Desarrollo Sostenible y Crecimiento Económico

  

Para comprender la relación Desarrollo Sostenible y Crecimiento Económico internalicemos lo siguiente: 

 

Desarrollo Sostenible Crecimiento Económico
Vemos la posibilidad de una nueva era de crecimiento económico que ha de fundarse en políticas que sostengan y amplíen la base de recursos del medio ambiente; y creemos que ese crecimiento es absolutamente indispensable para aliviar la gran pobreza que sigue acentuándose en buena parte del mundo en desarrollo… (Comisión Mundial del Medio Ambiente y del Desarrollo, 1990, pp.21-22) Es el ritmo al que se incrementa la producción de bienes y servicios de una economía, y por tanto su renta, durante un período determinado. Está representado por incrementos en la Renta Nacional o en el Producto Nacional Bruto. Varios autores afirman que existe una fuerte relación entre el crecimiento económico de un país y el deterioro ambiental de sus recursos. Tal relación puede graficarse en una forma de U invertida que se ha denominado como Curva de Kuznets para el  ambiente.

Curva (1)

Según esta curva, en las primeras etapas del desarrollo de un país se producían pérdidas en la calidad ambiental que era compensadas con las ganancias que aparecían una vez que se superaba un determinado umbral de renta per cápita, por lo cual se hacía necesario compatibilizar el crecimiento económico con los principios de conservación ambiental consagrados en la sostenibilidad, naciendo así el término:

Desarrollo Económico Sostenible

Conforma un proceso de crecimiento económico autosostenido de la renta per cápita que incorpora cambios estructurales como la distribución de la renta y la riqueza, la diversificación de la estructura productiva y de los hábitos de consumo y la protección del  ambiente.

Conforme a esto debemos también tener presente que el desarrollo económico sostenible está consagrado como un derecho humano inalienable, a partir de las mismas Naciones Unidas en su Declaración sobre el Derecho al Desarrollo  adoptada por la Asamblea General en su resolución 41/128, de 4 de diciembre de 1986 plantea en su artículos primero lo siguiente:

  1. El derecho al desarrollo es un derecho humano inalienable en virtud del cual todo ser humano y todos los pueblos están facultados para participar en un desarrollo económico, social, cultural y político en el que puedan realizarse plenamente todos los derechos humanos y libertades fundamentales, a contribuir a ese desarrollo y a disfrutar del él.
  2. El derecho humano al desarrollo implica también la plena realización del derecho de los pueblos a la libre determinación, que incluye, con sujeción a las disposiciones pertinentes de ambos Pactos internacionales de derechos humanos, el ejercicio de su derecho inalienable a la plena soberanía sobre todas sus riquezas y recursos naturales.

Es así como el Producto Interno Bruto (PIB) se convirtió en una medida obsoleta del progreso en una sociedad que lucha por satisfacer las necesidades de la gente con la mayor eficiencia posible y con el menor daño para el ambiente (Brown, Postel y Flavin, 1992:253). Lo que cuenta no es el crecimiento del producto sino la calidad de los servicios prestados. Así pues, este aspecto de la transición del crecimiento económico a la situación sostenible resulta mucho más difícil porque llega a la base de las pautas de consumo de la población. Una economía sostenible representa nada menos que un orden social superior, preocupado por las generaciones futuras tanto por la generación actual (eumet.net).

Con el nacimiento de la Agenda 2030 (que será estudiada más adelante) ahora las Naciones Unidas busca que los países promuevan el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos, veamos… 

     

 Conoce más de este Objetivo de Desarrollo Sostenible aquí.

 

Pero… ¿y cómo miden los países ese Desarrollo Económico Sostenible?

 

  • Índice de Desarrollo Humano Sostenible (DHS).

El director del PNUD describe el desarrollo humano sostenible de la siguiente manera:
“Debemos unir el desarrollo sostenible y el desarrollo humano, y unirlos no sólo de palabra pero en los hechos, todos los días, en el terreno, en todo el mundo. El desarrollo humano sostenible es un desarrollo que no sólo genera crecimiento, sino que distribuye sus beneficios equitativamente; regenera el medio ambiente en vez de destruirlo; potencia a las personas en vez de marginarlas; amplía las opciones y oportunidades de las personas y les permite su participación en las decisiones que afectan sus vidas. El desarrollo humano sostenible es un desarrollo que está a favor de los pobres, a favor de la naturaleza, a favor del empleo y a favor de la mujer. Enfatiza el crecimiento, pero un crecimiento con empleos, un crecimiento con protección del medio ambiente, un crecimiento que potencia a la persona, un crecimiento con equidad (PNUD, 1994)”.

 

Dacaru (2019), lo define como un proceso de crecimiento progresivo en la calidad de vida, que coloca al ser humano como centro y sujeto primordial del desarrollo, por medio del crecimiento económico con equidad social, la transformación de los métodos de producción y de los patrones de consumo que se sustentan en el equilibrio ecológico y soporte vital de la región.

 

Es así como en décadas pasadas se plantea la necesidad de «un nuevo paradigma del desarrollo que coloque al ser humano en el centro del desarrollo, considere el crecimiento económico como un medio y no como un fin, proteja las oportunidades de vida de las futuras generaciones al igual que las de las generaciones actuales y respete los sistemas naturales de los que dependen todos los seres vivos» (PNUD, 1994, 4-5). En el año 2012, el PNUD planteó que “Índice de Desarrollo Humano Sostenible”, tomaría en cuenta el costo del desarrollo humano para las generaciones venideras.

 

dhs-grafico

Fuente: Dacaru (2019)

 

El concepto de desarrollo humano sostenible se trata de un concepto complejo, que encierra en tres palabras toda una estructura ideológica.  Se basa en tres elementos que representan una triple dimensión: por una parte está el Desarrollo, un concepto de apariencia económica, pero  que no significa únicamente crecimiento económico, sino que en el contexto, se aplica al desarrollo de las capacidades de cada ser humano en sociedad; Humano, que hace referencia al pilar sobre el cual se estructura el desarrollo y finalmente Sostenible, refiriéndose a la vocación de perpetuidad fundada en el respeto por elementos sociales, culturales y ecológicos (Moreno, Miguel y Torres, 2016).

 

El DHS se caracteriza por constituir una propuesta sistémica y glocal (de lo global a lo local) de desarrollo, basada en principios éticos como el respeto al funcionamiento de los ciclos naturales y la diversidad biológica y cultural, así como la promoción de la equidad
social y los derechos humanos, en el marco de democracias participativas. En lo económico, dimensión habitualmente enfrentada a lo ecológico, el DHS reclama la reconceptualización de la economía y del mercado como medios para el desarrollo y no como fines del mismo. En lo ecológico, el DHS plantea la necesidad de respetar la preservación de los recursos naturales, el equilibrio de los ecosistemas y el mantenimiento de la biodiversidad; lo que permitirá la perpetuación en el tiempo de los recursos necesarios para proporcionar calidad de vida a una población en expansivo crecimiento demográfico. En lo social, el DHS plantea la prioridad ética de erradicar la pobreza, reducir las desigualdades sociales, promover la justicia y la equidad, fortalecer la identidad de los pueblos, los derechos humanos y cuidar el equilibrio demográfico. En lo político, el DHS aspira a fortalecer y profundizar la democracia y la construcción de la ciudadanía, promoviendo y garantizando la participación ciudadana en la gestión del desarrollo y en la toma de decisiones públicas, así como reivindicando el respeto de los derechos humanos y el cumplimiento de los deberes ciudadanos. En lo cultural, el DHS reivindica un cambio en los patrones culturales de relación entre los humanos y de éstos con la naturaleza de modo que lleguemos a conseguir un manejo sostenible de los ecosistemas y los recursos naturales, a la vez que un respeto a la diversidad cultural; un impulso a la participación ciudadana en la gestión del desarrollo, y una distribución equitativa de los recursos y servicios para resolver las injusticias sociales y satisfacer las necesidades y derechos humanos (Aznar y Barrón, 2017).

 

Para calcular el índice de dimensión de cada caso en concreto se usa la siguiente fórmula:

Índice de dimensión = (valor actual – valor mínimo) / (valor máximo – valor mínimo)

Los valores de cada índice de dimensión vistos anteriormente no son arbitrarios. Si un país tiene el máximo en todo, su IDH es de 1, lo cual significa que tiene un elevadísimo nivel de desarrollo. En cambio, si tiene mínimos en todo, su IDH será de 0 (Montagud, 2020).

 

  • Evaluación de Progreso Económico Sostenible  (Sustainable Economic Development Assessment – SEDA).

Es una herramienta de diagnóstico patentada por el BCG’s que brinda a los países información sobre sus condiciones sociales y económicas generales. Es principalmente una medida objetiva que combina datos sobre resultados, como en salud y educación, con datos cuasi objetivos, como las evaluaciones de gobernanza . También es una medida relativa que evalúa el desempeño de un país en relación con el universo completo de 152 países o con sus pares o grupos individuales. Ofrece una instantánea actual, así como una medida del progreso a lo largo del tiempo, y complementa indicadores puramente económicos como el PIB.

 

SEDA define el bienestar sobre la base de diez dimensiones agrupadas en tres categorías.

  • La economía incluye las dimensiones del ingreso, la estabilidad económica y el empleo.
  • Las inversiones incluyen las dimensiones de educación, salud e infraestructura, que reflejan los resultados de políticas y programas que representan la mayor parte de los gastos no defensivos de cualquier gobierno.
  • La sostenibilidad comprende el medio ambiente y tres contribuyentes a la inclusión social: igualdad, una sociedad civil fuerte y buena gobernanza.

 

SEDA

 

Utilizando indicadores de fuentes disponibles públicamente, SEDA evalúa el desempeño del país para cada dimensión. La evaluación se basa en un total de 40 indicadores basados ​​en los datos disponibles más recientes. La medida de cada indicador se normaliza en una escala de 0 (el puntaje más bajo entre los 152 países) a 100 (el más alto). Sobre la base de esos indicadores normalizados, se calcula una puntuación para cada una de las 10 dimensiones. Los puntajes brindan información sobre el bienestar de tres maneras:

 

Seda Score

Agregar los puntajes para las 10 dimensiones SEDA proporciona un puntaje general de nivel actual para cada país. Este puntaje se puede usar para comparar un país con cualquier otro país o grupo de países. En general, los países más ricos tienden a tener puntajes más altos en el nivel actual que los países menos ricos. Las 10 dimensiones de SEDA también proporcionan un marco para revisar las prioridades para la acción correctiva, ya que el desempeño de un país en relación con el resto del mundo o un grupo de pares puede resaltar las fortalezas y debilidades críticas. Armados con tales ideas, los gobiernos pueden comenzar a establecer estrategias para abordar los problemas más apremiantes.

 

  • Índice de Felicidad Nacional Bruta

En 1972, el 4to Rey de Bután declaró a la Felicidad Nacional Bruta más importante que el Producto Nacional Bruto (PNB), y que desde ese momento en adelante, el país está orientado a las políticas nacionales y los planes de desarrollo hacia la Felicidad Nacional Bruta (o FNB). La Constitución de Bután (2008, Artículo 9) dirige al Estado “a promover aquellas condiciones que permitirán la búsqueda de la Felicidad Nacional Bruta”. Aunque no hay una única definición oficial de FNB, la siguiente descripción ampliamente utilizada:

Felicidad Nacional Bruta (FNB) mide la calidad de un país en una manera más
holística [que PNB] y considera que el desarrollo beneficioso de la sociedad humana
tiene lugar cuando el desarrollo material y espiritual se produce lado a lado para
complementar y reforzarse mutuamente.

Karma Ura, Sabina Alkire and TshokiZangmo (s/f)

 

La Felicidad Nacional Bruta (FNB) es una métrica que mide el bienestar de una sociedad considerando el desarrollo beneficioso de los aspectos materiales y espirituales como un todo. El Índice de Felicidad Nacional Bruta (FNB) pretende entonces, medir la felicidad de una sociedad. La Felicidad Nacional Bruta está compuesta por varias dimensiones o elementos. A estas dimensiones se les conoce como dominios. Cada dominio se estudia según diversos indicadores. Los dominios de la Felicidad Nacional Bruta:

  • Bienestar psicológico
  • Salud
  • Uso de tiempo
  • Educación
  • Diversidad y resistencia cultural
  • Buen gobierno
  • Vitalidad de la comunidad
  • Diversidad y resistencia ecológica
  • Niveles de vida

Felicidad

Para calcular la Felicidad Nacional Bruta se ejecuta una encuesta compuesta por más de 140 preguntas.  En tanto que si un ciudadano ha respondido más de un 50% de respuestas que ‘reflejan’ que el encuestado es feliz no se considera dentro del grupo infeliz. Los resultados se reflejan en cuatro categorías:

  • Infelices: No pasan del 50% de respuestas que reflejan felicidad.
  • Poco felices: Están entre un 50-65% de respuestas que refleja que son felices.
  • Extensamente felices: Sus resultados están en el rango del 66-76%.
  • Profundamente felices: Son los más felices, han respondido a más del 77% que reflejan felicidad (López, 2020).

 

  • Índice del Planeta Feliz
El Índice del Planeta Feliz o Happy Planet Index es un indice alternativo de desarrollo, bienestar humano y ambiental, esta diseñado para medir el desarrollo de los países con base a la expectativa de vida, la perfección subjetiva de felicidad y la huella ecológica. El Índice fue creado en el 2006 y se publica cada 3 años. El creador es el británico Nick Marks, cuenta con el apoyo del Gobierno del Reino Unido y New Economics Foundation.
 
Según The Happy Planet Index, estudia como un alto consumo de recursos no implica un mayor nivel de bienestar, surge como alternativa a indicadores convencionales que mide la riqueza de un país como el Producto Interno Bruto (PIB). http://happyplanetindex.org/

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