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Contenido Progresos y logros alcanzados en cinco años de estudio de las palmas ................................................................................................................................................. Henrik Balslev, Manuel J. Macía & Hugo Navarrete 7 Cosecha de palmas en el noreste de Suramérica: bases científicas para su manejo y conservación 1 Diversidad y abundancia de palmas .................................................................................... Henrik Balslev, Dennis Pedersen, Hugo Navarrete & Jean-Christophe Pintaud © 2015 Pontiicia Universidad Católica del Ecuador Facultad de Ciencias Exactas y Naturales © 2015 Henry Balslev, Manuel J. Macía y Hugo Navarrete (editores) 2 Patrones genéticos y ecológicos de las palmas: la inluencia humana ....................................................................................................................... Jean-Christophe Pintaud, Rommel Montúfar, Fabien Anthelme & María José Sanín Centro de Publicaciones 3 Usos de las palmas por poblaciones rurales ................................................................... Manuel J. Macía, Rodrigo Cámara-Leret & Narel Paniagua-Zambrana 57 4 Palmas útiles de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú .................................................. Mónica Moraes R., Narel Paniagua-Zambrana, Rodrigo Cámara-Leret, Henrik Balslev & Manuel J. Macía 87 Av. 12 de Octubre y Robles Apartado n.º 17-01-2184 Telf: (593) (02) 2991 700 publicacionespuce@puce.edu.ec Pontificia Universidad Católica del Ecuador Dr. Manuel Corrales Pascual, S. J. – Rector Ing. Pablo Iturralde Ponce – Vicerrector Dr. Carlos Acurio Velasco – Director General Académico Santiago Vizcaíno Armijos – Director del Centro de Publicaciones Comité Ejecutivo de Publicaciones: Mercedes Mala Simon León Espinosa Ordóñez Álvaro Mejía Salazar Santiago Vizcaíno Armijos Edición y corrección de lenguaje, diseño y diagramación: María Dolores Villamar Portada: Gabriela Pallares P. Impresión: EKSEPTION Primera edición, 2015, 300 ejemplares. Quito, Ecuador. ISBN: 978-9978-77-230-0 5 Comercialización de productos de palmas nativas: una visión general del estado actual y tendencias futuras .................................. Maximilian Weigend, Henrik Balslev, Dennis Pedersen, Monica Gruezmacher, Moritz Mittelbach, Betty Millán & Grischa Brokamp 13 27 103 6 Sostenibilidad de la cosecha de palmas ............................................................................ Rodrigo Bernal, Claudia Torres, Néstor García, Carolina Isaza, Jaime Navarro, Martha Isabel Vallejo, Gloria Galeano & Henrik Balslev 131 7 Políticas de uso y manejo sostenible de productos de palmas ........................ Renato Valencia, Gloria Galeano, Helle Munk Ravnborg, Mónica Moraes R., Mayra Minazunta & Henrik Balslev 175 8 Bioinformática y la familia de las palmas .......................................................................... William J. Baker, Robert Allkin, Abigail M. Barker, Manuel J. Macía, Alex Theys, Soraya Villalba & Lauren M. Gardiner 213 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 9 La comunicación: uso de los conocimientos para la toma de decisiones y divulgación de la información ............................................................. Mónica Moraes R., Hugo Navarrete, Gabriela Vaca, Camila de Urioste & Dennis Pedersen 223 Extended summary in English .............................................................................................................. 241 Apéndice Palmas nativas de Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia .............................................. 269 Índices Nombres cientíicos .......................................................................................................................... Nombres comunes ............................................................................................................................ 287 293 Autores ............................................................................................................................................................... 295 Editores .............................................................................................................................................................. 299 Progresos y logros alcanzados en cinco años de estudio de las palmas Henrik Balsleva*, Manuel J. Macíab & Hugo Navarretec Department of Bioscience – Ecoinformatics and Biodiversity Group, Aarhus University. Århus C, Dinamarca. b Departamento de Biología, Área de Botánica, Universidad Autónoma de Madrid. Madrid, España. c Herbario QCA, Escuela de Ciencias Biológicas, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Quito, Ecuador. * henrik.balslev@bios.au.dk a Los bosques tropicales alojan miles de plantas útiles cosechadas y manejadas por las comunidades locales, y ocasio­ nalmente comercializadas a distintas es­ calas, mayormente en mercados locales y en muy pocos casos en mercados ex­ tranjeros. Los efectos de esta cosecha en las poblaciones silvestres de palmas y en sus hábitats son muy poco conocidos, al igual que la capacidad de recuperarse (re­ siliencia) del bosque tropical. Las palmas constituyen el grupo de plantas útiles más importante en los bosques tropicales de América para las poblaciones rurales y en este proyecto se estudió el impacto de su extracción, uso y comercialización. El foco de las actividades se centró en los bosques del noroeste de la Amazonía, los Andes y la costa pacíica del Chocó. El proyecto Impacto de la cosecha de palmas en bosques tropicales (PALMS) estimó la cantidad del recurso disponible mediante el estudio de las comunidades de palmas en diferentes formaciones vegetales, documentando el número de especies e individuos existentes en los distintos sitios de estudio. Adicional­ mente se investigó la estructura genética de las especies de palmas útiles con el in de analizar y entender la posible ero­ sión genética causada por la cosecha en sus poblaciones, y con esta información proponer nuevos métodos de extracción más sostenibles y que eviten la desapari­ ción del recurso. En otro componente de PALMS se cuantiicaron las especies de palmas utilizadas por las poblaciones rurales, empleando métodos de etnobotánica cuantitativa para comparar distintas ecorregiones, tipos de bosque y grupos humanos. También se estudiaron los pa­ trones en la comercialización de los pro­ ductos obtenidos de las palmas, desde 7 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 8 su venta en mercados locales hasta su exportación. De igual manera, se eva­ luaron los distintos modos en que las comunidades locales manejan las pobla­ ciones silvestres de palmas, algunos de ellos sostenibles y otros deinitivamente muy destructivos. Finalmente, en el campo de las políticas estatales, se anali­ zaron los mecanismos a escala nacional que regulan la extracción y comerciali­ zación de los productos provenientes de las palmas, para evaluar el impacto de la aplicación de las diferentes políticas en la resiliencia de los ecosistemas. Entre los resultados de este proyecto se pro­ ponen métodos sostenibles de manejo para las poblaciones locales, organiza­ ciones no gubernamentales, gobiernos locales y nacionales, y otras institucio­ nes interesadas. Los investigadores del proyecto PALMS pertenecen a 10 universidades e instituciones de investigación de Europa y del noroeste de Suramérica: 1. Universidad de Aarhus. Aarhus, Di­ namarca (institución coordinadora). 2. Instituto de investigación para el de­ sarrollo (IRD). Montpellier, Francia. 3. Universidad Autónoma de Madrid. Madrid, España. 4. Universidad Rheinische Friedrich­ Wilhelms. Bonn, Alemania. 5. Reales Jardines Botánicos. Kew, Reino Unido. 6. Centro danés de estudios internacio­ nales y derechos humanos. Copena­ gue, Dinamarca. 7. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá, Colombia. 8. Pontiicia Universidad Católica del Ecuador. Quito, Ecuador. 9. Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima, Perú. 10. Universidad Mayor de San Andrés. La Paz, Bolivia. PALMS se organizó en nueve grupos de trabajo que funcionaron de manera independiente aunque en estrecha cola­ boración con otras instituciones y equi­ pos de trabajo del proyecto, y enfocaron sus esfuerzos en: 1. La diversidad y abundancia de pal­ mas – Estudios comparativos de la diversidad, abundancia y dinámica de las poblaciones de palmas en dis­ tintos tipos de bosque y bajo diferen­ tes formas e intensidades de pertur­ bación humana. 2. La resiliencia de los ecosistemas y límites de su funcionalidad – Aná­ lisis comparativos del potencial pro­ ductivo, así como de la funcionalidad y diversidad de distintos remanentes de bosques en diferentes etapas de fragmentación y degradación. La re­ siliencia de los sistemas fue evaluada parcialmente mediante la aplicación de técnicas de variabilidad genética y el uso de datos sobre la diversidad, abundancia y capacidad de regenera­ ción de las palmas como indicadores del impacto de los factores de cambio. 3. Los productos que proporcionan las palmas a las poblaciones locales – Documentación y análisis de la diver­ sidad y abundancia de los usos de las palmas, la importancia y el valor de sus productos para las comunidades locales, el intercambio e incipiente mercado y las intensidades de uso ac­ tual de los distintos recursos. 4. Las pequeñas industrias y el comer­ cio basados en productos de palmas – Descripción y evaluación del pro­ ceso de comercialización de los pro­ ductos de palmas, incluyendo la venta tradicional en mercados regionales, así como la comercialización en mer­ cados nacionales e internacionales. Progresos y logros alcanzados en cinco años de estudio de palmas 5. La sostenibilidad y el manejo de los recursos – Investigación y compara­ ción del manejo de las poblaciones de palmas en distintos tipos de ecosiste­ mas, con el in de identiicar indica­ dores ecológicos de sostenibilidad y establecer prácticas sostenibles. 6. Las políticas para el uso sostenible y el manejo – Análisis de las políti­ cas y prácticas administrativas rela­ cionadas con el uso y el comercio de productos de palmas y otras plantas, teniendo en cuenta como base los criterios y la información generados sobre el manejo sostenible. 7. La compilación y organización de la información – Recopilación de la información existente sobre usos, productos y manejo de palmas, inclu­ yendo publicaciones locales de difícil acceso. Todo este material se registró en una base de datos y posterior­ mente se lo hizo accesible en línea al público en general, a través del portal de Internet Palmweb. 8. La comunicación – Información a todas las partes interesadas sobre los objetivos, métodos y resultados del proyecto, así como entrega de los pro­ ductos obtenidos en todos los niveles. Se elaboró gran cantidad de material relativo al uso y al valor de las palmas, y se lo distribuyó tanto a funcionarios y autoridades de alto nivel político, como a un público diverso, inclu­ yendo educadores y profesionales de 1 2 3 4 distintas disciplinas. En los docu­ mentos difundidos se destacó la im­ portancia del manejo sostenible de estos recursos naturales. 9. La coordinación – Se elaboraron in­ formes periódicos sobre el avance de las actividades del proyecto y la ges­ tión económica. Las actividades con­ juntas organizadas entre los grupos de trabajo incluyeron la planiicación de talleres y cursos de formación para los estudiantes de doctorado. Los resultados obtenidos en el pro­ yecto se difundieron en distintos ámbi­ tos, dependiendo de las necesidades de los grupos de trabajo implicados: folletos y videos populares destinados a campe­ sinos y población rural, informes para políticos y funcionarios del gobierno, pu­ blicaciones especializadas para la comu­ nidad cientíica internacional. Toda la información y datos genera­ dos por el proyecto se pueden consultar en la página web desarrollada y mante­ nida especíicamente para el efecto1. Los re su lt a d o s científicos se presenta­ ron en 115 conferen­ cias cuyos resúmenes se publica­ ron en los respectivos libros de memo­ rias de los eventos2. Hasta el momento han aparecido más de 60 artículos cien­ tíicos en publicaciones con revisores por http://www.fp7­palms.org/index.php/products/data http://www.fp7­palms.org/index.php/products/publications­2/51 ­products/561­palms­abstracts­from­scientiic­meetings http://www.fp7­palms.org/index.php/products/publications­2/51 ­products/562­list­of­scientiic­publications­from­palms http://www.fp7­palms.org/index.php/products/publications­2/books 9 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 10 pares y más de 20 manuscritos están en revisión3. El proyecto ha publicado 12 li­ bros, incluyendo algunos de divulgación y otros destinados a especialistas4. Tam­ bién ha generado 11 folletos y pósteres así como 6 videos con ines educativos, para difundir en lenguaje popular los resulta­ dos obtenidos, poniendo especial énfasis en las localidades donde se desarrolló el trabajo de campo5. Los videos son accesi­ bles a través del portal de Youtube6. En el marco de PALMS se hizo hin­ capié en la formación de nuevos profe­ sionales, para lo cual se incorporaron estudiantes de distintos niveles. En total se inalizaron 41 tesis: 10 de grado, 15 de máster y 16 doctorales. De ellas, 31 ya se han defendido y están disponibles en la pá­ gina web del proyecto7. Las 10 restantes se defenderán durante 2014 y la lista corres­ pondiente, al igual que las fechas previstas para su sustentación, se pueden también consultar en la misma página web. PALMS estableció contacto con el con­ junto del sistema político­administrativo de los países de la región estudiada. Esta comunicación fue permanente a todo lo largo del período de duración del pro­ yecto, desde principios de 2009 hasta di­ ciembre de 2013. Sin embargo, las insti­ tuciones locales pretenden mantener esta estrategia de comunicación e interacción con los organismos gubernamentales, una vez concluido el proyecto. Los comités de asesores locales que colaboraron con PALMS incluyeron representates de algunas ONG, pro­ fesores universitarios, representantes indígenas, miembros de los sistemas político-administrativos de Colombia, 5 6 7 Ecuador, Perú y Bolivia. Como se documenta en la página web, durante las reuniones anuales, realizadas en los cuatro países, siempre ha existido un diálogo abierto y crítico entre los investigadores del proyecto y los miembros de dichos comités, con lo cual se consiguieron aportes importantes de los diferentes actores. En tales ocasiones los líderes de los grupos de trabajo presentaron los resultados y los comités de asesores locales hicieron comentarios sobre las actividades de PALMS, contribuyendo con muchas sugerencias útiles para el mejor desarrollo del proyecto. De igual forma, los investigadores aportaron nuevas percepciones a los miembros de los comités. Se realizaron siete reuniones y la mejor documentada fue la última, que tuvo lugar en Lima en septiembre de 2013. En la página web se encuentran todas las presentaciones de la reunión, acompañadas de un acta que recoge los comentarios y sugerencias de los miembros del comité, tanto en español como en inglés. Para el resto de las reuniones se dispone igualmente de información detallada, aunque aquella accesible a través de la página web se encuentra resumida. Como resultado de las actividades realizadas por el grupo de trabajo 5 y los contactos que establecieron sus in­ vestigadores con los responsables del gobierno de Colombia, el Ministerio de Medioambiente de este país ha propuesto un Programa Nacional para conserva­ ción de palmas. Este será formulado por los investigadores colombianos del men­ cionado grupo de trabajo y entregado en 2014, con lo que se sentarán las bases de http://www.fp7­palms.org/index.php/products/outreach/booklets http://www.fp7­palms.org/index.php/products/outreach/videos http://www.fp7­palms.org/index.php/products/theses Progresos y logros alcanzados en cinco años de estudio de palmas acción especíicas que desarrollarán las autoridades ambientales colombianas para cada una de las especies de palmas que necesite un plan de manejo y explo­ tación. En el marco de esta iniciativa, en septiembre de 2013 tuvo lugar una reu­ nión inicial en Bogotá, con la participa­ ción de representantes de varias autori­ dades ambientales locales y del gobierno nacional. Cabe mencionar que el equipo colombiano de PALMS tuvo experiencia previa en la interacción con actores políti­ cos y otros sectores inluyentes en el país. Sus investigadores lograron, por ejemplo, que la Iglesia Católica disuadiera a sus fe­ ligreses para que excluyan el uso de las hojas de Ceroxylon en la celebración del Domingo de Ramos. Ese consumo había alcanzado niveles muy altos y constituía una importante amenaza para las pobla­ ciones andinas de esta especie. En Ecuador, PALMS ha trabajado con el Ministerio del Ambiente a través del programa BIOCOMERCIO. Lucía de la Torre, investigadora de PALMS, colaboró con ese ministerio en el de­ sarrollo de un marco regulador para la extracción de Productos Forestales No Maderables (PFNM). Con base en una publicación del grupo de trabajo 68 se inició una propuesta destinada a estan­ darizar protocolos para la extracción de PFNM en el país. Se propusieron prác­ ticas de manejo para 317 PFNM, inclu­ yendo 30 especies de palmas y 62 PFNM obtenidos de ellas. En la actualidad, la interacción a nivel político­administra­ tivo implica a la Dirección Nacional Fo­ restal y a la Dirección Nacional de Bio­ diversidad. El trabajo correspondiente 8 permitirá establecer lineamientos para el manejo basados en la investigación realizada por el proyecto. Asimismo los investigadores ecuatorianos colaboran con el Proyecto de Evaluación Nacional Forestal del Ministerio del Ambiente, que considera las palmas como elemen­ tos importantes de los ecosistemas y PALMS provee información relevante para alcanzar tal objetivo. Atendiendo la petición del comité de asesores loca­ les en la reunión de Lima (septiembre de 2013), el equipo de investigadores ecuatorianos ha proporcionado a los funcionarios peruanos del Ministerio de Agricultura toda la documentación le­ gal recopilada sobre las políticas de uso y explotación de palmas en los cuatro países donde ha trabajado el proyecto. El equipo de investigadores peruanos de PALMS ha mantenido estrechas rela­ ciones de colaboración con el Ministerio del Ambiente de su país. La investigadora del proyecto, Betty Millán, fue nombrada por el gobierno para representar a Perú en el 16º SBSTTA (Subsidiary Body on Scientiic, Technical and Technological Advice) de la Convención de Diversidad Biológica (CDB) en Montreal en 2011 y en la 11a Conferencia de las Partes (COP11) en Hyderabad, India, en el mismo año. De igual forma fue nombrada responsa­ ble del grupo técnico para la aplicación de la Estrategia Global de Conserva­ ción Vegetal (Global Plant Conservation Strategy) y del de la Iniciativa para Ta­ xonomía (Taxonomy Initiative), ambos de la CDB. Esta especialista actúa como experta del gobierno en el Panel de Flora del Centro de Investigación Tecnológica de la Torre, L., R. Valencia, C. Altamirano & H. Munk­Ravnborg. 2011. Legal and administrative regulation of palms and other NTFPs in Colombia, Ecuador, Peru and Bolivia. he Botanical Review 77: 327–369. 11 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA (CITE) en el Ministerio del Ambiente y como responsable de la red de centros de conservación ex situ de la Comisión Nacional para la Diversidad Biológica (CONADIB). En Bolivia, los investigadores del grupo de trabajo 8 del proyecto han te­ nido una constante interacción con el Ministerio de Medio Ambiente y Aguas, en concreto con los departamentos de Biodiversidad, Manejo Forestal y Acceso a los Recursos Genéticos. Se ha mante­ nido informadas a las autoridades de todos los resultados y recomendaciones que se produjeron en PALMS, especial­ mente a través de la difusión de los mate­ riales de divulgación. Los contactos fue­ ron establecidos por los investigadores del proyecto y de manera más oicial por el Decano de la Facultad de Ciencias Na­ turales de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA). Al inicio de PALMS, en 2009, el director de la sección de Biodi­ versidad del Ministerio de Medio Am­ biente y Aguas, Aldo Claure, aceptó la in­ vitación para formar parte del comité de asesoramiento local y posteriormente ha participado en todas las reuniones orga­ nizadas por el proyecto. Estos encuentros lograron que en dicha sección del Mi­ nisterio se conocieran y discutieran los resultados obtenidos en PALMS, con el objeto de establecer un Plan para la con­ servación de las palmas de Bolivia. Los cambios en el gobierno de este país han retardado el proceso durante el período 2010–2012, pero recientemente se ha reanudado el trabajo. En agosto de 2013, la UMSA organizó un taller para discutir la problemática de las palmas e invitó a la sección de Biodiversidad del Ministerio que había retomado este tema. Además se han establecido otros vínculos, en par­ ticular con el Viceministerio de Ciencia y Tecnología del Ministerio de Educación, donde se presentaron los resultados y re­ comendaciones de PALMS. Entre otras instituciones, el líder del grupo de comu­ nicación, Mónica Moraes R., coordinó una red de investigadores en biodiversi­ dad, y el proyecto se registró oicialmente en el Ministerio. El Viceministerio de Ciencia y Tecnología respondió partici­ pando en la reunión del grupo de trabajo 8 en agosto de 2013 y se presentó una de­ claración inal de la reunión. PALMS ha difundido resultados y re­ comendaciones a través de diversos me­ dios, como periódicos, revistas popula­ res, libros, videos, páginas web, etc. Una lista detallada de todos estos materiales se puede consultar en la página web del proyecto9. En este libro, los investigadores que participaron en cada uno de los grupos de trabajo de PALMS resumen sus conclu­ siones y hacen recomendaciones para to­ dos los interesados, desde los campesinos hasta los políticos tomadores de decisio­ nes, en cuanto al manejo sostenible de las palmas. Los diferentes capítulos presen­ tan los principales resultados de los cinco años de ejecución del proyecto, y cada uno corresponde a un grupo de trabajo. 12 9 http://www.fp7­palms.org/index.php/publicity 1 Diversidad y abundancia de palmas Henrik Balsleva*, Dennis Pedersena, Hugo Navarreteb & Jean-Christophe Pintaudc Department of Bioscience – Ecoinformatics and Biodiversity Group, Aarhus University. Århus C, Dinamarca. b Herbario QCA, Escuela de Ciencias Biológicas, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Quito, Ecuador. c Institut de Recherche pour le Développement (IRD). Montpellier, Francia. * henrik.balslev@bios.au.dk a Las palmas son un elemento destacado en los paisajes naturales del noroeste de Suramérica, tanto por su diversidad como por su abundancia en todos los há­ bitats, pero especialmente en los bosques tropicales húmedos. El territorio de Suramérica cubre alrededor de 17.8 millones de km2 y al­ berga un total de 457 especies de palmas distribuidas en 48 géneros. El área de estudio de PALMS en Colombia, Ecua­ dor, Perú y Bolivia cubre 4.8 millones de km2 y presenta 333 especies y 46 géne­ ros de palmas. Los géneros más diversos son Geonoma (54 especies), Bactris (38), Attalea (29), Aiphanes (28), Astrocaryum (24) y Wettinia (20). Geonoma es el más rico en especies, morfológicamente muy diverso y bien representado en los cua­ tro países1, pero sigue siendo poco en­ tendido en términos de taxonomía y su número inal de especies es incierto2. Por otro lado, Bactris también se encuentra entre los géneros más ricos en especies en los cuatro países, aunque es relativa­ mente bien conocido gracias a una mo­ nografía publicada en Flora Neotrópica3. Wettinia y Aiphanes son diversos en Colombia y Ecuador, pero no en el sur de Perú y Bolivia, donde Astrocaryum y Attalea dominan como géneros más ri­ cos en especies. Las cinco zonas biogeográicas en la región (región caribeña, costa pacíica, Andes, periferia sur y sureste de la Ama­ zonía, Amazonía y Orinoquia) diieren mucho en tamaño y en la densidad de especies de palmas. Así, las tierras bajas del Caribe cubren un área pequeña y son relativamente pobres en palmas, alber­ gando tal vez solamente 31 especies. El bosque del Chocó, a lo largo de la costa del Pacíico colombiano y el norte de Ecuador, con su transición a las regiones 13 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA tumbesinas secas del sur de este país y norte de Perú, abarca sólo el 2 % de nues­ tra región de estudio, pero alberga in­ creíblemente 122 especies, lo que supone más de un tercio de todas las palmas en nuestra área de estudio. Los Andes, por encima de los 1000 m de altitud, cubren cerca del 40 % de la región de estudio y allí se encuentran 130 especies. Final­ mente las tierras bajas, al oeste, de la re­ gión amazónica de Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia cubren aproximadamente el 55 % del área de estudio y allí se han documentado 165 especies. A continuación y para cada una de las regiones, se describen las características biogeográicas y se discuten los patrones de riqueza y diversidad de las especies de palmas. Por último se presenta un breve resumen de los recursos que proveen es­ tas plantas a los pueblos, en cada uno de los cuatro países. Regiones biogeográicas y diversidad de palmas 14 La megadiversidad de palmas en el no­ roeste de Suramérica se debe a la gran variedad de ecosistemas, moldeados por la orografía y las condiciones climáti­ cas. La falta de montañas crea sequedad, como es el caso en las tierras bajas del Caribe. Por otro lado, en la costa pací­ ica norte del subcontinente, la corriente cálida mesoamericana provoca una hu­ medad extrema, que va desde Panamá hasta la parte central de Ecuador. Sin embargo, la corriente fría de Humboldt es la responsable de las condiciones tan secas que existen en el litoral peruano, y en menor medida en la parte sur de la planicie costera de Ecuador. La cor­ dillera de los Andes, que se extiende de norte a sur en nuestra región de estudio desde Colombia hasta Bolivia, crea una serie de pisos altitudinales en los que se distribuyen las palmas hasta una al­ titud superior a 3000 m. Finalmente, las tierras bajas de la cuenca occidental del Amazonas conectan a los cuatro países del área estudiada, a lo largo del borde oriental de la cordillera andina. Región caribeña Se encuentran a lo largo de la costa norte de Colombia desde la frontera con Pa­ namá hasta la frontera con Venezuela. Esta pequeña subregión se caracteriza por el clima seco y la vegetación dominante son matorrales y bosques semideciduos. Al igual que el desierto costero de Perú, presenta una baja diversidad, con apenas 31 especies de palmas registradas hasta el momento. Las palmas típicas en esta región son Copernicia tectorum, Sabal mauritiiformis y Acrocomia aculeata que son de amplia distribución y pueden for­ mar poblaciones muy abundantes. Por otro lado, Attalea butyracea —palma de vino— es nativa del valle seco del río Magdalena y se extiende hacia las tierras bajas del Caribe donde ha llegado a ser abundante, dominando el paisaje en al­ gunos lugares. Astrocaryum malybo tam­ bién tiene una distribución similar, exten­ diéndose desde ese valle hacia la región Caribe. La mayoría de los géneros están representados por una sola especie, salvo Bactris que cuenta con siete especies. Costa pacíica Esta región se extiende a lo largo de la costa del Pacíico, desde el sur de Pa­ namá hasta el norte de Ecuador y cubre aproximadamente 71 000 km2. Se carac­ teriza por su precipitación anual extre­ madamente alta que puede alcanzar 1 Diversidad y abundancia de palmas 10 000 mm en los sitios más húmedos. Su vegetación es bosque tropical húmedo con todo lo que ello implica en términos de extrema riqueza de especies y elevada biomasa. Por su ubicación aislada, tiene también un grado de endemismo muy alto. En la parte norte de Colombia, la re­ gión de Urabá presenta una lora de pal­ mas afín con la de las tierras bajas del Ca­ ribe, incluyendo especies como Attalea butyracea y Bactris pilosa. En las partes más húmedas cercanas a Panamá, la lora de palmas está más relacionada con la centroamericana e incluye especies como Reinhardtia koschnyana, R. simplex, R. gracilis, Calyptrogyne costatifrons, entre otras, y tiene sus límites meridionales de distribución en el noroeste de Colombia. La costa pacíica incluye 122 especies de palmas y 32 de ellas son endémicas. Las formas de vida más comunes aquí son las palmas pequeñas que crecen en el so­ tobosque, especialmente de los géneros Geonoma y Bactris. Wettinia está igual­ mente bien representado en la selva del Chocó, siendo algunas de sus especies muy abundantes. En el norte de Ecua­ dor algunas especies como Manicaria saccifera, Asterogyne martiana y Euterpe oleracea, están restringidas a los bosques muy húmedos. Sin embargo, la mayoría de las especies de palmas en la llanura costera de este país crecen en los bos­ ques tanto húmedos como semideci­ duos, pero con marcadas diferencias en su abundancia según los tipos de vegeta­ ción4. Por ejemplo, Welia regia, Iriartea deltoidea y Wettinia quinaria son más comunes y abundantes en hábitats hú­ medos. Teniendo en cuenta la limitada extensión del bosque de la costa pací­ ica —alrededor del 2 % de nuestra área de estudio—, es de destacar que alberga cerca de un tercio de las especies que se encuentran en la región analizada. Transición de la costa pacíica al desierto costero peruano La transición del Chocó al desierto cos­ tero peruano ocupa la parte más extensa de la llanura costera de Ecuador, que se une gradualmente con la región tumbe­ sina de Perú, hasta llegar a la desértica planicie costera de ese país. En la pro­ vincia ecuatoriana de Esmeraldas, en las vertientes occidentales de las provincias de Carchi e Imbabura y en general a lo largo de las estribaciones de los Andes de norte a sur, hay hábitats muy húmedos que constituyen la prolongación hacia el sur de la región de la costa pacíica. Son bosques sin estación seca o que tie­ nen como máximo dos o tres meses con precipitaciones inferiores a 100 mm. Por otro lado, a lo largo de la parte central y sur de la llanura costera de Ecuador hay un gradiente de precipitaciones que va desde climas húmedos, pasando por cli­ mas estacionales de hasta seis meses con menos de 100 mm de precipitación men­ sual, hasta climas muy secos con más de seis meses de sequía al año. Las áreas con climas estacionales dominan las provin­ cias de Manabí, Guayas, Los Ríos y El Oro, donde subsisten muy pocos rema­ nentes de bosques caducifolios y semi­ deciduos que por lo general son bastante pobres en especies y abundancia de pal­ mas. Las secciones más secas se encuen­ tran en la parte occidental de la provin­ cia de Manabí y al sur en las provincias de Santa Elena, Guayas, El Oro y Loja. Esta sección de la llanura costera coin­ cide con la llamada región biogeográica tumbesina que continúa hacia el sur a lo largo de la costa peruana5. Los bosques de Tumbes están bajo la inluencia de la corriente fría de Humboldt que viene de las aguas centrales chilenas hacia el norte a lo largo de las costas de Perú y Ecuador 15 1 Diversidad y abundancia de palmas COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 16 antes de girar hacia el oeste en dirección de las islas Galápagos. Attalea colenda, Astrocaryum standleyanum y Phytelephas aequatorialis son especies comunes en estos hábitats relativamente secos. En los remanentes de los bosques semideci­ duos existen poblaciones de Oenocarpus bataua y Astrocaryum standleyanum, así como de Bactris setulosa, B. gasipaes var. chichagui —un pariente silvestre del chontaduro cultivado— así como algu­ nas especies de Wettinia. A lo largo de las estribaciones andinas a 600–1000 m de altitud, especies de Wettinia, Iriartea deltoidea y Socratea exorrhiza son a me­ nudo abundantes. Como regla general se puede airmar que cuanto más seco es el hábitat menor es la riqueza de palmas. En inventarios de 0.1 ha realizados en estos hábitats, Borchsenius4 encontró en­ tre 12 y 19 especies en los bosques muy húmedos, pero apenas 3–6 en los bos­ ques secos. Los bosques secos caducifo­ lios se encuentran en regiones con más de 6 meses de sequía al año. Por ejemplo, los alrededores de la ciudad de Guayaquil son claramente un entorno no compati­ ble con una alta diversidad o abundan­ cia de palmas. Las más conspicuas que crecen en estos bosques son la palma de maril vegetal (tagua) Phytelephas aequatorialis, Attalea colenda y Bactris gasipaes var. chichagui, todas de notable importancia económica ya que son uti­ lizadas como fuente de recursos por las poblaciones locales. El cambio en el pai­ saje y en la composición de palmas en es­ tos bosques ha sido dramático. Por ejem­ plo, se sabe que la tagua (P. aequatorialis) fue abundante alrededor de Guayaquil en otros tiempos6, pero en la actualidad solo pocas palmas permanecen, como las que se encuentran en la Reserva Manglares Churute. Aiphanes eggersii es la única especie de palma que crece de forma natural en los bosques con más de seis meses de sequía al año. Se encuentra alrededor de San Vicente y Canoa en la provincia de Manabí y en los bosques de Tumbes en Puyango en la provincia de El Oro, donde la precipitación anual total es de 600 mm y la estación seca tiene una duración de ocho meses7,8. La llanura costera de Ecuador está dividida longitudinalmente por la cor­ dillera de la Costa (Cordillera Costera), paralela al océano y que alcanza 800 m de altitud. Por estas montañas ascienden desde la Costa nubes cargadas de hume­ dad y se crean bosques nublados también llamados bosques de garúa. En sus cimas más altas los hábitats están ocupados especialmente por la palma de tagua o maril vegetal (Phytelephas aequatorialis) junto con Iriartea deltoidea. En los bos­ ques de la Cordillera Costera la densidad de palmas aumenta. Por ejemplo, en las montañas de Ila, a 600 m de altitud, se registraron 15 especies y 1800 palmas adultas por hectárea, mientras que en las tierras bajas de las mismas montañas, a 280 m de altitud, se registraron 12 espe­ cies y solamente 860 palmas adultas por hectárea4. Cabe destacar que las cinco es­ pecies endémicas de la Costa de Ecuador crecen en los bosques muy húmedos de las tierras bajas y en la cordillera, que son al mismo tiempo los hábitats más amena­ zados de esta región del país9. Los registros históricos conirman que los bosques ecuatorianos occidenta­ les en la zona de transición entre la costa pacíica y el desierto de la costa peruana, que se encuentran en las provincias de Esmeraldas, Santo Domingo de los Tsá­ chilas, Los Ríos y Manabí, albergan mu­ chas especies de palmas5,9–14, pero en la actualidad estas áreas están fuertemente deforestadas y solo pequeños fragmen­ tos de bosque se pueden encontrar en los valles de Manabí. En 1996 ya ha­ bía desaparecido más del 90 % de sus bosques9,13–16. Andes En la región de estudio, los Andes van desde el norte de Colombia hasta el sur de Bolivia. En Colombia lo conforman tres cordilleras paralelas con picos de más de 5000 m, en Ecuador dos cordi­ lleras paralelas y en Perú y Bolivia el lla­ mado “altiplano”. En la región andina las palmas son abundantes y diversas, sobre todo en los bosques de las vertientes oc­ cidentales y orientales. Algunos de los numerosos valles interandinos también poseen bosques húmedos con palmas, pero en su mayoría son secos debido a la existencia de menores precipitaciones y por tanto hay menor representación de palmas. Una excepción es el valle del río Magdalena en Colombia, que presenta una rica lora de palmas con alrededor de 40 especies, incluyendo al menos tres endémicas. Por encima de los 1000 m de altitud los Andes albergan 130 especies y 22 géneros de palmas17. Algunas espe­ cies que crecen en los valles andinos son Parajubaea cocoides, varias especies de palmas de cera (Ceroxylon) y la palmera datilera canaria, Phoenix canariensis, que se introdujo como ornamental y es culti­ vada a lo largo de la cordillera. Ciertas es­ pecies andinas pueden crecer en bosques a 3500 m sobre el nivel del mar, como Ceroxylon parvifrons en el volcán Paso­ choa en Ecuador7. En los Andes colombianos se in­ cluye la Sierra Nevada de Santa Marta y los valles del Cauca y del Magdalena. Por encima de los 500 m de altitud cre­ cen 101 especies de palmas. Los géneros más importantes son Wettinia, Aiphanes y Ceroxylon que en conjunto representan más de un tercio de las especies de pal­ mas de los Andes en este país. La evolu­ ción de estos tres géneros está estrecha­ mente relacionada con el surgimiento de la cordillera andina durante los últimos 10 millones de años. Todas las espceis de Ceroxylon son andinas, pero tanto Aiphanes como Wettinia han dado origen a especies que han migrado e invadido las tierras bajas del Amazonas y de la costa pacíica. Por otro lado, la cordillera de los Andes también está habitada por algunas especies que se originaron en las tierras bajas, pero que han ampliado su distri­ bución ascendiendo por las laderas hasta los 1300 m de altitud. Estas especies son Acrocomia aculeata, Oenocarpus bataua, Syagrus sancona y algunas Bactris. El va­ lle del Magdalena, aunque está incluido aquí en la región biogeográica de los Andes, alberga en su mayoría especies de tierras bajas, algunas de las cuales se hallan tanto en la costa pacíica como en la Amazonía. Es probable que se trate de remanentes que quedaron en este valle cuando emergieron los Andes. Además, en el valle del Magdalena existen dos es­ pecies endémicas: Astrocaryum malybo y Astrocaryum triandrum. De las 101 espe­ cies de palmas andinas de Colombia, 27 son endémicas, por lo que requieren una atención especial para su conservación y manejo sostenible cuando son fuente de recursos para los seres humanos. En Ecuador, en las laderas orienta­ les de los Andes, hay algunas cordilleras subandinas más pequeñas y disconti­ nuas, como la de Napo­Galeras que al­ canza 3900 m de altitud, la del Cutucú y la del Cóndor que llegan a los 2900 m. Se trata de cordilleras geológicamente más antiguas que los Andes, formadas por areniscas o rocas calizas datadas de hace 150 millones de años, cuando esta zona lindaba con el océano Pacíico en el 17 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 18 Mesozoico18–21. En algunas partes de estas cordilleras existen especies que no crecen en las cordilleras principales, por lo que algunos botánicos sugieren que deberían considerarse como una región biogeo­ gráica diferente. Sin embargo, no hay un patrón bien marcado y la mayoría de las especies crecen tanto en las cordilleras su­ bandinas como en la cordillera principal. Por ejemplo, los patrones de distribución más restringidos de las especies endémi­ cas no son sustancialmente diferentes en­ tre los Andes y estas cordilleras subandi­ nas. Solamente tres de las nueve especies endémicas en las laderas orientales de los Andes se encuentran en las cordilleras su­ bandinas: Geonoma hollinensis en Napo­ Galeras, G. skovii y G. pulcherrima en las cordilleras del Cutucú y del Cóndor. G. fosteri solo crece en la cordillera andina principal. El resto de especies (Aiphanes verrucosa, Bactris setilora, Ceroxylon amazonicum, Geonoma ecuadoriensis y Wettinia aequatorialis) son endémicas que se encuentran tanto en las cordilleras subandinas como en en la cordillera an­ dina principal. En Ecuador los bosques andinos tienen la mayor diversidad de palmas, albergando 74 (52 %) de las 143 espe­ cies que se han encontrado en el país. Sin embargo, apenas 24 (32 %) de ellas son exclusivas de los bosques andinos, mientras que las 50 restantes corres­ ponden a especies de tierras bajas que eventualmente llegan hasta los bosques andinos. La gran mayoría crecen entre los 1000 y 2000 m18. Por encima de los 2000 m la diversidad de palmas decrece dramáticamente y solo 8 especies sobre­ pasan ese límite altitudinal. En términos de diversidad local es común encontrar 2–4 especies en parcelas de una hectárea, pero pueden llegar a ser muy abundan­ tes, como por ejemplo Geonoma undata que puede tener hasta 800 individuos en una hectárea22,23. Otras especies que se encuentran con frecuencia en pobla­ ciones densas en los Andes ecuatorianos incluyen Ceroxylon echinulatum en las laderas orientales entre 1200 y 1800 m, Dictyocaryum lamarckianum también en las laderas orientales entre 1500 y 1700 m, Chamaedorea pinnatifrons muy común entre 1500 y 2000 m, y inalmente Prestoea acuminata entre 1200 y 2200 m. Algunas especies de palmas tienen unos patrones de distribución muy redu­ cidos o agregados, lo que probablemente se deba a la limitada dispersión de sus se­ millas24. Diversos inventarios de palmas realizados en los bosques andinos ecuato­ rianos muestran que las regiones del sur pueden ser las más ricas en especies. Por ejemplo, se registraron 11 especies de pal­ mas entre los 1900 y 2150 m de altitud en los bosques de las laderas orientales cerca de la Estación de investigación San Fran­ cisco, entre Loja y Zamora25, y las especies más abundantes fueron Chamaedorea pinnatifrons y Prestoea acuminata. En la Reserva Maquipucuna, en las laderas oc­ cidentales de los Andes, se encontraron también 11 especies de palmas, pero el in­ ventario cubría un rango altitudinal mu­ cho más amplio, de 1000 a 2800 m. Los géneros más ricos en especies de palmas en los bosques andinos son Aiphanes, Ceroxylon, Geonoma y Wettinia. En Perú hay pocos bosques húmedos en las laderas occidentales de los Andes, mientras que en las orientales dominan los bosques húmedos y muy húmedos. De las 149 especies de palmas registradas en ese país, 59 (40 %) crecen en los An­ des. De estas, 20 se limitan a los Andes mientras que 39 son especies de tierras bajas que suben por las laderas. Los bos­ ques andinos más altos en Perú se carac­ terizan por varias especies de Ceroxylon, 1 Diversidad y abundancia de palmas Dictyocaryum lamarckianum, y cerca de 10 especies de Geonoma. Los bosques andinos más bajos albergan algunas es­ pecies de Astrocaryum, una sola Bactris, Chamaedorea fragrans y C. linearis, siete especies de Geonoma, Welia alfredii y tres especies de Wettinia26. En Bolivia existen bosques andinos húmedos a lo largo de las laderas orien­ tales de los Andes, desde la frontera con Perú hasta Argentina. De las 88 especies de palmas que se encuentran en este país, 33 crecen en los bosques andinos por encima de los 1000 m de altitud. Al igual que en los otros países, hay especies consideradas puramente andinas, como Ceroxylon (2 especies), Geonoma (2) y Prestoea (1). El género Parajubaea es par­ ticularmente interesante ya que cuenta con dos especies en los Andes bolivianos, P. torallyi, P. sunkha y P. cocoides, pero esta última está restringida a los Andes del norte, donde solo se la encuentra cul­ tivada. Por otra parte, además de las espe­ cies verdaderamente andinas, alrededor del 50 % de aquellas que crecen por en­ cima de los 1000 m de altitud son más co­ munes en las tierras bajas, como Euterpe precatoria, Chamaedorea pinnatifrons, Iriartea deltoidea, Oenocarpus bataua y Syagrus sancona. Para entender mejor la ecología de las palmas andinas, se estudió el bosque en los alrededores de la localidad de Apolo, en los bosques andinos septentrionales de Bolivia27. En 15 transectos (3.75 ha) esta­ blecidos en las laderas a altitudes entre los 850 y 1900 m, se encontraron 16 especies y una densidad promedio de 2582 palmas por hectárea. El sotobosque estaba domi­ nado por Geonoma undata, Chamaedorea pinnatifrons y Aiphanes horrida. En el estrato medio del bosque, fue abun­ dante Oenocarpus minor y en algunos lugares Ceroxylon pityrophyllum y Bactris gasipaes var. chichagui. En el dosel, las palmas más abundantes fueron Iriartea deltoidea, Oenocarpus bataua, Socratea exorrhiza, Dictyocaryum lamarckianum, y en algunos lugares Attalea phalerata. Además hay un conjunto de especies “ra­ ras” en su mayoría de pequeño tamaño. En los bosques andinos bolivianos no había diferenciación de palmas por tama­ ños, especies grandes, medianas y peque­ ñas estaban representadas casi por igual. La mayor parte de las especies (11) son solitarias, mientras que cinco son cespito­ sas y ninguna clonal. Todas tenían hojas pinnadas. Amazonía y Orinoquia Las tierras bajas de la Amazonía consti­ tuyen la región biogeográica más extensa dentro del área de estudio cubriendo aproximadamente el 55 % de la supericie de los cuatro países en conjunto. En con­ traste con las otras regiones estudiadas, todavía mantienen una gran cobertura boscosa y las palmas están menos ame­ nazadas que las de las tierras bajas del Caribe, la costa pacíica y los Andes. En su prolongación hacia el norte, hacia la frontera con Venezuela, la Amazonía está conformada por un mosaico de sabanas y bosques tropicales. En la parte noro­ riental de Colombia, la Amazonía con­ tacta con el escudo de la Guyana, que se caracteriza por sus suelos más arenosos. En el sureste de Colombia, así como en el este de Ecuador y Perú y el noreste de Bolivia, las tierras bajas amazónicas están cubiertas por bosque tropical. En el ex­ tremo sureste de Bolivia se encuentra un mosaico de sabanas y bosques tropicales de apariencia similar a los del noreste de Colombia. A lo largo de su frontera occiden­ tal, la cuenca amazónica se adentra 19 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 20 gradualmente en los Andes, primero con colinas bajas y pequeñas cordilleras que luego se convierten en las grandes ele­ vaciones de la cadena montañosa. Estas tierras bajas están compuestas por llanu­ ras de inundación (bosques inundables) y de tierra irme bien drenadas, lejos de los ríos, donde nunca se producen inunda­ ciones. Otro elemento destacado del bos­ que amazónico es la existencia de grandes bosques de pantano, permanentemente inundados y mal drenados, que se han formado en las zonas bajas originadas por movimientos tectónicos, o bien a menor escala por el cambio en el curso de los ríos, dejando meandros abandona­ dos. En estos ambientes domina la palma Mauritia lexuosa. El número de especies de palmas en las tierras bajas amazónicas de la región de estudio es elevado, apro­ ximadamente 165, pero no guarda pro­ porción con la gran supericie que abarca esta región biogeográica, en compara­ ción por ejemplo con los bosques de la costa del Pacíico de Colombia y Ecuador que tienen 122 especies en un área mu­ chísimo menor. Numerosas especies en las tierras bajas amazónicas están amplia­ mente distribuidas y son muy pocas las que están restringidas a áreas pequeñas. La región amazónica de Colombia abarca 483 119 km2 que representan el 42 % del territorio del país. Allí crecen 120 especies de palmas, número ligera­ mente superior al que se encuentra en las dos regiones mucho más pequeñas de los Andes y bosques de la costa pa­ cíica colombiana2. En los bosques ama­ zónicos Geonoma es un género rico en especies particularmente en el sotobos­ que, así como también los géneros con especies espinosas Bactris y Astrocaryum. En general pocas especies tienen áreas de distribución restringida y solo tres de ellas son endémicas de la Amazonía colombiana: Attalea septuagenata, Oenocarpus circumtextus y O. makeru2. La diversidad y la abundancia de pal­ mas en la Amazona colombiana se es­ tudiaron a lo largo de los ríos Guaviare, Caquetá y Amazonas. Se establecieron 71 transectos que cubren 17.25 ha, encon­ trándose un total de 74 especies perte­ necientes a 21 géneros. En tierra irme se encontraron 68 especies (20 géneros) con una densidad media de 2900 individuos por hectárea. Se registraron seis formas de crecimiento, entre las cuales, las pal­ mas pequeñas del sotobosque fueron las más importantes, seguidas por las pal­ mas de dosel. En los bosques inundables, se registraron 60 especies (19 géneros) y una densidad media de 3737 individuos por hectárea. De las 74 especies encon­ tradas, 25 (33 %) fueron de tallo solita­ rio y 43 (58 %) cespitosas, mientras que las seis restantes (8 %) eran clonales. La forma de hoja dominante fue la pinnada y apenas unas pocas especies presentaron hojas costapalmeadas o palmeadas. Las especies dominantes encontradas en este estudio coinciden con las dominantes en comunidades de palmas en otras partes de la Amazonía. Las tres especies más abundantes en los bosques de tierra irme fueron Oenocarpus bataua, Iriartella setigera y Oenocarpus bacaba, mientras que Euterpe precatoria, Attalea butyracea y Socratea exorrhiza dominaron en los bosques inundables (Balslev et al., datos no publicados). La Amazonía ecuatoriana tiene gran­ des extensiones de terreno con fuerte pendiente, entre los 400 y 1000 m de alti­ tud, que corresponden a las últimas estri­ baciones andinas. Estas son más húme­ das que las zonas más bajas y sus suelos son bien drenados. Están conectados con cordilleras subandinas como la Napo­ Galeras, la del Cutucú y la del Cóndor. 1 Diversidad y abundancia de palmas La región tiene una clima relativamente homogéneo y en general con precipita­ ciones anuales superiores a 2500 mm, aunque ocasionalmente pueden llegar a 4500 mm en la zona central, cerca de la ciudad de El Puyo. Los bosques de tierra irme son el hábitat dominante. Por ejem­ plo, en el Parque Nacional Yasuní, el 80 % de la supericie está cubierta por bos­ ques de tierra irme, donde dominan las palmas Iriartea deltoidea y Oenocarpus bataua. Las bosques periódicamente inundables son por lo general de aguas blancas que se originan en los Andes, aunque también existen algunos ríos que nacen en las tierras bajas y por lo tanto son de aguas negras. Así, por ejemplo, los ríos y lagos de la Reserva Faunística Cuyabeno se inundan por aguas negras con alto contenido de taninos, pero su contenido mineral es bajo. Los bosques inundados por aguas blancas están do­ minados por especies como Phytelephas tenuicaulis, Astrocaryum urostachys y Attalea butyracea, mientras que aquellos que reciben aguas negras están domi­ nados por Astrocaryum jauari y Bactris riparia. Por su parte, los pantanos son menos extensos en Ecuador que en Perú y Bolivia. Mauritia lexuosa es la palma que domina estos hábitats y es muy llamativa debido a su enorme tamaño, pero tam­ bién crecen otras palmas, aunque menos abundantes, como Mauritiella armata y Attalea butyracea29–31. En Ecuador, la Amazonía alberga 78 especies de palmas, de las cuales 38 no se encuentran ni en los Andes ni en la llanura costera del país. Cuatro especies (Ceroxylon amazonicum, Geonoma ecuadoriensis, G. pulcherrima y Wettinia aequatorialis) son endémicas de la región. Allí la mayoría de las especies de palmas pueden crecer en diferentes hábitats, incluso cada una es por lo ge­ neral más abundante en un hábitat en particular, ya sea en tierra irme, bosques inundables o pantanos28,31. Los bosques de tierra irme son los más ricos en es­ pecies de palmas. Por ejemplo, en una parcela de 25 ha de bosque en Yasuní se han encontrado 22 especies que se pre­ sentan en todos los estratos. Las especies que comparten este hábitat ocupan dis­ tintos nichos, unas el sotobosque, otras el dosel medio y algunas el dosel alto. En esa parcela se registró un promedio de 15 especies y 190 individuos de palmas por hectárea e Iriartea deltoidea fue la espe­ cie más común, seguida por Oenocarpus bataua. En el sotobosque Geonoma y Bactris están representados por numero­ sas especies, aunque Prestoea schultzeana y Geonoma macrostachys son las más abundantes31,32. Por su parte, la Amazonía peruana cubre el 61% del territorio nacional33, lo que corresponde a alrededor de 0.8 millo­ nes de km2. De las 149 especies de palmas registradas en ese país, 120 se encuentran en la parte amazónica. Esta región es muy diversa ecológicamente y además de los principales tipos de hábitats y vegetación antes citados, hay varios otros mencio­ nandos por Kahn y Moussa26: i) bosques de tierra irme sobre arcilla, con suelos generalmente bien drenados y que alojan la mayor diversidad de palmas; ii) suelos de arenas blancas, secas, con vegetación baja y muy poca diversidad de palmas; iii) arenas blancas inundadas con alta diver­ sidad de palmas; iv) bosque pantanoso, irregularmente inundados por las lluvias, con alta densidad y mediana diversidad de palmas; v) bosques pantanosos per­ manentemente inundados, generalmente compuestos de poblaciones muy densas de Mauritia lexuosa, pero con poca di­ versidad de palmas; vi) bosques periódi­ camente inundables por aguas blancas en suelos aluviales (denominados bosques 21 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 22 de restinga en Perú y bosques de várzea en Brasil) con mediana diversidad de pal­ mas; vii) bosques periódicamente inun­ dados por aguas negras, con una baja diversidad de palmas (denominados bos­ ques tahuampa en Perú y bosques igapó en Brasil; viii) sabanas; y ix) bosques de galería, ambos con poca diversidad de palmas. De estos tipos de bosques, los de tierra irme (tipo i) son los más ricos en palmas, con un total de 70 especies, seguidos por los bosques que se inundan periódicamente con agua blanca (tipo vi) con 16 especies y los pantanosos irregu­ lamente inundados (tipo iv) con 22. Los demás hábitats presentan signiicativa­ mente menos especies de palmas26. En un inventario de 35 transectos a lo largo del río Ucayali, cubriendo un área de 8.75 ha, se encontraron 55 espe­ cies de palmas con un promedio de 3512 individuos por hectárea34. Los transec­ tos incluyeron cuatro hábitats diferentes y cada uno presentó distintos valores en riqueza y abundancia de especies de palmas. En el bosque de tierra irme en ladera (tipo i) se encontraron 18 espe­ cies y 4200 individuos por hectárea, en el de tierra irme en terrazas (tipo i) 44 especies y 6756 individuos por hectá­ rea, en el inundable (tipo vi) 18 especies y 1460 individuos por hectárea, y en el de tierra irme en colinas premonta­ nas 36 especies y 1622 individuos por hectárea. En 11 transectos similares en bosques de tierra irme (2.75 ha) en la re­ gión de Pebas, se registraron 54 especies, siendo las más comunes Lepidocaryum tenue, Astrocaryum macrocalyx, Socratea exorrhiza y Geonoma macrostachys31. Finalmente, la Amazona boliviana, que se encuentra a lo largo de la franja sur de la cuenca amazónica, experimenta cierta estacionalidad en los patrones de precipi­ tación y también está inluenciada por las condiciones climáticas del Cono Sur, espe­ cialmente las olas de frío irregulares llama­ das localmente sures o surazos. Se trata de un mosaico de bosques tropicales y saba­ nas abiertas, algunas de las cuales se inun­ dan periódicamente. Las palmas de esta región suelen crecer en todo el Neotrópico, pero en algunos casos, están restringidas a la cuenca del Amazonas. Astrocaryum gratum, Attalea phalerata, A. butyracea, Bactris major, B. maraja, Desmoncus polyacanthos, D. mitis y Mauritia lexuosa se encuentran mayormente en dicha cuenca, aunque se extienden más allá de sus lími­ tes. Por su parte, Astrocaryum aculeatum, A. gynacanthum, A. jauari, Attalea maripa, Bactris acanthocarpa, B. brongniartii, B. chaveziae, B. concinna, B. elegans, B. hirta, B. riparia, B. simplicifrons, Chamaedorea paucilora, Chelyocarpus chuco, Geonoma laxilora, G. leptospadix, G. maxima, Oenocarpus balickii y Wendlandiella gracilis están muy bien representadas en la cuenca amazónica pero no se distribuyen a otras regiones biogeográicas. Las especies Aiphanes horrida, Astrocaryum sp., Bactris gasipaes, Chamaedorea angustisecta, Geonoma deversa, G. interrupta, G. macrostachys, G. stricta, Hyospathe elegans, Iriartea deltoidea, Iriartella stenocarpa, Oenocarpus bataua, O. minor, Phytelephas macrocarpa, Socratea exorrhiza y Wettinia augusta, crecen tanto en la cuenca ama­ zónica como en los Andes. Finalmente, Astrocaryum jauari, Desmoncus horridus, Mauritiella armata y Oenocarpus distichus se encuentran tanto en los bosques lluvio­ sos amazónicos como en el Cerrado de Bo­ livia oriental35. Diversidad de palmas por país Colombia es el mayor de los cuatro paí­ ses de nuestra región de estudio, cubre 1 Diversidad y abundancia de palmas 2.1 millones de km2 que corresponden al 12 % del continente suramericano. Allí crecen 250 especies de palmas nativas distribuidas en 42 géneros2, que corres­ ponden al 55 % de las especies y al 88 % de los géneros de palmas de Suramérica. Bactris con 34 especies, Geonoma con 41, Aiphanes con 22 y Wettinia con 17 son los géneros más diversos en este país. De las 250 especies nativas conocidas en Colom­ bia, 49 (20 %) son endémicas, de las que 17, principalmente Aiphanes, Wettinia y Geonoma, crecen solo en los Andes, 17 solo en las tierras bajas del Pacíico, cinco en la Amazonía, y diez tanto en la costa pacíica como en los Andes. Ecuador tiene la mayor concentra­ ción de especies de palmas en Sura­ mérica. En su territorio continental de aproximadamente 270 000 km2 que co­ rresponden al 1.6 % del subcontinente crecen 143 especies de palmas nativas pertenecientes a 32 géneros18. Esto co­ rresponde al 31 % de las especies y al 66 % de los géneros de palmas en América del Sur. Geonoma con 35 especies, Bactris con 19, Wettinia con 13 y Aiphanes con 12 son los géneros más diversos y en con­ junto contribuyen con más de la mitad de las especies de palmas de este país. De las 143 especies registradas, 13 son endé­ micas y la mayoría crecen en los Andes, siendo las excepciones Geonoma irena y G. tenuissima, que se encuentran en la región costera. Dos de estas especies, Phytelephas aequatorialis (tagua o maril vegetal) y Aiphanes chiribogensis, tienen rangos altitudinales amplios, ya que cre­ cen desde las tierras bajas hasta altitudes medias en los Andes. Perú tiene un territorio de 1.3 millo­ nes de km2, lo que representa el 7 % del continente suramericano. Presenta 149 es­ pecies y 30 géneros de palmas que corres­ ponden al 33 % de las especies y al 63 % de los géneros del subcontinente. Bactris con 22 especies, Geonoma con 26, Attalea con 14 y Astrocaryum con 16 son los géne­ ros más diversos y juntos constituyen más de la mitad de las especies de palmas de Perú. Veinticuatro especies, pertenecien­ tes a 11 géneros, son endémicas. La mayo­ ría son endémicas de la región amazónica ya que crecen por debajo de los 1000 m de altitud, y se encuentran tanto en las tierras bajas como en las estribaciones orientales de los Andes o en los valles interandinos, sobre todo las de los géneros Attalea, Astrocaryum y Desmoncus. Ocho especies son endémicas de los Andes, entre las que domina el género Geonoma. Bolivia tiene un territorio de 1.1 mi­ llones de km2, que corresponde al 6 % del continente suramericano. Cuenta con 88 especies y 29 géneros de palmas corres­ pondientes al 19 % de las especies y el 60 % de los géneros de América del Sur. Geonoma con 15 especies, Bactris con 15, Astrocaryum con 8 y Attalea con 6 son los géneros mejor representados en el país36. Siete especies de palmas son endémicas y pertenecen a 5 géneros. Bactris faucium crece en el bosque interandino húmedo del centro hacia el noroeste del país, Parajubaea sunkha en los valles interan­ dinos secos sobre suelos ricos y P. torallyi en los valles interandinos secos sobre sustratos de areniscas, ambas en el centro del país. Por su parte, Syagrus cardenasii crece en la vegetación del Cerrado, en las llanuras aluviales de las tierras bajas del este, en el centro y el sudeste de Bolivia y S. yungasensis en los valles interandinos secos en el noroeste. 23 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA Referencias 1 24 Henderson, A. 2011. A revision of Geonoma (Arecaceae). Phytotaxa 17: 1–271. 2 Galeano, G. & R. Bernal. 2010. Palmas de Colombia, guía de campo. Instituto de Ciencias Naturales­Facultad de Ciencias­ Universidad Nacional de Colombia, Bogotá. 3 Henderson, A. 2000. Bactris. Flora Neotropica 79: 1–181. 4 Borchsenius, F. 1997. Palm communities in western Ecuador. Principes 41: 93–99. 5 Best, B. & M. Kessler. 1995. 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Composition and structure of an Andean forest fragment in eastern Ecuador. Pg. 239–249 en S. Churchill, H. Balslev, E. Forero & J.L. Luteyn (eds.), Biodiversity and Conservation of Neotropical Montane Forests. New York. 23 Cerón, C.E. 2001. Diversidad y composición lorística en los bosques nubosos del occidente de Pichincha. Cinchonia 2: 5–29. 24 Svenning, J.­C. 2001. Environmental heterogeneity, recruitment limitation and the mesoscale distribution of palms in a tropical montane rain forest (Maquipucuna, Ecuador). Journal of Tropical Ecology 17: 97–113. 25 Svenning, J.­C., D. Harlev, M.M. Sørensen & H. Balslev. 2009. Topographic and spatial controls of palm species distributions in a montane rain forest, southern Ecuador. Biodiv. Conserv. 18: 219–228. 26 Kahn, F. & F. Moussa. 1994. Diversity and conservation status of Peruvian palms. Biodiversity and Conservation 3: 227–241. 27 Balslev, H., Z. Pérez­Durán, D. Pedersen, W.L. Eiserhardt, A. Sanjinés Asturizaga & N. Paniagua­Zambrana 2012. Subandean and adjacent lowland palm communities in Bolivia. Ecología en Bolivia 47 (1): 7–36. 28 Romero­Saltos H., R. Valencia & M.J. Macía. 2001. Patrones de diversidad, distribución y rareza de plantas leñosas en el Parque Nacional Yasuní y la Reserva Étnica Huaorani, Amazonía Ecuatoriana. Pg. 131–162 29 30 31 32 33 34 35 36 en J. Duivenvoorden, H. Balslev, J. Cavalier, C.A. Grandez, H. Tuomisto & R. Valencia (eds.), Evaluación de Recursos no Maderables en la Amazonía Noroccidental. INBED, Universitet van Amsterdam, Amsterdam. Cerón, C.E. 2006. Los bosques inundados por aguas negras de la Amazonía ecuatoriana. Cinchonia 7: 62–29. Macía, M.J. 2011. Spatial distribution and loristic composition of trees and lianas in diferent forest types of an Amazonian rainforest. Plant Ecology: 1159–1177. Vormisto, J., J.­C. Svenning, P. Hall & H. Balslev. 2004. Diversity and dominance in palms (Arecaceae) communities in terra irme forest in the western Amazon basin. 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Quito, Ecuador. c Universidad Nacional de Colombia. Bogotá, Colombia. * Jean-Christophe.Pintaud@ird.fr Introducción Distribución de la diversidad de las palmas El noroeste de Suramérica presenta una geografía sumamente compleja, con grandes contrastes y abruptos gradientes ecológicos. Este entorno es particular­ mente propicio para la diversiicación biológica y ecológica, y la familia de las palmas lo ilustra perfectamente, con 333 especies (93 endémicas) en la zona con­ formada por Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia (Apéndice). En Suramérica cre­ cen 457 especies de palmas. La región está básicamente estructu­ rada por un eje latitudinal, la línea ecuato­ rial, y un eje longitudinal, la cordillera de los Andes. El primero determina la tran­ sición estacional entre el hemisferio norte y el hemisferio sur. Adicionalmente, en esta misma latitud conluyen el cambio de régimen de las corrientes marinas que ge­ nera profundos efectos climáticos que son a su vez moldeados por la topografía de los Andes, determinando una comparti­ mentación del ambiente a diversas escalas. El primer nivel de compartimenta­ ción es la separación por los Andes de la región costera del océano Pacíico y de la región amazónica. La primera se ca­ racteriza por poseer uno de los gradien­ tes climáticos más abruptos del mundo, con una transición de norte a sur que va desde el bosque pluvial del Chocó­ Darién, que recibe hasta 10 000 mm de precipitación anual, hasta el desierto costero de Perú­Chile, donde las pre­ cipitaciones son virtualmente de 0 mm en el sector de Atacama. Entre estas dos formaciones sumamente contrastadas, la transición de la vegetación está repre­ sentada por el bosque seco tumbesino1, 27 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA que alberga solamente siete especies de palmas2. El bosque pluvial del Chocó­ Darién es en cambio particularmente propicio para el desarrollo de estas plan­ tas, familia termo­higróila por esencia, que presenta una gran exuberancia y di­ versidad en este entorno (122 especies). Al lado este de la cordillera de los Andes el bosque húmedo amazónico ofrece, en una supericie mucho mayor que la costa pacíica, similares condiciones favorables para las palmas que alcanzan allí su ma­ yor diversidad (165 especies). Entre estas dos regiones bajas se ubican los Andes, montañas donde las palmas se pueden encontrar hasta los 3500 m de altitud; su diversidad es máxima en el bosque nublado subandino (1000–1800 m) y disminuye conforme aumenta la elevación, permaneciendo solamente tres géneros (Ceroxylon, Geonoma y Parajubaea) por encima de los 2900 m. En total, los Andes albergan 137 especies de palmas (Apéndice). Evolución del entorno físico y dinámica de la especiación 28 La evolución biológica del noroeste de Suramérica está íntimamente ligada al desarrollo de los Andes. Aunque la cor­ dillera andina inició su levantamiento hace aproximadamente 100 MA, su ma­ yor desarrollo se concentra en los últimos 25 MA. La orogénesis en los Andes tropi­ cales presenta una propagación de sur a norte, con la parte más antigua y ancha lo­ calizada al sur de Perú y Bolivia, donde el eje de la cordillera cambia de orientación, formando el Oroclino Andino Central (OAC)3. La parte norte de los Andes (Co­ lombia y norte de Ecuador) alcanzó altu­ ras elevadas solamente en el Plio­Pleis­ toceno (5–1 MA). Esta dinámica tiene dos consecuencias importantes. Primero, muchos taxones andino­tropicales pre­ sentan su centro de origen en la parte más antigua al sur (OAC) y una dinámica de dispersión, colonización y diversiicación hacia el norte, alcanzando en último tér­ mino las cordilleras costeras del Caribe4. Hacia el sur se puede identiicar una li­ mitada colonización en Bolivia, debido a la terminación del dominio montañoso tropical en el que se desarrolla Ceroxylon. La segunda consecuencia es que los Andes actuaron durante mucho tiempo como una barrera permeable entre la región costera del Pacíico y la región amazónica, permitiendo intercambios de taxones tro­ picales y submontanos. La propagación del levantamiento andino se hace también de oeste a este, lo que produce numero­ sos cambios en la Amazonía, incluyendo la retractación y desaparición del sistema marino­lacustre de Pebas entre 12 y 5 MA, y la separación, por la aparición del arco de Fitzcarrald, de una cuenca noroeste con un clima perhúmedo y una cuenca suroeste con un clima netamente estacio­ nal5. Esta rápida evolución del ambiente físico promueve una dinámica particular­ mente activa de la especiación, en particu­ lar en su modalidad alopátrica, debido a la compartimentación topográica e hidroló­ gica y por efecto de adaptación a una gran variedad de nuevos ecosistemas6. Estos patrones evolutivos están particularmente marcados en la familia de las palmas, como se ilustrará con ejemplos de varios niveles taxonómicos y escales temporales. La inluencia humana en la diversidad y dinámica genética y ecológica de las palmas Los patrones ecológicos y genéticos ac­ tualmente observados son en gran me­ dida el resultado de la combinación de los factores naturales de estructuración de las 2 Patrones genéticos y ecológicos de las palmas: la influencia humana comunidades de palmas y la presión an­ trópica. La acción humana interviene en varios niveles, de manera drástica y visible en el caso de la deforestación y fragmen­ tación del bosque, o de forma más sutil pero con importantes consecuencias tra­ tándose del extractivismo en poblaciones naturales de especies útiles y de la altera­ ción de las comunidades de dispersores de semillas y polinizadores, de que dependen las palmas para su regeneración7. Las respuestas de las palmas a las per­ turbaciones humanas pueden a su vez inluir en la estructura y composición de los ecosistemas y paisajes. La capacidad de las diferentes especies de mantener y reorganizar sus poblaciones frente a estas presiones determina su nivel de resilien­ cia. Esta noción es compleja dado que incorpora factores que pueden actuar en forma antagonista; por ejemplo, una po­ blación puede responder a una alteración de su ambiente positivamente a nivel de­ mográico (aumento de la densidad de in­ dividuos), pero negativamente a nivel ge­ nético (pérdida de diversidad genética). Una meta importante de los estudios rea­ lizados fue identiicar indicadores de res­ iliencia que incorporen la complejidad y den luces sobre la viabilidad a largo plazo de los ecosistemas en los que las palmas son un componente clave. 1. Determinantes naturales de la estructuración de la diversidad de las palmas 1.1. Estructuración a largo plazo: evolución de las palmas durante el Cenozoico La familia de las palmas apareció en la región boreotropical hace alrededor de 120 MA8 y la diversiicación hacia sus li­ najes actuales empezó hace alrededor de 100 MA9. Las palmas llegan a Suramérica durante el Cretácico superior, hace apro­ ximadamente 75 MA10. Posteriormente a la crisis biológica del límite Cretácico­ Cenozoico (65 MA), un largo período, cálido y húmedo, entre el Paleoceno su­ perior y el Eoceno medio (60–55 MA), permitió la extensión del bosque tropical húmedo, cuna de las palmas, en el conti­ nente suramericano11. El registro fósil de este período demuestra un gran desarro­ llo y diversiicación de las palmas, desde el Caribe hasta la Patagonia, en particular en la subfamilia Arecoideae12,13. Sin em­ bargo, existe poca información iloge­ nética acerca de esta diversidad antigua, debido a las crisis climática y biológica (olas de extinciones características de los límites entre épocas geológicas como en el Pérmico­Triásico, Cretácico­Terciario) del límite Eoceno­Oligoceno (34 MA) que tuvo un profundo impacto en la com­ posición de la lora tropical y produjo una glaciación en las latitudes superiores14. El retorno de condiciones climáticas favora­ bles y estables inmediatamente después, durante el Oligoceno (32–26 MA), permi­ tió una rápida recuperación de los linajes termóilos supervivientes, resultando en un cambio de estructura ilogenética y una redistribución geográica de los ta­ xones en todas las loras y faunas tropi­ cales15. A partir de esta época (Cenozoico medio 34–30 MA), la información iloge­ nética que se puede obtener sobre las pal­ mas del oeste de Suramérica es precisa y abundante16–20. Desde el punto de vista de la ecología evolutiva, la historia ilogené­ tica de las palmas de la región puede en­ marcarse en la dualidad conservadurismo versus diversiicación de nichos6,21,22. El conservadurismo de nicho implica que los taxones tienen poca adaptabilidad 29 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA ecológica y por tanto su expansión y di­ versiicación depende de su capacidad para colonizar nuevos ambientes con las mismas características que sus ecosiste­ mas de origen. En este tipo de dinámica, la dispersión es un factor esencial. Por otro lado, la diversiicación de nichos supone que los taxones tienen la capaci­ dad de adaptarse in situ a nuevas condi­ ciones ambientales y diversiicarse me­ diante radiación ecológica. En este caso la plasticidad adaptativa de los taxones es el factor predominante. Sin embargo, las dos modalidades no son mutuamente ex­ cluyentes. Por el contrario, se trata de dos extremos de un rango de posibilidades y pueden combinarse a diferentes niveles taxonómicos (por ejemplo conserva­ durismo de nicho a nivel de un género y diversiicación de subnichos entre las especies). Dentro de las palmas suramericanas, dos grupos particularmente estudiados en el proyecto PALMS, los Bactridinae y los Ceroxyleae, ilustran bien estas dos tendencias de diversiicación y conserva­ durismo de nicho respectivamente. 30 Evolución y diversiicación de nicho en los Bactridinae Los Bactridinae son un grupo endémico neotropical con alrededor de 150 espe­ cies, dentro de la tribu pantropical de los Cocoseae, que se destaca por la pre­ sencia de espinas epidérmicas, al menos en las hojas, y frecuentemente en varios órganos vegetativos y reproductivos (ta­ llos, inlorescencia y frutos). Tuvieron un gran éxito evolutivo en todo el Neo­ trópico, lo que se evidencia tanto en el número de especies como en la diversi­ icación morfológica que supera a la de cualquier otro grupo de palmas en la región. Fenómenos adaptativos particu­ larmente originales incluyen el hábito trepador, desarrollado en Desmoncus, la miniaturización en Bactris, y por el con­ trario el gigantismo en Astrocaryum23. En relación con esta variabilidad morfo­ lógica, los Bactridinae prosperan en una gran diversidad de ecosistemas y de ni­ chos dentro de cada ecosistema. Entre las adaptaciones más notorias se orbservan: (1) el desarrollo del hábito acaulescente y graminiforme en especies de Acrocomia y Astrocaryum del Cerrado (vegetación seca de sabana adaptada al fuego), (2) la adaptación a inundaciones periódicas en la margen de cuerpos de agua en la Amazonía (Astrocaryum jauari y Bactris riparia), (3) las formas estoloníferas en terrazas aluviales (Bactris biida, Bactris bidentula) y (4) toda una gama de formas de vida que se hallan en los bosques tro­ picales húmedos, desde las especies de sotobosque muy especializadas en estos ambientes poco luminosos (Aiphanes ulei, Astrocaryum sciophilum, Bactris simplicifrons, B. hirta, B. aubletiana) hasta las grandes emergentes como Astrocaryum aculeatum y A. chambira (Figura 2­1). Los estudios de ilogenia y datación molecular sitúan el origen del linaje de los Bactridinae hace alrededor de 50 MA, cuando se separa de las Elaeidinae, su grupo hermano. Sin embargo, no hay información ilogenética sobre su evolu­ ción antigua y escasa información fósil hasta que aparecen de manera casi si­ multánea los géneros actuales, inmedia­ tamente después de la crisis biológica del Eoceno terminal (hace 34 MA). A partir de este momento, cada género tiene una historia evolutiva distinta18. El género Aiphanes se origina proba­ blemente en el bosque nublado andino. El calentamiento global del Oligoceno superior (hace 25 MA) favorece su ex­ pansión en forma de dos linajes, uno 2 Patrones genéticos y ecológicos de las palmas: la influencia humana A B D C E Figura 2-1. Diversidad morfológica y ecológica en la subtribu Bactridinae. Hábito trepador: A) Desmoncus horridus en un bosque secundario Hábito subacaulescente en bosque tropical húmedo: B) Aiphanes ulei, C) Bactris kilippii, D) Palma multicaule emergente en bosque ribereño amazónico (Astrocaryum jauari), E) Palma monocaule en un pastizal (Astrocaryum perangustatum). distribuido en la margen de los grandes biomas neotropicales (islas caribeñas, bosques secos periandinos e interandi­ nos), y el otro diversiicado intensamente después del óptimo climático del Mio­ ceno medio (hace 13 MA) en los bosques andinos húmedos y los bosques tropi­ cales adyacentes del Chocó­Darién y de la Amazonía occidental. Esta dinámica de migración y adaptación del género Aiphanes resulta actualmente en una dis­ tribución con un amplio rango altitudi­ nal (0–2900 m) y extremos gradientes de precipitación (1000–10 000 mm) desde el bosque seco tumbesino hasta el bosque pluvial del Chocó. Por su parte, el género Desmoncus se diversiica en los bosques tropicales húmedos de toda la región Neotropical desde hace 20 MA, probablemente de­ bido a una exitosa especialización de ni­ cho ligada a la adquisición del hábito tre­ pador y al conjunto de particularidades morfo­anatómicas asociadas24. El linaje Hexopetion­Astrocaryum se divide geográicamente en cada uno de estos géneros entre América Central (Hexopetion) y Suramérica (Astrocaryum) 31 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 32 hace alrededor de 34 MA. La diversiica­ ción de Astrocayrum empieza de manera concomitante con la de Aiphanes (hace 25 MA) y se acelera en la región ama­ zónica hace aproximadamente 12 MA, cuando comienza el drenaje del mar de Pebas, lo que produce una importante evolución paleogeográica y promueve la colonización, hacia el oeste, de un clado originario del escudo guyanés. La sección Huicungo, del género Astrocaryum (15 especies en la actualidad), entra en un proceso de intensa especiación alopátrica hace 6–8 MA en la Amazonía occidental, cuando comienza a estructurarse el pie­ demonte andino, formando dos grupos distintos, uno al sur relacionado con la dinámica de levantamiento y erosión del Arco de Fitzcarrald, y otro al norte vin­ culado con la cuenca en subsidencia y sedimentación noroeste amazónica20. El género Acrocomia se especializa en los ecosistemas secos periamazónicos y se diversiica después del óptimo climá­ tico del Mioceno Medio en el Cerrado, cuando el enfriamiento climático pro­ mueve el desarrollo de ecosistemas secos y abiertos al sur de la Amazonía. El género Bactris también empieza su diversiicación después del óptimo climá­ tico del Oligoceno superior (hace 25 MA) y tiene una especiación muy activa en el sotobosque amazónico y subandino en particular, produciendo un patrón de distribución con muchas especies simpá­ tricas pero con especializaciones de ni­ cho dentro del bosque tropical húmedo. De manera general, los Bactridinae presentan una gran capacidad adaptativa, se diversiican dentro de su ecosistema de origen, el bosque tropical húmedo, me­ diante drásticos cambios morfológicos, y responden fuertemente a los cambios climáticos, colonizando nuevos ambien­ tes ya sea más fríos (Andes) o más secos (cerrados). Además evolucionaron rápi­ damente por vicariancia, como en el caso de Astrocaryum sect. Huicungo, un grupo que produjo 12 especies en 6 millones de años en respuesta a la compartimenta­ ción topográica e hidrológica del piede­ monte andino oriental25. Asimismo, este grupo presenta una alta tasa de evolución molecular en comparación con muchos otros grupos de palmas26, pero no se sabe si es la causa o la consecuencia del dina­ mismo observado. Evolución y conservadurismo de nicho en los Ceroxyleae La tribu Ceroxyleae tiene una distri­ bución inusual, extremadamente dis­ yunta, con un género monoespecíico en el noreste de Australia (Oraniopsis appendiculata), un género muy diversii­ cado en la región de Madagascar e islas vecinas (Ravenea), un endemismo insu­ lar en la isla de Juan Fernández (Juania australis) y inalmente el género estricta­ mente andino Ceroxylon, con 12 especies distribuidas desde el sur de Bolivia hasta las cordilleras costeras caribeñas de Co­ lombia y Venezuela. Se ha propuesto que esta distribución disyunta en el hemisfe­ rio sur resulta de una dispersión a través de la Antártida durante el Eoceno10,28. Ceroxyleae exhibe una adaptación a las condiciones ambientales frías, lo que es particular dentro de la familia termó­ ila de las palmas. Los géneros Ravenea y Ceroxylon, los más diversos de la tribu, pueden ocupar zonas subtropicales y al­ pinas respectivamente, con climas que resultan diferentes a aquellos donde la familia de las palmas adquiere una ma­ yor diversidad. La adaptación al frío en linajes tropicales es un tema que ha des­ pertado interés recientemente y es crucial para entender la conformación, no solo de las comunidades tropicales alpinas, 2 Patrones genéticos y ecológicos de las palmas: la influencia humana sino de la estructuración ilogenética de las comunidades subtropicales y boreales. Para ello es necesario contrastar la evolu­ ción del nicho climático en los linajes con la evolución del clima en las áreas donde se estima que estuvieron distribuidos. Pross et al.29 analizaron datos pali­ nológicos del Eoceno en la Antártida, concluyendo que el máximo climático del Eoceno medio permitió que este continente albergara bosques tropicales análogos a los de hoy. El enfriamiento posterior fue progresivo, causando una retracción de la biota de la Antártida ha­ cia latitudes menores en los otros conti­ nentes australes. Teniendo en cuenta esta información paleoclimática, se puede reconstruir el nicho climático de Ceroxylon, Juania, Ravenea y Oraniopsis, los cuatro géneros que conforman Ceroxyleae. Se encuentra que la tribu ocupa un espacio climático con las temperaturas más bajas tratán­ dose de la subfamilia Ceroxyloideae. Este rango de temperaturas coincide además con el clima sugerido para la Antártida durante el Eoceno medio a tardío30. En el caso especíico del género Ceroxylon, las temperaturas que conforman su ni­ cho climático son totalmente compati­ bles con las del Eoceno tardío antártico, sugiriendo que su adaptación al frío es anterior a su diversiicación y que su in­ greso al trópico suramericano solamente fue posible por el levantamiento de los Andes, que propició los climas fríos favorables30. 1.2. Estructuración regional en el noroeste de Suramérica durante el Terciario tardío Durante el Terciario tardío o Neógeno (inicio hace 23 MA) ocurrieron eventos geológicos que indujeron importantes procesos de diversiicación y la conse­ cuente formación de las principales re­ giones biogeográicas del noroccidente de Suramérica31. La zona de Amotape Huancabamba o depresión de Huanca­ bamba al norte de Perú y sur de Ecuador divide a los Andes en dos partes: los Andes jóvenes septentrionales y los an­ tiguos Andes centrales32,33. Los Andes septentrionales inician su formación en un eje sur­norte a partir del Mioceno temprano (hace ~ 23 MA), para culminar en el Plioceno temprano (hace ~ 4.5 MA) cuando aparecieron los picos más altos. La depresión de Huancabamba ha sido sometida a procesos vicariantes entre los Andes septentrionales y centrales, tanto por invasiones marinas (temprano Mioceno), levantamientos andinos y creación de valles como por el lujo del bosque amazónico al Pacíico, llegando a constituir una zona biogeográica pe­ culiar donde componentes tropicales del Chocó atraviesan los Andes para alcanzar la Amazonía y viceversa33. La formación de una cordillera con­ tinua a lo largo del eje occidental de Suramérica originó grandes cambios en los sistemas luviales y en los patrones de condensación de lluvias así como en la dirección de lujo de sedimentos, y constituyó una barrera a la circulación atmosférica34. Esto resultó en remodela­ ciones de las subcuencas hidrográicas y en la formación de un sistema lacustre y de pantanos denominado Mar de Pebas (hace ~ 23 MA31,34), afectado por invasio­ nes marinas a través del portal de Guaya­ quil en el Pacíico, o en la región del Ori­ noco en el Caribe. Posteriormente, con la fusión completa de los Andes en una única cordillera, el sistema lacustre­lu­ vial de Pebas abrió camino hacia el este dando cauce a los ríos modernos y a la formación del Amazonas. Esta dinámica 33 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 34 luvio­lacustre generó una amplia hete­ rogeneidad edáica en las subcuencas de la Amazonía occidental, que inluyó en la biogeografía, diversidad y especiación de la biota31,34,36. Al inal de la orogénesis de los Andes septentrionales y su consolida­ ción como una barrera física, se forma­ ron dos importantes regiones biogeográ­ icas: la Amazonía y el Chocó, incluyendo el valle del río Magdalena. Otro determinante de la biogeogra­ fía del noroccidente de Suramérica fue la desertiicación de su costa oeste. El en­ friamiento gradual durante el Oligoceno medio (hace ~ 35 MA), generado por la separación del continente sudamericano y la Antártida, dio lugar a una circulación marina circunantártica con aguas más frías y provocó la baja de temperatura de la corriente marina de Humboldt. Este enfriamiento tuvo impacto en la plata­ forma sudamericana por efecto de inver­ sión térmica, produciendo la desertiica­ ción de la costa adyacente37. A inales del Neógeno la mayor parte de la orografía actual del norcocidente de Suramérica estaba ya establecida y los patrones de distribución de las especies también estaban deinidos. La diversidad de especies de palmas y en particular la diversidad genética relejan estos patro­ nes geológicos provenientes de Terciario tardío. En particular, la información ba­ sada en secuencias génicas e intergénicas de su genoma y la diversidad y estructura de la variabilidad genética con marca­ dores moleculares microsatélites (Short Sequences Repeat, SSR) permiten explorar la diversiicación de las palmas en el nor­ oeste de Suramérica. Patrones genéticos del género Ceroxylon, y de las especies Oenocarpus bataua y Euterpe precatoria concuerdan con la historia geológica del Neógeno a nivel regional. El clado del norte de los Andes del género Ceroxylon El escenario de colonización del trópico desde altas latitudes australes mediante la conservación ilogenética de adaptación al frío en Ceroxylon, posibilitada por el levantamiento de los Andes, sugiere un patrón de colonización que va en direc­ ción sur­norte en la cordillera. Los resul­ tados de análisis ilogenéticos basados en la secuenciación de cuatro fragmentos de ADN (uno nuclear y tres plastídicos) re­ lejan dos hallazgos que refuerzan este es­ cenario: 1) el género se diversiicó en los Andes tropicales, con edades estimadas para los clados principales que coinciden con los eventos de levantamiento más im­ portantes del norte de los Andes, y 2) los clados más anidados de la ilogenia están más coninados al extremo norte de los Andes, y los más basales al extremo sur, sugiriendo un patrón de diversiicación sur­norte que sigue la progresión del le­ vantamiento orogénico30. Un hallazgo interesante es que, aun­ que los clados de Ceroxylon conservan una preadaptación al frío adquirida por la tribu, segregan el nicho climático para ocupar cada uno una porción especíica de él, lo que se traduce en que cada clado se especializa en un rango altitudinal es­ pecíico que representa una porción del rango de temperaturas habitado por el clado más basal del género. Este patrón muestra la relevancia que ha tenido el proceso orogénico y la heterogeneidad climática que ofrece el gradiente altitu­ dinal emergente, en la diversiicación a nivel del género30. Uno de los clados resueltos en la i­ logenia30, conformado por las especies Ceroxylon quindiuense, C. ceriferum y C. ventricosum, que habita desde el norte de Perú hasta la Cordillera de la Costa en Venezuela, fue estudiado a nivel 2 Patrones genéticos y ecológicos de las palmas: la influencia humana ilogeográico con el uso de microsaté­ lites nucleares, para contrastar con el patrón ilogenético de diversiicación sur­norte propuesto para el género. Este clado se caracteriza por ocupar un rango altitudinal especíico a lo largo de los 17º de latitud cubiertos por su distribución. Mediante la estimación bayesiana de es­ cenarios de divergencia poblacional, se sugirió que la conformación de la distri­ bución del clado sigue un patrón general sur­norte, donde las poblaciones más su­ reñas fueron las primeras en establecerse. Sin embargo, este patrón simple no es suiciente para explicar la distribución ac­ tual de la diversidad genética. En efecto, las poblaciones hacia el centro de la distri­ bución del género, presentes en Colombia, como es el caso de Ceroxylon quindiuense, han cumplido un papel importante en la recepción de migrantes, reuniendo las poblaciones históricas más numerosas y concentrando hoy el máximo de diversi­ dad genética. Esto signiica que así como los Andes han servido de corredor de colonización sur­norte a medida que se fueron conformado las zonas más eleva­ das, también ha habido zonas centrales en el corredor que han ejercido un efecto centro­periferia, donde las poblaciones periféricas pierden diversidad por su falta de conexión con las demás. Esta hipótesis de pérdida de diversidad hacia la periferia se refuerza por la observación del actual aislamiento genético casi total entre las poblaciones estudiadas, incluso entre las más cercanas geográicamente. Este pa­ trón de aislamiento fue revelado por el cálculo de la estructura poblacional y del número más probable de poblaciones en el total de la distribución30. Este estudio es el primero sobre pal­ mas en efectuar una comparación del pa­ trón ilogenético de diversiicación con el proceso ilogeográico de estructuración de la diversidad en los Andes tropicales, en el que se destaca el papel de esta cor­ dillera como un corredor de penetración en el trópico para un linaje preadaptado al frío. Las especies transandinas Oenocarpus bataua y Euterpe precatoria Oenocarpus bataua es una palma de la tribu Euterpeae ampliamente distribuida en el norte de Suramérica, desde el nivel del mar hasta los 1200 m, y constituye un óptimo modelo biológico para explorar los patrones de variabilidad intraespecí­ ica en esta región. Estudios taxonómi­ cos de esta especie basados en caracteres morfológicos identiican dos variedades asociadas a macroestructuras geológi­ cas: la var. oligocarpa presente en el Cra­ tón guyanés y la var. bataua distribuida al occidente de Suramérica (Amazonía occidental y Chocó). Estudios a nivel molecular partiendo de marcadores mo­ leculares microsatélites proporcionan una visión detallada de la estructura ge­ nética intraespecíica de esta especie y su biogeografía. Se detectó una división genética primaria entre las poblaciones del occidente y las orientales en acuerdo con la deinición de las dos variedades. Dentro de las poblaciones identiicadas como var. bataua se señala a los Andes como la principal barrera de diferen­ ciación, dando lugar a la formación de las regiones biogeográicas del Chocó y la Amazonía occidental. En esta última se identiicó una divergencia genética de menor intensidad entre las zonas del piedemonte del Napo (suroriente de Co­ lombia, Amazonía ecuatoriana y Amazo­ nía septentrional de Perú) y aquella de la Amazonía central y sur peruana (región de Iñambari). Esta débil divergencia po­ dría estar asociada a la historia tectónica 35 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 36 de las subcuencas noroccidental (Napo) y suroccidental de la Amazonía (Iñambari), que presentan climas perhúmedo y esta­ cional respectivamente5. Adicionalmente, los patrones de variabilidad genética en O. bataua revelaron dos agrupamientos genéticos asociados a la región de Amo­ tape­Huancabamba y los valles centrales en Colombia. Los mayores procesos de diversiicación intraespecíica de esta es­ pecie son consistentemente asociados a la historia geológica del período terciario tardío, sugiriendo que la macroestructura genética de la variabilidad intraespecíica ya fue moldeada desde esa época38. Euterpe precatoria es una palma neo­ tropical de la tribu Euterpeae que crece naturalmente en los bosques tropicales y subtropicales, desde Guatemala hasta Bolivia, y en un rango altitudinal desde el nivel del mar hasta los 2000 m. Hen­ derson y Galeano39 reconocieron dos va­ riedades con base en caracteres morfoló­ gicos: var. longevaginata y var. precatoria. La exploración de la variabilidad genética a nivel intraespecíico con marcadores moleculares microsatélites sugirió tres agrupamientos: 1) las poblaciones reco­ nocidas morfológicamente como varie­ dad longevaginata y asociadas a climas perhúmedos de las estribaciones andi­ nas occidentales de Colombia y Ecuador y de las estribaciones andinas orientales de Ecuador y Perú, así como a las pobla­ ciones del Chocó; 2) poblaciones restrin­ gidas a los bosques húmedos de la Ama­ zonía occidental (Amazonía ecuatoriana y Amazonía septentrional peruana); y 3) poblaciones disyuntas en climas es­ tacionales del noreste de Colombia, su­ roriente de Perú y nororiente de Bolivia. La vicarianza primaria en esta especie está asociada a la separación entre las poblaciones occidentales (Chocó y An­ des occidentales) y las amazónicas, por el levantamiento de los Andes septen­ trionales. Las poblaciones occidentales (identiicadas como var. longevaginata) se diferenciaron genéticamente de las poblaciones amazónicas (var. precatoria) y expandieron su área de distribución hacia América Central a través de la for­ mación del istmo de Panamá durante el Plioceno (hace ~ 3.5 MA). Su expansión hacia el sur enfrentó las restricciones ecológicas del clima seco costero que en la actualidad se extiende hasta la zona subecuatorial. Las poblaciones de la var. longevaginata pudieron expandirse hacia el sur a través de las estribaciones andinas húmedas y perhúmedas, apro­ vechando los valles y la baja elevación de la depresión de Huancabamba, para cru­ zar de las estribaciones occidentales ha­ cia las estribaciones andinas orientales y posteriormente alcanzar la Amazonía meridional. Un aspecto importante en esta variedad es su amplia adaptabilidad ecológica que abarca desde los bosque tropicales a menos de 200 m de altura en el Chocó hasta las estribaciones andi­ nas cerca de los 2000 m. Esta capacidad le proporcionó una importante ventaja evolutiva que le permitió expandirse en varios hábitats del noroccidente de Sur­ américa. A diferencia de las poblaciones de la var. longevaginata, las poblaciones al oriente de los Andes, es decir de la var. precatoria, se restringieron a la cuenca amazónica, donde adquirieron su pro­ pia identidad genética y se expandie­ ron en un espacio ecológicamente más homogéneo. Las poblaciones disyuntas encontradas en el noreste de Colombia y la Amazonía meridional (noreste de Perú y de Bolivia) constituyen extremos ecológicos del rango actual de su distri­ bución y potencialmente adquirirán a través del tiempo una divergencia gené­ tica mayor40. 2 Patrones genéticos y ecológicos de las palmas: la influencia humana 1.3. Estructuración local en Ecuador durante el Plio-Pleistoceno Al inal del Plioceno y el inicio del Pleis­ toceno (~ 4.5 MA), la orogenia de los An­ des septentrionales llegaba a su término y adquiría las características altitudinales actuales31. La extensión del levantamiento andino hasta la costa caribeña constituyó, por un lado, una ruta de dispersión de la biota boreal que migraba a través del istmo de Panamá, y por otro, un mecanismo de diversiicación alopátrica en el Neotró­ pico6,41. Varios estudios destacan el papel decisivo de los Andes como una barrera para la diversiicación neotropical42–44. Sin embargo, evidencias geológicas sugieren que el levantamiento andino septentrional no fue un proceso continuo y discreto, sino que por el contrario se produjo durante diferentes períodos y de forma disconti­ nua41. Bajo este escenario, la formación discontinua de los Andes septentrionales pudo favorecer múltiples eventos de dis­ persión Pacíico­Amazónía y viceversa, a través de regiones montañosas de menor altitud y depresiones. Esto se observa a ni­ vel de lora neotropical donde numerosos géneros y especies son actualmente com­ partidos entre el Chocó y la Amazonía44. Adicionalmente, las oscilaciones climáticas del Pleistoceno desplazaron continuamente los límites altitudinales de la biota en los Andes tropicales42. Es­ tas luctuaciones altitudinales pudieron facilitar la dispersión de elementos lo­ rísticos a través de valles y depresiones28. En este sentido, los Andes no constitu­ yeron una barrera impenetrable para la dispersión. Por el contrario, múltiples eventos locales y regionales, durante el Plio­Pleistoceno, junto con la biología de las especies, favorecieron la dispersión y el contacto secundario de poblaciones y especies previamente aisladas. El desarrollo de los Andes durante el Plio­Pleistoceno determinó nuevos cambios en la geografía del noroeste de Suramérica. Para este período, la Ama­ zonía occidental ya había pasado de ser un sistema lacustre a ser un complejo luvial dominado por el río Amazonas y sus aluentes. Las largas y extensas planicies sedimentarias estaban someti­ das a procesos luviales particularmente activos debido a la topografía, el tecto­ nismo de los Andes y el neotectonismo en las subcuencas del ante­arco amazó­ nico45. Esta nueva dinámica tectónica y luvial inluyó en la geomorfología de la región con extensas planicies aluviales, tierra irme y pantanos. Adicionalmente, el neotectonismo en las subcuencas del ante­arco impulsó la migración lateral de los ríos amazónicos convirtiéndose en una importante fuerza en la conigura­ ción del paisaje amazónico46. La especie transandina Prestoea acuminata El papel de los Andes en la diversiica­ ción de la lora de palmas fue estudiado con Prestoea acuminata var. acuminata. Esta especie crece en las estribaciones andinas entre 600 y 2650 m de altitud47. Con la ayuda de nueve marcadores mi­ crosatélites se analizaron cinco poblacio­ nes de P. acuminata (n = 30 individuos, > 1700 m) a cada lado de los Andes sep­ tentrionales de Ecuador. Los resultados describen una fuerte estructura genética local que indica limitaciones actuales en el lujo génico. Adicionalmente, la es­ tructuración genética de las 10 poblacio­ nes, en ambas estribaciones andinas, no presentó evidencia de los Andes como un mecanismo de divergencia alopá­ trica; por el contrario, está asociada a la 37 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA distancia espacial48. Estos resultados su­ gieren que los Andes constituyeron una barrera permeable para el lujo genético entre las poblaciones transandinas de P. acuminata y adicionalmente las limita­ ciones en el lujo génico, derivadas de impactos antropogénicos actuales, favo­ recieron la diferenciación genética de las poblaciones. Resultados similares fueron obtenidos anteriormente por Trénel et al.49 en Ceroxylon echinulatum, espe­ cie generalmente asociada con Prestoea acuminata. Estos autores también iden­ tiicaron un patrón de dispersión en los Andes durante el Cuaternario, con aisla­ miento por distancia geográica. 38 Las poblaciones amazónicas de Mauritia lexuosa Los pantanos son un peculiar hábitat del paisaje amazónico ubicados en depresio­ nes topográicas y con suelos mal drena­ dos que se alimentan de agua de lluvia o de inundaciones temporales de origen luvial50. En particular, los pantanos do­ minados por la palma Mauritia lexuosa representan cerca de 3 millones de hectá­ reas en la cuenca amazónica, de las cua­ les alrededor de 2.2 millones correspon­ den a la cuenca del abanico del Pastaza51. Estos tipos de pantanos se caracterizan por su baja diversidad y albergan pobla­ ciones oligárquicas de palmas como M. lexuosa52. Los mecanismos que favorecen el lujo génico entre pantanos han sido muy poco estudiados. En la región sep­ tentrional de la Amazonía ecuatoriana, los pantanos forman un sistema de pe­ queñas a moderadas áreas (1 a > 100 ha) topográicamente planas y separadas por cortas (< 0.5 km) o largas (> 1 km) dis­ tancias. En el caso de M. lexuosa, palma arborescente hiperdominante en el pan­ tano, se desconocen los mecanismos que permiten el lujo genético entre pobla­ ciones aisladas espacialmente, y se ha sugerido que la vegetación en ese hábitat podría comportarse como metapobla­ ciones. Para evaluar la dinámica de la di­ versidad en M. lexuosa se seleccionaron cinco pantanos (~ 1 a 10 ha) en la región norte del Parque Nacional Yasuní, donde se analizaron 60 individuos (30 adultos, 30 plántulas) por pantano, que fueron evaluados con ocho marcadores microsa­ télites. La distancia entre los pantanos es­ tudiados va de 0.5 a 7 km. Los resultados obtenidos indican que las poblaciones de esta especie tienen de moderados a altos niveles de diversidad genética (rango He = 0.6–0.8) y diversidad alélica (rango A = 6–7), pero con elevadas tasas de en­ dogamia (rango FIS = 0.2–0.3) y sugieren que la diversidad genética entre pantanos es alta y se mantiene estable entre gene­ raciones (adultos y plántulas). Sin em­ bargo, el aislamiento espacial y el redu­ cido tamaño de las poblaciones incide en las altas tasas de endogamia53 (Montúfar et al. en preparación). Las poblaciones de M. lexuosa mantienen bajos niveles de lujo génico entre pantanos y conse­ cuentemente altos niveles de diferencia­ ción genética en cada pantano estudiado. Esto sugiere que los pantanos presentan mecanismos de dispersión deicientes a pesar de la diversidad animal asociada a estos hábitats. No obstante, los limita­ dos eventos de dispersión entre pantanos son lo suicientemente signiicativos para minimizar la pérdida de diversidad en poblaciones pequeñas y aisladas. Las de esta especie presentan estrategias evoluti­ vas que les permiten proteger su base ge­ nética de fuerzas como la deriva génica; potencialmente ello les proporciona ven­ tajas evolutivas y reproductivas que les han posibilitado adaptarse a un ambiente 2 Patrones genéticos y ecológicos de las palmas: la influencia humana altamente dinámico como es la Amazo­ nía occidental. Phytelephas aequatorialis en el ecotono Chocó-Tumbes La tagua, Phytelephas aequatorialis, es una especie de palma endémica de la costa pacíica de Ecuador pero con una amplia distribución, prácticamente desde la frontera con Colombia al norte hasta los límites con Perú al sur. Tiene además un amplio rango altitudinal, alcanzando los 1500 m en los Andes occidentales, donde en algunos sitios es reempla­ zada de modo abrupto por Ceroxylon echinulatum como palma dominante del paisaje. P. aequatorialis presenta un gran interés biogeográico por ser endémica de la zona de transición entre el bosque plu­ vial del Chocó y el bosque seco de Tum­ bes, condición que comparte con Attalea colenda, pudiendo ambas especies ser caliicadas de especialistas del gradiente transicional entre dos formaciones vege­ tales altamente contrastantes2. Un estudio de la diversidad genética de P. aequatorialis, con ocho marcado­ res microsatélites, reporta la ausencia de estructuración de la diversidad en el pai­ saje (Montúfar et al. en preparación). En él se incluyeron 15 poblaciones (n > 15 individuos) provenientes de diferentes tipos de bosques de la región occidental ecuatoriana (bosques deciduos, semide­ ciduos, montanos, secundarios, de garúa, húmedos tropicales). Pese a la amplia variación ecológica del muestreo, no se evidenciaron grupos genéticos asociados a un tipo de bosque en particular. Adi­ cionalmente, los resultados indican que las poblaciones tienen moderados nive­ les de diversidad génica (He > 0.6) y va­ lores de endogamia (FIS) cercanos a cero. La ausencia de estructuración podría ser parcialmente explicada por la naturaleza “clinal” de esta especie, donde una amplia base génica y efectivas estrategias repro­ ductivas inducen a la homogenización de la diversidad genética en el paisaje y a la adaptación a variadas condiciones ecológicas. 2. Indicadores de resiliencia y de cambio de régimen de las poblaciones de palmas en respuesta al impacto humano La resiliencia ecológica se deine como la capacidad de un sistema de absor­ ber una perturbación y reorganizarse, manteniendo esencialmente las mismas función, estructura, identidad y retroa­ limentaciones54. Una estrategia que per­ mite estimar dicha capacidad a nivel de una comunidad es estudiarla en especies claves (como algunas palmas), que pue­ den ser en el caso de la América tropical muy abundantes y/o tener una inluencia mayor en los otros organismos del eco­ sistema. Montúfar et al.7 revisaron, en 45 estudios publicados, el nivel de resiliencia ecológica de 34 palmas de América tropi­ cal y concluyeron que la resiliencia de sus poblaciones es afectada principalmente por la deforestación, la ganadería, la ca­ cería y la fragmentación de los hábitats. En cambio, la tala selectiva de árboles y la cosecha de hojas o frutos de las palmas ejercen efectos muy variables en la resi­ liencia, desde los muy negativos hasta los positivos en términos de producción de biomasa. Las intervenciones relaciona­ das con la cosecha tienen por lo general un efecto negativo en la reproducción de las palmas. Sin embargo, el nivel de res­ iliencia depende de la cantidad de hojas cosechadas y del estadio de vida del indi­ viduo: cuanto más joven tiende a presen­ tar una menor resiliencia. 39 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 2.1. Estudios de caso con las palmeras del género Ceroxylon y la especie Prestoea acuminata en los Andes tropicales 40 Las palmas de cera (Ceroxylon spp.) son especies arborescentes, monocaules, dioi­ cas y con un largo ciclo de vida (más de dos siglos en el caso de C. quindiuense55). Constituyen un modelo útil para esti­ mar los efectos de las perturbaciones humanas en los ecosistemas del bosque nublado, por tres razones: 1) las 12 espe­ cies que incluye el género Ceroxylon son endémicas de los Andes tropicales56; 2) es un género con numerosos efectos en la biodiversidad y el funcionamiento del bosque nublado dada su alta abundancia local y su producción continua y abun­ dante de frutos carnosos (Figura 2­2A, B, H, I); y 3) el uso de la palma es im­ portante, incluyendo la cosecha de hojas nuevas para las celebraciones católicas del Domingo de Ramos (Figura 2­2B57), la cosecha de frutos para alimentación de animales domésticos (Figura 2­2F) y el empleo e los tallos para la construcción (Figura 2­2C, G). El uso actual de las es­ pecies de Ceroxylon comprende su cul­ tivo en jardines como planta ornamental, lo que podría representar una posibilidad de conservación para las poblaciones más amenazadas (Figura 3­2D). Para completar los datos extraídos del modelo Ceroxylon, se han estudiado las respuestas demográicas y genéti­ cas de otra palma emblemática del bos­ que nublado tropical andino, Prestoea acuminata. Ceroxylon al igual que Prestoea son polinizados por insectos (entomoi­ lia) y dispersados por mamíferos y aves (zoocoria58). A diferencia de las especies de Ceroxylon, P. acuminata es una palma de sotobosque, cespitosa, monoica y con ciclo de vida relativamente corto (60–70 años59). Tiene un amplio rango de distri­ bución y se encuentra con alta frecuen­ cia en los cuatro países estudiados en el proyecto PALMS. El uso principal de esta palma consiste en la cosecha del cogollo como alimento (“palmito”60), lo que im­ plica el corte del tallo, pero, al contrario de Ceroxylon spp., produce rebrotes, una estrategia de resiliencia muy eiciente frente a ese tipo de impacto. Respuesta demográica de Ceroxylon y P. acuminata a la perturbación Se midió la respuesta demográica a la per­ turbación de cinco especies de Ceroxylon en siete poblaciones de tres países (Co­ lombia, Ecuador, Perú) a través de la es­ timación de la abundancia de individuos en cinco estadios de vida (Figura 2­3, véase descripción detallada del método en Anthelme et al.61). Las especies considera­ das fueron C. ventricosum, C. quindiuense, C. echinulatum, C. parvifrons y C. ceriferum. Se realizaron estudios cualitativos en Boli­ via sobre la especie C. pityrophyllum30. Se eligieron tres tipos de hábitat: bosques ma­ duros, bosques perturbados y potreros. Combinando los datos de todas las es­ pecies en cada estadio de vida, se encon­ tró un patrón de distribución común, con mayor abundancia de individuos en los bosques intervenidos (Figura 2­430,62–65). Comparativamente la abundancia de in­ dividuos es siempre mayor en los bosques maduros que en los potreros, excepto en las plántulas y en los adultos. Esta res­ puesta pone de maniiesto un mecanismo de resiliencia de Ceroxylon a la pertur­ bación. Sin embargo, la ubicación de la mayoría de plántulas justo debajo de las palmas hembras en los bosques interveni­ dos se entendería como una consecuencia de la carencia de organismos dispersores (mamíferos y aves, Figura 2­264). 2 Patrones genéticos y ecológicos de las palmas: la influencia humana A B C E F D G H I Figura 2-2. Ceroxylon, género de palma clave para la biodiversidad y los servicios ambientales en los Andes tropicales. A) La víbora Bothriechis schlegelii se alimenta de consumidores de semillas de Ceroxylon echinulatum, ubicándose en las hojas de individuos juveniles. B) Hojas de C. echinulatum cosechadas para elaboración de artesanías en Domingo de Ramos. C) Casa construida con tallos de C. ventricosum. D) C. pityrophyllum, sembrada en Bolivia en los jardines de las casas. E) Varios mamíferos del bosque nublado se alimentan de las semillas de Ceroxylon; en la imagen: Dasyprocta punctata (tomado con cámara trampa). F) Semillas de C. quindiuense cosechadas para alimentar cerdos. G) Casa hecha de tallos de C. pityrophyllum, Coroico, Bolivia. H) Pericos (Ognorhynchus icterotis) anidando exclusivamente en tallos muertos de C. quindiuense, Roncesvalles, Colombia. I) Semillas de C. quindiuense digeridas por aves. Este patrón común observado a ni­ vel regional sugiere que las poblacio­ nes actuales más densas y agregadas de Ceroxylon podrían ser el resultado de perturbaciones humanas de intensidad media que ocurrieron en el pasado. Sin embargo, los datos genéticos indican que la mayor diversidad intraespecíica 41 2 Patrones genéticos y ecológicos de las palmas: la influencia humana COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA Plántulas Juveniles 1 Juveniles 2 Juveniles 3 Adultos Hojas enteras Altura < 2 m Hojas divididas Altura > 2 m Sin tallo aéreo Tallo individualizado Tallo individualizado Alta sensibilidad a la perturbación Estadio clave para la reproducción Figura 2-3. Representación de los cincos estadios de vida escogidos para estudiar la respuesta demográica de Ceroxylon a la deforestación61. 1000 8 30 800 400 200 Juveniles 2 Juveniles 1 Plántulas 6 600 20 10 4 2 0 0 2 3 2.0 3.0 1.5 2.5 1.0 0 1 Adultos Juveniles 3 1 2 3 1 2 3 1: bosque maduro 2: bosque intervenido 2.0 3: bosque deforestado 1.5 0.5 1.0 Gradiente de perturbación 0.0 1 42 2 3 1 2 3 Figura 2-4. Abundancia de Ceroxylon spp. en diferentes estadios de vida a lo largo de un gradiente de perturbación (cinco especies, tres países). podría encontrarse en los bosques ma­ duros que no han sido afectados por la disminución de la dispersión de semillas (Montúfar et al. en preparación). En cuanto a la resiliencia frente a la extracción de partes de las palmas, un estudio de Ceroxylon echinulatum sobre la respuesta a la cosecha directa de ho­ jas juveniles (cogollos) sugirió que esa especie es relativamente tolerante en tér­ minos de productividad, si se extrae sólo un cogollo cada dos años66. Sin embargo, este tipo de cosecha bienal no es genera­ lizado en las regiones andinas. En efecto, en las localidades rurales de los Andes se cosechan uno y hasta tres cogollos cada año durante la Semana Santa. A esta tasa de corte, las palmas juveniles tienden a morir eventualmente por desgaste67. Además, durante la cosecha se cortan una o varias hojas adultas con la inali­ dad de acceder a la base de los cogollos donde se genera la hoja, lo que incre­ menta dramáticamente el daño a los in­ dividuos juveniles. Observaciones sobre C. pityrophyllum en los bosques nublados bolivianos sugieren que el uso directo de los tallos para la construcción de casas condujo prácticamente a la eliminación de la población30. Así, aunque la cosecha de hojas parecería menos grave para la conservación de las palmas de cera que la tala de tallos, la velocidad a la que se ejerce la extracción de hojas puede ser igualmente destructiva a nivel poblacio­ nal. A primera vista, el uso extractivo de hojas y tallos de Ceroxylon no parece ser aconsejable. Sin embargo, comprobar la sostenibilidad de la cosecha de hojas de este género requiere estudios a más largo plazo y tener una idea más pre­ cisa del efecto global de la cosecha/tala en su supervivencia, su crecimiento y su reproductividad. Un estudio exploratorio de Prestoea acuminata sugirió que la abundancia de esta especie es afectada por la reducción de la cobertura de los árboles del bosque (tala selectiva), al igual que en el caso de Ceroxylon echinulatum60. Sin embargo, en comparación con esta, P. acuminata tiene la capacidad de producir rebrotes después del corte, una estrategia de resi­ liencia que le coniere mayor viabilidad tras la deforestación, pero para conir­ mar estos datos se requieren estudios más profundos. Repuesta genética de Ceroxylon echinulatum y Prestoea acuminata a la perturbación La diversidad genética es un factor clave que determina el nivel de resiliencia de las poblaciones naturales a largo plazo. Poblaciones con mecanismos evolutivos como la polinización, la dispersión y el reclutamiento, que favorecen la acumu­ lación y preservación de una mayor di­ versidad genética, son más resilientes al enfrentar cambios ambientales68. La resiliencia genética de las pobla­ ciones de palmas fue estudiada a través de las variaciones de la diversidad gené­ tica y endogamia frente a perturbaciones antropogénicas. Se analizaron dos tipos de hábitats (bosque maduro y bosque in­ tervenido del noroccidente de Ecuador) y dos estadios de crecimiento para cada especie (plántulas y adultos). Los resultados en las poblaciones de Ceroxylon echinulatum muestran valores similares de diversidad génica (He) entre los dos estadios de crecimiento y los tipos de bosque. A nivel de endogamia (FIS) se observan diferencias signiicativas en­ tre adultos y plántulas en el bosque dis­ turbado (Figura 2­5, Montúfar et al. en preparación). Todo esto sugiere que las poblaciones de esta especie pueden man­ tener niveles de diversidad génica inde­ pendientemente del nivel de disturbio, pero los valores de endogamia en cambio son sensibles a la degradación. 43 2 Patrones genéticos y ecológicos de las palmas: la influencia humana COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA A B 0.6 0.8 A 0.7 0.5 0.6 0.5 0.4 0.4 0.3 0.3 0.2 0.2 0.1 0.1 0.0 0.0 - 0.1 Bosque maduro Bosque intervenido Bosque maduro Bosque intervenido Figura 2-5. Variación de la diversidad génica (He, barras grises) y endogamia (Fis, barras negras) en poblaciones de adultos (n = 30 individuos) y plántulas (n = 30) en dos tipos de bosques en el noroccidente de Ecuador: A) Poblaciones de Ceroxylon echinulatum, B) Poblaciones de Prestoea acuminata. Los datos genéticos fueron obtenidos con seis marcadores moleculares microsatélites (SSR) para cada especie. 44 Se encontraron asimismo resultados para Prestoea acuminata donde los nive­ les de diversidad (He) son similares entre los dos estadios de crecimiento y los tipos de bosque. A nivel de endogamia (FIS) se reportaron diferencias estadísticamente signiicativas entre tipos de hábitat. El bosque maduro presentó valores bajos e inclusive negativos para plántulas, lo que indica que el estado de conservación del bosque favorece el lujo génico entre in­ dividuos no emparentados. Lo contrario se observó en las poblaciones de bosque intervenido donde la endogamia fue ele­ vada para adultos y plántulas (Figura 2­5, Montúfar et al. en preparación). La degradación del hábitat genera impactos negativos en la estructura ge­ nética de las poblaciones de estas espe­ cies de palmas y por tanto en su resilien­ cia. Su mayor impacto es el incremento de las tasas de endogamia en períodos relativamente cortos. Esto tiene una im­ portante consecuencia ya que la endo­ gamia a medio y largo plazo genera la sistemática reducción en la diversidad genética de las poblaciones. Estrategias de resiliencia en las especies del género Ceroxylon Aunque Ceroxylon parece mostrar una resiliencia relativa a las perturbaciones intermedias como la tala selectiva, la gran abundancia de adultos en potreros en los sitios evaluados sugiere la exis­ tencia de un mecanismo de resiliencia a la deforestación, que se explica a con­ tinuación: las palmas de este género so­ brepasan en general el nivel del dosel del bosque nublado, una vez que alcanzan la edad adulta56; las hojas de los indivi­ duos adultos son más tolerantes a la luz directa del sol y pueden resistir también en hábitats deforestados; los individuos de Ceroxylon son muy longevos, llegando frecuentemente a más de 200 años de edad55,67,69. Así, los adultos que no fueron talados durante el proceso de deforesta­ ción pueden sobrevivir en los potreros hasta por cerca de un siglo. En muchos casos, los tallos de Ceroxylon son dejados en los potreros como reserva de material de construcción para el futuro. La pobla­ ción conserva de esta manera represen­ tantes adultos durante largos períodos aunque las dinámicas de crecimiento poblacional se hayan perdido. Por es­ tos motivos la presencia de adultos en potreros deforestados es generalmente abundante30,64. Sin embargo, este factor de resiliencia es parcial puesto que en los potreros se encuentra por lo general solo aquella clase de edad que escapó de la deforestación por tener tallos potencial­ mente útiles. Como la dinámica pobla­ cional se ha interrumpido por completo en estos sitios, una vez que esta clase de edad alcanza la senescencia, la población muere masivamente55, quebrándose la ventana de resiliencia. La presencia de poblaciones residua­ les de adultos y juveniles en sitios donde no se conservan individuos de Ceroxylon durante el proceso de deforestación era un reto cientíico suplementario. Uti­ lizando un modelo de cálculo de edad existente67,69 y datos históricos de defo­ restación en un sitio en Perú y en tres en Colombia, se encontró que los adultos re­ siduales actuales estaban en el estadio de rosetas grandes (Juvenil 2) en el momento de la deforestación. Por tanto estas rose­ tas debieron sobrevivir a la tala y quemas asociadas30. Este mecanismo de resilien­ cia se explica por el desarrollo de un tallo subterráneo en Ceroxylon, desde el esta­ dio Juvenil 2, lo que permite al individuo seguir creciendo después de la tala y la quema, al conservar su meristemo apical protegido bajo la tierra. Esta original es­ trategia de resiliencia ecológica posibilita a las palmas de este género incrementar la abundancia de individuos en los potre­ ros. La longevidad de los adultos y la re­ siliencia de las rosetas grandes, propicia la presencia de poblaciones parciales y residuales en sitios deforestados, durante una ventana de tiempo prolongada. En caso de que el bosque sea restaurado o de que se deje el sitio para regeneración antes de que mueran los últimos adultos, las perspectivas de conservación para las poblaciones de palmas y para todas las relaciones ecológicas que sostienen como especies claves de los ecosistemas son promisorias30,55. Resiliencia de Ceroxylon y Prestoea acuminata dentro del marco conceptual de la ecología A través del estudio de Ceroxylon como modelo de palma muy representativo del bosque nublado suramericano y con efectos positivos importantes en la bio­ diversidad y las interacciones ecológicas, se mostró la complejidad del manejo de los recursos naturales sin afectar la biodiversidad, el funcionamiento del ecosistema y los servicios ambientales de una región deinida como hotspot de biodiversidad. Con el objetivo de generalizar los resultados obtenidos, se compararon las estrategias de vida de Ceroxylon con las de otras especies de palmas, para clasiicar al género basán­ dose en su resiliencia a la perturbación. Se utilizó el triángulo de las estrategias de Grime70, inicialmente propuesto para clasiicar hierbas del Reino Unido, pero que poco a poco ha sido empleado para discutir las estrategias de la plan­ tas en otros ecosistemas, incluyendo los bosques tropicales. Dentro de este triángulo, cuyas esquinas relejan tres estrategias —tolerancia al estrés abió­ tico (S), tolerancia a la perturbación (R) y tolerancia a la competición con otras plantas (C)— se sugiere que Ceroxylon está principalmente relacionado con la estrategia C por su crecimiento lento y prolongado que le permite superar el 45 2 Patrones genéticos y ecológicos de las palmas: la influencia humana COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA dosel del bosque andino (Figura 2­6). Una especie de palma que presenta tí­ picamente esta estrategia a través de un crecimiento prolongado hasta superar el dosel y una elevada abundancia re­ lativa podría ser Iriartea deltoidea7. Sin embargo, Ceroxylon es relativamente to­ lerante al estrés abiótico (falta de recur­ sos) por el largo tiempo que vive en el sotobosque donde la disponibilidad de luz requerida para cumplir la fotosínte­ sis es muy baja, esperando una oportu­ nidad para crecer. Una especie de palma característica de la estrategia S podría ser Asterogyne martiana que es de soto­ bosque toda su vida (i. e. tolera la falta de luz71), con hojas pequeñas (criterio S deinido por Grime70) y sin rebrotes, sin espinas (ausencia de características de la estrategia R). Adicionalmente, los re­ sultados muestran que Ceroxylon exhibe una tolerancia relativa a la perturbación por el desarrollo de un tallo subterráneo y por la resistencia de las hojas de los adultos a la luz directa. Uno de los mejo­ res representantes de la estrategia R entre las palmas podría ser el babaçu, Attalea speciosa, que tolera e inclusive es favore­ cida por la deforestación, la herbivoría y la quema, llegando a formar bosques secundarios monoespecíicos mediante invasión de pastizales72. Así, Ceroxylon es prioritariamente un competidor, pero reúne una suma de cualidades que le permiten tener una distribución amplia en los Andes tropicales. En cuanto a Prestoea acuminata, su tamaño mas mo­ desto, su crecimiento mas rápido y, sobre todo, su capacidad para generar rebrotes la ubican más abajo dentro del triángulo, en una posición típicamente intermedia entre la tolerancia al estrés, la competi­ ción y la resiliencia a la perturbación. Este marco conceptual es por supuesto exploratorio, susceptible de llenarse con otras especies de palmas que poseen sus propias estrategias de vida7. de ecosistemas degradados en lugar de otros métodos clásicos como la elimi­ nación o el trasplante directo de plantas, es una propuesta relativamente reciente y requiere más estudios que evalúen su eiciencia73,74. El éxito de este tipo de restauración depende mucho de la pa­ reja de plantas seleccionada (la nodriza y el beneiciario). Por ejemplo, para fa­ cilitar la regeneración de árboles resulta más eiciente utilizar arbustos en vez de hierbas. La facilitación entre plantas es sumamente inluenciada por la comple­ mentariedad de las especies involucradas en la interacción, tal y como lo sugieren los modelos conceptuales75,76. En el bosque nublado andino está muy generalizada la degradación del há­ bitat en áreas deforestadas por pastoreo. Plantas nodrizas como estrategia de restauración ecológica La posibilidad de utilizar plantas nodri­ zas como herramienta de restauración A C C Iriartea deltoidea Palmas por encima del dosel, crecimiento lento En esos ambientes los pastos exóticos como Setaria sphacelata en Ecuador o Pennisetum clandestinum en Colombia, son sembrados en los potreros deforesta­ dos de la región. Con menos frecuencia se encuentran arbustos con potencial como planta nodriza, tales como Baccharis latifolia en Colombia. En un protocolo ex­ perimental donde se trasplantaron plántu­ las de Ceroxylon echinulatum dentro de un potrero en presencia o no de S. sphacelata, se observó durante 20 meses un efecto po­ sitivo de la gramínea en la supervivencia de las plántulas de la palma (Figura 2­7). Este efecto disminuye pero se mantiene signiicativo en presencia de animales que pastorean77. Ese patrón de facilitación se explica por la reducción del estrés abiótico bajo C B Ceroxylon spp. Crecimiento lento Prestoea acuminata 46 Hojas pequeñas Asterogyne martiana S Palmas de sotobosque Attalea speciosa Rebrotes Tallos subterráneaos Producción alta de hojas nuevas Tolerancia a Tallos con la quema espinas R S Figura 2-6. Izquierda: clasiicación de las palmas según las estrategias descritas por Grime70. Derecha: clasificación de las palmas por estrategias de vida. C: Tolerancia a la competición, S: Tolerancia al estrés abiótico; R: Tolerancia a la perturbación. 47 R Figura 2-7. Experimento de supervivencia de plántulas de Ceroxylon echinulatum en áreas deforestadas. A) Vista general de la población del bosque con C. echinulatum por encima del dosel. B) Plántulas protegidas en jaulas por la sombra artificial y Setaria sphacelata. C) Plántula protegida por sombra artificial en el potrero77. COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA la protección de la gramínea. Dada la ca­ pacidad de Ceroxylon para regenerarse a partir del estadio de vida Juvenil 2 (ro­ setas grandes), mediante la producción de un tallo con meristemo subterráneo30, la protección por Setaria sphacelata en las fases más tempranas podría ser sui­ ciente para complementar y garantizar la supervivencia a largo plazo de los in­ dividuos en los potreros. En vista de la falta de dispersión natural de las semillas de Ceroxylon en estos ambientes64, este tipo de regeneración no ocurriría natu­ ralmente. En consecuencia, sería necesa­ rio sembrar manualmente las semillas o plántulas directamente bajo la protección de la planta nodriza. Teniendo en cuenta que la concentración de plántulas encon­ tradas bajo las palmas hembras en los potreros y bosques intervenidos puede ser muy alta, se recomienda utilizar estas plántulas para iniciar la siembra y restau­ ración por repoblamiento. 2.2. El caso de Astrocaryum sect. Huicungo 48 Astrocaryum es un género de 40 espe­ cies de palmas espinosas, ampliamente distribuido en el Neotrópico. Se destaca particularmente en la Amazonía y el piedemonte andino oriental un grupo de especies conocido por su nombre co­ mún en Perú, huicungos, conformando la sección taxonómica de mismo nom­ bre78. Este grupo es muy dinámico a nivel de especiación en la Amazonía occidental, donde se han originado 12 especies, esencialmente por especiación alopátrica en compartimentos topográ­ icos contiguos, delimitados por ríos y montañas25,79, durante los últimos seis millones de años20. A nivel ecológico, los huicungos también tienen un papel muy importante, debido a su abundancia en los ecosistemas amazónicos80, sus gran­ des inlorescencias son fuente de alimen­ tación para insectos81 y sus abundantes frutos, altamente nutritivos tanto a nivel del mesocarpio como del endocarpio, lo son para mamíferos82. Datos producidos dentro del proyecto PALMS demuestran que la palma de bos­ que subandino monocaule Astrocaryum perangustatum mejora su producción de hojas en hábitats deforestados83. Sin em­ bargo, solamente los adultos y las plántu­ las se encontraron en los potreros (Figura 2­1E, p. 31), tal y como ocurrió en el caso de las poblaciones de Ceroxylon. Estos datos sugieren que las poblaciones de A. perangustatum, aunque relativamente tolerantes a la deforestación, no podrían sobrevivir a largo plazo a una eventual deforestación total. En cambio la especie multicaule A. carnosum es capaz de pro­ ducir varios tallos que se inician como rizomas subterráneos inclusive desde el estado juvenil, permitiendo una ocupa­ ción muy eiciente del espacio y el man­ tenimiento de la estructura poblacional, aun en condiciones de deforestación84. 2 Patrones genéticos y ecológicos de las palmas: la influencia humana conclusiones muy diferentes. Un primer paso para tratar de generalizar esta rela­ ción perturbación­resiliencia es utilizar modelos conceptuales de ecología como las estrategias de Grime y clasiicar cada especie/estrategia dentro de ese marco (Figura 2­6, p. 46). De manera muy pragmática, se re­ comienda ser sumamente prudentes cuando se trata de explotar una palma en particular. Idealmente, en cada caso se debería evaluar el potencial de resiliencia en términos tanto de productividad de hojas como de éxito de reproducción y de diversidad genética a largo plazo. En el proyecto PALMS se han desarrollado métodos relativamente sencillos para ese tipo de evaluaciones30,55,62,64 (Montúfar et al. en preparación). En cuanto a perspectivas de res­ tauración de poblaciones de palmas en ambientes muy degradados por las per­ turbaciones humanas, merece la pena considerar el uso de plantas nodrizas como arbustos o gramíneas, que ya se han probado de manera eiciente y económica en el caso de Ceroxylon77. Se recomienda favorecer esta opción para optimizar la conservación de las palmas directamente amenazadas por la deforestación. Conclusión general En la región estudiada, los Andes tienen un papel fundamental en la estructura­ ción del ambiente y la conformación de la diversidad de las palmas. Están some­ tidos a altos niveles de presión antrópica y los ecosistemas propicios para la pal­ mas, en particular el bosque nublado, están gravemente amenazados. La super­ vivencia de las palmas no será posible so­ lamente por sus propios mecanismos de resiliencia frente a las continuas pertur­ baciones humanas, que cada vez son más intensas, sino que necesitará la ayuda de programas de manejo ambiental que to­ men en consideración los conocimientos cientíicos adquiridos acerca de la diná­ mica ecológica y genética de estas plantas emblemáticas de las biotas tropicales. Conclusión sobre el impacto humano En conclusión, no se pueden generalizar fácilmente las respuestas ecológicas de las palmas neotropicales a las perturba­ ciones humanas. Existen varios tipos de ellas, cuyos efectos en las palmas son muy distintos, al igual que varios tipos de estrategias de resiliencia en las palmas7. Analizar la resiliencia de las palmas a corto plazo (v. gr. productividad de ho­ jas después de la corta de hojas juveni­ les) versus a largo plazo (efectos de las perturbaciones en la diversidad gené­ tica o el éxito de reproducción) aporta 49 2 Patrones genéticos y ecológicos de las palmas: la influencia humana COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA Referencias 1 2 3 4 5 6 50 7 8 Olson, D.M., E. Dinerstein, E.D. Wikramanayake, N.D. Burgess, G.V.N. Powell, E.C. Underwood, J.A. D’amico, I. Itoua, H.E. Strand, J.C. Morrison, C.J. Loucks, T.F. Allnutt, T.H. Ricketts, Y. Kura, J.F. Lamoreux, W.W. Wettengel, P. Hedao & K.R. Kassem. 2001. 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La Paz, Bolivia. *manuel.macia@uam.es a Los pobladores del noroeste de Suramérica utilizan las palmas para multitud de aplicaciones Los primeros naturalistas europeos que visitaron la región tropical americana, en los siglos XVIII y XIX, ya nos llamaron la atención sobre la importancia que tenían las palmas en los bosques tropicales hú­ medos y los distintos usos que les daban las poblaciones locales1–4. En efecto, en la actualidad se sabe que estas plantas ofre­ cen cientos de usos y un gran espectro de aplicaciones en la vida diaria de las comunidades indígenas, campesinas y afroamericanas, particularmente aque­ llas que viven en el medio rural, ya que dependen en gran medida de los recur­ sos naturales de su medio para cubrir sus necesidades básicas y desarrollar su vida cotidiana5–12. La cantidad de productos que estos pueblos obtienen de las palmas convierten a esta familia de plantas en la más importante para las poblaciones ru­ rales que viven en el Neotrópico, compa­ rada con otras familias de plantas útiles en la región13–20. Las palmas han tenido y tienen una enorme relevancia desde el punto de vista cultural para todos los grupos humanos que habitan en el noroeste de Suramé­ rica21,22. Por ejemplo, las casas tradicio­ nales de muchos pueblos indígenas de las tierras bajas son su identiicativo y el uso de las palmas en la construcción y el te­ chado es de capital importancia5 (Figuras 3­1 a 3­3). Por otro lado, diversas etnias amazónicas han usado la fenología de es­ pecies como Bactris gasipaes para organi­ zar su calendario anual. Cuando esta es­ pecie alcanza el período de fructiicación es motivo de iestas y celebraciones9,23. 57 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 3 Usos de las palmas por poblaciones rurales Figura 3-1. Viviendas típicas awajun con techo construido con hojas de Pholidostachys synanthera y paredes con los pecíolos de las hojas de Mauritia lexuosa, Departamento de Amazonas, Perú. (N. Paniagua-Zambrana) Figura 3-3. Vivienda cocama a orillas del río Samiria con techo construido con las hojas de Euterpe precatoria y paredes con tablas del tronco de la misma especie, Departamento de Loreto, Perú. (N. Paniagua-Zambrana) 58 Figura 3-2. Vivienda cocama a orillas del río Samiria, con techo construido con las hojas de Euterpe precatoria y paredes con tablas del tronco de la misma especie, Departamento de Loreto, Perú. (N. Paniagua-Zambrana) Es tal la importancia de las palmas, que el nombre achu de Mauritia lexuosa da su denominación al pueblo achuar de la Amazonía ecuatoriana24. Algunas especies tienen gran im­ portancia en ritos laicos y festividades religiosas25, así como en la elaboración de adornos personales, e incluso en la construcción de instrumentos musica­ les26, por poner algunos ejemplos27. Pero además de su importancia idiosincrática y de cubrir necesidades básicas en la ali­ mentación humana, su contribución al ámbito medicinal es notable12,22,28,29. Las palmas son fuente de un impor­ tante ingreso para las familias y comuni­ dades que las aprovechan30,31. Utilizando recursos procedentes de decenas de espe­ cies (v. gr. Aphandra natalia, Astrocaryum chambira, A. standleyanum, Attalea princeps, Geonoma deversa, Iriartea deltoidea, Mauritia lexuosa, Oenocarpus bataua o Phytelephas aequatorialis) se ela­ boran productos con cuya venta se con­ tribuye de una manera sustancialmente a los ingresos económicos de numerosas familias, e incluso se sustentan las activi­ dades de pequeñas industrias32–45 (Figuras 3­4 y 3­5). El papel preponderante que desem­ peñan las palmas para las poblaciones locales está íntimamente relacionado con sus características ecológicas y morfoló­ gicas. Por una parte, las palmas son muy abundantes y conspicuas en todos los tipos de bosques tropicales, ocupando todos los estratos y diferentes tipos de suelos, desde el nivel del mar hasta cerca de los 3000 m de altitud46–52. Algunas es­ pecies (como Geonoma deversa, Iriartea deltoidea, Mauritia lexuosa, Oenocarpus bataua) llegan a ocupar grandes super­ icies con formaciones monoespecíicas, lo que facilita en gran medida su uso, 59 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA Figura 3-4. Recolección del palmito de Euterpe precatoria en comunidades a orillas del río Amazonas, para su comercialización en la ciudad de Iquitos, Departamento de Loreto, Perú. (N. Paniagua-Zambrana) manejo y explotación46,53–55, aunque en ocasiones esta dominancia puede llevar a su desaparición56,57 (Figura 3­6). Las palmas presentan características morfológicas distintivas. Un grupo signi­ icativo de especies tienen porte arbóreo, tallo recto, duro, alto y generalmente sin ramiicar, y en esta forma de crecimiento se incluyen las especies más utilizadas58. Otro grupo de especies, también muy usadas, tiene mediana altura y hojas pinnadas de gran tamaño. Algunas pro­ ducen muchas raíces adventicias (Euterpe precatoria, Oenocarpus bataua) o tienen alta productividad y poseen frutos de gran tamaño (Attalea princeps, Bactris gasipaes, Cocos nucifera, Mauritia lexuosa) para los estándares promedio de las plantas tropicales59–61, lo que les coniere una va­ lor añadido entre las poblaciones locales. Finalmente cabe mencionar que las palmas son un grupo de plantas relativa­ mente bien conocido taxonómicamente en los cuatro países que abarca este estu­ dio47,61–67. Los avances taxonómicos han propiciado que un importante número de cientíicos se hayan ijado en ellas como grupo modelo para centrar sus investigaciones, lo que se ha traducido en una gran cantidad de estudios en los campos de la sistemática, la etnobotánica y la botánica económica, especialmente durante los últimos 60 años12,68. Patrones regionales de utilización de las palmas 60 Figura 3-5. Troncos de Dictyocaryum lamarckianum cortados en tablas y secándose para su utilización como paredes de viviendas en el Departamento de La Paz, Bolivia. (N. Paniagua-Zambrana) Las palmas que tienen una distribución geográica más amplia y son más conspi­ cuas en su ambiente, tienden a ser apro­ vechadas en mayor medida58,69,70, aunque esto no signiica que las especies de ma­ yor importancia ecológica sean siempre las más utilizadas71 (Cámara­Leret et al. 3 Usos de las palmas por poblaciones rurales Figura 3-6. iriartea deltoidea es una de las palmas más importantes en el noroeste de Suramérica donde proporciona multitud de servicios ecosistémicos. (R. Cámara-Leret) en preparación). En efecto, las especies más abundantes en un ecosistema son empleadas normalmente para mayor número de usos, pero con distinto grado de intensidad, por las poblaciones loca­ les. Este es el caso de Iriartea deltoidea, Socratea exorrhiza, Euterpe precatoria o Oenocarpus bataua en todos los países estudiados. El hecho de que una región tenga una mayor riqueza de especies de palmas no necesariamente indicará que la población local las utilice en mayor medida72,73, pues existen otras regiones con baja diversidad de especies donde se las aprovecha para multitud de usos12. Las poblaciones naturales de algunas de las especies más utilizadas por la po­ blación local se han manejado de distinto modo para conseguir la continua dis­ ponibilidad de los productos y acceder de una manera más sencilla a los recur­ sos57,69,70,74–76 (Figura 3­7, p. 67). Las palmas son usadas más intensa­ mente por grupos humanos con mayores limitaciones para el acceso a distintos ti­ pos de servicios y mercados, así como en lugares donde la infraestructura vial está menos desarrollada9,10,72,77,78. En las últimas décadas se han fusionado los estudios de etnobotánica con los de eco­ logía, a in de cuantiicar la utilidad de los bosques para los pueblos indígenas y no in­ dígenas de Suramérica13,18,20,79 y, con dicha información, proponer medidas de conser­ vación de los hábitats y especies que pre­ sentan mayor utilidad para los pobladores locales. La gran mayoría de los trabajos se han desarrollado en la cuenca amazónica y han cuantiicado la utilidad de los bosques mediante el estudio del valor de uso de los árboles en parcelas de 0.1 y de 1 ha15. Estos 61 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 3 Usos de las palmas por poblaciones rurales Figura 3-8. Comunero de la orilla del río Tahuayo tejiendo las criznejas con las hojas de Lepidocaryum tenue, que se comercializan para el techado de las viviendas en el Departamento de Loreto, Perú. (N. Paniagua-Zambrana) Figura 3-7. Alrededor de las casas achuar se cultivan especies como Mauritia lexuosa (en primer plano a la izquierda), Oenocarpus bataua (hojas verticales) y Bactris gasipaes var. gasipaes (en el centro entre los dos individuos de O. bataua), Amazonía ecuatoriana. (R. Cámara-Leret) 62 estudios han mostrado resultados variados en cuanto a cuáles son los hábitats más úti­ les. Por ejemplo, para los mestizos de Tam­ bopata (Perú) o los indígenas huaorani de Yasuní (Ecuador), los bosques amazónicos inundables son los hábitats más útiles18,79, principalmente por la gran abundancia de algunas de las especies de palmas que allí crecen. Por otro lado, estudios en Bolivia conirman parcialmente estas conclusio­ nes, ya que en algunas localidades estu­ diadas (pueblos indígenas) los bosques de tierra irme son más útiles20. No obstante, es necesario tener en cuenta que existe una gran variabilidad en el valor de uso de los hábitats a escala local, ya que las comunidades indígenas, mestizas y afroamericanas utilizan espe­ cies que están distribuidas en todos los hábitats alrededor de sus comunidades. Por ejemplo, en la Amazonía colom­ biana se organizan eventualmente viajes de varios días de duración para cose­ char Lepidocaryum tenue, especie muy valorada por presentar hojas duraderas para techar casas (Figura 3­8). Lo mismo ocurre con Pholidostachys dactyloides en la Amazonía ecuatoriana. Por el contra­ rio, también existen especies abundantes y que crecen cerca de las comunidades, pero no tienen una contribución impor­ tante al valor de uso del bosque, como es el caso de Astrocaryum jauari. La utilidad potencial que se puede asignar a las distintas especies de palma depende de su hábito o forma de creci­ miento. Entre las ocho formas de creci­ miento que presentan las palmas en el noroeste de Suramérica51, tres de ellas destacan por una mayor contribución al valor de uso del bosque (Cámara­ Leret et al. en preparación): las palmas grandes de tallo alto, las de hojas gran­ des y tallos medianos a cortos y las pe­ queñas. Entre las primeras sobresalen especies como Astrocaryum chambira y Euterpe precatoria en la Amazonía, Attalea colenda y Euterpe oleracea en el Chocó y Ceroxylon ventricosum e Iriartea deltoidea en los Andes. Entre las palmas de hojas grandes y tallos medianos a cor­ tos destacan especies como Aphandra natalia y Phytelephas macrocarpa en la Amazonía, Manicaria saccifera y Phytelephas aequatorialis en el Chocó y Astrocaryum gratum en los Andes. Final­ mente, entre las palmas pequeñas desta­ can Astrocaryum huaimi y Lepidocaryum tenue en la Amazonía, Bactris setulosa y Mauritiella macroclada en el Chocó y Geonoma undata en los Andes. Cuantiicación del uso de las palmas Para cuantiicar la utilización de las pal­ mas en el noroeste de Suramérica se rea­ lizó una exhaustiva revisión bibliográica de los últimos 60 años, documentando los usos de las especies registrados en la región12. Posteriormente se desarrolló un intensivo trabajo de campo para analizar el conocimiento etnobotánico actual68. La cuantiicación se realizó a distintas escalas geográicas y para diferentes gru­ pos sociales, comparando: 1) tres de las ecorregiones más importantes del nor­ oeste suramericano: Amazonía, Andes y Chocó, en los cuatro países estudiados; 2) los tres grupos humanos de mayor po­ blación que viven en la región: indígenas, mestizos y afroamericanos; 3) los diferen­ tes grupos indígenas en todas las ecorre­ giones; y 4) las distintas categorías de uso. Los usos registrados se clasiicaron en 10 categorías etnobotánicas, siguiendo la propuesta de estandarización de Cook80, con algunas modiicaciones para adap­ tarlos a las regiones tropicales rurales12 (p. 467–469). Las categorías son: 1) ali­ mentación animal, 2) alimentación hu­ mana, 3) ambiental, 4) combustible, 5) construcción, 6) cultural, 7) medicinal y veterinario, 8) tóxico, 9) utensilios y he­ rramientas, y 10) otros usos. Posterior­ mente cada categoría etnobotánica fue dividida, en función de su complejidad, en un número variable de subcategorías. Se utilizaron tres indicadores para analizar el grado de utilización de las 63 3 Usos de las palmas por poblaciones rurales COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA palmas en el noroeste de Suramérica: 1) el número de especies de palmas útiles por cada región biogeográica, 2) el número de usos de las palmas, deinido como el uso que se da a una especie, asociado a una categoría y una subcategoría de uso para una parte especíica de la palma, y 3) el promedio del número de usos por especie de palma. En la revisión de 255 publicaciones se encontraron 194 especies útiles y 2395 usos, lo que representó un promedio de 12 usos diferentes por especie, aunque con una gran variación entre las especies, para un total de 6141 registros de uso (Tabla 3­1). 1. Utilización de las palmas por regiones biogeográicas y países Se estudiaron tres ecorregiones: Amazo­ nía, Andes y Chocó. La primera se deine como el conjunto de los bosques de tie­ rras bajas que se encuentran por debajo de los 1000 m de altitud, incluyendo bos­ ques de tierra irme, planicies inundables y pantanos12. Conforman la ecorregión de los Andes los bosques montanos situa­ dos a más de 1000 m y a ambos lados de la cordillera, incluyendo los bosques in­ terandinos desde Colombia hasta Bolivia. La ecorregión de la costa pacíica húmeda Tabla 3-1. Utilización de palmas en el noroeste de Suramérica, desglosada por ecorregiones y países, con base en la revisión de la bibliografía de los últimos 60 años12. 64 País/Ecorregión Especies útiles Usos Registros de uso Promedio ± SD de usos por especie Grupos indígenas con información etnobotánica Porcentaje de grupos indígenas con información etnobotánica* TOTAL Amazonía Andes Chocó Colombia Amazonía Andes Chocó Ecuador Amazonía Andes Chocó Perú Amazonía Andes Bolivia Amazonía Andes 2395 1972 344 347 814 615 35 225 936 676 240 167 785 772 19 655 603 77 6141 5144 439 569 1429 1049 39 341 2010 1494 295 228 1390 1369 21 1348 1267 84 12.3 ± 18.7 14.7 ± 20.0 5.1 ± 6.0 6.7 ± 7.3 7.8 ± 10.1 8.8 ± 10.6 1.9 ± 1.2 5.9 ± 5.7 9.1 ± 11.9 10.9 ± 12.3 4.6 ± 5.3 5.6 ± 5.2 8.2 ± 10.1 8.3 ± 10.1 4.8 ± 3.4 10.6 ± 14.7 11.2 ± 14.6 5.9 ± 6.7 54 47 2 5 22 19 − 3 10 7 – 3 18 18 − 11 10 2 49.1 47.5 28.6 83.3 48.9 48.7 − 75.0 83.3 87.5 – 75.0 38.3 38.3 − 61.1 58.8 100 * basado en referencia 81. 194 134 68 52 105 70 18 38 103 62 52 30 96 93 4 62 54 13 está compuesta por bosques de tierras ba­ jas a menos de 1000 m en Colombia y en el noroeste de Ecuador, correspondiendo a la región biogeográica del Chocó. La Amazonía es la ecorregión mejor estudiada de las tres que se compararon y por tanto donde se registran los valo­ res más altos para todos los indicadores analizados: 134 especies útiles (90 % del total de especies existentes), 82 % del to­ tal de usos diferentes y un promedio de 15 usos por especie, pero también repre­ sentan el 81 % de todas las referencias bibliográicas (Tabla 3­1). Este patrón es idéntico en los cuatro países estudiados, aunque la importancia de los indicadores varía. Así, la Amazonía de Perú tiene el mayor número de palmas útiles y de usos diferentes, y también el mayor número de publicaciones. La Amazonía de Ecua­ dor presenta el número más elevado de registros de uso y el porcentaje más alto de grupos indígenas estudiados. Por su parte, la Amazonía de Bolivia tiene el promedio de usos por especie más alto de los cuatro países. Los Andes fue la se­ gunda ecorregión en importancia para el uso de palmas en Ecuador, Perú y Bolivia, pero no así en Colombia, donde el Chocó es el más relevante. En la región andina se encuentra un número más elevado de especies útiles (68) que en la del Chocó (52), pero en esta última se les da mayor utilidad, ya que tienen un promedio de siete usos por especie frente a solo cinco en los Andes. Esta enorme importancia de las pal­ mas en la Amazonía se debe a varios mo­ tivos: 1) en esta ecorregión la mayoría de la población vive en el medio rural y de­ pende principalmente de los recursos na­ turales para su subsistencia, en particular de las palmas, 2) es un lugar poblado en gran medida por diversas comunidades indígenas que a su vez son los grupos humanos más estudiados, 3) hay una gran diversidad de especies y de recursos en una enorme extensión de territorio, 4) dada una menor tasa de deforestación y de transformación agrícola, los bosques están mejor conservados y por tanto también las poblaciones naturales de pal­ mas y 5) existe un menor desarrollo en infraestructuras vial y de servicios. Los dos países con mayor número de especies de palmas útiles son Colombia y Ecuador, y en este último es donde me­ jor se conoce la etnobotánica de palmas y por tanto donde se registraron los valo­ res más altos para el resto de indicadores etnobotánicos (Tabla 3­1). En Colombia existen estudios etnobotánicos de pal­ mas solo para la mitad de los grupos in­ dígenas, lo que apunta a la necesidad de realizar más investigación en este campo para complementar el trabajo realizado, y en particular en la ecorregión del Chocó, donde existe una mayor riqueza de espe­ cies y por tanto donde potencialmente podría haber un mayor número de es­ pecies útiles67. En Perú se ha realizado el menor número de estudios etnobotá­ nicos, quedando muchos grupos indí­ genas por ser estudiados, y por ello es el país con el conocimiento etnobotánico más incompleto en comparación con los otros. A pesar de que en Bolivia la riqueza de especies de palmas es la menor de los cuatro países estudiados, las palmas se usan mucho, presentando un promedio de 11 usos por especie, el mayor de las cuatro naciones. Esto se puede deber a que en este país existe un buen número de estudios monográicos de palmas. 2. Utilización de las palmas por distintos grupos humanos Los pueblos indígenas son claramente quienes tienen mayor conocimiento sobre 65 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 66 el uso de palmas, ya que registran los va­ lores más altos para todos los indicadores etnobotánicos considerados, pero tam­ bién es el grupo sobre el que se han rea­ lizado un mayor número de estudios12. Este resultado se añade a lo que revelan trabajos previos realizados con palmas y otros grupos de plantas, que mostraron que dichos pueblos poseen un mayor sa­ ber etnobotánico, comparado con el del resto de grupos no indígenas8,10,26,77. Este mayor conocimiento indígena es el resultado de un conjunto de in­ teracciones entre variables muy diversa como: 1) factores históricos, debido a la larga ocupación de los pueblos indígenas de sus territorios, que permite un mayor contacto con el medio y por tanto un mayor potencial de generación de cono­ cimiento etnobotánico, 2) factores cul­ turales que se basan en cientos de años de conocimiento tradicional que única­ mente se ha transmitido de modo oral en la gran mayoría de los grupos y 3) fac­ tores económicos, en particular debido al menor desarrollo de infraestructuras modernas en sus comunidades, así como a las escasas posibilidades de acceder al mercado, lo que les ha llevado a utilizar las palmas como fuente de recursos para su subsistencia, sin tener la necesidad de comprar productos con dinero. El mayor conocimiento sobre el uso de las plantas por parte de los pueblos indígenas no quiere decir que el cono­ cimiento de los mestizos tenga menor importancia12, ya que si se tomaran en cuenta las referencias y registros de usos que no especiican un grupo humano (con seguridad se trata de los mestizos), los valores de los indicadores etnobo­ tánicos considerados aumentarían en gran medida para este grupo. Además, sin duda alguna, en el caso de los mesti­ zos su conocimiento se debe considerar como complementario al que poseen los indígenas. En la Amazonía, los tres grupos hu­ manos considerados en este estudio tie­ nen un mayor grado de conocimiento sobre el uso de las palmas. En el Chocó se han documentado valores superiores para la mayoría de los indicadores etno­ botánicos que en los Andes de Colombia y Ecuador, lo que quiere decir que las pal­ mas realmente son más utilizadas en las tierras bajas por todos los grupos huma­ nos. En el Chocó colombiano se han re­ gistrado valores más elevados de uso que en el Chocó ecuatoriano. No obstante, los correspondientes a los indígenas son similares a los de los afroamericanos. Al igual que las poblaciones indígenas, los otros dos grupos tienen una larga his­ toria de asentamiento en los ambientes que actualmente ocupan, lo que unido a que han sido regiones remotas y de difícil acceso, les ha permitido alcanzar un pro­ fundo saber en cuanto a la utilidad del ecosistema en que habitan82. Todavía no se han hecho estudios et­ nobotánicos para alrededor de la mitad de los grupos indígenas en el noroeste de Suramérica, lo que implica que queda bastante trabajo por realizar en este campo y por tanto existen aún muchos vacíos de conocimiento. 3 Usos de las palmas por poblaciones rurales indígenas con los que se ha realizado un mayor número de trabajos etnobotáni­ cos son también los que tienen un mayor conocimiento de usos de palmas, como por ejemplo los quichua, huaorani o shuar de la Amazonía ecuatoriana o los awá del Chocó de Colombia y Ecuador12. Sin embargo, en el caso de otros grupos indígenas se han documentado muchos usos e información de especies útiles de palmas, aunque solamente cuentan con una o dos referencias bibliográicas, como los muinane de Colombia o los co­ cama de Perú. 4. Utilización de las palmas por categorías de uso Las palmas tienen una tremenda impor­ tancia para la subsistencia de las pobla­ ciones humanas, pero se usan principal­ mente para alimentación, utensilios y herramientas, construcción y con ines culturales, por orden decreciente de im­ portancia12 (Figuras 3­9 y 3­10). En es­ tas categorías se emplea entre el 56 y el 70 % del total de especies útiles. En las categorías de alimentación animal, me­ dicinal y veterinaria, usos ambientales y combustible se utiliza entre el 22 y el 37 % de ese total (ordenadas de mayor a menor importancia). En la Amazonía la Figura 3-10. Mujer tikuna tejiendo las hojas de Attalea butyracea para su uso posterior en el techado de casas, Amazonía colombiana. (R. Cámara-Leret) importancia relativa de las distintas cate­ gorías de uso fue similar al patrón gene­ ral ya descrito, y solo la categoría medici­ nal y veterinaria tuvo más relevancia que la de alimentación animal. La ecorregión del Chocó tuvo un patrón de utilización 3. Utilización de las palmas por distintos grupos indígenas La mayoría de los grupos indígenas del noroeste de Suramérica se encuentran en la ecorregión amazónica81. Entre ellos existe una enorme variación en el co­ nocimiento sobre el uso de las palmas, lo que quizás se deba a la diferencia en la cantidad de estudios realizados y, en este sentido, Ecuador es el mejor estu­ diado. En términos generales, los grupos 67 Figura 3-9 Procesamiento de los frutos de Mauritia lexuosa para preparar chicha por los indígenas macuna del río Apaporis, Amazonía colombiana. (R. Cámara-Leret) 3 Usos de las palmas por poblaciones rurales COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA similar al de la Amazonía, pero en el caso de los Andes hubo mayores diferencias: construcción tuvo mayor importancia que utensilios y herramientas y ambien­ tal tuvo más importancia que en las tie­ rras bajas. A todas las partes de las palmas se da algún tipo de uso, incluyendo las es­ pinas y las brácteas, pero las que más se utilizan son los frutos y el palmito para alimentación humana, el tallo principal­ mente para construcción y elaboración de herramientas y utensilios, las hojas fundamentalmente para techados en la construcción de casas y las semillas para elaboración de artesanías12. Ejemplos de especies de palmas y sus usos en cada categoría y subcategoría se encuentran en el capítulo 4 de este libro. Tabla 3-2. Utilización actual de palmas en el noroeste de Suramérica, desglosada por ecorregiones y países, con base en el trabajo de campo realizado por los autores68. Comparación entre los usos pasados y presentes de las palmas 68 En el marco del proyecto PALMS se pla­ niicó un trabajo de campo que duró 18 meses, entre mayo de 2010 y diciembre de 2011, durante el cual se realizaron 2201 entrevistas en los cuatro países conside­ rados (Figura 3­11). En el conjunto del estudio se encontraron 140 especies úti­ les, 2262 usos distintos y 87 886 registros de uso, lo que representó un promedio de 16 usos por especie, aunque con gran variabilidad entre ellas (Tabla 3­2)68. En la Figura 3­12 (p. 70) se muestra la región de estudio, con indicación de los grupos indígenas de los que existen datos etno­ botánicos sobre las palmas, incluyendo información tanto del trabajo de campo como de la bibliografía. En las tres ecorregiones estudiadas existen importantes vacíos de conoci­ miento etnobotánico68. En la Amazonía se Figura 3-11. Entrevistas a uno de los miembros de mayor edad del grupo llaquas en Lamas Wayku, Departamento de San Martín, Perú. (abajo: con la ayuda de un intérprete local) (N. Paniagua-Zambrana) registraron, tanto en la bibliografía como en el trabajo de campo, el mayor número de especies útiles de palmas y el mayor número de usos. Sin embargo, los resul­ tados del trabajo de campo indican que existe, en promedio, un mayor número de usos por especie en las tres ecorregio­ nes. En el caso de los Andes y el Chocó se País/Ecorregión Especies útiles Usos TOTAL Amazonía Andes Chocó Colombia Amazonía Andes Chocó Ecuador Amazonía Andes Chocó Perú Amazonía Andes Bolivia Amazonía Andes * basado en referencia 81. 2262 1664 507 550 1353 990 121 411 572 331 119 237 717 625 237 453 372 167 140 102 47 49 100 67 21 44 68 47 18 26 61 57 28 40 36 16 Registros de uso Promedio ± SD de usos por especie 87 886 62 749 13 488 11 649 25 879 16 070 1959 7850 14 654 8622 2233 3799 28 329 24 236 4093 19 024 13 821 5203 16.1 ± 16.9 16.3 ± 16.2 10.8 ± 9.0 11.2 ± 9.1 13.5 ± 12.8 14.8 ± 12.7 5.8 ± 6.5 9.3 ± 7.3 8.4 ± 7.3 7.0 ± 5.5 6.6 ± 4.7 9.1 ± 7.1 11.8 ± 10.6 11.0 ± 9.3 8.5 ± 6.1 11.3 ± 10.1 10.3 ± 8.4 10.4 ± 8.3 encontraron mayores vacíos en el conoci­ miento etnobotánico que en la Amazonía, ya que el trabajo de campo reveló un ma­ yor número de usos de palmas y un pro­ medio más alto de usos por especie que los documentados en la bibliografía. A nivel de país, en Colombia se en­ contraron los mayores vacíos de infor­ mación etnobotánica sobre palmas en la bibliografía, pero el trabajo de campo reveló un mayor número de usos por es­ pecie e igualmente un mayor promedio de usos por especie, para un número de especies de palmas similar al que se ha­ bía registrado en la bibliografía. Ecua­ dor fue el país mejor documentado ya Grupos indígenas con información etnobotánica 41 33 5 3 21 17 3 1 5 3 – 2 9 8 1 7 7 1 Porcentaje de grupos indígenas con información etnobotánica* 37 33 71 50 47 44 60 25 42 38 – 50 19 17 100 39 41 5 que se encontró más información en la bibliografía que en el trabajo de campo en todas las ecorregiones. Los vacíos de información fueron moderados en Perú y Bolivia, donde para la Amazonía se re­ gistraron más datos en la bibliografía que en el trabajo de campo, pero en los Andes el patrón encontrado fue el opuesto. En este mismo sentido, para los tres grupos humanos analizados, el trabajo de campo generó mayor información etno­ botánica que la existente en la bibliografía. Tratándose de los grupos indígenas sobre los que se habían realizado tanto estu­ dios etnobotánicos previos (bibliografía) como investigaciones actuales en el marco 69 3 Usos de las palmas por poblaciones rurales COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA COLOMBIA - 1: Andoque, 2: Awá, 3: Bará, 4: Brarasana, 5: Bare, 6: Bora, 7: Camsá, 8: Carijona, 9: Coreguaje, 10: Cubeo, 11. Curripaco, 12: Desano, 13: Emberá, 14: Guayabero, 15: Huitoto, 16: Inga, 17: Itano, 18: Makuna, 19: Matapí, 20: Miraña, 21: Muinane, 22: Nukak, 23: Piapoco, 24: Puinave, 25: Quillasinga, 26: Sikuani, 27: Siona, 28: Tanimuca, 29: Tatuyo, 30: Tikuna, 31: Tukano, 32: Waunan, 33: Yahuna, 34: Yucuna. 13 26 32 24 14 COLOMBIA 23 22 2 16 25 7 36 2 37 9 27 42 39 40 40 15 37 ECUADOR 35 38 15 35 41 15 43 47 ECUADOR - 2: Awá, 27: Siona, 35: Achuar, 36: Chachi, 37: Cofán, 38: Huaorani, 39: Quichua, 40: Secoya, 41: Shuar, 42: Tsa’chila. 11 31 33 29 12 17 10 28 18 1 20 19 5 43 6 21 6 55 54 53 59 8 PERÚ - 6: Bora, 15: Huitoto, 35: Achuar, 40: Secoya, 43: Aguaruna, 44: Amarakaeri, 45: Asháninka, 46: Cashibo, 47: Chanka, 48: Chayahuita, 49: Cocama, 50: Ese eja, 51: Matsé, 52: Matsigenka, 53: Ocaina, 54: Omagua, 55: Orejón, 56: Sapiteri, 57: Shipibo-Conibo, 58: Urarina, 59: Yagua, 60: Yanesha. 34 30 58 49 48 51 57 Figura 3-14. Mujer yuracaré preparando frutos de Bactris gasipaes para ser cocinados, Departamento de Cochabamba, Bolivia. (N. Paniagua-Zambrana) BOLIVIA - 50: Ese eja, 61: Araona, 62: Cavineña, 63: Chácobo, 64: Leco, 65: Mostene, 66: Pacahuara, 67: Quechua, 68: Sirionó, 69: Tacana, 70: Trinitario, 71: Tsimane, 72: Yaminahua, 73: Yuracaré. 46 PERÚ de este estudio, el trabajo de campo regis­ tró mucha más información etnobotánica en la gran mayoría de los casos. Esto se debe a varios motivos entre los que se des­ tacan: 1) pocos estudios de etnobotánica se han centrado tanto en las palmas y 2) muchos estudios previos se han dedicado únicamente en las especies que aportan mayor rendimiento económico. Existe consenso entre los resultados del estudio bibliográico y el trabajo de campo en que las categorías etnobotáni­ cas de alimentación humana, construc­ ción, cultural y herramientas y utensilios son las más importantes en las tres eco­ rregiones y en los cuatro países, lo que conirma la relevancia y la necesidad de las palmas como una fuente de recursos básicos para la subsistencia de las pobla­ ciones rurales (Figuras 3­13 y 3­14). 60 45 52 62 72 56 61 50 44 50 63 66 71 64 68 69 Bibliografía 65 BOLIVIA 70 73 67 Campo Bibliografía + campo 70 71 Figura 3-12. Mapa del área de estudio con indicación de todos los grupos indígenas con los que se ha realizado algún tipo de estudio etnobotánico, a partir de la bibliografía o del trabajo de campo durante este estudio. Figura 3-13. Patio chácobo con plantas de Attalea princeps que se siembran y cuidan por sus múltiples usos, Departamento de Beni, Bolivia. (N. Paniagua-Zambrana) COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA Importancia de los estudios etnobotánicos cualitativos vs. cuantitativos A pesar de que en el noroeste de Sura­ mérica existen muchas publicaciones et­ nobotánicas realizadas a nivel de países o a escala local con algunos grupos indí­ genas, mestizos o afroamericanos, toda­ vía hay una notable carencia de trabajos comparativos a nivel regional. Esta limi­ tación se debe principalmente a dos mo­ tivos. Por un lado, la metodología en la toma de datos requiere estandarización y la aplicación de protocolos universales que permitan hacer comparaciones a dis­ tintos niveles, particularmente en cuanto a las categorías etnobotánicas empleadas, y por otro, la información obtenida de los informantes es incompleta, ya que fre­ cuentemente no se mencionan algunos de los factores socioeconómicos signii­ cativos que permitirían analizar patrones de utilización del uso de las plantas a es­ calas diferentes de las habituales. En este estudio se han solventado ambas limita­ ciones mediante el desarrollo de un pro­ tocolo de trabajo, que fue inicialmente probado con trabajo de campo prelimi­ nar y posteriormente ajustado para la toma deinitiva de datos 83,84. Los factores socioeconómicos y su correlación con el conocimiento etnobotánico 72 Durante los últimos 15 años ha existido gran interés por entender la inluencia de los factores socioeconómicos, culturales, ambientales y geográicos en el uso de las plantas, incluidas las palmas, a escala tanto local72,73,77,78,85 como regional10,86. En este estudio se realizó una toma detallada de datos socioeconómicos con todos los informantes, para entender cómo inciden en el conocimiento tradicional de las palmas (Paniagua­Zambrana et al. en preparación). De todos los factores evaluados, el género tiene la mayor inluencia en las tres ecorregiones, indicando que los hombres tienen un mayor conocimiento que las mujeres en todas las categorías de uso de palmas. Este patrón podría tener dos explicaciones diferentes en función de la geografía. En el caso de las tierras bajas (Amazonía y Chocó) puede estar relacionado con la mayor participación de los hombres en las actividades de re­ colección en el bosque, mientras que en los Andes podría deberse a que los hom­ bres tienden a trabajar más tiempo fuera de sus comunidades, lo que les permitiría adquirir un mayor conocimiento en rela­ ción con las mujeres que permanecen al cuidado de la familia. Como era de esperar, los informantes de mayor edad tienen un mayor cono­ cimiento que los jóvenes, aunque exis­ ten algunas excepciones. Esta tenden­ cia puede interpretarse de dos formas diferentes. Por una parte, podría estar relacionada con una pérdida del cono­ cimiento tradicional, como parece ser el caso en el Chocó, pero por otra, la adqui­ sición del conocimiento es un proceso de aprendizaje progresivo y creciente con la edad, como ocurre en la mayoría de las localidades amazónicas. Otro factor a tener en cuenta es la inluencia del nivel de educación esco­ larizada en el conocimiento tradicional. Se encontraron resultados dispares. En el sur de la Amazonía y el Chocó la ad­ quisición de educación formal tiene una inluencia positiva, pues las personas que acceden a ella tienden a valorar y a ad­ quirir más el conocimiento tradicional, 3 Usos de las palmas por poblaciones rurales pero en en norte de la Amazonía y los Andes sucede lo contrario. En general, las personas que hablan su idioma local y el español tienen un mayor conocimiento tradicional que las que solo hablan su lengua local. Esto parece indicar la existencia de dos pro­ cesos de aprendizaje complementarios: por un lado, el vinculado fuertemente al idioma local y en deinitiva a la familia y al aprendizaje desde edades tempranas, y por otro, el desarrollado a través del ac­ ceso a la escuela y/o a otras actividades fuera de la comunidad. La inluencia de la posesión de bienes materiales en el conocimiento tradicional de los informantes se presta a interpreta­ ciones diferentes. En las localidades del noroeste de la Amazonía los miembros de hogares con menos recursos econó­ micos tienen un mayor conocimiento, lo que indica una mayor dependencia de los recursos del bosque. Sin embargo, en la Amazonía sudoeste y en el Chocó se en­ contró un patrón opuesto, donde quienes más bienes materiales poseen son los que tienen más conocimiento, lo que en este caso se interpreta como un mayor interés por conocer los ambientes y recursos de sus alrededores. Estos resultados muestran que las con­ diciones socioeconómicas de los infor­ mantes tienen notable incidencia en los patrones de uso de las palmas a nivel local, sugiriendo la existencia de sistemas de co­ nocimiento tradicional altamente variables y dinámicos, por lo que hacer generaliza­ ciones acerca del poder predictivo de estos factores y su efecto en el conocimiento, no es tarea sencilla ni determinante. Finalmente, se pueden identiicar tres grandes niveles de relación entre los factores socioeconómicos y el conoci­ miento tradicional de los informantes: 1) género, edad, origen étnico, lugar de nacimiento y nivel de educación, impor­ tantes para entender los patrones en la utilización de las palmas, tendrían sig­ niicancia a nivel de los informantes10,77; 2) tamaño de la familia, integración en la economía de mercado, cantidad de bienes materiales que posee (animales domésticos, herramientas, medios de transporte) son importantes a nivel del hogar77,85; 3) el acceso a centros de co­ mercio y a servicios como salud, educa­ ción, electricidad, e incluso los sistemas de tenencia de la tierra y la propia his­ toria de los pueblos, tienen una mayor relevancia a nivel de la comunidad10,72. Importancia de las especies de palmas con mayor utilización potencial El uso de las palmas no responde al azar ya que existen una gran cantidad de es­ pecies y muchos usos compartidos entre grupos humanos, países y ecorregiones. En el noroeste de Suramérica las palmas se usan fundamentalmente para alimen­ tación humana, elaboración de utensilios y herramientas y construcción de casas, independientemente de la localización geográica y del grupo humano estu­ diado12 (Figura 3­15). Algunas especies de palmas de porte arbóreo tienen la mayor cantidad de usos porque viven en distintos ambientes y ti­ pos de bosque, ya que se adaptan a condi­ ciones ecológicas más amplias46. Además suelen ser más abundantes y frecuentes en los bosques, lo que potencialmente permite a los pobladores un mayor ac­ ceso al recurso51,58,70. Finalmente presen­ tan rasgos morfológicos distintivos entre los que destacan el mayor diámetro de los frutos y el mayor volumen de madera, lo 73 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA amazónica, los más importantes fue­ ron Astrocaryum, Attalea, Oenocarpus y Phytelephas, siendo la especie más so­ bresaliente Oenocarpus bataua (Figuras 3­16 y 3­17). En el Chocó, los géneros Attalea, Oenocarpus y Phytelephas fue­ ron los más signiicativos, pero la especie Iriartea deltoidea fue la más importante en el trabajo de campo y Cocos nucifera en la bibliografía. Por último, en los An­ des los géneros más sobresalientes fueron Ceroxylon, Oenocarpus y Parajubaea, y la especie Attalea princeps es la más impor­ tante en el trabajo de campo, mientras que Bactris gasipaes lo fue en la bibliogra­ fía. Ninguna de las especies mencionadas están amenazadas en la región, según los respectivos libros o listas rojas de los paí­ ses que siguen los criterios de la UICN. Figura 3-15. Entrevista realizada a un miembro de la comunidad ese eja de Palma Real, mostrando el arco y las puntas de lecha fabricadas con el tronco de Bactris gasipaes, Departamento de Madre de Dios, Perú (N. Paniagua-Zambrana) 74 que inluye en el número de usos poten­ ciales que se les puede dar (Cámara­Leret et al. en preparación). Estas especies so­ bresalientes tienen un papel fundamental en las estrategias de subsistencia de los distintos grupos humanos, particular­ mente los indígenas, y representan espe­ cies clave en sus respectivas culturas9,87,88. Entre las palmas más importantes compartidas por las tres ecorregiones se destacan cinco especies: Bactris gasipaes, Iriartea deltoidea, Oenocarpus bataua, O. minor y Socratea exorrhiza. Las tres primeras tienen una gran importancia relativa para la inmensa mayoría de los grupos humanos, junto con una notable abundancia en todas las ecorregiones y países. A nivel de género, en la ecorregión Figura 3-16. Canastas tejidas con las hojas tiernas de Attalea phalerata en la comundiad ese eja de Palma Real, Departamento de Madre de Dios. (N. Paniagua-Zambrana) 3 Usos de las palmas por poblaciones rurales Figura 3-17 Bases de canastos chácobo tejidos con las hojas tiernas de Astrocaryum aculeatum, Departamento de Beni, Bolivia (N. Paniagua-Zambrana) El conocimiento tradicional de las palmas como modelo de análisis de los derechos de propiedad intelectual de los pueblos En términos generales, el conocimiento tradicional se ha usado históricamente para el desarrollo de productos comer­ ciales y en particular para acelerar la bús­ queda de principios activos a partir de especies de uso medicinal89. Existe una creciente percepción de la necesidad de reconocer y compensar justamente a los poseedores de estos conocimientos tradi­ cionales que a su vez están asociados a los recursos genéticos90,91. Esta preocupación se ha traducido en la creación de una le­ gislación internacional en el marco de la Convención sobre Diversidad Biológica, como es el caso del Protocolo de Nagoya que busca promover el derecho de los pueblos al consentimiento informado previo y a la justa compensación cuando sus conocimientos tradicionales relacio­ nados con los recursos genéticos se utili­ zan para ines comerciales92. No obstante, existen muchas incógnitas teóricas, éticas y prácticas relacionadas con las políticas y los mecanismos que pretenden benei­ ciar a los dueños del conocimiento tra­ dicional93,94. Por ejemplo, en los casos donde el mismo conocimiento tradicio­ nal asociado a los recursos genéticos es compartido por varios grupos étnicos en varios países, el Artículo 11 del Proto­ colo de Nagoya establece la necesidad de la cooperación con las comunidades in­ dígenas y locales relevantes92, pero exis­ ten pocas iniciativas nacionales y escasa información etnobotánica comparativa que permita tener la información necesa­ ria para establecer los dominios geográi­ cos del conocimiento tradicional. Si bien las palmas no han sido una de las familias de plantas más estudiadas etnofarmacológicamente, quizás porque se pensaba que no ofrecían muchos usos medicinales, las revisiones bibliográicas recientes muestran que tienen un gran potencial en ese campo12,28,29 (Paniagua­ Zambrana et al. en preparación). Las pal­ mas son un grupo idóneo para analizar la distribución geográica del conocimiento tradicional ya que presentan: 1) utilidad en todas las categorías etnobotánicas, sobre todo en la de usos medicinales y veterinarios, 2) algunas de sus especies están ampliamente distribuidas mientras 75 3 Usos de las palmas por poblaciones rurales COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA que otras tienen rangos de distribución restringidos y 3) como ya se ha mencio­ nado, muchos de los pueblos del noroeste de Suramérica tienen un conocimiento único sobre sus usos. Estas condiciones permiten analizar el nivel de consenso en cuanto al conocimiento tradicional sobre palmas entre países, grupos huma­ nos, comunidades e individuos dentro de estas comunidades. Los resultados deri­ vados de los análisis a múltiples escalas tienen importantes implicaciones, pues proporcionan información necesaria para determinar el conocimiento com­ partido entre países, grupos humanos o comunidades, y el conocimiento único, y con ello evidenciar la complejidad de los patrones geográicos que actualmente no se contemplan en las políticas internacio­ nales relacionadas con los derechos de propiedad intelectual. El conocimiento tradicional sobre los usos medicinales de palmas que tienen potencial para el desarrollo de produc­ tos comerciales presenta un patrón in­ teresante en el noroeste de Suramérica. Muchos de esos usos no se comparten entre países, grupos humanos o distintos grupos indígenas (Cámara­Leret et al. 76 Figura 3-18 Las hojas nuevas de varias especies de Ceroxylon se usan en la construcción de castillos tradicionales que se erigen todos los años durante la iesta tradicional Camentsá de Klestrinyé, valle de Sibundoy, Andes colombianos. (R. Cámara-Leret) en preparación). Por el contrario, estu­ dios preliminares indican que el cono­ cimiento tradicional sobre los usos re­ lacionados con la alimentación humana está ampliamente compartido por los habitantes de la Amazonía, los Andes y el Chocó. A Figura 3-19 Falda de mujer ese eja confeccionada con las ibras de las hojas tiernas de Mauritia lexuosa, Departamento de Madre de Dios, Perú. El futuro del conocimiento tradicional de las palmas y su conservación El conocimiento tradicional sobre pal­ mas es el resultado de procesos histó­ ricos de transmisión, de acumulación de saberes y de adaptación de las po­ blaciones humanas a las condiciones cambiantes del noroeste suramericano. Una prueba de ello es que aún persiste una gran cantidad de tal conocimiento en todas las ecorregiones y muchos de los pueblos, especialmente los amazó­ nicos, que mantienen vivas sus cons­ trucciones tradicionales y sus rituales culturales, por motivos tanto materiales como espirituales (Figuras 3­18 y 3­19). Sin embargo, muchos de los usos de palmas que un día fueron habituales ya (N. Paniagua-Zambrana) no se practican en la actualidad. Esto se debe a varios motivos: por un lado, a la llegada de materiales industriales más fáciles de utilizar, aunque con un costo económico, y por otro, al cambio en la valoración del conocimiento tradicio­ nal. Esto conlleva que cada vez sea más frecuente la persistencia de este conoci­ miento pero no de la práctica del uso, dando lugar a una pérdida progresiva de tales saberes y a la consecuente erosión de las habilidades prácticas. El conocimiento tradicional es diná­ mico y está inluenciado por múltiples factores sociales y culturales, pero tam­ bién por variables históricas, económi­ cas y ecológicas. Es posible que en las próximas generaciones aumente el de­ sinterés de los jóvenes por la utilidad del conocimiento tradicional. No obstante, no se sabe si en las comunidades estu­ diadas habrá una erosión cultural de­ bido a las presiones de la economía de mercado. A su vez, será necesario eva­ luar el efecto de la llegada de escuelas y puestos de salud cargados con la cosmo­ visión occidental, en la persistencia del conocimiento tradicional. La transición hacia formas de asentamiento en torno a las escuelas, puestos de salud y mercados ha tenido repercusiones importantes en las relaciones sociales y en la conserva­ ción de las prácticas culturales de los pueblos, especialmente en la Amazonía y el Chocó. Por otro lado, no se han considerado suicientemente la necesidad de compati­ bilizar el desarrollo con la conservación de la diversidad biocultural ni los efectos que puedan tener los planes de desarrollo de infraestructuras para integrar comer­ cialmente las regiones más marginales, y que ya se vislumbran para el noroeste de Suramérica en las próximas décadas95. Además hay que tener en cuenta que el conocimiento tradicional puede erosio­ narse en períodos relativamente cortos96 y tendrá que irse adaptando a las nuevas necesidades y realidades, al igual que cambian las generaciones humanas. Tomando en cuenta lo anteriormente mencionado, las acciones encaminadas a conservar el conocimiento tradicional y promover el uso sostenible de las palmas no se pueden contemplar sin considerar las fuerzas exteriores y los procesos de cambio internos que viven las comuni­ dades. El conocimiento tradicional sobre los usos de la biodiversidad, así como las estrategias de manejo, son necesarios para la conservación de las tierras perte­ necientes a los pueblos indígenas y a las 77 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA colectividades afroamericanas y campe­ sinas. A su vez, este conocimiento está relacionado con las características intrín­ secas de los ecosistemas, los procesos de ordenamiento del territorio y de autono­ mía, al igual que con los planes de vida de estos pueblos. Por ello es necesario apoyar desde todos los sectores las acciones orientadas a fortalecer la relación de las comunida­ des con sus recursos y a desarrollar sus planes de vida de modo que contribuyan a implementar estrategias sostenibles. Tales acciones deben contemplar la cre­ ciente sedentarización de los modos de vida que ha tenido lugar en las últimas generaciones y que ha propiciado la in­ tensiicación de presiones sobre la bio­ diversidad, pero también la proyección demográica en el largo plazo que tiene importantes implicaciones en los recur­ sos y el bienestar local97. Finalmente, cabe mencionar que para poder actuar de uno u otro modo, es ne­ cesario tener en cuenta el punto de vista de las poblaciones locales y el aprovecha­ miento que hacen de sus recursos natu­ rales. La mejor manera de iniciar consiste en documentar eicientemente el cono­ cimiento tradicional, ya que es la herra­ mienta más importante para su conserva­ ción y desarrollo. De nuestra parte y una vez inalizado el trabajo etnobotánico, se elaboraron, en algunas de las comunidades indígenas y campesinas con las que hemos colaborado, libros destinados a restituir el conocimiento tradicional que aportaron los pobladores locales al proyecto PALMS y para contribuir a su conservación y di­ fusión local. En Bolivia se prepararon pu­ blicaciones para las etnias yuracaré98, chá­ cobo99, leco100,101 y campesinos del Beni102, y en Perú para los awajun103, ese eja104, lla­ quash105 y campesinos de Madre de Dios106. 3 Usos de las palmas por poblaciones rurales Decálogo de recomendaciones para una toma más precisa de datos etnobotánicos 1. Hacer un esfuerzo por colectar todas las palmas (plantas) e identiicarlas a nivel de especie para su correcta documentación botánica. Depositar las colecciones botánicas en los herbarios de los distintos países para su consulta posterior por cualquier investigador. 2. Escribir los nombres vernáculos con detalle e indicar siempre el idioma o lengua. Sería óptimo utilizar los criterios de escritura universal. 3. Tomar la información de los usos tan completa como sea posible, para permitir una clasiicación al menos a nivel de categoría y subcategoría. Anotar la parte de la palma empleada en cada uno de ellos. 4. Especiicar el grupo humano o el grupo étnico con el que se ha trabajado, ya sea indígena (mencionar la etnia), mestizo, afroamericano, colono u otro. 5. Obtener información geográica detallada del lugar de estudio, incluyendo tipos de bosque o de formaciones vegetales. Incluir esta información en todas las colecciones etnobotánicas. 78 6. En el caso de especies medicinales, anotar especíicamente la indicación terapéutica, la cantidad precisa de la parte de la planta a utilizar, el modo de preparación y la vía de administración. 7. Detallar con precisión la metodología que se ha empleado en la toma de datos, de tal modo que pueda ser replicable en otras regiones y a la vez comparable con otros estudios. 8. Explicar el criterio empleado para la selección de los informantes, su género, edad, etnicidad y cualquier otro factor socioeconómico que pueda ser relevante para entender los patrones de utilización de las plantas y palmas. 9. Ser muy respetuosos con todos los informantes, particularmente los indígenas, ya que el conocimiento tradicional tiene fuertes arraigos culturales y en ocasiones no es objeto de comunicación a personas extrañas a su ámbito. 10. Cumplir con los requisitos legales para la solicitud de permisos de trabajo en cada país y con las comunidades locales, como una forma de respeto a su cultura y sus tradiciones. 79 3 Usos de las palmas por poblaciones rurales COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA Referencias 1 80 Martius C.F.P. v. 1823–1850. 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Århus C, Dinamarca. * monicamoraes@ie-umsa.com a b Usos de palmas por los pueblos del noroeste suramericano El escenario en que se desarrollan los vínculos entre las comunidades humanas y el aprovechamiento que se hace de las palmas en la región tropical es biodiverso y rico en ecosistemas. Las comunidades humanas se han establecido desde las tie­ rras bajas de la Amazonía hasta las altas montañas andinas, pasando por las for­ maciones costeras del Chocó y el Caribe, hasta las zonas xéricas del Gran Chaco y las formaciones abiertas del Cerrado. Como fruto de una larga ocupación terri­ torial, los más de 100 pueblos indígenas, mestizos y afroamericanos asentados en esta región1 han desarrollado sus identi­ dades culturales fundamentadas en el re­ conocimiento de su entorno natural y los recursos disponibles2,3. Las palmas han desempeñado un papel primordial en la construcción de estas identidades, preci­ samente por la gran cantidad de recursos que brindan; la presencia de Astrocaryum vulgare, Acrocomia aculeata, Elaeis oleifera y Attalea speciosa es un indicador de yaci­ mientos arqueológicos en la Amazonía4,5. Del mismo modo, cuando se hallan plan­ tas de Bactris gasipaes en el bosque es un indicio de ocupación humana previa6,7. En algunos parajes del delta del Orinoco se encuentran poblaciones de Mauritia lexuosa que posiblemente son el resul­ tado de actividades comerciales de varios grupos indígenas de la región8. 87 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 88 Aunque en la región neotropical los conocimientos tradicionales y culturales sufren cambios y patrones de reemplazo —además de enfrentar varios procesos de destrucción de ambientes naturales— los productos de las palmas aún son muy rele­ vantes para las comunidades humanas que allí existen. A medida que la disponibili­ dad de recursos disminuye las comunida­ des deben adaptarse a esas nuevas y cam­ biantes realidades. Probablemente hace 30 años los ancestros del grupo chácobo en la región amazónica de Bolivia tenían mayor dependencia de las palmas que los pobladores actuales9, caso similar al de los huaorani en la Amazonía de Ecuador10. Ninguna otra familia de plantas pre­ senta tanta diversidad de usos para el hombre como ofrecen las palmas11,12. El número de productos que son elemen­ tales para la subsistencia humana proba­ blemente es mayor que el que se atribuye a cualquier otra familia de plantas13. Las palmas de la región neotropical son am­ pliamente utilizadas con varios propósi­ tos y la importancia de algunas categorías de sus usos varía según las regiones y es­ pecies14–21. Para muchos grupos indíge­ nas, migrantes (personas y familias que se trasladan desde regiones ecológicas mayormente andinas y de las montañas) y campesinos, las palmas son concebidas como “árbol de vida”. Muchas especies proveen alimento, materiales de cons­ trucción, ibras, medicinas, utensilios para cocinar, recolectar frutos, pescar y cazar6,22,23. Por ello, los productos cose­ chados de palmas permiten desde la sub­ sistencia familiar —especialmente tra­ tándose de grupos distantes a los centros de comercio y/o de bajos ingresos econó­ micos— hasta el desarrollo de activida­ des comerciales a mayor escala, que po­ sibilitan la venta e incluso la exportación de ciertos productos. Los grupos étnicos más aislados, por ejemplo, dependen más de los productos de las palmas que los campesinos migrantes24, aunque también se ha registrado lo contrario en Perú, donde los migrantes más aislados revela­ ron conocer más que los indígenas25. No obstante, sobre el uso de las pal­ mas existe un bajo nivel de documenta­ ción y se carece de un conocimiento ex­ haustivo11,26. Los conocimientos previos sobre el uso de las palmas americanas en etnomedicina se basan principalmente en la documentación etnobotánica y en estudios locales27,28. En la región del noroeste suramericano, la Amazonía es la ecorregión mejor documentada en la literatura etnobotánica en comparación con la región andina y el Chocó11,26. En este campo, Ecuador es el país mejor do­ cumentado y además el único que cuenta con un detallado catálogo de plantas útiles29. Colombia presenta las mayores brechas de información en la literatura, mientras en Perú y Bolivia estos vacíos son moderados, con mayor información para la Amazonía que para los Andes30. En el Neotrópico se conocen 730 es­ pecies de palmas y entre los cuatro países estudiados se estima que son 336 (ver apéndice en este libro). Aproximada­ mente el 63 % de las especies nativas de la región se usa para 2395 propósitos11. La mayoría de las especies se aprovechan como materia prima destinada para ali­ mento humano, bebidas y aceites, y luego para herramientas y utensilios emplea­ dos en diferentes actividades domésticas, como la caza y la pesca; inalmente son relevantes los materiales utilizados en la construcción de viviendas, especialmente en el techado31. En la región central de los Andes —por encima de los 1000 m de altitud— se encuentran 24 géneros y 110 especies de palmas. Los usos más re­ presentativos corresponden a alimentos 4 Palmas útiles de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú (incluyendo frutos, palmito, semillas y aceites) con 16 géneros (71 % del total), siguen los materiales de construcción y luego los utensilios, mientras que 16 gé­ neros (66 %) se aprovechan como fuente de medicinas, combustible y para usos culturales y ambientales17. Varios ejemplos han demostrado que las palmas también son útiles y ventajosas para el establecimiento de sistemas agro­ forestales32,33. Estas palmas arbóreas gene­ ran menor cobertura de sombra que otras especies y así permiten que otros cultivos crezcan incluso bajo patrones de elevada densidad34. Además de ser fuente directa de consumo, pueden estabilizar el suelo por su denso sistema de raíces, aunque sea supericial35, y participar en la recupe­ ración de nutrientes del suelo profundo36. Con la información bibliográica de los países en la región, el patrón repre­ sentado de palmas útiles varía de 67 a 87 % entre Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú (Tabla 4­1). La tendencia general a nivel regional es que las especies utili­ zadas como material para construcción repuntan en los cuatro países (con 176 especies), les siguen las que se utilizan para alimento humano (157) y aquellas destinadas a la elaboración de utensilios y herramientas (146), mientras que las demás categorías incluyen hasta 134 es­ pecies útiles. Partes de palmas utilizadas y categorías de uso La fuente más importante de materia prima de palmas constituyen los troncos, hojas y frutos, pero prácticamente todas las partes (incluidas las raíces, semillas y ibras) suelen tener algún uso, aunque no necesariamente de la misma especie de palma, pues hay algunas de las que solo se cosecha un recurso como las ho­ jas de jatata (Geonoma deversa) o de ira­ pay (Lepidocaryum tenue). Los troncos o Tabla 4-1. Número de especies de palmas nativas útiles de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú con base en categorías de uso Total Flora de palmas 336 Palmas útiles Bolivia Colombia Ecuador Perú 88 246 141 148 224 77 166 104 114 Alimentación animal 66 36 50 35 41 Alimentación humana 157 62 112 77 90 69 36 50 40 45 Ambiental Combustible 36 22 28 23 26 Construcción 176 64 142 94 100 Cultural 134 61 104 70 85 82 48 67 49 61 Medicinal y veterinario Tóxico Utensilios y herramientas Otros usos 1 0 1 1 0 146 55 123 83 85 83 48 58 46 60 89 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 90 tallos se utilizan principalmente en la es­ tructura de casas y en pisos, cercas, mue­ bles y herramientas. Las hojas maduras se emplean sobre todo para techar viviendas y las hojas jóvenes para la decoración per­ sonal así como en la elaboración de cestas, abanicos y muchos otros objetos; de las yemas foliares se obtiene el palmito; los frutos y semillas sirven como alimentos; las raíces y aceites extraídos de los frutos se usan como medicamentos; y con las se­ millas o endocarpios tallados se elaboran anillos, collares, pendientes y pulseras. Por ejemplo en Colombia las partes de las palmas que ofrecen un mayor número de usos son el tallo (60 usos, 11 subcate­ gorías y 47 especies), la hoja o partes de la hoja (44 usos, 17 subcategorías, 48 espe­ cies) y los frutos o partes de ellos (38 usos, 18 subcategorías, 47 especies). Las especies con mayor número de partes usadas son Oenocarpus bataua (12), Bactris gasipaes (10), Astrocaryum chambira (9) y Euterpe precatoria (8)37. En el caso de Bolivia el 33 % de la materia prima es cosechada de las hojas, el 32 % de los frutos, el 24 % del tronco, el 7 % de las raíces y el 4 % de las inlorescencias, y entre las especies más importantes cuyo aprovechamiento in­ cluye el uso de varias partes de la planta se encuentran Attalea princeps y Oenocarpus bataua, seguidas por Acrocomia totai, Astrocaryum gratum, Attalea blepharopus, Bactris gasipaes, Copernicia alba, Euterpe precatoria, Iriartea deltoidea y Socratea exorrhiza21. A continuación se ofrece una actuali­ zación de los datos presentados en Macía et al.11 sobre las palmas útiles de la región que se encuentran en diferentes tipos de bosques y otros ecosistemas del noroeste suramericano: laderas andinas, cuenca amazónica y tierras bajas del Chocó. La actualización incluye nuevos datos do­ cumentados con base en entrevistas de campo y colecciones realizadas por el proyecto PALMS, así como en Bernal y Galeano38 y Valencia et al.20. La infor­ mación sobre los usos que se dan a las palmas fue clasiicada por el grupo de trabajo WP3 en 10 categorías y 56 sub­ categorías39. La clasiicación se basa en la propuesta de Cook40, con algunas modi­ icaciones planteadas por Macía et al.11 para adaptarla a las regiones tropicales. En el apéndice de este libro (Listado de palmas existentes en Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú) se incluyen los usos que la gente da a las palmas nativas de la región con el detalle de cada una de las categorías que fueron consideradas en el capítulo sobre etnobotánica. Categorías de uso de palmas Alimentación animal No se ha considerado la posible alimen­ tación de la fauna silvestre con partes de palmas porque la lista sería demasiado exhaustiva. Únicamente se tomaron en cuenta aquellas especies atrayentes para al­ gunos animales que luego son cazados, que se usan como forraje o de las que se extrae carnada para pescar. Son pocas las palmas que se utilizan para alimentación animal aunque existen ejemplos en la Amazonía ecuatoriana durante la fructiicación de la chambira (Astrocaryum chambira): los cazadores achuar visitan esta palma para cazar la guatusa (Dasyprocta fuliginosa) y el pecarí (Tayassu pecari), habituales con­ sumidores de los frutos. Un uso extendido por toda la Amazo­ nía es el de las larvas de Rhynchophorum palmarum que crecen en los tallos de palmas en descomposición y se emplean como cebo de pesca. También hay espe­ cies que de las que se extrae forraje para 4 Palmas útiles de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú el ganado, como Acrocomia totai cuyas hojas tiernas sirven para alimentar a ca­ ballos41; de Astrocaryum standleyanum y Elaeis guineensis los frutos enteros se emplean como alimento para marranos y gallinas en el Chocó colombiano. Alimentación humana Para la mayoría de los pueblos amazóni­ cos las palmas constituyen una parte im­ portante de su dieta. En algunas ciudades se consumen productos de palmito (en­ latado o fresco) de Bactris gasipaes pro­ cedentes principalmente de cultivos, y de Euterpe precatoria extraídos sobre todo de poblaciones silvestres. En las comunidades rurales se co­ sechan los frutos que en algunos casos se producen en temporadas cortas y en otros durante extensos períodos a lo largo del año. Entre estos frutos comes­ tibles se encuentran los de varias espe­ cies de Aiphanes, Astrocaryum, Attalea, Bactris y Chelyocarpus. Mauritia lexuosa es una fuente natural de vitamina A42 (Figura 4­1), lo mismo que Aiphanes horrida43. Oenocarpus bataua tiene un contenido en proteínas comparable al de los animales y es mejor que la mayoría de los cereales y leguminosas43, mien­ tras que los frutos de Euterpe oleracea y E. precatoria contienen antioxidantes y son fuente de vitamina A, calcio y hie­ rro44–46. Algunas especies son fuente de semillas comestibles, como por ejemplo Allagoptera leucocalyx, Attalea eichleri, Parajubaea torallyi, al igual que varias especies de Phytelephas y Syagrus16. Tam­ bién se aprovecha el endospermo inma­ duro de Manicaria saccifera y varias espe­ cies de Phytelephas. En el caso del motacú (Attalea princeps), en varias regiones de Bolivia se consume el mesocarpio que es muy dulce y aceitoso16,47 (Figura 4­2). Figura 4-1. Mercado de Puerto Maldonado (SE Perú) donde se comercializan frutos de aguaje, moriche o palma real, Mauritia lexuosa. (M. Moraes R.) Figura 4-2. Frutos maduros de motacú (Attalea princeps), cosechados en las montañas de los Yungas de La Paz (Bolivia), junto a otros productos comercializados en la zona. (M. Moraes R.) El aceite que se extrae del mesocar­ pio y de las semillas de las palmas es un producto utilizado principalmente para la alimentación. Algunas de las palmas 91 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 92 productoras de aceite son Acrocomia totai, Bactris gasipaes, Elaeis oleifera, Mauritia lexuosa y varias especies de los géneros Attalea, Astrocaryum, Euterpe y Oenocarpus. En Bolivia y Colombia se ha reportado que el aceite extraído de los frutos de Oenocarpus bataua es rico en alfa­tocoferol48,49. Por su alto contenido en ácidos oleico y láurico, el aceite de motacú (Attalea princeps) es recomenda­ ble para el consumo humano50. Para la preparación de refrescos y helados se utiliza la pulpa de los frutos maduros (crudos o cocidos) de Bactris guineensis, B. major, Euterpe oleracea, E. precatoria y Mauritia lexuosa. También se consumen bebidas frías a partir de la cocción de frutos de Euterpe precatoria, Oenocarpus bataua y Oenocarpus minor, entre otras. Las bebidas preparadas con las dos últimas especies tienen un sabor a chocolate con leche y por eso en Boli­ via se las conoce como “leche de majo” o “de majillo” respectivamente21. En al­ gunos casos se elaboran además bebidas fermentadas, como chicha de Bactris gasipaes, vinos de Euterpe precatoria y Mauritia lexuosa, al igual que de varias especies de Attalea. Con la savia de algunas palmas tam­ bién se preparan bebidas alcohólicas. En Colombia se extrae la secreción de las inlorescencias de Attalea butyracea para producir vino de palma y este es conside­ rado de gran potencial para la produc­ ción de azúcar51,52. Antes también en las tierras bajas de Bolivia se extraía la savia de totaí (Acrocomia totai) pero ya no es vigente esa práctica41. En cuanto al palmito, los poblado­ res locales de la región aprovechan y comercializan los meristemos apicales de Bactris gasipaes, Euterpe oleracea, E. precatoria y Prestoea acuminata. Con la disminución de rodales de E. precatoria en varios países, se ha ido incrementando paulatinamente la supericie de cultivos de Bactris gasipaes17. Actualmente la ma­ yor parte del palmito enlatado proviene de plantaciones de esa especie, pero también se produce a escala industrial a partir de Euterpe oleracea que es una palma cespitosa53. Algunas comunidades humanas cosechan de forma ocasional el palmito de otras especies como Attalea princeps, Dictyocaryum lamarckianum y Welia regia, entre otras. Antes de la llegada del comercio a las comunidades indígenas amazónicas, las palmas iguraban como un recurso importante en la provisión de sal para la alimentación. Aunque es una práctica menos frecuente, todavía existe en la ac­ tualidad y entre las especies más habitual­ mente usadas por los pueblos amazónicos en Colombia iguran Attalea maripa y Oenocarpus bataua. En el Chocó colom­ biano las mujeres emberá mantienen el fruto de Astrocaryum standleyanum poco masticado en los cachetes por tres días para “curar” la boca antes de masti­ car maíz, para que la chicha salga dulce. De igual manera, antiguamente en la Amazonía colombiana se daban lores de Chamaedorea pinnatifrons a las niñas tikuna para curar la boca antes de prepa­ rar chicha. Ambiental Aunque en la mayor parte de los cua­ tro países de la región se cultivan muchas especies de palmas exóticas, se han gene­ rado varios esfuerzos para promover el uso ornamental de las palmas nativas en las ciudades y jardines. En los relevamien­ tos realizados y publicaciones recientes se han encontrado 27 especies ornamenta­ les20,21,54, entre ellas Allagoptera leucocalyx, Ceroxylon quindiuense, Copernicia alba, 4 Palmas útiles de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú Parajubaea spp., Syagrus sancona y Trithrinax schizophylla. En Colombia, por ejemplo, hay más de 100 especies con potencial ornamen­ tal que las hace adecuadas para contri­ buir al paisajismo urbano55. Además en este país se elaboran arreglos lorales con las hojas de Geonoma orbignyana56. En Bolivia, con base en experiencias de rege­ neración de palmas a partir de semillas, se considera que hay más de 20 especies con posibilidades ornamentales57. Las palmas que tienen diversas apli­ caciones agroforestales incluyen a Attalea spp., Bactris gasipaes, Ceroxylon spp., entre otras58. También se las utiliza para delimitar propiedades, como es el caso de Copernicia alba en Bolivia y Syagrus sancona en los demás países. usadas se hallan Astrocaryum spp., Bactris gasipaes, Ceroxylon spp., Dictyocaryum lamarckianum, Iriartea deltoidea (Fi­ gura 4­3), Iriartella setigera, Oenocarpus bataua, Socratea exorrhiza, S. rostrata, Welia regia, Wettinia spp.). Los troncos de Copernicia alba, Iriartea deltoidea y Socratea exorrhiza, cortados longitudi­ nalmente y aplastados, se utilizan para armar los pisos, las paredes y los desagües de viviendas16. En algunos casos se fabri­ can piezas de parqué con los troncos de Iriartea deltoidea y Astrocaryum gratum21. Combustible El aceite extraído de varias especies (Attalea spp., Euterpe spp., Oenocarpus spp.) es empleado ocasionalmente como combustible para lámparas en la región del oeste suramericano. El tronco de las especies arbóreas de mayor tamaño, es­ pecialmente Iriartea deltoidea, se usa ampliamente como leña23. Las brácteas pedunculares y frutos secos sirven como leña para hornos y hogueras. Las hojas secas de varias especies de palmas se uti­ lizan como iniciadores del fuego y para impermeabilizar embarcaciones. Moreno & Moreno59 han mencionado el potencial de los frutos de Attalea speciosa para la fa­ bricación de carbón activado en Bolivia. Construcción Por su dureza y durabilidad, los troncos de algunas palmas sirven como vigas y horcones en la construcción de vivien­ das y refugios. Entre las especies más Figura 4-3. Uso cofán de iriartea deltoidea para techar cocinas, río Aguarico, Sucumbíos (Ecuador). (R. Cámara-Leret) Los troncos de las especies de gran tamaño como Iriartea deltoidea, Socratea rostrata y Wettinia quinaria se utilizan como postes para el alumbrado y ten­ dido eléctricos, así como para soporte de las plantas que producen lores y bana­ nas para la exportación60. En Bolivia los troncos de Copernicia alba sirven como postes de alumbrado público, en las zo­ nas tanto rurales como urbanas16. Con la porción ensanchada de los troncos de Iriartea deltoidea se tallaban canoas en Colombia y Ecuador. Con una amplia variedad en calidad y duración, las hojas de las palmas, ya 93 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA sean enteras, partidas, trenzadas o super­ puestas, son utilizadas para el techado de viviendas, especialmente en la Amazo­ nía y en el Chocó20,61,62. Estos materiales aportan ventajas en climas cálidos y hú­ medos, ya que el techo de palma brinda protección contra las lluvias y ventilación contra las altas temperaturas. El techo de Sabal mauritiiformis puede durar 50 años. En Bolivia el techo de la jatata (Geonoma deversa) puede durar 18–25 años, el de Phytelephas tenuicaulis 18 y el de Euterpe precatoria 1463,64. Numerosas palmas se utilizan para fabricar techos, entre ellas: Attalea butyracea, Chelyocarpus chuco, Copernicia tectorum, Euterpe longivaginata, Geonoma macrostachys, Hyospathe elegans, Iriartea deltoidea, Lepidocaryum tenue (Figura 4­4), Manicaria saccifera, Mauritia lexuosa, M. carana, Pholidostachys dactyloides y Welia regia. Ocasionalmente las hojas de algunas especies (Geonoma deversa, G. macrostachys, Phytelephas spp.) ya trenzadas en piezas o paños se usan para los techados de diversas construccio­ nes. En Bolivia las hojas palmadas de Chelyocarpus chuco sirven para parchar los techos dañados63,64. 94 Figura 4-4. Uso macuna de Lepidocaryum tenue para techar malocas, río Apaporis, Vaupés (Colombia). (R. Cámara-Leret) Cultural Al ser parte de la manifestación cultural de los pueblos, la producción artesanal está a menudo relacionada con la acti­ vidad turística. Entre las palmas utili­ zadas con este in iguran Astrocaryum spp., Attalea spp., Copernicia alba, C. tectorum, Mauritia lexuosa y Trithrinax schizophylla. Muchas comunidades lo­ cales tallan el endocarpio de varias es­ pecies de Astrocaryum y Bactris para elaborar diversos objetos como colla­ res, adornos y llaveros que también son confeccionados con maril vege­ tal (Ammandra decasperma, Aphandra natalia, Phytelephas spp.). También a partir de semillas de muchas especies de palmas como Astrocaryum spp., Euterpe spp., Socratea exorrhiza, Syagrus sancona, Wettinia quinaria se elaboran collares, anillos y múltiples adornos. En el pasado, las semillas de Phytelephas aequatorialis y P. macrocarpa eran talladas para la confección de boto­ nes en Ecuador y Colombia65 y todavía es un ítem de productos no maderables muy importante en el oeste ecuatoriano66. Instrumentos musicales como la ma­ rimba del Chocó colombiano y ecuato­ riano se fabrican principalmente con la madera de pambil (Iriartea deltoidea) y la guacharaca del Caribe se sigue cons­ truyendo en la actualidad con los tallos de Bactris brongniartii y B. guineensis38,67. Otro instrumento de viento, el bajón chiquitano, se elabora con hojas tier­ nas enrolladas de cusi (Attalea speciosa) en Bolivia21. En Perú la lauta peruana se fabrica con las hojas del palmiche (Hyospathe elegans). El aceite extraído de los frutos de Attalea spp., Euterpe spp. y Oenocarpus spp. se usa como cosmético. En Bolivia siete especies son aprovechadas por sus 4 Palmas útiles de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú aplicaciones en este campo: Acrocomia totai, Astrocaryum aculeatum, Attalea blepharopus, A. princeps, A. speciosa, Euterpe precatoria y Oenocarpus bataua21. En Ecuador los tsáchila utilizan un tinte de tejidos proveniente de hojas maceradas de Synechanthus warscewiczianus y también se tiñe con hojas de Geonoma undata15. En poblaciones amazónicas de Ecua­ dor y Colombia se organiza una iesta anual para celebrar el período de fructii­ cación de Bactris gasipaes2,23,60. Según las tradiciones andinas en Bolivia, las semi­ llas de Iriartea deltoidea se mezclan con conites, plantas medicinales y objetos de diversos materiales en rituales y ofren­ das para la buena suerte16. En el oeste suramericano las hojas nuevas de varias especies de Ceroxylon se utilizan para el Domingo de Ramos, una celebración católica. También se emplean para cons­ truir castillos rituales durante el carnaval inga y camsá, en los Andes de Colombia (Cámara­Leret et al. en preparación). Para algunos grupos indígenas de Na­ riño (Colombia), el palmito de Prestoea acuminata es parte de la dieta durante las celebraciones de la Pascua. Medicinal y veterinario Sosnowska y Balslev28 encontraron 106 especies americanas de palmas conocidas por sus usos medicinales que van desde tratamientos para la diabetes y la leish­ maniasis hasta la hiperplasia prostática. Por ejemplo, Serenoa repens y Roystonea regia son fuente de medicamentos que ya han sido aprobados por sociedades médicas28. De las aplicaciones medici­ nales mayormente derivadas de aceites (Attalea princeps, A. speciosa) y raíces de palmas (Euterpe precatoria) —aun­ que también se usan los frutos, cogollos y cenizas de hojas e inlorescencias— se encuentran ejemplos relevantes en cada región. Con estos ines se utilizan, entre otras, las siguientes especies: Acrocomia aculeata, A. totai, Attalea spp., Bactris gasipaes, Elaeis oleifera, Euterpe spp., Mauritia lexuosa, Oenocarpus bataua, O. minor y Socratea exorrhiza. Los curanderos tsáchila de Ecuador usan al menos nueve especies de palmas para tratar más de 20 afecciones, como asma, dolores musculares y de huesos, y problemas de corazón60. En Colombia se registraron 26 aplicaciones para 29 es­ pecies de palmas. Se las usa para tratar infecciones e infestaciones (antipalúdico, antihelmíntico, contra piojos), como an­ tídotos contra mordeduras de serpientes y para aliviar afecciones respiratorias37. En Bolivia se emplean 23 especies de pal­ mas medicinales para tratar problemas estomacales y dolores en varios sistemas del cuerpo, como antiparasitarios, antife­ brífugos, antiofídicos, calmantes y contra picaduras de insectos21. Tóxico Los usos de palmas como plantas tóxi­ cas son poco habituales y solamente se ha documentado que algunos cazadores afrocolombianos en el Chocó consideran que el palmito de Wettinia quinaria es tó­ xico y lo utilizan para cazar: lo parten y lo colocan en la madriguera de la guagua (Cuniculus paca) porque se dice que esta al comerlo, muere. Utensilios y herramientas Las palmas se usan para confeccionar una gran cantidad de objetos de uso doméstico en la Amazonía, en los An­ des y en el Chocó. Se elaboran bolsas para transporte de distinto tipo de ob­ jetos (shigras), canastos con múltiples 95 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA funcionalidades (incluso con ines temporales o de un solo uso), esteras, sombreros, abanicos o aventadores, ha­ macas, muebles y escobas, entre mu­ chos otros (Figura 4­5). En las distintas regiones del noroeste de Suramérica existen especies sobresalientes que cu­ bren estas necesidades. Por ejemplo, en la Amazonía, desde Colombia hasta Perú, Astrocaryum chambira es amplia­ mente utilizada y de ella se obtiene una ibra a partir de sus hojas sin abrir (ho­ jas jóvenes), con la que se confeccionan objetos de uso cotidiano de gran cali­ dad, muchos de ellos comercializados a mayor escala (hamacas y bolsas)23,68–70. 4 Palmas útiles de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú Asimismo se usa la ibra de Astrocaryum standleyanum, especie destacada en la zona de la costa húmeda de Colombia, con la que se elaboran hamacas, este­ ras y forrado de muebles tanto para uso cotidiano como para comercialización que aporta importantes beneicios a las familias que lo trabajan12,71. Al sur de la región estudiada (Bolivia y Perú), las hojas tiernas de Attalea princeps se em­ plean ampliamente para confeccionar múltiples objetos como escobas, aba­ nicos, distintos tipos de canastos con inalidades que van desde nidos en ga­ llineros hasta el almacenamiento de la cosecha y las semillas de un año a otro72. A Se elaboran escobas a partir del pecíolo de las hojas de algunas especies de pal­ mas, entre ellas Allagoptera leucocalyx, Attalea spp. y Cryosophila kalbreyeri. Las raíces fúlcreas espinosas de Socratea exorrhiza se usan habitualmente como ralladores de yuca en la preparación de comidas. En los Andes de Colombia y Ecuador las pinnas de las hojas jóvenes apicales (de color amarillo) de Ceroxylon ventricosum se emplean para la confec­ ción de esteras, mientras que en Boli­ via las hojas de Parajubaea sunkha y P. torallyi sirven para tejer canastos, abani­ cos y distintos tipos de sogas73, así como para elaborar las muñecas de sunkha (Figura 4­6)21. B insignis y eventualmente de tallos duros de otras especies (Bactris spp. o Aiphanes ulei). En los cuatro países estudiados se comercializan habitualmente réplicas de estas herramientas como recuerdos para los turistas. También se emplea amplia­ mente la ibra de Astrocaryum chambira para elaborar redes de pesca. Asimismo los troncos de las especies arbóreas, cuando se trata de individuos juveniles, o el de otras de menor talla y con tronco duro, se emplean como arpones y lanzas improvisados en las cacerías. Las hojas de las especies de lámina entera (Geonoma spp. y en menor medida Bactris spp.) se suelen utilizar para envolver objetos, ali­ mentos y enseres. Por el patrón jaspeado de sus ibras. los troncos de Astrocaryum gratum, Iriartea deltoidea y Socratea exorrhiza son cotizados en ebanistería y para la in­ dustria de muebles21. De varias especies se utilizan los troncos para la construc­ ción de cajones, muebles y otros. Otros usos C 96 Figura 4-5. Utensilios domésticos. A) Upu: recipiente fabricado por los yuracaré con la base foliar de Iriartea deltoidea y utilizado como utensilio de cocina en Río Isiboro (Cochabamba, Bolivia). B) Mujer chácobo de Alto Ivon (Beni, Bolivia) tejiendo las fibras de la hoja tierna de Astrocaryum aculeatum para elaborar una “chichama” (canasto). C) Abanicos cocama tejidos con la fibra de la hoja tierna de Astrocaryum huaimi: dos tipos de tejido que asemejan la disposición de las escamas de dos peces del río Amazonas (Río Samiria, Loreto, Perú). (N. Paniagua-Zambrana) Figura 4-6. Muñecas de la ibra de sunkha (Parajubaea sunkha) de Vallegrande (Santa Cruz, Bolivia). (M. Moraes R.) A nivel regional y aunque ha dismi­ nuido enormemente el uso de herramien­ tas tradicionales para la caza y pesca, aún se fabrican arcos y puntas de lecha con el tallo de Bactris gasipaes. Para la con­ fección de cerbatanas se usa el tallo de distintas especies arbóreas como Bactris gasipaes, Iriartea deltoidea o Wettinia maynensis. Los dardos o lechas utiliza­ dos con la cerbatana se elaboran a par­ tir de los pecíolos de Attalea maripa, A. Un uso indirecto de las palmas es el con­ sumo como alimento de la larva del es­ carabajo Rhynchophorus palmarum que se desarrolla en troncos en descomposi­ ción de varias especies, como Mauritia lexuosa, Iriartea deltoidea y Oenocarpus bataua (Figura 4­7). Esta larva es rica en ácidos grasos y muy apreciada en las comunidades indígenas, especialmente de la región amazónica, como un com­ plemento proteico para su dieta y por sus aplicaciones medicinales. Las larvas se comercializan ampliamente en los prin­ cipales mercados amazónicos como Iqui­ tos (Perú) y Puerto Francisco de Orellana (Ecuador), así como en algunas comuni­ dades amazónicas de Bolivia. 97 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA aplicaciones (alimenticio, construcción, cultural, etc.). Como un patrón común en la región, Bactris gasipaes, Euterpe precatoria, Iriartea deltoidea, Mauritia lexuosa y Oenocarpus bataua ofrecen una amplia gama de usos. Acrocomia totai fue anteriormente utilizada para multipropósitos en Bolivia41 y en Perú Aphandra natalia es usada de 24 formas diferentes74. Figura 4-7. Larvas de Rhynchosphorus palmarum que crecen en el tronco de Mauritia lexuosa y son muy apetecidas en las comunidades del río Amazonas (Loreto, Perú). (N. Paniagua-Zambrana) Palmas multipropósito Algunas especies de palmas son recono­ cidas por sus múltiples usos (multipro­ pósito) que incluyen varias categorías y 98 Las palmas útiles son un elemento clave para la supervivencia de las poblaciones humanas en la Amazonía, la selva del Chocó y los Andes, ya que proporcionan alimentos, medicinas y materia prima para la construcción de viviendas y todo tipo de herramientas. Todos los usos, propiedades y derivados de las palmas nativas en la región es parte importante de la gran herencia de los pueblos y sería la base para implementar iniciativas pro­ ductivas en que el concepto moderno de desarrollo no sea contrario a la conser­ vación. La utilidad de las palmas es más pronunciada en los bosques tropicales de tierras bajas, como en la Amazonía y el Chocó, pues los pueblos mantienen aún arraigadas las tradiciones de uso. Estas costumbres de alguna manera son pau­ latinamente incorporadas a sistemas de manejo y producción a mayor escala. 4 Palmas útiles de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú Referencias 1 Lewis, M.P., G.F. Simons & C.D. Fennig. 2013. Ethnologue: languages of the world. 17a edición. Summer Institute of Linguistic International, Texas. (www. ethnologue.com) 2 Schultes, R.E. 1974. Palms and religion in the Northwest Amazon. Principes 18: 3–21. 3 Balée, W. 1988. Indigenous adaptation to Amazonian palm forests. 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Caso 1: Palmeras nativas de Bolivia usadas para decoración en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra. en M. Moraes R. (ed.), Palmeras útiles de Bolivia – Las especies mayormente aprovechadas para diferentes ines y aplicaciones. Herbario Nacional de Bolivia/Universidad Mayor de San Andrés/Plural Editores, La Paz. 58 Bernal, R., M.C. Torres, N. García, C. Isaza, J.A. Navarro­López, M.I. Vallejo, G. Galeano & H. Balslev. 2014. Este libro. 6. Sostenibilidad de la cosecha de palmas. 101 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 102 59 Moreno, L.R. & O.I. Moreno. 2006. Colecciones de las palmeras de Bolivia. Palmae-Arecaceae. Editorial Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN), Santa Cruz de La Sierra, Bolivia. 60 de la Torre, L. & R. Valencia. 2013. Legislación: de la teoría a la práctica. Pp. 45–54 en R. Valencia, R. Montúfar, H. Navarrete & H. Balslev (eds.), Palmas ecuatorianas: biología y uso sostenible. 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Berlin, Alemania. * mweigned@uni-bonn.de a Las palmas son ampliamente utilizadas en el noroccidente suramericano1–4. En Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia se reporta un gran número tanto de espe­ cies útiles (140) como de usos actuales (2262)5. Se trata de un grupo altamente apreciado ya que provee gran variedad de materias primas fundamentales para la subsistencia de las poblaciones locales en toda la región. Los productos provenien­ tes de las palmas son comercializados a diferentes niveles y escalas6. En este es­ tudio se pretende cuantiicar en térmi­ nos económicos las palmas nativas de la región con importancia comercial, to­ mando como base datos de abundancia y productividad. Se señalan los diferentes tipos y niveles de comercialización para los productos de palmas más relevantes, en función de la compra, la venta, las prác­ ticas de mercado y las cadenas de valor de seis principales categorías de productos: 103 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA madera, palmito, material para techado, ibra, frutos y semillas. Se presentan así las perspectivas de la comercialización de las palmas, considerando la abundancia del recurso, el panorama económico y su sostenibilidad en la región. Se crearon va­ rias bases de datos que incluyen informa­ ción sobre la abundancia local de ciertas especies con importancia económica y el valor del recurso y de la cosecha sosteni­ ble, así como datos relativos a las cadenas de valor, a los mercados en varios sitios y a aspectos normativos. La integración de estos distintos tipos de información per­ mitió una mejor comprensión de las ac­ tividades comerciales y sus expectativas al igual que de las implicaciones de una economía de mercado en las poblaciones de palmas nativas. La comparación de los diversos tipos de datos ha permitido trazar, por lo menos a grandes rasgos, el nivel de comercialización actual y sus vínculos con la sostenibilidad y las ca­ denas de valor. A un nivel básico, se ha intentado responder a la pregunta ¿qué valor comercial se puede otorgar a las po­ blaciones de palmas silvestres teniendo en cuenta también los niveles sostenibles en la extracción? Palmas maderables 104 La madera de las palmas es utilizada re­ gularmente en la región, siendo Bactris gasipaes, Iriartea deltoidea, Socratea exorrhiza, Wettinia quinaria y Euterpe spp. las especies y género con mayor im­ portancia en esta categoría6–9. Los tron­ cos se usan como pilares, vigas, ripas o tablillas en la construcción de cercas, pisos, paredes y otras estructuras de las casas, además de ser empleados para la fabricación de artesanías, muebles y en­ tarimado (Figura 5­1 A–C6,10). Abundancia: Los datos de abundan­ cia indican que las palmas maderables si­ guen siendo abundantes11, a pesar de que en algunas áreas las poblaciones silvestres se encuentran reducidas, v. gr. Iriartea deltoidea en Ecuador (Santo Domingo de los Tsáchilas y San Miguel de los Ban­ cos, Pichincha12,13) y diversas especies del género Wettinia en Colombia (San José del Palmar14). En la Amazonía y la zona costera de Ecuador las densidades de I. deltoidea oscilan entre 4 y 168 tallos ma­ duros/ha (tallo maduro = DAP > 10 cm) y las de W. quinaria en los bosques del Chocó entre 4 y 192 tallos maduros/ ha13,15,16. El promedio de individuos adul­ tos17 (v. gr. individuos que han alcanzado la madurez reproductiva) por hectárea es bastante variable entre localidades de los cuatro países18, v. gr. de 9 (Colombia) a 45 (Bolivia) individuos adultos/ha de I. deltoidea, de 4 (Ecuador) a 20 (Colom­ bia) de W. quinaria y de 2 (Colombia) a 9 (Ecuador) o 30 (Bolivia) de Socratea exorrhiza. Valor de la cosecha en pie: Las muy variables densidades de tallos madu­ ros de Iriartea deltoidea mencionados anteriormente tienen un valor econó­ mico de 40–1920 USD/ha si se extraen solamente como materia prima (ganan­ cia del propietario por tallo: ~ 10 USD), pero el valor asciende a 248 o inclusive a más de 10 000 USD/ha si los troncos son procesados de algún modo (venta a la industria de la loricultura: 62 USD por tablillas elaboradas a partir de un tallo). El valor de la cosecha en pie es pues eco­ nómicamente signiicativo. Valor de la cosecha sostenible: Va­ lores de los niveles de cosecha sosteni­ ble discutidos en la literatura sugieren por ejemplo como criterio guía que los individuos de Iriartea menores de 20 años no deben ser cosechados12,15,18–20. 5 Comercialización de productos de palmas nativas En el caso de Wettinia el número de in­ dividuos cosechados debe corresponder al número de individuos que llegan a la edad adulta por hectárea. En Colombia 7 individuos/ha de Wettinia quinaria o 12 de W. kalbreyeri podrían ser cosechados anualmente sin comprometer su soste­ nibilidad14. De igual forma los juveniles de Socratea y los individuos de menos de 15 m no deben ser derribados21. Una co­ secha sostenible daría una productividad relativamente baja, de aproximadamente 10 tallos adultos/ha o menos. El valor de la materia prima oscilaría entre 35 USD (se paga 3.5 USD por cien tablillas de Socratea para la construcción de techos en Loreto, Perú, Mittelbach, datos no publicados) y 100 USD/ha (los tallos de Iriartea y Wettinia se venden por 10 USD en Ecuador15), aunque si las tablillas son vendidas a la industria de la loricultura se podrían alcanzar 620 USD/ha13,16. Manejo y comercialización actual: La mayor parte del volumen de la ma­ dera de Iriartea, Socratea, Wettinia y otras palmas de porte arbóreo comercia­ lizadas se cosecha en zonas silvestres de manera insostenible y sin las directrices apropiadas (v. gr. plan de manejo16). Pa­ radójicamente los troncos de palmas son categorizados como Productos Forestales No Maderables (PFNM) y como tales son excluidos de regulaciones y leyes fo­ restales, como por ejemplo licencias de aprovechamiento22,23. El transporte de madera, incluida aquella proveniente de palmas, no está estrictamente regulado. La guía de movilización es el único tipo de documento legal exigido tratándose de la madera de palmas en Ecuador13,16, mientras que en Colombia la regulación para la movilización de materiales bioló­ gicos no provee información acerca del origen de la cosecha ni de la comercia­ lización de sus productos. En la práctica, la inaccesibilidad viene a ser el mayor obstáculo para la comercialización y co­ secha de madera de palmas. Una vez que la madera va en camino a ser procesada (Figura 5­1A) o comercializada (Figura 5­1B & C), no es factible determinar la especie de palma de la que proviene y las autoridades a cargo de controlar su movi­ lización y comercio emplean únicamente los nombres comunes, con lo que se hace aún mas difícil conocer su origen. Con­ secuentemente es difícil, si no imposible, realizar una caracterización taxonómica de las palmas comercializadas o cono­ cer su distribución y origen. Aunque es sabido que para utilizar este recurso de manera sostenible es necesario no solo establecer niveles de extracción, sino también poder hacer un debido segui­ miento y control, en general en ninguno de los países fue posible acceder a infor­ mación acerca de la comercialización de madera de palmas. Cadenas de valor: Las cadenas de valor para la madera de palmas depende del tipo de producto comercializado pero suelen ser cortas, formando parte de ellas el cosechador del producto, la unidad de procesamiento y el consumidor inal. En lugares donde no existen conlictos sobre la tenencia de la tierra, el dueño y en algu­ nos casos los intermediarios están invo­ lucrados en la comercialización de la ma­ teria prima. Los datos disponibles acerca de las cadenas de valor en la comercia­ lización de madera de palma, aunque son escasos (20 entrevistas), muestran que los propietarios de la tierra obtienen cerca del 16 % de las ganancias inales y los cosechadores alrededor del 27 %, consiguiendo ambos considerables bene­ icios de la venta de tablillas a la industria de la loricultura15,16 (Figura 5­2). Sin em­ bargo, se sabe poco acerca de los lugares de extracción; en el caso de bosques de 105 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 106 propiedad del Estado o colectiva, los due­ ños de la tierra probablemente no obten­ drían beneicio alguno. El mercado para madera proveniente de palma es amplio a pesar de no existir un mercado activo. La fabricación de productos más elabora­ dos (v. gr. muebles y entarimado, Figura 5­1C) se hace únicamente por encargo. La mayor parte del volumen de materia prima es consumido a nivel local, bási­ camente en la construcción de cercas y material de vivienda, y es comercializado prácticamente sin procesar, en forma de estacas (Figura 5­1A) o tablillas (Figura 5­1B) por un valor bastante inferior al de los productos elaborados. Perspectivas: Dado que las especies de palmas estudiadas necesitan varias décadas para alcanzar la edad madura, es probable que las poblaciones silvestres estén siendo reemplazadas por cultivos para madera de rápido crecimiento como Eucalyptus o Pinus, que ahora se obser­ van a largo de los Andes tropicales. Ac­ tualmente la mayor parte del volumen de madera de palmas es empleado en la fabri­ cación de productos de escaso valor eco­ nómico. Un estudio realizado entre 2001 y 2010 en el noroccidente de la provincia de Pichincha (Ecuador), reporta que más del 77 % de los troncos de Iriartea cose­ chados fueron comercializados en forma de estacas y tablillas para la industria de la loricultura, con un escaso valor añadido. Por el contrario, un solo tallo puede gene­ rar ganancias entre 3500 y > 40 000 USD si se utiliza para la fabricación de productos más elaborados como muebles, joyeros o palillos para sushi15. Por tanto, estimular la fabricación de productos más elaborados incrementaría el impacto económico del uso de madera de palma y podría abrir un camino para prácticas de manejo más sostenibles. Palmito Al igual que para la extracción de ma­ dera, la producción de palmito requiere la tala del individuo de tallo único o de diversos tallos en el caso de palmas con crecimiento clonal (Figura 5­1D–F). El palmito enlatado es sin duda el producto de palma nativa del noroccidente de Sur­ américa con mayor importancia econó­ mica en términos del valor exportado y comercializado24. En Ecuador y Perú, el volumen exportado es mayor y proviene de cultivos de Bactris gasipaes. En Boli­ via y Colombia se exporta en menor es­ cala, y el producto de obtiene de pobla­ ciones silvestres de Euterpe precatoria y E. oleracea respectivamente25,26 (Figura 5­1D). En Colombia y Ecuador algunas otras especies como Prestoea acuminata son comercializadas en mercados loca­ les27,28 y muchas otras son únicamente consumidas a nivel doméstico3. Abundancia: El promedio de indivi­ duos adultos por hectárea varía conside­ rablemente entre las distintas especies y las diferentes localidades estudiadas en los cuatro países17. Euterpe oleracea es relativamente común en estado silvestre y la densidad de individuos comercial­ mente útiles es aún alta (106 individuos adultos/ha en Colombia). En cambio se encontró que la densidad de individuos en edad reproductiva de E. precatoria y Prestoea acuminata es considerable­ mente baja; v. gr. de 6 (Ecuador) a 23 (Co­ lombia) y de 8 (Bolivia) a 19 (Colombia) individuos adultos/ha, respectivamente. En Bolivia y Ecuador las poblaciones sil­ vestres de E. precatoria y P. acuminata se están reduciendo signiicativamente29. Valor de la cosecha en pie: En Co­ lombia (Nariño, Iscuandé), las pobla­ ciones silvestres sin explotar de Euterpe 5 Comercialización de productos de palmas nativas oleracea tienen 860–1 980 tallos ma­ duros/ha (tallos de > 8 m de alto y de DAP > 8 cm), pudiendo alcanzar un valor de 86–198 USD/ha tratándose de tallos no procesados (0.1 USD/cogollo26). Esa cifra asciende a 997–2 297 USD/ha si los tallos o palmitos enlatados son vendidos a Estados Unidos (1.16 USD/cogollo30) y hasta 1 806–4 712 USD/ha si es a Alema­ nia (2.10–2.38 USD/cogollo8). Valor de la cosecha sostenible: Como en el caso de la extracción de madera, la producción de palmito requiere derribar los tallos de las palmas, por lo que se debe analizar pormenorizadamente para cada especie si la cosecha se puede hacer de manera sostenible y qué tipo de prácti­ cas serían necesarias para lograrlo27,31. La potencialidad del uso sostenible para las principales especies explotadas ha sido ampliamente documentada. Por ejemplo, las poblaciones silvestres de individuos solitarios de Euterpe precatoria no sopor­ tan una extracción sostenible, ya que se cosecha el 90–100 % de los individuos en edad reproductiva29,31,32. En el caso de Prestoea acuminata, palma clonal de tierras altas con bajas densidades (127 individuos adultos/ha) y tasas de crecimiento, su explotación comercial solo permite una tasa máxima de extracción del 10 % de los individuos adultos, es decir de entre 23 y 40 años27. Esto supone que la extracción de 13 co­ gollos/ha/año, cuyo valor corresponde a 1.3 USD/ha/año (0.1 USD/cogollo) sería económicamente inviable. Otra palma clonal, Euterpe oleracea, puede cose­ charse sosteniblemente a niveles más al­ tos en lugares con mayores densidades (50 al 75 % de los individuos adultos), lo que implica un rendimiento inicial de cerca de 1000–1500 cogollos/ha para las densidades mencionadas anteriormente y corresponde a 100–150 USD/ha/año con base en 0.1 USD/cogollo de palma sin procesar. Durante los próximos siete años tal rendimiento inicial disminuirá respecto de la cosecha a una cantidad de 220–320 cogollos/ha/año. Aproximada­ mente 35 a 40 años después de la primera cosecha el rendimiento de la extracción sostenible se incrementaría en relación con el obtenido inicialmente. Manejo y mercado actual: La cose­ cha tanto de Prestoea acuminata como de Euterpe precatoria se puede consi­ derar destructiva e insostenible. La tasa de extracción de E. oleracea en el sur del Chocó colombiano excede considerable­ mente los niveles de extracción sosteni­ ble y afecta no solo a la futura oferta de palmito, sino también a la disponibilidad del fruto (açaí) que supone una impor­ tante fuente de alimento a escala local26. La información acerca de las exporta­ ciones de este producto disponible en el Banco Central del Ecuador, el Instituto Boliviano de Comercio Exterior y la base de datos de las Naciones Unidas sobre comercio de mercaderías (Comtrade), no diferencia adecuadamente las especies de palmito ni especiica si proviene de cul­ tivos o de poblaciones silvestres (Figuras 5­3 y 5­4). En Ecuador las exportacio­ nes de palmito, en su mayoría extraído de cultivos, presentan un crecimiento casi lineal en las últimas dos décadas: de 223 t/año y 0.6 millones de USD en 1992 a más de 30 000 t/año y 73 millones de USD en 2012. Hoy en día estos valores son muy superiores a los registrados en los otros países estudiados. En 2012 Co­ lombia exportó 581 t/año por 4 millones de USD, Bolivia 6850 t/año por 16.3 mi­ llones y Perú 1702 t/año por 4.9 millones. En 1999 se observó una disminución de la exportaciones de este producto en Bo­ livia, Colombia y Perú, pero en Ecuador estas no se vieron afectadas. En ese año 107 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 108 los precios de exportación se desploma­ ron en toda la región (en Colombia el des­ censo se observó en 2000) y no fue sino en 2007 cuando se recuperaron de nuevo y en 2008 ascendieron rápidamente. Des­ pués de este evento, los mercados de Perú y Colombia necesitaron seis y diez años respectivamente para reponerse. En 2002 hubo nuevamente una disminución de las exportaciones y esta vez el mercado ecuatoriano se vio afectado. La crisis i­ nanciera global pudo ser la responsable de los posteriores descensos del mercado en Colombia y Bolivia (2008) y en Ecua­ dor y Perú (2009) (Figuras 5­3 y 5­4). En los países estudiados el precio de ex­ portación del palmito osciló entre 137 y 689 USD/t durante los últimos 20 años con un valor promedio de 247 USD/t. En 2010 el mercado de estas exportaciones se recuperó por completo en los cuatro países. Desde entonces las exportaciones de Ecuador, Bolivia y Perú aumentaron discretamente al igual que el precio de venta que registró un alza del 10 %. En Colombia, sin embargo, las exportacio­ nes de palmito, en su mayoría extraído de poblaciones silvestres de E. oleracea, descendieron en casi un 30 % entre 2010 y 2012, y durante ese mismo período el precio de exportación se incrementó en más del 100 % (331 USD/t en 2010 frente a 689 USD/t en 2012), lo que podría indi­ car un colapso en las poblaciones silves­ tres más accesibles (Figura 5­5). Cadenas de valor: Las cadenas de valor del palmito están bien do­ cumentadas. En Colombia contienen normalmente cuatro segmentos: cose­ cha, almacenamiento, procesamiento y comercialización25,33 (Figura 5­6). En Bolivia la participación de varios inter­ mediarios las hace más complejas32. Las fábricas de enlatados desempeñan un papel crucial en la determinación de los precios inales y por tanto los producto­ res de palmito reciben solo una pequeña fracción de la venta inal (~ 0.1 USD por tallo25,26, Figura 5­6). Es posible que, con el in de mantener un ingreso familiar constante, los niveles sostenibles de ex­ tracción se excedan continuamente por parte de los cosechadores. Perspectivas: La cosecha de palmito en poblaciones silvestres persistirá para el comercio a escala local y el consumo doméstico ya que es notablemente in­ dependiente de las fuerzas del mercado. La extracción sostenible de poblaciones silvestres de palmas cespitosas puede ge­ nerar una ganancia monetaria moderada por unidad de supericie en compara­ ción con una explotación sin restriccio­ nes. El aprovechamiento de poblaciones silvestres podría llegar a tener un nicho en el mercado si el precio de venta fuera manejado por los administradores de re­ cursos naturales, como los cosechadores, disminuyendo la presión sobre los indivi­ duos a cosechar y al mismo tiempo per­ mitiendo un ingreso familiar constante. Esto se podría alcanzar creando un mer­ cado que permita la cosecha sostenible a largo plazo de las poblaciones silves­ tres, por ejemplo con certiicaciones en origen. Sin embargo, un pronóstico más factible es que la cosecha de individuos silvestres sea remplazada completamente por cultivos de Bactris gasipaes que pro­ ducen entre 4000 y > 7000 palmitos/ha/ año, lo que corresponde a 1000–1750 t de palmitos/ha/año (3333–6666 palmas/ ha, 250 g/palmito27,34). Estos niveles de productividad son elevados en compara­ ción con los alcanzados al cosechar sos­ teniblemente. En Colombia, por ejemplo, bajo condiciones favorables se cosechan de manera sostenible alrededor de 300 palmitos/ha/año en poblaciones silves­ tres de Euterpe oleracea. 5 Comercialización de productos de palmas nativas Techos de palma Las palmas utilizadas para techar, en contraste con las anteriormente men­ cionadas, se utilizan exclusivamente a nivel local y regional. En muchas partes de la Amazonía, al igual que en la costa pacíica ecuatoriana y colombiana, tie­ nen ocasionalmente importancia sus­ tancial en los ingresos domésticos. Los techados se suelen componer a partir de la fabricación de unidades de techado (criznejas, paños, tejas) y para ello se emplean en muchos casos tanto las hojas como tablillas de palma u otros materia­ les. Estas actividades se desarrollan por lo general a nivel familiar. Las especies más comunes utilizadas con este in son pequeñas palmas del sotobosque como Lepidocaryum tenue, Geonoma deversa y G. macrostachys y algunas arbores­ centes como las de los géneros Attalea y Phytelephas6,7,35 (Figura 5­1 G–I), aunque en este contexto se usan localmente di­ versas especies adicionales3. Abundancia: Las densidades de las palmas de sotobosque que proveen hojas para la fabricación de techos se encuentran por lo general en altas den­ sidades (promedio de individuos adul­ tos por especie y por hectárea). En Co­ lombia y Perú se registraron densidades de Lepidocaryum tenue entre 36 y 527 individuos adultos/ha respectivamente. En el caso de Geonoma deversa y G. macrostachys se observaron densida­ des de 44 (Ecuador) a 653 (Bolivia) in­ dividuos adultos/ha. Para Phytelephas macrocarpa estos valores varían entre 28 (Colombia) y 178 (Perú) pero en algunas partes se han observado densidades de apenas 1 individuo adulto/ha. Valor de la cosecha en pie: Los cosechadores que venden hojas de Lepidocaryum tenue para la producción de techos obtienen un beneicio de 1–14 USD/ha en áreas donde la densi­ dad promedio es de 36 a 527 individuos adultos/ha, si se cosecha un promedio de 9.5 hojas por individuo que corresponde a una cantidad entre 342 y 5007 hojas respectivamente. Para la producción de 100 unidades de techado se necesitan al menos 5000 hojas vendidas por los pro­ ductores por un valor total de entre 18 y 39 USD. De ese valor se deducen apro­ ximadamente 3.5 USD para cubrir el costo de las tablillas (ripas) elaboradas por ejemplo a partir de Socratea. El valor promedio por hectárea es de 45 USD cal­ culado sobre la venta de 100 unidades de techado en las que se utilizan 5000 hojas de individuos adultos (~ 500) en lugares de baja densidad. En los bosques de tie­ rra irme cerca de la población de Leticia (Colombia) se encontraron altas densi­ dades de individuos adultos (2800–5400 por hectárea)36 cuyo valor de cosecha en pie sería de 240–460 USD/ha, si se cose­ chan 9.5 hojas de cada individuo adulto y utilizando el precio de venta de 2009 en Iquitos (Perú). El valor se incrementaría sustancialmente si se incluyera la cosecha de individuos juveniles. Valor de la cosecha sostenible: Se han descrito distintos modos para la cosecha sostenible de especies como Geonoma deversa37, G. macrostachys38, Lepidocaryum tenue36 y Phytelephas aequatorialis35. En términos generales, para una cosecha sostenible de estas es­ pecies es necesario que la extracción se lleve a cabo exclusivamente en indivi­ duos adultos dejando siempre un cierto número de hojas sin cortar35 o bien que al cosechar se dejen al menos el 50 % de los individuos adultos y se rote el lugar de la cosecha para que haya un tiempo de recuperación de aproximadamente cuatro años por parche cosechado36. Si 109 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 110 se cosecha un promedio de 9.5 hojas de L. tenue en áreas densamente pobladas (2800–5400 individuos adultos/ha) con una intensidad del 50 %, la producción esperada sería de 19 475 (13 300–25 650) hojas por hectárea cada 3.5 años, lo que correspondería a techar una casa de 54 m2 36. En 2009, los cosechadores de co­ munidades aledañas a Iquitos (Perú) ge­ neraron 15.7 (10.6–20.5) USD/ha/año en una cosecha de 19 475 hojas vendidas a fabricantes de techado. La ganancia se in­ crementó a 70–98 USD/ha/año (ganancia bruta, deduciendo ~ 14 USD para la com­ pra de tablillas de Socratea exorrhiza) cuando las hojas se transformaron en 400 unidades de techado vendidas a interme­ diarios o mayoristas. El valor de las hojas transformadas ya en unidades de techado generaron una ganancia bruta de 168– 182 USD/ha (Brokamp & Mittelbach, datos por publicar). De esta manera, la cosecha sostenible de hojas de L. tenue genera una ganancia neta máxima de hasta 200 USD/ha/año si se utilizan para la elaboración de unidades de techado. Manejo y comercialización actual: Por lo general las personas extraen las hojas de palmas que necesitan para con­ sumo doméstico, pero eventualmente son comercializadas. En algunos lugares como en el valle del Magdalena colombiano, donde se promueven actividades turísti­ cas, las hojas de palma se emplean para techar infraestructuras para ese in (v. gr. quioscos o restaurantes). En septiembre de 2009 se vendían 100 hojas por 67 USD cerca de la población de Melgar en el Alto Magdalena39. En Junín y Canuto (Ecua­ dor) también existe una alta comercializa­ ción. En Manabí pasaron de ser vendidas a 4–8 USD por 100 unidades de techado en noviembre de 1992 a 30–50 USD por 100 unidades en 201135, lo que indica un incremento de la demanda y/o una limitación del recurso. La extracción in­ sostenible, incluyendo la de individuos jó­ venes, es común a nivel local14,40,41. La co­ secha a esta escala se hace por lo general siguiendo la forma tradicional de manejo del recurso. Sin embargo, en las ultimas décadas el crecimiento poblacional y los consecuentes cambios demográicos así como el desarrollo de la industria turística han incrementado la demanda de hojas para techar. Un claro ejemplo se observa en los alrededores de la población de Le­ ticia en la Amazonía colombiana donde el incremento de las actividades turísti­ cas ha promovido una gran demanda y sobreexplotación de Lepidocaryum tenue en las comunidades aledañas, por lo que en la actualidad el recurso se encuentra en lugares menos accesibles36. Una unidad de techado elaborada con esa especie se llega a vender en 2 USD por unidad (120 ho­ jas utilizadas) mientras que las elabora­ das con Phytelephas macrocarpa, también utilizadas para el mismo propósito, se venden a 0.75 USD por unidad (4 hojas utilizadas). El mercado de unidades de te­ chado en las zonas bajas de la Amazonía es netamente local/regional, con ines priva­ dos y no está regulado formalmente en las ciudades principales (no hay impuestos o una reglamentación oicial). A medida que mejora el acceso de las poblaciones amazónicas a los mercados regionales, se observa cómo las viviendas pasan de techarse con palmas a utilizar materiales industriales (zinc, plástico, aglomerado) para ello, dejando los techos de palma para las infraestructuras turísticas35,42. Cadenas de valor: Las cadenas de va­ lor son normalmente cortas, con 2–4 par­ ticipantes (Figura 5­7). Si el cosechador no solicita apoyo de mano de obra adicional y transporta su propio producto al mer­ cado, puede obtener hasta un 50 % más del valor de venta. Contratar mano de obra 5 Comercialización de productos de palmas nativas adicional para tejer las hojas de palma re­ quiere invertir un 10 % de la ganancia to­ tal. En 2009 el valor de venta por unidad de techado con Lepidocaryum tenue osciló entre 0.40 y 0.45 USD, dejando ganancias de 0.07–0.18 USD/unidad, es decir 15– 40 % del valor inal (Figura 5­7). Perspectivas: Aunque el aprovecha­ miento de hojas de palma para techados coniere al bosque un bajo valor de mer­ cado, los beneicios de otras actividades como la extracción de madera o la agri­ cultura le otorgan un valor aun menor, haciendo de la cosecha de hojas una actividad económicamente atractiva37. La recolección no requiere una destreza especial y es por tanto una de las pocas opciones disponibles para las poblacio­ nes de bajos ingresos y mano de obra no cualiicada en la región. Se debe tener en cuenta que este tipo de consideraciones son importantes por ejemplo en un país como Perú, que se encuentra en un pro­ ceso de transición hacia una economía de mercado más abierta y con altos niveles de desempleo37. Seguramente la comer­ cialización de techos de palma no tendrá una alta participación en el mercado, pero puede llegar a ser una fuente im­ portante de ingresos para los habitantes de las zonas bajas en los trópicos, ya que ellos obtendrían gran parte de la ganan­ cia total. La mayoría de las palmas utili­ zadas para techados pueden ser extraídas de manera sostenible y se trataría además de una actividad lucrativa para los cose­ chadores (ya sea los dueños de la tierra o las comunidades), que son los más direc­ tamente beneiciados. Fibras de palma Las ibras de palma son otro ejemplo de un recurso que en teoría podría llegar a ser fácilmente cosechado de manera sos­ tenible7,43 (Figura 5­8 A–D). Existen dos tipos de ibras comercializadas: 1) Las rígidas y oscuras vainas de las hojas y pe­ cíolos de Aphandra natalia (Figura 5­8A) similares a las obtenidas de Leopoldinia piassaba y Attalea funifera (Figura 5­8B). En Ecuador y Perú la ibra de A. natalia se utiliza exclusivamente a nivel familiar o de pequeña industria artesanal para la fabricación de escobas44–46 (Figura 5­8C). 2) Las ibras más suaves y de co­ lor más claro que las provenientes de A. natalia, que se obtienen de hojas de di­ ferentes especies de Astrocaryum, siendo A. chambira y A. standleyanum las más comunes y junto con Mauritia lexuosa las más frecuentes en este contexto43. La ibra de A. chambira y A. standleyanum se procesa principalmente en la industria artesanal y se utiliza para la confección de bolsas, mochilas, hamacas, sombre­ ros, tapetes, loreros, esteras, collares y brazaletes, mayormente vendidos a los turistas6. La ibra de A. standleyanum se utiliza también como envoltura de es­ tructuras de hierro para la fabricación de muebles como sillas y mesas43,47. Los productos elaborados en Colombia son de gran calidad artística, alcanzando un precio elevado y pudiendo llegar a ser comercializados a nivel internacional. Un grupo de artesanos de ese país (in­ cluyendo los que trabajan con ibras de Astrocaryum) han buscado el apoyo de Artesanías de Colombia, una entidad de carácter mixto (gubernamental y pri­ vada) cuyo objetivo es promover activi­ dades artesanales como fuentes genera­ doras de empleo sostenible48. Abundancia: El promedio de indivi­ duos adultos por hectárea de Aphandra natalia osciló de 16 (Ecuador) a 32 (Perú) en bosques amazónicos. Hoy en día se observan individuos que se han 111 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 112 dejado en pie en claros del bosque, o bien formando parte de sistemas agrofo­ restales, así como individuos sembrados en chacras o huertas familiares y en las proximidades de las viviendas41,43,49. La accesibilidad de la ibra desempeña un papel importante en su comercialización y su demanda es relativamente estable46. El género Astrocaryum es todavía abun­ dante a nivel local, en especial en Perú y Colombia. Sin embargo, la densidad de individuos en edad reproductiva es gene­ ralmente baja: en el caso de A. chambira luctuó entre 5 individuos/ha (Perú) y 9 (Colombia), en el de A. standleyanum entre 4 (Ecuador) y 10 (Perú) y en el de A. gratum fue de 11 (Perú). Las especies de este género son poco resilientes a los disturbios y la extracción de la ibra casi siempre se realiza en individuos que aún no llegan a la edad reproductiva50, lo que puede afectar a las poblaciones silves­ tres51. Por ejemplo, en bosques con baja intervención humana en los alrededores del Parque Natural Nacional Amacayacu, a 75 km de la población de Leticia (Co­ lombia), no se encontraron individuos con un tallo entre 5 y 14 m de altura y se observó en promedio menos de un indi­ viduo por hectárea con un tallo entre 2 y 5 m (Gruezmacher, datos no publicados). Valor de la cosecha en pie: Si se cose­ charan todas las 30 a 40 hojas de un adulto de Aphandra natalia, cada hoja produci­ ría 0.4 kg de ibra44, con lo que el valor de la ibra sin procesar en el mercado se ubicaría entre 27 y 72 USD/ha (192– 512 kg × 0.14 USD/kg de ibra49. La ibra procesada podría tener un valor de 346 a 922 USD/ha (192–512 kg × 1.80 USD/ kg de ibra46) y representar una ga­ nancia neta de 96 a 1638 USD/ha, si la misma cantidad de materia prima fuera vendida como escobas en los merca­ dos ecuatorianos (usando 200–500 g de ibra/escoba, 0.5–3.2 USD/kg de ibra46). Los individuos adultos de Astrocaryum chambira y A. standleyanum tienen en­ tre 9–16 y 8–20 hojas respectivamente, pero solo las hojas nuevas o cogollos se cosechan. Los individuos adultos de Astrocaryum producen 2.9–3.1 cogo­ llos/año y los juveniles apenas 1.7–2.0 (A. chambira, A. standleyanum52). Se podrían cosechar aproximadamente 12–13 cogollos/ha/año de individuos adultos de A. standleyanum, lo que co­ rresponde a un valor en el mercado de 7–22 USD/ha/año de ibras sin procesar (Ecuador, 2011, 0.6–0.7 USD/cogollo47) y de 88–270 USD/ha/año si las ibras se transforman en sombreros (22–27 USD/ palma47). En un año sería posible extraer 15–26 cogollos/ha/año de individuos adultos. Al transformar esta ibra en pro­ ductos artesanales (hamacas, mochilas, brazaletes, etc.), el valor en el mercado y posiblemente el valor bruto para los artesanos podría oscilar entre 135–234, 180–312 o 1050–1820 USD/ha/año de­ pendiendo del producto comercializado (Ecuador53). En condiciones ideales, el valor total de los productos de palma por hectárea y por año podría superar los 1800 USD, pero normalmente está muy por debajo de esa cifra. Valor de la cosecha sostenible: Te­ niendo en cuenta las densidades de Aphandra natalia mencionadas anterior­ mente, la cosecha de individuos adultos en las poblaciones peruanas aledañas a las zonas de extracción oscila entre 35 y 70 kg de ibra/ha/año (5.5 hojas pro­ ducidas/año × 0.4 kg de ibra/hoja44) y se vende por un valor de 5–10 USD/ha/ año (la ibra sin procesar se vendió a 0.14 USD/kg49). En Ecuador estos valores se pueden incrementar a 63–126 USD/ha/ año al procesar y seleccionar las ibras (1.80 USD/kg en 2011). Al transformar 5 Comercialización de productos de palmas nativas la ibra en escobas, el valor neto llega a ser de 18–224 USD/ha/año (200–500 g de ibra por escoba a 0.5–3.2 USD/kg de ibra46). En zonas donde las densida­ des naturales de esta especie son altas (190 individuos/ha) se estima que el va­ lor máximo que puede tener la cosecha sostenible de la ibra es de 460 USD/ha/ año44. En el caso de Astrocaryum un ni­ vel de cosecha sostenible corresponde al parecer a la extracción de solamente cada segunda hoja54, lo que implica que apenas 6–16 y 8–13 hojas nuevas/ ha/año pueden ser cosechadas para A. standleyanum y A. chambira respectiva­ mente y considerando que los subadultos no se cosechan. De esta manera el valor neto generado sería de 44–135 USD/ha/ año para la producción de sombreros de A. standleyanum y de 72–117 (hama­ cas), 96–156 (mochilas) o en casos ex­ cepcionales hasta de 560–910 USD/ha/ año (brazaletes) para la elaboración de artesanías de A. chambira (Ecuador53). La gran abundancia de A. standleyanum en Colombia podría facilitar su cosecha sostenible55. Manejo y comercialización actual: En Ecuador y algunas partes de Perú la extracción de ibra de individuos silves­ tres parece ser sostenible ya que en los individuos cosechados se dejan entre 3 y 7 hojas, pero en ciertos sitios de Perú prevalece la práctica insostenible de cortar todas las hojas del individuo co­ sechado40,45,49. Las escobas de Aphandra natalia tienen varios tamaños y calidades y se comercializan principalmente a nivel local y regional (Figura 5­8C). El mer­ cado de este producto es bastante limi­ tado y competitivo debido a la gran oferta de escobas de plástico y a la facilidad de adquirirlas. La tasa de producción de hojas es bien conocida para las especies que se comercializan con regularidad9,52 y al parecer, a nivel tanto local como regional, prevalecen las prácticas de manejo sostenible. Aunque la comercia­ lización de productos de Astrocaryum chambira representa una opción viable como fuente de ingresos a escala local, el comercio se diiculta por la inaccesibili­ dad de los lugares de producción, lo que implica una desventaja para el productor primario. Los productos de Astrocaryum no se promueven activamente: una mejor estrategia de mercadeo podría garantizar una mayor participación en el mercado. Cadenas de valor: Las cadenas de valor para la producción de escobas están compuestas de 2 a 4 segmentos: cosechador, intermediario, productor y minorista (Figura 5­9). Los produc­ tores cosechan las ibras ellos mismos, contratan a cosechadores o compran las madejas de ibras a intermediarios. La ganancia de los cosechadores contrata­ dos es de 0.10–0.14 USD/kg en Perú y de 0.15–0.30 USD/kg en Ecuador46,49. En la fabricación de escobas es el produc­ tor quien obtiene la mayor parte de la ganancia: 0.58–5.50 USD/kg de ibra sin descontar los gastos de los demás mate­ riales empleados (palo, etc.)49 que suman 0.50 USD por escoba (200–500 g de ibra en Ecuador46). En Ecuador el beneicio neto para un productor de escobas, sin incluir los costos de transporte, es de 0.64–2.87 USD/kg de ibra (convertida en escobas) que representa entre el 10 y el 30 % del valor inal de la venta (Fi­ gura 5­9). Las cadenas de valor para los productos de Astrocaryum chambira son heterogéneas, normalmente con 1 a 3 participantes y en algunos casos toda la ganancia proveniente de la venta de va al productor primario (mercadeo directo43). Este obtiene un mayor beneicio cuando logra vender su producto directamente a los turistas (v. gr. en Loreto, Perú, hamaca: 113 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 9.5–30 USD; mochila: 1–5 USD; y en la zona del Amacayacu, Colombia, ha­ maca: 30–40 USD; mochila: 10–13 USD). El beneicio es mucho menor cuando se venden los productos a intermedia­ rios en Iquitos (hamaca: 7.6–9.5 USD; mochila: 0.8–3.0 USD) y disminuye aun más cuando se intercambian o se venden a los “cacharreros” o comerciantes rive­ reños (hamaca: 5.0–7.6 USD; mochila: 0.8–1.9 USD6,50). La comercialización de productos de ibra de Astrocaryum está ligada al turismo y tiene gran importan­ cia socioeconómica ya que es una parte importante del ingreso familiar. Por ejemplo en Ecuador una familia indígena Huaorani (area de Yasuní) puede ganar hasta 1000 USD/año con la venta de pro­ ductos de A. chambira56. Perspectivas: La cosecha de ibra po­ dría llegar a ser una valiosa fuente de in­ greso sin necesidad de comprometer las poblaciones de las especies de palmas ni sus hábitats. Aunque la información dis­ ponible para determinar las tendencias de su producción y de la conservación de las especies es insuiciente43, al parecer la ibra de palma no tendrá mayor impor­ tancia en el mercado ya que depende casi enteramente del turismo y los mercados disponibles están ya bastante saturados. Frutos de palma 114 Los frutos de palma constituyen una im­ portante fuente alimenticia a nivel local y regional57 (Figura 5­8E y F) y son con­ sumidos directamente o bien procesados para obtener aceites u otros productos (Figura 5­8G). Los géneros más utiliza­ dos son Acrocomia, Astrocaryum, Attalea, Bactris, Euterpe, Oenocarpus, Elaeis y Mauritia2,7,57,58. Tienen un contenido alto en grasas y carbohidratos al igual que en carotenoides y tocoles, por lo que son esenciales como alimentos funcionales y como aditivos alimentarios para la nu­ trición humana y también son utilizados como forraje para los animales6. A pesar de que la gran mayoría de los frutos se consumen en Perú, en el noroccidente suramericano Mauritia lexuosa (Figura 5­8E) es la especie más importante en esta categoría. En 2012 se reportó un consumo de 150 t/mes en el área de Iqui­ tos59 y es posible que el consumo supere las 2000 t/año. En la población de Leticia (Colombia) el consumo de frutos de M. lexuosa es mucho menor: 201–435 t/ año (33–72 t/mes) en 201260. Los fru­ tos de Bactris gasipaes, Euterpe oleracea (y E. precatoria), Attalea butyracea (y A. speciosa) y Oenocarpus bataua (Fi­ gura 5­8F) también son colectados en el bosque y representan una fuente im­ portante de materia prima para la in­ dustria alimenticia y cosmética a nivel local y regional. Los aceites comestibles son producidos exclusivamente por pe­ queñas empresas u organizaciones arte­ sanales que maniiestan tener problemas para encontrar contrapartes comerciales, y por tanto no están en condiciones de competir con otros aceites vegetales que se encuentran en el mercado. Los aceites de palma tienen propiedades importan­ tes para las industrias alimenticia y cos­ mética pero carecen de características adecuadas para ser suplementos alimen­ ticios debido al bajo grado de saturación de sus ácidos grasos61. Abundancia: Mauritia lexuosa es una de las palmas más comunes en Sura­ mérica y el área total de aguajales (zonas pantanosas) dominadas por esta especie se estima en 5.3 millones de ha en Perú únicamente, de las cuales 5 millones es­ tán localizadas en el departamento de Loreto6. Las densidades de M. lexuosa 5 Comercialización de productos de palmas nativas en estas zonas pantanosas varía entre 74 y 351 individuos/ha (subadultos y adul­ tos17,62–64). Estudios recientes han encon­ trado densidades de individuos adultos inferiores a las mencionadas: 4 (Ecua­ dor) y 22 (Perú). Dado que esta palma es dioica, estas cifras deberían dividirse entre 2 para obtener el número de indi­ viduos (femeninos) que se pueden cose­ char. El promedio de individuos adultos de Euterpe oleracea encontrados en Co­ lombia fue de 106/ha, pero la densidad varía según el método y la intensidad de cosecha. Por ejemplo, el número de tallos reproductivos oscila entre 110 y 370/ha en zonas de extracción y entre 660 y 780 en zonas no intervenidas25. Las densi­ dades de E. precatoria fueron más bajas que las reportadas para E. oleracea con 6 individuos adultos/ha en Ecuador y 23 en Colombia. El promedio de indi­ viduos adultos por hectárea reportado para Oenocarpus bataua fue de 13 en Ecuador y Perú y de 20 en Bolivia y Co­ lombia mientras que en el caso de Attalea butyracea varió entre 11 en Ecuador y 23 en Perú. Valor de la cosecha en pie: La pro­ ductividad de frutos de palma en zonas silvestres puede llegar a ser de decenas a miles de toneladas, pero para muchas es­ pecies cosechadas no existen datos dispo­ nibles. Tratándose de Mauritia lexuosa, varía entre 1 y > 9 t/ha/año y es bastante dependiente del grado de intervención en los distintos tipos de bosque6,60,63,64 y el promedio se sitúa entre 71 y 200 kg de fruto/palma/año60,64. Al asumir una pro­ porción de sexos de 1:1 en toda la región, el volumen en pie de la cosecha varía en­ tre 142 y 2 200 kg de fruto/ha/año. El pre­ cio de venta es diferente entre un punto de venta a otro, de acuerdo con la esta­ ción, la madurez del fruto y su calidad. Su valor es de 0.06–0.07 USD/kg durante la época de máxima cosecha, pero se incrementa a 1.5–1.7 USD/kg o más du­ rante la temporada baja en lugares donde la demanda es normalmente alta. Esta diferencia se releja parcialmente en los precios de la masa, hecha con la pulpa de los frutos, que se usa para la preparación de dulces, bebidas y helados en puntos de venta minoristas. El precio por bolsa luc­ túa entre 0.5 y 1.2 USD/kg, dependiendo de la oferta y demanda del momento6. Esto hace que el valor del fruto sin pro­ cesar oscile entre 9 y 3740 USD/ha/año. El valor neto por hectárea sería probable­ mente mucho mayor si se comercializa­ ran productos alimenticios procesados. En Brasil por ejemplo 1 litro de aceite de M. lexuosa se vende en 23–26 USD/kg al por mayor y en 130–210 USD/kg en el mercado minorista europeo6. El valor en pie para Euterpe oleracea puede estimarse en 3600–6000 kg de fruto/ha/año, lo que corresponde a un valor en el mercado colombiano de 1800–3000 USD/ha/año al vender el fruto sin procesar (0.5 USD/kg de fruto65) o de 2400–4000 USD/ha/año al vender la pulpa a compañías heladeras en Bolivia (pulpa = 1/3 peso del fruto, 2 USD/kg de pulpa). Este valor podría ser mayor si se vendiera el fruto seco a nivel in­ ternacional vía Internet6. Al por mayor, el fruto de esta especie tiene un precio de 6 a 270 USD/kg y una sola compañía puede hacer entrega de hasta 2000 t/año. En 2011 el precio de venta del mesocar­ pio en polvo de esta especie en Europa y Norteamérica se situó entre 70 USD/ kg (al por mayor) y 100–340 USD/kg (al por menor). El precio al por mayor de aceite/manteca de E. oleracea fue de 35– 52 USD/kg y al por menor de 400 USD/ kg6. La venta de frutos de E. precatoria tiene un gran potencial de mercado: se puede llegar a producir 13–20 kg de 115 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 116 fruto/palma/año6 lo que corresponde a un valor comercial de 7–11 USD/palma/ año (0.54 USD/kg66). Los frutos de Oenocarpus bataua y sus derivados (pulpas, bebidas, acei­ tes) se venden en mercados regionales en toda la Amazonía67. El promedio de frutos producidos por esta especie va­ ría enormemente según la literatura: 6.2–36.8 kg/palma/año68. Los individuos adultos estudiados en Colombia produ­ cen 1254 frutos/año (Río Amacayacu69, Figura 5­8F) o 12.5–16.3 kg de frutos/ palma/año (peso del fruto 10–13 g68). El promedio de producción en la región va­ ría entre 16 300 y 25 000 frutos/ha/año, con un peso de 0.16–0.33 t/ha/año. Los individuos adultos producen un prome­ dio de 1254 frutos/año en Colombia, o si se consideran las cifras mencionadas an­ teriormente, el valor promedio de la pro­ ducción en la región es de 5.2 a 10.6 litros de aceite/ha/año (se necesitan ~ 31 kg de fruto para procesar 1 litro de aceite rei­ nado6). Estos valores son comparables a los reportados en el Chocó colombiano (0.23 t de frutos/ha/año), donde el fruto fresco se vende a 0.54–1,6 USD/kg66. De esta manera el valor de la cosecha en pie oscila entre 86 y 528 USD/ha/año si los frutos no procesados son comerciali­ zados a nivel local. Si se extrae el aceite del mesocarpio, el valor sería de 52 a 106 USD/ha/año en los mercados nacio­ nales colombianos (10 USD/litro69) o de 52–212 USD/ha/año si la venta es al por mayor, y hasta de 182–2120 USD/ha/año al por menor en Ecuador. Los precios del aceite de O. bataua en el mercado mayo­ rista de Ecuador varía entre 10 y 20 USD/ litro, mientras que en el minorista es de 35–200 USD/litro6,8. Los frutos y el aceite de Attalea speciosa y A. butyracea también son utilizados en toda la región, pero su comercialización parece estar restringida a Bolivia. Los frutos de A. speciosa en este país se co­ mercializan por 0.05 USD/kg y el aceite es vendido por el procesador a ~ 30 USD/kg al por mayor, mientras que en las tiendas locales el precio del litro de aceite es de 29 USD. Por otro lado, en Brasil los frutos de esta especie se venden a 8–17.4 USD/ kg al por mayor y a 166 USD/kg al por menor6. Hace algunas décadas en Colom­ bia se comercializaba aceite de A. butyracea pero hoy en día los productos de esta palma han sido reemplazados por otros como el vino de palma (0.8–2.7 USD/ litro), la chicha de corozo (bebida fer­ mentada de los frutos caídos y vendida a 2.7 USD/litro) y material de techado en­ tre otros39,70. Se desconoce la producción anual de frutos por individuo, pero con densidades de 11–23 individuos adultos por hectárea, el valor de la cosecha en pie de A. butyracea puede llegar a ser consi­ derable y seguramente la disponibilidad de frutos no es un factor limitante. Valor de la cosecha sostenible: No se dispone de datos de largo plazo que per­ mitan cuantiicar el efecto de prácticas sostenibles en la cosecha de los frutos de poblaciones silvestres. Sin embargo, los efectos de esta actividad bajo regímenes relativamente conservadores (< 80 %) po­ drían ser moderados. Un estudio reciente de poblaciones de Mauritia lexuosa en Ecuador registró que la cosecha destruc­ tiva del 22.5 % de todos los individuos femeninos durante 20 años podría ser sostenible y mantener a las poblaciones viables71. Para especies como M. lexuosa y Euterpe spp. se pueden determinar prácticas de extracción sostenible siem­ pre y cuando se conozcan la fenología reproductiva y la tasa de producción de frutos, y se apliquen las técnicas de co­ secha adecuadas71,26. Varias toneladas de frutos de una gran variedad de palmas se 5 Comercialización de productos de palmas nativas pueden cosechar anualmente en una sola hectárea de bosque, lo que representa un valor de cientos de dólares por hectárea al año y un valor aun mayor por la venta de productos como frutos procesados, acei­ tes, jabones y champús (Figura 5­8G). Manejo y comercialización actual: El consumo nacional de Mauritia lexuosa en Perú se encuentra seriamente amena­ zado debido a la persistencia de prácticas de extracción destructivas y selectivas, haciendo que las variedades más valio­ sas en áreas fácilmente accesibles estén al borde de la extinción6. Debido a la cosecha destructiva de individuos feme­ ninos, las proporciones son de 1.3–10:1 machos/hembras62–64 lo que determina una productividad muy variable. Al­ gunos de los factores que inluyen en la promoción de prácticas destructivas de extracción tienen que ver con la incer­ tidumbre en la tenencia de la tierra y la falta de claridad o de normas en áreas de uso común. Con respecto a la abundan­ cia total de la cosecha y el desarrollo del mercado de esta especie se puede airmar que su fruto es uno de los más importan­ tes recursos provenientes de palmas para la región con ~ 550 000 y 2.5 millones de USD en Iquitos solamente, y un comercio anual nacional de cerca de 10 000 tone­ ladas6. Se conoce poco acerca del desa­ rrollo de este mercado ya que no queda registrado en las estadísticas oiciales. En Colombia existe un conlicto de uso con Euterpe oleracea ya que los frutos se cosechan y comercializan a nivel local y regional, mientras que el palmito nor­ malmente se exporta. La disponibilidad y el valor de venta de los frutos a escala local se ven afectados directamente por la exportación de palmito, ya que la ex­ tracción de 200 palmitos (= destrucción de 200 tallos adultos) representa un valor único de apenas 20 USD, mientras que la cosecha de frutos de la misma cantidad de tallos corresponde a un valor anual de 1800–3000 USD en los mercados locales y regionales65. Cadenas de valor: Las cadenas de valor, aunque bastante variables para este producto, son normalmente cortas, siendo los productores primarios los que reciben la mayor parte de la ganancia. En el caso de Mauritia lexuosa son más com­ plejas, con hasta siete segmentos, debido a que el procesamiento del fruto es más elaborado e industrializado6. Tratándose del aceite las cadenas de valor involucran de 1 a 4 segmentos, con el 9–44 % del va­ lor de venta obtenido por el productor primario del fruto (el cosechador, Figura 5­10) si lo vende para el procesamiento. Esta puede ser una de las razones, junto con incertidumbre en la tenencia de la tierra, de que gran parte de la cosecha en zonas silvestres sea aún destructiva. Perspectivas: La comercialización de frutos de palma para consumo humano es relativamente difícil ya que es un pro­ ducto perecedero y existen varios obstá­ culos, como el transporte desde el lugar de cosecha hasta el lugar de consumo. Si fuera posible garantizar una oferta cons­ tante de frutos de alta calidad al consu­ midor, el mercado podría expandirse. Lamentablemente las prácticas destruc­ tivas de cosecha en las proximidades de los centros urbanos, que es donde están los mayores mercados, han generado una limitación en la oferta lo que ha incre­ mentado los precios del producto. En el caso de los aceites de palmas nativas, el alto coste actual disminuye su competiti­ vidad frente a otros aceites vegetales con un contenido similar en ácidos grasos6. Asimismo, las plantas de procesamiento tienen bajos niveles de control de calidad. Con este panorama, los aceites de palmas nativas podrán establecerse en el mercado 117 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA si es posible encontrar algún otro benei­ cio adicional para la salud (v. gr. contenido vitamínico) y si se superan las diicultades técnicas y logísticas en el procesamiento y comercialización, con lo que los precios disminuirían considerablemente. Semillas de palma 118 Las semillas de muchos géneros de pal­ mas se usan habitualmente en toda la región para la elaboración de artesanías, aunque se desconoce su grado de comer­ cialización (Figura 5­8H e I). Los géne­ ros aprovechados con este propósito son Astrocaryum, Attalea, Bactris, Euterpe, Iriartea, Oenocarpus, Phytelephas, Socratea y Wettinia. Las semillas de Euterpe y Phytelephas son las que se emplean co­ múnmente en la fabricación de artesanías tanto en Suramérica como en el resto del mundo. Sin embargo, solo existe informa­ ción disponible sobre los precios y volú­ menes de exportación para los productos exportados de Phytelephas. El maril vege­ tal o tagua producido a partir de las semi­ llas de Phytelephas spp. es comercializado en toda la región, aunque en Ecuador tiene la mayor importancia como producto de exportación. P. aequatorialis es la especie más importante en términos de disponi­ bilidad, accesibilidad y sostenibilidad de la cosecha, al igual que por su valor co­ mercial presente y futuro72. Actualmente, solamente algunos datos sobre la comer­ cialización de semillas de Phytelephas para uso en artesanía están disponibles en la literatura. Las demás especies son relativa­ mente menos importantes y tienen otros usos principales. Abundancia: La mayoría de las se­ millas de las palmas son relativamente abundantes (ver también Frutos de palma). Phytelephas aequatorialis tiene densidades de 6 individuos adultos/ha en la Costa ecuatoriana y en el caso de P. macrocarpa, una especie más común, los valores van de 44 (Bolivia) a 62 (Perú), pero sus poblaciones varían ampliamente no solo en densidad sino también en productividad35,73. Valor de la cosecha en pie/cosecha sostenible: En el caso de Oenocarpus, las semillas se pueden obtener fácilmente tras la extracción del mesocarpio para elaborar aceite u otros productos, dán­ dole así un valor agregado a la cosecha de frutos silvestres (ver arriba). Phytelephas aequatorialis produce ~ 4 toneladas de ta­ gua/ha/año en Ecuador y P. macrocarpa 2.25–12 toneladas/ha/año en Colombia. En la Reserva Nacional Pacaya Samiria (de gran extensión y cercana a la ciudad de Iquitos), las poblaciones de P. macrocarpa producen 0.77–1.67 t/ha/año, y la pro­ ductividad de toda el área se estima en 1.22 t/ha/año73. El poco conocimiento acerca de las dinámicas poblacionales de Phytelephas junto con los erráticos procesos de germinación característicos de este género, hacen que todavía no se disponga de una evaluación real sobre el potencial para una cosecha sostenible. Con niveles de cosecha relativamente moderados (80 %), la productividad sos­ tenible para este género podría ubicarse entre 1 y 10 t/ha/año, lo que representa un valor de 520–1320 USD/ha/año (= 4000 kg de tagua/ha/año × 0.13–0.33 USD/kg = 6–15 USD/quintal = 45.36 kg) para semillas de P. aequatorialis sin secar ni pelar, en la región ecuatoriana de Es­ meraldas y Manabí8. Las semillas secas y peladas en Manta, Manabí, alcanzaron un valor en el mercado de 2200–5280 USD/ha/año (= 4000 kg de tagua/ha/año × 0.55–1.32 USD/kg = 25–60 USD/quin­ tal, sin considerar el peso perdido con el pelado y secado8). Las semillas de tagua 5 Comercialización de productos de palmas nativas procesadas podrían representar más de 10 000 USD/ha/año, aunque estos cálcu­ los son aproximados debido a las consi­ derables pérdidas en la selección y en el procesamiento de las semillas. Manejo y mercado actual: Todas las semillas de palmas, excepto de Phytelephas aequatorialis, se obtienen como derivados del uso del fruto y se usan en distintos ti­ pos de artesanías vendidas en su mayoría a turistas en mercados locales, regionales y nacionales (Figura 5­8I). P. aequatorialis tiene un enorme mercado tanto a nivel nacional como internacional, especial­ mente en Ecuador. El producto principal de exportación consiste en pequeños dis­ cos de diferentes tamaños, denominados “animelas”, que se utilizan principalmente como botones (Figuras 5­11 y 5­12). Las artesanías derivadas de esta especie pueden adquirir precios elevados en los mercados, mientras que los valores de exportación de los botones han luctuado enormemente en los últimos 20 años (Fi­ gura 5­13). P. aequatorialis proporciona material bastante codiciado como sus­ tituto de materiales sintéticos en países industrializados y su exportación se ha incrementado notablemente desde su re­ descubrimiento a inales del siglo pasado. A pesar de que el productor primario re­ cibe poco beneicio del valor de venta, las palmas son reconocidas como un recurso valioso y se cosechan en la mayoría de los casos de forma no destructiva. Por otro lado, la cosecha de sus hojas para la cons­ trucción de techos (cade) se ha conver­ tido en un negocio más lucrativo para el productor primario que la venta de semi­ llas en Ecuador y esto puede representar una verdadera amenaza para las pobla­ ciones silvestres35. Asimismo, es impor­ tante tener en cuenta que en zonas defo­ restadas, donde se han dejado individuos en pie, la regeneración es prácticamente nula, lo que signiica que estas poblacio­ nes colapsan35. Cadenas de valor: Una vez procesa­ das las semillas, el valor de Phytelephas aequatorialis se incrementa en varios órdenes de magnitud, pero la ganancia que obtiene el productor primario suele ser inferior al 1 %6. El cosechador gana normalmente 0.15–0.29 USD/kg depen­ diendo del área de la cosecha, el inter­ mediario puede obtener un beneicio de 0.09–0.31 USD/kg, el fabricante de ani­ melas de 0.59–0.79 USD/kg y el exporta­ dor de 0.33 USD/kg. La mayor parte de la ganancia se obtiene con el desarrollo de la actividad comercial fuera del país, para la producción de botones y venta al por me­ nor: 17.33–65.33 USD/kg42. Las cadenas de valor, en especial para los productos exportados, son complejas e involucran a más de 10 segmentos de la población42. A pesar de su abundancia a nivel local, P. aequatorialis tiene una menor im­ portancia en las exportaciones de Perú y Colombia (menos de 0.5 millones de USD/año entre 2010 y 2012, Bernal com. pers.). En los dos principales centros de producción (Bogotá y Chiquinquirá) se utilizaron 13 t/mes74. Por supuesto, otras semillas de palma tendrán cadenas de valor similares como matería prima para la confección de otros productos artesa­ nales y seguramente contribuyen signii­ cativamente al ingreso doméstico de las comunidades que las trabajan. Perspectivas: El mercado interna­ cional de las semillas de Phytelephas aequatorialis está lejos de estar saturado y probablemente las cantidades para ex­ portación se podrían aumentar con la ayuda de certiicaciones y estrategias de mercadeo adecuadas36. Es fácil conce­ bir el crecimiento de las exportaciones en Perú y Colombia, pero desafortuna­ damente la certiicación, el control de 119 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA calidad y el mercadeo de sus productos no han sido los más apropiados. Ade­ más existe poca coordinación entre los productores primarios y los distintos participantes del proceso están poco integrados, con lo que la producción sostenible de esta especie como estí­ mulo para la protección de hábitats to­ davía tiene un largo trecho por recorrer. Otras semillas de palma tienen también un considerable potencial de comercia­ lización: si se elabora un producto de calidad y se establece una buena estra­ tegia de mercadeo será posible expandir el mercado. Conclusiones Valor de cosecha en pie 120 Existe una enorme variabilidad del valor de la cosecha en pie en el bosque, entre decenas y miles de dólares. La cosecha de ibras, frutos y hojas se puede hacer de forma sostenible desde un punto de vista técnico, ya que talar todo el indi­ viduo es cuestión de conveniencia en la cosecha, pero no una necesidad. El valor de la materia prima cosechada sosteni­ blemente puede ir desde 40 USD/ha/año en el caso de la producción de material para techado hasta 4500 USD/ha/año por los frutos de Mauritia lexuosa (9 t/ ha/año × 0.5 USD/kg). Las especies de palmas aquí descritas tienen el potencial de generar una alta ganancia económica por hectárea, debido a la abundancia y la productividad natural de muchas poblaciones silvestres. Muchas veces se pueden encontrar varias especies en un mismo lugar del bosque, lo que facilita su manejo sostenible y representa un po­ tencial para generar ingresos económicos mediante la cosecha de materia prima en zonas silvestres. 5 Comercialización de productos de palmas nativas En todos los países andinos existen tér­ minos legales que regulan la extracción de productos de palmas incluyendo la madera y los PFNM y exceptúan el con­ sumo familiar, y suelen existir planes de manejo, permisos y supervisión que no resultan muy efectivos22,23. El alto por­ centaje de palmas útiles en estado silves­ tre representan de forma directa (como PFNM) e indirecta (servicios ecosisté­ micos) un considerable valor monetario, pero a pesar de ello aún es difícil encon­ trar ejemplos de iniciativas de manejo sostenible. Sin un respaldo eiciente de instituciones estatales, la extracción sos­ tenible de recursos naturales como las palmas requiere sistemas de organización privados o comunitarios, aunque incluso en varios de estos casos observados se necesita un apoyo institucional público. particularmente si los productos son comercializados a nivel local y regional. La mayoría de la materia prima y los productos de palmas son consumidos di­ rectamente por los cosechadores y existe un intercambio informal entre los habi­ tantes de la misma localidad o se venden directamente a otros consumidores o a intermediarios. En este último caso, los productos no adquieren un alto valor económico, pero gran parte del beneicio inal llega al productor primario. Así ocu­ rre con la madera de palma, el material de techado y algunas artesanías como las ha­ macas. En un reciente estudio se observó cómo el alto valor de exportación de P. aequatorialis compite con el del material de techado hecho con hojas de Phytelephas, producto utilizado exclusivamente a nivel local. Esto ocurre porque a pesar del bajo valor de venta del material de techado, el cosechador es el mayor beneiciario35. Cadenas de valor Mercado actual Los estudios de cadenas de valor demues­ tran que los productores primarios de productos con un alto valor comercial en el exterior reciben apenas una pe­ queña fracción de la ganancia inal; por ejemplo, tratándose del palmito, obtie­ nen cerca de 0.1 USD por un producto que cuesta más de 2 USD en Europa. El limitado beneicio recibido a nivel local se compensa con un alto volumen de ex­ tracción, de modo que el cosechador se ve estimulado a desarrollar prácticas in­ sostenibles. Esto no sucede siempre, ya que existen cosechadores de Phytelephas aequatorialis que practican una extrac­ ción sostenible a pesar de recibir una pequeña parte de la ganancia que puede llegar a ser de 1 000 USD/ha/año. Hay ca­ sos en los que una parte sustancial del be­ neicio inal llega al productor primario, Debido a la ausencia de controles admi­ nistrativos y estadísticas oiciales, es difí­ cil lograr una comprensión detallada de la comercialización de productos de pal­ mas nativas. La recolección de datos es pues limitada y no fue posible obtener in­ formación sobre el volumen total comer­ cializado para ninguno de los productos de la región estudiada. Las estadísticas de exportación tratándose del palmito y de la tagua son una notable excepción, pero los datos no distinguen la extrac­ ción en zonas silvestres y en cultivos. Los detalles de la comercialización interna­ cional son bastante variables: en el caso de Phytelephas aequatorialis se revela un alto grado de integración en el mercado internacional, mientras para el material de techado y las distintas etapas interme­ dias de la comercialización nacional de Control normativo y estatal Mauritia lexuosa solamente se observa un cierto nivel de consolidación de un mercado regional. Todas las fuentes in­ dican que los productos de palma aquí mencionados son utilizados principal­ mente a nivel local, con pocos productos de exportación o de una signiicativa re­ presentación en el mercado nacional. Es posible que la comercialización de pal­ mas represente un mayor beneicio so­ cioeconómico en los mercados no mone­ tarios de carácter informal. El desarrollo comercial es bastante pobre para la ma­ yoría de los productos estudiados. Mu­ chos de ellos, en especial el material para techado, las artesanías, la madera y los aceites, no han desarrollado su potencial de mercado y se producen bajo demanda según precios y volúmenes predetermi­ nados. Así, la producción es predecible solo por el período del contrato, y por tanto no se estimula ni la inversión ni los planes de explotación a largo plazo. De acuerdo a la información proporcionada por los entrevistados, existen problemas constantes debido a la incertidumbre en la oferta y la demanda de materia prima, haciendo que el mercado sea efímero. En cuanto al mercado internacional, tan solo existen unos cuantos ejemplos de exportación de productos procesados y con valor añadido, como palmito y al­ gunas artesanías (muebles y bisutería) que alcanzan buen precio, mientras que la mayor parte de las exportaciones con­ ciernen materias primas precursoras de otros productos, como aceites para cos­ méticos y animelas para botones, con lo que los ingresos que se generan con este tipo de comercio son más reducidos. Desarollo futuro de mercados El futuro de este mercado es difícil de predecir, a pesar de que la mayoría de la 121 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA materia prima de palmas tratada en esta investigación tiene gran potencial en ese aspecto. Como se puede obtener gran cantidad de materia prima, inclusive con niveles sostenibles de extracción, las po­ blaciones silvestres de palmas podrían generar considerables beneicios económi­ cos siempre y cuando se regule adecuada­ mente la cosecha y exista un buen control de calidad55. Por ello es factible concebir economías familiares o a pequeña escala basadas parcialmente en la explotación de las palmas, en especial en zonas esca­ samente pobladas como la Amazonía y el Chocó. Sin embargo, para la explotación de cada uno de los productos existen varias particularidades. Tratándose del material de techado, las artesanías y la producción de ibra una estrategia de mercadeo a ni­ vel comunitario ayudaría a incrementar la perspectiva del mercado. En el caso de los frutos de palma y los derivados como el aceite es necesario primero resolver un sinnúmero de problemas relacionados con la sostenibilidad, la extracción, la poscose­ cha, el transporte y el procesamiento. Una estrategia de mercadeo efectiva debe estar basada en la sostenibilidad de la cosecha y en superar los problemas mencionados. Las certiicaciones podrían llegar a tener un papel importante en la expansión del mercado a nivel nacional e internacional, al incrementar las cuotas o participacio­ nes en el mercado. Los instrumentos para desarrollar estas innovaciones existen aun­ que enfrentan diicultades tanto legales como prácticas23,55. 122 Mercado y sostenibilidad Para algunas especies, la información existente revela que ya han sido sobre­ explotadas, lo que indica que no se ha optado por el posible manejo sostenible. Es el caso de la extracción destructiva de madera de las distintas especies de Wettinia en ciertas zonas, la cosecha de palmito de Euterpe precatoria en Bo­ livia y la de frutos de Mauritia lexuosa en Perú23,55. Bajo niveles sostenibles de extracción, el valor de la materia prima cosechable puede ser tan limitado (v. gr. palmito y madera de palma), que la ex­ plotación se limitará al uso local. En estas circunstancias, únicamente el aumento del precio de venta (a través de certii­ caciones y elaboración de productos de mayor valor agregado) podría generar ganancias más atractivas. Tratándose de la producción de madera y palmito, los datos de tasas de crecimiento y regene­ ración indican que los niveles de cosecha sostenible deben ser muy bajos, excepto probablemente para E. oleracea en al­ gunos lugares. Se trata de mercados que hasta cierto punto están limitados por el recurso natural y la sobreexplotación de bienes comunes sigue la lógica expuesta por Clark75, convirtiéndose entonces en la regla y no en la excepción. Aparte de estas clásicas estrategias económicas de incrementar el valor del producto para aumentar la ganancia, se ha demostrado que la “economía de la sobreexplota­ ción”75 no es una verdad incontrovertible y la extracción sostenible puede entonces tener sentido en términos no solo ecoló­ gicos sino también económicos76. En mu­ chos de los casos, la cosecha sostenible es la mejor solución, como en aquellos donde no es necesario tumbar al indivi­ duo para obtener el fruto o en los que se deja sólo el número de hojas necesarias para que el individuo se regenere. Así, la extracción de ibras de Astrocaryum spp. o Aphandra natalia y de frutos de Phytelephas spp. no es destructiva. Al­ gunas especies de palmas útiles tienden a encontrarse en lugares abiertos en el bosque y a ser manejadas de forma no 5 Comercialización de productos de palmas nativas destructiva en pastizales, pese a que no se regeneran muy bien en estas condiciones (P. aequatorialis en Ecuador35). En algu­ nos casos se puede deber a que la tierra de propiedad colectiva o estatal, al pasar a manos privadas tras haber sido despo­ jada de vegetación, el propietario puede manejar los recursos de la misma según sus propios criterios e intereses. Patrones similares de apropiación de la tierra se observan en territorios colectivos donde se establecen normas de uso exclusivo. En estas condiciones se ha constatado un manejo más responsable, donde se asegura la tenencia de la tierra ya sea de forma privada (zonas abiertas de pasti­ zales o agrícolas) o colectiva (persiste un efectivo sistema de organización social y de toma de decisiones). La mayoría de los productos provenientes de las palmas son cosechados de forma insostenible. Las razones de ello son di­ versas y no siempre evidentes. En muchos lugares existe gran incertidumbre acerca de la tenencia de la tierra, lo que facilita las prácticas insostenibles de extracción como por ejemplo en algunas formas de propiedad estatal (v. gr. Mauritia lexuosa en la Amazonía peruana). En la tabla 5­1 se resume la información obtenida de 142 encuestas realizadas a personas que colectan diversas materias primas pro­ venientes de palmas. En la mayoría de los casos (113) la extracción se realizó en zonas silvestres de propiedad estatal o comunal poco controlada. Tratándose de M. lexuosa y Astrocaryum chambira los informantes reportan obtener la ma­ teria prima de cultivos, pero no se pudo constatar tal situación, en especial para M. lexuosa, por lo que estas airmacio­ nes deben ser interpretadas con cautela. Las motivaciones sociales de la so­ breexplotación de los recursos naturales o de bienes comunes han recibido con­ tinua atención en especial desde la pu­ blicación seminal de Hardin77 y desde entonces numerosos estudios han con­ tribuido a una mejor comprensión de las relaciones entre sistemas sociales y ecológicos78–80. Los distintos tipos de i­ guras de ordenamiento territorial como la propiedad colectiva o la estatal tienen un marco legal que hace referencia al uso y regulación de recursos naturales80. Existen también normas informales y distintas a las estatales que en algunos casos no favorecen un uso y manejo adecuado de esos recursos. En los casos donde no se regula el uso y no es posible establecer algún tipo de exclusividad en el manejo, los recursos como las palmas pasan a ser de acceso abierto80 y son más vulnerables a la sobreexplotación o a lo que Hardin77 describe como «la tragedia de los comunes», en la que unos pocos se beneician del bien común, pero con consecuencias negativas para todos. En efecto, sucede que el esfuerzo invertido por unos pocos para lograr un manejo sostenible no traerá resultados a medio plazo si existen otros con acceso abierto al recurso que llevan a cabo prácticas destructivas. En la ausencia de regula­ ciones sociales o legales para este tipo de situaciones se desemboca en el uso in­ sostenible y eventualmente en sistemas ecológicos no funcionales. Se observó que a las difíciles condiciones socioeco­ nómicas de las comunidades que habitan cerca de poblaciones silvestres de pal­ mas, se suma una creciente competencia por extraer estos recursos y no se logra estimular la cooperación y el trabajo en equipo81. En la actualidad, con sistemas de control y seguimiento estatales y so­ ciales inefectivos, el manejo sostenible de las palmas es poco probable y la so­ breexplotación continuará55. 123 5 Comercialización de productos de palmas nativas COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA La información presentada demuestra la importancia del valor económico de las palmas como recurso natural y mantiene que su potencial todavía no es totalmente aprovechado. Al promover un uso y un manejo sostenibles se podría mejorar, y no lo contrario, la situación económica a nivel local y regional. En la actuali­ dad, la cosecha y el manejo al igual que el procesamiento y el mercadeo de los productos provenientes de palmas nece­ sitan desarrollarse para que las cadenas de valor sean menos asimétricas. Tanto el productor primario como quien realice la administración y la gestión del recurso en su hábitat natural, deben obtener un be­ neicio adecuado para hacer del manejo sostenible una opción deseable a largo plazo. Mientras la motivación para co­ mercializar productos de palmas sea la de maximizar el beneicio económico inme­ diato y no se cuente con una normativa y sistemas de control efectivos, promover el uso y manejo sostenible será infructuoso y los mercados seguirán siendo inestables. Con mercados más lucrativos y coniables y sistemas de seguimiento en los que se hagan cumplir las normas y se promueva la participación, se podría cambiar la forma de uso de las palmas y los recursos del bosque, dando paso así a la conserva­ ción a través de la comercialización. Referencias 1 2 3 4 5 6 7 124 8 9 Macía, M.J., P.J. Armesilla, R. Cámara­ Leret, N. Paniagua­Zambrana, S. Villalba, H. Balslev & M. Pardo­de­Santayana. 2011. Palm uses in northwestern South America: A quantitative review. he Botanical Review 77 (4): 462–570. Galeano, G. 2013. Usos de las palmas. Pp. 11–23. R. Bernal & G. Galeano (eds.). Cosechar sin destruir. Aprovechamiento sostenible de palmas colombianas. Instituto de Ciencias Naturales­ Universidad Nacional de Colombia, Editorial Universidad Nacional de Colombia, Bogotá. Macía, M.J., R. Cámara­Leret & N. Paniagua­Zambrana. 2014. Este libro. 3. Usos de las palmas por poblaciones rurales. Moraes R., M., N. Paniagua­Zambrana, R. Cámara­Leret, H. 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Sin embargo, en algunos casos se trata de grandes pal­ mares homogéneos que cubren extensas áreas, como sucede con Euterpe oleracea, Phytelephas aequatorialis, Iriartea deltoidea y Wettinia quinaria en el Chocó1–5, y Mauritia lexuosa, Iriartea deltoidea y Lepidocaryum tenue en la Amazonía3,6–10. Otros productos se obtienen de palmas aisladas que sobreviven en potreros o en áreas deforestadas, como es el caso de Attalea phalerata y Aphandra natalia en la Amazonía11,12, de Attalea colenda en el Pa­ cíico13,14, de Astrocaryum malybo, Attalea butyracea y Copernicia tectorum en el Caribe15–17, y de Ceroxylon spp. en los An­ des18. Varias especies de palmas se plantan en las chagras indígenas (chacras en Ecua­ dor) o son selectivamente conservadas cuando se tumba el bosque en el proceso de agricultura itinerante. En la Amazonía, algunas palmas que se encuentran en las chagras o bosques secundarios resultan­ tes de cultivos abandonados incluyen Oenocarpus bataua, O. minor, Euterpe precatoria, Mauritia lexuosa, Astrocaryum chambira, Aphandra natalia12,19–25, y en el Chocó están presentes Euterpe oleracea y Astrocaryum standleyanum1,26–28. Además, 131 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA hay especies presentes solo en uno o dos de los países de la región, o que al menos son manejadas únicamente allí, como Parajubaea sunkha en los Andes de Boli­ via29 o Attalea phalerata en la Amazonía de Perú y Bolivia11,30. En otros casos, las palmas forman parte de sistemas agroforestales más com­ plejos. En las tierras bajas estos sistemas incluyen cacao (heobroma cacao), agua­ cate o palta (Persea americana), guamo, guabo o guaba (Inga spp.), plátano o banano (Musa spp.), papaya (Carica papaya), piña (Ananas comosus) y ár­ boles maderables como Cedrela odorata y Tabebuia spp. Las palmas que se en­ cuentran allí incluyen Attalea colenda, Phytelephas aequatorialis y Euterpe oleracea en el Chocó1,4,14,28,31,32, y Bactris gasipaes, Euterpe precatoria, Mauritia lexuosa y Oenocarpus bataua en toda la región33–42. En los Andes, los sistemas agroforesta­ les con palmas como Aiphanes horrida43, A. caryotifolia, Ceroxylon alpinum, C. echinulatum y C. sasaimae18,44, también incluyen especies como café (Cofea arabica), caña de azúcar (Saccharum oicinarum), guayaba (Psidium guajava), árboles maderables o de sombrío (v. gr. Cordia alliodora, Ochroma pyramidale, Inga edulis, Erythrina edulis) y guadua (Guadua angustifolia). El paso más elaborado en el pro­ ceso de manejo de las palmas es la do­ mesticación. Siguiendo los criterios de Clement45, ser cultivada y tener al menos una variedad que dependa de la intervención humana para su supervi­ vencia genética a largo plazo, solo dos especies de palmas americanas pueden considerarse domesticadas. Se trata de la palma de chontaduro, chontilla o pi­ juayo, Bactris gasipaes45 y el coco cumbi de los Andes, Parajubaea cocoides, co­ nocida solo en cultivo en Ecuador, el sur de Colombia y una localidad en el norte de Perú46,47 y probablemente derivada de la especie silvestre boliviana Parajubaea torallyi48. Aunque se ha sugerido que las 132 Figura 6-1. Palmares de Euterpe oleracea en Iscuandé, costa pacíica de Colombia. (R. Bernal) 6 Sostenibilidad de la cosecha de palmas Figura 6-2. Phytelephas aequatorialis en sistemas agroforestales en la costa pacíica de Ecuador. (R. Bernal) poblaciones de Perú son nativas46, su distribución restringida en ese país, su ubicación alrededor de asentamientos humanos, e incluso el nombre común palma de Quito, sugieren que se trata de plantas cultivadas. Bactris gasipaes ha desempeñado un importante papel en la nutrición humana desde los tiempos precolombinos49 y es ahora ampliamente cultivada. Parajubaea cocoides, en cam­ bio, se ha cultivado principalmente en pueblos y ciudades, con la doble función de planta ornamental y fuente de semillas comestibles50. Una tercera especie, la chambira, Astrocaryum chambira, de Colombia, Ecuador y Perú, estaba en proceso de domesticación en el momento de la con­ quista española, como fuente de una de las ibras más importantes de la Amazo­ nía occidental51, pero tal proceso se ha detenido al perder importancia la ibra en la vida indígena actual. Casi siempre los productos de palmas se obtienen de áreas de propiedad comu­ nitaria o estatal, como sucede en muchas zonas de la Amazonía o las tierras bajas del Chocó37. En otros casos, se cose­ chan en tierras ajenas, como ocurre con la palma estera (Astrocaryum malybo), el corozo de lata (Bactris guineensis) o la palma de vino (Attalea butyracea) en el Caribe52–54. Cuando las palmas se co­ sechan en terrenos propios, es más pro­ bable que los propietarios implementen prácticas adecuadas de manejo, cons­ cientes de que estas permitirán man­ tener las poblaciones silvestres. Por el contrario, cuando se cosecha en tierras comunitarias, se hace caso omiso de las recomendaciones que garantizan la sos­ tenibilidad, pues se actúa con la lógica de “lo que no coseche yo hoy, lo cosechará otra persona mañana”. Esta situación, que conduce al agotamiento del recurso de propiedad común, es lo que Hardin55 133 134 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA A B muchas de las palmas se explotan sin ninguna consideración por la suerte que puedan correr las poblaciones de las es­ pecies involucradas. Sin embargo, las especies para las que se conocen prácti­ cas de manejo son precisamente las que son objeto del uso más intenso, lo que ofrece una base sociocultural sobre la que se pueden desarrollar e implementar prácticas de manejo sostenible de amplia aplicación. La Tabla 6­1 (p. 135–141) muestra las especies que reciben algún tipo de manejo en los cuatro países de la región. Figura 6-3. Palmas domesticadas: A) Bactris gasipaes, Perú, B) Parajubaea cocoides, Ecuador. (R. Bernal) llamó la tragedia de la propiedad colectiva. Las dos situaciones contrastantes se ven en la costa pacíica de Colombia, donde los cosechadores adoptan buenas prácticas de manejo para la cosecha sos­ tenible de los frutos de la palma Euterpe oleracea en tierras de su propiedad, pero sobrecosechan en áreas de propiedad co­ lectiva56. Igual ocurre en la Amazonía pe­ ruana con el aguaje, Mauritia lexuosa57. El número de especies de palmas que recibe algún tipo de manejo es consi­ derablemente menor que el de aquellas que se utilizan37. Esto quiere decir que Tabla 6-1. Sinopsis del manejo de las palmas en el noroeste de Suramérica Grupos humanos: AF, afroamericanos; AM, amerindios; ME, mestizos.Técnicas de cosecha: EA, trepando a un árbol vecino; SP, escalando la palma; ML, medialuna o cuchilla encabada en un palo; CD, cosecha directa de palmas bajas; CP, derribando la palma por mal manejo; RC, se requiere derribar la palma; CS, cosecha desde el suelo; SD, sin datos (pero sin derribar); CR, corte de rebrotes en palmas cespitosas. Manejo: CU, cultivo; ED, estudio diagnóstico o monitoreo antes de la cosecha; EN, enriquecimiento de áreas cosechadas mediante siembra de semillas o trasplante de plántulas; FE, fertilización; FU, uso de fuego; RA, rotación de áreas de cosecha; DP, dejar las palmas al cortar el bosque; PC, control de plagas; SC, cosecha selectiva por edad, tamaño o sexo; RE, restricción estacional (fases de la luna, ciclos fenológicos o climáticos, tradición); FS, individuos o áreas dejados como fuentes de semillas; EP, entresaca y poda (remoción de individuos, brotes u hojas); TR, trasplante; RP, remoción de plantas competidoras. Uso de la tierra: SA, sistema agroforestal; PI, bosques en llanuras inundables; CH, chagras o chacras; BP, bosque primario; P, plantación; PS, palmares; PT, potreros o pasturas; BS, bosque secundario. Tenencia de la tierra: TA, territorio de afroamericanos; TC, tierras privadas, de uso común; TI, territorio indígena; ER, reserva extractiva; TN, tierras de la nación; AP, áreas protegidas; TP, tierras privadas. Estado de conservación: * vulnerable, ** en peligro (basado en las referencias 58, 59, 60 y 61). Técnica de cosecha Manejo de Uso de la tierra Tenencia la tierra Categoría de uso Parte utilizada Referencias CU, DP SA, CH TP ornamental, alimentación toda la planta, semilla 29, 61, 62 DP, SC, RP BP, PT BP SA, PT TI TA, TP TP alimentación artesanía artesanía, implementos y herramientas, construcción, alimentación humana y de animales alimentación, implementos y herramientas, artesanía alimentación, artesanía, implementos y herramientas, construcción fruto 63 fruto, semilla 64 vaina, pecíolo, hoja, 13, 65, 66, 67 fruto, inflorescencia, semilla País Aiphanes horrida Allagoptera leucocalyx Ammandra decasperma Aphandra natalia Bolivia, Colombia, Ecuador Bolivia Colombia Ecuador, Perú AM ME AM CD CS SP, CP, CD Astrocaryum aculeatum Bolivia AM, ME ML, RC, CS, SD CU, ED, RA, DP CH, P, BS TI Astrocaryum chambira Colombia, Ecuador, Perú AM, ME EA, SP, ML, CD, CU, DP, SC, FS, CP, RC RP TI CH, BP tallo, fruto semilla 68, 69 fruto, cogollo, tallo 30, 70, 71, 72, 73, 74, 75, 76, 77, 78, 79, 80, 81, 82 6 Sostenibilidad de la cosecha de palmas Grupo humano Especie 135 136 Tabla 6-1 (continuación) Categoría de uso Parte utilizada Referencias RC, CS, SD BP, PI ER, TI ML CP CD ML, CP, RC CU, DP, SC CU, EN, DP, RE SA, PI PT BP TI TC, TP TA, TI, AP fruto, semilla, hoja, tallo, cogollo fruto cogollo, fruto cogollo fruto, tallo, cogollo 63, 69, 79 ME ME ME AF, AM, ME AF ME AM AM, ME CD CD CP SP, CP, RC DP DP BP SA, PT, BS TA CU, DP, RE CH, PT TI, TP construcción, alimentación, aceite para cosméticos alimentación alimentación artesanía construcción, alimentación, artesanía alimentación cultural, alimentación construcción alimentación humana y de animales, construcción, artesanía, implementos y herramientas alimentación humana y de animales País Grupo humano Técnica de cosecha Astrocaryum gratum Bolivia, Perú AM Astrocaryum huicungo Astrocaryum jauari Astrocaryum malybo Astrocaryum standleyanum Perú Colombia, Perú Colombia** Colombia, Ecuador* Colombia Colombia** Perú Bolivia, Ecuador, Colombia, Perú Attalea allenii Attalea amygdalina Attalea bassleriana Attalea butyracea Manejo Attalea colenda Ecuador* ME CS DP PT Attalea cuatrecasana Colombia AF CD DP BP TA Attalea maripa Colombia, Perú AM, ME EA, SP, CP, RC,CS DP, EP BP, BS AP Attalea moorei Attalea phalerata Perú Bolivia, Perú ME AM, ME CD CD, CP, RC, CS PT, BS Attalea plowmanii Perú ME CD CU, DP BP 30 30, 83 16, 52, 84 27, 43, 80, 82, 85, 86, 87, 88, 89 semilla 90 semilla, cogollo 91 hoja 92 fruto, hoja, lámina 17, 79, 93, 94, de la hoja, cogollo, 95, 96, 97 savia, tallo fruto, semilla 14, 31 animales, construcción, combustible construcción, alimentación, implementos y herramientas alimentación construcción, alimentación, combustible, aceite para cosméticos alimentación hoja, cogollo, fruto, 61 semilla fruto, hoja, tallo 30, 98 semilla 30 Parte utilizada Referencias fruto fruto, hoja, tallo, semilla COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA de Uso de la tierra Tenencia la tierra Especie 30 11, 30, 79, 99, 100 Tabla 6-1 (continuación) País Grupo humano Técnica de cosecha Manejo de Uso de la tierra Tenencia la tierra Categoría de uso Attalea polysticha Attalea princeps Attalea salazarii Attalea speciosa Colombia, Perú Bolivia Perú Bolivia AM, ME ME ME AM, ME CD ML ML CP, RC, CS RE DP BP TI TP DP, EP, RP SA, CH, BP, PT TC, AP Attalea tessmannii Bactris acanthocarpa Bactris barronis Bactris brongniartii Bactris coloradonis Perú** Perú Colombia Colombia, Perú Colombia ME AM, ME AF ME AF CP CD, CR CR CR CP, CR DP PT BP, BS BP, BS PT BP, PT, BS TI TA TA, TI, TP Bactris concinna Bactris gasipaes Perú Colombia, Ecuador, Perú ME AM, ME CR DP SP, EA, ML, RC, CU, FE PC,SC, CR RE, EP, RP BP, PT, BS SA, CH, BP, PT TP Bactris guineensis Colombia ME CD, RC, CR DP, RE PT TC, TP Bactris major Bolivia, Colombia Colombia** AM, ME CD, CR DP, RE PT, BP, BS TC, TP construcción, alimentación fruto, hoja 30, 61 construcción, alimentación fruto, hoja 101 alimentación fruto 30 alimentación humana y de fruto, tallo, semilla 63, 102, 103, animales, construcción, combustible, 104, 105 aceite para cosméticos construcción, alimentación fruto, hoja, semilla 30 construcción, alimentación fruto, tallo, hoja 79 construcción tallo 43 alimentación fruto 30, 61 construcción, implementos y tallo 61, 106 herramientas alimentación fruto 30 alimentación, combustible fruto, palmito, 30, 36, 42, 71, semilla 79, 107, 108, 109, 110 fruto, tallo 53, 61, 93 construcción, alimentación, artesanía, implementos y herramientas construcción, alimentación fruto, tallo 30 ME CD, DP DP PT TP cultural Ceroxylon alpinum DP DP DP cogollo 18, 111, 112, 113 6 Sostenibilidad de la cosecha de palmas Especie 137 138 Tabla 6-1 (continuación) País Grupo humano Técnica de cosecha Manejo de Uso de la tierra Tenencia la tierra Categoría de uso Parte utilizada Referencias Ceroxylon echinulatum Ecuador, Perú ME CP, RC, CS DP, CU SA, PT TP fruto, cogollo, tallo 4, 44, 62 Ceroxylon peruvianum Perú ME ML, RC, CS CU, FE, DP, TR SA, CH TP fruto, tallo 114 Ceroxylon quindiuense ME CD, CP, RC DP PT TP cogollo, tallo 18, 114 ME CD, CP, RC, CS DP PT TP fruto, cogollo, tallo 18, 62 ME CD, CP, RC DP PT alimentación de animales, construcción, cultural construcción, cultural cogollo, tallo 18, 71, 102 Copernicia alba Colombia**, Perú Colombia**, Ecuador Bolivia, Ecuador, Colombia Bolivia alimentación de animales, construcción alimentación de animales, construcción construcción, cultural ME RC CU, DP construcción, ornamental 102, 115 Copernicia tectorum Colombia ME ML, CD, RC, CS DP, SC PI, PS, PT TC, TN Desmoncus cirrhifer AF, AM CP BP TA, TI 15, 93, 116, 117, 118, 119 62, 80 Desmoncus giganteus Colombia, Ecuador Colombia hoja, tallo, toda la planta fruto, cogollo, tallo, hoja tallo AM CP BP TI tallo 62, 80 Desmoncus mitis Colombia AM CP BP TI tallo 80 Desmoncus orthacanthos Colombia AM, ME CP, CR PT TI, TP tallo 80, 93 Desmoncus polyacanthos Perú ME CP, CR BP TI tallo 120, 121 Categoría de uso Parte utilizada Referencias TP construcción, artesanía tallo, semilla 122, 123 TP alimentación, artesanía fruto, cogollo 16, 30, 83 fruto, palmito, tallo 1, 32, 56, 103, 104, 124, 125, 126 fruto, palmito, tallo 7, 30, 36, 39, 98, 100, 127, 128, 129, 130, 131 tallo, hoja 102, 128, 132, 133 hoja 134, 135 hoja 136 tallo 3, 71, 92, 102, 128, 137, 138, 139, 140, 141, 142 vaina, hoja, fruto 80, 143, 144, 145, 146, 147 hoja 9, 148, 149, 150, 151 Ceroxylon ventricosum Ceroxylon spp. EN, SC alimentación de animales, construcción, artesanía artesanía, implementos y herramientas artesanía, implementos y herramientas artesanía, implementos y herramientas construcción, artesanía, implementos y herramientas artesanía COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA Especie Tabla 6-1 (continuación) Especie País Técnica de cosecha Manejo ME RC, CS DP ME CD CU, DP AF, AM SP, ML, CP, CR CU, EN, FE, SC, PI, CH, BP, P, FS, EP, TR, RP PS, PT, BS TA, TC, TP construcción, alimentación, ornamental PT Euterpe precatoria Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú AM, ME SP, CP, RC, CS, SD CU, RA, DP, SC, SA, CH, BP, BS FS TI, ER, AP construcción, alimentación Geonoma deversa AM, ME CD, CP SC BP, BS TI Geonoma macrostachys Geonoma orbignyana Iriartea deltoidea Bolivia, Colombia, Perú Ecuador Colombia Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú AM ME AM, ME CD, CP CD RC BP BP BP, BS, PT AP, TI SC DP, SC TA, ER, TI, AP construcción, implementos y herramientas construcción ornamental construcción, artesanía, implementos y herramientas Leopoldinia piassaba Colombia AM, ME CD, CP SC BP TI, TN Lepidocaryum tenue Perú, Colombia AM CD, CP SC BP TI construcción, alimentación, artesanía construcción 6 Sostenibilidad de la cosecha de palmas Dictyocarium lamarckianum Ecuador, Colombia Elaeis oleifera Colombia**, Perú* Euterpe oleracea Colombia, Ecuador de Uso de la tierra Tenencia la tierra Grupo humano 139 140 Tabla 6-1 (continuación) Especie País Grupo humano Técnica de cosecha Manejo de Uso de la tierra Tenencia la tierra Categoría de uso Parte utilizada Manicaria saccifera Colombia AF, AM, ME CD CU, DP BP, BS inflorescencia, hoja 80, 152, 153 Mauritia carana Mauritia flexuosa Colombia Colombia, Ecuador, Perú AM AM, ME CP, SD DP BP EA, SP, ML, CD, CU, EN, FE, DP, PI, CH, BP, PS, CP, RC, CS SC, EP, RP PT, BS TI TI, AP construcción, artesanía, implementos y herramientas construcción construcción, alimentación, artesanía Mauritiella macroclada Oenocarpus bacaba Oenocarpus bataua Colombia Colombia Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú AF, AM AM, ME AF, AM, ME CD, CP SP, EA, CP SP, ML, CD, CP, CS DP PI, BP DP, EP BP CU, EN, RA, DP, SA, BP, PS SC, EP TA TI TA, ER, TI, AP construcción, artesanía alimentación construcción, alimentación Oenocarpus minor Parajubaea cocoides Parajubaea sunkha Colombia, Perú AF, ME Ecuador ME Bolivia SP, CP CS CU, DP, RP CU CU, DP TA, TI, ER TP Parajubaea torallyi Bolivia** CS, SD DP Pholidostachys synanthera Phytelephas aequatorialis Ecuador, Perú Ecuador* CD CD, CS EN, EP CU, DP, SC, EP, construcción alimentación, ornamental implementos y herramientas, ornamental alimentación humana y de animales, construcción, artesanía, implementos y herramientas construcción construcción, artesanía AP BP SA, PT, BS TI TA hoja fruto, cogollo, tallo 61 7, 21, 24, 30, 41, 74, 80, 98, 103, 154, 155, 156, 157, 158, 159, 160, 161 tallo, cogollo 106, 162 fruto 61 fruto, hoja, tallo 7, 22, 30, 35, 38, 40, 71, 95, 103, 128, 158, 163, 164, 165 fruto, cogollo, tallo 29, 43, 48 toda la planta, frutos 29, 48, 50 toda la planta 123 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA AM, ME AF, AM CH CH, P TA, TI Referencias fruto, hoja, cogollo, 166 semilla, tallo hoja hoja, semilla 167 5, 168, 169 Referencias Tabla 6-1 (continuación) Manejo de Uso de la tierra Tenencia la tierra Categoría de uso Parte utilizada Colombia, Perú AF, AM, ME CD, CS DP, SC, EP, RP SA, BP TA, ER construcción, alimentación, artesanía hoja, semilla Colombia** Colombia, Ecuador Colombia Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú AF, ME AM, ME CD, CS CP, CR DP DP BP BP TA, TN AP artesanía alimentación AM, ME AF, AM SP, ML, CD, RC RC CU, DP, SC, RE DP, RE SA, CH, PT BP, PT TP TI, TA construcción construcción, implementos y herramientas AF, AM RC DP, RE BP, PT TI, TA construcción, implementos y herramientas AM CR RA, SC, FS, CU AF, AM CD, CP, RC DP, RE BP TA construcción, artesanía cogollo, toda la planta tallo, cogollo ME AM RC RC RA, DP, SC DP, SC BS, PT BP, BS TP TA, TI construcción construcción tallo tallo País Phytelephas macrocarpa Phytelephas tumacana Prestoea acuminata Sabal mauritiiformis Socratea exorrhiza Syagrus sancona Trithrinax schizophylla Welfia regia Wettinia kalbreyeri Wettinia quinaria Bolivia, Colombia*, Ecuador, Perú Bolivia Colombia, Ecuador Colombia Colombia, Ecuador Grupo humano artesanía, ornamental 30, 83, 170, 171, 172, 173, 174 semilla 172 palmito 71, 175, 176, 177, 178, 179 tallo, hoja 93, 180 tallo 68, 92, 98, 102, 115, 128, 137, 181, 182, 183, 184 tallo, toda la planta 29, 61, 92, 102 29, 185 162 186, 187 2, 90, 141, 168, 187 6 Sostenibilidad de la cosecha de palmas Técnica de cosecha Especie 141 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA Elementos sostenibles e insostenibles en el manejo de las palmas Las diversas prácticas de manejo de pal­ mas que se encuentran en el noroeste de Suramérica incluyen tanto elementos que garantizan la sostenibilidad del apro­ vechamiento, como elementos que lo ha­ cen insostenible. A veces estos dos tipos de prácticas contrastantes se aplican a la misma especie en áreas diferentes. Los elementos que determinan si el aprovechamiento de una especie de palma es sostenible o no son: 1) abun­ dancia de la especie en el ecosistema, 2) forma de crecimiento de la planta, 3) fe­ nología, 4) parte de la planta que se usa, 5) tipo de uso del producto de palma (uso doméstico, comercio local, etc.), 6) téc­ nica empleada para cosechar el recurso y 7) prácticas adicionales de manejo. 1. Abundancia de la especie en el ecosistema 142 Cuanto más abundante es la palma en el ecosistema, mejor podrá soportar la presión de aprovechamiento, particu­ larmente si este es destructivo. Especies con poblaciones pequeñas o muy locali­ zadas, sometidas a una gran presión de cosecha, pueden ser diezmadas en poco tiempo. Esto podría suceder, por ejem­ plo, con algunas especies de Bactris que tienen poblaciones relativamente peque­ ñas y cuyos tallos se usan en construc­ ción, como Bactris guineensis en el Ca­ ribe colombiano53, donde un incremento en la demanda de tallos podría tener un fuerte impacto en la especie. Algo si­ milar ha sucedido en la zona limítrofe de Perú, Brasil y Colombia, a orillas del río Amazonas, donde las poblaciones de Lepidocaryum tenue, aunque extensas, se encuentran muy localizadas y sufren por tanto el efecto de la sobrecosecha como resultado del incremento del turismo en la región y la consiguiente construcción de techos de estilo tradicional9,151. De la misma manera se ven afectadas las po­ blaciones de Parajubaea sunkha en los Andes de Bolivia, donde la densidad de individuos adultos es elevada pero los niveles de regeneración reducidos, por lo que la presión de cosecha de ibras incide en las plantas más viejas188,189. Por otra parte, palmas con poblacio­ nes más abundantes pueden resistir por más tiempo las prácticas de mal manejo, ofreciendo así una ventana más amplia para la introducción de prácticas sanas. Un ejemplo de esto es el uso intensivo de los tallos de Iriartea deltoidea y Wettinia quinaria en Ecuador. Aunque este ha im­ plicado el corte de miles de palmas en las últimas décadas2, las extensas pobla­ ciones han evitado que ambas especies se extingan a nivel local, lo que abre una buena perspectiva para un mejor manejo futuro. Otro caso es el de Astrocaryum standleyanum en el occidente de Co­ lombia, donde la fuerte presión sobre la palma, como resultado del corte de la planta para obtener el cogollo, causó una severa reducción de la especie cerca de los poblados indígenas. Sin embargo, su abundancia en los bosques cercanos ha permitido una rápida recuperación de las poblaciones, después de que se introdu­ jeran técnicas adecuadas de cosecha190. Un aspecto paradójico de la abun­ dancia de una especie es que el gran número de individuos presentes en el ecosistema puede dar a los usuarios la imagen errónea de que el recurso es inagotable, llevándolos a cosecharlo de manera destructiva. “No se acaba: hay mucha”, se oye decir con frecuencia a los 6 Sostenibilidad de la cosecha de palmas habitantes amazónicos al referirse a espe­ cies abundantes como Euterpe precatoria o Mauritia lexuosa. 2. Forma de crecimiento de la planta El hábito de crecimiento de la palma de­ termina en gran medida el impacto que tendrá su aprovechamiento. Tres aspec­ tos son especialmente relevantes: a) el número de tallos de la planta, b) la altura del tallo y c) la presencia de espinas. a) El número de tallos desempeña un papel primordial, particularmente cuando es el tallo lo que se utiliza o cuando hay que cortarlo para obtener el palmito. En palmas solitarias, la cosecha del tallo implica la muerte del individuo y el impacto es por tanto mayor. En pal­ mas cespitosas (que producen nuevos tallos a partir de rebrotes basales), el corte de uno o varios tallos no produce la muerte de la planta, pues los rebrotes más pequeños se desarrollarán para re­ emplazar los tallos cortados. Esta dife­ rencia de hábito marca el contraste entre el aprovechamiento de Euterpe precatoria y el de Euterpe oleracea. La primera es una palma de tallo solitario, de la que se obtiene palmito a nivel doméstico en todo el noroeste de Suramérica, y a nivel comercial en Perú191 y Bolivia130. Aunque esta es la planta arbórea más abundante en toda la Amazonía192, los estudios de su dinámica poblacional han mostrado que las poblaciones no toleran el aprovecha­ miento comercial del palmito, a no ser que este se hiciera en intensidades muy bajas (25–50 % de todas las palmas adul­ tas) y en ciclos largos (16–32 años), lo que probablemente no sería rentable193. b) El tamaño del tallo es fundamen­ tal para asegurar el acceso al recurso, cuando se trata de frutos o de hojas. Las plantas más fáciles de cosechar son, desde luego, aquellas que tienen tallo subterráneo o de baja altura, y esta faci­ lidad conlleva un manejo más adecuado del recurso. En Perú, por ejemplo, las ho­ jas y los frutos de Attalea polysticha, que tiene tallo subterráneo, son fácilmente accesibles pues se encuentran a nivel del suelo y su cosecha no implica escalar ni cortar la palma194. De manera similar las hojas de jatata (Geonoma deversa) que tiene un tallo de menos de 2 m de altura, a menudo se cosechan en Bolivia sin ne­ cesidad de cortar la palma132,195, al igual que sucede en Colombia y Perú con las hojas de caraná o irapay (Lepidocaryum tenue)8,9. También en el Caribe colom­ biano se cosechan fácilmente los cogollos de la palma estera (Astrocaryum malybo) que tiene tallo subterráneo52 y los raci­ mos de frutos de Bactris guineensis cuyos tallos no superan los 2 m de altura53. Por otra parte, una palma de bajo porte permite introducir medidas adicio­ nales de manejo a la hora de cosechar. Un ejemplo de esto es la práctica adoptada en el Caribe colombiano para cosechar los cogollos de Astrocaryum malybo52. En vez de cortar el cogollo, simplemente se lo in­ clina y se arrancan las pinnas que tienen la longitud apropiada para ser usadas, de­ jándose en el raquis las pinnas de la base y del ápice, que no son utilizables. Des­ pués de la cosecha se devuelve el cogollo a su posición original y la hoja continúa su desarrollo hasta expandirse. De esta manera se minimiza el daño a la palma. Este tipo de manejo difícilmente sería posible en una palma de tallo elevado. Cuando se trata de palmas elevadas, la cosecha de frutos y de hojas implica el uso de herramientas para acceder a la corona, ya sea desde el suelo o esca­ lando la palma. Si no se dispone de esas herramientas o no se las usa, se recurre 143 6 Sostenibilidad de la cosecha de palmas COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA A B C Figura 6-4. Formas de crecimiento de palmas útiles: A) Euterpe precatoria con tallo solitario, B) Geonoma deversa con tallos cespitosos, C) Astrocaryum malybo con tallo subterráneo. (R. Bernal) los cosechadores utilizan en ocasiones fuego para eliminar las espinas cuando van a cosechar los tallos, afectando de esta manera los rebrotes de la planta53. una mayor tasa de producción de hojas196 tolera mejor la cosecha anual de sus co­ gollos para esta festividad. La Tabla 6­2 muestra cifras de producción de hojas de varias especies de palmas útiles, al igual que la edad de la planta al alcanzar la etapa reproductiva, y su longevidad. La fenología reproductiva también tiene impacto en la cosecha, aunque a veces puede ser de manera indirecta. En la costa pacíica de Colombia, por ejem­ plo, los cosechadores tumban las palmas adultas de Euterpe oleracea para vender su cogollo como palmito por diez centa­ vos de dólar, en vez de conservarlas para 144 a menudo a la opción simple y destruc­ tiva de cortar la palma. De esta manera se obtiene de una palma una sola vez un producto que podría haberse obtenido en múltiples ocasiones. c) La presencia de espinas determina a veces el manejo que se dé a la palma. Las especies de Astrocaryum, por ejemplo, a menudo son derribadas cuando alcanzan una altura superior a 6 m, pues sus enor­ mes y abundantes espinas diicultan el ac­ ceso al cogollo. Incluso en una especie de pequeño porte, como Bactris guineensis, El producto que se obtiene de una palma es determinante en la sostenibilidad de Producción de hojas por año Plántulas Juveniles Adultos Edad primera reproducción (años) Astrocaryum chambrira Astrocaryum malybo Astrocaryum standleyanum Attalea butyracea 1.5 1.8 1.7 0.8 1.7 2.0 2.0 1.8 2.9 2.5 3.1 5–8 20–32 22–33 43–44 20–40 Ceroxylon alpinum Ceroxylon echinulatum Copernicia tectorum Euterpe oleracea 0.9 7–11 76 4.8 1.1–1.6 1.4–2.2 1.8 6.6–19.3 1–2 12–33 7–11 23 31–33 1 1.9–2.1 3.8 Iriartea deltoidea Lepidocaryum tenue Mauritia flexuosa 0.66 0.93 1.4 1.8–2.2 1.0–1.3 2.2 2.1–2.4 1.4–1.7 6.8 Oenocarpus bataua Phytelephas macrocarpa Prestoea acuminata 0.9 1.2 1.54 0.9 1.8 2.1–3.2 2.1 6.1–7.4 3.6–5.3 15–20 (chagras) 40 (bosque) 65 60–68 10–15 (plena exposición) 30–40 (bosque) 50 (bosque) <24 36–48 Socratea exorrhiza Wettinia quinaria 1.6 1.9 2.7–4 2.5 4.5–5.4 2.4–3.6 35 15 3. Fenología Figura 6-5. Cosecha de folíolos de Astrocaryum malybo en Colombia, sin cortar el cogollo. (N. García) 4. Parte usada de la planta Tabla 6-2. Producción promedio de hojas en individuos de diferentes edades, edad a la primera reproducción y longevidad de algunas palmas útiles del noroeste de Suramérica. Especie Los ritmos de producción de hojas y de frutos son fundamentales para deter­ minar la sostenibilidad del aprovecha­ miento. Palmas con una tasa muy baja de producción de hojas serán más vul­ nerables frente al aprovechamiento de este órgano, que aquellas que producen hojas más rápidamente. Así, por ejemplo, la cosecha de cogollos de palma de cera (Ceroxylon alpinum) durante la Semana Santa en Colombia (y quizás también de otras especies de Ceroxylon en Ecuador, Perú y Bolivia) no es sostenible porque esta especie, en su fase de roseta antes de desarrollar tronco, produce solo dos ho­ jas por año. Dado que el número de co­ gollos cosechados cada año es justamente dos, las palmas nunca consiguen reponer las hojas cosechadas y inalmente mue­ ren al quedarse sin follaje111. Por el con­ trario, Attalea butyracea, una especie con vender su fruto que es 120 veces más ren­ table y cuya extracción no implica cortar la palma. La razón es simple: los frutos solo se producen dos veces al año, mien­ tras que los palmitos están disponibles todo el tiempo. Así el cogollo se convierte en una fuente de ingreso permanente, aun cuando se trate de un aprovecha­ miento destructivo y menos rentable que el de los frutos197. Euterpe precatoria Longevidad Referencia (años) > 101 > 93 > 68 > 120 81 84 89 196, R. Bernal obs. pers. 213 111 198 146 118, 119 58 (tallos de 28 rebrote) 90 25 145 > 100 > 120 166 184 58–69 (cada tallo) 135 137 142 150 24, 41 40 173 179 183 90 145 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA su aprovechamiento. La cosecha de ta­ llos o de productos asociados a ellos, como almidón, palmito o larvas de es­ carabajo, necesariamente implica cortar la palma, lo que en el caso de palmas de tallo solitario signiica la muerte del in­ dividuo. Por otra parte, productos como hojas, ibras o frutos se pueden cosechar de manera reiterada sin tener que cortar la palma. Un caso particular es el de la obten­ ción de savia azucarada. En el noroeste de Suramérica se obtiene este producto de las palmas a través del meristemo, para lo cual es necesario derribar la planta17 y así se obtiene savia de una palma una sola vez. Sin embargo, en el sur de Asia se extrae savia de varias especies de pal­ mas mediante el sangrado de las inlores­ cencias, lo que permite que una misma planta sea productiva durante muchos años37. Esta técnica todavía no ha sido desarrollada en nuestra región, pero es muy probable que pueda aplicarse a va­ rias especies de palmas de gran porte, 6 Sostenibilidad de la cosecha de palmas pues aquellas explotadas en Asia perte­ necen a géneros muy diversos. 5. Nivel de demanda del producto de palma El nivel de uso de los productos es uno de los factores que mayor impacto tiene en la sostenibilidad del aprovechamiento. Tra­ dicionalmente las palmas han sido usadas por las comunidades amerindias y campe­ sinas para suplir sus necesidades domésti­ cas de vivienda, alimentación y vida espiri­ tual. Este uso ha representado, en general, un impacto moderado en las poblaciones, incluso en casos de cosecha destructiva. Así, por ejemplo, las palmas de Euterpe precatoria eran derribadas ocasionalmente por muchas comunidades indígenas ama­ zónicas para consumir el palmito25,199, sin que se redujeran de manera signiicativa sus poblaciones. Igualmente se cortan a veces, para uso doméstico, palmas de Iriartea deltoidea, Socratea exorrhiza y Astrocaryum standleyanum10,139,190, sin que 146 Figura 6-6. Extracción de savia de Attalea butyracea en Colombia (R. Bernal) Figura 6-7. Palmito de Euterpe precatoria a la venta en el mercado de Iquitos, Perú. (C. Isaza) ello cause un impacto aparente en las po­ blaciones naturales. No obstante la situación cambia cuando los productos derivados se con­ vierten en objeto de comercio y el impacto aumenta con el crecimiento del mercado. Así, las poblaciones de Euterpe precatoria de Bolivia y Perú se han visto afectadas por el aprovechamiento comercial del pal­ mito130; las de Iriartea deltoidea en Ecua­ dor y Colombia han sufrido el impacto del uso de su madera en la producción de muebles y en la industria agrícola3,10; Lepidocaryum tenue y Socratea exorrhiza en Perú y Colombia escasean ahora como resultado del creciente turismo a lo largo del río Amazonas y la consiguiente de­ manda de techos tradicionales150,151,183,184; las poblaciones de Astrocaryum chambira en Perú, Ecuador y Colombia y las de Astrocaryum standleyanum en Colombia se redujeron severamente cerca de los asentamientos humanos por la presión del mercado de las artesanías que se fabrican con la ibra de sus cogollos51,81,82,190. 6. Técnica empleada para cosechar el recurso El modo de acceder a los productos que se obtienen de las palmas determina también la sostenibilidad del aprovechamiento. En todo el noroeste de Suramérica existe la costumbre de derribar palmas para co­ sechar sus hojas, sus ibras o sus frutos, cuando estos productos podrían alcan­ zarse mediante el uso de herramientas apropiadas. Los casos más graves son los de Oenocarpus bataua71,165,200, Mauritia lexuosa7,24,157,161,201, Euterpe precatoria25, Astrocaryum chambira51,71 y Aphandra natalia12,66. En la mayoría de los casos, tales pro­ ductos se pueden cosechar de manera no destructiva, accediendo a ellos mediante el uso de herramientas muy básicas. En palmas que miden hasta unos 8 m de alto es posible alcanzar la corona empleando una escalera o un palo inclinado con pel­ daños labrados, que hace las veces de es­ calera. Lo más simple y liviano es un tallo de guadua (Guadua angustifolia), como se usa en Colombia para cosechar las hojas de la palma de vino (Attalea butyracea)17 y en Ecuador para alcanzar las ibras de las hojas de Aphandra natalia198. Otra opción es cortar el producto desde el suelo mediante el uso de la “me­ dialuna”, una cuchilla encabada en el ex­ tremo de una vara larga. Estas cuchillas son baratas y están disponibles en las ferreterías. A menudo tienen forma de S, con ilo en los dos lados cóncavos, lo que permite cortar de abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo. De esta manera resulta fácil cortar un racimo o una hoja. La “medialuna” se emplea regularmente en el occidente de Colombia y Ecuador para cosechar los racimos de chontaduro (Bactris gasipaes)198,202. Su introducción en la región del bajo río San Juan, en el occidente de Colombia a inales del si­ glo XX, para cosechar los cogollos de Astrocaryum standleyanum puso in a la severa reducción de esta palma cerca de los poblados indígenas190. 147 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA Figura 6-8. Uso de un tallo de guadua (Guadua angustifolia) a manera de escalera para cosechar las hojas de la palma de vino (Attalea butyracea) en Colombia. (N. García) 148 Figura 6-9. “Medialuna” usada para cosechar hojas y frutos de palma. (R. Bernal) Cuando las palmas sobrepasan los 8 m de altura, la mejor opción es esca­ larlas. Hay diversos métodos para subir a las palmas, que varían en su grado de elaboración y en el nivel de comodidad y seguridad que ofrecen. El más simple consiste en trepar directamente por el ta­ llo sin ayuda, valiéndose solamente de los brazos y las piernas. Es útil para palmas de menos de 15 cm de diámetro y se uti­ liza a menudo en toda la región para co­ sechar los frutos de Euterpe precatoria25, Euterpe oleracea1 y los de algunas espe­ cies de Oenocarpus (Bernal, obs. pers.). Un método ligeramente más elabo­ rado se utiliza para cosechar los frutos del cocotero (Cocos nucifera) en las zonas costeras del Pacíico en Ecuador y Co­ lombia y en el Caribe de Colombia203, así como para alcanzar las ibras foliares de Parajubaea sunkha en valles interandinos húmedos de Vallegrande (Bolivia). Con­ siste en hacer pequeños cortes en el tallo, a manera de peldaños. Sin embargo, no es recomendable pues las heridas del ta­ llo pueden servir de entrada al picudo de las palmas (Rhynchophorus palmarum), que puede ocasionar la muerte de la planta202. En Bolivia se ha observado que en las incisiones del tallo se desarrolla una abundante lora epíita y parásita, especialmente cuando los peldaños son muy profundos189. Una técnica de escalada algo más so­ isticada consiste en hacer, con un bejuco o una cuerda, un anillo alrededor de la palma, dejándolo suicientemente amplio para que quepa un pie entre él y la palma a cada lado del tallo. Se introducen los pies en el anillo hasta un poco por debajo de los tobillos, apoyando las plantas contra el tallo al tiempo que se abren las pier­ nas. De esta manera, el peso del cuerpo se convierte parcialmente en presión contra el tallo y los tobillos, manteniendo 6 Sostenibilidad de la cosecha de palmas los pies en posición mientras se estira el cuerpo. Se recogen entonces los pies y el anillo mientras se sostiene el cuerpo so­ bre el tallo con los brazos, y se apoyan de A B Figura 6-10. Escalada de palmas: A) Escalada de Euterpe oleracea sin accesorios. B) Escalada con cuerdas en los pies. (R. Bernal) nuevo los pies para repetir el movimiento anterior hacia arriba. Esta técnica se ha observado en la Amazonía para cosechar frutos de Oenocarpus y Euterpe precatoria, y aparentemente se usa también en algu­ nas zonas de la costa del Caribe en Co­ lombia para cosechar las hojas de Sabal mauritiiformis. Aunque es muy fácil de implementar o incluso de improvisar con algún bejuco del lugar, es exigente en es­ fuerzo físico y maltrata los pies. Una opción más laboriosa consiste en amarrar palos al tallo de la palma, a ma­ nera de peldaños, para formar con ellos una escalera. Esta técnica puede resultar práctica si se utiliza algún tipo de cuerda que no se descomponga ni sea destruida por los animales, pues así la escalera puede dejarse en la palma para cosechar regularmente sus productos. Por otro lado, el “estrobo” y la “ma­ rota” (Figura 6­11) son las técnicas más elaboradas y ambas han dado excelentes resultados202. Son simples de fabricar y de transportar, fáciles de construir, seguras de usar, y con ambas se puede escalar de manera rápida una gran variedad de pal­ mas de diverso porte, incluso plantas de tallo grueso. El “estrobo” es el sistema que se usa para escalar los postes de teléfonos. Con­ siste en dos anillos de cuerda, cada uno de aproximadamente cuatro veces la cir­ cunferencia del tallo que se va a escalar. Se rodea el tallo con el anillo extendido como si fuera una cuerda doble y se pasa un extremo por el ojal que forma el otro extremo, apretándolo alrededor del tallo. Se colocan de igual manera los dos ani­ llos, uno de ellos 80 cm por encima del otro. Cada uno tiene, en la parte inferior del extremo que cuelga, una supericie adecuada para el pie. En la versión más elaborada, el anillo que va abajo lleva una tabla de 30 cm de largo y 20 cm de ancho A 149 6 Sostenibilidad de la cosecha de palmas COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA A B C Figura 6-11. Equipo utilizado para subir palmas: A, B) “Estrobo”, C) “Marota” utilizada en chontaduro (Bactris gasipaes). (A y B: G. Galeano; C: R. Bernal) 150 y el otro un segmento grueso forrado de tela o una banda de cuero. Para subir a la palma, el trepador se para con el pie derecho sobre la tabla del anillo inferior e introduce el pie izquierdo por la argo­ lla que cuelga del anillo superior, hasta el muslo. Apoyando el peso del cuerpo so­ bre el muslo, sube con las manos el anillo inferior hasta ponerlo al nivel del supe­ rior; se para entonces sobre la tabla del anillo inferior, sube el superior tan arriba como puede y repite nuevamente la ope­ ración. Avanzando de este modo, un tre­ pador con experiencia puede subir a una palma de 20 m en unos dos minutos. Esta técnica ha tenido un gran éxito en la comunidad Veinte de Enero, en la Amazonía peruana, donde su utilización durante los últimos 20 años tuvo una gran acogida entre los cosechadores de frutos de canangucho o aguaje (Mauritia lexuosa) y eliminó por completo la tala de palmas hembras24,202. Un sistema más reinado, basado en este mismo princi­ pio, pero más liviano, seguro y excep­ cionalmente fácil de usar está siendo desarrollado por Tarek Milleron (Caura Futures). El sistema ya ha sido introdu­ cido en varios sectores de la Amazonía colombiana y peruana, y se lo utilizó en 2013 en un taller de escalada en Leticia siendo excelente su aceptación por parte de los cosechadores (Figura 6­12). La “marota” se basa en el mismo prin­ cipio de apretar la palma con el peso del cuerpo. Consiste en dos estructuras de madera con forma de X. Sosteniendo la X horizontalmente, se presiona el ángulo distal contra la palma y se amarran con cuerda los dos extremos de cada lado, for­ mando dos triángulos, dentro de uno de los cuales se encuentra el tallo. El trián­ gulo que está hacia el lado del cosechador se cierra con otra vara de madera. Para subir la palma, el trepador se sienta so­ bre el triángulo de la estructura superior y sube la inferior con los pies tan arriba como le es posible. Se para luego sobre ella y sube la superior tan alto como puede, sentándose de nuevo en ella para repetir la operación. De esta manera, un cosecha­ dor puede subir a una palma de 20 m en Figura 6-12. Taller de escalada para introducir el sistema de Tarek Milleron en San Martín de Amacayacu, Leticia, Colombia. (C. Isaza) 2–3 minutos. A diferencia de las otras téc­ nicas de escalada de palmas, la “marota” tiene la ventaja de que el cosechador está a una buena distancia del tallo, lo que hace posible utilizarla para escalar palmas espi­ nosas. De hecho este método se ha usado en el occidente de Colombia para cose­ char los racimos de Bactris gasipaes. Se la emplea también en la comunidad Veinte de Enero, en la Amazonía peruana, para cosechar los frutos de Mauritia lexuosa24. 7. Prácticas adicionales de manejo Diversas prácticas de manejo de las es­ pecies cosechadas incrementan también la sostenibilidad del aprovechamiento. Estas incluyen el trasplante de plántulas a lugares apropiados para su desarrollo, como se hace en la Amazonía con Euterpe precatoria95 y Astrocaryum chambira51; la dispersión de semillas de palmas consu­ midas como frutales, como lo practican los grupos nómadas, v. gr. los nukak de Colombia204; la regulación del número de hojas que se cosechan de cada palma8,205; la cosecha de palmito sólo durante una época del año, como se hace en los Andes de Colombia con Prestoea acuminata177; o la rotación de las áreas de cosecha, como ha sido sugerido por Navarro­López et al.9. 151 Criterios para evaluar la sostenibilidad e indicadores para su monitoreo Los criterios para evaluar la sostenibi­ lidad del aprovechamiento de palmas 6 Sostenibilidad de la cosecha de palmas COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 152 están basados en los elementos expuestos anteriormente. En ellos es fundamental distinguir los criterios intrínsecos, es de­ cir los inherentes a la biología misma de la palma, y los extrínsecos, asociados al manejo que se da a la especie. Los crite­ rios intrínsecos hacen que una especie de palma, por su naturaleza misma, sea más apta que otra para su aprovechamiento. Por ejemplo, las palmas cespitosas son intrínsecamente más aptas para la pro­ ducción de palmito que las solitarias, dada su capacidad de producir nuevos rebrotes. Los criterios extrínsecos, por su parte, son susceptibles de modiicación para un mejor manejo, independiente­ mente de las características intrínsecas de la especie en cuestión. En la Tabla 10­3 estos criterios es­ tán formulados como una serie de pa­ rámetros que reciben un puntaje de 1 a 5, según su mayor o menor impacto en la sostenibilidad del aprovechamiento. La mayor sostenibilidad potencial de aprovechamiento de una especie es una combinación del puntaje obtenido en ambos parámetros. Así, por ejemplo, una especie con un bajo puntaje en los criterios intrínsecos es una planta cuyo aprovechamiento requiere una alta cali­ icación en los criterios extrínsecos, para poder garantizar su aprovechamiento sostenible. No es posible establecer un valor “correcto” que determine la soste­ nibilidad particular de una especie, pero valores muy bajos en los dos tipos de pa­ rámetros indican situaciones de riesgo que ameritan estudios cuidadosos, en tanto que valores muy altos en ambos parámetros revelan especies cuyo apro­ vechamiento implica un menor riesgo. En ambos casos, sin embargo, se deben realizar estudios previos para determi­ nar los niveles de aprovechamiento y las mejores prácticas a usar, y llevar a cabo monitoreos periódicos. Valores de evaluación de los criterios intrínsecos Mínimo: 8 ­ poco sostenible Máximo: 21 ­ sostenible Valores de evaluación de los criterios extrínsecos Mínimo: 6 ­ tipo de manejo poco sostenible Máximo: 17 ­ tipo de manejo sostenible Monitoreo Toda recomendación para asegurar la sostenibilidad de la cosecha de palmas debe ir acompañada de un seguimiento periódico. Este busca: 1) veriicar la apli­ cación adecuada de las prácticas de co­ secha recomendadas, 2) comprobar el estado de las poblaciones de palma como resultado de la presión de la cosecha apli­ cada, 3) recibir retroalimentación de los cosechadores, 4) evaluar la presión del mercado y 5) introducir las medidas co­ rrectivas necesarias. En el proceso inicial de estableci­ miento del sistema de aprovechamiento se debe incluir la capacitación a miem­ bros de la comunidad que hayan mos­ trado un particular interés y una com­ prensión de los temas involucrados, para que ellos mismos lleven un registro permanente de todos los parámetros que intervienen en el proceso de cosecha, transformación y comercialización de los productos, al igual que en el manejo de las palmas en cuestión. Con esta ac­ ción se busca que algunos de los miem­ bros de la comunidad se conviertan en investigadores locales, de tal manera que a mediano plazo los cosechadores gene­ ren las bases para la toma de decisiones de forma comunitaria y de acuerdo a su forma de organización. La construcción Tabla 6-3. Criterios para evaluar la sostenibilidad del aprovechamiento de palmas Criterios INTRÍNSECOS Abundancia de la palma en la zona escasa medianamente abundante abundante Forma de crecimiento solitaria cespitosa Altura del tallo >8m 2-8 m hasta 2 m acaule Diámetro del tallo > 20 cm hasta 20 cm Presencia de espinas presentes ausentes Fenología Tasa de producción de hojas hasta 2 por año 3-6 por año > 6 por año Producción de frutos estacional todo el año Parte usada tallo cogollo savia hojas frutos fibras de la vaina foliar Calificación 1 2 3 1 2 1 2 3 4 1 2 1 2 1 2 3 Criterios Calificación EXTRÍNSECOS Nivel de uso comercio internacional 1 comercio nacional 2 comercio local 3 doméstico 4 Volumen de consumo del producto alto 1 medio 2 bajo 3 Periodicidad del uso todo el tiempo 1 ocasional 2 Técnica de cosecha se corta el tallo 1 no se corta el tallo 2 Cosecha de hojas todas las hojas 1 más del 50 % pero se deja al menos una hoja expandida 2 entre el 20 y el 50 % 3 hasta el 25 % 4 Prácticas adicionales que favorecen la sostenibilidad ninguna 1 alguna 2 1 2 1 1 1 2 2 3 153 de esta capacidad local tomará tiempo, durante el cual el acompañamiento de los investigadores será de gran importancia. La periodicidad del monitoreo varía dependiendo del ciclo de vida de la espe­ cie que se está cosechando, la estructura de la palma y la presión de mercado esti­ mada u observada. Palmas más pequeñas y con un crecimiento más rápido pueden requerir un monitoreo más frecuente, mientras que en el caso de las gran­ des este puede ser más espaciado. Las COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA poblaciones de palmas de las que se cose­ chan los tallos o el palmito necesitan un monitoreo muy cercano, un poco menos en el caso de las que se cosechan por sus hojas, menos aún tratándose de las que producen frutos, y sólo un monitoreo ocasional de aquellas de las que se obtiene ibra de la hoja. En general los intervalos de seguimiento oscilan entre 2 y 5 años. Monitoreos a intervalos más cortos pue­ den ser realizados por los investigadores locales, particularmente para detectar cambios en el reclutamiento de plántulas, en la loración o en la tasa de producción de hojas, como los que ocurren a conse­ cuencia de períodos inusualmente secos. Un sistema de monitoreo debe incluir los siguientes pasos que no necesariamente hay que desarrollar en el orden propuesto, ya que las condiciones locales determina­ rán el procedimiento más adecuado: 154 1) Visitar el área y discutir con la población local el programa de cosecha sostenible que se implementó original­ mente. Entrevistar a los recolectores de forma independiente y organizar un taller al inal de la visita. Utilizar entre­ vistas semiestructuradas para recopilar información (estas por lo general son menos intimidantes para los usuarios de los recursos). En particular se deben abordar los si­ guientes aspectos del proceso: a. ¿Han encontrado alguna diicultad para aplicar las prácticas recomendadas? b. ¿Está usando toda la comunidad las técnicas recomendadas? c. ¿Han notado algún cambio en las con­ diciones de su trabajo? ¿Es más fácil, más difícil, más rápido, más lento? d. ¿Ha habido algún cambio en la dispo­ nibilidad del recurso? e. ¿Ha habido algún cambio en la de­ manda de los productos de palma? f. ¿Se han producido cambios en el pre­ cio de los productos? 2) Llevar a cabo observación parti­ cipativa, durante la cual los recolectores obtienen sus productos de palma del modo que dicen hacerlo normalmente, mientras el investigador los acompaña. Esto permitirá identiicar las fallas en la aplicación de las prácticas recomendadas. Durante estos días de campo se pueden hacer observaciones preliminares sobre el estado de las poblaciones de palmas. ¿Hay plántulas y juveniles? ¿Hay palmas taladas? ¿Hay palmas que parecen sobre­ explotadas? Cualquier observación que sugiera un mal manejo debe ser discutida con los cosechadores prudentemente, para que no se sientan censurados. 3) A menos que la buena gestión sea muy obvia, es conveniente establecer algunas parcelas en las que se pueda de­ terminar la estructura de la población, si­ guiendo el protocolo descrito por Galeano et al.206. La comparación de esta estructura con la original sobre la que se basaron las recomendaciones de manejo, será de vital importancia para entender los cambios que se hayan podido producir. 4) Realizar los ajustes necesarios en las recomendaciones originales, con base en los nuevos datos obtenidos durante el monitoreo. Por ejemplo, en palmas de las que se cosechan las hojas y los cogollos, si las plantas se ven deterioradas pueden estar sufriendo algún tipo de exceso de cosecha. Una fuerte reducción en el nú­ mero de plántulas y juveniles puede in­ dicar una sobrecosecha de frutos y/o un efecto negativo del pisoteo del bosque. 5) Discutir los resultados del mo­ nitoreo con la población local en los talleres, entregarle materiales educati­ vos, y hacer el trabajo de campo que se 6 Sostenibilidad de la cosecha de palmas requiera para introducir o discutir los cambios necesarios. Acciones que se requieren por parte de los diferentes actores involucrados en el sistema Para alcanzar la sostenibilidad del aprove­ chamiento de palmas se requieren accio­ nes a todos los niveles: desde el cosecha­ dor que obtiene el producto en el campo hasta el consumidor inal, incluyendo los investigadores que suministran la infor­ mación cientíica que orienta el uso soste­ nible, la legislación que regula el aprove­ chamiento y el control que garantiza que esa legislación realmente se cumpla. Investigadores La investigación cientíica proporciona información técnica y objetiva que per­ mite evaluar el impacto de la cosecha de los productos de palmas. Particularmente importante para el manejo es la informa­ ción proveniente de los estudios demográ­ icos. Para muchas de las especies que se cosechan existe ya información básica, o a veces bastante completa, sobre su biología, ecología y demografía207,208. Gran parte de esta información disponible se obtuvo du­ rante el desarrollo del proyecto PALMS. Autoridades ambientales La información obtenida por los inves­ tigadores debe ser utilizada por las au­ toridades ambientales para reglamentar el aprovechamiento de los productos de palmas y veriicar el cumplimiento de las normas que se expidan. Para esto es necesario adelantar un proceso de difu­ sión de los resultados mediante talleres en los que participen los investigadores, las autoridades, los entes de control, los cosechadores y, cuando sea necesario, los propietarios de la tierra, para aquellas especies que se cosechan en propiedad privada. En estos talleres se discutirán los resultados de la investigación, las reco­ mendaciones para el manejo sostenible y los correspondientes mecanismos de apli­ cación para beneicio de todos los actores. El desarrollo de estos talleres en cada uno de los países de la región será un proceso complejo y largo, pues en la mayoría de los casos las especies deberán ser abor­ dadas una a una en talleres separados, ya que los actores locales son diferentes. Como resultado de estos talleres, el papel de las autoridades ambientales com­ prenderá tres líneas de acción: la legisla­ ción, la extensión y el control. La legisla­ ción incluye la expedición de reglamentos de manejo basados en los resultados de la investigación y en la concertación con los actores a la que se haya llegado durante los talleres. La extensión busca difundir entre los cosechadores locales las prácticas de buen manejo y hacer de conocimiento pú­ blico la reglamentación del uso sostenible; simultáneamente debe sensibilizar a los consumidores sobre el origen y tipo de ma­ nejo que deben tener en cuenta a la hora de comprar productos de palmas. El control consiste en asegurar que la reglamentación establecida sea efectivamente puesta en práctica. Esto implica capacitar a las auto­ ridades de control (policía, procuraduría, iscalía, etc.) sobre los temas asociados a la sostenibilidad, sobre la legislación y sobre las especies mismas y sus productos. Cosechadores Dada la frágil aplicación de las leyes en zonas rurales de los países de la región, sensibilizar y capacitar a los cosechado­ res en prácticas de manejo sostenible 155 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 156 debe ser una de las actividades priorita­ rias en cualquier programa. Esto se logra mediante campañas de larga duración, utilizando materiales educativos de fá­ cil acceso para las comunidades, como carteles, cartillas, videos, canciones, etc. En ese marco se deben organizar talleres en las comunidades, incluyendo días de campo durante los que se discutan las nuevas técnicas, herramientas o prácti­ cas que se quiere introducir. Estos talle­ res son también el escenario en el que los grupos de productores establecen sus “reglas del juego”, basadas en experien­ cias pasadas, buenas y malas. una función importante, aunque difícil de implementar, en el manejo sosteni­ ble de las palmas. Es necesario que estén bien informados sobre el origen de los productos, las especies involucradas, el modo de cosecha y de transformación, las condiciones sociales de la producción y el impacto de todo el proceso en las poblaciones silvestres de las palmas. La información al consumidor debe ser una exigencia de las autoridades a los comer­ ciantes, como condición para permitir la comercialización de productos derivados de especies silvestres. Comerciantes y empresarios Propietarios de la tierra Los comerciantes y empresarios desem­ peñan un papel importante en la cadena de valor de los productos derivados de palmas, y su participación es determi­ nante en la presión que se ejerza sobre el recurso. Por eso es preciso involucrar­ los tanto como sea posible en cualquier programa de sensibilización. El tipo de productos que compren los comercian­ tes, los precios que paguen por ellos, el volumen de compra y la situación laboral de los cosechadores son factores que in­ ciden en la sostenibilidad del aprovecha­ miento. Vallejo et al.28, por ejemplo, han mostrado cómo el bajo precio pagado por los palmitos de Euterpe oleracea en Colombia y su cosecha mediante trabajo a destajo, afectan la sostenibilidad del aprovechamiento de esta especie que, por sus características intrínsecas, es perfec­ tamente adecuada para un aprovecha­ miento sostenible. En muchos casos, los productos de pal­ mas se obtienen de tierras privadas, cu­ yos propietarios no son los cosechado­ res17,52. Frecuentemente el ingreso de los cosechadores a los terrenos privados es considerado por los propietarios como una molestia53 que incluso los lleva a ve­ ces a eliminar las palmas para evitar el ingreso de personas ajenas a sus predios. Por esta razón, es preciso convocar a los propietarios a los talleres que se realicen para discutir el aprovechamiento sosteni­ ble de las palmas. Además, las autorida­ des ambientales deben promover acuer­ dos entre los propietarios y los usuarios de los recursos, para facilitar su aprove­ chamiento legal y sostenible. Consumidores Los consumidores, como elemento i­ nal de la cadena de valor, pueden tener Implementación de acciones La implementación de algunas prácticas de cosecha simples ayudará a garantizar que la cosecha de palma sea sostenible en el largo plazo. La mayoría no requieren ninguna inversión o apenas una limi­ tada inversión única, y todas son fáciles 6 Sostenibilidad de la cosecha de palmas de desarrollar. Aunque existen prácticas apropiadas especíicas para cada especie, que se deben compilar en los folletos de difusión que se distribuyan entre las co­ munidades, las prácticas generales des­ critas a continuación se aplican a la ma­ yoría de las especies de palmas en toda la región. 1) No derribar una palma para co­ sechar sus hojas o sus frutos. Algunas especies de palmeras son tan abundantes en el bosque que las personas a menudo se engañan y creen que son inagotables. Sin embargo, una palma adulta necesita varias décadas para alcanzar su tamaño y las poblaciones no logran tolerar el corte continuo de individuos adultos. Como solo estos últimos producen semillas, las poblaciones que se cosechan derribando las palmas desaparecerán inevitable­ mente en el largo plazo. 2) Alcanzar las hojas o los frutos mediante el uso de una cuchilla ailada montada en un palo largo. La cuchilla más útil es una en forma de S, con ilo en ambos lados cóncavos. Con esta he­ rramienta se pueden cosechar las palmas de hasta 8 m de altura. 3) Subirse o trepar a las palmeras altas. Las palmas que miden más de 8 m de altura se pueden escalar utilizando los “estrobos” o la “marota”. Ambas herra­ mientas son fáciles de usar y de trans­ portar por el bosque, y con cualquiera de ellas se puede subir a una palma de 20 m en 2–3 minutos. Los “estrobos” son la herramienta más ligera; la “marota” per­ mite escalar palmas espinosas. 4) No cosechar todas las hojas. Si se cosechan las hojas para techar, no deben cortarse todas en la corona de una palma. Hay que dejar al menos una tercera parte de su número, y en ningún caso menos de cuatro. 5) Cosechar cada segundo cogollo. Si se cosechan los cogollos para la obten­ ción de ibra, no se lo debe hacer en cada hoja, ya que esto causará que la palma con el tiempo se quede sin hojas. Se debe cosechar a lo sumo en cada segunda hoja. 6) Seguir las recomendaciones es­ pecíicas de los investigadores. Se de­ ben seguir las recomendaciones que los investigadores hagan sobre la palmera utilizada. Estas son a menudo muy espe­ cíicas para una especie de palma en un área en particular; una adecuada combi­ nación de los consejos de los expertos y los saberes tradicionales resulta, por lo general, de gran utilidad. La implementación de estas y otras acciones que conduzcan a la sostenibili­ dad del aprovechamiento es un proceso de largo alcance que se desarrolla a di­ ferente ritmo en los países de la región, dependiendo de las condiciones propias de cada uno. En el caso del proyecto PALMS, que comprende países que di­ ieren en aspectos tan diversos como su composición étnica, su lora de palmas, el grado de uso y manejo de sus especies y el nivel de conocimiento de la biología de ellas, es comprensible que la imple­ mentación de acciones haya avanzado a ritmo diferente en cada país. En Bolivia el proceso está en la etapa de sensibilización de las comunidades, mediante la producción de materiales educativos dirigidos a ellas. Estos inclu­ yen cartillas sobre los usos de las palmas entre los yuracaré209, los leco210,211, los chá­ cobo199,212, los tacanas y mojeños, y comu­ nidades campesinas de Riberalta213,214. En el marco del proyecto PALMS, en Perú se han producido materiales similares 157 6 Sostenibilidad de la cosecha de palmas COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 158 para los ese eja215, los awajun194, los ara­ zaeri216 y los llaquash217. Otros proyectos han producido cartillas sobre manejo es­ pecíico de algunas especies en diversas áreas de la Amazonía57,76,131,151,174,184,218 y planes de manejo de las palmas en gene­ ral para algunas áreas de reserva219,220,221. En Ecuador se ha elaborado una cartilla sobre Ceroxylon echinulatum en los An­ des222. Para la producción de sus mate­ riales, el proyecto PALMS ha colaborado con WWF, la Fundación EcoFund, el Fondo Ambiental Nacional de Ecuador y el Missouri Botanical Garden. Colaboró además con Biocomercio Andino, inicia­ tiva desarrollada en Colombia, Ecuador y Perú en cooperación con los Ministerios de Medio Ambiente de los tres países, para producir en Ecuador el libro Palmas ecuatorianas: biología y uso sostenible207, que busca proporcionar a las autoridades ambientales las herramientas técnicas para legislar sobre el aprovechamiento de los productos de palmas. En Colombia, la implementación de acciones del proyecto PALMS ha abar­ cado desde las comunidades locales hasta el Ministerio de Ambiente. Se han pro­ ducido cartillas educativas sobre el ma­ nejo de 10 especies útiles en la Amazo­ nía, el Pacíico y el Caribe, involucrando a comunidades indígenas tikuna, uitoto, wounaan, y a comunidades afroameri­ canas y campesinas24,26,126,205,223,224. Se han desarrollado talleres de manejo soste­ nible en las tres regiones, en coopera­ ción con el Instituto de Investigaciones Amazónicas Sinchi, Corpoamazonia, el Instituto de Investigaciones del Pacíico, Corponariño, Corpocesar y la Fundación Patrimonio Natural. Con la colaboración de Colciencias, la agencia colombiana de ciencia y tecnología, se publicó el libro Cosechar sin destruir: aprovechamiento sostenible de palmas colombianas208 que, al igual que su equivalente ecuatoriano, busca proporcionar a las autoridades am­ bientales las herramientas técnicas para legislar sobre el aprovechamiento de los productos de palmas. Gracias a la infor­ mación generada, el Grupo de Investiga­ ción en Palmas Neotropicales, en colabo­ ración con el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, se encuentra ela­ borando un Programa de Manejo y Con­ servación de las Palmas en Colombia, que será publicado en mayo de 2014. Por otra parte, en asociación con la Funda­ ción Patrimonio Natural, se ha iniciado el proyecto Aprovechamiento sostenible de palmas en la región Caribe colom­ biana, que se ocupará de las especies más utilizadas en esa región del norte del país. La implementación de acciones irá mucho más allá de la culminación del proyecto PALMS y sus efectos se sentirán en el noroccidente de Suramérica durante varios años. Es de esperar que en el me­ diano plazo la información generada du­ rante el proyecto se vea relejada en una mayor conciencia, a todos los niveles, del importante papel que las palmas pueden desempeñar en el desarrollo rural de los países. Dada la enorme extensión del área del proyecto, pasarán todavía varios años antes de que el manejo sostenible de las especies sea una realidad en toda la región. Sin embargo, la introducción de nuevos esquemas y procedimientos en las áreas piloto donde se trabajó marcará el punto de partida de un proceso que ya no tendrá vuelta atrás. 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Cartilla para el manejo y aprovechamiento de la palma estera (Astrocaryum malybo). Grupo de Investigación en Palmas Silvestres Neotropicales­Instituto de Ciencias Naturales­Universidad Nacional de Colombia, Bogotá. 224 García, N., G. Galeano, R. Bernal, H. Chamarra, Z. Chamarra & C. Cuero. 2013. Cartilla para el manejo y aprovechamiento de la palma de güérregue (Astrocaryum standleyanum). Grupo de Investigación en Palmas Silvestres Neotropicales­Instituto de Ciencias Naturales­Universidad Nacional de Colombia, Bogotá. 173 7 Políticas de uso y manejo sostenible de productos de palmas Renato Valenciaa*, Gloria Galeanob, Helle Munk Ravnborgc, Mónica Moraes R.d, Mayra Ninazuntaa & Henrik Balsleve a Laboratorio de Ecología de Plantas, Escuela de Ciencias Biológicas, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Quito, Ecuador. b Instituto de Ciencias Naturales, Universidad Nacional de Colombia. Bogotá, Colombia. c Danish Institute for International Studies (DIIS). Copenhagen Ø, Dinamarca. d Herbario Nacional de Bolivia, Instituto de Ecología, Universidad Nacional de San Andrés. La Paz, Bolivia. e Department of Bioscience – Ecoinformatics and Biodiversity Group, Aarhus University. Århus C, Dinamarca. * lrvalencia@puce.edu.ec Las palmas representan un modelo ideal para evaluar las políticas de uso y ma­ nejo sostenible en los países andinos. En primer lugar, alrededor del 50 % de las especies que crecen en los países estu­ diados es de utilidad para el ser humano y la mayoría tienen usos múltiples1–3, de manera que las comunidades locales suelen usarlas intensamente. En segundo término, muchas especies tienden a ser superabundantes, incluyendo aquellas de porte arborescente que pueden dominar grandes extensiones de los ecosistemas donde crecen4, lo que las convierte en importantes reservorios de carbono5 y fuentes de frutos para un gran número de mamíferos y aves. Finalmente, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia (en este estudio considerados como el noroccidente de Suramérica) comparten muchas de sus especies: al menos 70 entre Colombia, Ecuador y Perú y más de 40 están en to­ dos los países6,7. Pese a que la intensidad de cosecha de productos puede variar de un país a otro, en general, los usos de las especies y sus problemas de manejo son similares, lo que permite investigar y te­ ner una visión regional sobre cómo inlu­ yen las políticas de conservación en el uso sostenible de estos recursos. Al mismo tiempo, el uso sostenible de Productos Forestales No Maderables (PFNM), en el 175 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA que se circunscribe actualmente a las pal­ mas, es considerado cada vez más como un componente importante en las políti­ cas de conservación de los bosques8–11. La sostenibilidad de la cosecha de palmas, además de los aspectos ecológi­ cos que conlleva, depende de las condi­ ciones socioeconómicas y políticas, y su éxito bien podría caer dentro de esos do­ minios12,13. Este capítulo examina la vul­ nerabilidad de las palmas bajo la inluen­ cia humana y se enfoca en un análisis de cómo las políticas y su expresión a través de las normativas y estrategias inciden en la sostenibilidad ecológica de este tipo de plantas. La información presentada se fundamenta en una revisión exhaustiva de artículos publicados en revistas cien­ tíicas y de documentos sobre normati­ vas, políticas y estrategias, así como en resultados de talleres y entrevistas reali­ zados en los cuatro países considerados (Anexo 7­1, p. 199). I. Inluencia humana y vulnerabilidad de las especies 176 Los productos de palmas más comercia­ lizados en el área de estudio provienen en su mayoría de especies muy comunes y abundantes, como Euterpe precatoria, Iriartea deltoidea u Oenocarpus bataua en la Amazonía4 y muchas de ellas tienen rangos de distribución geográica a ambos lados de los Andes (Figura 7­1, p.178). A pesar de su abundancia, las prácticas des­ tructivas de manejo, la sobrecosecha y la demanda de sus productos en los merca­ dos son una amenaza constante para estas especies14, especialmente alrededor de los sitios más poblados. Este riesgo es aún mayor para especies que tienen rangos de distribución restringidos15,16, como ocu­ rre con especies endémicas o nativas de palmas amenazadas de extinción en todo el noroccidente de Suramérica17–20. Las especies pueden ser endémicas, de dis­ tribución geográica restringida y sin em­ bargo tener poblaciones abundantes, lo que favorece su conservación. El caso más destacable es el de la tagua (Phytelephas aequatorialis), una palma de distribu­ ción restringida a la Costa ecuatoriana (Figura 7­1, p. 178), cuyas semillas han sido cosechadas intensamente durante décadas como fuente de maril vegetal21. Pese a que los bosques de la costa pací­ ica han sido devastados en Ecuador22, los campesinos aún mantienen las palmas de tagua incorporadas a sistemas de manejo agroforestal por considerarlas una fuente importante de ingresos21, lo que ha con­ tribuido a su conservación. Las palmas suelen estar mejor con­ servadas en áreas alejadas de los asen­ tamientos humanos y de los mercados. Los alrededores de las fronteras políticas y áreas menos accesibles o de condicio­ nes climáticas adversas, mantienen bajas densidades de población humana y los bosques tienden a estar mucho más con­ servados16. La igura 7­1 (p. 178) muestra la distribución de ocho de las especies comerciales más utilizadas en el área de estudio y en el centro un mapa del Ín­ dice de Inluencia Humana (IIH)23. Este índice considera tres parámetros: la den­ sidad poblacional, el uso del suelo y la infraestructura. El mapa coincide con las áreas donde las palmas son más vulnera­ bles (colores claros de la Figura 7­1, IIH, p. 178). Los Andes y particularmente la región interandina conservan menos ve­ getación original y están más afectados por asentamientos humanos20,24. Es allí donde se han encontrado numerosas es­ pecies de palmas amenazadas de extin­ ción17–19 y donde la presión de cosecha puede ser más devastadora (áreas en gris 7 Políticas de uso y manejo sostenible de productos de palmas claro, Figura 7­1, IIH, p. 178). La región amazónica, en contraste, es la mejor con­ servada y con valores más bajos del IIH (Figura 7­1, p. 178). Las poblaciones de palmas en la Amazonía son relativamente abundantes y en general se encuentran en mejor estado17. Sin embargo, la cosecha industrial de productos de palmas ama­ zónicas no deja de ser un serio problema de conservación incluso para especies tan abundantes como Euterpe precatoria (asaí) en Bolivia o Mauritia lexuosa (aguaje) en Perú, cuya problemática se describe más adelante. En la Amazonía existen varios centros poblados con altas tasas de crecimiento demográico y ele­ vado IIH (no detectables a la escala que se muestra en la igura 7­1). Por ejemplo, Iquitos, en Perú, alrededor de 400 000 habitantes y un crecimiento poblacional anual de 1.26 %25 es un centro de comer­ cio de frutos de aguaje cuyo mercado ha provocado daños signiicativos a las po­ blaciones de esta palma en los bosques naturales cercanos a la ciudad. Las presiones del comercio, así como los factores sociales y culturales pueden afectar la conservación de las palmas de manera distinta en diferentes localidades y regiones. En Ecuador, las tierras bajas costeras constituyen la región de mayor importancia extractiva de palmas co­ merciales26 y al mismo tiempo una de las más deforestadas22. En esta zona, la co­ secha de Iriartea deltoidea para abastecer las necesidades de la industria lorícola es devastadora27, mientras en la Ama­ zonía, donde también crece la especie (Figura 7­1, p. 178), la cosecha tiende a ser menos intensa y las poblaciones es­ tán mejor conservadas13,28,29. Algo pa­ recido ocurre con la palma amazónica Aphandra natalia, que soporta niveles de cosecha generalmente sostenibles en Ecuador30, mientras en Perú la cosecha de la misma especie es innecesariamente destructiva31. En ocasiones el acervo cultural puede favorecer el manejo sos­ tenible de la especie, como ocurre con Pholidostachys synanthera (palma de wa­ yuri): los indígenas quichuas de Sarayacu han decidido limitar su cosecha, favore­ cer su crecimiento dentro del bosque e iniciar procesos de domesticación32. II. Legislación sobre el uso y manejo de PFNM Varios acuerdos internacionales, como la Convención de Diversidad Biológica, la Estrategia Global para la Conservación de las Plantas, el Régimen Común de Ac­ ceso a Recursos Genéticos, la Estrategia Regional de Biodiversidad para los Paí­ ses del Trópico Andino, inluyen en las regulaciones de uso y comercio de los PFNM de todos los países34,35. Los países andinos, enmarcados en estos acuerdos, han desarrollado una legislación y re­ glamentaciones especíicas que guían la administración pública y regulan la acti­ vidad de las personas que se dedican al uso, manejo y comercio de los bosques naturales y sus productos. La complejidad de las regulaciones y su aplicación varían dependiendo si el uso es doméstico o comercial. Así, por ejemplo, el uso doméstico para subsis­ tencia no requiere un permiso especíico, excepto en la parte sur de la Amazonía colombiana, donde es necesaria una auto­ rización mediada por un trámite relativa­ mente fácil36. En general, dicho uso no se considera una amenaza signiicativa a la conservación de las poblaciones silvestres de palmas37. En contraste, a nivel regio­ nal, la cosecha con ines comerciales debe estar avalada con permisos otorgados por autoridades ambientales. Los cuatro 177 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 178 Figura 7-1. Mapas de rango de distribución de ocho palmas de importancia comercial en la región (modificados a partir de Vedel-Sørensen et al. 201333) y mapa del Índice de Influencia Humana (IIH, en el centro). Los puntos negros corresponden a registros botánicos. La ausencia de la especie se indica en gris claro; el gris oscuro corresponde a áreas aptas para su presencia. Los mapas de distribución fueron elaborados en Maxent considerando variables climáticas, no climáticas y espaciales. 7 Políticas de uso y manejo sostenible de productos de palmas países contemplan la posibilidad de cose­ char PFNM en reservas naturales, dentro de áreas destinadas al aprovechamiento. En Perú y Bolivia se da especial énfasis a la regulación del aprovechamiento de productos de plantas y animales dentro de estas áreas, sobre todo cuando están cerca de asentamientos humanos38–40. Si bien el uso doméstico no requiere autorización, con la excepción anotada para la Amazonía colombiana, las con­ diciones de pobreza y la necesidad de recursos hacen que los productos cose­ chados para uso “doméstico” fácilmente se incrementen y entren en los mercados locales de la región, sin que se legalice la condición de explotación comercial. Así, muchos de estos productos terminan siendo comercializados directamente por pobladores locales o por intermediarios, sin respetar las regulaciones35. El control se vuelve imposible a este nivel, más aún en áreas remotas, donde los acopiadores de productos aprovechan para conseguir productos a mejor precio. En la legislación de los países andi­ nos, los productos de palmas son consi­ derados como PFNM. Aunque su deini­ ción varía de un país a otro, en general se acepta que se trata de recursos renova­ bles y que la cosecha no afecta signiicati­ vamente a la reproducción y persistencia de la especie en la comunidad41. Típica­ mente entran en la categoría de PFNM los frutos, las hojas, las ibras, las semillas y los exudados de plantas. En el caso de las palmas, también se incluyen los tallos de especies arborescentes y solitarias, pese a que su cosecha implica la muerte de in­ dividuos muchas veces centenarios. En la actualidad, en todos los países se exigen dos requisitos fundamentales para otor­ gar autorización o permiso de cosechar estos productos con ines comerciales. Los requisitos, aunque de nomenclatura diferente, son esencialmente similares: la presentación de un plan de manejo y la obtención de una guía de moviliza­ ción que permite el transporte35. Si los productos están destinados a industrias alimenticias, farmacéuticas o a la expor­ tación existen requisitos ulteriores que cumplir, como la obtención de permisos sanitarios y de exportación35. Cosecha de tallos: debilidad de las regulaciones e impacto en la sostenibilidad En todos los países, la cosecha de tallos de palmas es la que tiene menos restric­ ciones técnicas y la menos reglamentada. En general, los tallos de palmas son con­ siderados PFNM. Cuando se trata de especies cespitosas (de tallos múltiples), su cosecha con cierta intensidad y den­ tro de ciertos límites puede considerarse sostenible14,42. En contraste, tratándose de palmas arborescentes solitarias esta lógica no cabe: los tallos de dichas pal­ mas, cuyo porte con frecuencia sobre­ pasa los 20 m de altura, son estructuras centenarias de difícil reposición27,29,43 y, consecuentemente, su cosecha se torna rápidamente insostenible. Aunque técnicamente el tallo de las palmas no es madera, ya que no se forma de tejidos secundarios como ocurre en los árboles, la estructura y dureza de su parte externa permite extraer duelas, ti­ ras y otros subproductos característicos de la madera27,55. Consecuentemente, al igual que ocurre con los árboles, la re­ posición de los tallos de palmas arbores­ centes puede tomar siglos y por tanto su cosecha debería estar regulada por están­ dares similares a los aplicados en el caso de productos maderables, es decir, con límites más estrictos de volumen e inten­ sidad de la cosecha. 179 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA Cosecha de tallos de palmas cespitosas La cosecha de tallos de palmas cespitosas necesita normas técnicas para garantizar la sostenibilidad biológica de la especie, pero no ha sido debidamente reglamen­ tada. En Colombia y Ecuador existen registros históricos de la devastación de la palma Euterpe oleracea debido a prác­ ticas de sobrecosecha para abastecer la industria del palmito de exportación42,44. La cosecha de palmito en la costa pacíica colombiana no estuvo adecuadamente re­ gulada, de modo que las empresas com­ praron el producto prácticamente hasta agotar el recurso, sin advertir que esta práctica provocaría su debacle42. En la ac­ tualidad, en Colombia se implementan al­ gunas normas técnicas para poner límites a la cosecha y la industria ha empezado nuevamente a lorecer42. En Bolivia existe una norma técnica para PFNM desde el año 200645, que incluye pautas generales de sostenibilidad para la cosecha de pal­ mas cespitosas y especiica simplemente que se las puede realizar dejando al menos un tallo de cada individuo, lo que es sin duda insostenible para algunas especies14. 180 Cosecha de tallos de palmas solitarias La cosecha de palmas arborescentes so­ litarias se realiza para extraer madera y en algunos casos el palmito. En cuanto a regulaciones de extracción, Colombia y Bolivia son los únicos países donde existe alguna restricción reglamentaria relativa a estas plantas. Corpoamazonia, una de las 34 Corporaciones Autónomas Regionales (CAR) en las que se divide el sistema de administración ambiental en Colombia, emitió una norma46 que re­ gula la cosecha de Iriartea deltoidea, una palma arborescente muy común en todo el noroccidente de Suramérica. Ninguna otra especie está explícitamente conside­ rada en otras normativas colombianas, si bien otra corporación regional, Co­ deChocó, emitió una norma en la que establece que la cosecha de PFNM debe hacerse sin cortar las palmas47. Estas normas, aunque representan un avance signiicativo, se aplican únicamente en el ámbito jurisdiccional de cada CAR. En Bolivia, por su parte, existen nor­ mas técnicas para tres especies de palmas solitarias45: Euterpe precatoria, Attalea phalerata y A. speciosa. Las normas son más elaboradas para E. precatoria (asaí). Curiosamente, esta especie, muy abun­ dante en la Amazonía y de la que se extrae palmito industrialmente48, es el caso más extremo de sobrecosecha que se conoce de una palma solitaria en Bo­ livia: la extracción de palmito pasó de medio millón durante el año 1993 a más de 7 millones en 199749 y se estimó que de mantenerse ese ritmo el recurso po­ dría agotarse en una década50. Para 2004, rodales extensos de esta especie habían desaparecido de las localidades cercanas a las plantas enlatadoras de palmito50. Las escasas regulaciones oiciales aprobadas para la cosecha de palmas en Colombia y Bolivia son una muestra de la poca voluntad política en cuanto a los aspectos de conservación a nivel regio­ nal: se ofrecen respuestas aisladas a pro­ blemas concretos de sobrecosecha, mas no políticas preventivas y proactivas para regular el uso comercial de los PFNM. En Ecuador y Perú la cosecha de ta­ llos de palmas no tiene ningún tipo de reglamentación especíica y en general se asume que se trata de PFNM que pueden renovarse en plazos relativamente cor­ tos. En Perú existen planes de manejo de reservas donde se menciona la cosecha de tallos de las palmas Iriartea deltoidea y Socratea exorrhiza, pero los límites de 7 Políticas de uso y manejo sostenible de productos de palmas cosecha sugeridos no garantizan su con­ servación a largo plazo (por ejemplo, cosechar los individuos reproductivos o hacerlo en ciclos de 8 a 10 años no es sos­ tenible, véase el Anexo 7­2, p. 202). En ese país también se ha registrado cosecha destructiva del palmito de E. precatoria (Millán com. pers.). En la práctica, la cosecha de estas especies en Perú se rea­ liza sin ningún control, lo que reduce sus poblaciones alrededor de las comunida­ des51. En Ecuador la cosecha de tallos de Iriartea deltoidea (pambil) y de otras especies arborescentes tampoco obedece a un plan de manejo o norma técnica, aunque sí se exige una guía de movili­ zación para autorizar el transporte del producto27,52. La aplicación de estas re­ gulaciones y el control del comercio son prioritarios para la conservación de las especies por tratarse de una práctica que puede ser devastadora, especialmente en Ecuador y Colombia, países donde se ha detectado mayor comercialización de pambil y de especies de Wettinia14,53,54. Tratándose del pambil, se ha sugerido que la cosecha puede ser sostenible sola­ mente si se extraen palmas de > 20 m43,55, es decir que están cerca de su senescen­ cia. Por esta razón, los tallos de palmas solitarias arborescentes no deberían con­ siderarse PFNM (recursos renovables en el corto plazo: < 10 años), sino productos maderables y su uso debería estar aso­ ciado a programas de cultivo y enrique­ cimiento de los bosques, que garanticen la sostenibilidad de la cosecha55. A pesar de este panorama, en todos los países estudiados existe un mercado importante de productos “maderables” provenientes de palmas que abastecen las necesidades de las industrias agrícola, de construcción y artesanal27,53,55. La ex­ tracción de madera de palmas está pro­ vocando un problema de conservación, especialmente en Colombia y Ecuador, donde existe un uso intensivo de especies como Iriartea deltoidea o Wettinia spp., que amenaza con la extinción local de estas especies, a pesar de que son abun­ dantes en los sitios donde crecen14,27,56. En Bolivia ocurre algo similar con Ceroxylon parvifrons y C. pityrophyllum, cuyos ta­ llos son destinados a la construcción. Además de la debilidad causada por ser considerados como PFNM, la falta de controles eicientes y de personal capaci­ tado para esta tarea, propicia el comercio y la cosecha excesiva de tallos. Por ejem­ plo, no se deberían conceder permisos de transporte si no existe una autorización que avale la cosecha. Tampoco habría que permitir que la industria compre estos productos a no ser que su destino esté certiicado, para evitar casos como los que se presentan actualmente en Colombia, donde muchos artesanos se abastecen de madera de palmas a través de campesinos que cosechan con autori­ zaciones para uso doméstico. Cosecha de hojas, frutos y ibras de palmas: entre el uso doméstico y la comercialización Las hojas, frutos y ibras de palmas son típicamente PFNM, cuya extracción tiene un gran potencial sostenible. En los países de estudio la cosecha de estos productos con ines comerciales debe ser facultada por autoridades ambientales mediante la aprobación de un plan de manejo35. Sin embargo, generalmente los lineamientos técnicos son ambiguos y generales, por lo que el usuario y el funcionario público se encuentran desorientados. Por ejemplo, no se consideran los criterios que afectan la sostenibilidad biológica de las especies cosechadas, descritos en este libro14. En los países estudiados solamente existen 181 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA normas técnicas aprobadas para producir planes de manejo de productos de palmas extraídos en la Amazonía sur de Colom­ bia, donde CorpoAmazonia tiene juris­ dicción36 y en Bolivia45. Estas normativas contemplan algunas especies de palmas cuyos casos se mencionan más adelante. 182 Frutos y semillas: productos de gran potencial sostenible Los frutos son la parte de las palmas que más se consume como alimento en el noroccidente de Suramérica y muy especialmente en la Amazonía1. Se trata de un consumo doméstico tradicional entre los indígenas y afroamericanos que se ha extendido ampliamente a la pobla­ ción mestiza, particularmente en Perú. Debido a su importancia en la alimenta­ ción, los frutos de palmas han alcanzado distintos niveles de comercialización. Actualmente es común encontrarlos en mercados locales especialmente en la Amazonía, mientras en las grandes ciu­ dades, fuera de las regiones de extrac­ ción, su comercio todavía es incipiente53. En los mercados locales se los vende in­ formalmente (cosechados sin permisos ni planes de manejo) y en algunos casos los volúmenes de venta alcanzan propor­ ciones importantes. El caso más destacable es el de la palma del pantano, Mauritia lexuosa (aguaje o moriche). Sus frutos alcanzan el mayor nivel de comercialización en los mercados de Iquitos, Perú y Leticia, Colombia53,57–60. Hoy en día se comercia­ lizan mensualmente 149 toneladas métri­ cas de frutos en Iquitos61, más del doble que en Leticia58. El uso industrial en la fabricación de helados tiene más de 70 años de historia en Iquitos57. Desafortu­ nadamente, durante décadas el fruto de aguaje se ha cosechado de manera des­ tructiva. Por ejemplo, en el año 2001 se estimó que para la venta en el mercado local de Iquitos se habían cortado men­ sualmente 1078 palmas en promedio62. Una evaluación más reciente señala que se talan entre 20 000 y 24 000 palmas anualmente, lo que signiica un impacto negativo gigantesco para los aguajales peruanos53. Otros centros de comercio importantes son los mercados de Tara­ poto, Moyobamba y Rioja, en la región de San Martín, Perú, siendo el primero el más importante, con un comercio diario de alrededor de 13 toneladas63. Si bien existen algunos planes de manejo para áreas protegidas peruanas, que conside­ ran lineamientos técnicos para la cosecha de aguaje (Anexo 7­2, , p. 202), la cosecha destructiva e ilegal no parece haberse de­ tenido, especialmente en zonas alejadas de las ciudades (Millán, com. pers.). En la Amazonía colombiana también predo­ mina el método de cosecha destructivo, que lleva a la degradación de los palma­ res, como ha sucedido en áreas cercanas a Leticia, donde la demanda es mayor. Se estima que para cubrir la demanda de la ciudad de Leticia, en el año 2012 se derri­ baron 464–1015 palmas hembras men­ sualmente durante cerca de seis meses que duró la cosecha59. La tala de palmas para cosechar frutos es aún más grave en palmas dioicas como Mauritia, ya que afecta únicamente a las palmas hembras, productoras de frutos, y provoca un de­ sequilibrio en las poblaciones, que pasan a ser dominadas por ejemplares machos y carentes de hembras. En años recientes, organizaciones no gubernamentales pe­ ruanas han emprendido campañas para fomentar la cosecha de frutos escalando la palma con técnicas accesibles y de bajo costo, lo que ha mejorado sustan­ cialmente la sostenibilidad del recurso, si bien la cosecha destructiva sigue siendo una opción para los extractores58,64. 7 Políticas de uso y manejo sostenible de productos de palmas Otros frutos de palmas se comercia­ lizan en todos los países a menor escala. Se destacan los de Bactris gasipaes (chonta o pejibaye) y de Oenocarpus bataua (un­ gurahua, milpesos o majo). El fruto de pejibaye se extrae de palmas cultivadas y por tanto su cosecha no se considera un problema de conservación53,65. Los frutos de la ungurahua son utilizados para la ex­ tracción de jugo y aceite en todos los paí­ ses y su uso ha tenido cierto despunte en la industria cosmética en la última década, especialmente en Bolivia y Ecuador53,66. En Ecuador la cosecha destructiva de frutos de la ungurahua ha sido una prác­ tica común44. Sin embargo, en los últimos años y en ciertas localidades amazónicas, esta actividad se realiza con planes de manejo aprobados y permisos oiciales emitidos por la autoridad ambiental66. Exceptuando este caso, ningún otro pro­ ducto de palma extraído en ese país para el comercio nacional o internacional cuenta con planes de manejo o permisos oiciales de cosecha. Entre los productos cosechados sin permiso se destacan las se­ millas de Phytelephas aequatorialis (tagua) que se han cosechado intensivamente en la costa ecuatoriana por más de 70 años para abastecer el mercado nacional e in­ ternacional21. Los cosechadores de este producto han desarrollado prácticas de manejo que no han agotado el recurso, si bien la especie tiene varias amenazas que requieren intervención, como la falta de regeneración natural en ambientes mane­ jados y la disminución de sus poblaciones en bosques naturales21. Es evidente que los cosechadores han decidido implemen­ tar sus propios métodos no destructivos, como mantener la palma en sistemas agroforestales, porque signiica un ingreso adicional para su economía familiar67. Es­ tas prácticas de manejo no destructivo, iniciativa de los propios campesinos y agricultores, todavía no han sido rescata­ das, mejoradas o apoyadas ni incorpora­ das en las regulaciones. Un mercado que ha cobrado fuerza en los últimos años, tanto en Colombia como en los países vecinos, corresponde a las semillas de palmas como materia prima de nacientes industrias artesanales, principalmente de bisutería, que mueven importantes volúmenes de mercado a ni­ vel nacional e internacional68. En Perú y Ecuador se encuentran frecuentemente semillas de Iriartea deltoidea, Socratea exhorrhiza y Phytelephas macrocarpa en los mercados artesanales. En Boli­ via es creciente el uso de semillas de Astrocaryum gratum, Euterpe precatoria e Iriartea deltoidea. Sin embargo, no existe una regulación ni lineamientos es­ pecíicos que orienten al usuario y a los administradores respecto al uso sosteni­ ble de este recurso. Las políticas de uso sostenible de PFNM no incluyen un plan de respuesta cuando surgen actividades económicas de rápido crecimiento y que afectan la sostenibilidad de un recurso. El desafío consiste en encontrar sistemas de control equilibrados, que incentiven el uso y la conservación de los recursos al mismo tiempo. Las semillas de pal­ mas son PFNM con gran potencial de uso sostenible14 y constituyen una fuente importante de ingresos para las pobla­ ciones rurales. No obstante, la falta de lineamientos solamente estimula la in­ formalidad y la cosecha pasa a depender exclusivamente del mercado pudiendo tornarse eventualmente insostenible. Fibras La cosecha de fibra con fines comer­ ciales ofrece un caso interesante en la especie Aphandra natalia. En el suro­ riente ecuatoriano los campesinos han desarrollado un sistema de manejo 183 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 184 agroforestal: en medio de los pastos mantienen las palmas en densidades relativamente altas30. Las fibras pro­ venientes de estos sistemas de manejo abastecen una industria nacional de es­ cobas que tiene alrededor de 50 años. La venta de fibra representa ingresos relativamente importantes para la ma­ gra economía de estos campesinos30, lo que ha fomentado las prácticas de co­ secha sostenible en sistemas agrofores­ tales. En Perú, por el contrario, los ex­ tractores perciben ganancias mínimas y la especie suele ser cosechada des­ tructivamente para extraer el mismo producto31. Es evidente que las polí­ ticas y las regulaciones de la cosecha también deben precautelar una equi­ dad en el mercado de PFNM que favo­ rezca a los más débiles, incluyendo, por ejemplo, mecanismos que certifiquen que el producto proviene de prácticas de manejo sostenible y evite abusos de los intermediarios. Un estudio reciente69 señala que el uso de ibras extraídas de palmas en Suramérica es muy extendido: al menos 111 especies sirven para cosechar ibras y la mayor parte de la extracción se rea­ liza en tierras de propiedad comunitaria, con técnicas de manejo que pueden ser destructivas. La información disponible sugiere que cuando la cosecha es intensa, suele ser insostenible y las especies con gran demanda comercial pueden extin­ guirse a nivel local69,70. Las especies ama­ zónicas Mauritia lexuosa y Astrocayum chambira son las más usadas con este propósito. Los cogollos de Astrocaryum chambira sirven para extraer ibras con las que se elaboran numerosos produc­ tos artesanales utilitarios que sirven para autoconsumo de las comunidades indí­ genas y para venta al turismo local71–73. La presión del mercado y la necesidad de mayores ingresos ha favorecido prácticas de cosecha destructivas alrededor de los sitios de extracción70,71 amenazando la sostenibilidad y conservación de la espe­ cie. A pesar de esto, no existen planes de manejo para esta actividad, ni estrategias para controlar la comercialización de los productos derivados en ninguno de los países estudiados. Tampoco hay un cer­ tiicado que garantice que los productos provienen de prácticas de manejo soste­ nible, lo que constituye un serio obstá­ culo para potenciar el uso de este recurso tan importante para las comunidades ru­ rales de la región. Hojas El aprovechamiento de las hojas, al pa­ recer, se considera como exclusivamente doméstico, quizás porque su uso más extendido es para construir los techados de las casas. En la práctica no se conoce sobre planes de manejo en los países de estudio, pero sí existen registros de su de­ manda comercial a nivel local, cuyo im­ pacto en las especies cosechadas parece ser devastador14,21,32,74. La información disponible muestra que en la práctica la cosecha de hojas se realiza sin planes de manejo. Tampoco existen controles quizá porque se asume que es un producto de uso doméstico, cuya cosecha es de bajo impacto. Las ganancias que obtienen los cosechadores tampoco justiicarían el costo de un trámite que resulta innecesa­ rio. En Ecuador, por ejemplo, los comer­ ciantes de ibras o de hojas de palma de ciertas localidades obtienen únicamente una guía de movilización para transpor­ tar el producto, que se emite sin importar el origen de la cosecha. En la normativa boliviana existen lineamientos técnicos para la cosecha de hojas de Geonoma deversa y Parajubaea sunkha, pero sus planes de manejo no están aprobados. 7 Políticas de uso y manejo sostenible de productos de palmas III. La percepción de los actores La revisión de las regulaciones y las prác­ ticas de cosecha revela algunos cuellos de botella en el uso y manejo sostenible de las palmas y sus productos. Los obstácu­ los se identiicaron a través de: 1) un aná­ lisis de la legislación a nivel regional35, 2) talleres con los actores del sistema de co­ mercialización y regulación del uso de las palmas en La Paz, Lima y Quito (Anexo 7­1, p. 178) y 3) 185 entrevistas realizadas en los cuatro países (Anexo 7­1, p. 199). En los talleres participaron empresarios, representantes de comerciantes organiza­ dos, funcionarios públicos (mayormente del nivel central), organizaciones no gu­ bernamentales de conservación y bioco­ mercio, y académicos. Las entrevistas se realizaron a cosechadores, acopiadores y comerciantes de productos de palmas. En estas se obtuvo información sobre el grado de conocimiento de la normativa, la aplicación de planes de manejo y la de­ dicación de los entrevistados a diferentes actividades, desde la extracción hasta el comercio. Estas tres fuentes también sir­ vieron para identiicar aspectos e incenti­ vos que podrían favorecer la legalidad y las prácticas sostenibles de cosecha. Factores que limitan el funcionamiento del sistema legal En el noroccidente de América del Sur, todos los productos de las palmas están considerados como PFNM, incluyendo los tallos de palmas arborescentes cen­ tenarias. La presión para extraer estos recursos llega a niveles extremos cuando los productos ingresan a mercados de gran escala, ya sean nacionales o inter­ nacionales. Se evidencia entonces que los sistemas de regulación y control son inei­ cientes y que no existen normativas espe­ cíicas para poner límites a su extracción y orientar a cosechadores y administra­ dores. En ocasiones los administradores solo aplican ciertas regulaciones que le­ galizan la extracción del producto, como la emisión de guías de transporte, sin que la carga provenga de cosechas autoriza­ das que precautelen su sostenibilidad. Esta forma de aplicar las regulaciones incentiva la cosecha insostenible. Mien­ tras tanto, no hay cabida para las políticas preventivas, pues las normas se formulan tardíamente, cuando el recurso ya es es­ caso o es inminente su extinción. Uno de los propósitos de los talleres realizados en cada país fue conocer la percepción de los actores sobre los fac­ tores que limitan el uso sostenible de las palmas, en especial los relacionados con los aspectos legales. Paralelamente se exploraron la importancia relativa de los obstáculos identiicados y sus posi­ bles soluciones. Durante los talleres y en la revisión de leyes y documentos sobre uso y comercio de productos de palmas35, se detectaron algunos impedimentos compartidos entre países, matizados por ciertas diferencias. Se identiica­ ron obstáculos legales, institucionales­ procedimentales y de comunicación, a los que se asignó una prioridad relativa de acuerdo a la valoración de los partici­ pantes en los talleres (Anexo 7­1, p. 199). En la Tabla 7­1 se ofrece una descripción de los resultados obtenidos. La compleji­ dad de las leyes, muchas veces dispersas en diferentes cuerpos legales, y la falta de información técnica, fueron percibidos como los escollos que más contribuyen al uso insostenible de las palmas. Además varios de los obstáculos identiicados es­ tán interrelacionados, mientras otros son mutuamente dependientes. Por ejemplo, 185 7 Políticas de uso y manejo sostenible de productos de palmas COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA Tabla 7-1. Clasificación de obstáculos legales y administrativos que dificultan el uso y el comercio sostenible de productos de palmas. Prioridad Bolivia Perú Obstáculos Ecuador Colombia La información se obtuvo en talleres (T) y en un estudio regional (R) sobre documentos y leyes que regulan el uso y comercio de PFNM75. Dentro de cada categoría aparecen los obstáculos en orden de prioridad (método de valoración en de la Torre et al. 201076). Legales 1. Legislación compleja, fragmentada y confusa (contradicciones e inconsistencias legales). TR TR TR R 1 2. Falta de lineamientos técnicos o de precisión para elaborar planes de manejo (comercializadores y autoridades ambientales). R TR TR TR 2 3. Ineficiencia y falta de control (no se cumplen las regulaciones). TR R R TR 3 4. Costos altos para tramitar permisos. R R R R 6 5. Leyes de acceso a recursos genéticos y conocimiento tradicional confusas, incompletas y que no facilitan el uso de PFNM en la industria. R R R R 9 TR TR TR TR 4 TR TR R R 7 R R R 9 Institucionales-procedimentales 7. Procesos demorados, costosos y repetitivos. 8. Responsabilidades institucionales desconocidas y confusas. 9. Falta de continuidad en funcionarios y frecuentes reformas a las normativas. Comunicacionales 186 10. No se comunica información técnica sobre el límite de la cosecha por especie y la disponibilidad del recurso. Falta investigación en estos temas. T T T T 2 11. No se difunde el contenido de la ley entre los usuarios. T T T T 5 12. Leyes y proyectos no consideran el conocimiento local y tradicional. T T T 8 la falta de información técnica es un pro­ blema para la elaboración de lineamien­ tos de planes de manejo, que deben es­ tablecer claramente cómo encontrar los límites de la cosecha. Al mismo tiempo, esto se relaciona con un problema de comunicación: cuando existe informa­ ción cientíica sobre los impactos de la cosecha, esta no se comunica adecuada­ mente a los usuarios. A continuación se analizan estos obstáculos de acuerdo a las prioridades establecidas en los talleres y a las entrevistas realizadas a cosechadores y comerciantes de productos de palmas. Obstáculos legales La complejidad, la fragmentación, las contradicciones y las inconsistencias le­ gales fueron identiicadas como el prin­ cipal impedimento para lograr el uso y comercio sostenible de palmas, de acuerdo a la información recabada en los talleres. Sin embargo, más allá de estas limitaciones, la mayoría de los extrac­ tores y comercializadores de productos de palmas operan fuera del marco legal, simplemente porque desconocen su exis­ tencia. Según las entrevistas realizadas, apenas el 10 % de los cosechadores y co­ mercializadores conocían al menos una regulación (frecuentemente la necesidad de una guía de transporte) y entre ellos únicamente el 11 % tenían una idea (al menos aproximada) del trámite que se debe hacer, ya sea para la cosecha o para cualquier otra actividad. Cuando algu­ nos entrevistados (3 %) reconocieron la necesidad de una autorización, resultó que se referían al permiso de los dueños del terreno o de la comunidad. En cuanto a los planes de manejo, requisito prin­ cipal para autorizar la cosecha con ines comerciales, apenas el 3 % contestó que el producto cosechado o comercializado sí contaba con un plan de manejo. Los de­ más aceptaron que el producto no tenía plan de manejo (46 %) o no respondieron a la pregunta (51 %). La tendencia fue si­ milar en todos los países (Figura 7­2). Para los participantes en los talle­ res, muchos de los cuales forman parte del sistema administrativo, la causa más importante del incumplimiento de las regulaciones es su complejidad y la falta de lineamientos técnicos precisos para establecer los planes de manejo. Las re­ gulaciones sobre la cosecha y comerciali­ zación de PFNM se encuentran dispersas en distintos cuerpos legales. Formar una empresa comercializadora requiere trá­ mites extensos35. En Ecuador, por ejem­ plo, se deben seguir más de 20 pasos para legalizar una empresa que comercialice productos de palmas como alimento, medicina o cosmético77. Otro aspecto que Colombia Ecuador Perú Bolivia 300 200 n 100 0 Sí No NR Figura 7-2. Respuestas a la pregunta ¿Existe un plan de manejo o documento parecido (para trabajar con el producto)? Las respuestas provienen de 185 entrevistas a actores que desarrollan diferentes actividades relacionadas con el uso y comercio de productos de palmas en el noroccidente de Suramérica. La mayoría de personas entrevistadas trabajaron con más de un producto. En la figura los valores corresponden a las respuestas por producto cosechado o comercializado (n = 534, Colombia n = 38, Ecuador n = 238, Perú n = 222, Bolivia n = 36). NR: no responde. motiva incumplimientos es el alto costo de los permisos. En todos los países las tasas que gravan la cosecha son conside­ radas altas para la economía de los cose­ chadores. En Ecuador estos deben costear la elaboración del plan de manejo y una vez que este es aprobado, se debe pagar una patente de 200 USD que da derecho a la cosecha35,77. En los demás países los derechos de cosecha son el resultado de un cálculo relativo al monto y en algunos casos al lugar de la cosecha35. Los partici­ pantes en los talleres coincidieron en que los costos son muy elevados en relación con las magras ganancias de los cosecha­ dores y comercializadores. En Ecuador se han conseguido permisos para cosechar y comercializar productos de Oenocarpus bataua gracias al auspicio económico de 187 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 188 la Fundación Chankuap (chankuap.org). Sin él las comunidades indígenas con las que colabora esta fundación no habrían podido cubrir los costos y seguramente nunca habrían solicitado un permiso. Por otra parte, explicar la complejidad de las leyes y difundirlas entre extractores que demandan simplicidad no es una tarea que se encuentra en la agenda del funcio­ nario público y quizá por eso las normas se aplican parcialmente. Otro aspecto priorizado en los talle­ res fue la supervisión del cumplimiento de la normativa. En la práctica existe una inmensa diicultad para controlar la co­ secha y el comercio de productos de bos­ ques naturales, lo que es más evidente en sitios remotos, donde las condiciones de pobreza son extremas. Los participantes en los talleres mencionaron la diicultad de controlar el ingreso a los mercados de productos cuya cosecha es aparente­ mente para uso doméstico. En Colombia, por ejemplo, se reconoció que este caso es muy frecuente a nivel local. En Perú y Ecuador los acopiadores viajan a luga­ res remotos para conseguir el producto cosechado a precios más convenientes e incorporarlo a cadenas de comercio más complejas. En Bolivia se admitió que el control se vuelve más difícil debido al ta­ maño del país y a los limitados recursos destinados a esta actividad. Sin embargo, incluso en los sitios más accesibles, el con­ trol es parcial o ineiciente: en Ecuador, en áreas cercanas a ciudades como Quito o Macas se emiten guías de movilización para comercializar productos de palmas que no cuentan con ningún permiso de cosecha27,30,52. Esto se debe en parte a la falta de recursos humanos y económicos de las oicinas de control77, pero también a que resulta más fácil autorizar sim­ plemente el transporte, al tiempo que se da un toque de aparente legalidad al proceso. No obstante, esta práctica de los administradores públicos tiene un efecto exactamente opuesto al espíritu de las regulaciones que buscan precautelar la conservación: resulta más económico comercializar los productos sin seguir las reglas y sin que importe si provienen de prácticas de manejo insostenible. El cumplimiento de la normativa tiende a ser más estricto cuando el pro­ ducto está destinado a la exportación. La mayoría de entrevistados que reco­ nocieron la existencia de un plan de ma­ nejo para la cosecha de palmas fueron bolivianos (Figura 7­2) que colaboran con la Empresa Madre Tierra Amazonía, especializada en biocomercio de produc­ tos certiicados78. Algo similar ocurre en Ecuador con la cosecha de frutos de Oenocarpus bataua (ungurahua) promo­ vida por la Fundación Chankuap. Esta ONG asume los costos de la patente de cosecha y del plan de manejo, compra el aceite de ungurahua a los cosechadores y posteriormente elabora cosméticos que se comercializan en el país y se exportan. Se trata de la única especie de palma que cuenta con un plan de manejo y permiso de cosecha comercial en ese país. Los empresarios consideran además que las leyes de acceso a recursos genéticos y las de protección del conocimiento tradicio­ nal son confusas y no facilitan el uso de PFNM en la industria. Obstáculos institucionales-procedimentales Una constante en los países estudiados son los cambios institucionales y la ro­ tación de personal en funciones, ya sea de atención al usuario o de control. Por ejemplo, en Perú, durante los últimos seis años, se ha desarrollado un proceso de reestructuración institucional con la creación y desaparición de unidades de 7 Políticas de uso y manejo sostenible de productos de palmas administración. Tal es el caso del descen­ tralizado Instituto Nacional de Recursos Naturales (INRENA), cuyas competen­ cias pasaron parcialmente al Ministe­ rio de Agricultura y Riego (Dirección General Forestal y de Fauna Silvestre, y ahora al Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre, SERFOR), a los gobier­ nos regionales y otras al Ministerio del Ambiente creado en 201035. Esto generó una gran confusión en los usuarios y funcionarios que deben adaptarse rápi­ damente a estos cambios. En Colombia esto ocurre con funcionarios asignados al control y a la administración forestal. En Ecuador, Perú y Bolivia las normas y procedimientos están siendo constante­ mente actualizados y modiicados35 y hay una permanente rotación de funciona­ rios encargados que pasan por procesos de aprendizaje e interpretación de la nor­ mativa. Esta inestabilidad contribuye a que las normas se apliquen parcialmente. En ocasiones existen conlictos de competencias entre instituciones o en­ tre áreas de una misma institución. Por ejemplo, dos direcciones del Ministerio del Ambiente de Ecuador (la Dirección Nacional Forestal y la Dirección Nacio­ nal de Biodiversidad) mantienen un con­ licto de competencias sobre los PFNM y sus funciones parecen sobreponerse debido, al menos en parte, a una falta de precisión en la deinición de términos, como el de PFNM35,77. En Colombia, a pesar de que el sistema organizado a tra­ vés del Ministerio de Ambiente y Desa­ rrollo Sostenible (MADS) y de las CAR es al parecer el que mejor funciona de los cuatro países, también se presentan conlictos. Las CAR son unidades terri­ toriales que corresponden a unidades geopolíticas, biogeográicas o hidrológi­ cas con autonomía administrativa35. Sin embargo, su autonomía eventualmente causa conlictos debido a diferencias de criterios con el MADS al momento de re­ gular los PFNM35. Bolivia, por su parte, tiene varios ministerios e instituciones que regulan el uso de recursos naturales y de biodiversidad, pero cada ministerio tiene una visión diferente y a veces con­ tradictoria sobre la conservación. Los empresarios que participaron en los talleres señalaron que los trámites para la obtención de permisos para ex­ portar un PFNM son innecesariamente repetitivos y demorados, lo que hace ine­ iciente el sistema. Por ejemplo, en Co­ lombia, se debe solicitar autorización en las CAR y luego en el MADS. En Ecua­ dor, obtener una patente en el Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual o un registro sanitario puede tomar de uno a dos años. Los empresarios perua­ nos también consideraron que los trá­ mites son repetitivos y que hay un trato discriminatorio: mientras no se aplican los controles a los comerciantes locales o nacionales, a los exportadores se les impone toda clase de regulaciones. En Ecuador también anotaron que la nor­ mativa se aplica a unos productos y no a otros: la cosecha de frutos de ungurahua para producir el aceite usado en cosméti­ cos de exportación cuenta con planes de manejo y permisos, mientras que las se­ millas de tagua y sus subproductos, cuya exportación se realiza desde hace más de 70 años, no cuenta con tales permisos. Un comentario reiterado en los talleres fue que la mayoría de funcionarios pú­ blicos no facilitan los trámites sino que ponen obstáculos. La conclusión de este mal funcionamiento es que existe una aplicación discriminatoria de la norma­ tiva: quienes quieren cumplir con la ley se dirigen a la autoridad, solicitan per­ misos y siguen engorrosos trámites, pero 189 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA los actores ilegales pasan desapercibidos debido a la ineiciencia en los controles. Durante los talleres y las entrevistas realizadas se señaló con cierta frecuencia la corrupción como un aspecto que afecta el uso y comercio sostenible de PFNM. Entre los comentarios, en Colombia, se mencionó el nombramiento de funcio­ narios no caliicados que acceden a sus puestos por razones políticas, así como que ciertas empresas ejercen inluencia en las decisiones de las CAR. En Ecua­ dor los transportistas utilizan la misma guía de circulación otorgada para una carga en múltiples viajes a pesar de que solo están autorizados para un viaje en el mismo día. En Perú se emiten permisos de transporte de PFNM cosechados ile­ galmente con permisos de empresas que sí tienen un plan de manejo aprobado. 190 Obstáculos comunicacionales La comunicación deiciente no favorece el uso y comercio sostenible de produc­ tos de palmas. Por ejemplo, en Ecuador, los funcionarios públicos encargados del control desconocían que los individuos más altos de las palmas pueden sobre­ pasar un siglo de edad. Esto se releja en las estadísticas oiciales, en el acápite de PFNM79, donde se considera a los postes extraídos de la bísola (palma de varias especies de Wettinia) o el pambil como “caña”, lo que sugiere una equivalen­ cia con los tallos de la guadua (Guadua angustifolia), conocida en Ecuador como caña guadúa. Sin embargo, la bísola o el pambil son palmas de crecimiento pau­ sado, cuyos tallos más desarrollados (> 20 m) bien pueden tener un siglo de edad27,29, mientras la caña guadúa puede crecer 11 a 21 cm al día80 y está lista para cosecharse entre los 3 y 5 años de edad81. Por otro lado, la información cientíica no está al alcance de todos los usuarios o funcionarios. Los participantes en los ta­ lleres coincidieron en que esta informa­ ción no está divulgada. El conocimiento cientíico se queda en diferentes publica­ ciones de difícil acceso, tanto porque es­ tán en revistas especializadas como por el lenguaje técnico que utilizan. Al mismo tiempo, los académicos puntualizaron que muchos aspectos de la biología y del ma­ nejo de las palmas no son conocidos por la ciencia, aunque son indispensables para la extracción de un producto. Los expor­ tadores, por su parte, tienen interés en sa­ ber cuál es la disponibilidad de un recurso para evaluar las oportunidades de nego­ cio. Tal información también es útil para el manejo de las palmas. La falta de ella con­ tribuye a la sobrecosecha del producto y a su agotamiento, especialmente cuando el recurso es abundante y parece inagotable como ha ocurrido con el pambil (Iriartea deltoidea), el aguaje (Mauritia lexuosa) o el palmito de asaí (Euterpe oleracea)27,42,50. Esto también sucedió con las palmas que abastecían a una planta enlatadora de pal­ mito en Tarumá, Bolivia82 y en otras ubi­ cadas en la costa pacíica de Colombia42. La información cientíica es indispensable para desarrollar lineamientos técnicos que orienten la elaboración de los planes de manejo y para establecer límites de co­ secha que garanticen la sostenibilidad del recurso. Los funcionarios, a su vez, tienen necesidad de conocer los lineamientos técnicos para establecer los límites de la cosecha de una determinada especie. La normativa, en general, no es especíica al respecto y esto representa un obstáculo al momento de aprobar un plan de manejo y también cuando se trata de controlar la cosecha y el comercio de PFNM. Otra información desaprovechada para la elaboración de lineamientos téc­ nicos y normativas es el conocimiento tradicional de los grupos indígenas y 7 Políticas de uso y manejo sostenible de productos de palmas los campesinos que han desarrollado experiencias exitosas. Por ejemplo, en Ecuador, los waorani solían regresar las semillas de ungurahua al bosque una vez que el fruto era utilizado para otros propósitos y, además, subían a las palmas para cosechar sus frutos83,84. Asimismo, los quichuas de Sarayacu han recuperado ciertas prácticas ancestrales para limitar la cosecha de hojas de la palma de wayuri y así asegurar su sostenibilidad32. El uso, manejo, domesticación y cultivo de pal­ mas podrían beneiciarse si se tomara en consideración este conocimiento tradi­ cional, cuyo rescate se torna urgente de­ bido a su pérdida acelerada2. Los jóvenes indígenas, incluso de pueblos con poca historia de contacto como los waorani, van reemplazando las prácticas de cose­ cha ancestral, sostenible, por prácticas destructivas, insostenibles, como la tala de palmas para cosechar sus frutos83 o dejan de usar los productos naturales y los reemplazan por sintéticos. En cuanto a la normativa para el uso y comercio de PFNM, la divulgación también es deiciente. Las entrevistas re­ velaron que los usuarios no conocen las regulaciones o la manera de conseguir los permisos. Los actores invitados a los talleres coincidieron en que los aspectos legales son confusos e incompletos. Por ejemplo, en Bolivia, algunos participantes en el taller de la Paz85 reconocieron que la normativa de su país sobre PFNM tiene algunos elementos que favorecerían la co­ secha sostenible, pero lamentablemente no es bien conocida ni aplicada. Se reiteró además que no se difunden los constantes cambios introducidos en las normativas. Aspectos socioeconómicos Otro aspecto que contribuye a la cosecha insostenible es el socioeconómico ya que las ganancias por la venta de productos son marginales para los cosechadores, de modo que no merece la pena invertir esfuerzos para evitar la cosecha destruc­ tiva53. Legalizar la actividad de extracción signiicaría gastos agregados que reduci­ rían aún más sus ingresos y tampoco pa­ rece tener sentido mientras sea posible comercializar los productos ilegalmente y sin riesgo de sanción. En consecuencia, los extractores obtienen mayores ganan­ cias incrementando a conveniencia el vo­ lumen y la velocidad de cosecha11,42,53. De esta manera, la intensidad de la cosecha se acopla a la demanda del producto y a la disponibilidad del recurso. Quienes más venden obtienen mayores ingresos, sin importar los impactos de la cosecha excesiva o las técnicas destructivas42. A medida que crece la demanda, la presión sobre el recurso aumenta y más tem­ prano que tarde la cosecha deja de ser sostenible y la especie corre riesgo de ex­ tinción local. Para revertir esta situación se requiere un sistema de incentivos que mejore las ganancias de los cosechadores —por ejemplo, a través de la certiicación de la cosecha sostenible— y otro de con­ trol que imponga sanciones efectivas al comercio de productos provenientes de prácticas de cosecha destructivas. Cosecha y comercialización según el grupo étnico y el género Las entrevistas revelaron que los mestizos se dedicaron preponderantemente al co­ mercio de productos y fueron los únicos en actuar como intermediarios, mientras los indígenas se orientaron a la cosecha y la elaboración de artesanías. Como la mayoría de entrevistas se realizaron en la Amazonía, las tendencias más marcadas corresponden en gran medida a lo que ocurre en esa región. Los entrevistados fueron en su mayoría mestizos (95 frente a 191 7 Políticas de uso y manejo sostenible de productos de palmas 192 45 indígenas, Tabla 7­2), pues se trabajó en sitios accesibles como ciudades o pueblos donde predomina esa población y varias actividades son desarrolladas principal­ mente por este grupo. Proporcionalmente, los indígenas entrevistados se dedican más a la cosecha y a la agricultura (3.2:1 y 2.6:1 respectivamente). Todos comercializan sus productos, mayormente a través de in­ termediarios, y una parte muy importante de ellos se dedican al mismo tiempo al procesamiento y la cosecha de productos de palmas (88 % y 84 % respectivamente). Las actividades de exportación, transporte y acopio fueron las más frecuentes entre los mestizos y la intermediación fue exclu­ siva de este grupo (Tabla 7­2). En varias comunidades indígenas, las actividades como la cosecha y el procesamiento de productos se hacen en familia, en parte por tradición y en parte porque así se ob­ tiene un mayor provecho económico del producto. Los indígenas son cosechadores casi exclusivos en lugares remotos, mien­ tras los mestizos dominan el comercio y el transporte. Esto sugiere que un control del comercio en las ciudades tendría repercu­ siones hasta en los sitios de cosecha más alejados y que un proceso de certiicación debería involucrar a esas comunidades in­ dígenas, ajenas a las grandes urbes. El aprovechamiento de PFNM es frecuentemente el único medio de sub­ sistencia en las comunidades rurales y puede ser particularmente importante para las mujeres indígenas que tienen pocas alternativas de generación de in­ gresos86. Por ejemplo, la elaboración de artesanías de Astrocaryum chambira es una actividad en la que trabajan sobre todo mujeres, especialmente en el te­ jido de bolsas, siendo inalmente ellas las únicas encargadas de la venta70,87. En los países estudiados las mujeres amazónicas tuvieron una participación relativamente mayor que los hombres en varias acti­ vidades de la cadena productiva (Ta­ bla 7­2). Esto muestra que las palmas ofrecen una manera de vincularlas acti­ vamente a los procesos productivos, lo que a su vez mejoraría la equidad intrafa­ miliar y les brindaría oportunidades para contribuir a la economía del hogar88. Tabla 7-2. División de actividades relacionadas con el aprovechamiento de palmas de acuerdo al grupo étnico y al género, en el noroccidente de Suramérica B: blanco, I: indígena, M: mestizo, A: afroamericano F: femenino, M: masculino ND = no hay dato, NR = no responde, n = total de personas entrevistadas. Un entrevistado puede dedicarse a más de una actividad. Grupo étnico I M A NR Cosecha 38 25 22 47 37 Agricultura 16 13 1 22 8 4 5 10 1 4 9 Actividad Acopio B 1 1 9 Transporte 2 10 Procesamiento 40 57 Intermediación 1 Comercio Exportación n 1 45 77 1 1 45 95 Género M ND 30 60 64 6 1 F 3 1 22 2 2 1 1 3 8 44 77 86 4 5 1 11 17 49 84 101 7 IV. Relexiones y recomendaciones para mejorar las políticas de manejo y uso sostenible de las palmas El gran objetivo de las políticas de con­ servación es preservar las especies, su va­ riabilidad genética y la funcionalidad del bosque para las futuras generaciones. El desafío para los políticos y tomadores de decisiones consiste en desarrollar estrate­ gias de conservación compatibles con el desarrollo económico de los pobladores locales. Por el momento estos objetivos permanecen esquivos por causas que van desde aspectos de la economía política hasta el desconocimiento de los límites de la cosecha, pasando por regulaciones y controles ineicientes. Sin embargo, las palmas brindan una excelente opor­ tunidad de conservación a través de su uso89–91. En este sentido, los resultados obtenidos y las lecciones asimiladas en el proyecto PALMS, centrados en la biología y el manejo de las especies, permiten rea­ lizar algunas recomendaciones prácticas para mitigar los impactos de la cosecha de palmas y superar algunos obstáculos que evitan el aprovechamiento sostenible. Límites de la cosecha: un aspecto que garantiza la sostenibilidad ecológica Para conceder o negar un permiso de aprovechamiento y movilización de los productos derivados de las palmas silves­ tres es necesario conocer dónde están los límites de la cosecha sostenible. Esto es lo que se espera encontrar en los planes de manejo. En el capítulo de sostenibili­ dad de la cosecha de palmas14, se presen­ tan una serie de criterios al respecto. Por ejemplo, en bosques naturales, la cosecha de tallos de palmas arborescentes solita­ rias es devastadora. Es el caso de Iriartea deltoidea, cuya cosecha es insostenible incluso a baja intensidad (< 10 % de los tallos de > 15 m)55,92. Sin embargo, su co­ secha sería sostenible en sistemas agrofo­ restales, donde se sugiere cortar palmas de > 20 m de altura, conservar aquellas de 5–20 m y esperar 23 años para obtener nuevamente palmas cosechables29. En bosques secundarios se estima que la cosecha puede hacerse a intensidades inferiores al 20 % (tallos de > 15 m)55,92. En bosques maduros, por el contrario, la cosecha de palmas de > 15 m solamente sería sostenible a intensidades extrema­ damente bajas (< 5 %) y con períodos de recuperación de 80–149 años92. Este panorama cambia cuando se trata de productos de palmas cuya pro­ ducción se renueva en períodos relativa­ mente cortos, como las ibras de las vai­ nas foliares, los frutos, las semillas o los tallos de palmas cespitosas que pueden soportar mayor intensidad de cosecha (> 30 % de la producción, Figura 7­3). La cosecha de ibras de vaina foliar de Aphandra natalia ha probado ser soste­ nible en sistemas agroforestales a inten­ sidades relativamente altas (> 70 %) y con frecuencia de cosecha de 1.5 años30. Los frutos de Oenocarpus bataua y Mauritia lexuosa pueden cosecharse a intensida­ des de hasta 70 u 80 %58,93. No obstante, los límites de la cosecha deben eva­ luarse constantemente para garantizar la A Alta Intensidad de la cosecha COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA Fibra de vaina foliar Fruto-semilla Media Tallo cespitoso Hoja Fibra de cogollo Baja Tallo solitario Sostenibilidad Figura 7-3. Sostenibilidad relativa de las palmas en función de la intensidad de la cosecha. 193 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA resiliencia de la especie, la funcionalidad del bosque y las interacciones con otros organismos. Por ejemplo, los frutos son parte importante de la dieta de aves, ma­ míferos y roedores. Los criterios de sostenibilidad sirven para evaluar si la cosecha y el manejo de una especie aseguran su persistencia a largo plazo. Existen múltiples factores que afectan la disponibilidad del pro­ ducto e inciden en los límites de la cose­ cha, ya sea debidos a circunstancias bio­ lógicas de la especie o de carácter externo como las presiones del mercado14. Una misma especie puede ser muy abundante en un ecosistema pero relativamente es­ casa en otro, o más productiva en un sitio que en otro. Existen palmas que produ­ cen frutos y semillas estacionalmente, mientras otras lo hacen a lo largo del año y su cosecha debe respetar estos ciclos naturales14,94. Es por eso indispensable conocer la disponibilidad del recurso en cada situación y desarrollar normas téc­ nicas especíicas para la cosecha de cada producto y de cada especie. En cualquier caso, la cosecha menos sostenible es la de tallos de palmas solitarias arbores­ centes y de ibras extraídas de cogollos, mientras que las ibras provenientes de la vaina foliar, los frutos y las semillas tole­ ran mayores intensidades de cosecha. Mejoras a la normativa 194 1. En todos los países estudiados es ne­ cesario eliminar ambigüedades, unii­ car regulaciones o normas redundan­ tes y armonizarlas con las políticas de conservación y uso sostenible. 2. Es preciso emitir normas técnicas es­ pecíicas que ofrezcan directrices so­ bre los límites de la cosecha de cada producto. Una especie de palma puede tener tantos límites de cosecha cuantos productos se extraigan de ella. Para esto la normativa debe fundamen­ tarse en información cientíica como la que ya ha producido el proyecto PALMS14,30,74, además de contemplar protocolos para regular, monitorear y evaluar el estado del recurso. También es importante tener en cuenta las con­ diciones especíicas de la región donde se cosechará la especie. 3. Las regulaciones podrían ser lexi­ bles cuando se trate de productos cuyos cosechadores han desarro­ llado sistemas de manejo sosteni­ bles. La cosecha de productos pro­ venientes de sistemas agroforestales debería ser permitida e incentivada, mientras que la realizada en bosques naturales debería estar reglamentada con gran rigurosidad. 4. La normativa debería considerar distintos requisitos de acuerdo al volumen a cosechar. Para volúmenes relativamente bajos (a deinir por es­ pecie y por producto), la autoridad podría emitir permisos una vez es­ tablecidos un inventario de las pal­ mas y una estimación del producto a recolectar; preferiblemente debería hacerse una inspección en la que se marcarían las palmas a cosechar. A una escala mayor, especialmente en áreas de bosque natural, sería nece­ sario exigir planes de manejo más elaborados que garanticen la cose­ cha sostenible. 5. Las recomendaciones previas son un tipo de incentivo para fomentar el cum­ plimiento de las normas entre los cose­ chadores informales de menor escala y contribuiría a evitar la cosecha y el co­ mercio ilegales de productos. También fomentarían la inclusión de palmas en sistemas agroforestales. Se sugiere 7 Políticas de uso y manejo sostenible de productos de palmas incorporar en la normativa no sola­ mente otros incentivos que favorezcan la cosecha sostenible de los productos de palmas (véase acápite sobre incenti­ vos a la conservación y al manejo soste­ nible), sino también sanciones. 6. Los comerciantes deberían expender únicamente productos provenientes de cosecha autorizada y demostrar que corresponden a prácticas de ma­ nejo sostenible. 7. Las sanciones pueden consistir en 1) coniscación de productos comerciali­ zados cuya cosecha no está autorizada y provengan de prácticas de manejo insostenible y 2) aplicación de multas drásticas a los infractores que pueden diferenciarse de acuerdo al volumen de producto comercializado. 8. Las sanciones deben considerar me­ canismos para obligar a los infracto­ res a pagar las multas. Mejoras al procedimiento administrativo 1. Los usuarios apreciarían que el sis­ tema ofrezca tiempos máximos de respuesta a las solicitudes de permiso de cosecha. Los plazos para aprobar los planes de manejo, hacer inspec­ ciones y emitir los permisos podrían publicarse en la normativa. 2. Formular procesos simples y amiga­ bles, especialmente para los pequeños productores/cosechadores. 3. Es recomendable que los funciona­ rios encargados de los permisos y el control se especialicen y conozcan los aspectos técnicos relacionados con la cosecha de productos de palmas. Concomitantemente, es indispensa­ ble que estos permanezcan en sus cargos por períodos extendidos. Mejoras al control de cumplimiento 1. Para asegurar la cosecha sostenible se debe controlar la cadena de comer­ cialización. Es necesario inspeccionar con cierta frecuencia e intensidad los productos transportados y co­ mercializados. Los controles deben realizarse en centros de expendio que deben vender productos prove­ nientes de prácticas de cosecha legal­ mente aprobadas y cuyos volúmenes de comercialización correspondan a lo autorizado. 2. Para esto es necesario establecer un mecanismo de seguimiento de las decisiones tomadas y las normativas aprobadas. Por ejemplo: 1) veriicar que se apliquen multas a los comer­ ciantes y que estos las paguen; 2) negar solicitudes de movilización de productos de dudosa procedencia y aprobarlas cuando correspondan a prácticas de manejo sostenibles y co­ sechas autorizadas; 3) veriicar que se conisquen los productos de cosecha no autorizada. 3. El monitoreo es un mecanismo de control del cumplimiento y una he­ rramienta indispensable para ajustar periódicamente los límites de la co­ secha y los planes de manejo, de tal manera que garanticen un equilibrio entre la extracción del recurso y la sostenibilidad de la especie. El capí­ tulo Sostenibilidad de la cosecha de palmas ofrece información detallada al respecto14. 4. El control podría modernizarse. Para ello se pueden utilizar sistemas infor­ máticos sencillos donde se registre el terreno autorizado, el plan de manejo, el permiso de cosecha y el permiso de 195 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA transporte. Tales registros deben estar disponibles en los puestos de control. los impulsaría a optar por conservar la especie y el bosque natural. 5. La información sistematizada, ade­ más de facilitar el control, debe servir para obtener estadísticas coniables que permitan conocer los volúme­ nes de cosecha y aplicar correctivos cuando sea necesario. 2. Para promover la legalidad, especial­ mente entre los pequeños producto­ res, se deberían eliminar los costos para obtener permisos (tasas de co­ secha) o hacerlos proporcionales al volumen de cosecha. Por ejemplo, cosechadores que extraen productos para la venta en predios de hasta 50 hectáreas podrían estar exentos del pago, mientras que aquellos que lo hacen en terrenos de mayor superi­ cie pagarían una tasa proporcional al volumen de cosecha. 6. Es indispensable sectorizar el con­ trol y la vulnerabilidad de las espe­ cies. Existen algunas que son más vulnerables en un sitio que en otro o áreas que son más frágiles frente a la cosecha que otras. Sitios con mayor presión sobre un recurso ameritan un mayor control. Áreas protegidas, donde el bosque natural ha dismi­ nuido signiicativamente, o zonas con mayor inluencia humana requieren controles más rigurosos. En los países estudiados, la región andina, la costa pacíica y la región del Caribe son las áreas con mayor inluencia humana, pero los controles focalizados en zo­ nas de producción de la Amazonía también son prioritarios. Incentivos a la conservación y al manejo sostenible Las siguientes propuestas podrían ser implementadas y evaluadas para monito­ rear su efectividad. 196 1. Un mecanismo que incentiva la con­ servación y mejora los precios de los productos es la certiicación de que estos provienen de adecuadas prác­ ticas de manejo. Esta constituye una herramienta para incrementar la con­ ciencia del consumidor y promover sistemas de aprovechamiento sosteni­ ble. Permitiría ofrecer precios justos a cosechadores y dueños de tierras y 3. Ofrecer la posibilidad de realizar trá­ mites a través de Internet y en venta­ nillas únicas accesibles a los usuarios, donde operen varios ministerios o di­ recciones involucradas en un mismo trámite. Estas podrían funcionar al menos unos días a la semana, depen­ diendo de la demanda. 4. Fomentar las asociaciones de cose­ chadores y productores y promover redes para comercializar productos a precios justos. 5. Los empresarios y exportadores que comercializan productos certiicados podrían estar exonerados de ciertos impuestos. 6. Un subsidio para que los extractores adquieran herramientas diseñadas para cosechar más eicientemente y causando menos impacto contribui­ ría a la conservación del recurso. 7. También se pueden crear incentivos económicos para que los campesinos experimenten con la domesticación y el cultivo de especies nativas cuyos productos puedan comercializarse a gran escala. 7 Políticas de uso y manejo sostenible de productos de palmas Estudios cientíicos 1. Las políticas de manejo y uso sosteni­ ble deben estar sustentadas en infor­ mación cientíica de calidad sobre los aspectos biológicos, sociales y econó­ micos relativos a los PFNM derivados de palmas. 2. Los lineamientos para el manejo de los recursos del bosque pueden mejorar al combinar perspectivas de investiga­ ción ecológica y socioeconómica13,29. 3. Dado que las palmas son organismos de larga vida (usualmente centena­ rios) los estudios a largo plazo son necesarios para conocer mejor la bio­ logía de las especies y los impactos de la cosecha. Al momento todos los estudios disponibles corresponden a la dinámica poblacional de especies investigadas durante períodos limita­ dos (típicamente de 2 a 3 años). 3. 4. 5. 4. Otra línea de investigación más prác­ tica es la de domesticación y cultivo de especies nativas y su incorpora­ ción en sistemas agroforestales. 5. Es necesario crear un fondo de inan­ ciamiento especíico para investiga­ ciones sobre manejo sostenible en cada país. 6. Comunicación 1. Establecer políticas de comunicación sobre la importancia de conservar los ecosistemas y los beneicios de cose­ char los PFNM de manera sostenible. Por ejemplo, el público puede conocer la relevancia de las palmas en los eco­ sistemas, sus usos, su biología y los pro­ blemas de conservación que enfrentan. 2. El conocimiento ancestral así como el desarrollado por campesinos sobre prácticas de manejo sostenible debe 7. ser rescatado, comunicado e incorpo­ rado en el mayor grado posible a las normativas para el aprovechamiento sostenible de las palmas. Los investigadores que estudian los impactos de la cosecha de palmas desempeñan un papel fundamental en la difusión de la información y de los aspectos técnicos necesarios para la cosecha sostenible de los productos extraídos. La difusión debería llegar a los tomadores de decisiones y a la so­ ciedad en general de manera eiciente y ágil, mediante textos amigables y ejecutivos cuando corresponda. El uso de herramientas eicientes para la cosecha debe ser ampliamente di­ fundido en los sitios de extracción. Igualmente importante es comunicar las normas para la obtención de per­ misos y las argumentaciones técnicas para los límites de cosecha estableci­ dos. Las autoridades podrían realizar talleres informativos para los usua­ rios, en los que también se auscultaría la experiencia y opiniones de produc­ tores, cosechadores y empresarios. Comunicar al consumidor inal los beneicios de la cosecha sostenible y la necesidad de lograr un comercio justo para estos productos. Campa­ ñas masivas de sensibilización di­ rigidas al consumidor ayudarían a desarrollar una conciencia de respon­ sabilidad social y ambiental. Finalmente, se recomienda crear redes especializadas en productos de palmas donde interactúen empresarios, aca­ démicos y funcionarios públicos en­ cargados de la administración del re­ curso. Este podría ser un mecanismo de comunicación eiciente y transver­ sal que facilitaría el entendimiento entre todos los actores y permitiría 197 7 Políticas de uso y manejo sostenible de productos de palmas COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA desarrollar proyectos de manejo sos­ tenible con enfoques holísticos. A pesar de los riesgos de sobrecosecha, las palmas ofrecen oportunidades de conservación a través del uso. La utili­ dad de sus productos, ya sea para auto­ consumo o para obtener un beneicio económico, es un incentivo para con­ servar el recurso11,53. La sola prohibición de la cosecha no es una alternativa de conservación. Por el contrario, inde­ pendientemente de la normativa, queda demostrado que existen iniciativas de conservación desarrolladas por los pro­ pios extractores para garantizar la soste­ nibilidad de las especies útiles o que ofre­ cen ingresos económicos30,32. También es evidente que la cosecha de productos de palmas se practica en gran medida al margen de la ley. La necesidad de recur­ sos y la marginalidad de los extractores es un factor que favorece la ilegalidad y la sobreexplotación. Los productores primarios apenas reciben 0.01–3 % del precio de venta al público53. Se impone urgentemente un cambio en las políticas que garantice un mejor nivel de vida a los extractores y productores primarios, así como un mayor control del comercio de PFNM de palmas que por el momento se fundamenta en prácticas insostenibles. En este sentido, las sugerencias realizadas en este capítulo representan alternativas para mejorar las políticas de manejo y uso sostenible de palmas en la región y ofrecen mecanismos de conservación de los ecosistemas a través del uso. Anexo 7-1 Notas metodológicas Se identiicaron los principales obstáculos para alcanzar el manejo sostenible de pro­ ductos de palmas y otros PFNM —en la legislación y prácticas administrativas rela­ cionadas con su uso y comercialización— mediante un análisis de Jure o del marco jurídico vigente75 y uno de Facto que exa­ mina, a través de talleres dirigidos, cómo se implementa en la práctica dicho marco jurídico95. Estos dos análisis fueron la base para conocer la percepción de los actores. Adicionalmente, se utilizaron 185 entrevis­ tas realizadas a cosechadores y comercian­ tes, se revisaron planes de manejo de áreas protegidas y normas técnicas sugeridas para la cosecha de palmas, así como otros documentos oiciales que legalizan la cose­ cha, el transporte y la comercialización. Talleres 198 Los talleres fueron diseñados para conocer la percepción de los actores sobre las po­ líticas y el cumplimiento y control de las normativas vigentes76. Entre julio de 2010 y abril de 2011 se realizaron talleres en Quito (Ecuador), Lima (Perú) y La Paz (Bolivia). En Colombia la información se obtuvo de talleres o trabajos previos96–102. En los talleres participaron empresarios, repre­ sentantes gubernamentales, miembros de organizaciones no gubernamentales y aca­ démicos. Mediante un mapa participativo y un método de priorización de problemas76, se identiicaron los principales obstáculos para alcanzar el manejo sostenible de pro­ ductos de palmas y otros PFNM. Priorización de obstáculos El orden de prioridad de los obstáculos a nivel regional se estableció considerando la frecuencia con que un obstáculo fue caliicado como más o menos prioritario por los participantes en los distintos talleres. Así, si un obstáculo fue caliicado más veces como de prioridad 1, aunque también fue caliicado con 2 o 3, se le asignó la primera prioridad. Algunos problemas identiicados estuvieron interconectados. Por ejemplo, la falta de información técnica fue un obstá­ culo para el cumplimiento de las regulacio­ nes (control y lineamientos para elaborar un plan de manejo), así como un problema de comunicación (desconocimiento de los cosechadores y campesinos del impacto de la cosecha y las malas prácticas de manejo en la sostenibilidad del recurso). Además de los talleres en la ciudad, se realizó uno en la comunidad rural de Las Tolas (noroccidente de Pichincha, Ecua­ dor, 17/05/2010) con extractores, artesa­ nos y comerciantes locales de la palma de ramos (Ceroxylon echinulatum). Mediante la elaboración de mapas participativos se evidenciaron sus relaciones, roles e impor­ tancia, al tiempo que se identiicaron los cuellos de botella en las cadenas producti­ vas de los PFNM. También se estableció el grado de conocimiento y cumplimiento de la normativa75,76,85. Entrevistas Las entrevistas estructuradas fueron rea­ lizadas a cosechadores, transportistas y empresarios que trabajan con diferentes productos de palmas. Esto permitió com­ plementar la información obtenida en los talleres sobre los cuellos de botella asocia­ dos a las cadenas productivas y al grado de conocimiento y cumplimiento de la normativa. Las entrevistas se hicieron en conjunto con el componente de mercado del proyecto PALMS (WP4103: preguntas H14, H15, H18, H19). Se preguntó si los 199 7 Políticas de uso y manejo sostenible de productos de palmas COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA de uso y especies. Esta información se dis­ criminó por edades, género, actividad y especie/producto. Se aplicaron 185 entre­ vistas (7 Colombia, 103 Ecuador, 59 Perú, 36 Bolivia) a comerciantes, extractores y procesadores de productos que trabajan con 14 especies de palmas (Tabla 7A1­1). La mayoría de entrevistados trabajaron en artesanías (Tabla 7A1­2; n es mayor debido Tabla 7A1-1. Entrevistas e información obtenida por especie de palma En algunos casos los entrevistados trabajaron con más de una especie de palma. d: número de datos, corresponde a la información de un producto; una especie de palma puede ofrecer varios productos y un entrevistado puede trabajar con uno o más de esos productos. p: número de productos por especie. c: categorías de uso de una especie. e: entrevistas realizadas. En negrillas más de 10 datos o entrevistas. d Ecuador p e d Perú p e d Bolivia p e Región p e d 0 0 0 1 1 1 1 1 1 Aphandra natalia 0 0 0 26 8 17 0 0 0 0 0 0 26 8 17 Astrocaryum chambira 0 0 0 0 0 0 155 12 31 0 0 0 155 12 31 Atallea butyracea 5 4 2 0 0 0 0 0 0 0 0 0 5 4 Attalea speciosa 0 0 0 0 0 0 1 1 1 2 1 1 3 Bactris gasipaes 1 1 1 6 3 4 0 0 0 1 1 1 Cocos nucifera 2 2 2 0 0 0 0 0 0 0 0 Euterpe precatoria 0 0 0 1 1 1 0 0 0 5 Iriartea deltoidea 15 14 5 44 17 16 4 3 4 Lepidocaryum tenue 0 0 0 0 0 0 44 2 Mauritia flexuosa 0 0 0 2 1 1 0 Mauritiela macroclada 1 1 1 0 0 0 Oenocarpus bataua 0 0 0 32 7 Phytelephas aequatorialis 0 0 0 119 Socratea exhorriza 0 0 0 Wettinia quinaria 0 0 Varias especies 14 TOTAL 38 Colombia Ecuador Perú Bolivia Región Categoría entr. 0 datos 0 entr. 0 datos 0 entr. 0 datos 0 Una misma persona puede extraer, transformar o comercializar productos de más de una categoría y de más de una especie. Cada producto es tomado como información. Productos por categoría 1. Alimentos (aceite comestible, frutos, pulpa, harina, pinchos de chontacuro) 2. Artesanía (fibras y semillas: “animelas”, botones, escobas, llaveros, brazaletes, aretes, pulseras, collares, dijes, mochilas, accesorios, mangos de machete y cuchillo, masajeadores, móviles para niños, hamacas, bolsos, abanicos, remos, arcos, lanzas, juegos pirámide, juegos de té, macanas, repisas, figuras decorativas y utilitarias, sillas, pisapapeles, sonajeros, tejidos, utensilios, correas, adornos para ropa, máscaras rituales, pectorales) 3. Cosméticos (aceite, champú, jabón, aceite para masajes, loción) 4. Madera (tiras rústicas, ripas, postes, duelas, parqué, sillas, mesas) 5. Techado (criznejas, hojas, techo) entr. Acrocomia sp. Tabla 7A1-2. Información por categoría de uso y personas entrevistadas (entr.) datos 200 Colombia p e aequatorialis en Ecuador, A. chambira en Perú y Euterpe precatoria en Bolivia (Tabla 7A1­1). Se realizaron, además, en­ trevistas abiertas en la comunidad El Pal­ mar (Chuquisaca, Bolivia) a usuarios de Parajubaea torrallyi104. 2 1. Alimento 0 0 12 8 0 0 16 10 2 2 2. Artesanía 37 7 166 66 158 33 7 3 8 5 6 3. Cosmético 0 0 27 18 0 0 13 11 40 29 0 2 2 2 4. Madera 1 1 29 17 20 18 0 0 50 36 2 5 6 3 6 5. Techado 0 0 4 4 44 24 0 0 48 28 0 0 0 63 29 25 38 8 238 113 222 75 36 24 24 0 0 0 44 2 24 0 0 2 2 1 4 3 2 0 0 0 0 0 0 1 1 1 22 0 0 0 25 4 16 57 9 38 21 48 0 0 0 0 0 0 119 21 48 0 0 0 17 1 16 0 0 0 17 1 16 0 4 1 4 0 0 0 0 0 0 4 1 4 6 2 4 3 1 1 1 1 0 0 0 19 9 4 21 7 238 43 102 222 20 59 36 5 17 534 68 185 TOTAL 28 entr. d a que los entrevistados se dedicaron a más de una actividad), especialmente de Astrocaryum chambira (Tabla 7A1­1). En cada país se hicieron entrevistas con énfa­ sis en una o dos de las especies más uti­ lizadas: Oenocarpus bataua y Phytelephas datos entrevistados sabían sobre los permisos de cosecha, el plan de manejo y los pro­ cedimientos para obtenerlos. También se preguntó si ejecutaban un plan de manejo relacionado con su actividad. La informa­ ción fue separada por especie y producto ya que existen personas que trabajan con más de un producto y más de una especie y se buscaban diferencias entre categorías 18 368 109 534 220 201 202 Anexo 7-2. Revisión de planes de manejo y lineamientos técnicos para la cosecha de productos de palmas en Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia Algunos planes de manejo corresponden a áreas protegidas. Especie BOLIVIA Euterpe precatoria Producto (Uso) Región y localidad Documento Ejecutor Tipo (año) Cogollo (palmito) Tarumá (10 000 ha), *DT Santa Cruz BOLFOR (1996) Oenocarpus bataua Fruto (pulpa) Bosque húmedo del P Yungas (279,3 ha) Parajubea sunkha Hojas (fibras, artesanías) Valle Grande (El Palmar, Matralcito, Chorillos) UPP UPC FAN (2006) (2011) **P Límite de cosecha según informes técnicos y referencias científicas Am: 5 m Cc: 10 años Id: 22.5 ind./ha Pr: 25 ind. maduros/ha (1a corta), ind. maduros/ha (2a corta)82. Cc: anual (noviembre–marzo). Ve: 1 L aceite/día = 46 kg fruto (1 racimo = 22.4 kg), máx. 40 L/mes. Pr: 379 adultos (3315.2 kg de frutos). Am: < 4 m. Cc: anual, tiempos de recuperación de 2 años. Corta selectiva de individuos con hojas más largas, maduras y amarillas. Pr: 126 097 kg de fibra/año. Observaciones Ref. Marcar árboles semilleros (10 % de individuos maduros) y eliminar vegetación circundante50. 50, 82 Zonificación del área. Dejar 10 % de individuos productores como árboles semilleros. No aprovechar: mayo–octubre. Zonificación del área de manejo. Tallado de gradas (corte en el tronco de 5–16 cm de profundidad) o uso de una vara para la cosecha. 105 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA DT: Documento Técnico, especifica límite de cosecha/productividad y recomienda manejo. G: Guía, recomendaciones generales sobre el manejo. ED: Estudio Demográfico, propone límites de cosecha con base en estudios de modelos matriciales. EM: Estudio de Mercado, evalúa la productividad con base en datos de comercio; los volúmenes de cosecha propuestos no son necesariamente sostenibles. P: Plan de manejo, propone prácticas y límites de cosecha para un aprovechamiento sostenible de una especie en un área determinada. * No implementado, ** Implementado. Límite de cosecha: Am: Altura mínima, Cc: Ciclo de cosecha, Id: Individuos disponibles para el aprovechamiento, Pr: productividad, Ve: Volumen de extracción, Nh: número de hojas aprovechadas. 106 Anexo 7-2 (continuación) Especie Mauritia flexuosa Región y localidad Documento Ejecutor Tipo (año) Tronco (construcción) Yanayacu-Pucate (Loreto) Frutos (alimentación) RNPS (Paima, Paujil - **P 569 ha) G Astrocaryum chambira Cogollo (artesanías, fibras) Pebas, NE Perú Socratea exorrhiza Zona de Amortigua- *G miento de la RNPS Tronco (construcción) EM ED Límite de cosecha según informes técnicos y referencias científicas Am: 10–12 m (30 años). Cc: 8–10 años (tiempo de deterioro del tronco) Id: 556 ind./ha. Cc: marzo–junio. Pr: 139–290 kg/ind. Id: 157–169 ind./ha. 19–21 hembras/ha: 6–8 ind. aprovechables/ha (hembras con ≥ 3 racimos, altura fuste < 22 m). Ve (máx. por año): 916.8–3616 sacos (cuartillos) = 45 L (50 kg). Comunidad de Cc: 3–4 meses, hasta 4 veces en un Brillo Nuevo, mismo individuo. Bora Am: 4 m. (2002) Nh (máx/año): 3–4 hojas/ind. Ve: 75–150 g. Regeneración obligatoria. Proyecto Cc: 8–10 años (tiempo necesario para el Araucaria XXI crecimiento de los juveniles). Nauta Am: 10 m. Id: 431 ind./ha: 200 ind./ha aprovechar palmas (2007) más altas y maduras. Proyecto Araucaria XXI Nauta (2007) COMAPA “Veinte de Enero”. Pronaturaleza (2005) Observaciones Ref. Cortar palmas reproductivas que ya hayan fructificado en varias ocasiones. Dejar juveniles para regeneración. 107 Escalada con "estrobos" o triángulos. Selección de semilleros, limpieza del sotobosque, reforestación. Aguajes > 23 m susceptibles a la corta. 108 Potreros, bosques secundarios son fuentes importantes de fibras (90–180 ind./ha). 73 Definir zona de mayor densidad. Trillar con hacha y siguiendo la dirección de las fibras. No talar juveniles. 109 7 Políticas de uso y manejo sostenible de productos de palmas PERÚ Euterpe precatoria Producto (Uso) 203 7 Políticas de uso y manejo sostenible de productos de palmas 114 Ciclo de producción: 5–6 años (plantaciones), > 12 años (poblaciones naturales). Limpieza de la maleza, podas, reciclaje de todo residuo. Crecimiento y supervivencia tienen un mayor aporte 113 al crecimiento poblacional. La propagación vegetativa produce más individuos. (2002) Valle del Río Atrato EM (Antioquía, Chocó). Fruto (alimento, aceite para cosméticos) Oenocarpus bataua (2010) ED Vigía del Fuerte Tronco (palmito) COLOMBIA Euterpe oleracea Jatun Sacha (Napo) ED Iriartea deltoidea **P Tronco (construcción) Id: palmas sensibles de 8–12 m, se compromete fertilidad; palmas > 12 m = 100 % (Murrapal mixto y puro). 40 % palmas de 8–12 m, no explotar palmas > 12m. Cc: junio, septiembre y noviembre. Pr: 1.6–3.5 T fruto/ha (112–260 kg aceite/ha). En poblaciones con 204 palmas/ha: 3.27 T frutos/ha (240–525 kg de aceite). Maduración de frutos: 14 meses. B. maduro no apto para cosecha (bajas tasas de 92 remplazo); en b. secundario se regenera < 15 años. 112 En la práctica se extraen 200 L (40 %), el resto se deja para el consumo de animales y personas. 110, 111 **P Zona del Trans Cutucú (Morona Santiago) Comunidad Kusuim, Shuar; Itak, Achuar (2010) Cc: enero–marzo y septiembre–noviembre (> intenso). Pr: 1 racimo = 1–1.5 L aceite en promedio. Ve: 20–50 L anuales. 70 % de los individuos para autoconsumo, 30 % para comercio. Comunidad Cc: junio, julio y agosto. Chiriap, Shuar Pr (anual): 1 L aceite/palma (100 lb = 3500 frutos). (2009) Id: 500 palmas productoras. Ve (máx.): 500 L/año de aceite. Cc anual: 10 % (b. maduro) y 20 % (b. secundario) (1995) de individuos > 15 m. Supervivencia de palmas 0.5–5 m y > 20 m crítica en estabilidad de población. Trasplante a potreros. Escalar palmas o árboles vecinos para la cosecha. Corta selectiva: individuos > 20 m, adultos en malas condiciones. Referencias Fruto (alimento, aceite para cosméticos) ECUADOR Oenocarpus bataua Producto (Uso) Especie 204 Anexo 7-2 (continuación) Región y localidad Documento Ejecutor Tipo (año) Límite de cosecha según informes técnicos y referencias científicas Observaciones Ref. COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 1 2 3 4 Macía, M.J., P.J. Armesilla, R. Cámara­ Leret, N. Paniagua­Zambrana, S. Villalba, H. Balslev & M. Pardo­de­Santayana. 2011. Palm uses in northwestern South America: A quantitative review. he Botanical Review 77 (4): 462–570. Cámara­Leret, R., N. Paniagua­ Zambrana, H. Balslev & M.J. Macía. 2014. Ethnobotanical knowledge is vastly under­documented in Northwestern South America. PLoS ONE 9 (1): e85794. Moraes R., M., N. Paniagua­Zambrana, R. Cámara­Leret, H. Balslev & M.J. Macía. 2014. Este libro. 4. Palmas útiles de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú. ter Steege, N., N.C.A. Pitman, D. Sabatier, C. 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ProNaturaleza/COMAPA “Veinte de Enero”, Iquitos. 211 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 109 Hernández, M. & W. Mass­Horna. 2007. Manejo y aprovechamiento de la cashapona Socratea exhorriza. Proyecto Araucaria XXI Nauta, Perú. 110 Peralta, D. 2010. Manejo Sustentable de Productos Forestales No Maderables. Plan de Manejo de ungurahua (Oenocarpus bataua). Comunidad Kusuim de la Provincia de Morona Santiago. Fundación Chankuap. 111 Velepucha, A. 2010. Plan de Manejo Sustentable del Recurso Forestal No Maderable (Oenocarpus bataua) en la Comunidad Itak, territorio Achuar de la Provincia de Morona Santiago. Fundación Chankuap. 112 Palacios, B. 2009. Manejo Sustentable de Productos Forestales No Maderables 212 (PFNM). Plan de Manejo de la Palmera ungurahua Oenocarpus bataua en la Comunidad de Chiriap, Territorio Shuar de la Provincia de Morona Santiago. Fundación Chankuap. 113 Arango, D., A. Duque & E. Muñoz. 2010. Dinámica poblacional de la palma Euterpe oleracea (Arecaceae) en bosques inundables del Chocó, Pacíico colombiano. Revista de Biología Tropical 58 (1): 465­481. 114 Díaz J.A. & L.M. Ávila. 2002. Sondeo del mercado mundial de aceite de seje (Oenocarpus bataua). Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt (IAvH), Bogotá. 8 Bioinformática y la familia de las palmas William J. Bakera*, Robert Allkina, Abigail M. Barkera, Manuel J. Macíab, Alex Theysa,c, Soraya Villalbaa & Lauren M. Gardinera Royal Botanic Gardens. Kew, Reino Unido. Departamento de Biología, Área de Botánica, Universidad Autónoma de Madrid. Madrid, España. c Natural History Museum. London, Reino Unido. * w.baker@kew.org a b La taxonomía, ciencia y práctica de la clasiicación de los organismos biológi­ cos, destaca entre otras disciplinas cientí­ icas por la resiliencia y longevidad de su metodología. Hacia mediados del siglo XVIII la taxonomía moderna encontró a su padre, Carl Linneo, quien estable­ ció protocolos para describir y nombrar a los organismos, que todavía siguen en uso, en particular por la innovación de la nomenclatura binomial, un recurso para referirse a una especie en particular y mostrar sus ainidades. Tan inluyente fue el enfoque de Linneo, que la fecha de inicio oicial de la nomenclatura bio­ lógica moderna se estableció a partir de dos de sus obras: Species Plantarum1 y Systema Naturae2. Lejos de estar pasada de moda o an­ clada en sus formas, la taxonomía ha mantenido su metodología gracias a su eiciente simplicidad. Sin embargo, su frontera siempre sigue cambiando. Linneo creyó que existirían unas 10 000 especies entre plantas y animales3. En la actualidad se han nombrado y des­ crito cerca de 1.8 millones de organis­ mos, muchísimos más de los que Linneo jamás habría imaginado. Incluso en grupos relativamente bien conocidos, como las plantas vasculares con cerca de 350 000 especies ya descritas, todavía se siguen descubriendo nuevas especies a una tasa de casi 2000 al año, y se estima que entre el 10 y el 20 % quedan aún por describir4–6. Como el estudio de la biodiversidad ha emergido a escala global, enfrenta el reto de manejar toda la información existente a esa escala, lo que tiene conse­ cuencias negativas para los usuarios de la taxonomía. La información taxonómica y descriptiva se ha publicado tradicional­ mente en libros y revistas cientíicas, que 213 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 214 se conservan únicamente en bibliotecas de centros de investigación a las que solo tienen acceso otros taxónomos. Debido a estos inconvenientes en el lujo de infor­ mación, los taxónomos tienen una mala reputación por haber descrito la misma especie varias veces. En el caso de las plantas, se estima que casi el 60 % de to­ dos los nombres son sinónimos4, lo que indica que en promedio cada especie se ha descrito más de dos veces. Los Códi­ gos de Nomenclatura, que se acuerdan y ratiican internacionalmente, sirven para mejorar la nomenclatura, aunque inevi­ tablemente esta complejidad impide que la información taxonómica sea bien com­ prendida por los potenciales usuarios. La gran cantidad de información taxóno­ mica que se ha generado ha supuesto un problema grave porque se proveen datos clave que van más allá de la taxonomía en sí, incluyendo información cientíica para que una especie sea relacionada de ma­ nera precisa con sus características bioló­ gicas, e igualmente se especiique su papel en el ecosistema y su importancia para la humanidad. Por ejemplo, uno de esos conjuntos de datos de enorme importan­ cia para el ser humano es la gran cantidad de información etnobotánica y sobre la comercialización asociada a las materias primas y productos de las plantas. En la actualidad se ha demostrado ampliamente que el manejo de la infor­ mación en Internet puede ofrecer mu­ chas soluciones a los retos que tiene por delante la taxonomía7–10. Existen recur­ sos globales basados en la web para es­ pecímenes11, nombres12 y bibliografía13, que ponen a disposición del usuario un gran volumen de datos de biodiversi­ dad sin precedentes y sin ningún coste. Paralelamente, las revistas cientíicas de acceso libre en Internet, como Phytotaxa, Zootaxa, Phytokeys y Zookeys, ofrecen mayor lexibilidad y mejoras que las pu­ blicaciones cientíicas tradicionales no pueden brindar. Asimismo la comunidad botánica ha tenido un papel de liderazgo en el desarrollo de la taxonomía que se ha ido implantando progresivamente en Internet. La Estrategia Mundial para la Conservación de las Especies Vegetales (Global Strategy for Plant Conservation, GSPC) ha sido un motor fundamental en el campo de la diversidad vegetal desde el año 2000, planteándose una serie de desafíos para cada década4,14. En el mo­ mento actual, el GSPC (2010–202015) ha alcanzado un primer objetivo con la elaboración de un listado de trabajo con todos los nombres de las plantas, que se inalizó en 2010 en he Plant List16, para la producción de una Flora Mundial en línea para 2020. Para ello se han desa­ rrollado nuevas soluciones tecnológicas a in de acelerar la recopilación del con­ tenido taxonómico y descriptivo. En este artículo se muestra cómo la familia de las palmas ha sido utilizada como grupo modelo para el establecimiento de la Flora Mundial en línea, lo que ha resul­ tado en un importante aumento de la in­ formación sobre la biodiversidad de pal­ mas a la que se puede acceder. También se muestra cómo este grupo de prueba ha servido para movilizar una enorme can­ tidad de datos de usos de palmas, a partir tanto de la bibliografía existente como del trabajo de campo realizado durante el proyecto PALMS, que están disponibles dentro de un marco estructurado de ta­ xonomía en la web. Palmweb Palmweb es un recurso en línea so­ bre biodiversidad que proporciona in­ formación idedigna y actualizada de 8 Bioinformática y la familia de las palmas taxonomía de palmas y otros conteni­ dos. Su objetivo es reunir la información dispersa y a menudo inaccesible en un único portal web de acceso libre, con la intención de entregar una monografía en línea de todas las palmas del mundo. Es importante destacar que Palmweb está impulsado por expertos reconocidos en el tema y se basa en el conocimiento del conjunto de especialistas en esta familia de plantas, asegurando la calidad e inte­ gridad de los datos. Aunque una institu­ ción, Reales Jardines Botánicos de Kew (RBG Kew), lleva el liderazgo, Palmweb requiere y facilita la colaboración. Varias instituciones contribuyen directamente a su desarrollo, siendo la participación más notable la del Jardín y Museo Botánico de Berlín (Alemania) y de la Universidad de Aarhus (Dinamarca). Palmweb se inció por la red de ex­ celencia EDIT (European Distributed Institute of Taxonomy)17, inanciada por el 6º Programa Marco de la Unión Eu­ ropea por cinco años, entre 2005 y 2011. El objetivo general de EDIT era integrar los esfuerzos europeos en taxonomía y desarrollar capacidad de liderazgo mun­ dial. En particular, el proyecto reparó en la necesidad de invertir en taxonomía en línea y desarrollar nuevas herramientas, como la Plataforma de EDIT para Ci­ bertaxonomía18,19 y Scratchpads20,21. Las palmas se seleccionaron como un grupo modelo para testar estas nuevas tecnolo­ gías junto con otros dos grupos, la tribu Cichorieae de la familia de plantas de las Asteraceae y la familia de (moscas) dípteros Milichiidae. Se optó por las pal­ mas porque los expertos europeos en la materia ya se habían organizado a través de la Red Europea de investigadores en palmeras (EUNOPS en inglés22) que po­ día funcionar como un foro de consulta y colaboración. Además, se consideraba que la familia de las palmas podía ser manejable por la cantidad de especies como un grupo de prueba y porque se disponía de una clasiicación preliminar consensuada gracias a la Lista anotada de palmas del mundo (World Checklist of Palms). Esta clasiicación reconoce los nombres aceptados y sus sinónimos con base en el trabajo taxonómico de reco­ nocidos expertos en palmas. La lista fue publicada originalmente en papel, pero ahora se actualiza permanentemente en línea como parte de la base de datos de la Lista anotada mundial de una selección de plantas con semillas (World Checklist of Selected Seed Plants), mantenida por los RBG Kew23,24. Por último, el valor in­ trínseco de un portal web para un grupo de plantas tan importante ecológica y económicamente, fue también un factor que contribuyó a su selección como un grupo modelo. Palmweb se ha llevado a cabo usando la Plataforma de EDIT para Cibertaxono­ mía, que se describe como “un conjunto de herramientas y servicios que cubren todos los aspectos del lujo de trabajo taxonómico”. Aunque muchos colabora­ dores han contribuido a esta plataforma, la mayor parte de su desarrollo ha tenido lugar en el Jardín y Museo Botánico de Berlín. Palmweb se basa principalmente en tres componentes de la Plataforma de EDIT para Cibertaxonomía. La infor­ mación se almacena en una base de da­ tos muy potente y altamente atomizada, denominada Modelo de datos comunes (Common Data Model, CDM), que se edita a través del Editor Taxonómico EDIT y se muestra a los usuarios en el Portal de Datos EDIT, de acceso libre en la web25. El portal de datos EDIT provee a Palmweb de todas las funcionalidades que se esperan de un portal vanguardista de 215 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 216 información en biodiversidad, utilizando el sistema Drupal de manejo de conteni­ dos en abierto26. El portal se estructura con base en una clasiicación que se ob­ tuvo inicialmente de la Lista anotada de palmas del mundo en 2007. Se pueden hacer búsquedas a través de un árbol de clasiicación o por el nombre cientíico. Cualquier ruta de búsqueda lleva al usua­ rio a las páginas del taxon, disponibles a nivel tanto de género como de especie. Si una búsqueda solicita un nombre que no es aceptado pero que existe en el sistema, es decir un sinónimo, el enlace lleva a la página del taxon cuyo nombre es acep­ tado. Todos los nombres generados en la taxonomía se muestran con autor y referencias, incluyendo la publicación, el año de publicación correspondiente y los números de página, obtenidos del Ín­ dice internacional de nombres de plantas (International Plant Names Index12). Las páginas del taxon muestran información en tres pestañas. La primera contiene in­ formación general, incluyendo un mapa de la distribución de la especie a nivel de país (TDWG level 327) y un texto sobre te­ mas como descripción, distribución, bio­ logía, ecología, nombres comunes y usos en cada caso. Se citan las referencias para cada tema de modo que el usuario pueda consultarlas si así lo requiere. El conte­ nido disponible en cada página del taxon depende de la información existente. La segunda pestaña, sobre sinonimias, pre­ senta la nomenclatura para cada taxon, con nombres aceptados y sinónimos cla­ ramente indicados. Para cada nombre se cita la fuente original y en algunos casos se tiene acceso, a través de un enlace, a un archivo en formato pdf de la referida publicación. En algunos casos estas pu­ blicaciones están disponibles en portales originales de acceso a recursos públicos como la Biblioteca del Patrimonio de la Humanidad (Biodiversity Heritage Library28), pero en muchas ocasiones fue necesaria la digitalización de la referen­ cia. La tercera pestaña muestra una ga­ lería de imágenes que se pueden ampliar a través de un visor integrado, donde también se incluye la información sobre el autor y el estatus de derechos de autor para cada imagen. Palmweb ofrece funcionalidades adi­ cionales, como la capacidad de integrar búsquedas en fuentes externas: Genbank, Flickr, Google Scholar, GBIF y bases de datos de varios herbarios. También con­ tiene enlaces a un glosario ilustrado de terminología botánica en línea y a claves de identiicación interactiva a nivel de géneros de palmas. Finalmente, una se­ rie de páginas introductorias describen globalmente la familia de las palmas, y se incluyen conceptos básicos sobre la fun­ cionalidad del sitio. El contenido que ofrece Palmweb pro­ viene de una amplia gama de fuentes. Se reproduce información taxonómica que ya ha sido publicada, tanto en artículos cientíicos como en libros. Por ejemplo se incluyen todos los tratamientos a nivel de género que forman parte de Genera Palmarum29. A nivel de especie, el primer paso en el proceso de recopilación del contenido implica la selección de la lite­ ratura relacionada más reciente. Se con­ tactó a los editores y/o autores que tienen derechos sobre el contenido de una pu­ blicación, a in de solicitarles su permiso para la reproducción de los contenidos en Palmweb bajo una licencia de recono­ cimiento de derechos sin ines comercia­ les (Creative Commons Attribution-NonCommercial-Share Alike 3.0 Unported Licence – CC BY­NC­SA 3.0)30. En con­ creto, esta licencia establece que los usua­ rios pueden volver a utilizar, compartir o adaptar el contenido de la publicación 8 Bioinformática y la familia de las palmas con la condición de que se cite la fuente adecuadamente y de que no se use con i­ nes comerciales. El mismo tipo de licen­ cia se debe aplicar si un usuario distri­ buye contenido de Palmweb en su forma original o adaptada. Para la aplicación de dicha licencia, los usuarios pueden determinar fácilmente si pueden utilizar su contenido y no necesitan ponerse en contacto con los gestores de Palmweb para pedir autorización de reutilización. Por ejemplo, las capturas de pantalla de Palmweb (como mapas de distribución) son utilizadas frecuentemente por inves­ tigadores de palmas en sus presentacio­ nes en conferencias. Las imágenes que se muestran en Palmweb fueron proporcio­ nadas por individuos e instituciones en los mismos términos descritos. La ma­ yoría provienen de la biblioteca digital de imágenes de los RBG Kew. Se tiene espe­ cial cuidado en incluir solo aquellas que están correctamente identiicadas. El contenido de Palmweb se cons­ truye mediante el editor taxonómico EDIT31, una aplicación que se puede eje­ cutar a través de un escritorio virtual. Los usuarios pueden registrarse en cualquier versión de EDIT y tienen capacidad de añadir, eliminar o editar elementos de la clasiicación o del contenido descriptivo. Las ediciones se registran en el sistema bajo cada usuario independientemente. Aunque el desarrollo de los contenidos se ha realizado en los RBG Kew, inves­ tigadores de la Universidad de Aarhus han podido trabajar simultáneamente en los contenidos desde Dinamarca, ya que el sistema soporta el uso simultáneo por varios usuarios, lo que ha mejorado las posibilidades de colaboración y de­ sarrollo de sus contenidos. Los datos se introdujeron mediante el editor taxonó­ mico almacenado en el CDM que es un repositorio para incluir cualquier tipo de información que generen los taxó­ nomos en sus estudios18. Los datos están muy estructurados y atomizados, per­ mitiendo realizar múltiples operaciones de búsqueda (v. gr. nombres de taxones, nombres de autores, localidades geográ­ icas, publicaciones), así como también reconoce automáticamente grupos de palabras, como referencias bibliográi­ cas, lo que posibilita reducir errores en la escritura y ahorrar tiempo al usuario. La subida de grandes cantidades de in­ formación a Palmweb debe realizarse en colaboración con la plataforma EDIT para cibertaxonomía desarrollada por el equipo del Jardín y Museo Botánico de Berlín. El portal de datos, EDIT y el CDM están en constante desarrollo por parte del equipo de trabajo. La estructuración del CDM asegura la integración de toda la información que se genera en taxonomía, y contem­ pla también extensiones para la integra­ ción futura de nuevos datos. El proyecto PALMS fue una excelente oportunidad para probar esta capacidad de extensión. Se requería que toda la información et­ nobotánica publicada sobre palmas de los cuatro países del noroeste de Suramérica (Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia) en los que trabajó el proyecto, se organizara e integrara en Palmweb. Para lograr este objetivo se creó una herramienta de cap­ tura de datos en Microsot Access, que permite tanto el ingreso de texto copiado directamente de la fuente original y pe­ gado, como la integración de cualquier dato de uso. La información etnobotá­ nica se clasiicó siguiendo la propuesta del Economic Botany Data Collection Standard32, con algunas modiicaciones para su adaptación a las regiones tropi­ cales33. Cada dato de uso está vinculado a una referencia bibliográica. Los investi­ gadores de la Universidad Autónoma de 217 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 218 Madrid que intervinieron en el proyecto realizaron la búsqueda bibliográica (in­ cluyendo la literatura publicada única­ mente en medios locales) e incorporaron todos los datos. La base de datos inal in­ cluye información etnobotánica para 194 especies de palmas útiles obtenida de 255 referencias bibliográicas, lo que repre­ senta 2395 usos distintos que se catego­ rizaron a partir de 6141 registros de uso. El análisis de estos datos para el conjunto de la región de estudio se ha publicado en un artículo cientíico33. El paso siguiente requirió la extensión de Palmweb para la construcción de tres nuevos componen­ tes del sistema que permitieran la visua­ lización de los datos etnobotánicos en el portal. Tras una fase de recopilación de ideas en diversas fases de su implemen­ tación entre los miembros del proyecto PALMS, se realizaron modiicaciones en el CDM, el editor taxonómico y el portal de datos. En el caso de los taxones para los que se encontró información etno­ botánica en la literatura, Palmweb mues­ tra los textos originales del uso con su referencia en una sección denominada “Usos”, que se encuentra en la primera pestaña (general) de las páginas de las especies, junto con una tabla en la que aparece toda la información relevante extraída de los textos: categoría de uso, subcategoría de uso, parte de la palma utilizada, grupo humano, grupo étnico, país, ecorregión. Esta fuente tan diversa de información etnobotánica se podrá ampliar en el futuro mediante la adición manual de más datos para los distintos taxones a través del Editor Taxonómico. Hasta la fecha Palmweb contiene infor­ mación básica de taxones que incluye los nombres aceptados, sinonimias, distribu­ ción y mapas de distribución para todos los taxones de palmas (185 géneros, 2593 especies, 312 taxones infraespecíicos). El conjunto del contenido descriptivo está disponible para todos los géneros y para 1496 especies y taxones infraespecíicos (51 %). Se puede acceder a las publica­ ciones originales relativas a 2044 taxones aceptados (70 %) y a más de 3300 imá­ genes correspondientes a 1027 taxones. Se sigue trabajando para reunir y añadir nuevos contenidos, principalmente con la intervención del personal de los RBG Kew, con contribuciones adicionales de voluntarios y el apoyo de la comunidad de investigadores especialistas en palmas. Ahora que Palmweb está bien establecida se han registrado estadísticas de uso no­ tables. Por ejemplo en los años 2012 y 2013 hubo más de 500 000 visitas, lo que representa casi 1500 visitas diarias. Esto equivale aproximadamente a 12 500 visi­ tantes distintos, de los que 4250 lo visita­ ron más de una vez. Los planes futuros para Palmweb se centran en intensiicar la recopilación de información con el objetivo de reunir todo el contenido taxonómico existente para todas las especies aceptadas. Nuestro objetivo es involucrar a más miembros de la comunidad de especialistas en palmas para que contribuyan a la consecución de esta meta. Se tiene previsto trabajar tam­ bién con nuestros socios del Jardín y Mu­ seo Botánico de Berlín para seguir per­ feccionando y desarrollando Palmweb. Por último, tenemos la intención de con­ tinuar ampliando la red de usuarios y así añadir valor al contenido ya generado por la colaboración y el intercambio de datos. Algunos ejemplos de esta actividad se describen en el siguiente apartado. Usuarios y colaboradores de Palmweb Las estadísticas de uso y referencias a Palmweb (por ejemplo en conferencias) 8 Bioinformática y la familia de las palmas indican que en la actualidad el portal es ampliamente utilizado y constituye uno de los recursos principales para los es­ pecialistas que trabajan en biodiversidad de palmas, aunque es también empleado por otro tipo de público. Un modo simple de reutilización de los datos de Palmweb consiste en el co­ piado y pegado de sus contenidos, como se hace por ejemplo en la enciclopedia en línea de palmas, que forma parte de la web de horticultura de palmas Palmpedia34. Esta enciclopedia es un wiki en el que una comunidad de entusiastas aportan contenidos provenientes de múl­ tiples fuentes o incluso nuevos. Debido a los términos de licencia bajo los que se comparten los contenidos de Palmweb, Palmpedia puede reutilizarlos sin con­ sulta previa siempre que cumpla con las condiciones de la licencia. A través de Palmpedia, los datos de Palmweb tienen mayor divulgación, pero la reutilización manual de los contenidos presenta algu­ nas limitaciones, sobre todo en el mante­ nimiento de la calidad de los datos (como mención imprecisa de los créditos, erro­ res de transcripción, cambios futuros en la clasiicación y posibles nuevas identii­ caciones de los taxones en las imágenes). Una mayor colaboración integradora de Palmweb se obtiene de eMonocot35, proyecto inanciado por el Consejo de Investigación del Medio Natural del Reino Unido que tiene como objetivo proporcionar información sobre la bio­ diversidad para las 70 000 especies de angiospermas monocotiledóneas, con base en la clasiicación desarrollada para la Checklist mundial de las monocotile­ dóneas. El modelo eMonocot involucra a expertos botánicos fomentando el uso de las Scratchpads, que son innovadoras pla­ taformas web diseñadas para manejar los datos estructurados de biodiversidad y en las que se puede colaborar y añadir con­ tenidos en su especialidad (v. gr. familias particulares de monocotiledóneas). Este contenido es accesible directamente a través de los sitios de Scratchpad (36 por ejemplo) pero lo más importante es que puede fusionar su contenido en un único portal en línea de acceso libre35, que pro­ porciona un sistema uniicado para acce­ der a todos los contenidos alojados en es­ tos Scratchpads. Algunos recursos como Palmweb, que no están integrados en Scratchpads, también utilizan el mismo estándar de intercambio de datos taxo­ nómicos (Darwin Core Archive37,38) y su contenido también se puede unir con el portal eMonocot. Esto aumenta sustan­ cialmente la divulgación del contenido de Palmweb y distintas funcionalidades implementadas en el portal eMonocot se pueden usar para analizar datos de Palmweb, lo que no es posible desde el propio portal de Palmweb. El portal eMonocot también permite a los usuarios descargar datos bajo sus términos propios. Un excelente ejemplo de esto es el caso de Palmworld, una apli­ cación desarrollada para iPad y iPhone (con versión para Android en desarro­ llo), dirigida a usuarios aicionados. La base de datos Palmworld también se puede consultar a través de la web39. Casi todos los datos de Palmweb se extrajeron mediante una descarga (DwC­A) del portal de eMonocot y se integraron con datos de otras fuentes (v. gr. Wikipedia). La aplicación para iPad y iPhone adapta el contenido de Palmweb a estos dispo­ sitivos y presenta la mayor parte de los datos de una manera más atractiva y con mayor facilidad de navegar para el usua­ rio no experto. Por ejemplo, se pueden consultar todos los géneros en una cua­ drícula de imágenes, a través de la cual se accede a la información descriptiva 219 8 Bioinformática y la familia de las palmas COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA y a la lista de especies. El usuario tam­ bién puede acceder a las páginas de las especies a través de las listas de especies o mediante simples búsquedas (acepta nombres comunes o nombres cientíi­ cos), en las que se encuentra una gran cantidad de información, principalmente de Palmweb, sobre la biología y horticul­ tura de las especies, así como galerías de imágenes. El glosario de términos de pal­ mas utilizados en Palmweb también está integrado en Palmworld. Es importante destacar que aunque los datos se mues­ tran e ilustran de modo más atractivo para los usuarios aicionados, los conte­ nidos cientíicos también están disponi­ bles para quienes quieran profundizar en ellos (v. gr. información idedigna y ac­ tualizada sobre la clasiicación, referen­ cias a la bibliografía taxonómica original, imágenes con créditos y otros datos es­ pecíicos) y se citan las respectivas fuen­ tes de donde proceden todos los datos, manteniendo así la integridad de la in­ formación. La alta calidad de Palmworld se obtuvo no solo por la gran pericia del personal que desarrolló la aplicación, sino también por la colaboración con el equipo de Palmweb de Kew. Sin requerir colaboración directa ni contacto bajo los términos de licencia de Palmweb, esta interacción condujo a un resultado más creativo y valioso tanto para los desarro­ lladores de Palmworld como para quie­ nes aportaron datos de Palmweb. 220 Conclusiones No hay ninguna duda de que el futuro de la información taxonómica y la ma­ yor parte del proceso de colaboración en la investigación en este campo pasan por su integración a través de la web. El logro de presentar información taxo­ nómica en línea requiere una inversión considerable en recursos humanos, per­ sonal experto en tecnologías de la infor­ mación y la colaboración entre distintas disciplinas cientíicas, pero los beneicios ya se comienzan a apreciar. Sobre plantas existen pocos portales web tan comple­ tos como Palmweb, pero a medida que surgen nuevas tecnologías se espera que muchos más expertos y grupos de trabajo se incorporen a iniciativas de este tipo. El modo innovador en que Palmweb se ha construido, desde incluir los datos cien­ tíicos de usos de palmas del proyecto PALMS hasta presentar información atractiva de palmas en aplicaciones para iPad y iPhone destinada a usuarios no especializados, proporciona evidencias de los puntos fuertes que ofrece la taxo­ nomía en línea para llegar a un público más amplio. Esperamos que el modelo de Palmweb anime a otros grupos de botáni­ cos a utilizar estas iniciativas. Referencias 1 2 3 4 5 6 7 8 9 Linnaeus, C. 1753. Species plantarum, exhibentes plantas rite cognitas, ad genera relatas, cum diferentiis speciicis, nominibus trivialibus, synonymis selectis, locis natalibus, secundum systema sexuale digestas. Salvius, Holmiae. Linnaeus, C. 1758. Systema naturae per regna tria naturae, secundum classes, ordines, genera, species, cum characteribus, diferentiis, synonymis, locis. Volume 1. Tenth Edition. Salvius, Holmiae. Stearn, W.T. 1959. he background of Linnaeus’s contributions to the nomenclature and methods of systematic biology. Systematic Zoology 8: 4–22. Paton, A.J., N. Brummitt, R. Govaerts, K. Harman, S. Hinchclife, B. Allkin & E.N. Lughadha. 2008. Towards Target 1 of the Global Strategy for Plant Conservation: a working list of all known plant species – progress and prospects. Taxon 57: 602–611. Bebber, D.P., M.A. Carine, J.R.I. Wood, A.H. Wortley, D.J. Harris, G.T. Prance, G. Davidse, J. Paige, T.D. Pennington, N.K.B. Robson & R.W. Scotland. 2010. Herbaria are a major frontier for species discovery. Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America 107: 22169–22171. Joppa, L.N., D.L. Roberts & S.L. Pimm. 2011. How many species of lowering plants are there? Proceedings of the Royal Society B-Biological Sciences 278: 554–559. Godfray, H.C.J. 2002. Challenges for taxonomy ­ he discipline will have to reinvent itself if it is to survive and lourish. Nature 417: 17–19. Godfray, H.C.J., B.R. Clark, I.J. Kitching, S.J. Mayo & M.J. Scoble. 2007. he Web and the structure of taxonomy. Systematic Biology 56: 943–955. Mayo, S.J., R. Allkin, W. Baker, V. Blagoderov, I. Brake, B. Clark, R. Govaerts, C. Godfray, A. Haigh, R. Hand, K. Harman, M. Jackson, N. Kilian, D.W. Kirkup, I. Kitching, S. Knapp, G.P. Lewis, 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 P. Malcolm, E. Raab­Straube, D.M. Roberts, M. Scoble, D.A. Simpson, C. Smith, V. Smith, S. Villalba, L. Walley & P. Wilkin. 2008. Alpha e­taxonomy: responses from the systematics community to the biodiversity crisis. Kew Bulletin 63: 1–16. Clark, B.R., H.C.J. Godfray, I.J. Kitching, S.J. Mayo & M.J. Scoble. 2009. Taxonomy as an eScience. Philosophical Transactions of the Royal Society a-Mathematical Physical and Engineering Sciences 367: 953–966. www.gbif.org www.ipni.org www.biodiversitylibrary.org Paton, A.J. & E.N. 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Hodel & A. Henderson. 2013. World 221 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 25 26 27 28 29 30 31 32 Checklist of Arecaceae. Facilitated by the Royal Botanic Gardens, Kew. Published on the Internet. http://apps.kew.org/wcsp/ www.palmweb.org www.drupal.org Brummitt, R.K. 2001. World geographical scheme for recording plant distributions, ed 2. Hunt Institute for Botanical Documentation, Carnegie­Mellon University, Pittsburgh, Penna. http:// www.tdwg.org/geo2.htm www.biodiversitylibrary.org Dransield, J., N.W. Uhl, C.B. Asmussen, W.J. Baker, M.M. Harley & C.E. Lewis. 2008. Genera Palmarum. he Evolution and Classiication of Palms. Kew Publishing, Royal Botanic Gardens, Kew. www.creativecommons.org/licenses/ by­nc­sa/3.0/ www.cybertaxonomy.eu/taxeditor Cook, F.E.M. 1995. Economic Botany Data Collection Standard. Royal Botanic Gardens, Kew. 33 Macía, M.J., P.J. Armesilla, R. Cámara­ Leret, N. Paniagua­Zambrana, S. Villalba, H. Balslev & M. Pardo­de­Santayana. 2011. Palm uses in northwestern South America: A quantitative review. he Botanical Review 77 (4): 462–570. 34 www.palmpedia.net/wiki/ Category:PALM_GENERA 35 www.emonocot.org 36 www.cyperaceae.e­monocot.org 37 Wieczorek, J., D. Bloom, R. Guralnick, S. Blum, M. Doring, R. Giovanni, T. Robertson & D. Vieglais. 2012. Darwin Core: An Evolving Community­ Developed Biodiversity Data Standard. PLoS ONE 7 (1): e29715. 38 Baker, E., S. Rycrot & V. Smith. 2014. Linking multiple biodiversity informatics platforms with Darwin Core Archives. Biodiversity Data Journal 2: e1039. 39 www.palmworld.org 9 Comunicación: uso de los conocimientos para la toma de decisiones y divulgación de la información Mónica Moraes R.a*, Hugo Navarreteb, Gabriela Vacab, Camila de Uriostea & Dennis Pedersenc a Herbario Nacional de Bolivia, Universidad Mayor de San Andrés. La Paz, Bolivia b Herbario QCA, Escuela de Ciencias Biológicas, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Quito, Ecuador c Department of Bioscience – Ecoinformatics and Biodiversity Group, Aarhus University. Århus C, Dinamarca * monicamoraes@ie-umsa.com Estrategia de comunicación y audiencias para la información generada 222 La comunicación y la difusión tienen un carácter transversal en cualquier iniciativa o proyecto, sea de carácter cientíico o so­ cial, ya que involucran una dinámica par­ ticipativa en los distintos niveles de trabajo y continuamente enfocan su atención en las distintas audiencias a las que se dirige la información. Por la estructura y alcance del proyecto PALMS —en un contexto de des­ pliegue y colaboración con distintos grupos de la sociedad— fue necesario desarrollar una herramienta de comunicación acorde con los grupos de trabajo y el interés de los grupos meta, y con un mensaje adaptado a las distintas audiencias. Con estas premisas se generó la Estrategia de Comunicación1, eje alrededor del cual giró la comunicación y estuvo vigente a lo largo de la duración del proyecto (2009–2013). Los elementos relevantes en tal estrategia fueron el res­ paldo de una guía que orientara distintas opciones y modalidades para llegar, en re­ lación con un concepto central, a diferentes grupos meta o actores locales que de una u otra manera participan directa o indirecta­ mente en el proyecto, como las instancias gubernamentales, las comunidades indíge­ nas, los productores y comerciantes, entre otros. Igualmente parte de la estrategia de comunicación incluyó la identiicación de grupos meta, así como la incorporación de prácticamente todos los participantes del proyecto, incluyéndolos en un cronograma 223 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA y planes anuales de trabajo para implemen­ tar acciones que lograran avances e insu­ mos, impulsando las interacciones internas y externas. El concepto central de la estrategia de comunicación El concepto desarrollado, sobre el cual se cimentó toda la estrategia de comunicación de PALMS, fue visibilizar las actividades, resultados, recomendaciones, imágenes y otros, y lograr que más personas, además de las directamente involucradas, se intere­ saran en el valor de las palmas y su impor­ tancia dentro de los ecosistemas. Adicio­ nalmente se siguió la frase “de lo global a lo local”, induciendo el pensamiento global o regional por un lado, pero también la vi­ sión local de la importancia de este grupo de plantas. Los investigadores de cada país asumieron tareas de vinculación e inter­ cambio de información con autoridades ambientales, pequeños productores, comu­ nidades indígenas, cientíicos y empresa­ rios, mediante la generación y distribución de materiales informativos y de divulga­ ción, y también con su participación en talleres, simposios y reuniones organizados por PALMS en Ecuador, Perú, Colombia y Bolivia, o en otros eventos internacionales. Los grupos meta 224 Dentro de la estrategia de comunicación y con base en el grado en que las activi­ dades del proyecto serían vinculadas, se identiicaron nueve grupos meta y al de­ sarrollarse las actividades del proyecto, tres fueron fusionados, quedando siete. En el de productores se incluyó a las co­ munidades indígenas y los niños pues bá­ sicamente fueron involucrados mientras se realizaban actividades de campo con cada uno de ellos, generándose así in­ teracciones con diferentes audiencias. Los grupos iniciales fueron: usuarios locales o productores, gobierno, comunidad cien­ tíica, prensa, público, ONG, niños, ins­ tituciones y personas participantes en el proyecto, y comunidades indígenas. La planiicación de comunicación Las actividades programadas en la estra­ tegia de comunicación y ejecutadas por el proyecto se organizaron en tres fases: 1) Fase de arranque que se basó en una intensa propaganda y actividades de difusión (publicación y distribución de material informativo del proyecto, amplia divulgación del logotipo, entre­ vistas de radio, reportes periodísticos en televisión y prensa escrita) con el in de dar a conocer el proyecto PALMS, sus objetivos y sus componentes. También fueron parte de esta fase las permanen­ tes actividades de información en el in­ terior de las instituciones participantes a través de la presentación del proyecto, por parte de los coordinadores, a las au­ toridades universitarias, impulsando la difusión interna. Complementariamente y de acuerdo al funcionamiento orgá­ nico de cada institución, se respaldaron oicialmente las actividades del proyecto con la suscripción del Convenio Marco, que formalizó los beneicios esperados al igual que las responsabilidades y compro­ misos asumidos. Como parte de la estra­ tegia de comunicación, se generaron lis­ tas de personas e instituciones clave, que conformaron el directorio para el envío de información. En él iguraban las oici­ nas gubernamentales con sus autoridades 9 Comunicación respectivas y técnicos de contacto, ONG, organizaciones sociales, entre otros. 2) Fase de implementación de los protocolos que fueron constantemente aplicados en trabajos de campo y en labo­ ratorio. Se generaron resultados prelimi­ nares, presentados en diferentes eventos. Lo más relevante fue difundido a través de publicaciones sobre los avances, notas periodísticas y organización de talleres y reuniones con varios grupos meta. 3) Fase de procesamiento de in­ formación, durante la cual se prosiguió la distribución de publicaciones, guías, manuales y videos, y la presentación de avances a la cooperación internacional. Se entregaron materiales sobre los releva­ mientos etnobotánicos y las orientacio­ nes para un adecuado manejo sostenible de los productos de palmeras a las comu­ nidades que participaron en las activida­ des desarrolladas. Se continuó con la par­ ticipación en eventos y la producción de publicaciones. El inventario completo de los productos generados (publicaciones en revistas cientíicas, tesis, resúmenes presentados en eventos cientíicos, libros y manuales, videos y otros) se encuentra disponible en la página web del proyecto. Trabajo del proyecto PALMS con los grupos meta El trabajo de difusión y divulgación del proyecto se ha dirigido a los grupos meta a diferentes niveles con distintas modali­ dades y productos. El desarrollo de las ac­ tividades se ha plasmado en la realización de 31 eventos (Tabla 9­1, p. 226–230) y en una síntesis de la difusión y entrega de productos (Tabla 9­2, p. 230, Figura 9­1, p. 231), detallados a continuación, junto a los desafíos planteados en cada caso. Usuarios locales y productores, comunidades indígenas y niños Los usuarios locales y productores tam­ bién participaron en el proyecto como informantes, guías o generadores de información; además se los involucró en los relevamientos de campo, la cose­ cha sostenible y el comercio de las pal­ meras. El tema de atención deinido en la estrategia se relacionó con la cosecha sostenible de palmeras para preservar el ecosistema. Se publicaron cinco guías de manejo sostenible, que constituyen herramientas didácticas de cosecha sos­ tenible y manejo agroforestal para las comunidades productoras de cinco es­ pecies de palmas en Colombia, una en­ démica y cuatro de ellas también repre­ sentadas en los otros países: Astrocaryum standleyanum2, A. chambira3, A. malybo4, Euterpe precatoria5 y E. oleracea6,7. La in­ formación contenida en esos materiales no solo provino del grupo de investiga­ dores, sino que contó con la participa­ ción de los productores y usuarios locales mientras se establecieron los contactos y durante el trabajo de campo para los rele­ vamientos de las diferentes especies eva­ luadas para el manejo sostenible. Asimismo, una vez inalizado el tra­ bajo etnobotánico en algunas de las co­ munidades indígenas y campesinas, se publicaron siete libros con el objeto de restituir el conocimiento tradicional que aportaron los pobladores locales al pro­ yecto y de contribuir a su difusión local. En Bolivia se prepararon publicacio­ nes para las etnias yuracaré8, chácobo9, leco10,11 y campesinos del Beni12,13, y en Perú para los awajun14, ese eja15, lla­ quash16 y campesinos de Madre de Dios17. 225 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 9 Comunicación Tabla 9-1. Talleres, simposios y otros eventos organizados por grupos de trabajo del proyecto PALMS con grupos meta. Tabla 9-1 (continuación) Tema Tema Grupo meta Lugar Fecha Arranque del proyecto Participantes del proyecto Yasuní (Ecuador) 1 a 6 de julio de 2008 Inicio del proyecto Participantes del proyecto y Comité Asesor Perú Lima (Perú) Proyecto Autoridades gubernamentales en medio ambiente, universidades, La Paz (Bolivia) cooperación internacional, medios de prensa Estado del conocimiento científico sobre la palma de ramos (Ceroxylon echinulatum) y su avifauna asociada Instancias gubernamentales, Quito (Ecuador) productores, academia, ONG El proyecto y la Comunidad Nuevo información local para Mundo políticas y comunicación Los Bancos, Quito (Ecuador) Congreso "Palms 2010" Comunidad científica Le Corum, Montpellier (Francia) Actores y poderes en el uso y comercialización Productores, gobierno, de productos de palmas academia, ONG en Ecuador Quito (Ecuador) 226 Objetivo Preparación de actividades de los grupos de trabajo Inicio de actividades y presentación de la 16 y 17 de julio de 2009 estrategia de comunicación 18 de febrero de 2010 Difusión del trabajo a realizarse durante cinco años Presentación de los avances en la conservación de la palma de ramos, 25 de marzo de 2010 necesidades de concienciación y su significado en el mantenimiento de la biodiversidad Información a los miembros de la comunidad sobre el Abril de 2010 proyecto y definición del trabajo para los componentes de políticas y comunicación Difusión mediante conferencias (6) y 5 a 7 de mayo de 2010 pósteres (14) de los avances del proyecto Convocación a usuarios de la información generada por el proyecto, discusión sobre 10 de junio de 2010 prioridades y vacíos en la normativa, políticas de uso de palmeras y comunicación Grupo meta Lugar 227 Fecha Objetivo Consulta sobre los Definición de medios y medios y materiales de materiales para la preferencia para recibir Comunidades indígenas información a ser Apolo (Bolivia) 5 de julio de 2010 la información del Leco de Irimo y Correo publicada por el proyecto después de los proyecto relevamientos en el campo Propagación de la palma, incluyendo Propagación de palmas Comunidad indígena consecución de las de güérregue Puerto Pizario, Bajo San Wounaan, niños y 12 de julio de 2010 semillas, organización (Astrocaryum Juan (Colombia) adultos del vivero, plantación y standleyanum) monitoreo de las plántulas Actualización de los Protocolos y reseñas de Participantes del Villa Tunari, Chapare 30 de julio a 2 de agosto avances y preparación de grupos de trabajo del proyecto y Comité (Bolivia) de 2010 protocolos y reseñas del proyecto Asesor Bolivia proyecto XIX Reunión Científica Difusión de avances Impactos de cosecha de del Instituto de preliminares de grupos 26 y 27 de agosto de palmeras en bosques Comunidad científica Investigación de Ciencias de investigadores de la 2010 tropicales Biológicas (ICBAR), Lima Universidad de San (Perú) Marcos y del IDR Difusión de los avances Palmas de Perú: preliminares de grupos XIII Congreso Peruano 20 a 25 de septiembre investigación actual y Comunidad científica de investigadores de la de Botánica de 2010 futuras propuestas Universidad de San Marcos y del IDR Despliegue del proyecto Simposio “Palmeras X Congreso en el contexto neotropicales: Latinoamericano de latinoamericano de uso, diversidad, Comunidad científica 9 de octubre de 2010 Botánica, La Serena conservación y manejo, sustentabilidad y (Chile) junto a expertos en manejo” palmeras Convocación a usuarios de la información generada por el Actores y roles en el uso Gobierno, ONG, proyecto, discusión sobre y comercialización de La Paz (Bolivia) 22 de octubre del 2010 academia prioridades y vacíos en productos de palmeras normativa, políticas de uso de palmeras y comunicación 228 Tema Uso y comercialización de productos de palmeras en Perú, actores locales, legislación y problemas Seguimiento de actividades del proyecto Simposio “Impactos de la cosecha de palmeras en bosques tropicales” Ascensión a palmas para cosecha sostenible: técnicas de cinchas de poste Manejo de la "medialuna" (herramienta de cosecha) Materiales de divulgación sobre levantamientos en el campo, con adultos y niños que conocen palmas COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 9 Comunicación Tabla 9-1 (continuación) Tabla 9-1 (continuación) Grupo meta Lugar Fecha Objetivo Convocación a usuarios de la información generada por el Gobierno, academia, proyecto, discusión sobre Lima (Perú) 14 de abril de 2011 ONG prioridades y vacíos en normativa, políticas de uso de palmeras y comunicación Participantes del Actualización de los proyecto y Comité Bogotá (Colombia) 4 de agosto de 2011 avances de los grupos de Asesor Colombia trabajo del proyecto Difusión de los avances preliminares de grupos Comunidad científica Leticia (Colombia) 6 y 7 de agosto de 2011 de investigadores del consorcio del proyecto Enseñanza de técnicas alternativas no destructivas para la San Martín de Comunidad indígena cosecha de palmas, Amacayacu, Amazonas 24 de octubre de 2011 Tikuna promoción del uso (Colombia) sostenible de estos recursos y su conservación Entrenamiento a artesanas y artesanos de la comunidad indígena San Martín de Comunidad indígena en el manejo de la Amacayacu, Amazonas 15 de enero de 2012 Tikuna "medialuna" para la (Colombia) cosecha no destructiva de cogollos de chambira (Astrocaryum chambira) Difusión de la información levantada, entrega de los materiales El Hondo, 26 de Octubre, Comunidades indígenas de divulgación Alto Ivon, Motacuzal, 26 de septiembre a 4 Chácobo, campesinos, publicados por el Vista Alegre (Beni, de octubre de 2012 niños proyecto, en que los Bolivia) miembros de las comunidades son coautores Tema Grupo meta Simposio “Producción y Comunidad científica manejo de palmeras” Seguimiento del proyecto Participantes del proyecto y Comité Asesor Ecuador Seguimiento de Participantes del actividades del proyecto proyecto Lugar Objetivo II Congreso Boliviano de Botánica, La Paz 12 de octubre de 2012 (Bolivia) Despliegue del proyecto en contexto en cuanto a uso, biocomercio y cosecha, junto a expertos en palmeras Quito (Ecuador) Presentación del proyecto Mindo (Ecuador) Comunidades indígenas de Guapi (Cauca) e Investigación “Impacto Iscuandé (Nariño), Iscuandé, Nariño de la cosecha de empresarios, y (Colombia) palmito” autoridades locales y ambientales Resultados preliminares Gobierno, comité asesor La Paz (Bolivia) del proyecto Bolivia, universidad Corporaciones autónomas regionales, Unidad de Parques Diseño del Programa Nacionales, Secretarías Club de Ingenieros, Nacional para la de Ambiente, Bogotá (Colombia) Conservación de Palmas Procuraduría General de la Nación e Instituto Alexander von Humboldt Simposio “Impacto de la cosecha de palmeras en Comunidad científica los bosques tropicales Resultados y Participantes del Seguimiento de avances proyecto y Comité y cierre Asesor Perú Fecha Tingo María (Perú) Lima (Perú) 22 de octubre de 2012 Actualización de los avances logrados por el proyecto Comunicación de los resultados de la investigación sobre la 14 de diciembre estructura y dinámica de 2012 poblacional de Euterpe oleracea en la costa pacífica Difusión de los avances logrados por los investigadores en estudios etnobotánicos y 8 y 9 de agosto de 2013 comunicación; entrega del material publicado y trípticos, y presentación de videos Recopilación de material para definir las líneas de acción que contendría el Programa Nacional de 17 de septiembre de Conservación de Palmas; 2013 presentación de los resultados del proyecto y entrega de las cartillas de divulgación a los participantes Difusión de los avances 20-21 de septiembre de preliminares de grupos 2013 de investigadores del consorcio del proyecto 24 y 25 de octubre de 2012 23 de septiembre del 2013 Presentación del proyecto 229 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 9 Comunicación Tabla 9-1 (continuación) Tema Grupo meta Lugar Fecha Investigación para el manejo y la conservación de la palma estera Comunidad y Chimichagua, Cesar autoridades ambientales (Colombia) y políticas Presentación de resultados de las investigaciones sobre chambira, milpesos y canangucha Comunidad Tikuna, autoridades ambientales y políticas del Trapecio San Martín de 17 de noviembre de Amazónico, comunidad Amacayacu, Amazonas 2013 de cosechadores y (Colombia) artesanos, autoridades locales y regionales Ascensión a palmas: técnicas novedosas de escalada Comunidad indígena Tikuna Objetivo Presentación de los resultados de la investigación sobre la 2 de noviembre de 2013 palma estera y entrega de las cartillas de divulgación Comunicación de los resultados de las investigaciones sobre Astrocaryum chambira, Mauritia flexuosa y Oenocarpus bataua Presentación a los miembros de la comunidad indígena, de técnicas novedosas y eficientes para la cosecha sostenible de las palmas proveedoras de frutos San Martín de 18 de noviembre de Amacayacu, Amazonas 2013 (Colombia) Tabla 9-2. Relación de acciones de difusión con audiencias involucradas, distribución y regularidad (2009–2013) Acciones de difusión Audiencia - Grupos meta Soporte/distribución Página web Talleres Todas 1-varias Virtual, general 15–230 personas Impreso: 300–500 ejemplares, disponibles en página web Digital, disponibles en página web Disponibles en página web Medios (impresos, radiales) Folletos, trípticos y manuales 1-varias 230 Publicaciones científicas Comunidad científica Videos Notas periodísticas Público en general Amplio Una de las mayores satisfacciones para el equipo de comunicación del proyecto fue la entrega a las comuni­ dades indígenas y campesinas de libros basados en la información recopilada Regularidad (duración del proyecto) Permanente 15 convocatorias 15 15-30/año 1/año 1-2/año en las mismas comunidades, en los que las personas que aportaron información directamente iguran como coautores. El regreso a las comunidades para hacer entrega de las publicaciones del proyecto Figura 9-1. Materiales publicados, entre libros, cartillas y guías fue documentado, ya sea en video o en fotografías y en cada una de las comu­ nidades los representantes manifestaron su satisfacción y agradecimiento, recal­ cando a menudo que era la primera vez que un proyecto de investigación que trabajaba en sus comunidades regresaba y compartía la información generada, en un formato útil para ellos. Los niños fueron considerados como un grupo especial, no solo por la referen­ cia popular del futuro de los países y la región, sino porque deben ser involucra­ dos para generar conciencia clara sobre la naturaleza y el medio ambiente. Según nuestras experiencias, son ellos quienes más rápidamente se interesan en las ac­ tividades de campo y esperan el retorno de los investigadores. El grupo de trabajo 3 (etnobotánica) realizó estudios especí­ icos sobre las percepciones de los niños y se publicó material en el que ellos son coautores. Su participación fue princi­ palmente mediante dibujos y como in­ formantes de su percepción a través de encuestas, lo que se reveló como una combinación muy eicaz de herramien­ tas18–20. Por otro lado, también se elaboró 231 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA material impreso con orientación lúdica, donde las palmeras son los elementos más importantes: un cuento para niños —que promueve la conservación de las palmeras y el entorno natural— y otro que ilustra las curiosidades y característi­ cas de las palmeras, en comparación con otros grupos de plantas, con crucigramas y otros juegos21,22. Gobierno 232 En los grupos de trabajo del proyecto se planteó la tarea de proveer informa­ ción, sustentada en el trabajo cientíico, para la toma de decisiones. Para ello, los coordinadores en cada país mantuvieron reuniones con diferentes personeros de instancias gubernamentales relaciona­ das con el tema del proyecto (Ministerios de Ambiente, Direcciones u oicinas de conservación y uso de la biodiversidad, agencias promotoras de exportaciones, entre otros —véase el capítulo sobre Po­ líticas—). Las consultas interpersonales generaron vínculos y suministraron va­ liosa información que luego fue utili­ zada para la elaboración de informes y otros documentos de circulación interna. Dada la duración del proyecto (5 años), algunas autoridades nacionales fueron reemplazadas, tanto por los cambios de gobierno como por la propia dinámica de las instituciones, de manera que fue necesario entrevistarse otra vez con los nuevos funcionarios. La modalidad de interacción con re­ presentantes gubernamentales también demanda que los interlocutores acadé­ micos tengan peso institucional, lo que generalmente no sucede. Por otra parte, los cambios en las decisiones tomadas son aplicados a mediano o largo plazo, exigiendo en el transcurso diferentes ver­ siones, niveles de consenso, entre otros. La única experiencia en el marco del pro­ yecto que está concretándose es la deini­ ción del Programa Nacional para la Con­ servación de Palmas para Colombia, que está en curso y ya propició una reunión nacional (Tabla 9­1, p. 226–230). Comunidad cientíica El objetivo era compartir los resultados obtenidos, así como su validación o dis­ cusión con expertos de disciplinas si­ milares o complementarias. El grupo de investigadores del proyecto no solo des­ plegó esfuerzos para divulgar sus avances y producción intelectual al interior de sus instituciones y del ámbito universitario, sino que presentó conferencias y paneles en diversos eventos nacionales e interna­ cionales. En la Tabla 9­1 (p. 226–230) se detalla la convocatoria a la comunidad cientíica. Todo el material producido por el proyecto de 2009 a 2014 (artículos cien­ tíicos, libros, manuales, tesis universita­ rias y resúmenes en memorias de eventos) se ha difundido a través de la página web. 9 Comunicación comunicación, así como en los del con­ sorcio europeo. Además en algunos casos se recurrió a los canales universitarios con el in de difundir el proyecto a nivel nacional. Los medios que más contribu­ yeron a la visibilidad del proyecto fueron la televisión y la prensa escrita, que brin­ daron mayor cobertura a nuestras activi­ dades, aunque en algunos casos también hubo entrevistas en la radio. Público en general La tarea propuesta para trabajar con el público en general (estudiantes, familias, adultos, jóvenes, mujeres y niños en Sura­ mérica y la Unión Europea) fue informar sobre la importancia y el valor de las pal­ meras. En función del avance del proyecto, se produjo material que fue distribuido ampliamente por los equipos de trabajo y durante la presentación de PALMS en re­ uniones y talleres. Se elaboraron trípticos, propaganda, cartillas (Figuras 9­1 a 9­323) y guías (ejemplo: referencia 24), así como tres videos: Usos y comercio de palmeras en la Amazonía boliviana25, Palmeras de la Amazonía boliviana26 y Majo y asaí en Bolivia (Oenocarpus bataua & Euterpe precatoria)27. Se usó el soporte digital para ampliar la difusión, tanto en una red social (Facebook) como en la página web que, a nivel internacional, ofrece estos materiales en formato pdf. ONG Mediante diversas actividades el pro­ yecto estableció vínculos e interactuó con varias organizaciones en los países Prensa El objetivo del proyecto al interactuar con la prensa fue promover conciencia social sobre la importancia de las pal­ mas e incrementar la visibilidad de las actividades de los diferentes grupos de trabajo. Fue necesario ampliar los niveles de audiencia y divulgación del proyecto cuando se organizaron reuniones. Los hallazgos logrados, la publicación de li­ bros, manuales, videos y otros materia­ les, así como la conformación de grupos de investigadores junto a los estudiantes de pregrado y postgrado, fueron objeto de varias notas periodísticas en los cua­ tro países del noroccidente surameri­ cano contemplados en la estrategia de 233 Figura 9-2. Calendarios y memorias de eventos 234 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 9 Comunicación participantes, que estuvieron directa o indirectamente involucradas con los di­ ferentes equipos de trabajo. En el caso de Bolivia, se establecieron alianzas con la Fundación Madre Tierra y con el Instituto para el Hombre, Agricultura y Ecología (IPHAE) y se logró convocar a productores locales, especialmente en localidades de Riberalta y Sur de Pando (NE del país). Allí se realizaron varios relevamientos de campo y entrevistas se­ miestructuradas sobre el uso de palme­ ras por parte de comunidades indígenas y campesinas. Gente del proyecto Figura 9-3. Logotipo del proyecto PALMS y varios materiales de difusión impresos (trípticos, carpetas y otros) Investigadores, coordinadores y estu­ diantes fueron parte de la permanente comunicación al interior del proyecto. El elemento humano fue la base que dina­ mizó el cumplimiento de cronogramas, la elaboración de productos entregables y publicaciones, la administración inan­ ciera, entre otros. Las relaciones entre los participantes del proyecto funcionaron con base en la cooperación cientíica in­ ternacional y en un ambiente de apoyo recíproco e intercambio. El proyecto organizó al menos un taller anual en los diferentes países sura­ mericanos: taller de arranque en Yasuní (Ecuador) en 2008, taller de inicio en Lima (Perú) en 2009, taller para deinir dos publicaciones —protocolos y rese­ ñas— en Chapare (Bolivia) en 2010, ta­ ller de resultados en Bogotá y simposio en Leticia (Colombia) en 2011, taller de resultados en Mindo (Ecuador) en 2012 y taller de resultados en Lima y simposio en Tingo María (Perú) en 2013 (Tabla 9­1, p. 226–230). Además se logró un nutrido y favorable intercambio entre los partici­ pantes del proyecto y los comités de aseso­ ramiento de cada país, pues se recibieron interesantes recomendaciones para seguir avanzando con los grupos de trabajo. Para las publicaciones se conforma­ ron grupos de coautores entre diferentes especialistas de los grupos de trabajo del proyecto con base en el intercambio y la comunicación actualizada sobre avan­ ces, resultados y propuestas. Con estas contribuciones, el proyecto auspició dos números especiales de las revistas Ecología en Bolivia y he Botanical Review, así como algunos libros28 en los países involucrados. Comunicación: elementos para la orientación y difusión La orientación y la difusión se ejecutaron en tres niveles: 1) alcance informativo en general, 2) respaldo orientador y asesor y 3) contribución cientíica. 1) El mayor desafío para un grupo de investigadores cientíicos es precisa­ mente generar actividades y materiales de difusión para informar al público en general, cuando virtualmente hay menor experiencia y se genera mayor expecta­ tiva. Evidentemente la oportunidad de llegar al público a través de una página web es una herramienta que facilita y vi­ sualiza en forma amplia e interactiva la información. Sin embargo, no todas las audiencias acceden a las plataformas vir­ tuales, por lo que también se elaboraron materiales de divulgación (trípticos, ca­ lendarios y otros) para asegurarse de que el público conociera sobre los alcances del proyecto en forma escrita y concisa. Las conferencias de prensa y artículos en periódicos (impresos o digitales), así como reportes periodísticos ampliaron el nivel de audiencia. 2) Las tareas de orientar, guiar y re­ comendar con base en los resultados 235 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA generados son parte del trabajo que el proyecto y sus investigadores desarrolla­ ron mediante la interacción con produc­ tores, comerciantes, representantes de gobiernos locales, autoridades indígenas y diferentes organizaciones. Si bien gran parte de ese componente corresponde a materiales de difusión (guías o ma­ nuales), durante la entrega de publica­ ciones y la restitución de resultados a nivel local, el proyecto asumió la tarea de explicar en forma didáctica el com­ promiso que asumen todos los actores involucrados en el uso, el manejo y la conservación de las palmeras. Este ni­ vel de difusión ha acercado el quehacer cientíico a la sabiduría de los pueblos que usan y manejan palmas: el vínculo permite enriquecer y complementar los conocimientos necesarios para valorar este grupo de plantas. 3) El grupo de cientíicos participan­ tes en el proyecto estuvo guiado perma­ nentemente por los principios estánda­ res de la ciencia y la tecnología en sus 236 9 Comunicación actividades académicas y de producción intelectual, por lo que se establecieron espacios para la validación y la comple­ mentación del conocimiento. Los avan­ ces en la documentación de los trabajos publicados acompañaron con éxito los objetivos del proyecto. El emblema del proyecto PALMS, su logotipo, siempre fue muy visible en todo el material impreso (libros, trípticos, calendarios, memorias de eventos, anun­ cios, papelería) así como en la página web, conferencias y reuniones (Figuras 9­2 y 9­3). Paralelamente al diseño de la estrategia de comunicación, al iniciar la gestión 2009, se desplegó la página web (Figura 9­4) del proyecto29 con una es­ tructura simple y accesible30. Ella ofrece información de actualidad en Noticias (News), así como la referencia a las activi­ dades del proyecto (participantes, grupos de trabajo, productos, publicidad) y ac­ ceso directo a los materiales de difusión, como notas de prensa, videos y publica­ ciones dirigidas al público en general. Figura 9-4. Página web del proyecto PALMS, con acceso a participantes, grupos de trabajo, productos, entregables, actividades y publicidad. 237 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 9 Comunicación Referencias 1 2 3 4 5 6 238 7 PALMS. 2009. Communication strategy. PALMS-Palm harvest impacts in tropical forests, Institutional Consortium, Aarhus. García, N., G. Galeano, R. Bernal, H. Chamarra, Z. Chamarra & C. Cuero. 2013. Cartilla para el manejo y aprovechamiento de la palma de güérregue (Astrocaryum standleyanum). Grupo de Investigación en Palmas Silvestres Neotropicales­Instituto de Ciencias Naturales­Universidad Nacional de Colombia, Bogotá. García, N., G. Galeano, R. Bernal, A. Nacimiento, H. Noriega & V. Ángel. 2013. Cartilla para el manejo y aprovechamiento de la palma de chambira (Astrocaryum chambira). Grupo de Investigación en Palmas Silvestres Neotropicales­Instituto de Ciencias Naturales­Universidad Nacional de Colombia, Bogotá. García, N., G. Galeano, R. Bernal & O. Pedrozo. 2013. Cartilla para el manejo y aprovechamiento de la palma estera (Astrocaryum malybo). Grupo de Investigación en Palmas Silvestres Neotropicales­Instituto de Ciencias Naturales­Universidad Nacional de Colombia, Bogotá. Isaza C., L.A. Núñez, G. Galeano, R. Bernal, A. Nacimiento, R. Da Silva & A. Piñeros. 2013. Cartilla para la cosecha y el manejo de palmas productoras de frutos (asaí, canangucho y milpesos). Grupo de Investigación en Palmas Silvestres Neotropicales­Instituto de Ciencias Naturales­Universidad Nacional de Colombia, Bogotá. Vallejo, M.I., G. Galeano, R. Bernal & Comunidades afrodescendientes de Guapi e Iscuandé. 2013. Cartilla para el aprovechamiento de palmito de la palma de naidí (Euterpe oleracea). Universidad Nacional de Colombia, Bogotá. La palma de naidí ­ he açai palm. 2013. Video, 15 minutos. Youtube. www.youtube.com/ watch?v=BOPPXf72ay8. 1 134 vistas al 14 de octubre de 2013. 8 9 10 11 12 13 14 15 Paniagua­Zambrana, N. (ed.). 2010. Los yuracaré usan palmeras. Guía de usos de palmeras de las comunidades San Benito, Sanandita, San Juan de Isiboro, San Antonio y Sesecjsama. Universidad Mayor de San Andrés, La Paz. Paniagua­Zambrana, N., R.W. Bussmann, E.A. Blacutt­Rivero & M.J. Macía (eds.). 2011. Los chácobo y las palmeras. Graicart SRL, Trujillo, Perú. Paniagua­Zambrana, N. (ed.). 2011. Los leko usan palmeras. Guía de usos de palmeras de las comunidades de Irimo, Munaypata, Pucasucho, Illipana Yuyo, Santo Domingo, y Correo de la TCO Leco de Apolo (Prov. Franz Tamayo, La Paz, Bolivia). Universidad Mayor de San Andrés, La Paz. Balslev, H., N. Paniagua­Zambrana, E.A. Blacutt­Rivero, M. Moraes R., M.J. Macía, A. Parada, Y. Inturias, Z. Pérez, J. Terán, M. Aliaga­Arrieta, C.A. Grandez & A. Serralta. 2012. Palmas de los Leco y sus usos. Herbario Nacional de Bolivia/ Universidad Mayor de San Andrés/ Imprenta Team Graphics, La Paz. Paniagua­Zambrana, N., R.W. Bussmann, E.A. Blacutt­Rivero & M.J. Macía (eds.). 2012. Conservando nuestros bosques - Conocimiento y uso de las palmas en las comunidades campesinas del norte de Bolivia. Graicart SRL, Trujillo, Perú. Entrega a comunidades indígenas y campesinas de Bolivia. 2012. Video. 8 minutos. Youtube. https://www. youtube.com/watch?feature=player_ embedded&v=yiJxSQafUJI Paniagua­Zambrana, N., R.W. Bussmann, C. Vega, C. Téllez & M.J. Macía. (eds.). 2012. “Kampanak se usa para el techo pero ya no hay” - Uso y conservación de palmeras entre los awajun, Amazonas, Perú. Graicart SRL, Trujillo, Perú. Paniagua­Zambrana, N., R.W. Bussmann & M.J. Macía (eds.). 2012. “El conocimiento de nuestros ancestros” - Los 16 17 18 19 20 ese eja y su uso de las palmeras, Madre de Dios, Perú. Graicart SRL, Trujillo, Perú. Paniagua­Zambrana, N., R.W. Bussmann, C. Vega, C. Téllez & M.J. Macía (eds.). 2012. “Nuestro conocimiento y uso de las palmeras –una herencia para nuestros hijos–” - Comunidades Llaquash, San Martín, Perú. Graicart SRL, Trujillo, Perú. Paniagua­Zambrana, N., R.W. Bussmann & M.J. Macía (eds.). 2012. “El bosque sí tiene valor” - El uso de palmeras en las comunidades campesinas e indígenas de la región de Inambari, Madre de Dios, Perú. Graicart SRL, Trujillo, Perú. Blacutt­Rivero, E.A. (ed.). 2011. Guía de usos de palmeras ilustradas por niños de las comunidades de Correo, Ilipana Yuyo, Munaypata, Pucasucho y Santo Domingo. Apolo, La Paz, Bolivia. Proyecto PALMS/Universidad Mayor de San Andrés/Herbario Nacional de Bolivia, La Paz. Blacutt­Rivero, E.A. (ed.). 2012. Aprendiendo de palmeras con los niños y niñas de comunidades Chácobo de Riberalta, Bolivia (Alto Ivon y Motacuzal). Proyecto PALMS/Universidad Mayor de San Andrés/Herbario Nacional de Bolivia, La Paz. Blacutt­Rivero, E.A. (ed.). 2012. Aprendiendo de palmeras con los niños y niñas de comunidades campesinas de Riberalta, Bolivia (Santa María y 26 de Octubre). Proyecto PALMS/Universidad Mayor de San Andrés/Herbario Nacional de Bolivia, La Paz. 21 Moraes R., M. & C. de Urioste. 2012. ¡No corten las palmeras! Un cuento sobre cuidar la biodiversidad. Herbario Nacional de Bolivia/Universidad Mayor de San Andrés/Plural Editores, La Paz. 22 Urioste de, C. & M. Moraes R. 2012. Palmeras en acción. Libro de actividades. Herbario Nacional de Bolivia/ Universidad Mayor de San Andrés/Plural Editores, La Paz. 23 Urioste de, C. & M. Moraes R. 2012. Proyecto “Impacto de cosecha de palmeras en los bosques tropicales” (PALMS) y sus especies focales. Herbario Nacional de Bolivia/Universidad Mayor de San Andrés/Plural Editores, La Paz. 24 Montúfar R., N. Duarte & F. Anthelme. 2010. La palma de ramos en Ecuador. Historia natural y estado de conservación de Ceroxylon echinulatum en las estribaciones andinas noroccidentales. Escuela de Ciencias Biológicas­Pontiicia Universidad Católica del Ecuador, Quito. 25 Usos y comercio de palmeras en la Amazonía boliviana 2013. Video. 10 minutos. Youtube. http://youtu.be/ hfMzWMdfUu8 26 Palmeras de la Amazonía boliviana. 2013. Video. 9 minutos. Youtube. http://youtu.be/lJCOkqTrzJg 27 Majo y asaí en Bolivia (Oenocarpus bataua & Euterpe precatoria). 2013. Video. 10 minutos. Youtube. http://youtu.be/YgejPwKCUdg 28 www.fp7­palms.org/index.php/products/ publications­2/books 29 www.fp7­palms.org/ 30 www.fp7­palms.org/index.php/about/ sitemap 239 English Summary1 Compiled by Henrik Balsleva a Department of Bioscience – Ecoinformatics and Biodiversity Group, Aarhus University. Århus C, Dinamarca. * henrik.balslev@bios.au.dk Introduction his book is the inal report for the PALMS project, which has studied the efects of harvesting palms and products from palms on tropical foests in Colom­ bia, Ecuador, Peru and Bolivia. Tropi­ cal forests harbour thousands of useful plants that are harvested and used in subsistence economies or traded in local, regional or international markets. he ef­ fect on the ecosystem is not well known, and the forests’ resilience is poorly under­ stood. Palms are the most useful group of plants in tropical American forests, and in this project we study the efects of extraction and trade of palms on forests in the western Amazon, the Andes and the humid Paciic lowlands. he PALMS 1 project has determined the size of the re­ source by making palm community stud­ ies in the diferent forests and noting the number of species and individuals. he genetic structure of useful palm species was studied to determine how much the harvesting of the species contributes to genetic erosion of their populations, and whether extraction can be realized without harm. We have determined how much palms are used for subsistence pur­ poses by carrying out quantitative eth­ nobotanical research in diferent forest types, and we also studied trade patterns for palm products from local markets to markets that involve international expor­ tation. Palm populations are managed in various ways, from sustainable meth­ ods to destructive harvesting; we have All references to literature cited can be seen in the corresponding chapters. 241 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA studied diferent ways in which palms are managed, and here we propose sus­ tainable methods to local farmers, local governments, NGOs and other interested parties. Finally, we studied national­level mechanisms that govern extraction, trade and commercialization of palm products, to identify positive and negative policies in relation to the resilience of ecosystems, and we have used all this information to propose sustainable policies. he team behind the PALMS project represents 10 universities and research institutions in Europe and northwestern South America. 1. Aarhus University, Denmark (coordi­ nating institution) 2. Institut de Recherche pour le Déve­ loppement, Montpellier, France 3. Royal Botanic Gardens, Kew, UK 4. Danish Centre for International Stu­ dies and Human Rights, Copenha­ gen, Denmark 5. Universidad Autónoma de Madrid, Madrid, Spain 6. Rheinische Friedrich­Wilhelms­Uni­ versitaet, Bonn, Germany 7. Universidad Mayor de San Andrés, La Paz, Bolivia 8. Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima, Peru 9. Pontiicia Universidad Católica del Ecuador, Quito, Ecuador 10. Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia 242 PALMS was organized in several work­ packages that functioned independently of times but mostly in collaboration. he nine workpackages of palms were: 1. Diversity and abundance of palm resources – Compared the diversity, abundance and dynamic of palms in forests under diferent exposures and intensities of human disturbance. 2. Ecosystem resilience and limitation of functioning – Compared the func­ tioning, productive potential, and di­ versity of forest remnants in diferent stages of fragmentation and degrada­ tion. he resilience of the ecosystems was partly valued by applying genetic variation of palm populations as a proxy, and by applying the diversity, abundance, and regenerative capacity of palms to determine drivers and in­ dicators of regime shit. 3. Products provided by palms to lo­ cal people – Documented and ana­ lyzed the diversity and abundance of palm uses, the importance and value of palm products in local communi­ ties, interchange and incipient trade of these products, and present inten­ sities of resource use. 4. Small industries and trade based on palm products – Described and assessed marketing and sale of palm products including “traditional” uses in regional towns as well as processed materials sold to national and inter­ national markets. 5. Sustainability and management of resources – Investigated and com­ pared the management of palms in a variety of ecosystems to deine indi­ cators of sustainability and describe sustainable practices. 6. Policies and sustainable use and management – Analyzed policy and administrative practices related to the use and trade of products from palms and other plants, taking into account the sustainable management of the resource base. 7. Compilation and organization of information – Gathered informa­ tion about uses of palms and palm products and their management, including hitherto grey literature English summary documentation (and data and results received from WP1 to WP6). Regis­ tered the comprehensive material in a database, and made accesible mate­ rials that refer to species and genera of palms to scientists and the public via a palm­speciic internet portal (Palmweb/EDIT at Kew). 8. Communication – Informed stake­ holders at all levels about the project results, production and other relevant information. Elaborated and distrib­ uted a broad variety of information, extension, and decision­making ma­ terials and tools. Targeted high­level oicials and authorities with relevant materials and information; and in­ formed the general public and inter­ ested individuals such as profession­ als and educators, about the use and value of palms, and the importance of natural resource management. 9. Coordination – Ensured efective project coordination including timely reports regarding progress and i­ nances. Organized shared project­ activities, including planning and evaluation workshops, and courses and training held for the project’s group of Ph.D. students. In this book, the researchers who have carried out each of the PALMS workpackages summarize their ind­ ings and make recommendations for all stakeholders, from farmers to politicians, concerning how palms can be managed in sustainable ways. he chapters follow the workpackage structure listed above. Palm resources Palms are an outstanding element in northwestern South America’s tropical forests, both for their diversity and for their abundance in all habitats, especially in very humid rain forests. he South American continent covers 18 million km2 and has a total palm lora of 457 spe­ cies. Our study region comprises Colom­ bia, Ecuador, Peru and Bolivia. It covers 4.7 million km2 and has 333 species of palms. he largest genera are Geonoma with 54 species, Bactris with 38, Attalea with 28, Aiphanes with 28, Astrocaryum with 24, Wettinia with 20 and Syagrus with 8 species. Each biogeographic region has its own species richness and diversity patterns and each of the four countries has its peculiar palm characteristics. Biogeographic regions and palm diversity Caribbean region – he Caribbean lowlands along the north coast of South America are characterized by dry vegeta­ tion, including semi­deciduous forests, and they comprise the region with the fewest palm species in our study area, with only 31 species recorded so far. Typical palms in this region are the wide­ spread Copernicia tectorum, Acrocomia aculeata and Sabal mauritiiformis. he wine palm Attalea butyracea, native to the dry Magdalena valley, extends to the Caribbean lowlands, where it may be very abundant and dominating. Paciic coastal lowlands – his region covers 71,000 km2 along the Paciic coast from Panama to northern Ecuador, and is characterized by extremely high rain­ fall reaching 10,000 mm per year in the wettest parts. he vegetation is humid evergreen tropical rainforest with ex­ treme species richness, high biomass, etc. Due to its isolated placement, the Chocó also has very high endemism. 243 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 244 he northern part of Chocó has a palm lora with ainities to the Caribbean low­ lands, including such species as Attalea butyracea and Bactris pilosa. In the wetter parts connected to Panama, the palm lora is more related to the Cen­ tral American palm lora and includes species such as Reinhardtia koschnyana, Reinhardtia simplex, Reinhardtia gracilis, Calyptrogyne costatifrons and others which have their southern limit here. he Chocó region includes 122 palm species in total and 32 of them are endemic. he majority of palm species on the coastal plain of Ecuador grow both in humid and in semi­deciduous forests, but then they have marked diferences in abun­ dances in the diferent vegetation types. Welia regia, Iriartea deltoidea, Wettinia quinaria, for example, are more common in humid habitats. he transition from Chocó to the Pe­ ruvian coastal desert occupies the largest part of Ecuador’s coastal plain towards the Paciic ocean, and it grades into the Tumbesian region that in turn reaches into the Peruvian coastal plain. Attalea colenda, Astrocaryum standleyanum and Phytelephas aequatorialis are com­ mon in these dry habitats. In the rem­ nants of semi deciduous forests, there are populations of Oenocarpus bataua and Astrocaryum standleyanum, as well as Bactris setulosa, Bactris gasipaes var. chichagui – the wild relative of the peach palm – and some species of Wettinia. Aiphanes eggersii is the only palm species that grows naturally in the dry forests with over six dry months every year. It is found where the total annual precipi­ tation is c. 600 mm, and the dry season lasts for eight months. Andes – he Andes stretch throug­ hout our study region from northern Colombia to southern Bolivia. Palms occur abundantly and with great species richness in the Andean forests on both lanks. he Andes houses 137 species of which 130 occur above 1000 m elevation. In Colombia, the Andes above 500 m elevation have 101 palm species. he most important genera are Wettinia, Aiphanes and Ceroxylon, which together make up more than one third of the spe­ cies. he evolution of these three genera is closely related to the upheaval of the Andes over the past 10 mio years. All species of Ceroxylon are Andean, but both Aiphanes and Wettinia have given rise to species that have invaded the low­ lands on both slopes. On the other hand, the Cordillera is also inhabited by some species that originated in the lowlands, but have extended their distribution into the slopes up to an elevation of 1300 m above sea level, for instance Acrocomia aculeata, Oenocarpus bataua, Syagrus sancona and some species of Bactris. Of the 101 Andean palms in Colombia, 38 are not found outside of Colombia, and therefore require special attention for their conservation and sustainable management. In Ecuador, the Andean forests have the greatest diversity of palms, harbour­ ing 74 (52 %) of the 143 palm species in the country. However, only 24 (32 %) of these are exclusive to the Andean forests, whereas the remaining 50 species are low­ land species that reach up into the Andean forests. he greatest majority of the spe­ cies grow at elevation of 1000–2000 me­ ters. Above 2500 m, the diversity of palms drops dramatically, and only 8 palm spe­ cies cross that elevational limit. In terms of very local diversity, it is common to ind only 2–4 species in plots of one hectare, but they may be quite abundant, for instance Geonoma undata may have as many as 800 English summary individuals in one hectare. Other species that are oten seen in dense populations in the Ecuadorian Andes include Ceroxylon echinulatum on the eastern slopes at 1200– 1800 meters, Dictyocaryum lamarckianum at 1500–1700 meters, Chamaedorea pinnatifrons at 1500–2000 meters, and Prestoea acuminata 1200–2200 meters above sea level. In Peru, there are only few hu­ mid forests on the west Andean slopes, whereas the east Andean slopes have wet and very wet Andean forests. Of Peru’s 149 palm species, 59 (40%) are Andean. Of these, 19 species are limited to the Andes and 40 species are lowland spe­ cies that reach up along the slopes to the Andean forests. he upper Andean forests in Peru are characterized by sev­ eral species of Ceroxylon, Dictyocaryum lamarckianum, and about 10 species of Geonoma. he lower Andean forests house some species of Astrocaryum, a sin­ gle Bactris, Chamaedorea fragrans and C. linearis, seven species of Geonoma, Welia alfredii and three species of Wettinia. In Bolivia, there are humid Andean forests, well­suited for palms, along the east Andean slopes from the Peruvian border to Argentina. Of Bolivia’s 88 palm species, 33 occur in the Andean forests above 1000 m elevation. As in the other countries, the Andean species are made up of purely Andean species, e.g., Ceroxylon (2 sp), Geonoma (2 sp) and Prestoea (1 sp). he genus Parajubaea is particularly interesting. It has two species in the Bolivian Andes, P. torallyi and P. sunkha, and the third species in the genus is only found in cultivation in the north­ ern Andes. We studied the Andean for­ est in detail around the village of Apolo in the northern Bolivian Andean for­ ests in 15 transects (3.75 ha) in the hills at elevations of 850–1900 m above sea level. here, we encountered 16 species and an average density of 2582 palms per hectare. he understory was domi­ nated by Geonoma undata, Chamaedorea pinnatifrons, and Aiphanes horrida; the mid­storey had large populations of Oenocarpus minor and in some locations Ceroxylon pityrophyllum and Bactris gasipaes var. chichagui; and the most abundant canopy palms were Iriartea deltoidea, Oenocarpus bataua, Socratea exorrhiza, Dictyocaryum lamarckianum, and in some places also Attalea phalerata. Amazon – he Amazon lowlands cover 55% of the four countries’ land area and still maintain a large forest cover and the palms growing there are less threatened than those in the other regions. In the southern extreme in Bolivia there is a mosaic of savanna and rainforest. Within the Amazon there is a mosaic of lood plains along the rivers and terra irme away from the rivers where the land is never inundated. Another element in the Amazon mosaic is large swamps with permanent standing water that have formed in low­lying areas. hese swamps are dominated by Mauritia lexuosa. he number of palm species in the west­ ern Amazon lowlands is high, with 165 species, which is almost proportional to the large area covered by this biogeo­ graphic region. Many of the palm species in the Amazon lowlands are widespread, and few are restricted to smaller areas. he Colombian Amazon region en­ compasses 0.48 million km2, which is 42% of the country’s territory. here are 120 palm species registered in the Co­ lombian Amazon, which is slightly more than the two much smaller regions of the Colombian Andes and the Chocó forests. he most species­rich palm genera are the understory genus Geonoma and the 245 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 246 spiny genera Bactris and Astrocaryum. Along the rivers Guaviare, Caquetá and Amazonas in 71 transects, cover­ ing a total of 17.25 hectares, we found 74 species in 21 genera. he dominant species found in this study coincide with dominant species in other Ama­ zonian palm communities. he three most abundant species in terra irme for­ ests were Oenocarpus bataua, Iriartella setigera and Oenocarpus bacaba, whereas Euterpe precatoria, Attalea butyracea, and Socratea exorrhiza dominated the lood plain forests. he Ecuadorian Amazon has terra irme forests as the dominant habitat; in Yasuní National Park, 80% of the area is covered by terra irme forests dominated by Iriartea deltoidea and Oenocarpus bataua. he lood plains are mostly inun­ dated with white water that originates in the Andes, but there are some rivers that are born in the lowlands and therefore carry black waters. he white water lood plains are dominated by Phytelephas tenuicaulis, Astrocaryum urostachys, and Attalea butyracea, whereas the black water lood plains are dominated by Astrocaryum jauari and Bactris riparia. Mauritia lexuosa dominates the back­ swamps, and it is conspicuous because of its enormous size. he back­swamps also have other palms, but they are less abundant, such as Mauritiella armata and Attalea butyracea. he Ecuadorian Amazon houses 78 palm species, of which 38 are neither found in the An­ des nor in the coastal plain of Ecuador. hree of the species (Ceroxylon amazonicum, Geonoma ecuadoriensis and G. pulcherrima) are endemic to the region. he terra irme forests are richest in palm species; for instance, in 25 hect­ ares of forest in Yasuni, 22 palm species grow together. hey share this habitat by having species that are specialized to the understory, the mid story and the can­ opy, respectively. he Peruvian Amazon covers 61% of Peru’s territory, which translates to about 0.8 million km2. Of Peru’s 149 species of palms, 120 occur in the Amazonian part of the country, which is by far the high­ est number. Peru’s Amazonian region is ecologically diverse. he terra irme is by far the richest in palms, with a total of 70 species of palms. Forests that are periodically looded with white water have 16 palm species. Seasonal swamp forests have 22 palm species. We made 35 transects along the Ucayali river cov­ ering 8.75 hectares and found a total of 55 species with an average number of 3512 palm individuals per hectare. Hilly terra irme forest had 18 species and 4200 palm individuals per hectare; terra irme on terraces had 44 species and 6756 palm individuals per hectare; lood plain forest had 18 species and 1460 palm in­ dividuals per hectare; and terra irme on premontane hills had 36 species and 1622 palm individuals per hectare. In 11 similar transects (2.75 hectare) in the Pe­ bas region, we found 54 species in terra irme forests, the most common species being Lepidocaryum tenue, Astrocaryum macrocalyx, Socratea exorrhiza and Geonoma macrostachys. he Bolivian Amazon lies along the southern fringe of the basin. It experi­ ences seasonality and is inluenced by climatic conditions on the southern cone of South America, such as irregular cold spells. It is a mosaic of tropical rain forest and open savannahs, some of which are periodically looded. he palms of the Bo­ livian Amazon are either species that oc­ cur throughout the neotropics or species that are restricted to the Amazon basin. English summary Palm diversity per country Colombia is the largest of the four coun­ tries in our study region, covering 2.1 million km2, corresponding to 12% of the South American continent. here are 250 native palm species in 42 genera corresponding to 55% of the species of South American palms. Bactris with 34 species, Geonoma with 41, Aiphanes with 22 and Wettinia with 17 species are the largest palm genera in Colombia. Of the 250 native species known in Colombia, 98 species (39%) occur only in Colom­ bia. Twenty­four of them, mainly in the genera Aiphanes, Wettinia and Geonoma, grow in the Andes, 33 in the Paciic low­ lands, 26 in the Amazon, and three in the Caribbean lowlands. Ecuador has the highest concentra­ tion of palm species in South America. In its 0.28 million km2, corresponding to 1.6% of the South American conti­ nent. here are 143 native palm species in 32 genera corresponding to 31% of the species of palms in South America. Geonoma with 35 species, Bactris with 19, Wettinia with 13 and Aiphanes with 12 species are the largest genera and to­ gether they include over half of Ecuador’s palms. Of the 143 palm species regis­ tered in Ecuador, 13 are endemic. Most of Ecuador’s endemic palm species occur in the Andes. Peru has a territory of 1.2 million km2, corresponding to 7% of the South American continent. Peru has 149 species of palms, corresponding to 33% of the species of South American palms. Bactris with 22 species, Geonoma with 26, Attalea with 14, and Astrocaryum with 16 species are the largest genera of palms in Peru, and together they make up over half of Peru’s palm species. Twenty­four species are endemic to Peru, belonging to 11 genera. Most endemic species are Amazonian, either in the low­ lands or in the eastern Andean basement and inter­Andean valleys, especially in Attalea, Astrocaryum and Desmoncus. Eight species are Andean endemics; the genus Geonoma is the most represented. Bolivia has a territory of 1.1 mil­ lion km2, corresponding to 6% of the South American continent. Bolivia has 88 species of palms, corresponding to 19% of species of South American palms. Geonoma with 15 species, Bactris with 15, Astrocaryum with 8, and Attalea with 6 species are the largest genera of palms in this country. Bolivia has 7 en­ demic palms in three genera. Bactris faucium grows in humid inter­Andean forest in central to northwestern Bolivia. Parajubaea sunkha grows in dry inter­ Andean valleys on rich soils in central Bolivia. Parajubaea torallyi grows in dry inter­Andean valleys on sandstone in central Bolivia. Syagrus cardenasii grows in the Cerrado’s vegetation on alluvial plains in the eastern lowlands in cen­ tral and south­eastern Bolivia. Syagrus yungasensis grows in dry inter­Andean valleys in northwestern Bolivia. Natural and human-induced genetic and ecological patterns in palms of northwestern South America Northwestern South America has an extremely varied geography, with great contrasts and sharp ecological gradients. his setting is particularly favorable for biological and ecological diversiica­ tion, as illustrated by the richness of the palm family in this area, comprising 333 species (of which 93 are endemic) among 247 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 248 the 457 reported to date in the totality of the South American continent. Bio­ logical evolution in northwestern South America during the Cenozoic period was triggered by the Andean uplit, which has favored diversiication by both niche conservatism in boreal and austral taxa preadapted to cold environments, and by ecological radiation in autochthonous Neotropical taxa which adapted in situ to the evolution of biota. Among palms, the wax palms Ceroxylon is a perfect example of a taxon of Austral ainities; it probably entered South America via Antarctica late in the Eocene period, and that could colonize tropical South America only thanks to the rise of the Andes, where it remained conined due to the conserva­ tion of its preadaptation to cold. he ge­ nus established irst in the oldest segment of the central Andes, around the bound­ ary of Peru and Bolivia, before continu­ ing, during the last 10–15 millions years, a northward dispersion and concomitant diversiication (resulting in total in 12 species), while new montane habitats progressively arose with the propagation of the Andean uplit to the north. Diver­ siication in Ceroxylon was accompanied by the segmentation of the ancestral niche, with derived subclades special­ izing either at the bottom of the eleva­ tional climatic niche (subtropical clades) or at its top (higher mountain clades), but with overall very little ecological and morphological innovation. he subtribe Bactridinae, a group of ca. 150 spiny palm species, underwent a totally opposite evolution, stressing the diversity of responses to environmental stimuli that palms are capable of exhib­ iting on a long­term scale, despite their seemingly simple and constrained mor­ phology. Bactridinae are fundamentally tropical lowland palms that have explored the whole range of palm morphology and corresponding niche diversity, including the scandent habit (Desmoncus), which is unique among Neotropical palms, the miniature (Bactris, Aiphanes), and the gigantic (Astrocaryum) habit, as well as highly specialized adaptations like the pyrophytic graminoid habit (in Acrocomia and Astrocaryum) and the amphibious habit (in Bactris and Astrocaryum). Aiphanes originally had a peri­amazonian and peri­andean distri­ bution in thermophilous mesic forests but succeeded in colonizing the Andes in late Oligocene (25 MA), and later (13 MA), began an intense radiation in the mountain biota, largely entering in sympatry with the other Andean colonist Ceroxylon, although by a completely dif­ ferent adaptative strategy. During the late Tertiary (Neogene) period, the present­day structuration of the region took place, with the rise of northern Andes, drainage of the Pe­ bas sea, closure of the Western Andean Portal, formation of the Amazon river and the drainage system of the oriental Andes, all of which have a clear signature in the phylogenetic and genetic structure of northwestern South American palms. In Oenocarpus bataua, a species largely distributed in tropical South America up to 1200 m elevation in the Andes, there is a genetic diferentiation between Chocoan and Amazonian populations, and within the latter, between those pop­ ulations of the perhumid forests of the Napo basin and seasonal forests of the Iñambari basin. In Euterpe precatoria, a species largely dispersed in northwest­ ern South America between less than 100 and 2000 m elevation, the Chocoan versus Amazonian diferentiation is also evident, but the genetic pattern in Ama­ zonia is diferent: it shows two highly English summary diferentiated gene pools forming two parallel bands, an inner one with a sub­ Andean distribution and an outer one bordering central Amazonia. In both Oenocarpus bataua and Euterpe precatoria, trans­Andean ex­ changes through the Amotape­Huanca­ bamba delexion played a fundamental role in the present­day amphi­Andean distribution of these species. Moreover, numerous present­day diversity patterns are as recent as the Quaternary period. In particular, the Andes, despite their inal rise during this period, continued to act until the Pleistocene period as a permeable barrier, allowing widespread dispersion on both sides, as shown by the genetic patterns of the montane species Prestoea acuminata, Ceroxylon echinulatum and Ceroxylon quindiuense. Concomitantly, the lateral spreading of the Andean tectonics fragmented west­ ern Amazonian subsident swamps and promoted genetic isolation of popula­ tions of Mauritia lexuosa. hese naturally­established pat­ terns are being modiied by the Hu­ man imprint, a phenomenon that had to be taken into account in a context of pervasive ecosystem alteration. he re­ sponses of palms to these pressures can be interpreted using the concept of re­ silience, i.e. the capacity of a system to absorb perturbation and reorganize itself under constraint, retaining essentially the same function, structure, identity and feed­backs. A particularly threat­ ened ecosystem is the Andean cloud for­ est, where the resilience of the keystone palm species Ceroxylon spp. and Prestoea acuminata has been studied. Consis­ tently, intermediate perturbation levels like selective logging promoted higher density of palms, leading to the interpre­ tation of Ceroxylon/Prestoea­dominated montane lanscapes as human­inluenced vegetation, a statement that was not clear from previous empirical interpretation. However, this positive demographic re­ sponse is hindered by the collapse of the disperser communities in disturbed veg­ etation, precluding long­term viability through genetic depression due to the rupture of landscape­scale and meta­ populational gene low. Both Ceroxylon and Prestoea exhibit strategies of delayed decay that allow them to retain popula­ tion viability even in very altered envi­ ronments over decades or even over a century. Subsequent recovery is possible provided habitat protection and restora­ tion can be established before the end of the resilience time window. In Ceroxylon, this is achieved by both the long­life adult stage and the juvenile rosette stage with subterranean meristem, both being resistent to deforestation, ire and graz­ ing resistant through diferent mecha­ nisms. In Prestoea, resilience is achieved by suckering, a strategy particularly ei­ cient in this species which is prone to a high stem­harvesting pressure for palm hart. Moreover, experiments about the positive efect of nurse plants in pastures suggest that the most sensitive, earli­ est stages of development in Ceroxylon plants may allow them to maintain, rela­ tively easily, the demographic continu­ ity of the palm population in pastures, which is very promising given the wide­ spread replacement of the cloud forest by cattle­grazing areas. At a lower elevation on the eastern An­ dean piedmont, the resilience of two spe­ cies of Astrocaryum has been studied, one solitary (A. perangustatum) and one cespi­ tose (A. carnosum). A. perangustatum, like Ceroxylon, showed high resistance to deforestation at the adult stage, but did not regenerate in pastures, therefore 249 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA impeding its long­term viability under these conditions. Astrocaryum carnosum on the contrary, by developping subterra­ nean suckering even at the juvenile stage, demonstrated a high capacity to maintain of viable populations even in a context of deforestation and grazing pressure. In conclusion, the great diversity of strategies in northwestern South Ameri­ can palms, resulting from million years of evolution in a very dynamic and var­ ied environment, also induces a wide variability of responses to perturbation and the impossibility of drawing a sim­ ple general resilience pattern for palms. However, several consistent trends have been identiied, in particular in relation to palm architecture, that, in conjunction with habitat protection and restoration, can be used to deine conservation strate­ gies and management plans to ensure long­term ecosystem and biodiversity sustainability in this region that is glob­ ally signiicant for its biological richness and diversity. Palm uses by rural populations 250 Since the arrival of the irst European naturalists to the American tropics it is well known that palms provide a plethora of products to the inhabitants of north­ western South America. Palms have been and still are of great importance in meet­ ing basic subsistence needs, especially for rural indigenous, peasant and afroameri­ can populations in the lowland forests (Amazon and Chocó) and in the Andes. Additionally, a multitude of palm­based products play a key role in providing cash income to many families in rural areas and small businesses. he most geographically widespread and conspicuous palms tend to be used more, but this does not always mean that the most ecologically important species are the most used. hree palm growth forms have a signiicantly greater con­ tribution to the use value of forests: large tall­stemmed, large­leaved medium­ short stemmed, and small palms. To quantify the use of palms in north­ western South America, we irst carried out a bibliographic review of works pub­ lished over the past 60 years to determine the uses given to all existing palms in Colombia, Ecuador, Peru and Bolivia. We then conducted intensive ieldwork to document current ethnobotanical knowledge in the same region. he bib­ liographic review of 255 palm ethno­ botanical references yielded 194 useful species and 2395 diferent uses, with a mean of 12 uses per species. In ieldwork, we collected 140 useful species and 2262 uses, with a mean of 16 uses per species. In both cases, the Amazon was the best­ studied ecoregion in all countries in com­ parison to the Andes and Chocó ecore­ gions. Overall, the Andes was the second most important ecoregion in palm uses in Ecuador, Bolivia and Peru, but in Colom­ bia the Chocó was more important than the Andes. Indigenous people possess a greater knowledge about palms, but they are also the group that has been more oten stud­ ied. However, this does not mean that mestizo’s knowledge should be underval­ ued, because many of the reviewed refer­ ences and use reports did not explicitly mention which human group was stud­ ied, and these likely referred to mestizos. In the Colombian Chocó, the knowledge of afrocolombians was similar to that of indigenous people. Palms are most in­ tensely used by those groups with less English summary access to services and markets, as well as in those areas where road infrastruc­ ture and communities are less developed. Indigenous peoples, like many groups of mestizos and afroamericans, have a long history of settlement and contact in the environments they currently occupy, and along with their remoteness and diicult accessibility, this has allowed them to have a profound biological knowledge of the ecosystems. he various indige­ nous groups have a highly diferentiated knowledge, even among groups that oc­ cupy very large territories and share sim­ ilar resources. When we compared the ethnobo­ tanical information about palms that was recorded over the past 60 years with the knowledge collected in ieldwork, we found that in the three ecoregions, there are large information gaps. here were more gaps in the Andes and the Chocó than in the Amazon. For the three human groups analyzed, ieldwork gathered more information than was registered in the literature. here was remarkable consen­ sus between the literature and ieldwork data in ranking Human Food, Construc­ tion, Cultural, and Utensils and Tools as the most important use categories in the three ecoregions and four countries. Socioeconomic factors afect palm­ use patterns in a selective and very lo­ calized way, suggesting that traditional knowledge systems are highly variable and dynamic. herefore, generalizing about the predictive power of these fac­ tors and their efect on knowledge is not an easy or straightforward task. Of the 14 analyzed socioeconomic factors, gender has the greatest inluence in the three ecoregions, indicating that men have greater knowledge than women in all palm use categories. his pattern could have two explanations. In the lowlands, men are more involved in collection ac­ tivities in the forest than women, while in the Andes men tend to work longer out­ side their communities, enabling them to acquire more knowledge than women. Overall, and as expected, older infor­ mants have a greater knowledge than the younger informants, although exceptions exist. he use of palms is not random, and there is a great number of species and uses that are shared between human groups, countries and ecoregions. Tall­ stemmed species have a greater number of associated uses and play a fundamen­ tal role in the subsistence strategies of the diferent human groups, particularly indigenous people. hey represent key­ stone cultural species. Five species stand out as being the most important across all ecoregions: Bactris gasipaes, Iriartea deltoidea, Oenocarpus bataua, O. minor and Socratea exorrhiza. Traditional knowledge about medic­ inal uses of palms is not much shared across countries, human groups, or in­ digenous groups. On the other hand, pre­ liminary studies indicate that traditional knowledge about the use of palms for Hu­ man food is widely shared by the inhabit­ ants of the Amazon, Andes and Chocó. In sum, traditional knowledge of palms is the product of historical pro­ cesses of transmission and adaptation to the changing conditions of northwestern South America. Currently, it is increas­ ingly common for studies to ind exam­ ples where knowledge persists but where uses are no longer practiced, which leads to a progressive loss of traditional knowl­ edge and to an erosion of practical skills. It is therefore necessary to support from all sectors actions aimed at strengthen­ ing the relationship of communities with their resources and to the development 251 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA of their life plans in a manner that con­ tributes to sustainable strategies. Useful palms of Colombia, Ecuador, Peru and Bolivia 252 he indigenous, mestizo, and afroameri­ can groups that have historically occu­ pied the ecosystems of western South America have centered their cultures and traditions around the harvest of products derived from palms. Despite the fact that traditional knowledge is eroding and other materials are increasingly substi­ tuting palms, no other plant family ofers such a wealth of uses as palms do. Palms provide a multiplicity of uses in several use categories: Human food, Construc­ tion, Medicinal and veterinary, Utensils and tools, etc. Based on a bibliographic review and ieldwork carried out during the PALMS project in Bolivia, Colombia, Ecuador, Peru the relative percentage of useful palm species in these countries ranges from 67–87%, with four use cat­ egories being the most useful: Construc­ tion, Human food, Utensils and tools, and Cultural uses. he palm parts that are most­oten used are the stems, leaves and fruits, followed by roots, seeds and ibers; the stems are mostly used in con­ struction materials, furniture, utensils and tools; the leaves are used for thatch­ ing, utensils and personal decoration; the palm heart, fruits and seeds are edible; the roots and oils derived from fruits are used for medicinal purposes, and the seeds for jewelry (rings, necklaces, ear­ rings and bracelet). Sixty­six species are used for Animal food. One hundred and ity­seven species provide Human food uses, including use of edible fruits, oils derived from fruits, pulp used for making drinks and ice creams, and palm hearts. Amazonian groups consume a greater diversity of palm­based products in their diets. Especially well­known are the palm hearts obtained from four species: Bactris gasipaes, Euterpe oleracea, E. precatoria, and Prestoea acuminata. En­ vironmental uses include 66 species of wild palms that are used for ornamen­ tal purposes in cities and gardens; yet, a greater number of non­native species is used in the region for these purposes. he oil derived from fruits of 36 species is used for Fuel, including Attalea spp., Euterpe spp., and Oenocarpus spp. Stems from tall palms are also used as irewood. Construction uses include 176 species, with palm stems (hard and durable) and leaves (resistant and durable ibers) be­ ing the palm parts most oten used for houses and for thatching, respectively. Of the 134 species used for Cultural purposes, many are sought for making handicrats and souvenirs for tourists. Palms used for Medicinal and Veterinary purposes include 82 species, harvested for their roots (e.g., Euterpe precatoria) and fruits (e.g., Attalea spp.). Toxic uses include only the use of the palm heart of Wettinia quinaria in Colombia for hunt­ ing. Palms provide Utensils and tools that are derived from 146 palm species, with numerable examples in these species re­ lated to domestic utensils in the Ama­ zon, Andes and Chocó. Finally, the use category Other uses includes 83 species that are mostly related to the indirect use of the larvae Rhynchophorus palmarum that develop in old and rotting stems of palms and which provide a rich source of protein in the region. Although some practices are being abandoned in various communities of the region, palms still represent one of the most important and multipurposeful natural resources for the English summary inhabitants of the Amazon, Andes and Chocó. Small enterprises and commercialization of palm products Palms are extensively used in northwest­ ern South America. Both a large range of useful species and a large range of uses have been reported. Across the four countries of Colombia, Ecuador, Peru and Bolivia, 140 useful palm species were documented with a total of 2262 diferent uses documented. Palms here represent a valuable commodity at a range of difer­ ent levels of commercialization, includ­ ing a range of scales. In the present study we attempt to quantify the palms as an economical re­ source based on abundance data and to illustrate the diferent types and levels of commercialization, looking into the cur­ rent marketing practices, value chains and the likely future development of palm use and its sustainability. Timber from many palm species is regularly used across the region and Iriartea deltoidea, Socratea exorrhiza and Wettinia quinaria are among the economically most impor­ tant species in this context. Use of palm timber ranges from poles, stem splits and slats for the construction of fences, houses and other structures to raw mate­ rial for the fabrication of handicrats, parquet and furniture. For some species, sustainable harvest levels are discussed in the literature (e.g., for Iriartea deltoidea). However, in reality Iriartea deltoidea, Wettinia quinaria and Socratea exorrhiza are clearly harvested at non­sustainable levels. Details about harvest and trade are very diicult to obtain, not least because transportation permits (Guías de Movilización) oten represent the only require­ ment for trading palm timber, which is commonly treated as Non Timber Forest Product (NTFP) and thus not subject to forest laws. Once on its way to the mar­ ket, the timber itself can oten not be identiied by species anymore, and the authorities that control the trade gener­ ally only apply vernacular names when they issue a permit. Consequently, it is diicult if not impossible to identify the actual taxa used in trade. Abundance data indicate that the main timber palms are still abundant as species. With re­ ported densities ranging from 4 to 168 mature stems/ha for I. deltoidea in Ama­ zonian forests and the coastal lowlands and 4 to 192 mature stems/ha for W. quinaria in Chocoan forests (mature stems = DBH > 10 cm) the corresponding economic value is between 40 and 1,920 USD/ha (beneit for landowners for 1 stem = ca. 10 USD), and 2,480 to more than 10,000 USD/ha, respectively (slats sold to the fresh­cut lower industry). Standing crop thus represents a valuable economic resource, but native stands are already much depleted in some areas, e.g., in the case of I. deltoidea in Ecuador (Santo Domingo de los Tsáchilas, Ecua­ dor). Overall market data are not readily available from any of the countries, but it is obvious that sustainable use of palm timber depends on establishing, enforc­ ing and policing sustainable harvest lev­ els. Value chains in palm timber vary widely depending on the type of product marketed. hey are oten short and com­ prise only the harvester of the resource, the processing unit and the inal user. In areas where land tenure is clear, the land owner and sometimes the carrier or in­ termediaries may be involved. From the highly fragmentary value chain data 253 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 254 available (5 stakeholders), it appears that both land owner and the harvester bene­ it considerably from the inal sales price for slats for the cut­lower industry, with the land owner getting approximately 25% and the harvester some 30%. How­ ever, little is known about from where most of the palm timber is harvested, and in the case of common and state forests, the value chain probably involves no beneit for the land owner. here is a con­ siderable market for palm timber, but no active marketing, and since the relevant palm species require decades to reach maturity, it is likely that ater depredation of the wild stands palm timber will ulti­ mately be replaced by fast growing, culti­ vated dicotyledonous and gymnoper­ mous forest trees. In the case of palm heart, the bulk of the material for export nowadays comes from cultivated Bactris gasipaes, mostly from Ecuador and Costa Rica, but Bolivia, Peru and Colombia ap­ pear to be continuing to export wild­ harvested palm heart from Euterpe spe­ cies, but to a minor scale. Prestoea acuminata and other palm species are still used for domestic consumption and the local market. Export data does not diferentiate between wild harvested and cultivated palm heart, but overall export has been largely stable for the past de­ cade, with Ecuador exporting 30,000 t/a (mostly from cultivation), Colombia ex­ porting 600 t/a (mostly from wild harvest of E. oleracea), Bolivia 8,000 t/a, and Peru 1,700 t/a. Single­stemmed E. precatoria can not realistically be harvested sustain­ ably, while E. oleracea as multi­stemmed palm can be harvested sustainably at low levels. Published data document sustain­ able harvest data for P. acuminata and E. oleracea, and value chains are well docu­ mented with the primary producer re­ ceiving only a small fraction of the inal sales price. Value chains are commonly complex, especially in the case of export, with the canning factory playing a crucial role in dictating prices. Sustainable har­ vest levels are therefore likely commonly exceeded due to ignorance and desire to generate suicient household income. he abundance data indicate that all palm species relevant for palmito are still common in their native habitats, with the exception of E. precatoria and Prestoea, which have been much depleted in their native habitats (in Bolivia and Ecuador, resprectively). Under sustainable harvest levels multi­stemmed palms can generate considerably lower monetary beneits per unit area, and it seems likely that ulti­ mately, wild harvest will be largely or completely replaced by cultivated Bactris. Palm thatch – in stark contrast to palm heart – is marketed exclusively at local and regional levels – and is a valuable source of household income in many parts of lowland Amazonia and locally in western Ecuador and Colombia. Palm rooing is produced from palm timber and palm leaves, especially from Lepidocaryum tenue and Geonoma deversa, but also Attalea phalerata and Phytelephas. Standing crop densities of the species providing palm leaves are of­ ten very high, and sustainable harvest levels have been identiied for several species, such as Geonoma deversa and Phytelephas. Value chains are usually short, typically consisting of a maximum of 2–4 stakeholders, and a very high per­ centage of the inal sales value (up to 40%) reaches the resource harvester and primary producer. Market here is severly limited, and private houses are nowadays largely roofed with industrial materials. here appears to be a limited scope for market development for specialized uses, especially for buildings for the tourism English summary industry. Palm thatch and palm ibres are unlikely to expand their markets since they are largely dependent on the tourist industry. Palm ibre is another important resource that is mainly processed in the cottage industry and nowadays largely used in the production of handicrat sold to tourists. he highest artistic levels and, consequently, highest prices are reached in Colombia with a highly developed ex­ port market. he most important source of ibre is diferent species of Astrocaryum, a genus which is still locally abundant es­ pecially in Peru and Colombia. Value chains are typically short, with oten only 1–3 stakeholders involved (direct mar­ keting), and sometimes the entire sales price reaches the primary producer. While the overall market is limited and closely linked to the tourism industry, handicrats from palm ibre may contrib­ ute very considerably to household in­ comes and is, thus, of considerable socio­ economic importance. Destructive harvest is still locally common, but non­ destructive harvest techniques and levels are already practiced locally and region­ ally. Fibre harvest may thus generate con­ siderable income without compromising source species and habitats. Palm fruit is used both directly for human consump­ tion, in processed form, and for the pro­ duction of oil. Due to their complex com­ position, palm fruits are valuable raw materials for human nutrition. he single most important palm for human food in the region is aguaje (Mauritia lexuosa), although its consumption is largely re­ stricted to Peru. Mauritia is globally one of the most common palms in South America, with very high densities and potential harvest of several tons of ma­ ture fruit/ha/a. Overall, natural produc­ tivity of native stands is in the range of tens of thousands of tons. Currently, national consumption in Peru is only a tiny fraction of the natural productivity, but this nearly inexhaustible resource is in serious danger due to the prevalence of destructive harvest techniques and the extinction of the most valuable varieties in accessible areas. Absurdly, resource limitation and rising prices are starting to be felt near major population centres, such as Iquitos. Value chains are highly variable, though oten very short with primary producers receiving the bulk of the inal sales value. However, there is considerable industrialization in the pro­ cessing of aguaje (Mauritia lexuosa), and in this case, value chains are more com­ plex and have up to 7 stakeholders. A key factor for destructive harvest is the inse­ curity of land tenure respective to the harvest from common land, so sustain­ able harvest is not encouraged. With re­ gard to overall crop abundance and mar­ ket development, aguaje is one of the most important palm resources. Market development overall is poorly under­ stood since it is not captured in oicial statistics, but it would certainly continue to expand if high amounts of high­qual­ ity fruit were available. Due to the natu­ rally high densities and productivity, do­ mestication or semi­domestication of Mauritia represent one possible future option. he fruits of, e.g., Euterpe oleracea, Attalea butyracea and Oenocarpus bataua are also collected from the wild for oil production. he valuable edible oils are still largely pro­ duced in small­scale enterprises or cot­ tage industries. he relevant species are still locally very abundant, and the po­ tential harvest from natural stands oten exceeds several hundred kg/ha/a. Oils have good properties for food and cos­ metics industries, but lack the character­ istics to make them actual food 255 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 256 supplements (overall low degree of un­ saturation). In comparison to the rela­ tively conventional fatty acid composi­ tion, prices are currently very high, far exceeding that of vegetable oils of similar fatty acid composition. Native palm oils will thus only establish themselves in the market if additional health beneits come to light (e.g., vitamin content) or prices drop dramatically. Value chains typically involve 4–8 stakeholders, with less than 10% of the inal retail price reaching the primary producer of the fruit. Perhaps for this reason, much of the wild harvest is still destructive, a problem likely com­ pounded by insecurity of land tenure. he mid­term perspective for the devel­ opment of native palms oils from wild harvest is diicult to judge. he perish­ able nature of the raw material, the logis­ tical challenges in transporting wild­ harvested palm fruit to the place of processing, and the low levels of quality control in basic processing plants present challenges in developing a viable market for palm oils. Overall, an expansion of the market for native palm oils in the near future is unlikely, unless these prob­ lems are overcome, which would most likely happen via managed stands or do­ mestication. he palm seeds of Phytelephas are a inal important palm resource: tagua, or vegetable ivory, is a very important commodity exported mainly from Ecuador, but also processed nationally. Phytelephas palms are still abundant, especially in Ecuador, with great densitites. Productivity reaches sev­ eral hundred kg/ha/a of tagua nuts/ha/a. Ater processing, the value of tagua in­ creases by several order of magnitude, with oten less than 1% of the inal retail price reaching the primary producer. Value chains, especially for the exported product, are complex and oten involve more than 10 stakeholders. In spite of the low percentage of the retail price reach­ ing the primary producers tagua trees are recognized as a valuable resource and generally harvested non­destructively. However, the use of tagua leaves for palm thatch is oten more lucrative for the pri­ mary producer than tagua nut harvest, and this compromises native tagua stands. Vegetable ivory is an increas­ ingly­coveted resource in the industrial­ ized world, and export levels have been consistently high since the re­discovery of the material at the end of the last cen­ tury. he market will likely continue to expand with adequate (international) marketing, possibly with the help of added value by adequate certiication. Currently, tagua export plays a very sub­ ordinate role in Peru and Colombia, in spite of the local abundance of Phytelephas. An expansion of the tagua market into Peru and Colombia in the fu­ ture is conceivable. Marketing for most products is non­existent, or at most, poorly developed, with little coordina­ tion between primary producers and rare stakeholder integration. Overall under­ standing of commercial activities involv­ ing native palm species is still incomplete and overall markets could not be satisfac­ torily explored due to little administra­ tive control and the absence of oicial statistics. he number of commercialized palm products decreases with increasing geographical extent; in each of the coun­ tries, the range includes around 30 prod­ ucts that are commercialized on the local level to less than a dozen that enter inter­ national markets. In this range, palmito and few handcrat products (furniture, jewellery) are exported as inished prod­ ucts, whereas most native palm exports represent product precursors only (tagua discs, fruit oils for cosmetics). English summary Accordingly, only a few palm products are to be found in the markets of big or capital cities in NW South America and are oten only available if ordered in ad­ vance (on demand). he bulk of palm raw materials and products is directly consumed by the harvester and his fam­ ily or is traded informally to inhabitants of the same and nearby communities or to, e.g., river traders. In spite of the wide range of useful palms, only a relatively small number thus play a noteworthy role in the economies of the countries under study. According to the interviews, stakeholders regularly face problems due to inconsistent ofer and demand, unsta­ ble or ephemeral markets, and on the side of the consumer, inconsistent or low product quality and problems associated with unsustainable management prac­ tices. For many products such as thatch, timber and oil, production on demand is very common, and this basically means that there is only a limited open market for these products. Market development in the diferent palm resources is diicult to predict, but some predictions can be made. he data summarized here indi­ cate that native palm stands oten repre­ sent a very considerable monetary value; many resources (ibre, fruit) could be easily managed sustainably and generate income for adjacent communities, mak­ ing an important, albeit minor, contribu­ tion to local and regional, in a few cases also national, economies. Sustainable harvest levels have been identiied for a range of diferent species, and under these sustainable harvest regimes, raw materials corresponding to a value of hundreds USD/ha/a could be generated. However, sustainable harvest is currently mainly exercised in tagua and increas­ ingly in some fruit and ibre­producing palms; most other palm resources are still harvested non­sustainably. Reasons for this are probably (1) the usually small percentage of beneit that actually reaches the primary producer and resource man­ ager, and (2) also the insecurity of land tenure. Individual data sets about the value of palms in particular communities indicate that economically appreciated palms are spared in forest clearance, and their abundance may increase in culti­ vated land, at least initially. However, these palms stands do not regenerate normally, nor is native forest with eco­ nomically valuable palms spared as such. hus, palm appreciation does not appear to make much of a contribution towards ecosystem conservation under current socio­economic and legal conditions. Sustainability of palm harvest Most palm products harvested in north­ western South America come from mixed forests, but in a few cases, har­ vested palms form large homogeneous stands, or grow as isolated individuals in pastures or other deforested areas. Some species are spared in slash­and­burn forest plots, or they are planted therein. Sometimes palms are components of complex agroforestry systems. Only two species have been domesticated in the neotropics: the lowland Bactris gasipaes that produces edible fruits, and the An­ dean Parajubaea cocoides, used both as ornamentation and as a source of nuts. A third species, the iber­producing Astrocaryum chambira, was in the pro­ cess of domestication at the time of the European invasion, but this process has ceased as new materials replaced the palm’s iber. Palm products are usually harvested from communal or state lands, but in 257 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 258 some cases, they are harvested from other people’s lands by landless peasants. When the harvesters get the product from their own property, the implemen­ tation of sound management practices is more likely. When harvest takes place in communal lands, harvesters tend to over­ exploit the resource, acting under the reasoning “if I don’t cut it today, someone else will cut it tomorrow.” his is what is called “the tragedy of the commons.” he number of species for which in­ formation on management practices is available is much smaller than the num­ ber of species used, suggesting that in many cases, people use palms without any consideration of the fate of their populations in the future. Elements determining the sustain­ ability of palm harvest include: (1) Abun­ dance of the palm species, (2) Growth form (solitary, cespitose, small, large, acaulescent, spiny, non­spiny), (3) Phe­ nology, (4) Plant part used, (5) Product demand, (6) Harvest technique, and (7) Additional management practices (trans­ planting, seed dispersal, regulation of harvest cycles). he driving factor that most strongly afects the fate of wild populations is the harvesting technique used to gather the required product. In northwestern South America, palms are oten cut down for obtaining their leaves or fruits, even when these products could have been obtained from the ground, using the appropriate techniques. Palms up to 8 m tall may be reached with a ladder or a bamboo stem with notches. Another option is to cut the desired product from the ground with an S­shaped blade mounted on a pole. Introduction of this tool into the lower San Juan River in Colombia eradi­ cated the malpractice of cutting down Astrocaryum standleyanum for its spear leaves, a source of iber. When palms ex­ ceed 8 m in height, the best option is to climb them. Palms can be climbed by us­ ing only legs and arms, or by using a ring of rope or liana wrapped around the feet and the palm as an additional source of support. he following two techniques are more elaborate and both have provided excellent results. he instruments em­ ployed are simple to build and to trans­ port and safe to use, and both can be used to quickly climb a diversity of palms with various diameters, including thick­ stemmed plants. hey are the estrobo and the marota. he estrobo is the system commonly used throughout northwestern South America to climb telephone poles. It con­ sists of two rings of rope, each of which has a total length about four times the circumference of the stem to be climbed. In order to climb the palm, the palm’s stem is surrounded with the extended ring like a double rope, and one end is passed through the loop formed by the other end, tightening it around the stem. he two rings are placed in the same way, one of them 80 cm above the other. Each of the rings has at the lower, hang­ ing end, a suitable surface for the foot. In the more elaborate version, the lower estrobo has a wooden board 30 cm long and 20 cm wide, and the other one has a thick segment wrapped in cloth or leather. To climb a palm, the climber stands with his right foot on the board of the lower estrobo, and passes the let thigh through the ring of the upper one. Supporting the body weight on the thigh, the climber pushes with the hands the lower estrobo along the stem as high as he can, and then he stands on the board again and moves the upper estrobo upwards as far as he can, and then he repeats the process English summary again. Advancing in this way, an experi­ enced climber can climb a 20 m tall palm in about two minutes. he estrobo is used in the village of Veinte de Enero, near Iquitos, in the Pe­ ruvian Amazon; its use during the last twenty years was a great success among fruit harvesters of Mauritia lexuosa, and it led to the abandonment of the mal­ practice of felling the female palms. he marota is based on the same prin­ ciple of pressing body weight against the palm. It consists of two X­shaped wooden structures. By holding the X horizontally, the distal angle is pressed against the palm, and the distal ends of the wooden rods are tied with string, thus forming a triangle that encloses the stem. he tri­ angle located on the harvester’s side is closed with another stick of wood. To climb the palm, the harvester sits on the upper marota and pulls up the lower one with his feet as high as possible. He then stands on the lower marota, and pushes up the upper one as high as possible, and then sits again on it, and repeats the oper­ ation. In this way, a harvester may climb a 20 m tall palm in 2–3 minutes. Unlike other techniques for climbing palms, the marota ofers the harvester the possibil­ ity of sitting at a distance from the stem, which makes it possible to use the device for climbing spiny palms. In fact, this method has been used in western Co­ lombia to harvest the fruits of the spiny peach palm (Bactris gasipaes). Assessment of palm harvest sustain­ ability is based on the elements discussed above. here are intrinsic and extrinsic criteria. Intrinsic criteria are associated with the species’ own biology; extrinsic criteria are associated with its manage­ ment. Intrinsic criteria can make one spe­ cies more appropriate for harvesting than another. For example, cespitose palms are intrinsically more suited for palm heart harvesting than single­stemmed palms since they produce new shoots that even­ tually replace the cut stem. Extrinsic cri­ teria, on the other hand, can be modiied in order to reach a sounder management of the palm. Assessment criteria are presented in Table 1 as a list of parameters, each of which receives a score between 1 and 5, depending on its greater or lower impact on harvest sustainability. A species’ po­ tential harvest sustainability is calculated as the combined score of both param­ eters. hus, for example, a palm with a low score in its intrinsic parameters re­ quires a high score in its extrinsic ones in order to guarantee the sustainability of its harvest. It is not possible to establish a ‘right’ value that determines a species’ harvest sustainability, though. Low val­ ues in both types of parameters, however, indicate risky conditions that deserve a detailed study before harvest is imple­ mented. On the other hand, high scores in both parameters indicate species with a low risk for sustainable harvest. In both cases, preliminary studies and regular monitoring must be carried out. Intrinsic parameter scores Minimal: 8 ­ scarcely sustainable Maximal: 21 ­ sustainable Extrinsic parameter scores Minimal: 6 ­ scarcely sustainable management Maximal: 17 ­ sustainable management Any recommendation for sustainable harvest must be accompanied by periodic monitoring. he latter seeks: (1) to verify the appropriate application of recom­ mended practices, (2) to verify the state of the palm populations being harvested, (3) to receive feedback from harvesters, (4) to assess market pressure, and (5) 259 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 260 to introduce any necessary corrective actions. Local community members must be trained during the process of harvest es­ tablishment, so that they can keep record of any changes in sustainability parame­ ters. his will allow community members to be true local researchers, so that even­ tually harvesters themselves can generate the required information to make col­ lective decisions about species manage­ ment. his kind of capacity building will take time, during which researchers’ sup­ port must be available. he periodicity of monitoring de­ pends on the life cycle and growth form of the involved species, as well as the estimated or observed market pressure. Smaller palms and those with fast growth require close monitoring, as well as those harvested for palm heart or stems. In general, monitoring periods range be­ tween 2 and 5 years. Monitoring must include the follow­ ing steps (not necessarily in order): (1) visiting the area and discussing with lo­ cal people the development of the sus­ tainable harvest program initially im­ plemented; (2) carrying out participant observation; (3) establishing some plots for determining population structure; (4) making any necessary adjustments to the initial recommendations; and (5) discussing monitoring results with local population. Achieving harvest sustainability re­ quires action at all levels, from harvesters to environmental authorities. Resear­ chers provide the technical, objective information for assessing harvest impact. Environmental authorities must use in­ formation provided by researchers in or­ der to develop, disseminate and enforce appropriate management practices. Har­ vesters must be appropriately instructed through long­term educational cam­ paigns and regular workshops. Traders and entrepreneurs must be involved in the process as much as possible since the prices they pay, the quantities they buy, and the labor conditions they ofer will afect harvest sustainability. Consumers must be appropriately informed about the origin of the products they consume, the procedures used to obtain them, and the labor conditions of extractivism. In this way, they will be willing to pay a higher price for the palm­derived prod­ uct, which will eventually be relected in the harvest process. Landowners should be invited to workshops where sustain­ ability is discussed, particularly in cases where palms are harvested from other people’s land. Recommendations for guaranteeing a sustainable harvest Implementation of a few simple harvest practices will help guarantee that palm harvest will be sustainable in the long run. Most of these practices require no investment or a low initial investment, and they are all easy to develop. Although there are appropriate practices speciic to each species, the following general prac­ tices will apply for most palm species throughout the area. 1. Do NOT cut a palm to harvest its leaves or its fruit. 2. Reach the leaves or the fruit by using a sharp blade mounted on a long pole. 3. Climb tall palms 4. Do not harvest all the leaves. 5. Harvest every other spear leaf. English summary Table 1. Criteria for assessing palm harvest sustainability Criterion INTRINSEC CRITERIA Palm’s local abundance Scarce Moderately abundant Abundant Growth form Solitary Cespitose Stem height >8m 2–8 m Up to 2 m Acaulescent Stem diameter > 20 cm Up to 20 cm Spines Present Absent Phenology Leaf production rate Up to 2 per year 3–6 per year > 6 per year Fruit production Seasonal Year round Plant part used Stem Spear leaf Sap Leaves Fruits Leaf sheat fibers Score 1 2 3 1 2 1 2 3 4 1 2 1 2 1 2 3 1 2 Criterion EXTRINSEC CRITERIA Use level International market Domestic market Local trade Household Product volume consumed High Medium Low Periodicity of use Year round Occasional Harvest technique Stem is cut down Stem in not cut down Leaf harvest All leaves are cut Less than 50% of leaves are cut, leaving at least one expanded leaf 20–50 % of leaves are cut < 25% of leaves are cut Additional practices No additional management practice Some kind of additional management practice Score 1 2 3 4 1 2 3 1 2 1 2 1 2 3 4 1 2 1 1 1 2 2 3 261 6. Follow the recommendations of researchers. Implementation of action is currently at diferent levels in the various coun­ tries of northwestern South America. In Bolivia, the process of sensitising local communities is underway. In Peru, simi­ lar materials have been produced for vari­ ous indigenous people, and management plans for several species are already avail­ able. In Ecuador and Colombia, complete books with biological information on the COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA most heavily used palms have been pro­ duced, and it is expected that these books will be the base whereupon environmen­ tal authorities will build up their action. In Colombia, several booklets on various species have been produced, and some projects are now starting in collaboration with other organizations, in order to as­ sess the sustainability of several species. Additionally, Colombian palm research­ ers have started a global management plan for all Colombian palms, under the auspices of the Ministry of the Environ­ ment. hus, implementation of action will extend beyond the conclusion of the project, and the impact of PALMS will be felt in northwestern South America for years to come. Policy of use and sustainable management in northwest South America 262 Countries in northwestern South Amer­ ica (Colombia, Ecuador, Peru and Bo­ livia) host a great diversity of palms (333 species), most of which are shared among them, including ~70 widely dis­ tributed in the region. Besides common species, these countries share similar conservation and management problems related to palm harvest products. he ex­ traction of ibers, leaves, fruits and clonal palm stems has great potential for sus­ tainable use because most of these palm parts are produced seasonally and typi­ cally replaced within a year. On the other hand, the harvest of solitary arborescent palms stems has a limited sustainabil­ ity because their replacement in natural forests usually takes decades. In both cases, however, there are plenty examples of unsustainable harvest and informal trade. Counteractive and destructive management practices threaten the sus­ tainability of palms and make them vul­ nerable, especially in heavily­populated areas, such as the Andean Region, the Paciic Coast of Ecuador and the Carib­ bean region. Palms are better preserved in the Amazon, although they face seri­ ous threats around major cities there, as well. Concerning the legal framework, palm products are labeled as Non­tim­ ber Forest Products (NTFP). Neither restrictions nor regulations are placed on harvesting NTFP for subsistence (except in Colombia, where harvesters must register the land to be harvested), whilst harvest for commercialization re­ quires a number of regulations. None­ theless, the information gathered by the PALMS project across the region shows that plenty of palm products are illegally traded. For instance, products harvested in remote locations are fre­ quently traded in local markets without any permit, or to intermediaries who stockpile the products and eventually trade them in the cities. Although the magnitude of such practices is diicult to assess, our observations suggests that it is common region­wide. A second el­ ement that heavily afects sustainability is the fact that a transport permit alone is enough to legalize a number of prod­ ucts. For instance, in Ecuador, transport permits are issued for trading stems of centenary arborescent palms, such as Iriartea deltoidea and Wettinia spp., re­ gardless of whether they have a harvest­ ing permit, which should be issued be­ forehand by the same authority, or if they come from sustainable practices. Several commercially important palms are lo­ cally common and widely distributed in the region, a feature that favors their sustainability; however, many of them English summary undergo such high harvesting pressure that their populations become locally extinct or reach a point of diicult re­ covery. A number of study cases, such as that of palm heart extraction of Euterpe olearacea in the Paciic Coast of Colom­ bia, or that of E. precatoria in Boliva and Peru, show how overharvesting increases with increased marketing pressure. his overview reveals serious deiciencies in the regulation systems and how the cur­ rent procedures favor illegal harvesting. For peasants, who are usually poor and obtain cash income from this activity, it is more convenient to harvest palm prod­ ucts illegally than follow the complex, costly and unneeded regulations. Being legal is unnecessarily expensive for har­ vesters and penalties are negligible and usually do not imply a real risk to trad­ ers. A review of the legislation, the per­ ception of stakeholders, and interviews with harvesters and traders suggest that sustainable harvest of palm products has legal, administrative and communicative obstacles in all countries. In spite of this scenario, palms could be an alternative for conservation through use and an option to improve the economy of rural populations. here are management practices developed by indigenous communities and mestizo farmers to harvest palm products sus­ tainably, either from natural forests or from palms integrated into agroforestry systems. Such knowledge needs to be revived, incorporated into the regula­ tions, and promoted to minimize the im­ pact of palm product harvest. Based on the PALMS project indings, we present some recommendations to improve the political and administrative manage­ ment of palm products use and trade in the region. he ten most important recommendations are summarized in the following: 1. Simplify regulations (avoiding con­ tradictions and clarifying competen­ ces of diferent institutions) to apply for harvest permits and shorten the response time. 2. Develop technical guidelines to es­ tablish limits of harvest by product and species based on scientiic infor­ mation. Such guidelines will help the harvester to produce a management plan and the administration to eva­ luate supervise the application and execution of the plan. 3. Forbid harvest of NTFP, such as fruits, ibers and leaves, by felling the stems of palms. 4. Control the origin of the harvested products that are traded and trans­ ported from harvested areas. Cross check the volume, frequency and intensity of traded and transported products with harvest authorizations. 5. Establish and enforce penalties for illegal trade of products harvested without permits and sustainable practices. 6. Establish incentives such as certii­ cates to warrantee the origin of the products and improve the income of harvesters. 7. Create thematic networks between entrepreneurs, scientists, public em­ ployees and harvesters, that enable communication of technical and trading aspects of a given palm product. his is especially impor­ tant for species of great commercial importance. 8. Communicate scientiic knowledge at diferent levels to increase the con­ cern about preserving palm species and products. 263 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 9. Develop research programs to mini­ mize the harvest impact of palm NTFPs. Sustainability studies should be carried in the long term and should include demographic as well as socio­economic conditions of the harvesters. 10. It is essential to establish a monito­ ring program for management plans so that they can be periodically ad­ justed. Such a program needs also to be established for the administrative system in order to constantly eva­ luate and amend the system of pe­ nalties, sanctions and incentives. Biodiversity informatics and the palm family 264 he methods of taxonomy are long­ standing and resilient. Far from being old­fashioned or set in its ways, taxon­ omy has retained its methods because of their eiciency and simplicity. However, as the grand scale of global biodiversity has emerged, so has the challenge to manage information about it. he failure of the taxonomic information pipeline is serious, as taxonomists provide the key to information far beyond taxonomy it­ self, such as the wealth of ethnobotani­ cal information about plant uses, and the resulting trade in the raw materials and their products. It has now been widely demonstrated that information technology and the in­ ternet can ofer many solutions to the challenges faced by taxonomy. Here, we demonstrate how the palm family has been used as a model for the delivery of the plant taxonomy online, resulting in substantially increased access to palm biodiversity information and expanded audiences. We also show how this test case has been extended to mobilize the enormous amount of data on the uses of palms, both from the literature and infor­ mation gathered during major projects such as EU FP7 Palms (www.fp7­palms. org), and to make them freely avail­ able within a structured e­taxonomic framework. Palmweb (www.palmweb.org) is an online biodiversity information resource that provides authoritative and up­to­date palm taxonomy and associated content. It aims to bring together this scattered and oten inaccessible palm taxonomic in­ formation within a single, free­of­charge website, with the intention of delivering an online monograph of the palms of the world. Palmweb is led by Royal Botanic Gardens, Kew, but several institutions directly contribute to the development of Palmweb, most notably the Botanical Garden and Botanical Museum, Berlin (BGBM) and Aarhus University. Palmweb was initiated by EDIT, the European Distributed Institute of Taxon­ omy (www.e­taxonomy.eu), which devel­ oped new e­taxonomic tools, primarily the EDIT Platform for Cybertaxonomy (www.cybertaxonomy.eu) and Scratch­ pads (www.scratchpads.eu). he palms were selected as an exemplar group with which to test these developing technolo­ gies. Palmweb is implemented using the EDIT Platform for Cybertaxonomy, based on the BGBM, which is a collection of tools and services that together cover all aspects of the taxonomic worklow. he EDIT Data Portal provides Palmweb with all the functionality that is expected of a cutting­edge biodiversity in­ formation portal. he portal is structured around a classiication method based on the World Checklist of Palms. he clas­ siication can be browsed via a classii­ cation tree or search terms, leading the English summary user to taxon pages, which are available for both species and genera. hese pages ofer information such as distribution, descriptions, biology, ecology, common names, uses, nomenclature and images. he content provided by Palmweb comes from a wide range of sources. As currently scoped, Palmweb reproduces taxonomic information that has already been pub­ lished in a citable source, such as a jour­ nal article or a book. hose holding rights over the content have granted its re­use within Palmweb under a Creative Com­ mons licence (www.creativecommons. org/licenses/by­nc­sa/3.0/). Content is added to Palmweb via the EDIT Taxo­ nomic Editor (www.cybertaxonomy.eu/ taxeditor), a standalone desktop applica­ tion, which can also be run via a virtual desktop, that permits collaborative work­ ing. Data are stored in the Common Data Model (CDM) database, described as “a repository for every conceivable type of data produced by taxonomists in the course of their work” (www.cybertaxon­ omy.eu). he FP7 PALMS project provided an excellent opportunity to test the extensi­ bility of the CDM database. he project required that all published ethnobotani­ cal information on the palms of the four northwestern South American countries (Bolivia, Colombia, Ecuador, Peru) cov­ ered by the project be organized and in­ tegrated within the relevant taxon pages in Palmweb. To achieve this goal, a simple data capture tool was created using Mi­ crosot Access, which facilitated both the capture of free text copied directly from the source and categorical data based on the TDWG Economic Botany Data Stan­ dard, with each element fully linked to the source. Project partners based in Ma­ drid completed a survey of the literature (including grey literature), incorporating all data in the data capture tool. he i­ nal dataset included data for 194 useful palm species from 255 literature refer­ ences, which were captured as 2,395 text excerpts that were then categorised into 6,141 use reports (i.e. inely atomised use reports by species). he irst output from this dataset was an analysis of palm uses across the region, published in a scientiic paper. he next step required an extension of Palmweb to be built in all three components of the system that permitted the display of these data in the portal. Following a requirements­gather­ ing phase involving members of the FP7 PALMS project at a number of points during the project, modiications were made to the CDM, Taxonomic Editor and Data Portal. For the taxa identiied during the data­gathering survey stage of the project, Palmweb now presents the use texts (with references) collated in a “Uses” of species page, with a table displaying categorical variables derived from each use text (use category, use sub­ category, plant part, human group, ethnic group, country). his rich ethnobotani­ cal resource can be expanded in the fu­ ture by manually adding further data to individual taxa via the Taxonomic Editor. To date, Palmweb contains taxon pages, comprised of accepted names, synonymy, distributions and distribution maps, for all palm taxa (185 genera, 2593 species, 312 infraspeciic taxa). Rich de­ scriptive content is available for all gen­ era and 1496 species and infraspeciic taxa (51%). Original publications are available for 2044 accepted taxa (70%) and over 3300 images are available for 1027 taxa. Work continues to gather and add new content, mostly by staf at RBG Kew, with additional contributions made by volunteers and collaborative support 265 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 266 from the palm specialist community (for example, from Aarhus University). For the year 2012­13, Palmweb re­ ceived over 500,000 page views, rep­ resenting ca. 1,500 views per day. his equates to approximately 12,500 unique visitors of whom over 4,250 visited more than once. Palmweb is also being used in a systematic way, involving extensive re­ purposing of the data for new audiences. A collaborative and integrated approach is taken by eMonocot (www.emonocot. org), a UK Natural Environment Re­ search Council­funded project that aims to provide biodiversity information on an unprecedented scale for all 70,000 species of monocot angiosperms. Palmweb is created using the taxonomic data exchange standard and the content is ag­ gregated with other monocot content in the eMonocot portal. his increases the audience for Palmweb content substan­ tially and also means that distinct func­ tionality implemented in the eMonocot portal can be used to explore and analyze Palmweb data in ways not possible in Palmweb itself. he eMonocot portal also permits us­ ers to download data under the terms by which it was originally provided to eMonocot. An excellent example of this is provided by Palmworld, which is an ap­ plication developed for iPad and iPhone (with an Android version in production; see www.palmworld.org) that is aimed at amateur and horticultural users. Us­ ing a Darwin Core Archive extract from eMonocot, the iPad/iPhone application elegantly repackages Palmweb content in a manner that makes the information more accessible to and readily browsed by the non­expert user. he innovative ways in which Palmweb has already been used – from hosting complex FP7 PALMS palm use data, to visually appealing iPad applica­ tions aimed at an entirely diferent user group – provide strong evidence for the strengths of e­taxonomy in defragment­ ing taxonomic information and bringing it to a wider audience. In this way, Palmweb has the potnetial to encourage others to pursue and engage with these opportu­ nities as well. Communication: Knowledge transfer generated in palms research for dissemination and guidance for decision making In knowledge transfer generated by sci­ entiic research, such as the PALMS proj­ ect, communication and dissemination rely on the dynamics and collaboration between working groups and diferent lo­ cal actors and target groups, such as gov­ ernment agencies, indigenous communi­ ties, farmers etc. Since the beginning of the project in 2009, a communication strategy that guides the dissemination activities from the nine working groups interacting with each of the target groups was designed. he central concept of the communication strategy of the PALMS project was to make activities, indings, recommendations and other products more visible and accessible. An addi­ tional idea for the communication strat­ egy has been to involve more people so they can become interested in the value of the palms and their importance within ecosystems. By generating and distribut­ ing information, material, and multiple types of outreach, as well as the partici­ pation in meetings organized in Ecua­ dor, Peru, Colombia, and Bolivia, the project succeeded in the exchange of English summary information with seven target groups: environmental authorities, local produc­ ers, indigenous communities, scientists, general public, media, and NGOs. In ad­ dition, as a tool to facilitate free access to publications and activities, the project organized a website (www.fp7­palms. org). he website has been permanently updated regarding all activities and pro­ duction of materials between the proj­ ect and the target groups. Communica­ tion activities were structured in three phases over ive years that followed the plan of the project: (1) start­up phase, (2) implementation of protocols, and (3) in­ formation processing. he materials dis­ tributed for dissemination to the general public (with the PALMS logo) included brochures, manuals, guides, news re­ ports, calendars, as well as activities and progress reports from the website. While the materials produced by the project were delivered to diferent groups in printed versions, they are also available in pdf format on the website, referring to an exhaustive list of all publications (including approximately 60 articles in scientiic journals, 11 books and guides, 20 booklets, 8 videos, 35 theses, and 120 conference proceedings and symposia). Based on various arrangements and in order to gather diferent groups of local actors, the PALMS project organized 31 meetings, workshops and symposia in the four countries, which create oppor­ tunities to disseminate the progress and address the interaction with each target group. Among the outreach materials that were delivered to local communities and producers, are those produced by the working groups that dealt with ethnobot­ any and sustainable management, which constitute references for guidance on the documentation of traditional knowledge and the proper use of palm products, respectively. It is also noted that people who were interviewed in the ield about the uses of palms were included as co­ authors of the publications in recogni­ tion of the primary source of informa­ tion. he overall eforts of the team of researchers in the PALMS project can be outlined as three levels of input to be recognized as essential elements for com­ munication and dissemination: (1) infor­ mative range in general, (2) guiding and advising, and (3) scientiic contribution. he most important contribution from the researchers in the project has been to provide general research­based knowl­ edge to the public. 267 Palmas nativas de Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 Acrocomia aculeata Lodd. ex Mart. Acrocomia totai Mart. Aiphanes acaulis Galeano & R. Bernal Aiphanes bicornis Cerón & R. Bernal Aiphanes buenaventurae R. Bernal & Borchs. Aiphanes chiribogensis Borchs. & Balslev Aiphanes concinna H.E. Moore Aiphanes deltoidea Burret Aiphanes duquei Burret Aiphanes eggersii Burret Aiphanes erinacea (H. Karst.) H. Wendl. Aiphanes gelatinosa H.E. Moore Aiphanes graminifolia Galeano & R. Bernal Aiphanes grandis Borchs. & Balslev Aiphanes hirsuta Burret Aiphanes horrida (Jacq.) Burret Aiphanes killipii (Burret) Burret Aiphanes leiostachys Burret Aiphanes lindeniana H. Wendl. Aiphanes linearis Burret Aiphanes macroloba Burret 7 27 122 137 65 159 69 36 177 135 83 2 Otros usos Utensilios y herramientas Tóxico Medicinal y veterrenario Cultural Construcción Ambiental Alimentación humana Alimentación animal Andes Costa Pacífica Periferia S y SE de Amazonía Region caribeña 165 31 Combustible Categorías de uso Zonas biogeográficas Amazonía y Orinoquia 13 24 Bolivia Ecuador 49 Perú Colombia Número total de especies 250 143 149 88 Perú Bolivia Especies endémicas 147 84 Alt. (m) Mín. Máx. 0 200 90 200 0 300 1900 100 1900 0 700 1200 1700 1100 100 180 800 850 1700 1800 100 1300 450 700 760 255 2000 3000 1650 2600 700 2100 1200 1700 2700 2200 2000 1500 1100 2200 2600 1400 Palmas nativas de Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia NOMBRE CIENTÍFICO Ecuador Colombia Especies nativas 271 272 7 165 31 27 122 137 65 159 69 36 177 135 83 2 Otros usos Utensilios y herramientas Tóxico Medicinal y veterrenario Cultural Construcción Combustible Ambiental Alimentación humana Categorías de uso Alimentación animal Andes Costa Pacífica Periferia S y SE de Amazonía Region caribeña Amazonía y Orinoquia Ecuador Bolivia Colombia 13 24 Perú Bolivia 49 Perú Número total de especies 250 143 149 88 147 84 Aiphanes multiplex R. Bernal & Borchs. Aiphanes parvifolia Burret Aiphanes pilaris R. Bernal Aiphanes simplex Burret Aiphanes spicata Borchs. & R. Bernal Aiphanes tricuspidata Borchs, R. Bernal & M. Ruiz Aiphanes ulei (Dammer) Burret Aiphanes verrucosa Borchs. & Balslev Aiphanes weberbaueri Burret Allagoptera leucocalyx (Drude) Kuntze Ammandra decasperma O.F. Cook Aphandra natalia (Balslev & A.J. Hend.) Barfod Asterogyne martiana (H. Wendl.) H. Wendl. ex Hemsl. Astrocaryum acaule Mart. Astrocaryum aculeatum G. Mey. Astrocaryum arenarium Barb. Rodr. Astrocaryum carnosum F. Kahn & B. Millán Astrocaryum chambira Burret Astrocaryum chonta Mart. Astrocaryum ciliatum F. Kahn & B. Millán Astrocaryum cuatrecasanum Dugand 43 Astrocaryum faranae F. Kahn & E. Ferreira 44 Astrocaryum ferrugineum F. Kahn & B. Millán 45 Astrocaryum gratum F. Kahn & B. Millán 46 Astrocaryum gynacanthum Mart. 47 Astrocaryum huaimi Mart. 48 Astrocaryum huicungo Dammer ex Burret 49 Astrocaryum jauari Mart. 50 Astrocaryum javarense (Trail) Drude 51 Astrocaryum macrocalyx Burret 52 Astrocaryum malybo H. Karst. 53 Astrocaryum perangustatum F. Kahn & B. Millán 54 Astrocaryum scopatum F. Kahn & B. Millán 55 Astrocaryum standleyanum L.H. Bailey 56 Astrocaryum triandrum Galeano, R. Bernal & F. Kahn 57 Astrocaryum ulei Burret 58 Astrocaryum urostachys Burret 59 Attalea allenii H.E. Moore 60 Attalea amygdalina Kunth 61 Attalea bassleriana (Burret) Zona 62 Attalea blepharopus Mart. 63 Attalea butyracea (Mutis ex L. f.) Wess. Boer ? ? 2 147 84 Otros usos Utensilios y herramientas Medicinal y veterrenario Cultural Construcción 36 177 135 83 Tóxico 27 122 137 65 159 69 Combustible Ambiental Alimentación humana Categorías de uso Alimentación animal Andes Costa Pacífica 165 31 Periferia S y SE de Amazonía Amazonía y Orinoquia 7 Region caribeña Bolivia 13 24 Perú 49 Zonas biogeográficas 1300 1700 2580 2200 1900 700 2200 2800 2350 1000 500 900 1000 450 240 800 675 800 413 300 700 Alt. (m) Mín. Máx. 167 100 142 100 150 148 40 75 100 30 241 152 0 160 165 230 0 1000 100 180 0 1650 300 1206 350 500 983 200 130 300 750 932 394 600 500 306 950 100 1600 200 600 1000 Palmas nativas de Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia Número total de especies 250 143 149 88 Ecuador Especies endémicas Bolivia Perú Colombia Ecuador Especies nativas NOMBRE CIENTÍFICO Alt. (m) Mín. Máx. 800 800 2580 800 1800 0 100 1800 100 190 0 100 0 100 90 500 494 100 120 100 200 Colombia 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 Zonas biogeográficas Especies endémicas COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA NOMBRE CIENTÍFICO Ecuador Colombia Especies nativas 273 274 2 147 84 Otros usos Utensilios y herramientas Medicinal y veterrenario Cultural Construcción 36 177 135 83 Tóxico 27 122 137 65 159 69 Combustible Ambiental Alimentación humana Alimentación animal Andes Costa Pacífica Periferia S y SE de Amazonía Amazonía y Orinoquia Region caribeña Bolivia Ecuador 165 31 ? Otros usos Utensilios y herramientas Tóxico 2 Cultural 36 177 135 83 Construcción Medicinal y veterrenario 27 122 137 65 159 69 Combustible Ambiental Alimentación humana Alimentación animal Andes Costa Pacífica 165 31 Periferia S y SE de Amazonía 7 Region caribeña Amazonía y Orinoquia Ecuador Categorías de uso Zonas biogeográficas Bolivia Colombia 13 24 Perú 49 Ecuador Alt. (m) Mín. Máx. 147 84 Alt. (m) Mín. Máx. 120 250 100 100 0 80 100 50 100 100 280 63 20 0 100 90 80 350 80 0 150 202 1200 300 600 700 220 200 300 200 255 500 200 675 1000 260 1400 300 800 300 1500 1000 Palmas nativas de Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia Bolivia Colombia Especies endémicas Número total de especies 250 143 149 88 85 Attalea tessmannii Burret 86 Attalea weberbaueri (Burret) Zona 87 Bactris acanthocarpa Mart. 88 Bactris balanophora Spruce 89 Bactris barronis L.H. Bailey 90 Bactris bidentula Spruce 91 Bactris bifida Mart. 92 Bactris brongniartii Mart. 93 Bactris campestris Poepp. 94 Bactris charnleyae de Nevers, A.J. Hend. & Grayum 95 Bactris chaveziae A.J. Hend. 96 Bactris chocoensis R. Bernal, Galeano, Copete & Cámara-Leret 97 Bactris coloniata L.H. Bailey 98 Bactris coloradonis L.H. Bailey 99 Bactris concinna Mart. 100 Bactris corossilla H. Karst. 101 Bactris elegans Barb. Rodr. 102 Bactris faucium Mart. 103 Bactris fissifrons Mart. 104 Bactris gasipaes Kunth 105 Bactris glandulosa Oerst. 7 Categorías de uso 500 600 150 400 0 900 0 100 300 800 80 400 100 200 100 600 200 500 200 500 40 600 400 800 200 800 100 100 150 700 80 300 80 300 150 1000 80 200 100 100 125 800 Especies nativas NOMBRE CIENTÍFICO Perú Colombia Attalea cephalotus Poepp. ex Mart. Attalea cohune Mart. Attalea colenda (O.F. Cook) Balslev & A.J. Hend. Attalea cuatrecasana (Dugand) A.J. Hend., Galeano & R. Bernal Attalea eichleri (Drude) A.J. Hend. Attalea ferruginea Burret Attalea iguadummat de Nevers Attalea insignis (Mart.) Drude Attalea luetzelburgii (Burret) Wess. Boer Attalea maracaibensis Mart. Attalea maripa (Aubl.) Mart. Attalea moorei (Glassman) Zona Attalea nucifera H. Karst. Attalea peruviana Zona Attalea phalerata Mart. ex Spreng. Attalea plowmanii (Glassman) Zona Attalea polysticha (Burret) Wess. Boer Attalea princeps Mart. Attalea salazarii (Glassman) Zona Attalea septuagenata Dugand Attalea speciosa Mart. Perú 13 24 Ecuador 49 Perú 64 65 66 67 68 69 70 71 72 73 74 75 76 77 78 79 80 81 82 83 84 Número total de especies 250 143 149 88 Zonas biogeográficas COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA NOMBRE CIENTÍFICO Especies endémicas Bolivia Colombia Especies nativas 275 276 Utensilios y herramientas 2 147 84 Otros usos Medicinal y veterrenario Cultural Construcción 36 177 135 83 Tóxico 27 122 137 65 159 69 Combustible Ambiental Alimentación humana Alimentación animal Andes Costa Pacífica Periferia S y SE de Amazonía Amazonía y Orinoquia 165 31 Region caribeña Bolivia Ecuador 7 Bactris glaucescens Drude Bactris guineensis (L.) H.E. Moore Bactris halmoorei A.J. Hend. Bactris hirta Mart. Bactris killipii Burret Bactris macroacantha Mart. Bactris major Jacq. Bactris manriquei R. Bernal & Galeano Bactris maraja Mart. Bactris martiana A.J. Hend. Bactris obovata Burret Bactris pilosa H. Karst. Bactris riparia Mart. Bactris rostrata Galeano & R. Bernal Bactris schultesii (L.H. Bailey) Glassman Bactris setiflora Burret Bactris setulosa H. Karst. Bactris simplicifrons Mart. Bactris sphaerocarpa Trail Calyptrogyne baudensis A.J. Hend. Calyptrogyne costatifrons (L.H. Bailey) de Nevers 36 177 135 83 2 Otros usos Utensilios y herramientas Tóxico Medicinal y veterrenario Cultural Construcción Ambiental 27 122 137 65 159 69 Combustible Alimentación humana Alimentación animal Andes Bolivia Ceroxylon alpinum Bonpl. ex DC. Ceroxylon amazonicum Galeano Ceroxylon ceriferum (H. Karst.) Pittier Ceroxylon echinulatum Galeano Ceroxylon parvifrons (Engel) H. Wendl. Ceroxylon parvum Galeano Ceroxylon peruvianum Galeano, Sanín & Mejía Ceroxylon pityrophyllum (Mart.) Mart. ex H. Wendl. Ceroxylon quindiuense (H.Karst.) H. Wendl. Ceroxylon sasaimae Galeano Ceroxylon ventricosum Burret Ceroxylon vogelianum (Engel) H. Wendl. Chamaedorea allenii L.H. Bailey Chamaedorea angustisecta Burret Chamaedorea christinae Hodel Chamaedorea deneversiana Grayum & Hodel Chamaedorea fragrans Mart. Chamaedorea linearis (Ruiz & Pav.) Mart. Chamaedorea pauciflora Mart. Chamaedorea pinnatifrons (Jacq.) Oerst. Chamaedorea ponderosa Hodel 165 31 Costa Pacífica Perú 7 Periferia S y SE de Amazonía Ecuador 13 24 Categorías de uso Zonas biogeográficas Region caribeña Colombia 49 Perú Número total de especies 250 143 149 88 Ecuador Bolivia Colombia Especies endémicas 275 300 300 500 600 370 700 700 1500 300 700 1000 300 100 1200 1100 2100 400 400 350 350 147 84 Alt. (m) Mín. Máx. 1400 820 1900 900 1900 900 1500 1285 1550 1350 1600 1900 100 100 0 50 400 0 80 0 1300 2000 1200 2800 2200 3500 1500 2300 2800 3150 1800 3000 2900 1450 750 100 1300 900 2800 1000 2500 1520 Palmas nativas de Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia NOMBRE CIENTÍFICO Alt. (m) Mín. Máx. 100 0 80 80 100 80 0 0 0 80 0 0 80 100 120 770 0 80 80 0 0 Especies nativas 127 128 129 130 131 132 133 134 135 136 137 138 139 140 141 142 143 144 145 146 147 Perú Colombia Perú 13 24 Ecuador 49 Amazonía y Orinoquia 106 107 108 109 110 111 112 113 114 115 116 117 118 119 120 121 122 123 124 125 126 Número total de especies 250 143 149 88 Categorías de uso Zonas biogeográficas COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA NOMBRE CIENTÍFICO Especies endémicas Bolivia Colombia Especies nativas 277 278 2 147 84 Otros usos Utensilios y herramientas Medicinal y veterrenario Cultural Construcción 36 177 135 83 Tóxico 27 122 137 65 159 69 Combustible Ambiental Alimentación humana Alimentación animal Andes Costa Pacífica 165 31 Periferia S y SE de Amazonía Amazonía y Orinoquia 7 Region caribeña Bolivia Ecuador Perú Colombia Perú 13 24 Ecuador 49 Chamaedorea pumila H. Wendl. Chamaedorea pygmaea H.Wendl. Chamaedorea ricardoi R. Bernal, Galeano & Hodel Chamaedorea subjectifolia Hodel Chamaedorea tepejilote Liebm. Chamaedorea warscewiczii H.Wendl. Chamaedorea woodsoniana L.H. Bailey Chelyocarpus chuco (Mart.) H.E. Moore Chelyocarpus dianeurus (Burret) H.E. Moore Chelyocarpus repens F. Kahn & K. Mejía Chelyocarpus ulei Dammer Cocos nucifera L. (cultivada) Copernicia alba Morong Copernicia tectorum (Kunth) Mart. Cryosophila kalbreyeri (Dammer ex Burret) Dahlgren Cryosophila macrocarpa R. Evans Desmoncus cirrhifer A.H. Gentry & Zardini Desmoncus giganteus A.J. Hend. Desmoncus horridus Splitg. ex Mart. Desmoncus interjectus A.J. Hend. Desmoncus latisectus Burret 169 Desmoncus loretanus A.J. Hend. 170 Desmoncus madrensis A.J. Hend. 171 Desmoncus mitis Mart. 172 Desmoncus myriacanthos Dugand 173 Desmoncus parvulus L.H. Bailey 174 Desmoncus polyacanthos Mart. 175 Desmoncus prunifer Poepp. ex Mart. 176 Desmoncus pumilus Trail 177 Desmoncus setosus Mart. 178 Desmoncus vacivus L.H. Bailey 179 Dictyocaryum lamarckianum (Mart.) H. Wendl. 180 Dictyocaryum ptarianum (Steyerm.) H.E. Moore & Steyerm. 181 Elaeis guineensis Jacq. (cultivada) 182 Elaeis oleifera (Kunth) Cortés 183 Euterpe catinga Wallace 184 Euterpe longevaginata Mart. 185 Euterpe luminosa A.J. Hend., Galeano & Meza 186 Euterpe oleracea Mart. 187 Euterpe precatoria Mart. 188 Geonoma acaulis Mart. 189 Geonoma atrovirens Borchs. & Balslev Utensilios y herramientas 2 147 84 Otros usos Medicinal y veterrenario Cultural 36 177 135 83 Tóxico 27 122 137 65 159 69 Construcción Ambiental Alimentación humana Alimentación animal Andes Costa Pacífica Periferia S y SE de Amazonía 165 31 Region caribeña Amazonía y Orinoquia 7 Combustible Categorías de uso Zonas biogeográficas Bolivia Ecuador 13 24 Perú 49 Ecuador Número total de especies 250 143 149 88 1350 1850 920 300 1500 1500 1520 200 100 200 900 1500 1000 100 1200 20 800 600 300 250 200 Alt. (m) Mín. Máx. 90 184 80 0 40 0 135 90 100 80 400 100 0 0 100 0 1400 0 70 0 80 130 400 920 250 250 1000 135 120 100 550 2100 350 1500 500 1100 2000 2100 200 750 750 450 Palmas nativas de Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia Colombia Especies endémicas Bolivia Colombia Especies nativas NOMBRE CIENTÍFICO Alt. (m) Mín. Máx. 600 600 100 50 0 0 1300 100 0 90 100 0 100 0 0 20 0 80 30 160 150 Perú 148 149 150 151 152 153 154 155 156 157 158 159 160 161 162 163 164 165 166 167 168 Número total de especies 250 143 149 88 Categorías de uso Zonas biogeográficas COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA NOMBRE CIENTÍFICO Especies endémicas Bolivia Colombia Especies nativas 279 280 2 147 84 Otros usos Utensilios y herramientas 36 177 135 83 Tóxico Medicinal y veterrenario Cultural Construcción Ambiental 27 122 137 65 159 69 Combustible Alimentación humana Alimentación animal Andes Costa Pacífica Periferia S y SE de Amazonía 165 31 Region caribeña Amazonía y Orinoquia Ecuador 7 Geonoma baculifera (Poit.) Kunth Geonoma bernalii A.J. Hend. Geonoma brongniartii Mart. Geonoma calyptrogynoidea Burret Geonoma camana Trail Geonoma chlamydostachys Galeano Geonoma chococola Wess. Boer Geonoma concinna Burret Geonoma cuneata H. Wendl. ex Spruce Geonoma deversa (Poit.) Kunth Geonoma dindoensis A.J. Hend. Geonoma divisa H.E. Moore Geonoma ecuadoriensis A.J. Hend., Borchs. & Balslev Geonoma euspatha Burret Geonoma fosteri A.J. Hend. Geonoma frontinensis Burret Geonoma galeanoae A.J. Hend. Geonoma gentryi A.J. Hend. Geonoma hollinensis A.J. Hend., Borchs. & Balslev Geonoma interrupta (Ruiz & Pav.) Mart. Geonoma irena Borchs. Geonoma lanata A.J. Hend., Borchs. & Balslev Geonoma laxiflora Mart. Geonoma lehmannii Dammer ex Burret Geonoma leptospadix Trail Geonoma longepedunculata Burret Geonoma macrostachys Mart. Geonoma maxima (Poit.) Kunth Geonoma megalospatha Burret Geonoma multisecta (Burret) Burret Geonoma occidentalis (A.J. Hend.) A.J. Hend. Geonoma oligoclona Trail Geonoma orbignyana Mart. Geonoma paradoxa Burret Geonoma peruviana A.J. Hend. Geonoma pinnatifrons Willd. Geonoma poeppigiana Mart. Geonoma pohliana Mart. Geonoma poiteauana Kunth Geonoma pulcherrima Burret Geonoma sanmartinensis A.J. Hend. Geonoma santanderensis Galeano & R. Bernal 36 177 135 83 2 Otros usos Utensilios y herramientas Tóxico Medicinal y veterrenario Cultural Construcción Ambiental 27 122 137 65 159 69 Combustible Alimentación humana Alimentación animal Andes Costa Pacífica 165 31 Periferia S y SE de Amazonía 7 Region caribeña Amazonía y Orinoquia Ecuador 13 24 Categorías de uso Zonas biogeográficas Bolivia Colombia 49 Perú Número total de especies 250 143 149 88 Ecuador Bolivia Colombia Especies endémicas 150 1200 1720 900 850 1450 700 1900 1750 1200 100 1500 1800 1630 1810 2060 1250 150 1200 2000 300 147 84 Alt. (m) Mín. Máx. 200 80 1200 100 200 75 0 2300 200 150 100 775 0 1550 30 110 500 100 750 1250 1700 1800 320 2900 850 1050 1800 800 3200 1150 950 250 2850 400 1550 1909 980 800 200 1130 1850 1900 Palmas nativas de Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia NOMBRE CIENTÍFICO Alt. (m) Mín. Máx. 100 1010 75 0 87 300 0 700 0 0 100 35 900 200 500 1000 800 150 1050 0 0 Especies nativas 211 212 213 214 215 216 217 218 219 220 221 222 223 224 225 226 227 228 229 230 231 Categorías de uso Zonas biogeográficas Bolivia Colombia 13 24 Perú Bolivia 49 Perú Número total de especies 250 143 149 88 Perú 190 191 192 193 194 195 196 197 198 199 200 201 202 203 204 205 206 207 208 209 210 Especies endémicas COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA NOMBRE CIENTÍFICO Ecuador Colombia Especies nativas 281 282 Otros usos Utensilios y herramientas Tóxico Cultural 2 Construcción 36 177 135 83 Combustible Ambiental Alimentación humana Alimentación animal Andes Costa Pacífica 27 122 137 65 159 69 Medicinal y veterrenario 165 31 Periferia S y SE de Amazonía Region caribeña Amazonía y Orinoquia Ecuador 7 Categorías de uso Zonas biogeográficas 147 84 Geonoma schizocarpa A.J. Hend. Geonoma skovii A.J. Hend., Borchs. & Balslev Geonoma stricta (Poit.) Kunth Geonoma supracostata Svenning Geonoma tenuissima H.E. Moore Geonoma triandra (Burret) Wess. Boer Geonoma triglochin Burret Geonoma trigona (Ruiz & Pav.) A.H. Gentry Geonoma undata Klotzsch Geonoma wilsonii Galeano & R. Bernal Hyospathe elegans Mart. Hyospathe frontinensis A.J. Hend. Hyospathe macrorhachis Burret Hyospathe peruviana A.J. Hend. Hyospathe pittieri Burret Hyospathe wendlandiana Dammer ex Burret Iriartea deltoidea Ruiz & Pav. Iriartella setigera (Mart.) H. Wendl. Iriartella stenocarpa Burret Itaya amicorum H.E. Moore Leopoldinia piassaba Wallace 165 31 27 122 137 65 159 69 36 177 135 83 2 Otros usos Utensilios y herramientas Tóxico Medicinal y veterrenario Cultural Construcción Combustible Ambiental Alimentación humana Categorías de uso Alimentación animal Andes Costa Pacífica Periferia S y SE de Amazonía Region caribeña Ecuador Leopoldinia pulchra Mart. Lepidocaryum tenue Mart. Manicaria martiana Burret Manicaria saccifera Gaertn. Mauritia carana Wallace Mauritia flexuosa L. f. Mauritiella aculeata (Kunth) Burret Mauritiella armata (Mart.) Burret Mauritiella macroclada (Burret) Burret Mauritiella pumila Burret Oenocarpus bacaba Mart. Oenocarpus balickii F. Kahn Oenocarpus bataua Mart. Oenocarpus circumtextus Mart. Oenocarpus distichus Mart. Oenocarpus makeru R. Bernal, Galeano & A.J. Hend. Oenocarpus minor Mart. Oenocarpus simplex R. Bernal, Galeano & A.J. Hend. Parajubaea cocoides Burret Parajubaea sunkha M. Moraes Parajubaea torallyi (Mart.) Burret 7 Zonas biogeográficas Amazonía y Orinoquia Colombia 13 24 Bolivia Bolivia 49 Perú Número total de especies 250 143 149 88 Ecuador Colombia Especies endémicas 250 1920 1850 1250 1470 1250 1500 3000 2300 1900 1900 1750 2100 1750 2000 1750 1350 800 450 250 200 147 84 Alt. (m) Mín. Máx. 50 75 80 0 80 40 100 50 0 100 60 150 0 300 100 100 0 100 1500 1700 2000 200 300 250 250 250 1000 250 675 100 150 700 350 1400 300 350 150 1000 100 3000 2200 3400 Palmas nativas de Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia NOMBRE CIENTÍFICO Alt. (m) Mín. Máx. 200 1300 75 200 520 0 200 2650 500 1350 0 25 1100 1495 1100 1495 0 100 100 100 80 Especies nativas 253 254 255 256 257 258 259 260 261 262 263 264 265 266 267 268 269 270 271 272 273 Bolivia Colombia 13 24 Perú Bolivia 49 Perú Número total de especies 250 143 149 88 Perú 232 233 234 235 236 237 238 239 240 241 242 243 244 245 246 247 248 249 250 251 252 Especies endémicas COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA NOMBRE CIENTÍFICO Ecuador Colombia Especies nativas 283 284 2 147 84 Otros usos Medicinal y veterrenario Cultural Construcción 36 177 135 83 Utensilios y herramientas 27 122 137 65 159 69 Combustible Ambiental Alimentación humana Alimentación animal Andes Costa Pacífica Periferia S y SE de Amazonía Region caribeña 165 31 Categorías de uso Tóxico 7 Amazonía y Orinoquia Bolivia Ecuador Perú Colombia Bolivia Perú 13 24 Zonas biogeográficas Phoenix canariensis hort. ex Chabaud (cultivada) Pholidostachys amazonensis A.J. Hend. Pholidostachys dactyloides H.E. Moore Pholidostachys occidentalis A.J. Hend. Pholidostachys panamensis A.J. Hend. Pholidostachys pulchra H. Wendl. ex Burret Pholidostachys sanluisensis A.J. Hend. Pholidostachys synanthera (Mart.) H.E. Moore Phytelephas aequatorialis Spruce Phytelephas macrocarpa Ruiz & Pav. Phytelephas tenuicaulis (Barfod) A.J. Hend. Phytelephas tumacana O.F. Cook Prestoea acuminata (Willd.) H.E. Moore Prestoea carderi (W. Bull) Hook. f. Prestoea decurrens (H. Wendl. ex Burret) H.E. Moore Prestoea ensiformis (Ruiz & Pav.) H.E. Moore Prestoea longepetiolata (Oerst.) H.E. Moore Prestoea pubens H. E. Moore Prestoea schultzeana (Burret) H.E. Moore Raphia taedigera (Mart.) Mart. Reinhardtia gracilis (H. Wendl.) Drude ex Dammer 27 122 137 65 159 69 36 177 135 83 2 Otros usos Utensilios y herramientas Tóxico Medicinal y veterrenario Cultural Construcción Combustible Ambiental Alimentación humana Categorías de uso Alimentación animal Andes Costa Pacífica 165 31 Periferia S y SE de Amazonía 7 Region caribeña Ecuador Reinhardtia koschnyana (H. Wendl. & Dammer) Burret Reinhardtia simplex (H. Wendl.) Drude ex Dammer Roystonea oleracea (Jacq.) O.F. Cook Sabal mauritiiformis (H. Karst.) Griseb. ex H. Wendl. Sabinaria magnifica Galeano & R. Bernal Socratea exorrhiza (Mart.) H. Wendl. Socratea hecatonandra (Dugand) R. Bernal Socratea rostrata Burret Socratea salazarii H.E. Moore Syagrus cardenasii Glassman Syagrus comosa (Mart.) Mart. Syagrus oleracea (Mart.) Becc. Syagrus orinocensis (Spruce) Burret Syagrus petraea (Mart.) Becc. Syagrus sancona H. Karst. Syagrus smithii (H.E. Moore) Glassman Syagrus yungasensis M. Moraes Synechanthus warscewiczianus H. Wendl. Trithrinax schizophylla Drude Welfia alfredii A. Hend. & Villalba Welfia regia H. Wendl. Amazonía y Orinoquia Colombia 13 24 Zonas biogeográficas Bolivia Bolivia 49 Perú Número total de especies 250 143 149 88 Ecuador Colombia Especies endémicas 3500 800 1500 1600 200 1000 1440 1750 1500 1700 700 200 2650 2000 1500 1750 1700 1200 1300 30 1000 147 84 Alt. (m) Mín. Máx. 50 20 150 0 100 0 0 500 150 360 500 250 40 250 0 100 700 0 250 1390 0 500 20 300 1000 300 1200 800 2100 700 1460 700 450 600 1000 1200 600 1000 1200 1400 1800 1700 Palmas nativas de Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia NOMBRE CIENTÍFICO Alt. (m) Mín. Máx. 0 300 0 300 100 0 700 90 0 0 80 0 600 1000 0 100 450 0 100 0 200 Especies nativas 295 296 297 298 299 300 301 302 303 304 305 306 307 308 309 310 311 312 313 314 315 49 Perú 274 275 276 277 278 279 280 281 282 283 284 285 286 287 288 289 290 291 292 293 294 Número total de especies 250 143 149 88 Especies endémicas COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA NOMBRE CIENTÍFICO Ecuador Colombia Especies nativas 285 650 800 2000 1700 800 1800 2250 1100 2200 1350 2500 2600 1100 1900 2300 1700 1600 2400 1100 1000 1700 80 0 1700 900 200 1300 1700 75 1200 200 400 2100 700 200 1800 1500 400 400 0 0 1200 2 36 177 135 83 27 122 137 65 159 69 Construcción Combustible Ambiental Alimentación humana Alimentación animal Andes Costa Pacífica Periferia S y SE de Amazonía Region caribeña Amazonía y Orinoquia Bolivia Perú 49 Bolivia Número total de especies 250 143 149 88 Ecuador Colombia NOMBRE CIENTÍFICO Wendlandiella gracilis Dammer Wettinia aequalis (O.F. Cook & Doyle) R. Bernal Wettinia aequatorialis R.Bernal Wettinia anomala (Burret) R. Bernal Wettinia augusta Poepp. & Endl. Wettinia castanea H.E. Moore & J. Dransf. Wettinia disticha (R. Bernal) R. Bernal Wettinia drudei (O.F. Cook & Doyle) A.J. Hend. Wettinia fascicularis (Burret) H.E. Moore & J. Dransf. Wettinia hirsuta Burret Wettinia kalbreyeri (Burret) R. Bernal Wettinia lanata R. Bernal Wettinia longipetala A.H. Gentry Wettinia maynensis Spruce Wettinia microcarpa (Burret) R. Bernal Wettinia minima R. Bernal Wettinia oxycarpa Galeano & R. Bernal Wettinia praemorsa (Willd.) Wess. Boer Wettinia quinaria (O.F. Cook & Doyle) Burret Wettinia radiata (O.F. Cook & Doyle) R. Bernal Wettinia verruculosa H.E. Moore 316 317 318 319 320 321 322 323 324 325 326 327 328 329 330 331 332 333 334 335 336 Cultural Perú Ecuador Colombia Zonas biogeográficas 165 31 Medicinal y veterrenario Categorías de uso Tóxico Especies endémicas (especies animales) 7 Utensilios y herramientas Especies nativas Índices Nombres cientíicos 13 24 Otros usos 286 147 84 Alt. (m) Mín. Máx. COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA Acrocomia 30, 32, 114, 200, 248 aculeata 14, 17, 87, 95, 243, 244, 271 totai 90, 91, 92, 95, 98, 271 Aiphanes 13, 17, 18, 23, 30, 31, 32, 91, 243, 244, 247, 248 Aiphanes acaulis 271 bicornis 271 buenaventurae 271 caryotifolia 132 chiribogensis 23, 271 concinna 271 deltoidea 271 duquei 271 eggersii 16, 244, 271 erinacea 271 gelatinosa 271 graminifolia 271 grandis 271 hirsuta 271 horrida 19, 22, 91, 132, 135, 245, 271 killipii 271 leiostachys 271 lindeniana 271 linearis 271 macroloba 271 multiplex 272 parvifolia 272 pilaris 272 simplex 272 spicata 272 tricuspidata 272 ulei 30, 31, 97, 272 verrucosa 18, 272 weberbaueri 272 Allagoptera leucocalyx 91, 92, 97, 135, 272 Ammandra decasperma 94, 135, 272 Ananas comosus 132 Aphandra natalia 59, 63, 94, 98, 111, 112, 113, 122, 131, 135, 147, 177, 178, 183, 193, 200, 272 Arecoideae 29 Asteraceae 215 Asterogyne martiana 15, 46, 272 Astrocaryum 13, 19, 20, 22, 23, 30, 31, 32, 48, 74, 91, 92, 93, 94, 111, 112, 113, 114, 118, 122, 144, 243, 245, 246, 247, 248, 249, 255 acaule 272 aculeatum 22, 30, 75, 95, 96, 135, 272 arenarium 272 carnosum 48, 249, 250, 272 chambira 30, 59, 63, 90, 96, 97, 111, 112, 113, 114, 123, 131, 133, 135, 145, 147, 151, 178, 184, 192, 200, 201, 203, 257, 272 chonta 272 ciliatum 272 cuatrecasanum 272 faranae 273 ferrugineum 273 gratum 22, 63, 90, 93, 97, 112, 136, 183, 273 gynacanthum 22, 273 huaimi 63, 96, 273 huicungo 136, 273 jauari 21, 22, 30, 31, 62, 136, 246, 273 javarense 273 macrocalyx 22, 246, 273 malybo 14, 17, 131, 133, 136, 143, 144, 145, 273 perangustatum 31, 48, 249, 273 sciophilum 30 scopatum 273 standleyanum 16, 59, 91, 92, 96, 11, 112, 113, 131, 136, 142, 145, 146, 147, 244, 258, 273 287 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 288 Astrocaryum triandrum 17, 273 ulei 273 urostachys 21, 246, 273 vulgare 87 Attalea 13, 23, 74, 91, 92, 93, 94, 95, 97, 109, 114, 118, 243, 247, 252 allenii 136, 273 amygdalina 136, 273 bassleriana 136, 273 blepharopus 90, 95, 273 butyracea 14, 15, 20, 21, 22, 67, 92, 94, 114, 115, 116, 131, 133, 136, 144, 145, 146, 147, 148, 200, 243, 244, 246, 255, 273 cephalotus 274 cohune 274 colenda 16, 39, 63, 131, 132, 136, 244, 274 cuatrecasana 136, 274 eichleri 91, 274 ferruginea 274 funifera 111 iguadummat 274 insignis 97, 274 luetzelburgii 274 maracaibensis 274 maripa 22, 92, 97, 136, 274 moorei 136, 274 nucifera 274 peruviana 274 phalerata 19, 22, 74, 131, 132, 136, 180, 245, 254, 274 plowmanii 136, 274 polysticha 137, 143, 274 princeps 59, 60, 71, 74, 90, 91, 92, 95, 96, 137, 274 salazarii 137, 274 septuagenata 20, 274 speciosa 46, 87, 93, 94, 95, 114, 116, 137, 180, 200, 274 tessmannii 137, 275 weberbaueri 275 Baccharis latifolia 47 Bactridinae 30, 31, 32, 248 Bactris 13, 14, 15, 17, 19, 20, 21, 23, 30, 32, 91, 94, 97, 114, 118, 142, 243, 244, 245, 246, 247, 248, 254 acanthocarpa 22, 137, 275 aubletiana 30 Bactris balanophora 275 barronis 137, 275 bidentula 30, 275 biida 30, 275 brogniartii 22, 94, 137, 275 campestris 275 charnleyae 275 chaveziae 22, 275 chocoensis 275 coloniata 275 coloradonis 137, 275 concinna 22, 137, 275 corossilla 275 elegans 22, 275 faucium 23, 247, 275 issifrons 275 gasipaes 16, 19, 22, 57, 60, 62, 71, 74, 87, 90, 91, 92, 93, 95, 97, 98, 104, 106, 108, 114, 132, 133, 134, 137, 147, 150, 151, 183, 200, 243, 244, 245, 246, 248, 251, 252, 254, 257, 259, 275 glandulosa 275 glaucescens 276 guineensis 92, 94, 133, 137, 142, 143, 144, 276 halmoorei 276 hirta 22, 30, 276 kilippii 31, 276 macroacantha 276 major 22, 92, 137, 276 manriquei 276 maraja 22, 276 martiana 276 obovata 276 pilosa 15, 244, 276 riparia 21, 22, 30, 246, 276 rostrata 276 schultesii 276 setilora 18, 276 setulosa 16, 63, 244, 276 simplicifrons 22, 30, 276 sphaerocarpa 276 Bothriechis schlegelii 41 Calyptrogyne baudensis 276 costatifrons 15, 244, 276 Carica papaya 132 Cedrela odorata 132 Ceroxyleae 30, 32, 33 Índices Ceroxylon 11, 17, 18, 19, 28, 32, 33, 34, 40, 41, 43, 44, 45, 46, 48, 49, 74, 76, 93, 95, 131, 138, 144, 244, 245, 248, 249, 277 alpinum 132, 137, 144, 145, 277 amazonicum 18, 21, 246, 277 ceriferum 34, 40, 277 echinulatum 18, 36, 38, 40, 41, 42, 43, 44, 47, 132, 138, 145, 158, 199, 245, 249, 277 parvifrons 17, 40, 181, 277 parvum 277 peruvianum 138, 277 pityrophyllum 19, 40, 41, 43, 181, 245, 277 quindiuense 34, 35, 40, 41, 92, 138, 249, 277 sasaimae 132, 277 ventricosum 34, 40, 63, 97, 138, 277 vogelianum 277 Chamaedorea allenii 277 angustisecta 22, 277 christinae 277 deneversiana 277 fragrans 19, 245, 277 linearis 19, 245, 277 paucilora 22, 277 pinnatifrons 18, 19, 92, 245, 277 ponderosa 277 pumila 278 pygmaea 278 ricardoi 278 subjectifolia 278 tepejilote 278 warscewiczii 278 woodsoniana 278 Chelyocarpus 91 chuco 22, 94, 278 dianeurus 278 repens 278 ulei 278 Cichorieae 215 Cocos nucifera 60, 74, 148, 200, 278 Cocoseae 30 Cofea arabica 132 Copernicia alba 90, 92, 93, 94, 138, 278 tectorum 14, 94, 131, 138, 145, 243, 278 Cordia alliodora 132 Cryosophila kalbreyeri 97, 278 macrocarpa 278 Cuniculus paca 95 Dasyprocta fuliginosa 90 punctata 31 Desmoncus 23, 30, 31, 247, 248 cirrhifer 138, 278 giganteus 138, 278 horridus 22, 31, 138, 278 interjectus 278 latisectus 278 loretanus 279 madrensis 279 mitis 22, 138, 279 myriacanthos 279 parvulus 279 polyacanthos 22, 138, 279 prunifer 279 pumilus 279 setosus 279 vacivus 279 Dictyocarium lamarckianum 18, 19, 60, 92, 93, 139, 245, 279 ptarianum 279 Elaeidinae 30 Elaeis 114 guineensis 91, 279 oleifera 87, 92, 95, 139, 279 Erythrina edulis 132 Eucalyptus 106 Euterpe 92, 93, 94, 95, 104, 114, 116, 118, 252, 254 catinga 279 longevaginata 36, 94, 279 luminosa 279 oleracea 15, 63, 91, 92, 106, 107, 108, 114, 115, 117, 122, 131, 132, 134, 139, 143, 145, 148, 149, 156, 178, 180, 190, 204, 252, 254, 255, 263, 279 precatoria 19, 20, 34, 36, 58, 59, 60, 61, 63, 90, 91, 92, 94, 95, 98, 106, 107, 114, 115, 122, 131, 132, 139, 143, 144, 145, 146, 147, 148, 149, 151, 176, 177, 180, 181, 183, 200, 201, 202, 203, 246, 248, 249, 252, 254, 263, 279 Euterpeae 35, 36 289 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA 290 Geonoma 13, 15, 18, 19, 20, 21, 23, 28, 97, 243, 245, 247 acaulis 279 atrovirens 279 baculifera 280 bernalii 280 brongniartii 280 calyptrogynoidea 280 camana 280 chlamydostachys 280 chococola 280 concinna 280 cuneata 280 deversa 22, 59, 89, 94, 109, 139, 143, 144, 184, 254, 280 dindoensis 280 divisa 280 ecuadoriensis 18, 21, 246, 280 euspatha 280 fosteri 18, 280 frontinensis 280 galeanoae 280 gentryi 280 hollinensis 18, 280 interrupta 22, 280 irena 23, 280 lanata 281 laxilora 22, 281 lehmannii 281 leptospadix 22, 281 longepedunculata 281 macrostachys 21, 22, 94, 109, 139, 246, 281 maxima 22, 281 megalospatha 281 multisecta 281 occidentalis 281 oligoclona 281 orbignyana 93, 139, 281 paradoxa 281 peruviana 281 pinnatifrons 281 poeppigiana 281 pohliana 281 poiteauana 281 pulcherrima 18, 21, 246, 281 sanmartinensis 281 santanderensis 281 schizocarpa 282 skovii 18, 282 Geonoma stricta 22, 282 supracostata 282 tenuissima 23, 282 triandra 282 triglochin 282 trigona 282 undata 18, 19, 63, 95, 244, 245, 282 wilsonii 282 Guadua angustifolia 132, 147, 148, 190 Hexopetion 31 Hyospathe elegans 22, 94, 282 frontinensis 282 macrorhachis 282 peruviana 282 pittieri 282 wendlandiana 282 Inga 132 Inga edulis 132 Iriartea 10, 105, 106, 118 deltoidea 15, 16, 19, 21, 22, 46, 61, 63, 74, 90, 93, 94, 95, 96, 97, 98, 104, 131, 139, 142, 145, 146, 147, 176, 177, 178, 180, 181, 183, 190, 193, 200, 204, 244, 245, 246, 251, 253, 262, 282 Iriartella setigera 20, 93, 246, 282 stenocarpa 22, 282 Itaya amicorum 282 Juania 33 australis 32 Leopoldinia piassaba 111, 139, 282 pulchra 283 Lepidocaryum tenue 22, 62, 63, 89, 94, 109, 110, 111, 131, 139, 142, 143, 145, 147, 200, 246, 254, 283 Manicaria martiana 283 saccifera 15, 63, 91, 94, 140, 283 Mauritia 114, 182, 255 Mauritia carana 94, 140, 283 lexuosa 20, 21, 22, 38, 58, 59, 60, 62, 67, 77, 87, 91, 92, 94, 95, 97, 98, 11, 114, 115, 116, 117, 120, 121, 122, 123, 131, 132, 134, 143, 140, 145, 147, 150, 151, 177, 178, 182, 184, 190, 193, 200, 203, 245, 246, 249, 255, 259, 283 Índices Mauritiella aculeata 63, 283 armata 21, 22, 246, 283 macroclada 140, 200, 283 pumila 283 Milichiidae 215 Musa 132 Ochroma pyramidale 132 Oenocarpus 74, 92, 93, 94, 114, 118, 148, 149, 252 bacaba 20, 140, 246, 283 balickii 22, 283 bataua 16, 17, 19, 20, 21, 22, 34, 35, 36, 59, 60, 61, 62, 74, 90, 91, 92, 93, 95, 97, 98, 114, 115, 116, 131, 132, 140, 145, 147, 176, 178, 183, 187, 188, 193, 200, 201, 202, 204, 244, 245, 246, 248, 249, 251, 255, 283 circumtextus 20, 283 distichus 22, 283 makeru 20, 283 minor 19, 22, 74, 92, 131, 140, 245, 251, 283 oligocarpa 35, 283 simplex 283 Ognorhynchus icterotis 41 Oraniopsis 33 appendiculata 32 Parajubaea 19, 28, 74, 93, 245 cocoides 17, 19, 132, 133, 134, 140, 257, 283 sunkha 19, 23, 97, 132, 140, 142, 148, 184, 202, 245, 247, 283 torallyi 19, 23, 91, 97, 132, 140, 201, 245, 247, 283 Pennisetum clandestinum 47, 48 Persea americana 132 Phoenix canariensis 17, 284 Pholidostachys amazonensis 284 dactyloides 62, 94, 284 occidentalis 284 panamensis 284 pulchra 284 sanluisensis 284 synanthera 58, 140, 177, 284 Phytelephas 74, 91, 94, 109, 118, 121, 122, 254, 256 Phytelephas aequatorialis 16, 23, 39, 59, 63, 94, 109, 118, 119, 120, 121, 123, 131, 132, 133, 140, 176, 178, 183, 200, 201, 244, 284 macrocarpa 22, 63, 94, 109, 110, 118, 141, 145, 178, 183, 284 tenuicaulis 21, 94, 178, 246, 284 tumacana 141, 284 Pinus 106 Prestoea 19, 40, 245, 249, 254 acuminata 18, 37, 38, 40, 43, 44, 46, 92, 95, 106, 107, 141, 145, 151, 245, 249, 252, 254, 284 carderi 284 decurrens 284 ensiformis 284 longepetiolata 284 pubens 284 schultzeana 21, 284 Psidium guajava 132 Raphia taedigera 284 Ravenea 32, 33 Reinhardita gracilis 15, 244, 284 koschnyana 15, 244, 285 simplex 15, 244, 285 Rhynchophorus palmarum 90, 97, 98, 148, 252 Roystonea oleracea 285 regia 95 Sabal mauritiiformis 14, 94, 141, 149, 243, 285 Sabinaria magniica 285 mauritiiformis 285 Saccharum oicinarum 132 Serenoa repens 95 Setaria sphacelata 46 Socratea 105, 109, 118 exorrhiza 16, 19, 20, 22, 61, 74, 90, 93, 94, 95, 97, 104, 110, 141, 145, 146, 147, 180, 183, 200, 203, 245, 246, 251, 253, 285 hecatonandra 285 rostrata 93, 285 salazarii 285 Syagrus 91, 243 cardenasii 23, 247, 285 comosa 285 oleracea 285 291 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA Syagrus orinocensis 285 petraea 285 sancona 17, 19, 93, 94, 141, 244, 285 smithii 285 yungasensis 23, 247, 285 Synechanthus warscewiczianus 95, 285 Tabebuia 132 Tayassu pecaris 90 heobroma cacao 132 Trithrinax schizophylla 93, 94, 141, 285 Welia alfredii 19, 245, 285 regia 15, 92, 93, 94, 141, 244, 285 Wendlandiella gracilis 22, 286 Wettinia 13, 15, 16, 17, 18, 19, 23, 93, 104, 105, 118, 122, 181, 190, 243, 244, 245, 247, 262 aequalis 286 aequatorialis 18, 21, 246, 286 292 Wettinia anomala 286 augusta 22, 286 castanea 286 disticha 286 drudei 286 fascicularis 286 hirsute 286 kalbreyeri 105, 141, 286 lanata 286 longipetala 286 maynensis 97, 286 microcarpa 286 minima 286 oxycarpa 286 praemorsa 286 quinaria 15, 93, 94, 95, 104, 105, 131, 141, 142, 145, 200, 244, 252, 253, 286 radiate 286 verruculosa 286 Índices Nombres comunes aguaje 91, 134, 150, 177, 182, 190, 255 babaçu 46 bísola 190 canangucho 150 caraná 143 chambira 90, 133, 184, 192 chonta 183 chontaduro 16, 132, 147, 150 chontilla 132 coco cumbi 132 cocotero 148 corozo de lata 133 cusi 94 irapay 89, 143 jatata 89, 94, 143 majo 92, 183, 233 milpesos 183 moriche 91, 182 motacú 91, 92 palma de cera 144 palma de Quito 133 palma de vino 14, 133, 147, 148 palma de wayuri 177, 191 palma del pantano 182 palma estera 133, 143 palma real 74, 91 pambil 94, 181, 190 pejibaye 183 pijuayo 132 sunkha 97 tagua 16, 23, 39, 119, 176, 183, 189, 256, 257 totaí 92 ungurahua 183, 188, 189, 191 293 Autores Robert Allkin Royal Botanic Gardens Kew. Londres. Reino Unido. b.allkin@kew.org Fabien Anthelme Institut de Recherche pour le Développement (IRD) Francia. Fabien.Anthelme@ird.fr William J. Baker Royal Botanic Gardens Kew. Londres. Reino Unido. w.baker@kew.org Henrik Balslev Department of Bioscience – Ecoinformatics and Biodiversity Group, Aarhus University. Dinamarca. henrik.balslev@bios.au.dk Abigail M. Barket Royal Botanic Gardens Kew. Londres. Reino Unido. a.barket@kew.org Rodrigo Bernal Instituto de Ciencias Naturales, Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. Colombia. rgbernalg@gmail.com Grischa Brokamp Nees­Institut für Biodiversität der Planzen, Rheinische Friedrich­ Wilhelms­Universität Bonn. Alemania. grischa.brotkamp@gmail.com Rodrigo Cámara­Leret Departamento de Biología, Área de Botánica, Universidad Autónoma de Madrid. España. rcamaraleret@gmail.com Gloria Galeano Instituto de Ciencias Naturales, Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. Colombia. gagaleanog@unal.edu.co Néstor García Departamento de Biología, Facultad de Ciencias, Pontiicia Universidad Javeriana. Bogotá. Colombia. nestor.garcia@javeriana.edu.co Lauren M. Gardiner Royal Botanic Gardens Kew. Londres. Reino Unido. l.gardiner@kew.org Mónica Gruezmacher Department of Ecolgy and Natural Resources Management, Center for Development Research, Rheinische Friedrich­Wilhelms­Universität Bonn. Alemania. monicagr@uni-bonn.de Carolina Isaza Instituto de Ciencias Naturales, Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. Colombia. isazacarolina@gmail.com 295 COSECHA DE PALMAS EN EL NOROESTE DE SURAMÉRICA Manuel J. Macía Departamento de Biología, Área de Botánica, Universidad Autónoma de Madrid. España. manuel.macia@uam.es Jaime A. Navarro­López Instituto de Ciencias Naturales, Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. Colombia. jnavarro@unal.edu.co Betty Millán División Botánica, Museo de Historia Natural Javier Prado, Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima. Perú. bmillans@unmsam.edu.pe Mayra Ninazunta Laboratorio de Ecología de Plantas, Escuela de Ciencias Biológicas, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Pontiicia Universidad Católica del Ecuador. Quito. Ecuador. mayra.ninazunta@gmail.com Moritz Mittelbach Department of Geobotany, Universität Bochum. Alemania. moritz.mittelbach@rub.de Rommel Montúfar Escuela de Ciencias Biológicas, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Pontiicia Universidad Católica del Ecuador. Quito. Ecuador. rjmontúfar@puce.edu.ec Mónica Moraes R. Herbario Nacional de Bolivia, Universidad Mayor de San Andrés. La Paz. Bolivia. monicamoraes@ie-umsa.com Helle Munk Ravnborg Danish Institute for International Studies (DIIS). Copenhagen. Dinamarca. HMR@diis.dk 296 Hugo Navarrete Escuela de Ciencias Biológicas, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Pontiicia Universidad Católica del Ecuador. Quito. Ecuador. hnavarrete@puce.edu.ec Narel Paniagua­Zambrana Herbario Nacional de Bolivia, Universidad Mayor de San Andrés. La Paz Bolivia. Departamento de Biología, Área de Botánica, Universidad Autónoma de Madrid. España. nyaroslava@yahoo.es Dennis Pedersen Department of Bioscience – Ecoinformatics and Biodiversity Group, Aarhus University. Dinamarca. dennisvp@mbg.au.dk Jean­Christophe Pintaud Institut de Recherche pour le Développement (IRD). Francia. Jean-Christophe.Pintaud@ird.fr María José Sanín Instituto de Ciencias Naturales, Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. Colombia. mjsanin@gmail.com Autores Alex heys Royal Botanic Gardens Kew & Natural History Museum. Londres. Reino Unido. María Claudia Torres Instituto de Ciencias Naturales, Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. Colombia. ceresnativus@gmail.com Camila Urioste Herbario Nacional de Bolivia, Universidad Mayor de San Andrés. La Paz. Bolivia. camila-urioste@yahoo.com Martha Isabel Vallejo Instituto de Ciencias Naturales, Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. Colombia. martisavallejo@gmail.com Soraya Villalba Royal Botanic Gardens Kew. Londres. Reino Unido. s.villalba@kew.org Maximilian Weigend Nees­Institut für Biodiversität der Planzen, Rheinische Friedrich­Wilhelms­ Universität Bonn. Alemania. mweigned@uni-bonn.de Gabriela Vaca Escuela de Ciencias Biológicas, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Pontiicia Universidad Católica del Ecuador. Quito. Ecuador. gabrielavacadg@gmail.com Renato Valencia Laboratorio de Ecología de Plantas, Escuela de Ciencias Biológicas, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales. Pontiicia Universidad Católica del Ecuador. Quito. Ecuador. lrvalencia@puce.edu.ec 297 Editores Henrik Balslev Profesor principal en la Universidad de Aarhus (Dinamarca) donde enseña Botánica y Ecología Tropical. Ha dirigido varios proyectos de investigación sobre Ecología de las comunidades de palmas en los bosques tropicales de América del Sur y es supervisor de tesis de maestría y doctorado en Dinamarca, Tailandia, México y España. Es coordinador del proyecto PALMS. Manuel J. Macía Profesor Contratado Doctor en la Universidad Autónoma de Madrid (España) donde imparte docencia de Botánica, Fitogeografía, Ecología Vegetal y Etnobotánica. Su investigación se centra en la integración de estudios lorísticos, biogeográicos y de etnobotánica con población indígena y campesina en bosques tropicales de América del Sur. Es coordinador del grupo de trabajo en Etnobotánica del proyecto PALMS. Hugo Navarrete Profesor principal en la PUCE. Ha trabajado en Taxonomía y Ecología de Helechos ecuatorianos y se interesa en la divulgación de la información cientíica en diferentes niveles de la sociedad y en el fortalecimiento de las relaciones entre la academia y los sectores público, privado y empresarial. Actualmente es Decano de la Facultad de Ciencas Exactas y Naturales y colaboró con el componente de comunicación del proyecto PALMS. 299 Esta publicación —a la que han precedido otras parciales, fruto del proceso investigativo— pretende ser la última del proyecto internacional realizado por investigadores pertenecientes a diez instituciones de educación superior de Europa y del noroeste de América Latina. Entre ellas, la Escuela de Ciencias Biológicas de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE). Las palmas constituyen el grupo de plantas útiles más importante en los bosques tropicales de América, pues proporcionan a muchas poblaciones rurales alimentos, materiales de construcción, fibras, etc. En esta investigación se estudió, documentó y analizó la diversidad de los usos de las palmas, y la importancia y el valor de sus productos para las comunidades rurales locales del Ecuador, Colombia, Perú y Bolivia. También se estudiaron la resiliencia de los ecosistemas y los límites de su funcionalidad. Esto con el fin de que se pueda lograr una sostenibilidad en el manejo y aprovechamiento de los recursos provenientes de las palmas. Fueron objeto de análisis las políticas para el uso sostenible y el manejo de las palmas, así como las prácticas administrativas relacionadas con el uso y el comercio de productos de palmas. Algunas pequeñas industrias y el comercio basados en productos de las palmas fueron evaluados a nivel tanto local como internacional. Si bien esta obra cierra el ciclo del programa internacional PALMS, constituye una motivación que genera desafíos importantes para la prosecución de futuras investigaciones en este campo. Cosecha de palmas en el noroeste de Suramérica se terminó de imprimir en el mes de julio de 2015, bajo el sistema de evaluación de pares académicos (internos y externos a la PUCE) y mediante la modalidad de “doble ciego” que garantiza la conidencialidad de autores y de árbitros. EKSEPTION, Quito. Manuel Corrales Pascual S.J. Rector de la PUCE