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Ecosistema y biorremediación Opinión

Ecosistema y biorremediación

Carolina Soto
Por : Carolina Soto Académica Facultad de Ciencias de la universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC)
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La naturaleza, durante miles de años, ha tendido al equilibrio en sus diferentes ecosistemas, recuperándose incluso de a lo menos seis eventos de extinción masiva. Esta capacidad de adaptarse y recuperarse hoy nos permite ayudar a acelerar algunos de estos procesos mediante la selección de organismos con capacidades para degradar contaminantes, y colocarlos en las condiciones y lugares adecuados para descontaminar ambientes que pueden haber sido severamente dañados por el ser humano. Esto se llama biorremediación.

El término fue acuñado en 1980, cuando se descubrió la capacidad de ciertos microorganismos como bacterias, microalgas y hongos para degradar compuestos tóxicos, y su potencial uso en descontaminar ambientes alterados. En un principio los esfuerzos se centraron en buscar y descubrir organismos en el ambiente que fuesen capaces de hacerlo de forma natural, sin embargo, con el avance de la biotecnología, estos organismos hoy pueden ser modificados en el laboratorio para mejorar la capacidad de degradar contaminantes o de resistir medioambientes agresivos.

En Chile hay varios desafíos donde la biorremediación microbiana podría ser parte importante de la solución. Por ejemplo, tratamiento de residuos industriales, reducción de contaminantes en relaves mineros, descontaminación de aguas superficiales y subterráneas, degradación de plásticos, y transformación más eficiente de residuos biológicos en gas y fertilizantes.

Una de las ventajas de estos sistemas biológicos respecto a tratamientos fisicoquímicos tradicionales, es que se puede hacer un diseño amigable con el medioambiente si es que los organismos seleccionados son, por ejemplo, bacterias ambientales escogidas para no destruir el equilibrio ecológico de un lugar a tratar.

Todo este potencial, sin embargo, requiere de horas de estudio y experimentación, lo que usualmente cuenta con el apoyo de fondos gubernamentales o recursos propios de las universidades e investigadores. Y, de encontrar resultados favorables, más horas para transformar el descubrimiento en un producto que pueda ser usado en la industria nacional o internacional.

Es en esta segunda etapa donde aún falta mucho para generar las experiencias piloto que den confianza a las empresas en los productos desarrollados en la academia nacional. No obstante, la experiencia internacional dice que una vez que este proceso de traspaso de soluciones a la empresa comienza, los retornos de la inversión son elevados, generando innovaciones que hacen mucho más competitiva a la nación que los produce.

Es por esto que es importante que academia, empresa y gobierno tengan presente que los esfuerzos por desarrollar estas tecnologías valen la pena, y lo relevante de que logren alinearse para obtener más y mejores resultados.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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