La estación de descontaminación nuclear de Medina pasa examen

A.C. / Medina de Pomar
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Sesenta profesionales del ámbito sanitario, psicosocial, radiológico, logístico y de seguridad ciudadana activaron ayer la ECD en el cuarto ejercicio del PENBU en lo que va de año

Un profesional del Consejo de Seguridad Nuclear mide la contaminación radioactiva de un voluntario en la ECD de Medina. - Foto: A.C.

Santa María de Garoña está en situación de cese de actividad y su reactor está parado desde el pasado 16 de diciembre, hace casi un año, pero el Plan de Emergencia Nuclear de Burgos (Penbu) sigue activo porque en la piscina del edificio de contención aún se guardan 2.505 elementos combustibles con uranio irradiado que obligan a estar alerta. Prueba de ello es que ayer sesenta personas de los ámbitos sanitario, psicosocial, radiológico, logístico y de seguridad ciudadana realizaron durante casi cuatro horas un nuevo ejercicio y activaron todos los mecanismos de funcionamiento de la estación de clasificación y descontaminación (ECD) de Medina de  Pomar.

En caso de una emergencia nuclear real que requiriera la evacuación de la población, es decir, en el peor de los accidentes nucleares posibles, entraría en juego el funcionamiento de la ECDde Medina y de las otras tres existentes en Briviesca, Busto de Bureba y Miranda de Ebro. Según explicó en Medina de Pomar el subdelegado del Gobierno, José María Arribas, si se evacuara el radio de cinco kilómetros alrededor de la planta nuclear se trasladarían a las ECD a unas 400 personas que se podrían elevar a un pico de entre 1.500 y 2.500 -dependiendo de la época del año-, si se evacuase a la población de un radio de 10 kilómetros. Aunque en Fukushima se evacuó un radio de 30 kilómetros alrededor de los reactores nucleares afectados por el terremoto y posterior tsunami, el Penbu contempla solo evacuar un radio de 10 en el peor de los escenarios.

El subdelegado (izqda.) charla con el jefe de la ECD frente al botiquín.El subdelegado (izqda.) charla con el jefe de la ECD frente al botiquín. - Foto: A.C. Garantizar la salud

El coordinador del Centro de Salud de Medina, Manuel Ruiz, actuó nuevamente de jefe de la ECD, en tanto en cuanto estas instalaciones ubicadas en el polideportivo municipal tienen como objetivo «certificar y garantizar la salud de las personas en caso de emergencia nuclear», como explicaron los responsables de Protección Civil de la Subdelegación del Gobierno. Medir la contaminación superficial de todos los evacuados y atender posibles emergencias de carácter sanitario y psicosocial, así como buscar cobijo a los evacuados, serían las tareas primordiales de los profesionales de la ECD.

Una ducha intensa puede eliminar la contaminación radioactiva superficial, pero los afectados deberían seguir después un control médico de «larga duración». En el polideportivo medinés, el agua contaminada con radiación iría a un circuito cerrado ya habilitado en su construcción. Pero si la contaminación no pudiera ser eliminada con la ducha sería necesario llevar al afectado al Gregorio Marañón, de Madrid, el único hospital preparado para este tipo de casos en España.

En el ejercicio de ayer se utilizaron los medidores de contaminación radioactiva y se puso en marcha todo el protocolo. Fueron sesenta los participantes, entre los que se contaban también los responsables de la ECD de Briviesca y de su Área Base de Recepción Social, así como profesionales del País Vasco. No obstante, en lo que va de año se han realizado otros tres ejercicios del Penbu y el total de participantes ha superado las 300 personas. Asimismo, se han llevado a cabo cinco cursos de formación en Burgos, Quintana Martín Galíndez y Medina de Pomar a los que han  acudido 161 actuantes (personas que deberían intervenir en caso de emergencia) del Grupo de Coordinación y Apoyo Técnico, de actuantes municipales, de actuantes de la ECD y de actuantes del Centro de Coordinación Operativa del Penbu.

En el Penbu todo sigue igual que si Garoña estuviera funcionando, aunque su futuro sigue siendo incierto. Cuando DB le preguntó ayer al subdelegado del Gobierno qué le depara a la central nuclear hizo suyas las palabras del ministro de Industria. Defendió que «no debemos prescindir de ninguna fuente de energía que sea segura» y señaló que «el Gobierno pondrá en marcha todos los aspectos que puedan permitir la continuidad de Garoña y el mantenimiento de sus mil puestos de trabajo», aunque también reseñó que «la decisión es de Nuclenor».