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Nace un nuevo museo para explicar el arte barroco catalán. Abrirá sus puertas en breve, el 21 de febrero, coincidiendo con la Festa de la Llum de Manresa, que será la ciudad encargada de acoger el nuevo equipamiento cultural. “Manresa es la ciudad barroca por excelencia”, explica Pepe Serra, director del MNAC, “y, a partir de ahora, quien quiera conocer el barroco no tendrá que ir a Barcelona; sino en Manresa”. En el nuevo museo habrá obras que hasta hace poco ocupaban las salas del Museo Nacional, del Museo de Manresa y varios centros de arte, pero también piezas de la Colección de Arte de la Generalitat de Catalunya y otras han comprado expresamente para la ocasión.
El Museo del Barroco tiene un objetivo claro: llenar un vacío que hasta ahora no estaba cubierto, que es explicar el barroco catalán y, además, darle valor. El barroco -una palabra de etimología portuguesa que significa 'perla imperfecta'- nació ya menospreciado por las academias de arte, que le veían con malos ojos ante el estilo neoclásico que se iba poniendo de moda. Por eso algunas grandes obras no se conservaron debidamente y han llegado a nuestros tiempos degradadas.
Aún así, la colección de 182 piezas del nuevo museo es un testimonio del esplendor de este arte que dominaron artistas catalanes como Joaquim Juncosa, Francesc Tramulles Roig, Francesc Pla i Duran o Pere Cuquet. Entre las obras destacan tres pinturas del pintor más relevante de la primera mitad del siglo XVIII en Cataluña, Antoni Viladomat Manalt, de la serie de cuadros dedicados a Sant Francesc d’Assís que, hasta la época de la invasión napoleónica, decoraban el claustro mayor del convento grande de Sant Francesc en Barcelona.
Francesc Vilà, director del equipamiento, habla de Manresa como el epicentro de este arte: "A principios del XVII, en la ciudad nace un grupo de artistas que se dedican a la retaulística y esparcen su producción por Cataluña". El Barroco, pero, no son sólo pinturas, retablos o esculturas. "No debemos ceñirnos a una definición estricta", indica Vilà, "sino hablar de toda una cultura que se vive en Cataluña durante los siglos XVII y XVIII". Por este motivo, la música barroca está muy presente en el museo gracias a una serie de recursos sonoros y lumínicos que juegan con las piezas expuestas. Además, las salas cuentan también con 12 recursos audiovisuales que explican cómo el barroco penetró en otras ciudades catalanas como Solsona, Girona, Tarragona o Barcelona.
El edificio del nuevo museo del Barroco está ubicado en el antiguo colegio Sant Ignasi de Manresa, un edificio neoclásico que construyó la Compañía de Jesús. Los 8000m² de este inmueble de planta cuadrada se han restaurado completamente en unas obras que han costado 7,5 millones de euros, pero el Museo del Barroco, de momento, solo ocupará su primera planta, un espacio expositivo de 700m². En la segunda planta se hará el museo de la ciudad de Manresa y la tercera acogerá la fundación Mestres Cabanes. Sin embargo, en un futuro no se descarta que el Museo del Barroco de Cataluña amplíe espacios para exponer más material.
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