Tener un hijo por gestación subrogada en España es caro, muy caro. Y lo es, sobre todo, porque las familias que recurren a esta técnica de reproducción asistida (TRA) tienen que hacerlo fuera de nuestro país, multiplicando por mucho los costes del proceso. Esto es precisamente lo que engorda la cuenta. La mayor parte de lo que se paga son fundamentalmente gastos, que detallaremos más adelante.
Muchos de los que se posicionan en contra de la gestación subrogada basan su argumentación en la compensación económica que recibe la donante, sin ser conscientes de que la cantidad que ésta percibe es realmente mínima. Supone una parte muy pequeña del montante, y es proporcional a los riesgos y perjuicios que la mujer asume con el embarazo (la donación de su capacidad gestante).
Como veremos a lo largo de estas líneas, lo que se pagan "son las garantías". Lo explica Antonio Vila-Coro, padre de una hija nacida por gestación subrogada en Estados Unidos y vicepresidente de Son Nuestros Hijos, para Libertad Digital. La asociación es la primera que defiende desde sus inicios "que los avances científicos en reproducción no pueden, ni deben, ser usados como un bien comercial".
No obstante, consideran que "es lógico que se realice una compensación" a la donante "por las molestias y el esfuerzo que el proceso conlleva", como recoge su código ético. Establece además que las gestantes "deben participar en la técnica reproductiva de forma voluntaria, altruista y con un nivel intelectual capaz y suficiente para entender" los términos del acuerdo.
La importancia del contrato
Cuando una donante se compromete a gestar el/los embriones de una pareja, por ende a su/s hijo/s, asume una serie de perjuicios y responsabilidades durante un largo espacio de tiempo (el que dure el proceso). De ahí la importancia de que cada extremo quede reflejado en el ‘acuerdo escrito de gestación subrogada’, que es el que ofrece garantías a todas las partes.
"Es el famoso contrato que los enemigos de la gestación subrogada interpretan como si fuera un contrato mercantil de compraventa, pero no lo es", explica. "Así lo indica -de hecho- en el primer párrafo, en el que especifica que se trata de un acuerdo de donación". En España se da este tipo de acuerdos para regular las donaciones óvulos y esperma, que se firman entre las clínicas y los donantes.
Al voluntario que quiere realizar una donación del tipo que sea, se le informa de los riesgos que asume. Si nos fijamos en la donación de óvulos -por ejemplo- el proceso "lleva una serie de riesgos asociados". "La mujer que dona tiene que someterse a una hormonación, a una hiperestimulación ovárica y después a un procedimiento invasivo para extraerle los folículos (que contienen los óvulos) en el momento en el que ovula. Y eso muchas veces requiere a lo mejor una anestesia".
"Es decir, son procedimientos médicos que resultan incómodos y que tienen sus riesgos", concluye. Por eso, los donantes "tienen que estar informados" de esos perjuicios. Y, en el caso de la gestación subrogada, "las regulaciones exigen que pase una prueba psicológica". "Hay un profesional que examina y certifica que tiene la capacidad suficiente para entender los riesgos a los que se expone y adoptar las responsabilidades que asume".
Garantías para las partes
"Lo mismo pasa con la familia que va a encomendar la gestación de su hijo a otra persona", añade. "Tenemos que entender lo que estamos haciendo y que vamos a construir una relación con esa persona que nos está donando su capacidad de gestar, y que esa relación tiene que discurrir en unos términos determinados, que tenemos que pactar entre las partes".
En este punto, la donante acuerda con los padres del bebé aspectos como cada cuánto tiempo se realizarán las comunicaciones, si va a compartir determinada información sobre el embarazo (si sufre náuseas o fatiga, tiene antojos o cualquier aspecto relacionado con la experiencia de la mujer) u otros extremos que puedan ser importantes para alguna de las partes.
Lo más habitual, según nos explica Vila-Coro, es que tanto la comunicación como el flujo de información sean fluidas. "Las familias queremos vivir el embarazo a través del testimonio de nuestra gestante", señala. Y la disposición de las donantes suele ser absoluta. Entienden que para los padres es importante saber que se cuidan por el bien de ese niño que se han comprometido a gestar y que todo va según lo previsto.
"En los contratos de subrogación aparecen toda una serie de condicionamientos, aunque son más bien son recomendaciones porque son imposibles de hacer valer, del tipo: llevarás una alimentación sana, no fumarás, no beberás... Como cuando vas a donar médula o a donar sangre", detalla. "Cualquier compromiso que adquieres, de manera altruista o con las motivaciones que te dé la gana, necesitas hacerlo en unas condiciones determinadas".
¿Cuánto cuesta?
Como hemos explicado unas líneas más arriba, el motivo fundamental por el que la gestación subrogada es tan cara es que las familias que recurren a esta TRA tienen que salir fuera de nuestro país para hacerlo. Muchos eligen Estados Unidos en busca de la mayor de las garantías para todas las partes. Si algo tienen claro desde Son Nuestros Hijos es que la manera de acabar con las mafias que trafican con seres humanos es precisamente la regulación, que en este país existe desde hace más de 40 años.
Estados Unidos ofrece tanto a los padres como a las donantes un marco legal en el que el embarazo se puede desarrollar de la mejor manera posible, para ellos y para el futuro bebé. Pero -eso sí- hay que pagarlo. Hablamos de entre 100.000 y 150.000 dólares. "En realidad lo que uno está pagando son las garantías del proceso, porque eso requiere que intervengan una serie de profesionales", afirma Vila-Coro.
"Hay que pagar: a mi psicólogo, al psicólogo de la gestante y -en mi caso- también al de la donante de óvulos; a mi abogado y al abogado de la gestante (que han de ser diferentes para que realmente representen los intereses de las partes); y, por supuesto, a los médicos. Y ya sabemos que psicólogos, médicos y abogados son los profesionales que más cobran en Estados Unidos".
Ya nos podemos ir haciendo una idea de todos los cargos que corren a cargo de los padres de la futura criatura. Por supuesto, hay que añadir todas las pruebas y gastos sanitarios que la gestante o el bebé requieran a lo largo del proceso. Y no podemos olvidar de que estamos hablamos de "la sanidad más cara del mundo". Por ejemplo, "si un parto en España son 5.000 euros, en Estados Unidos son 20.000 dólares".
Gastos imprevisibles
También hay que tener en cuenta que pueden surgir complicaciones. "Si el niño nace prematuro, son 5.000 dólares cada noche en la unidad de cuidados intensivos. Si lo tienes diez días allí, pues ya sabes que sales con una deuda de 50.000 dólares del hospital", añade. Antonio, que tiene una hija que nació por gestación subrogada hace ya 13 años, recuerda pagar "5.000 euros sólo en hormonas, en la farmacia". "Cada vez que había que hacer una cosa eran 1.000 euros, siempre era a partir de ahí", comenta.
"En un proceso de gestación subrogada, hay que pagar las cosas que ocurren en la medida en la que ocurren", advierte, "por etapas". Pero hay una serie de costes que son imprevisibles. "Si hay que hacer una transferencia embrionaria y ésta es una manera determinada, porque el útero está no sé cómo... Pues a lo mejor tiene que intervenir un anestesista, que tú tienes que pagar" o "si en lugar de un ciclo necesitas tres ciclos, pues ese gasto se multiplica por tres".
En conclusión, lo que cuesta tener un hijo por gestación subrogada -aunque sea dentro del mismo país- varía en función de las eventualidades que van surgiendo a lo largo del proceso. Quien ayuda a gestionarlo es la agencia mediadora, que es "como una especie de agencia matrimonial" que tiene la tarea inicial de "poner en contacto a personas con unos intereses determinados". En este caso, a padres que necesitan a una gestante para traer al mundo a sus hijos con voluntarias dispuestas a donarles su capacidad de gestar.
Compensación para la donante
En este punto llegamos quizás al punto más controvertido del debate sobre la gestación subrogada y es el asunto de la compensación económica que recibe la donante. Pues bien, lo primero que tenemos que saber es que lo hace "en concepto de las molestias que sufre y los riesgos a los que se expone". Por eso la cantidad varía de unos casos a otros, aunque el proceso se realice en el mismo país e incluso en el mismo estado.
La donante va cobrando la mencionada compensación a medida que se van produciendo los sucesivos hitos del embarazo, así como van surgiendo distintas circunstancias que puedan añadir un perjuicio extra para ella durante el proceso. Si tenemos en cuenta que una donante de óvulos recibe alrededor de 1.000 euros "por el esfuerzo y los riesgos que implica", pues una mujer que dona su capacidad de gestar será compensada -en proporción- con "entre 20.000 y 30.000 dólares".
"El razonamiento para compensarlo es exactamente el mismo que hay en España para otras donaciones, que son altruistas pero se compensan económicamente", asevera. "Lo podemos explicar haciendo un paralelismo con la investigación clínica para el desarrollo de un fármaco. Hay que probarlo primero en voluntarios sanos y hacer lo que se llama un estudio de fase 1".
Como en la investigación clínica
"Es gente que está donando su cuerpo a la ciencia, para que podamos tener nuevos medicamentos que curen el sida, la hepatitis... La ley española establece que su motivación tiene que ser altruista pero pueden recibir una compensación por las molestias y por el tiempo que han invertido en el ensayo", explica Vila-Coro.
Eso sí, "nunca será tan alta como para inducir a la participación por motivos puramente económicos. Y, por otra parte, irá en proporción a las características del ensayo". "Es decir que un ensayo clínico en el que yo tengo que estar 24 horas hospitalizado me llevará una compensación, pero si tengo que estar diez días ingresado la compensación será mayor", añade. "Pues con la gestación subrogada pasa exactamente lo mismo".
"La mujer gestante tiene que estar hormonándose al menos un mes antes de iniciar la gestación, así que va a estar un mínimo de diez meses dedicada a esto", detalla. "Las compensaciones económicas se van liberando a medida que la donante va avanzando en el proceso y se va sometiendo a procedimientos médicos". "El primer mes recibe una compensación por las molestias de ese mes, y el segundo por las del segundo, y así sucesivamente".
Estigmatizados por la izquierda
Aunque la gestación subrogada es cara, ha sido la salvación para miles de familias que no podían tener hijos por sus propios medios y lo han conseguido gracias a la generosidad de una mujer que les ha donado su capacidad de gestar. Pero sus casos no son comparables a los de Cristiano Ronaldo u otros famosos que han recurrido a esta TRA. Muchos de ellos han tenido que "hipotecarse de por vida", como contó Sonia Ruano en declaraciones a LD.
Sin embargo, desde que vio la luz la noticia de la reciente maternidad (el nacimiento de la nieta) de Ana Obregón, la izquierda machaca a estos padres y a sus hijos asegurando que esta técnica de reproducción asistida ejerce "violencia contra la mujer" y sirve para que los ricos puedan comprarse un bebé. "Es una manera de estigmatizar", asevera visiblemente indignado Antonio Vila-Coro.
Es obvio de no se puede comprar a alguien un bebé que nunca fue suyo. La donante no aporta carga genética, se le implanta un óvulo ya fecundado. Este tipo de argumentos se utilizan "para desprestigiar la causa". También usan el de que "esto es un negocio". "Claro que lo es, la sanidad es un negocio. Y bendito negocio", exclama. "Gracias a él tenemos una esperanza de vida mucho mayor que hace 100 años".