La pedagogía crítica
en la experiencia carcelaria
de presas políticas
Mセ@
@セ
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Critical Pedagogy: Experiences with Female Political Prisoners
La pédagogie critique dans l'expérience des prisonnieres politiques
A pedagogia critica na experiencia carcerária de presas políticas
Fecha de recepción: 11 DE ABRIL DE 201 1/ Fecha de aceptación: 5 DE OCTUBRE DE 201 1
Encuentre este artfculo en http://magisinvestigacioneducacion.javeriana.edu.co/
SICI: 2027-1 174(201 112.)4:7<27:l.PCE>2..0.1X;2-M
Escrito por EuzABETH ToRREs-PuENTES
UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO Jos¡ DE CALDAS
80GOTA, cッldmセia@
elizatorrespuentes@gmail.com
Resumen
Este artículo presenta un acercamiento a la educación en las cárceles de Colombia desde los resultados de una investigación, a partir de los
aportes de la Pedagogía crítica_ En ella se usó
la historia de vida de dos mujeres expresas políticas como instrumento de recolección de la información_ Las voces de estas mujeres dejan en
evidencia las contradicciones y falacias de las
intenciones de la educación carcelaria. En este
escrito se presenta una mirada al Plan de Acción
y Sistema de Oportunidades, PASO, del Instituto
Nacional Penitenciario y Carcelario, INPEC, se
analizan las propuestas pedagógicas alternativas y se exponen algunas conclusiones fruto de
esta pesquisa.
Palabras clave autor
Cárcel de mujeres, tratamiento penitenciario,
resocialización, pedagogía crítica, educación
carcelaria.
DIEGO HERNÁN ARIAS-GóMEZ
UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO Jos¡ DE CALDAS
80GOTA, cッldmセia@
diegoarias8@gmail.com
Transferencia a la práctica
Se pretende poner en reflexión las prácticas educativas carcelarias, dado que claramente en estos
espacios la educación no se aprecia como un derecho legítimo de todos los ciudadanos, incluso
de los que se encuentran privados de la libertad.
Estas prácticas tienen una configuración particular, ya que existe la necesidad de pensar en un
currículo flexible y una orientación docente específica. Se invita a pensar a los lectores en el
papel real que juega la educación en las cárceles
y en una propuesta alternativa realizada desde la
Pedagogía crítica por mujeres protagonistas de
esta experiencia.
Palabras clave descriptor
Reformatorios para mujeres, pedagogía crítica,
educación de presos.
Para citar este articulo 1 To cita this article 1 Pour citar cet article 1 Para citar esta artigo
Torres-Puentes, E. & Arias-Gómez, D. H. (201 1). La pedagogfa crftica en la experiencia carcelaria de presas polfticas. magis, Revista Internacional
de Investigación en Educación, 4 (7), 27-43 .
Key words author
Abstrad
Transference to practica
Women's Prison, Penltentiary
This paper presents an approach to education in Colombian prisons based on research
conducted with principies of Critica! Pedagogy. The storles of two female former political prisoners were used as instruments for
the collection of information. The voices of
these women show the contradictions and
failures of education in prisons, The paper
contains a look at the Action Plan and Opportunities System (Plan de Acción y Sistema de Oportunidades. PASO) o! Calambia's
National Prison Authority (Instituto Nacional
Penitenciario y Carcelario, INPEC), alternative
education proposals are analyzed and condusions are put forward.
The aim of this paper is to question pri-
Treatment, Re-socialization, Critica!
Pedagogy, Prison Education.
Key words plus
Reformatories for women, Critica!
pedagogy, Education of Prisoner.
ᄋセ@
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Mots dés auteur
Résumé
a
Prison de femmes, traitement la
prison, resocialisation, pédagogie
critique, éducation
a la prison.
Mots dés descripteur
Maison de redressement pour les
femmes. pédagogies critiques,
éducation de prisonniers.
son education practices, given that in
prisons education is dearly not considered
a legitimate right of al! citizens, including
prisoners, These practices respond to the
need for flexible curriculum and specific
orientation. Readers are invited to thlnk
about the role of education in prisons and
the possibilities of an alternative, Critica!
Pedagogy-based propasa! by ex-prisoners
who shared their experiences.
Transfert a la pratique
Cet artide présente une approche a On vise faire une réflexion sur les pratiques
l'éducation dans les prisons en Colombie de- éducatives a la prison, étant-donné que
puls les résultats d'une recherche, a partir des dans ces espaces dairement l'éducation
contributions de la pédagogie critique. Dans n'est pas apprédée en tant qu'un droit lélaquelle on a utilisé l'histoire de vie de deux gitime de tous les citoyens, meme si 」・オクセ@
femmes ex-prisonnieres politiques en tant ci ont été privés de la liberté. Ces pratiqu'outil de recollection d'information. Les ques ont une configuration partkuliere,
voix de ces femmes laissent voir les contra- puisqu'il est indispensable de penser dans
dictions et les mensonges des intentions de un cerde flexible et a dans une oriental'éducation a la prison. Dans cet écrit on pré- tion d1enseignement spédfique. On invite
sente un regard a u Plan de Action et Systéme a penser aux lecteurs a u rOle réel qui joue
d'Opportunités, PASO, de l'lnstitut National l'éducation dans les prisons et a une proPénitentiaire et des Prisonniers. INPEC. on position alternative réalisée a partir de la
analyse les propositions pédagogiques alter- pédagogie critique pour les femmes pronatives et on expose quelques condusions tagonistes de cette expérience.
fruit de cette recherche.
Palavras-chave autor
Resumo
Transferencia a prática
Cárcere de mulheres, tratamento
penitenciário, イ・ウッ」ゥ。ャコセN[£L@
pedagogia critica, educac;áo
carcerária.
Este artigo apresenta uma aproxima¡;ao セ@
educa¡¡;áo nos cárceres da Colómbia, desde
os resultados de uma pesquisa e a partir dos
aportes da pedagogia crftica. Nesta pesquisa
se usou a história de vida de duas mulheres,
・クセーイウ。@
políticas, como instrumento de coleta da informa;;áo. As vozes destas mulheres
deixam em evidéncia as contradi¡¡;óes e faládas das intenc;óes da educa<;áo carcerária.
Neste escrito se apresenta um olhar sobre o
Plano de aセZ[£ッ@
e Sistema de Oportunidades,
PASO, do Instituto Nacional Penitencíárío e
Carcerário, INPEC, analisam-se as propostas
pedagógicas alternativas e se expóem algumas conclusóes como frutos do que foi investigado.
Pretende-se propor a reflexáo as práticas
educativas carcerárias, visto que claramente nestes espa¡yos a ・、オ」。セ£ッ@
náo se aprecia como um direlto legftimo de todos os
cidadáos, induindo os que se encontram
privados de liberdade. Estas práticas tem
uma configura¡;ao particular, já que existe a necessidade de pensar num currículo
flexfvel e numa ッイゥ・ョエ。セ£@
docente espedfica. Propóe-se aos leitores que pensem
no papel real da ・、オ」。セ£ッ@
nos cárceres
e na proposta alternativa realizada desde a
pedagogia crftica, por mulheres protagonistas desta experiéncia.
Palavras-chave descritor
Reformatórios para mulheres,
pedagogia crítica, ・、オ」。セッ@
de
presos.
El aparato de la penalidad correctiva actúa de una manera completamente distinta. El punto de aplicación de la pena no es la representación,
es el cuerpo, es el tiempo, son los gestos y las actividades de todos los días; el
alma también, pero en la medida en que es asiento de hábitos. El cuerpo y
el alma, como principios de los comportamientos, forman el elemento que
se propone ahora a la intervención punitiva (Foucault, 1972, p. 133).
Contextualización
Este artículo es producto de una investigación1 que buscó una
aproximación a los lazos sociales que establecían mujeres presas políticas
con sus grupos de referencia y que estuvieron encarceladas durante la primera década de 2000; en particular, este escrito se propone profundizar en
una de sus partes, que tiene qué ver con un acercamiento a las propuestas
educativas de carácter alternativo que se dieron como confrontación a
los programas de resocialización carcelaria.
La mayoría de los trabajos investigativos realizados con población
carcelaria en el país, pocos con presas políticas, tiene fines periodísticos
o comunicativos. Dos de ellos-La pena o el castigo, redención o rehabilitación del procesado (Sarmiento, 1973) y Educación a distancia en un centro
de reclusión de Bogotá (Quintero, 1991)- hacen referencia a la educación de
los presos como una forma de rehabilitación, señalan la precariedad de los
proyectos de esta índole y la clasificación de presos de acuerdo con los delitos cometidos y las posibles asistencias que se pueden hacer a cada una de
las penas; sin embargo, en estas exploraciones no se hace mención a los
delitos políticos ni a la población femenina recluida en las cárceles.
En esa misma línea, el documento La cárcel en Colombia: üehabilitación o reafirmación del delito?: la puerta del infierno (Bedoya, 2001)
hace un análisis de la situación carcelaria del país y propone algunas salidas
humanitarias. Lo valioso de este trabajo es la construcción de los análisis a
partir de relatos y crónicas de los presos, lo cual evidencia el reconocimiento
del espacio de encierro como una forma de represión; sin embargo, la
población con la que se desarrolla es de presos comunes y en cárceles de
varones. Además, Lissy Esperanza Mantilla-Muñoz (1998), en El proceso
comunicativo en la Cárcel Nacional Modelo de Bogotá: una visión de conjunto, aborda la comunicación persuasiva y los medios de comunicación
en la prisión para lograr la rehabilitación de los presos; específicamente se
centra en el proyecto de emisora como espacio de identidad y comunicación
de los presos.
Por otra parte, el trabajo Estudio de una experiencia de educación
popular en la reclusión de mujeres en Cali: sistematización del programa de
apoyo y mejoramiento educativo del Comité de Solidaridad con los Presos Políticos, capítulo Valle (Malina, 2008) recoge la experiencia de dos años del
programa de mejoramiento educativo de la Fundación Comité de Solidaridad con los Presos Políticos en Cali, cuyo propósito es dar a conocer el significado de la educación popular para los defensores de derechos humanos y las organizaciones femeninas en torno a los proyectos, las formas
organizativas y el tipo de relación que establecen con la mujer reclusa y
el significado de la experiencia de educación popular para el ambiente
1 la investigación Nosotras piT!sas polfticas, Experiencias de vfnculo social en la cárr:el de ュオセ@
IT!S El Buen Pastor de Bogotá fue desarrollada en el marco de la maestria en educación de la
Universidad Pedagógica Nacional y realizada con dos expresas polfticas que padecieron el
encarcelamiento entre 2001 - 2003 y 2005-2007, respectivamente.
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Descripciiln del articulo 1 Article
description 1Desc:ription de l'article
1 Artigo 、・」イゥセッ@
Este articulo es producto de una investigación titulada originalmente Nosotras presas
polfticas. Experiencias de vinculo social en
la cárcel de mujeres El Buen Pastor - Bogotá. En esta se hizo una aproximación
a los lazos sociales que establecen dos
mujeres que estuvieron presas durante la
primera década del siglo XXI; además, se
propone un acercamiento a las propuestas
educativas de carácter alternativo que se
dan como confrontación a los programas
de resocialización carcelaria. Esta investigación se dio en el marco de la Maestría
en Educación de la Universidad Pedagógica
Nacional, dirigida por Piedad Ortega como
tutora y desarrollada por Elizabeth Torres
como estudiante.
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carcelario. Este trabajo relata la experiencia con presas sociales y presas
políticas en relación con la propuesta de talleres de derechos humanos.
los documentos publicados en los boletines de la Defensoría del
Pueblo y en la revista Nova & Vetera, de la Escuela Superior de Administración Pública, ESAP, constituyen un gran aporte en la revisión de la literatura
sobre el tema en cuanto a los mecanismos de protección internacionales
en situación de conflicto, como el Derecho Internacional Humanitario y el
Derecho Internacional de los Derechos Humanos, además de las configuraciones del delito político en Colombia.
Igualmente, los artículos publicados en las revistas carcelarias Horizontes de Vi!lahermosa y Tras las rejas de dos centros penitenciarios de
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Antioquia, que hacen su aporte en cuanto a la narración de diferentes for30
mas de organización de los presos, espedficamente de los presos políticos
recluidos en las cárceles de este departamento.
Destaca también el trabajo de Marco Antonio Ruiz-Vargas (2007) El
problema del"sentido" en los centros de reclusión. En él, el autor cuestiona
la supuesta intención y sentido de los programas carcelarios de educación
en Colombia y plantea la necesidad de sugerir alternativas, diseñadas
desde un enfoque filosófico sobre la ética del cuidado y formación en la
responsabilidad y la libertad individual, especialmente. Del mismo autor,
Aspectos determinantes en la pedagogía de la resocialización (Ruiz, 2008)
propone una nueva acepción sobre el término resocíalízación como nueva
práctica pedagógica derivada del pensamiento sistémico. Para el autor,
"los programas de resocialización deben ser constructores de sentido que
fortalezcan el mundo interior del interno y que le permitan descubrir su
sentido en el mundo externo" (p. 12). la educación en la cárcel debe ser
un proceso de elaboración de sentidos centrada, según Marco Antonio
Ruiz-Vargas, en la educación de la voluntad, en la responsabilidad y la libertad, en lo espiritual y en la convivencia.
En el desarrollo de la categoría contexto sociopolítico de las Presas
Políticas, aportan las políticas nacionales e internacionales de atención de
presos en general y presos políticos en particular, además del análisis del
conflicto armado en Colombia que da lugar a la existencia del delito político. Este desarrollo se ha dado desde el trabajo y la producción de la Corporación Colectivo de Abogados José Alvear-Restrepo y de la Fundación
Comité de Solidaridad con los Presos Políticos.
Sobre los últimos, hay tres textos. El primero -La sin-razón: situación carcelaria en Colombia-, de la Fundación Comité de Solidaridad con
los Presos Políticos (2000), hace una investigación sobre las condiciones
de las prisiones en Colombia, como el hacinamiento, la precariedad de la
salud, las torturas, los trabajos carcelarios, las formas organizativas de los
presos y los programas de resocialización. También hace un acervo de
propuestas y recomendaciones para garantizar la dignidad y el respeto
de los derechos humanos.
El segundo texto -iTerrorismo o rebelión?: propuestas de regulación del conflíeto armado-, de la Corporación Colectivo de Abogados José
Alvear-Restrepo (2001), aborda algunos elementos que tienen relación con
la raíz del conflicto armado en Colombia y la manera como el mismo se
desarrolla. Este abordaje se hizo desde dos enfoques fundamentales; el
primero, ligado a la presentación de la naturaleza del surgimiento y desa-
rrollo de los movimientos insurgentes armados, su tratamiento punitivo y
su reconocimiento político; el segundo, desde las formas mediante las cua-
les una guerra irregular transita de una guerra de guerrillas a una guerra
para defender territorios conquistados, y en la cual los rebeldes, consolidados como ejército popular, o con esa aspiración, dejan de ser un simple
problema de orden público para convertirse en un poder con perspectivas
nacionales.
El tercer texto -Prevenir Tortura: informe analítico sobre la situacíón
carcelaria en Colombia 2004-2006-, de la Fundación Comité de Solidaridad con los Presos Políticos (s.f.), pretende dar cuenta de las medidas
adoptadas por el Estado y por las organizaciones que velan por las garantfas de los derechos humanos en este rango de tiempo. Además, expone el
protocolo facultativo de la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o
Penas Crueles, Inhumanas o Degradantes.
En cuanto a las historias de vida y relatos desde una mirada nacional,
hay que destacar dos textos que se ajustan a la biografía de mujeres presas
políticas. Uno de ellos es Desde adentro, de la educadora popular María
Tila Uribe (Uribe & Trujillo, 1984), acusada de hacer parte de la organización armada 19 de Abril, M-19, y encarcelada en el período 1976-1980.
María Tila narra las situaciones cotidianas de la cárcel, las cercanías con
las presas sociales y los vfnculos de fuerte fraternidad entre las presas políticas, al igual que las angustias y sufrimientos por la tortura y también
encarcelamiento de la mayoría de sus familiares. Por su parte, el texto Escrito para no morir, de Maria Eugenia Vásquez (2000) es una autobiograffa
que narra diversas situaciones de la vida de una militante que dieron paso
a la construcción de colectividades políticas como miembro del M-19. Esta
mujer fue protagonista de las decisiones más importantes de este mo-
vimiento en un período de la vida nacional significativo. Rescata en la memoria militante sus relaciones familiares, amorosas y políticas, para recrear
en su narración la reflexión desde la emoción. Relata su experiencia de en-
carcelamiento acusada de rebelión, hace evidentes las posiciones políticas
y la resistencia que como presa política reivindicó.
En Latinoamérica, el texto Mujeres de Oriente escrito por la periodista mexicana Josefina Estrada (2002) es significativo; allí se evidencia que
las condiciones de las cárceles latinoamericanas parecen ser las mismas. Lo
particular de este documento son los relatos en relación con los vinculas,
filiaciones y acciones de organización para mantener un mínimo de dignidad
ante las vejaciones del régimen carcelario. La obra nッウエイ。セ@
presas polfticas,
de autorfa colectiva (Beguan 2006), construye los testimonios de 112 mujeres presas en la más reciente dictadura militar de Argentina entre 1974 y
1983. La socióloga Inés lzaguirre prologa este texto y afirma que es "original
por el gran número de protagonistas que recuerdan, testimonian, escriben
y en aquella trayectoria -la prisión- se encuentran, sufren, pero además y
sobre todo ríen, porque son jóvenes y están juntas, construyendo así una
amistad indestructible. Este es otro proceso original que pocas veces nos es
dado observar en la realidad: la creación progresiva de fuertes lazos afectivos entre un grupo grande de mujeres llegadas de todo el país, con distintas
miradas polfticas, distintos sentimientos religiosos, distintas culturas, distinta
formación profesional, pero una misma ansia de cambio" (p. 17).
Entre los teóricos, Michel Foucault (1975) hizo una descripción histórica de la evolución de la prisión como aparato de disciplinamiento. Las
nuevas formas de castigo disciplinario que se desarrollaron en la prisión no
eran simplemente represivas, sino que también estaban diseñadas para ser
productivas y positivas. Las cárceles produdan nuevas técnicas para controlar
a los individuos por medio de sistemas de vigilancia, clasificación y examen.
las formas de disciplina implementadas allí eran la personificación de las
nuevas modalidades del poder. Mientras que el poder soberano, que habla
sido el dominante durante la Edad Media, promovía formas de castigo
público que apuntaban al cuerpo, las formas de poder jurídico emergentes
en el siglo XVIII se dirigían principalmente al alma.
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Michel Foucault se interesó particularmente por los modos en que
el poder se cristalizaba en instituciones como la prisión, y en cómo esas
instituciones una vez establecidas, generaban sus propios conocimientos,
discursos, prácticas y efectos; también destaca la forma en que la cárcel
creó un nuevo espacio institucional, en el cual los presos podrían ser estudiados y analizados.
Roger Matthews (2003), por su parte, elaboró un recorrido por el
pasado, presente y futuro del encarcelamiento y lo vinculó fundamentalmente al universo cultural británico. Plantea tres elementos nucleares y
estructurales que caracterizan el encarcelamiento como el espacio, el tiempo y el trabajo. lo particular de este trabajo, a diferencia del de Michel
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Foucault. son los planteamientos sobre la prisión de mujeres, cuya disertación redunda en la formulación de las siguientes preguntas: lha existido
un derecho sexuado?, lcuáles son las vinculaciones entre género y sistema
penal?, ¿cuáles son las características de la población carcelaria femenina?,
lhacia qué tendencias de segregación de mujeres se encaminan las sociedades del presente?
El programa PASO: <.una apuesta por la educación de los
presos?
El problema de la educación carcelaria no se puede abstraer de la
situación carcelaria misma. Los estudios técnicos suelen comparar los países
de acuerdo con la población encarcelada en relación con el número de habitantes. En tal sentido, México y Brasil ostentan las mayores proporciones
de población recluida en cárceles para Latinoamérica.' Sobrepoblación o
hacinamiento; concentración exclusiva de pobres en ellas; indiferencia entre
sindicados y condenados; violencia generalizada; inoperancia de la justi-
cia; desatención médica y psicológica; tratos denigrantes por parte de las
autoridades; bajo presupuesto para funcionamiento; infraestructura insuficiente y continua violación de los derechos humanos son algunas de las
constantes en la situación de las cárceles colombianas. "El término 'crisis'
se ha convertido en un lugar común para caracterizar el sistema penitenciario colombiano durante las tres últimas décadas" (Ariza & lturralde,
2011, p. 111). Con casi 80.000 reclusos, el drama de los presos políticos
y las contradicciones de los procesos de resocialización son la expresión
visible de los limites de una estructura carcelaria y de una sociedad frag-
mentada e injusta.
la educación en las prisiones guarda importante relación con la que
se imparte en el mundo social, tanto en lo que respecta a los programas
de estudio y a los métodos de evaluación para la expedición de diplomas,
como por sus objetivos globales y la disponibilidad de recursos.
Pese a que el porcentaje de reclusos vinculados a programas educati-
vos ha aumentado en los últimos lustros, para 2008 representaban el40%
de la población carcelaria, y se centraban en la educación primaria. Entre
2004 y 2007, solo el1,5% de los reclusos validó los cursos ante el Instituto
Colombiano para la Evaluación de la Educación, ICFES, y únicamente el 1%
presentó las pruebas de Estado (Ariza & lturralde, 2011). Sin embargo, la
educación en las prisiones tiene sus peculiaridades. La más evidente es su
carácter claramente correccional, además del hecho de no ser obligatoria
y de que su contexto implica ciertas restricciones impuestas por los reglamentos de seguridad, por ejemplo, disposiciones especiales para las
2 Para 2008, mientras Colombia contaba con 67.339, Brasil y México contaban con 361.402 y
210.169, respectivamente (Ariza & lturralde, 2011 ).
visitas al exterior, acceso limitado a los laboratorios,
restricciones en cuanto a los materiales o herramientas
disponibles en las aulas y en las celdas para el estudio
en privado (ONU & UNESCO, 1994).
•
En Colombia, en el marco del presidio, recientemente se ha implementado el Plan de Acción y Sistema de
Oportunidades, PASO (Ramfrez, Dlaz & Vélez, 2004),
en el cual la educación y la enseñanza se consideran
como medíos de tratamiento y herramientas para avanzar en la resocialización.
El sistema PASO es un programa que considera
que la resocialización debe ser un proceso progresivo,
para el cual plantea cinco niveles de manera lineal. El
objetivo principal es la disminución de la intensidad
de la pena, en función del estudio de la conducta y
el comportamiento por medio de la aplicación de un
modelo, en el cual el interno atraviesa distintas etapas
en el curso del cumplimiento de la pena.
Este esquema está sustentado en dos consideraciones, la primera es que el sujeto que ha perdido su
libertad, es el único responsable de la conducta punible. Frente a esta situación, el Estado se adjudica la responsabilidad de transformar al individuo en un nuevo
ciudadano. La segunda idea tiene relación con lograr
que el individuo se decida por el no delito y se aleje
de las condiciones y circunstancias que lo configuran.
EIINPEC' considera que PASO es un sistema porque articula el trabajo entre diferentes áreas, procesos y acciones propias de la administración carcelaria;
ofrece tratamiento pues genera acciones de carácter
preventivo, asistencial y protectivo; es progresivo por-
que se desarrolla mediante procesos valoratlvos y
secuenciales: paso inicial dedicado al fortalecimiento
de capacidades y hábitos, paso medio diseñado para
la preparación para la productividad, y paso final destinado a la interiorización de pautas para asumir la
reinserción.
Para esta reflexión, conviene centrar la atención
en el paso inicial en el que se privilegian los programas
educativos y laborales como herramienta de resociali-
zadón. las modalidades de educación suscritas para
esta fase son:
•
•
Educación formal, entendida como aquella que se imparte en los establecimientos
educativos aprobados, en una secuencia de
ciclos lectivos, con sujeción a pautas curriculares progresivas que pueden conducir a la
obtención de grados y titulas.
Educación no formal, comprendida como
aquella que se ofrece con el objeto de complementar, actualizar, suplir conocimientos y
formar en aspectos académicos o laborales,
3 Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario.
sin estar sujeta al cumplimiento del sistema
de niveles y grados.
Educación informal, correspondiente a todo
conocimiento libre y espontáneamente adquirido, proveniente de personas, entidades,
medíos de comunicación, medios impresos,
tradiciones, costumbres, comportamientos
sociales y otros medios no estructurados.
Siguiendo los parámetros establecidos por la
Ley 115 de 1994 o Ley General de Educación,' PASO
considera necesario implementar programas de educación formal, que brinden la oportunidad al interno
de concluir sus grados pendientes de primaria, básica
o media vocacional, mediante el desarrollo de ciclos
lectivos integrados, llamados CLEI. Estos ciclos están
agrupados en seis niveles así:
•
•
•
•
•
•
CLEII: primero, segundo y tercero de primaria
CLEI 11: cuarto y quinto de primaria
CLEI 111: sexto y séptimo de básica
CLEI IV: octavo y noveno de básica
CLEI V: décimo grado de media vocacional
CLEI VI: undécimo grado de media vocacional
En la educación no formal, 5 PASO se propone
la capacitación en las áreas de formación técnica, cultural, desarrollo de habilidades cognitivas y sociales,
enriquecimiento espiritual y desarrollo personal, para
lo que han creado grupos de Formación Integral y Tratamiento, llamados FIT, y los cuales están dirigidos a
aquellos internos que no se vinculan a los ClEI.
Los programas diseñados por los FIT dicen tener
tres componentes: nivelación académica, orientado al
aprendizaje y refuerzo de conocimientos básicos de
orden académico; formación en valores y crecimiento
personal, para generar espacios de reflexión sobre la
condición del preso, el sentido, la calidad y estilos de
vida y las opciones de proyección hacia el futuro; y el
último componente es la capacitación teórica y/o práctica en áreas técnicas, que obedece a la planeación y
creación de microempresas sostenibles.
Paso inicial funciona a partir de cuatro programas de educación no formal e informal:
•
Programa de alfabetización ABC: dirigido a
todos los internos iletrados, sin importar su
situación jurídica; su objetivo es mejorar las
condiciones académicas de los internos que
4 Expedida por el Congreso de la República en 1994 que rige y orienta
las normas generales del sistema educativo colombiano en aspectos
de forma y de fondo.
5 Nombre antiguo en la legislación colombiana de la actual Educación
para el trabajo y el desarro!fo humano.
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•
•
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por el tiempo de condena, no alcanzan a
ingresar en el CLEI l.
Programa para bibliotecarios: dirigido a internos con bachillerato completo o con un
nivel académico elevado, interesados en lide-
Una parte de la cultura del medio penitenciario
rar procesos de lectura como bibliotecarios.
Programa para internos bachilleres: dirigido
a internos con bachillerato completo y un
como la posibilidad de frecuentar a los maestros (en
nivel académico satisfactorio que muestren
tarán las solicitudes. la educación puede considerar-
interés por desempeñarse como monitores o
facilitadores de programas de patios o cen-
explotada dentro del sistema restrictivo para obte-
tros educativos.
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•
Programa de formación de líderes comunitarios. La capacitación en liderazgo positivo
y convivencia pacífica de aquellos internos
que se postulan como integrantes de los comités de internos.
La estructura de PASO, como estrategia para el
tratamiento penitenciario, pretende cumplir las expectativas resocializadoras de la pena; sin embargo, está
planteado desde una perspectiva ideológica, que se
confirma con las carencias del sistema y que ratifican
una vez más que la resocialización en el establecimiento
penitenciario es un sofisma, desde una mirada crítica.
Esta visión crítica se fundamenta en primer lugar, por el hacinamiento que se vive en las diferentes
cárceles del país, la cual hace que los talleres y escuelas
no sean suficientes para atender la demanda y que, en
algunas cárceles, estos espacios supuestamente educativos sean usados incluso como celdas. Las debilidades institucionales deiiNPEC, no solo evidencian el
precario presupuesto para el sistema carcelario, sino
que hacen que la corrupción no permita la inversión
de los pocos recursos en los programas que pueden
mejorar la vida de muchos presos en las reclusiones
y penitenciarías.
Los establecimientos carcelarios, en su mayoría,
no tienen las adecuaciones necesarias para la aplicación del programa PASO, como talleres con dotación y
materia prima, suficientes aulas con material didáctico
y sobre todo personal calificado. Lo anterior es evidente
en los diferentes informes de los organismos que velan
por los derechos humanos de los reclusos.
Por otro lado, la redención de la pena dejó de
ser un medio para convertirse en un fin, es decir, que
los presos y presas, con otra lógica, se inscriben en el
programa PASO no con el objetivo de resocializarse,
como es la pretensión de este, sino con un sentido
pragmático como única forma de hacer un poco más
corta su reclusión. Lo ratifica el documento Educación
básica en los establecimientos penitenciarios, de las
Naciones Unidas y la UNESCO (1994):
consiste en sacar el máximo provecho de las reglas
del sistema: sí la matrfcula en los cursos de educación
permite reducir la duración de la sentencia, ofrece
un régimen menos estricto o cualquier otra ventaja,
especial las maestras), de ver vídeos Interesantes o
de participar en juegos en las computadoras, no false, por lo tanto, como una distracción que puede ser
ner una ventaja temporal más que por la educación
en sí misma (p. 25).
Un último elemento que hace que PASO no
pueda constituirse como programa de resodalización
carcelaria es la falta de una concepción pedagógica
coherente y pertinente, que explicite los presupuestos
de sujeto y de sociedad con que cuenta, que tenga
presente las condiciones, particularidades y cosmovisiones de quienes están retenidos, en particular de
aquellos que conciben la cárcel como escenario de confrontación. Una educación para la domesticación, para
el adiestramiento, para las habilidades técnicas, sin posibilidad de interrogación frente a la propia vida, frente
al orden imperante y sin posibilidades de espacio para
quien se educa es, en la cárcel o fuera de ella, una pobre
educación, funcional para el sometimiento y el conformismo, pues, al decir de Henry Giroux (1998), para que
la educación dignifique "lo que nos interesa en este
caso es un imaginario político que extienda las posibilidades de crear nuevas esferas públicas donde los
principios de igualdad, libertad y justicia se conviertan
en los principios organizadores primarios para estructurar las relaciones entre el yo y los demás" (p. 18).
Junto con el discurso de resocialización, tienen
lugar otros discursos anexos, como el de rehabilitar, reintegrar, reinsertar, reeducar, pero que de igual manera
no caben en el trato penitenciario del delito político.
Para Raúl Zaffaroni (1994), resocialización es una expresión que, fuera del marco sistémico, carece de contenido semántico, y su uso inequívoco confunde con
multiplicidad de ideologías "re" (readaptación, reinserdón, reeducación, repersonaHzación). Pese a esta confusión, en el ámbito jurídico nacional se reivindica la
resocialización como el fin relevante de la prisión.
La integración social supone la posibilidad de
marcar rasgos de identidad dados por una institución
para posibilitar al individuo una participación plena en los intercambios sociales y simbólicos; en este
sentido, requiere de lo público para deslindar entre la
diferenciación y la segregación. Pero, <cómo podrían
entenderse los principios de la integración social en el
espacio carcelario, si está diseñado para la segregación
y la exclusión?, Lqué sería lo público en este espacio
para que el límite entre diferenciación y segregación se
desdibuje y dé lugar a la igualdad social?
La reinserción en la cárcel es una forma preca-
se sustenta desde postulados de la teorfa de Henry
Giroux y Peter Melaren (1998):
rizada y frágil de la integración social, que busca una
la pedagogía crítica trata acerca de la problema-
inscripción en la sociedad aleatoria y artificial. Por otro
lado, la rehabilitación es sinónimo de readaptación
en las políticas del sistema carcelario y consiste en ha-
tización del lenguaje, la experiencia, del poder del
conocimiento, y de la cultura, cómo ellos son mu-
cer que alguien se habitúe a las condiciones normales
de la vida, pero lqué se puede entender como normal?
sus conflictos generan una forma particular de praxis
que actúa en y sobre el mundo. Esto es, la pedagogía
La reintegración es sinónimo de reincorporación
(Documento Conpes 2797, 1995), cuyo fin es hacer
crftica enfrenta las preguntas de cómo la subjetividad individual es producida a través del lenguaje,
que a alguien se le vuelva a restituir su lugar en un
grupo. Más que pensar en la resodalizaclón como "la
segunda vuelta" de la socialización, entendida como
económicas. Al hacerlo está comprometida en la
tuamente constitutivos de la subjetividad, y cómo
también por las relaciones sociales, históricas y
tarea de hacer de la teorfa una aliada de la ense-
"el proceso por el cual una sociedad existente, por me-
ñanza desde esta apreciación, el encuentro pedagó-
dio de la familia y de las otras instituciones o personas
especializadas y delegadas por ellas, transmite el lega-
gico entre profesores y estudiantes es el mismo en
do cultural, de modo formal o informal, a los nuevos
integrantes en diferentes secuencias y con distintos
rituales, según las edades y los géneros" (Restrepo,
1998, p. 54), es necesario pensar el proceso de nudeamiento del vínculo de los presos políticos y sociales del
país. Esto es, el vínculo como una forma de legitimar
su socialización y fortalecimiento de la identidad de un
nosotros que sea capaz de formar y comprometer en
la
transformación de las realidades sociales que les tocó
vivir antes y después del presidio, y no como un proceso de resocíalízación que margine, frustre y coarte la
construcción de la colectividad y forme en la obediencia de los principios de un orden Estado hegemónico
e injusto.
Pedagogía critica: Una propuesta de
pedagogía instituyente en la cárcel
A la expresión de la educación en la cárcel como
resocíalízadora, se contrapone una práctica educativa
desde la resistencia, propuesta educativa de algunas
presas y presos políticos del país.
Organizaciones como el Colectivo de Abogados
José Alvear-Restrepo y la Fundación Comité de Solidaridad con los Presos Políticos (2000) que se solidarizan
y luchan junto con las personas con esta situación particular, definen los presos políticos como "las personas
privadas de la libertad a propósito de su pertenencia
a una organización de guerrillas, más aquellas que lo
fueron por virtud de la criminalización de la protesta
(sindicalistas, defensores de derechos humanos, estu-
el cual la teorfa y la práctica están comunicándose
mutuamente (p. 226).
Estas intenciones y acciones emancipatorias se
evidencian en las prácticas de un grupo de maestras
que fueron acusadas de rebelión, dado su compromiso con la comunidad. Las prácticas se llevaron a
cabo dentro del patio de máxima seguridad de El Buen
Pastor, donde se lideraron procesos de lectura, diálogo y discusión de textos propuestos por las mismas
presas. Estas mujeres enseñaron a sus compañeras a
leer, escribir y calcular teniendo en cuenta las realidades propias de la cárcel; ellas organizaron currículos
que les permitieron formarse políticamente y generar
compromisos de autoformación.
En los planes de formación de las presas políticas se pudo evidenciar la alfabetización como tarea
permanente que permitió una mejor interpretación de
la información; el conocimiento del delito polftico no
solo de sus componentes legales sino también de sus
formas de reivindicación y, por último, una disciplina
ffsica que les permitió establecer rutinas diferentes
a las de las presas sociales. 6 Así lo muestra un plan de
formación aportado por una de las mujeres sujeto
de investigación.
Plan de formación polltíca: es necesario aclarar
que durante el año que nos hemos propuesto materializar la presente propuesta, se llevarán a cabo de manera paralela talleres de alfabetización, dirigidos a las
compañeras que necesitan fortalecer su desempeño
lectoescritu ral.
diantes, desplazados, vendedores ambulantes) o presos de conciencia" (p. 236).
El aporte de la pedagogía crítica en este escrito
es relevante, en tanto se considera que las prácticas
pedagógicas de los presos polfticos están configuradas implícita o explícitamente por esta. La hipótesis
6 Se entiende por presas sociales aquellas mujeres que están encarceladas por delitos no politices (robo, atraco, homicidio, lesiones
personales, estafa, etc.).
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Contexto
Temas
Poblamiento
"Descubrimiento"
Historia universal
"Conquista"
Resistencia americana (México, Colombia,
Perú, etc.)
Poblamientos indígenas
Historia de Colombia
Resistencias indfgenas
Movimientos sociales (siglo XIX, XX)
Revoluciones (industrial, burguesas,
revolucionarias en América Latina,
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Cuba, Nicaragua)
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Nacimiento de los movimientos
armados en Colombia
Táctica
Estrategia
Contexto nacional e internacional
Logros
FARC
ELN
EPL
M-19
Código de Procedimiento Penal
Normas de regulación de la guerra
Derechos humanos
Tratamiento del delito político
(componentes legales)
Derecho Internacional Humanitario
Normas internacionales para la asistencia
de presos
Normas nacionales para la asistencia de
presos
Análisis de contexto nacional actual
Análisis diario de noticias
Plan de formación física: se harán rutinas matutinas (5 a.m.-6:30
a.m.), en las que se realizarán ejercicios flsicos orientados a desarrollar la
resistencia, agilidad y movilidad.
Otra evidencia de las prácticas pedagógicas de estas mujeres se relaciona con el estudio de lo que ellas llamaron el Proyecto Educativo Institucional, PEI, de su propia cosecha y que aspiraron a que se convirtiera
en mapa de ruta de toda acción educativa carcelaria, el cual transcribimos
en extenso:
Las red usas confinadas en la Cárcel Nacional de Mujeres de Bogotá, patio
sexto (presas políticas), ven la necesidad de construir un Plan pedagógico
que sirva como modelo educativo en todas las penitenciarias. Con tal fin
han presentado una propuesta de trabajo a la Comisión Accidental del
Senado. El objetivo ... es contribuir a la reflexión crítica y prepositiva en
materia educativa de las prisiones. Educar "es el acto político de ofrecer a
la pulsión (deseo de saber) del ser humano un destino que no sea la inhibición, ni el síntoma, ni la angustia, sino el despliegue de actividades creativas para aprender internándose para investigar lo desconocido, lo asombroso" (Tomado del libro: Educar;. ese acto polftico, Frigerio & Diker (2005)).
En el marco de un sistema judicial que criminaliza el derecho a la oposición,
y por ende reprime cualquier posibilidad de indignación y alternativa que
se geste en el país, nos corresponde como Presas Polfticas realizar este
artículo teniendo en la mira un Estado que no solo sea de nombre «Social»
y de «Derecho» y que no se consolide como palanca de guerra, para que sea
posible soñar una propuesta educativa humanista, Educar es el acto político
que abre camino al conocimiento, Allí se asume al maestro como orientador
integral o tutor, cuya función es mediar y facilitar procesos de aprendizaje,
el diseño de actividades que permitan aprehender de la propia experiencia
y que conduzca a la unidad entre escuchar, leer o escribir con la posibilidad
de reflexión, autocrática y cambio.
Se trata de una actitud pedagógica permanente que rescata al ser humano
en medio del drama, las crisis e incertidumbres de su momento histórico y
relanza la confianza en sí mismo, en las potencialidades transformadoras
de los múltiples saberes del pueblo para enfrentar la encrucijada de nuestra
sociedad y los desaffos que se presentan.
Construir una opción da vida
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Esta es la utopía que intenta construir nuestra propuesta educativa en las
cárceles, luego de realizar una evaluación diagnóstica de lo que ha sido la
experiencia en materia educativa en los últimos años.
Como internas y muchas como profesionales de la educación, la experiencia nos muestra que desde la prisión es posible desarrollar múltiples
capacidades y potencialidades, elevar el nivel de autoestima, reafirmar la
dignidad, la confianza en sf misma, los valores y la voluntad de asumir
un nuevo proyecto de vida. Esto es lo que debe hacer la sociedad colombiana como parte de una política de equidad, justicia social y desarrollo
a escala humana. Buscar el equilibrio desde el punto de vista humanfstico,
esta estrategia fortalece la integración de los factores de desarrollo humano desde ejes cognitivos, procedimentales y axiológlcos.
La educación en la cárcel, aparte del contacto con el silencio, bajas expectativas, ausencia de aspiraciones y la falta de estima personal, reflejo de
unas condiciones objetivas adversas y también de una sociedad segregada
espacialmente, significa rescatar y comprometer para la vida y la humanidad, a todos los actores sociales. El escenario carcelario se caracteriza hoy
por estar integrado por hombres y mujeres que enfrentan largas condenas,
o procesos de sindicación por largo tiempo. También de vivir con desarraigo y marginados de la producción, de responsabilidades educativas con los
hijos, en un espacio fundamentalmente violento y represivo, inhóspito y
relativamente incierto, anárquico e inseguro. Situación que afecta desproporcionadamente a los más pobres, y a quienes dependan económica y esm
piritualmente de la reclusa, máxime si el o la detenida es cabeza de familia.
los internos enfrentan en prisión múltiples crisis: económica, de subsistena
cia, de identidad, de adaptación, afectiva, de soledad, espiritual, de resistencia; todas sus dimensiones humanas están trastocadas, Generalmente,
la única opción que existe es la evasión mental momentánea a través de
droga, violencia, televisión, sectas religiosas o cualquier otra ocupación
que se invente. Creemos necesario que la educación formal en sus grados
básica y media debe ser verdaderamente obligatoria, por sus importantes
funciones sociales y formativas. Proceso donde se fomente la exploración
y descubrimiento de intereses intelectuales, artísticos, expresivos, tecnológicos y científicos de las internas, a la par de la educación para el trabajo.
Aquí la obligación del Estado radica en brindar todas las condiciones necesarias tanto administrativas como materiales para promover entre la poblaa
ción carcelaria unos niveles de educación acordes a las exigencias de una
sociedad contemporánea (educación media y superior). Este tipo de educación requiere inversión en equipos, herramientas, talleres o laboratorios,
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pero es muy eficaz en la formación del pensamiento
y la práctica de las dendas y las tecnologfas modernas. Se podrá medir la calidad del proceso educativo
para la ciudadanía, la calidad científica de la educa-
ción, tecnológica, estética, moral. física y la capacidad expresiva y creativa, la conciencia ambiental de
las estudiantes en las cárceles. Igualmente se evitaría la
degradación ética y moral de la interna, se reconstruirfa el tejido social, su sodoafectividad, se podrá rescatar su dignidad, su confianza en sf misma, sus valo-
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res humanos fundamentales, los principios de la
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vida en sociedad, y en particular, su voluntad de
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definir un proyecto de vida individual y colectivo.
La sociedad debe asumir su responsabilidad con los
y las red usas, de ninguna manera puede seguir limitándose a confinarlos, mantenerlos con vida, darles
alimentación y preservar la seguridad de los establecimientos penitenciarios. Es necesario analizar esta
situación con todos sus aspectos, al margen de enfoques exclusivamente policivos, represivos o de seguridad. Asf mismo es necesario definir realmente los
casos patológicos, de enfermos psicópatas, homicidas posesivos y en general que padezcan trastornos
mentales, para darles el tratamiento requerido, la
asistencia médica y el seguimiento de especialistas.
El PEI en la prisión
El currículo no es simplemente un plan de estudios,
pues se trata de un conjunto de intenciones, principios, acciones, planes y experiencias que en la realidad carcelaria, no solo definen el momento y las circunstancias en que transita el recluso, sino las nuevas
relaciones que tiende a desarrollar, desaffos, problemas y exigencias que tendrá que enfrentar cuando
salga en libertad. Por lo tanto, es necesario llevarlo a
descubrir este mundo, vivirlo, entender sus lenguajes,
comprender las relaciones que lo llevaron a esta realidad, vivir la soledad reencontrándose consigo mismo,
reflexionar sobre su pasado, presente y futuro. Hacerles frente a todas las incertidumbres, ansiedades e
indefiniciones, es decir, recuperar la estabilidad emocional, espiritual, socioafectiva, material, personal y
desarrollar un proyecto para la libertad.
Son asuntos a los cuales tendrá que responder de
alguna manera el currículo del Proyecto Educativo
Al desvirtuar la resocialización como fin último
de la pena, surge una pregunta que puede ser más
trascendental: Lse puede educar en situaciones de
encierro? Se entiende la educación como los modos y
las formas con los cuales se moldean las subjetividades
en un momento sodohistórico y situacional particular,
por medio de distintas herramientas culturales (ONU &
UNESCO, 1994). La escuela como lugar público donde
los estudiantes aprenden los conocimientos y las habilidades para vivir solidariamente, como instituciones
que proporcionan las condiciones ideológicas y materiales para formar a los ciudadanos en la dinámica de
la alfabetización critica y del valor civil (Giroux, 1993).
En este sentido, las escuelas deben proveer condiciones para que los alumnos se conviertan en actores
politicos dentro y fuera del espacio escolar, situación
complicada en la cárcel.
La cárcel como institución al proponerse resocializar individuos por medio de la educación, se autoconcibe como una escuela. Sin embargo, la escuela
en este caso cárcel-escuela ha de mantener la relación
entre saber y poder, que según Henry Giroux (1993)
vincula estructura y acción por medio de las formas
que adoptan las representaciones públicas y privadas que se dan en su interior. Asf que las relaciones
pedagógicas en la cárcel tendrían que ser otras.
Las prácticas pedagógicas de las presas políticas
obedecen a la práctica de una pedagogfa critica o pedagogía de la resistencia, como algunos autores la
nombran. En este sentido, se pueden evidenciar en su
quehacer pedagógico tres elementos !undantes: la comprensión del lenguaje, la producción de la experiencia y
la configuración del poder, aspectos que constituyen la
lectura critica del mundo. Cada uno de estos elementos se analizó en clave de resistencia en el contexto de
las prácticas pedagógicas de las presas políticas.
El lenguaje es una forma de argumento histórico,
constituye la realidad en lugar de simplemente reflejarla
y es un medio simbólico que forma y transforma el
mundo. Según Henry Giroux y Peter Melaren (1998),
el lenguaje educativo crítico "es aquel en el cual es vista
la diferencia como una parte de afirmación y de observación, como una práctica critica en la cual la posibilidad de vida pública democrática se convierte en un
referente central de la crítica y de la posibilidad" (p.
144). Este elemento se relaciona directamente con la
subjetividad, porque el lenguaje que se usa para leer
el mundo determina lo que se piensa, actúa en y sobre el mundo.
Institucional. Dado que esto no es un asunto simplemente programático o psicológico, sino fundamen-
La subjetividad, por otra parte, indica una presencia
talmente pedagógico, pues la pedagogía tiene qué
individual sin esencia y subraya la contingencia de la
ver con el arte de acompañar a estos seres humanos
identidad, el hecho de que los individuos constan de
por este diffcil tránsito en el mundo y submundo
una función descentrada de posiciones de sujeto,
carcelario.
dependientes altamente del discurso, de la estructura
sedal y de la investidura afectiva para mantener un
sentido de coherencia en un momento de constante
cambio (Giroux, 1998,
p. 149).
Por ejemplo, en relación con la cárcel, las presas
sociales pueden verla como un medio de subsistencia,
porque de alguna manera a muchas les garantiza la
comida y el techo, que en libertad les sería muy difícil
obtener, mientras que para las presas políticas constituye un lugar de castigo producto de las profundas
desigualdades que vive el país.
Las presas políticas leen el mundo y su realidad
de presidio desde su formación, por lo tanto generan
herramientas de resistencia no solo al sistema carcelario, sino también al sistema político que las mantiene
prisioneras, desde sus cotidianidades y su discurso.
Henry Giroux (1998) plantea que los discursos configurados por la fuerza del lenguaje, son ideológicos
y se relacionan de manera directa con la experiencia y
el poder. El lenguaje transita en el poder por medio
de sus habilidades para acomodarse, producir y resistir
históricamente configuraciones espedficas de poder.
en la producción de deseo, conocimiento y valores. La
dimensión pedagógica hace referencia al proceso de
crear representaciones simbólicas y al proceso dentro
del cual son asumidas. Por eso, las escuelas son las instituciones principales para educar para la vida pública,
donde aprender en la práctica a ser ciudadanos; en un
sentido propositivo, sugiere que deberfan facilitar a
los estudiantes el conocimiento, el carácter y la visión
moral que formen el coraje cívico.
Es importante recalcar el papel de las presas polfticas como educadoras, cuyos esfuerzos (lógicamente,
al margen del programa PASO) hace que organicen
colectivos de discusión para fortalecer su cualificación
polftica y su identidad, e impulsen espacios de alfabetización para sus compañeras de patio. Así lo
narra una de las mujeres entrevistadas, para efectos
de la investigación:
Con un pequeño grupo de mujeres del patio trabaa
jamas en la conciencia de cuál era la diferencia entre
preso y presa política y generamos algunas tertulias
en torno del tema. La primera diferencia tiene qué
ver con el rol de la mujer como madre, ahf era donde
Como una práctka dam'1nante, el uso del lenguaje
veíamos el mayor drama y la mayor traged"1a.
se implica a sí mismo no simplemente por señalar
hombres que caen presos, y tienen mujer, sus hijos
el mundo a fin de sostener relaciones de opresión
tienen asegurado todo, ellos no tienen que preocu-
Si los
y dominación, sino también a través de su renuncia a
parse por nada; en cambio, la mujer piensa si su hijo
interrogar a la naturaleza construida de sus propias
está abrigado, o está aguantando hambre, si le die-
categorias y de su visión selectiva, que incluye en su
ron ... o no ... La segunda diferencia tiene qué ver
propia geografía social. El lenguaje de la principal
con el manejo de la sexualidad, que sigue siendo un
corriente teórica educativa frecuentemente se cona
desconocimiento muy grande frente a las mujeres,
vierte, en este caso, en un sistema totalizante opre-
mientras que los hombres en la mayorfa de las cár-
siva, precisamente porque es incapaz de interrogar
a su propia producción discursiva de lo real y de las
relaciones sociales. Esto a la vez construye y man-
celes pueden tener una conyugaV cada ocho días,
tiene relaciones que, a menudo, niegan en vez de
en la mujer que en el hombre, la mujer se esfuerza
posibilitar una vida sin explotación y sufrimiento hu a
por responder por su familia que queda afuera.
para las mujeres es más restringido. Y el tercer elemento es el compromiso económico, es más sentido
mano (p. 151).
Este autor concibe el poder como un conjunto
fraccionado y personificado de experiencias que los sujetos y los colectivos viven dentro de determinados contextos. Asf, el poder no se agota en las esferas públicas
o privadas de los gobiernos y es algo más ubicuo que
se expresa en un abanico de lugares. Para el caso de la
escuela, el currfculo permite que un discurso teórico
se convierta en la dimensión política por medio de un
hecho pedagógico. Lo político, al igual que lo pedagógico, rebasa las instancias de la escuela y se filtra
en múltiples puntos de la cultura, no para hacerse más
abstracto, sino todo lo contrario, para localizarse y permitir definir estrategias claras de acción.
La pedagogía se convierte en un acto de producción cultural, una forma de "escritura" en la que el
proceso de poder se inscribe en el cuerpo y se implica
En relación con la experiencia como elemento de
la pedagogía de la resistencia, se establece una forma
de confrontar los objetivos de las prácticas educativas
instituidas. Y su relación con el lenguaje tiene qué ver
con la forma como comunicamos nuestros pasajes y la
relación con el mundo y construimos nuestra realidad.
La experiencia educativa se entiende como la
posibilidad de construir de manera crítica una posición
frente a la realidad. Como bien lo enuncia Henry Giroux
(1993), trabajar con la experiencia es una forma de trabajar en la historicidad:
Una pedagogía crítica, en este caso, alimenta una
crftica de las formas dominantes de conocimiento y
7 La visita conyugal es un derecho que le asiste a un recluso a recibir e
intimar con su pareja permanente.
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de las prácticas sociales que semántica y emocio-
Recuerdo que en el segundo piso había un cuartu-
nalmente organizan los significados y experiencias
cho que llamaban "la escuelita", allf nos reuniamos a
que les dan a los alumnos un sentido de voz e iden-
hacer charlas de algún tema determinado, asistfan
tidad; de manera similar, trata de proporcionarles a
los alumnos los conocimientos críticos y las habilidades necesarias para que examinen sus propias y particulares experiencias vividas, así como los recursos
culturales que poseen. Como ya lo he mencionado,
algunos talleristas, a los que les permitían la entrada;
esto significa que es preciso ayudar a los alumnos
tivamente el objetivo es la resodali:zadón, y yo digo
cuando
yo me doy cuenta de esa posibilidad comien-
zo a mirar, a indagar por el PEI [Proyecto Educativo
Institucional] y por el marco legal de la educación
en la cárcel. Cuando empiezo a descubrir que efec-
a que se apoyen en sus propias voces e historias,
imiércoles!, aquí hay un elemento importante. Un
como base para enfrentar e interrogar las múltiples y
frecuentemente contradictorias experiencias que les
proporcionan un sentido de identidad, de valor y
buen grupito de presas estábamos con la idea de
aprovechada para formarse, para escribir, para apo-
de presencia. En esta forma de pedagogfa, a estos
yarnos unas a otras y no para la pelea o para estar en
que la cárcel como espado y tiempo tenia que ser
estudiantes se les estructuran conocimientos dentro
los chismes o en las riñas que a veces se forman por
de su lenguaje y sus historias y no fuera de la histo-
nada, pero eso es producto del encierro.
ria. La historicidad del conocimiento y la experiencia
ofrecen la base para ayudar a los alumnos a desarro-
Conclusiones
llar respeto por sus propias experiencias, a manera
de que puedan legitimar y hacer suyos su propio lenguaje y sus historias. El principio pedagógico importante que aquí interviene es el valor de la experiencia
de los alumnos con el fin de darles facultades crftkas
y no meramente para complacerlos (p. 297).
En las prácticas pedagógicas de las presas pollticas, se abordan las experiencias que reconfiguraron
su mundo desde el propio contexto carcelario. Así lo
narra una de ellas:
Tuve la oportunidad de trabajar como maestra de
matemáticas en una de las escuelitas, donde la perspectiva de educación y particularmente de la enseñanza de la matemática se transformó en mí, pues
era más importante enseñar el cálculo de cuánto
tiempo faltaba para salir de este espacio, que comprender la estructura multiplicativa de una situación
enmarcada en las competencias y pruebas Saber.
Comencé a cuestionarme el papel de la educación en
estos espacios, donde se supone que debe ser una
herramienta de "resocialización", pero lqué pasa
cuando los programas y compromisos no abarcan
este supuesto objetivo?, o más aún, lqué pasa cuando ahí adentro existimos muchas mujeres que estamos
convencidas de que no tenemos por qué resocializarnos, porque no hemos cometido delito alguno,
o porque simplemente consideramos que en lugar
de que la educación nos forme para insertarnos
e
incluirnos en una sociedad, igual o peor a la que vivimos antes de estar presas, nos debe formar para
comprometernos en su comprensión y transformación, cuando recuperemos la libertad?
Las presas pollticas coadyuvan a que las dinámicas pedagógicas tengan lugar en la cárcel, obviamente
no en el sentido que plantea la institución:
Es Importante que la educación carcelaria asuma un papel de fortalecimiento del individuo en aras
del mejoramiento colectivo y no siga siendo una herramienta fallida de la mal llamada resocialización. Es
necesario que el Estado y el Instituto Nacional Penitenciario asuman con más responsabilidad el derecho que
tienen las personas privadas de la libertad a la educación, pero no a cualquier educación y, por tanto, generen una política de inversión, no destinada a construir
más cárceles en el territorio colombiano, sino por el
contrario, a garantizar este derecho a la educación a
toda la población.
Las prácticas pedagógicas de las mujeres que
colaboraron en la investigación, dieron paso a nuevas
lecturas en cuanto a formas de ser con otros y leer
el mundo de una manera colectiva alimentada desde
diferentes subjetividades. Sus relaciones se constituyeron en una real experiencia de la resistencia.
De acuerdo con la relación entre resodal1zación
y educación, es importante resaltar el papel que juega las prácticas pedagógicas instituyentes por parte de
las presas políticas como resistencia a lo impuesto por
el régimen carcelario. La resocializadón carcelaria al
plantearse la educación como herramienta para la intervención terapéutica en los sujetos desviados de la
senda de la "normalidad" simplifica en exceso el acto
educativo.
El programa PASO al plantear la educación como
un programa al mismo nivel de otros avalados ante el
Ministerio de Educación, admite que la cárcel se convierte en escuela. Sln embargo, desde una perspectiva
pedagógica crítica, se considera que la escuela es un
espacio político, social y económico inseparable de los
temas de poder y control, ya que es ahí donde se generan relaciones sociales de participación; la escuela
debe ser un espacio donde se debata acerca de qué
tipos de conocimiento y autoridad se deben legitimar;
la escuela no es un espacio neutral; debe ser el nicho
para la construcción de una sociedad mejor, donde
pasado, presente y futuro sean interpretados y relacionados por quienes se involucran en ella para una mejor
comprensión de la realidad.
En tal sentido, no se puede asumir con reduccionismo lo pedagógico, al pensar que una intervención
instrumental y mecánica, como pretende el programa
PASO, con la educación formal o no formal, pueda generar cambios sustanciales en la realidad y en los sujetos que participan del tratamiento que ofrecen. La
riqueza del acto educativo requiere una serie de condiciones que trasciendan la formalidad y la linealidad
observadas en este Plan, especialmente en instituciones del Estado.
En el ejercicio hermenéutico de este escrito se
concluye, con respecto a las prácticas pedagógicas alternativas de las presas polfticas, que estas constituyen
un ejercicio de pedagogía crítica en varios sentidos:
1.
Es un proceso liberador. De acuerdo con
Henry Giroux, la educación liberadora hace
lo pedagógico más político y lo político más
pedagógico, y en la práctica es esto lo que
caracteriza el quehacer educativo de las presas políticas en el patio sexto de El Buen Pastor en Bogotá.
2. Hacer lo pedagógico más político significa insertar la enseñanza directamente dentro de
la esfera polftica, para argumentar que la
educación representa una lucha para definir el significado y una lucha sobre las relaciones de poder. Hacer lo polftico más pedagógico significa utilizar formas de pedagogía
que incorporen intereses políticos que son
emancipatorios por naturaleza; esto es, la utilización de formas de pedagogía que traten
a los estudiantes como agentes críticos y con
capacidad para abrirse al análisis y a la investigación (Giroux, citado por Melaren, 1998).
3. La educación debe ser concebida como uno
de los más importantes derechos humanos
y no como una acción correctiva. Desde el
programa PASO, se entienden los procesos educativos a la luz de la resocialización
como adquisición instrumental de las habilidades técnicas que proveerán el crecimiento de una competitiva fuerza de trabajo en el
mercado laboral; por eso, la educación y el trabajo deben desarrollarse de manera paralela
y conjunta en el tiempo de reclusión.
4. Sumado a lo anterior la educación en los
establecimientos carcelarios no es otra cosa
que un mecanismo para descontar dfas a la
pena, sin tener en cuenta las múltiples dificultades que lleva desarrollar un proceso
educativo en este tipo de establecimientos,
como la falta de personal capacitado pedagógicamente, la falta de aulas y de espacios
apropiados para el estudio, la falta de material didáctico, etc.
5. La construcción de un currfculo participativo. Como se vio en el desarrollo del segundo apartado, las presas políticas construyen de
manera conjunta los planes de estudio y
currículos que ellas mismas orientan; por el
contrario, las políticas de resocialización imponen un currfculo ajeno y rfgido, similar a
los procesos que se dan en la educación de
adultos fuera de la cárcel, sin tener en cuenta las condiciones de este espacio.
Asf se problematiza la formalidad de la escuela (escolarización) en la dinámica de las instituciones
educativas en el contexto de encierro. En lo que plantea el programa PASO, en la práctica educativa, los
docentes y los estudiantes juegan fingiendo roles que
ofrece la formalidad escolar. Las presas plantean estrategias de soporte para sortear la adaptación a la
cárcel, a la norma y a la escuela a modo de simulación.
Se señala así que la formalidad escolar carcelaria no
promueve una reconstrucción de la subjetividad, que
la educación mecanicista no ofrece implicación personal de ninguna de las partes {estudiantes-educadores).
En fin, en esta práctica educativa institucional queda
al margen la subjetividad, la conexión con las expectativas y la vida de las detenidas.
Sobre los autores
Elizabeth Torres-Puentes es licenciada en Matemáticas,
Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Magistra en
Educación, Universidad Pedagógica Nacional. Docente de la
Universidad Distrital Francisco José de Caldas en la Licenciatura en Educación básica con énfasis en matemáticas.
Diego Hern6n Arias-G6mez es docente investigador
de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Grupo de Investigación Amautas. Estudiante de Doctorado en
Educación.
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