Se gasta 6 veces más en alcohol, tabaco y gaseosa que en leche

El consumo de bebidas alcohólicas, gaseosas y tabaco supera seis veces a la ingesta de lácteos, según datos del Banco Central del Paraguay (BCP). De acuerdo con el boletín de cuentas nacionales, que tiene información del lapso 2000 al 2009. El primer renglón se vendió por 4.4 billones de guaraníes corrientes, mientras que el segundo alcanzó 715.286 millones. Es decir, US$ 1.090.642.654 contra US$ 177.051.075 según el tipo de cambio de ayer.

La Cámara Paraguaya de Industriales Lácteos (Capainlac) ya había advertido sobre el bajo consumo de leche en el país, que no alcanza las cifras recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Lo recomendable es que  cada persona consuma anualmente entre 150 y 200 litros de leche (aproximadamente 400 cc. por día). En Paraguay, sin embargo, la cifra llega a solo 92 litros, que  representa menos del 50% del volumen ideal.

En los últimos dos años el consumo anual per cápita  aumentó  12 litros, ya que la cifra del mercado local en el 2009  llegaba a apenas 80 litros, según datos de Capainlac. Aún así, la demanda no es suficiente para cumplir con  la indicación de la OMS.

Más alcohol que leche

Si bien aún no se tienen los datos de 2010 y 2011, el boletín Cuentas Nacionales del BCP  deja en evidencia la preferencia de muchos paraguayos por las bebidas alcohólicas, en detrimento de  la leche, pese a que este último es un alimento fundamental para la salud humana en todas las etapas de la vida, pero sobre todo en la infancia y   tercera edad.

El consumo intermedio de lácteos, expresado en guaraníes corrientes, creció entre los años 2000 y 2009 un  145%, de 291.574.330.000 a 715.286.342.000, como se puede observar en la infografía.

En tanto que el consumo intermedio de bebidas (categoría que incluye cerveza, vino, caña y gaseosa) y tabaco  subió   180%, de 1.575.184.176.000  a 4.406.196.334.000 guaraníes corrientes.

De estos datos se excluye el consumo de bebidas alcohólicas y gaseosas importadas, así como leche de procedencia extranjera, ya que las cuentas nacionales solo contabiliza la producción local.

Valor bruto de la producción

En cuanto al valor bruto de la producción, también en esta área se puede ver la amplia diferencia entre ambas categorías analizadas.

En el  2000, el valor bruto de la producción de lácteos alcanzó los 332.978.982.000 guaraníes corrientes, mientras que el de los rubros bebida y tabaco llegó a los 2.098.420.344.000 guaraníes.

Es decir, la diferencia fue del 530%.

En el 2009, el valor bruto en el rubro lácteo alcanzó los 715.286.342.000 guaraníes, en tanto que el de bebida y tabaco trepó a 4.406.196.334.000 guaraníes. Vale decir que entre ambas categorías se registró  una diferencia del 516%.

El Ministerio Público produjo un vídeo en el marco de la campaña contra los accidentes de tránsito ocasionados por la ingesta de alcohol, denominado “Verano sano, verano feliz”. El audiovisual será presentado esta noche en medio de un encuentro deportivo.

La Dirección de Comunicación de la Fiscalía produjo un vídeo sobre las consecuencias del consumo de alcohol por parte de los conductores.

El audiovisual fue grabado con el apoyo de la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF), en el marco de la campaña “Verano sano, verano feliz” y será proyectado esta noche en el estadio Defensores del Chaco, donde se disputará el encuentro Cerro Porteño vs Guaraní.

“Es el primer Spot desarrollado por nuestro equipo y en las próximas semanas vamos a presentar otros más, siempre en el área de responsabilidad social y apoyando la lucha contra los altos índices de muertes en accidentes de tránsito. Paralelamente, estamos preparando materiales sobre hinchas de fútbol, entre otros”, sostuvo Gustavo Fretes, director de Comunicación y Prensa de la Fiscalía.

El audiovisual de 39 segundos retrata la vida de un joven cuyas ganas de divertirse lo llevan a un desenlace fatal.

Los accidentes de tránsito son la principal causa de muertes violentas en Paraguay; la mayoría de las veces se cobran la vida de jóvenes de entre 15 a 19 años, en choques que se registran en Asunción y en el área Metropolitana.

20 comentarios en “Se gasta 6 veces más en alcohol, tabaco y gaseosa que en leche”

  1. Paraguay consume menos del 50% de leche recomendada por la OMS
    De acuerdo a los datos informados por el Banco Central de Paraguay (BCP), entre el período del 2000 al 2009, en el país se vendió un total de US$177 millones en productos lácteos.
    Esta cifra es superada en seis veces por el consumo de bebidas alcohólicas, gaseosas y tabaco, que en el mismo período estudiado, superaron los US$1.090 millones.
    Por su parte, la Cámara Paraguaya de Industriales Lácteos (Capainlac) ya había advertido sobre el bajo consumo de leche en el país, que no alcanza las cifras recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
    Lo recomendable es que cada persona consuma anualmente entre 150 y 200 litros de leche. Sin embargo, en Paraguay la cuota llega a sólo 92 litros, que representa menos del 50% del volumen ideal.

    En los últimos dos años el consumo anual per cápita aumentó 12 litros, ya que la cifra del mercado local en el 2009 llegaba a apenas 80 litros, según datos de Capainlac.

    Aún así, la demanda no es suficiente para cumplir con la indicación de la OMS.

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  2. EL TABACO Y LOS LEGISLADORES

    Señor director, como usted sabe, la semana pasada el Congreso de Argentina sancionó por unanimidad la Ley Antitabaco.

    Es un país más que reconoce al tabaquismo como epidemia en la comunidad y lucha por librar de este flagelo a su pueblo.

    Sabemos que el tabaquismo es tremendamente dañino para la salud y provoca indefectiblemente enfermedades que llevan al sufrimiento y a la muerte. ¿Y qué hacemos en nuestro país? ¿Qué hace el Ministerio de Salud Pública?

    Mantenemos una ley débil y que se cumple a medias. Algunos parlamentarios -no sabemos por qué motivos-, en lugar de avanzar en las exigencias de las leyes para proteger a la población que representan, aceptan las presiones o instrucciones de las empresas e intereses ajenos a nuestro bienestar. En este año especial del Bicentenario necesitamos gente comprometida, honesta y patriota que luche contra los flagelos que dominan nuestro país.

    Carlos Julio Baldessari

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  3. ALCOHOLISMO Y HUMOR

    Me entristece ver que los medios masivos de comunicación utilicen para la burla una situación tan problemática como lo es la enfermedad del alcoholismo.

    No es casual que el alcoholismo sea considerado como una verdadera enfermedad familiar. Afecta al alcohólico y a todos los que lo rodean. Vivir con un alcohólico es difícil y cansador. Pero, una persona en estado de ebriedad por más jocosa que parezca no es motivo de risa, y menos para llevarlo a la pantalla como algo cómico; al contrario, debemos ponernos en el lugar de los familiares de ese enfermo, algunos angustiados por no saber dónde está ese miembro de su familia. No creo que los familiares se sientan felices al ver a uno de sus integrantes en las noticias.

    Los medios deberían reencausar sus funciones, servir de nexos y facilitadores de información, aportando su valioso y privilegiado tiempo para educar y no seguir exponiendo esta situación como motivo de chiste.

    La carga de la familia no es fácil de llevar, no hagamos la vista gorda al problema, aportemos nuestro granito de arena para ayudar.

    Mary de Benítez

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  4. excelente publicacion en argeentina tambien estan abocados hacer cumplir estas leyes el ipla es incansable en los controles tambien en rutas y calles el control de alcohlemia es frecuente te felicito carlos baldessari un abrazo armandopata@hotmail.com desde tucuman argentina

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  5. excelente publicacion en argeentina tambien estan abocados hacer cumplir estas leyes el ipla es incansable en los controles tambien en rutas y calles el control de alcohlemia es frecuente te felicito carlos baldessari un abrazo armandopata@hotmail.com desde tucuman argentina

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  6. Revertir el alto consumo de alcohol por parte de escolares

    Resulta alarmante que el 25 por ciento de los estudiantes de 13 a 14 años sean consumidores de bebidas alcohólicas, según un reciente estudio de salud pública realizado en varios países de la región, incluyendo al Paraguay. Es urgente emprender medidas que no solo conduzcan a un mayor control sobre las ofertas y ventas indiscriminadas de alcohol a menores, sino principalmente promover acciones educativas que hagan posible una mayor conciencia sobre la problemática, buscando la modificación de conductas, tanto de los propios jóvenes como de los padres de familia y adultos que estimulan o permiten esta nociva práctica.

    A pesar de que la Ley n.º 1.642/2002 prohíbe expresamente “la comercialización, la venta o el suministro gratuito de bebidas alcohólicas, en locales públicos, a menores de veinte años de edad”, en la práctica esta normativa sigue siendo frecuentemente ignorada.

    En su edición del martes, este Diario dio a conocer los resultados de un estudio comparativo sobre el uso de drogas en la población escolar secundaria de Bolivia, Argentina, Colombia, Chile, Ecuador, Perú, Uruguay y Paraguay, que sostiene que el 25% de los estudiantes de 13 a 14 años de edad consumen bebidas alcohólicas.

    Lo preocupante es que, según los detalles del informe, la mayoría de los niños, niñas y adolescentes inician el consumo de alcohol en las propias fiestas escolares, en donde supuestamente deben contar con el acompañamiento de sus educadores y también de sus padres y familiares.

    La falta de un control más efectivo por parte de las autoridades policiales, del Ministerio Público y de la Justicia, en hacer cumplir la ley que prohíbe la venta y el suministro de alcohol a los menores de edad, junto a la permisividad social en que incurren muchos adultos, al permitir o incluso estimular el consumo de bebidas alcohólicas por parte de los jóvenes, son algunas de las principales causas de la problemática.

    En un plano más de fondo, se debe cuestionar la excesiva estimulación despertada a través de los mensajes publicitarios en los medios de comunicación social, que representan imágenes de conquista de la felicidad asociadas al consumo de alcohol o tabaco.

    Los efectos de esta lamentable situación resultan preocupantes, desde casos de muerte prematura como consecuencia de afecciones hepáticas, hasta daños permanentes en el cerebro, el sistema nervioso, el corazón, el sistema circulatorio y el aparato reproductor, sin hablar de los casos de accidentes de tránsito, o embarazos indeseados, originados en momentos de descontrol por efectos del alcohol. En muchas situaciones, conduce además a buscar el consumo de drogas más agudas.

    Es necesario plantear acciones más enérgicas desde las diversas instituciones del Estado, que involucren además a organizaciones sociales, a miembros de la comunidad educativa y a los padres y familiares, con activa participación de los propios escolares.

    Es urgente emprender medidas por parte de las autoridades de la Policía, la Fiscalía y el Poder Judicial, que conduzcan a un mayor control sobre las ofertas y ventas indiscriminadas de alcohol a menores, y principalmente promover acciones a nivel educativo, que hagan posible lograr una mayor conciencia sobre la problemática, buscando por sobre todo la modificación de las conductas, tanto de los propios jóvenes como de los padres de familia y adultos que estimulan o permiten esta nociva práctica. Hay que buscar frenar el grave daño que el consumo de alcohol provoca en nuestros niños y jóvenes.

    http://www.ultimahora.com/notas/618844-Revertir-el-alto-consumo-de-alcohol-por-parte-de-escolares

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  7. En El gran Gatsby -mítica novela de Francis Scott Fitzgerald, cuya nueva versión para el cine está a punto de estrenarse- encontramos estas líneas: “Entre gente que bebe mucho, no beber es una ventaja. Se puede contener la lengua, y, además, es posible calcular cualquier pequeña irregularidad particular, de forma que los demás están tan ciegos que no la ven o no les importa”. Obviamente, cuando Carraways -el narrador- protagonista de la novela- usa el verbo “beber”, lo hace refiriéndose al alcohol.

    Cuando cada día uno se fija en la cantidad de muertos y lisiados que producen los accidentes de tránsito, una especie de desazón e impotencia inunda el espíritu; personas que pierden la vida o cambian para siempre su futuro y el de su familia por culpa de un accidente evitable.

    Pero cuando las cifras de accidentes incluyen el alcohol como factor desencadenante, la impotencia se vuelve inutilidad y rabia. Vidas enteras destruidas por tomar el volante en un estado en el que los reflejos no responden debidamente.

    No beber alcohol entre gente borracha puede ciertamente ser una ventaja. Pero cuando estos toman el volante, ya no lo es tanto. Uno está a merced de ellos.

    En cada cruce de semáforo, en cada esquina, en cada adelantamiento, uno puede cruzarse con un alcoholizado al volante, y tal encuentro puede ser la última maniobra de cualquiera, chofer, pasajero o peatón desafortunado que pasaba por casualidad.

    A esta altura de nuestra civilización, no toparse con el alcohol en algún momento de nuestra vida es un acto imposible.

    Es una sustancia omnipresente. Quien no lo haya probado o no le guste, en cualquiera de sus presentaciones, es un marciano. Pero nuestra sociedad de consumo y una mistificación machista lo han elevado al nivel de una pócima que debe ser bebida en exceso, sin límites, si es que uno quiere ser considerado en el grupo. Y esta presión es irresistible para la mayoría.

    De las debilidades psicológicas no hablaré, pero, sin duda, ellas son más que influyentes.

    Al descontrol de nuestro tránsito, al caos de nuestras ciudades, al relajo del control policial y municipal, al enorme crecimiento del parque automotor, se suma el endiosamiento hacia las bebidas alcohólicas.

    Las pocas campañas de concienciación hasta ahora han sido, a todas luces, más que insuficientes. Hace falta una política pública enérgica. De lo contrario, tendrán razón aquellos profesionales que vaticinan una generación de tullidos y de familias destrozadas por culpa de alcoholizados manejando.

    Por Sergio Cáceres Mercado

    http://www.ultimahora.com/notas/621126-La-ventaja-de-no-beber

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  8. Una cruzada para enfrentar el consumo excesivo de alcohol

    La cultura del consumo excesivo del alcohol se va extendiendo con alarmante rapidez en los diversos estratos sociales. Sus consecuencias visibles e invisibles —no por eso menos reales— impactan severamente en la sociedad. Uno de sus efectos más palpables son los accidentes que a diario suceden a lo largo y ancho del país bajo los efectos de la bebida que disminuye la capacidad de ubicación en el espacio y altera los reflejos.

    Lo que es considerado una epidemia, no fue aún abordado en serio por las autoridades para ofrecer respuestas viables. Urge, por ello, emprender una campaña permanente para enfrentar un drama cuyo horizonte se va ampliando.

    En un elevado segmento del imaginario colectivo —lo que la gente piensa acerca de determinados hechos— no se concibe ninguna reunión social donde estén ausentes las bebidas alcohólicas en abundancia. En esa postura subyace la idea de que para pasar bien y estar alegres hay que consumir necesariamente aquello que estimula el ánimo y desinhibe a la mayoría de las personas.

    Es una cultura que, de a poco, va ganando terreno, ocupando espacios en todos los ámbitos y generando problemas que requieren ser abordados sin más pérdida de tiempo. Algunas de las consecuencias están a la vista de todos; otras permanecen más ocultas, pero no por ello dejan de ser preocupantes dentro de lo que se concibe como la salud integral de la sociedad.

    Uno de los efectos nocivos del exceso del consumo de alcohol es la gran cantidad de accidentes que provoca en la vía pública. Hace unos días, en la zona del Puerto Botánico (barrio Trinidad, de Asunción), un abogado no pudo dominar su camioneta e ingresó a una vivienda provocando el derrumbe de una pieza en la que una abuela y dos nietas dormían. Estas se salvaron de milagro. El causante del daño acusó un elevado contenido de alcohol en el cuerpo cuando se le practicó la prueba del estado etílico.

    Casos como ese se repiten a diario. Los más graves son los que están vinculados a motociclistas. En muchos casos —en 2 de cada 3, según las estadísticas de la Policía—, el resultado es la muerte de los involucrados en los accidentes.

    El efecto que se ve menos es el de la violencia intrafamiliar. Los bebedores se vuelven coléricos y la familia es blanco de maltratos verbales y físicos. Las denuncias de situaciones de esta naturaleza son mínimas y no se puede dimensionar su verdadero alcance.

    Si la cultura del exceso en el consumo se ha expandido ostensiblemente, tal cosa no ha ocurrido con la responsabilidad ciudadana para atenuar o eliminar sus consecuencias nefastas. Al contrario, con el silencio cómplice o cobarde, con actitudes de permisividad, se ha ido alentando tácitamente a los que toman desmedidamente para ejercer en público y en privado su irresponsabilidad.

    Está comprobado que la mera prohibición o las advertencias ordenadas por la ley acerca del consumo de bebidas alcohólicas carecen de la fuerza suficiente para modificar la conducta de los adictos. Hacen falta, por lo tanto, medidas complementarias sostenidas en la familia y en la sociedad en general para frenar su expansión y disminuir su impacto social.

    Lo que se requiere con urgencia es una cruzada nacional en contra del consumo excesivo del alcohol. Tiene que incluir a la familia, la educación formal e informal, los medios de comunicación y, por supuesto, a las instituciones públicas para establecer una política de Estado que aborde de manera permanente el problema. De lo contrario, la epidemia seguirá causando graves e irreparables daños al tejido social de la Nación.

    http://www.ultimahora.com/una-cruzada-enfrentar-el-consumo-excesivo-alcohol-n796167.html

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  9. Tomar hasta morir

    El alcoholismo es lamentablemente en nuestro país uno de los peores cánceres a nivel social. El control y la prevención en el hogar existen poco y nada. Me contaba una persona asidua de fiestas sociales cómo van aumentando los padres que permiten a sus hijos menores de edad beber alcohol, y si estos se emborrachan lo toman como algo sin importancia. No hay ofensa en decir que deben ser los mismos adultos que después lamentan las muertes trágicas, un embarazo indeseado o el inicio de un largo calvario de por vida para sus hijos.

    Además de la desidia paterna, la falta de leyes más severas y de autoridades comprometidas con la prevención, el poder aparentemente imbatible de las empresas que imponen sus intereses económicos por encima de la salud de la población son los obstáculos para lograr una sociedad sana y segura. Porque es hora de que dejemos de relacionar ingenuamente la seguridad solo con la policía.

    Por supuesto, la base más firme debe partir de la educación y el ejemplo en el hogar. Tener un padre, madre o parientes cercanos alcohólicos puede suponer un peligroso precedente.

    En el Paraguay se idolatra la cerveza, y beberla en exceso es un “orgullo”. Destaquemos que, de un tiempo a esta parte, mujeres también pasaron a formar parte de este sector y a beber de más. “Muchas chicas de mi edad toman alcohol en las fiestas y terminan desmayadas…” (Carmen, 17). “Las mujeres toman más que los hombres y son las que más desastre arman acá” (una abuela en un barrio popular).
    El alcoholismo no diferencia clases sociales; sucede en todas, aunque se haga más visible y condenable en la clase media baja y baja.

    Los daños que produce el alcohol a nivel de salud generan desde una amplia gama de afecciones a accidentes de tráfico, homicidios, suicidios, cirrosis hepática, gran cantidad de casos de cáncer (con buen porcentaje de cáncer de mama), y la disminución de la calidad de vida.

    Entendiendo la magnitud de las consecuencias, el alcoholismo no solo perjudica a la persona, sino a sus familiares directos y a terceros. Una persona que se emborracha derrumba la frase tan de moda “que haga de su vida lo que quiere si no le molesta a nadie”. El coma etílico se repite cada semana en las fiestas de jóvenes y los asesinatos en rueda de tragos son endémicos en Paraguay.

    El alcohol es una industria poderosísima y difícil de regular en todo el mundo. Los productores se justifican diciendo que genera fuentes de trabajo, se dice también que es parte de la economía, la cultura, el bienestar, de la diversión y el relacionamiento social. En discursos todo suena ideal, pero en la vida real impunemente se incentiva el desborde. Los impuestos que se cobran sobre la producción y la venta, por más altos que sean, no devolverán jamás las vidas perdidas.

    En defensa del débil y del propenso, no a la propaganda de que el alcohol asegura sexo, carisma, felicidad, éxito social.

    Muerta la amplia facilidad, justificación y promoción de este nefato vicio, muerta gran probabilidad de desgracias y tardíos lamentos.

    Por Lourdes Peralta

    http://www.abc.com.py/edicion-impresa/opinion/tomar-hasta-morir-1290532.html

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  10. Alcohol en los estadios, una bomba de tiempo

    La irresponsabilidad de los dirigentes deportivos, sumada a la inoperancia y complicidad de las autoridades, en especial de la fiscalía y la Policía están permitiendo que se arraigue una peligrosa práctica en los espectáculos deportivos en la región. La falta de prevención y el masivo consumo de bebidas alcohólicas en los estadios deportivos convierten los encuentros futbolísticos en un lamentable espectáculo, que se torna inclusive peligroso para los mismos hinchas, jugadores y árbitros.

    Lo más lamentable es que son los mismos dirigentes deportivos los que se ponen a consumir bebidas alcohólicas durante los partidos, ya hay antecedentes en ese sentido. Existe un total incumplimiento de la Ley 1866 por la no violencia en los recintos deportivos. En el artículo 3 establece la prohibición del ingreso a los estadios o la permanencia en las zonas aledañas de personas que se encuentran bajo los efectos del alcohol. Sin embargo, las autoridades encargadas de hacer cumplir la ley se desentienden de sus funciones. Mientras tanto, muchos de los que se van a las canchas para disfrutar del fútbol están expuestos a agresiones de los inadaptados.
    Durante los partidos de ida de las semifinales del campeonato organizado por la Liga Deportiva Paranaense, los aficionados accedieron a los estadios con sus conservadoras llenas de cervezas en latas y en botellas de vidrio, sin inconvenientes. Los envases pueden ser elementos contundentes para que los hinchas se agredan entre sí, a árbitros, jugadores, o integrantes del cuerpo técnico. De esta manera, los partidos de fútbol, que deben ser un encuentro para las familias y los amigos, se convierten en un lamentable espectáculo, decadente y peligroso.
    El artículo 12 de la referida ley señala que “Las entidades deportivas serán solidariamente responsables por los actos ilícitos cometidos por los miembros de sus hinchas organizados, dentro de los estadios deportivos y zonas aledañas. Cuando los actos ilícitos provengan de la conducta colectiva de los hinchas organizados, éstos quedarán suspendidos y no podrán ingresar a los estadios deportivos y zonas aledañas por el término de noventa a ciento ochenta días”.
    Corresponde entonces que las entidades deportivas tomen las medidas necesarias para que los encuentros futbolísticos sean jornadas de distracción sana para toda la familia, y evitar que se produzcan actos bochornosos o situaciones de violencia que se puedan lamentar. Hace falta mayor cantidad de agentes del orden y seguridad porque cuatro o seis policías no garantizan seguridad, en un escenario donde asisten más de mil personas. El Ministerio Público tiene gran responsabilidad también para el control, porque actualmente no están cumpliendo con sus funciones de prevención. Si las tres instituciones trabajan de manera conjunta, se puede conseguir que los partidos se desarrollen con normalidad y que se eviten hechos desagradables en los estadios deportivos. – See more at: http://www.vanguardia.com.py/v1/index.php/component/k2/item/23489-alcohol-en-los-estadios-una-bomba-de-tiempo#sthash.BAdYEpsW.dpuf

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  11. El informe de la OPM no es justo

    Dice el informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPM) que nuestro país está 4º en el ranking de bebedores sociales, con unos 8,8 litros por año, detrás de Chile, Argentina y Venezuela, que nos superan apenas por unos pocos centímetros cúbicos.

    Me atrevería a decir que estos datos no se condicen con nuestra realidad, al menos en ingesta bruta en lo que se refiere a la cervecita, y es probable que haya habido alguna mano negra para sacarnos del merecido primer puesto.

    Todos conocemos gente, y más de uno, que consume estos 8,8 l en un par de días y en pocas horas, y me quedo recorto, lo que les daría una media personal, si tomamos una cuarta parte de días del año (en algún momento están sobrios) de unos 400 litros anuales. Luego, si solo multiplicamos por 500.000 habitantes, teniendo en cuenta la población joven (no a los veteranos en el tema que son muchos más, damas incluidas) y dividimos por la población total, la cuenta da unos 30 l per cápita (sin contar whisky, caña y otros). Entonces no queda más que decir que hay algo que no cierra en el ranking.

    Y lo que no cierra, la trampita, está en que el informe dice “alcohol puro”. Entonces debemos tener en cuenta que la cerveza tiene unos 6-7 grados, el vino unos 12-15 y el whisky 43 grados. Si se calcula la media 8,8 l en cerveza daría unos 150 l anuales; si en vino, unos 70 l; y si es en whisky, unos 20 l. Creo que nos han superado, con esta sutil disquisición etílica, no por beber más cantidad sino por el tipo de bebida que consumen nuestros vecinos chilenos, venezolanos y argentinos, que son afectos a bebidas más espirituosas, más fuertes en graduación alcohólica, pero que ni por las tapas en litraje nos alcanzan.

    Así es que podemos reafirmar que el informe de la OPM es parcial, es engañoso; por tanto, esperamos que nuestra asociación de AA pronto lance un comunicado exigiendo las bebidas explicaciones.

    Rafael Luis Franco

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  12. Ni chespi ni porro, nuestro real drama es la cerveza

    En materia de lucha contra las drogas, el verdadero drama del Paraguay no pasa por la marihuana, el crac ni la cocaína. Nuestra realidad es mucho más simple que eso. Por ende –¡oh, paradoja!–, mucho más difícil de asumir y afrontar.

    La problemática no se da, pues –al menos no de manera prioritaria– con el consumo de las drogas ilícitas, sino de las lícitas. Y por eso mismo, por ser lícitas, es que la situación es más compleja de abordar, porque cuenta con una desenfadada tolerancia por parte de la sociedad.
    Nuestro principal drama es el alcohol, deberíamos reconocerlo. Y en este ámbito, la verdadera catástrofe pasa por la cerveza, por lejos la bebida espirituosa más consumida en el Paraguay.

    Para sustentarlo me baso en dos estudios. Uno, el de la propia Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), que en su página web incluye un informe según el cual “el alcohol, es sin duda alguna, la droga de mayor consumo y que más consumidores tiene en todo el mundo. Es también la droga que ha producido y sigue produciendo mayor cantidad de enfermos y que más recursos emplea en la rehabilitación de los drogodependientes que ocasiona”.

    Ahora bien, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), Paraguay es el cuarto país con mayor ingesta de alcohol en América Latina, llegándose a consumir hasta 8,8 litros per cápita. De acuerdo con fuentes autorizadas, Paraguay vende unos 230 millones de litros de cerveza, por un valor aproximado de 500 millones de dólares anuales.

    Según la OMS, la cifra de muertes causadas en el mundo por el consumo de alcohol es de 300.000, generando unas 200 enfermedades, incluidas la cirrosis y ciertos tipos de cáncer.

    En nuestro país, el alcohol es una de las principales causas de violencia doméstica intrafamiliar, en cualquier clase social. Amén de la disfunción familiar que genera, produce miles de mujeres golpeadas al año –la mayor parte de los casos no se denuncian– y deja un tendal de niños con severos traumas sicológicos, cuyas secuelas se harán sentir a lo largo de sus existencias.

    Frente a este verdadero drama, se preguntará usted, amable lector, ¿qué hace el Estado? Y le respondo con relativa facilidad: Absolutamente nada. Salvo parar en las rutas a alguno que otro conductor en visible estado de ebriedad, el Gobierno no tiene ninguna política para reducir el consumo de alcohol, ni siquiera indirectamente, a través de importantes cargas impositivas.

    Es que en Paraguay somos especialistas en eso de esconder la basura bajo la alfombra y evitar hablar de los temas que verdaderamente nos afligen como sociedad. Vivimos, como hace cien años, de las apariencias y el autoengaño.

    Por Adrián Cattivelli
    http://www.ultimahora.com/ni-chespi-ni-porro-nuestro-real-drama-es-la-cerveza-n961525.html

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  13. Plausible proyecto lechero

    En virtud de un convenio celebrado con la Federación de Cooperativas de Producción (Fecoprod), el Estado invertirá mil millones de guaraníes para que unas doscientas familias de tamberos de cinco municipios del departamento de Concepción puedan vender toda su producción a la firma Lácteos Norte, instalada en Azotey. Los beneficiarios del auspicioso programa, que incluye centros de acopio, almacenamiento y comercialización, serán incluidos así en la cadena industrial, cuyo rendimiento a nivel nacional se ha duplicado en los últimos diez años. En el mismo lapso se habría triplicado el número de tamberos, que hoy son más de cinco mil y generan cerca de 1.800.000 litros diarios de leche.

    Estos alentadores datos, brindados por el presidente de la citada federación, Edwin Reimer, dan cuenta de la importancia adquirida hoy por este sector cada vez más dinámico, que mucho puede contribuir a reducir la pobreza rural, siempre que se le creen las condiciones y estímulos adecuados. Los fondos públicos destinados al programa referido son relativamente modestos, siendo aconsejable que las iniciativas de esta naturaleza sean mejor dotadas desde el punto de vista financiero.

    Es mucho el dinero que el Estado derrocha a tontas y a locas, de modo que habría margen suficiente para que las partidas presupuestarias del Ministerio de Industria y Comercio destinadas al fomento de la actividad tambera sean notablemente reforzadas. De lo que se trata es de apoyar a las familias campesinas, abriéndoles nuevos horizontes, capacitándolas para mejorar su productividad y puedan comercializar el fruto de su trabajo en los mejores términos. Un tambo sería para ellas una excelente alternativa, siempre que se sientan respaldadas.

    Desde luego, no es cuestión de regalarles dinero en forma de subsidios, sino de asesorarlas para que salgan adelante por sí mismas y de crear para ello las condiciones propicias. En tal sentido, las rutas transitables durante todo el año son indispensables para que la leche llegue en tiempo y forma a los centros de acopio, lo mismo que la provisión constante de energía eléctrica, sobre todo en los centros de industrialización.

    Los menonitas, que mucho saben de estos temas, mantienen sus vías de comunicación en condiciones impecables y recogen la producción en camiones refrigerados, aunque llueva a torrentes. Sería muy útil por cierto que, sobre todo los nuevos productores lecheros, imiten su cultura del trabajo y sepan que esta actividad exige sacrificios, si es que quieren prosperar.

    Para que puedan vender todo lo que ordeñan, es preciso, además, que el Estado reprima el contrabando, pues se estima que el 30% de la leche comercializada –en polvo y líquida– tiene ese origen delictivo, debido a la inoperancia o a la complicidad de las autoridades competentes. Son varios, por tanto, los factores a tener en cuenta para que el sector lácteo siga creciendo. Su potencial es considerable, más aún atendiendo que en el Paraguay el consumo de leche per cápita es de solo unos 120 litros por año, siendo que la Organización Mundial de la Salud sugiere que sea de por lo menos 150, y que en Uruguay, Argentina y Brasil asciende, respectivamente, a 240, 210 y 160 litros.

    A su vez, que el Ministerio de Salud Pública debe informar a la población cuán importante es el aporte nutricional de la leche. Por eso mismo, resulta muy útil que este alimento esté incluido en la merienda escolar, así como es necesario que el Estado sea puntual en sus pagos para que no se repita el conflicto suscitado a inicios de este año con la Cámara Paraguaya de Industriales Lácteos debido a una deuda de 23.582 millones de guaraníes por la leche entregada desde 2014 a la Gobernación del Departamento Central. Las familias campesinas tienen que aumentar su nivel de vida mediante el trabajo digno, para lo cual merecen el apoyo tanto del sector privado como del público. En el caso referido, se ha forjado entre ellos una auspiciosa alianza, digna de ser imitada en otras zonas rurales para que el narcotráfico no se presente como la única alternativa para salir de la pobreza. Es lo que se suele creer sobre todo en el norte de la Región Oriental, de modo que el departamento de Concepción ha sido bien escogido para este emprendimiento comentado. En esa Región también está ubicado el de Canindeyú, donde 41 mujeres organizadas del municipio de Yasy Cañy, previa capacitación, venden hoy leche a los proveedores de la industria, percibiendo unos 300.000 guaraníes mensuales por el ordeñe diario de una vaca. En este ámbito resulta particularmente ventajoso el trabajo conjunto, de modo que habría que estimular aún más la creación de cooperativas. De hecho, en el Paraguay, organizaciones de este tipo ya acopian alrededor del 85% de la producción. Es deseable que el Ministerio de Industria y Comercio impulse otros proyectos del mismo tipo, con mayores recursos financieros. Si se multiplicaran los convenios público-privados que apunten a ello, saldrían ganando tanto el campesinado en particular como el país en general.

    http://www.abc.com.py/edicion-impresa/editorial/plausible-proyecto-lechero-1595479.html

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  14. El exceso ininterrumpido

    El alcoholismo es uno de los vicios que ha generado chistes clásicos a lo largo de la historia. Pero los tiempos han cambiado, del borracho del barrio o de la familia (el inofensivo), hoy sufrimos un aumento de alcoholismo a nivel general, a toda hora del día y de la noche, con accidentes que si no matan dejan secuelas terribles. Este vicio se ha multiplicado no solo entre hombres, sino también mujeres que ansían poder beber tanto como los hombres.

    Hay muchas razones por las que el alcoholismo crece a nivel personal como social. Sin dudas, hay estudios científicos que nos explican las razones de diversa índole: biológica, psicológica, social. Cuando tenemos un caso grave en la familia es cuando buscamos ayuda o nos desgastamos con el enfermo.

    Hoy día es casi normal que se manejen autos bajo efectos del alcohol a pesar de los controles de la policía. Muchos consienten que sus amigos o parejas manejen habiendo bebido, seguros de que nada pasará. Sin embargo, tal consentimiento es una irresponsabilidad.

    Nadie duda de que es un mal que nos cuesta erradicar, no sabemos o no podemos. La falta de control estricto y sin pausa más la avidez comercial son parte del problema en nuestra cultura –o falta de–. A nivel familia, ocurre algo parecido, no hay festejo sin alcohol, en nuestro país haga frío o calor la cerveza, cuyas empresas no escatiman millones en hacer publicidad usando los buenos valores: la amistad, el amor, la felicidad para el mero lucro. ¿Cuándo van a ser obligados –ya que de ellos no surge la conciencia– a educar y prevenir al consumidor? El cómodo argumento de que “cada persona es responsable de lo que compra y toma” no sirve, con esta postura no vamos a reducir accidentes y muertes. No es suficiente porque hay que tomar a la población afectada y a la franja que podría caer en este vicio, identificarlos y trabajar concretamente sus causas y, a su vez, lo colateral, las enfermedades y los trastornos (puede causar problemas en el hígado, páncreas o estómago, así como en el sistema nervioso central y periférico. Además genera una mayor vulnerabilidad para las infecciones y los trastornos psiquiátricos, como ansiedad, depresión o insomnio, y las disfunciones sexuales).

    El destructivo hábito de beber en exceso es algo que tiene que ser erradicado, esto va para autoridades, padres, maestros y todos los adultos maduros respecto a los niños y adolescentes. Hay padres y madres que permiten que menores beban alcohol en su casa o en fiestas colegiales, ¿por qué?

    Luego la otra parte de la lucha debe apuntar a bajar el porcentaje de alcohol de las bebidas más populares, tiene que haber una estrategia conjunta a nivel nacional e internacional, lo cual no es imposible.

    El consumo de bebidas alcohólicas ocupa el tercer lugar entre los principales factores de riesgo de mala salud en el mundo. Silencioso vicio que sigue “dando risa” a muchos, no así a los que fueron o son víctimas.

    Nuestra sociedad todavía toma como algo menor el alcoholismo, por eso los paliativos se reducen a cursos aislados. Empezar a cambiar significa comprometerse a nivel gubernamental mediante la aplicación eficiente de políticas de prevención y también de castigo. Nada más frustrante que desconocer nuestros límites. “El alcohol provoca el deseo, pero frustra la ejecución” (Shakespeare).

    Por Lourdes Peralta

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  15. Pobre anga Wayne Rooney

    En Inglaterra, como en otros países más serios que el nuestro, hacen las cosas de una manera diferente.

    Si te atrapan conduciendo borracho, por ejemplo, amóntema. Si no me creen, pregúntenle al jugador de fútbol Wayne Rooney, a quien en estos días le retiraron el carné de conducir por dos años, y ahora deberá usar el servicio de uber o uno de esos buses rojos de dos pisos.
    El ex capitán de la selección inglesa ya no es un peligro, porque así es cuando los países y sus sociedades funcionan.

    Pero bueno, acá la historia no es que el jugador rico y exitoso le monta cuernos a su esposa, le pillan con otra y maneja con 104 miligramos de alcohol en la sangre. Lo que hay que señalar es que ningún policía trató de «arreglar» el problema del jugador.

    Él tuvo que admitir culpabilidad y aceptar la sentencia. Además de no poder conducir, va a tener que cumplir 100 horas de trabajos sociales y su club no le va a pagar durante dos semanas.

    Rooney es el máximo goleador histórico de su selección, y el sistema lo trató como a cualquier otro inglés. De eso se trata, pues, cuando el sistema funciona. Si metés la pata, no importa quién seas ni tu cuenta bancaria ni si salís en la tele en horario prémium metiendo goles, tenés que ser un ciudadano responsable o el sistema te recuerda los límites.

    Por aquí, seas jugador de fútbol famoso, político, hijito de papá, empresario, funcionario o lo que sea, si tenés contactos, podés arreglar una situación comprometida. Y no siempre se retira el carné de conducir. Porque nuestro manejo de las situaciones es muy informal.

    Por qué si no hay en la calle tantos motociclistas sin el casco obligatorio. Por qué si no vemos circulando chatarras, sin que las autoridades hagan algo al respecto. Por qué si no hay tantos borrachos «multados» por la Patrulla Caminera.

    Si Wayne Rooney hubiera nacido por estos lares, su vida hubiera sido muy diferente. Y no me refiero solamente a que un amable policía de tránsito le hubiera ahorrado la pública vergüenza –por una módica suma obviamente–.

    La sociedad no lo censuraría –como es probable que en su país lo estén haciendo ahora– Por acá si sos exitoso te bancamos, lo que sea. Porque a la sociedad, o al menos a gran parte de ella, en realidad no le importa si atropellaste a alguno cuando manejabas borracho; o si le vendés crac a niñitos de la escuela primaria; o si sos senador y ganás 40 millones de guaraníes al mes, pero no vas a las sesiones porque no te da la gana; o si sos diputado e inventás congresos en el Caribe para veranear a costa del pueblo paraguayo.

    Así que pobre anga Wayne Rooney, que le tocó nacer en la tierra de Los Beatles.

    Por Brigitte Colmán

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  16. Hora de arranque

    Por Esteban Aguirre

    Algún tiempo atrás había bajado a teclado la noción (y personal opinología) de que «Paraguay es el Irlanda de Latinoamérica, el problema es que no lo sabe». Este tal vez no disparatado comentario hace alusión al ocultismo nocturno del alcoholismo social con el cual la sociedad paraguaya propicia sus encuentros.

    Si bien la idea de tomar como cosaco de cumpleaños determina tu grado de hombría en este país de tierra colorada esto en realidad no está basado en cuánto tomas. sino en qué tan temprano o «antes que el resto» te quieras retirar del encuentro social. He ahí donde la irlandesa idea vuelve a tener sentido, usted tranquilo/a estimado/a lector/a, eventualmente todo este tren de pensamiento tendrá algún sentido, las ramificaciones de dos párrafos del divague ajeno» están absolutamente bajo control, si no me lo cree, sírvase a lamer su dedo pulgar y pasar a la siguiente página y/o clickear en el banner de la publicidad de colchón que tanto ando buscando.

    Como les decía, Irlanda, un país que tiene un similar consumo per cápita de alcohol a Paraguay, con un principal diferencial: el horario de consumo. Tomemos un día tradicional de buen beber en la vida de nuestros «suertudos amigos» europeos, el irlandés sale del trabajo a las 17:00, encara el pub como caballo posderby y toma durante unas buenas 5 horas, para las 22:00 se encuentra en su casa, cenando en familia, con un bocado de algún plato amigo, corpulento y yerador, algo de zapping sin sentido y directo a la cucha, para las 24:00, listo para volver a empezar el desafío del día siguiente.

    Mirando un poco hacia nuestra tierra, el paraguayo es traicionado por sus cortas distancias y cómoda logística, como decía el amigo de un amigo: «En Paraguay todo queda a media hora… depende a qué hora salís nomás», esta logística nos da la extraña sensación de poder hacerlo todo porque todo queda «acá a la vuelta nomás».

    Terminamos disfrutando de nada en un entero, saliendo de la oficina vamos directo hasta la casa para meterle una especie de merienda, siesta, ducha, whatsappeo para volver a emerger «a eso de las dieeee, dieeeymedia» de manera a tomar (coraje) hasta las «dooooce dooooooceymeeedia» para luego empezar un maratónico y existencial proceso de autoanálisis y negación hasta «eso de las 3 de la mañana» en donde el «¡Ey! ¡Qué maricón que sos!» ya no es suficiente para detener al confundido bebedor/trabajador paraguayo que decide encarar el retorno a casa para sufrir pesadillas sobre la resaca de su resaca con la cual tendrá que lidiar al día siguiente.

    Tal vez este texto me encuentre más cerca de los 40 años y algo nostálgico de mi versión de 20 que lidiaba con los duros amaneceres con un lavado de cara, medio yerón y un tereré pantano. Hoy la historia se siente distinta, las resacas ya empiezan a durar 48 horas y las llamadas a la oficina son cada vez más fantásticas, «disculpe jefe, lo que pasa es que mi auto le embarazo a mi perro mientras le chocaba al cartero del vecino… el pues no usa wifi jefe».

    Pero ya no solo la responsabilidad del día siguiente inspira pensar sobre esta carencia de cultura alcohólica con la que transitamos nuestro país, me inspira más la inteligencia de celebrar una sociedad que en realidad celebra su brindis, que es amigo de la caña, de las risotadas que terminan con «Hippuuuuu…¡aaaasí eeees!» y de elevar las copas con desconocidos por conocer para exclamar «¡Salú!». Eso no debería cambiar la forma en que encaramos nuestro brindar y futura productividad, probablemente sí.

    Beber y comer son cosas que has de hacer narra el refrán al que con orgullo celebramos en Paraguay, la primera parte de la tarea la tenemos bien clarita, la segunda, la de cuidar la longevidad del tiempo en que queremos hacer esto, de disfrutar de más cosas que solo el alcohol, sino la conversación, el momento, el sabor de todo el contexto, de entender que saber vivir es vivir para saberlo, eso, tal vez, no lo sabemos hacer muy bien.

    Mark Twain decía: «La única manera de conservar la salud es comer lo que no quieres, beber lo que no te gusta, y hacer lo que preferirías no hacer», en el fondo mi vecino grita: «¡¿A qué hora pío arrancamos hoy?!».

    ¡Salú!

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  17. NI UNA COPA AL DÍA: EL CONSUMO SALUDABLE DE ALCOHOL NO EXISTE

    “Él hace brotar la hierba para el ganado, y las plantas para el servicio del hombre, para que él saque alimento de la tierra, y vino que alegra el corazón del hombre, para que haga brillar con aceite su rostro, y alimento que fortalece el corazón del hombre” (Salmo 104: 14-15).

    El consumo del alcohol está tan arraigado en la civilización como el consumo de carne y otros elementos de la dieta humana. A modo de referencia cruzada, la Biblia —texto oriental pero tan arraigado en Occidente— está llena de referencias al mismo, sobre todo al vino.

    Asumimos que si algo ha acompañado al ser humano a lo largo de la historia, especialmente en celebraciones, no debería ser tan perjudicial. De todos modos, como dijo alguna vez el padre de la farmacéutica moderna, Paracelso, el veneno está en la dosis. ¿Se aplica también eso al alcohol?

    Una droga y un alimento
    Para empezar, el alcohol es un fármaco—precisamente, una droga clasificada como depresora. O sea, funciona suprimiendo las funciones neurológicas a nivel central, directamente en el cerebro; disminuye el estado de alerta, aumenta el tiempo de reacción e, incluso, a altas dosis produce sedación y con eso la disminución de la capacidad de sentir dolor.

    Esta última «propiedad» ha sido utilizada con fines médicos desde antaño. Era común que el dentista apareciera con dos botellas de bebidas de alto contenido alcohólico antes de la cirugía, una botella para él y otra para el paciente. Hoy día, «sedar» a un paciente con alcohol suena hasta bárbaro, y lo es, ya que se dispone de fármacos mucho más controlables para suprimir el dolor durante los procedimientos médicos.

    Otro aspecto interesante es que el alcohol, a diferencia de otras drogas, es un alimento (desde el punto de vista bioquímico). Sí, la molécula del alcohol etílico, CH₃-CH₂-OH, es un carbohidrato (un azúcar). Al poseer dos átomos de carbono, puede entrar al ciclo de Krebs, el ciclo por el cual las células obtienen energía de cualquier tipo de alimento, y formar el eslabón más pequeño en la formación de los triacilgliceroles que terminarán formando los ácidos grados.

    Como todo azúcar (o proteína) en exceso en el cuerpo, terminará convirtiéndose en grasa. Podríamos pensar que cada botella de cerveza es, bioquímicamente, el equivalente a un pote de manteca. Demás está decir el problema que el exceso de grasas en la sangre podría ocasionar en la salud.

    Siempre se menciona a la cirrosis hepática como la enfermedad vinculada al consumo continuo y en exceso del alcohol, incluso olvidando la primera enfermedad que propicia la segunda, el alcoholismo.

    La verdad es que, desde que se ha investigado el consumo de alcohol, el cúmulo de evidencia hasta la fecha lo vincula con enfermedades neurodegenerativas, como la encefalopatía de Wernicke, así como con varios tipos de cánceres: de colon, esófago y estómago, entre otros. Y ni hablar de los problemas vinculados a la violencia y los accidentes de tráfico que tienen como denominador común el consumo de alcohol.

    Es interesante recalcar que estos problemas no se publicitan con tanto énfasis como con el mito de que beber una copa de vino al día previene enfermedades del corazón, así como vincular el vino a la “dieta mediterránea”, siempre con un tono positivo y a modo de recomendación.

    No hay nivel de consumo seguro de alcohol
    En salud, consumir un determinado alimento puede relacionarse a la aparición de enfermedades. Por ejemplo, el consumo de carne roja en exceso se vincula con un mayor riesgo de padecer cáncer de colon. Para que ese riesgo se reduzca o se anule, se recomienda no consumir carne roja más de dos veces por semana, lo que se llamaría consumo de bajo riesgo. O sea, con ello, el riesgo de padecer cáncer de colon es similar al que tienen las personas que no consumen carne.

    El caso es que, tras decenas de estudios realizados a lo largo de años, se constata que el consumo de bajo riesgo para el alcohol es cero—o sea, no existe. Siempre habrá un riesgo mayor a cero asociado con la mínima ingesta de alcohol.

    Si bien es cierto que los polifenoles que contiene el vino, actuando como antioxidantes, ayudan a la prevención de enfermedades cardiacas, el beneficio es muchísimo menor en comparación con el riesgo que acompaña su consumo. Además, los mismos polifenoles de una copa de vino se pueden encontrar en un puñado de almendras, arándanos o demás frutas secas, sin esos riesgos asociados.

    Comprender estos datos y ver al alcohol como un factor de riesgo modificable —que las personas pueden optar por asumir o no ese riesgo— debería motivar una discusión seria y basada en la evidencia a la hora de plantear problemas de salud pública vinculados con las drogas.

    Resulta irónico que la sociedad condene de forma institucional otras drogas no lícitas, persiga con ahínco su consumo y distribución y al mismo tiempo sea permisiva con las dos grandes drogas lícitas de consumo masivo: el tabaco y el alcohol.

    Cada paciente enfermo por secuelas del tabaquismo le cuesta al Estado varias veces más el valor de lo que las industrias tabacaleras aportan en impuestos, y es conocido que los jóvenes se inician en conductas adictivas con el consumo de alcohol.

    La prohibición suele producir un efecto rebote, tiene un rasgo paternalista y menoscaba la libertad individual. Por tanto, es necesario educar siempre con la base de los hechos conocidos. Brindar información veraz y sin sesgos amplía libertades y puede proteger de muchas enfermedades prevenibles, sobre todo a sectores más vulnerables de nuestra sociedad.

    Por Osvaldo Meza

    Ni una copa al día: el consumo saludable de alcohol no existe

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  18. FRANCISCA Y SU DIARIO PEREGRINAR ENTRE SAN JUAN Y MENDOZA

    Cada mañana pasa caminando frente a nuestra casa a la misma hora, con puntualidad asombrosa, siempre usa la vereda de enfrente, en su consistente y disciplinado camino al zaguán que ocupa dos cuadras más abajo, en una casa pequeña ubicada casi sobre la avenida. Algunos samaritanos le habrán cedido ese espacio en algún momento para que, a partir de ubicarse en el mismo, lo utilice junto con el agua al que acceda desde una canilla ubicada allí, y realice en las manzanas aledañas tareas varias con las que, mal que bien, se gana la vida.

    El alcohol es la droga lícita que más daño causa a las personas.

    Los vecinos, movidos por la projimidad, compasión o lástima, le encomendamos trabajitos varios como barrer la vereda, pasar el rastrillo por el pequeño patio del frente, traer alguna que otra cosa del coreano de la esquina… rapidez. Tiene varios “patrones” –como ella los llama con orgullo-, con los que cumple cada una de las tareas asignadas a lo largo de la semana hasta los sábados por la tarde, cuando desaparece y nadie la vuelve a ver hasta los lunes por la mañana.

    En Paraguay, el 50,9% de la población consume bebidas alcohólicas, y el 24% lo consume de manera excesiva.

    Cuando está relativamente sobria, es posible entablar una conversación con ella. Y es allí que se nos revela Francisca (nombre cambiado) en su mejor perfil, con una dicción impecable y voz ronca, y si la miramos con detenimiento podemos adivinar que tuvo lindas facciones en un rostro hoy ya muy arrugado, donde unas cejas gruesas enmarcan sus ojos vivaces. Habrá tenido una buena educación, a juzgar por su forma de hablar y el vocabulario que utiliza, sin dudas tendrá una interesante historia de vida, a la que lastimosamente no podremos acceder porque estos breves momentos de lucidez son cada vez menos frecuentes.

    Paraguay registra datos que lo ubican como el 4to. País de la región en consumo de alcohol per cápita.

    Francisca es alcoólica y desde hace un par de años puede percibirse un deterioro que avanza en ella, desde su andar cada vez más errático hasta la forma en que se le hincha la cara. Tiene ataques nerviosos durante los cuales grita y uno teme cruzarse con ella, ya veces, se queda dormida frente a la casa de un vecino, entonces hay que llamar a la policía para que la traslade a otro lugar, lo que realiza efectivamente personal del 911 … Para ubicarla 20 metros más adelante. “No tenemos adónde llevarla, y en la Comisaría no le podemos retener”, es la –lastimosamente comprensible- explicación de los uniformados.

    En nuestro país, se estima que el 82% de los accidentes de tránsito tienen relación con la ingesta de alcohol. En el 2.020 se registraron 13.195 lesionados y 184 fallecidos en percances en las calles, de los cuales 75% involucra a motociclistas. Los factores principales son la imprudencia, el exceso de velocidad y el consumo de alcohol, siendo normalmente este último el detonante de los dos primeros.

    En la mitología romana, el Dios del vino era llamado Baco, responsable por la fertilidad de las plantaciones, en especial de los viñedos, como así también del vino. Como todas las deidades, tenía defectos y era juguetón, por lo que no se hacía responsable por los excesos y el frenesí ocasionados por la ingesta abundante del vino. Dicho de otra manera, cuidaba que la cosecha fuera abundante y la calidad del vino excelente, pero quedaba a cargo de los mortales decidir cuánto beber.

    Justamente a estos excesos se refería la expresión bastante frecuente hace un par de décadas y hoy caída en desuso, que dentro del contexto de una oración rezaba “en la fiesta de casamiento, el tío Tito estaba entre San Juan y Mendoza”, que aplicaba a la borrachera de alguien que, si bien no necesariamente había hecho la ruta del vino en la Argentina, parecería que estaba practicando para cuando se le presentara la ocasión. Sobre el punto podemos añadir -y con toda seguridad-, que bien vale hacer el esfuerzo para conocerla y disfrutar de sus paisajes, hoteles de estilo campestre, gastronomía y por supuesto, excelentes vinos.

    El consumo de alcohol supone una desinhibición en la conducta violenta de base, la cual aumenta tras los consumos, produciéndose un efecto “sumatorio” o un incremento de tal violencia.

    El consumo del alcohol es una realidad presente en nuestro medio a tiempo completo y un éxito de taquilla, y dentro de esta película social Francisca hace el papel de una pobre víctima, mostrándonos algunos de los lados más oscuros, tristes y crueles del alcoholismo, como lo son el abandono de su familia, del Estado y la fría espalda por parte de la sociedad. Lejos está nuestra protagonista del tío simpatiquísimo con unas copas de vino de más, que despliega gracia en la pista de baile, de la pareja glamorosa que brinda por su amor con sendas copas de champán, del amigo que –había sido- canta muy bien pero no se anima salvo que cargue unas cervecitas encima, por no decir del poeta galés que encontró la inspiración de sus mejores coplas en el fondo de un vaso de whisky.

    PAUL GRIMM

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  19. TERRIBLE… NI SE HABRÁ ENTERADO QUE MATÓ A ALGUIEN.

    Un trabajador de 52 años perdió la vida tras un accidente de tránsito. El presunto responsable se dio a la fuga. Tras ser detenido, dio positivo al alcotest con un índice de 2,20. Se trata de Nicolas Alessandro Villa Ramírez. Zona Shopping del Sol.

    Cuál es la necesidad que llegan estas fechas y lo único que quiere la gente es empedarse y amanecer así, y para colmo salen a asesinar personas. Deberíamos cambiar la carátula de homicidio, porque esto es premeditado, saben que si toman pueden matar a alguien. En fin, que se pudra… No entiendo eso de manejar re en pedo habiendo tantas opciones de movilidad hoy en día. Y no es excusa eso de que «no tengo para pagar», si manejas un auto es porque tenes para pagar un Bolt o Uber… 2.2 ya no es alcohol en sangre… es sangre en el alcohol! 2.2 (…a las 9AM?), en la sangre con una persona de 100kg de peso equivale a 25 cervezas de 330ml a 5% de alcohol c/u. Le tomaría al cuerpo 30 horas limpiar eso de su organismo. Se salvo de un coma etílico para ir a perjudicar a su prójimo.

    Porque se protege la identidad de un criminal indefendible? ¿Por qué se le tapa la cara? No hay absolutamente ninguna duda de su crimen. Deben mostrar su cara y que le pese toda la vida que le queda su idiotez. Lo terrible en serio. Es que nuestra «justicia» lo dejará libre y sin castigo. Paga la multa, le dan prisión domiciliaria apróximadamente 3 meses después queda libre. No pasó nada, estamos en el país de las maravillas… Que lo procesen por Homicidio culposo, omisión de auxilio y obstrucción al resarcimiento por daños en accidente de tránsito, al irresponsable que cegó la vida de un padre de familia trabajador.

    Según la ley de tránsito es considerado una falta grave y es un delito penal que va al art. 217 del código penal. Es penalmente relevante cuando el resultado de alcotest da soplando 0.200 a 0.800 y en la sangre 0.400 a 1.599 mg/l

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  20. País alcohólico
    Al hablar de tradiciones para despedir al año viejo y recibir al nuevo, solemos recordar las cenas en familia, el color de los atuendos, el brindis con sidra o champagne, las doce uvas a la medianoche, los fuegos de artificio encandilando el cielo, los bailes, e incluso recorrer el barrio con una maleta para que se cumpla el deseo del merecido viaje de desconexión. Pero algo que se ha vuelto una lamentable tradición son las peleas que se vuelven virales a través de las redes sociales y los grupos de WhatsApp.
    Con una combinación de risa y morbo, vemos y nos hacemos eco de los «moquetes» de personas ebrias, ya sea en una modesta bodega de barrio o en los lugares más «top» de la ciudad capital. El consumo de alcohol y la carga violenta que ello trae no deberían ser motivos de tanta gracia.

    https://www.latribuna.com.py/editorial/43544-pais-alcoholico

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