Linchamiento en Canoa, Puebla
“El rey sólo es señor, después del cielo y no bárbaros hombres inhumanos si Dios ayuda nuestro justo celo. ¿Qué nos ha de costar?”
 
Lope de Vega Fuenteovejuna,
Acto III Inicio de la película Canoa
 
 
 

San Miguel Canoa, Puebla, se vistió de sangre el 14 de septiembre de 1968, cuando una turba, azuzada por el párroco local, atacó hasta el linchamiento a un pequeño grupo de estudiantes y trabajadores de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.

1968, año terrible para quienes en México y en buena parte del mundo eligieron el camino de la libertad, con el telón de fondo de la Guerra Fría amenazando todo el orbe, y la opinión pública manipulada en el bloque capitalista con el miedo al fantasma del comunismo, los grupos conservadores, intolerantes y fascistas, esgrimieron cualquier pretexto para agredir a quienes, aun sin hacer nada, podrían suponer una “amenaza” para la estabilidad de las “buenas conciencias” de la sociedad de entonces. Si en las urbes eso era algo de cuidado, en los pequeños pueblos lo era aún más, y Canoa resultó un lamentable ejemplo de los criminales alcances del fanatismo religioso e ideológico.

San Miguel Canoa se localiza en las faldas del volcán La Malinche, cuyo majestuoso cono inverso señala los territorios de Tlaxcala y Puebla. A este segundo estado pertenece el pueblo, a donde el 14 de septiembre de 1968 llego un pequeño grupo de jóvenes trabajadores y estudiantes de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, con la idea de subir al volcán. Al grupo lo había convocado Julián González Báez –de 26 años, casado y con dos hijos–, quien solía hacer excursiones a la montaña. De las 11 personas que irían, sólo llegaron cuatro, además de Julián: Ramón Gutiérrez Calvario, Jesús Carrillo Sánchez, Miguel Flores Cruz y Roberto Rojano Aguirre.

Cuando llegaron a la comunidad indígena, hablante de lengua náhuatl –eso era San Miguel Canoa entonces–, eran las seis de la tarde. Si en algún momento hubieran pensado comenzar el ascenso para pernoctar ante una fogata en la ladera del cerro, la lluvia no les hubiera permitido avanzar. Tupida, como suele ser por esos parajes, los obligó a buscar refugio. Primero se lo pidieron al dueño de una tienda y, ante su negativa, acudieron al curato, donde también se negaron a ayudarlos[1]. El cura del lugar era Enrique Meza Pérez.

Aproximadamente por 40 minutos estuvieron escuchando la historia del pueblo y acerca de los abusos de poder del párroco Meza Pérez. De pronto, el ambiente se agitó. Alguien echó a vuelo las campanas de la iglesia y, según publicó el Diario de Puebla en su edición del 18 de septiembre de 1968, “desde un magnavoz colocado en el centro del pueblo se dejó escuchar la voz de alarma, haciendo saber que habían llegado comunistas para repartir propaganda”. El mismo periódico narró cómo los pobladores, obedeciendo la voz del cura, acudieron al llamado para linchar a quienes consideraban “enemigos de la creencia católica”[2].

La calle se fue llenando de voces en náhuatl. Cuando preguntaron qué sucedía, Lucas los calmó, pero entre los gritos se escuchaba de pronto alguna voz en castellano, diciendo: “¡Ya llegaron los asesinos!”, “¡Ladrones!” Alguien había enardecido a la gente.

Cuando los exaltados vecinos tocaron a la puerta del número 9 de la calle Benito Juárez llevaban machetes, piedras, palos y pistolas. Lucas abrió, intentando dialogar con ellos: un machetazo al cuello lo tiró, recibiendo después un balazo frente a su familia e invitados. Comenzaron a golpearlos, acusándolos de llevar propaganda. Se presentó un comandante policíaco, pero nada pudo hacer. Habían convencido a los vecinos de que eran enemigos, ladrones, agitadores. No escuchaban y no comprendían.

Ahí mismo, en la casa de Lucas, machetearon a Ramón, a Jesús y a Odilón, y ahí quedaron. A Miguel, Roberto y Julián los sujetaron y, entre golpes y laceraciones, los arrastraron hasta la plaza del pueblo, junto a la iglesia. Amenazaban con rematarlos y no dejaron de torturarlos, ante la complacencia clerical. Como habían cerrado las entradas al pueblo, la policía logró pasar hasta las cinco de la mañana del día 15 de septiembre de 1968. Julián, Miguel y Roberto lograron sobrevivir, aunque terriblemente heridos[3].

Ese mismo 15 de septiembre, Pilar Flores, la esposa de Julián –quien estaba embarazada–, recibió una llamada, avisándole que su marido estaba gravemente herido en un hospital. Las radiografías señalaron, sobre todo, lesiones en la cabeza y en los riñones, pero ahí le entregaron una bolsa con tres dedos de su marido: se los habían cortado de un machetazo.

Después de una profunda reflexión, Miguel y Roberto trataron de compensar el suceso dando pláticas sobre la violencia impulsada por el fanatismo y el prejuicio, por la mentira enarbolada como dogma. Ambos han muerto ya. Julián, sobreviviente, narró los hechos en 2018, a 50 años del linchamiento. Nunca regresó a ese pueblo, pero declaró no guardar rencor alguno a los pobladores de Canoa, reconociendo que no todos se comportaron igual. Tomasa García, la viuda de Lucas, identificó a los 17 vecinos que mataron a su esposo y a los dos jóvenes. Por ese motivo, ella y sus hijos fueron perseguidos y acosados.

Para los hechos de Canoa, aún no hay justicia. Siete años después del linchamiento, del 7 de abril al 12 de mayo de 1975, en el pueblo de Santa Rita Tlahuapan, también en Puebla, se rodó la película Canoa[4], dirigida por Felipe Cazals[5], interesado en contribuir en la búsqueda de justicia y de concientizar contra los alcances del fanatismo. Este documental es fiel a los hechos, en la medida de lo posible, ya que el guion se escribió con base en entrevistas a los participantes y supervivientes, sin embargo, es un referente obligado para quien quiera comprender la situación de violencia incontrolada a la que el cura Meza Pérez llevó a la población. Por cierto, él nunca recibió castigo. Ante el escándalo, solo se le envió al curato de Santa Inés Ahuatempan[6].

 


[1] https://www.elsoldemexico.com.mx/mexico/sociedad/a-50-anos-de-san-miguel-canoa-verdadera-historia-del-linchamiento-puebla-1995573.html
[2] https://www.jornada.com.mx/2018/09/15/politica/007n1pol
[3] https://www.milenio.com/politica/comunidad/hija-lucas-querian-mama-canoa-segregaron-familia
[4] https://youtu.be/u9KxUHYT-nQ
[5] https://www.jornada.com.mx/2014/11/14/opinion/027a1pol
[6] https://www.laprensagrafica.com/tendencias/A-50-anos-del-linchamiento-por-una-confusion-en-Canoa-un-pueblo-de-asesinos-20180914-0038.html

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