Contenido
Progresos y logros alcanzados en cinco años de estudio
de las palmas .................................................................................................................................................
Henrik Balslev, Manuel J. Macía & Hugo Navarrete
7
Cosecha de palmas en el noreste de Suramérica:
bases científicas para su manejo y conservación
1 Diversidad y abundancia de palmas ....................................................................................
Henrik Balslev, Dennis Pedersen, Hugo Navarrete
& Jean-Christophe Pintaud
© 2015 Pontiicia Universidad Católica del Ecuador
Facultad de Ciencias Exactas y Naturales
© 2015 Henry Balslev, Manuel J. Macía y Hugo Navarrete (editores)
2 Patrones genéticos y ecológicos de las palmas:
la inluencia humana .......................................................................................................................
Jean-Christophe Pintaud, Rommel Montúfar, Fabien Anthelme
& María José Sanín
Centro de Publicaciones
3 Usos de las palmas por poblaciones rurales ...................................................................
Manuel J. Macía, Rodrigo Cámara-Leret & Narel Paniagua-Zambrana
57
4 Palmas útiles de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú ..................................................
Mónica Moraes R., Narel Paniagua-Zambrana, Rodrigo Cámara-Leret,
Henrik Balslev & Manuel J. Macía
87
Av. 12 de Octubre y Robles
Apartado n.º 17-01-2184
Telf: (593) (02) 2991 700
publicacionespuce@puce.edu.ec
Pontificia Universidad Católica del Ecuador
Dr. Manuel Corrales Pascual, S. J. – Rector
Ing. Pablo Iturralde Ponce – Vicerrector
Dr. Carlos Acurio Velasco – Director General Académico
Santiago Vizcaíno Armijos – Director del Centro de Publicaciones
Comité Ejecutivo de Publicaciones:
Mercedes Mala Simon
León Espinosa Ordóñez
Álvaro Mejía Salazar
Santiago Vizcaíno Armijos
Edición y corrección de lenguaje, diseño y diagramación: María Dolores Villamar
Portada: Gabriela Pallares P.
Impresión: EKSEPTION
Primera edición, 2015, 300 ejemplares.
Quito, Ecuador.
ISBN: 978-9978-77-230-0
5 Comercialización de productos de palmas nativas:
una visión general del estado actual y tendencias futuras ..................................
Maximilian Weigend, Henrik Balslev, Dennis Pedersen, Monica Gruezmacher,
Moritz Mittelbach, Betty Millán & Grischa Brokamp
13
27
103
6 Sostenibilidad de la cosecha de palmas ............................................................................
Rodrigo Bernal, Claudia Torres, Néstor García, Carolina Isaza,
Jaime Navarro, Martha Isabel Vallejo, Gloria Galeano & Henrik Balslev
131
7 Políticas de uso y manejo sostenible de productos de palmas ........................
Renato Valencia, Gloria Galeano, Helle Munk Ravnborg,
Mónica Moraes R., Mayra Minazunta & Henrik Balslev
175
8 Bioinformática y la familia de las palmas ..........................................................................
William J. Baker, Robert Allkin, Abigail M. Barker, Manuel J. Macía,
Alex Theys, Soraya Villalba & Lauren M. Gardiner
213
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
9 La comunicación: uso de los conocimientos para la toma
de decisiones y divulgación de la información .............................................................
Mónica Moraes R., Hugo Navarrete, Gabriela Vaca, Camila de Urioste
& Dennis Pedersen
223
Extended summary in English ..............................................................................................................
241
Apéndice
Palmas nativas de Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia ..............................................
269
Índices
Nombres cientíicos ..........................................................................................................................
Nombres comunes ............................................................................................................................
287
293
Autores ...............................................................................................................................................................
295
Editores ..............................................................................................................................................................
299
Progresos y logros alcanzados en cinco
años de estudio de las palmas
Henrik Balsleva*, Manuel J. Macíab & Hugo Navarretec
Department of Bioscience – Ecoinformatics and Biodiversity Group,
Aarhus University. Århus C, Dinamarca.
b
Departamento de Biología, Área de Botánica,
Universidad Autónoma de Madrid. Madrid, España.
c
Herbario QCA, Escuela de Ciencias Biológicas, Facultad de Ciencias Exactas
y Naturales, Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Quito, Ecuador.
* henrik.balslev@bios.au.dk
a
Los bosques tropicales alojan miles de
plantas útiles cosechadas y manejadas
por las comunidades locales, y ocasio
nalmente comercializadas a distintas es
calas, mayormente en mercados locales
y en muy pocos casos en mercados ex
tranjeros. Los efectos de esta cosecha en
las poblaciones silvestres de palmas y en
sus hábitats son muy poco conocidos, al
igual que la capacidad de recuperarse (re
siliencia) del bosque tropical. Las palmas
constituyen el grupo de plantas útiles
más importante en los bosques tropicales
de América para las poblaciones rurales
y en este proyecto se estudió el impacto
de su extracción, uso y comercialización.
El foco de las actividades se centró en los
bosques del noroeste de la Amazonía,
los Andes y la costa pacíica del Chocó.
El proyecto Impacto de la cosecha de
palmas en bosques tropicales (PALMS)
estimó la cantidad del recurso disponible
mediante el estudio de las comunidades
de palmas en diferentes formaciones
vegetales, documentando el número de
especies e individuos existentes en los
distintos sitios de estudio. Adicional
mente se investigó la estructura genética
de las especies de palmas útiles con el
in de analizar y entender la posible ero
sión genética causada por la cosecha en
sus poblaciones, y con esta información
proponer nuevos métodos de extracción
más sostenibles y que eviten la desapari
ción del recurso.
En otro componente de PALMS se
cuantiicaron las especies de palmas
utilizadas por las poblaciones rurales,
empleando métodos de etnobotánica
cuantitativa para comparar distintas
ecorregiones, tipos de bosque y grupos
humanos. También se estudiaron los pa
trones en la comercialización de los pro
ductos obtenidos de las palmas, desde
7
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
8
su venta en mercados locales hasta su
exportación. De igual manera, se eva
luaron los distintos modos en que las
comunidades locales manejan las pobla
ciones silvestres de palmas, algunos de
ellos sostenibles y otros deinitivamente
muy destructivos. Finalmente, en el
campo de las políticas estatales, se anali
zaron los mecanismos a escala nacional
que regulan la extracción y comerciali
zación de los productos provenientes de
las palmas, para evaluar el impacto de la
aplicación de las diferentes políticas en
la resiliencia de los ecosistemas. Entre
los resultados de este proyecto se pro
ponen métodos sostenibles de manejo
para las poblaciones locales, organiza
ciones no gubernamentales, gobiernos
locales y nacionales, y otras institucio
nes interesadas.
Los investigadores del proyecto
PALMS pertenecen a 10 universidades e
instituciones de investigación de Europa
y del noroeste de Suramérica:
1. Universidad de Aarhus. Aarhus, Di
namarca (institución coordinadora).
2. Instituto de investigación para el de
sarrollo (IRD). Montpellier, Francia.
3. Universidad Autónoma de Madrid.
Madrid, España.
4. Universidad Rheinische Friedrich
Wilhelms. Bonn, Alemania.
5. Reales Jardines Botánicos. Kew,
Reino Unido.
6. Centro danés de estudios internacio
nales y derechos humanos. Copena
gue, Dinamarca.
7. Universidad Nacional de Colombia.
Bogotá, Colombia.
8. Pontiicia Universidad Católica del
Ecuador. Quito, Ecuador.
9. Universidad Nacional Mayor de San
Marcos. Lima, Perú.
10. Universidad Mayor de San Andrés.
La Paz, Bolivia.
PALMS se organizó en nueve grupos
de trabajo que funcionaron de manera
independiente aunque en estrecha cola
boración con otras instituciones y equi
pos de trabajo del proyecto, y enfocaron
sus esfuerzos en:
1. La diversidad y abundancia de pal
mas – Estudios comparativos de la
diversidad, abundancia y dinámica
de las poblaciones de palmas en dis
tintos tipos de bosque y bajo diferen
tes formas e intensidades de pertur
bación humana.
2. La resiliencia de los ecosistemas y
límites de su funcionalidad – Aná
lisis comparativos del potencial pro
ductivo, así como de la funcionalidad
y diversidad de distintos remanentes
de bosques en diferentes etapas de
fragmentación y degradación. La re
siliencia de los sistemas fue evaluada
parcialmente mediante la aplicación
de técnicas de variabilidad genética
y el uso de datos sobre la diversidad,
abundancia y capacidad de regenera
ción de las palmas como indicadores
del impacto de los factores de cambio.
3. Los productos que proporcionan las
palmas a las poblaciones locales –
Documentación y análisis de la diver
sidad y abundancia de los usos de las
palmas, la importancia y el valor de
sus productos para las comunidades
locales, el intercambio e incipiente
mercado y las intensidades de uso ac
tual de los distintos recursos.
4. Las pequeñas industrias y el comer
cio basados en productos de palmas
– Descripción y evaluación del pro
ceso de comercialización de los pro
ductos de palmas, incluyendo la venta
tradicional en mercados regionales,
así como la comercialización en mer
cados nacionales e internacionales.
Progresos y logros alcanzados en cinco años de estudio de palmas
5. La sostenibilidad y el manejo de los
recursos – Investigación y compara
ción del manejo de las poblaciones de
palmas en distintos tipos de ecosiste
mas, con el in de identiicar indica
dores ecológicos de sostenibilidad y
establecer prácticas sostenibles.
6. Las políticas para el uso sostenible
y el manejo – Análisis de las políti
cas y prácticas administrativas rela
cionadas con el uso y el comercio de
productos de palmas y otras plantas,
teniendo en cuenta como base los
criterios y la información generados
sobre el manejo sostenible.
7. La compilación y organización de
la información – Recopilación de
la información existente sobre usos,
productos y manejo de palmas, inclu
yendo publicaciones locales de difícil
acceso. Todo este material se registró
en una base de datos y posterior
mente se lo hizo accesible en línea al
público en general, a través del portal
de Internet Palmweb.
8. La comunicación – Información a
todas las partes interesadas sobre los
objetivos, métodos y resultados del
proyecto, así como entrega de los pro
ductos obtenidos en todos los niveles.
Se elaboró gran cantidad de material
relativo al uso y al valor de las palmas,
y se lo distribuyó tanto a funcionarios
y autoridades de alto nivel político,
como a un público diverso, inclu
yendo educadores y profesionales de
1
2
3
4
distintas disciplinas. En los docu
mentos difundidos se destacó la im
portancia del manejo sostenible de
estos recursos naturales.
9. La coordinación – Se elaboraron in
formes periódicos sobre el avance de
las actividades del proyecto y la ges
tión económica. Las actividades con
juntas organizadas entre los grupos
de trabajo incluyeron la planiicación
de talleres y cursos de formación para
los estudiantes de doctorado.
Los resultados obtenidos en el pro
yecto se difundieron en distintos ámbi
tos, dependiendo de las necesidades de
los grupos de trabajo implicados: folletos
y videos populares destinados a campe
sinos y población rural, informes para
políticos y funcionarios del gobierno, pu
blicaciones especializadas para la comu
nidad cientíica internacional.
Toda la información y datos genera
dos por el proyecto se pueden consultar
en la página web desarrollada y mante
nida especíicamente para el efecto1. Los
re su lt a d o s
científicos
se presenta
ron en 115
conferen
cias cuyos
resúmenes
se publica
ron en los respectivos libros de memo
rias de los eventos2. Hasta el momento
han aparecido más de 60 artículos cien
tíicos en publicaciones con revisores por
http://www.fp7palms.org/index.php/products/data
http://www.fp7palms.org/index.php/products/publications2/51
products/561palmsabstractsfromscientiicmeetings
http://www.fp7palms.org/index.php/products/publications2/51
products/562listofscientiicpublicationsfrompalms
http://www.fp7palms.org/index.php/products/publications2/books
9
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
10
pares y más de 20 manuscritos están en
revisión3. El proyecto ha publicado 12 li
bros, incluyendo algunos de divulgación
y otros destinados a especialistas4. Tam
bién ha generado 11 folletos y pósteres así
como 6 videos con ines educativos, para
difundir en lenguaje popular los resulta
dos obtenidos, poniendo especial énfasis
en las localidades donde se desarrolló el
trabajo de campo5. Los videos son accesi
bles a través del portal de Youtube6.
En el marco de PALMS se hizo hin
capié en la formación de nuevos profe
sionales, para lo cual se incorporaron
estudiantes de distintos niveles. En total
se inalizaron 41 tesis: 10 de grado, 15 de
máster y 16 doctorales. De ellas, 31 ya se
han defendido y están disponibles en la pá
gina web del proyecto7. Las 10 restantes se
defenderán durante 2014 y la lista corres
pondiente, al igual que las fechas previstas
para su sustentación, se pueden también
consultar en la misma página web.
PALMS estableció contacto con el con
junto del sistema políticoadministrativo
de los países de la región estudiada. Esta
comunicación fue permanente a todo lo
largo del período de duración del pro
yecto, desde principios de 2009 hasta di
ciembre de 2013. Sin embargo, las insti
tuciones locales pretenden mantener esta
estrategia de comunicación e interacción
con los organismos gubernamentales, una
vez concluido el proyecto.
Los comités de asesores locales que
colaboraron con PALMS incluyeron
representates de algunas ONG, pro
fesores universitarios, representantes
indígenas, miembros de los sistemas
político-administrativos de Colombia,
5
6
7
Ecuador, Perú y Bolivia. Como se documenta en la página web, durante las reuniones anuales, realizadas en los cuatro
países, siempre ha existido un diálogo
abierto y crítico entre los investigadores
del proyecto y los miembros de dichos
comités, con lo cual se consiguieron
aportes importantes de los diferentes
actores. En tales ocasiones los líderes
de los grupos de trabajo presentaron los
resultados y los comités de asesores locales hicieron comentarios sobre las actividades de PALMS, contribuyendo con
muchas sugerencias útiles para el mejor
desarrollo del proyecto. De igual forma,
los investigadores aportaron nuevas percepciones a los miembros de los comités.
Se realizaron siete reuniones y la mejor
documentada fue la última, que tuvo lugar en Lima en septiembre de 2013. En la
página web se encuentran todas las presentaciones de la reunión, acompañadas
de un acta que recoge los comentarios y
sugerencias de los miembros del comité,
tanto en español como en inglés. Para el
resto de las reuniones se dispone igualmente de información detallada, aunque
aquella accesible a través de la página
web se encuentra resumida.
Como resultado de las actividades
realizadas por el grupo de trabajo 5 y
los contactos que establecieron sus in
vestigadores con los responsables del
gobierno de Colombia, el Ministerio de
Medioambiente de este país ha propuesto
un Programa Nacional para conserva
ción de palmas. Este será formulado por
los investigadores colombianos del men
cionado grupo de trabajo y entregado en
2014, con lo que se sentarán las bases de
http://www.fp7palms.org/index.php/products/outreach/booklets
http://www.fp7palms.org/index.php/products/outreach/videos
http://www.fp7palms.org/index.php/products/theses
Progresos y logros alcanzados en cinco años de estudio de palmas
acción especíicas que desarrollarán las
autoridades ambientales colombianas
para cada una de las especies de palmas
que necesite un plan de manejo y explo
tación. En el marco de esta iniciativa, en
septiembre de 2013 tuvo lugar una reu
nión inicial en Bogotá, con la participa
ción de representantes de varias autori
dades ambientales locales y del gobierno
nacional. Cabe mencionar que el equipo
colombiano de PALMS tuvo experiencia
previa en la interacción con actores políti
cos y otros sectores inluyentes en el país.
Sus investigadores lograron, por ejemplo,
que la Iglesia Católica disuadiera a sus fe
ligreses para que excluyan el uso de las
hojas de Ceroxylon en la celebración del
Domingo de Ramos. Ese consumo había
alcanzado niveles muy altos y constituía
una importante amenaza para las pobla
ciones andinas de esta especie.
En Ecuador, PALMS ha trabajado
con el Ministerio del Ambiente a través
del programa BIOCOMERCIO. Lucía
de la Torre, investigadora de PALMS,
colaboró con ese ministerio en el de
sarrollo de un marco regulador para la
extracción de Productos Forestales No
Maderables (PFNM). Con base en una
publicación del grupo de trabajo 68 se
inició una propuesta destinada a estan
darizar protocolos para la extracción de
PFNM en el país. Se propusieron prác
ticas de manejo para 317 PFNM, inclu
yendo 30 especies de palmas y 62 PFNM
obtenidos de ellas. En la actualidad, la
interacción a nivel políticoadministra
tivo implica a la Dirección Nacional Fo
restal y a la Dirección Nacional de Bio
diversidad. El trabajo correspondiente
8
permitirá establecer lineamientos para
el manejo basados en la investigación
realizada por el proyecto. Asimismo los
investigadores ecuatorianos colaboran
con el Proyecto de Evaluación Nacional
Forestal del Ministerio del Ambiente,
que considera las palmas como elemen
tos importantes de los ecosistemas y
PALMS provee información relevante
para alcanzar tal objetivo. Atendiendo
la petición del comité de asesores loca
les en la reunión de Lima (septiembre
de 2013), el equipo de investigadores
ecuatorianos ha proporcionado a los
funcionarios peruanos del Ministerio de
Agricultura toda la documentación le
gal recopilada sobre las políticas de uso
y explotación de palmas en los cuatro
países donde ha trabajado el proyecto.
El equipo de investigadores peruanos
de PALMS ha mantenido estrechas rela
ciones de colaboración con el Ministerio
del Ambiente de su país. La investigadora
del proyecto, Betty Millán, fue nombrada
por el gobierno para representar a Perú
en el 16º SBSTTA (Subsidiary Body on
Scientiic, Technical and Technological
Advice) de la Convención de Diversidad
Biológica (CDB) en Montreal en 2011 y en
la 11a Conferencia de las Partes (COP11)
en Hyderabad, India, en el mismo año.
De igual forma fue nombrada responsa
ble del grupo técnico para la aplicación
de la Estrategia Global de Conserva
ción Vegetal (Global Plant Conservation
Strategy) y del de la Iniciativa para Ta
xonomía (Taxonomy Initiative), ambos
de la CDB. Esta especialista actúa como
experta del gobierno en el Panel de Flora
del Centro de Investigación Tecnológica
de la Torre, L., R. Valencia, C. Altamirano & H. MunkRavnborg. 2011. Legal and
administrative regulation of palms and other NTFPs in Colombia, Ecuador, Peru and
Bolivia. he Botanical Review 77: 327–369.
11
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
(CITE) en el Ministerio del Ambiente y
como responsable de la red de centros
de conservación ex situ de la Comisión
Nacional para la Diversidad Biológica
(CONADIB).
En Bolivia, los investigadores del
grupo de trabajo 8 del proyecto han te
nido una constante interacción con el
Ministerio de Medio Ambiente y Aguas,
en concreto con los departamentos de
Biodiversidad, Manejo Forestal y Acceso
a los Recursos Genéticos. Se ha mante
nido informadas a las autoridades de
todos los resultados y recomendaciones
que se produjeron en PALMS, especial
mente a través de la difusión de los mate
riales de divulgación. Los contactos fue
ron establecidos por los investigadores
del proyecto y de manera más oicial por
el Decano de la Facultad de Ciencias Na
turales de la Universidad Mayor de San
Andrés (UMSA). Al inicio de PALMS, en
2009, el director de la sección de Biodi
versidad del Ministerio de Medio Am
biente y Aguas, Aldo Claure, aceptó la in
vitación para formar parte del comité de
asesoramiento local y posteriormente ha
participado en todas las reuniones orga
nizadas por el proyecto. Estos encuentros
lograron que en dicha sección del Mi
nisterio se conocieran y discutieran los
resultados obtenidos en PALMS, con el
objeto de establecer un Plan para la con
servación de las palmas de Bolivia. Los
cambios en el gobierno de este país han
retardado el proceso durante el período
2010–2012, pero recientemente se ha
reanudado el trabajo. En agosto de 2013,
la UMSA organizó un taller para discutir
la problemática de las palmas e invitó a la
sección de Biodiversidad del Ministerio
que había retomado este tema. Además
se han establecido otros vínculos, en par
ticular con el Viceministerio de Ciencia y
Tecnología del Ministerio de Educación,
donde se presentaron los resultados y re
comendaciones de PALMS. Entre otras
instituciones, el líder del grupo de comu
nicación, Mónica Moraes R., coordinó
una red de investigadores en biodiversi
dad, y el proyecto se registró oicialmente
en el Ministerio. El Viceministerio de
Ciencia y Tecnología respondió partici
pando en la reunión del grupo de trabajo
8 en agosto de 2013 y se presentó una de
claración inal de la reunión.
PALMS ha difundido resultados y re
comendaciones a través de diversos me
dios, como periódicos, revistas popula
res, libros, videos, páginas web, etc. Una
lista detallada de todos estos materiales
se puede consultar en la página web del
proyecto9.
En este libro, los investigadores que
participaron en cada uno de los grupos de
trabajo de PALMS resumen sus conclu
siones y hacen recomendaciones para to
dos los interesados, desde los campesinos
hasta los políticos tomadores de decisio
nes, en cuanto al manejo sostenible de las
palmas. Los diferentes capítulos presen
tan los principales resultados de los cinco
años de ejecución del proyecto, y cada
uno corresponde a un grupo de trabajo.
12
9
http://www.fp7palms.org/index.php/publicity
1 Diversidad y abundancia de palmas
Henrik Balsleva*, Dennis Pedersena,
Hugo Navarreteb & Jean-Christophe Pintaudc
Department of Bioscience – Ecoinformatics and Biodiversity Group,
Aarhus University. Århus C, Dinamarca.
b
Herbario QCA, Escuela de Ciencias Biológicas, Facultad de Ciencias Exactas
y Naturales, Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Quito, Ecuador.
c
Institut de Recherche pour le Développement (IRD). Montpellier, Francia.
* henrik.balslev@bios.au.dk
a
Las palmas son un elemento destacado
en los paisajes naturales del noroeste
de Suramérica, tanto por su diversidad
como por su abundancia en todos los há
bitats, pero especialmente en los bosques
tropicales húmedos.
El territorio de Suramérica cubre
alrededor de 17.8 millones de km2 y al
berga un total de 457 especies de palmas
distribuidas en 48 géneros. El área de
estudio de PALMS en Colombia, Ecua
dor, Perú y Bolivia cubre 4.8 millones de
km2 y presenta 333 especies y 46 géne
ros de palmas. Los géneros más diversos
son Geonoma (54 especies), Bactris (38),
Attalea (29), Aiphanes (28), Astrocaryum
(24) y Wettinia (20). Geonoma es el más
rico en especies, morfológicamente muy
diverso y bien representado en los cua
tro países1, pero sigue siendo poco en
tendido en términos de taxonomía y su
número inal de especies es incierto2. Por
otro lado, Bactris también se encuentra
entre los géneros más ricos en especies
en los cuatro países, aunque es relativa
mente bien conocido gracias a una mo
nografía publicada en Flora Neotrópica3.
Wettinia y Aiphanes son diversos en
Colombia y Ecuador, pero no en el sur
de Perú y Bolivia, donde Astrocaryum y
Attalea dominan como géneros más ri
cos en especies.
Las cinco zonas biogeográicas en la
región (región caribeña, costa pacíica,
Andes, periferia sur y sureste de la Ama
zonía, Amazonía y Orinoquia) diieren
mucho en tamaño y en la densidad de
especies de palmas. Así, las tierras bajas
del Caribe cubren un área pequeña y son
relativamente pobres en palmas, alber
gando tal vez solamente 31 especies. El
bosque del Chocó, a lo largo de la costa
del Pacíico colombiano y el norte de
Ecuador, con su transición a las regiones
13
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
tumbesinas secas del sur de este país y
norte de Perú, abarca sólo el 2 % de nues
tra región de estudio, pero alberga in
creíblemente 122 especies, lo que supone
más de un tercio de todas las palmas en
nuestra área de estudio. Los Andes, por
encima de los 1000 m de altitud, cubren
cerca del 40 % de la región de estudio y
allí se encuentran 130 especies. Final
mente las tierras bajas, al oeste, de la re
gión amazónica de Colombia, Ecuador,
Perú y Bolivia cubren aproximadamente
el 55 % del área de estudio y allí se han
documentado 165 especies.
A continuación y para cada una de las
regiones, se describen las características
biogeográicas y se discuten los patrones
de riqueza y diversidad de las especies de
palmas. Por último se presenta un breve
resumen de los recursos que proveen es
tas plantas a los pueblos, en cada uno de
los cuatro países.
Regiones biogeográicas y
diversidad de palmas
14
La megadiversidad de palmas en el no
roeste de Suramérica se debe a la gran
variedad de ecosistemas, moldeados por
la orografía y las condiciones climáti
cas. La falta de montañas crea sequedad,
como es el caso en las tierras bajas del
Caribe. Por otro lado, en la costa pací
ica norte del subcontinente, la corriente
cálida mesoamericana provoca una hu
medad extrema, que va desde Panamá
hasta la parte central de Ecuador. Sin
embargo, la corriente fría de Humboldt
es la responsable de las condiciones tan
secas que existen en el litoral peruano,
y en menor medida en la parte sur de
la planicie costera de Ecuador. La cor
dillera de los Andes, que se extiende de
norte a sur en nuestra región de estudio
desde Colombia hasta Bolivia, crea una
serie de pisos altitudinales en los que
se distribuyen las palmas hasta una al
titud superior a 3000 m. Finalmente, las
tierras bajas de la cuenca occidental del
Amazonas conectan a los cuatro países
del área estudiada, a lo largo del borde
oriental de la cordillera andina.
Región caribeña
Se encuentran a lo largo de la costa norte
de Colombia desde la frontera con Pa
namá hasta la frontera con Venezuela.
Esta pequeña subregión se caracteriza por
el clima seco y la vegetación dominante
son matorrales y bosques semideciduos.
Al igual que el desierto costero de Perú,
presenta una baja diversidad, con apenas
31 especies de palmas registradas hasta
el momento. Las palmas típicas en esta
región son Copernicia tectorum, Sabal
mauritiiformis y Acrocomia aculeata que
son de amplia distribución y pueden for
mar poblaciones muy abundantes. Por
otro lado, Attalea butyracea —palma
de vino— es nativa del valle seco del río
Magdalena y se extiende hacia las tierras
bajas del Caribe donde ha llegado a ser
abundante, dominando el paisaje en al
gunos lugares. Astrocaryum malybo tam
bién tiene una distribución similar, exten
diéndose desde ese valle hacia la región
Caribe. La mayoría de los géneros están
representados por una sola especie, salvo
Bactris que cuenta con siete especies.
Costa pacíica
Esta región se extiende a lo largo de la
costa del Pacíico, desde el sur de Pa
namá hasta el norte de Ecuador y cubre
aproximadamente 71 000 km2. Se carac
teriza por su precipitación anual extre
madamente alta que puede alcanzar
1 Diversidad y abundancia de palmas
10 000 mm en los sitios más húmedos. Su
vegetación es bosque tropical húmedo
con todo lo que ello implica en términos
de extrema riqueza de especies y elevada
biomasa. Por su ubicación aislada, tiene
también un grado de endemismo muy
alto. En la parte norte de Colombia, la re
gión de Urabá presenta una lora de pal
mas afín con la de las tierras bajas del Ca
ribe, incluyendo especies como Attalea
butyracea y Bactris pilosa. En las partes
más húmedas cercanas a Panamá, la lora
de palmas está más relacionada con la
centroamericana e incluye especies como
Reinhardtia koschnyana, R. simplex, R.
gracilis, Calyptrogyne costatifrons, entre
otras, y tiene sus límites meridionales de
distribución en el noroeste de Colombia.
La costa pacíica incluye 122 especies de
palmas y 32 de ellas son endémicas. Las
formas de vida más comunes aquí son
las palmas pequeñas que crecen en el so
tobosque, especialmente de los géneros
Geonoma y Bactris. Wettinia está igual
mente bien representado en la selva del
Chocó, siendo algunas de sus especies
muy abundantes. En el norte de Ecua
dor algunas especies como Manicaria
saccifera, Asterogyne martiana y Euterpe
oleracea, están restringidas a los bosques
muy húmedos. Sin embargo, la mayoría
de las especies de palmas en la llanura
costera de este país crecen en los bos
ques tanto húmedos como semideci
duos, pero con marcadas diferencias en
su abundancia según los tipos de vegeta
ción4. Por ejemplo, Welia regia, Iriartea
deltoidea y Wettinia quinaria son más
comunes y abundantes en hábitats hú
medos. Teniendo en cuenta la limitada
extensión del bosque de la costa pací
ica —alrededor del 2 % de nuestra área
de estudio—, es de destacar que alberga
cerca de un tercio de las especies que se
encuentran en la región analizada.
Transición de la costa pacíica al
desierto costero peruano
La transición del Chocó al desierto cos
tero peruano ocupa la parte más extensa
de la llanura costera de Ecuador, que se
une gradualmente con la región tumbe
sina de Perú, hasta llegar a la desértica
planicie costera de ese país. En la pro
vincia ecuatoriana de Esmeraldas, en las
vertientes occidentales de las provincias
de Carchi e Imbabura y en general a lo
largo de las estribaciones de los Andes de
norte a sur, hay hábitats muy húmedos
que constituyen la prolongación hacia
el sur de la región de la costa pacíica.
Son bosques sin estación seca o que tie
nen como máximo dos o tres meses con
precipitaciones inferiores a 100 mm. Por
otro lado, a lo largo de la parte central y
sur de la llanura costera de Ecuador hay
un gradiente de precipitaciones que va
desde climas húmedos, pasando por cli
mas estacionales de hasta seis meses con
menos de 100 mm de precipitación men
sual, hasta climas muy secos con más de
seis meses de sequía al año. Las áreas con
climas estacionales dominan las provin
cias de Manabí, Guayas, Los Ríos y El
Oro, donde subsisten muy pocos rema
nentes de bosques caducifolios y semi
deciduos que por lo general son bastante
pobres en especies y abundancia de pal
mas. Las secciones más secas se encuen
tran en la parte occidental de la provin
cia de Manabí y al sur en las provincias
de Santa Elena, Guayas, El Oro y Loja.
Esta sección de la llanura costera coin
cide con la llamada región biogeográica
tumbesina que continúa hacia el sur a lo
largo de la costa peruana5. Los bosques
de Tumbes están bajo la inluencia de la
corriente fría de Humboldt que viene de
las aguas centrales chilenas hacia el norte
a lo largo de las costas de Perú y Ecuador
15
1 Diversidad y abundancia de palmas
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
16
antes de girar hacia el oeste en dirección
de las islas Galápagos. Attalea colenda,
Astrocaryum standleyanum y Phytelephas
aequatorialis son especies comunes en
estos hábitats relativamente secos. En
los remanentes de los bosques semideci
duos existen poblaciones de Oenocarpus
bataua y Astrocaryum standleyanum,
así como de Bactris setulosa, B. gasipaes
var. chichagui —un pariente silvestre del
chontaduro cultivado— así como algu
nas especies de Wettinia. A lo largo de
las estribaciones andinas a 600–1000 m
de altitud, especies de Wettinia, Iriartea
deltoidea y Socratea exorrhiza son a me
nudo abundantes. Como regla general se
puede airmar que cuanto más seco es el
hábitat menor es la riqueza de palmas.
En inventarios de 0.1 ha realizados en
estos hábitats, Borchsenius4 encontró en
tre 12 y 19 especies en los bosques muy
húmedos, pero apenas 3–6 en los bos
ques secos. Los bosques secos caducifo
lios se encuentran en regiones con más
de 6 meses de sequía al año. Por ejemplo,
los alrededores de la ciudad de Guayaquil
son claramente un entorno no compati
ble con una alta diversidad o abundan
cia de palmas. Las más conspicuas que
crecen en estos bosques son la palma
de maril vegetal (tagua) Phytelephas
aequatorialis, Attalea colenda y Bactris
gasipaes var. chichagui, todas de notable
importancia económica ya que son uti
lizadas como fuente de recursos por las
poblaciones locales. El cambio en el pai
saje y en la composición de palmas en es
tos bosques ha sido dramático. Por ejem
plo, se sabe que la tagua (P. aequatorialis)
fue abundante alrededor de Guayaquil
en otros tiempos6, pero en la actualidad
solo pocas palmas permanecen, como
las que se encuentran en la Reserva
Manglares Churute. Aiphanes eggersii es
la única especie de palma que crece de
forma natural en los bosques con más de
seis meses de sequía al año. Se encuentra
alrededor de San Vicente y Canoa en la
provincia de Manabí y en los bosques de
Tumbes en Puyango en la provincia de El
Oro, donde la precipitación anual total es
de 600 mm y la estación seca tiene una
duración de ocho meses7,8.
La llanura costera de Ecuador está
dividida longitudinalmente por la cor
dillera de la Costa (Cordillera Costera),
paralela al océano y que alcanza 800 m
de altitud. Por estas montañas ascienden
desde la Costa nubes cargadas de hume
dad y se crean bosques nublados también
llamados bosques de garúa. En sus cimas
más altas los hábitats están ocupados
especialmente por la palma de tagua o
maril vegetal (Phytelephas aequatorialis)
junto con Iriartea deltoidea. En los bos
ques de la Cordillera Costera la densidad
de palmas aumenta. Por ejemplo, en las
montañas de Ila, a 600 m de altitud, se
registraron 15 especies y 1800 palmas
adultas por hectárea, mientras que en las
tierras bajas de las mismas montañas, a
280 m de altitud, se registraron 12 espe
cies y solamente 860 palmas adultas por
hectárea4. Cabe destacar que las cinco es
pecies endémicas de la Costa de Ecuador
crecen en los bosques muy húmedos de
las tierras bajas y en la cordillera, que son
al mismo tiempo los hábitats más amena
zados de esta región del país9.
Los registros históricos conirman
que los bosques ecuatorianos occidenta
les en la zona de transición entre la costa
pacíica y el desierto de la costa peruana,
que se encuentran en las provincias de
Esmeraldas, Santo Domingo de los Tsá
chilas, Los Ríos y Manabí, albergan mu
chas especies de palmas5,9–14, pero en la
actualidad estas áreas están fuertemente
deforestadas y solo pequeños fragmen
tos de bosque se pueden encontrar en
los valles de Manabí. En 1996 ya ha
bía desaparecido más del 90 % de sus
bosques9,13–16.
Andes
En la región de estudio, los Andes van
desde el norte de Colombia hasta el sur
de Bolivia. En Colombia lo conforman
tres cordilleras paralelas con picos de
más de 5000 m, en Ecuador dos cordi
lleras paralelas y en Perú y Bolivia el lla
mado “altiplano”. En la región andina las
palmas son abundantes y diversas, sobre
todo en los bosques de las vertientes oc
cidentales y orientales. Algunos de los
numerosos valles interandinos también
poseen bosques húmedos con palmas,
pero en su mayoría son secos debido a
la existencia de menores precipitaciones
y por tanto hay menor representación de
palmas. Una excepción es el valle del río
Magdalena en Colombia, que presenta
una rica lora de palmas con alrededor
de 40 especies, incluyendo al menos tres
endémicas. Por encima de los 1000 m de
altitud los Andes albergan 130 especies
y 22 géneros de palmas17. Algunas espe
cies que crecen en los valles andinos son
Parajubaea cocoides, varias especies de
palmas de cera (Ceroxylon) y la palmera
datilera canaria, Phoenix canariensis, que
se introdujo como ornamental y es culti
vada a lo largo de la cordillera. Ciertas es
pecies andinas pueden crecer en bosques
a 3500 m sobre el nivel del mar, como
Ceroxylon parvifrons en el volcán Paso
choa en Ecuador7.
En los Andes colombianos se in
cluye la Sierra Nevada de Santa Marta
y los valles del Cauca y del Magdalena.
Por encima de los 500 m de altitud cre
cen 101 especies de palmas. Los géneros
más importantes son Wettinia, Aiphanes
y Ceroxylon que en conjunto representan
más de un tercio de las especies de pal
mas de los Andes en este país. La evolu
ción de estos tres géneros está estrecha
mente relacionada con el surgimiento de
la cordillera andina durante los últimos
10 millones de años. Todas las espceis
de Ceroxylon son andinas, pero tanto
Aiphanes como Wettinia han dado origen
a especies que han migrado e invadido las
tierras bajas del Amazonas y de la costa
pacíica. Por otro lado, la cordillera de los
Andes también está habitada por algunas
especies que se originaron en las tierras
bajas, pero que han ampliado su distri
bución ascendiendo por las laderas hasta
los 1300 m de altitud. Estas especies son
Acrocomia aculeata, Oenocarpus bataua,
Syagrus sancona y algunas Bactris. El va
lle del Magdalena, aunque está incluido
aquí en la región biogeográica de los
Andes, alberga en su mayoría especies
de tierras bajas, algunas de las cuales se
hallan tanto en la costa pacíica como en
la Amazonía. Es probable que se trate de
remanentes que quedaron en este valle
cuando emergieron los Andes. Además,
en el valle del Magdalena existen dos es
pecies endémicas: Astrocaryum malybo y
Astrocaryum triandrum. De las 101 espe
cies de palmas andinas de Colombia, 27
son endémicas, por lo que requieren una
atención especial para su conservación y
manejo sostenible cuando son fuente de
recursos para los seres humanos.
En Ecuador, en las laderas orienta
les de los Andes, hay algunas cordilleras
subandinas más pequeñas y disconti
nuas, como la de NapoGaleras que al
canza 3900 m de altitud, la del Cutucú
y la del Cóndor que llegan a los 2900 m.
Se trata de cordilleras geológicamente
más antiguas que los Andes, formadas
por areniscas o rocas calizas datadas de
hace 150 millones de años, cuando esta
zona lindaba con el océano Pacíico en el
17
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
18
Mesozoico18–21. En algunas partes de estas
cordilleras existen especies que no crecen
en las cordilleras principales, por lo que
algunos botánicos sugieren que deberían
considerarse como una región biogeo
gráica diferente. Sin embargo, no hay un
patrón bien marcado y la mayoría de las
especies crecen tanto en las cordilleras su
bandinas como en la cordillera principal.
Por ejemplo, los patrones de distribución
más restringidos de las especies endémi
cas no son sustancialmente diferentes en
tre los Andes y estas cordilleras subandi
nas. Solamente tres de las nueve especies
endémicas en las laderas orientales de los
Andes se encuentran en las cordilleras su
bandinas: Geonoma hollinensis en Napo
Galeras, G. skovii y G. pulcherrima en las
cordilleras del Cutucú y del Cóndor. G.
fosteri solo crece en la cordillera andina
principal. El resto de especies (Aiphanes
verrucosa, Bactris setilora, Ceroxylon
amazonicum, Geonoma ecuadoriensis y
Wettinia aequatorialis) son endémicas
que se encuentran tanto en las cordilleras
subandinas como en en la cordillera an
dina principal.
En Ecuador los bosques andinos
tienen la mayor diversidad de palmas,
albergando 74 (52 %) de las 143 espe
cies que se han encontrado en el país.
Sin embargo, apenas 24 (32 %) de ellas
son exclusivas de los bosques andinos,
mientras que las 50 restantes corres
ponden a especies de tierras bajas que
eventualmente llegan hasta los bosques
andinos. La gran mayoría crecen entre
los 1000 y 2000 m18. Por encima de los
2000 m la diversidad de palmas decrece
dramáticamente y solo 8 especies sobre
pasan ese límite altitudinal. En términos
de diversidad local es común encontrar
2–4 especies en parcelas de una hectárea,
pero pueden llegar a ser muy abundan
tes, como por ejemplo Geonoma undata
que puede tener hasta 800 individuos
en una hectárea22,23. Otras especies que
se encuentran con frecuencia en pobla
ciones densas en los Andes ecuatorianos
incluyen Ceroxylon echinulatum en las
laderas orientales entre 1200 y 1800 m,
Dictyocaryum lamarckianum también
en las laderas orientales entre 1500 y
1700 m, Chamaedorea pinnatifrons muy
común entre 1500 y 2000 m, y inalmente
Prestoea acuminata entre 1200 y 2200 m.
Algunas especies de palmas tienen
unos patrones de distribución muy redu
cidos o agregados, lo que probablemente
se deba a la limitada dispersión de sus se
millas24. Diversos inventarios de palmas
realizados en los bosques andinos ecuato
rianos muestran que las regiones del sur
pueden ser las más ricas en especies. Por
ejemplo, se registraron 11 especies de pal
mas entre los 1900 y 2150 m de altitud en
los bosques de las laderas orientales cerca
de la Estación de investigación San Fran
cisco, entre Loja y Zamora25, y las especies
más abundantes fueron Chamaedorea
pinnatifrons y Prestoea acuminata. En la
Reserva Maquipucuna, en las laderas oc
cidentales de los Andes, se encontraron
también 11 especies de palmas, pero el in
ventario cubría un rango altitudinal mu
cho más amplio, de 1000 a 2800 m. Los
géneros más ricos en especies de palmas
en los bosques andinos son Aiphanes,
Ceroxylon, Geonoma y Wettinia.
En Perú hay pocos bosques húmedos
en las laderas occidentales de los Andes,
mientras que en las orientales dominan
los bosques húmedos y muy húmedos.
De las 149 especies de palmas registradas
en ese país, 59 (40 %) crecen en los An
des. De estas, 20 se limitan a los Andes
mientras que 39 son especies de tierras
bajas que suben por las laderas. Los bos
ques andinos más altos en Perú se carac
terizan por varias especies de Ceroxylon,
1 Diversidad y abundancia de palmas
Dictyocaryum lamarckianum, y cerca de
10 especies de Geonoma. Los bosques
andinos más bajos albergan algunas es
pecies de Astrocaryum, una sola Bactris,
Chamaedorea fragrans y C. linearis, siete
especies de Geonoma, Welia alfredii y
tres especies de Wettinia26.
En Bolivia existen bosques andinos
húmedos a lo largo de las laderas orien
tales de los Andes, desde la frontera con
Perú hasta Argentina. De las 88 especies
de palmas que se encuentran en este
país, 33 crecen en los bosques andinos
por encima de los 1000 m de altitud. Al
igual que en los otros países, hay especies
consideradas puramente andinas, como
Ceroxylon (2 especies), Geonoma (2) y
Prestoea (1). El género Parajubaea es par
ticularmente interesante ya que cuenta
con dos especies en los Andes bolivianos,
P. torallyi, P. sunkha y P. cocoides, pero
esta última está restringida a los Andes
del norte, donde solo se la encuentra cul
tivada. Por otra parte, además de las espe
cies verdaderamente andinas, alrededor
del 50 % de aquellas que crecen por en
cima de los 1000 m de altitud son más co
munes en las tierras bajas, como Euterpe
precatoria, Chamaedorea pinnatifrons,
Iriartea deltoidea, Oenocarpus bataua y
Syagrus sancona.
Para entender mejor la ecología de las
palmas andinas, se estudió el bosque en
los alrededores de la localidad de Apolo,
en los bosques andinos septentrionales de
Bolivia27. En 15 transectos (3.75 ha) esta
blecidos en las laderas a altitudes entre los
850 y 1900 m, se encontraron 16 especies
y una densidad promedio de 2582 palmas
por hectárea. El sotobosque estaba domi
nado por Geonoma undata, Chamaedorea
pinnatifrons y Aiphanes horrida. En el
estrato medio del bosque, fue abun
dante Oenocarpus minor y en algunos
lugares Ceroxylon pityrophyllum y Bactris
gasipaes var. chichagui. En el dosel, las
palmas más abundantes fueron Iriartea
deltoidea, Oenocarpus bataua, Socratea
exorrhiza, Dictyocaryum lamarckianum,
y en algunos lugares Attalea phalerata.
Además hay un conjunto de especies “ra
ras” en su mayoría de pequeño tamaño.
En los bosques andinos bolivianos no
había diferenciación de palmas por tama
ños, especies grandes, medianas y peque
ñas estaban representadas casi por igual.
La mayor parte de las especies (11) son
solitarias, mientras que cinco son cespito
sas y ninguna clonal. Todas tenían hojas
pinnadas.
Amazonía y Orinoquia
Las tierras bajas de la Amazonía consti
tuyen la región biogeográica más extensa
dentro del área de estudio cubriendo
aproximadamente el 55 % de la supericie
de los cuatro países en conjunto. En con
traste con las otras regiones estudiadas,
todavía mantienen una gran cobertura
boscosa y las palmas están menos ame
nazadas que las de las tierras bajas del
Caribe, la costa pacíica y los Andes. En
su prolongación hacia el norte, hacia la
frontera con Venezuela, la Amazonía está
conformada por un mosaico de sabanas
y bosques tropicales. En la parte noro
riental de Colombia, la Amazonía con
tacta con el escudo de la Guyana, que se
caracteriza por sus suelos más arenosos.
En el sureste de Colombia, así como en
el este de Ecuador y Perú y el noreste de
Bolivia, las tierras bajas amazónicas están
cubiertas por bosque tropical. En el ex
tremo sureste de Bolivia se encuentra un
mosaico de sabanas y bosques tropicales
de apariencia similar a los del noreste de
Colombia.
A lo largo de su frontera occiden
tal, la cuenca amazónica se adentra
19
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
20
gradualmente en los Andes, primero con
colinas bajas y pequeñas cordilleras que
luego se convierten en las grandes ele
vaciones de la cadena montañosa. Estas
tierras bajas están compuestas por llanu
ras de inundación (bosques inundables) y
de tierra irme bien drenadas, lejos de los
ríos, donde nunca se producen inunda
ciones. Otro elemento destacado del bos
que amazónico es la existencia de grandes
bosques de pantano, permanentemente
inundados y mal drenados, que se han
formado en las zonas bajas originadas
por movimientos tectónicos, o bien a
menor escala por el cambio en el curso
de los ríos, dejando meandros abandona
dos. En estos ambientes domina la palma
Mauritia lexuosa. El número de especies
de palmas en las tierras bajas amazónicas
de la región de estudio es elevado, apro
ximadamente 165, pero no guarda pro
porción con la gran supericie que abarca
esta región biogeográica, en compara
ción por ejemplo con los bosques de la
costa del Pacíico de Colombia y Ecuador
que tienen 122 especies en un área mu
chísimo menor. Numerosas especies en
las tierras bajas amazónicas están amplia
mente distribuidas y son muy pocas las
que están restringidas a áreas pequeñas.
La región amazónica de Colombia
abarca 483 119 km2 que representan el
42 % del territorio del país. Allí crecen
120 especies de palmas, número ligera
mente superior al que se encuentra en
las dos regiones mucho más pequeñas
de los Andes y bosques de la costa pa
cíica colombiana2. En los bosques ama
zónicos Geonoma es un género rico en
especies particularmente en el sotobos
que, así como también los géneros con
especies espinosas Bactris y Astrocaryum.
En general pocas especies tienen áreas
de distribución restringida y solo tres
de ellas son endémicas de la Amazonía
colombiana:
Attalea
septuagenata,
Oenocarpus circumtextus y O. makeru2.
La diversidad y la abundancia de pal
mas en la Amazona colombiana se es
tudiaron a lo largo de los ríos Guaviare,
Caquetá y Amazonas. Se establecieron 71
transectos que cubren 17.25 ha, encon
trándose un total de 74 especies perte
necientes a 21 géneros. En tierra irme se
encontraron 68 especies (20 géneros) con
una densidad media de 2900 individuos
por hectárea. Se registraron seis formas
de crecimiento, entre las cuales, las pal
mas pequeñas del sotobosque fueron las
más importantes, seguidas por las pal
mas de dosel. En los bosques inundables,
se registraron 60 especies (19 géneros) y
una densidad media de 3737 individuos
por hectárea. De las 74 especies encon
tradas, 25 (33 %) fueron de tallo solita
rio y 43 (58 %) cespitosas, mientras que
las seis restantes (8 %) eran clonales. La
forma de hoja dominante fue la pinnada
y apenas unas pocas especies presentaron
hojas costapalmeadas o palmeadas. Las
especies dominantes encontradas en este
estudio coinciden con las dominantes en
comunidades de palmas en otras partes
de la Amazonía. Las tres especies más
abundantes en los bosques de tierra irme
fueron Oenocarpus bataua, Iriartella
setigera y Oenocarpus bacaba, mientras
que Euterpe precatoria, Attalea butyracea
y Socratea exorrhiza dominaron en los
bosques inundables (Balslev et al., datos
no publicados).
La Amazonía ecuatoriana tiene gran
des extensiones de terreno con fuerte
pendiente, entre los 400 y 1000 m de alti
tud, que corresponden a las últimas estri
baciones andinas. Estas son más húme
das que las zonas más bajas y sus suelos
son bien drenados. Están conectados con
cordilleras subandinas como la Napo
Galeras, la del Cutucú y la del Cóndor.
1 Diversidad y abundancia de palmas
La región tiene una clima relativamente
homogéneo y en general con precipita
ciones anuales superiores a 2500 mm,
aunque ocasionalmente pueden llegar a
4500 mm en la zona central, cerca de la
ciudad de El Puyo. Los bosques de tierra
irme son el hábitat dominante. Por ejem
plo, en el Parque Nacional Yasuní, el 80 %
de la supericie está cubierta por bos
ques de tierra irme, donde dominan las
palmas Iriartea deltoidea y Oenocarpus
bataua. Las bosques periódicamente
inundables son por lo general de aguas
blancas que se originan en los Andes,
aunque también existen algunos ríos que
nacen en las tierras bajas y por lo tanto
son de aguas negras. Así, por ejemplo,
los ríos y lagos de la Reserva Faunística
Cuyabeno se inundan por aguas negras
con alto contenido de taninos, pero su
contenido mineral es bajo. Los bosques
inundados por aguas blancas están do
minados por especies como Phytelephas
tenuicaulis, Astrocaryum urostachys y
Attalea butyracea, mientras que aquellos
que reciben aguas negras están domi
nados por Astrocaryum jauari y Bactris
riparia. Por su parte, los pantanos son
menos extensos en Ecuador que en Perú y
Bolivia. Mauritia lexuosa es la palma que
domina estos hábitats y es muy llamativa
debido a su enorme tamaño, pero tam
bién crecen otras palmas, aunque menos
abundantes, como Mauritiella armata
y Attalea butyracea29–31. En Ecuador, la
Amazonía alberga 78 especies de palmas,
de las cuales 38 no se encuentran ni en
los Andes ni en la llanura costera del país.
Cuatro especies (Ceroxylon amazonicum,
Geonoma ecuadoriensis, G. pulcherrima y
Wettinia aequatorialis) son endémicas de
la región. Allí la mayoría de las especies
de palmas pueden crecer en diferentes
hábitats, incluso cada una es por lo ge
neral más abundante en un hábitat en
particular, ya sea en tierra irme, bosques
inundables o pantanos28,31. Los bosques
de tierra irme son los más ricos en es
pecies de palmas. Por ejemplo, en una
parcela de 25 ha de bosque en Yasuní se
han encontrado 22 especies que se pre
sentan en todos los estratos. Las especies
que comparten este hábitat ocupan dis
tintos nichos, unas el sotobosque, otras
el dosel medio y algunas el dosel alto. En
esa parcela se registró un promedio de 15
especies y 190 individuos de palmas por
hectárea e Iriartea deltoidea fue la espe
cie más común, seguida por Oenocarpus
bataua. En el sotobosque Geonoma y
Bactris están representados por numero
sas especies, aunque Prestoea schultzeana
y Geonoma macrostachys son las más
abundantes31,32.
Por su parte, la Amazonía peruana
cubre el 61% del territorio nacional33, lo
que corresponde a alrededor de 0.8 millo
nes de km2. De las 149 especies de palmas
registradas en ese país, 120 se encuentran
en la parte amazónica. Esta región es muy
diversa ecológicamente y además de los
principales tipos de hábitats y vegetación
antes citados, hay varios otros mencio
nandos por Kahn y Moussa26: i) bosques
de tierra irme sobre arcilla, con suelos
generalmente bien drenados y que alojan
la mayor diversidad de palmas; ii) suelos
de arenas blancas, secas, con vegetación
baja y muy poca diversidad de palmas; iii)
arenas blancas inundadas con alta diver
sidad de palmas; iv) bosque pantanoso,
irregularmente inundados por las lluvias,
con alta densidad y mediana diversidad
de palmas; v) bosques pantanosos per
manentemente inundados, generalmente
compuestos de poblaciones muy densas
de Mauritia lexuosa, pero con poca di
versidad de palmas; vi) bosques periódi
camente inundables por aguas blancas en
suelos aluviales (denominados bosques
21
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
22
de restinga en Perú y bosques de várzea
en Brasil) con mediana diversidad de pal
mas; vii) bosques periódicamente inun
dados por aguas negras, con una baja
diversidad de palmas (denominados bos
ques tahuampa en Perú y bosques igapó
en Brasil; viii) sabanas; y ix) bosques de
galería, ambos con poca diversidad de
palmas. De estos tipos de bosques, los
de tierra irme (tipo i) son los más ricos
en palmas, con un total de 70 especies,
seguidos por los bosques que se inundan
periódicamente con agua blanca (tipo vi)
con 16 especies y los pantanosos irregu
lamente inundados (tipo iv) con 22. Los
demás hábitats presentan signiicativa
mente menos especies de palmas26.
En un inventario de 35 transectos
a lo largo del río Ucayali, cubriendo un
área de 8.75 ha, se encontraron 55 espe
cies de palmas con un promedio de 3512
individuos por hectárea34. Los transec
tos incluyeron cuatro hábitats diferentes
y cada uno presentó distintos valores
en riqueza y abundancia de especies de
palmas. En el bosque de tierra irme en
ladera (tipo i) se encontraron 18 espe
cies y 4200 individuos por hectárea, en
el de tierra irme en terrazas (tipo i) 44
especies y 6756 individuos por hectá
rea, en el inundable (tipo vi) 18 especies
y 1460 individuos por hectárea, y en el
de tierra irme en colinas premonta
nas 36 especies y 1622 individuos por
hectárea. En 11 transectos similares en
bosques de tierra irme (2.75 ha) en la re
gión de Pebas, se registraron 54 especies,
siendo las más comunes Lepidocaryum
tenue, Astrocaryum macrocalyx, Socratea
exorrhiza y Geonoma macrostachys31.
Finalmente, la Amazona boliviana, que
se encuentra a lo largo de la franja sur de
la cuenca amazónica, experimenta cierta
estacionalidad en los patrones de precipi
tación y también está inluenciada por las
condiciones climáticas del Cono Sur, espe
cialmente las olas de frío irregulares llama
das localmente sures o surazos. Se trata de
un mosaico de bosques tropicales y saba
nas abiertas, algunas de las cuales se inun
dan periódicamente. Las palmas de esta
región suelen crecer en todo el Neotrópico,
pero en algunos casos, están restringidas
a la cuenca del Amazonas. Astrocaryum
gratum, Attalea phalerata, A. butyracea,
Bactris major, B. maraja, Desmoncus
polyacanthos, D. mitis y Mauritia lexuosa se
encuentran mayormente en dicha cuenca,
aunque se extienden más allá de sus lími
tes. Por su parte, Astrocaryum aculeatum,
A. gynacanthum, A. jauari, Attalea maripa,
Bactris acanthocarpa, B. brongniartii, B.
chaveziae, B. concinna, B. elegans, B. hirta,
B. riparia, B. simplicifrons, Chamaedorea
paucilora, Chelyocarpus chuco, Geonoma
laxilora, G. leptospadix, G. maxima,
Oenocarpus balickii y Wendlandiella
gracilis están muy bien representadas en la
cuenca amazónica pero no se distribuyen a
otras regiones biogeográicas. Las especies
Aiphanes horrida, Astrocaryum sp., Bactris
gasipaes, Chamaedorea angustisecta,
Geonoma deversa, G. interrupta, G.
macrostachys, G. stricta, Hyospathe elegans,
Iriartea deltoidea, Iriartella stenocarpa,
Oenocarpus bataua, O. minor, Phytelephas
macrocarpa, Socratea exorrhiza y Wettinia
augusta, crecen tanto en la cuenca ama
zónica como en los Andes. Finalmente,
Astrocaryum jauari, Desmoncus horridus,
Mauritiella armata y Oenocarpus distichus
se encuentran tanto en los bosques lluvio
sos amazónicos como en el Cerrado de Bo
livia oriental35.
Diversidad de palmas por país
Colombia es el mayor de los cuatro paí
ses de nuestra región de estudio, cubre
1 Diversidad y abundancia de palmas
2.1 millones de km2 que corresponden al
12 % del continente suramericano. Allí
crecen 250 especies de palmas nativas
distribuidas en 42 géneros2, que corres
ponden al 55 % de las especies y al 88 %
de los géneros de palmas de Suramérica.
Bactris con 34 especies, Geonoma con 41,
Aiphanes con 22 y Wettinia con 17 son los
géneros más diversos en este país. De las
250 especies nativas conocidas en Colom
bia, 49 (20 %) son endémicas, de las que
17, principalmente Aiphanes, Wettinia y
Geonoma, crecen solo en los Andes, 17
solo en las tierras bajas del Pacíico, cinco
en la Amazonía, y diez tanto en la costa
pacíica como en los Andes.
Ecuador tiene la mayor concentra
ción de especies de palmas en Sura
mérica. En su territorio continental de
aproximadamente 270 000 km2 que co
rresponden al 1.6 % del subcontinente
crecen 143 especies de palmas nativas
pertenecientes a 32 géneros18. Esto co
rresponde al 31 % de las especies y al 66 %
de los géneros de palmas en América del
Sur. Geonoma con 35 especies, Bactris
con 19, Wettinia con 13 y Aiphanes con
12 son los géneros más diversos y en con
junto contribuyen con más de la mitad
de las especies de palmas de este país. De
las 143 especies registradas, 13 son endé
micas y la mayoría crecen en los Andes,
siendo las excepciones Geonoma irena
y G. tenuissima, que se encuentran en
la región costera. Dos de estas especies,
Phytelephas aequatorialis (tagua o maril
vegetal) y Aiphanes chiribogensis, tienen
rangos altitudinales amplios, ya que cre
cen desde las tierras bajas hasta altitudes
medias en los Andes.
Perú tiene un territorio de 1.3 millo
nes de km2, lo que representa el 7 % del
continente suramericano. Presenta 149 es
pecies y 30 géneros de palmas que corres
ponden al 33 % de las especies y al 63 % de
los géneros del subcontinente. Bactris con
22 especies, Geonoma con 26, Attalea con
14 y Astrocaryum con 16 son los géne
ros más diversos y juntos constituyen más
de la mitad de las especies de palmas de
Perú. Veinticuatro especies, pertenecien
tes a 11 géneros, son endémicas. La mayo
ría son endémicas de la región amazónica
ya que crecen por debajo de los 1000 m de
altitud, y se encuentran tanto en las tierras
bajas como en las estribaciones orientales
de los Andes o en los valles interandinos,
sobre todo las de los géneros Attalea,
Astrocaryum y Desmoncus. Ocho especies
son endémicas de los Andes, entre las que
domina el género Geonoma.
Bolivia tiene un territorio de 1.1 mi
llones de km2, que corresponde al 6 % del
continente suramericano. Cuenta con 88
especies y 29 géneros de palmas corres
pondientes al 19 % de las especies y el
60 % de los géneros de América del Sur.
Geonoma con 15 especies, Bactris con 15,
Astrocaryum con 8 y Attalea con 6 son los
géneros mejor representados en el país36.
Siete especies de palmas son endémicas y
pertenecen a 5 géneros. Bactris faucium
crece en el bosque interandino húmedo
del centro hacia el noroeste del país,
Parajubaea sunkha en los valles interan
dinos secos sobre suelos ricos y P. torallyi
en los valles interandinos secos sobre
sustratos de areniscas, ambas en el centro
del país. Por su parte, Syagrus cardenasii
crece en la vegetación del Cerrado, en las
llanuras aluviales de las tierras bajas del
este, en el centro y el sudeste de Bolivia y
S. yungasensis en los valles interandinos
secos en el noroeste.
23
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
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2 Patrones genéticos y ecológicos
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* Jean-Christophe.Pintaud@ird.fr
Introducción
Distribución de la diversidad
de las palmas
El noroeste de Suramérica presenta una
geografía sumamente compleja, con
grandes contrastes y abruptos gradientes
ecológicos. Este entorno es particular
mente propicio para la diversiicación
biológica y ecológica, y la familia de las
palmas lo ilustra perfectamente, con 333
especies (93 endémicas) en la zona con
formada por Colombia, Ecuador, Perú y
Bolivia (Apéndice). En Suramérica cre
cen 457 especies de palmas.
La región está básicamente estructu
rada por un eje latitudinal, la línea ecuato
rial, y un eje longitudinal, la cordillera de
los Andes. El primero determina la tran
sición estacional entre el hemisferio norte
y el hemisferio sur. Adicionalmente, en
esta misma latitud conluyen el cambio de
régimen de las corrientes marinas que ge
nera profundos efectos climáticos que son
a su vez moldeados por la topografía de
los Andes, determinando una comparti
mentación del ambiente a diversas escalas.
El primer nivel de compartimenta
ción es la separación por los Andes de la
región costera del océano Pacíico y de
la región amazónica. La primera se ca
racteriza por poseer uno de los gradien
tes climáticos más abruptos del mundo,
con una transición de norte a sur que
va desde el bosque pluvial del Chocó
Darién, que recibe hasta 10 000 mm de
precipitación anual, hasta el desierto
costero de PerúChile, donde las pre
cipitaciones son virtualmente de 0 mm
en el sector de Atacama. Entre estas dos
formaciones sumamente contrastadas,
la transición de la vegetación está repre
sentada por el bosque seco tumbesino1,
27
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
que alberga solamente siete especies de
palmas2. El bosque pluvial del Chocó
Darién es en cambio particularmente
propicio para el desarrollo de estas plan
tas, familia termohigróila por esencia,
que presenta una gran exuberancia y di
versidad en este entorno (122 especies).
Al lado este de la cordillera de los Andes
el bosque húmedo amazónico ofrece, en
una supericie mucho mayor que la costa
pacíica, similares condiciones favorables
para las palmas que alcanzan allí su ma
yor diversidad (165 especies).
Entre estas dos regiones bajas se
ubican los Andes, montañas donde
las palmas se pueden encontrar hasta
los 3500 m de altitud; su diversidad es
máxima en el bosque nublado subandino
(1000–1800 m) y disminuye conforme
aumenta la elevación, permaneciendo
solamente tres géneros (Ceroxylon,
Geonoma y Parajubaea) por encima de
los 2900 m. En total, los Andes albergan
137 especies de palmas (Apéndice).
Evolución del entorno físico y
dinámica de la especiación
28
La evolución biológica del noroeste de
Suramérica está íntimamente ligada al
desarrollo de los Andes. Aunque la cor
dillera andina inició su levantamiento
hace aproximadamente 100 MA, su ma
yor desarrollo se concentra en los últimos
25 MA. La orogénesis en los Andes tropi
cales presenta una propagación de sur a
norte, con la parte más antigua y ancha lo
calizada al sur de Perú y Bolivia, donde el
eje de la cordillera cambia de orientación,
formando el Oroclino Andino Central
(OAC)3. La parte norte de los Andes (Co
lombia y norte de Ecuador) alcanzó altu
ras elevadas solamente en el PlioPleis
toceno (5–1 MA). Esta dinámica tiene
dos consecuencias importantes. Primero,
muchos taxones andinotropicales pre
sentan su centro de origen en la parte más
antigua al sur (OAC) y una dinámica de
dispersión, colonización y diversiicación
hacia el norte, alcanzando en último tér
mino las cordilleras costeras del Caribe4.
Hacia el sur se puede identiicar una li
mitada colonización en Bolivia, debido a
la terminación del dominio montañoso
tropical en el que se desarrolla Ceroxylon.
La segunda consecuencia es que los Andes
actuaron durante mucho tiempo como
una barrera permeable entre la región
costera del Pacíico y la región amazónica,
permitiendo intercambios de taxones tro
picales y submontanos. La propagación
del levantamiento andino se hace también
de oeste a este, lo que produce numero
sos cambios en la Amazonía, incluyendo
la retractación y desaparición del sistema
marinolacustre de Pebas entre 12 y 5 MA,
y la separación, por la aparición del arco
de Fitzcarrald, de una cuenca noroeste
con un clima perhúmedo y una cuenca
suroeste con un clima netamente estacio
nal5. Esta rápida evolución del ambiente
físico promueve una dinámica particular
mente activa de la especiación, en particu
lar en su modalidad alopátrica, debido a la
compartimentación topográica e hidroló
gica y por efecto de adaptación a una gran
variedad de nuevos ecosistemas6. Estos
patrones evolutivos están particularmente
marcados en la familia de las palmas,
como se ilustrará con ejemplos de varios
niveles taxonómicos y escales temporales.
La inluencia humana en la
diversidad y dinámica genética y
ecológica de las palmas
Los patrones ecológicos y genéticos ac
tualmente observados son en gran me
dida el resultado de la combinación de los
factores naturales de estructuración de las
2 Patrones genéticos y ecológicos de las palmas: la influencia humana
comunidades de palmas y la presión an
trópica. La acción humana interviene en
varios niveles, de manera drástica y visible
en el caso de la deforestación y fragmen
tación del bosque, o de forma más sutil
pero con importantes consecuencias tra
tándose del extractivismo en poblaciones
naturales de especies útiles y de la altera
ción de las comunidades de dispersores de
semillas y polinizadores, de que dependen
las palmas para su regeneración7.
Las respuestas de las palmas a las per
turbaciones humanas pueden a su vez
inluir en la estructura y composición de
los ecosistemas y paisajes. La capacidad
de las diferentes especies de mantener y
reorganizar sus poblaciones frente a estas
presiones determina su nivel de resilien
cia. Esta noción es compleja dado que
incorpora factores que pueden actuar en
forma antagonista; por ejemplo, una po
blación puede responder a una alteración
de su ambiente positivamente a nivel de
mográico (aumento de la densidad de in
dividuos), pero negativamente a nivel ge
nético (pérdida de diversidad genética).
Una meta importante de los estudios rea
lizados fue identiicar indicadores de res
iliencia que incorporen la complejidad y
den luces sobre la viabilidad a largo plazo
de los ecosistemas en los que las palmas
son un componente clave.
1. Determinantes naturales
de la estructuración de la
diversidad de las palmas
1.1. Estructuración a largo plazo:
evolución de las palmas
durante el Cenozoico
La familia de las palmas apareció en la
región boreotropical hace alrededor de
120 MA8 y la diversiicación hacia sus li
najes actuales empezó hace alrededor de
100 MA9. Las palmas llegan a Suramérica
durante el Cretácico superior, hace apro
ximadamente 75 MA10. Posteriormente
a la crisis biológica del límite Cretácico
Cenozoico (65 MA), un largo período,
cálido y húmedo, entre el Paleoceno su
perior y el Eoceno medio (60–55 MA),
permitió la extensión del bosque tropical
húmedo, cuna de las palmas, en el conti
nente suramericano11. El registro fósil de
este período demuestra un gran desarro
llo y diversiicación de las palmas, desde
el Caribe hasta la Patagonia, en particular
en la subfamilia Arecoideae12,13. Sin em
bargo, existe poca información iloge
nética acerca de esta diversidad antigua,
debido a las crisis climática y biológica
(olas de extinciones características de los
límites entre épocas geológicas como en
el PérmicoTriásico, CretácicoTerciario)
del límite EocenoOligoceno (34 MA)
que tuvo un profundo impacto en la com
posición de la lora tropical y produjo una
glaciación en las latitudes superiores14. El
retorno de condiciones climáticas favora
bles y estables inmediatamente después,
durante el Oligoceno (32–26 MA), permi
tió una rápida recuperación de los linajes
termóilos supervivientes, resultando en
un cambio de estructura ilogenética y
una redistribución geográica de los ta
xones en todas las loras y faunas tropi
cales15. A partir de esta época (Cenozoico
medio 34–30 MA), la información iloge
nética que se puede obtener sobre las pal
mas del oeste de Suramérica es precisa y
abundante16–20. Desde el punto de vista de
la ecología evolutiva, la historia ilogené
tica de las palmas de la región puede en
marcarse en la dualidad conservadurismo
versus diversiicación de nichos6,21,22. El
conservadurismo de nicho implica que
los taxones tienen poca adaptabilidad
29
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
ecológica y por tanto su expansión y di
versiicación depende de su capacidad
para colonizar nuevos ambientes con las
mismas características que sus ecosiste
mas de origen. En este tipo de dinámica,
la dispersión es un factor esencial. Por
otro lado, la diversiicación de nichos
supone que los taxones tienen la capaci
dad de adaptarse in situ a nuevas condi
ciones ambientales y diversiicarse me
diante radiación ecológica. En este caso
la plasticidad adaptativa de los taxones es
el factor predominante. Sin embargo, las
dos modalidades no son mutuamente ex
cluyentes. Por el contrario, se trata de dos
extremos de un rango de posibilidades y
pueden combinarse a diferentes niveles
taxonómicos (por ejemplo conserva
durismo de nicho a nivel de un género
y diversiicación de subnichos entre las
especies).
Dentro de las palmas suramericanas,
dos grupos particularmente estudiados
en el proyecto PALMS, los Bactridinae
y los Ceroxyleae, ilustran bien estas dos
tendencias de diversiicación y conserva
durismo de nicho respectivamente.
30
Evolución y diversiicación de nicho
en los Bactridinae
Los Bactridinae son un grupo endémico
neotropical con alrededor de 150 espe
cies, dentro de la tribu pantropical de
los Cocoseae, que se destaca por la pre
sencia de espinas epidérmicas, al menos
en las hojas, y frecuentemente en varios
órganos vegetativos y reproductivos (ta
llos, inlorescencia y frutos). Tuvieron
un gran éxito evolutivo en todo el Neo
trópico, lo que se evidencia tanto en el
número de especies como en la diversi
icación morfológica que supera a la de
cualquier otro grupo de palmas en la
región. Fenómenos adaptativos particu
larmente originales incluyen el hábito
trepador, desarrollado en Desmoncus, la
miniaturización en Bactris, y por el con
trario el gigantismo en Astrocaryum23.
En relación con esta variabilidad morfo
lógica, los Bactridinae prosperan en una
gran diversidad de ecosistemas y de ni
chos dentro de cada ecosistema. Entre las
adaptaciones más notorias se orbservan:
(1) el desarrollo del hábito acaulescente y
graminiforme en especies de Acrocomia
y Astrocaryum del Cerrado (vegetación
seca de sabana adaptada al fuego), (2)
la adaptación a inundaciones periódicas
en la margen de cuerpos de agua en la
Amazonía (Astrocaryum jauari y Bactris
riparia), (3) las formas estoloníferas en
terrazas aluviales (Bactris biida, Bactris
bidentula) y (4) toda una gama de formas
de vida que se hallan en los bosques tro
picales húmedos, desde las especies de
sotobosque muy especializadas en estos
ambientes poco luminosos (Aiphanes
ulei, Astrocaryum sciophilum, Bactris
simplicifrons, B. hirta, B. aubletiana)
hasta las grandes emergentes como
Astrocaryum aculeatum y A. chambira
(Figura 21).
Los estudios de ilogenia y datación
molecular sitúan el origen del linaje de
los Bactridinae hace alrededor de 50 MA,
cuando se separa de las Elaeidinae, su
grupo hermano. Sin embargo, no hay
información ilogenética sobre su evolu
ción antigua y escasa información fósil
hasta que aparecen de manera casi si
multánea los géneros actuales, inmedia
tamente después de la crisis biológica del
Eoceno terminal (hace 34 MA). A partir
de este momento, cada género tiene una
historia evolutiva distinta18.
El género Aiphanes se origina proba
blemente en el bosque nublado andino.
El calentamiento global del Oligoceno
superior (hace 25 MA) favorece su ex
pansión en forma de dos linajes, uno
2 Patrones genéticos y ecológicos de las palmas: la influencia humana
A
B
D
C
E
Figura 2-1. Diversidad morfológica y ecológica en la subtribu Bactridinae.
Hábito trepador: A) Desmoncus horridus en un bosque secundario
Hábito subacaulescente en bosque tropical húmedo: B) Aiphanes ulei, C) Bactris kilippii,
D) Palma multicaule emergente en bosque ribereño amazónico (Astrocaryum jauari),
E) Palma monocaule en un pastizal (Astrocaryum perangustatum).
distribuido en la margen de los grandes
biomas neotropicales (islas caribeñas,
bosques secos periandinos e interandi
nos), y el otro diversiicado intensamente
después del óptimo climático del Mio
ceno medio (hace 13 MA) en los bosques
andinos húmedos y los bosques tropi
cales adyacentes del ChocóDarién y de
la Amazonía occidental. Esta dinámica
de migración y adaptación del género
Aiphanes resulta actualmente en una dis
tribución con un amplio rango altitudi
nal (0–2900 m) y extremos gradientes de
precipitación (1000–10 000 mm) desde el
bosque seco tumbesino hasta el bosque
pluvial del Chocó.
Por su parte, el género Desmoncus
se diversiica en los bosques tropicales
húmedos de toda la región Neotropical
desde hace 20 MA, probablemente de
bido a una exitosa especialización de ni
cho ligada a la adquisición del hábito tre
pador y al conjunto de particularidades
morfoanatómicas asociadas24.
El linaje HexopetionAstrocaryum
se divide geográicamente en cada uno
de estos géneros entre América Central
(Hexopetion) y Suramérica (Astrocaryum)
31
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
32
hace alrededor de 34 MA. La diversiica
ción de Astrocayrum empieza de manera
concomitante con la de Aiphanes (hace
25 MA) y se acelera en la región ama
zónica hace aproximadamente 12 MA,
cuando comienza el drenaje del mar de
Pebas, lo que produce una importante
evolución paleogeográica y promueve la
colonización, hacia el oeste, de un clado
originario del escudo guyanés. La sección
Huicungo, del género Astrocaryum (15
especies en la actualidad), entra en un
proceso de intensa especiación alopátrica
hace 6–8 MA en la Amazonía occidental,
cuando comienza a estructurarse el pie
demonte andino, formando dos grupos
distintos, uno al sur relacionado con la
dinámica de levantamiento y erosión del
Arco de Fitzcarrald, y otro al norte vin
culado con la cuenca en subsidencia y
sedimentación noroeste amazónica20.
El género Acrocomia se especializa en
los ecosistemas secos periamazónicos y
se diversiica después del óptimo climá
tico del Mioceno Medio en el Cerrado,
cuando el enfriamiento climático pro
mueve el desarrollo de ecosistemas secos
y abiertos al sur de la Amazonía.
El género Bactris también empieza su
diversiicación después del óptimo climá
tico del Oligoceno superior (hace 25 MA)
y tiene una especiación muy activa en el
sotobosque amazónico y subandino en
particular, produciendo un patrón de
distribución con muchas especies simpá
tricas pero con especializaciones de ni
cho dentro del bosque tropical húmedo.
De manera general, los Bactridinae
presentan una gran capacidad adaptativa,
se diversiican dentro de su ecosistema de
origen, el bosque tropical húmedo, me
diante drásticos cambios morfológicos,
y responden fuertemente a los cambios
climáticos, colonizando nuevos ambien
tes ya sea más fríos (Andes) o más secos
(cerrados). Además evolucionaron rápi
damente por vicariancia, como en el caso
de Astrocaryum sect. Huicungo, un grupo
que produjo 12 especies en 6 millones de
años en respuesta a la compartimenta
ción topográica e hidrológica del piede
monte andino oriental25. Asimismo, este
grupo presenta una alta tasa de evolución
molecular en comparación con muchos
otros grupos de palmas26, pero no se sabe
si es la causa o la consecuencia del dina
mismo observado.
Evolución y conservadurismo de nicho
en los Ceroxyleae
La tribu Ceroxyleae tiene una distri
bución inusual, extremadamente dis
yunta, con un género monoespecíico
en el noreste de Australia (Oraniopsis
appendiculata), un género muy diversii
cado en la región de Madagascar e islas
vecinas (Ravenea), un endemismo insu
lar en la isla de Juan Fernández (Juania
australis) y inalmente el género estricta
mente andino Ceroxylon, con 12 especies
distribuidas desde el sur de Bolivia hasta
las cordilleras costeras caribeñas de Co
lombia y Venezuela. Se ha propuesto que
esta distribución disyunta en el hemisfe
rio sur resulta de una dispersión a través
de la Antártida durante el Eoceno10,28.
Ceroxyleae exhibe una adaptación a
las condiciones ambientales frías, lo que
es particular dentro de la familia termó
ila de las palmas. Los géneros Ravenea y
Ceroxylon, los más diversos de la tribu,
pueden ocupar zonas subtropicales y al
pinas respectivamente, con climas que
resultan diferentes a aquellos donde la
familia de las palmas adquiere una ma
yor diversidad. La adaptación al frío en
linajes tropicales es un tema que ha des
pertado interés recientemente y es crucial
para entender la conformación, no solo
de las comunidades tropicales alpinas,
2 Patrones genéticos y ecológicos de las palmas: la influencia humana
sino de la estructuración ilogenética de
las comunidades subtropicales y boreales.
Para ello es necesario contrastar la evolu
ción del nicho climático en los linajes con
la evolución del clima en las áreas donde
se estima que estuvieron distribuidos.
Pross et al.29 analizaron datos pali
nológicos del Eoceno en la Antártida,
concluyendo que el máximo climático
del Eoceno medio permitió que este
continente albergara bosques tropicales
análogos a los de hoy. El enfriamiento
posterior fue progresivo, causando una
retracción de la biota de la Antártida ha
cia latitudes menores en los otros conti
nentes australes.
Teniendo en cuenta esta información
paleoclimática, se puede reconstruir el
nicho climático de Ceroxylon, Juania,
Ravenea y Oraniopsis, los cuatro géneros
que conforman Ceroxyleae. Se encuentra
que la tribu ocupa un espacio climático
con las temperaturas más bajas tratán
dose de la subfamilia Ceroxyloideae. Este
rango de temperaturas coincide además
con el clima sugerido para la Antártida
durante el Eoceno medio a tardío30. En
el caso especíico del género Ceroxylon,
las temperaturas que conforman su ni
cho climático son totalmente compati
bles con las del Eoceno tardío antártico,
sugiriendo que su adaptación al frío es
anterior a su diversiicación y que su in
greso al trópico suramericano solamente
fue posible por el levantamiento de los
Andes, que propició los climas fríos
favorables30.
1.2. Estructuración regional en
el noroeste de Suramérica
durante el Terciario tardío
Durante el Terciario tardío o Neógeno
(inicio hace 23 MA) ocurrieron eventos
geológicos que indujeron importantes
procesos de diversiicación y la conse
cuente formación de las principales re
giones biogeográicas del noroccidente
de Suramérica31. La zona de Amotape
Huancabamba o depresión de Huanca
bamba al norte de Perú y sur de Ecuador
divide a los Andes en dos partes: los
Andes jóvenes septentrionales y los an
tiguos Andes centrales32,33. Los Andes
septentrionales inician su formación en
un eje surnorte a partir del Mioceno
temprano (hace ~ 23 MA), para culminar
en el Plioceno temprano (hace ~ 4.5 MA)
cuando aparecieron los picos más altos.
La depresión de Huancabamba ha sido
sometida a procesos vicariantes entre
los Andes septentrionales y centrales,
tanto por invasiones marinas (temprano
Mioceno), levantamientos andinos y
creación de valles como por el lujo del
bosque amazónico al Pacíico, llegando
a constituir una zona biogeográica pe
culiar donde componentes tropicales del
Chocó atraviesan los Andes para alcanzar
la Amazonía y viceversa33.
La formación de una cordillera con
tinua a lo largo del eje occidental de
Suramérica originó grandes cambios en
los sistemas luviales y en los patrones
de condensación de lluvias así como en
la dirección de lujo de sedimentos, y
constituyó una barrera a la circulación
atmosférica34. Esto resultó en remodela
ciones de las subcuencas hidrográicas y
en la formación de un sistema lacustre y
de pantanos denominado Mar de Pebas
(hace ~ 23 MA31,34), afectado por invasio
nes marinas a través del portal de Guaya
quil en el Pacíico, o en la región del Ori
noco en el Caribe. Posteriormente, con
la fusión completa de los Andes en una
única cordillera, el sistema lacustrelu
vial de Pebas abrió camino hacia el este
dando cauce a los ríos modernos y a la
formación del Amazonas. Esta dinámica
33
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
34
luviolacustre generó una amplia hete
rogeneidad edáica en las subcuencas de
la Amazonía occidental, que inluyó en la
biogeografía, diversidad y especiación de
la biota31,34,36. Al inal de la orogénesis de
los Andes septentrionales y su consolida
ción como una barrera física, se forma
ron dos importantes regiones biogeográ
icas: la Amazonía y el Chocó, incluyendo
el valle del río Magdalena.
Otro determinante de la biogeogra
fía del noroccidente de Suramérica fue la
desertiicación de su costa oeste. El en
friamiento gradual durante el Oligoceno
medio (hace ~ 35 MA), generado por la
separación del continente sudamericano
y la Antártida, dio lugar a una circulación
marina circunantártica con aguas más
frías y provocó la baja de temperatura de
la corriente marina de Humboldt. Este
enfriamiento tuvo impacto en la plata
forma sudamericana por efecto de inver
sión térmica, produciendo la desertiica
ción de la costa adyacente37.
A inales del Neógeno la mayor parte
de la orografía actual del norcocidente
de Suramérica estaba ya establecida y los
patrones de distribución de las especies
también estaban deinidos. La diversidad
de especies de palmas y en particular la
diversidad genética relejan estos patro
nes geológicos provenientes de Terciario
tardío. En particular, la información ba
sada en secuencias génicas e intergénicas
de su genoma y la diversidad y estructura
de la variabilidad genética con marca
dores moleculares microsatélites (Short
Sequences Repeat, SSR) permiten explorar
la diversiicación de las palmas en el nor
oeste de Suramérica. Patrones genéticos
del género Ceroxylon, y de las especies
Oenocarpus bataua y Euterpe precatoria
concuerdan con la historia geológica del
Neógeno a nivel regional.
El clado del norte de los Andes del
género Ceroxylon
El escenario de colonización del trópico
desde altas latitudes australes mediante la
conservación ilogenética de adaptación
al frío en Ceroxylon, posibilitada por el
levantamiento de los Andes, sugiere un
patrón de colonización que va en direc
ción surnorte en la cordillera. Los resul
tados de análisis ilogenéticos basados en
la secuenciación de cuatro fragmentos de
ADN (uno nuclear y tres plastídicos) re
lejan dos hallazgos que refuerzan este es
cenario: 1) el género se diversiicó en los
Andes tropicales, con edades estimadas
para los clados principales que coinciden
con los eventos de levantamiento más im
portantes del norte de los Andes, y 2) los
clados más anidados de la ilogenia están
más coninados al extremo norte de los
Andes, y los más basales al extremo sur,
sugiriendo un patrón de diversiicación
surnorte que sigue la progresión del le
vantamiento orogénico30.
Un hallazgo interesante es que, aun
que los clados de Ceroxylon conservan
una preadaptación al frío adquirida por
la tribu, segregan el nicho climático para
ocupar cada uno una porción especíica
de él, lo que se traduce en que cada clado
se especializa en un rango altitudinal es
pecíico que representa una porción del
rango de temperaturas habitado por el
clado más basal del género. Este patrón
muestra la relevancia que ha tenido el
proceso orogénico y la heterogeneidad
climática que ofrece el gradiente altitu
dinal emergente, en la diversiicación a
nivel del género30.
Uno de los clados resueltos en la i
logenia30, conformado por las especies
Ceroxylon quindiuense, C. ceriferum y C.
ventricosum, que habita desde el norte
de Perú hasta la Cordillera de la Costa
en Venezuela, fue estudiado a nivel
2 Patrones genéticos y ecológicos de las palmas: la influencia humana
ilogeográico con el uso de microsaté
lites nucleares, para contrastar con el
patrón ilogenético de diversiicación
surnorte propuesto para el género. Este
clado se caracteriza por ocupar un rango
altitudinal especíico a lo largo de los 17º
de latitud cubiertos por su distribución.
Mediante la estimación bayesiana de es
cenarios de divergencia poblacional, se
sugirió que la conformación de la distri
bución del clado sigue un patrón general
surnorte, donde las poblaciones más su
reñas fueron las primeras en establecerse.
Sin embargo, este patrón simple no es
suiciente para explicar la distribución ac
tual de la diversidad genética. En efecto,
las poblaciones hacia el centro de la distri
bución del género, presentes en Colombia,
como es el caso de Ceroxylon quindiuense,
han cumplido un papel importante en la
recepción de migrantes, reuniendo las
poblaciones históricas más numerosas y
concentrando hoy el máximo de diversi
dad genética. Esto signiica que así como
los Andes han servido de corredor de
colonización surnorte a medida que se
fueron conformado las zonas más eleva
das, también ha habido zonas centrales
en el corredor que han ejercido un efecto
centroperiferia, donde las poblaciones
periféricas pierden diversidad por su falta
de conexión con las demás. Esta hipótesis
de pérdida de diversidad hacia la periferia
se refuerza por la observación del actual
aislamiento genético casi total entre las
poblaciones estudiadas, incluso entre las
más cercanas geográicamente. Este pa
trón de aislamiento fue revelado por el
cálculo de la estructura poblacional y del
número más probable de poblaciones en
el total de la distribución30.
Este estudio es el primero sobre pal
mas en efectuar una comparación del pa
trón ilogenético de diversiicación con el
proceso ilogeográico de estructuración
de la diversidad en los Andes tropicales,
en el que se destaca el papel de esta cor
dillera como un corredor de penetración
en el trópico para un linaje preadaptado
al frío.
Las especies transandinas
Oenocarpus bataua y
Euterpe precatoria
Oenocarpus bataua es una palma de la
tribu Euterpeae ampliamente distribuida
en el norte de Suramérica, desde el nivel
del mar hasta los 1200 m, y constituye un
óptimo modelo biológico para explorar
los patrones de variabilidad intraespecí
ica en esta región. Estudios taxonómi
cos de esta especie basados en caracteres
morfológicos identiican dos variedades
asociadas a macroestructuras geológi
cas: la var. oligocarpa presente en el Cra
tón guyanés y la var. bataua distribuida
al occidente de Suramérica (Amazonía
occidental y Chocó). Estudios a nivel
molecular partiendo de marcadores mo
leculares microsatélites proporcionan
una visión detallada de la estructura ge
nética intraespecíica de esta especie y
su biogeografía. Se detectó una división
genética primaria entre las poblaciones
del occidente y las orientales en acuerdo
con la deinición de las dos variedades.
Dentro de las poblaciones identiicadas
como var. bataua se señala a los Andes
como la principal barrera de diferen
ciación, dando lugar a la formación de
las regiones biogeográicas del Chocó y
la Amazonía occidental. En esta última
se identiicó una divergencia genética
de menor intensidad entre las zonas del
piedemonte del Napo (suroriente de Co
lombia, Amazonía ecuatoriana y Amazo
nía septentrional de Perú) y aquella de la
Amazonía central y sur peruana (región
de Iñambari). Esta débil divergencia po
dría estar asociada a la historia tectónica
35
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
36
de las subcuencas noroccidental (Napo) y
suroccidental de la Amazonía (Iñambari),
que presentan climas perhúmedo y esta
cional respectivamente5. Adicionalmente,
los patrones de variabilidad genética en
O. bataua revelaron dos agrupamientos
genéticos asociados a la región de Amo
tapeHuancabamba y los valles centrales
en Colombia. Los mayores procesos de
diversiicación intraespecíica de esta es
pecie son consistentemente asociados a
la historia geológica del período terciario
tardío, sugiriendo que la macroestructura
genética de la variabilidad intraespecíica
ya fue moldeada desde esa época38.
Euterpe precatoria es una palma neo
tropical de la tribu Euterpeae que crece
naturalmente en los bosques tropicales
y subtropicales, desde Guatemala hasta
Bolivia, y en un rango altitudinal desde
el nivel del mar hasta los 2000 m. Hen
derson y Galeano39 reconocieron dos va
riedades con base en caracteres morfoló
gicos: var. longevaginata y var. precatoria.
La exploración de la variabilidad genética
a nivel intraespecíico con marcadores
moleculares microsatélites sugirió tres
agrupamientos: 1) las poblaciones reco
nocidas morfológicamente como varie
dad longevaginata y asociadas a climas
perhúmedos de las estribaciones andi
nas occidentales de Colombia y Ecuador
y de las estribaciones andinas orientales
de Ecuador y Perú, así como a las pobla
ciones del Chocó; 2) poblaciones restrin
gidas a los bosques húmedos de la Ama
zonía occidental (Amazonía ecuatoriana
y Amazonía septentrional peruana); y
3) poblaciones disyuntas en climas es
tacionales del noreste de Colombia, su
roriente de Perú y nororiente de Bolivia.
La vicarianza primaria en esta especie
está asociada a la separación entre las
poblaciones occidentales (Chocó y An
des occidentales) y las amazónicas, por
el levantamiento de los Andes septen
trionales. Las poblaciones occidentales
(identiicadas como var. longevaginata)
se diferenciaron genéticamente de las
poblaciones amazónicas (var. precatoria)
y expandieron su área de distribución
hacia América Central a través de la for
mación del istmo de Panamá durante el
Plioceno (hace ~ 3.5 MA). Su expansión
hacia el sur enfrentó las restricciones
ecológicas del clima seco costero que en
la actualidad se extiende hasta la zona
subecuatorial. Las poblaciones de la
var. longevaginata pudieron expandirse
hacia el sur a través de las estribaciones
andinas húmedas y perhúmedas, apro
vechando los valles y la baja elevación de
la depresión de Huancabamba, para cru
zar de las estribaciones occidentales ha
cia las estribaciones andinas orientales
y posteriormente alcanzar la Amazonía
meridional. Un aspecto importante en
esta variedad es su amplia adaptabilidad
ecológica que abarca desde los bosque
tropicales a menos de 200 m de altura
en el Chocó hasta las estribaciones andi
nas cerca de los 2000 m. Esta capacidad
le proporcionó una importante ventaja
evolutiva que le permitió expandirse en
varios hábitats del noroccidente de Sur
américa. A diferencia de las poblaciones
de la var. longevaginata, las poblaciones
al oriente de los Andes, es decir de la var.
precatoria, se restringieron a la cuenca
amazónica, donde adquirieron su pro
pia identidad genética y se expandie
ron en un espacio ecológicamente más
homogéneo. Las poblaciones disyuntas
encontradas en el noreste de Colombia
y la Amazonía meridional (noreste de
Perú y de Bolivia) constituyen extremos
ecológicos del rango actual de su distri
bución y potencialmente adquirirán a
través del tiempo una divergencia gené
tica mayor40.
2 Patrones genéticos y ecológicos de las palmas: la influencia humana
1.3. Estructuración local
en Ecuador durante el
Plio-Pleistoceno
Al inal del Plioceno y el inicio del Pleis
toceno (~ 4.5 MA), la orogenia de los An
des septentrionales llegaba a su término
y adquiría las características altitudinales
actuales31. La extensión del levantamiento
andino hasta la costa caribeña constituyó,
por un lado, una ruta de dispersión de la
biota boreal que migraba a través del istmo
de Panamá, y por otro, un mecanismo de
diversiicación alopátrica en el Neotró
pico6,41. Varios estudios destacan el papel
decisivo de los Andes como una barrera
para la diversiicación neotropical42–44. Sin
embargo, evidencias geológicas sugieren
que el levantamiento andino septentrional
no fue un proceso continuo y discreto, sino
que por el contrario se produjo durante
diferentes períodos y de forma disconti
nua41. Bajo este escenario, la formación
discontinua de los Andes septentrionales
pudo favorecer múltiples eventos de dis
persión PacíicoAmazónía y viceversa, a
través de regiones montañosas de menor
altitud y depresiones. Esto se observa a ni
vel de lora neotropical donde numerosos
géneros y especies son actualmente com
partidos entre el Chocó y la Amazonía44.
Adicionalmente, las oscilaciones
climáticas del Pleistoceno desplazaron
continuamente los límites altitudinales
de la biota en los Andes tropicales42. Es
tas luctuaciones altitudinales pudieron
facilitar la dispersión de elementos lo
rísticos a través de valles y depresiones28.
En este sentido, los Andes no constitu
yeron una barrera impenetrable para la
dispersión. Por el contrario, múltiples
eventos locales y regionales, durante el
PlioPleistoceno, junto con la biología de
las especies, favorecieron la dispersión y
el contacto secundario de poblaciones y
especies previamente aisladas.
El desarrollo de los Andes durante
el PlioPleistoceno determinó nuevos
cambios en la geografía del noroeste de
Suramérica. Para este período, la Ama
zonía occidental ya había pasado de ser
un sistema lacustre a ser un complejo
luvial dominado por el río Amazonas
y sus aluentes. Las largas y extensas
planicies sedimentarias estaban someti
das a procesos luviales particularmente
activos debido a la topografía, el tecto
nismo de los Andes y el neotectonismo
en las subcuencas del antearco amazó
nico45. Esta nueva dinámica tectónica y
luvial inluyó en la geomorfología de la
región con extensas planicies aluviales,
tierra irme y pantanos. Adicionalmente,
el neotectonismo en las subcuencas del
antearco impulsó la migración lateral
de los ríos amazónicos convirtiéndose en
una importante fuerza en la conigura
ción del paisaje amazónico46.
La especie transandina
Prestoea acuminata
El papel de los Andes en la diversiica
ción de la lora de palmas fue estudiado
con Prestoea acuminata var. acuminata.
Esta especie crece en las estribaciones
andinas entre 600 y 2650 m de altitud47.
Con la ayuda de nueve marcadores mi
crosatélites se analizaron cinco poblacio
nes de P. acuminata (n = 30 individuos,
> 1700 m) a cada lado de los Andes sep
tentrionales de Ecuador. Los resultados
describen una fuerte estructura genética
local que indica limitaciones actuales en
el lujo génico. Adicionalmente, la es
tructuración genética de las 10 poblacio
nes, en ambas estribaciones andinas, no
presentó evidencia de los Andes como
un mecanismo de divergencia alopá
trica; por el contrario, está asociada a la
37
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
distancia espacial48. Estos resultados su
gieren que los Andes constituyeron una
barrera permeable para el lujo genético
entre las poblaciones transandinas de P.
acuminata y adicionalmente las limita
ciones en el lujo génico, derivadas de
impactos antropogénicos actuales, favo
recieron la diferenciación genética de las
poblaciones. Resultados similares fueron
obtenidos anteriormente por Trénel et
al.49 en Ceroxylon echinulatum, espe
cie generalmente asociada con Prestoea
acuminata. Estos autores también iden
tiicaron un patrón de dispersión en los
Andes durante el Cuaternario, con aisla
miento por distancia geográica.
38
Las poblaciones amazónicas de
Mauritia lexuosa
Los pantanos son un peculiar hábitat del
paisaje amazónico ubicados en depresio
nes topográicas y con suelos mal drena
dos que se alimentan de agua de lluvia
o de inundaciones temporales de origen
luvial50. En particular, los pantanos do
minados por la palma Mauritia lexuosa
representan cerca de 3 millones de hectá
reas en la cuenca amazónica, de las cua
les alrededor de 2.2 millones correspon
den a la cuenca del abanico del Pastaza51.
Estos tipos de pantanos se caracterizan
por su baja diversidad y albergan pobla
ciones oligárquicas de palmas como M.
lexuosa52.
Los mecanismos que favorecen el
lujo génico entre pantanos han sido
muy poco estudiados. En la región sep
tentrional de la Amazonía ecuatoriana,
los pantanos forman un sistema de pe
queñas a moderadas áreas (1 a > 100 ha)
topográicamente planas y separadas por
cortas (< 0.5 km) o largas (> 1 km) dis
tancias. En el caso de M. lexuosa, palma
arborescente hiperdominante en el pan
tano, se desconocen los mecanismos que
permiten el lujo genético entre pobla
ciones aisladas espacialmente, y se ha
sugerido que la vegetación en ese hábitat
podría comportarse como metapobla
ciones. Para evaluar la dinámica de la di
versidad en M. lexuosa se seleccionaron
cinco pantanos (~ 1 a 10 ha) en la región
norte del Parque Nacional Yasuní, donde
se analizaron 60 individuos (30 adultos,
30 plántulas) por pantano, que fueron
evaluados con ocho marcadores microsa
télites. La distancia entre los pantanos es
tudiados va de 0.5 a 7 km. Los resultados
obtenidos indican que las poblaciones de
esta especie tienen de moderados a altos
niveles de diversidad genética (rango
He = 0.6–0.8) y diversidad alélica (rango
A = 6–7), pero con elevadas tasas de en
dogamia (rango FIS = 0.2–0.3) y sugieren
que la diversidad genética entre pantanos
es alta y se mantiene estable entre gene
raciones (adultos y plántulas). Sin em
bargo, el aislamiento espacial y el redu
cido tamaño de las poblaciones incide en
las altas tasas de endogamia53 (Montúfar
et al. en preparación). Las poblaciones
de M. lexuosa mantienen bajos niveles
de lujo génico entre pantanos y conse
cuentemente altos niveles de diferencia
ción genética en cada pantano estudiado.
Esto sugiere que los pantanos presentan
mecanismos de dispersión deicientes a
pesar de la diversidad animal asociada
a estos hábitats. No obstante, los limita
dos eventos de dispersión entre pantanos
son lo suicientemente signiicativos para
minimizar la pérdida de diversidad en
poblaciones pequeñas y aisladas. Las de
esta especie presentan estrategias evoluti
vas que les permiten proteger su base ge
nética de fuerzas como la deriva génica;
potencialmente ello les proporciona ven
tajas evolutivas y reproductivas que les
han posibilitado adaptarse a un ambiente
2 Patrones genéticos y ecológicos de las palmas: la influencia humana
altamente dinámico como es la Amazo
nía occidental.
Phytelephas aequatorialis en el
ecotono Chocó-Tumbes
La tagua, Phytelephas aequatorialis, es
una especie de palma endémica de la
costa pacíica de Ecuador pero con una
amplia distribución, prácticamente desde
la frontera con Colombia al norte hasta
los límites con Perú al sur. Tiene además
un amplio rango altitudinal, alcanzando
los 1500 m en los Andes occidentales,
donde en algunos sitios es reempla
zada de modo abrupto por Ceroxylon
echinulatum como palma dominante del
paisaje. P. aequatorialis presenta un gran
interés biogeográico por ser endémica de
la zona de transición entre el bosque plu
vial del Chocó y el bosque seco de Tum
bes, condición que comparte con Attalea
colenda, pudiendo ambas especies ser
caliicadas de especialistas del gradiente
transicional entre dos formaciones vege
tales altamente contrastantes2.
Un estudio de la diversidad genética
de P. aequatorialis, con ocho marcado
res microsatélites, reporta la ausencia de
estructuración de la diversidad en el pai
saje (Montúfar et al. en preparación). En
él se incluyeron 15 poblaciones (n > 15
individuos) provenientes de diferentes
tipos de bosques de la región occidental
ecuatoriana (bosques deciduos, semide
ciduos, montanos, secundarios, de garúa,
húmedos tropicales). Pese a la amplia
variación ecológica del muestreo, no se
evidenciaron grupos genéticos asociados
a un tipo de bosque en particular. Adi
cionalmente, los resultados indican que
las poblaciones tienen moderados nive
les de diversidad génica (He > 0.6) y va
lores de endogamia (FIS) cercanos a cero.
La ausencia de estructuración podría ser
parcialmente explicada por la naturaleza
“clinal” de esta especie, donde una amplia
base génica y efectivas estrategias repro
ductivas inducen a la homogenización
de la diversidad genética en el paisaje y
a la adaptación a variadas condiciones
ecológicas.
2. Indicadores de resiliencia
y de cambio de régimen de
las poblaciones de palmas en
respuesta al impacto humano
La resiliencia ecológica se deine como
la capacidad de un sistema de absor
ber una perturbación y reorganizarse,
manteniendo esencialmente las mismas
función, estructura, identidad y retroa
limentaciones54. Una estrategia que per
mite estimar dicha capacidad a nivel de
una comunidad es estudiarla en especies
claves (como algunas palmas), que pue
den ser en el caso de la América tropical
muy abundantes y/o tener una inluencia
mayor en los otros organismos del eco
sistema. Montúfar et al.7 revisaron, en 45
estudios publicados, el nivel de resiliencia
ecológica de 34 palmas de América tropi
cal y concluyeron que la resiliencia de sus
poblaciones es afectada principalmente
por la deforestación, la ganadería, la ca
cería y la fragmentación de los hábitats.
En cambio, la tala selectiva de árboles y
la cosecha de hojas o frutos de las palmas
ejercen efectos muy variables en la resi
liencia, desde los muy negativos hasta los
positivos en términos de producción de
biomasa. Las intervenciones relaciona
das con la cosecha tienen por lo general
un efecto negativo en la reproducción de
las palmas. Sin embargo, el nivel de res
iliencia depende de la cantidad de hojas
cosechadas y del estadio de vida del indi
viduo: cuanto más joven tiende a presen
tar una menor resiliencia.
39
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
2.1. Estudios de caso con
las palmeras del género
Ceroxylon y la especie
Prestoea acuminata en los
Andes tropicales
40
Las palmas de cera (Ceroxylon spp.) son
especies arborescentes, monocaules, dioi
cas y con un largo ciclo de vida (más de
dos siglos en el caso de C. quindiuense55).
Constituyen un modelo útil para esti
mar los efectos de las perturbaciones
humanas en los ecosistemas del bosque
nublado, por tres razones: 1) las 12 espe
cies que incluye el género Ceroxylon son
endémicas de los Andes tropicales56; 2)
es un género con numerosos efectos en
la biodiversidad y el funcionamiento del
bosque nublado dada su alta abundancia
local y su producción continua y abun
dante de frutos carnosos (Figura 22A,
B, H, I); y 3) el uso de la palma es im
portante, incluyendo la cosecha de hojas
nuevas para las celebraciones católicas
del Domingo de Ramos (Figura 22B57),
la cosecha de frutos para alimentación de
animales domésticos (Figura 22F) y el
empleo e los tallos para la construcción
(Figura 22C, G). El uso actual de las es
pecies de Ceroxylon comprende su cul
tivo en jardines como planta ornamental,
lo que podría representar una posibilidad
de conservación para las poblaciones
más amenazadas (Figura 32D).
Para completar los datos extraídos
del modelo Ceroxylon, se han estudiado
las respuestas demográicas y genéti
cas de otra palma emblemática del bos
que nublado tropical andino, Prestoea
acuminata. Ceroxylon al igual que Prestoea
son polinizados por insectos (entomoi
lia) y dispersados por mamíferos y aves
(zoocoria58). A diferencia de las especies
de Ceroxylon, P. acuminata es una palma
de sotobosque, cespitosa, monoica y con
ciclo de vida relativamente corto (60–70
años59). Tiene un amplio rango de distri
bución y se encuentra con alta frecuen
cia en los cuatro países estudiados en el
proyecto PALMS. El uso principal de esta
palma consiste en la cosecha del cogollo
como alimento (“palmito”60), lo que im
plica el corte del tallo, pero, al contrario
de Ceroxylon spp., produce rebrotes, una
estrategia de resiliencia muy eiciente
frente a ese tipo de impacto.
Respuesta demográica de Ceroxylon y
P. acuminata a la perturbación
Se midió la respuesta demográica a la per
turbación de cinco especies de Ceroxylon
en siete poblaciones de tres países (Co
lombia, Ecuador, Perú) a través de la es
timación de la abundancia de individuos
en cinco estadios de vida (Figura 23,
véase descripción detallada del método en
Anthelme et al.61). Las especies considera
das fueron C. ventricosum, C. quindiuense,
C. echinulatum, C. parvifrons y C. ceriferum.
Se realizaron estudios cualitativos en Boli
via sobre la especie C. pityrophyllum30. Se
eligieron tres tipos de hábitat: bosques ma
duros, bosques perturbados y potreros.
Combinando los datos de todas las es
pecies en cada estadio de vida, se encon
tró un patrón de distribución común, con
mayor abundancia de individuos en los
bosques intervenidos (Figura 2430,62–65).
Comparativamente la abundancia de in
dividuos es siempre mayor en los bosques
maduros que en los potreros, excepto en
las plántulas y en los adultos. Esta res
puesta pone de maniiesto un mecanismo
de resiliencia de Ceroxylon a la pertur
bación. Sin embargo, la ubicación de la
mayoría de plántulas justo debajo de las
palmas hembras en los bosques interveni
dos se entendería como una consecuencia
de la carencia de organismos dispersores
(mamíferos y aves, Figura 2264).
2 Patrones genéticos y ecológicos de las palmas: la influencia humana
A
B
C
E
F
D
G
H
I
Figura 2-2. Ceroxylon, género de palma clave para la biodiversidad y los servicios ambientales en los Andes
tropicales. A) La víbora Bothriechis schlegelii se alimenta de consumidores de semillas de Ceroxylon echinulatum,
ubicándose en las hojas de individuos juveniles. B) Hojas de C. echinulatum cosechadas para elaboración de artesanías
en Domingo de Ramos. C) Casa construida con tallos de C. ventricosum. D) C. pityrophyllum, sembrada en Bolivia en los
jardines de las casas. E) Varios mamíferos del bosque nublado se alimentan de las semillas de Ceroxylon; en la imagen:
Dasyprocta punctata (tomado con cámara trampa). F) Semillas de C. quindiuense cosechadas para alimentar cerdos.
G) Casa hecha de tallos de C. pityrophyllum, Coroico, Bolivia. H) Pericos (Ognorhynchus icterotis) anidando exclusivamente
en tallos muertos de C. quindiuense, Roncesvalles, Colombia. I) Semillas de C. quindiuense digeridas por aves.
Este patrón común observado a ni
vel regional sugiere que las poblacio
nes actuales más densas y agregadas de
Ceroxylon podrían ser el resultado de
perturbaciones humanas de intensidad
media que ocurrieron en el pasado. Sin
embargo, los datos genéticos indican
que la mayor diversidad intraespecíica
41
2 Patrones genéticos y ecológicos de las palmas: la influencia humana
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
Plántulas
Juveniles 1
Juveniles 2
Juveniles 3
Adultos
Hojas enteras
Altura < 2 m
Hojas divididas
Altura > 2 m
Sin tallo aéreo
Tallo
individualizado
Tallo
individualizado
Alta sensibilidad a la perturbación
Estadio clave para la
reproducción
Figura 2-3. Representación de los cincos estadios de vida escogidos para estudiar
la respuesta demográica de Ceroxylon a la deforestación61.
1000
8
30
800
400
200
Juveniles 2
Juveniles 1
Plántulas
6
600
20
10
4
2
0
0
2
3
2.0
3.0
1.5
2.5
1.0
0
1
Adultos
Juveniles 3
1
2
3
1
2
3
1: bosque maduro
2: bosque intervenido
2.0
3: bosque deforestado
1.5
0.5
1.0
Gradiente de perturbación
0.0
1
42
2
3
1
2
3
Figura 2-4. Abundancia de Ceroxylon spp. en diferentes estadios de vida
a lo largo de un gradiente de perturbación (cinco especies, tres países).
podría encontrarse en los bosques ma
duros que no han sido afectados por la
disminución de la dispersión de semillas
(Montúfar et al. en preparación).
En cuanto a la resiliencia frente a la
extracción de partes de las palmas, un
estudio de Ceroxylon echinulatum sobre
la respuesta a la cosecha directa de ho
jas juveniles (cogollos) sugirió que esa
especie es relativamente tolerante en tér
minos de productividad, si se extrae sólo
un cogollo cada dos años66. Sin embargo,
este tipo de cosecha bienal no es genera
lizado en las regiones andinas. En efecto,
en las localidades rurales de los Andes se
cosechan uno y hasta tres cogollos cada
año durante la Semana Santa. A esta tasa
de corte, las palmas juveniles tienden
a morir eventualmente por desgaste67.
Además, durante la cosecha se cortan
una o varias hojas adultas con la inali
dad de acceder a la base de los cogollos
donde se genera la hoja, lo que incre
menta dramáticamente el daño a los in
dividuos juveniles. Observaciones sobre
C. pityrophyllum en los bosques nublados
bolivianos sugieren que el uso directo de
los tallos para la construcción de casas
condujo prácticamente a la eliminación
de la población30. Así, aunque la cosecha
de hojas parecería menos grave para la
conservación de las palmas de cera que
la tala de tallos, la velocidad a la que se
ejerce la extracción de hojas puede ser
igualmente destructiva a nivel poblacio
nal. A primera vista, el uso extractivo de
hojas y tallos de Ceroxylon no parece ser
aconsejable. Sin embargo, comprobar
la sostenibilidad de la cosecha de hojas
de este género requiere estudios a más
largo plazo y tener una idea más pre
cisa del efecto global de la cosecha/tala
en su supervivencia, su crecimiento y su
reproductividad.
Un estudio exploratorio de Prestoea
acuminata sugirió que la abundancia de
esta especie es afectada por la reducción
de la cobertura de los árboles del bosque
(tala selectiva), al igual que en el caso de
Ceroxylon echinulatum60. Sin embargo,
en comparación con esta, P. acuminata
tiene la capacidad de producir rebrotes
después del corte, una estrategia de resi
liencia que le coniere mayor viabilidad
tras la deforestación, pero para conir
mar estos datos se requieren estudios
más profundos.
Repuesta genética de
Ceroxylon echinulatum y Prestoea
acuminata a la perturbación
La diversidad genética es un factor clave
que determina el nivel de resiliencia de
las poblaciones naturales a largo plazo.
Poblaciones con mecanismos evolutivos
como la polinización, la dispersión y el
reclutamiento, que favorecen la acumu
lación y preservación de una mayor di
versidad genética, son más resilientes al
enfrentar cambios ambientales68.
La resiliencia genética de las pobla
ciones de palmas fue estudiada a través
de las variaciones de la diversidad gené
tica y endogamia frente a perturbaciones
antropogénicas. Se analizaron dos tipos
de hábitats (bosque maduro y bosque in
tervenido del noroccidente de Ecuador)
y dos estadios de crecimiento para cada
especie (plántulas y adultos).
Los resultados en las poblaciones de
Ceroxylon echinulatum muestran valores
similares de diversidad génica (He) entre
los dos estadios de crecimiento y los tipos
de bosque. A nivel de endogamia (FIS) se
observan diferencias signiicativas en
tre adultos y plántulas en el bosque dis
turbado (Figura 25, Montúfar et al. en
preparación). Todo esto sugiere que las
poblaciones de esta especie pueden man
tener niveles de diversidad génica inde
pendientemente del nivel de disturbio,
pero los valores de endogamia en cambio
son sensibles a la degradación.
43
2 Patrones genéticos y ecológicos de las palmas: la influencia humana
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
A
B
0.6
0.8
A
0.7
0.5
0.6
0.5
0.4
0.4
0.3
0.3
0.2
0.2
0.1
0.1
0.0
0.0
- 0.1
Bosque maduro
Bosque intervenido
Bosque maduro
Bosque intervenido
Figura 2-5. Variación de la diversidad génica (He, barras grises) y endogamia (Fis, barras negras) en poblaciones
de adultos (n = 30 individuos) y plántulas (n = 30) en dos tipos de bosques en el noroccidente de Ecuador:
A) Poblaciones de Ceroxylon echinulatum, B) Poblaciones de Prestoea acuminata.
Los datos genéticos fueron obtenidos con seis marcadores moleculares microsatélites (SSR) para cada especie.
44
Se encontraron asimismo resultados
para Prestoea acuminata donde los nive
les de diversidad (He) son similares entre
los dos estadios de crecimiento y los tipos
de bosque. A nivel de endogamia (FIS) se
reportaron diferencias estadísticamente
signiicativas entre tipos de hábitat. El
bosque maduro presentó valores bajos e
inclusive negativos para plántulas, lo que
indica que el estado de conservación del
bosque favorece el lujo génico entre in
dividuos no emparentados. Lo contrario
se observó en las poblaciones de bosque
intervenido donde la endogamia fue ele
vada para adultos y plántulas (Figura 25,
Montúfar et al. en preparación).
La degradación del hábitat genera
impactos negativos en la estructura ge
nética de las poblaciones de estas espe
cies de palmas y por tanto en su resilien
cia. Su mayor impacto es el incremento
de las tasas de endogamia en períodos
relativamente cortos. Esto tiene una im
portante consecuencia ya que la endo
gamia a medio y largo plazo genera la
sistemática reducción en la diversidad
genética de las poblaciones.
Estrategias de resiliencia en las
especies del género Ceroxylon
Aunque Ceroxylon parece mostrar una
resiliencia relativa a las perturbaciones
intermedias como la tala selectiva, la
gran abundancia de adultos en potreros
en los sitios evaluados sugiere la exis
tencia de un mecanismo de resiliencia
a la deforestación, que se explica a con
tinuación: las palmas de este género so
brepasan en general el nivel del dosel del
bosque nublado, una vez que alcanzan
la edad adulta56; las hojas de los indivi
duos adultos son más tolerantes a la luz
directa del sol y pueden resistir también
en hábitats deforestados; los individuos
de Ceroxylon son muy longevos, llegando
frecuentemente a más de 200 años de
edad55,67,69. Así, los adultos que no fueron
talados durante el proceso de deforesta
ción pueden sobrevivir en los potreros
hasta por cerca de un siglo. En muchos
casos, los tallos de Ceroxylon son dejados
en los potreros como reserva de material
de construcción para el futuro. La pobla
ción conserva de esta manera represen
tantes adultos durante largos períodos
aunque las dinámicas de crecimiento
poblacional se hayan perdido. Por es
tos motivos la presencia de adultos en
potreros deforestados es generalmente
abundante30,64. Sin embargo, este factor
de resiliencia es parcial puesto que en los
potreros se encuentra por lo general solo
aquella clase de edad que escapó de la
deforestación por tener tallos potencial
mente útiles. Como la dinámica pobla
cional se ha interrumpido por completo
en estos sitios, una vez que esta clase de
edad alcanza la senescencia, la población
muere masivamente55, quebrándose la
ventana de resiliencia.
La presencia de poblaciones residua
les de adultos y juveniles en sitios donde
no se conservan individuos de Ceroxylon
durante el proceso de deforestación era
un reto cientíico suplementario. Uti
lizando un modelo de cálculo de edad
existente67,69 y datos históricos de defo
restación en un sitio en Perú y en tres en
Colombia, se encontró que los adultos re
siduales actuales estaban en el estadio de
rosetas grandes (Juvenil 2) en el momento
de la deforestación. Por tanto estas rose
tas debieron sobrevivir a la tala y quemas
asociadas30. Este mecanismo de resilien
cia se explica por el desarrollo de un tallo
subterráneo en Ceroxylon, desde el esta
dio Juvenil 2, lo que permite al individuo
seguir creciendo después de la tala y la
quema, al conservar su meristemo apical
protegido bajo la tierra. Esta original es
trategia de resiliencia ecológica posibilita
a las palmas de este género incrementar
la abundancia de individuos en los potre
ros. La longevidad de los adultos y la re
siliencia de las rosetas grandes, propicia
la presencia de poblaciones parciales y
residuales en sitios deforestados, durante
una ventana de tiempo prolongada. En
caso de que el bosque sea restaurado o
de que se deje el sitio para regeneración
antes de que mueran los últimos adultos,
las perspectivas de conservación para
las poblaciones de palmas y para todas
las relaciones ecológicas que sostienen
como especies claves de los ecosistemas
son promisorias30,55.
Resiliencia de Ceroxylon y
Prestoea acuminata dentro del
marco conceptual de la ecología
A través del estudio de Ceroxylon como
modelo de palma muy representativo
del bosque nublado suramericano y con
efectos positivos importantes en la bio
diversidad y las interacciones ecológicas,
se mostró la complejidad del manejo
de los recursos naturales sin afectar la
biodiversidad, el funcionamiento del
ecosistema y los servicios ambientales
de una región deinida como hotspot
de biodiversidad. Con el objetivo de
generalizar los resultados obtenidos, se
compararon las estrategias de vida de
Ceroxylon con las de otras especies de
palmas, para clasiicar al género basán
dose en su resiliencia a la perturbación.
Se utilizó el triángulo de las estrategias
de Grime70, inicialmente propuesto
para clasiicar hierbas del Reino Unido,
pero que poco a poco ha sido empleado
para discutir las estrategias de la plan
tas en otros ecosistemas, incluyendo
los bosques tropicales. Dentro de este
triángulo, cuyas esquinas relejan tres
estrategias —tolerancia al estrés abió
tico (S), tolerancia a la perturbación (R)
y tolerancia a la competición con otras
plantas (C)— se sugiere que Ceroxylon
está principalmente relacionado con la
estrategia C por su crecimiento lento y
prolongado que le permite superar el
45
2 Patrones genéticos y ecológicos de las palmas: la influencia humana
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
dosel del bosque andino (Figura 26).
Una especie de palma que presenta tí
picamente esta estrategia a través de un
crecimiento prolongado hasta superar
el dosel y una elevada abundancia re
lativa podría ser Iriartea deltoidea7. Sin
embargo, Ceroxylon es relativamente to
lerante al estrés abiótico (falta de recur
sos) por el largo tiempo que vive en el
sotobosque donde la disponibilidad de
luz requerida para cumplir la fotosínte
sis es muy baja, esperando una oportu
nidad para crecer. Una especie de palma
característica de la estrategia S podría
ser Asterogyne martiana que es de soto
bosque toda su vida (i. e. tolera la falta
de luz71), con hojas pequeñas (criterio S
deinido por Grime70) y sin rebrotes, sin
espinas (ausencia de características de
la estrategia R). Adicionalmente, los re
sultados muestran que Ceroxylon exhibe
una tolerancia relativa a la perturbación
por el desarrollo de un tallo subterráneo
y por la resistencia de las hojas de los
adultos a la luz directa. Uno de los mejo
res representantes de la estrategia R entre
las palmas podría ser el babaçu, Attalea
speciosa, que tolera e inclusive es favore
cida por la deforestación, la herbivoría
y la quema, llegando a formar bosques
secundarios monoespecíicos mediante
invasión de pastizales72. Así, Ceroxylon
es prioritariamente un competidor, pero
reúne una suma de cualidades que le
permiten tener una distribución amplia
en los Andes tropicales. En cuanto a
Prestoea acuminata, su tamaño mas mo
desto, su crecimiento mas rápido y, sobre
todo, su capacidad para generar rebrotes
la ubican más abajo dentro del triángulo,
en una posición típicamente intermedia
entre la tolerancia al estrés, la competi
ción y la resiliencia a la perturbación.
Este marco conceptual es por supuesto
exploratorio, susceptible de llenarse con
otras especies de palmas que poseen sus
propias estrategias de vida7.
de ecosistemas degradados en lugar de
otros métodos clásicos como la elimi
nación o el trasplante directo de plantas,
es una propuesta relativamente reciente
y requiere más estudios que evalúen
su eiciencia73,74. El éxito de este tipo de
restauración depende mucho de la pa
reja de plantas seleccionada (la nodriza
y el beneiciario). Por ejemplo, para fa
cilitar la regeneración de árboles resulta
más eiciente utilizar arbustos en vez de
hierbas. La facilitación entre plantas es
sumamente inluenciada por la comple
mentariedad de las especies involucradas
en la interacción, tal y como lo sugieren
los modelos conceptuales75,76.
En el bosque nublado andino está
muy generalizada la degradación del há
bitat en áreas deforestadas por pastoreo.
Plantas nodrizas como estrategia
de restauración ecológica
La posibilidad de utilizar plantas nodri
zas como herramienta de restauración
A
C
C
Iriartea deltoidea
Palmas por encima del dosel,
crecimiento lento
En esos ambientes los pastos exóticos
como Setaria sphacelata en Ecuador o
Pennisetum clandestinum en Colombia,
son sembrados en los potreros deforesta
dos de la región. Con menos frecuencia se
encuentran arbustos con potencial como
planta nodriza, tales como Baccharis
latifolia en Colombia. En un protocolo ex
perimental donde se trasplantaron plántu
las de Ceroxylon echinulatum dentro de un
potrero en presencia o no de S. sphacelata,
se observó durante 20 meses un efecto po
sitivo de la gramínea en la supervivencia
de las plántulas de la palma (Figura 27).
Este efecto disminuye pero se mantiene
signiicativo en presencia de animales que
pastorean77.
Ese patrón de facilitación se explica
por la reducción del estrés abiótico bajo
C
B
Ceroxylon spp.
Crecimiento lento
Prestoea acuminata
46
Hojas pequeñas
Asterogyne martiana
S
Palmas de sotobosque
Attalea speciosa
Rebrotes
Tallos subterráneaos
Producción alta de
hojas nuevas
Tolerancia a
Tallos con
la quema
espinas
R S
Figura 2-6. Izquierda: clasiicación de las palmas según las estrategias descritas por Grime70.
Derecha: clasificación de las palmas por estrategias de vida. C: Tolerancia a la competición,
S: Tolerancia al estrés abiótico; R: Tolerancia a la perturbación.
47
R
Figura 2-7. Experimento de supervivencia de plántulas de Ceroxylon echinulatum en áreas deforestadas.
A) Vista general de la población del bosque con C. echinulatum por encima del dosel.
B) Plántulas protegidas en jaulas por la sombra artificial y Setaria sphacelata.
C) Plántula protegida por sombra artificial en el potrero77.
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
la protección de la gramínea. Dada la ca
pacidad de Ceroxylon para regenerarse a
partir del estadio de vida Juvenil 2 (ro
setas grandes), mediante la producción
de un tallo con meristemo subterráneo30,
la protección por Setaria sphacelata en
las fases más tempranas podría ser sui
ciente para complementar y garantizar
la supervivencia a largo plazo de los in
dividuos en los potreros. En vista de la
falta de dispersión natural de las semillas
de Ceroxylon en estos ambientes64, este
tipo de regeneración no ocurriría natu
ralmente. En consecuencia, sería necesa
rio sembrar manualmente las semillas o
plántulas directamente bajo la protección
de la planta nodriza. Teniendo en cuenta
que la concentración de plántulas encon
tradas bajo las palmas hembras en los
potreros y bosques intervenidos puede
ser muy alta, se recomienda utilizar estas
plántulas para iniciar la siembra y restau
ración por repoblamiento.
2.2. El caso de Astrocaryum
sect. Huicungo
48
Astrocaryum es un género de 40 espe
cies de palmas espinosas, ampliamente
distribuido en el Neotrópico. Se destaca
particularmente en la Amazonía y el
piedemonte andino oriental un grupo
de especies conocido por su nombre co
mún en Perú, huicungos, conformando
la sección taxonómica de mismo nom
bre78. Este grupo es muy dinámico a
nivel de especiación en la Amazonía
occidental, donde se han originado 12
especies, esencialmente por especiación
alopátrica en compartimentos topográ
icos contiguos, delimitados por ríos y
montañas25,79, durante los últimos seis
millones de años20. A nivel ecológico, los
huicungos también tienen un papel muy
importante, debido a su abundancia en
los ecosistemas amazónicos80, sus gran
des inlorescencias son fuente de alimen
tación para insectos81 y sus abundantes
frutos, altamente nutritivos tanto a nivel
del mesocarpio como del endocarpio, lo
son para mamíferos82.
Datos producidos dentro del proyecto
PALMS demuestran que la palma de bos
que subandino monocaule Astrocaryum
perangustatum mejora su producción de
hojas en hábitats deforestados83. Sin em
bargo, solamente los adultos y las plántu
las se encontraron en los potreros (Figura
21E, p. 31), tal y como ocurrió en el caso
de las poblaciones de Ceroxylon. Estos
datos sugieren que las poblaciones de
A. perangustatum, aunque relativamente
tolerantes a la deforestación, no podrían
sobrevivir a largo plazo a una eventual
deforestación total. En cambio la especie
multicaule A. carnosum es capaz de pro
ducir varios tallos que se inician como
rizomas subterráneos inclusive desde el
estado juvenil, permitiendo una ocupa
ción muy eiciente del espacio y el man
tenimiento de la estructura poblacional,
aun en condiciones de deforestación84.
2 Patrones genéticos y ecológicos de las palmas: la influencia humana
conclusiones muy diferentes. Un primer
paso para tratar de generalizar esta rela
ción perturbaciónresiliencia es utilizar
modelos conceptuales de ecología como
las estrategias de Grime y clasiicar cada
especie/estrategia dentro de ese marco
(Figura 26, p. 46).
De manera muy pragmática, se re
comienda ser sumamente prudentes
cuando se trata de explotar una palma
en particular. Idealmente, en cada caso se
debería evaluar el potencial de resiliencia
en términos tanto de productividad de
hojas como de éxito de reproducción y
de diversidad genética a largo plazo. En
el proyecto PALMS se han desarrollado
métodos relativamente sencillos para ese
tipo de evaluaciones30,55,62,64 (Montúfar et
al. en preparación).
En cuanto a perspectivas de res
tauración de poblaciones de palmas en
ambientes muy degradados por las per
turbaciones humanas, merece la pena
considerar el uso de plantas nodrizas
como arbustos o gramíneas, que ya se han
probado de manera eiciente y económica
en el caso de Ceroxylon77. Se recomienda
favorecer esta opción para optimizar la
conservación de las palmas directamente
amenazadas por la deforestación.
Conclusión general
En la región estudiada, los Andes tienen
un papel fundamental en la estructura
ción del ambiente y la conformación de
la diversidad de las palmas. Están some
tidos a altos niveles de presión antrópica
y los ecosistemas propicios para la pal
mas, en particular el bosque nublado,
están gravemente amenazados. La super
vivencia de las palmas no será posible so
lamente por sus propios mecanismos de
resiliencia frente a las continuas pertur
baciones humanas, que cada vez son más
intensas, sino que necesitará la ayuda de
programas de manejo ambiental que to
men en consideración los conocimientos
cientíicos adquiridos acerca de la diná
mica ecológica y genética de estas plantas
emblemáticas de las biotas tropicales.
Conclusión sobre
el impacto humano
En conclusión, no se pueden generalizar
fácilmente las respuestas ecológicas de
las palmas neotropicales a las perturba
ciones humanas. Existen varios tipos de
ellas, cuyos efectos en las palmas son
muy distintos, al igual que varios tipos de
estrategias de resiliencia en las palmas7.
Analizar la resiliencia de las palmas a
corto plazo (v. gr. productividad de ho
jas después de la corta de hojas juveni
les) versus a largo plazo (efectos de las
perturbaciones en la diversidad gené
tica o el éxito de reproducción) aporta
49
2 Patrones genéticos y ecológicos de las palmas: la influencia humana
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
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3 Usos de las palmas
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& Narel Paniagua-Zambranaa,b
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Universidad Autónoma de Madrid. Madrid, España.
b
Herbario Nacional de Bolivia, Universidad Mayor de San Andrés.
La Paz, Bolivia.
*manuel.macia@uam.es
a
Los pobladores del noroeste
de Suramérica utilizan
las palmas para multitud
de aplicaciones
Los primeros naturalistas europeos que
visitaron la región tropical americana, en
los siglos XVIII y XIX, ya nos llamaron la
atención sobre la importancia que tenían
las palmas en los bosques tropicales hú
medos y los distintos usos que les daban
las poblaciones locales1–4. En efecto, en la
actualidad se sabe que estas plantas ofre
cen cientos de usos y un gran espectro
de aplicaciones en la vida diaria de las
comunidades indígenas, campesinas y
afroamericanas, particularmente aque
llas que viven en el medio rural, ya que
dependen en gran medida de los recur
sos naturales de su medio para cubrir sus
necesidades básicas y desarrollar su vida
cotidiana5–12. La cantidad de productos
que estos pueblos obtienen de las palmas
convierten a esta familia de plantas en la
más importante para las poblaciones ru
rales que viven en el Neotrópico, compa
rada con otras familias de plantas útiles
en la región13–20.
Las palmas han tenido y tienen una
enorme relevancia desde el punto de vista
cultural para todos los grupos humanos
que habitan en el noroeste de Suramé
rica21,22. Por ejemplo, las casas tradicio
nales de muchos pueblos indígenas de las
tierras bajas son su identiicativo y el uso
de las palmas en la construcción y el te
chado es de capital importancia5 (Figuras
31 a 33). Por otro lado, diversas etnias
amazónicas han usado la fenología de es
pecies como Bactris gasipaes para organi
zar su calendario anual. Cuando esta es
pecie alcanza el período de fructiicación
es motivo de iestas y celebraciones9,23.
57
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
3 Usos de las palmas por poblaciones rurales
Figura 3-1. Viviendas típicas awajun con techo construido con hojas de Pholidostachys synanthera y paredes
con los pecíolos de las hojas de Mauritia lexuosa, Departamento de Amazonas, Perú. (N. Paniagua-Zambrana)
Figura 3-3. Vivienda cocama a orillas del río Samiria con techo construido con las hojas de Euterpe precatoria y
paredes con tablas del tronco de la misma especie, Departamento de Loreto, Perú. (N. Paniagua-Zambrana)
58
Figura 3-2. Vivienda cocama a orillas del río Samiria, con techo construido con las hojas de Euterpe precatoria y
paredes con tablas del tronco de la misma especie, Departamento de Loreto, Perú. (N. Paniagua-Zambrana)
Es tal la importancia de las palmas, que
el nombre achu de Mauritia lexuosa da
su denominación al pueblo achuar de la
Amazonía ecuatoriana24.
Algunas especies tienen gran im
portancia en ritos laicos y festividades
religiosas25, así como en la elaboración
de adornos personales, e incluso en la
construcción de instrumentos musica
les26, por poner algunos ejemplos27. Pero
además de su importancia idiosincrática
y de cubrir necesidades básicas en la ali
mentación humana, su contribución al
ámbito medicinal es notable12,22,28,29.
Las palmas son fuente de un impor
tante ingreso para las familias y comuni
dades que las aprovechan30,31. Utilizando
recursos procedentes de decenas de espe
cies (v. gr. Aphandra natalia, Astrocaryum
chambira, A. standleyanum, Attalea
princeps, Geonoma deversa, Iriartea
deltoidea, Mauritia lexuosa, Oenocarpus
bataua o Phytelephas aequatorialis) se ela
boran productos con cuya venta se con
tribuye de una manera sustancialmente
a los ingresos económicos de numerosas
familias, e incluso se sustentan las activi
dades de pequeñas industrias32–45 (Figuras
34 y 35).
El papel preponderante que desem
peñan las palmas para las poblaciones
locales está íntimamente relacionado con
sus características ecológicas y morfoló
gicas. Por una parte, las palmas son muy
abundantes y conspicuas en todos los
tipos de bosques tropicales, ocupando
todos los estratos y diferentes tipos de
suelos, desde el nivel del mar hasta cerca
de los 3000 m de altitud46–52. Algunas es
pecies (como Geonoma deversa, Iriartea
deltoidea, Mauritia lexuosa, Oenocarpus
bataua) llegan a ocupar grandes super
icies con formaciones monoespecíicas,
lo que facilita en gran medida su uso,
59
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
Figura 3-4. Recolección del palmito de
Euterpe precatoria en comunidades a orillas del río
Amazonas, para su comercialización en
la ciudad de Iquitos, Departamento de Loreto, Perú.
(N. Paniagua-Zambrana)
manejo y explotación46,53–55, aunque en
ocasiones esta dominancia puede llevar a
su desaparición56,57 (Figura 36).
Las palmas presentan características
morfológicas distintivas. Un grupo signi
icativo de especies tienen porte arbóreo,
tallo recto, duro, alto y generalmente sin
ramiicar, y en esta forma de crecimiento
se incluyen las especies más utilizadas58.
Otro grupo de especies, también muy
usadas, tiene mediana altura y hojas
pinnadas de gran tamaño. Algunas pro
ducen muchas raíces adventicias (Euterpe
precatoria, Oenocarpus bataua) o tienen
alta productividad y poseen frutos de gran
tamaño (Attalea princeps, Bactris gasipaes,
Cocos nucifera, Mauritia lexuosa) para
los estándares promedio de las plantas
tropicales59–61, lo que les coniere una va
lor añadido entre las poblaciones locales.
Finalmente cabe mencionar que las
palmas son un grupo de plantas relativa
mente bien conocido taxonómicamente
en los cuatro países que abarca este estu
dio47,61–67. Los avances taxonómicos han
propiciado que un importante número
de cientíicos se hayan ijado en ellas
como grupo modelo para centrar sus
investigaciones, lo que se ha traducido
en una gran cantidad de estudios en los
campos de la sistemática, la etnobotánica
y la botánica económica, especialmente
durante los últimos 60 años12,68.
Patrones regionales de
utilización de las palmas
60
Figura 3-5. Troncos de Dictyocaryum lamarckianum
cortados en tablas y secándose para
su utilización como paredes de viviendas
en el Departamento de La Paz, Bolivia.
(N. Paniagua-Zambrana)
Las palmas que tienen una distribución
geográica más amplia y son más conspi
cuas en su ambiente, tienden a ser apro
vechadas en mayor medida58,69,70, aunque
esto no signiica que las especies de ma
yor importancia ecológica sean siempre
las más utilizadas71 (CámaraLeret et al.
3 Usos de las palmas por poblaciones rurales
Figura 3-6. iriartea deltoidea es una de las palmas más importantes en el noroeste de Suramérica
donde proporciona multitud de servicios ecosistémicos. (R. Cámara-Leret)
en preparación). En efecto, las especies
más abundantes en un ecosistema son
empleadas normalmente para mayor
número de usos, pero con distinto grado
de intensidad, por las poblaciones loca
les. Este es el caso de Iriartea deltoidea,
Socratea exorrhiza, Euterpe precatoria o
Oenocarpus bataua en todos los países
estudiados. El hecho de que una región
tenga una mayor riqueza de especies de
palmas no necesariamente indicará que
la población local las utilice en mayor
medida72,73, pues existen otras regiones
con baja diversidad de especies donde se
las aprovecha para multitud de usos12.
Las poblaciones naturales de algunas
de las especies más utilizadas por la po
blación local se han manejado de distinto
modo para conseguir la continua dis
ponibilidad de los productos y acceder
de una manera más sencilla a los recur
sos57,69,70,74–76 (Figura 37, p. 67).
Las palmas son usadas más intensa
mente por grupos humanos con mayores
limitaciones para el acceso a distintos ti
pos de servicios y mercados, así como en
lugares donde la infraestructura vial está
menos desarrollada9,10,72,77,78.
En las últimas décadas se han fusionado
los estudios de etnobotánica con los de eco
logía, a in de cuantiicar la utilidad de los
bosques para los pueblos indígenas y no in
dígenas de Suramérica13,18,20,79 y, con dicha
información, proponer medidas de conser
vación de los hábitats y especies que pre
sentan mayor utilidad para los pobladores
locales. La gran mayoría de los trabajos se
han desarrollado en la cuenca amazónica y
han cuantiicado la utilidad de los bosques
mediante el estudio del valor de uso de los
árboles en parcelas de 0.1 y de 1 ha15. Estos
61
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
3 Usos de las palmas por poblaciones rurales
Figura 3-8. Comunero de la orilla del
río Tahuayo tejiendo las criznejas con
las hojas de Lepidocaryum tenue, que
se comercializan para el techado de
las viviendas en el Departamento de
Loreto, Perú. (N. Paniagua-Zambrana)
Figura 3-7. Alrededor de las casas achuar se cultivan especies como Mauritia lexuosa
(en primer plano a la izquierda), Oenocarpus bataua (hojas verticales) y Bactris gasipaes var. gasipaes
(en el centro entre los dos individuos de O. bataua), Amazonía ecuatoriana. (R. Cámara-Leret)
62
estudios han mostrado resultados variados
en cuanto a cuáles son los hábitats más úti
les. Por ejemplo, para los mestizos de Tam
bopata (Perú) o los indígenas huaorani de
Yasuní (Ecuador), los bosques amazónicos
inundables son los hábitats más útiles18,79,
principalmente por la gran abundancia de
algunas de las especies de palmas que allí
crecen. Por otro lado, estudios en Bolivia
conirman parcialmente estas conclusio
nes, ya que en algunas localidades estu
diadas (pueblos indígenas) los bosques de
tierra irme son más útiles20.
No obstante, es necesario tener en
cuenta que existe una gran variabilidad
en el valor de uso de los hábitats a escala
local, ya que las comunidades indígenas,
mestizas y afroamericanas utilizan espe
cies que están distribuidas en todos los
hábitats alrededor de sus comunidades.
Por ejemplo, en la Amazonía colom
biana se organizan eventualmente viajes
de varios días de duración para cose
char Lepidocaryum tenue, especie muy
valorada por presentar hojas duraderas
para techar casas (Figura 38). Lo mismo
ocurre con Pholidostachys dactyloides en
la Amazonía ecuatoriana. Por el contra
rio, también existen especies abundantes
y que crecen cerca de las comunidades,
pero no tienen una contribución impor
tante al valor de uso del bosque, como es
el caso de Astrocaryum jauari.
La utilidad potencial que se puede
asignar a las distintas especies de palma
depende de su hábito o forma de creci
miento. Entre las ocho formas de creci
miento que presentan las palmas en el
noroeste de Suramérica51, tres de ellas
destacan por una mayor contribución
al valor de uso del bosque (Cámara
Leret et al. en preparación): las palmas
grandes de tallo alto, las de hojas gran
des y tallos medianos a cortos y las pe
queñas. Entre las primeras sobresalen
especies como Astrocaryum chambira
y Euterpe precatoria en la Amazonía,
Attalea colenda y Euterpe oleracea en el
Chocó y Ceroxylon ventricosum e Iriartea
deltoidea en los Andes. Entre las palmas
de hojas grandes y tallos medianos a cor
tos destacan especies como Aphandra
natalia y Phytelephas macrocarpa en
la Amazonía, Manicaria saccifera y
Phytelephas aequatorialis en el Chocó y
Astrocaryum gratum en los Andes. Final
mente, entre las palmas pequeñas desta
can Astrocaryum huaimi y Lepidocaryum
tenue en la Amazonía, Bactris setulosa
y Mauritiella macroclada en el Chocó y
Geonoma undata en los Andes.
Cuantiicación del uso
de las palmas
Para cuantiicar la utilización de las pal
mas en el noroeste de Suramérica se rea
lizó una exhaustiva revisión bibliográica
de los últimos 60 años, documentando
los usos de las especies registrados en la
región12. Posteriormente se desarrolló un
intensivo trabajo de campo para analizar
el conocimiento etnobotánico actual68.
La cuantiicación se realizó a distintas
escalas geográicas y para diferentes gru
pos sociales, comparando: 1) tres de las
ecorregiones más importantes del nor
oeste suramericano: Amazonía, Andes y
Chocó, en los cuatro países estudiados;
2) los tres grupos humanos de mayor po
blación que viven en la región: indígenas,
mestizos y afroamericanos; 3) los diferen
tes grupos indígenas en todas las ecorre
giones; y 4) las distintas categorías de uso.
Los usos registrados se clasiicaron en
10 categorías etnobotánicas, siguiendo la
propuesta de estandarización de Cook80,
con algunas modiicaciones para adap
tarlos a las regiones tropicales rurales12
(p. 467–469). Las categorías son: 1) ali
mentación animal, 2) alimentación hu
mana, 3) ambiental, 4) combustible, 5)
construcción, 6) cultural, 7) medicinal y
veterinario, 8) tóxico, 9) utensilios y he
rramientas, y 10) otros usos. Posterior
mente cada categoría etnobotánica fue
dividida, en función de su complejidad,
en un número variable de subcategorías.
Se utilizaron tres indicadores para
analizar el grado de utilización de las
63
3 Usos de las palmas por poblaciones rurales
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
palmas en el noroeste de Suramérica: 1) el
número de especies de palmas útiles por
cada región biogeográica, 2) el número
de usos de las palmas, deinido como el
uso que se da a una especie, asociado a
una categoría y una subcategoría de uso
para una parte especíica de la palma, y
3) el promedio del número de usos por
especie de palma.
En la revisión de 255 publicaciones
se encontraron 194 especies útiles y 2395
usos, lo que representó un promedio de
12 usos diferentes por especie, aunque
con una gran variación entre las especies,
para un total de 6141 registros de uso
(Tabla 31).
1. Utilización de las palmas
por regiones biogeográicas
y países
Se estudiaron tres ecorregiones: Amazo
nía, Andes y Chocó. La primera se deine
como el conjunto de los bosques de tie
rras bajas que se encuentran por debajo
de los 1000 m de altitud, incluyendo bos
ques de tierra irme, planicies inundables
y pantanos12. Conforman la ecorregión
de los Andes los bosques montanos situa
dos a más de 1000 m y a ambos lados de
la cordillera, incluyendo los bosques in
terandinos desde Colombia hasta Bolivia.
La ecorregión de la costa pacíica húmeda
Tabla 3-1. Utilización de palmas en el noroeste de Suramérica,
desglosada por ecorregiones y países, con base en la revisión de la bibliografía de los últimos 60 años12.
64
País/Ecorregión Especies útiles
Usos
Registros
de uso
Promedio ± SD
de usos por
especie
Grupos indígenas
con información
etnobotánica
Porcentaje de grupos
indígenas con información
etnobotánica*
TOTAL
Amazonía
Andes
Chocó
Colombia
Amazonía
Andes
Chocó
Ecuador
Amazonía
Andes
Chocó
Perú
Amazonía
Andes
Bolivia
Amazonía
Andes
2395
1972
344
347
814
615
35
225
936
676
240
167
785
772
19
655
603
77
6141
5144
439
569
1429
1049
39
341
2010
1494
295
228
1390
1369
21
1348
1267
84
12.3 ± 18.7
14.7 ± 20.0
5.1 ± 6.0
6.7 ± 7.3
7.8 ± 10.1
8.8 ± 10.6
1.9 ± 1.2
5.9 ± 5.7
9.1 ± 11.9
10.9 ± 12.3
4.6 ± 5.3
5.6 ± 5.2
8.2 ± 10.1
8.3 ± 10.1
4.8 ± 3.4
10.6 ± 14.7
11.2 ± 14.6
5.9 ± 6.7
54
47
2
5
22
19
−
3
10
7
–
3
18
18
−
11
10
2
49.1
47.5
28.6
83.3
48.9
48.7
−
75.0
83.3
87.5
–
75.0
38.3
38.3
−
61.1
58.8
100
* basado en referencia 81.
194
134
68
52
105
70
18
38
103
62
52
30
96
93
4
62
54
13
está compuesta por bosques de tierras ba
jas a menos de 1000 m en Colombia y en
el noroeste de Ecuador, correspondiendo
a la región biogeográica del Chocó.
La Amazonía es la ecorregión mejor
estudiada de las tres que se compararon
y por tanto donde se registran los valo
res más altos para todos los indicadores
analizados: 134 especies útiles (90 % del
total de especies existentes), 82 % del to
tal de usos diferentes y un promedio de
15 usos por especie, pero también repre
sentan el 81 % de todas las referencias
bibliográicas (Tabla 31). Este patrón es
idéntico en los cuatro países estudiados,
aunque la importancia de los indicadores
varía. Así, la Amazonía de Perú tiene el
mayor número de palmas útiles y de usos
diferentes, y también el mayor número
de publicaciones. La Amazonía de Ecua
dor presenta el número más elevado de
registros de uso y el porcentaje más alto
de grupos indígenas estudiados. Por su
parte, la Amazonía de Bolivia tiene el
promedio de usos por especie más alto
de los cuatro países. Los Andes fue la se
gunda ecorregión en importancia para el
uso de palmas en Ecuador, Perú y Bolivia,
pero no así en Colombia, donde el Chocó
es el más relevante. En la región andina
se encuentra un número más elevado de
especies útiles (68) que en la del Chocó
(52), pero en esta última se les da mayor
utilidad, ya que tienen un promedio de
siete usos por especie frente a solo cinco
en los Andes.
Esta enorme importancia de las pal
mas en la Amazonía se debe a varios mo
tivos: 1) en esta ecorregión la mayoría de
la población vive en el medio rural y de
pende principalmente de los recursos na
turales para su subsistencia, en particular
de las palmas, 2) es un lugar poblado en
gran medida por diversas comunidades
indígenas que a su vez son los grupos
humanos más estudiados, 3) hay una
gran diversidad de especies y de recursos
en una enorme extensión de territorio, 4)
dada una menor tasa de deforestación y
de transformación agrícola, los bosques
están mejor conservados y por tanto
también las poblaciones naturales de pal
mas y 5) existe un menor desarrollo en
infraestructuras vial y de servicios.
Los dos países con mayor número de
especies de palmas útiles son Colombia y
Ecuador, y en este último es donde me
jor se conoce la etnobotánica de palmas
y por tanto donde se registraron los valo
res más altos para el resto de indicadores
etnobotánicos (Tabla 31). En Colombia
existen estudios etnobotánicos de pal
mas solo para la mitad de los grupos in
dígenas, lo que apunta a la necesidad de
realizar más investigación en este campo
para complementar el trabajo realizado, y
en particular en la ecorregión del Chocó,
donde existe una mayor riqueza de espe
cies y por tanto donde potencialmente
podría haber un mayor número de es
pecies útiles67. En Perú se ha realizado
el menor número de estudios etnobotá
nicos, quedando muchos grupos indí
genas por ser estudiados, y por ello es el
país con el conocimiento etnobotánico
más incompleto en comparación con los
otros. A pesar de que en Bolivia la riqueza
de especies de palmas es la menor de los
cuatro países estudiados, las palmas se
usan mucho, presentando un promedio
de 11 usos por especie, el mayor de las
cuatro naciones. Esto se puede deber a
que en este país existe un buen número
de estudios monográicos de palmas.
2. Utilización de las palmas por
distintos grupos humanos
Los pueblos indígenas son claramente
quienes tienen mayor conocimiento sobre
65
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
66
el uso de palmas, ya que registran los va
lores más altos para todos los indicadores
etnobotánicos considerados, pero tam
bién es el grupo sobre el que se han rea
lizado un mayor número de estudios12.
Este resultado se añade a lo que revelan
trabajos previos realizados con palmas y
otros grupos de plantas, que mostraron
que dichos pueblos poseen un mayor sa
ber etnobotánico, comparado con el del
resto de grupos no indígenas8,10,26,77.
Este mayor conocimiento indígena
es el resultado de un conjunto de in
teracciones entre variables muy diversa
como: 1) factores históricos, debido a la
larga ocupación de los pueblos indígenas
de sus territorios, que permite un mayor
contacto con el medio y por tanto un
mayor potencial de generación de cono
cimiento etnobotánico, 2) factores cul
turales que se basan en cientos de años
de conocimiento tradicional que única
mente se ha transmitido de modo oral en
la gran mayoría de los grupos y 3) fac
tores económicos, en particular debido
al menor desarrollo de infraestructuras
modernas en sus comunidades, así como
a las escasas posibilidades de acceder al
mercado, lo que les ha llevado a utilizar
las palmas como fuente de recursos para
su subsistencia, sin tener la necesidad de
comprar productos con dinero.
El mayor conocimiento sobre el uso
de las plantas por parte de los pueblos
indígenas no quiere decir que el cono
cimiento de los mestizos tenga menor
importancia12, ya que si se tomaran en
cuenta las referencias y registros de usos
que no especiican un grupo humano
(con seguridad se trata de los mestizos),
los valores de los indicadores etnobo
tánicos considerados aumentarían en
gran medida para este grupo. Además,
sin duda alguna, en el caso de los mesti
zos su conocimiento se debe considerar
como complementario al que poseen
los indígenas.
En la Amazonía, los tres grupos hu
manos considerados en este estudio tie
nen un mayor grado de conocimiento
sobre el uso de las palmas. En el Chocó
se han documentado valores superiores
para la mayoría de los indicadores etno
botánicos que en los Andes de Colombia
y Ecuador, lo que quiere decir que las pal
mas realmente son más utilizadas en las
tierras bajas por todos los grupos huma
nos. En el Chocó colombiano se han re
gistrado valores más elevados de uso que
en el Chocó ecuatoriano. No obstante,
los correspondientes a los indígenas son
similares a los de los afroamericanos. Al
igual que las poblaciones indígenas, los
otros dos grupos tienen una larga his
toria de asentamiento en los ambientes
que actualmente ocupan, lo que unido a
que han sido regiones remotas y de difícil
acceso, les ha permitido alcanzar un pro
fundo saber en cuanto a la utilidad del
ecosistema en que habitan82.
Todavía no se han hecho estudios et
nobotánicos para alrededor de la mitad
de los grupos indígenas en el noroeste
de Suramérica, lo que implica que queda
bastante trabajo por realizar en este
campo y por tanto existen aún muchos
vacíos de conocimiento.
3 Usos de las palmas por poblaciones rurales
indígenas con los que se ha realizado un
mayor número de trabajos etnobotáni
cos son también los que tienen un mayor
conocimiento de usos de palmas, como
por ejemplo los quichua, huaorani o
shuar de la Amazonía ecuatoriana o los
awá del Chocó de Colombia y Ecuador12.
Sin embargo, en el caso de otros grupos
indígenas se han documentado muchos
usos e información de especies útiles
de palmas, aunque solamente cuentan
con una o dos referencias bibliográicas,
como los muinane de Colombia o los co
cama de Perú.
4. Utilización de las palmas por
categorías de uso
Las palmas tienen una tremenda impor
tancia para la subsistencia de las pobla
ciones humanas, pero se usan principal
mente para alimentación, utensilios y
herramientas, construcción y con ines
culturales, por orden decreciente de im
portancia12 (Figuras 39 y 310). En es
tas categorías se emplea entre el 56 y el
70 % del total de especies útiles. En las
categorías de alimentación animal, me
dicinal y veterinaria, usos ambientales
y combustible se utiliza entre el 22 y el
37 % de ese total (ordenadas de mayor a
menor importancia). En la Amazonía la
Figura 3-10. Mujer tikuna tejiendo las hojas de
Attalea butyracea para su uso posterior en el techado
de casas, Amazonía colombiana. (R. Cámara-Leret)
importancia relativa de las distintas cate
gorías de uso fue similar al patrón gene
ral ya descrito, y solo la categoría medici
nal y veterinaria tuvo más relevancia que
la de alimentación animal. La ecorregión
del Chocó tuvo un patrón de utilización
3. Utilización de las palmas por
distintos grupos indígenas
La mayoría de los grupos indígenas del
noroeste de Suramérica se encuentran
en la ecorregión amazónica81. Entre ellos
existe una enorme variación en el co
nocimiento sobre el uso de las palmas,
lo que quizás se deba a la diferencia en
la cantidad de estudios realizados y, en
este sentido, Ecuador es el mejor estu
diado. En términos generales, los grupos
67
Figura 3-9
Procesamiento de los frutos de
Mauritia lexuosa para preparar
chicha por los indígenas macuna del
río Apaporis, Amazonía colombiana.
(R. Cámara-Leret)
3 Usos de las palmas por poblaciones rurales
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
similar al de la Amazonía, pero en el caso
de los Andes hubo mayores diferencias:
construcción tuvo mayor importancia
que utensilios y herramientas y ambien
tal tuvo más importancia que en las tie
rras bajas.
A todas las partes de las palmas se
da algún tipo de uso, incluyendo las es
pinas y las brácteas, pero las que más se
utilizan son los frutos y el palmito para
alimentación humana, el tallo principal
mente para construcción y elaboración
de herramientas y utensilios, las hojas
fundamentalmente para techados en la
construcción de casas y las semillas para
elaboración de artesanías12. Ejemplos de
especies de palmas y sus usos en cada
categoría y subcategoría se encuentran
en el capítulo 4 de este libro.
Tabla 3-2. Utilización actual de palmas en el noroeste de Suramérica,
desglosada por ecorregiones y países, con base en el trabajo de campo realizado por los autores68.
Comparación entre
los usos pasados y presentes
de las palmas
68
En el marco del proyecto PALMS se pla
niicó un trabajo de campo que duró 18
meses, entre mayo de 2010 y diciembre de
2011, durante el cual se realizaron 2201
entrevistas en los cuatro países conside
rados (Figura 311). En el conjunto del
estudio se encontraron 140 especies úti
les, 2262 usos distintos y 87 886 registros
de uso, lo que representó un promedio
de 16 usos por especie, aunque con gran
variabilidad entre ellas (Tabla 32)68. En la
Figura 312 (p. 70) se muestra la región
de estudio, con indicación de los grupos
indígenas de los que existen datos etno
botánicos sobre las palmas, incluyendo
información tanto del trabajo de campo
como de la bibliografía.
En las tres ecorregiones estudiadas
existen importantes vacíos de conoci
miento etnobotánico68. En la Amazonía se
Figura 3-11. Entrevistas a uno de los miembros de
mayor edad del grupo llaquas en Lamas Wayku,
Departamento de San Martín, Perú.
(abajo: con la ayuda de un intérprete local)
(N. Paniagua-Zambrana)
registraron, tanto en la bibliografía como
en el trabajo de campo, el mayor número
de especies útiles de palmas y el mayor
número de usos. Sin embargo, los resul
tados del trabajo de campo indican que
existe, en promedio, un mayor número
de usos por especie en las tres ecorregio
nes. En el caso de los Andes y el Chocó se
País/Ecorregión Especies útiles
Usos
TOTAL
Amazonía
Andes
Chocó
Colombia
Amazonía
Andes
Chocó
Ecuador
Amazonía
Andes
Chocó
Perú
Amazonía
Andes
Bolivia
Amazonía
Andes
* basado en referencia 81.
2262
1664
507
550
1353
990
121
411
572
331
119
237
717
625
237
453
372
167
140
102
47
49
100
67
21
44
68
47
18
26
61
57
28
40
36
16
Registros
de uso
Promedio ± SD
de usos por
especie
87 886
62 749
13 488
11 649
25 879
16 070
1959
7850
14 654
8622
2233
3799
28 329
24 236
4093
19 024
13 821
5203
16.1 ± 16.9
16.3 ± 16.2
10.8 ± 9.0
11.2 ± 9.1
13.5 ± 12.8
14.8 ± 12.7
5.8 ± 6.5
9.3 ± 7.3
8.4 ± 7.3
7.0 ± 5.5
6.6 ± 4.7
9.1 ± 7.1
11.8 ± 10.6
11.0 ± 9.3
8.5 ± 6.1
11.3 ± 10.1
10.3 ± 8.4
10.4 ± 8.3
encontraron mayores vacíos en el conoci
miento etnobotánico que en la Amazonía,
ya que el trabajo de campo reveló un ma
yor número de usos de palmas y un pro
medio más alto de usos por especie que
los documentados en la bibliografía.
A nivel de país, en Colombia se en
contraron los mayores vacíos de infor
mación etnobotánica sobre palmas en
la bibliografía, pero el trabajo de campo
reveló un mayor número de usos por es
pecie e igualmente un mayor promedio
de usos por especie, para un número de
especies de palmas similar al que se ha
bía registrado en la bibliografía. Ecua
dor fue el país mejor documentado ya
Grupos indígenas
con información
etnobotánica
41
33
5
3
21
17
3
1
5
3
–
2
9
8
1
7
7
1
Porcentaje de grupos
indígenas con información
etnobotánica*
37
33
71
50
47
44
60
25
42
38
–
50
19
17
100
39
41
5
que se encontró más información en la
bibliografía que en el trabajo de campo
en todas las ecorregiones. Los vacíos de
información fueron moderados en Perú
y Bolivia, donde para la Amazonía se re
gistraron más datos en la bibliografía que
en el trabajo de campo, pero en los Andes
el patrón encontrado fue el opuesto.
En este mismo sentido, para los tres
grupos humanos analizados, el trabajo de
campo generó mayor información etno
botánica que la existente en la bibliografía.
Tratándose de los grupos indígenas sobre
los que se habían realizado tanto estu
dios etnobotánicos previos (bibliografía)
como investigaciones actuales en el marco
69
3 Usos de las palmas por poblaciones rurales
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
COLOMBIA - 1: Andoque, 2: Awá, 3: Bará,
4: Brarasana, 5: Bare, 6: Bora, 7: Camsá,
8: Carijona, 9: Coreguaje, 10: Cubeo,
11. Curripaco, 12: Desano, 13: Emberá,
14: Guayabero, 15: Huitoto, 16: Inga,
17: Itano, 18: Makuna, 19: Matapí,
20: Miraña, 21: Muinane, 22: Nukak,
23: Piapoco, 24: Puinave, 25: Quillasinga,
26: Sikuani, 27: Siona, 28: Tanimuca,
29: Tatuyo, 30: Tikuna, 31: Tukano,
32: Waunan, 33: Yahuna, 34: Yucuna.
13
26
32
24
14
COLOMBIA
23
22
2 16 25
7
36 2
37
9
27
42
39
40 40 15
37
ECUADOR 35 38
15
35
41
15
43
47
ECUADOR - 2: Awá, 27: Siona, 35: Achuar,
36: Chachi, 37: Cofán, 38: Huaorani,
39: Quichua, 40: Secoya, 41: Shuar,
42: Tsa’chila.
11
31
33 29
12
17
10
28 18
1 20 19
5 43
6
21
6
55 54 53
59
8
PERÚ - 6: Bora, 15: Huitoto, 35: Achuar,
40: Secoya, 43: Aguaruna, 44: Amarakaeri,
45: Asháninka, 46: Cashibo, 47: Chanka,
48: Chayahuita, 49: Cocama, 50: Ese eja,
51: Matsé, 52: Matsigenka, 53: Ocaina,
54: Omagua, 55: Orejón, 56: Sapiteri,
57: Shipibo-Conibo, 58: Urarina,
59: Yagua, 60: Yanesha.
34
30
58
49
48
51
57
Figura 3-14. Mujer yuracaré preparando frutos de
Bactris gasipaes para ser cocinados, Departamento de
Cochabamba, Bolivia. (N. Paniagua-Zambrana)
BOLIVIA - 50: Ese eja, 61: Araona,
62: Cavineña, 63: Chácobo, 64: Leco,
65: Mostene, 66: Pacahuara, 67: Quechua,
68: Sirionó, 69: Tacana, 70: Trinitario,
71: Tsimane, 72: Yaminahua, 73: Yuracaré.
46
PERÚ
de este estudio, el trabajo de campo regis
tró mucha más información etnobotánica
en la gran mayoría de los casos. Esto se
debe a varios motivos entre los que se des
tacan: 1) pocos estudios de etnobotánica
se han centrado tanto en las palmas y 2)
muchos estudios previos se han dedicado
únicamente en las especies que aportan
mayor rendimiento económico.
Existe consenso entre los resultados
del estudio bibliográico y el trabajo de
campo en que las categorías etnobotáni
cas de alimentación humana, construc
ción, cultural y herramientas y utensilios
son las más importantes en las tres eco
rregiones y en los cuatro países, lo que
conirma la relevancia y la necesidad de
las palmas como una fuente de recursos
básicos para la subsistencia de las pobla
ciones rurales (Figuras 313 y 314).
60
45
52
62
72
56
61
50
44
50
63
66
71
64
68
69
Bibliografía
65
BOLIVIA 70
73
67
Campo
Bibliografía + campo
70
71
Figura 3-12. Mapa del área de estudio con indicación de todos los grupos indígenas
con los que se ha realizado algún tipo de estudio etnobotánico, a partir de la bibliografía
o del trabajo de campo durante este estudio.
Figura 3-13. Patio chácobo con plantas de Attalea princeps que se siembran
y cuidan por sus múltiples usos, Departamento de Beni, Bolivia.
(N. Paniagua-Zambrana)
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
Importancia de los
estudios etnobotánicos
cualitativos vs. cuantitativos
A pesar de que en el noroeste de Sura
mérica existen muchas publicaciones et
nobotánicas realizadas a nivel de países
o a escala local con algunos grupos indí
genas, mestizos o afroamericanos, toda
vía hay una notable carencia de trabajos
comparativos a nivel regional. Esta limi
tación se debe principalmente a dos mo
tivos. Por un lado, la metodología en la
toma de datos requiere estandarización
y la aplicación de protocolos universales
que permitan hacer comparaciones a dis
tintos niveles, particularmente en cuanto
a las categorías etnobotánicas empleadas,
y por otro, la información obtenida de los
informantes es incompleta, ya que fre
cuentemente no se mencionan algunos
de los factores socioeconómicos signii
cativos que permitirían analizar patrones
de utilización del uso de las plantas a es
calas diferentes de las habituales. En este
estudio se han solventado ambas limita
ciones mediante el desarrollo de un pro
tocolo de trabajo, que fue inicialmente
probado con trabajo de campo prelimi
nar y posteriormente ajustado para la
toma deinitiva de datos 83,84.
Los factores socioeconómicos
y su correlación con el
conocimiento etnobotánico
72
Durante los últimos 15 años ha existido
gran interés por entender la inluencia de
los factores socioeconómicos, culturales,
ambientales y geográicos en el uso de
las plantas, incluidas las palmas, a escala
tanto local72,73,77,78,85 como regional10,86. En
este estudio se realizó una toma detallada
de datos socioeconómicos con todos los
informantes, para entender cómo inciden
en el conocimiento tradicional de las palmas (PaniaguaZambrana et al. en preparación). De todos los factores evaluados,
el género tiene la mayor inluencia en
las tres ecorregiones, indicando que los
hombres tienen un mayor conocimiento
que las mujeres en todas las categorías de
uso de palmas. Este patrón podría tener
dos explicaciones diferentes en función
de la geografía. En el caso de las tierras
bajas (Amazonía y Chocó) puede estar
relacionado con la mayor participación
de los hombres en las actividades de re
colección en el bosque, mientras que en
los Andes podría deberse a que los hom
bres tienden a trabajar más tiempo fuera
de sus comunidades, lo que les permitiría
adquirir un mayor conocimiento en rela
ción con las mujeres que permanecen al
cuidado de la familia.
Como era de esperar, los informantes
de mayor edad tienen un mayor cono
cimiento que los jóvenes, aunque exis
ten algunas excepciones. Esta tenden
cia puede interpretarse de dos formas
diferentes. Por una parte, podría estar
relacionada con una pérdida del cono
cimiento tradicional, como parece ser el
caso en el Chocó, pero por otra, la adqui
sición del conocimiento es un proceso de
aprendizaje progresivo y creciente con la
edad, como ocurre en la mayoría de las
localidades amazónicas.
Otro factor a tener en cuenta es la
inluencia del nivel de educación esco
larizada en el conocimiento tradicional.
Se encontraron resultados dispares. En
el sur de la Amazonía y el Chocó la ad
quisición de educación formal tiene una
inluencia positiva, pues las personas que
acceden a ella tienden a valorar y a ad
quirir más el conocimiento tradicional,
3 Usos de las palmas por poblaciones rurales
pero en en norte de la Amazonía y los
Andes sucede lo contrario.
En general, las personas que hablan
su idioma local y el español tienen un
mayor conocimiento tradicional que las
que solo hablan su lengua local. Esto
parece indicar la existencia de dos pro
cesos de aprendizaje complementarios:
por un lado, el vinculado fuertemente al
idioma local y en deinitiva a la familia y
al aprendizaje desde edades tempranas, y
por otro, el desarrollado a través del ac
ceso a la escuela y/o a otras actividades
fuera de la comunidad.
La inluencia de la posesión de bienes
materiales en el conocimiento tradicional
de los informantes se presta a interpreta
ciones diferentes. En las localidades del
noroeste de la Amazonía los miembros
de hogares con menos recursos econó
micos tienen un mayor conocimiento, lo
que indica una mayor dependencia de los
recursos del bosque. Sin embargo, en la
Amazonía sudoeste y en el Chocó se en
contró un patrón opuesto, donde quienes
más bienes materiales poseen son los que
tienen más conocimiento, lo que en este
caso se interpreta como un mayor interés
por conocer los ambientes y recursos de
sus alrededores.
Estos resultados muestran que las con
diciones socioeconómicas de los infor
mantes tienen notable incidencia en los
patrones de uso de las palmas a nivel local,
sugiriendo la existencia de sistemas de co
nocimiento tradicional altamente variables
y dinámicos, por lo que hacer generaliza
ciones acerca del poder predictivo de estos
factores y su efecto en el conocimiento, no
es tarea sencilla ni determinante.
Finalmente, se pueden identiicar
tres grandes niveles de relación entre los
factores socioeconómicos y el conoci
miento tradicional de los informantes:
1) género, edad, origen étnico, lugar de
nacimiento y nivel de educación, impor
tantes para entender los patrones en la
utilización de las palmas, tendrían sig
niicancia a nivel de los informantes10,77;
2) tamaño de la familia, integración en
la economía de mercado, cantidad de
bienes materiales que posee (animales
domésticos, herramientas, medios de
transporte) son importantes a nivel del
hogar77,85; 3) el acceso a centros de co
mercio y a servicios como salud, educa
ción, electricidad, e incluso los sistemas
de tenencia de la tierra y la propia his
toria de los pueblos, tienen una mayor
relevancia a nivel de la comunidad10,72.
Importancia de las especies
de palmas con mayor
utilización potencial
El uso de las palmas no responde al azar
ya que existen una gran cantidad de es
pecies y muchos usos compartidos entre
grupos humanos, países y ecorregiones.
En el noroeste de Suramérica las palmas
se usan fundamentalmente para alimen
tación humana, elaboración de utensilios
y herramientas y construcción de casas,
independientemente de la localización
geográica y del grupo humano estu
diado12 (Figura 315).
Algunas especies de palmas de porte
arbóreo tienen la mayor cantidad de usos
porque viven en distintos ambientes y ti
pos de bosque, ya que se adaptan a condi
ciones ecológicas más amplias46. Además
suelen ser más abundantes y frecuentes
en los bosques, lo que potencialmente
permite a los pobladores un mayor ac
ceso al recurso51,58,70. Finalmente presen
tan rasgos morfológicos distintivos entre
los que destacan el mayor diámetro de los
frutos y el mayor volumen de madera, lo
73
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
amazónica, los más importantes fue
ron Astrocaryum, Attalea, Oenocarpus
y Phytelephas, siendo la especie más so
bresaliente Oenocarpus bataua (Figuras
316 y 317). En el Chocó, los géneros
Attalea, Oenocarpus y Phytelephas fue
ron los más signiicativos, pero la especie
Iriartea deltoidea fue la más importante
en el trabajo de campo y Cocos nucifera
en la bibliografía. Por último, en los An
des los géneros más sobresalientes fueron
Ceroxylon, Oenocarpus y Parajubaea, y la
especie Attalea princeps es la más impor
tante en el trabajo de campo, mientras
que Bactris gasipaes lo fue en la bibliogra
fía. Ninguna de las especies mencionadas
están amenazadas en la región, según los
respectivos libros o listas rojas de los paí
ses que siguen los criterios de la UICN.
Figura 3-15. Entrevista realizada a un miembro
de la comunidad ese eja de Palma Real,
mostrando el arco y las puntas de lecha fabricadas
con el tronco de Bactris gasipaes, Departamento de
Madre de Dios, Perú (N. Paniagua-Zambrana)
74
que inluye en el número de usos poten
ciales que se les puede dar (CámaraLeret
et al. en preparación). Estas especies so
bresalientes tienen un papel fundamental
en las estrategias de subsistencia de los
distintos grupos humanos, particular
mente los indígenas, y representan espe
cies clave en sus respectivas culturas9,87,88.
Entre las palmas más importantes
compartidas por las tres ecorregiones se
destacan cinco especies: Bactris gasipaes,
Iriartea deltoidea, Oenocarpus bataua,
O. minor y Socratea exorrhiza. Las tres
primeras tienen una gran importancia
relativa para la inmensa mayoría de los
grupos humanos, junto con una notable
abundancia en todas las ecorregiones y
países. A nivel de género, en la ecorregión
Figura 3-16. Canastas tejidas con las hojas tiernas de
Attalea phalerata en la comundiad ese eja de
Palma Real, Departamento de Madre de Dios.
(N. Paniagua-Zambrana)
3 Usos de las palmas por poblaciones rurales
Figura 3-17
Bases de canastos chácobo
tejidos con las hojas tiernas de
Astrocaryum aculeatum,
Departamento de Beni, Bolivia
(N. Paniagua-Zambrana)
El conocimiento tradicional
de las palmas como modelo
de análisis de los derechos de
propiedad intelectual
de los pueblos
En términos generales, el conocimiento
tradicional se ha usado históricamente
para el desarrollo de productos comer
ciales y en particular para acelerar la bús
queda de principios activos a partir de
especies de uso medicinal89. Existe una
creciente percepción de la necesidad de
reconocer y compensar justamente a los
poseedores de estos conocimientos tradi
cionales que a su vez están asociados a los
recursos genéticos90,91. Esta preocupación
se ha traducido en la creación de una le
gislación internacional en el marco de la
Convención sobre Diversidad Biológica,
como es el caso del Protocolo de Nagoya
que busca promover el derecho de los
pueblos al consentimiento informado
previo y a la justa compensación cuando
sus conocimientos tradicionales relacio
nados con los recursos genéticos se utili
zan para ines comerciales92. No obstante,
existen muchas incógnitas teóricas, éticas
y prácticas relacionadas con las políticas
y los mecanismos que pretenden benei
ciar a los dueños del conocimiento tra
dicional93,94. Por ejemplo, en los casos
donde el mismo conocimiento tradicio
nal asociado a los recursos genéticos es
compartido por varios grupos étnicos en
varios países, el Artículo 11 del Proto
colo de Nagoya establece la necesidad de
la cooperación con las comunidades in
dígenas y locales relevantes92, pero exis
ten pocas iniciativas nacionales y escasa
información etnobotánica comparativa
que permita tener la información necesa
ria para establecer los dominios geográi
cos del conocimiento tradicional.
Si bien las palmas no han sido una
de las familias de plantas más estudiadas
etnofarmacológicamente, quizás porque
se pensaba que no ofrecían muchos usos
medicinales, las revisiones bibliográicas
recientes muestran que tienen un gran
potencial en ese campo12,28,29 (Paniagua
Zambrana et al. en preparación). Las pal
mas son un grupo idóneo para analizar la
distribución geográica del conocimiento
tradicional ya que presentan: 1) utilidad
en todas las categorías etnobotánicas,
sobre todo en la de usos medicinales y
veterinarios, 2) algunas de sus especies
están ampliamente distribuidas mientras
75
3 Usos de las palmas por poblaciones rurales
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
que otras tienen rangos de distribución
restringidos y 3) como ya se ha mencio
nado, muchos de los pueblos del noroeste
de Suramérica tienen un conocimiento
único sobre sus usos. Estas condiciones
permiten analizar el nivel de consenso
en cuanto al conocimiento tradicional
sobre palmas entre países, grupos huma
nos, comunidades e individuos dentro de
estas comunidades. Los resultados deri
vados de los análisis a múltiples escalas
tienen importantes implicaciones, pues
proporcionan información necesaria
para determinar el conocimiento com
partido entre países, grupos humanos o
comunidades, y el conocimiento único, y
con ello evidenciar la complejidad de los
patrones geográicos que actualmente no
se contemplan en las políticas internacio
nales relacionadas con los derechos de
propiedad intelectual.
El conocimiento tradicional sobre los
usos medicinales de palmas que tienen
potencial para el desarrollo de produc
tos comerciales presenta un patrón in
teresante en el noroeste de Suramérica.
Muchos de esos usos no se comparten
entre países, grupos humanos o distintos
grupos indígenas (CámaraLeret et al.
76
Figura 3-18
Las hojas nuevas de varias especies de
Ceroxylon se usan en la construcción
de castillos tradicionales que se
erigen todos los años durante la iesta
tradicional Camentsá de Klestrinyé,
valle de Sibundoy, Andes colombianos.
(R. Cámara-Leret)
en preparación). Por el contrario, estu
dios preliminares indican que el cono
cimiento tradicional sobre los usos re
lacionados con la alimentación humana
está ampliamente compartido por los
habitantes de la Amazonía, los Andes y
el Chocó.
A
Figura 3-19
Falda de mujer ese eja confeccionada
con las ibras de las hojas tiernas de
Mauritia lexuosa, Departamento de
Madre de Dios, Perú.
El futuro del conocimiento
tradicional de las palmas
y su conservación
El conocimiento tradicional sobre pal
mas es el resultado de procesos histó
ricos de transmisión, de acumulación
de saberes y de adaptación de las po
blaciones humanas a las condiciones
cambiantes del noroeste suramericano.
Una prueba de ello es que aún persiste
una gran cantidad de tal conocimiento
en todas las ecorregiones y muchos de
los pueblos, especialmente los amazó
nicos, que mantienen vivas sus cons
trucciones tradicionales y sus rituales
culturales, por motivos tanto materiales
como espirituales (Figuras 318 y 319).
Sin embargo, muchos de los usos de
palmas que un día fueron habituales ya
(N. Paniagua-Zambrana)
no se practican en la actualidad. Esto se
debe a varios motivos: por un lado, a la
llegada de materiales industriales más
fáciles de utilizar, aunque con un costo
económico, y por otro, al cambio en la
valoración del conocimiento tradicio
nal. Esto conlleva que cada vez sea más
frecuente la persistencia de este conoci
miento pero no de la práctica del uso,
dando lugar a una pérdida progresiva de
tales saberes y a la consecuente erosión
de las habilidades prácticas.
El conocimiento tradicional es diná
mico y está inluenciado por múltiples
factores sociales y culturales, pero tam
bién por variables históricas, económi
cas y ecológicas. Es posible que en las
próximas generaciones aumente el de
sinterés de los jóvenes por la utilidad del
conocimiento tradicional. No obstante,
no se sabe si en las comunidades estu
diadas habrá una erosión cultural de
bido a las presiones de la economía de
mercado. A su vez, será necesario eva
luar el efecto de la llegada de escuelas y
puestos de salud cargados con la cosmo
visión occidental, en la persistencia del
conocimiento tradicional. La transición
hacia formas de asentamiento en torno a
las escuelas, puestos de salud y mercados
ha tenido repercusiones importantes en
las relaciones sociales y en la conserva
ción de las prácticas culturales de los
pueblos, especialmente en la Amazonía
y el Chocó.
Por otro lado, no se han considerado
suicientemente la necesidad de compati
bilizar el desarrollo con la conservación
de la diversidad biocultural ni los efectos
que puedan tener los planes de desarrollo
de infraestructuras para integrar comer
cialmente las regiones más marginales,
y que ya se vislumbran para el noroeste
de Suramérica en las próximas décadas95.
Además hay que tener en cuenta que el
conocimiento tradicional puede erosio
narse en períodos relativamente cortos96
y tendrá que irse adaptando a las nuevas
necesidades y realidades, al igual que
cambian las generaciones humanas.
Tomando en cuenta lo anteriormente
mencionado, las acciones encaminadas a
conservar el conocimiento tradicional y
promover el uso sostenible de las palmas
no se pueden contemplar sin considerar
las fuerzas exteriores y los procesos de
cambio internos que viven las comuni
dades. El conocimiento tradicional sobre
los usos de la biodiversidad, así como
las estrategias de manejo, son necesarios
para la conservación de las tierras perte
necientes a los pueblos indígenas y a las
77
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
colectividades afroamericanas y campe
sinas. A su vez, este conocimiento está
relacionado con las características intrín
secas de los ecosistemas, los procesos de
ordenamiento del territorio y de autono
mía, al igual que con los planes de vida de
estos pueblos.
Por ello es necesario apoyar desde
todos los sectores las acciones orientadas
a fortalecer la relación de las comunida
des con sus recursos y a desarrollar sus
planes de vida de modo que contribuyan
a implementar estrategias sostenibles.
Tales acciones deben contemplar la cre
ciente sedentarización de los modos de
vida que ha tenido lugar en las últimas
generaciones y que ha propiciado la in
tensiicación de presiones sobre la bio
diversidad, pero también la proyección
demográica en el largo plazo que tiene
importantes implicaciones en los recur
sos y el bienestar local97.
Finalmente, cabe mencionar que para
poder actuar de uno u otro modo, es ne
cesario tener en cuenta el punto de vista
de las poblaciones locales y el aprovecha
miento que hacen de sus recursos natu
rales. La mejor manera de iniciar consiste
en documentar eicientemente el cono
cimiento tradicional, ya que es la herra
mienta más importante para su conserva
ción y desarrollo. De nuestra parte y una
vez inalizado el trabajo etnobotánico, se
elaboraron, en algunas de las comunidades
indígenas y campesinas con las que hemos
colaborado, libros destinados a restituir el
conocimiento tradicional que aportaron
los pobladores locales al proyecto PALMS
y para contribuir a su conservación y di
fusión local. En Bolivia se prepararon pu
blicaciones para las etnias yuracaré98, chá
cobo99, leco100,101 y campesinos del Beni102,
y en Perú para los awajun103, ese eja104, lla
quash105 y campesinos de Madre de Dios106.
3 Usos de las palmas por poblaciones rurales
Decálogo de recomendaciones para una toma más precisa
de datos etnobotánicos
1. Hacer un esfuerzo por colectar
todas las palmas (plantas) e
identiicarlas a nivel de especie
para su correcta documentación
botánica. Depositar las
colecciones botánicas en los
herbarios de los distintos países
para su consulta posterior por
cualquier investigador.
2. Escribir los nombres vernáculos
con detalle e indicar siempre el
idioma o lengua. Sería óptimo
utilizar los criterios de escritura
universal.
3. Tomar la información de los usos
tan completa como sea posible,
para permitir una clasiicación
al menos a nivel de categoría y
subcategoría. Anotar la parte de la
palma empleada en cada uno de
ellos.
4. Especiicar el grupo humano
o el grupo étnico con el que se
ha trabajado, ya sea indígena
(mencionar la etnia), mestizo,
afroamericano, colono u otro.
5. Obtener información geográica
detallada del lugar de estudio,
incluyendo tipos de bosque o de
formaciones vegetales. Incluir esta
información en todas las colecciones etnobotánicas.
78
6. En el caso de especies medicinales,
anotar especíicamente la
indicación terapéutica, la cantidad
precisa de la parte de la planta a
utilizar, el modo de preparación y
la vía de administración.
7. Detallar con precisión la
metodología que se ha empleado
en la toma de datos, de tal modo
que pueda ser replicable en otras
regiones y a la vez comparable con
otros estudios.
8. Explicar el criterio empleado
para la selección de los
informantes, su género, edad,
etnicidad y cualquier otro factor
socioeconómico que pueda
ser relevante para entender los
patrones de utilización de las
plantas y palmas.
9. Ser muy respetuosos con todos
los informantes, particularmente
los indígenas, ya que el
conocimiento tradicional tiene
fuertes arraigos culturales
y en ocasiones no es objeto
de comunicación a personas
extrañas a su ámbito.
10. Cumplir con los requisitos legales
para la solicitud de permisos de
trabajo en cada país y con las
comunidades locales, como una
forma de respeto a su cultura y sus
tradiciones.
79
3 Usos de las palmas por poblaciones rurales
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
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4 Palmas útiles de Bolivia,
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Mónica Moraes R.a*, Narel Paniagua-Zambranaa,
Rodrigo Cámara-Leretb, Henrik Balslevc & Manuel J. Macíab
Herbario Nacional de Bolivia, Universidad Mayor de San Andrés. La Paz, Bolivia.
Departamento de Biología, Área de Botánica, Universidad Autónoma de Madrid.
Madrid, España.
c
Department of Bioscience – Ecoinformatics and Biodiversity Group,
Aarhus University. Århus C, Dinamarca.
* monicamoraes@ie-umsa.com
a
b
Usos de palmas por los
pueblos del noroeste
suramericano
El escenario en que se desarrollan los
vínculos entre las comunidades humanas
y el aprovechamiento que se hace de las
palmas en la región tropical es biodiverso
y rico en ecosistemas. Las comunidades
humanas se han establecido desde las tie
rras bajas de la Amazonía hasta las altas
montañas andinas, pasando por las for
maciones costeras del Chocó y el Caribe,
hasta las zonas xéricas del Gran Chaco
y las formaciones abiertas del Cerrado.
Como fruto de una larga ocupación terri
torial, los más de 100 pueblos indígenas,
mestizos y afroamericanos asentados en
esta región1 han desarrollado sus identi
dades culturales fundamentadas en el re
conocimiento de su entorno natural y los
recursos disponibles2,3. Las palmas han
desempeñado un papel primordial en la
construcción de estas identidades, preci
samente por la gran cantidad de recursos
que brindan; la presencia de Astrocaryum
vulgare, Acrocomia aculeata, Elaeis oleifera
y Attalea speciosa es un indicador de yaci
mientos arqueológicos en la Amazonía4,5.
Del mismo modo, cuando se hallan plan
tas de Bactris gasipaes en el bosque es un
indicio de ocupación humana previa6,7.
En algunos parajes del delta del Orinoco
se encuentran poblaciones de Mauritia
lexuosa que posiblemente son el resul
tado de actividades comerciales de varios
grupos indígenas de la región8.
87
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
88
Aunque en la región neotropical los
conocimientos tradicionales y culturales
sufren cambios y patrones de reemplazo
—además de enfrentar varios procesos de
destrucción de ambientes naturales— los
productos de las palmas aún son muy rele
vantes para las comunidades humanas que
allí existen. A medida que la disponibili
dad de recursos disminuye las comunida
des deben adaptarse a esas nuevas y cam
biantes realidades. Probablemente hace
30 años los ancestros del grupo chácobo
en la región amazónica de Bolivia tenían
mayor dependencia de las palmas que los
pobladores actuales9, caso similar al de los
huaorani en la Amazonía de Ecuador10.
Ninguna otra familia de plantas pre
senta tanta diversidad de usos para el
hombre como ofrecen las palmas11,12. El
número de productos que son elemen
tales para la subsistencia humana proba
blemente es mayor que el que se atribuye
a cualquier otra familia de plantas13. Las
palmas de la región neotropical son am
pliamente utilizadas con varios propósi
tos y la importancia de algunas categorías
de sus usos varía según las regiones y es
pecies14–21. Para muchos grupos indíge
nas, migrantes (personas y familias que
se trasladan desde regiones ecológicas
mayormente andinas y de las montañas)
y campesinos, las palmas son concebidas
como “árbol de vida”. Muchas especies
proveen alimento, materiales de cons
trucción, ibras, medicinas, utensilios
para cocinar, recolectar frutos, pescar y
cazar6,22,23. Por ello, los productos cose
chados de palmas permiten desde la sub
sistencia familiar —especialmente tra
tándose de grupos distantes a los centros
de comercio y/o de bajos ingresos econó
micos— hasta el desarrollo de activida
des comerciales a mayor escala, que po
sibilitan la venta e incluso la exportación
de ciertos productos. Los grupos étnicos
más aislados, por ejemplo, dependen más
de los productos de las palmas que los
campesinos migrantes24, aunque también
se ha registrado lo contrario en Perú,
donde los migrantes más aislados revela
ron conocer más que los indígenas25.
No obstante, sobre el uso de las pal
mas existe un bajo nivel de documenta
ción y se carece de un conocimiento ex
haustivo11,26. Los conocimientos previos
sobre el uso de las palmas americanas en
etnomedicina se basan principalmente
en la documentación etnobotánica y
en estudios locales27,28. En la región del
noroeste suramericano, la Amazonía es
la ecorregión mejor documentada en la
literatura etnobotánica en comparación
con la región andina y el Chocó11,26. En
este campo, Ecuador es el país mejor do
cumentado y además el único que cuenta
con un detallado catálogo de plantas
útiles29. Colombia presenta las mayores
brechas de información en la literatura,
mientras en Perú y Bolivia estos vacíos
son moderados, con mayor información
para la Amazonía que para los Andes30.
En el Neotrópico se conocen 730 es
pecies de palmas y entre los cuatro países
estudiados se estima que son 336 (ver
apéndice en este libro). Aproximada
mente el 63 % de las especies nativas de
la región se usa para 2395 propósitos11.
La mayoría de las especies se aprovechan
como materia prima destinada para ali
mento humano, bebidas y aceites, y luego
para herramientas y utensilios emplea
dos en diferentes actividades domésticas,
como la caza y la pesca; inalmente son
relevantes los materiales utilizados en la
construcción de viviendas, especialmente
en el techado31. En la región central de
los Andes —por encima de los 1000 m
de altitud— se encuentran 24 géneros y
110 especies de palmas. Los usos más re
presentativos corresponden a alimentos
4 Palmas útiles de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú
(incluyendo frutos, palmito, semillas y
aceites) con 16 géneros (71 % del total),
siguen los materiales de construcción y
luego los utensilios, mientras que 16 gé
neros (66 %) se aprovechan como fuente
de medicinas, combustible y para usos
culturales y ambientales17.
Varios ejemplos han demostrado que
las palmas también son útiles y ventajosas
para el establecimiento de sistemas agro
forestales32,33. Estas palmas arbóreas gene
ran menor cobertura de sombra que otras
especies y así permiten que otros cultivos
crezcan incluso bajo patrones de elevada
densidad34. Además de ser fuente directa
de consumo, pueden estabilizar el suelo
por su denso sistema de raíces, aunque
sea supericial35, y participar en la recupe
ración de nutrientes del suelo profundo36.
Con la información bibliográica de
los países en la región, el patrón repre
sentado de palmas útiles varía de 67 a
87 % entre Bolivia, Colombia, Ecuador
y Perú (Tabla 41). La tendencia general
a nivel regional es que las especies utili
zadas como material para construcción
repuntan en los cuatro países (con 176
especies), les siguen las que se utilizan
para alimento humano (157) y aquellas
destinadas a la elaboración de utensilios
y herramientas (146), mientras que las
demás categorías incluyen hasta 134 es
pecies útiles.
Partes de palmas utilizadas
y categorías de uso
La fuente más importante de materia
prima de palmas constituyen los troncos,
hojas y frutos, pero prácticamente todas
las partes (incluidas las raíces, semillas
y ibras) suelen tener algún uso, aunque
no necesariamente de la misma especie
de palma, pues hay algunas de las que
solo se cosecha un recurso como las ho
jas de jatata (Geonoma deversa) o de ira
pay (Lepidocaryum tenue). Los troncos o
Tabla 4-1. Número de especies de palmas nativas útiles de
Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú con base en categorías de uso
Total
Flora de palmas
336
Palmas útiles
Bolivia Colombia Ecuador
Perú
88
246
141
148
224
77
166
104
114
Alimentación animal
66
36
50
35
41
Alimentación humana
157
62
112
77
90
69
36
50
40
45
Ambiental
Combustible
36
22
28
23
26
Construcción
176
64
142
94
100
Cultural
134
61
104
70
85
82
48
67
49
61
Medicinal y veterinario
Tóxico
Utensilios y herramientas
Otros usos
1
0
1
1
0
146
55
123
83
85
83
48
58
46
60
89
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
90
tallos se utilizan principalmente en la es
tructura de casas y en pisos, cercas, mue
bles y herramientas. Las hojas maduras se
emplean sobre todo para techar viviendas
y las hojas jóvenes para la decoración per
sonal así como en la elaboración de cestas,
abanicos y muchos otros objetos; de las
yemas foliares se obtiene el palmito; los
frutos y semillas sirven como alimentos;
las raíces y aceites extraídos de los frutos
se usan como medicamentos; y con las se
millas o endocarpios tallados se elaboran
anillos, collares, pendientes y pulseras.
Por ejemplo en Colombia las partes de
las palmas que ofrecen un mayor número
de usos son el tallo (60 usos, 11 subcate
gorías y 47 especies), la hoja o partes de la
hoja (44 usos, 17 subcategorías, 48 espe
cies) y los frutos o partes de ellos (38 usos,
18 subcategorías, 47 especies). Las especies
con mayor número de partes usadas son
Oenocarpus bataua (12), Bactris gasipaes
(10), Astrocaryum chambira (9) y Euterpe
precatoria (8)37. En el caso de Bolivia el
33 % de la materia prima es cosechada de
las hojas, el 32 % de los frutos, el 24 % del
tronco, el 7 % de las raíces y el 4 % de las
inlorescencias, y entre las especies más
importantes cuyo aprovechamiento in
cluye el uso de varias partes de la planta se
encuentran Attalea princeps y Oenocarpus
bataua, seguidas por Acrocomia totai,
Astrocaryum gratum, Attalea blepharopus,
Bactris gasipaes, Copernicia alba, Euterpe
precatoria, Iriartea deltoidea y Socratea
exorrhiza21.
A continuación se ofrece una actuali
zación de los datos presentados en Macía
et al.11 sobre las palmas útiles de la región
que se encuentran en diferentes tipos de
bosques y otros ecosistemas del noroeste
suramericano: laderas andinas, cuenca
amazónica y tierras bajas del Chocó. La
actualización incluye nuevos datos do
cumentados con base en entrevistas de
campo y colecciones realizadas por el
proyecto PALMS, así como en Bernal
y Galeano38 y Valencia et al.20. La infor
mación sobre los usos que se dan a las
palmas fue clasiicada por el grupo de
trabajo WP3 en 10 categorías y 56 sub
categorías39. La clasiicación se basa en la
propuesta de Cook40, con algunas modi
icaciones planteadas por Macía et al.11
para adaptarla a las regiones tropicales.
En el apéndice de este libro (Listado de
palmas existentes en Bolivia, Colombia,
Ecuador y Perú) se incluyen los usos
que la gente da a las palmas nativas de la
región con el detalle de cada una de las
categorías que fueron consideradas en el
capítulo sobre etnobotánica.
Categorías de uso de palmas
Alimentación animal
No se ha considerado la posible alimen
tación de la fauna silvestre con partes de
palmas porque la lista sería demasiado
exhaustiva. Únicamente se tomaron en
cuenta aquellas especies atrayentes para al
gunos animales que luego son cazados, que
se usan como forraje o de las que se extrae
carnada para pescar. Son pocas las palmas
que se utilizan para alimentación animal
aunque existen ejemplos en la Amazonía
ecuatoriana durante la fructiicación de
la chambira (Astrocaryum chambira): los
cazadores achuar visitan esta palma para
cazar la guatusa (Dasyprocta fuliginosa) y
el pecarí (Tayassu pecari), habituales con
sumidores de los frutos.
Un uso extendido por toda la Amazo
nía es el de las larvas de Rhynchophorum
palmarum que crecen en los tallos de
palmas en descomposición y se emplean
como cebo de pesca. También hay espe
cies que de las que se extrae forraje para
4 Palmas útiles de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú
el ganado, como Acrocomia totai cuyas
hojas tiernas sirven para alimentar a ca
ballos41; de Astrocaryum standleyanum
y Elaeis guineensis los frutos enteros se
emplean como alimento para marranos y
gallinas en el Chocó colombiano.
Alimentación humana
Para la mayoría de los pueblos amazóni
cos las palmas constituyen una parte im
portante de su dieta. En algunas ciudades
se consumen productos de palmito (en
latado o fresco) de Bactris gasipaes pro
cedentes principalmente de cultivos, y de
Euterpe precatoria extraídos sobre todo
de poblaciones silvestres.
En las comunidades rurales se co
sechan los frutos que en algunos casos
se producen en temporadas cortas y en
otros durante extensos períodos a lo
largo del año. Entre estos frutos comes
tibles se encuentran los de varias espe
cies de Aiphanes, Astrocaryum, Attalea,
Bactris y Chelyocarpus. Mauritia lexuosa
es una fuente natural de vitamina A42
(Figura 41), lo mismo que Aiphanes
horrida43. Oenocarpus bataua tiene un
contenido en proteínas comparable al de
los animales y es mejor que la mayoría
de los cereales y leguminosas43, mien
tras que los frutos de Euterpe oleracea y
E. precatoria contienen antioxidantes y
son fuente de vitamina A, calcio y hie
rro44–46. Algunas especies son fuente de
semillas comestibles, como por ejemplo
Allagoptera leucocalyx, Attalea eichleri,
Parajubaea torallyi, al igual que varias
especies de Phytelephas y Syagrus16. Tam
bién se aprovecha el endospermo inma
duro de Manicaria saccifera y varias espe
cies de Phytelephas. En el caso del motacú
(Attalea princeps), en varias regiones de
Bolivia se consume el mesocarpio que es
muy dulce y aceitoso16,47 (Figura 42).
Figura 4-1. Mercado de Puerto Maldonado (SE Perú)
donde se comercializan frutos de aguaje, moriche o
palma real, Mauritia lexuosa. (M. Moraes R.)
Figura 4-2. Frutos maduros de motacú (Attalea
princeps), cosechados en las montañas de los
Yungas de La Paz (Bolivia), junto a otros productos
comercializados en la zona. (M. Moraes R.)
El aceite que se extrae del mesocar
pio y de las semillas de las palmas es un
producto utilizado principalmente para
la alimentación. Algunas de las palmas
91
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
92
productoras de aceite son Acrocomia
totai, Bactris gasipaes, Elaeis oleifera,
Mauritia lexuosa y varias especies de los
géneros Attalea, Astrocaryum, Euterpe y
Oenocarpus. En Bolivia y Colombia se
ha reportado que el aceite extraído de los
frutos de Oenocarpus bataua es rico en
alfatocoferol48,49. Por su alto contenido
en ácidos oleico y láurico, el aceite de
motacú (Attalea princeps) es recomenda
ble para el consumo humano50.
Para la preparación de refrescos y
helados se utiliza la pulpa de los frutos
maduros (crudos o cocidos) de Bactris
guineensis, B. major, Euterpe oleracea, E.
precatoria y Mauritia lexuosa. También
se consumen bebidas frías a partir de la
cocción de frutos de Euterpe precatoria,
Oenocarpus bataua y Oenocarpus minor,
entre otras. Las bebidas preparadas con
las dos últimas especies tienen un sabor
a chocolate con leche y por eso en Boli
via se las conoce como “leche de majo”
o “de majillo” respectivamente21. En al
gunos casos se elaboran además bebidas
fermentadas, como chicha de Bactris
gasipaes, vinos de Euterpe precatoria y
Mauritia lexuosa, al igual que de varias
especies de Attalea.
Con la savia de algunas palmas tam
bién se preparan bebidas alcohólicas. En
Colombia se extrae la secreción de las
inlorescencias de Attalea butyracea para
producir vino de palma y este es conside
rado de gran potencial para la produc
ción de azúcar51,52. Antes también en las
tierras bajas de Bolivia se extraía la savia
de totaí (Acrocomia totai) pero ya no es
vigente esa práctica41.
En cuanto al palmito, los poblado
res locales de la región aprovechan y
comercializan los meristemos apicales
de Bactris gasipaes, Euterpe oleracea, E.
precatoria y Prestoea acuminata. Con la
disminución de rodales de E. precatoria
en varios países, se ha ido incrementando
paulatinamente la supericie de cultivos
de Bactris gasipaes17. Actualmente la ma
yor parte del palmito enlatado proviene
de plantaciones de esa especie, pero
también se produce a escala industrial
a partir de Euterpe oleracea que es una
palma cespitosa53. Algunas comunidades
humanas cosechan de forma ocasional el
palmito de otras especies como Attalea
princeps, Dictyocaryum lamarckianum y
Welia regia, entre otras.
Antes de la llegada del comercio a
las comunidades indígenas amazónicas,
las palmas iguraban como un recurso
importante en la provisión de sal para
la alimentación. Aunque es una práctica
menos frecuente, todavía existe en la ac
tualidad y entre las especies más habitual
mente usadas por los pueblos amazónicos
en Colombia iguran Attalea maripa y
Oenocarpus bataua. En el Chocó colom
biano las mujeres emberá mantienen
el fruto de Astrocaryum standleyanum
poco masticado en los cachetes por tres
días para “curar” la boca antes de masti
car maíz, para que la chicha salga dulce.
De igual manera, antiguamente en la
Amazonía colombiana se daban lores
de Chamaedorea pinnatifrons a las niñas
tikuna para curar la boca antes de prepa
rar chicha.
Ambiental
Aunque en la mayor parte de los cua
tro países de la región se cultivan muchas
especies de palmas exóticas, se han gene
rado varios esfuerzos para promover el
uso ornamental de las palmas nativas en
las ciudades y jardines. En los relevamien
tos realizados y publicaciones recientes se
han encontrado 27 especies ornamenta
les20,21,54, entre ellas Allagoptera leucocalyx,
Ceroxylon quindiuense, Copernicia alba,
4 Palmas útiles de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú
Parajubaea spp., Syagrus sancona y
Trithrinax schizophylla.
En Colombia, por ejemplo, hay más
de 100 especies con potencial ornamen
tal que las hace adecuadas para contri
buir al paisajismo urbano55. Además en
este país se elaboran arreglos lorales con
las hojas de Geonoma orbignyana56. En
Bolivia, con base en experiencias de rege
neración de palmas a partir de semillas,
se considera que hay más de 20 especies
con posibilidades ornamentales57.
Las palmas que tienen diversas apli
caciones agroforestales incluyen a Attalea
spp., Bactris gasipaes, Ceroxylon spp.,
entre otras58. También se las utiliza para
delimitar propiedades, como es el caso
de Copernicia alba en Bolivia y Syagrus
sancona en los demás países.
usadas se hallan Astrocaryum spp., Bactris
gasipaes, Ceroxylon spp., Dictyocaryum
lamarckianum, Iriartea deltoidea (Fi
gura 43), Iriartella setigera, Oenocarpus
bataua, Socratea exorrhiza, S. rostrata,
Welia regia, Wettinia spp.). Los troncos
de Copernicia alba, Iriartea deltoidea y
Socratea exorrhiza, cortados longitudi
nalmente y aplastados, se utilizan para
armar los pisos, las paredes y los desagües
de viviendas16. En algunos casos se fabri
can piezas de parqué con los troncos de
Iriartea deltoidea y Astrocaryum gratum21.
Combustible
El aceite extraído de varias especies
(Attalea spp., Euterpe spp., Oenocarpus
spp.) es empleado ocasionalmente como
combustible para lámparas en la región
del oeste suramericano. El tronco de las
especies arbóreas de mayor tamaño, es
pecialmente Iriartea deltoidea, se usa
ampliamente como leña23. Las brácteas
pedunculares y frutos secos sirven como
leña para hornos y hogueras. Las hojas
secas de varias especies de palmas se uti
lizan como iniciadores del fuego y para
impermeabilizar embarcaciones. Moreno
& Moreno59 han mencionado el potencial
de los frutos de Attalea speciosa para la fa
bricación de carbón activado en Bolivia.
Construcción
Por su dureza y durabilidad, los troncos
de algunas palmas sirven como vigas y
horcones en la construcción de vivien
das y refugios. Entre las especies más
Figura 4-3. Uso cofán de iriartea deltoidea para
techar cocinas, río Aguarico, Sucumbíos (Ecuador).
(R. Cámara-Leret)
Los troncos de las especies de gran
tamaño como Iriartea deltoidea, Socratea
rostrata y Wettinia quinaria se utilizan
como postes para el alumbrado y ten
dido eléctricos, así como para soporte de
las plantas que producen lores y bana
nas para la exportación60. En Bolivia los
troncos de Copernicia alba sirven como
postes de alumbrado público, en las zo
nas tanto rurales como urbanas16. Con
la porción ensanchada de los troncos de
Iriartea deltoidea se tallaban canoas en
Colombia y Ecuador.
Con una amplia variedad en calidad
y duración, las hojas de las palmas, ya
93
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
sean enteras, partidas, trenzadas o super
puestas, son utilizadas para el techado de
viviendas, especialmente en la Amazo
nía y en el Chocó20,61,62. Estos materiales
aportan ventajas en climas cálidos y hú
medos, ya que el techo de palma brinda
protección contra las lluvias y ventilación
contra las altas temperaturas. El techo de
Sabal mauritiiformis puede durar 50 años.
En Bolivia el techo de la jatata (Geonoma
deversa) puede durar 18–25 años, el de
Phytelephas tenuicaulis 18 y el de Euterpe
precatoria 1463,64. Numerosas palmas
se utilizan para fabricar techos, entre
ellas: Attalea butyracea, Chelyocarpus
chuco, Copernicia tectorum, Euterpe
longivaginata, Geonoma macrostachys,
Hyospathe elegans, Iriartea deltoidea,
Lepidocaryum tenue (Figura 44),
Manicaria saccifera, Mauritia lexuosa,
M. carana, Pholidostachys dactyloides y
Welia regia. Ocasionalmente las hojas
de algunas especies (Geonoma deversa,
G. macrostachys, Phytelephas spp.) ya
trenzadas en piezas o paños se usan para
los techados de diversas construccio
nes. En Bolivia las hojas palmadas de
Chelyocarpus chuco sirven para parchar
los techos dañados63,64.
94
Figura 4-4. Uso macuna de Lepidocaryum tenue para
techar malocas, río Apaporis, Vaupés (Colombia).
(R. Cámara-Leret)
Cultural
Al ser parte de la manifestación cultural
de los pueblos, la producción artesanal
está a menudo relacionada con la acti
vidad turística. Entre las palmas utili
zadas con este in iguran Astrocaryum
spp., Attalea spp., Copernicia alba, C.
tectorum, Mauritia lexuosa y Trithrinax
schizophylla. Muchas comunidades lo
cales tallan el endocarpio de varias es
pecies de Astrocaryum y Bactris para
elaborar diversos objetos como colla
res, adornos y llaveros que también
son confeccionados con maril vege
tal (Ammandra decasperma, Aphandra
natalia, Phytelephas spp.). También a
partir de semillas de muchas especies de
palmas como Astrocaryum spp., Euterpe
spp., Socratea exorrhiza, Syagrus sancona,
Wettinia quinaria se elaboran collares,
anillos y múltiples adornos.
En el pasado, las semillas de
Phytelephas aequatorialis y P. macrocarpa
eran talladas para la confección de boto
nes en Ecuador y Colombia65 y todavía es
un ítem de productos no maderables muy
importante en el oeste ecuatoriano66.
Instrumentos musicales como la ma
rimba del Chocó colombiano y ecuato
riano se fabrican principalmente con la
madera de pambil (Iriartea deltoidea) y
la guacharaca del Caribe se sigue cons
truyendo en la actualidad con los tallos
de Bactris brongniartii y B. guineensis38,67.
Otro instrumento de viento, el bajón
chiquitano, se elabora con hojas tier
nas enrolladas de cusi (Attalea speciosa)
en Bolivia21. En Perú la lauta peruana
se fabrica con las hojas del palmiche
(Hyospathe elegans).
El aceite extraído de los frutos de
Attalea spp., Euterpe spp. y Oenocarpus
spp. se usa como cosmético. En Bolivia
siete especies son aprovechadas por sus
4 Palmas útiles de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú
aplicaciones en este campo: Acrocomia
totai, Astrocaryum aculeatum, Attalea
blepharopus, A. princeps, A. speciosa,
Euterpe precatoria y Oenocarpus bataua21.
En Ecuador los tsáchila utilizan un tinte de
tejidos proveniente de hojas maceradas de
Synechanthus warscewiczianus y también
se tiñe con hojas de Geonoma undata15.
En poblaciones amazónicas de Ecua
dor y Colombia se organiza una iesta
anual para celebrar el período de fructii
cación de Bactris gasipaes2,23,60. Según las
tradiciones andinas en Bolivia, las semi
llas de Iriartea deltoidea se mezclan con
conites, plantas medicinales y objetos de
diversos materiales en rituales y ofren
das para la buena suerte16. En el oeste
suramericano las hojas nuevas de varias
especies de Ceroxylon se utilizan para
el Domingo de Ramos, una celebración
católica. También se emplean para cons
truir castillos rituales durante el carnaval
inga y camsá, en los Andes de Colombia
(CámaraLeret et al. en preparación).
Para algunos grupos indígenas de Na
riño (Colombia), el palmito de Prestoea
acuminata es parte de la dieta durante las
celebraciones de la Pascua.
Medicinal y veterinario
Sosnowska y Balslev28 encontraron 106
especies americanas de palmas conocidas
por sus usos medicinales que van desde
tratamientos para la diabetes y la leish
maniasis hasta la hiperplasia prostática.
Por ejemplo, Serenoa repens y Roystonea
regia son fuente de medicamentos que
ya han sido aprobados por sociedades
médicas28. De las aplicaciones medici
nales mayormente derivadas de aceites
(Attalea princeps, A. speciosa) y raíces
de palmas (Euterpe precatoria) —aun
que también se usan los frutos, cogollos
y cenizas de hojas e inlorescencias— se
encuentran ejemplos relevantes en cada
región. Con estos ines se utilizan, entre
otras, las siguientes especies: Acrocomia
aculeata, A. totai, Attalea spp., Bactris
gasipaes, Elaeis oleifera, Euterpe spp.,
Mauritia lexuosa, Oenocarpus bataua,
O. minor y Socratea exorrhiza.
Los curanderos tsáchila de Ecuador
usan al menos nueve especies de palmas
para tratar más de 20 afecciones, como
asma, dolores musculares y de huesos,
y problemas de corazón60. En Colombia
se registraron 26 aplicaciones para 29 es
pecies de palmas. Se las usa para tratar
infecciones e infestaciones (antipalúdico,
antihelmíntico, contra piojos), como an
tídotos contra mordeduras de serpientes
y para aliviar afecciones respiratorias37.
En Bolivia se emplean 23 especies de pal
mas medicinales para tratar problemas
estomacales y dolores en varios sistemas
del cuerpo, como antiparasitarios, antife
brífugos, antiofídicos, calmantes y contra
picaduras de insectos21.
Tóxico
Los usos de palmas como plantas tóxi
cas son poco habituales y solamente se
ha documentado que algunos cazadores
afrocolombianos en el Chocó consideran
que el palmito de Wettinia quinaria es tó
xico y lo utilizan para cazar: lo parten y
lo colocan en la madriguera de la guagua
(Cuniculus paca) porque se dice que esta
al comerlo, muere.
Utensilios y herramientas
Las palmas se usan para confeccionar
una gran cantidad de objetos de uso
doméstico en la Amazonía, en los An
des y en el Chocó. Se elaboran bolsas
para transporte de distinto tipo de ob
jetos (shigras), canastos con múltiples
95
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
funcionalidades (incluso con ines
temporales o de un solo uso), esteras,
sombreros, abanicos o aventadores, ha
macas, muebles y escobas, entre mu
chos otros (Figura 45). En las distintas
regiones del noroeste de Suramérica
existen especies sobresalientes que cu
bren estas necesidades. Por ejemplo,
en la Amazonía, desde Colombia hasta
Perú, Astrocaryum chambira es amplia
mente utilizada y de ella se obtiene una
ibra a partir de sus hojas sin abrir (ho
jas jóvenes), con la que se confeccionan
objetos de uso cotidiano de gran cali
dad, muchos de ellos comercializados a
mayor escala (hamacas y bolsas)23,68–70.
4 Palmas útiles de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú
Asimismo se usa la ibra de Astrocaryum
standleyanum, especie destacada en la
zona de la costa húmeda de Colombia,
con la que se elaboran hamacas, este
ras y forrado de muebles tanto para uso
cotidiano como para comercialización
que aporta importantes beneicios a las
familias que lo trabajan12,71. Al sur de
la región estudiada (Bolivia y Perú), las
hojas tiernas de Attalea princeps se em
plean ampliamente para confeccionar
múltiples objetos como escobas, aba
nicos, distintos tipos de canastos con
inalidades que van desde nidos en ga
llineros hasta el almacenamiento de la
cosecha y las semillas de un año a otro72.
A
Se elaboran escobas a partir del pecíolo
de las hojas de algunas especies de pal
mas, entre ellas Allagoptera leucocalyx,
Attalea spp. y Cryosophila kalbreyeri.
Las raíces fúlcreas espinosas de Socratea
exorrhiza se usan habitualmente como
ralladores de yuca en la preparación de
comidas. En los Andes de Colombia y
Ecuador las pinnas de las hojas jóvenes
apicales (de color amarillo) de Ceroxylon
ventricosum se emplean para la confec
ción de esteras, mientras que en Boli
via las hojas de Parajubaea sunkha y P.
torallyi sirven para tejer canastos, abani
cos y distintos tipos de sogas73, así como
para elaborar las muñecas de sunkha
(Figura 46)21.
B
insignis y eventualmente de tallos duros
de otras especies (Bactris spp. o Aiphanes
ulei). En los cuatro países estudiados se
comercializan habitualmente réplicas de
estas herramientas como recuerdos para
los turistas. También se emplea amplia
mente la ibra de Astrocaryum chambira
para elaborar redes de pesca. Asimismo
los troncos de las especies arbóreas,
cuando se trata de individuos juveniles,
o el de otras de menor talla y con tronco
duro, se emplean como arpones y lanzas
improvisados en las cacerías. Las hojas de
las especies de lámina entera (Geonoma
spp. y en menor medida Bactris spp.) se
suelen utilizar para envolver objetos, ali
mentos y enseres.
Por el patrón jaspeado de sus ibras.
los troncos de Astrocaryum gratum,
Iriartea deltoidea y Socratea exorrhiza
son cotizados en ebanistería y para la in
dustria de muebles21. De varias especies
se utilizan los troncos para la construc
ción de cajones, muebles y otros.
Otros usos
C
96
Figura 4-5. Utensilios domésticos. A) Upu: recipiente fabricado por los yuracaré con la base foliar de
Iriartea deltoidea y utilizado como utensilio de cocina en Río Isiboro (Cochabamba, Bolivia).
B) Mujer chácobo de Alto Ivon (Beni, Bolivia) tejiendo las fibras de la hoja tierna de Astrocaryum aculeatum
para elaborar una “chichama” (canasto). C) Abanicos cocama tejidos con la fibra de la hoja tierna de
Astrocaryum huaimi: dos tipos de tejido que asemejan la disposición de las escamas de dos peces
del río Amazonas (Río Samiria, Loreto, Perú). (N. Paniagua-Zambrana)
Figura 4-6. Muñecas de la ibra de sunkha
(Parajubaea sunkha) de Vallegrande
(Santa Cruz, Bolivia). (M. Moraes R.)
A nivel regional y aunque ha dismi
nuido enormemente el uso de herramien
tas tradicionales para la caza y pesca, aún
se fabrican arcos y puntas de lecha con
el tallo de Bactris gasipaes. Para la con
fección de cerbatanas se usa el tallo de
distintas especies arbóreas como Bactris
gasipaes, Iriartea deltoidea o Wettinia
maynensis. Los dardos o lechas utiliza
dos con la cerbatana se elaboran a par
tir de los pecíolos de Attalea maripa, A.
Un uso indirecto de las palmas es el con
sumo como alimento de la larva del es
carabajo Rhynchophorus palmarum que
se desarrolla en troncos en descomposi
ción de varias especies, como Mauritia
lexuosa, Iriartea deltoidea y Oenocarpus
bataua (Figura 47). Esta larva es rica
en ácidos grasos y muy apreciada en las
comunidades indígenas, especialmente
de la región amazónica, como un com
plemento proteico para su dieta y por sus
aplicaciones medicinales. Las larvas se
comercializan ampliamente en los prin
cipales mercados amazónicos como Iqui
tos (Perú) y Puerto Francisco de Orellana
(Ecuador), así como en algunas comuni
dades amazónicas de Bolivia.
97
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
aplicaciones (alimenticio, construcción,
cultural, etc.). Como un patrón común
en la región, Bactris gasipaes, Euterpe
precatoria, Iriartea deltoidea, Mauritia
lexuosa y Oenocarpus bataua ofrecen
una amplia gama de usos. Acrocomia
totai fue anteriormente utilizada para
multipropósitos en Bolivia41 y en Perú
Aphandra natalia es usada de 24 formas
diferentes74.
Figura 4-7. Larvas de Rhynchosphorus palmarum que
crecen en el tronco de Mauritia lexuosa y son muy
apetecidas en las comunidades del río Amazonas
(Loreto, Perú). (N. Paniagua-Zambrana)
Palmas multipropósito
Algunas especies de palmas son recono
cidas por sus múltiples usos (multipro
pósito) que incluyen varias categorías y
98
Las palmas útiles son un elemento clave
para la supervivencia de las poblaciones
humanas en la Amazonía, la selva del
Chocó y los Andes, ya que proporcionan
alimentos, medicinas y materia prima
para la construcción de viviendas y todo
tipo de herramientas. Todos los usos,
propiedades y derivados de las palmas
nativas en la región es parte importante
de la gran herencia de los pueblos y sería
la base para implementar iniciativas pro
ductivas en que el concepto moderno de
desarrollo no sea contrario a la conser
vación. La utilidad de las palmas es más
pronunciada en los bosques tropicales de
tierras bajas, como en la Amazonía y el
Chocó, pues los pueblos mantienen aún
arraigadas las tradiciones de uso. Estas
costumbres de alguna manera son pau
latinamente incorporadas a sistemas de
manejo y producción a mayor escala.
4 Palmas útiles de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú
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Research, Rheinische Friedrich-Wilhelms-Universität Bonn. Bonn, Alemania.
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(actualmente) Faculty of Extension, University of Alberta. Edmonton, Canadá.
e
Department of Geobotany, Universität Bochum. Bochum, Alemania.
f
División Botánica, Museo de Historia Natural Javier Prado, Universidad Nacional
Mayor de San Marcos. Lima, Perú.
g
(actualmente) Institut für Biologie – Ökologie der Pflanzen, Freie Universität Berlin.
Berlin, Alemania.
* mweigned@uni-bonn.de
a
Las palmas son ampliamente utilizadas
en el noroccidente suramericano1–4. En
Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia se
reporta un gran número tanto de espe
cies útiles (140) como de usos actuales
(2262)5. Se trata de un grupo altamente
apreciado ya que provee gran variedad de
materias primas fundamentales para la
subsistencia de las poblaciones locales en
toda la región. Los productos provenien
tes de las palmas son comercializados a
diferentes niveles y escalas6. En este es
tudio se pretende cuantiicar en térmi
nos económicos las palmas nativas de la
región con importancia comercial, to
mando como base datos de abundancia
y productividad. Se señalan los diferentes
tipos y niveles de comercialización para
los productos de palmas más relevantes,
en función de la compra, la venta, las prác
ticas de mercado y las cadenas de valor de
seis principales categorías de productos:
103
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
madera, palmito, material para techado,
ibra, frutos y semillas. Se presentan así
las perspectivas de la comercialización de
las palmas, considerando la abundancia
del recurso, el panorama económico y su
sostenibilidad en la región. Se crearon va
rias bases de datos que incluyen informa
ción sobre la abundancia local de ciertas
especies con importancia económica y el
valor del recurso y de la cosecha sosteni
ble, así como datos relativos a las cadenas
de valor, a los mercados en varios sitios y
a aspectos normativos. La integración de
estos distintos tipos de información per
mitió una mejor comprensión de las ac
tividades comerciales y sus expectativas
al igual que de las implicaciones de una
economía de mercado en las poblaciones
de palmas nativas. La comparación de
los diversos tipos de datos ha permitido
trazar, por lo menos a grandes rasgos,
el nivel de comercialización actual y sus
vínculos con la sostenibilidad y las ca
denas de valor. A un nivel básico, se ha
intentado responder a la pregunta ¿qué
valor comercial se puede otorgar a las po
blaciones de palmas silvestres teniendo
en cuenta también los niveles sostenibles
en la extracción?
Palmas maderables
104
La madera de las palmas es utilizada re
gularmente en la región, siendo Bactris
gasipaes, Iriartea deltoidea, Socratea
exorrhiza, Wettinia quinaria y Euterpe
spp. las especies y género con mayor im
portancia en esta categoría6–9. Los tron
cos se usan como pilares, vigas, ripas o
tablillas en la construcción de cercas,
pisos, paredes y otras estructuras de las
casas, además de ser empleados para la
fabricación de artesanías, muebles y en
tarimado (Figura 51 A–C6,10).
Abundancia: Los datos de abundan
cia indican que las palmas maderables si
guen siendo abundantes11, a pesar de que
en algunas áreas las poblaciones silvestres
se encuentran reducidas, v. gr. Iriartea
deltoidea en Ecuador (Santo Domingo
de los Tsáchilas y San Miguel de los Ban
cos, Pichincha12,13) y diversas especies del
género Wettinia en Colombia (San José
del Palmar14). En la Amazonía y la zona
costera de Ecuador las densidades de I.
deltoidea oscilan entre 4 y 168 tallos ma
duros/ha (tallo maduro = DAP > 10 cm)
y las de W. quinaria en los bosques del
Chocó entre 4 y 192 tallos maduros/
ha13,15,16. El promedio de individuos adul
tos17 (v. gr. individuos que han alcanzado
la madurez reproductiva) por hectárea
es bastante variable entre localidades de
los cuatro países18, v. gr. de 9 (Colombia)
a 45 (Bolivia) individuos adultos/ha de I.
deltoidea, de 4 (Ecuador) a 20 (Colom
bia) de W. quinaria y de 2 (Colombia)
a 9 (Ecuador) o 30 (Bolivia) de Socratea
exorrhiza.
Valor de la cosecha en pie: Las muy
variables densidades de tallos madu
ros de Iriartea deltoidea mencionados
anteriormente tienen un valor econó
mico de 40–1920 USD/ha si se extraen
solamente como materia prima (ganan
cia del propietario por tallo: ~ 10 USD),
pero el valor asciende a 248 o inclusive
a más de 10 000 USD/ha si los troncos
son procesados de algún modo (venta a
la industria de la loricultura: 62 USD por
tablillas elaboradas a partir de un tallo).
El valor de la cosecha en pie es pues eco
nómicamente signiicativo.
Valor de la cosecha sostenible: Va
lores de los niveles de cosecha sosteni
ble discutidos en la literatura sugieren
por ejemplo como criterio guía que los
individuos de Iriartea menores de 20
años no deben ser cosechados12,15,18–20.
5 Comercialización de productos de palmas nativas
En el caso de Wettinia el número de in
dividuos cosechados debe corresponder
al número de individuos que llegan a la
edad adulta por hectárea. En Colombia 7
individuos/ha de Wettinia quinaria o 12
de W. kalbreyeri podrían ser cosechados
anualmente sin comprometer su soste
nibilidad14. De igual forma los juveniles
de Socratea y los individuos de menos de
15 m no deben ser derribados21. Una co
secha sostenible daría una productividad
relativamente baja, de aproximadamente
10 tallos adultos/ha o menos. El valor de
la materia prima oscilaría entre 35 USD
(se paga 3.5 USD por cien tablillas de
Socratea para la construcción de techos
en Loreto, Perú, Mittelbach, datos no
publicados) y 100 USD/ha (los tallos de
Iriartea y Wettinia se venden por 10 USD
en Ecuador15), aunque si las tablillas son
vendidas a la industria de la loricultura
se podrían alcanzar 620 USD/ha13,16.
Manejo y comercialización actual:
La mayor parte del volumen de la ma
dera de Iriartea, Socratea, Wettinia y
otras palmas de porte arbóreo comercia
lizadas se cosecha en zonas silvestres de
manera insostenible y sin las directrices
apropiadas (v. gr. plan de manejo16). Pa
radójicamente los troncos de palmas son
categorizados como Productos Forestales
No Maderables (PFNM) y como tales
son excluidos de regulaciones y leyes fo
restales, como por ejemplo licencias de
aprovechamiento22,23. El transporte de
madera, incluida aquella proveniente de
palmas, no está estrictamente regulado.
La guía de movilización es el único tipo
de documento legal exigido tratándose
de la madera de palmas en Ecuador13,16,
mientras que en Colombia la regulación
para la movilización de materiales bioló
gicos no provee información acerca del
origen de la cosecha ni de la comercia
lización de sus productos. En la práctica,
la inaccesibilidad viene a ser el mayor
obstáculo para la comercialización y co
secha de madera de palmas. Una vez que
la madera va en camino a ser procesada
(Figura 51A) o comercializada (Figura
51B & C), no es factible determinar la
especie de palma de la que proviene y las
autoridades a cargo de controlar su movi
lización y comercio emplean únicamente
los nombres comunes, con lo que se hace
aún mas difícil conocer su origen. Con
secuentemente es difícil, si no imposible,
realizar una caracterización taxonómica
de las palmas comercializadas o cono
cer su distribución y origen. Aunque es
sabido que para utilizar este recurso de
manera sostenible es necesario no solo
establecer niveles de extracción, sino
también poder hacer un debido segui
miento y control, en general en ninguno
de los países fue posible acceder a infor
mación acerca de la comercialización de
madera de palmas.
Cadenas de valor: Las cadenas de
valor para la madera de palmas depende
del tipo de producto comercializado pero
suelen ser cortas, formando parte de ellas
el cosechador del producto, la unidad de
procesamiento y el consumidor inal. En
lugares donde no existen conlictos sobre
la tenencia de la tierra, el dueño y en algu
nos casos los intermediarios están invo
lucrados en la comercialización de la ma
teria prima. Los datos disponibles acerca
de las cadenas de valor en la comercia
lización de madera de palma, aunque
son escasos (20 entrevistas), muestran
que los propietarios de la tierra obtienen
cerca del 16 % de las ganancias inales
y los cosechadores alrededor del 27 %,
consiguiendo ambos considerables bene
icios de la venta de tablillas a la industria
de la loricultura15,16 (Figura 52). Sin em
bargo, se sabe poco acerca de los lugares
de extracción; en el caso de bosques de
105
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
106
propiedad del Estado o colectiva, los due
ños de la tierra probablemente no obten
drían beneicio alguno. El mercado para
madera proveniente de palma es amplio
a pesar de no existir un mercado activo.
La fabricación de productos más elabora
dos (v. gr. muebles y entarimado, Figura
51C) se hace únicamente por encargo.
La mayor parte del volumen de materia
prima es consumido a nivel local, bási
camente en la construcción de cercas y
material de vivienda, y es comercializado
prácticamente sin procesar, en forma de
estacas (Figura 51A) o tablillas (Figura
51B) por un valor bastante inferior al de
los productos elaborados.
Perspectivas: Dado que las especies
de palmas estudiadas necesitan varias
décadas para alcanzar la edad madura,
es probable que las poblaciones silvestres
estén siendo reemplazadas por cultivos
para madera de rápido crecimiento como
Eucalyptus o Pinus, que ahora se obser
van a largo de los Andes tropicales. Ac
tualmente la mayor parte del volumen de
madera de palmas es empleado en la fabri
cación de productos de escaso valor eco
nómico. Un estudio realizado entre 2001
y 2010 en el noroccidente de la provincia
de Pichincha (Ecuador), reporta que más
del 77 % de los troncos de Iriartea cose
chados fueron comercializados en forma
de estacas y tablillas para la industria de la
loricultura, con un escaso valor añadido.
Por el contrario, un solo tallo puede gene
rar ganancias entre 3500 y > 40 000 USD si
se utiliza para la fabricación de productos
más elaborados como muebles, joyeros o
palillos para sushi15. Por tanto, estimular la
fabricación de productos más elaborados
incrementaría el impacto económico del
uso de madera de palma y podría abrir
un camino para prácticas de manejo más
sostenibles.
Palmito
Al igual que para la extracción de ma
dera, la producción de palmito requiere
la tala del individuo de tallo único o de
diversos tallos en el caso de palmas con
crecimiento clonal (Figura 51D–F). El
palmito enlatado es sin duda el producto
de palma nativa del noroccidente de Sur
américa con mayor importancia econó
mica en términos del valor exportado y
comercializado24. En Ecuador y Perú, el
volumen exportado es mayor y proviene
de cultivos de Bactris gasipaes. En Boli
via y Colombia se exporta en menor es
cala, y el producto de obtiene de pobla
ciones silvestres de Euterpe precatoria y
E. oleracea respectivamente25,26 (Figura
51D). En Colombia y Ecuador algunas
otras especies como Prestoea acuminata
son comercializadas en mercados loca
les27,28 y muchas otras son únicamente
consumidas a nivel doméstico3.
Abundancia: El promedio de indivi
duos adultos por hectárea varía conside
rablemente entre las distintas especies y
las diferentes localidades estudiadas en
los cuatro países17. Euterpe oleracea es
relativamente común en estado silvestre
y la densidad de individuos comercial
mente útiles es aún alta (106 individuos
adultos/ha en Colombia). En cambio se
encontró que la densidad de individuos
en edad reproductiva de E. precatoria
y Prestoea acuminata es considerable
mente baja; v. gr. de 6 (Ecuador) a 23 (Co
lombia) y de 8 (Bolivia) a 19 (Colombia)
individuos adultos/ha, respectivamente.
En Bolivia y Ecuador las poblaciones sil
vestres de E. precatoria y P. acuminata se
están reduciendo signiicativamente29.
Valor de la cosecha en pie: En Co
lombia (Nariño, Iscuandé), las pobla
ciones silvestres sin explotar de Euterpe
5 Comercialización de productos de palmas nativas
oleracea tienen 860–1 980 tallos ma
duros/ha (tallos de > 8 m de alto y de
DAP > 8 cm), pudiendo alcanzar un valor
de 86–198 USD/ha tratándose de tallos
no procesados (0.1 USD/cogollo26). Esa
cifra asciende a 997–2 297 USD/ha si los
tallos o palmitos enlatados son vendidos
a Estados Unidos (1.16 USD/cogollo30) y
hasta 1 806–4 712 USD/ha si es a Alema
nia (2.10–2.38 USD/cogollo8).
Valor de la cosecha sostenible: Como
en el caso de la extracción de madera, la
producción de palmito requiere derribar
los tallos de las palmas, por lo que se debe
analizar pormenorizadamente para cada
especie si la cosecha se puede hacer de
manera sostenible y qué tipo de prácti
cas serían necesarias para lograrlo27,31. La
potencialidad del uso sostenible para las
principales especies explotadas ha sido
ampliamente documentada. Por ejemplo,
las poblaciones silvestres de individuos
solitarios de Euterpe precatoria no sopor
tan una extracción sostenible, ya que se
cosecha el 90–100 % de los individuos en
edad reproductiva29,31,32.
En el caso de Prestoea acuminata,
palma clonal de tierras altas con bajas
densidades (127 individuos adultos/ha)
y tasas de crecimiento, su explotación
comercial solo permite una tasa máxima
de extracción del 10 % de los individuos
adultos, es decir de entre 23 y 40 años27.
Esto supone que la extracción de 13 co
gollos/ha/año, cuyo valor corresponde a
1.3 USD/ha/año (0.1 USD/cogollo) sería
económicamente inviable. Otra palma
clonal, Euterpe oleracea, puede cose
charse sosteniblemente a niveles más al
tos en lugares con mayores densidades
(50 al 75 % de los individuos adultos),
lo que implica un rendimiento inicial de
cerca de 1000–1500 cogollos/ha para las
densidades mencionadas anteriormente
y corresponde a 100–150 USD/ha/año
con base en 0.1 USD/cogollo de palma
sin procesar. Durante los próximos siete
años tal rendimiento inicial disminuirá
respecto de la cosecha a una cantidad de
220–320 cogollos/ha/año. Aproximada
mente 35 a 40 años después de la primera
cosecha el rendimiento de la extracción
sostenible se incrementaría en relación
con el obtenido inicialmente.
Manejo y mercado actual: La cose
cha tanto de Prestoea acuminata como
de Euterpe precatoria se puede consi
derar destructiva e insostenible. La tasa
de extracción de E. oleracea en el sur del
Chocó colombiano excede considerable
mente los niveles de extracción sosteni
ble y afecta no solo a la futura oferta de
palmito, sino también a la disponibilidad
del fruto (açaí) que supone una impor
tante fuente de alimento a escala local26.
La información acerca de las exporta
ciones de este producto disponible en el
Banco Central del Ecuador, el Instituto
Boliviano de Comercio Exterior y la base
de datos de las Naciones Unidas sobre
comercio de mercaderías (Comtrade), no
diferencia adecuadamente las especies de
palmito ni especiica si proviene de cul
tivos o de poblaciones silvestres (Figuras
53 y 54). En Ecuador las exportacio
nes de palmito, en su mayoría extraído
de cultivos, presentan un crecimiento
casi lineal en las últimas dos décadas: de
223 t/año y 0.6 millones de USD en 1992
a más de 30 000 t/año y 73 millones de
USD en 2012. Hoy en día estos valores
son muy superiores a los registrados en
los otros países estudiados. En 2012 Co
lombia exportó 581 t/año por 4 millones
de USD, Bolivia 6850 t/año por 16.3 mi
llones y Perú 1702 t/año por 4.9 millones.
En 1999 se observó una disminución de
la exportaciones de este producto en Bo
livia, Colombia y Perú, pero en Ecuador
estas no se vieron afectadas. En ese año
107
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
108
los precios de exportación se desploma
ron en toda la región (en Colombia el des
censo se observó en 2000) y no fue sino
en 2007 cuando se recuperaron de nuevo
y en 2008 ascendieron rápidamente. Des
pués de este evento, los mercados de Perú
y Colombia necesitaron seis y diez años
respectivamente para reponerse. En 2002
hubo nuevamente una disminución de
las exportaciones y esta vez el mercado
ecuatoriano se vio afectado. La crisis i
nanciera global pudo ser la responsable
de los posteriores descensos del mercado
en Colombia y Bolivia (2008) y en Ecua
dor y Perú (2009) (Figuras 53 y 54).
En los países estudiados el precio de ex
portación del palmito osciló entre 137 y
689 USD/t durante los últimos 20 años
con un valor promedio de 247 USD/t. En
2010 el mercado de estas exportaciones
se recuperó por completo en los cuatro
países. Desde entonces las exportaciones
de Ecuador, Bolivia y Perú aumentaron
discretamente al igual que el precio de
venta que registró un alza del 10 %. En
Colombia, sin embargo, las exportacio
nes de palmito, en su mayoría extraído
de poblaciones silvestres de E. oleracea,
descendieron en casi un 30 % entre 2010
y 2012, y durante ese mismo período el
precio de exportación se incrementó en
más del 100 % (331 USD/t en 2010 frente
a 689 USD/t en 2012), lo que podría indi
car un colapso en las poblaciones silves
tres más accesibles (Figura 55).
Cadenas de valor: Las cadenas
de valor del palmito están bien do
cumentadas. En Colombia contienen
normalmente cuatro segmentos: cose
cha, almacenamiento, procesamiento
y comercialización25,33 (Figura 56). En
Bolivia la participación de varios inter
mediarios las hace más complejas32. Las
fábricas de enlatados desempeñan un
papel crucial en la determinación de los
precios inales y por tanto los producto
res de palmito reciben solo una pequeña
fracción de la venta inal (~ 0.1 USD por
tallo25,26, Figura 56). Es posible que, con
el in de mantener un ingreso familiar
constante, los niveles sostenibles de ex
tracción se excedan continuamente por
parte de los cosechadores.
Perspectivas: La cosecha de palmito
en poblaciones silvestres persistirá para
el comercio a escala local y el consumo
doméstico ya que es notablemente in
dependiente de las fuerzas del mercado.
La extracción sostenible de poblaciones
silvestres de palmas cespitosas puede ge
nerar una ganancia monetaria moderada
por unidad de supericie en compara
ción con una explotación sin restriccio
nes. El aprovechamiento de poblaciones
silvestres podría llegar a tener un nicho
en el mercado si el precio de venta fuera
manejado por los administradores de re
cursos naturales, como los cosechadores,
disminuyendo la presión sobre los indivi
duos a cosechar y al mismo tiempo per
mitiendo un ingreso familiar constante.
Esto se podría alcanzar creando un mer
cado que permita la cosecha sostenible
a largo plazo de las poblaciones silves
tres, por ejemplo con certiicaciones en
origen. Sin embargo, un pronóstico más
factible es que la cosecha de individuos
silvestres sea remplazada completamente
por cultivos de Bactris gasipaes que pro
ducen entre 4000 y > 7000 palmitos/ha/
año, lo que corresponde a 1000–1750 t
de palmitos/ha/año (3333–6666 palmas/
ha, 250 g/palmito27,34). Estos niveles de
productividad son elevados en compara
ción con los alcanzados al cosechar sos
teniblemente. En Colombia, por ejemplo,
bajo condiciones favorables se cosechan
de manera sostenible alrededor de 300
palmitos/ha/año en poblaciones silves
tres de Euterpe oleracea.
5 Comercialización de productos de palmas nativas
Techos de palma
Las palmas utilizadas para techar, en
contraste con las anteriormente men
cionadas, se utilizan exclusivamente a
nivel local y regional. En muchas partes
de la Amazonía, al igual que en la costa
pacíica ecuatoriana y colombiana, tie
nen ocasionalmente importancia sus
tancial en los ingresos domésticos. Los
techados se suelen componer a partir de
la fabricación de unidades de techado
(criznejas, paños, tejas) y para ello se
emplean en muchos casos tanto las hojas
como tablillas de palma u otros materia
les. Estas actividades se desarrollan por
lo general a nivel familiar. Las especies
más comunes utilizadas con este in son
pequeñas palmas del sotobosque como
Lepidocaryum tenue, Geonoma deversa
y G. macrostachys y algunas arbores
centes como las de los géneros Attalea y
Phytelephas6,7,35 (Figura 51 G–I), aunque
en este contexto se usan localmente di
versas especies adicionales3.
Abundancia: Las densidades de
las palmas de sotobosque que proveen
hojas para la fabricación de techos se
encuentran por lo general en altas den
sidades (promedio de individuos adul
tos por especie y por hectárea). En Co
lombia y Perú se registraron densidades
de Lepidocaryum tenue entre 36 y 527
individuos adultos/ha respectivamente.
En el caso de Geonoma deversa y G.
macrostachys se observaron densida
des de 44 (Ecuador) a 653 (Bolivia) in
dividuos adultos/ha. Para Phytelephas
macrocarpa estos valores varían entre 28
(Colombia) y 178 (Perú) pero en algunas
partes se han observado densidades de
apenas 1 individuo adulto/ha.
Valor de la cosecha en pie: Los
cosechadores que venden hojas de
Lepidocaryum tenue para la producción
de techos obtienen un beneicio de
1–14 USD/ha en áreas donde la densi
dad promedio es de 36 a 527 individuos
adultos/ha, si se cosecha un promedio de
9.5 hojas por individuo que corresponde
a una cantidad entre 342 y 5007 hojas
respectivamente. Para la producción de
100 unidades de techado se necesitan al
menos 5000 hojas vendidas por los pro
ductores por un valor total de entre 18 y
39 USD. De ese valor se deducen apro
ximadamente 3.5 USD para cubrir el
costo de las tablillas (ripas) elaboradas
por ejemplo a partir de Socratea. El valor
promedio por hectárea es de 45 USD cal
culado sobre la venta de 100 unidades de
techado en las que se utilizan 5000 hojas
de individuos adultos (~ 500) en lugares
de baja densidad. En los bosques de tie
rra irme cerca de la población de Leticia
(Colombia) se encontraron altas densi
dades de individuos adultos (2800–5400
por hectárea)36 cuyo valor de cosecha en
pie sería de 240–460 USD/ha, si se cose
chan 9.5 hojas de cada individuo adulto
y utilizando el precio de venta de 2009 en
Iquitos (Perú). El valor se incrementaría
sustancialmente si se incluyera la cosecha
de individuos juveniles.
Valor de la cosecha sostenible: Se
han descrito distintos modos para la
cosecha sostenible de especies como
Geonoma deversa37, G. macrostachys38,
Lepidocaryum tenue36 y Phytelephas
aequatorialis35. En términos generales,
para una cosecha sostenible de estas es
pecies es necesario que la extracción se
lleve a cabo exclusivamente en indivi
duos adultos dejando siempre un cierto
número de hojas sin cortar35 o bien que
al cosechar se dejen al menos el 50 % de
los individuos adultos y se rote el lugar
de la cosecha para que haya un tiempo
de recuperación de aproximadamente
cuatro años por parche cosechado36. Si
109
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
110
se cosecha un promedio de 9.5 hojas de
L. tenue en áreas densamente pobladas
(2800–5400 individuos adultos/ha) con
una intensidad del 50 %, la producción
esperada sería de 19 475 (13 300–25 650)
hojas por hectárea cada 3.5 años, lo que
correspondería a techar una casa de
54 m2 36. En 2009, los cosechadores de co
munidades aledañas a Iquitos (Perú) ge
neraron 15.7 (10.6–20.5) USD/ha/año en
una cosecha de 19 475 hojas vendidas a
fabricantes de techado. La ganancia se in
crementó a 70–98 USD/ha/año (ganancia
bruta, deduciendo ~ 14 USD para la com
pra de tablillas de Socratea exorrhiza)
cuando las hojas se transformaron en 400
unidades de techado vendidas a interme
diarios o mayoristas. El valor de las hojas
transformadas ya en unidades de techado
generaron una ganancia bruta de 168–
182 USD/ha (Brokamp & Mittelbach,
datos por publicar). De esta manera, la
cosecha sostenible de hojas de L. tenue
genera una ganancia neta máxima de
hasta 200 USD/ha/año si se utilizan para
la elaboración de unidades de techado.
Manejo y comercialización actual:
Por lo general las personas extraen las
hojas de palmas que necesitan para con
sumo doméstico, pero eventualmente son
comercializadas. En algunos lugares como
en el valle del Magdalena colombiano,
donde se promueven actividades turísti
cas, las hojas de palma se emplean para
techar infraestructuras para ese in (v. gr.
quioscos o restaurantes). En septiembre
de 2009 se vendían 100 hojas por 67 USD
cerca de la población de Melgar en el Alto
Magdalena39. En Junín y Canuto (Ecua
dor) también existe una alta comercializa
ción. En Manabí pasaron de ser vendidas
a 4–8 USD por 100 unidades de techado
en noviembre de 1992 a 30–50 USD por
100 unidades en 201135, lo que indica
un incremento de la demanda y/o una
limitación del recurso. La extracción in
sostenible, incluyendo la de individuos jó
venes, es común a nivel local14,40,41. La co
secha a esta escala se hace por lo general
siguiendo la forma tradicional de manejo
del recurso. Sin embargo, en las ultimas
décadas el crecimiento poblacional y los
consecuentes cambios demográicos así
como el desarrollo de la industria turística
han incrementado la demanda de hojas
para techar. Un claro ejemplo se observa
en los alrededores de la población de Le
ticia en la Amazonía colombiana donde
el incremento de las actividades turísti
cas ha promovido una gran demanda y
sobreexplotación de Lepidocaryum tenue
en las comunidades aledañas, por lo que
en la actualidad el recurso se encuentra en
lugares menos accesibles36. Una unidad de
techado elaborada con esa especie se llega
a vender en 2 USD por unidad (120 ho
jas utilizadas) mientras que las elabora
das con Phytelephas macrocarpa, también
utilizadas para el mismo propósito, se
venden a 0.75 USD por unidad (4 hojas
utilizadas). El mercado de unidades de te
chado en las zonas bajas de la Amazonía es
netamente local/regional, con ines priva
dos y no está regulado formalmente en las
ciudades principales (no hay impuestos
o una reglamentación oicial). A medida
que mejora el acceso de las poblaciones
amazónicas a los mercados regionales,
se observa cómo las viviendas pasan de
techarse con palmas a utilizar materiales
industriales (zinc, plástico, aglomerado)
para ello, dejando los techos de palma
para las infraestructuras turísticas35,42.
Cadenas de valor: Las cadenas de va
lor son normalmente cortas, con 2–4 par
ticipantes (Figura 57). Si el cosechador no
solicita apoyo de mano de obra adicional
y transporta su propio producto al mer
cado, puede obtener hasta un 50 % más del
valor de venta. Contratar mano de obra
5 Comercialización de productos de palmas nativas
adicional para tejer las hojas de palma re
quiere invertir un 10 % de la ganancia to
tal. En 2009 el valor de venta por unidad
de techado con Lepidocaryum tenue osciló
entre 0.40 y 0.45 USD, dejando ganancias
de 0.07–0.18 USD/unidad, es decir 15–
40 % del valor inal (Figura 57).
Perspectivas: Aunque el aprovecha
miento de hojas de palma para techados
coniere al bosque un bajo valor de mer
cado, los beneicios de otras actividades
como la extracción de madera o la agri
cultura le otorgan un valor aun menor,
haciendo de la cosecha de hojas una
actividad económicamente atractiva37.
La recolección no requiere una destreza
especial y es por tanto una de las pocas
opciones disponibles para las poblacio
nes de bajos ingresos y mano de obra no
cualiicada en la región. Se debe tener en
cuenta que este tipo de consideraciones
son importantes por ejemplo en un país
como Perú, que se encuentra en un pro
ceso de transición hacia una economía de
mercado más abierta y con altos niveles
de desempleo37. Seguramente la comer
cialización de techos de palma no tendrá
una alta participación en el mercado,
pero puede llegar a ser una fuente im
portante de ingresos para los habitantes
de las zonas bajas en los trópicos, ya que
ellos obtendrían gran parte de la ganan
cia total. La mayoría de las palmas utili
zadas para techados pueden ser extraídas
de manera sostenible y se trataría además
de una actividad lucrativa para los cose
chadores (ya sea los dueños de la tierra o
las comunidades), que son los más direc
tamente beneiciados.
Fibras de palma
Las ibras de palma son otro ejemplo de
un recurso que en teoría podría llegar a
ser fácilmente cosechado de manera sos
tenible7,43 (Figura 58 A–D). Existen dos
tipos de ibras comercializadas: 1) Las
rígidas y oscuras vainas de las hojas y pe
cíolos de Aphandra natalia (Figura 58A)
similares a las obtenidas de Leopoldinia
piassaba y Attalea funifera (Figura 58B).
En Ecuador y Perú la ibra de A. natalia
se utiliza exclusivamente a nivel familiar
o de pequeña industria artesanal para
la fabricación de escobas44–46 (Figura
58C). 2) Las ibras más suaves y de co
lor más claro que las provenientes de A.
natalia, que se obtienen de hojas de di
ferentes especies de Astrocaryum, siendo
A. chambira y A. standleyanum las más
comunes y junto con Mauritia lexuosa
las más frecuentes en este contexto43. La
ibra de A. chambira y A. standleyanum
se procesa principalmente en la industria
artesanal y se utiliza para la confección
de bolsas, mochilas, hamacas, sombre
ros, tapetes, loreros, esteras, collares y
brazaletes, mayormente vendidos a los
turistas6. La ibra de A. standleyanum se
utiliza también como envoltura de es
tructuras de hierro para la fabricación
de muebles como sillas y mesas43,47. Los
productos elaborados en Colombia son
de gran calidad artística, alcanzando un
precio elevado y pudiendo llegar a ser
comercializados a nivel internacional.
Un grupo de artesanos de ese país (in
cluyendo los que trabajan con ibras de
Astrocaryum) han buscado el apoyo de
Artesanías de Colombia, una entidad
de carácter mixto (gubernamental y pri
vada) cuyo objetivo es promover activi
dades artesanales como fuentes genera
doras de empleo sostenible48.
Abundancia: El promedio de indivi
duos adultos por hectárea de Aphandra
natalia osciló de 16 (Ecuador) a 32
(Perú) en bosques amazónicos. Hoy en
día se observan individuos que se han
111
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
112
dejado en pie en claros del bosque, o
bien formando parte de sistemas agrofo
restales, así como individuos sembrados
en chacras o huertas familiares y en las
proximidades de las viviendas41,43,49. La
accesibilidad de la ibra desempeña un
papel importante en su comercialización
y su demanda es relativamente estable46.
El género Astrocaryum es todavía abun
dante a nivel local, en especial en Perú y
Colombia. Sin embargo, la densidad de
individuos en edad reproductiva es gene
ralmente baja: en el caso de A. chambira
luctuó entre 5 individuos/ha (Perú) y 9
(Colombia), en el de A. standleyanum
entre 4 (Ecuador) y 10 (Perú) y en el de
A. gratum fue de 11 (Perú). Las especies
de este género son poco resilientes a los
disturbios y la extracción de la ibra casi
siempre se realiza en individuos que aún
no llegan a la edad reproductiva50, lo que
puede afectar a las poblaciones silves
tres51. Por ejemplo, en bosques con baja
intervención humana en los alrededores
del Parque Natural Nacional Amacayacu,
a 75 km de la población de Leticia (Co
lombia), no se encontraron individuos
con un tallo entre 5 y 14 m de altura y se
observó en promedio menos de un indi
viduo por hectárea con un tallo entre 2 y
5 m (Gruezmacher, datos no publicados).
Valor de la cosecha en pie: Si se cose
charan todas las 30 a 40 hojas de un adulto
de Aphandra natalia, cada hoja produci
ría 0.4 kg de ibra44, con lo que el valor
de la ibra sin procesar en el mercado
se ubicaría entre 27 y 72 USD/ha (192–
512 kg × 0.14 USD/kg de ibra49. La ibra
procesada podría tener un valor de 346
a 922 USD/ha (192–512 kg × 1.80 USD/
kg de ibra46) y representar una ga
nancia neta de 96 a 1638 USD/ha, si la
misma cantidad de materia prima fuera
vendida como escobas en los merca
dos ecuatorianos (usando 200–500 g de
ibra/escoba, 0.5–3.2 USD/kg de ibra46).
Los individuos adultos de Astrocaryum
chambira y A. standleyanum tienen en
tre 9–16 y 8–20 hojas respectivamente,
pero solo las hojas nuevas o cogollos
se cosechan. Los individuos adultos de
Astrocaryum producen 2.9–3.1 cogo
llos/año y los juveniles apenas 1.7–2.0
(A. chambira, A. standleyanum52). Se
podrían cosechar aproximadamente
12–13 cogollos/ha/año de individuos
adultos de A. standleyanum, lo que co
rresponde a un valor en el mercado de
7–22 USD/ha/año de ibras sin procesar
(Ecuador, 2011, 0.6–0.7 USD/cogollo47)
y de 88–270 USD/ha/año si las ibras se
transforman en sombreros (22–27 USD/
palma47). En un año sería posible extraer
15–26 cogollos/ha/año de individuos
adultos. Al transformar esta ibra en pro
ductos artesanales (hamacas, mochilas,
brazaletes, etc.), el valor en el mercado
y posiblemente el valor bruto para los
artesanos podría oscilar entre 135–234,
180–312 o 1050–1820 USD/ha/año de
pendiendo del producto comercializado
(Ecuador53). En condiciones ideales, el
valor total de los productos de palma por
hectárea y por año podría superar los
1800 USD, pero normalmente está muy
por debajo de esa cifra.
Valor de la cosecha sostenible: Te
niendo en cuenta las densidades de
Aphandra natalia mencionadas anterior
mente, la cosecha de individuos adultos
en las poblaciones peruanas aledañas a
las zonas de extracción oscila entre 35
y 70 kg de ibra/ha/año (5.5 hojas pro
ducidas/año × 0.4 kg de ibra/hoja44) y
se vende por un valor de 5–10 USD/ha/
año (la ibra sin procesar se vendió a 0.14
USD/kg49). En Ecuador estos valores se
pueden incrementar a 63–126 USD/ha/
año al procesar y seleccionar las ibras
(1.80 USD/kg en 2011). Al transformar
5 Comercialización de productos de palmas nativas
la ibra en escobas, el valor neto llega a
ser de 18–224 USD/ha/año (200–500 g
de ibra por escoba a 0.5–3.2 USD/kg
de ibra46). En zonas donde las densida
des naturales de esta especie son altas
(190 individuos/ha) se estima que el va
lor máximo que puede tener la cosecha
sostenible de la ibra es de 460 USD/ha/
año44. En el caso de Astrocaryum un ni
vel de cosecha sostenible corresponde
al parecer a la extracción de solamente
cada segunda hoja54, lo que implica
que apenas 6–16 y 8–13 hojas nuevas/
ha/año pueden ser cosechadas para A.
standleyanum y A. chambira respectiva
mente y considerando que los subadultos
no se cosechan. De esta manera el valor
neto generado sería de 44–135 USD/ha/
año para la producción de sombreros
de A. standleyanum y de 72–117 (hama
cas), 96–156 (mochilas) o en casos ex
cepcionales hasta de 560–910 USD/ha/
año (brazaletes) para la elaboración de
artesanías de A. chambira (Ecuador53).
La gran abundancia de A. standleyanum
en Colombia podría facilitar su cosecha
sostenible55.
Manejo y comercialización actual:
En Ecuador y algunas partes de Perú la
extracción de ibra de individuos silves
tres parece ser sostenible ya que en los
individuos cosechados se dejan entre 3
y 7 hojas, pero en ciertos sitios de Perú
prevalece la práctica insostenible de
cortar todas las hojas del individuo co
sechado40,45,49. Las escobas de Aphandra
natalia tienen varios tamaños y calidades
y se comercializan principalmente a nivel
local y regional (Figura 58C). El mer
cado de este producto es bastante limi
tado y competitivo debido a la gran oferta
de escobas de plástico y a la facilidad de
adquirirlas. La tasa de producción de
hojas es bien conocida para las especies
que se comercializan con regularidad9,52
y al parecer, a nivel tanto local como
regional, prevalecen las prácticas de
manejo sostenible. Aunque la comercia
lización de productos de Astrocaryum
chambira representa una opción viable
como fuente de ingresos a escala local, el
comercio se diiculta por la inaccesibili
dad de los lugares de producción, lo que
implica una desventaja para el productor
primario. Los productos de Astrocaryum
no se promueven activamente: una mejor
estrategia de mercadeo podría garantizar
una mayor participación en el mercado.
Cadenas de valor: Las cadenas de
valor para la producción de escobas
están compuestas de 2 a 4 segmentos:
cosechador, intermediario, productor
y minorista (Figura 59). Los produc
tores cosechan las ibras ellos mismos,
contratan a cosechadores o compran las
madejas de ibras a intermediarios. La
ganancia de los cosechadores contrata
dos es de 0.10–0.14 USD/kg en Perú y
de 0.15–0.30 USD/kg en Ecuador46,49. En
la fabricación de escobas es el produc
tor quien obtiene la mayor parte de la
ganancia: 0.58–5.50 USD/kg de ibra sin
descontar los gastos de los demás mate
riales empleados (palo, etc.)49 que suman
0.50 USD por escoba (200–500 g de ibra
en Ecuador46). En Ecuador el beneicio
neto para un productor de escobas, sin
incluir los costos de transporte, es de
0.64–2.87 USD/kg de ibra (convertida
en escobas) que representa entre el 10
y el 30 % del valor inal de la venta (Fi
gura 59). Las cadenas de valor para los
productos de Astrocaryum chambira son
heterogéneas, normalmente con 1 a 3
participantes y en algunos casos toda la
ganancia proveniente de la venta de va al
productor primario (mercadeo directo43).
Este obtiene un mayor beneicio cuando
logra vender su producto directamente a
los turistas (v. gr. en Loreto, Perú, hamaca:
113
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
9.5–30 USD; mochila: 1–5 USD; y en
la zona del Amacayacu, Colombia, ha
maca: 30–40 USD; mochila: 10–13 USD).
El beneicio es mucho menor cuando
se venden los productos a intermedia
rios en Iquitos (hamaca: 7.6–9.5 USD;
mochila: 0.8–3.0 USD) y disminuye aun
más cuando se intercambian o se venden
a los “cacharreros” o comerciantes rive
reños (hamaca: 5.0–7.6 USD; mochila:
0.8–1.9 USD6,50). La comercialización de
productos de ibra de Astrocaryum está
ligada al turismo y tiene gran importan
cia socioeconómica ya que es una parte
importante del ingreso familiar. Por
ejemplo en Ecuador una familia indígena
Huaorani (area de Yasuní) puede ganar
hasta 1000 USD/año con la venta de pro
ductos de A. chambira56.
Perspectivas: La cosecha de ibra po
dría llegar a ser una valiosa fuente de in
greso sin necesidad de comprometer las
poblaciones de las especies de palmas ni
sus hábitats. Aunque la información dis
ponible para determinar las tendencias
de su producción y de la conservación de
las especies es insuiciente43, al parecer la
ibra de palma no tendrá mayor impor
tancia en el mercado ya que depende casi
enteramente del turismo y los mercados
disponibles están ya bastante saturados.
Frutos de palma
114
Los frutos de palma constituyen una im
portante fuente alimenticia a nivel local y
regional57 (Figura 58E y F) y son con
sumidos directamente o bien procesados
para obtener aceites u otros productos
(Figura 58G). Los géneros más utiliza
dos son Acrocomia, Astrocaryum, Attalea,
Bactris, Euterpe, Oenocarpus, Elaeis y
Mauritia2,7,57,58. Tienen un contenido alto
en grasas y carbohidratos al igual que en
carotenoides y tocoles, por lo que son
esenciales como alimentos funcionales
y como aditivos alimentarios para la nu
trición humana y también son utilizados
como forraje para los animales6. A pesar
de que la gran mayoría de los frutos se
consumen en Perú, en el noroccidente
suramericano Mauritia lexuosa (Figura
58E) es la especie más importante en
esta categoría. En 2012 se reportó un
consumo de 150 t/mes en el área de Iqui
tos59 y es posible que el consumo supere
las 2000 t/año. En la población de Leticia
(Colombia) el consumo de frutos de M.
lexuosa es mucho menor: 201–435 t/
año (33–72 t/mes) en 201260. Los fru
tos de Bactris gasipaes, Euterpe oleracea
(y E. precatoria), Attalea butyracea (y
A. speciosa) y Oenocarpus bataua (Fi
gura 58F) también son colectados en
el bosque y representan una fuente im
portante de materia prima para la in
dustria alimenticia y cosmética a nivel
local y regional. Los aceites comestibles
son producidos exclusivamente por pe
queñas empresas u organizaciones arte
sanales que maniiestan tener problemas
para encontrar contrapartes comerciales,
y por tanto no están en condiciones de
competir con otros aceites vegetales que
se encuentran en el mercado. Los aceites
de palma tienen propiedades importan
tes para las industrias alimenticia y cos
mética pero carecen de características
adecuadas para ser suplementos alimen
ticios debido al bajo grado de saturación
de sus ácidos grasos61.
Abundancia: Mauritia lexuosa es
una de las palmas más comunes en Sura
mérica y el área total de aguajales (zonas
pantanosas) dominadas por esta especie
se estima en 5.3 millones de ha en Perú
únicamente, de las cuales 5 millones es
tán localizadas en el departamento de
Loreto6. Las densidades de M. lexuosa
5 Comercialización de productos de palmas nativas
en estas zonas pantanosas varía entre 74
y 351 individuos/ha (subadultos y adul
tos17,62–64). Estudios recientes han encon
trado densidades de individuos adultos
inferiores a las mencionadas: 4 (Ecua
dor) y 22 (Perú). Dado que esta palma
es dioica, estas cifras deberían dividirse
entre 2 para obtener el número de indi
viduos (femeninos) que se pueden cose
char. El promedio de individuos adultos
de Euterpe oleracea encontrados en Co
lombia fue de 106/ha, pero la densidad
varía según el método y la intensidad de
cosecha. Por ejemplo, el número de tallos
reproductivos oscila entre 110 y 370/ha
en zonas de extracción y entre 660 y 780
en zonas no intervenidas25. Las densi
dades de E. precatoria fueron más bajas
que las reportadas para E. oleracea con
6 individuos adultos/ha en Ecuador y
23 en Colombia. El promedio de indi
viduos adultos por hectárea reportado
para Oenocarpus bataua fue de 13 en
Ecuador y Perú y de 20 en Bolivia y Co
lombia mientras que en el caso de Attalea
butyracea varió entre 11 en Ecuador y 23
en Perú.
Valor de la cosecha en pie: La pro
ductividad de frutos de palma en zonas
silvestres puede llegar a ser de decenas a
miles de toneladas, pero para muchas es
pecies cosechadas no existen datos dispo
nibles. Tratándose de Mauritia lexuosa,
varía entre 1 y > 9 t/ha/año y es bastante
dependiente del grado de intervención
en los distintos tipos de bosque6,60,63,64 y
el promedio se sitúa entre 71 y 200 kg de
fruto/palma/año60,64. Al asumir una pro
porción de sexos de 1:1 en toda la región,
el volumen en pie de la cosecha varía en
tre 142 y 2 200 kg de fruto/ha/año. El pre
cio de venta es diferente entre un punto
de venta a otro, de acuerdo con la esta
ción, la madurez del fruto y su calidad.
Su valor es de 0.06–0.07 USD/kg durante
la época de máxima cosecha, pero se
incrementa a 1.5–1.7 USD/kg o más du
rante la temporada baja en lugares donde
la demanda es normalmente alta. Esta
diferencia se releja parcialmente en los
precios de la masa, hecha con la pulpa de
los frutos, que se usa para la preparación
de dulces, bebidas y helados en puntos de
venta minoristas. El precio por bolsa luc
túa entre 0.5 y 1.2 USD/kg, dependiendo
de la oferta y demanda del momento6.
Esto hace que el valor del fruto sin pro
cesar oscile entre 9 y 3740 USD/ha/año.
El valor neto por hectárea sería probable
mente mucho mayor si se comercializa
ran productos alimenticios procesados.
En Brasil por ejemplo 1 litro de aceite de
M. lexuosa se vende en 23–26 USD/kg
al por mayor y en 130–210 USD/kg en el
mercado minorista europeo6.
El valor en pie para Euterpe oleracea
puede estimarse en 3600–6000 kg de
fruto/ha/año, lo que corresponde a un
valor en el mercado colombiano de
1800–3000 USD/ha/año al vender el
fruto sin procesar (0.5 USD/kg de fruto65)
o de 2400–4000 USD/ha/año al vender la
pulpa a compañías heladeras en Bolivia
(pulpa = 1/3 peso del fruto, 2 USD/kg
de pulpa). Este valor podría ser mayor
si se vendiera el fruto seco a nivel in
ternacional vía Internet6. Al por mayor,
el fruto de esta especie tiene un precio
de 6 a 270 USD/kg y una sola compañía
puede hacer entrega de hasta 2000 t/año.
En 2011 el precio de venta del mesocar
pio en polvo de esta especie en Europa
y Norteamérica se situó entre 70 USD/
kg (al por mayor) y 100–340 USD/kg (al
por menor). El precio al por mayor de
aceite/manteca de E. oleracea fue de 35–
52 USD/kg y al por menor de 400 USD/
kg6. La venta de frutos de E. precatoria
tiene un gran potencial de mercado:
se puede llegar a producir 13–20 kg de
115
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
116
fruto/palma/año6 lo que corresponde a
un valor comercial de 7–11 USD/palma/
año (0.54 USD/kg66).
Los frutos de Oenocarpus bataua
y sus derivados (pulpas, bebidas, acei
tes) se venden en mercados regionales
en toda la Amazonía67. El promedio de
frutos producidos por esta especie va
ría enormemente según la literatura:
6.2–36.8 kg/palma/año68. Los individuos
adultos estudiados en Colombia produ
cen 1254 frutos/año (Río Amacayacu69,
Figura 58F) o 12.5–16.3 kg de frutos/
palma/año (peso del fruto 10–13 g68). El
promedio de producción en la región va
ría entre 16 300 y 25 000 frutos/ha/año,
con un peso de 0.16–0.33 t/ha/año. Los
individuos adultos producen un prome
dio de 1254 frutos/año en Colombia, o si
se consideran las cifras mencionadas an
teriormente, el valor promedio de la pro
ducción en la región es de 5.2 a 10.6 litros
de aceite/ha/año (se necesitan ~ 31 kg de
fruto para procesar 1 litro de aceite rei
nado6). Estos valores son comparables a
los reportados en el Chocó colombiano
(0.23 t de frutos/ha/año), donde el fruto
fresco se vende a 0.54–1,6 USD/kg66. De
esta manera el valor de la cosecha en
pie oscila entre 86 y 528 USD/ha/año si
los frutos no procesados son comerciali
zados a nivel local. Si se extrae el aceite
del mesocarpio, el valor sería de 52 a
106 USD/ha/año en los mercados nacio
nales colombianos (10 USD/litro69) o de
52–212 USD/ha/año si la venta es al por
mayor, y hasta de 182–2120 USD/ha/año
al por menor en Ecuador. Los precios del
aceite de O. bataua en el mercado mayo
rista de Ecuador varía entre 10 y 20 USD/
litro, mientras que en el minorista es de
35–200 USD/litro6,8.
Los frutos y el aceite de Attalea speciosa
y A. butyracea también son utilizados en
toda la región, pero su comercialización
parece estar restringida a Bolivia. Los
frutos de A. speciosa en este país se co
mercializan por 0.05 USD/kg y el aceite es
vendido por el procesador a ~ 30 USD/kg
al por mayor, mientras que en las tiendas
locales el precio del litro de aceite es de
29 USD. Por otro lado, en Brasil los frutos
de esta especie se venden a 8–17.4 USD/
kg al por mayor y a 166 USD/kg al por
menor6. Hace algunas décadas en Colom
bia se comercializaba aceite de A. butyracea pero hoy en día los productos de esta
palma han sido reemplazados por otros
como el vino de palma (0.8–2.7 USD/
litro), la chicha de corozo (bebida fer
mentada de los frutos caídos y vendida a
2.7 USD/litro) y material de techado en
tre otros39,70. Se desconoce la producción
anual de frutos por individuo, pero con
densidades de 11–23 individuos adultos
por hectárea, el valor de la cosecha en pie
de A. butyracea puede llegar a ser consi
derable y seguramente la disponibilidad
de frutos no es un factor limitante.
Valor de la cosecha sostenible: No se
dispone de datos de largo plazo que per
mitan cuantiicar el efecto de prácticas
sostenibles en la cosecha de los frutos de
poblaciones silvestres. Sin embargo, los
efectos de esta actividad bajo regímenes
relativamente conservadores (< 80 %) po
drían ser moderados. Un estudio reciente
de poblaciones de Mauritia lexuosa en
Ecuador registró que la cosecha destruc
tiva del 22.5 % de todos los individuos
femeninos durante 20 años podría ser
sostenible y mantener a las poblaciones
viables71. Para especies como M. lexuosa
y Euterpe spp. se pueden determinar
prácticas de extracción sostenible siem
pre y cuando se conozcan la fenología
reproductiva y la tasa de producción de
frutos, y se apliquen las técnicas de co
secha adecuadas71,26. Varias toneladas de
frutos de una gran variedad de palmas se
5 Comercialización de productos de palmas nativas
pueden cosechar anualmente en una sola
hectárea de bosque, lo que representa un
valor de cientos de dólares por hectárea al
año y un valor aun mayor por la venta de
productos como frutos procesados, acei
tes, jabones y champús (Figura 58G).
Manejo y comercialización actual: El
consumo nacional de Mauritia lexuosa
en Perú se encuentra seriamente amena
zado debido a la persistencia de prácticas
de extracción destructivas y selectivas,
haciendo que las variedades más valio
sas en áreas fácilmente accesibles estén
al borde de la extinción6. Debido a la
cosecha destructiva de individuos feme
ninos, las proporciones son de 1.3–10:1
machos/hembras62–64 lo que determina
una productividad muy variable. Al
gunos de los factores que inluyen en la
promoción de prácticas destructivas de
extracción tienen que ver con la incer
tidumbre en la tenencia de la tierra y la
falta de claridad o de normas en áreas de
uso común. Con respecto a la abundan
cia total de la cosecha y el desarrollo del
mercado de esta especie se puede airmar
que su fruto es uno de los más importan
tes recursos provenientes de palmas para
la región con ~ 550 000 y 2.5 millones de
USD en Iquitos solamente, y un comercio
anual nacional de cerca de 10 000 tone
ladas6. Se conoce poco acerca del desa
rrollo de este mercado ya que no queda
registrado en las estadísticas oiciales.
En Colombia existe un conlicto de uso
con Euterpe oleracea ya que los frutos se
cosechan y comercializan a nivel local y
regional, mientras que el palmito nor
malmente se exporta. La disponibilidad
y el valor de venta de los frutos a escala
local se ven afectados directamente por
la exportación de palmito, ya que la ex
tracción de 200 palmitos (= destrucción
de 200 tallos adultos) representa un valor
único de apenas 20 USD, mientras que la
cosecha de frutos de la misma cantidad
de tallos corresponde a un valor anual de
1800–3000 USD en los mercados locales
y regionales65.
Cadenas de valor: Las cadenas de
valor, aunque bastante variables para
este producto, son normalmente cortas,
siendo los productores primarios los que
reciben la mayor parte de la ganancia. En
el caso de Mauritia lexuosa son más com
plejas, con hasta siete segmentos, debido
a que el procesamiento del fruto es más
elaborado e industrializado6. Tratándose
del aceite las cadenas de valor involucran
de 1 a 4 segmentos, con el 9–44 % del va
lor de venta obtenido por el productor
primario del fruto (el cosechador, Figura
510) si lo vende para el procesamiento.
Esta puede ser una de las razones, junto
con incertidumbre en la tenencia de la
tierra, de que gran parte de la cosecha en
zonas silvestres sea aún destructiva.
Perspectivas: La comercialización de
frutos de palma para consumo humano
es relativamente difícil ya que es un pro
ducto perecedero y existen varios obstá
culos, como el transporte desde el lugar
de cosecha hasta el lugar de consumo. Si
fuera posible garantizar una oferta cons
tante de frutos de alta calidad al consu
midor, el mercado podría expandirse.
Lamentablemente las prácticas destruc
tivas de cosecha en las proximidades de
los centros urbanos, que es donde están
los mayores mercados, han generado una
limitación en la oferta lo que ha incre
mentado los precios del producto. En el
caso de los aceites de palmas nativas, el
alto coste actual disminuye su competiti
vidad frente a otros aceites vegetales con
un contenido similar en ácidos grasos6.
Asimismo, las plantas de procesamiento
tienen bajos niveles de control de calidad.
Con este panorama, los aceites de palmas
nativas podrán establecerse en el mercado
117
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
si es posible encontrar algún otro benei
cio adicional para la salud (v. gr. contenido
vitamínico) y si se superan las diicultades
técnicas y logísticas en el procesamiento
y comercialización, con lo que los precios
disminuirían considerablemente.
Semillas de palma
118
Las semillas de muchos géneros de pal
mas se usan habitualmente en toda la
región para la elaboración de artesanías,
aunque se desconoce su grado de comer
cialización (Figura 58H e I). Los géne
ros aprovechados con este propósito son
Astrocaryum, Attalea, Bactris, Euterpe,
Iriartea, Oenocarpus, Phytelephas, Socratea
y Wettinia. Las semillas de Euterpe y
Phytelephas son las que se emplean co
múnmente en la fabricación de artesanías
tanto en Suramérica como en el resto del
mundo. Sin embargo, solo existe informa
ción disponible sobre los precios y volú
menes de exportación para los productos
exportados de Phytelephas. El maril vege
tal o tagua producido a partir de las semi
llas de Phytelephas spp. es comercializado
en toda la región, aunque en Ecuador tiene
la mayor importancia como producto de
exportación. P. aequatorialis es la especie
más importante en términos de disponi
bilidad, accesibilidad y sostenibilidad de
la cosecha, al igual que por su valor co
mercial presente y futuro72. Actualmente,
solamente algunos datos sobre la comer
cialización de semillas de Phytelephas para
uso en artesanía están disponibles en la
literatura. Las demás especies son relativa
mente menos importantes y tienen otros
usos principales.
Abundancia: La mayoría de las se
millas de las palmas son relativamente
abundantes (ver también Frutos de
palma). Phytelephas aequatorialis tiene
densidades de 6 individuos adultos/ha
en la Costa ecuatoriana y en el caso de P.
macrocarpa, una especie más común, los
valores van de 44 (Bolivia) a 62 (Perú),
pero sus poblaciones varían ampliamente
no solo en densidad sino también en
productividad35,73.
Valor de la cosecha en pie/cosecha
sostenible: En el caso de Oenocarpus, las
semillas se pueden obtener fácilmente
tras la extracción del mesocarpio para
elaborar aceite u otros productos, dán
dole así un valor agregado a la cosecha de
frutos silvestres (ver arriba). Phytelephas
aequatorialis produce ~ 4 toneladas de ta
gua/ha/año en Ecuador y P. macrocarpa
2.25–12 toneladas/ha/año en Colombia.
En la Reserva Nacional Pacaya Samiria
(de gran extensión y cercana a la ciudad de
Iquitos), las poblaciones de P. macrocarpa
producen 0.77–1.67 t/ha/año, y la pro
ductividad de toda el área se estima en
1.22 t/ha/año73. El poco conocimiento
acerca de las dinámicas poblacionales
de Phytelephas junto con los erráticos
procesos de germinación característicos
de este género, hacen que todavía no se
disponga de una evaluación real sobre el
potencial para una cosecha sostenible.
Con niveles de cosecha relativamente
moderados (80 %), la productividad sos
tenible para este género podría ubicarse
entre 1 y 10 t/ha/año, lo que representa
un valor de 520–1320 USD/ha/año (=
4000 kg de tagua/ha/año × 0.13–0.33
USD/kg = 6–15 USD/quintal = 45.36 kg)
para semillas de P. aequatorialis sin secar
ni pelar, en la región ecuatoriana de Es
meraldas y Manabí8. Las semillas secas
y peladas en Manta, Manabí, alcanzaron
un valor en el mercado de 2200–5280
USD/ha/año (= 4000 kg de tagua/ha/año
× 0.55–1.32 USD/kg = 25–60 USD/quin
tal, sin considerar el peso perdido con el
pelado y secado8). Las semillas de tagua
5 Comercialización de productos de palmas nativas
procesadas podrían representar más de
10 000 USD/ha/año, aunque estos cálcu
los son aproximados debido a las consi
derables pérdidas en la selección y en el
procesamiento de las semillas.
Manejo y mercado actual: Todas las
semillas de palmas, excepto de Phytelephas
aequatorialis, se obtienen como derivados
del uso del fruto y se usan en distintos ti
pos de artesanías vendidas en su mayoría
a turistas en mercados locales, regionales
y nacionales (Figura 58I). P. aequatorialis
tiene un enorme mercado tanto a nivel
nacional como internacional, especial
mente en Ecuador. El producto principal
de exportación consiste en pequeños dis
cos de diferentes tamaños, denominados
“animelas”, que se utilizan principalmente
como botones (Figuras 511 y 512).
Las artesanías derivadas de esta especie
pueden adquirir precios elevados en los
mercados, mientras que los valores de
exportación de los botones han luctuado
enormemente en los últimos 20 años (Fi
gura 513). P. aequatorialis proporciona
material bastante codiciado como sus
tituto de materiales sintéticos en países
industrializados y su exportación se ha
incrementado notablemente desde su re
descubrimiento a inales del siglo pasado.
A pesar de que el productor primario re
cibe poco beneicio del valor de venta, las
palmas son reconocidas como un recurso
valioso y se cosechan en la mayoría de los
casos de forma no destructiva. Por otro
lado, la cosecha de sus hojas para la cons
trucción de techos (cade) se ha conver
tido en un negocio más lucrativo para el
productor primario que la venta de semi
llas en Ecuador y esto puede representar
una verdadera amenaza para las pobla
ciones silvestres35. Asimismo, es impor
tante tener en cuenta que en zonas defo
restadas, donde se han dejado individuos
en pie, la regeneración es prácticamente
nula, lo que signiica que estas poblacio
nes colapsan35.
Cadenas de valor: Una vez procesa
das las semillas, el valor de Phytelephas
aequatorialis se incrementa en varios
órdenes de magnitud, pero la ganancia
que obtiene el productor primario suele
ser inferior al 1 %6. El cosechador gana
normalmente 0.15–0.29 USD/kg depen
diendo del área de la cosecha, el inter
mediario puede obtener un beneicio de
0.09–0.31 USD/kg, el fabricante de ani
melas de 0.59–0.79 USD/kg y el exporta
dor de 0.33 USD/kg. La mayor parte de la
ganancia se obtiene con el desarrollo de la
actividad comercial fuera del país, para la
producción de botones y venta al por me
nor: 17.33–65.33 USD/kg42. Las cadenas
de valor, en especial para los productos
exportados, son complejas e involucran a
más de 10 segmentos de la población42.
A pesar de su abundancia a nivel local,
P. aequatorialis tiene una menor im
portancia en las exportaciones de Perú
y Colombia (menos de 0.5 millones de
USD/año entre 2010 y 2012, Bernal com.
pers.). En los dos principales centros de
producción (Bogotá y Chiquinquirá) se
utilizaron 13 t/mes74. Por supuesto, otras
semillas de palma tendrán cadenas de
valor similares como matería prima para
la confección de otros productos artesa
nales y seguramente contribuyen signii
cativamente al ingreso doméstico de las
comunidades que las trabajan.
Perspectivas: El mercado interna
cional de las semillas de Phytelephas
aequatorialis está lejos de estar saturado
y probablemente las cantidades para ex
portación se podrían aumentar con la
ayuda de certiicaciones y estrategias de
mercadeo adecuadas36. Es fácil conce
bir el crecimiento de las exportaciones
en Perú y Colombia, pero desafortuna
damente la certiicación, el control de
119
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
calidad y el mercadeo de sus productos
no han sido los más apropiados. Ade
más existe poca coordinación entre los
productores primarios y los distintos
participantes del proceso están poco
integrados, con lo que la producción
sostenible de esta especie como estí
mulo para la protección de hábitats to
davía tiene un largo trecho por recorrer.
Otras semillas de palma tienen también
un considerable potencial de comercia
lización: si se elabora un producto de
calidad y se establece una buena estra
tegia de mercadeo será posible expandir
el mercado.
Conclusiones
Valor de cosecha en pie
120
Existe una enorme variabilidad del valor
de la cosecha en pie en el bosque, entre
decenas y miles de dólares. La cosecha
de ibras, frutos y hojas se puede hacer
de forma sostenible desde un punto de
vista técnico, ya que talar todo el indi
viduo es cuestión de conveniencia en la
cosecha, pero no una necesidad. El valor
de la materia prima cosechada sosteni
blemente puede ir desde 40 USD/ha/año
en el caso de la producción de material
para techado hasta 4500 USD/ha/año
por los frutos de Mauritia lexuosa (9 t/
ha/año × 0.5 USD/kg). Las especies de
palmas aquí descritas tienen el potencial
de generar una alta ganancia económica
por hectárea, debido a la abundancia
y la productividad natural de muchas
poblaciones silvestres. Muchas veces se
pueden encontrar varias especies en un
mismo lugar del bosque, lo que facilita
su manejo sostenible y representa un po
tencial para generar ingresos económicos
mediante la cosecha de materia prima en
zonas silvestres.
5 Comercialización de productos de palmas nativas
En todos los países andinos existen tér
minos legales que regulan la extracción
de productos de palmas incluyendo la
madera y los PFNM y exceptúan el con
sumo familiar, y suelen existir planes de
manejo, permisos y supervisión que no
resultan muy efectivos22,23. El alto por
centaje de palmas útiles en estado silves
tre representan de forma directa (como
PFNM) e indirecta (servicios ecosisté
micos) un considerable valor monetario,
pero a pesar de ello aún es difícil encon
trar ejemplos de iniciativas de manejo
sostenible. Sin un respaldo eiciente de
instituciones estatales, la extracción sos
tenible de recursos naturales como las
palmas requiere sistemas de organización
privados o comunitarios, aunque incluso
en varios de estos casos observados se
necesita un apoyo institucional público.
particularmente si los productos son
comercializados a nivel local y regional.
La mayoría de la materia prima y los
productos de palmas son consumidos di
rectamente por los cosechadores y existe
un intercambio informal entre los habi
tantes de la misma localidad o se venden
directamente a otros consumidores o a
intermediarios. En este último caso, los
productos no adquieren un alto valor
económico, pero gran parte del beneicio
inal llega al productor primario. Así ocu
rre con la madera de palma, el material de
techado y algunas artesanías como las ha
macas. En un reciente estudio se observó
cómo el alto valor de exportación de P. aequatorialis compite con el del material de
techado hecho con hojas de Phytelephas,
producto utilizado exclusivamente a nivel
local. Esto ocurre porque a pesar del bajo
valor de venta del material de techado, el
cosechador es el mayor beneiciario35.
Cadenas de valor
Mercado actual
Los estudios de cadenas de valor demues
tran que los productores primarios de
productos con un alto valor comercial
en el exterior reciben apenas una pe
queña fracción de la ganancia inal; por
ejemplo, tratándose del palmito, obtie
nen cerca de 0.1 USD por un producto
que cuesta más de 2 USD en Europa. El
limitado beneicio recibido a nivel local
se compensa con un alto volumen de ex
tracción, de modo que el cosechador se
ve estimulado a desarrollar prácticas in
sostenibles. Esto no sucede siempre, ya
que existen cosechadores de Phytelephas
aequatorialis que practican una extrac
ción sostenible a pesar de recibir una
pequeña parte de la ganancia que puede
llegar a ser de 1 000 USD/ha/año. Hay ca
sos en los que una parte sustancial del be
neicio inal llega al productor primario,
Debido a la ausencia de controles admi
nistrativos y estadísticas oiciales, es difí
cil lograr una comprensión detallada de
la comercialización de productos de pal
mas nativas. La recolección de datos es
pues limitada y no fue posible obtener in
formación sobre el volumen total comer
cializado para ninguno de los productos
de la región estudiada. Las estadísticas
de exportación tratándose del palmito y
de la tagua son una notable excepción,
pero los datos no distinguen la extrac
ción en zonas silvestres y en cultivos. Los
detalles de la comercialización interna
cional son bastante variables: en el caso
de Phytelephas aequatorialis se revela un
alto grado de integración en el mercado
internacional, mientras para el material
de techado y las distintas etapas interme
dias de la comercialización nacional de
Control normativo y estatal
Mauritia lexuosa solamente se observa
un cierto nivel de consolidación de un
mercado regional. Todas las fuentes in
dican que los productos de palma aquí
mencionados son utilizados principal
mente a nivel local, con pocos productos
de exportación o de una signiicativa re
presentación en el mercado nacional. Es
posible que la comercialización de pal
mas represente un mayor beneicio so
cioeconómico en los mercados no mone
tarios de carácter informal. El desarrollo
comercial es bastante pobre para la ma
yoría de los productos estudiados. Mu
chos de ellos, en especial el material para
techado, las artesanías, la madera y los
aceites, no han desarrollado su potencial
de mercado y se producen bajo demanda
según precios y volúmenes predetermi
nados. Así, la producción es predecible
solo por el período del contrato, y por
tanto no se estimula ni la inversión ni los
planes de explotación a largo plazo. De
acuerdo a la información proporcionada
por los entrevistados, existen problemas
constantes debido a la incertidumbre en
la oferta y la demanda de materia prima,
haciendo que el mercado sea efímero.
En cuanto al mercado internacional, tan
solo existen unos cuantos ejemplos de
exportación de productos procesados y
con valor añadido, como palmito y al
gunas artesanías (muebles y bisutería)
que alcanzan buen precio, mientras que
la mayor parte de las exportaciones con
ciernen materias primas precursoras de
otros productos, como aceites para cos
méticos y animelas para botones, con lo
que los ingresos que se generan con este
tipo de comercio son más reducidos.
Desarollo futuro de mercados
El futuro de este mercado es difícil de
predecir, a pesar de que la mayoría de la
121
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
materia prima de palmas tratada en esta
investigación tiene gran potencial en ese
aspecto. Como se puede obtener gran
cantidad de materia prima, inclusive con
niveles sostenibles de extracción, las po
blaciones silvestres de palmas podrían
generar considerables beneicios económi
cos siempre y cuando se regule adecuada
mente la cosecha y exista un buen control
de calidad55. Por ello es factible concebir
economías familiares o a pequeña escala
basadas parcialmente en la explotación
de las palmas, en especial en zonas esca
samente pobladas como la Amazonía y el
Chocó. Sin embargo, para la explotación
de cada uno de los productos existen varias
particularidades. Tratándose del material
de techado, las artesanías y la producción
de ibra una estrategia de mercadeo a ni
vel comunitario ayudaría a incrementar
la perspectiva del mercado. En el caso de
los frutos de palma y los derivados como
el aceite es necesario primero resolver un
sinnúmero de problemas relacionados con
la sostenibilidad, la extracción, la poscose
cha, el transporte y el procesamiento. Una
estrategia de mercadeo efectiva debe estar
basada en la sostenibilidad de la cosecha
y en superar los problemas mencionados.
Las certiicaciones podrían llegar a tener
un papel importante en la expansión del
mercado a nivel nacional e internacional,
al incrementar las cuotas o participacio
nes en el mercado. Los instrumentos para
desarrollar estas innovaciones existen aun
que enfrentan diicultades tanto legales
como prácticas23,55.
122
Mercado y sostenibilidad
Para algunas especies, la información
existente revela que ya han sido sobre
explotadas, lo que indica que no se ha
optado por el posible manejo sostenible.
Es el caso de la extracción destructiva
de madera de las distintas especies de
Wettinia en ciertas zonas, la cosecha de
palmito de Euterpe precatoria en Bo
livia y la de frutos de Mauritia lexuosa
en Perú23,55. Bajo niveles sostenibles de
extracción, el valor de la materia prima
cosechable puede ser tan limitado (v. gr.
palmito y madera de palma), que la ex
plotación se limitará al uso local. En estas
circunstancias, únicamente el aumento
del precio de venta (a través de certii
caciones y elaboración de productos de
mayor valor agregado) podría generar
ganancias más atractivas. Tratándose de
la producción de madera y palmito, los
datos de tasas de crecimiento y regene
ración indican que los niveles de cosecha
sostenible deben ser muy bajos, excepto
probablemente para E. oleracea en al
gunos lugares. Se trata de mercados que
hasta cierto punto están limitados por el
recurso natural y la sobreexplotación de
bienes comunes sigue la lógica expuesta
por Clark75, convirtiéndose entonces en
la regla y no en la excepción. Aparte de
estas clásicas estrategias económicas de
incrementar el valor del producto para
aumentar la ganancia, se ha demostrado
que la “economía de la sobreexplota
ción”75 no es una verdad incontrovertible
y la extracción sostenible puede entonces
tener sentido en términos no solo ecoló
gicos sino también económicos76. En mu
chos de los casos, la cosecha sostenible
es la mejor solución, como en aquellos
donde no es necesario tumbar al indivi
duo para obtener el fruto o en los que se
deja sólo el número de hojas necesarias
para que el individuo se regenere. Así,
la extracción de ibras de Astrocaryum
spp. o Aphandra natalia y de frutos de
Phytelephas spp. no es destructiva. Al
gunas especies de palmas útiles tienden
a encontrarse en lugares abiertos en el
bosque y a ser manejadas de forma no
5 Comercialización de productos de palmas nativas
destructiva en pastizales, pese a que no se
regeneran muy bien en estas condiciones
(P. aequatorialis en Ecuador35). En algu
nos casos se puede deber a que la tierra
de propiedad colectiva o estatal, al pasar
a manos privadas tras haber sido despo
jada de vegetación, el propietario puede
manejar los recursos de la misma según
sus propios criterios e intereses. Patrones
similares de apropiación de la tierra se
observan en territorios colectivos donde
se establecen normas de uso exclusivo.
En estas condiciones se ha constatado
un manejo más responsable, donde se
asegura la tenencia de la tierra ya sea de
forma privada (zonas abiertas de pasti
zales o agrícolas) o colectiva (persiste un
efectivo sistema de organización social y
de toma de decisiones).
La mayoría de los productos provenientes
de las palmas son cosechados de forma
insostenible. Las razones de ello son di
versas y no siempre evidentes. En muchos
lugares existe gran incertidumbre acerca
de la tenencia de la tierra, lo que facilita
las prácticas insostenibles de extracción
como por ejemplo en algunas formas de
propiedad estatal (v. gr. Mauritia lexuosa
en la Amazonía peruana). En la tabla 51
se resume la información obtenida de
142 encuestas realizadas a personas que
colectan diversas materias primas pro
venientes de palmas. En la mayoría de
los casos (113) la extracción se realizó
en zonas silvestres de propiedad estatal
o comunal poco controlada. Tratándose
de M. lexuosa y Astrocaryum chambira
los informantes reportan obtener la ma
teria prima de cultivos, pero no se pudo
constatar tal situación, en especial para
M. lexuosa, por lo que estas airmacio
nes deben ser interpretadas con cautela.
Las motivaciones sociales de la so
breexplotación de los recursos naturales
o de bienes comunes han recibido con
tinua atención en especial desde la pu
blicación seminal de Hardin77 y desde
entonces numerosos estudios han con
tribuido a una mejor comprensión de
las relaciones entre sistemas sociales y
ecológicos78–80. Los distintos tipos de i
guras de ordenamiento territorial como
la propiedad colectiva o la estatal tienen
un marco legal que hace referencia al
uso y regulación de recursos naturales80.
Existen también normas informales y
distintas a las estatales que en algunos
casos no favorecen un uso y manejo
adecuado de esos recursos. En los casos
donde no se regula el uso y no es posible
establecer algún tipo de exclusividad en
el manejo, los recursos como las palmas
pasan a ser de acceso abierto80 y son más
vulnerables a la sobreexplotación o a lo
que Hardin77 describe como «la tragedia
de los comunes», en la que unos pocos
se beneician del bien común, pero con
consecuencias negativas para todos. En
efecto, sucede que el esfuerzo invertido
por unos pocos para lograr un manejo
sostenible no traerá resultados a medio
plazo si existen otros con acceso abierto
al recurso que llevan a cabo prácticas
destructivas. En la ausencia de regula
ciones sociales o legales para este tipo de
situaciones se desemboca en el uso in
sostenible y eventualmente en sistemas
ecológicos no funcionales. Se observó
que a las difíciles condiciones socioeco
nómicas de las comunidades que habitan
cerca de poblaciones silvestres de pal
mas, se suma una creciente competencia
por extraer estos recursos y no se logra
estimular la cooperación y el trabajo en
equipo81. En la actualidad, con sistemas
de control y seguimiento estatales y so
ciales inefectivos, el manejo sostenible
de las palmas es poco probable y la so
breexplotación continuará55.
123
5 Comercialización de productos de palmas nativas
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
La información presentada demuestra
la importancia del valor económico de las
palmas como recurso natural y mantiene
que su potencial todavía no es totalmente
aprovechado. Al promover un uso y un
manejo sostenibles se podría mejorar, y
no lo contrario, la situación económica
a nivel local y regional. En la actuali
dad, la cosecha y el manejo al igual que
el procesamiento y el mercadeo de los
productos provenientes de palmas nece
sitan desarrollarse para que las cadenas
de valor sean menos asimétricas. Tanto el
productor primario como quien realice la
administración y la gestión del recurso en
su hábitat natural, deben obtener un be
neicio adecuado para hacer del manejo
sostenible una opción deseable a largo
plazo. Mientras la motivación para co
mercializar productos de palmas sea la de
maximizar el beneicio económico inme
diato y no se cuente con una normativa y
sistemas de control efectivos, promover el
uso y manejo sostenible será infructuoso
y los mercados seguirán siendo inestables.
Con mercados más lucrativos y coniables
y sistemas de seguimiento en los que se
hagan cumplir las normas y se promueva
la participación, se podría cambiar la
forma de uso de las palmas y los recursos
del bosque, dando paso así a la conserva
ción a través de la comercialización.
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79 Feeny, D., F. Berkes, B.J. McCay & J.M.
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129
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
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80 Ostrom, E., J. Burger, C.B. Field, R.B.
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81 Barker, J.L., P. Barclay & H. Kern Reeve.
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groups. Behavioral Ecology 23: 735–741.
6 Sostenibilidad de la
cosecha de palmas
Rodrigo Bernala*, María Claudia Torresa, Néstor Garcíaa,b,
Carolina Isazaa, Jaime A. Navarro-Lópeza, Martha Isabel Vallejoa,
Gloria Galeanoa, Henrik Balslevc
Instituto de Ciencias Naturales, Universidad Nacional
de Colombia. Bogotá, Colombia.
b
Departamento de Biología, Facultad de Ciencias,
Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, Colombia.
c
Department of Bioscience – Ecoinformatics and Biodiversity Group,
Aarhus University. Århus C, Dinamarca.
* rgbernalg@gmail.com
a
Sistemas de manejo de las
palmas en el noroeste de
Suramérica
130
La mayoría de los productos de palmas
que se obtienen en el noroeste de Suramé
rica se cosechan de plantas silvestres que
crecen, a menudo en bajas densidades, en
bosques ricos en especies. Sin embargo,
en algunos casos se trata de grandes pal
mares homogéneos que cubren extensas
áreas, como sucede con Euterpe oleracea,
Phytelephas aequatorialis, Iriartea deltoidea
y Wettinia quinaria en el Chocó1–5, y
Mauritia lexuosa, Iriartea deltoidea y
Lepidocaryum tenue en la Amazonía3,6–10.
Otros productos se obtienen de palmas
aisladas que sobreviven en potreros o en
áreas deforestadas, como es el caso de
Attalea phalerata y Aphandra natalia en la
Amazonía11,12, de Attalea colenda en el Pa
cíico13,14, de Astrocaryum malybo, Attalea
butyracea y Copernicia tectorum en el
Caribe15–17, y de Ceroxylon spp. en los An
des18. Varias especies de palmas se plantan
en las chagras indígenas (chacras en Ecua
dor) o son selectivamente conservadas
cuando se tumba el bosque en el proceso
de agricultura itinerante. En la Amazonía,
algunas palmas que se encuentran en las
chagras o bosques secundarios resultan
tes de cultivos abandonados incluyen
Oenocarpus bataua, O. minor, Euterpe
precatoria, Mauritia lexuosa, Astrocaryum
chambira, Aphandra natalia12,19–25, y en el
Chocó están presentes Euterpe oleracea y
Astrocaryum standleyanum1,26–28. Además,
131
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
hay especies presentes solo en uno o dos
de los países de la región, o que al menos
son manejadas únicamente allí, como
Parajubaea sunkha en los Andes de Boli
via29 o Attalea phalerata en la Amazonía
de Perú y Bolivia11,30.
En otros casos, las palmas forman
parte de sistemas agroforestales más com
plejos. En las tierras bajas estos sistemas
incluyen cacao (heobroma cacao), agua
cate o palta (Persea americana), guamo,
guabo o guaba (Inga spp.), plátano o
banano (Musa spp.), papaya (Carica
papaya), piña (Ananas comosus) y ár
boles maderables como Cedrela odorata
y Tabebuia spp. Las palmas que se en
cuentran allí incluyen Attalea colenda,
Phytelephas aequatorialis y Euterpe
oleracea en el Chocó1,4,14,28,31,32, y Bactris
gasipaes, Euterpe precatoria, Mauritia
lexuosa y Oenocarpus bataua en toda la
región33–42.
En los Andes, los sistemas agroforesta
les con palmas como Aiphanes horrida43,
A. caryotifolia, Ceroxylon alpinum, C.
echinulatum y C. sasaimae18,44, también
incluyen especies como café (Cofea
arabica), caña de azúcar (Saccharum
oicinarum), guayaba (Psidium guajava),
árboles maderables o de sombrío (v. gr.
Cordia alliodora, Ochroma pyramidale,
Inga edulis, Erythrina edulis) y guadua
(Guadua angustifolia).
El paso más elaborado en el pro
ceso de manejo de las palmas es la do
mesticación. Siguiendo los criterios
de Clement45, ser cultivada y tener al
menos una variedad que dependa de la
intervención humana para su supervi
vencia genética a largo plazo, solo dos
especies de palmas americanas pueden
considerarse domesticadas. Se trata de
la palma de chontaduro, chontilla o pi
juayo, Bactris gasipaes45 y el coco cumbi
de los Andes, Parajubaea cocoides, co
nocida solo en cultivo en Ecuador, el sur
de Colombia y una localidad en el norte
de Perú46,47 y probablemente derivada de
la especie silvestre boliviana Parajubaea
torallyi48. Aunque se ha sugerido que las
132
Figura 6-1. Palmares de Euterpe oleracea en Iscuandé, costa pacíica de Colombia. (R. Bernal)
6 Sostenibilidad de la cosecha de palmas
Figura 6-2. Phytelephas aequatorialis en sistemas agroforestales en la costa pacíica de Ecuador. (R. Bernal)
poblaciones de Perú son nativas46, su
distribución restringida en ese país, su
ubicación alrededor de asentamientos
humanos, e incluso el nombre común
palma de Quito, sugieren que se trata de
plantas cultivadas. Bactris gasipaes ha
desempeñado un importante papel en
la nutrición humana desde los tiempos
precolombinos49 y es ahora ampliamente
cultivada. Parajubaea cocoides, en cam
bio, se ha cultivado principalmente en
pueblos y ciudades, con la doble función
de planta ornamental y fuente de semillas
comestibles50.
Una tercera especie, la chambira,
Astrocaryum chambira, de Colombia,
Ecuador y Perú, estaba en proceso de
domesticación en el momento de la con
quista española, como fuente de una de
las ibras más importantes de la Amazo
nía occidental51, pero tal proceso se ha
detenido al perder importancia la ibra
en la vida indígena actual.
Casi siempre los productos de palmas
se obtienen de áreas de propiedad comu
nitaria o estatal, como sucede en muchas
zonas de la Amazonía o las tierras bajas
del Chocó37. En otros casos, se cose
chan en tierras ajenas, como ocurre con
la palma estera (Astrocaryum malybo),
el corozo de lata (Bactris guineensis) o
la palma de vino (Attalea butyracea) en
el Caribe52–54. Cuando las palmas se co
sechan en terrenos propios, es más pro
bable que los propietarios implementen
prácticas adecuadas de manejo, cons
cientes de que estas permitirán man
tener las poblaciones silvestres. Por el
contrario, cuando se cosecha en tierras
comunitarias, se hace caso omiso de las
recomendaciones que garantizan la sos
tenibilidad, pues se actúa con la lógica de
“lo que no coseche yo hoy, lo cosechará
otra persona mañana”. Esta situación,
que conduce al agotamiento del recurso
de propiedad común, es lo que Hardin55
133
134
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
A
B
muchas de las palmas se explotan sin
ninguna consideración por la suerte que
puedan correr las poblaciones de las es
pecies involucradas. Sin embargo, las
especies para las que se conocen prácti
cas de manejo son precisamente las que
son objeto del uso más intenso, lo que
ofrece una base sociocultural sobre la
que se pueden desarrollar e implementar
prácticas de manejo sostenible de amplia
aplicación. La Tabla 61 (p. 135–141)
muestra las especies que reciben algún
tipo de manejo en los cuatro países de
la región.
Figura 6-3. Palmas domesticadas: A) Bactris gasipaes, Perú, B) Parajubaea cocoides, Ecuador. (R. Bernal)
llamó la tragedia de la propiedad colectiva. Las dos situaciones contrastantes
se ven en la costa pacíica de Colombia,
donde los cosechadores adoptan buenas
prácticas de manejo para la cosecha sos
tenible de los frutos de la palma Euterpe
oleracea en tierras de su propiedad, pero
sobrecosechan en áreas de propiedad co
lectiva56. Igual ocurre en la Amazonía pe
ruana con el aguaje, Mauritia lexuosa57.
El número de especies de palmas que
recibe algún tipo de manejo es consi
derablemente menor que el de aquellas
que se utilizan37. Esto quiere decir que
Tabla 6-1. Sinopsis del manejo de las palmas en el noroeste de Suramérica
Grupos humanos: AF, afroamericanos; AM, amerindios; ME, mestizos.Técnicas de cosecha: EA, trepando a un árbol vecino; SP, escalando la palma; ML, medialuna o cuchilla encabada en un palo; CD, cosecha
directa de palmas bajas; CP, derribando la palma por mal manejo; RC, se requiere derribar la palma; CS, cosecha desde el suelo; SD, sin datos (pero sin derribar); CR, corte de rebrotes en palmas cespitosas.
Manejo: CU, cultivo; ED, estudio diagnóstico o monitoreo antes de la cosecha; EN, enriquecimiento de áreas cosechadas mediante siembra de semillas o trasplante de plántulas; FE, fertilización; FU, uso de fuego;
RA, rotación de áreas de cosecha; DP, dejar las palmas al cortar el bosque; PC, control de plagas; SC, cosecha selectiva por edad, tamaño o sexo; RE, restricción estacional (fases de la luna, ciclos fenológicos o
climáticos, tradición); FS, individuos o áreas dejados como fuentes de semillas; EP, entresaca y poda (remoción de individuos, brotes u hojas); TR, trasplante; RP, remoción de plantas competidoras.
Uso de la tierra: SA, sistema agroforestal; PI, bosques en llanuras inundables; CH, chagras o chacras; BP, bosque primario; P, plantación; PS, palmares; PT, potreros o pasturas; BS, bosque secundario.
Tenencia de la tierra: TA, territorio de afroamericanos; TC, tierras privadas, de uso común; TI, territorio indígena; ER, reserva extractiva; TN, tierras de la nación; AP, áreas protegidas; TP, tierras privadas.
Estado de conservación: * vulnerable, ** en peligro (basado en las referencias 58, 59, 60 y 61).
Técnica de
cosecha
Manejo
de
Uso de la tierra Tenencia
la tierra
Categoría de uso
Parte utilizada
Referencias
CU, DP
SA, CH
TP
ornamental, alimentación
toda la planta,
semilla
29, 61, 62
DP, SC, RP
BP, PT
BP
SA, PT
TI
TA, TP
TP
alimentación
artesanía
artesanía, implementos y
herramientas, construcción,
alimentación humana y
de animales
alimentación, implementos y
herramientas, artesanía
alimentación, artesanía,
implementos y herramientas,
construcción
fruto
63
fruto, semilla
64
vaina, pecíolo, hoja, 13, 65, 66, 67
fruto, inflorescencia,
semilla
País
Aiphanes horrida
Allagoptera leucocalyx
Ammandra decasperma
Aphandra natalia
Bolivia,
Colombia,
Ecuador
Bolivia
Colombia
Ecuador, Perú
AM
ME
AM
CD
CS
SP, CP, CD
Astrocaryum aculeatum
Bolivia
AM, ME
ML, RC, CS, SD CU, ED, RA, DP CH, P, BS
TI
Astrocaryum chambira
Colombia,
Ecuador, Perú
AM, ME
EA, SP, ML, CD, CU, DP, SC, FS,
CP, RC
RP
TI
CH, BP
tallo, fruto semilla
68, 69
fruto, cogollo, tallo
30, 70, 71, 72,
73, 74, 75, 76,
77, 78, 79, 80,
81, 82
6 Sostenibilidad de la cosecha de palmas
Grupo
humano
Especie
135
136
Tabla 6-1 (continuación)
Categoría de uso
Parte utilizada
Referencias
RC, CS, SD
BP, PI
ER, TI
ML
CP
CD
ML, CP, RC
CU, DP, SC
CU, EN, DP, RE
SA, PI
PT
BP
TI
TC, TP
TA, TI, AP
fruto, semilla, hoja,
tallo, cogollo
fruto
cogollo, fruto
cogollo
fruto, tallo, cogollo
63, 69, 79
ME
ME
ME
AF, AM, ME
AF
ME
AM
AM, ME
CD
CD
CP
SP, CP, RC
DP
DP
BP
SA, PT, BS
TA
CU, DP, RE
CH, PT
TI, TP
construcción, alimentación, aceite
para cosméticos
alimentación
alimentación
artesanía
construcción, alimentación,
artesanía
alimentación
cultural, alimentación
construcción
alimentación humana y de
animales, construcción, artesanía,
implementos y herramientas
alimentación humana y de
animales
País
Grupo
humano
Técnica de
cosecha
Astrocaryum gratum
Bolivia, Perú
AM
Astrocaryum huicungo
Astrocaryum jauari
Astrocaryum malybo
Astrocaryum standleyanum
Perú
Colombia, Perú
Colombia**
Colombia,
Ecuador*
Colombia
Colombia**
Perú
Bolivia, Ecuador,
Colombia, Perú
Attalea allenii
Attalea amygdalina
Attalea bassleriana
Attalea butyracea
Manejo
Attalea colenda
Ecuador*
ME
CS
DP
PT
Attalea cuatrecasana
Colombia
AF
CD
DP
BP
TA
Attalea maripa
Colombia, Perú AM, ME
EA, SP, CP, RC,CS DP, EP
BP, BS
AP
Attalea moorei
Attalea phalerata
Perú
Bolivia, Perú
ME
AM, ME
CD
CD, CP, RC, CS
PT, BS
Attalea plowmanii
Perú
ME
CD
CU, DP
BP
30
30, 83
16, 52, 84
27, 43, 80, 82, 85,
86, 87, 88, 89
semilla
90
semilla, cogollo
91
hoja
92
fruto, hoja, lámina 17, 79, 93, 94,
de la hoja, cogollo, 95, 96, 97
savia, tallo
fruto, semilla
14, 31
animales, construcción,
combustible
construcción, alimentación,
implementos y herramientas
alimentación
construcción, alimentación,
combustible, aceite para
cosméticos
alimentación
hoja, cogollo, fruto, 61
semilla
fruto, hoja, tallo
30, 98
semilla
30
Parte utilizada
Referencias
fruto
fruto, hoja, tallo,
semilla
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
de
Uso de la tierra Tenencia
la tierra
Especie
30
11, 30, 79, 99,
100
Tabla 6-1 (continuación)
País
Grupo
humano
Técnica de
cosecha
Manejo
de
Uso de la tierra Tenencia
la tierra
Categoría de uso
Attalea polysticha
Attalea princeps
Attalea salazarii
Attalea speciosa
Colombia, Perú
Bolivia
Perú
Bolivia
AM, ME
ME
ME
AM, ME
CD
ML
ML
CP, RC, CS
RE
DP
BP
TI
TP
DP, EP, RP
SA, CH, BP, PT
TC, AP
Attalea tessmannii
Bactris acanthocarpa
Bactris barronis
Bactris brongniartii
Bactris coloradonis
Perú**
Perú
Colombia
Colombia, Perú
Colombia
ME
AM, ME
AF
ME
AF
CP
CD, CR
CR
CR
CP, CR
DP
PT
BP, BS
BP, BS
PT
BP, PT, BS
TI
TA
TA, TI, TP
Bactris concinna
Bactris gasipaes
Perú
Colombia,
Ecuador, Perú
ME
AM, ME
CR
DP
SP, EA, ML, RC, CU, FE PC,SC,
CR
RE, EP, RP
BP, PT, BS
SA, CH, BP, PT
TP
Bactris guineensis
Colombia
ME
CD, RC, CR
DP, RE
PT
TC, TP
Bactris major
Bolivia,
Colombia
Colombia**
AM, ME
CD, CR
DP, RE
PT, BP, BS
TC, TP
construcción, alimentación
fruto, hoja
30, 61
construcción, alimentación
fruto, hoja
101
alimentación
fruto
30
alimentación humana y de
fruto, tallo, semilla 63, 102, 103,
animales, construcción, combustible,
104, 105
aceite para cosméticos
construcción, alimentación
fruto, hoja, semilla 30
construcción, alimentación
fruto, tallo, hoja
79
construcción
tallo
43
alimentación
fruto
30, 61
construcción, implementos y
tallo
61, 106
herramientas
alimentación
fruto
30
alimentación, combustible
fruto, palmito,
30, 36, 42, 71,
semilla
79, 107, 108,
109, 110
fruto, tallo
53, 61, 93
construcción, alimentación,
artesanía, implementos y
herramientas
construcción, alimentación
fruto, tallo
30
ME
CD, DP
DP
PT
TP
cultural
Ceroxylon alpinum
DP
DP
DP
cogollo
18, 111, 112,
113
6 Sostenibilidad de la cosecha de palmas
Especie
137
138
Tabla 6-1 (continuación)
País
Grupo
humano
Técnica de
cosecha
Manejo
de
Uso de la tierra Tenencia
la tierra
Categoría de uso
Parte utilizada
Referencias
Ceroxylon echinulatum
Ecuador, Perú
ME
CP, RC, CS
DP, CU
SA, PT
TP
fruto, cogollo, tallo
4, 44, 62
Ceroxylon peruvianum
Perú
ME
ML, RC, CS
CU, FE, DP, TR
SA, CH
TP
fruto, tallo
114
Ceroxylon quindiuense
ME
CD, CP, RC
DP
PT
TP
cogollo, tallo
18, 114
ME
CD, CP, RC, CS
DP
PT
TP
fruto, cogollo, tallo
18, 62
ME
CD, CP, RC
DP
PT
alimentación de animales,
construcción, cultural
construcción, cultural
cogollo, tallo
18, 71, 102
Copernicia alba
Colombia**,
Perú
Colombia**,
Ecuador
Bolivia, Ecuador,
Colombia
Bolivia
alimentación de animales,
construcción
alimentación de animales,
construcción
construcción, cultural
ME
RC
CU, DP
construcción, ornamental
102, 115
Copernicia tectorum
Colombia
ME
ML, CD, RC, CS DP, SC
PI, PS, PT
TC, TN
Desmoncus cirrhifer
AF, AM
CP
BP
TA, TI
15, 93, 116,
117, 118, 119
62, 80
Desmoncus giganteus
Colombia,
Ecuador
Colombia
hoja, tallo, toda la
planta
fruto, cogollo, tallo,
hoja
tallo
AM
CP
BP
TI
tallo
62, 80
Desmoncus mitis
Colombia
AM
CP
BP
TI
tallo
80
Desmoncus orthacanthos
Colombia
AM, ME
CP, CR
PT
TI, TP
tallo
80, 93
Desmoncus polyacanthos
Perú
ME
CP, CR
BP
TI
tallo
120, 121
Categoría de uso
Parte utilizada
Referencias
TP
construcción, artesanía
tallo, semilla
122, 123
TP
alimentación, artesanía
fruto, cogollo
16, 30, 83
fruto, palmito, tallo 1, 32, 56, 103,
104, 124,
125, 126
fruto, palmito, tallo 7, 30, 36, 39,
98, 100, 127,
128, 129, 130,
131
tallo, hoja
102, 128, 132,
133
hoja
134, 135
hoja
136
tallo
3, 71, 92, 102,
128, 137, 138,
139, 140, 141,
142
vaina, hoja, fruto
80, 143, 144,
145, 146, 147
hoja
9, 148, 149,
150, 151
Ceroxylon ventricosum
Ceroxylon spp.
EN, SC
alimentación de animales,
construcción, artesanía
artesanía, implementos y
herramientas
artesanía, implementos y
herramientas
artesanía, implementos y
herramientas
construcción, artesanía,
implementos y herramientas
artesanía
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
Especie
Tabla 6-1 (continuación)
Especie
País
Técnica de
cosecha
Manejo
ME
RC, CS
DP
ME
CD
CU, DP
AF, AM
SP, ML, CP, CR
CU, EN, FE, SC, PI, CH, BP, P,
FS, EP, TR, RP PS, PT, BS
TA, TC, TP
construcción, alimentación,
ornamental
PT
Euterpe precatoria
Bolivia,
Colombia,
Ecuador, Perú
AM, ME
SP, CP, RC, CS,
SD
CU, RA, DP, SC, SA, CH, BP, BS
FS
TI, ER, AP
construcción, alimentación
Geonoma deversa
AM, ME
CD, CP
SC
BP, BS
TI
Geonoma macrostachys
Geonoma orbignyana
Iriartea deltoidea
Bolivia,
Colombia, Perú
Ecuador
Colombia
Bolivia,
Colombia,
Ecuador, Perú
AM
ME
AM, ME
CD, CP
CD
RC
BP
BP
BP, BS, PT
AP, TI
SC
DP, SC
TA, ER, TI, AP
construcción, implementos y
herramientas
construcción
ornamental
construcción, artesanía,
implementos y herramientas
Leopoldinia piassaba
Colombia
AM, ME
CD, CP
SC
BP
TI, TN
Lepidocaryum tenue
Perú, Colombia AM
CD, CP
SC
BP
TI
construcción, alimentación,
artesanía
construcción
6 Sostenibilidad de la cosecha de palmas
Dictyocarium lamarckianum Ecuador,
Colombia
Elaeis oleifera
Colombia**,
Perú*
Euterpe oleracea
Colombia,
Ecuador
de
Uso de la tierra Tenencia
la tierra
Grupo
humano
139
140
Tabla 6-1 (continuación)
Especie
País
Grupo
humano
Técnica de
cosecha
Manejo
de
Uso de la tierra Tenencia
la tierra
Categoría de uso
Parte utilizada
Manicaria saccifera
Colombia
AF, AM, ME
CD
CU, DP
BP, BS
inflorescencia, hoja 80, 152, 153
Mauritia carana
Mauritia flexuosa
Colombia
Colombia,
Ecuador, Perú
AM
AM, ME
CP, SD
DP
BP
EA, SP, ML, CD, CU, EN, FE, DP, PI, CH, BP, PS,
CP, RC, CS
SC, EP, RP
PT, BS
TI
TI, AP
construcción, artesanía,
implementos y herramientas
construcción
construcción, alimentación,
artesanía
Mauritiella macroclada
Oenocarpus bacaba
Oenocarpus bataua
Colombia
Colombia
Bolivia,
Colombia,
Ecuador, Perú
AF, AM
AM, ME
AF, AM, ME
CD, CP
SP, EA, CP
SP, ML, CD, CP,
CS
DP
PI, BP
DP, EP
BP
CU, EN, RA, DP, SA, BP, PS
SC, EP
TA
TI
TA, ER, TI, AP
construcción, artesanía
alimentación
construcción, alimentación
Oenocarpus minor
Parajubaea cocoides
Parajubaea sunkha
Colombia, Perú AF, ME
Ecuador
ME
Bolivia
SP, CP
CS
CU, DP, RP
CU
CU, DP
TA, TI, ER
TP
Parajubaea torallyi
Bolivia**
CS, SD
DP
Pholidostachys synanthera
Phytelephas aequatorialis
Ecuador, Perú
Ecuador*
CD
CD, CS
EN, EP
CU, DP, SC, EP,
construcción
alimentación, ornamental
implementos y herramientas,
ornamental
alimentación humana y de
animales, construcción, artesanía,
implementos y herramientas
construcción
construcción, artesanía
AP
BP
SA, PT, BS
TI
TA
hoja
fruto, cogollo, tallo
61
7, 21, 24, 30,
41, 74, 80, 98,
103, 154, 155,
156, 157, 158,
159, 160, 161
tallo, cogollo
106, 162
fruto
61
fruto, hoja, tallo
7, 22, 30, 35,
38, 40, 71, 95,
103, 128, 158,
163, 164, 165
fruto, cogollo, tallo 29, 43, 48
toda la planta, frutos 29, 48, 50
toda la planta
123
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
AM, ME
AF, AM
CH
CH, P
TA, TI
Referencias
fruto, hoja, cogollo, 166
semilla, tallo
hoja
hoja, semilla
167
5, 168, 169
Referencias
Tabla 6-1 (continuación)
Manejo
de
Uso de la tierra Tenencia
la tierra
Categoría de uso
Parte utilizada
Colombia, Perú AF, AM, ME
CD, CS
DP, SC, EP, RP
SA, BP
TA, ER
construcción, alimentación,
artesanía
hoja, semilla
Colombia**
Colombia,
Ecuador
Colombia
Bolivia,
Colombia,
Ecuador, Perú
AF, ME
AM, ME
CD, CS
CP, CR
DP
DP
BP
BP
TA, TN
AP
artesanía
alimentación
AM, ME
AF, AM
SP, ML, CD, RC
RC
CU, DP, SC, RE
DP, RE
SA, CH, PT
BP, PT
TP
TI, TA
construcción
construcción, implementos y
herramientas
AF, AM
RC
DP, RE
BP, PT
TI, TA
construcción, implementos y
herramientas
AM
CR
RA, SC, FS, CU
AF, AM
CD, CP, RC
DP, RE
BP
TA
construcción, artesanía
cogollo, toda la
planta
tallo, cogollo
ME
AM
RC
RC
RA, DP, SC
DP, SC
BS, PT
BP, BS
TP
TA, TI
construcción
construcción
tallo
tallo
País
Phytelephas macrocarpa
Phytelephas tumacana
Prestoea acuminata
Sabal mauritiiformis
Socratea exorrhiza
Syagrus sancona
Trithrinax schizophylla
Welfia regia
Wettinia kalbreyeri
Wettinia quinaria
Bolivia,
Colombia*,
Ecuador, Perú
Bolivia
Colombia,
Ecuador
Colombia
Colombia,
Ecuador
Grupo
humano
artesanía, ornamental
30, 83, 170,
171, 172, 173,
174
semilla
172
palmito
71, 175, 176,
177, 178, 179
tallo, hoja
93, 180
tallo
68, 92, 98,
102, 115, 128,
137, 181, 182,
183, 184
tallo, toda la planta 29, 61, 92,
102
29, 185
162
186, 187
2, 90, 141,
168, 187
6 Sostenibilidad de la cosecha de palmas
Técnica de
cosecha
Especie
141
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
Elementos sostenibles e
insostenibles en el manejo
de las palmas
Las diversas prácticas de manejo de pal
mas que se encuentran en el noroeste
de Suramérica incluyen tanto elementos
que garantizan la sostenibilidad del apro
vechamiento, como elementos que lo ha
cen insostenible. A veces estos dos tipos
de prácticas contrastantes se aplican a la
misma especie en áreas diferentes.
Los elementos que determinan si
el aprovechamiento de una especie de
palma es sostenible o no son: 1) abun
dancia de la especie en el ecosistema, 2)
forma de crecimiento de la planta, 3) fe
nología, 4) parte de la planta que se usa,
5) tipo de uso del producto de palma (uso
doméstico, comercio local, etc.), 6) téc
nica empleada para cosechar el recurso y
7) prácticas adicionales de manejo.
1. Abundancia de la especie
en el ecosistema
142
Cuanto más abundante es la palma en
el ecosistema, mejor podrá soportar la
presión de aprovechamiento, particu
larmente si este es destructivo. Especies
con poblaciones pequeñas o muy locali
zadas, sometidas a una gran presión de
cosecha, pueden ser diezmadas en poco
tiempo. Esto podría suceder, por ejem
plo, con algunas especies de Bactris que
tienen poblaciones relativamente peque
ñas y cuyos tallos se usan en construc
ción, como Bactris guineensis en el Ca
ribe colombiano53, donde un incremento
en la demanda de tallos podría tener un
fuerte impacto en la especie. Algo si
milar ha sucedido en la zona limítrofe
de Perú, Brasil y Colombia, a orillas del
río Amazonas, donde las poblaciones de
Lepidocaryum tenue, aunque extensas, se
encuentran muy localizadas y sufren por
tanto el efecto de la sobrecosecha como
resultado del incremento del turismo en
la región y la consiguiente construcción
de techos de estilo tradicional9,151. De la
misma manera se ven afectadas las po
blaciones de Parajubaea sunkha en los
Andes de Bolivia, donde la densidad de
individuos adultos es elevada pero los
niveles de regeneración reducidos, por lo
que la presión de cosecha de ibras incide
en las plantas más viejas188,189.
Por otra parte, palmas con poblacio
nes más abundantes pueden resistir por
más tiempo las prácticas de mal manejo,
ofreciendo así una ventana más amplia
para la introducción de prácticas sanas.
Un ejemplo de esto es el uso intensivo de
los tallos de Iriartea deltoidea y Wettinia
quinaria en Ecuador. Aunque este ha im
plicado el corte de miles de palmas en
las últimas décadas2, las extensas pobla
ciones han evitado que ambas especies
se extingan a nivel local, lo que abre una
buena perspectiva para un mejor manejo
futuro. Otro caso es el de Astrocaryum
standleyanum en el occidente de Co
lombia, donde la fuerte presión sobre la
palma, como resultado del corte de la
planta para obtener el cogollo, causó una
severa reducción de la especie cerca de
los poblados indígenas. Sin embargo, su
abundancia en los bosques cercanos ha
permitido una rápida recuperación de las
poblaciones, después de que se introdu
jeran técnicas adecuadas de cosecha190.
Un aspecto paradójico de la abun
dancia de una especie es que el gran
número de individuos presentes en el
ecosistema puede dar a los usuarios la
imagen errónea de que el recurso es
inagotable, llevándolos a cosecharlo de
manera destructiva. “No se acaba: hay
mucha”, se oye decir con frecuencia a los
6 Sostenibilidad de la cosecha de palmas
habitantes amazónicos al referirse a espe
cies abundantes como Euterpe precatoria
o Mauritia lexuosa.
2. Forma de crecimiento
de la planta
El hábito de crecimiento de la palma de
termina en gran medida el impacto que
tendrá su aprovechamiento. Tres aspec
tos son especialmente relevantes: a) el
número de tallos de la planta, b) la altura
del tallo y c) la presencia de espinas.
a) El número de tallos desempeña
un papel primordial, particularmente
cuando es el tallo lo que se utiliza o
cuando hay que cortarlo para obtener el
palmito. En palmas solitarias, la cosecha
del tallo implica la muerte del individuo
y el impacto es por tanto mayor. En pal
mas cespitosas (que producen nuevos
tallos a partir de rebrotes basales), el
corte de uno o varios tallos no produce
la muerte de la planta, pues los rebrotes
más pequeños se desarrollarán para re
emplazar los tallos cortados. Esta dife
rencia de hábito marca el contraste entre
el aprovechamiento de Euterpe precatoria
y el de Euterpe oleracea. La primera es
una palma de tallo solitario, de la que
se obtiene palmito a nivel doméstico en
todo el noroeste de Suramérica, y a nivel
comercial en Perú191 y Bolivia130. Aunque
esta es la planta arbórea más abundante
en toda la Amazonía192, los estudios de su
dinámica poblacional han mostrado que
las poblaciones no toleran el aprovecha
miento comercial del palmito, a no ser
que este se hiciera en intensidades muy
bajas (25–50 % de todas las palmas adul
tas) y en ciclos largos (16–32 años), lo
que probablemente no sería rentable193.
b) El tamaño del tallo es fundamen
tal para asegurar el acceso al recurso,
cuando se trata de frutos o de hojas.
Las plantas más fáciles de cosechar son,
desde luego, aquellas que tienen tallo
subterráneo o de baja altura, y esta faci
lidad conlleva un manejo más adecuado
del recurso. En Perú, por ejemplo, las ho
jas y los frutos de Attalea polysticha, que
tiene tallo subterráneo, son fácilmente
accesibles pues se encuentran a nivel del
suelo y su cosecha no implica escalar ni
cortar la palma194. De manera similar las
hojas de jatata (Geonoma deversa) que
tiene un tallo de menos de 2 m de altura,
a menudo se cosechan en Bolivia sin ne
cesidad de cortar la palma132,195, al igual
que sucede en Colombia y Perú con las
hojas de caraná o irapay (Lepidocaryum
tenue)8,9. También en el Caribe colom
biano se cosechan fácilmente los cogollos
de la palma estera (Astrocaryum malybo)
que tiene tallo subterráneo52 y los raci
mos de frutos de Bactris guineensis cuyos
tallos no superan los 2 m de altura53.
Por otra parte, una palma de bajo
porte permite introducir medidas adicio
nales de manejo a la hora de cosechar. Un
ejemplo de esto es la práctica adoptada en
el Caribe colombiano para cosechar los
cogollos de Astrocaryum malybo52. En vez
de cortar el cogollo, simplemente se lo in
clina y se arrancan las pinnas que tienen
la longitud apropiada para ser usadas, de
jándose en el raquis las pinnas de la base
y del ápice, que no son utilizables. Des
pués de la cosecha se devuelve el cogollo
a su posición original y la hoja continúa
su desarrollo hasta expandirse. De esta
manera se minimiza el daño a la palma.
Este tipo de manejo difícilmente sería
posible en una palma de tallo elevado.
Cuando se trata de palmas elevadas,
la cosecha de frutos y de hojas implica
el uso de herramientas para acceder a
la corona, ya sea desde el suelo o esca
lando la palma. Si no se dispone de esas
herramientas o no se las usa, se recurre
143
6 Sostenibilidad de la cosecha de palmas
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
A
B
C
Figura 6-4. Formas de crecimiento de palmas útiles: A) Euterpe precatoria con tallo solitario,
B) Geonoma deversa con tallos cespitosos, C) Astrocaryum malybo con tallo subterráneo. (R. Bernal)
los cosechadores utilizan en ocasiones
fuego para eliminar las espinas cuando
van a cosechar los tallos, afectando de
esta manera los rebrotes de la planta53.
una mayor tasa de producción de hojas196
tolera mejor la cosecha anual de sus co
gollos para esta festividad. La Tabla 62
muestra cifras de producción de hojas de
varias especies de palmas útiles, al igual
que la edad de la planta al alcanzar la
etapa reproductiva, y su longevidad.
La fenología reproductiva también
tiene impacto en la cosecha, aunque a
veces puede ser de manera indirecta. En
la costa pacíica de Colombia, por ejem
plo, los cosechadores tumban las palmas
adultas de Euterpe oleracea para vender
su cogollo como palmito por diez centa
vos de dólar, en vez de conservarlas para
144
a menudo a la opción simple y destruc
tiva de cortar la palma. De esta manera
se obtiene de una palma una sola vez un
producto que podría haberse obtenido
en múltiples ocasiones.
c) La presencia de espinas determina
a veces el manejo que se dé a la palma. Las
especies de Astrocaryum, por ejemplo, a
menudo son derribadas cuando alcanzan
una altura superior a 6 m, pues sus enor
mes y abundantes espinas diicultan el ac
ceso al cogollo. Incluso en una especie de
pequeño porte, como Bactris guineensis,
El producto que se obtiene de una palma
es determinante en la sostenibilidad de
Producción de hojas por año
Plántulas
Juveniles
Adultos
Edad primera reproducción
(años)
Astrocaryum chambrira
Astrocaryum malybo
Astrocaryum standleyanum
Attalea butyracea
1.5
1.8
1.7
0.8
1.7
2.0
2.0
1.8
2.9
2.5
3.1
5–8
20–32
22–33
43–44
20–40
Ceroxylon alpinum
Ceroxylon echinulatum
Copernicia tectorum
Euterpe oleracea
0.9
7–11
76
4.8
1.1–1.6
1.4–2.2
1.8
6.6–19.3
1–2
12–33
7–11
23
31–33
1
1.9–2.1
3.8
Iriartea deltoidea
Lepidocaryum tenue
Mauritia flexuosa
0.66
0.93
1.4
1.8–2.2
1.0–1.3
2.2
2.1–2.4
1.4–1.7
6.8
Oenocarpus bataua
Phytelephas macrocarpa
Prestoea acuminata
0.9
1.2
1.54
0.9
1.8
2.1–3.2
2.1
6.1–7.4
3.6–5.3
15–20 (chagras)
40 (bosque)
65
60–68
10–15 (plena exposición)
30–40 (bosque)
50 (bosque)
<24
36–48
Socratea exorrhiza
Wettinia quinaria
1.6
1.9
2.7–4
2.5
4.5–5.4
2.4–3.6
35
15
3. Fenología
Figura 6-5. Cosecha de folíolos de Astrocaryum
malybo en Colombia, sin cortar el cogollo. (N. García)
4. Parte usada de la planta
Tabla 6-2. Producción promedio de hojas en individuos de diferentes edades, edad a la primera reproducción
y longevidad de algunas palmas útiles del noroeste de Suramérica.
Especie
Los ritmos de producción de hojas y de
frutos son fundamentales para deter
minar la sostenibilidad del aprovecha
miento. Palmas con una tasa muy baja
de producción de hojas serán más vul
nerables frente al aprovechamiento de
este órgano, que aquellas que producen
hojas más rápidamente. Así, por ejemplo,
la cosecha de cogollos de palma de cera
(Ceroxylon alpinum) durante la Semana
Santa en Colombia (y quizás también de
otras especies de Ceroxylon en Ecuador,
Perú y Bolivia) no es sostenible porque
esta especie, en su fase de roseta antes de
desarrollar tronco, produce solo dos ho
jas por año. Dado que el número de co
gollos cosechados cada año es justamente
dos, las palmas nunca consiguen reponer
las hojas cosechadas y inalmente mue
ren al quedarse sin follaje111. Por el con
trario, Attalea butyracea, una especie con
vender su fruto que es 120 veces más ren
table y cuya extracción no implica cortar
la palma. La razón es simple: los frutos
solo se producen dos veces al año, mien
tras que los palmitos están disponibles
todo el tiempo. Así el cogollo se convierte
en una fuente de ingreso permanente,
aun cuando se trate de un aprovecha
miento destructivo y menos rentable que
el de los frutos197.
Euterpe precatoria
Longevidad
Referencia
(años)
> 101
> 93
> 68
> 120
81
84
89
196, R. Bernal
obs. pers.
213
111
198
146
118, 119
58 (tallos de 28
rebrote)
90
25
145
> 100
> 120
166
184
58–69
(cada tallo)
135
137
142
150
24, 41
40
173
179
183
90
145
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
su aprovechamiento. La cosecha de ta
llos o de productos asociados a ellos,
como almidón, palmito o larvas de es
carabajo, necesariamente implica cortar
la palma, lo que en el caso de palmas de
tallo solitario signiica la muerte del in
dividuo. Por otra parte, productos como
hojas, ibras o frutos se pueden cosechar
de manera reiterada sin tener que cortar
la palma.
Un caso particular es el de la obten
ción de savia azucarada. En el noroeste
de Suramérica se obtiene este producto
de las palmas a través del meristemo, para
lo cual es necesario derribar la planta17
y así se obtiene savia de una palma una
sola vez. Sin embargo, en el sur de Asia
se extrae savia de varias especies de pal
mas mediante el sangrado de las inlores
cencias, lo que permite que una misma
planta sea productiva durante muchos
años37. Esta técnica todavía no ha sido
desarrollada en nuestra región, pero es
muy probable que pueda aplicarse a va
rias especies de palmas de gran porte,
6 Sostenibilidad de la cosecha de palmas
pues aquellas explotadas en Asia perte
necen a géneros muy diversos.
5. Nivel de demanda del
producto de palma
El nivel de uso de los productos es uno de
los factores que mayor impacto tiene en la
sostenibilidad del aprovechamiento. Tra
dicionalmente las palmas han sido usadas
por las comunidades amerindias y campe
sinas para suplir sus necesidades domésti
cas de vivienda, alimentación y vida espiri
tual. Este uso ha representado, en general,
un impacto moderado en las poblaciones,
incluso en casos de cosecha destructiva.
Así, por ejemplo, las palmas de Euterpe
precatoria eran derribadas ocasionalmente
por muchas comunidades indígenas ama
zónicas para consumir el palmito25,199, sin
que se redujeran de manera signiicativa
sus poblaciones. Igualmente se cortan
a veces, para uso doméstico, palmas de
Iriartea deltoidea, Socratea exorrhiza y
Astrocaryum standleyanum10,139,190, sin que
146
Figura 6-6.
Extracción de savia de Attalea butyracea
en Colombia (R. Bernal)
Figura 6-7. Palmito de Euterpe precatoria a la venta
en el mercado de Iquitos, Perú. (C. Isaza)
ello cause un impacto aparente en las po
blaciones naturales.
No obstante la situación cambia
cuando los productos derivados se con
vierten en objeto de comercio y el impacto
aumenta con el crecimiento del mercado.
Así, las poblaciones de Euterpe precatoria
de Bolivia y Perú se han visto afectadas
por el aprovechamiento comercial del pal
mito130; las de Iriartea deltoidea en Ecua
dor y Colombia han sufrido el impacto
del uso de su madera en la producción
de muebles y en la industria agrícola3,10;
Lepidocaryum tenue y Socratea exorrhiza
en Perú y Colombia escasean ahora como
resultado del creciente turismo a lo largo
del río Amazonas y la consiguiente de
manda de techos tradicionales150,151,183,184;
las poblaciones de Astrocaryum chambira
en Perú, Ecuador y Colombia y las de
Astrocaryum standleyanum en Colombia
se redujeron severamente cerca de los
asentamientos humanos por la presión del
mercado de las artesanías que se fabrican
con la ibra de sus cogollos51,81,82,190.
6. Técnica empleada para
cosechar el recurso
El modo de acceder a los productos que se
obtienen de las palmas determina también
la sostenibilidad del aprovechamiento. En
todo el noroeste de Suramérica existe la
costumbre de derribar palmas para co
sechar sus hojas, sus ibras o sus frutos,
cuando estos productos podrían alcan
zarse mediante el uso de herramientas
apropiadas. Los casos más graves son los
de Oenocarpus bataua71,165,200, Mauritia
lexuosa7,24,157,161,201, Euterpe precatoria25,
Astrocaryum chambira51,71 y Aphandra
natalia12,66.
En la mayoría de los casos, tales pro
ductos se pueden cosechar de manera no
destructiva, accediendo a ellos mediante
el uso de herramientas muy básicas. En
palmas que miden hasta unos 8 m de alto
es posible alcanzar la corona empleando
una escalera o un palo inclinado con pel
daños labrados, que hace las veces de es
calera. Lo más simple y liviano es un tallo
de guadua (Guadua angustifolia), como se
usa en Colombia para cosechar las hojas
de la palma de vino (Attalea butyracea)17
y en Ecuador para alcanzar las ibras de
las hojas de Aphandra natalia198.
Otra opción es cortar el producto
desde el suelo mediante el uso de la “me
dialuna”, una cuchilla encabada en el ex
tremo de una vara larga. Estas cuchillas
son baratas y están disponibles en las
ferreterías. A menudo tienen forma de
S, con ilo en los dos lados cóncavos, lo
que permite cortar de abajo hacia arriba
y de arriba hacia abajo. De esta manera
resulta fácil cortar un racimo o una hoja.
La “medialuna” se emplea regularmente
en el occidente de Colombia y Ecuador
para cosechar los racimos de chontaduro
(Bactris gasipaes)198,202. Su introducción
en la región del bajo río San Juan, en el
occidente de Colombia a inales del si
glo XX, para cosechar los cogollos de
Astrocaryum standleyanum puso in a la
severa reducción de esta palma cerca de
los poblados indígenas190.
147
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
Figura 6-8. Uso de un tallo de guadua (Guadua
angustifolia) a manera de escalera para cosechar
las hojas de la palma de vino (Attalea butyracea)
en Colombia. (N. García)
148
Figura 6-9. “Medialuna” usada para cosechar hojas
y frutos de palma. (R. Bernal)
Cuando las palmas sobrepasan los
8 m de altura, la mejor opción es esca
larlas. Hay diversos métodos para subir
a las palmas, que varían en su grado de
elaboración y en el nivel de comodidad
y seguridad que ofrecen. El más simple
consiste en trepar directamente por el ta
llo sin ayuda, valiéndose solamente de los
brazos y las piernas. Es útil para palmas
de menos de 15 cm de diámetro y se uti
liza a menudo en toda la región para co
sechar los frutos de Euterpe precatoria25,
Euterpe oleracea1 y los de algunas espe
cies de Oenocarpus (Bernal, obs. pers.).
Un método ligeramente más elabo
rado se utiliza para cosechar los frutos
del cocotero (Cocos nucifera) en las zonas
costeras del Pacíico en Ecuador y Co
lombia y en el Caribe de Colombia203, así
como para alcanzar las ibras foliares de
Parajubaea sunkha en valles interandinos
húmedos de Vallegrande (Bolivia). Con
siste en hacer pequeños cortes en el tallo,
a manera de peldaños. Sin embargo, no
es recomendable pues las heridas del ta
llo pueden servir de entrada al picudo de
las palmas (Rhynchophorus palmarum),
que puede ocasionar la muerte de la
planta202. En Bolivia se ha observado que
en las incisiones del tallo se desarrolla
una abundante lora epíita y parásita,
especialmente cuando los peldaños son
muy profundos189.
Una técnica de escalada algo más so
isticada consiste en hacer, con un bejuco
o una cuerda, un anillo alrededor de la
palma, dejándolo suicientemente amplio
para que quepa un pie entre él y la palma a
cada lado del tallo. Se introducen los pies
en el anillo hasta un poco por debajo de
los tobillos, apoyando las plantas contra
el tallo al tiempo que se abren las pier
nas. De esta manera, el peso del cuerpo
se convierte parcialmente en presión
contra el tallo y los tobillos, manteniendo
6 Sostenibilidad de la cosecha de palmas
los pies en posición mientras se estira el
cuerpo. Se recogen entonces los pies y el
anillo mientras se sostiene el cuerpo so
bre el tallo con los brazos, y se apoyan de
A
B
Figura 6-10. Escalada de palmas: A) Escalada de
Euterpe oleracea sin accesorios. B) Escalada con
cuerdas en los pies. (R. Bernal)
nuevo los pies para repetir el movimiento
anterior hacia arriba. Esta técnica se ha
observado en la Amazonía para cosechar
frutos de Oenocarpus y Euterpe precatoria,
y aparentemente se usa también en algu
nas zonas de la costa del Caribe en Co
lombia para cosechar las hojas de Sabal
mauritiiformis. Aunque es muy fácil de
implementar o incluso de improvisar con
algún bejuco del lugar, es exigente en es
fuerzo físico y maltrata los pies.
Una opción más laboriosa consiste en
amarrar palos al tallo de la palma, a ma
nera de peldaños, para formar con ellos
una escalera. Esta técnica puede resultar
práctica si se utiliza algún tipo de cuerda
que no se descomponga ni sea destruida
por los animales, pues así la escalera
puede dejarse en la palma para cosechar
regularmente sus productos.
Por otro lado, el “estrobo” y la “ma
rota” (Figura 611) son las técnicas más
elaboradas y ambas han dado excelentes
resultados202. Son simples de fabricar y de
transportar, fáciles de construir, seguras
de usar, y con ambas se puede escalar de
manera rápida una gran variedad de pal
mas de diverso porte, incluso plantas de
tallo grueso.
El “estrobo” es el sistema que se usa
para escalar los postes de teléfonos. Con
siste en dos anillos de cuerda, cada uno
de aproximadamente cuatro veces la cir
cunferencia del tallo que se va a escalar.
Se rodea el tallo con el anillo extendido
como si fuera una cuerda doble y se pasa
un extremo por el ojal que forma el otro
extremo, apretándolo alrededor del tallo.
Se colocan de igual manera los dos ani
llos, uno de ellos 80 cm por encima del
otro. Cada uno tiene, en la parte inferior
del extremo que cuelga, una supericie
adecuada para el pie. En la versión más
elaborada, el anillo que va abajo lleva una
tabla de 30 cm de largo y 20 cm de ancho
A
149
6 Sostenibilidad de la cosecha de palmas
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
A
B
C
Figura 6-11. Equipo utilizado para subir palmas: A, B) “Estrobo”, C) “Marota” utilizada en
chontaduro (Bactris gasipaes). (A y B: G. Galeano; C: R. Bernal)
150
y el otro un segmento grueso forrado de
tela o una banda de cuero. Para subir a
la palma, el trepador se para con el pie
derecho sobre la tabla del anillo inferior
e introduce el pie izquierdo por la argo
lla que cuelga del anillo superior, hasta el
muslo. Apoyando el peso del cuerpo so
bre el muslo, sube con las manos el anillo
inferior hasta ponerlo al nivel del supe
rior; se para entonces sobre la tabla del
anillo inferior, sube el superior tan arriba
como puede y repite nuevamente la ope
ración. Avanzando de este modo, un tre
pador con experiencia puede subir a una
palma de 20 m en unos dos minutos.
Esta técnica ha tenido un gran éxito
en la comunidad Veinte de Enero, en la
Amazonía peruana, donde su utilización
durante los últimos 20 años tuvo una
gran acogida entre los cosechadores de
frutos de canangucho o aguaje (Mauritia
lexuosa) y eliminó por completo la tala
de palmas hembras24,202. Un sistema más
reinado, basado en este mismo princi
pio, pero más liviano, seguro y excep
cionalmente fácil de usar está siendo
desarrollado por Tarek Milleron (Caura
Futures). El sistema ya ha sido introdu
cido en varios sectores de la Amazonía
colombiana y peruana, y se lo utilizó en
2013 en un taller de escalada en Leticia
siendo excelente su aceptación por parte
de los cosechadores (Figura 612).
La “marota” se basa en el mismo prin
cipio de apretar la palma con el peso del
cuerpo. Consiste en dos estructuras de
madera con forma de X. Sosteniendo la
X horizontalmente, se presiona el ángulo
distal contra la palma y se amarran con
cuerda los dos extremos de cada lado, for
mando dos triángulos, dentro de uno de
los cuales se encuentra el tallo. El trián
gulo que está hacia el lado del cosechador
se cierra con otra vara de madera. Para
subir la palma, el trepador se sienta so
bre el triángulo de la estructura superior
y sube la inferior con los pies tan arriba
como le es posible. Se para luego sobre ella
y sube la superior tan alto como puede,
sentándose de nuevo en ella para repetir
la operación. De esta manera, un cosecha
dor puede subir a una palma de 20 m en
Figura 6-12. Taller de escalada para introducir el sistema de Tarek Milleron en
San Martín de Amacayacu, Leticia, Colombia. (C. Isaza)
2–3 minutos. A diferencia de las otras téc
nicas de escalada de palmas, la “marota”
tiene la ventaja de que el cosechador está a
una buena distancia del tallo, lo que hace
posible utilizarla para escalar palmas espi
nosas. De hecho este método se ha usado
en el occidente de Colombia para cose
char los racimos de Bactris gasipaes. Se la
emplea también en la comunidad Veinte
de Enero, en la Amazonía peruana, para
cosechar los frutos de Mauritia lexuosa24.
7. Prácticas adicionales
de manejo
Diversas prácticas de manejo de las es
pecies cosechadas incrementan también
la sostenibilidad del aprovechamiento.
Estas incluyen el trasplante de plántulas
a lugares apropiados para su desarrollo,
como se hace en la Amazonía con Euterpe
precatoria95 y Astrocaryum chambira51; la
dispersión de semillas de palmas consu
midas como frutales, como lo practican
los grupos nómadas, v. gr. los nukak de
Colombia204; la regulación del número de
hojas que se cosechan de cada palma8,205;
la cosecha de palmito sólo durante una
época del año, como se hace en los Andes
de Colombia con Prestoea acuminata177; o
la rotación de las áreas de cosecha, como
ha sido sugerido por NavarroLópez et al.9.
151
Criterios para evaluar la
sostenibilidad e indicadores
para su monitoreo
Los criterios para evaluar la sostenibi
lidad del aprovechamiento de palmas
6 Sostenibilidad de la cosecha de palmas
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
152
están basados en los elementos expuestos
anteriormente. En ellos es fundamental
distinguir los criterios intrínsecos, es de
cir los inherentes a la biología misma de
la palma, y los extrínsecos, asociados al
manejo que se da a la especie. Los crite
rios intrínsecos hacen que una especie de
palma, por su naturaleza misma, sea más
apta que otra para su aprovechamiento.
Por ejemplo, las palmas cespitosas son
intrínsecamente más aptas para la pro
ducción de palmito que las solitarias,
dada su capacidad de producir nuevos
rebrotes. Los criterios extrínsecos, por su
parte, son susceptibles de modiicación
para un mejor manejo, independiente
mente de las características intrínsecas
de la especie en cuestión.
En la Tabla 103 estos criterios es
tán formulados como una serie de pa
rámetros que reciben un puntaje de 1 a
5, según su mayor o menor impacto en
la sostenibilidad del aprovechamiento.
La mayor sostenibilidad potencial de
aprovechamiento de una especie es una
combinación del puntaje obtenido en
ambos parámetros. Así, por ejemplo,
una especie con un bajo puntaje en los
criterios intrínsecos es una planta cuyo
aprovechamiento requiere una alta cali
icación en los criterios extrínsecos, para
poder garantizar su aprovechamiento
sostenible. No es posible establecer un
valor “correcto” que determine la soste
nibilidad particular de una especie, pero
valores muy bajos en los dos tipos de pa
rámetros indican situaciones de riesgo
que ameritan estudios cuidadosos, en
tanto que valores muy altos en ambos
parámetros revelan especies cuyo apro
vechamiento implica un menor riesgo.
En ambos casos, sin embargo, se deben
realizar estudios previos para determi
nar los niveles de aprovechamiento y las
mejores prácticas a usar, y llevar a cabo
monitoreos periódicos.
Valores de evaluación de los
criterios intrínsecos
Mínimo: 8 poco sostenible
Máximo: 21 sostenible
Valores de evaluación de los
criterios extrínsecos
Mínimo: 6 tipo de manejo poco
sostenible
Máximo: 17 tipo de manejo sostenible
Monitoreo
Toda recomendación para asegurar la
sostenibilidad de la cosecha de palmas
debe ir acompañada de un seguimiento
periódico. Este busca: 1) veriicar la apli
cación adecuada de las prácticas de co
secha recomendadas, 2) comprobar el
estado de las poblaciones de palma como
resultado de la presión de la cosecha apli
cada, 3) recibir retroalimentación de los
cosechadores, 4) evaluar la presión del
mercado y 5) introducir las medidas co
rrectivas necesarias.
En el proceso inicial de estableci
miento del sistema de aprovechamiento
se debe incluir la capacitación a miem
bros de la comunidad que hayan mos
trado un particular interés y una com
prensión de los temas involucrados,
para que ellos mismos lleven un registro
permanente de todos los parámetros que
intervienen en el proceso de cosecha,
transformación y comercialización de
los productos, al igual que en el manejo
de las palmas en cuestión. Con esta ac
ción se busca que algunos de los miem
bros de la comunidad se conviertan en
investigadores locales, de tal manera que
a mediano plazo los cosechadores gene
ren las bases para la toma de decisiones
de forma comunitaria y de acuerdo a su
forma de organización. La construcción
Tabla 6-3. Criterios para evaluar la sostenibilidad del aprovechamiento de palmas
Criterios
INTRÍNSECOS
Abundancia de la palma en la zona
escasa
medianamente abundante
abundante
Forma de crecimiento
solitaria
cespitosa
Altura del tallo
>8m
2-8 m
hasta 2 m
acaule
Diámetro del tallo
> 20 cm
hasta 20 cm
Presencia de espinas
presentes
ausentes
Fenología
Tasa de producción de hojas
hasta 2 por año
3-6 por año
> 6 por año
Producción de frutos
estacional
todo el año
Parte usada
tallo
cogollo
savia
hojas
frutos
fibras de la vaina foliar
Calificación
1
2
3
1
2
1
2
3
4
1
2
1
2
1
2
3
Criterios
Calificación
EXTRÍNSECOS
Nivel de uso
comercio internacional
1
comercio nacional
2
comercio local
3
doméstico
4
Volumen de consumo del producto
alto
1
medio
2
bajo
3
Periodicidad del uso
todo el tiempo
1
ocasional
2
Técnica de cosecha
se corta el tallo
1
no se corta el tallo
2
Cosecha de hojas
todas las hojas
1
más del 50 % pero se deja al
menos una hoja expandida
2
entre el 20 y el 50 %
3
hasta el 25 %
4
Prácticas adicionales que favorecen la sostenibilidad
ninguna
1
alguna
2
1
2
1
1
1
2
2
3
153
de esta capacidad local tomará tiempo,
durante el cual el acompañamiento de los
investigadores será de gran importancia.
La periodicidad del monitoreo varía
dependiendo del ciclo de vida de la espe
cie que se está cosechando, la estructura
de la palma y la presión de mercado esti
mada u observada. Palmas más pequeñas
y con un crecimiento más rápido pueden
requerir un monitoreo más frecuente,
mientras que en el caso de las gran
des este puede ser más espaciado. Las
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
poblaciones de palmas de las que se cose
chan los tallos o el palmito necesitan un
monitoreo muy cercano, un poco menos
en el caso de las que se cosechan por sus
hojas, menos aún tratándose de las que
producen frutos, y sólo un monitoreo
ocasional de aquellas de las que se obtiene
ibra de la hoja. En general los intervalos
de seguimiento oscilan entre 2 y 5 años.
Monitoreos a intervalos más cortos pue
den ser realizados por los investigadores
locales, particularmente para detectar
cambios en el reclutamiento de plántulas,
en la loración o en la tasa de producción
de hojas, como los que ocurren a conse
cuencia de períodos inusualmente secos.
Un sistema de monitoreo debe incluir
los siguientes pasos que no necesariamente
hay que desarrollar en el orden propuesto,
ya que las condiciones locales determina
rán el procedimiento más adecuado:
154
1) Visitar el área y discutir con la
población local el programa de cosecha
sostenible que se implementó original
mente. Entrevistar a los recolectores de
forma independiente y organizar un
taller al inal de la visita. Utilizar entre
vistas semiestructuradas para recopilar
información (estas por lo general son
menos intimidantes para los usuarios de
los recursos).
En particular se deben abordar los si
guientes aspectos del proceso:
a. ¿Han encontrado alguna diicultad para
aplicar las prácticas recomendadas?
b. ¿Está usando toda la comunidad las
técnicas recomendadas?
c. ¿Han notado algún cambio en las con
diciones de su trabajo? ¿Es más fácil,
más difícil, más rápido, más lento?
d. ¿Ha habido algún cambio en la dispo
nibilidad del recurso?
e. ¿Ha habido algún cambio en la de
manda de los productos de palma?
f. ¿Se han producido cambios en el pre
cio de los productos?
2) Llevar a cabo observación parti
cipativa, durante la cual los recolectores
obtienen sus productos de palma del
modo que dicen hacerlo normalmente,
mientras el investigador los acompaña.
Esto permitirá identiicar las fallas en la
aplicación de las prácticas recomendadas.
Durante estos días de campo se pueden
hacer observaciones preliminares sobre
el estado de las poblaciones de palmas.
¿Hay plántulas y juveniles? ¿Hay palmas
taladas? ¿Hay palmas que parecen sobre
explotadas? Cualquier observación que
sugiera un mal manejo debe ser discutida
con los cosechadores prudentemente,
para que no se sientan censurados.
3) A menos que la buena gestión sea
muy obvia, es conveniente establecer
algunas parcelas en las que se pueda de
terminar la estructura de la población, si
guiendo el protocolo descrito por Galeano
et al.206. La comparación de esta estructura
con la original sobre la que se basaron las
recomendaciones de manejo, será de vital
importancia para entender los cambios
que se hayan podido producir.
4) Realizar los ajustes necesarios en
las recomendaciones originales, con base
en los nuevos datos obtenidos durante el
monitoreo. Por ejemplo, en palmas de las
que se cosechan las hojas y los cogollos,
si las plantas se ven deterioradas pueden
estar sufriendo algún tipo de exceso de
cosecha. Una fuerte reducción en el nú
mero de plántulas y juveniles puede in
dicar una sobrecosecha de frutos y/o un
efecto negativo del pisoteo del bosque.
5) Discutir los resultados del mo
nitoreo con la población local en los
talleres, entregarle materiales educati
vos, y hacer el trabajo de campo que se
6 Sostenibilidad de la cosecha de palmas
requiera para introducir o discutir los
cambios necesarios.
Acciones que se requieren por
parte de los diferentes actores
involucrados en el sistema
Para alcanzar la sostenibilidad del aprove
chamiento de palmas se requieren accio
nes a todos los niveles: desde el cosecha
dor que obtiene el producto en el campo
hasta el consumidor inal, incluyendo los
investigadores que suministran la infor
mación cientíica que orienta el uso soste
nible, la legislación que regula el aprove
chamiento y el control que garantiza que
esa legislación realmente se cumpla.
Investigadores
La investigación cientíica proporciona
información técnica y objetiva que per
mite evaluar el impacto de la cosecha de
los productos de palmas. Particularmente
importante para el manejo es la informa
ción proveniente de los estudios demográ
icos. Para muchas de las especies que se
cosechan existe ya información básica, o a
veces bastante completa, sobre su biología,
ecología y demografía207,208. Gran parte de
esta información disponible se obtuvo du
rante el desarrollo del proyecto PALMS.
Autoridades ambientales
La información obtenida por los inves
tigadores debe ser utilizada por las au
toridades ambientales para reglamentar
el aprovechamiento de los productos de
palmas y veriicar el cumplimiento de
las normas que se expidan. Para esto es
necesario adelantar un proceso de difu
sión de los resultados mediante talleres
en los que participen los investigadores,
las autoridades, los entes de control, los
cosechadores y, cuando sea necesario,
los propietarios de la tierra, para aquellas
especies que se cosechan en propiedad
privada. En estos talleres se discutirán los
resultados de la investigación, las reco
mendaciones para el manejo sostenible y
los correspondientes mecanismos de apli
cación para beneicio de todos los actores.
El desarrollo de estos talleres en cada uno
de los países de la región será un proceso
complejo y largo, pues en la mayoría de
los casos las especies deberán ser abor
dadas una a una en talleres separados, ya
que los actores locales son diferentes.
Como resultado de estos talleres, el
papel de las autoridades ambientales com
prenderá tres líneas de acción: la legisla
ción, la extensión y el control. La legisla
ción incluye la expedición de reglamentos
de manejo basados en los resultados de la
investigación y en la concertación con los
actores a la que se haya llegado durante los
talleres. La extensión busca difundir entre
los cosechadores locales las prácticas de
buen manejo y hacer de conocimiento pú
blico la reglamentación del uso sostenible;
simultáneamente debe sensibilizar a los
consumidores sobre el origen y tipo de ma
nejo que deben tener en cuenta a la hora de
comprar productos de palmas. El control
consiste en asegurar que la reglamentación
establecida sea efectivamente puesta en
práctica. Esto implica capacitar a las auto
ridades de control (policía, procuraduría,
iscalía, etc.) sobre los temas asociados a la
sostenibilidad, sobre la legislación y sobre
las especies mismas y sus productos.
Cosechadores
Dada la frágil aplicación de las leyes en
zonas rurales de los países de la región,
sensibilizar y capacitar a los cosechado
res en prácticas de manejo sostenible
155
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
156
debe ser una de las actividades priorita
rias en cualquier programa. Esto se logra
mediante campañas de larga duración,
utilizando materiales educativos de fá
cil acceso para las comunidades, como
carteles, cartillas, videos, canciones, etc.
En ese marco se deben organizar talleres
en las comunidades, incluyendo días de
campo durante los que se discutan las
nuevas técnicas, herramientas o prácti
cas que se quiere introducir. Estos talle
res son también el escenario en el que
los grupos de productores establecen sus
“reglas del juego”, basadas en experien
cias pasadas, buenas y malas.
una función importante, aunque difícil
de implementar, en el manejo sosteni
ble de las palmas. Es necesario que estén
bien informados sobre el origen de los
productos, las especies involucradas, el
modo de cosecha y de transformación,
las condiciones sociales de la producción
y el impacto de todo el proceso en las
poblaciones silvestres de las palmas. La
información al consumidor debe ser una
exigencia de las autoridades a los comer
ciantes, como condición para permitir la
comercialización de productos derivados
de especies silvestres.
Comerciantes y empresarios
Propietarios de la tierra
Los comerciantes y empresarios desem
peñan un papel importante en la cadena
de valor de los productos derivados de
palmas, y su participación es determi
nante en la presión que se ejerza sobre
el recurso. Por eso es preciso involucrar
los tanto como sea posible en cualquier
programa de sensibilización. El tipo de
productos que compren los comercian
tes, los precios que paguen por ellos, el
volumen de compra y la situación laboral
de los cosechadores son factores que in
ciden en la sostenibilidad del aprovecha
miento. Vallejo et al.28, por ejemplo, han
mostrado cómo el bajo precio pagado
por los palmitos de Euterpe oleracea en
Colombia y su cosecha mediante trabajo
a destajo, afectan la sostenibilidad del
aprovechamiento de esta especie que, por
sus características intrínsecas, es perfec
tamente adecuada para un aprovecha
miento sostenible.
En muchos casos, los productos de pal
mas se obtienen de tierras privadas, cu
yos propietarios no son los cosechado
res17,52. Frecuentemente el ingreso de los
cosechadores a los terrenos privados es
considerado por los propietarios como
una molestia53 que incluso los lleva a ve
ces a eliminar las palmas para evitar el
ingreso de personas ajenas a sus predios.
Por esta razón, es preciso convocar a los
propietarios a los talleres que se realicen
para discutir el aprovechamiento sosteni
ble de las palmas. Además, las autorida
des ambientales deben promover acuer
dos entre los propietarios y los usuarios
de los recursos, para facilitar su aprove
chamiento legal y sostenible.
Consumidores
Los consumidores, como elemento i
nal de la cadena de valor, pueden tener
Implementación de acciones
La implementación de algunas prácticas
de cosecha simples ayudará a garantizar
que la cosecha de palma sea sostenible en
el largo plazo. La mayoría no requieren
ninguna inversión o apenas una limi
tada inversión única, y todas son fáciles
6 Sostenibilidad de la cosecha de palmas
de desarrollar. Aunque existen prácticas
apropiadas especíicas para cada especie,
que se deben compilar en los folletos de
difusión que se distribuyan entre las co
munidades, las prácticas generales des
critas a continuación se aplican a la ma
yoría de las especies de palmas en toda
la región.
1) No derribar una palma para co
sechar sus hojas o sus frutos. Algunas
especies de palmeras son tan abundantes
en el bosque que las personas a menudo
se engañan y creen que son inagotables.
Sin embargo, una palma adulta necesita
varias décadas para alcanzar su tamaño y
las poblaciones no logran tolerar el corte
continuo de individuos adultos. Como
solo estos últimos producen semillas, las
poblaciones que se cosechan derribando
las palmas desaparecerán inevitable
mente en el largo plazo.
2) Alcanzar las hojas o los frutos
mediante el uso de una cuchilla ailada
montada en un palo largo. La cuchilla
más útil es una en forma de S, con ilo
en ambos lados cóncavos. Con esta he
rramienta se pueden cosechar las palmas
de hasta 8 m de altura.
3) Subirse o trepar a las palmeras
altas. Las palmas que miden más de 8 m
de altura se pueden escalar utilizando los
“estrobos” o la “marota”. Ambas herra
mientas son fáciles de usar y de trans
portar por el bosque, y con cualquiera de
ellas se puede subir a una palma de 20 m
en 2–3 minutos. Los “estrobos” son la
herramienta más ligera; la “marota” per
mite escalar palmas espinosas.
4) No cosechar todas las hojas. Si se
cosechan las hojas para techar, no deben
cortarse todas en la corona de una palma.
Hay que dejar al menos una tercera parte
de su número, y en ningún caso menos
de cuatro.
5) Cosechar cada segundo cogollo.
Si se cosechan los cogollos para la obten
ción de ibra, no se lo debe hacer en cada
hoja, ya que esto causará que la palma
con el tiempo se quede sin hojas. Se debe
cosechar a lo sumo en cada segunda hoja.
6) Seguir las recomendaciones es
pecíicas de los investigadores. Se de
ben seguir las recomendaciones que los
investigadores hagan sobre la palmera
utilizada. Estas son a menudo muy espe
cíicas para una especie de palma en un
área en particular; una adecuada combi
nación de los consejos de los expertos y
los saberes tradicionales resulta, por lo
general, de gran utilidad.
La implementación de estas y otras
acciones que conduzcan a la sostenibili
dad del aprovechamiento es un proceso
de largo alcance que se desarrolla a di
ferente ritmo en los países de la región,
dependiendo de las condiciones propias
de cada uno. En el caso del proyecto
PALMS, que comprende países que di
ieren en aspectos tan diversos como su
composición étnica, su lora de palmas,
el grado de uso y manejo de sus especies
y el nivel de conocimiento de la biología
de ellas, es comprensible que la imple
mentación de acciones haya avanzado a
ritmo diferente en cada país.
En Bolivia el proceso está en la etapa
de sensibilización de las comunidades,
mediante la producción de materiales
educativos dirigidos a ellas. Estos inclu
yen cartillas sobre los usos de las palmas
entre los yuracaré209, los leco210,211, los chá
cobo199,212, los tacanas y mojeños, y comu
nidades campesinas de Riberalta213,214. En
el marco del proyecto PALMS, en Perú
se han producido materiales similares
157
6 Sostenibilidad de la cosecha de palmas
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
158
para los ese eja215, los awajun194, los ara
zaeri216 y los llaquash217. Otros proyectos
han producido cartillas sobre manejo es
pecíico de algunas especies en diversas
áreas de la Amazonía57,76,131,151,174,184,218 y
planes de manejo de las palmas en gene
ral para algunas áreas de reserva219,220,221.
En Ecuador se ha elaborado una cartilla
sobre Ceroxylon echinulatum en los An
des222. Para la producción de sus mate
riales, el proyecto PALMS ha colaborado
con WWF, la Fundación EcoFund, el
Fondo Ambiental Nacional de Ecuador y
el Missouri Botanical Garden. Colaboró
además con Biocomercio Andino, inicia
tiva desarrollada en Colombia, Ecuador y
Perú en cooperación con los Ministerios
de Medio Ambiente de los tres países,
para producir en Ecuador el libro Palmas
ecuatorianas: biología y uso sostenible207,
que busca proporcionar a las autoridades
ambientales las herramientas técnicas
para legislar sobre el aprovechamiento de
los productos de palmas.
En Colombia, la implementación de
acciones del proyecto PALMS ha abar
cado desde las comunidades locales hasta
el Ministerio de Ambiente. Se han pro
ducido cartillas educativas sobre el ma
nejo de 10 especies útiles en la Amazo
nía, el Pacíico y el Caribe, involucrando
a comunidades indígenas tikuna, uitoto,
wounaan, y a comunidades afroameri
canas y campesinas24,26,126,205,223,224. Se han
desarrollado talleres de manejo soste
nible en las tres regiones, en coopera
ción con el Instituto de Investigaciones
Amazónicas Sinchi, Corpoamazonia, el
Instituto de Investigaciones del Pacíico,
Corponariño, Corpocesar y la Fundación
Patrimonio Natural. Con la colaboración
de Colciencias, la agencia colombiana de
ciencia y tecnología, se publicó el libro
Cosechar sin destruir: aprovechamiento
sostenible de palmas colombianas208 que,
al igual que su equivalente ecuatoriano,
busca proporcionar a las autoridades am
bientales las herramientas técnicas para
legislar sobre el aprovechamiento de los
productos de palmas. Gracias a la infor
mación generada, el Grupo de Investiga
ción en Palmas Neotropicales, en colabo
ración con el Ministerio de Ambiente y
Desarrollo Sostenible, se encuentra ela
borando un Programa de Manejo y Con
servación de las Palmas en Colombia,
que será publicado en mayo de 2014. Por
otra parte, en asociación con la Funda
ción Patrimonio Natural, se ha iniciado
el proyecto Aprovechamiento sostenible
de palmas en la región Caribe colom
biana, que se ocupará de las especies más
utilizadas en esa región del norte del país.
La implementación de acciones irá
mucho más allá de la culminación del
proyecto PALMS y sus efectos se sentirán
en el noroccidente de Suramérica durante
varios años. Es de esperar que en el me
diano plazo la información generada du
rante el proyecto se vea relejada en una
mayor conciencia, a todos los niveles, del
importante papel que las palmas pueden
desempeñar en el desarrollo rural de los
países. Dada la enorme extensión del
área del proyecto, pasarán todavía varios
años antes de que el manejo sostenible de
las especies sea una realidad en toda la
región. Sin embargo, la introducción de
nuevos esquemas y procedimientos en
las áreas piloto donde se trabajó marcará
el punto de partida de un proceso que ya
no tendrá vuelta atrás.
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Grupo de Investigación en Palmas
Silvestres NeotropicalesInstituto
de Ciencias NaturalesUniversidad
Nacional de Colombia, Bogotá.
173
7 Políticas de uso y manejo sostenible
de productos de palmas
Renato Valenciaa*, Gloria Galeanob, Helle Munk Ravnborgc,
Mónica Moraes R.d, Mayra Ninazuntaa & Henrik Balsleve
a
Laboratorio de Ecología de Plantas, Escuela de Ciencias Biológicas, Facultad de
Ciencias Exactas y Naturales, Pontificia Universidad Católica del Ecuador.
Quito, Ecuador.
b
Instituto de Ciencias Naturales, Universidad Nacional de Colombia.
Bogotá, Colombia.
c
Danish Institute for International Studies (DIIS). Copenhagen Ø, Dinamarca.
d
Herbario Nacional de Bolivia, Instituto de Ecología, Universidad Nacional
de San Andrés. La Paz, Bolivia.
e
Department of Bioscience – Ecoinformatics and Biodiversity Group,
Aarhus University. Århus C, Dinamarca.
* lrvalencia@puce.edu.ec
Las palmas representan un modelo ideal
para evaluar las políticas de uso y ma
nejo sostenible en los países andinos. En
primer lugar, alrededor del 50 % de las
especies que crecen en los países estu
diados es de utilidad para el ser humano
y la mayoría tienen usos múltiples1–3,
de manera que las comunidades locales
suelen usarlas intensamente. En segundo
término, muchas especies tienden a ser
superabundantes, incluyendo aquellas de
porte arborescente que pueden dominar
grandes extensiones de los ecosistemas
donde crecen4, lo que las convierte en
importantes reservorios de carbono5 y
fuentes de frutos para un gran número de
mamíferos y aves. Finalmente, Colombia,
Ecuador, Perú y Bolivia (en este estudio
considerados como el noroccidente de
Suramérica) comparten muchas de sus
especies: al menos 70 entre Colombia,
Ecuador y Perú y más de 40 están en to
dos los países6,7. Pese a que la intensidad
de cosecha de productos puede variar de
un país a otro, en general, los usos de las
especies y sus problemas de manejo son
similares, lo que permite investigar y te
ner una visión regional sobre cómo inlu
yen las políticas de conservación en el uso
sostenible de estos recursos. Al mismo
tiempo, el uso sostenible de Productos
Forestales No Maderables (PFNM), en el
175
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
que se circunscribe actualmente a las pal
mas, es considerado cada vez más como
un componente importante en las políti
cas de conservación de los bosques8–11.
La sostenibilidad de la cosecha de
palmas, además de los aspectos ecológi
cos que conlleva, depende de las condi
ciones socioeconómicas y políticas, y su
éxito bien podría caer dentro de esos do
minios12,13. Este capítulo examina la vul
nerabilidad de las palmas bajo la inluen
cia humana y se enfoca en un análisis de
cómo las políticas y su expresión a través
de las normativas y estrategias inciden en
la sostenibilidad ecológica de este tipo
de plantas. La información presentada se
fundamenta en una revisión exhaustiva
de artículos publicados en revistas cien
tíicas y de documentos sobre normati
vas, políticas y estrategias, así como en
resultados de talleres y entrevistas reali
zados en los cuatro países considerados
(Anexo 71, p. 199).
I. Inluencia humana y
vulnerabilidad de las especies
176
Los productos de palmas más comercia
lizados en el área de estudio provienen
en su mayoría de especies muy comunes
y abundantes, como Euterpe precatoria,
Iriartea deltoidea u Oenocarpus bataua
en la Amazonía4 y muchas de ellas tienen
rangos de distribución geográica a ambos
lados de los Andes (Figura 71, p.178). A
pesar de su abundancia, las prácticas des
tructivas de manejo, la sobrecosecha y la
demanda de sus productos en los merca
dos son una amenaza constante para estas
especies14, especialmente alrededor de los
sitios más poblados. Este riesgo es aún
mayor para especies que tienen rangos de
distribución restringidos15,16, como ocu
rre con especies endémicas o nativas de
palmas amenazadas de extinción en todo
el noroccidente de Suramérica17–20. Las
especies pueden ser endémicas, de dis
tribución geográica restringida y sin em
bargo tener poblaciones abundantes, lo
que favorece su conservación. El caso más
destacable es el de la tagua (Phytelephas
aequatorialis), una palma de distribu
ción restringida a la Costa ecuatoriana
(Figura 71, p. 178), cuyas semillas han
sido cosechadas intensamente durante
décadas como fuente de maril vegetal21.
Pese a que los bosques de la costa pací
ica han sido devastados en Ecuador22, los
campesinos aún mantienen las palmas de
tagua incorporadas a sistemas de manejo
agroforestal por considerarlas una fuente
importante de ingresos21, lo que ha con
tribuido a su conservación.
Las palmas suelen estar mejor con
servadas en áreas alejadas de los asen
tamientos humanos y de los mercados.
Los alrededores de las fronteras políticas
y áreas menos accesibles o de condicio
nes climáticas adversas, mantienen bajas
densidades de población humana y los
bosques tienden a estar mucho más con
servados16. La igura 71 (p. 178) muestra
la distribución de ocho de las especies
comerciales más utilizadas en el área de
estudio y en el centro un mapa del Ín
dice de Inluencia Humana (IIH)23. Este
índice considera tres parámetros: la den
sidad poblacional, el uso del suelo y la
infraestructura. El mapa coincide con las
áreas donde las palmas son más vulnera
bles (colores claros de la Figura 71, IIH,
p. 178). Los Andes y particularmente la
región interandina conservan menos ve
getación original y están más afectados
por asentamientos humanos20,24. Es allí
donde se han encontrado numerosas es
pecies de palmas amenazadas de extin
ción17–19 y donde la presión de cosecha
puede ser más devastadora (áreas en gris
7 Políticas de uso y manejo sostenible de productos de palmas
claro, Figura 71, IIH, p. 178). La región
amazónica, en contraste, es la mejor con
servada y con valores más bajos del IIH
(Figura 71, p. 178). Las poblaciones de
palmas en la Amazonía son relativamente
abundantes y en general se encuentran en
mejor estado17. Sin embargo, la cosecha
industrial de productos de palmas ama
zónicas no deja de ser un serio problema
de conservación incluso para especies
tan abundantes como Euterpe precatoria
(asaí) en Bolivia o Mauritia lexuosa
(aguaje) en Perú, cuya problemática se
describe más adelante. En la Amazonía
existen varios centros poblados con altas
tasas de crecimiento demográico y ele
vado IIH (no detectables a la escala que
se muestra en la igura 71). Por ejemplo,
Iquitos, en Perú, alrededor de 400 000
habitantes y un crecimiento poblacional
anual de 1.26 %25 es un centro de comer
cio de frutos de aguaje cuyo mercado ha
provocado daños signiicativos a las po
blaciones de esta palma en los bosques
naturales cercanos a la ciudad.
Las presiones del comercio, así como
los factores sociales y culturales pueden
afectar la conservación de las palmas de
manera distinta en diferentes localidades
y regiones. En Ecuador, las tierras bajas
costeras constituyen la región de mayor
importancia extractiva de palmas co
merciales26 y al mismo tiempo una de las
más deforestadas22. En esta zona, la co
secha de Iriartea deltoidea para abastecer
las necesidades de la industria lorícola
es devastadora27, mientras en la Ama
zonía, donde también crece la especie
(Figura 71, p. 178), la cosecha tiende a
ser menos intensa y las poblaciones es
tán mejor conservadas13,28,29. Algo pa
recido ocurre con la palma amazónica
Aphandra natalia, que soporta niveles
de cosecha generalmente sostenibles en
Ecuador30, mientras en Perú la cosecha
de la misma especie es innecesariamente
destructiva31. En ocasiones el acervo
cultural puede favorecer el manejo sos
tenible de la especie, como ocurre con
Pholidostachys synanthera (palma de wa
yuri): los indígenas quichuas de Sarayacu
han decidido limitar su cosecha, favore
cer su crecimiento dentro del bosque e
iniciar procesos de domesticación32.
II. Legislación sobre el uso
y manejo de PFNM
Varios acuerdos internacionales, como la
Convención de Diversidad Biológica, la
Estrategia Global para la Conservación
de las Plantas, el Régimen Común de Ac
ceso a Recursos Genéticos, la Estrategia
Regional de Biodiversidad para los Paí
ses del Trópico Andino, inluyen en las
regulaciones de uso y comercio de los
PFNM de todos los países34,35. Los países
andinos, enmarcados en estos acuerdos,
han desarrollado una legislación y re
glamentaciones especíicas que guían la
administración pública y regulan la acti
vidad de las personas que se dedican al
uso, manejo y comercio de los bosques
naturales y sus productos.
La complejidad de las regulaciones
y su aplicación varían dependiendo si el
uso es doméstico o comercial. Así, por
ejemplo, el uso doméstico para subsis
tencia no requiere un permiso especíico,
excepto en la parte sur de la Amazonía
colombiana, donde es necesaria una auto
rización mediada por un trámite relativa
mente fácil36. En general, dicho uso no se
considera una amenaza signiicativa a la
conservación de las poblaciones silvestres
de palmas37. En contraste, a nivel regio
nal, la cosecha con ines comerciales debe
estar avalada con permisos otorgados
por autoridades ambientales. Los cuatro
177
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
178
Figura 7-1. Mapas de rango de distribución de ocho palmas de importancia comercial en la región
(modificados a partir de Vedel-Sørensen et al. 201333) y mapa del Índice de Influencia Humana (IIH, en el centro).
Los puntos negros corresponden a registros botánicos. La ausencia de la especie se indica en gris claro; el gris oscuro corresponde a áreas aptas
para su presencia. Los mapas de distribución fueron elaborados en Maxent considerando variables climáticas, no climáticas y espaciales.
7 Políticas de uso y manejo sostenible de productos de palmas
países contemplan la posibilidad de cose
char PFNM en reservas naturales, dentro
de áreas destinadas al aprovechamiento.
En Perú y Bolivia se da especial énfasis
a la regulación del aprovechamiento de
productos de plantas y animales dentro
de estas áreas, sobre todo cuando están
cerca de asentamientos humanos38–40.
Si bien el uso doméstico no requiere
autorización, con la excepción anotada
para la Amazonía colombiana, las con
diciones de pobreza y la necesidad de
recursos hacen que los productos cose
chados para uso “doméstico” fácilmente
se incrementen y entren en los mercados
locales de la región, sin que se legalice la
condición de explotación comercial. Así,
muchos de estos productos terminan
siendo comercializados directamente por
pobladores locales o por intermediarios,
sin respetar las regulaciones35. El control
se vuelve imposible a este nivel, más aún
en áreas remotas, donde los acopiadores
de productos aprovechan para conseguir
productos a mejor precio.
En la legislación de los países andi
nos, los productos de palmas son consi
derados como PFNM. Aunque su deini
ción varía de un país a otro, en general
se acepta que se trata de recursos renova
bles y que la cosecha no afecta signiicati
vamente a la reproducción y persistencia
de la especie en la comunidad41. Típica
mente entran en la categoría de PFNM los
frutos, las hojas, las ibras, las semillas y
los exudados de plantas. En el caso de las
palmas, también se incluyen los tallos de
especies arborescentes y solitarias, pese a
que su cosecha implica la muerte de in
dividuos muchas veces centenarios. En la
actualidad, en todos los países se exigen
dos requisitos fundamentales para otor
gar autorización o permiso de cosechar
estos productos con ines comerciales.
Los requisitos, aunque de nomenclatura
diferente, son esencialmente similares:
la presentación de un plan de manejo y
la obtención de una guía de moviliza
ción que permite el transporte35. Si los
productos están destinados a industrias
alimenticias, farmacéuticas o a la expor
tación existen requisitos ulteriores que
cumplir, como la obtención de permisos
sanitarios y de exportación35.
Cosecha de tallos: debilidad de
las regulaciones e impacto
en la sostenibilidad
En todos los países, la cosecha de tallos
de palmas es la que tiene menos restric
ciones técnicas y la menos reglamentada.
En general, los tallos de palmas son con
siderados PFNM. Cuando se trata de
especies cespitosas (de tallos múltiples),
su cosecha con cierta intensidad y den
tro de ciertos límites puede considerarse
sostenible14,42. En contraste, tratándose
de palmas arborescentes solitarias esta
lógica no cabe: los tallos de dichas pal
mas, cuyo porte con frecuencia sobre
pasa los 20 m de altura, son estructuras
centenarias de difícil reposición27,29,43 y,
consecuentemente, su cosecha se torna
rápidamente insostenible.
Aunque técnicamente el tallo de las
palmas no es madera, ya que no se forma
de tejidos secundarios como ocurre en
los árboles, la estructura y dureza de su
parte externa permite extraer duelas, ti
ras y otros subproductos característicos
de la madera27,55. Consecuentemente, al
igual que ocurre con los árboles, la re
posición de los tallos de palmas arbores
centes puede tomar siglos y por tanto su
cosecha debería estar regulada por están
dares similares a los aplicados en el caso
de productos maderables, es decir, con
límites más estrictos de volumen e inten
sidad de la cosecha.
179
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
Cosecha de tallos
de palmas cespitosas
La cosecha de tallos de palmas cespitosas
necesita normas técnicas para garantizar
la sostenibilidad biológica de la especie,
pero no ha sido debidamente reglamen
tada. En Colombia y Ecuador existen
registros históricos de la devastación de
la palma Euterpe oleracea debido a prác
ticas de sobrecosecha para abastecer la
industria del palmito de exportación42,44.
La cosecha de palmito en la costa pacíica
colombiana no estuvo adecuadamente re
gulada, de modo que las empresas com
praron el producto prácticamente hasta
agotar el recurso, sin advertir que esta
práctica provocaría su debacle42. En la ac
tualidad, en Colombia se implementan al
gunas normas técnicas para poner límites
a la cosecha y la industria ha empezado
nuevamente a lorecer42. En Bolivia existe
una norma técnica para PFNM desde el
año 200645, que incluye pautas generales
de sostenibilidad para la cosecha de pal
mas cespitosas y especiica simplemente
que se las puede realizar dejando al menos
un tallo de cada individuo, lo que es sin
duda insostenible para algunas especies14.
180
Cosecha de tallos
de palmas solitarias
La cosecha de palmas arborescentes so
litarias se realiza para extraer madera y
en algunos casos el palmito. En cuanto
a regulaciones de extracción, Colombia
y Bolivia son los únicos países donde
existe alguna restricción reglamentaria
relativa a estas plantas. Corpoamazonia,
una de las 34 Corporaciones Autónomas
Regionales (CAR) en las que se divide el
sistema de administración ambiental en
Colombia, emitió una norma46 que re
gula la cosecha de Iriartea deltoidea, una
palma arborescente muy común en todo
el noroccidente de Suramérica. Ninguna
otra especie está explícitamente conside
rada en otras normativas colombianas,
si bien otra corporación regional, Co
deChocó, emitió una norma en la que
establece que la cosecha de PFNM debe
hacerse sin cortar las palmas47. Estas
normas, aunque representan un avance
signiicativo, se aplican únicamente en el
ámbito jurisdiccional de cada CAR.
En Bolivia, por su parte, existen nor
mas técnicas para tres especies de palmas
solitarias45: Euterpe precatoria, Attalea
phalerata y A. speciosa. Las normas son
más elaboradas para E. precatoria (asaí).
Curiosamente, esta especie, muy abun
dante en la Amazonía y de la que se
extrae palmito industrialmente48, es el
caso más extremo de sobrecosecha que
se conoce de una palma solitaria en Bo
livia: la extracción de palmito pasó de
medio millón durante el año 1993 a más
de 7 millones en 199749 y se estimó que
de mantenerse ese ritmo el recurso po
dría agotarse en una década50. Para 2004,
rodales extensos de esta especie habían
desaparecido de las localidades cercanas
a las plantas enlatadoras de palmito50.
Las escasas regulaciones oiciales
aprobadas para la cosecha de palmas en
Colombia y Bolivia son una muestra de
la poca voluntad política en cuanto a los
aspectos de conservación a nivel regio
nal: se ofrecen respuestas aisladas a pro
blemas concretos de sobrecosecha, mas
no políticas preventivas y proactivas para
regular el uso comercial de los PFNM.
En Ecuador y Perú la cosecha de ta
llos de palmas no tiene ningún tipo de
reglamentación especíica y en general se
asume que se trata de PFNM que pueden
renovarse en plazos relativamente cor
tos. En Perú existen planes de manejo de
reservas donde se menciona la cosecha
de tallos de las palmas Iriartea deltoidea
y Socratea exorrhiza, pero los límites de
7 Políticas de uso y manejo sostenible de productos de palmas
cosecha sugeridos no garantizan su con
servación a largo plazo (por ejemplo,
cosechar los individuos reproductivos o
hacerlo en ciclos de 8 a 10 años no es sos
tenible, véase el Anexo 72, p. 202). En
ese país también se ha registrado cosecha
destructiva del palmito de E. precatoria
(Millán com. pers.). En la práctica, la
cosecha de estas especies en Perú se rea
liza sin ningún control, lo que reduce sus
poblaciones alrededor de las comunida
des51. En Ecuador la cosecha de tallos
de Iriartea deltoidea (pambil) y de otras
especies arborescentes tampoco obedece
a un plan de manejo o norma técnica,
aunque sí se exige una guía de movili
zación para autorizar el transporte del
producto27,52. La aplicación de estas re
gulaciones y el control del comercio son
prioritarios para la conservación de las
especies por tratarse de una práctica que
puede ser devastadora, especialmente en
Ecuador y Colombia, países donde se ha
detectado mayor comercialización de
pambil y de especies de Wettinia14,53,54.
Tratándose del pambil, se ha sugerido
que la cosecha puede ser sostenible sola
mente si se extraen palmas de > 20 m43,55,
es decir que están cerca de su senescen
cia. Por esta razón, los tallos de palmas
solitarias arborescentes no deberían con
siderarse PFNM (recursos renovables en
el corto plazo: < 10 años), sino productos
maderables y su uso debería estar aso
ciado a programas de cultivo y enrique
cimiento de los bosques, que garanticen
la sostenibilidad de la cosecha55.
A pesar de este panorama, en todos
los países estudiados existe un mercado
importante de productos “maderables”
provenientes de palmas que abastecen
las necesidades de las industrias agrícola,
de construcción y artesanal27,53,55. La ex
tracción de madera de palmas está pro
vocando un problema de conservación,
especialmente en Colombia y Ecuador,
donde existe un uso intensivo de especies
como Iriartea deltoidea o Wettinia spp.,
que amenaza con la extinción local de
estas especies, a pesar de que son abun
dantes en los sitios donde crecen14,27,56. En
Bolivia ocurre algo similar con Ceroxylon
parvifrons y C. pityrophyllum, cuyos ta
llos son destinados a la construcción.
Además de la debilidad causada por ser
considerados como PFNM, la falta de
controles eicientes y de personal capaci
tado para esta tarea, propicia el comercio
y la cosecha excesiva de tallos. Por ejem
plo, no se deberían conceder permisos de
transporte si no existe una autorización
que avale la cosecha. Tampoco habría
que permitir que la industria compre
estos productos a no ser que su destino
esté certiicado, para evitar casos como
los que se presentan actualmente en
Colombia, donde muchos artesanos se
abastecen de madera de palmas a través
de campesinos que cosechan con autori
zaciones para uso doméstico.
Cosecha de hojas, frutos y ibras
de palmas: entre el uso doméstico
y la comercialización
Las hojas, frutos y ibras de palmas son
típicamente PFNM, cuya extracción tiene
un gran potencial sostenible. En los países
de estudio la cosecha de estos productos
con ines comerciales debe ser facultada
por autoridades ambientales mediante la
aprobación de un plan de manejo35. Sin
embargo, generalmente los lineamientos
técnicos son ambiguos y generales, por lo
que el usuario y el funcionario público se
encuentran desorientados. Por ejemplo,
no se consideran los criterios que afectan
la sostenibilidad biológica de las especies
cosechadas, descritos en este libro14. En
los países estudiados solamente existen
181
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
normas técnicas aprobadas para producir
planes de manejo de productos de palmas
extraídos en la Amazonía sur de Colom
bia, donde CorpoAmazonia tiene juris
dicción36 y en Bolivia45. Estas normativas
contemplan algunas especies de palmas
cuyos casos se mencionan más adelante.
182
Frutos y semillas: productos de gran
potencial sostenible
Los frutos son la parte de las palmas
que más se consume como alimento en
el noroccidente de Suramérica y muy
especialmente en la Amazonía1. Se trata
de un consumo doméstico tradicional
entre los indígenas y afroamericanos que
se ha extendido ampliamente a la pobla
ción mestiza, particularmente en Perú.
Debido a su importancia en la alimenta
ción, los frutos de palmas han alcanzado
distintos niveles de comercialización.
Actualmente es común encontrarlos en
mercados locales especialmente en la
Amazonía, mientras en las grandes ciu
dades, fuera de las regiones de extrac
ción, su comercio todavía es incipiente53.
En los mercados locales se los vende in
formalmente (cosechados sin permisos
ni planes de manejo) y en algunos casos
los volúmenes de venta alcanzan propor
ciones importantes.
El caso más destacable es el de la
palma del pantano, Mauritia lexuosa
(aguaje o moriche). Sus frutos alcanzan
el mayor nivel de comercialización en
los mercados de Iquitos, Perú y Leticia,
Colombia53,57–60. Hoy en día se comercia
lizan mensualmente 149 toneladas métri
cas de frutos en Iquitos61, más del doble
que en Leticia58. El uso industrial en la
fabricación de helados tiene más de 70
años de historia en Iquitos57. Desafortu
nadamente, durante décadas el fruto de
aguaje se ha cosechado de manera des
tructiva. Por ejemplo, en el año 2001 se
estimó que para la venta en el mercado
local de Iquitos se habían cortado men
sualmente 1078 palmas en promedio62.
Una evaluación más reciente señala que
se talan entre 20 000 y 24 000 palmas
anualmente, lo que signiica un impacto
negativo gigantesco para los aguajales
peruanos53. Otros centros de comercio
importantes son los mercados de Tara
poto, Moyobamba y Rioja, en la región
de San Martín, Perú, siendo el primero el
más importante, con un comercio diario
de alrededor de 13 toneladas63. Si bien
existen algunos planes de manejo para
áreas protegidas peruanas, que conside
ran lineamientos técnicos para la cosecha
de aguaje (Anexo 72, , p. 202), la cosecha
destructiva e ilegal no parece haberse de
tenido, especialmente en zonas alejadas
de las ciudades (Millán, com. pers.). En
la Amazonía colombiana también predo
mina el método de cosecha destructivo,
que lleva a la degradación de los palma
res, como ha sucedido en áreas cercanas
a Leticia, donde la demanda es mayor. Se
estima que para cubrir la demanda de la
ciudad de Leticia, en el año 2012 se derri
baron 464–1015 palmas hembras men
sualmente durante cerca de seis meses
que duró la cosecha59. La tala de palmas
para cosechar frutos es aún más grave en
palmas dioicas como Mauritia, ya que
afecta únicamente a las palmas hembras,
productoras de frutos, y provoca un de
sequilibrio en las poblaciones, que pasan
a ser dominadas por ejemplares machos
y carentes de hembras. En años recientes,
organizaciones no gubernamentales pe
ruanas han emprendido campañas para
fomentar la cosecha de frutos escalando
la palma con técnicas accesibles y de
bajo costo, lo que ha mejorado sustan
cialmente la sostenibilidad del recurso, si
bien la cosecha destructiva sigue siendo
una opción para los extractores58,64.
7 Políticas de uso y manejo sostenible de productos de palmas
Otros frutos de palmas se comercia
lizan en todos los países a menor escala.
Se destacan los de Bactris gasipaes (chonta
o pejibaye) y de Oenocarpus bataua (un
gurahua, milpesos o majo). El fruto de
pejibaye se extrae de palmas cultivadas y
por tanto su cosecha no se considera un
problema de conservación53,65. Los frutos
de la ungurahua son utilizados para la ex
tracción de jugo y aceite en todos los paí
ses y su uso ha tenido cierto despunte en
la industria cosmética en la última década,
especialmente en Bolivia y Ecuador53,66.
En Ecuador la cosecha destructiva de
frutos de la ungurahua ha sido una prác
tica común44. Sin embargo, en los últimos
años y en ciertas localidades amazónicas,
esta actividad se realiza con planes de
manejo aprobados y permisos oiciales
emitidos por la autoridad ambiental66.
Exceptuando este caso, ningún otro pro
ducto de palma extraído en ese país para
el comercio nacional o internacional
cuenta con planes de manejo o permisos
oiciales de cosecha. Entre los productos
cosechados sin permiso se destacan las se
millas de Phytelephas aequatorialis (tagua)
que se han cosechado intensivamente en
la costa ecuatoriana por más de 70 años
para abastecer el mercado nacional e in
ternacional21. Los cosechadores de este
producto han desarrollado prácticas de
manejo que no han agotado el recurso, si
bien la especie tiene varias amenazas que
requieren intervención, como la falta de
regeneración natural en ambientes mane
jados y la disminución de sus poblaciones
en bosques naturales21. Es evidente que
los cosechadores han decidido implemen
tar sus propios métodos no destructivos,
como mantener la palma en sistemas
agroforestales, porque signiica un ingreso
adicional para su economía familiar67. Es
tas prácticas de manejo no destructivo,
iniciativa de los propios campesinos y
agricultores, todavía no han sido rescata
das, mejoradas o apoyadas ni incorpora
das en las regulaciones.
Un mercado que ha cobrado fuerza
en los últimos años, tanto en Colombia
como en los países vecinos, corresponde
a las semillas de palmas como materia
prima de nacientes industrias artesanales,
principalmente de bisutería, que mueven
importantes volúmenes de mercado a ni
vel nacional e internacional68. En Perú y
Ecuador se encuentran frecuentemente
semillas de Iriartea deltoidea, Socratea
exhorrhiza y Phytelephas macrocarpa
en los mercados artesanales. En Boli
via es creciente el uso de semillas de
Astrocaryum gratum, Euterpe precatoria
e Iriartea deltoidea. Sin embargo, no
existe una regulación ni lineamientos es
pecíicos que orienten al usuario y a los
administradores respecto al uso sosteni
ble de este recurso. Las políticas de uso
sostenible de PFNM no incluyen un plan
de respuesta cuando surgen actividades
económicas de rápido crecimiento y que
afectan la sostenibilidad de un recurso.
El desafío consiste en encontrar sistemas
de control equilibrados, que incentiven
el uso y la conservación de los recursos
al mismo tiempo. Las semillas de pal
mas son PFNM con gran potencial de
uso sostenible14 y constituyen una fuente
importante de ingresos para las pobla
ciones rurales. No obstante, la falta de
lineamientos solamente estimula la in
formalidad y la cosecha pasa a depender
exclusivamente del mercado pudiendo
tornarse eventualmente insostenible.
Fibras
La cosecha de fibra con fines comer
ciales ofrece un caso interesante en la
especie Aphandra natalia. En el suro
riente ecuatoriano los campesinos han
desarrollado un sistema de manejo
183
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
184
agroforestal: en medio de los pastos
mantienen las palmas en densidades
relativamente altas30. Las fibras pro
venientes de estos sistemas de manejo
abastecen una industria nacional de es
cobas que tiene alrededor de 50 años.
La venta de fibra representa ingresos
relativamente importantes para la ma
gra economía de estos campesinos30, lo
que ha fomentado las prácticas de co
secha sostenible en sistemas agrofores
tales. En Perú, por el contrario, los ex
tractores perciben ganancias mínimas
y la especie suele ser cosechada des
tructivamente para extraer el mismo
producto31. Es evidente que las polí
ticas y las regulaciones de la cosecha
también deben precautelar una equi
dad en el mercado de PFNM que favo
rezca a los más débiles, incluyendo, por
ejemplo, mecanismos que certifiquen
que el producto proviene de prácticas
de manejo sostenible y evite abusos de
los intermediarios.
Un estudio reciente69 señala que el
uso de ibras extraídas de palmas en
Suramérica es muy extendido: al menos
111 especies sirven para cosechar ibras
y la mayor parte de la extracción se rea
liza en tierras de propiedad comunitaria,
con técnicas de manejo que pueden ser
destructivas. La información disponible
sugiere que cuando la cosecha es intensa,
suele ser insostenible y las especies con
gran demanda comercial pueden extin
guirse a nivel local69,70. Las especies ama
zónicas Mauritia lexuosa y Astrocayum
chambira son las más usadas con este
propósito. Los cogollos de Astrocaryum
chambira sirven para extraer ibras con
las que se elaboran numerosos produc
tos artesanales utilitarios que sirven para
autoconsumo de las comunidades indí
genas y para venta al turismo local71–73.
La presión del mercado y la necesidad de
mayores ingresos ha favorecido prácticas
de cosecha destructivas alrededor de los
sitios de extracción70,71 amenazando la
sostenibilidad y conservación de la espe
cie. A pesar de esto, no existen planes de
manejo para esta actividad, ni estrategias
para controlar la comercialización de los
productos derivados en ninguno de los
países estudiados. Tampoco hay un cer
tiicado que garantice que los productos
provienen de prácticas de manejo soste
nible, lo que constituye un serio obstá
culo para potenciar el uso de este recurso
tan importante para las comunidades ru
rales de la región.
Hojas
El aprovechamiento de las hojas, al pa
recer, se considera como exclusivamente
doméstico, quizás porque su uso más
extendido es para construir los techados
de las casas. En la práctica no se conoce
sobre planes de manejo en los países de
estudio, pero sí existen registros de su de
manda comercial a nivel local, cuyo im
pacto en las especies cosechadas parece
ser devastador14,21,32,74. La información
disponible muestra que en la práctica la
cosecha de hojas se realiza sin planes de
manejo. Tampoco existen controles quizá
porque se asume que es un producto de
uso doméstico, cuya cosecha es de bajo
impacto. Las ganancias que obtienen los
cosechadores tampoco justiicarían el
costo de un trámite que resulta innecesa
rio. En Ecuador, por ejemplo, los comer
ciantes de ibras o de hojas de palma de
ciertas localidades obtienen únicamente
una guía de movilización para transpor
tar el producto, que se emite sin importar
el origen de la cosecha. En la normativa
boliviana existen lineamientos técnicos
para la cosecha de hojas de Geonoma
deversa y Parajubaea sunkha, pero sus
planes de manejo no están aprobados.
7 Políticas de uso y manejo sostenible de productos de palmas
III. La percepción de los
actores
La revisión de las regulaciones y las prác
ticas de cosecha revela algunos cuellos de
botella en el uso y manejo sostenible de
las palmas y sus productos. Los obstácu
los se identiicaron a través de: 1) un aná
lisis de la legislación a nivel regional35, 2)
talleres con los actores del sistema de co
mercialización y regulación del uso de las
palmas en La Paz, Lima y Quito (Anexo
71, p. 178) y 3) 185 entrevistas realizadas
en los cuatro países (Anexo 71, p. 199).
En los talleres participaron empresarios,
representantes de comerciantes organiza
dos, funcionarios públicos (mayormente
del nivel central), organizaciones no gu
bernamentales de conservación y bioco
mercio, y académicos. Las entrevistas se
realizaron a cosechadores, acopiadores
y comerciantes de productos de palmas.
En estas se obtuvo información sobre el
grado de conocimiento de la normativa,
la aplicación de planes de manejo y la de
dicación de los entrevistados a diferentes
actividades, desde la extracción hasta el
comercio. Estas tres fuentes también sir
vieron para identiicar aspectos e incenti
vos que podrían favorecer la legalidad y
las prácticas sostenibles de cosecha.
Factores que limitan el
funcionamiento del sistema legal
En el noroccidente de América del Sur,
todos los productos de las palmas están
considerados como PFNM, incluyendo
los tallos de palmas arborescentes cen
tenarias. La presión para extraer estos
recursos llega a niveles extremos cuando
los productos ingresan a mercados de
gran escala, ya sean nacionales o inter
nacionales. Se evidencia entonces que los
sistemas de regulación y control son inei
cientes y que no existen normativas espe
cíicas para poner límites a su extracción
y orientar a cosechadores y administra
dores. En ocasiones los administradores
solo aplican ciertas regulaciones que le
galizan la extracción del producto, como
la emisión de guías de transporte, sin que
la carga provenga de cosechas autoriza
das que precautelen su sostenibilidad.
Esta forma de aplicar las regulaciones
incentiva la cosecha insostenible. Mien
tras tanto, no hay cabida para las políticas
preventivas, pues las normas se formulan
tardíamente, cuando el recurso ya es es
caso o es inminente su extinción.
Uno de los propósitos de los talleres
realizados en cada país fue conocer la
percepción de los actores sobre los fac
tores que limitan el uso sostenible de
las palmas, en especial los relacionados
con los aspectos legales. Paralelamente
se exploraron la importancia relativa de
los obstáculos identiicados y sus posi
bles soluciones. Durante los talleres y en
la revisión de leyes y documentos sobre
uso y comercio de productos de palmas35,
se detectaron algunos impedimentos
compartidos entre países, matizados
por ciertas diferencias. Se identiica
ron obstáculos legales, institucionales
procedimentales y de comunicación, a
los que se asignó una prioridad relativa
de acuerdo a la valoración de los partici
pantes en los talleres (Anexo 71, p. 199).
En la Tabla 71 se ofrece una descripción
de los resultados obtenidos. La compleji
dad de las leyes, muchas veces dispersas
en diferentes cuerpos legales, y la falta de
información técnica, fueron percibidos
como los escollos que más contribuyen al
uso insostenible de las palmas. Además
varios de los obstáculos identiicados es
tán interrelacionados, mientras otros son
mutuamente dependientes. Por ejemplo,
185
7 Políticas de uso y manejo sostenible de productos de palmas
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
Tabla 7-1. Clasificación de obstáculos legales y administrativos que dificultan
el uso y el comercio sostenible de productos de palmas.
Prioridad
Bolivia
Perú
Obstáculos
Ecuador
Colombia
La información se obtuvo en talleres (T) y en un estudio regional (R) sobre documentos y leyes que regulan el uso y comercio de PFNM75.
Dentro de cada categoría aparecen los obstáculos en orden de prioridad (método de valoración en de la Torre et al. 201076).
Legales
1. Legislación compleja, fragmentada y confusa (contradicciones e
inconsistencias legales).
TR
TR
TR
R
1
2. Falta de lineamientos técnicos o de precisión para elaborar planes de
manejo (comercializadores y autoridades ambientales).
R
TR
TR
TR
2
3. Ineficiencia y falta de control (no se cumplen las regulaciones).
TR
R
R
TR
3
4. Costos altos para tramitar permisos.
R
R
R
R
6
5. Leyes de acceso a recursos genéticos y conocimiento tradicional confusas,
incompletas y que no facilitan el uso de PFNM en la industria.
R
R
R
R
9
TR
TR
TR
TR
4
TR
TR
R
R
7
R
R
R
9
Institucionales-procedimentales
7. Procesos demorados, costosos y repetitivos.
8. Responsabilidades institucionales desconocidas y confusas.
9. Falta de continuidad en funcionarios y frecuentes reformas a las
normativas.
Comunicacionales
186
10. No se comunica información técnica sobre el límite de la cosecha por
especie y la disponibilidad del recurso. Falta investigación en estos temas.
T
T
T
T
2
11. No se difunde el contenido de la ley entre los usuarios.
T
T
T
T
5
12. Leyes y proyectos no consideran el conocimiento local y tradicional.
T
T
T
8
la falta de información técnica es un pro
blema para la elaboración de lineamien
tos de planes de manejo, que deben es
tablecer claramente cómo encontrar los
límites de la cosecha. Al mismo tiempo,
esto se relaciona con un problema de
comunicación: cuando existe informa
ción cientíica sobre los impactos de la
cosecha, esta no se comunica adecuada
mente a los usuarios. A continuación se
analizan estos obstáculos de acuerdo a las
prioridades establecidas en los talleres y a
las entrevistas realizadas a cosechadores
y comerciantes de productos de palmas.
Obstáculos legales
La complejidad, la fragmentación, las
contradicciones y las inconsistencias le
gales fueron identiicadas como el prin
cipal impedimento para lograr el uso
y comercio sostenible de palmas, de
acuerdo a la información recabada en los
talleres. Sin embargo, más allá de estas
limitaciones, la mayoría de los extrac
tores y comercializadores de productos
de palmas operan fuera del marco legal,
simplemente porque desconocen su exis
tencia. Según las entrevistas realizadas,
apenas el 10 % de los cosechadores y co
mercializadores conocían al menos una
regulación (frecuentemente la necesidad
de una guía de transporte) y entre ellos
únicamente el 11 % tenían una idea (al
menos aproximada) del trámite que se
debe hacer, ya sea para la cosecha o para
cualquier otra actividad. Cuando algu
nos entrevistados (3 %) reconocieron la
necesidad de una autorización, resultó
que se referían al permiso de los dueños
del terreno o de la comunidad. En cuanto
a los planes de manejo, requisito prin
cipal para autorizar la cosecha con ines
comerciales, apenas el 3 % contestó que el
producto cosechado o comercializado sí
contaba con un plan de manejo. Los de
más aceptaron que el producto no tenía
plan de manejo (46 %) o no respondieron
a la pregunta (51 %). La tendencia fue si
milar en todos los países (Figura 72).
Para los participantes en los talle
res, muchos de los cuales forman parte
del sistema administrativo, la causa más
importante del incumplimiento de las
regulaciones es su complejidad y la falta
de lineamientos técnicos precisos para
establecer los planes de manejo. Las re
gulaciones sobre la cosecha y comerciali
zación de PFNM se encuentran dispersas
en distintos cuerpos legales. Formar una
empresa comercializadora requiere trá
mites extensos35. En Ecuador, por ejem
plo, se deben seguir más de 20 pasos para
legalizar una empresa que comercialice
productos de palmas como alimento,
medicina o cosmético77. Otro aspecto que
Colombia
Ecuador
Perú
Bolivia
300
200
n
100
0
Sí
No
NR
Figura 7-2. Respuestas a la pregunta ¿Existe un
plan de manejo o documento parecido (para
trabajar con el producto)?
Las respuestas provienen de 185 entrevistas a actores que
desarrollan diferentes actividades relacionadas con el uso y
comercio de productos de palmas en el noroccidente de
Suramérica. La mayoría de personas entrevistadas trabajaron
con más de un producto. En la figura los valores corresponden
a las respuestas por producto cosechado o comercializado
(n = 534, Colombia n = 38, Ecuador n = 238, Perú n = 222,
Bolivia n = 36). NR: no responde.
motiva incumplimientos es el alto costo
de los permisos. En todos los países las
tasas que gravan la cosecha son conside
radas altas para la economía de los cose
chadores. En Ecuador estos deben costear
la elaboración del plan de manejo y una
vez que este es aprobado, se debe pagar
una patente de 200 USD que da derecho
a la cosecha35,77. En los demás países los
derechos de cosecha son el resultado de
un cálculo relativo al monto y en algunos
casos al lugar de la cosecha35. Los partici
pantes en los talleres coincidieron en que
los costos son muy elevados en relación
con las magras ganancias de los cosecha
dores y comercializadores. En Ecuador se
han conseguido permisos para cosechar
y comercializar productos de Oenocarpus
bataua gracias al auspicio económico de
187
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
188
la Fundación Chankuap (chankuap.org).
Sin él las comunidades indígenas con las
que colabora esta fundación no habrían
podido cubrir los costos y seguramente
nunca habrían solicitado un permiso. Por
otra parte, explicar la complejidad de las
leyes y difundirlas entre extractores que
demandan simplicidad no es una tarea
que se encuentra en la agenda del funcio
nario público y quizá por eso las normas
se aplican parcialmente.
Otro aspecto priorizado en los talle
res fue la supervisión del cumplimiento
de la normativa. En la práctica existe una
inmensa diicultad para controlar la co
secha y el comercio de productos de bos
ques naturales, lo que es más evidente en
sitios remotos, donde las condiciones de
pobreza son extremas. Los participantes
en los talleres mencionaron la diicultad
de controlar el ingreso a los mercados
de productos cuya cosecha es aparente
mente para uso doméstico. En Colombia,
por ejemplo, se reconoció que este caso
es muy frecuente a nivel local. En Perú
y Ecuador los acopiadores viajan a luga
res remotos para conseguir el producto
cosechado a precios más convenientes e
incorporarlo a cadenas de comercio más
complejas. En Bolivia se admitió que el
control se vuelve más difícil debido al ta
maño del país y a los limitados recursos
destinados a esta actividad. Sin embargo,
incluso en los sitios más accesibles, el con
trol es parcial o ineiciente: en Ecuador,
en áreas cercanas a ciudades como Quito
o Macas se emiten guías de movilización
para comercializar productos de palmas
que no cuentan con ningún permiso de
cosecha27,30,52. Esto se debe en parte a la
falta de recursos humanos y económicos
de las oicinas de control77, pero también
a que resulta más fácil autorizar sim
plemente el transporte, al tiempo que
se da un toque de aparente legalidad al
proceso. No obstante, esta práctica de
los administradores públicos tiene un
efecto exactamente opuesto al espíritu de
las regulaciones que buscan precautelar
la conservación: resulta más económico
comercializar los productos sin seguir las
reglas y sin que importe si provienen de
prácticas de manejo insostenible.
El cumplimiento de la normativa
tiende a ser más estricto cuando el pro
ducto está destinado a la exportación.
La mayoría de entrevistados que reco
nocieron la existencia de un plan de ma
nejo para la cosecha de palmas fueron
bolivianos (Figura 72) que colaboran
con la Empresa Madre Tierra Amazonía,
especializada en biocomercio de produc
tos certiicados78. Algo similar ocurre
en Ecuador con la cosecha de frutos de
Oenocarpus bataua (ungurahua) promo
vida por la Fundación Chankuap. Esta
ONG asume los costos de la patente de
cosecha y del plan de manejo, compra el
aceite de ungurahua a los cosechadores y
posteriormente elabora cosméticos que
se comercializan en el país y se exportan.
Se trata de la única especie de palma que
cuenta con un plan de manejo y permiso
de cosecha comercial en ese país. Los
empresarios consideran además que las
leyes de acceso a recursos genéticos y las
de protección del conocimiento tradicio
nal son confusas y no facilitan el uso de
PFNM en la industria.
Obstáculos
institucionales-procedimentales
Una constante en los países estudiados
son los cambios institucionales y la ro
tación de personal en funciones, ya sea
de atención al usuario o de control. Por
ejemplo, en Perú, durante los últimos
seis años, se ha desarrollado un proceso
de reestructuración institucional con la
creación y desaparición de unidades de
7 Políticas de uso y manejo sostenible de productos de palmas
administración. Tal es el caso del descen
tralizado Instituto Nacional de Recursos
Naturales (INRENA), cuyas competen
cias pasaron parcialmente al Ministe
rio de Agricultura y Riego (Dirección
General Forestal y de Fauna Silvestre, y
ahora al Servicio Nacional Forestal y de
Fauna Silvestre, SERFOR), a los gobier
nos regionales y otras al Ministerio del
Ambiente creado en 201035. Esto generó
una gran confusión en los usuarios y
funcionarios que deben adaptarse rápi
damente a estos cambios. En Colombia
esto ocurre con funcionarios asignados
al control y a la administración forestal.
En Ecuador, Perú y Bolivia las normas y
procedimientos están siendo constante
mente actualizados y modiicados35 y hay
una permanente rotación de funciona
rios encargados que pasan por procesos
de aprendizaje e interpretación de la nor
mativa. Esta inestabilidad contribuye a
que las normas se apliquen parcialmente.
En ocasiones existen conlictos de
competencias entre instituciones o en
tre áreas de una misma institución. Por
ejemplo, dos direcciones del Ministerio
del Ambiente de Ecuador (la Dirección
Nacional Forestal y la Dirección Nacio
nal de Biodiversidad) mantienen un con
licto de competencias sobre los PFNM
y sus funciones parecen sobreponerse
debido, al menos en parte, a una falta de
precisión en la deinición de términos,
como el de PFNM35,77. En Colombia, a
pesar de que el sistema organizado a tra
vés del Ministerio de Ambiente y Desa
rrollo Sostenible (MADS) y de las CAR
es al parecer el que mejor funciona de
los cuatro países, también se presentan
conlictos. Las CAR son unidades terri
toriales que corresponden a unidades
geopolíticas, biogeográicas o hidrológi
cas con autonomía administrativa35. Sin
embargo, su autonomía eventualmente
causa conlictos debido a diferencias de
criterios con el MADS al momento de re
gular los PFNM35. Bolivia, por su parte,
tiene varios ministerios e instituciones
que regulan el uso de recursos naturales
y de biodiversidad, pero cada ministerio
tiene una visión diferente y a veces con
tradictoria sobre la conservación.
Los empresarios que participaron en
los talleres señalaron que los trámites
para la obtención de permisos para ex
portar un PFNM son innecesariamente
repetitivos y demorados, lo que hace ine
iciente el sistema. Por ejemplo, en Co
lombia, se debe solicitar autorización en
las CAR y luego en el MADS. En Ecua
dor, obtener una patente en el Instituto
Ecuatoriano de Propiedad Intelectual
o un registro sanitario puede tomar de
uno a dos años. Los empresarios perua
nos también consideraron que los trá
mites son repetitivos y que hay un trato
discriminatorio: mientras no se aplican
los controles a los comerciantes locales
o nacionales, a los exportadores se les
impone toda clase de regulaciones. En
Ecuador también anotaron que la nor
mativa se aplica a unos productos y no a
otros: la cosecha de frutos de ungurahua
para producir el aceite usado en cosméti
cos de exportación cuenta con planes de
manejo y permisos, mientras que las se
millas de tagua y sus subproductos, cuya
exportación se realiza desde hace más de
70 años, no cuenta con tales permisos.
Un comentario reiterado en los talleres
fue que la mayoría de funcionarios pú
blicos no facilitan los trámites sino que
ponen obstáculos. La conclusión de este
mal funcionamiento es que existe una
aplicación discriminatoria de la norma
tiva: quienes quieren cumplir con la ley
se dirigen a la autoridad, solicitan per
misos y siguen engorrosos trámites, pero
189
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
los actores ilegales pasan desapercibidos
debido a la ineiciencia en los controles.
Durante los talleres y las entrevistas
realizadas se señaló con cierta frecuencia
la corrupción como un aspecto que afecta
el uso y comercio sostenible de PFNM.
Entre los comentarios, en Colombia, se
mencionó el nombramiento de funcio
narios no caliicados que acceden a sus
puestos por razones políticas, así como
que ciertas empresas ejercen inluencia
en las decisiones de las CAR. En Ecua
dor los transportistas utilizan la misma
guía de circulación otorgada para una
carga en múltiples viajes a pesar de que
solo están autorizados para un viaje en el
mismo día. En Perú se emiten permisos
de transporte de PFNM cosechados ile
galmente con permisos de empresas que
sí tienen un plan de manejo aprobado.
190
Obstáculos comunicacionales
La comunicación deiciente no favorece
el uso y comercio sostenible de produc
tos de palmas. Por ejemplo, en Ecuador,
los funcionarios públicos encargados del
control desconocían que los individuos
más altos de las palmas pueden sobre
pasar un siglo de edad. Esto se releja en
las estadísticas oiciales, en el acápite de
PFNM79, donde se considera a los postes
extraídos de la bísola (palma de varias
especies de Wettinia) o el pambil como
“caña”, lo que sugiere una equivalen
cia con los tallos de la guadua (Guadua
angustifolia), conocida en Ecuador como
caña guadúa. Sin embargo, la bísola o el
pambil son palmas de crecimiento pau
sado, cuyos tallos más desarrollados
(> 20 m) bien pueden tener un siglo de
edad27,29, mientras la caña guadúa puede
crecer 11 a 21 cm al día80 y está lista para
cosecharse entre los 3 y 5 años de edad81.
Por otro lado, la información cientíica
no está al alcance de todos los usuarios o
funcionarios. Los participantes en los ta
lleres coincidieron en que esta informa
ción no está divulgada. El conocimiento
cientíico se queda en diferentes publica
ciones de difícil acceso, tanto porque es
tán en revistas especializadas como por el
lenguaje técnico que utilizan. Al mismo
tiempo, los académicos puntualizaron que
muchos aspectos de la biología y del ma
nejo de las palmas no son conocidos por
la ciencia, aunque son indispensables para
la extracción de un producto. Los expor
tadores, por su parte, tienen interés en sa
ber cuál es la disponibilidad de un recurso
para evaluar las oportunidades de nego
cio. Tal información también es útil para el
manejo de las palmas. La falta de ella con
tribuye a la sobrecosecha del producto y a
su agotamiento, especialmente cuando el
recurso es abundante y parece inagotable
como ha ocurrido con el pambil (Iriartea
deltoidea), el aguaje (Mauritia lexuosa) o
el palmito de asaí (Euterpe oleracea)27,42,50.
Esto también sucedió con las palmas que
abastecían a una planta enlatadora de pal
mito en Tarumá, Bolivia82 y en otras ubi
cadas en la costa pacíica de Colombia42.
La información cientíica es indispensable
para desarrollar lineamientos técnicos
que orienten la elaboración de los planes
de manejo y para establecer límites de co
secha que garanticen la sostenibilidad del
recurso. Los funcionarios, a su vez, tienen
necesidad de conocer los lineamientos
técnicos para establecer los límites de la
cosecha de una determinada especie. La
normativa, en general, no es especíica al
respecto y esto representa un obstáculo al
momento de aprobar un plan de manejo
y también cuando se trata de controlar la
cosecha y el comercio de PFNM.
Otra información desaprovechada
para la elaboración de lineamientos téc
nicos y normativas es el conocimiento
tradicional de los grupos indígenas y
7 Políticas de uso y manejo sostenible de productos de palmas
los campesinos que han desarrollado
experiencias exitosas. Por ejemplo, en
Ecuador, los waorani solían regresar las
semillas de ungurahua al bosque una
vez que el fruto era utilizado para otros
propósitos y, además, subían a las palmas
para cosechar sus frutos83,84. Asimismo,
los quichuas de Sarayacu han recuperado
ciertas prácticas ancestrales para limitar
la cosecha de hojas de la palma de wayuri
y así asegurar su sostenibilidad32. El uso,
manejo, domesticación y cultivo de pal
mas podrían beneiciarse si se tomara en
consideración este conocimiento tradi
cional, cuyo rescate se torna urgente de
bido a su pérdida acelerada2. Los jóvenes
indígenas, incluso de pueblos con poca
historia de contacto como los waorani,
van reemplazando las prácticas de cose
cha ancestral, sostenible, por prácticas
destructivas, insostenibles, como la tala
de palmas para cosechar sus frutos83 o
dejan de usar los productos naturales y
los reemplazan por sintéticos.
En cuanto a la normativa para el uso
y comercio de PFNM, la divulgación
también es deiciente. Las entrevistas re
velaron que los usuarios no conocen las
regulaciones o la manera de conseguir
los permisos. Los actores invitados a los
talleres coincidieron en que los aspectos
legales son confusos e incompletos. Por
ejemplo, en Bolivia, algunos participantes
en el taller de la Paz85 reconocieron que la
normativa de su país sobre PFNM tiene
algunos elementos que favorecerían la co
secha sostenible, pero lamentablemente
no es bien conocida ni aplicada. Se reiteró
además que no se difunden los constantes
cambios introducidos en las normativas.
Aspectos socioeconómicos
Otro aspecto que contribuye a la cosecha
insostenible es el socioeconómico ya que
las ganancias por la venta de productos
son marginales para los cosechadores,
de modo que no merece la pena invertir
esfuerzos para evitar la cosecha destruc
tiva53. Legalizar la actividad de extracción
signiicaría gastos agregados que reduci
rían aún más sus ingresos y tampoco pa
rece tener sentido mientras sea posible
comercializar los productos ilegalmente
y sin riesgo de sanción. En consecuencia,
los extractores obtienen mayores ganan
cias incrementando a conveniencia el vo
lumen y la velocidad de cosecha11,42,53. De
esta manera, la intensidad de la cosecha
se acopla a la demanda del producto y
a la disponibilidad del recurso. Quienes
más venden obtienen mayores ingresos,
sin importar los impactos de la cosecha
excesiva o las técnicas destructivas42. A
medida que crece la demanda, la presión
sobre el recurso aumenta y más tem
prano que tarde la cosecha deja de ser
sostenible y la especie corre riesgo de ex
tinción local. Para revertir esta situación
se requiere un sistema de incentivos que
mejore las ganancias de los cosechadores
—por ejemplo, a través de la certiicación
de la cosecha sostenible— y otro de con
trol que imponga sanciones efectivas al
comercio de productos provenientes de
prácticas de cosecha destructivas.
Cosecha y comercialización según el
grupo étnico y el género
Las entrevistas revelaron que los mestizos
se dedicaron preponderantemente al co
mercio de productos y fueron los únicos
en actuar como intermediarios, mientras
los indígenas se orientaron a la cosecha
y la elaboración de artesanías. Como la
mayoría de entrevistas se realizaron en la
Amazonía, las tendencias más marcadas
corresponden en gran medida a lo que
ocurre en esa región. Los entrevistados
fueron en su mayoría mestizos (95 frente a
191
7 Políticas de uso y manejo sostenible de productos de palmas
192
45 indígenas, Tabla 72), pues se trabajó en
sitios accesibles como ciudades o pueblos
donde predomina esa población y varias
actividades son desarrolladas principal
mente por este grupo. Proporcionalmente,
los indígenas entrevistados se dedican más
a la cosecha y a la agricultura (3.2:1 y 2.6:1
respectivamente). Todos comercializan
sus productos, mayormente a través de in
termediarios, y una parte muy importante
de ellos se dedican al mismo tiempo al
procesamiento y la cosecha de productos
de palmas (88 % y 84 % respectivamente).
Las actividades de exportación, transporte
y acopio fueron las más frecuentes entre
los mestizos y la intermediación fue exclu
siva de este grupo (Tabla 72). En varias
comunidades indígenas, las actividades
como la cosecha y el procesamiento de
productos se hacen en familia, en parte
por tradición y en parte porque así se ob
tiene un mayor provecho económico del
producto. Los indígenas son cosechadores
casi exclusivos en lugares remotos, mien
tras los mestizos dominan el comercio y el
transporte. Esto sugiere que un control del
comercio en las ciudades tendría repercu
siones hasta en los sitios de cosecha más
alejados y que un proceso de certiicación
debería involucrar a esas comunidades in
dígenas, ajenas a las grandes urbes.
El aprovechamiento de PFNM es
frecuentemente el único medio de sub
sistencia en las comunidades rurales y
puede ser particularmente importante
para las mujeres indígenas que tienen
pocas alternativas de generación de in
gresos86. Por ejemplo, la elaboración de
artesanías de Astrocaryum chambira es
una actividad en la que trabajan sobre
todo mujeres, especialmente en el te
jido de bolsas, siendo inalmente ellas las
únicas encargadas de la venta70,87. En los
países estudiados las mujeres amazónicas
tuvieron una participación relativamente
mayor que los hombres en varias acti
vidades de la cadena productiva (Ta
bla 72). Esto muestra que las palmas
ofrecen una manera de vincularlas acti
vamente a los procesos productivos, lo
que a su vez mejoraría la equidad intrafa
miliar y les brindaría oportunidades para
contribuir a la economía del hogar88.
Tabla 7-2. División de actividades relacionadas
con el aprovechamiento de palmas
de acuerdo al grupo étnico y al género,
en el noroccidente de Suramérica
B: blanco, I: indígena, M: mestizo, A: afroamericano
F: femenino, M: masculino
ND = no hay dato, NR = no responde,
n = total de personas entrevistadas.
Un entrevistado puede dedicarse a más de una actividad.
Grupo étnico
I M A
NR
Cosecha
38 25
22 47 37
Agricultura
16 13
1
22
8
4
5
10
1
4
9
Actividad
Acopio
B
1
1
9
Transporte
2
10
Procesamiento
40 57
Intermediación
1
Comercio
Exportación
n
1
45 77
1
1
45 95
Género
M ND
30 60 64
6
1
F
3
1
22
2
2
1
1
3
8
44 77 86
4
5
1
11 17
49 84 101 7
IV. Relexiones y
recomendaciones para
mejorar las políticas
de manejo y uso sostenible
de las palmas
El gran objetivo de las políticas de con
servación es preservar las especies, su va
riabilidad genética y la funcionalidad del
bosque para las futuras generaciones. El
desafío para los políticos y tomadores de
decisiones consiste en desarrollar estrate
gias de conservación compatibles con el
desarrollo económico de los pobladores
locales. Por el momento estos objetivos
permanecen esquivos por causas que van
desde aspectos de la economía política
hasta el desconocimiento de los límites
de la cosecha, pasando por regulaciones
y controles ineicientes. Sin embargo,
las palmas brindan una excelente opor
tunidad de conservación a través de su
uso89–91. En este sentido, los resultados
obtenidos y las lecciones asimiladas en el
proyecto PALMS, centrados en la biología
y el manejo de las especies, permiten rea
lizar algunas recomendaciones prácticas
para mitigar los impactos de la cosecha
de palmas y superar algunos obstáculos
que evitan el aprovechamiento sostenible.
Límites de la cosecha:
un aspecto que garantiza
la sostenibilidad ecológica
Para conceder o negar un permiso de
aprovechamiento y movilización de los
productos derivados de las palmas silves
tres es necesario conocer dónde están los
límites de la cosecha sostenible. Esto es
lo que se espera encontrar en los planes
de manejo. En el capítulo de sostenibili
dad de la cosecha de palmas14, se presen
tan una serie de criterios al respecto. Por
ejemplo, en bosques naturales, la cosecha
de tallos de palmas arborescentes solita
rias es devastadora. Es el caso de Iriartea
deltoidea, cuya cosecha es insostenible
incluso a baja intensidad (< 10 % de los
tallos de > 15 m)55,92. Sin embargo, su co
secha sería sostenible en sistemas agrofo
restales, donde se sugiere cortar palmas
de > 20 m de altura, conservar aquellas
de 5–20 m y esperar 23 años para obtener
nuevamente palmas cosechables29. En
bosques secundarios se estima que la
cosecha puede hacerse a intensidades
inferiores al 20 % (tallos de > 15 m)55,92.
En bosques maduros, por el contrario, la
cosecha de palmas de > 15 m solamente
sería sostenible a intensidades extrema
damente bajas (< 5 %) y con períodos de
recuperación de 80–149 años92.
Este panorama cambia cuando se
trata de productos de palmas cuya pro
ducción se renueva en períodos relativa
mente cortos, como las ibras de las vai
nas foliares, los frutos, las semillas o los
tallos de palmas cespitosas que pueden
soportar mayor intensidad de cosecha
(> 30 % de la producción, Figura 73).
La cosecha de ibras de vaina foliar de
Aphandra natalia ha probado ser soste
nible en sistemas agroforestales a inten
sidades relativamente altas (> 70 %) y con
frecuencia de cosecha de 1.5 años30. Los
frutos de Oenocarpus bataua y Mauritia
lexuosa pueden cosecharse a intensida
des de hasta 70 u 80 %58,93. No obstante,
los límites de la cosecha deben eva
luarse constantemente para garantizar la
A
Alta
Intensidad de la cosecha
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
Fibra de vaina foliar
Fruto-semilla
Media
Tallo cespitoso
Hoja
Fibra de cogollo
Baja
Tallo solitario
Sostenibilidad
Figura 7-3. Sostenibilidad relativa de las palmas en
función de la intensidad de la cosecha.
193
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
resiliencia de la especie, la funcionalidad
del bosque y las interacciones con otros
organismos. Por ejemplo, los frutos son
parte importante de la dieta de aves, ma
míferos y roedores.
Los criterios de sostenibilidad sirven
para evaluar si la cosecha y el manejo
de una especie aseguran su persistencia
a largo plazo. Existen múltiples factores
que afectan la disponibilidad del pro
ducto e inciden en los límites de la cose
cha, ya sea debidos a circunstancias bio
lógicas de la especie o de carácter externo
como las presiones del mercado14. Una
misma especie puede ser muy abundante
en un ecosistema pero relativamente es
casa en otro, o más productiva en un sitio
que en otro. Existen palmas que produ
cen frutos y semillas estacionalmente,
mientras otras lo hacen a lo largo del año
y su cosecha debe respetar estos ciclos
naturales14,94. Es por eso indispensable
conocer la disponibilidad del recurso en
cada situación y desarrollar normas téc
nicas especíicas para la cosecha de cada
producto y de cada especie. En cualquier
caso, la cosecha menos sostenible es la
de tallos de palmas solitarias arbores
centes y de ibras extraídas de cogollos,
mientras que las ibras provenientes de la
vaina foliar, los frutos y las semillas tole
ran mayores intensidades de cosecha.
Mejoras a la normativa
194
1. En todos los países estudiados es ne
cesario eliminar ambigüedades, unii
car regulaciones o normas redundan
tes y armonizarlas con las políticas de
conservación y uso sostenible.
2. Es preciso emitir normas técnicas es
pecíicas que ofrezcan directrices so
bre los límites de la cosecha de cada
producto. Una especie de palma puede
tener tantos límites de cosecha cuantos
productos se extraigan de ella. Para
esto la normativa debe fundamen
tarse en información cientíica como
la que ya ha producido el proyecto
PALMS14,30,74, además de contemplar
protocolos para regular, monitorear y
evaluar el estado del recurso. También
es importante tener en cuenta las con
diciones especíicas de la región donde
se cosechará la especie.
3. Las regulaciones podrían ser lexi
bles cuando se trate de productos
cuyos cosechadores han desarro
llado sistemas de manejo sosteni
bles. La cosecha de productos pro
venientes de sistemas agroforestales
debería ser permitida e incentivada,
mientras que la realizada en bosques
naturales debería estar reglamentada
con gran rigurosidad.
4. La normativa debería considerar
distintos requisitos de acuerdo al
volumen a cosechar. Para volúmenes
relativamente bajos (a deinir por es
pecie y por producto), la autoridad
podría emitir permisos una vez es
tablecidos un inventario de las pal
mas y una estimación del producto
a recolectar; preferiblemente debería
hacerse una inspección en la que se
marcarían las palmas a cosechar. A
una escala mayor, especialmente en
áreas de bosque natural, sería nece
sario exigir planes de manejo más
elaborados que garanticen la cose
cha sostenible.
5. Las recomendaciones previas son un
tipo de incentivo para fomentar el cum
plimiento de las normas entre los cose
chadores informales de menor escala y
contribuiría a evitar la cosecha y el co
mercio ilegales de productos. También
fomentarían la inclusión de palmas
en sistemas agroforestales. Se sugiere
7 Políticas de uso y manejo sostenible de productos de palmas
incorporar en la normativa no sola
mente otros incentivos que favorezcan
la cosecha sostenible de los productos
de palmas (véase acápite sobre incenti
vos a la conservación y al manejo soste
nible), sino también sanciones.
6. Los comerciantes deberían expender
únicamente productos provenientes
de cosecha autorizada y demostrar
que corresponden a prácticas de ma
nejo sostenible.
7. Las sanciones pueden consistir en 1)
coniscación de productos comerciali
zados cuya cosecha no está autorizada
y provengan de prácticas de manejo
insostenible y 2) aplicación de multas
drásticas a los infractores que pueden
diferenciarse de acuerdo al volumen
de producto comercializado.
8. Las sanciones deben considerar me
canismos para obligar a los infracto
res a pagar las multas.
Mejoras al procedimiento
administrativo
1. Los usuarios apreciarían que el sis
tema ofrezca tiempos máximos de
respuesta a las solicitudes de permiso
de cosecha. Los plazos para aprobar
los planes de manejo, hacer inspec
ciones y emitir los permisos podrían
publicarse en la normativa.
2. Formular procesos simples y amiga
bles, especialmente para los pequeños
productores/cosechadores.
3. Es recomendable que los funciona
rios encargados de los permisos y el
control se especialicen y conozcan los
aspectos técnicos relacionados con
la cosecha de productos de palmas.
Concomitantemente, es indispensa
ble que estos permanezcan en sus
cargos por períodos extendidos.
Mejoras al control de
cumplimiento
1. Para asegurar la cosecha sostenible se
debe controlar la cadena de comer
cialización. Es necesario inspeccionar
con cierta frecuencia e intensidad
los productos transportados y co
mercializados. Los controles deben
realizarse en centros de expendio
que deben vender productos prove
nientes de prácticas de cosecha legal
mente aprobadas y cuyos volúmenes
de comercialización correspondan a
lo autorizado.
2. Para esto es necesario establecer un
mecanismo de seguimiento de las
decisiones tomadas y las normativas
aprobadas. Por ejemplo: 1) veriicar
que se apliquen multas a los comer
ciantes y que estos las paguen; 2)
negar solicitudes de movilización de
productos de dudosa procedencia y
aprobarlas cuando correspondan a
prácticas de manejo sostenibles y co
sechas autorizadas; 3) veriicar que se
conisquen los productos de cosecha
no autorizada.
3. El monitoreo es un mecanismo de
control del cumplimiento y una he
rramienta indispensable para ajustar
periódicamente los límites de la co
secha y los planes de manejo, de tal
manera que garanticen un equilibrio
entre la extracción del recurso y la
sostenibilidad de la especie. El capí
tulo Sostenibilidad de la cosecha de
palmas ofrece información detallada
al respecto14.
4. El control podría modernizarse. Para
ello se pueden utilizar sistemas infor
máticos sencillos donde se registre el
terreno autorizado, el plan de manejo,
el permiso de cosecha y el permiso de
195
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
transporte. Tales registros deben estar
disponibles en los puestos de control.
los impulsaría a optar por conservar
la especie y el bosque natural.
5. La información sistematizada, ade
más de facilitar el control, debe servir
para obtener estadísticas coniables
que permitan conocer los volúme
nes de cosecha y aplicar correctivos
cuando sea necesario.
2. Para promover la legalidad, especial
mente entre los pequeños producto
res, se deberían eliminar los costos
para obtener permisos (tasas de co
secha) o hacerlos proporcionales al
volumen de cosecha. Por ejemplo,
cosechadores que extraen productos
para la venta en predios de hasta 50
hectáreas podrían estar exentos del
pago, mientras que aquellos que lo
hacen en terrenos de mayor superi
cie pagarían una tasa proporcional al
volumen de cosecha.
6. Es indispensable sectorizar el con
trol y la vulnerabilidad de las espe
cies. Existen algunas que son más
vulnerables en un sitio que en otro o
áreas que son más frágiles frente a la
cosecha que otras. Sitios con mayor
presión sobre un recurso ameritan
un mayor control. Áreas protegidas,
donde el bosque natural ha dismi
nuido signiicativamente, o zonas con
mayor inluencia humana requieren
controles más rigurosos. En los países
estudiados, la región andina, la costa
pacíica y la región del Caribe son las
áreas con mayor inluencia humana,
pero los controles focalizados en zo
nas de producción de la Amazonía
también son prioritarios.
Incentivos a la conservación y
al manejo sostenible
Las siguientes propuestas podrían ser
implementadas y evaluadas para monito
rear su efectividad.
196
1. Un mecanismo que incentiva la con
servación y mejora los precios de los
productos es la certiicación de que
estos provienen de adecuadas prác
ticas de manejo. Esta constituye una
herramienta para incrementar la con
ciencia del consumidor y promover
sistemas de aprovechamiento sosteni
ble. Permitiría ofrecer precios justos
a cosechadores y dueños de tierras y
3. Ofrecer la posibilidad de realizar trá
mites a través de Internet y en venta
nillas únicas accesibles a los usuarios,
donde operen varios ministerios o di
recciones involucradas en un mismo
trámite. Estas podrían funcionar al
menos unos días a la semana, depen
diendo de la demanda.
4. Fomentar las asociaciones de cose
chadores y productores y promover
redes para comercializar productos a
precios justos.
5. Los empresarios y exportadores que
comercializan productos certiicados
podrían estar exonerados de ciertos
impuestos.
6. Un subsidio para que los extractores
adquieran herramientas diseñadas
para cosechar más eicientemente y
causando menos impacto contribui
ría a la conservación del recurso.
7. También se pueden crear incentivos
económicos para que los campesinos
experimenten con la domesticación
y el cultivo de especies nativas cuyos
productos puedan comercializarse a
gran escala.
7 Políticas de uso y manejo sostenible de productos de palmas
Estudios cientíicos
1. Las políticas de manejo y uso sosteni
ble deben estar sustentadas en infor
mación cientíica de calidad sobre los
aspectos biológicos, sociales y econó
micos relativos a los PFNM derivados
de palmas.
2. Los lineamientos para el manejo de los
recursos del bosque pueden mejorar
al combinar perspectivas de investiga
ción ecológica y socioeconómica13,29.
3. Dado que las palmas son organismos
de larga vida (usualmente centena
rios) los estudios a largo plazo son
necesarios para conocer mejor la bio
logía de las especies y los impactos
de la cosecha. Al momento todos los
estudios disponibles corresponden a
la dinámica poblacional de especies
investigadas durante períodos limita
dos (típicamente de 2 a 3 años).
3.
4.
5.
4. Otra línea de investigación más prác
tica es la de domesticación y cultivo
de especies nativas y su incorpora
ción en sistemas agroforestales.
5. Es necesario crear un fondo de inan
ciamiento especíico para investiga
ciones sobre manejo sostenible en
cada país.
6.
Comunicación
1. Establecer políticas de comunicación
sobre la importancia de conservar los
ecosistemas y los beneicios de cose
char los PFNM de manera sostenible.
Por ejemplo, el público puede conocer
la relevancia de las palmas en los eco
sistemas, sus usos, su biología y los pro
blemas de conservación que enfrentan.
2. El conocimiento ancestral así como
el desarrollado por campesinos sobre
prácticas de manejo sostenible debe
7.
ser rescatado, comunicado e incorpo
rado en el mayor grado posible a las
normativas para el aprovechamiento
sostenible de las palmas.
Los investigadores que estudian los
impactos de la cosecha de palmas
desempeñan un papel fundamental
en la difusión de la información y de
los aspectos técnicos necesarios para
la cosecha sostenible de los productos
extraídos. La difusión debería llegar a
los tomadores de decisiones y a la so
ciedad en general de manera eiciente
y ágil, mediante textos amigables y
ejecutivos cuando corresponda.
El uso de herramientas eicientes para
la cosecha debe ser ampliamente di
fundido en los sitios de extracción.
Igualmente importante es comunicar
las normas para la obtención de per
misos y las argumentaciones técnicas
para los límites de cosecha estableci
dos. Las autoridades podrían realizar
talleres informativos para los usua
rios, en los que también se auscultaría
la experiencia y opiniones de produc
tores, cosechadores y empresarios.
Comunicar al consumidor inal los
beneicios de la cosecha sostenible y
la necesidad de lograr un comercio
justo para estos productos. Campa
ñas masivas de sensibilización di
rigidas al consumidor ayudarían a
desarrollar una conciencia de respon
sabilidad social y ambiental.
Finalmente, se recomienda crear redes
especializadas en productos de palmas
donde interactúen empresarios, aca
démicos y funcionarios públicos en
cargados de la administración del re
curso. Este podría ser un mecanismo
de comunicación eiciente y transver
sal que facilitaría el entendimiento
entre todos los actores y permitiría
197
7 Políticas de uso y manejo sostenible de productos de palmas
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
desarrollar proyectos de manejo sos
tenible con enfoques holísticos.
A pesar de los riesgos de sobrecosecha,
las palmas ofrecen oportunidades de
conservación a través del uso. La utili
dad de sus productos, ya sea para auto
consumo o para obtener un beneicio
económico, es un incentivo para con
servar el recurso11,53. La sola prohibición
de la cosecha no es una alternativa de
conservación. Por el contrario, inde
pendientemente de la normativa, queda
demostrado que existen iniciativas de
conservación desarrolladas por los pro
pios extractores para garantizar la soste
nibilidad de las especies útiles o que ofre
cen ingresos económicos30,32. También
es evidente que la cosecha de productos
de palmas se practica en gran medida al
margen de la ley. La necesidad de recur
sos y la marginalidad de los extractores
es un factor que favorece la ilegalidad y
la sobreexplotación. Los productores
primarios apenas reciben 0.01–3 % del
precio de venta al público53. Se impone
urgentemente un cambio en las políticas
que garantice un mejor nivel de vida a
los extractores y productores primarios,
así como un mayor control del comercio
de PFNM de palmas que por el momento
se fundamenta en prácticas insostenibles.
En este sentido, las sugerencias realizadas
en este capítulo representan alternativas
para mejorar las políticas de manejo y
uso sostenible de palmas en la región y
ofrecen mecanismos de conservación de
los ecosistemas a través del uso.
Anexo 7-1
Notas metodológicas
Se identiicaron los principales obstáculos
para alcanzar el manejo sostenible de pro
ductos de palmas y otros PFNM —en la
legislación y prácticas administrativas rela
cionadas con su uso y comercialización—
mediante un análisis de Jure o del marco
jurídico vigente75 y uno de Facto que exa
mina, a través de talleres dirigidos, cómo
se implementa en la práctica dicho marco
jurídico95. Estos dos análisis fueron la base
para conocer la percepción de los actores.
Adicionalmente, se utilizaron 185 entrevis
tas realizadas a cosechadores y comercian
tes, se revisaron planes de manejo de áreas
protegidas y normas técnicas sugeridas
para la cosecha de palmas, así como otros
documentos oiciales que legalizan la cose
cha, el transporte y la comercialización.
Talleres
198
Los talleres fueron diseñados para conocer
la percepción de los actores sobre las po
líticas y el cumplimiento y control de las
normativas vigentes76. Entre julio de 2010 y
abril de 2011 se realizaron talleres en Quito
(Ecuador), Lima (Perú) y La Paz (Bolivia).
En Colombia la información se obtuvo
de talleres o trabajos previos96–102. En los
talleres participaron empresarios, repre
sentantes gubernamentales, miembros de
organizaciones no gubernamentales y aca
démicos. Mediante un mapa participativo y
un método de priorización de problemas76,
se identiicaron los principales obstáculos
para alcanzar el manejo sostenible de pro
ductos de palmas y otros PFNM.
Priorización de obstáculos
El orden de prioridad de los obstáculos a
nivel regional se estableció considerando
la frecuencia con que un obstáculo fue
caliicado como más o menos prioritario
por los participantes en los distintos talleres.
Así, si un obstáculo fue caliicado más veces
como de prioridad 1, aunque también fue
caliicado con 2 o 3, se le asignó la primera
prioridad. Algunos problemas identiicados
estuvieron interconectados. Por ejemplo, la
falta de información técnica fue un obstá
culo para el cumplimiento de las regulacio
nes (control y lineamientos para elaborar
un plan de manejo), así como un problema
de comunicación (desconocimiento de los
cosechadores y campesinos del impacto de
la cosecha y las malas prácticas de manejo
en la sostenibilidad del recurso).
Además de los talleres en la ciudad, se
realizó uno en la comunidad rural de Las
Tolas (noroccidente de Pichincha, Ecua
dor, 17/05/2010) con extractores, artesa
nos y comerciantes locales de la palma de
ramos (Ceroxylon echinulatum). Mediante
la elaboración de mapas participativos se
evidenciaron sus relaciones, roles e impor
tancia, al tiempo que se identiicaron los
cuellos de botella en las cadenas producti
vas de los PFNM. También se estableció el
grado de conocimiento y cumplimiento de
la normativa75,76,85.
Entrevistas
Las entrevistas estructuradas fueron rea
lizadas a cosechadores, transportistas y
empresarios que trabajan con diferentes
productos de palmas. Esto permitió com
plementar la información obtenida en los
talleres sobre los cuellos de botella asocia
dos a las cadenas productivas y al grado
de conocimiento y cumplimiento de la
normativa. Las entrevistas se hicieron en
conjunto con el componente de mercado
del proyecto PALMS (WP4103: preguntas
H14, H15, H18, H19). Se preguntó si los
199
7 Políticas de uso y manejo sostenible de productos de palmas
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
de uso y especies. Esta información se dis
criminó por edades, género, actividad y
especie/producto. Se aplicaron 185 entre
vistas (7 Colombia, 103 Ecuador, 59 Perú,
36 Bolivia) a comerciantes, extractores y
procesadores de productos que trabajan
con 14 especies de palmas (Tabla 7A11).
La mayoría de entrevistados trabajaron en
artesanías (Tabla 7A12; n es mayor debido
Tabla 7A1-1. Entrevistas e información obtenida por especie de palma
En algunos casos los entrevistados trabajaron con más de una especie de palma.
d: número de datos, corresponde a la información de un producto; una especie de palma puede ofrecer varios productos y un entrevistado
puede trabajar con uno o más de esos productos. p: número de productos por especie. c: categorías de uso de una especie. e: entrevistas
realizadas.
En negrillas más de 10 datos o entrevistas.
d
Ecuador
p
e
d
Perú
p
e
d
Bolivia
p
e
Región
p
e
d
0
0
0
1
1
1
1
1
1
Aphandra natalia
0
0
0
26
8
17
0
0
0
0
0
0
26
8
17
Astrocaryum chambira
0
0
0
0
0
0 155
12
31
0
0
0
155
12
31
Atallea butyracea
5
4
2
0
0
0
0
0
0
0
0
0
5
4
Attalea speciosa
0
0
0
0
0
0
1
1
1
2
1
1
3
Bactris gasipaes
1
1
1
6
3
4
0
0
0
1
1
1
Cocos nucifera
2
2
2
0
0
0
0
0
0
0
0
Euterpe precatoria
0
0
0
1
1
1
0
0
0
5
Iriartea deltoidea
15
14
5
44
17
16
4
3
4
Lepidocaryum tenue
0
0
0
0
0
0
44
2
Mauritia flexuosa
0
0
0
2
1
1
0
Mauritiela macroclada
1
1
1
0
0
0
Oenocarpus bataua
0
0
0
32
7
Phytelephas aequatorialis
0
0
0
119
Socratea exhorriza
0
0
0
Wettinia quinaria
0
0
Varias especies
14
TOTAL
38
Colombia
Ecuador
Perú
Bolivia
Región
Categoría
entr.
0
datos
0
entr.
0
datos
0
entr.
0
datos
0
Una misma persona puede extraer, transformar o comercializar productos de más de una categoría
y de más de una especie. Cada producto es tomado como información.
Productos por categoría
1. Alimentos (aceite comestible, frutos, pulpa, harina, pinchos de chontacuro)
2. Artesanía (fibras y semillas: “animelas”, botones, escobas, llaveros, brazaletes, aretes, pulseras,
collares, dijes, mochilas, accesorios, mangos de machete y cuchillo, masajeadores, móviles
para niños, hamacas, bolsos, abanicos, remos, arcos, lanzas, juegos pirámide, juegos de té,
macanas, repisas, figuras decorativas y utilitarias, sillas, pisapapeles, sonajeros, tejidos,
utensilios, correas, adornos para ropa, máscaras rituales, pectorales)
3. Cosméticos (aceite, champú, jabón, aceite para masajes, loción)
4. Madera (tiras rústicas, ripas, postes, duelas, parqué, sillas, mesas)
5. Techado (criznejas, hojas, techo)
entr.
Acrocomia sp.
Tabla 7A1-2. Información por categoría de uso y
personas entrevistadas (entr.)
datos
200
Colombia
p
e
aequatorialis en Ecuador, A. chambira
en Perú y Euterpe precatoria en Bolivia
(Tabla 7A11). Se realizaron, además, en
trevistas abiertas en la comunidad El Pal
mar (Chuquisaca, Bolivia) a usuarios de
Parajubaea torrallyi104.
2
1. Alimento
0
0
12
8
0
0
16
10
2
2
2. Artesanía
37
7
166
66
158
33
7
3
8
5
6
3. Cosmético
0
0
27
18
0
0
13
11
40
29
0
2
2
2
4. Madera
1
1
29
17
20
18
0
0
50
36
2
5
6
3
6
5. Techado
0
0
4
4
44
24
0
0
48
28
0
0
0
63
29
25
38
8
238
113
222
75
36
24
24
0
0
0
44
2
24
0
0
2
2
1
4
3
2
0
0
0
0
0
0
1
1
1
22
0
0
0
25
4
16
57
9
38
21
48
0
0
0
0
0
0
119
21
48
0
0
0
17
1
16
0
0
0
17
1
16
0
4
1
4
0
0
0
0
0
0
4
1
4
6
2
4
3
1
1
1
1
0
0
0
19
9
4
21
7
238
43 102 222
20
59 36
5
17
534
68 185
TOTAL
28
entr.
d
a que los entrevistados se dedicaron a
más de una actividad), especialmente de
Astrocaryum chambira (Tabla 7A11). En
cada país se hicieron entrevistas con énfa
sis en una o dos de las especies más uti
lizadas: Oenocarpus bataua y Phytelephas
datos
entrevistados sabían sobre los permisos
de cosecha, el plan de manejo y los pro
cedimientos para obtenerlos. También se
preguntó si ejecutaban un plan de manejo
relacionado con su actividad. La informa
ción fue separada por especie y producto
ya que existen personas que trabajan con
más de un producto y más de una especie
y se buscaban diferencias entre categorías
18
368 109
534 220
201
202
Anexo 7-2. Revisión de planes de manejo y lineamientos técnicos para la cosecha de productos de
palmas en Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia
Algunos planes de manejo corresponden a áreas protegidas.
Especie
BOLIVIA
Euterpe precatoria
Producto
(Uso)
Región y localidad
Documento
Ejecutor
Tipo
(año)
Cogollo
(palmito)
Tarumá (10 000 ha), *DT
Santa Cruz
BOLFOR
(1996)
Oenocarpus bataua
Fruto
(pulpa)
Bosque húmedo del P
Yungas (279,3 ha)
Parajubea sunkha
Hojas
(fibras, artesanías)
Valle Grande (El
Palmar, Matralcito,
Chorillos)
UPP
UPC
FAN
(2006)
(2011)
**P
Límite de cosecha según informes técnicos y
referencias científicas
Am: 5 m
Cc: 10 años
Id: 22.5 ind./ha
Pr: 25 ind. maduros/ha (1a corta),
ind. maduros/ha (2a corta)82.
Cc: anual (noviembre–marzo).
Ve: 1 L aceite/día = 46 kg fruto (1 racimo =
22.4 kg), máx. 40 L/mes.
Pr: 379 adultos (3315.2 kg de frutos).
Am: < 4 m.
Cc: anual, tiempos de recuperación de 2 años.
Corta selectiva de individuos con hojas más largas,
maduras y amarillas.
Pr: 126 097 kg de fibra/año.
Observaciones
Ref.
Marcar árboles semilleros (10 % de individuos
maduros) y eliminar vegetación circundante50.
50,
82
Zonificación del área.
Dejar 10 % de individuos productores como
árboles semilleros.
No aprovechar: mayo–octubre.
Zonificación del área de manejo. Tallado de gradas
(corte en el tronco de 5–16 cm de profundidad) o
uso de una vara para la cosecha.
105
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
DT: Documento Técnico, especifica límite de cosecha/productividad y recomienda manejo. G: Guía, recomendaciones generales sobre el manejo. ED: Estudio Demográfico, propone límites de
cosecha con base en estudios de modelos matriciales. EM: Estudio de Mercado, evalúa la productividad con base en datos de comercio; los volúmenes de cosecha propuestos no son
necesariamente sostenibles. P: Plan de manejo, propone prácticas y límites de cosecha para un aprovechamiento sostenible de una especie en un área determinada. * No implementado, **
Implementado. Límite de cosecha: Am: Altura mínima, Cc: Ciclo de cosecha, Id: Individuos disponibles para el aprovechamiento, Pr: productividad, Ve: Volumen de extracción, Nh: número
de hojas aprovechadas.
106
Anexo 7-2 (continuación)
Especie
Mauritia flexuosa
Región y localidad
Documento
Ejecutor
Tipo
(año)
Tronco
(construcción)
Yanayacu-Pucate
(Loreto)
Frutos
(alimentación)
RNPS (Paima, Paujil - **P
569 ha)
G
Astrocaryum chambira Cogollo
(artesanías, fibras)
Pebas, NE Perú
Socratea exorrhiza
Zona de Amortigua- *G
miento de la RNPS
Tronco
(construcción)
EM
ED
Límite de cosecha según informes técnicos y
referencias científicas
Am: 10–12 m (30 años).
Cc: 8–10 años (tiempo de deterioro del tronco)
Id: 556 ind./ha.
Cc: marzo–junio.
Pr: 139–290 kg/ind.
Id: 157–169 ind./ha. 19–21 hembras/ha: 6–8 ind.
aprovechables/ha (hembras con ≥ 3 racimos, altura
fuste < 22 m).
Ve (máx. por año): 916.8–3616 sacos (cuartillos)
= 45 L (50 kg).
Comunidad de Cc: 3–4 meses, hasta 4 veces en un
Brillo Nuevo, mismo individuo.
Bora
Am: 4 m.
(2002)
Nh (máx/año): 3–4 hojas/ind.
Ve: 75–150 g. Regeneración obligatoria.
Proyecto
Cc: 8–10 años (tiempo necesario para el
Araucaria XXI crecimiento de los juveniles).
Nauta
Am: 10 m.
Id: 431 ind./ha: 200 ind./ha aprovechar palmas
(2007)
más altas y maduras.
Proyecto
Araucaria XXI
Nauta
(2007)
COMAPA
“Veinte de
Enero”.
Pronaturaleza
(2005)
Observaciones
Ref.
Cortar palmas reproductivas que ya hayan
fructificado en varias ocasiones.
Dejar juveniles para regeneración.
107
Escalada con "estrobos" o triángulos.
Selección de semilleros, limpieza del
sotobosque, reforestación.
Aguajes > 23 m susceptibles a la corta.
108
Potreros, bosques secundarios son fuentes
importantes de fibras (90–180 ind./ha).
73
Definir zona de mayor densidad.
Trillar con hacha y siguiendo la dirección de
las fibras.
No talar juveniles.
109
7 Políticas de uso y manejo sostenible de productos de palmas
PERÚ
Euterpe precatoria
Producto
(Uso)
203
7 Políticas de uso y manejo sostenible de productos de palmas
114
Ciclo de producción: 5–6 años (plantaciones),
> 12 años (poblaciones naturales). Limpieza de la
maleza, podas, reciclaje de todo residuo.
Crecimiento y supervivencia tienen un mayor aporte 113
al crecimiento poblacional. La propagación
vegetativa produce más individuos.
(2002)
Valle del Río Atrato EM
(Antioquía, Chocó).
Fruto
(alimento, aceite
para cosméticos)
Oenocarpus bataua
(2010)
ED
Vigía del Fuerte
Tronco
(palmito)
COLOMBIA
Euterpe oleracea
Jatun Sacha (Napo) ED
Iriartea deltoidea
**P
Tronco
(construcción)
Id: palmas sensibles de 8–12 m, se compromete
fertilidad; palmas > 12 m = 100 % (Murrapal
mixto y puro). 40 % palmas de 8–12 m, no
explotar palmas > 12m.
Cc: junio, septiembre y noviembre.
Pr: 1.6–3.5 T fruto/ha (112–260 kg aceite/ha). En
poblaciones con 204 palmas/ha: 3.27 T frutos/ha
(240–525 kg de aceite). Maduración de frutos:
14 meses.
B. maduro no apto para cosecha (bajas tasas de
92
remplazo); en b. secundario se regenera < 15 años.
112
En la práctica se extraen 200 L (40 %), el resto se
deja para el consumo de animales y personas.
110,
111
**P
Zona del Trans
Cutucú (Morona
Santiago)
Comunidad
Kusuim, Shuar;
Itak, Achuar
(2010)
Cc: enero–marzo y septiembre–noviembre
(> intenso).
Pr: 1 racimo = 1–1.5 L aceite en promedio.
Ve: 20–50 L anuales. 70 % de los individuos para
autoconsumo, 30 % para comercio.
Comunidad Cc: junio, julio y agosto.
Chiriap, Shuar Pr (anual): 1 L aceite/palma (100 lb =
3500 frutos).
(2009)
Id: 500 palmas productoras.
Ve (máx.): 500 L/año de aceite.
Cc anual: 10 % (b. maduro) y 20 % (b. secundario)
(1995)
de individuos > 15 m. Supervivencia de palmas
0.5–5 m y > 20 m crítica en estabilidad de población.
Trasplante a potreros.
Escalar palmas o árboles vecinos para la cosecha.
Corta selectiva: individuos > 20 m, adultos en
malas condiciones.
Referencias
Fruto
(alimento, aceite
para cosméticos)
ECUADOR
Oenocarpus bataua
Producto
(Uso)
Especie
204
Anexo 7-2 (continuación)
Región y localidad
Documento
Ejecutor
Tipo
(año)
Límite de cosecha según informes técnicos y
referencias científicas
Observaciones
Ref.
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
1
2
3
4
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R.Vásquez, R.L. Assis, J. Terborgh, F.
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S.G.W. Laurance, B.S. Marimon, B.H.
Marimon, I.C. GuimarãesVieira, I.
LeãoAmaral, R. Brienen, H. Castellanos,
D. CárdenasLópez, J.F. Duivenvoorden,
H.F. Mogollón, D.F. de AlmeidaMatos,
N. Dávila, R. GarcíaVillacorta, P.R.
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A. Fuentes, J. Schöngart, F. Cornejo
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M.C. PeñuelaMora, J.F. Phillips, G.
Rivas, T. van Andel, P. von Hildebrand,
B. Hofman, E.L. Zent, Y. Malhi, A.
Prieto, A. Rudas, A.R. Ruschell, N. Silva,
V. Vos, S. Zent, A.A. Oliveira, A. Cano
Schutz, T. Gonzales, M.T. Nascimento,
H. RamírezAngulo, R. Sierra, M.
Tirado, M.N. UmañaMedina, G. van der
Heijden, C.I.A. Vela, E. VilanovaTorre,
C. Vriesendorp, O. Wang, K.R. Young, C.
Baider, H. Balslev, C. Ferreira, I. Mesones,
A. TorresLezama, L.E. UrregoGiraldo,
R. Zagt, M.N. Alexiades, L. Hernández, I.
HuamantupaChuquimaco, W. Milliken,
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205
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
11
12
13
14
15
16
17
18
19
206
20
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7 Políticas de uso y manejo sostenible de productos de palmas
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
208
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en la Zona de Amortiguamiento de la
Reserva Nacional Pacaya Samiria. Cuenca
baja del río Marañón. Agencia Española
de Cooperación Internacional para el
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c
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* w.baker@kew.org
a
b
La taxonomía, ciencia y práctica de la
clasiicación de los organismos biológi
cos, destaca entre otras disciplinas cientí
icas por la resiliencia y longevidad de su
metodología. Hacia mediados del siglo
XVIII la taxonomía moderna encontró
a su padre, Carl Linneo, quien estable
ció protocolos para describir y nombrar
a los organismos, que todavía siguen en
uso, en particular por la innovación de
la nomenclatura binomial, un recurso
para referirse a una especie en particular
y mostrar sus ainidades. Tan inluyente
fue el enfoque de Linneo, que la fecha
de inicio oicial de la nomenclatura bio
lógica moderna se estableció a partir de
dos de sus obras: Species Plantarum1 y
Systema Naturae2.
Lejos de estar pasada de moda o an
clada en sus formas, la taxonomía ha
mantenido su metodología gracias a
su eiciente simplicidad. Sin embargo,
su frontera siempre sigue cambiando.
Linneo creyó que existirían unas 10 000
especies entre plantas y animales3. En
la actualidad se han nombrado y des
crito cerca de 1.8 millones de organis
mos, muchísimos más de los que Linneo
jamás habría imaginado. Incluso en
grupos relativamente bien conocidos,
como las plantas vasculares con cerca de
350 000 especies ya descritas, todavía se
siguen descubriendo nuevas especies a
una tasa de casi 2000 al año, y se estima
que entre el 10 y el 20 % quedan aún por
describir4–6.
Como el estudio de la biodiversidad
ha emergido a escala global, enfrenta
el reto de manejar toda la información
existente a esa escala, lo que tiene conse
cuencias negativas para los usuarios de la
taxonomía. La información taxonómica y
descriptiva se ha publicado tradicional
mente en libros y revistas cientíicas, que
213
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
214
se conservan únicamente en bibliotecas
de centros de investigación a las que solo
tienen acceso otros taxónomos. Debido a
estos inconvenientes en el lujo de infor
mación, los taxónomos tienen una mala
reputación por haber descrito la misma
especie varias veces. En el caso de las
plantas, se estima que casi el 60 % de to
dos los nombres son sinónimos4, lo que
indica que en promedio cada especie se
ha descrito más de dos veces. Los Códi
gos de Nomenclatura, que se acuerdan y
ratiican internacionalmente, sirven para
mejorar la nomenclatura, aunque inevi
tablemente esta complejidad impide que
la información taxonómica sea bien com
prendida por los potenciales usuarios. La
gran cantidad de información taxóno
mica que se ha generado ha supuesto un
problema grave porque se proveen datos
clave que van más allá de la taxonomía en
sí, incluyendo información cientíica para
que una especie sea relacionada de ma
nera precisa con sus características bioló
gicas, e igualmente se especiique su papel
en el ecosistema y su importancia para la
humanidad. Por ejemplo, uno de esos
conjuntos de datos de enorme importan
cia para el ser humano es la gran cantidad
de información etnobotánica y sobre la
comercialización asociada a las materias
primas y productos de las plantas.
En la actualidad se ha demostrado
ampliamente que el manejo de la infor
mación en Internet puede ofrecer mu
chas soluciones a los retos que tiene por
delante la taxonomía7–10. Existen recur
sos globales basados en la web para es
pecímenes11, nombres12 y bibliografía13,
que ponen a disposición del usuario un
gran volumen de datos de biodiversi
dad sin precedentes y sin ningún coste.
Paralelamente, las revistas cientíicas de
acceso libre en Internet, como Phytotaxa,
Zootaxa, Phytokeys y Zookeys, ofrecen
mayor lexibilidad y mejoras que las pu
blicaciones cientíicas tradicionales no
pueden brindar. Asimismo la comunidad
botánica ha tenido un papel de liderazgo
en el desarrollo de la taxonomía que se
ha ido implantando progresivamente en
Internet. La Estrategia Mundial para la
Conservación de las Especies Vegetales
(Global Strategy for Plant Conservation,
GSPC) ha sido un motor fundamental en
el campo de la diversidad vegetal desde
el año 2000, planteándose una serie de
desafíos para cada década4,14. En el mo
mento actual, el GSPC (2010–202015)
ha alcanzado un primer objetivo con la
elaboración de un listado de trabajo con
todos los nombres de las plantas, que se
inalizó en 2010 en he Plant List16, para
la producción de una Flora Mundial en
línea para 2020. Para ello se han desa
rrollado nuevas soluciones tecnológicas
a in de acelerar la recopilación del con
tenido taxonómico y descriptivo. En este
artículo se muestra cómo la familia de
las palmas ha sido utilizada como grupo
modelo para el establecimiento de la
Flora Mundial en línea, lo que ha resul
tado en un importante aumento de la in
formación sobre la biodiversidad de pal
mas a la que se puede acceder. También
se muestra cómo este grupo de prueba ha
servido para movilizar una enorme can
tidad de datos de usos de palmas, a partir
tanto de la bibliografía existente como
del trabajo de campo realizado durante el
proyecto PALMS, que están disponibles
dentro de un marco estructurado de ta
xonomía en la web.
Palmweb
Palmweb es un recurso en línea so
bre biodiversidad que proporciona in
formación idedigna y actualizada de
8 Bioinformática y la familia de las palmas
taxonomía de palmas y otros conteni
dos. Su objetivo es reunir la información
dispersa y a menudo inaccesible en un
único portal web de acceso libre, con la
intención de entregar una monografía en
línea de todas las palmas del mundo. Es
importante destacar que Palmweb está
impulsado por expertos reconocidos en
el tema y se basa en el conocimiento del
conjunto de especialistas en esta familia
de plantas, asegurando la calidad e inte
gridad de los datos. Aunque una institu
ción, Reales Jardines Botánicos de Kew
(RBG Kew), lleva el liderazgo, Palmweb
requiere y facilita la colaboración. Varias
instituciones contribuyen directamente a
su desarrollo, siendo la participación más
notable la del Jardín y Museo Botánico de
Berlín (Alemania) y de la Universidad de
Aarhus (Dinamarca).
Palmweb se inció por la red de ex
celencia EDIT (European Distributed
Institute of Taxonomy)17, inanciada por
el 6º Programa Marco de la Unión Eu
ropea por cinco años, entre 2005 y 2011.
El objetivo general de EDIT era integrar
los esfuerzos europeos en taxonomía y
desarrollar capacidad de liderazgo mun
dial. En particular, el proyecto reparó en
la necesidad de invertir en taxonomía en
línea y desarrollar nuevas herramientas,
como la Plataforma de EDIT para Ci
bertaxonomía18,19 y Scratchpads20,21. Las
palmas se seleccionaron como un grupo
modelo para testar estas nuevas tecnolo
gías junto con otros dos grupos, la tribu
Cichorieae de la familia de plantas de
las Asteraceae y la familia de (moscas)
dípteros Milichiidae. Se optó por las pal
mas porque los expertos europeos en la
materia ya se habían organizado a través
de la Red Europea de investigadores en
palmeras (EUNOPS en inglés22) que po
día funcionar como un foro de consulta
y colaboración. Además, se consideraba
que la familia de las palmas podía ser
manejable por la cantidad de especies
como un grupo de prueba y porque se
disponía de una clasiicación preliminar
consensuada gracias a la Lista anotada
de palmas del mundo (World Checklist
of Palms). Esta clasiicación reconoce los
nombres aceptados y sus sinónimos con
base en el trabajo taxonómico de reco
nocidos expertos en palmas. La lista fue
publicada originalmente en papel, pero
ahora se actualiza permanentemente en
línea como parte de la base de datos de la
Lista anotada mundial de una selección
de plantas con semillas (World Checklist
of Selected Seed Plants), mantenida por
los RBG Kew23,24. Por último, el valor in
trínseco de un portal web para un grupo
de plantas tan importante ecológica y
económicamente, fue también un factor
que contribuyó a su selección como un
grupo modelo.
Palmweb se ha llevado a cabo usando
la Plataforma de EDIT para Cibertaxono
mía, que se describe como “un conjunto
de herramientas y servicios que cubren
todos los aspectos del lujo de trabajo
taxonómico”. Aunque muchos colabora
dores han contribuido a esta plataforma,
la mayor parte de su desarrollo ha tenido
lugar en el Jardín y Museo Botánico de
Berlín. Palmweb se basa principalmente
en tres componentes de la Plataforma de
EDIT para Cibertaxonomía. La infor
mación se almacena en una base de da
tos muy potente y altamente atomizada,
denominada Modelo de datos comunes
(Common Data Model, CDM), que se
edita a través del Editor Taxonómico
EDIT y se muestra a los usuarios en el
Portal de Datos EDIT, de acceso libre en
la web25.
El portal de datos EDIT provee a
Palmweb de todas las funcionalidades que
se esperan de un portal vanguardista de
215
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
216
información en biodiversidad, utilizando
el sistema Drupal de manejo de conteni
dos en abierto26. El portal se estructura
con base en una clasiicación que se ob
tuvo inicialmente de la Lista anotada de
palmas del mundo en 2007. Se pueden
hacer búsquedas a través de un árbol de
clasiicación o por el nombre cientíico.
Cualquier ruta de búsqueda lleva al usua
rio a las páginas del taxon, disponibles a
nivel tanto de género como de especie. Si
una búsqueda solicita un nombre que no
es aceptado pero que existe en el sistema,
es decir un sinónimo, el enlace lleva a la
página del taxon cuyo nombre es acep
tado. Todos los nombres generados en
la taxonomía se muestran con autor y
referencias, incluyendo la publicación,
el año de publicación correspondiente y
los números de página, obtenidos del Ín
dice internacional de nombres de plantas
(International Plant Names Index12). Las
páginas del taxon muestran información
en tres pestañas. La primera contiene in
formación general, incluyendo un mapa
de la distribución de la especie a nivel de
país (TDWG level 327) y un texto sobre te
mas como descripción, distribución, bio
logía, ecología, nombres comunes y usos
en cada caso. Se citan las referencias para
cada tema de modo que el usuario pueda
consultarlas si así lo requiere. El conte
nido disponible en cada página del taxon
depende de la información existente. La
segunda pestaña, sobre sinonimias, pre
senta la nomenclatura para cada taxon,
con nombres aceptados y sinónimos cla
ramente indicados. Para cada nombre se
cita la fuente original y en algunos casos
se tiene acceso, a través de un enlace, a
un archivo en formato pdf de la referida
publicación. En algunos casos estas pu
blicaciones están disponibles en portales
originales de acceso a recursos públicos
como la Biblioteca del Patrimonio de la
Humanidad (Biodiversity Heritage Library28), pero en muchas ocasiones fue
necesaria la digitalización de la referen
cia. La tercera pestaña muestra una ga
lería de imágenes que se pueden ampliar
a través de un visor integrado, donde
también se incluye la información sobre
el autor y el estatus de derechos de autor
para cada imagen.
Palmweb ofrece funcionalidades adi
cionales, como la capacidad de integrar
búsquedas en fuentes externas: Genbank,
Flickr, Google Scholar, GBIF y bases de
datos de varios herbarios. También con
tiene enlaces a un glosario ilustrado de
terminología botánica en línea y a claves
de identiicación interactiva a nivel de
géneros de palmas. Finalmente, una se
rie de páginas introductorias describen
globalmente la familia de las palmas, y se
incluyen conceptos básicos sobre la fun
cionalidad del sitio.
El contenido que ofrece Palmweb pro
viene de una amplia gama de fuentes. Se
reproduce información taxonómica que
ya ha sido publicada, tanto en artículos
cientíicos como en libros. Por ejemplo
se incluyen todos los tratamientos a nivel
de género que forman parte de Genera
Palmarum29. A nivel de especie, el primer
paso en el proceso de recopilación del
contenido implica la selección de la lite
ratura relacionada más reciente. Se con
tactó a los editores y/o autores que tienen
derechos sobre el contenido de una pu
blicación, a in de solicitarles su permiso
para la reproducción de los contenidos
en Palmweb bajo una licencia de recono
cimiento de derechos sin ines comercia
les (Creative Commons Attribution-NonCommercial-Share Alike 3.0 Unported
Licence – CC BYNCSA 3.0)30. En con
creto, esta licencia establece que los usua
rios pueden volver a utilizar, compartir
o adaptar el contenido de la publicación
8 Bioinformática y la familia de las palmas
con la condición de que se cite la fuente
adecuadamente y de que no se use con i
nes comerciales. El mismo tipo de licen
cia se debe aplicar si un usuario distri
buye contenido de Palmweb en su forma
original o adaptada. Para la aplicación
de dicha licencia, los usuarios pueden
determinar fácilmente si pueden utilizar
su contenido y no necesitan ponerse en
contacto con los gestores de Palmweb
para pedir autorización de reutilización.
Por ejemplo, las capturas de pantalla de
Palmweb (como mapas de distribución)
son utilizadas frecuentemente por inves
tigadores de palmas en sus presentacio
nes en conferencias. Las imágenes que se
muestran en Palmweb fueron proporcio
nadas por individuos e instituciones en
los mismos términos descritos. La ma
yoría provienen de la biblioteca digital de
imágenes de los RBG Kew. Se tiene espe
cial cuidado en incluir solo aquellas que
están correctamente identiicadas.
El contenido de Palmweb se cons
truye mediante el editor taxonómico
EDIT31, una aplicación que se puede eje
cutar a través de un escritorio virtual. Los
usuarios pueden registrarse en cualquier
versión de EDIT y tienen capacidad de
añadir, eliminar o editar elementos de la
clasiicación o del contenido descriptivo.
Las ediciones se registran en el sistema
bajo cada usuario independientemente.
Aunque el desarrollo de los contenidos
se ha realizado en los RBG Kew, inves
tigadores de la Universidad de Aarhus
han podido trabajar simultáneamente
en los contenidos desde Dinamarca, ya
que el sistema soporta el uso simultáneo
por varios usuarios, lo que ha mejorado
las posibilidades de colaboración y de
sarrollo de sus contenidos. Los datos se
introdujeron mediante el editor taxonó
mico almacenado en el CDM que es un
repositorio para incluir cualquier tipo
de información que generen los taxó
nomos en sus estudios18. Los datos están
muy estructurados y atomizados, per
mitiendo realizar múltiples operaciones
de búsqueda (v. gr. nombres de taxones,
nombres de autores, localidades geográ
icas, publicaciones), así como también
reconoce automáticamente grupos de
palabras, como referencias bibliográi
cas, lo que posibilita reducir errores en
la escritura y ahorrar tiempo al usuario.
La subida de grandes cantidades de in
formación a Palmweb debe realizarse en
colaboración con la plataforma EDIT
para cibertaxonomía desarrollada por
el equipo del Jardín y Museo Botánico
de Berlín. El portal de datos, EDIT y el
CDM están en constante desarrollo por
parte del equipo de trabajo.
La estructuración del CDM asegura
la integración de toda la información
que se genera en taxonomía, y contem
pla también extensiones para la integra
ción futura de nuevos datos. El proyecto
PALMS fue una excelente oportunidad
para probar esta capacidad de extensión.
Se requería que toda la información et
nobotánica publicada sobre palmas de los
cuatro países del noroeste de Suramérica
(Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia) en
los que trabajó el proyecto, se organizara
e integrara en Palmweb. Para lograr este
objetivo se creó una herramienta de cap
tura de datos en Microsot Access, que
permite tanto el ingreso de texto copiado
directamente de la fuente original y pe
gado, como la integración de cualquier
dato de uso. La información etnobotá
nica se clasiicó siguiendo la propuesta
del Economic Botany Data Collection
Standard32, con algunas modiicaciones
para su adaptación a las regiones tropi
cales33. Cada dato de uso está vinculado a
una referencia bibliográica. Los investi
gadores de la Universidad Autónoma de
217
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
218
Madrid que intervinieron en el proyecto
realizaron la búsqueda bibliográica (in
cluyendo la literatura publicada única
mente en medios locales) e incorporaron
todos los datos. La base de datos inal in
cluye información etnobotánica para 194
especies de palmas útiles obtenida de 255
referencias bibliográicas, lo que repre
senta 2395 usos distintos que se catego
rizaron a partir de 6141 registros de uso.
El análisis de estos datos para el conjunto
de la región de estudio se ha publicado en
un artículo cientíico33. El paso siguiente
requirió la extensión de Palmweb para la
construcción de tres nuevos componen
tes del sistema que permitieran la visua
lización de los datos etnobotánicos en el
portal. Tras una fase de recopilación de
ideas en diversas fases de su implemen
tación entre los miembros del proyecto
PALMS, se realizaron modiicaciones en
el CDM, el editor taxonómico y el portal
de datos. En el caso de los taxones para
los que se encontró información etno
botánica en la literatura, Palmweb mues
tra los textos originales del uso con su
referencia en una sección denominada
“Usos”, que se encuentra en la primera
pestaña (general) de las páginas de las
especies, junto con una tabla en la que
aparece toda la información relevante
extraída de los textos: categoría de uso,
subcategoría de uso, parte de la palma
utilizada, grupo humano, grupo étnico,
país, ecorregión. Esta fuente tan diversa
de información etnobotánica se podrá
ampliar en el futuro mediante la adición
manual de más datos para los distintos
taxones a través del Editor Taxonómico.
Hasta la fecha Palmweb contiene infor
mación básica de taxones que incluye los
nombres aceptados, sinonimias, distribu
ción y mapas de distribución para todos
los taxones de palmas (185 géneros, 2593
especies, 312 taxones infraespecíicos). El
conjunto del contenido descriptivo está
disponible para todos los géneros y para
1496 especies y taxones infraespecíicos
(51 %). Se puede acceder a las publica
ciones originales relativas a 2044 taxones
aceptados (70 %) y a más de 3300 imá
genes correspondientes a 1027 taxones.
Se sigue trabajando para reunir y añadir
nuevos contenidos, principalmente con
la intervención del personal de los RBG
Kew, con contribuciones adicionales de
voluntarios y el apoyo de la comunidad
de investigadores especialistas en palmas.
Ahora que Palmweb está bien establecida
se han registrado estadísticas de uso no
tables. Por ejemplo en los años 2012 y
2013 hubo más de 500 000 visitas, lo que
representa casi 1500 visitas diarias. Esto
equivale aproximadamente a 12 500 visi
tantes distintos, de los que 4250 lo visita
ron más de una vez.
Los planes futuros para Palmweb se
centran en intensiicar la recopilación
de información con el objetivo de reunir
todo el contenido taxonómico existente
para todas las especies aceptadas. Nuestro
objetivo es involucrar a más miembros de
la comunidad de especialistas en palmas
para que contribuyan a la consecución de
esta meta. Se tiene previsto trabajar tam
bién con nuestros socios del Jardín y Mu
seo Botánico de Berlín para seguir per
feccionando y desarrollando Palmweb.
Por último, tenemos la intención de con
tinuar ampliando la red de usuarios y así
añadir valor al contenido ya generado por
la colaboración y el intercambio de datos.
Algunos ejemplos de esta actividad se
describen en el siguiente apartado.
Usuarios y colaboradores
de Palmweb
Las estadísticas de uso y referencias a
Palmweb (por ejemplo en conferencias)
8 Bioinformática y la familia de las palmas
indican que en la actualidad el portal es
ampliamente utilizado y constituye uno
de los recursos principales para los es
pecialistas que trabajan en biodiversidad
de palmas, aunque es también empleado
por otro tipo de público.
Un modo simple de reutilización de
los datos de Palmweb consiste en el co
piado y pegado de sus contenidos, como
se hace por ejemplo en la enciclopedia
en línea de palmas, que forma parte
de la web de horticultura de palmas
Palmpedia34. Esta enciclopedia es un wiki
en el que una comunidad de entusiastas
aportan contenidos provenientes de múl
tiples fuentes o incluso nuevos. Debido a
los términos de licencia bajo los que se
comparten los contenidos de Palmweb,
Palmpedia puede reutilizarlos sin con
sulta previa siempre que cumpla con las
condiciones de la licencia. A través de
Palmpedia, los datos de Palmweb tienen
mayor divulgación, pero la reutilización
manual de los contenidos presenta algu
nas limitaciones, sobre todo en el mante
nimiento de la calidad de los datos (como
mención imprecisa de los créditos, erro
res de transcripción, cambios futuros en
la clasiicación y posibles nuevas identii
caciones de los taxones en las imágenes).
Una mayor colaboración integradora
de Palmweb se obtiene de eMonocot35,
proyecto inanciado por el Consejo de
Investigación del Medio Natural del
Reino Unido que tiene como objetivo
proporcionar información sobre la bio
diversidad para las 70 000 especies de
angiospermas monocotiledóneas, con
base en la clasiicación desarrollada para
la Checklist mundial de las monocotile
dóneas. El modelo eMonocot involucra a
expertos botánicos fomentando el uso de
las Scratchpads, que son innovadoras pla
taformas web diseñadas para manejar los
datos estructurados de biodiversidad y en
las que se puede colaborar y añadir con
tenidos en su especialidad (v. gr. familias
particulares de monocotiledóneas). Este
contenido es accesible directamente a
través de los sitios de Scratchpad (36 por
ejemplo) pero lo más importante es que
puede fusionar su contenido en un único
portal en línea de acceso libre35, que pro
porciona un sistema uniicado para acce
der a todos los contenidos alojados en es
tos Scratchpads. Algunos recursos como
Palmweb, que no están integrados en
Scratchpads, también utilizan el mismo
estándar de intercambio de datos taxo
nómicos (Darwin Core Archive37,38) y su
contenido también se puede unir con el
portal eMonocot. Esto aumenta sustan
cialmente la divulgación del contenido
de Palmweb y distintas funcionalidades
implementadas en el portal eMonocot
se pueden usar para analizar datos de
Palmweb, lo que no es posible desde el
propio portal de Palmweb.
El portal eMonocot también permite
a los usuarios descargar datos bajo sus
términos propios. Un excelente ejemplo
de esto es el caso de Palmworld, una apli
cación desarrollada para iPad y iPhone
(con versión para Android en desarro
llo), dirigida a usuarios aicionados. La
base de datos Palmworld también se
puede consultar a través de la web39. Casi
todos los datos de Palmweb se extrajeron
mediante una descarga (DwCA) del
portal de eMonocot y se integraron con
datos de otras fuentes (v. gr. Wikipedia).
La aplicación para iPad y iPhone adapta
el contenido de Palmweb a estos dispo
sitivos y presenta la mayor parte de los
datos de una manera más atractiva y con
mayor facilidad de navegar para el usua
rio no experto. Por ejemplo, se pueden
consultar todos los géneros en una cua
drícula de imágenes, a través de la cual
se accede a la información descriptiva
219
8 Bioinformática y la familia de las palmas
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
y a la lista de especies. El usuario tam
bién puede acceder a las páginas de las
especies a través de las listas de especies
o mediante simples búsquedas (acepta
nombres comunes o nombres cientíi
cos), en las que se encuentra una gran
cantidad de información, principalmente
de Palmweb, sobre la biología y horticul
tura de las especies, así como galerías de
imágenes. El glosario de términos de pal
mas utilizados en Palmweb también está
integrado en Palmworld. Es importante
destacar que aunque los datos se mues
tran e ilustran de modo más atractivo
para los usuarios aicionados, los conte
nidos cientíicos también están disponi
bles para quienes quieran profundizar en
ellos (v. gr. información idedigna y ac
tualizada sobre la clasiicación, referen
cias a la bibliografía taxonómica original,
imágenes con créditos y otros datos es
pecíicos) y se citan las respectivas fuen
tes de donde proceden todos los datos,
manteniendo así la integridad de la in
formación. La alta calidad de Palmworld
se obtuvo no solo por la gran pericia del
personal que desarrolló la aplicación,
sino también por la colaboración con el
equipo de Palmweb de Kew. Sin requerir
colaboración directa ni contacto bajo los
términos de licencia de Palmweb, esta
interacción condujo a un resultado más
creativo y valioso tanto para los desarro
lladores de Palmworld como para quie
nes aportaron datos de Palmweb.
220
Conclusiones
No hay ninguna duda de que el futuro
de la información taxonómica y la ma
yor parte del proceso de colaboración
en la investigación en este campo pasan
por su integración a través de la web. El
logro de presentar información taxo
nómica en línea requiere una inversión
considerable en recursos humanos, per
sonal experto en tecnologías de la infor
mación y la colaboración entre distintas
disciplinas cientíicas, pero los beneicios
ya se comienzan a apreciar. Sobre plantas
existen pocos portales web tan comple
tos como Palmweb, pero a medida que
surgen nuevas tecnologías se espera que
muchos más expertos y grupos de trabajo
se incorporen a iniciativas de este tipo. El
modo innovador en que Palmweb se ha
construido, desde incluir los datos cien
tíicos de usos de palmas del proyecto
PALMS hasta presentar información
atractiva de palmas en aplicaciones para
iPad y iPhone destinada a usuarios no
especializados, proporciona evidencias
de los puntos fuertes que ofrece la taxo
nomía en línea para llegar a un público
más amplio. Esperamos que el modelo de
Palmweb anime a otros grupos de botáni
cos a utilizar estas iniciativas.
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Herbario QCA, Escuela de Ciencias Biológicas, Facultad de Ciencias Exactas
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Department of Bioscience – Ecoinformatics and Biodiversity Group,
Aarhus University. Århus C, Dinamarca
* monicamoraes@ie-umsa.com
Estrategia de comunicación
y audiencias para la
información generada
222
La comunicación y la difusión tienen un
carácter transversal en cualquier iniciativa
o proyecto, sea de carácter cientíico o so
cial, ya que involucran una dinámica par
ticipativa en los distintos niveles de trabajo
y continuamente enfocan su atención en
las distintas audiencias a las que se dirige la
información. Por la estructura y alcance del
proyecto PALMS —en un contexto de des
pliegue y colaboración con distintos grupos
de la sociedad— fue necesario desarrollar
una herramienta de comunicación acorde
con los grupos de trabajo y el interés de los
grupos meta, y con un mensaje adaptado a
las distintas audiencias. Con estas premisas
se generó la Estrategia de Comunicación1,
eje alrededor del cual giró la comunicación
y estuvo vigente a lo largo de la duración
del proyecto (2009–2013). Los elementos
relevantes en tal estrategia fueron el res
paldo de una guía que orientara distintas
opciones y modalidades para llegar, en re
lación con un concepto central, a diferentes
grupos meta o actores locales que de una u
otra manera participan directa o indirecta
mente en el proyecto, como las instancias
gubernamentales, las comunidades indíge
nas, los productores y comerciantes, entre
otros. Igualmente parte de la estrategia de
comunicación incluyó la identiicación de
grupos meta, así como la incorporación de
prácticamente todos los participantes del
proyecto, incluyéndolos en un cronograma
223
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
y planes anuales de trabajo para implemen
tar acciones que lograran avances e insu
mos, impulsando las interacciones internas
y externas.
El concepto central de la
estrategia de comunicación
El concepto desarrollado, sobre el cual se
cimentó toda la estrategia de comunicación
de PALMS, fue visibilizar las actividades,
resultados, recomendaciones, imágenes y
otros, y lograr que más personas, además
de las directamente involucradas, se intere
saran en el valor de las palmas y su impor
tancia dentro de los ecosistemas. Adicio
nalmente se siguió la frase “de lo global a
lo local”, induciendo el pensamiento global
o regional por un lado, pero también la vi
sión local de la importancia de este grupo
de plantas. Los investigadores de cada país
asumieron tareas de vinculación e inter
cambio de información con autoridades
ambientales, pequeños productores, comu
nidades indígenas, cientíicos y empresa
rios, mediante la generación y distribución
de materiales informativos y de divulga
ción, y también con su participación en
talleres, simposios y reuniones organizados
por PALMS en Ecuador, Perú, Colombia y
Bolivia, o en otros eventos internacionales.
Los grupos meta
224
Dentro de la estrategia de comunicación
y con base en el grado en que las activi
dades del proyecto serían vinculadas, se
identiicaron nueve grupos meta y al de
sarrollarse las actividades del proyecto,
tres fueron fusionados, quedando siete.
En el de productores se incluyó a las co
munidades indígenas y los niños pues bá
sicamente fueron involucrados mientras
se realizaban actividades de campo con
cada uno de ellos, generándose así in
teracciones con diferentes audiencias. Los
grupos iniciales fueron: usuarios locales o
productores, gobierno, comunidad cien
tíica, prensa, público, ONG, niños, ins
tituciones y personas participantes en el
proyecto, y comunidades indígenas.
La planiicación de
comunicación
Las actividades programadas en la estra
tegia de comunicación y ejecutadas por
el proyecto se organizaron en tres fases:
1) Fase de arranque que se basó en
una intensa propaganda y actividades
de difusión (publicación y distribución
de material informativo del proyecto,
amplia divulgación del logotipo, entre
vistas de radio, reportes periodísticos en
televisión y prensa escrita) con el in de
dar a conocer el proyecto PALMS, sus
objetivos y sus componentes. También
fueron parte de esta fase las permanen
tes actividades de información en el in
terior de las instituciones participantes
a través de la presentación del proyecto,
por parte de los coordinadores, a las au
toridades universitarias, impulsando la
difusión interna. Complementariamente
y de acuerdo al funcionamiento orgá
nico de cada institución, se respaldaron
oicialmente las actividades del proyecto
con la suscripción del Convenio Marco,
que formalizó los beneicios esperados al
igual que las responsabilidades y compro
misos asumidos. Como parte de la estra
tegia de comunicación, se generaron lis
tas de personas e instituciones clave, que
conformaron el directorio para el envío
de información. En él iguraban las oici
nas gubernamentales con sus autoridades
9 Comunicación
respectivas y técnicos de contacto, ONG,
organizaciones sociales, entre otros.
2) Fase de implementación de los
protocolos que fueron constantemente
aplicados en trabajos de campo y en labo
ratorio. Se generaron resultados prelimi
nares, presentados en diferentes eventos.
Lo más relevante fue difundido a través
de publicaciones sobre los avances, notas
periodísticas y organización de talleres y
reuniones con varios grupos meta.
3) Fase de procesamiento de in
formación, durante la cual se prosiguió
la distribución de publicaciones, guías,
manuales y videos, y la presentación de
avances a la cooperación internacional.
Se entregaron materiales sobre los releva
mientos etnobotánicos y las orientacio
nes para un adecuado manejo sostenible
de los productos de palmeras a las comu
nidades que participaron en las activida
des desarrolladas. Se continuó con la par
ticipación en eventos y la producción de
publicaciones. El inventario completo de
los productos generados (publicaciones
en revistas cientíicas, tesis, resúmenes
presentados en eventos cientíicos, libros
y manuales, videos y otros) se encuentra
disponible en la página web del proyecto.
Trabajo del proyecto PALMS
con los grupos meta
El trabajo de difusión y divulgación del
proyecto se ha dirigido a los grupos meta
a diferentes niveles con distintas modali
dades y productos. El desarrollo de las ac
tividades se ha plasmado en la realización
de 31 eventos (Tabla 91, p. 226–230) y
en una síntesis de la difusión y entrega de
productos (Tabla 92, p. 230, Figura 91,
p. 231), detallados a continuación, junto a
los desafíos planteados en cada caso.
Usuarios locales y productores,
comunidades indígenas
y niños
Los usuarios locales y productores tam
bién participaron en el proyecto como
informantes, guías o generadores de
información; además se los involucró
en los relevamientos de campo, la cose
cha sostenible y el comercio de las pal
meras. El tema de atención deinido en
la estrategia se relacionó con la cosecha
sostenible de palmeras para preservar
el ecosistema. Se publicaron cinco guías
de manejo sostenible, que constituyen
herramientas didácticas de cosecha sos
tenible y manejo agroforestal para las
comunidades productoras de cinco es
pecies de palmas en Colombia, una en
démica y cuatro de ellas también repre
sentadas en los otros países: Astrocaryum
standleyanum2, A. chambira3, A. malybo4,
Euterpe precatoria5 y E. oleracea6,7. La in
formación contenida en esos materiales
no solo provino del grupo de investiga
dores, sino que contó con la participa
ción de los productores y usuarios locales
mientras se establecieron los contactos y
durante el trabajo de campo para los rele
vamientos de las diferentes especies eva
luadas para el manejo sostenible.
Asimismo, una vez inalizado el tra
bajo etnobotánico en algunas de las co
munidades indígenas y campesinas, se
publicaron siete libros con el objeto de
restituir el conocimiento tradicional que
aportaron los pobladores locales al pro
yecto y de contribuir a su difusión local.
En Bolivia se prepararon publicacio
nes para las etnias yuracaré8, chácobo9,
leco10,11 y campesinos del Beni12,13, y en
Perú para los awajun14, ese eja15, lla
quash16 y campesinos de Madre de Dios17.
225
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
9 Comunicación
Tabla 9-1. Talleres, simposios y otros eventos organizados por
grupos de trabajo del proyecto PALMS con grupos meta.
Tabla 9-1 (continuación)
Tema
Tema
Grupo meta
Lugar
Fecha
Arranque del proyecto
Participantes del
proyecto
Yasuní (Ecuador)
1 a 6 de julio de 2008
Inicio del proyecto
Participantes del
proyecto y Comité
Asesor Perú
Lima (Perú)
Proyecto
Autoridades
gubernamentales en
medio ambiente,
universidades,
La Paz (Bolivia)
cooperación
internacional, medios de
prensa
Estado del conocimiento
científico sobre la palma
de ramos (Ceroxylon
echinulatum) y su
avifauna asociada
Instancias
gubernamentales,
Quito (Ecuador)
productores, academia,
ONG
El proyecto y la
Comunidad Nuevo
información local para
Mundo
políticas y comunicación
Los Bancos, Quito
(Ecuador)
Congreso "Palms 2010" Comunidad científica
Le Corum, Montpellier
(Francia)
Actores y poderes en el
uso y comercialización Productores, gobierno,
de productos de palmas academia, ONG
en Ecuador
Quito (Ecuador)
226
Objetivo
Preparación de
actividades de los
grupos de trabajo
Inicio de actividades y
presentación de la
16 y 17 de julio de 2009
estrategia de
comunicación
18 de febrero de 2010
Difusión del trabajo a
realizarse durante cinco
años
Presentación de los
avances en la
conservación de la
palma de ramos,
25 de marzo de 2010 necesidades de
concienciación y su
significado en el
mantenimiento de la
biodiversidad
Información a los
miembros de la
comunidad sobre el
Abril de 2010
proyecto y definición del
trabajo para los
componentes de
políticas y comunicación
Difusión mediante
conferencias (6) y
5 a 7 de mayo de 2010
pósteres (14) de los
avances del proyecto
Convocación a usuarios
de la información
generada por el
proyecto, discusión sobre
10 de junio de 2010
prioridades y vacíos en la
normativa, políticas de
uso de palmeras y
comunicación
Grupo meta
Lugar
227
Fecha
Objetivo
Consulta sobre los
Definición de medios y
medios y materiales de
materiales para la
preferencia para recibir
Comunidades indígenas
información a ser
Apolo (Bolivia)
5 de julio de 2010
la información del
Leco de Irimo y Correo
publicada por el
proyecto después de los
proyecto
relevamientos en el
campo
Propagación de la
palma, incluyendo
Propagación de palmas
Comunidad indígena
consecución de las
de güérregue
Puerto Pizario, Bajo San
Wounaan, niños y
12 de julio de 2010
semillas, organización
(Astrocaryum
Juan (Colombia)
adultos
del vivero, plantación y
standleyanum)
monitoreo de las
plántulas
Actualización de los
Protocolos y reseñas de Participantes del
Villa Tunari, Chapare
30 de julio a 2 de agosto avances y preparación de
grupos de trabajo del proyecto y Comité
(Bolivia)
de 2010
protocolos y reseñas del
proyecto
Asesor Bolivia
proyecto
XIX Reunión Científica
Difusión de avances
Impactos de cosecha de
del Instituto de
preliminares de grupos
26 y 27 de agosto de
palmeras en bosques Comunidad científica Investigación de Ciencias
de investigadores de la
2010
tropicales
Biológicas (ICBAR), Lima
Universidad de San
(Perú)
Marcos y del IDR
Difusión de los avances
Palmas de Perú:
preliminares de grupos
XIII Congreso Peruano 20 a 25 de septiembre
investigación actual y Comunidad científica
de investigadores de la
de Botánica
de 2010
futuras propuestas
Universidad de San
Marcos y del IDR
Despliegue del proyecto
Simposio “Palmeras
X Congreso
en el contexto
neotropicales:
Latinoamericano de
latinoamericano de uso,
diversidad,
Comunidad científica
9 de octubre de 2010
Botánica, La Serena
conservación y manejo,
sustentabilidad y
(Chile)
junto a expertos en
manejo”
palmeras
Convocación a usuarios
de la información
generada por el
Actores y roles en el uso
Gobierno, ONG,
proyecto, discusión sobre
y comercialización de
La Paz (Bolivia)
22 de octubre del 2010
academia
prioridades y vacíos en
productos de palmeras
normativa, políticas de
uso de palmeras y
comunicación
228
Tema
Uso y comercialización
de productos de
palmeras en Perú,
actores locales,
legislación y problemas
Seguimiento de
actividades del proyecto
Simposio “Impactos de
la cosecha de palmeras
en bosques tropicales”
Ascensión a palmas para
cosecha sostenible:
técnicas de cinchas de
poste
Manejo de la
"medialuna"
(herramienta de
cosecha)
Materiales de
divulgación sobre
levantamientos en el
campo, con adultos y
niños que conocen
palmas
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
9 Comunicación
Tabla 9-1 (continuación)
Tabla 9-1 (continuación)
Grupo meta
Lugar
Fecha
Objetivo
Convocación a usuarios
de la información
generada por el
Gobierno, academia,
proyecto, discusión sobre
Lima (Perú)
14 de abril de 2011
ONG
prioridades y vacíos en
normativa, políticas de
uso de palmeras y
comunicación
Participantes del
Actualización de los
proyecto y Comité
Bogotá (Colombia)
4 de agosto de 2011
avances de los grupos de
Asesor Colombia
trabajo del proyecto
Difusión de los avances
preliminares de grupos
Comunidad científica Leticia (Colombia)
6 y 7 de agosto de 2011
de investigadores del
consorcio del proyecto
Enseñanza de técnicas
alternativas no
destructivas para la
San Martín de
Comunidad indígena
cosecha de palmas,
Amacayacu, Amazonas 24 de octubre de 2011
Tikuna
promoción del uso
(Colombia)
sostenible de estos
recursos y su
conservación
Entrenamiento a
artesanas y artesanos de
la comunidad indígena
San Martín de
Comunidad indígena
en el manejo de la
Amacayacu, Amazonas 15 de enero de 2012
Tikuna
"medialuna" para la
(Colombia)
cosecha no destructiva
de cogollos de chambira
(Astrocaryum chambira)
Difusión de la
información levantada,
entrega de los materiales
El Hondo, 26 de Octubre,
Comunidades indígenas
de divulgación
Alto Ivon, Motacuzal, 26 de septiembre a 4
Chácobo, campesinos,
publicados por el
Vista Alegre (Beni,
de octubre de 2012
niños
proyecto, en que los
Bolivia)
miembros de las
comunidades son
coautores
Tema
Grupo meta
Simposio “Producción y
Comunidad científica
manejo de palmeras”
Seguimiento del
proyecto
Participantes del
proyecto y Comité
Asesor Ecuador
Seguimiento de
Participantes del
actividades del proyecto proyecto
Lugar
Objetivo
II Congreso Boliviano de
Botánica, La Paz
12 de octubre de 2012
(Bolivia)
Despliegue del proyecto
en contexto en cuanto a
uso, biocomercio y
cosecha, junto a
expertos en palmeras
Quito (Ecuador)
Presentación del
proyecto
Mindo (Ecuador)
Comunidades indígenas
de Guapi (Cauca) e
Investigación “Impacto
Iscuandé (Nariño),
Iscuandé, Nariño
de la cosecha de
empresarios, y
(Colombia)
palmito”
autoridades locales y
ambientales
Resultados preliminares Gobierno, comité asesor
La Paz (Bolivia)
del proyecto
Bolivia, universidad
Corporaciones
autónomas regionales,
Unidad de Parques
Diseño del Programa
Nacionales, Secretarías
Club de Ingenieros,
Nacional para la
de Ambiente,
Bogotá (Colombia)
Conservación de Palmas Procuraduría General de
la Nación e Instituto
Alexander von
Humboldt
Simposio “Impacto de la
cosecha de palmeras en
Comunidad científica
los bosques tropicales Resultados y
Participantes del
Seguimiento de avances
proyecto y Comité
y cierre
Asesor Perú
Fecha
Tingo María (Perú)
Lima (Perú)
22 de octubre de 2012
Actualización de los
avances logrados por el
proyecto
Comunicación de los
resultados de la
investigación sobre la
14 de diciembre
estructura y dinámica
de 2012
poblacional de Euterpe
oleracea en la costa
pacífica
Difusión de los avances
logrados por los
investigadores en
estudios etnobotánicos y
8 y 9 de agosto
de 2013
comunicación; entrega
del material publicado y
trípticos, y presentación
de videos
Recopilación de material
para definir las líneas de
acción que contendría el
Programa Nacional de
17 de septiembre de
Conservación de Palmas;
2013
presentación de los
resultados del proyecto y
entrega de las cartillas
de divulgación a los
participantes
Difusión de los avances
20-21 de septiembre de preliminares de grupos
2013
de investigadores del
consorcio del proyecto
24 y 25 de octubre
de 2012
23 de septiembre del
2013
Presentación del
proyecto
229
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
9 Comunicación
Tabla 9-1 (continuación)
Tema
Grupo meta
Lugar
Fecha
Investigación para el
manejo y la
conservación de la
palma estera
Comunidad y
Chimichagua, Cesar
autoridades ambientales
(Colombia)
y políticas
Presentación de
resultados de las
investigaciones sobre
chambira, milpesos y
canangucha
Comunidad Tikuna,
autoridades ambientales
y políticas del Trapecio San Martín de
17 de noviembre de
Amazónico, comunidad Amacayacu, Amazonas
2013
de cosechadores y
(Colombia)
artesanos, autoridades
locales y regionales
Ascensión a palmas:
técnicas novedosas de
escalada
Comunidad indígena
Tikuna
Objetivo
Presentación de los
resultados de la
investigación sobre la
2 de noviembre de 2013
palma estera y entrega
de las cartillas de
divulgación
Comunicación de los
resultados de las
investigaciones sobre
Astrocaryum chambira,
Mauritia flexuosa y
Oenocarpus bataua
Presentación a los
miembros de la
comunidad indígena, de
técnicas novedosas y
eficientes para la
cosecha sostenible de las
palmas proveedoras de
frutos
San Martín de
18 de noviembre de
Amacayacu, Amazonas
2013
(Colombia)
Tabla 9-2. Relación de acciones de difusión con audiencias involucradas,
distribución y regularidad (2009–2013)
Acciones de difusión
Audiencia - Grupos meta
Soporte/distribución
Página web
Talleres
Todas
1-varias
Virtual, general
15–230 personas
Impreso: 300–500 ejemplares,
disponibles en página web
Digital, disponibles en página
web
Disponibles en página web
Medios (impresos, radiales)
Folletos, trípticos y manuales 1-varias
230
Publicaciones científicas
Comunidad científica
Videos
Notas periodísticas
Público en general
Amplio
Una de las mayores satisfacciones
para el equipo de comunicación del
proyecto fue la entrega a las comuni
dades indígenas y campesinas de libros
basados en la información recopilada
Regularidad (duración del
proyecto)
Permanente
15 convocatorias
15
15-30/año
1/año
1-2/año
en las mismas comunidades, en los que
las personas que aportaron información
directamente iguran como coautores.
El regreso a las comunidades para hacer
entrega de las publicaciones del proyecto
Figura 9-1. Materiales publicados, entre libros, cartillas y guías
fue documentado, ya sea en video o en
fotografías y en cada una de las comu
nidades los representantes manifestaron
su satisfacción y agradecimiento, recal
cando a menudo que era la primera vez
que un proyecto de investigación que
trabajaba en sus comunidades regresaba
y compartía la información generada, en
un formato útil para ellos.
Los niños fueron considerados como
un grupo especial, no solo por la referen
cia popular del futuro de los países y la
región, sino porque deben ser involucra
dos para generar conciencia clara sobre
la naturaleza y el medio ambiente. Según
nuestras experiencias, son ellos quienes
más rápidamente se interesan en las ac
tividades de campo y esperan el retorno
de los investigadores. El grupo de trabajo
3 (etnobotánica) realizó estudios especí
icos sobre las percepciones de los niños
y se publicó material en el que ellos son
coautores. Su participación fue princi
palmente mediante dibujos y como in
formantes de su percepción a través de
encuestas, lo que se reveló como una
combinación muy eicaz de herramien
tas18–20. Por otro lado, también se elaboró
231
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
material impreso con orientación lúdica,
donde las palmeras son los elementos
más importantes: un cuento para niños
—que promueve la conservación de las
palmeras y el entorno natural— y otro
que ilustra las curiosidades y característi
cas de las palmeras, en comparación con
otros grupos de plantas, con crucigramas
y otros juegos21,22.
Gobierno
232
En los grupos de trabajo del proyecto
se planteó la tarea de proveer informa
ción, sustentada en el trabajo cientíico,
para la toma de decisiones. Para ello, los
coordinadores en cada país mantuvieron
reuniones con diferentes personeros de
instancias gubernamentales relaciona
das con el tema del proyecto (Ministerios
de Ambiente, Direcciones u oicinas de
conservación y uso de la biodiversidad,
agencias promotoras de exportaciones,
entre otros —véase el capítulo sobre Po
líticas—). Las consultas interpersonales
generaron vínculos y suministraron va
liosa información que luego fue utili
zada para la elaboración de informes y
otros documentos de circulación interna.
Dada la duración del proyecto (5 años),
algunas autoridades nacionales fueron
reemplazadas, tanto por los cambios de
gobierno como por la propia dinámica
de las instituciones, de manera que fue
necesario entrevistarse otra vez con los
nuevos funcionarios.
La modalidad de interacción con re
presentantes gubernamentales también
demanda que los interlocutores acadé
micos tengan peso institucional, lo que
generalmente no sucede. Por otra parte,
los cambios en las decisiones tomadas
son aplicados a mediano o largo plazo,
exigiendo en el transcurso diferentes ver
siones, niveles de consenso, entre otros.
La única experiencia en el marco del pro
yecto que está concretándose es la deini
ción del Programa Nacional para la Con
servación de Palmas para Colombia, que
está en curso y ya propició una reunión
nacional (Tabla 91, p. 226–230).
Comunidad cientíica
El objetivo era compartir los resultados
obtenidos, así como su validación o dis
cusión con expertos de disciplinas si
milares o complementarias. El grupo de
investigadores del proyecto no solo des
plegó esfuerzos para divulgar sus avances
y producción intelectual al interior de sus
instituciones y del ámbito universitario,
sino que presentó conferencias y paneles
en diversos eventos nacionales e interna
cionales. En la Tabla 91 (p. 226–230) se
detalla la convocatoria a la comunidad
cientíica. Todo el material producido por
el proyecto de 2009 a 2014 (artículos cien
tíicos, libros, manuales, tesis universita
rias y resúmenes en memorias de eventos)
se ha difundido a través de la página web.
9 Comunicación
comunicación, así como en los del con
sorcio europeo. Además en algunos casos
se recurrió a los canales universitarios
con el in de difundir el proyecto a nivel
nacional. Los medios que más contribu
yeron a la visibilidad del proyecto fueron
la televisión y la prensa escrita, que brin
daron mayor cobertura a nuestras activi
dades, aunque en algunos casos también
hubo entrevistas en la radio.
Público en general
La tarea propuesta para trabajar con el
público en general (estudiantes, familias,
adultos, jóvenes, mujeres y niños en Sura
mérica y la Unión Europea) fue informar
sobre la importancia y el valor de las pal
meras. En función del avance del proyecto,
se produjo material que fue distribuido
ampliamente por los equipos de trabajo y
durante la presentación de PALMS en re
uniones y talleres. Se elaboraron trípticos,
propaganda, cartillas (Figuras 91 a 9323)
y guías (ejemplo: referencia 24), así como
tres videos: Usos y comercio de palmeras
en la Amazonía boliviana25, Palmeras de
la Amazonía boliviana26 y Majo y asaí en
Bolivia (Oenocarpus bataua & Euterpe
precatoria)27. Se usó el soporte digital para
ampliar la difusión, tanto en una red social
(Facebook) como en la página web que, a
nivel internacional, ofrece estos materiales
en formato pdf.
ONG
Mediante diversas actividades el pro
yecto estableció vínculos e interactuó
con varias organizaciones en los países
Prensa
El objetivo del proyecto al interactuar
con la prensa fue promover conciencia
social sobre la importancia de las pal
mas e incrementar la visibilidad de las
actividades de los diferentes grupos de
trabajo. Fue necesario ampliar los niveles
de audiencia y divulgación del proyecto
cuando se organizaron reuniones. Los
hallazgos logrados, la publicación de li
bros, manuales, videos y otros materia
les, así como la conformación de grupos
de investigadores junto a los estudiantes
de pregrado y postgrado, fueron objeto
de varias notas periodísticas en los cua
tro países del noroccidente surameri
cano contemplados en la estrategia de
233
Figura 9-2. Calendarios y memorias de eventos
234
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
9 Comunicación
participantes, que estuvieron directa o
indirectamente involucradas con los di
ferentes equipos de trabajo. En el caso
de Bolivia, se establecieron alianzas
con la Fundación Madre Tierra y con el
Instituto para el Hombre, Agricultura y
Ecología (IPHAE) y se logró convocar
a productores locales, especialmente en
localidades de Riberalta y Sur de Pando
(NE del país). Allí se realizaron varios
relevamientos de campo y entrevistas se
miestructuradas sobre el uso de palme
ras por parte de comunidades indígenas
y campesinas.
Gente del proyecto
Figura 9-3. Logotipo del proyecto PALMS y varios materiales de difusión impresos
(trípticos, carpetas y otros)
Investigadores, coordinadores y estu
diantes fueron parte de la permanente
comunicación al interior del proyecto. El
elemento humano fue la base que dina
mizó el cumplimiento de cronogramas,
la elaboración de productos entregables
y publicaciones, la administración inan
ciera, entre otros. Las relaciones entre los
participantes del proyecto funcionaron
con base en la cooperación cientíica in
ternacional y en un ambiente de apoyo
recíproco e intercambio.
El proyecto organizó al menos un
taller anual en los diferentes países sura
mericanos: taller de arranque en Yasuní
(Ecuador) en 2008, taller de inicio en
Lima (Perú) en 2009, taller para deinir
dos publicaciones —protocolos y rese
ñas— en Chapare (Bolivia) en 2010, ta
ller de resultados en Bogotá y simposio
en Leticia (Colombia) en 2011, taller de
resultados en Mindo (Ecuador) en 2012
y taller de resultados en Lima y simposio
en Tingo María (Perú) en 2013 (Tabla 91,
p. 226–230). Además se logró un nutrido
y favorable intercambio entre los partici
pantes del proyecto y los comités de aseso
ramiento de cada país, pues se recibieron
interesantes recomendaciones para seguir
avanzando con los grupos de trabajo.
Para las publicaciones se conforma
ron grupos de coautores entre diferentes
especialistas de los grupos de trabajo del
proyecto con base en el intercambio y la
comunicación actualizada sobre avan
ces, resultados y propuestas. Con estas
contribuciones, el proyecto auspició dos
números especiales de las revistas Ecología en Bolivia y he Botanical Review,
así como algunos libros28 en los países
involucrados.
Comunicación: elementos
para la orientación y difusión
La orientación y la difusión se ejecutaron
en tres niveles: 1) alcance informativo en
general, 2) respaldo orientador y asesor y
3) contribución cientíica.
1) El mayor desafío para un grupo
de investigadores cientíicos es precisa
mente generar actividades y materiales
de difusión para informar al público en
general, cuando virtualmente hay menor
experiencia y se genera mayor expecta
tiva. Evidentemente la oportunidad de
llegar al público a través de una página
web es una herramienta que facilita y vi
sualiza en forma amplia e interactiva la
información. Sin embargo, no todas las
audiencias acceden a las plataformas vir
tuales, por lo que también se elaboraron
materiales de divulgación (trípticos, ca
lendarios y otros) para asegurarse de que
el público conociera sobre los alcances
del proyecto en forma escrita y concisa.
Las conferencias de prensa y artículos
en periódicos (impresos o digitales), así
como reportes periodísticos ampliaron el
nivel de audiencia.
2) Las tareas de orientar, guiar y re
comendar con base en los resultados
235
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
generados son parte del trabajo que el
proyecto y sus investigadores desarrolla
ron mediante la interacción con produc
tores, comerciantes, representantes de
gobiernos locales, autoridades indígenas
y diferentes organizaciones. Si bien gran
parte de ese componente corresponde
a materiales de difusión (guías o ma
nuales), durante la entrega de publica
ciones y la restitución de resultados a
nivel local, el proyecto asumió la tarea
de explicar en forma didáctica el com
promiso que asumen todos los actores
involucrados en el uso, el manejo y la
conservación de las palmeras. Este ni
vel de difusión ha acercado el quehacer
cientíico a la sabiduría de los pueblos
que usan y manejan palmas: el vínculo
permite enriquecer y complementar los
conocimientos necesarios para valorar
este grupo de plantas.
3) El grupo de cientíicos participan
tes en el proyecto estuvo guiado perma
nentemente por los principios estánda
res de la ciencia y la tecnología en sus
236
9 Comunicación
actividades académicas y de producción
intelectual, por lo que se establecieron
espacios para la validación y la comple
mentación del conocimiento. Los avan
ces en la documentación de los trabajos
publicados acompañaron con éxito los
objetivos del proyecto.
El emblema del proyecto PALMS,
su logotipo, siempre fue muy visible en
todo el material impreso (libros, trípticos,
calendarios, memorias de eventos, anun
cios, papelería) así como en la página
web, conferencias y reuniones (Figuras
92 y 93). Paralelamente al diseño de la
estrategia de comunicación, al iniciar la
gestión 2009, se desplegó la página web
(Figura 94) del proyecto29 con una es
tructura simple y accesible30. Ella ofrece
información de actualidad en Noticias
(News), así como la referencia a las activi
dades del proyecto (participantes, grupos
de trabajo, productos, publicidad) y ac
ceso directo a los materiales de difusión,
como notas de prensa, videos y publica
ciones dirigidas al público en general.
Figura 9-4. Página web del proyecto PALMS, con acceso a participantes, grupos de trabajo,
productos, entregables, actividades y publicidad.
237
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
9 Comunicación
Referencias
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BlacuttRivero, E.A. (ed.). 2012.
Aprendiendo de palmeras con los niños
y niñas de comunidades Chácobo de
Riberalta, Bolivia (Alto Ivon y Motacuzal).
Proyecto PALMS/Universidad Mayor
de San Andrés/Herbario Nacional de
Bolivia, La Paz.
BlacuttRivero, E.A. (ed.). 2012.
Aprendiendo de palmeras con los niños
y niñas de comunidades campesinas de
Riberalta, Bolivia (Santa María y 26 de
Octubre). Proyecto PALMS/Universidad
Mayor de San Andrés/Herbario Nacional
de Bolivia, La Paz.
21 Moraes R., M. & C. de Urioste. 2012.
¡No corten las palmeras! Un cuento
sobre cuidar la biodiversidad. Herbario
Nacional de Bolivia/Universidad Mayor
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22 Urioste de, C. & M. Moraes R. 2012.
Palmeras en acción. Libro de actividades.
Herbario Nacional de Bolivia/
Universidad Mayor de San Andrés/Plural
Editores, La Paz.
23 Urioste de, C. & M. Moraes R. 2012.
Proyecto “Impacto de cosecha de palmeras
en los bosques tropicales” (PALMS) y
sus especies focales. Herbario Nacional
de Bolivia/Universidad Mayor de San
Andrés/Plural Editores, La Paz.
24 Montúfar R., N. Duarte & F. Anthelme.
2010. La palma de ramos en Ecuador.
Historia natural y estado de conservación
de Ceroxylon echinulatum en las
estribaciones andinas noroccidentales.
Escuela de Ciencias BiológicasPontiicia
Universidad Católica del Ecuador, Quito.
25 Usos y comercio de palmeras en la
Amazonía boliviana 2013. Video. 10
minutos. Youtube. http://youtu.be/
hfMzWMdfUu8
26 Palmeras de la Amazonía boliviana.
2013. Video. 9 minutos. Youtube.
http://youtu.be/lJCOkqTrzJg
27 Majo y asaí en Bolivia (Oenocarpus
bataua & Euterpe precatoria). 2013.
Video. 10 minutos. Youtube.
http://youtu.be/YgejPwKCUdg
28 www.fp7palms.org/index.php/products/
publications2/books
29 www.fp7palms.org/
30 www.fp7palms.org/index.php/about/
sitemap
239
English Summary1
Compiled by Henrik Balsleva
a
Department of Bioscience – Ecoinformatics and Biodiversity Group,
Aarhus University. Århus C, Dinamarca.
* henrik.balslev@bios.au.dk
Introduction
his book is the inal report for the
PALMS project, which has studied the
efects of harvesting palms and products
from palms on tropical foests in Colom
bia, Ecuador, Peru and Bolivia. Tropi
cal forests harbour thousands of useful
plants that are harvested and used in
subsistence economies or traded in local,
regional or international markets. he ef
fect on the ecosystem is not well known,
and the forests’ resilience is poorly under
stood. Palms are the most useful group
of plants in tropical American forests,
and in this project we study the efects of
extraction and trade of palms on forests
in the western Amazon, the Andes and
the humid Paciic lowlands. he PALMS
1
project has determined the size of the re
source by making palm community stud
ies in the diferent forests and noting the
number of species and individuals. he
genetic structure of useful palm species
was studied to determine how much the
harvesting of the species contributes to
genetic erosion of their populations,
and whether extraction can be realized
without harm. We have determined how
much palms are used for subsistence pur
poses by carrying out quantitative eth
nobotanical research in diferent forest
types, and we also studied trade patterns
for palm products from local markets to
markets that involve international expor
tation. Palm populations are managed
in various ways, from sustainable meth
ods to destructive harvesting; we have
All references to literature cited can be seen in the corresponding chapters.
241
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
studied diferent ways in which palms
are managed, and here we propose sus
tainable methods to local farmers, local
governments, NGOs and other interested
parties. Finally, we studied nationallevel
mechanisms that govern extraction, trade
and commercialization of palm products,
to identify positive and negative policies
in relation to the resilience of ecosystems,
and we have used all this information to
propose sustainable policies.
he team behind the PALMS project
represents 10 universities and research
institutions in Europe and northwestern
South America.
1. Aarhus University, Denmark (coordi
nating institution)
2. Institut de Recherche pour le Déve
loppement, Montpellier, France
3. Royal Botanic Gardens, Kew, UK
4. Danish Centre for International Stu
dies and Human Rights, Copenha
gen, Denmark
5. Universidad Autónoma de Madrid,
Madrid, Spain
6. Rheinische FriedrichWilhelmsUni
versitaet, Bonn, Germany
7. Universidad Mayor de San Andrés,
La Paz, Bolivia
8. Universidad Nacional Mayor de San
Marcos, Lima, Peru
9. Pontiicia Universidad Católica del
Ecuador, Quito, Ecuador
10. Universidad Nacional de Colombia,
Bogotá, Colombia
242
PALMS was organized in several work
packages that functioned independently
of times but mostly in collaboration. he
nine workpackages of palms were:
1. Diversity and abundance of palm
resources – Compared the diversity,
abundance and dynamic of palms in
forests under diferent exposures and
intensities of human disturbance.
2. Ecosystem resilience and limitation
of functioning – Compared the func
tioning, productive potential, and di
versity of forest remnants in diferent
stages of fragmentation and degrada
tion. he resilience of the ecosystems
was partly valued by applying genetic
variation of palm populations as a
proxy, and by applying the diversity,
abundance, and regenerative capacity
of palms to determine drivers and in
dicators of regime shit.
3. Products provided by palms to lo
cal people – Documented and ana
lyzed the diversity and abundance of
palm uses, the importance and value
of palm products in local communi
ties, interchange and incipient trade
of these products, and present inten
sities of resource use.
4. Small industries and trade based
on palm products – Described and
assessed marketing and sale of palm
products including “traditional” uses
in regional towns as well as processed
materials sold to national and inter
national markets.
5. Sustainability and management of
resources – Investigated and com
pared the management of palms in a
variety of ecosystems to deine indi
cators of sustainability and describe
sustainable practices.
6. Policies and sustainable use and
management – Analyzed policy and
administrative practices related to the
use and trade of products from palms
and other plants, taking into account
the sustainable management of the
resource base.
7. Compilation and organization of
information – Gathered informa
tion about uses of palms and palm
products and their management,
including hitherto grey literature
English summary
documentation (and data and results
received from WP1 to WP6). Regis
tered the comprehensive material in
a database, and made accesible mate
rials that refer to species and genera
of palms to scientists and the public
via a palmspeciic internet portal
(Palmweb/EDIT at Kew).
8. Communication – Informed stake
holders at all levels about the project
results, production and other relevant
information. Elaborated and distrib
uted a broad variety of information,
extension, and decisionmaking ma
terials and tools. Targeted highlevel
oicials and authorities with relevant
materials and information; and in
formed the general public and inter
ested individuals such as profession
als and educators, about the use and
value of palms, and the importance of
natural resource management.
9. Coordination – Ensured efective
project coordination including timely
reports regarding progress and i
nances. Organized shared project
activities, including planning and
evaluation workshops, and courses
and training held for the project’s
group of Ph.D. students.
In this book, the researchers who
have carried out each of the PALMS
workpackages summarize their ind
ings and make recommendations for all
stakeholders, from farmers to politicians,
concerning how palms can be managed
in sustainable ways. he chapters follow
the workpackage structure listed above.
Palm resources
Palms are an outstanding element in
northwestern South America’s tropical
forests, both for their diversity and for
their abundance in all habitats, especially
in very humid rain forests. he South
American continent covers 18 million
km2 and has a total palm lora of 457 spe
cies. Our study region comprises Colom
bia, Ecuador, Peru and Bolivia. It covers
4.7 million km2 and has 333 species of
palms. he largest genera are Geonoma
with 54 species, Bactris with 38, Attalea
with 28, Aiphanes with 28, Astrocaryum
with 24, Wettinia with 20 and Syagrus
with 8 species. Each biogeographic region
has its own species richness and diversity
patterns and each of the four countries
has its peculiar palm characteristics.
Biogeographic regions
and palm diversity
Caribbean region – he Caribbean
lowlands along the north coast of South
America are characterized by dry vegeta
tion, including semideciduous forests,
and they comprise the region with the
fewest palm species in our study area,
with only 31 species recorded so far.
Typical palms in this region are the wide
spread Copernicia tectorum, Acrocomia
aculeata and Sabal mauritiiformis. he
wine palm Attalea butyracea, native to
the dry Magdalena valley, extends to the
Caribbean lowlands, where it may be
very abundant and dominating.
Paciic coastal lowlands – his region
covers 71,000 km2 along the Paciic coast
from Panama to northern Ecuador, and
is characterized by extremely high rain
fall reaching 10,000 mm per year in the
wettest parts. he vegetation is humid
evergreen tropical rainforest with ex
treme species richness, high biomass,
etc. Due to its isolated placement, the
Chocó also has very high endemism.
243
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
244
he northern part of Chocó has a palm
lora with ainities to the Caribbean low
lands, including such species as Attalea
butyracea and Bactris pilosa. In the
wetter parts connected to Panama, the
palm lora is more related to the Cen
tral American palm lora and includes
species such as Reinhardtia koschnyana,
Reinhardtia simplex, Reinhardtia gracilis,
Calyptrogyne costatifrons and others
which have their southern limit here. he
Chocó region includes 122 palm species
in total and 32 of them are endemic. he
majority of palm species on the coastal
plain of Ecuador grow both in humid
and in semideciduous forests, but then
they have marked diferences in abun
dances in the diferent vegetation types.
Welia regia, Iriartea deltoidea, Wettinia
quinaria, for example, are more common
in humid habitats.
he transition from Chocó to the Pe
ruvian coastal desert occupies the largest
part of Ecuador’s coastal plain towards
the Paciic ocean, and it grades into the
Tumbesian region that in turn reaches
into the Peruvian coastal plain. Attalea
colenda, Astrocaryum standleyanum
and Phytelephas aequatorialis are com
mon in these dry habitats. In the rem
nants of semi deciduous forests, there
are populations of Oenocarpus bataua
and Astrocaryum standleyanum, as well
as Bactris setulosa, Bactris gasipaes var.
chichagui – the wild relative of the peach
palm – and some species of Wettinia.
Aiphanes eggersii is the only palm species
that grows naturally in the dry forests
with over six dry months every year. It
is found where the total annual precipi
tation is c. 600 mm, and the dry season
lasts for eight months.
Andes – he Andes stretch throug
hout our study region from northern
Colombia to southern Bolivia. Palms
occur abundantly and with great species
richness in the Andean forests on both
lanks. he Andes houses 137 species of
which 130 occur above 1000 m elevation.
In Colombia, the Andes above 500 m
elevation have 101 palm species. he
most important genera are Wettinia,
Aiphanes and Ceroxylon, which together
make up more than one third of the spe
cies. he evolution of these three genera
is closely related to the upheaval of the
Andes over the past 10 mio years. All
species of Ceroxylon are Andean, but
both Aiphanes and Wettinia have given
rise to species that have invaded the low
lands on both slopes. On the other hand,
the Cordillera is also inhabited by some
species that originated in the lowlands,
but have extended their distribution into
the slopes up to an elevation of 1300 m
above sea level, for instance Acrocomia
aculeata, Oenocarpus bataua, Syagrus
sancona and some species of Bactris.
Of the 101 Andean palms in Colombia,
38 are not found outside of Colombia,
and therefore require special attention
for their conservation and sustainable
management.
In Ecuador, the Andean forests have
the greatest diversity of palms, harbour
ing 74 (52 %) of the 143 palm species in
the country. However, only 24 (32 %) of
these are exclusive to the Andean forests,
whereas the remaining 50 species are low
land species that reach up into the Andean
forests. he greatest majority of the spe
cies grow at elevation of 1000–2000 me
ters. Above 2500 m, the diversity of palms
drops dramatically, and only 8 palm spe
cies cross that elevational limit. In terms of
very local diversity, it is common to ind
only 2–4 species in plots of one hectare, but
they may be quite abundant, for instance
Geonoma undata may have as many as 800
English summary
individuals in one hectare. Other species
that are oten seen in dense populations in
the Ecuadorian Andes include Ceroxylon
echinulatum on the eastern slopes at 1200–
1800 meters, Dictyocaryum lamarckianum
at 1500–1700 meters, Chamaedorea
pinnatifrons at 1500–2000 meters, and
Prestoea acuminata 1200–2200 meters
above sea level.
In Peru, there are only few hu
mid forests on the west Andean slopes,
whereas the east Andean slopes have wet
and very wet Andean forests. Of Peru’s
149 palm species, 59 (40%) are Andean.
Of these, 19 species are limited to the
Andes and 40 species are lowland spe
cies that reach up along the slopes to
the Andean forests. he upper Andean
forests in Peru are characterized by sev
eral species of Ceroxylon, Dictyocaryum
lamarckianum, and about 10 species of
Geonoma. he lower Andean forests
house some species of Astrocaryum, a sin
gle Bactris, Chamaedorea fragrans and C.
linearis, seven species of Geonoma, Welia
alfredii and three species of Wettinia.
In Bolivia, there are humid Andean
forests, wellsuited for palms, along the
east Andean slopes from the Peruvian
border to Argentina. Of Bolivia’s 88
palm species, 33 occur in the Andean
forests above 1000 m elevation. As in the
other countries, the Andean species are
made up of purely Andean species, e.g.,
Ceroxylon (2 sp), Geonoma (2 sp) and
Prestoea (1 sp). he genus Parajubaea is
particularly interesting. It has two species
in the Bolivian Andes, P. torallyi and P.
sunkha, and the third species in the genus
is only found in cultivation in the north
ern Andes. We studied the Andean for
est in detail around the village of Apolo
in the northern Bolivian Andean for
ests in 15 transects (3.75 ha) in the hills
at elevations of 850–1900 m above sea
level. here, we encountered 16 species
and an average density of 2582 palms
per hectare. he understory was domi
nated by Geonoma undata, Chamaedorea
pinnatifrons, and Aiphanes horrida; the
midstorey had large populations of
Oenocarpus minor and in some locations
Ceroxylon pityrophyllum and Bactris
gasipaes var. chichagui; and the most
abundant canopy palms were Iriartea
deltoidea, Oenocarpus bataua, Socratea
exorrhiza, Dictyocaryum lamarckianum,
and in some places also Attalea phalerata.
Amazon – he Amazon lowlands cover
55% of the four countries’ land area and
still maintain a large forest cover and the
palms growing there are less threatened
than those in the other regions. In the
southern extreme in Bolivia there is a
mosaic of savanna and rainforest. Within
the Amazon there is a mosaic of lood
plains along the rivers and terra irme
away from the rivers where the land is
never inundated. Another element in
the Amazon mosaic is large swamps
with permanent standing water that have
formed in lowlying areas. hese swamps
are dominated by Mauritia lexuosa. he
number of palm species in the west
ern Amazon lowlands is high, with 165
species, which is almost proportional to
the large area covered by this biogeo
graphic region. Many of the palm species
in the Amazon lowlands are widespread,
and few are restricted to smaller areas.
he Colombian Amazon region en
compasses 0.48 million km2, which is
42% of the country’s territory. here are
120 palm species registered in the Co
lombian Amazon, which is slightly more
than the two much smaller regions of the
Colombian Andes and the Chocó forests.
he most speciesrich palm genera are
the understory genus Geonoma and the
245
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
246
spiny genera Bactris and Astrocaryum.
Along the rivers Guaviare, Caquetá
and Amazonas in 71 transects, cover
ing a total of 17.25 hectares, we found
74 species in 21 genera. he dominant
species found in this study coincide
with dominant species in other Ama
zonian palm communities. he three
most abundant species in terra irme for
ests were Oenocarpus bataua, Iriartella
setigera and Oenocarpus bacaba, whereas
Euterpe precatoria, Attalea butyracea,
and Socratea exorrhiza dominated the
lood plain forests.
he Ecuadorian Amazon has terra
irme forests as the dominant habitat; in
Yasuní National Park, 80% of the area is
covered by terra irme forests dominated
by Iriartea deltoidea and Oenocarpus
bataua. he lood plains are mostly inun
dated with white water that originates in
the Andes, but there are some rivers that
are born in the lowlands and therefore
carry black waters. he white water lood
plains are dominated by Phytelephas
tenuicaulis, Astrocaryum urostachys, and
Attalea butyracea, whereas the black
water lood plains are dominated by
Astrocaryum jauari and Bactris riparia.
Mauritia lexuosa dominates the back
swamps, and it is conspicuous because
of its enormous size. he backswamps
also have other palms, but they are less
abundant, such as Mauritiella armata
and Attalea butyracea. he Ecuadorian
Amazon houses 78 palm species, of
which 38 are neither found in the An
des nor in the coastal plain of Ecuador.
hree of the species (Ceroxylon amazonicum, Geonoma ecuadoriensis and G.
pulcherrima) are endemic to the region.
he terra irme forests are richest in
palm species; for instance, in 25 hect
ares of forest in Yasuni, 22 palm species
grow together. hey share this habitat by
having species that are specialized to the
understory, the mid story and the can
opy, respectively.
he Peruvian Amazon covers 61% of
Peru’s territory, which translates to about
0.8 million km2. Of Peru’s 149 species of
palms, 120 occur in the Amazonian part
of the country, which is by far the high
est number. Peru’s Amazonian region is
ecologically diverse. he terra irme is
by far the richest in palms, with a total
of 70 species of palms. Forests that are
periodically looded with white water
have 16 palm species. Seasonal swamp
forests have 22 palm species. We made
35 transects along the Ucayali river cov
ering 8.75 hectares and found a total of
55 species with an average number of
3512 palm individuals per hectare. Hilly
terra irme forest had 18 species and
4200 palm individuals per hectare; terra
irme on terraces had 44 species and 6756
palm individuals per hectare; lood plain
forest had 18 species and 1460 palm in
dividuals per hectare; and terra irme
on premontane hills had 36 species and
1622 palm individuals per hectare. In 11
similar transects (2.75 hectare) in the Pe
bas region, we found 54 species in terra
irme forests, the most common species
being Lepidocaryum tenue, Astrocaryum
macrocalyx, Socratea exorrhiza and
Geonoma macrostachys.
he Bolivian Amazon lies along the
southern fringe of the basin. It experi
ences seasonality and is inluenced by
climatic conditions on the southern cone
of South America, such as irregular cold
spells. It is a mosaic of tropical rain forest
and open savannahs, some of which are
periodically looded. he palms of the Bo
livian Amazon are either species that oc
cur throughout the neotropics or species
that are restricted to the Amazon basin.
English summary
Palm diversity per country
Colombia is the largest of the four coun
tries in our study region, covering 2.1
million km2, corresponding to 12% of
the South American continent. here
are 250 native palm species in 42 genera
corresponding to 55% of the species of
South American palms. Bactris with 34
species, Geonoma with 41, Aiphanes with
22 and Wettinia with 17 species are the
largest palm genera in Colombia. Of the
250 native species known in Colombia,
98 species (39%) occur only in Colom
bia. Twentyfour of them, mainly in the
genera Aiphanes, Wettinia and Geonoma,
grow in the Andes, 33 in the Paciic low
lands, 26 in the Amazon, and three in the
Caribbean lowlands.
Ecuador has the highest concentra
tion of palm species in South America.
In its 0.28 million km2, corresponding
to 1.6% of the South American conti
nent. here are 143 native palm species
in 32 genera corresponding to 31% of
the species of palms in South America.
Geonoma with 35 species, Bactris with
19, Wettinia with 13 and Aiphanes with
12 species are the largest genera and to
gether they include over half of Ecuador’s
palms. Of the 143 palm species regis
tered in Ecuador, 13 are endemic. Most
of Ecuador’s endemic palm species occur
in the Andes.
Peru has a territory of 1.2 million
km2, corresponding to 7% of the South
American continent. Peru has 149
species of palms, corresponding to 33%
of the species of South American palms.
Bactris with 22 species, Geonoma with
26, Attalea with 14, and Astrocaryum
with 16 species are the largest genera of
palms in Peru, and together they make
up over half of Peru’s palm species.
Twentyfour species are endemic to Peru,
belonging to 11 genera. Most endemic
species are Amazonian, either in the low
lands or in the eastern Andean basement
and interAndean valleys, especially in
Attalea, Astrocaryum and Desmoncus.
Eight species are Andean endemics; the
genus Geonoma is the most represented.
Bolivia has a territory of 1.1 mil
lion km2, corresponding to 6% of the
South American continent. Bolivia has
88 species of palms, corresponding to
19% of species of South American palms.
Geonoma with 15 species, Bactris with
15, Astrocaryum with 8, and Attalea
with 6 species are the largest genera of
palms in this country. Bolivia has 7 en
demic palms in three genera. Bactris
faucium grows in humid interAndean
forest in central to northwestern Bolivia.
Parajubaea sunkha grows in dry inter
Andean valleys on rich soils in central
Bolivia. Parajubaea torallyi grows in dry
interAndean valleys on sandstone in
central Bolivia. Syagrus cardenasii grows
in the Cerrado’s vegetation on alluvial
plains in the eastern lowlands in cen
tral and southeastern Bolivia. Syagrus
yungasensis grows in dry interAndean
valleys in northwestern Bolivia.
Natural and human-induced
genetic and ecological
patterns in palms of
northwestern South America
Northwestern South America has an
extremely varied geography, with great
contrasts and sharp ecological gradients.
his setting is particularly favorable for
biological and ecological diversiica
tion, as illustrated by the richness of the
palm family in this area, comprising 333
species (of which 93 are endemic) among
247
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
248
the 457 reported to date in the totality
of the South American continent. Bio
logical evolution in northwestern South
America during the Cenozoic period was
triggered by the Andean uplit, which
has favored diversiication by both niche
conservatism in boreal and austral taxa
preadapted to cold environments, and
by ecological radiation in autochthonous
Neotropical taxa which adapted in situ to
the evolution of biota. Among palms, the
wax palms Ceroxylon is a perfect example
of a taxon of Austral ainities; it probably
entered South America via Antarctica
late in the Eocene period, and that could
colonize tropical South America only
thanks to the rise of the Andes, where it
remained conined due to the conserva
tion of its preadaptation to cold. he ge
nus established irst in the oldest segment
of the central Andes, around the bound
ary of Peru and Bolivia, before continu
ing, during the last 10–15 millions years,
a northward dispersion and concomitant
diversiication (resulting in total in 12
species), while new montane habitats
progressively arose with the propagation
of the Andean uplit to the north. Diver
siication in Ceroxylon was accompanied
by the segmentation of the ancestral
niche, with derived subclades special
izing either at the bottom of the eleva
tional climatic niche (subtropical clades)
or at its top (higher mountain clades),
but with overall very little ecological and
morphological innovation.
he subtribe Bactridinae, a group of
ca. 150 spiny palm species, underwent a
totally opposite evolution, stressing the
diversity of responses to environmental
stimuli that palms are capable of exhib
iting on a longterm scale, despite their
seemingly simple and constrained mor
phology. Bactridinae are fundamentally
tropical lowland palms that have explored
the whole range of palm morphology and
corresponding niche diversity, including
the scandent habit (Desmoncus), which
is unique among Neotropical palms,
the miniature (Bactris, Aiphanes), and
the gigantic (Astrocaryum) habit, as
well as highly specialized adaptations
like the pyrophytic graminoid habit
(in Acrocomia and Astrocaryum) and
the amphibious habit (in Bactris and
Astrocaryum). Aiphanes originally had a
periamazonian and periandean distri
bution in thermophilous mesic forests
but succeeded in colonizing the Andes
in late Oligocene (25 MA), and later
(13 MA), began an intense radiation in
the mountain biota, largely entering in
sympatry with the other Andean colonist
Ceroxylon, although by a completely dif
ferent adaptative strategy.
During the late Tertiary (Neogene)
period, the presentday structuration
of the region took place, with the rise
of northern Andes, drainage of the Pe
bas sea, closure of the Western Andean
Portal, formation of the Amazon river
and the drainage system of the oriental
Andes, all of which have a clear signature
in the phylogenetic and genetic structure
of northwestern South American palms.
In Oenocarpus bataua, a species largely
distributed in tropical South America
up to 1200 m elevation in the Andes,
there is a genetic diferentiation between
Chocoan and Amazonian populations,
and within the latter, between those pop
ulations of the perhumid forests of the
Napo basin and seasonal forests of the
Iñambari basin. In Euterpe precatoria, a
species largely dispersed in northwest
ern South America between less than
100 and 2000 m elevation, the Chocoan
versus Amazonian diferentiation is also
evident, but the genetic pattern in Ama
zonia is diferent: it shows two highly
English summary
diferentiated gene pools forming two
parallel bands, an inner one with a sub
Andean distribution and an outer one
bordering central Amazonia.
In both Oenocarpus bataua and
Euterpe precatoria, transAndean ex
changes through the AmotapeHuanca
bamba delexion played a fundamental
role in the presentday amphiAndean
distribution of these species. Moreover,
numerous presentday diversity patterns
are as recent as the Quaternary period.
In particular, the Andes, despite their
inal rise during this period, continued
to act until the Pleistocene period as a
permeable barrier, allowing widespread
dispersion on both sides, as shown by
the genetic patterns of the montane
species Prestoea acuminata, Ceroxylon
echinulatum and Ceroxylon quindiuense.
Concomitantly, the lateral spreading of
the Andean tectonics fragmented west
ern Amazonian subsident swamps and
promoted genetic isolation of popula
tions of Mauritia lexuosa.
hese naturallyestablished pat
terns are being modiied by the Hu
man imprint, a phenomenon that had
to be taken into account in a context of
pervasive ecosystem alteration. he re
sponses of palms to these pressures can
be interpreted using the concept of re
silience, i.e. the capacity of a system to
absorb perturbation and reorganize itself
under constraint, retaining essentially
the same function, structure, identity
and feedbacks. A particularly threat
ened ecosystem is the Andean cloud for
est, where the resilience of the keystone
palm species Ceroxylon spp. and Prestoea
acuminata has been studied. Consis
tently, intermediate perturbation levels
like selective logging promoted higher
density of palms, leading to the interpre
tation of Ceroxylon/Prestoeadominated
montane lanscapes as humaninluenced
vegetation, a statement that was not clear
from previous empirical interpretation.
However, this positive demographic re
sponse is hindered by the collapse of the
disperser communities in disturbed veg
etation, precluding longterm viability
through genetic depression due to the
rupture of landscapescale and meta
populational gene low. Both Ceroxylon
and Prestoea exhibit strategies of delayed
decay that allow them to retain popula
tion viability even in very altered envi
ronments over decades or even over a
century. Subsequent recovery is possible
provided habitat protection and restora
tion can be established before the end of
the resilience time window. In Ceroxylon,
this is achieved by both the longlife
adult stage and the juvenile rosette stage
with subterranean meristem, both being
resistent to deforestation, ire and graz
ing resistant through diferent mecha
nisms. In Prestoea, resilience is achieved
by suckering, a strategy particularly ei
cient in this species which is prone to a
high stemharvesting pressure for palm
hart. Moreover, experiments about the
positive efect of nurse plants in pastures
suggest that the most sensitive, earli
est stages of development in Ceroxylon
plants may allow them to maintain, rela
tively easily, the demographic continu
ity of the palm population in pastures,
which is very promising given the wide
spread replacement of the cloud forest by
cattlegrazing areas.
At a lower elevation on the eastern An
dean piedmont, the resilience of two spe
cies of Astrocaryum has been studied, one
solitary (A. perangustatum) and one cespi
tose (A. carnosum). A. perangustatum,
like Ceroxylon, showed high resistance
to deforestation at the adult stage, but
did not regenerate in pastures, therefore
249
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
impeding its longterm viability under
these conditions. Astrocaryum carnosum
on the contrary, by developping subterra
nean suckering even at the juvenile stage,
demonstrated a high capacity to maintain
of viable populations even in a context of
deforestation and grazing pressure.
In conclusion, the great diversity of
strategies in northwestern South Ameri
can palms, resulting from million years
of evolution in a very dynamic and var
ied environment, also induces a wide
variability of responses to perturbation
and the impossibility of drawing a sim
ple general resilience pattern for palms.
However, several consistent trends have
been identiied, in particular in relation
to palm architecture, that, in conjunction
with habitat protection and restoration,
can be used to deine conservation strate
gies and management plans to ensure
longterm ecosystem and biodiversity
sustainability in this region that is glob
ally signiicant for its biological richness
and diversity.
Palm uses by
rural populations
250
Since the arrival of the irst European
naturalists to the American tropics it is
well known that palms provide a plethora
of products to the inhabitants of north
western South America. Palms have been
and still are of great importance in meet
ing basic subsistence needs, especially for
rural indigenous, peasant and afroameri
can populations in the lowland forests
(Amazon and Chocó) and in the Andes.
Additionally, a multitude of palmbased
products play a key role in providing cash
income to many families in rural areas
and small businesses.
he most geographically widespread
and conspicuous palms tend to be used
more, but this does not always mean that
the most ecologically important species
are the most used. hree palm growth
forms have a signiicantly greater con
tribution to the use value of forests: large
tallstemmed, largeleaved medium
short stemmed, and small palms.
To quantify the use of palms in north
western South America, we irst carried
out a bibliographic review of works pub
lished over the past 60 years to determine
the uses given to all existing palms in
Colombia, Ecuador, Peru and Bolivia.
We then conducted intensive ieldwork
to document current ethnobotanical
knowledge in the same region. he bib
liographic review of 255 palm ethno
botanical references yielded 194 useful
species and 2395 diferent uses, with a
mean of 12 uses per species. In ieldwork,
we collected 140 useful species and 2262
uses, with a mean of 16 uses per species.
In both cases, the Amazon was the best
studied ecoregion in all countries in com
parison to the Andes and Chocó ecore
gions. Overall, the Andes was the second
most important ecoregion in palm uses in
Ecuador, Bolivia and Peru, but in Colom
bia the Chocó was more important than
the Andes.
Indigenous people possess a greater
knowledge about palms, but they are also
the group that has been more oten stud
ied. However, this does not mean that
mestizo’s knowledge should be underval
ued, because many of the reviewed refer
ences and use reports did not explicitly
mention which human group was stud
ied, and these likely referred to mestizos.
In the Colombian Chocó, the knowledge
of afrocolombians was similar to that of
indigenous people. Palms are most in
tensely used by those groups with less
English summary
access to services and markets, as well
as in those areas where road infrastruc
ture and communities are less developed.
Indigenous peoples, like many groups of
mestizos and afroamericans, have a long
history of settlement and contact in the
environments they currently occupy, and
along with their remoteness and diicult
accessibility, this has allowed them to
have a profound biological knowledge
of the ecosystems. he various indige
nous groups have a highly diferentiated
knowledge, even among groups that oc
cupy very large territories and share sim
ilar resources.
When we compared the ethnobo
tanical information about palms that
was recorded over the past 60 years with
the knowledge collected in ieldwork, we
found that in the three ecoregions, there
are large information gaps. here were
more gaps in the Andes and the Chocó
than in the Amazon. For the three human
groups analyzed, ieldwork gathered more
information than was registered in the
literature. here was remarkable consen
sus between the literature and ieldwork
data in ranking Human Food, Construc
tion, Cultural, and Utensils and Tools as
the most important use categories in the
three ecoregions and four countries.
Socioeconomic factors afect palm
use patterns in a selective and very lo
calized way, suggesting that traditional
knowledge systems are highly variable
and dynamic. herefore, generalizing
about the predictive power of these fac
tors and their efect on knowledge is not
an easy or straightforward task. Of the 14
analyzed socioeconomic factors, gender
has the greatest inluence in the three
ecoregions, indicating that men have
greater knowledge than women in all
palm use categories. his pattern could
have two explanations. In the lowlands,
men are more involved in collection ac
tivities in the forest than women, while in
the Andes men tend to work longer out
side their communities, enabling them to
acquire more knowledge than women.
Overall, and as expected, older infor
mants have a greater knowledge than the
younger informants, although exceptions
exist.
he use of palms is not random, and
there is a great number of species and
uses that are shared between human
groups, countries and ecoregions. Tall
stemmed species have a greater number
of associated uses and play a fundamen
tal role in the subsistence strategies of
the diferent human groups, particularly
indigenous people. hey represent key
stone cultural species. Five species stand
out as being the most important across
all ecoregions: Bactris gasipaes, Iriartea
deltoidea, Oenocarpus bataua, O. minor
and Socratea exorrhiza.
Traditional knowledge about medic
inal uses of palms is not much shared
across countries, human groups, or in
digenous groups. On the other hand, pre
liminary studies indicate that traditional
knowledge about the use of palms for Hu
man food is widely shared by the inhabit
ants of the Amazon, Andes and Chocó.
In sum, traditional knowledge of
palms is the product of historical pro
cesses of transmission and adaptation to
the changing conditions of northwestern
South America. Currently, it is increas
ingly common for studies to ind exam
ples where knowledge persists but where
uses are no longer practiced, which leads
to a progressive loss of traditional knowl
edge and to an erosion of practical skills.
It is therefore necessary to support from
all sectors actions aimed at strengthen
ing the relationship of communities with
their resources and to the development
251
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
of their life plans in a manner that con
tributes to sustainable strategies.
Useful palms of Colombia,
Ecuador, Peru and Bolivia
252
he indigenous, mestizo, and afroameri
can groups that have historically occu
pied the ecosystems of western South
America have centered their cultures and
traditions around the harvest of products
derived from palms. Despite the fact that
traditional knowledge is eroding and
other materials are increasingly substi
tuting palms, no other plant family ofers
such a wealth of uses as palms do. Palms
provide a multiplicity of uses in several
use categories: Human food, Construc
tion, Medicinal and veterinary, Utensils
and tools, etc. Based on a bibliographic
review and ieldwork carried out during
the PALMS project in Bolivia, Colombia,
Ecuador, Peru the relative percentage of
useful palm species in these countries
ranges from 67–87%, with four use cat
egories being the most useful: Construc
tion, Human food, Utensils and tools,
and Cultural uses. he palm parts that
are mostoten used are the stems, leaves
and fruits, followed by roots, seeds and
ibers; the stems are mostly used in con
struction materials, furniture, utensils
and tools; the leaves are used for thatch
ing, utensils and personal decoration; the
palm heart, fruits and seeds are edible;
the roots and oils derived from fruits
are used for medicinal purposes, and the
seeds for jewelry (rings, necklaces, ear
rings and bracelet). Sixtysix species are
used for Animal food. One hundred and
ityseven species provide Human food
uses, including use of edible fruits, oils
derived from fruits, pulp used for making
drinks and ice creams, and palm hearts.
Amazonian groups consume a greater
diversity of palmbased products in their
diets. Especially wellknown are the
palm hearts obtained from four species:
Bactris gasipaes, Euterpe oleracea, E.
precatoria, and Prestoea acuminata. En
vironmental uses include 66 species of
wild palms that are used for ornamen
tal purposes in cities and gardens; yet,
a greater number of nonnative species
is used in the region for these purposes.
he oil derived from fruits of 36 species
is used for Fuel, including Attalea spp.,
Euterpe spp., and Oenocarpus spp. Stems
from tall palms are also used as irewood.
Construction uses include 176 species,
with palm stems (hard and durable) and
leaves (resistant and durable ibers) be
ing the palm parts most oten used for
houses and for thatching, respectively.
Of the 134 species used for Cultural
purposes, many are sought for making
handicrats and souvenirs for tourists.
Palms used for Medicinal and Veterinary
purposes include 82 species, harvested
for their roots (e.g., Euterpe precatoria)
and fruits (e.g., Attalea spp.). Toxic uses
include only the use of the palm heart of
Wettinia quinaria in Colombia for hunt
ing. Palms provide Utensils and tools that
are derived from 146 palm species, with
numerable examples in these species re
lated to domestic utensils in the Ama
zon, Andes and Chocó. Finally, the use
category Other uses includes 83 species
that are mostly related to the indirect use
of the larvae Rhynchophorus palmarum
that develop in old and rotting stems of
palms and which provide a rich source
of protein in the region. Although some
practices are being abandoned in various
communities of the region, palms still
represent one of the most important and
multipurposeful natural resources for the
English summary
inhabitants of the Amazon, Andes and
Chocó.
Small enterprises and
commercialization
of palm products
Palms are extensively used in northwest
ern South America. Both a large range
of useful species and a large range of
uses have been reported. Across the four
countries of Colombia, Ecuador, Peru
and Bolivia, 140 useful palm species were
documented with a total of 2262 diferent
uses documented. Palms here represent a
valuable commodity at a range of difer
ent levels of commercialization, includ
ing a range of scales.
In the present study we attempt to
quantify the palms as an economical re
source based on abundance data and to
illustrate the diferent types and levels of
commercialization, looking into the cur
rent marketing practices, value chains
and the likely future development of
palm use and its sustainability. Timber
from many palm species is regularly used
across the region and Iriartea deltoidea,
Socratea exorrhiza and Wettinia quinaria
are among the economically most impor
tant species in this context. Use of palm
timber ranges from poles, stem splits and
slats for the construction of fences,
houses and other structures to raw mate
rial for the fabrication of handicrats,
parquet and furniture. For some species,
sustainable harvest levels are discussed in
the literature (e.g., for Iriartea deltoidea).
However, in reality Iriartea deltoidea,
Wettinia quinaria and Socratea exorrhiza
are clearly harvested at nonsustainable
levels. Details about harvest and trade are
very diicult to obtain, not least because
transportation permits (Guías de Movilización) oten represent the only require
ment for trading palm timber, which is
commonly treated as Non Timber Forest
Product (NTFP) and thus not subject to
forest laws. Once on its way to the mar
ket, the timber itself can oten not be
identiied by species anymore, and the
authorities that control the trade gener
ally only apply vernacular names when
they issue a permit. Consequently, it is
diicult if not impossible to identify the
actual taxa used in trade. Abundance
data indicate that the main timber palms
are still abundant as species. With re
ported densities ranging from 4 to 168
mature stems/ha for I. deltoidea in Ama
zonian forests and the coastal lowlands
and 4 to 192 mature stems/ha for W.
quinaria in Chocoan forests (mature
stems = DBH > 10 cm) the corresponding
economic value is between 40 and 1,920
USD/ha (beneit for landowners for 1
stem = ca. 10 USD), and 2,480 to more
than 10,000 USD/ha, respectively (slats
sold to the freshcut lower industry).
Standing crop thus represents a valuable
economic resource, but native stands are
already much depleted in some areas,
e.g., in the case of I. deltoidea in Ecuador
(Santo Domingo de los Tsáchilas, Ecua
dor). Overall market data are not readily
available from any of the countries, but it
is obvious that sustainable use of palm
timber depends on establishing, enforc
ing and policing sustainable harvest lev
els. Value chains in palm timber vary
widely depending on the type of product
marketed. hey are oten short and com
prise only the harvester of the resource,
the processing unit and the inal user. In
areas where land tenure is clear, the land
owner and sometimes the carrier or in
termediaries may be involved. From the
highly fragmentary value chain data
253
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
254
available (5 stakeholders), it appears that
both land owner and the harvester bene
it considerably from the inal sales price
for slats for the cutlower industry, with
the land owner getting approximately
25% and the harvester some 30%. How
ever, little is known about from where
most of the palm timber is harvested, and
in the case of common and state forests,
the value chain probably involves no
beneit for the land owner. here is a con
siderable market for palm timber, but no
active marketing, and since the relevant
palm species require decades to reach
maturity, it is likely that ater depredation
of the wild stands palm timber will ulti
mately be replaced by fast growing, culti
vated dicotyledonous and gymnoper
mous forest trees. In the case of palm
heart, the bulk of the material for export
nowadays comes from cultivated Bactris
gasipaes, mostly from Ecuador and Costa
Rica, but Bolivia, Peru and Colombia ap
pear to be continuing to export wild
harvested palm heart from Euterpe spe
cies, but to a minor scale. Prestoea
acuminata and other palm species are
still used for domestic consumption and
the local market. Export data does not
diferentiate between wild harvested and
cultivated palm heart, but overall export
has been largely stable for the past de
cade, with Ecuador exporting 30,000 t/a
(mostly from cultivation), Colombia ex
porting 600 t/a (mostly from wild harvest
of E. oleracea), Bolivia 8,000 t/a, and Peru
1,700 t/a. Singlestemmed E. precatoria
can not realistically be harvested sustain
ably, while E. oleracea as multistemmed
palm can be harvested sustainably at low
levels. Published data document sustain
able harvest data for P. acuminata and E.
oleracea, and value chains are well docu
mented with the primary producer re
ceiving only a small fraction of the inal
sales price. Value chains are commonly
complex, especially in the case of export,
with the canning factory playing a crucial
role in dictating prices. Sustainable har
vest levels are therefore likely commonly
exceeded due to ignorance and desire to
generate suicient household income.
he abundance data indicate that all
palm species relevant for palmito are still
common in their native habitats, with the
exception of E. precatoria and Prestoea,
which have been much depleted in their
native habitats (in Bolivia and Ecuador,
resprectively). Under sustainable harvest
levels multistemmed palms can generate
considerably lower monetary beneits
per unit area, and it seems likely that ulti
mately, wild harvest will be largely or
completely replaced by cultivated Bactris.
Palm thatch – in stark contrast to palm
heart – is marketed exclusively at local
and regional levels – and is a valuable
source of household income in many
parts of lowland Amazonia and locally in
western Ecuador and Colombia. Palm
rooing is produced from palm timber
and palm leaves, especially from
Lepidocaryum tenue and Geonoma
deversa, but also Attalea phalerata and
Phytelephas. Standing crop densities of
the species providing palm leaves are of
ten very high, and sustainable harvest
levels have been identiied for several
species, such as Geonoma deversa and
Phytelephas. Value chains are usually
short, typically consisting of a maximum
of 2–4 stakeholders, and a very high per
centage of the inal sales value (up to
40%) reaches the resource harvester and
primary producer. Market here is severly
limited, and private houses are nowadays
largely roofed with industrial materials.
here appears to be a limited scope for
market development for specialized uses,
especially for buildings for the tourism
English summary
industry. Palm thatch and palm ibres are
unlikely to expand their markets since
they are largely dependent on the tourist
industry. Palm ibre is another important
resource that is mainly processed in the
cottage industry and nowadays largely
used in the production of handicrat sold
to tourists. he highest artistic levels and,
consequently, highest prices are reached
in Colombia with a highly developed ex
port market. he most important source
of ibre is diferent species of Astrocaryum,
a genus which is still locally abundant es
pecially in Peru and Colombia. Value
chains are typically short, with oten only
1–3 stakeholders involved (direct mar
keting), and sometimes the entire sales
price reaches the primary producer.
While the overall market is limited and
closely linked to the tourism industry,
handicrats from palm ibre may contrib
ute very considerably to household in
comes and is, thus, of considerable socio
economic importance. Destructive
harvest is still locally common, but non
destructive harvest techniques and levels
are already practiced locally and region
ally. Fibre harvest may thus generate con
siderable income without compromising
source species and habitats. Palm fruit is
used both directly for human consump
tion, in processed form, and for the pro
duction of oil. Due to their complex com
position, palm fruits are valuable raw
materials for human nutrition. he single
most important palm for human food in
the region is aguaje (Mauritia lexuosa),
although its consumption is largely re
stricted to Peru. Mauritia is globally one
of the most common palms in South
America, with very high densities and
potential harvest of several tons of ma
ture fruit/ha/a. Overall, natural produc
tivity of native stands is in the range of
tens of thousands of tons. Currently,
national consumption in Peru is only a
tiny fraction of the natural productivity,
but this nearly inexhaustible resource is
in serious danger due to the prevalence
of destructive harvest techniques and the
extinction of the most valuable varieties
in accessible areas. Absurdly, resource
limitation and rising prices are starting to
be felt near major population centres,
such as Iquitos. Value chains are highly
variable, though oten very short with
primary producers receiving the bulk of
the inal sales value. However, there is
considerable industrialization in the pro
cessing of aguaje (Mauritia lexuosa), and
in this case, value chains are more com
plex and have up to 7 stakeholders. A key
factor for destructive harvest is the inse
curity of land tenure respective to the
harvest from common land, so sustain
able harvest is not encouraged. With re
gard to overall crop abundance and mar
ket development, aguaje is one of the
most important palm resources. Market
development overall is poorly under
stood since it is not captured in oicial
statistics, but it would certainly continue
to expand if high amounts of highqual
ity fruit were available. Due to the natu
rally high densities and productivity, do
mestication or semidomestication of
Mauritia represent one possible future
option. he fruits of, e.g., Euterpe
oleracea,
Attalea
butyracea
and
Oenocarpus bataua are also collected
from the wild for oil production. he
valuable edible oils are still largely pro
duced in smallscale enterprises or cot
tage industries. he relevant species are
still locally very abundant, and the po
tential harvest from natural stands oten
exceeds several hundred kg/ha/a. Oils
have good properties for food and cos
metics industries, but lack the character
istics to make them actual food
255
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
256
supplements (overall low degree of un
saturation). In comparison to the rela
tively conventional fatty acid composi
tion, prices are currently very high, far
exceeding that of vegetable oils of similar
fatty acid composition. Native palm oils
will thus only establish themselves in the
market if additional health beneits come
to light (e.g., vitamin content) or prices
drop dramatically. Value chains typically
involve 4–8 stakeholders, with less than
10% of the inal retail price reaching the
primary producer of the fruit. Perhaps
for this reason, much of the wild harvest
is still destructive, a problem likely com
pounded by insecurity of land tenure.
he midterm perspective for the devel
opment of native palms oils from wild
harvest is diicult to judge. he perish
able nature of the raw material, the logis
tical challenges in transporting wild
harvested palm fruit to the place of
processing, and the low levels of quality
control in basic processing plants present
challenges in developing a viable market
for palm oils. Overall, an expansion of
the market for native palm oils in the
near future is unlikely, unless these prob
lems are overcome, which would most
likely happen via managed stands or do
mestication. he palm seeds of
Phytelephas are a inal important palm
resource: tagua, or vegetable ivory, is a
very important commodity exported
mainly from Ecuador, but also processed
nationally. Phytelephas palms are still
abundant, especially in Ecuador, with
great densitites. Productivity reaches sev
eral hundred kg/ha/a of tagua nuts/ha/a.
Ater processing, the value of tagua in
creases by several order of magnitude,
with oten less than 1% of the inal retail
price reaching the primary producer.
Value chains, especially for the exported
product, are complex and oten involve
more than 10 stakeholders. In spite of the
low percentage of the retail price reach
ing the primary producers tagua trees are
recognized as a valuable resource and
generally harvested nondestructively.
However, the use of tagua leaves for palm
thatch is oten more lucrative for the pri
mary producer than tagua nut harvest,
and this compromises native tagua
stands. Vegetable ivory is an increas
inglycoveted resource in the industrial
ized world, and export levels have been
consistently high since the rediscovery
of the material at the end of the last cen
tury. he market will likely continue to
expand with adequate (international)
marketing, possibly with the help of
added value by adequate certiication.
Currently, tagua export plays a very sub
ordinate role in Peru and Colombia, in
spite of the local abundance of
Phytelephas. An expansion of the tagua
market into Peru and Colombia in the fu
ture is conceivable. Marketing for most
products is nonexistent, or at most,
poorly developed, with little coordina
tion between primary producers and rare
stakeholder integration. Overall under
standing of commercial activities involv
ing native palm species is still incomplete
and overall markets could not be satisfac
torily explored due to little administra
tive control and the absence of oicial
statistics. he number of commercialized
palm products decreases with increasing
geographical extent; in each of the coun
tries, the range includes around 30 prod
ucts that are commercialized on the local
level to less than a dozen that enter inter
national markets. In this range, palmito
and few handcrat products (furniture,
jewellery) are exported as inished prod
ucts, whereas most native palm exports
represent product precursors only (tagua
discs, fruit oils for cosmetics).
English summary
Accordingly, only a few palm products
are to be found in the markets of big or
capital cities in NW South America and
are oten only available if ordered in ad
vance (on demand). he bulk of palm
raw materials and products is directly
consumed by the harvester and his fam
ily or is traded informally to inhabitants
of the same and nearby communities or
to, e.g., river traders. In spite of the wide
range of useful palms, only a relatively
small number thus play a noteworthy
role in the economies of the countries
under study. According to the interviews,
stakeholders regularly face problems due
to inconsistent ofer and demand, unsta
ble or ephemeral markets, and on the
side of the consumer, inconsistent or low
product quality and problems associated
with unsustainable management prac
tices. For many products such as thatch,
timber and oil, production on demand is
very common, and this basically means
that there is only a limited open market
for these products. Market development
in the diferent palm resources is diicult
to predict, but some predictions can be
made. he data summarized here indi
cate that native palm stands oten repre
sent a very considerable monetary value;
many resources (ibre, fruit) could be
easily managed sustainably and generate
income for adjacent communities, mak
ing an important, albeit minor, contribu
tion to local and regional, in a few cases
also national, economies. Sustainable
harvest levels have been identiied for a
range of diferent species, and under
these sustainable harvest regimes, raw
materials corresponding to a value of
hundreds USD/ha/a could be generated.
However, sustainable harvest is currently
mainly exercised in tagua and increas
ingly in some fruit and ibreproducing
palms; most other palm resources are
still harvested nonsustainably. Reasons
for this are probably (1) the usually small
percentage of beneit that actually reaches
the primary producer and resource man
ager, and (2) also the insecurity of land
tenure. Individual data sets about the
value of palms in particular communities
indicate that economically appreciated
palms are spared in forest clearance, and
their abundance may increase in culti
vated land, at least initially. However,
these palms stands do not regenerate
normally, nor is native forest with eco
nomically valuable palms spared as such.
hus, palm appreciation does not appear
to make much of a contribution towards
ecosystem conservation under current
socioeconomic and legal conditions.
Sustainability of palm harvest
Most palm products harvested in north
western South America come from
mixed forests, but in a few cases, har
vested palms form large homogeneous
stands, or grow as isolated individuals in
pastures or other deforested areas. Some
species are spared in slashandburn
forest plots, or they are planted therein.
Sometimes palms are components of
complex agroforestry systems. Only two
species have been domesticated in the
neotropics: the lowland Bactris gasipaes
that produces edible fruits, and the An
dean Parajubaea cocoides, used both as
ornamentation and as a source of nuts.
A third species, the iberproducing
Astrocaryum chambira, was in the pro
cess of domestication at the time of the
European invasion, but this process has
ceased as new materials replaced the
palm’s iber.
Palm products are usually harvested
from communal or state lands, but in
257
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
258
some cases, they are harvested from
other people’s lands by landless peasants.
When the harvesters get the product
from their own property, the implemen
tation of sound management practices is
more likely. When harvest takes place in
communal lands, harvesters tend to over
exploit the resource, acting under the
reasoning “if I don’t cut it today, someone
else will cut it tomorrow.” his is what is
called “the tragedy of the commons.”
he number of species for which in
formation on management practices is
available is much smaller than the num
ber of species used, suggesting that in
many cases, people use palms without
any consideration of the fate of their
populations in the future.
Elements determining the sustain
ability of palm harvest include: (1) Abun
dance of the palm species, (2) Growth
form (solitary, cespitose, small, large,
acaulescent, spiny, nonspiny), (3) Phe
nology, (4) Plant part used, (5) Product
demand, (6) Harvest technique, and (7)
Additional management practices (trans
planting, seed dispersal, regulation of
harvest cycles).
he driving factor that most strongly
afects the fate of wild populations is the
harvesting technique used to gather the
required product. In northwestern South
America, palms are oten cut down for
obtaining their leaves or fruits, even when
these products could have been obtained
from the ground, using the appropriate
techniques. Palms up to 8 m tall may be
reached with a ladder or a bamboo stem
with notches. Another option is to cut
the desired product from the ground
with an Sshaped blade mounted on a
pole. Introduction of this tool into the
lower San Juan River in Colombia eradi
cated the malpractice of cutting down
Astrocaryum standleyanum for its spear
leaves, a source of iber. When palms ex
ceed 8 m in height, the best option is to
climb them. Palms can be climbed by us
ing only legs and arms, or by using a ring
of rope or liana wrapped around the feet
and the palm as an additional source of
support.
he following two techniques are
more elaborate and both have provided
excellent results. he instruments em
ployed are simple to build and to trans
port and safe to use, and both can be
used to quickly climb a diversity of palms
with various diameters, including thick
stemmed plants. hey are the estrobo and
the marota.
he estrobo is the system commonly
used throughout northwestern South
America to climb telephone poles. It con
sists of two rings of rope, each of which
has a total length about four times the
circumference of the stem to be climbed.
In order to climb the palm, the palm’s
stem is surrounded with the extended
ring like a double rope, and one end is
passed through the loop formed by the
other end, tightening it around the stem.
he two rings are placed in the same
way, one of them 80 cm above the other.
Each of the rings has at the lower, hang
ing end, a suitable surface for the foot. In
the more elaborate version, the lower estrobo has a wooden board 30 cm long and
20 cm wide, and the other one has a thick
segment wrapped in cloth or leather. To
climb a palm, the climber stands with his
right foot on the board of the lower estrobo, and passes the let thigh through
the ring of the upper one. Supporting the
body weight on the thigh, the climber
pushes with the hands the lower estrobo
along the stem as high as he can, and
then he stands on the board again and
moves the upper estrobo upwards as far
as he can, and then he repeats the process
English summary
again. Advancing in this way, an experi
enced climber can climb a 20 m tall palm
in about two minutes.
he estrobo is used in the village of
Veinte de Enero, near Iquitos, in the Pe
ruvian Amazon; its use during the last
twenty years was a great success among
fruit harvesters of Mauritia lexuosa, and
it led to the abandonment of the mal
practice of felling the female palms.
he marota is based on the same prin
ciple of pressing body weight against the
palm. It consists of two Xshaped wooden
structures. By holding the X horizontally,
the distal angle is pressed against the
palm, and the distal ends of the wooden
rods are tied with string, thus forming a
triangle that encloses the stem. he tri
angle located on the harvester’s side is
closed with another stick of wood. To
climb the palm, the harvester sits on the
upper marota and pulls up the lower one
with his feet as high as possible. He then
stands on the lower marota, and pushes
up the upper one as high as possible, and
then sits again on it, and repeats the oper
ation. In this way, a harvester may climb
a 20 m tall palm in 2–3 minutes. Unlike
other techniques for climbing palms, the
marota ofers the harvester the possibil
ity of sitting at a distance from the stem,
which makes it possible to use the device
for climbing spiny palms. In fact, this
method has been used in western Co
lombia to harvest the fruits of the spiny
peach palm (Bactris gasipaes).
Assessment of palm harvest sustain
ability is based on the elements discussed
above. here are intrinsic and extrinsic
criteria. Intrinsic criteria are associated
with the species’ own biology; extrinsic
criteria are associated with its manage
ment. Intrinsic criteria can make one spe
cies more appropriate for harvesting than
another. For example, cespitose palms are
intrinsically more suited for palm heart
harvesting than singlestemmed palms
since they produce new shoots that even
tually replace the cut stem. Extrinsic cri
teria, on the other hand, can be modiied
in order to reach a sounder management
of the palm.
Assessment criteria are presented in
Table 1 as a list of parameters, each of
which receives a score between 1 and 5,
depending on its greater or lower impact
on harvest sustainability. A species’ po
tential harvest sustainability is calculated
as the combined score of both param
eters. hus, for example, a palm with a
low score in its intrinsic parameters re
quires a high score in its extrinsic ones
in order to guarantee the sustainability of
its harvest. It is not possible to establish
a ‘right’ value that determines a species’
harvest sustainability, though. Low val
ues in both types of parameters, however,
indicate risky conditions that deserve a
detailed study before harvest is imple
mented. On the other hand, high scores
in both parameters indicate species with
a low risk for sustainable harvest. In both
cases, preliminary studies and regular
monitoring must be carried out.
Intrinsic parameter scores
Minimal: 8 scarcely sustainable
Maximal: 21 sustainable
Extrinsic parameter scores
Minimal: 6 scarcely sustainable
management
Maximal: 17 sustainable management
Any recommendation for sustainable
harvest must be accompanied by periodic
monitoring. he latter seeks: (1) to verify
the appropriate application of recom
mended practices, (2) to verify the state
of the palm populations being harvested,
(3) to receive feedback from harvesters,
(4) to assess market pressure, and (5)
259
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
260
to introduce any necessary corrective
actions.
Local community members must be
trained during the process of harvest es
tablishment, so that they can keep record
of any changes in sustainability parame
ters. his will allow community members
to be true local researchers, so that even
tually harvesters themselves can generate
the required information to make col
lective decisions about species manage
ment. his kind of capacity building will
take time, during which researchers’ sup
port must be available.
he periodicity of monitoring de
pends on the life cycle and growth form
of the involved species, as well as the
estimated or observed market pressure.
Smaller palms and those with fast growth
require close monitoring, as well as those
harvested for palm heart or stems. In
general, monitoring periods range be
tween 2 and 5 years.
Monitoring must include the follow
ing steps (not necessarily in order): (1)
visiting the area and discussing with lo
cal people the development of the sus
tainable harvest program initially im
plemented; (2) carrying out participant
observation; (3) establishing some plots
for determining population structure;
(4) making any necessary adjustments
to the initial recommendations; and (5)
discussing monitoring results with local
population.
Achieving harvest sustainability re
quires action at all levels, from harvesters
to environmental authorities. Resear
chers provide the technical, objective
information for assessing harvest impact.
Environmental authorities must use in
formation provided by researchers in or
der to develop, disseminate and enforce
appropriate management practices. Har
vesters must be appropriately instructed
through longterm educational cam
paigns and regular workshops. Traders
and entrepreneurs must be involved in
the process as much as possible since the
prices they pay, the quantities they buy,
and the labor conditions they ofer will
afect harvest sustainability. Consumers
must be appropriately informed about
the origin of the products they consume,
the procedures used to obtain them, and
the labor conditions of extractivism. In
this way, they will be willing to pay a
higher price for the palmderived prod
uct, which will eventually be relected in
the harvest process. Landowners should
be invited to workshops where sustain
ability is discussed, particularly in cases
where palms are harvested from other
people’s land.
Recommendations for
guaranteeing a
sustainable harvest
Implementation of a few simple harvest
practices will help guarantee that palm
harvest will be sustainable in the long
run. Most of these practices require no
investment or a low initial investment,
and they are all easy to develop. Although
there are appropriate practices speciic to
each species, the following general prac
tices will apply for most palm species
throughout the area.
1. Do NOT cut a palm to harvest its
leaves or its fruit.
2. Reach the leaves or the fruit by using
a sharp blade mounted on a long
pole.
3. Climb tall palms
4. Do not harvest all the leaves.
5. Harvest every other spear leaf.
English summary
Table 1. Criteria for assessing palm harvest sustainability
Criterion
INTRINSEC CRITERIA
Palm’s local abundance
Scarce
Moderately abundant
Abundant
Growth form
Solitary
Cespitose
Stem height
>8m
2–8 m
Up to 2 m
Acaulescent
Stem diameter
> 20 cm
Up to 20 cm
Spines
Present
Absent
Phenology
Leaf production rate
Up to 2 per year
3–6 per year
> 6 per year
Fruit production
Seasonal
Year round
Plant part used
Stem
Spear leaf
Sap
Leaves
Fruits
Leaf sheat fibers
Score
1
2
3
1
2
1
2
3
4
1
2
1
2
1
2
3
1
2
Criterion
EXTRINSEC CRITERIA
Use level
International market
Domestic market
Local trade
Household
Product volume consumed
High
Medium
Low
Periodicity of use
Year round
Occasional
Harvest technique
Stem is cut down
Stem in not cut down
Leaf harvest
All leaves are cut
Less than 50% of leaves are cut,
leaving at least one expanded leaf
20–50 % of leaves are cut
< 25% of leaves are cut
Additional practices
No additional management practice
Some kind of additional
management practice
Score
1
2
3
4
1
2
3
1
2
1
2
1
2
3
4
1
2
1
1
1
2
2
3
261
6. Follow the recommendations of
researchers.
Implementation of action is currently
at diferent levels in the various coun
tries of northwestern South America. In
Bolivia, the process of sensitising local
communities is underway. In Peru, simi
lar materials have been produced for vari
ous indigenous people, and management
plans for several species are already avail
able. In Ecuador and Colombia, complete
books with biological information on the
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
most heavily used palms have been pro
duced, and it is expected that these books
will be the base whereupon environmen
tal authorities will build up their action.
In Colombia, several booklets on various
species have been produced, and some
projects are now starting in collaboration
with other organizations, in order to as
sess the sustainability of several species.
Additionally, Colombian palm research
ers have started a global management
plan for all Colombian palms, under the
auspices of the Ministry of the Environ
ment. hus, implementation of action
will extend beyond the conclusion of the
project, and the impact of PALMS will be
felt in northwestern South America for
years to come.
Policy of use and
sustainable management in
northwest South America
262
Countries in northwestern South Amer
ica (Colombia, Ecuador, Peru and Bo
livia) host a great diversity of palms
(333 species), most of which are shared
among them, including ~70 widely dis
tributed in the region. Besides common
species, these countries share similar
conservation and management problems
related to palm harvest products. he ex
traction of ibers, leaves, fruits and clonal
palm stems has great potential for sus
tainable use because most of these palm
parts are produced seasonally and typi
cally replaced within a year. On the other
hand, the harvest of solitary arborescent
palms stems has a limited sustainabil
ity because their replacement in natural
forests usually takes decades. In both
cases, however, there are plenty examples
of unsustainable harvest and informal
trade. Counteractive and destructive
management practices threaten the sus
tainability of palms and make them vul
nerable, especially in heavilypopulated
areas, such as the Andean Region, the
Paciic Coast of Ecuador and the Carib
bean region. Palms are better preserved
in the Amazon, although they face seri
ous threats around major cities there, as
well.
Concerning the legal framework,
palm products are labeled as Nontim
ber Forest Products (NTFP). Neither
restrictions nor regulations are placed
on harvesting NTFP for subsistence
(except in Colombia, where harvesters
must register the land to be harvested),
whilst harvest for commercialization re
quires a number of regulations. None
theless, the information gathered by
the PALMS project across the region
shows that plenty of palm products are
illegally traded. For instance, products
harvested in remote locations are fre
quently traded in local markets without
any permit, or to intermediaries who
stockpile the products and eventually
trade them in the cities. Although the
magnitude of such practices is diicult
to assess, our observations suggests that
it is common regionwide. A second el
ement that heavily afects sustainability
is the fact that a transport permit alone
is enough to legalize a number of prod
ucts. For instance, in Ecuador, transport
permits are issued for trading stems of
centenary arborescent palms, such as
Iriartea deltoidea and Wettinia spp., re
gardless of whether they have a harvest
ing permit, which should be issued be
forehand by the same authority, or if they
come from sustainable practices. Several
commercially important palms are lo
cally common and widely distributed
in the region, a feature that favors their
sustainability; however, many of them
English summary
undergo such high harvesting pressure
that their populations become locally
extinct or reach a point of diicult re
covery. A number of study cases, such as
that of palm heart extraction of Euterpe
olearacea in the Paciic Coast of Colom
bia, or that of E. precatoria in Boliva and
Peru, show how overharvesting increases
with increased marketing pressure. his
overview reveals serious deiciencies in
the regulation systems and how the cur
rent procedures favor illegal harvesting.
For peasants, who are usually poor and
obtain cash income from this activity, it
is more convenient to harvest palm prod
ucts illegally than follow the complex,
costly and unneeded regulations. Being
legal is unnecessarily expensive for har
vesters and penalties are negligible and
usually do not imply a real risk to trad
ers. A review of the legislation, the per
ception of stakeholders, and interviews
with harvesters and traders suggest that
sustainable harvest of palm products has
legal, administrative and communicative
obstacles in all countries.
In spite of this scenario, palms
could be an alternative for conservation
through use and an option to improve
the economy of rural populations. here
are management practices developed by
indigenous communities and mestizo
farmers to harvest palm products sus
tainably, either from natural forests or
from palms integrated into agroforestry
systems. Such knowledge needs to be
revived, incorporated into the regula
tions, and promoted to minimize the im
pact of palm product harvest. Based on
the PALMS project indings, we present
some recommendations to improve the
political and administrative manage
ment of palm products use and trade
in the region. he ten most important
recommendations are summarized in the
following:
1. Simplify regulations (avoiding con
tradictions and clarifying competen
ces of diferent institutions) to apply
for harvest permits and shorten the
response time.
2. Develop technical guidelines to es
tablish limits of harvest by product
and species based on scientiic infor
mation. Such guidelines will help the
harvester to produce a management
plan and the administration to eva
luate supervise the application and
execution of the plan.
3. Forbid harvest of NTFP, such as
fruits, ibers and leaves, by felling the
stems of palms.
4. Control the origin of the harvested
products that are traded and trans
ported from harvested areas. Cross
check the volume, frequency and
intensity of traded and transported
products with harvest authorizations.
5. Establish and enforce penalties for
illegal trade of products harvested
without permits and sustainable
practices.
6. Establish incentives such as certii
cates to warrantee the origin of the
products and improve the income of
harvesters.
7. Create thematic networks between
entrepreneurs, scientists, public em
ployees and harvesters, that enable
communication of technical and
trading aspects of a given palm
product. his is especially impor
tant for species of great commercial
importance.
8. Communicate scientiic knowledge
at diferent levels to increase the con
cern about preserving palm species
and products.
263
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
9. Develop research programs to mini
mize the harvest impact of palm
NTFPs. Sustainability studies should
be carried in the long term and
should include demographic as well
as socioeconomic conditions of the
harvesters.
10. It is essential to establish a monito
ring program for management plans
so that they can be periodically ad
justed. Such a program needs also to
be established for the administrative
system in order to constantly eva
luate and amend the system of pe
nalties, sanctions and incentives.
Biodiversity informatics
and the palm family
264
he methods of taxonomy are long
standing and resilient. Far from being
oldfashioned or set in its ways, taxon
omy has retained its methods because of
their eiciency and simplicity. However,
as the grand scale of global biodiversity
has emerged, so has the challenge to
manage information about it. he failure
of the taxonomic information pipeline is
serious, as taxonomists provide the key
to information far beyond taxonomy it
self, such as the wealth of ethnobotani
cal information about plant uses, and the
resulting trade in the raw materials and
their products.
It has now been widely demonstrated
that information technology and the in
ternet can ofer many solutions to the
challenges faced by taxonomy. Here, we
demonstrate how the palm family has
been used as a model for the delivery of
the plant taxonomy online, resulting in
substantially increased access to palm
biodiversity information and expanded
audiences. We also show how this test
case has been extended to mobilize the
enormous amount of data on the uses of
palms, both from the literature and infor
mation gathered during major projects
such as EU FP7 Palms (www.fp7palms.
org), and to make them freely avail
able within a structured etaxonomic
framework.
Palmweb (www.palmweb.org) is an
online biodiversity information resource
that provides authoritative and uptodate
palm taxonomy and associated content. It
aims to bring together this scattered and
oten inaccessible palm taxonomic in
formation within a single, freeofcharge
website, with the intention of delivering
an online monograph of the palms of the
world. Palmweb is led by Royal Botanic
Gardens, Kew, but several institutions
directly contribute to the development
of Palmweb, most notably the Botanical
Garden and Botanical Museum, Berlin
(BGBM) and Aarhus University.
Palmweb was initiated by EDIT, the
European Distributed Institute of Taxon
omy (www.etaxonomy.eu), which devel
oped new etaxonomic tools, primarily
the EDIT Platform for Cybertaxonomy
(www.cybertaxonomy.eu) and Scratch
pads (www.scratchpads.eu). he palms
were selected as an exemplar group with
which to test these developing technolo
gies. Palmweb is implemented using the
EDIT Platform for Cybertaxonomy,
based on the BGBM, which is a collection
of tools and services that together cover
all aspects of the taxonomic worklow.
he EDIT Data Portal provides
Palmweb with all the functionality that is
expected of a cuttingedge biodiversity in
formation portal. he portal is structured
around a classiication method based on
the World Checklist of Palms. he clas
siication can be browsed via a classii
cation tree or search terms, leading the
English summary
user to taxon pages, which are available
for both species and genera. hese pages
ofer information such as distribution,
descriptions, biology, ecology, common
names, uses, nomenclature and images.
he content provided by Palmweb comes
from a wide range of sources. As currently
scoped, Palmweb reproduces taxonomic
information that has already been pub
lished in a citable source, such as a jour
nal article or a book. hose holding rights
over the content have granted its reuse
within Palmweb under a Creative Com
mons licence (www.creativecommons.
org/licenses/byncsa/3.0/). Content is
added to Palmweb via the EDIT Taxo
nomic Editor (www.cybertaxonomy.eu/
taxeditor), a standalone desktop applica
tion, which can also be run via a virtual
desktop, that permits collaborative work
ing. Data are stored in the Common Data
Model (CDM) database, described as
“a repository for every conceivable type
of data produced by taxonomists in the
course of their work” (www.cybertaxon
omy.eu).
he FP7 PALMS project provided an
excellent opportunity to test the extensi
bility of the CDM database. he project
required that all published ethnobotani
cal information on the palms of the four
northwestern South American countries
(Bolivia, Colombia, Ecuador, Peru) cov
ered by the project be organized and in
tegrated within the relevant taxon pages
in Palmweb. To achieve this goal, a simple
data capture tool was created using Mi
crosot Access, which facilitated both the
capture of free text copied directly from
the source and categorical data based on
the TDWG Economic Botany Data Stan
dard, with each element fully linked to
the source. Project partners based in Ma
drid completed a survey of the literature
(including grey literature), incorporating
all data in the data capture tool. he i
nal dataset included data for 194 useful
palm species from 255 literature refer
ences, which were captured as 2,395 text
excerpts that were then categorised into
6,141 use reports (i.e. inely atomised
use reports by species). he irst output
from this dataset was an analysis of palm
uses across the region, published in a
scientiic paper. he next step required
an extension of Palmweb to be built in
all three components of the system that
permitted the display of these data in the
portal. Following a requirementsgather
ing phase involving members of the FP7
PALMS project at a number of points
during the project, modiications were
made to the CDM, Taxonomic Editor
and Data Portal. For the taxa identiied
during the datagathering survey stage
of the project, Palmweb now presents
the use texts (with references) collated
in a “Uses” of species page, with a table
displaying categorical variables derived
from each use text (use category, use sub
category, plant part, human group, ethnic
group, country). his rich ethnobotani
cal resource can be expanded in the fu
ture by manually adding further data to
individual taxa via the Taxonomic Editor.
To date, Palmweb contains taxon
pages, comprised of accepted names,
synonymy, distributions and distribution
maps, for all palm taxa (185 genera, 2593
species, 312 infraspeciic taxa). Rich de
scriptive content is available for all gen
era and 1496 species and infraspeciic
taxa (51%). Original publications are
available for 2044 accepted taxa (70%)
and over 3300 images are available for
1027 taxa. Work continues to gather and
add new content, mostly by staf at RBG
Kew, with additional contributions made
by volunteers and collaborative support
265
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
266
from the palm specialist community (for
example, from Aarhus University).
For the year 201213, Palmweb re
ceived over 500,000 page views, rep
resenting ca. 1,500 views per day. his
equates to approximately 12,500 unique
visitors of whom over 4,250 visited more
than once. Palmweb is also being used in
a systematic way, involving extensive re
purposing of the data for new audiences.
A collaborative and integrated approach
is taken by eMonocot (www.emonocot.
org), a UK Natural Environment Re
search Councilfunded project that aims
to provide biodiversity information on
an unprecedented scale for all 70,000
species of monocot angiosperms. Palmweb is created using the taxonomic data
exchange standard and the content is ag
gregated with other monocot content in
the eMonocot portal. his increases the
audience for Palmweb content substan
tially and also means that distinct func
tionality implemented in the eMonocot
portal can be used to explore and analyze
Palmweb data in ways not possible in
Palmweb itself.
he eMonocot portal also permits us
ers to download data under the terms
by which it was originally provided to
eMonocot. An excellent example of this is
provided by Palmworld, which is an ap
plication developed for iPad and iPhone
(with an Android version in production;
see www.palmworld.org) that is aimed
at amateur and horticultural users. Us
ing a Darwin Core Archive extract from
eMonocot, the iPad/iPhone application
elegantly repackages Palmweb content
in a manner that makes the information
more accessible to and readily browsed
by the nonexpert user.
he innovative ways in which
Palmweb has already been used – from
hosting complex FP7 PALMS palm use
data, to visually appealing iPad applica
tions aimed at an entirely diferent user
group – provide strong evidence for the
strengths of etaxonomy in defragment
ing taxonomic information and bringing
it to a wider audience. In this way, Palmweb has the potnetial to encourage others
to pursue and engage with these opportu
nities as well.
Communication:
Knowledge transfer generated
in palms research for
dissemination and guidance
for decision making
In knowledge transfer generated by sci
entiic research, such as the PALMS proj
ect, communication and dissemination
rely on the dynamics and collaboration
between working groups and diferent lo
cal actors and target groups, such as gov
ernment agencies, indigenous communi
ties, farmers etc. Since the beginning of
the project in 2009, a communication
strategy that guides the dissemination
activities from the nine working groups
interacting with each of the target groups
was designed. he central concept of the
communication strategy of the PALMS
project was to make activities, indings,
recommendations and other products
more visible and accessible. An addi
tional idea for the communication strat
egy has been to involve more people so
they can become interested in the value
of the palms and their importance within
ecosystems. By generating and distribut
ing information, material, and multiple
types of outreach, as well as the partici
pation in meetings organized in Ecua
dor, Peru, Colombia, and Bolivia, the
project succeeded in the exchange of
English summary
information with seven target groups:
environmental authorities, local produc
ers, indigenous communities, scientists,
general public, media, and NGOs. In ad
dition, as a tool to facilitate free access to
publications and activities, the project
organized a website (www.fp7palms.
org). he website has been permanently
updated regarding all activities and pro
duction of materials between the proj
ect and the target groups. Communica
tion activities were structured in three
phases over ive years that followed the
plan of the project: (1) startup phase, (2)
implementation of protocols, and (3) in
formation processing. he materials dis
tributed for dissemination to the general
public (with the PALMS logo) included
brochures, manuals, guides, news re
ports, calendars, as well as activities and
progress reports from the website. While
the materials produced by the project
were delivered to diferent groups in
printed versions, they are also available
in pdf format on the website, referring
to an exhaustive list of all publications
(including approximately 60 articles in
scientiic journals, 11 books and guides,
20 booklets, 8 videos, 35 theses, and 120
conference proceedings and symposia).
Based on various arrangements and in
order to gather diferent groups of local
actors, the PALMS project organized 31
meetings, workshops and symposia in
the four countries, which create oppor
tunities to disseminate the progress and
address the interaction with each target
group. Among the outreach materials
that were delivered to local communities
and producers, are those produced by the
working groups that dealt with ethnobot
any and sustainable management, which
constitute references for guidance on the
documentation of traditional knowledge
and the proper use of palm products,
respectively. It is also noted that people
who were interviewed in the ield about
the uses of palms were included as co
authors of the publications in recogni
tion of the primary source of informa
tion. he overall eforts of the team of
researchers in the PALMS project can
be outlined as three levels of input to be
recognized as essential elements for com
munication and dissemination: (1) infor
mative range in general, (2) guiding and
advising, and (3) scientiic contribution.
he most important contribution from
the researchers in the project has been to
provide general researchbased knowl
edge to the public.
267
Palmas nativas de
Colombia, Ecuador,
Perú y Bolivia
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
Acrocomia aculeata Lodd. ex Mart.
Acrocomia totai Mart.
Aiphanes acaulis Galeano & R. Bernal
Aiphanes bicornis Cerón & R. Bernal
Aiphanes buenaventurae R. Bernal & Borchs.
Aiphanes chiribogensis Borchs. & Balslev
Aiphanes concinna H.E. Moore
Aiphanes deltoidea Burret
Aiphanes duquei Burret
Aiphanes eggersii Burret
Aiphanes erinacea (H. Karst.) H. Wendl.
Aiphanes gelatinosa H.E. Moore
Aiphanes graminifolia Galeano & R. Bernal
Aiphanes grandis Borchs. & Balslev
Aiphanes hirsuta Burret
Aiphanes horrida (Jacq.) Burret
Aiphanes killipii (Burret) Burret
Aiphanes leiostachys Burret
Aiphanes lindeniana H. Wendl.
Aiphanes linearis Burret
Aiphanes macroloba Burret
7
27 122 137 65 159 69
36 177 135 83
2
Otros usos
Utensilios y herramientas
Tóxico
Medicinal y veterrenario
Cultural
Construcción
Ambiental
Alimentación humana
Alimentación animal
Andes
Costa Pacífica
Periferia S y SE de Amazonía
Region caribeña
165 31
Combustible
Categorías de uso
Zonas biogeográficas
Amazonía y Orinoquia
13 24
Bolivia
Ecuador
49
Perú
Colombia
Número total de especies 250 143 149 88
Perú
Bolivia
Especies endémicas
147 84
Alt. (m)
Mín. Máx.
0
200
90
200
0
300
1900
100
1900
0
700
1200
1700
1100
100
180
800
850
1700
1800
100
1300
450
700
760
255
2000
3000
1650
2600
700
2100
1200
1700
2700
2200
2000
1500
1100
2200
2600
1400
Palmas nativas de Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia
NOMBRE CIENTÍFICO
Ecuador
Colombia
Especies nativas
271
272
7
165 31
27 122 137 65 159 69
36 177 135 83
2
Otros usos
Utensilios y herramientas
Tóxico
Medicinal y veterrenario
Cultural
Construcción
Combustible
Ambiental
Alimentación humana
Categorías de uso
Alimentación animal
Andes
Costa Pacífica
Periferia S y SE de Amazonía
Region caribeña
Amazonía y Orinoquia
Ecuador
Bolivia
Colombia
13 24
Perú
Bolivia
49
Perú
Número total de especies 250 143 149 88
147 84
Aiphanes multiplex R. Bernal & Borchs.
Aiphanes parvifolia Burret
Aiphanes pilaris R. Bernal
Aiphanes simplex Burret
Aiphanes spicata Borchs. & R. Bernal
Aiphanes tricuspidata Borchs, R. Bernal & M. Ruiz
Aiphanes ulei (Dammer) Burret
Aiphanes verrucosa Borchs. & Balslev
Aiphanes weberbaueri Burret
Allagoptera leucocalyx (Drude) Kuntze
Ammandra decasperma O.F. Cook
Aphandra natalia (Balslev & A.J. Hend.) Barfod
Asterogyne martiana (H. Wendl.) H. Wendl. ex Hemsl.
Astrocaryum acaule Mart.
Astrocaryum aculeatum G. Mey.
Astrocaryum arenarium Barb. Rodr.
Astrocaryum carnosum F. Kahn & B. Millán
Astrocaryum chambira Burret
Astrocaryum chonta Mart.
Astrocaryum ciliatum F. Kahn & B. Millán
Astrocaryum cuatrecasanum Dugand
43 Astrocaryum faranae F. Kahn & E. Ferreira
44 Astrocaryum ferrugineum F. Kahn & B. Millán
45 Astrocaryum gratum F. Kahn & B. Millán
46 Astrocaryum gynacanthum Mart.
47 Astrocaryum huaimi Mart.
48 Astrocaryum huicungo Dammer ex Burret
49 Astrocaryum jauari Mart.
50 Astrocaryum javarense (Trail) Drude
51 Astrocaryum macrocalyx Burret
52 Astrocaryum malybo H. Karst.
53 Astrocaryum perangustatum F. Kahn & B. Millán
54 Astrocaryum scopatum F. Kahn & B. Millán
55 Astrocaryum standleyanum L.H. Bailey
56 Astrocaryum triandrum Galeano, R. Bernal & F. Kahn
57 Astrocaryum ulei Burret
58 Astrocaryum urostachys Burret
59 Attalea allenii H.E. Moore
60 Attalea amygdalina Kunth
61 Attalea bassleriana (Burret) Zona
62 Attalea blepharopus Mart.
63 Attalea butyracea (Mutis ex L. f.) Wess. Boer
?
?
2
147 84
Otros usos
Utensilios y herramientas
Medicinal y veterrenario
Cultural
Construcción
36 177 135 83
Tóxico
27 122 137 65 159 69
Combustible
Ambiental
Alimentación humana
Categorías de uso
Alimentación animal
Andes
Costa Pacífica
165 31
Periferia S y SE de Amazonía
Amazonía y Orinoquia
7
Region caribeña
Bolivia
13 24
Perú
49
Zonas biogeográficas
1300
1700
2580
2200
1900
700
2200
2800
2350
1000
500
900
1000
450
240
800
675
800
413
300
700
Alt. (m)
Mín. Máx.
167
100
142
100
150
148
40
75
100
30
241
152
0
160
165
230
0
1000
100
180
0
1650
300
1206
350
500
983
200
130
300
750
932
394
600
500
306
950
100
1600
200
600
1000
Palmas nativas de Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia
Número total de especies 250 143 149 88
Ecuador
Especies endémicas
Bolivia
Perú
Colombia
Ecuador
Especies nativas
NOMBRE CIENTÍFICO
Alt. (m)
Mín. Máx.
800
800
2580
800
1800
0
100
1800
100
190
0
100
0
100
90
500
494
100
120
100
200
Colombia
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
32
33
34
35
36
37
38
39
40
41
42
Zonas biogeográficas
Especies endémicas
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
NOMBRE CIENTÍFICO
Ecuador
Colombia
Especies nativas
273
274
2
147 84
Otros usos
Utensilios y herramientas
Medicinal y veterrenario
Cultural
Construcción
36 177 135 83
Tóxico
27 122 137 65 159 69
Combustible
Ambiental
Alimentación humana
Alimentación animal
Andes
Costa Pacífica
Periferia S y SE de Amazonía
Amazonía y Orinoquia
Region caribeña
Bolivia
Ecuador
165 31
?
Otros usos
Utensilios y herramientas
Tóxico
2
Cultural
36 177 135 83
Construcción
Medicinal y veterrenario
27 122 137 65 159 69
Combustible
Ambiental
Alimentación humana
Alimentación animal
Andes
Costa Pacífica
165 31
Periferia S y SE de Amazonía
7
Region caribeña
Amazonía y Orinoquia
Ecuador
Categorías de uso
Zonas biogeográficas
Bolivia
Colombia
13 24
Perú
49
Ecuador
Alt. (m)
Mín. Máx.
147 84
Alt. (m)
Mín. Máx.
120
250
100
100
0
80
100
50
100
100
280
63
20
0
100
90
80
350
80
0
150
202
1200
300
600
700
220
200
300
200
255
500
200
675
1000
260
1400
300
800
300
1500
1000
Palmas nativas de Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia
Bolivia
Colombia
Especies endémicas
Número total de especies 250 143 149 88
85 Attalea tessmannii Burret
86 Attalea weberbaueri (Burret) Zona
87 Bactris acanthocarpa Mart.
88 Bactris balanophora Spruce
89 Bactris barronis L.H. Bailey
90 Bactris bidentula Spruce
91 Bactris bifida Mart.
92 Bactris brongniartii Mart.
93 Bactris campestris Poepp.
94 Bactris charnleyae de Nevers, A.J. Hend. & Grayum
95 Bactris chaveziae A.J. Hend.
96 Bactris chocoensis R. Bernal, Galeano, Copete & Cámara-Leret
97 Bactris coloniata L.H. Bailey
98 Bactris coloradonis L.H. Bailey
99 Bactris concinna Mart.
100 Bactris corossilla H. Karst.
101 Bactris elegans Barb. Rodr.
102 Bactris faucium Mart.
103 Bactris fissifrons Mart.
104 Bactris gasipaes Kunth
105 Bactris glandulosa Oerst.
7
Categorías de uso
500 600
150 400
0 900
0 100
300 800
80 400
100 200
100 600
200 500
200 500
40 600
400 800
200 800
100 100
150 700
80 300
80 300
150 1000
80 200
100 100
125 800
Especies nativas
NOMBRE CIENTÍFICO
Perú
Colombia
Attalea cephalotus Poepp. ex Mart.
Attalea cohune Mart.
Attalea colenda (O.F. Cook) Balslev & A.J. Hend.
Attalea cuatrecasana (Dugand) A.J. Hend., Galeano & R. Bernal
Attalea eichleri (Drude) A.J. Hend.
Attalea ferruginea Burret
Attalea iguadummat de Nevers
Attalea insignis (Mart.) Drude
Attalea luetzelburgii (Burret) Wess. Boer
Attalea maracaibensis Mart.
Attalea maripa (Aubl.) Mart.
Attalea moorei (Glassman) Zona
Attalea nucifera H. Karst.
Attalea peruviana Zona
Attalea phalerata Mart. ex Spreng.
Attalea plowmanii (Glassman) Zona
Attalea polysticha (Burret) Wess. Boer
Attalea princeps Mart.
Attalea salazarii (Glassman) Zona
Attalea septuagenata Dugand
Attalea speciosa Mart.
Perú
13 24
Ecuador
49
Perú
64
65
66
67
68
69
70
71
72
73
74
75
76
77
78
79
80
81
82
83
84
Número total de especies 250 143 149 88
Zonas biogeográficas
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
NOMBRE CIENTÍFICO
Especies endémicas
Bolivia
Colombia
Especies nativas
275
276
Utensilios y herramientas
2
147 84
Otros usos
Medicinal y veterrenario
Cultural
Construcción
36 177 135 83
Tóxico
27 122 137 65 159 69
Combustible
Ambiental
Alimentación humana
Alimentación animal
Andes
Costa Pacífica
Periferia S y SE de Amazonía
Amazonía y Orinoquia
165 31
Region caribeña
Bolivia
Ecuador
7
Bactris glaucescens Drude
Bactris guineensis (L.) H.E. Moore
Bactris halmoorei A.J. Hend.
Bactris hirta Mart.
Bactris killipii Burret
Bactris macroacantha Mart.
Bactris major Jacq.
Bactris manriquei R. Bernal & Galeano
Bactris maraja Mart.
Bactris martiana A.J. Hend.
Bactris obovata Burret
Bactris pilosa H. Karst.
Bactris riparia Mart.
Bactris rostrata Galeano & R. Bernal
Bactris schultesii (L.H. Bailey) Glassman
Bactris setiflora Burret
Bactris setulosa H. Karst.
Bactris simplicifrons Mart.
Bactris sphaerocarpa Trail
Calyptrogyne baudensis A.J. Hend.
Calyptrogyne costatifrons (L.H. Bailey) de Nevers
36 177 135 83
2
Otros usos
Utensilios y herramientas
Tóxico
Medicinal y veterrenario
Cultural
Construcción
Ambiental
27 122 137 65 159 69
Combustible
Alimentación humana
Alimentación animal
Andes
Bolivia
Ceroxylon alpinum Bonpl. ex DC.
Ceroxylon amazonicum Galeano
Ceroxylon ceriferum (H. Karst.) Pittier
Ceroxylon echinulatum Galeano
Ceroxylon parvifrons (Engel) H. Wendl.
Ceroxylon parvum Galeano
Ceroxylon peruvianum Galeano, Sanín & Mejía
Ceroxylon pityrophyllum (Mart.) Mart. ex H. Wendl.
Ceroxylon quindiuense (H.Karst.) H. Wendl.
Ceroxylon sasaimae Galeano
Ceroxylon ventricosum Burret
Ceroxylon vogelianum (Engel) H. Wendl.
Chamaedorea allenii L.H. Bailey
Chamaedorea angustisecta Burret
Chamaedorea christinae Hodel
Chamaedorea deneversiana Grayum & Hodel
Chamaedorea fragrans Mart.
Chamaedorea linearis (Ruiz & Pav.) Mart.
Chamaedorea pauciflora Mart.
Chamaedorea pinnatifrons (Jacq.) Oerst.
Chamaedorea ponderosa Hodel
165 31
Costa Pacífica
Perú
7
Periferia S y SE de Amazonía
Ecuador
13 24
Categorías de uso
Zonas biogeográficas
Region caribeña
Colombia
49
Perú
Número total de especies 250 143 149 88
Ecuador
Bolivia
Colombia
Especies endémicas
275
300
300
500
600
370
700
700
1500
300
700
1000
300
100
1200
1100
2100
400
400
350
350
147 84
Alt. (m)
Mín. Máx.
1400
820
1900
900
1900
900
1500
1285
1550
1350
1600
1900
100
100
0
50
400
0
80
0
1300
2000
1200
2800
2200
3500
1500
2300
2800
3150
1800
3000
2900
1450
750
100
1300
900
2800
1000
2500
1520
Palmas nativas de Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia
NOMBRE CIENTÍFICO
Alt. (m)
Mín. Máx.
100
0
80
80
100
80
0
0
0
80
0
0
80
100
120
770
0
80
80
0
0
Especies nativas
127
128
129
130
131
132
133
134
135
136
137
138
139
140
141
142
143
144
145
146
147
Perú
Colombia
Perú
13 24
Ecuador
49
Amazonía y Orinoquia
106
107
108
109
110
111
112
113
114
115
116
117
118
119
120
121
122
123
124
125
126
Número total de especies 250 143 149 88
Categorías de uso
Zonas biogeográficas
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
NOMBRE CIENTÍFICO
Especies endémicas
Bolivia
Colombia
Especies nativas
277
278
2
147 84
Otros usos
Utensilios y herramientas
Medicinal y veterrenario
Cultural
Construcción
36 177 135 83
Tóxico
27 122 137 65 159 69
Combustible
Ambiental
Alimentación humana
Alimentación animal
Andes
Costa Pacífica
165 31
Periferia S y SE de Amazonía
Amazonía y Orinoquia
7
Region caribeña
Bolivia
Ecuador
Perú
Colombia
Perú
13 24
Ecuador
49
Chamaedorea pumila H. Wendl.
Chamaedorea pygmaea H.Wendl.
Chamaedorea ricardoi R. Bernal, Galeano & Hodel
Chamaedorea subjectifolia Hodel
Chamaedorea tepejilote Liebm.
Chamaedorea warscewiczii H.Wendl.
Chamaedorea woodsoniana L.H. Bailey
Chelyocarpus chuco (Mart.) H.E. Moore
Chelyocarpus dianeurus (Burret) H.E. Moore
Chelyocarpus repens F. Kahn & K. Mejía
Chelyocarpus ulei Dammer
Cocos nucifera L. (cultivada)
Copernicia alba Morong
Copernicia tectorum (Kunth) Mart.
Cryosophila kalbreyeri (Dammer ex Burret) Dahlgren
Cryosophila macrocarpa R. Evans
Desmoncus cirrhifer A.H. Gentry & Zardini
Desmoncus giganteus A.J. Hend.
Desmoncus horridus Splitg. ex Mart.
Desmoncus interjectus A.J. Hend.
Desmoncus latisectus Burret
169 Desmoncus loretanus A.J. Hend.
170 Desmoncus madrensis A.J. Hend.
171 Desmoncus mitis Mart.
172 Desmoncus myriacanthos Dugand
173 Desmoncus parvulus L.H. Bailey
174 Desmoncus polyacanthos Mart.
175 Desmoncus prunifer Poepp. ex Mart.
176 Desmoncus pumilus Trail
177 Desmoncus setosus Mart.
178 Desmoncus vacivus L.H. Bailey
179 Dictyocaryum lamarckianum (Mart.) H. Wendl.
180 Dictyocaryum ptarianum (Steyerm.) H.E. Moore & Steyerm.
181 Elaeis guineensis Jacq. (cultivada)
182 Elaeis oleifera (Kunth) Cortés
183 Euterpe catinga Wallace
184 Euterpe longevaginata Mart.
185 Euterpe luminosa A.J. Hend., Galeano & Meza
186 Euterpe oleracea Mart.
187 Euterpe precatoria Mart.
188 Geonoma acaulis Mart.
189 Geonoma atrovirens Borchs. & Balslev
Utensilios y herramientas
2
147 84
Otros usos
Medicinal y veterrenario
Cultural
36 177 135 83
Tóxico
27 122 137 65 159 69
Construcción
Ambiental
Alimentación humana
Alimentación animal
Andes
Costa Pacífica
Periferia S y SE de Amazonía
165 31
Region caribeña
Amazonía y Orinoquia
7
Combustible
Categorías de uso
Zonas biogeográficas
Bolivia
Ecuador
13 24
Perú
49
Ecuador
Número total de especies 250 143 149 88
1350
1850
920
300
1500
1500
1520
200
100
200
900
1500
1000
100
1200
20
800
600
300
250
200
Alt. (m)
Mín. Máx.
90
184
80
0
40
0
135
90
100
80
400
100
0
0
100
0
1400
0
70
0
80
130
400
920
250
250
1000
135
120
100
550
2100
350
1500
500
1100
2000
2100
200
750
750
450
Palmas nativas de Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia
Colombia
Especies endémicas
Bolivia
Colombia
Especies nativas
NOMBRE CIENTÍFICO
Alt. (m)
Mín. Máx.
600
600
100
50
0
0
1300
100
0
90
100
0
100
0
0
20
0
80
30
160
150
Perú
148
149
150
151
152
153
154
155
156
157
158
159
160
161
162
163
164
165
166
167
168
Número total de especies 250 143 149 88
Categorías de uso
Zonas biogeográficas
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
NOMBRE CIENTÍFICO
Especies endémicas
Bolivia
Colombia
Especies nativas
279
280
2
147 84
Otros usos
Utensilios y herramientas
36 177 135 83
Tóxico
Medicinal y veterrenario
Cultural
Construcción
Ambiental
27 122 137 65 159 69
Combustible
Alimentación humana
Alimentación animal
Andes
Costa Pacífica
Periferia S y SE de Amazonía
165 31
Region caribeña
Amazonía y Orinoquia
Ecuador
7
Geonoma baculifera (Poit.) Kunth
Geonoma bernalii A.J. Hend.
Geonoma brongniartii Mart.
Geonoma calyptrogynoidea Burret
Geonoma camana Trail
Geonoma chlamydostachys Galeano
Geonoma chococola Wess. Boer
Geonoma concinna Burret
Geonoma cuneata H. Wendl. ex Spruce
Geonoma deversa (Poit.) Kunth
Geonoma dindoensis A.J. Hend.
Geonoma divisa H.E. Moore
Geonoma ecuadoriensis A.J. Hend., Borchs. & Balslev
Geonoma euspatha Burret
Geonoma fosteri A.J. Hend.
Geonoma frontinensis Burret
Geonoma galeanoae A.J. Hend.
Geonoma gentryi A.J. Hend.
Geonoma hollinensis A.J. Hend., Borchs. & Balslev
Geonoma interrupta (Ruiz & Pav.) Mart.
Geonoma irena Borchs.
Geonoma lanata A.J. Hend., Borchs. & Balslev
Geonoma laxiflora Mart.
Geonoma lehmannii Dammer ex Burret
Geonoma leptospadix Trail
Geonoma longepedunculata Burret
Geonoma macrostachys Mart.
Geonoma maxima (Poit.) Kunth
Geonoma megalospatha Burret
Geonoma multisecta (Burret) Burret
Geonoma occidentalis (A.J. Hend.) A.J. Hend.
Geonoma oligoclona Trail
Geonoma orbignyana Mart.
Geonoma paradoxa Burret
Geonoma peruviana A.J. Hend.
Geonoma pinnatifrons Willd.
Geonoma poeppigiana Mart.
Geonoma pohliana Mart.
Geonoma poiteauana Kunth
Geonoma pulcherrima Burret
Geonoma sanmartinensis A.J. Hend.
Geonoma santanderensis Galeano & R. Bernal
36 177 135 83
2
Otros usos
Utensilios y herramientas
Tóxico
Medicinal y veterrenario
Cultural
Construcción
Ambiental
27 122 137 65 159 69
Combustible
Alimentación humana
Alimentación animal
Andes
Costa Pacífica
165 31
Periferia S y SE de Amazonía
7
Region caribeña
Amazonía y Orinoquia
Ecuador
13 24
Categorías de uso
Zonas biogeográficas
Bolivia
Colombia
49
Perú
Número total de especies 250 143 149 88
Ecuador
Bolivia
Colombia
Especies endémicas
150
1200
1720
900
850
1450
700
1900
1750
1200
100
1500
1800
1630
1810
2060
1250
150
1200
2000
300
147 84
Alt. (m)
Mín. Máx.
200
80
1200
100
200
75
0
2300
200
150
100
775
0
1550
30
110
500
100
750
1250
1700
1800
320
2900
850
1050
1800
800
3200
1150
950
250
2850
400
1550
1909
980
800
200
1130
1850
1900
Palmas nativas de Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia
NOMBRE CIENTÍFICO
Alt. (m)
Mín. Máx.
100
1010
75
0
87
300
0
700
0
0
100
35
900
200
500
1000
800
150
1050
0
0
Especies nativas
211
212
213
214
215
216
217
218
219
220
221
222
223
224
225
226
227
228
229
230
231
Categorías de uso
Zonas biogeográficas
Bolivia
Colombia
13 24
Perú
Bolivia
49
Perú
Número total de especies 250 143 149 88
Perú
190
191
192
193
194
195
196
197
198
199
200
201
202
203
204
205
206
207
208
209
210
Especies endémicas
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
NOMBRE CIENTÍFICO
Ecuador
Colombia
Especies nativas
281
282
Otros usos
Utensilios y herramientas
Tóxico
Cultural
2
Construcción
36 177 135 83
Combustible
Ambiental
Alimentación humana
Alimentación animal
Andes
Costa Pacífica
27 122 137 65 159 69
Medicinal y veterrenario
165 31
Periferia S y SE de Amazonía
Region caribeña
Amazonía y Orinoquia
Ecuador
7
Categorías de uso
Zonas biogeográficas
147 84
Geonoma schizocarpa A.J. Hend.
Geonoma skovii A.J. Hend., Borchs. & Balslev
Geonoma stricta (Poit.) Kunth
Geonoma supracostata Svenning
Geonoma tenuissima H.E. Moore
Geonoma triandra (Burret) Wess. Boer
Geonoma triglochin Burret
Geonoma trigona (Ruiz & Pav.) A.H. Gentry
Geonoma undata Klotzsch
Geonoma wilsonii Galeano & R. Bernal
Hyospathe elegans Mart.
Hyospathe frontinensis A.J. Hend.
Hyospathe macrorhachis Burret
Hyospathe peruviana A.J. Hend.
Hyospathe pittieri Burret
Hyospathe wendlandiana Dammer ex Burret
Iriartea deltoidea Ruiz & Pav.
Iriartella setigera (Mart.) H. Wendl.
Iriartella stenocarpa Burret
Itaya amicorum H.E. Moore
Leopoldinia piassaba Wallace
165 31
27 122 137 65 159 69
36 177 135 83
2
Otros usos
Utensilios y herramientas
Tóxico
Medicinal y veterrenario
Cultural
Construcción
Combustible
Ambiental
Alimentación humana
Categorías de uso
Alimentación animal
Andes
Costa Pacífica
Periferia S y SE de Amazonía
Region caribeña
Ecuador
Leopoldinia pulchra Mart.
Lepidocaryum tenue Mart.
Manicaria martiana Burret
Manicaria saccifera Gaertn.
Mauritia carana Wallace
Mauritia flexuosa L. f.
Mauritiella aculeata (Kunth) Burret
Mauritiella armata (Mart.) Burret
Mauritiella macroclada (Burret) Burret
Mauritiella pumila Burret
Oenocarpus bacaba Mart.
Oenocarpus balickii F. Kahn
Oenocarpus bataua Mart.
Oenocarpus circumtextus Mart.
Oenocarpus distichus Mart.
Oenocarpus makeru R. Bernal, Galeano & A.J. Hend.
Oenocarpus minor Mart.
Oenocarpus simplex R. Bernal, Galeano & A.J. Hend.
Parajubaea cocoides Burret
Parajubaea sunkha M. Moraes
Parajubaea torallyi (Mart.) Burret
7
Zonas biogeográficas
Amazonía y Orinoquia
Colombia
13 24
Bolivia
Bolivia
49
Perú
Número total de especies 250 143 149 88
Ecuador
Colombia
Especies endémicas
250
1920
1850
1250
1470
1250
1500
3000
2300
1900
1900
1750
2100
1750
2000
1750
1350
800
450
250
200
147 84
Alt. (m)
Mín. Máx.
50
75
80
0
80
40
100
50
0
100
60
150
0
300
100
100
0
100
1500
1700
2000
200
300
250
250
250
1000
250
675
100
150
700
350
1400
300
350
150
1000
100
3000
2200
3400
Palmas nativas de Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia
NOMBRE CIENTÍFICO
Alt. (m)
Mín. Máx.
200
1300
75
200
520
0
200
2650
500
1350
0
25
1100
1495
1100
1495
0
100
100
100
80
Especies nativas
253
254
255
256
257
258
259
260
261
262
263
264
265
266
267
268
269
270
271
272
273
Bolivia
Colombia
13 24
Perú
Bolivia
49
Perú
Número total de especies 250 143 149 88
Perú
232
233
234
235
236
237
238
239
240
241
242
243
244
245
246
247
248
249
250
251
252
Especies endémicas
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
NOMBRE CIENTÍFICO
Ecuador
Colombia
Especies nativas
283
284
2
147 84
Otros usos
Medicinal y veterrenario
Cultural
Construcción
36 177 135 83
Utensilios y herramientas
27 122 137 65 159 69
Combustible
Ambiental
Alimentación humana
Alimentación animal
Andes
Costa Pacífica
Periferia S y SE de Amazonía
Region caribeña
165 31
Categorías de uso
Tóxico
7
Amazonía y Orinoquia
Bolivia
Ecuador
Perú
Colombia
Bolivia
Perú
13 24
Zonas biogeográficas
Phoenix canariensis hort. ex Chabaud (cultivada)
Pholidostachys amazonensis A.J. Hend.
Pholidostachys dactyloides H.E. Moore
Pholidostachys occidentalis A.J. Hend.
Pholidostachys panamensis A.J. Hend.
Pholidostachys pulchra H. Wendl. ex Burret
Pholidostachys sanluisensis A.J. Hend.
Pholidostachys synanthera (Mart.) H.E. Moore
Phytelephas aequatorialis Spruce
Phytelephas macrocarpa Ruiz & Pav.
Phytelephas tenuicaulis (Barfod) A.J. Hend.
Phytelephas tumacana O.F. Cook
Prestoea acuminata (Willd.) H.E. Moore
Prestoea carderi (W. Bull) Hook. f.
Prestoea decurrens (H. Wendl. ex Burret) H.E. Moore
Prestoea ensiformis (Ruiz & Pav.) H.E. Moore
Prestoea longepetiolata (Oerst.) H.E. Moore
Prestoea pubens H. E. Moore
Prestoea schultzeana (Burret) H.E. Moore
Raphia taedigera (Mart.) Mart.
Reinhardtia gracilis (H. Wendl.) Drude ex Dammer
27 122 137 65 159 69
36 177 135 83
2
Otros usos
Utensilios y herramientas
Tóxico
Medicinal y veterrenario
Cultural
Construcción
Combustible
Ambiental
Alimentación humana
Categorías de uso
Alimentación animal
Andes
Costa Pacífica
165 31
Periferia S y SE de Amazonía
7
Region caribeña
Ecuador
Reinhardtia koschnyana (H. Wendl. & Dammer) Burret
Reinhardtia simplex (H. Wendl.) Drude ex Dammer
Roystonea oleracea (Jacq.) O.F. Cook
Sabal mauritiiformis (H. Karst.) Griseb. ex H. Wendl.
Sabinaria magnifica Galeano & R. Bernal
Socratea exorrhiza (Mart.) H. Wendl.
Socratea hecatonandra (Dugand) R. Bernal
Socratea rostrata Burret
Socratea salazarii H.E. Moore
Syagrus cardenasii Glassman
Syagrus comosa (Mart.) Mart.
Syagrus oleracea (Mart.) Becc.
Syagrus orinocensis (Spruce) Burret
Syagrus petraea (Mart.) Becc.
Syagrus sancona H. Karst.
Syagrus smithii (H.E. Moore) Glassman
Syagrus yungasensis M. Moraes
Synechanthus warscewiczianus H. Wendl.
Trithrinax schizophylla Drude
Welfia alfredii A. Hend. & Villalba
Welfia regia H. Wendl.
Amazonía y Orinoquia
Colombia
13 24
Zonas biogeográficas
Bolivia
Bolivia
49
Perú
Número total de especies 250 143 149 88
Ecuador
Colombia
Especies endémicas
3500
800
1500
1600
200
1000
1440
1750
1500
1700
700
200
2650
2000
1500
1750
1700
1200
1300
30
1000
147 84
Alt. (m)
Mín. Máx.
50
20
150
0
100
0
0
500
150
360
500
250
40
250
0
100
700
0
250
1390
0
500
20
300
1000
300
1200
800
2100
700
1460
700
450
600
1000
1200
600
1000
1200
1400
1800
1700
Palmas nativas de Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia
NOMBRE CIENTÍFICO
Alt. (m)
Mín. Máx.
0
300
0
300
100
0
700
90
0
0
80
0
600
1000
0
100
450
0
100
0
200
Especies nativas
295
296
297
298
299
300
301
302
303
304
305
306
307
308
309
310
311
312
313
314
315
49
Perú
274
275
276
277
278
279
280
281
282
283
284
285
286
287
288
289
290
291
292
293
294
Número total de especies 250 143 149 88
Especies endémicas
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
NOMBRE CIENTÍFICO
Ecuador
Colombia
Especies nativas
285
650
800
2000
1700
800
1800
2250
1100
2200
1350
2500
2600
1100
1900
2300
1700
1600
2400
1100
1000
1700
80
0
1700
900
200
1300
1700
75
1200
200
400
2100
700
200
1800
1500
400
400
0
0
1200
2
36 177 135 83
27 122 137 65 159 69
Construcción
Combustible
Ambiental
Alimentación humana
Alimentación animal
Andes
Costa Pacífica
Periferia S y SE de Amazonía
Region caribeña
Amazonía y Orinoquia
Bolivia
Perú
49
Bolivia
Número total de especies 250 143 149 88
Ecuador
Colombia
NOMBRE CIENTÍFICO
Wendlandiella gracilis Dammer
Wettinia aequalis (O.F. Cook & Doyle) R. Bernal
Wettinia aequatorialis R.Bernal
Wettinia anomala (Burret) R. Bernal
Wettinia augusta Poepp. & Endl.
Wettinia castanea H.E. Moore & J. Dransf.
Wettinia disticha (R. Bernal) R. Bernal
Wettinia drudei (O.F. Cook & Doyle) A.J. Hend.
Wettinia fascicularis (Burret) H.E. Moore & J. Dransf.
Wettinia hirsuta Burret
Wettinia kalbreyeri (Burret) R. Bernal
Wettinia lanata R. Bernal
Wettinia longipetala A.H. Gentry
Wettinia maynensis Spruce
Wettinia microcarpa (Burret) R. Bernal
Wettinia minima R. Bernal
Wettinia oxycarpa Galeano & R. Bernal
Wettinia praemorsa (Willd.) Wess. Boer
Wettinia quinaria (O.F. Cook & Doyle) Burret
Wettinia radiata (O.F. Cook & Doyle) R. Bernal
Wettinia verruculosa H.E. Moore
316
317
318
319
320
321
322
323
324
325
326
327
328
329
330
331
332
333
334
335
336
Cultural
Perú
Ecuador
Colombia
Zonas biogeográficas
165 31
Medicinal y veterrenario
Categorías de uso
Tóxico
Especies endémicas
(especies animales)
7
Utensilios y herramientas
Especies nativas
Índices
Nombres cientíicos
13 24
Otros usos
286
147 84
Alt. (m)
Mín. Máx.
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
Acrocomia 30, 32, 114, 200, 248
aculeata 14, 17, 87, 95, 243,
244, 271
totai 90, 91, 92, 95, 98, 271
Aiphanes 13, 17, 18, 23, 30, 31, 32, 91, 243,
244, 247, 248
Aiphanes acaulis 271
bicornis 271
buenaventurae 271
caryotifolia 132
chiribogensis 23, 271
concinna 271
deltoidea 271
duquei 271
eggersii 16, 244, 271
erinacea 271
gelatinosa 271
graminifolia 271
grandis 271
hirsuta 271
horrida 19, 22, 91, 132, 135, 245,
271
killipii 271
leiostachys 271
lindeniana 271
linearis 271
macroloba 271
multiplex 272
parvifolia 272
pilaris 272
simplex 272
spicata 272
tricuspidata 272
ulei 30, 31, 97, 272
verrucosa 18, 272
weberbaueri 272
Allagoptera leucocalyx 91, 92, 97, 135, 272
Ammandra decasperma 94, 135, 272
Ananas comosus 132
Aphandra natalia 59, 63, 94, 98, 111, 112,
113, 122, 131, 135, 147, 177, 178, 183,
193, 200, 272
Arecoideae 29
Asteraceae 215
Asterogyne martiana 15, 46, 272
Astrocaryum 13, 19, 20, 22, 23, 30, 31, 32,
48, 74, 91, 92, 93, 94, 111,
112, 113, 114, 118, 122, 144,
243, 245, 246, 247, 248, 249,
255
acaule 272
aculeatum 22, 30, 75, 95, 96,
135, 272
arenarium 272
carnosum 48, 249, 250, 272
chambira 30, 59, 63, 90, 96,
97, 111, 112, 113, 114, 123,
131, 133, 135, 145, 147, 151,
178, 184, 192, 200, 201, 203,
257, 272
chonta 272
ciliatum 272
cuatrecasanum 272
faranae 273
ferrugineum 273
gratum 22, 63, 90, 93, 97,
112, 136, 183, 273
gynacanthum 22, 273
huaimi 63, 96, 273
huicungo 136, 273
jauari 21, 22, 30, 31, 62, 136,
246, 273
javarense 273
macrocalyx 22, 246, 273
malybo 14, 17, 131, 133, 136,
143, 144, 145, 273
perangustatum 31, 48, 249,
273
sciophilum 30
scopatum 273
standleyanum 16, 59, 91, 92,
96, 11, 112, 113, 131, 136,
142, 145, 146, 147, 244, 258,
273
287
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
288
Astrocaryum triandrum 17, 273
ulei 273
urostachys 21, 246, 273
vulgare 87
Attalea 13, 23, 74, 91, 92, 93, 94, 95, 97, 109,
114, 118, 243, 247, 252
allenii 136, 273
amygdalina 136, 273
bassleriana 136, 273
blepharopus 90, 95, 273
butyracea 14, 15, 20, 21, 22, 67, 92,
94, 114, 115, 116, 131, 133, 136, 144,
145, 146, 147, 148, 200, 243, 244, 246,
255, 273
cephalotus 274
cohune 274
colenda 16, 39, 63, 131, 132, 136,
244, 274
cuatrecasana 136, 274
eichleri 91, 274
ferruginea 274
funifera 111
iguadummat 274
insignis 97, 274
luetzelburgii 274
maracaibensis 274
maripa 22, 92, 97, 136, 274
moorei 136, 274
nucifera 274
peruviana 274
phalerata 19, 22, 74, 131, 132, 136,
180, 245, 254, 274
plowmanii 136, 274
polysticha 137, 143, 274
princeps 59, 60, 71, 74, 90, 91, 92, 95,
96, 137, 274
salazarii 137, 274
septuagenata 20, 274
speciosa 46, 87, 93, 94, 95, 114, 116,
137, 180, 200, 274
tessmannii 137, 275
weberbaueri 275
Baccharis latifolia 47
Bactridinae 30, 31, 32, 248
Bactris 13, 14, 15, 17, 19, 20, 21, 23, 30, 32,
91, 94, 97, 114, 118, 142, 243, 244,
245, 246, 247, 248, 254
acanthocarpa 22, 137, 275
aubletiana 30
Bactris balanophora 275
barronis 137, 275
bidentula 30, 275
biida 30, 275
brogniartii 22, 94, 137, 275
campestris 275
charnleyae 275
chaveziae 22, 275
chocoensis 275
coloniata 275
coloradonis 137, 275
concinna 22, 137, 275
corossilla 275
elegans 22, 275
faucium 23, 247, 275
issifrons 275
gasipaes 16, 19, 22, 57, 60, 62, 71, 74,
87, 90, 91, 92, 93, 95, 97, 98, 104, 106,
108, 114, 132, 133, 134, 137, 147, 150,
151, 183, 200, 243, 244, 245, 246, 248,
251, 252, 254, 257, 259, 275
glandulosa 275
glaucescens 276
guineensis 92, 94, 133, 137, 142, 143,
144, 276
halmoorei 276
hirta 22, 30, 276
kilippii 31, 276
macroacantha 276
major 22, 92, 137, 276
manriquei 276
maraja 22, 276
martiana 276
obovata 276
pilosa 15, 244, 276
riparia 21, 22, 30, 246, 276
rostrata 276
schultesii 276
setilora 18, 276
setulosa 16, 63, 244, 276
simplicifrons 22, 30, 276
sphaerocarpa 276
Bothriechis schlegelii 41
Calyptrogyne baudensis 276
costatifrons 15, 244, 276
Carica papaya 132
Cedrela odorata 132
Ceroxyleae 30, 32, 33
Índices
Ceroxylon 11, 17, 18, 19, 28, 32, 33, 34, 40,
41, 43, 44, 45, 46, 48, 49, 74, 76,
93, 95, 131, 138, 144, 244, 245,
248, 249, 277
alpinum 132, 137, 144, 145, 277
amazonicum 18, 21, 246, 277
ceriferum 34, 40, 277
echinulatum 18, 36, 38, 40, 41, 42,
43, 44, 47, 132, 138, 145, 158, 199,
245, 249, 277
parvifrons 17, 40, 181, 277
parvum 277
peruvianum 138, 277
pityrophyllum 19, 40, 41, 43, 181,
245, 277
quindiuense 34, 35, 40, 41, 92,
138, 249, 277
sasaimae 132, 277
ventricosum 34, 40, 63, 97, 138,
277
vogelianum 277
Chamaedorea allenii 277
angustisecta 22, 277
christinae 277
deneversiana 277
fragrans 19, 245, 277
linearis 19, 245, 277
paucilora 22, 277
pinnatifrons 18, 19, 92, 245,
277
ponderosa 277
pumila 278
pygmaea 278
ricardoi 278
subjectifolia 278
tepejilote 278
warscewiczii 278
woodsoniana 278
Chelyocarpus 91
chuco 22, 94, 278
dianeurus 278
repens 278
ulei 278
Cichorieae 215
Cocos nucifera 60, 74, 148, 200, 278
Cocoseae 30
Cofea arabica 132
Copernicia alba 90, 92, 93, 94, 138, 278
tectorum 14, 94, 131, 138, 145,
243, 278
Cordia alliodora 132
Cryosophila kalbreyeri 97, 278
macrocarpa 278
Cuniculus paca 95
Dasyprocta fuliginosa 90
punctata 31
Desmoncus 23, 30, 31, 247, 248
cirrhifer 138, 278
giganteus 138, 278
horridus 22, 31, 138, 278
interjectus 278
latisectus 278
loretanus 279
madrensis 279
mitis 22, 138, 279
myriacanthos 279
parvulus 279
polyacanthos 22, 138, 279
prunifer 279
pumilus 279
setosus 279
vacivus 279
Dictyocarium lamarckianum 18, 19, 60, 92,
93, 139, 245, 279
ptarianum 279
Elaeidinae 30
Elaeis 114
guineensis 91, 279
oleifera 87, 92, 95, 139, 279
Erythrina edulis 132
Eucalyptus 106
Euterpe 92, 93, 94, 95, 104, 114, 116, 118,
252, 254
catinga 279
longevaginata 36, 94, 279
luminosa 279
oleracea 15, 63, 91, 92, 106, 107,
108, 114, 115, 117, 122, 131, 132,
134, 139, 143, 145, 148, 149, 156,
178, 180, 190, 204, 252, 254, 255,
263, 279
precatoria 19, 20, 34, 36, 58, 59, 60,
61, 63, 90, 91, 92, 94, 95, 98, 106,
107, 114, 115, 122, 131, 132, 139,
143, 144, 145, 146, 147, 148, 149,
151, 176, 177, 180, 181, 183, 200,
201, 202, 203, 246, 248, 249, 252,
254, 263, 279
Euterpeae 35, 36
289
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
290
Geonoma 13, 15, 18, 19, 20, 21, 23, 28, 97,
243, 245, 247
acaulis 279
atrovirens 279
baculifera 280
bernalii 280
brongniartii 280
calyptrogynoidea 280
camana 280
chlamydostachys 280
chococola 280
concinna 280
cuneata 280
deversa 22, 59, 89, 94, 109, 139,
143, 144, 184, 254, 280
dindoensis 280
divisa 280
ecuadoriensis 18, 21, 246, 280
euspatha 280
fosteri 18, 280
frontinensis 280
galeanoae 280
gentryi 280
hollinensis 18, 280
interrupta 22, 280
irena 23, 280
lanata 281
laxilora 22, 281
lehmannii 281
leptospadix 22, 281
longepedunculata 281
macrostachys 21, 22, 94, 109, 139,
246, 281
maxima 22, 281
megalospatha 281
multisecta 281
occidentalis 281
oligoclona 281
orbignyana 93, 139, 281
paradoxa 281
peruviana 281
pinnatifrons 281
poeppigiana 281
pohliana 281
poiteauana 281
pulcherrima 18, 21, 246, 281
sanmartinensis 281
santanderensis 281
schizocarpa 282
skovii 18, 282
Geonoma stricta 22, 282
supracostata 282
tenuissima 23, 282
triandra 282
triglochin 282
trigona 282
undata 18, 19, 63, 95, 244, 245, 282
wilsonii 282
Guadua angustifolia 132, 147, 148, 190
Hexopetion 31
Hyospathe elegans 22, 94, 282
frontinensis 282
macrorhachis 282
peruviana 282
pittieri 282
wendlandiana 282
Inga 132
Inga edulis 132
Iriartea 10, 105, 106, 118
deltoidea 15, 16, 19, 21, 22, 46, 61,
63, 74, 90, 93, 94, 95, 96, 97, 98, 104,
131, 139, 142, 145, 146, 147, 176,
177, 178, 180, 181, 183, 190, 193,
200, 204, 244, 245, 246, 251, 253,
262, 282
Iriartella setigera 20, 93, 246, 282
stenocarpa 22, 282
Itaya amicorum 282
Juania 33
australis 32
Leopoldinia piassaba 111, 139, 282
pulchra 283
Lepidocaryum tenue 22, 62, 63, 89, 94, 109,
110, 111, 131, 139, 142, 143, 145, 147,
200, 246, 254, 283
Manicaria martiana 283
saccifera 15, 63, 91, 94, 140, 283
Mauritia 114, 182, 255
Mauritia carana 94, 140, 283
lexuosa 20, 21, 22, 38, 58, 59, 60,
62, 67, 77, 87, 91, 92, 94, 95, 97, 98,
11, 114, 115, 116, 117, 120, 121,
122, 123, 131, 132, 134, 143, 140,
145, 147, 150, 151, 177, 178, 182,
184, 190, 193, 200, 203, 245, 246,
249, 255, 259, 283
Índices
Mauritiella aculeata 63, 283
armata 21, 22, 246, 283
macroclada 140, 200, 283
pumila 283
Milichiidae 215
Musa 132
Ochroma pyramidale 132
Oenocarpus 74, 92, 93, 94, 114, 118, 148,
149, 252
bacaba 20, 140, 246, 283
balickii 22, 283
bataua 16, 17, 19, 20, 21, 22,
34, 35, 36, 59, 60, 61, 62, 74, 90,
91, 92, 93, 95, 97, 98, 114, 115,
116, 131, 132, 140, 145, 147,
176, 178, 183, 187, 188, 193,
200, 201, 202, 204, 244, 245,
246, 248, 249, 251, 255, 283
circumtextus 20, 283
distichus 22, 283
makeru 20, 283
minor 19, 22, 74, 92, 131, 140,
245, 251, 283
oligocarpa 35, 283
simplex 283
Ognorhynchus icterotis 41
Oraniopsis 33
appendiculata 32
Parajubaea 19, 28, 74, 93, 245
cocoides 17, 19, 132, 133, 134,
140, 257, 283
sunkha 19, 23, 97, 132, 140, 142,
148, 184, 202, 245, 247, 283
torallyi 19, 23, 91, 97, 132, 140,
201, 245, 247, 283
Pennisetum clandestinum 47, 48
Persea americana 132
Phoenix canariensis 17, 284
Pholidostachys amazonensis 284
dactyloides 62, 94, 284
occidentalis 284
panamensis 284
pulchra 284
sanluisensis 284
synanthera 58, 140, 177, 284
Phytelephas 74, 91, 94, 109, 118, 121, 122,
254, 256
Phytelephas aequatorialis 16, 23, 39, 59, 63,
94, 109, 118, 119, 120, 121, 123,
131, 132, 133, 140, 176, 178,
183, 200, 201, 244, 284
macrocarpa 22, 63, 94, 109,
110, 118, 141, 145, 178, 183, 284
tenuicaulis 21, 94, 178, 246, 284
tumacana 141, 284
Pinus 106
Prestoea 19, 40, 245, 249, 254
acuminata 18, 37, 38, 40, 43, 44, 46,
92, 95, 106, 107, 141, 145, 151, 245,
249, 252, 254, 284
carderi 284
decurrens 284
ensiformis 284
longepetiolata 284
pubens 284
schultzeana 21, 284
Psidium guajava 132
Raphia taedigera 284
Ravenea 32, 33
Reinhardita gracilis 15, 244, 284
koschnyana 15, 244, 285
simplex 15, 244, 285
Rhynchophorus palmarum 90, 97, 98, 148,
252
Roystonea oleracea 285
regia 95
Sabal mauritiiformis 14, 94, 141, 149, 243,
285
Sabinaria magniica 285
mauritiiformis 285
Saccharum oicinarum 132
Serenoa repens 95
Setaria sphacelata 46
Socratea 105, 109, 118
exorrhiza 16, 19, 20, 22, 61, 74, 90,
93, 94, 95, 97, 104, 110, 141, 145,
146, 147, 180, 183, 200, 203, 245,
246, 251, 253, 285
hecatonandra 285
rostrata 93, 285
salazarii 285
Syagrus 91, 243
cardenasii 23, 247, 285
comosa 285
oleracea 285
291
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
Syagrus orinocensis 285
petraea 285
sancona 17, 19, 93, 94, 141, 244, 285
smithii 285
yungasensis 23, 247, 285
Synechanthus warscewiczianus 95, 285
Tabebuia 132
Tayassu pecaris 90
heobroma cacao 132
Trithrinax schizophylla 93, 94, 141, 285
Welia alfredii 19, 245, 285
regia 15, 92, 93, 94, 141, 244, 285
Wendlandiella gracilis 22, 286
Wettinia 13, 15, 16, 17, 18, 19, 23, 93, 104,
105, 118, 122, 181, 190, 243, 244,
245, 247, 262
aequalis 286
aequatorialis 18, 21, 246, 286
292
Wettinia anomala 286
augusta 22, 286
castanea 286
disticha 286
drudei 286
fascicularis 286
hirsute 286
kalbreyeri 105, 141, 286
lanata 286
longipetala 286
maynensis 97, 286
microcarpa 286
minima 286
oxycarpa 286
praemorsa 286
quinaria 15, 93, 94, 95, 104, 105,
131, 141, 142, 145, 200, 244, 252,
253, 286
radiate 286
verruculosa 286
Índices
Nombres comunes
aguaje 91, 134, 150, 177, 182, 190, 255
babaçu 46
bísola 190
canangucho 150
caraná 143
chambira 90, 133, 184, 192
chonta 183
chontaduro 16, 132, 147, 150
chontilla 132
coco cumbi 132
cocotero 148
corozo de lata 133
cusi 94
irapay 89, 143
jatata 89, 94, 143
majo 92, 183, 233
milpesos 183
moriche 91, 182
motacú 91, 92
palma de cera 144
palma de Quito 133
palma de vino 14, 133, 147, 148
palma de wayuri 177, 191
palma del pantano 182
palma estera 133, 143
palma real 74, 91
pambil 94, 181, 190
pejibaye 183
pijuayo 132
sunkha 97
tagua 16, 23, 39, 119, 176, 183, 189, 256,
257
totaí 92
ungurahua 183, 188, 189, 191
293
Autores
Robert Allkin
Royal Botanic Gardens Kew. Londres.
Reino Unido.
b.allkin@kew.org
Fabien Anthelme
Institut de Recherche pour le
Développement (IRD)
Francia.
Fabien.Anthelme@ird.fr
William J. Baker
Royal Botanic Gardens Kew. Londres.
Reino Unido.
w.baker@kew.org
Henrik Balslev
Department of Bioscience –
Ecoinformatics and Biodiversity Group,
Aarhus University.
Dinamarca.
henrik.balslev@bios.au.dk
Abigail M. Barket
Royal Botanic Gardens Kew. Londres.
Reino Unido.
a.barket@kew.org
Rodrigo Bernal
Instituto de Ciencias Naturales,
Universidad Nacional de Colombia.
Bogotá.
Colombia.
rgbernalg@gmail.com
Grischa Brokamp
NeesInstitut für Biodiversität der
Planzen, Rheinische Friedrich
WilhelmsUniversität Bonn.
Alemania.
grischa.brotkamp@gmail.com
Rodrigo CámaraLeret
Departamento de Biología,
Área de Botánica, Universidad
Autónoma de Madrid.
España.
rcamaraleret@gmail.com
Gloria Galeano
Instituto de Ciencias Naturales,
Universidad Nacional de Colombia.
Bogotá.
Colombia.
gagaleanog@unal.edu.co
Néstor García
Departamento de Biología, Facultad
de Ciencias, Pontiicia Universidad
Javeriana. Bogotá.
Colombia.
nestor.garcia@javeriana.edu.co
Lauren M. Gardiner
Royal Botanic Gardens Kew. Londres.
Reino Unido.
l.gardiner@kew.org
Mónica Gruezmacher
Department of Ecolgy and Natural
Resources Management, Center for
Development Research, Rheinische
FriedrichWilhelmsUniversität Bonn.
Alemania.
monicagr@uni-bonn.de
Carolina Isaza
Instituto de Ciencias Naturales,
Universidad Nacional de Colombia.
Bogotá.
Colombia.
isazacarolina@gmail.com
295
COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA
Manuel J. Macía
Departamento de Biología, Área de
Botánica, Universidad Autónoma de
Madrid.
España.
manuel.macia@uam.es
Jaime A. NavarroLópez
Instituto de Ciencias Naturales,
Universidad Nacional de Colombia.
Bogotá.
Colombia.
jnavarro@unal.edu.co
Betty Millán
División Botánica, Museo de Historia
Natural Javier Prado, Universidad
Nacional Mayor de San Marcos. Lima.
Perú.
bmillans@unmsam.edu.pe
Mayra Ninazunta
Laboratorio de Ecología de Plantas,
Escuela de Ciencias Biológicas, Facultad
de Ciencias Exactas y Naturales, Pontiicia
Universidad Católica del Ecuador. Quito.
Ecuador.
mayra.ninazunta@gmail.com
Moritz Mittelbach
Department of Geobotany, Universität
Bochum.
Alemania.
moritz.mittelbach@rub.de
Rommel Montúfar
Escuela de Ciencias Biológicas, Facultad
de Ciencias Exactas y Naturales, Pontiicia
Universidad Católica del Ecuador. Quito.
Ecuador.
rjmontúfar@puce.edu.ec
Mónica Moraes R.
Herbario Nacional de Bolivia, Universidad
Mayor de San Andrés. La Paz.
Bolivia.
monicamoraes@ie-umsa.com
Helle Munk Ravnborg
Danish Institute for International Studies
(DIIS). Copenhagen.
Dinamarca.
HMR@diis.dk
296
Hugo Navarrete
Escuela de Ciencias Biológicas, Facultad
de Ciencias Exactas y Naturales, Pontiicia
Universidad Católica del Ecuador. Quito.
Ecuador.
hnavarrete@puce.edu.ec
Narel PaniaguaZambrana
Herbario Nacional de Bolivia, Universidad
Mayor de San Andrés. La Paz
Bolivia.
Departamento de Biología, Área de
Botánica, Universidad Autónoma de
Madrid.
España.
nyaroslava@yahoo.es
Dennis Pedersen
Department of Bioscience –
Ecoinformatics and Biodiversity Group,
Aarhus University.
Dinamarca.
dennisvp@mbg.au.dk
JeanChristophe Pintaud
Institut de Recherche pour le
Développement (IRD).
Francia.
Jean-Christophe.Pintaud@ird.fr
María José Sanín
Instituto de Ciencias Naturales, Universidad
Nacional de Colombia. Bogotá.
Colombia.
mjsanin@gmail.com
Autores
Alex heys
Royal Botanic Gardens Kew &
Natural History Museum. Londres.
Reino Unido.
María Claudia Torres
Instituto de Ciencias Naturales,
Universidad Nacional de Colombia.
Bogotá.
Colombia.
ceresnativus@gmail.com
Camila Urioste
Herbario Nacional de Bolivia, Universidad
Mayor de San Andrés. La Paz.
Bolivia.
camila-urioste@yahoo.com
Martha Isabel Vallejo
Instituto de Ciencias Naturales,
Universidad Nacional de Colombia.
Bogotá.
Colombia.
martisavallejo@gmail.com
Soraya Villalba
Royal Botanic Gardens Kew. Londres.
Reino Unido.
s.villalba@kew.org
Maximilian Weigend
NeesInstitut für Biodiversität der
Planzen, Rheinische FriedrichWilhelms
Universität Bonn.
Alemania.
mweigned@uni-bonn.de
Gabriela Vaca
Escuela de Ciencias Biológicas, Facultad
de Ciencias Exactas y Naturales, Pontiicia
Universidad Católica del Ecuador. Quito.
Ecuador.
gabrielavacadg@gmail.com
Renato Valencia
Laboratorio de Ecología de Plantas,
Escuela de Ciencias Biológicas, Facultad
de Ciencias Exactas y Naturales.
Pontiicia Universidad Católica del
Ecuador. Quito.
Ecuador.
lrvalencia@puce.edu.ec
297
Editores
Henrik Balslev
Profesor principal en la Universidad de
Aarhus (Dinamarca) donde enseña Botánica
y Ecología Tropical. Ha dirigido varios
proyectos de investigación sobre Ecología
de las comunidades de palmas en los
bosques tropicales de América del Sur y es
supervisor de tesis de maestría y doctorado
en Dinamarca, Tailandia, México y España.
Es coordinador del proyecto PALMS.
Manuel J. Macía
Profesor Contratado Doctor en la
Universidad Autónoma de Madrid
(España) donde imparte docencia de
Botánica, Fitogeografía, Ecología Vegetal
y Etnobotánica. Su investigación se centra
en la integración de estudios lorísticos,
biogeográicos y de etnobotánica con
población indígena y campesina en
bosques tropicales de América del Sur.
Es coordinador del grupo de trabajo en
Etnobotánica del proyecto PALMS.
Hugo Navarrete
Profesor principal en la PUCE. Ha trabajado
en Taxonomía y Ecología de Helechos
ecuatorianos y se interesa en la divulgación
de la información cientíica en diferentes
niveles de la sociedad y en el fortalecimiento
de las relaciones entre la academia y los
sectores público, privado y empresarial.
Actualmente es Decano de la Facultad de
Ciencas Exactas y Naturales y colaboró
con el componente de comunicación del
proyecto PALMS.
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Esta publicación —a la que han precedido otras parciales, fruto del proceso
investigativo— pretende ser la última del proyecto internacional realizado por
investigadores pertenecientes a diez instituciones de educación superior de
Europa y del noroeste de América Latina. Entre ellas, la Escuela de Ciencias
Biológicas de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE).
Las palmas constituyen el grupo de plantas útiles más importante en los
bosques tropicales de América, pues proporcionan a muchas poblaciones
rurales alimentos, materiales de construcción, fibras, etc.
En esta investigación se estudió, documentó y analizó la diversidad de los
usos de las palmas, y la importancia y el valor de sus productos para las comunidades rurales locales del Ecuador, Colombia, Perú y Bolivia.
También se estudiaron la resiliencia de los ecosistemas y los límites de su
funcionalidad. Esto con el fin de que se pueda lograr una sostenibilidad en el
manejo y aprovechamiento de los recursos provenientes de las palmas.
Fueron objeto de análisis las políticas para el uso sostenible y el manejo de
las palmas, así como las prácticas administrativas relacionadas con el uso y el
comercio de productos de palmas. Algunas pequeñas industrias y el comercio
basados en productos de las palmas fueron evaluados a nivel tanto local como
internacional.
Si bien esta obra cierra el ciclo del programa internacional PALMS, constituye una motivación que genera desafíos importantes para la prosecución de
futuras investigaciones en este campo.
Cosecha de palmas en el noroeste de Suramérica
se terminó de imprimir en el mes de julio de 2015,
bajo el sistema de evaluación de pares académicos (internos y externos a la PUCE)
y mediante la modalidad de “doble ciego”
que garantiza la conidencialidad de autores y de árbitros.
EKSEPTION, Quito.
Manuel Corrales Pascual S.J.
Rector de la PUCE