España liderará tres fuerzas de reacción rápida de la OTAN en 2016

Estará al frente de la nueva Fuerza de Muy Alta Disponibilidad de la Alianza, de la Agrupación Naval Permanente nº1 y de la Policía Aérea del Báltico a partir de enero

Si durante el último mes España ha demostrado su liderazgo como principal nación anfitriona del mayor ejercicio de la OTAN, el «Trident Juncture», a partir del próximo año tendrá la oportunidad de ponerlo en práctica situándose al frente de tres importantes capacidades de la Alianza: la Fuerza de Muy Alta Disponibilidad (VJTF), la Agrupación Naval Permanente nº1 (SNMG-1) y la Policía Aérea del Báltico. Tres importantes competencias (las dos primeras como «punta de lanza») que demuestran el compromiso de nuestro país con la estabilidad y seguridad internacional, como han reiterado en numerosas ocasiones tanto el ministro de Defensa, Pedro Morenés, como el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Y más ahora, con las nuevas amenazas que llegan del norte de África, de Oriente Próximo o de Rusia. Ya lo dijo el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, esta misma semana: «La OTAN tiene que ser capaz de defender a cualquiera de nuestros aliados ante cualquier tipo de amenaza» y «España está en primera línea».

Éstas son las tres responsabilidades que asumirá nuestro país a partir del próximo año:

Fuerza de Muy Alta Disponibilidad (VJTF)

En primer lugar, nuestro país asumirá el mando de esa nueva Fuerza de Muy Alta Disponibilidad, la «punta de lanza» de la ya conocida Fuerza de Reacción Rápida (NRF), que deberá poder desplegarse en cualquier parte del planeta en menos de 72 horas. Se trata de una fuerza multinacional formada por hasta cinco batallones con entre 5.000 y 6.000 efectivos, de los que España aporta unos 4.000 y, de éstos, 1.000 pertenecen al Cuartel General Terrestre de Alta Disponibilidad (CGTAD) de Bétera (Valencia), que ejercerá de Mando de la Fuerza. Y la base de esta punta de lanza será la Brigada de Infantería Ligera «Galicia VII» (BRILAT) con el Regimiento «Príncipe» número 3, cuyos efectivos estarán en situación de máxima disponibilidad durante todo 2016.

Junto a los españoles también habrá batallones de Reino Unido, Portugal, Bélgica y Estados Unidos, país que también aportará otras capacidades aéreas.

Agrupación Naval Permanente nº 1 (SNMG-1)

Es otra «punta de lanza» de la Alianza, en este caso naval. Si bien España lleva varios años participando, será durante 2016 cuando tres buques españoles se turnarán el mando en periodos de 4 meses. Se trata de una Fuerza internacional cuyas unidades son consideradas de primera respuesta ante cualquier crisis en la que la OTAN tenga que intervenir y que se completa con una segunda Agrupación Permanente y otras dos de medidas contra minas (SNMCMG-1 y 2). Durante los 12 meses que están activados los buques, participarán en diferentes ejercicios y desarrollarán misiones en alta mar contra el terrorismo o el tráfico de armas. La primera fragata española que se desplegará y asumirá el mando de esta agrupación será la «Álvaro de Bazán» (F-101), que llevará una dotación que rondará los 225 efectivos, incluida la Unidad Aérea Embarcada con un helicóptero SH-60B.

Policía Aérea del Báltico

Si en enero de este mismo año cuatro Eurofighter se desplegaban de forma extraordinaria en Estonia para patrullar el espacio aéreo del Báltico, a partir del 4 de enero de 2016 otros cuatro cazas harán lo mismo en Letonia, aunque en esta ocasión el despliegue entra dentro del calendario de rotaciones ya previsto. Letonia, Estonia y Lituania carecen de capacidad de defensa aérea, por lo que el resto de aliados contribuye a garantizar su seguridad y, ante la amenaza rusa, la OTAN decidió ampliar las patrullas en la zona.

Pero a diferencia del contingente que desplegó en Estonia, el año que viene España será el país que liderará la misión desde la base lituana de Siauliai, en la que será la 40ª rotación, con un destacamento de unos 115 efectivos. Tanto en la base estonia de Amari como en la polaca de Malbork habrá presencia de cazas de otros países aliados.

La función de estos destacamentos es la de vigilar que ninguna aeronave no autorizada penetre en el espacio aéreo de soberanía de la OTAN, algo que hace con regularidad la Fuerza Aérea rusa, que realiza constantes vuelos por el mar Báltico, desde Kaliningrado hasta San Petersburgo, sin plan de vuelo ni transpondedores, por lo que en los radares de la OTAN aparece como una posible amenaza.