Revista Española de Sociología (RES) 2016 © Federación Española de Sociología doi:10.22325/fes/res.2016.6
Artículos / Articles
Formación y competencias en la profesión del sociólogo/a
Training and competences in sociologist profession
* Màrius Domínguez i Amorós
Departamento de Sociología. Facultad de Economía y Empresa. Universidad de Barcelona. España/Spain
mariusdominguez@ub.edu
José Antonio Gómez Yáñez
Departamento de Análisis Social de la Universidad Carlos III de Madrid. España/Spain
Estudio de Sociología Consultores. España/Spain
jagomez@polsoc.uc3m.es
Recibido / Received: 01/08/2016
Aceptado / Accepted: 02/09/2016
RESUMEN
ABSTRACT
El análisis de la valoración que las personas egresadas en sociología realizan sobre las competencias que
obtuvieron en su formación universitaria, y su utilidad
percibida en la inserción y trayectoria profesional proporciona evidencias para la discusión sobre la relación entre la profesión y la titulación-formación. A partir de los datos proporcionados por la encuesta sobre
“La situación profesional de los titulados y doctores
en Sociología y Ciencias Políticas” que se realizó en el
año 2014, los resultados muestran que las inserciones
profesionales en el ámbito profesional de la sociología
se caracterizan por una diversidad de trayectorias. En
un mercado profesional donde las fronteras disciplinarias son difusas, cobran relevancia tanto aquellas
competencias relacionadas con las capacidades instrumentales y personales, aquellas más específicas
de conocimientos disciplinares con una necesaria
aplicabilidad de los conocimientos y habilidades de la
práctica del trabajo sociológico.
The perception of training in certain competences
obtained a university degree and its perceived
usefulness in the employability provides evidence
for the discussion on the relationship between the
profession and training. From the data provided by
the survey on “Professional situation of graduates
and PhDs in Sociology and Political Science” held
in 2014, the results show that employability in sociology are characterized by a variety of paths .
In a professional market where disciplinary boundaries are blurred, become relevant to the career,
those skills related with the instrumental and
personal skills, and with specific competences of
disciplinary knowledge with high applicability of
the knowledge and skills of the practice of sociological work.
Palabras clave: Formación universitaria, competencias, profesión, sociologo/a, planes de estudio.
Keywords: University training, competences, profession, sociologist, curriculum.
*Autor para correspondencia / Corresponding author: Màrius Domínguez i Amorós, Departamento de Sociología. Facultad de Economía y Empresa.
Universidad de Barcelona. Avenida Diagonal, 696. 08034 Barcelona
Sugerencia de cita / Suggested citation: (2016). Domínguez-Amorós, M., Gómez-Yáñez, J. A. Formación y competencias en la profesión del sociólogo/a.
Revista Española de Sociología, 25 (3 Supl.), 17-43.
(http://dx.doi.org/10.22325/fes/res.2016.6)
RES n.º 25 (3 Supl.) (2016) pp. 17-43. ISSN: 1578-2824
Formación y competencias en la profesión del sociólogo/a
INTRODUCCIÓN
La implantación del Espacio Europeo de Educación Superior y del llamado Plan Bolonia ha supuesto
que sean habituales en los análisis, diseños y valoración de los planes de estudio, conceptos tales como
competencias y perfiles profesionales. La literatura
sobre esta temática, en los últimos años, muestra
como uno de los elementos que ha estado presente
en el debate universitario, tanto en los propios planes de estudio así como en los modelos de gobernabilidad de las universidades, ha sido las relaciones
entre el mundo empresarial y la universidad. Más
concretamente, en la reclamada convergencia entre
esos planes de estudio y las capacidades profesionales demandadas en el mercado de trabajo. A finales
de 1990 y principios del 2000 diversos estudios definían esta relación, en el campo sociológico, como de
desconexión entre la universidad y el sector profesional (Guilló, 2007; Blois, 2009; Gómez Yáñez, 2012).
En cambio, en la definición de los nuevos planes de
estudio, a partir de la implantación de Bolonia, y con
el proyecto Tuning Educational Structures in Europe
(Comité de Gestión del Tuning, 2006), se ha insistido
en la búsqueda de alianzas entre los dos mundos a
través del análisis de las competencias que han de
tener los titulados universitarios para responder a las
necesidades y demandas del mercado laboral. Y ello
sin renunciar a la libertad, al conocimiento crítico y a
las enseñanzas generales de la universidad ante las
exigencias de un mercado que en muchos casos se
caracteriza por una creciente especialización.
En este marco, el objetivo central del artículo es
proporcionar información y evidencias que sirvan
de base para la reflexión y discusión acerca de la
relación entre la profesión y la titulación-formación
universitaria en la sociología1, a partir del análisis
1
La revisión de la literatura sobre la relación entre la
profesión y la titulación muestra como son diversos
los factores que influyen en la empleabilidad de los
graduados, desde los entornos sociodemográficos a la
institución universitaria en la que se estudia y la cultura propia de los diferentes sectores empresariales.
Esta multidimensionalidad de factores sobrepasa los
objetivos de este artículo. Para profundizar en estos
aspectos se recomienda Suárez, 2012, 2014 y 2016;
Figueras, 2013.
de las competencias y su relación con el ejercicio profesional. Concretamente, se tratará de dar
cuenta del nivel de valoración de la formación y las
habilidades adquiridas a lo largo de la formación
universitaria; de la adquisición de competencias
profesionales debido a las exigencias del mundo laboral y a los cambios en la formación universitaria
a partir del Espacio Europeo de Educación Superior;
y la relación entre los perfiles profesionales que
emergen en el campo de la sociología y los “mapas
de competencias profesionales”.
La universidad tiene la responsabilidad de introducir en sus planes de estudio formación práctica y competencias relevantes para el mercado de
trabajo. Los resultados muestran como las personas egresadas en sociología valoran de forma más
crítica la formación recibida tanto en conocimientos prácticos, así como en aquellas capacidades
más comportamentales técnicas y organizacionales-relacionales. En este sentido, definen su propio
mapa competencial profesional a partir de aquellas
capacidades más instrumentales y personales.
Si entre las funciones de la universidad, una
de ellas es la de proporcionar a las personas conocimientos y competencias relevantes para el mercado de trabajo (Santiago et al., 2008), el artículo
pretende aportar elementos de discusión e información, al sistema universitario y a las organizaciones
implicadas, sobre lo que ha supuesto los cambios
introducidos en la formación universitaria a partir
del proyecto Tuning y las políticas educativas relacionadas con este proyecto. Elementos que permiten
el desarrollo de políticas de mejora en el sistema
universitario a través de planes de formación más
relevantes para el mercado laboral. Además, con el
análisis de la valoración por parte de las personas
egresadas de sus propias competencias adquiridas
a lo largo de su etapa formativa, permite a las universidades y a la sociedad una reflexión basada en
la evidencia para mejorar los planes de estudios y
las capacitaciones profesionales en sociología.
Después de esta introducción, el artículo se
estructura en un segundo apartado donde se da
cuenta del estado de la cuestión sobre la relación
entre la profesión y la titulación. Concretamente
sobre las competencias profesionales en la formación sociológica y los cambios en la universidad
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Formación y competencias en la profesión del sociólogo/a
española. Las fuentes de datos, las variables utilizadas y la estrategia de análisis se desarrollan
en el siguiente apartado dedicado a la metodología. A continuación los tres apartados siguientes
presentan los principales resultados respecto a la
percepción de la relación entre la formación adquirida y la profesión, el mapa de las competencias
profesionales y la valoración de la formación y las
habilidades adquiridas. Por último, el apartado titulado, una formación universitaria en un contexto
de diversificación profesional, dará cuenta de las
trayectorias socio-profesionales de los egresados.
El artículo termina con unas conclusiones a modo
de recapitulación de los principales argumentos.
ESTADO DE LA CUESTIÓN. LA RELACIÓN ENTRE
PROFESIÓN Y TITULACIÓN: EL ANÁLISIS DE LAS
COMPETENCIAS EN LA FORMACIÓN SOCIOLÓGICA
Y SU RELACIÓN CON EL EJERCICIO PROFESIONAL
El análisis de las competencias profesionales
desarrolladas en la formación sociológica permite aproximarse a uno de los elementos claves de
la relación entre la profesión y la titulación: la
empleabilidad. Las competencias se entienden
como descripciones de los aprendizajes de los
estudiantes que incluyen múltiples ingredientes
(recursos cognitivos, personales, sociales, valores, etc.), que implican la capacidad de movilizarlos e integrarlos, para dar respuesta adecuada a situaciones o problemas complejos en contextos relativamente bien definidos, tomando en
consideración criterios sociales y éticos establecidos. Así pues, el propio concepto de competencia tiene múltiples dimensiones, constatándose
y cuestionándose su deriva hacia el tan en boga
criterio de empleabilidad (Escudero, 2008).
Ya desde los análisis clásicos provenientes
de la sociología de las profesiones (Millerson,
1964) se han definido dos características básicas de una profesión: la adquisición de ciertas
destrezas basadas en conocimientos teóricos
mediante un entrenamiento, y una educación/
formación técnica y reglada/normalizada.
Estas destrezas o habilidades, sinónimos
muchas veces de competencias, y que consti-
tuyen una de las partes centrales de la formación sociológica, son lo que en cierta manera se
puede denominar “la perspectiva sociológica”
en sentido amplio. La pregunta que ha guiado
mucho del debate y de la discusión al respecto
es si éstas competencias le son propias a la Sociología, en mayúsculas, o se han expandido a
“otras profesiones”. Expansión disciplinaria debida a la necesidad creciente de uso del análisis
sociológico en las definiciones y propuestas a los
problemas sociales. Se trataría de la “sociología
sin sociólogos” (Christie, 1999), del padecimiento del éxito de la perspectiva sociológica en la
sociedad que la lleva a un “naufragio como profesión profunda” (Fernández, 2010:5).
Junto a ello, en un contexto como el actual
de una desfavorable coyuntura económica que se
caracteriza por unas generaciones jóvenes más
y mejor formadas, retorna con fuerza otro de los
grandes debates sobre la relación entre la profesión y la titulación: un debate que plantea la
disyuntiva sobre el mantenimiento de una visión
credencialista de la formación o bien su adecuación y adaptación a las necesidades del mercado
y los perfiles profesionales, como una de las estrategias en la reducción del desempleo (Lozares
et al., 1997; Herrera y Didriksson, 1999).
La cuestión clave que se esboza es hasta
qué punto el deterioro de las condiciones de inserción laboral de los jóvenes universitarios se
explica por el momento de crisis y en una incapacidad del sistema socioeconómico para generar
suficiente cantidad de puestos de trabajo (por
lo que la ventaja competitiva de estos jóvenes
más formados no les sirve), o bien se debe a un
problema de alineamiento entre el sistema formativo y el productivo (Garrido Medina, 1996;
Weller, 2006). Y por tanto, las reflexiones sobre
las competencias profesionales adquiridas en la
etapa formativa cobran relevancia.
En este sentido, diversos han sido los estudios que plantean una nueva mirada, una nueva forma de entender la formación sociológica
desde las universidades. La anteriormente señalada popularización de la perspectiva sociológica, más que entenderse como un naufragio
o padecimiento, puede emerger como una de las
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Formación y competencias en la profesión del sociólogo/a
“nuevas oportunidades” de la profesión sociológica, del “retorno de la sociología”, que puede
venir de la expansión de nuevas oportunidades
laborables y que puede estar propiciando la redefinición del escenario de la sociología. Entre
estas oportunidades, junto a la popularización
de la perspectiva sociológica, ciertos autores
señalan: la necesidad de producir microdatos
sociales por parte de las instituciones; la necesidad de introducir el concepto de innovación social; el papel del sociólogo/a en la nueva gestión
pública (Pérez Yruela, 2007); el uso de las herramientas propias de la disciplina en distintas
instituciones y organizaciones (Blois, 2012); en
un contexto donde cobran importancia diferentes
organismos híbridos como los centros públicos
de investigación, los observatorios, las ONG’s e
incluso los movimientos sociales (Guilló, 2007).
Paralelamente, toma fuerza también la reivindicación de la formación inherente a la titulación en aquellas competencias transversales
y específicas que den pasos en la construcción
de un perfil claramente multidisciplinar, con un
conocimiento profundo de la realidad social, desarrollando la capacidad de análisis y de trabajo
en grupo, así como la resolución creativa de problemas (ANECA, 2005). En un contexto donde el
conocimiento puede quedar obsoleto rápidamente, este perfil multidisciplinar supone crear un
entorno de aprendizaje continuo alrededor de los
estudiantes que les capacite seguir aprendiendo
y ser receptivos a los posibles cambios conceptuales, científicos y tecnológicos. Eso es, abandonar un modelo basado en la acumulación de
conocimientos y substituirlo en una actitud permanente y activa del aprendizaje (Mora, 2009).
Así pues, una formación sociológica que permita
a las personas egresadas en sociología ser los
abanderados de la popularización y expansión de
la perspectiva sociológica; ser capaces de vislumbrar (si no anticipar) las nuevas oportunidades de la profesión; y ser motores de procesos de
cambio y de trasformación social.
Estas consideraciones han tenido un empuje
y una extensión considerable en el propio debate
académico de la sociología a partir de la implantación del Espacio Europeo de Educación Superior
y las aportaciones del proyecto europeo Tuning en
el diseño y análisis de las competencias que han
de tener los titulados universitarios para responder a las necesidades y demandas del mercado
laboral. El proyecto “Tuning - Sintonizar las estructuras educativas de Europa”, con el objetivo
de adoptar un sistema de titulaciones fácilmente
reconocibles y comparables, adoptando un sistema basado en dos ciclos y el establecimiento de
un sistema de créditos, fue elaborado en el año
2000 por un grupo de universidades. De forma
más concreta, el proyecto se propuso determinar puntos de referencia para las competencias
genéricas y las específicas de cada disciplina en
una serie de ámbitos temáticos. En este marco,
los resultados de aprendizaje se conceptualizaron
como manifestaciones de lo que se espera que
un estudiante sepa, entienda y sea capaz de demostrar una vez finalizado su aprendizaje. Y por
tanto, expresados en niveles de competencia que
sirvieran como puntos de anclaje para la elaboración y evaluación de los planes de estudio. La implantación del Plan de Bolonia2, el cambio de las
licenciaturas a los grados y la atención al aprendizaje del estudiante y a las competencias como
núcleo central de los planes de estudio, supuso
profundos cambios en la enseñanza universitaria,
traspasando los propios centros universitarios y
protagonizando debates en los medios de comunicación así como manifestaciones de algunos
colectivos universitarios. Una de las características relevantes del proceso Bolonia fue el pretender mejorar la empleabilidad del mercado laboral
europeo, lo que supuso un fuerte y positivo efecto
en el debate sobre la vinculación de la educación
superior y la vida profesional, concretamente en lo
relativo a la preparación de los graduados para el
mercado laboral.
Emerge entonces, una concepción educativa
de la empleabilidad, entendida como un conjunto de conocimientos, habilidades y competencias, planteándose la mejora de ésta a través
del currículo, tanto genérico como específico.
2
En España, se puede considerar el año 2010 como el
año de la implantación completa del nuevo marco europeo de educación superior.
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Y ello es tan relevante para las instituciones
educativas que en las distintas conferencias de
seguimiento del proceso de Bolonia, uno de los
grupos de trabajo se dedica específicamente a
la empleabilidad (The official Bologna Process
website: http://www.ond.vlaanderen.be/hogeronderwijs/bologna/actionlines/employability.htm).
Este grupo de trabajo analiza los conocimientos
específicos, habilidades genéricas o transferibles (habilidades de presentación, comunicación,
liderazgo, pensamiento crítico, uso de TIC, etc.)
y características personales (tales como motivación para aprender y curiosidad por mejorar las
propias capacidades) que son importantes para
la empleabilidad.
Así pues, el Proceso de Bolonia ha supuesto
que las universidades incidan3 en un aspecto clave de la empleabilidad vinculado con la formación, con los resultados del aprendizaje que deben
ser adquiridos por los estudiantes para mejorar el
ajuste a la realidad del mercado laboral, incidiendo en la relevancia profesional de las titulaciones.
Empleabilidad que tal como expresa la Asociación
Europea de Universidades el año 2003 en su informe Tendencias “no consiste en la producción a
demanda de titulados superiores como si fueran
pedidos de empresarios sino que más bien consiste en que las Instituciones de Educación Superior
tengan responsabilidades para con sus titulados
y en la amplia gama de oportunidades que las
nuevas titulaciones de grado, si se implantan
adecuadamente, puedan ofrecer a los estudiantes
(y, por supuesto, al mercado laboral)” (Citado en
Fernández-Llebrez, 2010).
¿Y como se ha operativizado la incorporación
de la idea de la empleabilidad en el currículo? A
partir de las competencias genéricas y específicas.
Es por ello, que se van a aportar elementos en la
discusión y el debate a partir del análisis que los
propios egresados en sociología realizan de la utilidad y de la formación recibida en competencias
clave según las trayectorias laborales.
3
Cabe señalar que el propio concepto de empleabilidad
tuvo, y sigue teniendo, sus detractores en el sistema y
las aulas universitarias.
METODOLOGÍA
La fuente de datos utilizada en la parte empírica de este trabajo ha sido la encuesta sobre “La
situación profesional de los titulados y doctores
en Sociología y Ciencias Políticas” que en el año
2014 realizaron conjuntamente la Federación Española de Sociología, los Colegios de Doctores y
Licenciados en Ciencias Políticas y Sociología y la
Conferencia para la Coordinación Académica de
la Sociología.
El Universo de estudio son las personas graduadas, licenciadas y/o doctoradas en sociología
y/o en ciencias políticas y sociología. La encuesta
on-line se distribuyó entre personas registradas
en los colegios de sociólogos, socios individuales
de la FES, socios de las asociaciones territoriales de sociología de las Comunidades Autónomas
miembros de la FES, así como socios de AEDEMO y personas registradas en las listas de distribución de ambas instituciones. Se difundió,
entre el 5 de septiembre y el 15 octubre 2014,
a partir de correos electrónicos informativos a
socios y colegiados de ambas organizaciones y
de sus sitios web. En concreto, después de dos
recordatorios, se recibieron 1048 cuestionarios
auto-cumplimentados, de los que se validaron
los 1033 que componen la muestra. La duración
media de auto-cumplimentación de la encuesta
fue de 19 minutos.
El cuestionario contenía un total de 127
preguntas, 13 de ellas abiertas. Los temas desarrollados en la encuesta fueron la formación,
la actividad laboral, con preguntas específicas
para diferentes sectores de actividad (administración, empresa privada, empresa pública
y universidad), así como para trabajadores por
cuenta ajena. Por último, hay una batería de preguntas relacionadas con la profesión del sociólogo, que contiene información sobre conocimientos y competencias adquiridas en la formación
universitaria y demandas en el mercado profesional, así como de pertenencia a asociaciones
profesionales. Otros artículos contenidos en este
número monográfico de la Revista Española de
Sociología analizan y desarrollan los distintos
apartados de la encuesta.
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Formación y competencias en la profesión del sociólogo/a
El tipo de muestreo utilizado es no probabilístico ya que se desconocía el marco muestral
de la totalidad de las personas tituladas en España y por tanto no se disponía de una muestra
localizada. Aunque cabe ser precavido en la utilización de estimaciones, la tasa de respuesta
obtenida y las comprobaciones realizadas en los
perfiles profesionales de las personas encuestadas, permiten considerar la muestra como
estratégica con suficiente validez para realizar
análisis sobre la situación profesional de la mayor parte de los/as sociólogos/as y comparaciones entre grupos. Conviene tener en cuenta que
la validez externa no es una cuestión de todo o
nada. Se trata de una cuestión estrictamente
empírica pues lo que es válido para una población puede no serlo para otra. Por ello, la replicación de los hallazgos así como la comparación
de perfiles es clave para otorgar validez externa
a los resultados de la investigación (Underwood
y Shaughessy, 1978).
De forma específica, en este artículo se analizan las variables que dan cuenta de la valoración que las personas encuestadas realizan de
las competencias profesionales. La valoración
de las competencias se hace desde una doble
perspectiva: la importancia o relevancia que
tienen para el mundo laboral, y la satisfacción
con esas competencias a partir de la formación
recibida. Ello nos permite complementar la medida de las competencias con su utilidad, en
el sentido de poder determinar mejor las necesidades formativas. Así, para determinar las
necesidades formativas, tiene sentido priorizar
las competencias que no llegan a cubrir lo que
es necesario, más que priorizar aquellas que
tienen un nivel de satisfacción bajo (Allen, Van
Der Velden, 2005; Allen, Ramaekers, Van der
Velden, 2005).
Junto a los análisis descriptivos sobre la
valoración de las competencias profesionales,
se realiza un análisis de dimensionalización
(concretamente un análisis factorial) a partir de
los datos sobre la importancia de las distintas
aptitudes y conocimientos en el trabajo y en la
trayectoria profesional. Este análisis permite dar cuenta de los grandes grupos o campos
competenciales de la profesión sociológica. Además, con el objetivo de visibilizar tanto aquellos
subgrupos específicos que se forman, así como
las relaciones que se establecen entre las variables, se realiza un análisis de árbol de decisión que permite un análisis más detallado de
la valoración de la formación recibida y de la
utilidad de los estudios para el mercado laboral a partir de algunas variables de trayectoria
socio-profesional. En este sentido, los árboles
de decisión como técnica estadística de análisis multivariante de partición recursivo, van a
permitir la segmentación, la estratificación, así
como la identificación de interacciones y la fusión de categorías tomando la valoración de las
competencias profesionales como variable criterio (Berlanga, Rubio y Baños, 2013).
LA PERCEPCIÓN DE LA RELACIÓN ENTRE LA
FORMACIÓN Y LA ACTIVIDAD LABORAL
Centrándonos ya en el análisis de las competencias profesionales en sociología, es de interés, en el análisis de la formación universitaria y su relación con la profesión, la percepción
que tienen las personas encuestadas sobre la
relación de sus estudios universitarios con “su
trabajo”.
Analizando en primer lugar la información
sobre los inicios y la trayectoria laboral en relación a los estudios universitarios realizados (Tabla 1), y bajo una clasificación subjetiva de las
propias personas entrevistadas, se comprueba
como cerca de un 60% de los que han trabajado
declaran haberlo hecho en temas relacionados
con su formación en sociología. Ahora bien, el
análisis por año de finalización de sus estudios universitarios muestra claras diferencias.
Los recién egresados en sociología, con unos
primeros momentos de inserción laboral en un
contexto de crisis económica, se caracterizan
por un porcentaje elevado de trabajos ocasionales, estén relacionados o no con su formación (45,7%), y con una menor adecuación de
su empleo con la formación recibida si se compara con el resto de los titulados universitarios
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españoles: el 65% no tiene un empleo acorde a
su formación respecto al 50% de los titulados
universitarios españoles (Gamiendo, 2014).
Estos datos permiten visibilizar la fractura
de las expectativas de los recién egresados con
la obtención de su formación universitaria, sea
por unos primeros inicios en el subempleo o por
las posibilidades de carrera profesional y de movilidad que parecen prolongarse en el tiempo.
Si la atención se fija ahora en la autopercepción sobre la relación entre actividad laboral y
la formación universitaria (Figura 1) se constata
como esta percepción depende de su posición y
trayectoria laboral.
Tabla 1. Relación de la trayectoria laboral con la formación universitaria de grado según año de finalización del
grado
Año finalización del grado
Inicios y trayectoria en el mercado laboral
Trabajos ocasionales, relacionados con la formación
Trabajo regular relacionado con la formación
Trabajos ocasionales no relacionados con la formación
Trabajo regular no relacionado con la formación
Hasta
1993
Entre 1994 Entre 2003
y 2002
y 2008
Desde
2009
Total
6,0%
9,4%
14,3%
17,5%
11,7%
68,3%
58,6%
43,9%
17,5%
47,6%
1,2%
2,3%
9,0%
28,2%
9,9%
24,5%
29,7%
32,8%
36,8%
30,8%
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
Fuente: Encuesta sobre “La situación profesional de los titulados y doctores en Sociología y Ciencias Políticas”. Federación
Española de Sociología, Colegios de Doctores y Licenciados en Ciencias Políticas y Sociología y la Conferencia para la
Coordinación Académica de la Sociología, 2014. Elaboración propia.
Figura 1. Relación de la actividad laboral con los estudios realizados. Porcentajes
Nota: Asociación V de Cramer = 0,200; Nivel de significación < 0,001. Fuente: Op. cit. Elaboración propia.
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Figura 2. Relación de los estudios universitarios con la relación laboral según ciertas variables de trayectoria formativa y socioprofesional. Análisis de segmentación
Nota: Análisis de segmentación (Árbol de decisiones). Procedimiento CHAID. Fuente: Op. cit. Elaboración propia
Formación y competencias en la profesión del sociólogo/a
Para un porcentaje relevante de los que están
trabajando en la actualidad4, el 67% de las personas encuestadas, su actividad laboral tiene mucha
o bastante relación con los estudios realizados frente
al 17,4% que señala que es poca o inexistente. Percepción totalmente distinta para aquellos colectivos
no ocupados/as. De forma general se puede observar
como, entre los no ocupados/as aproximadamente la
mitad de ellos, se han alejado del campo profesional
de la sociología. En el caso de las personas que buscan trabajo, un porcentaje muy amplio expresa que
“su trabajo” (su trayectoria laboral y su búsqueda de
empleo) no tiene ninguna relación con la formación recibida en la universidad (38% nada y el 17,5% poco).
Caracterización que también comparte el grupo de los
que están estudiando en la actualidad (preparando
oposiciones o estudiando postgrados), donde se observan dos grupos bien diferenciados: el 50% no tienen
nada o poca relación con sus estudios universitarios y
un 45% mucho o bastante. En este caso seguramente
la percepción está relacionada con el tipo de oposición
o de cursos de postgrado que están realizando y si están o no relacionados con el campo de la sociología.
Por último, la muestra recoge un porcentaje pequeño
(del 1,5%) que declara trabajar sin remuneración
como voluntario o colaborador. Porcentaje demasiado
pequeño para profundizar en una situación que recoge
experiencias “semi-profesionales” muy divergentes.
Con el objetivo de profundizar en esta percepción y visibilizar aquellas situaciones relacionadas
con la situación y trayectoria socioprofesional, se
presenta un análisis de Árbol de Decisión (Figura
2). Esta técnica permite modelar la influencia de
una serie de variables de la trayectoria formativa y
socioprofesional como explicativas sobre la varia4
En el colectivo que ya está retirado del mercado laboral por jubilación (un 2,1% del total de la muestra) se
observa como mayoritariamente su trayectoria laboral
ha tenido una clara relación con sus estudios universitarios en el campo sociológico. Ahora bien, en este
caso es necesario señalar como las personas encuestadas de este colectivo son aquellas que más relación
y contacto siguen teniendo con la profesión y por tanto
explicable por su trayectoria laboral en el campo de la
sociología. Por su parte, en el caso de las personas que
son becarias nos estamos refiriendo fundamentalmente al sector universitario.
ble objetivo de nuestro estudio: la relación de los
estudios universitarios con la relación laboral.
La construcción del árbol de decisión así como la
interpretación de los grupos terminales muestra como
la relación percibida entre formación y actividad laboral
depende de la incorporación y trayectoria en el mercado
laboral5: la casi totalidad de los que declaran tener una
trayectoria laboral como “sociólogo/a” señalan que su
trabajo está muy relacionado con su formación universitaria (aproximadamente el 84%). Así pues, la relación
entre formación y actividad laboral se explica fundamentalmente por el reconocimiento explícito de ser
“sociólogo/a”. Y entre estos, el porcentaje más elevado
se da entre aquellos que han obtenido el doctorado, fundamentalmente trabajan en el sector de la educación, o
bien entre los que no han obtenido el doctorado, y finalizaron sus estudios hace más de 10 años.
El segundo grupo con una mayor relación entre
trabajo y formación (60% aproximadamente) es aquel
que aunque sólo ha tenido trabajos ocasionales, estos
guardaban una fuerte relación con la sociología. Y entre
estos, la mayor relación se constata en los ocupados/as
en el sector educativo y en actividades profesionales.
Por tanto, estos dos primeros grupos constatan la
idea que una parte importante de la profesionalización
del campo de la sociología hasta inicios de los años
2000 estaba muy relacionada con la docencia universitaria. Sea en exclusiva, sea compaginándola con actividades profesionales. Aunque, recordando que se está
analizado la autopercepción del “trabajo sociológico”,
cabe preguntarse si lo que explica estos resultados es
la imagen que se estaba transmitiendo entonces desde
la universidad de la profesionalización de la sociología:
la sociología desde y para la academia.
En el otro extremo, y de forma esperable, aquellas situaciones donde es menor la relación entre actividad laboral y formación, son los que trabajan, ya
sea regularmente o de forma ocasional, en trabajos
que se auto-perciben claramente como no relacionados con la sociología. Y entre estos, a medida que
es más baja la categoría socio-profesional menor
es la relación (el 69,4% de los que trabajan como
5
Cabe señalar como algunos de los nodos terminales tienen
un número de muestra pequeño, y por tanto es necesario extremar la prudencia en su interpretación. Se han mantenido
a nivel exploratorio y por su significatividad substantiva.
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25
Formación y competencias en la profesión del sociólogo/a
administrativos, comerciales o similares señala que
nada de relación). Es por tanto, un alejamiento de
posiciones ocupacionales de las categorías socioprofesionales de técnicos/as, esto es, alejado de un
perfil multidisciplinar de ejercicio técnico y por tanto
de actividades donde no es relevante la posesión de
una titulación universitaria más que la especialización concreta, las que definen la distancia entre la
formación de la sociología y la profesión.
Así pues, se constata como la relación entre la
formación universitaria y la profesión del sociólogo/a,
se percibe a partir del auto-reconocimiento de “ser
sociólogo/a”. Auto-reconocimiento que o proviene de
estar insertados laboralmente en ocupaciones concebidas por el mercado como “sociológicas” o bien por la
transmisión de las competencias profesionales en la
formación universitaria. Ello acentuándose en aquellos/as egresados/as más jóvenes que se caracterizan
por una profesionalización escalonada, si no de subempleo. Si tenemos en cuenta que la anteriormente
llamada “expansión disciplinaria” sitúa la profesión
sociológica en unas fronteras difusas de “cierre” del
mercado laboral, emergen como claramente reconocidas como tales, o bien la academia, o bien un perfil
multidisciplinar basado en el ejercicio técnico-profesional en diversos ámbitos de aplicación.
Será el análisis de la valoración de la importancia
o relevancia de las competencias profesionales para el
mundo laboral, y la satisfacción con esas competencias, la que permitirá dar un paso más en la relación
entre formación y profesión, determinando mejor las
necesidades formativas.
HACIA UN MAPA DE COMPETENCIAS PROFESIONALES
EN SOCIOLOGÍA
Uno de los elementos clave que supuso la metodología del proyecto Tuning fue el expresar los resultados
del aprendizaje en niveles de competencia que deben
conseguir los estudiantes: “las competencias representan una combinación dinámica de las capacidades cognitivas y meta-cognitivas, de conocimiento y
entendimiento, interpersonales, intelectuales y prácticas, así como de valores éticos” (Comité de Gestión
del Tuning, 2006: 3). En consecuencia y en sintonía
con este enfoque, la Comisión Europea estableció un
marco europeo de cualificaciones para el aprendizaje
permanente (EQF: Comisión Europea, 2008 —EQF por
sus siglas en inglés—) y un conjunto de criterios conocidos como los descriptores de Dublín6.
Bajo este marco general, la definición de los perfiles profesionales7 y académicos cobran una fuerte
relevancia en el establecimiento y desarrollo de las
competencias de una titulación, que surgen entonces
como un elemento clave que puede guiar la selección de
conocimientos adecuados a unos fines concretos y que
pueden permitir la definición de objetivos para un programa educativo particular, posibilitando que sean más
dinámicos a la hora de tener en cuenta las nuevas necesidades de la sociedad. Por ello, la metodología Tuning
incluyó consultas a grupos no pertenecientes al mundo
académico: los graduados y los empleadores, que permitiesen valorar las competencias exigibles y que deberían orientar el diseño de los planes de estudio8.
Según esta nueva metodología, el diseño del currículo se inicia con la identificación de las competencias
que el mundo profesional demanda, integrándose en el
perfil profesional del egresado/a, ya que éste comprende el conjunto de competencias esenciales que el estudiante debe haber adquirido al terminar sus estudios
para hacer frente a las necesidades de la sociedad, de
la profesión y del campo laboral. El diseño del currículo,
las asignaturas y todas las actividades educativas estarán orientadas a lograr que el estudiante adquiera las
competencias acordes a su perfil profesional.
A nivel ya concreto de la sociología, esta metodología de trabajo, mediante los niveles competenciales
a partir de los perfiles profesionales y académicos,
permitía dar un salto en algunos de los debates que
de forma reiterada estaban presentes en los trabajos
sobre la profesionalización de la sociología: sean las
discusiones sobre su práctica profesional y su objeto
de estudio, como la contraposición entre temas (no ya
6
7
8
Enuncian genéricamente las expectativas típicas respecto
a los logros y habilidades relacionadas con las cualificaciones que representan el fin de cada ciclo de Bolonia.
La palabra “profesional” se utiliza en los descriptores en
un sentido más amplio, refiriéndose a aquellas atribuciones relevantes para desarrollar un trabajo o profesión que
requiera la aplicación de algunos aspectos del aprendizaje (Joint Quality Initiative Informal Group, 2004).
ANECA en las convocatorias sobre los libros blancos
adaptó esta metodología.
RES n.º 25 (3 Supl.) (2016) pp. 17-43. ISSN: 1578-2824
26
Formación y competencias en la profesión del sociólogo/a
teorías) y técnicas de la sociología. A modo de contextualización, diversas han sido las aportaciones que
desde la propia sociología han señalado algunos de los
“errores” de los planes de estudios y de las dinámicas docentes que habían caracterizado la carrera de
la sociología: la falta de actualización de los planes
de estudios hacia la sociología de la realidad actual
y la carencia de herramientas sociológicas necesarias
para operativizar los conocimientos y poder traducir los
problemas a soluciones reales en la empresa (Gómez
Yáñez, 2012); la clara vocación teórica de la carrera
alejada de la realidad de la sociología y de espaldas a
los nuevos nichos de mercado potenciales de la sociología (Blois, 2009); el alejamiento de materias y temas
reivindicados como pertenecientes a las tendencias
laborales del siglo XXI (De la Torre, 2012); la reiterada
discusión entre la academia y el ejercicio técnico, la
deficitaria profesionalización de la sociología, así como
la falta de visión integral sobre el ejercicio profesional
de la sociología, (Guilló, 2007). Otros estudios, a partir
de información cualitativa, destacan que los empleadores consideran que los jóvenes graduados —más
allá de un campo disciplinar concreto— tienen una
buena formación académica y teórica, pero presentan
claras carencias en formación práctica y experiencia
laboral, a la vez que muestran poca capacidad de sacrificio y flexibilidad para adaptarse a las necesidades
de la organización, lo que ellos consideran “poca cultura del esfuerzo” (Figueras Moreno, 2013).
En este contexto, tomando como marco el proyecto
Tuning Educational Structures in Europe y de su aportación al análisis de las competencias que tienen que
tener los/as titulados/as en sociología para responder
a las necesidades y demandas del mercado laboral, se
presenta la valoración proporcionada a distintas competencias transversales (genéricas), aptitudes personales, así como a competencias específicas. Más concretamente, en la Figura 3 muestra la opinión que los/as
egresados/as tienen sobre si las distintas competencias
han sido necesarias en su trayectoria profesional.
Figura 3. Importancia de las aptitudes y conocimientos en el trabajo y en su trayectoria profesional.
Porcentajes y medias.
Nota: Se han agrupado las categorías de respuestas en dos grandes grupos: poco o nada necesarias / muy o bastante
necesarias en la trayectoria profesional. La media se expresa en una escala donde 1 significa nada necesaria hasta 5 que
significa muy necesaria la competencia. Fuente: Op. cit. Elaboración propia
RES n.º 25 (3 Supl.) (2016) pp. 17-43. ISSN: 1578-2824
27
Formación y competencias en la profesión del sociólogo/a
El análisis de la valoración que los propios/as
egresados/as realizan de las competencias relevantes
para su trayectoria profesional muestra como todas
ellas tienen porcentajes de valoración positiva que superan el 40% y con medias de valoración todas ellas
superiores al 3 sobre 5. Ahora bien, se observan claras
diferencias. Entre las más valoradas, por encima o alrededor del 80% y con medias alrededor del 4,5 sobre
5, aparecen aquellas competencias más genéricas y
transversales y que tienen que ver con capacidades
instrumentales y personales. Estas competencias se
pueden englobar en un conjunto de capacidades que
tienen que ver con las técnicas de redacción y presentación de la información así como la informática y las
nuevas tecnologías (la redacción y presentación de informes y documentos, hablar en público, la capacidad
de gestión de la información relacionando datos de diversas fuentes así como las técnicas de comunicación
y presentación de proyectos). Junto a éstas, aparecen
competencias personales como el trabajo en equipo y
la capacidad de la toma de decisiones.
En un segundo bloque de valoración, entre el 75%
y el 50% aproximadamente de valoración positiva y
medias valorativas entre 3 y 4, se sitúan un conjunto de competencias específicas, ya más relacionadas
con los conocimientos disciplinares, con una destacada dimensión de aplicabilidad de los conocimientos y
de habilidades de la práctica de trabajo sociológico.
En concreto las técnicas de investigación así como
la gestión de proyectos (diseño de investigaciones
sociológicas, definición de objetivos, metodologías,
plazos y medios de realización, presupuestos,…); la
organización y planificación del trabajo y de equipos
(capacidad de dirección y motivación, habilidades
directivas); el conocimiento de la realidad social (estructura social, conflictos sociales, etc.); los idiomas;
la estadística; y las técnicas de negociación.
Por último, entre aquellas competencias que
han sido menos valoradas por su escaso papel en
el ejercicio profesional del sociólogo/a (por debajo
del 50% de valoración positiva), se destacan aquellas relacionadas con los aspectos disciplinares
del saber, en aspectos teóricos y conceptuales sin
apoyarse en sus aspectos más prácticos y de aplicabilidad al ejercicio profesional. Entre éstas, los
conocimientos teóricos (teoría sociológica, teoría
política, etc.), la historia social, política y económi-
ca, el conocimiento de las actitudes de los consumidores y el análisis político.
Un análisis de dimensionalización de la importancia en el ejercicio profesional de la batería de aptitudes y conocimientos nos permite, con un 69,5%
de la varianza explicada, simplificarlas y organizarlas en cuatro dimensiones fundamentales (Tabla 2):
– La dimensión comportamental técnica. Esta
dimensión es la que engloba aquellas aptitudes y conocimientos técnicos relacionados con las técnicas de investigación
social, la realización de proyectos así como
aquellas aptitudes transversales relacionadas con la redacción de documentos, la
informática y las nuevas tecnologías, los
idiomas y el hablar en público.
– La dimensión organizacional y relacional que
tiene en cuenta las relaciones y la capacidad de intercambio de roles en la organización: el trabajo en equipo, la capacidad de
organizar el trabajo y la toma de decisiones
y las técnicas de negociación.
– La dimensión curricular, de conocimientos
general, que refleja aquellos aspectos más
de conocimientos curriculares de la formación universitaria.
– Y por último, la dimensión curricular centrada en los conocimientos de las actitudes de
los consumidores. Esta dimensión es una
especificidad de la dimensión curricular, recogiéndose una competencia específica que
se recogía en la encuesta, el conocimiento
de las actitudes de los consumidores.
Estos resultados, nos permiten señalar como
entre las competencias más valoradas en las inserciones de los sociólogos y sociólogas están, por
una parte, competencias propias del instrumental
de la sociología (como pueden ser las técnicas
de investigación social) y, por otra, competencias
genéricas compartidas por otros profesionales de
dentro o fuera de las ciencias sociales. Estos resultados están en consonancia con algunas de las
ideas expresadas anteriormente sobre la “perspectiva sociológica” y con lo que afirma Blois (2009)
que, exceptuando actividades y tareas que requieren instrumental propio de la sociología, el resto de
RES n.º 25 (3 Supl.) (2016) pp. 17-43. ISSN: 1578-2824
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Formación y competencias en la profesión del sociólogo/a
inserciones compartidas responden al hecho de que
las tareas que realizan los sociólogos y sociólogas
consisten en actividades en las que es más relevante la posesión de un título universitario que la
especialización concreta, pues esta formación general sirve de base para el aprendizaje de destrezas
específicas requeridas en ese trabajo concreto.
Al respecto, toma sentido y relevancia la denominada “competencia de acción profesional” que
implica, más que capacidades y conocimientos, la
posibilidad de movilizar los saberes que se aprenden como resultado de la experiencia laboral y de la
conceptualización y reconceptualización diaria que
la persona lleva a cabo en su trabajo, sumando y
mezclando permanentemente nuevas experiencias
y aprendizajes (Echevarría, 2002). De igual forma,
siguiendo a Lozares, Lope y Miguélez (1997) se pue-
de afirmar que, en una situación de crisis de empleo
como la actual en España, los mejor posicionados
serán los que posean tanto la dimensión curricular,
la dimensión organizacional y relacional, así como
la dimensión comportamental técnica. Aunque los
resultados de estos autores permiten señalar que,
frente a la dimensión curricular, las dos últimas
dimensiones son las que pueden adquirir más relevancia en tiempos de redefinición del campo profesional (especialmente en tiempos de crisis).
Teniendo en cuenta que todas las dimensiones
tienen como media 0, y por tanto valores superiores
indican una mayor valoración, el siguiente grupo de
gráficos (Figura 4) nos permite establecer perfiles
competenciales según las trayectorias socio-profesionales y educativas de las personas encuestadas
ocupadas en el mercado laboral.
Tabla 2. Matriz de dimensiones de la importancia en el ejercicio profesional de la batería de aptitudes y
conocimientos. Valores de los ítems en las dimensiones factoriales
Dimensiones
Comportamental Organizacional
técnica
y relacional
Técnicas de investigación
Técnicas de presentación proyectos
Redactar documentos
Estadística
Relacionar datos de diferentes fuentes
Informática y nuevas tecnologías
Idiomas
Hablar en público
Organización del trabajo y de equipos
Capacidad para tomar decisiones
Técnicas de negociación
Trabajar en equipo
Historia social, política y económica
Conocimientos teóricos
Análisis político
Conocimiento de la realidad social
Conocimiento consumidores
Curricular
general
Curricular
específica
,694
,690
,680
,675
,650
,643
,615
,556
,793
,777
,767
,749
,871
,825
,810
,755
,888
Nota: Análisis factorial con el método de extracción de análisis de componentes principales y una rotación de normalización
Varimax con Kaiser. Medida de adecuación muestral de Kaiser-Meyer-Olkin = 0,924. Prueba de esfericidad de Bartlett con
un nivel de significación < 0,001. Fuente: Op. cit. Elaboración propia
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Formación y competencias en la profesión del sociólogo/a
Grupos de edad
Situación laboral
Formación de postgrado
Sector de actividad
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Formación y competencias en la profesión del sociólogo/a
Tipo de empresa
Figura 4. Valoración de las dimensiones competenciales en la trayectoria profesional según edad, formación de
postgrado, situación laboral, sector de actividad y categoría socioprofesional. Medias. Subpoblación de la muestra
que está ocupada en la actualidad
Nota: Los gráficos que se presentan se han obtenido mediante análisis de la varianza. En los resultados tan sólo se
comentan aquellas situaciones donde el estadístico F muestra diferencias estadísticamente significativas (p<0,005).
Fuente: Op. cit. Elaboración propia
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Formación y competencias en la profesión del sociólogo/a
Centrándonos en las competencias curriculares,
los resultados permiten resaltar como la dimensión
curricular de conocimientos generales es la más
valorada por las personas egresadas de más edad,
con una formación doctoral y que está ocupado/a
en el sector educacional. Esto es, la academia, el
colectivo del profesorado universitario. En cambio,
la dimensión curricular centrada en los conocimientos de los consumidores es la que emerge en
importancia en los/as egresados/as, tanto los más
jóvenes como los de más edad, que son empresarios/as, profesionales liberales y free-lance.
Por su parte la dimensión comportamental técnica está presente en la gran mayoría de perfiles,
aunque se destaca entre los más jóvenes y los que
están ocupados/as en actividades profesionales.
Por último, los egresados en el sector de los
servicios sanitarios y sociales, con categorías socio-profesionales de posición directiva o ejecutiva,
y con una formación de máster o de otro tipo de
postgrado, es el grupo que valora como más importante en su trayectoria profesional la dimensión
comportamental organizacional y relacional.
En resumen, los resultados hasta aquí expuestos sobre la importancia de las competencias para las trayectorias profesionales muestra como no estamos delante de una sociología
con un campo laboral indefinido, no se trata de
una profesión difusa sino de una profesión de
las ciencias sociales donde coexisten perfiles
profesionales-competenciales que tienen que
ver con (1) un nivel competencial de sociología
teórica, el sociólogo con vocación académica, el
intelectual público, inherente al desarrollo teórico de la sociología en las universidades; (2) un
nivel competencial de la sociología que, tanto
por los conocimientos curriculares como por el
instrumental metodológico y técnico, se sitúa
claramente en el ámbito de los estudios de mercado y de opinión; (3) un nivel competencial multidisciplinar, profesional, técnico, en campos de
actuación, sea de la gestión pública, de instituciones, de organizaciones, compartidos por otras
áreas de conocimiento que desarrolla proyectos
de investigación, de acción, de evaluación, con
un amplio conocimiento de la realidad social;
y (4) el profesional directivo-ejecutivo funda-
mentalmente de la administración pública que
se caracteriza por su rol en la organización: el
trabajo en equipo, la capacidad de organizar el
trabajo y la toma de decisiones y las técnicas de
negociación. El sociólogo/a gestor/a.
Si estos son los perfiles competenciales profesionales que están emergiendo, ¿está dando respuesta
la universidad a estas necesidades formativas?
VALORACIÓN DE LA FORMACIÓN Y HABILIDADES
ADQUIRIDAS: CLAROSCUROS EVIDENTES
Si hasta ahora se ha analizado la valoración de
las competencias en la trayectoria profesional, en
este apartado se profundizará en la valoración de la
formación adquirida, de las habilidades desarrolladas en los años de estudio, así como la valoración
de la preparación recibida en la universidad en las
anteriores dimensiones competenciales relevantes
en las trayectorias profesionales.
En relación a la formación teórica o práctica
adquirida así como ciertas habilidades desarrolladas en los años de estudio, la Figura 5, muestra
como todos los aspectos obtienen una cualificación
superior al 5 sobre 10, destacándose la formación
teórica, la capacidad de análisis así como de interrelacionar los temas. En cambio, la formación
práctica recibida en la universidad es la que obtiene una menor valoración, una media de 5,38, y con
la mayor disparidad de opiniones (desviación típica
de 2,53). Y los más críticos en este aspecto (media
de 5,0) son las personas ocupadas en sectores que
no son el educativo.
Lo que proporciona resultados interesantes
es el análisis de la valoración que los/as egresados realizan de la formación recibida en sus
años de estudio de las mismas competencias que
anteriormente habían valorado en su trayectoria
profesional. Para ello, a partir de los dos tipos
de información, se ha construido, para cada una
de las competencias, una tipología que permite
aproximarse a las necesidades formativas; asi la
formación recibida es la adecuada teniendo en
cuenta el papel que cada competencia ha tenido
en su trayectoria laboral (la Figura 6 muestra los
resultados de este análisis).
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32
Formación y competencias en la profesión del sociólogo/a
Figura 5. Valoración de la formación teórica o práctica adquirida así como ciertas habilidades desarrolladas en los
años de estudio. Medias
Fuente: Op. cit. Elaboración propia
Figura 6. Valoración de la preparación recibida teniendo en cuenta la importancia en la trayectoria profesional en cada
una de las competencias. Porcentajes
Nota: En su construcción se ha combinado la valoración de cada competencia en la trayectoria profesional con la preparación
recibida en la universidad. Las categorías de respuesta final han sido: preparación +: han recibido más preparación de la
necesaria; preparación –: han recibido menos preparación de la necesaria; preparación = necesidad: han recibido una preparación adecuada. Fuente: Op. cit. Elaboración propia
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Formación y competencias en la profesión del sociólogo/a
El gráfico es muy clarificador en cuanto la valoración que realizan las personas encuestadas. Vemos como aquellos conocimientos más teóricos son
los que se considera que la preparación recibida en
la universidad es mayor que la necesidad posterior
en su trayectoria laboral; una adecuación entre formación y utilidad laboral en el conocimiento de la
realidad social; y una disparidad de opinión en el
conocimiento de la actitud de los consumidores y
en la competencia en estadística (dos grupos diferenciados casi equivalentes: los que consideran
que la formación recibida fue escasa y los que la
consideran adecuada)9.
Lo que se destaca es la opinión generalizada
de una formación recibida escasa si tenemos en
cuenta su necesidad en la trayectoria laboral en
todas aquellas competencias de la dimensión or9
Seguramente detrás de estas opiniones hay una inserción profesional especializada en estos campos de
trabajo.
ganizacional y relacional y en la dimensión comportamental técnica. Dos ámbitos competenciales que
están emergiendo como relevantes en el mercado
laboral de la sociología y que, según las opiniones
expresadas, más deficitaria ha sido su preparación
en la universidad.
¿UNA FORMACIÓN UNIVERSITARIA EN UN
CONTEXTO DE DIVERSIFICACIÓN PROFESIONAL?
RETOS PARA LA SOCIOLOGÍA
En clara consonancia con los resultados que se
obtuvieron en el Libro Blanco de Sociología (2005),
el análisis de los perfiles profesionales da cuenta
del sociólogo/a como un profesional versátil, con un
amplio abanico y diversificación de sus actividades
profesionales (en el Anexo 1 se presenta los perfiles
profesionales y los perfiles formativos con sus correspondientes contenidos básicos que se detallaron en el Libro Blanco de Sociología, ANECA, 2005).
Tabla 3. Situación laboral según año de finalización del grado
Año de finalización del grado
Situación laboral
Hasta 1993
Entre 1994
y 2002
Entre 2003
y 2008
Trabaja como empleado o funcionario, con
dedicación exclusiva
57,7%
53,6%
43,0%
25,0%
44,7%
Trabaja como empleado o funcionario y
participa en proyectos
10,3%
14,4%
16,3%
10,6%
12,9%
Empresario
3,2%
3,0%
0,8%
0,8%
1,9%
Profesional liberal de manera regular
8,7%
3,0%
2,4%
0,8%
3,7%
4,8%
Free lance, de manera irregular
4,0%
5,3%
Jubilado
5,9%
1,1%
3,4%
4,4%
1,1%
2,0%
Es becario
0,4%
1,5%
4,8%
13,6%
5,1%
Está estudiando pero no es becario
0,8%
1,1%
3,2%
5,7%
2,7%
Trabaja sin remuneración
0,8%
0,8%
1,2%
3,0%
1,5%
Está buscando trabajo
7,1%
12,9%
20,3%
32,6%
18,3%
Ninguna de las anteriores
1,2%
3,0%
3,2%
3,4%
2,7%
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
Fuente: Op. cit. Elaboración propia
RES n.º 25 (3 Supl.) (2016) pp. 17-43. ISSN: 1578-2824
34
Total
Desde 2009
Formación y competencias en la profesión del sociólogo/a
Un análisis detallado de la situación laboral
(Tabla 3) muestra como la gran mayoría de las
personas encuestadas (57,6%) trabaja como empleado o funcionario sea en exclusiva o participando en proyectos. La situación de empresario/a
y autónomo/a se sitúa en niveles del 10%. Por su
parte, un indicador de la prolongación de la inserción laboral de los más jóvenes y de su apuesta por
la formación postgraduada está en cómo aproximadamente un 20% de los recién graduados/as
es becario o está estudiando en la actualidad. Al
respecto es de interés señalar ciertos elementos
básicos que caracterizan el mercado profesional
de los graduados en sociología (ver gráfico 1, 2,
3 del anexo estadístico). En primer lugar, el sector de la educación (mayoritariamente el de las
universidades) tiene un gran peso en la profesión del sociólogo/a, junto al de las actividades
profesionales y la administración pública (sea la
administración general del estado, la autonómica
como la local). En esta última, tanto el diseño de
proyectos como la gestión del funcionamiento de
la administración son dos puestos claves de los
sociólogos/as. Por su parte, en la empresa privada
se observa como el sociólogo/a fundamentalmente ocupa una posición de técnico integrado en un
equipo de trabajo. Aunque es destacable el 10,3%
que se declara empresario o socio que, junto al
casi 17% de profesionales liberales y free-lance,
muestra como el desarrollo de proyectos empresariales propios tienen un peso importante en
el campo de la sociología. En el caso contrario,
aproximadamente un 11% ocupa categorías laborales de administrativo o comercial, apuntándose
a un claro ejemplo de lo que se conoce como sobrecualificación.
Los datos sobre las inserciones profesionales
reafirman los resultados obtenidos en el análisis
de los ámbitos competenciales realizados anteriormente. Ahora bien, teniendo presente estas trayectorias e itinerarios profesionales, ¿cómo valoran los
estudios realizados en Sociología? ¿En qué medida
ayudaron a conseguir un empleo y a progresar en la
profesión? Esta pregunta permite aproximarnos a
la percepción que las personas encuestadas tienen
de la capacitación y empleabilidad laboral que le
ha proporcionado la carrera de sociología.
La tabla siguiente (Tabla 4) presenta los resultados cruzados por edad ya que permitirá tanto
analizar los posibles cambios que ha supuesto la
implantación de los nuevos planes de estudio, así
como el contexto —los llamados nichos de mercado— del mercado laboral.
Si el perfil general es que casi la mitad de las
personas encuestadas tienen una valoración muy
positiva, frente a casi un 26% que señala como
negativa la formación recibida respecto a su empleabilidad, se observa una clara tendencia de que
a más edad más positiva es la valoración. Así los
más jóvenes son los más críticos en la valoración
de la empleabilidad de la formación recibida: el
41,2% la valora en poco o nada.
Tabla 4. Valoración de la formación recibida respecto a la empleabilidad laboral según edad. Porcentajes
Grupos de edad
Valoración de la formación recibida
Hasta
29 años
Entre
30 y 39
años
Entre
40 y 49
años
Entre
50 y 59
años
Mayores de
60 años
Total
mucho-bastante
31,0%
44,2%
53,8%
61,9%
60,3%
47,5%
regular
27,8%
28,6%
24,9%
23,9%
24,1%
26,7%
poco-nada
41,2%
27,1%
21,3%
14,2%
15,5%
25,8%
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
Total
Nota: Asociación V de Cramer = 0,162; Nivel de significación < 0,000. Fuente: Op. cit. Elaboración propia
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Formación y competencias en la profesión del sociólogo/a
RES n.º 25 (3 Supl.) (2016) pp. 17-43. ISSN: 1578-2824
Figura 7. Valoración de la formación recibida respecto a la empleabilidad laboral según variables de trayectoria socioprofesional. Análisis de segmentación
Nota: Análisis de segmentación (Árbol de decisiones). Procedimiento CHAID. Fuente: Op. cit. Elaboración propia
Formación y competencias en la profesión del sociólogo/a
Además, en la Figura 7 donde se presenta un
árbol de decisión, vemos que la valoración de la
formación recibida es explicada por la trayectoria
laboral dentro o fuera del campo de la sociología y
el sector de actividad laboral. Concretamente, los
grupos terminales señalan como el 69,2% de aquellas personas que han trabajado como sociólogo/a
valoran positivamente la formación recibida frente
a los que no han tenido una trayectoria laboral en
el campo de la sociología (éstos el 47,1% valoran
negativamente su formación). Y de éstos últimos se
diferencian los que trabajan en el sector público y
el tercer sector, ya que el 44% valora positivamente
la formación recibida en la universidad.
Los resultados muestran, como anteriormente
ya aparecía en el análisis de las competencias profesionales, que mayoritariamente son las personas
egresadas más jóvenes ocupadas en “trabajos” que
perciben no relacionados con el campo de la sociología en el sector privado los que muestran una
posición más crítica con la formación recibida en la
universidad. Los resultados anteriores ya mostraban
que este era el colectivo que más alejado estaba de
una inserción competencial de “profesional técnico”.
Y por tanto, con un desarrollo competencia a nivel
profesional no ya alejado del trabajo sociológico, sino
que alejado de la titulación universitaria obtenida.
Y por último ¿hasta qué punto los estudios de
Sociología, en su planteamiento actual, son útiles
para un mercado de trabajo como el actual? Los
resultados obtenidos (Tabla 5) muestran la misma
tendencia que la tabla anterior, aunque acentuando la opinión negativa: tan sólo el 26,6% del total
de las personas encuestadas consideran que la
utilidad es positiva.
Además, vemos que la valoración de la formación recibida está estrechamente relacionada con el
tipo de sector: son las personas ocupadas en la empresa privada, y las más jóvenes, las que tienen una
valoración más crítica de la utilidad de la formación
para el mercado de trabajo actual (casi el 50% considera que es poca o nula la utilidad de la formación
recibida para el mercado de trabajo actual).
Estos resultados confirman que las dificultades
de profesionalización se fraguan en un ideario colectivo del estudiante de sociología, una cosmovisión
que Guilló Girard (2007) califica como “rasgos generacionales”. Ello apunta como problema la falta
de visión integral sobre el ejercicio profesional de la
sociología, hecho que ella atribuye, en primer lugar,
a la formación recibida, a la falta de orientación
sobre la propia praxis sociológica y del mercado laboral y, por último, a la heredada discusión entre la
academia y el ejercicio técnico. El reto actual de la
profesionalización de la sociología podría entenderse
como la necesidad de ampliar el espacio profesional de la sociología, por un lado para dar cabida a
estas nuevas realidades de la práctica social que
no quedan recogidas en los tradicionales ámbitos
universitario y empresarial, y por otro para aumentar
los niveles de certeza en la inserción laboral de los
futuros sociólogos y sociólogas10.
10
En la misma línea que la tradición internacional en la formación universitaria, algunos de los perfiles profesionales
y las competencias requieren una formación de postgrado
Tabla 5. Valoración de la utilidad de los estudios para el mercado de trabajo según edad. Porcentajes
Valoración de
la formación
recibida
Mucho-Bastante
Regular
Poco-Nada
Total
Grupos de edad
Hasta 29
años
19,9%
Entre 30 y
39 años
23,4%
Entre 40 y
49 años
31,6%
Entre 50 y
59 años
34,3%
Mayores de
60 años
32,7%
32,8%
37,5%
35,7%
32,1%
42,3%
Total
26,6%
35,6%
47,3%
39,2%
32,7%
33,6%
25,0%
37,8%
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
Nota: Asociación V de Cramer = 0,106; Nivel de significación < 0,001. Fuente: Op. cit. Elaboración propia
RES n.º 25 (3 Supl.) (2016) pp. 17-43. ISSN: 1578-2824
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Formación y competencias en la profesión del sociólogo/a
Además, si la discusión se centra en la formación
recibida respecto a las competencias profesionales,
del análisis realizado anteriormente se ¿vislumbran
ciertas necesidades formativas en los estudios universitarios de la sociología? Es indudable la necesidad
de incorporar en el currículum universitario aquellos
aspectos relacionados con las competencias relacionales y comportamentales técnicas. Pero ello, no tanto
a partir de cambios en los currículos formales de los
planes de estudio, sino a partir de una nueva forma
de enseñanza-aprendizaje, implantando nuevas metodologías docentes que incorporen la aplicabilidad de
los conocimientos teóricos, así como estrategias metodológicas de casos prácticos y de trabajo en equipo,
del diseño de proyectos, las nuevas tecnologías y las
técnicas de comunicación. En la búsqueda constante
del alienamiento y del diálogo entre las competencias
profesionales y la formación universitaria.
CONCLUSIONES
Una de las conclusiones fundamentales que
se desprenden de los análisis realizados es que
no podemos singularizar el mercado profesional de
los sociólogos/as. Todo lo contrario, las inserciones
profesionales de nuestro campo se caracterizan por
una diversidad de trayectorias y de puesta en juego
de lo que podemos llamar el campo de trabajo de
la sociología. Y, tal como han demostrado los resultados, la relación percibida entre la formación
universitaria y el trabajo sociológico, va a depender
de dichas trayectorias profesionales. Trayectorias
profesionales que directamente inciden en el autoreconocimiento como sociólogo/a. En un mercado
profesional en que las fronteras disciplinarias son
difusas entre algunas titulaciones, adquieren relevancia, para la trayectoria profesional, aquellas
competencias que tienen que ver con las capacidades instrumentales y personales, junto a aquellas
competencias más específicas de los conocimienpara consolidar y especializar las carreras profesionales,
sea dentro del ámbito de la sociología sea con una formación especializada en ámbitos afines o formación de postgrado transversal. Los datos de la encuesta confirman que
la formación de postgrado ya está muy presente: el 71,3%
ha realizado una formación de postgrado.
tos disciplinares con una elevada aplicabilidad de
los conocimientos y habilidades de la práctica del
trabajo sociológico. En este sentido, la aportación
del Plan Bolonia y la introducción en el lenguaje de los planes de estudio de las competencias
y su relación con la empleabilidad, ha supuesto
dar pasos en la búsqueda de puntos de encuentro
entre la academia y el ejercicio técnico. Desde las
universidades, así como de las asociaciones y los
colegios profesionales, en estos últimos años se ha
trabajado en la profesionalización de la sociología.
La sociología, dónde, qué y para qué.
Y ello, desde una postura que contradice la
supuesta “muerte” de la sociología y defiende una
perspectiva sociológica que trasciende y amplía sus
ámbitos clásicamente disciplinares. Los resultados
han mostrado la relevancia de la competencia de
acción profesional. Una competencia de acción
profesional, de la que las personas más jóvenes,
con una profesionalización más escalonada y una
prolongación de su carrera profesional, sino de situaciones de subempleo, pueden verse excluidas.
Es por ello que, en situaciones de crisis y de redefinición de la profesión como la actual, haya sido
fundamental la actualización de los planes de estudio, permitiendo aproximarse a la realidad actual
e impulsando las herramientas sociológicas.
Desde este marco de análisis cabe entender
la valoración de una formación sociológica que ha
incorporado aquellas competencias más ligadas a
los conocimientos teórico-conceptuales sociológicos, la capacidad de análisis y de interrelación de
los temas. Éstas, junto a las herramientas metodológicas y técnicas, van a permitir definir, operativizar, diagnosticar y proponer líneas de acción a los
problemas sociales. La consideración simultánea
de los contenidos y las competencias profesionales
es una línea de trabajo fructífera en los próximos
años, de reflexión y evaluación de la implantación
de los grados de sociología en España.
Una formación sociológica, que en constante
diálogo con las necesidades de la sociedad y del
mercado laboral, de respuesta a esa tan reclamada
visión integral sobre el ejercicio profesional y a una
clara orientación y vocación a la praxis sociológica.
Para las instituciones universitarias, es importante
ir más allá del discurso y de los análisis propia-
RES n.º 25 (3 Supl.) (2016) pp. 17-43. ISSN: 1578-2824
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Formación y competencias en la profesión del sociólogo/a
mente centrados en las competencias, recuperando
y planteando aquellas cuestiones claves en el diseño de cualquier titulación, en particular los contenidos. Pero las competencias profesionales no ofrecen
pautas claras para la selección de los contenidos.
Para ello es fundamental disponer de criterios derivados de las tradiciones sociológicas, como modos
epistemológicos de construcción del conocimiento.
La formación universitaria debe mantener el rigor
sustantivo y científico que le caracteriza. Donde hay
camino aún para recorrer, y así lo expresan nuestros graduados/as, es en la aplicabilidad de los
conocimientos teóricos, más allá de las evidencias;
y en aquellas competencias más relacionadas con
las dimensiones organizacionales-relacionales y la
comportamental técnica.
En resumen, los resultados de los análisis han
permitido validar aquella llamada redefinición del
escenario de la sociología, aquellas nuevas oportunidades de la profesión sociológica, y que se constata en la alta valoración de aquellas competencias
transversales y específicas que permiten esbozar
un perfil claramente multidisciplinar. Perfil profesional que replantea la delimitación del campo
competencial y que obliga a plantear a las universidades de qué se quiere formar a los estudiantes
de sociología.
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NOTAS BIOGRÁFICAS
Màrius Domínguez y Amorós es doctor en
Sociología por la Universidad de Barcelona, en la
actualidad es profesor titular del Departamento
de sociología de la Universidad de Barcelona. Las
líneas de trabajo y de especialización que ha desarrollado han sido los sistemas de indicadores
sociales, técnicas de investigación social, análisis
multivariable de los datos, análisis de las desigualdades sociales, tiempos, trabajos y bienestar
social. Miembro investigador del grupo de investigación Copolis de la UB (Grupo de Investigación
consolidado por AGAUR). Ha participado en diversos proyectos de I+D competitivos y en convenios
de investigación con las Administraciones Públicas. De entre los últimos proyectos se pueden
destacar: Global trends in social inequalities in
Europe and Latin America and exploring innovative
ways to reduce them through life, occupational and
educational trajectories research to face uncertainty (INCASI), HORIZON 2020, 2015-2019; De las
publicaciones más recientes destacar: FernándezEsquinas, M.; Finkel, L.; Domínguez, M.; Gómez, J. A.
(2015) Studying and practising sociology in Spain.
A: Sozialwissenschaftliche Berufspraxen. Springer
Verlag; Carrasco, C.; Domínguez, M. (2014) “Measured Time, Perceived Time: a Gender Bias” a Time
& Society.
José Antonio Gómez Yáñez es doctor en sociología y profesor asociado en la Universidad Carlos
III de Madrid. Fue vocal asesor en el gabinete de
la presidencia del gobierno entre 1986 y 1993 y
director asociado de Millward Brown Spain. Es
presidente del consejo editorial de Investigación
y Marketing, revista de la Asociación Española de
Estudios de Mercado y Opinión. En la actualidad es
socio de Estudio de Sociología Consultores. Desde el
2001 desempeña la actividad docente, impartiendo
asignaturas en diversos másteres como el Máster
en Comunicación Institucional (Uc3m) y Máster en
Marketing (ESIC - ESAN). Sus áreas de investigación: desde la Sociología y Psicología Social, principalmente en las áreas siguientes: envejecimiento,
jubilación, trabajo, género, evaluación, cuidados.
Entre las últimas publicaciones se pueden destacar: Anuario sobre el Juego en España 2011/12,
prevista en octubre de 2012; Percepción Social
sobre el Juego en España. IPOLGOB, Madrid. Tres
ediciones 2010-11-12; “La crisis se transforma y
el consumidor también”, Investigación y Marketing,
núm. 106, junio.
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Formación y competencias en la profesión del sociólogo/a
ANEXO 1.
Tabla 6. Perfiles profesionales y los perfiles formativos con sus correspondientes contenidos básicos que se detallaron en el Libro Blanco de Sociología, ANECA, 2005)
Perfil profesional
Perfil formativo
Formación y procesos
educativos
Diseño y evaluación de procesos formativos
Enseñanza de la Sociología
Contenido y métodos para la investigación
Evolución del pensamiento sociológico
Divulgación del conocimiento sociológico
Políticas Públicas
(incluye participación,
ocio y cultura)
Fundamentos y marco legal de las políticas públicas
Control de los diferentes ámbitos de las políticas públicas (empleo, sanidad, medio
ambiente, género, participación ciudadana…)
Diseño, planificación, gestión y evaluación de las políticas públicas.
Desarrollo local y regional
Gestión de los recursos públicos
Análisis de los hábitos de uso y disfrute del tiempo libre
Análisis y gestión turística y cultural
Intervención Social
(incluye población
y política social)
Diseño de estrategias de intervención social
Previsión de las consecuencias de las medidas de intervención
Análisis sobre la problemática de las minorías sociales y grupos
desfavorecidos
Control del funcionamiento y evolución del estado de bienestar
Manejo de los servicios sociales y las políticas públicas
Manejo de técnicas de mediación social
Gestión de proyectos de cooperación internacional
Investigación Social Aplicada
Diseño, dirección, control y análisis de las encuestas de consumo
Diseño y planificación de estrategias y campañas comerciales
Diseño y gestión de campañas de comunicación
Empleo de técnicas cualitativas y cuantitativas
Diseño y aplicación de estrategias de comunicación
Análisis de los sistemas de calidad
Organización del Trabajo
Evolución y diseño de estructuras organizativas
Conocimiento de la gestión de los recursos humanos y de las relaciones laborales
Evaluación de métodos y procesos de trabajo
Manejo de la legislación laboral, de derecho político, comunitario e internacional
Manejo de la psicosociología de grupos y de técnicas de coordinación y mediación
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ANEXO ESTADÍSTICO
Figura 8. Sector de actividad. Porcentajes
Fuente: Op. cit. Elaboración propia
Figura 9. Categoría laboral en la empresa privada. Subpoblación que está ocupada en la Empresa Privada. Porcentajes
Fuente: Op. cit. Elaboración propia
Figura 10. Trabajo en la Administración Pública. Subpoblación que está ocupada en la Administración Pública. Porcentajes
Fuente: Op. cit. Elaboración propia
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