Artrosis de Rodilla: Qué es, Causas, Síntomas y Tratamientos

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Artrosis de Rodilla: Qué es, Causas, Síntomas y Tratamientos
Publicado: 29 de junio, 2016
Actualizado: 4 de agosto, 2023
Escrito por Equipo de redacción de Operarme.es

La artrosis de rodilla, osteoartritis de rodilla o gonartrosis es la degeneración del cartílago articular con formación de nuevo tejido óseo (hueso subcondral y osteofitos) que afecta a toda la articulación: cartílago, hueso, sinovial y ligamentos. Es una enfermedad crónica que con el paso del tiempo conduce a la aparición de dolor con la actividad física, disminución de la movilidad articular, incapacidad para caminar y permanecer de pie y deformidad progresiva de la rodilla. En los casos más avanzados, cuando la rodilla está dañada severamente los pacientes no pueden realizar sus actividades cotidianas sin dolor y la artrosis causa un empeoramiento significativo en la calidad de vida.

La artrosis es la artropatía más frecuente en el mundo, ocupa el segundo lugar entre las enfermedades crónicas, siguiendo a las enfermedades cardiovasculares. A partir de una cierta edad, 45-50 años, todo el mundo tiene manifestaciones radiológicas de artrosis en la rodilla o en otras partes del cuerpo. Una parte de las personas sin embargo no presentan síntomas, mientras que otras experimentan una disminución significante en su calidad de vida. Antes de hablar de la artrosis de rodilla, es importante conocer qué componentes tiene la articulación.

  • La artrosis de rodilla es un problema que nos acabará afectando a todos, aunque no todos sufriremos los síntomas.
  • Existen varios tratamientos para la artrosis de rodilla, siendo la operación de prótesis de rodilla la utilizada en los casos más graves.
  • Una de las principales formas de reducir los síntomas de la artrosis de rodilla es tener un peso equilibrado.

Anatomía de la rodilla. Elementos está formada nuestra rodilla

La rodilla es la articulación más grande de nuestro cuerpo y una de las más complejas. Está compuesta por elementos óseos, meniscos, ligamentos, músculos, cápsula articular, membrana sinovial, bursas y retináculos.

En la articulación de nuestra rodilla se encuentran tres elementos óseos: la epífisis distal del fémur, es decir, la parte inferior del fémur, la rótula, que se sitúa en la parte anterior de la rodilla y la epífisis proximal de la tibia, es decir la parte superior de la tibia. El fémur y la tibia constituyen la articulación tibiofermoral y el fémur con la rótula o patela forman la articulación patelofemoral. Todas las superficies óseas de la rodilla están cubiertas por cartílago.

Los meniscos se sitúan entre el fémur y la tibia y favorecen la congruencia entre la superficie articular. Son anillo de fibrocartílago con forma de cuña.

En el interior de la rodilla se sitúan dos ligamentos importantes: el ligamento cruzado anterior y el ligamento cruzado posterior. En el exterior de la rodilla podemos encontrar el ligamento lateral interno y el ligamento lateral externo.

Los músculos que actúan sobre la rodilla son el cuádriceps y los isquiotibiales. El cuádriceps es el músculo principal, se encuentra en la cara anterior del muslo, está formado por cuatro vientres y realiza la extensión de la rodilla. Los isquiotibiales se sitúan en la cara posterior del muslo y se encargan del movimiento de flexión de la rodilla, es decir doblar la rodilla.

La cápsula articular es una cápsula fibrosa, fuerte y compleja. Está relacionada con el revestimiento sinovial de la rodilla. Tiene forma de manguito y rodea la articulación tibiofemoral y la articulación patelofemoral.

La membrana sinovial de nuestra rodilla es la más extensa del cuerpo humano. Es una fina capa de tejido que recubre la superficie interna de la cápsula articular. La membrana sinovial es responsable por la producción del líquido sinovial. La palabra sinovia deriva del griego “syn” (con) y del latín “ovum” (huevo), sugiriendo que este líquido se asemeja a la clara de huevo cruda. Es una sustancia parecida al plasma pero tiene una alta concentración de ácido hialurónico. Llena la cavidad articular y actúa como lubricante, mantiene de esta manera al mínimo la fricción entre los huesos durante el movimiento. A parte de la función lubricante, nutre el cartílago, que es un tejido avascular y consigue sus nutrientes por difusión del líquido sinovial.

Las bursas son estructuras que se sitúan alrededor del tejido blando y las superficies articulares. Reducen la fricción articular y amortiguan el movimiento.

Anatomía del menisco

Los retináculos son estructuras fibrosas que conectan la rótula al fémur, a los meniscos y a la tibia.

Por último, encontramos el cartílago articular, que recubre la parte ósea que forma la articulación y cuyo desgaste es el principal síntoma de la artrosis de rodilla.

¿Qué es el cartílago articular?

El cartílago articular es fundamental para el correcto funcionamiento de una articulación. Su integridad es muy importante ya que es la zona de contacto y fricción. El cartílago articular cubre y protege los elementos óseos de la rodilla: el fémur, la tibia y la rótula.

El cartílago articular tiene dos componentes básicos: los condrocitos, que son las células especializadas en la producción y mantenimiento de la matriz extracelular, formada por agua (65-80%), colágenos (10-30%) y proteoglicanos 85-10%). El agua presente en el cartílago permite su deformación en respuesta al estrés. El colágeno confiere al cartílago una gran resistencia a la tensión. Los proteoglicanos son responsables de la resistencia a la compresión del cartílago.

El cartílago articular es un tejido avascular, aneural y alinfático, es decir no contiene vasos sanguíneos, neuronas y vasos linfáticos. Se pueden diferenciar cuatro capas en el cartílago articular.

  • La capa superior o de deslizamiento se sitúa en la superficie articular. Tiene el menor grosor de las cuatro capas. Tiene una escasa actividad metabólica. Es rica en colágeno y pobre en proteoglicanos. Soporta las fuerzas de cizallamiento. Los condrocitos en esta capa están aplastados y paralelos a la superficie.
  • La capa intermedia o de transmisión es más gruesa que la primera capa. Tiene elevada actividad metabólica. Contiene menos colágeno y más proteoglicanos. Soporta fuerzas de compresión. Los condrocitos en esta capa son más redondeados.
  • La capa profunda o radial tiene aproximadamente el doble grosor que la segunda capa. Es rica tanto en colágeno como en proteoglicanos y soporta fuerzas de compresión. Las células redondeadas forman columnas en esta capa.
  • La capa calcificada es la zona que está adyacente al hueso subcondral. Soporta fuerzas de cizallamiento.

El cartílago, como es un tejido avascular, es decir, no tiene vasos sanguíneos propios, se nutre fundamentalmente a partir del líquido sinovial, proceso en el que está muy implicado el mecanismo de lubricación articular, aunque la capa más profunda (1/3 aproximadamente en cuanto a grosor) se puede nutrir a partir de la vascularización epifisaria, es decir de los vasos sanguíneos del hueso.

¿Qué es la artrosis de la rodilla?

La artrosis de la rodilla es la pérdida del cartílago articular con un sobrecrecimiento y remodelación del hueso subyacente. Un desorden que afecta a todos los componentes de la articulación: cartílago, hueso, membrana sinovial y la cápsula articular, aunque el cartílago es el tejido más afectado. Es un conjunto de síntomas clínicos, signos radiológicos y laboratorios. Es una enfermedad crónica, degenerativa, no inflamatoria. La desintegración del cartílago hace que los huesos se rocen entre sí, algo que con el paso del tiempo provoca rigidez, dolor, inflamación y disminución de movilidad. Una vez empieza el proceso degenerativo de la rodilla es difícil de frenar.

¿Cuál es la causa de la artrosis de rodilla o gonartrosis?

Las causas de la gonartrosis (artrosis de rodilla) son múltiples y a menudo aparecen juntas en la misma persona.

Se distinguen dos tipos de artrosis de rodilla:

Artrosis de rodilla primaria o gonartrosis idiopática

En este caso no se encuentra una causa concreta de la enfermedad, sin embargo, se asocian ciertas factores de riesgo:

  • La edad
  • La obesidad
  • La práctica de deportes de impacto durante años
  • Trabajos de fuerza
  • Historia familiar positiva
  • Menopausia

Artrosis de rodilla secundaria

En este caso la artrosis de rodilla es consecuencia directa de una enfermedad o lesión previa:

Artrosis de rodilla postraumática

  • Fractura de rótula, de los cóndilos, platillos tibiales, roturas meniscales, meniscectomía, inestabilidad ligamentosa crónica.
  • Enfermedades congénitas: displasias epifisiarias, displasias espondiloapofisarias, osteocondrodistrofias

Artrosis de rodilla postinfecciosa

  • Enfermedades por depósito de sustancias en la rodilla: pirofosfato de calcio, apatita y enfermedades endocrinas: diabetes, hipoparatiroidismo, acromegalia, hemocromatosis, ocronosis.
  • Enfermedades articulares: gota, artritis reumatoide, enfermedad de Paget, hemofilia.
  • Enfermedades óseas: osteocondritis, osteopetrosis, enfermedad de Charcot, osteonecrosis.
  • Enfermedades neurológicas: lepra, enfermedad de Kashin-Beck.
  • Factores mecánicos y locales: varo, valgo, disimetrías, hipermovilidad, escoliosis, obesidad.

¿Qué personas son más propensas a sufrir de artrosis de rodilla?

Todos los factores y enfermedades antes mencionados aumentan el riesgo de sufrir de artrosis. Sin mencionar todo, las personas más propensas a sufrir de artrosis de rodilla son:

  • Las personas con sobrepeso son más propensas de sufrir de artrosis de rodilla. Los expertos calculan que un sobrepeso del 20% multiplica por diez el riesgo de sufrir artrosis en la rodilla. Para una rodilla no es lo mismo soportar 65 kilos que 90. Por otro lado en la sangre de las personas obesas hay ciertas hormonas en concentraciones altas que aceleran el desgaste del cartílago y provocan inflamación. La grasa localizada en el área abdominal produce leptina, neuroleptina y resistina que influyen en la homeostasis del cartílago.
  • Los deportistas también son más propensas de tener esta enfermedad. La artrosis de rodilla y la de cadera son más frecuentes en los jugadores de fútbol, rugby, básquet, tenis y vóley. Para prevenir la enfermedad en este grupo de personas es importante conocer la técnica correcta de los ejercicios, entrenar con un calzado adecuado, hacer el calentamiento previo y los estiramientos. En los deportistas no sólo la sobrecarga continua aumenta el riesgo de la artrosis sino también las lesiones y las intervenciones quirúrgicas tras las lesiones deportivas.
  • La incidencia de osteoartritis de rodilla es más elevada en los cargadores de cargas pesadas, obreros en construcción, albañiles. Las microtraumas continuas en estas personas aumentan la posibilidad del desgaste articular y el desarrollo de artrosis.
  • Las mujeres menopáusicas tienen mayor posibilidad de sufrir osteoartritis de rodilla por la pérdida de estrógenos, ya que esta hormona es capaz de proteger el cartílago.
  • Con el paso del tiempo aumenta el riesgo de sufrir gonartrosis (artrosis de rodilla) o en general, artrosis en cualquier articulación. En las personas con edad avanzada la flexibilidad y la elasticidad de los tejidos disminuye y un tejido rígido es más propenso de sufrir de microfracturas.
  • Después de una intervención quirúrgica o traumas de la rodilla siempre aumenta el riesgo de sufrir de artrosis rodilla.

¿Por qué se produce la artrosis de rodilla?

Durante el proceso degenerativo presente en la artrosis de rodilla el cartílago pierde consistencia y elasticidad. Primero, la zona superficial se hincha y se hace más blanda. En esta superficie blanda aparecen grietas y erosiones.

Con el paso del tiempo por las erosiones superficiales el grosor del cartílago va disminuyendo hasta llegar a desaparecer por completo en ciertos casos. El cartílago ya no protege a los huesos y estos quedan expuestos rozando entre sí. El hueso expuesto se convierte más denso, aparecen quistes dentro de su estructura. Se forma nuevo hueso por los bordes de la articulación que se llaman osteófitos. En el interior de la articulación pueden aparecer cuerpos libres que pueden ser elementos cartilaginosos, osteocartilaginosos u osteofitos rotos.

Estos cuerpos mueven libremente en la rodilla produciendo más daño por el roce e irritación de la superficie articular. La membrana sinovial se inflama, se hace más gruesa y produce mayor cantidad de líquido sinovial pero de menos viscosidad que no lubrica bien las superficies articulares. La fibrosis se extiende hacia la cápsula articular que se engrosa, pierde su elasticidad y limita el movimiento de la rodilla. El líquido sinovial en exceso produce que la rodilla esté hinchada. Esta hinchazón junto con la formación de los osteofitos causan una deformación articular.

Diagnóstico de la artrosis de rodilla

Los primeros cambios se producen sin que el paciente note ningún síntoma, ya que el cartílago no tiene capacidad para producir dolor, es aneuronal, es decir no tiene neuronas ni receptores de dolor. En esta fase el cartílago todavía puede recuperarse y la enfermedad es potencialmente reversible. Cuando el cartílago desaparece totalmente la enfermedad es muy severa y el proceso es ya irreversible.

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¿Qué tipos de artrosis de rodilla existe según la gravedad de la patología?

Macroscópicamente, es decir observando la superficie articular de la rodilla durante la artroscopia o una intervención abierta, la gravedad en que se encuentra la enfermedad puede ser:

  • Fase I: no hay signos de enfermedad, el cartílago es sano
  • Fase II: se observa fibrilación en la superficie articular que marca el inicio del desgaste del cartílago.
  • Fase III: aparecen fisuras, es decir pequeñas grietas en el cartílago que son desgastes más profundos.
  • Fase IV: Por la ulceración del cartílago articular aparece el hueso subcondral (el tejido óseo situado justo debajo del cartílago en una articulación) en la superficie articular, rosando entre sí.

Se puede clasificar la artrosis de rodilla según los signos radiológicos. Estos signos son:

  • Disminución de la interlinea articular, es decir disminución del espacio entre los dos superficies articulares.
  • Osteofitos en las zonas marginales de la articulación que son resultados de la proliferación reactiva del hueso subcondral a la destrucción cartilaginosa.
  • Esclerosis del hueso subcondral, quistes subcondrales que son consecuencias de la hiperpresión intraarticular.

Tomando como base los resultados de las radiografías anteroposteriores de la rodilla con carga Archibeck ha clasificado la artrosis en 5 estadios:

  • Estadio I. Interlínea articular disminuida en altura al 50% en el compartimiento afectado (habitualmente interno); normal en el opuesto.
  • Estadio II. Desaparición completa de la interlínea del lado afectado, rodilla inestable; compartimiento opuesto indemne.
  • Estadio III. Usura ósea inferior a 5 mm; rodilla más inestable y comienza a lesionarse el cóndilo femoral opuesto por acción de la espina tibial.
    Estadio IV. Usura ósea mayor, entre 5 mm y 1 cm; afectación notable del compartimiento contralateral.
  • Estadio V. Usura ósea superior a 1 cm; subluxación lateral de la tibia y lesión femorotibial global, que normalmente se extiende a la articulación femoropatelar.

Todo esto debe ser diagnosticado por un especialista, que es el que mejor sabe cómo detectar la artrosis de rodilla.

¿Cuáles son los síntomas y signos de la artrosis de rodilla?

Si hiciéramos una radiografía en varias personas mayores de 50 años la mayoría presentaría signos radiológicos de artrosis. Sin embargo no todos presentan síntomas. Los pacientes que tienen síntomas normalmente tienen dolor, crujidos, rigidez, inflamación, edemas y deformación articular. Estos síntomas aparecen gradualmente y la progresión es lenta.

  • El síntoma más habitual de la gonartrosis (artrosis de rodilla) es el dolor. El dolor se produce por la degeneración del cartílago y el roce de los huesos desnudos entre sí. Inicialmente el dolor aparece tras estar mucho tiempo de pie o caminando. Normalmente en esta fase el dolor es más intenso por las mañanas, durante los primeros minutos en los que el paciente empieza mover su rodilla tras la inactividad nocturna. Algunas actividades como subir y bajar escaleras, caminar por terrenos irregulares o levantarse de una silla causan dolores más intensos y aunque de menor duración. Conforme avanza la enfermedad, cada vez duele antes al comenzar a caminar o al estar de pie. En la fase muy avanzada de la enfermedad el dolor continuo e intenso impide que el paciente realice sus actividades cotidianas.
  • El siguiente sintoma más frecuente es la rigidez articular. Tras estar un rato sentado o por las mañanas el paciente nota rigidez y dolor al intentar levantarse. Es como si las rodillas estuvieran agarrotadas y necesitaran calentarse para poder recuperar su movimiento natural. El paciente tiene dificultad para flexionar y extender la pierna. Al poco rato desaparece la rigidez y el dolor inicial pero tras un periodo variable de estar caminando, reaparece el dolor. Si la persona que tiene artrosis de rodilla se para, el dolor poco a poco va cediendo.
  • A veces la rodilla se hincha y se caliente. Son los episodios de inflamación que de forma ocasional se observan en la artrosis de rodilla. La membrana sinovial produce líquido sinovial en exceso y por eso la rodilla aparece tumefacta. En la artrosis de rodilla lo que se hincha es la articulación, permaneciendo normal la pierna, tobillo y pie. En cambio, en la gente que retiene líquidos, es toda la pierna, de rodilla para abajo, la que se hincha. Con el tiempo la rodilla se deforma por la reacción del hueso articular ante la artrosis, formando en los bordes de la articulación unas protuberancias óseas que se llaman osteofitos.
  • Por la irregularidad de la superficie articular los pacientes pueden notar crepitación y ruidos articulares al mover la rodilla.
  • En casos muy avanzados el paciente tiene atrofia y debilidad muscular alrededor de la rodilla y la palpación puede ser muy dolorosa.

¿Qué es la diferencia entre artritis, artrosis y osteoporosis?

La artritis es la enfermedad inflamatoria de las membranas sinoviales que secundariamente daña los huesos y los cartílagos. Es una enfermedad autoinmune que ataca a la membrana sinovial y su principal síntoma es la inflamación articular. Los pacientes son jóvenes entre 20-40 años y a parte de los síntomas articulares se presentan síntomas extraarticulares. La rigidez es importante y el dolor empeora con el reposo.

La artrosis, también llamada osteoartritis es el desgaste del cartílago articular que ocasiona dolor, rigidez y pérdida del movimiento normal. Los pacientes son mayores de 40 años. No se presentan síntomas extraarticulares. La rigidez es menos duradera y el dolor empeora con la movilidad.

La osteoporosis o hueso poroso es una enfermedad del tejido óseo que causa pérdida de densidad y masa ósea.

¿Cómo se diagnóstica la artrosis de rodilla?

La artrosis de rodilla no puede diagnosticarse exclusivamente mirando una radiografía, porque a partir de cierta edad todo el mundo tiene signos de artrosis en las radiografías. Sin una entrevista médica, es decir la realización de una adecuada historia clínica y exploración física no será posible diagnosticar la artrosis de rodilla. A veces se realiza una análisis del líquido articular para confirmar el diagnóstico y descartar otras patologías.

Durante la anamnesis el paciente nos cuenta los síntomas característicos de la artrosis de rodilla como el dolor, la rigidez articular, la incapacidad funcional, la ausencia de fiebre y la ausencia de manifestaciones extraarticulares. El dolor aparece al iniciar los movimientos, después mejora y reaparece con el ejercicio intenso o prolongado. Con el paso del tiempo, a medida que la enfermedad avanza el dolor aparece cada vez más precozmente. En un estado muy avanzado cualquier movimiento pequeño produce dolor. Este dolor cede o mejora con el reposo. La rigidez articular aparece tras un periodo de inmovilidad prolongado y mejora rápidamente con el movimiento. Tanto el dolor como la rigidez disminuyen la calidad de vida del paciente y limita la realización de las tareas de la vida diaria. 

La exploración física consiste en la inspección, la palpación de la rodilla y la valoración de su movilidad. Durante la inspección de la rodilla se puede observar deformidad y mala alineación, hipotrofia muscular alrededor de la rodilla y tumefacción. Con la palpación se puede evaluar el dolor, crepitación o crujidos y descartar otras patologías. Durante la exploración de la movilidad pasiva el dolor aparece en los últimos grados de flexión y extensión, por la atrofia muscular se nota una inestabilidad articular. Los cuerpos libres intraarticulares pueden causar bloqueo articular.

En la radiografía aparecen:

  • Formación de osteofitos
  • Disminución del espacio articular
  • Esclerosis del hueso subcondral
  • Formación de quistes óseos
  • Alteración en el contorno óseo
  • Calcificaciones periarticulares
  • Edema de partes blandas

En el examen del líquido sinovial se puede encontrar fragmentos de cartílago, cristales de pirofosfato de calcio, hidroxiapatita u otras sales de calcio y fosfato. Un derrame pequeño o moderado es común pero los grandes derrames son raros en gonartrosis.

¿Qué medidas preventivas existen para la artrosis de rodilla?

La artrosis está directamente relacionada con la edad, con lo que no es posible evitar la enfermedad pero sí se puede retrasar en gran medida su aparición. Del mismo modo se puede realizar actividades rehabilitadoras para preservar la funcionalidad de la articulación y aliviar el dolor del paciente. No sabemos mucho de la evolución natural de la artrosis, pero en general evoluciona lentamente de forma no lineal. A veces los pacientes experimentan mejorías. En la mayoría de las personas los signos radiológicos no se correlacionan con los síntomas del paciente ni con la funcionalidad articular.

Uno de los factores de mal pronóstico es la obesidad, por esta razón entre las medidas preventivas la pérdida de peso o el mantenimiento de un peso ideal tiene importancia fundamental. Nuestras rodillas soportan un peso superior al óptimo de manera prolongada en el tiempo cuando tenemos sobrepeso. Esta carga superior provoca una degeneración articular progresiva. En caso de antecedentes familiares con artrosis de rodilla el control de peso es más importante.

Cuidados de la rodilla

Los músculos alrededor de las rodillas sostienen, protegen la articulación y dan consistencia y fuerza a la zona. El ejercicio físico diario fortalece la musculatura no solo alrededor de las rodillas sino en general todos los músculos de nuestro cuerpo. Una musculatura estable, fuerte protege las rodillas y evita la sobrecarga de estas. Los ejercicios físicos diarios además ayudan a perder peso y proporcionan importantes beneficios a nivel cardiovascular y pulmonar. Los ejercicios en el caso de una articulación afectada por artrosis deben ser muy suaves, pero prolongados y de bajo impacto. Hay que evitar siempre que aparezca el dolor. Los ejercicios más recomendados son:

  • La natación
  • El ejercicio aeróbico
  • Caminar por terrenos regulares
  • Bicicleta
  • Hidroterapia
  • Pilates

Los ejercicios o actividades físicas no recomendadas son:

  • Ponerse de cuclillas
  • Arrodillarse
  • Subir y bajar escaleras
  • Caminar por terreno irregular
  • Caminar con mucho peso
  • Sentarse en sofás bajos
  • Estar de pie durante periodos prolongados
  • Poner almohadillas debajo de la rodilla porque esta acción aumenta la limitación articular

Otros elementos que pueden ayudar son:

  • Un calzado adecuado con suela de goma ayuda a absorber una parte de la energía del choque contra el terreno. Se recomienda que el calzado tenga tacón de 2-3 centímetros de altura. A parte del calzado adecuado la utilización de unas plantillas de materiales blandos pueden reducir el dolor y permitir que el paciente mejore su capacidad de marcha.
  • El uso de muletas y bastones reduce el esfuerzo, disminuye el dolor y la degeneración del cartílago.
  • La alimentación adecuada tiene mucha importancia en la prevención de la artrosis o para ralentizar la evolución de la enfermedad. Una dieta equilibrada ayuda a mantener un peso saludable. Los alimentos ricos en vitamina A, C, E y D, ácidos grasos omega 3 son beneficiosos para la salud articular.
  • Para ralentizar la evolución de artrosis se recomienda la toma de unos suplementos alimenticios a base de colágeno, ácido hialurónico, glucosamina, condroitina y metil-sulfonil-metano.
  • La preparación psicológica del paciente es muy importante para que comprenda que va a llevar una vida activa, aunque con ciertas limitaciones.

¿Qué incluye el tratamiento conservador de la artrosis de rodilla?

El tratamiento conservador incluye todas las medidas preventivas antes mencionadas. Los objetivos del tratamiento conservador son los siguientes:

  • Frenar el proceso degenerativo de la rodilla
  • Disminuir el dolor del paciente
  • Mantener o mejorar la movilidad articular
  • Mejorar la estabilidad articular
  • Mejorar o mantener la independencia funcional
  • Prevenir las deformidades y contracturas

El alivio del dolor es uno de los objetivos más importantes, teniendo en cuenta  que la artrosis causa un dolor crónico con lo que el paciente tiene que enfrentarse cada día y este dolor crónico empeora significativamente la calidad de vida del paciente. Sin usar medicamentos se puede aliviar el dolor de la siguiente manera:

  • Con reposo: durante los brotes dolorosos es recomendable el reposo pero para el mínimo tiempo posible, para evitar la rigidez, la atrofia muscular  y las contracturas.
  • El tratamiento postural tiene gran importancia especialmente cuando la artrosis es generalizada y afecta también a la columna vertebral.
  • Durante toda la evolución de la enfermedad el control de peso tiene mucha importancia para reducir la carga sobre las rodillas. Con la ayuda de una nutricionista mediante dieta personalizada se puede conseguir los objetivos y mantener un peso saludable.
  • Las movilizaciones son importantes para evitar la rigidez y las contracturas y para mejorar la movilidad articular.
  • Los tratamientos fisioterapéuticos más utilizados en pacientes con artrosis de rodilla, son: masajes, ultrasonidos, hidroterapia, magnetoterapia, electroterapia, laserterapia y crioterapia.
  • La electroestimulación de la musculatura alrededor de la rodilla ayuda a fortalecer estos músculos cuando el paciente por el dolor no puede hacer muchos ejercicios físicos.
  • Calor y frío: El calor es más beneficioso en la artrosis. Una bolsa de agua caliente colocada sobre la articulación dolorosa alivia el dolor y relaja la musculatura. El frío, tras tener una reagudización, es decir un brote inflamatorio y después del ejercicio es útil, ayuda a bajar la inflamación.

El tratamiento conservador incluye todos los medicamentos que reducen el dolor y ralentizan la evolución de la enfermedad. También forman parte del tratamiento conservador las inyecciones intraarticulares.

¿Qué tratamiento farmacológico existe para la artrosis de rodilla?

El tratamiento farmacológico incluye:

  • Los medicamentos orales para aliviar el dolor del paciente
  • Los medicamentos locales como cremas, geles y parches analgésicos
  • Los medicamentos orales para frenar el avance del proceso
  • Las infiltraciones intraarticulares

En la artrosis de rodilla a menudo hay un abuso en el uso de drogas teniendo en cuenta que la enfermedad produce un dolor fuerte y continuo que impide la realización de las actividades diarias del paciente. Generalmente se utilizan 3 principales grupos de analgésicos: paracetamol, antiinflamatorios no esteroides y los analgésicos opioides.

El paracetamol es el primer analgésico que receta el médico en el caso del dolor leve o moderado. Se puede elevar la dosis diaria hasta 4 gramos.

Si el paracetamol no es suficiente el segundo paso es la administración de antinflamatorios no esteroides que alivian el dolor moderado y la rigidez. El uso prolongado de estos medicamentos no es recomendado por sus efectos secundarios. En pacientes con antecedentes de úlcera péptica hay que administrar estos medicamentos junto con protectores estomacales. Se ha descrito que el uso prolongado de algunos analgésicos de este grupo aceleran el daño articular. El uso de los analgésicos opioides se reserva a los periodos de reagudización del dolor crónico y en breves periodos de tiempo.

Tratamiento farmacológico para la artrosis

Los medicamentos locales como geles, cremas y parches contienen antiinflamatorios no esteroides, capsaicina, ciertas plantas medicinales. Algunos productos poseen efecto frío o efecto calor. Su beneficio frente los analgésicos orales es la menor probabilidad de sufrir de efectos secundarios graves.

Los medicamentos orales para frenar el avance del proceso contienen los componentes fisiológicos del cartílago: glucosamina, condroitina, colágeno, ácido hialurónico y metil-sulfonil-metano. Según los ensayos clínicos la dosis ideal es de 1500 mg de glucosamina y 1200 mg de condroitin sulfato diariamente. La duración del tratamiento debe ser al menos de 8 semanas o constante mientras dure el beneficio. La glucosamina y la condroitina no sólo ralentizan el proceso sino también poseen efectos antiinflamatorios. Este grupo de medicamentos por su acción se llaman medicamentos condroprotectores.

Las infiltraciones intraarticulares son de 3 tipos principales: corticoides, ácido hialurónico y factores de crecimiento. Los corticoides intraarticulares sólo están indicados en los casos de sinovitis agudas con derrame inducido o no por cristales. El ácido hialurónico administrado en forma de inyecciones intraarticulares funciona como un lubricante y amortiguador, evitando el roce doloroso entre las superficies irregulares y desnudas. Los factores de crecimiento son proteínas que promueven el desarrollo de los tejidos. Teóricamente los factores de crecimiento por su acción podrían ayudar en la regeneración del cartílago. Pero, teniendo en cuenta que este tipo de tratamiento es bastante novedoso y todavía no hay suficiente experiencia con este, todavía no está demostrado que tengan ningún efecto sobre la evolución de la artrosis. Los factores de crecimiento tienen un efecto antiinflamatorio muy potente que pueden mejorar la sintomatología que produce la artrosis, ayudando a los pacientes a normalizar su vida y mejorar su calidad, lo que permite en algunos casos prolongar la vida de las articulaciones retrasando de esta manera su sustitución por prótesis.

¿Qué tratamientos quirúrgicos existen para la artrosis de rodilla?

Cuando la artrosis es muy avanzada, el dolor es muy intenso y continuo e impide que el paciente realice sus actividades diarias y la deformidad es severa es el momento de plantear la intervención quirúrgica.

Existen diferentes tipos de intervenciones quirúrgicas. La elección entre la gran variedad de medidas terapéuticas depende de varios factores tales como la edad del paciente, la gravedad de la enfermedad, la localización de la enfermedad. Entre las intervenciones quirúrgicas destacan los lavados articulares realizados por artroscopia, las osteotomías, las artroplastias parciales y totales y los injertos de cartílago.

Una de las intervenciones más sencillas es el lavado articular o aseo articular y desbridamiento. Mediante esta cirugía se pueden extraer fragmentos de cartílago articular, meniscos, membrana sinovial diluir enzimas degradativas con el fin de evitar la irritación articular.

En pacientes jóvenes en los que la artrosis solamente afecta a una parte de la articulación, habitualmente la interna, se puede realizar una  osteotomía de tibia que consiste en realizar un corte en la parte superior de la tibia  para modificar su ángulo de carga de modo que se redistribuya de una forma menos lesiva para la rodilla.

En pacientes menores de 45-50 años con lesiones menores de 4 centímetros de diámetro y con rodillas sin deformidad ni inestabilidad, existe la posibilidad de realizar una mosaicoplastia. La mosaicoplastia es una técnica quirúrgica que consiste en colocar cartílago articular en una zona en que está dañado, desde otra zona en la que está sano. Es una especie de injerto de cartílago,  así como hacen los cirujanos injertos de piel desde una zona llamada donante. También es llamado autoinjerto osteocondral.

En los casos más avanzados, cuando la rodilla está dañada severamente y esto impide que el paciente realice simples actividades cotidianas y los analgésicos y las otras medidas terapéuticas ya no le ayudan la solución será un reemplazo total de rodilla, que aliviará el dolor, corregirá la deformidad de la rodilla y le ayudará a realizar las actividades diarias sin molestias. Este tipo de operación tarda aproximadamente de una hora a una hora y media y consiste en eliminar el cartílago y los huesos dañados, para posteriormente colocarle una nueva superficie de articulación de plástico y metal.

¿Cómo se hace la operación de prótesis de rodilla?

La prótesis de rodilla está indicada en pacientes que padecen alteraciones severas. La mayoría de ellos son mayores de 55 años y:

  • Tienen dolores intensos diariamente
  • El dolor severo no sólo les limita para el trabajo sino también para las actividades diarias como vestirse, calzarse, subir y bajar escaleras
  • El dolor no mejora con otras medidas terapéuticas como analgésicos, reposo y uso de muletas
  • Los pacientes tienen una rigidez importante en la rodilla
  • Tienen una inestabilidad en la articulación con fallos continuos
  • La rodilla presenta una gran deformidad
  • En la radiografía hay un desgaste importante

Especialista sosteniendo una parte de una prótesis de rodilla

Existen distintos tipos de prótesis de rodilla:

  • Las prótesis tri-compartimentales son las más frecuentes. Este tipo de prótesis también se llama prótesis total de rodilla, ya que reemplaza la articulación por completo. Dentro de este tipo de prótesis existen varios modelos: unos se fijan con cemento y otros sin cemento. Algunos modelos permiten conservar los dos ligamentos cruzados, otros uno solo o ninguno. Según la movilidad de la meseta existen modelos fijos o móviles.
  • La prótesis femor-patelar se utiliza de forma excepcional en el caso de osteoartritis de la articulación entre la rótula y el fémur.
  • Las prótesis parciales o uni-compartimentales sustituyen solamente la parte desgastada de la rodilla: el compartimento femoro-tibial interno, externo o la articulación entre la rótula y el fémur.

La preparación para la operación de prótesis de rodilla empieza semanas antes de la intervención.

  • Es recomendable fortalecer la musculatura de todo el cuerpo, especialmente la de brazos y tronco porque después de la intervención el paciente deberá utilizar muletas. La mejor manera para fortalecer la musculatura alrededor de la rodilla es la natación.
  • Si tiene sobrepeso pida la ayuda de una nutricionista o su médico de cabecera para perder los kilos sobrantes. Un paciente con sobrepeso incrementa la presión sobre la nueva rodilla disminuyendo el tiempo de vida de la prótesis.
  • Deje de fumar antes de la intervención, ya que el tabaco perjudica al sistema circulatorio, causa complicaciones pulmonares y retrasa la cicatrización.
  • Deje de tomar los analgésicos-antiinflamatorios una semana antes del ingreso. En el caso del dolor severo podrá tomar paracetamol o Nolotil.
  • Referente a sus medicamentos habituales consulta con su médico, especialmente si toma anticoagulantes o antiagregantes.
  • Si tiene problemas dentales consulte con su dentista, ya que los dientes pueden ser una fuente de infecciones.
  • Prepara su casa y pida ayuda de un familiar para los primeros días tras la intervención.
  • Antes de la intervención se le harán las pruebas preoperatorias.

El día del ingreso:

  • Habitualmente ingresará en el hospital un día antes o unas horas antes de la operación. Debe Usted llevar consigo todos sus documentos médicos relacionados con la intervención y unas muletas. De las enfermeras recibirá todas las informaciones relacionadas con su intervención y la estancia hospitalaria.
  • No coma ni beba durante las 6 horas previas a la intervención.
  • Se duchará y se preparará la zona cutánea donde se realizará la incisión mediante la eliminación del vello y pintado con antiséptico.
  • Debe retirar la dentadura postiza, joyas, el pintado de uñas.
  • Se le pondrá una inyección en la barriga para prevenir la formación de coágulos, que se le seguirá administrando durante las siguientes 4-6 semanas hasta que consiga su completa movilización.

El día de la intervención:

  • Tómese una ducha.
  • Se vestirá con una bata hospitalaria antes de ir al quirófano.
  • En una vena del brazo se le colocará una vía para administrarle sueros, medicamentos antes, durante y después de la intervención quirúrgica.
  • En el quirófano se le administrará la anestesia. Si su médico elige anestesia general Usted estará dormido durante toda la intervención y no sentirá nada. Cuando la anestesia es regional (epidural o raquídea) a Usted le aplicarán un medicamento dentro de la espalda. Usted no va a sentir nada debajo de la cintura. A veces la anestesia regional se completa con una sedación y en este caso Usted estará dormido durante todo el procedimiento.
  • Primero el cirujano desinfectará la zona con un líquido antibacteriano para evitar posibles infecciones.
  • Una vez el paciente se encuentra bajo los efectos de la anestesia, se le colocará un catéter para vaciar la vejiga.
  • El médico hará una incisión sobre la rodilla para abrirla.
  • Después de apartar la rótula, el cirujano cortará con una sierra quirúrgica los extremos desgastados de la tibia y del fémur. Una vez realizado, preparará los huesos con cemento óseo si fueran necesario y se colocarán los componentes tibial y femoral de la prótesis de rodilla. Adherido al componente tibial se situará el inserto, la pieza de polietileno de alta densidad que hará la función del menisco evitando el roce de los componentes.
  • En el caso de que la rótula también se haya visto afectada por la artrosis, se limará el interior de la misma eliminando la zona desgastada y en su lugar se colocará una parte metálica que estará en contacto con la misma y por la otra parte una pieza de polietileno que estará en contacto con el componente femoral y permitirá el correcto deslizamiento de la misma durante el movimiento.
  • El cirujano reparará los músculos y tendones alrededor de la nueva articulación y cerrará la incisión quirúrgica.
  • Finalmente se suturará la incisión quirúrgica y se colocará una venda alrededor de la rodilla.
  • Le llevarán al paciente a la sala de reanimación donde permanecerá hasta que sus constantes vitales se establezcan.

La operación de prótesis de rodilla es una cirugía mayor que requiere estancia hospitalaria de 4 a 5 días. La recuperación total está entre 4 y 6 meses. La duración de las prótesis de rodilla actuales es de entre 20 y 25 años, aunque eso dependerá de cada paciente, del tipo de prótesis de rodilla utilizada y de algunas instrucciones importantes como mantener un peso adecuado.

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