Bizancio

Imperio Romano de Oriente: Imperio Bizantino

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El Impero Romano de Oriente o también llamado Imperio Bizantino, se originó en el año 395 d.C. cuando el emperador Teodosio dividió el Imperio Romano en dos: Oriente y Occidente.

A diferencia del Imperio Romano de Occidente, que fue destruido por los germanos en el año 476 d.C., el Imperio Bizantino logró sobrevivir a la amenaza germánica. Por eso perduró por casi diez siglos, hasta el año 1453 en el que los turcos otomanos ocuparon su capital, Constantinopla.

A lo largo de diez siglos, los bizantinos, que eran en realidad una pluralidad de pueblos, lograron fusionar la cultura de los griegos y romanos, los elementos religiosos de cristianos y paganos y las costumbres occidentales y orientales. De esta manera conservaron los aportes culturales de la antigüedad y los re-elaboraron bajo nuevas formas.

Aunque hablaban griegos, los bizantinos se llamaban así mismos romanos, pues consideraban herederos de este antiguo imperio. Por eso a Constantinopla se le conocía también como la nueva Roma.

  1. CONSTANTINOPLA

Actualmente esta ciudad no existe con este nombre, hoy en día esta antigua ciudad se llama Estambul.
Fue construida por el emperador Constantino en el año 330, se construyó sobre la antigua ciudad griega de Bizancio. En sólo seis años edificó una ciudad cuyo tamaño y arquitectura eran equiparables a los de Roma y la llamo Constantinopla.

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Constantinopla se ubicó entre el Mar Negro y el Mar Mármaro; estaba rodeado de mar y era el paso obligado de todos los comerciantes que viajaban por mar o por tierra entre Asia y Europa. Hasta el siglo XIII fue una de las ciudades más pobladas del mundo: sólo Bagdag la gran ciudad del Islam la igualó.
Para proteger Constantinopla de los germanos, el emperador Teodosio II, construyo en el siglo V una muralla triple de unos 12 metros de altura que rodeo la ciudad. Esta muralla recorre unos 19 km y tiene 96 torres, desde las cuales los soldados bizantinos divisaban al enemigo.

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  1. LA HISTORIA DE UN GRAN IMPERIO

Desde la caída del Imperio Romano de Occidente, los gobernantes bizantinos añoraban los tiempos en que este imperio dominaba todo el Mediterráneo. Uno de ellos fue el emperador Justiniano, intento restaurar la grandeza del viejo imperio.

2.1 JUSTINIANO

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Mapa Imperio Bizantino

Justiniano, sobrino del emperador Justino, llego al trono en el año 527. Justiniano era como su tío, hijo de un simple campesino. Sin embargo desde joven, recibió una excelente formación militar. Al momento de su ascensión al trono, el Imperio Bizantino incluía la Península Balcánica, Asia Menor, Siria, Palestina y Egipto. Sin embargo, Justiniano pensaba que el mundo cristiano debía tener una única autoridad política: el emperador bizantino.

Con estas ideas y con la ayuda de los generales Belisario y Narsés, Justiniano se apoderó de los territorios vándalos del norte de África, Córcega, Cerdeña y de las Islas Baleares; conquisto Italia y Sicilia, dominadas por los ostrogodos y por último ocupó el suroeste de la España visigoda.
Luego Justiniano emprendió la reforma del estado bizantino para renovar las bases sobre las que se asentaba el imperio. Reorganizó la administración central, residente en Constantinopla, que supervisaba a los funcionarios de provincias.

Además, decidió clasificar y editar las leyes romanas. Para ello, encargo al jurista Triboniano la redacción del código Justiniano, que incluyo todas las constituciones dictaminaras desde la época del emperador Adriano. Por otra parte, mejoro la situación de la hacienda pública y de la recaudación de impuestos, para sostener una organización civil y militar más eficiente.

Justiniano murió en el año 565, año en que concluyó uno de los periodos más brillantes de la larga historia bizantina.

2.2 EL IMPERIO DE LOS SUCESORES DE JUSTINIANO

Poco tiempo después de la muerte de Justiniano, los bizantinos perdieron posesiones conquistadas en Europa Occidental y debieron afrontar el avance de los ávaros, eslavos y búlgaros que presionaban para internarse en la Península de los Balcanes.

Los persas por su parte de adentraron cada vez más en las provincias orientales del Imperio Bizantino. Sin embargo, el peligro persa fue sustituido por el árabe, que se convirtió en el adversario más temible, ya que en el siglo VII ocupo Siria, Palestina y el norte de África. Entonces, el imperio se redujo a Grecia, Asia Menor y el sur de Italia.

En el siglo XI la situación empeoró, cuando los turcos, en especial la tribu de los seldjúcidas se apoderaron del Asia Menor. Estos acontecimientos marcaron el inicio de la decadencia de Bizancio, que concluyo en 1453, cuando otra tribu de turcos, los otomanos, ocupo Constantinopla.

  1. ORGANIZACIÓN POLÍTICA

En contraste con las monarquías germanas, el Imperio Bizantino contó con una sólida organización política.
El imperio constituía una monarquía teocrática en la que el emperador o basileus era considerado el delegado de Dios en la Tierra y por lo tanto un personaje sagrado. Por eso fue el jefe de la Iglesia y com tal podía nombrar a los patriarcas. Al emperador se lo representó como a los santos con la cabeza rodeada por un halo de luz.

Con un poder absoluto, el emperador fue también el jefe supremo de la administración y del ejercito bizantino. Para su acción de gobierno contaba con tres instrumentos.

  • La burocracia civil, conformada por funcionarios que eran verdaderos pofesionales de la administración pública.
  • El ejército, muy numeroso, integrado por soldados de las más diversas nacionalidades. En las zonas de frontera la defensa se completó con los estratiotas, que eran soldados campesinos a quienes se les pagaba mediante la entrega de tierras.
  • La iglesia bizantina que a diferencia de lo que ocurría en Occidente, se encontraba subordinada al emperador. Esta característica se le conoce como césaro-papismo.
  1. LA RELIGIÓN

La sociedad bizantina era profundamente religiosa: todas las actividades cotidianas estaban estrechamente ligadas a la región. Por ello los pleitos o querellas envolvían a todo el pueblo y creaba serios problemas políticos.

Esto ocurrió por ejemplo con el monofisismo, una corriente religiosa que sostenía que Cristo poseía una sola naturaleza, la divina, y que contrariaba a la posición cristiana que invocaba la doble naturaleza de Cristo: humana y divina.

El monofisismo fue popular en Siria y Egipto, por eso, estas regiones trataron constantemente de separarse del imperio. Esto último facilitó la conquista por los árabes.

En el siglo VIII se originó otra querella promovida por los iconoclastas. Éstos sostenían que las imágenes religiosas o iconos llevaban a prácticas supersticiosas, porque se adoraba en ellas a la imagen representada y no al Dios verdadero. Además, los iconoclastas buscaban disminuir el poder económico y social de los monjes.

A diferencia del monofisismo, los iconoclastas fueron protegidos y estimulados por algunos emperadores bizantino. Este hecho provocó un distanciamiento entre estos monarcas y el Papa romano, que se oponía a esta corriente religiosa.

Este proceso culminó con el cisma de Oriente entre la cristiandad occidental y oriental, en 1054. En tanto que la primera aceptó como jefe espiritual al Papa de Roma, el Oriente reconoció como jefe supremo al patriarca de Constantinopla. La Iglesia de Oriente se llamo griego-ortodoxa.

  1. LA ECONOMÍA

A lo largo de diez siglos de historia, Bizancio fue uno de los centros económicos más importantes del mundo medieval. La economía bizantina fue mayoritariamente agraria. Las grandes propiedades agrícolas estaban en manos de la Iglesia y de la aristocracia, pero también había pequeños propietarios que con el correr de los siglos, desaparecieron, incorporándose los grandes dominios como colonos.

Por otro lado, Bizancio no descuido las actividades artesanales ni el comercio. Este imperio desarrolló un importante comercio internacional. Gracias a esta actividad, en los mercados de Constantinopla y de otras ciudades del imperio se podían hallar productos de zonas tan diversas como por ejemplo, China, Persia y España. Los artesanos bizantinos fabricaban a su vez numerosas piezas que se vendían al extranjero.

Por ello, la moneda bizantina, el besante, fue aceptada en todos los mercados de la Edad Media hasta el siglo XI. Se trato por lo tanto de una moneda internacional.

  1. UNA CULTURA DE SÍNTESIS

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Imperio Bizantino Iglesia San Marcos

La cultura bizantina fue una admirable síntesis de elementos grecorromanos, orientales y cristianos. Las grandes obras del mundo clásico se recopilaron en las escuelas y universidades, como las de Atenas o Constantinopla y en monasterios como los celebres del monte Athos, en Grecia.

Literatura bizantina

En los orígenes del Imperio bizantino existió una situación de diglosia entre el latín y el griego. El primero era la lengua de la administración estatal, en tanto que el griego era la lengua hablada y el principal vehículo de expresión literaria. La Iglesia y la educación utilizaban también el griego. A esto debe añadirse que algunas regiones del Imperio empleaban otras lenguas, como el arameo y su variante el siríaco en Siria y Palestina, y el copto en Egipto.

Con el tiempo, el latín fue definitivamente desplazado por el griego, que se convirtió también en la lengua de la administración imperial. Es significativo que ya en época de Heraclio el título de Augustus, en latín, haya sido sustituido por el de basiléus, en griego. El latín, sin embargo, continuó apareciendo en inscripciones y en monedas hasta el siglo XI. La invasión del Islam y la pérdida de las provincias orientales propiciaron una mayor helenización del Imperio. El griego hablado en el Imperio era el resultado de la evolución del griego helenístico, y suele denominarse griego medieval o griego bizantino. Existían grandes diferencias entre el lenguaje literario, deliberadamente arcaico, y el lenguaje hablado, la koiné popular, muy rara vez utilizada en la literatura.

La literatura, como en general la cultura bizantina en todos sus aspectos, se caracteriza por tres elementos: helenismo, cristianismo e influjo oriental. Helenismo porque continúa la tradición de la Grecia clásica pese a los intentos romanizadores de Justiniano y su sobrino Justino II, que sólo alcanzaron al derecho. Cristianismo porque esa fue desde Constantino la religión del Imperio, a pesar de la oposición intelectual hasta bien entrado el siglo VI; influjo oriental por la estrecha relación con pueblos asiáticos y africanos.

La literatura bizantina cuenta con un poema épico en griego popular, el de Digenis Akritas, y con líricos de primer orden como Teodoro Pródromo. Posee unos géneros característicos, como los bestiarios, volucrarios, lapidarios y las novelas bizantinas (Estacio Macrembolita: Los amores de Isinia e Ismino; Teodoro Pródromo, Los amores de Rodante y Dosicles; Niceta Eugeniano, Las aventuras de Drusilla y Caricles y Constantino Manasés, Aventuras de Aristandro y Calitea). Fue especialmente fecunda en escritores teológicos (como, por ejemplo, Eneas de Gaza), cristológicos y hagiográficos. Repercutió en particular en la literatura occidental la historia de Barlaam y Josafat, divulgada por todo Occidente, en la cual se encuentran alusiones a la vida de Buda.

La historia tuvo representantes eminentes, como Procopio de Cesarea, secretario que fue del célebre general Belisario durante el reinado de Justiniano y a la vez panegirista del emperador en los seis libros de sus Historias y su detractor en la llamada Historia secreta. En la lírica destaca el género del epigrama con figuras como Pablo Silenciario y Agatías, este último antologista e historiador del periodo que siguió a Justiniano. Jorge de Pisidia compuso poesía épica y epigramas. Existe un interesante libro de viajes de Cosmas Indicopleustes. Del siglo VII destaca un historiador, Simocata, que no llegó a la importancia de Procopio; en este siglo se hizo famoso el poeta Romano el Mélodo, autor de himnos religiosos. Entre el siglo VIII y el XI se compila la ya mencionada epopeya nacional Digenis Acritas, compuesta en una lengua semiculta; también se elaboran epopeyas sobre las hazañas de Alejandro Magno y se componen enciclopedias como la Suda, de no siempre acendrada veracidad. Se recopiló en esta época el más importante corpus de epigramática griega que se conserva, la Antología Palatina. El cristianismo entra en el género tradicional pagano con la obra del monje Teodoro Estudita y de la monja poetisa Casia. Algunos emperadores se dedicaron a las letras, como León VI el Sabio, que fue poeta, así como su hijo, Constantino VII Porfirogéneta. San Juan Damasceno compuso tratados teológicos y polémicos en oscuro estilo; el citado Teodoro escribe también sobre la cuestión iconoclasta, así como obras ascéticas y de exégesis.

En el último periodo, desde finales del XI, existe una gran cantidad de literatura polémica religiosa, pero también escriben Focio y Miguel Psellos sobre temas más variados y se propicia un renacimiento de las letras griegas, renacimiento que pasó a Europa con la dispersión de los eruditos bizantinos por la Península Itálica tras la conquista de Constantinopla por los otomanos. En Italia renacerá el estudio del griego y el Humanismo y de ahí pasará al resto del mundo. Tzetzes escribe poemas didácticos y eruditos. El epigrama alcanza cumbres en Cristóbal de Mitilene o Juan Mauropo. Se escriben novelas en Grecia y proliferan los bestiarios y lapidarios, y crónicas como la célebre Crónica de Morea, que mandó traducir al aragonés el gran maestre de la Orden de San Juan de Jerusalén Juan Fernández de Heredia. El inquieto e inconformista poeta Teodoro Pródromo escribe cuatro poemas satíricos en la lengua popular y escribe su Catomiomaquia, o Lucha de los Gatos contra los Ratones a modo de parodia épica. Hay excelentes historiadores que dejan testimonio de las Cruzadas, como los hermanos Miguel y sobre todo Nicetas Acominato, Paquimeras, Nicéforo Briennio o su mujer Ana Comneno, princesa imperial autora de La Alexiada, historia de su padre Alejo I Comneno. Durante la época de los Paleólogos la literatura entra en decadencia pero después surge con fuerza la filología.

Arquitectura bizantina

En la Primera Edad de Oro, época de Justiniano I, siglo VI, se realizan las más grandiosas obras arquitectónicas que ponen de manifiesto los caracteres técnicos y materiales, así como el sentido constructivo que caracteriza el arte bizantino de este período. Del mundo romano y paleocristiano oriental mantuvo varios elementos tales como materiales de ladrillo y piedra para revestimientos exteriores e interiores de mosaico, arquerías de medio punto, columna clásica como soporte, etc. Pero también aportaron nuevos rasgos entre los que se destaca la nueva concepción dinámica de los elementos y un novedoso sentido espacial y, sobre todo, su aportación más importante, el empleo sistemático de la cubierta abovedada, especialmente la cúpula sobre pechinas, es decir, triángulos esféricos en los ángulos que facilitan el paso de la planta cuadrada a la circular de la cúpula. Estas bóvedas semiesféricas se construían mediante hiladas concéntricas de ladrillo, a modo de coronas de radio decreciente reforzadas exteriormente con mortero, y eran concebidas como una imagen simbólica del cosmos divino.

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Santa Sofía de Constantinopla

Otra aportación de gran transcendencia fue la decoración de capiteles, de los que hubo varios tipos; así, el de tipo teodosiano es una herencia romana empleado durante el siglo IV como evolución del corintio y tallado a trépano, semejando a avisperos; otra variedad fue el capitel cúbico de caras planas decorado con relieves a dos planos. En uno y otro caso era obligado la colocación sobre ellos de un cimacio o pieza troncopiramidal decorada con diversos motivos y símbolos cristianos.

En la tipología de los templos, según la planta, abundan los de planta centralizada, sin duda concordante con la importancia que se concede a la cúpula, pero no son inferiores en número las iglesias de planta basilical y las cruciformes con los tramos iguales (planta de cruz griega). En casi todos los casos es frecuente que los templos, además del cuerpo de nave principal, posea un atrio o nártex, de origen paleocristiano, y el presbiterio precedido de iconostasio, llamada así porque sobre este cerramiento calado se colocaban los iconos pintados. La primera obra cristiana, del primer tercio del siglo VI, es la Iglesia de San Sergio y San Baco, en Constantinopla (527-536), edificio de planta central cuadrada con octógono en el centro cubierto medio maricoiante cúpula gallonada sobre ocho pilares y nave en su entorno.

A este mismo momento de la primera mitad del siglo V, corresponde la iglesia rectangular con dos cúpulas de la Santa Paz o de Santa Irene, también en Constantinopla. Pero la obra cumbre de la arquitectura bizantina es la Iglesia de Santa Sofía, iglesia de la divina sabiduría, dedicada a la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, construida por los arquitectos Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto, entre los años 532 y 537, siguiendo las órdenes directas del emperador Justiniano I. También fue importante la desaparecida iglesia de los Santos Apóstoles de Constantinopla, proyectada como mausoleo imperial e inspirada en la iglesia de San Juan de Éfeso, ofrecía un modelo de planta de cruz griega con cinco cúpulas ampliamente imitada en todo el mundo bizantino, por ejemplo en la famosa iglesia bizantina de San Marcos de Venecia, obra del siglo XI.No fue Constantinopla el único foco importante en esta primera Edad de Oro de Bizancio, es menester recordar el núcleo de Rávena (capital del Imperio bizantino en Occidente desde el siglo VI hasta el siglo VIII), el exarcado occidental situado en el nordeste de la península italiana, en las riberas del mar Adriático, junto a Venecia. Las iglesias bizantinas de Rávena presentan dos modelos: uno de clara inspiración constantinopolitana relacionada con la iglesia de los Santos Sergio y Baco, la de iglesia de San Vital en Rávena (538-547), en la que, igualmente que su modelo, es de planta octogonal con nave circundante entre los elevados pilares y con una prolongación semicircular en la cabecera, delante del ábside del presbiterio; en los pies tiene un amplio atrio con torres laterales. En esta iglesia de San Vital están ya prefigurados los rasgos más característicos de la estilística en la arquitectura medieval de Occidente, sobre todo en los que se refiere al sentido vertical de la construcción en detrimento de la horizontalidad precedente. Las otras iglesias bizantinas de Rávena tienen influencia paleocristiana por su estructura basilical con cubierta plana. Son la iglesia de San Apolinar in Classe y la iglesia de San Apolinar Nuovo, ambas de la primera mitad del siglo V y con destacados mosaicos.

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Iglesia de San Vital de Rávena, Italia.

En la Segunda Edad de Oro predominan las iglesias de planta de cruz griega con cubierta de cúpulas realzadas sobre tambor y con una prominente cornisa ondulada en la base exterior. Este tipo nuevo de iglesia se plasma en la desaparecida iglesia de Nea de Constantinopla (881), construida por Basilio I.

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A este mismo esquema compositivo corresponde la catedral de Atenas, la iglesia del monasterio de Daphni, que usa trompas en lugar de pechinas, y los conjuntos monásticos del Monte Athos en Grecia. En Italia descuella la anteriormente citada basílica de San Marcos de Venecia, del año 1063, planta de cruz griega inscrita en un rectángulo y cubierta con cinco cúpulas sobre tambor, una sobre el crucero y cuatro en los brazos de la cruz, asemejándose en su estructura a la desaparecida iglesia de los Santos Apóstoles de Constantinopla. En esta Segunda Edad de Oro el arte bizantino se extendió a la zona rusa de Armenia, en Kiev se construye la iglesia de Santa Sofía en el año 1017, siguiendo fielmente los influjos de la arquitectura de Constantinopla se estructuró en forma basilical de cinco naves terminadas en ábsides, en Novgorod se levantan las iglesias de San Jorge y de Santa Sofía, ambas de planta central.

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Durante la Tercera Edad de Oro, entre los siglos XIII y XV el arte bizantino se sigue extendiendo por Europa y Rusia, predominando las plantas de iglesias cubiertas mediante cúpulas abulbadas sobre tambores circulares o poligonales. A esta etapa corresponden en Grecia la iglesia de los Santos Apóstoles de Salónica, del siglo XIV, la iglesia de Mistra, en el Peloponeso, y algunos monasterios del Monte Athos. Asimismo se multiplican los templos bizantinos por los valles del Danubio, por Rumania y Bulgaria, llegando hasta las tierras rusas de Moscú donde sobresale la iglesia de la Asunción del Kremlin, en la Plaza Roja, realizada en tiempos de Iván el Terrible (1555-1560), cuyas cinco cúpulas, la más alta y esbelta en el crucero y otras cuatro situadas en los ángulos que forman los brazos de la cruz, resaltan por su coloración, por los elevados tambores y por su característicos perfiles bulbosos.

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Catedral de la Asunción en Moscú

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Monasterio de San Miguel de las Cúpulas Doradas de Kiev 

Artes figurativas bizantinas

El capitel bizantino con cimacio, es la evolución del capitel corintio, tras una fallida imitación de este.

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La pintura y los mosaicos bizantinos, más que su escultura, han tenido una singular importancia en la historia de las formas de representación plástica, por cuanto que han servido de puente a los modelos cristianos orientales hacia Europa, así como a la transmisión de las formas clásicas cuando en Occidente había desaparecido por la acción de los pueblos bárbaros, y por último, el arte bizantino ha sido la fuente principal en la fijación de la iconografía occidental.

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Escultura bizantina

El estilo bizantino quedó definido a partir del siglo VI. Anteriormente dominaba el estilo romano tardío, aún en la misma Constantinopla, según lo evidencian diversas estatuas erigidas por toda la ciudad. No obstante, otros monumentos de la época iniciaban ya el gusto bizantino, como Disco de Teodosio de Madrid que ostenta en bajorrelieve las figuras del emperador y su corte (393).

El estilo bizantino en escultura debe considerarse como una derivación del romano, bajo la influencia asiática. Le caracterizan, en general, cierto amaneramiento, uniformidad y rigidez o falta de naturalidad en las figuras junto con la gravedad la cual suele consistir en esmaltes, en imitaciones de piedras y sartas de perlas, en trazos geométricos y en follaje estilizado o desprovisto de naturalidad.

Cultivó el arte bizantino muy poco el bulto redondo pero abundó en relieves sobre marfil, plata y bronce y no abandonó del todo el uso de camafeos y entalles en piedras finas. En los relieves, como en las pinturas y mosaicos se presentan las figuras mirando de frente.

La plástica escultórica bizantina supuso la culminación del arte paleocristiano, manteniendo sus técnicas y su estética de progresivo alejamiento de las cualidades clásicas: la mayor rigidez, la repetición de modelos estereotipados, la preferencia del bajorrelieve a las obras de bulto redondo.

Tras la sistemática destrucción del período iconoclasta hay una vuelta al culto de las imágenes, pero para no caer en la idolatría y por influjo de las nuevas corrientes islámicas desaparece la figura humana en la os (marfil) que proporcionan pequeñas piezas, son los caracteres más destacados de la estatuaria bizantina de la estatuaria exenta.

Las obras más destacadas son las labores ornamentales de los capiteles con motivos vegetales y animales afrontados como son los de San Vital de Rávena o los sarcófagos de la misma ciudad en los que se representan los temas del Buen Pastor. Pero las obras capitales de la escultura bizantina son las pequeñas obras, dípticos y cajas, talladas en marfil, destacándose el díptico Barberini, Museo del Louvre, del siglo V, o la célebre Cátedra del obispo Maximiano, en Rávena, tallada hacia el año 533 sobre placas de marfil con minucioso trabajo.

Mosaico y pintura bizantinos

El gusto por la riqueza y la suntuosidad ornamental del arte bizantino, eminentemente áulico, exigía el revestimiento de los muros de sus templos con mosaicos, no sólo para ocultar la pobreza de los materiales usados, sino también como un medio para expresar la religiosidad y el carácter semidivino del poder imperial (cesaropapismo).

De la Primera Edad de Oro el conjunto más importante es el de Rávena, que enlaza con los mosaicos paleocristianos del siglo V: en las iglesias de San Apolinar Nuevo y San Apolinar in Clase se cubre sus muros superiores con mosaicos que representan, en la primera un cortejo procesional, encabezado por los Reyes Magos, hacia la Theotokos o Madre de Dios, en la segunda, en el ábside, se muestra una visión celeste en la que San Apolinar (de Rávena) conduce un rebaño. La obra maestra de del arte musivario, es sin duda alguna, el conjunto de mosaicos de San Vital de Rávena, compuestos hacia el año 547, y en los que se representan varios temas bíblicos y en los laterales del ábside los grupos de Justiniano I y de su esposa Teodora con sus respectivos séquitos.

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Interior de San Vital de Rávena

Terminada la lucha iconoclasta, a mediados del siglo IX es cuando verdaderamente se configura la estética bizantina y su iconografía. Surgirá una nueva Edad de Oro, la segunda, que supondrá el apogeo de las artes figurativas, irradiando su influjo al arte islámico, por entonces en formación, y al naciente arte románico europeo. Las figuras acusan una cierta rigidez y monotonía, pero muy expresivas en su simbolismo, con evidente desprecio del natural y las leyes espaciales; son alargadas y con un aspecto de cierta deshumanización.

Los nuevos tipos iconográficos se adaptan simbólicamente, según un programa prefijado (»Hermeneia»), a las diferentes partes del templo: el Pantocrátor (Cristo en Majestad bendiciendo) en la cúpula, el Tetramorfos (cuatro evangelistas) en las pechinas, la Virgen en el ábside, los santos y temas evangélicos en los muros de las naves. Los modelos más repetidos son las figuras de Cristo con barba partida y edad madura (modelo siríaco) y de la Virgen que se presenta bajo diversas advocaciones (Kyriotissa o trono del Señor en la que sostiene sobre sus piernas al Niño, como si fuera un trono; Hodighitria, de pie con el Niño sobre el brazo izquierdo mientras que con el derecho señala a Jesús como el camino de salvación – es el modelo desarrollado en el gótico -; la Theotokos, o Madre de Dios, ofrece al Niño una fruta o una flor; la Blachernitissa o Platytera con una aureola en el vientre en el que parece el Niño indicando la maternidad de la Virgen). Otros temas muy repetidos son la Déesis o grupo formado por Cristo con la Virgen y San Juan Bautista, como intercesores, y los dedicados a los doce fiestas litúrgicas del año entre las que se destaca la Anastasis o Bajada de Cristo al Limbo, el Tránsito de la Virgen, la Visión de Manré, es decir, la aparición de los tres ángeles a Abraham, simbolizando la Trinidad.

Durante la Tercera Edad de Oro el mosaico continuó en uso hasta el siglo XIII, en esta época se enriquece la iconografía de los ciclos «marianos», de los santos y evangélicos, a la vez, que por influjos italianos, se aprecia una mayor libertad compositiva y una evidente manierismo en las estilizaciones. Destruidos los mosaicos de Constantinopla quedan como únicas referencias los de San Marcos de Venecia, con abundante empleo del dorado que ejercerán un marcada influencia en las obras góticas de Cimabue, Duccio y otros pintores italianos.

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Una de las pinturas bizantinas más admiradas, la Virgen y el Niño (fines del siglo XIII, National Gallery of Art, Washington). Se dice que en esta obra se refleja la influencia italiana manifiesta en el mundo bizantino durante esta época.

La pintura sustituye al mosaico en esta Tercera Era, contando con el precedente de los interesantes conjuntos de iglesias rupestres de Capadocia, en Asia Menor. Son importantes los talleres rusos de Novgorod y Moscú, donde trabaja Teófanes el griego, fresquista y pintor sobre tabla en el siglo XIV, y en la centuria siguiente se destaca como obra maestra la Virgen de Vladímir (Moscú) y el monje Andrés Rubliov especialmente a través de su icono de la Trinidad, este icono del siglo XV es considerado como el más importante icono bizantino de la escuela rusa, representa a la Trinidad a través de la escena bíblica llamada visión de Manré, es decir tres ángeles que se aparecen al patriarca Abraham. Se caracteriza por el aire melancólico, de intensa espiritualidad, en la que el ángel del centro, con túnica roja, se cree que representa a Cristo con un árbol al fondo; el de la izquierda representa a Dios Padre y el de la derecha al Espíritu Santo. La perspectiva es típica del tipo bizantino, es decir, inversa, abriéndose las líneas conforme se alejan de los ojos del espectador. Algo más tardía son las escuelas veneciana y cretense donde sobresalió Andrea Riccio de Candia, a quien se atribuye la creación del famosísimo icono de la Virgen del Perpetuo Socorro.

La pintura de iconos ha seguido manteniéndose durante toda la Edad Moderna, tomando como referencia estética los caracteres de la pintura bizantina clásica, que se impone a las influencias italianas. Las colecciones de iconos más completas se encuentran en la galería Tretiakov de Moscú, en el museo Puskin de Leningrado, en la catedral de Sofía (Bulgaria) y en el museo de iconos «La Casa Grande» de Torrejón de Ardoz (Madrid). En la catedral de Cuenca se encuentra el díptico de los déspotas de Epiro correspondiente a la escuela yugoslava.

Paralelamente se desarrolla la realización de miniaturas para los códices purpúreos, llamados así por el uso de fondos de púrpura. De la primera época es el Génesis de Viena, del siglo V, los evangeliarios de Rábula y de Rossano, ambos del siglo siguiente. En las etapas siguientes descollaron los salterios, con abundantes representaciones en toda la página o en los márgenes llenas de sentido narrativo. Se destacan el Menologio de Basilio II (Biblioteca Vaticana) y el tratado de Cinegética de Oppiano (París). En las artes suntuarias sobresalieron gracias al ambiente cortesano bizantino.

Las labores textiles se inspiraron en los modelos sasánidas (motivos encerrados en círculos); en la orfebrería sobresale el uso de los esmaltes sobre metales preciosos, siguiendo la técnica del tabicado o alveolado de origen germánico, en el que los colores se separan por filamentos de oro. La obra maestra de la orfebrería es la Pala de Oro, San Marcos de Venecia o el icono esmaltado de San Miguel del mismo templo.

Sobresalen también los llamados Cristo Pantocrátor, que son figuras de Jesús rodeado de un aura de luz blanca (que simboliza la pureza), y se encuentra con las piernas cruzadas. En una de las manos tiene el dedo índice levantado y en la otra mano las Sagradas Escrituras. Se sitúa en el interior de una almentra (es decir, de un dibujo ovoidal) y está rodeado de los cuatro evangelistas u ocepas, uno en cada esquina. Esta imagen denota temor, mando e incluso miedo. Podemos destacar el Pantocrátor del Museo de Santa Sofía de Constantinopla.

  1. LA DECADENCIA DE UN IMPERIO

Tras el período de esplendor que supuso el Renacimiento Macedónico, en la segunda mitad del siglo XI comenzó un período de crisis, marcado por su debilidad ante la aparición de dos poderosos nuevos enemigos: los turcos selyúcidas y los reinos cristianos de Europa occidental; y por la creciente feudalización del Imperio, acentuada al verse forzados los emperadores Comneno a realizar cesiones territoriales (denominadas pronoia) a la aristocracia y a miembros de su propia familia.

En la frontera oriental, los turcos selyúcidas, que hasta el momento habían centrado su interés en derrotar al Egipto fatimí, empezaron a hacer incursiones en Asia Menor, de donde procedía la mayor parte de los soldados bizantinos. Con la inesperada derrota en la batalla de Manzikert (1071) del emperador.

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Emperador Manuel I Comneno

Romano IV a manos de Alp Arslan, sultán de los turcos selyúcidas, culminando así la hegemonía bizantina en Asia Menor. Los intentos posteriores de los emperadores Commenos por reconquistar los territorios perdidos serán totalmente infructuosos. Más aún, un siglo después, Manuel I Comneno sufriría otra humillante derrota frente a los selyúcidas en Miriocéfalo en 1176.

En Occidente, los normandos expulsaron de Italia a los bizantinos en unos pocos años (entre 1060 y 1076), y conquistaron Dyrrachium, en Iliria, desde donde pretendían abrirse camino hasta Constantinopla. La muerte de Roberto Guiscardo en 1085 evitó que estos planes se llevasen a efecto. Sin embargo, pocos años después, la Primera Cruzada se convertiría en un quebradero de cabeza para el emperador Alejo I Comneno. Se discute si fue el propio emperador el que solicitó la ayuda de Occidente para combatir contra los turcos. Aunque teóricamente se habían comprometido a poner bajo la autoridad de Bizancio los territorios sometidos, los cruzados terminaron por establecer varios Estados independientes en Antioquía, Edesa, Trípoli y Jerusalén.

Los alemanes del Sacro Imperio y los normandos de Sicilia y el sur de Italia siguieron atacando el Imperio durante el siglo XII. Las ciudades-Estado y repúblicas italianas como Venecia y Génova, a las cuales Alejo I había concedido derechos comerciales en Constantinopla, se convirtieron en los objetivos de sentimientos anti-occidentales debido al resentimiento existente hacia los francos o latinos. A los venecianos en especial les importunaron sobremanera dichas manifestaciones del pueblo bizantino, teniendo en cuenta que su flota de barcos era la base de la marina bizantina.

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La situación en la primera mitad del siglo XIII

Federico I Barbarroja (emperador del Sacro Imperio) intentó conquistar sin éxito el Imperio durante la Tercera Cruzada, pero fue la cuarta la que tuvo el efecto más devastador sobre el Imperio bizantino en siglos. La intención expresa de la Cruzada era conquistar Egipto y los bizantinos, creyendo que no había posibilidades de vencer a Saladino (sultán de Egipto y Siria y principal enemigo de los cruzados instalados en Tierra Santa), inicialmente decidieron mantenerse neutrales, aunque al final ofrecieron 200.000 marcos de plata y todos los medios para que los cruzados llegaran a Egipto. Sin embargo, la codicia por parte de los venecianos y de los jefes cruzados de los tesoros de Constantinopla hizo que venecianos y cruzados no respetaran el acuerdo y tomaran por asalto Constantinopla el 13 de abril del 1204. Tras 3 días de pillaje y destrucción de importantes obras de arte, por primera vez desde su fundación por Constantino I, más de 800 años antes, la ciudad había sido tomada por un ejército extranjero, dando origen al efímero Imperio Latino (1204-1261).

El poder bizantino pasó a estar permanentemente debilitado. En este tiempo, Serbia, bajo Esteban Dushan, de la Dinastía Nemanjić, se fortaleció aprovechando el desmoronamiento de Bizancio, iniciando un proceso que culminaría cuando en 1346 se constituyera el Imperio Serbio.

Tres Estados griegos herederos del Imperio bizantino permanecieron fuera de la órbita del recientemente creado Imperio Latino —el Imperio de Nicea, el Imperio de Trebisonda, y el Despotado de Epiro. El primero, controlado por la Dinastía Paleólogo, reconquistó Constantinopla en 1261 y derrotó al Epiro, revitalizando el Imperio pero prestando demasiada atención a Europa cuando la creciente penetración de los turcos en Asia Menor constituía el principal problema.

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El Imperio hacia 1265

El final: el sitio turco

La historia del Imperio bizantino tras la reconquista de la capital por Miguel VIII Paleólogo es la de una prolongada decadencia. En el lado oriental el avance turco redujo casi a la nada los dominios asiáticos del Imperio, convertido en algunas etapas en vasallo de los otomanos, mientras en los Balcanes debió competir con los Estados griegos y latinos que habían surgido a raíz de la conquista de Constantinopla en 1204, y en el Mediterráneo la superioridad naval veneciana dejaba muy pocas opciones a Constantinopla. Además, durante el siglo XIV el Imperio, convertido en uno más de numerosos Estados balcánicos, debió afrontar la terrible revuelta de los almogávares de la Corona de Aragón y dos devastadoras guerras civiles.

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Durante un tiempo el Imperio sobrevivió simplemente porque selyúcidas, mongoles y persas safávidas estaban demasiado divididos para poder atacar, pero finalmente los turcos otomanos invadieron todo lo que quedaba de las posesiones bizantinas a excepción de un número de ciudades portuarias. (Los otomanos —núcleo originario del futuro Imperio otomano— procedían de uno de los sultanatos escindidos del Estado selyúcida bajo el mando de un líder llamado Osmán I Gazi, que daría el nombre a la dinastía otomana u osmanlí).

El Imperio bizantino hacia 1400

El Imperio apeló a Occidente en busca de ayuda, pero los diferentes Estados ponían como condición la reunificación de la iglesia católica y la ortodoxa. La unidad de las iglesias fue considerada, y ocasionalmente llevada a cabo por decreto legal, pero los ciudadanos ortodoxos no aceptarían el catolicismo romano. Algunos combatientes occidentales llegaron en auxilio de Bizancio, pero muchos prefirieron dejar al Imperio sucumbir, y no hicieron nada cuando los otomanos conquistaron los territorios restantes.

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Constantinopla fue en un principio desestimada en pos de su conquista debido a sus poderosas defensas, pero con el advenimiento de los cañones, las murallas —que habían sido impenetrables excepto para la Cuarta Cruzada durante más de 1.000 años— ya no ofrecían la protección adecuada frente a los otomanos. La Caída de Constantinopla finalmente se produjo después de un sitio de 2 meses llevado a cabo por Mehmet II el 29 de mayo de 1453. El último emperador bizantino, Constantino XI Paleólogo, fue visto por última vez cuando entraba en combate con las tropas de jenízaros de los sitiadores otomanos, que superaban de manera aplastante a los bizantinos. Mehmet II también conquistó Mistra en 1460 y Trebisonda en 1461.

MONEDAS BIZANTINAS

Gran parte los artículos numismáticos sobre el Imperio Bizantino comienzan indicando el poco interés de estudiosos y coleccionistas españoles sobre el tema. El escaso número de libros o catálogos editados en castellano y la poca presencia del tema en internet (en nuestro idioma), confirman este sombrío panorama. Sin embargo, la amonedación del Imperio Bizantino es tremendamente variada y puede resultar asequible, a la vez que muy interesante. ¿Quién no caería en la tentación de tener una bonita moneda de bronce del siglo X con la imagen de Jesucristo portando los Evangelios, por tan solo 30, o tal vez 50 euros?

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Las denominaciones de las monedas bizantinas superan el medio centenar y la iconografía es más variada de lo que en principio se piensa, no en vano este imperio perduró durante casi 1000 años y fue protagonista de acontecimientos tan destacados como la expansión del Islam, el comercio con Oriente o la llegada de las Cruzadas a sus dominios.

Las técnicas de acuñación continuaron siendo las tradicionales, si bien se iban incorporando adelantos técnicos como el torno; mientras que los materiales utilizados fueron prácticamente todos: diversas aleaciones de oro, electro, plata, vellón, bronce y cobre. Es de destacar que la amonedación en plata fue siempre (salvo en los últimos años de este Imperio) de poca importancia, por ello hoy en día estas monedas de plata son a veces más raras (y más caras) que las de oro.

A continuación se enumeran los diferentes periodos del Imperio Bizantino desde el punto de vista de la numismática, que a su vez, prácticamente coinciden con los periodos históricos de este Imperio.

1.- Desde Anastasio I hasta Constantino IV (491-685)

La gran reforma monetaria en las piezas de bronce llevada a cabo por Anastasio I, marca el final de las emisiones del Bajo Imperio Romano en Oriente y da paso a las series propiamente bizantinas (históricamente no existe esta clara división, los emperadores se seguían considerando a sí mimos como sucesores del Imperio Romano). Destaca la belleza y el gran módulo empleado en los bronces de Justiniano.

2.- Desde Justiniano II hasta Teófilo (685-842)

En este periodo disminuye el número de talleres monetarios y aparece por primera vez el retrato de Jesucristo (en tiempos de Justiniano II). Se abandona ya por completo el intento de retrato de los emperadores y los rostros se convierten en esquemáticos conos invertidos.
Finalmente, en el llamado periodo iconoclasta (717-842), cruces e inscripciones desplazan las anteriores imágenes religiosas.

3.- Desde Miguel III hasta Juan I (842-976)

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Se vuelven a utilizar las imágenes del Salvador, León VI  introduce la imagen de la Virgen María y el emperador Alejandro la de su santo patrón, San Alejandro, en actitud de coronarle. Las cruces de los anversos se adornan aún más y se entremezclan con diversos elementos decorativos, muy a tono con el renacimiento artístico de la época. El histamenon nomisma toma el lugar del sólido como patrón de peso de la moneda de oro durante el reinado de Nicéforo II (963-969). Este tercer periodo y el siguiente pueden considerarse como la Edad de Oro de la numismática bizantina.

4.- Desde Basilio II hasta Nicéforo III (976-1081)

Aparecen las monedas del tipo trachy, curiosas emisiones que tienen una característica forma cóncavo-convexa que denominamos de copa o escifulada. Las madonnas renacentistas occidentales tienen su precedente en el artístico diseño de la Virgen con el niño que Romano IV incluye en sus monedas.

5.- Desde Alejo I hasta Alejo IV (1081-1204)

El hyperyron trachy se convierte en la moneda básica de oro; creado en la reforma de Alejo I (1092) sustituyó al histamenon nomisma como moneda de referencia y formaba parte de la serie trachy. Serie que acabará comprendiendo a todos los metales, desde el oro hasta el cobre, pasando por electro, plata, vellón y bronce.

El emperador Juan II introduce a San Jorge y Manuel I a San Teodoro y San Demetrio, pero todos estos santos no evitarían la catástrofe del 1204 (el desmembramiento del Imperio Bizantino como consecuencia directa de la toma de Constantinopla por las tropas latinas que se desviaron de su camino en la Cuarta Cruzada).

6.- Imperios de Nicea, Salónica (1204-1260) y Trebizonda (1204-1456)

La caída de Constantinopla produjo una serie de monedas correspondiente a los Imperios de Nicea, Salónica y Trebizonda, del que Nicea fue el verdadero sucesor del bizantino, y donde la acuñación continuó con los tipos trachy en casi todos los metales. El arte de Salónica es evidentemente provincial.
Desde el inicio, la numismática del Imperio de Trebizonda se separa de la puramente bizantina en cuanto a tipos, metales y metrología, con una fuerte influencia debida a su situación geográfica, lejos de la metrópoli. Durante más de 250 años (21 emperadores), su moneda casi exclusiva es el asper de plata; el oro no se conoce y el bronce es escaso.

7.- Desde Miguel VIII hasta la caída de Constantinopla (1261-1453)

Reconquistada Constantinopla, durante este periodo se reorganiza de nuevo la acuñación monetaria, se crean nuevos tipos como el de la Virgen dentro de las murallas de la ciudad, y se emite una nueva moneda en plata (el basilikon). Pero la técnica decae, el imperio se empobrece y Juan V abandona la acuñación en oro en 1354, adoptando el monometalismo de la plata con una moneda denominada stavraton (las emisiones en bronce eran irrelevantes).
El arte en las monedas había sido simplificado, del mismo modo que ocurría en pinturas o mosaicos; los pagos se debían de hacer con el «dólar» de la época, con ducados de oro venecianos; Bizancio se empobrecía y se sentía amenazada, pero los reinos cristianos se desentendieron del asunto; la caída de Constantinopla a manos del sultán otomano Mahomet fue inevitable.

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Para finalizar, quiero hacer notar la enorme influencia que tuvo la amonedación bizantina en sus contemporáneos. Los pueblos islámicos, cruzados normandos, ostrogodos, visigodos, longobardos (entre otros), acuñaron imitaciones de las monedas bizantinas, cubriendo geográficamente desde la península Ibérica hasta la Ruta de la Seda del lejano Oriente.

Tipos de monedas bizantinas

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AE
trachy
En la reforma de Alejo I (1092) el tetarteron de cobre era la única moneda plana, todo el resto de metales se acuñaron en el sistema «trachy». Con el desmembramiento del Imperio bizantino, los aspron trachy de vellón van perdiendo ley. Finalmente, se acuñarían en grandes cantidades monedas con la forma cóncavo-convexa que llamamos escifulada, monedas que denominamos genéricamente AE trachy, ya que no tienen ningún rastro de plata, son simplemente cobre.
Perdurarían en circulación hasta finales del Imperio, si bien, dejaron de acuñarse a finales del mismo siglo XIII, en tiempos de Andrónico II. Ver Constantinata.
Asper Del griego «aspron», que significa literalmente blanco. Conocido también como «trikephalon», el asper es la moneda de plata característica del Imperio de Trebizonda, suele llevar la imagen de San Eugenio, el patrón de Trebizonda, tiene un peso entre 1 y 2,9 gramos y una forma tanto plana como escifulada, dependiendo de los diferentes reinados.
Esta moneda de gran pureza tuvo mucha aceptación, siendo acuñada en las zonas cercanas por otros pueblos, como los turcos.
Aspron
trachy
Aspron trachy es un término utilizado para designar diversas monedas del Imperio bizantino, siempre con la característica forma cóncavo-convexa que denominamos escifulada, y formando parte de la serie «trachy» creada en la reforma de Alejo I del año 1092. Estas monedas podían ser de electrum, de vellón y muy raramente de plata.
El hyperpyron trachy de oro equivalía a 3 aspron trachy de electrum o 48 aspron trachy de vellón. Este sistema tuvo una vigencia legal durante todo el siglo XII aunque tanto el vellón como el electro fueron devaluados y la moneda de electro no sobreviviría a la catástrofe del 1204 (el desmembramiento del Imperio bizantino como consecuencia directa de la toma de Constantinopla por las tropas latinas de la Cuarta Cruzada).
Ver: La técnica de acuñación de los trachy.
«Assaria» Plural de assarion.
«Assarion»   Pequeña moneda de bronce usada localmente en las provincias de Moesia Inferior y Tracia bajo la dominación romana.

Casi mil años después, a finales del siglo XIII y en tiempos del emperador bizantino Andrónico II, el tetarteron es sustituido por una nueva pieza de bronce denominada assarion, de poco peso y descuidada acuñación, pero que se convirtió en la más importante moneda de bronce del sistema, perdurando hasta el cambio monetario de mediados del siglo XIV, durante el gobierno conjunto de Juan V y Juan VI, en donde aparece el follaro y se consolida el «tornese».

«Basilikon» El basilikon (palabra que significa imperial en griego) era una delgada moneda bizantina de plata que trató de revivir el antiguo miliaresion, inicialmente de gran pureza y de casi 2 g de peso, fue introducida por Andrónico II y su hijo Miguel IX, con un valor de 1/12 de hyperpyron. Sería utilizada durante el siglo XIV con sus divisores, el basilikon reducido y el medio basilikon, en doble serie de plata y vellón, equivaliendo este último a 1/24 de hyperpyron.

Esta moneda era copia de los tipos occidentales: ducados, «grosso» o matapanes, que se acuñaban por entonces en Venecia.

Bula  – «Bulla» Ver sello.
Constantinata Nombre que reciben las abundantes monedas de vellón muy bajo («AE trachy») que fueron acuñadas durante la dinastía de los Angelos (finales del siglo XII) por llevar en ellas la imagen de San Constantino. Estas monedas fueron abundantemente copiadas durante la ocupación de Constantinopla por las tropas latinas de la Cuarta Cruzada y seguirían circulando hasta la caída del Imperio.
«Decanummium» Moneda de bronce nacida como resultado de las reformas monetarias del finales del siglo V y acuñada durante el Imperio bizantino. Divisora del follis, se marcaba con el numeral griego «I» en el reverso y tenía un valor de 10 «nummi». Durante el siglo VIII los divisores del follis desaparecen casi por completo, dejando al follis casi tres siglos como única moneda de bronce oficial.
«Decargyrus» Nombre que recibe la moneda de plata más conocida como 1/2 silicua.
Doble miliaresia Ver hexagramma.
Dodecanummium Moneda bizantina que aparece sobre el año 525 y se acuña solamente en el taller monetario de Alejandría.
Escrúpulo Ver «scripulum».
Follaro Pequeña moneda cobre bizantina que sustituyó al assarión, en tiempos de gobierno conjunto de los emperadores Juan V y Juan VI (mediados del s. XIV) y que perduró hasta la desaparición del Imperio (mediados del s. XV). El nombre deriva de las piezas con un hoja o follaje («folium») acuñadas anteriormente en la Sicilia normanda.
Follis El término follis, proviene del griego «phollis» y en latín significa saco o bolsa aludiendo al saco sellado en que los militares guardaban las monedas.
Moneda base de la reforma del emperador romano Diocleciano que fue perdiendo su recubrimiento de plata, su peso y su tamaño. La nomenclatura de esa época es incierta, tal vez deberíamos llamar más propiamente «nummus» a esta moneda, que fue sustituida por el centenional después de la reforma de Constantino.Con la reforma monetaria de finales del siglo V del Imperio bizantino, el follis reaparecería con fuerza con un valor de 40 «nummi» convirtiéndose en la moneda básica de cobre/bronce, estando marcada por el numeral griego «M» o por los latinos «XXXX» en el reverso, y perdurando hasta finales del siglo XI. Sus divisores son abundantes, destacando el medio follis, decanummium y pentanummium (ver nummus).
Follis
anónimo
Los abundantes follis anónimos bizantinos de tipo religioso aparecieron durante el reinado de Juan I (969-979) y perduraron más de un siglo; con la figura de Jesucristo Emmanuel (Pantocrátor) de frente, no suelen indicar lugar de acuñación ni el emisor por lo que los dividimos en clases:  A, B, C, D, E, para intentar delimitar la época.

El pantocrátor (del griego panto-krator = todopoderoso), se aplicó a Zeus en la mitología griega, pero en la cultura cristiana se utiliza para referirse al Dios Padre omnipotente o a Cristo, quién apareció por primera vez en monedas de oro durante el primer reinado de Justiniano II (685-695).

«Hexagramma» Del griego «exagramma», es el nombre dado a una moneda bizantina de plata, con un peso teórico de seis escrúpulos (6,81 g), siendo realmente de alrededor de 6,5 g., que se comienza a acuñar durante el reinado de Heraclio (610-641). Conocida también como doble miliaresia ya que dobla el peso del rarísimo por entonces miliarense. Su vida fue ciertamente corta, ya que solo perduró con regularidad hasta Constantino IV (668-685), siendo su valor efectivo el de un doceavo de sólido.
Histamenon
nomisma/ escifulado
En griego «histamenon», significa literalmente normal o bien de peso justo. El histamenon toma el lugar del sólido como patrón de peso de la moneda de oro durante el reinado de Nicéforo II (963-969) y continúa acuñándose en el Imperio bizantino hasta la reforma de Alejo I (1092), quien introdujo las series de monedas tipo trachy.
Esta moneda plana la denominamos histamenon nomisma o stamenon nomisma, pero como consecuencia de su menor peso (4,40 g) el flan monetal es más delgado y al tener la moneda mayor diámetro se deforma (se curva) durante la acuñación, adquiriendo una característica forma cóncavo-convexa. En esos casos la llamamos histamenon nomisma escifulado.También se conocen algunas acuñaciones de histamenon nomisma (normalmente escifulado) en electrum y más escasamente en plata, durante el tránsito del siglo XI al XII.
Hyperpyron
trachy
En griego «yperpyron», es la moneda básica de oro en el Imperio bizantino creada en la reforma de Alejo I en el año 1092. Tenía 21 quilates de oro fino en sus primeras emisiones y sustituyó al histamenon nomisma como moneda referencia de oro.

Siempre con la característica forma cóncavo-convexa que denominamos escifulada, y formando parte de la serie «trachy», superó continuas devaluaciones perviviendo casi tres siglos, hasta tiempos de Juan V (1347-1353) en donde se adoptó el monometalismo de plata.
Al adoptar el monometalismo de la plata, Juan V (1354) crea una nueva moneda de gran tamaño y peso, que se denomina «medio hyperpyron» o «stavraton». Ver «stavraton».

«Keration» Ver silicua.
Medio basilikon Ver «basilikon».
Medio hyperpyron Ver «stavraton».
Miliarense
«Miliarensis»
Del latín «miliarensis», el miliarense fue una moneda de plata introducida por el emperador romano Constantino I, que equivalía a 1/1.000 libras de oro (de ahí su nombre), con un peso de 4,5 g.
Continuó acuñándose esporádicamente en los primeros reinados del Imperio bizantino y fue reduciendo su peso hasta los 3-3,5 g, siendo entonces denominado miliarense ligero.
Miliaresia Plural de miliaresion.
Miliaresion Moneda de plata del Imperio Bizantino que ronda los 2 g de peso, introducida por León III (717-741) y que perduraría hasta la reforma de Alejo I (1092). Las fracciones de esta moneda existen, incluso en vellón, pero son rarísimas.

El nombre se deriva del griego «miliaresion» que indica la equivalencia entre 1000 de estas piezas de plata y una libra de oro. Equivalencia simplemente teórica que realmente no fue válida.

Como moneda física el miliaresion desaparece en el siglo XI, pero continuó utilizándose la misma palabra como moneda de cuenta.

«Nomisma» Es el nombre griego del sólido o moneda básica de oro. Acuñado desde tiempos de Constantino el Grande para sustituir al áureo, fue utilizado profusamente por el Imperio bizantino bajo los nombres de histamenon nomisma y tetarteron nomisma, perdurando hasta bien entrada la Edad Media.
«Nummi» Plural de «nummus».
«Nummus» Vocablo de origen griego «noummia / nummia» que literalmente significa pequeño, con el que los romanos denominaban genéricamente al dinero o más exactamente a la moneda, a las piezas metálicas acuñadas y por lo tanto, era sinónimo de «Moneta». En el Imperio bizantino los «nummi» fueron muy utilizados como unidad de cuenta, sus múltiplos son muy abundantes, tanto en bronce como en plata y suelen estar marcados con numerales griegos.

Entre la gran variedad existente, destacamos:

– Bronce: 2, 4, 5 (pentanummium), 8, 10 (decanummium), 12 (dodecanummium), 16, 20 (medio follis), 30 (3/4 de follis), 33 y 40 nummi (follis).

– Plata: 100, 120, 250 nummi.

Los pueblos bárbaros (ostrogodos, vándalos, etc.) también acuñarían múltiplos del nummus, pero utilizando normalmente los numerales latinos para indicar su valor.

«Pentanummi»
«Pentanummia»
Plural de «pentanummium».
«Pentanummium» Moneda de bronce nacida como resultado de las reformas monetarias del finales del siglo V y acuñada durante el Imperio bizantino. Divisora del follis, se marcaba con el numeral griego «E» en el reverso (a veces con el numeral latino «V») y tenía un valor de 5 «nummi».

Durante el siglo VIII los divisores del follis desaparecen casi por completo, dejando al follis durante tres siglos como la única moneda de bronce oficial, si bien, debemos exceptuar las pequeñas monedas fundidas características de la ceca de Querson / Cherson (península de Crimea), en donde se acuñaron bronces de 8 pentanummi, 4 pentanummi y otros valores aún más pequeños.

Politikon Moneda de vellón acuñada en el ocaso del Imperio bizantino (mediados del siglo XIV) seguramente para el pago de los mercenarios latinos. En realidad se trata de un «tornese» que presenta la leyenda «Politikon».
Quilate Ver «siliqua».
«Scripulum»
«Scrupulum»
Procedente del latín «scripulum» y del griego «gramma», es un pequeño valor del sistema ponderal romano que equivalía a 1/24 parte de la uncia, es decir a 1,137 g.

El escrúpulo fue una moneda de oro creada en la reforma de Constantino y posteriormente, en el Imperio bizantino se acuñaron monedas de plata de seis escrúpulos (el denominado «hexagramma»).

«Sello» Sello es toda pieza de plomo u otro material, que lleva estampadas figuras o signos, con la que se intenta proteger (sellar) algún documento o envío de cualquier otra índole. Llamamos sigilografía (sigillum significa sello en latín) al estudio sistemático de los sellos.
Bula procede del latín «bulla», término que hace referencia a un objeto redondo o medalla que portaban al cuello, en la Antigua Roma, los hijos de las familias nobles hasta el momento en que vestían la toga. En el siglo VI se comenzó a utilizar un sello circular generalmente de plomo, aunque en ocasiones muy solemnes podía utilizarse el oro, como medio de autentificar ciertos documentos. Este sello, no el documento en sí, recibió el nombre de bula. En la Edad Media una bula es un documento sellado sobre asuntos políticos o religiosos. Si está autentificado con el sello papal, recibe el nombre de bula papal o bula pontificia.
La sigilografía puede considerarse una disciplina arqueológica auxiliar de la historia. Lo principal en el sello son las figuras y signos que ostenta, ya que siempre se corresponden con las ideas, costumbres y progreso artístico de su época, además de con las formas y el gusto de la persona a que se refieren.Profusamente utilizados en el Imperio Bizantino, la época de florecimiento de los sellos o bulas coincide con la Edad Media, época en la cual el sentimiento religioso y caballeresco daban vida y expresión a todos los objetos de arte, aun a los más vulgares y ordinarios.
«Semissis» Del griego «semission», moneda de oro introducida en la reforma de Constantino el Grande, equivaliendo a 1/2 del sólido áureo o 12 silicuas, con un peso de 2,27 g.

Continuó acuñándose durante gran parte del Imperio bizantino, hasta la reforma de Alejo I (1092), si bien al final acabó perdiendo ley y siendo de electrum.

Silicua
«Siliqua»
Como unidad de peso del sistema griego, se introdujo en Roma en la época del Imperio la silicua (en griego «keration») que equivalía en todo el Mediterráneo desde muy antiguo a 0,189 g (el peso de la semilla del algarrobo) y de ahí se dedujo el quilate, una medida para indicar la pureza de los metales.

Actualmente seguimos midiendo la pureza del oro con el patrón de los 24 quilates y el peso de las gemas preciosas  también lo indicamos en los antiguos quilates (0,2 gramos) provenientes de las curiosamente constantes semillas de algarrobo.

Unidad de cuenta romana equivalente a 1/24 de sólido áureo, medio miliarense o 83,33 denarios y se mantuvo así en la reforma de Constancio II. Se acuñaron también subdivisiones de 1/2 silicua y 1/3 de silicua.

En los dos primeros siglos del Imperio bizantino continuó acuñándose esta moneda de plata con el valor de 1/24 del sólido, es decir, 300 nummi. La amonedación en plata fue siempre (salvo en los últimos años de este Imperio) de poca importancia y por ello, estas monedas son más raras que las de oro. Existieron varios divisores, la 1/2 silicua llamada también «decargyrus» y las fracciones de 1/3, 1/4 y 1/8, que acuñadas en los talleres monetarios de Ravenna y Cartago, suelen llevar marcado en numerales griegos su valor en nummi.

«Solidi» Plural de «solidus».
Sólido
«Sólidus áureus»
El sólido es la moneda de oro de 4,548 g (1/72 libras romanas) que sustituyó al áureo de 5,4 g con la reforma de Constantino el Grande.
El sólido áureo, equivalía a 24 silicuas (pesaba 24 quilates) o 2.000 denarios. Se mantuvo en la reforma del emperador romano Constancio II y circuló desde el comienzo del Imperio bizantino (su nombre en griego era «nomisma») hasta mediados del siglo X.Desde Justiniano I hasta Constantino IV (entre 527 y 685) existe un sólido ligero, de peso reducido (alrededor de 3,75 g.), con un patrón de 20 quilates, es decir 4 menos de los normales, que generalmente se marcaban con alguna señal especial, como por ejemplo OBXX (oro de 20).
A partir de Constante II (641-668) aparece el denominado sólido globular, una moneda de oro que mantiene su peso oficial pero reduce el tamaño hasta los 11 mm de diámetro, con lo que su grosor es mucho mayor del habitual. El histamenon tomaría el lugar del sólido como patrón de peso de la moneda de oro, durante el reinado de Nicéforo II (963-969).
Stamenon
nomisma
Ver «histamenon nomisma».
«Stavraton» Los últimos emperadores de la dinastía de los Paléologos, al abandonar la acuñación en oro en 1354, adoptan el monometalismo de la plata y emiten una nueva unidad de gran tamaño y peso que se denomina «hyperpyron», sin embargo nunca debió llegar a acuñarse, conociéndose tan solo sus divisores: el «stavraton» o medio «hyperperon», que a su vez, tenía como divisores el 1/2 de «stavraton» y 1/8 de «stavraton».

Desaparecido -por razones obvias de empobrecimiento del Imperio- el oro, estas monedas de plata con la imagen del emperador y el busto de Cristo, van perdiendo ley y peso (de 8,6 a 7 g) pero perviven hasta 1453, fecha en la que tiene lugar el desmoronamiento total de Bizancio, a manos del sultán otomano Mohamed II.

Tetarteron Moneda de cobre de peso entre 2 y 5 g. acuñada en el Imperio bizantino a partir de la reforma de Alejo I (1092) hasta tiempos de Andrónico II (1282-1328), cuando fue sustituida por el assarión. Tomó su nombre de la pieza de oro existente anteriormente (tetarteron nomisma) ya que tenía similares dimensiones. En tiempos de Juan II (1118-1143) apareció un medio tetarteron de cobre.
Tetarteron
nomisma
En griego «tetarteron», indica de menor peso. El tetarteron nomisma es una moneda de oro (alrededor de 4,05 g) del Imperio bizantino que tiene un doceavo de peso menos que el histamenon y se acuñó a partir del reinado de Nicéforo II (963-969) perviviendo hasta la reforma de Alejo I (1092), quien introdujo las series de monedas cóncavo-convexas que denominamos escifuladas (del tipo trachy).
Tornés
«Tornese»
Moneda de vellón del Imperio bizantino acuñada desde tiempos de Andrónico II (tránsito del los siglos XIII al XIV) hasta la desaparición del Imperio a mediados del siglo XV. El «tornese» recibe su nombre debido a que son piezas acuñadas por el «denier tournois» de la Grecia Franca, un torno que sustituiría a la vieja acuñación a martillo que se seguía utilizando en Bizancio y que también daría nombre a otras monedas medievales de Occidente.
Trachy Del griego «trachy», su verdadero significado es el de áspero, rugoso, sin embargo se utiliza este término para referirse al tipo de monedas bizantinas que tienen la característica forma cóncavo-convexa, que denominamos de copa o escifulada.

Generalmente se utiliza con el nombre de la moneda en particular, así decimos: AE trachy, aspron trachy, hyperpyron trachy, etc.

Trémisis
«Tremissis» «Triens»
Tremis
Triente
Del latín «tremissis / triens», en griego «trimission» y en español trémisis o triente, todas esas palabras son equivalentes y representan tercera parte de algo.

Inicialmente, el triente o «triens» era una moneda de la República Romana de bronce, de pequeño tamaño y equivalía a 1/3 del as libral, es decir, a 4 onzas.

El trémisis o «tremissis» fue una moneda de oro acuñada a partir del emperador romano Constantino el Grande con valor de una tercera parte de un sólido áureo y continuó acuñándose durante durante gran parte del Imperio bizantino, hasta la reforma de Alejo I (1092). También se conocen (a finales del siglo VII) escasos trémisis de electrum.
Del mismo modo, con las palabras «triens» / tremis / triente denominamos a las monedas de oro visigodas, monedas que en principio eran simple imitación de los «tremissis» romanos o bizantinos.

«Trikephalon» Ver asper.

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Las acuñaciones bizantinas en Hispania

Escasas y aún no bien conocidas, las emisiones que el imperio bizantino realizó en la Península, probablemente en una ceca situada en Cartagena, presentan peculiaridades que las diferencian de sus coetáneas visigodas y del resto de talleres dependientes de Constantinopla.

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La presencia bizantina en España entre los años el 554 y la segunda década del siglo VII era conocida hasta hace no muchos años por poco más que las fuentes históricas. Sin embargo, con el desarrollo de la arqueología, en particular de la urbana, se ha ido descubriendo la base material que corrobora este asentamiento especialmente en el sureste peninsular. Paralelamente, los estudios numismáticos han ido documentando en los últimos tiempos la existencia de moneda bizantina, especialmente procedente del norte de África, entre el circulante de los siglos V y VI d.C. en las zonas levantina, meridional y las islas Baleares.

Hasta hace poco más de medio siglo nadie se había planteado que en Hispania pudiera haber funcionado un taller monetario bizantino. Fue Ph. Grierson quien, en un conocido artículo publicado en la revista Numario Hispánico en 1955 fijó la procedencia de una serie de monedas inclasificables, copiadas de las bizantinas, dispersas en gabinetes y colecciones de todo el mundo, y que parecían formar entre sí un grupo homogéneo distinto tanto de las emisiones bizantinas contemporáneas como de las imitaciones de pueblos bárbaros bien sistematizadas.

Para indagar la procedencia de estas piezas tuvo un gran peso rastrear el origen de las colecciones en las que se encontraban, y poco a poco Grierson vio que muchas de ellas podrían haber sido formadas o compradas en España, como era el caso de las piezas conservadas en el British Museum, procedentes de la colección de un cónsul inglés asentado en Málaga. Tampoco parecía disparatado pensar en un origen semejante para la moneda conservada en la Hispanic Society, ni mucho menos para los ejemplares de las colecciones privadas de Vidal-Quadras y de W. Reinhart. Incluso había aparecido una en el tesoro de Recópolis (Zorita de los Canes, Guadalajara).

También el aspecto físico de las piezas recordaba a las monedas visigodas contemporáneas, principalmente por su ley, que no concordaba con lo conocido para las monedas bizantinas contemporáneas, pero sí recordaba a primera vista a las visigodas, lo mismo que sucedía con el peso y la delgadez del cospel. Así pues, había muchos indicios para pensar que estas emisiones procedían de la Península.

Cronológicamente, los emperadores que aparecen en las monedas coinciden con aquellos que tuvieron dominio sobre territorio hispano. Las primeras conocidas están emitidas a nombre de Justiniano, quien fue el artífice de la conquista de estas regiones, y las últimas pertenecen a Heraclio y Focas, esto es, mediados de la década del 620 d.C., momento en el que la presión de los visigodos fuerza el abandono bizantino de la Península.

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En el anverso, las características más peculiares son la forma en la que se representa la diadema del emperador, mediante dos hileras de pequeños glóbulos, y la aparición de una cruz sobre la cabeza a partir de las emisiones de Mauricio Tiberio. En lo que respecta a los reversos, se conocen dos tipos: el primero de ellos sería el de la victoria representada de frente, sosteniendo corona y globo crucífero, y el segundo la cruz potenzada, adornada con alfa y omega, sobre tres gradas.

Pero si hay algo que realmente diferencia estas emisiones es la peculiar epigrafía monetal, en la que destacan la m y la a unciales, y especialmente esta última, desconocida por completo en cualquier otra emisión bizantina o de los pueblos bárbaros contemporáneos.

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Una consecuencia derivada de la atribución a Hispania de estas acuñaciones fue pensar que quizás hubieran dado lugar a imitaciones en el ámbito visigodo, y es posible que en ese grupo hubiera que incluir algunas piezas del tesoro de Recópolis tenidas por merovingias, tema que aún no parece haberse dado por zanjado.

Tampoco tenemos certeza acerca de dónde fueron acuñadas estas monedas hispano-bizantinas. Dentro del territorio controlado por Bizancio en Hispania, y aunque hay quien no descarta situar la ceca en el sureste peninsular, por ejemplo en Málaga, si hubiera funcionado un taller monetal lo más probable es que hubiera estado situado en su capital, la ciudad de Carthago Spartaria, actual Cartagena,

Por otra parte, en las recientes excavaciones realizadas en dicha ciudad, han salido a la luz unas pequeñas monedas de bronce que muestran en una de sus caras una cruz y en otra la letra D, marca de valor alusiva a cuatro nummii, que se atribuyen también a época bizantina. Los hallazgos de estas piezas han ido en aumento paralelamente al desarrollo de la arqueología urbana cartagenera, en contextos bizantinos fechados a partir de Justiniano y por su concentración en la ciudad no parece descabellado pensar que fueron acuñados allí.

Las monedas de estas series hispano-bizantinas son escasas, pero es cierto que a partir de la publicación de Grierson ha habido un goteo de ejemplares publicados, una vez asumido por la comunidad numismática la adscripción de las piezas y su autenticidad. En su trabajo este investigador hablaba de una docena de ejemplares que había podido recopilar. Hoy en día son algunos más, no muchos, por poner un ejemplo recientemente se han publicado un tremissis de Heraclio procedente de Menorca y otro de Focas que se conserva en el monetario de la Real Academia desde el siglo XVIII y constatado en diversos documentos con notas tales como “No lo es [común] una moneda de oro de Focas de q.e careciamos (…) es moneda muy rara, y muy parecida a la de ntros. Reyes Godos”.

Este sistema monetario, especialmente el del oro, adquiere tal prestigio en su época que se hace consustancial con el imperio bizantino y será imitado por todos los pueblos bárbaros.

La moneda Bizantina en Hispania

Continúa con el sistema y acuñaciones anteriores, siendo la moneda base el sueldo de oro y acuñandose divisores de plata y bronce.

Algunos tipos de Sólido.

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Follis.

Monedas de los pueblos Bárbaros.

Antes de la división del Imperio Romano por Teodosio, la moneda de oro romana (El sueldo) tiene tanto prestigio en el mundo civilizado hasta entonces, que es la única aceptada a la libre circulación por todos los pueblos que tienen trato con los romanos. Debido a este prestigio, los pueblos «Bárbaros» utilizan este numerario romano como si fuera el suyo propio y procuran compiarlo en lo todo mientras sea posible. Con la decadencia del imperio romano de occidente, es el imperio romano de oriente (el imperio bizantino) el que hereda el prestigio de la moneda romana de oro. En estas circunstancias llega a tal extremo la imitación de la moneda de oro romana por los pueblos bárbaros, que se labran monedas con nombres de emperadores bizantinos, tanto vivos como muertos, en lugar del suyo propio. Sólo mucho tiempo después se atreverán a labrar moneda con su propio nombre.

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El numerario de estos pueblos conta de monedas de oro, plata y bronce, utilizando en gran parte el abundante numerario imperial romano. Todas las piezas acuñadas por ellos son réplicas de las imperiales, pero con pesos reducidos.

 Monedas Visigodas antes de Leovigildo.

El numerario de este pueblo es exclusivamente de oro, sueldos y trémises pero, como en momentos de escasez, se labran piezas en plata con baños de oro o con mezcla de oro y plata con proporción bajísima de oro, dando lugar a piezas que son completamente blancas en la actualidad. Todas las piezas acuñadas durante este periodo son imitaciones de los sueldos bizantinos, en muchas ocasiones copiando incluso las marcas del teller que las labra, aunque con letras traspuestas, lo que las delata.

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Triente a nombre de  Justino II

Monedas a partir de Leovigildo.

Entre los años 575-578 el pueblo visigodo inicia las emisiones monetarias con plena soberanía, apareciendo el nombre del monarca reinante y la ceca de acuñación, suprimiéndose ya todos los datos del imperio bizantino. No se conocen las causas de este cambio tan radical.

Durante el reinado de Leovigildo se suceden tres tipos de trientes:

El primero es con busto a derecha en anverso y victoria a derecha en reverso, como continuación de las acuñaciones de reinados anteriores.

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El segundo tipo se inicia entre 580 y 584, con busto a derecha en anverso y cruz sobre gradas en reverso.

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El tercer tipo se inicia cuando Leovigildo lleva a efecto la sumisiñon de Sevilla y su hijo Hermenegildo (584), consta de busto de frente repetido en ambas caras.

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Desde el año 584 hasta el reinado de Chindasvinto (642-653), éste último tipo se generaliza por todo el ámbito del país, desapareciendo en época de Recesvinto (653-672).

Además del tipo tercero de estas monedas, hay otros tipos de acuñaciones paralelas con tipos distintos.

Recaredo I introduce el cuarto tipo, consistente en busto de frente en el anverso y cruz equilátera en el reverso.

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En el reinado de Sisebuto aprace en quinto tipo, formado por busto de frente en el anverso y cruz sobre gradas en el reverso.

Con Chindasvinto aparece el sexto tipo, consistente en busto de frente en el anverso y en el centro del reverso el monograma de la ceca.

En la época de 640-653, aparecen los tipos séptimo (busto a derecha en anverso y monograma de ceca en reverso) y el octavo (busto a izquierda y monograma de ceca en reverso).

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Cuando Recesvinto (649-672) asume solo el poder del reino, se aprecia un aumento en las variedades tipológicas de las monedas, además de instaurar el noveno tipo (busto a derecha en anverso y cruz equilátera en reverso), el décimo tipo (busto a derecha en anverso y monograma de ceca en reverso) y el undécimo (busto a izquierda en el anverso y cruz sobre gradas en el reverso).

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Su sucesor, Wamba, emplea ya tipus existentes.

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Ervigio hace lo mismo pero además introduce el tipo duodécimo, busto a derecha en anverso y busto del salvador en reverso.

Egica mantiene las dos primeras acuñaciones de Ervigio y añade el tipo decimotercero, cruz sobre triángulo en anverso y cruz sobre gradas en reverso.

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La adopción de Wittiza por Egica (698-702), da lugar al tipo decimocuarto (bustos enfrentados en anverso y monograma de ceca en reverso), que repite de manera ilusoria e infantil las parejas de bustos de las monedas imperiales.

En esta corta fase también aparece el tipo decimoquinto (bustos enfrentados, cruz y leyenda en las dos areas con el topónimo y el nombre del adoptado). Y por último apradece el tipo decimosexto, busto de frente en el anverso y monograma de ceca en el reverso.

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M I   C O L E C C I Ó N

Anastasio I (491-518)

Flavius Anastasius o Anastasio I (c. 430 – 9 de julio de 518) fue emperador de Bizancio desde el 11 de abril de 491 hasta su muerte.

Nació en Dyrrhachium, no más tarde del año 430. A la muerte de Zenón I, Anastasio, por entonces un oficial palatino (silentiarius), fue elegido sucesor por la viuda del emperador fallecido, Ariadna, con la que contrajo matrimonio poco más de un mes después de ser coronado emperador. El matrimonio no tuvo descendencia. Cuando subió al trono, Anastasio contaba ya más de sesenta años.

Se le adjudicó el sobrenombre de «Dicorus» («dos pupilas»), ya que tenía los ojos de dos colores diferentes.

Su reinado comenzó bajo los mejores auspicios, aunque posteriormente se vería alterado por las guerras y las disensiones religiosas. Obtuvo el favor popular cuando abolió el impuesto del chrysargiron y desplegó gran energía en la administración del Imperio. En 498 abolió también la collatio lustralis, impuesto que gravaba a los artesanos. Con el tiempo, sin embargo, su restrictiva política económica le hizo impopular y le ganó fama de avaro, aunque consiguió acrecentar el tesoro imperial en 320.000 libras oro. Prohibió que se celebrasen combates de animales salvajes y banquetes nocturnos en la capital del Imperio.

Se vio envuelto en dos grandes guerras: la Guerra Isáurica y la Guerra Persa. La primera se desarrolló entre 492 y 496 y se originó por la revuelta de los seguidores del hermano de Zenón, Longino, cuando éste fue desterrado por el emperador a la Tebaida, en Egipto. Aunque el ejército principal de Longino fue derrotado en la batalla de Cotyaeum, en Frigia, la resistencia de sus seguidores pervivió en las montañas isaurias hasta 496 o 498. La guerra contra Persia tuvo lugar entre 502 y 505, y en ella las ciudades de Teodosiópolis y Amida fueron tomadas por el enemigo; sin embargo, también los persas sufrieron pérdidas severas, y los romanos recuperaron Amida. En 506, ambos contendientes, exhaustos por el esfuerzo bélico, firmaron la paz, respetando el statu quo. Poco después Anastasio ordenó la construcción de la fortaleza de Daras, para poder vigilar Nísibis. Durante su reinado, las provincias de los Balcanes fueron devastadas por las invasiones de los eslavos y los búlgaros.

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Anastasio I. AE Follis. (18.22 gr. 6h) Constantinopla. Acuñado aproximadamente en 512-517 DC.

Anverso: DN ANASTASIVS P P AVG, Busto a derecha diademado perlado y drapeado con coraza.

Reverso: M, estrella a la izquierda, cruz arriba, estrella a la derecha, Letra ϵ de oficina

Bibliografía: Exergo CON. DOC I 23i; MIB I 27; SB 19.

Justino I (518-527)

Flavio Justino o Justino I (c. 450 – 1 de agosto de 527) fue Emperador bizantino desde 518 hasta su muerte en 527.

Nació en una aldea cerca de Bederiana, en la provincia de Dardania, perteneciente a la diócesis de Dacia que, junto con la de Macedonia, conformaba la prefectura pretoriana de Ilírico. En su juventud llegó a Constantinopla huyendo de las invasiones bárbaras. Se alistó en el Ejército, y gracias a su capacidad, ascendió rápidamente por el escalafón militar, hasta convertirse en comandante de la guardia de palacio del emperador Anastasio I varias décadas después. Gracias a su posición (era el comandante del único Ejército acantonado en la ciudad) y su prodigalidad, consiguió ser nombrado sucesor a la muerte de Anastasio I, en 518. En el momento de su ascensión al trono tenía cerca de 70 años.

Justino,  que era un militar sin los conocimientos ni la visión precisa para gobernar el Imperio bizantino, se rodeó de consejeros de confianza. El más destacado de ellos fue sin duda su sobrino, Flavius Petrus Sabbatius, al que adoptó como hijo y al que dio el nombre, por el que ha pasado a la historia, de Justiniano. Aunque se dice con frecuencia que Justiniano rigió los destinos del Imperio ya en vida de su tío, como afirma el historiador Procopio, es probable que no fuera así, ya que sólo fue investido como sucesor meses antes de la muerte de Justino.

En 525, Justino derogó una ley que prohibía a los miembros de la clase senatorial contraer matrimonio con una mujer de clase inferior, lo cual fue considerado escandaloso en la época. Gracias a este edicto, Justiniano pudo casarse con Teodora, una antigua actriz y artista de circo; por otra parte, la derogación de esta norma contribuyó a diluir las antiguas diferencias de clase de la sociedad romana.

Los últimos años de su reinado estuvieron marcados por las disputas con los ostrogodos y los persas. En 526 su salud comenzó a declinar, y nombró formalmente sucesor a Justiniano el 1 de abril de 527. Murió el 1 de agosto de ese mismo año. La ciudad de Anazarbus fue rebautizada como Justinopolis en 525, en honor suyo.

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Justino I, AE follis (15,82 gr; 30 mm), 518-527 DC. Constantinopla

Anverso: Busto del emperador a derecha, diademado, con manto y coraza. DN IVSTINVS PP AVG

Reverso: M entre estrella y cruz, encima cruz, debajo marca de oficina A; en exergo, marca de ceca CON.

Bibliografía: DOC I, 9a; BNP, 12; MIB 1, 12

Documentación: GN 1786/1(3): Justinus 1., 1. B. 1.23

Justiniano I (527-565)

Justiniano I el Grande (En latín: Flavius Petrus Sabbatius Iustinianus; en griego: Ιουστινιανός) (Tauresium, 11 de mayo de 483 – Constantinopla, 14 de noviembre de 565) fue emperador de los romanos desde el 1 de agosto de 527 hasta su muerte, y el último en hablar latín como lengua materna.

Es célebre por su reforma y compilación de leyes y por la gran expansión militar que tuvo lugar en Occidente bajo su reinado, sobre todo gracias a las campañas de Belisario. Todo ello formaba parte de un magno proyecto de restauración del Imperio romano (Renovatio imperii romanorum), por el que es recordado como «el último emperador romano». Gracias a estas campañas, el imperio pasó a ganar un millón más de Sólidos al año. La Iglesia ortodoxa lo venera como santo el día 14 de noviembre.

Ha sido considerado tanto como un genio, como un gobernante pusilánime y celoso. Quitando su personalidad, hizo obras magnas como la Iglesia de Santa Sofía, o el código romano Digesto, al cual se le adjudica en general el cúlmine de la legislación romana.

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Justiniano I, AE Follis.(21,5 gr) Constantinople. 544

Anverso: Busto de frente del emperador con corona y en mano derecha. globo crucifero, en campo cruz. Alrededor leyenda: DN IVSTINIANVS PP AVG.

Reverso: M grande a la izquierda. A/N/N/O, a la izq X/V/II -año 17 de reinado (543/4)-, arriba de M cruz y debajo A .

Exergo: CON

Bibliografía: SB 163, DOC 37-61


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Justinian or Justin I 527-565 AD Bronze AE Decanummium Nicomedia  weight-2,08gr  diameter-15mm

Anverso: DN IVSTINIANVS PP AVG, pearl diademed, draped, cuirassed bust right

Reverso: Large I, ANNO to left, cross above, regnal year to right, mintmark NIK.

Catálogos: SB 205.


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Justiniano I (01/08/527 – 14/11/565 D.C.) AE 16 nummi

Anverso: D.N. IVSTINIANVS PP.AVG. – Busto con diadema de perlas, coraza y Paludamentum (capote militar) sobre ella, viendo a derecha.

Reverso: Gran » I «, » A » a izquierda y » SP » a derecha. » Signo Chi-Ro » arriba. «TES» en exergo. Acuñada 527 – 565 D.C. Ceca: Tessalónica

Referencias: Sear BCTV #178 Pag. 64 – Bellinger D.O. Vol.I #98d – B.M.C. #171 – Tolstoi M.B. #485 – Morrisson C.M.b.B.N. #9 – Hahn M.I.B. #169c

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Justino II (565-578)

Justino II (520-578). Emperador bizantino (565-578). Sucedió en el trono a su tío Justiniano I. Se suele juzgar que su política, nada conciliadora, no fue la más oportuna para enfrentar los peligros que amenazaban el territorio del Imperio, el brillante legado de su predecesor.

Al principio de su reinado, ante la guerra que entablaron lombardos con gépidos en Panonia actuó con pasividad, si bien unos y otros lo tentaron con promesas. Los lombardos se aliaron con los ávaros y los gépidos pidieron ayuda a Justino a cambio de Sirmium (actual Sremska Mitrovica). Una fuerza bizantina relevó al destacamento gépido en la ciudad, el único premio del Imperio durante todo el periodo. El Imperio bizantino no intervino más. Los ávaros no llegaron a tiempo a la batalla, que terminó con la derrota definitiva del poder gépido. El rey lombardo Alboino cortó la cabeza del rey derrotado Cunimundo y se fabricó una taza con su cráneo. Además, en una muestra excesiva de confianza, tomó a Rosamunda, hija de Cunimundo, como botín de guerra y la convirtió en su esposa. En 573 Alboino fue asesinado en un golpe instigado por Rosamunda.

Mientras tanto habían quedado sólo dos protagonistas más allá del Danubio que se repartían el botín de los gépidos. En 568 Alboino, quizás incómodo por tener a los ávaros como vecinos, convenció a los lombardos de penetrar en Italia. En el primer año invadieron la zona que rodea Venecia y se extendieron por el norte de Italia. Al año siguiente conquistaron la mayor parte de Liguria. Era además una fuerza imparable que no saqueaba sino que se asentaba. Las fuerzas bizantinas de enclaves aislados que los enfrentaban no estaban bien preparadas. Italia, además, estaba últimamente esquilmada y extenuada por las plagas. Narsés, el rival de Belisario, a quien se acusaría de haber llamado a los lombardos, había dimitido del mando el año anterior con motivo de las protestas a Justino de ciudadanos de Roma.

Respecto a los ávaros Justino II, que conservaba Sirmium, se negó a pagarles subsidio alguno, pues tenía la vocación de ser más riguroso con el tesoro que su tío Justiniano I y ensayaba una política nueva y desafiante respecto a los bárbaros. Estos esperaron a que el Imperio tuviese algún descalabro, y eso sucedió en 573.

En el territorio de la península Ibérica, entre 569 y 572 el rey godo Leovigildo acosó al Imperio, a quien tomó Córdoba y otras ciudades, e hizo la paz en 572, reconociéndose mutuamente sus territorios. No fue hasta el reinado de Suintila cuando los territorios bizantinos en Hispania fueron anexados por los visigodos.

En 571 los armenios se rebelaron contra el rey Cosroes I y, apelando a la fe cristiana que compartían, pidieron la ayuda de Justino. La guerra persa contra el rey Cosroes I se reanudó en 572. Los bizantinos tuvieron inicialmente buena fortuna; pero Justino cometió errores, como cambiar innecesariamente el mando del ejército, que se amotinó en seguida, en pleno asedio de Nísibis; o enemistarse con sus imprescindibles aliados gasánidas (también de credo monofisita), que se retiraron y dejaron el paso libre a los persas para que asolaran Siria, donde tomaron innumerables cautivos.

Después de cinco meses de asedio, en noviembre de 573 cayó el obispado de Dara, a orillas del río Bouron. Se dice que la noticia del desastre afectó mentalmente a Justino II. Su esposa Sofía, que se hizo cargo del gobierno, compró una paz de un año y luego una tregua de tres años a Cosroes. Por entonces los ávaros, que habían esperado su oportunidad, presionaban en Dalmacia a las fuerzas al mando de Tiberio Constantino. El tratado de paz que consiguieron (80.000 monedas de plata, mucho más caro que el subsidio original) evidenció el fracaso de su política.

En la política religiosa, aconsejado por Juan de Sirimis, Justino II inició una persecución impopular del poderoso clero monofisita. La emperatriz Sofía, así como su tía Teodora, y probablemente el mismo Justino, habían profesado abiertamente este credo. Los monofisitas fueron humillados y perdieron eventualmente sus privilegios.

Los últimos años de su reinado estuvieron marcados por la locura. Tenía incontrolables accesos de violencia, trataba de arrojarse por las ventanas, y mordía a sus visitantes. En un momento de lucidez, durante el patético discurso que pronunció con ocasión del nombramiento como césar de Tiberio Constantino, más tarde Tiberio II, aconsejó a su sucesor «no te regodees en la sangre, abstente de la venganza, evita aquellas acciones por las cuales he incurrido en el odio público, y aprende de la experiencia mejor que del ejemplo de tu predecesor. Como hombre, he pecado; como pecador, incluso en esta vida, he sido severamente castigado; pero estos servidores (señaló a sus ministros) que han abusado de mi confianza e inflamado mis pasiones, se presentarán conmigo ante el tribunal de Cristo«. (Edward Gibbon Decadencia y Caída del Imperio Romano, cap. 45).

Su esposa Sofía actuó como regente en compañía del general Tiberio, más tarde Tiberio II Constantino.

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Justin II and Sophia 565-578 dc , AE Follis. 28 mm ,  12.70 Gr

Anverso: DN IVSTINVS PP AVG, Justin on left holding cross on globe and Sophia on right, holding sceptre topped by cross, both nimbate, seated facing on double-throne

Reverso: Large M, ANNO to left, cross above, regnal year to right, officina letter below, mintmark CON.

Referencias: SB 360, MIB 43. (492 (!) combinations known).

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Justin II AE Pentanummium Constantinopla

Anverso: Monogram 8

Reverso: Large Epsilon

Referencias: Sear 363, DOC 60


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Justin II, AE 12 Nummi, Alexandria

Anverso: DN IVSTNVS PP AV, pearl diademed, draped, cuirassed bust right.

Reverso: Large I-cross-B, mintmark ALEZ.

Catálogos: SB 389, DOC 188. MIB II 67

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Justin I, 518-527 AD, AE Pentanummium, Antioch, 13mm

Anverso: DN IVSTINVS PP AV, pearl diademed, draped, cuirassed bust right.

Reverso: Tyche of Antioch, turreted, seated left within columned shrine with half submerged figure of river-god Orontes swimming at her feet; retrograde epsilon to left.

Catálogos: SB 111, DOC 57.

Some experts consider this coin as the last pagan vestige on Roman coinage.

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Tiberio II Constantino (578-582)

Flavio Tiberio Constantino o Tiberio II Constantino (c. 540 – 14 de agosto de 582), emperador bizantino entre 578 y 582. Elevado en diciembre de 574 a la categoría de césar durante el reinado de Justino II gracias a la influencia de su esposa Sofía, que ejerció el gobierno durante los últimos años de éste, marcados por la inhabilitación mental del emperador, la guerra persa y la persecución contra los monofisitas.

Originario de Tracia, Tiberio había ido ascendiendo en el ejército bizantino y era amigo personal de Justino II, precisamente como comes de los excubitores (el papel clave de esta unidad durante varias sucesiones en el trono imperial como con Justino I recuerda al de la antigua Guardia Pretoriana) tendrá un gran protagonismo para garantizar la entronización de Justino al hacerse con el control del Palacio en la noche del 14-15 de noviembre del 565 al morir Justiniano neutralizando así las posibilidades de los partidarios del otro candidato (llamado también Justino).

Durante el reinado de Justino II, Tiberio fue uno de los hombres de mayor confianza, realizando diversas misiones y campañas, aunque en el 573 sería derrotado por los ávaros.

Tiberio se había casado con una viuda madura llamada Ino, aunque ya antes había estado prometido a la hija de Ino, que falleció. Tuvieron dos hijas: Charito y Constantina y un hijo que murió.

La situación del Imperio hacia el 573 era angustiosa: en Italia los lombardos deshacían la reconquista lograda bajo Justiniano, en Oriente la negativa de Justino de seguir con los pagos había llevado con los persas Sasánidas a la guerra; en Hispania los visigodos de Leovigildo se lanzaban a la reconquista de la Hispania Bizantina, las incursiones ávaras (que habían sustituido al destruido reino gépido) en los Balcanes eran devastadoras, incluso se desataba otra epidemia de peste. Para colmo los recortes financieros de Justino, justificados por el excesivo derroche de su predecesor, llegaron en mal momento debilitando al ejército y causando la animadversión de los aliados y federados (como los Gasánidas).

Y finalmente ante la noticia de la caída de Daras ante los persas en noviembre del 573 Justino agotado y estresado sufrió un colapso mental que lo dejó incapacitado.

La situación era gravísima, en ese momento la Augusta Sofía esposa de Justino II apoyó a Tiberio logrando que en diciembre del 574 Justino en un momento de lucidez mental lo nombre césar. Probablemente Sofía esperaba poder ejercer el control del Imperio desde la sombra, como buena sobrina de la emperatriz Teodora que era, o incluso según algunas fuentes quería casarse con él y así mantener su poder ya que desconocía que estaba casado.

Incluso Sofía fue la que impulsó la paz con el gran rey persa (shah) pactando una tregua de un año por 45.000 sólidos de oro y después fue renovada por Tiberio por 3 años por 30.000 anuales, en ambos casos se excluía a Armenia, por lo que la paz no era total en el frente oriental.

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Tiberio II Constantino, AE follis, Antioquía, 578-582 DC

Anverso: Leyenda M TIC CONOSOV TONZITY PP TIV, Busto de frente Coronado y acorazado, corona con cruz, llevando mapa y águila en cetro.

Reverso: Gran m (minúscula), ANNO a la izquierda, cruz encima, año de reinado GII a la derecha.

Exergo: THEUP.

Bibliografía: SB 448, Hahn MIB 47.


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Tiberius II Constantine (578-582 AD), AE  Pentanummia – Constantinopla

Anverso: OM TIB PP AVI, Diademed, draped, cuirassed bust facing right.

Reverso: Large u.

Catalogos: Sear Byzantine #438a.

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Mauricio Tiberio (582-602)

Flavio Mauricio Tiberio, más conocido como Mauricio I (Constantinopla, c.539 – 27 de noviembre de 602), emperador de Bizancio de 582 a 602. A pesar de sus excelentes cualidades para el mando sólo pudo diferir por un tiempo la desintegración del gran imperio de Justiniano I.

Originario de la región de Capadocia, Mauricio fue nombrado sucesor por Tiberio II una semana antes de morir (según parece, envenenado por un plato de moras).

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Mauricio Tiberio AE medio Follis, 582-602 DC. Antioquía como Theuopolis

Anverso: DN MAV G I CN P AVG (amenudo ilegible), Busto de frente con toga consular y coronado con trebol en la corona, llevando mapa y águila en cetro.

Reverso: Gran K, ANNO a la izquierda, cruz encima, año de reinado X a la derecha, R debajo. Bibliografía: SB 535, MIB 99C.


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Mauricio Tiberio AE Follis (582-602 DC) de la ceca de Theuopolis (Antioquía).

Anverso: Leyenda DN MAV G I CN P AVG or DM TIV CONSTAN PP AVI (amenudo ilegible), Cabeza coronada con toga consular con mapa y águila en cetro.

Reverso: M, ANNO a la izquierda en vertical, 3ª oficina, año 9 de reinado a la derecha

Exergo: THEUP’. SB 533, MIB 96A, 96C.

Focas I (602-610)

Flavio Nicéforo Focas Augusto, Emperador del Imperio romano de Oriente entre 602 y 610, arrebató el trono al emperador Mauricio y fue a su vez destronado por Heraclio después de ser derrotado en una guerra civil.

No se sabe casi nada de su vida anterior a su subida al poder, aunque era posiblemente nativo de Tracia. Hacia el año 600 era oficial subalterno en el ejército romano que servía durante las campañas de Mauricio en los Balcanes y aparentemente era considerado un líder por sus compañeros de armas. Él fue elegido miembro de una delegación enviada por el ejército a Constantinopla en ese mismo año para exponer sus quejas al gobierno acerca del comandante Comentiolus. Los ávaros habían derrotado a los bizantinos en 598 y tomado un gran número de prisioneros, y exigieron un rescate. Mauricio se negó a pagar y todos los prisioneros fueron asesinados, causando consternación entre el ejército. Las quejas de la delegación fueron rechazadas, y, según varias fuentes, el propio Focas fue insultado y humillado por destacados oficiales de la corte de ese momento.

En 602, habiendo creado malestar en las legiones por reformas teniendo la intención de reducir los gastos de su mantenimiento, Mauricio ordenó al ejército de los Balcanes, por entonces en campaña contra los ávaros, que pasara el invierno al norte del Danubio, el desprotegido y lejano lado de la frontera protectora del río, y por esto el ejército casi inmediatamente se rebeló y marchó hacia la capital, con Focas a la cabeza. En el plazo de un mes el poder de Mauricio se desvaneció, el emperador abdicó y huyó de la ciudad, y la facción «verde» en Constantinopla aclamó a Focas como emperador. Fue coronado en la Iglesia de San Juan el Bautista y a su esposa Leontia le fue conferida la dignidad de Augusta. Mauricio, quien representaba una amenaza genuina, fue llevado fuera de su santuario monástico en Calcedonia y asesinado junto con sus cinco hijos. Se dice que tuvo que ver como sus hijos fueron ejecutados delante de sus ojos. Los cuerpos fueron arrojados al mar y las cabezas de todos fueron exhibidas en Constantinopla antes de que Focas hiciera arreglos para dar una cristiana sepultura a los restos mortales de su profundamente piadoso predecesor.

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Phocas. AE Follis. (602-610 DC). Nikomedia

Anverso: DM FOCA PER AVG, Busto de frente con toga consular y coronado con trebol en la corona (pendilia), llevando mapa y cruz.

Reverso: Gran XXXX, a veces estrella a la izquierda, año de reinado III o IIII a la derecha, exergo NIKO y letra de la oficina.

Catálogos: SB 659, MIB 69 b-c.


Heraclio (610-641)

Heraclio (latín: Flavius Heraclius Augustus; griego: Hērakleios ó Φλάβιος Ἡράκλειος), (Capadocia, c. 575 – Constantinopla, 11 de febrero de 641) fue Emperador bizantino desde el 5 de octubre de 610 hasta su muerte el 11 de febrero de 641.

Fue responsable de la introducción del idioma griego como la lengua oficial del imperio romano de oriente, abandonando definitivamente el latín. Su llegada al poder comenzó en el año 608, cuando su padre Heraclio el Viejo, exarca de África, lideró con éxito una revuelta contra el emperador Focas.

El reinado de Heraclio estuvo marcado por diversas campañas militares. El año en el que Heraclio accedió al trono el imperio se veía amenazado en múltiples fronteras. Heraclio hizo frente en primer lugar a los Sasánidas, con quienes el imperio se encontraba en guerra desde el año 602. Las primeras batallas de la campaña supusieron derrotas para los bizantinos, y el ejército persa logró penetrar hasta el Bósforo. Sin embargo, Heraclio logró evitar la derrota total gracias a que Constantinopla se encontraba protegida por sus grandes murallas y su potente armada. Poco después puso en marcha una serie de reformas militares para reconstruir y fortalecer el ejército. Heraclio logró expulsar a los persas de Asia Menor y penetró dentro de su territorio, derrotándoles definitivamente en 627 en la Batalla de Nínive. El rey persa Cosroes II fue asesinado poco después, y se restauró la paz entre los dos agotados imperios.

Sin embargo, poco después de esta victoria Heraclio se enfrentó a una nueva amenaza, la expansión musulmana. Emergiendo desde la península arábiga, los musulmanes conquistaron rápidamente al debilitado imperio persa, y en el año 634 invadieron la provincia de Siria, derrotando al general Teodoro. En un corto periodo de tiempo los árabes conquistaron también Mesopotamia, Armenia y Egipto.

En materia religiosa, Heraclio es recordado por ser la fuerza que llevó la conversión a los pueblos que emigraban a la península balcánica. A petición suya, el papa Juan IV (640-642) envió profesores y misioneros cristianos a Dalmacia, una nueva provincia croata creada y gobernada por Porga de Croacia y su clan, que practicaban el paganismo eslavo. Intentó reparar el cisma en la iglesia cristiana por la cuestión del monofisismo promocionando una doctrina de compromiso conocida como Monotelismo, involucrando también en el proceso a la Iglesia de Oriente (o Nestoriana).1 Eventualmente, sin embargo, este proceso de unificación sería rechazado por todas las partes de la disputa. Heraclio fue el primer emperador en enfrentarse a los musulmanes, y en la tradición islámica se le refleja como un gobernante idealizado.

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Heraclio, AE Follis (11.59 gr), Cyzicus. 611-612 DC

Anverso: DN hRACLI PERP AVG, Busto de frente acorazado con casco y barba corta, Llevado cruz y escudo.

Reverso: Gran M, ANNO a la izquierda, cruz encima, año de reinado III a la derecha, oficina letra A. Exergo: KYZ

Catálogos: SB 839, MIB 184.


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Heraclio y Heraclio Constantino (hijo), AE Follis (11.05 gr). Constantinopla. 610-641 DC

Anverso: dd . NN . hЄRACLIuS Єτ hЄRA . CONSτ . PP . AHeraclius, bearded, on left, and Heraclius Constantine, on right, standing facing, both crowned and cuirassed, both holding cross on globe, cross between their heads.

Reverso: Gran M, ANNO a la izquierda, cruz encima, año de reinado IIII, oficina letra Є

Exergo: CON

Catálogos: SB 805, MIB 159.


image246 Heraclius Æ Decanummium 610-641 AD Catania Bronze 2,80 g / 14 mm

Anverso: DN ERACLI PP AVG Crowned and draped facing bust holding globus

Reverso: Large I; A/N/N/o GIII/ CAT.

Referencia: DOC II  251; MIB III 240; SB 885

Flavio Heraclio fue emperador a partir de 610, después de una revuelta  iniciada por él mismo -siendo prefecto de África- contra el anterior emperador Focas. Heraclio fue uno de los grandes emperadores bizantinos, gobernando de forma conjunta con su hijo a quien hizo Augusto a temprana edad. Venció a los persas, que se habían apoderado de parte Asia Menor, Siria y Egipto, a la vez que contenía los avances en Grecia de ávaros y eslavos.

Dado a los estudios de teología y amado por su pueblo, fue olvidado en su vejez y murió rodeado de su familia en 641, lo que constituye un caso insólito entre los emperadores bizantinos de esa época.


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Heraclius and Heraclius Constantine. AE Follis. 610-641 AD. Constantinople.

40 nummi de Heraclio y Heraclio Constantino de la ceca de Constantinopla 3ª oficina, acuñado sobre otro 40 nummi de reinado anterior de Mauricio Tiberio (uso muy extendido en las acuñaciones de bronce bizantinas)

Anverso: No legend, Heraclius, crowned and in military attire, with moustache and long beard, holding long cross, on left and Heraclius Constantine, crowned and wearing chlamys, with short beard, holding cross on globe, on right, both standing facing. Sometimes a monogram to left or right, or a K to right, sometimes a monogram between their heads.

Reverso: Large M, ANNO to left, cross or cross over C or Q or a monogram above, regnal year to right, officina letter below; mintmark CON (common) or CONQ (rare).

Catálogos: (Note: there are 1,032 combinations of Sear 810!). SB 810, MIB 164-165.

Constante II (641-668)

Constante II (Greek: Κώνστας Β’, Kōnstas II. 7 de noviembre de 630 – 15 de septiembre de 668 en Siracusa), hijo de Constantino III Heraclio y nieto de Heraclio, fue Emperador bizantino desde 641 hasta su muerte en 668.

Suele considerarse el reinado de Constante II como la transición definitiva entre la Antigüedad Tardía y la Edad Media en el ámbito bizantino; así como uno de los periodos de la historia bizantina en el que el Imperio tocó fondo, viendo como sus fronteras retrocedían en todos los frentes.

Constante II accedió en 641 al trono tras un breve y turbulento periodo de luchas familiares por el poder en el seno de la familia imperial. Su padre Constantino III y su tío Heraclonas habían reinado durante un breve período tras la muerte de su abuelo Heraclio. Las disputas e intrigas entre las dos ramas de la familia se complicaron tras la muerte de Constantino III en extrañas circunstancias y el posterior derrocamiento de Heraclonas y de su madre, acusados de haber asesinado a Constantino III. Constante II accedió al trono con apenas 11 años de edad. En el ámbito exterior el Imperio Bizantino estaba soportando el ataque del Califato árabe que había arrebatado en unos pocos años las provincias de Siria, Palestina y Mesopotamia y amenazaban Egipto.

Durante los primeros años del reinado de Constante II, parece ser que el poder estuvo en manos del Senado, que tuvo por última vez en su historia poder político real. Esta fase histórica finalizó hacia 648 cuando el Emperador alcanzó la mayoría de edad. Constante II se empleó a fondo en defender a un amenazado Imperio que podía sucumbir a manos de las huestes árabes. Los árabes conquistaron Egipto entre 641 y 642, durante los tumultuosos años que siguieron a la muerte de Heraclio y a las luchas por el trono bizantino entre sus hijos.

Durante los primeros años del reinado de Constante II los musulmanes árabes aseguraron sus conquistas de Armenia y Egipto y construyeron una flota naval para enfrentarse a los bizantinos. A partir de 649 los árabes comenzaron a atacar las islas bizantinas del Mediterráneo haciéndose con el control de Chipre. En 655 la flota bizantina, mandada personalmente por Constante II, fue derrotada por la recién creada fuerza naval árabe en la batalla de Finike, que acabó con el mito de la invulnerabilidad de la flota bizantina. Sin embargo, la ofensiva musulmana se detuvo a la muerte del califa Utmán en 656, que abrió un periodo de guerra civil en el seno del Califato.

Estabilizada su frontera oriental, Constante II volvió su mirada a Occidente, efectuando una expedición militar en el año 658 contra las tribus eslavas que trataban de infiltrarse en la Península de los Balcanes y a los que derrotó en el río Danubio. Esta victoria le permitió ralentizar la infiltración eslava en el territorio balcánico.

En la política religiosa Constante II entró en conflicto directo con el Papado. Su abuelo Heraclio había impuesto la doctrina del monotelismo, como una forma de compromiso entre el monofisismo y la ortodoxia cristiana. Sin embargo, el monotelismo había causado un rechazo frontal en Occidente donde dominaba la ortodoxia encabezada por el Papa. El emperador mantuvo la vigencia de la doctrina monotelista y para poner fin a las discusiones sobre el asunto promulgó en 648 el Edicto de Typos, que prohibía cualquier tipo de discusión sobre la naturaleza de Cristo. La promulgación del edicto causó dos rebeliones en las provincias bizantinas de África y de Italia, que fueron reprimidas por el emperador. La última de ellas contó con el apoyo directo del Papa Martín I.

Entre 661 y 662 el emperador se trasladó a Italia. Existen varias especulaciones sobre las razones últimas de este traslado. Parece ser que el Emperador quería reorientar el centro de su imperio a las provincias occidentales del mismo ante la amenaza musulmana. Otros consideran que se había convertido en un emperador con demasiados enemigos en Constantinopla y que buscaba alejarse de ellos. Constante II se convirtió en el primer emperador que visitaba Roma desde Focas a inicios del siglo VII. En Italia, Constante II se enfrentó a los longobardos que dominaban el norte de la península. Volvió a ser derrotado por ellos, así que abandonó Italia y se estableció en Siracusa (Sicilia), a donde trasladó la capital del Imperio; una decisión que resultó ser tremendamente impopular.

Para tratar de evitar problemas sucesorios, asesinó a su hermano Teodosio y nombró a sus hijos Constantino, Heraclio y Tiberio co-emperadores. El 15 de septiembre del año 668 fue asesinado en Siracusa por un sirviente mientras estaba en el baño. Le sucedió su hijo Constantino, que trasladó de nuevo la capital del Imperio a Constantinopla.

Algunos autores, como Warren Treadgold, sugieren que la reorganización administrativa del Imperio Bizantino en distritos militares denominados themas se produjo durante el reinado de Constante II, entre 659 y 661,1 y no en el de su abuelo Heraclio, al que se le adjudicaba tradicionalmente la realización de dicha reforma. Este asunto es tema de discusión especializada entre los historiadores.

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Constans II bronze Half Follis 641-668 AD Carthage 4,61 g / 16 mm

Anverso: Bust of bearded Constans, holding gl. cruciger, legend DN CONSTANTI PP.

Reverso: Large cross, splitting denomination (XX = 20 nummi) and Exergo: CT, star and pellets above.

Referencia: SB 1059

Se desconoce el motivo por el cual el hijo de Heraclio Constantino es llamado por los historiadores como Constans II, cuando su verdadero nombre era Constantino, tal y como lo atestiguan sus monedas. Lo cierto es que la muerte de su padre y de sus hermanastros forzaron su coronación en 641, cuando solo contaba 11 años de edad.

Gobernante mediocre, no fue capaz de impedir el empuje árabe por lo que Egipto fue perdido definitivamente. Ante el avance de los Longobardos en Italia, movió su corte a Siracusa e intentó sin éxito la reconquista. Murió asesinado en 688, siendo sucedido por su hijo Constantino IV.


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Constans II, 641-668 AD. Æ Follis (4.55 gm) of Syracuse

Anverso: Crowned bust facing with slight beard.

Reverso: Large M.

Catálogos: S.1105


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Constans II, AE Follis, Syracuse

Anverso: MPER CONST, crowned, unbearded bust facing, wearing chlamys, holding cross on globe.

Reverso: large m (lower case, ANA to left, NEOS to right, large SCS, or SCs preceded by officina letter below.

Catálogos: SB 1103, MIB 204a-c.

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Leo V (813-820)

León V, llamado el Armenio (775 – 24 de diciembre de 820), fue emperador bizantino entre 813 y 820, tras distinguirse como general durante los reinados de Nicéforo I y Miguel I.

Tras prestar un gran servicio al emperador Miguel I en la guerra contra los árabes en 812, fue llamado en 813 para luchar en la campaña contra Bulgaria. No está claro el papel que desempeñó en la batalla de Adrianópolis. Aconsejó al emperador el ataque, pero luego se negó a seguir la táctica acordada, y abandonó la batalla.

Tras la derrota, fue aclamado emperador por los soldados de la thema de Anatolia, de la que había sido gobernador, y por los tracios y macedonios que habían logrado escapar con vida de la batalla. Desde Adrianópolis marchó sobre la capital, donde recibió la bienvenida del senado y fue coronado emperador por el patriarca Nicéforo. Miguel y Procopia se refugiaron en un convento, y sus hijos fueron castrados1 .

Seis días después de su coronación, se presentó el kan Krum ante las murallas de Constantinopla, pero fue incapaz de asaltar la triple barrera defensiva. En otoño del mismo año, derrotó a los búlgaros cerca de Mesembria, y rechazó de nuevo a Krum de Constantinopla en 814. Tras morir Krum, firmó una tregua de treinta años con su sucesor Omurtag

La decisión de volver a la política iconoclasta de los primeros emperadores sirios se basaba en la convicción de que esta política fue la causa de los largos y victoriosos reinados de León III y Constantino V. Su preparación fue cuidadosa, iniciando debates públicos sobre la historia de los emperadores iconoclastas, y argumentando que los emperadores iconódulos fueron siempre derrotados en el campo de batalla. Una comisión presidida por Juan el gramático, se ocupó de estas cuestiones. A continuación, intentó la negociación con el patriarca Nicéforo, pero éste se mostró reticente.

En 814, Leon dió la orden de quitar las imágenes de Santa Sofía, pero Nicéforo se negó, por lo que fue obligado a dimitir. El sínodo convocado en 815 restableció la iconoclastia, que a diferencia del primer periodo iconoclasta, encontró poca oposición en principio, siendo la más notoria la de los monjes estuditas, que sufrieron de nuevo el exilio.

Pero más adelante, sus enérgicas medidas represivas contra los paulicianos y los iconódulos dieron lugar a una importante oposición, y después de abortar una conspiración liderada por su amigo Miguel Psello, con el encarcelamiento de este último, León fue asesinado en la capilla de palacio el día de Nochebuena de 820.

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Leo V Armenian y Constantine AE Follis Syracuse 813-820 dc 1,68 g / 16 mm

Anverso : Buste de Léon V de face, vêtu du loros, tenant une croix potencée

Reverso : Buste de Constantin de face, vêtu de la chlamyde, tenant un globe crucigère

Tras conseguir la abdicación de Miguel I (julio de 813) León V ocupó el trono bizantino,  proclamando como augusto a su hijo Constantino, en diciembre de ese mismo año.

 Hombre de carácter muy variable pero con grandes dotes militares, consiguió expulsar a los búlgaros (que habían llegado a la misma Constantinopla) e iniciar un segundo periodo iconoclasta, pero estas creencias religiosas le hicieron perder apoyos y finalmente fue asesinado en el año 820, fruto de una conjura palaciega que lideró Miguel II, un forzudo e iletrado militar de origen campesino.

Miguel III (840-867)

Miguel III (Constantinopla, 19 de enero de 840 – 23/24 de septiembre de 867), apodado el Beodo, Emperador romano de Oriente, desde 842 hasta su muerte, tercero y último de la dinastía amoriana. Nieto de Miguel II, sucedió a su padre Teófilo como emperador bizantino cuando sólo contaba con tres años de edad.

Durante su minoría, el Imperio fue gobernado por su madre Teodora, que a pesar de las derrotas que sufrieron sus generales, consiguió mantener las fronteras frente a los musulmanes de Bagdad y Creta. La regente hizo gala de su celo religioso, restaurando la veneración de las imágenes en 842, lo que puso fin al segundo período iconoclasta1 y persiguiendo a los herejes paulicianos, pero descuidó completamente la educación de su hijo. Por ello, Miguel se convirtió en un niño consentido y caprichoso que cayó bajo la influencia de su tío Bardas, el cual le indujo a recluir a Teodora en un convento2 , de modo que Bardas pudo asumir el poder en 857.

Bardas, tras la usurpación, introdujo varias reformas internas y en las guerras de la época Miguel desempeñaría un papel más activo. Durante el conflicto con los musulmanes en el Éufrates (856 – 863), el emperador hubo de hacer frente a una derrota personal en 860, que sería compensada por una gran victoria por parte de su tío Petronas en Asia Menor . En 861, Miguel y Bardas invadieron Bulgaria y lograron la conversión de su rey al cristianismo.

En el mar, el Imperio sufrió los ataques de los corsarios de Creta, y en 865 la primera expedición de pillaje de los rusos de Kiev llegó a poner en peligro el mismo Bósforo. En 867 Miguel fue asesinado por Basilio el Macedonio, un antiguo paje que había conseguido acabar con la influencia de Bardas y que en 866 había sido asociado al Imperio.

En el ámbito religioso, cabe destacar que fue bajo el gobierno de Miguel III cuando se produjo la primera separación de la Iglesia: el cisma de Focio.

El joven emperador Miguel III distó mucho de ser un gran soberano, pero tampoco fue el vulgar borracho que habitualmente ha retratado la historiografía. Es verdad que su vida no fue precisamente el modelo de una moral elevada, pero no le faltaban cualidades, y menos aún valor. De hecho, se esforzó seriamente en defender el Imperio, y condujo personalmente su ejército repetidas veces al campo de batalla. Pero no poseía una voluntad firme; tanto en los asuntos importantes como en los pequeños, tanto en lo bueno como en lo malo, se dejaba guiar por los demás, hacía caso de las influencias y sugerencias oscilantes de la Corte y se mostraba impetuoso e inconstante hasta el punto de no ser digno de confianza. Las iniciativas para las grandes hazañas, tan numerosas bajo su gobierno, no partieron de su persona, sino de los grandes hombres que tuvo a su servicio: Bardas y Focas.

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Michael III. 842-867 AD. AE Follis. Syracuse Cross Bronze Globe 1,93 g / 17 mm

Anverso: MIXAHL b, crowned bust facing with short beard, wearing loros and holding cross potent (Latin L in legend)

Reverso: large M, cross above, theta below.

Referencia: SB 1697, DOC 12.

A historic little coin. It is not only the last bronze coin struck for the Byzantine possessions in Sicily, but also the last follis struck anywhere with the denomination mark of M, thus it is the last vestige of the reform instituted by Anastasius I in 498 AD.

Basilio I (867-886)

Basilio Augusto (llamado el Macedonio y también Basilio I el Grande, 811 – 29 de agosto de 886), emperador bizantino, nació en una familia procedente de Armenia (de origen no-eslavo), asentada en Charioupolis (Thema de Macedonia)

Pasó parte de su niñez en cautividad en Bulgaria, donde su familia vivió cautiva del príncipe búlgaro Krum desde 813. Logró escapar1 y tuvo además la fortuna de entrar al servicio de Teofilitzes, un pariente del césar Bardas (tío del emperador Miguel III ‘el Beodo’), como paje. Estando al servicio de éste, visitó la ciudad de Patras, donde se ganó el favor de Danielis, una rica dama que lo tomó a su servicio y le dotó de una gran fortuna. Por otra parte, pronto lograría también convertirse en compañero y miembro de la guardia personal (parakoimomenos) de Miguel III3

Para aumentar su favor ante Miguel III, se divorció de su esposa y se casó con Eudocia Ingerina, una de las amantes de Miguel. Siempre se ha creído que León VI, el sucesor de Basilio y su supuesto hijo, era en realidad hijo de Miguel. Basilio consiguió entonces matar a Bardas, que gobernaba de hecho el Imperio en lugar de Miguel; lo que llevó a cabo con el consentimiento del emperador en abril de 866, y tan sólo una semanas después Basilio era nombrado “césar”. Por entonces pocos imaginarían que Basilio iba a ser capaz de gobernar el Imperio por sí mismo, pues era famoso por llevar la misma vida desordenada y orgiástica que su amigo el emperador Miguel, pero en septiembre de 867 asesinó a Miguel y comenzó a reinar en solitario.

Basilio inauguraba así una nueva era en la historia del Imperio, que se asocia tradicionalmente con la nueva dinastía que acababa de fundar: la Dinastía macedónica. Se trató de un periodo de expansión territorial durante el cual el Imperio se convirtió en la mayor potencia de la Europa del momento.

A causa del extenso trabajo legislativo que Basilio llevó a cabo, que consistió en la recuperación y puesta al día de la compilación de Justiniano I, se le suele conocer como el «segundo Justiniano». Las leyes fueron compiladas en la Basilika, que comprendían sesenta libros, y además se prepararon ciertos manuales jurídicos menores llamados Prochiron y Eisagoge. León VI completaría esta compilación legislativa. Por otra parte, la administración fiscal de Basilio resultó ser bastante prudente.

Su política eclesiástica destacó por las buenas relaciones con Roma. Uno de sus primeras medidas consistió en enviar al exilio al patriarca de Constantinopla Focio, restaurando al patriarca Ignacio I, cuyos derechos contaban con el apoyo del papa Adriano II.1 Sin embargo, Basilio no tenía la intención de someterse a Roma más allá de cierta medida. La decisión del zar búlgaro Boris I de Bulgaria de someter a la nueva iglesia búlgara a la jurisdicción de Constantinopla supuso un gran golpe para Roma, que pretendía hacerse con su control. En 877 Focio volvió al patriarcado, y se produjo un cierta ruptura, aunque no formal, con Roma. Sería un hito más en la serie de conflictos que llevaron al Cisma de Oriente que dio lugar a la separación de las Iglesias católica romana y ortodoxa griega.

Su reinado estuvo marcado por una conflictiva guerra con los herejes bogomilos, heredada de su predecesor. Se recuperó Chipre, pero sólo se pudo mantener durante siete años; también se reconquistó Bari y gran parte de Calabria, aunque se perdió Siracusa en Sicilia. Los éxitos militares en Italia abrieron un nuevo periodo de dominación bizantina en dicha península. Pero, por encima de todo, los bizantinos fueron de nuevo señores del Mediterráneo y especialmente del Adriático.

Basilio reinó durante 19 años. Su muerte, el 29 de agosto de 886 se debió a unas fiebres contraídas tras un grave accidente de caza.

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Basil I, AE17, Cherson Mint. 867-886AD

Anverso: Large B on exergual line

Reverso: Cross floriate on two or three steps, dot on each side.

Referencias: SB 1719; DO 20.


Leo VI (886-912)

León VI el Sabio o el filósofo (Greek: Λέων ΣΤ΄ ὁ Σοφός, Leōn VI ho Sophos,19 de septiembre de 866 – 11 de mayo de 912) fue emperador bizantino de 886 a 912.

De su padre Basilio I heredó un imperio mucho más extenso y poderoso que lo que había sido desde época de Justiniano I en el siglo VI. Sin embargo, él y su padre se odiaban, y es posible que León no fuese hijo de Basilio, sino de Miguel III , el titular del Imperio anterior a Basilio. Basilio estuvo a punto de cegar a León en su adolescencia . En 886, Basilio murió en un accidente de caza, aunque en su lecho de muerte sostuvo que se trataba en realidad de un intento de asesinato en el que estaría posiblemente implicado el propio León.

León terminó la compilación de la Basilika, la traducción griega y puesta al día del código jurídico creado por Justiniano I, que se había iniciado durante el reinado de Basilio.

León no logró tantos éxitos en el campo de batalla como Basilio, quien nunca había sido derrotado por los búlgaros, mientras que en 894 éstos derrotaron al ejército de León. En 895 tuvo más éxito, tras aliarse por primera vez con los magiares, aunque en 896, sin el apoyo magiar, los bizantinos volverían a ser derrotados .

León dio lugar a un cierto escándalo a causa de sus numerosos matrimonios. Su primera mujer (Teófano), a la que Basilio obligó a casarse con él, murió en 897, y León volvió a casarse con Zoe Zautzina, hija de su consejero Zautzes, aunque ésta murió también en 899. Después de este matrimonio, León creó el título de basileopator («padre del emperador») para su padre político. Tras la muerte de Zoe, un tercer matrimonio resultaba técnicamente ilegal, pero León volvió a casarse, aunque su esposa murió en 901. En lugar de casarse por cuarta vez, lo que (desde el punto de vista del patriarca Nicolás el Místico) habría sido un pecado aun mayor que el tercer matrimonio, León decidió entonces tener como amante a Zoe Karvounopsina. Sólo se le permitió casarse con ella cuando ésta dio a luz un hijo suyo en 904, aunque con muchas limitaciones, como la imposibilidad de legitimar a su esposa como emperatriz.

En 907 Constantinopla sufrió un ataque de los Rus’ de Kiev, que intentaban conseguir derechos comerciales más ventajosos con el Imperio. León les pagó para lograr la paz, pero éstos atacaron de nuevo en 911, y finalmente hubo que firmar un tratado comercial. Por otra parte, León no tuvo tanto éxito contra árabes, que derrotaron a la flota bizantina cuando ésta trataba de recuperar Creta en 912. Tras esta derrota, León enfermó y murió al poco tiempo. Como su hijo era todavía un niño, el hermano de León y su co-emperador nominal (aunque sin poder real) Alejandro III pasó a ser el nuevo emperador.

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LEO VI, the Wise. 886-912 DC. Æ Follis (8.82 gm,6h). Constantinopla

Anverso: +LEOn bASILEUS ROM’,

Reverso: facing bust, wearing crown and chlamys, holding akakia

+LEOn En QEO bA SILEVS R OMEOn in four lines.

Referencia: DOC III 8; SB 1729

León VI el Sabio, también apodado el Filósofo, gobernó entre los años 886 y 912 de forma conjunta con su hermano menor Alejandro, siendo ambos hijos del anterior emperador Basilio I, si bien algunos cronistas indican que León era en realidad hijo de Miguel III.

León VI era amante de las letras y completó la gran enciclopedia legal comenzada por su padre, que recibió el nombre de «Basilica», dicha enciclopedia, redactada en griego, llegó a ser la base legal de la práctica del derecho en todo el Medievo. En el aspecto militar. León VI  no consiguió ningún éxito en sus campañas de los Balcanes, si bien, logró recobrar parte de la Italia meridional.

Sus esfuerzos por conseguir descendencia dieron al fin fruto con su cuarta esposa Zoé, en 902 nació por fin el futuro emperador Constantino VII. El emperador había necesitado de cuatro matrimonios que le granjearon la enemistad de la Iglesia Ortodoxa. Muerto a la edad de 46 años, su hermano Alejandro continuó como coemperador junto con su hijo Constantino.

Constantino VII (913-920 y 945-959)

Constantino VII Porfirogéneta (Griego: Κωνσταντῖνος Ζ΄ Πορφυρογέννητος, Kōnstantinos VII Porphyrogennētos. Constantinopla, 2 de septiembre de 905 – ibídem 9 de noviembre de 959) fue el hijo del Emperador bizantino León VI el Sabio y sobrino de Alejandro III. Obtuvo su sobrenombre ―Porfirogénetos, en griego ‘nacido en la púrpura’― como hijo legítimo (o, más precisamente, legitimado) de León VI, por haber nacido en la sala púrpura del palacio imperial de Constantinopla, destinada para el nacimiento de los herederos al trono imperial.

Constantino nació en 905, hijo del emperador León VI y su amante Zoe Karbonopsina (‘la de los ojos como carbúnculos’), con la que posteriormente contraería matrimonio en cuartas nupcias (violando el derecho canónico oriental), legitimando así a su hijo. Ascendió a la dignidad imperial a la edad de 7 años en 913, bajo la regencia del patriarca Nicolás el Místico. Nicolás se vio obligado a firmar la paz con el rey de Bulgaria Simeón I, al que tuvo que reconocer como emperador o zar de Bulgaria. A causa de ello, Nicolás sería desplazado de la regencia por la madre de Constantino, Zoe Karbonopsina.

Zoe tampoco consiguió éxito alguno con los búlgaros, y en 919 fue reemplazada por Romano Lecapeno, que casó a su hija Elena con Constantino. Según algunas fuentes, la juventud de Constantino habría sido especialmente triste, debido a su apariencia poco agraciada, su carácter taciturno y por haber sido relegado al tercer nivel de sucesión, tras los dos hijos de Romano. Sin embargo, era un joven muy inteligente con múltiples intereses, y habría dedicado los años apartado del trono para estudiar las costumbres de la corte.

Romano se hizo con el poder en solitario hasta 944, cuando fue depuesto por sus hijos, que reconocerían finalmente a Constantino VII como emperador. En 949 Constantino dispuso una nueva expedición contra los corsarios árabes escondidos en Creta, pero al igual que el intento de su padre por reconquistar la isla en 911, fracasó en sus aspiraciones. Este hecho dio lugar a un ataque árabe por tierra sobre las posesiones bizantinas en Siria, Armenia e Italia, pero los territorios perdidos en el Este serían luego recuperados por Juan I Tzimisces. En 950 recibió en su corte al jefe tribal húngaro Gyula de Transilvania, el cual se conviritó al cristianismo bajo el rito oriental, y recibió el título de patricio. Gozó de la amistad del emperador y se llevó consigo a sus dominios en Transilvania al obispo griego Hierotheos para que evangelizase a su corte. En 957, gracias al fuego griego se consiguió destruir una flota árabe.

Constantino mantuvo intensas relaciones diplomáticas con los reinos extranjeros, incluyendo al califa de Córdoba Abd al-Rahman III. En otoño de 957 Constantino recibió la visita de Olga, princesa de los Rus de Kiev. Aunque nunca se han aclarado las razones de este viaje, Olga fue bautizada con el nombre de Elena, iniciándose así la conversión de su pueblo al cristianismo.

Constantino murió en 959 y fue sucedido por su hijo Romano II.

Aunque en conjunto la valoración de su reinado es positiva, Constantino resulta más conocido por su faceta de escritor y erudito. Escribió (o encargó que otros lo hiciesen en su nombre) obras como De ceremoniis (‘Sobre las ceremonias’), que describe todo tipo de ceremonias cortesanas, que también serían recogidas, aunque con ánimo crítico, en la obra de Liutprando de Cremona; De administrando imperio (‘Sobre la administración del Imperio’), que ofrece consejos sobre cómo gobernar el Imperio y sobre cómo luchar contra sus enemigos exteriores; y una historia del Imperio que recogía hechos acaecidos tras la muerte del cronógrafo Teófanes el Isauro en 817. Estos libros suponen una importante fuente de información para conocer la época de Constantino y su reinado. Asimismo, encargó la realización de los conocidos como Excerpta historica Constantiniana: extractos de obras de historiadores griegos antiguos, reunidos por temas en 53 volúmenes, de los que apenas se han conservado una mínima parte. Constantino era también un gran coleccionista de libros, manuscritos y obras de arte en general, así como buen pintor.

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Constantine VII Porphyrogenitus Leo Æ Follis Bronze Constantinople 914-919 DC 5,39 g / 25 mm

Anverso: CONSTANT CE ZOH b, crowned facing busts of Constantine, unbearded, on left, wearing loros, and Zoe, wearing chlamys, on right, holding patriarchal cross between them

Reverso: CONS / TANTINO / CE ZOH bA / SILIS RO / MEON, legend in five lines.

Referencia: SB 1758, DOC 22.

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Romano I Lecapeno (920-944)

Romano I Lecapeno (Romanos I Lakapenos, 870-948) fue emperador bizantino desde el año 920 hasta su deposición el 16 de diciembre de 944, de forma compartida con el emperador Constantino VII Porfirogéneta (913-959).

Romano era el hijo de un campesino armenio1 2 3 llamado Teofilacto Asbastaktos (el insoportable), que como soldado, había rescatado al emperador Basilio I del enemigo en la batalla de Tephrike, y recompensado por ello con un puesto en la Guardia Imperial.4 Romano nació en Lecape, de ahí el nombre «Lecapeno». Aunque no recibiera ninguna educación refinada (de lo cual más tarde se burlaría su yerno Constantino VII), Romano avanzó en las filas del ejército durante el reinado del emperador León VI el Sabio, que también era de orígenes armenios. En 911 era general del thema naval de Samos y más tarde sirvió como almirante (droungarios) de la flota imperial. En calidad de almirante de la flota, participó en las operaciones bizantinas contra Bulgaria en el Danubio en 917, pero fue incapaz de realizar su misión. Después de la durísima derrota bizantina en la batalla de Aqueloo en 917 ante los búlgaros, Romano navegó a Constantinopla, donde gradualmente venció a la regencia desacreditada de la emperatriz Zoe Karbonopsina y su partidario León Focas.

Haciéndose cada vez más influyente en el gobierno, Romanos exilió a sus rivales y reforzó sus conexiones con el emperador menor de edad Constantino VII. En mayo de 919, casó a su hija Elena Lecapeno con Constantino, por lo cual fue proclamado basileopátor («el padre del Emperador»). En septiembre de 920, Romano fue designado césar, y finalmente el 17 de diciembre del mismo año, se convirtió en el co-emperador coronado, haciéndose el verdadero líder del Imperio Bizantino.

En los siguientes años Romano I coronó a sus propios hijos como co-emperadores: Cristóbal en 921, Esteban y Constantino en 924, aunque, por el momento, Constantino VII fuera considerado como primero en la fila de sucesión después del mismo Romano I. Es notable que, como él no agredió físicamente a Constantino, le llamaron «el usurpador apacible». Romano reforzó su posición al casar a sus hijas con los miembros de las familias poderosas aristocráticas de Argyros y Mouseles. Además, depuso al Patriarca de Constantinopla Nicolás el Místico, y acabó con el conflicto con el papado sobre los cuatro matrimonios del emperador León VI.

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Romanus I. AE Follis. 913-959 AD. Constantinopla

Anverso: RWMAN bASILEVS RWM, crowned, bearded, facing bust of Romanus, wearing chlamys, holding labarum and cross on globe

Reverso: RWMA-N EN QEW bA-SILEVS RW-MAIWN, legend in four lines.

Catálogos: SB 1760, DOC 25.

Juan I Tzimisces (969-976)

Juan I Curcuas, llamado Tzimisces (en griego: Iōannēs «Tzimiskes» Kourkouas, escrito Ιωάννης «Τζιμισκής» Κουρκούας, 925-976) fue emperador bizantino desde el 11 de diciembre de 969 hasta su muerte el 10 de enero de 976.

Nació en torno a 925; su padre era de la familia Curcuas y su madre de la familia Focas. Ambas eran distinguidas familias de Capadocia, de origen posiblemente armenio, y se contaban entre las más destacadas de la emergente aristocracia militar de Asia Menor. Varios de sus miembros habían servido en altos cargos militares, entre ellos el hermano de su madre, Nicéforo Focas.

Las fuentes contemporáneas describen a Juan como una persona de poca estatura física pero fuerte, con los cabellos rubios-rojizos, barba y ojos azules, resultando ser muy atractivo. Parece que entró en el ejército siendo muy joven, primero bajo el mando de su tío materno Nicéforo, el cual es considerado también como su instructor en el arte de la guerra. En parte debido a sus conexiones familiares y en parte gracias a sus habilidades personales, Juan ascendió rápidamente en el ejército. Obtuvo el mando político y militar de la provincia de Armenia antes de cumplir los 21 años.

En la época en que el Imperio bizantino estaba en guerra con su vecino oriental, el califato Abasí, Armenia era la frontera entre ambas potencias, y Juan logró defender con éxito esta provincia. Él con sus tropas se unió al cuerpo principal del Ejército bizantino en la región que luchaba contra los árabes bajo el mando de Nicéforo Focas, quien obtuvo una serie de victorias que le permitieron extender la frontera hacia el Este con la toma de unas 60 ciudades fronterizas, entre ellas Alepo. Hacia 962, los Abasíes pidieron un tratado de paz favorable a los bizantinos, que aseguraba sus fronteras durante varios años.

Class A1 Anonymous Follis.

Anverso: +EMMANOVHA IX-XC, Bust of Christ facing with nimbus cross with two dots in each limb of the cross, holding book of Gospels decorated with a border of dots and dot in centre.

 Reverso: IhSUS XRISTUS bASILEU bASILE in four lines, no adornments above or below.

Catálogos: Sear 1793.

Basilio II (976-1025) Constantino VIII (1025-1028)

Basilio II Bulgaróctono, el asesino de búlgaros (en griego: Βασίλειος Β΄ Βουλγαροκτόνος, Basileios II Boulgaroktonos), (958–1025), fue emperador bizantino desde el 10 de enero de 976 hasta su muerte. Condujo al Imperio bizantino al máximo de su poder en 5 siglos, pero no dejó herederos de su talla y muchos de sus logros se perderían a causa de toda una serie de débiles y desafortunados sucesores.

Constantino VIII (en griego Κωνσταντίνος Η΄, Kōnstantinos VIII) (960 – 15 de noviembre de 1028), emperador bizantino (15 de diciembre de 1025 – 15 de noviembre de 1028) era hijo del emperador Romano II y hermano menor de Basilio II, que murió sin hijos, dejando el gobierno del Imperio bizantino en manos de Constantino.

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Basilio II y Constantino VIII. Follis anónimo (Clase A3).

Moneda anónima de bronce de 29-30 mm y 12,9 g, acuñada entre los años 1020-1030 DC en ceca indeterminada (posiblemente Tesalónica) y atribuida a los reinados de Basilius II Bulgaroctonus y Constantinus VIII Porfyrogenitus.

Anverso: +ЄMMA – NOVHA (Emmanuel) IC – XC (abreviatura del nombre de Jesucristo en griego (IHCOYC XPICTOC). Pantocrátor, busto nimbado de Cristo Emmanuel de frente, vestido con pallium y colobium, sosteniendo con ambas manos los Evangelios.

Reverso: leyenda +IhSUS (Jesús) / XRISTUS (Cristo) / bASILЄUs (Rey) / bASILЄi (de reyes), en cuatro líneas.

Catálogos: Sear 1818


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Basil II y Constantine VIII. Æ Follis anónimo.

Moneda anónima de bronce de 29-30 mm y 13.06 gr, 6h, acuñada entre los años 976-1025 DC en ceca indeterminada (posiblemente Constantinopla) y atribuida a los reinados de Basilius II Bulgaroctonus y Constantinus VIII Porfyrogenitus.

Anverso: +EMMA NOVHL, IC XC across field, facing bust of Christ, nimbate, raising hand in benediction, holding Gospels; nimbus with two pellets in arms of cross

Reverso: +IhSUS XRISTUS bASILEU bASILE in four lines; pellet above.

Catálogos: DOC III A2.4; SB 1813


Miguel IV (1034-1041)

Miguel IV, «el Paflagonio», (1010 – 10 de diciembre de 1041) (en griego Μιχαήλ Παφλαγών, que significa «de la provincia de Paflagonia»), emperador bizantino (11 de abril de 1034 – 10 de diciembre de 1041). Debió su elevación a la emperatriz Zoë, hija de Constantino VIII y mujer de Romano III, que enamorada de Miguel, que era su chambelán, envenenó a su marido para casarse poco después con él, ambos hechos ocurrieron en 1034.

Miguel, sin embargo, que era una persona de poco carácter y sufría ataques epilépticos, dejó el poder en manos de su hermano, Juan el Eunuco, que había sido primer ministro con Constantino y Romano. Las reformas de Juan en el ejército y el fisco permitieron un cierto resurgir de la potencia bizantina, que se mantuvo frente a los ataques enemigos.

En la frontera oriental, la importante ciudad de Edesa fue liberada tras un largo asedio. Los musulmanes occidentales fueron prácticamente expulsados de Sicilia por Jorge Maniakes (que llevó a cabo allí sus campañas entre 1037 y 1040), pero una expedición contra los normandos de Italia sufrió sucesivas derrotas, y tras la partida de Maniaces, muchas de sus conquistas en Sicilia se perdieron (1041).

En el norte, los serbios tuvieron éxito en su revuelta (1040), pero la peligrosa rebelión de los búlgaros y otros eslavos balcánicos, que amenazaba las ciudades de Tracia y Macedonia, fue reprimida por la triunfante campaña dirigida por el emperador en persona poco antes de su muerte.

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Miguel IV. Follis anónimo (Clase C)

Moneda anónima de bronce de 29-33 mm y 10,54 g, acuñada entre de los años 1034-1041 DC en ceca indeterminada y atribuida al reinado de Michael IV Paphlagonian.

Anverso: leyendas +ЄMMA – NOVHA (Emmanuel) y IC – XC (abreviatura del nombre de Jesucristo en griego (IHCOYC XPICTOC). Cristo Antiphonetes de frente, vestido con nimbus, pallium y colobium, levantado su mano derecha en señal de bendición y portando los Evangelios en la izquierda.

Reverso: IC – XC / NI – KA alrededor de una cruz adornada con puntos y glóbulos cada extremo. Tradicional abreviatura del nombre de Jesucristo en griego, tomando la primera y última letra de cada palabra, ΙΗΣΟΥΣ  ΧΡΙΣΤΟΣ escrito en griego medieval como IHCOYC XPICTOC, a la que se añade la palabra griega NIKA usada para referirse a los conquistadores y a la victoria. La traducción es por tanto «Jesucristo es victorioso» o «Jesucristo el Conquistador».

Catálogos: Sear 1825, DOC pag. 681.4.

En el libro «Dumbarton Oaks Catalogue» esta moneda se asigna al periodo de Constantino IX Monómaco (1042-1055).

Constantino X (1059-1067)

Constantino X Ducas (1006 – mayo de 1067) fue emperador del Imperio bizantino entre 1059 y 1067. Fue nombrado sucesor por Isaac Comneno, antes de retirarse a un monasterio, gracias al consejo de Miguel Psellos.

Constantino estaba casado con Eudoxia Macrembolitissa, sobrina de Miguel Cerulario. Tanto Eudoxia como Miguel Psello fueron figuras muy poderosas durante su reinado. Valedor de la aristocracia civil de Constantinopla, fue bastante impopular. Limitó considerablemente la financiación del ejército, lo que se tradujo en importantes pérdidas territoriales. Durante su reinado, se perdieron casi todas las posesiones bizantinas en Italia (a excepción de un exiguo territorio alrededor de Bari) a manos del normando Roberto Guiscardo; también se produjeron las invasiones de los selyúcidas, guiados por Alp Arslan, quienes conquistaron Armenia y Capadocia. Constantino, que ya era anciano cuando accedió al poder, murió en 1067.

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Constantino X, AE Follis, 25mm x 29mm, 5.18g (1059-1067 DC) Constantinopla

Anverso: +EMMA_NOVHA – Cristo de Pie con Nimbo y sosteniendo el libro de los evangelios, IC XC a lo largo del campo.

Reverso: EVDKARO +KWNTAK – A la izquierda Eudocia y Constantine a al derecha, ambos de frente, Llevando loros y coronados con cruz y pendilia sobre tres escalones.

Catálogos: SB 1853. Grade: aF, rough.


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Constantine X Ducas, AE Class F anonymous follis, 10.0 g, 26.8 mm. Constantinople, 1059 – 1067 AD.

Anverso:IC-XC to right and left of Christ seated facing on throne without back, holding book of Gospels in both hands

Reverso: ISXS bASILE bASIL in three lines, -+- above, cross below.

Catálogos: SB 1856.

Romano IV Diógenes (1068-1071)

Romano IV Diógenes, (en griego: Ρωμανός Δ΄ Διογένης, Rōmanos IV Diogenēs; Capadocia, ? – Isla de Proti, 29 de junio de 1072) emperador de Bizancio del 1068 al 1071, conocido sobre todo por su derrota en la batalla de Manzikert.

Romano pertenecía a una distinguida familia de Capadocia, y se había distinguido como militar. Subió al trono al contraer matrimonio con Eudoxia, viuda de Constantino X Ducas. Fue coronado emperador el 1 de enero de 1068.

Tras su coronación, dirigió tres exitosas campañas contra los selyúcidas en el este de Anatolia, expulsándoles al este del Éufrates. En marzo de 1071 emprendió una nueva campaña con un ejército de unos 60.000 ó 70.000 hombres. Dejó la mayor parte de ellos a las órdenes de su general José Tarcaniotes, y él, con el resto de las tropas, se apoderó de la fortaleza de Manzikert. Poco después se enfrentó con el ejército selyúcida, mandado por Alp Arslan, en tanto que Tarcaniotes, por tración o por cobardía, escapaba en lugar de prestarle auxilio. Romano fue vencido y hecho prisionero.

Fue conducido a presencia de Alp Arslan, quien le ordenó besar el suelo ante él, y le puso simbólicamente un pie sobre el cuello. Sin embargo, después fue tratado como un huésped, y firmó con el sultán un tratado de paz, por el cual pasaban a control selyúcida las ciudades de Manzikert, Hierópolis, Edesa y Antioquía, y Bizancio se comprometía a pagarle un oneroso tributo. Después, el emperador fue dejado en libertad.

Sin embargo, en Constantinopla, una conspiración entronizó a Miguel, hijo de Constantino X Ducas y de Eudocia. Aunque Romano trató de reunir lo que quedaba de su ejército, fue derrotado por el general Andrónico Ducas, y aceptó renunciar al trono y retirarse a un monasterio, a cambio de que fuera respetada su vida. Esta promesa, sin embargo, no fue respetada: se le sacaron los ojos y fue paseado sobre una bestia de carga durante varios días. Murió en la isla de Proti, en un monasterio que él mismo había ordenado construir, a consecuencia de la infección de sus heridas, pero antes, su enemigo, el cronista Miguel Psellos, le escribió una cruel carta felicitándole por su buena suerte al haber sido cegado, ya que era seguramente porque Dios le había encontrado digno de una luz superior.

Durante su reinado los normandos conquistaron Bari, lo que significó el final de la presencia bizantina en Italia.

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Romano IV. Follis Anónimo Clase G (7.58 gr).Constantinopla (1068-1071 DC)

Anverso: Busto frontal de Cristo llevando nimbo crucífero, vestido con pallium y colobium, con mano derecha en actitud de bendecir y en mano izquierda rollo.

Reverso: Busto Nimbado de la Virgen de frente, orando y llevando pallium y maphorium, a la izquierda MP, a la derecha ΘV; Gráfila de grandes puntos.

Catálogos: DOC III pp. 692-4; SB 1867.  


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Romanus IV Diogenes, AE Follis, 1068-1071, Constantinople

Anverso: IC-XC over NI-KA to left and right of bust of Christ facing, dotted cross behind head, holding book of Gospels with both hands

Reverso: C-R P-Delta in the four angles of a cross with globe and two dots at each extremity, X in the centre.

Catálogos: SB 1866.

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Nicéforo III Botoniato (1078-1081)

Nicéforo III Botaniates o Botoniato fue Emperador del Imperio bizantino desde 1078 hasta 1081.

Nicéforo Botaniates era el strategos del Thema Anatólico y comandante de las tropas de Asia Menor y durante el reinado del Emperador Miguel VII Ducas (1071–1078), durante el cual el Imperio se estaba desmoronando y sufría un retroceso territorial cada vez mayor, un clima totalmente opuesto a los intereses imperiales de la burocracia civil del Imperio se fue gestando en favor de la antigua aristocracia militar, compuesta por los generales destacados en los themas.

En 1078, Nicéforo Botaniates lideró una insurrección en Oriente, al mismo tiempo Nicéforo Brienio era aclamado emperador en Adrianópolis. Miguel VII Ducas abdicó del trono y se refugió lejos de Bizancio, mientras Botaniates aprovechó para marchar sobre Constantinopla y a su llegada triunfal cegó a su rival por el trono, Brienio. Nicéforo se casó asimismo con la antigua esposa del emperador, María Bagrationi la cual a su vez mantenía una relación con el futuro emperador Alejo I Comneno.

Nicéforo III no pudo hacer nada para detener la decadencia general del Imperio y Alejo Comneno lo derrocó en 1081, convirtiéndose en el primer emperador de la dinastía Comneno, que detendría por un siglo la decadencia del Imperio Bizantino.

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Nicephorus III, Class I anonymous follis. 1078-1081 AD

Anverso: IC-XC to left and right of bust of Christ, nimbate, facing, right hand raised, book of gospels in left.

Reverso: Latin cross with X at centre, globe and two dots at the ends of each arm, crescent at top left and right, floral ornaments at lower left and right.

Catálogos: SB 1889.

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Nicephorus III, Botaniates. (1078-1081 AD). AE Follis. Constantinople.

Anverso: IC-XC to left and right of three-quarter length figure of Christ standing facing, wearing nimbus cross, holding book of gospels and raising right hand, large star to left and right

Reverso: C-F-N-D in the four corners of a cross with a large dot at the ends of each arm, circle in centre containing large star of eight rays.

Catálogos: DOC 9; Sear 1888.

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Alexius I Comneno (1081-1118)

Alejo I Comneno (1048 – 15 de agosto de 1118), fue emperador bizantino entre 1081 y 1118.

Fue el tercer hijo de Juan Comneno y Ana Dalasena y sobrino de Isaac I Comneno, emperador entre 1057 y 1059. El padre de Alejo rechazó el trono cuando Isaac abdicó, y entre 1059 y 1081 reinaron cuatro emperadores pertenecientes a dinastías diferentes. Durante el reinado de uno de ellos, Romano IV Diógenes (1067-1071), Alejo sirvió con honores en el ejército combatiendo contra los selyúcidas. Posteriormente, bajo Miguel VII Parapinaces (1071-1078) y Nicéforo III Botaniates (1078-1081), combatió, junto con su hermano mayor, Isaac, a los rebeldes en Asia Menor, Tracia y Epiro.

Los éxitos de los Comnenos provocaron los celos de Botaniates y sus ministros. Los hermanos tomaron las armas contra el emperador, y entraron en Constantinopla. Botaniates fue forzado a abdicar y recluido en el monasterio de Peribleptos. Isaac renunció a la corona en beneficio de su hermano, y Alejo fue coronado solemnemente por el patriarca de Constantinopla Cosme Hierosolimites el 4 de abril de 1081, a la edad de 33 años.

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Alexius I, AE Tetarteron, Thessalonica, 1081-1118 AD

Anverso: IC-XC to left and right of nimbate bust of Christ facing, holding book of gospels and raising right hand

Reverso: ALZI DECP, crowned bust of Alexius facing, wearing jewelled chlamys, holding cross-tipped sceptre and cross on globe.

Referencias: Sear 1929, BMC 37-40. sb1929

Manuel I (1143-1180)

Manuel I Comneno (griego: Μανουήλ Α’ Κομνηνός, Manouēl I Komnēnos), llamado Megas, el Grande, (28 de noviembre de 1118 – 24 de septiembre de 1180) fue emperador bizantino entre 1143 y 1180. Fue el cuarto hijo de Juan II Comneno y Piroska de Hungría (bautizada como Irene al convertirse a la fe ortodoxa), la hija del Rey San Ladislao I de Hungría.

Manuel fue un general temible e incluso destacó aún más por ser un hábil diplomático y estadista del Imperio bizantino. Famoso por su carisma y por su pasión por Occidente, trabó amistad personal con el Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Conrado III, e incluso curó sus heridas después del fracaso de la Segunda Cruzada. Adoctrinado con la idea de un Imperio universal, y con una pasión para el debate teológico, fue también quizás el único Caballero-emperador según las normas de la caballería de la época de Bizancio. Él es un representante de una nueva clase de gobernantes bizantinos que estuvieron bajo la influencia del contacto con los cruzados occidentales. La costumbre guardada en su corte no se inspiró por la opulencia bizantina tradicional. Amó las tradiciones occidentales y celebró torneos y justas, participando incluso en los mismos, algo extraño e inquietante a ojos de los bizantinos, lo cual estuvo causado muy probablemente por influencia de su madre Piroska de Hungría, quien recibía constantemente a caballeros y nobles húngaros en la corte bizantina.

Considerablemente menos piadoso que su padre, Juan II Comneno, fue un emperador enérgico y brillante que distinguió posibilidades en todas partes, y cuya perspectiva optimista conformó su visión de la política exterior bizantina. Ciertos comentaristas e historiadores han criticado algunos de sus objetivos tan poco realistas, en particular su propuesta de invasión de Egipto como prueba de sus sueños de grandeza a una escala inaccesible. Sin embargo, para Manuel, tales iniciativas eran tentativas simplemente ambiciosas de aprovechar las circunstancias que se le presentaron.

Habiéndose distinguido en la guerra de su padre frente a los turcos selyúcidas, fue elevado a la categoría de emperador en detrimento de su hermano mayor. Dotado de un físico refinado y gran coraje personal, se dedicó incondicionalmente a una carrera militar. Se esforzó por restaurar por la fuerza de las armas el predominio del Imperio Bizantino en los países de Mediterráneo, y estuvo implicado en conflictos bélicos

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Manuel I. Aspron Trachy de Vellon bajo

Moneda escifulada de vellón bajo de 28-30 mm y 4,3 g con la característica forma cóncavo-convexa de la época, acuñada entre los años 1143-1180 en la ceca de Constantinopla, durante el reinado de Manuel I Comnenus.

Anverso: IC – XC abreviatura del nombre de Jesucristo en griego (IHCOYC XPICTOC).

Cristo nimbado, de frente, sentado en su trono, vestido con pallium y colobium, sosteniendo los Evangelios entre sus manos.

Reverso: MANVHΛ a la izquierda y ΔЄCΠOT a la derecha del campo

La Virgen María a la derecha del campo, vestida con pallium y manphorium y coronando al emperador con su mano derecha. Manuel I a la izquierda del campo, vestido con divitision y loros, portando labarum en su mano izquierda y globus cruciger en la derecha. Leyenda en el campo  MHP – ΘV, abreviatura del nombre de la Madre de Dios en griego.

Catálogos: Sear 1966

Andrónico I Comneno (1183-1185)

Andrónico I Comneno (Griego: Ανδρόνικος Α’ Κομνηνός, Andronikos I Komnēnos; Constantinopla, c. 1118 – Ibidem, 12 de septiembre de 1185) fue Emperador de los romanos desde 1183 hasta su muerte, último de la dinastía Comnena.

Sobrino de Juan II y nieto de Alejo I, Andrónico Comneno fue probablemente el miembro más brillante y fascinante de su inteligente dinastía. Su turbulenta y trágica vida destaca por sus aspectos novelescos de entre las de todos los emperadores bizantinos. Llevó una vida aventurera y fue proscrito, encarcelado y exiliado en diversas ocasiones. Hombre atractivo y elocuente, además de enérgico y valiente, destacó como gran general y hábil político.

Usurpó el trono a Alejo II y se convirtió en emperador a una edad avanzada. Su reinado comenzó bajo los mejores auspicios, y su recta y honesta administración fue muy beneficiosa para el Imperio. Sin embargo, su populismo y su concepción autocrática del poder le enemistaron con la aristocracia. Andrónico reaccionó imponiendo un régimen cada vez más tiránico y brutal, sometiendo a sus súbditos al imperio del terror y crueldad. La amenaza de los normandos de Sicilia exacerbó la situación, que acabó estallando con la aparición de un pretendiente al trono, Isaac II Ángelo, y un motín popular. Su horrorosa muerte marcó el fin de los esfuerzos restauradores de los Comneno, y el comienzo del declive final del Imperio.

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Andronicus I Comnenus AD 1183-1185. AE Billon aspron trachy, Constantinople. 30mm 4.45g

Anverso: MTP-QV across fields, Mary standing facing on dais, nimbate, holding before her the nimbate head of the infant Christ.

Reverso: ANDPONIKOC DECPOTHC, IC XC across fields, Andronicus, crowned, with forked beard, standing on the left, wearing loros (no sagion/short cloak), holding labarum and cross on globe, being crowned by Christ, holding book of gospels in left hand.

Catálogos: Sear 1985.

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Isaac II Ángelo (1185-1195)

Isaac II Ángelo (Griego: Ισαάκιος Β’ Άγγελος, Isaakios II Angelos) (septiembre de 1156 – Constantinopla, 12 de enero de 1204), emperador bizantino entre 1185 y 1195 y nuevamente entre 1203 y 1204.

Su padre Andrónico Ducas Ángelo (c. 1222 – d. 1185), comandante militar en Ásia Menor, casado a. 1155 con Euphrosyne Kastamonitissa (c. 1125 – d. 1195), era hijo de Constantino Ángelo (c. 1085 – d. julio de 1166), almirante de Sicília, casado c. 1120 con Teodora Comnena Porfirogéneta (5 de enero de 1096/1097 – ?), la hija menor del emperador Alejo I Comneno, e Irene Ducaena, lo que convertía a Isaac en miembro del clan imperial.

El asesinato de Andrónico I Comneno y el periodo de revuelta popular que lo siguió, elevaron al trono a Isaac II, miembro de la familia de los Angelos.

Hombre de carácter débil y vicioso, dejó el poder en manos de ministros incapaces que empeoraron aún más las finanzas del Imperio. Tras diez años de desgobierno, Isaac II Angelo fue depuesto por su propio hermano Alejo III.

Isaac II tiene la reputación de ser uno de los príncipes más fracasados de los que ocuparon el trono bizantino. Rodeado por una multitud de esclavos, amantes y aduladores, permitió que su imperio fuera administrado por sus favoritos indignos, mientras que despilfarró el dinero destinado a sus provincias, en edificios costosos y regalos caros a las iglesias de su ciudad. Durante su reinado, el imperio perdió Lefkada, Cefalonia, Zante ante los normandos en 1185. En el mismo año, el Imperio Búlgaro fue restaurado después de la rebelión de los hermanos Asen y Pedro y Bizancio perdió así Mesia y parte de Tracia y Macedonia. Después de que Cilicia fue retomado por los armenios y Chipre arrancado del imperio por los francos.

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Isaac II Angelus 1185-1195 AD ,AE trachy Constantinople  2,85g., 27mm

Anverso: MP-theta V to left and right of Mary, nimbate, seated facing, holding before her the nimbate head of infant Christ facing left , sometimes with star above each arm of the throne

Reverso: I CAA KI OC to left, DEC PO TH C to right, Isaac, standing facing on the left, crowned, wearing divitision, loros and sagion (sometimes ornamented with star), and holding cross-headed sceptre and akakia, crowned by hand of God in upper right field.

Catálogos: SB 2003, BMC 19-31.

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Alexius III (1195 – 1203)

Alejo III Ángelo (en griego: Αλέξιος Γ’ Άγγελος o Alexios III Angelos), emperador bizantino, fue el segundo hijo de Andrónico Ángelo, nieto de Alejo I Comneno.

En 1195, mientras su hermano Isaac II estaba de cacería en Tracia, Alejo fue proclamado emperador por las tropas. Capturó a Isaac en Stagira, en Macedonia, y desde entonces le mantuvo preso, a pesar de que su hermano le había liberado de su cautividad en Antioquía y le había otorgado muchos honores.

En compensación por este crimen, y para asegurarse en su puesto como emperador, Alejo tuvo que repartir dinero con tanta liberalidad que llegó a vaciar el tesoro imperial, y concedió tantos permisos a los oficiales del ejército que casi deja indefenso el Imperio. Así consumó la ruina financiera del Estado. La capaz y activa emperatriz Eufrósine Ducas intentó en vano mantener su crédito y su corte; pero Vatatzes, el instrumento favorito de sus intentos de reforma, fue asesinado por orden del propio emperador.

Por el este, el Imperio estaba siendo invadido por los turcos selyúcidas; por el norte, los búlgaros y los válacos bajaban sin oposición a saquear los llanos de Macedonia y Tracia; mientras tanto, Alejo derrochaba el tesoro público en sus palacios y jardines. Pronto vería llegar al amenaza de un nuevo y más temible peligro.

En 1202 los príncipes occidentales que participaban en la Cuarta Cruzada se congregaron en Venecia dispuestos a iniciar una nueva cruzada. Alejo, el hijo del depuesto Isaac, había escapado de Constantinopla y pidió ayuda a los cruzados, prometiéndoles, a cambio de su apoyo para destronar a su tío, el fin del cisma entre el Este griego y el Oeste latino.

Los cruzados, que hasta entonces habían tenido Egipto como objetivo, decidieron cambiar su ruta y dirigirse a Constantinopla, ante la cual aparecieron en junio de 1203. Proclamaron emperador a Alejo como Alejo IV, tras convocar a los ciudadanos para que depusiesen a su tío. Alejo III, abrumado, no tomó ninguna medida para resistir. Su yerno, Teodoro Láscaris, que fue el único que intentó resistir, fue derrotado en Scutari, y así dio comienzo el sitio de Constantinopla. El 17 de julio, los cruzados, liderados por el anciano Dogo de Venecia Enrico Dandolo, escalaron las murallas y tomaron la ciudad, saqueándola. Durante la lucha y carnicería que siguió, Alejo se escondió en el palacio, para, finalmente, con una de sus hijas, Irene, y todos los tesoros que pudo recopilar, huir en un bote y escapar a Develton en Tracia, dejando a su mujer, sus demás hijas y su Imperio a los invasores. Isaac, sacado de su prisión e investido de nuevo con la púrpura imperial, recibió a su hijo Alejo IV.

Poco después, Alejo III, con la ayuda de Murzuflo (el futuro Alejo V Ducas), intentó recuperar el trono. Pero el intento no tuvo éxito y, tras recorrer Grecia, se rindió, junto con Eufrosina (que mientras tanto se había reunido con él), a Bonifacio de Montferrato, que entonces dominaba gran parte de la península balcánica (lo que formaba el Reino de Tesalónica). Tras dejar su protección, buscó ayuda en Miguel I Ducas, déspota de Epiro, y después viajó a Asia Menor, donde su yerno Láscaris se acaba de establecer para resistir a los latinos.

Alejo, aliado a Kaikosru I, el sultán de Rüm (también conocido como sultán de Iconio o Konya), exigió la corona de Láscaris, y ante el rechazo de éste, marchó contra él. Pero Láscaris lo derrotó y lo hizo prisionero. Alejo fue enviado a un monasterio en Nicea, donde murió en fecha indeterminada.

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Alexius III Angelus-Comnenus. 1195-1203AD. AE 27mm Aspron Trachy de Vellon bajo acuñado en Constantinopla

Anverso: +KE RO-HΘEI  Bust of Christ facing, beardless, wearing nimbus cruciger with five pellets in each arm, pallium and colobium, raising right hand in benediction, scroll in left; IC | XC across fields all in double-border

Reverso: AΛEΣIω ΔECΠ KωNcTANTI, Alexius, crowned, wearing loros, on left, holding labarum; St. Constantine, nimbate, wearing loros, bearded, on right, holding labarum and holding cross on globe between them.

Referencia: SB 2011; BMC 15. H22.8-12.

Aspron trachy es un término utilizado para designar diversas monedas del Imperio bizantino, siempre con la característica forma cóncavo-convexa que denominamos escifulada, y formando parte de la serie «trachy» creada en la reforma de Alejo I del año 1092. Estas monedas podían ser de electrum, de vellón y muy raramente de plata.

Alejo III Angelo – Comneno tomó el poder en Constantinopla tras separar del trono a su propio hermano Isaac II. El hijo de Isaac II, que había huido del país ante la prisión de su padre, se estableció en Italia y supo intrigar a los jefes de la Cuarta Cruzada para que él mismo y su padre fueran repuestos en el trono.

Este debió ser el motivo del cambio de ruta de la Cuarta Cruzada, que en vez de ir a liberar los Lugares Santos luchando contra los infieles, cambió de ruta y conquistó a sangre y fuego la ciudad de Constantinopla, permaneciendo en ella de 1204 a 1265.

LA TÉCNICA DE ACUÑACIÓN DE LOS TRACHY

La realización de una moneda cóncava necesita dos troqueles: uno cóncavo y uno convexo. Además es necesario que el cuño-yunque, el inferior, tenga un radioo de curvatura algo mayor del cuño-martillo, el superior. Esto, porque si ambos cuños tuvieran el mismo radio de curvatura, entonces la extracción de la moneda acuñada se volvería imposible.

Es evidente que si la acuñación se realizara en la forma tradicional, es decir con un golpe con el troquel superior asestado perpendicularmente al troquel inferior, entonces solamente la parte central del flan quedaría grabada, mientras la parte externa de la moneda resultaría borrosa (fig. 1).

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Para eliminar a este inconveniente, sea realizaba la acuñación golpeando dos veces el cuño superior encima del inferior, dando a cada golpe una inclinación algo diferente, de tal forma que el troquel superior convexo, “basculaba” sobre el inferior cóncavo. Con el primer golpe se conseguía una imagen nítida por un costado de la moneda; con el segundo golpe se añadía la imagen del otro costado (fig. 2).

image340La acuñación de la moneda cóncava presenta muchas dificultades. Por lo general, resulta satisfactoria en su parte central; sin embargo, su parte más cercana al borde, donde está la legenda, a menudo aparece poco nítida y, tal vez, totalmente ausente: esto es porque durante el golpeo del metal, éste resbala y se estira, sobre todo en su borde. La parte convexa, además, se gasta muy rápidamente así que un trachy con su reverso nítido es siempre una rareza.

Durante su proceso de acuñación, el posicionamiento del troquel superior es impreciso, sobre todo durante el reinado de Alexio III, cuando ya el imperio bizantino está a punto de derrumbarse. Por esta razón, la posición entre las dos partes que componen la figura es bastante casual: a veces estas dos partes aparecen sobrepuestas, otras veces con una inclinación diferente, formando un ángulo. Lo cual es muy evidente en el caso de la presencia de dos figuras en el derecho (el emperador coronado por la Virgen o acompañado por San Constantín). Tal vez, por equivocación se realizaban tres golpes de cuño y entonces, si había un importante desplazamiento del metal, podían aparecer tres figuras en lugar de dos (fig. 3, referida a un trachy de Alexio III).

Puesto que ésto es la resultante de un acontecimiento involuntario y casual dentro del proceso de acuñación, el mismo trachy puede presentar imágenes muy diferentes, sin que tales diferencias, que son infinitas, puedan considerarse como variantes del tipo fundamental.

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ANVERSO Y REVES

Todavía quedan muchas dudas acerca de cuál de las dos caras del trachy corresponda el derecho y a cual el revés. Esta duda se hace más grande porque no hay ninguna certidumbre si el cuño inferior fuera cóncavo, como dimos por supuesto en las notas anteriores, o convexo.

El gran numismático Simón Bendall en «The double striking of late Byzantine concave coins» (The Celator, 12:06, June 1998) propende a creer que el cuño-yunque fuera convexo.

«The double striking of late Byzantine scyphate coins

The reason for making scyphate coins is obscure. What is certain is that their manufacture would have been much harder than the production of a flat coin. In order to produce a well struck scyphate it is necessary that both obverse and reverse dies should have the same radius of curvature in order to mate exactly. This seems to have been beyond Byzantine engineering skills, at least when the scyphate coins ceased to be very shallow and especially since hundreds of interchangeable dies were in use at the same time. It might have been possible to mate one pair of dies but not to make every one of several hundred obverse dies compatible with every reverse die.

We can see from figure 1 that if the obverse, or upper, die was shallower than the lower, a vertical blow would only strike up the detail in the centre of the flan.

On the other hand, figure 2 shows that if the lower die was shallower than the upper, then only the edge of the blank would receive an impression of the design. No coins exist that lack the centre of the design but there are many which lack the edges, including the legends. Thus it appears that the mint authorities made sure that all obverse dies had a larger radius than the lower dies. The problem remained that the part of the design on the edges of both sides of the coin were not struck up and this of course would include the emperor’s name and title.

If, however, the coin was struck twice with the upper die rocked slightly from side to side a fuller impression would result (figure 3). Rocking the upper die without lifting it from the lower die would no doubt have been possible when the curvature of the coins was quite shallow.

It seems that by the beginning of the twelfth century, if not earlier, in striking the upper die was occasionally lifted from the flan between blows, especially at the mint of Thessalonica. There, even as early as the reign of Alexius I (1081-1118), the curvature of the gold coins was deeper than on the Constantinopolitan issues. This, of course, produces very typical evidence of double striking.

It is obvious that, at least from the mid twelfth century, even at Constantinople, the obverse die was not usually rocked but lifted between blows. The lifting results in some displacement, either linear or rotational or perhaps both and this is in fact what we commonly see. There is also evidence that scyphate coins were not just struck by two blows with a single die but that two obverse dies were often used. These would have been held by two mint workers since it is impossible to believe that after one blow the man holding the upper die would put it down and pick up another one!

The use of two upper dies can, however, only be identified when each die was of a slightly different design. Figure 4 shows this clearly. The coin is a silver trachy of John III of Nicaea (1222 1254); the die used to strike the left hand side depicts the youthful Christ with a nimbus containing single pellets enclosed between double lines while the right hand die had a nimbus with five pellets enclosed between an upper double line and a lower single line. There is no possibility that the engraver had made an error by engraving a single pellet on the left side of the die and five pellets on the right side of the same die since both sides of the left die are clearly showing a single pellet on both sides. «

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Tengo en grande consideración a las obras de Simon Bendall. Sin embargo, por lo que se refiere a la acuñación del trachy, quise también considerar la otra solución posible, es decir, que el troquel inferior fuera cóncavo y que en aquello encontrara alojamiento el flan de vellón, que ya tenía una forma a copa, pero con un rayo de curvatura algo menor. Ambas hipótesis (fig. 4) tienen elementos que las sustentan, así que ninguna todavía encuentra una respuesta definitiva: por lo tanto, las dos siguen valorables y así lo será, hasta que no se encuentren precisos testimonios históricos, o bien los troqueles originales, o fragmentos de los mismos.

Con el fin de dar mi propia respuesta a la pregunta, he analizado una muestra constituida por 139 trachy de Alexio III, todos con buena conservación. Esta muestra incluye las tres variantes de las emisiones de Alexio, quedando totalmente excluidas las imitaciones búlgaras coevas, casi tan frecuentes cuanto los trachy legítimos. Tomé en cuenta únicamente los trachy de Alexio III (fig. 5), tal como lo hizo Bendall, porque durante su reinado la acuñación se hace menos cuidadosa y, por lo tanto, los defectos son más evidentes; además, en la parte cóncava del trachy hay dos figuras, el emperador y San Constantín. Tanto la mayor evidencia de los defectos de acuñación, cuanto la existencia de dos figuras, son factores que facilitan la observación y la extrapolación de inferencias.

Estas son las observaciones realizadas sobre la muestra, que es parte de mi colección, y que me llevaron a una conclusión muy diferente de aquella expuesta por Simon Bendall.

En 138 casos sobre 139, el busto del Cristo mantiene una alineación muy precisa de 180° con referencia a las dos imágenes de la otra cara, y nunca padece de desalineaciones angulares, sino solamente deslizamientos transversales. Puesto que el troquel inferior durante el proceso du acuñación con seguridad se mantiene inmóvil, esto sugiere que la cara convexa, aquella donde se rafigura al busto del Cristo, corresponda al cuño-yunque. Al contrario, las dos figuras de la cara cóncava presentan muy a menudo una desalineación angular, además que transversal, como vimos en la figura 3.

En 26 casos sobre 139 (19%), las dos figuras presentan una desalineación angular entre 10 y 45°, y en 4 casos (3%) a la desalineación se añade una tríplice impresión. Esto parece también confirmar que la cara cóncava es aquella que corresponde al troquel superior. Es interesante observar que la desalineación involucra siempre y exclusivamente a la figura de San Constantín (a la derecha), y nunca a la del imperador (a la izquierda), ya que esta última mantiene siempre una rotación de 180° con referencia al busto del Cristo. De lo cual se infiere que:

1) la primera acuñación es aquella que da origen al costado izquierdo del trachy, mientras que la segunda acuñación completa la figura añadiendo la imagen del santo;

2) la desalineación no se debe a la rotación del flan, porque si así fuera resultaría desalineada también la figura del emperador, sino a la imprecisa posición del troquel superior cuando se produce la segunda acuñación.

Se midieron de forma muy precisa e instrumental 33 trachy de la misma muestra, consiguiéndose los siguientes resultados:

PESO MEDIO: 3,14 g (de 2,30 a 4,20 g)

DIAMETRO CIRCUNSCRITO: 27,4 mm (de 22 a 32 mm)

ALTURA DE EMBUTIDURA: 4,70 mm (de 3,4 a 5,7 mm)

GROSOR MEDIO: 0,83 mm (de 0,4 a 1,3 mm)

RAYO DE CURVATURA: 40,2 mm (de 33,6 a 44,0 mm)

Los 10 trachys de menor grosor (entre 0,4 y 0,7 mm), presentan una embutidura media de 4,91 mm; los 14 de grosor normal (entre 0,8 y 0,9 mm), presentan una embutidura media de 4,67 mm; y en fin, los 9 de mayor grosor (entre 1,0 y 1,3 mm), presentan una embutidura media de 4,61 mm. Como era esperado, el proceso de embutidura tiene un retorno elástico que es tanto mayor, cuanto mayor sea el grosor.

También es interesante observar que a los 4 trachys que muestran la tríplice impresión, corresponde un radio de curvatura reducido y, por lo tanto, son más rígidos: la tercera acuñación, por lo tanto, no fue casual o equivocada, sino se volvió necesaria para alcanzar una imagen leíble.

El diámetro circunscrito resulta independiente del grosor, y así mismo el rayo de curvatura, que es de 40,3 – 39,8 – 40,5 mm para los trachys con grosor menor, normal y mayor respectivamente. El peso, al contrario, es directamente proporcional: es de 3,02 para los trachys más livianos, 3,05 para los normales, y 3,41 para los de mayor grosor.

Todas las indagaciones efectuadas conducen a una misma conclusión, es decir:

  • El troquel inferior es cóncavo y no convexo, como sostiene Bendall, y al cuño-yunque corresponde la cara con la imagen del Cristo
  • Durante el proceso de acuñación el flan colocado en le troquel inferior se desplaza únicamente por oscilación y no por rotación;
  • La desalineación de las dos figuras se produce debido a la posición inclinada del troquel superior, y se da solamente en ocasión de la segunda acuñación.

Desde el punto de vista productivo, debiéramos considerar como anverso a la cara convexa, pues corresponde al cuño-yunque. Sin embargo, acostumbramos llamar anverso la cara de la moneda en la cual aparece la imagen del emperador o de la autoridad a nombre de la cual la moneda viene acuñada: desde este punto de vista, entonces, el anverso corresponde a la cara cóncava. Es decir, definir como anverso una u otra cara, es solamente convencional.

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ANILLO BIZANTINO GRABADO. SIGLO VI/IX