Para aquellos lectores no avezados en la materia del estudio del Jesús histórico está dedicado este grupo de artículos, dónde se intenta resumir de manera didáctica en qué consiste el método que se emplea para el estudio bíblico desde una óptica científica, independiente y no confesional.

INTRODUCCIÓN

Se trata de un grupo de métodos de estudio relacionados entre sí que se centran en el carácter histórico de la Biblia. La importancia de la historia en la Biblia se basa en el hecho de que tanto el judaísmo como el cristianismo afirman que Dios ha revelado su voluntad en una serie de eventos históricos registrados en los libros que la componen. Estos enfoques buscan la confiabilidad histórica de la Biblia debido a que numerosos episodios de la misma son difíciles de aceptar al pie de la letra. El problema de la improbabilidad histórica se agudiza aún más con los relatos bíblicos que describen sucesos sobrenaturales. Además, hallamos ciertas inconsistencias entre diferentes libros de la Biblia; es decir, encontramos versiones diferentes de los mismos hechos, parábolas o dichos, son relatos paralelos divergentes o divergencias en el orden de los relatos.

La investigación histórica de los textos bíblicos también encuentra conflicto entre los relatos bíblicos, apócrifos y seculares que hablan de los mismos eventos históricos, o discrepancias entre los relatos bíblicos y la evidencia arqueológica.

Las cuestiones históricas, también están influidas por el género literario de los textos bíblicos. ¿En un texto particular, un relato es histórico o pertenece a una categoría diferente como la poesía, la liturgia o el adorno piadoso? ¿Deben entenderse pasajes inverosímiles como históricos?

Resumiendo, la crítica histórica es un método que se ha desarrollado con el fin de abordar las cuestiones históricas planteadas por la Biblia.

EL MÉTODO

Los términos ‘crítica histórica’ y ‘método histórico-crítico’ se refieren a enfoques que se ocupan de la historia de la Biblia tanto con respecto a la historia del texto como a los acontecimientos que relata el mismo.

Si bien son términos, aparentemente claros en su definición, existen cuatro sentidos diferentes en los que se emplea el término ‘historia’ en los estudios bíblicos:

– Como una manera de identificar y reconstruir los acontecimientos históricos que subyacen al texto bíblico, como la Historia del Pueblo de Israel, la historia de la iglesia primitiva, etc.

– Interés por la historia del texto bíblico, es decir, identificar las diferentes capas del texto y rastrear cuáles se remontan al autor del texto y cuáles son adiciones posteriores.

– Significado histórico de los textos, es decir, el significado que los textos [bíblicos] tenían en su contexto histórico original; cómo los términos bíblicos fueron utilizados por los autores originales de los textos.

– Búsqueda de explicaciones naturales para los eventos no naturales descritos en la Biblia y atribuidos a la acción sobrenatural o divina en la época que ocurren. El estudio histórico-crítico independiente de la Biblia debe ser escéptico de la historicidad ante los eventos descritos en la misma.

El término crítico, por su parte, hace referencia a la libertad de llegar a resultados exegéticos que pueden diferir o incluso contradecir la interpretación teológica aceptada por una iglesia o una comunidad. “Crítica” denota la aplicación de la razón a la Biblia, con independencia de a dónde pueda llevar esto al ser humano y una negativa a permitir que la comprensión de la Biblia sea dictada por la tradición, la Iglesia, la academia o cualquier otra supuesta autoridad. Ser crítico compromete al intérprete de antemano a una interpretación secular o independiente de la Biblia. Tratar la Biblia de manera crítica y libre como si fuera cualquier otro libro es un enfoque imparcial que implícitamente se refiere a ella como una obra humana en lugar de la Palabra de Dios, permitiendo su estudio objetivo. El método ´histórico crítico´ significa tratar la Biblia como cualquier otra obra, lo que conlleva a su vez a resaltar cómo se diferencia de otras obras. Así, una de las consecuencias de la crítica histórica puede ser mostrar que la Biblia no es como cualquier otro libro.

Por último, el término histórico-crítico pertenece a las ciencias naturales y su uso es un intento de pasar los criterios de una visión independiente y objetiva del mundo al estudio de la Biblia.

MÉTODO Y TEOLOGÍA

El método histórico crítico resulta inapropiado para la teología, porque en ésta el individuo no está frente al objeto de estudio en una relación objetiva, sino que es abordado personalmente por dicho objeto, así, resulta inadecuado para el objeto de estudio del que se ocupa la teología.

Al igual que la ciencia, la crítica bíblica apela a la evidencia; habla de probabilidades, juzga entre lo que es más y lo que es menos probable, por lo que no hay división entre las ciencias y las humanidades a este respecto, ambos son intelectualmente rigurosos y para ello, las humanidades emplean un conjunto de procedimientos reconocidos por los expertos en el campo como adecuados al tema que se investiga, en este caso la Biblia.

COMO TRABAJA EL MÉTODO HISTÓRICO CRÍTICO

Para empezar, pretende ir a la forma más antigua del texto que se conserva y luego rastrear cómo se construyó la versión canónica final a través de adiciones y modificaciones posteriores, hasta llegar a su forma actual; es decir, despegar las capas de interpretación que el texto ha acumulado en el tiempo, con fines distintos a su sentido primero, en el intento de recuperar el significado original de la forma más temprana del texto. En este sentido, se asemeja al trabajo del arqueólogo que minuciosamente quita capas de suelo para revelar la forma original de, digamos, un pueblo de la edad de bronce que yace debajo de la ciudad moderna. En realidad, pretende hallar el significado que el texto, incluidas sus capas posteriores de modificación, puede haber tenido en su entorno original.

Por otro lado, el método quiere identificar también el significado que tenían en mente los autores de los textos bíblicos, tanto el creador de un texto como quienes lo modificaron posteriormente; es decir, identificar el sentido pretendido.

También actúa analizando el sentido histórico de los textos; es decir, los textos surgen en un tiempo y lugar particular y reflejan el modo de pensamiento, el vocabulario y los supuestos culturales de ese tiempo y lugar particular en el que surgieron. La investigación histórica del texto es una actividad esencial ya que nos aseguramos de que no supeditamos el texto, a su análisis, a los intereses de sus lectores actuales, evitando el anacronismo o el presentismo: El historicismo crítico debe controlar el rango de interpretaciones del texto y no caer en ejemplos de lectores modernos que leen sus propias agendas e ideologías en el texto.

El método pretende atender al sentido literal de los textos, solo entendiendo cuales son los tipos de literatura que contiene la Biblia. El texto debe ser examinado por sus propios méritos y no debemos imponerle un significado a priori: Entenderíamos mal la Biblia si no tomamos en consideración el género literario al que pertenece cada uno de sus libros, o cada una de las partes de estos, al interpretar un texto. Por ejemplo, la lectura literal de una metáfora significa respetarla como metáfora y no entenderla como algo real o rebelado.

Es preocupación del método extraer un significado del texto a través de un compromiso cuidadoso con el carácter lingüístico y semántico del mismo.

FILOSOFÍA DEL MÉTODO

Se trata de un método científico, objetivo y sin presuposiciones, que se ocupa de los «hechos» que pueden obtenerse del texto. Debe ser cauto, eso sí, en algunos aspectos cómo conocemos el pasado, el carácter de la verdad histórica y la relación entre la fe y la historia, por eso se basa en parámetros tales como la probabilidad, la analogía, el principio de correlación, el anti sobre naturalismo y la indiferencia a la inspiración o revelación de los libros.

La probabilidad: el ámbito de la historia sólo hay juicios de probabilidad o plausibilidad, que varían del grado más alto al más bajo, y que, en consecuencia, debe hacerse una estimación del grado de probabilidad asociado a cualquier tradición.

La analogía: el método es cuidadoso con el principio de que las experiencias, acciones y eventos del pasado son análogos a las experiencias, acciones y eventos del presente en el sentido de que las cosas que no sucedieron en el pasado no sucedieron hoy: Si los textos informan sobre eventos que ahora se consideran improbables o incluso imposibles, entonces no deben considerarse como relatos históricos y el intérprete debe buscar otras explicaciones como, por ejemplo, que el texto refleja una visión del mundo ahora anticuada o es un adorno literario. De igual modo, el método considera que las sociedades humanas son similares a lo largo de la historia, por tanto, lo que se aplica en una sociedad será análogo a lo que ocurre en otras sociedades; el conocimiento más firme que tenemos de ciertas sociedades antiguas, así como lo que sabemos acerca de cómo funcionan las sociedades de hoy en día, puede emplearse para comprender mejor aquellas sociedades antiguas sobre las que tenemos menos información.

El principio de correlación: los hechos históricos deben ser entendidos como parte de un nexo de antecedentes y consecuencias, causa y efecto. Los eventos históricos no pueden aislarse del contexto histórico más amplio en el que suceden y deben entenderse en términos de su relación con este contexto: Todo el acontecer histórico está entretejido en una relación permanente de correlación en la que todo está interconectado y cada evento individual está relacionado con todos los demás. Es decir, la explicación histórica comprende un evento en términos de sus antecedentes y consecuencias, ninguno de ellos puede ser aislado de su tiempo y espacio históricamente condicionados.

La crítica histórica es la visión científica del mundo que concibe a éste como ordenado de acuerdo con las leyes de la naturaleza y la ley de causa y efecto. En la Biblia leemos en muchas ocasiones que Dios suspende o anula dichas leyes; la crítica histórica no puede tomar tales relatos de la intervención sobrenatural al pie de la letra, porque hacerlo sería una violación de las leyes del estudio histórico, es decir, de la aceptación de las leyes de la naturaleza tal como las entiende la ciencia moderna y la operación de la propia naturaleza. Establecer ‘lo que realmente sucedió’ significa buscar un relato de los eventos descritos en la Biblia que sea compatible con la comprensión científica e histórica moderna de la realidad.

La inspiración de los libros: la crítica histórica es metodológicamente indiferente a la cuestión del estado inspirado de la Biblia; la pregunta se deja a un lado y no juega ningún papel en el examen del texto por parte del crítico histórico.

LOS MÉTODOS DE LA CRÍTICA HISTÓRICA

Componen la crítica histórica un grupo de métodos relacionados entre sí que buscan responder preguntas sobre los orígenes históricos de los textos bíblicos, los factores históricos que dieron origen a dichos textos y los eventos históricos que subyacen y/o se describen en los mismos.

La preocupación por establecer la forma más original y auténtica de un texto dio lugar a la crítica textual o ‘baja crítica’. La necesidad de identificar estas fuentes condujo al desarrollo de la crítica de fuentes o «alta crítica». Intentar identificar las unidades más pequeñas a partir de las cuales se construyó un texto bíblico es la tarea de la crítica de la forma, que intenta identificar las unidades orales en las que se transmitieron los textos bíblicos antes de que se pusieran por escrito. La crítica de redacción es la consideración de cómo los autores/editores finales del texto editaron y tejieron sus fuentes en la versión final del texto bíblico.

Estos métodos se emplean en combinación. Por ejemplo, el crítico de redacción empleará la crítica de fuentes y la crítica de formas para identificar los elementos de redacción que serán el foco de su estudio. El crítico de la forma necesitará identificar y excluir los elementos de redacción de la consideración, si quiere aislar las formas preliterarias a partir de las cuales se ha construido un texto bíblico. Sin embargo, para dejar claro el carácter distintivo de estos diferentes enfoques del texto, los trataremos en la medida de lo posible por separado, aunque indicaremos puntos de contacto y dependencia mutua cuando corresponda.

LÍNEA ACTUAL DE INVESTIGACIÓN DEL JESÚS HISTÓRICO

Como colofón a este artículo divulgativo, se presentan las líneas de investigación actuales sobre Jesús histórico en base al empleo de un método histórico crítico.

Todo comienza, sin atender a investigaciones parciales anteriores, principalmente realizadas por teólogos, con una extensa búsqueda del Jesús histórico a partir del siglo XVIII, por diferentes autores confesionales y laicos, que podemos esquematizar de la siguiente manera:

1. La vieja búsqueda: Reimarus, 1778 – Schweitzer, 1906.

2. Sin búsqueda: Bultmann, 1926 – 1950

3. La nueva búsqueda: Käsemann 1953 – mediados de la década de 1980.

4. La tercera búsqueda: E. P. Sanders, mediados de la década de 1980 – hasta el presente?

En ésta, el trabajo sobre el Jesús histórico sale de las facultades de teología alemanas y se desarrolla en el mundo de habla inglesa. Los participantes ya no son solo de origen protestante (aunque todavía son la mayoría), sino que también incluyen un gran número de católicos, judíos y laicos. El judaísmo de Jesús, otrora no aceptado, es ahora central para el estudio histórico. La mayoría de los investigadores ha abandonado el proceso de escudriñar los dichos de Jesús en favor de construir una imagen más amplia que incorpore la mayoría de los datos que plausiblemente podamos saber del personaje. En general, los estudios intentan situar firmemente a Jesús en su entorno judío y mostrar su significación dentro de ese entorno. Sin embargo, las diferencias entre ellos existen.

Los representantes más significativos de esta última búsqueda son: Geza Vermes, EP Sanders, Richard Horsley, the Jesus Seminar, JD Crossan, David Flusser, JP Meier, NT Wright, Dunn y Dale Allison. Y más recientemente Bart Ehrman. En España tenemos a Antonio Piñero, pionero en los estudios del Jesús histórico en nuestro país , y a Fernando Bermejo.

 

BIBLIOGRAFÍA EMPLEADA

– Barr, James, Comparative Philology and the Text of the Old Testament (Oxford: Clarendon Press, 1968)

– Bond, Helen K.: The historical Jesus (Newgen Imaging Systems Pvt Ltd, Chennai, India, 2012)

– Crossan, John Dominic. Jesus: A Revolutionary Biography (London: Harper Collins, 2009).

– Ehrman, Bart D.: Jesús no dijo eso: Quién Cambio La Biblia Y Por Qué. (Titivillus, 2005)

– Law, David R.: The Historical–Critical Method (Published by T&T Clark International, 2012)