencia y el establecimiento de las plántulas en los potreros5. Estas requieren ciertos cuidados para llegar a adultas ya que su tasa de mortalidad 

es muy alta incluso en bosques maduros, donde menos del 2 % llegan a adultas4,5,7. Los terrenos planos son los mejores para permitir la regeneración de la palma, ya que en las pendientes los tallos son más propensos a quebrarse4. También se recomienda limpiar la hojarasca que cae sobre las plántulas ya que obstruye el paso de la luz y puede detener su crecimiento4. Las plántulas deben además ser protegidas del pisoteo del ganado para asegurar su crecimiento, para lo que se pueden usar pequeñas jaulas de malla de alambre. Una ventaja de la regeneración de la especie en potreros a partir de plántulas es que estas pueden establecerse en ambientes expuestos a la luz directa5,6.

Estado de conservación y acciones para preservar la especie La especie se considera dentro de la categoría de preocupación menor3,22. El palmito de Castilla es frecuente y a veces abundante en las estribaciones orientales y occidentales de Ecuador, en los remanentes de bosque e incluso en medio de pastizales5. Pero en esta misma zona así como en otras áreas de la Costa, a partir de la década de 1990, ha habido un desarrollo de cultivos industriales del chontaduro para extraer y exportar su palmito, lo que ha disminuido la presión de cosecha del palmito de Castilla y ha permitido que sus poblaciones silvestres se recuperen15. El comercio de palmito de Castilla fue muy activo durante las décadas de 1980 y 1990, época en la que algunas empresas lo compraban en diferentes lugares donde crece naturalmente la e­ specie y lo


11. Palmito de castilla

enlataban. Un sitio histórico de extracción fue Mindo, en la provincia de Pichincha, de donde se lo extrajo intensamente durante ese período. Cada palmito tenía un costo de 0.25–0.50 USD al por menor y las plantas procesadoras como SNOB los compraban a razón de ­0.15–0.20 USD la unidad. Las plantas procesadoras envasaban el producto y su precio al consumidor final en las ciudades llegaba a ser diez veces mayor al de compra del p ­almito

fresco7. A pesar de su buena calidad, el consumo a gran escala del palmito de Castilla fue reemplazado paulatinamente por otro tipo: el de chontaduro (Bactris gasipaes)13. Este es mucho más rentable y su cultivo se extendió a partir de la década de 1990 por muchas zonas de la Costa y también la provincia de Pichincha. Actualmente, todo el palmito enlatado que se consume en Ecuador y que se exporta es de chontaduro.




Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

Referencias

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

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E

12 Pambil Iriartea deltoidea Carolina Altamirano & Renato Valencia

l pambil, también llamado chonta en ciertas localidades1, es una palma solitaria de 20–25 m de altura (20–30 cm diámetro), cuyo tallo a veces está abruptamente engrosado (hasta 1 m) en la mitad y con un denso cono de raíces zancudas. Hojas pinnadas de 4–7 m de largo, un poco erectas y sus folíolos se separan del raquis en distintas direcciones dando a la hoja la apariencia de un gran cepillo de botella. Su inflorescencia es un racimo colgante de hasta 1.5 m de largo. Frutos globosos (2–3 cm), café amarillentos al madurar; semillas globosas (2 cm), cafés, cubiertas por fibras blanquecinas2 (Figura ­12-1A–F). ­Caracteres ­diagnósticos: Tronco grueso. Denso cono de raíces zancudas. La inflorescencia cuelga hasta 2 m por debajo de las hojas y está cubierta por una vaina curvada en forma de un enorme cuerno cuando está inmadura (Figura 12-1E). Los folíolos tienen el margen festoneado y similar al de la cola de un pez2 (Figura ­12-1A–C). Especies similares: Dictyocaryum ­lamarckianum tiene un tallo considerablemente más grueso y blanquecino, su cono de raíces es más corto y además se encuentra a mayor altitud. Socratea e­xorrhiza tiene un cono de raíces menos denso y espinas en las raíces. Las plántulas pueden confundirse con las de Wettinia, pero esta tiene una cola más larga en la punta y su margen no es festoneado2. 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

A

B

C

D

E

F

Figura 12-1. (A) Individuo de pambil en el Parque Nacional Yasuní. (B) Raíz zancuda. (C) Hoja pinnada con folíolos de margen desigual. (D) Inflorescencia. (E) Brotes en forma de cuerno e infrutescencias jóvenes. (F) Infrutescencias múltiples. Fotos: R. Jarrín.

Biología y ecología Las palmas de pambil pueden llegar a vivir en promedio 140 años y les toma más de 80 años producir tallos de >18 m, el tamaño preferido para la cosecha de su 

tronco. Su primera reproducción ocurre cuando llega a los 14 m de altura, lo cual se estima que sucede a los 55–80 años de edad3,4. La palma es monoica, es decir que las flores masculinas (estaminadas) y


12. Pambil

femeninas (pistilidas) están en el mismo individuo, pero las masculinas (que duran 10 días) maduran antes que las femeninas (que duran 5 días)5,6, lo que asegura que no haya autofecundación y promueve el intercambio genético entre individuos. La polinización es facilitada por abejas (himenópteros) del género Trigona (sin aguijón), quienes visitan frecuentemente las inflorescencias masculinas. Aparentemente la única recompensa que otorga la palma a estos insectos es el polen6. El pambil fructifica continuamente durante el año5 y por eso es muy fácil encontrar sus frutos y semillas esparcidas en el suelo de los bosques donde crece. Los frutos son consumidos por roedores y tucanes, quienes además dispersan sus semillas7. Al igual que muchas otras palmas, el pambil crece a la sombra del bosque pero necesita luz para alcanzar el dosel. Su tallo es particular entre las palmas por su capacidad de crecer significativamente en diámetro desde que es juvenil (de ~5 cm) hasta que se convierte en un adulto reproductivo (~25 cm en promedio). Los tejidos del cilindro periférico del tallo son más duros (1 g/cm3) que su centro esponjoso, de tal forma que el promedio de la densidad básica de la madera es de solo 0.27 g/cm3 cuando se considera todo el tronco8.

En Ecuador el pambil tiende a ser común en todo su rango de distribución, en bosques húmedos y pluviosos (Figura ­12-2). La especie crece en bosques primarios, donde siempre está bien representada por plántulas, juveniles y adultos, mientras que en bosques secundarios, pastizales y chacras solamente son abundantes adultos y plántulas. Los adultos son usualmente remanentes del bosque original, cuyas palmas arborescentes no se cortaron cuando este fue transformado en pastizal y las plántulas provienen de las semillas germinadas de esos adultos, pero mueren por exposición directa a la luz o pisoteo del ganado antes de convertirse en juveniles10. En bosques de tierra firme en el Parque Nacional Yasuní, Amazonía ecuatoriana, esta especie es la más abundante entre los árboles de diámetro >10 cm según un estudio de una parcela de 25 ha (500 m × 500 m)11. Otra evidencia de su abundancia se encuentra en una nota histórica escrita por el naturalista inglés Richard Spruce, quien, en su libro Palmae Amazonicae, menciona que la colina más llena de palmas que había visto en sus extensas exploraciones amazónicas es una ubicada en la provincia de Pastaza, que está “vestida” con esta especie12.

Distribución y abundancia

Iriartea deltoidea es la especie de palma usada por el mayor número etnias en Ecuador1 y también por la población mestiza. Debido a que la periferia de su tronco es un material de dureza extrema, con buena resistencia a la flexión y a la compresión18, es empleada para la construcción, como soporte de cultivos agroindustriales y para la elaboración de

Iriartea deltoidea se encuentra distribuida desde Nicaragua hasta Bolivia, incluyendo toda la región amazónica. Es abundante en los bosques tropicales maduros, de tierra firme y ribereños, tanto al oriente (entre 100–1 350 m de altitud) como al occidente de los Andes (entre el nivel del mar y los 850 m)2,9.

Usos y mercados




Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

3.0

log(abundancia)

2.5 2.0 1.5 1.0 0.5 0.0

Ana

Ach

Ast

Aco

Figura 12-2. (A) Abundancia del pambil (Iriartea deltoidea) en transectos de 0.25 ha (11–30 por sitio) establecidos en la Costa (Santo Domingo de los Tsáchilas) y en la Amazonía (Kapawi, Nangaritza y Yasuní). Ana = Aphandra natalia, Ach = Astrocaryum chambira, Ast = Astrocaryum standleyanum, Aco = Attalea colenda, Bga = Bactris gasipaes, Gma = Geonoma macrostachys, Ide = Iriartea deltoidea, Oba = Oenocarpus bataua, Psy = Pholidostachys synanthera, Pae = Phytelephas aequatorialis, Wqu = Wettinia quinaria. (B) Distribución de la especie en Ecuador. Coordenadas geográficas tomadas de la base de datos de los herbarios QCA (Quito, PUCE), AAU (Universidad de Aarhus, Dinamarca) y MO (Tropicos®, Missouri Botanical Garden) y observaciones de los autores. Datos de transectos: Base de Datos de Palmas mantenida por H. Balslev, Universidad de Aarhus. Cartografía: Peder K. Bøcher.



Bga

Gma

Ide

Oba

Psy

Pae

Wqu

productos artesanales que se comercializan a nivel local, nacional, e internacional19,20,21 (Tabla 12-2, Figura 12-3). Las principales áreas de cosecha y elaboración de artesanías a partir de tallos y semillas son el noroccidente de Pichincha y las provincias de Tungurahua y Pastaza (Recuadro 12, pg. 182). Los precios del producto son mucho más bajos cuando se


12. Pambil

compran en sitios remotos o menos accesibles. Por ejemplo, un campesino de la vía Hollín-Loreto (provincia de Napo) afirma que vende una palma en pie a tan solo 1.5 USD, lo que significa seis veces menos que el costo en el noroccidente de Pichincha. Por lo general la venta de palmas significa una ganancia pequeña para el propietario quien recibe, en el mejor de los casos, un quinto del costo que el consumidor final paga por un tallo vendido en latillas (piezas en forma de tiras) (Recuadro 12). A menor escala, pequeñas secciones del tallo de pambil se utilizan para fabricar artesanías así como la ­típica

marimba esmeraldeña (Figura 12-3B y C). El comercio de semillas ha sido poco estudiado pese a que se trata de una actividad mucho más sostenible que la cosecha de troncos. Las semillas se usan para elaborar bisutería que se vende a nivel nacional (especialmente en Quito y otras ciudades turísticas) e internacional. Así por ejemplo, una sola empresa (The Andean Collection) comercializa entre 1 000 y 2 000 kg de semillas por año en bisutería de exportación. A una escala muy local y esporádica, también se p ­ uede encontrar palmito (extraído de tallos jóvenes de esta palma) en los mercados amazónicos.

Tabla 12-1. Densidad poblacional de Iriartea deltoidea (DBH ≥ 10 cm) en distintas localidades de Ecuador. Región

Localidad

Precipitación Meses secos Altitud (m) anual (mm) al año

CotacachiCayapas13

3 893

0

130

La Perla10

2 957

5

250

Santo Domingo10

2 629

5

554

AMAZONÍA Oglán Jatun Sacha tierra firme)15 Jatun Sacha (arroyo de valle)15

4 780

0

3 554

COSTA

Tipo de bosque Área muestreada (ha)

Maduro

Tallos/ha (rango)

1 (100 × 100 m)

23

1 (5 × 500 m)

103 (28–168)

2 (5 × 500 m)

27 (4–76)

642

Con tala selectiva Altamente disturbado Maduro

2 (100 × 100 m)

82 (73–92)

0

450

Maduro

1 (100 × 100 m)

107

3 554

0

450

Maduro

1 (100 × 100 m)

44

3 554

0

450

Maduro

1 (100 × 100 m)

13

3 554

0

450

Secundario

0.5 (20 × 50 m)

24

Jatun Sacha

3 554

0

450

Maduro

1 (20 × 50 m)

128

Yasuní11

3 067

0

220

Maduro

25 (100 × 100 m)

72.5 (25–100)

Yasuní16

3 067

0

220

Maduro

6 (100 × 100 m)

43 (28–69)

Yasuní (colina)17

3 067

0

220

Maduro

28.8 (20 × 20 m)

68.85

Yasuní (valle) Yasuní (pantano)17 Yasuní17

3 067

0

220

Maduro

19 (20 × 20 m)

62.52

3 067

0

220

Maduro

1.72 (20 × 20 m)

61.04

3 067

0

220

Maduro

0.48 (20 × 20 m)

31.25

14

Jatun Sacha valle aluvial)15 Jatun Sacha15 15

17




Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

A

C

Manejo e impactos de la cosecha No se han registrado prácticas de manejo sostenible de Iriartea deltoidea en Ecuador y la tala de troncos de esta especie para abastecer a la industria florícola es probablemente el mejor ejemplo de uso insostenible de palmas en el país (Recuadro 12). Un área especialmente afectada por la extracción indiscriminada de troncos de pambil es el noroccidente de Pichincha. En esta zona, cubierta originalmente por grandes extensiones de bosques lluviosos, la mayoría de colonos se establecieron hace 50 años, cortaron el bosque para establecer sus cultivos y obtener derechos sobre la tierra, dejando en pie las palmas arborescentes. En ­muchos de estos bosques el pambil fue una palma dominante. A decir de los colonos, las palmas quedaron en pie porque su 

B

Figura 12-3. (A) Latillas de pambil apiladas en Pedro Vicente Maldonado, Pichincha. (B) Artesanías de pambil hechas en Chigüilpe, Santo Domingo de los Tsáchilas. (C) Marimbas hechas con pambil, Chigüilpe, Santo Domingo de los Tsáchilas. Fotos: (A) R. Jarrín; (B, C) R. Cámara-Leret.

valor comercial no era tan alto como el de otras maderas consideradas finas y porque eran difíciles de cortar. Esta es la causa de que el pambil sea tan abundante en ciertos potreros donde luce como un recurso ina­gotable. Sin embargo, esta es una percepción errada: en los potreros no existe regeneración de la especie ya que las plántulas no logran establecerse y por eso tampoco hay juveniles o preadultos. Las palmas de los pastizales son generalmente adultos reproductivos, muchos cerca de su muerte natural. Los tallos que se cortan para extraer latillas provienen tanto de palmas de potreros como de los pocos remanentes boscosos donde existen todavía poblaciones naturales. Según los registros oficiales, entre los años 2001 y 2010 se cortaron ~6 000 palmas al año solamente en los alrededores de San Miguel de los Bancos,


12. Pambil

Tabla 12-2. Productos de Iriartea deltoidea comercializados en Ecuador. La mayoría proceden de su tallo y se comercializan a escala nacional.

Producto

Latillas piezas de 7 × 3 × 150–400 cm

Muebles

Parqué

Artesanías lanzas, cerbatanas, cuchillos, portavelas

Pilares

Bisutería collares, pulseras, aretes, llaveros

Procesamiento

Escala de venta

En el sitio de cosecha se corta el tronco longitudinalmente, se descarta el centro esponjoso y de la periferia se obtienen las latillas.

Nacional

Precios al consumidor en USD

Uso del producto

0.85–1.00 (unidad)

1. Para tutorear las plantas de flores de exportación 2. Postes para cercas 3. Tiras para carpintería

En el aserradero o carpintería se transforman las latillas en listones pulidos de diferentes dimensiones, con los que se arman principalmente sillas y pequeñas mesas. En el aserradero o carpintería se transforman las latillas en piezas de parqué, generalmente de 1 cm de espesor Indígenas elaboran artesanías para la venta a turistas que visitan sus sentamiento. En ciudades turísticas hay artesanos que elaboran diferentes productos.

Nacional e internacional

50 (silla)

Nacional

5 (m2)

En el sitio se corta transversalmente el tronco en trozos de ~2.5 m. Lijado, perforado, tinturado y pulido de semillas. Una vez listas, se arman los productos combinándolas con otras semillas y fibras.

Local

Nacional

Nacional e internacional

4. Pisos y paredes de tiendas rurales Mobiliario en hoteles de zonas cálidas

Residencias en ciudades de la Sierra, en combinación con parqué de otras maderas

5–20 (artículo) Se comercializan en asentamientos indígenas y mercados artesanales de Quito, Puyo, Tena, Baños.

6–10 (pilar)

Columnas de viviendas indígenas

15–138 (collar) En Ecuador se comercializan en mercados artesanales de Quito, Puyo, Tena y Baños, y en almacenes exclusivos de bisutería fina. Internacionalmente se comercializa por Internet22 o en tiendas de productos extranjeros.




Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

Recuadro 12.

Uso insostenible del pambil (Iriartea deltoidea) en el noroccidente de Pichincha

L

os troncos de pambil provenientes del noroccidente de Pichincha se han extraído con diferente intensidad desde la década de los años 1970. Según los registros de la oficina del Ministerio del Ambiente (MAE) en Pedro Vicente Maldonado, a partir de 2000 se han expedido guías de circulación de latillas cuya cantidad declarada equivale a un promedio de 6 009 palmas/año10. Esta cosecha proviene de bosques naturales o de palmas que quedaron como remanentes del bosque original en los potreros, sin que exista ningún tipo de manejo10. La intensidad de extracción está determinada por la accesibilidad al recurso y la demanda del producto, siendo mayor (aunque no exclusiva) en áreas cercanas a carreteras, donde generalmente se cortan todas las palmas adultas hasta agotar su existencia. Según los registros del MAE, el 62 % del pambil transportado desde 2001 hasta 2010 tiene como destino la industria florícola (latillas para tutorar las plantas). Al parecer el descenso en las exportaciones de flores es el único factor que podría jugar a favor de la conservación de la especie en esta zona. Se estima que cada palma de 20 o más metros de altura puede tener entre 92 y



140 años de edad. Los ritmos abrumadores de cosecha son a todas luces insostenibles y es muy probable que en pocos años ocurra la extinción local de la especie, si es que este comercio descontrolado se mantiene.

Figura R12-1. (A) Venta de tallos de pambil en la entrada a la Reserva Ecológica Mache Chindul, Esmeraldas. (B) Transporte de latillas de pambil en Pedro Vicente Maldonado, Pichincha. (C) Uso de latillas de pambil en plantaciones de flores para exportación en Cayambe, Pichincha. Fotos: (A) R. Montúfar; (B) R. Jarrín; (C) C. Altamirano.


12. Pambil

a) BIENES COMERCIALIZADOS

c) TRANSFORMACIÓN, COMERCIALIZACIÓN O PROCESOS ADMINISTRATIVOS Y LOCALIDADES

b) ACTORES (ganancia por palma)

Latillas

Palmas

Dueño de la tierra (10 USD)

Cosechador (16 USD)

Dueño de la tierra

Cosechador

Transportista

Intermediario

Autoridad ambiental

Vende las palmas que crecen naturalmente en su propiedad.

Corta los troncos en el tamaño deseado. Transporta las latillas a los bordes de las carreteras secundarias.

Recolecta latillas de varios cosechadores a lo largo de las carreteras.

Organiza la logística de comercialización.

Controla la legalidad de la madera en los depósitos.

Transportista (6 USD)

Pedro Vicente Maldonado

Autoridad ambiental local

Transportista

Emite permisos de circulación.

Obtiene permisos de circulación. San Miguel de los Bancos

Autoridad ambiental local

Transportista

Controla eventualmente los permisos de circulación.

Transporta latillas a minoristas o consumidores finales.

Intermediario (3 USD)

Minorista (4 USD)

Consumidor final

Otros lugares

Minorista Almacena y vende.

Consumidor final Recibe latillas de transportistas o minoristas.

Poblados cerca de plantaciones de flores

Carreteras

Figura R12-2. Cadena de valor de la producción de latillas de Iriartea deltoidea. La información proviene de Pedro Vicente Maldonado y las latillas se extraen mayormente para la industria florícola.

­Pichincha10. Esta práctica ­descontrolada de cosecha ha puesto a esta especie en riesgo de extinción local. De hecho, la extracción continua de pambil en Santo Domingo de los Tsáchilas y sus alrededores, donde esta palma fue muy común en la década de 1960, ha provocado en pocas generaciones humanas prácticamente su extinción15.

Marco regulatorio, políticas y prácticas de control Todos los productos del pambil, incluyendo su tronco, son considerados Productos Forestales No Maderables (PFNM) en la normativa ecuatoriana. Según esta, para cosechar PFNM se requiere un plan de explotación y una licencia especial de aprovechamiento, pero en la práctica estos dos requisitos fundamentales no se cumplen: el ­pambil, al

igual que la gran mayoría de productos no maderables, se comercializan sin respetar tal regulación. No obstante, los comerciantes de latillas de pambil sí cumplen con un requisito póstumo, que en nada contribuye a garantizar la conservación de la especie: obtienen una guía de movilización del producto que les sirve para transportarlo a su destino. Las autoridades ambientales, cuya capacidad de control es limitada, tanto en recursos financieros como en personal, emiten dicha guía de acuerdo a los datos proporcionados por el comerciante o transportista sin realizar inspecciones de la carga ni verificación de la cantidad autorizada en la guía de movilización10. En cuanto a la comercialización de semillas, no existen registros de cantidades, planes de manejo, licencias o permisos de movilización. 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

Estado de conservación y acciones para preservar la especie El estado de conservación del ­pambil no ha sido evaluado en Ecuador23. Se trata de una especie muy común y podría considerarse de preocupación menor, pero la cosecha excesiva de tallos para abastecer de latillas a la industria florícola amenaza su conservación y diversidad genética en la Costa y las estribaciones occidentales andinas (Recuadro 12). El uso masivo de latillas de pambil en floricultura es insostenible. Una palma cosechada de ~23 cm de diámetro y 20 m de altura puede tener 90–100 o más años de edad4. La palma no tiene regeneración natural en los ambientes agrícolas ni ha sido incorporada a sistemas agroforestales. En varias localidades donde era muy abundante, actualmente está en serio riesgo de extinción. La única manera de promover su regeneración es prohibiendo el corte de la palma a escala industrial y buscando un uso de baja intensidad y con mayor valor agregado, como la elaboración de artesanías de diseño exclusivo. Esta actividad demanda pequeños volúmenes de cosecha que podrían ser sostenibles para abastecer al mercado local y cierto nivel de exportación. Otra alternativa es el uso de las semillas en lugar del tallo para producir bisutería de calidad. La cosecha de semillas es sostenible incluso a niveles relativamente intensos (­50–75 %), como ocurre con la ­ungurahua ­(Oernocarpus bataua), en la que se ha visto que esa intensidad no afecta significativamente su regeneración natural24. En el ámbito legal es indispensable buscar mecanismos para que se cumpla la normativa para la cosecha de PFNM (categoría en la que las ­ ­ autoridades 

c­onsideran ­ actualmente al tallo de I. ­deltoidea), es decir, desarrollar un plan de manejo, obtener una licencia de aprovechamiento y guías de movilización que se emitan una vez cumplidos los requisitos previos. Para facilitar la elaboración de un plan se puede recurrir a prácticas sencillas, como llenar un formulario donde consten la extensión del predio y una cuantificación de las palmas adultas (disponibles) que contiene. Esto puede verificarse mediante un submuestreo realizado por los mismos técnicos del Ministerio del Ambiente para determinar la disponibilidad del recurso. Posteriormente se emitiría la licencia de acuerdo a la capacidad de carga (Tabla 12-1) que puede ser calculada según la información disponible en estudios previos en Brasil, los cuales sugieren cosechar únicamente palmas de más de 20 m de altura3. Finalmente, se deberían emitir guías de movilización concordantes con el plan de manejo y la licencia de aprovechamiento otorgada. Otra alternativa en el ámbito administrativo es considerar los tallos de palmas arborescentes solitarias (como el pambil y la bísola, otra palma arborescente tratada en este libro) como un producto maderable ya que su corte implica la muerte de la palma. En el caso de los productos maderables, la concesión de licencias de aprovechamiento está regida por normas más rigurosas. Por ejemplo, se aprueban planes de cosecha, se controla su cumplimiento, se otorgan licencias de aprovechamiento, los comerciantes constan en un registro forestal y las guías de movilización se otorgan electrónicamente y con rigurosos elementos de seguridad. Aunque la capacidad de control sigue


12. Pambil

siendo ­insuficiente, esta decisión frenaría la cosecha indiscriminada de esta especie cuyo tallo es comercializado en grandes volúmenes actualmente. La capacidad de control de las oficinas técnicas del MAE es limitada. Apenas dos funcionarios públicos deben resolver múltiples aspectos del complejo control ambiental: inspecciones, denuncias, registro de la actividad forestal, atención al público, entre otras. Los recursos resultan insuficientes, de modo que lo que se procesa son las guías de movilización que legalizan el transporte del producto. Las palmas se cosechan sin plan de manejo ni licencia de aprovechamiento como establecen las regulaciones. Tampoco existe control de las cantidades extraídas y transportadas. Entre Pedro Vicente Maldonado y las plantaciones de flores el control es muy ocasional10. Los aspectos legales del negocio se reducen a la obtención de la guía de movilización y son tramitados por los transportistas y los minoristas. La cadena de valor en la producción de latillas de pambil (Figura R12-2) indica que el valor que paga el consumidor final es casi seis veces (62 USD) superior a lo que recibe el dueño de las palmas (10 USD). De los seis actores involucrados, el que recibe la mayor ganancia absoluta por palma es el cosechador. Sin embargo, el intermediario gana más por hora de trabajo (Recuadro 12).

Referencias y notas

1. de la Torre L., Navarrete H., Muriel P., Macía M. J. & Balslev H. (eds.) 2008. Enciclopedia de las Plantas Útiles del Ecuador. Herbario QCA de la Escuela de Ciencias Biológicas de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador & Herbario AAU del Departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad de Aarhus, Dinamarca. 2. Galeano G. & R. Bernal R. 2010. Palmas de Colombia - Guía de Campo. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. 3. Pinard, M. 1993. Impacts of Stem Harvesting on Populations of Iriartea deltoidea (Palmae) in an Extractive Reserve in Acre, Brazil. Biotropica 25: 2–14. 4. Anderson P. J. & Putz F. E. 2002 Harvesting and conservation: are both possible for the palm, Iriartea deltoidea? Forest Ecology and Management 170: 281–283. 5. Vilchez B., Chazdon R. L. & Alvarado W. 2008. Fenología reproductiva de las especies del dosel en bosques secundarios y primarios de la región Huetar Norte de Costa Rica y su influencia en la regeneración vegetal. Kurú: Revista Forestal 5 (15): 1–18. 6. Knudsen J. T., Tollsten L. & Ervik F. 2001. Flower Scent and Pollination in Selected Neotropical Palms. Plant Biology 3: 642–653. 7. Vargas O. 2000. Síndromes de Dispersión, Polinización y Sistemas Sexuales de los Árboles Nativos de la Estación Biológica La Selva y Áreas Circundantes. http://sura.ots.ac.cr/local/florula2/ docs/lista_arboles_sindromes_OVR05.pdf. Consultado en mayo de 2013. 8. Chave J. H., Muller-Landau C., Baker T. R., Easdale T. A., Steege H. T. & Webb C. O. 2006. Regional and phylogenetic variation of wood density across 2 456 neotropical tree species. Ecological Applications 16: 2356–2367. 9. López C. R., Navarro L. J. A., Montero G. M. I., Amaya V. K. & M. Rodríguez C. M. 2007. Iriartea deltoidea Ruiz & Pav. http://www.siac.net. co/sib/catalogoespecies/especie.do?idBuscar=372 &method=displayAAT. Consultado en mayo de 2013. 10. Altamirano C. 2012. Commercial exploitation threatens two arborescent palm species (Iriartea deltoidea and Wettinia quinaria) in northwestern Ecuador. Tesis previa a la obtención del título de Magíster en Biología de la Conservación. Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Quito. 11. Valencia R., Foster R., Villa G., Condit R., Svenning J.-C., Hernández C., Romoleroux K., Losos E., Magård E. & Balslev H. 2004. Tree species distributions and local habitat variation in the Amazon: a large forest plot in eastern Ecuador. Journal of Ecology 92: 214–229.




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

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P

13 TAGUA Phytelephas aequatorialis Rommel Montúfar, Grischa Brokamp & Janice Jácome

almera solitaria con tallos café oscuros de 1–8 m de alto y 10–20 cm de diámetro, con prominentes cicatrices foliares (Figura 13-1A y H). Son palmas que producen flores masculinas y femeninas en diferentes individuos (dioicas). Corona de 8–15 hojas erectas, hojas de 6–8 m de largo con 200–300 folíolos ordenados en grupos y proyectados en diferentes planos de orientación; pecíolo fibroso que favorece la acumulación de fibras en la base de la corona. La inflorescencia masculina es una espiga péndula (con flores de 1–1.5 cm de largo) que crece rápidamente hasta 1–2.5 m × 7–15 cm de diámetro; es de color crema a marrón dependiendo del estado de madurez y puede ser única o múltiple (Figura ­13-1C y D). La inflorescencia femenina de ­35–40 cm (con ~15–20 flores de ~20 cm de largo) aparece entre la base de las hojas cubierta por las fibras de los pecíolos foliares. Infrutescencia esférica en forma de cabezuela de hasta 40 cm de diámetro, tiene consistencia de madera y proyecciones cónicas de ~1 cm (Figura ­13-1F); cada infrutescencia con 7–22 frutos y cada fruto con 5–8 semillas. El tejido nutricional que acompaña al embrión (endospermo) es líquido o gelatinoso en un inicio y se vuelve sólido y blanco en la madurez; este tejido maduro es el marfil vegetal o tagua (Figura 13-1G), nombre con el que también se conoce al fruto y a la palma. ­Caracteres diagnósticos: Palma de tamaño medio, hojas erectas con folíolos en grupos de 4–7 y proyectados en varios planos de orientación, con gran acumulación de materia orgánica en la base de las hojas, flores masculinas prominentes y en espiga, infrutescencia 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

A

B

C

D

G E F H

Figura 13-1. (A) Población de tagua en la localidad de San Plácido, Manabí. (B) Segmento superior de la hoja pinnada. (C) Inflorescencia masculina. (D) Detalle de la inflorescencia. (E) Inflorescencia femenina. (F) Infrutescencia. (G) Corte transversal del fruto, con semillas con endospermo semimaduro. (H) Cicatrices foliares en el tallo de la tagua. Fotos: (A, G) R. Montúfar; (B–F, H) R. Jarrín.




13. Tagua

grande y esférica con proyecciones cónicas. ­Especies ­similares: Phytelephas tumacana (del suroeste de Colombia y recientemente también reportada cerca de la localidad de San Lorenzo, Esmeraldas1,2) presenta folíolos dispuestos en un solo plano de orientación. Ambas especies son morfológicamente similares, pero estudios moleculares las ratifican como especies diferentes3. Aphandra ­natalia y P. ­tenuicaulis también tienen frutos en cabezuela y flores masculinas prominentes. A. ­natalia, sin embargo, tiene hojas con folíolos regularmente distribuidos e insertados en un solo plano de orientación, gran acumulación de fibras negras y duras en la base de las hojas y presencia de escamas color negro en el pecíolo, los folíolos y la vaina. P. ­tenuicaulis puede tener tallos múltiples y de menor tamaño que la t­agua (usualmente de <7 m × <10 cm) y su fruto es mucho más pequeño. Además, A. natalia y P. tenuicaulis ­están r­ estringidas a la Amazonía.

Biología y ecología La estructura poblacional de la tagua varía en función del tipo de hábitat. En sistemas agroforestales, arboledas, pastizales o bosques secundarios, existe una alta densidad de juveniles (individuos >1 m sin tronco visible) frente a adultos (individuos con tronco visible y con órganos reproductivos, hasta 30:1) pero hay una ausencia casi total de subadultos (individuos con troncos pero sin órganos reproductivos)4,5. En contraste, la estructura poblacional de la tagua en bosques maduros se caracteriza por una baja densidad de individuos en todos los estadios de crecimiento4,5 y la relación entre adultos, subadultos, y juveniles es más equilibrada (15:1, juveniles/adultos). Además la abundancia de individuos es mayor en colinas y laderas que en áreas inundadas, donde la densidad de juveniles es considerablemente menor4. Como el 75 % de la cobertura vegetal de la Costa y las estribaciones occidentales ha sido deforestada6

Tabla 13-1. Demografía y proporción de individuos masculinos y femeninos de P. aequatorialis en una hectárea. Localidad (altitud en m)

Tipo de bosque

Húmedo Cotopaxi 10 San Francisco de subtropical las Pampas (1 325) Húmedo Cotopaxi 10 Palo Quemado subtropical (1 325) Esmeraldas 10 Húmedo tropical Río Santiago (5) Valles Manabí 5 Canuto (37) Manabí 5 Junín (93)

Valles

Tipo de manejo

Nº de Nº de Nº de adultos individuos subadultos

Nº de juveniles

Nº de plántulas

Proporción de sexos f:m

Arboleda de tagua en pastizal

1 279

365

0

0

914

1:0.9

Bosque primario

1 260

40

30

20

1 170

Solo hembras

Sistema agroforestal

491 sin plántulas

373

63

55

a

1:0.8

Arboleda de tagua en pastizal Bosque secundario

287

131

0

142

14

1:0.8

5 879

365

7

5 007

500

1:1.4

a = no cuantificado




Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

una importante fracción de las poblaciones de tagua se encuentra en pastizales, bosques degradados y sistemas de manejo. La ausencia de subadultos en estas poblaciones limita críticamente su regeneración natural y es un síntoma de que tales poblaciones no son viables, lo que pone en serio riesgo la conservación de la especie y su variabilidad genética (Tabla 13-1). El uso del bosque afecta la proporción de sexos en las poblaciones de tagua. En bosques bajo manejo (arboledas con o sin remoción, sistemas agroforestales) la proporción de hembras es mayor que la de machos (Tabla 13-1). Esta desviación está relacionada con el interés del campesino por dejar en pie individuos femeninos productores de tagua en detrimento de los masculinos. En localidades de la provincia de Manabí, donde el aprovechamiento del recurso está dirigido a la cosecha de hojas provenientes del individuo macho (cade), la proporción de sexos se mantiene cerca del equilibrio 1:1 (Tabla 13-1). El efecto de la desviación en la proporción de sexos no ha sido estudiado, pero a futuro esta podría tener impactos negativos en la estructura genética de las poblaciones. Su desarrollo vegetativo no ha sido investigado; sin embargo observaciones indirectas sugieren que la tagua requiere 10 años para alcanzar el desarrollo morfológico completo (subadulto) y 14–15 años para llegar a la madurez sexual. Se puede calcular en 35–40 años la edad de individuos con troncos de dos metros de alto7. Asimismo, para la especie P. ­seemannii se ha reportado que requiere 24 años para iniciar la fase reproductiva8. Factores ambientales como la luz, la edad del individuo y la estacionalidad 

influyen en la productividad de hojas e infrutescencias bajo diferentes tipos de manejo4. Por ejemplo, en sistemas agroforestales tagua-cacao, la edad del individuo y la estacionalidad son factores determinantes en la productividad de hojas4. De igual manera la disponibilidad de luz ha sido correlacionada con el crecimiento y la productividad en palmas de tagua en bosques tropicales10. La productividad de hojas es mayor en individuos machos que en hembras9. Esto tiene una importante implicación en el manejo ya que se cosechan hojas de las palmas macho (cade) para la elaboración de techados. Las hembras invierten más energía en la producción de grandes infrutescencias, pero producen menos hojas y en promedio de menor tamaño10. Una tagua hembra puede producir hasta 16 infrutescencias anualmente y una infrutescencia puede llegar a pesar 8–15 kilogramos. Cada una tiene 20–30 frutos oblicuos, maderables y con protuberancias cónicas en la superficie7. En sistemas agroforestales se han encontrado 21–25.6 frutos/infrutescencia con 4.4–6 semillas/ fruto y en bosque secundario 18.9–25.2 frutos/infrutescencia con 4.4–5.8 semillas/fruto5,10. Se necesitan por lo menos 10–11 infrutescencias para obtener un quintal (45.36 kg) de semillas (peso seco) con cáscara7. El tiempo de maduración de una infrutescencia, desde flor hasta la formación de la semilla pétrea (tagua), es de 3–5 años5. La inflorescencia masculina atrae una gran diversidad de insectos como coleópteros, dípteros, himenópteros y arácnidos. Palmeras del género Phytelephas producen p-metilanisol para atraer coleópteros de


13. Tagua

diferentes linajes como Aleocharinae (Staphylinidae), Derelomini (Curculinoidae) y Mystrops (Nitidulidae) que polinizan las flores y se reproducen en las inflorescencias masculinas11. Estudios realizados con la especie P. seemannii sugieren que los potenciales polinizadores son tres especies del género Amazoncharis (Staphylinidae) y sus depredadores Xanthopygus (Staphylinidae)8. Las semillas de P. aequatorialis son fuente de marfil vegetal o tagua. La tagua es el endospermo solidificado que alberga el embrión en su interior y está constituido principalmente (70 %) por polisacáridos denominados mananos y otros componentes12. Durante el período de maduración de la semilla, el endospermo se solidifica alcanzando la textura dura y el color blanco característico. El mesocarpio interno es rico en lípidos (22 %), principalmente oleico, palmítico y linoleico13,14 y tiene una alta presencia de minerales como calcio, potasio y zinc. La inflorescencia masculina presenta una alta concentración calórica (72 Kcal/100 g) por sus elevadas concentraciones de aceite (1.3 %), carbohidratos (11.9 %) y proteínas (3.1 %)13. La tagua es atacada por varias especies de insectos, como larvas de Rhynchophorus palmarum (gualpa), especies del género Dryocoetes, entre otros.

Distribución y abundancia La tagua (Phytelephas aequatorialis) es una especie endémica de las regiones tropicales y subtropicales de las estribaciones occidentales (<1 500 m) y de la Costa ecuatoriana. Sus poblaciones crecen en un amplio rango ecológico y altitudinal que abarca los bosques caducifolios del litoral de Manabí, bosques de garúa, bosques

tropicales de tierras bajas en Esmeraldas, bosques premontanos (<1 000 m) y bosques montanos hasta los 1 500 m en las estribaciones andinas occidentales y en la cordillera del litoral. Extensas poblaciones de tagua son reportadas en el bosque tropical de la provincia de Esmeraldas, en bosques deciduos y semideciduos (región septentrional y central de Manabí), en bosques de garúa (Parque Nacional Machalilla) y en regiones colinadas y valles húmedos de la provincia de Manabí (Junín, San Plácido, Pichincha). Otras poblaciones importantes se encuentran en las estribaciones occidentales de las provincias de Pichincha (Puerto Quito), Santo Domingo de los Tsáchilas (Alluriquín), Imbabura (El Chontal), Bolívar (Balzapamba), Cotopaxi (Otonga), Azuay (Molleturo) y El Oro (Piñas). En amplias zonas del país la tagua crece mayormente en sistemas silvo-pastoriles y agroforestales. Poblaciones naturales de tagua son protegidas dentro del Parque Nacional Machalilla, de la Reserva Mache-Chindul, la Reserva Cotacachi-Cayapas y la Reserva privada Buenaventura (Figura 13-2).

Usos y mercados La literatura etnobotánica reporta múltiples usos para Phytelephas ­aequatorialis15 (Tabla 13-2), pero los principales productos comercializados y procesados son: la tagua (semilla) cosechada de las palmas hembra y el cade (hojas) cosechado de palmas macho. La cosecha de tagua ha generado una industria en la Costa dedicada a la producción de precursores de botones (“animelas”), cuyos productos han contribuido a la economía local y nacional 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

3.0

log(abundancia)

2.5 2.0 1.5 1.0 0.5 0.0

Ana

Ach

Ast

Aco

Bga

Figura 13-2. (A) Abundancia de la tagua (Phytelephas aequatorialis) en transectos de 0.25 ha (11–30 por sitio) establecidos en la Costa (Santo Domingo de los Tsáchilas) y en la Amazonía (Kapawi, Nangaritza y Yasuní). Ana = Aphandra natalia, Ach = Astrocaryum chambira, Ast = Astrocaryum standleyanum, Aco = Attalea colenda, Bga = Bactris gasipaes, Gma = Geonoma macrostachys, Ide = Iriartea deltoidea, Oba = Oenocarpus bataua, Psy = Pholidostachys synanthera, Pae = Phytelephas aequatorialis, Wqu = Wettinia quinaria. (B) Distribución de la especie en Ecuador. Coordenadas geográficas tomadas de la base de datos de los herbarios QCA (Quito, PUCE), AAU (Universidad de Aarhus, Dinamarca) y MO (Tropicos®, Missouri Botanical Garden) y observaciones de los autores. Datos de transectos: Base de Datos de Palmas mantenida por H. Balslev, Universidad de Aarhus. Cartografía: Peder K. Bøcher.



Gma

Ide

Oba

Psy

Pae

Wqu

(Recuadro 13). De cada semilla de tagua se obtienen 2–4 animelas, excepcionalmente hasta seis dependiendo del tamaño y características de la semilla. La baja producción de animelas por tagua sugiere que una importante porción de la semilla queda como subproducto o desperdicio. La fabricación de animelas genera dos principales subproductos: (1) el polvillo


13. Tagua

Tabla 13-2. Los múltiples usos de P. aequatorialis.

Parte

Uso

Mercado

Impacto de cosecha

Unidad de comercialización

Precios (USD)

Hojas abiertas (cade)

Elaboración de techos

Regional

Alto

100 tapas

30–50

Hojas en cogollo (palmito)

Alimentario

Subsistencia

Alto Bajo

Animelas #18 (kg)

11

Bajo

Artesanías (unidad)

0.5–300

Endospermo maduro (tagua) Subproductos en la elaboración de animelas: endospermo maduro en polvo y en "anillos"

Elaboración de animelas Elaboración de artesanías

Nacional e internacional Nacional e internacional

Saco de desperdicios en polvo (25–30 kg) Saco de desperdicios en anillos (16–27 kg)

Balanceado

Regional

Combustible (hornos)

Regional

Endospermo inmaduro

Alimentario

Subsistencia

Bajo

Mesocarpio

Alimentario

Subsistencia

Bajo

resultante de los procesos mecánicos de las sierras y tornos y (2) los “anillos” que son los remanentes de tagua sólida al retirar las animelas. De un quintal de tagua pelada se obtiene 65–88 % de desperdicio (polvillo y anillos) y apenas 12–35 % de animelas. Las empresas fabricantes venden a un precio aproximado de 2 USD un saco de anillos (16–27 kg) utilizados como combustible por empresas que elaboran ladrillos. El saco de polvillo (25–30 kg) en cambio es vendido para la elaboración de balanceados para ganado a un precio de 2–6 USD16 (Figura 13-3).

Actividad artesanal y bisutería de alto valor agregado La producción de artesanías y bisutería constituye un importante producto derivado de la tagua. Se trata de una actividad ejercida mayormente por microempresas de carácter familiar o comunitario. La actividad artesanal se ­caracteriza por

2–6 2

una menor cantidad de materia prima incorporada en el proceso. Para el año 2011 se ha reportado que los precios de la semilla en cantidades pequeñas se sitúan entre 5–15 USD/quintal (fresca, con cáscara, comprada a cosechadores locales o pequeños acopiadores de la misma región), 25–40 USD/quintal (secada, pelada, comprada a grandes acopiadores) y 45–60 USD/quintal de la de mejor calidad (grande, seleccionada, secada, pelada, comprada a grandes acopiadores en Manta). Algunos productores pequeños también adquieren tagua cortada en secciones (“tajada”) a un precio de alrededor de 1.50 USD/kg o animelas de diferentes calidades a 3–15 USD/kg. Un taller artesanal utiliza 2.5–15 quintales al año obteniendo ingresos mensuales de 150–400 USD, mientras que talleres medianos dedicados al procesamiento y la comercialización de artesanía y bisutería requieren 15–120 quintales anuales 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

A

B

C

D

E

F

G

H

Figura 13-3. (A) Tagua fresca con residuo del mesocarpio. (B) Tagua con cáscara (endocarpio). (C) Tagua pelada o semilla con endospermo sólido. (D) Taller de elaboración de animelas, Manta, Manabí. (E) Por cada semilla de tagua se obtienen 4 animelas. (F) Quintales con animelas. (G) Polvo generado como subproducto de la elaboración de animelas y utilizado como balanceado. (H) Bisutería realizada con tagua, Sosote, Manabí. Fotos: R. Montúfar.




13. Tagua

y ­obtienen ­ingresos ­entre 1 000 y 5 000 USD por mes. Entre los mayores factores que afectan negativamente al desarrollo de esta actividad artesanal se pueden citar: (1) falta de mercados y estrategias comerciales, (2) falta de diseños originales, (3) procesos administrativos y de exportación engorrosos y (4) grandes variaciones en el precio de la materia prima16.

El cade La cosecha de hojas de P. aequatorialis (cade) para la construcción de techos es una importante actividad económica a nivel local. En la provincia de Manabí se cosecha y se vende cade durante todo el año. La compra-venta se realiza bajo pedido. Se trata de una forma de extractivismo destructivo, pues la actividad implica el corte casi total de las hojas de la corona de la palma adulta. Los campesinos evitan cortar hojas de individuos femeninos ya que esto disminuye la producción de infrutescencias y afecta la maduración de las semillas. El efecto negativo de la cosecha de hojas en la producción de semillas de tagua ha sido corroborado por varios estudios5,10. Sin embargo, en regiones y períodos donde el precio de la tagua es bajo, se extraen hojas de individuos masculinos y femeninos indistintamente. Un campesino puede colectar 8–13 hojas por individuo/año y datos de cosecha en una propiedad de 6 ha con un sistema mixto pastizal-agroforestal en la región de Ca­ nuto (Chone) reportan una producción anual de 5 000–6 000 hojas de cade5. La cosecha de hojas se realiza preferentemente en sistemas mixtos pastizal-­ agroforestal y arboledas de tagua. En bosques naturales, en contraste, los

c­ ampesinos cosechan esporádicamente el cade debido a que la densidad de individuos adultos es muy baja y por tanto resulta menos rentable su cosecha. Una vez cosechadas las hojas, se les corta el pecíolo y se las divide longitudinalmente por el raquis, produciendo dos secciones. Cada sección es doblada con un largo de 1 m para formar una “tapa”, que constituye la unidad de comercialización del cade. Las tapas son apiladas y almacenadas a la intemperie para su secado y alisado. Una vez que cambian de color verde a café oscuro son ofertadas. En el cantón San Vicente (Manabí), un ciento de tapas tiene un valor de 30–50 USD (año 2012)10. Para la construcción de un techo de cade de 11 x 7 m se requieren 800 tapas (240–400 USD) y, con mantenimiento, estos techos tienen una duración de 5–6 años. En la actualidad los techos de cade no son comunes en las zonas rurales de Manabí, donde la mayoría de casas tienen techos cubiertos de fibrocemento (eternit) o zinc. Estos materiales son de menor costo y duran aproximadamente 10 años. Sin embargo, en regiones turísticas de la Costa aún existe una alta demanda de techos de cade. Los precios del cade en el mercado son atractivos para los cosechadores pese a que la demanda es fluctuante. Para los agricultores dueños de poblaciones de P. ­aequatorialis es más rentable vender cade eventualmente que cosechar tagua (Figura 13-4).




Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

A

B

C

D

E

Figura 13-4. (A) Los cosechadores de cade dejan a los individuos de tagua con apenas 2–3 hojas en la corona en San Vicente, Manabí. (B) Las hojas son dobladas para formar las tapas y posteriormente fermentadas y secadas. (C) Las tapas son agrupadas en bultos de cien hojas y vendidas en centros de acopio, Tonchigüe, Esmeraldas. (D) Los bultos de cade se dejan al borde de la carretera para una venta directa al comprador en San Plácido, Manabí. (E) Techo de cade en Agua Blanca, Manabí. Fotos: R. Montúfar.




13. Tagua

Recuadro 13

La tagua: producción de botones para el mercado internacional

L

a semilla de tagua ha sido tradicionalmente cosechada, procesada y comercializada en Ecuador desde mediados del siglo XIX, llegando a convertirse en el segundo producto de exportación del país, después del cacao, a finales de ese siglo17. La producción tuvo su mayor pico en 1929, cuando las exportaciones totalizaron 25 000 toneladas métricas con un valor de más de 1.2 millón de USD (correspondientes a más de USD 15 millones en precios actuales)18. Para el año 1930, Italia era el principal importador de tagua, seguido de Estados Unidos y Alemania. Después de la II Guerra Mundial, la producción declinó drásticamente, sobre todo a causa del desarrollo de una nueva materia prima: los polímeros sintéticos y en particular la baquelita19. Sin embargo, la industria botonera nunca desapareció por completo. Actualmente el principal producto de exportación derivado de la tagua son las animelas o botones semiprocesados. Estadísticas oficiales20 sobre cantidad y precio de exportaciones de este producto desde 2008 hasta 2012 se presentan en Tabla R13-1. Obviamente el precio de exportación se incrementó en alrededor del 60 % en los cinco últimos años, mientras que la cantidad exportada disminuyó considerablemente en 2012. Esto sugiere la posibilidad de que la oferta actual de animelas no consigue satisfacer la demanda en el mercado internacional, lo que coincide con la declaración de una empresa exportadora en Manta16. Las principales industrias procesadoras de animelas se asientan en las ciudades de Manta y Portoviejo. La industria botonera es la que demanda la mayor cantidad de materia prima: empresas pequeñas productoras requieren 80 quintales de tagua por mes, mientras que las grandes llegan a demandar hasta 800 quintales mensuales. No existe una estimación precisa y

actual sobre número de empresas involucradas en esta actividad, pero en 1999 se estimó que en la región de Manta existían 15 empresas grandes, cinco medianas y 200 informales procesadoras de animelas21. En la mayoría de casos las empresas compran tagua a intermediarios (acopiadores): un quintal de tagua fresca, con cáscara, se cotiza en 11.3–15 USD, en 25 USD si se trata de tagua sin cáscara (secada y pelada) y hasta en 30 USD si es tagua seleccionada (precios de 2011, Figura R13-1)16. Empresas pequeñas producen hasta 2 000 kg de animelas/mes y se reporta que una empresa ubicada en Manta normalmente exporta mensualmente entre 40 000 y 50 000 kg. El precio por kilogramo es variable y plantea uno de los principales problemas para la industria botonera. Un kilogramo de animelas #18 cuesta alrededor de 11 USD y tratándose de animelas #28 el valor es de 18 USD (precios de exportación, animelas de alta calidad). El precio se fija en función de los exportadores, quienes a su vez dependen del valor establecido en el mercado internacional. Colombia, Perú y Panamá también comercializan productos de tagua (mayormente de la especie P. ­macrocarpa). Entre los factores que afectan negativamente el mercado de botones se pueden citar: (1) especulación en el precio de la materia prima, (2) competencia desleal, (3) mercado inestable y anclado en las demandas de la moda, (4) falta de mano de obra calificada y (5) deficiente control de calidad en los procesos de cosecha y producción16. Tabla R13-1. Cantidad, valor (FOB) y precio de animelas exportadas 2008–201220 Año

2008

2009

2011

2012

Cantidad (toneladas)

1 139

846 1 108 1 269

2010

787

Valor FOB (miles de USD) 7 062 5 451 7 927 12 705 7 693 Precios (USD/tonelada)

6 200 6 443 7 154 10 012 9 775




Compra tagua no procesada, seca o pelada, y vende animelas. Requiere de infraestructura, equipos y personal para la elaboración de animelas. Un taller promedio tiene hornos artesanales, sierras eléctricas, esmeriles, tornos, pulidoras. Un taller pequeño requiere en promedio 10 personas trabajando a jornada completa; talleres medianos emplean más de 20–30 trabajadores. Los principales talleres de animelas se ubican en la ciudad de Manta.

Compra y vende tagua no procesada (fresca y con cáscara). El acopiador se encarga del transporte de la tagua desde el campo hasta los centros de acopio. En pocas ocasiones el cosechador moviliza la tagua a los centros de acopio.

Manta, Guayaquil, Quito

Compra animelas a los productores y las exporta a empresas internacionales en Estados Unidos, Europa y Asia.

Exportador de animelas

Acopiador Manta

Acopiador Manta Compra tagua no procesada y la vende así y procesada. La tagua procesada comprende tagua seca y tagua pelada. La seca se obtiene a través de la exposición solar de la semilla o utilizando hornos. La tagua pelada se obtiene mediante la separación mecánica del endocarpio. Además la tagua es clasificada por el tamaño de la semilla.

Acopiador local

Regiones rurales de la Costa y estribaciones andinas occidentales

Autoridad ambiental No existe control sobre la cosecha ni permisos de movilización. Los cosechadores desconocen los requisitos para la cosecha y transporte de la tagua.

Cosechador Cosecha las semillas en propiedades privadas, comunitarias o del Estado. El cosechador alquila mulas para el transporte de frutos de tagua.

Exportador de animelas (4.95 USD)

Productor de animelas (8.85–11.80 USD)

Acopiador Manta (1.6–4.65 USD)

Consumidor en el extranjero Compra botones y ropa con botones de tagua.

Consumidor en el extranjero

Extranjero (Estados Unidos, Europa, Asia)

Actividad comercial en el exterior Se importan las animelas y se producen botones de alta calidad y con diseños exclusivos. Se venden los botones al por mayor y al por menor.

Actividad comercial en el exterior (260–980 USD)

Animelas (lin. 24; diámetro 15.2 mm)

Acopiador local (0.0–1.4 USD)

Semillas (tagua)

Figura R13-1. Cadena de valor para “animelas” (del tipo “Lin. 24”) de tagua utilizada en la industria de la moda.

c) TRANSFORMACIÓN, COMERCIALIZACIÓN O PROCESOS ADMINISTRATIVOS Y LOCALIDADES



b) ACTORES (ganancia por Cosechador (2.2–4.4 USD) palma/año)

a) BIENES COMERCIALIZADOS

Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible


13. Tagua

Manejo e impactos de la cosecha El sistema de cosecha se basa en la recolección manual del recurso. Los campesinos recogen la tagua madura que se ha desprendido de la infrutescencia y ha caído al pie de la mata. Esta tagua que ha madurado naturalmente, de textura sólida y color blanco, es considerada de alta calidad. Sin embargo, cuando existe una alta demanda y los campesinos no encuentran suficiente tagua al pie de la mata, recurren al “maceado”7,16. Se trata de un mecanismo de maduración forzada que consiste en cortar toda la infrutescencia todavía inmadura y prenderle fuego o dejarla cubierta con hojas para favorecer una maduración precoz. La tagua maceada es menos sólida, de color marrón oscuro y menos valiosa en los mercados. Adicionalmente, los campesinos reconocen que la cosecha de hojas de las palmas femeninas de tagua reduce la producción de frutos10. Las experiencias de cultivo de tagua en el país son escasas y no se han documentado adecuadamente. La mayoría de iniciativas son aisladas y a pequeña escala (cultivos de 2–5 ha). No obstante, la tagua ha logrado ser incorporada exitosamente en plantaciones agroforestales y silvo-­pastoriles cacao-tagua en Manabí. Recomendaciones de manejo (1) Regular los sistemas de cosecha de frutos, en particular prohibir la práctica del maceado y la sobrecosecha para minimizar los impactos negativos. En bosques maduros manejados se sugiere, con base en estudios sobre otras especies de palmas, cosechar máximo el 75 % de las semillas (o en años de baja

producción el 50 %) por palma para permitir que algunas semillas sean dispersadas naturalmente por pequeños mamíferos, lo que favorece el establecimiento de nuevos individuos y ayuda a mantener la variabilidad genética de la especie. (2) También es necesario regular la cosecha de hojas para precautelar la conservación de la especie a largo plazo. Se sugiere limitarla a individuos masculinos para evitar que las hembras disminuyan su producción de frutos. Se recomienda realizar estudios para medir el impacto de diferentes intensidades de cosecha de hojas en la productividad de la tagua. (3) La falta de juveniles en bosques o sistemas manejados no permite la regeneración natural de la especie. Se sugiere evitar el pastoreo en áreas donde se intente promover la regeneración de la especie u ofrecer cuidados individuales a las plántulas hasta que se conviertan en juveniles. (4) Es necesario investigar la capacidad de adaptación de la tagua a diferentes sistemas y prácticas agrícolas (silvo-pastoriles, taguales puros, combinación con otras especies maderables o frutales). (5) Establecer un sistema de control de calidad de la materia prima a través de un mecanismo de control de procedencia, por ejemplo, usando un código de barras que permita identificar el nombre del colector, el lugar exacto de cosecha y la fecha de colección de cada lote de tagua. Esto permitiría controlar la calidad del producto y el manejo adecuado de las poblaciones. 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

Estado de conservación y acciones para preservar la especie Según la lista roja de especies en peligro, P. aequatorialis está en la categoría de no amenazada22, pero habría que reconsiderarlo. Se sugiere catalogarla como vulnerable considerando los siguientes criterios: (A) Se trata de una especie endémica de la Costa de Ecuador cuyos bosques naturales han sido mayormente deforestados (75 %)6, por lo que un número significativo de poblaciones naturales de tagua también deben haber desaparecido; (B) de las densas y extensas poblaciones de tagua descritas en 19447,17, ahora solo existen poblaciones en pastizales, sistemas agroforestales y bosques secundarios,



donde la regeneración natural está interrumpida. La falta de juveniles y subadultos constituye un cuello de botella para el manejo y conservación de la especie; (C) la cosecha intensiva e indiscriminada de semillas maduras e inmaduras puede estar afectando la conservación del recurso. La cosecha de tagua es considerada como una actividad de bajo impacto y amigable con la conservación de la especie, pero los propios campesinos reconocen que cuando es intensiva reduce la productividad de la palma a mediano plazo. Una acción en pro de conservar la especie sería el establecimiento de un banco de germoplasma, para preservar su diversidad genética.


13. Tagua

Referencias

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



P

14 Uksha Geonoma macrostachys Manuel J. Macía & Mónica Vivanco Freile

alma de sotobosque, acaulescente o con un tallo corto y solitario de hasta 30 cm. Hojas simples enteras o divididas irregular o regularmente, cuya lámina tiene una longitud entre ­0.5–2.5 m. Inflorescencia no ramificada, de color naranja intenso cuando está en fructificación, con un pedúnculo de 20–150 cm de longitud. Frutos globosos de 6–9 mm, de color verde cuando están inmaduros y negro al madurar. Algunos autores diferencian dos variedades simpátricas para esta especie (var. macrostachys y var. acaulis (Mart.) Skov)1,2 mientras que otros consideran que es una especie extremadamente variable y solo reconocen variación a nivel de morfotipos3,4 (Figura ­14-1). Caracteres ­diagnósticos: A pesar de su notable variabilidad morfológica, se caracteriza por su inflorescencia sin ramificar (Figura ­14-1B) cuyo pedúnculo adquiere un color naranja intenso característico al madurar los frutos. ­Especies similares: Existen al menos tres especies similares morfológicamente2: (1) G. ­camana Trail, de la que se diferencia porque en esta la lámina de la hoja siempre es regularmente dividida y de menor tamaño (50–85 cm), (2) G. ­paradoxa Burret que se distribuye por bosques premontanos entre 1 000 y 1 800 m de altitud y (3) G. ­multisecta (Burret) Burret3, única especie de ­Geonoma que tiene más de seis estambres. 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

A

B

20 cm

C

D

10 cm

Figura 14-1. (A) Individuo de uksha. (B) Inflorescencia. (C) Infrutescencia. (D) Detalle de la infrutescencia. Fotos: R. Jarrín.

Biología y ecología La uksha es una especie que puede alcanzar una longevidad de más de 65 años5. Un individuo puede producir hasta 22 hojas simples de hasta 2.5 m de longitud6. Aunque es una palma tolerante a la sombra, su crecimiento está condicionado por la luz y esto tiene efectos importantes en el desarrollo de las poblaciones. Por ejemplo, en ambientes menos expuestos hay menor densidad de individuos y menor producción y longitud de las hojas6. Las variedades de la especie crecen en ambientes distintos: macrostachys 

­ rincipalmente en tierra firme mientras p que acaulis prefiere áreas inundables. La fenología floral es más conocida en la variedad macrostachys que florece y fructifica a lo largo de todo el año5. Sobre la polinización se conoce poco. Se han registrado insectos que visitan las flores de la variedad macrostachys, como abejas (Hymenoptera: Apidae, Trigonidae, Halictidae), escarabajos (Coleoptera: Curculionidae, Chrysomelidae, Nitidulidae) y moscas (Diptera: Drosophilidae, Syrphidae)7,8,9. Las semillas son dispersadas por trompeteros (Psophia crepitans) que se alimentan


14. Uksha

de sus frutos y probablemente también por algunas otras aves pequeñas5.

Distribución y abundancia Esta especie se encuentra al oeste de la región amazónica, en Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia hasta Brasil, mayormente en la Amazonía baja, pero también en bosques (sub)andinos3. Otros autores también registran la especie en las Guyanas10,11. En Ecuador es una especie ampliamente distribuida y muy abundante en la Amazonía, aunque también se ha registrado en bosques premontanos en Pastaza a 1 100 m de altitud2. En los bosques de tierra firme del Parque Nacional Yasuní se registraron entre 190 y 220 individuos adultos de G. ­macrostachys var. macrostachys por hectárea6. En esa misma localidad, en 2.5 hectáreas de tierra firme (10 transectos de 5 × 500 m), la uksha fue la cuarta especie más abundante entre todas las palmas: 1 915 individuos (adultos y juveniles)12. En 2.75 hectáreas, en la región de IquitosPebas en Perú, siguiendo una metodología similar, se encontraron 1 098 individuos de la variedad ­macrostachys y 142 de la variedad acaulis12.

Usos y mercados Esta palma es utilizada por la mayoría de los grupos indígenas amazónicos de Ecuador para la construcción de casas, pero también se han registrado diversos usos, como la elaboración de utensilios domésticos, el consumo de sus frutos a modo de golosina o diversas aplicaciones medicinales13,14,15. Su uso más importante es el de las hojas para el techado de casas tradicionales (o construcciones t­emporales),

ya que tienen buenas propiedades para proteger de la lluvia. Los techados pueden llegar a durar entre 1–3 años para la parte interna del tejado5 o hasta 12–18 años con tratamiento y cuidado adecuados (referido a Geonoma aff. ­macrostachys)16. En la comunidad huaorani de Dicaro (Parque Nacional Yasuní), en la construcción de una casa tradicional de 12.5 m de largo, 10.2 m de ancho y 6.2 m de alto, se necesitaron 4 250 hojas (equivalentes a 283 palmas si se cosechan todas sus hojas) de G. macrostachys var. ­macrostachys para techar la parte interna5. En Pastaza, para el techado de una casa de 10 × 10 m, utilizando únicamente esta palma, se necesitaron entre 1 ­250–1 500 kg de hojas16. Los indígenas de esta provincia venden las hojas frescas de esta especie: 25–30 kg de hojas a 5–6.5 USD (precios en febrero de 2006)16.

Manejo e impactos de la cosecha El único modo conocido de explotación de esta especie es a partir de las poblaciones silvestres. En ocasiones se han trasplantado plántulas del bosque maduro a huertos y chacras16. En la literatura existente no se han registrado casos de manejo, pero en la provincia de Pastaza se ha señalado la cosecha de 3–4 hojas por cada planta, dejando un mínimo de tres hojas y el cogollo sin cortar para de este modo permitir la regeneración del individuo16.

Marco regulatorio y prácticas de control La cosecha y comercialización se practican de manera informal. No se conocen estadísticas oficiales sobre el ­transporte o la comercialización de la especie. 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

3.0

log(abundancia)

2.5 2.0 1.5 1.0 0.5 0.0

Ana

Ach

Ast

Aco

Bga

Figura 14-2. (A) Abundancia de la uksha (Geonoma macrostachys) en transectos de 0.25 ha (11–30 por sitio) establecidos en la Costa (Santo Domingo de los Tsáchilas) y en la Amazonía (Kapawi, Nangaritza y Yasuní). Ana = Aphandra natalia, Ach = Astrocaryum chambira, Ast = Astrocaryum standleyanum, Aco = Attalea colenda, Bga = Bactris gasipaes, Gma = Geonoma macrostachys, Ide = Iriartea deltoidea, Oba = Oenocarpus bataua, Psy = Pholidostachys synanthera, Pae = Phytelephas aequatorialis, Wqu = Wettinia quinaria. (B) Distribución de la especie en Ecuador. Coordenadas geográficas tomadas de la base de datos de los herbarios QCA (Quito, PUCE), AAU (Universidad de Aarhus, Dinamarca) y MO (Tropicos®, Missouri Botanical Garden) y observaciones de los autores. Datos de transectos: Base de Datos de Palmas mantenida por H. Balslev, Universidad de Aarhus. Cartografía: Peder K. Bøcher.



Gma

Ide

Oba

Psy

Pae

Wqu

Estado de conservación y acciones para preservar la especie En la provincia de Pastaza se ha registrado que esta especie es sobreexplotada por el uso de las hojas para el techado de casas16. Por tanto conviene hacer un seguimiento de sus poblaciones para evitar su extinción local en las


14. Uksha

regiones donde sea más utilizada y comercializada. El modo de cosecha de las hojas tiene notables implicaciones en la sostenibilidad de las poblaciones de Geonoma macrostachys5. Así la cosecha se debería centrar en los siguientes aspectos para ser sostenible: (1) cosechar únicamente las hojas de los individuos adultos, de al menos 1 m de longitud, y evitar la cosecha de subadultos; (2) evitar la cosecha de hojas de bosques amazónicos maduros, puesto que solo se podrían explotar muy pocas hojas de modo sostenible; (3) promover la cosecha en bosques secundarios,

­ anejados o de otro tipo, en los que ya m se estén explotando otros productos vegetales. Estas conclusiones se sustentan en que la mayor cantidad de luz que llega al sotobosque en estos hábitats, favorece el crecimiento y la producción de hojas de la palma5,6. Finalmente, la normativa vigente debería regular la comercialización de hojas de esta especie como Producto Forestal No Maderable (PFNM). En ambientes donde la especie ya ha desaparecido o está seriamente amenazada, se puede probar su cultivo para asegurar su uso y conservación e incluso su comercialización.

Figura 14-3. (A) Techo con hojas de uksha, comunidad Cofán de Dureno, Sucumbíos. (B) Detalle del tejido de hojas de uksha en los techos de la misma comunidad. Fotos: R. Cámara-Leret.




Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

Referencias y notas 1. Henderson A. 1995. The palms of the Amazon. Oxford University Press, New York. 2. Borchsenius F., Borgtoft-Pedersen H. & Balslev H. 1998. Manual to the palms of Ecuador. AAU Reports 37, Department of Systematic Botany, University of Aarhus, Denmark, in collaboration with Pontificia Universidad Católica del Ecuador. 3. Henderson A. 2011. A revision of Geonoma (Arecaceae). Phytotaxa 17: 1–271. 4. Roncal J., Francisco-Ortega J. & Lewis C. 2007. An evaluation of the taxonomic distinctness of two Geonoma macrostachys (Arecaceae) varieties based on intersimple sequence repeat (ISSR) variation. Botanical Journal of the Linnaean Society 153: 381–392. 5. Svenning J.-C. & Macía M. J. 2002. Harvesting of Geonoma macrostachys Mart. leaves for thatch: an exploration of sustainability. Forest Ecology and Management 167 (1–3): 251–262. 6. Svenning J.-C. 2002. Crown illumination limits the population growth rate of a neotropical understorey palm (Geonoma macrostachys, Arecaceae). Plant Ecology 159: 185–199. 7. Olesen J. M. & Balslev H. 1990. Flower biology and pollinators of the Amazonian monoecious palm, Geonoma macrostachys: a case of Bakerian mimicry. Principes 34: 181–190. 8. Listabarth C. 1993. Pollination in Geonoma macrostachys and three congeners, G. acaulis, G. gracilis, and G. interrupta. Botanica Acta 106: 496–506. 9. Knudsen J. T. 2002. Variation in floral scent composition within and between populations of Geonoma macrostachys (Arecaceae) in the Western Amazon. American Journal of Botany 89 (11): 1772–1778. 10. Pintaud J.-C., Galeano G., Balslev H., Bernal R., Borchsenius F., Ferreira E., de Granville J.-J., Mejía K., Millán B., Moraes M., Noblick L., Stauffer F. & Kahn F. 2008. Las palmeras de América del Sur: diversidad, distribución e historia evolutiva. Revista Peruana de Biología 15 (1): 7–29. 11. Henderson A., Galeano G. & Bernal R. 1995. Field guide to the palms of the Americas. Princeton University Press, New Jersey. 12. Vormisto J., Svenning J.-C., Hall P. & Balslev H. 2004. Diversity and dominance in palm (Arecaceae) communities in terra firme forests in the western Amazon basin. Journal of Ecology 92: 577–588. 13. Macía M. J. 2004. Multiplicity in palm uses by the Huaorani of Amazonian Ecuador. Botanical Journal of the Linnean Society 144: 149–159.



14. de la Torre L., Navarrete H., Muriel P., Macía M. J. & Balslev H (eds.). 2008. Enciclopedia de las Plantas Útiles del Ecuador. Herbario QCA de la Escuela de Ciencias Biológicas de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador & Herbario AAU del Departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad de Aarhus, Dinamarca. 15. Macía M. J., Armesilla P. J., Cámara-Leret R., Paniagua-Zambrana N., Villalba S., Balslev & Pardo-de-Santayana M. 2011. Palm uses in Northwestern South America: a quantitative review. The Botanical Review 77 (4): 462–570. 16. Gómez D., Lebrun L., Paymal N. & Soldi A. 1996. Palmas Útiles en la Provincia de Pastaza, Amazonía ecuatoriana – Manual práctico. Fundación Omaere, Quito.


A

15 UNGURAHUA Oenocarpus bataua Daniela Cevallos Garzón, Renato Valencia & Rommel Montúfar

nteriormente, la especie fue identificada como Jessenia bataua, nombre que actualmente es uno de sus sinónimos1. Se trata de una palma arborescente, monoica, que alcanza los 10–30 m de altura2,3 (15–45 cm de diámetro). Las hojas (8–20 por palma)3 son erectas, conforman una corona en forma de V y tienen vaina larga (1–2 m) con fibras lineares de color negro, el pecíolo es corto (0–50 cm) y el raquis tiene 5–7 m donde se disponen regularmente y en un solo plano 82–107 folíolos por lado (folíolos medios de hasta 2 m × 15 cm)2. Inflorescencias infrafoliares3 con apariencia de cola de caballo2 y conformadas por ­120–300 raquillas; flores pequeñas unisexuales de 5–7 mm de diámetro organizadas en triadas (dos masculinas y una femenina) y en diadas. Frutos ovoides de 2.7–4.5 × 2–2.5 cm, con endospermo profundamente agrietado2,3 (ruminado), negros a violáceos al madurar. Plántulas bífidas e intolerantes a la exposición directa al sol (esciófitas)2,4 (Figura 15-1). Caracteres diagnósticos: Corona formada por hojas erectas en forma de V; folíolos recubiertos en su cara inferior por un tomento blanquecino (Figura ­15-1D) e inflorescencia con apariencia de cola de caballo (Figura ­ 15-1B). Especies ­similares: A la distancia podría confundirse con Welfia regia, pero esta tiene hojas de menor tamaño y con ápice curvado, no presenta tomento en los folíolos y su inflorescencia no tiene forma de cola de caballo. Su especie hermana Oenocarpus minor difiere en que es de tallo cespitoso (múltiple) y en que es una palma de menores dimensiones. ­Variedades de esta especie: Se reconocen actualmente dos 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

A

C

F

B

D

E

G

Figura 15-1. (A) Palma de ungurahua en la vía Macas-Macuma, provincia de Morona Santiago. (B) Individuo con brote floral, inflorescencia e infrutescencia en Loreto, Orellana. (C) Ápice de la hoja, cara superior (haz). (D) Ápice de la hoja, cara inferior cubierta de cera blanquecina. (E) Bráctea peduncular. (F) Inflorescencia con raquis corto, cientos de raquillas y algunos frutos semimaduros. (G) Frutos maduros. Fotos: (A) D. Cevallos; (B–E, G) R. Jarrín; (F) R. Montúfar.




15. Ungurahua

variedades de esta especie: (1) o­ ligocarpa para la poblaciones de la Amazonía central y Guyanas, y (2) bataua para las poblaciones de la Amazonía occidental y el Chocó. La variedad bataua se diferencia de oligocarpa en el número y disposición de las flores femeninas, el número de estambres y en que oligocarpa no tiene pelos cortos rígidos (tricomas) en la cara inferior de la hoja. En Ecuador se encuentra solamente la variedad bataua.

Biología y ecología En las provincias de Napo, Pichincha y Esmeraldas se encontró que los individuos con tallo pueden crecer entre 14 y 72 cm al año3. En un estudio se estimó que plántulas y juveniles permanecen entre 6 y 15 años en cada estadio5. Sin embargo, aún se desconoce el tiempo de vida de la palma, especialmente cuánto demora en sus fases acaulescentes (sin tallo) antes de convertirse en adulta (con tallo y estructuras reproductivas). En cuanto a la producción Tabla 15-1. Tasa anual de producción de hojas en siete diferentes estadios de O. bataua, reportados después de un año de estudio en una parcela de 50 ha dentro del Parque Nacional Yasuní.

Estadio

Tasa anual de producción de hojas

Plántulas (N = 286)

0.64

Juvenil 1 (N = 292)

1.39

Juvenil 2 (N = 69)

1.64

Juvenil 3 (N = 48)

1.98

Adulto 1 (N = 52)

3.08

Adulto 2 (N = 23)

3.24

Adulto 3 (N = 16)

3.17

de hojas, en el Parque Nacional Yasuní se encontró que la producción de hojas en palmas adultas puede ser más del doble que en las juveniles6 (Tabla ­15-1), lo que se relaciona con el mayor crecimiento en altura de las palmas maduras. La ungurahua es una especie que no tolera la exposición directa al sol incluso en su fase juvenil (hasta los ~4 m de altura)2,4 mientras en su fase adulta puede permanecer totalmente expuesta a la luz directa (heliófita)4,7. Sin embargo, es posible encontrar adultos y plántulas de esta especie fuera del bosque, en pastizales y chacras o en sistemas agroforestales; normalmente se trata de palmas adultas que fueron dejadas en pie cuando se removió el bosque original, mientras que las plántulas, que típicamente se originan de semillas dispersadas por esos adultos, no prosperan a juveniles ya que mueren por el pisoteo del ganado y su intolerancia a la luz directa8. Consecuentemente no existe regeneración natural de la especie y su existencia en estos ambientes depende de un manejo adecuado que propicie tal regeneración. En cuanto a la floración y fructificación, se han realizado estudios en dos localidades de la Amazonía ecuatoriana (dentro de la Reserva de Producción Faunística Cuyabeno y del Parque Nacional Yasuní). Según estos, la ungurahua puede florecer y fructificar de forma continua durante el año y tiene ciertos períodos de mayor producción. La fructificación tiene un pico en marzo-abril en Cuyabeno y en julio-agosto en Yasuní. En Cuyabeno no existe continuidad en la fructificación15, mientras en Yasuní, donde se ha monitoreado la producción de flores y frutos durante 12 años, los 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

­ atos muestran una producción continua d todos los años aunque sugieren que en cada palma tal producción puede variar significativamente entre años, con ciertos años donde la floración y su consecuente fructificación puede ser escasa o nula16. Las flores de ungurahua son polinizadas por escarabajos como B ­aridinae, Phyllotrox y Anchylorhynchus, todos ellos considerados polinizadores eficientes ya que pueden transferir a las flores femeninas ~95 % del polen que colectan en las flores masculinas17. La recompensa que otorga la palma a los insectos es el polen que les sirve de alimento, especialmente el tejido floral que favorece la ovoposición3,17. Los frutos son consumidos por mamíferos (roedores, monos, cerdos de monte) y aves (guacamayos, pavas y tucanes, guácharos) que también dispersan sus semillas4,6,18. Los guácharos (Steatornis ­caripensis) son buenos dispersores a grandes distancias ya que pueden volar más de 70 km en un día y transportar las ­semillas en su sistema digestivo19. En el Chocó ecuatoriano el pájaro toro (Cephalopterus penduliger) es un importante dispersor de las semillas20.

Distribución y abundancia Oenocarpus bataua está distribuida en toda la cuenca amazónica, en los bosques occidentales del Chocó y en bosques montanos húmedos del neotrópico. Se encuentra en Ecuador, Colombia, Brasil, Guyanas, Panamá, Bolivia, Venezuela, Perú1,5 y en la isla de Trinidad en el Caribe1. Es abundante en los bosques tropicales de tierras bajas, bosques húmedos montanos bajos y bosques de galería, por debajo de los 1 000 m3,15 (Figura 15-2). 

La ungurahua crece en una variedad de ambientes contrastantes. En Ecuador lo hace preferentemente en los bosques bien drenados (de tierra firme) de la Amazonía y en las estribaciones andinas hasta los 1 400 m9. En el Parque Nacional Yasuní se encontró que ocupa los primeros puestos en abundancia entre las palmeras arborescentes en áreas ­dominadas por ­colinas10. Poblaciones andinas (>1 000 m) de la palma se encuentran en las estribaciones de la cordillera de Cutucú en las provincias de Morona Santiago y Zamora Chinchipe11,12,13, al noroccidente de Pichincha, y en las estribaciones occidentales de la provincia de Imbabura (por debajo de 1 200 m) donde son localmente densas (>50 individuos adultos por ha). En la Amazonía peruana, en cambio, la especie está asociada a suelos mal drenados (pantanos) donde crece frecuentemente asociada con el morete14 (la palma Mauritia flexuosa, característica del pantano y de los bosques inundables). En cuanto a la densidad de palmas de ungurahua en los bosques de tierra firme, estudios realizados en transectos de 500 × 5 m (0.25 ha) en el Parque Nacional Yasuní registraron 56–353 palmas por transecto con un promedio de 155 (plántulas, juveniles, subadultos y adultos)10, mientras en una parcela de 50 ha, la densidad promedio fue de 3.3 individuos (adultos y subadultos) por hectárea. Sin embargo, la densidad varía dentro de las distintas localidades y entre localidades (Tabla 15-2). En otros hábitats del bosque de Yasuní la densidad de esta especie se reduce considerablemente; por ejemplo, en planicies aluviales del Tiputini la densidad promedio es de


15. Ungurahua

3.0

log(abundancia)

2.5 2.0 1.5 1.0 0.5 0.0

Ana

Ach

Ast

Aco

Bga

Figura 15-2. (A) Abundancia de unguragua (Oenocarpus bataua) en transectos de 0.25 ha (11–30 por sitio) establecidos en la Costa (Santo Domingo de los Tsáchilas) y en la Amazonía (Kapawi, Nangaritza y Yasuní). Ana = Aphandra natalia, Ach = Astrocaryum chambira, Ast = Astrocaryum standleyanum, Aco = Attalea colenda, Bga = Bactris gasipaes, Gma = Geonoma macrostachys, Ide = Iriartea deltoidea, Oba = Oenocarpus bataua, Psy = Pholidostachys synanthera, Pae = Phytelephas aequatorialis, Wqu = Wettinia quinaria. (B) Distribución de la especie en Ecuador. Coordenadas geográficas tomadas de la base de datos de los herbarios QCA (Quito, PUCE), AAU (Universidad de Aarhus, Dinamarca) y MO (Tropicos®, Missouri Botanical Garden) y observaciones de los autores. Datos de transectos: Base de Datos de Palmas mantenida por H. Balslev, Universidad de Aarhus. Cartografía: Peder K. Bøcher.

Gma

Ide

Oba

Psy

Pae

Wqu

apenas 14 individuos (en 0.75 ha), mayormente plántulas, y en un pantano se registraron 7 plántulas y ningún adulto en 0.25 ha10. En la gran parcela de tierra firme (50 ha), la tasa anual de mortalidad de las palmas subadultas y adultas fue de 2.3 % (variable entre 1.4–3.8 %) y la de generación de nuevas subadultas de 2.6 % (1.6–4.2 %), entre 1995 y 201216. 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

Tabla 15-2. Densidad de palmas y estructura poblacional en distintas localidades de Ecuador. El volumen de cosecha sugerido en la literatura corresponde al 60–75 % de la producción. Densidad (individuos/ha) Adultos Juveniles Plántulas TF PA TF PA TF PA

Localidad

Referencia

Yasuní (00° 41' 14" S; 76° 23' 72" W)*

16

3.3

ND

ND

10

4

69

529

Yasuní (00° 41' 14" S; 76° 23' 72" W)

6

4

1

175

44

81

Chiriap (02° 13' 38" S; 77° 31' 52" W)

6

5

3

240

48

339

Chiriap (02° 13' 38" S; 77° 31' 52" W)***

11

1.7

Yasuní (carretera Maxus-Capirón)**

ND

67

1 470

TF = Tierra firme, PA = Pantano * Extrapolado de 19 transectos de 500 × 5 m en tierra firme y uno en plano aluvial. ** Extrapolado de transectos de 0.3 ha dentro de la parcela de tierra firme de 50 ha16. *** Extrapolado de ocho parcelas, cada una de 10 m × 10 m.

Usos y mercados Oenocarpus bataua es una de las palmas más usadas como alimento por las comunidades amerindias, particularmente por el aceite derivado de sus frutos, considerado de calidad (Recuadro 15-1, pg. 216). También se consumen en mucho menor grado las inflorescencias jóvenes y el palmito (cuya extracción implica la muerte de la palma). Otros usos menores son: hojas y raíces con fines medicinales (antidiarreicos, antidisentéricos y vermífugos); semillas y raquillas de hojas como materiales para elaborar artesanías; hojas y tallo como materiales para construcción de viviendas y techado3,5,21. Las comunidades indígenas han extraído tradicionalmente frutos de ungurahua para su consumo, de una manera sostenible18, pero en los últimos 

7–8 años la cosecha y aprovechamiento de los frutos de esta palma se han incrementado debido a una mayor demanda de aceite para múltiples usos11, incluyendo como con­servante de carnes22. Los usos medicinales corres­ponden a tratamientos de bronquitis, tuberculosis, in­fla­maciones, dolor de articulaciones, crisis hepáticas y caída del cabello21. En Ecuador el producto comercializado más importante de la ungurahua es el aceite, con el que se elaboran champú, jabón y aceite de masajes que son vendidos dentro y fuera del país22 (Tabla ­15-3). Algunas comunidades del suroriente de la Amazonía ecuatoriana han desarrollado esquemas de mercado justo y seguro en asociación con una organización no gubernamental que se


15. Ungurahua

mayoría de esta producción se comercializa informalmente y el consumidor corre el riesgo de comprar aceite adulterado23. Por lo general, la venta del aceite de ungurahua significa una ganancia marginal para el cosechador siendo el intermediario el principal beneficiario. Otro producto comercializado son los frutos que son vendidos como alimento y sus semillas con ­endospermo duro son

encarga del control de calidad, la elaboración de productos con valor agregado como champú y jabón y su comercialización11,12,13. No obstante, casi todas las comunidades indígenas que extraen y producen el aceite de u ­ ngurahua lo hacen sin ningún control de calidad o límite de cosecha y lo venden en centros de acopio en ciudades o pequeños caseríos amazónicos como Puyo, Macas y P ­ ompeya8. La

Tabla 15-3. Productos de ungurahua comercializados en la Amazonía ecuatoriana. La mayoría proceden de las infrutescencias y se comercializan a escala nacional. Los costos de los frutos, artesanías y bisutería son referenciales y fueron obtenidos en entrevistas informales en los mercados amazónicos de Puyo, Macas y Pompeya, y los costos de los cosméticos en Quito, Puyo y Macas. Producto

Procesamiento

Escala de comercialización

Precios al consumidor en USD (unidad)

Uso del producto

Frutos Fundas plásticas con 50 frutos maduros

Frutos hervidos

Local

1 (funda)

Alimentación

Artesanías Lanzas, cerbatanas, arcos y flechas

Se extrae la periferia del tallo (lanzas y carbatanas) y partes de la hoja como el raquis (flechas).

Nacional

10 (canasta)

Venta en comunidades indígenas, mercados, tiendas turísticas de Macas, Puyo y Quito.

Bisutería Collares, pulseras, aretes, llaveros elaborados con semillas

Lijado, perforado, tinturado y pulido de semillas. Luego se arman los productos combinándolos con otras semillas y fibras.

Nacional

3 (pulsera)

Venta en mercados artesanales turísticos de Macas, Puyo y Quito.

Cosméticos Champú, jabón, aceite puro

Se extrae artesanalmente aceite de los frutos, con ayuda de agua caliente y cocción del mesocarpio; con 3 racimos se producen 3 l.

Nacional e internacional

Venta en las tiendas de la ~4 Fundación Chankuap (champú, 250 ml*) (Macas, Puyo, Quito) y 3.15 (aceite puro, 40 ml) en hosterías del nororiente de Ecuador. 2.2 (jabón sólido, 100 g*)

Venta internacional, especialmente en Italia. No se conoce el precio final del producto.

* Contenido de aceite. Champú: 13.5 ml; jabón: 0.5 g.




Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

Recuadro 15-1.

El aceite de ungurahua: composición química y afinidades con el aceite de oliva

L

os naturalistas y misioneros que exploraron la Amazonía en los siglos XVII y XVIII asociaron el sabor del aceite de los frutos de la ungurahua con el aceite de oliva. Estudios recientes revelaron que no solo semejan en sabor sino también en la química: ambos son particularmente ricos en ácidos grasos insaturados y bajo contenido de saturados30. Un estudio de 38 muestras de aceite de ungurahua provenientes de la Guyana (var. oligocarpa) y de la Amazonía peruana (var. bataua) mostró la variabilidad bioquímica del fruto. Se identificaron 15 tipos de ácidos grasos del mesocarpio, siendo en particular el oleico (~79 %) y el palmítico (~13 %) los predominantes30 (Tabla R15-1). A nivel de componentes menores, el aceite de O. ­bataua fue remarcablemente rico en alfa-­tocoferoles, que son precursores de la vitamina E, y en delta-­ avenasterol, asociado con Ácido graso una acción antioxidante. La alta concentración de oleico y la baja predomi- Palmítico nancia de ácidos grasos Palmitoleico saturados, en particular Esteárico palmítico, son caracterís- Oleico ticas que comparte con el Cis-vaccénico aceite de oliva. También Linoleico se encontraron variacio- Alfa linolénico nes en la composición Total saturado química de los aceites Total monoinsaturado entre las ­poblaciones de Total polinsaturado O. bataua. El contenido Contenido lipídico lipídico del mesocarpio



seco fue mayor en la variedad oligocarpa, mientras los aceites derivados de la variedad bataua presentaron un mayor porcentaje de ácidos grasos monoinsaturados, predominantemente oleico (80 % vs. 71 %, respectivamente). Los resultados revelan que existe variabilidad química relacionada con el rango geográfico de distribución de la especie. Esta información es básica para cultivar la palma según las características del aceite que se quiere producir y para preservar la diversidad genética de la especie30.

Tabla R15-1. Ácidos grasos (%) del aceite del mesocarpio de las dos variedades de ungurahua. Amazonía occidental variedad bataua N = 16 ind. Promedio Máx. Mín.

Amazonía oriental variedad oligocarpa N = 22 ind. Promedio Máx. Mín.

12.9

14.1

9.7

22.7

26.0

20.0

0.1

0.2

0.1

0.01

0.1

0.1

2.6

3.5

1.3

1.2

1.4

0.9

78.5

82.0

73.9

68.5

72.1

64.8

1.7

2.5

1.0

2.7

3.4

1.8

2.0

2.5

1.0

2.7

3.4

1.8

0.6

0.8

0.5

0.9

1.3

0.7

62.6

45.3

15.0

24.2

80.3

71.4

2.6

2.8

48.1

62.4

33.7

54.2


15. Ungurahua

­sadas en la elaboración de artesanías u existiendo una creciente demanda entre los artesanos de todo el país. De los frutos también se prepara una bebida conocida tradicionalmente como leche o jugo de ungurahua, y la chicha que frecuentemente es mezclada con la de chonta8. El tronco de la palma es utilizado ocasionalmente para el cultivo de larvas comestibles de chontacuros (el escarabajo ­Rhynchophorus ­ palmarum) en varias regiones de la Amazonía ecuatoriana3,8. En los mercados amazónicos y de forma esporádica en grandes ciudades también se comercializan cerbatanas, arcos y flechas de ungurahua (Tabla 15-3).

Manejo e impactos de la cosecha El manejo comercial más conocido de la ungurahua en Ecuador es el que practican varias comunidades indígenas ubicadas en la Amazonía sur. Actualmente las comunidades achuar de Juyucamensa, Itak, Yuntsunts, Makusar, Tsunkuinsa y las comunidades shuar de Chiriap, San Antonio y Kusuim manejan este recurso enmarcados en la normativa vigente24. Estas comunidades extraen el aceite de los frutos siguiendo prácticas ancestrales y según un plan de manejo elaborado con el auspicio de la Fundación Chankuap. Los planes de manejo buscan la sostenibilidad de la especie y para ello ponen límites a la cosecha y promueven el uso de nuevas herramientas (no destructivas), como los estrobos24, diseñados para subir cómodamente a las palmas y cosechar sus frutos y fáciles de transportar dentro del bosque25,26. Estas nuevas prácticas de cosecha evitan la tala innecesaria de palmas adultas. Los planes de m ­ anejo

también evalúan el recurso disponible y los límites de cosecha y extracción propios de cada comunidad, de manera que el uso comercial del recurso sea sostenible y se minimicen las alteraciones en la dinámica de reproducción y regeneración de las poblaciones naturales debido a la remoción de los frutos. Sin embargo, en la práctica, la mayoría de las poblaciones naturales de esta especie se explotan sin ningún plan de manejo y la cosecha de sus frutos es ilimitada, afectando a la producción de semillas y a las posibilidades de regeneración natural en estos bosques8. Las poblaciones de ungurahua en pastizales, como ya se mencionó en la sección de biología y ecología de la especie, son poblaciones muertas en el sentido de que no se están regenerando, debido a la cosecha ilimitada de frutos y a que sus plántulas fenecen por el pisoteo del ganado y la exposición directa al sol. Incluso en los bosques con planes de manejo se debe cambiar el esquema para poner límites de cosecha: en lugar de restringir el volumen total de frutos a cosecharse en una localidad, debería limitarse la cantidad a recolectar en cada palma, de tal forma que siempre quede una cantidad de frutos en el racimo que sirvan para la reproducción de la especie. En algunas comunidades se observa una reducción de plántulas bajo cada palma cosechada, como es el caso de la comunidad de Chiriap donde la regeneración natural ha disminuido seis veces en palmas frecuentemente cosechadas6. Recomendaciones prácticas para los planes de manejo: (1) obviar completamente el corte de palmas para la cosecha de frutos; (2) usar herramientas adecuadas para subir a las palmas; (3) cosechar los frutos dejando una parte en la 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

i­nfrutescencia (50 % si la producción es alta y 75 % si es baja); (4) regresar las semillas de los frutos usados a los alrededores de las palmas cosechadas o usarlas en viveros para su siembra posterior.

Marco regulatorio y prácticas de control Según la reglamentación vigente27 todos los productos de ungurahua son considerados Productos Forestales No Maderables (PFNM) y su cosecha y comercialización requieren un plan de explotación y una licencia especial de aprovechamiento. En la práctica, con las pocas excepciones mencionadas en la sección de manejo, estos requisitos no se cumplen y los PFNM de la ungurahua, en particular su aceite, son comercializados libremente. En los pocos casos en que se cumplen los requisitos, todos de comunidades indígenas que colaboran con la Fundación Chankuap, los técnicos del Ministerio del Ambiente evalúan anualmente el cumplimiento de los planes de manejo en el campo y posteriormente deciden si deben renovar el permiso anual de funcionamiento. La mayor parte del aceite que se encuentra en los mercados informales no tiene ningún control de calidad y su valor es simplemente establecido por los intermediarios en mercados donde la venta al por mayor es clandestina. La comercialización para la industria está solamente regulada por la oferta y la demanda entre empresarios y proveedores (intermediarios) de la materia prima, en una cadena donde usualmente los que menos beneficio económico reciben son los cosechadores y extractores, quienes, a su vez, cosechan más para ganar más o se dedican a otras actividades que complementan su 

e­ conomía6. Este sistema también incentiva a que los extractores del aceite vendan el producto adulterado para incrementar sus magras ganancias. La exportación de productos derivados de la ungurahua también tiene sus propios requerimientos. La normativa ecuatoriana exige: (1) un registro fitosanitario, expedido por el Ministerio de Agricultura del Ecuador; (2) una “patente de comercialización de vida silvestre” expedida por el Ministerio del Ambiente; (3) análisis de laboratorio de los lotes a exportarse; (4) ficha técnica de la palma y del aceite que se extrae; (5) una ficha con medidas de seguridad en el manejo del producto22. En cuanto a la comercialización de semillas, artesanías y bisutería, no existen registros de cantidades, planes de manejo, licencias o permisos de movilización.

Estado de conservación y acciones para preservar la especie El estado de conservación de la especie no ha sido evaluado en Ecuador. A pesar de que se trata de una especie relativamente común en los bosques naturales de la Costa y la Amazonía, algunas poblaciones están amenazadas por la deforestación y la degradación del hábitat. Otra amenaza a su conservación es la cosecha destructiva de frutos mediante el corte innecesario de las palmas o el corte de palmas vivas para que se desarrollen los chontacuros (larvas de Rynchophorus palmarum), muy apetecidos por las etnias amazónicas y comercializados en varios mercados locales de la región. Estas prácticas reducen sistemáticamente y a mediano plazo la supervivencia de las poblaciones existentes, especialmente las ­ que están cercanas a los poblados.


15. Ungurahua

En las tierras bajas de la Costa y en las estribaciones alrededor de los 1 000 m, las poblaciones de ungurahua son las más amenazadas por la deforestación. En el noreste de Manabí, están restringidas a pequeños remanentes de bosque en valles intercolinados rodeados de grandes extensiones agrícolas. Ventajosamente en la parte noroccidental de la Costa la especie se encuentra dentro de tres áreas protegidas: las reservas Cotacachi-Cayapas, Pambillar y Mache-Chindul. Hacia el sur, en la provincia de El Oro, esta palmera está restringida a pequeños valles rodeados de bosques deciduos cerca de la frontera con Perú. Las poblaciones de las estribaciones andinas (>1 000 m) en el occidente de Imbabura, Pichincha, Azuay y en Zamora Chinchipe, crecen en ambientes que representan los límites altitudinales más extremos de la especie. Las poblaciones adaptadas a ambientes atípicos, como los bosques deciduos y los de las estribaciones andinas altas, deberían conservarse prioritariamente, pues bien podría tratarse de palmas de distinta constitución genética, lo que permitiría preservar esta diversidad y contribuiría a la domesticación de la especie. La creciente demanda del aceite de ­ungurahua para la industria cosmética afecta la sostenibilidad de este recurso. La principal práctica insostenible de manejo es la tala innecesaria de palmas adultas para cosechar los frutos. Esta práctica se puede evitar con herramientas de cosecha eficientes y de bajo costo, como los estrobos25, que son ampliamente utilizados actualmente en las comunidades shuar y achuar del suroriente ecuatoriano. Si no se corta la palma, las posibilidades de un manejo sostenible son altas, ya que la producción

de frutos es normalmente generosa (5 730 por palma)6 pero habría que dejar entre el ­50–75 % de frutos sin cosechar en cada palma (según estudios en Bolivia y Colombia) para garantizar la regeneración natural de la especie y la sostenibilidad del recurso a largo plazo. Estimaciones hechas en bosques de Chiriap, una localidad amazónica en la provincia de Morona Santiago, donde existe una activa cosecha de frutos para la extracción de aceite, muestran que el número de plántulas que crecen bajo palmas cosechadas es una pequeña parte del que se encuentra alrededor de palmas que no han sido cosechadas (31 vs. 194)6. Esta disminución en el número de plántulas muestra el impacto de la cosecha en su desarrollo e ilustra la necesidad de investigar en qué medida tal disminución afecta a largo plazo la regeneración de adultos. Una alternativa para mejorar la reproducción de la palma en áreas intensamente cosechadas es depositar las semillas de los frutos cuyo mesocarpio ya fue procesado para extraer el aceite a los alrededores de las palmas cosechadas. En realidad, los extractores de aceite, de manera involuntaria, dan a estas semillas un “tratamiento pregerminativo” durante el proceso de remojo del fruto para extraer el aceite (Recuadro 15-2). El remojo favorece la germinación de la gran mayoría de semillas (90–98 %)8. Estas semillas “tratadas”, que son a la vez un producto de desecho, podrían ser regresadas al bosque, como se mencionó anteriormente, a los alrededores de las palmas cosechadas, o utilizadas en viveros para su siembra posterior. En el ámbito legal, es indispensable buscar mecanismos para el correcto cumplimiento de la normativa para la cosecha de PFNM. La cosecha para consumo 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

Recuadro 15-2.

Siembra, desarrollo de la palma y extracción del aceite

L

as semillas de ungurahua germinan bien después de tratamientos pregerminativos simples, como el remojo en agua caliente (Figura ­R15-2.1A y B). Después del remojo, las semillas pueden germinar en almácigos generalmente a los 20–40 días después de la siembra, pero hay semillas que lo hacen hasta 90 días más tarde3,18. Las plántulas necesitan sombra y riego constante para su desarrollo; cuando alcanzan 5–10 cm de alto se sugiere trasplantarlas a bolsas plásticas con tierra negra, arena y materia orgánica descompuesta (1:1:1). El trasplante definitivo a la plantación (7 × 7 m entre palmas) se debe realizar cuando las plántulas tengan 30–40 cm de alto e inicie la estación lluviosa28. Se ha calculado que en una plantación de ungurahua de 1.5 año las plántulas tienen una tasa de supervivencia del 79 % y que el 62 % de ellas son vigorosas29. El crecimiento de plántulas en la naturaleza puede ser muy lento: se han registrado plántulas de 8 años dentro del bosque que lucen igual que las de dos años (Figura 15-1.1C).

Figura R15-2.1. (A) Remojo de los frutos de ungurahua para la extracción de aceite o “leche”, lo que también sirve como tratamiento pregerminativo en la comunidad de Chiriap, Morona Santiago. (B) Germinación de semillas que provienen de frutos de los que se extrajo el aceite. (C) Plántula de ungurahua de ocho años de edad dentro de la parcela de 50 ha establecida en el Parque Nacional Yasuní, Orellana. Fotos: D. Cevallos




15. Ungurahua

Figura R15-2.2. Producción tradicional de aceite de ungurahua en la comunidad de Chiriap, Morona Santiago. (A) Cosecha de la infrutescencia. (B) Remojo de frutos en agua caliente. (C) Cocción en agua para separar el aceite. (D) Separación de la pulpa y las semillas. (E y F) Recolección del aceite. Fotos: D. Cevallos.




Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

­oméstico e incluso la venta a pequeña d escala en los mercados locales pueden considerarse sostenibles y no deberían ser objeto de planes de manejo que implican largos trámites burocráticos y en la práctica nunca se cumplen. Pero el uso comercial a mediana y gran escala deben someterse a planes de manejo que sirvan de guía para la cosecha sostenible de la ungurahua. Las autoridades podrían ofrecer mecanismos que faciliten la obtención de los permisos y desarrollar sistemas eficientes de control que permitan conocer el origen del producto y garanticen finalmente un comercio justo para todos los involucrados. Para facilitar la elaboración de un plan de manejo se puede recurrir a prácticas sencillas. Por ejemplo, se puede llenar un formulario donde conste la extensión del predio y una cuantificación de las palmas productivas y su distribución relativa dentro del predio. Los técnicos del Ministerio del Ambiente pueden verificar la información mediante un submuestreo (observaciones al azar de ciertas palmas cosechadas) en un día de trabajo de campo. Posteriormente, también por submuestreo, se puede evaluar si se ha respetado el plan de la cosecha parcial de frutos y si existe regeneración en los alrededores de las palmas. Con estos controles se podría emitir la licencia de funcionamiento poniendo límites como los que se sugieren en esta guía y que han sido desarrollados para otros sitios donde crece la especie7.

Datos agronómicos Estudios realizados sobre la dinámica poblacional y la ecología de germinación en Oenocarpus bataua sugieren que se trata de una especie con alto potencial 

­agroforestal (Recuadro 15-2). Sin embargo, existen pocas iniciativas documentadas de su manejo en sistemas agroforestales, en combinación con café, cacao y otras especies de sombra3,15. La ungurahua presenta varias ventajas sobre otras especies para ser cultivada: (1) tolerancia a varios tipos de suelos, incluyendo suelos ácidos y pantanosos; (2) sistema de raíces superficiales que ayuda a la acumulación de nutrientes y reduce la lixiviación; (3) los residuos de la producción de aceite y leche se emplean como abono y alimento de animales d ­ omésticos; (4) posee una semilla que puede ser viable hasta por seis semanas3,18,28. Si bien la palmera demora varios años en desarrollar tronco y frutos dentro del bosque primario, experimentos en sistemas agrícolas demuestran que este tiempo puede ser reducido significativamente. Se han reportado palmas en pastizales de Ecuador y Perú que cuando alcanzan 2–3 metros de altura ya producen frutos. Se sabe que la producción de frutos en una plantación empieza a los 5–6 años del trasplante, mientras que dentro del bosque puede tardar 12 años o más28. El fruto madura 8–12 meses después de la polinización29 y se sabe que la producción puede ser duplicada con fertilizantes4. Se estima que en una plantación de 12 ha, con 200 palmas por hectárea, podrían producirse ~150 toneladas de frutos por año29, pero existen casos de menor producción, como en una p ­ lantación de 204 palmas por hectárea donde se encontró una producción de ~5 toneladas de frutos por hectárea, equivalentes a 2­ 65–326 kg de aceite29. El proceso de extracción de aceite se lo hace caseramente en las comunidades indígenas, como se ilustra en la Figura ­R15-2.2.


15. Ungurahua

Referencias y notas

1. Missouri Botanical Garden. http://www.tropicos. org. Consultado en diciembre de 2012. 2. Galeano G. & Bernal R. 2010. Palmas de Colombia - Guía de Campo. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. 3. Borgtoft-Pedersen H. & Balslev H. 1993. Palmas útiles. Especies ecuatorianas para agroforestería y extractivismo. Abya-Yala. Quito. 4. Miranda J., Moraes M. & Muller R. 2009. Estructura poblacional, producción de frutos y uso tradicional de la palmera “majo” (Oenocarpus bataua Mart.) en bosque montano. Rev. GAB 4: 1–10. 5. Balick M. J. 1986. Systematics and economic botany of the Oenocarpus-Jessenia (Palmae) complex. Advances in Economic Botany 3. New York Botanical Garden, Bronx, NY, USA. 6. Cevallos D. En preparación. Dinámica poblacional y sustentabilidad de la cosecha de frutos de Oenocarpus bataua en la Amazonía ecuatoriana. Tesis de Magíster en Biología de la Conservación. Pontificia Universidad Católica del Ecuador, Quito, Ecuador. 7. Peralta-Rivero C., Zonta A., Moraes M., Vos V. & Ríos R. 2008. Efecto del aprovechamiento comercial de frutos de majo (Oenocarpus bataua C. Martius) en estructura y densidad poblacional, en tres comunidades en el Norte Amazónico de Bolivia. IIFA-UAB/ForLive. Resumen de tesis publicado en sitio web de ForLive: www.waldbau. unifreiburg.de/forlive. 8. Cevallos D. Observaciones personales realizadas en dos localidades de la Amazonía ecuatoriana (Estación Científica Yasuní en Orellana y comunidad de Chiriap en Morona Santiago), durante 2010–2012. 9. Henderson A. 1995. The palms of the Amazon. Oxford University Press, New York. 10. Montúfar R. 1999. Influencia de factores edáficos en la distribución y abundancia de 10 especies de palmas en el Parque Nacional Yasuní, Amazonía ecuatoriana. Tesis de licenciatura, Pontificia Universidad Católica del Ecuador, Quito. 11. Palacios B. 2009. Plan de manejo de la palmera ungurahua (Oenocarpus bataua) en la comunidad de Chiriap, Territorio Shuar de la provincia de Morona Santiago. Fundación Chankuap. Proyecto OTCA, Macas. 12. Velepucha A. 2010. Plan de Manejo sustentable del Recurso Forestal no Maderable (Oenocarpus bataua) ungurahua en la comunidad de Itak, territorio achuar de la provincia de Morona Santiago. 13. Peralta D. 2010. Manejo sustentable de Productos Forestales No Maderables (PFNM). Plan de manejo de Ungurahua (Oenocarpus bataua). Comunidad kusuim de la Provincia de Morona Santiago.

14. Montúfar R. & Pintaud J.-C. 2006. Variation in species composition, abundance and microhabitat preferences among western Amazonian terra firme palm communities. Botanical Journal of the Linnean Society 151: 127–140. 15. Miller C. 2002. Fruit production of the Ungurahua palm (Oenocarpus bataua subsp. bataua, Arecaceae) in an indigenous managed reserve. Economic Botany 56 (2): 165–176. 16. Valencia R., datos no publicados del proyecto Dinámica del Bosque de Yasuní correspondientes a censos parciales de una parcela de 50 hectáreas. Los censos fueron iniciados en los años 1995 y 2002. También se presentan datos de producción de flores y frutos en trampas de semilla de esta parcela. 17. Núñez L. A. & Rojas R. 2008. Biología reproductiva y ecología de la polinización de la palma milpesos Oenocarpus bataua en los andes colombianos. Caldasia 30 (1): 101–125. 18. Aguilar Z. 2005. Influencia de las Comunidades Huaorani en el Estado de Conservación de Oenocarpus bataua (Arecaceae) en la Amazonía Ecuatoriana. Tesis de Maestría en Conservación y Gestión del Medio Natural. Universidad internacional de Andalucía. 19. Montúfar R., Anthelme F., Pintaud J.-C. & Balslev H. 2011. Disturbance and Resilience in Tropical American Palm Populations and Communities. The Botanical Review. DOI 10.1007/s12229-011-9085-9. 20. Karubian J., Sork V. L., Roorda T., Durães R. & Smih T.B. 2010. Destination-based seed dispersal homogenizes genetic structure of a tropical palm. Molecular Ecology 19: 1745–1753. 21. Balick M. J. 1992. Jessenia y Oenocarpus: palmas aceiteras neotropicales dignas de ser domesticadas. Estudio para la Producción y Protección Vegetal 88. FAO. Roma. 22. Alarcón D. & García J. 2006 (no publicado). Propuesta de plan de manejo para la ungurahua, Oenocarpus bataua, en las comunidades achuar de Yutsuntsa y Makusar. Programa de Manejo de la Biodiversidad y Biocomercio (PMBB)-Ecociencia, Quito. 23. Brokamp G., Montúfar R., Laffargue A., Dussert S., Isaza C., Pintaud J.-C. & Weigend M. Utilization of FA composition data for authentication of Oenocapus bataua (Arecaceae) mesoderm oil. 24. Velepucha A. Comunicación personal. 25. Chambi B. 2010. Uso de subidores para la cosecha sostenible de frutos de palmeras (Aguaje y Ungurahui). Puerto Maldonado – Madre de Dios. Perú. 26. Bernal R. & Valencia R. III. Manejo. Este libro.




Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible 27. República del Ecuador. 2009. Texto Unificado de la Legislación Ambiental Secundaria en Ecuador (TULAS). Libro IV de la biodiversidad. 28. Ávila L. M. & Díaz J. A. 2002. Sondeo del mercado mundial de Aceite de Seje (Oenocarpus bataua). Biocomercio Sostenible. Instituto de Investigación de Recursos Biológicos “Alexander von Humboldt”. 29. Miranda J., Montaño F., Zenteno F., Nina H. & Mercado J. 2008. El Majo (Oenocarpus bataua): una Alternativa de Biocomercio en Bolivia. TRÓPICO - PNBS - FAN. Ediciones TRÓPICO. La Paz. 30. Montúfar R., Laffargue A., Pintaud J.-C., Hamon S., Avallone S. & Dussert S. 2010. Oenocarpus bataua Mart. (Arecaceae): Rediscovering a Source of High Oleic Vegetable Oil from Amazonía. J Am Oil Chem Soc (2010) 87:167–172. DOI 10.1007/s11746-009-1490-4.




ESTRUCTURA de las palmas


Ilustraciones de partes de la hoja, inflorescencia, infrutescencia y fruto redibujadas a partir de: Dransfield J., Uhl N. W., Asmussen C. B., Baker W. J., Harley M. & Lewis C. E. 2008. Genera Palmarum. The evolution and classification of Palms. Royal Botanic Gardens, Kew.




Estructura de las palmas




Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible




Estructura de las palmas




Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible




Anexos



Anexos

Anexo 1. Especies de Geonoma reconocidas en este libro y su correspondencia con una clasificación propuesta en 2011 por Henderson1. Reconocidas en este libro

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32

G. atrovirens G. awensis G. brongniartii G. calyptrogynoidea G. camana G. cuneata G. deversa G. ecuadorensis G. euspatha G. fosteri G. hollinensis G. interrupta G. irena G. lanata G. laxiflora G. leptospadix G. linearis G. longepedunculata G. macrostachys G. maxima G. multisecta G. orbignyana G. paradoxa G. poeppigiana G. pulcherrima G. skovii G. stricta G. supracostata G. tenuissima G. triandra G. triglochin G. undata

Correspondencia con Henderson

G. macrostachys morfotipo atrovirens G. chocola subsp. awensis G. brongniartii G. calyptrogynoidea G. camana G. cuneata subsp. cuneata G. deversa subsp. deversa G. macrostachys morfotipo acaulis G. euspatha G. fosteri G. hollinensis G. interrupta subsp. interrupta G. cuneata subsp. irena G. lanata G. laxiflora G. leptospadix G. cuneata subsp. linearis G. longepedunculata G. macrostachys (5 morfotipos) G. maxima subsp. multiramosa G. multisecta G. orbignyana subsp. orbignyana G. paradoxa G. poeppigiana G. undata subsp. pulcherrima G. undata subsp. skovii G. stricta subsp. arundinacea G. macrostachys morfotipo supracostata G. tenuissima + G. venosa G. triandra G. triglochin G. undata subsp. undata

1 Henderson A. 2011. A revision of Geonoma (Arecaceae). Phytotaxia 17: 1–271.

G. cuneata está dividida en dos subespecies (cuneata e irena) y G. undata en tres subespecies (pulcherrima, skovii y undata) que en este libro se consideran como especies. G. macrostachys está dividida en cinco morfotipos en Ecuador: acaulis, atrovirens, tamandua, large-raised y supracostata; tres de estos son considerados como especies en este libro. Taxón endémico de Ecuador.




Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

Anexo 2. Materias primas y productos de palmas nativas en Ecuador y sus precios de venta [qq: quintal (45.36 kg), lb: libra, ND: datos no disponibles] Especie Parte usada

Materia prima (procesamiento, unidad de medida, lugar)

Palma de fibra (Aphandra natalia) hoja (fibra de vainas y pecíolos)

Precio (USD)

Producto (especificación, cantidad de materia prima, unidad, lugar de venta)

Precio (USD)

3

fruto semilla

semilla (endospermo maduro)

Chambira (Astrocaryum chambira)3,11 hoja (cogollo) fibra (extraída, secada, torcida, en rollo, kg)

Mocora (Astrocaryum standleyanum)3,8,9,13,14 hoja (folíolos) folíolos (qq, en La Esperanza - Manabí) folíolos (qq, en Calceta - Manabí) folíolos (qq, en Calceta y Junín - Manabí)



1.20–2.67 escoba (25 cm, unidad, venta al por menor) escoba (30 cm, unidad, venta al por menor) escoba (40 cm, unidad, venta al por menor) fruto (crudo, unidad, en Sucúa - Morona Santiago) ND collar (unidad, en Sucúa - Morona Santiago) dijes (unidad, en Sucúa - Morona Santiago) pulsera (unidad, en Sucúa - Morona Santiago) aretes (par, en Sucúa - Morona Santiago) llavero (unidad, en Sucúa - Morona Santiago) ND

1.40–2.00 2.00–2.50 3.00 0.33–0.50 1.00–8.00 1.00–2.00 2.00 1.00-5.00 1.00–3.00

hamaca (900–1 600 g fibra torcida, unidad, 10.00–75.00 en lugares turísticos) shigra (80–200 g fibra torcida, unidad, en lugares turísticos) 2.50–12.50 pulsera (unidad, en lugares turísticos) 2.00

5.70 3-cinta (kg, en Calceta - Manabí) 6.40 7-cinta (30 m, en Calceta - Manabí) 6.00–9.00 trenza de siete hebras (25 m, en Calceta - Manabí) sombrero (docena, en Calceta - Manabí) sombrero (docena, en Portoviejo - Manabí) hamaca grande (3.7 kg, unidad, en lugares turísticos) hamaca (unidad, en Montecristi - Manabí) sombrero de ala corta para hombre (unidad, en Calceta, Chone y Quito) sombrero de ala media para hombre (unidad, en Calceta, Chone y Quito) sombrero de ala media para mujer (unidad, en Calceta, Chone y Quito) sombrero de ala larga para hombre (unidad, en Calceta, Chone y Quito) anillo (unidad, en Chone - Manabí) adornos para el hogar (unidad, en Calceta Manabí) bolsos para mujer (unidad, en Calceta - Manabí) cinturones para mujer (unidad, en Calceta Manabí) mesa (de 40 x 40 x 40 cm, en Quito - Pichincha) sillón (unidad, en Quito - Pichincha) silla pequeña para niños (unidad, en Quito Pichincha) cuna pequeña (unidad, en Quito - Pichincha) cuna grande (unidad, en Quito - Pichincha) biombo (unidad, en Quito - Pichincha) armario (unidad, en Quito - Pichincha) estera (tejido de 40 x 40 cm, en Chone, Calceta y Junín - Manabí)

1.00 0.30 1.50–2.00 3.40 3.80 15.00 20.00–30.00 1.50 – 3.00 3.00–6.00 3.00–5.00 5.00–6.00 1.00 1.00–10.00 5.00–12.00 5.00–10.00 25.00 38.00–40.00 15.00–17.00 17.00 30.00 60.00–70.00 80.00–100.00 3.00


Anexos

Anexo 2 (continuación) Materia prima (procesamiento, unidad de medida, lugar) Mocora (Astrocaryum standleyanum)3,8,9,13,14 (continuación)

Especie Parte usada

hoja (folíolos)

semilla

semillas (pulidas y tinturadas, unidad, venta al público, Internet) semillas (sin procesamiento, kg, en Quito - Pichincha) semillas (pulidas y tinturadas, kg, en Quito - Pichincha) Palma real (Attalea colenda)10 hoja hoja fruto fruto entero semilla semillas (100 kg, en Esmeraldas) Chontaduro (Bactris gasipaes)3 tronco tronco (madera) ápice del tronco palmito (crudo) infrutescencia racimo pequeño (sin procesamiento, en Napo y Morona Santiago) racimo grande (sin procesamiento, en Napo y Morona Santiago) semilla semillas (pulidas y tinturadas, unidad, venta al público, Internet) Palma de ramos (Ceroxylon echinulatum)5 hoja (cogollo) hoja (unidad, en el campo, en la región andina) Palmiche (Euterpe oleracea)3,8 fruto mesocarpio (pulpa) semilla semillas (pulidas y tinturadas, unidad, venta al público, Internet) semillas (sin procesamiento, kg en Quito - Pichincha) semillas (pulidas y tinturadas, kg en Quito - Pichincha) Uksha (Geonoma macrostachys)12 hoja hojas (25–30 kg, en Pastaza)

Precio (USD)

Producto (especificación, cantidad de materia prima, unidad, lugar de venta)

Precio (USD)

estera (tejido de 40 x 40 cm, en Quito - Pichincha) 4.00 estera (tejido de una plaza para camas, en Chone, 4.00 Calceta y Junín - Manabí) estera (tejido de una plaza para camas, en Quito 5.00 Pichincha) estera (tejido de 1 1/2 plaza para camas, en 5.00 Chone, Calceta y Junín - Manabí) estera (tejido de 1 1/2 plaza para camas, 8.00 Quito - Pichincha) estera (tejido de 2 plazas para camas, en Chone, 6.00–10.00 Calceta y Junín - Manabí) estera (tejido de 2 plazas para camas, en Quito 10.00–15.00 Pichincha) juego de collar y aretes (con tagua y cáscara de 0.54–0.60 coco, en Quito - Pichincha) 8.00 5.00 8.00 ND ND 11.00

techo y cumbrera (~2–3 hojas) aceite semilla tajada (para elaboración de artesanías)

ND

diferentes productos maderables

ND

palmito en lata (100 g, venta al por menor, en Berlín, Alemania)

2.00–3.00 frutos cocinados, lb, en Tena - Napo) paquete de harina (requiere ~2.3 kg de frutos, 5.00–8.00 en Tena, Napo)

ND ND ND compárese con pambil 2.10–2.38 0.50 1.00–1.50

0.10

sombrero (docena, en Portoviejo - Manabí)

3.80

0.50

ornamento ritual (en Quito - Pichincha)

24.00

ND

helado, bebida

0.06–0.08 pulsera o collar de semillas (en lugares turísticos) 5.00

collar de 42 semillas (en Berlín - Alemania)

ND 1.00–2.00 6.00–9.50

8.00 5.00–6.00 techo

ND




Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

Anexo 2 (continuación) Especie Parte usada

Materia prima (procesamiento, unidad de medida, lugar)

Pambil (Iriartea deltoidea)1,2,3,4,8 tronco tronco (de 8–15 m, en Pastaza y Morona Santiago) tuco (de 2.4 m, en Pichincha) latilla (de 2.4–2.5 m, en Pichincha, también se vende como producto) latilla (de 3 m, en Pichincha y Morona Santiago, también se vende como producto) latilla (de 6 m, en Pichincha, también se vende como producto)

semillas (sin procesamiento, qq, en Quito - Pichincha) semillas (pulidas, lb, en Quito - Pichincha) semillas (pulidas y perforadas, lb, en Quito - Pichincha) semillas (pulidas y tinturadas, unidad, venta al público, Internet) Morete (Mauritia flexuosa)3 fruto frutos (crudo, racimo, en Tena - Napo) Ungurahua (Oenocarpus bataua)2,3,7 fruto fruto (crudo, 1 funda = 50 unidades, en (mesocarpio) Puyo - Pastaza)

Precio (USD)

Producto (especificación, cantidad de materia prima, unidad, lugar de venta)

5.00–15.00 duela (2.50 m, en Morona Santiago) 5.00 duela (3 m, en Pichincha y Morona Santiago)

Precio (USD)

1.30–1.70 2.50–3.00

0.50–1.00 parqué (m2, en Pichincha)

5.00

0.70–1.10 parqué (m2, en Pastaza)

7.00–11.00

1.20

parqué (m2, instalado, en Pichincha) artesanía (unidad, en Pastaza) barredera (unidad, en Pichincha) barrilete (unidad, en EE.UU.) cenicero (unidad, en Morona Santiago) florero (unidad, en Morona Santiago) pinchos para el cabello (unidad, en Morona Santiago) portapapel (unidad, en Morona Santiago) esferográfico (unidad, en Morona Santiago) servilletero (unidad, en Morona Santiago) cuchillo (unidad, en Morona Santiago) machete/puñal (unidad, pequeño-grande, en Morona Santiago) arcos y flechas (unidad, pequeño-grande, en Morona Santiago) lanza (unidad, pequeño-grande, en Morona Santiago) remo (unidad, en Morona Santiago) bodoquera (unidad, en Morona Santiago) muebles (unidad, en Pichincha) silla (unidad, en Pastaza y Pichincha) mesa (unidad, en Morona Santiago) escritorio (unidad, en EE.UU.)

10.00–22.00 1.00–20.00 4.00 18.00 5.00 5.00–10.00 1.00 5.00 5.00 5.00 2.00–5.00 5.00–15.00 2.00–25.00 2.00–25.00 25.00 10.00–200.00 30.00–1 000 30.00–50.00 150.00 1 000.00

semilla



20.00–35.00 aretes (par, 2 semillas, en Pichincha) 1.00 collar (20 semillas, en Pichincha) pulsera (combinado con otras semillas, en Pichincha) 1.50 0.16

1.00–2.00 frutos (cocidos, 10–20 unidades, en Tena - Napo) 1.00

frutos (cocidos, bolsa de 0.5 l, en Tena - Napo) helado aceite (1 l, venta al por mayor, en Pastaza Morona Santiago e Internet) aceite (1 l, venta al por menor, en lugares diversos e Internet)

1.00 1.00–25.00 2.00–3.00

0.50 0.50 ND 10.00–20.00 35.00–200.00


Anexos

Anexo 2 (continuación) Materia prima (procesamiento, unidad de medida, lugar) Ungurahua (Oenocarpus bataua)2,3,7 (continuación)

Especie Parte usada

fruto (mesocarpio) semilla

semilla (secada y pulida, unidad, en Pichincha)

Precio (USD)

jabón (unidad, venta al por menor, en lugares diversos e Internet) champú (0.25–0.75 l, contenido ~5 % aceite, en lugares diversos e Internet) 0.75–1.00 collar (5–15 semillas pulidas y tinturadas, en Baños - Tungurahua)

Coco cumbi (Parajubaea cocoides)3,15 planta ornamental Palma de wayuri (Pholidostachys synanthera) hoja hojas Tagua (Phytelephas aequatorialis)3,8,13 hoja hojas (100 unidades, en Las Tunas - Manabí)

Producto (especificación, cantidad de materia prima, unidad, lugar de venta)

planta ornamental (plántula, unidad, Internet) planta ornamental (adulto >6 m, unidad)

ND

techo

Precio (USD)

0.86–1.20 3.10–5.00 8.00

25.00 1 800.00– 2 500.00 ND

40.00–45.00 cada techo (100 tapas = 50 hojas procesadas, 50.00 en Las Tunas - Manabí) hojas (100 unidades, en Canuto - Manabí) 35.00 techo (casa de 6 x 8 m, 300–400 ramas, 150.00–200.00 instalado, en Las Tunas - Manabí) techo (casa de 6 x 10 m, 300 hojas = 600 tapas, 105.00 sin instalación, en Canuto - Manabí) infrutescencia infrutescencia (mococha, venta al público, Internet) 19.50 fruto fruto (cono, venta al público, Internet) 10.80 semilla endospermo (maduro, fresco, con cáscara, qq, en 6.00–15.00 endospermo (sin cáscara, natural, unidad, en Quito - 0.36 (endospermo) Esmeraldas y Manabí) Pichincha) endospermo (maduro,seco, pelado, qq, en 25.00–60.00 endospermo (sin cáscara, pulido, unidad, en Quito - 0.62 Manta - Manabí) Pichincha) endospermo (sin cáscara, natural, kg, Internet) 3.34–5.38 endospermo (sin cáscara, blanco, kg, Internet) 10.00 endospermo (tajado, una cara, kg, Internet) 15.30–23.00 endospermo (tajado, dos caras, calidad A, kg, 23.00–36.20 Internet) endospermo (tajado, dos caras, calidad B, kg, 15.30–23.00 Internet) masajeador (4 taguas y pambil o chontaduro, en lugares turísticos) 3.00–5.00 anillo grueso (1 tagua, en lugares turísticos) 1.00–2.00 anillo delgado (6 anillos/tagua, en 1.00–1.50 lugares turísticos) anillo (unidad, venta al público, Internet) 0.40–4.02 dijes (1 tagua, en lugares turísticos) 2.00–5.00 aretes (2 láminas o 1–3 pares/tagua, en lugares 1.00–3.00 turísticos) aretes (1–2 taguas/par, en lugares turísticos) 0.50–1.00 pulsera (3–4 láminas, en lugares turísticos) 2.00–5.00 pulsera (3–9 taguas, en lugares turísticos) 1.50 pulsera (4–5 taguas, en lugares turísticos) 4.00–5.00 pulsera (8–16 taguas, en lugares turísticos) 0.60–1.50 pulsera (8–10 tajadas, en lugares turísticos) 1.00–2.00 pulsera (con hilos naturales de cabuya, 5 taguas, en lugares turísticos) 3.00–4.50




Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

Anexo 2 (continuación) Materia prima (procesamiento, unidad de medida, lugar) tagua (Phytelephas aequatorialis)3,8,13 (continuación)

Especie Parte usada

semilla (endospermo)



Precio (USD)

Producto (especificación, cantidad de materia prima, unidad, lugar de venta)

Precio (USD)

pulsera (unidad, venta al público) 2.82–10.00 collar sencillo (1 lámina o 1 tagua, en lugares turísticos) 1.00–2.00 collar (4–7 taguas, en lugares turísticos) 2.50 collar (con hilos naturales de cabuya, 4 taguas, en lugares turísticos) 3.00–6.00 collar más elaborado (5 taguas, en lugares turísticos) 7.50 collar en macramé (4 tajadas, en lugares turísticos) 8.00 juego collar y aretes (2–20 taguas, en 2.50 lugares turísticos) vincha (2 taguas, en lugares turísticos) 3.00 cinturón (25 tajadas, en lugares turísticos) 5.00 cinturón (10 taguas, en lugares turísticos) 8.00–10.00 llavero (1–7 taguas, en lugares turísticos) 1.00–2.00 pinchos para bocaditos (1 tagua con pambil/ 10.00 chontaduro, en lugares turísticos) saleros (2 taguas combinado con pambil/ 17.00 chontaduro, en lugares turísticos) pipa (1 taguas con pambil/chontaduro, en 3.00 lugares turísticos) móvil (20 taguas, en lugares turísticos) 16.00 dados (unidad, venta al público, Internet) 2.02 juego de tazas de té (22 taguas, en 12.00 lugares turísticos) juego pirámide (6 taguas, en lugares turísticos) 20.00 juego de ajedrez (unidad, venta al público, Internet) 60.40–260.00 flor (4 taguas, en lugares turísticos) 0.50–2.50 figuras (1–3 taguas, en lugares turísticos) 2.00–3.50 figuras (3–5 taguas, en lugares turísticos) 2.00–7.00 figuras (1–8 taguas, en lugares turísticos) 3.00–8.00 figuras (3–20 taguas, en lugares turísticos) 1.00–8.00 figuras (15 taguas, en lugares turísticos) 10.00 figuras (1–22 taguas, en lugares turísticos) 3.00–25.00 escena de Navidad (1 tagua y una tajada, Internet) 4.62 botones (10 botones/tagua, unidad, en 0.02–0.15 Cotacachi - Imbabura) botones (1 animela, en lugares turísticos) 0.04–2.50 botones (1 tajada, en lugares turísticos) 0.02–0.30 botones (1 tajada, unidad, Internet) 2.00–4.17 animela #18 (1–4 animelas, diámetro 11.4 mm, 11.00 kg, en Manabí) animela #24 (1–4 animelas, diámetro 15.2 mm, 11.00–12.00 kg, en Manabí) animela #52 (1–4 animelas, diámetro 33 mm, 17–18.00 kg, en Manabí) animela #18, #24, #52 (precio de exportación, 18.00, 15.00, FOB, kg) 23.00


Anexos

Anexo 2 (continuación) Materia prima (procesamiento, unidad de medida, lugar) Tagua (Phytelephas aequatorialis)3,8,13 (continuación)

Especie Parte usada

Precio (USD)

semilla (endospermo)

anillos (subproducto de producción de animelas, qq, en Manabí) polvo (subproducto de producción de animelas, qq, en Manabí) aserrín (subproducto de producción de animelas, kg, Internet) polvo fino (subproducto de producción de animelas, kg, Internet)

Palmito de Castilla (Prestoea acuminata)6,8 ápice del tronco palmito (crudo, en Nanegalito - Pichincha) 0.75–1.00 semilla semillas (pulidas, unidad, venta al público, 0.06 Internet) Bísola (Wettinia quinaria)2,3,4 tronco tronco (madera, 7 m, San Miguel de los Bancos Pichincha) 7.00–7.50 tronco (madera, 7–10 m, en Pichincha) 12.00–18.00 semilla

Producto (especificación, cantidad de materia prima, unidad, lugar de venta)

semillas (sin procesamiento, kg en Quito Pichincha) semillas (pulidas y tinturadas, kg, en Quito Pichincha) semillas (unidad, venta al público, Internet)

5.00

Precio (USD)

2.00 2.00–6.00 0.76 30.60

ceviche de palmito (en Nanegalito - Pichincha)

ND

bisutería (con semillas)

ND

poste (San Miguel de los Bancos - Pichincha) diferentes productos maderables pulsera (de 8–12 semillas, unidad, en Quito Pichincha)

9.00–12.00 compárese con pambil 2.00–4.00

8.00 0.20

Referencias y notas 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15

Anderson P. J. & Putz F. E. 2002. Harvesting and conservation: Are both possible for the palm, Iriartea deltoidea? Forest Ecology and Management 170: 271–283. De la Torre L., datos no publicados (precios de 2011). Brokamp G., datos no publicados (precios de 2011–2012). Altamirano C., datos no publicados (precios de 2011). Montúfar R. 2010. La Palma de Ramos en Ecuador. Historia Natural y Estado de Conservación de Ceroxylon echinulatum en las Estribaciones Andinas Nor-occidentales. IRD, PUCE, Quito. . Cámara-Leret R. & Copete J. C., observación personal (precios de 2011). Cevallos C. & Valencia R., datos no publicados (precios de 2011). http://www.nayanayon.com (precios de 2013). Borgtoft-Pedersen H. 1994. Mocora Palm-Fibers: Use and Management of Astrocaryum standleyanum (Arecaceae) in Ecuador. Economic Botany 48 (3): 310–325. Blicher-Mathiesen U. & Balslev H. 1990. Attalea colenda (Arecaceae), a potential lauric oil resource. Economic Botany 44 (3): 360–368. Holm-Jensen O. & Balslev H. 1995. Ethnobotany of the fiber palm Astrocaryum chambira (Arecaceae) in Amazonian Ecuador. Economic Botany 49 (3): 309–319. Gómez D., Lebrun L., Paymal N. & Soldi A. 1996. Palmas útiles en la provincia de Pastaza, Amazonía ecuatoriana. Manual práctico. Manuales de plantas útiles amazónicas, Fundación Omaere, Quito. Jácome J. & Montúfar R., datos no publicados (precios de 2011). Fadiman M. 2003. Fibers from the forest: mestizo, afro-ecuadorian and chachi ethnobotany of piquigua (Heteropsis ecuadorensis, Araceae) and mocora (Astrocaryum standleyanum, Arecaceae) in Northwestern Ecuador. Disertación. University of Texas, Austin. De la Torre L. En este libro, 4. Coco cumbi (precios de 2012).




Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

Anexo 3. Nombres comunes de las palmas tratadas en este libro1 Nótese que el uso de nombres comunes puede dar lugar a confusión en especies con múltiples nombres o con nombres comunes que varían de una localidad a otra o de una etnia a otra. En otros casos, con un mismo nombre se denomina a más de una especie. Por ejemplo, bísola es un nombre que se da a varias especies de palmas del género Wettinia que coexisten en la Costa, aunque el nombre se aplica más comúnmente a W. quinaria. Esta especie también se conoce como walte en las provincias de Imbabura y Esmeraldas, al noroccidente de Ecuador y en Colombia. Nombre científico

Nombre común utilizado en el libro

Aphandra natalia

palma de fibra

AMAZONÍA: palma de fibra, tagua amazónica (español); kintiuk (achuar chicham); chili, sili (kichwa); tindiuqui (shuar chicham); wamonta, wamowe, wamomo, wamonka (wao tededo)

Astrocaryum chambira

chambira

AMAZONÍA: chambira (español); tiunfa (a’ingae); chambira, pita (kichwa); kumaí (shuar chicham); obogenka, obogenkawe, one, onekagi, onemba (wao tededo)

Astrocaryum standleyanum

mocora

COSTA: mocora, guiñol, chunga (español); winul (awapit); pukaijchi (chafiki); joro (tsáfiki)

Attalea colenda

palma real

COSTA: palma real, chivila (español); uyaachi (chafiki); pi’tuli (tsáfiki)

Bactris gasipaes2

chontaduro, chontilla

COSTA: chontaduro, chontilla, pijuayo, palma de chonta, palmito (español); tsa awe (tsáfiki) AMAZONÍA: chontaduro, chonta (español); uwí (achuar chicham); chunta, chonta (kichwa); mayá uwí (shuar chicham); dagenka, dagenkawe, tewe, tewenka (wao tededo), amarija (zápara)

Ceroxylon echinulatum

palma de ramos

SIERRA: palma de ramos, palma de cera, pumbo (español)

Euterpe oleracea

palmiche

COSTA: palmiche, asaí, naidí, huasaí (español)

uksha

AMAZONÍA: hoja de guacamayo, macana grande (español); uksha panka, makana panka, rayu panka, yuntupi, waku maya (kichwa); cofaje, cufaje, tsaojesi (a’ingae); daru, dayahüe daru, huaso dere, mapui, ocopui (pai coca); ewenemomo, mo, mo wengana, tiñinowe (wao tededo)

pambil

COSTA: pambil, chonta, chonta kilo (español); bunchi, buwa (chafiki); tsara sankona (tsáfiki) AMAZONÍA: pambil (español); puna, kara putu, puna muyu, pushiwa (kichwa); bo’mbo (a’ingae); ñëco, ora (pai coca); ampakaí, ijiu, terén, tuntuam (shuar chicham); tuntuam (achuar cicham); pentiwi, tepa, tepakawe, tepamo, wagdapona, yadenka (wao tededo)

Oenocarpus bataua

ungurahua

COSTA: palma real, chapil (español); chapil (awapit); kulaapu'chi (chafiki) AMAZONÍA: ungurahua (lengua no especificada); shinpi muyu, shiwa, shiwa muyu (kichwa); nijo’cho (a’ingae); cosa, huicosa (pai coca); petomo, petowe (wao tededo); kunkúk (shuar chicham); kunkuk (achuar chicham)

Parajubaea cocoides

coco cumbi

SIERRA: palma de Quito, coco de Quito (español); coco cumbi, coco cumbe (lengua no especificada)

Pholidostachys synanthera

COSTA: chalare (español) palma de wayuri AMAZONÍA: palma paja, cambana, palmiche (español); palma de wayuri (kichwa de la cuenca del Río Bobonaza); shímpi, kampanak, tukuunak (shuar chicham)

Phytelephas aequatorialis

tagua

COSTA: tagua, marfil vegetal, cade, corozo (español); tiri (tsáfiki)

Prestoea acuminata

palmito de Castilla

SIERRA: palmito de Castilla, palmito, palmo (español); tinguiso (lengua no especificada); manti panka, sisawa (kichwa)

Wettinia quinaria

bísola

COSTA: gualte, walte, bísola (español, lengua no especificada); banchi, bunchi, yaanchi (chafiki); kualt, wualt (awapit); bisala, bisola (tsáfiki)

Geonoma macrostachys

Iriartea deltoidea

Nombre común por región (lengua)

de la Torre L., Navarrete H., Muriel P., Macía M. J. & Balslev H (eds.). 2008. Enciclopedia de las Plantas Útiles del Ecuador. Herbario QCA de la Escuela de Ciencias Biológicas de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador & Herbario AAU del Departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad de Aarhus, Dinamarca. 2 Variedad gasipaes: Bactris gasipaes var. gasipaes Kunth; variedad chichagui: B. gasipaes var. chichagui (Karsten) Henderson. 1




Anexos

Anexo 4. Nombres científicos y sinónimos frecuentes de las palmas tratadas en el libro Los nombres aceptados de las especies1,2 aparecen bajo el nombre común de cada especie. Sin negrillas se enlistan los sinónimos. BÍSOLA Wettinia quinaria (O.F. Cook & Doyle) Burret Wettinella quinaria O.F. Cook & Doyle CHAMBIRA Astrocaryum chambira Burret Astrocaryum vulgare Mart. CHONTADURO/CHONTILLA Bactris gasipaes Kunth Guileilma insignis Mart. Guileilma gasipaes (Kunth) L. H. Bailey Guileilma speciosa Mart. COCO CUMBI Parajubaea cocoides Burret MOCORA Astrocaryum standleyanum L. H. Bailey Astrocaryum trachycarpum Burret PALMA DE FIBRA Aphandra natalia (Balslev & Henderson) Barfod Ammandra natalia Balslev & Henderson PALMA DE RAMOS Ceroxylon echinulatum Galeano Ceroxylon alpinum subsp. ecuadorensis Galeano PALMA REAL Attalea colenda (O.F. Cook) Balslev & A. J. Henderson Ynesa colenda O.F. Cook PALMA DE WAYURI Pholidostachys synanthera (Mart.) H. E. Moore Calyptrogyne synanthera (Mart.) Burret Calyptronoma synanthera (Mart.) L. H. Bailey Geonoma synanthera Mart.

PALMICHE Euterpe oleracea Mart. Euterpe badiocarpa Barb. Rodr. Euterpe beardii L. H. Bailey Euterpe cuatrecasana Dugand Euterpe edulis Mart. PALMITO DE CASTILLA Prestoea acuminata (Willd.) H.E . Moore Euterpe chaunostachys Burret Euterpe microspadix Burret Euterpe trichoclada Burret Oreodoxa acuminata Willd. Prestoea trichoclada (Burret) Balslev & A. J. Henderson PAMBIL Iriartea deltoidea Ruiz & Pav. Iriartea ventricosa Mart. Iriartea weberbaueri Burret TAGUA Phytelephas aequatorialis Spruce Palandra aequatorialis (Spruce) O. F. Cook UKSHA Geonoma macrostachys Mart. Geonoma acaulis Mart. Taenianthera minor Burret UNGURAHUA Oenocarpus bataua Mart. Jessenia bataua (Mart.) Burret Jessenia polycarpa H. Karst. Jessenia repanda Engl.

Referencias

1. Govaerts R., Dransfield J., Zona S. F, Hodel D. R. & Henderson A. 2011. World Checklist of Arecaceae. Royal Botanic Gardens, Kew. Publicado en internet: http://apps.kew.org/wcsp/ Consultado en mayo de 2013. 2. Base de datos TROPICOS (http://www.tropicos.org/Home.aspx).





ÍNDICES



Índices

Nombres científicos En negrillas las especies estudiadas y las páginas del capítulo correspondiente. Agouti paca 58, 65, 113 Aiphanes 3, 12, 63 Aiphanes bicornis 5, 7, 10 chiribogensis 5, 7, 11 eggersii 8, 10, 148 erinacea 5, 11 gelatinosa 11 grandis 7, 10 hirsuta 11 horrida 38 macroloba 11 tricuspidata 10 ulei 11 verrucosa 7, 9, 10 weberbaueri 11 Aleocharinae 113, 191 Alnus acuminata 133 Alurnus 88 Amazoncharis 191 Ammandra decasperma 10 natalia 241 Anchylorhynchus 212 tricarinatus 57 Andigena laminirostris 167 Andrathobius palmarum 79 Aphandra natalia ix, xii, 10, 20, 26, 37, 39, 47, 59, 67, 80, 102, 111, 114, 118, 138, 189, 234, 240, 241 Apis mellifera scutellata 92, 93 Asterogyne martiana 8, 11 Astrocaryum 65, 99, 101 chambira 10, 21, 30, 37, 38, 39, 59, 63, 66, 67, 68, 70, 80, 102, 114, 138, 234, 240, 241 jauari 10, 13 murumuru 38 standleyanum 8, 10, 21, 27, 30, 37, 39, 59, 63, 65, 67, 71, 80, 99, 101, 102, 106, 114, 138, 145, 234, 235, 237, 240, 241 trachycarpum 241 urostachys 10, 13 vulgare 241 Ateles belzebuth 156 Attalea 40, 145 butyracea 10, 13, 20, 30, 38 colenda vii, 8, 10, 21, 36, 37, 38, 59, 67, 80, 114, 138, 145, 149, 235, 240, 241 insignis 10

Attalea maripa 10, 21, 37, 38 phalerata 10 Bactris vii, 3, 14, 63, 99 acanthocarpa 10 coloniata 11 coloradonis 10 concinna 10 corossilla 11 dahlgreniana 79 fissifrons 10 gasipaes 8, 17, 21, 26, 37, 40, 35, 37, 38, 59, 67, 77, 80, 84, 102, 114, 138, 156, 161, 168, 173, 235, 240, 241 hirta 10 hondurensis 10 macana 79 maraja 11 mariana 10 pilosa 10 riparia 10, 13 schutesii 11 setiflora 7, 9, 11 setulosa 8, 11, 79 simplicifrons 10 Baridinae 113, 212 Bentinckia nicobarica 41 Bruchidae 65 Cactophagus 148 Calyptrogyne synanthera 241 Calyptronoma synanthera 241 Campnosperma panamense 155 Carludovica palmata 105 Caryoborus serripes 65 Cebus albifrons 65 apella 65, 156 Cephalopterus penduliger 212 Ceroxyloideae 111 Ceroxylon xi, 9, 12, 31, 35, 37, 40, 123, 125, 131, 132, 133, 134 alpinum 40, 46, 125, 241 amazonicum 7, 9, 11, 13, 46 echinulatum 10, 12, 30, 32, 40, 46, 123, 127, 134, 235, 241, 240, 241 parvifrons 5, 9, 12, 46, 123 parvum 10, 46, 123 ventricosum 10, 40, 46, 123 Ceroxylon vogelianum 5, 10, 46, 123 Chamaedorea linearis 5, 31, 165




Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

Nombres científicos (continuación) Chamaedorea pauciflora 11 pinnatifrons 5, 11, 12, 13 poeppigiana 5 Chamaepetes goudotti 167 Chamaerops humilis 41 Chelyocarpus ulei 10 Chrysomelidae 204 Coccotrypes 109 Cocos nucifera 27, 37, 91 Coleoptera 204 Colossoma bidens 156 Columba fasciata 167 Cotinga cotinga 156 Cotingidae 156 Cracinae 156 Cuniculus paca 101 Curculionidae 113, 148, 204 Dasyprocta 101 Dasyprocta fuliginosa 65, 113 punctata 58, 126, 148 Dasypus novemcinctus 126 Derelomini 191 Desmoncus 20, 63 cirrhiferus 10 giganteus 10 mitis 10 orthacanthos 11 polyacanthos 10 Dictyocaryum lamarckianum 10, 12, 175 Didelphis pernigra 126 Diptera 204 Drosophilidae 204 Dryocoetes 191 Dypsis lutescens 41 Elaeis guineensis 7, 35, 150, 151 oleífera 10, 38, 151 Electrophoorus electricus 156 Euterpe 31, 37, 40, 156 badiocarpa 241 beardii 241 catinga 11 chaunostachys 241 cuatrecasana 241 edulis 241 microspadix 241 oleracea 8, 10, 22, 26, 28, 30, 36, 38, 153, 156, 157, 158, 159, 161, 168, 169, 235, 240, 241



Euterpe precatoria 11, 30, 155 trichoclada 241 Geonoma vii, 3, 6, 10, 11, 12, 14, 135, 203, 233 acaulis 241 atrovirens 6, 10, 233 awensis 10, 233 brongniartii 11, 233 calyptrogynoidea 10, 233 camana 10, 203, 233 chocola 233 cuneata 6, 233 densa 5 deversa 6, 11, 233 ecuadoriensis 7, 9, 11, 13, 233 euspatha 11, 233 fosteri 6, 7, 9, 10, 11, 233 hollinensis 7, 9, 10, 233 interrupta 11, 233 irena 5, 7, 10, 233 lanata 233 laxiflora 10, 233 leptospadix 11, 233 lindeniana 5 linearis 10, 233 longepedunculata 10, 233 macrostachys 5, 6, 11, 14, 20, 37, 40, 59, 67, 68, 80, 102, 114, 138, 203, 205, 206, 207, 233, 235, 240, 241 máxima 10, 233 multisecta 10, 203, 233 orbignyana 5, 10 paradoxa 11, 203, 233 poeppigiana 11, 233 pulcherrima 7, 9, 11, 13, 233 skovii 7, 9, 10, 11, 233 stricta 6, 11, 233 supracostata 10, 233 synanthera 241 tenuissima 5, 6, 7, 233 triandra 10, 233 triglochin 11, 233 undata 5, 6, 7, 9, 12, 233 venosa 6 weberbaueri 5 Guadua angustifolia 26 Guileilma gasipaes 241 Guileilma insignis 241 speciosa 241


Índices

Nombres científicos (continuación) Halictidae 204 Hyospathe elegans 5, 11, 20 macrorhachis 10 Iriartea deltoidea 7, 8, 11, 13, 17, 25, 30, 37, 40, 47, 59, 61, 67, 68, 80, 101, 102, 114, 138, 175, 177, 178, 179, 180, 181, 183, 184, 236, 240, 241 ventricosa 241 weberbaueri 241 Iriartella setigera 10 Jacaratia spinosa 22 Jessenia bataua 209, 241 polycarpa 241 repanda 241 Jubaea chilensis 41, 95 Leopoldinia piassaba 115 Leptosittaca branickii 46, 126 Livistona chinensis 41 Manicaria saccifera 8, 10 Marmosa 101 Mauritia 31 Mauritia flexuosa 10, 13, 18, 26, 30, 37, 38, 40, 212, 236 Mauritiella armata 10, 13 Monilia 88 Mora megistosperma 155 Myoprocta 65 Mystrops 57, 148, 191 Nasua 101 Nitidulidae 148, 191, 204 Oenocarpus bataua 8, 11, 13, 18, 26, 30, 37, 38, 39, 46, 59, 67, 68, 80, 102, 114, 138, 145, 184, 209, 211, 212, 213, 214, 216, 222, 236, 237, 240, 241 minor 11, 209 Ognorhynchus icterotis 46 Oreodoxa acuminata 241 Oryzomys albigularis 167 Otoba gordoniifolia 155 gracilipes 155 Pachymerus bactris 107 Palandra aequatorialis 241 Palmae 177 Parajubaea cocoides 9, 10, 21, 37, 38, 91, 93, 94, 96, 237, 240, 241 torrallyi 93 Pecari 101 tajacu 65 Penelope montagnii 126 Perissocephalus tricolor 156

Phoenicircus carnifex 156 Phoenix canariensis 9, 41 reclinata 41 Pholidostachys 135 synanthera 11, 20, 30, 37, 59, 66, 80, 102, 114, 135, 138, 141, 237, 240, 241 Phyllotrox 79, 212 Phytelephas 31, 38, 111, 117, 190 aequatorialis ix, 5, 7, 17, 31, 32, 37, 38, 40, 47, 59, 67, 80, 102, 111, 114, 138, 187, 189, 191, 192, 193, 195, 200, 237, 238, 239, 240, 241 macrocarpa 197 seemanni 190, 191 tenuicaulis 10, 13, 20, 37, 40, 189 tumacana 10, 189 Phytelepheae 111 Potos flavus 58 Prestoea acuminata 5, 10, 12, 21, 26, 30, 36, 37, 158, 241, 165, 168, 169, 240, 241 carderi 10 decurrens 165 ensiformis 11 pubens 10 schultzeana 11, 14, 68 trichoclada 241 Pritchardia pacifica 41 Proechimys 58 Psophia crepitans 204 Ramphastidae 156 Ramphastos tucanus 156 Rhinostomus barbirostris 88 Rhynchophorus palmarum 18, 27, 36, 150, 191, 217, 218 Roystonea regia 41 Rupicola peruvianis 167 rupicola 156 Sabal palmetto 41 Sciurus 113 Sciurus aestuans 101 Scolytidae 65 Setaria sphacelata 133 Siagrus smithii 10 Snowornis criptolophus 167 Socratea exhorriza 8, 11, 25, 30, 37, 40, 101 hecatonandra 10 rostrata 8, 10, 21 Staphylinidae 113 Steatornis caripensis 156, 212




Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

Nombres científicos (continuación) Syagrus sancona 11, 40 Synechanthus warscewiczianus 10, 101 Syrphidae 204 Taenianthera minor 241 Tapirus terrestris 65 Tayassu pecari 65 Trachycarpus fortunei 41 Tremarctos ornatus 167 Trigona 177 Trigonidae 204 Turdus 156 Turdus fulviventris 167 Virola 155 Washingtonia robusta 41 Welfia regia 8, 10, 145, 209 Wendlandiella gracilis 10



Wettinella quinaria 241 Wettinia 3, 8, 12, 25, 31, 37, 38, 40, 47 aequalis 10 aequatorialis 7, 9, 10, 13 anomala 10 drudei 11 fascicularis 10 longipetala 11 maynensis 5, 11, 57 minima 10 quinaria 8, 21, 25, 30, 57, 59, 60, 67, 80, 102, 114, 138, 239, 240, 241 radiata 10 verruculosa 10 Xanthopygus 113, 191 Ynesa colenda 145, 241


Índices

Nombres comunes de palmas En negrillas las especies estudiadas y las páginas del capítulo correspondiente. asaí 158, 161, 240 bísola 8, 12, 21, 25, 40, 48, 49, 58, 59, 60, 61, 184, 239, 240, 241 cabecinegro 8 cade 12, 31, 40, 195, 240 cambana 240 chaapi 20 chalare 240 chambira 12, 21, 30, 31, 39, 65, 66, 68, 69, 70, 71, 72, 73, 74, 234, 240, 241 chapil 240 chivila 240 chonta 40, 175, 240 chonta blanca 8 chonta kilo 240 chontaduro 8, 12, 17, 18, 21, 28, 29, 35, 36, 40, 77, 78, 79, 80, 81, 82, 83, 84, 85, 86, 87, 88, 156, 161, 168, 172, 173, 235, 240, 241 chontilla 8, 21, 77, 80, 81, 82, 83, 240, 241 chunga 240 coco 155 coco cumbi 8, 12, 21, 38, 40, 92, 93, 94, 95, 237, 240, 241 coco de Quito 240 cocotero 27, 91 corozo 240 cufaje 12, 20 guadúa 26 gualte 240 guiñol 240 hoja de guacamayo 240 huasaí 240 inayova 21 kampanak 20, 240 macana grande 240 makayai 20 manicol 159 marfil vegetal 240 mocora 8, 12, 21, 22, 27, 29, 30, 31, 39, 40, 71, 99, 100, 101, 102, 103, 104, 105, 106, 107, 108, 109, 234, 235, 240, 241 morete 13, 18, 20, 22, 26, 29, 31, 40, 41, 212, 236 naidí 12, 159, 240 palma africana 7, 35, 41, 150, 151

palma de cera 8, 123, 240 palma de chonta 77, 240 palma de conga 8 palma de fénix 8 palma de fibra ix, 12, 20, 26, 39, 40, 47, 111, 112, 113, 114, 117, 118, 236, 240, 241 palma de Quito 12, 95, 240 palma de ramos 8, 12, 17, 21, 27, 32, 35, 36, 40, 46, 48, 50, 123, 124, 125, 126, 127, 128, 129, 130, 131, 132, 133, 134, 235, 240, 241 palma de wayuri 12, 20, 30, 31, 32, 136, 137, 138, 139, 140, 141, 142, 237, 240, 241 palma paja 240 palma real 8, 12, 21, 36, 145, 146, 147, 148, 149, 150, 151, 235, 240, 241 palmiche 8, 12, 22, 26, 27, 153, 154, 155, 156, 157, 158, 159, 161, 168, 169, 235, 240, 241 palmito 240 palmito de Castilla 12, 13, 21, 26, 31, 36, 165, 166, 167, 168, 169, 170, 171, 172, 173, 239, 240, 241 palmo 240 pambil 7, 8, 12, 13, 14, 17, 18, 20, 21, 22, 25, 26, 31, 40, 41, 48, 49, 61, 113, 175, 176, 177, 178, 179, 180, 182, 183, 184, 185, 236, 240, 241 pata de gallo 8 patona 8 pijuayo 240 pumbo 240 sapap 20 shishije 20, tagua ix, 5, 7, 8, 12, 17, 21, 22, 32, 48, 50, 111, 188, 189, 190, 191, 192, 195, 197, 199, 200, 237, 238, 239, 240, 241 tagua amazónica 240 uksha 12, 20, 40, 204, 205, 206, 207, 235, 240, 241 ungurahua 8, 12, 13, 14, 18, 20, 22, 26, 28, 29, 30, 31, 32, 39, 40, 46, 48, 49, 184, 210, 211, 212, 214, 215, 216, 217, 218, 219, 220, 221, 222, 236, 237, 240, 241 walte 8, 240 yarina 20 zancona 8, 21, 25, 31, 40

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Autores

Fabien Anthelme Institut de Recherche pour le Développement (IRD), equipo AMAP, Francia. Actualmente Universidad de San Andrés, La Paz, Bolivia. Fabien.Anthelme@ird.fr

Daniela Cevallos-Garzón Laboratorio de Ecología de Plantas-Proyecto PALMS, Escuela de Ciencias Biológicas, Pontificia Universidad Católica del Ecuador, Quito, Ecuador (2011–2013). daniela.cevallos@gmail.com

Carolina Altamirano Laboratorio de Ecología de Plantas-Proyecto PALMS, Escuela de Ciencias Biológicas, Pontificia Universidad Católica del Ecuador, Quito, Ecuador (2010–2012). Carolina@altamirano.org

Daniela Cruz Coordinación Académica, Centro de Educación y Promoción Popular (CEPP), Quito, Ecuador. danicruza@gmail.com

Henrik Balslev Deparment of Biocience-Proyecto PALMS, Ecoinformatics & Biodiversity Research Group, University of Aarhus, Dinamarca. henrik.balslev@biology.au.dk Rodrigo Bernal Instituto de Ciencias Naturales-Proyecto PALMS, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia. rgbernalg@gmail.com Grischa Brokamp Nees Institut für Biodiversität der Pflanzen-Proyecto PALMS, Rheinische, Friedrich-Wilhelms-Universität Bonn, Alemania; Institut für Biologie - Systematische Botanik und Pflanzengeographie, Freie Universität Berlin, Alemania. g.brokamp@fu-berlin.de Rodrigo Cámara-Leret Departamento de Biología-Proyecto PALMS, Área de Botánica, Universidad Autónoma de Madrid, España. rcamaraleret@gmail.com

Nina Duarte Fundación Imaymana, Quito, Ecuador. duarte_silv@yahoo.com.br Lucía de la Torre Laboratorio de Ecología de Plantas-Proyecto PALMS, Escuela de Ciencias Biológicas, Pontificia Universidad Católica del Ecuador, Quito, Ecuador (2009–2013). lucerato@yahoo.com Sebastián Escobar Laboratorio de Genética Molecular-Proyecto PALMS, Escuela de Ciencias Biológicas, Pontificia Universidad Católica del Ecuador, Quito, Ecuador (2010–2013). sescobarvasquez@gmail.com Néstor García Departamento de Biología, Facultad de Ciencias, Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, Colombia. nestor.garcia@javeriana.edu.co José Gualinga Asociación ATAYAK, Sarayaku, Provincia de Pastaza, Ecuador. shamungay@yahoo.es 


Palmas Ecuatorianas: biología y uso sostenible

Janice Jácome Laboratorio de Genética Molecular-Proyecto PALMS, Escuela de Ciencias Biológicas, Pontificia Universidad Católica del Ecuador, Quito, Ecuador. janicejacome007@hotmail.com Manuel J. Macía Departamento de Biología-Proyecto PALMS, Universidad Autónoma de Madrid, España. manuel.macia@uam.es Rommel Montúfar Laboratorio de Genética Molecular-Proyecto PALMS, Escuela de Ciencias Biológicas, Pontificia Universidad Católica del Ecuador, Quito, Ecuador. rjmontufar@puce.edu.ec Hugo Navarrete Laboratorio de Sistemática de Helechos-Proyecto PALMS, Escuela de Ciencias Biológicas, Pontificia Universidad Católica del Ecuador, Quito, Ecuador. hnavarrete@puce.edu.ec María Belén Rivadeneira Laboratorio de Sistemática de Helechos, Escuela de Ciencias Biológicas, Pontificia Universidad Católica del Ecuador, Quito, Ecuador. yacumicha@yahoo.com Josep Rosas Corporación Ecuatoriana de Agricultores Biológicos (ProBio), Quito, Ecuador. joseprosas@hotmail.com

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Anders H. Sirén Universidad de Turku, Departamento de Geografía, Finlandia. andsir@utu.fi Renato Valencia Laboratorio de Ecología de Plantas-Proyecto PALMS, Escuela de Ciencias Biológicas, Pontificia Universidad Católica del Ecuador, Quito, Ecuador. lrvalencia@puce.edu.ec; renatovalenciar@gmail.com Martha Isabel Vallejo Instituto de Ciencias Naturales, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia. mivallejoj@unal.edu.co Mónica Vivanco Freile Universidad de Los Hemisferios, Quito, Ecuador. mvivancof@gmail.com Maximilian Weigend Nees Institut für Biodiversität der Pflanzen-Proyecto PALMS, Rheinische, Friedrich-Wilhelms-Universität Bonn, Alemania. mweigend@uni-bonn.de


Editores

Renato Valencia Profesor principal de la PUCE donde enseña botánica y ecología de bosques tropicales. Ha investigado la diversidad y dinámica de árboles en bosques tropicales; tiene interés en la conservación de especies y bosques, así como en el manejo sostenible de los productos de palmas. Actualmente lidera el componente de políticas de manejo y uso sostenible en el proyecto PALMS. Rommel Montúfar Profesor agregado de la PUCE donde enseña biología, genética y ecología y taxonomía de palmeras. Su investigación está orientada al estudio de las poblaciones de palmeras utilizando enfoques multidisciplinarios como la genética de poblaciones, la ecología molecular, la bioquímica, el manejo y la conservación. Actualmente investiga la resiliencia y diversidad genética de palmeras en el proyecto PALMS. Hugo Navarrete Profesor principal en la PUCE. Ha trabajado en taxonomía y ecología de helechos ecuatorianos y se interesa en la divulgación de la información científica en diferentes niveles de la sociedad y en el fortalecimiento de las relaciones entre la academia y los sectores público, privado y empresarial. Actualmente es Decano de la Facultad de Ciencas Exactas y Naturales y colabora con el componente de comunicación del proyecto PALMS.

Henrik Balslev Profesor principal en la Universidad de Aarhus (Dinamarca) donde enseña botánica y ecología tropical. Ha dirigido varios proyectos de investigación sobre ecología de las comunidades de palmas en los bosques tropicales de América del Sur y es supervisor de tesis de maestría y doctorado en Dinamarca, Tailandia, México y España. Es coordinador internacional del proyecto PALMS.

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Este libro, compuesto en tipograf铆as Garamond y Myriad, se termin贸 de imprimir en los talleres de la Imprenta Mariscal, Quito, en septiembre de 2013.




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