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Estudios Trasandinos Volumen 14, número 2 Segundo semestre de 2008 Contenido Editorial 3 Artículos LUCILA BUGALLO. Años se manejaba el cambio y ahora el billete. Participación de poblaciones de la Puna de Jujuy en ferias e intercambios entre los siglos XIX y XX. SIGRUN KANITSCHEIDER. Factores de integración económica de una vía transversal andina. El ejemplo del paso de Jama. ZENOBIO SALDIVIA MALDONADO. La Región de Chiloé como referente científico de la Armada de Chile durante la primera mitad del siglo XIX. GRACIELA NOELIA SUÁREZ. El bandolerismo y la policía fronteriza en la región andina rionegrina, 1911-1912. MAXIMILIANO KORSTANJE. Prejuicio encubierto en el turismo: chilenos y argentinos en el estudio de un caso en la ciudad de Buenos Aires. MARINA KABAT. Las empresas transnacionales y el desarrollo de la industria del calzado en Chile y Argentina. Aportes para el análisis de dos trayectorias diferentes. VERÓNICA HOLLMAN. Nuevos contenidos para la misma finalidad pedagógica: el caso de las nuevas espacialidades en la Geografía escolar. 5 31 49 59 77 101 123 Notas 141 Reseñas 169 Estudios Trasandinos Volume 14, number 2 Second semester, 2008 Contents Editorial note 3 Articles LUCILA BUGALLO. Years Ago One Was Handling the Barter and Now the Money. Participation of Populations of Jujuy's Puna in Fairs and Exchanges between the XIXth and XXth Centuries. SIGRUN KANITSCHEIDER. Factors of Economic Integration of an AndesCrossing Route. The Case of the Pass Jama. ZENOBIO SALDIVIA MALDONADO. Chiloé’s Region as a Scientific Reference of the Navy of Chile during the First Half of the 19th Century. GRACIELA NOELIA SUÁREZ. Banditry and the Border Police in the Andean Region of Río Negro, 1911-1912. MAXIMILIANO KORSTANJE. Prejudice Concealed in the Tourism: Chileans and Argentinians in the Study of a Case in the City of Buenos Aires. MARINA KABAT. Transnational Companies and Shoe Industry Development in Chile and Argentina. Contributions for the Analysis of two Different Trajectories. VERÓNICA HOLLMAN. New Contents for the Same Pedagogic Purpose: the Case of the New Spatialities in the School Geography. 5 31 49 59 77 101 123 Notes 141 Review of books 169 EDITORIAL Cerramos otro año con nuevos desafíos y excelentes perspectivas de trabajo, que no deben confundirse con promesas de éxito seguro. Diversas iniciativas provenientes de muy distintos ámbitos de nuestra región latinoamericana han comenzado a responder al desencanto y al cansancio de nuestras sociedades por el bajo rendimiento –en términos de satisfacción de las demandas- y la escasa intensidad democrática de las gestiones que hemos sabido elegir. Admitir las responsabilidades de todos en esa insatisfacción es un signo de madurez, y los que nos dedicamos primordialmente a tareas intelectuales no somos distintos. Llamados a un mayor y mejor compromiso con las cuestiones del presente y del futuro circulan en nuestras conversaciones y en convocatorias institucionales. El congreso Ciencias, tecnologías y culturas realizado en Santiago entre octubre y noviembre pasados –que reseñamos en nuestras Notas- ha sido una llamada de atención más que interesante acerca de lo que podemos y debemos hacer desde el campo de la cultura por las comunidades que integramos, y el próximo congreso argentino-chileno de abril será seguramente un lugar privilegiado para seguir dialogando en clave de proposiciones y trabajo en red. Estudios Trasandinos continúa en el tono de apertura temática dado por el número anterior. Dos trabajos iniciales exploran la cuestión de la integración económica en el pasado y el presente: el de Lucila Bugallo sobre las ferias de la Puna y el de Sigrun Kanitscheider sobre el paso de Jama. El primero estudia las modificaciones que se han dado a lo largo de un tiempo extenso en los modos de intercambio, los productos y circuitos propios de las comunidades puneñas del Noroeste argentino, el norte chileno y el sur boliviano, haciendo un aporte interesante a la comprensión del alcance y sentido actual de las ferias regionales. El segundo, proveniente de un proyecto de investigación austríaco, analiza el impacto de uno de los actuales corredores de circulación mercantil regional, que pasa precisamente por la Puna. Ambos se mueven en un campo problemático de mucho interés para nuestras sociedades: el de las inevitables tensiones entre las tendencias globales y los intereses y demandas locales, y llaman la atención acerca de la necesidad de construir modelos explicativos y participativos sobre las dinámicas sociales atravesadas e interpeladas por esos corredores, que pueden ser tanto meras cintas transportadoras de mercaderías como verdaderos ejes de integración y desarrollo. Después la temática del presente número se diversifica ampliamente. El texto de Zenobio Saldivia Maldonado sobre la acción exploratoria de la Armada chilena en el sur proviene de una larga tarea de investigación y contribuye a enriquecer un campo de estudios poco frecuentado, que debería merecer más atención de nuestros equipos por la importancia que encierra el conocimiento de las relaciones entre la construcción de saberes y los procesos de formación territorial de nuestros países. El trabajo de Graciela Suárez aporta un matiz interesante a los estudios sobre las fronteras y la expansión de la dominación estatal sobre espacios de 4 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) integración tardía, identificando en la política de seguridad pública una estrategia más de apropiación/expropiación de la tierra. El artículo de Maximiliano Korstanje propone un abordaje etnográfico, centrado en el problema del prejuicio, sobre un aspecto poco conocido del contacto intercultural en el contexto del turismo. Marina Kabat proporciona, como parte de un proyecto mayor radicado en la Universidad de Buenos Aires, un estudio comparativo, en el campo de la historia económica, sobre la trayectoria de una rama de la industria en Argentina y Chile. La investigación de Verónica Hollman, finalmente, pertenece a un campo que se ha mantenido presente en las inquietudes de nuestra Asociación: el del estudio y la renovación de las propuestas educativas referidas a las Ciencias Sociales –en este caso, a la Geografía-, como contribución a la integración cultural desde una mejor comprensión del otro y de sus procesos histórico-espaciales. La sección Notas pretende difundir información importante acerca de reuniones y ámbitos de trabajo y encuentro académico binacional e internacional. Se destacan una extensa e interesante nota de la colega historiadora que se desempeña como vicepresidente del CONICET argentino acerca del estado del arte y los desafíos actuales de la historiografía agraria; e informes sobre las repercusiones del congreso ya mencionado, realizado recientemente en Santiago, y los preparativos de un nuevo encuentro de nuestra Asociación, el octavo, pero también la presencia de otras reuniones y proyectos de investigación –a los que esperamos que se agreguen más en los próximos números- que implican problemas y temas de interés común. Estudios Trasandinos reúne y convoca a todos/as los/as colegas investigadores/as que quieran continuar enriqueciendo las miradas conjuntas, comparativas o integradoras, que puedan contribuir a generar una masa crítica de conocimiento con peso específico en la vida cultural y política de nuestra patria común latinoamericana. Estudios Trasandinos, 14:2 (2008), 5-30 ISSN 0717-5256 AÑOS SE MANEJABA EL CAMBIO Y AHORA EL BILLETE. PARTICIPACIÓN DE POBLACIONES DE LA PUNA DE JUJUY EN FERIAS E 1 INTERCAMBIOS ENTRE LOS SIGLOS XIX Y XX LUCILA BUGALLO2 Fecha de recepción: 19 de septiembre de 2007 Fecha de aprobación: 3 de marzo de 2008 Se presentan los modos de intercambio de productos por parte de las poblaciones puneñas con productores de otras zonas ecológicas y con comerciantes de diversos bienes. Se realiza un recorrido histórico desde fines del siglo XIX hasta finales del XX, señalando las principales modificaciones en los sistemas de intercambio. Se observa la decadencia de los viajes de intercambio o caravaneo y la continuidad de las ferias periódicas en las que también se han introducido numerosas transformaciones, como es el reemplazo del sistema de trueque por el dinero. Los diversos modos de intercambio así como los productos y bienes intercambiados, establecen rutas de comercio que han ido variando a lo largo del tiempo, incluyendo y conectando regiones: diferentes zonas ecológicas de Jujuy y Salta (Puna, Quebrada y Valles), Sur de Bolivia (Sud Lípez y Sococha) y norte de Chile. Las modificaciones en las producciones domésticas y las explicaciones locales puneñas son tenidas en cuenta con la finalidad de comprender el sentido actual del intercambio y de las ferias. Palabras claves: intercambio (trueque), ferias de intercambio, rutas de comercio, valores en el intercambio, identidad. Years Ago One Was Handling the Barter and Now the Money. Participation of Populations of Jujuy's Puna in Fairs and Exchanges Between the XIXth and XXth Centuries The following contribution analyses de different ways that communities of the Andean highlands of northwest Argentina have to obtain productions of different ecological areas. Historical data is given according to XIX and XX centuries, showing the main changes in economic exchange systems. The paper also shows the 1 Ponencia presentada en el VII Congreso Argentino Chileno de Estudios Históricos e Integración Cultural, Salta, 25- 27 de abril de 2007, Mesa "Circulación de bienes y de personas en el espacio Pacífico-Yungas" coordinada por Viviana Conti, Sergio González Miranda y Emma Raspi. 2 Institutos de Formación Docente nº2 (Tilcara) y nº1 (La Quiaca-Abra Pampa). Doctoranda EHESS (Paris). Correo electrónico: bugallolucila@yahoo.com.ar. 6 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) decline of trade caravans (exchange trips) and the maintain of periodically markets in which important changes were also introduced, as the increase of use of money instead of barter system. The different ways of exchange as well as products and goods that are exchanged, found economic circuits that have changed through epochs, including and connecting several regions: different ecological areas from Jujuy and Salta (highlands, altitude valleys and eastern valleys), south of Bolivia (south of Lípez region and Sococha) and north of Chile. Changes in household productions and highlands’ people local explanations are considered in order to understand the actual meaning of exchange and local markets. Key words: exchange (barter), exchange markets, circuits of exchange, economic and social values in barter, identity. En la región andina han existido y existen diferentes patrones de acceso a los recursos y bienes de consumo, ya sea por producción o circulación de bienes. La posibilidad para un mismo grupo comunitario de producir diversidad de productos, pertenecientes a diferentes ecosistemas fue descripta por John Murra, en su publicación de 1972, como “el control vertical de un máximo de pisos ecológicos” o “modelo de archipiélago”. Este modelo no se encontraba ni encuentra en la totalidad del área andina; otras poblaciones han accedido a los bienes que no producen por medio del intercambio. Este se podía concretar tanto en ferias anuales periódicas, con fechas predeterminadas o mediante viajes para tal fin, cuya realización se situaba igualmente en ciertos momentos del calendario agro-productivo. Este el caso de las poblaciones de la Puna jujeña. El intercambio de bienes constituye una característica cultural fundamental de las poblaciones de la Puna de Jujuy. A lo largo del siglo XX éste se realizó en el ámbito de ferias de trueque y caravanas. Actualmente se siguen realizando ferias y aunque el intercambio por medio de caravanas haya disminuido, la gente logra acceder o ubicar sus productos y/o mercancías utilizando otras estrategias y diferentes medios de transporte. Los sistemas de intercambio son formas de circulación de bienes; estos bienes pueden circular de diferentes maneras: a través del don, la redistribución o el intercambio mercantil con o sin moneda. Su dimensión no es únicamente económica, sino que están presentes el orden social y de modo más amplio la cosmovisión de la sociedad en cuestión. Esta finalidad de tipo simbólico está más presente en ciertos tipos de intercambios, como el don; sin embargo todas formas de circulación de bienes contienen estas dimensiones. Las llamadas sociedades tradicionales han practicado desde mucho tiempo atrás las relaciones de intercambio de mercado, de las que es un buen ejemplo el trueque, en el que el valor de los objetos intercambiados es establecido y considerado equitativo. Sin embargo la manera en que se establece ese "valor equitativo"; es decir qué productos se cambian, cuáles se venden, cómo se establecen las operaciones de trueque depende de muchos factores. (Barthes, Bugallo, 1996) L. BUGALLO – AÑOS SE MANEJABA EL CAMBIO Y AHORA EL BILLETE 7 La circulación de bienes implicaba, e implica aún en cierta medida, la circulación de personas; es decir que las personas se desplazan realizando sus intercambios y comercios. Como señala una anotación de 1921 en referencia a pobladores de la Puna jujeña, “Esta gente se pasa en viajes para buscar la subsistencia”3 Los pueblos puneños han practicado desde la época prehispánica diferentes tipos de movilidad espacial relacionados con la producción y el trueque. Éstos se han visto acrecentados en la época colonial por comercios específicos de la economía de esa época, como fue el arrieraje de animales hacia el Alto Perú, que continuaron existiendo hasta el siglo XX. En la Puna de Jujuy el acceso a los recursos implicó entonces un alto patrón de movilidad tanto para producirlos (pasturas, trashumancia, puestos, residencia múltiple) como para intercambiarlos y/o comerciarlos. En este trabajo nos vamos a referir a la circulación de bienes producidos y de bienes intercambiados que se realiza (y realizaban) en ferias o en viajes con ese objetivo. El intercambio que se realizaba en ferias principalmente en la Puna o que era protagonizado por puneños en otras zonas; es decir vinculaba múltiples zonas ecológicas diferentes, ya que los bienes que formaban parte del trueque provenían de lugares alejados. Las ferias actuales proponen diversidad de productos; entre éstos se mantienen gran parte de los que se cambiaban y comercializaban en el pasado y se han incorporado nuevos bienes. Es importante señalar que esta movilidad estuvo y está aún sustentada en redes familiares. Durante este siglo se han producido una gran cantidad de transformaciones; intentaremos ver qué cambió y qué aspectos se mantienen en estas ferias y viajes. A pesar de las importantes modificaciones que se pueden registrar, relacionadas especialmente con el tipo de bien y el valor de cambio, las ferias siguen constituyendo un lugar central en el que se conjugan personas, bienes y zonas ecológicas. Resulta importante reflexionar de qué manera los intercambios siguen ocupando una franja determinante en lo que hace a las relaciones comerciales de estas poblaciones. El eje de nuestra reflexión surge a partir de las preguntas: ¿por qué continúan los puneños viajando a las ferias e intercambiando? ¿qué tipo de bienes se buscan en ese ámbito? ¿Cuál es el sentido de esta acción/práctica? ¿Y cómo se explica económicamente? ¿Qué racionalidades se ponen en juego? Este trabajo se basa en datos de trabajo de campo realizado en la Puna de Jujuy, principalmente en el departamento de Cochinoca, desde 1998 hasta la fecha.4 Asimismo se utilizan registros etnográficos de un trabajo realizado en abril 2006 en la feria de Pascua de Abra Pampa5 y de un taller sobre el tema desarrollado en 3 Encuesta Nacional de Folklore (de aquí en adelante ENF), Jujuy, caja 2, carpeta N° 38, 2° envío, Miraflores, Escuela N°19, fj. 2 recto 4 Los datos llevarán la fecha -mes, año- entre paréntesis. Durante los días 15 y 16 de abril 2006 realicé una experiencia de trabajo de campo junto a mis alumnos de Metodología de la Investigación en Ciencias Sociales, de 4º año de la carrera 5 8 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) Tusaquillas (departamento de Cochinoca) en noviembre del mismo año6. La Encuesta Nacional de Folklore de 1921 brinda testimonios de gran valor7. El trabajo de campo proporcionó ricos datos de historia oral que pueden ser contrastados y complementarse con testimonios escritos, como los de la encuesta de 1921. Este conjunto de datos, así como otros tomados de fuentes bibliográficas, serán cotejados y servirán para comprender los cambios comparando con lo que ocurre en la actualidad. “Esta gente se pasa en viajes para buscar la subsistencia”: ferias e intercambios. Siglo XIX y principios del siglo XX El intercambio de bienes que tiene lugar durante el siglo XX, ya sea en ferias de trueque como con el intercambio caravanero, tiene antecedentes en circuitos mercantiles que conectaron al norte argentino a lo largo del siglo XIX. (Conti, 2003). En la segunda mitad del siglo XIX existen dos circuitos comerciales de importancia para el norte argentino: el transcordillerano que unía a esta zona con la región chilena de Atacama y el Litoral salitrero, y el circuito que la unía al sur de Bolivia. Las zonas de la Puna que hemos trabajado son herederas de este segundo circuito, de este vínculo comercial con Bolivia. Este circuito se centraba en la provisión de ganado mular, caballar y vacuno a los centros mineros y urbanos del sur de ese país, y a través de rutas comerciales tradicionales; conservaba un modelo de circulación mercantil similar al colonial (Conti, 2003: 47 y 1989a). Pero no sólo ganado salía hacia Bolivia, en la segunda mitad del siglo XIX explica Conti que “En los valles de Lerma y de Jujuy, la producción de trigo y de maíz y la presencia de molinos harineros proveían de harinas a toda la región y exportaban los excedentes a Bolivia. (…) El mercado por excelencia para la ubicación de la producción se encontraba en Bolivia.” Esta producción era pagada en dinero. (2003:29) En el siglo XIX proliferaron las ferias de ganado, en las que los productores indígenas también intercambiaban o vendían parte de su producción: “A lo largo de estas rutas comenzaron a florecer las ferias de ganado, donde acudían los productores del Interior argentino y los compradores altoperuanos (…). Para el campesinado se convirtieron en un hito importante para el tradicional intercambio de del Profesorado de Historia del IFDC Nº 2, Tilcara. Algunos datos que aquí se utilizan provienen de los registros por ellos realizados. La referencia que se usará será Encuesta 2006 y el nombre y apellido del alumno en cuestión. 6 En Noviembre de 2006 realizamos junto a algunos alumnos del IFDC Nº 2, un Taller de Historia Regional con los alumnos de EGB 3 (7º,8º y 9º años) de la Escuela de Tusaquillas (Departamento de Cochinoca), en el que se trabajó el tema de intercambios en la región andina de Jujuy. En una de las actividades se conversó con pobladores quienes brindaron su testimonio en relación al tema de las ferias y los intercambios comparando el presente y el pasado. Los datos recogidos en el taller serán citados del siguiente modo: “11/06, Tusaquillas”. 7 Las citas tomadas de la Encuesta Nacional de Folklore de 1921, son transcriptas textualmente manteniendo la ortografía original, así como el uso de comillas y/o paréntesis que aparecen en los documentos. L. BUGALLO – AÑOS SE MANEJABA EL CAMBIO Y AHORA EL BILLETE 9 parte de su producción por los artículos no producidos en su zona ecológica.” Cada feria se especializaba en algún tipo de ganado; las de La Tablada en Jujuy y Huari en Oruro sobresalían por la gran cantidad de ganado, en particular el mular, que era comercializado. En el trayecto entre La Tablada y Huari surgieron varias ferias ganaderas: Tilcara y Humahuaca en la quebrada, Cerrillos, Cochinoca, Cieneguillas y Yavi en la Puna argentina; Atocha, Ayoma y Uyuni en territorio boliviano (Conti, 1989a: 49). Estas ferias proveían igualmente los circuitos ganaderos. “En la quebrada de Humahuaca las tropas se engrosaban con las reses que se vendían en las ferias de Tilcara, Humahuaca y Abra Pampa.” (Conti, 2003: 43 y 46). Es importante señalar que los animales eran pagados con dinero, en plata boliviana (ya fuera en moneda, en piñas o en barras); es decir que no se trataba de intercambios o trueque. La feria de la Tablada, que comienza a organizarse hacia 1856 como feria anual durante la Pascua, se ubicaba al norte de la ciudad de San Salvador de Jujuy; en esta feria además del comercio de ganado, se vendían e intercambiaban diversidad de cosas, los comerciantes armaban sus carpas, y también se ofrecían comidas y diversiones (Conti, 1989b). Para los campesinos de Puna y Valles “la feria era una instancia importante en su abastecimiento” (op. cit., 440). Un poblador de Cochinoca (Victor C., nacido en 1917) recuerda cómo iba con su madre a esta feria cuando era chico; también recuerda que su madre solía ir a la Manka fiesta que ya se realizaba en La Quiaca, aunque se ubicaba en otro sitio. Sabemos también por el testimonio de Miraflores de 1921 que la feria de Iruya se hacía por lo menos ya en la década de 1910. Feria de Pascua, La Tablada (San Salvador de Jujuy) principios siglo XX (Foto publicada en Geografía de la Provincia de Jujuy por Eulogio Solari en 1907) A principios del siglo XX, se realizaba para la Pascua, una feria en el pueblo de Cochinoca. Existía en ese pueblo una recova destinada a los puestos y Estudios Trasandinos 14:2 (2008) 10 transacciones de la feria, llamada Mundo Nuevo; ésta se realizaba aún en los años 20. Un poblador que participó siendo niño recuerda que llegaban los sococheños llevando canastos de uvas y otras frutas. Otra feria que según datos de historia oral se realizaba en la Puna, era la de El Cóndor –al Este de Pumahuasi (depto. de Yavi). A pesar de haber durado este circuito del ganado hasta alrededor de 1930, comienza a ser desarticulado a partir de 1870, cuando los gobiernos de ambos países promueven una reorientación centrífuga del comercio de las producciones, política que desestructura el espacio mercantil andino vigente hasta entonces. El ferrocarril, que llega a La Quiaca en 1907, contribuyó igualmente a esta desarticulación. (Conti, 2003: 30) En las primeras décadas del siglo XX los viajes de intercambio como la participación en ferias constituían ejes de la economía campesina puneña. Estos viajes forman parte de las estrategias para manejar los diferentes riesgos que incluyen la producción, comercialización y obtención de alimentos. Un viaje de intercambio consiste en que una o más familias se organizan para llevar parte de su producción para cambiarla por productos de otras zonas ecológicas con familias de esos lugares, y regresar así con alimentos necesarios para la dieta, que ellos no producen. Sin embargo no se debe creer que los pobladores de la Puna sólo intercambiaban sus productos por los de otras zonas ecológicas que no producían. A pesar de la importancia que tenía el trueque o intercambio algunos bienes se vendían y compraban. Destinos y modos de comercialización de algunas producciones y recursos (Miraflores, departamento de Cochinoca, Puna jujeña) Cómo Producción Oveja En pié Chalona Chalona Chalona Grasa Recurso Sal Lana Tejidos Tejidos Panes o bloques Panes o bloques Destino Bolivia Jujuy Feria de Iruya La Quiaca La Quiaca Modo de comercialización Venta Cambian por maíz Venta ¿? Jujuy ¿? Jujuy Venta Venta “en gran cantidad” Venta Cambian por maíz Venta Venta Jujuy Cambian por maíz Fuente: Encuesta Nacional de Folklore, Jujuy, caja 2, carpeta N° 38, 2° envío, Miraflores, Escuela N°19, fj. 2 recto. L. BUGALLO – AÑOS SE MANEJABA EL CAMBIO Y AHORA EL BILLETE 11 El testimonio escrito por el maestro de Miraflores (al Oeste de Abra Pampa, departamento de Cochinoca) en 19218 nos brinda interesantes datos en relación con la producción puneña, su destino y el modo de comercialización. Explica que las ovejas las venden en pie a Bolivia, asimismo las carnean para hacer chalonas, que cambian por maíz en Jujuy y también las comercializan en la feria de Iruya para la fiesta del Rosario y en La Quiaca donde también venden grasa en grandes cantidades. La lana la venden o hacen tejidos que llevan en sus viajes de intercambio a Jujuy. Es decir que la producción de ganado ovino tiene diferentes destinos o modos de comercialización: puede ser vendido vivo o carneado y procesado; puede ser cambiado procesado; otros productos del animal, como grasa y lana, son igualmente vendidos; y los tejidos vendidos o cambiados. Las cargas de sal son igualmente intercambiadas. Cuando se refiere al cambio, que por otra parte se aplica a todos los productos: chalonas, tejidos y sal, siempre declara que lo hacen por maíz. A la feria de Iruya de principios de octubre la nombra como las fiestas de comercio que realizan en Iruya para la fiesta del Rosario; en cambio al referirse a La Quiaca no cita ninguna feria. En cuanto a los viajes de intercambio, su relato dice así: “Esta gente se pasa en viajes para buscar la subsistencia, porque el clima de esta tierra no les permite hacer cultivos porque es muy frío. El principal alimento de estos moradores es el maíz que lo preparan de diferentes modos y tienen que buscarlo en los alrededores de Jujuy, para estos viajes que son generalmente de 8 días de camino de ida utilizan los asnos para traer las cargas con maíz y harina. Al realizar estos viajes además de tejidos, chalonas llevan también de gran utilidad cargas de sal para venderlas unos y otros para cambiar con maíz.” Este testimonio muestra una gran diversidad en cuanto a las estrategias de comercialización de la producción y recursos. A ésta se suma la de los circuitos de comercio: a Bolivia, a La Quiaca, a Iruya, a los alrededores de San Salvador de Jujuy; tenemos en este caso cuatro destinos de comercialización de los productos. El testimonio de Abralaite también señala a las chalonas, los tejidos y los bloques o panes de sal – de 12 kg. cada uno- como los productos que llevan los puneños para intercambiar por maíz a Humahuaca y Jujuy. “Generalmente realizan estos viajes dos ó tres veces durante el año y duran entre 8 ó 15 días entre ida y vuelta. Para conseguir el maíz algo mas barato y sin necesidad de llevar el dinero que muchas veces no lo tienen, se valen de un medio que siempre fue del que se valieron los Incas; esto es el comercio de intercambio.” 8 ENF, Jujuy, caja 2, carpeta N° 38, 2° envío, Miraflores, Escuela N°19, fj. 2 recto. 12 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) Explica el testimonio que el maíz es “el principal artículo de consumo entre los pobladores de ésta región”.9 Los circuitos que nombra este relato son dos: de Abralaite a Humahuaca o a Jujuy. Otra fuente, en este caso un relato de una pobladora actual de Abralaite de ochenta años, cuenta que solían hacer viajes para buscar maíz: “Mi mamá sabía mandarme con burros a traer maíz, iban mis abuelitos o tíos, íbamos tres más o menos, llevando diez, quince burros, algunos sabían llevar hasta veinte burros; llevábamos sal y peleros, mantas, frazadas también, volvíamos trayendo maíz. El maíz lo traíamos de Monterico o de Capillas, lo cambiábamos por lo que llevábamos, cada burro cargaba dos almudes de maíz. Comprábamos y teníamos que esperar que fueran a cosecharlo, entre el monte tenían sus sembrados, después teníamos que desgranarlo, trabajoso era, por eso tardábamos como veinte días (esto es ida y vuelta); había que parar luego en León o en Tumbaya, en el molino, para hacer moler parte de la carga y traer harina.” (Isabel P. 9/98)10. Si comparamos este testimonio con el anotado en el mismo pueblo en 1921, vemos que entre la década del 20 y la del 40 no se habían producido demasiados cambios. La pobladora actual no nombra las chalonas como bien de intercambio, se refiere a la sal y a los tejidos. En cambio, se mantiene como una constante el objetivo del viaje: traer maíz y harina. Señala que la harina la conseguían llevando parte de la carga a moler al molino. Otro testimonio de 1921, en este caso de Chocoite (departamento de Yavi)11 dice “Como en estas regiones se carece de los principales artículos alimenticios, sobre todo el maíz, los pobladores se ven en la necesidad de ir en busca de ellos a los valles. Realizan estos viajes en los meses de julio y agosto, época en que el maíz está en buen estado, dirigiéndose, unos a los alrededores de Jujuy, otros a Tarija y a otros valles.” Vemos que la gente de Chocoite tenía tres circuitos de viaje alternativos: a Tarija, a otros valles o a las inmediaciones de S. S. de Jujuy. El relato proveniente de Carahuasi (depto. de Rinconada), explica que los viajes “en busca de alimentos que consisten en maíz y harina en gran cantidad”, duran quince, veinte días o un mes según el destino. Se realizan con burros o llamas 9 ENF, Jujuy, caja 3, carpeta Nº66, 1er envío, Abralaite, Escuela Nº67, Fojas 22 y 23. La pobladora de Abralaite que nos comunicó este relato nació hacia 1920; en la época de esos viajes tenía aproximadamente catorce años según ella misma contó, es decir que el relato se refiere a fines de la década de 30 y a la del 40. 11 ENF, Jujuy, caja 1, carpeta Nº 1, Chocoite, Escuela Nº 97, Foja 9 recto. 10 L. BUGALLO – AÑOS SE MANEJABA EL CAMBIO Y AHORA EL BILLETE 13 macho.12 El testimonio de Barrancas también da cuenta de viajes con burros cargueros en busca de maíz y harina. Los habitantes de la región de Susques realizaban al menos desde fines del siglo XIX, “viajes a las fincas en los alrededores de las ciudades de Jujuy, Salta, Perico y El Carmen (...) de gran importancia para la provisión de maíz y trigo”. Asimismo, tenían grandes circuitos para sus intercambios, incluyendo los trayectos al sur de Bolivia “Los puneños llegaban con sus caravanas a las ferias de Huari, de Tupiza y de Talina para cambiar carne, tejidos o burros por productos agrícolas y comprar coca y loza” (Göbel, 2003: 224-225) De estos seis testimonios y de lo presentado por Göbel, podemos indicar como rasgos principales que los puneños de diferentes áreas y departamentos realizaban continuamente viajes de intercambio y comercio; y que para ello se trasladaban con tropas de animales cargueros, para abastecerse en maíz y harina de maíz, principal alimento de su dieta; y finalmente que los destinos y circuitos eran diversos así como los modos de comercialización, que podía ser venta o intercambio, dependiendo estas opciones del tipo de producto y destino del viaje. “Ya no vienen en burros porque los caminos están cortados con alambres”: cambios de la segunda mitad del siglo XX en los viajes de intercambio y ferias A pesar de que las caravanas constituyen un elemento central de la identidad local puneña, los puneños “enfatizan que las características de las caravanas de intercambio han cambiado en los últimos decenios.”(Göbel Barbara, 1998b: 883) Entre estos cambios, está el de la disminución en la frecuencia de las caravanas y el área que éstas cubren (relacionado con la prohibición de circular con animales en las zonas cercanas a las ciudades), teniendo como causa principal la falta de fuerza de trabajo masculina, consecuencia de la migración laboral que tomó impulso a mediados del siglo XX. (op.cit., p.886). A su vez el trabajo migratorio proporcionó recursos para la implementación de nuevas estrategias en la adquisición de productos: el dinero obtenido es invertido en la compra de alimentos, de mercadería como dicen los puneños. Otra estrategia consiste en comprar a los comerciantes ambulantes o en los almacenes del pueblo.13 (Göbel, 2003: 222 y 223) Existían además otro tipo de viajes que pobladores de algunas zonas puneñas realizaban hacia las minas para ubicar allí el excedente de su producción; en este caso los productos eran vendidos. Es así como pobladores de diferentes pueblos y parajes de la ladera occidental de la Sierra del Aguilar, sobre la ruta nacional 40, 12 ENF, Jujuy, caja 2, carpeta N°35, 1er envío, Carahuasi, Escuela N°22, Fojas 15 recto y verso, 16 recto. Se aclara que quien narró lo que transcribe el maestro es una señora, Paulina C., de 80 años de edad en 1921, nacida y criada allí. 13 Señala Göbel que en Huancar (departamento de Susques) la tienda más antigua tiene 30 años; surgen aquí las diferencias entre las diferentes áreas de la Puna, ya que los departamentos de Cochinoca, Rinconada y Santa Catalina conocieron este tipo de comercios mucho antes, como consecuencia de la minería aurífera y el comercio que ésta desarrolló. En el pueblo de Cochinoca existía un almacén o boliche por lo menos desde 1910. 14 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) cruzaban el cerro y llegaban a la mina con diversos productos: verduras, harina cocida, flores, yuyos como rica-rica, carne, hilo, tejidos, cuero, leña. Un poblador de Abralaite cuenta que su papá “sacaba muy lindas alverjas, cargaba todo eso en un burro y se iba a venderlo a la mina, volvía sin nada” (Irineo G., 10/98); otra pobladora explica que iba con el burro llevando leña para la mina, ahí la vendía “Con la mina era lindo, había de todo”. Algunos se dedicaban también al comercio de coca que traían de “contrabando” de Bolivia y vendían en la mina. Una señora de Collawayma (Coranzulí, depto. de Susques) también recuerda “allí en Collawayma está Mina Pirquitas ahí sabíamos llevar leña, (…) por ejemplo una vez a la semana íbamos”, la leña la llevaban en burro. (Isabel F., 05/06)14. También pobladores de Tusaquillas recuerdan “Antes la gente iba caminando al Aguilar para cambiar o vender sus productos.”15 Con el cierre o despidos masivos de las minas, estos viajes dejaron de realizarse; así también lo señala Göbel respecto a los productores de Huancar, quienes suspendieron los viajes a la mina El Aguilar (2003: 225). Uno de los aspectos que más ha cambiado es el de los transportes que se utilizan para realizar los intercambios; las recuas han sido reemplazadas por colectivos, camiones y camionetas y ésta es una de las causas de que los viajes de intercambio hayan decaído muy notablemente. Toda una serie de modificaciones que no abordaremos en este trabajo, referidas a la cría de ciertas especies tanto animales como vegetales (burros, mulas, caballos, alfalfa) y a la circulación de estos animales como bienes de comercialización, están relacionadas con las innovaciones en los transportes. Los circuitos se han modificado en especial por el citado cambio en los transportes y la decadencia de los viajes de intercambio. En cuanto a los productos algunos se mantienen, pero otros como el maíz y la harina de maíz han decaído, porque su utilización disminuyó mucho en la dieta puneña. Es una hipótesis que esta modificación de las preferencias alimentarias también influyera en la decadencia del intercambio caravanero, ya que como vimos en los testimonios de principios del siglo XX, el objeto principal de éstos era el abastecimiento en maíz y harina de maíz ¿Por qué continuarían acudiendo a intercambiar un producto que ya no necesitan en tanta cantidad? Por supuesto que se trata de una conjunción de factores; el cambio en los transportes de comercialización también hizo que llegaran a la Puna diversidad de productos y así en los últimos 25 años el arroz y los fideos han ido reemplazando las comidas en base a maíz y harina; la harina blanca para hacer pan o directamente el pan, está reemplazando al mote; el pochoclo al tostado que llevan los chicos cuando van pastear el ganado al campo. Barbara Göbel señala que las modificaciones en la dieta –y la vestimenta- constituyen transformaciones de las preferencias culturales y son efectos de los procesos de cambio. (2003: 223). Entre los múltiples factores, los cambios en la utilización del espacio, como las reservas de pastos que se logra mediante la instalación de alambrados, también influyeron en la disminución de las 14 15 Encuesta 2006, entrevista de César Soruco. 11/06, Tusaquillas. L. BUGALLO – AÑOS SE MANEJABA EL CAMBIO Y AHORA EL BILLETE 15 caravanas “Ya no vienen en burros porque los caminos están cortados con alambres” explica un poblador de Cochinoca (Víctor C., 04/06). Vemos que a lo largo del siglo XX los puneños realizaban diferentes clases de viajes para comercializar su producción, ya fuera mediante intercambio o venta; éstos se hacían desde diferentes lugares de la Puna a distintos destinos. Es decir que había una circulación permanente de bienes y productos, sustentada y organizada por las unidades domésticas productoras. En algunos casos se inscribía en rutas tradicionales; en otros, en nuevos circuitos que se fueron creando, como por ejemplo la apertura de las minas en la década del 30, estableció nuevos caminos que llevaban las producciones puneñas hacia ellas, para abastecer a quienes allí vivían y trabajaban. ¿Todo se vende, no hay ventaja para el cambio? ¿Qué ocurre hoy con el intercambio de bienes y productos? Actualmente pobladores de ciertas zonas de la Puna continúan realizando estos viajes. Es el caso de diferentes localidades del departamento de Susques16 y de la Puna salteña, (zona de San Antonio de los Cobres), que viajan con sus burros hacia la Quebrada de Humahuaca. Barbara Göbel señala que los pobladores de Huancar combinan actualmente varias opciones para obtener los productos “pero el dinero es un recurso escaso en la mayoría de las unidades domésticas (…) por los costos de las otras dos opciones ésta última estrategia (las caravanas) sigue siendo hasta hoy en día una alternativa válida” (2003: 209) A su vez, el intercambio de bienes y productos está íntimamente ligado con la producción y el tipo de explotación de la unidad doméstica. Éstas se han visto afectadas a partir del siglo XX, hecho que fue en aumento durante ese siglo, por las migraciones y la falta de fuerza de trabajo que de éstas resulta.17 La decadencia en la producción fue una de las consecuencias de esta transformación. El dueño de la mayor barraca18 de Abra Pampa, comenta que se está comenzando a notar la merma en la producción de lana por el abandono de los rebaños, ya que los jóvenes no quieren quedarse en el campo a pastorear. También se registra la falta de carne, fenómeno notorio en la feria de Pascua 2006. Göbel señala también la disminución de excedentes de productos animales para el intercambio económico (2003: 215). ¿Qué productos circulan? ¿Qué buscan los puneños en las ferias? 16 En los años 90 el 87% de las unidades domésticas de Huancar participaron en viajes de intercambio; algunas en dos o más al año. Estas son unidades que poseen unos 50 burros. (Göbel, 1998b) 17 No obstante las modificaciones en las producciones y organizaciones familiares bajo la presión de la lógica de mercado, persiste el carácter familiar de las mismas. Si el grupo familiar completo migra, la producción directamente se abandona. Una posibilidad es también dar el ganado al partir y en ese caso un nuevo grupo familiar se instala. 18 La barraca es un comercio de acopio a gran escala de lana y cuero de diferentes especies (vacas, llamas, chivos, ovejas). 16 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) Como características principales del intercambio en la actualidad podemos decir que han cambiado algunos productos y han aparecido nuevos bienes; productos que antes eran básicos, ahora han pasado a un segundo plano o a un primer plano compartido. Asimismo las transacciones monetarias han ido ocupando un mayor lugar, ya sea de manera directa o indirecta ya que el mismo intercambio producto a producto se ve atravesado por el valor dinero, es decir es el referente principal. Otro aspecto importante es que estos valores que rigen la comercialización se combinan de múltiples maneras así como el tipo de operaciones y los productos que se destinan a ellas. A la movilidad para abastecerse de productos y bienes que se necesitan, se agrega el cambio que significan los camiones de almaceneros que recorren la puna ofreciendo mercadería, frutas y verduras. 19 En la actualidad los puneños van a las ferias en busca de maíz, papa, fruta (fresca y disecada), algunos tipos de harina, yuyos para remedio20, utensilios como son las ollas y las cucharas de madera. Hasta aquí es bastante parecido a lo que buscaban durante todo el siglo XX y seguramente durante el XIX. Podemos sumar además la mercadería que se compra a comerciantes: harina blanca, fideos, arroz y azúcar; la ropa nueva y medio uso, zapatos -objetos que antes fabricaban ellos mismos- y en los últimos años discos compactos, ya sea de música o de películas. Otro fenómeno nuevo en las ferias es la presencia de turistas; éstos compran y buscan generalmente artesanías, tejidos, hilo para tejer especialmente de llama, pero sobretodo ollas. Las ferias hoy En cuanto a las ferias de intercambio o trueque existieron en Jujuy varias de diferente importancia, muchas de las cuales continúan realizándose hoy en día. Las descripciones de estas ferias del pasado se asemejan bastante a las actuales ferias puneñas con sus carpas de ventas de comidas, sus bailes y copleadas. Vemos continuidades no sólo en ciertas ferias (Manka, Iruya) sino particularmente en las épocas en que se realizan; por ejemplo el tiempo de Pascuas coincide con el momento del calendario productivo, el final del verano, cuando se ha logrado producir y se tiene acopio de productos, y cuando el ganado está gordo, es decir en condiciones para ser vendido en pié o carneado. Las ferias se dividen en dos grupos: a unas la gente acude principalmente a intercambiar parte de su producción para consumo, esto se realiza en la época de marzo- abril, coincidente con la Pascua, (aunque ya comienza en febrero), y tiene como fin acopiar alimentos para el invierno; a las otras la gente va en busca de semillas y plantines, éstas se llevan a cabo finalizado el invierno, cuando llega la 19 Observaciones personales para gran parte del departamento de Cochinoca; Barbara Göbel lo señala para Huancar (2003: 222). 20 Se trata de yuyos, plantas medicinales, que no hay en la puna, como por ejemplo manzanilla y menta. Estos yuyos los hacen secar, para su conservación. L. BUGALLO – AÑOS SE MANEJABA EL CAMBIO Y AHORA EL BILLETE 17 época de sembrar para el nuevo año agrícola21, pero también en esta época se intercambia y principalmente se vende una parte de producción. Entre las primeras están la feria de Pascua de Abra Pampa y de Yavi, que se realizan el sábado y domingo después del jueves y viernes santo; antes tenemos la feria en Cieneguillas el 2 de febrero para Candelaria y el 19 de marzo en Rinconada (capital del departamento del mismo nombre) para San José, patrono del pueblo. Entre las segundas contamos en octubre la feria de Iruya -el primer fin de semana, en ocasión de la Fiesta patronal del Rosario- y La Manka Fiesta de La Quiaca - tercer fin de semana -; en noviembre, hacia el 22, se realiza una importante feria en Santa Catalina (capital del departamento del mismo nombre) unos días antes de la fiesta patronal del 25. Tanto las ferias de Pascua (Abra Pampa y Yavi) como la Manka Fiesta tienen su octava, es decir que al fin de semana siguiente reanudan su actividad. A estas ferias que podríamos denominar “tradicionales”, se han sumado los últimos años otras impulsadas ya sea por ONGs, cooperativas, redes asociativas y fundaciones de promoción de la producción local, con la participación e intervención más o menos importante de los productores. Así surgieron la feria de la papa, que se realiza en mayo en alguna de las localidades quebradeñas, y otras en las localidades puneñas como Casillas, El Moreno, Barrancas, La Intermedia. Estas nuevas ferias son generalmente de productores e intentan relanzar el sistema de intercambio producto por producto. A la feria que se realiza en La Intermedia, por ejemplo, la gente de Abralaite lleva para intercambiar sus productos de manzana, estos productos, como los dulces, son el resultado de programas estatales de producción y desarrollo (Programa Social Agropecuario). Las ferias más frecuentadas por los puneños, específicamente de la Puna Seca de Jujuy, en los últimos años son la Pascua en Abra Pampa, la Manka fiesta y en menor grado la de Iruya. Dependiendo de la zona en la que viven asisten a otras; por ejemplo la gente de Tusaquillas, va al trueque de Barrancas; los pobladores del noroeste (departamentos de Santa Catalina y Rinconada) asisten a la feria de Santa Catalina. Entre la gente mayor, los abuelos, encontramos quienes asisten a la Pascua desde hace más de medio siglo. Otra característica importante de las actuales ferias es que en ellas participan comerciantes dedicados a diversos rubros y no sólo productores; se dan intercambios de productor a productor, pero también de productor a comerciante, si éste último por lo general compra el producto también ocurre, en ciertas ferias y con ciertos productos, que los adquiera por intercambio. La feria continúa sin embargo constituyendo una posibilidad para ubicar el excedente de producción, así lo expresa un productor de Huacalera en la feria de Abra Pampa, en la Pascua 2006, explicando por qué asiste “ahora porque me sobró manzanas (...) termino el intercambio y la venta y me voy”22 21 En Octubre se siembran la papa y el maíz en las localidades puneñas aptas para la agricultura; las semillas que se van a buscar a las ferias son principalmente para estos cultivos y vienen de los Valles orientales de Salta y de Bolivia. 22 Encuesta 2006, dato recopilado por Raúl González. 18 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) Feria de Pascua, Abra Pampa (Puna jujeña) 1999. Carpas de comidas. (Archivo de la autora) Existen algunas características comunes a las diferentes ferias en las que participan los puneños. Se realizan durante un fin de semana. Los puestos están divididos por sectores: las carpas23 de comida, las carpas de copleros, los juegos y entretenimientos; también hay vendedores ambulantes de comida y pequeños puestitos. En otra área se encuentran los puestos de venta y/o intercambio, donde hay frutas y verduras, sal en pan y molida, ollas, muebles, carnes, chalonas. Sin embargo, un aspecto interesante, es que los puneños, sobretodo en la Pascua y en la Manka, no arman puestos como la gente de Bolivia, ni enseñan sus productos como los quebradeños; ellos reservan sus producciones en los vehículos en los que han llegado o junto a ellos o en el lugar que han elegido para pasar la noche. Caminan por la feria, preguntan, ofrecen su producto y contestan a las demandas de productores/comerciantes de otras zonas. Cuando ubican algún cambio conveniente llevan el producto. También encontramos mujeres puneñas que caminando ofrecen para vender hilo (lana hilada) y principalmente tejidos, y hombres que ofrecen frazadas y ponchos. Los comerciantes de ropa y calzado y de cd, dvd y cassettes están ubicados aparte de los productores. Los barraqueros se encuentran en otro sector, en la periferia del predio, con sus camiones y enormes balanzas; los pequeños compradores/revendedores de lana y cuero están próximos a éstos últimos. También están las vendedoras de elementos para ofrendas y curaciones, que son siempre de Bolivia. Pero la feria no sólo está dividida por tipo de productos sino por lugar de 23 Las carpas son locales precarios hechos de chapa, donde durante el día se puede comer o tomar algo, pero en la mayoría sólo se vende bebida. L. BUGALLO – AÑOS SE MANEJABA EL CAMBIO Y AHORA EL BILLETE 19 origen de los feriantes, por ejemplo los grupos de bolivianos y de argentinos no se mezclan o sea que no acampan juntos, la gente acampa o por familia o por grupo de un mismo pueblo, porque han ido juntos, o por transporte, así todos los que han venido en un camión van a acampar junto a éste. Existe además como un patrón/clasificación local referente a con quién se cambia en las diferentes ferias, por ejemplo la gente de Tusaquillas dice “en Barrancas con los quebradeños, en la Pascua con los sococheños.” Veamos los productos que circulan en las ferias más importantes. La Manka Fiesta de La Quiaca (tercer fin de semana de octubre)24 Participan sococheños de Bolivia (de Sococha, lugar que también denominan la quebrada de Bolivia) puneños y vallistos argentinos. Los puneños llevan: chalona, carne fresca (abiertos), cueros y lana; la gente de Yavi Viejo y de Sansana, lleva también productos agrícolas. Los vallistos llevan principalmente papa, papa semilla, oca, maíz, objetos de madera. Entre los bolivianos hay diferentes grupos: están los que cambian y venden ollas, los que tienen verdura fresca, frutas frescas y secas (higos, duraznos, manzanas), chipas de fruta25, maíz, papas, harina, plantines26, y hay puestos de productos para ofrendas, remedio, curandería, etc. (tinturas, yuyos, huevos de suri, suyitos, piedras, estrellas de mar, etc.) Otros productos que se ven en esta feria son: cañas para techar, canastos, harinas de diverso tipo, maíz, plantas medicinales, cayotes, lechuga, cabos para hachas y picos. Hay también puestos que venden sombreros, otros que sólo venden ojotas bolivianas; vendedores ambulantes de cueros trenzados (chacoñas, lazos, rebenques), de diversos objetos, como frazadas industriales. Iruya (primer fin de semana de octubre)27 24 Observaciones realizadas en la Manka Fiesta (La Quiaca), sábado 17 y domingo 18 de Octubre 1998. 25 Los canastos en los que llevan la fruta y la verdura se llaman chipas. La chipa está compuesta de dos caras hechas de armazón de mimbre y estructura de cuero trenzado en forma de red, entre estas dos caras va la mercadería, estas dos partes van atadas con tiras de cuero; las chipas además se arman poniendo paja para la fruta en cambio para la verdura fresca como puede ser la lechuga, se llenan con ramas verdes y tiernas de algún árbol, esto protege la verdura y no deja que se seque. 26 Al estar comenzando la siembra de algunos cultivos, se venden en La Manka almácigos, por ejemplo se pueden ver en hilera productores que venden plantines de cebolla, algunos van desde el río San Juan. Igualmente se vende o intercambia la papa semilla, cuya siembra es en octubre. 27 Observaciones realizadas en la feria de Iruya, 3 y 4 de Octubre 1998. 20 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) Esta feria coincide con la fiesta del Rosario, una virgen muy venerada en el noroeste. Los puneños llegan en vehículo, como colectivos y camiones que salen desde Abra Pampa; en cambio la gente de los valles llega con burros cargados con costales y alforjas; van de San Isidro, Pueblo Viejo, etc. La gente de la Puna lleva: lana, cueros, sogas, tejidos (mantas, frazadas, medias, chalecos), carne seca (chalonas), carne fresca (abiertos), cargas de sal. La gente de los valles lleva: papa semilla, papa, oca, maíz blanco28, fruta seca, cítricos (limas y naranjas), objetos de madera (cucharas grandes para hacer chicha, fuentones, tablas para picar); plantas medicinales y/o yuyos para el mate. Santa Catalina (fines de noviembre) A esta feria llega principalmente gente de la Puna, bolivianos del Sur Lípez y barraqueros de Abra Pampa y La Quiaca. Es una feria especializada en lana y cueros: los puneños argentinos y bolivianos venden su lana y sus cueros a los barraqueros. También circula carne de los puneños. Feria de Santa Catalina (Puna jujeña) noviembre 2006. Burros cargueros, con sus cargas de harina intercambiada por lana. Alistados para regresar a Lípez. (Archivo de la autora) Abra Pampa Pascua (principios de abril) 28 El maíz blanco se usa para hacer tostado; que llevan al campo cuando van a pastear las ovejas. L. BUGALLO – AÑOS SE MANEJABA EL CAMBIO Y AHORA EL BILLETE 21 Los participantes de esta feria son principalmente de la Puna y de Bolivia (Sococha), van menos vallistos que a la Manka. Los puneños llevan: lanas, cueros, tejidos como medias y frazadas, sogas, carne fresca (abierto) y carnes secas (charqui de llama, chalonas de oveja en cantidad), menudencias, patitas, quesos, sal, yuyos como el arca, coipa. Nuevos productos como la ropa medio uso. Los quebradeños (Humahuaca) y los bolivianos de Sococha llevan uvas, manzanas, membrillos, peras, tunas, duraznos, maíz. Los quebradeños llevan choclos; nuevos productos: dulces y conservas como pickles. Los sococheños llevan harinas, frutas disecadas. Nuevos productos: ropa medio uso y pollitos. Bolivianas de diferentes lugares del altiplano llevan productos para ofrendas y curaciones. Los vallistos (Iruya): papa, oca, maíz. Intercambios y productos La gente de la Puna cambia los tejidos por mercadería y fruta, por ejemplo, frazada, chales por fruta quebradeña ; o tejidos y lana por maíz ; carne por papas y ocas de Iruya; sal por fruta o por maíz. En tres casos dijeron haber cambiado sus productos –frazadas, mantas y carne- por muebles con los bolivianos. Una pobladora de Tusaquillas comenta que cambia “con ollas, verduras, frutas, maíz, mercadería, muebles”. En Iruya se cambian chalonas por papas y ocas o por limas y naranjas, corderos por maíz blanco, sal por maíz o sal por cítricos. (10/98) El cambio “carne por fruta” es uno de los trueques más tradicionales de estas ferias. Vemos que tanto los tejidos, la lana, la carne y la sal se cambian por fruta, es decir que ésta es uno de los productos principales que los puneños adquieren al concurrir a las ferias. Entre los “productos nuevos” está la ropa industrial ya sea nueva o usada, a ésta última la denominan ropa medio uso o mediausanza. Si es ropa nueva son comerciantes que la venden en sus puestos a veces junto a calzado, que llegan muchas veces en sus propios vehículos. Las rutas por las que llegan estos artículos son variadas, una familia comentó que los compran en Once, Flores y La Salada (en Buenos Aires).29 En cambio cuando se trata de ropa usada puede ser que la vendan o la intercambien. Esta ropa se vende en lotes en Bolivia; la gente que va de Jujuy la adquiere en Villazón. Llega en barco a los puertos de Iquique y Arica, para seguir por tierra hasta Bolivia. Una señora de Abra Pampa, llevó para canjear ropa medio uso, que cambiaba, por ejemplo por pelones u ocas. (Feria de Iruya, octubre 1998). Otro 29 Encuesta 2006, dato recopilado por Raúl González. 22 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) producto nuevo son los dulces y conservas elaborados en la quebrada de Humahuaca; éstos se cambian, por ejemplo cuatro frascos de dulce por cuatro kilos de papa. Bienes para el cambio, bienes para la venta Hay ciertos productos que son especialmente para el canje y otros que se pueden adquirir por dinero; por ejemplo la chalona se lleva para el cambio, generalmente lo mismo ocurre con la carne fresca y la fruta. La gente dirá que tal cosa es para el cambio, lo que significa que no es para vender por plata, sino que fue traído para canjearlo por otro producto. Esto fue igualmente observado por Gabriela Karasik en los años 80 “los campesinos que concurren a las ferias establecen una distinción entre los productos de intercambio: “para la plata” y “para el cambio” o “cambalache”.” (1984: 63). Señala además que los feriantes realizan una “evaluación coyuntural de la conveniencia” aplicando el dinero a aquellos bienes que no se pueden obtener de otro modo y el trueque a los otros. Es decir que existe un tipo de “patrón” en relación con los productos que son vendidos e intercambiados en las ferias. Lo que es importante señalar es que existen múltiples combinaciones de productos que son cambiados, que son vendidos/comprados y a la vez éstos pueden ser producción propia o haber sido obtenidos en una transacción anterior. Estas combinaciones forman parte de las estrategias para la obtención de recursos, tanto de los puneños como de todos de los que participan en las ferias. Los circuitos de la lana, el cuero y la carne En la ferias de Abra Pampa y La Quiaca la lana y el cuero son vendidos por los productores y por intermediarios a los grandes acopiadores, propietarios de las barracas. Estas llevan ya muchos años participando de las ferias y ellos siempre han comprado la producción. En Iruya (1998) la lana y el cuero eran igualmente intercambiados. Göbel refiere que los pobladores de Huancar van a la feria de Pascua de Abra Pampa para trocar o comprar lana (2003: 209) Sin embargo son considerados productos para la plata, así lo señala igualmente Karasik (1984:65). Una pobladora de Abralaite explica que no cambia la lana “porque la lana siempre se vendió como el cuero, en cambio la carne sí se puede cambiar con ropa o con fruta que es lo que más se cambia” (Dionisia S. 04/06). Los circuitos de la lana y en menor medida del cuero, son variados; así, fuera de los productores que la venden directamente a los barraqueros -grandes compradores-, llegan a la feria de Pascua de Abra Pampa familias bolivianas de la región de Oruro, los que son pequeños compradores de lana y cuero. Un señor de Oruro dice “La lana, a veces nosotros lo vendemos a los barraqueros de aquí y a veces la lana lo vendemos en Perú, y el cuero de chivo es el que más vendemos, y lo usan allá en Bolivia para hacer zapatos finos.” Otros comerciantes igualmente orureños explican que compran la lana y la revenden ahí mismo en Abra Pampa a los barraqueros o en Bolivia; otro caso mencionado es revender el cuero y fabricar objetos con la lana (carteras, frazadas, L. BUGALLO – AÑOS SE MANEJABA EL CAMBIO Y AHORA EL BILLETE 23 etc.) y recién vender. También hay puneños que compran lana a productores en el campo y van a la feria a revenderla, así contó una familia de San Antonio de los Cobres (Puna de Salta).30 Comercio de lana y cuero. Ferias actuales. A la feria de Santa Catalina -noviembre- llegan productores del Sur Lípez, mayormente de San Pablo, San Cristóbal y Polulos a intercambiar su lana de llama por harina, este intercambio lo hacen con los barraqueros; entregan su lana y reciben bolsas de harina de trigo (procedente de Santa Fe) y el resto en dinero. Con ese dinero compran otros productos alimenticios -arroz, fideos- a comerciantes más pequeños que llegan con sus camiones de mercadería. Esta feria es particular en el sentido de que grandes comerciantes como son los barraqueros intercambian, pero teniendo desde ya el referente en dinero para establecer cuánta harina corresponde a cuánta lana.31 Realizan esta operación, que representa para ellos mayor trabajo, para asegurarse el producto ya que a los andinos del Lípez les interesa llevarse la mercadería y no la plata. Esto implica para las barracas comprar con anticipación la 30 Encuesta 2006, datos recopilados por Lina María Mamaní y María Méndez. En 2006 la lana de oveja se pagó $2,30 y la de llama entre $3,50 y $4, los cueros de chivo a $3 el kilo. Las bolsas de harina de 50 kg. había de dos calidades a $40 ó $42 la bolsa, vale decir que por 12 kilos de lana de llama la barraca entregaba una bolsa de 50 Kg. de harina blanca de calidad superior. En Abra Pampa 2006 se pagaron los mismos precios. Pero de manera general, en los últimos cinco años el precio de la lana subió. 31 24 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) harina que hacen traer especialmente del sur argentino. En la última feria estaban presentes tres grandes barracas (dos de La Quiaca y otra de Abra Pampa) y otras más pequeñas.32 Otro dato que muestra la cantidad de producción que circula por esta feria es que un grupo de cuatro hombres llegó hasta la frontera con 80 llamas llevando 1200 kilos de lana; a las llamas las dejaron en la frontera y de allí hasta el pueblo de Santa Catalina pagaron un camión. Pero en la mayoría de los casos los hombres llegan con algunos animales, como por ejemplo un productor de San Cristóbal, que fue con once burros y se volvió llevando nueve bolsas de harina. En esta feria la mayor parte de lana que circula es de llama; llegan también algunos puneños principalmente de Santa Catalina, ellos llevan un poco de lana de oveja. Un importante barraquero cuenta que los puneños van a su barraca de Abra Pampa, de lugares muy lejanos a vender la lana, como Olaroz, Paso de Jama, San Antonio de los Cobres y hasta Antofagasta (Catamarca). La gente para la Pascua va a la feria pero durante todo el año van a la barraca a vender su lana y sus cueros, ya que las barracas compran todo el año, entonces la gente sabe que si va en abril, junio u octubre en la barraca le pagan el mismo precio, incluso hubo ferias en que se pagó menos de lo que se estaba pagando durante la temporada, como el caso de la Pascua y la Manka 2004, “la gente se está empezando a desencantar de a poquito de la feria de la lana”. Además se negocia con la gente que no puede ir a la feria y se le asegura el mismo precio para las semanas siguientes “vení la semana que viene, vení la octava, o vení en quince días después y yo te doy el precio de la feria. Entonces por ahí a veces la feria no termina ahí.” El dueño de la barraca explica que las variaciones en el precio de la lana dependen del mercado “es muy difícil explicarle a la gente, porque ellos hacen este número tantos kilos de lana una bolsa de harina para llevarse al campo”. Las barracas revenden la lana a grandes grupos que la ubican en el mercado internacional. Las ferias a las que concurren las barracas son la Pascua (abril), la Manka (octubre) y Santa Catalina (noviembre). 33 En los últimos años ha ido en aumento la escasez de carne en las ferias. Esto parece tener dos causas principales: por una parte, la merma en la producción ya mencionada; por otro, la promoción de la carne de llama, de sus ventajas como alimento y del interés que ha suscitado para la elaboración de platos regionales, en una cocina que podríamos llamar “etnic” para el turismo en constante aumento. Al mismo tiempo ha subido el precio de la carne y los productores se inclinan a venderla en el mercado. Esta situación por supuesto desequilibra el intercambio en las ferias, y la carne que era un producto para cambear está siendo vendido por los productores. Un productor agrícola de Huacalera (quebrada de Humahuaca) durante la Pascua 2006 le estaba resultando muy difícil cambiar su fruta por carne: 32 Dos de las barracas más importantes de la Puna, llevaron camiones con acoplados cargados de bolsas de harina, lo que representa una inversión muy importante. (feria Santa Catalina 2006) 33 Entrevista a Alberto Puca, barraquero, realizada por Lina María Mamaní, María Méndez y Lucila Bugallo, abril 2006. L. BUGALLO – AÑOS SE MANEJABA EL CAMBIO Y AHORA EL BILLETE 25 “Antes traían muchísima carne ya sean abiertos de carne fresca o charqui, chalona, pero venían en gran cantidad, a comparación de ahora no hay nada (...) según dicen que viene gente del sur y se llevan la carne por camionadas, por eso debe ser que no traen para acá. Pero si esto está así, yo me voy a ir.”34 Intercambio y tasas de cambio en mutación Hace 25 años Karasik observaba que “En estas ferias la mayor parte de las operaciones de intercambio entre los productores se realiza por trueque, según tasas regionales de gran estabilidad” (1984: 58). Actualmente, si bien ciertos productos se siguen considerando para el cambio, como ya señalamos anteriormente, la compra con dinero representa una gran parte de las transacciones que tienen lugar en las ferias. Así lo expresa una pobladora de Tusaquillas “En el pasado llevaban en tropas de burros, cajones llenos. Todo era trueque. Ahora llevan en colectivo. Cambian por miseria. Todo se vende no hay ventaja para el cambio.” (11/06 Tusaquillas) Karasik señala que las tasas de cambio no traducen necesariamente igualdad en el cambio de trabajo social, ya que el trabajo campesino es un trabajo familiar y no se lo calcula como costo de producción “A diferencia también de los precios en dinero, las tasas son una medida de satisfacción de necesidades sociales; expresan en primer término esa necesidad y sólo en segundo lugar el trabajo que contienen.” En oposición al dinero, las tasas tienen gran estabilidad y persistencia, aunque puedan oscilar en ciertas situaciones por la oferta y la demanda tienden a retornar en cuanto las condiciones se estabilizan. (1984: 60) Sin embargo, actualmente muchos productores puneños señalan alteraciones importantes en las tasas de cambio, esto estaría quizás significando que las tasas han perdido estabilidad.35 Dicen notar modificaciones “ha variado la cantidad. Antes era más beneficioso, ahora es menos.” ó “Antes había una igualdad entre ambas partes”. Una posibilidad es también que sean las medidas que hayan cambiado –las bolsas y los cajones en que se mide se hayan achicado- es lo que dice una productora de Cochinoca y lo que señala Göbel, diciendo que a pesar de que las tasas se mantuvieron constantes “(...) surgieron como consecuencia de la dependencia desigual del intercambio alteraciones en las medidas: se achicó el raso.” (2003: 226). Esto significa que una de las cuestiones fundamentales es que el dinero funciona como referencia de los intercambios no monetarizados; es decir que la gente 34 Entrevista realizada por Jorge R. Paredes y Elizabeth Valero en la Pascua Abra Pampa, abril 2006. 35 Antes 1 abierto por 2 cajones de duraznos; ahora 1 abierto por 1 cajón de duraznos; en 1940 1 cordero de 10 Kg. por 2 canastas de uva de 15 Kg. cada una; 2004 1 cordero de 10 kg por 1 canasta de uva de 8 kg. Sin embargo otro testimonio de una persona nacida en 1945, dice que en los años 60 la tasa de cambio era 1 cordero por 1 cajón de manzanas ó 1 cordero por una bolsa de maíz. Este último dato fue recogido en la entrevista realizada por Elizabeth Valero a una agricultora de Uquía, quien nació cerca de Casabindo. (Encuesta 2006) 26 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) calcula el precio de la carne o de la fruta para hacer el cambio. En este sentido la estabilidad de la tasa que permitía esa satisfacción de las necesidades de productores de diferentes zonas ecológicas, se ha visto seriamente perturbada; la estabilidad de la tasa depende de su independencia de los valores de mercado. Al haberse impuesto el dinero como referencia, esta seguridad de obtener lo necesario se ha perdido. Los productores comprenden perfectamente esta diferencia y las desventajas que deben enfrentar ahora. Así una productora explica que el beneficio de cambiar, en lugar de vender y luego con la plata comprar lo que se necesita, es que con la segunda opción te puede ir bien (salir ganando) o mal (no lograr conseguir el producto deseado por el monto que se obtuvo en la venta), que en cambio con el canje te llevás lo que necesitas y no corres riesgo (Anita M., Cochinoca, 10/98). Uno de los factores claves en la importancia que ha ido tomando el dinero es el cambio en los medios de transporte utilizados para llegar a la feria; los animales cargueros pertenecían a los propios productores, la inversión era en trabajo (fuerza de trabajo que provenía de las redes de parentesco), en el trabajo de llevar las caravanas de animales cargueros; en cambio los traslados en vehículos se pagan en dinero. Muchas veces cuando se le pregunta a la gente por qué vende en lugar de intercambiar, explica que primero debe recuperar el dinero que invirtió en el pasaje. Igualmente la mayor inserción en mercados monetarizados de algunas de las zonas que participan del intercambio, como es el caso de la Quebrada de Humahuaca que comenzó a ubicar sus productos en el mercado capitalino en la década del 60, influyen en un intercambio desigual. Al respecto dice Göbel “ellos (los productores puneños) hoy en día obtienen las sobras de los productores quebradeños, o sea las frutas o el maíz que éstos -por su mala calidad o la poca cantidad disponible- no pueden ubicar en el exigente mercado de la ciudad.” (2003: 226). Sobre las modificaciones en el intercambio los puneños declaran “El cambio sí ha cambiado ya que antes lo hacían sin problemas mientras que ahora te cambian llorando, o sea que ahora tienen mucho en cuenta el precio que se va a cambiar y no cantidad”. Esta persona considera que el intercambiar es positivo: “Sí, es bueno cambiar porque salís ganacioso. Por ejemplo la coipa lo juntamos y lo cambiamos por olla y en el caso del cuero chiquito cuesta menos que la manzana y salís más ganancioso que vendiendo el cuerito y comprando la manzana.” (11/06, Tusaquillas) En algunos casos la gente explica las modificaciones en el intercambio por los cambios relacionados con la producción “(...) los años no están para sembrar ni criar, no llueve y el pasto se seca, por eso el cambio no está bueno, antes había más cambio. Ya no es como años, antes era lindo” (Dionisia S., 04/06) Esta productora además explica que sus hijos no le ayudan con la cría de ovejas “como yo estoy vieja y cansada para qué seguir aumentando la hacienda, más bien ya voy acabando y ya L. BUGALLO – AÑOS SE MANEJABA EL CAMBIO Y AHORA EL BILLETE 27 casi tengo para el consumo nomás”. Si la gente produce para consumo nomás no hay excedente para el intercambio, eso explica que antes hubiera más cambio, como ella misma dice. Es lo que Sahlins diferencia como producción para el consumo (abastecimiento) y producción para el intercambio en el sentido de comercialización (beneficio). (1974) A pesar de las modificaciones en el intercambio y comercialización del excedente de producción por parte de los puneños, permanecen mecanismos como el cálculo “tanta lana una bolsa de harina” al que se refiere el barraquero abrapampeño, a través del cual la gente calcula cuántas bolsas de harina podrá comprar con el dinero que obtiene de la venta de la lana. Es decir que si bien el intercambio directo pasa por el referente dinero, las ventas conservan razonamientos del sistema de intercambio que buscaba un equilibrio que permita satisfacer las necesidades. También persisten ciertos mecanismos relacionados con la necesidad y no con el valor de mercado, ya que los productos u objetos en las ferias no tienen valores fijos, sino que van fluctuando según las necesidades del dueño, los cambios que ya ha efectuado, el día y/o hora durante el transcurso de la feria. En su trabajo sobre la economía tribal Marshall Sahlins se refiere a tres tipos de reciprocidad: la generalizada, la reciprocidad equilibrada y la reciprocidad negativa. La reciprocidad equilibrada se da en situación de intercambio directo, Sahlins define el tipo perfecto de esta reciprocidad como intercambio simultáneo de cosas idénticas; a este tipo pertenecen una gran parte del comercio de trueque. En el caso de la reciprocidad negativa, cada una de las partes se enfrenta para maximizar sus ventajas a cuestas del otro. (Sahlins, 1974: 247-248) La reciprocidad equilibrada que se daba en las ferias anteriormente, con tasas estables para el intercambio, ha ido cediendo a una reciprocidad negativa. Muchos productores expresan su disconformidad y relevan este intento por maximizar las ventajas de productores de otras zonas ecológicas “Ya no conviene cambiar porque los sococheños te cambian, pero con fruta de bajo nivel.” (Tusaquillas, 11/06) Muchos puneños son de este parecer. Un productor de Calete decía “muchos de esos códigos que los antepasados tenían es que respetaban la cantidad y la calidad, ha disminuido (...) el código que tenían era de entregar un maíz bueno de primera calidad y la carne si era por carne (se refiere a si se trocaba por carne) tenía que ser un buen animal con el peso que estamos diciendo (12 kilos). Tenía que ser bien gordito, bien presentable y eso es lo que ahora no se está respetando. Yo he visto que llevan por ejemplo, la manzana no la de primera calidad, sino la que cayó al suelo y es como para mi forma de ver, de segunda o de tercera calidad y la gente trae los mismo para hacer cambio y con respecto a los animales, esos animales que ya no 28 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) sirven tanto para la venta o el cambio, ese animal viejo, ese animal que no está en condiciones para el consumo. ”36 Pueblo de viajeros, gente que intercambia. Reflexiones finales. Con todos los cambios que se han producido en los sistemas tradicionales de intercambio y en las ferias, éstas continúan y se agregan nuevas ¿Por qué? Por un lado los productores manejan múltiples estrategias para obtener productos y a la vez ubicar su producción. Una de las ventajas indiscutibles del intercambio producto a producto es que no es necesario el dinero. Esto es señalado ya a principios de siglo “Para conseguir el maíz algo mas barato y sin necesidad de llevar el dinero que muchas veces no lo tienen, se valen (...) del comercio de intercambio.”37 Barbara Göbel señala que las caravanas de intercambio continúan como una alternativa válida ya que no demandan dinero siendo éste “un recurso escaso en la mayoría de las unidades domésticas” (2003: 209). Los puneños dicen “Sirve cambiar cuando no tenemos plata” y que “Antes era bueno el cambio, porque así sobrevivíamos y ahora ya hay plata, «todo es plata», años se manejaba el cambio y ahora el billete”. (Tusaquillas, 11/06) La expresión hoy todo es plata es muy común en los puneños, es una manera de señalar que reducir las estrategias a una única posibilidad de intercambio, el monetario, constituye una amenaza. Al expresarse así las personas dejan entrever una cierta vulnerabilidad. Otro productor explica que es bueno cambiar “Porque allí se evita la plata (...) Cambiando salimos todos iguales y con el mismo beneficio. En cambio con la plata salimos perdiendo.” (Ibidem). El equilibrio y la igualdad eran aspectos de la economía valorados y fundamentales. La circulación de ciertos productos, como es el caso específico de la lana, tiene varios circuitos: lana de la Puna argentina sale para Bolivia y de allí hasta Perú a través de pequeños comerciantes de la zona de Oruro que llegan a las ferias argentinas a comprar lana y cuero; la lana de Bolivia -Sur Lípez- llega a Argentina, los productores que llegan con sus recuas dicen que otras ferias son demasiado lejos “nos conviene aquí” y es vendida a Buenos Aires; parte de ella se exporta al exterior. A la vez tenemos antiguas rutas comerciales como las que señala Viviana Conti entre Bolivia, Argentina y el Norte chileno, que son ahora ocupadas por nuevos productos como la ropa usada en containers y fardos. ¿Esto mostraría una cierta permanencia de vínculos económicos entre regiones constituidas históricamente, que la frontera no pudo desmantelar completamente? Llama la atención como el Sur de Bolivia continúa recibiendo alimentos básicos a través de rutas y sistemas tradicionales de intercambio, desde el noroeste; nos referimos a la harina (antes quebradeña, ahora santafesina), llevada y vendida en el siglo XIX e intercambiada ahora en siglo XXI por lana. 36 Encuesta 2006. Entrevista realizada por Jorge Paredes a un productor de Calete en Junio 2006. 37 ENF, Jujuy, caja 3, carpeta Nº66, 1er envío, Abralaite, op. cit. L. BUGALLO – AÑOS SE MANEJABA EL CAMBIO Y AHORA EL BILLETE 29 Algunos puneños han expresado que “Ahora la feria se realiza por costumbre” o una señora dijo que “Ella cambia para no perder la costumbre y porque es bueno cambiar” (Tusaquillas, 11/06) ¿Y por qué es importante conservar “la costumbre”? El intercambiar es una estructura de la cultura puneña: los puneños han intercambiado con otras poblaciones desde épocas prehispánicas, pero también lo han hecho y siguen haciendo, de manera simbólica con los animales y con las divinidades a través de mecanismos de don y contra-don en diversos rituales. Las formas tradicionales de movilidad implican un patrón cultural del movimiento, una cultura basada en una alta movilidad. En la actualidad siempre que pueda el poblador de la Puna va a asociar el viaje con la comercialización de algún producto, aunque el viaje no sea un viaje de intercambio y no tenga esta finalidad. Al mismo tiempo mantienen en el vocabulario, -¿un acto de memoria?- la idea del viaje vinculado a la subsistencia: al comprar mercadería en algún centro urbano y pagar un flete que se lo lleve a sus casas, dicen sacar viaje. Las poblaciones puneñas intentan mantener dos aspectos centrales de su cultura: la movilidad y el intercambio, aunque sea de manera simbólica. Los hechos económicos, como son los intercambios, no son alienables del resto de los hechos sociales; en este sentido propuso Marcel Mauss la noción de "hecho social total", a la que define como los hechos que poseen varios significados: son a la vez sociales, religiosos, mágicos, económicos, utilitarios, simbólicos, etc.(1995). Esta puede ser una razón más, pero no de menor importancia, de por qué los puneños siguen asistiendo a las ferias. En su representación social son un pueblo de viajeros, de gente que intercambia. Y si como refiere Barbara Göbel (2003: 223), los cambios económicos están profundamente ligados a procesos de transformación de identidades, podríamos pensar que las permanencias están vinculadas con un intento por seguir siendo, que se convierte en una re-significación identitaria de la feria y los intercambios, y su sentido. Referencias Fuentes Encuesta Nacional de Folklore 1921, Jujuy, cajas 1, 2 y 3. INAPL. Bibliografía BARTHES Carole, BUGALLO Lucila (1996). Economie marchande et économie nonmarchande. Marché, organisation, réseaux, Seminario de Jacques Sapir, D.E.A. Recherches comparatives sur le Développement, EHESS, Paris. BUGALLO, Lucila (2005). Ferias, trueques, caravanas y viajeros. La movilidad espacial, característica de las poblaciones de la Puna de Jujuy. VIII Jornadas Regionales de Investigación en Humanidades y Ciencias Sociales (Jujuy). CONTI, Viviana (1989a). Una periferia del espacio mercantil andino. El Norte argentino en el s. XIX. Avances en Investigación. Antropología e Historia, 38-62. 30 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) CONTI, Viviana (1989b). Articulación económica en los Andes Centromeridionales (siglo XIX), Anuario de Estudios Americanos, separata del tomo XLVI, 423-447. CONTI, Viviana (2003). El Norte Argentino y Atacama. Flujos mercantiles, producción y mercados en el siglo XIX. En Alejandro BENEDETTI (comp.) Puna de Atacama. Sociedad, economía y frontera. Córdoba, Alción. GÖBEL, Barbara (1998a). Risk, uncertainty, and economic exchange in a pastoral community of the Andean highlands (Huancar, N.W. Argentina). En SCHWEIZER Thomas, White Douglas (ed) Kinship, Networks, and Exchange, 158-177. Cambridge, Cambridge University Press. GÖBEL, Barbara (1998b). Salir de viaje. Producción pastoril e intercambio económico en el noroeste argentino, separata 50 Años de Estudios Americanistas en la Universidad de Bonn. Nuevas contribuciones a la arqueología, etnohistoria, etnolingüística y etnografía de las Américas, pp.867-891. Bonn, Ed. Estudios Americanistas de Bonn. GÖBEL, Barbara (2003). “La plata no aumenta, la hacienda sí”: continuidades y cambios en la economía pastoril de Susques (Puna de Atacama). En Alejandro BENEDETTI (comp.) Puna de Atacama. Sociedad, economía y frontera. Córdoba, Alción. KARASIK, Gabriela (1984). Intercambio tradicional en la Puna jujeña. Runa N°14, 51-91. MAUSS, Marcel (1995). Essai sur le don. Forme et raison de l’échange dans les sociétés archaïques. En Marcel MAUSS. Sociologie et Anthropologie. Paris, PUF. SAHLINS, Marshall (1974). L’économie tribale. En Un domaine contesté: l’Anthropologie économique. Paris-La Haye, Mouton. Estudios Trasandinos, 14:2 (2008), 31-47 ISSN 0717-5256 FACTORES DE INTEGRACIÓN ECONÓMICA DE UNA VÍA TRANSVERSAL ANDINA. EL EJEMPLO DEL PASO DE JAMA1 SIGRUN KANITSCHEIDER2 Fecha de recepción: 8 de mayo de 2008 Fecha de aprobación: 16 de octubre de 2008 En la discusión política el mejoramiento de la infraestructura vial en el territorio andino está visto como factor fundamental del desarrollo económico de las regiones periféricas. El ejemplo de una carretera recién construida entre Chile y Argentina a través de los Andes centrales ilumina qué tipo de flujos de tráfico se generan de hecho por la ruta tanto en el contexto de la integración regional como por el comercio global. El potencial de desarrollo de comunicaciones viales internacionales se puede evaluar no solamente por razones económicas sino que depende también de un conjunto de factores que resultan del contexto físico-natural, político, jurídico y etnohistórico. Un acercamiento para pronosticar el impacto de la ruta sobre el desarrollo económico de la región ofrece esta evaluación de la persistencia de cada uno de los factores. Palabras claves: infraestructura vial, integración regional, corredor bioceánico Factors of economic integration of an Andes-crossing route. The case of the pass Jama In the political discussion, improving the infrastructure of transport is believed to be a fundamental aspect for the economic development of peripheral regions. The example of a newly extended transport link crossing the central Andes between Argentine and Chile evidences the flows of traffic actually generated by the mountain pass within the scope of regional integration and global commerce. The development potential of an international communication line can not be calculated only by the economical reasonableness of the road but also depends on a number of determinants which arise from the biophysical, political, legal and ethnic-historical context. An approach to predict the influence on the economical development of the region by the pass provides the estimation of the persistence of each factor. 1 El trabajo forma parte del proyecto “El paso de Jama como promotor de la globalización – El potencial de desarrollo regional de una vía trasandina”, financiado por la Academia Austriaca de Ciencias (ÖAW). 2 Investigadora de la montaña, el hombre y el ambiente. Academia Austríaca de Ciencias. Correo electrónico: sigrun.kanitscheider@oeaw.ac.at. 32 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) Key words: vial infrastructure, regional integration, bioceanic corridor Expectativas políticas y potencial económico del paso de Jama “Jujuy tiene salida” dice el eslogan con el cual el gobierno de esa provincia argentina hace propaganda para la carretera sobre el paso de Jama. La selección de este lema revela mucho de la esperanza que de parte de los políticos se ha puesto en la importancia del eje vial para el desarrollo económico que une una región periférica de Argentina con los puertos del Norte chileno; pero también manifiesta la problemática situación geopolítica de la provincia en el extremo noroeste de Argentina. Tanto Chile como Argentina se caracterizan por su centralismo, no solo el Norte Grande chileno sino también el Norte de Argentina se encuentran en la periferia espacial de la nación respectiva. Ambas son económicamente y políticamente dependientes de su capital, pero con propiedades muy distintas. En Chile la minería, especialmente el cobre de la región de Antofagasta, juega un rol importante en la economía nacional y eso da cierta importancia a la Segunda Región. Contrariamente a eso, las provincias norteñas de Argentina económicamente se caracterizan por su explotación agraria que resulta en una creación de riqueza menor. La ubicación físico-espacial de las dos regiones separadas por la cordillera andina pone en razón la idea de una vía de interconexión: El clima árido del desierto de Atacama permite el cultivo de productos agrarios solamente, en menor medida, en las zonas de oasis de riego; además la actividad minera absorbe cada vez más de los escasos recursos hídricos. El crecimiento poblacional en las últimas décadas en el norte chileno (+20,3% de 1992 a 2002 en la Región Antofagasta, en comparación el promedio nacional de 13,2%, INE 2002, www.ine.cl) arrastra la demanda creciente de productos agrícolas que está cubierta casi sin excepciones por la agricultura chilena de las regiones del centro y del sur del país. Al contrario, al este de la cordillera andina el clima de la zona de transición del trópico al subtrópico proporciona abundantes precipitaciones advectivas por los vientos alisios y como consecuencia una alta fertilidad para la explotación agrícola. Estas condiciones permiten la producción de alimentos más allá de las necesidades de la población local y por eso son comercializados como norma general en los grandes mercados nacionales ubicados en la zona de Buenos Aires, aceptando distancias de transporte de más de 1.500 km. A causa de la situación descrita, el comercio regional de productos agrarios y el trayecto comparablemente corto a través del paso de Jama parece ser atractivo para el intercambio comercial de las dos regiones: En el norte de Chile se mejoraría el abastecimiento y el noroeste argentino se beneficiaría del acceso a nuevos mercados con menores costes de transporte. Con el acuerdo sobre la ampliación del paso de Jama en el año 1991 los gobiernos de Chile y Argentina crearon el fundamento jurídico de la ruta transandina. En los años siguientes, con altos gastos de inversión de los dos partes, los 612 km. de carretera entre San Salvador de Jujuy y Calama han sido asfaltados. La carretera S. KANITSCHEIDER – FACTORES DE INTEGRACIÓN ECONÓMICA DE UNA VÍA TRANSVERSAL ANDINA 33 trasandina cruza la cordillera casi en el trópico de Capricornio en dirección OesteEste. El perfil del trayecto (Fig.1) es típico para todas las vías de comunicación que atraviesan los Andes centrales. Está caracterizado por una serie de cordilleras orientadas norte-sur y entre ellas las cuencas intramontanas, a veces cerradas y llenadas con salares. Fig.1: Perfil del trayecto por el Paso de Jama entre San Salvador de Jujuy (Argentina) y San Pedro de Atacama (Chile). Fuente: elaboración propia. Parcialmente hizo falta construir una nueva traza vial apta para el tráfico de carga pesada, con el radio de viraje idóneo para los vehículos de 40 toneladas y la pendiente no mayor a 7%. Mientras que el paso Cristo Redentor, la conexión más transitada entre Chile y Argentina que conecta las metrópolis de Buenos Aires y Santiago de Chile pasando por Mendoza y Los Andes, se corta regularmente por causas climáticas, la ruta sobre el paso de Jama se encuentra abierta sin interrupciones durante casi todo el año por la escasez de precipitaciones invernales. La parte chilena del trayecto queda completamente pavimentada desde 2000 mientras que en el tramo argentino, la crisis de la economía nacional en 2001/02 retrasó notablemente el acabado de manera que los trabajos de construcción se finalizaron no antes de septiembre de 2005 (Ballatore 2005: 327). El primer objetivo de la ampliación del trayecto a través de la cordillera andina es ligar el espacio económico al este de los Andes, principalmente el sur de Brasil, Paraguay, el sur de Bolivia y el norte argentino, con Chile con el fin de intensificar los lazos económicos dentro del cono sur. Además, para las regiones al este de la cordillera, la ruta ofrece la posibilidad de fortalecer las redes mercantiles con el circumpacífico buscando, especialmente, los países asiáticos por medio de los 34 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) puertos chilenos de Antofagasta, Iquique y Arica. El fin del gobierno argentino de lograr una mayor integración a la economía internacional reestructurando el sistema económico nacional y regional por el modelo neoliberal, implicó la necesidad de mejorar la infraestructura vial, especialmente para intensificar el comercio con la macroregión Asia (Schweitzer 2002: 91). Tanto en Argentina como en Chile, desde el principio del proyecto los representantes políticos de ambas regiones (en la parte argentina primordialmente Jujuy y Salta, en Chile la Región II) esperaban su realización con grandes ilusiones económicas que se fundan en estudios llevados a cabo con el fin de averiguar la rentabilidad de las inversiones (Gobierno de Jujuy 1997, www.jujuy.gov.ar/jama). Para el espacio económico al este de los Andes se abren nuevos mercados para los productos agrícolas y forestales, en Chile y sobre todo en los países de la APEC (Asia-Pacific Economic Cooperation) y en la costa oeste de los EE.UU.: madera, celulosa, papel, soja, algodón y tabaco del noreste de Argentina y del este de Paraguay; cítricos, aceitunas, productos agroindustriales (tabaco, vino) y productos mineros del noroeste argentino, y finalmente del sur de Brasil productos industriales (motores para vehículos, prendas, químicos). En cambio, Chile espera el acceso a los mercados argentinos, brasileros y también europeos, sobre todo para comercializar los productos de minería (cobre, oro). La construcción de la infraestructura necesaria para este extenso intercambio económico, como efecto secundario, esperan crear una multitud de puestos de trabajo a lo largo del trayecto; un efecto que es muy esperado en la mayoría de las regiones mencionadas. Un segundo aspecto importante del paso es el significado que tiene para el turismo internacional. Tanto en el lado chileno (área de San Pedro de Atacama) como en el argentino (Salta, la Quebrada de Humahuaca, patrimonio de la Humanidad de la UNESCO) se encuentran regiones de gran valor turístico e importancia económica en el contexto nacional; aquellos sitios ligados por el paso pueden cobrar todavía más importancia si se ofrecen excursiones que combinen rutas por las dos regiones. Durante mucho tiempo, el resorte para la ampliación del paso de Jama fueron las iniciativas ciudadanas, no sólo en San Salvador de Jujuy sino también en Calama. Durante décadas se comprometieron tanto a abrir fuentes de recursos públicos con el fin de realizar el proyecto como a lograr el acuerdo en las difíciles negociaciones binacionales a nivel político. El punto de salida de estas iniciativas (Comité Paso de Jama en Chile, Comisión Paso de Jama en Argentina) fue la perspectiva de mejoramiento de los vínculos comerciales iniciados especialmente por las experiencias de los comerciantes de ganado que durante siglos habían trasladado sus manadas a través de la cordillera a los oasis al oeste abasteciendo las poblaciones mineras con alimentos (Benedetti & Argañaraz 2003). A lo largo del eje transversal ampliado en la década de 1990 se encuentran varias ciudades que debido a su desarrollo anterior a la construcción de la carretera internacional se distinguen por estructuras económicas características. En el lado argentino, en el pie este de los Andes está ubicada la capital provincial San Salvador de Jujuy, donde una parte considerable de la población trabaja en la administración pública. Al otro lado de la cordillera se ensartan de este al oeste San Pedro de S. KANITSCHEIDER – FACTORES DE INTEGRACIÓN ECONÓMICA DE UNA VÍA TRANSVERSAL ANDINA 35 Atacama, un polo de atención para turistas internacionales, Calama, la ciudad de abastecimiento para la mina cercana de Chuquicamata, y finalmente las ciudades de Antofagasta e Iquique en la costa del Pacífico que ofician de puertas económicas al espacio comercial de Asia. Menos el pueblo de San Pedro de Atacama, cada una de aquellas ciudades cuenta con una población entre 140.000 y 300.000 habitantes (INE 2002) y el potencial económico correspondiente. En los Alpes, la interacción entre infraestructura de tráfico y desarrollo urbano se ha investigado en varios trabajos (Torricelli 2002, Röschel 1999). Borsdorf (2004) y Torricelli (2003) analizan las diferencias de la infraestructura vial entre Alpes y Andes y contraponen las disparidades en la valuación local de proyectos de ampliación de aquella infraestructura en las dos áreas de montaña. Mientras que en Europa hoy en día el tránsito a través de los Alpes está calificado negativo en las regiones afectadas por aspectos medioambientales, en la mayoría de las regiones andinas predomina la esperanza en los impulsos al desarrollo local por sobre los efectos negativos del tránsito. En Susques, un pequeño poblado argentino a lo largo del trayecto cerca de la frontera argentino-chilena, donde se ubicaron desde 1991 hasta 2006 los despachos de la gendarmería, de migraciones y de la aduana, se realizó una investigación sobre los cambios estructurales (Benedetti & Argañaraz 2003, Karasik 2001). Según el estudio, en el pueblo que antes albergaba menos de 500 habitantes los efectos negativos del cambio aparentemente se muestran predominantes por sobre las oportunidades económicas creadas por el tránsito. “La paulatina destrucción de las lógicas productivas y de intercambio regional, sumado a la incorporación de las nuevas necesidades ‘globales’ en la población, ha provocado una ruptura en el equilibrio social de las comunidades.” (Tomasi 2006: 4) Las inversiones enormes de los países Chile y Argentina para realizar la ampliación del paso se han justificado durante la fase de planificación por los impulsos económicos esperados para las regiones afectadas. En cuanto al uso efectivo del eje transandino hasta ahora no se han hecho investigaciones. Por eso, en lo siguiente primero se analiza el volumen de tráfico actual sobre la base de datos estadísticos de la aduana chilena que abarcan el número de vehículos, el rubro y el volumen de la carga transportada y los puntos de salida y de destino de los transportes. Además, se han analizado estadísticas de la Zona Franca de Iquique. Para el mejor entendimiento y la interpretación de los resultados, la investigación fue complementada con información obtenida por medio de métodos cualitativos que cristalizan los factores fundamentales de influencia en el aprovechamiento del paso. Con este fin, en marzo y abril de 2006 se llevaron a cabo una multitud de entrevistas guiadas con gerentes de las cámaras de comercio locales, comerciantes, empleados de la administración pública y científicos de universidades y centros de investigación en las cuales se enfocó tanto la situación de uso actual como las expectativas sobre el uso futuro del paso. 36 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) La realidad: cifras del tráfico actual En el análisis y la interpretación de los datos del tráfico de personas, pero sobre todo de carga, es importante distinguir dos procesos fundamentalmente diferentes: Primero, la integración regional, es decir el intercambio comercial entre las regiones limítrofes de Chile y Argentina, y segundo aquel proceso que bajo el término de “globalización” describe el crecimiento de las interacciones económicas en el contexto internacional. En el caso del paso de Jama, eso significa ante todo la conexión directa de las regiones al este de la cordillera con el espacio económico del circumpacífico. La zona franca de Iquique (ZOFRI) concentra los flujos comerciales para la macroregión de Sudamérica central ofreciendo ventajas fiscales de manera que el análisis de sus estadísticas de comercio permite conclusiones de valor informativo. Fig. 2: Valor de exportaciones de la Zona Franca de Iquique según países de destino en 20022006. Fuente: ZOFRI 2005, elaboración propia. El análisis de los datos indica que el comercio con Argentina por medio de la ZOFRI es insignificante mientras que el intercambio de productos con Bolivia abarca cerca del 50 por cientos del total (Fig.2). Según informaciones de la administración de la ZOFRI, las exportaciones a Bolivia exceden el mercado de demanda de este país porque parte del mercado brasileño está servido a través del emporio boliviano por ventajas aduaneras. La crisis económica de 2001/02 es una de las razones del despreciable volumen comercial con Argentina y tiene una influencia significativa sobre las estadísticas de esta época. Con la estabilización de la situación S. KANITSCHEIDER – FACTORES DE INTEGRACIÓN ECONÓMICA DE UNA VÍA TRANSVERSAL ANDINA 37 política y económica, el crecimiento del volumen de intercambio comercial en los próximos años por medio de la ZOFRI parece muy probable. Sin embargo, la mayor parte del comercio argentino con los países asiáticos se seguirá desarrollando a través del puerto de Buenos Aires por que cruzando el Atlántico la distancia a recorrer para llegar a los importantes centros de comercio en Asia es casi igual a la que se debe recorrer cruzando el Pacífico, pero en cuanto a la logística, el transporte terrestre por la cordillera andina es más complicado y también más costoso. Por lo tanto, en las condiciones actuales el uso del paso de Jama para el transporte de mercancías provenientes de Asia vale la pena sobre todo para Paraguay; eso se debe a la situación semilegal de importación tolerada por el gobierno de este país, que permite la entrada de mercadería, sobre todo vehículos usados y electrodomésticos declarados por debajo de su valor para minimizar los derechos de entrada. En un análisis de los gastos de transporte de carga para llegar a distintos puertos asiáticos se compara el recorrido del transporte por el paso de Jama con aquel por el puerto de Buenos Aires y el estrecho de Magallanes o el canal de Panamá. El resultado indica que el tránsito por Jama es de interés económico tan sólo si el punto de salida se encuentra cerca de la cordillera (por ejemplo para las ciudades Salta o San Salvador de Jujuy), pero también ofrece ventajas en cuanto al tiempo de transporte para localidades más alejadas de la cordillera. Principalmente para mercadería perecedera, el transporte por el paso puede ser ventajoso comparado con los caminos alternativos (Alvarez et al. 1996). Fig.3: Volumen de carga transportada por el paso de Jama 1997-2007 en toneladas. Fuente: Síntesis Mensual de Tráfico Fronterizo de Aduanas (www.aduanas.cl) 38 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) Para el año 2000 la IIRSA (Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana) registra un promedio de 214 vehículos diarios atravesando el paso de Jama, del cual 19,5% fueron camiones y 8,3% autobuses. Estas cifras indican que el volumen de tránsito por Jama es muy inferior al de otros pasos chilenos-argentinos; en el mismo año diariamente 1.689 vehículos cruzaron la cordillera por el paso más importante, el Cristo Redentor (www.iirsa.org). Los datos estadísticos de la aduana chilena manifiestan el crecimiento del volumen del transporte de carga por el paso de Jama en los últimos años (Fig.3). Se nota especialmente que en la década pasada las entradas, primordialmente aquellas de vehículos extranjeros, han aumentadas notablemente y en 2005 por primera vez sobrepasaron el volumen de carga de las salidas. Este desarrollo se debe principalmente a los cambios coyunturales de la economía argentina. Luego de la crisis de los años 2001/02 la economía argentina se recuperó rápidamente, como ya había pasado varias veces antes en la historia del país. A partir de 2002 la economía ostenta un crecimiento constante del producto interno bruto de alrededor del 10 por ciento. En los años 2004/05 cerca de 37% de los vehículos de carga que pasaron por Jama transportaron mercancías de origen argentino; por lo tanto este país formó la parte más grande del volumen de carga transportada a través del paso (Fig.4). Por esta razón, la explotación del paso de Jama en el marco de la integración regional depende de manera significativa del desarrollo de la economía argentina en los próximos años. El gran número de vehículos en lastre (34% del total) resulta predominantemente de los camiones paraguayos que en la ida a Chile no llevan mercancía, mientras que en la vuelta a Paraguay cargan vehículos usados. Este porcentaje elevado de vehículos en lastre puede servir como indicador de bajos costos de transporte. Los datos de la aduana chilena aclaran para qué tipo de mercancía el paso argentino-chileno tiene atractivo económico: Del este al oeste: • productos mineros de Argentina a Chile • vehículos y partes de vehículos del Brasil a Perú y Ecuador Del oeste al este: • productos mineros de la zona limítrofe de Chile a Argentina • mercancía importada por la ZOFRI (artículos baratos de gran consumo y electrodomésticos a Paraguay, Brasil y Argentina y, especialmente, vehículos usados a Paraguay y Brasil) Los rubros de mercancía transportada a través del paso de Jama y las regiones de origen y de destino respectivas indican que el eje vial se usa para relaciones comerciales en dos situaciones distintas: por un lado, para el intercambio de productos poco procesados superando distancias relativamente cortas (entre el noroeste argentino y la costa chilena); por otro lado, para en comercio de productos industrialmente procesados de alto valor a través de largas distancias. Un aspecto S. KANITSCHEIDER – FACTORES DE INTEGRACIÓN ECONÓMICA DE UNA VÍA TRANSVERSAL ANDINA 39 especial que influye notablemente en el tráfico actual es la situación jurídica especial de algunos actores comerciales (Zona Franca de Iquique, importaciones a Paraguay). Fig.4: Rubros y procedencia de las entradas por Jama a Chile del 1.1.2004 al 13.9.2005. Fuente: elaboración propia con base en estadísticas de la Aduana de Chile, 2005. A pesar del crecimiento constante del volumen transportado por el paso de Jama durante los últimos años, el significado absoluto del trayecto para el intercambio es mínimo en comparación con otros pasos argentino-chilenos (Fig. 5). Discusión: los factores del beneficio económico del paso de Jama A primera vista, la comparación de los espacios económicos a los dos lados de la cordillera permite presuponer un aprovechamiento económico intenso de la carretera. Sin embargo, las estadísticas de la aduana chilena indican que con un promedio de 35 camiones diarios en 2004, el uso por el tráfico de carga todavía se caracteriza por su poca intensidad. El aprovechamiento vacilante de la conexión vial resulta de un abanico de razones consideradas en lo que sigue: 40 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) Fig.5: Desarrollo del volumen de tráfico por el paso de Jama en 1997, 1999, 2001, 2003 y 2005 en comparación con los pasos fronterizos más importantes entre Chile y Argentina. Fuente: elaboración propia a base de estadísticas de la Aduana de Chile, 2005. S. KANITSCHEIDER – FACTORES DE INTEGRACIÓN ECONÓMICA DE UNA VÍA TRANSVERSAL ANDINA 41 Falta de seguridad política Aunque la demostración de las buenas relaciones políticas entre los dos países vecinos haya sido uno de los objetivos centrales de la construcción de la carretera por el paso de Jama, la confianza de los actores económicos en la estabilidad de estas relaciones parece ser limitada. Según el presidente de la Cámara de Comercio de Jujuy, A. León Ruiz, la falta de crédito y la carencia de acuerdos comerciales legalmente confirmados entre Chile y Argentina constituyen los impedimentos más relevantes en el proceso de intensificación de las relaciones comerciales entre las dos regiones vecinas de la cordillera (información personal, marzo de 2006). A pesar de las ceremonias de inauguración solemnes, con gran atención de los medios y con presencia de los presidentes de ambos países, en ocasión del acabado del tramo chileno (2000) y del tramo argentino (2005), hasta el momento se encuentran pocos productores o empresas de transportes, que subordinan la persistencia de su negocio a la continuidad de la apertura del paso. Diferente interés económico Las bases económicas de las regiones en ambas partes de la frontera son muy diferentes. Debido a la actividad minera en el norte chileno y el rédito de sus productos en el mercado mundial, en este espacio económico se generan ganancias mucho mayores comparadas con las que resultan de la producción agraria del noroeste argentino. Como consecuencia, el nivel de ingresos difiere notablemente entre ambas áreas: En las Regiones Antofagasta y Tarapacá, por lo lucrativo del trabajo se ganan los sueldos medios más altos del país, mientras que las provincias vecinas argentinas son las más pobres de su país, donde gran parte de la población se mantiene con salarios mínimos. Por el nivel de ingresos, en Chile se pueden aceptar los costes de transporte de los productos agrícolas del sur del país, que resultan de las distancias largas. Por otro lado, la comparación de la tasa de desocupación entre las regiones respectivas de Chile y Argentina indica las necesidades diferentes de encontrar fuentes de ingresos alternativas a las existentes. Por su situación económica, la población argentina se encuentra mucho más condicionada a abrir nuevos caminos para ganarse la vida que los chilenos; como consecuencia, las expectativas económicas en relación al paso de Jama son mucho mayores en Argentina. Estructuras de distribución de las cadenas nacionales de supermercados En la última década, en el comercio al por menor en Chile se han establecido cadenas de supermercados que operan en todo el país y paso a paso desalojan a los negocios locales de venta. El proceso se nota sobre todo en las ciudades más grandes donde los malls y shopping centers recién construidos en lugares de fácil acceso para vehículos privados absorben gran parte del poder adquisitivo de la población local. Las sucursales de las cadenas grandes se abastecen 42 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) casi sin excepciones en almacenes centrales en la Región Metropolitana de Santiago con el fin de configurar una estructura simple de distribución de la mercancía dentro de la empresa. Obviamente, los gastos debido a los caminos más largos para algunos productos no tienen importancia en comparación con las posibilidades de economizar la estructura de distribución. En algunos ejemplos es posible seguir una mercancía agraria producida en las provincias norteñas de Argentina, que primero es transportada a Buenos Aires, de allí al almacén central de una cadena de supermercados en Santiago de Chile, para finalmente llegar a las ciudades del Norte Grande, siendo trasladada miles y miles de kilómetros en vez de llegar por el camino directo a través de Jama. Proteccionismo chileno Aunque en una multitud de declaraciones políticas se señaló el fuerte interés político detrás del proyecto de ampliación del paso de Jama (Ballatore 2005: 293ff.) las restricciones chilenas de entrada muestran claros rasgos de proteccionismo. Por ejemplo, los contingentes de azúcar que puede ser importado de Argentina a Chile garantizan la venta del azúcar chileno, que en su producción y por el transporte terrestre se comercializa a un precio más alto que aquel de Argentina. En este contexto es importante que Chile, a diferencia de Argentina, no se haya sumado como miembro de pleno derecho al MERCOSUR sino como miembro asociado, con la condición de no pertenecer al mercado interno de la alianza de comercio. De esta manera Chile asegura la opción de mantener restricciones comerciales como por ejemplo aranceles o cuotas de entrada. Reglamentos fitosanitarios Para los productos agrarios argentinos los reglamentos del SAG (Servicio Agrícola y Ganadero) constituyen una barrera comercial significativa. El objetivo chileno es mantener la sanidad vegetal y la salud animal en el país y con eso también en sus productos de exportación. Para lograr eso el SAG ha establecido normas para la importación de cada producto agrario, animal y forestal, que difieren según el país de procedencia dependiendo de las enfermedades presentes en el territorio. En el caso de Argentina, por la existencia de plagas, estas condiciones se han formulados con un carácter tan estricto que la mayoría de los productos no debe ser importada sin procesamiento industrial o desinfección, limitaciones que generan costes elevados y demoras burocráticas para el comercio de productos. Tradiciones etnohistóricas La población autóctona de la zona limítrofe de Chile, los Atacameños, tradicionalmente no ha ganado su vida con negocios relacionados al comercio sino que desde hace siglos viven como ganaderos y agricultores en los oasis. El auge reciente del turismo internacional en y alrededor de la localidad de San Pedro de S. KANITSCHEIDER – FACTORES DE INTEGRACIÓN ECONÓMICA DE UNA VÍA TRANSVERSAL ANDINA 43 Atacama se funda en iniciadores exógenos. Las nuevas opciones económicas que ofrece la carretera sobre el Paso de Jama para el turismo no son aprovechadas por este grupo por la falta de experiencia y la carencia de interés. Muy distinto se caracteriza el comportamiento de los Aymará, una etnia que tiene su origen en la zona cercana y limítrofe de Bolivia. Por su tradición histórica de establecer y mantener lazos comerciales también a través de distancias largas, algunas familias de origen aymará han desarrollado con gran habilidad y el éxito correspondiente sus agencias de turismo o negocios de alojamiento o de comercio en San Pedro de Atacama. Restricciones jurídicas Una de las limitaciones fundamentales del desarrollo turístico en la región es la prohibición mutua de los estados de ofrecer viajes turísticos guiados que atraviesen las fronteras del país respectivo. Es decir, en Chile todas las excursiones turísticas tienen que ser guiadas por operadores turísticos con concesión chilena; en Bolivia y Argentina la situación es la misma. Los agentes de viaje bolivianos se han adaptado a estos reglamentos ofreciendo los viajes transfronterizos con dos operadores (uno con licencia en Bolivia, otro en Chile) y un cambio de vehículos en la frontera. De este modo por la iniciativa de actores bolivianos establecidos en Chile se ha desarrollado una actividad turística notable en la zona entre Uyuni (Bolivia) y San Pedro de Atacama (Chile). Por el contrario, entre Chile y Argentina no existen iniciativas parecidas. En 2006, ninguno de los operadores en San Pedro de Atacama ofreció excursiones a los lugares de interés turístico al otro lado de la frontera chileno-argentina. Como las normas jurídicas para este tipo de actividades no difieren entre los tres países, las diferencias mencionadas de interpretación se pueden explicar tan sólo por el factor etnohistórico. Tanto en Chile como en Argentina, las empresas de alquiler de coches no permiten atravesar la frontera estatal con el vehículo arrendado. Por lo tanto, generalmente los turistas no tienen otra opción que llegar al país vecino por Jama o con su automóvil privado o con el transporte público. Durante la época de verano, las dos únicas empresas chilenas de autobús que ofrecen transporte de pasajeros por el paso, no llegan ni con mucho a satisfacer la demanda de turistas. Cada uno de los factores mencionados influye en el aprovechamiento económico de la conexión vial en diferente medida. En el esquema (Fig.6) los factores influyentes en la importancia del paso de Jama se han agrupado en forma temática. Estos temas difieren notablemente en su persistencia: Las condiciones naturales, por ejemplo la altura y el clima de la carretera, difícilmente pueden ser cambiados por el hombre, las características del trayecto (pendiente, radio de las curvas) tan solo por inversiones mayores. Al contrario, los factores políticos y jurídicos (por lo menos en teoría) se cambian fácilmente, dependiendo únicamente de la voluntad de los actores. La estructura económica de las regiones tampoco es inalterable por decisión humana, pero depende, como los recursos naturales, también 44 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) de factores externos, p.e. la situación económica global. Por esta razón es calificada de persistencia media. La tradición etnohistórica es un aspecto que en muchas ocasiones no es considerada lo importante y lo persistente que resulta en realidad. El ejemplo de la población atacameña ilustra muy bien que la oportunidad de usufructo económico para nada significa que una población aproveche la ocasión. Fig.6: Esquema de análisis para el beneficio económico de una conexión vial transandina. Fuente: elaboración propia. Este esquema desarrollado mediante el ejemplo del paso de Jama puede servir como instrumento para analizar cualquier paso fronterizo, para conocer más profundamente fortalezas y debilidades de una ruta existente, para evaluar el aprovechamiento económico y finalmente para hacer comparaciones de rentabilidad entre los diferentes pasos. Además, conociendo las variables necesarias, el esquema ofrece la posibilidad de estimar el tráfico que se generaría en rutas planteadas en el futuro. S. KANITSCHEIDER – FACTORES DE INTEGRACIÓN ECONÓMICA DE UNA VÍA TRANSVERSAL ANDINA 45 Conclusiones El desarrollo de la importancia del paso argentino-chileno en los próximos años tanto en el aspecto económico como en el social depende de los cambios en los factores mencionados antes que se caracterizan por diferencias significantes en cuanto a su persistencia. Mientras que las condiciones jurídicas como las limitaciones de entrada o barreras burocráticas en teoría pueden ser adaptadas en poco tiempo, factores como la importancia del régimen económico de un grupo étnico en períodos comparables se muestran en gran medidaparte inalterables. Sin embargo, hasta ahora ni en Argentina ni en Chile se notan actividades considerables con el objetivo de intensificar el aprovechamiento económico del paso. Hecho que asombra recordando la circunstancia de que la idea del paso de Jama y su realización resultaron de la iniciativa de la población de las provincias vecinas de Jujuy y El Loa. En la actualidad, estas iniciativas obviamente no logran vincular a los actores económicos de las dos zonas. En entrevistas realizadas con los presidentes de las cámaras de comercio de San Salvador de Jujuy y de Calama, los dos expresaron la imposibilidad de abordar las barreras comerciales existentes desde lo político y lo jurídico. Al otro lado, cada uno prefirió esperar la iniciativa del otro país respectivamente (información personal de A. León Ruiz, Cámara de Comercio Exterior Jujuy, y D. Quiroz Cáceres, Cámara de Comercio de Calama, marzo 2006). A mediano plazo, el crecimiento de la economía argentina posiblemente resulte en el aprovechamiento más intenso del paso de Jama tanto en el marco de la integración regional como global, porque como consecuencia aumentará no solo la oferta de los productores sino también la demanda por el incremento del poder adquisitivo. Presuponiendo la iniciativa correspondiente de los actores, estos cambios de la estructura económica de las regiones limítrofes pueden presionar sobre la política para facilitar las condiciones generales del comercio transfronterizo. Otro aspecto de influencia directa sobre la intensidad de uso del paso de Jama es la ampliación de otros pasos transandinos similares en el entorno cercano (para el contexto regional) y lejano (sobre todo en el marco global). Por ejemplo, las administraciones municipales de Salta (Argentina) y Antofagasta (Chile) favorecen la ampliación del paso de Sico que se encuentra tan sólo a 55 km. al sur de paso de Jama. Una vez realizado el proyecto, por la distancia más corta entre las dos ciudades este trayecto atraería una parte significante del volumen de tráfico que ahora pasa por Jama. También para la conexión de Paraguay y del sur brasileño con los puertos del Pacífico existen proyectos que “compiten” con Jama en caso de su realización, reduciendo el volumen de tráfico que pasa por el recorrido, sobre todo cuando la traza es más directa y la altura a superar menor. Como ejemplo hay que mencionar el proyecto del “Hito 52” pasando por Bolivia que uniría Asunción (Paraguay) con Iquique. En vez de los 2.579 km. de distancia del recorrido por Jama se calculan tan solo 1.823 kms. por el Hito 52; además su punto más alto se encontraría a 3.700 46 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) m.s.n.m., más de mil metros menos comparado con Jama (Ilustre Municipalidad de Iquique 2005: 4). Mientras que las ciudades de procedencia y de destino del tráfico de carga se benefician sin duda del aumento del número de pasos transandinos, para las localidades aledañas a las conexiones viales que en primer lugar se benefician de ofrecer servicios de infraestructura, la diversificación de rutas empeora las perspectivas económicas por disminuir el volumen de tráfico para cada ruta. Referencias ALVAREZ, F., AROCA, P., CLIPS, D. & M. LUFFIN (1996): Estudio de Tarifas de Transporte de Mercaderías de la Zona del Centro Oeste Sudamericano a los Mercados Internacionales. Facultad de Economía, Universidad Católica del Norte, Antofagasta. BALLATORE, I. (2005): Jama. La causa que movió montañas. 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Palabras claves: Armada de Chile, Ciencia, Siglo XIX, Chiloé. Chiloé’s Region as a scientific reference of the Navy of Chile during the First Half of the 19th Century It analyses the Navy of Chile scientific worry during the 19th century by Chiloé region and the austral zone in general, and that emphasizes one hydrographic task group; meteorological; cartographic; taxonomical and others, that the Navy’s of Chile officers make in the zone in relation to a scientific fortuitous politician in the period and/ or to geopolitical tasks of the time. Keywords: Navy of Chile, Science, 19th century, Chiloé. La Preocupación por Chiloé, algunos antecedentes La preocupación por explorar la zona austral de Chile, tanto desde el punto de vista de la navegación, cuanto por razones geopolíticas, ha sido un objetivo relevante de las distintas comisiones y exploraciones de diversas nacionalidades, prácticamente desde el siglo XVI, hasta los inicios del siglo XX (Bertrand 1886: 203). Empero, en cuanto a un interés científico más específico y a motivaciones 1 Una versión preliminar de este trabajo fue expuesta como ponencia en el VII Congreso Argentino-Chileno de Estudios Históricos e Integración Cultural (Salta, 25-27 abril 2007). 2 Doctor en Pensamiento Americano, mención Historia de las Ciencias, y Magíster en Filosofía de las Ciencias por la Universidad de Santiago de Chile. Docente de la Facultad de Humanidades y Tecnologías de la Comunicación Social, Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM), Santiago, Chile. 50 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) político territoriales más acotadas, como por ejemplo a la zona de Chiloé, el énfasis se percibe durante el siglo XVIII, en especial por parte de la Corona española. En efecto, la misma organiza y envía exploraciones, con un claro propósito de incrementar el conocimiento de nuevos derroteros más apropiados para una navegación más expedita y más breve, o además por el interés hidrográfico y meteorológico, y por un adecuado reconocimiento costero, o por la necesidad de contar con eventuales puertos de emergencia en la región más austral de los dominios hispanos. Así, en este período, se destacan diversas expediciones españolas que persiguen un conocimiento global sobre los territorios de ultramar de la Corona española, y otras que contribuyen parcialmente al reconocimiento de la región de Chiloé, por estar simplemente en la derrota de tal o cual nave con propósitos de exploración científica en los territorios de Chile y Perú, o la Patagonia, tal como lo ha destacado Sagredo (Retamal 2000:295-350). Pero la tarea esencialmente hidrográfica focalizada exclusivamente en Chiloé y la región austral en general, por parte del gobierno español, es asumida esencialmente por José de Moraleda durante el siglo de la Ilustración; ello como resultado de sus diversas exploraciones realizadas durante los años 1786-1788 y 1792-1793 (Barros Arana 1888). Más tarde, durante el Siglo del Progreso, se visualiza a su vez una notoria preocupación de los oficiales de la Marina de Chile por el cuerpo físico, la hidrografía y climatología de la zona; en especial, desde mediados del siglo XIX, tal como se puede observar en la bibliografía especializada de la Marina. Chiloé en el siglo decimonono, desde el punto de vista político administrativo, corresponde a una vasta provincia creada por el Decreto Supremo del 31 de enero de 1826. La misma comprende las islas que se encuentran entre el Canal de Chacao, al norte, el Océano Pacífico al oeste, el mar interior que la separa del continente al este, y el paralelo 47º, que corresponde a su limite por el sur (Descripción estadística 1874). Esto es, hasta gran parte de lo que hoy es la Región de Aisén. Dicho interés de la Armada de Chile, por el Chiloé decimonónico, presenta características muy peculiares y está asociado al menos a tres variables relevantes: al desarrollo de la hidrografía en el país, a la unificación del rol profesional de la Marina con los intereses científicos, y por cierto, a los lineamientos y directrices de las autoridades de la Armada de Chile y su articulación con la política gubernativa del período. Situados desde estos parámetros de análisis, a su vez, se comprende que tales áreas en virtud de su dinamismo, presentan ciertos aspectos que nos permiten periodificar el interés de la Armada de Chile por la zona de Chiloé, y la región austral en general del país, en algunas etapas significativas. En efecto, creemos que al analizar la preocupación de la Marina por Chiloé, como referente de estudio, se pueden observar tres etapas relevantes: la fase de ordenamiento naval interno y primeros trabajos hidrográficos de la Armada, los primeros acercamientos hacia Chiloé, y la etapa de un interés generalizado por Chiloé y la zona austral. El primer hito, que hemos denominado de ordenamiento naval interno y primeros trabajos hidrográficos de la Armada, podemos ubicarlo con cierta licencia, entre los años veinte y hasta fines de los cuarenta del siglo XIX. La segunda etapa, que corresponde a un fortalecimiento de los trabajos profesionales e hidrográficos de Z. SALDIVIA MALDONADO – CHILOÉ COMO REFERENTE CIENTÍFICO 51 la Armada, y a las primeras expresiones de un acercamiento a la región de Chiloé, se situaría desde fines de los años cuarenta, hasta fines de la década del sesenta del Siglo del Progreso, aproximadamente. La tercera fase, que corresponde a una manifiesta preocupación por Chiloé y al conjunto del universo austral, en general, abarcaría desde fines de los sesenta, hasta la primera década del siglo XX, aproximadamente. La primera fase Ahora, en cuanto a la primera fase, se comprende que es el período en que el país se está consolidando como república y por tanto, las tareas de la Marina se focalizan en dichos avatares; esto es, la formación de la primera Escuadra Nacional y su participación en la liberación del Perú, entre los años 1817 y 1820; en la vigilancia del territorio nacional, en la colaboración para la toma de Chiloé en 1826, así como la aparición de las primeras estructuras normativas, administrativas y de acopio de material naval. Y también la Marina en este hito es puesta a prueba, en la Guerra contra la Confederación Peru-Boliviana (1836-1839), saliendo airosa y fortalecida en experiencia y en cuanto al número de naves de su flota. En el ámbito normativo, por ejemplo, en este período, se percibe la creación en 1824, de una Escuela Náutica a bordo de un barco de guerra dirigido por el teniente de fragata Manuel García. En cuanto a la labor de vigilancia del territorio, esta etapa se caracteriza por encuentros con naves de contrabandistas, o embarcaciones de balleneros no autorizados, y en general, por el transporte de armas y pertrechos a las provincias. En cuanto al campo de la hidrografía, aquí se observa la primera expresión de un trabajo propio de dicha disciplina. El mismo corresponde al Plano de la Ensenada y Desembocadura del Río Bueno, que es realizado por oficiales de la Marina de Chile, en diciembre de 1834, a cargo del oficial Roberto Simpson, comandante del bergantín goleta Aquiles. En este plano se da cuenta de la latitud y características del río Bueno. El informe final concluye situando al río Bueno a 40º 10’ de latitud sur y a 73º 45’ de longitud oeste de Greenwich, y declarando la desembocada de dicho río como “innavegable” (Cepeda 2003:9). Y en cuanto a los temas administrativos, reconocidos y tratados en esta lonja de tiempo, se percibe la carencia de un reglamento de personal apropiado al ramo de la Marina, que estipule, por ejemplo, las funciones que la Armada debería tener a su cargo; ora en relación a la colocación de boyas, faros y otras señales para la feliz navegación de los barcos en las costas del país, y en especial en todo lo relacionado con la disciplina y una cierta interfaz entre superiores y subordinados. Y en especial, en relación a contar con un mecanismo que regule la interacción del personal de la Marina con los exponentes de la Marina Mercante, y que posibilite también, cautelar la seguridad y permanencia de los buques mercantes en los puertos. Son los años en que se está tomando conciencia de las debilidades en lo profesional, en lo normativo y en los requerimientos de infraestructura. Al respecto, nada más para ilustrar el primero de estos aspectos, en la Memoria de Guerra y Marina de 1835, se hace constar que en muchos puertos menores hay una falta de capitanes de puerto, y que los que sirven tales funciones, no 52 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) cuentan con la debida preparación profesional, siendo ejercido el cargo, en estos casos, por otros empleados no vinculados a la Armada, lo que puede llevar a consecuencias lamentables; por ejemplo, al autorizar estos funcionarios, salidas de embarcaciones sin cumplir las exigencias previas (Memoria de Guerra i Marina, 1835). Y en cuanto a Chiloé, la Marina de Chile, en este hito, únicamente lo considera como uno de los puntos geográficos más bien difíciles y al que debe acudir sea para apoyar al Ejército en sus planes de conquistar dicha plaza; sea para lograr la efectiva anexión del archipiélago y de la región al país, o bien, como punto obligado para el careo y manutención de las naves. Como institución, la Armada de Chile, todavía no manifiesta una atención especial por la región que nos interesa. Empero, las autoridades de la Marina, están muy concientes de su participación en una política gubernativa que se visualiza desde los inicios de la década del cuarenta, y que podría resumirse en la expansión territorial y en el dominio efectivo del mismo. Dentro de esta política, se percibe el anhelo de contar con un eje geográfico austral de dos polos, que irradien progreso y fuentes de recursos para los connacionales o eventuales inmigrantes. Estos dos puntos serían: Magallanes, tras la creación del Fuerte Bulnes en 1843, lo que permite consolidar la soberanía y cuidar el Estrecho, y Chiloé, que permite la adecuada comunicación con la naciente colonia y contribuye con sus recursos y más tarde con la mano de obra de los propios chilotes que empiezan a establecerse en Magallanes, tal como lo ha estudiado Martinic (1999:2747). Y también, luego en los cincuenta, desde Chiloé sale mucha madera para la recién fundada Punta Arenas, lo que refuerza la idea de interdependencia entre estos puntos. Esto es muy relevante, pues el puerto de Ancud actúa como un hito intermedio; sin el cual, logísticamente habría sido imposible el asentamiento y desarrollo de la colonia de Magallanes. Ello puesto que dicho puerto actúa como lugar de descanso, de careo para las naves, como astillero, como lugar de aprovisionamiento de víveres, como lugar obligado de reclutamiento de personal cuando es necesario, y lentamente de intercambio económico entre los mismos. En este esquema ideal, de la política gubernativa, debería producirse un interés por los puntos intermedios por parte de comerciantes interesados. Es el ideario de un progreso soñado a la luz de asentamientos de extranjeros, que irá tomando cada vez más fuerza en la década de los cincuenta, pero principalmente en Llanquihue, y no en los puntos intermedios del eje Chiloé-Magallanes. La segunda fase La segunda etapa -fines de los cuarenta hasta fines del los sesenta- es ya el período en que se produce una efectiva incursión al campo de la hidrografía y a las ciencias vinculadas al conocimiento de las costas, aguas y clima del país, por parte de la Armada. Son los años en que se hace patente la conveniencia de contar con una Marina que cumpla tareas científicas, profesionales y que contribuya efectivamente al éxito de la política gubernativa. Por ello, las autoridades aprueban un incremento en la infraestructura naval, además de un aumento de naves de la Escuadra. También Z. SALDIVIA MALDONADO – CHILOÉ COMO REFERENTE CIENTÍFICO 53 es peculiar de este hito, la formación conjunta de oficiales chilenos de la Marina y el Ejército, entre otros rasgos relevantes. Pero, tal vez lo más significativo de este hito, es el hecho de que se intensifica la especialización interna de los oficiales, la interacción con la marina mercante y la continuación de la política de expansión geográfica que ya había principiado con el asentamiento chileno en Magallanes, en 1843, y luego con la fundación de Punta Arenas en 1849. Ahora corresponde la fundación de Puerto Montt, en 1853. A partir del establecimiento de la colonia chilena en Magallanes, la Armada coopera con la política oficial de expansión geográfica del periodo; y por tanto, traslada y renueva a las autoridades allí designadas, conduce soldados y pertrechos, y coopera con el transporte de mercancías y medicinas a la zona, siendo prácticamente el brazo ejecutor de dicha política. En cuanto a la especialización profesional de la Armada, esta tiene una marcada influencia extranjera, principalmente inglesa; debido a que los oficiales navales chilenos, formados en este período, terminan sus estudios en naves extranjeras y realizando actividades de interés para dichos países. Así por ejemplo, en 1849, al menos seis aspirantes a oficiales de la Marina, se encontraban estudiando, o como diríamos hoy “en práctica”; desempeñando cometidos navales en la Armada inglesa, y en los buques de guerra de la Marina de Francia, “aprovechando las buenas disposiciones manifestadas por los señores Almirantes, jefes de las fuerzas navales de Francia i de la Gran Bretaña en el Pacífico” (Memoria de Marina, 1846). Luego, al no tener una Escuela Naval propia, a la fecha, se generaba una dependencia muy fuerte, al estar esperando expresiones de buena voluntad para corroborar o terminar la formación naval en otros países y en otras naves. Este período, en cuanto a su énfasis por Chiloé, se caracteriza porque acontecen los primeros reconocimientos hidrográficos de la Marina en la región de Chiloé; v. gr.: las tareas de levantamientos de planos y de observaciones sobre la naturaleza y sobre el desenvolvimiento de la navegación, el comercio y la industria de la región, que se le solicita en 1857, al comandante del bergantín Meteoro, capitán de corbeta Nicolás Saavedra, y para lo cual éste se acompaña del naturalista Filiberto Germain. Y con quien determina las características geológicas del Puerto Low, en el archipiélago de las Guaitecas (Memoria de Marina, 1858). Los dos viajes realizados por el capitán Francisco Hudson, a bordo del bergantín Janequeo, en 1857, la creación de una Escuela Náutica en San Carlos de Chiloé, la consolidación de este mismo puerto como astillero, la fundación en 1859, del puerto de Melinka en el archipiélago de las Guaitecas y la erección de faros en la zona, entre otros. El año 1859, indica una serie de actividades navales, científicas, técnicas y administrativas que aluden a una preocupación de la Armada por la zona que aquí nos interesa; v. gr.: se instala el faro Corona, se continúan con los aspectos administrativos para la creación de una Escuela de Prácticos en Ancud, y se continúa con la exploración de los ríos y canales del archipiélago, además de una serie de trabajos hidrográficos en el Canal de Chacao, y otros. En cuanto a los viajes del capitán Hudson, el primero de estos, acontece en enero y febrero de 1857; principia en Chacao, isla Lemuy, archipiélago de las Guaitecas, península de Taitao e istmo de Ofqui, entre otros puntos. Su tarea esencial 54 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) en este viaje es obtener un reconocimiento completo de los canales de la parte sur de Chiloé. El segundo, acontece entre abril y mayo del mismo año; parte de Ancud, sigue por el canal de Dalcahue, las islas Cheuques, puerto de Calen y Quetalco, entre otros lugares del derrotero. Su misión es realizar una serie de trabajos hidrográficos sobre el canal de Dalcahue. Por ello, Hudson se concentra en realizar diversos trabajos hidrográficos referentes al mencionado canal y sus alrededores, focalizando la atención en identificar los abrojos, las abras, los bajos, las rocas y otros obstáculos que podrían dificultar la navegación. Así por ejemplo, en relación a un bajo que puede poner en peligro la navegación, el oficial Hudson acota: “Entre la punta de Tenaun y la isla de Meulin, hai un bajo que aunque el capitan Fitz Roy le da dos brazas de profundidad, yo no he podido encontrarlo a pesar de buscarlo detenidamente; pero según noticias que he tomado de personas conocedoras de esos canales, existe uno entre la citada punta i la isla Liulin, el cual se descubre en las grandes mareas” (Memoria de Marina, 1857). Y en otra parte de su informe, señala: “Con motivo de haber pasado ya cuatro veces por Dalcahue i que ahora estuve allí cerca de un mes levantando el plano del canal i sus alrededores, he estudiado detenidamente los obstáculos que encierra para navegarlo, i por consiguiente creo, pues, que los puertos de Calen i Quetalco se hallan en buena situación; ya sea para pasar la noche o a quedar en ellos durante los días borrascosos, o ya para aguardar mareas; porque no es posible casi entrar al canal, por ir hacia el sud, sino cuando se acerca la hora de la pleamar” (Memoria de Marina, 1857). Lo anterior, corresponde a la tarea de actualizar información náutica sobre Chiloé, de determinar las derrotas más apropiadas para evitar los escollos en la navegación, levantar planos del canal de Dalcahue y alrededores y mejorar la comunicación y conectividad con las islas del Archipiélago. Esto son algunas de las expresiones de la política institucional de la Armada de Chile, y que en esta fecha, desde el punto de vista hidrográfico, continúa con su catastro iniciado en 1834, pero ahora con nuevos y más instrumentos. Dicha labor hidrográfica y de levantamiento de planos en Chiloé, se complementa con la implementación del alumbrado marítimo a la zona austral del país. A este respecto, por ejemplo, desde la década del cincuenta del siglo decimonono, los documentos oficiales de la Marina de Chile, van dando cuenta de la instalación de nuevos faros en la región. Entre estos, recuérdese por ejemplo que en agosto de 1859 el faro de Punta-Corona, en el norte de la isla Chiloé se encontraba “con la torre i edificios concluidos i en estado de recibir los aparatos de iluminación” (Memoria de Marina, 1859). Empero, al parecer, la preocupación de la Armada por Chiloé, en estos años cincuenta y sesenta del siglo decimonono, no es exclusivamente por y para Chiloé; sino más bien, es una preocupación tangencial que tiene dos frentes: el primero y más esencial, es asegurar un adecuado conocimiento geográfico e hidrográfico, de las regiones aledañas a la zona donde se están asentando los inmigrantes alemanes en el país; principalmente en Llanquihue. Y al mismo tiempo, contribuir al éxito y bienestar de los colonos, con el adecuado apoyo comunicacional, de transporte y de intercambio económico. Por eso, no resulta extraño que el bergantín goleta Janequeo, que zarpa de Valparaíso en septiembre de 1856 con rumbo a San Carlos de Chiloé, Z. SALDIVIA MALDONADO – CHILOÉ COMO REFERENTE CIENTÍFICO 55 permanezca en la Isla Grande para recibir en dicho puerto a los inmigrantes y para que “los guiase i convoyase por el canal de Chacao, hasta Puerto Montt” (Memoria de Marina, 1857). Y que incluso ya de regreso nuevamente a Chiloé, el comandante y otros oficiales de la nave se dediquen a recorrer en una embarcación menor, el río Maullín y su salida al norte del canal de Chacao (Memoria de Marina, 1857). Dicho reconocimiento, apuntaba a encontrar una vía de navegación entre los asentamientos ya existentes en el lago Llanquihue y un lugar que pudiera ser más cómodo para la exportación de los productos de los colonos, que Puerto Montt, ubicado en el seno de Reloncaví. Este mismo énfasis por explorar secciones de Chiloé con vistas a mejorar la comunicación con los inmigrantes en Llanquihue, se percibe en las comunicaciones de los oficiales de la Armada de fines de la década del cincuenta. El capitán Williams, por ejemplo, en 1857, destaca el derrotero más apropiado para entrar por el río Maullín viniendo de Chiloé, y levanta un plano hidrográfico de la desembocadura del río para cautelar debidamente los requerimientos de atención de estos habitantes, para que puedan contar entonces, con una nueva vía comunicacional. Y a su vez, el oficial Hudson, también recorre el río Maullín, siguiendo los requerimientos oficiales. Es decir, algo así como explorar desde Chiloé, pero para Llanquihue y sus habitantes. El otro frente de interés tangencial por Chiloé, parece ser la necesidad de descubrir vías de comunicación hacia la Patagonia Occidental, o simplemente para llegar a la región de Magallanes; para lo cual, necesariamente las exploraciones debían organizarse y partir desde Ancud y de allí internarse en viajes de reconocimiento hacia Chiloé continental y buscar vías navegables. O bien, simplemente para avanzar desde Ancud hacia el Chiloé austral de la época; esto es, las regiones del Aisén contemporáneo. En este sentido, está claro que tras este propósito también se va obteniendo información geográfica, climatológica, meteorológica y esencialmente hidrográfica sobre Chiloé, lo que contribuye tanto al incremento de dichas disciplinas cuanto al intercambio comercial entre las regiones. A su vez, estos dos frentes de preocupación científica indirecta por Chiloé, contribuyen notablemente desde un punto de vista geopolítico, a mostrar una presencia naval mínima, y a fortalecer la idea de un imaginario de lo chileno que territorialmente incluye tales lugares, como propios de la República de Chile. También desde el punto de vista científico, los aportes hidrográficos, meteorológicos, geográficos y otros referentes a Chiloé, obtenidos por los oficiales de la Marina, pasan a incrementar el estatuto científico de tales disciplinas; las que a través de sus exponentes de la civilidad y de los medios comunicacionales que estos sí poseen, permiten difundir tales conquistas cognitivas a la comunidad científica internacional. Esto es relevante, pues la mayoría de los medios de comunicación científica de la Armada, aparecen luego de la Creación de la Oficina Hidrográfica de la Armada, en 1874; v. gr.: el Anuario Hidrográfico de la Marina de Chile en 1875, y la Revista de Marina, en 1885, entre otras; ello como consecuencia de la adelantada visión científica e institucional que sobre la Armada poseía Vidal Gormáz. De manera que las novedades y los datos referentes a los objetos de estudio de disciplinas como las mencionadas, en este segundo hito, que va desde fines de los 56 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) años cuarenta hasta finales del sesenta; son divulgados por medios propios de la comunidad científica y académica del Chile decimonónico, principalmente los Anales de la Universidad de Chile. Esto es, por referentes comunicacionales de la civilidad, lo que deja de manifiesto la cooperación mutua entre científicos, académicos y oficiales navales del período mencionado. A este respecto, por ejemplo, recordemos los trabajos aparecidos en dicho medio, en 1858, del capitán de corbeta y director de la Escuela Náutica de Ancud Miguel Hurtado, referente a Astronomía Náutica; o los trabajos del comandante del bergantín-goleta Janequeo, Francisco Hudson, publicado en 1859, donde da cuenta del reconocimiento hidrográfico del archipiélago de Taitao y otros lugares; o bien el trabajo del capitán de corbeta Juan Williams, también en el que sintetiza sus exploraciones por el río Maullin, e informa además sobre los tipos de árboles existentes en la zona y determina cuales de ellos pueden servir para la construcción de naves; también aparecido en 1859. O también la comunicación del capitán de navío Leoncio Señoret, en 1868, dando cuenta de su exploración al río Rapel y puerto Tumán (Anales de la U. de Chile, 1858). En cuanto al tercer hito; esto es, la fase que hemos denominado de la preocupación de la Armada de Chile por la zona de Chiloé y todo el universo costero austral, creemos que se visualiza desde fines de los sesenta del siglo decimonono, hasta fines de la primera década del siglo XX. Pero ello ya escapa al análisis de esta comunicación y será fruto de nuevas reflexiones. Hacia una conclusión Esta mirada profesional sobre Chiloé, por parte de la Armada, que hemos venido analizando, se enmarca en los criterios epistemológicos y geopolíticos que van constituyendo la realidad de dicha zona. Así, en la primera fase ya comentada, Chiloé es visto como un difícil referente costero y desmembrado, que obliga a los oficiales navales a cooperar para la expulsión de los realistas, en varios intentos. En los inicios de los años cincuenta, Chiloé, es percibido por la Armada como un puente de intercambio comercial y de transporte para atender los requerimientos de los inmigrantes alemanes ubicados en Pto.Montt y otros lugares de Llanquihue. La Armada de Chile, sólo manifiesta un interés significativo por la región de Chiloé, como tal, recién a mediados del siglo XIX, y más exactamente desde fines de los años cincuenta, con las exploraciones de Nicolás Saavedra, en el canal de Chacao, el golfo de Ancud en 1857, y el puerto Low, en las islas Guaitecas; también con las exploraciones de Francisco Hudson en 1857 y luego en los inicios de los años sesenta, con los viajes de exploración de Vidal Gormáz, que recorre el archipiélago de Chiloé y las costas del Chiloé continental, entre 1863 y 1864. Así, la visión de la Armada sobre Chiloé en la primera mitad del siglo decimonono, es una mirada que se sustenta por un lado, en una política institucional de conocimiento de la zona, por razones de navegación, por cuestiones de lo que podríamos llamar “las exigencias del servicio”. Y por otro, en la política gubernativa tendiente a lograr mejoras en la comunicación e integración de los puntos Z. SALDIVIA MALDONADO – CHILOÉ COMO REFERENTE CIENTÍFICO 57 económicos y sociales relevantes del país, y dentro del cual, la región de Chiloé tenía mucho que aportar al resto del país. Y en suma, el trabajo de la Armada por ejemplo específicamente entre las décadas del cuarenta y el sesenta, es también, la expresión de una política de expansión territorial, que conducen los gobernantes del período. En cuanto a la cartografía, a su vez, se puede observar que en la primera etapa de las exploraciones en Chiloé y la zona austral en general, la cartografía utilizada por los oficiales de la Armada de Chile correspondía principalmente a las cartas náuticas de José de Moraleda de fines del XVIII y a las de los capitanes King y Fitz Roy, de los años treinta del siglo decimonono. Y a su vez, en la segunda etapa, especialmente desde los años sesenta, los oficiales de la Armada se encuentran utilizando la cartografía del capital Hudson, de Vidal Gormáz, entre otros; es decir, se observa una mayor confianza en el propio conocimiento de los oficiales chilenos, debido a su vez, a un incremento en su apropiación cognitiva de los observables náuticos y costeros. Esto es, que de una exognosis, se está logrando la autognosis cartográfica de la región. La tarea científica de la Marina Chilena durante el siglo XIX, en relación a la región de Chiloé, es enorme y se hace difícil consignar todas sus formas y expresiones, pero al menos, hasta la década del sesenta es posible sintetizar las siguientes: levantamiento hidrográfico de costas, canales e islas de la zona austral, identificación de nuevos fondeaderos de naves, identificación de accidentes que entorpezcan la navegación, labores de sondeo, identificación de islas e islotes, fiordos, observaciones astronómicas y meteorológicas, determinación de derrotas más expeditas y que requieran menos tiempo entre los puntos geográficos de la zona austral; todo ello sumado a la labor de iluminar la región austral del país con nuevos faros en los puertos más utilizados o más convenientes para la navegación. Y es en este universo de labores donde además, a partir de la década del cincuenta, se percibe un espíritu de colaboración científica entre los oficiales de la Marina y algunos exponentes de la comunidad científica chilena del período. A este respecto, recuérdese por ejemplo, que el capitán Saavedra en 1857 se acompañó del naturalista Filberto Germain, y que Vidal Gormáz, en su trabajo Reconocimiento del Río Valdivia y de la Costa comprendida entre Corral i Valdivia, aparecido en los Anales de la U. Chile, en 1869, destaca que contó con la colaboración del ingeniero Ernesto Frick, para el levantamiento del plano sobre el río Bueno. O que el mismo Vidal Gormáz y otros oficiales, recaban especimenes y los hagan llegar al dr. Rodolfo Amando Philippi, al Museo de Historia Natural. Esto es el inicio de una colaboración científica de la Armada para el reconocimiento del cuerpo físico del país, tarea que se venía ejecutando en el país, a partir de los años treinta, desde la civilidad y con sabios extranjeros. Referencias BARROS ARANA, Diego. Exploraciones geográficas e hidrograficas de Jose de Moraleja i Montero. Santiago, Imprenta Nacional, 1888. 58 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) BERTRAND. Memoria sobre la Rejion Central de las Tierras Magallanicas, presentadas al Señor Ministro de Colonización, en: Anuario Hidrográfico de la Marina de Chile. Santiago, Imprenta Nacional, 1886. CEPEDA GONZÁLEZ, Jorge. Monografías Hidrográficas, Vol. I. Valparaíso, Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada, 2003. Descripción estadística de la Provincia de Chiloé, 1874. Informe del Capitán de Corbeta Nicolás Saavedra, del 19 de Marzo de 1858, enviado al Comandante General de Marina. En: Memoria que el Ministro de Estado en el Departamento de Marina presenta al Congreso Nacional de 1858, anexo B. Santiago, Imprenta del Ferrocarril, 1858. MARTINIC B., Mateo. La inmigración chilota en Magallanes. Apreciación histórica sobre sus causas, características y consecuencias. Anales del Instituto de la Patagonia (Punta Arenas), 27 (1999), 27-47. Memoria que el Ministro de Estado en el Departamento de Guerra i Marina presenta al Congreso Nacional, en 1835. En: Discursos de Apertura en las sesiones del Congreso i Memorias Ministeriales correspondientes a la administración Prieto 1831-1841. T. I. Santiago, Imprenta del Ferrocarril, 1858. Memoria que el Ministro de Estado en el Departamento de Marina presenta al Congreso Nacional de 1846. Santiago, Imprenta de Julio Belin i Compañía, 1849. Memoria que el Ministro de Estado en el Departamento de Marina presenta al Congreso Nacional de 1859. Santiago, Imprenta del Ferrocarril, 1859. Memoria que el Ministro de Estado en el Departamento de Marina presenta al Congreso Nacional de 1857, Santiago, Imprenta del Ferrocarril, 1857. SAGREDO, Rafael. Las Exploraciones científicas del siglo XVIII y la Independencia de América. En: Retamal A., Julio. Estudios Coloniales. Santiago, Universidad Andrés Bello y Ed. Ril, 2000. Trabajos hidrográficos sobre el canal de Dalcahue en Chiloé, ejecutados en el Bergantín goleta Janequeo. En: Memoria que el Ministro de Estado en el Departamento de Marina presenta al Congreso Nacional de 1857. Santiago, Imprenta del Ferrocarril, 1857. Nota Para la comunicación del oficial Hurtado; vd. Anales de la U. de Chile, 1858, T. XV, Impr. del Ferrocarril, Stgo., pp. 75 bis a 84 bis. Y para los trabajos de los oficiales Hudson y Williams; vd. los Anales de la U. de Chile, 1859, T XVI, Impr.del Ferrocarril, Stgo., pp. 1139 a 1163; y pp. 392 a 401, respectivamente. Y para la comunicación de Señoret; vd. los Anales de la U. de Chile, 1868, T. XXXI, Impr. Nacional, pp.204-206. Estudios Trasandinos, 14:2 (2008), 59-75 ISSN 0717-5256 EL BANDOLERISMO Y LA POLICÍA FRONTERIZA EN LA REGIÓN ANDINA 1 RIONEGRINA, 1911-1912 GRACIELA NOELIA SUÁREZ2 Fecha de recepción: 20 de septiembre de 2007 Fecha de aprobación: 3 de marzo de 2008 La creación de un cuerpo policial especial en 1911, conocido como ‘La Fronteriza’, destinado a operar en el área sudoeste de la región andina rionegrina lindante con Chile y Chubut, se produjo en un contexto de demandas de seguridad y denuncias del accionar de bandoleros en la zona. La presente investigación indaga en los detenidos -acusados de los delitos de hurto cometido en banda y complicidaddurante la campaña punitiva llevada a cabo por ese cuerpo policial y confronta sus características socioeconómicas con la figura del bandolero que emerge del discurso centrado en la inseguridad y el bandolerismo. Se concluye que el peso de la represión se orientó hacia un grupo conformado por pequeños crianceros y agricultores, mayoritariamente chilenos, con una ocupación precaria de la tierra, considerados peligrosos para los intereses de quienes ya ocupaban una posición de dominio en el control de los medios de producción y circulación y en el acceso a instancias de poder local. Palabras claves: bandolerismo, policía fronteriza, Río Negro, región andina Banditry and the Border Police in the Andean Region of Río Negro, 1911-1912 The creation of a special police force in 1911, known as ‘La Fronteriza’, established to operate in the South-West of the andean region of Río Negro adjoining Chile and Chubut, occurred in a context of demands for security and reports of bandits in the area. This research investigates those arrested –accused of robberies and thefts in gangs- during the punitive campaing carried out by such police force and compares their socioeconomic characteristics with the bandit´s figure emerging from the discourse centered on insecurity and banditry. The conclusion is that the repression was directed towards a group of precarious farmers, mainly Chilean, who were considered dangerous for the interests of those who already had a dominant position 1 El presente trabajo se realizó en el marco del proyecto de investigación Economía, Estado y Territorios Nacionales. La construcción de la ciudadanía política en el Territorio Nacional de Río Negro 1912-1930, dirigido por Hugo Quiroga y Martha Ruffini, Universidad Nacional del Comahue. 2 Docente e investigadora del Centro Universitario Regional Zona Atlántica (CURZA, Viedma), Universidad Nacional del Comahue. 60 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) in both the control over the means of production and distribution and the access to local power spheres. Key Words: Banditry-Border Police-Río Negro-Andean Region Introducción A finales de 1910 y comienzos de 1911, los Territorios Nacionales, en especial los patagónicos, son presentados por los documentos oficiales y en la prensa de circulación nacional bajo la visión de tierras turbulentas, peligrosas, violentas. Situación que frecuentemente es atribuida a la acción de un tipo de delincuencia: el bandolerismo. En este discurso, centrado en la inseguridad y su conexión con el actuar del bandolerismo, emergen algunos aspectos preocupantes para los sectores representados por la prensa y el gobierno, en tanto que involucran incidentes que suscitan incertidumbre en el usufructo de la propiedad de los bienes y que, a su vez, revelan la debilidad del aparato de seguridad del Estado. Estos actos y conductas son presentados como una amenaza a la estabilidad social en tanto que conducen al desorden institucional, lo que hacía imperioso su represión. La decisión del Gobierno Nacional de crear un cuerpo policial especial en 1911, para actuar en el área sudoeste de la región andina rionegrina, lindante con Chile y Chubut, se enmarcó en momentos en que se denunciaba –por parte de los propietarios afectados y desde la prensa- una situación de gran inseguridad que transcendía el simple cuatrerismo o robo para señalar el accionar de grupos organizados, ‘bandas’, que desplegaban un alto grado de violencia, incapaz de ser controlado por la autoridad constituida. En la presente investigación nos interesó indagar cómo se corresponde con la realidad ese discurso centrado en la inseguridad y el bandolerismo, cuando se profundiza en las características socioeconómicas de los detenidos y acusados de los delitos de hurto cometido en banda y de complicidad –como resultado de la campaña punitiva llevada a cabo por ese cuerpo policial conocido como ‘La Fronteriza’-. Esto llevó a conjeturar que la represión se orientó hacia grupos considerados peligrosos para los intereses de quienes -en la región- ya ocupaban una posición de dominio en el control de los medios de producción y circulación y en el acceso a instancias de poder local. La inseguridad y los cuerpos policiales especiales El problema de la inseguridad, sobre todo la relacionada con el abigeato y los asaltos a establecimientos comerciales, que afectaba a fuertes hacendados y comerciantes, fue común a todos los Territorios Nacionales. Investigaciones realizadas para Neuquén (Debattista, Bertello ,Rafart:1998), Chubut (Carrizo:2006), Chaco (Mari:2005), Río Negro (Suárez:2005), lo confirman al igual que los G.N. SUÁREZ – EL BANDOLERISMO Y LA POLICÍA FRONTERIZA 61 paliativos transitorios que resultaron las diversas medidas -tanto de carácter ordinario como excepcional- que adoptó el gobierno nacional. Usualmente, para superar la situación, se recurrió a reforzar los presupuestos de las policías territorianas, permitiendo dotarlas de más personal, medios y puestos policiales, sobre todo en las zonas mayor conflictividad. La implementación de estas resoluciones debe considerarse parte de la progresiva intervención del Estado en estas tierras. Otra estrategia consistió en incorporar particulares en cargos ad honorem con funciones policiales, ensayo de coparticipación en el monopolio de la coerción con una parte de la población, representada por aquellos vecinos que directamente se veían amenazados en la posesión de sus bienes por el accionar delictivo. Por último, debemos incluir aquellas resoluciones que dispusieron la organización de cuerpos policiales especiales, surgidos para recuperar, con acciones rápidas y eficaces, la imagen de la policía regular cuando la inseguridad parecía desbordarla. Así aparecen las Partidas Volantes y las Policías Fronterizas, con el objetivo de ejecutar campañas punitivas en amplios territorios rurales, a veces superando las divisiones departamentales o las circunscripciones policiales A fines de 1910 y comienzos de 1911, se intensificó la aparición de noticias periodísticas referidas a hechos delictivos –con especial referencia a Río Negro y Chubut-, alertando sobre la actividad del bandolerismo y el perjuicio que su accionar provocaba en los intereses económicos de los particulares. En estos artículos se coincide en destacar la incapacidad de las policías territorianas, ya sea por falta de elementos como por su deficiente preparación, instando al gobierno nacional a adoptar medidas urgentes: “el único modo de garantizar los intereses y las vidas de los pobladores, aun contando la policía con un personal más apto es dotarla de los elementos necesarios o enviar un regimiento de línea, único que podía vigilar los boquetes, por donde pasa gente peligrosa”, proponía La Prensa3. En referencia a Río Negro, los títulos son inquietantes, La Prensa denunciaba el accionar de un “El bandolerismo impune”, para El Nacional había “Falta de garantías en Bariloche”, mientras que La Argentina recogía las “Quejas de los vecinos de Bariloche”, La Nación revelaba la existencia de “El cuatrerismo en la Cordillera”4. Por la misma época se registran reclamos ante el Gobernador de pobladores radicados en El Bolsón y a orillas del río Manso, que llegaban a través de telegramas denunciando asaltos a establecimientos, robos de ganado e incluso asesinatos, atribuyéndolos al accionar de bandidos.5 En un trabajo referido al Chaco, Oscar Mari al referirse a proyectos presentados al Congreso propiciando la creación de cuerpos especiales en los Territorios, destaca la iniciativa presentada por el diputado Julio A. Roca (h) en 1911 que “pretendía descargar al Ejército de ciertas funciones civiles y asignarle al nuevo cuerpo, tareas específicamente policiales”, justificando la iniciativa en “...las 3 La Prensa, 5-2-1911. La Prensa, 5-2-1911, El Nacional, 7-2-1911, La Argentina, 7-2-1911, La Nación, 19-2-1911. 5 AHPRN. UD. 16517, 16448. 4 62 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) continuas noticias que llegaban sobre el estado de inseguridad en que se encuentran algunos Territorios...” (2005). El proyecto no prosperó y el ejecutivo optó organizar por decreto, en algunos Territorios, cuerpos policiales especiales, denominados Policías Fronterizas. La que actuó en Río Negro -creada por el decreto del 28-41911- tuvo su sede en Bariloche, cabecera del Departamento del mismo nombre, quedando bajo su dependencia las comisarías de El Cuy, Quetrequile (ambas en el Departamento 9 de Julio), Cura Lauquen y Bariloche (Departamento Bariloche), con un personal integrado por 4 comisarios, 1 subcomisario, 4 sargentos, 9 cabos, 62 agentes6. La jefatura dependía directamente del jefe de Policía y a su cargo se nombró al comisario Adrián del Busto7, quien entre sus antecedentes se destacaban servicios en la marina de guerra, logrando el grado de alférez de navío (Juárez:2007) Por su condición de cuerpo volante, su cometido fue ejecutar campañas punitivas en un extenso territorio, en conexión con un cuerpo similar creado en el Chubut8 , centrándose su movilización y campaña en las zonas limítrofes de ambos Territorios Nacionales, lindantes a la frontera con Chile9. En el decreto de creación sólo se invoca a “razones de mejor servicio”, pero es en la evaluación de su intervención –descripta en la Memoria del Ministerio del Interior de 1911-1912- cuando se explicita claramente que el objetivo de la Policía Fronteriza se orientó a combatir el bandolerismo, pues había que “oponer a elementos de subversión poderosos, elementos de represión eficaces”. Además, el decreto que concedió una recompensa extraordinaria al personal de la Fronteriza por la batida contra “numerosas partidas de bandoleros”, lo fundamenta en tanto “era una necesidad constantemente reclamada por los pobladores”10. La intención fue actuar en coordinación con un cuerpo similar creado en Chile, circunstancia avalada por numerosos artículos periodísticos, quienes habían considerado que una acción conjunta y combinada de las policías chilenas y argentinas redundaría en el éxito de la campaña. Esto no ocurrió, aunque hubo colaboración entre ambas policías tanto en la captura de criminales como en la información de actividades delictivas, sobre todo luego de los sucesos de Cochamó11. Desde un comienzo se procuró que su actuación contara con la colaboración de particulares, sobre todo de los vecinos más representativos, tanto en las intervenciones de represión como recabando su cooperación en el suministro de medios. Este apoyo no se hizo esperar, pues los hacendados más fuertes de la zona 6 AHPRN. UD. 16368, 16470, 16671. AHPRN. UD. 16458. Asume la jefatura el 4-6-1911. 8 Comandada por el comisario Mateo Gebhardt, con asiento en Colonia 16 de octubre y jurisdicción en Cholila, Ñorquinco, Gastre, río Mayo, San Martín, Tecka, Epuyen, Bolsón y Cushamen.(Carrizo:2006). 9 También por decreto se crearon las Policías Fronterizas de los Territorios del Chaco y Formosa que no entraron en acción en forma inmediata. Memoria del Ministerio del Interior, 1911-1912. pp. 166. 10 Memoria del Ministerio del Interior, 1911-1912. pp. 161-166. 11 Localidad chilena ubicada muy cercana a la frontera que fue asaltada y ocupada por una banda de delincuentes con una secuela de asesinatos y robos. La Nación, 14-7-1911. 7 G.N. SUÁREZ – EL BANDOLERISMO Y LA POLICÍA FRONTERIZA 63 Salaberry, Gil, Gonzalorena, Nicholsen, Von Vulgo- proporcionaron más de 400 caballos, así lo destaca la Memoria del Ministerio del Interior12. El escenario, la población La región andina rionegrina, durante la primera década del siglo XX, administrativamente integraba el Departamento de Bariloche. Nuestro estudio se localiza en el área sudoeste del departamento -sobre los límites con la República de Chile y el Territorio Nacional del Chubut-, surcada por los valles de los ríos Manso, Foyel y Ñorquinco. La población objeto de la investigación se forjó con oleadas provenientes de Chile, las primeras constituidas por indígenas, quienes -por las acciones militares desplegadas por la llamada “Campaña al Desierto” se habían refugiado en el país trasandino- al finalizar la guerra traspusieron la cordillera y se fueron ubicando en distintos puntos del área. Sobre fines del siglo XIX y principios del XX confluyen diversas corrientes, a los mapuches se le sumaron “criollos y otros de distintas nacionalidades europeas, especialmente alemanes, suizos y franceses” quienes previamente habían tenido una radicación en Chile. Todos ellos llegaron atraídos por la existencia de grandes extensiones de tierra no mensuradas ni adjudicadas, “se dedicaron a la cría de ganado vacuno y, en menor medida, ovino, siendo sus destinos de comercialización los puertos del Pacífico” (Mendes y Blanco:2004:4,7). En la época en que se producen los sucesos estudiados, la población, que se extendía por el espacio rural en forma diseminada, contabilizaba alrededor de 1360 personas y sólo dos pequeños poblados: El Bolsón (321 habitantes) y Chenqueniyeu (48 habitantes), según datos del Censo Territorial de 1912. El estado territoriano estaba presente a través de un juzgado de paz y un destacamento policial, ambos -de muy reciente creación- con asiento en El Bolsón. En la ocupación de la tierra predominaban las pequeñas parcelas dedicadas al cultivo de cereales, forrajeras, hortalizas y frutales y a la cría de reducidos rebaños de ovinos y vacunos, cuya posesión se sostenía en permisos precarios o aún sin ellos, bajo la condición de usurpadores para los registros de la Dirección Nacional de Tierras. Los crianceros y agricultores “fiscaleros” (ocupantes de tierras fiscales) de nacionalidad chilena ascendían al 44%, según datos obtenidos del Informe de la Comisión Inspectora de Tierras de 1919/20. Junto a estas pequeñas explotaciones coexistían importantes estancias, el caso más paradigmático lo constituye la Compañía de Tierras del Sur Argentino ‘Leleque’ de capitales ingleses, ubicada al sur del área estudiada, que se extendía por tierras de Río Negro y Chubut dedicada, desde fines del siglo XIX, a la cría de ganado vacuno destinado al mercado chileno (Bandieri:2005). La comunidad poblacional tenía una conexión permanente con Chile, tanto por las relaciones de parentesco con las poblaciones allende a la cordillera como por el comercio muy activo de ganado en pie y de mercaderías que no se producían en la 12 AHPRN. UD. 16458, Memoria del Ministerio del Interior, Años 1911-1912, op. cit. Pp. 163. 64 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) zona. Estas relaciones con el vecino país se veían facilitadas por lo accesible que resultaba el paso por Cochamó (próximo al Manso), configurando así los territorios argentino y chileno un espacio integrado que atenuaba los efectos de la demarcación política. En tanto, la conexión con Bariloche –la cabecera y localidad más importante del Departamento- era algo más difícil pues se debía transitar un camino –que la atravesaba de norte a sur- abierto inicialmente como una “picada”, que tardó algunos años en convertirse en una vía más consolidada (Doña, M:1988) . Los testimonios de la época coinciden en describir que el traspaso de la frontera era frecuente, facilitado por boquetes asequibles de franquear, por el conocimiento que tenía de ellos la mayoría de la población y la falta de controles aduaneros y policiales. Estos desplazamientos de la población -casi cotidianos- hacia un lado y otro de la cordillera le daban un carácter de comunidad móvil, contribuyendo al accionar libre de compradores/vendedores lo que posibilitaba la comercialización de productos, algunos traspuestos ilegalmente y muchos de ellos obtenidos por una acción delictiva. Situación que es alertada por La Nación a comienzos de 1911, cuando afirma que en el “Foyel y Río Manso hay personas que se dedican al tráfico de animales robados”13, para concluir el artículo reclamando el establecimiento de un destacamento policial en el paso Río Manso, ya que los cuatreros pasaban impunemente a Chile por el camino de Cochamó. La región, por su peculiaridad de zona fronteriza y por sus relaciones económico-sociales con el vecino país, debió ocupar un lugar destacado en la atención de los gobiernos territorianos y por ende del gobierno nacional. Sin embargo, los desplazamientos poblacionales y el hecho que la frontera no constituyera un obstáculo infranqueable, generaron -por parte del Estado- pocas medidas tendientes a reforzar el control y la vigilancia, ya que, para la época de los acontecimientos estudiados, solo se registra la presencia de un destacamento de policía –a cargo de un cabo- y un juzgado de paz, ambos en El Bolsón (Suárez:2001, 2003). La formación discursiva en torno al bandolero patagónico y su accionar A comienzos de 1911, algunos diarios de Buenos Aires –como anteriormente lo mencionamos- insertaban artículos cuyos encabezados y contenidos mostraban a la remota y desconocida Patagonia como el escenario de hechos cotidianos de violencia perpetrados por bandoleros. La Nación es la fuente que más utilizamos en este trabajo, por la difusión amplia y continua que presenta de estos hechos delictivos, sobre todo de la zona cordillerana de Río Negro y Chubut. Publicación, que tradicionalmente ha expresado las demandas, iniciativas y reclamos de los sectores que ocupan posiciones predominantes en la sociedad y el gobierno14, 13 La Nación, 19-2-1911. La Nación “expresaba las demandas, iniciativas y reclamos de los sectores sociopolíticos con los cuales tenía mayor afinidad”, es decir “con sectores que ocupaban posiciones 14 G.N. SUÁREZ – EL BANDOLERISMO Y LA POLICÍA FRONTERIZA 65 por estos años su corresponsalía en Bariloche estuvo a cargo de Luis José Pefaure, figura importante en el ámbito local, tanto por sus vinculaciones con el poder territoriano, ya que fue designado por el gobernador para desempeñarse como primer juez de paz de la localidad (funciones que ejerció durante varios periodos: 18971898, 1899-1900, 1914-1924), como por sus actividades económicas, en tanto ganadero de la zona. En los artículos de La Nación abundan informaciones sobre acciones delictivas atribuidas a bandoleros, describiendo una actuación de tal peligrosidad que instalaba en los lectores un escenario de inseguridad e incertidumbre. Así, bajo el título “Recrudescencia del Bandolerismo”, manifiesta que “Este invierno se ha visto crecer en tal propósito el número de de los bandoleros habituales que el terror y la a alarma cunden en las poblaciones entregadas a su trabajo”15. Mientras que en otro revela que “Los bandidos andan a su antojo cuereando haciendas y asolando la campaña y la policía no puede contra ellos”16. Con el epígrafe ‘El bandolerismo en la Cordillera. Las poblaciones indefensas’ se refiere a que “continúan enviándonos nuestros corresponsales de los territorios del sur nuevas relaciones de la hazañas de los bandidos de la cordillera”17. En las fuentes oficiales también encontramos numerosas referencias al bandolerismo, como en la Memoria del Ministerio del Interior 1911-1912, cuando justifica la campaña punitiva de ‘la Fronteriza’ lo hace expresando que “El bandolerismo es la plaga de las grandes extensiones poco pobladas”. Por su parte las autoridades territoriales, cuando elevan al ministro del Interior los partes policiales, destacaban la “acción desplegada por esta [la policía de Bariloche] en la persecución del bandolerismo” o también el jefe de policía de Bariloche, al remitir al juez letrado las cuatrocientas fojas del expediente de la causa sustanciada a los detenidos, lo plantea como un “proceso que se prosigue al bandolerismo”18. Por su parte, los vecinos afectados hacen llegar sus reclamos al propio despacho del gobernador denunciando la presencia de bandoleros. Así, el director de la escuela de El Bolsón le comunicaba por telegrama el asalto realizado por “bandidos chilenos”19. También a ese año –1911- pertenece otro telegrama con acusaciones del mismo tenor, esta vez enviado por un estanciero de Cuesta del León, a orillas del río Manso20. En las fuentes citadas es manifiesta la intención de adjudicar la autoría de estos hechos delictivos al accionar de gavillas, bandas, cuadrillas21, es decir que los predominantes en la distribución del prestigio y honor social, de la riqueza y los partidos políticos denominados en general conservadores” (Sidicaro:1997:82). 15 La Nación, 6-7-1911. 16 La Nación, 9-1-1911. 17 La Nación, 13-7-1911. 18 Memoria del Ministerio del Interior presentada al Congreso Nacional, 1911-1912. AHPRN, Justicia Letrada Exp. 9002/12. UD. 15495. 19 AHPRN. UD. 16517. 20 AHPRN. UD. 16448. 21 La Nación, 8-6-1911, 9-7-1911, 11-7-1911. La Prensa 5-2-1911. 66 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) bandoleros son presentados actuando “organizados en grupos”, destacando “la importancia y el número de las gavillas de bandoleros bien armados refugiadas en la frontera vecina”, asignándoles -con mucha frecuencia- la nacionalidad chilena22 . La imputación reiterada no es fortuita, es una construcción por parte de los denunciantes para enfatizar la gravedad de la situación y que, además, proporciona justificativo, a unos para exigir medidas de represión y a otros para aplicarlas. Para su explicación nos apoyamos en las afirmaciones de Raúl Fradkin -en un estudio referido a la población rural de Buenos Aires en el período 1815-1830-, quien afirma que el robo en banda “se trata de una de las formas de delito más graves”, que por sus modalidades e implicancias “trascendían el simple robo y suponían de algún modo una quiebra de la disciplina social y una amenaza (al menos potencial) para las autoridades” (2005). También coincidimos con Jaime Valenzuela Márquez -que lo estudia en Curicó (Chile Central) durante los años 1850-1900- cuando lo plantea “como un fenómeno marcado por la ilegalidad, vale decir, opuesto al sistema de pautas formales y explicitas por las cuales se rige la sociedad”, que involucra a “grupos humanos marginados de los mecanismos de integración al sistema económico y a la estructura social”, que en base “a una realidad objetiva -de marginación económica y social- recrean una marginación subjetiva de valores, costumbres” (1991:14-15). Estas reiteradas expresiones referidas a la presencia de bandas/bandoleros, en tanto acto “que tiene su origen en el anhelo de ciertos grupos de violar las normas que imponen los sectores dominantes o hacerse justicia por sus propios medios” (Pinto Rodríguez: 1989:102), también pretenden llamar la atención sobre la incapacidad del Estado para imponer el orden, además del desamparo y la desprotección que tiene la población. Porque el bandolerismo es una expresión social en tanto “construcción social característica del mundo rural, enmarcado en la ilegalidad desde el punto de vista del Estado, porque sus actores no responden a las pautas formales del orden jurídico impuesto, y que a su vez, involucra a individuos y grupos que han quedado marginados económica y socialmente” (Debattista,S., Bertello, C. y Rafart, C.:1998:131). De los datos contenidos en las fuentes, emerge la figura del bandido y sus correrías, representación que se pretende difundir en ese escenario de inseguridad y miedo. A estos grupos –a menudo- se les reconoce un jefe, así lo hace el diario La Prensa, cuando al detallar una serie de robos, los atribuye a una cuadrilla de cuatreros comandada por un “tal Castillo”, que merodeaba por inmediaciones del arroyo Villegas, vía cómoda y corta de escape a Chile23. En el Informe al Ministerio del Interior, elevado por el Jefe de la policía fronteriza del Chubut, Mateo Gebhard, se reconoce entre los abatidos y prisioneros a numerosos cabecillas, destacando al que “confiesa el mismo ser ese Monsalvo o Basilio Posa”, para agregar que “Entre los detenidos hay grandes criminales de Chile, según se me informa: Gabino 22 23 La Nación 6-7-1911, 2-8-1911, 8-8-1911. La Prensa, 5-2-1911. G.N. SUÁREZ – EL BANDOLERISMO Y LA POLICÍA FRONTERIZA 67 Santana, Fernando Urrutia, Wenceslao Urrutia, J. Facundo Ramonde [Bahamonde] y otros”24. En general, el periodismo divulga una imagen atemorizadora del bandido al esmerarse por describir la ferocidad que empleaba con sus víctimas “Algunos fueron completamente decapitados y atados”, “de las violaciones en presencia de los jefes de familias”. A Basilio Posa se le imputa cuatro homicidios y una violación en el Chubut, el asesinato de un carabinero, asaltos en casas de comercio de Cochamó, “donde violó a menores de 6 a 10 años, muriendo una de las victimas”. Un artículo llama la atención por la impunidad con que actúan, al punto que en las “casas asaltadas han dejado carteles de desafío a la policía, invitándola a pelear en campo abierto”25. La figura del bandido se torna aún más amenazante al adjudicarle la posesión de mejores armamentos y medios superiores que los dispuestos por los policías: “tres bandoleros se presentaron armados de Winchester en el negocio de Miguel Breidez en Epuyen, “pasan de 50 con numerosa caballada, buenas armas y abundantes municiones”. Además del Winchester, también se los muestra manejando fusiles Máuser o revólveres suizos, como el secuestrado al bandolero Basilio Posa o Monsalvo26 . Para estas publicaciones “los grupos [de bandoleros] además de ser crecidos, están provistos de armas de precisión y de cabalgaduras que harán inútil la persecución de los guardadores del orden”. Es un enemigo al que se le reconoce capacidad de organización y planificación, en tanto que “Conocen la cordillera y territorios aledaños palmo a palmo, instalan sus campamentos en puntos estratégicamente escarpados, hacia los cuales arrean las haciendas que roban y poseen en los caballos de que se apoderan, elementos de movilidad de que la policía carece” 27. Las crónicas abundan detallando los robos de ganado sufridos por los vecinos de la zona, mencionando números significativos: “300 vacunos a Germán Hareck, una tropilla de caballos a Fermín Salaberry, 100 vacunos a Juan Antonio Crespo y otra cantidad importante de lanares y vacunos a Salvador Gil”28. Pero las actividades ilegales de estos grupos no solo se circunscribían a la sustracción de animales, también incluían asaltos a casas de comercio, asesinatos o aún secuestros como el del estanciero chubutense Lucio Ramos Otero29. Al decir de La Nación son “actos bandoléricos, como asaltos, robos y muertes” y la crónica registra atracos a casas de comercio, cuyos dueños eran vecinos arraigados en la zona, como el negocio de Otto Tipp en El Bolsón o el de Miguel Breidez en Epuyén. En este último los bandoleros asesinaron a “un peón de éste y ataron a los dueños de casa y saquearon y quemaron los libros comerciales y repartieron mercaderías a varios 24 La Nación 8-8-1911. La Nación, 8-8-1911, 9-7-1911, 23-7-1911. 26 La Nación 6-7-1911, 23-7-1911, 29-7-1911, 25-9-1911. 27 La Nación 14-7-1911, 15-2-1911. 28 La Prensa, 5-2-1911. 29 La Nación, 3-5-1911. 25 68 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) concurrentes, que se retiraron huyendo de temor o complicados en el plan de los bandidos”30. Por su parte, los afectados, a través de telegramas, reclamaban ante el gobernador por las pérdidas sufridas por el accionar delictivo. Es el caso del estanciero de Cuesta del León, a orillas del río Manso, que daba cuenta del robo de 22 caballos por parte de numerosos bandidos, quienes –agrega- contramarcan y con guías falsificadas pasan a Chile por Cochamó. A estos hechos –le recuerda al gobernador- se suman otros, como el robo de 300 caballos y 2000 vacunos ocurridos durante el verano y el asesinato del poblador Bernardo Uribe, sin que haya intervención de la policía31. Lo confiscado a los detenidos –información contenida en los partes policiales- también aporta al conocimiento tanto del tipo de bienes hurtados como de su cuantía: “Entre lo secuestrado a los cómplices [se refiere a la banda de Segundo Monsalve o Basilio Posa] hay una buena cantidad de artículos de ropa, alhajas procedentes de los asaltos en el Chubut y tropillas de caballos con las marcas sacadas a cuchillo, vacunos de marca desconocida y numerosa correspondencia comprometedora con los bandidos muertos, presos y fugitivos”. A esto hay que sumarle “el rescate de 150 animales” realizado por Del Busto, jefe de la Fronteriza de Río Negro. Al finalizar la campaña se requisaron “630 piezas de correspondencia, 1614 pesos nacionales, 18 pesos chilenos, recados, ropas y caballos de la compañía Leleque”, situación que hace expresar al jefe de la policía fronteriza del Chubut, Mateo Gebhard: “El importe de los animales robados, con tanto descaro durante el año, subirá a varios centenares de millares de pesos”32 . Las fuentes de origen periodísticos aluden –también- a la existencia de una red ilegal de comercio, al expresar que “los bandidos roban las haciendas en la región argentina para venderlas en la chilena, y a su vez asaltan las casas de comercio chilenas que proveen a las poblaciones argentinas, siendo la costa del Pacífico la única vía por la que pueden recibir esas provisiones”33. Las pérdidas económicas -una de las preocupaciones más frecuentes que aparece en los artículos de La Nación- son enfatizadas, pues los vecinos “viéndose trabados en sus deseos de expansión por las gavillas de bandoleros que los acechan, oprimen sus energías y los reducen a un radio determinado, del cual no pueden pasarse, sin peligro de la vida”, consecuentemente “Puede tener tan perniciosa influencia sobre el desarrollo normal del progreso de esas regiones”, para reiterar días más tarde el mencionado diario que “Cada día que se pierde es un día de retraso para el progreso de de esas regiones”34. Tanto para la prensa como para las autoridades, estos delincuentes operaban con la colaboración de algunos lugareños ya que “todos los pobladores están 30 La Nación 8-8-1911, 6-7-1911. AHPRN. UD. 16448. 32 La Nación 7-8-1911, 8-8-1911, 25-9-1911. AHPRN Telegrama 7-7-1911. UD: 16566 33 La Nación, 14-2-1911. 34 La Nación, 6-7-1911, 15-7-1911, 19-7-1911. 31 G.N. SUÁREZ – EL BANDOLERISMO Y LA POLICÍA FRONTERIZA 69 contestes en que éstos tienen por agentes cómplices a numerosos individuos radicados desde largo tiempo en Bolsón, Río Negro, Epuyén, Cholila, Gualjaina y Chubut”, puesto que actuaban “teniendo noticias por algún espía, que desgraciadamente abundan en esta región” , permitiéndoles moverse con relativa seguridad atravesando campos y caminos vecinales. Estas sospechas se centraban sobre todo en los ocupantes de tierras fiscales “pobladores [que] se estacionaron hace años contra la tenaz oposición de las autoridades que por su precaria situación nunca lograron hacerse respetar”, así lo expresaba La Nación. Sospechas que ‘La Fronteriza’ durante su campaña las materializó en procedimientos que condujeron a la detención, por parte de sus comisiones, “en distintos puntos a todas las personas indicadas de complicidad con los bandoleros. Estas personas en su mayoría pobladores ascendían a ochenta, poco más o menos”, según el informe del jefe Gebhard 35 . Los relatos, sobre todo los periodísticos, dejan en claro la labor poco eficaz de las fuerzas policiales ordinarias para contener el accionar delictivo. Para La Prensa “la policía carece de personal y elementos para combatirlo”. A su vez La Nación, ante el desprestigio policial, propone mandar “empleados pundonorosos, provistos de buenos elementos y bien municionados, para que puedan rechazar la vieja costumbre de la coima”36. Pero la argumentación relativa a la presencia de bandoleros en la cordillera andina no es monolítica, pues aparecen algunas voces -desde el propio ámbito territoriano y aún local- que la discuten, que la ponen en tela de juicio y aún la desmienten. Una de ellas corresponde a la La Nueva Era, periódico que se editaba en Viedma, con corresponsalía en Bariloche, que se caracterizaba por asumir “la función de contralor y orientador de las acciones del gobierno local y censor de todo lo que obstaculizaba el progreso de la zona” (Ruffini:2001:105). Esta publicación, si bien incluyó -en primeros meses de 1911- algunas notas que se referían a la actividad desarrollada por el bandolerismo y la necesidad de su erradicación37, es recién durante la campaña de la Fronteriza que comienza a exponer dudas acerca de la magnitud de la presencia bandolera. En uno de estos artículos, bajo el título “Los bandoleros del sur”, llama "la atención que entre los detenidos y muertos no figure ninguno de los célebres norteamericanos que se suponía aún habitaban en el territorio del Chubut, justamente en los sitios donde dio tan eficaz batida la Policía Fronteriza. O bien no existen allí los tales bandoleros, y entonces ha sido su existencia pura leyenda fantástica”. En referencia a la muerte de Soto y Gómez, durante la batida de la policía en los alrededores del río Manso, afirma “no se justifica por el hecho de ser éstos gente maleante o salteadores de oficio, sino por el inmediato de la resistencia o agresión a mano armada a la autoridad". Concluía con 35 La Nación 29-7-1911, 23-7-1911. 25-9-1911. La Prensa, 5-2-1911. La Nación 14-7-1911. 37 La Nueva Era, 4-6-1911, 16,23 y 30-7-1911. 36 70 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) gran ironía: “tranquilicémonos, los bandoleros y aún los que no lo son ni lo fueron nunca, están muertos o presos; ya no volverán a cometer fechorías"38. La otra voz disidente proviene de un vecino de Bariloche, que se había desempeñado como juez de paz durante los años 1907-1909, Luis Morchio, quien en su denuncia ante el gobernador por el despotismo impuesto por la policía fronteriza, manifiesta que la presencia de partidas de bandoleros sólo ha existido en la mente “de los que necesitan una plataforma para elevarse”, que han contribuido a ello algunos corresponsales de diarios “alarmando con sus mentiras a las autoridades superiores y al público”, mientras que otros han callado por temor ante la orden dada públicamente por el jefe de la Fronteriza: “el que critique los actos de la policía será conducido a la comisaría a dos sables” 39. Los detenidos por la Fronteriza Finalizado el accionar de ‘La Fronteriza’ resultaron apresadas numerosas personas, quienes fueron conducidas a Bariloche por una comisión de particulares, en carros facilitados por la estancia inglesa Compañía de Tierras del Sur Argentino. De los 57 detenidos, 44 de ellos fueron acusados de complicidad de delitos cometidos en banda, 4 de encubrimiento de bandoleros y 4 de hurto de ganado cometido en banda, a los 5 restantes no se les especifica la causa de su detención40. Las fuentes consultadas posibilitaron trazar un perfil aproximado de estos detenidos, así el expediente de la Justicia Federal, resultante de la causa que se les inició a los presos, proporciona importante información – además de la acusación y posterior resolución judicial - sobre su filiación y actividad ocupacional, que se completó con datos obtenidos del Informe de la Inspección de Tierras41. De sus declaraciones ante la justicia surge que casi todos (41) eran alfabetos o por lo menos sabían firmar, en tanto 24 manifestaron ser solteros y 16 casados, aquí cabe aclarar que se registra el estado formalizado ante el Registro Civil de las Personas de difícil cumplimiento en el ámbito rural. Casi todos ellos se domiciliaban en el área próxima a la frontera con Chile: El Bolsón, El Manso (sobre el paso a Cochamó), El Foyel. También hubo detenidos oriundos del Chubut (Cholila, Epuyén, El Hoyo) y sólo uno no tenía domicilio fijo. 38 La Nueva Era, 20-8-1911. AHPRN. UD. 16793. 40 La acusación que pesó sobre la mayoría de los detenidos (44) fue la de complicidad definida como “cooperación en la ejecución de un delito”, en los términos del artículo 32 del Código Penal. En tanto que a cuatro de los restantes prisioneros, la acusación fue de encubrimiento que según el artículo 42 pesa sobre aquellos que “sin promesa anterior al delito” ocultan o facilitan la fuga del delincuente, hacen desaparecer los rastros del delito, guardan, esconden, compran o venden lo sustraído, ocultan armas y efectos utilizados, los que omiten comunicar a las autoridades un delito o denunciar a sus autores (art. 42, del Código mencionado). 41 AHPRN. Justicia Letrada. Expediente Nº 9002/1912. Libro de la Comisión Inspectora de Tierras de Río Negro, Años 1919-1920, tomo XVII, Dirección de Tierras y Colonias, AHPRN. 39 G.N. SUÁREZ – EL BANDOLERISMO Y LA POLICÍA FRONTERIZA 71 En cuanto a la edad, solo se dispone información de 37 acusados, que presentan una media de 33 años, 15 están entre los 20 y 29 años, mientras que 10 se ubican en el tramo de los 30 y 39 años. Si bien predominan los jóvenes, la diferencia no es muy significativa con el tramo siguiente. La edad mínima registrada fue de 16 años y la máxima de 62 años. La mayoría de los detenidos declararon ser chilenos: 45 (de los 12 restantes no hay indicación aunque hay fuertes indicios que permiten suponer que también lo eran). De los detenidos chilenos, si tomamos los años de residencia en el país, se pudo establecer que eran inmigrantes de la ola más reciente, pues 17 habían llegado en el lapso de los años 1906-1909, mientras que sólo se registran 9 en el período 1901-1905 y 5 entre 1890-1894. El promedio en años de residencia de estos chilenos era de 8. La presencia de esta nacionalidad siempre fue muy fuerte en el Departamento Bariloche, así los Censos de 1912 (Territorial) y 1914 (Nacional) registran para toda la región andina un 34% de chilenos y, como ya lo expresamos, en la zona donde realizó la campaña ‘La Fronteriza’, los pobladores rurales ocupantes de tierras fiscales de nacionalidad chilena ascendían al 44%. A la pregunta sobre la ocupación, 38 se declararon agricultores y hacendados, 6 jornaleros42. El grupo de crianceros y agricultores, ha quedado registrado en los informes de los Inspectores de Tierras bajo la denominación de ‘intrusos’ es decir ocupantes recientes de tierras fiscales sin la formalidad que los acredite como tales, que poseían pequeñas majadas y dedicados al cultivo de reducidas parcelas43. Su situación desvalida se evidencia en las declaraciones ante el juez letrado, cuando manifiestan su preocupación por el prolongado tiempo de detención, que generaba desamparo en sus familias y el descuido de sus bienes, sumado a las expoliaciones sufridas en manos de la policía. Además, se registran tres detenidos que habían pertenecido a la policía, dos acusados de complicidad y uno de encubrimiento. Uno de ellos Guillermo Marty, excomisario, durante su desempeño había tenido un conflicto con Carlos Boos, gerente de la Compañía Chile Argentina, y resultó separado de su cargo en 1911, pocos días antes del comienzo de la campaña de ‘La Fronteriza’. En esa circunstancia el Ministerio del Interior tuvo una intervención decisiva ante el gobernador, al indicarle que el comisario no debía continuar por “las quejas de extranjeros y vecinos importantes de Bariloche”44. Los otros dos detenidos , Enrique Soto y Alfredo Macías son acusados por Jorge Hube, importante hacendado chileno con campos en El Bolsón y El Maitén, de inacción ante las denuncias que presentó por el robo del alrededor de 500 animales de sus campos45. En el curso del proceso el juez adoptó las siguientes disposiciones sobre la situación de los detenidos: 25 fueron liberados y otros 26 sobreseídos, primero 42 AHPRN. Justicia Letrada. Expediente Nº 9002/1912. Libro de la Comisión Inspectora de Tierras de Río Negro, Años 1919-1920, tomo XVII, Dirección de Tierras y Colonias, AHPRN. 44 AHPRN. UD. 16155/1911. 45 AHPRN. Justicia Letrada. Expediente Nº 9002/1912, fs. 483-485. 43 72 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) provisoriamente y luego definitivamente tras más de seis meses de detención. A los 6 restantes se les dictó prisión, si bien al finalizar la causa fueron sobreseídos y liberados luego de un año y siete meses de detención. Estos pronunciamientos se fundamentaron en la falta de pruebas, fallas detectadas en el procedimiento, arbitrariedades y abusos cometidos46, destacando el trabajo forzado en propiedades privadas sin ninguna remuneración a que se sometieron a los detenidos 47. Consideraciones finales La región andina, en las primeras décadas del siglo XX, presentaba condiciones que favorecían la propagación de actividades delictivas ligadas al bandolerismo. Su población, mayoritariamente rural, estaba contenida entre fronteras –jurisdiccionales e internacionales- que por su permeabilidad favorecían la movilidad, y que, desde lo institucional, el poder estatal aún no había logrado una completa imposición efectiva, tanto para el control del territorio como de sus habitantes. El hurto a pequeña escala de ganado –furtivo de pocos animales con la intervención de una o dos personas-, como también de objetos y productos (lanas, cueros) fue una práctica arraigada y una presencia constante en las estadísticas criminales del Territorio y también de la zona. A comienzos de la década de 1910, las acusaciones -contenidas en las denuncias periodísticas y de particulares- ponían el acento en la actuación de bandas, construyéndose la relación inseguridad/bandolerismo en torno a las prácticas delictivas que acontecían en la Cordillera Patagónica, para el caso de Río Negro en la región sudoeste, lindera con el Territorio del Chubut y la República de Chile. La imputación de bandolero indica, por un lado, la intención de señalar la amenaza que se cierne sobre el orden público en la medida que es atacada la propiedad, uno de los elementos esenciales del sistema social. Esto se respalda en los reclamos de los propietarios -concretados en notas al gobernador e información a las redacciones gráficas- donde se quejan airadamente por la perpetración de graves asaltos a casas de comercio y establecimientos ganaderos, dando a entender la actuación de grupos de hombres armados, organizados en bandas, con un buen conocimiento de la zona, que controlaban o tenían conexión con el circuito comercial ilegal que se extendía a ambos lados de la cordillera. Estos pillajes tuvieron como víctimas más frecuentes a las empresas dueñas de grandes almacenes de ramos generales y a los ganaderos más acaudalados de la zona, que por su posición tenían 46 Hay declaraciones coincidentes de haber sido puestos en la barra, en el cepo de lazo, estaqueados a cercos durante horas, obligados a desnudarse (en invierno y con temperaturas de varios grados bajo cero) e internarse en un arroyo, pelados con máquina, además de soportar golpes de puños, sablazos, culatazos, plantones, simulaciones de fusilamiento. AHPRN. Justicia Letrada. Expediente Nº 9002/1912. 47 Mencionándose expresamente que esos trabajos se realizaron en la estancia inglesa del Maitén (o Leleque) y en la casa del señor Jerez. G.N. SUÁREZ – EL BANDOLERISMO Y LA POLICÍA FRONTERIZA 73 una llegada directa a los despachos oficiales y a las redacciones, lo que explica el apremio por crear un cuerpo policial especial, ‘La Fronteriza’, a mediados de 1911. Pero por otro lado, esa atribución de bandolero hace referencia a un delincuente particular, identificado con la marginación e inadaptación social. En nuestro caso, quien resiste a las reglas, usos y leyes del nuevo orden que se estaba extendiendo en el Territorio, es primordialmente el indígena, que en esta zona fronteriza carga con el aditamento de extranjero. Ahora bien, el perfil de los detenidos durante la campaña de ‘La Fronteriza’, reconstruido por sus declaraciones ante la justicia, difiere mucho de la imagen del bandido presente en la prensa y la documentación estatal. Esos feroces integrantes de gavillas contrastan con los ‘bandidos’ arrestados, pequeños crianceros y agricultores con una ocupación precaria de la tierra, chilenos con pocos años de residencia en el país, vecinos con familia afincada en la zona. Entonces, la pregunta que surge es ¿por qué el peso de la represión recayó sobre este grupo de crianceros y agricultores lugareños? Coincidimos con María E. Argeri, cuando se refiere a que el bandolerismo como “instancia conflictiva en la formación de los sectores dominantes locales”, se constituye en uno de los indicios que “asumirá la imagen de caos social que se personificada en la figura de los bandoleros” (1999:19-20). Por consiguiente, sostenemos que un grupo de vecinos apoyó la creación de ‘La Fronteriza’, a la que respaldaron personal y materialmente, y que, además, con su influencia orientaron la represión hacia colonos chilenos que habitaban la zona. Este grupo, en vías de controlar los medios producción y circulación, tenía muchos años de residencia en la zona, conformado por ‘pioneros’, hacendados, comerciantes, gerentes de empresas mercantiles y pecuarias, vinculados frecuentemente a cargos de poder local (juez de paz, alcalde, comisarios ad honorem), que además de poder económico y social habían acumulado un capital simbólico, percibido a través del reconocimiento, el prestigio, la reputación. Con fácil acceso a los despachos oficiales, sus denuncias eran difundidas por la prensa nacional, a través de artículos enmarcados en un discurso atemorizador, centrado en la presencia de bandoleros en la frontera andina de Río Negro. En tanto, los detenidos - ′recién llegados′- al ocupar tierras aún disponibles se constituyeron en un obstáculo a la expansión de los ocupantes más antiguos y, a la vez, al tener fuertes lazos de parentesco y amistad con productores trasandinos, fueran percibidos como potenciales rivales por aquellos que tradicionalmente dominaban los circuitos comerciales, sobre todo el de la venta de ganado en pie a Chile. En el supuesto de sostener la existencia de vínculos entre los bandidos y los más pobres de la zona –como surge de las acusaciones de complicidad y encubrimiento-, estos nexos emergían de la existencia de lazos previos, reforzados en muchos casos por el parentesco, el origen étnico, la amistad, la nacionalidad y, particularmente, por la marginación económica y social que los aunaba. Es probable que los propietarios de estancias y empresas comerciales hayan percibido el estado peligroso representado en este grupo social. 74 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) Referencias Bibliografía AGUIRRE, C. y WALTER, C. (eds). 1990. Bandoleros, abigeos y montoneros. Criminalidad y violencia en el Perú, siglos XVIII – XX. Lima. Instituto de Apoyo Agrario. Pasado & Presente. ARGERI, M. E. 1999. La construcción de un mito: Elena Greenhill, la inglesa “bandolera” de la Patagonia. Entrepasados. Buenos Aires. IX, 17, 7-25 BANDIERI, S. 2005. 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La trastienda de la Investigación. Buenos Aires. Belgrano. G.N. SUÁREZ – EL BANDOLERISMO Y LA POLICÍA FRONTERIZA 75 SUÁREZ, G. 2001. La aplicación de la justicia en el ámbito local: los juzgados de paz en la región andina. 1890-1920. Pilquen. Viedma. CURZA. 4, 225-246. SUÁREZ, G. 2003. La policía en la región Andina Rionegrina. 1880-1920. Pilquen. Viedma. CURZA. 5, 225-246. SUÁREZ, G. 2005. La seguridad y el orden: el accionar policial en la región. En: Rey, H. (comp) ‘La Cordillera Rionegrina. Economía, Estado y Sociedad en la primera mitad del siglo XX’. Viedma. 2010 Bicentenario. VALENZUELA MÁRQUEZ, J. 1991. El bandidaje rural en Chile central. Curicó.18501900. Santiago de Chile. Centro de Investigaciones Diego Barros Arana. Fuentes Censo de Población de los Territorios Nacionales, República Argentina 1912. Ministerio del Interior. Imprenta Guillermo Kraft. Buenos Aires. 1914 Tercer Censo Nacional. T. III y IV de Población.1914. República Argentina. Talleres Gráficos L. Rosso y Cía. Buenos Aires. 1916. Libros de Informes Comisión Inspectora de Tierras 1919-1920. Tomos XVI y XVII. Dirección General de Tierras y Colonias. Periódicos: La Nueva Era, La Nación, La Prensa. Repositorios ARCHIVO HISTÓRICO DE LA PROVINCIA DE RÍO NEGRO. Viedma. (AHPRN). ARCHIVO HISTÓRICO REGIONAL DE SAN CARLOS DE BARILOCHE, Director Ricardo Vallmitjana. 76 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) Estudios Trasandinos, 14:2 (2008), 77-99 ISSN 0717-5256 PREJUICIO ENCUBIERTO EN EL TURISMO: CHILENOS Y ARGENTINOS EN EL ESTUDIO DE UN CASO EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES MAXIMILIANO KORSTANJE1 Fecha de recepción: 16 de agosto de 2007 Fecha de aprobación: 10 de noviembre de 2007 Se cree por lo general que el prejuicio es un tema ajeno a la actividad turística. En parte, se debe a la creencia de que quien precisamente está entrenado y capacitado para tratar con personas que representan la “otreidad”, sea por cultura, nacionalidad o religión, no debe albergar ningún tipo de prejuicios. Por otro lado, la teoría del contacto propone que a mayor contacto entre las partes menor es el grado de prejuicio. El siguiente abordaje etnográfico intenta no sólo derribar todos estos mitos sino describir, analizar y explicar las dinámicas que adquiere el prejuicio actualmente dentro de un grupo cerrado como lo son los profesionales del turismo. Palabras claves: prejuicio – contacto – capacitación – turismo. Prejudice Concealed in the Tourism: Chileans and Argentinians in the Study of a Case in the City of Buenos Aires Generally, we tend to believe that the prejudice is a topic unaware to the tourist activity. Partly, this is due to we think the prejudice is not possible in persons who are in fact trained, accustomed and qualified to try with people from another countries and cultures. On the other hand, the theory of the contact proposes that more contact among the parts reduce the prejudice grade. Not only the following boarding tries to demolish all these myths but also describing, analyze and to explain the dynamics which the prejudice acquire inside the group. Key words: prejudice – contact – training - tourism. En los últimos tiempos el turismo se ha convertido en una de los principales rubros económicos del país. En 2003 se estima que llegaron a la Ciudad de Buenos Aires un total de 5.252.564 turistas de los cuales, 2.446.167 (46.57%) tenían residencia en el extranjero en comparación a los 2.806.396 (53.43%) turistas que tenían residencia en el interior del país. Si se toman los turistas con residencia extranjero y se desagrega la información por lugar se obtiene el siguiente cuadro 1 Universidad de Palermo (Buenos Aires). Estudios Trasandinos 14:2 (2008) 78 comparativo. Cuadro 1. Lugar de residencia de los turistas del extranjero Uruguay 17,1% Nros. absolutos 417.752 Brasil 12,2% 287.487 Chile 11,4% 279.278 EE.UU. 7,6% 186.961 España 6,3% 155.201 Paraguay 5,2% 126.194 México 4,3% 105.232 Lugar de Residencia Porcentaje Perú 3,9% 95.280 Bolivia 3,2% 78.997 Francia 3,1% 75.337 Colombia 2,9% 70.084 Ecuador 2,8% 68.814 Gran Bretaña 2,6% 63.520 Alemania 2,4% 63.520 Italia 2,4% 58.862 Panamá 1,5% 36.630 Venezuela 1,1% 27.314 Puerto Rico 0,9% 20.962 Australia 0,8% 20.115 Israel 0,6% 15.245 Canadá 0,5% 12.704 Japón y Corea 0,3% 8.258 Resto de Europa 3,2% 79.400 Resto del Mundo 1,7% 42.347 Resto de América 1,4% 34.301 Resto de Asia 0,4% 10.375 100,0% 2.446.167 TOTAL Fuente: CEDEM – Secretaria de Producción, Turismo y Desarrollo sustentable. En base a relevamiento propio. 2003. Anuario Turístico – Subsecretaria de Turismo de la Ciudad de Buenos Aires. M. KORSTANJE – PREJUICIO ENCUBIERTO EN EL TURISMO 79 Como se observa, en 2003 el principal flujo de turistas hacia la ciudad de Buenos Aires lo representan aquellos con residencia en Uruguay con 417.752 (17.1%), Brasil con 237.436 (12.2%), Chile 279.278 (11.4%), Estados Unidos 186.961 (7.6%), España 155.201 (6.3%), Paraguay 126.194 (5.2%) y México 105.232 (4.3%) entre otros. En el año 2004, la actividad se transformó en uno de los principales rubros de la balanza comercial del país, representando para el Producto Bruto Interno un 7,2%. 2 Durante el año 2006, Korstanje llevó a cabo un experimento en la ciudad de Buenos Aires que intentaba medir los estereotipos que se tienen de ciertos colectivos extranjeros. Se tomaron 102 profesionales del turismo y se compararon las respuestas con respecto a 102 individuos provenientes de otras profesiones. Según los hallazgos del autor, en el grupo conformado por profesionales en turismo, los chilenos recibían connotaciones y estereotipos negativos mientras los brasileros adquirían estereotipos positivos. Por el contrario, la mayoría de los estereotipos negativos en el grupo destinado al control, cayeron sobre los estadounidenses y británicos. (Korstanje, a2007) A raíz de este impacto y de estas observaciones, surgieron un conjunto de preguntas: ¿existe en los profesionales en turismo de la ciudad de Buenos Aires un prejuicio negativo hacia los turistas chilenos?, ¿es un fenómeno en turistas de otra nacionalidad?, ¿se manifiesta hacia otros grupos de diferente estatus también como por ejemplo inmigrantes?, ¿es un prejuicio manifiesto o encubierto?, y por último ¿se origina ese prejuicio en el contacto que se da entre turistas y profesionales del sector? Para responder a las preguntas planteadas, se ha tomado como unidad de análisis una empresa turística dedicada al alquiler de autos en la Ciudad de Buenos Aires. La metodología a utilizar se basa en una observación etnográfica encubierta durante 53 días en temporada alta desde los días 20 de enero a 22 de Abril de 2006. Durante ese lapso, el contacto entre turistas y profesionales del sector se hace más asiduo e intenso. La modalidad de la observación fue participante y no participante. Esta observación se llevó a cabo en tres situaciones bien definidas: 1durante el contacto entre turistas y profesionales del sector, 2- fuera del contacto entre turistas y profesional, sobre todo en horarios de descanso o realización de otras tareas, 3- en personal que no tienen contacto con turistas de ningún tipo. 3 La hipótesis inicial infiere en que el grado de prejuicio entre los profesionales de la compañía es menor en aquellos que están dedicados al trato con turistas extranjeros en comparación con aquellos realizan trabajo administrativo. 2 Fuente: Importancia de la Industria de Viajes y Turismo como actividad económicaActualización 2004. Cuenta Satélite de Turismo. Publicado en Report, Número 663, Página 66. Buenos Aires. 3 Según las recomendaciones de Tylor y Bogdan se ha decidido no utilizar métodos intrusivos tales como grabaciones o filmadoras que pudieran condicionar la respuesta del entrevistado (Tylor y Bogdan, 1992: 79-80) 80 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) El presente trabajo intenta mostrar aspectos de la imagen que se tiene de los turistas, desde el punto de vista de quienes están capacitados y orientados a tratar con ellos todos los días. Asimismo, describir cómo el contacto condiciona al prejuicio mediante el estudio en la desigualdad del estatus y el apoyo institucional. Desde el momento en que la muestra seleccionada no es estadísticamente representativa de todos los trabajadores del sector, es que los resultados de la misma deben ser comprendidos dentro del contexto en el cual se realizan. Esta investigación nos permite comprender las dinámicas y las relaciones internas entre los integrantes de la firma estudiada y cómo el contacto con los turistas influyen en el surgimiento de sus prejuicios (hacia ellos). La posibilidad de plantear nuevos interrogantes, a partir de los resultados obtenidos, deberá ser considerada en futuros trabajos. Estado de la cuestión La teoría del contacto La teoría del contacto entiende al prejuicio como “una actitud hostil o prevenida hacia una persona que pertenece a un grupo, simplemente porque pertenece a ese grupo, suponiéndose por lo tanto que posee las cualidades objetables atribuidas al grupo”. (Allport, 1977:22). ¿Pero que diferencia se da realmente entre el prejuicio y el error de juicio? El prejuicio comienza cuando el tipo de categorización basado en el estereotipo es irracional, emocional e injustificado y por otro lado excesivamente generalizado. Sin embargo, el autor es sumamente cauto al respecto y aclara “he aquí precisamente el criterio que nos ayudará a distinguir entre el error común de juicio y el prejuicio. Si una persona es capaz de rectificar sus juicios erróneos a la luz de nuevos datos, no alienta prejuicios. Los prejuicios se hacen prejuicios solamente cuando no son reversibles bajo la acción de conocimientos nuevos”. (Allport, 1977:24). Así como hay prejuicios de amor también los hay de odio y muchas veces éstos últimos son producto de la conversión de los primeros. Puede entonces definirse dos tipos generales de prejuicio: el prejuicio positivo (amor), y el prejuicio negativo (odio). (Allport, 1977:42) El prejuicio positivo sigue la misma dinámica y tiene los mismos componentes que el negativo. Parte de un sesgo perceptivo basado en: a) estereotipo cognitivo previo, b) un componente “afectivo” que nos llevan a idealizar al otro, y c) finalmente un mecanismo que despliega al estereotipo (previo) en forma generalizada. (Allport, 1977:87-95). ¿Qué diferencia existe entre el prejuicio y la discriminación? Allport comprende que prejuicio está contenido en un plano ideológico. Cuando ese prejuicio pasa al plano “conductual” se está en presencia de un acto discriminatorio. En este sentido, la discriminación puede ir desde la expresión de un rechazo verbal hasta el exterminio o el asesinato. (Allport, 1977:66-70) M. KORSTANJE – PREJUICIO ENCUBIERTO EN EL TURISMO 81 Para los psicólogos y sociólogos que abordaron el prejuicio desde el prisma de la tesis de contacto, el fenómeno adquiere un carácter negativo. Si bien, no descartan que la capacidad de prejuzgar fuera innata en el individuo (como el estereotipo), veían en el prejuicio una forma de relación social “patológica” para las sociedades modernas. (Allport, 1977:550). En lo que respecta a la exposición de las definiciones de las diferentes escuelas teóricas consideramos a la teoría del contacto la más acorde a nuestro trabajo. En primer lugar, por su metodicidad y su profundidad en el análisis conceptual del prejuicio con respecto a la discriminación, la xenofobia y el racismo. En segundo lugar, por ser el turismo una actividad donde sus profesionales están en contacto (asiduo) con los turistas extranjeros, consideramos oportuno profundizar sobre el papel que el contacto juega en el condicionamiento de los prejuicios. ¿La interacción con el otro disminuye el prejuicio? Según Allport parecía claro que en ciertas circunstancias el prejuicio no disminuía por el contacto mismo. Entonces afirma “Es obvio que el efecto del contacto dependerá de la clase de asociación que se establezca y del tipo de personas involucradas” (Allport, 1977: 289). El contacto casual, en una tienda o en un negocio es insuficiente para reducir el prejuicio. Dice Allport “parece correcto, entonces, sacar como conclusión que el contacto, como variable situacional, no siempre puede superar la variable personal en el prejuicio … el prejuicio (salvo que esté firmemente enraizado en la estructura de carácter del individuo) puede ser reducido por un contacto a igual status entre los grupos mayoritarios y minoritarios, en procura de objetivos comunes”. (Allport, 1977: 309) En relación al nivel de estatus el autor se pregunta: • ¿La relación se establece en base a una actividad competitiva o cooperativa? • ¿Existe una relación de funciones que implique subordinación o superioridad? • ¿El contacto es voluntario o involuntario?, ¿es real o artificial? • ¿El contacto es considerado como algo importante o transitorio? • ¿Su prejuicio es de tipo superficial o está enraizado en la personalidad de su carácter? • ¿Cuál es la experiencia previa con el grupo en cuestión?, ¿Qué educación recibe la persona?, ¿se siente seguro o amenazado? (Allport, 1977: 291) La comprensión del rol que juega la ignorancia como barrera para las relaciones intergrupales es un concepto central para comprender la génesis del prejuicio. La “introspección y la auto-punitividad” (entre otras) son piezas necesarias para el estudio y la investigación de las formas más comunes de prejuicio según el autor. (Allport, 1977: 471). Allport estaba convencido que el prejuicio se reducía cuando el contacto se daba bajo estas condiciones en igualdad de status, hecho que permitía entre otras cosas la concreción de objetivos conjuntos 82 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) entre las partes antagónicas. En resumen cabe señalar, entonces, que la disminución del prejuicio y sus tipologías se enfocaba por el descubrimiento de similitudes que los grupos compartían entre sí. (Castro Smith, 2003) (Allport, 1977:310) (Hollander, 2000:405). Fundamentalmente, para el autor existían cuatro condiciones por las cuales el contacto permitía la reducción del prejuicio: a) un fin u objetivo en común, b) apoyo de las instituciones, c) cooperación intergrupal, y d) igualdad de status entre los actores involucrados. (Allport, 1977:307) En lo que respecta, a la concreción de objetivos conjuntos, Stouffer (1949) demostró que en situaciones de combate, y persiguiendo un mismo objetivo soldados “negros” y “blancos”, la imagen de ambos había mejorado. (Allport, 1977: 305). Singer (1948) afirmaba “póngase a un blanco y un negro en la misma trinchera y lucharán juntos hasta el último aliento, compartiendo la comida y el agua; si uno de ellos resulta herido, el otro arriesgará su vida” (Allport, 1977: 307). En condiciones similares Sherif y Sherif observaban que el prejuicio crecía con más intensidad cuando la agresividad intergrupal surgía por la incompatibilidad de intereses reales o ficticios. Estos autores, realizaron un experimento con chicos de doce años de edad, en una colonia de vacaciones. Ninguno de ellos se conocía previamente antes del campamento. Los organizadores realizaron diversas pruebas de competición entre los grupos, fijaron un premio para el ganador y ninguno para el perdedor. Rápidamente, observaron una hostilidad manifiesta elevada entre los dos grupos. Luego, para reducir el conflicto subordinaron un objetivo conjunto los dos grupos antagónicos. Los resultados, finalmente, fueron que la agresividad y la imagen negativa (estereotipos) en los participantes se vieron disminuidas (Allport, 1977:57) Brewer y Campbell demostraron como en África se descalificaba más a las tribus geográficamente vecinas que a las más lejanas. El ser vecino, se asume, implica una lucha por los recursos básicos de alimento y agua. En otros casos, como también muestran los autores, la correlación puede ser inversa y mostrarse grados elevados de cooperación. Se denominó a esta corriente teórica del prejuicio como “Realistic Group Conflict Theory” (Teoría del conflicto del grupo realista). (Brown, 1998:104) Seago encontró que los estereotipos se vuelven menos favorables tras un hecho negativo que conmocione a la vida de una nación, como el caso de los estereotipos japoneses en universitarios estadounidenses antes y después del bombardeo a la base de Pearl Harbor. (Brown, 1998: 53) En esta misma línea, MacIver y Page sostienen que los cambios en los estereotipos son rápidos y muy variables. A veces vinculados a hechos externos a los grupos. Como ejemplo cita las relaciones internacionales entre Estados Unidos Rusia durante la guerra fría y su influencia en la percepción de los estadounidenses hacia los rusos. (Mac Iver y Page, 1966: 434) Ruppert Brown hace lo propio en Inglaterra afirmando que en 1982, tras la invasión argentina a Malvinas, recuerda muy claramente la manera en que M. KORSTANJE – PREJUICIO ENCUBIERTO EN EL TURISMO 83 repentinamente surgieron un sin número de estereotipos negativos hacia los argentinos. (Brown, 1998:187) Para Lewis Coser los conflictos sean estos reales o irreales como así también la agresión supone un contacto directo y la exasperación sobre tensiones inmediatas agravadas por la cercanía. “cuanto más unido se halla por ciertos intereses comunes y por la convivencia cotidiana, es más fácil que los miembros se irriten y encolericen mutuamente” (Coser, 1961:72) En muchas ocasiones el contacto, o mejor dicho la falta de él, es un medio por el cual se reducen la intensidad de los conflictos (Boulding, 1962: 306). En efecto, la hostilidad ha de ser más intensa cuando la estructura social no pueda institucionalizar el conflicto. La disgregación es más factible cuando los conflictos o las disputas no es regulada por una estructura normativa común a los dos o más grupos. Uno de los críticos actuales más representativos de la tesis del contacto, es Ruppert Brown. Según el autor, el obstáculo principal para estudiar el apoyo institucional es que al introducir una nueva norma sobre dos grupos no queda claro donde encontrar un tercer grupo que sirva como control. En segundo lugar, también puede ser claro que el conocimiento lleve al distanciamiento o genere una ansiedad mayor; por último la igualdad de estatus sugiere que los grupos coordinen esfuerzos para la concreción de un fin y de esa manera reduzcan el prejuicio. (Brown, 1998: 262-264) Los máximos exponentes actuales de la teoría del contacto son Stephan y Stephan quienes señalaron que la interacción y el contacto en algunos casos son por sí mismos causas de ansiedad. A veces provocados por conflictos ya existentes, otras generada por la ignorancia o una percepción errónea. (Brown, 1998:123) El prejuicio en la actualidad En la actualidad, algunos sostienen que existe una tendencia a la disminución del prejuicio. Sin embargo, no queda claro si es realmente así o éste ha tomado otra forma. (Brown, 1998: 230-234). Una de las características del prejuicio moderno es que, a diferencia de su antecesor el prejuicio clásico, no intenta justificarse ideológicamente a través de las diferencias biológicas o raciales. En la actualidad, la expresión más común del prejuicio, la discriminación y otras ideologías como el racismo o el nacionalismo, apelan a la “diferencia cultural” como separador entre el endo y el exo-grupo. Esa diferencia, inherente a cada grupo y por demás inexpugnable, actúa como mecanismo de separación, legitima el discurso discriminatorio y consolida el orden jerárquico de ciertos actores sociales sobre otros. (Miles, 1999: 62-66) (Essed, 1991:6-15), (Margulis y Uresti, 1999:165) En una de sus investigaciones de campo, Teun Van Dijk descubrió que en la mayoría de los discursos narrados por quienes eran prejuiciosos existían dos patrones que se daban en casi todas las historias: la primera era la existencia de un malentendido, conflicto o discusión que exagerado llevaba al narrador a ponerse en el papel de víctima, la segunda era que en la mitad de los relatos carecían de una 84 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) solución al problema (Van Dijk, en Mumby, 1997:187). En el ámbito turístico, precisamente, la mayoría de las investigaciones apuntan a cuatro características principales: a) el prejuicio se manifiesta en forma encubierta, b) existe una disociación entre lo que se expresa y las prácticas discriminatorias, c) los prejuicios se manifiestan dentro del endo-grupo y d) la relación de subordinación entre turistas y empleados aumenta la disposición al surgimiento de estereotipos negativos. (Allport, 1977:19) (Newman Phillips ,1994: cap 8) (Cowell, 1995) (Collier y otros, 1996: 279) (De la Fuente, 1998: 6) (Giddens, 1999:285) (Kelmm y Kelsey, 2000) (Howell, 2001) (Hunter, 2004). Estudios en Argentina Margullis y Urresti estudiaron la discriminación en la ciudad de Buenos Aires, y encontraron resultados muy interesantes. Por un lado, observaron que los entrevistados demostraban un “etnocentrismo” mayor hacia los inmigrantes de nacionalidad chilena (2.31) en comparación con un etnocentrismo leve hacia aquellos de nacionalidad brasilera (1.7). Según los autores, el etnocentrismo hacia los inmigrantes de nacionalidad chilena se vincula a los conflictos fronterizos históricos entre Argentina y Chile (Margullis y Urresti, 1999: 283) Los autores, desagregan la muestra por profesiones y afirman que los profesionales, empleados y estudiantes poseen un “etnocentrismo encubierto”, más acentuado en comparación con obreros, amas de casa y comerciantes en quienes el “etnocentrismo” toma un carácter “frontal”. (Margullis y Urresti, 1999: 286). Asimismo, los motivos que manifiestan los entrevistados con respecto a los chilenos están ligados a los litigios históricos entre Argentina y Chile. Para los autores, el principal criterio discriminatorio es la “nacionalidad”, seguida por la “clase”. Los sujetos que mayor discriminación reciben son “los extranjeros“, y le siguen “villeros y provincianos” (Magullis y Urresti, 1999: 290). La explicación que encuentran Margullis y Urresti, se basa en “la racialización de clase” transmitida culturalmente a través del sistema educativo. Este mensaje reivindica la cultura Europea, preferentemente angloparlante, en detrimento de lo autóctono. Para ello y como fuente histórica, se analizan las obras que escribieran en el siglo XIX pensadores como Sarmiento, Alberdi e Ingenieros. Utilizando la fenomenología de Schutz y Luckmann, Carlos Belvedere señala que en muchas ocasiones la discriminación no reconoce la familiaridad con las personas que pertenecen a grupos discriminados. En toda relación social existe una “orientación ellos” abstracta e impersonal y una “orientación tú” ligada a la interacción personal y concreta. Muchas veces, el prejuicio puede alojarse en la orientación ellos sin ser modificado por el contacto personal que se desarrolla en la “orientación tú”. De esta forma, el contacto y la cercanía exacerban los mecanismos discriminatorios. (Belvedere, 2003:85) En localidades del sur de Argentina se han hecho estudios comparativos sobre la integración chileno-argentina. En concordancia con Mirtha Lischetti (2005), la antropóloga Verónica Trpin encontró que en el barrio Perón en Río M. KORSTANJE – PREJUICIO ENCUBIERTO EN EL TURISMO 85 Negro, los hombres chilenos reclamaban ser objetos de discriminación apelando a la construcción étnica nacional mientras que las mujeres reivindicaban su pertenencia nacional a través del contacto y la interacción con mujeres argentinas del mismo barrio. En este punto, la integración, señala el autor, está también sujeta a una cuestión de género y de contexto social. (Lischetti M, 2005) (Trpin, en Grimson A y Jelin E., 2006:349). Complementariamente, Brígida Baeza (2006) en su análisis sobre la integración de chilenos y bolivianos en Comodoro Rivadavia observó que el conflicto entre inmigrantes bolivianos y chilenos en determinados barrios, en los que convivían, era más intenso entre ellos mismos, que con respecto a la población local de la ciudad. En cierta forma, la competencia por los recursos comunes hacia enfrentar a los chilenos, históricamente más antiguos en el lugar, con los bolivianos. (Baeza, en Grimson A y Jelin, 2006:362). En concordancia con Allport y Brown, puntualmente en el terreno turístico, existe una investigación de Korstanje publicada en 2007, que hace referencia a los conflictos diplomáticos entre los estados como aspectos generadores de estereotipos. En efecto, parte de los prejuicios entre argentinos y chilenos tienen su origen en un conjunto de hechos historiográficamente estudiados de desinteligencias y conflictos geo-políticos que hacen a la identidad latinoamericana. Estos hechos históricos tienen una concordancia cierta en el discurso de los prejuicios (Korstanje, c2007). El prejuicio de todos los días Una metodología fiable para estudiar este tema es la observación participante encubierta, ya que permite desde un punto de vista micro sociológico llegar en profundidad más allá del discurso discriminatorio y trabajar con las variables que hacen e influyen en la formación y exteriorización del mismo. (Korstanje, c2007) Se ha tomado como referencia para la observación a una empresa turística (rentadora de autos) con residencia legal en la cuidad de Buenos Aires. La observación se inició en Enero y se extendió a los meses de Febrero, Marzo y Abril de 2006. La única condición que solicitó la Gerencia para llevar a cabo el abordaje fue que no se revelara el nombre de la compañía. La primera parte de este informe, es una breve descripción del sistema normativo y el organigrama de la empresa comúnmente conocido por los empleados de la misma como “Manual de procedimientos y políticas”, luego un análisis de los casos recopilados durante el tiempo que duró la observación. Manual de políticas y procedimientos La firma posee un manual de unas 250 hojas, en las cuales están detalladas toda la normativa que hace al funcionamiento de la empresa. De esta norma fundamental se derivan todo un conjunto articulado de circuitos de trabajo y pautas 86 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) estatutarias que regulan el comportamiento de los integrantes. Este tipo de manuales se le entrega a cada persona que ingresa a la firma por primera vez, tras un período de capacitación llamado “proceso de inducción”. El valor fundamental de la empresa es “El cliente ante todo”. Dice textual “es nuestra disposición, nuestra voluntad, nuestra habilidad darles a los clientes aquello que apreciaran aunque no lo esperaran y así lograremos clientes satisfechos”… ”la misión de la empresa es brindar productos de calidad y un servicio efectivo, desarrollando empatía y flexibilidad para atender a cada cliente según su estilo de comportamiento y su estado de animo”. En relación al sistema de atención los objetivos generales son: estimular una estadía agradable del cliente, personalizar la relación con el cliente, indagar el perfil del cliente y el motivo de su compra, brindar un servicio de calidad para satisfacer al cliente, estimular una imagen positiva de la empresa, y fidelizar clientes”. Hasta aquí, puede verse que la relación entre cliente o turista está normada y pautada según procedimientos sistematizados. Tanto así que continua el párrafo diciendo “es obligación para todo el personal, que su forma de proceder este sujeta a la mayor educación y cortesía. Cada contacto con el cliente es una oportunidad y asimismo, una obligación de representar positivamente a la empresa”. El manual comprende también unas 45 reglas derivadas de este primer concepto, las cuales hacen al trabajo diario en la parte “administrativa u operativa”. En ellas se observa, un saludo inicial pautado, no obstante el desarrollo de la conversación entre cliente y vendedor está librada la creatividad y el ingenio siempre y cuando no contradigan la misión que ya se ha señalado. En lo que respecta, a su organización interna, la estructura posee cinco departamentos bien definidos: RESERVAS, OPERACIONES, VENTAS, TALLER y ADMINISTRACION. Todos estos sectores están manejados por un “jefe de área” y ellos a su vez por un “Coordinador General” quien tiene un nivel de participación en lo económico de un 15% de lo producido por todos los sectores. Operaciones está integrada por 90 personas distribuidas a lo largo del país en las diversas sucursales, a fin de respetar el universo de análisis no se han incluido las sucursales del interior del país sino sólo la sucursal de Capital Federal (Buenos Aires). Excepto Administración, las cuatro áreas restantes trabajan acorde a un sistema de premios y castigos: el cual, básicamente, premia los volúmenes de venta o producción y castiga las bajas injustificadas en esa producción o los errores que atentan contra el manual de procedimientos y sus circuitos de trabajo preestablecidos. La observación abarcó a todos los departamentos, en diferentes semanas, y sus resultados se detallan a continuación. ¿Cómo es el día laboral? Los principales problemas de la empresa Son pocos los empleados que están en atención al cliente que tengan un manejo fluido de un segundo idioma en forma oral y escrita. Paradójicamente, son M. KORSTANJE – PREJUICIO ENCUBIERTO EN EL TURISMO 87 muchos los turistas y clientes que necesitan comunicarse en inglés. Si bien no hay conflictos evidentes en la forma, muchas veces la barrera del idioma juega un papel negativo en la relación entre ambos actores. El 50% de los reclamos que llegan a la oficina de Atención al cliente (Customer service) corresponden a errores propios del personal, el otro 40% es por malas interpretaciones o disrupciones en la comunicación entre el rentador y el empleado y el 10% restante por causa mayor. Para antes de las vacaciones de invierno de 2006, se tienen planificado enviar a todos los empleados que están en atención al cliente a un curso intensivo de inglés solventado por la empresa. En lo que respecta a las nacionalidades de los clientes que más se quejan, Gabriela (encargada del sector) manifestó que no existe una estadística de reclamos por nacionalidad. En este sentido, todas las quejas y conflictos que se pudieron recopilar están relacionados con el cobro de los daños que suceden (en algunas ocasiones) durante el alquiler del vehículo, en la mayoría de los casos los clientes sin distinción de nacionalidad no aceptan esos cargos. Ergo, los daños son debitados sin el consentimiento del cliente. Se estima que los alquileres con franquicia están entre un 6% y 10% de los totales de ventas del mes. En lo que respecta al manejo de “Sistemas”, hay innumerables quejas por parte de todos los sectores. Por ello, la dirección de la empresa decidió comprar e instalar un nuevo sistema informatizado de trabajo que reduzca el descontento entre los empleados y optimice el tiempo, sobre todo en épocas de demanda pico. Durante el tiempo que duró la observación se pudieron individualizar tres eventos que fueron claves para comprender “el clima laboral de la organización y de sus empleados“: 1- El primero de ellos se vincula con la intervención del coordinador general en Administración, en este caso una auditoria externa revela ciertas deficiencias en el sector contable de la empresa que lleva al dueño a pedir se intervenga el área. Se registran diversos conflictos dentro del grupo y hacia otros grupos también pero ninguna manifestación prejuiciosa por nacionalidad hacia ningún colectivo. 2- Una segunda intervención por parte de Juan (coord. Gral.) al departamento de ventas, con idénticas causas y consecuencias, peleas internas y conflictos que repercuten sobre el resultado de las ventas. Cuatro empleados del sector son despedidos y la más antigua suspendida durante tres días por enfrentar con insultos al jefe de área (Pablo). 3- El tercer episodio es la renuncia indeclinable de Juan como Coordinador General tras haber sido descubierto en diversas irregularidades que afectaban su imagen y contradecía las normas éticas de la firma. El dueño le pide la renuncia y trae un nuevo Coordinador. El clima durante la primera semana de ocurrida la renuncia fue tenso y desconcertante. Desde el punto de vista de los empleados operativos, gran parte de sus problemas estaban dados por el uso que el coordinador general Juan hacía del sistema Estudios Trasandinos 14:2 (2008) 88 de incentivos, aplicando castigos excesivos sobre ellos. Desde la percepción del dueño y accionista mayoritario de la empresa -a quien Juan le rendía cuentas-, los problemas parecían ser otros. Según una entrevista abierta, el dueño de la firma señalaba: “Esta es una empresa líder en el mercado turístico, por su flexibilidad y buen trato con los clientes. La empresa intenta por todos los medios adecuarse a las necesidades del cliente… ese es el punto fuerte, pero tiene otro muy flojo. Por un lado, los jefes de área no cumplen el rol que deberían cumplir en lo que respecta al control de su trabajo. Si bien se ha avanzado mucho en este tema, esta es una empresa donde las cosas siempre quedan en el aire, inconclusas, y no se efectivizan. Tampoco nadie se ocupa de controlar que se efectivicen. En la actualidad, estamos trabajando con una consultora en la cual yo deposito mi total confianza…” Ante la pregunta: ¿Cree usted que exista algún tipo de prejuicio hacia algún turista extranjero en su firma? El entrevistado responde “no, de ninguna manera, el turista extranjero es nuestro amigo, tengo montado un sistema de premios en donde el empleado recibe dinero por sus ventas, tratar mal al extranjero es tratarse mal a uno mismo, no tiene sentido. Además, organizamos reuniones de capacitación en la venta todas las semanas para motivar al personal. Queremos que nuestros empleados sean líderes, y los mejores vendedores. Como señale le problema nuestro no está en la atención ni en la imagen que nuestra gente tiene del extranjero sino en nuestra forma de hacer las cosas”. ¿Se condice este discurso con la observación encubierta propiamente dicha? Surgen los primeros prejuicios En principio, las manifestaciones prejuiciosas no caen sobre un grupo objeto, sino también sobre otros una diversidad de colectivos tales como “chilenos, judíos, villeros, homosexuales, bolivianos y negros”. Sin embargo, en concordancia, con los postulados del profesor Van Dijk, ninguno de los entrevistados pudo precisar en tiempo y espacio los motivos por los cuales argumentaban esas ideas. En efecto, ninguno de ellos había tenido algún conflicto con un individuo originario del grupo al cual ellos decían discriminar. Por otro lado, el discurso comprendía los tres elementos básicos del prejuicio: a) la presencia de un estereotipo negativo (formado por algún evento o hecho externo al grupo), como es el caso de los conflictos territoriales entre Argentina y Chile. En este punto, los turistas chilenos eran “agresivos”, “envidiosos” y “querían lo nuestro”; b) el afecto como elemento M. KORSTANJE – PREJUICIO ENCUBIERTO EN EL TURISMO 89 catalizador de la percepción, ver al “chileno o al villero” como una amenaza, y c) la generalización de la otreidad, cuya máxima expresión se ve reflejada en “todos los chilenos son o todos los villeros no quieren trabajar”. Un cuarto elemento encontrado en el análisis del discurso en cuestión es lo que la escuela del contacto denominó sistema de redefensa, y consiste en buscar argumentos racionales que solidifiquen el prejuicio. Más específicamente en este caso, resaltar que la Argentina es un país de paz y trabajo, y quienes vienen a él en calidad de extranjeros (que pueden ser migrantes o turistas) no se encuentran agradecidos por su hospitalidad, por el contrario “ellos” se aprovechan de esos beneficios en forma inescrupulosa y dañina. Los datos pre-suponen que el prejuicio o la discriminación son fenómenos que no necesariamente recaen sobre un grupo exclusivo sino que lo hace sobre aquellos con quienes el sujeto y su grupo de referencia tienen mayor contacto. (Belvedere, 2003:85) Las manifestaciones prejuiciosas observadas en ninguna forma fueron exteriorizadas hacia los turistas fuera del propio grupo. En su mayoría, se observaban en horarios de descanso y estaban vinculadas directamente al volumen de trabajo. El grado y virulencia con la que se manifiesta el prejuicio varía depende cada caso. Sin embargo se ha encontrado un grado de prejuicio alto hacia los turistas de nacionalidad chilena. El modo de recolección de los mismos no varió en cuanto a su metodología. Se conformó una grilla con el nombre de todos los participantes, el sector al cual pertenecían y su género. En primera instancia, se volcaban a esta grilla sólo aquellas manifestaciones que alcanzaban los tres criterios definidos que alcanza un prejuicio según la teoría del contacto (ya mencionado). Los comentarios surgían en forma espontánea de charlas entre los participantes. Generalmente, los temas tenían que ver con sucesos o noticias publicados en periódicos o programas televisivos. En ningún momento, se participó activamente de esas charlas para no condicionar su dinámica. En casos particulares, se abordaron entrevistas en profundidad personalizadas (constituidas con preguntas abiertas y dirigidas en forma no estructurada) hacia aquellos que según los criterios fijados en la grilla, parecían demostrar un mayor prejuicio. Curiosamente, la mayoría de las manifestaciones prejuiciosas no sólo hacia chilenos sino hacia otros grupos (también) se dieron dentro de Operaciones, un grupo que tiene contacto personal directo con turistas extranjeros. No así en la Central de Reservas, donde si bien existe un contacto, éste es esporádico, masivo e impersonal. Durante los meses observados, se han encontrado 39 expresiones xenófobas, discriminatorias y prejuiciosas; de las cuales todas ellas se dieron en el seno de Operaciones. Si ese número se desagrega por grupo de pertenencia sobre la cual recae, se obtiene que 13 fueran sobre “chilenos”, 13 sobre “negros”, 4 hacia “bolivianos”, 3 hacia “judíos”, 2 homosexuales, 2 hacia “uruguayos”, 2 hacia otros grupos. 4 4 En este punto cabe hacer una aclaración. Los estereotipos han sido anotados según fueron especificados por los observados claves. Por un lado, si bien en su mayoría son objeto de los 90 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) Con respecto a los chilenos (en forma general) el discurso discriminatorio lo señala como un grupo de turistas que son soberbios, conflictivos, agrandados, fríos y despectivos para con el empleado que los atiende. Sin embargo, los entrevistados no pueden justificar su respuesta cuando se les pide que narren algún conflicto (disputa) que recuerden haber tenido con turistas de esta nacionalidad. Según comentaron los entrevistados, ante el “problema chileno” la solución era “deportarlos, negarles el servicio de alquiler o matarlos” mientras que para otros con ignorarlos era suficiente. Llegado el caso, puede hacerse una división entre un comportamiento radicalizado relacionado con la xenofobia propiamente dicha, y otro más moderado vinculado al prejuicio “evitativo”. Entre los empleados que mayores prejuicios demostraron estaban Martín, Javier, Gonzalo y Fernanda. Sobre ellos, se han realizado un conjunto de entrevistas abiertas, informales y en profundidad con el fin de construir biográficamente los motivos que influyen en su discurso discriminatorio. Esta metodología permite arribar y estudiar el tema desde una perspectiva (micro) que se escapa a la entrevista formal-estructurada o la encuesta. Fernanda Fernanda (30 años) es licenciada en publicidad y hasta hace poco estudiaba la licenciatura en economía. La carrera, la tuvo que dejar por insatisfacciones personales con respecto al contenido de las materias, sin embargo intentará con otra carrera muy pronto. Al momento no está decidida sobre ninguna en particular. Proveniente de una familia acomodada de Pilar, reside actualmente con su pareja en Villa Devoto. Durante el año 2005 fue galardonada con el premio a la mejor vendedora de toda la red. Aunque no tiene un manejo fluido del idioma inglés, ha demostrado sentir admiración por esa “cultura” e intentar (en algún momento) estudiar el idioma. En efecto, como ella misma confiesa, lo que económicamente logró su familia fue en base a trabajo duro. En una época, cuando niña, estuvieron muy mal en ese aspecto. Su padre, a diferencia de su madre, siempre exacerbó el optimismo en su familia aún en procesos de extremas limitaciones. Fernanda ha tomado la postura de su madre, y ante eventos que la desconciertan, siempre toma una visión negativa y crítica de la situación. Ella misma se autodenomina “meticulosa, controladora, analítica y super prejuicios los así llamados “negros”; por el otro, no hay evidencia empírica que demuestre que las argumentaciones entre ambos objetos sean comparables en todos los casos. De hecho, aún las denominación de negro no parece a veces coincidir con la de bolita. “El negro”, “cabecita” o “piquetero” es parte de la sociedad argentina, es argentino pero pertenece a una clase o estrato inferior, se le critica vivir a expensas de los demás y no dejar trabajar por medio de los cortes de ruta y calles. Según el discurso de los entrevistados: El “boliviano” es extranjero, un extranjero que trabaja en demasía precisamente porque el “negro” o “cabecita” (argentino) no lo quiere hacer. M. KORSTANJE – PREJUICIO ENCUBIERTO EN EL TURISMO 91 racional”. A diferencia de sus amigas, Fernanda cree que uno debe superarse constantemente, se considera competitiva, crítica y en algunos casos especuladora. Prefiere no tener hijos, hasta no alcanzar un nivel económico que supere los $ 3000 de ingresos por mes. Esto le ha traído no pocos problemas con su actual pareja. En relación a sus prejuicios, Fernanda expresa evidente aversión por “negros”, “bolivianos”, “chilenos” y “provincianos”. Considera, aunque a veces en forma de chiste y a veces en serio, que una de las políticas que debe asumir el gobierno es la legalización de la droga. Parte del supuesto, que todos esos grupos a los que ella no tolera, la consumen. De esa manera, la sociedad se asegura una paulatina exterminación de “elementos no deseados” en forma “natural” (sic). Cuando se le pregunta cual es su opinión sobre los turistas chilenos, señala “como clientes son lo peor, son fríos, distantes y soberbios”.Sin embargo, según su punto de vista existen algunos chilenos que por motivo de su “clase” (sic) tienen más que ver con ella que algunos argentinos. Eso puede observarse, en los modales y la forma de dirigirse de algunos clientes chilenos que son sumamente educados y correctos. (Esto se observa para la entrevistada sino a la inversa en las clases bajas de turistas). En esta línea, el problema no son los chilenos como grupo distinguido por su nacionalidad. Para el caso de los turistas, Fernanda parece estar fuertemente imbuida en conceptos de “clase y estatus” social, si bien evidencia un prejuicio abiertos hacia los chilenos, los divide en aquellos que forman parte de la clase alta: muy parecidos a ella, blancos, cultos y educados; y a los de clases inferiores “oscuros”, “incultos” y “con escasa formación. Con respecto a su trabajo específico, Fernanda está disconforme. No por su desenvolvimiento personal, sino por las líneas que lleva la dirección de la empresa. Considera a la dirección sin visión, un entorno laboral sumamente dinámico e inestable, un sistema de premios y castigos injusto, un dueño caprichoso y mediocre con escasos conocimientos de “management” (sic) y manejo de personas. En Septiembre de 2006, se organizó un juego en el cual cada uno debía ponerse en la espalda pegado con cinta, un papel en blanco. Cada compañero, entonces, procedía a anotar aquellas particularidades que veían del participante con el ingrediente que éste no sabía quién era el que le estaba escribiendo la espalda. El cuadrante se dividía en dos, una columna donde iban todos los aspectos positivos de la persona, y otro donde iban los negativos. A los ojos de sus compañeros de trabajo, Fernanda en su faz positiva era: trabajadora, bien organizada, le alcanzaba el tiempo y auto exigente. Pero en la parte negativa, creía siempre tener razón, era sumamente quejosa, incapaz de delegar, y muy pesimista. Javier El caso de Javier es análogamente similar. Con 20 años de edad y proveniente de San Miguel del Monte, Javier vino a Buenos Aires para probar suerte como jugador de fútbol del club Independiente de Avellaneda, donde quedó 92 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) inmediatamente fichado. Actualmente, vive en una pensión de la Avenida de Mayo. Su preocupación no es el estudio ni mucho menos sino jugar al fútbol. Hoy por una cuestión de tiempo ha tenido que alejarse profesionalmente de las canchas. En el año 2005, al igual que Fernanda, Javier fue galardonado con el premio al mejor compañero en Operaciones. Visto desde los ojos de sus compañeros y desde una perspectiva positiva Javier: hace el mejor café de la sucursal, es trabajador, responsable, no es sumiso, es muy divertido, buena persona y se puede confiar entre otros. En su aspecto negativo, es quejoso, tiene mal carácter, es efusivo y enérgico, contesta mal y es criticón. Con referencia específica a sus prejuicios, el entrevistado no esconde su xenofobia hacia los inmigrantes ilegales de países limítrofes, los “negros”, y los “villeros”. A diferencia de Fernanda, en Javier no existe una admiración hacia la cultura anglo-sajona. Y en cierta forma, tampoco esa división de “clase” tan marcada. Con respecto a la historia Javier dice declararse casi incompetente, pero tiene bien “claro” que Chile tiene decididas intenciones expansionistas para con la “Patagonia argentina”. La posición privilegiada de éste país (en cuanto a su economía) con respecto a la Argentina, la hace potencialmente “peligrosa”. De hecho, los turistas chilenos, según su percepción, primero ingresan al país en calidad de tal, pero luego se quedan ilegalmente viviendo donde encuentran lugar. Al no encontrar lugar en Buenos Aires, se recluyen hacia las villas miseria donde se juntan y mezclan con otros grupos: “los villeros” y “los negros”. En algún momento, (en forma conspirativa) Javier supone que Chile va a reclamar el territorio en donde están todos los llamados “inmigrantes ilegales”. En ese sentido, “ilegales” y “villeros” tienen un punto de unión, se confabulan para vivir a expensas de “todos los argentinos”. Esto parece “empeorar”, cuando tienen a sus hijos “aquí”. Por un lado, aumentan demográficamente mientras por el otro eso impide la deportación. En palabras del propio Javier, se expone a continuación el siguiente texto. “¿Vos crees que los villeros no son argentinos? “Lamentablemente por papeles lo son, al igual que los inmigrantes chilenos o bolivianos que tienen a sus hijos aquí pero en la realidad racial no lo son. Los argentinos somos una raza más europea que ellos y eso de alguna manera genera cierta envidia por eso también nos quieren joder la vida, nos cortan las rutas, no nos dejan llegar a nuestros trabajos, nos miran las mujeres, etc.” ¿Te molesta que miren a las mujeres de tu grupo?“No al revés, para mi es un trofeo tener sexo con una mujer del grupo de ellos. Hay que marcar distancias, ahora que estamos en democracia, este país es enorme porque no dividimos una parcela de tierra y todos ellos se van y los distribuimos y ya. ¿Crees que eso solucionaría el problema?. Si, completamente, este sería un país avanzado como EUA. Ese país redujo a los negros a los ghetos y por eso pudo avanzar. Imaginate que hubiera pasado si los negros entraban en los M. KORSTANJE – PREJUICIO ENCUBIERTO EN EL TURISMO 93 negocios, en la vida política de ese país. Hubiera habido una segunda Argentina. Puede sonar feo y duro lo que digo, pero esto es porque quiero a mi país y me duele verlo así entrevistá a los cholos ilegales y a toda esa gentuza y fijate qué sienten ellos por nuestro país.” Gonzalo El caso de Gonzalo es parcialmente diferente al de los otros dos. Su odio (xenofobia) va dirigido hacia todos los extranjeros por igual. En este punto, los chilenos y los brasileros son objeto del mismo prejuicio, en su calidad de no pertenecientes al endo-grupo. Padre de dos hijos, con residencia en Luis Guillón, Provincia de Buenos Aires, Adrián es uno de los empleados más antiguos que tiene la compañía. Con él, en la misma empresa, trabajan dos de sus hermanos: Martín (jefe de Operaciones) y Diego (Administración). A diferencia de sus compañeros los prejuicios observados en el entrevistado son extremadamente virulentos. El día de observación número 23, volcó un auto en Pehuén, Santa Rosa. El rentador había tomado el auto en Buenos aires y habíase decidido a recorrer el país. Como producto de un vuelco, uno de los ocupantes falleció. Precisamente, al mediodía, un empleado de la compañía de seguros se presenta en las oficinas del local para retirar los papeles de este siniestro. En primera instancia, habla con Gonzalo con quien previamente tenía una relación laboral. En un momento de la conversación Gonzalo le pregunta “disculpa…¿ vos sos chileno?. El empleado responde “no que yo sepa”. En ese momento Adrián arremete nuevamente y dice “mejor un chileno menos, de todo lo que pasó eso es bueno… si vamos a la guerra con Chile que seguramente lo haremos algún día, este no pelea” (risas) El empleado de la compañía de seguros también se ríe. Javier interviene y dice: “yo a los chilenos no los quiero pero de ahí a desearles la muerte hay un paso grande.” Gonzalo vuelve sobre el comentario de Javier y dice “vos parece que no entendés Javier, Chile nos puede invadir en cualquier momento, tu compasión no te va a llevar a ningún lado”. Según es visto por sus compañeros, Adrián es (en su aspecto positivo): organizado laboralmente, muy buen amigo, confiable, laburador, y muy divertido. Pero desde su contralor, es visto también como: temperamental, calentón (en 3 oportunidades) y tiene poca paciencia. Según los datos expuestos en Fernanda, Gonzalo y Javier existen particularidades (discursivas) que los unen a la vez que los diferencian. Se rescatan, así, tres elementos analíticos: los conflictos fronterizos históricos entre Argentina y Chile, “la clase” y “la cultura” (sic) como generadores de la diferencia. ¿Qué comparaciones pueden hacerse con aquellos que muestran otra clase de prejuicios? Comparativamente existen otras clases de prejuicio que siguen una dinámica similar a aquella que es estudiada. A continuación se expone el caso de Martín en quien se ha observado un prejuicio basado en la pigmentación. 94 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) Martín Como ya se adelantó, Martín es hermano de Gonzalo, y se desempeña como jefe operativo de la sucursal más importante de la empresa en Buenos Aires. Al igual que Javier y Fernanda, Martín es premiado en 2005 por su desempeño como supervisor del sector (Revelación). Casado en primeras nupcias hace 6 años, tiene una hija y ha cursado estudios secundarios. Su sueldo es uno de los más altos de toda la empresa y trabaja en forma excesiva de 08:00 a 20:00 horas más fines de semana, lo cual le ha traído más de un problema con su mujer, con quien estuvo al borde del divorcio. De todos los entrevistados, Martín es uno de los pocos que tienen en su legajo un perfil psicológico pre-establecido por una consultora organizacional. Según el informe, sus capacidades son normales, su personalidad algo independiente y estructurada demuestra una inercia a dominar las variables del entorno: “Su nivel intelectual es acorde al término medio, siendo su forma de pensamiento de tipo lógico y analítico. Presenta capacidad para todo lo que tenga que ver con la planificación. Puede desarrollar planes bien concebidos y diseñar estrategias dirigidas a la consecución de objetivos globales. Es una persona que rápidamente se responsabiliza y se pone en acción.” “En este sentido, se podría decir que es una persona muy resolutiva, organizada y estructurada. Se adapta a situaciones nuevas, disfrutando de ellas si éstas le exigen la resolución de problemas complejos. Presenta un grado medio de tolerancia a la frustración. Se muestra como una persona con un estilo independiente, que usa su capacidad de reflexión para dominar la mayor parte posible de su entorno. Le gusta estar en una posición directiva, en este sentido se podría decir que es un líder natural. Se hace cargo con responsabilidad, con un estilo comandante. Presenta baja tolerancia a la incompetencia.” En Martín, no se han observado prejuicios decididamente negativos hacia los chilenos pero sí hacia uno de sus subordinados por motivos de su color de piel. Sin embargo, la dinámica que toma el prejuicio en Martín se manifiesta a través del “chiste” o la “broma”. Por lo menos eso, parece experimentar Amir quien es objeto de las burlas que Martín le hace una y otra vez. Con motes de “oscurito”, “negro”, “carbón” etc. Estas burlas, son acompañadas por otros empleados sobre los cuales ya se ha hablado tales como Javier y Gonzalo. Precisamente, esa energía y poca tolerancia a la incompetencia es que le hizo ganar más de un rose laboral con sus colegas y sus subordinados. Considerado, por estos últimos como: malo, gritón, carácter de mierda, muy nervioso, impulsivo. Desde un punto de vista positivo, Martín fue catalogado como abierto, confiable, gracioso, y responsable en el trabajo. M. KORSTANJE – PREJUICIO ENCUBIERTO EN EL TURISMO 95 Se introduce, entonces, una idea que hasta ahora no se había tenido en cuenta. El prejuicio hacia los chilenos puede extenderse e interactuar con otra clase de prejuicios, e incluso coexistir en una misma persona. Así también, los entrevistados en cuestión parecen tener particularidades psicológicas en su personalidad (comunes) de control, eficiencia, y cierto dogmatismo que los hacen proclives al prejuicio. En esta idea, es posible inferir que existen ciertos aspectos de la personalidad que tienden al prejuicio. (Allport, 1977) Por una cuestión de espacio, no se ha podido revelar las características de la personalidad en aquellos que no han demostrado tendencia al prejuicio. Si bien, el desarrollo de esa información podría ser tenida en cuenta para futuros abordajes, en forma general y superficial, se puede confirmar que a) aquellos que no han demostrado prejuicios parecen no tener méritos personales o premios dentro de la empresa en cuestión, y b) son vistos por sus compañeros como flexibles, colgados, buenos amigos o que viven en la suya, y consecuentemente con escasa responsabilidad. Una breve reflexión El turismo como cualquier actividad comercial no se encuentra ajeno a las manifestaciones y el surgimiento de prejuicios negativos hacia los turistas u otro colectivo. No obstante, éste toma características que lo diferencian de otros casos en estudio. Precisamente, la mayoría de las investigaciones apuntan a cuatro aspectos principales: a) el prejuicio se manifiesta en forma encubierta, b) existe una disociación entre lo que se expresa y las prácticas discriminatorias, c) los prejuicios se manifiestan dentro del endo-grupo y d) la relación de subordinación entre turistas y empleados aumenta la disposición al surgimiento de estereotipos negativos. (Allport, 1977:19) (Newman Phillips ,1994: cap 8) (Cowell, 1995) (Collier y otros, 1996: 279) (De la Fuente, 1998: 6) (Giddens, 1999:285) (Kelmm y Kelsey, 2000) (Howell, 2001) (Hunter, 2004) (Korstanje, c2007). Los hallazgos que se han derivado de la observación etnográfica sólo son válidos para esta empresa, y no puede generalizarse sus observaciones hacia otras organizaciones del sector turismo. No obstante, existen elementos que coinciden y validan las observaciones precedentes. (Brown, 1998) (Margullis y Urresti, 1999) (Korstanje, a2007) (Korstanje, c2007) Los empleados están sujetos a un manual de políticas y procedimientos que los orienta en la atención al cliente o turista. Como premisa principal se les inculca estimular una estadía agradable del cliente. Asimismo, se armó un sistema de premios y castigos económicos para fomentar la motivación de los mismos. De todos modos, esta medida no previene el surgimiento de prejuicios negativos hacia los turistas extranjeros. En concordancia, con los postulados del profesor Van Dijk, ninguno de los entrevistados pudo precisar en tiempo y espacio los motivos por los cuales argumentaban esas ideas. En efecto, ninguno de ellos había tenido algún conflicto con un individuo originario del grupo al cual ellos decían discriminar. Por otro lado, 96 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) el discurso comprendía los tres elementos básicos del prejuicio. a) la presencia de un estereotipo negativo (formado por algún evento o hecho externo al grupo), como es el caso de los conflictos territoriales entre Argentina y Chile. En este punto, los turistas chilenos eran “agresivos”, “envidiosos” y “querían lo nuestro”; b) el afecto como elemento catalizador de la percepción, ver al “chileno o al villero” como una amenaza, y c) la generalización de la “otreidad”, cuya máxima expresión se ve reflejada en “todos los chilenos son o todos los villeros no quieren trabajar”. Un cuarto elemento encontrado en el análisis del discurso en cuestión es lo que la escuela del contacto denominó sistema de redefensa, y consiste en buscar argumentos racionales que solidifiquen el prejuicio. Más específicamente en este caso, resaltar que la Argentina es un país de paz y trabajo, y quienes vienen a él en calidad de extranjeros (que pueden ser migrantes o turistas) no se encuentran agradecidos por su hospitalidad, por el contrario “ellos” se aprovechan de esos beneficios en forma inescrupulosa y dañina. Este último punto, es interesante para comparar con otros trabajos, sobre todo históricos. Este discurso está conformado por diversos elementos sociales y culturales que provienen de la figura mítica del inmigrante europeo y la figura de un país “generoso” que le abre las puertas. Esta idea sesgada de los hechos ha contribuido a conformar parte del discurso del nacionalismo argentino a principios del siglo XX. (Devoto, 2005) Principalmente, de 39 manifestaciones prejuiciosas relevadas que cumplían con las características mencionadas, todas se dieron dentro de los sectores que estaban en contacto con turistas extranjeros (Operaciones). En otros sectores como Taller, Reservas, Administración o Ventas no se han encontrado expresiones de esta naturaleza. En concordancia con los hallazgos de Belvedere, se puede afirmar que el contacto pero sobre todo el contacto inter-personal parece contribuir en la manifestación de prejuicios (Belvedere, 2003:85). En este sentido, la hipótesis planteada en la introducción no se comprueba sino inversamente a como fue fijada. Según los datos obtenidos, se han detectado mayor cantidad de manifestaciones prejuiciosas en aquellos que están al contacto (personal) con el turista, que en aquellos quienes se dedican a tareas administrativas internas. 5 Entre los grupos sobre los cuales cae la discriminación y el prejuicio están los chilenos en mayor parte; seguidos de otros grupos “bolivianos”, “uruguayos”, “brasileros” y otros grupos de inmigrantes limítrofes. Pero también el prejuicio se dirigía hacia ciertos grupos de argentinos como ser “villeros” y “cabecita negras” en mayor parte, y “homosexuales” y “judíos” en forma minoritaria. 6 Básicamente, el discurso apunta a los chilenos como un grupo agresivo para con el profesional le dan servicio, no obstante este discurso no puede ser justificado. 5 Reservas, si bien se encuentra en contacto con turistas extranjeros este no dura más de 5 minutos (por lo general) y se lleva a cabo en forma telefónica. Por el contrario en Operaciones el contacto es personal y lleva de 20 a 30 minutos en forma personal. 6 Estas denominaciones han sido puestas por los mismos entrevistados. Sin bien pertenecen a un lenguaje coloquial se han decido transmitir de esa manera para reflejar el contenido del discurso segregativo. M. KORSTANJE – PREJUICIO ENCUBIERTO EN EL TURISMO 97 Debido a la subordinación de status entre profesional y turista, no es posible expresar abiertamente lo que se piensa de ellos. Esto confirma, que el prejuicio adquiere (así) una característica oculta y encubierta. Sin embargo, este hecho no se da en todos los miembros que conforman Operaciones, sino sólo en cuatro personas. Por otro lado, dependiendo de cada entrevistado se podía notar diferencias sustanciales. Para algunos, “había que deportarlos y negarles el alquiler” mientras para otros bastaba con ignorarlos. Esto entra en tensión directa con los objetivos de la empresa y con su sistema de incentivos. Específicamente, cabe señalar que se han observado manifestaciones prejuiciosas en cuatro empleados del sector Operaciones. En el caso de Fernanda, por ejemplo, es notable su admiración por el idioma inglés y su desprecio con respecto a los turistas chilenos de “clase inferior” al que la entrevistada dice pertenecer. Por oposición, la cultura “anglosajona” es comparada como un ideal posible mientras que “lo latinoamericano” parece ser símbolo de lástima y desprecio. En el caso de Javier, su hostilidad hacia los chilenos se generaliza tanto en turistas como en inmigrantes y resalta “las políticas expansionistas de Chile con respecto al territorio”. Si bien, al igual que Fernanda, Javier no habla inglés tampoco siente ningún tipo de admiración por esa cultura. El discurso de Javier resalta la posición de Chile como un país económicamente más estable y con más recursos que Argentina. Este hecho, le infunde un miedo por demás particular que también legitima su discurso discriminatorio. Los turistas chilenos, según su percepción, primero ingresan al país en calidad de tal, pero luego se quedan ilegalmente viviendo donde encuentran lugar. Para Gonzalo, la hostilidad se ha observado en forma generalizada (y extrema) hacia todos los extranjeros por igual sea chileno, brasilero o inglés. Aunque sobre los chilenos su prejuicio se hace más virulento. Basado en hechos del pasado, al igual que Javier, Gonzalo considera la posibilidad de un futuro conflicto territorial con Chile, para lo cual “hay que estar preparados”. El cuarto de los entrevistados (Martín), no demuestra un prejuicio negativo hacia los chilenos pero si hacia todo aquel que tenga un color de piel “oscuro”. En este punto, su manifestación se da por medio de chistes y burlas (en forma abierta) hacia uno de sus subalternos. Esto se debe a la posición privilegiada de Martín como supervisor del sector. Así, parece haber características comunes en estos cuatro casos que, en lo personal, hacen referencia a: la eficiencia en la tarea, el control de las variables del entorno, y cierta actitud dogmática hacia lo diferente. Las condiciones laborales detectadas son cambiantes, fluctuantes y los empleados están sometidos a cambios repentinos o bruscos que les generan angustia y presión. Innumerables problemas con los sistemas informáticos, el manejo del sistema de incentivos, la renuncia masiva de varios integrantes del sector de Ventas, la intervención forzada del sector Administración y la posterior renuncia del Coordinador o Gerente General (en menos de dos meses) parecen validar dicha afirmación. 98 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) En este sentido surge una hipótesis que podría ser reveladora pero que debe continuar siendo investigada en futuros abordajes. Los cambios del ambiente influyen en las personalidades dogmáticas en mayor proporción que en el resto. Los prejuicios y la discriminación nivelan la frustración y la ansiedad generada por los cambios ambientales bruscos en las tipologías mencionadas. Referencias ALLPORT, Gordon w. (1977). La Naturaleza del Prejuicio. Buenos Aires, Editorial Universitaria de Buenos Aires. BAEZA, Brígida. (2006). Chilenos y bolivianos en Comodoro Rivadavia (Chubut). En: GRIMSON, Alejandro y JELIN, Elizabeth (coompiladores). 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Este sistema propició una acelerada mecanización transformando la base técnica de la industria. En este artículo analizamos la trayectoria inicial de esta rama económica en Chile y Argentina desde una perspectiva comparada. Ambos países tienen un desempeño similar hasta la década del cuarenta a la vez que comparten características que parecen haber sido comunes dentro de Latinoamérica. Un inicio más temprano y un mayor mercado interno favorecen el mayor desarrollo de la industria argentina. Sin embargo, desde mediados de la década del cuarenta y hasta inicios de los sesenta, las trabas a la importación de maquinaria conducen a la industria argentina a un estancamiento. Mientras esto ocurre sur par trasandina continúa su crecimiento, ya por esta época estrechamente ligado a la presencia de otra empresa extranjera, la firma Bata. Aquí reseñamos esta evolución diferencial, prestando atención a las distintas pautas gerenciales, criterios de organización del trabajo y pautas de comercialización. Palabras claves: industria del calzado, organización del trabajo, empresas transnacionales Transnational Companies and Shoe Industry Development in Chile and Argentina. Contributions for the Analysis of two Different Trajectories The shoe industry in South America received a great impulse when the North American company United States Machinery Co -USMCO- established subsidiaries 1 Este trabajo se desarrolló en el marco del proyecto UBACyT 2004-2007 S134, radicado en el Instituto Gino Germani de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, dirigido por Eduardo Sartelli y Pablo Rieznik. 2 Becaria doctoral del CONICET (Argentina), investigadora del CEHR –Centro de Estudios Histórico rurales- y del CEICS –Centro de Investigaciones en Ciencias Sociales-. Correo electrónico: marinakabat@yahoo.com.ar. 102 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) in different cities of the region. USMCO dedicates to commercialize machinery to elaborate shoe, which rent to the manufacturers. This system favored a rapid mechanization, transforming the technical base of the industry. This paper analyses the trajectory of this industry in Chile and Argentina, from a comparative perspective. Both countries have a similar performance until the 40’s and share characteristics that seems to be common in Latin America. An earlier beginning and a bigger internal market favored the higher development of the argentinean industry. However, since the middle 40’s and until the early 60’s, the obstacles to the machinery importation lead the argentinean industry to stagnancy. Meanwhile, in Chile, the grow continues in this period linked to the presence of another foreign company, Bata. We’ll review this different evolution pointing at the differences in management, labor organization and commercialization. Key Words: shoe industry, labor organization, transnational companies Introducción En este artículo sobre la industria del calzado, desde sus inicios como actividad fabril hasta comienzos de la década del sesenta, reseñamos las que fueron dos trayectorias claramente diferenciales de dos países distintos. Argentina tuvo, en base a su mercado interno un desarrollo más temprano, pero observa un estancamiento posterior. En cambio, en Chile la industria del calzado parece crecer más lentamente en sus inicios, pero se desarrolla más, precisamente en el momento en que su par argentina se estanca. En ambos casos hay una fuerte incidencia de empresas transnacionales. En el caso de Argentina es central la presencia de la USMCO, compañía norteamericana dedicada a la comercialización de maquinaria. Mientras que la evolución de la industria chilena dependió en gran medida de la instalación de la firma Bata, productora de calzado e insumos para la industria. En ambos países hay una rápida sustitución de importaciones. Chile y Argentina junto con Brasil son los tres países dentro de Latinoamérica donde más se había desarrollado la industria del calzado. En Brasil esto se había hecho en competencia con las importaciones norteamericanas, mientras que en Chile y Argentina el producto que se debió desalojar fue el inglés. Gran parte de nuestra atención se concentra, entonces, en la industria temprana. Desde el artículo pionero de Villanueva (1972) en la Argentina, a estudios más recientes sobre el desarrollo manufacturero anterior a 1930 en distintos países latinoamericanos, (ver, por ejemplo: Bértola, 2000) se ha resaltado la importancia de la industria en las primeras décadas del siglo veinte. Sin embargo, muchas veces las coincidencias al respecto han ocultado diferentes caracterizaciones de aquello que se denomina industria temprana. Consideramos que el abordaje desde el estudio de los procesos de trabajo puede contribuir a precisar nuestra caracterización tanto de esta M. KABAT – LAS EMPRESAS TRANSNACIONALES Y EL DESARROLLO DE LA INDUSTRIA DEL CALZADO 103 etapa inicial de la industria como a comprender las causas de sus avatares posteriores.3 Para este artículo empleamos diversas fuentes ya trabajadas en un libro sobre la industria del calzado en la Argentina (Kabat, 2005) así como una serie de informes sobre la misma en chile y otros países latinoamericanos. En especial han resultado valiosos un conjunto de informes realizados por el Departamento de Comercio Exterior de Estados Unidos. Los mismos, describen la industria local con el fin de evaluar su potencialidad como mercado, sea de productos terminados o de insumos para su fabricación. Elaborados por personal plenamente interiorizado de las características de la industria en Latinoamérica, nos suministran información valiosa de cada país, al tiempo que por su homogeneidad son una fuente muy valiosa para los estudios comparativos. La UMSCO: una empresa estadounidense pionera en la radicación de filiales latinoamericanas En la Argentina antes de 1890, el trabajo de los zapateros mantenía en muchos casos rasgos artesanales, ya que sus tareas apenas comenzaban a fragmentarse. Recién después de la crisis de 1890 se consolida un sistema manufacturero donde el trabajo manual se divide en un gran número de operaciones parciales. Aparece el sistema de rueda: los obreros, sentados en círculos realizaban una tarea y luego le pasaban el botín al compañero sentado a su lado para que ejecutase la siguiente maniobra. Ésta era la forma de trabajo imperante en el país cuando en 1903 se instaló una filial de la United States Machinery CO –USMCO. Con el arribo de la empresa norteamericana dedicada a la comercialización de maquinaria, la industria del calzado comienza a adquirir un carácter fabril. De este modo, la Argentina recorre en pocas décadas el camino que EE.UU. había realizado en más de un siglo.4 La USMCO es una corporación norteamericana organizada en 1917, sucesora de una empresa del mismo nombre que funcionaba desde 1899. Llega a monopolizar la fabricación de maquinaria para la industria norteamericana y enfrenta tres juicios antitrust. El primero, de 1911, lo gana la empresa. El segundo de 1915, se resuelve a favor del gobierno estadounidense quien le impone a la firma una reforma del sistema de leasing. El último litigio es de 1947. Nuevamente la empresa es encontrada culpable y se ve forzada a realizar una serie de reestructuraciones mayores (Kaysen, 1956). La USMCO encabezó la lista de empresas norteamericanas que abrieron filiales en Sud América. Se instaló en Argentina en 1903 y en Brasil en 1905. Singer siguió sus pasos estableciéndose en Chile en 1904 y en 1906 en Brasil y Argentina 3 Por cuestiones de espacio no podemos referirnos aquí el conjunto de bibliografía sobre la temática. Una reseña crítica de los distintos abordajes y debates sobre el desarrollo industrial latinoamericano puede encontrase en: Sartelli: 2007. 4 Sobre la evolución de la industria norteamericana ver Hazard: 1921. 104 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) (Phelps, 1936: 11). Ambas realizaban algún trabajo de ensamblaje y brindaban diferentes servicios a sus clientes, pero su actividad principal era la comercialización. Las primeras filiales destinadas a la fabricación local de productos fueron los frigoríficos que recién abrieron sus puertas en 1907. Esta práctica se generalizó durante la década del veinte. A mediados de los años treinta ya había 32 firmas norteamericanas radicadas en la Argentina, 19 en Brasil, 11 en Chile y 5 en Uruguay. A este grupo pertenecen Firestone, Goodyear, Palmolive, Ford, General Motors y Standard Oil, firmas productoras de radios, discos, ascensores y cemento. En el caso de Chile estaban instaladas hacia 1936: American & Foreign Power Co. inc; Anaconda Copper Mining Co.; Curtis Wright Co.; E. I. Dupont de Nemours& Co.; Ford Motor Co.; Grace & Co.; Guggenheim Brothers; Intercontinents Power co.; Otis elevator, Co., Parke, David & Co.; RCA Victor co. Ltd.; Singer Sewing Machine Co., United States Steel Corp., Warren Brothers Co. (Phelps, 1936: 326-327). Es posible dividir estas firmas según las actividades que realizaban. Por un lado, aparecen filiales que realizan localmente la totalidad de la producción. Es el caso del cemento en manos de la International Cement Co. que actúa tanto en Argentina, Brasil como en Uruguay. También pertenecen a este grupo la levadura y los derivados del trigo, así como los frigoríficos, ya mencionados. En segundo lugar, encontramos filiales que producen algunas partes, importan otras y ensamblan el conjunto. Es el caso en la Argentina y en chile de la firma Otis elevators. El mecanismo del elevador se importa, pero las cabinas, las puertas y los sistemas de señales se hacen en cada país. Le siguen las empresas de servicios públicos que, en general, se ocupan de una parte menor de la producción y del ensamblado, además de realizar el service, que en estos casos resulta importante. Luego hay filiales dedicadas al ensamblado de partes importadas. Pocas firmas se limitan al ensamblaje y prácticamente todas producen algo. Las que más se acercan a un ensamblado puro son las automotrices, como el caso de Ford que actúa en estos dos países. Pero inclusive en ellas algo de trabajo se hace localmente en el cuero, el metal y los vidrios. En el caso de los automóviles el ensamblaje representa el 20 o el 25% del costo total de producción. Luego viene el grupo al que pertenece la USMCO, el de las firmas dedicadas centralmente a la comercialización, pero que realizan tareas menores de ensamblaje y de servicio. Además de Singer y USMCO encontramos, entre otras, a la National Cash Register Co. y a la International Harvester Co. Esta última, para el caso de tractores tiene un trabajo similar al de las automotrices. Por su parte, la USMCO se considera a si misma una filial comercial, pero tiene un local para el service y reconstrucción de su maquinaria con 32 empleados. De todas formas, en las empresas de este grupo, la filial local no carga con más de 10% del costo total de producción. Un último grupo lo componen las filiales que envasan productos importados en bulto, como ocurre en la industria farmacéutica. En algunos casos se realizan mezclas y se envasan. Algunos se producen por completo localmente. Por ejemplo, Palmolive hizo un contrato para que sus productos se fabriquen en argentina, se produce jabón Palmolive con un equipo moderno. Al establecerse en la Argentina, la USMCO traía como novedad un equipo M. KABAT – LAS EMPRESAS TRANSNACIONALES Y EL DESARROLLO DE LA INDUSTRIA DEL CALZADO 105 completo de máquinas para confeccionar calzado plantillado5 en forma mecánica, denominado Goodyear welt. Se realizó un acuerdo con la firma Bordas, una fábrica local, donde se instalaron maquinarias. Durante los dos primeros años no se le cobró el arrendamiento; en contrapartida, la fábrica funcionó como modelo publicitario para la compañía norteamericana. “Poco tiempo después, en el mes de junio del mismo año se improvisaba una completa fábrica en el local de la Avenida de Mayo 656, al que la compañía norteamericana había trasladado sus escritorios, y en fecha señalada, con la presencia de numerosos fabricantes y periodistas, el señor Bordas hacía funcionar simultáneamente las 45 máquinas que componían el juego, las cuales, ante el asombro general, lograban elaborar en sólo 17 minutos un magnífico par de zapatos. Tan interesante demostración fue el punto de partida de la evolución más formidable que sufriera esta industria, pues hasta ese entonces el maquinismo sólo había intervenido como un modo auxiliar y no primordial del trabajo.”(Ugarteche, 1927: 318) Todas las fuentes indican el arribo de la USMCO como un punto de inflexión en el sistema de trabajo de la industria. Su establecimiento en el país dio lugar a una veloz ampliación de la maquinaria empleada. El sistema de arrendamiento favoreció una rápida difusión de las máquinas, en tanto permitía adquirirlas sin invertir capital en su compra.6 El sistema de leasing fue uno de los aspectos más cuestionados en los juicios que la empresa enfrentó en Norteamérica. Sin embargo, aquí parece haber tenido efectos positivos al acelerar la difusión de la maquinaria y atenuar los inconvenientes propios de la escasez de capital. Sólo coyunturalmente los industriales argentinos lo cuestionaron.7 En forma 5 El calzado plantillado no emplea tornillos ni estaquillas y la costura no queda expuesta al contacto con el pie, por lo que resulta mucho más cómodo. 6 Debemos notar que quien emprendiese estas reformas debía afrontar inversiones importantes vinculadas con la ampliación de los edificios y la infraestructura. El aumento de la escala de producción demandaba también más capital en concepto de materias primas, medios de trabajo, etc. Por lo tanto, si bien para adquirir la maquinaria no era preciso comprarla, esto no significaba que cualquiera pudiera acceder a ella. 7 Hacia 1919, cuando comienza a vislumbrarse una crisis en la industria, se manifiesta cierto disgusto hacia el sistema de arriendo de máquinas de la USMCO que había permitido que muchos pequeños zapateros instalaran talleres más importantes y compitieran “con los fabricantes más grandes” (Brock, 1919a: 62-63) Con la prolongación de la crisis que terminará por afectar a muchos industriales que en 1920 se creían a salvo de ella, se intentará, incluso, imponer cláusulas restrictivas a la USMCO, para evitar la instalación de nuevas fábricas o la ampliación de las existentes. La Industria Argentina del Calzado, nº 219, mayo de 1935, pp. 11 a 13. El memorial presentado por la Cámara de la Industria del Calzado también contemplaba otros puntos como la reducción del gasto de renovación de equipos, el costo del arriendo (que estaba fijado en dólares) o el precio de repuestos. 106 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) complementaria al sistema de leasing la USMCO vendía algunas de sus máquinas8 Aunque podemos suponer que, al igual que en Estados Unidos, las máquinas ofrecidas a la venta eran las menos importantes. Las pocas máquinas que la USMCO vendía en Estados Unidos eran o bien, auxiliares y simples, o modelos obsoletos (Kaysen, 1956: 188). Distintos testimonios refieren a los servicios prestados por esta empresa a la industria argentina del calzado. Los comentaristas aseveran que la firma ofreció, en todo momento, los últimos diseños existentes, a la vez que mantuvo un stock completo de repuestos. No menos decisivos fueron el asesoramiento y el servicio técnico a sus clientes. Inicialmente compitió con firmas europeas, sobre todo con las francesas, que anteriormente habían realizado negocios en este mercado. Pronto se comprobó la superioridad de las máquinas norteamericanas que tenían una productividad mayor y que podían prescindir de las actividades manuales complementarias exigidas por los equipos europeos. Por otra parte, ninguna firma europea podía garantizar una provisión de repuestos como la que contaba la USMCO, por lo que éstos debían encargarse a Europa y su arribo demoraba por lo menos cinco semanas (Butman, 1910a: 62). Diez años más tarde el predominio de la maquinaria norteamericana se había consolidado, cubriendo casi la totalidad del mercado argentino, pero la USMCO mantenía su política de proveerlo con las últimas novedades en materia de maquinaria, a la vez que continuaba brindado asesoramiento y comercializando los repuestos que los fabricantes pudieran llegar a necesitar. “Es evidente para toda persona que está familiarizada con los procesos de fabricación del calzado en Estados Unidos que la industria argentina ha sido fuertemente influenciada por las ideas americanas y que muchos métodos y soluciones típicamente americanos han sido adoptados en la industria argentina. Esto es especialmente cierto en las fábricas cuya producción se asemeja más en su apariencia al calzado americano. No hay duda de que éste es un resultado natural del sistema de instalación y capacitación implementado por la United Shoe Machinery Co, puesto que los fabricantes locales sin excepción han aprendido de los gerentes y mecánicos de la compañía norteamericana la mayor parte de lo que saben sobre la fabricación de calzado por medio del uso de maquinaria a fuerza motriz. Cada mejora en una máquina en particular y cada nuevo modelo que está disponible para los fabricantes norteamericanos puede ser adquirido en las fábricas de Buenos Aires unas pocas semanas después de su primera aparición en los Estados Unidos” (Brock, 1919a: 52). La provisión de un stock de repuestos constituye un servicio cuya importancia no debe subestimarse; de hecho, la maquinaria europea es desplazada 8 Por ejemplo, hacia 1927, vende 22 máquinas y arrienda 31 de las que se emplean para la fabricación de calzado masculino (Ugarteche, 1927: 370). M. KABAT – LAS EMPRESAS TRANSNACIONALES Y EL DESARROLLO DE LA INDUSTRIA DEL CALZADO 107 definitivamente por la norteamericana cuando durante la Primera Guerra Mundial se torna imposible conseguir las piezas para la maquinaria del viejo continente. (Brock, 1919a: 12-13). El informe preparado en 1914 por el inspector del Departamento Nacional de Trabajo, Miguel Vidal, confirma el predominio de las máquinas norteamericanas, a la vez que da algunos detalles sobre la forma de implementación del sistema de leasing vigente. “Las máquinas que actualmente tienen las fábricas, la mayoría son norteamericanas de las marcas Hunteect- Shoe Machinery Cía of South América, Goodyear Welt y otras: todas estas máquinas las alquilan por 10 años por ser esa la condición que imponen los fabricantes; cada una de ellas tiene un Reloj Registro, que marca el número de calzado elaborado en las horas de que funciona, en un talonario estableciendo diariamente la producción. La Cía que alquila estas máquinas tiene sus agentes en la Capital y este alquiler lo cobran por par de calzado que hacen las máquinas en la siguiente forma: por par de calzado fino 10 centavos, por otros demás inferiores o centavos y por los chicos 5 centavos.” (Vidal, 1916: sección sin paginar). En función de este sistema, los ingresos de la USMCO dependían directamente de la producción local. Su aumento era provechoso para la firma extranjera. Por el mismo motivo, las tarifas aduaneras que perjudicaban a los fabricantes norteamericanos que querían hacer colocar sus productos en la Argentina, resultaban beneficiosas para la USMCO. La velocidad con que se difundió el empleo de máquinas desde el momento en que la USMCO llega a la Argentina, se constata al comparar los censos de 1904 y 1908, los que muestran un extraordinario crecimiento del uso de fuerza motriz en esta industria: en el primero de ellos la energía utilizada era de 19.458 HP, mientras que en 1908, cuatro años después ésta se había quintuplicado y alcanzaba 105.575 HP. Esta progresión concuerda con los datos sobre las actividades de la USMCO: en 1904, a tan solo un año de su arribo, había instalado 78 máquinas en 28 establecimientos. Cinco años después, en 1909, sus operaciones ascendían a 242.864,29 pesos oro sellado argentino y las máquinas instaladas sumaban 1.330, distribuidas entre 139 fábricas y talleres (Ugarteche, 1927: 228). Hacia 1924 había superado las 7000 máquinas instaladas. Desde 1916, cuando la USMCO comienza a llevar una estadística hasta 1924, se produjeron en el país con sus maquinarias 49.557 pares de calzados. (Ugarteche, 1927: 367) Sin embargo, la adopción de los métodos de trabajo y los atajos típicos del sistema americano no se debió sólo a la influencia de la USMCO, sino también a las frecuentes visitas que los fabricantes argentinos realizaban a Estados Unidos. Allí estudiaban los métodos norteamericanos tal como se aplicaban en las grandes fábricas: 108 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) “Los resultados de estas visitas resultaron evidentes poco tiempo después de que estos industriales retornaran a sus fábricas en Buenos aires. Se corporizaron en la forma de valiosos atajos en el proceso de producción, en la introducción de más métodos más sistemáticos de llevar los costos de producción, mejora en la apariencia y el terminado de los zapatos fabricados (...), economías en la distribución del producto terminado, y en una adaptación de las ideas publicitarias americanas a las condiciones locales.” (Brock, 1919a: 53). En Chile los industriales del calzado, al igual que ocurre otros países latinoamericanos, inicialmente importan maquinaria europea. Pero hacia la segunda década del siglo veinte Estados Unidos comienza a establecerse en ese mercado. Para ello la USMCO establece un depósito en Santiago. En esta industria era importante contar con repuestos puesto que las averías eran frecuentes y el tiempo para traerlos desde Estados Unidos superaba el mes. Por otra parte, el número de piezas de estas máquinas era muy elevado y su elaboración sumamente delicada, lo que no justificaba su fabricación local teniendo en cuenta lo limitado del mercado. El desarrollo de ambas industrias hasta la década del cuarenta Hacia 1910 Chile contaba con 40 a 50 fábricas equipadas, al menos parcialmente, con maquinaria. La mitad de ellas se encontraba en Santiago. La primera en emplear un equipo moderno completo fue la "American Shoe Factory" que inició operaciones en abril de 1907. La fábrica Fardella y cía. tenía los equipos más completos, las máquinas de origen norteamericano se los proporcionó USMCO Londres. Siguiendo patrones ingleses, toda la fábrica estaba ubicada en un solo piso. Tiene capacidad para producir 500 pares diarios. "The american shoe factory" de Santiago, abrió en abril de 1907. Según el analista, una planta similar en EEUU produciría 300 pares diarios mientras que esta firma sólo alcanzaba a elaborar 100 pares diarios. Tenía una curtiembre y un local propio donde también comercializaba dos marcas de calzado norteamerciano. La firma que figura con mayor producción es Yantoro Hermanos que alcanzaba los 1000 pares diarios, por ese entonces cifra única en el país. Otra firma de importancia era Aycaguer Duhalde y Cía. de Valparaiso y Santiago. Operaba una fábrica de calzado en la Penitenciaria de Santiago, otra fábrica en Valparaiso y una tenería en Santiago. En sendas fábricas la maquinaria era europea, de origen francés y alemán. La producción diaria en la penitenciaria era de 400 a 500 pares y la de Valparaiso de 200 a 250 pares. En ambas se trata de calzado barato, de tipo cosido McKay. La penitenciaría de Argentina también producía calzado. En ese caso no podemos hablar de una fábrica, sino de un taller puesto que la dotación de maquinaria era limitada. Este taller no estaba en manos privadas, sino que era gerenciado por el Estado que elaboraba allí calzado para sus distintas reparticiones. Las fábricas de calzado chilenas estaban comúnmente asociadas a las curtiembres. Un ejemplo de esto es la firma Allamand y cía. de Santiago de la cual la M. KABAT – LAS EMPRESAS TRANSNACIONALES Y EL DESARROLLO DE LA INDUSTRIA DEL CALZADO 109 fuente señala que era financiada parcialmente por las curtiembres de la ciudad. Su producción diaria era de 500 pares, pero estaba pensando instalar un equipo para duplicar esa cifra. Magnere y Cía., una firma francesa, también poseía una fábrica de calzado y una curtiembre en Santiago. Primero trabajó con equipo europeo pero luego lo cambió por norteamericano. Al igual que la Argentina, y a diferencia de Estados Unidos, la mayor parte del aparado se realizaba fuera de los establecimientos por trabajadores domiciliarios. Las curtiembres que, como ya dijimos, estaban fuertemente vinculadas con las fábricas de calzado se concentraban en Santiago y Valdivia. Ésta es una diferencia con el caso argentino, donde esta asociación si bien existió no fue de ningún modo generalizada: dado que sólo un par de firmas se dedicaron a ambos rubros.9 En este sentido, Chile parece ser un caso especial en Sudamérica, puesto que los otros dos países productores de calzado (fuera de la Argentina y Chile), Brasil y Uruguay, tampoco habían desarrollado esta integración en escala similar. Un informe norteamericano plantea que, a diferencia de Chile donde las principales fábricas tienen también tenerías, sólo una firma en Uruguay administra una curtiembre. Refiere que otras fábricas grandes habían estudiado esa posibilidad, pero no se habían decidido porque tendrían que edificar lejos de la ciudad (Brock, 1919 a: 121). Tampoco en Brasil donde las curtiembres, a pesar del impulso y crecimiento que experimentaron durante la Primera Guerra Mundial, se encontraban mucho menos desarrolladas que en Argentina, la asociación de las tenerías y las fábricas de calzado resultó importante(Brock, 1919 b: 44). Otra diferencia que encontramos entre la industria del calzado chilena y la argentina es el modelo de organización industrial adoptado. En Chile predominan los conceptos y métodos de organización ingleses que se observaban en el diseño de los edificios fabriles (Butman, 1910a: 37). Esto también es señalado al menos para algunas de las fábricas de Brasil, cuyos edificios siguen el patrón inglés estableciendo cada sección del trabajo en cuartos separados (Butman, 1910b:20). Por el contrario, las firmas argentinas mas importantes se desarrollaban en dos o tres pisos y uno observa en las fotografías un continuo entre las distintas secciones. Creemos que esto podía facilitar el transporte del material, problema técnico importante en esta industria. Mientras que la mayor producción de una firma chilena era hacia 1910 de 1000 pares. (con sólo una empresa a ese nivel y otra que planeaba extenderse en ese sentido), en la Argentina había 11 fábricas que producían más de 1000 pares diarios. Dentro de ellas se encontraban la firma Grimoldi que producía 2000 pares diarios y la Fábrica Alpargatas que también elaboraba zapatos de cuero y otros tipos de calzado. Fuera de Buenos Aires destacaba la firma cordobesa Céspedes, Tettamanti y 9 Un ejemplo de fábrica de calzado con curtiembre propia que funcionaba en las últimas décadas del siglo XIX es la Fábrica Nacional del Calzado, descrita por (Moorne, 1893). El otro caso es el de la firma cordobesa Céspedes , Tettamanti y cía. mencionada en los informes de Brock y Butman, ya citados. 110 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) Cía, con una capacidad total de 4000 pares diarios. Esta firma era una de las pocas que poseía una curtiembre propia y, además, una fábrica de hormas. Según la Revista de la Cámara de fabricantes de calzado de la Argentina, La industria argentina del calzado, de enero de 1921, ambos países tras la Primera Guerra Mundial acrecentaron su producción y pronto cubrieron sus necesidades con exceso. En ambos el peso de la maquinaria norteamericana crece y termina por desplazar a sus competidoras europeas. La diferencia de producción se mantiene en las décadas siguientes. Según la publicación Foreign Commerce Weekly del 13 de enero de 1945, en la Argentina la producción de calzado en parte de cuero es de más de 15 millones en 1938 y de 19 millones en 1940. Por su parte, Chile en 1942 elaboró 4.409.625 pares, la mitad de ellos es Santiago. La diferencia de la producción total, se reproducía en las primeras décadas del siglo veinte (donde tenemos cifras comparables entre los países a nivel de empresa), también en una diferencia de escala. Ambas pueden explicarse por la distinta dimensión del mercado interno de los dos países. En esto incide tanto el número de población total, como el nivel de consumo. También en este último aspecto la Argentina aventajaba a Chile. Así, en el año 1939 se estimaba para la Argentina un índice de 175 pares por cada 100 habitantes. Esto colocaría a la Argentina en séptimo lugar en el mundo después de EEUU que consumía 300 pares cada 100 habitantes; Reino Unido, Canadá, Suiza, Bélgica y Holanda. Por su parte, Chile con un consumo de 74 pares cada 100 habitantes tendría un nivel más elevado que el de otros países latinoamericanos como Uruguay que consumía sólo 47 pares cada 100 habitantes o Brasil con 41 pares; por no citar otros países donde este índice es aún más bajo por la confección doméstica de calzado por parte de la población indígena.10 (Fernández, 1947:225-226). En la trayectoria de estas industrias en los distintos países también es un rasgo común la aparición en distintas coyunturas de una sobreproducción. Esto es natural porque la industria pasa por este problema a nivel mundial. Este problema aparece por primera vez tras la Primera Guerra Mundial y se manifiesta con más fuerza en décadas posteriores. La firma Bata y su establecimiento en Chile Si la instalación de filiales de la USMCO fue central para el desarrollo inicial de la industria del calzado en Sudamérica, una importancia equivalente va a tener el establecimiento en diferentes países de la región de la firma de origen checoslovaco Bata. La misma se instala en Chile, Brasil (San Pablo) y Perú. En cambio, a pesar del interés de la empresa por radicarse en la Argentina, esto no se concreta por la oposición de los industriales locales nucleados en una poderosa organización gremial, la Cámara de la Industria del Calzado. Ante los primeros rumores sobre la presencia de Bata en el país la Cámara de la Industria del Calzado, 10 Los índices de consumo citados deben considerarse aproximativos, pues para este período no existen criterios de medición estandarizados a nivel internacional. M. KABAT – LAS EMPRESAS TRANSNACIONALES Y EL DESARROLLO DE LA INDUSTRIA DEL CALZADO 111 pide medidas precautorias para evitar que la firma se radique. Esto sucede en dos ocasiones, la primera en 1939, la segunda casi diez años más tarde, a inicios de 1949.11En ambos casos, además de las gestiones oficiales pertinentes, la Cámara realiza una campaña contra el industrial (que en ocasiones previas habían mencionado en términos elogiosos) difundiendo los cuestionamientos y críticas que había sufrido en otros países. Bata, quien fue apodado "el Ford de los zapatos", estableció una serie de modificaciones en la organización del trabajo de esta industria, centralmente el trabajo bajo el sistema de pares sueltos y el empleo de cintas transportadoras. Elevó la integración vertical, ya que poseía no sólo curtiembres propias, sino fabricación de maquinarias y la elaboración de tido tipo de insumos incluyendo el tanino. Administraba también cadenas de negocios de comercialización e, incluso, de reparación de calzado. También tuvo prácticas bastante especiales de gestión de los trabajadores. Por una parte, establece un sistema de villa obrera, sobre la que tiene un fuerte control.12 Emplea mano de obra barata, centralmente de origen rural. Pero, para ciertos empleados establece un sistema de participación en los beneficios. Bata se dedica a la producción estandarizada de calzado barato. Es hijo de un zapatero nacido en Zlin, Checoslovaquia, trabaja con su padre y en otros talleres. En 1894 se establece por su cuenta en Zlin, viaja a Estados Unidos para perfeccionar sus técnicas. De regreso se especializa en artículos de tela, que creía poder colocar en región del Danubio y en el oriente. En 1914 tiene ya 2000 obreros. Mecaniza el trabajo, aumenta la división de tareas y emplea mano de obra menos calificada. Durante la guerra le vende al ejército y comienza a producir calzado de cuero en forma masiva. Así, en 1917 elabora 10.000 pares diarios con cuatro mil obreros. Después de la guerra, ante la contracción de los negocios, vigila sus costos: en contexto de revalorización y estabilización de moneda checa redujo casi la mitad los precios de venta, al tiempo que rebajó en un cuarenta por ciento los salarios y redujo a la mitad el costo de los artículos que proveía en su villa industrial a sus obreros. . En 1923 reorganiza su fábrica que tenía 1800 obreros y producía 8000 pares diarios. Concibe un sistema de autonomía de talleres y gestión independiente de sus sucursales de venta. En 1928 alcanza los 75 mil pares diarios, con 12 mil obreros. De este modo, la producción por obrero aumenta en cinco años de 4,44 a 6,25 pares diarios. Es decir, entre 1923 y 1928 la producción diaria por obrero aumento en más de un cuarenta por ciento. 11 La cámara plantea que tenía noticias por dos canales diferentes de que se planeaba introducir una fábrica procedente de Suiza. Reseñaba también el frustrado intento de la década anterior. Argumenta que no teme a la competencia, pero que en este caso se trataría de algo injusto dado que a la industria no se le permitía reaprovisionarse y renovar equipos desde 1939. Ver: La industria argentina del calzado, febrero-marzo de 1949, pp. 18 y 19. 12 Esto que es una característica habitual entre las experiencias de villa obrera, se manifiesta en quejas sobre los libros disponibles en ZLin o las películas que se proyectaban en sus cines, cuyo nivel educativo se cuestiona. Ver: La industria argentina del calzado, junio de 1940. 112 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) En un plazo similar, entre 1922 y 1928 los precios medios se abaratan y pasan de 220 coronas a 55. Continúan luego esta tendencia descendiente hasta llegar a 33 coronas en 1933. Esta caída de precios es posible por la concentración vertical, la eliminación de intermediarios, la especialización y estandarización, el perfeccionamiento de la maquinaria y la economía de materiales y tiempo. En 1930 la OIT publica un estudio sobre la firma sobre la que ya llovían acusaciones de competencia desleal por las características del trabajo en ella. Por ese momento los establecimientos de Bata se dividían en las fábricas de calzado, 32 edificios de 80 metros por 12 con tres pisos, y la villa obrera. Bata desarrolla más que ninguna otra firma la integración vertical. Tiene también fábrica de papel y cartón, imprenta propia, fábrica de productos químicos, una fábrica de construcción mecánica, talleres de tratamiento de caucho, curtiembres y talleres para preparar tanino. Elabora todos los insumos, tanto para la producción de calzado como para el curtido de pieles, al mismo tiempo que fabrica los productos necesarios para su embalaje. Por otra parte, Bata también controla los circuitos de comercialización. Posee 450 sucursales de venta en toda Checoslovaquia y agentes en el exterior. Finalmente, también tiene sus propios talleres de reparación de calzado. Para la racionalización es necesario simplificar la producción y limitar el número de modelos elaborados. Para ello, la firma programa el trabajo en forma anticipada por 6 meses, de esta manera prepara modelos dos veces por año. Sobre compromisos en firme de compra se arma el plan de producción. A veces trabajan creando stock para mantener el ritmo. Pero con el criterio de no bajar del ritmo redituable y tampoco acumular stock, para lo cual se requiere un delicado equilibrio. Cada uno de los 36 talleres produce 2000 pares diarios, para evitar retrasos hay personal y máquinas de reemplazo. Según Bata la cadena trabaja al 70% del ritmo que se podría tener. Sin embargo la intensidad del trabajo es la principal queja de los trabajadores. El transporte del trabajo se realiza por plataformas y bandas móviles. El personal no es calificado y tiene en su mayoría un origen rural. Para ingresar a la firma se debe completar un riguroso cuestionario y se comienza con un aprendizaje de tres años, entre las edades de 14 a 17. Se trabaja 7 horas y media netas diarias y se estima que se pierde por día media hora por problemas en la cadena. En cuanto a las remuneraciones, combina el salario por pieza individual, con otro por pieza colectivo. Para las tareas que nos son factibles de remunerar por pieza establece un salario fijo semanal. También, para determinados cargos, crea un sistema de salario por beneficio. Pero este sistema implica una participación tanto de las ganancias como de las pérdidas de la empresa. Si se trata de pérdidas éstas se computan en forma íntegra inmediatamente. En cambio, en caso de tratarse de ganancias sólo se perciben de inmediato un cincuenta por ciento, mientras que el cincuenta por ciento restante es retenido por un período fijo y el obrero que abandonara la empresa pierde su derecho a él. En este primer estudio de la OIT sobre la firma Bata el organismo recoge el testimonio del empresario quien planteaba que en la industria del calzado existía un amplio margen entre las necesidades y la producción. Ésta última era de 900.000.000 pares y las necesidades de 4.000.000.000 pares, si se estima un consumo promedio M. KABAT – LAS EMPRESAS TRANSNACIONALES Y EL DESARROLLO DE LA INDUSTRIA DEL CALZADO 113 de dos pares por año por persona. El informe del a OIT daba parcialmente la razón a Bata y señalaba que con el abaratamiento del calzado Bata permitía satisfacer esta necesidad a un sector creciente de la población (Fernández, 1947: 223-224) Bata muere en 1932 y le suceden su hermano e hijos. Hacia enero del 1938 según la Revista internacional del trabajo, de la OIT posee 8 filiales distribuidas en Alemania, Inglaterra, Francia, Países Bajos, Polonia, Suiza y Yugoselavia (Von Haan, 1938: 1-3). La OIT realiza un segundo estudio en 1936 sobre la firma Bata. En este caso estudian su filial en Yugoslavia, la primera en el extranjero. Nos detenemos con mayor detalle en este estudio porque por tratarse allí de una filial lo consideramos más útil pues se presta mejor a la comparación con el caso chileno. El sitio se eligió en primer lugar por la existencia de una demanda de calzado barato y por la disponibilidad de mano de obra rural. La ubicación aseguraba un transporte económico de mercaderías por el Danubio por donde llegaba la maquinaria importada de Zlin, la casa matriz. Los cueros crudos los importaba directamente de la India sin intermediarios y también eran trasladados por mar y río directamente hasta su lugar de elaboración. Sin embargo, la integración vertical en Yugoslavia no es tan completa como en Checoslovaquia. No estableció allí talleres de reparación porque el gobierno no se lo permitió. Le denegaron también el permiso para montar curtidurías propias. Por eso, la firma entrega la materia prima, (los cueros traídos de la India) a una serie de pequeñas curtiembres locales con las cuales ha realizado contratos y a las que les suministra créditos y maquinarias. Este cuadro se repetirá en las diversas filiales de Bata: el nivel de la integración vertical se reducirá de acuerdo a lo que el mercado permita, como a las limitaciones impuestas en diferentes casos por el gobierno fruto de las reclamaciones de los industriales locales. En Yugoslavia se concentró en la producción de calzado de caucho, especialmente los opankis (calzado económico tradicional de la zona). Tenía 510 locales de venta racionalizados y controlados por medio de sistema centralizado de inspectores regionales. Estos locales estaban clasificados según su importancia (medida por el mercado, metros cuadrados, etc.) en doce tipos. Los que pertenecían a la primera categoría (31 locales), disponían de un pedicuro que asesoraba a los clientes. El informe de la OIT juzgaba positivas las consecuencias de la instalación de Bata, por el aumento del consumo y la caída de precios. A la vez el nivel de empleo se habría mantenido y los salarios, aumentado. Señala que el nivel salarial de Bata es superior al promedio de la industria, pero la misma fuente explica cómo el establecimiento de esta filial impulsó una caída de los salarios en el resto de los talleres que competían con ella. Por otra parte, en el promedio salarial de la firma Bata no parece computar la remuneración acordada a los aprendices. Los mismos recibían una suma reducida que, además consumían mayoritariamente en pagar los servicios de la propia escuela-internado Bata. En 1936 Bata contaba en Yugoslavia con 210 aprendices. Ellos recibían 120 dinares que según el presupuesto organizado por las autoridades del internado podían gastar de la siguiente forma: en alimento 45,5; habitación, 16; caja de enfermedad 11,80; vestidos y ropa blanca 10; dinero de 114 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) bolsillo (deportes y diversiones) 10; impuestos y tasas 1,7 y finalmente, 25 de ahorro. De lo que se desprende que la mayor parte del estipendio retornaba a la firma Bata en razón de alojamiento y comida. En Yugoslavia, al igual que en la casa matriz, cada taller es autónomo. Existen dos talleres por cada planta de edificio tipo. Cada taller tiene un transportador a lo largo del cual 40 a 60 personas dirigidas por un contramaestre realizan en serie un artículo determinado, por ejemplo 1000 zapatos de cierto modelo por día. Emplean el sistema “de los 5”, es decir, el transportador de a sacudidas, conduce cada vez a cada obrero una bandeja con 5 pares. Por tanto, por cada parada el obrero debe realizar sobre 10 piezas el trabajo prescripto. Los tiempos no han sido calculados en Borovo, sino que han sido copiados de Zlin, donde ensayos y experimentación les permitieron llegar a tiempos tipo. El contramaestre de estos talleres se conduce como un pequeño empresario. Él compra las materias primas o semielaboradas en el depósito de la empresa y vende al taller siguiente o al servicio de ventas. Dispone de un capital que debe administrar. Si recibe mercadería defectuosa puede cargarle el importe al sector que se lo vendió y cuando actúa como proveedor puede ocurrir lo mismo a la inversa. Debe llevar la cuenta de todos los gastos del taller y debe pagar los salarios. Algunas operaciones son en metálico (los salarios) otras son sólo contabilizadas. Pero este sistema claramente se adelanta a la lógica de "clientes internos" propio del gerenciamiento contemporáneo. Dentro de la administración es importante el control presupuestario. El mismo se hace en base de un formulario que permite la comparación entre distintos talleres y filiales. Sábado es de reposo para los obreros, pero el personal directivo, desde el contramaestre hasta el director destina la mañana a controlar el presupuesto de la semana anterior y se las confronta con las cifras presupuestadas. La preocupación del personal por la suerte de la empresa estaba garantizada en gran parte por un sistema de participación en los beneficios. Los empleados con contrato, es decir los empleados superiores y los contramaestres participaban de los beneficios bajo la forma de primas que pueden alcanzar hasta el 10 % de los beneficios realizados por el taller esa semana. Sólo cobraban el 50% de esas primas, el resto era retenido frente a eventuales pérdidas futuras. Sólo podían participar de este sistema hasta nueve obreros por taller. Ellos, a diferencia de los empleados, no tendrían responsabilidad en caso de perdida. Su participación también podía alcanzar el 10% de los beneficios semanales del taller, correspondiendo el 2% al obrero más calificado y el 1% a cada uno de los 8 siguientes. Ellos también sólo cobran la mitad de la prima, mientras que el resto era retenido. La villa contaba con una cantina de la empresa que ofrecía comidas económicas, un cine, un club deportivo, etc. El jefe de personal era responsable del reclutamiento, la formación, la condiciones de trabajo, de vida, el alojamiento y la utilización del tiempo libre de los empleados. La villa obrera es relativamente chica. La ciudad de Bata Borovo tenía 122 casas capaces de albergar 421 familias. Además de plazas para 200 célibes. Las casas las alquila a un precio inferior al promedio de la M. KABAT – LAS EMPRESAS TRANSNACIONALES Y EL DESARROLLO DE LA INDUSTRIA DEL CALZADO 115 región. El agua es gratis, pero la electricidad la cobran a 2 dinares el kw. cuando el costo para la empresa es 1,75. Según la OIT estas ventajas equivalen a un importante suplemento al salario. Sin embargo, algunas como la electricidad permiten una ganancia a la empresa. Por otra parte, al igual que en el sistema de participación en los beneficios, sólo una parte de los más de 2000 empleados de Bata viven en su villa obrera. Un gran porcentaje (1455 obreros) habita fuera de la villa a 4 kilómetros de las fábricas. Se trataba de una empresa altamente racionalizada. Tanto por sus métodos productivos como por su estilo de gestión. Por un lado, se aprovecha la economía de escala, descarta intermediarios y avanza lo más posible en la integración vertical. Por otra parte, el gerenciamiento es eficiente y se asegura un elevado estándar de calidad, por lo que hoy denominaríamos el sistema de clientes internos, la identificación de la mercadería y el sistema de participación en los beneficios (y en las pérdidas). Esto mismo favorece una economía de gestión por parte de todas las unidades. El sistema productivo garantiza eficiencia que sólo podría lograrse dominando también una sólida estructura de comercialización. Esto permite una mayor estandarización y cierta independencia de la moda y las preferencias de los comerciantes. Tratándose de un producto difícil de vender pasada la temporada, aquí resulta importante una alta planificación y un extremo cuidado para evitar producir stock en exceso. Uno encuentra en la firma Bata una serie de elementos avanzados en cuanto a gestión del trabajo. Esto quizás se deba a que los obstáculos y riesgos de la estandarización eran mayores en la industria del calzado que en otras. El problema de acumulación de stock era aquí más peligroso que en la industria automotriz, por ello quizás se introdujeron antes ciertas formas de gestión que luego otros considerarán típicas del toyotismo. Cuando empezó la Segunda Guerra Mundial Bata tenía fábricas en veinte países incluyendo Canadá, Rodhesia, Colonias francesas, belgas e inglesas en África. En las Indias holandesas y en Asia, estaba estudiando establecerse en China. Después de la guerra en Checoslovaquia se comienza a discutir la nacionalización de la empresa, hecho que finalmente se consuma. Todas las fábricas de Bata en Europa oriental son nacionalizadas. Sin embargo, el directorio que ya se había trasladado a Canadá durante la Segunda Guerra Mundial dirige desde allí las demás filiales de la empresa y, a pesar de que la fábrica madre fue nacionalizada en Checoslovaquia, Bata continúa desarrollándose como una de las principales empresas mundiales productoras y comercializadoras de calzado. Al igual que en el caso de Yugoslavia, ante un bajo nivel de concentración de la industria local, el impacto del establecimiento en 1938 de la filial de Bata en Chile es muy fuerte lo que explica la alta conflictividad inicial. Sin embargo, precisamente esa menor escala alcanzada por la industria puede explicar una menor capacidad de intervención política de los industriales locales comparada con el caso argentino donde la Cámara industrial que ya había tenido amplia incidencia en la determinación de tarifas contra la importación logra frenar el establecimiento de una filial. 116 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) En cuanto a las prácticas gerenciales de Bata en Chile ya existía una fuerte tradición en lo que respecta al vínculo entre fábricas de calzado y curtiembre. En cambio, las cadenas de comercialización de Bata, debió ser una novedad más radical. Los sistemas de comercialización vigentes eran un obstáculo al desarrollo de la industria en todos los países sudamericanos. En general, el comercio podía dividirse entre grandes firmas norteamericanas, las secciones de calzado de las grandes tiendas y las pequeñas zapaterías. Estas últimas representaban la mayor parte del negocio. Esto ya generaba una fuerte dispersión de comercio, cuyas consecuencias eran agudizadas por el limitado capital con el que se manejaban estas tiendas. Sus órdenes eran extremadamente pequeñas, a veces tan sólo 4 ó 5 docenas, lo que dificultaba la estandarización. Según los informes norteamericanos el público latino tenía una exagerada preocupación por la moda y los cambios de estilo eran todavía más frecuentes que en otros países (Brock, 1919b: 40-43). Algunos industriales incentivaban estos cambios pues su velocidad era un arma contra la competencia extranjera que no podía adaptarse a ellos con suficiente prontitud. Por otra parte, ciertas características cada mercado particular dificultaban aún más el comercio. Así, por ejemplo en Buenos Aires inicialmente las zapaterías acostumbraban enviar a domicilio las compras a sus mujeres, más aún se les enviaba varios pares de muestra para que se probaran y eligieran los modelos en sus casas, operación que se repetía varias veces antes de efectuarse la compra. Por la misma época en Brasil donde las fábricas no producían para stock, sino a pedido, se acostumbraba que los vendedores tomaran órdenes para fabricar modelos diferentes a los originalmente fijados en el catálogo de la fábrica (Brock, 1919a: 94-95). Como ya ha sido señalado el sistema Bata y el desarrollo de su cadena comercial propia le permitía superar estos obstáculos. El desarrollo de cadenas comerciales era un fenómeno que también se extendería en la Argentina durante la década del ’30 y ’40. Las grandes fábricas como Grimoldi desarrollan redes de filiales propias, estableciéndose una fuerte competencia entre ellas. Por su parte, la organización del trabajo basado en las cintas transportadoras que Bata introduce era una innovación importante. En Argentina un sistema parecido había sido experimentado por lo menos en una firma, pero no pareciera haberse generalizado, sea por las dificultades experimentadas para renovar equipos, o por la oposición obrera a este sistema de trabajo (Kabat, 2005: 155-157). La bifurcación Hasta la década del cuarenta la industria en ambos países parece mantener trayectorias similares. Pero esto va a cambiar desde mediados de la década del cuarenta. En la Argentina, la falta de renovación de maquinaria va a determinar pronto la obsolescencia de los equipos. Al mismo tiempo, el avance de la capacidad negociadora de los trabajadores en el contexto del peronismo y la elevada actividad desplegada por los obreros de este gremio imponen ciertas restricciones a los empresarios que ven disminuir la productividad de sus fábricas. Una de las conquistas centrales es obtenida en una huelga desarrollada en septiembre y octubre M. KABAT – LAS EMPRESAS TRANSNACIONALES Y EL DESARROLLO DE LA INDUSTRIA DEL CALZADO 117 de 1946 que se resuelve tras la eliminación del pago a destajo. En el Congreso de la Productividad los empresarios plantean que el destajo es la forma predominante de pago en la industria en todo el mundo y que en la Argentina debe ser reimplantado si se deseaba que nuestra industria se acercara a los parámetros de competitividad internacional (Kabat, 2007: 95-96). Esta situación parece prolongarse al menos hasta 1960. Por una parte hasta este año se mantienen las restricciones de tipo arancelaria a la importación de maquinaria. Por otra parte, a pesar de la caída de Perón, los obreros mantienen en gran medida su capacidad de resistencia que luego menguará cuando crezca el desempleo. En 1960 industriales argentinos de la rama, como parte de una delegación mayor de la UIA (Unión Industrial Argentina), visitan Chile y participan de un encuentro en el que se buscaba establecer las bases para una Asociación Latinoamericana de Libre Comercio. En este congreso se establece una comisión de la industria del cuero donde empresarios de ambas lados de la cordillera discuten su situación particular. En ese momento Chile abastecía por completo su consumo de cuero y calzado, del que no importaba ni un solo par. La industria chilena había ya exportado en forma experimental calzado fino de mujer a Estados Unidos y a Bolivia. Para proveer a sus curtiembres sí debía importar cierta cantidad de cueros crudos, la mayoría de los cuales provenía de Argentina. El cinco de octubre la comisión visita la firma Pluma que elabora calzado goodyear, sobre la base de un trabajo perfectamente mecanizado. Dicha firma contaba con una fábrica de hormas con un equipo nuevo adquirido tan sólo dos meses antes. El mismo permitía producir 60 pares de hormas diarias. Esta fábrica elaboraba 500 pares de calzado por día. Una segunda firma visitada se dedica a calzado Luis XV el cual constituía el 65 por ciento de su producción y otros modelos. También se hallaba muy mecanizada, contando con máquinas alemanas e italianas. Una tercera fábrica era más antigua pero su propietario planeaba modernizarla en breve. El siguiente día visitan la fábrica CATECU SA "Bata" a 25 kilómetros de Santiago en el pueblo de Peñaflor creado en 1938 ante el inicio de las actividades de esta fábrica. Según la describen en La industria argentina del calzado, nº 449, octubre de 1960: "se trata de una empresa organizada con los principios de orden técnico y racionalización de tareas llevadas a la perfección y planificadas en el molde de la planta de origen de Checoslovaquia, pero sin conexión con ella que pertenece al mundo comunista, sino con la matriz de Canadá, muy poderosa de capitales británicos, con técnica propia para el aprendizaje de los operarios, pero respetando todas las leyes laborales de Chile y más bien superándolas por los beneficios sociales y la perfecta organización que tiene montada. Bata cuenta en Chile con 70 salas de venta distribuidas a todo lo largo del país. Además de su calzado que es de tipo estándar, en esas salas se venden otros modelos que la empresa no produce y que adquiere a distintos fabricantes, lo mismo que medias, calcetines y toda clase de accesorios para Estudios Trasandinos 14:2 (2008) 118 el calzado. Debemos destacar que Bata en Chile produce veinte mil pares de calzado diariamente en sus diversos tipos: cuero, goma, lona (para deportes) y alpargatas. Su producción alcanza los cincos millones de pares anuales. Tiene un personal de 2000 personas entre obreros y empleados." (p. 21) A 10 kilómetros de Peñaflor, quedaba Bataflor donde Bata tiene su curtiembre. Allí se producían 3 millones de pies cuadrados de cuero por año y 200.000 kilos de suela de primera calidad. Además Bata en Chile contaba con un internado donde se educaban 40 jóvenes y recibía también alumnos provenientes de Perú y Bolivia. Las críticas al régimen de relaciones laborales de Bata se transforman ahora nuevamente en comentarios elogiosos. Tal como ocurría antes de que la firma quisiera establecerse en la Argentina, los industriales ensalzan su sistema. Esto en un contexto en el cual ellos buscan avanzar sobre las condiciones de trabajo prevaleciente en sus propias fábricas. Tanto en esta descripción, como en otras similares sobre el desarrollo de la industria europea, los industriales argentinos manifiestan su pesar por el tiempo perdido. Piden medidas al gobierno para facilitar el reequipamiento industrial para que la Argentina "volviera a ser un país exportador de calzado" y promueven cambios en la legislación laboral que, según ellos, les permitiera equiparar la productividad local con los estándares internacionales. El consumo de calzado resulta muy susceptible a los ciclos económicos y, durante los últimos años de la década del ’50, experimentó en la mayoría de los países latinoamericanos contracciones cíclicas. Éstas siguieron el ritmo de las crisis económicas de los respectivos países.13 La secretaría de la Comisión Económica para América Latina de la ONU consideraba que el mayor potencial de desarrollo para esta rama se encontraba en los países de más bajo consumo.14En cambio, aquellos con niveles más altos y con una industria ya establecida, dependían para su expansión del comercio exterior (ONU, 1957: 93 y ss.). Frente a este horizonte, la industria chilena del calzado parecía, a pesar de su menor producción,15 mejor posicionada. Conclusiones El arribo de la USMCO en 1903 marca el inicio de una nueva etapa en la organización del trabajo en la industria del calzado en Argentina y en Sudamérica. La 13 La Argentina tuvo este tipo de caídas en 1952 y 1959, por ejemplo. Chile en 1855 disminuyó su producción en un 35% por los mismos motivos. Similares problemas enfrentaban Brasil y Uruguay (ONU, 1957: 93 y ss.). 14 Sólo 4 países latino americanos -Argentina, Cuba, Chile y Uruguay- superaban el consumo de 1 par al año per cápita.(ONU,1956: 63 y ss.). 15 En 1956 la producción de calzado de cuero fue de 9000 pares para el caso de Chile y de 17000 para la Argentina, ibídem. M. KABAT – LAS EMPRESAS TRANSNACIONALES Y EL DESARROLLO DE LA INDUSTRIA DEL CALZADO 119 presencia de esta compañía con filiales y depósitos en distintos países de la región promueve una acelerada mecanización, mediante el sistema de leasing. De esta manera, se facilitaba la adquisición de máquinas incluso por los talleres chicos. No obstante, la disponibilidad de las máquinas no alcanzaba para el pasaje al sistema fabril, hacían falta edificios donde albergarlas, capitales para invertir en insumos, salarios, etc. De tal modo, que la conformación de grandes fábricas no fue la situación predominante. En cambio, fue más común la adquisición aislada de algunas máquinas que se complementaban con el trabajo manual. En estos primeros años la USMCO proporcionaba máquinas que podían funcionar con motor propio o a fuerza motriz central. El hecho de que se comercializaran máquinas con motores individuales muestra que éstas aparecían, en muchos casos, como elementos aislados de la producción, sin constituir aún un sistema de máquinas organizado en torno a una fuente central de energía. Si bien, inicialmente predominan los talleres parcialmente mecanizados, en Argentina, Brasil, Chile y, en menor medida, Uruguay, surgen algunas fábricas propiamente dichas, que crecen con el estímulo de la Primera Guerra Mundial. La comparación con el sistema de trabajo norteamericano revela fuertes semejanzas, también allí el trabajo manual todavía subsistía en algunas secciones. En términos de la base técnica las grandes fábricas locales pueden compararse con las norteamericanas. Esto se debe a que la USMCO trae a estos países todas las novedades que comercializa en Estados Unidos con apenas un par de meses de retraso. A su vez, el sistema de leasing que la firma empleaba, facilitaba la pronta renovación de la maquinaria por parte de los empresarios. En cuanto a los estilos manageriales al comparar las industrias de los distintos países surgen algunas diferencias menores. La industria argentina toma más fuertemente como modelo la norteamericana, la organización de las fábricas y ciertos atajos productivos son imitados. Los empresarios argentinos viajan regularmente a Estados Unidos donde parecen haber realizado aprendizajes de utilidad. En cambio en el caso de Chile, tal como ocurre también con Brasil, las fábricas parecen edificarse y organizar el circuito productivo según el modelo británico. Otra diferencia que surge de la comparación entre Chile y Argentina es el mayor desarrollo en el primero de la integración entre curtiembres y fábricas de calzado. Finalmente, ambos países comparten ciertas características del sistema de comercialización: el predominio de las pequeñas zapaterías, cuya demanda demasiado pequeña y fragmentada a parece como un freno a la estandarización. Este rasgo es común a otros países de Latinoamérica y a otros mercados de tamaño similar. La industria argentina inicialmente aventaja a su par trasandina. Sin embargo, va a sufrir un estancamiento, desde mediados de la década del cuarenta hasta inicios de la década del sesenta, período en el cual prácticamente no hay un reequipamiento industrial. Simultáneamente en esa etapa producto de las luchas obreras, se produce una caída de la intensidad del trabajo, dado entre otros factores por el retroceso de la práctica del pago a destajo. 120 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) En cambio, los inicios de la década del sesenta muestran a la industria chilena en mejores condiciones de eficiencia. Para entonces ya se encuentra firmemente establecida la firma Bata, de origen checoslovaco que había llegado al país en 1938. Esta firma logra imponer condiciones de trabajo más intensivas, como el pago a destajo, el trabajo en la cinta de montaje que eran fuertemente combatidas en la Argentina. Sergio Bitar señala como rasgos de las empresas extranjeras establecidas en Chile su carácter monopólico y la orientación hacia el mercado interno de su producción (Bitar, 1973: 255 y 270). En el caso de la firma Bata, podemos decir que la primera de estas características se cumple parcialmente: Bata domina el mercado, pero sin llegar a monopolizarlo.16 Su presencia genera una centralización de capitales que favorece el desarrollo técnico de la industria. En términos comparativos, encontramos en Chile entonces, una mayor concentración del capital, junto con posibilidades más amplias para incorporar tecnología y una menor capacidad del movimiento obrero para limitar la intensificación del trabajo. Estos elementos podían fundar mejores expectativas para el desarrollo ulterior de exportaciones de calzado, un desafío que los principales países productores de América Latina ya tenían planteado. Bibliografía BÉRTOLA, Luis (2000). El crecimiento de la industria temprana en Uruguay. En: Primeias Jornadas de Historia Regional Comparada, Porto Alegre. BITAR, Sergio (1973). La presencia de la empresa extranjera en la industria chilena. Desarrollo Económico, 13:50 (julio-septiembre). BROCK, Herman (1919a). Boots, Shoes, Leather and Supplies in Argentina, Uruguay and Paraguay. Special Agents Series, nº 177, Washington Goverment Printing Office. BROCK, Herman (1919b). Boots shoes and leather supplies in Brazil. 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KABAT – LAS EMPRESAS TRANSNACIONALES Y EL DESARROLLO DE LA INDUSTRIA DEL CALZADO 121 KABAT, Marina (2005). Del taller a la fábrica. Proceso de trabajo, industria y clase obrera en la rama del calzado 1880-1940. Bs. Aires, RyR. KABAT, Marina (2007). El Congreso de la Productividad de 1955, un análisis desde los enfrentamientos en la industria del calzado. Razón y Revolución, 17 (segundo semestre). KAYSEN, Karl (1956). United States versus United Shoe Machinery Corporation. An economical analysis of an Anti-trust case. Cambridge, Harvard University Press. MOORNE (1893). Las industrias fabriles en Buenos Aires. Bs. Aires. Librarie Francaise. PHELPS, Dudley (1936). Migration of industry to South America. New York–London, McGraw-Hill. ONU (1956). Estudio Económico de América Latina, 1955. Secretaría de la Comisión Económica para América Latina. ONU, México. ONU (1957). Estudio Económico de América Latina, 1956. Secretaría de la Comisión Económica para América Latina. ONU, México. 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Revista Internacional del Trabajo, XVII:1 (enero). 122 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) Estudios Trasandinos, 14:2 (2008), 123-140 ISSN 0717-5256 NUEVOS CONTENIDOS PARA LA MISMA FINALIDAD PEDAGÓGICA: EL CASO DE LAS 1 NUEVAS ESPACIALIDADES EN LA GEOGRAFÍA ESCOLAR VERÓNICA HOLLMAN2 Fecha de recepción: 21 de septiembre de 2007 Fecha de aprobación: 11 de diciembre de 2007 A partir de los años noventa, la Geografía escolar incorpora como contenidos espacialidades que hasta entonces no formaban parte de esta disciplina. Nos referimos particularmente a la introducción de los espacios empresariales transnacionales y los espacios regionales constituidos con los procesos de integración regional. Esta inclusión fue legitimada por el contexto de transformación curricular y la renovación de la propuesta editorial. Las espacialidades introducidas comienzan a disputar la hegemonía que tuvieron los territorios nacionales como objetos de enseñanza de la disciplina. El artículo analiza si esta introducción interpela, cuestiona y resignifica la finalidad pedagógica de una disciplina que se constituyó y afirmó en la conformación de una identidad nacional. Se identifica para ello un conjunto de rupturas y continuidades que enlazan esta trama de contenidos con las finalidades pedagógicas asignadas por las culturas escolares a la Geografía escolar en Argentina. Se realizó una aproximación cualitativa tanto en la recolección como en el análisis de la información en la cual tomaron un rol central una serie de entrevistas focalizadas realizadas a un grupo de profesores de Geografía. Los profesores se constituyeron en la vía de análisis privilegiada como portavoces de la subcultura disciplinar escolar y de las tradiciones que la han ido configurando. Palabras claves: Geografía escolar, nuevas espacialidades, finalidad pedagógica New Contents for the Same Pedagogic Purpose: the Case of the New Spatialities in the School Geography 1 Este trabajo constituye una parte de la investigación realizada como tesis doctoral con el apoyo y financiamiento del CONICET. Fue aceptado para su presentación en la Mesa “Enseñar y aprender ciencias sociales en las escuelas: desigualdad social, diversidad cultural, integración regional” del VII Congreso Argentino Chileno de Estudios Históricos e Integración Cultural. Se agradece al Dr. Mario Carretero y a la Dra. María Elena Marzolla – director y codirectora, respectivamente, de la investigación doctoral-. 2 Becaria Posdoctoral CONICET. Sede FLACSO-Argentina, Área Educación. E-mail: vhollman@gmail.com. 124 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) During the nineties, the teaching of new “spatialities” started making up contents of Geography as a school subject. We are referring particularly to the introduction of both spaces created by transnational corporations and spaces created by the processes of regional integration. This contents´ introduction has been legitimated by a whole process of curricular changes started in this period in Argentina. The spatialities introduced are challenging the hegemony that national territories have had as objects of school teaching. The article explores whether or not this contents´ introduction calls into question the general aim of a subject that had been legitimated at school due to a successful integration of its contents and practices into the general aim of constitution of national identity. We identify continuities and discontinuities that link these new contents with the pedagogical aims that school grammar has assigned to Geography. The research consists of a qualitative approach both in the recollection and analysis of data. Teachers became the main stream of analysis as spokespersons of the subject subculture as well as the traditions that shape it. Key words: Geography, new spatialities, pedagogical aims Introducción La transformación curricular iniciada en los años noventa en Argentina marca un período de cuestionamiento de los contenidos de la Geografía escolar y de su continuidad como un espacio curricular autónomo. En este contexto, se evidencian divergencias y conflictos en la definición de lo que debe ser considerado como “verdadera geografía”, en una disciplina escolar que hasta entonces había articulado exitosamente una trama de contenidos y prácticas con la finalidad de conformar una identidad nacional. En efecto, la Geografía escolar comienza a incorporar contenidos que hasta entonces no formaban parte del conocimiento asignado, establecido y aceptado para ésta. Sin dudas, este proceso fue favorecido y legitimado por el contexto de transformación curricular y la renovación de la propuesta editorial que se produjo en los años noventa en Argentina. El análisis de textos escolares –en tanto currículo oficial-, de fichas de lectura y actividades preparadas por profesores –en tanto currículo real- reflejan un quiebre en la exclusividad que tenían los espacios nacionales como objeto de enseñanza de la disciplina. Nos referimos particularmente a la inclusión en la agenda de la Geografía escolar de dos configuraciones espaciales transnacionales: los espacios empresariales y los espacios constituidos con los procesos de integración regional. En este trabajo nos preguntamos si la introducción de estos contenidos interpela, cuestiona y re-significa la finalidad pedagógica de una disciplina que se constituyó y afirmó en el currículo desde la conformación de una identidad nacional V. HOLLMAN – LAS NUEVAS ESPACIALIDADES EN LA GEOGRAFÍA ESCOLAR 125 con la intención de pensar desde qué finalidades es posible construir una trama de contenidos para la disciplina en el mundo contemporáneo. Sobre el abordaje teórico- metodológico El trabajo que presentamos forma parte de la investigación realizada como tesis doctoral. En la misma se reconstruyen y analizan las racionalidades prácticas de un grupo de profesores de geografía de enseñanza media frente a la introducción de un enfoque teórico de la Geografía denominado “geografía crítica”. Se buscó identificar transformaciones así como prácticas, reglas y supuestos no cuestionados sobre la forma de entender la “verdadera geografía” que se mezclan con la introducción de esta nueva tradición disciplinar. Se analizó qué es lo que los profesores toman de la “geografía crítica”, qué integran y fragmentan con elementos correspondientes a otras tradiciones disciplinares y cómo van encontrando formas de fundir “lo viejo” y “lo nuevo” en un contexto institucional con sus propias reglas y prácticas. Para ello, la investigación focalizó en la perspectiva del profesor considerando que estos pueden representar tradiciones disciplinares diferentes y en conflicto, así como mezclas de tradiciones que constituyen adaptaciones e interpretaciones, propias del ámbito escolar. Esta vía de análisis permitió acceder al conocimiento práctico de los profesores, desarrollado a través de los años de experiencia profesional con sucesivas sedimentaciones de tradiciones disciplinarias. Si bien la construcción de estas racionalidades prácticas es un proceso personal, en el cual es posible identificar los recorridos y las biografías únicas de cada profesor, no podríamos reducir nuestra mirada al nivel micro-social de los mismos puesto que las transformaciones en las prácticas bajo estudio son procesos socio-históricos que se producen y sitúan en un contexto particular. Es decir, partimos del supuesto de que los profesores como sujetos escolares tienen condicionamientos sociales y escolares y que, simultáneamente, realizan construcciones creativas que les permiten encontrar sentido a sus propias prácticas, a la disciplina que enseñan y a la escuela. En este sentido, el concepto de culturas escolares (Chervel 1991; 1998) colocó nuestra investigación ante una serie de interrogantes sobre las formas, reglas y prácticas que se han ido sedimentando en la enseñanza de la geografía a lo largo del tiempo. En otras palabras, el concepto de culturas escolares permitió indagar las formas de hacer y pensar la geografía escolar que se han sedimentado y no son puestas en cuestión en las culturas escolares. Asimismo, nos condujo a analizar cómo y por qué determinados aspectos de las innovaciones curriculares y disciplinares son incorporados, moldeados y adaptados y otros, son excluidos por los profesores que enseñan cada disciplina. Desde el punto de vista metodológico, la investigación es una aproximación cualitativa tanto en la recolección como en el análisis de la información. Tomaron un rol central en la investigación una serie de entrevistas focalizadas realizadas a diez 126 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) profesores en ejercicio en escuelas de enseñanza media de la ciudad de Neuquén3. También trabajamos con otros registros discursivos como textos que los docentes utilizan y elaboran para trabajar estos campos conceptuales con sus alumnos, planificaciones y actividades. El análisis de la información comprendió un análisis vertical –para estructurar las posiciones de cada profesor- y horizontal –para efectuar comparaciones-. Un entramado de contenidos articulado para una finalidad: formar argentinos Numerosos trabajos en el campo disciplinar han llamado la atención sobre la contribución de la Geografía escolar en la formación de una conciencia nacional (Brabant 1991; Campos 1999; Escolar 1996; Escolar et al. 1991; Lacoste 1989; Quintero Palacios 1991; 1995; 2004). También se ha analizado la imagen de nación transmitida, en el caso de la Geografía escolar en Argentina, a través de la enseñanza del territorio como una extensión natural del Estado-Nación (Quintero Palacios 2004). La Geografía constituyó uno de los instrumentos más adecuados para generar representaciones del territorio estatal: lugar de pertenencia individual y a la vez, colectivo. La creación de esta disciplina escolar no fue producto de la existencia de un campo científico geográfico sino de la necesidad de promover una identidad nacional a través de los sistemas educativos en el contexto de conformación y consolidación del Estado-Nación Argentino (Quintero Palacios 1991;1993). Este dato histórico, estaría señalando que los contenidos reconocidos y aceptados como propios de la disciplina constituyeron un producto específico del ámbito escolar. En otras palabras, la Geografía escolar en Argentina constituye una creación de la cultura escolar, retomando la tesis de Chervel (1991; 1998) para el caso de la gramática francesa y del análisis gramatical4. Desde una presencia reducida y dependiente de la Historia, la Geografía comienza a consolidarse en el currículum. Este proceso se manifiesta claramente a través de dos tendencias. Por un lado, la disciplina logra tener un espacio curricular propio, y autónomo de la Historia escolar, en un número creciente de cursos hasta alcanzar la totalidad de los años del plan de estudios en 1905 (Quintero Palacios 1995). Por otro, al incrementarse la carga horaria que se le asigna a la Geografía, aumenta su presencia relativa en el currículum en general y en particular, en el área 3 Se trabajó con este grupo de profesores con continuidad durante un período de tres años. Todos los profesores tenían más de cinco años de ejercicio profesional, título universitario, y se desempeñaban en escuelas públicas de enseñanza media de la ciudad de Neuquén. 4 La incorporación de la Geografía como disciplina escolar se produjo con la institucionalización de la enseñanza media en el año 1863 (Quintero Palacios 1991) mientras que su constitución como carrera autónoma se produjo entre los años 1948 y 1953 (Souto 1993). Asimismo, la inserción de la Geografía en el currículum también precede la conformación de instituciones que indican la autonomización de la disciplina, como el Instituto Geográfico Argentino -1879- y la Sociedad Argentina de Estudios Geográficos 1922- (Souto 1993). V. HOLLMAN – LAS NUEVAS ESPACIALIDADES EN LA GEOGRAFÍA ESCOLAR 127 de las “Ciencias Morales” (ídem). De este modo, tanto la Historia como la Geografía se constituyeron en las disciplinas con mayor presencia en el área de las Ciencias Morales en detrimento de la inclusión en el currículum de otras disciplinas sociales cuyo desarrollo académico era mayor en el período en cuestión. Un análisis diacrónico del lugar de la Geografía escolar en el currículum de la escuela media en Argentina permite advertir la perdurabilidad que ha tenido como espacio curricular autónomo desde su creación hasta principios de la década de los años noventa (Quintero Palacios 1999). Es decir que durante un período que comprende más de cien años tanto para profesores, padres y alumnos la presencia de la Geografía con un espacio curricular propio se acepta y reconoce como sinónimo de la “verdadera” escuela de enseñanza media. Los planes de estudio de enseñanza media desde 1863 hasta 1956 -cuya vigencia se extendió hasta la reforma de los años noventa- permiten detectar una serie de continuidades que revelan la jerarquía y el lugar que se le asignó a esta disciplina identificadas por Quintero Palacios (1993): a) su inclusión, a excepción de los planes de estudios de 1905 y 1952, como una disciplina del área de las Ciencias Sociales. b) su presencia permanente en el currículum, si se compara con otras disciplinas del Área de las Ciencias Sociales que se introdujeron en algunos períodos pero que no lograron mantener un espacio curricular. c) su presencia como espacio curricular autónomo en todos los cursos de la escuela media en la orientación bachiller. d) su consolidación en el currículum junto con Historia como las materias con mayor presencia curricular del área de las Ciencias Sociales. La estructuración de los contenidos de la Geografía de cada curso escolar permite identificar un esquema de organización y secuenciación de los mismos que se constituye en una especie de “núcleo duro” –y por ende no negociable- de la geografía escolar. Este esquema delimita lo que se considera un contenido necesario y legítimo de la geografía en la escuela y establece una secuenciación apropiada para enseñarlos. De este modo, no solo se convierte en una regla que estructura los contenidos a enseñar sino que también reviste de identidad disciplinar y asegura la permanencia y aceptación de quien enseña como parte de la “comunidad” geográfica escolar. El esquema canonizado como “geográfico” parte con la ubicación geográfica del espacio en cuestión –límites, extensión, localización absoluta-, continua con las características del medio natural a través de la descripción de cada uno de sus elementos y finaliza con la caracterización del medio social ya sea a través de la población que lo habita o de las actividades económicas -particularmente clase de actividad y localización-. A través del mismo se establece un ordenamiento que compartimenta los contenidos “naturales” y “sociales” y que contrasta con el discurso que afirma la legitimidad y permanencia de la Geografía en la escuela como disciplina de relaciones y de síntesis. La interacción entre una naturaleza que ofrece recursos y una población que los utiliza -propia de la tradición regional- se amalgama con la geografía física positivista al presentar esta relación en un marco definido previamente por sus 128 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) condiciones naturales y considerado como una entidad preexistente (a lo sumo transformada). A tal punto se fusionan estas tradiciones que los profesores de Geografía con quienes hemos trabajado, con independencia de la(s) tradición (es) en la(s) que se reconocen formados, no las distinguen y toman algunos elementos de cada una para caracterizar una tradición que denominan indistintamente “geografía tradicional”, “geografía clásica” o “geografía positivista”. En este entramado de contenidos, el territorio del Estado-Nación se torna central como objeto de enseñanza sugiriendo, también, que la estabilidad de la disciplina se fundó en su finalidad nacionalista (Quintero Palacios 1995; 2004). La temprana introducción de una “Geografía Argentina”, el incremento de la cantidad de horas asignadas a la misma, la organización de los contenidos tomando como eje la comparación y diferenciación con otras unidades nacionales-estatales, la presentación del territorio como una entidad pre-existente y el énfasis en la enseñanza de las “singularidades naturales” del territorio nacional son indicadores de que la Geografía escolar se convirtió en un discurso clave para construir un colectivo nacional. Tanto las finalidades político-pedagógicas asignadas a la Geografía escolar como la existencia de un sistema escolar sostenido y controlado por el Estado Nacional permiten dilucidar la creación, desarrollo y permanencia de esta disciplina escolar. La Geografía escolar se convirtió en un discurso que permitía formar “argentinos” tomando el territorio como base de la identidad nacional. En efecto, la disciplina introdujo y difundió un conjunto de representaciones homogéneas sobre el territorio del Estado- Nación y las convirtió en el referente preexistente de articulación de un arco de solidaridades. En un primer período la conformación de una conciencia de pertenencia nacional que articulase los intereses particulares de las elites provinciales resultaba prioritaria (Quintero Palacios 1995). Sin embargo, en las dos últimas décadas del siglo XIX comenzó a resultar necesaria la conformación de un colectivo nacional que incluyera la creciente masa de inmigrantes y por ello, la Geografía fue introducida como disciplina en el nivel primario. Nuevos contenidos en la agenda de la Geografía escolar: el caso de los espacios transnacionales Con la sanción de la Ley Federal de Educación en la Argentina, se implementó un conjunto de innovaciones centradas en los contenidos a enseñar en los distintos niveles. Esta transformación curricular implicó la discusión sobre la validez de los contenidos a ser enseñados en la escuela así como la posibilidad de introducir otras formas de organización de los mismos, particularmente en el tercer ciclo de Enseñanza General Básica y en la Educación Polimodal. Nuestro análisis se limitará a un grupo de estos nuevos contenidos incluidos en el bloque “Las sociedades y el espacio geográfico mundial. Globalización y regionalización”, en tanto que nos permiten analizar las rupturas y continuidades en la trama de contenidos de la disciplina y en su finalidad pedagógica. En primer lugar, recorramos los tres conjuntos de contenidos propuestos en el diseño curricular para este bloque: V. HOLLMAN – LAS NUEVAS ESPACIALIDADES EN LA GEOGRAFÍA ESCOLAR 129 1- “[…] estudio de los espacios geográficos mundial y americano que integraran distintas dimensiones como la urbana, rural, industrial, ambiental, entre otras, que den cuenta de la diversidad y complejidad de los paisajes que lo configuran y las funciones que los dinamizan. Por una parte, se enfocan contenidos aplicados al análisis de grandes espacios mundiales -como bloques económicos o regiones ambientales- que comprenden la sociedad contemporánea. Asimismo se propone considerar diversas problemáticas de los espacios urbanos, rurales e industriales, y sus alternativas de solución, con énfasis en la realidad latinoamericana.” 2- “[…] análisis de procesos económicos que se abordara en relación con el desarrollo y la calidad de vida. […] Es significativo el análisis de la revolución científico-tecnológica, porque esta genera las condiciones que configuran la economía global y también porque promueve cambios notables en la organización del sistema productivo en su conjunto. En este contexto, se enfatizará el papel del conocimiento y la información -conjuntamente con otros factores tales como las finanzas- como motores del cambio económico global”. 3- “[…] la problemática de la organización territorial: El mapa político mundial se halla en permanente cambio. Esto se vincula con dos fenómenos: por un lado, fuerzas que impulsan la integración y complementariedad de los espacios geográficos y, por otro, tendencias, que pueden producir fragmentaciones políticas. Estos procesos modifican la posición y el papel de los estados nacionales y se revelan en la organización del espacio mundial”.5 A través del análisis de las entrevistas que realizamos a los profesores que participaron en nuestra investigación y de las fichas de lectura que éstos elaboran para trabajar con sus alumnos se detecta la relevancia que toman dos conjuntos de configuraciones espaciales como contenido a enseñar que, hasta entonces, no figuraban en la agenda de la Geografía escolar. Se asigna un lugar central a los espacios económicos conformados por las empresas multinacionales, asociado a la interpretación de la globalización como “internacionalización del capital” (Ianni 2002). Esto correspondería al contenido señalado en los CBC “cambios en la organización del sistema productivo”. La inclusión de estos espacios empresariales como objeto de enseñanza resulta sumamente novedosa como contenido de la Geografía escolar. De hecho, algunos de los profesores participantes en la investigación señalan que sus alumnos (y ellos mismos en algún momento) consideran que estos contenidos son más “económicos” que “geográficos”. Presentamos un fragmento representativo de los ejemplos que los profesores que seleccionan y utilizan para enseñar la forma de operar de las empresas a escala mundial, con énfasis en la dispersión del proceso productivo: 5 Ministerio de Cultura y Educación de la Nación. Contenidos Básicos Comunes para la Educación Polimodal. Ciencias Sociales. Noviembre 1996 (mi subrayado). 130 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) “El caso de la empresa Pirelli “A modo de ejemplo: en 1978 la planta Pirelli de San Pablo, Brasil, impuso a los obreros un régimen de doble horario y horas extras para aumentar la producción. Agotados por la intensidad del trabajo e intrigados por el sorpresivo cambio del ritmo productivo, los trabajadores se quejaron a la dirección de la compañía. La respuesta fue que era necesario aumentar la producción por “razones de seguridad nacional”. Ese intenso régimen de trabajo duró tres semanas. Más tarde, a través de un representante del Ministerio de Trabajo, los trabajadores se enteraron de las verdaderas razones: los trabajadores de la casa matriz en Milán estaban en huelga y mientras tanto la filial paulista compensaba las horas no trabajadas en Milán. De ese modo, la gerencia podía negarse a negociar con los huelguistas y adoptar una posición inflexible en las negociaciones. “Desde este punto de vista, las transnacionales, aunque sean de diferentes tamaños, orígenes, grados de integración, poder e influencia, tienen dos aspectos en común. Individualmente son centros de decisión- y por lo tanto de poder- que controlan el proceso productivo en más de un país y manejan inversiones, producción, comercialización, financiamientos y precios a escala transnacional. “El ejemplo de Pirelli sirve para ilustrar esta definición. La empresa tiene sede en Milán, es el mayor fabricante de neumáticos fuera de Estados Unidos. Las inversiones en el exterior son comandadas desde su holding (sociedad de control financiero) con sede en Suiza. En Brasil, además de neumáticos, Pirelli produce materiales eléctricos, cables especiales y mangueras, instala redes de telecomunicaciones y actúa a través de filiales, en agroindustrias, comercio internacional y seguros. Pirelli también opera en Alemania, Argentina, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, España, Francia, Irán, Luxemburgo, Reino Unido, Suecia y Suiza. Colectivamente las transnacionales son el principal componente de capital mundial y el agente más poderoso de transnacionalización de la producción, las finanzas, el comercio, la información y la ideología del capitalismo. Interactúan con otras instituciones político económicas, tales como el Estado, distintos capitales privados y organizaciones financieras internacionales en una relación que abarca la colaboración, la asociación y el conflicto, y así conducen sus negocios, siguiendo la filosofía del crecimiento económico ilimitado, el verticalismo en la toma de decisiones, la expansión del capital en todo el mundo y la máxima obtención de ganancias. Mediante la transnacionalización de las economías nacionales esta filosofía está convirtiendo en dominante y los Estados nacionales y el capital privado se subordinan a sus intereses.”6 El análisis de las fichas de lectura da cuenta de que se prioriza la internacionalización de los procesos productivos. Es decir, la dinámica del capital traspasa las fronteras nacionales, “se desarraiga” y se mueve por los rincones más competitivos del mundo, imponiendo severas restricciones a los Estados Nación en 6 Fragmento ficha de lectura de Profesora “A”- para terceros años. Mi subrayado. V. HOLLMAN – LAS NUEVAS ESPACIALIDADES EN LA GEOGRAFÍA ESCOLAR 131 procesos de decisión y acción en sus propios territorios. De este modo, se considera que el mundo se ha transformado, con la dirección de las empresas transnacionales, en una “fábrica global” a través de la dispersión de la producción. En este sentido, los casos seleccionados por estas profesoras permiten a los alumnos construir la idea de la internacionalización de los procesos productivos en todas sus fases a través de la imagen de la “fábrica global”. Otra de las configuraciones espaciales introducidas son los bloques económicos regionales. Los profesores señalan como el aspecto más relevante de la conformación del nuevo mapa mundial. La conformación de espacios que comprenden y a la vez trascienden los territorios nacionales se presenta como una de las consecuencias del proceso de globalización y una característica “geográfica” del mismo. Se introduce así, una nueva espacialidad como contenido disciplinar, tal como puede observarse en la siguiente selección de contenidos realizada por una de las profesoras participantes: “La integración económica regional “Resignificar el concepto de integración regional en el marco de una economía dominada por las empresas transnacionales. “Contenidos “Rasgos del comercio internacional en el siglo XX. El proceso de integración. Los bloques económicos. La Unión Europea: su formación, política agraria e industrial, los servicios como sector primordial, la incorporación de los países de Europa Oriental. La cuenca del Pacífico y el caso de Japón.”7 El énfasis otorgado a la conformación de estos espacios como mercados, particularmente para aumentar las posibilidades de circulación de mercancías evidencia que en la enseñanza se estaría introduciendo la idea de un quiebre en la articulación y coincidencia de las fronteras políticas y las económicas. En otras palabras, el señalamiento de esta configuración espacial como referencia geográfica introduce la idea de que los límites interestatales pueden conservar la función de demarcación jurídico-política y simultáneamente perder otras de sus funciones como la de demarcación de un mercado a escala nacional. Si bien la experiencia de los procesos de integración regional muestra que la construcción de una homogeneidad cultural no suele ser una política prioritaria, llama la atención que aún en el caso de la conformación del espacio supranacional europeo -Unión Europea- la selección de contenidos realizada por estas profesoras no incluya las acciones sistemáticas que se llevan adelante en la UE para lograr conformar la “identidad europea”8 y por ende, la construcción de una homogeneidad 7 Fragmento Planificación 5 año. Profesora “B”. 2003. Los programas culturales de la UE tienen como objetivo poner de relieve los “rasgos comunes” para construir y reforzar un sentimiento de pertenencia a una misma comunidad: la comunidad europea. Dos aspectos se destacan como centrales y transversales de estos 8 132 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) cultural trascendiendo el espacio nacional. La preeminencia de la enseñanza de los espacios supranacionales como mercados regionales muestra, por un lado, la hegemonía que toma la metáfora de la globalización como internacionalización del capital en la Geografía escolar (Hollman 2005). Por otro lado, permitiría sugerir que aunque para estas profesoras los espacios supranacionales se aceptan como contenido propio de la disciplina, no logran disputar completamente la hegemonía de los espacios nacionales como objeto de enseñanza de la Geografía. En resumen, es posible encontrar algunos elementos de ruptura en cuanto a las espacialidades aceptadas y consideradas “verdaderos” objetos de enseñanza en la Geografía escolar. Este es el caso de la introducción como objeto de enseñanza de los bloques regionales y los espacios de la producción valorizados por las empresas transnacionales. Estas nuevas espacialidades comienzan a disputar la hegemonía que tuvieron los territorios nacionales como objetos de enseñanza de la disciplina. Al igual que sucede en los textos escolares, la selección de las nuevas espacialidades excluye “otros espacios transnacionales en constitución”: espacios públicos que también recortan, fragmentan y reagrupan territorios y que no tienen como agentes protagónicos a las empresas transnacionales ni a los Estados-Nación. Es el caso, por ejemplo, de los espacios en formación de movimientos sociales, ecologistas, religiosos, que permitirían pensar en otras globalizaciones posibles. ¿Para qué enseñamos Geografía en el mundo contemporáneo?: un análisis desde la perspectiva de los profesores “[…] el objetivo es preparar al alumno y a la alumna en el fortalecimiento de la conciencia nacional a partir de la comprensión de la diversidad regional y de la capacidad de pensar en cuestiones globales para comprender el gran numero de formas a través de las cuales cada país es parte de un sistema político, económico, ambiental y tecnológico en escala mundial”.9 Cabe preguntarnos si la formación de una conciencia nacional resulta una finalidad interpelada para quienes enseñan Geografía ante dos procesos: a) el registro y crítica al papel de la Geografía escolar en la construcción de una identidad nacional (Brabant 1991; Lacoste 1977; Quintero Palacios 2004; Vlach 1991) y b) la pérdida de la hegemonía del Estado-Nación como única matriz identitaria en la situación de globalización (Ortiz 2000; Garretón 1999). En otras palabras, si la trama de contenidos muestra que se ha incorporado y aceptado la enseñanza de otras configuraciones espaciales que quiebran la hegemonía programas: fomentan la movilidad de la población apoyándose en la idea de “moverse para conocerse mejor” y el aprendizaje de otras lenguas comunitarias. 9 Ministerio de Cultura y Educación de la Nación. Contenidos Básicos Comunes para la Educación Polimodal. Ciencias Sociales. Noviembre 1996 (mi subrayado). V. HOLLMAN – LAS NUEVAS ESPACIALIDADES EN LA GEOGRAFÍA ESCOLAR 133 que tenía el territorio nacional como objeto de enseñanza, ¿es posible rastrear la construcción de otros sentidos para la enseñanza de los de la Geografía escolar a partir de estas transformaciones curriculares? El fragmento con el que iniciamos la sección parecería indicar que los nuevos contenidos poco han alterado el anclaje pedagógico de la Geografía escolar, si bien es cierto que se reconoce algún aspecto de diversidad (aunque, claro está, afuera de los límites del territorio nacional). Intentaremos analizar algunos de los sentidos que los profesores reconocen para legitimar la continuidad de la disciplina en el contexto escolar. El análisis de las planificaciones en distintos momentos históricos evidencia que en los años ochenta la formación de “argentinos” constituía una finalidad explicitada en los registros escolares escritos. En los años noventa, en cambio, comienza a delinearse una tendencia que se define con mayor claridad en la década actual: la formación de una conciencia nacional aparece como una finalidad silenciada en las planificaciones escolares. En el período contemporáneo, sólo dos de las profesoras participantes explicitan en sus planificaciones la formación de una conciencia nacional como finalidad para la Geografía en los cursos que toman como objeto de enseñanza la Geografía de Argentina. Para ambas profesoras enseñar las “riquezas naturales” del territorio nacional en la Geografía Argentina se convierte en una forma de contribuir a la formación de una identidad nacional a través de la transmisión de la idea de “arraigo” y “pertenencia” al mismo. El escaso señalamiento de la formación de una conciencia nacional en registros escolares escritos, como las planificaciones, contrasta con otros indicios que sugieren la continuidad en la aceptación de esta finalidad. Es decir, aunque estas profesoras han incorporado la enseñanza de contenidos que hacen referencia a la pérdida de hegemonía de los Estados- Nación como agente social, no establecen conexiones entre este contexto, la constitución de identidades y la finalidad de la Geografía escolar. En otras palabras, no confrontan la finalidad que la subcultura asigna a la disciplina con las transformaciones que se advierten y enseñan en el funcionamiento y dinámica del mundo contemporáneo. A su vez, en las entrevistas, tres profesoras apelan a la formación de una conciencia nacional como sentido de la disciplina que enseñan aunque no lo expliciten en sus planificaciones. Para ellas, la transmisión de conocimientos sobre el territorio nacional constituye una condición en la identificación de los alumnos como “argentinos” y en la integración de los mismos a la sociedad nacional. La ausencia de los contenidos ligados a la formación de la identidad nacional, tomando como base la imagen territorial de la nación, implica para ellas salir de lo que se considera “verdadera” geografía. A partir de los años noventa, y con mayor visibilidad en la década actual, la formación ciudadana se presenta en las planificaciones del grupo de profesoras participantes como una finalidad aceptada para la Geografía escolar. En efecto, se convierte en un valor educativo que atraviesa de manera explícita las geografías de todos los cursos de la enseñanza media con independencia de las convenciones espaciales fijadas para cada uno de ellos por la subcultura geográfica escolar. 134 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) En términos generales, las profesoras que señalan la formación ciudadana no la restringen ni asocian a un curso en particular sino que la consideran una finalidad de toda la Geografía escolar. En este sentido, la formación ciudadana se presenta como una finalidad que articula los contenidos de la Geografía escolar con el mismo alcance y amplitud logrado por el valor educativo de formación de una conciencia nacional. Un segundo aspecto a destacar es que la formación ciudadana o del ciudadano no aparece asociada al término “conciencia”. En otras palabras, no se intenta modificar o crear una conciencia particular en el sujeto sino producir un sujeto propiamente dicho: un ciudadano. Si bien esta finalidad se aleja de la constitución de una identidad no implica descartar las “conciencias” nacional, regional y /o ambiental puesto que es factible considerarlos como atributos del ciudadano que se pretende producir. En relación a los estudios sociales, es posible reconocer la existencia de formas diversas y hasta divergentes de interpretar qué se entiende por formar un ciudadano desde su inscripción en una matriz moral (Monbeig 1957) o política (Pontuschka 2000) así como de los contenidos a través de los cuales la misma se puede realizar (Marker and Mehlinger 1992) En el grupo de profesoras participantes identificamos, como puede observarse en el Cuadro 1, tres significaciones. Éstas muestran que la formación ciudadana no solo puede tomar significantes diferentes sino también que son las profesoras quienes asumen la tarea de seleccionar los contenidos considerados adecuados para alcanzarla. Cuadro 1: Significaciones de la formación ciudadana identificadas en las narrativas de las profesoras. Ciudadanía sin contenido sustantivo Ciudadanía con contenido sustantivo Ciudadanía como compromiso activo Caracterización - Desarrollar “espíritu reflexivo y crítico”. - Entender el mundo contemporáneo: sus contradicciones, problemas. - Desarrollar sensibilidad ante problemas sociales propios y de otros. - Posicionarse como sujeto social e involucrarse en acciones tendientes a la transformación del orden social vigente. Fuente: elaboración propia. La ciudadanía sin contenido sustantivo es la significación que presenta con mayor claridad las características de un lema pedagógico: tiene un fuerte contenido valorativo y en contrapartida poco contenido instrumental (Feldman, 1999). Aquí, formar ciudadanos significa “crear” personas “reflexivas y críticas” sin señalar las modalidades ni los contextos a través de las cuales los alumnos pueden ir V. HOLLMAN – LAS NUEVAS ESPACIALIDADES EN LA GEOGRAFÍA ESCOLAR 135 desarrollando este pensamiento crítico y reflexivo. A su vez, no se explicitan las vinculaciones entre los contenidos seleccionados y esta finalidad: “Yo creo que lo más actual es contribuir a la formación del ciudadano, con una Geografía cercana a la realidad y a lo actual para que los chicos estén informados y participen” (Profesora “C”). De esta forma, la ciudadanía se convierte en una aspiración, un enunciado sin modalidades ni estrategias que permitan alcanzarla o desarrollarla. La ausencia de contenido instrumental es la clave para que la formación ciudadana se “agregue” como un fragmento más en todas las planificaciones a otras finalidades de la disciplina sin producir transformaciones o adaptaciones en la totalidad. La ciudadanía con contenido sustantivo es la segunda significación que identificamos. Ésta se construye en el tiempo presente de los alumnos, a partir de la transmisión de conocimientos que les permitan analizar y entender el mundo contemporáneo, sus contradicciones y problemáticas. Desde esta significación, la formación de la ciudadanía define y jerarquiza un conjunto de contenidos que orientan la comprensión del mundo contemporáneo y a la vez le otorgan un contenido más instrumental a la misma. Ésta no se formula como una finalidad a construir en la perspectiva temporal del largo plazo sino como una realidad ya construida en la contemporaneidad y cotidianeidad de los alumnos: “Me parece que es cada vez más indispensable que los chicos puedan procesar toda la información que les llega a través de otros medios. Resulta difícil lograr que ellos tengan conciencia que necesitan tener un marco conceptual para ubicar todas las cosas que les llegan: decir esto va acá y se relaciona con esto. […] Esas cosas que los chicos dan por naturales, como dadas, que no se discuten… Ojalá pudiéramos darles herramientas para desnaturalizarlas” (Profesora “B”). Los alumnos se convierten en ciudadanos en tanto cuenten con marcos de análisis para procesar una masa creciente de información disponible fuera de la escuela e interpretar procesos contemporáneos que de una u otra manera los afectan. La enseñanza priorizaría aquí la conservación sobre la renovación (Arendt 1996). Sin embargo, el contenido “desnaturalizador” que se le comienza a otorgar, acerca este sentido a la tercera significación identificada de la formación ciudadana en tanto que, descubrir el carácter social de los procesos que se enseñan abre las posibilidades para su cuestionamiento y transformación. La ciudadanía entendida como compromiso activo es la tercera significación que identificamos. La formación ciudadana busca que los alumnos se posicionen como sujetos sociales y se involucren en acciones orientadas a la transformación de las relaciones sociales existentes. Aunque la interpretación del mundo contemporáneo se presenta como una condición necesaria, la ciudadanía ya no se limita a ésta sino que implica que los alumnos puedan generar, construir, participar 136 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) en acciones orientadas a la transformación de la realidad. El grupo de alumnos de un curso va conformando así colectivos sucesivamente más inclusores –alumnos de la escuela, habitantes de la ciudad, etc.-. El objetivo pasa a ser la conformación de un colectivo cuya voz logre ser escuchada: “El año pasado los chicos de quinto año trabajaron algunas problemáticas ambientales concretas desde el punto de vista de la información. Salió, entre otros, el tema de las pilas porque se había tirado abajo una campaña para juntar las pilas usadas. Ellos organizaron la difusión del problema. Llamaban cada dos por tres al secretario de medio ambiente de la municipalidad, fueron a entrevistarse con técnicos. Cuando tuvieron todo eso organizaron una campaña: radios barriales, televisión, otra radio de amplitud modulada. Después de la difusión a través de los medios, se fueron con la murga de la escuela a la peatonal y mientras actuaba la murga en comisiones paraban a la gente explicando con tarjetas y afiches el problema estudiado” (Profesora “D”). De este modo, la ciudadanía queda en manos de los jóvenes alumnos en el tiempo presente como un conjunto de posibilidades aún no imaginado por los adultos. La enseñanza como renovación más que como conservación permite, en cierta forma, a esta profesora saldar el sueño no realizado - personal y a la vez compartido por una generación- de ser los protagonistas en primera persona de las grandes transformaciones. La ciudadanía toma como horizonte temporal el tiempo presente sin quedar postergada a un tiempo futuro que se inaugura al terminar la escuela. Los alumnos se constituyen como ciudadanos en el presente al comprometerse en y con acciones de transformación social. Algunas consideraciones para el debate En primer lugar, aquí se evidencian dos elementos nodales a tener en cuenta si se pretende transformar la enseñanza de la Geografía. El núcleo “duro” de las representaciones de la disciplina (Audigier 1999) también comprende la formación nacional como finalidad de la disciplina. Esta idea está tan sedimentada en los profesores que aún aquellos que han incorporado contenidos que podrían colocarla bajo discusión no lo registran. Pensamos que este es un eje sobre el cual se debería trabajar tanto en la formación inicial de los profesores como a lo largo de su carrera profesional. En directa relación a esto, investigaciones previas señalan que la finalidad pedagógica de la disciplina constituye un elemento que confiere sentido a la selección de los contenidos que realizan los profesores (Laurin 1999). Por consiguiente, la permanencia de la finalidad de formación nacional –aún de manera implícita- impone severas restricciones para construir la disciplina escolar desde otro lugar. En segunda instancia, nos parece oportuno identificar y discutir tres campos de tensión en torno a la aceptación de la formación ciudadana como finalidad de la V. HOLLMAN – LAS NUEVAS ESPACIALIDADES EN LA GEOGRAFÍA ESCOLAR 137 Geografía escolar: su contenido, el espacio y el tiempo de ejercicio de la ciudadanía. El primer campo de tensión que identificamos es la introducción de esta finalidad con la llamativa ausencia de los derechos que ésta implica. La ciudadanía, en las tres significaciones identificadas, comparte la tendencia a ser aislada de su matriz política y como consecuencia, vaciada de su contenido. La formación ciudadana se despolitiza al enseñarla escindida de los derechos clásicos –cívicos, políticos, económico-sociales-. ¿Cómo formar a un ciudadano sin introducir como objeto de enseñanza el reconocimiento y resignificación de sus derechos? El segundo campo de tensión se teje en el espacio y las distintas escalas de ejercicio de la ciudadanía. La escuela y el aula no aparecen en ningún momento como espacio de ejercicio de la ciudadanía. Se pretende formar ciudadanos para que actúen como tales afuera del contexto escolar. Aún pensando la ciudadanía como un compromiso activo en el tiempo presente, la escuela no figura para los profesores como un espacio en el cual los alumnos puedan convertirse en ciudadanos y por ende en sujetos de derecho. En efecto, la escuela se cierra como espacio de conquista y ejercicio de derechos, en tanto allí se “aprende” a ser ciudadano sin llegar a serlo efectivamente. La formación del ciudadano, entonces, sigue pensándose como la “fabricación” de un sujeto (Meirieu 1998). Se “moldea” un ciudadano, que una vez que cuenta con todas las herramientas necesarias, no es acompañado por el profesor, en tanto adulto, en el ejercicio y práctica ciudadana. En otros términos, una vez que se completó la producción del ciudadano se coloca en el mundo y ya no precisa el acompañamiento de un adulto. Por otro lado, y desde otra escala de análisis, la situación de globalización ya no coloca al Estado, por ende al territorio nacional, como el único campo frente al cual se plantea la necesidad de conquistar y ejercer derechos (Garretón 1999). La pregunta que se abre aquí es si la formación ciudadana también debería incluir la posibilidad de pensar otros espacios que se están configurando por relaciones de poder –como por ejemplo los espacios supranacionales- en los cuales es necesario conquistar y ejercer derechos ya no desde el ciudadano como individuo sino desde sujetos colectivos. En este sentido, nos parece que no resulta casual que entre las nuevas espacialidades transnacionales no se incluya como contenidos otros espacios transnacionales en pleno proceso de constitución como los espacios creados por los movimientos ecologistas y los movimientos sociales entre otros. El tercer nudo de tensión tiene que ver con las relaciones entre los horizontes temporales y el ejercicio de la ciudadanía. La significación de la ciudadanía con contenido sustantivo y como un compromiso activo supone el ejercicio de la misma en el tiempo presente. La contemporaneidad aparece como el anclaje para formar el ciudadano: entender qué es lo que sucede en el mundo “hoy”. Para las profesoras tomar el tiempo presente como horizonte temporal en términos de finalidades y contenidos ofrece la ventaja de que los alumnos pueden descubrir que la Geografía tiene alguna utilidad inmediata. La preocupación en la selección de los contenidos pasa por su capacidad para “retratar” el mundo contemporáneo, que en cierta forma puede llegar a convertirse en un registro del “puro presente”. Los procesos y transformaciones contemporáneos se consideran el conocimiento que 138 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) debe transmitirse para que los alumnos puedan interpretar el mundo y posicionarse. Si pensamos que, como señala Delajonquiere (2001), todo lo que se enseña es inevitablemente viejo esta tendencia se refuerza en un contexto que se caracteriza por la aceleración creciente de eventos. Sin embargo, para las profesoras la posible caducidad de estos contenidos no constituye un objeto de problematización en tanto que la preocupación central es la interpretación del presente. ¿Es posible pensar y enseñar la ciudadanía y su ejercicio sólo desde el presente como horizonte temporal? O en otros términos, ¿Cómo pensar una ciudadanía para los jóvenes ejercida en el presente sin renunciar a la transmisión desde un horizonte de largo plazo? Acotar la formación ciudadana, en tanto valor educativo de la Geografía, al tiempo presente limita su carácter político y a la vez borra la perspectiva del largo plazo en la enseñanza (Delajonquiere 2001). Finalmente consideramos que al menos tres factores contribuyen a la legitimación de esta finalidad por la subcultura geográfica escolar. Por un lado, el escaso contenido instrumental de la misma facilita su introducción como finalidad “paraguas” que alberga otros valores educativos aceptados para la disciplina. De este modo, esta finalidad opera para la subcultura escolar como un nexo que enlaza finalidades del código disciplinar –como la formación de una conciencia nacionalcon las demandas de transformarla en un conjunto de saberes “útiles” para los alumnos. Por otro lado, es una finalidad que se asume como necesariamente positiva y por ende, como una garantía de permanencia de la disciplina en el currículum (situando la disciplina en el área de las Ciencias Sociales). Sentidos, acciones, temporalidades y contenidos varían al construir las significaciones de la formación ciudadana. Empero, para las profesoras las mismas siguen constituyendo una unidad homogénea que permite articular en torno a un sentido las Geografías de distintos cursos de enseñanza media. Bibliografía AUDIGIER, François (1999). Les representations de la géographie dans l´enseignement primaire en France. Cahiers de Geographie du Quebec, 43, 395-412. ARENDT, Hannah (1996). La crisis en la educación. In H. 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Estudios Trasandinos, 14:2 (2008), 141-167 ISSN 0717-5256 NOTAS LEGITIMACIÓN DEL DOMINIO A TRAVÉS DE LA PARTICIPACIÓN EN ESPACIOS CULTURALMENTE HETEROGÉNEOS: LATINOAMÉRICA ENTRE EL ESTADO COLONIAL Y EL ESTADO REPUBLICANO, 1759 - 1865 JULIANE PESCHEL-PAETZOLD1 Este proyecto, financiado por la DFG -una institución alemana que fomenta la ciencia y la investigación- se está desarrollando actualmente en el marco de una investigación más amplia denominada “Governance in Räumen begrenzten Staatlichkeit“ (“Gobernanza en espacios con limitada gobernabilidad estatal”), que pertenece al área de investigaciones especializadas de la Universidad Libre de Berlín, adscrita al Departamento de Ciencias Políticas. Nuestro proyecto “Legitimación del dominio a través de la participación en espacios culturalmente heterogéneos: Latinoamérica entre el Estado colonial y el Estado republicano, 1759 – 1865”, busca participar en el debate sobre la gobernanza (governance) tomando en cuenta la experiencia histórica de la áreas fronterizas del imperio colonial español y su transición al mundo republicano. El debate sobre la gobernanza (governance) se ha convertido en un tema central en el campo de las ciencias sociales. Es de común acuerdo que las comunidades políticas deben proveer determinados resultados en el área del dominio, la seguridad y el bienestar. En el debate se supone de manera implícita que el “efectivo dominio de un territorio” es un elemento nuclear de la moderna gobernanza; y generalmente la investigación se ha concentrado en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Pero, en una perspectiva tanto global como histórica, la competencia de decidir autoritariamente y el monopolio de la violencia de los Estados son la excepción, no la regla. Una mirada tanto a los países al margen de la OCDE como a las antiguas colonias lo comprueba. Aquí hay un control político sin que estén disponibles los diversos procesos democráticos y jurídicos de los Estados. En Latinoamérica encontramos, en el período de transición de 1750 a 1850, diversas regiones con limitada gobernabilidad, es decir Estados libres o espacios olvidados por el Estado, tanto en los espacios coloniales como a partir de las constelaciones poscoloniales luego de 1826. Tanto en las débiles coronas española y portuguesa, quienes especialmente empezaron a ser visibles en el contexto de las guerras e intrigas de la era napoleónica, así como en la inalcanzable penetración y dominio de las extensas tierras americanas, denominadas zonas de fronteras. Estas 1 Universidad Libre de Berlín; j.peschel-paetzold@fu-berlin.de. 142 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) áreas presentaban deficiencias en su dominio tanto internas como externas, que provocaron las revoluciones en busca de la independencia, pero que también contribuyeron decisivamente y determinantemente en los resultados de la causa independentista. No existió un dominio efectivo sobre las extensas áreas de los reinos coloniales ibéricos. Desde el inicio del mandato de Carlos III (1759-1788) la corona española propuso las conocidas Reformas Borbónicas para lograr una efectiva administración de las colonias. Aquellos organismos que desempeñaban una función estatal y que fomentaban el ideal administrativo del “absolutismo ilustrado”, debieron ser disueltos o al menos debilitados. A este respecto, la corona española ejecutó medidas radicales como la expulsión de sus dominios de la orden de los Jesuitas en 1767, y con ello las misiones en Sonora y en la extensa región Mapuche se vieron afectadas. El vacío de poder creó en las regiones una situación política totalmente diferente e hizo necesaria la búsqueda de nuevas formas de gobernanza. El desprendimiento de la “madre patria” produjo una fisura decisiva en los países latinoamericanos. Hasta este momento habían sido el Rey y sus autoridades la referencia con la que se había justificado el Gobierno a nivel local, el cual se acreditó a través de formas de gobernanza “desde abajo”, es decir, a través de la movilización de la mayor parte de la población indígena y mestiza. Bajo el espacio de gobernabilidad de las nuevas Repúblicas, las cuales se inspiraron en el ejemplo de Europa y Estados Unidos y se caracterizaron especialmente por la ejecución sistemática de elecciones, permanecieron sin embargo viejas formas de participación o se transformaron en una mezcla de formas tanto nuevas como híbridas. Los casos de estudio inscritos en nuestro proyecto, la región noreste de México y el Cono Sur de Latinoamérica, componen un conjunto con diferentes puntos de vista de esta problemática. Conjuntamente será analizado desde una perspectiva microhistórica y comparada los mecanismos de la integración en el ámbito local, y con ello se preguntará también especialmente por la influencia de los imaginarios locales de parte de la población indígena. Las preguntas centrales que están siendo tratadas son: 1. ¿Cuáles actores actuaron en la esfera regional para promover una transformación? 2. ¿Qué mecanismos de integración fueron tomados de la colonia y cuáles fueron realmente “nuevos”? ¿Qué diferencias y similitudes se pueden establecer en la comparación entre el nor-occidente de México y la región patagónica del Cono Sur? 3. ¿Qué posibilidades permitieron establecer un discurso republicano? 1. Actores locales En el periodo colonial y después de la independencia el reclutamiento de indígenas como tropas de apoyo para las expediciones u ocupación de fortalezas fue una forma importante de crear una alianza entre españoles y el pueblo autóctono (Radding 1997; Ruíz-Esquide 1993). También durante la guerra de independencia se buscaron alianzas con grupos indígenas, quienes con frecuencia tomaron partido a favor de las tropas realistas, dado que ellos se rehusaban al cambio de las NOTAS 143 concesiones alcanzadas en el periodo colonial (Spicer 1962; Pinto 2000). Siendo la alianza militar una de las dos formas reconocidas de cooperación, ¿pudo esta facilitar la integración de las comunidades indígenas en el proceso político? Al grupo de los actores más importantes, que pudieron preocuparse por una integración del pueblo indígena de las zonas de fronteras, pertenecen, junto a los militares, los misioneros y los comerciantes, y dada la falta de actores estatales, se acudió a su colaboración. (León Solis 1991; Mayo 1996; Hu DeHart 1981; Sheridan 1991; Pinto 1990). ¿Qué experiencias y actividades de los comerciantes, misioneros y militares fueron útiles para la gobernabilidad de estas regiones y cómo se cooperó con ellos? ¿Qué papel les correspondió como conocedores de la cultura indígena en la negociación del consenso político y qué conflicto de intereses resulta de la cooperación con ellos? ¿Qué tipo de intervención pudo ser efectuada por los “trabajadores fronterizos” como el clero indígena, los traductores (intérpretes, lenguaraces) o los jefes militares de apoyo indígena, los llamados indios amigos? 2. Mecanismos de integración Generalmente se consideró los incentivos materiales, los denominados agasajos o pequeños regalos, como el instrumento exitoso que llevó a los grupos indígenas independientes hacia un intercambio sistemático de bienes y con ello constituir un espacio de contacto, sobre el cual el control pudo ser ejercido. Con este procedimiento se sostuvo por un largo tiempo la esperanza, de que la población indígena podría ser aculturada solamente mediante un prolongado contacto con los españoles. Después de la independencia y dadas las dificultades financieras de las reservas militares, se debió renunciar a la entrega de ciertos “regalos”. No obstante, la expectativa de la adaptación del pueblo indígena permanece, pero consiste y debe incluso ser acelerada a través de un proceso de mestizaje concertado y fomentado o a través de la colonización de las áreas fronterizas con colonos europeos. ¿Qué formas de gobernanza deben ser consideradas como históricas e imposibles de aplicar en el mundo de hoy? La esperanza de un proceso lineal casi de ajuste automático al modo de vida occidental a través del ejemplo de los “civilizados” e imitación por parte de los nativos “salvajes” se observa como el tema central de toda la historia colonial y de las misiones. Nosotros suponemos, que la creencia etnocéntrica y la supremacía de la propia cultura causó un permanente error en el pensamiento de las formas de gobernanza, porque éste rompió las expectativas, las cuáles influenciaron los intentos de control. La movilización a través de actores militares permanece también después de la independencia como un mecanismo esencial de la integración de las comunidades indígenas en los procesos políticos. En el México postcolonial, por ejemplo, los caudillos buscaron justificar su gobernanza a través de los llamados pronunciamientos con un amplio apoyo de su pueblo (Avila 2001; Annino 1999). Los pronunciamientos fueron tan populares en el México postcolonial, que un autor del periódico El Sol (N° 940, 27.1. 1832, S. 3762) afirmó: “el pueblo se gobernaba anteriormente desde sus usos y costumbres y no desde la ley: para nosotros los 144 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) pronunciamientos y los gritos eran anteriormente nuestra ley fundamental”. Los pronunciamientos, desacreditados generalmente como “golpes militares”, deberían ser investigados en el proyecto como un aspecto de legitimación del dominio a través de la participación, y ser nuevamente interpretados. Por cierto, ¿había predecesores coloniales para este mecanismo de integración? Desde el siglo XVII se estableció en la gran región bajo dominio mapuche un sistema de concertación conocido como “parlamento”, por el cual los conflictos entre los grupos indígenas y los colonizadores hispánicos pudieron ser tratados. (Bengoa 2004; Zavala 2000). El carácter ritual de estas asambleas se remite al origen de los parlamentos en una cultura de tradición oral, mientras que los convenios en forma de contratos dieron cuenta de la fijación escrita del entendimiento español de la legalidad. También después de la independencia se emplearon estas ceremonias para lograr un compromiso entre los chilenos o argentinos y los mapuche (Marimán Quemenado 2002). ¿Qué tipo de dificultades se originan, cuando una cultura escrita y una cultura con una fuerte tradición oral están obligadas a negociar entre si? ¿Qué posibilidades ofrecieron los parlamentos después de la independencia para propagar una cultura política y republicana? 3. Difusión de un discurso republicano La educación fue uno de los instrumentos de difusión de una nueva cultura. La alfabetización había sido ya una meta importante en las reformas borbónicas. La creación de escuelas de educación primaria en las comunidades indígenas debió permitir el avance de la castellanización del pueblo indígena y con ello dirigirse hacia una homogenización de la lengua en el imperio colonial (Tanck de Estrada 1999). ¿Qué condiciones educativas creó la educación colonial en las vísperas de la independencia latinoamericana? La educación, surgió como “panacea” para los problemas de las jóvenes repúblicas (Staples 1985). Ella era además un importante requisito para el gobierno y control de la población a través de la estructuración del discurso político, pero ¿de qué forma se reflejó en el ámbito rural, el desarrollo de la instauración educativa en los centros urbanos? ¿Qué influencia tuvieron en su comunidad, los hijos de caciques que se educaron en la ciudad? El método preferido de las jóvenes Repúblicas siguió siendo el catecismo (Roldán Vera 1999). Esta forma autoritaria de difusión del conocimiento parece perpetuarse a través del incuestionable aprendizaje de memoria de catálogos con preguntas y respuestas, propio del hábito político del sistema de educación clérigocolonial, que en su tiempo era apropiado para lograr mostrar un pueblo pasivo como un pueblo participante. Sin embargo, los catecismos de las instrucciones cívicas que desde la independencia se encuentran en el material de los cursos educativos, enseñaron el derecho de protesta y el derecho de insurrección (Avendaño Rojas 1998; Gargarella 2005). ¿Cómo se hace para que la población indígena conozca a través del método propuesto las formas de resistencia “legítimamente reconocidas”, y con ello proponer sus demandas políticas en la sociedad republicana? NOTAS 145 De otra parte, las representaciones gráficas ofrecieron una posibilidad alterna de la difusión de los valores republicanos. Los autores adornaron sus artículos en los periódicos, por ejemplo, con litografías del parlamento inglés o de la cámara de diputados estadounidense. Debido a que en las colonias iberoamericanas el parlamentarismo era desconocido, debió, por tanto, ser traído al pueblo este elemento de la cultura política republicana a través de ilustraciones realizadas por testigos de la participación política del mundo anglosajón considerado adelantado. ¿Cómo fueron recibidas estas representaciones? ¿Qué condiciones culturales debían portar previamente para entender las representaciones emblemáticas (Arnheim 1978: 131)? La recepción emocional del contenido político se incrementó cuando estas fueron transmitidas a través de canciones o en el contexto de las festividades políticas. ¿Se intentó, como en el tardío período colonial, difundir entre la población indígena la cultura política republicana? ¿Hasta qué punto se tomaron en este contexto elementos culturales de la cultura indígena? Un método relevante en el marco de este proyecto es la comparación histórica. Con la comparación de procesos similares deben ser determinadas, descritas y en lo posible explicadas las similitudes y las diferencias entre los casos de estudio seleccionados. Bajo la consideración de influencias recíprocas se facilita la comparación y el reconocimiento de diferencias, que acotan los vacíos de las fuentes a través de la clave de las analogías e infieren nuevas preguntas en la investigación. (Welskopp 1995, Mörner 1982). El método comparativo señala con ello la posibilidad de cómo a través de estudios microhistóricos pueden ser entendidos los procesos en una escala macro. El punto de partida, como ya lo mencionamos, son los casos de estudio en Sonora (en el norte de México) y en el Cono Sur (sur de Chile y sur de Argentina), los cuales presentan similitudes significativas, si se les contempla como espacios con una limitada gobernabilidad. Allí también se presentan contrastes étnicos y la coyuntura en la transición entre la colonia iberoamericana a la República. La investigación sobre formas de gobernanza será enriquecida a través de los contrastes entre los casos de estudio elegidos. Referencias ANNINO, Antonio 1999: “Ciudadanía versus gobernabilidad republicana. Orígenes de un dilema” en Hilda SABATO (Hrsg.), Ciudadanía política y formación de las naciones. Perspectivas históricas de América Latina. México, S. 77-81. AVENDAÑO ROJAS, Xiomara 1998: La evolución histórica de la ciudadanía: un punto de partida para el estudio del Estado y la nación, in: JÁUREGUI, Luis y José Antonio SERRANO ORTEGA (Hrsg.): Historia y Nación Bd. 2, Política y Diplomacia en el siglo XIX. México, S. 171-182. AVILA, Alfredo 2001: En nombre de la nación. La formación del gobierno representativo en México (1808-1824). México. 146 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) ARNHEIM, Rudolf 1978: Kunst und Sehen. Eine Psychologie des schöpferischen Auges. Berlin; New York. BENGOA, José 2004: La Memoria Olvidada. Historia de los Pueblos Indígenas de Chile. Santiago de Chile. 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ZAVALA, José Manuel 2000: Les Indiens Mapuche Du Chili. Dynamiques Interethnique et Stratégies de Résistance, XVIIIe Siécle. Paris. Equipo de investigación NOTAS 147 Director del proyecto: Prof. Dr. Stefan Rinke, rinke@zedat.fu-berlin.de. Investigadores: Mónika Contreras Saiz, monikacs@zedat.fu-berlin.de; Lasse Hölck, lhoelck@ zedat.fu-berlin.de; Juliane Peschel-Paetzold, j.peschel-paetzold@fu-berlin.de. Tel.: +49-30-83855180. *** ACERCA DE LA HISTORIOGRAFÍA AGRARIA ARGENTINA. ESPACIO REGIONAL, SUJETOS SOCIALES Y POLÍTICAS PÚBLICAS2 NOEMÍ M. GIRBAL-BLACHA3 I. Introducción La historiografía agraria argentina ha dado muestras disímiles ante las continuidades y los cambios ocurridos en el medio y en la sociedad rural. Los segundos resultaron un particular objeto de estudio y estuvieron referidos con preferencia a la región pampeana, por la importancia que ella tuvo para el modelo agroexportador adoptado por nuestro país y en función de la actividad desplegada por la ciudad puerto de Buenos Aires. La diversidad de la Argentina rural del siglo XX merece ser rescatada y caracterizada, para dar cuenta del complejo proceso agrario. Diversas pueden ser las formas de acercamiento al tema. Del conjunto, tres ejes centrales parecen brindar una opción interesante para plantear la diversidad de los problemas que enfrenta el agro argentino, especialmente a lo largo del siglo XX y en clave de los desequilibrios regionales del país. El espacio regional entendido como una construcción social de apropiación; los sujetos sociales (productores agrarios, empresarios agroindustriales, técnicos agrarios y trabajadores rurales) y las políticas públicas, sean nacionales, provinciales y/o regionales vinculadas al agro, pueden constituirse en coordenadas centrales para un estudio de base histórica destinado a caracterizar e interpretar no sólo los cambios -en los que ha insistido la historiografía- sino las continuidades de la Argentina agraria, y hacerlo desde distintas perspectivas atendiendo a las diversidades regionales: 1) la región pampeana (ganadera, cerealera y directamente vinculada a la Argentina agroexportadora); 2) la región epicentral cuyana, con eje en Mendoza o la del NOA con epicentro en Tucumán (vitivinícola la primera, azucarera 2 Intervención de la autora en el panel sobre “Producción historiográfica en las regiones argentinas”, en las 3as Jornadas de Historia de la Patagonia, San Carlos de Bariloche, 6 de noviembre de 2008. 3 CONICET y Universidad Nacional de Quilmes. Actualmente se desempeña como vicepresidente de Asuntos Científicos del CONICET. 148 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) la segunda y monoproductoras ambas); y 3) la región marginal del Gran Chaco Argentino en el Nordeste de nuestro territorio, dedicado a la explotación forestal, algodonera y yerbatera, que a diferencia de la Patagonia conserva su pertenencia al margen del modelo agroexportador a pesar de no estar aislada. La conjunción de los estudios micro y macro históricos, forma parte del desafío para entender la cuestión rural en perspectiva, sin definir la diversidad regional a partir de la región central, sino desde los propios espacios regionales existentes en el territorio argentino, con casi 3 millones de kilómetros cuadrados, y en estrecha relación con la conformación espacio-ambiental. La complejidad del mundo agrario y su heterogeneidad, pocas veces explicitada, son los propósitos últimos que deben priorizar hoy las investigaciones agrohistóricas. II. Estado general del conocimiento en el último medio siglo A mediados del decenio de 1950 economistas e historiadores económicos europeos dan cuenta de “la pérdida de interés por los ciclos comerciales, el seguimiento del crecimiento en sus países y el auge de la economía del desarrollo” (Malgesini 1990:457). En este clima de ideas y ante los efectos de la revolución cubana, cobran fuerza los estudios acerca del agro latinoamericano, desde el ámbito de ese mismo continente. Es por entonces cuando instituciones como la CEPAL (Comisión Económica para América Latina), la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), el ILPES (Instituto Latinoamericano de Planificación Económica y Social) y el ICIRA (Instituto de Capacitación e Investigación en Reforma Agraria), analizan las características del crecimiento agropecuario como un obstáculo estructural al desarrollo regional latinoamericano (Astori 1990). La caracterización del problema agrario en América Latina, la estructura de la propiedad y el sistema de tenencia de la tierra, la incorporación de tecnología a la empresa agrícola y la función que se le asigna a la agricultura en el proceso de desarrollo económico general, son los grandes aspectos a que hacen referencia estos estudios institucionales. Este enfoque estructuralista del tema agrario regional y la insatisfacción explicativa de algunos de sus planteos, promueven a corto plazo dos respuestas conceptuales disímiles. Una de corte neoclásico que, con escaso contenido histórico, abarca períodos circunscriptos de estudio, cuya categoría central de análisis está referida a los estímulos económicos en relación al comportamiento interno del sector agrario y sus vinculaciones con el sistema. La segunda respuesta es la llamada histórico-estructural. Se desarrolla desde fines del decenio de 1960, en los ´70 y recobra actualidad a mediados de los años ´80. Intenta explicar con un enfoque global la problemática agraria regional, dando prioridad a las connotaciones básicas de funcionamiento de la economía capitalista e insiste en los cambios operados. Se distinguen en ella -a su vez- dos vertientes: la tradicionalmente conocida como teoría de la dependencia, que privilegia las condiciones internacionales de funcionamiento del sistema y la que jerarquiza los factores internos de acumulación, en un intento NOTAS 149 por reformular aquella primera versión y profundizar el análisis de las peculiaridades locales, articulando las variables económicas con las del campo social y político. La historia agraria argentina no tarda en hacerse eco de este debate teórico. El asunto mereció análisis variados y desde perspectivas diversas. En todas ellas el espacio ha jugado un papel significativo por la diversidad regional del territorio argentino. La región pampeana, por su centralidad en relación con el modelo agroexportador, ocupa en esos estudios el mayor interés. Bastaría con recordar la significación que en las contiendas políticas le da a la región Juan Álvarez en su estudio sobre Las Guerras Civiles Argentinas (1912), para advertir que de ahí en adelante muchos y diversos han sido los aportes que, conforme a los avances teóricos y metodológicos, han dado cuenta, directa o indirectamente, de la evolución de la realidad regional agraria. Las economías monoproductoras del interior, azucarera y vitivinícola, con epicentro en Tucumán y Mendoza respectivamente, le siguen en importancia; mientras las regiones marginales del Nordeste Argentino y de la Patagonia, sólo en tiempos recientes han merecido el interés de los estudiosos que analizan las características y los cambios de la Argentina rural en el siglo XX. En todos los casos es posible advertir hasta los años de 1960 una caracterización espacialista de la diversidad regional y recién en los albores de los ´80 se generalizan los análisis que parten de la concepción del espacio socialmente construido. Los trabajos de Enrique Bruniard, de Alejandro Rofman y de Mabel Manzanal, apoyándose o confrontando en las concepciones teóricas de Sergio Boisier y José Luis Coraggio, así como los estudios coordinados por el Comité Argentino de Ciencias Históricas adherido al Comité Internacional (Comité Internacional de Ciencias Históricas 1990: cap. X) y más recientemente la obra de Osvaldo Barsky y Jorge Gelman, son expresiones sucesivas de esta visión dinámica del espacio territorial argentino. La Argentina agraria ha sido estudiada frecuentemente desde formulaciones teóricas que se asientan en la visión neoclásica y -por lo tanto- la región (el espacio geográfico) y no los actores sociales explican las diferencias interregionales; como por quienes revisan el modelo tradicional, vinculando espacio-sociedad-economía y nutren su marco teórico en la denominada escuela estructural, ya sea apelando al modelo centro-periferia (Ej: Raúl Prebisch) o al de intercambio desigual (ej. Franz Hinkelammert) (Rofman 1999: cap.1). La historiografía del último medio siglo referida al desarrollo agrario tanto del interior del país como de la región pampeana, ha puesto especial énfasis en el período 1870-1930 o bien en la historia agraria reciente y muestra preferencias bien definidas en relación con los cambios de intereses y de la metodología de las ciencias sociales. A los enfoques muchas veces descriptivos, tradicionales, que suelen integrar las obras generales de historia económica o bien los que se atienen preferentemente a las explicaciones sociales propias de los estudios de la década de 1960 -cuando la economía agraria regional se estudia, generalmente, para ejemplificar conceptos teóricos más que para explicar la realidad histórica- le suceden las de neto perfil político económico -en algunos casos comprometidos con teorías globales- de los años ´70 y los de rasgos socio-económicos de los ´80. 150 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) La década de 1990 ofrece abordajes de mayor eclecticismo, más precisos en algunas propuestas teóricas (definiciones de espacio-región, producción social del espacio, conceptualizaciones acerca de la evolución seguida por cada área espacial en particular, mayor discernimiento entre lo local y lo regional) y más dispuestos a asociar la información cuantitativa con la cualitativa (Girbal-Blacha 2001). A las puertas del siglo XXI se advierten dos fenómenos simultáneos. Por un lado, la necesidad de compendiar en el largo plazo la historia agraria argentina respetando diferencias regionales; y por otro, una relectura de los clásicos que estudiaron el agro argentino. Los vacíos en el tema que se trata son aún muchos, en especial las diferencias interregionales que el modelo aplicado genera. La historia rural extrapampeana es la que aguarda todavía (especialmente para el siglo XX) estudios acerca de las características del espacio y el medio ambiente, los sujetos sociales que construyen ese espacio y las políticas públicas que se implementan frente a los históricos desequilibrios interregionales que dan muestras de que las tres cuartas partes de la riqueza y de la población se radican en una cuarta parte del territorio argentino. III. Espacio regional, sujetos sociales y políticas públicas Las redes familiares, las alianzas interoligárquicas y las políticas acuerdistas, le otorgaron una fisonomía diferente, singular y desigual a la Argentina Moderna, donde el “fenómeno regional no es un hecho aislado sino que obedece, en alta medida, a las decisiones que se van adoptando fuera de la región involucrada y que inciden sobre el desenvolvimiento de cada una de las partes que componen el territorio nacional” (Rofman 1999:11). Donde, además, se genera la contradicción entre sistema productivo y organización del espacio; dinámico y cambiante el primero, “configuración delimitada subjetivamente y cristalizada en el tiempo”, el segundo (ídem:15). El modelo económico de esa Argentina, alcanza el límite de su expansión horizontal hacia los años de 1910; y aunque caducará el crecimiento hacia afuera para 1930, habrá de preservarse el perfil agrario del país. Contará para lograrlo con el Estado intervencionista a partir del ocaso de ese paradigma. Desde mediados de los años ´40 es el accionar del Estado benefactor, popular, dirigista, nacionalista y planificador, el que -a pesar del intento por diseñar una Argentina acogedora de la pequeña y mediana empresa industrial- termina por alentar desde 1950 la vuelta al campo y apoya, una vez más, con el crédito oficial a las agroindustrias, las actividades rurales y el cooperativismo agrario. El fenómeno se sostiene en los tiempos del Estado desarrollista de fines de los años ´50 e inicios de los ´60, durante la vigencia del Estado Burocrático Autoritario, el retorno del peronismo en los ´70, la economía del llamado Proceso de Reorganización Nacional (desde 1976) y aún con la vuelta de la democracia en 1983 (Rofman 1999:15-34, Girbal-Blacha 2000). El grado de desarrollo y la forma en que se estructuran las fuerzas y las relaciones de producción, tanto como sus combinaciones e interacciones, brindan las NOTAS 151 bases y la trama de los aspectos socioeconómicos de una sociedad. A ellas se suman las formas y jerarquías del poder, las instituciones sociales y políticas, el Estado, el derecho, las ideologías -como producto y parte de la realidad social- y la cultura (Kaplan 1983). Es a través de la ideología que se mediatizan e interiorizan la legitimidad y el consenso, al expresar la estructura social y el sistema de dominación emergente. Conviene recordar que la evolución histórica de la Nación Argentina da muestras acabadas del mayor esfuerzo puesto, por parte de la dirigencia nacional, en preservar el país rural que en apostar a economías alternativas complementarias. No es extraño, entonces, que -como se expuso- la historiografía agraria argentina, especialmente la referida a la región pampeana, agroexportadora por excelencia, y más recientemente, la que se refiere a las economías regionales monoproductoras del interior, hayan ocupado y ocupen un lugar destacado en el concierto de la producción historiográfica del país. a) Espacio regional Existe una producción social del espacio territorial de orden natural que genera las diferencias interregionales, fácilmente visibles en un país extenso y dependiente como la República Argentina. Espacio y actor social conforman una relación-tensión entre la fragmentación regional de los sectores dominantes y la formación de un Estado Nacional centralizado. Una ecuación que implica reconocer en la Argentina la conformación de un sector dirigente nacional a través de alianzas entre sectores dominantes regionales y explican la formación de un Estado y de un mercado nacional recién a fines del siglo XIX. La lógica social (Eckert 1996) forma parte de las leyes y de la estructura de funcionamiento de una realidad regional. Conforme a este planteo teórico, el espacio proviene del modelo social dominante, es socialmente producido y se convierte en sinónimo de sistema socioeconómico. Esta concepción admite la idea de cambio y permite -en consecuencia- implementar políticas regionales en función de diagnósticos regionales. Esta corriente de pensamiento (Rofman 1981), rechaza una visión lineal y estática del mismo (GirbalBlacha 1997). En este contexto resulta de particular importancia analizar las relaciones entre sociedad y medio ambiente, ya que cada formación social de producción marca los límites históricamente precisos a la eficiencia en el manejo de los ecosistemas. Así en este campo historiográfico hemos de entender no sólo los cambios climáticos de largo plazo sino también la influencia humana sobre el medio ambiente, así como las instituciones económicas y las luchas sociales que regulan y tienen por objeto el acceso a los recursos naturales. Una de las cuestiones centrales de los trabajos pendientes es demostrar la interdependencia de las variables económicas, sociales y ecológicas en la conformación de los procesos de explotación rural para cada una de las regiones analizadas. Las relaciones entre los actores sociales -incluido el Estado- vinculados a la producción agropecuaria, el nivel de productividad y la explotación de las diferentes regiones en 152 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) todos los ciclos productivos, así como la situación del recurso natural en cada etapa histórica, merecen especial interés como un intento de explicación de las causas, el desarrollo y la crisis del modelo de explotación primaria de nuestro país. b) Sujetos sociales El hombre es el sujeto del proceso histórico y existen modelos diversos de funcionamiento social. En los últimos dos decenios se ha insistido en que “el actor social ha vuelto a escena” (Touraine 1987). El anuncio se hace cuando se da un cambio en la escala del análisis histórico, es decir, cuando microhistoria y construcción social están en el centro de las discusiones metodológicas (Revel 1996). El individuo, ya no es visto -conforme a una visión estructural- como una concatenación de variables (origen, instrucción, ocupación) sino como una concatenación de relaciones; como integrante de una red social. El concepto de red -que surge en los años de 1980, y coloca en un segundo plano el de cadena migratoria- así como el estudio de su composición y de sus formas, brinda una clave explicativa e introduce la dimensión de la estructura social. Es un instrumento valioso para estudiar la acción social, es decir, la red de relaciones que establece un individuo. “La observación de las redes sociales permite reconstruir la articulación de los actores pertinente para explicar la acción colectiva” (Moutoukias 1995: 221-241); combinando reconstrucciones descriptivas y enfoques analíticos (Girbal-Blacha, Zarrilli y Balsa 2001). La gama de inserciones diferenciadas que así se genera en el sistema social, se refleja en la estructura del poder y en la construcción del espacio. El accionar de esos sujetos sociales motiva formas diferentes de capturar el espacio. Son los sujetos sociales los que hacen las diferencias y diseñan una relación directa entre las formas espaciales y las estructuras sociales. La creación de instituciones va ligada a las redes familiares sobre las que descansa la estructura social y las relaciones clientelares. La disputa por el poder resulta uno de sus rasgos característicos. La inestabilidad política y una burguesía nacida de la fragmentación de las elites coloniales generan dificultades para que alguno de los grupos implicados en la lucha establezca su hegemonía sobre los demás durante un tiempo prolongado. Este proceso de viejo cuño admite el estudio de las continuidades y también de los cambios en las estructuras, relaciones, clases y/o sujetos sociales y su vínculo con la política, la economía y la cultura desde una perspectiva histórica. Así, por ejemplo, el papel de las oligarquías en la historia latinoamericana se vinculó con la capacidad de sus miembros para impulsar proyectos económicos y para establecer zonas de influencia sobre las cuales pocos ejercían el poder. En la Argentina, también las redes familiares jugaron un papel central, que redundó en la cohesión del grupo dirigente, que habrá de emprender el proceso de modernización. La formación de una dirigencia nacional precede a la formación del Estado y del mercado nacional. La diversificación del riesgo empresario, la circulación de capitales y su drenaje regional en relación con el varias veces denunciado subequipamiento tecnológico en las agroindustrias tradicionales; la distribución del crédito y sus NOTAS 153 diversas formas de inversión y reinversión a nivel regional y por rubros; la relación unidad productiva, tipos de explotación y experimentación agrícola, son algunas de las facetas menos estudiadas de la racionalidad económica de los productores, de los empresarios agroindustriales y de los técnicos agrarios y que -por esta misma razóndeben ocupar un lugar central en los estudios agrarios por realizar. c) Políticas públicas La estructura del poder es el resultado de un conjunto sistémico de relaciones, donde los individuos o grupos buscan el control del medio ambiente y el ejercicio de su acción sobre otros grupos o individuos. El poder puede ser visto como la probabilidad de imponer la voluntad propia en una relación social contra cualquier tipo de resistencia por parte de los otros participantes de esa relación (Weber, 1974). Las relaciones de poder en las sociedades modernas van unidas a la acción política, a su dinamismo y al movimiento social, participando en la toma de decisiones e instrumentación de las mismas. A un poder formal, institucionalizado, de aplicación individual y legitimado racionalmente, característico del advenimiento de la modernidad, se le opone la existencia de un poder más difuso, informal, sustentado en valores, normas tradicionales y relaciones de comunidad (Foucault 1979). Los cruces y superposiciones entre ambas formas de poder hacen más compleja la estructura de las relaciones sociales. Mientras las estructuras y condiciones generales que conforman la sociedad moderna se mantengan, las relaciones de poder entre clases y sectores sociales transitarán una matriz básica de continuidad pero que se expresará a partir de cambios y transformaciones específicas de acuerdo a tiempo, espacio, condiciones políticas e interacciones entre culturas, a las cuales no es ajeno el Estado, entendido como una instancia de organización del poder y de ejercicio de la dominación política; vale decir, como una relación social y -al mismo tiempo- un aparato institucional. El sistema social resulta así una construcción donde conviven agentes o sujetos sociales que operan acorde a las leyes del sistema global, para acompañarlo o expresar su conflictividad. Este conjunto en el sistema capitalista provoca diferentes capacidades para captar los recursos que la sociedad genera y se expresa en las desigualdades de los agentes sociales y en los desequilibrios interregionales constitutivos del mercado nacional, sus características sustanciales y sus crisis. Hoy, se habla de las metamorfosis del poder, cuando las relaciones de poder avanzan más allá del papel jugado por el Estado; comprende las vinculaciones diversas de los diferentes grupos que detentan el poder político y económico, incluidas la apropiación del espacio, de la renta y la distribución del ingreso, así como los nexos que establecen por dentro y por fuera del sistema político; es también un vínculo cultural (Ruano-Borbalan 1999:40-41). Estas relaciones de poder actúan como promotoras o no de los procesos de continuidad y cambio. De ahí la importancia de establecer el diseño y aplicación de las políticas públicas a nivel regional y nacional como expresión de esos vínculos. 154 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) En síntesis, los acercamientos al estudio de las continuidades y cambios de la Argentina rural del siglo XX, deben tomar como eje de las investigaciones futuras el proceso de construcción socio-político de los espacios regionales a partir de la actuación diferencial de los sujetos sociales, con el propósito de cumplir algunos objetivos específicos: 1.- Estudiar las diferencias interregionales de la Argentina rural, considerando a la región como el resultado de la producción social del espacio territorial, poniendo énfasis en las relaciones y conflictos socio-ambientales. 2.- Analizar la trama que construyen los sujetos sociales, es decir, las redes sociales presentes en las estructuras de poder y en los procesos de construcción del espacio en la Argentina rural. 3.- Considerar y caracterizar las relaciones de poder que sustentan las políticas públicas de la Argentina rural, entendiendo por tales a la compleja trama de vinculaciones, estructuras, capacidades de gestión de recursos y de control sobre grupos sociales. IV. Acerca de la metodología La historia agraria regional debe ser abordada a la luz de los cambios teórico-metodológicos y conceptuales, entendiendo que su tratamiento no puede hacerse exclusivamente desde un solo ángulo de observación, sea éste económico, social, político o institucional. Su estudio debe, necesariamente, compendiar todos esos aspectos, poniendo el acento en el análisis de casos particulares, que den sentido a la microhistoria para explicar los procesos macrohistóricos del heterogéneo mundo rural argentino. En los inicios de un nuevo siglo se está, pues, repensando la región y sus actores. Control, regulación sobre las decisiones sociopolíticas, nivel de incertidumbre en el accionar de los sujetos sociales y los agentes económicos abre un debate teórico sobre el perfil de las regiones que se inserta en el ámbito integrado, que -seguramente- llevarán a reformular el planteo de Sergio Boisier sobre la construcción social del espacio, que parece estar regido por determinantes no siempre consensuados con la mayoría de la sociedad y menos aun atienden los reclamos de los sectores marginales y postergados (Rofman 1996:15). Durante el oscilante y conflictivo siglo XX el escenario cambia. La Argentina rural pasa del fin de la expansión horizontal agraria ocurrida en tiempos del Centenario (1910) a la reconversión y tecnificación del sector rural, promediando la centuria. El espacio y sus características ambientales dan muestras de cambios y continuidades, al igual que los sujetos sociales que lo generan y le dan consistencia; mientras el Estado muestra actitudes diversas frente a esa reconversión del sector y a la atención del perfil ecológico sistémico de la cuestión agraria argentina. Atentos a estos parámetros -que no pueden ni deben ignorarse- los estudios agrarios deben manifestar su intención de reconocer cambios y continuidades regionales en la Argentina rural del siglo XX. La fuentes documentales éditas e inéditas de carácter político (mensajes, discursos, planes de gobierno, memorias ministeriales nacionales y provinciales, NOTAS 155 correspondencia, etc.), de carácter económico financiero (memorias y balances bancarios, documentación original de los Archivos bancarios y de las empresas, circulares, publicaciones periódicas, cartografía, cartas climáticas, registro de mensuras, etc.) y guías sociales, censos, anuarios, así como entrevistas a empresarios y productores de las regiones en estudio, deben ser los instrumentos esenciales para recabar la información primaria que permitan llevar a cabo la investigación histórica sobre bases originales. Al material primario citado debe sumarse la bibliografía seleccionada para cada caso en estudio y conforme a los objetivos e hipótesis planteadas. El momento es propicio, porque se sostiene que existen “diversidad de historias, singularidad de los historiadores; pluralidad de procesos, subjetividad de maneras de escribir y de hacer” (Prost 1996:126). Son éstos instrumentos válidos para marcar la distancia frente al modelo de una historia ciencia que se afana por construir la verdad absoluta. La afirmación, que pertenece a Antoine Prost, no significa en modo alguno que el historiador no tenga la libertad de sostener su propia explicación. Su preocupación es dilucidar las exigencias metodológicas que corresponden al régimen de veracidad propio de la historia, es decir, al que se desplaza entre literatura y ciencia. La complejidad de rutas por las que transita la historia, hace casi prohibitivo fijar esquemas de evolución lineal. Es que el método es concebido como un conjunto de procedimientos intelectuales cualesquiera sean; puede entenderse como un instrumento que respeta procederes y plantea preguntas a las mismas fuentes para obtener como resultado conclusiones verdaderas aunque no únicas e indiscutibles. En tal sentido relato y cuantificación de la información son recursos complementarios para la epistemología histórica. El primero resume la dimensión diacrónica, singular, del acontecimiento; en tanto la dimensión sincrónica, generalizadora, estructural, se expresa por cuadros y gráficos. Pero es evidente que un estudio que analice el poder en la sociedad, aunque sea agrario -como en este caso- debe tener en cuenta un recurso de control social como el discurso público, porque la lucha por el poder es también la lucha por la palabra. Para profundizar esta modalidad de análisis es necesario ligar -como propone Pierre Bourdieu- la teoría a la interpretación; ya que los conceptos sirven para explicar los resultados de la investigación que se realiza. El trabajo empírico es el lugar de la revelación teórica. De ahí su propuesta de la noción de campo, para analizar situaciones concretas. Una noción que surge de la necesidad de relacionar el lugar de la producción social con el lugar de la producción simbólica. Un campo se define, definiendo aquello que está en juego y los intereses específicos, que son irreductibles a lo que se encuentra en juego en otros campos o a sus intereses propios y que no percibirá alguien ajeno al campo. El territorio de un campo, en este caso vinculado con los aspectos rurales, se constituye -conforme a la propuesta mencionada- a partir del interés común que tengan sus componentes y siempre que luchen por él; sabiendo que existe una dinámica interna de cada campo, pero también interdependencias, ya que la estructura de un campo debe entenderse como 156 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) un estado de relaciones de fuerza entre las instituciones o agentes comprometidos en la lucha (Bourdieu 2002:119-126). El poder simbólico se construye -como se ha expuesto- a partir de las palabras; es un poder que consagra y revela hechos que no son sólo conocidos sino reconocidos como tales. Es que “el lenguaje, al servirse del uso metafórico, permite pensar, mantener intercambios con lo que no es sensible, porque posibilita la transferencia, metapherein, de las experiencias sensibles” (Arendt 2002:132). Cada campo tiene un patrón, un modelo discursivo que se repite en cada nuevo discurso. Credibilidad y poder político-económico agrario, se presentan -en este caso- como una relación-tensión para crear el poder simbólico. Es el análisis del discurso el que permite ver a los campos en acción y, es desde esta perspectiva que el discurso cobra sentido en tanto lenguaje que permite conocer esas acciones. Ya que los hechos ocurridos llegan al presente a través de la descripción que se hace por medio del lenguaje (Berger 1998:9-18). Es que existe una relación causa efecto entre el acontecimiento y el lenguaje, en la cual el receptor juega un papel significativo, ya que intenta convertir su experiencia personal en una de carácter colectivo.4 La aceptación de lo que se dice es determinante y contribuye -a su vez- a determinar la producción del discurso. Estos campos de fuerza son asimismo campos de lucha, al decir de Bourdieu, donde los agentes o sujetos sociales están en una disputa constante para transformar esa relación de fuerzas, porque es el poder lo que está en juego en el campo político, que -por cierto- está vinculado al mercado de la opinión pública. Por estas razones, la lucha de los agentes gira en torno del capital simbólico acumulado como producto de esas confrontaciones y se consustancian con el reconocimiento y la consagración de esos agentes políticos que requieren ser legitimados. Se genera una sutil relación de enfrentamiento y de convivencia, que es preciso recrear cuando se llevan adelante las representaciones del pasado como en este caso del medio rural; ya que la credibilidad es un componente sustantivo del poder simbólico de los políticos. De ahí que el enfoque histórico sea la condición necesaria para la completa comprensión de lo político agrario, como aquí se propone (Rosanvallon 2002:15-31). V. A modo de balance El análisis histórico de las continuidades y cambios de un país eminentemente rural como la Argentina resulta un estudio en construcción para la historiografía agraria actual. Muchas pueden ser sus formas de abordaje, pero una de ellas es la que intenta vincular el espacio regional como una construcción social de apropiación, los sujetos sociales en sus gamas más diversas, capaces de reflejar el heterogéneo mundo agrario, y las políticas públicas nacionales, provinciales y regionales vinculadas al agro. A partir del cruce de estos ejes centrales el propósito es caracterizar e interpretar no sólo los cambios sino especialmente las continuidades de la Argentina agropecuaria, y hacerlo desde distintas perspectivas 4 Acerca del lenguaje y sus distintas expresiones puede consultarse Sartori 2002. NOTAS 157 atendiendo a las diversidades regionales y transitando los abordajes micro y macro históricos. El desafío actual es entender la cuestión rural en perspectiva, sin definir la diversidad regional a partir de la región central, sino desde los propios espacios regionales y en estrecha relación con la conformación espacio-ambiental. Es preciso poder dar cuenta y caracterizar la complejidad del mundo agrario y su heterogeneidad, pocas veces explicitada y más aun en medio de la globalización, pero hacerlo desde esos espacios territoriales diferentes aunque convergentes en cuanto a los objetivos que alientan los estudios sociales actuales. La propuesta no es ajena a la búsqueda del reconocimiento de los desequilibrios regionales propios de la República Argentina y que reconoce fuertes raíces históricas. VI. CONICET y los estudios agrarios regionales Selección de casos: • • Sobre la base de todos los investigadores del CONICET se realizó una búsqueda por la palabra clave “Agro” sobre los siguientes campos de datos: Tema de investigación, 3 campos de palabras claves del tema (consignados por el investigador) y especialidad. De la tabla de disciplinas desagregadas con las que el CONICET clasifica la labor de sus investigadores, se realizó una selección de aquellas relacionadas con la temática agraria. Luego de esta selección se buscaron los casos clasificados en esos ítems. Las disciplinas seleccionadas son: 9 9 9 • • Agronomía y Dasonomía - Estudio de la conservación, cultivo y aprovechamiento de los montes - (cod. 41) Sociología Rural (cod. 5255) Planeamiento socioeconómico regional (cod. 5852) De la tabla de campos de aplicación con las que el CONICET clasifica el área de aplicación de las investigaciones se seleccionó el ítem: “Producción Vegetal” (cod. 65). Luego se buscaron los casos con dicha clasificación asignada. Una vez realizadas las búsquedas previas se incorporaron a la muestra los restantes casos asociados a la comisión evaluadora de Ciencias Agrarias. Luego de la instrumentación de los criterios precedentes, y en función de la secuencia metodológica aplicada para el caso, los totales parciales que fueron surgiendo de la búsqueda son: - búsqueda por disciplinas desagregadas: 172 casos - búsqueda por campo de aplicación: 65 casos - casos restantes de la comisión evaluadora de Ciencias Agrarias: 26 casos - búsqueda por palabra clave “Agro”: 76 casos Estudios Trasandinos 14:2 (2008) 158 Total de la muestra: 339 casos Distribución porcentual estimada en las cinco regiones argentinas de los investigadores del CONICET que trabajan sobre temas de interés para el sector agropecuario (2008) Cuyo 8% NEA 5% NOA 13% Pampeana 56% Patagónica 18% Pampeana Cuyo NOA NEA Patagónica Distribución porcentual estimada en las cinco Áreas del Conocimiento de la totalidad de los investigadores del CONICET que trabajan sobre temas de interés para el sector agropecuario (2008) NOTAS 159 Sociales y Humanas 12% Exactas y Naturales 5% Biológicas y Salud 17% Tecnología 2% Agrarias e Ingenierías 64% Referencias ADORNO, Theodor. Sobre la metacrítica de la teoría del conocimiento. Barcelona, Planeta-Agostini, 1986. ARENDT, Hannah. “Lenguaje y metáfora”. En: La vida del espíritu, Buenos Aires, Paidós, 2002. ASTORI, Danilo. Controversias sobre el agro latinoamericano. Un análisis crítico, Buenos Aires, CLACSO, 1984. BERGER, Christa. Campos em confronto: a terra e o texto. Porto Alegre, Editora da Universidade UFRGS, 1998. BOURDIEU, Pierre. Campo de poder, campo intelectual. Buenos Aires, Editorial Montressor, 2002. COMITÉ INTERNACIONAL DE CIENCIAS HISTÓRICAS. COMITÉ ARGENTINO. Historiografía argentina (1958-1988). Una evaluación crítica de la producción historiográfica argentina. Buenos Aires, CICH, 1990. FOUCALT, Michel. Microfísica del Poder. Madrid, Ediciones de La Piqueta, 1979. GIRBAL-BLACHA, Noemí M. “Cuestión regional-cuestión nacional. Lo real y lo virtual en la historia económica argentina”. CICLOS 12:VII (1er. semestre 1997). GIRBAL-BLACHA, Noemí. Ayer y hoy de la Argentina rural. 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UNA EXPERIENCIA ENTRE TRES UNIVERSIDADES ARGENTINAS -COMAHUE, LA PAMPA, PATAGONIA ‘SAN JUAN BOSCO’- Y TRES CHILENAS -LA FRONTERA, BIO BIO Y AUSTRALLIDIA OZONAS Y NÉLIDA BONACCORSI5 Hace más de dos décadas que los Estudios de las Mujeres se han instalado en las universidades argentinas y latinoamericanas y ampliado su perfil, porque a medida que se estudia e investiga sobre la situación de las mujeres como sujetos sociales, se descubren las identidades diferenciadas de las mujeres, ocultas intencionalmente. Los temas se multiplican, muestra de que es un campo poco explorado por las ciencias sociales que en general han sido androcéntricas. La perspectiva de género que abarcan estos estudios permite describir, analizar, interpretar y sistematizar el conjunto de prácticas, símbolos, representaciones, 5 Centro Interdisciplinario de Estudios de Género, Facultad de Humanidades, Universidad Nacional del Comahue, Neuquén. NOTAS 161 valores, normas que determinan la situación desventajosa de las mujeres con respecto a los hombres. Si bien la cultura diferenciada de las mujeres con respecto a los varones es un debate aún no saldado sobre qué es lo propio o lo apropiado, o lo impuesto, los estudios de las mujeres con enfoque de género han podido detectar que a lo largo de la historia, las mujeres han vivido situaciones donde, en forma individual o colectiva, lograron crear vivencias e imaginarios propios que las visibilizaron en un continuum histórico. La estrategia de las docentes-investigadoras ha sido de intervención en todos los intersticios que las estructuras institucionales les han permitido. Nos propusimos constituirnos en red con las universidades patagónicas teniendo presente la política de conformar redes interuniversitarias argentinas y extranjeras, de acuerdo a lo explicitado en la convocatoria de Proyectos de Fortalecimiento Redes Interuniversitarias 2007 que señala: “La red, entendida como forma de colaboración asociativa y horizontal entre instituciones universitarias, o entre ellas y los sectores públicos y privados, de carácter cooperativo y sumatoria, constituye una herramienta potente y probada para el mejoramiento de la calidad y la pertinencia de la formación y la investigación así como para el pleno desarrollo institucional. “Al favorecer estructuras más flexibles, las redes permiten extender y diversificar actividades, experimentar nuevos desarrollos y compartir riesgos, potenciando los propios perfiles de cada institución universitaria y generando a la par la provisión de nuevos servicios y competencias, antes fuera de su alcance individual, como consecuencia de la sinergia producida.”6 Las instituciones sobre la Mujer de las Universidades de La Pampa, de la Patagonia ‘San Juan Bosco’ y del Comahue tienen una historia en conjunto sobre los estudios de género en diversas disciplinas (historia, sociología, geografía, trabajo social, etc.), y por tal motivo nos parece propicio: • Promover la constitución y fortalecimiento de redes entre instituciones universitarias argentinas y extranjeras; • Facilitar el desarrollo y afianzamiento de actividades académicas en un contexto internacional y de cooperación regional.7 A su vez diseñamos objetivos propios que consisten en: • Fortalecer el vínculo iniciado entre las Universidades de La Pampa, del Comahue y de la Patagonia ‘San Juan Bosco’ y las universidades chilenas de La Frontera, Bio Bio y Austral a través de la Red Universitaria Patagónica de Estudios de Mujeres y Relaciones de Género. 6 Proyecto de Convocatoria de Redes Interuniversitarias, 2007. Secretaría de Políticas Universitarias, Buenos Aires, Ministerio de Educación. 7 Los objetivos específicos de la convocatoria se refieren a mejorar las capacidades de diseño y gestión de programas universitarios en red, y alentar la profundización de los lazos académicos con los países de América Latina. Estudios Trasandinos 14:2 (2008) 162 Con esta red nos proponemos contribuir a mejorar la situación de las mujeres patagónicas y del sur argentino y chileno. Estas intenciones se llevarán a cabo en la medida de poner en práctica acciones específicas, entre ellas: • Desarrollar proyectos de investigación-acción inter y/o transdisciplinarios que den cuenta de la condición y situación en que viven las mujeres • Propiciar la elaboración de planes de intervención social (educación, salud, derechos sexuales y reproductivos, participación social y política, cultura, bienestar social, trabajo, acceso a la justicia, recuperación de la memoria y la historia, etc.) a través de la capacitación y formación desde la perspectiva de género. • Difundir las acciones de la red a través de publicaciones y distintos eventos. • Favorecer colaborativamente la formación de recursos académicos jóvenes en estudios de género en la Patagonia y región sur austral. • Vincular la red a los organismos provinciales, regionales y nacionales que trabajan en equidad de género. • Realizar cursos de postgrado integrados por docentes y estudiantes de la región patagónica y sur austral. • Gestionar el reconocimiento de los créditos de los cursos y actividades de posgrado en las universidades respectivas. Descripción del proyecto La creación de la red y su corta trayectoria han evidenciado la importancia de vincular y potenciar recursos existentes en las universidades participantes. El desarrollo de las Primeras Jornadas Patagónicas de Estudios de Mujeres y Género, realizadas en abril de 2008 en Comodoro Rivadavia, en la que participaron ponentes de las seis universidades, da cuenta del compromiso de académicas y académicos, investigadores e investigadoras, en indagar y modificar las situaciones de segregación, estigmatización y discriminación de género. La amplitud temática de las Primeras Jornadas, que puede advertirse en los ejes sobre los que se organizaron las mesas, da cuenta también de la extensión de los estudios de género a diferentes disciplinas y la concreción de variados abordajes en las tareas de intervención social. En cada una de las instituciones se encuentran en formación masas críticas, equipos disciplinares e interdisciplinares que desarrollan tareas de docencia de grado y postgrado, investigación, extensión, intervención, formación de recursos humanos, tanto al interior de la institución académica como fuera de ella, y han generado en la mayoría una presencia en sus comunidades de inserción. El proyecto de continuación de la Red para 2009, se sustenta en las siguientes actividades: 1) Cursos de postgrado: La existencia de carreras de postgrado en: NOTAS 163 - Universidad Nacional del Comahue. Especialización en Estudios de las Mujeres y de Género. - Universidad de La Frontera. Diplomado en Género y Políticas Públicas. Permitirá la colaboración en el dictado de cursos, intercambio de profesores y fomento de actividades colaborativas de docencia de postgrado. 2) Proyecto de investigación conjunto: Dado que todas las instituciones integrantes de la Red llevan a cabo investigaciones sociales en el área de las relaciones de género, se considera relevante llevar a cabo una investigación sobre: “Ciudadanía y derechos de las mujeres patagónicas”, cuyo propósito es un estudio comparativo que contemple un mapeo de la legislación nacional, regional y provincial vigente; un relevamiento de demandas de justicia por áreas de interés y de grupos/asociaciones que trabajen por los derechos de las mujeres. 3) Realización de las Segundas Jornadas Patagónicas de Estudios de Mujeres y Género. Se llevarán a cabo en la ciudad de Temuco (Universidad de La Frontera) en marzo de 2009. 4) Presentación del libro de Actas de las Primeras Jornadas Patagónicas de Estudios de Mujeres y Género. La puesta en marcha de las actividades en conjunto de seis universidades no es tarea fácil, requiere un engranaje de interés y compromiso en común. Los primeros pasos los hemos dado, sabemos que las dificultades se darán por la distancia geográfica, por las historias de cada universidad argentina y chilena, porque no siempre el entorno nos favorece Ha sido todo un desafío instalar el tema y más aun mantenerlo y potenciarlo en red. Sin embargo contamos con que en los tiempos presentes los temas sobre las mujeres analizados con el enfoque de género están teniendo aceptación en ámbitos tradicionalmente masculinos, y el hecho de que haya sido aceptado y financiado por la Secretaría de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación argentino es todo un acontecimiento digno de ser resaltado. *** Estudios Trasandinos 14:2 (2008) 164 EL DESAFÍO DE GENERAR Y TRANSMITIR CONOCIMIENTO CRÍTICO A TRAVÉS DE REDES INTELECTUALES. RUMBO A UNA INTERNACIONAL DEL CONOCIMIENTO DE CARA AL BICENTENARIO GABRIELA NACACH8 “El compromiso [político] lo asumo como intelectual, no exactamente como creador; es decir, en un plano más consciente” Haroldo Conti (1925-1976) Entre el 30 de octubre y el 2 de noviembre de 2008 se celebró en Santiago de Chile el Congreso Internacional Ciencias, tecnologías y culturas. Diálogo entre las disciplinas del conocimiento. Mirando al futuro de América Latina y el Caribe que, desde un primer momento, se gestó en el marco del Bicentenario de las independencias que numerosos países de América estamos conmemorando en estos años. La búsqueda tuvo tres ejes centrales: el avance en nuestro conocimiento, que dicho conocimiento fuera necesariamente interdisciplinar (y no circunscripto a las Ciencias Sociales y Humanas) y que, como sujetos de algún tipo de saber, buscáramos mejorar nuestra incidencia sobre las políticas en general y poniendo énfasis particular en América Latina y el Caribe (ALC). En definitiva: el diálogo que debemos encarar entre la producción del conocimiento y la sociedad. Un discurso que no se convierta en circular y que de alguna manera se manifieste como práctica social. Cabe una reflexión respecto de la responsabilidad que nos cabe como intelectuales en el pobre desempeño de la región, en cómo incidir en su superación, en como revertirlo; en fin, en cómo y dónde ubicar el conocimiento y de qué tipo de conocimiento estamos hablando. Discernir y a un tiempo discutir desde la no-pobreza cualitativa de la intelectualidad de ALC; pero sí sobre el impacto y poca influencia de nuestras ideas. Considero que es una vez más una vocación cíclica, que no se superará sin un cambio radical de nuestro quehacer académico. En este aspecto, el Congreso buscó una salida para el conocimiento, que debe concretizarse en el saber hacer; salir de abstracciones que no conducen a un compromiso aplicado a nuestra realidad socio-económica y política. La coyuntura del Bicentenario es oportuna para pensar sobre esto y en cómo superar esta situación. En un proceso asincrónico y de ninguna forma cortoplacista, aún viendo debilidades, se apunta sobre todo a nuestra potencia en materia de pensamiento 8 Universidad Nacional de Buenos Aires; gabicolombina@yahoo.com.ar. Agradezco especialmente a Eduardo Devés, coordinador general del Congreso Ciencias, tecnologías y culturas la posibilidad de contar con el discurso inaugural del mismo, que aporta muchas ideas a las mías vertidas en este texto. NOTAS 165 crítico, inquebrantable en muchos de nuestros profesionales. Es necesario fortalecer esa vocación, no sólo para generar mejor y mayor producción científica, sino para difundir este modo de abordar la realidad a generaciones futuras –lo que pone sobre la mesa otra cuestión no menos importante: el modo de transmitir conocimiento desde las instituciones-. La misma tesis de nuestra abundancia se nos vuelve en contra: ALC es una región, ya dicho, con una calidad de conocimiento que no se condice con el grado de pobreza y marginalidad en la que vive. Sin embargo, el seguir pensándonos en materia de “sub” o “en vías de…”, refuerza al poderoso y disminuye una capacidad manifiesta con la cual debemos desafiar este dilema que nos constituyó como sociedades al menos en las últimas tres décadas –si no más–. ¿Cómo hacerlo? La necesidad de una Internacional del Conocimiento fue uno de los ejes que buscó la coordinación de este congreso para hacerle frente. La generación de redes intelectuales, de acuerdos y proyectos de trabajo conjunto entre centros de estudios, pero sobre todo sin fronteras institucionales, disciplinarias y nacionales, resulta un paso obligado para la no regionalización ni centralización del conocimiento. De ahí el intento de coordinar y establecer espacios de encuentro por ciudades o universidades, no por países. Esto es algo que ya se viene dando entre algunos países constitutivos de la región. No es casual que el Congreso contara con el apoyo de la Academia Chilena de Ciencias; la Asociación Argentino-Chilena de Estudios Históricos e Integración Cultural; la Asociación Chilena de Ciencia Política; la Asociación de Cientistas Sociales de la Religión del MERCOSUR; la Asociación de Historiadores de América Latina y el Caribe (ADHILAC-Chile); el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO); el Corredor de las Ideas del Conosur; la Internacional del Conocimiento; la Organización Encuentro de Intelectuales Bolivia-Chile; UNESCO-Chile. El encuentro –autogestionado, tendiente a la autonomía intelectual; que no contó con subsidios de estados u organismos internacionales–, con la finalidad ya explicitada de crear y fortalecer en distintas modalidades redes intelectuales, contó con estudiosos de unos treinta países y de más de ciento cincuenta instituciones. Unas mil personas en el marco de aproximadamente sesenta simposios, mesas redondas, conferencias, e incluso la posibilidad de participación de estudiantes de grado –se contó con contingentes de Bolivia y Argentina– y la organización de una asamblea tendiente a constituir una Red de Estudiantes de Postgrado de ALC. ¿Balances? ¿Resultados? ¿Empoderamiento de quienes trabajan con el conocimiento? ¿Se ha logrado la coordinación e institucionalidad, que permita la conformación de una internacional de quienes trabajan en dicho ámbito, motivo de la convocatoria? Si tomo como respuesta la reunión de cierre, en el mediodía del día 2 de noviembre, digo que sí, con todos los problemas organizativos propios de un congreso de esta magnitud. Sin embargo, es el tiempo y los compromisos asumidos quienes lo dirán. Los distintos simposios han pensado en publicaciones, en pequeños encuentros anuales, dependiendo de las posibilidades y fechas del próximo encuentro –aún no definido–. Voces casi unánimes en dos sentidos: la primera en torno de la necesidad de conformar redes intelectuales cruzando fronteras; la segunda, que esta Estudios Trasandinos 14:2 (2008) 166 iniciativa no quede aquí, como sucede con tantas otras. Contamos con que los organizadores y muchos de los académicos que asistieron no dejarán caer la propuesta. La información sobre todo lo acontecido puede verse en la página www.internacionaldelconocimiento.org, donde se irá subiendo información, resúmenes de todos los simposios y las ponencias recibidas. *** 3AS JORNADAS DE HISTORIA DE LA PATAGONIA (SAN CARLOS DE BARILOCHE, 6-8 DE NOVIEMBRE DE 2008) PEDRO NAVARRO FLORIA9 La Comisión Organizadora de las Jornadas de Historia de la Patagonia constituye un grupo de pares investigadores de distintas universidades de la región, que se ha propuesto y logrado abrir un espacio de trabajo democrático, independiente de los conflictos institucionales que atraviesan actualmente a nuestras universidades y autónomo respecto de las redes académicas de carácter clientelar que cooptan y esterilizan los mejores esfuerzos. La respuesta de las más altas instancias académicas nacionales y de los colegas de todo el país y del exterior no ha podido ser mejor. Se logró el auspicio y el subsidio del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Técnica (ANPCyT). De acuerdo con los antecedentes inmediatos –las 2as Jornadas, realizadas en Roca (Río Negro) en 2006-, esperábamos unas ciento cincuenta ponencias. Recibimos trescientos veinte propuestas, que resultaron finalmente en unas doscientas cincuenta ponencias. Se presentaron cerca de treinta publicaciones, además de proyectos de investigación y otras iniciativas. Contamos con la presencia de investigadores no sólo de la Patagonia sino también de Bahía Blanca, La Plata, Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Jujuy, de Chile, Uruguay, España y Australia. Las veinticuatro mesas temáticas funcionaron con mucha libertad y de acuerdo con los criterios consensuados entre sus respectivos coordinadores y los organizadores, constituyendo espacios de discusión, intercambio de saberes y experiencias y contactos realmente fructíferos. Dado que las ponencias autorizadas por sus autores se editaron en un CD-ROM preparado con todas las formalidades de una publicación académica, siguieron un riguroso proceso de evaluación. Se destacó la participación de alumnos e investigadores recientemente graduados de excelente 9 CONICET y Universidades Nacionales del Comahue y de Río Negro; pnavarro@jetband.com.ar. NOTAS 167 nivel de trabajo, para cuyo fin se implementaron ayudas económicas que facilitaron la asistencia de quienes no cuentan todavía con apoyo institucional efectivo. Esperamos reencontrar a todos los que tengan algo que aportar al conocimiento de la historia de las Patagonias, en las 4tas Jornadas, hacia fines de 2010. Lograr una mayor y mejor participación de colegas chilenos es uno de los desafíos a atender. *** VIII CONGRESO ARGENTINO-CHILENO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS E INTEGRACIÓN CULTURAL (SANTIAGO DE CHILE, 22-25 DE ABRIL DE 2009) Se encuentra en plena etapa de preparación el próximo encuentro Argentino Chileno. Se extendió la convocatoria para propuestas de ponencias hasta el 30 de diciembre de 2008, con el propósito de incluir trabajos vinculados con Argentina o Chile, sin necesariamente ser estudios binacionales, para favorecer el conocimiento y el intercambio. El contacto con los organizadores se realiza a través de Amalia Castro, al correo electrónico asociacion.ar.chi@gmail.com. 168 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) Estudios Trasandinos, 14:2 (2008), 169-180 ISSN 0717-5256 RESEÑAS NAVARRO FLORIA, Pedro (coord.), Pablo Fernando AZAR, Alberto C. GARRIDO, Carla LOIS, Gabriela NACACH y Leonardo SALGADO (2007). Paisajes del progreso. La resignificación de la Patagonia Norte, 1880-1916. Prólogo de Perla ZUSMAN. Neuquén, EDUCO. 298 p. Las ideas que estructuran el libro “La reflexión sobre las prácticas de producción del conocimiento y su vínculo con la política, sobre la relación entre procesos de formación estatalnacional y producción de un conocimiento científico ad-hoc (…) han permitido observar el papel de las prácticas científicas en la construcción de un modelo de estado liberal ilustrado que, bajo su proyecto nacional, buscó homogeneizar la sociedad y eliminar todo componente social y político que lo pusiera en cuestión”. Las palabras de Perla Zusman (2005) nos sirven para explicitar el enfoque con que el libro Paisajes del progreso. La resignificación de la Patagonia Norte, 1880-1916, analizará las diferentes argumentaciones científicas que apoyaron o construyeron las representaciones de la región, y formaron el corpus de ideas sobre las que se legitimaron las diferentes estrategias políticas propuestas e implementadas para incorporar el norte patagónico al proyecto territorial vigente en nuestro país entre 1880 y 1916. En una nueva contribución, el Centro de Estudios Patagónicos dirigido por Pedro Navarro Floria- profundiza en el análisis de las relaciones entre la historia de la ciencia y los procesos de formación territorial de la región norpatagónica, analizando distintas estrategias discursivas que aportaron a la construcción de representaciones sobre el territorio, y a la “determinada invención del país” (p. 81). A lo largo del texto podemos identificar algunos elementos recurrentes que actúan como ejes y que entretejen los capítulos desarrollados: En primer lugar es posible reconocer un contexto: El de una elite cada vez más interpelada por los propios procesos que ella alentó en su proyecto modernizador. Particularmente a partir de la crisis de 1890, donde la propia dirigencia se fisura y aparecen propuestas divergentes tendientes a preservar la hegemonía oligárquica, que suponen diferentes maneras de pensar la integración territorial, el rol del estado y el pueblo. En segundo lugar, identificamos la idea de progreso, que atraviesa el clima de ideas de la época, no es entendida ya como aquél concepto que supone un devenir lineal, evolutivo, parte del continuo naturaleza-sociedad -concepción romántica 170 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) vigente hasta mediados del siglo 19-. El progreso, ahora, no habrá de suceder de modo espontáneo, sino que habrá que construirlo, a partir de propuestas que las ciencias sociales -“que se presentaban como ciencias naturales de la sociedad”pudieran formular para alcanzarlo, y de decisiones y procesos políticos (p. 197). En este sentido, las estrategias discursivas que se elaboran para dar cuenta de la realidad de los Territorios Nacionales estudiados, dan cuenta también del cambio en la concepción de progreso, que deja de ser el norte de grandes propuestas de cambio para pasar a alimentar “procesos de crecimiento sin desarrollo, de modernización sin democratización, (sólo) instrumento para alcanzar (…) un orden ayuno de justicia”. (Weinberg 2000 en p. 192). En tercer lugar, reconocemos también la idea de futuro. El progreso, y la modernización que lo tiene como su leit-motiv, sólo puede ser enunciado en términos de futuro. En esta dirección las estrategias discursivas que se analizan en este libro se inscriben en términos de posibilidades, proyectos, planificaciones, deseos, sueños o valoraciones. La Patagonia es vista como escenario futuro, espacio posible, donde experimentar partiendo de una tabla rasa. El desierto deja de ser peligroso, continente de una barbarie que se confunde con naturaleza y que carece de historia, y comienza a ser visto como el vacío a transformar en territorio, introduciendo la cultura, ahora sí, el tiempo. Y es este marco en que la falta de acciones tendientes a ocupar el vacío, a transformarlo en territorio, promover el progreso, será leída como fracaso y alimentará el discurso crítico que se va consolidando al interior de cierto sector de la elite gobernante. En cuarto lugar, observamos la presencia de ciertos actores que sobrevuelan todo el libro: Estanislao Zeballos, Ezequiel Ramos Mexía, Joaquín V. González, Francisco P. Moreno, Ramón Lista, Florentino Ameghino se constituyen como actores y portavoces privilegiados en la construcción y “narración” de la Patagonia, legitimados por su pertenencia a la élite, por sus trayectorias científicas o políticas, por sus prácticas exploratorias y por sus operaciones intelectuales, que entrelazan fuertemente el hilo de sus discursos científicos con los proyectos políticos -a veces disímiles entre sí- en curso. Por último, la convergencia entre los procesos de construcción política de la región y el proceso de producción de conocimiento sobre ese territorio. En tanto estudios que reflexionan sobre la relación entre prácticas científicas y procesos de formación estatal nacional, los capítulos del texto dan cuenta de la oportunidad que la apropiación y reconocimiento de los Territorios del Sur brindó al desarrollo de distintas disciplinas científicas: la Geología, Geografía, Antropología, Arqueología, Etnología o Sociología encuentran en la Patagonia un laboratorio que, a partir de hallazgos y estudios realizados en ella, posiciona a los sujetos que las ejercen en los ámbitos científicos internacionales, permitiéndoles aportar a los debates vigentes en los mismos. De este modo, el nuevo Estado se insertaba en la propuesta civilizatoria eurocéntrica no sólo a partir de su inclusión en el mercado económico mundial sino también desde un proyecto científico-cultural, lo que daba cuenta de su completo compromiso con el proyecto civilizatorio. RESEÑAS 171 Los capítulos del libro El capítulo 1, “Paisajes de un progreso incierto. La Norpatagonia en las revistas científicas argentinas (1876-1909)”, analiza la narrativa presente en diversas publicaciones efectuadas por una serie de instituciones científicas (Sociedad Científica Argentina, Instituto Geográfico Argentino, Sociedad Geográfica Argentina), que por este canal daban cuenta de sus investigaciones en los Territorios Nacionales recientemente incorporados mediante la conquista. Atendiendo a los contextos de producción de esos contenidos, el texto se propone explicar cómo se generaron sobre los territorios marginales de la nación, una serie de representaciones coincidentes en su funcionalidad al proyecto civilizatorio global, y al estatalnacional, aunque divergentes -según los perfiles ideológicos, profesionales y políticos de los actores- en aspectos particulares de sus discursos (objetos de interés y preferencias de cada una de las instituciones, omisiones discursivas, entre otros). El estudio de los discursos expresados en las publicaciones analizadas Anales de la Sociedad Científica Argentina, Boletín del Instituto Geográfico Argentino y Revista de la Sociedad Geográfica Argentina- identifica una retórica progresista común: la que da cuenta de la conciencia de hallarse ante paisajes donde se realiza(rá) el progreso, retórica determinada por su funcionalidad al proceso estatal nacional de territorialización (la cuestión de los límites internacionales, la superación para la región del estereotipo del desierto, la identificación de recursos materiales para el desarrollo socieoeconómico futuro). Ramón Lista y Estanislao Zeballos aparecen como portavoces de grupos en tensión, ésta definida por la toma de posiciones diferenciadas en ciertas cuestiones, aunque las divergencias no alcanzan a disimular las coincidencias discursivas. La Norpatagonia es resignificada como fértil, desplazándola de su representación como desierto, y luego de la crisis de 1890, críticamente representada como riqueza abandonada o desaprovechada (p. 69). Sin embargo, el interés se focaliza en objetos preferenciales distintos para diferentes grupos: por una parte, la franja cordillerana -la “Suiza Argentina”- a la que apunta la mirada dominante poniendo énfasis en la consolidación de la conquista estatal y la delimitación territorial, por otro lado, las tierras favorables al desarrollo agrícola para las miradas que atienden al desarrollo productivo de la región. Diferencias presentes también en las posiciones adoptadas respecto de la población originaria. Miradas diversas que generan diversidad de sentidos para el discurso del progreso. Estas se evidencian en una pluralidad de proyectos de desarrollo territorial que proponen distintas Patagonias posibles (p. 70), construyendo una serie de representaciones sobre el futuro regional que acompañaron y contribuyeron a configurar las prácticas materiales sobre el territorio. Los modos en que los espacios científicos de discusión antropológica acompañaron el vaciamiento físico y simbólico del espacio conquistado por el Estado en el Sur argentino son el eje del capítulo 2: “Antropología, genocidio y olvido en la representación del otro étnico a partir de la conquista”. Las estrategias discursivas que apuntaban a desplazar al Otro al pasado remoto, a su arqueologización conceptual, o a su desplazamiento de objeto antropológico a objeto sociológico, 172 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) resultaron funcionales a la tarea de ocultarlo en las estadísticas y los imaginarios colectivos, invisibilizando su identidad étnica originaria y ocultándolo a través de su “inclusión subordinada en el cuerpo colectivo”, en una operación tendiente a borrar la complejidad y la conflictividad interétnica propia de la sociedad que la conquista había desarticulado (p. 79). Sucesivas operaciones de deshistorización de los recién conquistados (al encarar su estudio como seres inmersos en la naturaleza), y de museologización (al convertirlos en objetos de estudio aislado y despojados de su contexto), dan cuenta también del proceso de conformación de un campo cada vez más estructurado de estudios arqueológicos y antropológicos. En este marco se irá produciendo el corpus de ideas que a su vez dará sustento científico a la ideología predominante de fines del siglo XIX y principios del XX, aportando a la invención del país. En este marco, se analiza el Viaje al País de los Araucanos, de Estanislao Zeballos, relato de viaje que oscila entre la percepción subjetiva del paisaje y la medición y cuantificación de sus recursos, destinado a formar opinión en el gran público, pero intentando dar cuenta de un sesgo científico mediante la interpolación de datos observacionales del mundo físico (p. 82). El desierto ya no aparece aquí como peligroso continente de la barbarie, sino como espacio vacío a “regenerar”, a ser practicado y ocupado. En este contexto, el Otro étnico necesita ser suprimido, en tanto incongruencia cronológica con este nuevo capítulo civilizatorio que comienza a escribirse en el desierto. Es en este sentido que el itinerario de Zeballos se constituye en una “permanente ‘perforación del espacio por el tiempo’: es un viaje tanto de las tierras viejas a tierras nuevas, como del presente hacia el futuro, la vieja frontera es el pasado que debe ser dejado atrás.”(Anderman 2005 en p. 89) En el capítulo 3, “La Patagonia en el mapa de la Argentina moderna. Política y ‘deseo territorial’ en la cartografía oficial argentina en la segunda mitad del siglo XIX”, se analiza el desarrollo de los proyectos y las tareas cartográficas oficiales del Estado Argentino desde el período de la organización nacional hasta el cambio del siglo XIX al XX, momento en que se incorpora la Patagonia a los mapas de Argentina. Hasta 1880, las cartografías, manuales y descripciones geográficas elaboradas por viajeros y profesionales extranjeros proporcionaron las primeras imágenes de la geografía argentina. Estos emprendimientos fueron en general apoyados por los gobiernos nacionales, y en algunos casos, quienes los llevaron adelante fueron incorporándose a la burocracia local (p. 130). La cartografía elaborada a partir de las precisiones de Woodbine Parish y Victor Martin de Moussy entre 1852 y 1865, y a lo largo de la década siguiente por Arthur von Seelstrang y A. Tourmente, deja de ser funcional a partir de 1880, en tanto no atendía a los temas que comenzarán a ser fundamentales para el Estado. En efecto, las nuevas coyunturas políticas, económicas y territoriales que se desarrollan a partir de esa fecha hicieron necesario revisar la producción de mapas oficiales de la Argentina. En este contexto, la profesionalización del Ejército y la organización de programas de formación de especialistas locales generará una masa crítica de profesionales enfocados en la producción de un programa cartográfico centralizado (Ingenieros Militares, Instituto Geográfico Militar). En esta etapa se diseña un nuevo territorio estatal en el que se RESEÑAS 173 incorporan los territorios indígenas. Sin embargo, hasta la segunda mitad del siglo XX, los mapas oficiales de la República Argentina no lograron producir un mapa topográfico completo resultado de operaciones geodésicas, sino que su producción estuvo ligada más al resultado de “un deseo territorial” y, al decir de la autora, “han conquistado y ‘civilizado’ territorios antes que las fuerzas militares los vaciaran de indios” (p. 131). Las investigaciones geológicas realizadas sobre terrenos marinos terciarios y cuaternarios en Patagonia y región pampeana son el tema del capítulo 4: “Huellas del mar en la tierra. Los estudios de los antiguos terrenos marinos del territorio pampeano-patagónico y sus fósiles, 1824-1900”. La existencia de fósiles en superficie pero alejados de las costas rioplatenses, o incrustados en lo alto de los acantilados del litoral patagónico, y los estratos sedimentarios en que algunos de ellos estaban contenidos, dieron lugar a los primeros estudios geopaleontológicos realizados en nuestro país. A partir del estudio de estos depósitos geológicos a lo largo del siglo XIX fue articulándose el actual cuadro estratigráfico de la región pampeano-patagónica (p. 135). Las investigaciones de D’Orbigny, Darwin, Bravard, Burmeister, Doering, Roth y Ameghino se enfocaron en explicar el avance del mar sobre el continente. A lo largo del siglo XIX, estas pesquisas dieron cuenta de un diálogo entre posiciones ligadas a la tradición catastrofista (neptunista) y aquellas actualista-gradualistas, con trayectorias profesionales que evidenciaban influencias de ambas en los trabajos realizados. Por su importancia, se destaca la producción del evolucionista Florentino Ameghino, quien, haciendo foco en la geología de la Patagonia, intentó demostrar que América del Sur y en particular Patagonia habían sido el centro de origen e irradiación de los diferentes grupos de mamíferos, elaborando un esquema estratigráfico que apoyaba esta idea, para lo cual debió reducir la amplitud de las invasiones marinas en Patagonia, y descartar la creencia en una única formación marina terciaria. La reacción de la oligarquía frente a la idea cada vez más fuerte de los Territorios Nacionales del sur como un “desierto” conquistado pero olvidado (p. 192), va configurando, hacia fines del siglo 19, una corriente crítica dentro del discurso de la elite gobernante que, junto a un discurso del progreso sustitutivo del enfoque determinista de mediados de siglo (basado en el “optimismo absoluto”), comienza a plantear la “idea del fracaso provisorio de la incorporación de esos territorios al sistema nacional”. El capítulo 5, “La ‘República posible’ conquista el ‘Desierto’. La mirada del reformismo liberal sobre los territorios del Sur Argentino”, analiza una serie de propuestas reformistas destinadas a lograr la incorporación efectiva de esos espacios sociales al conjunto de la nación, la que hasta ese momento se percibía como fallida (197), y por otro, cómo encara el campo de las ciencias sociales nacientes, impregnadas de la cultura científica de la época, la cuestión de los Territorios Nacionales del Sur, constituyendo un sector con un rol en la construcción de la sociedad nacional: “la elite nacional administraba y regulaba el marco normativo, los intelectuales y expertos proponían ideas y procedimientos, y los escritores y periodistas describían el proceso” (p. 226) En este sentido, si bien hace alusión a la producción de varios intelectuales y políticos, analiza la obra de dos de 174 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) los representantes de mayor peso de la élite que generaron propuestas en este sentido: Estanislao Zeballos, y su Revista de Derecho, Historia y Letras, y Joaquín V. González, a través de los planteos y proyectos desarrollados a lo largo de su larga carrera política. El autor asume que estos documentos concentran los significados, sentidos y valores presentes en el discurso de la élite sobre este tema, y presume que sus “representaciones y proposiciones contribuyeron a producir la realidad de los Territorios del Sur” (p. 193). Cuestiones como la definición de límites exteriores, el fomento económico, el poblamiento o la construcción de ciudadanía, atraviesan este corpus de ideas, enmarcado en la propuesta del liberalismo nacional y con el progreso como objetivo, estructurando un discurso que recurre a la imagen del experimento al referirse a los procesos sociales en curso en los territorios. Si bien se plantean diferentes formas de articulación entre Territorios y Nación, que configuran distintas concepciones de cómo promover progreso, finalmente las propuestas dan forma a una concepción dominante de ese progreso deseado para la región, que “antepone el crecimiento material al desarrollo político de la autonomía de las futuras provincias”, y propone como realidad regional “unos espacios incorporados al patrimonio de la soberanía territorial nacional, habitados por una población protegida por derechos civiles pero sin acceso, todavía, al ejercicio de la soberanía política popular”(p.227). Finalmente, el capítulo 6: “La Comisión del Paralelo 41º (1911-1914). Las condiciones y los límites del ‘progreso’ liberal en los Territorios Nacionales”, analiza las propuestas presentadas por el geólogo estadounidense Bailey Willis a partir de los trabajos realizados por la Comisión de Estudios Hidrológicos dependiente del Ministerio de Obras Públicas, así como su vinculación con las propuestas de fomento de los Territorios Nacionales. Los informes y relatos que se escriben sobre estos trabajos, y que se analizan a lo largo del capítulo, si bien aspiran a proporcionar las bases sobre las cuales hacer efectiva la Suiza Argentina, están atravesados por la idea de que “se trataba de determinar posibilidades”, las cuales toman forma de planes y proyectos, aunque también señalan condiciones necesarias para su realización y describen los límites encontrados en el camino, elaborando un discurso posibilista, desprovisto de ingenuidad, centrado en la conciencia de que la realización de estos planes dependía de condiciones instaladas en el campo de lo político, esto es, “de lo controvertido y posible”. Navarro Floria va más allá, y entiende a la acción misma de la Comisión como una “experiencia de negociación entre la Argentina real de la época y la Argentina futura...” (p.236). El plan de fomento para la Patagonia impulsado por el Ministro de Agricultura y luego de Obras Públicas Ezequiel Ramos Mexía estuvo inspirado por la experiencia estadounidense y proponía un Estado que ejerciera un rol activo y compensador las desigualdades económicas regionales, promoviendo una mejor distribución de tierras fiscales, y la actividad industrial en los Territorios, como contrapeso al desarrollo agrario pampeano. La propuesta se apoyaba en la realización de un plan de obras públicas centrado en el riego y la construcción de una importante red de transportes con acento en los ferrocarriles y pensada como factor de desarrollo. Es en este contexto que la Comisión, cuyos trabajos fueron coordinados RESEÑAS 175 por Willis, produce el “más avanzado y completo informe técnico disponible hasta entonces sobre la naturaleza de la región estudiada en términos de recurso -es decir de objeto potencialmente y socialmente apropiable, utilizable-” (p. 245). Clasificación de tierras, inventario de recursos y descripciones locales están en la base de los informes y dan cuenta de un abordaje atravesado por un concepto de conservación de recursos cercano al uso sustentable. Willis va más allá: propone un plan regional basado no sólo en el desarrollo de diferentes aprovechamientos productivos, obras de infraestructura y establecimiento de colonias, sino que lo inserta en un proyecto nacional alternativo de industrialización y de distribución democrática de bienes, lo que contradecía la concepción defensiva de frontera sostenida para la región, a la vez que entraba en colisión con el colonialismo interno desplegado por las elites gobernantes en Buenos Aires y el modelo vigente de inserción del país en el sistema mundial de la época. En síntesis, Paisajes del progreso. La resignificación de la Patagonia Norte, 1880-1916 es un valioso aporte a los estudios en Historia Territorial, a la comprensión de cómo se va construyendo material y simbólicamente un territorio, indagando el origen de las representaciones que dieron cuerpo a la Patagonia actual y el papel que ésta jugó en la construcción de la comunidad imaginada argentina, las cuales es posible reconocer en las valorizaciones que aún hoy se hacen de la región y en los deseos que siguen manifestándose sobre ella. Bibliografía citada ZUSMAN, P. (2005) Reseña de NAVARRO FLORIA, Pedro (comp). Patagonia: ciencia y conquista. La mirada de la primera comunidad científica argentina. Centro de Estudios Patagónicos. 176 p. [ISBN 987-1154-33-X]. En: Biblio 3W, Revista bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales (Serie documental de Geo Crítica), Universidad de Barcelona, X:577. Gabriela CECCHETTO1 ANDERMANN, Jens. The Optic of The State. Visuality and Power in Argentina and Brazil (2007). University of Pittsburg Press. 256 p. Desde la década de 1990 los estudios culturales han encontrado en el análisis de las formas de organización del poder –sea de los estados o de los imperios- un nuevo ámbito de trabajo. Este tipo de análisis permitió demostrar que la construcción de las organizaciones políticas no se agotaba en estrategias políticas e institucionales, sino que requería de instrumentos de otra índole que operaran en el plano simbólico y que, desde aquí, garantizasen la construcción de estrategias de consenso y legitimación. El trabajo seminal Orientalismo (1978) de E. Said indicó 1 Universidad Nacional de Córdoba. Correo electrónico: fliagagliano@ciudad.com.ar. 176 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) este camino en la medida en que se preocupó por comprender el compromiso de los dispositivos culturales (relatos de viajes, libros escritos por novelistas y académicos, fotografías o pinturas) –leídos hasta determinado momento como libres de cualquier influencia política- en el desarrollo y legitimación de formas de dominación. El estudio de Jens Andermann The Optic of the State puede inscribirse dentro de esta línea de trabajo. Específicamente este especialista en estudios culturales latinoamericanos de la Universidad de Londres (Birkbeck College) explora el papel de ciertos dispositivos de visualización (exposiciones, museos, mapas, fotografías y pinturas) como mediadores en la construcción de una visión esencializada de las naturalezas e historias nacionales. Andermann da continuidad así a la línea de trabajo desarrollada en Mapas de Poder, donde la relación entre espacio y estado es tejida desde el análisis de ciertos textos políticos y literarios (entre ellos los de D. F. Sarmiento, E. Echeverría, F. Moreno, J. Mármol, R. Payró, R. Arlt y J. L. Borges), discursos que, en tanto fundacionales, contribuyen a llevar adelante el artificio de “borrar, en un primer instante, del territorio (del mapa y del paisaje) las huellas de cualquier asentamiento e imaginarlo como cohesión natural previa a toda intervención humana” (Andermann 2000:17). Este nuevo libro se nutre de las posturas de M. Foucault en torno de la relación entre Estado, tecnologías de poder y ejercicio de la soberanía. Es decir, que siguiendo a este filósofo francés, Andermann se interesa en explorar “las tecnologías burocráticas que le permiten al Estado mapear, describir, catalogar e inventariar, ordenar y organizar las ‘cosas’ de gobierno” (Tuathail 1996:9). Para Andermann, estas tecnologías conducen a una forma de conocimiento eminentemente visual, propia de la cultura moderna occidental, donde el Estado –en tanto que se erige a sí mismo como elaborador de una mirada neutral y descorporificada- define lo visible y lo invisible. Sin embargo, el objetivo de Andermann no es sólo reproducir el proceso de producción de estas imágenes sino que, siguiendo las orientaciones ofrecidas por autores como Walter Benjamín, Roland Barthes, Susan Sontag, Jacques Derrida o Gilles Deleuze, pretende acceder a las discontinuidades, silencios y fracturas que ofrecen estas representaciones y, a partir de ellas desvendar la violencia involucrada en el proceso de museificación de la población indígena y de la apropiación territorial. La indagación de Andermann se focaliza en las representaciones visuales erigidas en el proceso de conformación de los estados de Argentina y Brasil. La relación político-cultural entre ambos estados se teje a partir de articulaciones y contrapuntos a través de las cuales se mide “el propio progreso y atraso en función de los alcances y defectos del otro” (Andermann 2007:8). Ambos países, en su constitución, buscaron incorporarse económica, política y culturalmente al modelo civilizatorio europeo; este interés es el que lleva quizás a identificar ciertas semejanzas entre las prácticas imperiales de finales del siglo XIX y las de definición de las naciones latinoamericanas (poscoloniales), que, tal como plantea el autor en cuestión, se diferencian de aquellas llevadas adelante en India, pero no en otros ámbitos como en las colonias africanas, donde muchas veces, las prácticas de RESEÑAS 177 apropiación imperiales pusieron en juego también el vaciamiento de estos espacios de las poblaciones originarias. The Optic of the State nos aproxima también al papel desempeñado por las diversas formas de conocimiento institucionalizadas en la elaboración de los distintos dispositivos de visualización en ambos países. Antropólogos, naturalistas, ingenieros geógrafos, intelectuales y artistas definieron estrategias y propuestas sustantivas variadas y, a veces, en conflicto entre sí a la hora de otorgar protagonismo a la naturaleza, la población indígena, la historia o el territorio en la creación de las comunidades imaginadas. A la vez, los conocimientos elaborados por estos especialistas, producidos localmente, entraron en diálogo con las posiciones debatidas a nivel internacional (por ejemplo, las posturas en torno al creacionismo o al darwinismo, el monogenismo o el poligenismo), siendo a veces valorizadas y otras desestimadas por las producciones científicas que estaban acompañando y legitimando la nueva expansión imperial europea. Museos y Mapas: los dos apartados del texto El texto se divide en dos partes que procuran dar cuenta de dos formas diferenciadas a través de las cuales el estado entreteje la relación entre objeto, perspectiva, espectador. El primer apartado, denominado Museums, repasa distintas maneras de construcción de exhibiciones en ambos países. A su vez, identifica las estrategias que permiten otorgar a los objetos exhibidos un orden y sentido, definidos en el campo científico, en primera instancia para construir las narrativas nacionales y, en segundo lugar, para incorporarlos en el capitalismo tanto desde el punto de vista cultural como económico. El primer capítulo de esta sección Empires of Nature: Museums, Science and the Politics of Being se detiene en el análisis de la forma organización de las colecciones paleontológicas, arqueológicas y antropológicas y su interacción con los propios espacios donde son presentadas. En particular Andermann analiza la significatividad simbólica del orden establecido en las colecciones del Museo Público de Buenos Aires a partir de la gestión de Hermann Burmeister (1862), del Museo Nacional de Río de Janeiro bajo la dirección de Ladislau Netto (1866), del Museo de San Pablo y del Paraense de Belem en manos de Hermann von Ihering y de Emil August Goeldi respectivamente (1894), en un contexto en que estas instituciones de (re)presentación estatal o provincial son articuladas a los proyectos de las elites nacionales o locales de establecer las bases de la comunidad imaginada. Spectacles of Sacrifice: Inside the Brazilian Anthropological Exhibition es el título del segundo capítulo donde se analizan la representaciones de las poblaciones indígenas en la Exposición Antropológica Brasileña de 1882. La identificación de los distintos medios de exhibición (desde la presencia de población Xerente o Botocudo hasta la reproducción de imágenes fotográficas o pictóricas siguiendo los protocolos de la nefrología) permite desvendar las diversas formas a través de las cuales la conjunción ciencia y entretenimiento quita toda condición de sujetos a las poblaciones originarias. Finalmente el cuarto capítulo, Antiques and 178 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) Archives: Finding a Home for History, interpreta la organización de exhibiciones históricas (la Exhibición Histórica de Brasil 1881, la Exposición Continental de Argentina en 1882) de archivos (el Archivo Nacional de Argentina de 1884) y de museos históricos (el Museo Histórico Nacional de Argentina en 1889) como vehículo de un pasado “defensivo y nostálgico” que buscaba, antes que nada, preservar los valores de las elites dirigentes puestos en cuestión por la llegada e integración social de la migración europea. A lo largo de este primer apartado Andermann reconoce distintos procesos y estrategias que llevan a que las diversas exhibiciones cumplan el efecto deseado en el espectador. En primer lugar, se identifican los procesos controvertidos de selección y ordenamiento de los elementos a ser presentados que permitieron articular distintos tipos de narrativas, desde aquellas que deseaban guiar al visitante por un recorrido de carácter evolucionista (características de la mitad del siglo XIX), hasta aquellas otras nutridas más en eventos históricos singulares que se consideraban dignos de ser incorporados a la memoria colectiva (propias del pasaje del siglo XIX al XX). En concomitancia con este orden construido científicamente se acudía a otras estrategias que enfatizarían el carácter de espectáculo de la exhibición. Así, la presencia efectiva de representantes de la población indígena en los museos o exhibiciones permitiría al visitante trasladarse en el tiempo y encontrarse con los habitantes originarios a través de imágenes tejidas desde posiciones románticas. La segunda sección denominada Maps se articula en torno al análisis de los procesos de apropiación territorial y la producción de formas de representación visual (cartografías, esbozos de paisajes y fotografía). Desde el punto de vista de Andermann, estas imágenes fueron concebidas en este período con un valor de verdad superior a los registros escritos Andermann, 2007: 125). En realidad, la mayor valorización de estos dispositivos de visualización podría vincularse con la relevancia de las actividades de exploración, reconocimiento en el terreno y medición. Son estas tareas las que, en el umbral del siglo XX, garantizarían que el conocimiento producido tuviera un carácter científico. Estos reconocimientos en el terreno se acompañaron de prácticas territoriales de apropiación estatal. Son estas últimas las que, según The Optic of the State garantizarían la realización del primero momento de la acumulación primitiva descrita por Marx. Simultáneamente, Andermann estudia la transformación de la imagen de la naturaleza: el pasaje de una representación que estimula a la ocupación y conquista sintetizada en las ideas de desierto o sertão -en la cual la población originaria queda subsumida- a otra en que la naturaleza se torna reservorio de la nacionalidad. Dentro de este marco, el capítulo titulado Into the Heart of the State: The Planalto Expedition se detiene en la interpretación de la producción cartográfica y fotográfica de la Expedición al Planalto Central de Brasil, en el momento en que la República Velha se volvió hacia el sertão en la búsqueda de construcción de los elementos de la nacionalidad que la sustenten. Esta exploración fue encargada por el Gobierno republicano en 1892 al director del Observatorio Nacional de Río de Janeiro, el belga Luiz Cruls. La cartografía, resultado de esta expedición, se sustenta RESEÑAS 179 en una visión racional y abstracta del espacio. Ella definió un rectángulo a ocupar por el imaginado Distrito Federal. En este proceso, el ámbito elegido es vaciado de las marcas humanas previas y desde la fotografía –inspirada en las visiones pintorescas del paisaje- vuelto a ocupar pero con nuevos habitantes, aquellos que formaron parte de la expedición y que participaron en este momento fundacional. An essay in Segmentary: The Desert Campain pone en diálogo la pintura de J. Manuel Blanes de 1894 que recrea la llegada de las tropas dirigidas por Roca a Choele Choel, con el plano de Manuel José Olascoaga del Territorio de la Pampa y Río Negro de 1880. Andermann considera que estos dispositivos visuales permiten comprender el papel del estado –a través de estos mediadores intelectuales- en la incorporación en el capitalismo de las poblaciones indígenas (como mano de obra) y de la tierra (a través de su mercantilización). Ello deriva en un proceso de desterritorialización y reterritorialización rastreable en la cartografía de Olascoaga analizada. Finalmente en el capítulo denominado Disappearing Acts: Photography and Primitive Accumulation Andermann persigue desvendar la violencia involucrada en los procesos de apropiación territorial a través del análisis de dos colecciones fotográficas: aquellas obtenidas por el aventurero Julio Popper, durante su recorrido por Tierra del Fuego en la búsqueda de oro entre 1887 y 1893, y por el fotógrafo Flavio Barros durante el sitio y destrucción de la comunidad de Canudos (estas fotografías fueron resignificadas en el relato de Euclides da Cunha Os Sertões de 1902). En el primer caso, las fotografías reproducen el aniquilamiento de la población ona y las acciones a través de la cuales ella se convierte en un trofeo representativo de la conquista; en el segundo, las imágenes representan los combates que tuvieron lugar durante el desarrollo de la rebelión en el interior de Bahia. En ambos casos, las fotografías de los cuerpos de muertos o de poblaciones sometidas (capturadas), otorgan voz a aquellas sociedades sin voz y así desestabilizan los discursos oficiales. En síntesis, The Optic of the State ofrece un mosaico visual2 y conceptual que permite deconstruir las bases de los mitos fundadores de la nacionalidad argentina y brasilera. Si bien esta tarea ya fue emprendida por especialistas en los distintos contextos nacionales (Margarita Lopes, Murillo de Carvalho, Sergio Miceli, Laura Malosetti, Irina Podogorny, Alvaro Fernandez Bravo, Pedro Navarro Floria entre otros), y que el propio Andermann recupera, su análisis posestructuralista ofrece nuevas interpretaciones de estos procesos que permiten, sobretodo, comprender el papel de los mismos en la construcción de la subjetividad social. El texto abona a las perspectivas que buscan romper con la “inevitabilidad histórica” o “con el destino manifiesto” presente en las visiones oficiales de los 2 Debe destacarse la diversidad de imágenes con las que trabaja el autor, obtenidas todas ellas de variados repositorios como las Bibliotecas Nacionales y los Museos Históricos Nacionales de Argentina y Brasil, el Archivo General de la Nación (Argentina), el Museo Mitre (Argentina), el Museo de la Plata (Argentina), el Museo Paulista (Brasil), el Museo Nacional de Río de Janeiro (Brasil), el Museo Nacional de Bellas Artes (Brasil), el Instituto Iberoamericano de Berlín (Alemania) y la Royal Geographical Society (Inglaterra), entre otros. 180 Estudios Trasandinos 14:2 (2008) procesos de formación del estado. Sin embargo, estas críticas no llegan a cuestionar la posibilidad de que en el umbral del siglo XX existieran otros modos de construir estado sin poner en juego la violencia, el sometimiento, la apropiación de territorios de “otros”. ¿Es este el legado que nos han dejado estos actos fundacionales y que, a diferencia del modelo epistemológico que las sustentaba, aún no han entrado en crisis? Bibliografía citada ANDERMANN, J. (2000) Mapas de Poder. Rosario: Beatriz Viterbo. Ó TUATHAIL, G.(1996) Critical Geopolitics. Londres: Routledge. Perla ZUSMAN3 3 CONICET y Universidad Nacional de Buenos Aires. Correo electrónico: pzusman@yahoo. es.